Kwatupama Sapara

Transcription

Kwatupama Sapara
Kwatupama Sapara
Palabra zápara
ANAZPPA
Autor
Carlos Andrade Pallares
Asistente
Gloria Ushigua
Coordinadores
Bartolo Ushigua
Oscar Montahuano
Informantes
Antonia Santi, Sasiko
María Luisa Santi, Mukutsawa
Ana María Santi
Juan Cruz Grefa
Cesáreo Santi, Tatawja
Ilustraciones
Niñas y niños záparas
Artes
Luz Marina Salgado
Impresión
Abya-Yala
Diciembre 2001
ISBN-9978-22-191-3
© ANAZPPA
Dirección: 27 de febrero y Sucre Nº 953
Telf.: 886505
Telefax: 885-432
E-mail: [email protected]
Puyo-Pastaza-Ecuador
Kwatupama Sapara
Palabra zápara
“En la selva hallaron el árbol de la canoa, cada uno de los hermanos
tiró su lanza a cada uno de los extremos del árbol y cuando cayó, la
canoa estaba ya hecha. Así, fueron haciendo canoas sin más esfuerzo. Pero, tras una discusión entre los dos hermanos, uno de ellos falló su tiro de lanza y el árbol cayó entero. Desde entonces la construcción de las canoas se debe hacer manualmente”.
(Historia de la luna y los planetas)
ANAZPPA
2001
PRESENTACIÓN
En la historia perdida de este planeta, con apoyo de nuestros sabios mayores záparas,
y con los conocimientos del mundo externo, hemos logrado poner en papel las primeras investigaciones y estudios realizados sobre nuestra cultura y lengua, depositados en
la memoria colectiva de las comunidades de Llanchamacocha (Juan Cruz Grefa, Sasiko Santi y María Luisa Santi), Jandiayacu (Cesáreo Santi) y Mazaramu (Ana María Santi), actores presentes y dinámicos de nuestra historia actual y herederos de Tsamaru, el
conocimiento que nos ha legado la selva.
La cultura ancestral zápara ha sufrido durante siglos la llegada de conquistadores, religiosos e investigadores, quienes esclavizaron, maltrataron, mataron y malentendieron
a nuestros sabios ancestros. Es así como los habitantes záparas se dividieron, muchos
otros desaparecieron y unos pocos logramos sobrevivir a las presiones del mundo externo. Entre tanto, varias personas empezaron a documentar la historia milenaria de
nuestro pueblo, hasta que, esos mismos investigadores, nos declararon extintos.
Frente a esto, en el año 1998, luego de varias reuniones en las comunidades záparas
antes mencionadas, la Nacionalidad Zápara logra organizarse con la denominación de
ANAZPPA (Asociación de la Nacionalidad Zápara de la Provincia de Pastaza). El 9 de
agosto del año 1999, mediante Acuerdo Ministerial 02116, se consigue el reconocimiento del Estado ecuatoriano, con personería jurídica propia, luego de lo cual nos
constituimos en filial de las grandes agrupaciones indígenas, locales, nacionales y regionales.
Gracias al legado de mi padre, Manari Ushigua, el último shimano (chamán) zápara,
y al apoyo de la Organización de los Pueblos Indígenas de Pastaza, OPIP, emprendimos una carrera contra el tiempo, con varios objetivos en mente, uno de ellos era el
de revitalizar nuestro idioma y nuestra cultura.
Con el apoyo económico de PRODEPINE, de la Fundación SEEDS de California, Estados Unidos, el manejo técnico del lingüista ecuatoriano Carlos Andrade Pallares y el
conocimiento de la cultura zápara, de mi hermana Gloria Ushigua, día a día fuimos
recopilando y compartiendo el legado de nuestros ancestros, a través de los testimonios de cinco ancianos, locutores nativos de mi lengua. De esta manera, gracias al trabajo realizado por Carlos Andrade, por un período aproximado de dos años, logramos
recoger la información necesaria que requería la UNESCO para analizar la candidatura de nuestra cultura oral, para que sea considerada Patrimonio Intangible de la Humanidad, como efectivamente fuera declarada en París el 18 de mayo de 2001.
Parte de lo que se encuentra en estas páginas, consta en el trabajo que preparamos para la UNESCO y gracias al cual volvemos a recuperar una parte de nuestros sueños,
escondidos en alguna parte de la selva.
Bartolo Ushigua
Presidente de ANAZPPA
Este libro está dedicado a todos los Záparas de
Ecuador y Perú y en especial a Sasiko, María
Luisa, Ana María, Juan Cruz y Cesáreo, sabios en
todos los sentidos. A los niños y niñas que han
ilustrado con sus dibujos el diccionario y que
han descubierto los placeres de jugar con la
lengua. A Bartolo y Gloria Ushigua, dirigentes
Záparas, cuya visión y entrega ha sido la clave
para que su pueblo no perezca en el olvido. Un
agradecimiento especial para Anne-Gaël Bilhaut,
por sus correcciones y observaciones.
ÍNDICE
Prólogo.................................................................................................
Ríos y fronteras ......................................................................................
La Nación Zápara ....................................................................................
Lingüística y ecología..............................................................................
Perspectivas ...........................................................................................
Diccionario zápara – español - kichwa.........................................................
Uso del diccionario ..........................................................................
Cuadro fonológico...........................................................................
El Acento. .....................................................................................
Palabras záparas ..............................................................................
Historias de vida .....................................................................................
Sasiko ......................................................................................
María Luisa Santi, Mukutsawa ........................................................
Ana María Santi............................................................................
Juan Cruz Grefa ............................................................................
Cesáreo Santi, Tutawja...................................................................
Tres mitos záparas...................................................................................
Historia de Tsitsano .......................................................................
Historia de la luna y los planetas......................................................
La mujer boa ................................................................................
Bibliografía citada ...................................................................................
Bibliografía consultada .............................................................................
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PRÓLOGO
Este documento, destinado a las niñas y niños záparas en su empeño por revitalizar su idioma, intenta ser una contribución al estudio de las lenguas indígenas ecuatorianas. Tiene como principales propósitos detallar el proceso de revitalización del idioma zápara y entregar los primeros elementos formales para su
estudio y comprensión. En este sentido, constituye también un acercamiento a
esta cultura y a sus procesos reivindicativos.
Para entender el alcance del trabajo que presentamos, es necesario remitir a su
punto de partida. A principios de 1999, un grupo aproximado de 115 záparas1 ,
decidió organizarse en torno a tres objetivos fundamentales, en un momento en
que su identidad como grupo, con características culturales y lingüísticas propias, se encontraba muy deprimida. Estos objetivos eran: delimitar su territorio
ancestral, recuperar sus prácticas chamánicas y revitalizar su lengua.
Entre este grupo, se logró identificar a cinco locutores de la lengua, de entre 70
y 90 años, que la hablaban con diversos grados de fluidez. El idioma kichwa había sido adoptado por todo el grupo y era, desde hace dos generaciones, la lengua materna de todos ellos. El castellano, era la tercera lengua presente en el grupo y sus funciones sociales estaban claramente definidas: servía para comunicarse con el mundo blanco mestizo.
El diagnóstico era por tanto desalentador: la lengua estaba en peligro de extinción2 . Pero, luego de considerar factores que configuraban la existencia de una
lengua única en el mundo, que además se hallaba en peligro de extinción y que
constituía el mecanismo natural de expresión de un acervo cultural específico, se
estimó indispensable su rescate y valorización. Este proceso, en el que aún se encuentran los záparas, implica la protección de su lengua, y a través de ella de una
serie de tradiciones, historias, leyendas, artes, prácticas consuetudinarias, mitos
etc. del grupo en su conjunto.
Empezó, entonces, la recolección de la mayor cantidad de información en y sobre la lengua zápara, así como de su cultura, y, paralelamente, se inició el pro-
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ceso de revitalización propiamente dicho. Este proceso tuvo como principal
componente el de hallar entre los locutores nativos de la lengua, los cinco ancianos mencionados anteriormente, el compromiso de transmitir todos sus conocimientos a los miembros de sus respectivas comunidades, con especial interés en
los niños. Así, en dos años, un grupo aproximado de 25 niños había adquirido un
importante léxico en zápara, sobre términos referentes a la naturaleza y su entorno, además de algunas canciones3 . Adicionalmente, durante este tiempo, empezaron a conocer leyendas y mitos propios del grupo, con lo que fueron familiarizándose no solo con los sonidos de su lengua sino también con las estructuras
más complejas, aunque somos conscientes de que la reducción en el uso de estas formas es un fenómeno que caracteriza a las lenguas que se encuentran en estados avanzados de desaparición, como el zápara.
Toda la información recogida fue grabada, transcrita y anotada, con la asistencia
de Gloria Ushigua, dirigente zápara de la mujer y escogida por las comunidades
para hacer seguimiento al trabajo de revitalización de la lengua. Su apoyo al trabajo que presentamos fue vital en todos los sentidos y dotó de componentes
esenciales al entendimiento de la lengua y cultura záparas. Ese material y esos
aportes son la base del trabajo que aquí introducimos.
Si bien los niños siguen siendo los actores principales de este proceso, no podemos olvidar que: estamos frente a un grupo de tradición oral, que pese a la implantación de una educación formal auspiciada por el Estado la mayor parte de
sus miembros son analfabetos o semianalfabetos y que, por tanto, ellos requieren de un acompañamiento para poder aprovechar los materiales didácticos que
se espera obtener de este trabajo. De esta manera, el documento que se presenta
aquí, constituye el punto de partida para la elaboración de materiales pedagógicos propios de la Nacionalidad y que deberán ser elaborados por el equipo pedagógico de la Dirección Nacional de Educación Zápara, Dienaze, considerando las necesidades y realidades del grupo, y que además pretende extenderse hacia aquellos lugares donde no existen locutores nativos de la lengua, como es el
caso de las comunidades peruanas donde viven los záparas.
En resumen, este trabajo constituye una síntesis del proceso iniciado hace más
de dos años y que debe continuar, respaldado por un Plan de Acción que deberá
ser presentado a la UNESCO y cuyo eje principal lo constituye la educación con
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miras a la revitalización de la lengua y cultura del grupo.
En cuanto al contenido de este documento, primero señalamos las referencias
geográficas básicas sobre el asentamiento actual del grupo, luego, sin pretender
absoluta rigurosidad, pues es tarea que compete a otras disciplinas, introducimos
a la escasa y dispersa historia del grupo; luego mencionamos algunos puntos que
consideramos fundamentales sobre la situación sociolingüística actual, lo que
nos permite a la vez hacer algunas anotaciones sobre el trabajo de campo. Inmediatamente después se encontrará la introducción o presentación del diccionario
trilingüe zápara – castellano – kichwa. Esta parte del trabajo contiene una serie
de referencias técnicas, en particular sobre el sistema de sonidos de la lengua,
que quizás merezcan explicaciones más personalizadas a quienes tienen a su cargo la tarea de difundir este material entre los niños y jóvenes záparas. Luego se
presenta el diccionario propiamente dicho.
A continuación, como material de apoyo a todo lo mencionado anteriormente,
incluimos la historia personal de los cinco locutores de la lengua zápara que han
servido de informantes para esta investigación. Estas historias, consideramos,
contienen importante información histórica, antropológica, etnográfica y sociolingüística, sobre un período aproximado de 70 años en el cual poco o nada se
ha escrito sobre el grupo. Finalmente, y puesto que sus referencias son constantes dentro del cuerpo mismo del diccionario, incluimos tres mitos záparas, en
torno a los cuales hemos trabajado con más ahínco en estos dos años y que además dan cuenta de su riqueza oral, hoy Patrimonio Intangible de la Humanidad.
Finalmente, solo resta señalar que lo que se presenta aquí, no es más que el principio y que los riesgos de desaparición de la lengua continúan latentes. Un plan
de acción para los próximos cinco años está siendo preparado por los záparas,
centrado en aspectos educativos, para lograr la revitalización de su cultura e
idioma. De la correcta realización de dicho plan, y de los recursos para lograrlo,
depende el futuro del grupo y su lengua.
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RÍOS Y FRONTERAS
Establecer con precisión cuál ha sido el territorio ancestral del grupo zápara, o
de los grupos záparas, es una tarea que ha sido causa de frustración para más de
un investigador. No es pretensión de este trabajo intentar resolver un tema tan
difícil pero una discusión en torno a él puede surgir de lo que se encuentra detallado más adelante, en el capítulo destinado a la historia del grupo.
Por el momento, los záparas de Ecuador intentan delimitar su territorio pero para lograrlo deben llegar a acuerdos con comunidades pertenecientes a otras nacionalidades, lo que hace muy difícil las negociaciones. Delimitar el territorio es
una de las prioridades de los záparas, junto con el proyecto de revitalización del
idioma. El territorio es el lugar que necesita el grupo para sobrevivir, es el lugar
donde se hacen manifiestas sus expresiones culturales.
El trabajo de revitalización de la lengua zápara ha sido llevado a cabo enteramente en territorio ecuatoriano pero eso no quiere decir que todos los záparas del
Ecuador han sido tomados en cuenta para dicho trabajo. Esto se refiere a los límites que ha tenido esta investigación, sobre los cuales trataremos más adelante. Pero para tener una idea precisa del alcance de este trabajo, es necesario ubicar a los záparas primeramente en el espacio.
En Ecuador, las comunidades záparas se encuentran ubicadas en la provincia
amazónica de Pastaza, cuya capital es Puyo, unos 300 kilómetros al sureste de
la capital de la República, Quito. Las comunidades son: Llanchamacocha, Jandiayacu y Mazaramu4 , ubicadas en las riveras del río Conambo, y la comunidad
de Cuyacocha, en las riberas del río Pinduyacu5 . Ambos ríos son tributarios del
Tigre y éste del Amazonas. Adicionalmente, un número reducido de záparas vive integrado en comunidades pertenecientes a otros grupos indígenas, especialmente en las comunidades de Conambo, Torimbo y Balzaura, en el denominado
Bloque Zápara.6
En el Perú, los záparas viven dentro de comunidades quechuas y mestizas7 . La
principal de ellas, y donde hay más familias záparas concentradas, es la comu-
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nidad 28 de Julio, en el Distrito de El Tigre - Intuto, Provincia de Loreto, región
de Loreto. Esta comunidad está ubicada en las riberas del río Tigre, que recibe
las aguas del Pinduyacu y el Conambo, y es uno de los principales afluentes del
río Amazonas.
La mayor parte de los záparas que viven actualmente en Perú, habrían llegado a
ese país durante la guerra con Ecuador en 1941. Si bien su territorio podía haberse extendido hasta donde se encuentran actualmente, es sobre el actual territorio ecuatoriano donde tradicionalmente han vivido los záparas.
Los záparas de Ecuador son, según el último censo8 , 176 individuos repartidos
en las comunidades de Llanchamacocha, Jandiayacu, Mazaramu y Cuyacocha.
De estos, 54% son niños, 20% hombres adultos y 26% mujeres adultas. Entre
ellos se encuentran cinco locutores nativos de la lengua zápara: tres mujeres y
dos hombres de más de 70 años de edad. Una veintena de záparas más, según lo
sostiene ANAZPPA, se encontrarían en el llamado Bloque Zápara y entre ellos
al menos dos locutores más. Si estas personas no han sido tomadas en cuenta es
debido a que esta investigación fue financiada por el Programa para el Desarrrollo de los Pueblos Indígenas y Negros del Ecuador, Prodepine, y que el proyecto circunscribía el trabajo a las comunidades mencionadas inicialmente, y donde se encuentra la mayor concentración de záparas del Ecuador.
En el Perú existen alrededor de 200 záparas dispersos dentro de comunidades
habitadas por otros grupos humanos mayoritarios, quechuas y mestizos fundamentalmente. Ninguno, de los que se ha contactado, habla en estos días la lengua zápara. Sin embargo, en la comunidad 12 de Octubre vive uno de los tres
últimos chamanes záparas que intenta iniciar un proceso de formación a niños y
jóvenes ya escogidos para que puedan convertirse en los chamanes del grupo.9
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LA NACIÓN ZÁPARA
La historia de la Nación zápara es escasa, entrecortada y se interrumpe abruptamente hasta que finalmente un texto publicado en Ecuador en 1992, (Barriga,
1992: 264) los declara “oficialmente desaparecidos”.
Existe una sola referencia al origen de la palabra záparo. Alfred Simson, un viajero inglés que estuvo el siglo XIX entre ellos señala: "Záparo significa una especie de cesto hecho con fuertes bejucos partidos, rellenados con hojas impermeables y con la tapa del mismo material." (Simson, 1993: 162)
Sasiko, una de las mujeres que aún habla la lengua en Ecuador lo confirma, dice que zaparo [saparo] es el nombre que dan a las canastas en su lengua1 0. Pero
también asegura que zápara era el apellido de todos ellos, antes de que la religión y el Estado les obliguen a cambiar sus nombres.11
Los Záparas sostienen que son descendientes del mono “coto”, un primate que
tiene una corona rojiza en la parte superior de la cabeza, igual que ellos. Por esta razón, no cazan a este animal.
Cuentan los ancianos que un mono coto, mientras bebía agua del río Conambo
(kiramu en idioma zápara), se convirtió en hombre. Otro mono coto que hizo lo
mismo, se convirtió en mujer. De la unión de estos dos seres nació Tsitsano. Un
día Tsitsano se fue a caminar por la selva y solo se lo volvió a ver al cabo de unos
años, convertido en un poderoso shimano (chamán), cargado de lanzas y bodoqueras. Durante su ausencia, entró en contacto con todos los animales de la selva y con los espíritus que la habitan. Así, Tsitsano encontró al zancudo que lo invitó a pasar la noche con él y luego de que este aceptara, el zancudo intentó picarlo, seduciéndolo con su zumbido. Luego visitó las casas de swiñuka –una paloma silvestre–, de los murciélagos –atari- y de muchos otros animales. A su paso, Tsitsano se “casó” varias veces. En su recorrido, entendió y adquirió la sabiduría de los diferentes seres que pueblan la selva.1 2
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Frente a este mito que explica el origen de los záparas y su relación con la selva, se encuentran pocas referencias a su historia.1 3 Estas referencias provienen
de los relatos hechos por los misioneros y viajeros europeos entre los siglos
XVII al XIX: historias de muerte, esclavitud, sometimiento, abuso y exterminio,
común a todos los pueblos de la región. “El contacto de los europeos con los
pueblos indígenas durante los siglos XVI a XIX tuvo como consecuencia una
declinación de la población de un 55% hasta un 100% en toda el área del alto
Amazonas” (Sweet, in Reeve, 1987: 53).
Si bien los primeros exploradores europeos que precedieron a los misioneros jesuitas fueron quienes establecieron un primer contacto con muchos grupos humanos de la zona, hacia 1538, su interés radicaba en el “descubrimiento” de nuevos territorios para el imperio, lo que se refleja en la cartografía oficial de la época y en la “relación” o memorias de los expedicionarios.
Así, el primer contacto del “hombre blanco” con los záparas, del que se tiene referencia, es el que establece el Padre Cueva en 1665. Once años antes, este jesuita construyó la primera misión por el río Pastaza, marcando la presencia de
su orden religiosa en la Amazonia ecuatoriana y con esta, la total transformación
de la cosmovisión indígena. El procedimiento de los jesuitas consistía en fundar
pueblos en las cabeceras de los principales ríos y agrupar en ellos a indígenas
que debían seguir las instrucciones de los curas.
En 1669, otro jesuita, el Padre Nicolás Lanzamaní o Durango,1 4 establece la misión de Todos los Santos de Záparo a las orillas del río Bobonaza, cerca de la desembocadura con el Pastaza. Esta misión fue ocupada, a parte de los Záparas,
por los Gae y los Romaina, grupos de la misma familia lingüística, según Beuchat y Rivet (Beuchat et Rivet, p.6), y con quienes muchas veces se los confunde.
Entre los siglos XVI y XVII, el “conjunto de la región comprendida entre el Pastaza y el Curaray es el feudo incontestado de los grupos Záparos*: los Gaes formando el elemento más meridional de este conjunto, mientras que los Semigaes les son
fronterizos al suroeste y los Záparas propiamente dichos al noroeste” (Taylor 1988).
A partir de este momento, y hasta finales del siglo XVII, la implantación de las
misiones sufre varios reveses ocasionados por la inexperiencia de los misione14
ros y por las constantes negativas de los indígenas a ser sometidos. También por
la “caza de esclavos” por parte de los españoles con quienes se confundía a menudo a los misioneros, así como con los expedicionarios militares que trataban
de someter a los indígenas por la fuerza. Los encomenderos y otros funcionarios
españoles también intervienen en esta historia como individuos que tenían a su
cargo el sometimiento de los grupos indígenas para convertirlos en trabajadores,
o esclavos, de las grandes propiedades de la Sierra, con el consecuente exterminio de muchos de estos grupos. A esto se suceden las guerras interétnicas, las enfermedades traídas por los españoles y la hambruna. Esto es lo que ocurre durante el siglo XVIII, hasta que al fin, “entre 1740 y 1767 los jesuitas abandonan
sus esfuerzos misioneros en la región del Alto Napo-Pastaza”. (Reeve, 1988: 66)
Como se puede ver, ninguna referencia existe sobre los záparas hacia finales del
siglo XVII. En 1708, se los encuentra, junto con Gaes y Semigaes en la misión
Nuevo San Javier de Gaes, fundada por el mismo P. Durango en 1696.
Hacia 1730 se reportan grupos de záparas entre los ríos Corrientes y Curaray. El
padre Manori (Reeve, 1988: 86) señala que en 1737 unos pocos záparas se encontraban en las misiones mientras que el resto eran “independientes”.
La misión de Andoas reagrupaba záparas, gaes y semigaes “lo que acentúa la
confusión de los viajeros y misioneros en cuanto al supuesto parentesco de los
záparas y de los andoas.” (Bilhaut, 1999:11)1 5
Así, al tratar de reconstruir la historia de este pueblo nos encontramos, más que
con su historia propiamente dicha, con referencias a ellos a través de las labores
de los misioneros y su tarea evangelizadora. (Grohs, 1974)
Ahora bien, posteriores interpretaciones de estos datos permiten entender, por
ejemplo, que la presencia de grupos záparas en las misiones, se debía en gran
medida a que estos huían de las guerras interétnicas que también caracterizan a
la historia de esta nación, y que constituyen otro de los motivos de su decadencia. (Costales, 1997: 45)
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Frente a esta tendencia de encontrar refugio en las misiones religiosas, grupos
mayoritarios de záparas permanecían en sus territorios ancestrales, recorriéndolos para cazar o para intercambiar productos con familiares u otros. Pero también enfrentándose a muerte con grupos enemigos. Estos hechos son los que, a
nuestro criterio, cubren de incógnitas al verdadero número de záparas así como
a la extensión del territorio que ocuparon.
Cabodevilla, al relatar la historia del grupo huaorani en su relación con la de
otros pueblos de la Amazonia (Cabodevilla, 1989), concuerda con el hecho de
que reconstruir la historia del pueblo zápara hasta entrado el siglo XIX es frustrante por la falta de información que sobre ellos existe. “Si en el período jesuítico tuvieron los misioneros escaso éxito con las reducciones záparas, que fueron pocas y breves, en los años que nos ocupan no hay más rastros de ellas”
(Cabodevilla, 1989: 110)
Es solamente durante el siglo XIX que los exploradores europeos reportan contactos más prolongados con los záparas, con claras referencias a sus costumbres
y su carácter. Todos ellos (Osculati, 1846; Castrucci, 1854; Villavicencio, 1858;
Simson, 1886; Pierre, 1887-1888; Wiener, 1879-1882) se refieren con el mismo
entusiasmo a su carácter pacífico y hospitalario y a su destreza en el manejo de
la lanza, entre otras cosas.
Pero no dejan de haber las referencias religiosas que los quieren convertir al catolicismo: "Los záparos* son los indios más dóciles, hospitalarios, y sensibles a
las verdades evangélicas: forman una mies dispuesta naturalmente, que no espera sino la acción de los operarios apostólicos. Se me presentaron muchos de estos salvajes; todos me pidieron, y algunos con vivas instancias, el bautismo; pero me vi en la necesidad de diferirlo, porque me obligaba a ello su absoluta ignorancia de las verdades de nuestra santa religión" (Pierre, 1983: 88-89).
La expansión territorial del grupo zápara y de otros de la misma familia etnolingüística, deja en los relatos de los viajeros del siglo XIX varias interrogantes sobre los verdaderos grupos a los que visitaron. Así por ejemplo Castrucci, misionero peruano que realizó un viaje en 1846 por "territorio de los záparos*” relata el encuentro con “indios belicosos y asesinos pero que me recibieron muy
bien”, sin más precisiones.
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Otro de los vacíos históricos, asociado con la gran extensión de territorio que
aparentemente ocupaban, es la que se refiere a su número. Castrucci dice que son
unos 1.000. Osculati, viajero italiano que estuvo en América ecuatorial entre los
años 1846 y 1848 dice: “La nación salvaje de los Záparos* está formada de no
más de 20 a 25.000 individuos, según noticias obtenidas en el Ecuador.1 7 Ellos
ocupan esa parte del territorio que está entre el río Napo y el Pastaza hasta la desembocadura del Curaray...” (Osculati, 2000, p., 22) Otros, como Simson, ni
siquiera avanzan un número.
Sobre su territorio también se aprecian muchas discrepancias pero luego de un
análisis detallado de todas las referencias que existen al respecto, se puede deducir que el principal río que ocupaban los záparas durante el siglo XIX (Simson, 1993: 163) (Costales, 1975: 32) (Pierre, 1983: 85), es el Curaray y que su
territorio se extendía hasta el río Napo, provincia del mismo nombre, y hacia el
sudeste, el Tigre. El grupo de záparas que aún vive en Ecuador sostiene que el
río que ellos siempre ocuparon fue el Conambo, al suroeste del Curaray pero
dentro del territorio que ellos siguen reivindicando como propio.
En este punto debemos dejar de referirnos al grupo para hablar de su lengua, o
de la familia etnolingüística zápara. Existe la hipótesis, de acuerdo al etnólogo y
lingüista Paul Rivet, (Rivet, 1907), de que la lengua zápara es de origen guaranítico y que está emparentada con la lengua Miranyá. No obstante, no parecen
existir argumentos contundentes que confirmen dicha hipótesis (el mismo Rivet
la dejó inconclusa). Además, y pese al enorme aporte de Rivet y Beuchat al estudio de las lenguas indígenas americanas, estos autores, en su deseo por entender las filiaciones lingüísticas de la mayor parte de lenguas de Colombia, Ecuador, Perú y una buena parte de Brasil, sostienen, entre otras cosas, que la familia etnolingüística zápara estaba conformada por al menos 39 grupos diferentes,
lo que les lleva a afirmar que: “los Záparo constituyen uno de los grupos étnicos
más importantes del Oriente de la República del Ecuador”.1 8
Para llegar a esta conclusión, los autores recogen, además de lo que les dictó su
experiencia, las clasificaciones hechas por una serie de viajeros locales y extranjeros que, a nuestro criterio, encierran muchas apreciaciones subjetivas y que no
aportan pruebas contundentes de una posible filiación entre estos grupos. Aceptamos que existe o que puede existir parentesco lingüístico, de acuerdo a lo ob-
17
servado en los registros sobre varias de estas lenguas, (Andoa, Arabela, Iquito)
pero no nos aventuraríamos a afirmar que todos los otros grupos mencionados
por Beuchat y Rivet hacían parte de la misma familia etnolingüística zápara. Entre estos grupos se encuentran Orejones, Piojés, Encabellados (al que algunos
autores asocian a las tribus Tucano), Avijiras, Avishiris (que pueden ser dos maneras diferentes de nombrar a un mismo grupo y que varios autores señalan como el nombre probable dado a los huaorani) (Cabodedevilla, 1989), Romainas,
Icaguates, Coronados, Maynas, etc., sobre la mayor parte de los cuales existe escasa información. Creemos que, retomar dicho afán “clasificatorio”, sin mayores estudios que aporten a su discusión, no hace más que aumentar la confusión
que existe en torno al origen de los pueblos indígenas. Como dato suplementario, señalamos que, de acuerdo a la clasificación de las lenguas aborígenes de
Colombia, de Jon Landaburu, el miranyá, o miraña, pertenece a la familia
lingüística bora.
Sea como sea, varios autores comparten la idea de Rivet de que el grupo zápara
era mayoritario en la actual amazonia ecuatoriana; ya el padre Juan Velasco se
había referido a la Nación Zápara, referencia retomada también por el italiano
Osculati.
Volvamos ahora al grupo. Las informaciones de los viajeros europeos hacia territorio Zápara durante el siglo XIX, a pesar de los vacíos que ellas dejan, son
portadoras de las referencias más certeras con que se cuenta sobre sus costumbres, modos de vida, tradiciones e incluso sobre su idioma.1 9 Osculati posee un
extenso vocabulario sobre la lengua zápara y una descripción gramatical de la
misma. Estudios diacrónicos permiten observar mucha acuciosidad en la recolección de dicha información y hay vocablos claramente identificables con la variedad de la lengua que aún se habla en Ecuador. Lo mismo ocurre, aunque de
forma más resumida, con el vocabulario recogido por Simson quien no obstante
declara que tal recolección constituyó “una labor casi adivinatoria”. (Simson,
1886/1993: 163)2 0
Son también interesantes las apreciaciones subjetivas que estos dos viajeros europeos tienen sobre el idioma.2 1 “Su pronunciación es sonora y clara; hablan
con gran volubilidad”, dice en una de sus observaciones Osculati. (Osculati,
1854/2000: 139). Frente a este, Simson se refiere a la lengua zápara en los si18
guientes términos: “Su idioma es desagradable al oído y sus sonidos se articulan
en forma muy indistinta, lo cual hace que, para un extraño, sea una labor muy
difícil y aún casi imposible, el percibir la pronunciación exacta de sus palabras,
pues muchos sonidos parecen que los retuvieran en la boca” (idem).
A parte de estas dos referencias, no existe más información sobre el “carácter”
de la lengua de los záparas hasta 1952, como se verá más adelante. En cambio,
sobre su modo de vida, es Osculati nuevamente quien más información proporciona. Así, por ejemplo, señala: “Duermen todos indistintamente en las hamacas,
o redes colgantes que tienen elevadas a algunas brazas del suelo”. Esta práctica
ha desaparecido y si bien siguen tejiendo hamacas, ahora duermen en catres de
madera al interior de casas que cuentan ya con paredes hechas de tabla.
