Kwatupama Sapara
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Kwatupama Sapara
Kwatupama Sapara Palabra zápara ANAZPPA Autor Carlos Andrade Pallares Asistente Gloria Ushigua Coordinadores Bartolo Ushigua Oscar Montahuano Informantes Antonia Santi, Sasiko María Luisa Santi, Mukutsawa Ana María Santi Juan Cruz Grefa Cesáreo Santi, Tatawja Ilustraciones Niñas y niños záparas Artes Luz Marina Salgado Impresión Abya-Yala Diciembre 2001 ISBN-9978-22-191-3 © ANAZPPA Dirección: 27 de febrero y Sucre Nº 953 Telf.: 886505 Telefax: 885-432 E-mail: [email protected] Puyo-Pastaza-Ecuador Kwatupama Sapara Palabra zápara “En la selva hallaron el árbol de la canoa, cada uno de los hermanos tiró su lanza a cada uno de los extremos del árbol y cuando cayó, la canoa estaba ya hecha. Así, fueron haciendo canoas sin más esfuerzo. Pero, tras una discusión entre los dos hermanos, uno de ellos falló su tiro de lanza y el árbol cayó entero. Desde entonces la construcción de las canoas se debe hacer manualmente”. (Historia de la luna y los planetas) ANAZPPA 2001 PRESENTACIÓN En la historia perdida de este planeta, con apoyo de nuestros sabios mayores záparas, y con los conocimientos del mundo externo, hemos logrado poner en papel las primeras investigaciones y estudios realizados sobre nuestra cultura y lengua, depositados en la memoria colectiva de las comunidades de Llanchamacocha (Juan Cruz Grefa, Sasiko Santi y María Luisa Santi), Jandiayacu (Cesáreo Santi) y Mazaramu (Ana María Santi), actores presentes y dinámicos de nuestra historia actual y herederos de Tsamaru, el conocimiento que nos ha legado la selva. La cultura ancestral zápara ha sufrido durante siglos la llegada de conquistadores, religiosos e investigadores, quienes esclavizaron, maltrataron, mataron y malentendieron a nuestros sabios ancestros. Es así como los habitantes záparas se dividieron, muchos otros desaparecieron y unos pocos logramos sobrevivir a las presiones del mundo externo. Entre tanto, varias personas empezaron a documentar la historia milenaria de nuestro pueblo, hasta que, esos mismos investigadores, nos declararon extintos. Frente a esto, en el año 1998, luego de varias reuniones en las comunidades záparas antes mencionadas, la Nacionalidad Zápara logra organizarse con la denominación de ANAZPPA (Asociación de la Nacionalidad Zápara de la Provincia de Pastaza). El 9 de agosto del año 1999, mediante Acuerdo Ministerial 02116, se consigue el reconocimiento del Estado ecuatoriano, con personería jurídica propia, luego de lo cual nos constituimos en filial de las grandes agrupaciones indígenas, locales, nacionales y regionales. Gracias al legado de mi padre, Manari Ushigua, el último shimano (chamán) zápara, y al apoyo de la Organización de los Pueblos Indígenas de Pastaza, OPIP, emprendimos una carrera contra el tiempo, con varios objetivos en mente, uno de ellos era el de revitalizar nuestro idioma y nuestra cultura. Con el apoyo económico de PRODEPINE, de la Fundación SEEDS de California, Estados Unidos, el manejo técnico del lingüista ecuatoriano Carlos Andrade Pallares y el conocimiento de la cultura zápara, de mi hermana Gloria Ushigua, día a día fuimos recopilando y compartiendo el legado de nuestros ancestros, a través de los testimonios de cinco ancianos, locutores nativos de mi lengua. De esta manera, gracias al trabajo realizado por Carlos Andrade, por un período aproximado de dos años, logramos recoger la información necesaria que requería la UNESCO para analizar la candidatura de nuestra cultura oral, para que sea considerada Patrimonio Intangible de la Humanidad, como efectivamente fuera declarada en París el 18 de mayo de 2001. Parte de lo que se encuentra en estas páginas, consta en el trabajo que preparamos para la UNESCO y gracias al cual volvemos a recuperar una parte de nuestros sueños, escondidos en alguna parte de la selva. Bartolo Ushigua Presidente de ANAZPPA Este libro está dedicado a todos los Záparas de Ecuador y Perú y en especial a Sasiko, María Luisa, Ana María, Juan Cruz y Cesáreo, sabios en todos los sentidos. A los niños y niñas que han ilustrado con sus dibujos el diccionario y que han descubierto los placeres de jugar con la lengua. A Bartolo y Gloria Ushigua, dirigentes Záparas, cuya visión y entrega ha sido la clave para que su pueblo no perezca en el olvido. Un agradecimiento especial para Anne-Gaël Bilhaut, por sus correcciones y observaciones. ÍNDICE Prólogo................................................................................................. Ríos y fronteras ...................................................................................... La Nación Zápara .................................................................................... Lingüística y ecología.............................................................................. Perspectivas ........................................................................................... Diccionario zápara – español - kichwa......................................................... Uso del diccionario .......................................................................... Cuadro fonológico........................................................................... El Acento. ..................................................................................... Palabras záparas .............................................................................. Historias de vida ..................................................................................... Sasiko ...................................................................................... María Luisa Santi, Mukutsawa ........................................................ Ana María Santi............................................................................ Juan Cruz Grefa ............................................................................ Cesáreo Santi, Tutawja................................................................... Tres mitos záparas................................................................................... Historia de Tsitsano ....................................................................... Historia de la luna y los planetas...................................................... La mujer boa ................................................................................ Bibliografía citada ................................................................................... Bibliografía consultada ............................................................................. 7 11 13 27 37 39 41 46 48 49 101 103 108 111 114 117 119 121 126 131 139 143 PRÓLOGO Este documento, destinado a las niñas y niños záparas en su empeño por revitalizar su idioma, intenta ser una contribución al estudio de las lenguas indígenas ecuatorianas. Tiene como principales propósitos detallar el proceso de revitalización del idioma zápara y entregar los primeros elementos formales para su estudio y comprensión. En este sentido, constituye también un acercamiento a esta cultura y a sus procesos reivindicativos. Para entender el alcance del trabajo que presentamos, es necesario remitir a su punto de partida. A principios de 1999, un grupo aproximado de 115 záparas1 , decidió organizarse en torno a tres objetivos fundamentales, en un momento en que su identidad como grupo, con características culturales y lingüísticas propias, se encontraba muy deprimida. Estos objetivos eran: delimitar su territorio ancestral, recuperar sus prácticas chamánicas y revitalizar su lengua. Entre este grupo, se logró identificar a cinco locutores de la lengua, de entre 70 y 90 años, que la hablaban con diversos grados de fluidez. El idioma kichwa había sido adoptado por todo el grupo y era, desde hace dos generaciones, la lengua materna de todos ellos. El castellano, era la tercera lengua presente en el grupo y sus funciones sociales estaban claramente definidas: servía para comunicarse con el mundo blanco mestizo. El diagnóstico era por tanto desalentador: la lengua estaba en peligro de extinción2 . Pero, luego de considerar factores que configuraban la existencia de una lengua única en el mundo, que además se hallaba en peligro de extinción y que constituía el mecanismo natural de expresión de un acervo cultural específico, se estimó indispensable su rescate y valorización. Este proceso, en el que aún se encuentran los záparas, implica la protección de su lengua, y a través de ella de una serie de tradiciones, historias, leyendas, artes, prácticas consuetudinarias, mitos etc. del grupo en su conjunto. Empezó, entonces, la recolección de la mayor cantidad de información en y sobre la lengua zápara, así como de su cultura, y, paralelamente, se inició el pro- 7 ceso de revitalización propiamente dicho. Este proceso tuvo como principal componente el de hallar entre los locutores nativos de la lengua, los cinco ancianos mencionados anteriormente, el compromiso de transmitir todos sus conocimientos a los miembros de sus respectivas comunidades, con especial interés en los niños. Así, en dos años, un grupo aproximado de 25 niños había adquirido un importante léxico en zápara, sobre términos referentes a la naturaleza y su entorno, además de algunas canciones3 . Adicionalmente, durante este tiempo, empezaron a conocer leyendas y mitos propios del grupo, con lo que fueron familiarizándose no solo con los sonidos de su lengua sino también con las estructuras más complejas, aunque somos conscientes de que la reducción en el uso de estas formas es un fenómeno que caracteriza a las lenguas que se encuentran en estados avanzados de desaparición, como el zápara. Toda la información recogida fue grabada, transcrita y anotada, con la asistencia de Gloria Ushigua, dirigente zápara de la mujer y escogida por las comunidades para hacer seguimiento al trabajo de revitalización de la lengua. Su apoyo al trabajo que presentamos fue vital en todos los sentidos y dotó de componentes esenciales al entendimiento de la lengua y cultura záparas. Ese material y esos aportes son la base del trabajo que aquí introducimos. Si bien los niños siguen siendo los actores principales de este proceso, no podemos olvidar que: estamos frente a un grupo de tradición oral, que pese a la implantación de una educación formal auspiciada por el Estado la mayor parte de sus miembros son analfabetos o semianalfabetos y que, por tanto, ellos requieren de un acompañamiento para poder aprovechar los materiales didácticos que se espera obtener de este trabajo. De esta manera, el documento que se presenta aquí, constituye el punto de partida para la elaboración de materiales pedagógicos propios de la Nacionalidad y que deberán ser elaborados por el equipo pedagógico de la Dirección Nacional de Educación Zápara, Dienaze, considerando las necesidades y realidades del grupo, y que además pretende extenderse hacia aquellos lugares donde no existen locutores nativos de la lengua, como es el caso de las comunidades peruanas donde viven los záparas. En resumen, este trabajo constituye una síntesis del proceso iniciado hace más de dos años y que debe continuar, respaldado por un Plan de Acción que deberá ser presentado a la UNESCO y cuyo eje principal lo constituye la educación con 8 miras a la revitalización de la lengua y cultura del grupo. En cuanto al contenido de este documento, primero señalamos las referencias geográficas básicas sobre el asentamiento actual del grupo, luego, sin pretender absoluta rigurosidad, pues es tarea que compete a otras disciplinas, introducimos a la escasa y dispersa historia del grupo; luego mencionamos algunos puntos que consideramos fundamentales sobre la situación sociolingüística actual, lo que nos permite a la vez hacer algunas anotaciones sobre el trabajo de campo. Inmediatamente después se encontrará la introducción o presentación del diccionario trilingüe zápara – castellano – kichwa. Esta parte del trabajo contiene una serie de referencias técnicas, en particular sobre el sistema de sonidos de la lengua, que quizás merezcan explicaciones más personalizadas a quienes tienen a su cargo la tarea de difundir este material entre los niños y jóvenes záparas. Luego se presenta el diccionario propiamente dicho. A continuación, como material de apoyo a todo lo mencionado anteriormente, incluimos la historia personal de los cinco locutores de la lengua zápara que han servido de informantes para esta investigación. Estas historias, consideramos, contienen importante información histórica, antropológica, etnográfica y sociolingüística, sobre un período aproximado de 70 años en el cual poco o nada se ha escrito sobre el grupo. Finalmente, y puesto que sus referencias son constantes dentro del cuerpo mismo del diccionario, incluimos tres mitos záparas, en torno a los cuales hemos trabajado con más ahínco en estos dos años y que además dan cuenta de su riqueza oral, hoy Patrimonio Intangible de la Humanidad. Finalmente, solo resta señalar que lo que se presenta aquí, no es más que el principio y que los riesgos de desaparición de la lengua continúan latentes. Un plan de acción para los próximos cinco años está siendo preparado por los záparas, centrado en aspectos educativos, para lograr la revitalización de su cultura e idioma. De la correcta realización de dicho plan, y de los recursos para lograrlo, depende el futuro del grupo y su lengua. 9 RÍOS Y FRONTERAS Establecer con precisión cuál ha sido el territorio ancestral del grupo zápara, o de los grupos záparas, es una tarea que ha sido causa de frustración para más de un investigador. No es pretensión de este trabajo intentar resolver un tema tan difícil pero una discusión en torno a él puede surgir de lo que se encuentra detallado más adelante, en el capítulo destinado a la historia del grupo. Por el momento, los záparas de Ecuador intentan delimitar su territorio pero para lograrlo deben llegar a acuerdos con comunidades pertenecientes a otras nacionalidades, lo que hace muy difícil las negociaciones. Delimitar el territorio es una de las prioridades de los záparas, junto con el proyecto de revitalización del idioma. El territorio es el lugar que necesita el grupo para sobrevivir, es el lugar donde se hacen manifiestas sus expresiones culturales. El trabajo de revitalización de la lengua zápara ha sido llevado a cabo enteramente en territorio ecuatoriano pero eso no quiere decir que todos los záparas del Ecuador han sido tomados en cuenta para dicho trabajo. Esto se refiere a los límites que ha tenido esta investigación, sobre los cuales trataremos más adelante. Pero para tener una idea precisa del alcance de este trabajo, es necesario ubicar a los záparas primeramente en el espacio. En Ecuador, las comunidades záparas se encuentran ubicadas en la provincia amazónica de Pastaza, cuya capital es Puyo, unos 300 kilómetros al sureste de la capital de la República, Quito. Las comunidades son: Llanchamacocha, Jandiayacu y Mazaramu4 , ubicadas en las riveras del río Conambo, y la comunidad de Cuyacocha, en las riberas del río Pinduyacu5 . Ambos ríos son tributarios del Tigre y éste del Amazonas. Adicionalmente, un número reducido de záparas vive integrado en comunidades pertenecientes a otros grupos indígenas, especialmente en las comunidades de Conambo, Torimbo y Balzaura, en el denominado Bloque Zápara.6 En el Perú, los záparas viven dentro de comunidades quechuas y mestizas7 . La principal de ellas, y donde hay más familias záparas concentradas, es la comu- 11 nidad 28 de Julio, en el Distrito de El Tigre - Intuto, Provincia de Loreto, región de Loreto. Esta comunidad está ubicada en las riberas del río Tigre, que recibe las aguas del Pinduyacu y el Conambo, y es uno de los principales afluentes del río Amazonas. La mayor parte de los záparas que viven actualmente en Perú, habrían llegado a ese país durante la guerra con Ecuador en 1941. Si bien su territorio podía haberse extendido hasta donde se encuentran actualmente, es sobre el actual territorio ecuatoriano donde tradicionalmente han vivido los záparas. Los záparas de Ecuador son, según el último censo8 , 176 individuos repartidos en las comunidades de Llanchamacocha, Jandiayacu, Mazaramu y Cuyacocha. De estos, 54% son niños, 20% hombres adultos y 26% mujeres adultas. Entre ellos se encuentran cinco locutores nativos de la lengua zápara: tres mujeres y dos hombres de más de 70 años de edad. Una veintena de záparas más, según lo sostiene ANAZPPA, se encontrarían en el llamado Bloque Zápara y entre ellos al menos dos locutores más. Si estas personas no han sido tomadas en cuenta es debido a que esta investigación fue financiada por el Programa para el Desarrrollo de los