La Batalla de Consuegra: Antecedentes y Consecuencias. Muerte

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La Batalla de Consuegra: Antecedentes y Consecuencias. Muerte
LA BATALLA DE CONSUEGRA:
ANTECEDENTES Y CONSECUENCIAS.
MUERTE DE DIEGO RODRÍGUEZ, HIJO DEL CID
URBANO JIMÉNEZ SOTO
ACTOR
Y GUIONISTA DEL EVENTO
“…y si en mi Valencia
amada,
no me halláreis a la vuelta
peleando me hallaredes
con los moros de Consuegra…”
“CONSUEGRA MEDIEVAL”
1
Es un quince de agosto del año 1997. La ciudad de
Consuegra ha amanecido distinta pues, desde hace meses,
muchos de sus habitantes se han esforzado en ensayar y en
confeccionar vestuario y atrezzo, hilados con ilusión y nervios,
en espera del gran día.
Por fin hoy, gracias al empeño de don Francisco
Domínguez Tendero, se va a conmemorar el novecientos
aniversario de la batalla de Consuegra, en la que pereció don
Diego Rodríguez, único hijo varón del Cid y, por lo tanto,
heredero y continuador de su linaje.
No resulta sencillo imaginar ahora lo que
hace más de novecientos años significaba una desgracia de
este tipo para un noble, y más en aquella convulsa España
1
ESCOBAR, J.: Romancero e Historia del muy valeroso caballero el Cid Ruy Diaz de Bivar, en
lenguaje antiguo. Recopilado por Juan de Escobar. Alcalá, 1614.
1
Urbano JIMÉNEZ SOTO
del siglo XI, centuria que podemos calificar como punto de
inflexión en el proceso de la Reconquista.
Tras la derrota de don Rodrigo el año 711 en
la batalla del Guadalete, los musulmanes se adueñan en
apenas dos años de casi toda la Península. Tan sólo unos
pequeños núcleos de hispanos y godos resisten refugiados en
las montañas de la cornisa cantábrica, si bien, poco a poco y
ante la pasividad de los musulmanes que, centrados en sus
disputas tribales, se limitan a hacer alguna esporádica
incursión de castigo, van ganado tierras en las que pueda
pastar su ganado y cultivar algunos productos que les
permitan sobrevivir.
El final del siglo X vuelve a ser crítico para
los recién nacidos reinos cristianos, pues Almanzor a punto
está de hacerles regresar a las montañas. Sin embargo, tras
su muerte el 11 de agosto de 1002, el poderoso califato de
Córdoba inicia un declive progresivo que desemboca en su
desintegración en pequeños reinos al mando de reyezuelos
que, habiendo obtenido el poder en muchos casos con intrigas
palaciegas, tratan de imitar en sus respectivas cortes el
antiguo esplendor de Córdoba.
Estos reinos, llamados de Taifas, no dudan en
dedicar grandes sumas de dinero a pagar tropas mercenarias,
muchas veces cristianas, con la única finalidad de apoderarse
de las tierras vecinas, de modo que, en pocos años, las de
Zaragoza, Toledo, Sevilla y Badajoz, además de Denia y
Baleares, se convierten en las más fuertes, si bien han de
pagar parias, cada vez más gravosas, a los reinos cristianos,
que se van haciendo más ricos y poderosos.
En su favor hay que decir que, en contraste
con los incultos y violentos señores de la guerra que son sus
2
Consuegra en la historia
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
vecinos cristianos del norte,
saben rodearse de poetas,
músicos, matemáticos, astrónomos..., en definitiva, que sus
cortes no son únicamente centros de lujo y corrupción, sino
que a su sombra florecen el refinamiento, las artes y la
cultura, si bien el pueblo llano ha de soportar las enormes
cargas que todo esto supone.
Esta es la situación en la España musulmana
hasta el año 1085, en que Alfonso VI conquista Toledo, la
antigua capital de los visigodos y todo un símbolo para
ambas partes.
Las luchas fratricidas en esta centuria no son
exclusivas de los musulmanes Los pequeños núcleos de
resistencia cristiana, que han ido creciendo hasta constituirse
en reinos, han dedicado muchos de sus recursos a guerrear
entre ellos.
El primer núcleo que planta cara a los invasores
es el reino de Asturias, bajo la dirección de don Pelayo,
noble visigodo que aúna por primera vez a visigodos e
hispanos en una causa común. Ya en el siglo IX, Alfonso II
establece la capital en Oviedo y con Alfonso III se llega
hasta el Duero. A comienzos del siglo X García I traslada la
capital y nace así el Reino de León, del que en el año 932
se independiza el condado de Castilla, que en 1065 se
convierte en reino.
Paralelamente, en la zona de los Pirineos van
creciendo el condado de Aragón y el Reino de Navarra y,
más al este, la antigua Marca Hispánica de Carlomagno; a
finales del siglo IX, se independiza de los francos bajo el
mando del conde de Barcelona Wifrido el Velloso.