Sobre sus tareas cotidianas dice: “... no se dedican a ningún otro trabajo salvo la
construcción de pequeñas canoas, el tejido de redes y hamacas, la fabricación de
lanzas y arcos, y no cultivan más que un poco de ñame2 2 y banano”. Estas tareas siguen siendo las que ocupan su tiempo, junto con la cacería y pesca que
tiene a cargo los hombres y a las cuales también se refiere Osculati. En cuanto
al cultivo en las chacras o huertos tradicionales, no se aprecia un gran cambio y
por tanto tampoco en su alimentación pues la yuca (manioca osculenta) y el plátano, siguen siendo la base de su alimentación diaria, junto con peces y animales de la selva, incluidos gusanos. “En ese lugar me fue ofrecido un gran puñado de gruesos gusanos o larvas asadas, que se encuentran en la médula de las
palmeras, junto con algunas gruesas hormigas” (idem).
Las mismas referencias se hacen de las bebidas fermentadas, la chicha, parte
fundamental de su vida y portadora de un fuerte significado social que da cuenta de cómo se organiza el mundo de los záparas hasta estos días.2 3
Lo que queda claro, luego del relato de Osculati, es que prácticas de esclavitud
eran comunes durante la época. El último poblado zápara que visita Osculati se
llamaba Sinchichicta sobre el cual hay una noticia posterior referida por Cabodevilla: “he formado entre los záparos* una bella estación en Sichinchicta, donde
viven unas 40 familias instruidas y bautizadas por mi”. (Colini, 1883 in Cabodevilla, 1988: 113). Este mismo autor deduce que del relato de Jouanen (Jouanen,
1941), el poblado aún existía en 1880 “con capilla y casa para el misionero”.
19
Si bien todos los viajeros europeos que estuvieron en la actual Amazonia ecuatoriana durante el siglo XIX se refieren a la extensión del territorio de los záparas, algunas imprecisiones geográficas y lo disperso de la información que existe al respecto solo deja afirmar que era uno de los grupos más numerosos y aquel
que ocupaba uno de los territorios más extensos dentro de la Amazonia ecuatoriana, incluso hasta territorio que hoy hace parte del Perú. Así, según Cabodevilla: “el Pastaza es el río de los záparos*, también lo es el Curaray, los záparos*
dominan las riberas del Napo desde Ahuano al Yasuní, hay záparos* en este río
y en el Tiputini” (idem). Este dato se refiere a lo que sucedía entre 1880 y 1890.
Al finalizar el siglo XIX se inicia en el nororiente peruano y en la Amazonia
ecuatoriana la fiebre del caucho que trajo muchos colonos mestizos a estas tierras y con ellos, con sus exigencias y maltratos, el inicio del exterminio de muchos pueblos, entre ellos los záparas, que desde entonces, y por el lapso de unos
20 años, se vieron reducidos casi hasta su total desaparición. Parte de esta historia está viva en la mente de los ancianos, que la oyeron a su vez de sus padres y
abuelos y la cual perdura bajo la forma de una canción sobre este tema.
Para sustentar el relato sobre este capítulo de su decadencia referimos nuevamente al trabajo de Cabodevilla, quien a su vez cita a varios autores conocedores de la época en cuestión, es decir entre 1890 y 1920.
Primero cita al P. Pozzi que en 1875 aseguraba: “La familia de los záparos* es
numerosísima. Ocupan la parte comprendida entre la orilla meridional del Napo
y se extienden hasta la del Pastaza con el Bobonaza. Según el nombre del río se
llama Curaray, Tiputini, Yasuní, Shiripuno, Nushiño, Rotuno, etc.” (idem: 150)
Luego se refiere a un viajero inglés de apellido Loch quien menos de 50 años
después desciende por el río Villano sin encontrar a nadie. “Llegamos al Curaray sin ver a nadie, luego a Puerto Tungurahua, formado por un grupo de cabañas indias bajo el mando de un hombre blanco, José Vicuña. Nos dijeron que en
el país de los aucas solo encontraríamos la muerte, era la tierra de nadie-nadie.
No quedaban záparos*. La completa desaparición de los záparos* era en verdad
sorprendente. Solo unos pocos años antes habían constituido una gran y próspera tribu renombrada por su relativamente avanzado estado de civilización y famosa por su alfarería y especialmente por sus hamacas sin nudos tejidas de fibra
20
de chambira... Aquí, en Puerto Tungurahua descubrí una pequeña y desdichada
banda de tres záparos*, quienes al ser interrogados trajeron más lúgubres historias de la disminución de su gente. Fiebres, enfermedades, y los aucas, siempre
los aucas,2 4 les habían alejado de su tierra.” (Loch, 1938 in Cabodevilla, 1988:
150).
Finalmente, este mismo autor hace una reflexión que concuerda en todos sus aspectos con la realidad que relatan los záparas aún vivos: el contacto con el hombre blanco los puso al borde de la desaparición. Es de esta época de la cual datan los nuevos nombres castizos de los záparas que adoptaban aquel de su patrón, como es el caso de uno de los habitantes de la actual Llanchamacocha y a
cuya historia personal remitimos.2 5
Nuevamente Cabodevilla proporciona datos sobre los pocos supervivientes záparas y sobre su dispersión luego de las primeras incursiones de los caucheros.
Esta vez lo hace refiriéndose a un hombre de apellido Bravo quien en 1904 los
sitúa en el alto Cononaco, Nushiño, Tiputini y Tereré. “De las tribus que pueblan
el oriente, la zápara es la más ramificada y extendida; numerosas familias habitan la zona entre el Curaray y el Napo, incluyendo la generalidad de sus afluentes; otras se encuentran por las zonas del Pastaza y Tigre2 6 y varias en el curso
superior del Putumayo ” (idem: 152)
A los catastróficos efectos que dejó la explotación del caucho en la zona, se sumaron las enfermedades que llevaron consigo los caucheros que esclavizaron a
los indígenas, a las matanzas de las que fueron víctimas en las ocasiones en la
que intentaron sublevarse, de los traslados obligatorios hacia territorios desconocidos, incluido Brasil, de donde algunos intentaron en vano regresar. Conocemos, del relato hecho por los ancianos, de presencia de esclavos negros, provenientes de Brasil, en las haciendas caucheras con los que, dicen, algunas záparas
se casaron.
Más que una estrategia, su dispersión territorial hacía parte de su vida nómada y
es quizás gracias a ella que grupos minoritarios lograron sobrevivir hasta estos
días. Luego de los relatos sobre la época del caucho, venidos de muchos hacendados o comerciantes, pocas noticias existen sobre el grupo al punto de que en
algunos textos se los da por desaparecidos. (Ribeiro, 1978: 196). A nivel lingüís-
21
tico, el kichwa empieza entonces a tomar ventaja sobre los otros idiomas. Esto
tiene origen en las misiones dominicas, donde vivía gran cantidad de miembros
de este grupo y donde finalmente se fueron a refugiar los de otras etnias. Estos
indígenas, como ya lo señalamos, no sufrieron tanto los embates provocados por
los caucheros, debido a la actitud firme de los misioneros. (Guzmán, 1997: 30).
Pero hasta entonces las poblaciones eran mayoritariamente bilingües y trilingües
y aquí nos referimos solo a lenguas vernáculas, ya que el castellano siguió siendo ajeno a muchos indígenas.
En 1921, Reinburg (Reinburg, 1921: 11-15) publica un texto recogido de “los záparos* de Curaray y de Canelos”, en una población llamada San Antonio, que
hace referencia a la creación de la luna, los planetas y algunos animales de la
selva.2 7
Frente a estos mitos, la historia oral de los sobrevivientes de la época del caucho, ha permitido reconstruir la historia del grupo y, en este caso en particular,
de los záparas que sobreviven aún.
Estas historias, que se adjuntan a este documento, permiten reconstruir la historia del grupo en cuestión a partir de 1930 aproximadamente y remitimos a ellas
para complementar la información que se resume a continuación.
“Los Cuturuna nos enseñaron a hacer cerámica. Ellos vivían muy adentro en la
selva en donde tenían sus chacras. Sus casas quedaban lejos unas de las otras.
Los Cuturuna sabían hablar zápara y también kichwa. Yo no sé de dónde ellos
habrán venido” (Guzmán, 1997: 23).2 8
Este testimonio, aunque no tiene fecha, reporta sin duda al tiempo inmediatamente posterior a la explotación del caucho, entre 1930 y 1940, y se refiere a lo
que sucedió en la zona de Canelos, donde su gente se autodenomina runa que
quiere decir: los que se comunican en kichwa independientemente de su origen
(achuar, kichwa o zápara).
La historia más reciente de los záparas está íntimamente ligada a la formación
de este nueva manera de ser, de ser runa, y es ahí donde radica su riqueza y también su debilidad.2 9
22
En 1941 Ecuador y Perú se enfrentaron en una guerra por problemas territoriales que tuvo incidencia directa en la historia de los záparas. Al estar situados cerca de la zona de conflicto, sufrieron en carne propia las desventuras de la guerra. Muchos de ellos, cuentan los ancianos, fueron asesinados por soldados peruanos que penetraron en su territorio, los hicieron prisioneros, violaron a las
mujeres y finalmente se llevaron con ellos, en calidad de prisioneros, a muchos
záparas. Los que se resistieron a ser tomados prisioneros o que intentaron escapar fueron asesinados en el camino.
Los que lograron esconderse en la selva son los que finalmente viven ahora en
territorio ecuatoriano en torno a las cuatro comunidades donde se focaliza el trabajo de la Organización Zápara, en la Provincia de Pastaza. El resto de supervivientes de la guerra se quedó a vivir en territorio peruano y no volvió a ver a sus
familiares del norte sino 59 años después cuando se realizó el primer encuentro
entre záparas de ambos países.
Luego viene el tiempo de comercio que establecieron los záparas de Ecuador
con el poblado kichwa de Sarayacu, el más importante comercialmente hablando de la época. Con estos intercambios comerciales y con la penetración de la
cultura kichwa en los poblados záparas se inicia de cierta forma la aceptación de
esta nueva cultura y de su idioma en el entorno zápara. Los matrimonios intergrupales se acrecientan durante este período y también la migración hacia la ciudad o hacia territorios controlados por los kichwas.
Entre tanto, otro hecho importante ocurrió en territorio ecuatoriano: la llegada
del Instituto Lingüístico de Verano, ILV, grupo evangelista que penetró la región
en la década de 1950 con el pretexto de estudiar las lenguas aborígenes de la
Amazonia pero que escondía tras de su propuesta una misión clara: evangelizar
a los indígenas y con ello, transformar toda su cosmovisión.
Dos misioneras del ILV, Catherine Peeke y Margaret Sargent, llegaron caminando al poblado zápara de Ullawuangaspunku en 1952 y anunciaron que se quedarían ahí hasta aprender la lengua. Sasiko, una de las personas que aún habla el
idioma en Ecuador fue una de sus informantes y de ella provienen todos los datos que se tiene al respecto.3 0 La presencia de estas dos misioneras cambió radicalmente las costumbres de los záparas, no así su visión del mundo pues no
23
aceptaron sus nuevas ideas. En cambio, nuevas necesidades surgieron y con ellas
los intercambios comerciales con los poblados kichwas se incrementaron aún
más. Los záparas intercambiaban hamacas, carne de la selva, collares hechos con
huesos de animales y semillas por nuevos productos que se volvieron una necesidad, como la pólvora o las municiones, también sal, azúcar y otros productos
que antes no hacían parte de su dieta. Lo mismo ocurrió con la vestimenta pues
si hasta entonces los záparas se seguían vistiendo con llanchama, pronto la cambiaron por los vestidos de tela, más coloridos. También surgió el uso de la medicina occidental pese a que hasta entonces contaban con la ayuda espiritual de
un poderoso chamán que muchas veces atendía las necesidades de gente ajena a
su nacionalidad. Entre tanto, el idioma kichwa iba ganando terreno y desplazando poco a poco al zápara.
Mientras todo esto ocurría, la vida dentro de la selva seguía desarrollándose con
cierta normalidad, apegados a lo que habían aprendido de los mayores, cazando,
pescando, sembrado en sus huertos, recolectando frutos silvestres, fabricando
sus hamacas y vasijas de barro. El cambio más radical que surgió luego de este
período, empujados por la modernidad, fue la decisión de cambiar su vida semi
nómada por el asentamiento en poblados bien definidos, donde se empezó a
construir pistas de aterrizaje para aproximarse con más facilidad a la ciudad y todas las “comodidades” que parecía esta aportar. Entre ellas, el acceso a una educación formal regentada por el Estado.
Las cosas no fueron como se las imaginaron. La educación para los niños no llegó cuando y como ellos la esperaban. La pista de aterrizaje no llevó al avión que
supuestamente les ayudaría a sacar a los enfermos a la ciudad sino que trajo grupos evangelistas que les dieron agua por tubería pero que quisieron luego construir una iglesia en el lugar. Este rechazo por parte de los záparas, cuyo guía espiritual estableció las distancias del caso con los evangelistas, les traería más de
un problema: cuando el chamán Blas Manari Ushigua enfermó de gravedad y
ellos pidieron que un avión lo saque a la ciudad para curarlo ahí, este avión, de
un grupo de evangelistas que supuestamente tiene la tarea de hacer el servicio de
ambulancia aérea hasta hoy, llegó, pero tres días después de que Blas Ushigua
muriera.
24
Este hecho ocurrido en 1996, el de perder a su guía espiritual, fue de tal impacto en el grupo zápara que se discutió entre ellos la posibilidad de aliarse definitivamente a los grupos mayoritarios, controlados para entonces por grupos evangelistas. La idea no progresó y más bien se discutió sobre la posibilidad de organizarse para defender sus derechos y revalorizar una cultura que para entonces se veía cada vez más absorbida por los grupos mayoritarios de la zona y amenazada por el aumento de la dependencia hacia la ciudad.3 1
Así surge en 1999 la Asociación de la Nacionalidad Zápara de la Provincia de
Pastaza, ANAZPPA, bajo la presidencia de Bartolo Ushigua, uno de los hijos del
último chamán y con ella el proceso que los llevaría a resurgir sobre la escena
nacional mediante las acciones de revitalización de su idioma, territorio y otras
tradiciones que, pese a todo lo relatado aquí, habían sobrevivido.
25
LINGÜÍSTICA Y ECOLOGÍA
El trabajo que se presenta, dio especial importancia al nexo que existe entre la
lengua y el grupo. Para obtener una visión lo más clara posible del mundo zápara, adoptamos un acercamiento integracionista, en el sentido de que consideramos que las variaciones sociales, estilísticas y geográficas son en realidad reflejos de los cambios que se han producido en el tiempo y que una teoría lingüística construida en torno a esta idea de cambio permite observar elementos históricos, sociolingüísticos, dialectológicos, u otros, de manera global. Es por eso
que hemos recurrido al intento de comprender cuáles han sido los factores que
llevaron a la lengua hasta su cuasi extinción, lo que nos ha llevado, a la vez, a
tratar de entender la estrategia de asociarse a grupos mayoritarios que terminaron por imponer lengua y cultura.
Este acercamiento tiene su sustento teórico en lo que los lingüistas, desde hace
unos diez años, han denominado “ecología lingüística”.
El término ecología tiene dos acepciones. La primera, y más divulgada, es la que
se refiere a la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sí y con
su entorno. La segunda, sirve para definir aquella parte de la sociología que estudia la relación entre los grupos humanos y su ambiente, tanto físico como social (DRAE.) Al extrapolar estos dos significados al estudio de las lenguas, aclaramos, en parte, el uso que haremos del concepto de “ecología lingüística”.
Las otras definiciones provienen de los lingüistas que se encuentran al frente de
tal propuesta. Uno de los que más aportes ha dado en este sentido es Peter Mühlhäusler para quien: “El término 'ecología de las lenguas' como aquel de 'familia
de lenguas', es una metáfora derivada del estudio de los seres vivientes. El hecho de que uno pueda estudiar las lenguas como el que estudia las interrelaciones de los organismos entre sí, y en relación con su entorno, presupone el uso de
otras metáforas e ideas, especialmente aquella de que las lenguas deben ser vistas como entidades localizables en el tiempo y en el espacio... La consideración
de factores ecológicos es un prerrequisito para cualquier explicación tanto de la
27
historia como de las estructuras gramaticales de las lenguas de un área. Son sus
factores ecológicos los que hacen de ellas entidades, los que definen sus fronteras
y los que determinan su crecimiento y supervivencia." (Mühlhäusler, 1996, 2)32
Así, “cada lengua nos ofrece una perspectiva original y única de adaptación al
entorno natural y cultural en el que se usa. El estudio de estos aspectos de la
adaptación de las lenguas a su entorno es lo que se denomina ecología lingüística” (Moreno Cabrera, 2000:109)
En efecto, así como se necesitan condiciones adecuadas para que una especie
prospere, también se necesita, para el caso de los idiomas, “una ecología socioeconómica adecuada, que los nutra, haciéndolos útiles a sus portavoces para su
supervivencia. Dicha ecología tiene poco que ver con el tamaño de la población
que la habla, o con el hecho de que si dicha población domina a otro grupo o es
dominada.” (Mufwene, 1998, 1)
El “lugar” que ocupa una lengua tiene que ser entendido en función de las relaciones que esta tiene con otras lenguas y por el espacio que ocupa dentro del ecosistema, es decir, por sus funciones y por sus relaciones con el entorno. Todo esto puede ser visto como un sistema ecolingüístico en el que las lenguas se multiplican, cambian, se cruzan, convergen, etc. A cada instante las lenguas están sometidas a estímulos exteriores y esto produce cambios internos en dichas lenguas y esos cambios pueden generar, con el tiempo, variaciones locales, dialectos, otras lenguas; o, en su defecto, pueden llevarlas a desaparecer.
El estudio de las lenguas, y más aún de aquellas que se encuentran en estados
avanzados de pérdida, no puede abstraerse de la realidad de los grupos que las
hablan, de su historia, del entorno donde habitan, de su realidad socio económica, de las constantes presiones que sufren. En resumen, el estudio de la lengua
tiene que abarcar la mayor cantidad de aspectos posibles, pues, se lo ha repetido
incansablemente, lengua y cultura son indisociables.
Dicho esto, debe recordarse que el fenómeno de pérdida de los idiomas no es
nuevo y que tampoco es exclusividad de las sociedades que fueron colonizadas.
El cambio o la muerte paulatina de un idioma hace parte del proceso natural de
la evolución de las lenguas: “dentro de ecologías cambiantes, rasgos estructura28
les coexisten y compiten permanentemente con otros y estos se ven afectados
por factores ecológicos cambiantes” (Mufwene, 1998,7)
Es por eso que para entender de manera global la situación de la lengua zápara
y el grupo, como lo plantea la perspectiva adoptada aquí, debemos circunscribirnos a su historia y a la de la región, a su situación actual, sin dejar de tener presente que todo esto ocurre precisamente en la Amazonia, una de las zonas de más
alta biodiversidad del Planeta.
A este respecto, debemos señalar que la Declaratoria de Belem, del Congreso Internacional de Ethnobiología, (Brasil, 1998), señala una relación inseparable entre diversidad cultural y diversidad biológica. Por extensión, esto se aplica también a la diversidad lingüística.
Se ha comprobado ampliamente que los países de más alta biodiversidad, tienen
también en su territorio el mayor número de lenguas “endémicas”.
(Maffi,1998,5) Luego de superponer mapas donde se encuentran estas lenguas,
a los mapas sobre la diversidad biológica del Planeta, se puede llegar a la conclusión de que la diversidad biológica y la diversidad lingüística están estrechamente vinculadas. Estos mapas, por ejemplo, permiten ver que ahí donde se encuentran las lenguas endémicas (por lo general en climas tropicales) se encuentra también la mayor concentración de vertebrados mayores o de especies de
plantas.
Esta correlación entre diversidad biológica y lingüística pudo haber sido dada
por la coevolución de los grupos humanos con sus respectivos ecosistemas. Estos grupos humanos se desarrollaron gracias a la estrecha relación que tenían con
el medio ambiente, modificándolo de acuerdo a sus necesidades pero sobre todo
adquiriendo un íntimo conocimiento de él. Esta adaptación y este conocimiento
se transmitieron a través del lenguaje. Mühlhäusler, dice que la vida en un ambiente humano particular depende de la habilidad de las personas para hablar sobre él, para nombrarlo.
Recordamos en este punto que uno de los argumentos que sirvieron a la UNESCO
para declarar a la cultura oral de los záparas Patrimonio Intangible de la Humanidad es justamente la capacidad de este pueblo de nombrar casi todas las espe-
29
cies que hacen parte de su entorno (una de las zonas de mayor biodiversidad del
Planeta), y que el conocimiento profundo que ellos tienen del uso que se puede
hacer de estas especies los convierte en protagonistas privilegiados en el intento
de la humanidad por entenderse a sí misma.
Ahora bien, intentemos entender el fenómeno de la pérdida del zápara, apoyados por los argumentos teóricos hasta ahora expuestos. Primeramente debe quedar claro que no estamos frente al modelo preconcebido de colonización, en el
que un idioma europeo, para el caso de América, se impuso sobre el idioma aborigen. Aquí estamos frente a un idioma indígena (kichwa) que se ha impuesto sobre otro idioma indígena (zápara.)
El kichwa, como se ha visto en el capítulo referente a la historia del grupo, sirvió a los misioneros para divulgar entre los indígenas, sus creencias y preceptos.
Esta actitud de los misioneros se debió al hecho de que se dieron cuenta de que
no podían lograrlo si no utilizaban una de las lenguas indígenas para hacerlo. El
kichwa es la lengua que sirvió, como lengua franca, para tales propósitos porque, de un lado, los misioneros estaban ya habituados a este idioma desde que
su labor empezó en la Sierra, donde la población indígena hablaba mayoritariamente kichwa, y debido a que muchos de estos indígenas de la Sierra,“convertidos”, fueron los primeros habitantes de las misiones que implantaron en la Amazonia3 3. Luego, la lengua kichwa adquirió el prestigio que adquiere las lenguas
de comercio en zonas de mucha diversidad lingüística, a lo que se sumó el prestigio que le dio la nueva religión inserta.
Así, los záparas y muchos otros grupos de la zona, debieron adaptarse a un mundo donde el kichwa era fundamental para sobrevivir. Y nada tiene esto que ver
con el orgullo de sentirse miembro de un grupo con características lingüísticas o
culturales propias. Es más, a pesar de que se mantienen las diferencias entre estos grupos, se crea “una identidad común, runapura en respuesta a la expansión
del Estado en sus territorios de selva baja” (Reeve, 1988: 54.)
La quichuización3 4, referida por varios autores, es lo que se entiende como la difusión de la cultura y del idioma kichwa en la región, que se remonta a la época
de la Colonia con las misiones; se fortalece durante la República, en la época de
las grandes haciendas; sigue con los primeros matrimonios interétnicos y conti30
núa hasta hoy impulsada en parte por una política educativa bilingüe kichwa-español, auspiciada por el Estado3 5. Esto último nos lleva a reflexionar sobre la
idea, errónea, de que en la escritura y la alfabetización, está la forma de detener
los procesos de pérdida. Ya se lo ha dicho, esta no es más que una manera de
mantener a las lenguas en un estado “fosilizado”. Hay que recordar que lenguas
muertas, como el sánscrito o el latín tenían una rica literatura y que eso no les
impidió morir. El idioma ha sido, siempre, primeramente y principalmente, oral.
A escala mundial también se plantean ideas que hoy vemos que han fracasado:
durante la década de los sesenta fue común la promoción de un idioma nacional,
con el criterio de que esto conllevaría al desarrollo de los países. En el ámbito
local, cabe recordar que en Ecuador, donde aproximadamente un 30% de la población habla una o más lenguas vernáculas, hubo que esperar hasta la nueva
Constitución de 1998 para que se reconociera que las lenguas indígenas son de
uso oficial de los pueblos que las hablan.
Ahora bien, planteadas estas observaciones generales, penetremos en el caso
partícular de los Záparas. Es la historia personal de los informantes la que sirve
para establecer las causas probables de la pérdida del idioma. Remitimos a estas
historias pero sintetizamos a continuación una serie de observaciones, con una
perspectiva sociolingüística, que explican el estado actual en el que se encuentra la lengua y los riesgos latentes de que termine por desaparecer.
La cultura y la lengua kichwa (ver historia) tuvo tal impacto en el grupo que costumbres e idioma se impusieron rápidamente entre los záparas. Esto ocurre en
un momento en que el grupo había visto reducido el número de sus miembros
por: la esclavitud a la que fueron sometidos durante el boom del caucho (1890 –
1920) y, más tarde, por la guerra entre Perú y Ecuador en 1941.
Su estrategia de supervivencia obligó a los hombres a buscar parejas fuera del
grupo y es así como se acercan al de mayor influencia en la zona y el más numeroso: los kichwas. Este acercamiento crea nuevas necesidades en el grupo y
los acerca cada vez más hacia las ciudades.
Según los propios ancianos, el hecho de haber cambiado su vida semi nómada
por un modo de vida totalmente sedentario, obligados por las promesas de educación y salud para sus niños, influyó contundentemente sobre la pérdida del
31
idioma. Si bien llegaron las escuelas y con ellas contratistas kichwa hablantes,
los profesores fueron escasos y nunca permanecieron por mucho tiempo en las
comunidades. En todos los casos estos profesores fueron kichwas y muchos de
ellos carecían de la formación suficiente, además de estar regidos por un modelo educativo auspiciado por el Estado, unificado para todo el país, ajeno, en este caso, a la realidad de los záparas.
Llamados por las promesas de la ciudad, muchos hombres salieron en busca de
trabajo y algunos, como Cesáreo (ver su historia personal), llegaron a trabajar en
plantaciones agrícolas en las zonas costeras del país y ahí tuvieron la oportunidad de aprender el castellano, idioma que se convertiría, con ayuda de la educación, la pista de aterrizaje y las radios de comunicación, en la segunda lengua del
grupo, en detrimento del zápara.
Actualmente, en las comunidades, el castellano es usado casi exclusivamente para la comunicación con personas de la ciudad que ocasionalmente los visitan.
Los jóvenes usan radios a pilas en las que captan emisoras de la ciudad, la mayor parte de las veces en castellano. Además, están obligados a usarlo cada vez
que se trasladan a la ciudad. Las clases, en las comunidades donde existe profesor, se imparten en kichwa y castellano pero se ha podido comprobar que el conocimiento de estas dos lenguas es casi exclusivamente oral pues la falta de una
continuidad en la educación, o, para ir más lejos, políticas lingüísticas y educativas propias, se manifiesta a través de un alto grado de analfabetismo e iletrismo.3 6
En este escenario, solo cinco ancianos que hablaban zápara fueron contactados.
Se sabía, sin haber podido nunca verificarlo, que podían existir otros locutores
nativos de la lengua en comunidades conformadas por otros grupos mayoritarios, en el llamado bloque záparo* (ver historia).
Estos locutores, cuya historia personal se encuentra más adelante, tenían diferentes grados de competencia3 7 en zápara pero de forma general el kichwa se había
impuesto entre ellos. Finalmente, Sasiko reveló ser la persona que mejor conocimiento tenía de la lengua y más lejanos recuerdos sobre la vida pasada del grupo. Sasiko, cuyo nombre en castellano es Antonia Santi, fue una de las informantes de las lingüistas del ILV en 1952 cuando, dice ella, apenas tenía unos 18
32
años. Esto le confería una cierta experiencia en las a veces pesadas sesiones de
trabajo. Con el tiempo, la confianza aumentó y su entusiasmo por transmitir sus
conocimientos permitieron recoger la mayor cantidad de información posible en
y sobre la lengua y cultura záparas.
La situación en las comunidades de Jandiayacu y Mazaramu, donde existe un solo locutor de la lengua respectivamente, configura una situación de extrema fragilidad. Estas personas no tienen con quién hablar su lengua. No obstante, ambos aceptaron el reto de enseñar lo que sabían a sus nietos o hijos más pequeños.
Cesáreo, quien vive en Jandiayacu, había iniciado esta dinámica, de forma casi
diaria, incluso antes de que esto sea propuesto en el marco de este programa y
por tanto sus hijos y nietos eran los que mayor conocimiento tenían de la lengua.
Sin embargo, Cesáreo ha aceptado que ha olvidado mucho de la lengua y ahora
él es incapaz de hacer un relato en zápara3 8. Sin embargo, a medida que instruye a los niños de su comunidad sobre los nombres de las plantas y animales, o
frases sencillas de uso cotidiano, aprovecha para contarles, en kichwa, historias
de la vida pasada, leyendas, mitos. Esto hace parte de la estrategia que los záparas han adoptado para revitalizar su cultura.
Similar situación se vive en la comunidad de Mazaramu, donde Ana María, hermana de Cesáreo, Sasiko y María Luisa, intenta convocar a los niños de su comunidad para que asistan a su casa y oigan los relatos o canciones que recuerda
en su lengua, o para que aprendan a nombrar los elementos que hacen parte del
entorno zápara. No obstante, estas convocatorias no han dado los resultados esperados.
Sasiko, en cambio, vive en la comunidad de Llanchamacocha (Witsawke) junto
con su marido Juan Cruz con quien tiene la oportunidad de hablar un poco en su
idioma, aunque este lo recuerda menos que ella. Además, en esta misma comunidad vive su cuñada María Luisa quien también habla zápara y quien más canciones recuerda en su lengua. Todos ellos participaban en grupo en las sesiones
de trabajo y sus discusiones para llegar a acuerdos en torno a los términos o las
historias que se relataban, constituían momentos esenciales para la investigación
por la carga de información que estas interacciones generaban.
Estas sesiones de trabajo atraían cada vez con más frecuencia a niños y jóvenes
33
con lo que las interacciones se vieron enriquecidas con el tiempo y esto aumentó el interés de muchos záparas por su lengua y cultura. Esto se hizo manifiesto
cuando se fue revelando que la lengua se encontraba, aunque en grado mínimo,
presente en el discurso de casi todos los miembros adultos del grupo a través de
palabras sueltas, en especial en el uso de nombres de plantas y animales, y a través de unas pocas canciones que habían sido transmitidas de generación a generación. Poco a poco, gracias a los dirigentes, se logró obtener el compromiso de
todos los ancianos de transmitir lo que sabían a los miembros de su comunidad,
con especial interés en los niños. Los adultos también se encontraban de acuerdo en fomentar en sus hijos el aprendizaje sobre su vida pasada.3 9
El tema de la cultura zápara se encontraba más arraigado en el grupo que el uso
de la lengua. Así, técnicas curativas, artesanales, costumbres culinarias, entre
otras, fueron surgiendo a medida que el trabajo sobre la lengua avanzaba. Todas
estas manifestaciones fueron debidamente registradas y anotadas para lograr una
visión lo más completa posible sobre la situación en que vivía el grupo. También
se debió hacer un acercamiento a la cultura kichwa para entender las influencias
que el grupo había recibido.