Pueblos Indígenas y Negros del Ecuador, Prodepine, y que el proyecto circunscribía el trabajo a las comunidades mencionadas inicialmente, y donde se encuentra la mayor concentración de záparas del Ecuador. En el Perú existen alrededor de 200 záparas dispersos dentro de comunidades habitadas por otros grupos humanos mayoritarios, quechuas y mestizos fundamentalmente. Ninguno, de los que se ha contactado, habla en estos días la lengua zápara. Sin embargo, en la comunidad 12 de Octubre vive uno de los tres últimos chamanes záparas que intenta iniciar un proceso de formación a niños y jóvenes ya escogidos para que puedan convertirse en los chamanes del grupo.9 12 LA NACIÓN ZÁPARA La historia de la Nación zápara es escasa, entrecortada y se interrumpe abruptamente hasta que finalmente un texto publicado en Ecuador en 1992, (Barriga, 1992: 264) los declara “oficialmente desaparecidos”. Existe una sola referencia al origen de la palabra záparo. Alfred Simson, un viajero inglés que estuvo el siglo XIX entre ellos señala: "Záparo significa una especie de cesto hecho con fuertes bejucos partidos, rellenados con hojas impermeables y con la tapa del mismo material." (Simson, 1993: 162) Sasiko, una de las mujeres que aún habla la lengua en Ecuador lo confirma, dice que zaparo [saparo] es el nombre que dan a las canastas en su lengua1 0. Pero también asegura que zápara era el apellido de todos ellos, antes de que la religión y el Estado les obliguen a cambiar sus nombres.11 Los Záparas sostienen que son descendientes del mono “coto”, un primate que tiene una corona rojiza en la parte superior de la cabeza, igual que ellos. Por esta razón, no cazan a este animal. Cuentan los ancianos que un mono coto, mientras bebía agua del río Conambo (kiramu en idioma zápara), se convirtió en hombre. Otro mono coto que hizo lo mismo, se convirtió en mujer. De la unión de estos dos seres nació Tsitsano. Un día Tsitsano se fue a caminar por la selva y solo se lo volvió a ver al cabo de unos años, convertido en un poderoso shimano (chamán), cargado de lanzas y bodoqueras. Durante su ausencia, entró en contacto con todos los animales de la selva y con los espíritus que la habitan. Así, Tsitsano encontró al zancudo que lo invitó a pasar la noche con él y luego de que este aceptara, el zancudo intentó picarlo, seduciéndolo con su zumbido. Luego visitó las casas de swiñuka –una paloma silvestre–, de los murciélagos –atari- y de muchos otros animales. A su paso, Tsitsano se “casó” varias veces. En su recorrido, entendió y adquirió la sabiduría de los diferentes seres que pueblan la selva.1 2 13 Frente a este mito que explica el origen de los záparas y su relación con la selva, se encuentran pocas referencias a su historia.1 3 Estas referencias provienen de los relatos hechos por los misioneros y viajeros europeos entre los siglos XVII al XIX: historias de muerte, esclavitud, sometimiento, abuso y exterminio, común a todos los pueblos de la región. “El contacto de los europeos con los pueblos indígenas durante los siglos XVI a XIX tuvo como consecuencia una declinación de la población de un 55% hasta un 100% en toda el área del alto Amazonas” (Sweet, in Reeve, 1987: 53). Si bien los primeros exploradores europeos que precedieron a los misioneros jesuitas fueron quienes establecieron un primer contacto con muchos grupos humanos de la zona, hacia 1538, su interés radicaba en el “descubrimiento” de nuevos territorios para el imperio, lo que se refleja en la cartografía oficial de la época y en la “relación” o memorias de los expedicionarios. Así, el primer contacto del “hombre blanco” con los záparas, del que se tiene referencia, es el que establece el Padre Cueva en 1665. Once años antes, este jesuita construyó la primera misión por el río Pastaza, marcando la presencia de su orden religiosa en la Amazonia ecuatoriana y con esta, la total transformación de la cosmovisión indígena. El procedimiento de los jesuitas consistía en fundar pueblos en las cabeceras de los principales ríos y agrupar en ellos a indígenas que debían seguir las instrucciones de los curas. En 1669, otro jesuita, el Padre Nicolás Lanzamaní o Durango,1 4 establece la misión de Todos los Santos de Záparo a las orillas del río Bobonaza, cerca de la desembocadura con el Pastaza. Esta misión fue ocupada, a parte de los Záparas, por los Gae y los Romaina, grupos de la misma familia lingüística, según Beuchat y Rivet (Beuchat et Rivet, p.6), y con quienes muchas veces se los confunde. Entre los siglos XVI y XVII, el “conjunto de la región comprendida entre el Pastaza y el Curaray es el feudo incontestado de los grupos Záparos*: los Gaes formando el elemento más meridional de este conjunto, mientras que los Semigaes les son fronterizos al suroeste y los Záparas propiamente dichos al noroeste” (Taylor 1988). A partir de este momento, y hasta finales del siglo XVII, la implantación de las misiones sufre varios reveses ocasionados por la inexperiencia de los misione14 ros y por las constantes negativas de los indígenas a ser sometidos. También por la “caza de esclavos” por parte de los españoles con quienes se confundía a menudo a los misioneros, así como con los expedicionarios militares que trataban de someter a los indígenas por la fuerza. Los encomenderos y otros funcionarios españoles también intervienen en esta historia como individuos que tenían a su cargo el sometimiento de los grupos indígenas para convertirlos en trabajadores, o esclavos, de las grandes propiedades de la Sierra, con el consecuente exterminio de muchos de estos grupos. A esto se suceden las guerras interétnicas, las enfermedades traídas por los españoles y la hambruna. Esto es lo que ocurre durante el siglo XVIII, hasta que al fin, “entre 1740 y 1767 los jesuitas abandonan sus esfuerzos misioneros en la región del Alto Napo-Pastaza”. (Reeve, 1988: 66) Como se puede ver, ninguna referencia existe sobre los záparas hacia finales del siglo XVII. En 1708, se los encuentra, junto con Gaes y Semigaes en la misión Nuevo San Javier de Gaes, fundada por el mismo P. Durango en 1696. Hacia 1730 se reportan grupos de záparas entre los ríos Corrientes y Curaray. El padre Manori (Reeve, 1988: 86) señala que en 1737 unos pocos záparas se encontraban en las misiones mientras que el resto eran “independientes”. La misión de Andoas reagrupaba záparas, gaes y semigaes “lo que acentúa la confusión de los viajeros y misioneros en cuanto al supuesto parentesco de los záparas y de los andoas.” (Bilhaut, 1999:11)1 5 Así, al tratar de reconstruir la historia de este pueblo nos encontramos, más que con su historia propiamente dicha, con referencias a ellos a través de las labores de los misioneros y su tarea evangelizadora. (Grohs, 1974) Ahora bien, posteriores interpretaciones de estos datos permiten entender, por ejemplo, que la presencia de grupos záparas en las misiones, se debía en gran medida a que estos huían de las guerras interétnicas que también caracterizan a la historia de esta nación, y que constituyen otro de los motivos de su decadencia. (Costales, 1997: 45) 15 Frente a esta tendencia de encontrar refugio en las misiones religiosas, grupos mayoritarios de záparas permanecían en sus territorios ancestrales, recorriéndolos para cazar o para intercambiar productos con familiares u otros. Pero también enfrentándose a muerte con grupos enemigos. Estos hechos son los que, a nuestro criterio, cubren de incógnitas al verdadero número de záparas así como a la extensión del territorio que ocuparon. Cabodevilla, al relatar la historia del grupo huaorani en su relación con la de otros pueblos de la Amazonia (Cabodevilla, 1989), concuerda con el hecho de que reconstruir la historia del pueblo zápara hasta entrado el siglo XIX es frustrante por la falta de información que sobre ellos existe. “Si en el período jesuítico tuvieron los misioneros escaso éxito con las reducciones záparas, que fueron pocas y breves, en los años que nos ocupan no hay más rastros de ellas” (Cabodevilla, 1989: 110) Es solamente durante el siglo XIX que los exploradores europeos reportan contactos más prolongados con los záparas, con claras referencias a sus costumbres y su carácter. Todos ellos (Osculati, 1846; Castrucci, 1854; Villavicencio, 1858; Simson, 1886; Pierre, 1887-1888; Wiener, 1879-1882) se refieren con el mismo entusiasmo a su carácter pacífico y hospitalario y a su destreza en el manejo de la lanza, entre otras cosas. Pero no dejan de haber las referencias religiosas que los quieren convertir al catolicismo: "Los záparos* son los indios más dóciles, hospitalarios, y sensibles a las verdades evangélicas: forman una mies dispuesta naturalmente, que no espera sino la acción de los operarios apostólicos. Se me presentaron muchos de estos salvajes; todos me pidieron, y algunos con vivas instancias, el bautismo; pero me vi en la necesidad de diferirlo, porque me obligaba a ello su absoluta ignorancia de las verdades de nuestra santa religión" (Pierre, 1983: 88-89). La expansión territorial del grupo zápara y de otros de la misma familia etnolingüística, deja en los relatos de los viajeros del siglo XIX varias interrogantes sobre los verdaderos grupos a los que visitaron. Así por ejemplo Castrucci, misionero peruano que realizó un viaje en 1846 por "territorio de los záparos*” relata el encuentro con “indios belicosos y asesinos pero que me recibieron muy bien”, sin más precisiones. 16 Otro de los vacíos históricos, asociado con la gran extensión de territorio que aparentemente ocupaban, es la que se refiere a su número. Castrucci dice que son unos 1.000. Osculati, viajero italiano que estuvo en América ecuatorial entre los años 1846 y 1848 dice: “La nación salvaje de los Záparos* está formada de no más de 20 a 25.000 individuos, según noticias obtenidas en el Ecuador.1 7 Ellos ocupan esa parte del territorio que está entre el río Napo y el Pastaza hasta la desembocadura del Curaray...” (Osculati, 2000, p., 22) Otros, como Simson, ni siquiera avanzan un número. Sobre su territorio también se aprecian muchas discrepancias pero luego de un análisis detallado de todas las referencias que existen al respecto, se puede deducir que el principal río que ocupaban los záparas durante el siglo XIX (Simson, 1993: 163) (Costales, 1975: 32) (Pierre, 1983: 85), es el Curaray y que su territorio se extendía hasta el río Napo, provincia del mismo nombre, y hacia el sudeste, el Tigre. El grupo de záparas que aún vive en Ecuador sostiene que el río que ellos siempre ocuparon fue el Conambo, al suroeste del Curaray pero dentro del territorio que ellos siguen reivindicando como propio. En este punto debemos dejar de referirnos al grupo para hablar de su lengua, o de la familia etnolingüística zápara. Existe la hipótesis, de acuerdo al etnólogo y lingüista Paul Rivet, (Rivet, 1907), de que la lengua zápara es de origen guaranítico y que está emparentada con la lengua Miranyá. No obstante, no parecen existir argumentos contundentes que confirmen dicha hipótesis (el mismo Rivet la dejó inconclusa). Además, y pese al enorme aporte de Rivet y Beuchat al estudio de las lenguas indígenas americanas, estos autores, en su deseo por entender las filiaciones lingüísticas de la mayor parte de lenguas de Colombia, Ecuador, Perú y una buena parte de Brasil, sostienen, entre otras cosas, que la familia etnolingüística zápara estaba conformada por al menos 39 grupos diferentes, lo que les lleva a afirmar que: “los Záparo constituyen uno de los grupos étnicos más importantes del Oriente de la República del Ecuador”.1 8 Para llegar a esta conclusión, los autores recogen, además de lo que les dictó su experiencia, las clasificaciones hechas por una serie de viajeros locales y extranjeros que, a nuestro criterio, encierran muchas apreciaciones subjetivas y que no aportan pruebas contundentes de una posible filiación entre estos grupos. Aceptamos que existe o que puede existir parentesco lingüístico, de acuerdo a lo ob- 17 servado en los registros sobre varias de estas lenguas, (Andoa, Arabela, Iquito) pero no nos aventuraríamos a afirmar que todos los otros grupos mencionados por Beuchat y Rivet hacían parte de la misma familia etnolingüística zápara. Entre estos grupos se encuentran Orejones, Piojés, Encabellados (al que algunos autores asocian a las tribus Tucano), Avijiras, Avishiris (que pueden ser dos maneras diferentes de nombrar a un mismo grupo y que varios autores señalan como el nombre probable dado a los huaorani) (Cabodedevilla, 1989), Romainas, Icaguates, Coronados, Maynas, etc., sobre la mayor parte de los cuales existe escasa información. Creemos que, retomar dicho afán “clasificatorio”, sin mayores estudios que aporten a su discusión, no hace más que aumentar la confusión que existe en torno al origen de los pueblos indígenas. Como dato suplementario, señalamos que, de acuerdo a la clasificación de las lenguas aborígenes de Colombia, de Jon Landaburu, el miranyá, o miraña, pertenece a la familia lingüística bora. Sea como sea, varios autores comparten la idea de Rivet de que el grupo zápara era mayoritario en la actual amazonia ecuatoriana; ya el padre Juan Velasco se había referido a la Nación Zápara, referencia retomada también por el italiano Osculati. Volvamos ahora al grupo. Las informaciones de los viajeros europeos hacia territorio Zápara durante el siglo XIX, a pesar de los vacíos que ellas dejan, son portadoras de las referencias más certeras con que se cuenta sobre sus costumbres, modos de vida, tradiciones e incluso sobre su idioma.1 9 Osculati posee un extenso vocabulario sobre la lengua zápara y una descripción gramatical de la misma. Estudios diacrónicos permiten observar mucha acuciosidad en la recolección de dicha información y hay vocablos claramente identificables con la variedad de la lengua que aún se habla en Ecuador. Lo mismo ocurre, aunque de forma más resumida, con el vocabulario recogido por Simson quien no obstante declara que tal recolección constituyó “una labor casi adivinatoria”. (Simson, 1886/1993: 163)2 0 Son también interesantes las apreciaciones subjetivas que estos dos viajeros europeos tienen sobre el idioma.2 1 “Su pronunciación es sonora y clara; hablan con gran volubilidad”, dice en una de sus observaciones Osculati. (Osculati, 1854/2000: 139). Frente a este, Simson se refiere a la lengua zápara en los si18 guientes términos: “Su idioma es desagradable al oído y sus sonidos se articulan en forma muy indistinta, lo cual hace que, para un extraño, sea una labor muy difícil y aún casi imposible, el percibir la pronunciación exacta de sus palabras, pues muchos sonidos parecen que los retuvieran en la boca” (idem). A parte de estas dos referencias, no existe más información sobre el “carácter” de la lengua de los záparas hasta 1952, como se verá más adelante. En cambio, sobre su modo de vida, es Osculati nuevamente quien más información proporciona. Así, por ejemplo, señala: “Duermen todos indistintamente en las hamacas, o redes colgantes que tienen elevadas a algunas brazas del suelo”. Esta práctica ha desaparecido y si bien siguen tejiendo hamacas, ahora duermen en catres de madera al interior de casas que cuentan ya con paredes hechas de tabla. Sobre sus tareas cotidianas dice: “... no se dedican a ningún otro trabajo salvo la construcción de pequeñas canoas, el tejido de redes y hamacas, la fabricación de lanzas y arcos, y no cultivan más que un poco de ñame2 2 y banano”. Estas tareas siguen siendo las que ocupan su tiempo, junto con la cacería y pesca que tiene a cargo los hombres y a las cuales también se refiere Osculati. En cuanto al cultivo en las chacras o huertos tradicionales, no se aprecia un gran cambio y por tanto tampoco en su alimentación pues la yuca (manioca osculenta) y el plátano, siguen siendo la base de su alimentación diaria, junto con peces y animales de la selva, incluidos gusanos. “En ese lugar me fue ofrecido un gran puñado de gruesos gusanos o larvas asadas, que se encuentran en la médula de las palmeras, junto con algunas gruesas hormigas” (idem). Las mismas referencias se hacen de las bebidas fermentadas, la chicha, parte fundamental de su vida y portadora de un fuerte significado social que da cuenta de cómo se organiza el mundo de los záparas hasta estos días.2 3 Lo que queda claro, luego del relato de Osculati, es que prácticas de esclavitud eran comunes durante la época. El último poblado zápara que visita Osculati se llamaba Sinchichicta sobre el cual hay una noticia posterior referida por Cabodevilla: “he formado entre los záparos* una bella estación en Sichinchicta, donde viven unas 40 familias instruidas y bautizadas por mi”. (Colini, 1883 in Cabodevilla, 1988: 113). Este mismo autor deduce que del relato de Jouanen (Jouanen, 1941), el poblado aún existía en 1880 “con capilla y casa para el misionero”. 