Si bien todos estos pequeños estados,
en muchas ocasiones del califato de Córdoba,
vasallos
3
Urbano JIMÉNEZ SOTO
tienen objetivos comunes, como la supervivencia ante los
musulmanes y la colonización de las tierras fértiles, no faltan
las luchas entre ellos. De esta forma, el reino de Navarra
llega a convertirse a principios del siglo XI, bajo el reinado
de Sancho III el Mayor, en el más poderoso de los cristianos
e incorpora a sus dominios los condados de Aragón y Castilla
y las tierras ocupadas por los vascos.
Como
podemos
observar,
la
decadencia
y
fragmentación del califato de Córdoba da lugar al crecimiento
y consolidación de los reinos cristianos.
Uno de los artífices de este engrandecimiento es
Fernando I de Castilla. Este monarca había heredado de su
madre el condado de Castilla y, al morir su padre, la
gobierna con el título de rey, si bien su territorio queda
mermado en beneficio de los reinos de León y Navarra, por
lo que no tarda en estallar la guerra, primero contra León,
que anexiona a Castilla, y luego contra Navarra, de la que
recupera las tierras perdidas anteriormente.
Consolidada su autoridad en Castilla, León y
Galicia y en paz con Navarra, dedica sus esfuerzos a hostigar
a los musulmanes, a quienes arrebata varias ciudades, y logra
que Zaragoza, Toledo, Sevilla y Badajoz le paguen parias
como vasallos suyos. Al morir, en el año 1065, siguiendo la
tradición navarra, reparte el reino entre sus hijos: Galicia a
García, León a Alfonso y Castilla a Sancho; sus hijas Elvira y
Urraca
reciben
las
ciudades
de
Toro
y
Zamora
respectivamente.
Más al oeste, el hermano de Fernando I, Ramiro,
había heredado de Sancho III el Mayor, tierras en Aragón. Se
proclama rey y paulatinamente va ensanchando sus dominios
hasta que, enfrentado a la Taifa de Zaragoza, que pagaba
4
Consuegra en la historia
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
parias a Castilla, por la conquista de la ciudad de Graus, ha
de lidiar contra las huestes enviadas por su hermano
Fernando I, al mando de Sancho, futuro rey de Castilla. En
este enfrentamiento destaca ya un joven caballero llamado
Rodrigo Díaz de Vivar y Ramiro I muere asesinado en su
tienda. Su hijo y sucesor, Sancho Ramírez, se hace vasallo
del Papa para evitar ser atacado por otros reinos cristianos,
consigue que sus súbditos puedan cultivar las tierras llanas
que, palmo a palmo, logra arrebatar a los musulmanes y se
anexiona el reino de Navarra. No obstante, la alianza de los
Banu Hud de Zaragoza con Castilla le cierra el paso hacia el
sur, lo que le impide la conquista de nuevos territorios.
Finalmente, los distintos condados surgidos de la
antigua Marca Hispánica, tras haber resistido los ataques del
califato de Córdoba, comienzan a enfrentarse entre ellos, hasta
que con Ramón Berenguer I el Viejo (1035-1076) se impone
sobre los demás el de Barcelona y comienza a utilizarse el
topónimo Cataluña para referirse al territorio formado por todos
ellos.
La situación en la Península era ya la ideal para
acometer la empresa de su total reconquista, pero de nuevo
las guerras internas dan tregua a las taifas andalusíes.
El reparto de la herencia de Fernando I siembra
la discordia entre sus hijos. La guerra contra García primero y
entre Sancho y Alfonso después, enfrenta a castellanos y
leoneses hasta que las huestes de Sancho, al mando de su
alférez Rodrigo Díaz de Vivar, derrotan a las de Alfonso y le
pasean de villa en villa encadenado a un carro, antes de
desterrarle a Toledo.
5
Urbano JIMÉNEZ SOTO
Página del Cantar del Mío Cid. Fuente:
http://www.laits.utexas.edu/cid/mo/jpg/01r.jpg
[consulta 11-04-2010]
Esta humillación cala muy hondo en el rey y
los nobles leoneses y la animadversión hacia el artífice de su
derrota, el alférez del ejército castellano, un simple infanzón
formado en la escuela palatina de Fernando I y que se ha
ganado la amistad y confianza de Sancho, marcará en lo
sucesivo las relaciones entre Alfonso VI y el Cid.
La muerte ante los muros de Zamora de
Sancho convierte al
derrocado y exiliado Alfonso en rey de
León, Galicia y Castilla y a los nobles castellanos, que han
luchado contra él, en sus vasallos. En ese momento, la
actitud de Rodrigo es decisiva, pues la nobleza castellana está
de su lado y hará lo que él haga.
