REVISTA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA
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REVISTA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA PUBLICACION OFICIAL DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Rev Soc Bol Ped Vol. 51, Nº 1 2012 1 SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA • Fundada el 7 de abril de 1943 • Afiliada a la Asociación Latinoamericana de Pediatría (ALAPE) • Afiliada a la Asociación Internacional de Pediatría (A.I.P.) • Miembro de las Sociedades de Pediatría del Cono Sur • Miembro de la Asociación Boliviana de Editores de Revistas Biomédicas (ABEREB) • Condecorada con la “Orden de la Salud Pública”, por el Ministerio de Salud y Deportes • Condecorada con el “Condor de los Andes” por el Gobierno Boliviano ¡Para la Niñez Boliviana! 2 DIRECTOR-EDITOR Dr. Manuel Pantoja Ludueña DIRECTOR EMERITO Ac. Dr. Eduardo Mazzi Gonzáles de Prada CO - EDITOR Dr. Héctor Mejía Salas COMITE EDITORIAL REVISTA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Ac. Dr. Eduardo Aranda Torrelio Dr. Ricardo Arteaga Michel Dr. Juan Pablo Hayes Dorado Dr. Alfredo Mendoza Amatller Dr. Adalid Zamora Gutiérrez Dirigir correspondencia a: SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Teléfonos: (591 - 2) 5230188 - 5246920 - Celular: 72496307 [email protected] [email protected] Belzu esq. Vásquez # 610 Colegio Médico de Oruro Oruro - Bolivia SOCIEDAD PACEÑA DE PEDIATRIA Teléfono y Fax: (591 - 2) 2240081 - Celular: 71522907 [email protected] E-mail: [email protected] Casilla Postal: No. 13207 La Paz – Bolivia DIRECTIVA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA (Gestión 2009 - 2011) Presidente: VicepresidentA: SecretariO General: SecretariA de Actas: Secretaria de Hacienda: SecretariO DE CULTURA, Prensa y Biblioteca: Director de la Revista: Past-presidente: Dr. Luis Fernando Zabaleta Loayza Dra. María Teresa Terceros Cabrera Dr. Franz Ayala Medrano Dra. Elvy Palomino Ortuño Dra. Tania Guzmán Zegarra Dra. Magali Frías M. Dr. Manuel Pantoja Ludueña Dr. Darwin Martínez M. 3 4 REVISTA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Volumen 51, Nº 1, 2012 EDITORIAL Relación entre medicina y filosofía........................................................................................................... 1 Relation between medicine and philosophy Dr.: Juan Pablo Rodríguez Auad ARTICULOS ORIGINALES Obesidad infantil en Bolivia..................................................................................................................... 3 Childhood Obesity in Bolivia Drs.: Ana Maria Aguilar Liendo, Adalid Zamora Gutierrez, Ing. Alejandro Barrientos Aramayo Prueba rápida para detección de Estreptococo pyogenes en faringoamigdalitis.................................... 12 Rapid test for detection of Streptococcus pyogenes in pharyngotonsillitis Dr. Iván Peñaranda Pérez, Sr. Miguel Peñaranda Laura CASOS CLINICOS Caso inusual de dengue........................................................................................................................... 15 Unusual case of dengue Drs.: Miguel Céspedes Lesczinsky, Gilberto Mendoza, Marvin Díez Enfermedad celiaca con presentación atípica......................................................................................... 19 Atipical celiac disease Drs: Indhira Alparo Herrera, Nelson Ramirez Rodriguez, Roxana Quisbert 5 ACTUALIZACION Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño en niños........................ 23 Consensus document on sleep apnea-hypopnea syndrome in children Dr.: María Luz Alonso-Álvarez, Teresa Canet, Magdalena Cubell-Alarco, Eduard Estivill, Enrique Fernández-Julián, David Gozal, María José Jurado-Luque, María Amalia Lluch-Roselló, Francisco Martínez-Pérez, Milagros Merino-Andreu, Gonzalo Pin-Arboledas, Nuria Roure, Francesc X. Sanmartí, Óscar Sans-Capdevila, Francisco Segarra-Isern, Miguel Tomás-Vila y Joaquín Terán-Santos IMAGENES PEDIATRICAS INUSUALES Miasis furunculoide por Dermatobia hominis........................................................................................ 51 Furunculoid myiasis due Dermatobia hominis Drs.: Manuel Pantoja Ludueña, Reynaldo Carvajal Choque, Diego Salinas Eninas, Josaine Sanjines Acuña ARTICULOS DEL CONO SUR Evolución de la desigualdad en la mortalidad infantil............................................................................ 53 Evolution of infant mortality rate disparity Drs.: Mariana Flores F, Jaime Cerda L Daño celular en una población infantil potencialmente expuesta a pesticidas....................................... 59 Cell damage in a pediatric population potentially exposed to pesticides Drs.: Benítez-Leite S, Macchi ML, Fernández V, Franco D, Ferro EA, Mojoli A, Cuevas F, Alfonso J, Sales L. Efecto del clampeo demorado del cordón umbilical en la ferritina sérica a los seis meses de vida. Estudio clínico controlado aleatorizado.................................................................................................. 70 The effect of early and delayed umbilical cord clamping on ferritin levels in term infants at six months of life. A randomized, controlled trial Dr.: José M Ceriani Cernadas, Guillermo Carroli, Liliana Pellegrini, Marina Ferreira, Carolina Ricci, Ofelia Casas, Jaime Lardizabal y María del Carmen Morasso EDUCACION MEDICA CONTINUA Manejo del trauma en pediatría............................................................................................................... 80 Management of the pediatric trauma Dra.: Viviana Salazar Cuba CUESTIONARIO # 44................................................................................................................. 85 APENDICE........................................................................................................................................ 87 6 EDITORIAL Relación entre medicina y filosofía Relation between medicine and philosophy Dr.: Juan Pablo Rodríguez Auad* ¿Qué es el hombre? Partimos de esta pregunta, que parece tan sencilla, pero que abarca tantas dimensiones como el hombre mismo. El hombre es un ser corporal que como materia tangible, ocupa un lugar en el espacio, siendo parte de este mundo, el cual transforma y lo transforma. El hombre al ser materia móvil, está compuesto de diferentes sustancias e infinidad de células que al unirse e integrarse unas con otras formando órganos que cumplen funciones determinadas, que a la vez constituyen sistemas complejos que permiten al hombre cumplir sus funciones básicas como las más complejas. Estos sistemas corporales en su aparente independencia, interactúan con otros sistemas u órganos que controlan y regulan la función de cada uno de ellos. No podemos olvidar que el hombre no es sólo objetividad fría, ni mecanismo exacto que permite cumplir con estas funciones, el hombre es también y ante todo un ser espiritual capaz de cumplir diversas actividades intelectuales, volutivas y emocionales. El hombre tiene alma, característica fundamental de él, pues su perfección parece estar más a este nivel que a nivel corporal, donde otras especies de animales se adelantan a nosotros, pues tienen seis sentidos u otras características fisiológicas inalcanzables para el hombre. El dualismo alma-cuerpo, ha sido problema de estudio de muchos filósofos, quienes han encontrado en este nivel grandes divergencias y contradicciones hasta ahora discutibles. Sin embargo, aunque intentemos separarlos, parece casi imposible, pues en su definición están ambos incluidos. Podemos brindar otras definiciones al hombre, como ser social, animal racional, imagen y semejanza de Dios, etc. Pero trataremos de caracterizarlo desde la visión de la filosofía y de la medicina. En la Filosofía, el hombre es el centro, no por ser él objeto de conocimiento, sino porque él es el que conoce, el que se sube al balcón e interioriza el mundo, el saber, la verdad, él mismo, etc. Él como centro es el único capaz de alcanzar como “telos” la sabiduría. En cambio, en la Medicina el hombre es de quien se estudia y a quien se trata de modificar en cuanto a funciones y respuestas a diferentes estímulos. Es en este sentido, que el hombre como ser corporal, dependiente de si mismo, trabaja como una perfecta elaboración y misteriosa creación, integrando en su sola materialidad la razón, como parte fundamental de su desenvolvimiento social y espiritual. El hombre, es hombre en todas sus dimensiones juntas, no independientes, no como un objeto aislado * Médico Pediatra Infectólogo. Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría” Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 1 - 2 1 movible por azar, sino complejo, dinámico, pensante, corporal, indivisible y por tanto trascendente. El sujeto en su dimensión corporal y espiritual forma parte sustancial de estos dos saberes, puesto que él es el que conoce y del que se conoce. En la medicina por ejemplo se estudia al hombre en su morfología, sus formas orgánicas y su contenido de cada uno de estos órganos y sistemas complejos. Es el sujeto (médico) que conoce al objeto (paciente) que al mismo tiempo es sujeto del mismo conocimiento. Desde el punto de vista gnoseológico, el hombre se distingue de los otros seres, por su capacidad de autoconocimiento y autorreflexión. En la filosofía, este sistema de formas objetivas en el hombre, que existe en el conocimiento médico, se libera de la objetividad y de la percepción sensible. Lo que quiere decir que el conocimiento del hombre tiene una dimensión ultrasensible, abandonando parcialmente los sentidos y creando formas, ideas, conceptos, en el pensamiento. En la medicina, el sujeto que conoce, es consciente de su conocimiento, ayudado de los sentidos, que EDITORIAL / Dr.: Juan Pablo Rodríguez Auad* le permite ver imágenes, colores, formas, tamaños, volúmenes; los cuales son representados en el cerebro como copias de un momento único en el tiempo, irrepetible, pero que gracias a la memoria podrá ser recuperado en el mundo de las ideas y de las representaciones individuales. Se podría afirmar que este conocimiento es la columna vertebral de los sentidos del sujeto, pues además de captar visualmente estas imágenes, las conoce al tocar, pues percibe consistencias, formas, movimientos, sensaciones térmicas y también escucha sonidos que el cuerpo produce. Como vemos, son los sentidos los que “informan” las cosas de ese mundo objetivo, palpable, variado del hombre. “La enfermedad no está sólo en todo el hombre, sino también en su alma. Un espíritu enfermo crea a un cuerpo enfermo, o una enfermedad del cuerpo causa una enfermedad del alma. No sólo debe tratarse la carne y su enfermedad, sino también la mente. Es muy posible, aunque no esté demostrado, que todas las enfermedades, incluso las epidémicas, se originen en alguna secreta habitación del alma” Taylor Cadlwell. “Médico de cuerpos y almas” 2 ARTICULO ORIGINAL Obesidad infantil en Bolivia Childhood Obesity in Bolivia Drs.: Ana Maria Aguilar Liendo*, Adalid Zamora Gutierrez**, Ing. Alejandro Barrientos Aramayo*** Resumen Introducción: la obesidad y sus consecuencias están en aumento en todas las edades y regiones del mundo. Objetivo: conocer cuál es la prevalencia de obesidad infantil en Bolivia de acuerdo a los estándares OMS. Diseño: estudio descriptivo. Material y métodos: se analizó las 5 encuestas de demografía y salud realizadas en el país en los últimos 19 años, aplicándose los puntos de corte determinados por la OMS para sobrepeso y obesidad en niños menores de cinco años conforme a los nuevos estándares. Resultados: desde el año 1989 hasta el 2008 la tendencia de sobrepeso y obesidad ha variado poco, manteniéndose entre 7,2% y 8,1% en niños entre los 3 y 35 meses. En relación a la prevalencia de obesidad y sobrepeso en niños menores de cinco años, para el año 2008 fue de 1.8% y 6.7% respectivamente. Conclusiones: nuestro trabajo ratifica la existencia de sobrepeso y obesidad infantil en Bolivia con una tendencia ascendente escasa por lo que deben realizarse acciones de prevención que eviten un incremento mayor de esta prevalencia. Palabras clave: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 3-11: obesidad infantil, sobrepeso. Abstract Introduction: the obesity and its consequences have been increasing in all age groups and regions of the word. Objectives: to known the prevalence of childhood obesity in Bolivia according to WHO standards. Design: descriptive study. Methods: we studied the result of five demographic studies done in Bolivia in the last 19 years apply the cutoffs determined by WHO for overweight and obesity in children under five with the new standards. Result: from 1989 to 2008 the trend of overweight and obesity has changed little, remaining between 7.2% and 8.1% in children between 3 and 35 months. The prevalence of obesity among children under five years for 2008 was 1.8% and 6.7% for overweight. Conclusions: our data confirms the existence of childhood overweight and obesity in Bolivia with a small upward trend, so prevention efforts should be made to avoid a further increase in this prevalence. Introducción de los países1. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, más de una de cada diez personas en el mundo sufre sobrepeso y, de ellas, 200 millones de hombres y 300 millones de mujeres son obesos. La obesidad se ha convertido en uno de los mayores problemas de salud pública a nivel mundial, su prevalencia continua en rápido incremento en la mayoría Key words: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 3-11: childhood obesity, overweight. * Pediatra Nutrióloga, Docente Investigadora INSAAD/UMSA ** Pediatra Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría”, Docente Titular Cátedra de Pediatría UMSA *** Ingeniero de Sistemas Correspondencia: Dr. Adalid Zamora, correo electrónico: [email protected] Conflicto de intereses: los autores indican que el presente trabajo no tiene conflicto de intereses. Articulo recibido el 8/3/12 y que fue aceptado para su publicación el 23/4/12. Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 3 - 11 3 El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de tejido graso que puede ser perjudicial para la salud, para identificar ambas condiciones se utiliza el índice de masa corporal (IMC), que es un indicador simple de relación entre el peso y la talla, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud un IMC en adultos igual o superior a 25 determina sobrepeso, y uno igual o superior a 30 determina obesidad. El incremento de esta patología a nivel mundial, sus consecuencias y el costo que demanda la atención de sus complicaciones es una carga muy grande para los servicios de salud de todos los países y sobretodo una amenaza para calidad de vida de la población2, se constituye en el quinto factor principal de riesgo de defunción en el mundo y esta asociada principalmente a diabetes y cardiopatía isquémica, su control requiere acción inmediata y esfuerzo conjunto, expresados en una declaración de alto nivel realizada por todos los países en Naciones Unidas3. El sobrepeso y la obesidad infantil han adquirido notoriedad en los últimos años, alrededor de 43 millones de niños y niñas menores de cinco años están afectadas por esta condición, la mayor parte de ellos vive en países en desarrollo4. Los niños y niñas obesos tienen riesgo de obesidad en la edad adulta y como consecuencia de ello discapacidad y muerte prematura5,6. A corto plazo, la obesidad puede afectar a casi todos los órganos causando alteraciones serias que incluyen hipertensión, dislipidemia, resistencia a la insulina, hígado graso, complicaciones pulmonares y psicológicas 7,8. La región latinoamericana no escapa a esta tendencia mundial9, se han informado prevalencias crecientes de obesidad y de enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación10. Un porcentaje de sobrepeso y obesidad ocurre en la edad pediátrica, factores y determinantes asociados se han estudiado con detalle en países como Chile y Brasil, lo que Obesidad infantil en Bolivia / Aguilar M. y col. ha permitido desarrollar programas preventivos. En Bolivia existe escasa literatura sobre este problema en la edad pediátrica, sin embargo, hay evidencia de que estamos en plena transición nutricional11, datos publicados señalan un porcentaje mayor a 6% de sobrepeso y obesidad en niños y niñas menores de cinco años, medido por la relación peso para la talla usando los patrones OMS/NCHS(1979)12. Se desconoce cuál sería la modificación de estos porcentajes aplicando los estándares de crecimiento OMS de 2006. En Bolivia el problema nutricional de mayor prevalencia es la talla baja, que es un factor de riesgo para desarrollo de sobrepeso y obesidad posterior. La política nutricional del país destinada a la niñez, a partir del año 2006 ha sido enfocada en la reducción de talla y peso bajos, sobretodo en el niño menor de dos años13,14, rango de edad en el que cualquier problema afecta de manera irreversible el desarrollo y crecimiento futuros. El presente es un estudio descriptivo sobre el sobrepeso y la obesidad a partir de las bases de datos de las encuestas de demografía y salud, que se publica por primera vez en el país con los nuevos estándares OMS, tiene el propósito de poner en el debate la magnitud de este problema de salud, que pueda apoyar al planteamiento de intervenciones preventivas. Material y Métodos Se han estudiado las bases de datos de las Encuestas de Demografía y Salud (ENDSA) realizadas en Bolivia los años 1989, 1994, 1998, 2003 y 2008 con el propósito de mostrar la tendencia de sobrepeso y obesidad infantil a lo largo de estos años. El cuadro # 1, muestra los grupos de edad y el número de niños considerado en cada ENDSA, como se ve el segmento de edad común a todas las encuestas es el de 3 a 35 meses, desde el año 98 se cuenta además con datos de 0 a 59 meses. 4 Cuadro # 1. Grupos de edad y número de niños según año de ENDSA ENDSA 1989 1994 1998 2003 2008 Grupos de edad 3 – 36 meses 0 - 35 meses 0 – 59 meses 0 – 59 meses 0 – 59 meses Nº de niños 3 – 35 meses 2519 2701 3241 5231 4422 Nº de niños 0 – 59 meses - - 5776 9840 7815 Para el análisis de otras variables y factores relacionados con el sobrepeso y obesidad (departamento, región, sexo, quintil de riqueza, residencia, educación de la madre, índice de masa corporal de la madre, talla de la madre, talla de los niños y niñas) se ha estudiado la última encuesta realizada, considerándose a niños(as) de 0 a 59 meses. Para el presente estudio se ha clasificado nutricionalmente a los niños de todas las encuestas utilizando los estándares del estudio multicéntrico de la OMS del año 200615, recomendados para uso internacional y que fueron adoptados por Bolivia el mismo año. Antes de ahora la información nutricional de los niños(as) en las ENDSA hasta el año 2003 fue procesada utilizando los estándares NCHS/OMS del año 1997. Las bases de datos fueron descargadas de la página web del programa Measure DHS http://www. measuredhs.com/, donde se encuentran disponibles y con libre acceso las encuestas de demografía y salud de todos los países. En el análisis de todas las encuestas se aplicaron los mismos criterios, depurando aquellos casos donde las edades, pesos y tallas se encontraban fuera de rango y los casos que no tenían datos. Por otra parte se utilizaron los macros incluidos en la web oficial de la OMS http://www.who.int/ más los archivos de actualización de patrones a OMS 2006, procesando los datos con el paquete estadístico SPSS 17. En este artículo, de acuerdo a recomendación de la OMS se define sobrepeso a los valores por encima de +2 desvíos estándar hasta + 3 del peso para la talla del niño y, se define obesidad a los valores de peso para la talla por encima de +3 desvíos estándar16,17. Resultados Las encuestas nacionales de demografía y salud se han realizado en Bolivia desde el año 1989 con una frecuencia quinquenal, siendo la última el año 2008, para sobrepeso y obesidad en niños entre 3 y 35 meses de edad se puede describir una tendencia a lo Figura # 1. Tendencia de sobrepeso y obesidad en niños entre 3 y 35 meses de edad. ENDSAs 89 – 2008. Bolivia. 10,0% 8,0% 9,5% 7,6% 6,0% 8,9% 8,1% 7,2% 4,0% 2,0% 0,0% ENDSA 1989 ENDSA 1994 Obesidad infantil en Bolivia / Aguilar M. y col. ENDSA 1998 ENDSA 2003 ENDSA 2008 5 largo de estos 19 años, se observa que la cifra no ha sido mayor de 9.5% en la encuesta del año 1998 ni menor a 7.2% para el año 1994, el año 2008 es 8.1%, ver figura # 1. grupo de edad se mantuvo entre 1.2% (año 94) y 2.3% (año 98). A partir de la encuesta del año 1998, se tienen datos de niños desde el nacimiento hasta los 5 años, considerando este grupo de edad ampliado, las prevalencia son ligeramente mayores y la tendencia, en La figura # 2, muestra las prevalencias diferenciadas entre sobrepeso y obesidad, esta última en este Figura # 2. Sobrepeso y obesidad en niños entre 3 y 35 meses, según las ENDSAs 1989 – 2008. Bolivia 8,0% 7,0% 6,0% 5,0% 4,0% 3,0% 2,0% 1,0% 0,0% 7,1% 6,0% 7,1% 6,4% 5,9% Sobrepeso 2,3% 1,7% 1,2% ENDSA 1989 ENDSA 1994 1,8% ENDSA 1998 ENDSA 2003 Obesidad 1,8% ENDSA 2008 Figura # 3. Tendencia de sobrepeso y obesidad en niños entre 0 y 59 meses de edad. ENDSAs 98 – 2008. Bolivia. 10,5% 10,2% 10,0% 9,5% 9,0% 8,9% 8,5% 8,5% 8,0% 7,5% ENDSA 1998 ENDSA 2003 ENDSA 2008 Figura # 4. Sobrepeso y obesidad en niños entre 0 y 59 meses, según las ENDSAs 1998 – 2008. Bolivia. 10,0% 8,0% 7,7% 7,1% 6,7% 6,0% 4,0% 2,0% 0,0% Sobrepeso 2,5% ENDSA 1998 7,8% ENDSA 2003 Obesidad infantil en Bolivia / Aguilar M. y col. 1,8% Obesidad ENDSA 2008 6 un período de 10 años, encuestas 1998, 2003 y 2008, es a la baja entre 10.2% para el 98 hasta 8.5% para el año 2008, ver figura # 3. Analizando solo los resultados de la ENDSA 2008, la prevalencia de sobrepeso es de 6.7% y de obesidad 1.8%, ambas poco superiores a las prevalencias hasta los 35 meses (6.36% y 1,76% respectivamente). Las variables principales variables se muestran en el cuadro # 2. Para este grupo de edad de 0 a 59 meses la prevalencia de obesidad es la misma como se muestra en la figura # 4. Cuadro # 2. Porcentaje de Sobrepeso y Obesidad en niños de 0 a 59 meses de edad, según características seleccionadas. ENDSA 2008. Bolivia. Característica Sobrepeso > +2 DE & <= +3 DE Obesidad > +3 DE % Nº Niños 0 - 11 137 8,9% 54 3,5% 1544 12 - 23 75 4,5% 29 1,7% 1672 24 - 35 109 7,1% 17 1,1% 1546 36 - 47 118 7,9% 19 1,3% 1506 48 - 59 81 5,2% 23 1,5% 1546 Edad en meses % Número de niños Nº Niños Departamento Chuquisaca 36 7,2% 8 1,6% 496 La Paz 135 6,3% 38 1,8% 2157 Cochabamba 96 6,7% 19 1,3% 1435 Oruro 23 5,7% 3 0,7% 414 Potosí 43 4,6% 19 2,0% 940 Tarija 27 9,5% 6 2,1% 284 Santa Cruz 141 8,1% 46 2,6% 1743 Beni 18 6,2% 3 1,1% 294 Pando 2 3,9% 0 0,7% 52 Región Altiplano 202 5,8% 60 1,7% 3511 Valles 158 7,1% 33 1,5% 2215 Llanos 161 7,7% 49 2,4% 2089 Sexo Masculino 280 7,1% 74 1,9% 3957 Femenino 242 6,3% 68 1,8% 3858 Quintil de riqueza Quintil inferior 124 6,4% 22 1,1% 1946 Segundo quintil 99 5,9% 33 2,0% 1675 Quintil intermedio 109 6,2% 32 1,8% 1747 Cuarto quintil 101 7,1% 33 2,3% 1416 Quintil superior 89 8,6% 22 2,2% 1031 289 6,8% 85 2,0% 4268 Residencia Urbano Obesidad infantil en Bolivia / Aguilar M. y col. 7 Rural 232 6,5% 57 Educación de la madre Sin Educación 1,6% 3546 1,4% 439 11 2,6% 6 Primaria 292 6,9% 69 1,6% 4209 Secundaria 154 6,7% 50 2,2% 2281 Superior 65 7,3% 17 1,9% 885 Edad de la madre 15-19 29 5,8% 13 2,6% 509 20-24 125 7,2% 29 1,7% 1734 25-29 145 6,7% 48 2,2% 2155 30-34 115 7,2% 23 1,4% 1591 35-49 107 5,9% 30 1,6% 1825 IMC de la madre Delgada (IMC < 18.5) 1 1,7% 0 0,0% 74 Normal (IMC 18.5 - 24.9) 174 4,8% 50 1,4% 3584 Sobrepeso (IMC >= 25) 344 8,4% 92 2,2% 4121 Sin información 2 6,3% 1 1,7% 35 Talla de la madre Talla baja (< 150 cm) 191 6,0% 49 1,5% 3185 Talla normal (>= 150 cm) 328 7,1% 93 2,0% 4594 Sin información 2 5,6% 0 0,0% 35 609 Talla de los niños(as) * Talla baja severa (< -3 DE) 59 9,6% 29 4,7% Talla baja (< -2 DE) 144 6,8% 52 2,5% 2116 Talla Normal 378 6,6% 90 1,6% 5698 Total 521 6,7% 142 1,8% 7815 * Los niños con talla baja (por debajo de -2 DE) incluyen a los con talla baja severa (por debajo de -3 DE) Resaltamos algunos datos significantes: la presencia de sobrepeso y obesidad en el doble en niños menores de un año comparados con los otros grupos de edad. de riqueza, en correlato con valores poco mayores en áreas urbanas relacionado con áreas rurales. Por departamento, son elevados hasta 8.1% el sobrepeso en Santa Cruz, así como la obesidad de 2,6% con relación al resto. Aunque Tarija presenta una prevalencia de sobrepeso mayor aún con 9,5% y obesidad de 2.1%. Correlacionado con presencia mayor de niños con sobrepeso y obesidad en el valle y los llanos comparados con él altiplano. Madres con educación superior, secundaria y primaria tienen hasta 3 veces más niños con sobrepeso que madres sin educación, la obesidad es también mayor en estos mismos grupos. En lo que se refiere a la edad de la madre, mayoría de niños con sobrepeso están en los grupos de 20 a 24 y de 30 a 34, y la mayoría de niños obesos en el grupo de madres de 15 a 19 años y de 25 a 29. El sobrepeso es superior en 0.8% en varones y no hay diferencia por sexo en obesidad; ambas alteraciones nutricionales aumentan progresivamente desde el quintil intermedio hasta el quintil superior Existe doble de prevalencia de sobrepeso en niños de madres con sobrepeso y de igual manera doble de niños obesos en madres obesas con relación a madres consideradas normales según el IMC. Obesidad infantil en Bolivia / Aguilar M. y col. 8 La presencia de obesidad es hasta un punto mayor en niños con talla baja con relación a niños con talla normal, y mayor hasta en 3 puntos porcentuales tanto para sobrepeso y obesidad en niños con talla baja extrema comparando con niños de talla normal. Discusión El sobrepeso y obesidad ocurren en todas las edades, su presencia en edad escolar y adolescencia ha sido documentada en varios países18. Existen poco datos publicados sobre la magnitud de este problema en menores de dos años19, publicaciones anteriores al 2006 usan la referencia antigua lo que hace difícil comparar tendencias20,21. La obesidad, de acuerdo a su severidad, afecta a la mayoría de órganos y sistemas con consecuencias para la salud y el bienestar, entre las más frecuentes se citan a alteraciones del sueño, problemas ortopédicos, gastrointestinales, endocrinos, cardiovasculares y otros5,22, al margen de las complicaciones conocidas se está estudiando otros efectos secundarios de la obesidad como la predicción de deficiencia en la absorción de hierro, deficiencia de hierro y respuesta pobre a la estrategia de fortificación de alimentos23, todo ello, indica que es un problema serio de salud publica24. Los resultados del presente estudio muestran la presencia de sobrepeso y obesidad en edades muy tempranas en el país. La tendencia en los últimos 20 años se ha mantenido en un rango que va entre 7.6 % y 8.12% a nivel nacional, en comparación a otros indicadores que han sufrido un descenso mayor, por ejemplo en el último quinquenio cuando se ha notado una reducción de 5% en la talla baja (talla para edad), aunque menos importante en peso bajo (peso para edad) y el porcentaje de niños y niñas enflaquecidos no es elevado ni se ha incrementado (su trascendencia radica en que predispone a una mayor mortalidad). En este panorama el sobrepeso y obesidad se constituiría en el segundo problema nutricional (global) en menores de cinco años. Obesidad infantil en Bolivia / Aguilar M. y col. Comparado con países de la región, los porcentajes de sobrepeso y obesidad en este grupo de edad (0 a 59 meses) son parecidos, estamos por debajo de Perú (9,8% de sobrepeso, 1.9% de obesidad)25 y Uruguay (9,4% de sobrepeso y 2% de obesidad)26 y, por encima de Colombia (4,5% de sobrepeso, 1% de obesidad)27 y de Ecuador (5.1% de sobrepeso, 1% de obesidad)28, de acuerdo a los últimos datos disponibles para estos países. Pese a lo anterior, el sobrepeso y la obesidad tienen un bajo o nulo perfil de atención no solo en las políticas públicas, sino también en el sector académico. Es entendible que a partir del año 2000 - con el establecimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y el compromiso asumido por 188 países para reducir hasta el 2015 diferentes indicadores que hacen al desarrollo humano, entre ellos la reducción de personas que sufren hambre, representado originalmente por el indicador peso para la edadla atención sobre la problemática nutricional a nivel mundial y en el país se haya centrado en lograr la reducción del peso bajo para la edad29,30 utilizando hasta el año 2006 únicamente el indicador peso para la edad que enmascara el déficit de talla y no identifica el sobrepeso y la obesidad31. El último informe del Comité Interinstitucional de las Metas del Milenio32 indica que se ha alcanzado ya la meta comprometida en el indicador peso para la edad. El perfil de niños con obesidad y sobrepeso que se observa en el cuadro 2. no difiere en gran medida de lo encontrado en otros países, pero da pautas para la inclusión de acciones preventivas enfocadas a mejorar la alimentación complementaria a través de estrategias educativas, aunque para ello existen escasos estudios que indiquen la composición de la alimentación complementaria y las practicas familiares de alimentación33, que identifiquen falencias y barreras para una alimentación adecuada. La ENDSA del año 2008 también nos muestra una prevalencia de sobrepeso y obesidad de 49,7% en mujeres bolivianas entre 15 y 49 años34, si la prevalencia en niños menores de cinco años es de menos 9 de 10%, no es aventurado teorizar que entre ambas edades existe un incremento muy significativo, que no podemos conocer puesto que no tenemos estudios de la prevalencia de esta alteración nutricional en escolares, adolescentes y varones adultos. Referencias 1 World Health Organization. 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Geneva, WHO, 2008. 17 Onis M, Lobstein T. Defining Obesity risk status in the General Childhood Population: Which cut-offs should we use? Int J Pediatr Obes; 2010: 458-60 18 Han JC, Lawfor AD, Kim SYS Childhood obesity – 2010: Progress and Challenges Lancet 2010 375(9727):1737-174 19 Uauy R, Albala C, Kain J Obesity trends in Latin America: transiting from Under to Overweight. American Society of Nutritional Sciences 2001 20Calvo BE. Obesidad infantil y adolescente: un desafío para la prevención. Arch.argent.pediatr.2002;100(5):355-6 21 International Obesity Task Force. Obesity in children and young people. A crisis in public health. Obesity Reviews 2004 (5) supp 1 p. 18 22 Baird J, Fisher D, Lucas P, et al. Being big or growing fast: systematic review of size and growth in infancy and later obesity. BMJ, doi:10.1136/ bmj.38586.411273.EO 10 Peña M, Bacallao J. La obesidad y sus tendencias en la región. Rev Panam Salud Publica 2001;10(2):75-8 23 Zimmermann MB, , Zeder1 C et al Adiposity in women and children from transition countries predicts decreased iron absorption, iron deficiency and a reduced response to iron fortification . Intl J Obesity 2008; 32: 1098–1104 12 Uauy R, Klain J. The epidemiological transition: need to incorporate obesity prevention into nutrition programmes. Public Health Nurition 2001; 5:1-8 25Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Agencia de los Estados Unidos Para el Desarrollo Internacional (USAID) y ORC Macro. Encuesta demográfica y de salud familiar. Informe 11 Aguilar AM. Transición nutricional en Bolivia: desnutrición y obesidad. Anales de la Academia Boliviana de Medicina 2006:81-101 Obesidad infantil en Bolivia / Aguilar M. y col. 24Obesity Consensus Working Group. Consensus statement: childhood obesity. Journal of Clinical endocrinology and Metabolism 2005;(90)3:1-37 10 principal: ENDES 2007-2008. Demographic and Health Surveys. Lima, Peru: INEI, USAID y ORC Macro, 2009. 26 Ministerio de Salud Pública. Sistema de vigilancia del estado nutricional (SISVEN), 2004. Programa Nacional de Nutrición. Montevideo, Uruguay, 2007. 27 Ojeda G, Ordoñez M, Hernando Ochoa L. Encuesta nacional de demografía y salud 2010. Demographic and Health Surveys. Bogotá, Colombia: Profamilia, 2011. 28 Centro de Estudios de Población y Desarrollo Social (CEPAR) et al. Encuesta demografía y de salud materna e infantil, ENDEMAIN 2004: Informe final. Quito, Ecuador. CEPAR, 2005. 29 Ministerio de Previsión social y Salud Publica. Dirección Nacional de Atención a las Personas: La nutrición en la supervivencia, desarrollo y protección del niño la Paz – Bolivia 1992. 30 Ministerio de Salud y Previsión Social. Unidad Nacional de Atención a la Mujer y el Niño. Departa- Obesidad infantil en Bolivia / Aguilar M. y col. mento del Niño, Escolar y Adolescente: Manual de Nutrición, Salud y Estimulación Temprana para el Menor de 5 años. La Paz Bolivia 1998. 31 Black RE, Allen LH, Bhutta AZ, Caulfield LE, De Onis M, Ezatti M, Mathers C, Rivera J: Maternal and child undernutrition: global and regional exposures and health consequences. The Lancet 2008; 371:243-60 32 Comité Interinstitucional Metas de Desarrollo del Milenio Sexto informe de progreso de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en Bolivia – UDAPE 2010 33 Pachon H, Reynoso MT, Lutter Ch, Daroca MC: Mejorando la nutrición del niño pequeño en El Alto, Bolivia. Resultados utilizando la metodología de ProPAN OMS OPS 2002 34 Ministerio de Salud y Deportes, Measure DHS. Encuesta Nacional de Demografía y Salud, ENDSA 2008. La Paz: Ministerio de Salud y Deportes, 2009.p.219. 11 ARTICULO ORIGINAL Prueba rápida para detección de Streptococcus pyogenes en faringoamigdalitis Rapid test for detection of Streptococcus pyogenes in pharyngitis Dr. Iván Peñaranda Pérez*, Sr. Miguel Peñaranda Laura** Resumen El Streptococcus pyogenes es el agente más importante y frecuente de faringoamigdalitis bacteriana y por sus complicaciones asociadas, es importante su tratamiento específico, y por ello es necesario contar con pruebas rápidas y confiables para su identificación. Actualmente contamos con la “prueba rápida” de su detección en exudado faríngeo, que se realiza en forma expedita en el consultorio. Estudiamos 16 pacientes con la sospecha de infección estreptocócica con esta prueba y en 62% fue positiva y confirmada por cultivos. Esta prueba puede resultar muy útil en la consulta ambulatoria y cuando no se cuenta con laboratorios cercanos. Palabras clave: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 12-4: faringoamigdalitis, prueba rápida, Streptococcus pyogenes. Introducción El dolor de garganta constituye uno de los motivos más frecuentes de consulta, después de la fiebre; tanto en los servicios de emergencias como en consultorios de pediatría, medicina interna o familiar. Los virus son la causa más frecuente de las faringoamigdalitis (FA) en todos los grupos de edad y no requieren terapia específica, sin embargo miles de tratamientos antibióticos son utilizados sin justificación. Apenas el 25% de los aislamientos representan una infección bacteriana; de ellos, solo Abstract Streptococcal infection of the pharynges and tonsils is one of the more frequent causes of pediatric consultation and it is very important the rapid identification and treatment of the disease, to avoid the severe associated complications. We have done the “rapid strept test” in 16 suspected patients and found 62% of positive results, confirmed by cultures. This is an easy and rapid test for pediatric patients seen in remote areas. Key words: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 12-4: Streptococcal pharyngitis, rapid test, strept test. justificará tratamiento específico el Streptococcus beta hemolítico del grupo A (EBGA) o Streptococcus pyogenes, por las posibles complicaciones tanto supurativas como no supurativas, en especial la fiebre reumática. El diagnóstico clínico de faringitis estreptocócica es dificultoso, debido a que las etiologías virales pueden tener presentaciones similares a la bacteriana, lo cual conlleva al sobrediagnóstico de esta patología y por consiguiente el uso indiscriminado de antimicrobianos. Es con este motivo y en coordinación * Médico Pediatra. Jefe de Pediatría. Policlínico “Sucre” Caja Nacional de Salud, Sucre. ** Interno de Medicina. Hospital “Jaime Mendoza”, Caja Nacional de salud, Sucre. Correspondencia: Dr. Iván Peñaranda, correo electrónico: [email protected] Conflicto de intereses: los autores expresan que el presente trabajo no tiene conflicto de intereses alguno. Articulo recibido el 2/3/12 y que fue aceptado para su publicación el 3/4/12. Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 12 - 4 12 con el servicio de microbiología de nuestra institución y el apoyo de las autoridades sanitarias,que se implementó desde abril del 2010, la prueba rápida Streptococo A;que la convierte en un valioso elemento diagnostico ambulatorio y evitamos gastos innecesarios en tratamientos antibióticos. Material y métodos Se trata de un estudio prospectivo, realizado en el servicio de pediatría del Policlínico Sucre dependiente de la Caja Nacional de Salud. Se tomaron en cuenta todos los niños mayores de 3 años de edad que cumplían los criterios de Mc Isaac y se excluyeron aquellos que presentaban signos de infección viral, como: rinorrea, tos, conjuntivitis o diarrea. Se utilizó las cintas manufacturadas por “Standard Diagnostics Inc”, de industria koreana, cada kit contiene: 25 tiras reactivas envasadas individualmente, torundas estériles para el hisopado, 2 frascos de reactivos de extracción: reactivo A: nitrito sódico 2M y B: Ácido acético 0,2M. La técnica que se realizó consistió en colocar al tubo de ensayo 3 gotas del reactivo A e inmediatamente 3 gotas del reactivo B, luego se procede al hisopado vigoroso de las amígdalas y pared posterior de faringe, evitando el contacto con la superficie de dientes, encías, lengua o mucosa yugal, se introduce el hisopo en el tubo, se deja reposar 1 minuto, luego se procede a exprimir el líquido del hisopo apretando el mismo en los laterales del tubo, mezclar y extraer el hisopo, e inmediatamente se coloca la tira con flecha hacia abajo y se deja reposar. La lectura e interpretación se realiza a los 5 minutos y máximo a los 10 minutos. Positivo, si aparecen dos líneas rojas distintas. Una línea aparece en la región de Control y otra línea debe estar en la línea de Prueba.Este resultado positivo significa que el antígeno de Streptococcus A fue detectado en la muestra, aunque la misma sea tenue. Se interpreta como negativo si la línea T no aparece hasta en 10 minutos. También se realizó la toma de muestras para cultivo paralelo a la prueba rápida. Resultados Ingresaron al estudio 16 pacientes con edades entre 6 y 11 años, que fueron diagnosticados con faringoamigdalitis basados en la clínica y los criterios de Mc Isaac; 9 de ellos eran de sexo masculino. De los 16 pacientes, diagnosticados con FA, en 10 pacientes (62%) fue positiva la prueba rápida para EBGA y 4 de ellos desarrollaron escarlatina. El cultivo paralelo realizado, confirmó EBGA en los 10 pacientes que se realizó la prueba rápida. En todos los casos positivos, el tratamiento realizado fue con penicilina benzatínica 600.000 UI a menores de 27 kg y 1.200.000 a mayores de 27 kg Todos ellos fueron controlados a las 72 horas y se tuvo una evolución 100% favorable, incluyendo los que tenían escarlatina. De los 6 pacientes que dieron negativo en la prueba rápida, en el cultivo proliferaron Streptococcus Viridans y Moraxellas pp. No se realizó tratamiento por ser parte de la flora habitual. Discusión La incidencia de faringoamigdalitis por Streptococcus pyogenes, utilizando los criteriosde Mc Isaac, es baja en nuestro medio y coincide con la literatura internacional. Solo el 10 a 20% de las FA son bacterianas y de ellas, solo las producidas por el EBGA deben ser tratadas con antibióticos. De acuerdo a nuestro estudio, se confirma que la prueba rápida es un método sencillo y eficaz para hacer el diagnóstico preciso de la faringoamigdalitis estreptocócica en consultas ambulatoria o de emergencias y en consecuencia, proceder a su respectivo tratamiento con antibióticos. La penicilina benzatínica sigue siendo el tratamiento más efectivo para la faringitis producida por el Streptococcus pyogenes porque tiene un mejor cum- Prueba rápida para detección de Estreptococo pyogenes en... / Peñaranda I. y col. 13 plimiento terapéutico que tratamientos por vía oral con esquemas de dosificación frecuente y evita las complicaciones supurativas (otitis media aguda, sinusitis, absceso retrofaríngeo, absceso periamigdalino y adenitis cervical supurada), como las no supurativas (fiebre reumática y glomerulonefritis). No se recomienda usar penicilina benzatínica en menores de 3 años por el riesgo de provocar el síndrome de Nicolau (arteritis, necrosis y accidente vascular encefálico). 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Enferm Infecc Microbiol Clin Prueba rápida para detección de Estreptococo pyogenes en... / Peñaranda I. y col. 14 CASO CLINICO Caso inusual de dengue Unusual case of dengue Drs.: Miguel Céspedes Lesczinsky*, Gilberto Mendoza**, Marvin Díez*** Resumen Presentamos el caso clínico de una niña de 8 años de edad que fue atendida en el Hospital Materno Infantil de Trinidad por deshidratación, neumonía y crisis asmática como presentación de dengue. Abstract: We present an unusual case of an 8 years old girl admitted to Hospital Materno Infantil of Trinidad, with deshidratation, pneumonia and asthmatic crisis as the presenting sign of dengue. Palabras Claves: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 15-8: dengue, neumonía. Key words: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 15-8: dengue, pneumonia. Introducción dad y el uso de paracetamol para la fiebre; en algunas oportunidades y en casos graves es necesario el uso de hemoderivados y si existe daño a órganos se hará de acuerdo a la zona afectada, no existe tratamiento específico y se hacen esfuerzos para obtener una vacuna. El dengue es la enfermedad más importante, transmitida por vectores. Tiene diferentes presentaciones clínicas, con evolución impredecible y su tratamiento es barato, fácil y efectivo cuando es realizado a tiempo y de manera correcta. Es endémica en 112 países, se producen 50 a 100 millones de infecciones por año y 30.000 decesos anuales. Es una enfermedad sistémica, producida por un virus ARN (arbovirus) del género flavivirus, familia flaviviridae. Se conocen cuatro tipos de virus dengue y son transmitidos por mosquitos del género Aedes, siendo aegypti el que predomina en nuestro medio. Es prevalente en zonas tropicales y su incidencia aumenta en las épocas de lluvia, ya que esto favorece la proliferación del vector. El tratamiento se basa en hidratación oportuna de acuerdo a la clasificación que se haga de la enferme- Se presenta el siguiente caso clínico, porque se trata de una presentación inusual de la enfermedad con gran repercusión en el sistema respiratorio y aprovechamos el mismo para hacer una revisión del tema. Caso clínico Paciente femenino de 8 años de edad, que ingresó al servicio de pediatría del Hospital Materno Infantil Boliviano Japonés de la ciudad de Trinidad, en fecha 22 de febrero de 2012; con cuadro clínico caracterizado por: 7 días de evolución que se inició * Médico Pediatra. Hospital Materno Infantil. Trinidad-Beni ** Médico Residente III. Hospital Materno Infantil. Trinidad-Beni *** Médico Residente II. Hospital Materno Infantil. Trinidad-Beni. Correspondencia: Dr. Miguel Céspedes Lesczinsky, correo electrónico: [email protected] Conflicto de intereses: en el presente trabajo no existe conflicto de intereses. Articulo recibido el 18/3/12 y que fue aceptado para su publicación el 23/4/12. Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 15 - 8 15 con la presencia de tos, la misma que se hace productiva y frecuente con el pasar de los días, fiebre alta intermitente que fue medicada con paracetamol y al no remitir la fiebre se añade ibuprofeno. Cuatro horas previas al ingreso se evidencia dificultad respiratoria que va en ascenso, por lo que deciden acudir a emergencias del hospital. Como antecedentes se rescata que durante sus vacaciones escolares residió en Comarapa, departamento de Santa Cruz. No refiere otros antecedentes de interés. Ingresó en mal estado general, con gran dificultad respiratoria dada por retracción universal, mucosas deshidratadas y pálidas, ojos hundidos, llenado capilar más de 3 segundos, mala perfusión distal, zona distal de extremidades frías, taquicárdica (FC 145 por minuto), taquipneica (FR 62 por minuto), saturación por oximetría de pulso 85% con aire ambiente, PA 100/60 mm Hg y temperatura 36.4º C. Al examen segmentario se evidencia pectum excavatum, auscultación cardiaca sin soplos, auscultación pulmonar con estertores y sibilancias en ambos campos pulmonares, disminución del murmullo vesicular en ambas bases y espiración prolongada. Resto del examen segmentario sin particular. El diagnóstico de ingreso fue: deshidratación, neumonía y crisis asmática severa. Se decide traslado inmediato a la unidad de terapia intensiva pediátrica, fue hidratado con cuatro cargas de solución fisiológica de 20 mL/kg y luego recibió 2000 mL/m2/día, y oxigeno con cánula nasal a 2 libras por minuto con lo que mejoró la saturación de oxígeno a 92%. En cuanto a medicamentos recibió: salbutamol, hidrocortisona, aminofilina a goteo continuo, cloxacilina más cefotaxima y se solicitaron laboratorios complementarios: serología para Hanta virus, dengue, sincitial respiratorio, adenovirus, AH1N1. El hemograma mostró glóbulos blancos 7.000 mm3, con predominio de linfocitos (57%), Hto 38%, Hb 13 gr, plaquetas 190.000 mm3, VES 45 mm, PCR +, gasometría arterial pH 7.31, PCO2 32.3; PO2, 68; HCO3 18, EB -10, sodio 138 meq, potasio 2.6 Caso inusual de dengue / Céspedes M. y Col. meq/L, calcio iónico 0.6, resto de los exámenes de laboratorio fueron normales. La radiografía de tórax mostró aumento de la trama parahiliar con gran reforzamiento, sin condensación parenquimatosa. La evolución fue lentamente favorable, a pesar de la dificultad respiratoria no fue conectado a ventilación mecánica. A las 24 horas de ingreso se evidencia leve disminución de la taquipnea y del tiraje intercostal con saturación 96% con oxígeno y a pesar que las plaquetas disminuyeron no presento sangrados activos por lo que se mantuvo el tratamiento. A las 48 horas presentó expectoración hemoptoica, solicitándose baciloscopía (3 muestras) que fueron negativas y a partir de entonces presenta mejoría del cuadro respiratorio por lo que se van retirando algunos medicamentos de acuerdo a la evolución. Al sexto día del ingreso, ya no requiere oxígeno, se normalizan los parámetros hemodinámicos, respiratorios y la serología IgM para dengue fue positiva. Fue dada de alta a los 10 días de hospitalización con buen estado general. Discusión Todos los serotipos del virus dengue pueden provocar la enfermedad, aunque existen variantes fenotípicas y genéticas aún entre los que pertenecen a un mismo serotipo, lo que causa diferentes manifestaciones clínicas, desde una enfermedad oligosintomática hasta casos graves que pueden llevar a la muerte, hecho este más frecuente en el serotipo 2. El vector se caracteriza por tener hábitos peri-domiciliarios, tiene un alcance de vuelo de más o menos 200 metros y se vuelve infectante luego de un período de incubación extrínseca de 10 a 12 días posteriores a la picadura de un paciente enfermo y es infectante hasta su muerte que se calcula en 65 días. Es importante hacer notar que el humano presenta alta carga viral desde 5 días antes de la presentación de síntomas hasta 2 a 3 días después. El vector se reproduce en aguas estancadas o en cualquier objeto que pueda albergar agua ya sea 16 limpia o no. El departamento de epidemiología del SEDES Beni ha encontrado larvas del mosquito en aguas sucias. La clasificación de la enfermedad ha cambiado a partir del año 2009 y luego del estudio dengue control (DENCO) y es la siguiente: dengue sin síntomas de alarma, dengue con síntomas de alarma y dengue grave. Dengue sin síntomas de alarma se refiere a aquel paciente que se sospecha o se demuestra la presencia del virus dengue. Luego de un período de incubación de 3 a 10 días (media de 7 días) presenta síntomas como fiebre, malestar general, mialgias, artralgias, cefalea, dolor retrocular, exantema facial que se presenta generalmente en las primeras 24 horas, en el laboratorio puede haber leucopenia, plaquetopenia y eventualmente una prueba del torniquete positiva. Dengue con síntomas de alarma, se habla de esta forma cuando el paciente presenta además de los síntomas ya mencionados: vómitos continuos, dolor abdominal intenso, letargia, irritabilidad, derrames pleurales, ascitis, sangrado de mucosas y en el hemograma se evidencia aumento del hematocrito con descenso de plaquetas, con cualquiera de estos síntomas presentes debemos clasificar al paciente como dengue con síntomas de alarma. En diferentes estudios epidemiológicos se ha evidenciado que los síntomas más frecuentes son el dolor abdominal y los vómitos, nosotros estamos concluyendo un estudio que abarca las dos últimas epidemias en la región y la presencia de estas manifestaciones son la más frecuentes - datos aun no publicados. En esta etapa, la intervención debe ser urgente y oportuna para evitar deshidratación, hemorragias y choque. Actualmente se conoce que el daño endotelial es la causa de los signos de alarma y de gravedad, esto se debe principalmente al aumento marcado de citoquinas, lo que provoca finalmente extravasación del plasma, llevando a deshidratación al paciente que si no recibe atención oportuna puede provocar la muerte. Este período, que lo podemos llamar de Caso inusual de dengue / Céspedes M. y Col. crítico, se presenta a las 48 a 72 horas después del período febril. Dengue grave se refiere al paciente que presenta los síntomas clásicos más extravasación importante de plasma, derrames pleurales o ascitis con repercusión respiratoria y/o hemodinámica, sangrado importante o daño de órgano, por ejemplo encefalitis, miocarditis, afectación renal, hepática o pulmonar; como nuestro paciente. El diagnóstico de la enfermedad se realiza generalmente por método ELISA, se debe realizar luego del 6º día de enfermedad, momento de la aparición de los anticuerpos contra el virus, sin embargo existen métodos de diagnósticos que se pueden realizar desde el primer día de enfermedad como por ejemplo detección de ARN viral por medio de reacción en cadena de la polimerasa, aislamiento viral y detección de antígeno NS1. El tratamiento se hace en base a la clasificación de la enfermedad, los pacientes sin signos de alarma se tratan con paracetamol para la fiebre e ingesta de líquidos. Cuando estamos frente a un paciente con dengue y síntomas de alarma la intervención de realiza con hidratación endovenosa, solución fisiológica 10 mL/kg en 1 hora, si no se logra la mejoría se puede repetir 2 o 3 veces más. Se revalora el caso y si no existiera mejoría se lo trata como dengue grave. Si el paciente mejora (descenso del hematocrito, desaparición de síntomas) se reduce la infusión a 5 a 7 mL/kg/hora por 2 a 4 horas, si continua la mejoría se reduce la hidratación a 3 a 5 mL/kg/hora por 2 a 4 horas más, habiendo mejoría se reduce a 2 a 3 mL/ kg/hora por 2 a 4 horas, retirándose la vía venosa generalmente en 48 horas. Nosotros hemos puesto en práctica esta intervención oportuna y creemos que es la razón de los pocos pacientes graves que se presentan en el servicio. En casos de dengue grave, la hidratación se debe realizar a 20 mL/kg en 30 minutos, no habiendo mejoría se puede repetir en 3 a 4 veces el mismo procedimiento, al lograr la mejoría del paciente 17 que se traduce en la estabilidad hemodinámica y descenso del hematocrito procedemos como se relató anteriormente, descendiendo paulatinamente los líquidos y si no hubiera mejoría es importante diagnosticar y tratar otras noxas que pueden acompañar a estos pacientes, como uso de aminas en caso de falla cardíaca y circulatoria, corregir acidosis, etc. Si el paciente luego de la reposición hídrica, presenta descenso del hematocrito pero se mantiene inestable hemodinamicamente, se debe sospechar sangrado, en este caso se puede utilizar sangre entera o paquete globular, a razón de 10mL/kg, que se puede repetir de acuerdo a la respuesta clínica y en caso de sangrado activo además de sangre entera o paquete globular se administran crioprecipitados o plaquetas, a razón de 1 unidad por cada 10 kilos de peso, independiente al número de plaquetas. Actualmente no existen vacunas contra el dengue, esta en ensayo clínico en humanos una vacuna tetravalente, por lo tanto la prevención es lo más importante: realizando la limpieza del hogar, evitando objetos que puedan contener agua estancada, tapando adecuadamente los recipientes que contienen agua que se usa en el hogar, el uso de mosquiteros en áreas endémicas. Caso inusual de dengue / Céspedes M. y Col. Referencias 1. Dengue. Guías de atención para enfermos en la región de las Américas. OPS 2010. Disponible en: www.ops.org.bo/textocompleto/ndeng31482.pdf 2. Manejo del dengue no grave y el dengue grave. México: Secretaría de Salud 2008. Disponible en: www.cenetec.salud.gob.mx/interior/gpc.html 3. Enfermedades infecciosas. Dengue. Guía para el equipo de salud. Argentina: Ministerio de Salud 2009. Disponible en: www.msal.gov.ar/dengue/images/stories/pdf. 4. Dengue, guía para el manejo del paciente. Paraguay: Ministerio de salud pública y bienestar social 2010. Disponible en: www.spp.org.py 5. Martínez E, Polanco A, Pleites E. ¿Por qué y cómo mueren los niños con dengue? Rev Cubana Med Trop 2008;60:40-7. 6. Pizarro D. Dengue, dengue hemorrágico. Acta Pediatr Costarric 2009;21:8-17. 7. Durán C, Lanza T, Plata J. Fisiopatología y diagnóstico del dengue. Rev Med Hondur 2010;78:136-41. 9. Díaz-Quijano F, Villar-Centeno L, Martínez-Vega R. Indicadores tempranos de infección por dengue en niños. An Pediatr 2006;64:523-9. 10. Méndez A, Gonzales G. Manifestaciones clínicas inusuales del dengue hemorrágico en niños. Biomédica 2006;26:61-70. 11.Roses M, Guzmán M. Dengue y dengue hemorrágico en las Américas. Rev Panam Salud Publica 2007;21:189-91. 18 CASO CLINICO Enfermedad celiaca con presentación atípica Atipical celiac disease Drs: Indhira Alparo Herrera*, Nelson Ramírez Rodríguez**, Roxana Quisbert Cruz*** Resumen Presentamos tres casos clínicos de pacientes que fueron internados en el Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría” por enfermedad celiaca con manifestaciones clínicas de presentación infrecuentes. Palabras Claves: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 19-22: enfermedad celiaca, presentación atípica. Introducción La enfermedad celíaca es la intolerancia permanente a las proteínas del gluten; del trigo (gliadina), del centeno (secalina), de la cebada (hordeína) y del triticale (híbrido del trigo y centeno). La avena en estado puro (no contaminada por harina de trigo) no parece relacionarse con la patogénesis de la enfermedad. La causa de la enfermedad es desconocida y en su desarrollo contribuyen factores genéticos, ambientales e inmunológicos. La auténtica prevalencia de la enfermedad celíaca en diversos países del mundo y el nuestro se ha modificado en las últimas décadas, se sugiere una prevalencia de 1/100 a 1/300 de la población en general1-2. En Bolivia no tenemos ningún estudio que identifique claramente o que intente realizar la detección de Abstract: We describe three cases of atypical clinical presentation of celiac disease who were admitted to the Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría”. Key words: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 19-22: celiac disease, atypical presentation. enfermedad celíaca por diversos factores que básicamente sería la base genética. La enfermedad celíaca puede presentarse con síntomas leves y atípicos e incluso puede estar presente en individuos totalmente asintomáticos; diferentes revisiones sugieren realizar estudios con anticuerpos antigliadina (IgA e IgG) y posteriormente anticuerpos antiendomisio, siendo estos últimos más aconsejables en niños mayores de 5 años. Como la prevalencia de enfermedad celíaca en la población infantil en Bolivia no se conoce, el hallazgo de casos clínicos como los que se presentan a continuación son importantes para llamar la atención y realizar estudios para definir la verdadera prevalencia de esta entidad en la población infantil boliviana. * Pediatra Gastroenteróloga. Hospital del Niño “Dr. Ovidio aliaga Uría”. La Paz ** Pediatra Gastroenterólogo. Hospital Materno Infantil. La Paz *** Residente de Primer año. Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría”. La Paz Correspondencia: Dr. Indhira Alparo, correo electrónico: [email protected] Conflicto de intereses: el presente trabajo no tiene conflicto de intereses. Articulo recibido el 8/2/12 y que fue aceptado para su publicación el 23/3/12. Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 19 - 22 19 Caso clínico # 1 Paciente de 11 meses de edad, sexo femenino, procedente y residente de La Paz. Ingresó al servicio de Gastroenterología del Hospital del Niño en fecha 28-01-10. Producto del segundo embarazo, parto eutócico, institucional, madre realizó controles prenatales que transcurrieron sin complicaciones. Peso de nacimiento: 3000g. Desarrollo psicomotor adecuado. Presentó displasia congénita de cadera tratada sin problemas. Vacunas completas para la edad. Alimentación: lactancia materna exclusiva hasta los 3 meses, posteriormente fórmula láctea inicial y papillas de arroz; a los 6 meses se introdujo cereales. Abuelo materno de origen alemán. Ingresó por un cuadro clínico de 8 meses de evolución, caracterizado por un pobre incremento de peso. Recibió en su centro de salud, tratamiento nutricional sin ninguna modificación en la curva de crecimiento. A su ingreso: peso: 6.090 g, talla 68.5 cm; relación P/T: -3DE, T/E: < -1 DE y P/E < - 3 DE. Aspecto enflaquecida, ligeramente pálida, desarrollo psicomotor adecuado para la edad y sin alteraciones en el examen físico segmentario. Los diagnósticos de ingreso fueron: desnutrición grave secundaria y posible enfermedad de reflujo gastroesofágico o alergia alimentaria. Los exámenes complementarios solicitados, destacan: hemograma que muestra una anemia leve con hemoglobina 108 g/L, Glóbulos blancos 8.92 x 109/L (Linfocitos 83%). Grupo sanguíneo A Rh positivo. Química sanguínea: Creatinina, NUS, TGO, TGP, Bilirrubinas, proteínas, albumina, Ionograma, glicemia, calcemia dentro de parámetros normales. PCR no reactivo. Examen general de orina y urocultivo: normal. Hormonas tiroideas dentro de parámetros normales. Tinción Ziehl Neelzen para Criptosporidium negativo. IgA secretoria salival disminuido: 0.344 (rango de referencia 1.246 a 2.072), IgA suero normal: 66 mg/dl (rango de referencia 15 a 110 mg/dl), IgE en suero normal: 4.1 UI/ml (ran- go de referencia menor a 15 UI/ml). Anticuerpos: anti-endomisio elevado: 13.33 (valor de referencia menor a 5.7 UI/ml), anti-transglutaminasa elevado: 6.89 (valor de referencia menor a 6.0 UI/ml). Biopsia intestinal: con incremento de linfocitos intraepiteliales, MARSH grado I-II. El resultado del estudio histopatológico junto a los anticuerpos confirmaron la enfermedad celiaca. Caso clínico # 2 Paciente de 1 año y 5 meses de edad, sexo masculino procedente y residente de la localidad de Coroico. Ingresó en el servicio de Gastroenterología del Hospital del Niño el 23-05-11. Producto del tercer embarazo y parto eutócico (padres desconocen el peso de nacimiento). Desarrollo psicomotor adecuado. Vacunas completas para la edad. Alimentación: lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, posteriormente alimentación complementaria de la olla familiar y fórmula de continuación. Ambos padres campesinos nativos de la misma región, sin antecedentes patológicos. El cuadro clínico data de once meses de evolución, caracterizado por: deposiciones alteradas en consistencia y con frecuencia de cinco veces por día, lientería, vómitos de contenido gástrico y dolor abdominal intermitente hace tres meses. Fue internado en el hospital de Coroico en dos oportunidades recibiendo tratamiento con metronidazol, cotrimoxazol y zinc. Ante la persistencia de la lientería es que deciden transferirlo a nuestro hospital. A su ingreso: peso 9.600 g, Talla 78 cm. Relación P/T: < M y T/E: < M. Ligeramente pálido, desarrollo psicomotor adecuado y examen segmentario normal. Los diagnósticos de ingreso fueron: diarrea crónica, enteroparasitosis por epidemiología, enteropatía ambiental a descartar y anemia. Se realizaron diversos exámenes de laboratorio como parte del protocolo de diarrea crónica den- Enfermedad celiaca con presentación atípica / Alparo H. y col. 20 tro los cuales destacan: hemograma que muestra una anemia (hemoglobina 101 g/L). Grupo sanguíneo: O Rh positivo. Química sanguínea: ionograma, glicemia y calcemia dentro de parámetros normales. Examen general de orina y urocultivo: normal. Test de Felhing negativo. Serología para Rotavirus negativo. Coproparasitológico seriado: negativo. Anticuerpos anti-endomisio elevado: 7 UI/mL (valor de referencia menor a 5.7 UI/mL), Anti-transglutaminasa elevado: 7 UI/mL (valor de referencia menor a 6.0 UI/mL). Biopsia intestinal que informa: relación vellosidad cripta preservada, aumento del número de linfocitos intraepiteliales, MARSH grado I – ll (Figura # 1); con estos resultado se llego al diagnóstico de enfermedad celiaca. Figura # 1. Biopsia Intestinal: Linfocitos intraepiteliales aumentados, MARSH I – II. tecedentes familiares: madre y abuelo materno con dificultades en el incremento de peso. Cuadro clínico con antecedentes de incremento de peso lento y dificultoso desde la lactancia y hace un año presencia de dolor abdominal difuso y deposiciones líquidas alternadas con deposiciones de características normales y curva de crecimiento estacionaria. Consulto en varias oportunidades y se le realizaron diversos exámenes de laboratorio, mismos que concluían siempre con parámetros normales. A su ingresó destacó: peso: 34.800 Kg, talla 150 cm. IMC 15.4. Buen estado general y examen físico normal. El diagnóstico en sala fue: enfermedad celiaca a descartar. Exámenes complementarios realizados: Hemograma normal. IgA secretoria salival disminuida: 0.889 (Rango de referencia 1.246 a2.072). IgA suero normal: 164 mg/dL (Rango de referencia 40 a 350 mg/ dL). IgE en suero normal: 9.5 UI/mL (Rango de referencia menor a 200 UI/mL). Anticuerpos antiendomisio elevado: 7.23 (valor de referencia menor a 5.7 UI/ml). Ac. anti-transglutaminasa elevado: 6.51 (valor de referencia menor a 6.0 UI/ml). Biopsia intestinal: enteropatia leve, MARSH grado I-II. Esofagogastroduodenoscopia; normal. Con estos resultados se concluyo que el paciente es portador de una enfermedad celiaca. Discusión Caso clínico # 3 Paciente de 12 años y 3 meses de edad, sexo masculino procedente y residente de la ciudad de La-Paz. Producto del tercer embarazo y parto eutócico a término, sin complicaciones. Desarrollo psicomotor adecuado. Vacunas completas para la edad. Alimentación: lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, posteriormente alimentación complementaria con introducción de cereales y fórmula de continuación, actualmente toma leche sin lactosa. An- La enfermedad celiaca sin sintomatología clásica es actualmente la más frecuente. Se han descrito cuadros pausi o mono-sintomáticos, como nuestros paciente, en diferentes regiones del mundo. El daño de la mucosa intestinal con el gluten oscila desde únicamente incremento de la población linfocitaria, como los casos que presentamos, hasta formas avanzadas de atrofia vellositaria. Con cualquiera de estas formas histológicas la enfermedad puede cursar con diversos estados carenciales: anemia, osteopenia u osteoporosis y otros síntomas digestivos y extradigestivos. Enfermedad celiaca con presentación atípica / Alparo H. y col. 21 Las lesiones histológicas se describen clásicamente con la clasificación de Marsh modificada por Rostami: Marsh I: aumento aislado del número de linfocitos intraepiteliales Marsh II: Similar a la anterior pero con hiperplasia de las criptas. Marsh III a, b y c: a.Atrofia vellositaria parcial con infiltrado leve de linfocitos intraepiteliales e hiperplasia de criptas. b. Atrofia vellositaria subtotal, hiperplasia de criptas y aumento de linfocitos intraepiteliales. c.Atrofia vellositaria total y lesión hiperplásica e infiltrativa grave. Entre las formas clínicas de presentación existen varias que sugieren síntomas inespecíficos: Enfermedad celíaca clásica, con síntomas graves de malabsorción, anticuerpos séricos positivos, atrofia grave de vellosidades y antecedentes genéticos positivos. Enfermedad pauci o monosintomática: una de las formas más frecuentes, puede cursar con síntomas intestinales y/o extraintestinales, alteraciones histológicas variables y anticuerpos positivos en porcentaje también variable (15-100%) dependiendo de la gravedad histológica. Enfermedad celiaca silente: no existen manifestaciones clínicas, pero si lesiones histológicas características y anticuerpos positivos. Enfermedad celiaca latente: mucosa intestinal normal, en individuos que consumen gluten en su dieta habitual, con o sin anticuerpos positivos y que en algún momento de su vida presentarán características clásicas de la enfermedad. Enfermedad celiaca potencial: individuos que no tienen ninguna alteración histológica, ninguna característica clínica de la enfermedad pero con características genéticas positivas para la misma (HLA DQ2-DQ8) con o sin anticuerpos positivos; ellos presentan un riesgo potencial de enfermedad celiaca. Todos los casos expuestos fueron egresados en buen estado general, con indicaciones específicas de dieta con exclusión de gluten y la evolución fue favorable, existiendo adecuado incremento de peso y resolución de los síntomas que motivaron su ingreso al hospital. Queda pendiente los controles para definir conducta posterior: biopsia intestinal de control y/o enfrentamiento al gluten. De los pacientes descritos en esta serie de casos, dos tienen descendencia europea y uno es hijo de familias de originarios bolivianos, cuya sintomatología con cambio dietético de exclusión de gluten ha sido espectacular. Considerar la ausencia de esta patología en nuestra población es totalmente inaceptable, la existencia de este cuadro y su detección precoz constituye un reto para el sistema de salud boliviana y la comunidad pediátrica en su conjunto. Referencias 1. Carlsson AK, Axelsson IE, Borulf SK, Bredberg AC, Ivarsson SA. Serological screening for celiac disease in healthy 2-5 year-old children in Sweden. Pediatrics 2001;107:42-5. 2. Cilleruelo P, Román E, Jiménez J, Rivero M, Barrio Torres J. Enfermedad Celíaca silente: explorando el iceberg en población escolar. An Esp Pediatr 2002;57:321-6. 3. Marsh MN. Gluten, major histocompatibility complex, and the small intestine. A molecular and inmunobiologic approach to the spectrum of gluten sensitivity (“Celiac Sprue”). Gastroenterology 1992;102:330-54. 4. Farrell RJ, Kelly CP. Diagnosis of celiac sprue. Am J Gastroenterol 2001;96:3237-46. 5. Polanco I. Diagnóstico precoz de enfermedad celiaca. JPGN 2005;40:1-19. 6. Polanco I. Roldán B, Arranz M. Documento Técnico. Protocolo de prevención secundaria de la enfermedad celíaca. Dirección General Salud Pública y Alimentación Madrid. 2006. Enfermedad celiaca con presentación atípica / Alparo H. y col. 22 ACTUALIZACION Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño en niños (versión completa) Consensus document on sleep apnea-hypopnea syndrome in children (full version) Dr.: María Luz Alonso-Álvarez, Teresa Canet, Magdalena Cubell-Alarco, Eduard Estivill, Enrique Fernández-Julián, David Gozal, María José Jurado-Luque, María Amalia Lluch-Roselló, Francisco Martínez-Pérez, Milagros Merino-Andreu, Gonzalo Pin-Arboledas, Nuria Roure, Francesc X. Sanmartí, Óscar Sans-Capdevila, Francisco Segarra-Isern, Miguel Tomás-Vila y Joaquín Terán-Santos Abreviaturas AAP: American Academy of Pediatrics. AASM: American Association of Sleep Medicine. AP: asistencia primaria. ASDA: American Sleep Disorder Association. ATS: American Thoracic Society. CBCL: Child Behaviour Checklist. CO2: dióxido de carbono. CPAP: presión positiva continua en la vía aérea. ESD: excesiva somnolencia diurna. HTA: hipertensión arterial. HAA: hipertrofia adenoamigdalar. IA: índice de apnea. IAH: índice de apneas-hipopneas. IAHo: índice de apneas-hipopneas obstructivas por hora de sueño. IAR: índice de alteraciones respiratorias por hora de sueño. a b c d e f g h i j k l m n IER: índice de eventos respiratorios por hora de estudio (en PR). OR: odds ratio. ORL: otorrinolaringólogo. PCR: proteína c reactiva. PR: poligrafía respiratoria nocturna. PSG: polisomnografía nocturna. PSQ: Pediatric Sleep Questionnaire. RDI: Respiratory Disturbance Index. RERA: evento respiratorio relacionado con arousal. SAHS: síndrome de apneas-hipopneas del sueño. SatO2: saturación de oxígeno. PA: presión arterial. TDAH: síndrome de déficit de atención con hiperactividad. TRS: trastornos respiratorios del sueño. VAS: vía aérea superior. VMNI: ventilación mecánica no invasiva. Unidad Multidisciplinar de Sueño, CIBERES, Complejo Asistencial Universitario de Burgos, Burgos, España Servicio de Neurofisiología Clínica, Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy, Alicante, España Psicología, Centro Psicológico MCA, Valencia, España Clínica del Son Estivill, USP Institut Universitari Dexeus, Barcelona, España Unitat del Son Estivill de Capio, Hospital General de Catalunya, Barcelona, España Servicio de Otorrinolaringología, Hospital Universitario, Departamento de Cirugía, Universidad de Valencia, Valencia, España. Presidente de la Comisión de Roncopatía y Trastornos Respiratorios del Sueño de la SEORL Department of Pediatrics and Comer Children’s Hospital, Pritzker School of Medicine, The University of Chicago, EE.UU. Unidad Multidisciplinar de Sueño, Hospital Universitari Vall d´Hebron, Barcelona, España Pediatría de Atención Primaria, Centro de Salud Ingeniero Joaquín Benlloch, Valencia, España Servicio de Neurofisiología Clínica, Hospital Universitario Puerta de Hierro, Majadahonda, Madrid, España Unidad Pediátrica de Trastornos del Sueño, Hospital Universitario La Paz, Madrid, España Unidad Valenciana del Sueño, Hospital Quirón, Valencia, España Unidad de Epilepsia y Sueño Pediátrica, Neuropediatría, Hospital Universitari Sant Joan de Déu, Barcelona, España Neuropediatría, Hospital Universitari i Politècnic La Fe, Valencia, España Avalado por: Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) Sociedad Española de Sueño (SES) Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL) Artículo reproducido con permiso de los autores y que fue publicado en Archivos de Bronconeumología 2011; 47 (Sup 15): 2-18 Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 23 - 50 23 Definición, epidemiología, fisiopatología El síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHS) en la infancia es un trastorno respiratorio del sueño, caracterizado por una obstrucción parcial prolongada de la vía aérea superior y/u obstrucción intermitente completa que interrumpe la ventilación normal durante el sueño y los patrones normales del mismo. Se asocia habitualmente con síntomas que incluyen el ronquido y trastornos del sueño1. El SAHS infantil tiene una entidad clara con perfiles muy diferenciados con respecto al del adulto en lo referente a etiología, presentación clínica y tratamiento. Es por este motivo que la Academia Americana de Medicina del Sueño separa de forma clara ambas entidades y las incluye en apartados diferentes en su clasificación2. El SAHS es una patología altamente prevalente en la edad infantil, que afecta entre un 2 y un 4% de niños con edades comprendidas entre los 2 y los 6 años1. Respecto al ronquido, las cifras alcanzan del 7 al 16,7% de 6 meses a 13 años y del 5 al 14,8% en adolescentes3,4. Para entender la fisiopatología del SAHS hay que tener presente que durante la inspiración se produce una presión negativa que favorece el colapso de los tejidos hacia el interior que se contrarresta por la acción de los músculos dilatadores de la faringe. Existen factores predisponentes en la infancia que alteran esta función de la musculatura faríngea, tanto anatómicos, que provocan un aumento de la resistencia de la vía aérea, como neurológicos, que impiden el funcionamiento normal de los músculos dilatadores. La hipertrofia amigdalar y adenoidea, las malformaciones craneofaciales, la obesidad, las enfermedades neurológicas como la parálisis cerebral infantil, las enfermedades neuromusculares, el reflujo gastroesofágico y la obesidad son algunos de los factores de riesgo que con mayor frecuencia se presentan en la infancia. Así, se entiende que el SAHS es un cuadro comórbido de diferentes trastornos crónicos en la infancia, algunos de ellos muy prevalentes. Solo por citar un ejemplo, entre un 30 y un 45% de niños con síndrome de Down pueden presentar SAHS5, un 27% de niños con discapacidad psíquica cumple criterios para ser evaluados formalmente en busca de SAHS6 y hasta un 50% de los niños remitidos para valoración por sospecha de SAHS presenta obesidad7. Las repercusiones médicas del SAHS incluyen alteraciones cardiovasculares, como alteraciones en la función ventricular y elevaciones discretas de la presión arterial, además del retraso pondoestatural. Desde el punto de vista neuroconductual está plenamente demostrado que pueden presentar problemas de aprendizaje, con disminución del rendimiento escolar, labilidad emocional, fenotipos conductuales que se han venido en denominar trastorno de déficit de atención con hiperactividad-like y, en definitiva, situaciones que afectan a la calidad de vida del niño y de su familia8. Podemos decir por tanto que el SAHS constituye un problema preferente de salud pública infantil por varios motivos. En primer lugar, por la elevada prevalencia del trastorno. En segundo lugar, porque se comporta como trastorno comórbido de diferentes procesos crónicos. En tercer lugar, porque su existencia empeora el curso de diferentes entidades a las que se asocia. Por ejemplo, hay trabajos que demuestran que la presencia de SAHS en niños epilépticos puede influir en la refractariedad al tratamiento de dicha epilepsia9. Por último, los trastornos del sueño en general y el SAHS en particular influyen de forma clara en la calidad de vida del niño y también en la de sus cuidadores en el caso de los niños con discapacidad. El conocimiento del SAHS en la infancia ha estado muy limitado hasta hace relativamente poco tiempo. Desde hace unos años ha habido un esfuerzo considerable por parte de diferentes colectivos científicos en la difusión de conocimientos en torno de esta entidad. Habitualmente, el pediatra de atención primaria es el objetivo al que van dirigidas las guías clínicas publicadas, pero no debemos olvidar que el Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 24 manejo diagnóstico y terapéutico del SAHS es claramente multidisciplinar. Diferentes especialistas (pediatras, otorrinolaringólogos, neumólogos, neurofisiólogos) están implicados en el proceso asistencial de los niños afectados de trastornos respiratorios relacionados con el sueño. Comorbilidad del síndrome de apneas-hipopneas del sueño. Consecuencias cardiovasculares del SAHS en la población pediátrica Estudios epidemiológicos han demostrado que los trastornos respiratorios durante el sueño (TRS) son muy frecuentes en la población pediátrica y, del mismo modo que en los adultos, también están asociados a riesgo cardiovascular10. Desde hace dos décadas existe un interés creciente por los TRS en la edad pediátrica, justificado por las graves consecuencias que pueden provocar en diferentes sistemas. Por otra parte, el aumento de la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en la población infantil contribuye a un incremento de la incidencia del síndrome de apneashipopneas del sueño (SAHS) en los niños y también, de forma directa e indirecta, del riesgo vascular. La hipoxia intermitente secundaria a cada evento respiratorio y la obstrucción de las vías aéreas superiores provocan una serie de fenómenos que son causantes de las complicaciones cardiovasculares: incremento de la actividad simpática, disfunción endotelial, generación de radicales libre e incremento de la presión de la arteria pulmonar con disfunción cardíaca derecha. A continuación, se detallan todos estos fenómenos. Disfunción autonómica La función autonómica se manifiesta a diferentes niveles: 1.Tono arterial: la hipoxia intermitente provocada por las apneas e hipopneas se acompaña de cambios significativos de la presión intratorácica y de una alteración de la función autonómica, consistente en un incremento de la respuesta adrenérgica y del tono basal simpático, y de una disminución del tono y actividad vagales. En adultos con SAHS existe una elevación de la concentración basal de norepinefrina y catecolaminas urinarias y este fenómeno también se ha objetivado en los niños, en los cuales se ha relacionado su concentración con la gravedad del SAHS11. Por otra parte, la activación simpática que existe en estos pacientes, y de forma independiente a su edad, provoca cambios en el tono arterial, que se han objetivado con pruebas no invasivas como la velocidad de la onda de pulso, la tonometría de pulso arterial (pulse arterial tonometry) y el tiempo de tránsito de pulso (pulse transit time o PTT en inglés), que analizamos a continuación12,13: – Velocidad de la onda de pulso: este parámetro, predictor del riesgo vascular, mide el tiempo que tarda una pulsación en recorrer una cierta distancia. La velocidad de la onda de pulso depende de la distensibilidad arterial y en el SAHS disminuye la distensibilidad y aumenta la velocidad de la onda de pulso. – Tonometría de pulso arterial: estímulos térmicos o respiratorios incrementan el tono arterial aunque, en niños con SAHS, se ha observado que este fenómeno está muy exagerado como respuesta a un incremento del tono simpático. – PTT: el PTT es el intervalo que tarda un pulso generado en el corazón hasta su llegada a territorios periféricos y también depende de la distensibilidad o rigidez de la pared arterial. El PTT es un marcador directo del arousal secundario a los eventos respiratorios obstructivos porque cada apnea-hipopnea se acompaña de un incremento de la presión arterial. 