Descarga - Centro Cultural de Estudios de la Torah

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VOLUMEN 1, Nº 42
BOLETÍN DEL REINO DE YHVH
6º MES—5774
“FIESTA DE LAS CABAÑAS-SUKKOT”
Las principales fiestas y solemnidades judías son cinco: Pascua (“Pesaj”), Pentecostés
(“Shavuot”), Principio de Año (“Rosh HaShana”), Día del Perdón (“Yom Kippur”) y la
Fiesta de las Cabañas (“Sukkot”). Tres de ellas son fiestas de peregrinación, en que se
sube a Jerusalén para celebrar la fiesta; y dos, “Rosh HaShana” y “Yom Kippur”, son
más bien solemnidades que días festivos. En este artículo, haremos una introducción a
la Fiesta de las Cabañas o de “Sukkot” y su relación con el Mesías. La festividad de
“Sukkot” está señalada en la “Toráh” en varios pasajes: Ex 23,14s; Lv 23,33-43; Nm
29,12-38 y Dt 16,13-15.
“Habló Yahvéh a
Moisés diciendo:
“Habla a los hijos de
Israel y diles: El día
15 de ese 7º mes
celebraréis durante 7
días la fiesta de las
Cabañas en honor de
Yahvéh. El día 1º
tomaréis frutos de los
mejores árboles, ramos de palmeras,
ramas de árboles
frondosos y sauces
del río y os alegraréis
delante de Yahvéh,
vuestro Elohim, durante 7 días… Durante 7 días viviréis en
cabañas, todos los
naturales de Israel
viviréis en cabañas
para que sepan
vuestros hijos que Yo
hice habitar en cabañas a los hijos de
Israel cuando los
saqué de la tierra de
Egipto” .
Lev 23:33-43
El nombre de Succot
El 15 del mes de “Tishrí”, que aproximadamente suele coincidir con nuestros meses de
septiembre y octubre, comienza la Festividad de “Sukkot”, o de las Cabañas, la tercera
fiesta de peregrinación, que dura siete días. Viene a continuación del Año Nuevo Judío
(“Rosh HaShana”) y del Día del Perdón. Pasado “Yom Kipur” y perdonados los pecados,
a los cinco días, se celebra “Sukkot” que es la fiesta de alegría.
La fiesta tiene varios nombres en hebreo, que señalan sus diversos aspectos: “Jag Ha
Sukkot” —fiesta de las tiendas— recuerda la obligación de vivir en cabañas, señal de la
protección de Dios en la travesía del desierto; “Jag HaAsif” —fiesta de la recolección de
la fruta— expresa su carácter agrícola, y “Zeman Simjatenu” —fiesta de nuestra alegría— pone la nota de regocijo, recomendada en la “Toráh”. También se designa “Sukkot”
con el nombre de “Fiesta” porque era considerada como la “fiesta” por excelencia, en la
que todo el pueblo, después de haber recogido las mieses, lo celebraba durante siete
días en Jerusalén.
Para poder cumplir con el precepto de celebrar “Sukkot”, hay que realizar unas obligaciones básicas: celebrar la festividad durante siete días, siendo el primero y el último de
descanso total, tipo sabático, en que no se puede efectuar ningún trabajo, presentar el
“lulav” (las cuatro especies) y vivir en la cabaña. En el sábado correspondiente a los
siete días, se lee como “aftara” el libro de Qohélet (Eclesiastés) para indicar lo transitorio de este mundo.
Los 7 días
“El día quince de ese séptimo mes celebraréis durante siete días la fiesta de las Tiendas
en honor de Yahvéh”.
La festividad dura siete días, el primero y el último son solemnes y no se puede trabajar
en ellos, igual que un sábado; durante los días intermedios —“Jol Hamoed”— sí se pueden efectuar tareas sencillas, como preparar las comidas, planchar la ropa, etc.
El séptimo día de la fiesta se llama “Hosanna Rabá”, por la gran cantidad de alabanzas
y plegarias (“Hoshanot”) que se recitan en este día, implorando la salvación y alabando
el nombre de Dios. Era costumbre en el Templo que los sacerdotes dieran siete vueltas
alrededor del altar, portando en sus manos ramas de sauce. Hoy día como recuerdo, se
hace dando vueltas (“hakafot”) en la sinagoga, alrededor del estrado (“bima”) donde se
lee la “Toráh”.
L a S u c á — “ D u r a n t e 7 d í a s v i v ir é i s e n c a b a ñ a s ” .