6
Consuegra en la historia
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
El alto sentido del honor y la lealtad de que el Cid
hará gala a lo largo de toda su vida le llevan a ponerse al
servicio de su nuevo señor. El rey le acoge de buen grado y
a partir de ese momento el fiel vasallo no regateará esfuerzos
para servir a su rey; pero una y otra vez habrá de luchar
contra los escollos que en su camino interpondrán los nobles
leoneses, resentidos contra él y recelosos por su cada vez
mayor prestigio, que ya les resulta ofensivo cuando contrae
nupcias con Doña Jimena Díaz, hija de Don Diego, conde de
Oviedo y Doña Cristina, prima carnal del rey Alfonso. Así lo
atestigua la Historia Roderici: “Dominam Eximinam neptem
suam, Didaci comitis Ouetensis filiam, ei in uxorem dedit, ex
qua genuit filios et filias”.2
Con este matrimonio, del que nacen hijos e hijas, el
castellano Rodrigo Díaz, infanzón de la pequeña villa de Vivar,
emparienta con la más alta nobleza y ya es miembro
permanente de la corte que acompaña al rey en sus
desplazamientos, hasta que las malas artes de García
Ordóñez, con la complicidad de Pedro Ansúrez consiguen
minar la confianza que en él había depositado Alfonso VI.
El primer roce se produce cuando Rodrigo ha de ir a
cobrar las parias a la Taifa de Sevilla. El pago del tributo
daba derecho a recibir la protección del señor que lo cobraba
por lo que, avisado por al-Mutamid de que el rey de Granada
ha invadido su territorio y arrasado Cabra, Rodrigo se siente
en la obligación de prestar, en nombre de su rey, el servicio
que reclama en justo derecho vasallo agredido.
Las tropas granadinas están reforzadas por las huestes
cristianas que, a su vez, han venido a cobrar las parias; a
FALQUE REY, E.: “Historia Roderici”. Boletín de la Institución Fernán González, año 62, núm.
201.
2
7
Urbano JIMÉNEZ SOTO
su mando García Ordóñez. En vano intenta el de Vivar evitar
la batalla. Tras tres horas de lucha, las tropas del Cid se
alzan con la victoria y García Ordóñez, Lope Sánchez y
Diego Pérez, con los supervivientes de sus huestes, hechos
prisioneros y despojados de sus pertenencias, antes de
permitirles regresar a sus tierras vencidos y deshonrados.
Nuevamente Rodrigo Díaz ha derrotado a García
Ordóñez y, en esta ocasión, la ofensa va a
provocar su
venganza. A partir de ese momento, como la gota de agua
que golpea la piedra, las palabras del magnate resentido irán
minando la confianza del rey en el infanzón, hasta que en el
año 1081 se produce el primer destierro.
Los hechos son los siguientes. Al Qadir, rey de Toledo,
viendo peligrar su trono a manos del rey taifa de Badajoz,
pide ayuda a los cristianos y Alfonso, al mando de su
mesnada, acude en su auxilio, mas Rodrigo no se le une por
encontrarse enfermo.
Estando el rey por tierras
propiedades del Cid sufren el ataque y
sarracenos, lo que provoca la venganza del
mando de su mesnada, arrasa y saquea
pertenecer al reino de Toledo, se hallan bajo
Alfonso VI.
toledanas,
saqueo de
infanzón que,
tierras que,
la protección
las
los
al
al
de
La Historia Roderici nos narra los hechos:
“…Después del regreso de Rodrigo a Castilla con la
honra ganada por la victoria de Cabra, el rey Alfonso
se dispuso a salir con su ejército hacia la tierra de los
sarracenos, que se había rebelado, para someterla y
amplificar y pacificar su reino. En esta ocasión Rodrigo
permaneció enfermo en Castilla” y luego: “Habiendo
8
Consuegra en la historia
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
(Rodrigo) congregado su mesnada y bien armada toda
ella, entró animosamente en el reino de Toledo
saqueando y asolando las tierras musulmanas; cautivó
hombres y mujeres en número de siete mil y les
arrebató todas sus riquezas y bienes, y regresó con
este botín a su casa”3.
La reacción del rey, aconsejado por los nobles, entre
ellos García Ordóñez, que ya ha recibido el título de conde
Nájera, no se hace esperar.
“…Cuando el rey Alfonso y los primeros magnates de su
curia tuvieron noticia de lo hecho por Rodrigo lo
recibieron con dureza y desagrado, y los cortesanos
contrarios y enemigos del Campeador se expresaron así
unánimes ante el rey: Señor rey, vuestra excelencia sepa
sin duda alguna, que Rodrigo hizo lo que hizo por esta
razón: para que todos nosotros, que nos hallábamos en
tierra musulmana saqueándola fuésemos asesinados y
muriéramos allí. El rey, injustamente conmovido y airado
por esta sugerencia malvada y envidiosa, lo desterró de
su reino”.4
En el momento de producirse este primer destierro del
Cid, su hijo Diego cuenta con unos cinco años de edad, lo
que puede ser relevante para su posterior formación y
actuación como caballero.