2.Frecuencia cardíaca: el control autonómico de la función cardíaca determina la frecuencia del latido y su variación en condiciones de reposo o como respuesta a diferentes estímulos de tal forma que este parámetro (la variabilidad de la frecuencia cardíaca) permite evaluar cuantitativamente la función del sistema nervioso autónomo y del control cardiovascular latido a latido. Se ha Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 25 demostrado que, en niños con SAHS, existe un predominio simpático con incremento del tono adrenérgico y disminución de la actividad vagal que provoca un aumento y una variabilidad de la frecuencia cardíaca14,15. 3.Presión arterial sistémica: las alteraciones de la función autonómica parecen ser la causa principal del incremento del tono arterial y, consecuentemente, de la aparición de hipertensión arterial (HTA) en los niños con SAHS. La relación entre ambos trastornos es conocida desde hace décadas, pero los primeros estudios solo incluían a niños con HTA definida con los mismos criterios que en adultos (presión arterial sistólica superior a 140 mmHg y/o presión arterial diastólica superior a 80 mmHg). Solo desde 1998 se están considerando las cifras en función de la edad y el peso pero, en todo caso, se ha observado que existen diferencias significativas entre los grupos control y los niños con TRS, quienes presentan cifras de presión arterial (PA) más elevadas con una relación directa entre los valores de la PA y el índice de apneas-hipopneas16. Los registros ambulatorios de la PA realizados en niños con un TRS han permitido objetivar otros fenómenos como las variaciones de la PA diastólica, la ausencia de la caída nocturna de la PA (nocturnal dipping) y el marcado incremento de la PA matutina17. No debemos olvidar la coexistencia de obesidad/sobrepeso, HTA sistémica y SAHS, cuya prevalencia se incrementa de forma paralela en la población infantil. En niños con SAHS se obtienen cifras de PA significativamente superiores en los pacientes obesos respecto de aquellos en los que el índice de masa corporal se encuentra dentro de límites normales18. Como ya hemos visto, existe una disfunción autonómica provocada por el SAHS en la población pediátrica aunque en la actualidad se desconocen sus consecuencias a largo plazo. Probablemente, la hipoxia intermitente provoque una disregulación au- tonómica con reducción mantenida del tono vagal, incluso en ausencia del estímulo. Cambios en la función y en la pared ventricular El incremento de la PA es un factor conocido de modificación de la pared ventricular que se manifiesta con hipertrofia, aumento de grosor de la pared interventricular, reducción de la fracción de eyección en ambos ventrículos y alteración del diámetro de la aurícula izquierda. La presencia de SAHS no solo contribuye a exagerar estos fenómenos, sino que también es capaz, por sí sola, de inducir una remodelación cardíaca y disfunción ventricular en adultos. En niños con SAHS también se han observado estos cambios y los signos de disfunción cardíaca podrían detectarse incluso antes de que aparezcan manifestaciones clínicas. Cuando se comparan niños sanos, niños con ronquido habitual sin apneas y niños con SAHS, se encuentran diferencias significativas en estos parámetros y la intervención quirúrgica (adenoamigdalectomía) resuelve o minimiza las anomalías de la pared ventricular. Sin embargo, a pesar de que existe una disfunción de la contractilidad cardíaca en pacientes pediátricos con SAHS, no se ha descrito una mayor incidencia de fallo cardíaco19,20. Cor pulmonale En el SAHS, los episodios repetidos de hipoxia e hipercapnia secundarios a los eventos respiratorios durante el sueño, provocan incremento de la resistencia vascular en la arteria pulmonar e hipertensión pulmonar que se resuelve, en pacientes adultos, tras instaurar tratamiento con CPAP21. En los niños, aunque el cor pulmonale puede ser la primera manifestación del SAHS, esta complicación es menos frecuente. Daño endotelial: inflamación sistémica y aterogénesis La relación entre daño endotelial y complicacio- Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 26 nes cardiovasculares graves es conocida desde hace años pero, recientemente, también se ha implicado al SAHS en esta asociación22 y se ha visto que su tratamiento puede revertir estas lesiones. Los mecanismos que pueden estar implicados en la afectación vascular endotelial son14,22-24: 1.Cambios en la producción de sustancias vasoactivas (incremento de endotelina, reducción del óxido nítrico) en respuesta a la hipoxemia intermitente, que provocan vasoconstricción e HTA. 2.Incremento de mediadores de adherencia inflamatorios, que inducen un estado de hipercoagulabilidad. 3. Activación simpática con daño endotelial directo. 4. Susceptibilidad genética, que podría ser un factor determinante en el caso de los niños con antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular. En adultos y en la población pediátrica existen claras evidencias de la asociación entre el SAHS y la aterosclerosis, en la que existe participación de fenómenos inflamatorios sistémicos22,23. Por otra parte, se piensa que el estrés oxidativo secundario a la hipoxia intermitente y a los arousals o microdespertares que ocurren durante el sueño puede conducir a una activación de los linfocitos T, probablemente de forma similar al fenómeno objetivado en la aterogénesis24. En adultos y niños con TRS, como respuesta a una activación de la respuesta inflamatoria y de la aterogénesis, existe una mayor expresión de moléculas de adhesión en monocitos circulantes25. Por otra parte, la expresión de interleucina (IL) 1 y 6 y del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) está relacionada con la presencia de SAHS y también con la gravedad del trastorno, que mejora tras la instauración del tratamiento26,27. Aunque en los niños los resultados son contradictorios, se ha descrito una elevación de la concentración plasmática matutina de TNF-α relacionada con la fragmentación del sueño provocada por los eventos respiratorios28. La proteína C reactiva (PCR) es, al mismo tiempo, un marcador de inflamación sistémica y un factor de aterosclerosis. La PCR puede incrementarse en los niños con SAHS y, aunque también existen resultados contradictorios respecto a este hecho, sí se ha objetivado una reducción de la PCR tras adenoamigdalectomía29. Por último, no debemos olvidar la relación entre el SAHS y los estados de hipercoagulabilidad. Se sabe que la p-selectina es un marcador de activación plaquetaria y su incremento en adultos con SAHS contribuye a la formación de placas de aterosclerosis y de trombos. Aunque en niños con SAHS existen menos datos, se ha observado que existe un incremento del fibrinógeno matutino30 (fig. 1). El SAHS induce un mecanismo oxidativo mediante la activación de la NADPH-oxidasa y la formación de peróxido de hidrógeno (H2O2). Además, el SAHS incrementa la liberación de citocinas (IL-1, IL-6 y TNF-α). En el hígado se incrementa la formación de reactantes de fase aguda y PCR. Los monocitos circulantes inducen la expresión de moléculas de adhesión en la superficie endotelial, disminuyen la actividad de la sintetasa endotelial del óxido nítrico y se activa la apoptosis en la superficie endotelial. A su vez, estas células endoteliales activan la formación de trombos. Conclusión El SAHS en la población pediátrica está asociado a una importante morbilidad que afecta, fundamentalmente, al sistema nervioso central y al sistema cardiovascular, con disfunción autonómica con arritmias cardíacas e HTA, remodelación de la pared ventricular y afectación endotelial. La magnitud del daño de los órganos diana está determinada, fundamentalmente, por la gravedad del SAHS y es posible que este trastorno, iniciado en la etapa infantil, sea el detonante de una cascada de eventos que determinen un inicio más precoz de algunos fenómenos que normalmente aparecerían en la edad adulta. El reconocimiento temprano de la existencia de un SAHS evitaría Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 27 Figura 1 Esquema que ilustra las alteraciones de la pared arterial en pacientes con síndrome de apneas-hipopneas del sueño obstructivo. Fuente: Gozal et al22. Normal vessel wall Endothelium Matrix NADPH oxidase ROS RNS OSA Adipose tissue IL-6 TNF-α IL-1 Leptin Adipokines MCP-1 eNOS apoptosis Liver H2O2 adhesion molecules Acute phase Reactants such as: Serum amyloid A CRP Cytokines Ox-LDL Growth factors Monocyte Foam cell Leukocyte Platelet Smooth muscle Vessel wall in OSA estas consecuencias y la eventual mortalidad en algunos casos. trastornos respiratorios durante el sueño y el metabolismo glucídico, con una limitada comorbilidad coexistente31. Complicaciones endocrinometabólicas del síndrome de apneashipopneas durante el sueño en la edad pediátrica Sin embargo, la susceptibilidad individual, así como las condiciones ambientales y el estilo de vida (actividad física e intelectual, dieta), desempeñan un importante papel en la variabilidad fenotípica. Precisamente por este motivo y por los cambios comportamentales y dietéticos de la población infantil durante las dos últimas décadas —en las que ha aumentado el porcentaje de obesidad y el sedentarismo—, el fenotipo clásico considerado hasta hace relativamente pocos años está siendo progresivamente sustituido por un patrón similar al que encontramos en la edad adulta, hasta el punto de proponerse la creación de dos tipos32, tal y como se realizó en su momento con la diabetes mellitus: el primero de ellos, asociado a hipertrofia linfoadenoidea en ausencia de obesidad El síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño (SAHS) infantil se ha convertido no solo en una entidad relativamente prevalente, sino también en una enfermedad asociada a múltiples comorbilidades que pueden alcanzar implicaciones hasta la edad adulta. Los mecanismos fisiopatológicos subyacentes del daño sobre los órganos diana empiezan a ser dilucidados, e implican vías inflamatorias y oxidativas. Los niños han representado clásicamente un buen modelo clínico para estudiar la relación entre los Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 28 (tipo I), y otro asociado fundamentalmente a obesidad y con menor hiperplasia amigdalar (tipo II), discutiéndose la creación de un tercer tipo que incluiría a niños afectados de malformaciones craneofaciales o alteraciones neuromusculares. Retraso del crecimiento A pesar de que este problema presentaba una incidencia desproporcionadamente alta en los primeros casos descritos, hoy en día se considera que menos del 5% de los pacientes con SAHS presenta retraso ponderoestatural33. De estos, incluso aquellos con obesidad presentan ganancia ponderal al ser tratados34. Se han propuesto diversos mecanismos para explicar las alteraciones del crecimiento en el SAHS, entre los que se encuentran la disminución de niveles de factor de crecimiento insulínico tipo 1, sus proteínas de unión e incluso la liberación de hormona del crecimiento35. Síndrome metabólico El término “síndrome metabólico” se ha empleado para describir la conjunción de resistencia insulínica, dislipemia, hipertensión y obesidad en la que se encuentra implicado el tejido adiposo disfuncionante, no habiéndose definido aún unos criterios de consenso de dicha entidad en la edad pediátrica36. Sin embargo, el riesgo de presentarlo se encuentra próximo al 50% en niños obesos, porcentaje que aumenta proporcionalmente al índice de masa corporal. Este y los niveles elevados de insulina en ayunas durante la infancia han demostrado ser los mayores factores predictores de desarrollar un síndrome metabólico en la edad adulta37. El papel etiológico de los trastornos respiratorios durante el sueño sobre el metabolismo infantojuvenil sigue sin conocerse con seguridad38. Mientras que en adultos, tanto la obesidad como el SAHS han sido identificados como importantes factores de riesgo de padecer síndrome metabólico, en la población infantil parece encontrarse determinado por el grado de obesidad (relacionado con la resistencia insulínica) y la dislipemia (con elevación de los niveles plasmáticos de triglicéridos y reducción de los niveles en plasma de las lipoproteínas de alta densidad), mientras que el SAHS no parece contribuir de forma tan significativa39. Sin embargo, aunque no parece inducir resistencia insulínica en pacientes pediátricos no obesos, sí puede desempeñar un papel predominante en caso de obesidad. En la población general, existe una asociación entre los trastornos respiratorios durante el sueño y la existencia de síndrome metabólico. Algunos estudios40 han encontrado un incremento de 6,49 veces la probabilidad de desarrollar un síndrome metabólico en relación con los niños que no presentan trastornos respiratorios durante el sueño. En la muestra, el 25% de los niños presentaba sobrepeso y un 19% había desarrollado un síndrome metabólico. En muestras clínicas de niños obesos41, se ha encontrado una correlación entre los trastornos respiratorios durante el sueño y los niveles de insulinemia en ayunas, independientemente del índice de masa corporal, en los cuales la resistencia insulínica y la dislipemia parecen encontrarse determinadas fundamentalmente por el grado de adiposidad corporal, más que por la gravedad del trastorno respiratorio durante el sueño42. De hecho, en niños no obesos con SAHS el grado de severidad de este no ha demostrado ser un predictor significativo de la resistencia insulínica o de los valores del índice HOMA43. Uno de los temas emergentes es el aumento de la producción y liberación, por parte del tejido adiposo, de adipoquinas pro y antiinflamatorias, sustancias que están implicadas en muchas de las manifestaciones clínicas de esta patología, como la diabetes44, hipertensión arterial o enfermedad cardiovascular25,45, y cuyo principal factor determinante de un incremento de los niveles de las mismas sería la obesidad. Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 29 En una primera etapa, el tejido adiposo se vuelve resistente a la acción de la insulina debido a la acción de alguna de estas adipoquinas, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), las interleucinas 1 y 6 (IL-1, IL-6), la leptina o la resistina. En una segunda etapa aparece dicha resistencia en otros tejidos y se produce un aumento tanto en los niveles de glucosa como de insulina. Dicho aumento, junto con los altos niveles de adipoquinas que se producen, conduce a la aparición de diferentes efectos adversos, entre los que se encuentran un aumento del estrés oxidativo, disfunción endotelial, aumento de la presión arterial y alteraciones del metabolismo lipoproteico, todos ellos con efectos adversos en la salud. Entre la multitud de adipoquinas existentes destaca la leptina, que desempeña un importante papel en la regulación del apetito, el sueño, la homeostasis metabólica e incluso el control respiratorio. A diferencia de los pacientes adultos, la elevación de los niveles de leptina circulante no se ha correlacionado con el grado de obesidad de los pacientes pediátricos con SAHS, sino que parece estar relacionada con la alteración respiratoria y la hipoxemia asociada46. El comportamiento de otras adipoquinas estudiadas, como la adiponectina (cuyos niveles se encuentran reducidos en niños obesos, presenten o no SAHS), requiere nuevos estudios para determinar su implicación47. Así, se podría concluir que el SAHS puede provocar alteraciones significativas de la homeostasis lipídica y de la inflamación sistémica; la presencia de obesidad concomitante es la causa de una alteración de la regulación glucémica secundaria a cambios en la sensibilidad a la insulina, independientemente del índice de masa corporal48. Entre la obesidad y la apnea parece crearse un “círculo vicioso” en el que ambas se favorecen mutuamente: la obesidad aumenta la apnea del sueño y esta provoca somnolencia y reduce la actividad del niño, por lo que se favorece el aumento de peso. De forma similar a lo que sucede en la edad adulta, la coexistencia de obesidad y SAHS aumenta considerablemente el riesgo de presentar alteraciones metabólicas40, así como esteatosis hepática no alcohólica49, lo que constituye un factor predictivo independiente para la diabetes tipo 2 y se asocia a dislipemia. El síndrome metabólico es más frecuente entre adolescentes que a edades más tempranas y afecta fundamentalmente a varones con sobrepeso, de forma similar a lo que sucede en la edad adulta. Se ha correlacionado con mayores índices de apnea-hipopnea, desaturaciones más severas y una menor eficiencia del sueño que en los niños que no presentan dicho síndrome50. En cambio, no se han encontrado diferencias significativas en el índice de alertamientos corticales (arousals), el porcentaje de sueño de ondas lentas, el tiempo total de sueño medio o en la roncopatía habitual. Efectos del tratamiento Hasta el momento se han reunido pocos datos acerca de los efectos del tratamiento del SAHS en las alteraciones metabólicas en la población infantil. La adenoamigdalectomía en ambos grupos, obesos y no obesos, se ha acompañado de una mejoría significativa del perfil lipídico, la proteína C reactiva y la apolipoproteína B, lo que estaría apoyando el mecanismo patogénico del SAHS en la homeostasis lipídica y las vías inflamatorias sistémicas, independientemente del grado de adiposidad. Se han descrito leves mejorías de las cifras de las lipoproteínas de alta densidad plasmáticas en niños adenoamigdalectomizados, sin cambios significativos en los niveles de insulina. El aumento de los niveles de leptina y de los marcadores de actividad nerviosa simpática observados en pacientes con SAHS en relación con los de roncadores simples mostraba un descenso tras el tratamiento con presión positiva continua en la vía respiratoria durante 3 meses50. Sin embargo, no se Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 30 ha demostrado ningún efecto del tratamiento sobre la resistencia insulínica, los niveles de insulinemia o los valores del índice HOMA51. (23%)56. El mecanismo por el cual el problema respiratorio puede contribuir al déficit de atención es desconocido. A pesar del creciente desarrollo de la investigación en este campo, se hace evidente la necesidad de un mayor conocimiento de las interacciones entre los trastornos respiratorios durante el sueño y sus consecuencias metabólicas con la obesidad52-54. En los niños con problemas respiratorios durante el sueño se triplica la frecuencia de alteraciones de la conducta y problemas de atención57. Conclusión Aunque no se ha establecido una relación clara entre niños no obesos con SAHS y alteraciones metabólicas, parece claro que la presencia de SAHS en un niño obeso pueda amplificar sus alteraciones metabólicas, y que la interrelación entre SAHS y obesidad es más compleja que simplemente su suma. La asociación demostrada entre el síndrome metabólico, el sobrepeso y las alteraciones ventilatorias durante el sueño sugiere la necesidad de realizar estudios de cribado en aquellos niños en los que se detecta una de las tres entidades. Trastornos neurocognitivos, conductuales, depresivos y excesiva somnolencia diurna del síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño en la edad pediátrica Las alteraciones conductuales y neurocognitivas, junto con los síntomas depresivos y la somnolencia excesiva diurna en la niñez, pueden deberse a un trastorno respiratorio durante el sueño (TRS). Trastornos neurocognitivos: inatención, hiperactividad, bajo rendimiento escolar La odds ratio (OR) para las alteraciones neuroconductuales en niños roncadores es de 2,93 (intervalo de confianza del 95%)55. Se ha sugerido que la comorbilidad entre el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y problemas respiratorios durante el sueño es alta En los niños que presentan hiperactividad y que no reúnen los criterios diagnósticos del TDAH, la Academia Americana de Pediatría recomienda, tras una exhaustiva evaluación, la realización de una cuidadosa historia de sueño y, si presentan ronquido, la realización de un estudio nocturno de sueño1. El rendimiento escolar resulta afectado en los niños con TRS58. Los niños con bajo rendimiento académico tienen más probabilidades de haber roncado durante la niñez temprana y de requerir una adenoamigdalectomía por el ronquido, en comparación con sus compañeros con rendimiento escolar superior, de manera que la morbilidad neurocognitiva asociada a los TRS puede ser solo parcialmente reversible, esto es, puede desarrollarse una “deuda de aprendizaje” en estos trastornos ocurridos durante la niñez temprana y perjudicar el rendimiento escolar posterior59. El papel desempeñado por la susceptibilidad interindividual, junto con las condiciones ambientales y la forma de vida, puede explicar gran parte de la variación en el fenotipo. Hay que tener en cuenta que el fenotipo del SAHS pediátrico ha cambiado; hemos ido del paciente que presenta hipertrofia amigdalar sin obesidad asociada al prototipo de un paciente con una hipertrofia amigdalar leve o moderada, y con un biotipo obeso que es muy similar al del paciente adulto. Por esta razón, se propone el uso de los términos tipo I y el tipo II en SAHS en niños, para tener en cuenta las diferencias clínicas y las manifestaciones de la patología60. Asimismo, se ha observado que casi la mitad de los niños con SAHS (47%) ha tenido problemas conductuales61, aumentando la correlación si se añade al SAHS otro trastorno del sueño. Sin embargo, hay Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 31 que tener en cuenta que otros factores, como la obesidad, la falta de horas de sueño y tener otros trastornos del sueño asociados, también determinan el comportamiento de estos niños56. Un metaanálisis que analizó 61 estudios puso en evidencia la correlación entre trastorno respiratorio en niños y déficits en el comportamiento, la regulación emocional, el comportamiento escolar, la atención selectiva, la atención sostenida y el mantenimiento de alerta. Hay también evidencia de que el trastorno respiratorio tiene una mínima asociación con el humor, la expresión lingüística, la percepción visual y la memoria de trabajo. Los resultados han sido escasos para extraer conclusiones sobre la inteligencia, la memoria y algunos aspectos de la función ejecutiva. 62 Posteriormente a este metaanálisis, se realizó un estudio prospectivo de casos y controles con 20 niños en cada grupo de entre 3 y 12 años, que valoraba otros aspectos neurocognitivos y conductuales. Se aplicó un cuestionario a los padres preguntando sobre el sueño de los niños, problemas respiratorios, alteraciones de conducta y neurocognitivas. Se realizó una polisomnografía nocturna completa, batería de pruebas psicológicas validadas y exploración otorrinolaringológica. Los resultados muestran que en el 75% de los casos los parámetros de atención, memoria, estructuración espacial y ansiedad están afectados. La atención directa está alterada en el 45,5% de los niños, la hiperactividad en el 30,8% de los casos y el déficit de atención en el 53,8%. La comparación entre casos y grupo control mostraba una diferencia estadísticamente significativa en atención, memoria y estructuración espacial. Todos los parámetros están más alterados si se miden con las pruebas psicológicas que por la valoración (cuestionario) de los padres63. Otro metaanálisis de 55 estudios64 alertó del impacto negativo de la hipoxia crónica o intermitente en el desarrollo, el comportamiento y el rendimiento escolar. Deben tenerse en cuenta todas las situaciones que puedan exponer a los niños a la hipoxia, ya que los efectos nocivos se han observado incluso cuando las desaturaciones son pequeñas. Síntomas depresivos: irritabilidad, fatiga, ánimo depresivo y falta de interés por las actividades diarias Algunos autores65 han demostrado que los niños que eran roncadores, sin importar la severidad del índice de apneas-hipopneas (IAH) o la presencia de obesidad, tenían peor calidad de vida y más síntomas depresivos que los niños que no eran roncadores. La mala calidad del sueño debida al SAHS podía traducirse en fatiga durante el día con mayores problemas de concentración, irritabilidad, humor depresivo y disminución del interés por las actividades diarias. Estos síntomas diurnos pueden ocasionar dificultades en otros aspectos de la vida del niño, como la relación con la familia y sus compañeros, o la participación en actividades físicas y deportivas. Los niños que son evaluados por problemas conductuales o afectivos frecuentemente presentan somnolencia diurna. La etiología de esta somnolencia es diversa pero incluye una higiene de sueño inadecuada, SAHS y trastorno del retraso de fase, entre otros66. Según los resultados de la escala el Child Behavior Checklist, los niños roncadores (el 22 frente al 11%) presentan más síntomas de internalización, especialmente síntomas ansioso-depresivos, y mayor reactividad emocional que los no roncadores, mientras que no se encuentran diferencias significativas en la escala de síntomas de externalización. En las pruebas que miden atención auditiva y conocimiento lingüístico (CI verbal), los roncadores contestaron peor que los no roncadores67. Cuando en estos niños se trata adecuadamente el SAHS, mejora su calidad de vida68. Excesiva somnolencia diurna En 1995 un estudio que evaluó a niños con SAHS, observó que solo un 7% de esos niños presentaba síntomas compatibles con excesiva somnolencia diurna (ESD)28. Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 32 Los niveles del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) (citocina inflamatoria implicada en la ESD) están aumentados en los niños con SAHS, particularmente en los casos más severos, y se correlacionan principalmente con el IAH, con la fragmentación del sueño y el índice de masa corporal. Además, el tratamiento quirúrgico del SAHS causa reducciones significativas de los niveles TNF-α con prolongaciones recíprocas en la latencia de sueño28. En algunos estudios se observa un acortamiento de la latencia de sueño en los niños con SAHS, pero es infrecuente la ESD, que tiende a desarrollarse en los casos más intensos o en los pacientes obesos69. La probabilidad de ESD en los niños obsesos (SAHS tipo II) es mayor que para los no obesos (SAHS tipo I), sea cual sea el nivel de severidad del SAHS70,71. En otros estudios, sin embargo, sí hay más síntomas diurnos de ESD, como dificultad para despertarse, cansancio matutino o somnolencia diurna (OR = 6,3), o mayor probabilidad de quedarse dormidos mientras miraban la televisión (OR = 1,8) y en lugares públicos (OR = 2,1), en roncadores que en no roncadores72. Conclusión Si bien mediante una encuesta clínica es difícil detectar la presencia de ESD en el niño con TRS, sí son frecuentes las alteraciones de conducta (irritabilidad, agresividad), neurocognitivas (memoria, inteligencia general, funciones ejecutivas, etc.) y del estado de ánimo. Diagnóstico del síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño en edad pediátrica Las evidencias sobre las consecuencias clínicas del síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño (SAHS) pediátrico (morbilidad cardiovascular, neurocognitiva, alteración del medro, etc.)73-78 cada vez son más abrumadoras, de manera que, actualmente, la actitud expectante y conservadora frente a los trastornos respiratorios del sueño (TRS) en la infancia no está justificada; su prevalencia y sus consecuencias en la calidad de vida del niño y su entorno obligan a un diagnóstico y tratamiento temprano. Por otro lado, la situación actual de presión asistencial debería condicionar los objetivos a corto plazo en cuanto al diagnóstico del SAHS pediátrico; estos deberían ser, entre otros, incrementar el poder de sospecha diagnóstica en asistencia primaria (AP), facilitando métodos de cribado y aproximación diagnóstica al alcance de la mayoría de la población, coordinando y racionalizando todos los medios disponibles de manera que permitieran identificar de forma eficiente el mayor porcentaje posible de población de riesgo que debería ser objeto de especial control y seguimiento tanto en AP como en las unidades de sueño. Todo ello, con el reconocimiento de que la prueba de referencia para el diagnóstico del SAHS es la polisomnografía (PSG) nocturna1,55,79,80 pero, al mismo tiempo, siendo conscientes de que parece evidente que en nuestro medio es impracticable realizar una PSG nocturna al 2-3% de la población infantil. Por esta razón, existe un interés creciente en el perfeccionamiento de técnicas o test de cribado, así como en el desarrollo de herramientas más simples que permitan alcanzar resultados diagnósticos fidedignos, reservando las técnicas más complejas y/o costosas (PSG, poligrafía respiratoria) para aquellos niños en los que las pruebas simples no aporten un diagnóstico de certeza o para aquellos otros en los que el resultado de las técnicas complejas puede condicionar la terapia (p. ej., ventilación no invasiva frente a tratamiento quirúrgico). La necesidad de incrementar la eficiencia diagnóstica obliga a potenciar los esfuerzos en el diagnóstico o en la sospecha diagnóstica del SAHS de manera temprana en aras a disminuir los costes adicionales o indirectos de los TRS81: – Los niños con SAHS son frecuentadores de los servicios sanitarios tanto de AP como hospitala- Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 33 ria. El diagnóstico correcto conlleva un descenso de esta hiperfrecuentación. – Disminución del uso de servicios paralelos: los niños con SAHS presentan con frecuencia problemas de conducta y aprendizaje que condicionan la necesidad de terapias y evaluaciones cognitivo- conductuales o farmacológicas. El diagnóstico temprano ocasiona una disminución del uso de estos servicios. diagnostico del SAHS en un niño roncador. Su poder predictivo positivo es del 55,8%. En general, la evaluación clínica per se tiene una alta sensibilidad pero una baja especificidad, lo que ocasionaría la presencia de muchos falsos positivos. Añadir un cuestionario específico sobre la apnea del sueño incrementa las posibilidades diagnósticas (de un 26% por historia clínica a un 53% usando un cuestionario específico)83. – El diagnóstico y tratamiento precoz del SAHS ocasiona una disminución de la comorbilidad asociada (obesidad, alteraciones cardiovasculares, etc.). Algoritmo diagnóstico en asistencia primaria y en la unidad de sueño (figs. 2 y 3) Este grupo de trabajo, por motivos de claridad expositiva, propone analizar la metodología diagnóstica del SAHS en dos compartimentos teóricos, el correspondiente a AP y el correspondiente a asistencia hospitalaria. Somos conscientes de que en muchos puntos esta división artificial es superada por la realidad y que ambos estratos no deberían tener solución de continuidad, pues en muchas ocasiones se superponen y complementan. Cribado rutinario en los controles de salud frente a la presencia de trastornos del sueño. Pautas diagnósticas en asistencia primaria Desde el punto de vista clínico la evaluación de un niño con sospecha clínica de SAHS en AP debería incluir la historia clínica y exploración completa, así como unas valoraciones específicas82. Algunas premisas previas – El diagnóstico de sospecha de los TRS se debería iniciar desde los primeros controles de salud incluidos en el programa del niño sano. Así, la Academia Americana de Pediatría recomienda que en los controles de salud se investigue el sueño en todos los niños1. Si el niño presenta ronquido y síntomas o hallazgos clínicos sugestivos de SAHS, se iniciará la escalada diagnóstica específica de TRS. – Es importante reconocer que la exploración clínica rutinaria y la historia clínica de manera aislada, no son métodos suficientes y fiables para el Asistencia primaria Historia y anamnesis Importante destacar: 1.Antecedentes familiares: investigar la existencia de otros casos de SAHS en la familia. El SAHS tiene un componente genético evidente. Asimismo, valorar situaciones medioambientales o socioeconómicas desfavorables (p. ej., hábito tabáquico familiar)84. 2.Eventos relacionados con el sueño y la respiración del niño: investigar la posición habitual durante el sueño: el cuello hiperextendido, posición prona con las rodillas debajo del tórax, posición semisentado o necesitando varias almohadas. Se trata de posiciones inconscientes que realiza el niño durante el sueño buscando una mejor ventilación. Algunos síntomas incrementan la probabilidad de que un niño que ronca presente SAHS85,86: – La observación familiar de apnea (odds ratio [OR] = 3,3). – Respiración bucal diurna frecuente (OR = 3,7). – Preocupación paterna sobre la respiración del niño (OR = 4,4). – Dificultad respiratoria durante el sueño (OR = 5,4). Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 34 – Despertares frecuentes durante el sueño en un niño que previamente dormía bien. – Aparición de cambios escolares o conductuales. – Presencia de enuresis secundaria. 3.La excesiva somnolencia diurna no es predictiva de la presencia de SAHS en los niños pequeños87. 4.Incluir en la historia el test PSQ de Chervin para TRS. Consta de 22 preguntas orientadas a los TRS. Es el referente en la sospecha de SAHS para niños entre 2 y 18 años de edad, según se acordó en el Consenso Nacional del Síndrome de Apnea del Sueño. Su línea de corte del 33% tiene una sensibilidad del 0,85 y una especificidad del 0,87. Ha sido traducido y validado en lengua española88,89. Exploración clínica Valorar especialmente: 1.La anatomía craneofacial y de vías respiratorias altas: evaluar la presencia de respiración bucal no coincidente con procesos catarrales y la presencia de hipertrofia adenoamigdalar así como la anatomía craneofacial (hipertrofia adenoamigdalar, retrognatia, Mallampati)90-93. Es importante tener en cuenta que el grado de hipertrofia adenoamigdalar no está linealmente correlacionado con la presencia de SAHS: adenoides y amígdalas de pequeño tamaño no la excluyen si los otros síntomas están presentes. 2.Exploración cardiopulmonar: evaluar el posible desplazamiento del impulso máximo, soplo sugestivo de regurgitación tricúspide, observación del trabajo respiratorio, presencia de cianosis, descripción del patrón y frecuencia respiratoria, variabilidad de la frecuencia cardíaca94. En la mayoría de las situaciones estos datos no son significativos. Figura 2 Esquema diagnóstico en asistencia primaria. HA: hipertrofia adenoamigdalar; IVRS: infección de vías respiratorias superiores; OM: otitis media; PA: presión arterial; PC: percentil; TDAH: síndrome de déficit de atención con hiperactividad. Adaptado de: Kheirandish-Gozal L. What is “abnormal” in pediatric sleep? Respiratory Care. 2010;55:1366-76. Roncador habitual (> 3 noches/semana más de 3 semanas sin presencia de IVRS) CRITERIOS CLÍNICOS ASOCIADOS Mayores Sí No Menores Problemas de aprendisaje Hipercolesterolemia para la edad Se duerme en clase (> 1 vez/semana) OM y/o IVRS recurrentes Conducta TDAH-like Asma/rinitis alérgica PA > PC 85 para talla Historia familiar (+)* Enuresis resistente al tratamiento Historia de prematuridad Sí No IMC > PC 97% para edad I. Mallampati > 2 + HA * Historia familiar: 1 progenitor (-) o 3 familiares cercanos (+) Roncador habitual sin presencia de criterios clínicos Roncador habitual (> 3 n/s > 3 s) y presencia de: 4 criterios mayores o 3 criterios mayores + 2 criterios menores Repetir en próximo control de salud Remitir a unidad de sueño/centro de referencia Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 35 Figura 3 Esquema diagnóstico en una unidad de sueño. La PSG es la técnica diagnóstica de elección, siendo útil la PR siempre que se utilice en unidades de sueño y con polígrafos validados en esta población, reservándose la PSG para niños con comorbilidad derivados de forma urgente para estudio de sueño y en casos de dudas diagnósticas (alta sospecha clínica y PR no diagnóstica) o sospecha de otras patologías de sueño diferentes del SAHS (narcolepsia, parasomnias, etc.). En la nomenclatura utilizada IAR es equivalente al término RDI, y sería el índice de alteraciones respiratorias por hora de sueño que engloba número de apneas, número de hipopneas y número de RERA por hora de estudio. El término IER sería el equivalente a RDI en poligrafía respiratoria. IAH: índice de apneas-hipopneas; IER: índice de eventos respiratorios por hora de estudio; IMC: índice de masa corporal; ORL: otorrinolaringológica; PSG: polisomnografía; PR: poligrafía respiratoria nocturna; SAHS: síndrome de apneas-hipopneas del sueño; TDAH: síndrome de déficit de atención con hiperactividad. Unidad de sueño/centro de referencia Historia clínica y de sueño Cuestionario sueño: PSQ-Chervin Exploración física Exploración ORL Sugestivo de SAHS Retrognatia Amígdalas ≥ 2 + Adenoides ≥ 75% Mallampati ≥ 2 Sí No PR Control a los 6 meses IER ≥ 5 IER < 5 Derivación ORL Adenoamigdalectomía PSG IAH ≥ 5 IAH: 3-5 Derivación ORL Adenoamigdalectomía Comorbilidad Sí Presencia de comorbilidad: Dismorfias faciales sindrómicas Problemas de aprendizaje Alteraciones del comportamiento Conductas TDAH-like Retraso del crecimiento Obesidad: IMC > 97% percentil Hipertensión arterial sistémica Datos de cor pulmonale Síndrome metábolico Enuresis resistente al tratamiento IAH < 3 IAH > 1 No IAR ≥ 2 IAH < 1 IAR < 2 Control a los 6 meses Terapia antiinflamatoria Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 36 3.Somatometría y cambios recientes en ella (en ambos sentidos). de Chervin y/o el vídeo domiciliario confirman la sospecha de presencia de TRS/SAHS. Los niños obesos representan un grupo de riesgo especial, incluso tras la adenoamigdalectomía, y requieren un seguimiento diferenciado. – Según criterios diagnósticos mostrados en la figura 2. Pruebas complementarias Consideraremos la presencia de criterios mayores y criterios menores para el establecimiento de una estrategia diagnóstico-terapéutica: 1.Radiografía lateral de faringe: su utilidad es muy controvertida. La radiografía realizada en vigilia difícilmente predice el grado de obstrucción real y aún menos la obstrucción que se produciría durante el sueño95. 2.Índice de Brouillette96,97: en la mayoría de las ocasiones no es capaz de distinguir entre ronquido habitual con o sin presencia de SAHS, de manera que no constituye una prueba útil para distinguir pacientes roncadores con y sin SAHS. 3.Vídeo domiciliario: la observación del esfuerzo respiratorio nocturno puede aportar muchos datos. Sivan et al98 desarrollaron una prueba para valorar el vídeo realizado en el hogar durante media hora por los padres en niños de 2 a 6 años de edad y obtuvieron una sensibilidad y una especificad del 89 y el 77%, respectivamente. Su punto de corte predice el 55% de los casos de TRS. Para que el vídeo reúna las condiciones idóneas debemos solicitar a los padres: – Una duración de media hora, buscar posición decúbito supino, interesan mucho los movimientos del tórax: sin ropa (ni de cama ni pijama) de cintura para arriba, correcto funcionamiento del audio (dada la importancia de los ruidos respiratorios); el mejor momento de la grabación: de 5 a 5 h 30 min (mayor porcentaje de sueño REM) o cuando los padres observen que los ruidos respiratorios son más intensos. Criterios diagnósticos Criterios mayores: – Problemas de aprendizaje. – Se duerme en clase (> 1 vez/semana). – Conductas de síndrome de déficit de atención con hiperactividad-like. – Presión arterial > percentil (PC) 85 para la talla. – Enuresis resistente al tratamiento. – Índice de masa corporal > PC 97% para la edad. – Índice de Mallampati > 2 + hipertrofia adenoidea. Criterios menores: – Hipercolesterolemia para la edad. – Otitis medias recurrentes y/o infecciones de vías altas recurrentes. – Asma/rinitis alérgica. – Historia familiar (1 progenitor o 3 familiares cercanos). – Historia de prematuridad. Cuando un niño roncador habitual presenta 4 criterios mayores o 3 criterios mayores + 2 criterios menores, el niño debe remitirse a una unidad de sueño. Pauta diagnóstica en la unidad de sueño Las herramientas diagnósticas en esta etapa son: Indicaciones de derivación a una unidad de sueño y/o otorrinolaringológica ante sospecha de TRS/ SAHS según las disponibilidades de nuestro medio y la certeza diagnóstica: 1.Nasofibroscopia con endoscopio flexible: permite valorar la permeabilidad de las fosas nasales, la presencia de hipertrofia adenoidea, la permeabilidad de las coanas y la presencia de alteraciones laríngeas91. – Según clínica, exploración y pruebas complementarias descritas previamente: si la prueba 2.Poligrafía respiratoria (PR): los sistemas portátiles o de PR (niveles III y IV de la ASDA)99 son siste- Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 37 mas diseñados inicialmente para su utilización en el domicilio y que típicamente incluyen la medida de variables cardiorrespiratorias pero no de variables neurofisiológicas; los polígrafos a utilizar deben registrar: flujo oronasal (generalmente medido con termopar/termistor y/o cánula nasal), esfuerzo respiratorio (torácico y/o abdominal), saturación de oxígeno por pulsioximetría, posición corporal, ronquido y frecuencia cardíaca); otra variable que suelen incorporar es el electromiograma tibial (2 electrodos en el tibial anterior) para evaluar los movimientos periódicos de piernas. Son técnicas no vigiladas y que no permiten intervención durante su realización. Se realiza, al igual que la PSG, durante el horario de sueño nocturno. Son muchos los polígrafos respiratorios que existen en el mercado y algunos de ellos han sido validados por las unidades de sueño que los utilizan. El sueño debe ser espontáneo, no inducido farmacológicamente, y habitualmente se realiza entre las 22 h y las 8 h del día siguiente. Los criterios de análisis de los registros deberán ser los mismos en todos los polígrafos en cuanto a todas las variables que registren y según criterios de la American Association of Sleep Medicine (AASM)80. La PR presenta algunas limitaciones que es necesario conocer: 1.No detecta los microdespertares electroencefalográficos, por lo que no permite diagnosticar el síndrome de resistencia aumentada de la vía aérea superior. Frente a ello, algunos estudios han relacionado la presencia de microdespertares electroencefalográficos con otras variables, como la disminución del tiempo de tránsito de pulso, el aplanamiento del asa del flujo inspiratorio o la disminución de la amplitud de las bandas seguido de una hiperventilación. 2.Al no registrar variables neurofisiológicas que nos permiten registrar el tiempo de sueño, utiliza el tiempo en la cama como denominador de los distintos índices (apneas, hipopneas, desaturacio- nes), lo que puede producir falsos negativos al ser el tiempo en la cama mayor que el tiempo de sueño real. A pesar de estas limitaciones, la American Thoracic Society (ATS) reconoce que la PR sería una técnica prometedora y requiere investigación al respecto. Varios autores sugieren que el empleo de criterios clínicos, junto con una exploración minuciosa de la vía aérea superior, un vídeo doméstico y una PR con un equipo validado es una buena alternativa para el diagnóstico de certeza de niños con sospecha clínica de SAHS100,101. Hay pocos estudios realizados con PR en niños y los que hay se realizaron en población de alta probabilidad de SAHS, con escaso número de pacientes y sin comparar simultáneamente con la PSG, obteniéndose resultados discordantes102,103. Recientemente se ha publicado un estudio en 53 niños con sospecha clínica de SAHS, a los cuales se les ha realizado simultáneamente PSG y PR en el laboratorio de sueño104. Considerando como diagnóstico de SAHS la presencia de índice de apneas/hipopneas obstructivo (IAHo) ≥ 3 en PSG e índice de eventos respiratorios (IER) ≥ 3 en PR, la coincidencia diagnóstica fue del 84,9%. La diferencia de medias entre IAHo e IER no fue significativa (0,7 ± 5,4; p = 0,34). El coeficiente de correlación intraclase entre el IAHo y el IER fue de 89,4 (intervalo de confianza [IC] del 95%, 82,4-93,7; p < 0,001). Para el diagnóstico de SAHS se consideraron los valores de IAH obstructivo ≥ 1, ≥ 3 y ≥ 5, calculándose las curvas ROC para cada uno de ellos, siendo 4,6 el mejor IER para los tres valores de IAH obstructivo considerados con un área bajo la curva de eficiencia diagnóstica superior al 85% y una especificidad de hasta el 91,7%. Por tanto, una PR hospitalaria es una alternativa válida para el diagnóstico del SAHS en el niño y se considera una técnica de cribado adecuada para el estudio del SAHS en la infancia. Su principal indicación sería el estudio de pacientes con alta o baja probabilidad de padecer un SAHS, mientras que los pacientes con probabilidad media Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 38 y aquellos con comorbilidad asociada deberían realizarse una PSG completa, al igual que aquellos con resultados negativos en la PR, pero con alta sospecha clínica de presentar un SAHS. Al mismo tiempo, se abre la puerta a la necesidad de validar su realización en el domicilio del propio niño, sobre todo cuando en los últimos años se están comercializando polígrafos extraordinariamente portátiles que permiten su uso en el domicilio. 3.PSG nocturna: la PSG nocturna realizada en el laboratorio de sueño sigue siendo la técnica de referencia1,55,79,80 para el diagnóstico de SAHS en los niños. En 2007, la AASM80 publica las reglas para la codificación de las variables neurofisiológicas y cardiorrespiratorias de la PSG, tanto en adultos como en niños. La PSG nocturna consiste en el registro continuo y supervisado del estado de vigilia y de sueño espontáneo, no inducido farmacológicamente, mediante el registro de: a.Variables neurofisiológicas: electroencefalograma, electrooculograma, electromiograma tibial y submentoniano. Permite la valoración de los estadios de sueño y la arquitectura de sueño. b.Variables cardiorrespiratorias con registro de: b.1. Flujo oro-nasal: para la valoración de eventos respiratorios: apneas, hipopneas y limitaciones al flujo, mediante termosensores (termopar/termistor) o cánulas nasales. b.2. Esfuerzo respiratorio: para la clasificación de los eventos respiratorios en centrales, obstructivos o mixtos mediante bandas piezoeléctricas torácicas y abdominales o pletismografía de impedancia. b.3. Valoración del intercambio gaseoso: saturación de oxígeno por pulsioximetría (SatO2) y medida del CO2 espirado o transcutáneo. b.4. Frecuencia cardíaca. b.5.Ronquido. b.6. Posición corporal: permite el análisis de la ocurrencia de eventos respiratorios en relación con la posición corporal. b.7.Electromiografía de los músculos tibiales anteriores: permite el análisis de la presencia o no de movimientos mioclónicos de las piernas durante la vigilia y/o sueño asociados o no a eventos respiratorios. Dada la edad de los pacientes, requiere un entorno específico adecuado y adaptarse al horario de los niños, requiriendo además personal entrenado tanto en la realización de la técnica como en su interpretación. Consideraciones técnicas, basadas en la AASM80: 1.El sensor utilizado para detectar la ausencia de flujo para la identificación de las apneas es el termopar o termistor oronasal. 2.El sensor utilizado para la identificación de las hipopneas es la cánula de presión nasal. 3. El sensor aceptado para la detección de esfuerzo respiratorio es el catéter esofágico o la pletismografía de impedancia calibrada o sin calibrar. 4. El sensor para la detección de saturación de oxígeno es la pulsioximetría. 5. Para valorar la hipoventilación alveolar se acepta la monitorización de CO2 transcutáneo o el endtidal CO2. Los criterios diagnósticos utilizados en el adulto no pueden utilizarse en los niños y debe tenerse en cuenta, en especial, la diferencia en el criterio de la duración del evento respiratorio y el índice total de estos, que se considera diferente en los niños. El criterio de pausas respiratorias ≥ 10 s para definir un evento respiratorio en los adultos no es correcto en niños, ya que períodos más cortos son capaces de producir descensos de la SatO2 y aumentos de la PaCO2. Hoy en día sabemos que un índice de apneas de 1 es estadísticamente significativo, pero no sabemos cuál es el nivel clínicamente significativo. Al valorar la PSG es preciso tener en cuenta que las Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 39 apneas centrales son frecuentes en los niños y solo se consideran patológicas si duran más de 20 s o se acompañan de desaturaciones. En relación con la gravedad del SAHS, según la PSG esta se clasifica en: En el año 2006 se publican los valores polisomnográficos de normalidad en niños105 y la AASM80 en 2007 publica los criterios para la identificación de apneas y su clasificación, de hipopneas, de limitaciones al flujo, hipoventilación nocturna y de respiración periódica en niños, expuestos en la tabla 1. – SAHS moderado: IAH de 5 a 10. Efecto laboratorio En un estudio reciente en que se realizaban 2 PSG a un grupo de niños se comprobó que el estudio del primer día identificó correctamente el 84% de los casos con SAHS, y que los casos no detectados en la primera noche fueron aquellos que tenían un IA en el límite de la normalidad106. Clasificación diagnóstica del síndrome de apneas-hipopneas del sueño en niños La International Classification of Sleep Disorders considera por consenso el diagnóstico de SAHS en niños cuando hay uno o más eventos respiratorios por hora de sueño. Sobre la base de los conocimientos actuales, teniendo en cuenta los valores de normalidad polisomnográficos publicados en niños, en el año 2005 se publican los criterios diagnósticos de SAHS en niños107. Estos criterios diagnósticos, a pesar de ser los más recientemente publicados y los únicos que clasifican el grado de gravedad del SAHS en niños, son previos a las normas de codificación publicadas por la AASM en 200780. Actualmente, es necesaria la valoración de los eventos respiratorios, apneas, hipopneas y RERA definidos según la AASM80 para la indicación de tratamiento. El Grupo de Consenso Español de Síndrome de Apneas/Hipopneas durante el sueño acepta un índice de apneas obstructivas entre 1 y 3 como línea de corte de normalidad108. Los criterios polisomnográficos que se vienen utilizando son los que se recogen en la tabla 2. – SAHS leve: IAH < 5. – SAHS grave: IAH > 10. Hay que tener en cuenta que los valores de IAH no pueden predecir con precisión la gravedad de la desaturación de oxígeno en pacientes pediátricos con SAHS y viceversa. Las indicaciones generales de la realización de una PSG en niños con sospecha de SAHS son109: – Diferenciar el ronquido no acompañado de TRS del ronquido acompañado de TRS. – Para diagnóstico de SAHS. – Determinar la intensidad del TRS. – Clarificar el diagnóstico cuando los síntomas y los factores de riesgo no concuerdan. – Realizar cribado en niños con altas probabilidades de SAHS (trisomía 21, acondroplasia, etc.). – Determinar la intensidad de los TRS en niños con riesgo quirúrgico. – Determinar el nivel de presión positiva (CPAP) necesario. – Determinar la presencia de SAHS residual después del tratamiento (quirúrgico u otra opción de tratamiento realizado); si persisten síntomas subjetivos, factores de riesgo o previo al tratamiento era un SAHS grave. – Para diagnóstico de hipoventilación alveolar central congénita. – Para determinar hipoventilación durante el sueño en enfermedades neurológicas o de la pared torácica. Los inconvenientes de la PSG son: – No está disponible en todos los hospitales. – Es cara y precisa personal especializado. Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 40 Tabla 1 Eventos respiratorios nocturnos Apnea obstructiva 1. Duración del evento equivalente a dos ciclos respiratorios 2. El evento se asocia a caída de la amplitud de la señal del termopar o termistor ≥ 90% durante más del 90% del total del evento, comparada con el nivel basal 3. Persistencia o aumento del esfuerzo respiratorio durante el período de descenso del flujo oronasal 4. Duración: desde el final de la última respiración normal hasta el inicio de la primera respiración que recupera el nivel basal Apnea mixta 1. Duración del evento equivalente a dos ciclos respiratorios 2. El evento se asocia a caída de la amplitud de la señal del termopar o termistor ≥ 90% comparada con el nivel basal 3. Ausencia de esfuerzo inspiratorio en la primera parte del evento seguido de resolución del esfuerzo inspiratorio antes del final del evento Apnea central Ausencia de esfuerzo inspiratorio durante todo el evento y uno de los siguientes criterios: Apnea Central Ausencia de esfuerzo inspiratorio durante todo el evento y uno de los siguientes criterios: 1. Duración del evento durante al menos 20 s 2. Duración del evento al menos el tiempo equivalente a 2 ciclos respiratorios y asociado con arousal, despertar o desaturación ≥ 3% 3. Apnea central equivalente a dos ciclos respiratorios pero menor de 20 s que sigue a ronquido, suspiro, evento respiratorio o arousal no debe ser codificada, salvo que cause arousal, despertar o desaturación ≥ 3% Hipopnea Debe cumplir todos los criterios siguientes: 1. Descenso en la amplitud de la señal de la cánula nasal o de señal alternativa ≥ 50% comparada con la amplitud basal 2. Duración: al menos el tiempo equivalente a dos ciclos respiratorios 3. La caída en la amplitud de la cánula nasal debe durar ≥ 90% de todo el evento respiratorio comparado con la amplitud precedente al evento 4. El evento está asociado con un arousal, despertar o desaturación ≥ 3% RERA (evento respiratorio relacionado con arousal) Debe cumplir los criterios 1 o 2: 1. Con cánula nasal debe cumplir: – Caída discernible en la amplitud de la señal de la cánula, de menos de un 50% comparada con el nivel basal – Aplanamiento en la onda de presión nasal – El evento se acompaña de ronquido, respiración ruidosa, elevación en PCO2 end-tidal o transcutáneo o evidencia visual de aumento de esfuerzo respiratorio – La duración del evento debe ser al menos el tiempo equivalente a dos ciclos respiratorios 2. Con catéter esofágico debe cumplir: – Aumento progresivo del esfuerzo respiratorio durante el evento – El evento se acompaña de ronquido, respiración ruidosa, elevación en el PCO2 end-tidal o transcutáneo o evidencia visual de aumento de esfuerzo respiratorio – La duración del evento debe ser al menos el tiempo equivalente a dos ciclos respiratorios Hipoventilación CO2 > 50 mmHg durante > 25% del tiempo total de sueño, medido por end-tidal CO2 o CO2 transcutáneo Respiración periódica Presencia de > 3 episodios de apneas centrales de al menos > 3 s de duración separadas por no más de 20 s de respiración normal Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 41 En Tucson, han realizado estudios polisomnográficos domiciliarios con registros válidos en más del 90% de los niños de entre 5 y 12 años110. El subcomité para el estudio de SAHS en niños de la AAP concluye que la PSG nocturna es el método más fiable para el diagnóstico de SAHS en niños, aunque los criterios no están validados; subraya que la demora diagnóstica puede acarrear secuelas graves y apoya el desarrollo de una pauta de diagnóstico, cuyos objetivos son: diagnóstico con la finalidad de tener un diagnóstico del SAHS cuantificado. La PR podría utilizarse en la extensa población infantil susceptible de SAHS y de esta forma disminuir el infradiagnóstico, reservándose la PSG para niños con comorbilidad derivados de forma urgente para estudio de sueño y en casos de dudas diagnósticas o sospecha de otras patologías de sueño diferentes del SAHS. – Considerar el diagnóstico de SAHS para evitar secuelas por parte de los pediatras. Tratamiento del síndrome de apneas-hipopneas del sueño en los niños –Evitar intervenciones quirúrgicas en pacientes que no tienen consecuencias adversas. El tratamiento de elección del síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño (SAHS) en los niños es quirúrgico (adenoamigdalectomía)1,55,108,111-113. Uno de los mayores problemas en niños es a quién y cuándo tratar. Está aceptado que los niños con SAHS grave o con riesgo de serias complicaciones como cor pulmonale o fracaso del crecimiento deben tratarse siempre, requiriendo tratamiento urgente los niños que presenten fracaso cardiorrespiratorio o hipoxemia grave independientemente de la edad. También existe acuerdo en no tratar quirúrgicamente a los niños con ronquido habitual; sin embargo, el tratamiento en los niños con alteraciones polisomnográficas leves es controvertido. – Evaluar a los pacientes de mayor riesgo de complicaciones quirúrgicas. Esquema diagnóstico-terapéutico Dada la elevada prevalencia del SAHS en niños y la comorbilidad que conlleva, el tratamiento, en su mayoría quirúrgico con un riesgo derivado de la propia cirugía, la no correlación a veces de la exploración otorrinolaringológica (tamaño de amígdalas) y la posibilidad de que pese al tratamiento quede patología residual, pensamos que se podría usar la PR como primera técnica de Tabla 2 Valores polisomnográficos normales Parámetros TST (h) Eficiencia de sueño Niños ≥6h ≥ 85% Sueño REM (%TST) 15-30% Sueño onda lenta (% TST) 10-40% Comentarios Aceptable en condiciones de laboratorio TST/tiempo de registro en % En la infancia hay incremento de REM Índice de apnea (N/h) ≤1 Media ± DE (0,1 ± 0,5), rango (0-3,1) Pico PetCO2 (mmHg) ≤ 53 Media ± DE (46 ± 4), rango (38-53) Nadir SatO2 (%) Desaturación > 4% (N/h TST) Puede ser más bajo durante la infancia ≥ 92% ≤ 1,4 Media ± DE (96 ± 2), rango (89-98) Media ± DE (0,3 ± 0,7), rango (0-4,4) También puede aparecer por apneas centrales SatO2: saturación de oxígeno; TST: tiempo total de sueño. Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 42 Tratamiento quirúrgico Adenoamigdalectomía Tradicionalmente la adenoamigdalectomía ha sido el tratamiento de elección para los trastornos respiratorios del sueño (TRS) en el niño. Consigue la normalización del cuadro respiratorio nocturno, de la sintomatología diurna y la reversión en muchos casos de las complicaciones cardiovasculares, alteraciones neurocognitivas, retraso en el crecimiento y enuresis. La eficacia de la adenoamigdalectomía es de aproximadamente el 78% de los casos de SAHS infantil112,113; sin embargo, esta eficacia es variable en los estudios publicados y así recientemente se publi ca un estudio multicéntrico en el que la tasa de curación es de solo un 27,2%114. El riesgo posquirúrgico pediátrico oscila entre el 0 y el 1,3%; sin embargo, en los niños con SAHS se han encontrado tasas de entre el 16-27%108 con mayor incidencia de complicaciones de la vía respiratoria, recomendándose monitorización en el postoperatorio en los casos de mayor riesgo: edad menor de 3 años, anomalías craneofaciales, retraso de crecimiento, obesidad, parálisis cerebral, cor pulmonale o graves alteraciones en el estudio polisomnográfico previo a la intervención quirúrgica. La American Academy of Pediatrics55 recomienda en estos casos hospitalización y monitorización continua con pulsioximetría durante al menos la primera noche del tratamiento quirúrgico, pudiéndose utilizar la presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) en el período perioperatorio para estabilizar a los pacientes antes de la cirugía y para tratamiento de las complicaciones postoperatorias. En cuanto al seguimiento, todos los niños deben reevaluarse clínicamente después de la cirugía, debiéndose realizar estudio de sueño (polisomnografía [PSG] o poligrafía respiratoria [PR]) posquirúrgico en los niños que fueran SAHS graves en el preoperatorio, o cuando persistan factores de riesgo o síntomas de SAHS. La última revisión de la Cochrane113 nos muestra la ausencia actual de estudios doble ciego en el tratamiento del SAHS infantil y concluye que la literatura disponible sobre los efectos de la adenoamigdalectomía en el SAHS pediátrico presenta problemas metodológicos que incluyen la falta de aleatorización y controles, así como variaciones en las definiciones y variables tenidas en cuenta; a pesar de todo ello las evidencias disponibles actualmente, provenientes de ensayos no aleatorios y trabajos no controlados, sugieren que la adenoamigdalectomía es un tratamiento eficaz en el SAHS infantil. Así pues, la adenoamigdalectomía sigue siendo hoy en día el tratamiento de elección del SAHS infantil y los clínicos deben seguir realizándola en niños con SAHS significativo y asegurarse de sus beneficios en cada caso concreto; por tanto, ante la ausencia y necesidad actual de estudios de calidad, la cirugía debe realizarse como parte de un completo enfoque clínico. Técnicas de amigdalectomía Hay varias técnicas para realizar la amigdalectomía y su respectiva efectividad es aún materia de debate115,116. Los resultados quirúrgicos, incluidos la resolución del síndrome de apneas-hipopneas, dolor postoperatorio y tiempo de recuperación, difieren en los diferentes procedimientos. Actualmente, se carece de datos provenientes de ensayos controlados aleatorios que apoyen un método de amigdalectomía sobre otro115,116, dependiendo en gran medida de la experiencia del equipo en cada una de las técnicas quirúrgicas. Otros procedimientos quirúrgicos La septoplastia, uvulofaringopalatoplastia, epiglotoplastia, glosopexia y cirugía maxilomandibular, se realizan con poca frecuencia pero pueden estar indicadas en casos seleccionados. La traqueotomía, aunque es eficaz en el tratamiento del SAHS tanto infantil como en el adulto, dadas sus importantes consecuencias físicas y psíquicas, Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 43 actualmente está en desuso y solo se realizaría si las alteraciones anatómicas presentadas fueran imposible de corregir con otras técnicas y no se pudiesen realizar otros tratamiento menos agresivos, debiéndose en estos casos realizar tratamiento con CPAP o ventilación mecánica no invasiva (VMNI) como puente en espera de cirugía o incluso como tratamiento definitivo. Presión positiva continua en la vía aérea superior La utilización de CPAP fue desarrollada por Sullivan en 1981 y consiste en una turbina que transmite una presión predeterminada de aire a través de una mascarilla nasal o facial adaptada a la cara del paciente, fijada con un arnés. El sistema genera constantemente un flujo y transmite una presión a la vía aérea superior, evitando su colapso tanto estático (apneas) como dinámico (hipopneas) durante el sueño. La CPAP corrige las apneas obstructivas, mixtas y en ocasiones las centrales, elimina las hipopneas y suprime el ronquido. Evita la desaturación de oxígeno, los despertares electroencefalográficos (arousal) secundarios a los eventos respiratorios y normaliza la arquitectura del sueño. La CPAP no es un tratamiento curativo, lo cual implica que su aplicación debe ser continuada; por ello, obtener un adecuado cumplimiento resulta imprescindible. En el tratamiento con CPAP es fundamental: – Adecuada indicación del tratamiento con CPAP. – Adecuada preparación del paciente para la utilización de la CPAP. – Adecuado control y seguimiento de los pacientes. La CPAP constituye la segunda línea de tratamiento del SAHS en la infancia117, ya que la mayoría de los niños con SAHS mejora con la adenoamigdalectomía, quedando un pequeño grupo de pacientes que requerirán tratamientos adicionales o en los que el CPAP será la primera opción. Generalmente, suelen ser niños con obesidad, alteraciones craneofaciales o enfermedades neuromusculares añadidas a la hipertrofia adenoamigdalar o sin hipertrofia adenoamigdalar. La presión óptima en los pacientes con SAHS es la mínima presión que más efectivamente previene las consecuencias adversas del SAHS, al mismo tiempo que cause menor disconfort y menor riesgo de complicaciones, requiriéndose para ello estudios de titulación de presión de CPAP con el objetivo de encontrar la presión adecuada que normalice la respiración y el sueño fisiológico118. La titulación de presión de CPAP en niños es necesario realizarla con PSG nocturna que permita comprobar la desaparición de los eventos respiratorios y el ronquido, la normalización de la SatO2 y de los valores de CO2, así como una adecuada estructura del sueño. Es necesaria la realización de controles periódicos puesto que son niños en crecimiento y los requerimientos en presión y el ajuste de la mascarilla cambian con el crecimiento y el desarrollo del niño. La BiPAP, presión positiva continua binivel, está fundamentalmente indicada en pacientes con hipoventilación. Los estudios realizados para valorar CPAP/BiPAP en niños con SAHS sin hipoventilación, fundamentalmente encaminados a valorar la tolerancia y el cumplimiento, no encuentran ventajas en la BiPAP con respecto a la CPAP117. Por tanto, la BiPAP estaría indicada en niños con SAHS e hipoventilación y fundamentalmente en niños con patología concomitante crónica (enfermedad neuromuscular, síndromes polimalformativos, etc.). Recientes investigaciones han demostrado la efectividad de una cánula nasal de alto flujo y baja presión para el tratamiento del SAHS119, requiriéndose más investigaciones al respecto. Efectos secundarios del tratamiento con presión positiva continua en la vía aérea superior En general, los efectos secundarios inmediatos suelen ser: irritación o erosión local, conjuntivitis, sequedad nasal o faríngea, rinorrea, aerofagia, epistaxis, etc. Como complicación se ha descrito la Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 44 hipoplasia facial del tercio medio de la cara por un largo uso y la compresión continuada de la mascarilla. Es aconsejable el uso de humidificadores y el tratamiento efectivo de las alergias y/o rinitis. Control y seguimiento de los niños tratados con presión positiva continua en la vía aérea superior Se debe realizar el seguimiento de estos pacientes regularmente durante los 3 primeros meses para evaluar la adaptación a la mascarilla y los posibles efectos adversos120: 1 semana, 15 días, 1 mes, 2 meses, 3 meses y posteriormente, debido al rápido crecimiento craneofacial en los niños, debe evaluarse cada 6 meses. Se debe realizar una visita anual para evaluar la posibilidad de deficiencia del crecimiento maxilar120. Se debe prestar especial atención al tamaño de la máscara (con necesidad de cambio aproximadamente cada 6 meses según el período evolutivo), así como a los puntos de sujeción, siendo aconsejable disponer de dos mascarillas con diferentes puntos de presión. Oxigenoterapia Los estudios que han evaluado el efecto del tratamiento con oxígeno en niños con SAHS demuestran mejoría de la saturación de oxígeno pero no se observa modificación ni en el número ni en la duración de las apneas obstructivas; en cambio, en algunos individuos se observaba aumento de los niveles de CO2 con el suplemento de oxígeno; por ello no se debe administrar oxígeno a los niños con SAHS si no es asociado a monitorización cardiorrespiratoria o en presencia de soporte ventilatorio. Tratamiento conservador En todo niño obeso, la dieta es una de las primeras medidas terapéuticas, aunque, al igual que en el adulto, la pérdida de peso y la terapia posicional, es poco efectiva. La obesidad puede producir SAHS al aumentar la presión crítica, ya sea por efecto directo sobre la propia vía aérea superior (VAS), provocando un estrechamiento de la misma debido al depósito de tejido adiposo, o por efecto indirecto sobre los músculos dilatadores faríngeos, disminuyendo su capacidad contráctil. Aunque la mayoría de los adultos con SAHS son obesos, los niños con SAHS frecuentemente presentan peso normal o incluso fracaso de crecimiento; sin embargo, la obesidad puede aumentar el riesgo de SAHS en los niños. En los últimos años, con el aumento de la incidencia de la obesidad en la infancia, se está observando un aumento de la incidencia de SAHS en niños obesos. En niños obesos con SAHS siempre es necesario indicar tratamiento dietético y pérdida ponderal, aunque incluso en niños obesos con hipertrofia adenoamigdalar la primera opción de tratamiento es la adenoamigdalectomía121. Tratamiento farmacológico La inflamación de la mucosa nasal está presente en los niños con SAHS, en los cuales la causa más frecuente del SAHS es la hipertrofia adenoamigdalar. El tratamiento de las rinitis alérgicas se realiza con corticoides tópicos nasales, objetivándose una disminución de la inflamación de la mucosa. El tratamiento con corticoides tópicos sobre la hipertrofia adenoidea produce mejoría de los síntomas de obstrucción nasal en niños con hipertrofia adenoidea moderada-grave y disminución del tamaño adenoideo122. Por tanto, los corticoides tópicos nasales pueden ser un tratamiento en niños con SAHS leve, con hipertrofia adenoidea moderada-grave y predominancia de síntomas nasales. Sin embargo, los efectos a largo plazo aún no son conocidos, requiriéndose estudios a largo plazo. Los antagonistas de receptores de los leucotrienos actuarían como agentes antiinflamatorios y, por tanto, reduciendo el volumen total del tejido linfoideo en la vía aérea superior, conduciendo a una mejoría de los TRS en los niños123. Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 45 Tratamiento ortodóntico Ante un niño con SAHS, es necesaria una adecuada exploración esquelética, y en caso de presencia de anomalías esqueléticas craneofaciales, considerar la opción de tratamiento ortodóncico-ortopédico. Pocos estudios han evaluado el papel del tratamiento ortodóncico-ortopédico. La patogenia del SAHS infantil es un proceso dinámico, siendo la conjunción de factores anatómicos y funcionales la que lleva a un desequilibrio de la VAS traducido en colapso de la VAS y, por tanto, alteración de la respiración y de la ventilación normal durante el sueño124. Ciertas anomalías esqueléticas craneofaciales ocasionan estrechamiento y obstrucción de la VAS. Aunque los tratamientos ortopédicos no obtienen resultados inmediatos, su utilización en edades tempranas puede mejorar el desarrollo de las características craneofaciales y, por tanto, disminuir el riesgo de desarrollar SAHS en edad adulta108. En una revisión realizada por la Cochrane125, se concluye que no existen pruebas suficientes para declarar que los aparatos bucales o los aparatos ortopédicos funcionales sean efectivos para el tratamiento del SAHS en los niños. Sin embargo, el tratamiento ortodóntico puede ser útil en el tratamiento de los niños con anomalías craneofaciales que constituyan factores de riesgo del SAHS126. Estrategia terapéutica El tratamiento del SAHS en el niño puede mejorar con el conocimiento de los factores etiopatogénicos. El SAHS en el niño no es consecuencia de una única causa, sino de la asociación de diferentes factores etiopatogénicos: mecánicos, neurológicos, genéticos, etc. El problema fundamental es el desconocimiento actual de la historia natural de la apnea del sueño127,128. Hoy sabemos cuáles son los valores de normalidad, pero aún desconocemos cuál es la estrategia terapéutica a seguir. Esto es debido, en parte, a que a pesar de que el tratamiento de elección del SAHS en la infancia es la adenoamigdalectomía, no existen estudios controlados y aleatorizados en este sentido y tampoco conocemos los resultados a largo plazo de dicho tratamiento. Parece razonable no basarnos únicamente en niveles patológicos de índice de apneas-hipopneas (IAH), sino, además, Figura 4 Control postratamiento. CPAP: presión positiva continua en la vía aérea; PSG: polisomnografía; SAHS: síndrome de apneas-hipopneas del sueño. Control postratamiento No comorbilidad No síntomas SAHS grave Comorbilidad Persistencia de síntomas Persistencia de factores de riesgo Control pediatría PSG Positiva Negativa Valorar otros tratamientos: Dieta, CPAP Ortodoncia Control unidad de sueño Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 46 tener en cuenta otros factores, como son la clínica y la comorbilidad, para establecer una adecuada estrategia, tanto diagnóstica como terapéutica129,130. En este sentido, y basándonos en los criterios actuales de diagnóstico y los niveles de normalidad, se plantea una estrategia terapéutica que tenga en cuenta la asociación de valores de PSG, clínica y comorbilidad o consecuencias demostradas del SAHS (fig. 3). Para establecer indicación de tratamiento, consideraremos una serie de variables: – IAH por hora de sueño. – IAR: índice de alteraciones respiratorias: índice de apnea + hipopnea + RERA obstructivo/h de sueño. – IER: índice de eventos respiratorios obstructivos en la PR. – SatO2 min: saturación de oxígeno mínima. – % TST PetCO2 > 50 mmHg: porcentaje de tiempo total de sueño con CO2 transcutáneo o endtidal por encima de 50 mmHg. – Síntomas: teniendo en cuenta los síntomas mostrados en el árbol de decisión. – Comorbilidad: teniendo en cuenta la comorbilidad mostrada en el árbol de decisión. – Hipertrofia adenoamigdalar. En cada caso, podremos considerar más de una opción de tratamiento. Teniendo en cuenta la alteración predominante, las variables previamente mencionadas y el árbol de decisión, podemos establecer los siguientes grupos de tratamiento, siempre considerando cada caso concreto de forma individualizada: 1. Derivación a otorrinolaringología e indicación de adenoamigdalectomía: la presencia de síntomas y/o comorbilidad y alguna de las siguientes variables: – IER (en PR) ≥ 5. – IAH (PSG) ≥ 3. – IAH < 3 con IAR ≥ 2. –SatO2 mínima < 85% y % TST PetCO2 > 50 mmHg durante > 25% TTS. Cuando el IER (en PR) < 5, con presencia de síntomas y/o comorbilidad, es indicación de PSG. 2.Terapia antiinflamatoria (corticoides tópicos y antileucotrienos): cuando no exista SatO2 mínima< 85% ni PETCO2 > 50 mmHG durante > 25% TTS, en las siguientes circunstancias: – IAH (PSG): 3-5 sin comorbilidad. – IAH (PSG): 1-3 con IAR ≥ 2. – Podría considerarse en caso de indicación quirúrgica y tiempo de espera quirúrgico ≥ 4 meses. 3.Tratamiento con CPAP: – Presencia de un SAHS residual después de una intervención quirúrgica. – SAHS asociado a otras patologías (p. ej., síndromes malformativos, síndrome de Down, enfermedades neuromusculares, obesidad), en el período de espera a tratamiento quirúrgico, ante SAHS residual o persistente después de tratamiento quirúrgico o ante imposibilidad o contraindicación de tratamiento quirúrgico. – En el período prequirúrgico para estabilizar la vía aérea en niños con aumento de riesgo quirúrgico. –En el intervalo de crecimiento craneofacial y dental hasta la intervención quirúrgica definitiva. 4.Control evolutivo en el plazo aproximado de 6-12 meses. – IAH (PSG): 1-3 con IAR < 2. – IAH (PSG) < 1. 5.En los casos concretos de hipoventilación, que cursen con desaturaciones de oxígeno y PET CO2 elevado, estaría indicado tratamiento quirúrgico y/o tratamiento con VMNI. 6.Tratamiento ortodóncico-ortopédico: valorar su indicación en los casos que presenten alteraciones craneofaciales. Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 47 Control postratamiento En cuanto al seguimiento, todos los niños deben reevaluarse clínicamente después de la cirugía, debiéndose realizar estudio de sueño posquirúrgico109 en los niños que fueran SAHS grave en el preoperatorio y en aquellos en que, aunque no sean SAHS grave, persistan factores de riesgo o síntomas de SAHS: – Si clínicamente presentan mejoría sintomática, en los casos de SAHS grave o con factores de riesgo, sería recomendable control polisomnográfico en el plazo de 6 meses. – Si presentan sintomatología clínica persistente a pesar de tratamiento quirúrgico, se realizará PSG independientemente de la gravedad del SAHS. Agradecimientos Queremos expresar nuestro agradecimiento a todos los miembros de las sociedades científicas integrantes de este documento por las sugerencias, comentarios y aportaciones que lo han hecho posible. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. American Academy of Pediatrics. Clinical practice guideline: Diagnosis and management of childhood obstructive sleep apnea syndrome. Pediatrics 2002;109:704-12. 2. American Academy of Sleep Medicine. International classification of sleep disorders. 2nd ed. En: Diagnostic and coding manual. Westchester: American Academy of Sleep Medicine; 2005. 3. Teculescus DB, Cailluier I, Perrin R, Rebstock E, Rauch A. Snoring in French preschool children. Pediatr Pulmonol. 1992;13:239-44. 4. Delasnerie-Laupetre N, Patois E, Valatx JL, Kaufmann F, Alperovitch A. Sleep, snoring and smoking in high school students. J Sleep Res. 1993;2:138-42. 5. Miguel-Diez J, Villa-Asensi JR, Alvarez-Sala JL. Prevalence of sleep-disordered breating in children with Down syndrome. Polygraphic finding in 108 chidren. Sleep. 2003;25:1006-9. 6. 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Pediatrics. 2004;114:805-16. Documento de consenso del síndrome de apneas-hipopneas... / Alonso M. y col. 50 IMAGENES PEDIATRICAS INUSUALES Miasis furunculoide por Dermatobia hominis Furunculoid myiasis due Dermatobiahominis Drs.: Manuel Pantoja Ludueña*, Reynaldo Carvajal Choque**, Diego Salinas Encinas**, Josaine Sanjinés Acuña*** Paciente masculino de cinco años de edad; procedente y residente en ciudad de La Paz y que viaja con mucha frecuencia a la localidad de Sapecho, municipio de Palos Blanco en los Yungas. Fue internado en la Unidad de Infectología del Hospital del Niño, por un cuadro clínico de un mes de evolución caracterizado por un aumento de volumen progresivo y a veces doloroso en la región parieto-occipital derecha y que se presentó luego de regresar de Sapecho. En los últimos días, la madre refiere que ha notado “movimientos” dentro la lesión; motivo por el cual consulta en nuestro hospital. Al examen físico se evidencia aumento de volumen en dicha área y con las siguientes características: fluctuante, 3 cm por 4 cm de diámetro, signos de flogosis y presencia de un orificio central. Bajo anestesia local, se procede a realizar la apertura de la lesión y se aprecia la salida de una larva viva, cilíndrica, de color blanco y de unos 2 cm de largo por 1 cm de ancho; identificada como larva de dípteros (figuras # 1, 2 y 3). Se mandó el espécimen al departamento de Entomología del Instituto Nacional de Laboratorios de Salud (INLASA), quienes ratificaron Figura # 1 Miasis Furunculoide en cuero cabelludo Figura # 2 Miasis Furunculoide en cuero cabelludo * Pediatra. Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría”. La Paz ** Médico Residente III de Pediatría. Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría”. La Paz *** Dermatología Pediátrica. Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría”. La paz Correspondencia: Dr. Manuel Pantoja, correo electrónico: [email protected] Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 51 - 2 51 que se trata de una larva del género Dermatobia hominis (larva de mosca); conocida en el ámbito popular como “Boro”. Este parasito tiene la peculiaridad de parasitar a animales vivos, fundamentalmente ganado vacuno y el humano es un hospedero ocasional. Luego de extraer la larva remitieron todos los síntomas. Se prescribió dicloxacilina para prevenir infección secundaria y fue dado de alta sin complicaciones. Figura # 3. Larva de mosca (Dermatología hominis) Miasis furunculoide por Dermatobiahominis / Pantoja M. y col. 52 ARTICULOS DEL CONO SUR - CHILE(1) Evolución de la Desigualdad en la Mortalidad Infantil Evolution of infant mortality rate disparity among districts of the Metropolitan Region, Chile Mariana Flores F.1, Jaime Cerdal2 Resumo Antecedentes: En Chile, la tasa de mortalidad infantil (TMI) se redujo sustancialmente durante las últimas décadas, sin embargo, se ignora la evolución temporal de la desigualdad entre comunas de diferente nivel socioeconómico (NSE). Objetivo: Describir la evolución temporal de la desigualdad en la TMI. Métodos: Estudio ecológico. Para medir la desigualdad en la TMI se calculó: riesgo atribuible poblacional (RAP), riesgo atribuible poblacional porcentual (RAP%), razón de tasas (RT) y riesgo atribuible comunal (RA). Los tres primeros indicadores permitieron realizar comparaciones globales (Chile vs comuna de NSE alto) y el cuarto comparaciones específi cas (comunas de la Región Metropolitana vs comuna de NSE alto). El NSE se caracterizó mediante el índice de pobreza CASEN. Resultados: Globalmente, el RAP disminuyó de 8,3 (1990) a 3,5 por 1 000 NV (2006); por su parte, la RT se redujo de 1,98 (1990) a 1,80 (2006). Específi camente, tanto los RA comunales como los índice de pobreza de las 9 comunas estudiadas se tornaron más homogéneos en el tiempo, refl ejo de una reducción de la desigualdad. Conclusión: Entre 1990 y 2006 la desigualdad en la TMI entre comunas de la Región Metropolitana disminuyó, coincidentemente con una reducción de la pobreza. Sin embargo, aún persisten importantes brechas. Palabras Claves: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 53-8: Mortalidad infantil, Desigualdad, Pobreza, Chile. Abstract: Background: In Chile, infant mortality rate (IMR) reduced substantially during the last decades; however, the trend of the disparity between districts with different socioeconomic status (SES) is unknown. Objective: Describe the trend of the disparity of IMR. Methods: Ecologic study. For measuring IMR disparity the following indicators were calculated: population attributable risk (PAR), population attributable risk percent (PAR%), rate ratio (RR) and districtual attributable risk (AR). The fi rst three permitted a global comparison (Chile vs high SES district), while the fourth permitted specifi c comparisons (9 districts of the Metropolitan Region vs high SES district). CASEN poverty index was used for characterizing SES. Results: Globally, PAR decreased from 8.3 (1990) to 3.5 per 1,000 (2006), while RR decreased from 1.98 (1990) to 1.80 (2006). Specifi cally, both districtual AR and poverty indexes in the 9 studied districts became more homogeneous in time, refl ecting a decrease in the disparity gap. Conclusion: Between 1990 and 2006 IMR disparity among districts of the Metropolitan Region decreased, coincidently with a reduction in poverty levels. Nevertheless, important gaps still persist. Introducción como colectivo. Las desigualdades en salud no se producen al azar, por el contrario, el estado de salud guarda relación con las características biológicas y sociales de los individuos, la organización econó- El término equidad hace referencia a la ausencia de desigualdades injustas y evitables en el estado de salud de las personas, tanto a nivel individual 1. 2. Palabras Claves: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 53-8: Infant mortality, disparity, poverty, Chile. Departamento de Pediatría, Facultad de Medicina, Pontifi cia Universidad Católica de Chile. Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, Pontifi cia Universidad Católica de Chile. Correspondencia a: Dr. Jaime Cerda L. E-mail: [email protected] (1) Artículo original de Chile, publicado en la Revista Chilena de Pediatría 2010; 81: 215-20 y que fue seleccionado para su reproducción en la XVI Reunión de Editores de Revistas Pediátricas del Cono Sur. Chile 2011. Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 53 - 8 53 mica y política, la estructura social y el trasfondo cultural, como también con los procesos demográfi cos y macroecológicos1,2. Medir las desigualdades es el primer paso para identifi car las inequidades en el ámbito de la salud, analizar sus determinantes y plantear una teoría, base fundamental para un plan de acción. nes efi caces que garanticen la equidad en la provisión y acceso a los servicios de salud, focalizada en los sectores más necesitados. Material y Métodos Evaluación de la desigualdad de la tasa de mortalidad infantil La tasa de mortalidad infantil (TMI) es un buen indicador para resumir la infraestructura sanitaria de una población y las condiciones ambientales, socioculturales y económicas que pueden actuar negativamente sobre la salud de las personas. En Chile, esta tasa se ha reducido en forma sustancial durante las últimas décadas, desde 86,5 por 1.000 NV (1970) a 7,9 por 1.000 NV (2006)3, situando al país en un lugar destacado en el contexto latinoamericano. Sin embargo, por su carácter global la TMI oculta desigualdades existentes entre comunas de diferente nivel socioeconómico, las cuales adquieren el carácter de inequidad toda vez que son injustas y evitables. Tal realidad ha sido objetivada por Donoso, quien en base a datos de 2000 demostró una asociación directa entre el nivel de pobreza comunal y su respectiva TMI4. Esta realidad no ha sido ignorada por la autoridad sanitaria; al respecto, dos Objetivos Sanitarios para la Década 2000-2010 tienen directa relación con mortalidad infantil, siendo el primero reducir en 25% la TMI, desde 10,1 por 1.000 NV (1999) a 7,5 por 1.000 NV (2010) y el segundo reducir la brecha de TMI entre quintiles extremos de escolaridad materna, la cual ha mantenido estable su riesgo relativo de 5,0 desde 19705. Para medir la desigualdad global de la TMI a nivel nacional se utilizaron tres indicadores, a saber, riesgo atribuible poblacional (RAP), riesgo atribuible poblacional porcentual (RAP%) y razón de tasas (RT)6. El RAP se calculó según la fórmula RAP = (TMI Chile-TMI comuna ‘X’), correspondiendo esta última a la comuna con el menor índice de pobreza en 2006 dentro de aquellas incluidas en el estudio. Conceptualmente, el RAP es equivalente al número de muertes de menores de 1 año por 1.000 NV potencialmente evitables en el escenario hipotético que todas las comunas de Chile tuviesen las mismas características que la comuna ‘X’. Por su parte, el RAP% se calculó según la fórmula RAP% = (RAP/TMI Chile)*100, siendo equivalente al porcentaje de la TMI de Chile que podría reducirse en el escenario hipotético que todas las comunas del país tuviesen las mismas características que la comuna ‘X’. Por último, la RT se calculó según la fórmula RT = (TMI Chile/TM comuna ‘X’), siendo equivalente al número de veces en que la TMI de Chile supera la TMI de la comuna ‘X’. Los tres indicadores están directamente asociados al nivel de desigualdad existente. El objetivo del presente estudio fue caracterizar la evolución de la desigualdad en la TMI de diferentes comunas de la Región Metropolitana, utilizando medidas y metodologías económicas y epidemiológicas sencillas, aplicadas a un conjunto de indicadores recogidos por sistemas rutinarios de información. El fin último de este estudio fue proporcionar información útil sobre las brechas existentes, facilitando la génesis e implementación de intervencio- Para medir la desigualdad específica de la TMI se calculó el riesgo atribuible comunal (RA), según la fórmula RA = (TMI comuna ‘Yn’-TMI comuna ‘X’), correspondiendo ‘Yn’ a la comuna en estudio y ‘X’ a la comuna con el menor índice de pobreza en 2006 entre las incluidas en el estudio. Conceptualmente, el RA es equivalente al número de muertes de menores de 1 año por 1.000 NV potencialmente Comparación global Comparación específica (intercomunal) Evolución de la Desigualdad en la Mortalidad Infantil / M. Flores y Col. 54 evitables en el escenario hipotético que la comuna ‘Yn’ tuviese las mismas características que la comuna ‘X’. Selección de las comunas Fueron incluidas las comunas de la Región Metropolitana que 2006 tuviesen (a) una población mayor a 175 mil habitantes y (b) datos completos referentes a tasa de mortalidad infantil. Las comunas seleccionadas fueron (en orden alfabético): La Florida (395 mil h), La Pintana (201 mil h), Las Condes (274 mil h), Maipú (663 mil h), Peñalolén (238 mil h), Pudahuel (237 mil h). Puente Alto (627 mil h), San Bernardo (286 mil h) y Santiago (182 mil h) (figura 1). Fuentes de información La tasa de mortalidad infantil (i.e. muertes en menores de 1 año/1.000 nacidos vivos inscritos) de Chile y de las comunas incluidas fueron obtenidas a partir de los Anuarios de Demografía, publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas7. Por su parte, el índice de pobreza (i.e. porcentaje de personas que viven en condiciones de pobreza, indigentes y pobres no-indigentes) se obtuvo a partir de los datos reportados por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN), realizada por el Ministerio de Planifi cación y Cooperación8. Se registraron datos incluidos en el período 1990-2006, cada 4 años (1990, 1994, 1998, 2003 y 2006). Se incluyó el año 2003 en lugar del 2002 debido a que la encuesta CASEN se realizó en el primero, no así en el segundo. Resultados Comparación global (Chile vs comuna de NSE alto) Para el año 2006, la comuna con el menor índice de pobreza (CASEN) fue la comuna de Las Condes (2,3%), siendo considerada como el estándar de referencia. En 1990 la TMI de Chile fue 16,8 por 1.000 NV, mientras que en la comuna de Las Con- Figura 1. Mapa de Santiago, Chile. Comunas incluidas en el estudio (en círculos) Lo Barnechea Quilicura Huechuraba Vitacura Conchalí Renca Cerro Navia Pudahuel Quinta Normal Independencia Providencia Lo Prado La Reina Santiago Ñuñoa Estación Central Cerrillos Maipú Las Condes Recoleta Macul Pedro San Aguirre Joaquín Cerda San Peñal olén Miguel Lo Espejo La Cisterna El Bosque San Bernardo La Granja San Ramón La Florida La Pintana Puente Alto Evolución de la Desigualdad en la Mortalidad Infantil / M. Flores y Col. 55 RA (1/1 000) RA (1/1 000) RA (1/1 000) Figura 2. Índice de Pobreza (CASEN) vs riesgo atribuible de Mortalidad Infantil de 9 comunas de la Región Metropolitana, según año. *Comunas: La Florida, La Pintana, Maipú, Peñalolén, Pudahuel. Puente Alto, San Bernardo y Santiago. Comuna de Referencia: Las Condes 16,0 14,0 12,0 10,0 8,0 6,0 4,0 2,0 0,0 16,0 14,0 12,0 10,0 8,0 6,0 4,0 2,0 0,0 16,0 14,0 12,0 10,0 8,0 6,0 4,0 2,0 0,0 Año 1990 0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 50,0 60,0 40,0 50,0 60,0 40,0 50,0 60,0 Año 1998 0,0 10,0 20,0 30,0 Año 2006 0,0 10,0 20,0 des fue 8,5 por 1.000 NV; por consiguiente, el RAP fue 8,3 por 1.000 NV y la RT 1,98. En términos absolutos, 2.428 muertes de menores de 1 año son atribuibles al hecho de que las comunas que integran Chile no presentaban las características de la comuna de Las Condes. Estas defunciones equivalen al 49,4% de las muertes de menores de 1 año registradas en Chile en 1990 (RAP%). Dieciséis años más tarde (2006), la TMI de Chile fue 7,9 por 1.000 NV, mientras que en la comuna de Las Condes fue 4,4 por 1.000 NV; por consiguiente, el RAP fue 3,5 30,0 por 1.000 NV y la RT 1,80. En términos absolutos, 815 muertes de menores de 1 año son atribuibles al hecho de que las comunas que integran Chile no presentaban las características de la comuna de Las Condes. Estas defunciones equivalen al 44,3% de las muertes de menores de 1 año registradas en Chile en 2006 (RAP%). Comparación específica (Intercomunal) La figura 2 ilustra los valores de índice de pobreza (CASEN) versus el RA de las 9 comunas incluidas Evolución de la Desigualdad en la Mortalidad Infantil / M. Flores y Col. 56 en el estudio, calculados en los años 1990, 1998 y 2006, considerando a la comuna de Las Condes como el estándar de referencia. La secuencia de figuras comienza en el año 1990, en el cual se advierte una amplia dispersión de puntos, reflejo de la existencia de comunas con índices de pobreza y RA heterogéneos. Ocho años después (1998), la dispersión de puntos disminuye, observándose una mayor homogeneidad en el RA, sin embargo, las comunas mantienen una alta heterogeneidad en el índice de pobreza. Por último, en el año 2006 la dispersión de puntos es menor que en las dos figuras anteriores, observándose una mayor homogeneidad en el RA e índice de pobreza de las comunas. En síntesis, la secuencia de gráficos ilustra una reducción progresiva tanto del índice de pobreza como del RA comunal conforme transcurre el tiempo (i.e. mayor homogeneidad entre las comunas), reflejo de una disminución en la brecha de desigualdad. Discusión El presente estudio demuestra una reducción de la desigualdad en la TMI en una muestra de comunas chilenas durante el período 1990-2006, hecho que ocurrió en forma concomitante a una reducción de los niveles de pobreza. Durante las últimas décadas Chile ha experimentado profundas mejorías en la provisión de cuidados de salud, reflejadas en indicadores que sitúan al país en posiciones de vanguardia en el contexto latinoamericano. Sin embargo, aún persisten importantes desigualdades intercomunales, las cuales permanecen ocultas al analizar indicadores de tipo global. Una situación extrema la constituye la comparación entre las comunas incluidas en el presente estudio con el mayor y menor NSE en 2006 (Las Condes y San Bernardo, respectivamente). En 1990, la TMI de la comuna de Las Condes fue 8,5 por 1.000 NV, siendo inferior a la registrada 16 años después en la comuna de San Bernardo (9,9 por 1.000 NV). Transversalmente, en 2006 la TMI de la comuna de Las Condes fue similar a la registrada en Alemania (4,3 por 1.000 NV, lugar 14° en el mundo), mientras que la TMI de San Bernardo fue similar a la registrada en Costa Rica (9,9 por 1.000 NV, lugar 55° en el mundo)9. Paradojal resulta el hecho de que ambas comunas se encuentran en la misma ciudad, separadas por escasos 30 kilómetros de distancia (figura 1). La reducción de la desigualdad en la TMI en Chile está asociada directamente a una reducción de la brecha de pobreza. Al comparar el índice de pobreza de Chile y de la comuna de Las Condes, en términos absolutos la diferencia entre ambos fue de 34 puntos porcentuales en 1990, reduciéndose a 11 puntos porcentuales en 2006. Sin embargo, al utilizar un indicador de desigualdad relativo (i.e. RT) es posible verifi car comportamientos en sentido opuesto. Ejemplo de ello lo constituye nuevamente la comparación entre las comunas de Las Condes y San Bernardo. Entre 1990 y 2006, el RA de la comuna de San Bernardo se redujo de 8,7 a 5,5 por 1.000 NV, sin embargo, en el mismo período la RT entre ambas comunas aumentó de 2,03 a 2,27. Estos datos, aparentemente contradictorios, confi rman la importancia de evaluar la desigualdad utilizando más de un indicador, en lo posible algunos de tipo absoluto y otros de tipo relativo. En este caso en particular, pese a haber aumentado la desigualdad entre ambas comunas en términos relativos, esta situación ocurrió en un contexto de reducción de la misma en términos absolutos, encontrándose ambas comunas (por separado) en una mejor condición que aquella registrada 16 años antes. La asociación directa entre el nivel de pobreza y la magnitud de la desigualdad en la TMI se reflejó también al comparar temporalmente el RA de diferentes comunas de la Región Metropolitana. A medida que transcurrió el tiempo, las comunas tornáronse más homogéneas en términos de su RA e índice de pobreza, confluyendo hacia un punto común de la gráfi ca (figura 2). El presente estudio no es ajeno a la existencia de diversas limitaciones. Por una parte, los criterios de inclusión empleados (i.e. población mayor a 175 mil h en 2006) hicieron posible trabajar con Evolución de la Desigualdad en la Mortalidad Infantil / M. Flores y Col. 57 tasas estables, decisión fundamentada por el hecho de que en 2003 en un 25% de las comunas de Chile no hubo muertes de niños menores de 1 año3. Por su parte, el hecho de ser comunas pertenecientes a la Región Metropolitana permitió darles cierta homogeneidad respecto a otros factores diferentes a su nivel de pobreza (e.g. ruralidad, cercanía a centros de alta complejidad). No obstante ello, estos criterios restan validez externa al estudio toda vez que sus resultados quieran ser extrapolados al resto de las comunas del país. Al respecto, es razonable pensar que la desigualdad en relación al estándar de referencia (i.e. comuna de Las Condes) pudiese ser mucho mayor en comunas pequeñas, rurales y de limitado acceso a centros de mayor complejidad. Este planteamiento es avalado por el análisis de la TMI de 336 comunas chilenas realizado en 2003 por Kaempffer, en el cual se reporta que 36 comunas duplicaron la TMI nacional y 6 comunas la cuadriplicaron3. Al respecto, la conducción de estudios similares al presente que incluyan comunas a lo largo de todo Chile posiblemente verifi cará la existencia de desigualdades de mayor magnitud. Finalmente, esperamos que el presente estudio sea una contribución para el diseño de estrategias que permitan reducir aún más la TMI en nuestro país, así como las inequidades existentes entre comunas. La identifi cación de aquellas comunas con las mayores TMI (y, por consiguiente, con los mayores niveles de inequidad) constituye una herramienta de altísimo valor para focalizar intervenciones en los sectores más vulnerables de la población. Sin lugar a dudas, este desafío es uno de las más importantes que enfrenta nuestro país, ya próximo a la celebración de su Bicentenario. Referencias 1. Castillo-Salgado C: Medición de las desigualdades en salud. Rev Panam Salud Pública 2002; 12: 371-2. 2. Starfi eld B: Equity and Health: a perspective of nonrandom distribution of Health in the population. Rev Panam Salud Pública 2002; 12: 384-7. 3. Kaempffer AM, Medina E: Mortalidad infantil reciente en Chile: éxitos y desafíos. Rev Chil Pediatr 2006; 77: 492-500. 4. Donoso E: Desigualdad en mortalidad infantil entre las comunas de la provincia de Santiago. Rev Med Chile 2004; 132: 461-6. 5. Ministerio de Salud, Chile: Objetivos Sanitarios para la Década 2000−2010. Disponible en: http://epi.minsal.cl/ Consultado el 26/11/09. 6. Schneider MC, Castillo-Salgado C, Bacallao J, et al: Métodos de medición de las desigualdades de salud. Rev Panam Salud Pública 2002; 12: 398-414. 7. Instituto Nacional de Estadística: Anuario de Estadísticas Vitales. Chile. 1990-2006. 8. Ministerio de Planifi cación y Cooperación: Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), Chile 1990-2006. Disponible en: http://www. mideplan. cl/ Consultado el 26/11/09. 9. United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division: World Population Prospects: The 2006 Revision, Highlights, Working Paper No. ESA/P/WP.202. 2007. Evolución de la Desigualdad en la Mortalidad Infantil / M. Flores y Col. 58 ARTICULOS DEL CONO SUR - PARAGUAY(1) Daño celular en una población infantil potencialmente expuesta a pesticidas Cell Damage in a Pediatric Population Potentially Exposed to Pesticides Benítez-Leite S(1), Macchi ML(1), Fernández V.(2), Franco D.(2), Ferro EA(3), Mojoli A(2), Cuevas F.(2), Alfonso J.(2), Sales L.(2). Resumen Los pesticidas pueden producir efectos agudos o crónicos en la salud humana. Muchos de ellos pueden provocar daño en el material genético. Esta modificación en la información genética se ha relacionado con un alto riesgo de padecer cáncer. El objetivo del presente trabajo es indagar el daño en el material genético de una población infantil expuesta potencialmente a pesticidas en el ambiente. El diseño metodológico fue de tipo observacional y transversal. Participaron en el estudio 48 niños expuestos potencialmente a pesticidas y 46 niños no expuestos. Se obtuvo muestra de la mucosa bucal para determinar daño en el material genético a través de la frecuencia de micronúcleos (MN). Se encontró en el grupo expuesto potencialmente a pesticidas un promedio mayor de micronúcleos (5,1±2,9 vs 1,8±2,0; p<0,0001), un promedio mayor de células binucleadas, (3,5±2,7 vs 1,4±1,4; p<0,0001), mayor frecuencia de cariorrexis (18,2±18,4 vs 5,8±18,4; p<0,004) y picnosis (24,8± 18,0 vs 17,1±8,3; p<0,03). El 40% (19/47) de los niños expuestos potencialmente a pesticidas tuvieron un tiempo de exposición de 6 años. Esta investigación aporta evidencias de daño genético en la población expuesta potencialmente a pesticidas en el ambiente Palabras claves: Genotoxicidad- pesticidas -niños-medio ambiente. Key words: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 59-69: Genotoxicidadpesticidas -niños-medio ambiente. 1. 2. 3. Abstract: Pesticides can cause acute or chronic effects on human health. Many pesticides can cause damage to genetic material. These changes in genetic information have been associated with an increased risk of cancer. The objective of this study is to investigate damage to genetic material in a population of children potentially exposed to pesticides in the environment. The study design was observational and cross sectional. We studied 48 children potentially exposed to pesticides and 46 unexposed children. Samples of the oral mucosa were obtained to determine damage to genetic material using micronucleus frequency (MN).Higher average micronucleus counts were found in the group potentially exposed to pesticides (5.1±2.9 vs. 1.8±2.0, p <0.0001), along with a higher average of binucleate cells (3.5±2.7 vs. 1.4±1.4 p <0.0001), higher frequency of karyorrhexis (18.2±18.4 vs. 5.8± 18.4, p <0.004) and pyknosis (24.8±18.0 vs. 17.1±8.3; p <0.03).Of the children potentially exposed to pesticides, 40% (19/47) had an exposure time of 6 years. This study provides evidence of genetic damage in the population potentially exposed to pesticides in the environment. Key words: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 59-69: Mutagens, genotoxins, pesticides, children, child, environment. Cátedra de Pediatría- Facultad de Ciencias Médicas (FCM), Universidad Nacional de Asunción (UNA). San Lorenzo – Paraguay. Laboratorio de Mutagénesis Ambiental - Facultad Ciencias Exactas y Naturales (FaCEN) UNA. Cátedra de Bioquímica FCM-UNA. Correspondencia: Dra. Stela Benitez-Leite, E-mail: [email protected] Articulo recibido en Mayo de 2010, aceptado para publicación Julio de 2010. (1)Articulo original de Paraguay, publicado en la Revista de Pediatría (Asunción) 2010; 37: 97-106 y que fue seleccionado para su reproducción en la XVI Reunión de Editores de Revistas Pediátricas del Cono Sur. Chile 2011. Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 59 - 69 59 Introducción Los pesticidas constituyen una categoría heterogénea de químicos específicamente diseñados para el control de plagas, malezas o enfermedades de las plantas(1). Su aplicación es todavía el modo más aceptado y efectivo para proteger a las plantas de las plagas, han contribuido significativamente a mejorar la productividad agrícola y el rendimiento de las cosechas y ayudado a limitar la expansión de enfermedades. Sin embargo, los pesticidas también tienen efectos nocivos y pueden dañar la salud humana así como el ambiente. El rango de estos efectos adversos sobre la salud incluye daño agudo e injuria permanente al sistema nervioso, daño pulmonar, daño a órganos reproductivos, disfunción del sistema endocrino y del sistema inmune, defectos del nacimiento y cáncer. Un total de 890 ingredientes activos están registrados como pesticidas en los Estados Unidos de América y actualmente son comercializados en 20.700 productos pesticidas. Muchos de estos componentes permanecerán en el ambiente por muchos años(1-3). Todas las personas están inevitablemente expuestas a los pesticidas a través de la contaminación ambiental o el uso ocupacional. La población general está expuesta a los residuos de los pesticidas incluyendo los productos físicos y biológicos de degradación en el aire, agua, suelo y los alimentos(1). Los casos de intoxicación aguda por pesticidas son una causa de morbilidad y mortalidad en el mundo. Los países en desarrollo son particularmente susceptibles debido a una pobre regulación, a la ausencia de sistemas de vigilancia, a un menor cumplimiento de la ley, a una ausencia de entrenamiento y a un inadecuado acceso a sistemas de información(4). El grupo de tareas de OMS para la Protección de la Salud Ambiental de los niños ha declarado: “los niños no son adultos pequeños”, la premisa detrás de este principio es que los niños tienen una excepcional vulnerabilidad a los efectos agudos y crónicos de los peligros ambientales y que ellos son desproporcionadamente susceptibles en comparación con los adultos(5,6). Se ha reconocido que los niños son un grupo, dentro de la población, que tiene características particulares de exposición y especial vulnerabilidad a los tóxicos ambientales, y requieren una estrategia, para la evaluación del riesgo, que considere sus características particulares(7). Los niños tienen una exposición desproporcionadamente intensa a muchos agentes ambientales, beben más agua, consumen más alimentos y respiran más aire por peso corporal que los adultos, debido a su conducta “mano a boca”, tienen mayor chance de ingerir compuestos tóxicos presentes en el agua, suelo y polvo de los hogares(8). Los niños por su estatura menor pueden tener mayor exposición al vapor de pesticidas volátiles, particularmente aquellos pesticidas que en su fase gaseosa, tienen una densidad mayor que el aire(6). Finalmente, los niños pueden diferir de los adultos en los niveles de detoxificación, en los procesos de reparación del ADN, y en la proliferación celular. La diferencia más evidente entre niños y adultos es el impacto reducido de tradicionales factores de confusión como el fumar cigarrillos y la exposición ocupacional. Los niños usualmente no fuman activamente y no están expuestos ocupacionalmente a agentes genotóxicos, al menos hasta la adolescencia. Sin embargo, pueden ser fumadores pasivos y tienen mayor chance de ingestión de polvo contaminado. La dieta del niño, que es menos variada que la del adulto, como factor de confusión, puede ejercer un impacto reducido o mayor si alguna parte de la misma se halla contaminada con agentes genotóxicos. Los niños, por razones relacionadas con su edad, son una población vulnerable, y proteger su salud es una prioridad social, científica y emocional(8,9). La exposición a las toxinas ambientales puede ocurrir por varias rutas: inhalación, ingestión o absorción dérmica, y puede ser durante el período prenatal, y a través de las etapas de desarrollo postnatal. Idealmente la evaluación de la exposición debería estar basada sobre cuestionarios y marcadores caracterizando exposición interna y externa. Los marcadores externos pueden ser medidos en al aire, agua, polvo etc.