19 Si bien todos los viajeros europeos que estuvieron en la actual Amazonia ecuatoriana durante el siglo XIX se refieren a la extensión del territorio de los záparas, algunas imprecisiones geográficas y lo disperso de la información que existe al respecto solo deja afirmar que era uno de los grupos más numerosos y aquel que ocupaba uno de los territorios más extensos dentro de la Amazonia ecuatoriana, incluso hasta territorio que hoy hace parte del Perú. Así, según Cabodevilla: “el Pastaza es el río de los záparos*, también lo es el Curaray, los záparos* dominan las riberas del Napo desde Ahuano al Yasuní, hay záparos* en este río y en el Tiputini” (idem). Este dato se refiere a lo que sucedía entre 1880 y 1890. Al finalizar el siglo XIX se inicia en el nororiente peruano y en la Amazonia ecuatoriana la fiebre del caucho que trajo muchos colonos mestizos a estas tierras y con ellos, con sus exigencias y maltratos, el inicio del exterminio de muchos pueblos, entre ellos los záparas, que desde entonces, y por el lapso de unos 20 años, se vieron reducidos casi hasta su total desaparición. Parte de esta historia está viva en la mente de los ancianos, que la oyeron a su vez de sus padres y abuelos y la cual perdura bajo la forma de una canción sobre este tema. Para sustentar el relato sobre este capítulo de su decadencia referimos nuevamente al trabajo de Cabodevilla, quien a su vez cita a varios autores conocedores de la época en cuestión, es decir entre 1890 y 1920. Primero cita al P. Pozzi que en 1875 aseguraba: “La familia de los záparos* es numerosísima. Ocupan la parte comprendida entre la orilla meridional del Napo y se extienden hasta la del Pastaza con el Bobonaza. Según el nombre del río se llama Curaray, Tiputini, Yasuní, Shiripuno, Nushiño, Rotuno, etc.” (idem: 150) Luego se refiere a un viajero inglés de apellido Loch quien menos de 50 años después desciende por el río Villano sin encontrar a nadie. “Llegamos al Curaray sin ver a nadie, luego a Puerto Tungurahua, formado por un grupo de cabañas indias bajo el mando de un hombre blanco, José Vicuña. Nos dijeron que en el país de los aucas solo encontraríamos la muerte, era la tierra de nadie-nadie. No quedaban záparos*. La completa desaparición de los záparos* era en verdad sorprendente. Solo unos pocos años antes habían constituido una gran y próspera tribu renombrada por su relativamente avanzado estado de civilización y famosa por su alfarería y especialmente por sus hamacas sin nudos tejidas de fibra 20 de chambira... Aquí, en Puerto Tungurahua descubrí una pequeña y desdichada banda de tres záparos*, quienes al ser interrogados trajeron más lúgubres historias de la disminución de su gente. Fiebres, enfermedades, y los aucas, siempre los aucas,2 4 les habían alejado de su tierra.” (Loch, 1938 in Cabodevilla, 1988: 150). Finalmente, este mismo autor hace una reflexión que concuerda en todos sus aspectos con la realidad que relatan los záparas aún vivos: el contacto con el hombre blanco los puso al borde de la desaparición. Es de esta época de la cual datan los nuevos nombres castizos de los záparas que adoptaban aquel de su patrón, como es el caso de uno de los habitantes de la actual Llanchamacocha y a cuya historia personal remitimos.2 5 Nuevamente Cabodevilla proporciona datos sobre los pocos supervivientes záparas y sobre su dispersión luego de las primeras incursiones de los caucheros. Esta vez lo hace refiriéndose a un hombre de apellido Bravo quien en 1904 los sitúa en el alto Cononaco, Nushiño, Tiputini y Tereré. “De las tribus que pueblan el oriente, la zápara es la más ramificada y extendida; numerosas familias habitan la zona entre el Curaray y el Napo, incluyendo la generalidad de sus afluentes; otras se encuentran por las zonas del Pastaza y Tigre2 6 y varias en el curso superior del Putumayo ” (idem: 152) A los catastróficos efectos que dejó la explotación del caucho en la zona, se sumaron las enfermedades que llevaron consigo los caucheros que esclavizaron a los indígenas, a las matanzas de las que fueron víctimas en las ocasiones en la que intentaron sublevarse, de los traslados obligatorios hacia territorios desconocidos, incluido Brasil, de donde algunos intentaron en vano regresar. Conocemos, del relato hecho por los ancianos, de presencia de esclavos negros, provenientes de Brasil, en las haciendas caucheras con los que, dicen, algunas záparas se casaron. Más que una estrategia, su dispersión territorial hacía parte de su vida nómada y es quizás gracias a ella que grupos minoritarios lograron sobrevivir hasta estos días. Luego de los relatos sobre la época del caucho, venidos de muchos hacendados o comerciantes, pocas noticias existen sobre el grupo al punto de que en algunos textos se los da por desaparecidos. (Ribeiro, 1978: 196). A nivel lingüís- 21 tico, el kichwa empieza entonces a tomar ventaja sobre los otros idiomas. Esto tiene origen en las misiones dominicas, donde vivía gran cantidad de miembros de este grupo y donde finalmente se fueron a refugiar los de otras etnias. Estos indígenas, como ya lo señalamos, no sufrieron tanto los embates provocados por los caucheros, debido a la actitud firme de los misioneros. (Guzmán, 1997: 30). Pero hasta entonces las poblaciones eran mayoritariamente bilingües y trilingües y aquí nos referimos solo a lenguas vernáculas, ya que el castellano siguió siendo ajeno a muchos indígenas. En 1921, Reinburg (Reinburg, 1921: 11-15) publica un texto recogido de “los záparos* de Curaray y de Canelos”, en una población llamada San Antonio, que hace referencia a la creación de la luna, los planetas y algunos animales de la selva.2 7 Frente a estos mitos, la historia oral de los sobrevivientes de la época del caucho, ha permitido reconstruir la historia del grupo y, en este caso en particular, de los záparas que sobreviven aún. Estas historias, que se adjuntan a este documento, permiten reconstruir la historia del grupo en cuestión a partir de 1930 aproximadamente y remitimos a ellas para complementar la información que se resume a continuación. “Los Cuturuna nos enseñaron a hacer cerámica. Ellos vivían muy adentro en la selva en donde tenían sus chacras. Sus casas quedaban lejos unas de las otras. Los Cuturuna sabían hablar zápara y también kichwa. Yo no sé de dónde ellos habrán venido” (Guzmán, 1997: 23).2 8 Este testimonio, aunque no tiene fecha, reporta sin duda al tiempo inmediatamente posterior a la explotación del caucho, entre 1930 y 1940, y se refiere a lo que sucedió en la zona de Canelos, donde su gente se autodenomina runa que quiere decir: los que se comunican en kichwa independientemente de su origen (achuar, kichwa o zápara). La historia más reciente de los záparas está íntimamente ligada a la formación de este nueva manera de ser, de ser runa, y es ahí donde radica su riqueza y también su debilidad.2 9 22 En 1941 Ecuador y Perú se enfrentaron en una guerra por problemas territoriales que tuvo incidencia directa en la historia de los záparas. Al estar situados cerca de la zona de conflicto, sufrieron en carne propia las desventuras de la guerra. Muchos de ellos, cuentan los ancianos, fueron asesinados por soldados peruanos que penetraron en su territorio, los hicieron prisioneros, violaron a las mujeres y finalmente se llevaron con ellos, en calidad de prisioneros, a muchos záparas. Los que se resistieron a ser tomados prisioneros o que intentaron escapar fueron asesinados en el camino. Los que lograron esconderse en la selva son los que finalmente viven ahora en territorio ecuatoriano en torno a las cuatro comunidades donde se focaliza el trabajo de la Organización Zápara, en la Provincia de Pastaza. El resto de supervivientes de la guerra se quedó a vivir en territorio peruano y no volvió a ver a sus familiares del norte sino 59 años después cuando se realizó el primer encuentro entre záparas de ambos países. Luego viene el tiempo de comercio que establecieron los záparas de Ecuador con el poblado kichwa de Sarayacu, el más importante comercialmente hablando de la época. Con estos intercambios comerciales y con la penetración de la cultura kichwa en los poblados záparas se inicia de cierta forma la aceptación de esta nueva cultura y de su idioma en el entorno zápara. Los matrimonios intergrupales se acrecientan durante este período y también la migración hacia la ciudad o hacia territorios controlados por los kichwas. Entre tanto, otro hecho importante ocurrió en territorio ecuatoriano: la llegada del Instituto Lingüístico de Verano, ILV, grupo evangelista que penetró la región en la década de 1950 con el pretexto de estudiar las lenguas aborígenes de la Amazonia pero que escondía tras de su propuesta una misión clara: evangelizar a los indígenas y con ello, transformar toda su cosmovisión. Dos misioneras del ILV, Catherine Peeke y Margaret Sargent, llegaron caminando al poblado zápara de Ullawuangaspunku en 1952 y anunciaron que se quedarían ahí hasta aprender la lengua. Sasiko, una de las personas que aún habla el idioma en Ecuador fue una de sus informantes y de ella provienen todos los datos que se tiene al respecto.3 0 La presencia de estas dos misioneras cambió radicalmente las costumbres de los záparas, no así su visión del mundo pues no 23 aceptaron sus nuevas ideas. En cambio, nuevas necesidades surgieron y con ellas los intercambios comerciales con los poblados kichwas se incrementaron aún más. Los záparas intercambiaban hamacas, carne de la selva, collares hechos con huesos de animales y semillas por nuevos productos que se volvieron una necesidad, como la pólvora o las municiones, también sal, azúcar y otros productos que antes no hacían parte de su dieta. Lo mismo ocurrió con la vestimenta pues si hasta entonces los záparas se seguían vistiendo con llanchama, pronto la cambiaron por los vestidos de tela, más coloridos. También surgió el uso de la medicina occidental pese a que hasta entonces contaban con la ayuda espiritual de un poderoso chamán que muchas veces atendía las necesidades de gente ajena a su nacionalidad. Entre tanto, el idioma kichwa iba ganando terreno y desplazando poco a poco al zápara. Mientras todo esto ocurría, la vida dentro de la selva seguía desarrollándose con cierta normalidad, apegados a lo que habían aprendido de los mayores, cazando, pescando, sembrado en sus huertos, recolectando frutos silvestres, fabricando sus hamacas y vasijas de barro. El cambio más radical que surgió luego de este período, empujados por la modernidad, fue la decisión de cambiar su vida semi nómada por el asentamiento en poblados bien definidos, donde se empezó a construir pistas de aterrizaje para aproximarse con más facilidad a la ciudad y todas las “comodidades” que parecía esta aportar. Entre ellas, el acceso a una educación formal regentada por el Estado. Las cosas no fueron como se las imaginaron. La educación para los niños no llegó cuando y como ellos la esperaban. La pista de aterrizaje no llevó al avión que supuestamente les ayudaría a sacar a los enfermos a la ciudad sino que trajo grupos evangelistas que les dieron agua por tubería pero que quisieron luego construir una iglesia en el lugar. Este rechazo por parte de los záparas, cuyo guía espiritual estableció las distancias del caso con los evangelistas, les traería más de un problema: cuando el chamán Blas Manari Ushigua enfermó de gravedad y ellos pidieron que un avión lo saque a la ciudad para curarlo ahí, este avión, de un grupo de evangelistas que supuestamente tiene la tarea de hacer el servicio de ambulancia aérea hasta hoy, llegó, pero tres días después de que Blas Ushigua muriera. 24 Este hecho ocurrido en 1996, el de perder a su guía espiritual, fue de tal impacto en el grupo zápara que se discutió entre ellos la posibilidad de aliarse definitivamente a los grupos mayoritarios, controlados para entonces por grupos evangelistas. La idea no progresó y más bien se discutió sobre la posibilidad de organizarse para defender sus derechos y revalorizar una cultura que para entonces se veía cada vez más absorbida por los grupos mayoritarios de la zona y amenazada por el aumento de la dependencia hacia la ciudad.3 1 Así surge en 1999 la Asociación de la Nacionalidad Zápara de la Provincia de Pastaza, ANAZPPA, bajo la presidencia de Bartolo Ushigua, uno de los hijos del último chamán y con ella el proceso que los llevaría a resurgir sobre la escena nacional mediante las acciones de revitalización de su idioma, territorio y otras tradiciones que, pese a todo lo relatado aquí, habían sobrevivido. 25 LINGÜÍSTICA Y ECOLOGÍA El trabajo que se presenta, dio especial importancia al nexo que existe entre la lengua y el grupo. Para obtener una visión lo más clara posible del mundo zápara, adoptamos un acercamiento integracionista, en el sentido de que consideramos que las variaciones sociales, estilísticas y geográficas son en realidad reflejos de los cambios que se han producido en el tiempo y que una teoría lingüística construida en torno a esta idea de cambio permite observar elementos históricos, sociolingüísticos, dialectológicos, u otros, de manera global. Es por eso que hemos recurrido al intento de comprender cuáles han sido los factores que llevaron a la lengua hasta su cuasi extinción, lo que nos ha llevado, a la vez, a tratar de entender la estrategia de asociarse a grupos mayoritarios que terminaron por imponer lengua y cultura. Este acercamiento tiene su sustento teórico en lo que los lingüistas, desde hace unos diez años, han denominado “ecología lingüística”. El término ecología tiene dos acepciones. La primera, y más divulgada, es la que se refiere a la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sí y con su entorno. La segunda, sirve para definir aquella parte de la sociología que estudia la relación entre los grupos humanos y su ambiente, tanto físico como social (DRAE.) Al extrapolar estos dos significados al estudio de las lenguas, aclaramos, en parte, el uso que haremos del concepto de “ecología lingüística”. Las otras definiciones provienen de los lingüistas que se encuentran al frente de tal propuesta. Uno de los que más aportes ha dado en este sentido es Peter Mühlhäusler para quien: “El término 'ecología de las lenguas' como aquel de 'familia de lenguas', es una metáfora derivada del estudio de los seres vivientes. El hecho de que uno pueda estudiar las lenguas como el que estudia las interrelaciones de los organismos entre sí, y en relación con su entorno, presupone el uso de otras metáforas e ideas, especialmente aquella de que las lenguas deben ser vistas como entidades localizables en el tiempo y en el espacio... La consideración de factores ecológicos es un prerrequisito para cualquier explicación tanto de la 27 historia como de las estructuras gramaticales de las lenguas de un área. Son sus factores ecológicos los que hacen de ellas entidades, los que definen sus fronteras y los que determinan su crecimiento y supervivencia." (Mühlhäusler, 1996, 2)32 Así, “cada lengua nos ofrece una perspectiva original y única de adaptación al entorno natural y cultural en el que se usa. El estudio de estos aspectos de la adaptación de las lenguas a su entorno es lo que se denomina ecología lingüística” (Moreno Cabrera, 2000:109) En efecto, así como se necesitan condiciones adecuadas para que una especie prospere, también se necesita, para el caso de los idiomas, “una ecología socioeconómica adecuada, que los nutra, haciéndolos útiles a sus portavoces para su supervivencia. Dicha ecología tiene poco que ver con el tamaño de la población que la habla, o con el hecho de que si dicha población domina a otro grupo o es dominada.” (Mufwene, 1998, 1) El “lugar” que ocupa una lengua tiene que ser entendido en función de las relaciones que esta tiene con otras lenguas y por el espacio que ocupa dentro del ecosistema, es decir, por sus funciones y por sus relaciones con el entorno. Todo esto puede ser visto como un sistema ecolingüístico en el que las lenguas se multiplican, cambian, se cruzan, convergen, etc. A cada instante las lenguas están sometidas a estímulos exteriores y esto produce cambios internos en dichas lenguas y esos cambios pueden generar, con el tiempo, variaciones locales, dialectos, otras lenguas; o, en su defecto, pueden llevarlas a desaparecer. El estudio de las lenguas, y más aún de aquellas que se encuentran en estados avanzados de pérdida, no puede abstraerse de la realidad de los grupos que las hablan, de su historia, del entorno donde habitan, de su realidad socio económica, de las constantes presiones