Entre los elementos que influyeron en el resultado del trabajo, mencionaremos
solamente los más importantes: el idioma kichwa prevalecía en las interacciones
y el diálogo se lo hacía a través de la traducción a este idioma por parte de alguien que tenía dificultad de trasladar al castellano las ideas que se generaban.
Además, está el hecho evidente de que todos los informantes han olvidado mucho el idioma, debido en gran parte a la avanzada edad de algunos de ellos, y su
distanciamiento de otros locutores nativos de la lengua.
En lo material, si bien el financiamiento que provino del Prodepine se dio por un
total de 14 meses, el trabajo no pudo realizarse de forma continua. Devaluaciones, congelamientos y dolarización, conspiraron en contra de la realización de
esta investigación. Los precios de los pasajes de avión para ingresar al territorio
zápara aumentaron exorbitantemente, producto del aumento de los precios de las
gasolinas, y todos los planes hechos para la realización de este trabajo tuvieron
que ser continuamente revisados o postergados: la entrega de fondos nunca fue
puntual. Así, durante el tiempo que duró el financiamiento del Prodepine, 14 meses en total, no pudimos contar con más de cincuenta días de trabajo de campo.
34
Cabe señalar, sin embargo, que hicimos todos los esfuerzos posibles por no interrumpir el trabajo y es por eso que esta investigación continuó más allá del
tiempo que duró dicho financiamiento. El estado de la lengua, la edad de los informantes, su salud y varias presiones que sufría el grupo, obligaban ha hacerlo
así.
Como último dato señalaremos que las comunidades záparas donde se encuentran los últimos locutores nativos de la lengua están muy distantes la una de la
otra y que para realizar el trabajo de campo, para entrar en contacto con estas
personas, fue necesario muchas veces hacer agotadores viajes por río y a pie para lograr pasar con ellos algunos días, ganar su confianza y medir, en primer lugar, su conocimiento de la lengua y luego, solo luego, lograr hacer las primeras
grabaciones que son la base de este trabajo.
35
PERSPECTIVAS
Mucho se ha criticado, y con razón, a los trabajos descriptivos de las lenguas que
no proponen estrategias viables para su revitalización. En el intento por encontrar esta viabilidad, surgen varias preguntas, la primera de ellas es: ¿Cómo debe
ayudarse a las lenguas que están en fases avanzadas de desaparición para que se
revitalicen pero sin inhibir las respuestas de adaptación de sus locutores a una
realidad socio económica cambiante? Para poder responder a esta pregunta primero se debe discutir sobre el por qué se ha dado más importancia a la pérdida
de la herencia cultural que a las razones que llevaron a la población a adoptar
una nueva lengua dentro de su nuevo contexto socio económico.
Con esto queremos dejar claro que no se trata, bajo ningún concepto, de menospreciar o rechazar las influencias de las otras culturas, y lanzarse al rescate de
las tradiciones, al contrario, creemos que se puede recrear una ecología donde
estas realidades convivan.
Como sugerencia, para lograr recrear esta ecología, retomamos las ideas de
Mühlhäusler (Mühlhäusler,2000) dentro de la perspectiva adoptada aquí:
•
•
•
•
•
Considerar no sólo los factores internos del sistema sino extenderse hacia
consideraciones medioambientales más amplias;
Considerar los peligros de monoculturalismo;
Considerar las limitaciones de recursos naturales y humanos;
Plantear una visión a largo plazo; y
Determinar los factores que puedan permitir una ecología lingüística armónica.
Como queda claro, este primer acercamiento al mundo zápara a través del estudio de su idioma plantea preguntas que aún no tienen respuesta. Junto a estas se
encuentran varias posibilidades de llevar adelante un verdadero proyecto de revitalización lingüística. De nuevo Mülhäusler plantea algunas de estas preguntas y propone sendas aplicaciones en los siguientes términos:
37
•
•
•
•
¿Cuál es la relación entre la diversidad de idiomas y la diversidad de formas
de vida?
¿Pueden sobrevivir los idiomas en condiciones de degradación medioambiental?
¿Cuál es el estructura/gramática de la diversidad lingüística? ¿Qué le hace
mucho más que la suma de sus partes constitutivas?
¿Cómo se puede determinar el mejor escenario para una ecología del idioma
armónica?
De la respuesta a estas preguntas pueden desprenderse algunas aplicaciones posibles:
•
•
•
•
Planificación lingüística en relación con las necesidades y realidades de las
diferentes comunidades;
Establecimiento de un sistema de apoyo para la enseñanza de todas las lenguas en presencia;
Propiciar una visión globalizadora de lengua y medio ambiente;
Integrar la alfabetización a otras prácticas sociales.
Estos planteamientos deben, con el tiempo y la visión del grupo, depurarse y mejorarse. Al editarse este texto, la Nacionalidad Zápara trabaja en un plan estratégico de cinco años que los lleve a triunfar en su empeño por revitalizar su idioma y cultura. Lo hacen con el convencimiento de que deben revertir la tendencia de fracaso que existe al respecto en el mundo. Si no se entiende a este fenómeno de una forma global, lo que obliga a tener una ecología socio económica
“hospitalaria”, para usar el término de Mufwene, y si no se refuerzan las investigaciones, es probable que este propósito no progrese.
38
DICCIONARIO ZÁPARA – ESPAÑOL - KICHWA
Realizar un diccionario de lengua, cuando apenas una persona la habla fluidamente, constituye una tarea delicada y compleja. Es por eso que lo que se presenta a continuación, debe ser visto como el primer acercamiento a la lengua zápara y que por ello nada de lo dicho aquí es concluyente ni definitivo.
El deseo de los dirigentes, de los informantes y de los niños de poder contar con
un diccionario propio de su lengua, es legítimo en todos los sentidos, pero más
aún si éste permite elevar el sentimiento de pertenencia a un grupo con características lingüísticas y culturales propias. Si este documento contribuye al fortalecimiento de esta identidad, estará plenamente justificado.
Abreviaturas
n.
adj.
adv.
v.
art.
PP
ej.
ka.
ref.
dn/
Nombre
Adjetivo
Adverbio
Verbo
Artículo
Pron. pers.
Ejemplo
Kichwa
Referencia
Definición
39
USO DEL DICCIONARIO
El diccionario debe ser leído de la siguiente manera:
Palabra en zápara [forma fonetica] v. (La pequeña letra indica la categoría
gramatical a la que pertenece la palabra). Correspondencia en español. Nombre
científico (de plantas y animales). \ka kichwa. Ref: Referencias bibliográficas
(ver más adelante). dn/ extensión de la definición y citas sobre algunos términos
extraídas de las obras que aparecen en las referencias. Ejemplo en zápara; traducción del ejemplo al español. [Nota: anotaciones]
Así, por ejemplo:
atari [a=tari] n. Murciélago. Lonchorhina aurita. \ka tutapishku. Ref: Cuando
Tsitsano llegó a la casa de los murciélagos, estos le invitaron a descansar pero
como ellos no usaban hamacas, Tsitsano debía colgarse de un palo como ellos
para dormir. Ante la imposibilidad de hacerlo todos los murciélagos se rieron de
él y Tsitsano tuvo que permanecer en vela toda la noche. Al día siguiente salió
en busca de su camino de regreso a casa. atari itiama; casas de los murciélagos.
[Nota: /kutseriri/ /kutse/ /kutse/ /kutse/: ese el ruido que hace el murciélago
cuando se ríe]
palabra en zápara: Esta es la grafía que se sugiere que lleve la palabra en zápara. No se señala ningún acento gráfico (ver más adelante).
[forma fone=tica]: contiene la referencia exacta de cómo debe pronunciarse la
palabra y para esto remitimos a las explicaciones sobre el sistema de sonidos de
la lengua, que se encuentran más adelante. En este caso, siempre se señala dónde cae el acento primario -vocal o grupo de vocales subrayadas-.
La categoría gramatical: dada por la pequeña letra, (abreviatura), luego de la
forma fonética.
41
Definición o correspondencia en español: Esta entrada puede también estar
acompañada, entre paréntesis, de alguna explicación suplementaria.
Nombre científico: de plantas y animales recopilados de varias obras, las mismas
que se señalan en la bibliografía. Con respecto a los animales, la principal obra
de consulta ha sido el libro: Fauna del Ecuador de Erwin Patzelt (Patzelt, 1989)
\ka: palabra en kichwa unificado (la revisión de estos textos ha estado a cargo
del equipo pedagógico de la Dirección Nacional de Educación Zápara, Dienaze)
Ref: en esta rúbrica se incluye diversas referencias bibliográficas, que tienen que
ver con la entrada en cuestión. Pueden existir varias referencias y para ello se las
identifica con su número correspondiente. La primera referencia tiene siempre
que ver con los estudios hechos anteriormente sobre la lengua. Sobre estas obras,
se amplían comentarios más adelante. Asimismo, existen referencias que remiten a diferentes textos de la literatura oral del grupo, en especial al mito de Tsitsano, cuya primera versión se incluye en este documento.
dn/: Bajo esta forma se extiende la definición de la palabra cuando así lo amerita, o se hace alguna anotación a su respecto, como es el caso de algunos animales que son conocidos con varios nombres comunes. También se señalan comentarios hechos por los informantes.
Ejemplo, sacado de los relatos o canciones recogidos durante la investigación
de campo o, en algunos casos, tomados de autores que previamente estudiaron
la lengua. A continuación aparece la traducción de la frase al castellano.
[Nota]: se han incluido diferentes tipos de notas. Una parte de ellas constituyen
las primeras observaciones morfológicas de la lengua, es decir que permiten entender cómo se forman las palabras en zápara: marcas de plural, singular, terminaciones y tiempos verbales que se presentan por lo general bajo la forma de prefijos y sufijos.4 0
Otro tipo de anotaciones señala los desacuerdos o dudas que persisten entre los
locutores e incluso, como en el caso de /sekaka/ frente a /sikaka/ (vago), confrontan formas de pronunciar las palabras de uno y otro locutor. Incluirlas no es
más que una manera de permitir que los záparas discutan entre ellos, y con los
42
ancianos, sobre la forma correcta de usar los términos o el alcance de los mismos. Las observaciones que se desprendan de estas discusiones, deberán alimentar este documento para lograr, con el tiempo, una versión depurada, corregida
y aumentada del mismo. Muchas de estas anotaciones reflejan parte de las dificultades que ha enfrentado la investigación al señalar, por ejemplo, elementos
que restan por confirmar.
Como se señaló más arriba, bajo la rúbrica Ref: (referencia), remitimos a estudios o trabajos sobre la lengua realizados con anterioridad a este. Estas referencias sirven para intentar entender cómo la lengua ha variado en el tiempo, por lo
general debido a fenómenos de contacto entre lenguas. Estas obras son escasas
y pese a que se encuentran detalladas en la bibliografía, algunas precisiones con
respecto a ellas parecen oportunas. Estas obras son las siguientes:
Stark, Louisa; 1987, La lengua zápara del Ecuador; in Miscelánea Antropológica ecuatoriana 1; Boletín de los Museos del Banco Central del Ecuador, Cuenca, Guayaquil Quito; segunda edición, 1987, pp. 12-92.
Peeke, Catherine, 1991, Bosquejo gramatical del záparo, Cuadernos Etnolingüísticos, N° 14, Instituto Lingüístico de Verano, Quito 1991.
Peek, Catherine, 1962 Structural Summary of Záparo. In Studies in Ecuadorian
Indian Languages, Vol. I. Edited by Benjamin Elson, pp. 125-216. Norman, OK:
Summer Institute of Linguistics of the University of Oklahoma.
Peeke, Catherine y Sargent Mary, Estudio acerca de las lenguas huaraní (auca),
shimigae y zápara, Instituto Lingüístico de Verano - Universidad de Oklahoma,
Quito, 1959.
Simson,Alfred, Viajes por las selvas del Ecuador y exploración del río Putumayo, Colección Tierra Incógnita N°8, Ediciones ABYA-YALA, Quito - Ecuador,
1993.
Osculati, Gaetano, Exploración de las regiones ecuatoriales a través del Napo y
de los ríos de las amazonas; Fragmento de un viaje por las dos Américas en los
años 1846-1848; Ediciones Abya-Yala; Col. Tierra Incógnita Nº 29, Quito, 2000.
43
Solo las dos primeras obras mencionadas contienen referencias al sistema fonético de la lengua -Stark lo describe-, a la gramática, y presentan un léxico. Peeke reporta 140 palabras, Stark alrededor de 500. El trabajo de Peeke y Sargent
solo presenta un pequeño diccionario con unas 80 entradas, todas ellas sustantivos. El estudio de Peek: Structural Summary of Záparo*, es el estudio sintáctico más profundo que existe sobre la lengua. Algunos ejemplos usados por esta
autora se encuentran en el diccionario con el fin de alimentar su contenido.
Los trabajos de campo de Sargent/Peek (1954) y Stark (1971-1975) se realizaron en dos lugares distintos y entre ambos hay 21 años de diferencia. El trabajo
de Simson fue hecho en 1886 y presenta unas cincuenta correspondencias de vocablos záparas; finalmente, el de Osculati (1846-1848) fue realizado hace más
de siglo y medio pero constituye una obra de incalculable valor para futuros trabajos diacrónicos.4 1
Dicho esto, el proyecto actual de revitalización de la lengua, que incluye a mediano plazo su descripción y sistematización, se inició hace dos años aproximadamente, es decir 24 años después del trabajo de Stark. En este tiempo, la variedad de la lengua a la que nos referimos sufrió influencias del kichwa, lo que debe ser considerado en todos sus aspectos, además de otros factores sociolingüísticos.
Entre las primeras observaciones hechas del estudio comparativo de las obras
antes citadas, podemos señalar que no hay acuerdo en cuanto a los sonidos vocálicos y que las consonantes coinciden con la variedad de la lengua que ahora
se estudia, aunque con diferencias en el uso de símbolos fonéticos.
La obra más reciente, la de Stark, señala la existencia, "en el tradicional sistema
Záparo*", de cuatro fonemas: /i/, /i/, /a/, /u/. (no señala diferencia entre los dos
primeros). No obstante, aclara que: "en el habla de Pasiona4 2 hay solamente tres
fonemas vocálicos que son los siguientes": /i/, /a/, /u/. En su descripción señala
una vocal larga y una corta para los sonidos identificados.
Ahora bien, la variedad que estudiamos en este momento posee cinco sonidos
vocálicos [i] [e] [a] [o] [u], (correspondientes a los que se usan en español) y, por
otro lado, sonidos nasales, cuya pertinencia aún debe verificarse.
44
Debido al contacto de lenguas, la variedad que se estudia actualmente, sufrió, sin
duda, influencias, las mismas que están presentes en el actual sistema de sonidos del zápara. Asimismo, nos aventuramos a asegurar que las influencias abarcan otras estructuras más complejas de la lengua, pero recordamos que este trabajo de sistematización y estudio está apenas en su fase inicial por lo que no estamos en capacidad de emitir mayores conclusiones al respecto. Es la necesidad
manifiesta de los záparas de contar con un documento que registre los primeros
resultados de esta investigación, la que nos obliga a presentarla de esta manera.
Solamente los estudios profundos que se realizan con el corpus recogido hasta
el momento, nos permitirán, con los años, presentar elementos formales más
concluyentes.
Alfabeto zápara y anotaciones sobre su pronunciación
A, a
Ch, ch
E, e
I, i
J (j)
K, k
M, m
N, n
Ñ, ñ
O, o
P, p
R, r
S, s
Sh, sh
T, t
Ts, ts
U, u
W, w
Y, y
Forma fonética
/apaka/
/ichawka/
/nekero/
/ichari/
/kuru?a/
/kakeka/
/manari/
/nanaka/
/mañiñu/
/akamaro/
/paratu/
/rapaka/
/saweraw/
/Sikuka/
/taikwa/
/tsamaru/
/umatitiaka/
/witsakaja/
/yanawkwa/
Grafía sugerida
apaka
ichawka
nekero
ichari
kuruja
kakeka
manari
nanaka
mañiñu
akamaro
paratu
rapaka
saweraw
shikuka
taikwa
tsamaru
umatitiaka
witsakaja
yanawkwa
Español
cesto
tucán
venado
diente
puño
negro
lagarto
sangre
soltero
guapo
viento
tierra
boa
escarabajo
no
espíritu
trueno
bonito
sol
45
Consonantes
Oclusivas
sorda
Nasales
Vibrantes
Cuadro fonológico
Bilabial
p
m
Fricativas
Africadas
sorda
Dento
Alveolar
Alveolares
t
sorda
Semivocales
Vocales
Cerradas
Semi cerradas
Anterior
i
Abiertas
Nasales
46
? (j)
ts+ (ch)
s
y
w
Central
Posterior
e
o
a
i)
Alveo
palatal
N
r
Sibilante
Dorso
velar
k
n
ts
sonora
Palatal
u
u)
∫ (sh)
a: vocal baja, central, abierta, no redondeada y sonora que tiene tres alófonos.4 3
Cuando se encuentra en posición final (ej. /upika/) es una vocal baja, central, no
redondeada y sorda. Lo mismo ocurre luego de una consonante sorda, como es
el caso del ejemplo.
Cuando se encuentra delante de w, /awaSi/, se produce labialización.
Cuando está delante /S/, grafema (sh), (ej. /awaSi/), hay palatalización. Esto
quiere decir que la articulación del fonema se desplaza ligeramente hacia adelante.
i: es una vocal alta, anterior, cerrada y sonora (ej. /yauricha/. Varía, sin embargo en posición final: alta, anterior, cerrada y sorda. (ej. /atawari/
e: vocal anterior, semicerrada que se transforma delante de /k/ en una vocal llamada muda, no labializada, central cuyo símbolo es [´] (ej. /anapureka/, /kutaweka/). No se descarta que en las posiciones donde ahora encontramos este sonido, antes se haya pronunciado /i/.
o: vocal semicerrada, posterior, redondeada que se la encuentra solamente en posición final (ej. /saparo/). No se descarta que sea un préstamo del castellano.
u: vocal posterior, cerrada, redondeada y sonora (ej. /suraka/). En posición final
(ej. /manaku/), se vuelve sorda, salvo cuando la consonante anterior es n, (ej. el
infinitivo de todos los verbos).
w: semiconsonante4 4 bilabial, sorda, (ej. /taikwa/). Se pronuncia como el sonido del español hueso.
y: semiconsonante palatal, sonora, (ej. /yasuka/). Es el mismo sonido que el español yo)
47
EL ACENTO
El acento es un fenómeno prosódico que afecta a una sílaba en relación con las
otras. El zápara es una lengua aglutinante, (afijos se yuxtaponen a una raíz para
expresar relaciones sintácticas) Por ejemplo tenemos: /itiumu/ = mujer, con el
acento primario que cae sobre la primera vocal. En contraste: /itiumuka/ = una
mujer, donde -ka indica el sustantivo singular, el acento se desplaza hacia el diptongo. Este ejemplo nos permite afirmar que por su carácter aglutinante, es difícil establecer normas de acentuación precisas. Por este motivo las palabras en
zápara presentadas en este diccionario, no tienen un acento gráfico aunque éste,
llamado primario, se señala en la forma fonética para facilitar el aprendizaje de
la pronunciación de las palabras aisladamente.
48
PALABRAS ZÁPARAS
49
achichanu
akachiña
A - a
achichanu [atßi=tßanu] v. Pisar. \ka
aytana, saruna. Ref: idem Stark
(Louisa Stark es una lingüista
norteamericana que estudió la
lengua de los záparas entre 1971
y 1975. Su informante se llamó
Pasiona Shihuango y era del
Curaray, según la autora. Las
diferencias que se notarán entre
algunas palabras de esta autora y
las que nosotros presentamos
aquí, señalan sin duda una diferencia de dialectos y los cambios que ha experimentado la
lengua a través del tiempo).
wachicha kawkwakajiña; yo
pisé una espina. [Nota: Desde
este punto se podrá ver que
todos los verbos, presentados al
infinitivo, llevan la terminación
-nu. Sin embargo, el sufijo -nu
también es marca de singular
humano, tal es el caso de:
irichanu = esposa; iriyanu =
esposo; kumanu = padre;
kwanu = madre]
ajapaka [a?a=paka] n. Avispa. Fam.
Vespidae. \ka awispa. Ref: Peek:
anahaíkyE. ajapaka charikwi;
kuramaja ajiña ajapaka
tsarikwi; me picó una avispa;
la avispa me picó en el brazo
[Nota: El sufijo -ka, es marca de
singular no humano. El plural
no humano se presenta bajo la
forma del sufijo /-?a/. Ver:
kuruka = puño; kitiaja = senos;
anaka = cabeza, etc.]
ajerawka [a?e=rawka] n. Rodilla. \ka
kunkuri Ref: Stark: ajiráwka
ajiranu [a?i=ranu] v. Picar. \ka tuksina.
Ref: idem Stark. kuramaja
ajiña ajapaka tsarikwi; la
avispa me picó en el brazo.
akachiña [aka=tßiNa] n. Lanza. \ka
pala wachi. Ref 1: “Los záparas
tienen la fama de ser los mejores
cazadores y guías en la selva, y
son particularmente hábiles en
el manejo y precisos en el arrojamiento de la lanza, con la cual
son muy diestros, así en los
actos ofensivos como en los
defensivos y suelen resguardarse de ellas con tanta perfección, que un solo individuo
puede desviar una verdadera lluvia de lanzas sin ser alcanzado.
zápara-español-kichwa
51
akamaro
(Simson, p.163); Ref 2: Simson:
acachíne (Alfred Simson fue un
viajero inglés que recorrió las
selvas orientales del Ecuador
entre 1874 y 1875. En su viaje
entró en contacto con los
záparas. En adelante se encontrarán muchas referencias a su
obra: Viajes por las selvas del
Ecuador y exploración del río
Putumayo. Ver Bibliografía)
akamaro [akama=ro] adj. Valiente,
fuerte. \ka sinchi. dn/ Se refiere
solamente al hombre. Es probable que haya existido un mito al
respecto. Ref: En Jandiayacu
hay un niño de ocho años que
lleva este nombre. También es el
nombre del último asentamiento
zápara
akameno [akame=no] n. Líder, jéfe.
\ka apu; pushak. dn/ En el pasado también tenía el sentido de
jefe espiritual. Cada una de las
comunidades záparas tiene un
akameno, elegido por todos sus
miembros. Esta práctica de
elección es reciente; nawja
ikicha akameno Llanchamaja;
él es el líder de Llanchama.
akawne [a=kawne] adj. Aguado; \ka
yakuyashka; chuya. akawne
52
amakitinu
ikicha kasuma; la chicha está
aguada.
akaya [aka=ya] n. Capibara.
hydrochaeris hydrochaeris. \ka
kapiwara. Ref: idem Stark;
Simson: acáíya
akwenaja [akwe=na?a] n. Amigo,
compañero. \ka mashi. dn/ Se
debe discutir sobre el verdadero
alcance de esta palabra pues,
según los informantes, su significado sería más extenso que
aquel que tiene en castellano. Se
debe notar también que no
existe el concepto de enemigo.
[Nota:Ver kutaweka]. Ref:
Simson: yanása.
amaka [a=maka] n. Palo delgado. \ka
ñañu kaspi. dn/ Cualquier tipo
de palo, menos aquel que sirve
para prender el fuego del fogón.
Ref: Stark: (madera); Simson:
hámaca (leño). atanu amaka;
tira ese palo [Nota: Ver
aishawka y awanapáraka.]
amakitinu [ama=kitinu] v. Vender,
comercializar. \ka randichina.
dn/ Los záparas tenían por costumbre intercambiar productos
bajo el sistema de trueque, la
venta de los mismos es una práctica más moderna; Ref: idem Stark.
zápara-español-kichwa
amanakaw
amanakaw
[ama=nakaw]
n.
Mariposa (genérico); \ka pimpillitu. Orden: lepidóptero. Ref:
idem Stark.
amanu [ama=nu] v. Acostarse. \ka
sirina. Ref: idem Stark.
cha:makwa; nuka ama:nu
nukwa makinu, Tsitsano makinu; [Nota: En el ejemplo /:/
señala un alargamiento de la
vocal]
amarija [ama=ri?a] n. Chonta (árbol).
\ka chunta.
amashañiki [amaSa=Niki] n. Dos.
(numeral) \ka ishkay. dn/ El sistema numeral de los záparas
llega hasta el tres. Sin embargo,
aminiaka
existe un término que literalmente quiere decir todos los
dedos de la mano, que correspondería al número cinco. Ref:
idem Stark; Peek: amashániki;
anamishiñaqui;
Simson:
amashañikijia ikicha kukuramaja; yo tengo dos manos
[Nota: ver aymukuraki].
amicha [a=mitßa] n. Pene. \ka ullu.
[Nota: ver entrada siguiente]
amicha [a=mitßa] n. Milpiés.
Diplópoda. Ref: idem Stark. \ka
shiway. [Nota:ver entrada anterior]
aminiaka [aminiaka] n. Huerta,
chacra. \ka chakra. dn/ El concepto de chacra implica:
propiedad, pues cada familia
tiene la suya; implica también
alimentación y por tanto subsistencia ya que en la chacra se
encuentran los alimentos que
son la base de la alimentación
zápara: la yuca (muija) y el plátano verde (pujiawka), fundamentalmente. Implica también
relaciones sociales, con un
actor: la mujer. Esta, como en la
cultura kichwa, es la encargada
de cultivar los productos de la
chacra, pero también de cocinarlos. En este sentido se asocia con
zápara-español-kichwa
53
amunu
las relaciones y diferencias entre
hombre y mujer. La chacra llegó a
los záparas a través de los kichwas
pues antes de entrar en contacto
con ellos, según los testimonios de
Sasiko, ellos se dedicaban exclusivamente a la recolección, caza y
pesca y no tenían ningún tipo de
cultivos. Ahora, sin embargo, y
desde hace más de 50 años, la
chacra es elemento primordial en
la vida de los záparas y en esta palabra en particular existe acuerdo
entre todos los informantes. (c.f.
Guzmán, 1997).
amunu [amu=nu] v. Matar; \ka wanchina. Ref: idem Stark. Joaquín amu
patawka; chanukwa amu;
Joaquín mató un chorongo
(especie de mono).
anajikinu [ana?i=kinu] v. Enojarse;
\ka piñarina. chati: anajiki ¿tú
estás enojado? [Nota: la partícula
-ti, es interrogativa]
anaka [a=naka] n. Cabeza. \ka uma Ref:
idem Stark, Peek y Simson. anaka
anaikwicha kwiria; chana
kanaikwiricha kiria; me duele la
cabeza; el tiene dolor de cabeza.
54
anasu
anakishu [ana=kiSu] n. Pelo, cabello.
\ka akcha. Ref: Stark: anákisu;
Peek: kwa nákisu (mi cabello);
Simson: naquéso
anakuka [ana=kuka] n. Ají. capsicum
anuum. \ka uchu. Ref: idem
Stark; Simson: anacúcua.
ananamishuka [anami=Suka] n.
Fuego, candela. \ka nina. Ref:
Stark: unamíawka; Simson:
anamishúcua.
ananu [a=nanu] n. Hermano (de una
mujer). \ka turi Ref: idem Strak.
anapureka
[anapu=reka]
n.
Cangrejo. phylum: Anthropoda.
\ka apankura. [Nota: ver
turekeneka]
anari [ana=ri] n. Tío (hermano o
primo de su padre o madre) \ka
jachi. Ref: idem Stark.
anasu [ana=su] n. Zancudo. \ka
sankuru; shamuna. Ref: idem
Stark. dn/ El primer animal de la
selva que Tsitsano visita es el
zancudo. Bajo la forma de una
anciana, el zancudo invita a
Tsitsano a pasar la noche en su
casa, le da una hamaca para que
duerma y en medio de la noche,
Tsitsano se despierta con el
zumbido de un zancudo en su
intento por picarlo. Tsitsano dio
zápara-español-kichwa
anaswicha
un manotazo al aire para espantar al zancudo y cuando abrió
los ojos vio a la anciana tendida
en el piso. Esta reclamó a
Tsitsano por el golpe que recibió
pero Tsitsano ya no pudo dormir
más. A la mañana siguiente,
Tsitsano preguntó por el camino
de regreso a su casa.
anaswicha [anaswicha] n. Cabeza
de mate. Eira barbara. \ka
tuwipuma. Ref. “Entre los
animales que pertenecen a la
especie Mustelidae están el
cabeza de mate, el perro de
agua, el chucuri, la nutria
gigante, la nutria común y la
mofeta o zorrillo” (Patzelt,
1989, 76)
anatuka [ana=tuka] n. Comején.
Orden: Isóptera. \ka kumishin
anaykinu [ana=ykinu] v. Doler. \ka
nanana. Ref: Stark: ánawkinu;
chanaka anaykwi iricha kiria;
él tiene dolor de cabeza.
ani [ani=] adv. Aquí. \ka kaypi.
Ref: idem Stark y Simson;
kuinjia ikicha aní; kwinjia
anicha aní; yo estoy aquí;
yo vengo aquí [Nota: Es
diferente a aninu = venir,
apaka
pero puede presentarse bajo
la misma forma gráfica cuando
el verbo está conjugado. Como
ya se ha señalado, es común en
la lengua, la formación de verbos mediante el sufijo /-nu/ (Ver
entrada siguiente)]
aninu [ani=nu] v. Venir. \ka shamuna Ref: idem Stark, Peek y
Simson chanima, chanima
Ttsitsano anicha (historia
de Tstisano); kona animaja;
nawtaja kana ancha; ven
Tsitsano aquí; yo vendré
(tomado de Peek, p.159);
nosotros venimos con él
(idem) [Nota: Ver entrada
anterior]
apaka [a=paka] n. Canasta; \ka
ashanka [Nota: ver saparo
para una discusión en torno a
este término]
zápara-español-kichwa
55
apashiru
apashiru [apa=Siru] n. Lagartija
(especie grande). Enyaliodes sp.
Hay una leyenda sobre este animal.
apitiaka [api=tiaka] adj. Apestoso,
hediondo \ka jiritsa asnak.
arapiauja [arapi=a=u=?a] n. Avión. \ka
antanka. dn/ Es posiblemente
una de las últimas creaciones
lexicales en zápara. Su cercanía
con el inglés airplane, aunque
hipótesis, puede explicar su origen. Se debe recordar que la
primera vez que los záparas
vieron un avión fue en la década
de los 50 cuando dos americanas
del Instituto Lingüístico de
Verano hacían un estudio sobre
la lengua de los záparas. Sasiko
fue una de las personas que trabajó con las americanas
Catherine Peek y Margaret
Sargent. [Nota: ver: Historias de
vida, Sasiko]
arawsu
[ara=wsu]
n.