El
auxilio
prestado
por
los
castellano-leoneses
al
pusilánime al-Qadir es el primer paso para la reconquista de
Toledo. Alfonso VI sabe manejar los hilos con tal habilidad
que en el año 1085 el rey taifa entrega la ciudad a los
3
4
FALQUE REY, E.: Op. cit., pp. 50-51.
FALQUE REY, E.: Op. cit., p. 51.
9
Urbano JIMÉNEZ SOTO
cristianos sin ofrecer resistencia, con la promesa de recibir a
cambio el reino de Valencia.
La noticia de la pérdida de la antigua capital hispana
conmociona toda al-Andalus. Los reyezuelos andalusíes han
vivido hasta ahora relativamente tranquilos. Se veían obligados
a pagar parias a los cristianos a cambio de conservar las
tierras y el poder sobre sus súbditos, lo que sobrellevaban
bien. Pero la actuación de Alfonso VI, autoproclamado
emperador de todos los reinos de España, exigiendo cada vez
más tributos y organizando continúas algaras, unido a la caída
de Toledo, siembra la incertidumbre en sus corazones y ya
no se sienten seguros.
El rey cristiano dispone de un ejército muy poderoso,
formado por hombres de frontera ansiosos por obtener botines
de guerra y, en gran parte, financiado con el oro que ellos
mismos le han pagado, mientras ellos cuentan con pocas
tropas y mal adiestradas. La única excepción la representa el
reino de Zaragoza, que paga la protección del Cid, pero con
el problema de que Rodrigo jamás alzará la espada contra su
antiguo señor.
El estado de ánimo de los andalusíes lo reflejan las
palabras
del
alfaquí
toledano
al.Gassal,
recogidas
por
Menéndez Pidal en “La España del Cid”: “Aparejad vuestros
caballos, oh andaluces, pues quedarse aquí es una locura.”5
Ya
por
aquellas
fechas
un
movimiento
integrista
musulmán, surgido en las profundidades de África, se había
extendido hacia el norte y, bajo la dirección del emir Yusuf
ibn Texufin, domina todo Marruecos. Los almorávides viven
para la yihad, la guerra santa, y sienten como un deber
5
10
MENÉNDEZ PIDAL, R.: La España del Cid. Madrid, 1969, p. 309.
Consuegra en la historia
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
sagrado la expansión de su fe por todo el mundo. Auténticos
monjes guerreros, forman un ejército temible.
En el año 1075, al-Mutamid, rey de Sevilla, había
solicitado sin éxito su auxilio y lo vuelve a hacer, con el
mismo resultado, con ocasión de un ataque de Alfonso VI a
Sevilla. Ahora, tras la caída de Toledo y en complicidad con
al-Mutawakkil, rey de Badajoz, acude en persona a suplicar el
auxilio de Yusuf y sus tropas para combatir a los cristianos,
aún a sabiendas de que eso supone en la práctica la
sumisión a nuevos señores, intransigentes en el cumplimiento
de las normas del Corán y que no permitirán a los
andalusíes continuar con su forma de vida, menos acorde a
los preceptos de su religión. Es conocida su frase “Si he de
elegir, prefiero ser camellero en Marruecos que porquero en
Castilla”.
En el año 1086 los almorávides cruzan por primera vez
el Estrecho y el 23 de octubre del mismo año en Sagrajas,
cerca de Badajoz, infringen una seria derrota a las tropas
cristianas, mal dirigidas por Alfonso VI, quien, herido, consigue
huir con apenas quinientos supervivientes.
El mismo efecto que un año antes produjo en los
musulmanes la caída de Toledo, produce ahora en los reinos
cristianos la derrota ante los almorávides. Un hondo temor se
extiende entre los hasta ahora confiados castellanos y
leoneses, que han de abandonar las tierras conquistadas al
sur del Tajo y solicitar el auxilio de la Cristiandad europea,
ante el peligro de que la Península vuelva a ser musulmana.
Afortunadamente Yusuf ibn Texufin regresa a África en
lugar
de
proseguir
su
avance,
al
parecer
debido
al
fallecimiento de su primogénito y sucesor. Se limita a dejar
unas tropas de apoyo a los reyes taifas que les garanticen la
defensa
ante
posibles
ataques
cristianos.
11
Urbano JIMÉNEZ SOTO
Mientras, el Cid, que no había sido llamado a formar parte
de las huestes castellano-leonesas, deja Zaragoza y es
recibido por Alfonso VI en Toledo con todos los honores.
Renueva su juramento de vasallaje y el rey le otorga
propiedades que le convierten en uno de los grandes
magnates del reino.
Recibe además Rodrigo
una concesión poco usual
en Castilla, aunque ya la
utilizara
Carlomagno.