que sufren. En resumen, el estudio de la lengua tiene que abarcar la mayor cantidad de aspectos posibles, pues, se lo ha repetido incansablemente, lengua y cultura son indisociables. Dicho esto, debe recordarse que el fenómeno de pérdida de los idiomas no es nuevo y que tampoco es exclusividad de las sociedades que fueron colonizadas. El cambio o la muerte paulatina de un idioma hace parte del proceso natural de la evolución de las lenguas: “dentro de ecologías cambiantes, rasgos estructura28 les coexisten y compiten permanentemente con otros y estos se ven afectados por factores ecológicos cambiantes” (Mufwene, 1998,7) Es por eso que para entender de manera global la situación de la lengua zápara y el grupo, como lo plantea la perspectiva adoptada aquí, debemos circunscribirnos a su historia y a la de la región, a su situación actual, sin dejar de tener presente que todo esto ocurre precisamente en la Amazonia, una de las zonas de más alta biodiversidad del Planeta. A este respecto, debemos señalar que la Declaratoria de Belem, del Congreso Internacional de Ethnobiología, (Brasil, 1998), señala una relación inseparable entre diversidad cultural y diversidad biológica. Por extensión, esto se aplica también a la diversidad lingüística. Se ha comprobado ampliamente que los países de más alta biodiversidad, tienen también en su territorio el mayor número de lenguas “endémicas”. (Maffi,1998,5) Luego de superponer mapas donde se encuentran estas lenguas, a los mapas sobre la diversidad biológica del Planeta, se puede llegar a la conclusión de que la diversidad biológica y la diversidad lingüística están estrechamente vinculadas. Estos mapas, por ejemplo, permiten ver que ahí donde se encuentran las lenguas endémicas (por lo general en climas tropicales) se encuentra también la mayor concentración de vertebrados mayores o de especies de plantas. Esta correlación entre diversidad biológica y lingüística pudo haber sido dada por la coevolución de los grupos humanos con sus respectivos ecosistemas. Estos grupos humanos se desarrollaron gracias a la estrecha relación que tenían con el medio ambiente, modificándolo de acuerdo a sus necesidades pero sobre todo adquiriendo un íntimo conocimiento de él. Esta adaptación y este conocimiento se transmitieron a través del lenguaje. Mühlhäusler, dice que la vida en un ambiente humano particular depende de la habilidad de las personas para hablar sobre él, para nombrarlo. Recordamos en este punto que uno de los argumentos que sirvieron a la UNESCO para declarar a la cultura oral de los záparas Patrimonio Intangible de la Humanidad es justamente la capacidad de este pueblo de nombrar casi todas las espe- 29 cies que hacen parte de su entorno (una de las zonas de mayor biodiversidad del Planeta), y que el conocimiento profundo que ellos tienen del uso que se puede hacer de estas especies los convierte en protagonistas privilegiados en el intento de la humanidad por entenderse a sí misma. Ahora bien, intentemos entender el fenómeno de la pérdida del zápara, apoyados por los argumentos teóricos hasta ahora expuestos. Primeramente debe quedar claro que no estamos frente al modelo preconcebido de colonización, en el que un idioma europeo, para el caso de América, se impuso sobre el idioma aborigen. Aquí estamos frente a un idioma indígena (kichwa) que se ha impuesto sobre otro idioma indígena (zápara.) El kichwa, como se ha visto en el capítulo referente a la historia del grupo, sirvió a los misioneros para divulgar entre los indígenas, sus creencias y preceptos. Esta actitud de los misioneros se debió al hecho de que se dieron cuenta de que no podían lograrlo si no utilizaban una de las lenguas indígenas para hacerlo. El kichwa es la lengua que sirvió, como lengua franca, para tales propósitos porque, de un lado, los misioneros estaban ya habituados a este idioma desde que su labor empezó en la Sierra, donde la población indígena hablaba mayoritariamente kichwa, y debido a que muchos de estos indígenas de la Sierra,“convertidos”, fueron los primeros habitantes de las misiones que implantaron en la Amazonia3 3. Luego, la lengua kichwa adquirió el prestigio que adquiere las lenguas de comercio en zonas de mucha diversidad lingüística, a lo que se sumó el prestigio que le dio la nueva religión inserta. Así, los záparas y muchos otros grupos de la zona, debieron adaptarse a un mundo donde el kichwa era fundamental para sobrevivir. Y nada tiene esto que ver con el orgullo de sentirse miembro de un grupo con características lingüísticas o culturales propias. Es más, a pesar de que se mantienen las diferencias entre estos grupos, se crea “una identidad común, runapura en respuesta a la expansión del Estado en sus territorios de selva baja” (Reeve, 1988: 54.) La quichuización3 4, referida por varios autores, es lo que se entiende como la difusión de la cultura y del idioma kichwa en la región, que se remonta a la época de la Colonia con las misiones; se fortalece durante la República, en la época de las grandes haciendas; sigue con los primeros matrimonios interétnicos y conti30 núa hasta hoy impulsada en parte por una política educativa bilingüe kichwa-español, auspiciada por el Estado3 5. Esto último nos lleva a reflexionar sobre la idea, errónea, de que en la escritura y la alfabetización, está la forma de detener los procesos de pérdida. Ya se lo ha dicho, esta no es más que una manera de mantener a las lenguas en un estado “fosilizado”. Hay que recordar que lenguas muertas, como el sánscrito o el latín tenían una rica literatura y que eso no les impidió morir. El idioma ha sido, siempre, primeramente y principalmente, oral. A escala mundial también se plantean ideas que hoy vemos que han fracasado: durante la década de los sesenta fue común la promoción de un idioma nacional, con el criterio de que esto conllevaría al desarrollo de los países. En el ámbito local, cabe recordar que en Ecuador, donde aproximadamente un 30% de la población habla una o más lenguas vernáculas, hubo que esperar hasta la nueva Constitución de 1998 para que se reconociera que las lenguas indígenas son de uso oficial de los pueblos que las hablan. Ahora bien, planteadas estas observaciones generales, penetremos en el caso partícular de los Záparas. Es la historia personal de los informantes la que sirve para establecer las causas probables de la pérdida del idioma. Remitimos a estas historias pero sintetizamos a continuación una serie de observaciones, con una perspectiva sociolingüística, que explican el estado actual en el que se encuentra la lengua y los riesgos latentes de que termine por desaparecer. La cultura y la lengua kichwa (ver historia) tuvo tal impacto en el grupo que costumbres e idioma se impusieron rápidamente entre los záparas. Esto ocurre en un momento en que el grupo había visto reducido el número de sus miembros por: la esclavitud a la que fueron sometidos durante el boom del caucho (1890 – 1920) y, más tarde, por la guerra entre Perú y Ecuador en 1941. Su estrategia de supervivencia obligó a los hombres a buscar parejas fuera del grupo y es así como se acercan al de mayor influencia en la zona y el más numeroso: los kichwas. Este acercamiento crea nuevas necesidades en el grupo y los acerca cada vez más hacia las ciudades. Según los propios ancianos, el hecho de haber cambiado su vida semi nómada por un modo de vida totalmente sedentario, obligados por las promesas de educación y salud para sus niños, influyó contundentemente sobre la pérdida del 31 idioma. Si bien llegaron las escuelas y con ellas contratistas kichwa hablantes, los profesores fueron escasos y nunca permanecieron por mucho tiempo en las comunidades. En todos los casos estos profesores fueron kichwas y muchos de ellos carecían de la formación suficiente, además de estar regidos por un modelo educativo auspiciado por el Estado, unificado para todo el país, ajeno, en este caso, a la realidad de los záparas. Llamados por las promesas de la ciudad, muchos hombres salieron en busca de trabajo y algunos, como Cesáreo (ver su historia personal), llegaron a trabajar en plantaciones agrícolas en las zonas costeras del país y ahí tuvieron la oportunidad de aprender el castellano, idioma que se convertiría, con ayuda de la educación, la pista de aterrizaje y las radios de comunicación, en la segunda lengua del grupo, en detrimento del zápara. Actualmente, en las comunidades, el castellano es usado casi exclusivamente para la comunicación con personas de la ciudad que ocasionalmente los visitan. Los jóvenes usan radios a pilas en las que captan emisoras de la ciudad, la mayor parte de las veces en castellano. Además, están obligados a usarlo cada vez que se trasladan a la ciudad. Las clases, en las comunidades donde existe profesor, se imparten en kichwa y castellano pero se ha podido comprobar que el conocimiento de estas dos lenguas es casi exclusivamente oral pues la falta de una continuidad en la educación, o, para ir más lejos, políticas lingüísticas y educativas propias, se manifiesta a través de un alto grado de analfabetismo e iletrismo.3 6 En este escenario, solo cinco ancianos que hablaban zápara fueron contactados. Se sabía, sin haber podido nunca verificarlo, que podían existir otros locutores nativos de la lengua en comunidades conformadas por otros grupos mayoritarios, en el llamado bloque záparo* (ver historia). Estos locutores, cuya historia personal se encuentra más adelante, tenían diferentes grados de competencia3 7 en zápara pero de forma general el kichwa se había impuesto entre ellos. Finalmente, Sasiko reveló ser la persona que mejor conocimiento tenía de la lengua y más lejanos recuerdos sobre la vida pasada del grupo. Sasiko, cuyo nombre en castellano es Antonia Santi, fue una de las informantes de las lingüistas del ILV en 1952 cuando, dice ella, apenas tenía unos 18 32 años. Esto le confería una cierta experiencia en las a veces pesadas sesiones de trabajo. Con el tiempo, la confianza aumentó y su entusiasmo por transmitir sus conocimientos permitieron recoger la mayor cantidad de información posible en y sobre la lengua y cultura záparas. La situación en las comunidades de Jandiayacu y Mazaramu, donde existe un solo locutor de la lengua respectivamente, configura una situación de extrema fragilidad. Estas personas no tienen con quién hablar su lengua. No obstante, ambos aceptaron el reto de enseñar lo que sabían a sus nietos o hijos más pequeños. Cesáreo, quien vive en Jandiayacu, había iniciado esta dinámica, de forma casi diaria, incluso antes de que esto sea propuesto en el marco de este programa y por tanto sus hijos y nietos eran los que mayor conocimiento tenían de la lengua. Sin embargo, Cesáreo ha aceptado que ha olvidado mucho de la lengua y ahora él es incapaz de hacer un relato en zápara3 8. Sin embargo, a medida que instruye a los niños de su comunidad sobre los nombres de las plantas y animales, o frases sencillas de uso cotidiano, aprovecha para contarles, en kichwa, historias de la vida pasada, leyendas, mitos. Esto hace parte de la estrategia que los záparas han adoptado para revitalizar su cultura. Similar situación se vive en la comunidad de Mazaramu, donde Ana María, hermana de Cesáreo, Sasiko y María Luisa, intenta convocar a los niños de su comunidad para que asistan a su casa y oigan los relatos o canciones que recuerda en su lengua, o para que aprendan a nombrar los elementos que hacen parte del entorno zápara. No obstante, estas convocatorias no han dado los resultados esperados. Sasiko, en cambio, vive en la comunidad de Llanchamacocha (Witsawke) junto con su marido Juan Cruz con quien tiene la oportunidad de hablar un poco en su idioma, aunque este lo recuerda menos que ella. Además, en esta misma comunidad vive su cuñada María Luisa quien también habla zápara y quien más canciones recuerda en su lengua. Todos ellos participaban en grupo en las sesiones de trabajo y sus discusiones para llegar a acuerdos en torno a los términos o las historias que se relataban, constituían momentos esenciales para la investigación por la carga de información que estas interacciones generaban. Estas sesiones de trabajo atraían cada vez con más frecuencia a niños y jóvenes 33 con lo que las interacciones se vieron enriquecidas con el tiempo y esto aumentó el interés de muchos záparas por su lengua y cultura. Esto se hizo manifiesto cuando se fue revelando que la lengua se encontraba, aunque en grado mínimo, presente en el discurso de casi todos los miembros adultos del grupo a través de palabras sueltas, en especial en el uso de nombres de plantas y animales, y a través de unas pocas canciones que habían sido transmitidas de generación a generación. Poco a poco, gracias a los dirigentes, se logró obtener el compromiso de todos los ancianos de transmitir lo que sabían a los miembros de su comunidad, con especial interés en los niños. Los adultos también se encontraban de acuerdo en fomentar en sus hijos el aprendizaje sobre su vida pasada.3 9 El tema de la cultura zápara se encontraba más arraigado en el grupo que el uso de la lengua. Así, técnicas curativas, artesanales, costumbres culinarias, entre otras, fueron surgiendo a medida que el trabajo sobre la lengua avanzaba. Todas estas manifestaciones fueron debidamente registradas y anotadas para lograr una visión lo más completa posible sobre la situación en que vivía el grupo. También se debió hacer un acercamiento a la cultura kichwa para entender las influencias que el grupo había recibido. Entre los elementos que influyeron en el resultado del trabajo, mencionaremos solamente los más importantes: el idioma kichwa prevalecía en las interacciones y el diálogo se lo hacía a través de la traducción a este idioma por parte de alguien que tenía dificultad de trasladar al castellano las ideas que se generaban. Además, está el hecho evidente de que todos los informantes han olvidado mucho el idioma, debido en gran parte a la avanzada edad de algunos de ellos, y su distanciamiento de otros locutores nativos de la lengua. En lo material, si bien el financiamiento que provino del Prodepine se dio por un total de 14 meses, el trabajo no pudo realizarse de forma continua. Devaluaciones, congelamientos y dolarización, conspiraron en contra de la realización de esta investigación. Los precios de los pasajes de avión para ingresar al territorio zápara aumentaron exorbitantemente, producto del aumento de los precios de las gasolinas, y todos los planes hechos para la realización de este trabajo tuvieron que ser continuamente revisados o postergados: la entrega de fondos nunca fue puntual. Así, durante el tiempo que duró el financiamiento del Prodepine, 14 meses en total, no pudimos contar con más de cincuenta días de trabajo de campo. 34 Cabe señalar, sin embargo, que hicimos todos los esfuerzos posibles por no interrumpir el trabajo y es por eso que esta investigación continuó más allá del tiempo que duró dicho financiamiento. El estado de la lengua, la edad de los informantes, su salud y varias presiones que sufría el grupo, obligaban ha hacerlo así. Como último dato señalaremos que las comunidades záparas donde se encuentran los últimos locutores nativos de la lengua están muy distantes la una de la otra y que para realizar el trabajo de campo, para entrar en contacto con estas personas, fue necesario muchas veces hacer agotadores viajes por río y a pie para lograr pasar con ellos algunos días, ganar su confianza y medir, en primer lugar, su conocimiento de la lengua y luego, solo luego, lograr hacer las primeras grabaciones que son la base de este trabajo. 