Oso
hormiguero. Orden: xenarthra.
\ka pillan
ariawku [aria=wku] n. Perro.
Familia: cánidos. \ka allku. Ref
1: idem Stark (esta autora señala
posible préstamo del kichwa);
Peek: ariaúko; Simson: ariócu.
Ref 2: “Mantienen perros para la
56
ashiña
cacería y aunque feos y de miserable apariencia, cumplen bien
con sus deberes de seguir y levantar la caza. En el Napo, se
considera suficiente recomendación de las buenas cualidades de un perro, el saber que
pertenece o ha sido educado por
un Záparo* o por un Piojé, pues
nunca mantienen ellos animales
inútiles” (Simson, 1993/1886, 166)
aritiataru [aritiataru] n. Peine. \ka
ñakcha. dn/ Una semilla seca, de
forma redondeada sirve de peine
natural. aritiataru nakuna;
árbol del peine.
aritiawkuka [aritiawkuka] n.
Aullador
rojo
(primate).
Alouatta seniculus. \ka kutu.
Ref:. dn/ También llamado mono
colorado. Un mito zápara sostiene
que ellos son descendientes de este
primate porque tienen una coronita
roja en la cabeza, como el pelo de
este primate. [Nota: ver mito del
mono colorado, que introduce aquel
de Tsitsano]
aritsarakwa [aritsarakwa] n. Cerebro.
\ka ñuktu.
asay [asay] n. Oso banderón. Tamandua
tetradactyla. \ka kuchi pillan.
ashiña [aSi=Na] n. Bagre. Pimelodella sp.
\ka pakri.
zápara-español-kichwa
ashiñatu
ashiñatu [aSi=Natu] n. Ceibo. Familia:
papilionáceas. \ka putu; ashiñati
nakuna; árbol de ceibo.
asinu [asi=nu] v. Correr. \ka kallpana Ref:
idem Stark atawari asinu (Canción
sobre la gallina); anajicha
acha:asima; la gallina corre; corre
rápido.
atanu [a=tanu] v.Arrojar, tirar; \ka shitana
atari [a=tari] n. Murciélago. Lonchorhina
aurita. \ka tutapishku Ref: idem
Stark; atari itiama; las casas de los
murciélagos. Ref 1: Cuando
Tsitsano llegó a la casa de los murciélagos, le invitaron a que se
cuelgue de un palo, como ellos, y se
ponga a dormir. Cuando Tsitsano les
dijo que él no podía hacer eso, todos
comenzaron a reirse de él. Como no
pudo dormir, Tsitsano salió muy
temprano en busca del camino de
regreso a su casa. Ref 2: /kutseriri/
/kutse/ /kutse/: ese el ruido que hace
el murciélago. Según Cesáreo, este
es el ruido que hace el murciélago
cuando se ríe.
atawari [ata=wari] n. Gallina. \ka
atallpa. dn/ En la canción sobre
la gallina que se usa de ejemplo,
se repite el estribillo: “la gallina
corre, la galllina corre”, y esta
evoca la visita próxima de alguna persona o familiar; Ref: idem
atsaka
Stark; Peek: atáwari; Simson:
ataguarítiu; atawari asinu
(Canción sobre la gallina);
atawari iku La gallina corre;
huevo de gallina [Nota: Stark
sugiere un préstamo al kichwa.
Osculati (Osculati, 2000/1846,
232) señala: cackaracka-ituima.
Se ve claramente que en su caso
se trata de una onomatopeya.]
ati [ati=] adv. Allá. \ka chayman. Ref:
idem Stark y Simson; atijina
patawka; allá está el mono
[Nota: /-jina/ es un locativo]
atinu [ati=nu] v. Decir, hablar. \ka
nina Ref: Stark átsinu; paraja
atí: (tomado de Peek, Bosquejo,
línea 98); pana atija (idem. 64,
20); la abuela dijo; hablaremos.
atsaka [atsaka] n. Comida. \ka mikuna. Ref 1: “Muy especiales en
cuanto a sus comidas, a
zápara-español-kichwa
57
atsanu
menos de hallarse en extrema
necesidad, no comen, en la
mayor parte de los casos, las
carnes pesadas, tales como las
de tapir o pecarí y se limitan a
las aves, monos, ciervos,
pescado, etc. Arguyen que, de
modo principal, las carnes
más pesadas les hacen tan
pesados como los animales de
que proceden y les resta agilidad y presteza para la cacería.
(Simson, 165); Ref 1: idem
Stark; Simson: atsactsáca
(alimentos). iniaunu kwa
atsaka; pa:atsa; la comida
está lista; comamos [Nota:
Ver la formación del verbo
comer en la siguiente entrada.]
atsanu [atsa=nu] v. Comer. \ka
mikuna Ref: idem Stark;
Simson: chatsácua (en realidad sería el verbo conjugado:
come). napanitsa atsanu;
papatsa; taikwa kupanicha
atsaja;
ven
a
comer;
comamos; no quiero comer.
atso [a=tso] n. Garza. (ave grande
de color café y cuello largo)
58
awanaparaka
.Del orden de las ciconiiformes. \ka ipanlu.
atupama [atu=pama] n. Boca. \ka
shimi Ref: idem Simson;
Osculati: atuapama; kanatupama itinu; nosotros tenemos boca.
awanaparaka [awanapa=raka] n.
Leño (trozo de madera). \ka
kullu. dn/ Se refiere solo al leño
que sirve para prender el fuego
del fogón; kiriaitia awanaparaka;
leño grande [Nota: ver amaka]
awashi [a=waSi] n. Uña. \ka shillu.
Ref: idem Stark; Peek: washi.
zápara-español-kichwa
awashi
awashiñaja
[awaSi=Na?a]
n.
Pambil. Iriartea \ka taraputu.
awashutuka [awaSu=tuka]
n.
Palmito, Chamaedorea \ka
yuyu.
awiriaku [awi=riaku] n. Guineo.
familia: musáceas [ \ka kiña]
awiruka [awi=ruka] n. Escarabajo,
catzo. Orden: coleoptera. \ka
shuntu. [Nota: ver shikuka]
awkunu [a=wkunu] v. Andar, caminar. \ka purina Ref: idem Stark
chawkuma itiamuka; camina
a la casa.
awnejawnu [awne=?awnu] v.
Fumar \ka kushnina. Ref:
Stark: áwmijawnu. [Nota: ver
awneka]
awneka [a=wneka] n. Tabaco. nicotiana tabacum. \ka masu. Ref
1: Simson: jaunéca Ref 2: “El
tabaco es... el supremo remedio para casi todos los males y
se lo bebe en grandes cantidades después de mojarlo con
agua.” (Simson; p. 166);
auneka amaka; sapara auneka; mirakucha auneka planta de tabaco; tabaco de la
selva; cigarrillo. [Nota 1:
/mirákucha/ significa extranjero] [Nota 2: El tabaco era
ayame
elemento usado dentro de las
ceremonias del shimano más
que un producto de consumo
cotidiano pero ahora hace
parte de los artículos de la ciudad bajo la forma de cigarrillos. Estos son tan cotizados
por hombres como por
mujeres. El agua de tabaco
tiene también varios usos
entre los záparas, uno de ellos
es de dotar de mayor precisión
a los cazadores]
ayame [ayame] n. Lagartija
(especie comestible). Anolis.
\ka ayambi. Ref 1: Stark: jáyama (señala posible préstamo al
kichwa). Ref 2: Hay una canción zápara que habla sobre la
lagartija y cuyo estribillo se
presenta a continuación como
ejemplo; ayame nukataweka;
la lagartija se está lamiendo.
aymukuraki [aymuku=raki] n. Tres.
(numeral). \ka kimsa. Ref: idem
zápara-español-kichwa
59
aymukuraki
Stark; Peeke: aímúkuma; Alfred
Simon: aimucuraqué. dn/ Los
záparas, cuentan los ancianos,
tenían un sistema para contar los
días que faltaban para el regreso
de los cazadores. Ataban cinco
nudos en una fibra que colgaba
de alguna parte de la casa y la
mujer del cazador, cada día que
pasaba, desataba uno de los
nudos. Cuando quedaban tres
nudos, o tres días, la mujer se
ponía a preparar la chicha.
Cuando quedaban dos nudos, se
pintaba y preparaba para recibir
a su marido. El último día, salía
con su familia a dar el encuentro
al marido, cargada de vasijas
llenas de chicha. Solo al siguiente día de la llegada, cuando
ya no quedaban más nudos, se
abrían las vasijas donde estaba
la buena chicha y se invitaba a
toda la comunidad a beber y
comer.; aimukuraki kanaja
60
aytinu
tres dedos [Nota: Confirmado
Cesáreo y Ana María. Juan Cruz
y Sasiko dudan pero la aceptan
como posible. Sin embargo, hay
que observar la simulitud con
Stark]
ayñunu [ayNunu] v. Llorar. \ka
wakana. Ref: Osculati: ainuno;
kwayñuku, taikwa chayñunu;
estoy llorando; no llores.
ayshawka [a=ySawka] n.; Leña. \ka
yanda. Ref: idem Stark; Simson:
aíshócua [Nota: ver amaka;
awanaparaka]
aytinu [aytinu] v. Aprender. \ka
yachana. Ref: idem Stark;
chanuaka:ayti; kuaitika:nuka;
chaja:ayti; niño ayti; kawiriaja panaytijianuka; aprende; yo
aprendo, tú aprendes; él aprende;
todos nosotros aprendemos.
zápara-español-kichwa
cha
chiripaka
C - c
cha [ts+a=] 2PS. Tú. (Segunda persona
del singular). \ka kan. Ref: idem
Stark, Peek y Simson; chaja
ikicha zapara; tú eres zápara.
chamarekaw [ts+ama=rekaw] n.
Vasija, pilche \ka machimanka.
dn/ Es la vasija en la que se
toma generalmente la chicha.
chiripaka [ts+iri=paka] n. Papaya. \ka
papaya. Ref: idem Peek; taykwa
ko mino koraka chiripaka ira;
no tengo dinero para la papaya
(tomado de Peek, 130) [Nota:
En el ejemplo que se ha tomado
de Peek, la palabra /koraka/ significa dinero, sin embargo
ninguno de los informantes ha
señalado la existencia de esta
palabra en zápara.]
zápara-español-kichwa
61
ichaka
ichawka
I - i
ichaka [i=ts+aka] adj. Dulce. \ka mish-
ki Ref: Stark: icháwkaka. [Nota:
no es aceptado por Sasiko quien
sugiere /paichamiaka/. Sin
embargo, hay coincidencia con
Stark. Ver entrada siguiente]
ichakwanaka [its+akwa=naka] n.
Caña de azúcar. \ka wiru.
ichanu [its+a=nu] v. Tener. \ka charina.
Ref: idem Stark; Osculati ickano;
chanaka anaykwi iricha kiria;
él tiene dolor de cabeza.
ichari [i=ts+ari] n. Diente. \ka kiru.
Ref: idem Stark; Peek: kwi
kyae:ri (mis dientes) [Nota: no
se ha encontrado forma correspondiente a muela]
división de los que no comen sal
y no están cristianizados; por
ello los desdeñan los otros que
son bautizados...” (Simson;
165); Ref 3: Los ancianos cuentan que antes de conocer la sal, y
de comprarla o intercambiarla con
otros productos tanto en Perú
como en comunidades kichwas,
los záparas usaban un pescado
(anguila) que, disecado dentro de
una hoja, servía para salar la comida.
ichawka [its+awka] n. Tucán.
Ramphastos cuvieri. \ka sikwanka.
Ref 1: idem Stark. “Para comunicarse unos con otros en la selva,
imitan por lo general el silbido del
tucán o de la perdiz”. (Simson;
165). Ref 2: La imitación de ruidos
de animales tiene normas estrictas
entre los cazadores záparas.
ichaw [i=ts+aw] n. Sal. \ka kachi Ref 1:
62
idem Strak; Simson: ichójua.
Ref 2: “...pertenecen a la gran
zápara-español-kichwa
ichawkwe
ichawkwe [i=ts+awkwe] n. Cáscara.
\ka kara Ref: Stark: icháwka;
Simson: puetsócue [Nota:
Sasiko y Juan Cruz dudan. Sin
embargo, hay coincidencia con
Stark. Ver entrada anterior.]
ikinia [iki=nia] n. Tía (hermana o
prima del padre o la madre). \ka
mikya. Ref: Stark: anúru.
ikininu [ikini=nu] v. Vomitar. \ka kuynana. [Nota: Para los záparas,
vomitar resta energía a los
cazadores. En otras culturas, el
vómito inducido tiene un significado purificador]
ikinu [iki=nu] v. Estar, ser. \ka kana.
Ref: Stark: solo lo reporta como
estar y no señala ninguna forma
para ser. Osculati: iquino kuinja
ikicha aní, kuinja ikicha
sapara; ikiwara tsitsano ati;
yo estoy aquí, yo soy zápara;
estaba Tsitsano ahí ( -wara, es
marca de pasado) [Nota: Como
en otras lenguas, no existe diferencia entre el verbo estar y ser]
iku [i=ku] n. Huevo. \ka lulun Ref:
idem Stark; Peek: atáwarí:ko
(ver ejempo); Simson: icúcua
(huevos); atawari iku; huevo de
gallina]
ikwanu [ikwa=nu] v. Ir. \ka rina. Ref:
idem Stark; papaikwama;
imatiña
taykwa ko panicha chata
ikwán(o)u; vamos nosotros; yo
no quiero ir contigo (Peek, 150)
[Nota: El primer ejemplo,
incluye a todos los presentes.
Hay una forma exlcusiva para la
primera persona del plural.
[Nota: ver kana y pa]
imakana [imaka=na] n. Escopeta.
Ref: Stark: irápa; idem Simson
\ka illapa. dn/ La escopeta ha
ido remplazando otras armas de
caza más tradicionales. Algunos
cazadores záparas rechazan el
uso contínuo o exclusivo de esta
arma pues consideran que el
ruido que estas hacen, aleja a los
animales de la selva.]
imatiña [ima=tiNa] n. Jaguar.
Panthera onca. \ka puma. Ref 1:
Stark: imatina (tigrillo); Peek:
ímatiNi; Simson: imatíni. Ref 2:
“La mayoría prefieren los de
dientes de tigres que llaman
imatini-aichara*
(imatiña
ichari), conservándolos y
luciéndolos como trofeo de sus
victorias con esos terribles animales”. (Osculati, 2000/1846,
139) (El autor se refiere a los
ornamentos que usaban los
záparas en su cuerpo). Ref 3:
Cuando Tsitsano llegó a la casa
zápara-español-kichwa
63
aiminichaw
de los tigres o jaguares, le invitaron a sentarse y le contaron
que tenían a un niño enfermo.
Tsitsano les dijo entonces que él
lo curaría. Empezó un simulacro
de ceremonia chamánica.
Tsitsano sabía que el niño había
comido algo con espinas y que
algunas se le habían clavado en
los labios, lo que le hacía sentirse enfermo. Con la boca retiró
las espinas de los labios del niño
y al poco rato este estaba
mamando el seno de su madre.
Como reconocimiento, los tigres
le dieron una lanza que era en
realidad un jaguar. La lanza que
le dieron tenía que permanecer
en la cabecera de su cama y solo
debía ser usada por él, de lo contrario la lanza regresaba a manos
de sus dueños originales. [Nota:
Existen otros relatos záparas en
los que se habla de este animal,
ver por ejemplo la historia de la
Luna y los planetas]
64
ipakaw
iminichaw [imi=nits+aw] n. pava noc-
turna. Orden: galliformes. \ka
muntiti
imiñinu [imi=Ninu] v. Pintar. \ka
jawina. [Nota: No hay acuerdo]
injia [i)?ia] n. Si, afirmación. \ka ari.
Ref: Simson: ingyá [Nota: hay
nasalidad en la primera vocal]
injiaku [i)?ia=ku] n. Pierna. \ka
chanka. Ref: Simson: íñacu
[Nota: Nótese que no se ha
encontrado entradas para:
muslo, tobillo o talón. La
primera vocal /i/ es nasal entre
ciertos informantes, especialmente Sasiko]]
injiraka [i&?i=raka] adj. Agrio. \ka
auru. [Nota: La primera vocal
es nasal]
inyanu [i&yanu] v. Poner. \ka churana; tss9anukwa inia kasuma;
pon aquí la chicha [Nota: nasalidad en la primera vocal.]
ipaka [i=paka] adj. Amargo. \ka jayak.
Ref: idem Stark]
ipakaw [ipaka=w] n. Tórtola. zenaida.
\ka puskuyu Ref: idem Peek;
ipakawka makáka; la tórtola está
llamando (tomado de Peek, 8)
irichanu [iri=ts+anu] n. Esposa. \ka
warmi. Ref: idem Stark;
zápara-español-kichwa
irikuja
kwirichanu ikiwara pukuika;
mi esposa estaba enferma.
irikuja [i{i=ku?a] n. Cadera.. \ka siki
tullu.
irimatu [i{imatu] n. Hermana (de un
hombre). \ka Pani. Ref: idem
Stark; kwirimatu; mi hermana
[Nota: hay varias entradas. Ver
kukuitio, kuananu y taukutsu]
irishipe [i{iSip´] n. y adj. Viejo,
anciano. \ka apayaya. Ref: Stark:
iríshika [Nota: /e/ final es muda]
irishipiukano [i{iSipiukano] n.
Antepasado. \ka sarunpacha.
iriyanu [i{i=yanu] n. Esposo, marido.
\ka kusa. Ref: idem Stark; Peek:
kwi ryáno (mi marido); Simson:
quiráno; kwi riyanu; mi esposo.
ishyauna [iSyauna] n. Floripondio.
(Planta arbustiva, de tronco
leñoso, hojas grandes, flores solitarias blancas, en forma de embudo, muy olorosas); brugmansia
arborea; \ka wantuk. dn/ Es la
planta alucinógena de los
záparas, por encima de la
ayawasca.
isika [i=sika] n.; Mono chichico.
Sanguinus
fuscicollis.
\ka
chichiku. dn/ Es el mono más
pequeño, tiene la cabeza redonda
y su cola no es prensil.
itawriawka
[itawriawka]
n.
Barbasco; tephrosia toxicofera.
\ka timun jampi. Ref: idem Stark.
itia
dn/ Veneno natural que se usa de
forma generalizada para asfixiar
a los peces dentro del agua. El
uso de esta planta con estos
fines es común en la región y no
es práctica exclusiva de los
záparas. [Nota: Para eliminar el
efecto del veneno, los hombres
orinan sobre su captura. (cf.
Taller)].
itia [i=tia] n. Casa. \ka wasi. Ref 1:
Stark: íta; Osculati: itia. Ref 2:
“Sus cabañas están hechas con
hojas de palma toquilla y
expuestas a toda interperie;
yacen todos juntos en desorden:
mujeres, hombres, niños, pollos,
monos, aves, etc.” (Osculati,
141). Ref 2: Las casas de los
záparas, contrario a lo que
señala Osculati, tienen el techo
de macana Geonoma sp.;
itiama; casas.
zápara-español-kichwa
65
itiumu
itiumu [i=tiumu] n. Mujer. \ka warmi.
Ref: Stark:ítumu; Peek: ityúmokwa; Simson: itiúmu; Osculati:
hitiuma (hembra)
iwama [i=wama] n. Hueco. \ka uktu.
Ref: Stark: íyawma [Nota: duda
de Sasiko y JC.]
iya [iya=] adj. y adv. Mucho. \ka ashka.
Ref: idem Stark y Peek; Simson:
mánunu; ía komá noká
anawkataká naw (iya kuma
nuka anawkataka naw) (Peek,
132); eso le duele mucho (iya =
mucho; kuma = fuerte; nuka =
eso; anawkata= doler; ka=
continuativo; naw= él).
iyari [i=yari] n. Puerco montés. Orden:
artiodactyla; familia: Tayassuidae;
\ka wangana. Ref: Peek: íyaeri,
Simson yári. dn/ Existe una canción
que habla sobre este animal cuyo
estribillo sirve a continuación de
ejemplo: iyaricha watiriri; los wanganas hacen watiriri (ruido que
hacen al estar cansados).
66
iñawkwa
iyauna [i=yauna] n. Ayahuasca, beju-
co alucinógeno. Banisteriopsis
caapi. \ka ayawaska. dn/ Su uso
es común también dentro de
otras culturas. Los ancianos
señalan al floripondio, como el
alucinógeno tradicionalmente
utilizado por los chamanes (shimano) záparas.; Ref: Stark:
íyawka [Nota: ver entrada siguiente]
iyawka [i=yawka] n. Soga. \ka waska.
dn/ Cuerda hecha de fibra de
chambira (Astrovaryum chambira), que sirve, entre otras cosas,
para tejer bolsos y hamacas.
[Nota: ver entrada anterior]
iñawja [iNaw?a] n. Achiote. Bixa
orellana. \ka manturu. Ref:
Stark: inája.
iñawja kawnu [iNaw?a kawnu] n.
Coral (serpiente venenosa).
oxyrhopus petole \ka manturu
machakuy. dn/ Literalmente serpiente achiote. [Nota: ver los
términos por separado]
iñawkwa [i=Nawkwa] n. Pie. \ka
chaki. Ref: Stark: ináwku; Peek:
kwi nyiwkwa (mi pie); Simson:
iñocuá.
zápara-español-kichwa
kaishunu
kashi
K - k
kaishunu [kaiSunu] v. Bañarse. \ka kana [ka=na] n. Dedo. \ka ruka. Ref:
armana. Ref: Stark: káshunu;
paikwama kaishuka kiramuja; vamos a bañarnos al río.
kajicha [ka?i=ts+a] n. Hacha. \ka tumi.
Ref: idem Simson. Existe una
canción zápara que habla sobre
el hacha y cuyo estribillo sirve
de ejemplo: kajicha munawaka.
kajin [kaji)] n. Oso perezoso de dos
garras; Choloepus hoffmanni;
\ka intillama. dn/ Es una especie
comestible [Nota: Hay nasalidad en la última vocal]
kakeka [ka=keka] n. y adj. Negro.
(Color). \ka yana 1. ya kakeka
2. kakeka tawku; 1. muy negro
2. hombre negro
kamitaka [kami=taka] n. Ardilla.
Sciurus granatensis; \ka waywashi
kana [kana=] pron. pers. 1° pers. pl.
Nosotros; de nosotros (exclusivo). \ka ñukanchi. Ref: idem
Stark. kana ikicha sapara;
nosotros somos záparas [Nota:
Ver inclusivo /pa/]
Stark lo señala como dedo del
pie frente a kánasu, dedo de la
mano; Simson: cansúa (dedos).
kanowa [ka=nowa] n. Canoa. \ka
kanwa. Ref: Stark: ka.núwa
[Nota 1: Se trata sin duda de un
préstamo]. [Nota 2: La palabra
canoa, en castellano, proviene
del taíno, de la familia lingüística arawako. Estos indígenas
estaban asentados en lo que es actualmente República Dominicana,
Cuba y Puerto Rico, antes de la
Conquista española.]
kapishu [ka=pishu] n. Capibara.
Hydrochaeris hydrochaeris. \ka
kapiwara.
karika [ka=rika] n. Venus, lucero. \ka
kuyllur. dn/ Los informantes se
refieren a una estrella más luminosa que las otras. Puede ser el
nombre específico que se le da a
Venus. [Nota: Venus es el
segundo planeta sobre el sistema
solar y el más cercano al planeta
Tierra].
zápara-español-kichwa
67
kashikwa
kashi [ka=Si] n. Pecarí. Tayassu
pecari; \ka lumukuchi. Ref: idem
Simson. [Nota: ver iyari]
kashikwa [kaSi+kwa] n. Luna. \ka
killa. Ref: idem Stark; Simson:
cashícua. [Nota: Los záparas
tienen una leyenda que habla
sobre la creación de la luna y las
estrellas y que se incluye al final
del documento]
kashiricha [kaSi=rits9a] n. Ratón marsupial; Caenolestes fuliginosus.
\ka ukucha
kasuma [kasuma] n. Chicha. \ka
asuwa. dn/ Bebida fermentada
hecha generalmente a base de
yuca masticada. Antes de adoptar esta bebida de yuca de los
kichwas, los záparas bebían
chicha de palmito o de ungurahua (jessenia bataua), según
relato de Sasiko. Ref: idem Stark
y Simson; panaratuka kasuma;
kasuma kuratuku; nosotros
vamos a tomar chicha; estoy
tomando chicha.
katawnu [kata=wnu] v. Quemar. \ka
rupachina Ref: idem Stark;
kaushima katetanu; la olla
está quemada.
katinu [kaati=nu] v. Nacer. \ka pakarina. Ref: idem Stark [Nota: la
doble
vocal
indica
un
68
alargamiento del sonido]
kawku
katsaka [ka=tsaka] pron. interrog.
Qué. \ka ima. dn/ No se ha
encontrado su uso como
pronombre relativo; /katsaka/
/irichanaw
iricha
kwi/
(Historia de Tsitsano, transcripción 3 casete 2A) esposa =
irichanu hacer - CON 1PSG.
COM (ver Peek Texto narrativo,
línea 60)
katsapija
[katsa=pi?a]
n.
Champiñón; Hongo. \ka ala.
Ref: Stark: úmuru. [Nota: ver
umuru]
katsawiña [katsa=wiNa] n. Pava. \ka
pawa. Ref: Stark: katsawína;
Peek: katsaúhwiña; Simson:
catsagüíña.
kawiria [kawiria] adj. y pron. Todo.
\ka tukuy [Nota: ver entrada
siguiente]
kawiriajarapaka [kawiri?arapaka] n.
Planeta Tierra (kawiria(ja) = todo;
rapaka = tierra). \ka kaypacha. dn/
Literalmente quiere decir toda la
tierra. [Nota: ver términos por
separado]
kawku [kawku] n. Tucán o pilí. \ka
kuyllin. dn/ “Esta ave tiene talla
media. El borde del pico lleva
un juego de verdaderos serruchos. Durante el día emiten gri-
zápara-español-kichwa
kawkwaka
tos monosilábicos “pi-li-pi-li-pili”. Viven en pequeñas bandadas
haciendo acrobacias sobre las
copas de las palmeras denominadas pambiles”. (Patzelt, 1989,
p.168)
kawkwaka [ka=wkwaka] n. Espina.
\ka kasha Ref: Stark: káwkaka;
Simson: ijóto; kwachicha
kaukwakajiña;
pisé
una
espina.
kawnu [kawnu] n. Serpiente (genérico). \ka machakuy. dn/ Ref: idem
Stark; Peek: kaúno; Simson:
cóno]
kawruruka [kawru=ruka] n. Mono
volador.
(otros
nombres
comunes: parahuaque, parahuaco, mono saki;. Pithecia
monachus. \ka sipuru.
kawshima [kawSima] n. Vasija. \ka
manka. Ref: Stark lo define como
olla; Simson cóushima; ani:
ikicha Tsitsano kawshimajinia
(Historia de Tsitsano, trancripción 2, línea 12, Los hombres
que comían escrementos); ahí
estaba (?) Tsitsano con la vasija.
kawsicha [ka=wsits+a] adj. Feo. \ka
jiritsa; kawshanu kichaka;
mashikukwa kawsicha se ve
muy feo; flaco feo.
kayapue
kayapue [ka=yapuE] n. Gente, personas.
\ka runakuna; /tana/ /cauchero/
/kayapue/ /kayapue/ /takuruatana/
/cauchero/ /kayapue/ /kayapue/
/kayapue/ (c.f. Canción sobre los
caucheros); esta canción trata sobre un
cauchero kichwa que atrae mucho a
las mujeres. [Nota: el auge del caucho,
fenómeno que marcó a toda la
Amazonia entre los últimos años del
siglo XIX y los 20 primeros años del
siglo XX llevó muchos colonos mestizos a tierras záparas y con ellos, con sus
exigencias y maltratos, el inicio del
exterminio de muchos pueblos, entre
ellos los záparas que desde entonces, y
por el lapso de unos 20 años, se vieron
reducidos casi hasta su total desaparición. Parte de esta historia está viva en
la mente de los ancianos, que la oyeron
a su vez de sus padres y abuelos y la
cual perdura bajo la forma de esta canción. [Nota: ver historia]
zápara-español-kichwa
69
kaychu
kaychu [kayts+u] n. Cuñada. (her-
mana de un cónyuge respecto
del otro cónyuge). \ka kachun.
[Nota: Hay demasiada coincidencia entre la forma kichwa y
zápara, puede tratarse de un
préstamo]
kayriruana [kayriruana] n. Miel.
\ka mishki; paytsamiaka
kayriruana; la miel es dulce.
kiawka [kiawka] n. mono volador,
(llamado también parahuaque o
mono saki). Pithecia monachus.
\ka parisa.
kiraitia [kira=i=tia] adj. grande. \ka
jatun. Ref: Simson: queráitio;
kiraitia murichaja; río grande.
kiramu [ki=ramu] n. Río, (es el
antiguo nombre zápara del río
Conambo). \ka mayu; kiryaitia
kiramu; río grande [Nota: ver
muricha, que también quiere
decir agua.]
kitiaja [ki=tia?a] n. Senos, (mama, en
la mujer). \ka chuchu. [Nota: El
singular, seno = kitiaka. Ver nota
ajapaka]
ku / kwi [ku/kwi] 1 PS. Yo; \ka
ñukapa. Ref: idem Stark; kukumanu; kwirichanu; mi padre;
mi esposa. [Nota: La lengua
zápara es una lengua aglutinante, afijos se yuxtaponen a
70
kumakuka
una raíz para expresar relaciones
sintácticas, tal y como sucede en
kichwa. Los ejemplos ilustran
claramente lo dicho. En el
segundo ejemplo el morfema
sufre un ligero cambio /kwi/,
esto sucede siempre que la
primera vocal del otro morfema,
es /i/]
ku / kwi [ku/kwi] pron. pos. 1PS.
Mi. \ ka ñukapa. Ref: idem Stark
kukumanu; kwirichanu mi
padre; mi esposa [Nota: La
diferencia la establece el
entorno fónico. Ver entrada
anterior]
kumaja [ku=ma?a] n. Yerno. \ka
masha]
kumakuka [kuma=kuka] n. Larva de
catzo (gusano comestible).