La
Historia
Roderici
nos
lo
relata así: “(El rey)…le otorgó
esta licencia y concesión en
su
reinado,
escrita
y
confirmada con su sello, que
toda la tierra y los castillos
que pudiera conquistar de
los sarracenos en tierra de
moros,
fueren
totalmente
suyos
con
carácter
hereditario, esto es, no sólo
suyos, sino también de sus
hijos y de sus hijas y de
toda su descendencia.” 6
El Cid parte hacia Levante camino de crear su propio
señorío, mientras su familia permanece en Castilla. Diego, su
primogénito, ha cumplido ya diez u once años y está en
edad de iniciar su formación como caballero.
Carecemos de información contrastada de dónde y cómo
comienza la preparación en la carrera de las armas del hijo
6
12
FALQUE REY, E.: Op. cit., p. 59.
Consuegra en la historia
Estatua de Diego Rodríguez, hijo del Cid Campeador,
situada
en el puente de San Pablo de Burgos
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
del Cid, pero era norma que los herederos de los nobles y
magnates del reino se educaran en la Corte, bajo la
supervisión real. No se puede decir que fueran rehenes, pero
era una forma de que el rey se asegurara su lealtad y la de
sus padres. Según alguna versión, Diego se habría formado
bajo la tutela de su tío el Conde de Oviedo, pero esto
supondría que era hijo de un matrimonio anterior al contraído
con Jimena Díaz, pues sólo en caso de fallecimiento de la
madre podía la familia materna asumir la formación del
huérfano.
Según las distintas fuentes consultadas no era éste el
caso. El “Liber regum” nos dice: “Este Mío Çid, el Campiador,
ovo por mugier a doña Eximena, nieta del rey don Alfonso,
filla del comte don Diego de Asturias, et ovo della un fillo et
dos fillas, et el fillo ovo nombre Diago Royz, et matáronlo
en Consuegra los moros; de las fillas, la una ovo nombre
doña Chistina, la otra doña María” 7, por lo que nos
inclinamos a pensar que,
del mismo modo que Rodrigo se
educó en la corte de Fernando I, junto al futuro rey Sancho
y los hijos de otros nobles, Alfonso VI acoge al heredero del
Cid junto a los hijos de otros nobles castellanos y leoneses.
7
FLOREZ, E.: Memorias de las Reynas Católicas, Madrid, 1761.
13
Urbano JIMÉNEZ SOTO
Árbol genealógico de Rodrigo Díaz de Vivar el “Cid Campeador” y de los reyes y condes
de Castilla (s. d, s. l.). En la esquina inferior derecha detalle con el nombre del Cid y el
de “Don Diego Rodríguez yjo [hijo] del Çid…” Fuente: Archivo Histórico Provincial de Álava,
Colección Ocio-Salazar nº 22255
No dura mucho la buena relación entre Rodrigo y
Alfonso, pues ante una nueva llamada de los reyes Taifas,
los almorávides vuelven a cruzar el Estrecho y sitian el
castillo de Aledo. Ordena el rey al Cid que acuda con su
mesnada para unirse a la suya y auxiliar a los sitiados; mas
algo extraño sucede pues, mientras el Campeador recibe
mensajes contradictorios acerca del punto en que ha de
esperar, el rey se dirige por otra ruta hacia Aledo, de manera
que no llegan a encontrarse.
El hecho de no acudir a la llamada, hábilmente
manipulado por sus enemigos, dejan al Cid ante los ojos de
Alfonso VI como un traidor y la cólera real es implacable. En
esta ocasión el castigo no se limita al exilio, sino que la
acusación del delito de traición acarrea la deshonra y la
14
Consuegra en la historia
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
expropiación de todos sus bienes. La ira del rey traspasa los
límites legales y encarcela a doña Jimena y sus hijos.
De nada sirven las explicaciones ni juramentos que
Rodrigo presenta al rey, firmemente convencido por sus
hombres de confianza de la traición del Campeador, si bien
libera a Jimena y sus hijos y la permite acudir junto a su
marido.
“...puso en
libertad a la mujer y a los hijos, uxorem et liberos, de
Rodrigo y les permitió marchar a reunirse con él.”
Gonzalo
Martínez
Díaz8,
nos
lo
narra
así:
En ambos casos la Historia Roderici utiliza el mismo
vocablo latino: liberos, lo que parece indicar dos cosas: que
los hijos del Cid en ese momento, año 1088, eran más de
uno y que no se trataba sólo de hijas, pues en este
segundo supuesto era más lógico el empleo del vocablo filias9.
Además de la conclusión a que llega Martínez Díaz,
hemos de añadir otra más y es que, en el supuesto de que
Diego hubiese estado formándose como caballero en la corte
de Toledo, al ser encarcelado primero y liberado después,
marcha con su madre y hermanas al encuentro con su padre,
lo que hace poner en duda algunas teorías acerca de
cómo
y con quién llega a Consuegra en el año 1097, lo que
veremos más adelante.
Este segundo destierro provoca un tremendo desengaño
en el Cid, que a partir de este momento, liberado de las
obligaciones hacia su señor natural, luchará por tener su tierra
y ser su propio señor. Es el punto de partida hacia la
conquista de Valencia, para él y para sus descendientes, sin
8
9
MARTÍNEZ DÍEZ, G.: El Cid Histórico. Barcelona, 2001, p. 416.