35 PERSPECTIVAS Mucho se ha criticado, y con razón, a los trabajos descriptivos de las lenguas que no proponen estrategias viables para su revitalización. En el intento por encontrar esta viabilidad, surgen varias preguntas, la primera de ellas es: ¿Cómo debe ayudarse a las lenguas que están en fases avanzadas de desaparición para que se revitalicen pero sin inhibir las respuestas de adaptación de sus locutores a una realidad socio económica cambiante? Para poder responder a esta pregunta primero se debe discutir sobre el por qué se ha dado más importancia a la pérdida de la herencia cultural que a las razones que llevaron a la población a adoptar una nueva lengua dentro de su nuevo contexto socio económico. Con esto queremos dejar claro que no se trata, bajo ningún concepto, de menospreciar o rechazar las influencias de las otras culturas, y lanzarse al rescate de las tradiciones, al contrario, creemos que se puede recrear una ecología donde estas realidades convivan. Como sugerencia, para lograr recrear esta ecología, retomamos las ideas de Mühlhäusler (Mühlhäusler,2000) dentro de la perspectiva adoptada aquí: • • • • • Considerar no sólo los factores internos del sistema sino extenderse hacia consideraciones medioambientales más amplias; Considerar los peligros de monoculturalismo; Considerar las limitaciones de recursos naturales y humanos; Plantear una visión a largo plazo; y Determinar los factores que puedan permitir una ecología lingüística armónica. Como queda claro, este primer acercamiento al mundo zápara a través del estudio de su idioma plantea preguntas que aún no tienen respuesta. Junto a estas se encuentran varias posibilidades de llevar adelante un verdadero proyecto de revitalización lingüística. De nuevo Mülhäusler plantea algunas de estas preguntas y propone sendas aplicaciones en los siguientes términos: 37 • • • • ¿Cuál es la relación entre la diversidad de idiomas y la diversidad de formas de vida? ¿Pueden sobrevivir los idiomas en condiciones de degradación medioambiental? ¿Cuál es el estructura/gramática de la diversidad lingüística? ¿Qué le hace mucho más que la suma de sus partes constitutivas? ¿Cómo se puede determinar el mejor escenario para una ecología del idioma armónica? De la respuesta a estas preguntas pueden desprenderse algunas aplicaciones posibles: • • • • Planificación lingüística en relación con las necesidades y realidades de las diferentes comunidades; Establecimiento de un sistema de apoyo para la enseñanza de todas las lenguas en presencia; Propiciar una visión globalizadora de lengua y medio ambiente; Integrar la alfabetización a otras prácticas sociales. Estos planteamientos deben, con el tiempo y la visión del grupo, depurarse y mejorarse. Al editarse este texto, la Nacionalidad Zápara trabaja en un plan estratégico de cinco años que los lleve a triunfar en su empeño por revitalizar su idioma y cultura. Lo hacen con el convencimiento de que deben revertir la tendencia de fracaso que existe al respecto en el mundo. Si no se entiende a este fenómeno de una forma global, lo que obliga a tener una ecología socio económica “hospitalaria”, para usar el término de Mufwene, y si no se refuerzan las investigaciones, es probable que este propósito no progrese. 38 DICCIONARIO ZÁPARA – ESPAÑOL - KICHWA Realizar un diccionario de lengua, cuando apenas una persona la habla fluidamente, constituye una tarea delicada y compleja. Es por eso que lo que se presenta a continuación, debe ser visto como el primer acercamiento a la lengua zápara y que por ello nada de lo dicho aquí es concluyente ni definitivo. El deseo de los dirigentes, de los informantes y de los niños de poder contar con un diccionario propio de su lengua, es legítimo en todos los sentidos, pero más aún si éste permite elevar el sentimiento de pertenencia a un grupo con características lingüísticas y culturales propias. Si este documento contribuye al fortalecimiento de esta identidad, estará plenamente justificado. Abreviaturas n. adj. adv. v. art. PP ej. ka. ref. dn/ Nombre Adjetivo Adverbio Verbo Artículo Pron. pers. Ejemplo Kichwa Referencia Definición 39 USO DEL DICCIONARIO El diccionario debe ser leído de la siguiente manera: Palabra en zápara [forma fonetica] v. (La pequeña letra indica la categoría gramatical a la que pertenece la palabra). Correspondencia en español. Nombre científico (de plantas y animales). \ka kichwa. Ref: Referencias bibliográficas (ver más adelante). dn/ extensión de la definición y citas sobre algunos términos extraídas de las obras que aparecen en las referencias. Ejemplo en zápara; traducción del ejemplo al español. [Nota: anotaciones] Así, por ejemplo: atari [a=tari] n. Murciélago. Lonchorhina aurita. \ka tutapishku. Ref: Cuando Tsitsano llegó a la casa de los murciélagos, estos le invitaron a descansar pero como ellos no usaban hamacas, Tsitsano debía colgarse de un palo como ellos para dormir. Ante la imposibilidad de hacerlo todos los murciélagos se rieron de él y Tsitsano tuvo que permanecer en vela toda la noche. Al día siguiente salió en busca de su camino de regreso a casa. atari itiama; casas de los murciélagos. [Nota: /kutseriri/ /kutse/ /kutse/ /kutse/: ese el ruido que hace el murciélago cuando se ríe] palabra en zápara: Esta es la grafía que se sugiere que lleve la palabra en zápara. No se señala ningún acento gráfico (ver más adelante). [forma fone=tica]: contiene la referencia exacta de cómo debe pronunciarse la palabra y para esto remitimos a las explicaciones sobre el sistema de sonidos de la lengua, que se encuentran más adelante. En este caso, siempre se señala dónde cae el acento primario -vocal o grupo de vocales subrayadas-. La categoría gramatical: dada por la pequeña letra, (abreviatura), luego de la forma fonética. 41 Definición o correspondencia en español: Esta entrada puede también estar acompañada, entre paréntesis, de alguna explicación suplementaria. Nombre científico: de plantas y animales recopilados de varias obras, las mismas que se señalan en la bibliografía. Con respecto a los animales, la principal obra de consulta ha sido el libro: Fauna del Ecuador de Erwin Patzelt (Patzelt, 1989) \ka: palabra en kichwa unificado (la revisión de estos textos ha estado a cargo del equipo pedagógico de la Dirección Nacional de Educación Zápara, Dienaze) Ref: en esta rúbrica se incluye diversas referencias bibliográficas, que tienen que ver con la entrada en cuestión. Pueden existir varias referencias y para ello se las identifica con su número correspondiente. La primera referencia tiene siempre que ver con los estudios hechos anteriormente sobre la lengua. Sobre estas obras, se amplían comentarios más adelante. Asimismo, existen referencias que remiten a diferentes textos de la literatura oral del grupo, en especial al mito de Tsitsano, cuya primera versión se incluye en este documento. dn/: Bajo esta forma se extiende la definición de la palabra cuando así lo amerita, o se hace alguna anotación a su respecto, como es el caso de algunos animales que son conocidos con varios nombres comunes. También se señalan comentarios hechos por los informantes. Ejemplo, sacado de los relatos o canciones recogidos durante la investigación de campo o, en algunos casos, tomados de autores que previamente estudiaron la lengua. A continuación aparece la traducción de la frase al castellano. [Nota]: se han incluido diferentes tipos de notas. Una parte de ellas constituyen las primeras observaciones morfológicas de la lengua, es decir que permiten entender cómo se forman las palabras en zápara: marcas de plural, singular, terminaciones y tiempos verbales que se presentan por lo general bajo la forma de prefijos y sufijos.4 0 Otro tipo de anotaciones señala los desacuerdos o dudas que persisten entre los locutores e incluso, como en el caso de /sekaka/ frente a /sikaka/ (vago), confrontan formas de pronunciar las palabras de uno y otro locutor. Incluirlas no es más que una manera de permitir que los záparas discutan entre ellos, y con los 42 ancianos, sobre la forma correcta de usar los términos o el alcance de los mismos. Las observaciones que se desprendan de estas discusiones, deberán alimentar este documento para lograr, con el tiempo, una versión depurada, corregida y aumentada del mismo. Muchas de estas anotaciones reflejan parte de las dificultades que ha enfrentado la investigación al señalar, por ejemplo, elementos que restan por confirmar. Como se señaló más arriba, bajo la rúbrica Ref: (referencia), remitimos a estudios o trabajos sobre la lengua realizados con anterioridad a este. Estas referencias sirven para intentar entender cómo la lengua ha variado en el tiempo, por lo general debido a fenómenos de contacto entre lenguas. Estas obras son escasas y pese a que se encuentran detalladas en la bibliografía, algunas precisiones con respecto a ellas parecen oportunas. Estas obras son las siguientes: Stark, Louisa; 1987, La lengua zápara del Ecuador; in Miscelánea Antropológica ecuatoriana 1; Boletín de los Museos del Banco Central del Ecuador, Cuenca, Guayaquil Quito; segunda edición, 1987, pp. 12-92. Peeke, Catherine, 1991, Bosquejo gramatical del záparo, Cuadernos Etnolingüísticos, N° 14, Instituto Lingüístico de Verano, Quito 1991. Peek, Catherine, 1962 Structural Summary of Záparo. In Studies in Ecuadorian Indian Languages, Vol. I. Edited by Benjamin Elson, pp. 125-216. Norman, OK: Summer Institute of Linguistics of the University of Oklahoma. Peeke, Catherine y Sargent Mary, Estudio acerca de las lenguas huaraní (auca), shimigae y zápara, Instituto Lingüístico de Verano - Universidad de Oklahoma, Quito, 1959. Simson,Alfred, Viajes por las selvas del Ecuador y exploración del río Putumayo, Colección Tierra Incógnita N°8, Ediciones ABYA-YALA, Quito - Ecuador, 1993. Osculati, Gaetano, Exploración de las regiones ecuatoriales a través del Napo y de los ríos de las amazonas; Fragmento de un viaje por las dos Américas en los años 1846-1848; Ediciones Abya-Yala; Col. Tierra Incógnita Nº 29, Quito, 2000. 43 Solo las dos primeras obras mencionadas contienen referencias al sistema fonético de la lengua -Stark lo describe-, a la gramática, y presentan un léxico. Peeke reporta 140 palabras, Stark alrededor de 500. El trabajo de Peeke y Sargent solo presenta un pequeño diccionario con unas 80 entradas, todas ellas sustantivos. El estudio de Peek: Structural Summary of Záparo*, es el estudio sintáctico más profundo que existe sobre la lengua. Algunos ejemplos usados por esta autora se encuentran en el diccionario con el fin de alimentar su contenido. Los trabajos de campo de Sargent/Peek (1954) y Stark (1971-1975) se realizaron en dos lugares distintos y entre ambos hay 21 años de diferencia. El trabajo de Simson fue hecho en 1886 y presenta unas cincuenta correspondencias de vocablos záparas; finalmente, el de Osculati (1846-1848) fue realizado hace más de siglo y medio pero constituye una obra de incalculable valor para futuros trabajos diacrónicos.4 1 Dicho esto, el proyecto actual de revitalización de la lengua, que incluye a mediano plazo su descripción y sistematización, se inició hace dos años aproximadamente, es decir 24 años después del trabajo de Stark. En este tiempo, la variedad de la lengua a la que nos referimos sufrió influencias del kichwa, lo que debe ser considerado en todos sus aspectos, además de otros factores sociolingüísticos. Entre las primeras observaciones hechas del estudio comparativo de las obras antes citadas, podemos señalar que no hay acuerdo en cuanto a los sonidos vocálicos y que las consonantes coinciden con la variedad de la lengua que ahora se estudia, aunque con diferencias en el uso de símbolos fonéticos. La obra más reciente, la de Stark, señala la existencia, "en el tradicional sistema Záparo*", de cuatro fonemas: /i/, /i/, /a/, /u/. (no señala diferencia entre los dos primeros). No obstante, aclara que: "en el habla de Pasiona4 2 hay solamente tres fonemas vocálicos que son los siguientes": /i/, /a/, /u/. En su descripción señala una vocal larga y una corta para los sonidos identificados. Ahora bien, la variedad que estudiamos en este momento posee cinco sonidos vocálicos [i] [e] [a] [o] [u], (correspondientes a los que se usan en español) y, por otro lado, sonidos nasales, cuya pertinencia aún debe verificarse. 44 Debido al contacto de lenguas, la variedad que se estudia actualmente, sufrió, sin duda, influencias, las mismas que están presentes en el actual sistema de sonidos del zápara. Asimismo, nos aventuramos a asegurar que las influencias abarcan otras estructuras más complejas de la lengua, pero recordamos que este trabajo de sistematización y estudio está apenas en su fase inicial por lo que no estamos en capacidad de emitir mayores conclusiones al respecto. Es la necesidad manifiesta de los záparas de contar con un documento que registre los primeros resultados de esta investigación, la que nos obliga a presentarla de esta manera. Solamente los estudios profundos que se realizan con el corpus recogido hasta el momento, nos permitirán, con los años, presentar elementos formales más concluyentes. Alfabeto zápara y anotaciones sobre su pronunciación A, a Ch, ch E, e I, i J (j) K, k M, m N, n Ñ, ñ O, o P, p R, r S, s Sh, sh T, t Ts, ts U, u W, w Y, y Forma fonética /apaka/ /ichawka/ /nekero/ /ichari/ /kuru?a/ /kakeka/ /manari/ /nanaka/ /mañiñu/ /akamaro/ /paratu/ /rapaka/ /saweraw/ /Sikuka/ /taikwa/ /tsamaru/ /umatitiaka/ /witsakaja/ /yanawkwa/ Grafía sugerida apaka ichawka nekero ichari kuruja kakeka manari nanaka mañiñu akamaro paratu rapaka saweraw shikuka taikwa tsamaru umatitiaka witsakaja yanawkwa Español cesto tucán venado diente puño negro lagarto sangre soltero guapo viento tierra boa escarabajo no espíritu trueno bonito sol 45 Consonantes Oclusivas sorda Nasales Vibrantes Cuadro fonológico Bilabial p m Fricativas Africadas sorda Dento Alveolar Alveolares t sorda Semivocales Vocales Cerradas Semi cerradas Anterior i Abiertas Nasales 46 ? (j) ts+ (ch) s y w Central Posterior e o a i) Alveo palatal N r Sibilante Dorso velar k n ts sonora Palatal u u) ∫ (sh) a: vocal baja, central, abierta, no redondeada y sonora que tiene tres alófonos.4 3 Cuando se encuentra en posición final (ej. /upika/) es una vocal baja, central, no redondeada y sorda. Lo mismo ocurre luego de una consonante sorda, como es el caso del ejemplo. Cuando se encuentra delante de w, /awaSi/, se produce labialización. Cuando está delante /S/, grafema (sh), (ej. /awaSi/), hay palatalización. Esto quiere decir que la articulación del fonema se desplaza ligeramente hacia adelante. i: es una vocal alta, anterior, cerrada y sonora (ej. /yauricha/. Varía, sin embargo en posición final: alta, anterior, cerrada y sorda. (ej. /atawari/ e: vocal anterior, semicerrada que se transforma delante de /k/ en una vocal llamada muda, no labializada, central cuyo símbolo es [´] (ej. /anapureka/, /kutaweka/). No se descarta que en las posiciones donde ahora encontramos este sonido, antes se haya pronunciado /i/. o: vocal semicerrada, posterior, redondeada que se la encuentra solamente en posición final (ej. /saparo/). No se descarta que sea un préstamo del castellano. u: vocal posterior, cerrada, redondeada y sonora (ej. /suraka/). En posición final (ej. /manaku/), se vuelve sorda, salvo cuando la consonante anterior es n, (ej. el infinitivo de todos los verbos). w: semiconsonante4 4 bilabial, sorda, (ej. /taikwa/). Se pronuncia como el sonido del español hueso. y: semiconsonante palatal, sonora, (ej. /yasuka/). Es el mismo sonido que el español yo) 47 EL ACENTO El acento es un fenómeno prosódico que afecta a una sílaba en relación con las otras. El zápara es una lengua aglutinante, (afijos se yuxtaponen a una raíz para expresar relaciones sintácticas) Por ejemplo tenemos: /itiumu/ = mujer, con el acento primario que cae sobre la primera vocal. En contraste: /itiumuka/ = una mujer, donde -ka indica el sustantivo singular, el acento se desplaza hacia el diptongo. Este ejemplo nos permite afirmar que por su carácter aglutinante, es difícil establecer normas de acentuación precisas. Por este motivo las palabras en zápara presentadas en este diccionario, no tienen un acento gráfico aunque éste, llamado primario, se señala en la forma fonética para facilitar el aprendizaje de la pronunciación de las palabras aisladamente. 