Rynchophorus palmarum. \ka
tuku. Ref 1: idem Stark; Ref 2:
“En ese lugar me fue ofrecido
un gran puñado de gruesos
gusanos o larvas asadas, que se
encuentran en la médula de las
palmeras...”
(Osculati,
2000/1846, p. 141); amarija
kumakuka; gusano de chonta.
[Nota: esta larva se la encuentra por
lo general en los troncos de chontas
y por su sabor son muy apreciados
zápara-español-kichwa
kumanu
tanto por los záparas como por
otros grupos. Ver matsakaw]
kumanu [kumanu] n. Padre. \ka
yaya. Ref: idem Stark y Peek;
Simon: cúmanu; /taikwa/
natiño/ /kukumano / /nishiawnu/; no (ati = allá) mi padre
+ conversar.
kumiaricha [kumia=rits+a] adj.
Pequeño. \ka ichilla. Ref: Stark:
nícha.]
kurama [kura=ma] n. Brazo. \ka
rikra. Ref: idem Stark; Peek: ku
kurámasu (mi mano); Simson:
ichiosú (mano), curamáso
(brazo); kuramaja ajiña ajapaka tsarikwi; amashañikijia
ikicha kukuramaja; la avispa me
picó en el brazo; tengo dos brazos
[Nota: No se ha encontrado formas para codo, hombro o muñeca.
Ver: kuramajakiatsauke]
kuramajakiatsaukwe
[kurama?akiatsaukwe]
n.
Camisa. \ka kushma. [Nota: Ver
kuramaja: brazo. Ver ijiakiatsauke]
kuriana [kuri=ana] adj. y n.
Enamorado, novio. \ka ashi. Ref
1: Simson: míscuashuano. Ref
2: “El cortejo a las mujeres se
hace a veces en una forma novelesca. El enamorado que quiere
contraer matrimonio va de cace-
kutaweka
ría a las selvas. A su regreso,
arroja el producto de la caza a
los pies de su elegida y, de
inmediato, leña suficiente para
cocinar la misma. Si la morena
doncella se levanta y se ocupa
de cocinar la cacería obtenida
por él -solo en raras ocasiones
rechazan insinuaciones de esta
naturaleza-, puede considerarse
el hombre como novio aceptado... Pero, si la joven doncella o
la madura matrona, según el
caso, desdeña el ofrecimiento
del cazador, puede éste encontrar consuelo en otra Zápara*
(idem) caritativa que puede
avanzar y tomar a su cargo los
deberes culinarios y otros concomitantes.” (Simson, p. 169);.
kuriana ikicha ikuanaku; mi
novio fue a la selva.
kuruka [ku=ruka] n. Puño. \ka sakmatsu.
[Nota: El plural sería: kuruja =
puños. Ver nota de: ajerawka
para más información sobre la
construcción del plural.]
kusupiawka [kusupiawka] n.
Insecto
palito.
Familia:
Phasmidae. \ka manchu.
kutaweka [kuta=weka] n. Persona
no aceptada. \ka millaruna. dn/
Así como no existe el concepto
zápara-español-kichwa
71
kwanajukwa
de amigo, tampoco existe aquel
de enemigo, esta es la palabra
que más se acerca a dicha idea.
kwanajukwa [kwana=?ukwa] n.
Hormiga
(genérico);
\ka
añanku. Ref: Strak: kawnúnaka,
Peek: kwanáhunu.
kwanu [kwa=nu] n. Madre; \ka
mama. Ref: Stark: ánu; Peek:
kwáno; Simson: mamajá;
kwano ariawku; el perro de mi
madre (Tomado de Peek, p. 17)
[Nota: Según Peek, de quien se
toma el ejemplo, “en los sintagmas nominales de pertenencia,
el orden de los elementos es:
posesor-poseido”]
kwate [kwate] n. Machín de cara
blanca (primate). Llamado también capuchino de cara blanca o
mico. Cebus albifrons. \ka
machin.
kwaticha [kwatis+a] n. Hamaca. \ka
amanka. Ref: “Hamacas, sacos
para recoger la caza y las llanchamas, una especie de frazada
hecha de la corteza interior o
72
kwiñu
líber de un árbol, son sus únicas
manufacturas” (Simson, 1993 /
1886, p. 172); chanima, chanima Tsitsano anicha, aní
kwatichají Tsitsano; kwaticha
kiniana tsauta; ven, ven
Tsitsano aquí, aquí, a esta
hamaca Tsitsano.
kwatupama [kwatupama]
n.
Palabra \ka shimi. kwatupama
sapara; palabra zápara. [Nota:
Este ejemplo, que sirve de título
al libro, quiere decir literalmente: de la boca zápara.]
kwitu [kwi=tu] n. Hermana, (entre
hermanas). \ka ñaña. Ref: idem
Stark;
Peek:
kwiriumátu;
Simson: cuíña; /katsakatiaku/
/kukwitu/ /i(r)iaka/ /iriaka/
(cf. Historia de la boa).
kwiñu [kwi=Nu] n. Hermano, (entre
hermanos varones). \ka wawki.
Ref: Strak: kwínu; Peek:
kwananu; Simson: cuánana;
kukwiñu ikicha pukwika; mi
hermano está enfermo.
zápara-español-kichwa
majaka
masaraka
M - m
majaka [ma?aka] adj. Crudo, da. \ka
chawa. atsaka ikicha majakaja;
la comida está cruda.
majanu [ma=?anu] v. Cortar. \ka pitina. Ref: idem Stark. paikwama
majaka nakuna; vamos a cortar un árbol.
majichareka [ma?its+areka] adj.
Cocinado, da. \ka yanushka;
atsaka ikicha majicharekaja;
la comida está cocinada.
majinu [ma?i=nu] v. Cocinar. Ref:
idem Stark. \ka yanuna.
makwinu [makwi=nu] v. Soñar,
dormir. \ka muskuna, puñuna.
Ref: Stark: makwínu. dn/ Soñar
y dormir son términos idénticos.
Los sueños, constituyen parte
fundamental de la vida de los
záparas. En función de ellos se
realizan o se dejan de realizar
muchas actividades cotidianas.
Así, por ejemplo, si antes de un
día de caza los hombres sueñan
en muchos animales, eso significará una buena cacería. Si, por
el contrario, se sueña con alimañas u otros animales peligrosos, lo más probable es que
la jornada de casería se suspenda. (cf. Diagnóstico); ¿chati
makija itiumuka?; nuka
amaanu nukwa makinu,
Tsitsano makinu; ¿soñaste con
una mujer? [Nota: La partícula
/-ti/ es marca interrogativa]
manaku [ma=naku] n. Quijada. \ka
kiras. Ref: idem Stark.
manari [mana=ri] n. Lagarto, caimán
Paleosuchus trigonatus. \ka
lagartu. Ref: idem Stark. [Nota:
Es el nombre zápara de Bartolo
Ushigua, presidente de los
záparas. También fue el nombre
del padre de Bartolo, Blas
Manari Ushigua, el último
chamán zápara muerto en 1997
en Llanchamacocha.]
maraka [-ma=raka] n. Víceras, tripas.
\ka chunchulli Ref: idem Stark,
Peek y Simson.
marawnu [ma=rawnu] v . Amarrar,
atar. \ka watana. Ref: idem
Stark.
masaraka [masa=raka] n. Rémora
(pez). Hypostomus. \ka shiw. dn/
Es el nombre de una de las
comunidades záparas. Hasta
2001, esta comunidad llevaba el
zápara-español-kichwa
73
masawku
nombre de Masaramu, que no es
más que la adaptación al kichwa
de la palabra zápara, y además
con una grafía del castellano.
Recordamos aquí que el fonema
/z/, que además se encuentra al
escrito en castellano en palabras
como zapato, caza y otras, se
pronuncia, en Ecuador, /s/.
masawku [masawku] n. Hormigas
arrieras o cortadoras de hojas.
Atta sp. \ka tinkas. Ref: Stark lo
reporta como conga.
mashaka [ma=Saka] n. Cuñado (hermano de un cónyuge respecto al
otro cónyuge). \ka masha [Nota:
Debe tratarse de un préstamo del
kichwa.]
mashianu [maSianu] n. Huérfano.
\ka wakcha. Ref: Peek:
mashicha. [Nota: hay contradicción con viudo]
mashianu [mashyanu] n. Viudo. \ka
wakcha kari. Ref: Stark:
mashíyaka [Nota: Sasiko sugiere/nirichanu pukinu/ de donde:
/iricahnu/ = esposa; /pukinu/
morir o muerta]
mashicha [maSi=ts+a] n. Viuda. \ka
wakcha warmi. Ref: Stark:
máshichawka. Peek lo define
como huérfano. [Nota: ver
mashiatona. Sasiko sugiere
74
matsakaw
/nirianu pukinu/. En este caso
/irianu/ es marido y /pukinu/
morir o muerto]
mashinu [maSi=nu] v. Esconder. \ka
mitikuna. Ref: idem Stark; naw
mashicha; el se esconde (ejemplo tomado de Peek, p.129) (en
nuestro caso debería ser nuka
masicha, de acuerdo a la forma
del pronombre personal 3PS.
Recordamos que esta forma corresponde a la que registra
Stark).
masiku [masi=ku] adj. Flaco. \ka irki.
Ref: idem Stark; Simson: másecu (delgado); kwinja ikicha
masikuka; yo soy flaco o yo
estoy flaco.
matsakaw [matsakaw] n. Trompetero
(ave). Psophia crepitans. \ka
yami. Ref 1: Peek: matsáko. Ref
2: “Estas aves tienen una asombrosa capacidad para acostumbrarse a vivir en cautiverio y se
convierten en inmejorables
cuidadores de gallinas, patos y
otras aves domésticas. Sin
embargo, no se reproduce en
cautiverio. Su carne es muy
sabrosa y por esto son perseguidos.” (Patzelt, 1989, p.129. Ref
3: Tsitsano llegó donde los
trompeteros, seres que comían
zápara-español-kichwa
matsimaka
lombrices. Apenas lo recibieron,
le dieron una hamaca para que
descanse y le entregaron a una
mujer. El padre de la chica les
dijo a los dos que vayan a coger
un guatín (pariente de la guatusa), que se lo encuentra dentro
de los troncos de las chontas
podridas. Cuando encontraron
un palo de chonta caído, la
muchacha dijo a Tsitsano que se
coloque en uno de sus extremos
mientras ella metía un palo por
el otro extremo para hacer salir
al guatín. Mientras la mujer
hacía esto, por los dedos de
Tsitsano se escapaban cientos de
larvas. La mujer le dijo que no
dejara escapar a ninguna. En un
momento dado, ambos cambiaron de lugar y la mujer
comenzó a morder la cabeza de
todas las larvas y a dejar de lado
los cuerpos; cuando ya habían
recogido bastantes larvas, las
llevaron a casa envueltas en una
hoja. Cuando la mujer enseñó la
captura a su padre, este le dijo
que se ponga a cocinarlas para
dar de comer a Tsitsano, ella
obedeció pero cuando las larvas
estaban listas, Tsitsano les dijo
que él no comía eso.
muija
matsimaka [matsi=maka] n. Gusano
del cacao (comestible). \ka kila
kuru.
mawku [ma=wku] n. Canilla. \ka
pinkullu. Ref: Stark lo reporta
como un tipo de flautín. La
similitud en la forma puede
explicar estas diferencias o
similitudes del significado.
[Nota: observar la similitud del
significado en kichwa]
mañiñu [maNiNu] n. Soltero. \ka
warmillak.
miarawka [mia=rawka] n. Mono
nocturno. Aotus vociferans. \ka
tutashillu. dn/ También llamado
tutamono.
mirakucha
[mira=kuts+a]
n.;
Extranjero. \ka wirakucha. Ref:
Stark: mwirákucha (Esta autora
también sugiere un présamo del
kichwa) dn/ Se usa solamente
para las personas de tez blanca.
mirakucha masikuka; extranjero flaco. [Nota: por la similitud, puede tratarse de un préstamo y adaptación del kichwa]
muija [mu=i=?a] n. Yuca (mandioca).
manihot esculenta. \ka lumu.
Ref: Simson: múe; kumicha
muija aminiakaja; yo tengo
yuca en la chacra. [Nota: la
zápara-español-kichwa
75
mukushiña
yuca es uno de los alimentos
principales de los záparas como
de casi todas la culturas que
viven en territorio amazónico]
mukushiña
[mukuSi=Na]
n.
Chambira (árbol). \ka chanpiraruyak. Ref: Stark: múkushika. [Nota: ver nachichako,
nauku tujuka]
mukutsawa [mukutsawa]
n.
Oropéndola.
Gymnostinops
76
yuracares. \ka manku.
murujanu
muraka [mu=raka] n. Armadillo.
Dasypus novemcinctus. \ka
kachikanpu
muricha [mu=rits+a] n. Agua, río. \ka
yaku Ref: Stark: muríka; idem
Simson; /noareja/ muríchaja/
(Historia de la lombriz, línea 1.)
murujanu [muru=?anu] n. Abeja
(especie que no pica). \ka putan.
Ref: Stark: murujánuka.
zápara-español-kichwa
nachichako
nakiterutsa
N - n
nachichako
[nats+its+ako]
n.
Chambira. (fibra). Astrocaryum
chambira. \ka chambira. Ref 1:
Stark : náchichaku (árbol);
múkushika (fruto). Ref 2: “De la
palma chambira los Záparos
extraen una especie de fibra
incorruptible en el agua, con la
cual tejen redes y hamacas,
hilándola como se hace con el
lino.” (Osculati, 2000/1846,
p.137) [Nota: Ver nauku tujuka]
naja [na=ja] n. Anguila eléctrica.
Electrophurus elctricus. \ka
ankila. dn/ Cuando hay abundante pez en alguna parte del
río, se cree que hay una anguila
pues, dicen los záparas, ésta los
atrae.
najua [na=?ua] n. Flauta. \ka ulawatu
Ref 1: Stark: kasúwanu (“hecha
de bambú, con tres huecos. Se
toca soplando al lado del instrumento”). Ref 2: “En sus bailes
se sirven de pequeñas flautas de
hueso, conocidas como huallacu
(idem) y además tienen un silbato, también de hueso, que lo lla-
man piñutatza, porque imita el
grito de ciertos pequeños
monos”, (Osculati, p.140).
najuka [na=?uka] n. Nariz. \ka sinka.
Ref: idem Stark; Peek: náhukwa
(/h/ corresponde a /j/, en nuestro caso); Simson: najucua;
kiraitia kunajuka ikicha; mi
nariz es grande.
nakiteruka [nakiteru=ka] n. Hoazín.
Opisthocomus hoazin. \ka shanshu.
nakiterutsa
[nakiterutsa]
n.
Laguna. \ka kucha. Ref: Stark:
únija. dn/ Las lagunas se forman, según los záparas, por las
peleas que mantenían algunos
espíritus (ver tsamaru) o en su
defecto, son huecos hechos por
grandes boas que luego se
llenaron de agua (ver saweraw).
Cuentan los ancianos que a
veces, en las lagunas, se levantan grandes olas luego de lo cual
salen hermosas mujeres que
conquistan a los cazadores, se
los llevan con ellas hacia la ciudad que está en el fondo. A
quien esto ocurrre, se vuelve
inmortal, aunque nunca regrese
zápara-español-kichwa
77
naku
a la superficie. “El agua que
nosotros vemos, son las nubes
de esa ciudad” (Sasiko). [Nota:
Cesáreo no lo confirma y propone: /tarishinu/]
naku [na0ku] n. Selva. (es el nombre
genérico). \ka sacha. Ref: idem
Stark y Simson [Nota: ver
sapara]
nakuna [na=kuna] n. Árbol o planta
(genérico). \ka ruya. Ref: idem
Stark; Simson: nacúna; Osculati
nacku (bosque); pujiawka
nakuna, awneka nakuna;
árbol de plátano, planta de
tabaco [Nota: Ver naku = selva]
nami [na=mi] n. Ojo. \ka ñawi Ref:
idem Stark; Peek: ku námihya
(mi ojo); Simson: namíjia
(ojos). Ref: Cuentan los
ancianos que hubo un tiempo en
el que un grupo de cazadores,
mientras descanzaba a las orillas
de un río, se vio sorprendido por
un espíritu que terminó por
arrancarles los ojos y los colgó
de varios árboles. Finalmente,
otro cazador que circulaba por
ahí, los descolgó y los quemó en
una fogata. Solo entonces los
cuerpos de los cazadores
pudieron descansar. Ese río se
conoce con el nombre de nami78
namijamu
jamu que literalmente quiere
decir ojo que cuelga (ver entrada
siguiente para mayor información sobre este relato); ku
namija; amashañikijia ikicha
kukunamija; mi ojo; yo tengo
dos ojos (-ja marca, en los dos
casos, énfasis; -ku es en este
caso marca de plural) [Nota:
Ver namijamu.]
namijamu [nami?amu] n. Lágrima
(lo que cae del ojo). \ka wiki.
Ref: Existe un río que lleva el
nombre de namijamu. La historia del origen de este nombre fue
relatada por Juan Cruz. Un
grupo de cazadores salió en
busca de presas a la selva.
Cuando cayó la noche uno de
ellos fue en busca de hojas y
leña. Cuando estaba dedicado a
su tarea, oyó una voz que repetía
namishukwa, namishukwa y
regresó asustado a contar lo
ocurrido a sus compañeros.
Nadie le creyó y todos terminaron por acostarse y quedarse
dormidos, menos aquel que
había oído la voz en el bosque.
Pasada la medianoche, un
espíritu apareció. Cuando el
hombre
que
permanecía
despierto quiso despertar a sus
zápara-español-kichwa
naminutwinjia
compañeros, no lo logró, apesar,
incluso, de haber usado un palo
incandescente. El espíritu,
entonces, arrancó los ojos de las
órbitas a todos los que dormían
y les dijo que a la mañana siguiente debían ir por el río repitiendo namijamu kana, namijamu kana. Así, al día siguiente,
cada uno de los hombres sin
ojos se ubicó en la cabecera de
un río y se puso a pescar. Junto a
ellos se encontraban sus ojos,
colgados de un árbol. Mientras
tanto, el hombre que no había
dormido fue a contar lo sucedido a los otros miembros de su
grupo. Mientras eso ocurría, un
hombre que bajaba solo del
monte encontró los ojos colgados de los árboles y los fue
tirando al fuego, cuando esto
ocurría, el cuerpo de los hombres que pescaban en el río caían
sin vida. Según Juan Cruz el río
donde se desarrolla esta historia
es un tributario del río Morete,
éste del Conambo y queda muy
cerca de Jandiayacu. [Nota: Ver
nami]
naminutwinjia [naminutwin?ia] n.
Loro shapul. Deroptyus accip-
naricha
itrinus. \ka uritu. Ref. “Este loro
se caracteriza por las plumas
eréctiles y largas que tiene por
detrás del cuello. Cuando las
eleva, forman como una corona
de color violeta y purpúreo con
bordes azules alrededor de la
cabeza” (Patzelt, 1989, p. 136)
[Nota: ¿Puede descomponerse?]
namiriajuka [namiri=a=?uka] n.
Chacra (huerta). \ka chakra;
papa namiriajunka; vamos ha
hacer una chacra. [Nota: hay
otra entrada aminiaka]
nanaka [na=naka] n. Sangre. \ka
yawar. Ref: idem Stark y
Simson; nuka nánaka; mi sangre.
naricha [na=rits+a] n. Estrella. \ka
kuyllur. dn/ Se trata en este caso
de una estrella, astro dotado de
luz propia, observable bajo el
aspecto de un punto luminoso y
titilante, y no de un planeta. (Ver
káreka); Ref: “Tienen los
Záparas distintas denominaciones en su idioma para las
diferentes estrellas, pero no
pude descubrir en qué consiste
la distinción que hacen de ellas;
solo sé decir que no consiste en
la mera clasificación de estrellas
zápara-español-kichwa
79
narika
fijas y planetas”. (Simson;
1993/1886, p. 172-173) [Nota:
ver kareka]
narika [na=rika] n. Soltera. \ka karillak.
Ref: Stark: naríkaka. kukuniatu
narikaja; mi hija soltera.
naruka [naruka] n. Piedra. \ka rumi.
Ref: idem Strak
natuka [na=tuka] n. Rojo. \ka puka.
Ref: idem Stark y Simson.
naw / no [naw / no] PP. 3PS. Él y
ella (Tercera persona del singular). \ka pay. Ref: Strak: nuka;
idem Peek; Simson: no; nawja
ikicha akamenu Llanchamaja;
naw ikicha sapara; él es el akameno de Llanchama (la partícula /-ja/ es para enfatizar); él es
zápara. [Nota: La diferencia la
marca el contexto fónico. Antes
de las vocales /a/, /i/, se emplea
la segunda forma.]
nawkutujuka [nawkutu?uka] n.
Chambira. (árbol). Astrocaryum
chambira. /ka. chambira [Nota:
ver nachichako, mukushiña]
nawkwanu [nawkwanu] v . Robar.
\ka shuwana. papanawkwa
atawari; chanukwa nawkwakwa; vamos a robar una gallina;
vaya a robar.
80
nianu
neika [neika] n. y adj. Azul. \ka
ankas [Nota: hay dudas de varios informantes]
nema [ne=ma] n. Piraña. serrasalmus
spp. \ka paña [Nota: Hay otra
entrada. Ver: tuaru muricha]
netaw [netaw] n. Escoba. Ref: \ka
pichana Stark: nitáwtaka.
newa [ne=wa] n. Perdiz. \ka yutu. Ref:
Peek: né:hwa; Simson: neguá.
nianu [nianu] n. Hijo, niño. \ka
churi, wawa. Ref: Stark: niyánu;
Peek: ku niyaeno (mi hijo);
Simson: niano; kunianu; chanianu; nianu kuratukwa
Tsitsano; mi hijo; tu hijo.
[Nota: nianu, es hijo; niatu es
hija. Esto nos lleva a afirmar
que la sufijo /-nu/ es marca masculina y el sufijo /-tu/ es marca
femenina. Coincidimos en esto
con las anotaciones de Stark.
zápara-español-kichwa
niata
Otro ejemplo es mashyatu,
huérfana y mashyanu, huérfano]
niata [niata] n. Pueblo. \ka llakta.
kuniata; mi pueblo.
niatu [niatu] n. Hija. \ka ushushi.
kuniatu; mi hija [Nota: el sufijo -tu es marca de femenino. Ver
nianu]
nicha [ni=ts+a] adj. Angosto, pequeño.
\ka ñañu. Ref: idem Stark;
Simson: ninchacáqui; nícha
murichaja; río angosto [Nota:
ver nichakaki]
nichakaki [nicha=kaki] adj. Poco.
\ka ashilla Ref: idem Stark;
Simson lo reporta como
pequeño.
nikiru o nekero [nikiru] n. Venado.
Mazama americana. \ka taruga
Ref: Stark: nikíru; Peek: nikíru;
Simson: niquéro [Nota: la diferencia responde a la pronunciación que reportan los informantes]
ninakareikicha [ninakareikits+a] n.
Noche. \ka tuta. Ref: Stark:
ninakári [Nota: sin duda puede
descomponerse]
nishiawnu [niSiawnu] v. Conversar,
hablar. \ka rimarina. Ref: idem
Stark]
nu / na [nu=] PP. 3PP. Ellos, ellas (tercera persona del plural). \ka
nukinu
paykuna. Ref: Stark y Peek: na;
Simson: notena; nukaka ikicha
zapara; ellos son záparas
[Nota: La diferencia de las formas lo marca el contexto fónico]
nujiña [nu?i=Na] n. Camino, sendero.
\ka ñanpi. Ref: Stark: núka?ma
[Nota: No hay acuerdo. Ver
nukama y observar la similitud
de esta forma con la sugerida
por Stark]
nukaki [nuka=ki] n. Uno (numeral).
\ka shuk. Ref: Stark: núkaki;
Peek:
nukwáki;
Simson:
nucuáqui. [Nota: -ki es un sufijo
mediante el cual se construyen
la mayor parte de adjetivos en
zápara, o al menos aquellos en
los que está involucrada una
cantidad. Este sufijo está presente en todos los numerales]
[Nota: ver la presentación del
diccionario para una discusión
en torno al sistema numeral de
los záparas]
nukama [nuka=ma] n. Camino. \ka
ñanpi. Ref: idem Stark. [Nota:
Hay otra entrada sugerida por
Cesáreo que no acepta Sasiko y
que no consta como tal en Stark.
Ver: nujiña]
nukinu [nuki=nu] v. Mirar, ver. \ka
rikuna. Ref: idem Stark.
zápara-español-kichwa
81
nukwakanitsa
nukwakanitsa [nukwaka=nitsa] n.
El futuro. \ka shamuk pacha.
[Nota: hay duda de varios informantes]
numaka [nu=maka] n. Pepa de tagua.
\ka chincha muyu]
nushichana [nuSi=ts+ana] n. Morete.
Ref: “El fruto de Morete sirve
para preparar una bebida agra-
82
nwareja
dable, refrigerante y nutritiva...”
(Osculati, 2000/1846, p.137)
nusichana [nusi=ts+ana] n. Pantano.
\ka jita.
nwareja [nware?a] adv. Entonces.
\ka chasnallata. Ref: Peek:
nohariha-na n-akwa-wara;
entonces
ENF(énfasis)REP(reportativo) ella fue.
zápara-español-kichwa
pa
piatsaw
P - p
pa [pa=] pron. pers.1° pers. pl.
Nosotros
(inclusivo).
\ka
ñukanchi. Ref: idem Stark
panaratuka kasúma (nosotros)
vamos a tomar chicha. [Nota:
Ver exlcusivo /kana/]
paychamiaka [payts+amiaka] adj.
Sabroso. \ka mishki. paytsamiaka
kayriruana; la miel es sabrosa.
pajinu [pa=?inu] v. Buscar. \ka
maskana. Ref: idem Stark.
pakateka [pakate=ka]
n. El
amanecer. \ka pakarina pacha.
Ref: Stark: ka.tínu.
pakatetaka [pakatetaka] n. Luz. \ka
achik. Ref: Simson: nuntán
panakeshu [panakeSu] n. Barba. \ka
millma.
pananeka [pananeka] n. La tarde, el
atardecer. \ka chishi. [Nota: ver
entrada siguiente]
pananeka [pana=neka] n. Sombra y
oscuridad. \ka llantu; amsa Ref:
Stark: shiná [Nota: Cesáreo no
lo confirma]
panasimana [panasi=mana] v. Dar
vueltas. \ka muyurin.
paninu [pani=nu] v. Querer (querer
algo, querer a alguien); \ka
munana Ref: idem Stark. chati
kupanicha; chati panicha itiumuka; taikwa kupanicha icha;
chajá
kupanicha;
¿me
quieres?; ¿quieres una mujer?;
yo no te quiero; yo te quiero.
[Nota: En el ejemplo, la partícula /-ti/ es marca de interrogación]
paraja [pa=ra?a] n. Anciana. \ka apamama. *paraha atí: (tomado de
Peek, Bosquejo, línea 98)
(paraja ati:); la abuela dijo.
paratu [pa=ratu] n. Viento. \ka wayra.
Ref: idem Stark; Simson párato.
patawka [pa=tawka] n. Mono
chorongo (primate). Langothrix
lagotricha. \ka kushillu. dn/
Otro nombre común es el de
barrigudo.
pawaka [pa=waka] n. Caracol.
Familia: Mollusca, orden: gasteropoda. \ka churu. Ref: idem
Stark.
piatsaw [piatsaw] n. Dios. \ka
apunchik. Ref 1. Según los
ancianos, Piatsaw pasaba su
tiempo acostado en una hamaca
mientras comía mazorcas de
maíz cocido o la braza. Sus
vecinos, los pichapicha
zápara-español-kichwa
83
pichapicha
(grillos) ansiaban poder tener
algo del maíz de Piatsaw pero
éste no lo compartía con nadie.
Un día, mientras Piatsaw tocaba
la flauta, los grillos robaron un
poco de maíz y lo escondieron
dentro de sus alas. Al emprender
su vuelo, el maíz fue cayendo
sobre la tierra y desde ahí los
hombres pudieron alimentarse
con él. Ref 2. “Tienen una confusa idea de la existencia de un
Dios, que lo llaman en su
idioma Puëtzo (Creador de los
hombres)...” (Osculati, p.139);
ku piatsaw; cha piatsaw; pa
piatsaw mi dios; su dios; nuestro dios. [Nota: Los záparas
constituyen uno de los pocos
grupos de la amazonia ecuatoriana que no ha permitido la
ingerencia de grupos religiosos
en su territorio y reinvindica
total autonomía en este campo]
pichapicha [pits+apits+a] n. Langosta
(insecto). \ka chillik. [Nota: Se
trata sin duda de una onomatopeya.]
pikwari [pi=kwari] n. Lora. amazona
spp. \ka likwa.
pinawnu [pina=wnu] v. Llamar (llamar a alguien). \ka kayana. Ref:
idem Stark.
84
pishaka
pirika [piri=ka] n. Tucán, mara o
marrajo chico. Andigena
laminirostris. \ka sikuwanka.
Ref.: “Esta ave llama la atención
por la extraña conformación de
su pico. Lleva a los costados del
pico, como un enchapado artístico y superpuesto, una lámina de
material óseo. Por otra parte, los
colores del pico son rojizo en la
punta y amarillo en la base. La
ciencia no ha podido encontrar
explicación a este capricho de la
naturaleza, pues la lámina no
parece desempeñar ninguna función. Por la peculiaridad del
pico se los conoce también
como tucanes laminados”.
(Patzelt, 1989, p.168)
pishaka [pi=Sika] n. Pájaro, ave
(genérico). \ka pishku. Ref: idem
Stark; Simson: pisháca.
zápara-español-kichwa
pishaka itia
pishaka itia [pi=Saka itia] n. Nido.
(literalmente casa de pájaro:
pishaka = pájaro; itiama = casa);
\ka pishku wasi.
pujuyawka [pu?uyawka] n. Plátano
(fruto) \ka palanta. Ref: Stark:
pujuyáwka; Simson: pujióca;
kiriaitia pujuyawka nakuna;
el árbol de plátano es grande.
pukinu [pu=kinu] v. Morir. \ka wañuna. Ref: idem Stark; Osculati:
pukeno; kunianu tana puke; mi
hijo está muerto.
pusikika
pukwika [pukwika] adj. y n.