MARTÍNEZ DÍEZ, G.: El Cid Histórico. Barcelona, 2001, pp. 416-417.
15
Urbano JIMÉNEZ SOTO
sometimiento a la Corona de Castilla. Durante más de cinco
años la mesnada del de Vivar somete a vasallaje a ciudades
y castillos de Levante, hasta que el 17 de junio de 1094 la
ciudad se le entrega, tras haberla defendido contra los
almorávides, que por tercera vez habían vuelto a al-Andalus,
se habían apoderado de las taifas y derrocado a sus
reyezuelos.
En el año 1097
tiene lugar la cuarta y definitiva
acometida de Yusuf ibn Texufin. El fracaso del ejército
musulmán en su intento de recuperar Valencia, que se salda
con la derrota de Bairén, mueve al emir a volver a cruzar el
Estrecho de Gibraltar con un poderoso ejército que se
acantona en Córdoba para, desde allí, iniciar la guerra santa
con el fin de recuperar los territorios perdidos.
Mapa ilustrativo de las batallas más importantes del periodo, incluida la de Consuegra en
1097. Imagen cedida por gentileza de Editorial Covarrubias, incluida en “Breve historia de
Toledo” de Ventura Leblic García (Toledo, 2010)
La noticia de la nueva llegada de los almorávides
moviliza a todos los reinos cristianos, que recuerdan el
desastre de Sagrajas y son conscientes de la nueva amenaza.
16
Consuegra en la historia
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
Alfonso VI convoca precipitadamente a sus vasallos y
mesnadas, dispuesto a defender Toledo, mientras el Cid hace
lo mismo en Valencia. La petición de ayuda lanzada por el
rey a Rodrigo, con quien ya se había reconciliado, pone al
Campeador en una situación comprometida.
Las tropas de Yusuf
se encuentran en Córdoba y
pueden tomar dos caminos: hacia el norte, a Toledo, o al
este, a Valencia. Si acude en auxilio del rey, deja
desguarnecida Valencia y la población musulmana no tardará
en avisar a los almorávides, que la tomarán sin apenas
esfuerzo, con lo que el fruto de su lucha de tantos años, el
Señorío de Valencia, que habría de heredar su hijo, se
perdería irremisiblemente; pero si niega al rey el apoyo que le
pide, además de ir contra su propio sentido de la lealtad, las
frágiles relaciones que se han restablecido se romperán para
siempre y, por la propia seguridad de su Señorío, no le
conviene tener como enemigo al rey de León y Castilla.
La decisión del Cid es salomónica. El se queda en
Valencia con el grueso de sus tropas y envía a unirse a las
mesnadas reales a su hijo, al mando de trescientos caballeros
selectos.
Algunos autores opinan que Diego Rodríguez, al haber
estado formándose como caballero en la corte de Alfonso VI,
se hallaba a su servicio y no con su padre; incluso hay
quien dice que se encontraba enemistado con el Cid.
Estas teorías quedan refutadas en la citada obra de
Martínez Díez, que en su capítulo XXXIV nos dice: “”Una
alusión a un hijo en singular y varón hallamos más adelante,
el año 1094, al narrar las órdenes dadas por el Cid a los
hombres de su mesnada que guarecen las puertas y las
torres de la ciudad de Valencia, que acababa
17
Urbano JIMÉNEZ SOTO
de ganar. Estos debían saludar con toda deferencia a los
musulmanes
valencianos,
cederles
el
paso
y
declararles:...nuestro sennor el Çid nos manda que uos
fagamos onrra, así commo a su cuerpo mesmo o commo a
su fijo.”10
Es evidente que esta alusión nos indica que Diego, ya
con dieciocho años, se encuentra en Valencia y goza de una
posición similar a la de su padre que, lógicamente, sería su
maestro y se preocuparía de que adquiriera la preparación
suficiente para ser digno continuador de su obra y su linaje.
Así pues, Diego Rodríguez y sus trescientos caballeros
acuden a Consuegra al encuentro de las tropas almorávides,
capitaneadas por el general Muhammad ibn al-Hayy, pues
Yusuf ibn Texufin, según nos cuenta el historiador musulmán
Ahmed Mohammed
al.Maqqari, se queda en Córdoba:
”Habiendo sabido, entretanto, que el rey Alfonso venía contra
él, el emir exclamó: Mientras yo viva no volveré a
enfrentarme contra él, porque las derrotas son hechuras de
Dios, y yo ya le di a él su parte en Zalaza. Sin embargo,
envío a mis generales contra él con mis mejores tropas; si
Dios hubiera decretado que ellos fueran vencidos, yo quedaré
siempre detrás de ellos como un manto para cubrir su
retirada.”11
Los testimonios escritos de
no han llegado hasta nosotros.
tropas castellano-leonesas que, a
Cid, que adaptaba su estrategia
la misma: un ataque frontal de
centro de la formación enemiga,
cómo se desarrolló la batalla
Conocemos la táctica de las
diferencia de las huestes del
a cada situación, era siempre
la caballería pesada contra el
con la finalidad de romper su
Ibid.