Nada más terminar “Yom Kipur”, se empieza la construcción de la “sucá” (la cabaña), a cielo abierto. Lo característico de la “sucá” es su techo, que debe hacerse con ramas cortadas y deben ser colocadas de manera que
haya pequeños espacios que permitan ver el cielo y contemplar de noche las estrellas. El interior se decora con
frutos de la tierra de Israel, como uvas, granadas, higos, etc. En muchos edificios de apartamentos del moderno
Israel, los balcones se construyen no superpuestos en columna, sino alternando en forma ajedrezada, de forma
que desde la cabaña que en ellos se construya, se pueda ver mejor el cielo estrellado.
Durante los días de la fiesta se come y, a ser posible, se duerme en la “sucá”. Hay obligación de tomar en ella la
cena de la primera noche, y las comidas principales de los demás días. La costumbre es estudiar y hablar de cosas de la “Toráh” durante la estancia en ella. También se reciben invitados y se les invita a comer y a estudiar la
“Toráh”.
Cada vez que se entra en la sucá se recita la bendición “leishev sucá” (habitar en la “sucá”): “Bendito seas Tú
Adonay Elohenu, Rey del Universo, que nos has santificado con tus mandamientos y nos has ordenado habitar en
la sucá”.
La “sucá” también se equipara a la nube de explendor que protegía al pueblo de Israel, durante la travesía del desierto, símbolo de la asistencia de YHVH a su pueblo, y símil de nuestra vida terrestre.
La palabra “sucá”, en hebreo, es traducida como cabaña, tienda, chamizo, baldaquino; y la expresión “sucat shalom”, que literalmente sería “tienda de paz”, es traducida como protección de Yahvéh.
L a s 4 e sp e c i e s .
“El primer día tomaréis frutos de los mejores árboles, ramos de palmeras, ramas de árboles frondosos y sauces
del río y os alegraréis en la presencia de Yahvéh, vuestro Elohím”.
Los “arbá minim”, las cuatro especies son el “etrog” (cítrico), el “hadás” (mirto), el “lulav” (ramo de la palmera) y el
“aravá” (sauce). Atando dos ramas de sauce y tres de mirto a la rama de palmera se forma un ramo, el “lulav”, que
se lleva en la mano derecha y el cítrico en la izquierda. Se va a la sinagoga y allí con gran alegría, se agita durante la recitación del “Halel” (Sal 117) en dirección al este, al sur, al oeste, al norte, arriba y abajo. Esta ceremonia
recuerda que Elohim está presente y es Amo de todo el Universo. También con las cuatro especies se realizan los
“hakafot” alrededor de la “bima”.
Según un “midrash”, las 4 especies simbolizan las 4 clases de israelitas:
- “Etrog”, que posee sabor y aroma, simboliza a los hombres que saben la Ley y cumplen los preceptos.
- “Lulav” que posee sabor, pero no aroma, simboliza hombres que saben la Ley pero no cumplen los preceptos.
- “Hadas” que posee aroma, pero no tiene sabor, simboliza los hombres que cumplen buenas acciones pero no
saben “Toráh”.
- “Arava” que no posee sabor ni aroma, simboliza los hombres que no conocen la Ley ni cumplen buenas acciones.
Pero todos ellos juntos forman el Pueblo de Israel, todos ellos forman una sola unidad ante YHVH.
L a L i ba c ió n d e l Ag u a .
La ceremonia más festiva de “Sukkot” era la Libación del Agua. Antes de la destrucción del Templo, al terminar el
primer día de “Sukkot”, el Sumo Sacerdote llenaba una vasija de oro con el agua de la fuente de Siloé (Fuente del
Enviado); y, acompañado de un gran ceremonial y de una multitud festiva que portaba antorchas, la llevaba al
Templo y la derramaba sobre el altar, ofreciendo el agua a Elohim. Tan alegre era esta celebración que los sabios
dijeron: “Quien no haya visto la alegría de Bet HaShoeva, no ha visto alegría en su vida”
Rabí Yeshuá ben Leví decía: «¿Por qué se llama Beit HaShoeva, casa donde se tira —se busca— agua? Porque
es de la que hace salir (recibe) la rúaj hakodesh o espíritu de santidad, según esta escrito: “Y sacaréis agua con
gozo de las fuentes de la salvación”» (Is 12:3).
E l s i g n i f ic a d o d e “ S u k k o t ” ” p a r a e l pu e b l o j u d í o
Su significado nacional-religioso es recordar la protección divina durante la peligrosa travesía de la región árida,
desde la salida de Egipto, hasta la llegada a la Tierra Prometida. Es también metáfora universal, signo de que en
nuestra vida, todo es provisional; la “sucá”, símbolo principal de la fiesta, es un refugio provisorio, lejos de la casa
estable que nos espera en la Tierra Prometida.