Enfermo. \ka unkushka; kukumano ikicha pukwika; mi
padre está enfermo.
pukuka [pu=kuka] n. Lechuza. Tyto
alba. \ka kukupa; apapa. dn/
Existe el nachicha pukuka que
es el búho o lechuza que hace su
nido en las palmeras de chambira. [Nota: ver nachichako]
pusikika [pusi=kika] adj. Frío. \ka
chiri. Ref: Stark: kútsaw [Nota:
No hay acuerdo]
zápara-español-kichwa
85
rapaka
riricha
R - r
rapaka [ra=paka] n. Tierra, lodo. \ka rirawnu [rirawnu] v. Defecar, cagar.
allpa; turu. Ref: idem Stark y Simson
[Nota: ver kawiriajarapaka]
ratunu [ratu=nu] v. Beber, tomar. \ka
upyana. Ref: idem Stark;
panaratúka kasuma; kasuma
kuratúku; charatu kasuma;
vamos a tomar chicha; estoy
tomando chicha; toma chicha.
riaja [ria=?a] n. Testículo. \ka kuruta
86
\ka ismana. Tsitsano rirawtikwi;
Tsitisano me está haciendo
cagar Ref.: Ver historia de
Tsitsano.
riricha [ri=rits+a] n. Lengua (órgano).
\ka kallu. Ref: Stark: níricha;
Peek: ku ríríkye (mi lengua).
zápara-español-kichwa
sakatu
saparo
S - s
sakatu [sa=katu] n. Chirimoya (fruta).
\ka chirimuya. sakatu chaima;
toma esta chirimoya.
samashu [sa=mashu] n. Pluma. \ka
millma.
sanyaku [sanya=ku] n. Estómago. \ka
pusun. Ref: Stark: táwaka (este
término corresponde a embarazo en nuestro caso).
sapara [sapa=ra] n. Selva, gente de la
selva. \ka Sacha, sacha runa.
Ref.: “Los Záparos (idem) son
comúnmente de alta estatura,
robustos, de buen ver, esbeltos y
ágiles; tienen la frente alta, pero
sin cejas que las extirpan continuamente; tienen poca barba en
el mentón y llevan unos
pequeños bigotes; su color es
aceitunado claro y casi blanco,
grandes ojos castaños, pero
azules en algunos: nariz perfilada, boca grande, dientes blanquísimos y bien conservados; su
pronunciación es sonora y clara;
hablan con gran volubilidad.
Son de carácter sincero y siempre están de buen humor”.
(Osculati, p.139; [Nota: Ver
entrada siguiente para una discusión sobre el nombre del
grupo]
saparo [sapa=ro] n. Cesto, canasto.
\ka ashanka. Ref 1: “El nombre
záparo* significa una especie de
cesto hecho con fuertes bejucos
(lianas) partidos, rellenados con
hojas impermeables y con una
tapa del mismo material para
cubrirlo. Lo usan los indios del
Napo superior y los Záparos*,
para preservar de la humedad
sus ropas y otros objetos
(Simson, 1993/1886; p. 162163. Ref 2: Hay que recordar
que históricamente se ha conocido a los záparas bajo el nombre
de záparos*. El primer término
quiere decir hombre de la selva,
el segundo, cesto o canasto. Esta
corrección se ha hecho y ahora
el grupo recibe el nombre correcto. Si el vocablo se escribe
con /s/, es debido a que el sonido
/z/ no existe en la lengua zápara.
Si bien esto obligaría a cambiar
la grafía del nombre del grupo,
por el de sáparos*, se ha llegado
zápara-español-kichwa
87
sapi
al acuerdo de no hacerlo por la
confusión general que esto
provocaría. [Nota: Ver ápaka]
sapi [sa=pi] n. Raya de agua dulce.
Potomotrygon histrix. \ka raya.
sapirija [sapi=ri?a] n. Niña (forma
cariñosa para referirse a las
niñas). \ka warmi wawa. [Nota:
ver takwapa]
sawku
mujer al enterarse de esto, deciden matar a la boa y para ello le
tienden una emboscada dentro
de su propia casa. Cuando la boa
se encuentra adentro, y la mujer
en casa de sus padres, los hermanos prenden fuego al tronco
donde vivía en compañía de su
mujer y su hijo. Al darse cuenta
de lo que sus hermanos estaban
haciendo, la mujer cogió a su
hijo en brazos y se lanzó a una
laguna donde aún vive, convertida en boa. [Nota: ver
nakiterutsa]
sareja [sa=re?a] n. Mono araña Ateles
nelzebuth. \ka chupa. También
llamado maquisapa.
saweka [sa=weka] n. Guacamayo
verde. Ara militaris. \ka awitya.
saweraw [saweraw] n. Boa.
Epicrates cenchira. \ka amarun.
Ref 1: Stark: sáwiraw, Peek:
sáhwero. Ref 2: La historia de la
boa es un mito zápara que habla
sobre una mujer que se casó con
una boa. Los hermanos de esta
88
sawiku [sa=wiku] n. Camarón de
río. Trachipeneus sp.
\ka
lluchuna.
sawka [sa=wka] n. Ombligo. Ref:
idem Stark \ka pupu.
sawku [sawku] n. Maíz. \ka sara.
Ref: Simson: saüco; sauku
nákuna; planta de maíz.
zápara-español-kichwa
shiawreka
shiawreka [Siawreka] n. Periquito.
Brotogeris pyrrhopterus. \ka
wichu.
shikuka [Si=kuka] n. Escarabajo.
coleoptera.
\ka
orden:
ismashuntu. Re f: Stark: awíruka. [Nota: ver awiruka]
sikaka
lina. Ref: Stark: shiriyáwpika;
Simson: shíro; kuramaja shiriapicha; camisa (literalmente,
ropa que cubre el brazo)
shiriri
[Siri=ri]
n.
Alacrán.
Teuthraustes. \ka uputinti.
shiritiunaka
[Siritiunaka]
n.
Bocachico (pez). Prochilodus
reticulatus. \ka challwa]
shimano [Simano] n. Chamán. Ref
1: idem Peek y Simson. Ref 2:
“El hombre más temido es el
curandero o shimano, como se
le llama, que es más listo que
los demás en mantener la idea
de sus posibilidades para ejercer
la hechicería y las curaciones; y,
en consecuencia, los otros
tienen temor de provocar sus
malas artes y así, tienen miedo
de hacerle daño” (Simson,
1993/1886, p. 170).
shiriapicha [Siriapits+a] n. Vestido.
\ka churana, churarina, pachal-
sikaka o sekaka
[sikaka] adj.
Vago, perezoso. \ka killa. Ref:
Stark: káy (perezosa); Simson:
secáno; yasekaka tauku eres
un hombre vago [Nota: la diferencia responde a la pronunciación que reportan los informantes]
zápara-español-kichwa
89
sikinu
sikinu [si=kinu] v. Saltar. \ka pawana;
kushparina. Ref: idem Stark;
papasiki; chasiki; saltemos;
salta.
sirikanu [siri=kanu] n. Lagartija
pequeña.
\ka
tsalakulun.
Enyaliodes sp.
sisaritiu [sisa=ritiu] n. Mariposa del
Oriente. \ka pinpillitu. Urania
leilus. Ref: Stark: amánaku.
sisika [si=sika] n. Gavilán. buteo
magnirostris. \ka anka. Ref:
idem Stark.
sisinamaka [sisi=namaka] n. Especie
de pez parecido a la anguila. \ka
muruyayu. Ref: Stark: shíritunaka; Simson: maráishi.
suiñaka o tsuiñaka [su=i=Naka] n.
Ortiga. \ka chini. [Nota: la
diferencia responde a la pronunciación que reportan los informantes]
sukanaka [suka=naka] n. Piojo. \ka
usa. Ref: idem Stark.
sukika [su=kika] n. Bienteveo chico.
(ave) Pitangus lictor \ka kityupi
suraka
[su=raka] n. Papagayo.
orden: Psittaciformes. \ka
wakamayu. Ref: idem Stark;
Simson: surá. dn/. Existe una
canción zápara sobre este
animal cuyo estribillo sirve
90
swiñuka
a continuación de ejemplo;
/ iNamu?iNa/
/ suraka/
/iNamu?i˜a/ /swiNuka/. [Nota:
ver entrada siguiente]
swiñuka [swi=Nuka] n. Paloma sil-
vestre. zenaida. \ka urpi. Ref:
Stark:
swínuka;
/kinana/
/kaw?iNa/ /suraka/ /kira/
/mujiNa/ /swiNuka/; (otro elemento de la canción usada en el
ejemplo de la entrada anterior).
Ref: Luego de salir de la casa de
los hombres tortuga (yawricha)
Tsitsano encuentra en el camino
a la paloma (swiñuka). Cuando
le pregunta a esta por el camino
a su casa, esta le dice que estaba
muy enojada con él porque
antes quería cazarla para
comérsela, sin embargo, le dijo,
yo soy buena y te indicaré el
camino. Ese es el último
encuentro de Tsitsano antes de
retornar a su casa.
zápara-español-kichwa
taikwa
tawi
T - t
taikwa [taikwa=] adv. No (negación).
\ka mana. Ref: idem Stark, Peek
y Simson; taikwa kupanicha
kasuma; taikwa kupanicha
chata ikwanu; no quiero
chicha; yo no quiero ir contigo.
takitsawke [taki=tsawke] n. Vagina.
\ka raka.
takwapa [ta=kwapa] n. Niño (forma
cariñosa de referirse a los niños)
\ka kari wawa. [Nota: ver
sapírija]
tamu [tamu=] n. Guaba. familia:
mimosáceas. \ka pakay. tamu
nakuna; árbol de guaba.
tapuka [ta=puka] n. Nalga, glúteo.
\ka siki. Ref: idem Stark.
tareka [ta=reka] n. Mañana (el día de
mañana). \ka kaya. Ref: Stark:
tárika [Nota: Este item hace referencia al tiempo y la cronología.
Ver entrada siguiente]
tareka [ta=reka] n. La mañana, de
mañana. \ka tutamanta. Ref:
Stark: tárika; Simson: tariqué.
tarekanwaji [tarekanwa?i] n. Ayer.
\ka kayna. dn/ Si tareka es
mañana y tarekanwaji es ayer,
la partícula -nwaji puede ser una
forma de señalar el tiempo pasado. En las terminaciones verbales, esta forma pasada se presenta mediante el sufijo –wara.
Ref: Stark señala el mismo item
tanto para mañana como para
ayer.
tarishinu [tari=Sinu] n. Laguna. \ka
kucha. Ref: Stark: únija [Nota:
Ver nakiterutsa]
tawaka [ta=waka] n. Embarazo. \ka
chichu.
Ref 1: idem Stark;
Simson lo reporta como vientre.
Ref 2: “Los Záparos* (idem) no
precisan ninguna ayuda en la
labor de parto y al contrario, ni
bien han dado a luz, van a
lavarse al río, donde sumergen
al recién nacido. La más
anciana de la familia corta con
un trozo de concha el cordón
umbilical, que a menudo lo
dejan del largo de una pulgada o
más” (Osculati, 2000 p. 141)
(Una pulgada = 2.54 cm.)
tawi [tawi] n. Kichwa (etnia y
lengua). \ka runashimi. dn/.
Según uno de los informantes,
Tawi era el apellido de un hombre
zápara-español-kichwa
91
tawiruka
kichwa de Sarayacu. Por
analogía, su nombre sirvió
desde entonces para designar a
todos los miembros de este
grupo. Ref: Stark, por su lado,
da como significado záparo*.
tawiruka [tawi=ruka] n. Oreja. \ka
rinri. Ref: Peek: taúwyaeriko.
tawjinu [taw?i=nu] v. Oir. \ka uyana.
Ref: idem Stark.
tawjunu [ta=wjunu] v. Bailar, jugar
(como se aprecia, bailar y jugar
son sinónimos) \ka tushuna.
Ref: idem Stark. Papayatawju;
bailemos .
tawku [ta=wku] n. Hombre. \ka kari.
Ref 1: idem Stark y Peek ; Peek:
taúkokwa (hombres); Simson:
táúcuo. Ref 2: “Los hombres no
llevan más que una simple camisa
o chusma de janchama (idem),
una corteza de árbol que saben
hábilmente despegar de la planta y
suavizar para tal uso, coloreándola con variados dibujos en rojo,
negro y azul. Portan en las orejas
anillos hechos de coco, con
adornos redondos, conchas o
semillas llamadas tuoashi (idem).
Portan en el cuello muchos collares de semillas que tienen distintos nombres según los diferentes
usos”. (Osculati, 2000, p.139)
92
tikirika
tawkunu [tawku=nu] v. Trabajar. \ka
llankana. /tana/ /kawchero/
/kayapwe/ /kayapwe/ /tawkuruatana/ /kawchero/ (Canción
sobre los caucheros). [Nota: Es
común en la lengua la formación de verbos a partir de una
raíz nominal, mediante el sufijo -nu, que es marca de infinitivo. Tenemos para este caso
tauku= hombre y taukunu =
trabajar.]
tawkuru [tawku=ru] adj. Duro,
fuerte. \ka sinchi. Ref: Simson:
tocúru; Stark: tawkúruka.
tawkuruka
[tawku=ruka] adj.
Fuerte. \ka sinchi. Ref: idem
Stark; Simson: anajicha.
tay [ta=y] adv. Lejos. \ka karu. Ref:
idem. Stark; Simson: táicua;
chana kwamaja tay; tú ándate
lejos aquí [Nota: No se ha
recogido: cerca. Simson señala:
aníti]
taykikwaka [tayki=kwaka] exprs.
Expresión que se emplea para
despedirse de una persona. \ka
michakama.
tikirika [tiki=rika] n. y adj. Amarillo
(color). \ka killu. Ref: idem
Stark.
zápara-español-kichwa
tsakumaja
tsakumaja
[tsaku=ma?a] n.
Ungurawa (fruta). jessenia
bataua. \ka shiwamuyu.
tsakumana
[tsaku=mana]
n.
Ungurahua (árbol). jessenia
bataua. \ka shiwaruya.
tsamaru [tsa=maru] n. Espíritu. \ka
kawsay. Ref 1: Stark: sámaru;
tsámaro;
Simson:
Peek:
samáro. Ref 2: Cuentan los
ancianos que cuando la gente
tomaba floripondio (ver ishyauna) veían a un espíritu. Se
sentaba entre la gente e incluso
aquellos que no tomaban el
floripondio podían verlo. Era un
personaje bueno que tenía
colmillos largos como los del
tigre y también las costillas pintadas como este animal. Entre
estos espíritus habían fuertes
peleas y muertes violentas de
las cuales surgen las lagunas.
Los espíritus intentaban llevarse
con ellos a los niños más
pequeños, los cogían y salían
corriendo. Los shimanos tomaban entonces floripondio para
ver dónde se encontraban y
luego ayahuasca para poder
sacarlos del lugar donde estaban. Entonces, señalaban a las
tsaynu
madres el camino que debían
tomar para encontrar a sus hijos.
Los niños no respondían al llamado de sus madres sino que
emitían unos ruidos extraños.
Cuando finalmente los encontraban intentaban hacerlos
reaccionar pero no lo lograban,
solo el shimano lograba hacer
reaccionar al niño. [Nota: ver
Piatsaw]
tsanamu [tsa=namu] n. Mariposa
azul. Morpho sp. \ka pimpillitu.
tsanika [tsa=nika] n. Orina. \ka
ishpa. chatsaní; orina (tú).]
tsaninu [tsani=nu] v. Orinar. \ka hispana. Ref: Stark. papatsanikwa;
vamos a orinar.
tsapuka [tsa=puka] n. Machete. \ka
sawli. Ref: Stark: sawiri;
Simson: sapúcua (cuchillo).
tsápuka páraka; machete
viejo.
tsarapicha [tsara=pits+a] n. Lombriz.
Rhinodrilus thamnodrilus. \ka
kuyka. Ref: Relato sobre la lombriz: /naykiwara/ /zarapicha/
/nichaka/; estaba la pequeña
lombriz.
tsarunu [tsaru=nu] v. Colgar. \ka
warkuna.
tsaynu [tsa=ynu] v. Morder. \ka kanina.
zápara-español-kichwa
93
tsiraniaka
Ref: Idem Stark. nuka tsayrikwi;
me mordió.
tsiraniaka [tsira=niaka] adj. Bravo.
\ka piña. Ref: idem Stark.
tsitsainia [tsitsainia] n. Culebrero
(ave). Baryphtengus ruficapillus.
Ref: “Aves de pico largo, cuyo
borde es aserrado. El cuerpo
mide 20 cm. y la larga y pronunciada cola mide 25 cm.. Esta
ave debe su nombre común a su
forma de alimentación, pues
durante el día pica la tierra para
extraer lombrices y capturar
reptiles. Se alimenta además de
huevos y pichones”. (Patzelt,
1989, p.174)
tsitsikirika [tsitsiki=rika] n. Pájaro
carpintero. Melanerpes pucherani.
\ka kullushuti. tsitsi tsitsikirika
makwama; el carpitero está
durmiendo (Canción sobre el
pájaro carpintero).
94
tsutsawkwa
tsukwiyawjunu [tsukwiya=wjunu]
v. Lavar. \ka mayllana. Ref:
idem Strak. dn/ La ropa de llanchama no se lavaba.
tsumakaw [tsu=makaw] n. Tití rojo
(primate también llamado cotoncillo rojo o songo songo). Callicebus
cupreus. \ka pukatiti, sunkusunku.
tsunaku
[tsu=naku] n. Raposa.
Marmosa robinsoni mimetra.
\ka sinik.
tsutanu [tsuta=nu] v. Reir. \ka asina.
Ref: idem Satrk. papatsutaka;
patsuta; estamos riendo;
vamos a reirnos.
tsutsawka [tsutsawka] n. Tití de
manos blancas (primate llamado también cotoncillo negro o
viudita). Callicebus torquatus.
\ka yurak maki titi.
tsutsawkwa
[tsutsa=wkwa] n.
Capuchín (especie de mono de
color plomizo claro). Cebus
capucinus. \ka machin. Ref:
“Estos monitos de forma grácil
son los más conocidos. Sus
actividades son netamente
arborícolas. En los árboles tencuentran los frutos y semillas
con los que se alimentan en la
naturaleza. Al vivir en cautiverio
zápara-español-kichwa
tsutuka
comen también carne. La coloración del pelaje es variada, hay
monos de color blanquecino,
café amarillento, grises o
negros. Su peso es inferior a 3 kg.
Se movilizan utilizando sus cuatro extremidades; pero ocasionalmente, se mantienen sobre
sus dos patas posteriores, con
ayuda de la cola semiprensil. La
reproducción ocurre cada seis
meses y la hembra tiene una cría
en cada parto”. (Patzelt, 1989,
p. 38)
tsutuka [tsu=tuka] n. Manteca, grasa
animal. \ka wira. Ref: Stark:
tsútuwaka. patawka tsutuka;
manteca de mono chorongo.
tuaru / toaro [tuaru / toaro] n.
Loro. Amazona spp. \ka araw.
Ref: “Siguieron otros bailes llamados del tuaro o loro, del
cauteco (kwatekaw) o mono,
que siempre se concluían con
grandes tragos de chicha...”
(Osculati, 2000/1846, p.142)
[Nota 1: ver unjatuka y
kwate]. [Nota 2: La diferencia
la establece Cesáreo que no
acepta /o/ al final. Sasiko sin
embargo insiste en el uso de la
turekeneka
primera. Estamos frente a variedades idiolectales]
tuaru muricha [tuaru murits+a] n.
Piraña, (literalmente: loro del
río). Serrasamus spp. \ka paña.
“La piraña es el loro de la gente
que vive dentro del agua”
(Sasiko)
tupitu [tu=pitu] n. Esternón. [Nota:
La especificidad la explica
Sasiko cuando dice que a los
animales que cazan, los abren
desde aquel punto, en el pecho.]
turekeneka
[ture=keneka]
n.
Cangrejo pequeño (especie
pequeña que vive en los
riachuelos). phylum: arthropoda. \ka apankura. [Nota: ver
anapureka]
twicha [twits+a] n. Pepa. \ka muyu.
zápara-español-kichwa
95
uyaka
ukanu
U - u
ukanu [uka=nu] v. Nadar. Ref: idem uranu [u=ranu] v. Cantar. \ka takina.
Stark \ka waytana.
uku [u=ku] n. Hueso. \ka tullu. nuka
úku; mi hueso.
umaru [umaru] n. Lluvia. \ka tamya.
Ref: idem Stark: Simson: humáro.
umashi [u=maSi] n. Especie de pez
conocido
también
como
wanchichi. \ka pashin. Ref:
Canción sobre el lagarto y el
wanchichi en el que este último se
queja de que el lagarto (manari)
no le deja dormir.
umatitiaka [umatitiaka] n. Trueno.
\ka rayu.
umuka [u=muka] n. Guatín. Dasyprocta
punctata. \ka chancha.
umuru [umu=ru] n. Hongo. \ka ala.
Ref: idem Stark. [Nota: ver katsapija]
unininu [uni=ninu] v. Silbar. Ref: idem
Stark.
unjatuka [un?a=tuka] n. Loro (especie
pequeña de loro con la cabeza
amarilla). Orden: psittaciformes.
\ka araw. [Nota 1: ver toaro] [Nota
2: hay nasalidad en la primera
vocal]
unjijia [u’?i?ia] n. Hígado. \ka yana
shunku. [Nota: hay nasalidad]
upika [u=pika] n. Plátano maduro. \ka
pukuska.
96
Ref: idem Stark. yawricha uranu;
(literalmente canto de la tortuga),
se refiere al sonido que hace el
caparazón de la tortuga cuando se
lo frota. El caparazón se usa como
instrumento musical.
ururuka
[uru=ruka] n. Rémora
(especie pequeña de pez).
Hypostomus
sp.
Fam.:
Loricariidae \ka shikli.
ushicha [u=Sits+a] n. y adj. Blanco
(color). \ka ruyak Ref: Stark: ushika.
utuja [u=tu?a] n. Cuello. \ka kunka. Ref:
Stark: arí; Peek: kwa rikyEkwa (mi
cuello) [Nota: existe demasiada
diferencia entre las formas sugeridas por otros autores]
uwinitiaka [uwinitiaka] n. Hambre.
\ka raykay. takwi uwinitiaka;
chatawi uwinitiaka; kawiriaja
kawinitiaka; yo tengo hambre; tú
tienes hambre; nosotros tenemos
hambre.
uyaka [u=yaka] n. Excremento, caca.
\ka isma. úyaka chasakwa; muijata atsanu nukwa uyaka (historia de Tsitsano); come mierda;
muija (yuca); atsanu (comer)
nukwa (yo) uyaka (excremento).
zápara-español-kichwa
wakamiriaja
witsawke
W - w
wakamiriaja [wakamiriaja] adv.
Abajo. \ka uray.
wika [wi=ka] n. Hoja (genérico). \ka
panka. Ref: idem Stark.
winjia [wi)?ia] n. Corazón. \ka
shunku [Nota: Hay una nasalidad en la primera vocal]
witsa [witsa] adj. Bonito. \ka sumak.
witsaja ikicha patuaka ñanuka; el mono es bonito [Nota:
ver bueno.]
witsa [witsa] adj. Bueno. \ka alli.
Ref: Stark: uwítsa. witsaja
ikicha kasuma; la chicha está
buena [Nota: ver entrada siguiente]
witsata [witsata] adj. Bueno, en el
sentido que tiene utilidad para
alguna cosa. \ka allimi.
witsawke [witsawke] n. Llanchama
(fibra que se obtiene de la
corteza del árbol de llanchama
(término kichwa) con la que los
záparas solían vestirse. Hoy la
práctica se ha retomado parcialmente aunque los árboles son
cada vez más escasos). \ka llanchama. Ref: “Hamacas, sacos
para recoger la caza y lanchamas, (idem) una especie de
frazada hecha de la corteza interior o líber de un árbol, son sus
únicas manufacturas” (Simson;
1993/1886; p.172). “La Yanchama
(idem) es una planta de largo
tronco, que tiene una madera
resistente cuya corteza, que se
despega fácilmente del tronco.
Se pone durante algunos días a
macerar en el agua, luego es
golpeada con gramillas y
expuesta al aire hasta que se
logre separarla en dos hojas,
que da un tejido muy fuerte, la
que está cerca de la piel es roja,
áspera y dura” (idem. p. 144).
[Nota: es el nombre zápara de la
comunidad de Llanchamacocha]
zápara-español-kichwa
97
yatsawja
yakawiria
Y - y
yakawiria [yakawiria] adv. Arriba. yanawka isika [yanawka isika] n.
\ka
wichay.
Ref:
Stark:
uwakámiria. wakamiriaja; para
arriba. [Nota: ver entrada siguiente y kawiria]
yakawiria kanaja
[yakawiria
ka=naja] n. Cinco. Literalmente,
quiere decir “todos los dedos”.
kanaja = dedo. kawiria(ja) =
todo. El numeral cuatro, no ha
sido identificado. No lo reportan
tampoco Stark ni Peek. Simson:
manucuaquicuajuotsa (Supinu) o
huetsaramajáitiaca (Yasuní). \ka
pichka. Ref: Simson: mánucua.
yanachaiku
[yanats+a=i=ku] n.
Silencio. \ka chunlla; yanakiñinaikuja; hagan silencio .
yanawka [yanawka] n. Sol. \ka inti.
Ref: Stark: iyánawka; idem Peek;
Simson: yanócua; yanawka
ikichakari; cuando hace sol
(tomado de Peek p.163).
Chichico negro (primate).
Sanguinus nigricollis. \ka
chichico. dn/ Literalmente:
chichico del sol. Existe otra
especie llamada solamente
isika.
yarijia [ya=ri?ia] n. Hoy. \ka kunan
puncha. Ref: Stark: iyári.
yarijiakanaikima
n. y adj. Tiempo presente. \ka
kak.
yasuka [ya=suka] n. Tapir. Tapirus
terrestris. \ka sachawakra. Ref:
Stark: iyasúka; Peek: iaesukwa;
Simson: yasúcua; nukaki yasuka ñanuka; vimos un tapir
pequeño.
[yari?iakanaikima]
yatsawja [ya=tsaw?a] n. Abuelo. \ka
apayaya.
98
zápara-español-kichwa
yatsawka
yatsawka [ya=tsawka] n. Labio. \ka
shimikara. Ref: Stark: iyaátsawka; Peek: kwi yaetsúkwa (mi
labio); Simson: yastócue.
yawricha [ya=writs+a] n. Tortuga.
Podocnemis expansa. \ka tsawata. Ref: Simson: yaurícha dn/
Cuando Tsitsano salió de la casa
de la mota, encontró en el
camino una tortuga, la mató, le
sacó el caparazón y se quedó
con la carne. Siguió su camino y
llegó a la casa de una anciana
que estaba cocinando pepas de
tagua y al ver esto, Tsitsano le
yawricha
entregó la carne. La anciana se
puso a cocinar la carne y cuando
estuvo lista, ambos comieron
mientras arrojaban lejos los huesos. Cuando llegaron los hombres al poblado, se pusieron a
llorar por la desaparición de la
última tortuga hembra que quedaba y con la que ellos esperaban reproducirse. Todos fueron
a buscarla con sus lanzas, pero
todo fue en vano, había llovido y
las huellas habían desaparecido.
(Historia de Tsitsano, La casa de
las tortugas)
zápara-español-kichwa
99
HISTORIAS DE VIDA
101
Sasiko
Sasiko nació en algún punto sobre el
río Conambo, hace
unos 70 años, aunque
ella no sabe precisar
con exactitud ni el lugar ni la fecha. Lo
que sí sabe es que los
záparas vivían en la
zona.
Sasiko aprendió el
kichwa cuando su
tío Alejo Ushigua se casó, en segundas nupcias, con Emilia Gualinga, una mujer kichwa de Sarayacu que fue a vivir con los záparas. Esto era cuando Sasiko
tenía cerca de 18 años, es decir hace más o menos 52 años. (1947)
Alejo, en su primera unión con una mujer zápara, tuvo tres hijos: Blas Ushigua
(el último chamán, o shimano como se dice en lengua zápara), Barzaldo Ushigua y Anakisha Ushigua. Todos han muerto.
Antes del matrimonio de Alejo con Emilia Gualinga, tres de sus hermanos, César, Miguel y Bruno Ushigua, ya habían ido a Sarayacu a casarse con mujeres
kichwas, pero ellos se quedaron ahí y solo ocasionalmente visitaban a sus familiares záparas.
Alejo no se quedó en Sarayacu sino que llevó a su nueva mujer a vivir en el poblado zápara. Sasiko, que para entonces tenía unos 18 años, dice que Alejo “robó” a su mujer. Este personaje trajo consigo las costumbres y el idioma que terminarían por imponerse entre los záparas.
Desde el lugar donde vivían, se hacía entonces un solo día de camino hasta Sa-
103
rayacu. Ese era el tiempo que los separaba del idioma, las tradiciones y algunas
enfermedades que hoy hacen parte de la cultura de los záparas.
Fue una época de comercio y nuevos descubrimientos. A raíz de la presencia de
Emilia Gualinga entre los záparas, los intercambios comerciales con los kichwas
de Sarayacu se incrementaron. Los záparas llevaban prendas de llanchama (fibra
de la corteza de una planta malvácea hibiscus tialeceus) hacia Sarayacu en donde las intercambiaban por los coloridos vestidos kichwas que poco a poco reemplazaron a su ancestral indumentaria. También llevaban hamacas de chambira
[natsi+ tsa+ ko], peines de hueso de pescado, collares de semillas y dientes de sahino.
La primera vez que Sasiko fue a Sarayacu todavía no estaba casada pero para entonces ya había aprendido el kichwa.
Sasiko se casó cuando sus padres habían muerto. Fue uno de sus hermanos quien
la entregó en matrimonio a Juan Cruz Grefa, zápara que obtuvo su nombre de su
padrino kichwa.4 5
Sobre la guerra entre Ecuador y Perú, en 1941, Sasiko no tiene ningún recuerdo
pues dice haber sido muy niña.4 6
Lo que sí recuerda es que los záparas mantenían relaciones de comercio con el
Perú, antes y después de la guerra, pero poco a poco la frontera política y el conflicto cortaron las comunicaciones.
El Instituto Lingüístico de Verano (ILV)
“Hicimos un segundo viaje entre julio y diciembre de 1954, cuando encontramos
a dos záparas que hablaban tanto zápara como el kichwa; ellas se llamaban Anita y Jacinta Santi.”,4 7 dice el informe dejado por las misioneras del Instituto Lingüístico de Verano (ILV) que estudiaron la lengua zápara. Sasiko (Jacinta) asegura que ella fue una de las informantes a las que se refieren las americanas.
Sasiko estaba recién casada y tenía dos hijos. Ella vivía en un punto llamado
Ullawangaspunku (palabra kichwa) ubicado en las riberas del Conambo.