(8). Los marcadores biológicos han sido definidos como una alteración en los compo- Daño celular en una población infantil potencialmente EXPUESTA... / Leite B. y Col. 60 nentes celulares, bioquímicos, procesos, estructura o funciones, que son medibles en una muestra o sistema biológico(10). Los pesticidas han sido considerados mutágenos químicos potenciales. La mayoría de las exposiciones ambientales y ocupacionales está relacionada con una mezcla de pesticidas y evaluar el potencial genotóxico de componentes simples podría no ser extrapolable a los humanos. El biomonitoreo en poblaciones humanas es una herramienta útil para estimar el riesgo genético frente a la exposición de mezclas complejas de químicos. Aunque un número de biomarcadores está disponible para evaluar respuesta genotóxica transitoria y permanente, los estudios de biomonitoreo se han enfocado esencialmente sobre aberraciones cromosómicas (AC), frecuencia de micronúcleos (MN) e intercambio de cromátidas hermanas (ICH)(1). El daño al genoma humano es probablemente la causa más importante y fundamental de enfermedades degenerativas y del desarrollo. Está bien establecido que el daño genómico está producido por exposición ambiental a genotoxinas, procedimientos médicos (radiación y químicos), deficiencia de micronutrientes (déficit de folatos), estilos de vida (alcohol, el hábito de fumar, drogas y stress) y factores genéticos tales como defectos hereditarios en el metabolismo y reparación del ADN(11). La medición de la frecuencia de MN en linfocitos de sangre periférica se utiliza ampliamente en epidemiología molecular y citogenética para evaluar la presencia y extensión de daño cromosómico en poblaciones humanas expuestas a agentes genotóxicos o para determinar la presencia de un perfil genético susceptible. La alta confiabilidad y el bajo costo de la técnica del MN, ha contribuido al éxito y a la adopción de este biomarcador para estudios, in vitro e in vivo, de daños al genoma humano. Los micronúcleos se originan desde fragmentos cromosómicos o de cromosomas completos que no han sido incluidos en el núcleo principal de la célula hija durante la división celular. La formación de micronúcleos en células divididas es el resultado de ruptura cromosómica debida a ausencia o alteración de la reparación de lesiones del ADN, o mala agregación del cromosoma debido a mala función mitótica. El amplio uso actual del ensayo de MN es una oportunidad para aplicarlo en la planificación y validación de programas de vigilancia y prevención de cáncer(12). Estudios conducidos en niños expuestos a contaminantes ambientales revelaron claramente un incremento en la frecuencia de micronúcleos en los expuestos, comparados con los niños referentes(13). Es esencial tener biomarcadores confiables y relevantes, mínimamente invasores, para mejorar la implementación de biomonitoreo, diagnóstico y tratamiento de enfermedades causadas o asociadas con daño genético. En este aspecto, la frecuencia de MN en células exfoliadas de la mucosa bucal es un método mínimamente invasor, y útil para el monitoreo del daño genético en humanos, el Human Micronucleus Project ha iniciado un proceso internacional de validación para el ensayo de MN en células de la mucosa bucal, similar al realizado previamente utilizando linfocitos humanos(11). A partir de estas consideraciones se investiga la presencia de marcadores biológicos de genotoxicidad en una población infantil que asiste a una escuela del barrio Los Naranjos de la ciudad de Ñemby que se encuentra ubicada a pocos metros de un establecimiento industrial dedicado a la formulación y síntesis de químicos: insecticidas, fungicidas, herbicidas y coadyuvantes, y otros productos para el agro. Instalado desde junio del año 2003 en el lugar, se definió esta situación como un factor de riesgo potencial para la salud, conforme a las conclusiones del informe final de la inspección técnica de la fábrica realizada por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, la Secretaría del Ambiente y OPS/OMS. Luego de la revisión de la capacidad de producción de la planta, las condiciones de manejo de los productos, procesamiento, almacenamiento, así como las deficiencias encontradas para el manejo y tratamiento de los residuos sólidos, líquidos Daño celular en una población infantil potencialmente EXPUESTA... / Leite B. y Col. 61 y gaseoso el equipo técnico concluye: “La existencia de emisiones y la eventual exposición a la comunidad, constituyendo un riesgo para la salud de la población y de los trabajadores”(14). Se utiliza como marcador de genotoxicidad la frecuencia de MN en células exfoliadas de la mucosa oral, un método útil y mínimamente invasor para medir daño genético en humanos. La escuela Rita Surroca (del grupo no expuesto) tiene la siguiente georreferencia: El objetivo general de esta investigación es determinar el efecto de la exposición ambiental a pesticidas sobre el material genético de niños. Los objetivos específicos son: Longitud oeste: 57º 32’ 21,5’’ 1.Determinar la frecuencia de micronúcleos en células exfoliadas de la mucosa oral, tanto en niños expuestos potencialmente a pesticidas y no expuestos. 2.Identificar la frecuencia de otros marcadores de daño celular, como: células binucleadas, células con cromatinas condensadas, cariorrexis, células picnóticas y cariolíticas, en niños expuestos potencialmente a pesticidas y en niños no expuestos. 3.Obtener información técnica para apoyar políticas públicas que protejan la vida y la calidad de vida de quienes habitan en la zona potencialmente expuesta. Pacientes y Métodos Diseño de estudio: el estudio fue de tipo observacional y transversal Población potencialmente expuesta: niño/as sanos, en edad escolar matriculados en la escuela de nivel escolar básico Nº 5596 San Pedro y San Pablo de la ciudad de Ñemby en el año 2009. La mencionada escuela se halla situada a 50 metros de una fábrica que sintetiza y formula pesticidas. Población no expuesta: niños/as sanos, en edad escolar, que concurren a la escuela Nº 601 Rita Surroca de la ciudad de San Lorenzo y que se encuentra ubicada a 5,5 km de la escuela San Pedro y San Pablo de la ciudad de Ñemby. La distancia entre ambas escuelas, fue medida a través de un GPS marca GARMIN Etrex. Las coordenadas tomadas con la misma herramienta son: Latitud sur: 25º 21’ 38.0’’ Longitud oeste: 57º 30’ 23.1’’ La escuela San Pedro y San Pablo (grupo expuesto): Latitud sur: 25º 24’ 03,5’’ No se registra la presencia de ninguna otra fábrica en las proximidades de ambas escuelas. Criterios de inclusión: Asentimiento de los niños y consentimiento informado de los padres para que sus hijos participen del estudio. Muestreo y reclutamiento: La investigación fue socializada en el predio de la escuela con la presencia de docentes y padres de alumnos, por parte de 2 pediatras, que además se encargaron de realizar las encuestas y administrar el consentimiento informado. Se incluyeron niños/as que accedieron voluntariamente, junto a sus padres, a formar parte de la investigación. Las muestras biológicas fueron obtenidas por investigadores del Laboratorio de Mutagénesis Ambiental de la Facultad Ciencias Exactas y Naturales (FaCEN) en junio-julio del 2009 en el grupo expuesto y octubre noviembre del 2009 en el grupo no expuesto. Se recolectaron 2 muestras de epitelio oral realizando un frotis en la pared interna de ambas mejillas, después de un enjuague bucal con agua. Bioensayo- Técnica de MN en mucosa bucal Se raspó cuidadosamente la mucosa bucal de los niños/as con una paleta bajalenguas de madera realizándose un frotis sobre un portaobjeto limpio y dejándolo secar al aire a temperatura ambiente (2 muestras por individuo). Se fijó el preparado en etanol: ácido acético 3:1 durante 1 hora y se dejo secar a temperatura ambiente. Se realizó la hidrólisis en HCL 1N de la siguiente manera: 5 minutos a temperatura ambiente, 10 mi- Daño celular en una población infantil potencialmente EXPUESTA... / Leite B. y Col. 62 nutos a 60° C y 5 minutos a temperatura ambiente. Posteriormente de acuerdo a la técnica de Tolbert (1.991), las láminas se colorearon en vasos de Coplin con agua fría (5º C) durante 5 minutos con el objeti vo de cortar la hidrólisis. Una vez trascurrido el tiempo se dejó secar las láminas. Luego se colocaron las muestras hidrolizadas, en fuscina básica durante 20 minutos en ausencia de luz. Se lavaron las láminas con agua corriente, dejándolas secar a temperatura ambiente. Luego se observaron y analizaron los preparados en microscopios Olympus, Modelo BH2, de procedencia japonesa, a 1000x. En la primera lámina se contaron 1000 células para búsqueda de MN de ambas poblaciones. Posteriormente, con la segunda lámina se volvieron a contar 1000 células identificando además de micronúcleos otras anormalidades, como células binucleadas, en broken eggs, picnosis, cromatina condensada, y diversos estadios de células en apoptosis. El mismo procedimiento se realizó en el grupo no expuesto. Las personas que analizaron las muestras no tenían conocimiento acerca de las características biodemográficas de cada niño estudiado, únicamente las iniciales de los nombres respectivos. Las microfotografías, fueron obtenidas con aumento 100 X en el laboratorio de microscopía de FaCEN-UNA con una cámara Samsung S860. Mediciones Evaluación del efecto citogenético: para la variable resultante micronúcleo la medición se realizó sobre 2000 células por individuo. Para las demás variables resultantes (cel binucleadas, broken eggs, cariolisis, cariorrexis, cromatina condensada, picnosis) el contaje se obtuvo sobre 1000 células por individuo. Tiempo de exposición: se tomó como tiempo de exposición, la presencia de los niños/as durante 4 horas diarias (turno mañana o tarde), 5 días en la semana y con un mínimo de 1año a 6 años máximo. Las demás variables secundarias fueron indagadas como variables de confusión o de intoxicación aguda y fueron analizadas como variables cuantitativas o dicotómicas. Análisis Estadístico Los datos fueron analizados en el programa Epinfo 2000. Se aplicó la prueba de t de Student para variables que se distribuyen normalmente y el Test de Kruskal-Wallis para variables que se distribuyen asimétricamente para comparar a las dos poblaciones estudiadas. Se asumió un p<0.05 como significativo. Las variables cualitativas se resumieron en proporciones y las variables cuantitativas en media aritmética y desviación estándar. Resultados Se analizaron 48 niños expuestos potencialmente a pesticidas en el ambiente y 46 niños no expuestos, provenientes de 2 escuelas diferentes y con una distancia de 5,5km entre ambas. Se encontró que la población potencialmente expuesta a pesticidas en el ambiente, presenta mayor frecuencia de micronúcleos, células binucleadas, cariorrexis, picnosis que la no expuesta y la diferencia es altamente significativa, según la prueba de t, con una p<0,0001 para micronúcleos y células binucleadas y también significativas para cariorrexis y picnosis. Por otro lado, también hubo mayor proporción de células en Broken eggs, cariolisis y cromatina condensada en el grupo expuesto, aunque las cifras no fueron significativas (tabla 1 y 2). Se tomó como grado de exposición potencial a pesticidas en el ambiente, el tiempo de permanencia en la escuela, de los niños expuestos a partir del funcionamiento de la fábrica de pesticidas. El 83% (39/47) de la muestra estudiada tuvo una exposición potencial entre 1 y 6 años, considerando que la fábrica opera en el lugar desde hace 6 años. Así, el 40% (19/47) de la muestra estudiada tuvo un tiempo de exposición ambiental de 6 años. El 32% (15/47) tuvo un tiempo de exposición entre 4 y 5 años y el 27,7% (13/47) un Daño celular en una población infantil potencialmente EXPUESTA... / Leite B. y Col. 63 En el grupo potencialmente expuesto, la frecuencia de micronúcleos (por cada 2000 células/individuos) fue mayor, no significativa, en el sexo femenino (10,6±5,9) que en el masculino (9,1±5,3) (p<0,3, prueba de Kruskal- Wallis), mientras que en el grupo no expuesto la frecuencia fue mayor en el sexo masculino (4,8±4,7) que en el femenino (2,8±3,6) (p<0,03, prueba de Kruskal-Walis). Las diferencias observadas entre sexos no son suficientes como para considerar a éste como un factor de confusión en la comparación del parámetro entre expuesto y no expuestos. Tabla 1: Comparación de las medias de diferentes anomalías nucleares en células epiteliales bucales, entre el grupo de niños potencialmente expuestos a pesticidas en el ambiente y el grupo de niños no expuestos Variables Espuestos n=48 x No expuestos n=46 x Valor p (***) Micronucleos* 5,1 ± 2,9**** 1,8 ± 2,0 <0,0001 *** Binucleadas** 3,5 ± 2,7 1,4 ± 1,4 <0,0001 *** Broken-eggs** 2,3 ± 2,7 1,4 ± 1,4 0,56 Cariolisis** 34,5 ± 22,4 28,2 ± 11,7 0,46 Cariorexis** 18,2 ± 18,4 5,8 ± 18,4 0,004 1,3 ± 2,4 0,58 ± 1,2 0,28 24,8 ± 18,0 17,1 ± 8,3 0,03 Cromatina** Picnosis** *** La exposición a rayos X en los últimos 6 meses, el uso crónico de medicamentos, la utilización de plaguicidas en el hogar fue mayor en el grupo de no expuestos, con diferencias estadísticamente significativas. No hubo diferencias significativas en ambos grupos con las variables de padres fumadores, enfermedad respiratoria, antecedente de abortos, malformación congénita y muerte de un hijo antes de nacer (ver tabla 3). *** *Tasa por 2000 células. **Tasa por 1000 células *** Significativo: Test de Kruskal-Wallis. **** Prom geom (rango) 8,49 (4,84 – 14,91). tiempo de exposición de 1 a 3 años. No hubo diferencias estadísticamente significativas en la edad, los años de escolarización y el género. La edad promedio fue de 9,6 años (expuestos) y 9,8 años (no expuestos) respectivamente (p<0,3). En los expuestos el promedio de escolarización fue 4,6±2,3 y 4,4 ±2,1 en el grupo de niños no expuestos (p<0,6). La proporción de sexos (F/M) fue del 25/22 (53/47%) en el grupo expuesto y 27/19 (59/41%) en el grupo no expuesto (p<0,3). Hubo mayor proporción de cefalea, de lesiones en piel, decaimiento (desgano, falta de fuerza muscular, mareos) y trastornos de la visión en el grupo expuesto a plaguicidas del medio ambiente con diferencias estadísticamente significativas (tabla 3). Tabla 2: Comparación en percentiles de las frecuencias de diferentes anomalías del núcleo en el grupo expuesto y no expuesto EXPUESTOS n = 48 TOTAL Mínimo 25% percentil Mediana 75% percentil Máximo Media NO EXPUESTOS n = 46 TOTAL Mínimo 25% percentil Mediana 75% percentil Máximo Media Micronúcleo (MN)** Células binucleadas* Broken Eggs* Cariolisis* Cariorexis* Cromatina Condensada* Picnosis* 477 2,0 6,0 9,0 12,0 30,0 9,9 168 0 2 3 5 16 3,5 115 0,0 0,0 1,5 4,0 9,0 2,8 1770 0,0 16,5 33,0 55,0 110,0 36,9 878 0,0 2,5 11,5 26,5 75,0 18,3 65 0,0 0,0 0,0 1,0 10,0 1,4 1195 0,0 9,5 23,0 36,0 70,0 24,9 170 0,0 1,0 2,0 4,0 19,0 3,7 67 0,0 0,0 1,0 2,0 5,0 1,4 69 0,0 0,0 1,0 2,0 8.0 1,5 1324 11,0 20,0 25,0 36,0 59,0 28,8 260 0,0 1,0 2,5 8,0 25,0 5,6 27 0,0 0,0 0,0 1,0 7,0 0,5 796 0,0 11,0 18,0 22,0 40,0 17,3 **Frecuencia en 2000 células. *Frecuencia en 1000 células. Daño¿Existen celulardiferencias en una población potencialmente / Leite B. entre los infantil asmáticos con peso normalEXPUESTA... Y LOS... / Torello P.yyCol. Col. 64 Tabla 3: Análisis de las variables independientes más influyentes en la formación de células anormales Variables Sexo Femenino Masculino Rx en los últimos 6 meses Si No Medicamentos de uso crónico Si No Padre fumador Si No Uso de plaguicida dentro de la casa Si No Dolor de cabeza Si No Lesiones en piel Si No Decaimiento (desgano, mareos) Si No Trastornos de la visión Si No Enfermedades respiratorias Si No Antecedente de abortos Si No Antec. de Malf. Congénita Si No Muerte de Hijo antes de nacer Si No Expuestos (n = 48) Frecuencia % No expuestos (n = 46) Frecuencia % Significancia 2,5 2,3 52,1% 47,9% 27 58,7% p < 0,3 0 48 0% 100% 4 42 8,7% 91,3% p < 0,05* 1 47 2,1% 97,9% 9 37 10,6% 89,4% p < 0,006* 13 33 28,3% 71,7% 12 17 30,8% 69,2% p < 0,5 16 32 33,3% 66,7% 27 19 58,7% 41,3% p < 0,001* 32 16 66,7% 33,3% 12 34 26,1% 73,9% p < 0,00007* 23 25 47,9% 52,1% 10 36 21,7% 78,3% p < 0,006* 22 26 45,8% 54,2% 5 41 10,9% 89% p < 0,0001* 18 30 37,5% 62,5% 7 39 15,2% 84,8% p < 0,01* 7 41 14,6% 85,4% 10 36 21,7% 78,3% p < 0,2 10 38 20,8% 79,2% 9 33 21,4% 78,6% p < 0,5 5 43 10,4% 89,6% 5 38 11,6% 88,4% p < 0,5 9 38 19,1% 80,9% 10 33 23,3% 76,7% p < 0,4 * Estadísticamente significativo Discusión Los resultados de este estudio muestran una frecuencia significativamente mayor de micronúcleos, células binucleadas, cariorrexis y picnosis en el grupo de niños potencialmente expuestos a pesticidas, que en el grupo no expuesto y la diferencia es altamente significativa para micronúcleos, células binucleadas (p<0,0001) y cariorrexis (p<0,004) y significativa para picnosis (p<0,03). Se halló una mayor proporción de células en broken eggs, cariolisis y con cromatina condensada en el grupo expuesto, aun- que las diferencias no fueron significativas. Estos hallazgos demuestran la presencia de biomarcadores que evalúan daño cromosómico como los MN, otros marcadores que indican fallo en la citoquinesis y muerte celular (células binucleadas, células en broken eggs, en cariorrexis, picnosis, cariolisis), en células exfoliadas de la mucosa bucal, de niños que asisten a una escuela ubicada a pocos metros de una fábrica dedicada a la formulación y síntesis de agroquímicos: insecticidas, fungicidas, herbicidas y coadyuvantes, proveen evidencias de genotoxicidad Daño celular en una población infantil potencialmente EXPUESTA... / Leite B. y Col. 65 en una población potencialmente expuesta a pesticidas en el ambiente. Los micronúcleos son pequeños núcleos separados del núcleo central de la célula, que se producen durante la telofase de la mitosis (meiosis), pueden formarse por la exclusión de un cromosoma completo (pérdida cromosómica) o de fragmentos cromosómicos (ruptura cromosómica), durante la división celular, su presencia en las células es un reflejo de aberraciones estructurales y o numéricas (efectos clastogénicos y/o aneugénicos). El ensayo de MN en células exfoliadas comprende el análisis microscópico de extendidos epiteliales para determinar la prevalencia de micronucleación. La habilidad del ensayo de MN para detectar tanto efectos clastogénicos como aneugénicos es una ventaja de la técnica(15-19). En los niños potencialmente expuestos, se halló una frecuencia mayor, estadísticamente significativa, de otras alteraciones nucleares: células binucleadas, células en cariorrexis y células picnóticas, indicando daño cromosómico, alteración en la citoquinesis y muerte celular. Las células con doble núcleo podrían ser un marcador importante de falla en la citoquinesis causada por una frecuencia anormalmente elevada de aneuploidia. La significancia biológica de las células picnóticas y el mecanismo de formación son desconocidos, puede representar un mecanismo alternativo de desintegración nuclear, diferente a la cariorrexis y la cromatina condensada(18). La experiencia con el ensayo de MN, en el bloque citogenético de linfocitos, ha mostrado que el uso de un citoma, en el que no solamente se mide la frecuencia de MN sino también otros marcadores de daño al genoma, células muertas, o degeneradas, así como índice de proliferación, asegura una medición más comprensiva de citoxicidad y efectos genotóxicos(11). El ensayo de MN ha sido aplicado para evaluar el daño cromosómico en el monitoreo biológico de poblaciones humanas expuestas a una variedad de agentes químicos o físicos mutagénicos y carcinogénicos. Un amplio intervalo de frecuencia basal de MN en células de la mucosa oral ha sido reportado, 0,05 a 11,5 MN/1000 células, con la mayoría de los valores entre 0,5 y 2,5MN/1000 células y no existe un claro patrón de variación entre los laboratorios de diferentes países. Muchos estudios reportan una elevada frecuencia, estadísticamente significativa, en individuos expuestos comparados con un grupo control, aunque los efectos observados son relativamente pequeños, con valores entre 1,1 y 4,0(11,20,21). Sin embargo, otros estudios no han mostrado cambios estadísticamente significativos(22,23). Una investigación sobre efectos de la exposición acumulativa a formaldehido mostró un incremento de 12 veces la frecuencia de MN en células de la mucosa oral luego de la exposición. Este hallazgo, fue confirmado en una siguiente investigación utilizando una técnica diferente de tinción(11,24). Se ha hallado incremento significativo de MN células exfoliadas de la mucosa oral en personas expuestas a solventes orgánicos, agentes antineoplásicos, derivados del diesel, hidrocarburos aromáticos policíclicos, pintura que contiene plomo y disolventes y agua contaminada con arsénico, en diversos estudios(11,25). Nery et-al.(13) encontraron que todos los estudios conducidos en niños expuestos a contaminantes ambientales revelaron, claramente, un aumento en la frecuencia de MN, comparados con los niños referentes. Los incrementos de MN fueron estadísticamente significativos, en todos. Los resultados de un estudio realizado en cuatro poblaciones agrícolas ocupacionalmente expuestas a pesticidas no reveló una inducción significativa de daño citogenético, medido por la frecuencia de MN tanto en linfocitos de sangre periférica como en células de la mucosa oral(26). Otros estudios han fallado en demostrar efectos citogenéticos asociados a los pesticidas, en población ocupacionalmente expuesta, con ensayos para Aberración Cromosómica (AC) y MN en linfocitos de sangre periférica y algunos también para MN en Daño celular en una población infantil potencialmente EXPUESTA... / Leite B. y Col. 66 células de mucosa bucal(22,23,27,28). Se ha mostrado aumento de la frecuencia de MN en células de la mucosa oral en un grupo de 30 floricultores mexicanos, siendo la frecuencia de MN con relación a los no expuestos, estadísticamente significativa(29). En un estudio reciente que incluyó una población de 70 floricultores expuestos, en el Norte de Sinaloa, México, se halló frecuencia aumentada de MN en células de la mucosa oral, con relación a la población no expuesta(30). En una investigación realizada en 29 trabajadores agrícolas brasileros, expuestos a pesticidas en campos de soja, se encontró una frecuencia significativamente mayor de MN en células de la mucosa oral, que en el grupo no expuesto(31). Una investigación realizada en la India en 54 trabajadores de una unidad de fabricación de plaguicidas demostró un aumento significativo en la frecuencia de MN en células de la mucosa bucal en comparación con igual número de sujetos no expuestos(32). En el delta de Goksu, Turquía, una región contaminada con una mezcla de pesticidas, se investigó genotoxicidad en 32 personas viviendo en la región, y se halló un aumento significativo de MN en células de la mucosa oral, comparado con igual número de personas no expuestas(33). La frecuencia de MN en linfocitos de sangre periférica, es extensamente utilizada como biomarcador para señalar la presencia y extensión de daño cromosómico y la estabilidad del genoma, en poblaciones humanas expuestas a agentes genotóxicos, o para determinar la presencia de un perfil genético susceptible. Un total de 6.718 sujetos en quienes se determinó frecuencia de MN, fueron seleccionados de la base de datos del proyecto internacional del MN humano (HUman Micro Nucleus (HUMN), los resultados de la investigación proveen evidencias preliminares que la frecuencia de MN en linfocitos de sangre periférica es un marcador biológico predictivo de riesgo de cáncer en una población de sujetos sanos(34). El estudio de daño al ADN en células exfoliadas de la mucosa oral es un método mínimamente invasor para monitorear poblaciones expuestas a agentes genotóxicos. La presencia de MN y otras anomalías dentro de estas células ha mostrado estar asociada con defectos genéticos en el mantenimiento del genoma, en el envejecimiento temprano, daño genotóxico y algunas enfermedades degenerativas. Sin embargo, es prioritaria la estandarización del método, ya que todavía no se sabe si una frecuencia elevada de MN en la mucosa bucal en población humana es predictiva de riesgo de cáncer, si es específica del sitio o puede extrapolarse a otros sitios(35). Con relación a la edad y al género, la muestra en ambos grupos ha sido homogénea ya que no mostró diferencias significativas al compararlos. La influencia del sexo ha sido informada para adultos, sin embargo, su influencia no ha sido estadísticamente significativa en individuos menores de 40 años. Llega a ser más pronunciada en sujetos de mayor edad. En una revisión de un conjunto de estudios en adultos se encontró que las mujeres tenían un nivel mayor de frecuencia de MN, equivalente a un 19% más(36). Datos publicados por Neri et al, en una revisión sobre investigaciones realizadas en niños de 0 a 18 años, expuestos a mutágenos, mostraron que la influencia del sexo sobre la frecuencia de MN era irrelevante(37). Así mismo, en un metanálisis y un conjunto de estudios de frecuencia basal de MN en niños no se ha encontrado diferencias con relación al sexo(38). El estudio y la prevención de enfermedades que afectan a los niños debido a exposición no intencional a agentes biológicos, químicos y físicos está emergiendo como un nuevo campo de investigación, de políticas y de prácticas clínicas. Hoy se sabe que el daño a la salud puede producirse con niveles elevados de exposición así como con bajos y prolongados niveles de exposición a tóxicos en el ambiente. Muchas de estas sustancias están ampliamente distribuidas en el ambiente y pueden ser halladas en sangre, fluidos corporales y tejidos de Daño celular en una población infantil potencialmente EXPUESTA... / Leite B. y Col. 67 niños y mujeres embarazadas. Aunque las alteraciones son a menudo sutiles a nivel individual, el daño puede ser sustancial a nivel poblacional, en especial cuando una exposición es prevalente(39), en esta investigación el 83% de los niños estudiados tuvo un periodo de exposición potencial entre 1 año y 6 años con un promedio de 4,6 años. Los plaguicidas, pueden generar contaminación en los ambientes de trabajo donde son manipulados, o en general, en el ambiente que rodea las zonas de manipulación. Las etapas que componen la cadena de los plaguicidas son la fabricación, la formulación, el fraccionamiento y/o envasado, la distribución y la aplicación. En cualquiera de las etapas mencionadas se puede generar contaminación ambiental: del aire, con los polvos de plaguicidas o solventes evaporados; del agua, por derrames y corrientes de lavado; y del suelo, también por derrames y disposición inadecuada de residuos sólidos(40,41). Existen evidencias sobre efectos ambientales de actividades industriales aún después del cese de operaciones por un largo tiempo(42,43). El aspecto relevante de este estudio es la significativa diferencia de MN en dos grupos de niños escolares, la frecuencia mayor de MN en los que asisten a una escuela próxima a una fábrica de sustancias químicas para el agro, señala que estos se hallan expuestos a genotóxicos. Se debe ampliar la investigación para determinar con mayor aproximación las causas, a través del monitoreo ambiental y otros marcadores biológicos de exposición, de los efectos hallados. En esta investigación potenciales variables de confusión como la exposición a rayos X en los últimos 6 meses, el uso de medicamentos crónicos, la utilización de plaguicidas en el hogar fue mayor en el grupo de no expuestos a plaguicidas, con diferencias significativas. No hubo diferencias significativas entre ambos grupos con relación a otras variables como padres fumadores, enfermedad respiratoria, antecedente de abortos, malformación congénita y muerte de un hijo antes de nacer. Hubo mayor proporción de cefalea, de lesiones en piel, decaimiento (desgano, falta de fuerza muscular, mareos) y trastornos de la visión en el grupo expuesto a plaguicidas del medio ambiente, con diferencias significativas que pueden interpretarse como síntomas y signos de exposición aguda. La intoxicación por pesticidas es comúnmente sub-diagnosticada, los hallazgos clínicos de la intoxicación aguda raramente son patognomónicos, puede remedar una enfermedad respiratoria aguda, conjuntivitis, enfermedad gastrointestinal, manifestaciones cutáneas, entre otras(44). Los problemas que promueven el deterioro genómico en las comunidades y que atañen a la bioética ambiental son: la distribución desigual de tóxicos en relación con la etnicidad o el nivel de ingresos, fallas de protección en el ambiente laboral en regiones de menor desarrollo socioeconómico, ausencia deliberada de información sobre los riesgos de exposición a genotóxicos en el ambiente laboral o en la zona de residencia, deficiente o insuficiente evaluación de genotoxicidad de medicamentos o aditivos alimentarios, deficiente evaluación de genotoxicidad de actividades industriales y de otras no asociadas con la producción de bienes. En la bioética ambiental, el primer principio debe ser el de no maleficencia (primum non nocere). El deber de informar a la sociedad civil se origina en el principio de consentimiento informado. Una comunidad debe elegir si acepta que en su entorno se localicen actividades nocivas. Mientras que los principios de justicia y equidad se encaminan a la distribución de beneficios y riesgos, especialmente al determinar quiénes en la comunidad sufrirán y quiénes se beneficiarán(45). Muchas políticas regulatorias no toman en cuenta la vulnerabilidad única de los niños, cuando establecen los límites(46). El desarrollo de estrategias de evaluación de riesgo, que tengan en cuenta las distintas etapas del desarrollo, a través de la cual todas las generaciones futuras deben pasar Daño celular en una población infantil potencialmente EXPUESTA... / Leite B. y Col. 68 es esencial para la salud pública. El objetivo principal es formular políticas que protejan al niño contra agentes potencialmente tóxicos y permita que ellos crezcan, se desarrollen y lleguen a la madurez sin daños. Ningún documento sobre la evaluación del riesgo que no considere las características únicas de exposición y vulnerabilidad de fetos, infantes, niños y adolescentes, puede ser considerado hoy, adecuado para proteger la salud humana. La participación activa de todos los sectores de la sociedad juega un papel importante en la promoción de entornos seguros y saludables para todos(47,48). La salud de una sociedad puede ser juzgada por la salud de sus niños. Esto supone la identificación precoz de riesgos prevenibles y la traducción inmediata de estos conocimientos en intervenciones eficaces con políticas de protección(49). Esta investigación permite afirmar que existe una exposición a genotóxicos en un grupo de niños con relación a otro. Se debería establecer un seguimiento a través de marcadores de efecto, como frecuencia de MN, una vez interrumpida la exposición, para determinar la persistencia, o no, de los indicadores biológicos de daño celular. El principio de precaución puede invocarse cuando es urgente intervenir ante un posible peligro para la salud, o cuando éste se requiere para proteger el medio ambiente en caso de que los datos científicos no permitan una determinación completa del riesgo. En este caso el principio de precaución debe primar e interrumpir la exposición potencial al riesgo, en el menor tiempo posible, mientras tanto se obtengan datos y se definan acciones que protejan la salud de las personas y del medio ambiente en el que ellas viven. Conclusión Se encontró mayor frecuencia de marcadores biológicos de daño celular, en la población infantil potencialmente expuesta a pesticidas en el ambiente, al compararla con una población similar no expuesta. Las diferencias observadas en los marcadores celulares no pueden ser explicadas por la influencia de otros factores demográficos o ambientales examinados. Referencias 1. Bolognesi C. Genotoxicity of pesticides: a review of human biomonitoring studies. Mutat Res. 2003;543:251–72. 2. Palani-Kumar L, Panneerselvam N. Toxic effects of pesticides: a review on cytogenetic biomonitoring studies. Medicine and Biology. 2008;15(2):46–50. 3. Oleskey C, Fleischman A, Goldman L, Hirschhorn K, Landrigan P, Lappé M, et-al. Pesticide testing in humans: ethics and public policy. Environ Health Perspect. 2004;112(8):914-19. 4. Thundiyil JG, Stober J, Besbelli N, Pronczuk J. Acute pesticide poisoning: a proposed classification tool. Bull World Health Organ. 2008;86:205–209. 5. Wild CP, Kleinjans J. Children and increased susceptibility to environmental carcinogens: evidence or empathy? Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 2003;12:1389-394. 6. Garry VF. Pesticides and children. 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Bonassi S, Znaor A, Ceppi M, Lando C, Chang WP, Holland N, et-al. An increased micronucleus frequency in peripheral Daño celular en una población infantil potencialmente EXPUESTA... / Leite B. y Col. 69 ARTICULOS DEL CONO SUR - ARGENTINA(1) Efecto del clampeo demorado del cordón umbilical en la ferritina sérica a los seis meses de vida. Estudio clínico controlado aleatorizado The effect of early and delayed umbilical cord clamping on ferritin levels in term infants at six months of life. A randomized, controlled trial Dr. José M Ceriani Cernadas, Dr. Guillermo Carrolib, Dra. Liliana Pellegrinic, Dra. Marina Ferreiraa, Dra. Carolina Riccia, Dra. Ofelia Casasc, Dr. Jaime Lardizabalb y Dra. María del Carmen Morassod Resumen Introducción. El clampeo demorado del cordón umbilical aumentaría el depósito de hierro en lactantes. Para comprobar esta hipótesis medimos la ferritina sérica a los seis meses de vida en niños nacidos a término, participantes en un estudio controlado aleatorizado que evaluó el efecto del tiempo de clampeo del cordón en el hematócrito venoso y la evolución neonatal. Métodos. De 276 neonatos incluidos en el estudio original, 255 (92,4%) fueron seguidos seis meses, 86 tuvieron clampeo temprano, 83 al minuto y 83 al tercer minuto. La variable principal de resultado fue la concentración de ferritina sérica a los seis meses. Resultados. Las características de los grupos de madres y niños fueron similares. La ferritina fue significativamente más alta en los niños con clampeo al tercer minuto (33,2 μg/L) que en los de clampeo temprano (20,9 μg/L) (diferencia de medias geométrica: 1,6; IC 95%: 1,2-2,1). No hubo diferencia significativa entre clampeo al minuto (25,5 μg/L) y clampeo temprano. Tampoco hubo diferencia en los valores medios de hemoglobina, entre los grupos temprano [10,6 g/dl (DE 1,11)], al minuto [10,8 g/dl (DE 0,86)] y tres minutos [10,7 g/dl (DE 0,97)], respectivamente. La prevalencia de anemia ferropénica fue tres veces mayor en niños con clampeo temprano (7%) en a. b. c. d. Summary Background. Delayed umbilical cord clamping could increase iron stores and prevent iron deficiency in infants. To test this hypothesis we measured serum ferritin and hemoglobin levels at six months of age in term infants who had participated in a randomized controlled trial, assessing the effect of cord clamping timing on neonatal hematocrit values and clinical outcome. Main outcome measure. Serum ferritin level at six months of age. Methods. Out of the 276 mothers and their infants that participated in the initial study, 255 (92.4%) were followed up to six months and included in this study. Of these, 86 had their cords clamped within the first 15 seconds (early clamping), 83 at one minute, and 83 at three minutes. The pediatricians in charge of the evaluations during the follow-up period and personnel in charge of the biochemical tests were blinded to the assignment group. In all but 3 infants the ferritin levels and hemoglobin levels were measured at six months of age. Results. Mothers and infants in the three groups had similar baseline characteristics. Serum ferritin levels were significantly higher in the infants of the three minutes group than in the infants of the early group: 33.2 μg/L vs. 20.9 μg/L (geometric mean ratio: 1.6; 95% CI: 1.2 to 2.11) but no difference was observed in one minute group (25.5 μg/L) vs. early group. There were no significant differ- Servicio de Neonatología, Hospital Italiano de Buenos Aires. Centro Rosarino de Estudios Perinatales. Maternidad Martin de Rosario. UNICEF Argentina. Correspondencia: Dr. José M. Ceriani Cernadas: [email protected] (1) Artículo original de Argentina, publicado en Archivos Argentinos de Pediatría 2010; 108: 201-8 y que fue seleccionado para su reproducción en la XVI Reunión de Editores de Revistas Pediátricas del Cono Sur. Chile 2011. Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 70 - 9 70 comparación con los del tercer minuto (2,4%) (diferencias no significativas; RR: 0,30; IC 95%: 0,101,60). Conclusión. En niños nacidos a término, el clampeo del cordón umbilical a los tres minutos del nacimiento aumentó significativamente las concentraciones de ferritina a los seis meses de edad. No hubo diferencias significativas en los niveles de hemoglobina. Pabras clave: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 70-9: clampeo del cordón umbilical, lactantes, ferritina, hemoglobina. Introducción La anemia por carencia de hierro es la deficiencia nutricional más frecuente en niños menores de 2 años. En un estudio reciente se observó que, en la Argentina, el 34,1% de los niños de entre 6 meses y 2 años de edad padecen anemia.1 Dadas las consecuencias de la anemia y la deficiencia de hierro en la salud y el desarrollo cognitivo de los niños pequeños,2 preocupan los resultados de un estudio realizado en nuestro país que arrojó altas prevalencias de esta patología a los 6 meses de vida, aun en niños de término con peso adecuado al nacer.3 Estos hallazgos sugieren que existen causas de la anemia generadas durante el embarazo o en el período perinatal, o en ambos. Entre estas últimas, el clampeo o ligadura del cordón umbilical en los primeros segundos de vida ha sido involucrado como una posible causa,4 ya que priva al recién nacido (RN) de un apreciable volumen de sangre, aproximadamente 35 ml/kg de peso en los primeros 3 minutos de vida, lo que podría representar más de 50 mg de hierro.5 Las bondades de generalizar el clampeo demorado del cordón umbilical siguen siendo polémicas, por las posibles consecuencias perjudiciales en el período neonatal, hecho no sustentado por evidencia sólida alguna. En una publicación previa comunicamos los resultados de la primera etapa de este estudio,6 que demuestran ences in mean hemoglobin values, 10.6 g/dl (SD 1,1); 10.8 g/dl (SD 0.9) and 10.7 g/dl (SD 1.0) between groups early, one minute, and three minutes, respectively. Although there were no significant differences between groups, the prevalence of iron deficiency anemia (hemoglobin < 10.5 g/dl and ferritin < 9 μg/L) was 3 times more frequent in early clampling group (7.2%) than in three minutes group (2.4%) (RR: 0.30; IC 95%: 0.10-1.60). Conclusions. Delayed umbilical cord clamping at three minutes significantly increases serum ferritin levels in infants at 6 months of age. No significant differences were found between groups in mean hemoglobin levels. Key words: Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 70-9: umbilical cord clamping, infants, serum ferritin, hemoglobin levels. que no existen efectos clínicos perjudiciales atribuibles al clampeo demorado del cordón umbilical en neonatos de término y que, por el contrario, la prevalencia de anemia (hematócrito venoso <45% en las primeras 48 h de vida) fue significativamente mayor en los RN a los que se les practicó clampeo temprano (primeros 15 segundos). Un escaso número de estudios suministra información que permite verificar si la cantidad adicional de hierro que aporta el clampeo demorado del cordón umbilical mejora los depósitos de hierro más allá de los 2 meses de vida.7 Sin embargo, un estudio reciente aleatorizado controlado observó, en el grupo con clampeo a los dos minutos, niveles más altos de ferritina e incremento de los depósitos de hierro a los seis meses de edad.8 Asimismo, una revisión sistemática Cochrane, que incluyó 11 estudios con 2983 madres y sus RN, muestra la creciente evidencia acerca de que el clampeo demorado del cordón umbilical mejora, significativamente, las reservas de hierro hasta los seis meses de vida.9 En el presente estudio, se analizaron los resultados del seguimiento de la población de la primera etapa del estudio ya mencionado6 con el objetivo principal de evaluar el impacto de los diferentes tiempos de clampeo del cordón umbilical, en recién nacidos de término, sobre las concentraciones de ferritina a los seis meses de edad. Efecto del clampeo demorado del cordón umbilical en la... / J. M. Ceriani. y Col. 71 Hipótesis El clampeo demorado del cordón umbilical (entre 1 y 3 minutos), en recién nacidos de término sanos, aumenta los niveles de ferritina sérica a los seis meses de edad. Población y Métodos Diseño Estudio clínico aleatorizado controlado. Población Los criterios de elegibilidad para el enrolamiento en el estudio fueron: neonatos únicos, sin complicaciones, de término, en presentación cefálica, sin malformaciones congénitas, sin restricción del crecimiento intrauterino, nacidos por vía vaginal o cesárea. En las visitas de control neonatal en el primer mes de vida, los neonatólogos a cargo de la investigación invitaron a los padres a participar en la segunda fase del primer estudio, que incluía el seguimiento de su hijo hasta el sexto mes, con la consiguiente medición de ferritina sérica e índices hematimétricos. Los padres firmaron el consentimiento informado como requisito imprescindible para que los niños pudieran participar en el estudio. Los Comités de Ética de protocolos de investigación de ambos hospitales aprobaron el estudio. Métodos Intervenciones Los neonatos fueron asignados aleatoriamente a tres intervenciones diferentes: 1.Clampeo temprano del cordón (dentro de los primeros 15 segundos de vida). 2.Clampeo del cordón al minuto de vida. 3.Clampeo a los 3 minutos de vida. Los últimos dos grupos fueron considerados como clampeo demorado del cordón. La técnica de clam- peo fue similar en los tres grupos. Más detalles acerca de los métodos se describen en el estudio original.6 Variables de resultado La variable primaria de resultado fue el nivel de ferritina sérica a los seis meses de edad. Las variables secundarias fueron: hemoglobina venosa, volumen corpuscular medio, suplementación con hierro, tipo de alimentación (lactancia materna o fórmula, o ambos), crecimiento y evolución clínica del niño. Procedimientos El hematócrito materno se evaluó en las horas previas al nacimiento mediante su medición en sangre capilar. El manejo activo del tercer período del trabajo de parto (alumbramiento) fue definido como la administración de uterotónicos a la madre previo a la expulsión de la placenta. La ferritina y hemoglobina neonatal fueron medidas en sangre obtenida por punción de venas de la región antecubital. La ferritina se midió mediante el método de inmunoanálisis (VitrosTM), la hemoglobina y el volumen corpuscular medio se midieron, respectivamente, con los métodos calorimétricocianometahemoglobina e impedancia. Los niños incluidos en el estudio fueron controlados tres veces en el primer mes y mensualmente hasta el sexto mes. En esas visitas se realizó el control clínico y de las características de la alimentación y la ingesta de hierro medicamentoso. Estas dos últimas variables se obtuvieron de las historias clínicas y se corroboraron mediante la información de la madre. Definiciones Se consideró déficit de hierro a una concentración de ferritina sérica <9 μg/L y anemia por deficiencia de hierro a hemoglobina <10,5 g/dl y ferritina <9 μg/L.10 Incorporación de los datos y análisis estadístico La información obtenida en la recolección de los datos fue incorporada a la base de datos por diferentes operadores, con una técnica de doble entrada. Efecto del clampeo demorado del cordón umbilical en la... / J. M. Ceriani. y Col. 72 Los operadores también detectaron y validaron las inconsistencias. Los informes de las instituciones participantes fueron corregidos toda vez que se detectó un error o una falla. El análisis se realizó con el programa SAS. Las características basales y de evolución a los seis meses, que son de tipo continuo, se describen a través de la mediana y los cuartiles, pues algunas de ellas no resultan simétricas; mientras que las variables categóricas se expresan en términos de porcentajes. Debido a la falta de normalidad, la variable principal (ferritina) fue descripta a través de la media geométrica y el desvío estándar (DE). La comparación entre los grupos se llevó a cabo a través de la construcción de intervalos de confianza (IC) para el cociente entre las medias geométricas. El resto de las variables continuas referentes a parámetros hematológicos, que cumplían el supuesto de normalidad, fueron representadas por la media aritmética y su desvío estándar (DE). Su comparación se llevó a cabo a través de la construcción de intervalos de confianza (IC) para la diferencia de medias aritméticas. En todos los casos, el error de tipo I se controló mediante intervalos de confianza de Dunnett, tomando como referencia al grupo de clampeo inmediato. El grado de confianza utilizado fue del 95%. Las variables categóricas se compararon (respecto del grupo de clampeo inmediato) calculando los riesgos relativos (RR) y sus correspondientes intervalos con un nivel de confianza del 95% (IC95%). El análisis de los grupos se realizó de acuerdo al concepto de intención según tratamiento asignado. Aleatorización El proceso de aleatorización fue realizado por el Centro Rosarino de Estudios Perinatales y se generó una secuencia de números aleatorios con bloques de extensión variable, mediante el uso de una computadora (SAS/STAT software system, versión 8). La aleatorización fue estratificada por hospital y, a su vez, en cada institución, por el modo de nacimiento (vaginal o cesárea). La correspondiente asignación de la intervención se colocó en sobres opacos sella- dos que se numeraron secuencialmente. Los sobres fueron consecutivamente ubicados en una caja, de la cual se podía extraer sólo uno de ellos por vez. Los profesionales que efectuaron la generación de los números aleatorios y el ocultamiento de la asignación no participaron en la fase de reclutamiento del estudio. Enmascaramiento Debido a las características de la intervención, el médico a cargo del clampeo del cordón, una vez abierto el sobre, conocía la intervención asignada. Sin embargo, los pediatras que realizaron los controles clínicos entre el mes y los seis meses y aquellos encargados de efectuar las pruebas de laboratorio desconocían el momento de clampeo del cordón umbilical al que había sido asignado el neonato. Resultados El estudio fue realizado en el Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina y en la Maternidad Martin de Rosario, Argentina. El Centro Rosarino de Estudios Perinatales (CREP) actuó como centro coordinador. El reclutamiento del estudio original se efectuó entre el 27 de noviembre de 2002 y el 28 de abril de 2003. El control a los 6 meses se realizó entre el 27 de mayo y el 28 de octubre de 2003. De las 276 madres y sus niños incluidos en el estudio inicial, 21 no se incorporaron o abandonaron el seguimiento por diversas razones y 255 (92,4%) completaron el seguimiento hasta el sexto mes. En tres niños no se determinó la ferritina sérica, por lo que 252 fueron analizados para esa variable (Figura 1). Los tres grupos fueron comparables debido a la similitud biológica de las variables pronósticas (Tabla 1 y Tabla 1 bis). No hubo diferencias entre los grupos en relación al momento de evaluación de la variable principal de resultado. Las medias y desvíos estándares de la medición de ferritina sérica fueron: 6,02 meses (0,13), 6,05 meses (0,26) y 6,05 meses (0,20) en los Efecto del clampeo demorado del cordón umbilical en la... / J. M. Ceriani. y Col. 73 Figura 1. Flujo de la población estudiada Aleatorizados n = 276 Clampeo en los primeros 15 seg. n = 93 Clampeo al minuto n = 91 Clampeo al tercer minuto n = 92 Sin consentimiento n=4 Sin consentimiento n=2 Sin consentimiento n=5 No contactados n=2 No contactados n=5 No contactados n=3 Seguidos hasta el sexto mes n = 84 Seguidos hasta el sexto mes n = 87 Ferritina no medida n=1 Analizados n = 86 (92,5%) grupos con clampeo temprano, al minuto y los 3 minutos, respectivamente. El valor medio de ferritina fue más alto en el grupo con clampeo a los tres minutos (33,2 μg/L) que en el grupo con clampeo temprano (20,9 μg/L) (diferencia de media geométrica: 1,6; IC 95%: 1,2-2,1) y que en el grupo con clampeo al primer minuto (25,5 μg/L) (RR: 1,22; IC 95%: 0,91-1,63), aunque esta diferencia no fue estadísticamente significativa (Tabla 2). La proporción de niños con bajos depósitos de hierro varió desde 15,1%, en el grupo de clampeo inmediato, hasta 7,2%, en el de clampeo a los 3 minutos. La proporción de niños anémicos por deficiencia de hierro fue de 7,0% en el grupo con clampeo inme- Seguidos hasta el sexto mes n = 84 Ferritina no medida n=1 Analizados n = 83 (91,2%) Ferritina no medida n=1 Analizados n = 83 (90,2%) diato, de 3,6% en el clampeo al minuto (RR: 0,5; IC 95%: 0,1-2,0) y de 2,4% en los que el cordón se clampeó al tercer minuto (RR: 0,3; IC 95%: 0,1-1,6) (diferencias no significativas, Tabla 2). No se observó diferencia alguna entre los grupos en los niveles medios de hemoglobina y en el volumen corpuscular medio. Las concentraciones de hemoglobina al sexto mes fueron de 10,6 g/dl (DE 1,1) en el grupo asignado a clampeo temprano, 10,8 g/dl (DE 0,9) en el grupo con clampeo al minuto y 10,8 g/dl (DE 1,0) en el grupo con clampeo a los tres minutos (Tabla 2). Los datos de los grupos en cuanto al peso, talla y perímetro cefálico a los 6 meses de vida, tipo de alimentación y porcentaje de lactantes a los cuales Efecto del clampeo demorado del cordón umbilical en la... / J. M. Ceriani. y Col. 74 Tabla 1. Características basales de la población en estudio Variable Edad de la madre Clampeo primeros 15 seg n=93 Clampeo al minuto n=91 Clampeo a los 3 minutos n=92 Sin dato Mediana Q1-Q3 Sin dato Mediana Q1-Q3 Sin dato Mediana Q1-Q3 1 29,0 24-32 1 28,5 25-33 2 27,5 23-32 Número de partos 2 1 1-3 0 1 0-3 0 1 1-2 Edad gestacional al parto 0 39 39-40 0 39 38-40 0 39 39-40 Controles prenatales 0 9 7-10 2 9 7-10 0 9 7-10 Anemia maternaab 15/92 (16,3) 10/90 (11,1) 13/92 (14,1) Cesáreas 26/92 (28,3) 27/90 (30,0) 26/92 (28,3) 52/93 (55,9) 45/88 (51,1) 46/91 (50,6) a Manejo activo del alumbramientoa Hematocrito previo al parto 6 34 32-36 4 35 33-36 1 34 32-36 Peso del neonato 0 3370 3105-3620 0 3365 3150-3725 0 3460 3177,5-3650 a. n/N (%). b. Hemoglobina < 10 g/dl durante el embarazo. Q1-Q3: intervalo intercuartil. Tabla 1 bis. Características basales de la población en estudio (sólo pacientes con seguimiento a los 6 meses) Variable Clampeo primeros 15 seg n=87 Clampeo al minuto n=84 Clampeo a los 3 minutos n=84 Sin dato Mediana Q1-Q3 Sin dato Mediana Q1-Q3 Sin dato Mediana Q1-Q3 Edad de la madre 1 29 24-32 1 29 25-33 2 27 22-32 Número de partos 2 2 1-3 0 1 0-2 0 1 1-2 Edad gestacional al parto 0 39 39-40 0 39 38-40 0 39 39-40 Controles prenatales 0 8 6-10 2 9 7-10 0 9 7-10 Anemia maternaab 14/86 (16,3) 10/83 (12,1) 11/84 (13,1) Cesáreasa 23/86 (26,7) 25/83 (30,1) 21/84 (25,0) Manejo activo del alumbramientoa 47/87 (54,0) 41/81 (50,6) 38/83 (45,8) Hematocrito previo al parto 5 34 32-36 4 35 33-36,5 0 34 32-36 Peso del neonato 0 3400 3080-3650 0 3435 3150-3740 0 3460 3155-3650 a. n/N (%). b. Hemoglobina < 10 g/dl durante el embarazo. Q1-Q3: intervalo intercuartil. se les indicó suplementación con hierro, se detallan en la Tabla 3. El grupo de clampeo temprano recibió una dosis promedio de hierro suplementario mayor que los otros dos grupos (Tabla 3), aunque no queda claro la causa de esa diferencia, que no fue estadísticamente significativa. Del total de niños que tuvieron indicación de suplementación de hierro en dicho grupo, sólo el 12% recibió dosis terapéuticas. No se hallaron diferencias entre los grupos con relación a enfermedades del niño en los primeros seis meses de vida, ni tampoco en la internación hospitalaria. Efecto del clampeo demorado del cordón umbilical en la... / J. M. Ceriani. y Col. 75 Tabla 2. Valores de ferritina sérica y parámetros hematológicos a los seis meses de edad Clampeo primeros 15 segundos Clampeo al primer minuto Clampeo a los 3 minutos n Media (DE) n Media (DE) Comparación de medias (IC 95%) n Media (DE) Comparación de medias (IC 95%) Ferritina (ug/L)a 86 20,9 (26,3) 83 25,5 (26,0) 1,2 (0,9-1,6) 83 33,2 (36,8) 1,6 (1,2-2,1) Hemoglobina (g/dl)b 86 10,6 (1,1) 84 10,8 (0,9) 0,2 (-0,1-0,5) 83 0,8 (1,0) 0,1 (-0,2-0,5) Volumen corpuscular mediob 86 74,8 (4,6) 84 75,8 (4,6) 1,0 (-0,5-2,6) 83 75, (4,3) 0,8 (-0,7-2,4) a. Media geométrica. Comparación de medias: Cociente de medias geométricas. b. Media aritmética. Comparación de medias: Diferencia de medias aritméticas. Clampeo primeros 15 segundos n/N (%) Clampeo al primer minuto Clampeo a los 3 minutos n/N (%) RR (IC 95%) n/N (%) RR (IC 95%) Ferritina (< 9 μg/L) 13/86 (15,1) 10/83 (12,1) 0,8 (0,4-0,7) 6/83 (7,2) 0,5 (0-1,2) Hemoglobina (< 10,5 g/dl) 37/86 (43,0) 27/84 (32,1) 0,8 (0,5-1,1) 29/83 (34,9) 0,8 (0,6-1,2) Anemia ferropénica (hemoglobina < 10,5 g/dl y ferritina < 9 μg/L) 6/86 (7,0) -- 3/84 (3,6) 0,5 (0,1-2,0) 2/84 (2,4) 0,3 (0,1-1,6) Discusión Los resultados de este estudio confirman la hipótesis planteada, en cuanto a que las reservas de hierro fueron significativamente mayores en el grupo con clampeo del cordón umbilical al tercer minuto respecto del grupo con clampeo temprano en los primeros 15 segundos después del nacimiento. Esta diferencia también se observó en la comparación con el grupo de clampeo al minuto, aunque en este caso no fue estadísticamente significativa, lo cual podría sugerir que el tiempo eficaz de transfusión de sangre placentaria después del alumbramiento para aumentar las reservas de hierro de los niños requeriría un lapso mayor al minuto. Los resultados comunicados por Chaparro y col.8 en México, muestran diferencias significativas en los depósitos de hierro en los niños con clampeo del cordón a los 2 minutos en comparación con aquellos en los que se efectuó clampeo inmediato. Se han realizado muchas especulaciones teóricas sobre la implicancia del clampeo demorado del cordón umbilical sobre las reservas de hierro de los niños durante su primer año de vida. A partir de datos acerca del volumen de sangre placentaria transfundido, las estimaciones indican que los niños con clampeo demorado recibirían entre 40 y 50 mg de hierro adicionales, los cuales representan una importante proporción del hierro corporal total al nacimiento.5,11,12 En nuestro estudio utilizamos, como nivel normal de ferritina a los 6 meses, el valor límite de ferritina recomendado por Domellöf,10 que se basa en que a la edad de 6 meses los niños atraviesan un período de alta velocidad de crecimiento y reciben una escasa ingesta de hierro. Ese valor (9 μg/L) es sensible- Efecto del clampeo demorado del cordón umbilical en la... / J. M. Ceriani. y Col. 76 Tabla 3. Evolución a los seis meses Clampeo primeros 15 seg n= 87 Sin dato Mediana Q1-Q3 Peso (gramos) 0 7700 Longitud (cm) 1 67 3 43 Circunferencia cefálica (cm) Alimentación a los 6 meses Clampeo al minuto n= 84 Clampeo a los 3 minutos n= 84 Sin dato Mediana Q1-Q3 Sin dato Mediana Q1-Q3 7140-8400 1 7800 7300-8380 65-69 0 67,3 65,5-69 1 7800 7200-8400 0 67 65,1-68 42,5-44 1 43,5 42,5-44 0 44 Pecho exclusivo 43/86 (50,0) 38/84 (45,2) 36/83 (43,4) Pecho + fórmula 11/86 (12,8) 5/84 (6,0) 9/83 (10,8) Fórmula exclusiva Pecho y/o fórmula + semisólidos Leche de vaca fluida Tiempo de alimentación exclusiva al pecho (meses) 1 Dosis (mg/kg/día) 2 Ninguna Infección urinaria 3/84 (3,6) 0/83 (0,0) 37/84 (44,1) 38/83 (45,8) 6 1/84 (1,2) 4-6 1 20/86 (23,3) Meses de suplementación Enfermedadesa 3/86 (3,5) 29/86 (33,7) 0/86 (0,0) 0 Suplementación con hierroa Transfusión de sangrea 42,2-44,5 a 5 0/83 (0,0) 3-6 1 10/83 (12,1) 1 1-4 1 6 1-6 1 0/87 (0,0) 4-6 19/80 (23,8) 2 1-4 4 1,5 1-5 4 0/84 (0,0) 5 2 1-3 1 1-6 0,82 (0,0) 6/87 (6,9) 5/84 (6,0) 5/83 (6,0) 44/87 (50,6) 43/84 (51,2) 46/84 (54,8) 4/87 (4,6) 1/84 (1,2) 1/84 (1,2) Infección respiratoria baja 11/87 (12,6) 4/84 (4,8) 10/84 (11,9) Infección respiratoria alta 15/87 (17,2) 26/84 (31,0) 20/84 (23,8) Infecciones otorrinolaringológicas 2/87 (2,3) 5/84 (6,0) 5/84 (6,0) Infecciones virales no clasificadas 6/87 (6,9) 4/84 (4,8) 1/84 (1,2) Otras 3/87 (3,5) 1/84 (1,2) 1/84 (1,2) Dermatitis 2/87 (2,3) 0/84 (0,0) 0/84 (0,0) a. n/N (%). Q1-Q3: intervalo intercuartil. mente más bajo que el sugerido por la OMS13 para niños menores de 5 años (12 μg/L) y existe consenso respecto de que sería el más apropiado para los lactantes entre los cuatro y seis meses de edad. Los niveles de hemoglobina promedio no mostraron diferencia entre los grupos y resultaron cercanos al límite inferior del valor normal de referencia. Estos bajos valores promedio en todos los grupos podrían explicarse por el patrón de ingesta alimentaria, con predominio de la alimentación al pecho, posiblemente con baja ingesta de hierro. A los 6 meses de edad, la lactancia materna exclusiva estuvo presente en el 46% de los niños, tasa bastante más elevada que lo habitual en estudios previos.14 Por ende, podría especularse que los niños amamantados al pecho en forma exclusiva tengan valores de hemoglobina inferiores a los de los niños alimentados con fórmula, hipótesis que merecería corroboración. En los niveles de hemoglobina también podría influir el escaso número de lactantes que recibieron suplementación con hierro. Cabe notar que la proporción de niños anémicos por deficiencia de hierro resultó 3 veces más frecuente en el grupo de niños con clampeo inmediato que en Efecto del clampeo demorado del cordón umbilical en la... / J. M. Ceriani. y Col. 77 el de clampeo a los 3 minutos, aún cuando la diferencia no fue significativa. Asimismo, la prevalencia de anemia ferropénica en los tres grupos fue más baja que la de niños con niveles de hemoglobina por debajo del valor límite, lo cual sugiere que existe una alta proporción de niños con hemoglobina baja, pero con suficientes depósitos de hierro. Domellöf15 señala que los coeficientes de correlación entre hemoglobina, ferritina y otros parámetros sobre el estado nutricional de hierro son bajos en niños entre 4 y 6 meses de edad. Esto estaría avalado por la revisión sistemática Cochrane ya citada,9 donde a los seis meses no se observó diferencia alguna en los niveles de hemoglobina entre los niños con clampeo temprano y demorado, mientras que la ferritina fue significativamente más alta en este último grupo. Entre las limitaciones de este estudio mencionamos, como la más importante, que el tamaño muestral fue calculado en el primer estudio para evaluar los efectos inmediatos del tiempo de clampeo de cordón sobre el recién nacido. La posibilidad de seguir a las madres y niños que participaron en ese estudio hasta los 6 meses no estuvo contemplada originariamente, por lo cual el tamaño de la muestra es insuficiente para realizar ciertos análisis. Asimismo, se ha omitido efectuar una observación más precisa de la cantidad de hierro provisto por las fórmulas lácteas y otros alimentos ingeridos por los niños. Conclusión A los seis meses de edad, los niños nacidos a término con clampeo del cordón umbilical al tercer minuto después del nacimiento presentaron un nivel de ferritina plasmática significativamente mayor que el de los niños con clampeo en los primeros 15 segundos. No se observaron diferencias significativas en los valores de ferritina de los niños con clampeo al minuto ni en los niveles de hemoglobina entre los tres grupos. Agradecimientos A UNICEF Argentina por su colaboración para que el estudio pudiera realizarse. Al Dr. Fernando Viteri por su permanente estímulo y asesoramiento en el Programa “Ligadura oportuna del cordón umbilical”. Bibliografía 1. Durán P, Mangialavori G, Biglieri A, Kogan L, et al. Estudio descriptivo de la situación nutricional en niños de 6-72 meses de la República Argentina. Resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS). Arch Argent Pediatr 2009;107(5):397404. 2. Grantham-Mc Gregor S, Ani C. 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Los niños con lesiones a consecuencia de trauma requieren de una red de atención para un manejo pre-hospitalario y hospitalario, un equipo multidisciplinario compuesto por pediatras, cirujanos, anestesiólogos y otros especialistas, además de la labor de los servicios de emergencias y terapia intensiva. La sospecha de trauma en pediatría debe realizarse en todo paciente que tenga hipotensión, dificultad respiratoria, alteración de la conciencia (Glasgow <13), dos o más fracturas de huesos largos, heridas penetrantes, quemaduras, amputaciones o parálisis de cualquier extremidad. Todo paciente pediátrico politraumatizado debe ser considerado como paciente grave y su atención debe ser prioritaria para el traslado a un hospital. El 50% de los pacientes pediátricos politraumatizados tienen traumatismo cráneo encefálico (TCE). La severidad del trauma pediátrico se puede evaluar a través del índice de trauma pediátrico y el menor puntaje obtenido (menos de 6) es el de mayor gravedad, ver cuadro #1. Cuadro # 1. Índice de trauma pediátrico Condición +2 +1 -1 Peso (kg) >20 10 a 20 <10 Vía aérea PAS (mm Hg) Sostenible 90 a 50 o pulso femoral palpable Pérdida del conocimiento Menor Insostenible < 50 o pulsos ausentes SNS Herida Normal > 90 o pulso radial palpable Despierto u obnubilado No Fractura No Cerrada Expuesta o múltiple Coma o descerebrado Mayor o penetrante Factores de riesgo Manejo y tratamiento Los principales mecanismos que ocasionan trauma en niños son: accidentes de tránsito, caída mayor a una vez la estatura del paciente, descargas de energía eléctrica, quemaduras, atrición por elementos pesados y maltrato infantil. En el cuadro # 2, se expone cual debe ser el manejo ambulatorio y hospitalario del trauma pediátrico haciendo énfasis a la vía aérea, ventilación, circulación, déficit neurológico y exposición. * Médico Pediatra. Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría” Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 80 - 4 80 Cuadro # 2. Manejo ambulatorio y hospitalario del trauma pediátrico. A: Vía aérea Pre-hospitalario • • • • Hospitalario • Verificar manejo pre-hospitalario • Con ventilación espontánea ineficiente o apnea, proceder a intubación orotraqueal bajo visión directa por personal con experiencia, caso contrario mantener bolsa-máscara o máscara laríngea • Selección de tubo endotraqueal por fórmula (edad en años +16)/4 y fijarlo en la comisura labial a la distancia de (número del tubo endotraqueal x 3) cm. • Medicación previa al procedimiento de intubación: Inmovilización del cuello con collarín adecuado para la edad Permeabilización con tracción del maxilar inferior o levantamiento del mentón Inserción de cánula oro faríngea en paciente inconsciente No se recomiendan otros procedimientos en la vía aérea CONDICIÓN Lactante PREMEDICACIÓN SEDACIÓN Atropina 0,01 mg/kg Choque sin TEC Ketamina 1 -2 mg/kg ó Midazolam 0,05 – 0,1mg/kg TEC sin choque Lidocaína 1- 2 mg/kg Tiopental 2 - 4 mg/kg ó Midazolam 0,2 mg/kg TEC con choque Lidocaína 1- 2 mg/kg Etomidato 0,3 mg/kg ó Midazolam 0,1 – 0,2 mg/kg ó Propofol 1 mg/kg B: Ventilación Pre-hospitalario • Evaluación de la ventilación: (MES: mirar, escuchar y sentir) y auscultación pulmonar en busca de asimetrías • Con ventilación espontánea y eficiente, apoyo con oxígeno por máscara e instalar cánula de Mayo en caso de inconsciencia • Con ventilación espontánea ineficiente o apnea, inserción de cánula de Mayo y apoyo con bolsa-máscara con reservorio, entre 6 a 8 respiraciones por minuto • Niños < 2 años instalar sonda oro gástrica para mejorar la ventilación • Neumotórax a tensión drenaje con aguja hipodérmica en segundo espacio intercostal subclavicular del campo pulmonar que corresponda Hospitalario • Verificar manejo pre-hospitalario de la ventilación • Manejo de lesiones del tórax: neumotórax a tensión tratado con descompresión de urgencia, instalar drenaje definitivo en quinto espacio intercostal a nivel de la línea axilar media. Tórax abierto, colocación de drenaje alejado de la herida y toracotomía. Tórax volante, intubación y ventilación a presión positiva. Hemotórax, drenaje definitivo, si drena > 16 mL/kg ó > 2 mL/kg/h, toracotomía. C: Circulación Pre-hospitalario • Evaluación de la circulación: pulsos periféricos y central, llenado capilar, temperatura, sudoración, estado de conciencia, presión arterial no invasiva, oximetría y electrocardiografía • Instalar dos vías venosas periféricas con un máximo de tres intentos o realizar osteoclisis en tibia proximal (< 8 años) y distal (> 8 años). No en extremidades fracturadas • Administrar solución fisiológica en bolos de 20 mL/kg peso. Los niños presentarán hipotensión de manera tardía cuando la pérdida de su volemia sea mayor al 35% • Compresión directa de las heridas con compresas estériles, no neumáticas • Conservar la temperatura del paciente mediante abrigo, soluciones parenterales tibias y otros disponibles • No se recomiendan otros procedimientos Manejo del trauma en pediatría / Salazar V. 81 Hospitalario • Instalar dos vías periféricas de buen calibre u osteoclisis, no calentar hemoderivados, coloides ni soluciones glucosadas. • Infundir soluciones parenterales calentadas a 40 °C en microondas: • Solución fisiológica 20 mL/kg ó • Solución hipertónica NaCl 3% 4 mL/kg • La volemia en un niño es de 80 mL/kg, evaluar la volemia para identificar las pérdidas y clasificar el grado de choque hipovolémico. VARIABLES Circulatorio ≤ 25% 26 – 39% ≥ 40% Taquicardia Taquicardia más hipotensión Taqui o bradicardia Pulso filimorme y débil Pulso ausente Hipotensión severa Llenado capilar lento Piel SNC Renal Tibia Fría Fría Sudorosa Cianótica Pálida Reticulada Marmórea Irritable Letargia Coma Combativo Alteración conciencia Confuso Alteración respuesta al dolor progresiva de volumen y densidad Oliguria Anuria Densidad aumentada • La velocidad de los bolos depende del grado de choque, para pérdidas menores a 40% entre 5 a 10 minutos y en pérdidas mayores a 40% indicar en bolo o por jeringa. Si después de tres bolos en un tiempo máximo de 30 minutos no hay mejoría transfundir glóbulos rojos • Tomar muestras de laboratorio: grupo y factor, glicemia por cinta y en caso de valor menor a 45 mg% se recomienda administrar solución glucosada 10% 2 mL/kg en bolo Indicación de hemoderivados: - Glóbulos rojos: 10 mL/kg (pérdida de 1 volemia). En caso de desconocerse el grupo del paciente se indicará O Rh (-) - Plasma fresco: 10 mL/kg (pérdida de 1½ volemia) En caso de desconocerse grupo sanguíneo del paciente, se indicará plasma AB Rh (-) - Plaquetas: 1 unidad por cada 7 kg del paciente (pérdida 2 volemias o presencia de CID) • Crioprecipitado: 1 unidad por cada 10 kg del paciente (pérdida 2 volemias o presencia de CID) D: Déficit neurológico Pre-hospitalario • Evaluación neurológica: Escala de Glasgow, tamaño y respuesta a la luz de las pupilas y signos de focalización • Pacientes con Glasgow < 8, signos de focalización, TCE abierto o fractura de cráneo debe ser trasladado a establecimientos con capacidad de TAC y neurocirugía. Hospitalario • Realizar valoración del Glasgow modificado para lactantes. • En pacientes hemo-dinámicamente inestables utilizar solución hipertónica de NaCl 3% a 4 mL/kg peso. • Aproximadamente el 50% de los niños politraumatizados tiene TCE por lo que requiere los servicios de tomografía y neurocirugía. • El traumatismo raquimedular afecta sólo al 5% de los TCE, sin embargo existe daño cervical sin lesión ósea aparente (SCIWORA) E: Exposición Pre-hospitalario • Retirar al paciente de la región de riesgo y de su contacto • Descubrir las lesiones para que sean visibles para su manejo • Evitar la hipotermia para no agravar el choque Manejo del trauma en pediatría / Salazar V. 82 Hospitalario • Temperatura del ambiente de atención a 22 °C, calentar las soluciones y al paciente • Colocar sonda vesical, en caso de sospecha de trauma uretral realizar cistostomía por punción • Instalar sonda orogástrica a caída libre • Solicitar radiografía de tórax, pelvis, lateral de cuello, extremidades afectadas. Ecografía de abdomen. • Estabilizar las fracturas y verificar pulsos periféricos • Realizar estudios de TAC de cerebro en paciente ESTABLE cuando: - Politraumatizado menor 2 años - Sospecha fractura cráneo - Sedación o anestesia que imposibilita evaluar Glasgow - Indicación de ventilación mecánica prolongada por otra causa • Realizar estudio de TAC de columna cuando: - TEC grave - Déficit neurológico - Fractura cervical o de costillas 1 – 3 - Caída de altura - Retención urinaria En relación al manejo en la unidad de paciente crítico, se deben considerar las siguientes pautas: • Trauma abdominal: medición de presión intraabdominal y ventilación mecánica. Ver figura # 2. •Monitorización cardiorespiratoria, oximetría, presión arterial invasiva, presión venosa central y catéter de Swan Ganz. • Prevención de hipotermia: medio ambiente, soluciones, colchón y otros. • Cuantificación de diuresis, sondas y drenajes. Medición de perímetro abdominal. • Traumatismo de tórax: capnografía y ventilación mecánica. Ver figura # 1. • Inicio de nutrición enteral lo más pronto, de no ser posible iniciar nutrición parenteral total (NPT) a las 48 horas. • Iniciar profilaxis antibiótica en las siguientes situaciones: Figura # 1. Algoritmo de manejo del trauma torácico cerrado con paciente estable Lesión aórtica Mediastino ancho Evaluación clínica y radiológica Trauma torácico cerrado Contusión miocárdica 1ra y 2da Fracturas costales Tórax volante Bajas Hemotórax o neumotórax Manejo del trauma en pediatría / Salazar V. Pleurotomía Cirugía ECG Ecografía Enzima Evaluar lesión cervical o vascular Ventilación mecánica Evaluar lesión abdominal Evaluar flujo 2 mL/kg/h 83 Figura # 2. Algoritmo de manejo del trauma abdominal cerrado con un paciente estable Evaluación clínica y radiológica Trauma abdominal cerrado ECO TAC Búsqueda de líquido libre en cavidad Si Realizar TAC No Control ECO Búsqueda de lesión viscera hueca Si Cirugía No Control ECO - Cirugía de tórax o pleurotomía - Cirugía de abdomen o trauma penetrante - Cirugía vascular - Fracturas expuestas • Iniciar fisioterapia cuando el paciente este estable • Manejo quirúrgico acorde a cada caso en particular Referencias 1. American Academy of Pediatrics. Section on Orthopaedics, Committee on Pediatric Emergency Medicine, Section on Critical Care, Section on Surgery, Manejo del trauma en pediatría / Salazar V. Búsqueda de lesión viscera macisa Cirugía Manejo conservador Section on Transport Medicine, Committee on Pediatric Emergency Medicine Pediatric Orthopaedic Society of North America. Management of Pediatric Trauma. Pediatrics 2008; 121: 849 – 54. 2. Domínguez P, Cañadas S, García N, Balcells J, Martínez V. Asistencia inicial al traumatismo pediátrico y reanimación cardiopulmonar. An Pediatr 2006; 65: 586-606. 3. Ministerio de Salud de Chile. Guía clínica del politraumatizado. Santiago: Min Sal 2007. 4. Posner K, Needleman JP. Pneumothorax. Pediatr Rev 2008; 19: 69-70. 5. Schweer L. Pediatric Trauma Resuscitation. Initial Fluid Management. J Infus Nurs 2008; 31: 104 – 11. 84 EDUCACION CONTINUA EN PEDIATRIA CUESTIONARIO NUMERO 44 PREGUNTAS CORRESPONDIENTES AL TEMA: MANEJO DEL TRAUMA EN PEDIATRÍA Responde verdadero o falso en las siguientes aseveraciones: 1.La sospecha de trauma en pediatría debe realizarse en todo paciente que tenga fiebre, hipotensión, di- ficultad respiratoria, alteración de la conciencia (Glasgow <13), dos o más fracturas de huesos largos, heridas penetrantes, quemaduras, amputaciones o parálisis de cualquier extremidad. VF 2.El 50% de los pacientes pediátricos politraumatizados tienen traumatismo cráneo encefálico. VF 3.Instalar cuatro vías venosas periféricas con un máximo de tres intentos o realizar osteoclisis en tibia proximal (<8 años) y distal (>8 años). No en extremidades fracturadas. V F 4.Pacientes con Glasgow < 10, signos de focalización, TCE abierto o fractura de cráneo debe ser trasladado a establecimientos con capacidad de TAC y neurocirugía. VF Rev Soc Bol Ped 2012; 51 (1): 85 - 6 Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (3): 222 - 3 85 Respuestas Cuestionario # 44 Respuestas: 1.F 2.V 3.F 4.F Cuestionario Nº 44 86 APENDICE INFORMACION * REGLAMENTO DE INGRESO DE MIEMBROS TITULARES A LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA A.1 * INSTRUCTIVO PARA LA PUBLICACION DE ARTICULOS EN LA REVISTA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA A.2 * INSTRUCCIONES A LOS AUTORES PARA LA ELABORACION DE RESUMENES ESTRUCTURADOS DE ARTICULOS ORIGINALES SOBRE INVESTIGACION MEDICA A.6 * CARTA PARA SOLICITUD DE PUBLICACION A.7 * REGLAMENTO DE RELATOS Y CORRELATOS A.8 * REGLAMENTO PARA LA PRESENTACION DE RESUMENES Y TRABAJOS LIBRES A.9 * DIRECCIONES DE LAS SOCIEDADES DE PEDIATRIA A.10 APENDICE 87 SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA REGLAMENTO DE INGRESO DE MIEMBROS TITULARES A LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA De acuerdo a lo establecido en los Estatutos y Reglamentos de la Sociedad Boliviana de Pediatría aprobados en el XV Congreso Nacional, realizado en la ciudad de Sucre en septiembre de 1991, para optar la condición de miembro titular se requiere. a) Presentar certificado de Especialista en Pediatría. b) Presentar un trabajo de ingreso relacionado con la especialidad, realizado en el país, calificado como válido de acuerdo a las condiciones reglamentadas por cada Sociedad Departamental y que se basará en las posibilidades de investigación del medio. Dicho trabajo deberá ser aceptado por el Comité Científico de la Directiva Nacional o la Departamental respectiva y aprobado por la Asamblea, ante la que será presentado para su discusión en un plazo no mayor de un año desde la fecha de su postulación. c) Acreditar un mínimo de asistencia del 50% en las actividades ordinarias de la Sociedad en calidad de adherente y cubrir la cuota de ingreso asignada por la Sociedad Departamental respectiva. d) El diploma que lo acredita como miembro titular, será entregado en la sesión ordinaria, donde presente el trabajo de ingreso respectivo. 88 A1 Instructivo para la publicación de artículos en la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría 1.- Los trabajos considerados para su publicación deberán ser entregados en la secretaría de la Sociedad Boliviana de Pediatría o enviados al Director - Editor de la Revista, casilla de correo 1027, La Paz - Bolivia. Una vez recibidos, los artículos serán propiedad de la revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría, por lo tanto es obligación de los autores conservar una copia completa del trabajo, incluyendo los cuadros y figuras ya que la revista no devolverá el material enviado. 2.- Todos los artículos enviados deberán ser originales e inéditos, no se aceptarán trabajos presentados o enviados a otras revistas científicas. Los trabajos serán sometidos a un proceso de arbitraje, donde se los evaluará desde el punto de vista metodológico. Las opiniones vertidas en los artículos, serán de absoluta responsabilidad de los autores y no expresarán la opinión de la Sociedad Boliviana de Pediatría. 