Además “Sukkot” tiene un carácter especial, en referencia a toda la Humanidad. “Sukkot” es la Fiesta de las Naciones, en que se ofrecían 70 novillos por las 70 Naciones (Nm 29,12-38). En un comentario del Talmud, se lee: “¿Por
qué fueron ofrecidos 70 bueyes cebados durante “Sukkot”? 70 fueron ofrecidos por las 70 naciones del mundo, para expiación por su causa. ¿Por qué era ofrecido un solo novillo en el 8º día? Por la nación única, Israel”.
Es la festividad en que Israel ora por las naciones del mundo, una festividad que celebra los tiempos mesiánicos,
un hecho maravilloso que sucederá en el futuro, en que Israel y las naciones se reconciliarán y las naciones reconocerán la fe de Israel y subirán a Jerusalén a celebrar la festividad de “Sukkot”: “Y todos los supervivientes de todas las Naciones… subirán de año en año a postrarse ante el Rey Yahvéh Sebaot y a celebrar la Fiesta de las Cabañas” (Za 14:16-19).
S h e m in i At z e r e t y S i m j a T o r á h .
Estos dos días que enlazan con esta fiesta y la continúan, aunque no formen parte propiamente de ella. “Shemini
Atzeret”, el día 8º (Nm 29:35), día de la Lluvia, se celebra el día siguiente al 7º de “Sukkot”. En este día se pide por
la venida de las lluvias, el largo y cálido verano ya finalizó y se acerca la estación de las lluvias. Se reza por la venida de la lluvia, vivificadora de la tierra.
El día siguiente es también festivo, “Simja Toráh”, la Alegría de la Ley, en que finaliza la lectura oficial de la “Toráh”
y se reinicia ésta, se termina de leer la última “Parasha” de Deuteronomio y se empieza Génesis, y los grandes rabinos danzan en la sinagoga portando el Rollo de la Ley.
En Israel “Shemini Atzeret” y “Simja Toráh” se celebran simultáneamente, el mismo 8º día. En la Diáspora
son dos días separados.
Suco t en e l Br it Hada shá o Nuevo Pac to.
Las tres fiestas judías de peregrinación —Pascua, Pentecostés y “Sukkot”—, han pasado a formar parte de los recordatorios anuales del pueblo nazareno mesiánico de hoy en día. Hay dos referencias a la Fiesta de las Cabañas
en el Nuevo Testamento o Escritos Apostólicos: una referencia explícita en el capítulo 7º del evangelio de Juan, y
otra referencia implícita en el episodio de la Transfiguración.
Todo el capítulo 7 del evangelio de Yojanán narra la predicación de Yeshúa en dicha festividad. Primero su renuencia a subir a dicha fiesta —“Yo no subo a esta fiesta porque no se ha cumplido mi tiempo” (Jn 7:8)—, como indicando que todavía no es el momento de su presencia plena en dicha fiesta, con ello da a entender que dicha fiesta es
mesiánica por excelencia.
Sin embargo, después sí se traslada a Jerusalén, donde realiza una predicación que interpela a sus oyentes sobre
el significado mesiánico de su persona, su procedencia divina, y termina con este texto: «El ultimo día de la fiesta,
el más solemne, Yeshúa puesto en pie, gritó: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba el que crea en mí”, como dice
la Escritura, “De su seno correrán ríos de agua viva”. Esto lo decía refiriéndose al espíritu que iban a recibir los que
creyeran en él. Porque aún no había espíritu, pues todavía Yeshúa no había sido glorificado» ((Jn 7:37-39). Si el 8º
día es “Shemini Atzeret”, las palabras de Yeshúa están en perfecta sintonía con la petición del agua vivificadora de
la lluvia, con la ceremonia de la libación del agua que efectuaba el Cohen Gadol y con el paralelismo agua/espíritu,
conocido de todo judío.
L a T r a n s f i g u r a c i ó n y la F i e st a d e la s C a b a ña s .
El episodio de la transfiguración tiene como antecedente y premisa la pregunta en Cesárea de Filipo. La Transfiguración sucede a los seis días de que Yeshúa preguntara: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Mt 16,15).
Los apóstoles o enviados dan cada uno su respuesta, pero Yeshúa no da opinión sobre sí mismo. Y sigue el relato
del evangelio: “6 días después tomó Yeshúa consigo a Kefa, a Yaacov y a su hermano Yojanán y los llevó aparte a
un monte alto” (Mt 17:1; Mc 9:2). Allí en la transfiguración aparece la respuesta a la pregunta de Cesárea de Filipo,
y Yeshúa se deja ver tal cual realmente es.