KITAB AL-IKTIFA. The Mohammedan Dynasties in Spain, II, trad. Pascual Gayancos,
Londres, 1840, pp. 40-41.
10
11
18
Consuegra en la historia
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
unidad y, con el apoyo de la infantería, desbaratar y aniquilar
a sus adversarios.
La táctica de los almorávides era distinta. Contaban con
una caballería ligera que se movía como un solo hombre, que
atacaba y se retiraba antes de que el enemigo pudiera
reaccionar; unos arqueros a caballo, de las tribus shinhayas,
que guiando con las piernas sus monturas disparaban sus
flechas con una precisión mortal y, ante todo, con una
disciplina y un desprecio a la muerte tal que los convertía en
guerreros temibles.
Con estos elementos, permitían que la caballería pesada,
en su primer ataque, arrasara el centro de la formación,
formado normalmente por tropas andalusíes, para rápidamente
rodearles con caballería y arqueros, evitando que les quedara
espacio para maniobrar y volver a cargar, con lo que los
caballeros cristianos a duras penas podían defenderse.
Si el curso de la batalla les era desfavorable, recurrían
a la “tornafuga”, que consistía en simular una retirada, de
forma que el enemigo, confiado ya en la victoria, les
persiguiera desordenado hasta un punto concreto, en que se
encontraba con el ataque frontal de la caballería ligera que
había permanecido escondida a su espera.
A todo esto se unía el estruendo de sus tambores, que
además de marcar los distintos movimientos de las tropas,
aterrorizaba a los cristianos hasta el punto de dejarles
paralizados por el miedo.
Es de suponer que el desarrollo de la batalla de
Consuegra, aquel fatídico 15 de agosto del año 1097, fuera
muy similar a lo anteriormente expuesto. La Primera Crónica
General nos dice: “En este XIIIº anno lidió el rey Alffonso con
Abenalhage en Conssuegra et fue uencido el
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Urbano JIMÉNEZ SOTO
rey Alffonso et metióse en esse castiello de Conssuegra. En
aquella batalla murió Díag Roiz, fijo de Roy Díaz mío Çid…” 12
El historiador musulmán Ibn Idari al-Marrakushi, en su
Historia de los Reyes de al-Andalus y Marruecos nos dice:
“por órdenes de Yusuf se había reunido un gran ejército de
almorávides, árabes y andalusíes tanto del Oriente como del
Occidente de la Península. Los dos ejércitos se encontraron
en Consuegra; allí maniobraron y cargaron hasta que Dios
Todopoderoso confundió la vanguardia del enemigo , que huyó
ante los musulmanes, los cuales les persiguieron muy de
cerca, espada en mano, derramando su sangre. A continuación
los musulmanes, cargados con el botín, regresaron a Córdoba
seguros”.13
También los Anales Toledanos Primeros relatan el
desastre: “Arrancada sobre el rey don Alfonsso en término de
Conssuegra día de sábado e día de Sancta María de Agosto;
entró el rey don Alfonso en Consuegra e cercáronlo y los
almorávides VIII días e fuéronse. Era MCXXXV 14.”
Otra reseña de la muerte de Diego en esta batalla la
encontramos en su lápida, en el monasterio de San Pedro de
Cardeña, que reza así: “D. Diego Rodriguez, Hijo del Cid, al
qual mataron los moros en la Hazienda de Consuegra”.
MENÉNDEZ PIDAL, R.: La Crónica General de España, 1916, p. 538.
KITAB AL-IKTIFA. The Mohammedan Dynasties in Spain, II, trad. Pascual Gayancos,
Londres 1840, pp. 41-42.
14 PORRES MARTÍN-CLETO, J.: Los Anales Toledanos I y II, Toledo, 1993, p. 69.
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Consuegra en la historia
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
Lápida de Diego Rodríguez, ubicada en la capillapanteón del convento de San Pedro de Cardeña
(Burgos)
La conclusión que podemos sacar de todas estas
reseñas es que la batalla finaliza con otra derrota de las
huestes cristianas dirigidas por Alfonso VI, que se ve obligado
a huir y refugiarse en el castillo. Durante los ocho días
siguientes
los
vencedores
ponen
todo
su
empeño
en
apoderarse del castillo; en él se encuentra Alfonso VI y lo
más selecto de la nobleza castellano-leonesa. Evidentemente,
capturar a tan ilustres enemigos hubiera significado un golpe
mortal para los reinos de León y Castilla, pero los sitiados
resisten con bravura ataque tras ataque, hasta que Muhammad
ibn al Hayy desiste y regresa a Córdoba con el botín
obtenido.