Cuando llegaron, las mujeres advirtieron que se quedarían a vivir un tiempo con
104
ellos así que entre todos los miembros de la comunidad construyeron una casa
de guadua para las visitantes.
Las mujeres del ILV estaban equipadas con una radio con la que se comunicaban para pedir provisiones. El avión sobrevolaba el poblado y lanzaba desde el
aire las provisiones con un sistema de paracaídas.
Esa fue la primera vez que Sasiko y otros záparas vieron un avión. El susto fue
generalizado. Al principio no sabían cómo llamar al avión pero por consenso lo
llamaron [arapiau?a], posiblemente una de las últimas creaciones lexicales en
zápara.4 8
Desde entonces, y pese a que las investigadoras hablaban kichwa, los záparas incluyeron en su vocabulario palabras como “enlatados, champú, manzanas, pantalones, ollas, radio, jabón”. Fueron todos estos productos u objetos los que más
llamaron la atención de los záparas. Sasiko cuenta entre risas que las ollas les
causaron grandes sorpresas puesto que con ellas se podía jugar o lanzarlas al río
sin que se rompan.4 9
Las americanas “pagaban” a sus informantes con collares, ropa o perfumes.
“Mientras más hablábamos, más nos daban”, dice Sasiko. También llevaron
“prohibiciones” y creencias que nunca pudieron imponer entre los záparas.
Según ella, “las americanas aprendieron a hablar zápara en una semana”. No
obstante la noción del tiempo parece errada, pues más adelante afirmó que las
investigadoras del ILV se quedaron junto a ellos por el lapso de un año, cuando
Peeke escribe que su estadía duró “de julio a diciembre”. Sea como sea, Catherine Peeke y Mary Sargent hicieron muchas grabaciones según Sasiko y aprendieron a cantar en lengua zápara. Por las noches pasaban oyendo las grabaciones hechas durante el día.
Dentro de la misma comunidad, según Sasiko, había una mujer andoa5 0 que aseguraba a las americanas que ella también sabía hablar zápara, aunque Sasiko
afirma que no era así. Como no obtenían resultados de ella, las investigadoras
del ILV se negaron a seguir dándole regalos por lo que la mujer se enojó mucho
y les dijo entonces que si era así, tenían que marcharse. Al parecer las americanas se asustaron y llamaron al avión para que las vaya a retirar. Pidieron al po-
105
blado que tumbara varios árboles de las orillas del río y al poco tiempo un hidroavión aterrizó sobre el Conambo. El susto y la curiosidad se mezclaron, unos
se escondieron en la selva, otros se acercaron a ver el curioso aparato.
Es así como termina la estadía de Catherine Peeke y Mary Sargent en la comunidad zápara. A su partida, las mujeres se llevaron solo la radio, la grabadora y
el material recopilado.
Después del ILV
El episodio de la llegada de las americanas a territorio zápara es uno de los más
vivos en la memoria de Sasiko que se complace en relatarlo.
Y es que este hecho fue sin duda uno de los más trascendentales para los záparas porque entraron en contacto con los blancos de otra manera: conocieron sus
costumbres de cerca, pero también recibieron lecciones de cómo debían comportarse: monogamia, no matar, la existencia de Dios y del Demonio, las primeras
referencias al “pecado” entendidas por estas dos misioneras evangélicas. Todas
estas nuevas “ideas” vinieron acompañadas de palabras cargadas de significados
hasta entonces desconocidos.
Los záparas no volvieron a tener noticias de las americanas hasta que a finales
de la década de los setenta, Blas Ushigua, el último chamán, se encontró con
ellas en la ciudad del Puyo. Entonces, las mujeres preguntaron por las personas
cuyos nombres aún recordaban y mandaron saludos a todas ellas. También se dice que para entonces estas dos mujeres sabían hablar shuar, shiwiar, andoa y
otras lenguas más.
Cuando María Luisa se casó con Blas Ushigua, fueron de visita a Ullawangaspungo donde se quedaron dos meses. El viaje duró cuatro días, río abajo.
De regreso a Llanchamacocha Vieja, donde vivían entonces, hicieron 20 días de
viaje. Poco tiempo después Sasiko y Juan Cruz se reunieron en este punto con
Blas Ushigua y María Luisa, junto a quienes se quedaron a vivir.
Todos ellos decidieron desplazarse más al sur y fundar la actual
106
Llanchamacocha. El lugar se lo conocía con el nombre kichwa de Chukchu Cocha5 1, pero Blas Ushigua decidió rebautizarlo con el mismo nombre del lugar
que habían decidido abandonar.
Llanchamacocha no tiene más de 18 años porque Joaquín Ushigua, el hijo menor de María Luisa y Blas, nació ya ahí. Luego dijeron los ancianos que en 1980
limpiaron el lugar y en 1981 se trasladaron a vivir ahí.
Las comunidades de Jandiayacu5 2 y Mazaramu5 3, fueron creadas hace cinco (5)
y seis (6) años respectivamente. Se fundaron con la intención de que otros grupos no entren al territorio que según ellos les pertenece.
107
María Luisa Santi, Mukutsawa
María Luisa, la menor de
los ancianos que aún hablan la lengua en Ecuador, debe tener alrededor
de 65 años. Ella fue criada por su hermana Ana
María pues se quedó
huérfana muy pequeña.
“El compadre Cesario
me entregó a mi esposo
cuando tenía unos 14
años, vivíamos un poco más abajo de la bocana de Huayusa Punku. De ahí me
llevó para abajo a Ullahuangaspunku. Creo que me casé porque era huérfana,
dormíamos en llanchama5 4 y ha sido de casarse con una persona que duerme en
llanchama. Hoy las mujeres piensan en casarse con personas que tienen tienda y
les salen los ojos por ellos.”
Se casó con Blas Manari Ushigua, el último chamán zápara. Este tenía cuatro hijos de otra mujer cuando esto ocurrió. Juntos tuvieron 12 hijos, siete mujeres y
cinco varones. “Mi marido me curaba con su poder de shimano y por eso vivía
bien, ahora que él no está ¿quién me va a mantener de esa forma?”, se pregunta
lamentándose.
“Nos juntamos con mis hermanos y vivíamos bastantes en Huayusa Punku, fue
ahí donde nos multiplicamos, vivíamos todo un pueblo. Después muchos murieron y fue el primer paso para desintegrarnos, imagínate, hasta quedarme yo sola, en ese entonces ustedes eran pequeñas,” contaba hace poco María Luisa a algunas de sus hijas y nietas mientras trabajaban en la elaboración de vasijas de
barro.
108
Su vida transcurrió en un permanente ir y venir por la región de los ríos Curaray, Pinduyacu y Conambo, bajo un sistema semi-nómada que regía a todos los
záparas de la época y desde tiempos inmemoriales.
Cuando vivía en el río Pinduyacu, cuenta María Luisa, azotó a su pueblo una epidemia de sarampión tras de lo cual regresaron a Huayusa Punku donde la enfermedad terminó por matar a unas 30 personas. La enfermedad, dice ella, la llevó
un comerciante que pasó por Sarayacu que fue diseminando el mal por cada pueblo que recorría. Luego de esta enfermedad, aterrados por la muerte, las familias
se separaron y cada una fue por su lado a vivir en diferentes puntos de la zona
Curaray-Conambo. Desde entonces esa y otras enfermedades habrían acabado
con todos los chamanes záparas y solo quedó Blas Ushigua, su marido.
El habría tomado floripondio, el enteógeno de los záparas, y bajo su efecto visto la muerte de todos los hombres viejos de su pueblo y la partida de las mujeres hacia diferentes puntos controlados por otros grupos de la zona. El habría callado esta visión pero fue viendo como se iba haciendo realidad. Al cabo de poco tiempo, dice ella, solo quedaban unas tres familias en el territorio que habían
recorrido por años. Incluso algunos de los hermanos de María Luisa, como Cesario, habría ido a Curaray luego de lo cual volvió a las riberas del Conambo.
Los viajes continuaron y con ellos la llegada de nuevos hijos y el uso cada vez
más frecuente del idioma kichwa. En uno de sus viajes, en la década de los años
1970, estuvieron en el poblado de Moretecocha, al oeste de la actual Llanchamacocha, donde se encontraron con un grupo de evangelistas que trató de convertirlos a su religión. Blas Ushigua se negó a oírlos pero sin embargo se quedaron
en Moretecocha tres de sus hijos, Carmelina, Gloria, Andrés. La primera de ellas
se escapó del lugar en una balsa y luego de dos días reencontró a sus padres luego de lo cual nunca más volvió al territorio de los evangelistas. Los otros pasarían entre los evangelistas cuatro y tres años respectivamente.
109
Mientras ello ocurría, María Luisa y su marido estaban fundando Llanchamacocha, la vieja, esto era en 1978 cuando se fundó la Organización de los Pueblos
Indígenas del Pastaza. La Organización les decía entonces que debían buscar lugares amplios donde poder construir una pista de aterrizaje y eso fue lo que hicieron cuando se trasladaron al punto llamado Chukchucocha (chukchu quiere
decir temblor en kichwa, lo cual se asocia con la malaria). En vista del temor que
esta enfermedad provocaba entre los záparas, Blas Ushigua sugirió que se adopte el nombre de la antigua comunidad donde habían vivido y es así que nace la
actual Llanchamacocha.
Antes de que esto ocurra, María Luisa y su marido fueron a visitar a sus compadres Juan Cruz Grefa y Sasiko, unos cuatro días río abajo de donde vivían. Ellos
les hablaron sobre la necesidad de fundar una nueva comunidad, de trabajar para la construcción de una pista aérea que les permita acceder a la ciudad y beneficiarse de algunas cosas, como la escuela por ejemplo. Sus compadres oyeron
atentos sus argumentos y al poco tiempo se trasladaron a vivir con ellos y fundaron la comunidad de Llanchamacocha, la nueva, hace unos 21 años pues el hijo menor de María Luisa, que ahora tiene 16 años, ya nació ahí.
Como la nueva comunidad no tenía radio, a pesar de tener la pista de aterrizaje,
debían caminar durante dos días hasta el poblado de Sarayacu con el fin de poder comunicarse por radio y salir así con un avión a la ciudad.
En 1981, cuando se inició el programa de alfabetización impulsado por el gobierno de Jaime Roldós, entró el primer profesor, un hombre con una formación
no superior al cuarto grado de escuela. Solo dos años después se construyó la escuela que funcionaba dentro de la casa comunal. Los profesores no eran, como
ahora, estables, y habían largos períodos en los que no se impartían clases.
Sobre la pérdida de la lengua de los záparas dice: “Me enoja muchísimo, si yo
hubiese sabido hablar o mi madre no se hubiera muerto cuando yo era pequeña
hasta ustedes hablarían nuestro idioma y yo tampoco hablaría kichwa”.
110
Ana María Santi
Ana María Santi nació hace
unos ochenta y cinco años,
aunque su cédula de identidad pone como fecha de nacimiento el 9 de octubre de
1945; lugar: Sarayacu.
Ella hace parte de una familia
de ocho hermanos. Nació en
Kamunkuy sobre el río Conambo y más tarde se trasladó con su familia a vivir en un punto más al norte, sobre el mismo río, llamado
Kunkukshi Punku, a medio camino entre las actuales comunidades de
Llanchamacocha y Jandiayacu. El nombre zápara del lugar era Makawamurichaja.5 5 Finalmente, vivieron en un lugar llamado Yagi Punku donde murió su
padre cuando ya era viejo.
Ana María recibió su nombre castizo cuando habían nacido sus cuatro primeros
hijos pero no recuerda cómo la llamaban antes de que eso ocurra.
Su padre, zápara, se llamaba Marsiko. Su madre se llamaba Cecilia y ya nadie
se acuerda de su nombre zápara. “Antes no teníamos nombre, solo unos pocos
lo tenían”, dice Ana María pero confirma que su apellido antes era Takiauri, y en
eso coincide con su hermano Cesario, de Jandiayacu. Entre sus hermanos también está María Luisa y Jacinta (Sasiko), de Llanchamacocha.
Ana María fue entregada en matrimonio cuando apenas tenía nueve años de edad
y al poco tiempo quedó huérfana. Ella se hizo cargo entonces de su hermana
María Luisa, que todavía era un bebé pues Ana María recuerda que aún tomaba
el seno.
111
Según Ana María, su primer esposo “hablaba y cantaba en el idioma de abajo y
también el español porque él había venido acá muy joven y se crió aquí hasta
que me hizo su mujer, por eso hablaba el español bien. Además por eso yo le tenía miedo, pero me trataba y mantenía muy bien”.
Su marido habría muerto de “brujería”, instigada por una de sus hijas, dice Ana
María.
A la pregunta de cuándo dejó de hablar el zápara, ella responde: “Era como la
Dorela (de unos 10 años) cuando mi madre se murió, por eso me olvidé de hablar el idioma zápara y fue por eso que aprendí a hablar el kichwa. En eso vino
la finada Anita, cuando yo tenía cinco hijos, y es ahí cuando otra vez hablé el
idioma zápara. Cuando yo era niña hablaba solo en zápara con el compadre Cesario,(es su hermano) y mi mamá no hablaba el kichwa, solo en su idioma”. Luego dice que la razón por la cual se fue perdiendo el idioma zápara fue porque llegaron a su territorio gente de Sarayacu y Pakayaku, es decir kichwas.
Sobre la guerra de 1941 dice no acordarse nada a pesar de que es la que más edad
tiene de los cuatro hermanos que aún viven. En cuanto a la llegada de las misioneras del Instituto Lingüístico de Verano, en 1952, solo tiene referencias de lo
que le contó su comadre Anita.
Ana María cuenta que aprendió el kichwa cuando tenía unos 14 años y cuando
aún no había nacido ninguno de sus hijos.
Luego de la muerte de su primer marido ella volvió a casarse con su actual esposo, Agustín Escobar Vargas, un achuar de Copataza con quien tiene un solo hijo, Pedro, que vive en Conambo. Sus otros hijos, los de su primer matrimonio,
viven lejos de ella, en la ciudad y nunca la visitan. “Ya he dejado de pensar que
ellos se fueron, que ellos no se acuerdan de mi y que por eso no me vienen a ver.
Así sea que piense, no puedo hacer nada, hasta el hijo menor vive casado por
abajo”, dice.
Luego de casarse vivió en las comunidades kichwas de Sarayacu y Moretecocha
y, como solo hablaba zápara, cuenta, la gente se burlaba de ella. Entonces, tenía
vergüenza de hablar zápara y a medida que aprendía el kichwa, comenzó a mezclar las dos lenguas hasta que esta última se impuso sobre su idioma materno.
112
A sus hijos, siempre les habló en kichwa pero en ocasiones les cantaba en zápara. Sin embargo, solo cuando regresó a la selva y recibió la visita de Anita, una
de las informantes de Catherine Peeke y Margaret Sargent, del Instituto Lingüístico de Verano (ILV), volvió a usar el zápara con las personas que todavía lo hablaban. Esto ocurrió alrededor del año 1953 cuando ya todos sus hijos habían nacido. Anita le contó que un par de extranjeras llegaron a su comunidad y que les
pagaban por cantar y contar historias, pero eso fue todo lo que supo de las misioneras del ILV.
Ella, junto con su marido, fueron parte de los fundadores de Mazaramu hace
unos 14 años. El nombre original del lugar era Masaraka “pero como los kichwas pronunciaban Mazaramu, el lugar se quedó con ese nombre”. Según ella,
decidieron fundar la comunidad “pensando que cuando nos enfermamos podemos salir y es así que empezamos a trabajar la pista, más adelante nos dieron la
radio de comunicación y ahora es más fácil salir cuando tenemos alguna enfermedad”.
Ahora, Ana María hace parte de las personas que tiene a su cargo el rescate de
su lengua: enseña a los niños de Mazaramu, su comunidad, a cantar y hablar en
zápara. Al respecto dice: “Ahora no saben venir todos los niños ni el profesor para enseñarles. El niño que vive conmigo habla y canta zápara, hay otro niño al
que todas las tardes le enseño pero no aprende, le sé llamar a mi nuera para que
me acompañe y sabe venir. Tenemos que fortalecer nuestro idioma para así no
olvidarnos”.
113
Juan Cruz Grefa
Juan Cruz Grefa lleva el nombre de su “padrino”, un hombre mestizo que llevó a un cura católico para bautizarlo a él
y a todos los que con él vivían. Ese es el nombre que
consta en su cédula de identidad, documento que le da 64
años de vida aunque en realidad él dice tener más de 70.
Juan Cruz no se acuerda del nombre que llevaba antes de que esto ocurra. Cuenta, sin embargo, que nació en un punto llamado Santo Domingo, que el ubica actualmente en territorio Peruano pero que, aclara, antes pertenecía a Ecuador. Su
padre y su madre, záparas ambos, eran del poblado ecuatoriano de Archidona.
Tuvo un hermano que ya murió y una hermana que aún vive en la ciudad del Puyo. A los cinco años, Juan Cruz quedó huérfano de padre y madre y fue recogido por su “tío” Alejo.
Alejo los trajo, a él y a sus hermanos, hacia el norte, hasta un punto llamado Pillahuayacu5 6 un tributario pequeño del río Conambo, más abajo de la actual ubicación de la comunidad de Mazaramu e incluso, dice, del río Shiona. Uno de los
motivos por el que los habría traído hacia el sector del Conambo, donde en realidad vivía su tío Alejo, era la falta de sal en el territorio peruano. En el camino
hacia Pillahuayacu hicieron varias chacras5 7 lo que les llevó incluso a recorrer
el río Pindo y por consiguiente debieron pasar varios meses antes de alcanzar su
destino.5 8
Juan Cruz recuerda que todo el río Conambo era habitado por záparas y que el
idioma era el zápara. Su tío Alejo estaba casado con una mujer de Sarayacu, el
poblado kichwa más importante de la provincia de Pastaza hasta la década de
1950, al sudoeste de la actual Llanchamacocha. Fue de ella o a través de ella que
114
Juan Cruz aprendió el kichwa cuando tenía aproximadamente unos 12 años. A la
pregunta de por qué se ha ido perdiendo el idioma zápara, Juan Cruz dice que es
debido a que los mayores han muerto.
Cuando estalló la guerra de 1941 entre Ecuador y Perú, que tuvo como consecuencia para este pueblo la desintegración de muchas familias, Juan Cruz dice
que tenía entre 16 y 18 años de edad y si bien no tiene recuerdos claros de lo que
sucedió, rememora lo que le contaron los mayores.
Mientras dormían, dice, oyeron sonidos como de metal, al principio pensaron
que se trataba de animales pero pronto se dieron cuenta de que eran los peruanos que venían por la selva y por el río. Del susto que se llevaron no pudieron
ni vestirse. Los soldados peruanos hicieron sentar a las mujeres y a los hombres
los amarraron mientras un grupo de ellos continuó río arriba en busca de más
gente. Las mujeres pensaron entonces que serían violadas. A una de ellas, llamada Marina, los soldados comenzaron a molestarla sexualmente.
Por la mañana embarcaron a las personas que habían capturado y se las llevaron
río abajo, hasta la bocana del río Tigre. En el camino asesinaron a los hombres
que querían escapar y violaron a algunas mujeres entre ellas a la abuela Pascuala que vive hoy en la comunidad 12 de Octubre en territorio peruano y a quien
visitaron en el mes de octubre de 2000 luego de 59 años de separación.
En este momento el relato de la guerra que hace Juan Cruz se mezcla con aquel
que escuchó de Pascuala durante el encuentro de las familias en octubre de 2000
pues el fue una de las personas que asistió al encuentro.
Ya en el Perú, los que habían sido capturados siguieron bajando por río unos cuatro días más. Ahí, los soldados peruanos los abandonaron sobre una isla del río
Tigre llamada Pumasirino. En ese lugar permanecieron unos diez días al cabo de
los cuales llegó otro grupo de peruanos que los encontraron casi muertos de
hambre. Luego de conversar entre ellos, algunos tomaron la decisión de escapar
y emprender retorno hacia tierras ecuatorianas. Todos, menos el “abuelo” Felipe, quien decidió permanecer ahí y morir si era preciso. Así, el primer grupo se
internó en la selva y emprendió su camino hacia Ecuador. La travesía fue muy
dura. Al cruzar grandes lagunas muchos fueron devorados por lagartos. Impedi-
115
dos de continuar, algunos adultos decidieron abandonar a sus hijos pequeños. De
todos los que fueron capturados en Ecuador apenas dos familias, la de un hombre llamado Tutulisho y la de la abuela Amelia, lograron retornar a las tierras de
las que habían sido arrancados.
Juan Cruz se casó con Sasiko luego de que este pidiera su mano a su hermano
mayor, Cesáreo. Según su relato, él vivía un poco más abajo del punto en que vivía Sasiko y subió a verla y se quedó a vivir con ella.
Luego de esto Juan Cruz rememora el tiempo en el que recibió la visita de Blas
Manari Ushigua, el último chamán zápara que murió hace unos cuatro años, y su
esposa María Luisa Santi, hermana menor de su mujer Sasiko. Manari Ushigua
le habló de la fundación de una nueva comunidad, unos cuatro días río arriba del
punto donde ellos vivían. Convencidos por Manari, Juan Cruz Grefa y su esposa Sasiko fueron hasta el punto referido por Manari y juntos fundaron la actual
comunidad de Llanchamacocha, hace unos 18 años. La primera labor que emprendieron en este nuevo poblado fue la construcción de la pista de aterrizaje,
elemento que según Juan Cruz marcó el principio del sedentarismo de este grupo zápara.
116
Cesáreo Santi, Tatawja
Cesáreo, cuando nació, llevaba el nombre de Tatawja, un
gavilán nocturno, pequeño y
de color gris. Su apellido era
Takiauri. Nació en un punto
llamado Kamunkuy, sobre el
río Conambo, pocos años después que su hermana Ana María pero antes que sus hermanas Sasiko y María Luisa.
Cesáreo se define a sí mismo como “puro zápara” y dice haber tenido unos diez
hermanos. El recuerda que cuando niño se movían constantemente desde la cabecera del río Conambo hasta el Perú con toda libertad.
Tenía cerca de seis años cuando estalló la guerra entre Perú y Ecuador, en el año
de 1941, (según este dato, Cesáreo tendría 65 años pero el dice tener 80), él y su
familia habían abandonado Kamunkuy para instalarse en las cabeceras del río
Conambo. Desde todos lados, incluso desde el Curaray, recibían noticias sobre
el inicio de la guerra y comentarios sobre la necesidad de esconderse. Desde entonces dejaron de tener contacto con los peruanos y con algunos de sus familiares que vivían río abajo. Según Cesáreo los peruanos solo alcanzaron a llegar,
por río, hasta Shiona o Villano.
Luego menciona a la compañía petrolera Western que llevó planchas de zinc y
la pista de aterrizaje a Conambo, esta a los evangelistas y estos a los achuaras.
Esto fue antes de la guerra del 41. Un gran número de záparas vivían un poco
más abajo de la actual Llanchamacocha. Ahí llegaron los achuaras y empezó una
guerra que terminó con la muerte de muchos záparas. Los achuaras, dice
Cesáreo, tenían muchos chamanes que les ayudaron. “Al principio los chamanes
záparas llevaban la delantera y entonces, los achuaras decidieron matarlos y lue-
117
go usar su poder, el de los chamanes, para lograr conquistar el territorio. Los záparas no eran violentos y los achuaras los cogieron por sorpresa”.
Después Cesáreo fue a trabajar para la compañía holandesa Shell5 9 como cargador y machetero y fue ahí donde aprendió el kichwa y el español6 0, cuando tenía cerca de treinta años.
Entonces, regresó a su comunidad, cerca de la actual Llanchamacocha y los años
siguientes transcurrieron entre la selva y la Shell6 1 donde siguió trabajando por
temporadas. En una ocasión oyó a sus compañeros que en Santo Domingo de los
Colorados6 2 había trabajo y se fue para allá a trabajar en una plantación de banano, durante un año. Ahí ganaba un máximo de cinco sucres diarios.6 3
Antes de llegar a Santo Domingo pasó por Quito, se alojó en casa de un padrino y la ciudad le pareció fea y fría.
Luego de su experiencia en Santo Domingo regresó a la selva, se casó y cada vez
sus salidas a la ciudad se hicieron más raras.
A sus 14 hijos (su hijo mayor, Bolívar, tiene 48 años, su hija menor, Daisy, 3) les
habló siempre en kichwa. Hace unos tres años, sin embargo, decidió enseñar a
los más pequeños el zápara “para que la selva vuelva a ser como antes: puro zápara”.
Cuando aprendía kichwa, la gente se burlaba de él. Luego, dice, vinieron las epidemias que acabaron con gran cantidad de záparas y con su desaparición las burlas: “ya nadie hablaba zápara”. Según Cesáreo, gente de Sarayacu bajaba hacia
sus comunidades incluso antes de la guerra del 41 y desde entonces empezó a oír
hablar kichwa.
Cesáreo es el único de los hermanos que reconoce que su competencia en zápara ha disminuido considerablemente y que lo que enseña a sus hijos les ayudará
a identificar a los animales de la selva, a saludar y a hacer preguntas básicas. Le
resulta muy difícil trasladar al zápara las historias o leyendas que alguna vez escuchó de sus padres o abuelos; ahora solo las cuenta en kichwa.
118
TRES MITOS ZÁPARAS
Historia de Tsitsano
Este mito está asociado a aquel de la creación del primer hombre zápara6 4.
Cuenta la leyenda que un día el mono coto (aritiawkuka) fue a beber agua al río
Conambo, (Kiramu, en zápara), y se convirtió en hombre. Otro mono coto, en
cambio, se convirtió en mujer. De la unión de estos dos seres nació Tsitsano.
01. Tsitsano vivía con su mujer y su suegro, un poderoso chamán, (shimano).
En casa del padre, una bodoquera había permanecido mucho tiempo sin
uso. Un día el yerno decidió cogerla e irse al monte a cazar. La hija le advirtió que su padre se enojaría si cogía sin su permiso la bodoquera pero
el yerno no hizo caso a las advertencias. Ya en el monte, el yerno sintió
ganas de defecar y es así como, desoyendo una de las reglas de los cazadores, dejó la bodoquera en el camino mientras encontraba un sitio donde
defecar.
02. Cuando Tsitsano regresó al lugar donde había dejado su bodoquera, no la
encontró. Dio vueltas y vueltas y no la halló, solo regresaba constantemente al lugar donde había defecado. Lo que no sabía él es que su suegro
había encontrado la bodoquera abandonada en el camino y que se la había llevado de vuelta a su casa. De tanto dar vueltas, Tsitsano terminó por
perderse del camino de regreso.
03. Es así como llegó a una montaña al pie de la cual encontró una enorme
cueva en la que entró porque no había otro camino que seguir. En el interior de la cueva, se puso a gritar uuuu uuuu uuuuuu hasta que, luego de un
tiempo, escuchó a alguien responder a su llamado. Fue en dirección del
lugar de donde venían los gritos y se encontró con una anciana que le dijo, Tsitsano, ven acá, acuéstate en esta hamaca y descansa. Así lo hizo
Tsitsano quien al cabo de unas horas se despertó con el zumbido de un
zancudo (anasu) que lo quería picar. Dio un manotazo para alejar al zancudo y cuando abrió los ojos vio a la vieja tumbada en el piso que le reclamaba por haberle pegado. Entonces Tsitsano se dio cuenta de que la anciana que lo había recibido en su casa era en realidad un zancudo que lo
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04.
05.
06.
07.
122
había querido matar chupándole toda la sangre. Tsitsano no pudo dormir
más y al amanecer preguntó a la anciana por el camino de regreso a su casa. Esta se lo señaló y Tsitsano partió en esa dirección.
Antes del anochecer, Tsitsano llegó a la casa de otra anciana que en realidad era el pájaro mwa-mwa, una especie pequeña de perdiz. Esta anciana
solía alimentarse del agua que se represaba en las hojas del maíz y la tomaba con la ayuda de la cáscara de un fruto igualmente pequeño. Tsitsano se quedó con hambre esa noche. Luego durmió acostado en una hamaca que la vieja le señaló y a la mañana siguiente se fue de ahí luego de preguntar a la anciana por su camino de regreso a casa.
Luego de salir de la casa del pájaro mwa-mwa, Tsitsano llegó a la casa de
los seres que no tenían ano. Como era costumbre, lo invitaron a descansar
en una hamaca y una mujer fue con él. Tsitsano se levantó con hambre y
vio que sus anfitriones no comían la carne que habían cocinado sino que
solo se alimentaban del vapor que salía de las vasijas. La carne que quedaba en las vasijas la sacaban, la colocaban sobre su espalda y la hacían
rodar hasta el piso: esa era su forma de defecar. Entonces, Tsitsano preguntó que dónde defecaban y ellos le contestaron que no sabían cagar. Entonces, Tsitsano se fue al río y su mujer lo fue siguiendo, cuando se puso
a cagar y la mujer lo vio, esta se puso a gritar: Tsitsano está cagando, Tsitsano está cagando y todo el pueblo fue a ver a Tsitsano. Luego Tsitsano
preparó una astilla de guadua y cortó a su mujer la membrana que le tapaba el ano, y luego fue haciendo lo mismo con las demás personas de manera que todos ellos pudieran luego defecar.
Luego de haber salido del pueblo de la gente que no tenía ano, llegó a donde un grupo de peces pequeños (muta) y estos lo invitaron a descansar en
una hamaca junto con una mujer. Asimismo, luego de dormir, Tsitsano
preguntó a sus anfitriones que dónde podía hacer sus necesidades y estos
le señalaron una olla de barro. Luego, los peces cogieron la olla y la pusieron al fuego, como si estuvieran cocinándola. Cuando estuvo lista invitaron a Tsitsano a que coma con ellos pero Tsitsano rechazó esa comida.
Luego de salir de donde los seres que se alimentaban con sus propios excrementos, en busca del camino de regreso a su casa, llegó a donde los seres que partían el vientre de sus mujeres para que estas puedan dar a luz.
Como en las otras visitas, fue bien acogido, le ofrecieron una hamaca y
una mujer lo acompañó a dormir. En esa ocasión había una mujer embarazada que en la madrugada comenzó con los dolores de parto. Su marido, comenzó a buscar una lámina afilada de guadua en la parte alta de su
casa. Viendo sus movimientos, Tsitsano le preguntó lo que buscaba y el
hombre le dijo que buscaba algo con que abrir el vientre de su mujer. Tsitsano le dijo entonces al hombre que él conocía la forma en que debía parir su mujer sin necesidad de abrirle el vientre. Tiene que colgarse de un
palo y comenzar a pujar con fuerza, explicó Tsitsano. La mujer siguió las
indicaciones de Tsitsano y este esperó a que los dolores aumentasen y entonces agarró a la mujer por el vientre, la rodeó con sus brazos y empezó
a ejercer presión hasta que la mujer dio a luz. Enseguida la gente preguntó por el sexo del niño, era una mujer y todos se alegraron porque al fin
conocieron el procedimiento del parto que terminaría con tanta muerte entre las mujeres.