48 PALABRAS ZÁPARAS 49 achichanu akachiña A - a achichanu [atßi=tßanu] v. Pisar. \ka aytana, saruna. Ref: idem Stark (Louisa Stark es una lingüista norteamericana que estudió la lengua de los záparas entre 1971 y 1975. Su informante se llamó Pasiona Shihuango y era del Curaray, según la autora. Las diferencias que se notarán entre algunas palabras de esta autora y las que nosotros presentamos aquí, señalan sin duda una diferencia de dialectos y los cambios que ha experimentado la lengua a través del tiempo). wachicha kawkwakajiña; yo pisé una espina. [Nota: Desde este punto se podrá ver que todos los verbos, presentados al infinitivo, llevan la terminación -nu. Sin embargo, el sufijo -nu también es marca de singular humano, tal es el caso de: irichanu = esposa; iriyanu = esposo; kumanu = padre; kwanu = madre] ajapaka [a?a=paka] n. Avispa. Fam. Vespidae. \ka awispa. Ref: Peek: anahaíkyE. ajapaka charikwi; kuramaja ajiña ajapaka tsarikwi; me picó una avispa; la avispa me picó en el brazo [Nota: El sufijo -ka, es marca de singular no humano. El plural no humano se presenta bajo la forma del sufijo /-?a/. Ver: kuruka = puño; kitiaja = senos; anaka = cabeza, etc.] ajerawka [a?e=rawka] n. Rodilla. \ka kunkuri Ref: Stark: ajiráwka ajiranu [a?i=ranu] v. Picar. \ka tuksina. Ref: idem Stark. kuramaja ajiña ajapaka tsarikwi; la avispa me picó en el brazo. akachiña [aka=tßiNa] n. Lanza. \ka pala wachi. Ref 1: “Los záparas tienen la fama de ser los mejores cazadores y guías en la selva, y son particularmente hábiles en el manejo y precisos en el arrojamiento de la lanza, con la cual son muy diestros, así en los actos ofensivos como en los defensivos y suelen resguardarse de ellas con tanta perfección, que un solo individuo puede desviar una verdadera lluvia de lanzas sin ser alcanzado. zápara-español-kichwa 51 akamaro (Simson, p.163); Ref 2: Simson: acachíne (Alfred Simson fue un viajero inglés que recorrió las selvas orientales del Ecuador entre 1874 y 1875. En su viaje entró en contacto con los záparas. En adelante se encontrarán muchas referencias a su obra: Viajes por las selvas del Ecuador y exploración del río Putumayo. Ver Bibliografía) akamaro [akama=ro] adj. Valiente, fuerte. \ka sinchi. dn/ Se refiere solamente al hombre. Es probable que haya existido un mito al respecto. Ref: En Jandiayacu hay un niño de ocho años que lleva este nombre. También es el nombre del último asentamiento zápara akameno [akame=no] n. Líder, jéfe. \ka apu; pushak. dn/ En el pasado también tenía el sentido de jefe espiritual. Cada una de las comunidades záparas tiene un akameno, elegido por todos sus miembros. Esta práctica de elección es reciente; nawja ikicha akameno Llanchamaja; él es el líder de Llanchama. akawne [a=kawne] adj. Aguado; \ka yakuyashka; chuya. akawne 52 amakitinu ikicha kasuma; la chicha está aguada. akaya [aka=ya] n. Capibara. hydrochaeris hydrochaeris. \ka kapiwara. Ref: idem Stark; Simson: acáíya akwenaja [akwe=na?a] n. Amigo, compañero. \ka mashi. dn/ Se debe discutir sobre el verdadero alcance de esta palabra pues, según los informantes, su significado sería más extenso que aquel que tiene en castellano. Se debe notar también que no existe el concepto de enemigo. [Nota:Ver kutaweka]. Ref: Simson: yanása. amaka [a=maka] n. Palo delgado. \ka ñañu kaspi. dn/ Cualquier tipo de palo, menos aquel que sirve para prender el fuego del fogón. Ref: Stark: (madera); Simson: hámaca (leño). atanu amaka; tira ese palo [Nota: Ver aishawka y awanapáraka.] amakitinu [ama=kitinu] v. Vender, comercializar. \ka randichina. dn/ Los záparas tenían por costumbre intercambiar productos bajo el sistema de trueque, la venta de los mismos es una práctica más moderna; Ref: idem Stark. zápara-español-kichwa amanakaw amanakaw [ama=nakaw] n. Mariposa (genérico); \ka pimpillitu. Orden: lepidóptero. Ref: idem Stark. amanu [ama=nu] v. Acostarse. \ka sirina. Ref: idem Stark. cha:makwa; nuka ama:nu nukwa makinu, Tsitsano makinu; [Nota: En el ejemplo /:/ señala un alargamiento de la vocal] amarija [ama=ri?a] n. Chonta (árbol). \ka chunta. amashañiki [amaSa=Niki] n. Dos. (numeral) \ka ishkay. dn/ El sistema numeral de los záparas llega hasta el tres. Sin embargo, aminiaka existe un término que literalmente quiere decir todos los dedos de la mano, que correspondería al número cinco. Ref: idem Stark; Peek: amashániki; anamishiñaqui; Simson: amashañikijia ikicha kukuramaja; yo tengo dos manos [Nota: ver aymukuraki]. amicha [a=mitßa] n. Pene. \ka ullu. [Nota: ver entrada siguiente] amicha [a=mitßa] n. Milpiés. Diplópoda. Ref: idem Stark. \ka shiway. [Nota:ver entrada anterior] aminiaka [aminiaka] n. Huerta, chacra. \ka chakra. dn/ El concepto de chacra implica: propiedad, pues cada familia tiene la suya; implica también alimentación y por tanto subsistencia ya que en la chacra se encuentran los alimentos que son la base de la alimentación zápara: la yuca (muija) y el plátano verde (pujiawka), fundamentalmente. Implica también relaciones sociales, con un actor: la mujer. Esta, como en la cultura kichwa, es la encargada de cultivar los productos de la chacra, pero también de cocinarlos. En este sentido se asocia con zápara-español-kichwa 53 amunu las relaciones y diferencias entre hombre y mujer. La chacra llegó a los záparas a través de los kichwas pues antes de entrar en contacto con ellos, según los testimonios de Sasiko, ellos se dedicaban exclusivamente a la recolección, caza y pesca y no tenían ningún tipo de cultivos. Ahora, sin embargo, y desde hace más de 50 años, la chacra es elemento primordial en la vida de los záparas y en esta palabra en particular existe acuerdo entre todos los informantes. (c.f. Guzmán, 1997). amunu [amu=nu] v. Matar; \ka wanchina. Ref: idem Stark. Joaquín amu patawka; chanukwa amu; Joaquín mató un chorongo (especie de mono). anajikinu [ana?i=kinu] v. Enojarse; \ka piñarina. chati: anajiki ¿tú estás enojado? [Nota: la partícula -ti, es interrogativa] anaka [a=naka] n. Cabeza. \ka uma Ref: idem Stark, Peek y Simson. anaka anaikwicha kwiria; chana kanaikwiricha kiria; me duele la cabeza; el tiene dolor de cabeza. 54 anasu anakishu [ana=kiSu] n. Pelo, cabello. \ka akcha. Ref: Stark: anákisu; Peek: kwa nákisu (mi cabello); Simson: naquéso anakuka [ana=kuka] n. Ají. capsicum anuum. \ka uchu. Ref: idem Stark; Simson: anacúcua. ananamishuka [anami=Suka] n. Fuego, candela. \ka nina. Ref: Stark: unamíawka; Simson: anamishúcua. ananu [a=nanu] n. Hermano (de una mujer). \ka turi Ref: idem Strak. anapureka [anapu=reka] n. Cangrejo. phylum: Anthropoda. \ka apankura. [Nota: ver turekeneka] anari [ana=ri] n. Tío (hermano o primo de su padre o madre) \ka jachi. Ref: idem Stark. anasu [ana=su] n. Zancudo. \ka sankuru; shamuna. Ref: idem Stark. dn/ El primer animal de la selva que Tsitsano visita es el zancudo. Bajo la forma de una anciana, el zancudo invita a Tsitsano a pasar la noche en su casa, le da una hamaca para que duerma y en medio de la noche, Tsitsano se despierta con el zumbido de un zancudo en su intento por picarlo. Tsitsano dio zápara-español-kichwa anaswicha un manotazo al aire para espantar al zancudo y cuando abrió los ojos vio a la anciana tendida en el piso. Esta reclamó a Tsitsano por el golpe que recibió pero Tsitsano ya no pudo dormir más. A la mañana siguiente, Tsitsano preguntó por el camino de regreso a su casa. anaswicha [anaswicha] n. Cabeza de mate. Eira barbara. \ka tuwipuma. Ref. “Entre los animales que pertenecen a la especie Mustelidae están el cabeza de mate, el perro de agua, el chucuri, la nutria gigante, la nutria común y la mofeta o zorrillo” (Patzelt, 1989, 76) anatuka [ana=tuka] n. Comején. Orden: Isóptera. \ka kumishin anaykinu [ana=ykinu] v. Doler. \ka nanana. Ref: Stark: ánawkinu; chanaka anaykwi iricha kiria; él tiene dolor de cabeza. ani [ani=] adv. Aquí. \ka kaypi. Ref: idem Stark y Simson; kuinjia ikicha aní; kwinjia anicha aní; yo estoy aquí; yo vengo aquí [Nota: Es diferente a aninu = venir, apaka pero puede presentarse bajo la misma forma gráfica cuando el verbo está conjugado. Como ya se ha señalado, es común en la lengua, la formación de verbos mediante el sufijo /-nu/ (Ver entrada siguiente)] aninu [ani=nu] v. Venir. \ka shamuna Ref: idem Stark, Peek y Simson chanima, chanima Ttsitsano anicha (historia de Tstisano); kona animaja; nawtaja kana ancha; ven Tsitsano aquí; yo vendré (tomado de Peek, p.159); nosotros venimos con él (idem) [Nota: Ver entrada anterior] apaka [a=paka] n. Canasta; \ka ashanka [Nota: ver saparo para una discusión en torno a este término] zápara-español-kichwa 55 apashiru apashiru [apa=Siru] n. Lagartija (especie grande). Enyaliodes sp. Hay una leyenda sobre este animal. apitiaka [api=tiaka] adj. Apestoso, hediondo \ka jiritsa asnak. arapiauja [arapi=a=u=?a] n. Avión. \ka antanka. dn/ Es posiblemente una de las últimas creaciones lexicales en zápara. Su cercanía con el inglés airplane, aunque hipótesis, puede explicar su origen. Se debe recordar que la primera vez que los záparas vieron un avión fue en la década de los 50 cuando dos americanas del Instituto Lingüístico de Verano hacían un estudio sobre la lengua de los záparas. Sasiko fue una de las personas que trabajó con las americanas Catherine Peek y Margaret Sargent. [Nota: ver: Historias de vida, Sasiko] arawsu [ara=wsu] n. Oso hormiguero. Orden: xenarthra. \ka pillan ariawku [aria=wku] n. Perro. Familia: cánidos. \ka allku. Ref 1: idem Stark (esta autora señala posible préstamo del kichwa); Peek: ariaúko; Simson: ariócu. Ref 2: “Mantienen perros para la 56 ashiña cacería y aunque feos y de miserable apariencia, cumplen bien con sus deberes de seguir y levantar la caza. En el Napo, se considera suficiente recomendación de las buenas cualidades de un perro, el saber que pertenece o ha sido educado por un Záparo* o por un Piojé, pues nunca mantienen ellos animales inútiles” (Simson, 1993/1886, 166) aritiataru [aritiataru] n. Peine. \ka ñakcha. dn/ Una semilla seca, de forma redondeada sirve de peine natural. aritiataru nakuna; árbol del peine. aritiawkuka [aritiawkuka] n. Aullador rojo (primate). Alouatta seniculus. \ka kutu. Ref:. dn/ También llamado mono colorado. Un mito zápara sostiene que ellos son descendientes de este primate porque tienen una coronita roja en la cabeza, como el pelo de este primate. [Nota: ver mito del mono colorado, que introduce aquel de Tsitsano] aritsarakwa [aritsarakwa] n. Cerebro. \ka ñuktu. asay [asay] n. Oso banderón. Tamandua tetradactyla. \ka kuchi pillan. ashiña [aSi=Na] n. Bagre. Pimelodella sp. \ka pakri. zápara-español-kichwa ashiñatu ashiñatu [aSi=Natu] n. Ceibo. Familia: papilionáceas. \ka putu; ashiñati nakuna; árbol de ceibo. asinu [asi=nu] v. Correr. \ka kallpana Ref: idem Stark atawari asinu (Canción sobre la gallina); anajicha acha:asima; la gallina corre; corre rápido. atanu [a=tanu] v.Arrojar, tirar; \ka shitana atari [a=tari] n. Murciélago. Lonchorhina aurita. \ka tutapishku Ref: idem Stark; atari itiama; las casas de los murciélagos. Ref 1: Cuando Tsitsano llegó a la casa de los murciélagos, le invitaron a que se cuelgue de un palo, como ellos, y se ponga a dormir. Cuando Tsitsano les dijo que él no podía hacer eso, todos comenzaron a reirse de él. Como no pudo dormir, Tsitsano salió muy temprano en busca del camino de regreso a su casa. Ref 2: /kutseriri/ /kutse/ /kutse/: ese el ruido que hace el murciélago. Según Cesáreo, este es el ruido que hace el murciélago cuando se ríe. atawari [ata=wari] n. Gallina. \ka atallpa. dn/ En la canción sobre la gallina que se usa de ejemplo, se repite el estribillo: “la gallina corre, la galllina corre”, y esta evoca la visita próxima de alguna persona o familiar; Ref: idem atsaka Stark; Peek: atáwari; Simson: ataguarítiu; atawari asinu (Canción sobre la gallina); atawari iku La gallina corre; huevo de gallina [Nota: Stark sugiere un préstamo al kichwa. Osculati (Osculati, 2000/1846, 232) señala: cackaracka-ituima. Se ve claramente que en su caso se trata de una onomatopeya.] ati [ati=] adv. Allá. \ka chayman. Ref: idem Stark y Simson; atijina patawka; allá está el mono [Nota: /-jina/ es un locativo] atinu [ati=nu] v. Decir, hablar. \ka nina Ref: Stark átsinu; paraja atí: (tomado de Peek, Bosquejo, línea 98); pana atija (idem. 64, 20); la abuela dijo; hablaremos. atsaka [atsaka] n. Comida. \ka mikuna. Ref 1: “Muy especiales en cuanto a sus comidas, a zápara-español-kichwa 57 atsanu menos de hallarse en extrema necesidad, no comen, en la mayor parte de los casos, las carnes pesadas, tales como las de tapir o pecarí y se limitan a las aves, monos, ciervos, pescado, etc. Arguyen que, de modo principal, las carnes más pesadas les hacen tan pesados como los animales de que proceden y les resta agilidad y presteza para la cacería. (Simson, 165); Ref 1: idem Stark; Simson: atsactsáca (alimentos). iniaunu kwa atsaka; pa:atsa; la comida está lista; comamos [Nota: Ver la formación del verbo comer en la siguiente entrada.] atsanu [atsa=nu] v. Comer. \ka mikuna Ref: idem Stark; Simson: chatsácua (en realidad sería el verbo conjugado: come). napanitsa atsanu; papatsa; taikwa kupanicha atsaja; ven a comer; comamos; no quiero comer. atso [a=tso] n. Garza. (ave grande de color café y cuello largo) 58 awanaparaka .Del orden de las ciconiiformes. \ka ipanlu. atupama [atu=pama] n. Boca. \ka shimi Ref: idem Simson; Osculati: atuapama; kanatupama itinu; nosotros tenemos boca. awanaparaka [awanapa=raka] n. Leño (trozo de madera). \ka kullu. dn/ Se refiere solo al leño que sirve para prender el fuego del fogón; kiriaitia awanaparaka; leño grande [Nota: ver amaka] awashi [a=waSi] n. Uña. \ka shillu. Ref: idem Stark; Peek: washi. zápara-español-kichwa awashi awashiñaja [awaSi=Na?a] n. Pambil. Iriartea \ka taraputu. awashutuka [awaSu=tuka] n. Palmito, Chamaedorea \ka yuyu. awiriaku [awi=riaku] n. Guineo. familia: musáceas [ \ka kiña] awiruka [awi=ruka] n. Escarabajo, catzo. Orden: coleoptera. \ka shuntu. [Nota: ver shikuka] awkunu [a=wkunu] v. Andar, caminar. \ka purina Ref: idem Stark chawkuma itiamuka; camina a la casa. awnejawnu [awne=?awnu] v. Fumar \ka kushnina. Ref: Stark: áwmijawnu. [Nota: ver awneka] awneka [a=wneka] n. Tabaco. nicotiana tabacum. \ka masu. Ref 1: Simson: jaunéca Ref 2: “El tabaco es... el supremo remedio para casi todos los males y se lo bebe en grandes cantidades después de mojarlo con agua.” (Simson; p. 166); auneka amaka; sapara auneka; mirakucha auneka planta de tabaco; tabaco de la selva; cigarrillo. [Nota 1: /mirákucha/ significa extranjero] [Nota 2: El tabaco era ayame elemento usado dentro de las ceremonias del shimano más que un producto de consumo cotidiano pero ahora hace parte de los artículos de la ciudad bajo la forma de cigarrillos. Estos son tan cotizados por hombres como por mujeres. El agua de tabaco tiene también varios usos entre los záparas, uno de ellos es de dotar de mayor precisión a los cazadores] ayame [ayame] n. Lagartija (especie comestible). Anolis. \ka ayambi. Ref 1: Stark: jáyama (señala posible préstamo al kichwa). Ref 2: Hay una canción zápara que habla sobre la lagartija y cuyo estribillo se presenta a continuación como ejemplo; ayame nukataweka; la lagartija se está lamiendo. aymukuraki [aymuku=raki] n. Tres. (numeral). \ka kimsa. Ref: idem zápara-español-kichwa 59 aymukuraki Stark; Peeke: aímúkuma; Alfred Simon: aimucuraqué. dn/ Los záparas, cuentan los ancianos, tenían un sistema para contar los días que faltaban para el regreso de los cazadores. Ataban cinco nudos en una fibra que colgaba de alguna parte de la casa y la mujer del cazador, cada día que pasaba, desataba uno de los nudos. Cuando quedaban tres nudos, o tres días, la mujer se ponía a preparar la chicha. Cuando quedaban dos nudos, se pintaba y preparaba para recibir a su marido. El último día, salía con su familia a dar el encuentro al marido, cargada de vasijas llenas de chicha. Solo al siguiente día de la llegada, cuando ya no quedaban más nudos, se abrían las vasijas donde estaba la buena chicha y se invitaba a toda la comunidad a beber y comer.; aimukuraki kanaja 60 aytinu tres dedos [Nota: Confirmado Cesáreo y Ana María. Juan Cruz y Sasiko dudan pero la aceptan como posible. Sin embargo, hay que observar la simulitud con Stark] ayñunu [ayNunu] v. Llorar. \ka wakana. Ref: Osculati: ainuno; kwayñuku, taikwa chayñunu; estoy llorando; no llores. ayshawka [a=ySawka] n.; Leña. \ka yanda. Ref: idem Stark; Simson: aíshócua [Nota: ver amaka; awanaparaka] aytinu [aytinu] v. Aprender. \ka yachana. Ref: idem Stark; chanuaka:ayti; kuaitika:nuka; chaja:ayti; niño ayti; kawiriaja panaytijianuka; aprende; yo aprendo, tú aprendes; él aprende; todos nosotros aprendemos. zápara-español-kichwa cha chiripaka C - c cha [ts+a=] 2PS. Tú. (Segunda persona del singular). \ka kan. Ref: idem Stark, Peek y Simson; chaja ikicha zapara; tú eres zápara. chamarekaw [ts+ama=rekaw] n. Vasija, pilche \ka machimanka. dn/ Es la vasija en la que se toma generalmente la chicha. chiripaka [ts+iri=paka] n. Papaya. \ka papaya. Ref: idem Peek; taykwa ko mino koraka chiripaka ira; no tengo dinero para la papaya (tomado de Peek, 130) [Nota: En el ejemplo que se ha tomado de Peek, la palabra /koraka/ significa dinero, sin embargo ninguno de los informantes ha señalado la existencia de esta palabra en zápara.] zápara-español-kichwa 61 ichaka ichawka I - i ichaka [i=ts+aka] adj. Dulce. \ka mish- ki Ref: Stark: icháwkaka. [Nota: no es aceptado por Sasiko quien sugiere /paichamiaka/. Sin embargo, hay coincidencia con Stark. Ver entrada siguiente] ichakwanaka [its+akwa=naka] n. Caña de azúcar. \ka wiru. ichanu [its+a=nu] v. Tener. \ka charina. Ref: idem Stark; Osculati ickano; chanaka anaykwi iricha kiria; él tiene dolor de cabeza. ichari [i=ts+ari] n. Diente. \ka kiru. Ref: idem Stark; Peek: kwi kyae:ri (mis dientes) [Nota: no se ha encontrado forma correspondiente a muela] división de los que no comen sal y no están cristianizados; por ello los desdeñan los otros que son bautizados...” (Simson; 165); Ref 3: Los ancianos cuentan que antes de conocer la sal, y de comprarla o intercambiarla con otros productos tanto en