3.- Los manuscritos enviados deberán ser acompañados de una carta de solicitud de publicación (pagina A7 de la revista), donde se indicará la siguiente información: a)Si hubo una publicación anterior o envío por duplicado del trabajo o cualquier parte de él a otras revistas o medios de divulgación. b)Se declara que el trabajo no ha sido sometido, antes o simultáneamente, a consideración de otras publicaciones. c) Si es el caso, se declara sobre las relaciones financieras o de otro orden que pudiesen causar conflictos de intereses. d)Se declara que el manuscrito ha sido leído y aprobado por todos los autores. e)Todos los autores deberán firmar la carta de solicitud. f) Se indica la dirección, teléfono, Fax, correo electrónico del autor principal para permitir una comunicación posterior. g)Si es el caso, se acompañará de los permisos necesarios para reproducción de material publicado previamente o empleo de ilustraciones sobre personas susceptibles de ser identificadas. 4.- El orden de publicación de los trabajos queda a criterio de la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría y nos reservamos el derecho de su aceptación, así como de sugerir cambios, efectuar reducciones, modificaciones del texto o del material gráfico. 5.- Los trabajos enviados deberán ajustarse a las siguientes normas generales: a)El trabajo deberá ser escrito en computadora con procesador de palabras Word para Windows de Microsoft, letra “Times New Roman” tamaño 12, en hojas tamaño carta y dejando un margen de 2.5 cm. en todos los bordes. La extensión del texto no debe sobrepasar 10 páginas para los artículos originales, 5 en los casos clínicos, 3 en las cartas al editor y comunicaciones breves, excepto los artículos de actualización o de revisión que pueden llegar a 15 páginas de texto. Debe enviarse el trabajo original impreso en hoja tamaño carta, así como también los cuadros y figuras, si corresponden. Junto con ello, se debe enviar el trabajo en disquete 3.5” o disco compacto con una etiqueta auto adhesiva que indique el nombre del autor y título del manuscrito; todo ello tiene la finalidad de facilitar las correcciones y la diagramación en la imprenta. b)Los trabajos tienen características que permiten dividirlos en secciones tituladas según el tipo de manuscrito: -Artículo original: introducción, material y métodos, resultados y discusión. -Casos clínicos: introducción, caso clínico y discusión -Imágenes pediátricas inusuales: caso clínico y discusión. -El formato de otros tipos de artículos de gran interés para los lectores, como revisiones de temas, actualización, editoriales, comentarios, cartas al editor, informes técnicos, etc., puede ser diferente según la naturaleza de su contenido y será aprobado por el Comité Editorial de la revista de común acuerdo con el autor. 6.- Los trabajos deberán contar con los siguientes apartados: PAGINA INICIAL: a) Título El título del trabajo debe ser conciso pero informativo sobre el contenido central de la publicación y de ser posible, se debe realizar su traducción en inglés. b) Autores Debe indicarse la lista de autores según el orden que figurarán en la publicación. Los autores deben ser identificados con su nombre de pila, apellidos paterno y materno seguidos por un asterisco en la parte superior, con el que se señala en el pie de página el grado académico, cargo que ocupa y lugar de trabajo. Los autores que no tengan el titulo de médico cirujano se los debe señalar como interno o alumno de la carrera de medicina o indicar si corresponden a otras áreas de la salud. Por otro lado, se debe indicar el nombre y dirección del autor responsable de toda correspondencia relacionada con el trabajo y resaltar las fuentes de apoyo económico si existen. En la nómina de autores solo deben figurar las personas que hubiesen participado de manera suficiente en el trabajo y por lo tanto serán públicamente responsables de su contenido. 89 A2 SEGUNDA PAGINA c) Resumen y palabras clave Se debe contar con un resumen en español e inglés, de no más de 250 palabras, que describa los propósitos del estudio o investigación, material y método básico empleados, resultados principales y conclusiones más importantes (no emplee abreviaturas no estandarizadas y no use expresiones vagas). El resumen debe ser estructurado de acuerdo a las secciones que componen un artículo original, como se describe en la pagina A6 de la revista. en ambos. No repita datos en el texto, que el lector pueda conocer al analizar un cuadro o figura, excepto aquellos resultados más relevantes del trabajo, deben ser siempre descritos en el texto. No incluya en los resultados comentarios de los mismos, ya que esto corresponde a la sección de discusión. El relato a desarrollar en esta sección es solamente de tipo descriptivo. -Cuadros TEXTO: Presente cada cuadro en hoja aparte, mecanografiado en doble espacio. Numere los cuadros en orden consecutivo según el orden de aparición en el texto, seguido de un título breve en cada cuadro. Sobre cada columna coloque un encabezado corto o abreviado. Separe con líneas horizontales solamente los encabezados de las columnas y los títulos generales; en cambio, las columnas de datos deben separarse por espacios y no por líneas. Cuando se requieran notas aclaratorias o indicar el significado de las abreviaciones usadas, agréguelas al pie del cuadro y no en el cuerpo del mismo. Cite cada cuadro en orden consecutivo en el texto del trabajo. a) Introducción -Figuras Resuma la racionalidad del estudio y exprese en forma clara el propósito del artículo. Cuando sea pertinente en el estudio, explique la hipótesis cuya validez pretenda analizar, pero sin incluir datos o conclusiones del trabajo que se está presentando. No revise extensamente el tema y cite solamente las referencias bibliográficas que sean necesarias. Denomine figuras a cualquier tipo de ilustración que no corresponda a un cuadro, como ser gráficos, radiografías, electrocardiogramas, ecografías, etc. Las figuras pueden ser realizadas en una computadora y presentadas en un tamaño de 10 por 15 cm en formato electrónico como archivos JPG con una resolución de igual o mayor a 300 pixeles. El diseño debe ser simple y su sola observación debe permitir su comprensión, las figuras complejas no pueden interpretarse salvo lectura en el texto, por lo tanto deben evitarse. En el caso de que una figura sea realizada por un dibujante profesional, no envíe el original, remita 2 fotografías en blanco y negro, tamaño de 10 por 15 cm. Las letras, números y símbolos deben verse claros y nítidos en toda la superficie de la fotografía y tener un tamaño suficiente como para seguir siendo legibles cuando la figura se reduzca de tamaño en la publicación. Los títulos y leyendas no deben aparecer en la fotografía sino en una hoja aparte, para ser compuestos por la imprenta. En el respaldo de cada fotografía debe anotarse en una etiqueta pegada, el número de la figura, el nombre del autor principal y una flecha indicando su orientación espacial. Envíe las figuras protegidas en un sobre grueso de tamaño apropiado. Cite cada figura en el texto con un orden consecutivo según corresponda. Si una figura es reproducción de material ya publicado, indique su fuente de origen y obtenga permiso escrito del autor o editor para reproducirla en su trabajo. El resumen de los casos clínicos deberá indicar de manera sintetizada la introducción, el caso clínico y además, una colusión del trabajo. A continuación de cada resumen en español e inglés, se escriben las palabras clave del estudio, las que no deben exceder mas de cinco palabras y con su respectiva traducción en inglés, bajo el título de “key words”. b) Material y Métodos Describa claramente la selección de sujetos en observación. Identifique los métodos, instrumentos o aparatos y los procedimientos empleados, con la precisión necesaria para permitir a otros observadores que reproduzcan sus resultados. Si se trata de métodos establecidos y de uso frecuente, incluso métodos estadísticos, limítese a nombrarlos y cite las referencias respectivas. Si los métodos ya han sido publicados pero no son bien conocidos, proporcione las referencias y agregue una breve descripción. Cuando los métodos son nuevos se aplicaron modificaciones a métodos establecidos, descríbalos con precisión, justifique su empleo y enuncie sus limitaciones. Si se efectuaron experimentos en seres humanos, estos deberán contar con una autorización por un comité de ética de la institución donde se efectuó el estudio. Identifique todos los fármacos y compuestos químicos empleados con su nombre genérico, dosis y vías de administración. En caso de ser necesario identificar a los pacientes hágalo mediante números correlativos y no utilice sus iniciales ni los números de historias clínicas. Indique el número de sujetos, de observaciones, el o los métodos estadísticos empleados y el nivel de significación estadística establecido previamente para juzgar los resultados. c) Resultados Presente sus resultados con una secuencia lógica según el desarrollo del texto, cuadros y figuras. Los datos se pueden mostrar en cuadros o figuras, pero no simultáneamente d) Discusión Se trata de realizar una discusión de los resultados obtenidos en el trabajo y no de una revisión del tema. Discuta y destaque únicamente los aspectos nuevos e importantes que aporta su trabajo y las conclusiones de los datos que ya fueron presentados en la sección de resultados, ni incluya comentarios de datos que figuren en los mismos. Compare sus hallazgos con otras observaciones relevantes identificándolos mediante las citas bibliográficas respectivas. Relacione sus conclusiones con los propósitos del estudio que destacó en la introducción; evite proponer conclusiones que no están sólidamente respaldadas por sus hallazgos, así como apoyarse en otros trabajos que aún no están terminados. 90 A3 e) Referencias Las referencias bibliográficas deben ser numeradas consecutivamente por orden de aparición en el texto, incluyendo las que se mencionan en los cuadros y figuras. Límite las referencias a no más de 30. Es importante la revisión e inclusión de referencias nacionales sobre el tema que es presentado. Identifique las referencias en el texto mediante números arábigos, colocados como superíndice al final de la frase o párrafo en que se las alude. Los nombres de las revistas deben abreviarse según el estilo usado en el Index Médicus. Los resúmenes de presentaciones a congresos pueden ser citados como referencias únicamente cuando están publicados en revistas de circulación común. Los autores serán responsables de la exactitud de sus referencias, cite solo la bibliografía a la que ha accedido, no es ético citar referencias que aparecen en otros trabajos, no incluya como referencias “observaciones no publicadas” ni “comunicaciones personales”. Puede incluir entre referencias a trabajos que están oficialmente aceptados por una revista y en trámite de publicación; en este caso indique la referencia completa, agregando a continuación el nombre abreviado de la revista, entre paréntesis la expresión “en prensa”. Los trabajos que han sido enviados a publicación pero todavía no han sido oficialmente aceptados, no deben colocarse entre las referencias, sino que pueden ser citados en el texto, entre paréntesis, como “observaciones no publicadas”. Ejemplos: Artículo de revista: Apellido e iniciales del nombre, si son varios autores se los separa con una coma. Mencione todos los autores cuando sean seis o menos; si son siete o más mencione seis y agregue: “y col”, escriba el título completo del artículo, en su idioma original. Luego, el nombre de la revista en que apareció abreviado de acuerdo a la nomenclatura internacional (Index Medicus), año de publicación, volumen de la revista, página inicial y final del artículo. - Arteaga BR, Arteaga MR. Fascitis necrosante. Rev Soc Bol Ped 2003; 42:102-15. - Lang ME, Vaudry W, Robinson JL. Bliss D, Healey P, Waldhausen J, et al. Case report and literature review of late onset group B streptococcal disease manifesting as necrotizing fasciitis in preterm infant: is this a new syndrome? Clin Infect Dis 2003; 37:132-5. Artículo de revista con soporte electrónico: Autor/es de artículo. Título del artículo. Título abreviado de la publicación /publicación periódica en línea/ Año de la publicación /Fecha de consulta/; volumen (número): paginación o número de pantallas/. Disponible en: http:// www.... ... ... - Pérez C, Solís G, Martínez D, De la Iglesia P, Viejo de la Guerra G, Martinez M. Factores predictivos de enfermedad neumocócica invasora: estudio de casos y controles. An Esp Pediatr /publicación periódica en línea/ 2002 /Fecha de consulta 2003 abr 10/; 57(4): 7 pantallas. Disponible en: http://www.doyma.es Capítulo de libro: Autor/es del capítulo. Título del capítulo. En: Autor/es del libro. Editores. Título del libro. Edición (solo se cita a partir de la 2da, Ciudad de publicación, editorial, año de publicación y páginas que abarca el capítulo. - Mazzi E. Malformaciones frecuentes del tubo neural. En: Aranda E, Tamayo L, Sandoval O, Mazzi E, Bartos A, Peñaranda RM, Quiroga C, eds. Texto de la cátedra de Pediatría. 3a. ed. La Paz: Elite impresiones; 2003. p.370-2. - Brun J, Coritza E, Mazzi E. Malformaciones frecuentes del tubo neural. En: Mazzi E, Sandóval O, eds. Perinatología. 2da. ed. La Paz: Elite impresiones; 2002.p.643-52. Capítulo de un libro con soporte electrónico: Autor/es del capítulo. Título del capítulo. En: Autor/es del libro. Título del libro /monografía en línea/ Año de publicación /fecha de consulta/; número de pantallas. Disponible en: URL: http - Philips SL. Hypertension. En: Criley J, Crilet D. The physiological origin of the health /monografía en línea/ 1995 /fecha de consulta 2003 abr 10/ ; 3 pantallas. Disponible en: http://www.......... Libro: Autores. Título del libro. Edición (solo se cita a partir de la 2da. edición). Ciudad de publicación: Editorial; año - Mazzi E, Sandóval O, eds. Perinatología. 2da. ed. La Paz: Elite impresiones; 2002. Artículo de periódico: - Aranda E. Leucemia. El Diario 1997, 21 de julio. Sección A: 3 (col 2). Organización como autor: - Sociedad Boliviana de Pediatría. AIEPI. Rev Soc Bol Ped 2000;41:26-31. Artículo sin autor: Anónimo - Meningitis en La Paz [editorial]. S Afr Med J 1996; 45:789. Revista con suplemento en un volumen - Mazzi E, Pantoja M. Enterocolitis necrosante en el recién nacido a término. Rev Soc Bol Ped 1999; 32: supl 1:12-4. 91 A4 Artículo en prensa: 3. Actualización - Perez J, Alfaro N. Defectos del cierre del tubo neural: prevalencia y búsqueda de asociación con algunos factores de riesgo durante el primer trimestre del embarazo. Bol Med Hosp Infant Mex. En prensa 2004. Referencia de editorial: - Pantoja M. Suplemento de pediatría del Cono Sur [Editorial]. Rev Soc Bol Ped 1997; 36: 92. Referencia de carta al editor: - Mendoza A. Drogas y adolescencia. [Carta]. Rev Soc Bol Ped 2001;42:190. f) Agradecimientos Exprese su reconocimiento solo a personas e instituciones que hicieron contribuciones sustantivas al trabajo. Los autores son responsables por la mención de personas o instituciones a quienes los lectores podrían asignar responsabilidad o apoyo de los resultados del trabajo y sus conclusiones. Las contribuciones serán clasificadas de la siguiente forma: 1. Trabajo original Trabajo en el que se trata de encontrar una respuesta a una o varias interrogantes planteadas sobre una determinada patología. El esquema que deberá seguir es el siguiente: introducción, material y métodos, resultados y discusión. 2. Casos clínicos Descripción de uno o más casos clínicos que supongan una contribución importante al conocimiento de la enfermedad y una revisión del tema en cuestión. Cuenta con las siguientes secciones: introducción, caso clínico y discusión. Revisión de capítulos de interés especial, realizadas por profesionales expertos reconocidos en el tema o invitados por el comité editorial. 4. Imágenes pediátricas inusuales Presentación de uno o más casos clínicos, en forma resumida, que sea de presentación inusual e interesante y que se acompañe de material grafico ilustrativo sobre el caso. El formato a seguir es el siguiente: caso clínico y discusión. 4. Comunicaciones breves Todo trabajo que signifique un aporte original, con carácter preliminar o definitivo, que no sobrepase en extensión 4 hojas tamaño carta, incluyendo tablas y referencias. 6. Cartas al Editor Comentario o discusión de temas que se estime de interés general relacionados con la pediatría o de trabajos publicados en la revista. BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA 1.- Comité internacional de directores de revistas médicas. Requisitos uniformes para los manuscritos enviados a revistas biomédicas. Rev Soc Bol Ped 1998;37:74-82. 2.- Velásquez – Jones ed. Redacción del escrito médico. 4ta. ed. México: Ediciones médicas del Hospital Infantil de México Federico Gómez; 1999. 3.- Mitru N, Aranda E, eds. ABC de la redacción y publicación médico científica. La Paz: Fondo Editorial del Instituto de Gastroenterología Boliviano – Japonés; 2001. Dr. Manuel Pantoja Ludueña Director - Editor Revista Sociedad Boliviana de Pediatría Hospital del Niño Dr. Ovidio Aliaga Uría Calle Mayor Zubieta # 100 La Paz - Bolivia Tel. (591-2) 2240081 - Cel. 72003200 email: [email protected] 92 A5 Instrucciones para la elaboración de resúmenes estructurados de artículos originales sobre investigación médica Un resumen estructurado no debe exceder las 250 palabras; esta norma fue tomada considerando la extensión máxima permitida por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, para el registro en el MEDLINE. Debe evitarse el uso innecesario de verbos, presentar resultados secundarios y evitar hacer inferencias con resultados destacables. Los resúmenes, escritos en un máximo de 250 palabras, deben tener los siguientes encabezamientos: Título y autores, objetivo, contexto o lugar, pacientes o participantes, intervenciones (en el caso de ensayos clínicos), mediciones del desenlace principal, resultados principales y conclusiones. El título debe contener la menor cantidad posible de palabras, ser atractivo e informativo para el lector y en lo posible, clasificar el estudio. Es importante evitar el uso de palabras, tales como: “Estudio sobre...” ó “Investigación de...” lo mismo con abreviaciones o jerga indefinida que hace incomprensible al título. De preferencia escribirlo en una linea continua (puede ser diferenciado en negrilla y mayúsculas), luego el nombre del autor o autores (puede resaltarse al autor principal subrayando su nombre). Finalmente el nombre de la institución donde pertenece el autor o autores. Es necesario ser preciso en presentar el objetivo principal o la pregunta de investigación. En el caso de demostrarse una hipótesis a priori, ésta debe mencionarse. Si la extensión del resumen lo permite, puede incluirse la importancia del problema estudiado. Describir brevemente el diseño metodológico empleado en la investigación y el tiempo de seguimiento (en el caso que lo hubiere). Los principales diseños son los siguientes: • Ensayo clínico o diseño experimental, cuando implique una intervención del investigador. Pueden ser controlados, aleatorizados, a doble ciego, con placebo, cruzado, antes y después. • Estudios de pruebas diagnósticas, comparan pruebas buscando principalmente sensibilidad y especificidad, valores predictivos y likehood ratios. • Estudios de cohorte, implican el seguimiento a grupos de pacientes, generalmente expuestos y no expuestos a uno o varios factores, para posteriormente verificar un resultado o respuesta. Pueden ser prospectivos o retrospectivos. Son usados en estudios de pronóstico, causalidad y tratamiento. • Estudios de casos y controles, comparan un grupo de pacientes con un padecimiento o un resultado (casos) con otro grupo sin el padecimiento o resultado (controles). • Estudios transversales, tambien llamados de prevalencia; implican la medición de variables predictoras y resultados en un mismo tiempo. Generalmente son realizados empleando encuestas. • Estudios descriptivos, son muy frecuentes en la literatura médica y se refieren como “serie de casos” o “a propósito de un caso”. Describen varias características de un grupo de pacientes (edad, sexo, procedencia, grados de la enfermedad, época del año, etc.) con un mismo diagnóstico. Son mal utilizados para proponer causalidad. • Estudios de evaluación económica, actualmente muy en boga, pueden ser: análisis de costo-minimización, costo beneficio, costo-utilidad, costo-eficacia. En este acápite, mencionar el lugar donde fue realizado, en el caso de estudios hospitalarios o centros de salud, es importante explicar si fueron centros de primer, segundo o tercer nivel, privados o estatales. De esta forma se provee a los lectores la posibilidad de aplicar los resultados en sus contextos. Debe mencionarse el número de sujetos que participaron en el estudio (incluso los seleccionados y que luego rechazaron la participación), las pérdidas durante el seguimiento, en el caso de estudios de cohorte (ingresaron al estudio y por algún motivo lo abandonaron). También debe informarse las características del trastorno estudiado, criterios de inclusión y exclusión empleados. El tipo de muestreo utilizado debe ser informado, para dar una idea de la validez a los revisores y lectores. En el caso de ensayos clínicos debe describirse exactamente la maniobra de intervención. En el caso de medicamentos usar sus nombres genéricos. Debe describirse cómo se midió el o los resultados principales y los instrumentos o escalas de medición empleados. Deben describirse los resultados principales del estudio, incluyendo valores para hallazgos positivos y pruebas estadísticas para hallazgos negativos. Deben ser presentados en valores absolutos y relativos. Siempre que sea posible se deben incluir los intervalos de confianza del 95% y el nivel exacto de significación estadística. Describir, de manera breve, las conclusiones que estén apoyadas por los resultados presentados, mencionando la aplicabilidad clínica (evitando la “teorización”), limitaciones y extrapolaciones del trabajo. Referencia: Mejía H. Cómo escribir resúmenes para congreso o revistas médicas. Rev Soc Bol Ped 1999; 38:25-7 93 A6 CARTA PARA SOLICITUD DE PUBLICACION Srs. COMITE EDITORIAL DE LA REVISTA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Cumpliendo con los requisitos exigidos para la publicación, envío a Uds. el artículo titulado: .......................... ............................................................................................................................................................................... .............................................................................................................................................................................. para que se considere su publicación, señalando lo siguiente: 1. Es un artículo original, con temas de investigación clínica o experimental, salud pública, medicina social o bioética; revisión de temas; actualizaciones o casos clínicos, que cumple con las normas para la publicación de artículos que se detallan en cada número de la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría 2. Es un artículo inédito, que no ha sido enviado a revisión y no se encuentra publicado, parcial ni totalmente, en ninguna otra revista científica, nacional o extranjera 3. No existen compromisos ni obligaciones financieras con organismos estatales ni privados que puedan afectar el contenido, resultados o conclusiones de la presente publicación. Si la publicación ha sido financiada, los términos de dicho financiamiento son detallados en carta adjunta. A continuación presento los nombres y firmas de los autores, que certifican la aprobación y conformidad con el artículo enviado. .............................................................................................................................................................................. .............................................................................................................................................................................. .............................................................................................................................................................................. .............................................................................................................................................................................. .............................................................................................................................................................................. El nombre del autor principal es: .............................................................................................................................................................................. El teléfono del autor principal es:......................................................................................................................... FAX:................................................................... Correo electrónico:...........................................@.................................................... Inclusión de mi correo electrónico en la publicación: SI ( ) NO ( ) 94 A7 SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA REGLAMENTO DE RELATOS Y CORRELATOS El Relato y los Correlatos son asignados en sesión administrativa del Congreso Nacional de Pediatría, para los dos siguientes eventos nacionales (Jornada y Congreso) con carácter específico. RELATO.- Es el desarrollo de una investigación en equipo, asignada a una Sociedad Departamental debiendo involucrar en la misma, a todos los socios departamentales, bajo la conducción de una Comisión de Relatos nominada por la Sociedad Departamental respectiva. Una vez hecha la asignación del tema y naturaleza de la investigación, la Sociedad Departamental responsable deberá: a) Elaborar un protocolo de investigación en un plazo no mayor a cuatro meses, someterlo a consideración del Comité Científico Nacional y difundirlo para su aplicación por lo menos seis meses antes de la fecha señalada para su presentación. b) Cada Comisión de Relato estará integrada por un mínimo de 3 y un máximo de 10 miembros, siendo todos ellos acreedores a la certificación respectiva. (siempre y cuando estén inscritos en el evento), pero sólo uno designado para hacer la presentación programada en Jornada o Congreso Nacional, en calidad de Relator Oficial. c) Cada relato deberá ser presentado al Comité Organizador por escrito, en no más de 10 carillas y por lo menos 30 días antes de su presentación oficial. El Comité organizador de la Jornada o Congreso tomará nota del nombre del Relator a tiempo de recibir la versión escrita del trabajo, para fines de programación y certificación. La forma de presentación debe ceñirse a las normas señaladas para la “Redacción de Artículo Médico” establecidas por el Comité Editorial de la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría. d) Los relatos deberán ser necesariamente inéditos y su presentación se hará en 20 minutos. El material auxiliar -preferentemente diapositivas- debe ilustrarse con fotografías clínicas además de cuadros y figuras. CORRELATOS A. El protocolo de investigación será considerado a nivel del Comité Científico Departamental y la investigación puede tener carácter nacional o local. B. De preferencia, el trabajo debe ser en equipo pero no está excluido el desarrollo de un correlato a cargo de un solo profesional, si cuenta con la anuencia de la Sociedad Departamental respectiva. C. Cada correlato deberá ser presentado por escrito al Comité organizador en no más de 10 carillas y por lo menos 30 días antes de su presentación oficial. El Comité organizador de la Jornada o Congreso tomará nota del nombre del expositor -relator a tiempo de recibir la versión escrita del trabajo, para fines de programación y certificación. La forma de presentación debe ceñirse a las normas señaladas para la “Redacción de Artículo Médico” establecidas por el Comité Editorial de la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría. D. Los correlatos deben ser inéditos y su presentación se hará en 15 minutos, con material audiovisual similar al requerido para los relatos. Nota: El presente reglamento ha sido elaborado por encargo de la Sesión Administrativa de la Sociedad Boliviana de Pediatría, realizada el 19 de septiembre de 1992 en Montero. La Directiva Nacional 95 A8 REGLAMENTO PARA LA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS LIBRES EN POSTERS 1. Los resúmenes de los trabajos libres que se reciban en la Secretaría del Congreso o Jornada, serán evaluados por el Comité Científico y serán aceptados aquellos que se ajusten plenamente al reglamento de publicaciones. Contenido del resumen: a)Título: en mayúsculas. Debe ser conciso y de acuerdo al contenido del resumen. b) Autor (es). 2. La fecha límite para la presentación de los resúmenes será 2 meses antes del comienzo del evento. c)Institución: lugar donde se realizó el trabajo, dirección, localidad, código postal, teléfono y fax. 3. Los trabajos deben ser inéditos. No deben estar publicados ni haber sido presentados en otros eventos, del país ni del extranjero. d) Títulos profesionales. e) Dirección y teléfono. f)Resumen: incluirá: introducción, objetivos, material y métodos, resultados y conclusiones; Dejando un renglón luego del encabezamiento, se transcribirá el resumen que deberá estar escrito en el recuadro adjunto. 4. El autor o autores de cada trabajo deberán estar inscritos en el Congreso, para su certificación de presentación de trabajos libres. 5. Cada poster debe medir no más de 150 cm. de alto por 80 a 90 cm. de ancho. Las letras del título deben medir entre 2 a 2.5 cm. y las del texto de 1 a 1.5 cm. 6. Cada poster debe contener: Título del trabajo, seguido de nombre de los autores, lugar de realización, material, método, resultados y conclusiones. 7. La ubicación y el tiempo de permanencia de los posters será determinado por el Comité Organizador, en función de la cantidad de trabajos inscritos y los ambientes disponibles en la sede del evento y comunicado con anticipación al autor principal. 8. El primer autor y/o los colaboradores deben estar presentes a fin de responder a las preguntas de los asistentes y del jurado calificador a ser nombrado por el Comité Organizador. 9. Después del tiempo asignado, los posters deben ser retirados, para la presentación de otros trabajos. 10. Para que los trabajos libres sean aceptados se debe enviar un resumen dos meses antes del evento. Introducción: aporta los elementos que fundamentan la realización del trabajo. Objetivos: claramente explicitados. Material y Métodos: contiene la información necesaria para la realización y reproducibilidad del trabajo de acuerdo a los objetivos propuestos. Resultados: expone los datos más representativos en forma breve y clara. Se podrán incluir cuadros y gráficas simples, pero no ilustraciones ni referencias. Conclusiones: deben responder a los objetivos y resultados. 12. El Directorio Nacional de la Sociedad Boliviana de Pediatría premiará a los 3 mejores trabajos según informe del jurado calificador, mismos que serán entregados en la sesión de clausura de la jornada. 13. Cualquier punto que no se haya estipulado en este reglamento será resuelto por el Comité Organizador. Directorio Nacional SBP 11. El resumen debe ser escrito en máquina eléctrica o procesador de texto. No debe tener errores o enmiendas pues se publicará exactamente como se envíe. 96 A9 DIRECCIONES DE LAS SOCIEDADES DEPARTAMENTALES DE PEDIATRIA Dr. Rolando Gonzales Zeballos Presidente SOCIEDAD PACEÑA DE PEDIATRIA Av. Brasil esq. Cuba # 1399. Edificio La Habana Mezzanine Of. 8 0 Miraflores Casilla postal # 1027 Tel./Fax: (591) (2) - 2240081 Celular: 71522907 E-mail: [email protected] Dra. Verónica Santos Prado Presidenta SOCIEDAD DE PEDIATRIA SUB FILIAL QUILLACOLLO Av. Blanco Galindo este # 0170, Colegio Médico de Quillacollo Celular 79710429 E-mail: [email protected] Freddy Navarro Presidente SOCIEDAD CHUQUISAQUEÑA DE PEDIATRIA Colegio Médico de Chuquisaca Celular: 71194339 E-mail: [email protected] Dr. Rojer Timo S. Presidente SOCIEDAD POTOSINA DE PEDIATRIA Linares # 122 “A” Teléfonos: 010 - 2 - 6225837 Celular: 71820319 E-mail: [email protected] Dra. Ximena Nelly Rocha Vargas Presidenta SOCIEDAD ORUREÑA DE PEDIATRIA Colegio Médico Departamental Belzu esquina Vásquez # 610 Teléfono: 010 - 2 - 5246920 Celular: 72493234 E-mail: [email protected] Dra. Marlene Crespo Presidente SOCIEDAD BENIANA DE PEDIATRIA Calle Cañaveral # 98 Zona El Carmen Teléfono: 010 - 3 - 4624324 Celular: 71143553 E-mail:–[email protected] Dr. Gerardo Aramayo Presidente SOCIEDAD DE PEDIATRIA FILIAL PANDO Hospital Roberto Galindo Fax: 010 - 3 - 8424146 Celular: 76001163 Marcela Montaño Moreno Presidenta SOCIEDAD COCHABAMBINA DE PEDIATRIA Av. G. Villarroel No. 1132 Edificio Confort 5to. piso oficina 5-E Teléfono: 010 - 4 - 4488416 E-mail: marcela.montañ[email protected] Dra. Tatiana Gutiérrez Vargas Presidenta SOCIEDAD CRUCEÑA DE PEDIATRIA Calle Santa Bárbara esquina Seoane s/n (Hospital de Niños Dr. M.O.S.) Casilla Postal # 6929 Teléfono: 010 - 3 - 3342783 Celular: 70256525 E-mail: [email protected] Dra. Cristina Gemio Soto Presidenta SOCIEDAD DE PEDIATRIA SUB FILIAL EL ALTO Ciudad Satélite Hospital Boliviano Holandés El Alto Teléfono: 2443026 - Fax: 2443026 Celular: 72595495 97 A10 José Vallejos Z. Presidente SOCIEDAD DE PEDIATRIA SUB FILIAL YACUIBA Calle Paraguay s/n entre Santa Cruz y Comercio Yacuiba Teléfono / Fax: 6822580 Celular: 77191371 E-mail: tatis_bvotmail.com Dr. Juan Carlos Balderas Ustares Presidente SOCIEDAD DE PEDIATRIA SUB FILIAL CAMIRI Calle Oruro # 139-153 Colegio Médico de Camiri Teléfono: 010 - 3 - 95224699 Dra. Estela Perales Ibáñez Presidenta SOCIEDAD TARIJEÑA DE PEDIATRIA Colegio Médico Departamental de Tarija Ayacucho casi esquina Junín Celular: 70212549 E-mail: [email protected] Dra. Rossmery Ledezma Alvarado Presidenta Valle Alto Punata Celular: 71770904 E-mail: [email protected] Ricardo Zabala Presidente SOCIEDAD DE PEDIATRIA SUB FILIAL MONTERO Clínica Norte calle Warnes esquina Ángel Sandoval, Montero Teléfono: 9922100 Celular: 77357912 E-mail: [email protected] Dr. Erwin Antelo Celular: 75345152 E-mail: [email protected] 98 A11 FUNDADORES DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Dr. Cecilio Abela Deheza Dr. Carlos Ferrufino Burgoa Dra. María Josefa Saavedra Dr. Juan Antonio Osorio Dr. Roberto Pacheco Iturralde Dr. Nestor Salinas Aramayo Dr. Ernesto Trigo Pizarro Dr. Julio Pereira Dr. Enrique Hertzog Garaizábal Dr. Francisco Torres Bracamonte PRESIDENTES DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Dr. Carlos Ferrufino Burgoa Dr. Cecilio Abela Deheza Dr. Carlos Daza Meruvia Dr. Antonio Pizarro Dr. Luis V. Sotelo Dr. Cecilio Abela Deheza Dr. Luis Hurtado Gómez Dr. Carlos Daza Meruvia Dr. Humberto Zelada Vargas Dr. Jorge Dorado de la Parra Dr. Gonzalo Silva Sanjinez Dr. Jorge Tejerina Peñaranda Dr. Eduardo Aranda Torrelio Dr. Andrés Bartos Miklos Dr. Jorge Tejerina Peñaranda Dr. Eduardo Mazzi Gonzáles de Prada Dr. Oscar Sandóval Morón Dr. Javier Torres-Goitia Caballero Dr. Jaime Tellería Guzmán Dra. Ruth Guillén de Maldonado Dr. Ricardo Arteaga Bonilla Dr. Adalid Zamora Gutiérrez Dr. Orlando Jordán Jiménez Dr. Ramiro Fabiani Dr. Iván Peñaranda Pérez Dr. Darwin Martínez M. Gestión 1943 - 1948 Gestión 1949 - 1950 Gestión 1951 - 1953 Gestión 1953 - 1955 Gestión 1955 - 1957 Gestión 1957 - 1959 Gestión 1959 - 1967 Gestión 1967 - 1969 Gestión 1969 - 1972 Gestión 1973 - 1975 Gestión 1975 - 1977 Gestión 1977 - 1979 Gestión 1979 - 1983 Gestión 1983 - 1987 Gestión 1987 - 1989 Gestión 1989 - 1991 Gestión 1991 - 1993 Gestión 1993 - 1995 Gestión 1995 - 1997 Gestión 1997 - 1999 Gestión 1999 - 2001 Gestión 2001 - 2003 Gestión 2003 - 2005 Gestión 2005 - 2007 Gestión 2007 - 2009 Gestión 2009 - 2011 99 10 pasos para una Lactancia Exitosa DECLARACION CONJUNTA OMS/UNICEF (1989) 1. Tener una política de Lactancia Materna escrita que sea periódicamente comunicada al personal. 2. Entrenar a todo el personal para implementar esta política. 3. Informar a toda mujer embarazada sobre los beneficios y manejo de la lactancia materna. 4. Ayudar a las madres a iniciar la lactancia durante la primera media hora después del parto. 5. Enseñar a las madres cómo amamantar y cómo mantener la lactancia aún si se separan de sus bebés. 6. No dar a los recién nacidos ningún alimento ni bebida que no sea leche materna. Hacerlo sólo por indicación médica. 7. Practicar el alojamiento conjunto, dejar que los bebés y sus madres estén juntos las 24 horas del día. 8. Fomentar la lactancia materna a libre demanda. 9. No dar tetinas, chupetes u otros objetos artificiales para succión a los bebés que están siendo amamantados. 10. Promover la creación de grupos de apoyo a la lactancia materna y referir a las madres a éstos. 100
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