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Urbano JIMÉNEZ SOTO
Entre los muertos que yacen en el campo de batalla se
encuentra Diego Rodríguez, hijo y continuador del linaje de
Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador.
Con él muere también moralmente su padre, que tras
algunas acciones de armas concebidas más como venganza
que como estrategia, se derrumba y fallece dos años después
y en 1102 Jimena, incapaz de defenderla, abandona Valencia
en manos de los almorávides, lo que pone punto final al
sueño del Cid.
Quedan aún dos preguntas en el aire. La primera es
que si las tropas de Yusuf ibn Texufin habían derrotado a
Alfonso VI y le tenían confinado en el castillo, ¿por qué
regresan a Córdoba en lugar de avanzar hacia Toledo? La
respuesta es que quizá, a pesar de haber obtenido una
victoria, sus pérdidas habían sido muy graves, por lo que
considera una temeridad adentrarse en tierras de Castilla con
un ejército mermado y con dificultades de aprovisionamiento,
además de que quizá tuviera noticias de que los refuerzos
enviados por Pedro I de Aragón se dirigían a su encuentro.
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Consuegra en la historia
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
Capilla-panteón del Cid, en el monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos),
donde se encuentra la lápida de Diego Rodríguez y sus hermanas y donde estuvo
el cuerpo del Cid hasta que se trasladó a la catedral de Burgos en 1921
Otra incógnita que se nos plantea en muchas ocasiones
es cómo murió Diego. Las crónicas nos aseguran que durante
la batalla, lo que no resulta nada extraño, si bien llama la
atención que es el único noble de nombre conocido que cae
en la lucha. Personajes como García Ordóñez, Pedro Ansúrez
o Alvar Fáñez, que vinieron hasta Consuegra desde Zaragoza
con el séquito real, salen indemnes de la lucha.
Pudo ser la fatalidad, o tal vez las ansias del joven e
impetuoso vástago del Cid por entrar en combate y mostrar
su valía ante el rey y los viejos enemigos de su padre, le
impulsaron a luchar donde mayor era el peligro... Jamás lo
sabremos, pero de lo que sí podemos estar seguros es de
que no todos los magnates cristianos presentes ese día en
Consuegra veían con buenos ojos al Cid ni a su heredero.
Personajes como Pedro Ansúrez y García Ordóñez, conde de
Nájera, cuyas propiedades en la Rioja había arrasado el Cid
en venganza por las muchas injurias recibidas, no eran
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Urbano JIMÉNEZ SOTO
compañeros de filas en los que confiar.
Durante
casi
novecientos
años
su
recuerdo
ha
permanecido
encerrado
en
los
pergaminos,
hasta
que
Menéndez Pidal lo desempolva y autores como Gonzalo
Martínez Díaz y José Luis Corral Lafuente, entre otros,
cuentan lo poco que sabemos de él y personas apasionadas
por la historia de la ciudad de Consuegra, como Don
Francisco Domínguez Tendero, consiguen arrastrar con su
entusiasmo a toda una población que, hasta hace quince
años, apenas había oído hablar de Diego Rodríguez, pues su
muerte se contaba de padres a hijos como si de una
tradición o leyenda se tratase.
Han
transcurrido
catorce
ediciones
desde
aquella
celebración del novecientos aniversario de la batalla de
Consuegra y lo que se inició como un sueño irrealizable de
aquel quijote consaburense, se hizo realidad gracias al apoyo
del entonces alcalde don Gumersindo Quijorna del Álamo. El
esfuerzo del Ayuntamiento de Consuegra y del personal
municipal se unió al de los centenares de voluntarios
consaburenses y madridejenses, muchos de ellos pertenecientes
a grupos de teatro de ambas localidades, que dirigidos todos
por Don Fernando Rojas Trigueros y su compañía “Teatro del
Arte” consiguieron forjar un evento entre lo histórico y lo
teatral, que ha arraigado de tal manera que ya consideramos
aquellos
acontecimientos
como
algo
propio
y
no
nos
imaginamos un verano en Consuegra sin los actos que
conmemoran la batalla de aquel 15 de agosto de 1097 y su
funesto resultado.
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Consuegra en la historia
La batalla de Consuegra: antecedentes y consecuencias. Muerte de Diego Rodríguez, hijo del Cid
Representación en la plaza de España de las “vísperas de guerra”, dentro de los actos de
Consuegra Medieval
Momento de las “vísperas de gurera” en el cual el rey Alfonso VI y Diego Rodríguez, asisten
a la arenga de tropas y a la misa matinal antes de comenzar la batalla. Foto Jesús
Zamorano
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Urbano JIMÉNEZ SOTO
Representación de la escena del “refectorio” en el interior del castillo de Consuegra. El rey
Alfonso VI y sus caballeros tranquilizan a las damas antes de partir hacia la lucha. Foto
Jesús Zamorano
Inicio de la escena del “baño del
escudero”, primer paso en el proceso
formativo del caballero
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Consuegra en la historia
Escena del “baño del escudero”