08. Mientras buscaba el camino de regreso a su casa llegó a la casa de la gente que comía lombrices. Eran los yami, un tipo de pájaro de tierra con patas largas. Ellos, como sus anteriores anfitriones, le señalaron una hamaca y nuevamente una mujer fue a dormir con él. Al día siguiente, el padre
de la mujer le pidió que fuera con Tsitsano en busca de guatines (un pariente de la guatusa). Cuando llegaron junto a un pedazo de palma de
chonta caído la mujer dio indicaciones a Tsitsano para que se coloque a un
extremo del tronco caído, mientras que ella introducía un palo por el otro
para hacer salir al guatín. Pero del tronco caído empezaron a salir miles
de larvas blancas que se iban deslizando por entre los dedos de Tsitsano.
Este se puso a gritar pero la mujer le advirtió que no tenían que dejar escapar a los guatines de su padre. Entonces, cambiaron de lugar y la mujer
empezó a recoger todas las larvas, a morderles la cabeza y colocar los
cuerpos sobre una hoja.. Cuando estuvieron de vuelta en casa del padre de
la mujer, este le pidió a su hija que cocine las larvas y una vez que estuvieron listas le invitaron a comer pero Tsitsano no aceptó porque nunca
antes había comido esas larvas.
09. Luego de salir de la casa de los seres que se alimentaban con larvas, en
busca del camino de regreso a su casa, Tsitsano encuentra a los hombres
murciélagos. Al verlo llegar le ofrecieron descanso pero no en una hamaca sino que Tsitsano tenía que colgarse de un palo, como ellos. Como Tsit-
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13.
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sano no pudo colgarse, todos ellos comenzaron a reírse de él: /kutseriri/
/kutse/ /kutse/. Y Tsitsano terminó por irse de ahí.
Luego llegó donde un grupo que le contó que una hierba (shinlu) estaba
acabando con ellos, era una hierba que de forma imprevista cogía a la gente por el cuero cabelludo arrancándole la cabeza. Tsitsano entonces cogió
el machete que llevaba consigo y se puso a cortar todas esas hierbas. Al
ver esto, la gente le agradeció porque desde entonces ya nadie moriría de
esta forma.6 5
Luego, en busca de su camino de regreso, Tsitsano encontró a la abuela
Tigre quien tenia entonces un hijo enfermo en su casa. Aunque Tsitsano
no sabía curar fingió hacerlo. En su ritual se dio cuenta de que el niño tenía clavados los espinos de un mono “puchan” y que era eso lo que le ocasionaba el malestar. Cuando Tsitsano hubo sacado todos los espinos, el niño pudo volver a tomar el seno de su madre. Luego entre todos hicieron
una reunión para decidir con qué pagar a Tsitsano por la curación y finalmente tomaron la decisión de entregarle una lanza que tenía el espíritu de
un tigre adentro. Así, si Tsitsano arrojaba la lanza contra algún animal, el
tigre que estaba en ella lo agarraba con sus garras y Tsitsano podía llevar
sus presas a casa. La condición sin embargo era que solo Tsitsano debía
usarla. Tiempo después, cuando Tsitsano quiso matar a un niño, la lanza
retornó a sus dueños iniciales y Tsitsano perdió el poder que esta le otorgaba.
Luego de recibir la lanza de manos de los tigres, Tsitsano continuó su caminó y encontró a una tortuga a la que mató para alimentarse y el caparazón lo lanzó lejos de la vista de cualquier persona. Continuó su camino y
encontró a una mujer que estaba cocinando un poco de yuca. Al ver esto
Tsitsano le entregó la carne que tenía, la mujer la cocinó y ambos se pusieron a comer con mucha hambre. Los huesos los arrojaban lejos de la
casa. Luego llegaron los hombres llorando porque habían ido a buscar a
la última tortuga hembra que existía en la selva y con la que pensaban reproducirse.
Cuando Tsitsano dejó la casa de las tortugas se encontró primero con un
cabeza de mate a quien Tsitsano pidió que le señalara el camino de regreso a su casa. Este le dijo que se lo mostraría pero le pidió que no se riera
de él si terminaba cayéndose del árbol en el que se subiría para señalarle
su camino. Cuando el cabeza de mate subió al árbol y se cayó, Tsitsano no
pudo dejar de reírse y el cabeza de mate se fue enojado. Tsitsano le suplicó que le dé una pista para encontrar su camino de regreso a casa y este
lo envía entonces donde la paloma. La paloma estaba sentada sobre una
pequeña planta y al oír que Tsitsano buscaba el camino de regreso a su casa esta le hizo acuerdo que cada vez que él pasaba cerca de ella él quería
atraparla para comérsela con huesos y todo. Ese recuerdo hacía que la paloma se resistiera a señalarle su camino de regreso a casa pero finalmente aceptó mostrarle el camino.
14. Mientras tanto, en casa de Tsitsano el suegro dio instrucciones a su hija
para que prepare comida pues, dijo, ese día volvería Tsitsano. Cuando la
yuca estaba ya lista, efectivamente llegó Tsitsano quien se enteró que todo su viaje había sido preparado por su suegro para que aprenda y ayude
a los seres que pueblan la selva.
125
Historia de la luna y los planetas
En 1921, Reinburg (Reinburg, 1921: 11-15) publicó una versión de esta historia,
recogida de “los záparos* de Curaray y de Canelos”, en una población llamada
San Antonio
Tres eran los miembros de esta familia: la madre, la hija y el hijo. La hija sabía
pintarse de huitu (genipa americana) el cabello. El hermano se enamoró de su
hermana y por las noches entraba silenciosamente en su cama. La mujer no sabía de quien se trataba hasta que quedó embarazada.
Cada mañana el hermano iba al río a lavarse la cara embadurnada del witu que
su hermana usaba para pintarse. Ahí los peces -carachamas- [masaraka]6 6 hablaban con él y le ayudaban a quitarse la pintura de la cara.
Finalmente los peces se cansaron de lamer y lavar la cara del hombre porque ya
tenían los intestinos “agrios” así que decidieron no hacerlo más.
Cuando volvió al río, los peces no salieron, entonces el hermano fue a su casa y
se quedó bajo el toldo y dijo que le dolía hasta la punta de los dedos.
La madre fue a la chacra en busca de yuca para terminar de hacer la chicha. La
mamá estaba preocupada por su hijo.
Los [piSSaka], unos pájaros que eran como hijos para esta familia, iban a molestar a la casa. La madre oyó desde la chacra a los pájaros que le decían que su hijo Luna estaba subiendo al cielo.
Los pájaros, que eran niños, hicieron una vasija y la llenaron de algodón mientras que con un aventador le hacían subir al tiempo que él tocaba una flauta.
126
Cuando el hijo estaba ya varios metros sobre el suelo, fue cuando la mamá lo vio
subiendo al cielo.
De regreso a su casa, la madre fue a revisar la cama donde estaba su hijo y es ahí
donde encontró toda su ropa manchada de witu. Cuando encontró a su hija la enfrentó y le preguntó que por qué se acostaba con su hermano y como castigo le
hizo beber toda la chicha que tenía preparada.
De tanto beber chicha la hija se desmayó y la mamá aprovechó para irse. La hija se despertó cuando la hierba había cubierto toda la casa.
Cuando se despertó aparecieron dos pericos [SSiaureka] y le indicaron el camino
por el que se fue su mamá.
A media mañana apareció un gavilán [sisika] y comió a uno de los pericos. Más
adelante apareció otro y comió al segundo perico.
Los dos niños que la mujer tenía en el vientre comenzaron a decirle cuál era el
camino que había tomado su madre. Pero los niños le pedían que coja flores que
estaban en el camino. La madre caminaba y metía las flores en el cinto de su vestido y apenas lo hacía, desaparecían.
Cuando llegó al encuentro de dos caminos, uno bueno y otro malo, justo en el
medio había una hermosa flor, la mujer se acercó a recogerla pero estaba llena
de avispas que terminaron picándola.
La mujer se disgustó con sus hijos y les dijo que cómo era posible que le pidan
flores sin estar aún afuera. Comenzó luego a golpearse el vientre y son los niños
esta vez los que se disgustan con su madre y le dejan de hablar.
La mujer entonces cogió el camino malo, aunque se veía bien limpio. Era el camino que iba hacia la casa de los jaguares [imatiña]. Cuando llegó a casa de los
jaguares encontró a una vieja que le ofreció asiento amablemente. Le dijo también que sus hijos son peligrosos, que comían gente y que llegaban al medio día.
La vieja escondió a la mujer en una olla inmensa y la colocó sobre una tarima
de chonta [amarija], después de darle de comer. También le dio un recipiente
pequeño para que escupa y haga cualquier necesidad.
127
Los hijos llegaron gritando [aiyayai], cargados de animales: sahino [iyari], perdiz [newa], mono [patawka].
Pese a las advertencias de la vieja, la mujer terminó escupiendo fuera de la vasija, hacia el lugar donde comían los jaguares. Estos sientieron al principio un
olor e increparón a su madre que por qué escondía la comida. Saltó uno hacia la
tarima pero no alcanzó a derribar la vasija. El segundo hizo lo mismo sin tampoco lograrlo. Finalmente el tercero lo logró.
Empezó entonces una pelea entre los jaguares para ver cuál de ellos se casaba
con la mujer. Ganó finalmente el más fuerte y hermoso.
Los jaguares tenían la costumbre de ir al río a buscarse los piojos, que en realidad eran garrapatas. Las mujeres debían mascar y comerse los piojos [sukanaka] de sus maridos pero como no les gustaba, llevaban pequeños pedazos de carbón que al mascarlos hacían un ruido similar al que producen los piojos cuando
se los mastica.
Uno de los jaguares alcanzó a ver la trampa que hacía la mujer y avisó a su hermano quien terminó por matarla, torciéndole el cuello con sus fauces.
La madre de los jaguares pidió que por lo menos le den los intestinos. Le entremaraka] con la placenta dentro de la cual no estaban los niños
garon las tripas [m
sino dos huevos [iiku].
La vieja pusó los huevos en una olla de barro cubierta de algodón. De los huevos salieron dos bebes que presenciaron como los jaguares comían a su madre.
Crecieron en poco tiempo y cuando los jaguares iban de casería la vieja sacaba
a los niños y los llevaba con ella a la chacra donde les daba unas lanzas pequeñas [aakatsi+ na] con las que jugaban lanzándolas a los árboles.
El esposo de la vieja se acercaba a la chacra por el río y amenazaba a los niños
con comérselos y estos fueron a contárselo a la vieja. Finalmente, los niños
usaron sus lanzas para matar al viejo tigre.
128
Un día que la vieja fue a cortar leña acompañada de los niños, estos terminaron
por matarla, le sacaron la piel, la rellenaron con ceniza y le pusieron un hacha
kajitsa+ ] en las manos como si cortara leña.
[k
Fabricaron un mecanismo mediante el cual la quijada de la mujer se abría y se
cerraba, haciendo el ruido similar al que hace un hacha al golpear contra la madera.
Los niños regresaron a la casa. Los jaguares ya sabían de su existencia pero, a
pesar de sus incesantes esfuerzos por cazarlos nunca lo lograban porque los niños se convertían en colibríes u otros pájaros.
Cuando era el medio día, los tigres preguntaron a los niños si sabían dónde estaba la vieja. Los niños, desde lo alto, les dijeron que había ido a cortar leña.
Hasta tanto ellos habían ya cocinado la carne de la vieja y la habían dejado tapada con una hoja.
Uno de los jaguares fue en busca de su madre mientras que los otros comenzaron a servirse la comida. Los niños comenzaron entonces a gritar: “estoy comiendo carne de mi mamá”, pero los tigres no les hicieron caso.
El que fue en busca de la madre la golpió y terminó por asfixiarse con la ceniza
que estaba dentro de la piel de la vieja. Por eso se desmayó y cuando se recuperó fue corriendo a contar a sus hermanos lo sucedido y decirles que estaban comiendo la carne de su madre.
Ellos se enfurecieron e intentaron nuevamente en vano comer a los niños que
volvieron a volar como pájaros.
Finalmente los niños se fueron a vivir solos pero se pusieron de acuerdo para terminar con la vida de los jaguares que habían comido a su madre.
Se fueron a vivir al otro lado del río y elaboraron un plan para terminar con la
vida de los tigres, pero estos les impedían el paso por el río. Encontraron entonces un árbol caído sobre el agua por el que cruzaban unos y otros. Los niños reunieron a todas las polillas de la selva para que coman el interior del árbol con la
intención de que los tigres caigan al río y se los coman los cocodrilos. En poco
129
tiempo las polillas habían carcomido el interior del árbol así que cuando los tigres usaron el tronco para cruzar el río cayeron al río menos un jaguar hembra
que estaba preñada, a punto de parir. Ese jaguar y sus crías son los que desde entonces se convertirían en un gran peligro para todos los hombres.
Uno de los niños que era el más inquieto, perdió una de sus piernas en los dientes de uno de los cocodrilos. Los niños recogieron comején de la tierra y lo arrojaron al río con la intención de que se seque y acabe con los cocodrilos. Cuando
esto ocurrió buscaron al cocodrilo para encontrar la pierna. Dieron con el animal, lo partieron, encontraron la pierna entera y el hermano sano colocó la pierna a su hermano herido en su lugar.
Luego les llegó la idea de construir la canoa. En la selva hallaron el árbol de la
canoa, cada uno de los hermanos tiró su lanza a cada uno de los extremos del árbol y cuando cayó, la canoa estaba ya hecha. Así, fueron haciendo canoas sin
más esfuerzo. Pero, tras una discusión entre los dos hermanos, uno de ellos falló su tiro de lanza y el árbol cayó entero. Desde entonces la construcción de las
canoas se debe hacer manualmente.
Luego de esto, no encontraron más motivo para permanecer en la tierra y se
naritsa+ ]6 7 y el otro en
fueron al cielo donde se transformaron, el uno en [n
6
8
[ttaritsa+ ] . Ellos dijeron que en el fin del mundo se encontrarán con su pakashikwa]6 9 El uno se ubicaría abajo y el otro arriba.
pá, la luna. [k
130
La mujer boa
Hace tiempo ya, había una familia que vivía sola en la selva. Esta familia tenía
una hija soltera que recibía la visita de alguien todas las noches y que la tenía
conversando hasta el amanecer.
La madre se dio cuenta y preguntó a su hija: con quién hablas todas las noches
si no hay hombres cerca, y la hija respondió: acaso se conversa solo con las personas. Sí, dijo la madre y ella contestó: yo hablo sola, con mi persona.
La madre insistió pero la hija no dijo nada. De tanto preguntar la madre se cansó pero dijo a su hija: si tu estás hablando con un hombre, humano como nosotros, quiero que te cases, que vivas cerca, que construyas una casa grande con tu
marido porque tu papá ya no te va a mantener.
Días después desapareció la hija y al poco tiempo oyeron tumbar un árbol. El
ruido venía de la laguna. Están construyendo una casa, dijo la madre y se dio
cuenta de que su hija ya se había casado.
Tres días después apareció la hija. Ya me casé, dijo. Ya tenemos la casa y ahora
haremos una chacra. Quiero que me regales semillas de yuca. Y la mamá se las
regaló. Luego la hija cogió todas sus cosas y no volvió desde ese día a casa de
sus padres.
Años después, con un hijo en brazos, volvió a aparecer. Desde entonces el padre
le regalaba maíz cada vez que les visitaba. Siempre le regalaba maíz porque ese
era el único cultivo que tenía. Un día la madre dijo a la hija: sabes que tu papá
ya está viejo y no puede ir de cacería, ahora tú, como hija, quiero que mantengas con carne a la familia. Tú ya tienes marido y me imagino que es un buen cazador.
Sí, claro, dijo la hija, a mi esposo le gusta cazar. Envía mañana a mi hermana
menor a mi casa para darle carne. Mi esposo se fue de pesca y cacería y llegará
tarde esta noche.
131
Al día siguiente la hermana menor se fue contenta a conocer la casa de la mayor. Pero cuando llegó se asustó al ver que su hermana no vivía en una casa de
madera sino en un árbol tumbado.
Cuando entró, la muchacha vio mucha carne. La hermana, al verla llegar dijo:
voy a cocinar carne y yuca para darte de comer y luego tienes que esperar porque mi marido llegará tarde.
La hermana mayor sirvió la comida pero la menor no pudo comer del miedo. Todo estaba servido sobre serpientes enroscadas. Cada cierto tiempo la hermana
mayor decía que su marido estaba por llegar.
De pronto, la muchacha oyó un ruido muy fuerte y al regresar a ver se encontró
con una inmensa boa que se dirigía hacia donde ellas estaban. Era tan grande que
venía tumbando árboles, haciendo crecer la laguna y a medida que avanzaba la
boa adquiría el aspecto de un hombre.
La muchacha huyó y cuando llegó a casa de sus padres le dijo asustada a su mamá: mi hermana no se casó con un humano sino con una boa. La mamá les comunicó a los hermanos y ellos planificaron qué hacer. Esperaron que vaya la hermana a la casa a recoger el maíz y cuando llegó con su bebé, los hermanos se
fueron hacia donde ella vivía. Antes de que se vayan, ella les dijo que su marido estaba descansando, que había llegado tarde de la cacería.
Como ya lo habían planificado, los hermanos fueron a casa de la boa y cuando
llegaron al lugar metieron leña adentro, por los dos lados del tronco caído, y le
prendieron fuego. Cuando se alejaron se empezó a quemar todo el tronco con la
boa gigante adentro.
En la casa, la hermana menor tenía cargado al hijo de la mayor mientras cantaba:
“chirautiria katetara”7 0
“chirautiria katetara”
La hermana mayor se dio entonces cuenta de lo que pasaba y pidió a la menor
que le entregara el niño, esta se lo dio pero en ese momento llegaron los hermanos quienes quisieron detenerla.
132
Cuando intentaron detenerla, se puso muy resbalosa, se fue corriendo, saltó a la
laguna y desapareció. Se fue a vivir dentro de la laguna, con su bebe, y se convirtió en la mujer boa.
Cuando la mamá llegó a la laguna le dijo a su hija: vuelve a casa y ella le respondió desde la laguna: soy la mujer boa, haré crecer la laguna muy grande en
todas las partes donde yo esté, y cantaba la misma canción que cantaba su hermana menor:
“chirautiria katetara”
“chirautiria katetara”
Y se quedó dentro de la laguna para no volver.
133
Notas
1.. Según cálculos aproximados, existirían unos 400 záparas en Ecuador y Perú pero son
los 115 que mencionamos, los que se encontraban reunidos en torno a estos objetivos.
2. Para sustentar esta afirmación remitimos al trabajo de Fishman, quien propone ocho
niveles de pérdida para las lenguas. El octavo es el más crítico. En él, solo unos
pocos ancianos hablan la lengua y se considera que esta está a punto de extinguirse.
Se recomienda, en estos casos, hacer buenas grabaciones bajo métodos que no se
degraden con el tiempo y que se hagan las transcripciones necesarias para entender las
particularidades de su sistema de sonidos.
3. Esto es el 12.5% de un total de aproximadamente 200 záparas que viven en Ecuador.
4. Witsawke, Masaraka y Aremanu, son los nuevos nombres záparas de estas comunidades. El significado de estos nombres se encunetran más adelante, en el diccionario. Es en torno a estas comunidades que se ha realizado este trabajo. La cuarta comunidad no ha sido tomada en cuenta puesto que en ella no existe ningún locutor nativo de la lengua.
5. Un nuevo asentamiento, llamado Akamaro, se planifica mientas se edita este diccionario.
6. Esta denominación merece ser revisada de acuerdo a los criterios de los propios záparas
pues resulta contradictorio que la mayoría de ellos se encuentre fuera de dicho bloque.
Los documentos históricos podrían dar luces a este respecto. Recordamos, en todo
caso, que uno de los objetivos del grupo es justamente delimitar su territorio.
7. Utilizamos aquí la palabra quechua, para referirnos al grupo y a la lengua hablada en
el Perú y kichwa, para sus correspondientes de Ecuador.
8. Realizado por ANAZPPA en septiembre de 1999.
9. En el Perú, debido a la dispersión de las familias y porque el movimiento indígena no
es tan fuerte como en Ecuador, los záparas no han podido aún organizarse. No
obstante, el encuentro con sus familiares ecuatorianos, al cabo de sesenta años, los
ha motivado ha hacerlo. Para entender las causas de la separación forzada de estas
familias, remitimos al capítulo siguiente pero asimismo a aquel denominado
Historias de vida, donde los actores mismos hablan de este episodio que marcó definitivamente al grupo.
10. Este vocablo era utilizado hasta hace poco en las ciudades de Quito y Guayaquil con
el mismo sentido.
11. Todas las referencias hacia este pueblo, hasta 1999, los identifican como záparos*
cuando ellos se autodenominan záparas. (Andrade, 1999) Hoy, las organizaciones
indígenas como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, Conaie,
134
han corregido a la historia y han reconocido a esta nacionalidad bajo su verdadero
nombre: záparas. (En lo sucesivo, usamos el asterisco para señalar esta forma incorrecta de referirse al grupo)
12. La primera versión de este mito se encuentra en el capítulo final del libro.
13. ¿Acaso su prehistoria está en estos mitos?
14. Según el Padre Juan de Velasco, Durango murió de un hachazo en la cabeza propinado por “salvajes”.
15. El texto original está en francés. Esta, como las otras traducciones, es mía.
16. Hay que recordar que los záparas eran semi nómadas y esto hasta hace apenas unos
22 años.
17. Esta información le habría sido proporcionada por Villavicencio (Villavicencio, 1858)
18. Beuchat y Rivet, 1908
19. Pero también, reflejo de la visión que se tenía -y que muchos siguen teniendo hasta
nuestros días- sobre los habitantes de la selva, todos se refieren a ellos bajo el
apelativo de “salvajes”.
20. Para tratar de dilucidar cómo la lengua zápara varió desde la época de Osculati hasta
nuestros días, recogemos en el diccionario tanto sus anotaciones como las de otros
autores que intentaron realizar una descripción de la lengua. Eso nos lleva a cubrir un
espacio bastante amplio, que va desde 1845, aproximadamente, hasta nuestros días,
pasando por anotaciones hechas en 1886 (Simson), 1952, (Peek), 1973 (Stark), para
finalmente compararlas con lo recogido por nosotros. Ver diccionario.
21. Lo que bien podría extrapolarse hacia otros ámbitos que también merecen su opinión.
22. Yuca
23. Las mujeres son quienes se hacen cargo de la chacra, ellas siembran y cosechan la
yuca, la cuecen, la despedazan y mastican para luego echarla dentro de grandes vasijas donde se fermenta, tapada con hoja de plátano, que también se recoge en la chacra.
Esta es su bebida cotidiana pero para las ocasiones especiales, para las fiestas, se la
deja más tiempo en la vasija para que se fermente más. Solo las mujeres pueden
servir la chicha y en algunas ocasiones el hombre de la casa. Se la bebe en vasijas
de barro que las mismas mujeres cuecen y decoran o en cuencos hechos de frutos
secos que se recogen en el bosque. Durante las fiestas las muchachas más jóvenes de
la casa son las que se encargan de servir la bebida, en especial a los hombres que ocupan todos un mismo lugar en la vivienda. Cada persona puede beber durante la noche
varios litros de chicha y por consiguiente emborracharse. Rechazar la bebida es rechazar el trabajo hecho por quien la sirve.
24. En este caso se refiere a los huaorani con quienes los záparas siempre tuvieron
enfrentamientos bélicos que hasta ahora recuerdan algunos de los ancianos, con pena.
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25. Ver historia personal de Juan Cruz Grefa.
26. Territorio actualmente ocupado por los záparas.
27. Ese mismo mito fue relatado hace poco por Sasiko, una de las mujeres que aún habla
la lengua en Ecuador, y cuya versión incluimos al final de este documento. Aunque
las diferencias con el relato recogido por Reinburg son mínimas, la que nosotros presentamos contiene mayores elementos.
28. Existirían otros záparas dispersos en la zona que ellos reivindican como propia, dentro de comunidades kichwas y achuar mayoritariamente y controladas casi en su totalidad por grupos evangelistas por lo que su contacto, en los dos años que tiene la organización de los záparas, ha sido imposible hasta el momento. Recordamos en este
punto que los záparas reivindican total autonomía religiosa y que este hecho les ha
traído una serie de contratiempos con los grupos evangelistas que están en toda la
región.
29. Una extensa reflexión en torno a esta manera de ser está contenida en el libro de
Norman Whitten, Sacha Runa (ver Bibliografía)
30. Ver historia personal de Sasiko.
31. Las curaciones, desde que murió el último chaman, se tenían que hacer en el Puyo,
la capital de la provincia, a donde solo se llega por vía aérea.
32. Todas las traducciones son mías.
33. El kichwa no logró imponerse de manera radical hasta bien entrado el siglo XIX. El
significativo registro de las lenguas indígenas, hecho por misioneros o viajeros hasta
el siglo XIX, sirve para apoyar esta afirmación. La mayor parte de estas lenguas ha
desaparecido.
34. Deberíamos escribir ¿kichwización?
35. Es apenas en 1999 que se reconoce a los pueblos indígenas del Ecuador la posibilidad de crear sus propias Direcciones de Educación, aunque esto no significa necesariamente que puedan dictar sus propias políticas lingüísticas o educativas. Se trata,
más bien, de un sistema descentralizador.
36. Este neologismo sirve para definir el fenómeno según el cual personas que han
recibido una educación formal, que se supone han aprendido a leer y escribir, por diferentes motivos sus aptitudes para hacerlo son mínimas.
37. La palabra competencia se usa con el sentido de aptitud o idoneidad.
38. Cesáreo es el único que habla castellano y el que más tiempo ha vivido fuera de la selva.
39. Recordamos en este punto que el mayor objetivo de los záparas, según reza su declaratoria de principios es: “Vivir en armonía con la naturaleza, según los principios de
la vida pasada”.
40. La lengua zapara es una lengua aglutinante. Estudios morfológicos se llevan a cabo
136
para poder entender con profundidad cómo se estructura la formación de las palabras.
41. Un trabajo comparativo inicial de todas estas obras permite asegurar que nos encontramos frente a una misma variedad de la lengua.
42. Su única informante.
43. Término que hace referencia las variantes combinatorias. Estas no son más que las
diferentes realizaciones que un fonema puede tener y que están determinadas por su
entorno fonético.
44. Categoría de intermedia entre las vocales y las consonantes, desde el punto de vista
de sus características articulatorias.
45. Ver historia de Juan Cruz Grefa.
46. Idem
47. Peeke, 1991.
48. Como primera hipótesis, se avanza la posibilidad de que el vocablo sea una
adaptación del término inglés airplane. Hay que recordar que Catherine Peeke y
Margaret Sargent hablaban inglés y que es muy probable que los indígenas las hayan
escuchado.
49. Antes, los záparas cocinaban o servían sus bebidas en grandes semillas secas las que
cubrían de barro para que no se rompan con tanta facilidad. Sobre el champú, aún
siguen extrayendo de un árbol de la selva un extracto jabonoso con el que se lavan
el cabello. La radio, en cambio, es ahora parte integrante de la vida de los záparas, la
utilizan para comunicarse con sus familiares en la ciudad o para solicitar vuelos a las
compañías aéreas que operan en la zona.
50. El andoa era parte de la misma familia lingüística zápara.
51. Chukchu quiere decir temblor del cuerpo en kichwa y esto evoca a la malaria
52. Nombre zápara [aremano], un pez comestible.
53. Nombre zápara [mazaraka], pez comestible, abundante aún en el río.
54. La corteza de árbol con la que se vestían antes los záparas.
55. Muritcha es río en zápara.
56. Yacu es en kichwa río. En todos los casos en los que esta palabra aparece, se refiere
a algún río.
57. La chacra es parte de la herencia de la cultura kichwa pues, según los textos históricos y el testimonio de los ancianos ellos solo se dedicaban a la recolección de frutos, a la caza y a la pesca, sus cosechas eran limitadas y se hacían en las cercanías
de la casa.
58. Hay que recordar que los záparas eran semi nómadas hasta hace unos 20 años y que
este tipo de viajes y prácticas hacían parte de su vida.
59. Esta empresa empezó sus levantamientos topográficos en 1920.
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60. Es el único de los hermanos que habla español, los demás, Ana María, Sasiko y su
marido Juan Cruz Grefa y María Luisa hablan en kichwa y, ahora, en zápara.
61. Shell es un poblado cercano al Puyo, capital de la provincia de Pastaza, que surgió
cuando la compañía Holandesa del mismo nombre, en 1920, inició los levantamientos topográficos para construir una pista de aterrizaje para facilitar las prospecciones
petroleras en la zona. Es desde esta población, que cuenta con una base militar, una
pista aérea y muchos pastores evangelistas, de donde salen los aviones que hacen la
ruta hacia las comunidades indígenas en la selva amazónica.
62. Santo Domingo de los Colorados es una ciudad subtropical cercana a Quito donde se
siembran productos agrícolas para la exportación.
63. Esto ocurría cuando el dólar norteamericano estaba casi a la par con el sucre, la moneda ecuatoriana reemplazada hace poco por la moneda estadounidense.
64. Este relato consta en el documento de autodiagnóstico de la Nacionalidad Zápara, realizado por la Organización de Pueblos Indígenas del Pastaza, OPIP en noviembre de
1998.
65. Este relato tiene una referencia a los Shuaras, en esta parte del mito aparecen bajo la
forma de hierbas cortantes.
66. El nombre de la comunidad de Mazaramu tiene su origen en esta misma palabra.
67. Puede ser el nombre que se da a Venus, porque fue referido como El Lucero.
68. Puede ser el nombre que se da a Marte aunque debe confirmarse esta posibilidad.
69. La luna es en este caso masculino. Esta idea cosmológica que acerca a la creencia del
fin del mundo, y que parece no ser única de los záparos, se produce por la alineación
de dos planetas, Venus y Marte, con la Luna.
70. Cuando preguntamos por el significado de esta frase recibimos como respuesta la
siguiente explicación. “Ella cantaba mientras veía cómo el fuego y el humo se elevaban y desaparecían entre las nubes. Su canción estaba dirigida al marido de su hermana que se estaba quemando”.
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