La mención de los enviados de Yeshúa a construir “tiendas” —“Señor, bueno es estarnos aquí, si quieres haré
aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías” (Mt 17,4)— nos traslada a “Sukkot”: ¿qué sentido
tendría construir tiendas, salvo que estemos en “Sukkot”?; y la datación de las fiestas van en ese sentido: primero,
la Confesión de Pedro, en el día del Perdón, “Yom Kippur”, el día solemne en el que el Sumo Sacerdote pronuncia
el Nombre divino de YHVH (“Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”), y cinco días después de “Yom Kippur” es la
Fiesta de “Sukkot”, así pues según los referidos autores, la Transfiguración tendría lugar durante la Fiesta de las
Cabañas.
Por otra parte, es de señalar que en la Transfiguración, Jesús conversa con Moisés y Elías, símbolos de la Ley y
los Profetas, que son los dos únicos miembros del pueblo de Israel, que “vieron” a Elohim: Moisés en el episodio
de la hendidura de la peña —”Entonces dijo Moisés: “Déjame ver, por favor, tu rostro”» (Ex 33:18) — y Elías en la
cueva del Horeb en “el susurro de una brisa suave” (1Rey 19:12).
Allí muy posiblemente en las inmediaciones del Hermón, Yeshúa se revela en su naturaleza divina, oculta en su
vida ordinaria. Este episodio de la transfiguración, es de capital importancia y muy resaltado en el mesianismo.
Este episodio, único en la vida terrena de Yeshúa, es una primicia, un momento en que revela su autentica naturaleza como ser divino y un adelanto, cuando al final de los tiempos, venga como juez supremo. Yeshúa, que en
toda su vida terrena es visto por sus contemporáneos como hombre, se revela en la transfiguración como algo
excepcional relacionado con la divinidad y se deja ver solamente a unos discípulos escogidos y por un corto tiempo. Él es el personaje central en este episodio, que se relaciona con “Sukkot”, como indicando que es el protagonista de la festividad, una anticipación del día glorioso en que volverá: “Y verán al Hijo del hombre venir sobre las
nubes del cielo con gran poder y gloria” (Mt 24:30).
También “Simja Toráh”, el día que cierra la Fiesta de “Sukkot” y el ciclo litúrgico judío, se corresponde con la solemnidad de Yeshúa haMashíaj, el Rey del Reino. Ambas fiestas cierran sus respectivos calendarios litúrgicos:
“Simja Toráh”, la Alegría de la Ley, pone de relieve la centralidad de la “Toráh” en la religión hebrea, pues se lee el
último capítulo de la “Toráh”, reiniciando su lectura; y la Festividad de Yeshúa haMashíaj, Rey Universal, cierra el
calendario litúrgico mesiánico y el final de la Historia.
Así vemos que ambas fiestas, “Sukkot” y la doble festividad israelita nazarena de la transfiguración de
Rey Universal, son fiestas con un gran paralelismo: ambas se refieren a un acontecimiento futuro, que ya
se celebra por adelantado y que puede ser el mismo.
¿Por qué la Palabra de YHVH es útil?
VOLUMEN 1, Nº 42
1
¿Qué efecto tiene la Palabra en nuestra vida? (Is. 48:17,18)
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2 ¿De qué podemos estar seguros si hacemos cambios en
nuestras circunstancias para servir más a Yah? (Mal. 3:10)
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BETZALEL YESHIVÁ
CENTRO CULTURAL DE ESTUDIOS DE LA TORAH
Plataforma de Enseñanza Cultural
A.A.C.A.
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3 ¿Cómo deberíamos reaccionar antes las “enseñanzas […] extrañas”? (Heb. 13:9)
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R. G. A. nº 10718/1
Servicio de apoyo
a la Admón.. institucional
y Corporativa nº 111230
Coordinador
Yosef Elidad Ben Avraham
[email protected]
4 ¿Cómo podemos imitar el modo de enseñar de Yeshúa? (Mat.
7:28,29)
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5 ¿Por qué deben enseñarse a sí mismos los maestros y pastores en la congregación? (Rom. 2:21)
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6
¿Para qué es útil la Palabra? (2 Tim 3:16)
Estamos en la web
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betzalel.jimdo.com
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7 ¿Cómo afecta a la humanidad el que Elohím esté sacudiendo
a las naciones? (Ageo 2:6,7)
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8 ¿Qué confianza tiene Elohím en nosotros? (Efe 5:1)
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9 ¿Por qué debemos esforzarnos por permanecer en la enseñanza de Yah? (Luc 13:24)
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