Perú como en comunidades kichwas, los záparas usaban un pescado (anguila) que, disecado dentro de una hoja, servía para salar la comida. ichawka [its+awka] n. Tucán. Ramphastos cuvieri. \ka sikwanka. Ref 1: idem Stark. “Para comunicarse unos con otros en la selva, imitan por lo general el silbido del tucán o de la perdiz”. (Simson; 165). Ref 2: La imitación de ruidos de animales tiene normas estrictas entre los cazadores záparas. ichaw [i=ts+aw] n. Sal. \ka kachi Ref 1: 62 idem Strak; Simson: ichójua. Ref 2: “...pertenecen a la gran zápara-español-kichwa ichawkwe ichawkwe [i=ts+awkwe] n. Cáscara. \ka kara Ref: Stark: icháwka; Simson: puetsócue [Nota: Sasiko y Juan Cruz dudan. Sin embargo, hay coincidencia con Stark. Ver entrada anterior.] ikinia [iki=nia] n. Tía (hermana o prima del padre o la madre). \ka mikya. Ref: Stark: anúru. ikininu [ikini=nu] v. Vomitar. \ka kuynana. [Nota: Para los záparas, vomitar resta energía a los cazadores. En otras culturas, el vómito inducido tiene un significado purificador] ikinu [iki=nu] v. Estar, ser. \ka kana. Ref: Stark: solo lo reporta como estar y no señala ninguna forma para ser. Osculati: iquino kuinja ikicha aní, kuinja ikicha sapara; ikiwara tsitsano ati; yo estoy aquí, yo soy zápara; estaba Tsitsano ahí ( -wara, es marca de pasado) [Nota: Como en otras lenguas, no existe diferencia entre el verbo estar y ser] iku [i=ku] n. Huevo. \ka lulun Ref: idem Stark; Peek: atáwarí:ko (ver ejempo); Simson: icúcua (huevos); atawari iku; huevo de gallina] ikwanu [ikwa=nu] v. Ir. \ka rina. Ref: idem Stark; papaikwama; imatiña taykwa ko panicha chata ikwán(o)u; vamos nosotros; yo no quiero ir contigo (Peek, 150) [Nota: El primer ejemplo, incluye a todos los presentes. Hay una forma exlcusiva para la primera persona del plural. [Nota: ver kana y pa] imakana [imaka=na] n. Escopeta. Ref: Stark: irápa; idem Simson \ka illapa. dn/ La escopeta ha ido remplazando otras armas de caza más tradicionales. Algunos cazadores záparas rechazan el uso contínuo o exclusivo de esta arma pues consideran que el ruido que estas hacen, aleja a los animales de la selva.] imatiña [ima=tiNa] n. Jaguar. Panthera onca. \ka puma. Ref 1: Stark: imatina (tigrillo); Peek: ímatiNi; Simson: imatíni. Ref 2: “La mayoría prefieren los de dientes de tigres que llaman imatini-aichara* (imatiña ichari), conservándolos y luciéndolos como trofeo de sus victorias con esos terribles animales”. (Osculati, 2000/1846, 139) (El autor se refiere a los ornamentos que usaban los záparas en su cuerpo). Ref 3: Cuando Tsitsano llegó a la casa zápara-español-kichwa 63 aiminichaw de los tigres o jaguares, le invitaron a sentarse y le contaron que tenían a un niño enfermo. Tsitsano les dijo entonces que él lo curaría. Empezó un simulacro de ceremonia chamánica. Tsitsano sabía que el niño había comido algo con espinas y que algunas se le habían clavado en los labios, lo que le hacía sentirse enfermo. Con la boca retiró las espinas de los labios del niño y al poco rato este estaba mamando el seno de su madre. Como reconocimiento, los tigres le dieron una lanza que era en realidad un jaguar. La lanza que le dieron tenía que permanecer en la cabecera de su cama y solo debía ser usada por él, de lo contrario la lanza regresaba a manos de sus dueños originales. [Nota: Existen otros relatos záparas en los que se habla de este animal, ver por ejemplo la historia de la Luna y los planetas] 64 ipakaw iminichaw [imi=nits+aw] n. pava noc- turna. Orden: galliformes. \ka muntiti imiñinu [imi=Ninu] v. Pintar. \ka jawina. [Nota: No hay acuerdo] injia [i)?ia] n. Si, afirmación. \ka ari. Ref: Simson: ingyá [Nota: hay nasalidad en la primera vocal] injiaku [i)?ia=ku] n. Pierna. \ka chanka. Ref: Simson: íñacu [Nota: Nótese que no se ha encontrado entradas para: muslo, tobillo o talón. La primera vocal /i/ es nasal entre ciertos informantes, especialmente Sasiko]] injiraka [i&?i=raka] adj. Agrio. \ka auru. [Nota: La primera vocal es nasal] inyanu [i&yanu] v. Poner. \ka churana; tss9anukwa inia kasuma; pon aquí la chicha [Nota: nasalidad en la primera vocal.] ipaka [i=paka] adj. Amargo. \ka jayak. Ref: idem Stark] ipakaw [ipaka=w] n. Tórtola. zenaida. \ka puskuyu Ref: idem Peek; ipakawka makáka; la tórtola está llamando (tomado de Peek, 8) irichanu [iri=ts+anu] n. Esposa. \ka warmi. Ref: idem Stark; zápara-español-kichwa irikuja kwirichanu ikiwara pukuika; mi esposa estaba enferma. irikuja [i{i=ku?a] n. Cadera.. \ka siki tullu. irimatu [i{imatu] n. Hermana (de un hombre). \ka Pani. Ref: idem Stark; kwirimatu; mi hermana [Nota: hay varias entradas. Ver kukuitio, kuananu y taukutsu] irishipe [i{iSip´] n. y adj. Viejo, anciano. \ka apayaya. Ref: Stark: iríshika [Nota: /e/ final es muda] irishipiukano [i{iSipiukano] n. Antepasado. \ka sarunpacha. iriyanu [i{i=yanu] n. Esposo, marido. \ka kusa. Ref: idem Stark; Peek: kwi ryáno (mi marido); Simson: quiráno; kwi riyanu; mi esposo. ishyauna [iSyauna] n. Floripondio. (Planta arbustiva, de tronco leñoso, hojas grandes, flores solitarias blancas, en forma de embudo, muy olorosas); brugmansia arborea; \ka wantuk. dn/ Es la planta alucinógena de los záparas, por encima de la ayawasca. isika [i=sika] n.; Mono chichico. Sanguinus fuscicollis. \ka chichiku. dn/ Es el mono más pequeño, tiene la cabeza redonda y su cola no es prensil. itawriawka [itawriawka] n. Barbasco; tephrosia toxicofera. \ka timun jampi. Ref: idem Stark. itia dn/ Veneno natural que se usa de forma generalizada para asfixiar a los peces dentro del agua. El uso de esta planta con estos fines es común en la región y no es práctica exclusiva de los záparas. [Nota: Para eliminar el efecto del veneno, los hombres orinan sobre su captura. (cf. Taller)]. itia [i=tia] n. Casa. \ka wasi. Ref 1: Stark: íta; Osculati: itia. Ref 2: “Sus cabañas están hechas con hojas de palma toquilla y expuestas a toda interperie; yacen todos juntos en desorden: mujeres, hombres, niños, pollos, monos, aves, etc.” (Osculati, 141). Ref 2: Las casas de los záparas, contrario a lo que señala Osculati, tienen el techo de macana Geonoma sp.; itiama; casas. zápara-español-kichwa 65 itiumu itiumu [i=tiumu] n. Mujer. \ka warmi. Ref: Stark:ítumu; Peek: ityúmokwa; Simson: itiúmu; Osculati: hitiuma (hembra) iwama [i=wama] n. Hueco. \ka uktu. Ref: Stark: íyawma [Nota: duda de Sasiko y JC.] iya [iya=] adj. y adv. Mucho. \ka ashka. Ref: idem Stark y Peek; Simson: mánunu; ía komá noká anawkataká naw (iya kuma nuka anawkataka naw) (Peek, 132); eso le duele mucho (iya = mucho; kuma = fuerte; nuka = eso; anawkata= doler; ka= continuativo; naw= él). iyari [i=yari] n. Puerco montés. Orden: artiodactyla; familia: Tayassuidae; \ka wangana. Ref: Peek: íyaeri, Simson yári. dn/ Existe una canción que habla sobre este animal cuyo estribillo sirve a continuación de ejemplo: iyaricha watiriri; los wanganas hacen watiriri (ruido que hacen al estar cansados). 66 iñawkwa iyauna [i=yauna] n. Ayahuasca, beju- co alucinógeno. Banisteriopsis caapi. \ka ayawaska. dn/ Su uso es común también dentro de otras culturas. Los ancianos señalan al floripondio, como el alucinógeno tradicionalmente utilizado por los chamanes (shimano) záparas.; Ref: Stark: íyawka [Nota: ver entrada siguiente] iyawka [i=yawka] n. Soga. \ka waska. dn/ Cuerda hecha de fibra de chambira (Astrovaryum chambira), que sirve, entre otras cosas, para tejer bolsos y hamacas. [Nota: ver entrada anterior] iñawja [iNaw?a] n. Achiote. Bixa orellana. \ka manturu. Ref: Stark: inája. iñawja kawnu [iNaw?a kawnu] n. Coral (serpiente venenosa). oxyrhopus petole \ka manturu machakuy. dn/ Literalmente serpiente achiote. [Nota: ver los términos por separado] iñawkwa [i=Nawkwa] n. Pie. \ka chaki. Ref: Stark: ináwku; Peek: kwi nyiwkwa (mi pie); Simson: iñocuá. zápara-español-kichwa kaishunu kashi K - k kaishunu [kaiSunu] v. Bañarse. \ka kana [ka=na] n. Dedo. \ka ruka. Ref: armana. Ref: Stark: káshunu; paikwama kaishuka kiramuja; vamos a bañarnos al río. kajicha [ka?i=ts+a] n. Hacha. \ka tumi. Ref: idem Simson. Existe una canción zápara que habla sobre el hacha y cuyo estribillo sirve de ejemplo: kajicha munawaka. kajin [kaji)] n. Oso perezoso de dos garras; Choloepus hoffmanni; \ka intillama. dn/ Es una especie comestible [Nota: Hay nasalidad en la última vocal] kakeka [ka=keka] n. y adj. Negro. (Color). \ka yana 1. ya kakeka 2. kakeka tawku; 1. muy negro 2. hombre negro kamitaka [kami=taka] n. Ardilla. Sciurus granatensis; \ka waywashi kana [kana=] pron. pers. 1° pers. pl. Nosotros; de nosotros (exclusivo). \ka ñukanchi. Ref: idem Stark. kana ikicha sapara; nosotros somos záparas [Nota: Ver inclusivo /pa/] Stark lo señala como dedo del pie frente a kánasu, dedo de la mano; Simson: cansúa (dedos). kanowa [ka=nowa] n. Canoa. \ka kanwa. Ref: Stark: ka.núwa [Nota 1: Se trata sin duda de un préstamo]. [Nota 2: La palabra canoa, en castellano, proviene del taíno, de la familia lingüística arawako. Estos indígenas estaban asentados en lo que es actualmente República Dominicana, Cuba y Puerto Rico, antes de la Conquista española.] kapishu [ka=pishu] n. Capibara. Hydrochaeris hydrochaeris. \ka kapiwara. karika [ka=rika] n. Venus, lucero. \ka kuyllur. dn/ Los informantes se refieren a una estrella más luminosa que las otras. Puede ser el nombre específico que se le da a Venus. [Nota: Venus es el segundo planeta sobre el sistema solar y el más cercano al planeta Tierra]. zápara-español-kichwa 67 kashikwa kashi [ka=Si] n. Pecarí. Tayassu pecari; \ka lumukuchi. Ref: idem Simson. [Nota: ver iyari] kashikwa [kaSi+kwa] n. Luna. \ka killa. Ref: idem Stark; Simson: cashícua. [Nota: Los záparas tienen una leyenda que habla sobre la creación de la luna y las estrellas y que se incluye al final del documento] kashiricha [kaSi=rits9a] n. Ratón marsupial; Caenolestes fuliginosus. \ka ukucha kasuma [kasuma] n. Chicha. \ka asuwa. dn/ Bebida fermentada hecha generalmente a base de yuca masticada. Antes de adoptar esta bebida de yuca de los kichwas, los záparas bebían chicha de palmito o de ungurahua (jessenia bataua), según relato de Sasiko. Ref: idem Stark y Simson; panaratuka kasuma; kasuma kuratuku; nosotros vamos a tomar chicha; estoy tomando chicha. katawnu [kata=wnu] v. Quemar. \ka rupachina Ref: idem Stark; kaushima katetanu; la olla está quemada. katinu [kaati=nu] v. Nacer. \ka pakarina. Ref: idem Stark [Nota: la doble vocal indica un 68 alargamiento del sonido] kawku katsaka [ka=tsaka] pron. interrog. Qué. \ka ima. dn/ No se ha encontrado su uso como pronombre relativo; /katsaka/ /irichanaw iricha kwi/ (Historia de Tsitsano, transcripción 3 casete 2A) esposa = irichanu hacer - CON 1PSG. COM (ver Peek Texto narrativo, línea 60) katsapija [katsa=pi?a] n. Champiñón; Hongo. \ka ala. Ref: Stark: úmuru. [Nota: ver umuru] katsawiña [katsa=wiNa] n. Pava. \ka pawa. Ref: Stark: katsawína; Peek: katsaúhwiña; Simson: catsagüíña. kawiria [kawiria] adj. y pron. Todo. \ka tukuy [Nota: ver entrada siguiente] kawiriajarapaka [kawiri?arapaka] n. Planeta Tierra (kawiria(ja) = todo; rapaka = tierra). \ka kaypacha. dn/ Literalmente quiere decir toda la tierra. [Nota: ver términos por separado] kawku [kawku] n. Tucán o pilí. \ka kuyllin. dn/ “Esta ave tiene talla media. El borde del pico lleva un juego de verdaderos serruchos. Durante el día emiten gri- zápara-español-kichwa kawkwaka tos monosilábicos “pi-li-pi-li-pili”. Viven en pequeñas bandadas haciendo acrobacias sobre las copas de las palmeras denominadas pambiles”. (Patzelt, 1989, p.168) kawkwaka [ka=wkwaka] n. Espina. \ka kasha Ref: Stark: káwkaka; Simson: ijóto; kwachicha kaukwakajiña; pisé una espina. kawnu [kawnu] n. Serpiente (genérico). \ka machakuy. dn/ Ref: idem Stark; Peek: kaúno; Simson: cóno] kawruruka [kawru=ruka] n. Mono volador. (otros nombres comunes: parahuaque, parahuaco, mono saki;. Pithecia monachus. \ka sipuru. kawshima [kawSima] n. Vasija. \ka manka. Ref: Stark lo define como olla; Simson cóushima; ani: ikicha Tsitsano kawshimajinia (Historia de Tsitsano, trancripción 2, línea 12, Los hombres que comían escrementos); ahí estaba (?) Tsitsano con la vasija. kawsicha [ka=wsits+a] adj. Feo. \ka jiritsa; kawshanu kichaka; mashikukwa kawsicha se ve muy feo; flaco feo. kayapue kayapue [ka=yapuE] n. Gente, personas. \ka runakuna; /tana/ /cauchero/ /kayapue/ /kayapue/ /takuruatana/ /cauchero/ /kayapue/ /kayapue/ /kayapue/ (c.f. Canción sobre los caucheros); esta canción trata sobre un cauchero kichwa que atrae mucho a las mujeres. [Nota: el auge del caucho, fenómeno que marcó a toda la Amazonia entre los últimos años del siglo XIX y los 20 primeros años del siglo XX llevó muchos colonos mestizos a tierras záparas y con ellos, con sus exigencias y maltratos, el inicio del exterminio de muchos pueblos, entre ellos los záparas que desde entonces, y por el lapso de unos 20 años, se vieron reducidos casi hasta su total desaparición. Parte de esta historia está viva en la mente de los ancianos, que la oyeron a su vez de sus padres y abuelos y la cual perdura bajo la forma de esta canción. [Nota: ver historia] zápara-español-kichwa 69 kaychu kaychu [kayts+u] n. Cuñada. (her- mana de un cónyuge respecto del otro cónyuge). \ka kachun. [Nota: Hay demasiada coincidencia entre la forma kichwa y zápara, puede tratarse de un préstamo] kayriruana [kayriruana] n. Miel. \ka mishki; paytsamiaka kayriruana; la miel es dulce. kiawka [kiawka] n. mono volador, (llamado también parahuaque o mono saki). Pithecia monachus. \ka parisa. kiraitia [kira=i=tia] adj. grande. \ka jatun. Ref: Simson: queráitio; kiraitia murichaja; río grande. kiramu [ki=ramu] n. Río, (es el antiguo nombre zápara del río Conambo). \ka mayu; kiryaitia kiramu; río grande [Nota: ver muricha, que también quiere decir agua.] kitiaja [ki=tia?a] n. Senos, (mama, en la mujer). \ka chuchu. [Nota: El singular, seno = kitiaka. Ver nota ajapaka] ku / kwi [ku/kwi] 1 PS. Yo; \ka ñukapa. Ref: idem Stark; kukumanu; kwirichanu; mi padre; mi esposa. [Nota: La lengua zápara es una lengua aglutinante, afijos se yuxtaponen a 70 kumakuka una raíz para expresar relaciones sintácticas, tal y como sucede en kichwa. Los ejemplos ilustran claramente lo dicho. En el segundo ejemplo el morfema sufre un ligero cambio /kwi/, esto sucede siempre que la primera vocal del otro morfema, es /i/] ku / kwi [ku/kwi] pron. pos. 1PS. Mi. \ ka ñukapa. Ref: idem Stark kukumanu; kwirichanu mi padre; mi esposa [Nota: La diferencia la establece el entorno fónico. Ver entrada anterior] kumaja [ku=ma?a] n. Yerno. \ka masha] kumakuka [kuma=kuka] n. Larva de catzo (gusano comestible). Rynchophorus palmarum. \ka tuku. Ref 1: idem Stark; Ref 2: “En ese lugar me fue ofrecido un gran puñado de gruesos gusanos o larvas asadas, que se encuentran en la médula de las palmeras...” (Osculati, 2000/1846, p. 141); amarija kumakuka; gusano de chonta. [Nota: esta larva se la encuentra por lo general en los troncos de chontas y por su sabor son muy apreciados zápara-español-kichwa kumanu tanto por los záparas como por otros grupos. Ver matsakaw] kumanu [kumanu] n. Padre. \ka yaya. Ref: idem Stark y Peek; Simon: cúmanu; /taikwa/ natiño/ /kukumano / /nishiawnu/; no (ati = allá) mi padre + conversar. kumiaricha [kumia=rits+a] adj. Pequeño. \ka ichilla. Ref: Stark: nícha.] kurama [kura=ma] n. Brazo. \ka rikra. Ref: idem Stark; Peek: ku kurámasu (mi mano); Simson: ichiosú (mano), curamáso (brazo); kuramaja ajiña ajapaka tsarikwi; amashañikijia ikicha kukuramaja; la avispa me picó en el brazo; tengo dos brazos [Nota: No se ha encontrado formas para codo, hombro o muñeca. Ver: kuramajakiatsauke] kuramajakiatsaukwe [kurama?akiatsaukwe] n. Camisa. \ka kushma. [Nota: Ver kuramaja: brazo. Ver ijiakiatsauke] kuriana [kuri=ana] adj. y n. Enamorado, novio. \ka ashi. Ref 1: Simson: míscuashuano. Ref 2: “El cortejo a las mujeres se hace a veces en una forma novelesca. El enamorado que quiere contraer matrimonio va de cace- kutaweka ría a las selvas. A su regreso, arroja el producto de la caza a los pies de su elegida y, de inmediato, leña suficiente para cocinar la misma. Si la morena doncella se levanta y se ocupa de cocinar la cacería obtenida por él -solo en raras ocasiones rechazan insinuaciones de esta naturaleza-, puede considerarse el hombre como novio aceptado... Pero, si la joven doncella o la madura matrona, según el caso, desdeña el ofrecimiento del cazador, puede éste encontrar consuelo en otra Zápara* (idem) caritativa que puede avanzar y tomar a su cargo los deberes culinarios y otros concomitantes.” (Simson, p. 169);. kuriana ikicha ikuanaku; mi novio fue a la selva. kuruka [ku=ruka] n. Puño. \ka sakmatsu. [Nota: El plural sería: kuruja = puños. Ver nota de: ajerawka para más información sobre la construcción del plural.] kusupiawka [kusupiawka] n. Insecto palito. Familia: Phasmidae. \ka manchu. kutaweka [kuta=weka] n. Persona no aceptada. \ka millaruna. dn/ Así como no existe el concepto zápara-español-kichwa 71 kwanajukwa de amigo, tampoco existe aquel de enemigo, esta es la palabra que más se acerca a dicha idea. kwanajukwa [kwana=?ukwa] n. Hormiga (genérico); \ka añanku. Ref: Strak: kawnúnaka, Peek: kwanáhunu. kwanu [kwa=nu] n. Madre; \ka mama. Ref: Stark: ánu; Peek: kwáno; Simson: mamajá; kwano ariawku; el perro de mi madre (Tomado de Peek, p. 17) [Nota: Según Peek, de quien se toma el ejemplo, “en los sintagmas nominales de pertenencia, el orden de los elementos es: posesor-poseido”] kwate [kwate] n. Machín de cara blanca (primate). Llamado también capuchino de cara blanca o mico. Cebus albifrons. \ka machin. kwaticha [kwatis+a] n. Hamaca. \ka amanka. Ref: “Hamacas, sacos para recoger la caza y las llanchamas, una especie de frazada hecha de la corteza interior o 72 kwiñu líber de un árbol, son sus únicas manufacturas” (Simson, 1993 / 1886, p. 172); chanima, chanima Tsitsano anicha, aní kwatichají Tsitsano; kwaticha kiniana tsauta; ven, ven Tsitsano aquí, aquí, a esta hamaca Tsitsano. kwatupama [kwatupama] n. Palabra \ka shimi. kwatupama sapara; palabra zápara. [Nota: Este ejemplo, que sirve de título al libro, quiere decir literalmente: de la boca zápara.] kwitu [kwi=tu] n. Hermana, (entre hermanas). \ka ñaña. Ref: idem Stark; Peek: kwiriumátu; Simson: cuíña; /katsakatiaku/ /kukwitu/ /i(r)iaka/ /iriaka/ (cf. Historia de la boa). kwiñu [kwi=Nu] n. Hermano, (entre hermanos varones). \ka wawki. Ref: Strak: kwínu; Peek: kwananu; Simson: cuánana; kukwiñu ikicha pukwika; mi hermano está enfermo. zápara-español-kichwa majaka masaraka M - m majaka [ma?aka] adj. Crudo, da. \ka chawa. atsaka ikicha majakaja; la comida está cruda. majanu [ma=?anu] v. Cortar. \ka pitina. Ref: idem Stark. paikwama majaka nakuna; vamos a cortar un árbol. majichareka [ma?its+areka] adj. Cocinado, da. \ka yanushka; atsaka ikicha majicharekaja; la comida está cocinada. majinu [ma?i=nu] v. Cocinar. Ref: idem Stark. \ka yanuna. makwinu [makwi=nu] v. Soñar, dormir. \ka muskuna, puñuna. Ref: Stark: makwínu. dn/ Soñar y dormir son términos idénticos. Los sueños, constituyen parte fundamental de la vida de los záparas. En función de ellos se realizan o se dejan de realizar muchas actividades cotidianas. Así, por ejemplo, si antes de un día de caza los hombres sueñan en muchos animales, eso significará una buena cacería. Si, por el contrario, se sueña con alimañas u otros animales peligrosos, lo más probable es que la jornada de casería se suspenda. (cf. Diagnóstico); ¿chati makija itiumuka?; nuka amaanu nukwa makinu, Tsitsano makinu; ¿soñaste con una mujer? [Nota: La partícula /-ti/ es marca interrogativa] manaku [ma=naku] n. Quijada. \ka kiras. Ref: idem Stark. manari [mana=ri] n. Lagarto, caimán Paleosuchus trigonatus. \ka lagartu. Ref: idem Stark. [Nota: Es el nombre zápara de Bartolo Ushigua, presidente de los záparas. También fue el nombre del padre de Bartolo, Blas Manari Ushigua, el último chamán zápara muerto en 1997 en Llanchamacocha.] maraka [-ma=raka] n. Víceras, tripas. \ka chunchulli Ref: idem Stark, Peek y Simson. marawnu [ma=rawnu] v . Amarrar, atar. \ka watana. Ref: idem Stark. masaraka [masa=raka] n. Rémora (pez). Hypostomus. \ka shiw. dn/ Es el nombre de una de las comunidades záparas. Hasta 2001, esta comunidad llevaba el zápara-español-kichwa 73 masawku nombre de Masaramu, que no es más que la adaptación al kichwa de la palabra zápara, y además con una grafía del castellano. Recordamos aquí que el fonema /z/, que además se encuentra al escrito en castellano en palabras como zapato, caza y otras, se pronuncia, en Ecuador, /s/. masawku [masawku] n. Hormigas arrieras o cortadoras de hojas. Atta sp. \ka tinkas. Ref: Stark lo reporta como conga. mashaka [ma=Saka] n. Cuñado (hermano de un cónyuge respecto al otro cónyuge). \ka masha [Nota: Debe tratarse de un préstamo del kichwa.] mashianu [maSianu] n. Huérfano. \ka wakcha. Ref: Peek: mashicha. [Nota: hay contradicción con viudo] mashianu [mashyanu] n. Viudo. \ka wakcha kari. Ref: Stark: mashíyaka [Nota: Sasiko sugiere/nirichanu pukinu/ de donde: /iricahnu/ = esposa; /pukinu/ morir o muerta] mashicha [maSi=ts+a] n. Viuda. \ka wakcha warmi. Ref: Stark: máshichawka. Peek lo define como huérfano. [Nota: ver mashiatona. Sasiko sugiere 74 matsakaw /nirianu pukinu/. En este caso /irianu/ es marido y /pukinu/ morir o muerto] mashinu [maSi=nu] v. Esconder. \ka mitikuna. Ref: idem Stark; naw mashicha; el se esconde (ejemplo tomado de Peek, p.129) (en nuestro caso debería ser nuka masicha, de acuerdo a la forma del pronombre personal 3PS. Recordamos que esta forma corresponde a la que registra Stark). masiku [masi=ku] adj. Flaco. \ka irki. Ref: idem Stark; Simson: másecu (delgado); kwinja ikicha masikuka; yo soy flaco o yo estoy flaco. matsakaw [matsakaw] n. Trompetero (ave). Psophia crepitans. \ka yami. Ref 1: Peek: matsáko. Ref 2: “Estas aves tienen una asombrosa capacidad para acostumbrarse a vivir en cautiverio y se convierten en inmejorables cuidadores de gallinas, patos y otras aves domésticas. Sin embargo, no se reproduce en cautiverio. Su carne es muy sabrosa y por esto son perseguidos.” (Patzelt, 1989, p.129. Ref 3: Tsitsano llegó donde los trompeteros, seres que comían zápara-español-kichwa matsimaka lombrices. Apenas lo recibieron, le dieron una hamaca para que descanse y le entregaron a una mujer. El padre de la chica les dijo a los dos que vayan a coger un guatín (pariente de la guatusa), que se lo encuentra dentro de los troncos de las chontas podridas. Cuando encontraron un palo de chonta caído, la muchacha dijo a Tsitsano que se coloque en uno de sus extremos mientras ella metía un palo por el otro extremo para hacer salir al guatín. Mientras la mujer hacía esto, por los dedos de Tsitsano se escapaban cientos de larvas. La mujer le dijo que no dejara escapar a ninguna. En un momento dado, ambos cambiaron de lugar y la mujer comenzó a morder la cabeza de todas las larvas y a dejar de lado los cuerpos; cuando ya habían recogido bastantes larvas, las llevaron a casa envueltas en una hoja. Cuando la mujer enseñó la captura a su padre, este le dijo que se ponga a cocinarlas para dar de comer a Tsitsano, ella obedeció pero cuando las larvas estaban listas, Tsitsano les dijo que él no comía eso. muija matsimaka [matsi=maka] n. Gusano del cacao (comestible). \ka kila kuru. mawku [ma=wku] n. Canilla. \ka pinkullu. Ref: Stark lo reporta como un tipo de flautín. La similitud en la forma puede explicar estas diferencias o similitudes del significado. [Nota: observar la similitud del significado en kichwa] mañiñu [maNiNu] n. Soltero. \ka warmillak. miarawka [mia=rawka] n. Mono nocturno. Aotus vociferans. \ka tutashillu. dn/ También llamado tutamono. mirakucha [mira=kuts+a] n.; Extranjero. \ka wirakucha. Ref: Stark: mwirákucha (Esta autora también sugiere un présamo del kichwa) dn/ Se usa solamente para las personas de tez blanca. mirakucha masikuka; extranjero flaco. [Nota: por la similitud, puede tratarse de un préstamo y adaptación del kichwa] muija [mu=i=?a] n. Yuca (mandioca). manihot esculenta. \ka lumu. Ref: Simson: múe; kumicha muija aminiakaja; yo tengo yuca en la chacra. [Nota: la zápara-español-kichwa 75 mukushiña yuca es uno de los alimentos principales de los záparas como de casi todas la culturas que viven en territorio amazónico] mukushiña [mukuSi=Na] n. Chambira (árbol). \ka chanpiraruyak. Ref: Stark: múkushika. [Nota: ver nachichako, nauku tujuka] mukutsawa [mukutsawa] n. Oropéndola. Gymnostinops 76 yuracares. \ka manku. murujanu muraka [mu=raka] n. Armadillo. Dasypus novemcinctus. \ka kachikanpu muricha [mu=rits+a] n. Agua, río. \ka yaku Ref: Stark: muríka; idem Simson; /noareja/ muríchaja/ (Historia de la lombriz, línea 1.) murujanu [muru=?anu] n. Abeja (especie que no pica). \ka putan. Ref: Stark: murujánuka. zápara-español-kichwa nachichako nakiterutsa N - n nachichako [nats+its+ako] n. Chambira. (fibra). Astrocaryum chambira. \ka chambira. Ref 1: Stark : náchichaku (árbol); múkushika (fruto). Ref 2: “De la palma chambira los Záparos extraen una especie de fibra incorruptible en el agua, con la cual tejen redes y hamacas, hilándola como se hace con el lino.” (Osculati, 2000/1846, p.137) [Nota: Ver nauku tujuka] naja [na=ja] n. Anguila eléctrica. Electrophurus elctricus. \ka ankila. dn/ Cuando hay abundante pez en alguna parte del río, se cree que hay una anguila pues, dicen los záparas, ésta los atrae. najua [na=?ua] n. Flauta. \ka ulawatu Ref 1: Stark: kasúwanu (“hecha de bambú, con tres huecos. Se toca soplando al lado del instrumento”). Ref 2: “En sus bailes se sirven de pequeñas flautas de hueso, conocidas como huallacu (idem) y además tienen un silbato, también de hueso, que lo lla- man piñutatza, porque imita el grito de ciertos pequeños monos”, (Osculati, p.140). najuka [na=?uka] n. Nariz. \ka sinka. Ref: idem Stark; Peek: náhukwa (/h/ corresponde a /j/, en nuestro caso); Simson: najucua; kiraitia kunajuka ikicha; mi nariz es grande. nakiteruka [nakiteru=ka] n. Hoazín. Opisthocomus hoazin. \ka shanshu. nakiterutsa [nakiterutsa] n. Laguna. \ka kucha. Ref: Stark: únija. dn/ Las lagunas se forman, según los záparas, por las peleas que mantenían algunos espíritus (ver tsamaru) o en su defecto, son huecos hechos por grandes boas que luego se llenaron de agua (ver saweraw). Cuentan los ancianos que a veces, en las lagunas, se levantan grandes olas luego de lo cual salen hermosas mujeres que conquistan a los cazadores, se los llevan con ellas hacia la ciudad que está en el fondo. A quien esto ocurrre, se vuelve inmortal, aunque nunca regrese zápara-español-kichwa 77 naku a la superficie. “El agua que nosotros vemos, son las nubes de esa ciudad” (Sasiko). [Nota: Cesáreo no lo confirma y propone: /tarishinu/] naku [na0ku] n. Selva. (es el nombre genérico). \ka sacha. Ref: idem Stark y Simson [Nota: ver sapara] nakuna [na=kuna] n. Árbol o planta (genérico). \ka ruya. Ref: idem Stark; Simson: nacúna; Osculati nacku (bosque); pujiawka nakuna, awneka nakuna; árbol de plátano, planta de tabaco [Nota: Ver naku = selva] nami [na=mi] n. Ojo. \ka ñawi Ref: idem Stark; Peek: ku námihya (mi ojo); Simson: namíjia (ojos). Ref: Cuentan los ancianos que hubo un tiempo en el que un grupo de cazadores, mientras descanzaba a las orillas de un río, se vio sorprendido por un espíritu que terminó por arrancarles los ojos y los colgó de varios árboles. Finalmente, otro cazador que circulaba por ahí, los descolgó y los quemó en una fogata. Solo entonces los cuerpos de los cazadores pudieron descansar. Ese río se conoce con el nombre de nami78 namijamu jamu que literalmente quiere decir ojo que cuelga (ver entrada siguiente para mayor información sobre este relato); ku namija; amashañikijia ikicha kukunamija; mi ojo; yo tengo dos ojos (-ja marca, en los dos casos, énfasis; -ku es en este caso marca de plural) [Nota: Ver namijamu.] namijamu [nami?amu] n. Lágrima (lo que cae del ojo). \ka wiki. Ref: Existe un río que lleva el nombre de namijamu. La historia del origen de este nombre fue relatada por Juan Cruz. Un grupo de cazadores salió en busca de presas a la selva. Cuando cayó la noche uno de ellos fue en busca de hojas y leña. Cuando estaba dedicado a su tarea, oyó una voz que repetía namishukwa, namishukwa y regresó asustado a contar lo ocurrido a sus compañeros. Nadie le creyó y todos terminaron por acostarse y quedarse dormidos, menos aquel que había oído la voz en el bosque. Pasada la medianoche, un espíritu apareció. Cuando el hombre que permanecía despierto quiso despertar a sus zápara-español-kichwa naminutwinjia compañeros, no lo logró, apesar, incluso, de haber usado un palo incandescente. El espíritu, entonces, arrancó los ojos de las órbitas a todos los que dormían y les dijo que a la mañana siguiente debían ir por el río repitiendo namijamu kana, namijamu kana. Así, al día siguiente, cada uno de los hombres sin ojos se ubicó en la cabecera de un río y se puso a pescar. Junto a ellos se encontraban sus ojos, colgados de un árbol. Mientras tanto, el hombre que no había dormido fue a contar lo sucedido a los otros miembros de su grupo. Mientras eso ocurría, un hombre que bajaba solo del monte encontró los ojos colgados de los árboles y los fue tirando al fuego, cuando esto ocurría, el cuerpo de los hombres que pescaban en el río caían sin vida. Según Juan Cruz el río donde se desarrolla esta historia es un tributario del río Morete, éste del Conambo y queda muy cerca de Jandiayacu. [Nota: Ver nami] naminutwinjia [naminutwin?ia] n. Loro shapul. Deroptyus accip- naricha itrinus. \ka uritu. Ref. “Este loro se caracteriza por las plumas eréctiles y largas que tiene por detrás del cuello. Cuando las eleva, forman como una corona de color violeta y purpúreo con bordes azules alrededor de la cabeza” (Patzelt, 1989, p. 136) [Nota: ¿Puede descomponerse?] namiriajuka [namiri=a=?uka] n. Chacra (huerta). \ka chakra; papa namiriajunka; vamos ha hacer una chacra. [Nota: hay otra entrada aminiaka] nanaka [na=naka] n. Sangre. \ka yawar. Ref: idem Stark y Simson; nuka nánaka; mi sangre. naricha [na=rits+a] n. Estrella. \ka kuyllur. dn/ Se trata en este caso de una estrella, astro dotado de luz propia, observable bajo el aspecto de un punto luminoso y titilante, y no de un planeta. (Ver káreka); Ref: “Tienen los Záparas distintas denominaciones en su idioma para las diferentes estrellas, pero no pude descubrir en qué consiste la distinción que hacen de ellas; solo sé decir que no consiste en la mera clasificación de estrellas zápara-español-kichwa 79 narika fijas y planetas”. (Simson; 1993/1886, p. 172-173) [Nota: ver kareka] narika [na=rika] n. Soltera. \ka karillak. Ref: Stark: naríkaka. kukuniatu narikaja; mi hija soltera. naruka [naruka] n. Piedra. \ka rumi. Ref: idem Strak natuka [na=tuka] n. Rojo. \ka puka. Ref: idem Stark y Simson. naw / no [naw / no] PP. 3PS. Él y ella (Tercera persona del singular). \ka pay. Ref: Strak: nuka; idem Peek; Simson: no; nawja ikicha akamenu Llanchamaja; naw ikicha sapara; él es el akameno de Llanchama (la partícula /-ja/ es para enfatizar); él es zápara. [Nota: La diferencia la marca el contexto fónico. Antes de las vocales /a/, /i/, se emplea la segunda forma.] nawkutujuka [nawkutu?uka] n. Chambira. (árbol). Astrocaryum chambira. /ka. chambira [Nota: ver nachichako, mukushiña] nawkwanu [nawkwanu] v . Robar. \ka shuwana. papanawkwa atawari; chanukwa nawkwakwa; vamos a robar una gallina; vaya a robar. 80 nianu neika [neika] n. y adj. Azul. \ka ankas [Nota: hay dudas de varios informantes] nema [ne=ma] n. Piraña. serrasalmus spp. \ka paña [Nota: Hay otra entrada. Ver: tuaru muricha] netaw [netaw] n. Escoba. Ref: \ka pichana Stark: nitáwtaka. newa [ne=wa] n. Perdiz. \ka yutu. Ref: Peek: né:hwa; Simson: neguá. nianu [nianu] n. Hijo, niño. \ka churi, wawa. Ref: Stark: niyánu; Peek: ku niyaeno (mi hijo); Simson: niano; kunianu; chanianu; nianu kuratukwa Tsitsano; mi hijo; tu hijo. [Nota: nianu, es hijo; niatu es hija. Esto nos lleva a afirmar que la sufijo /-nu/ es marca masculina y el sufijo /-tu/ es marca femenina. Coincidimos en esto con las anotaciones de Stark. zápara-español-kichwa niata Otro ejemplo es mashyatu, huérfana y mashyanu, huérfano] niata [niata] n. Pueblo. \ka llakta. kuniata; mi pueblo. niatu [niatu] n. Hija. \ka ushushi. kuniatu; mi hija [Nota: el sufijo -tu es marca de femenino. Ver nianu] nicha [ni=ts+a] adj. Angosto, pequeño. \ka ñañu. Ref: idem Stark; Simson: ninchacáqui; nícha murichaja; río angosto [Nota: ver nichakaki] nichakaki [nicha=kaki] adj. Poco. \ka ashilla Ref: idem Stark; Simson lo reporta como pequeño. nikiru o nekero [nikiru] n. Venado. Mazama americana. \ka taruga Ref: Stark: nikíru; Peek: nikíru; Simson: niquéro [Nota: la diferencia responde a la pronunciación que reportan los informantes] ninakareikicha [ninakareikits+a] n. Noche. \ka tuta. Ref: Stark: ninakári [Nota: sin duda puede descomponerse] nishiawnu [niSiawnu] v. Conversar, hablar. \ka rimarina. Ref: idem Stark] nu / na [nu=] PP. 3PP. Ellos, ellas (tercera persona del plural). \ka nukinu paykuna. Ref: Stark y Peek: na; Simson: notena; nukaka ikicha zapara; ellos son záparas [Nota: La diferencia de las formas lo marca el contexto fónico] nujiña [nu?i=Na] n. Camino, sendero. \ka ñanpi. Ref: Stark: núka?ma [Nota: No hay acuerdo. Ver nukama y observar la similitud de esta forma con la sugerida por Stark] nukaki [nuka=ki] n. Uno (numeral). \ka shuk. Ref: Stark: núkaki; Peek: nukwáki; Simson: nucuáqui. [Nota: -ki es un sufijo mediante el cual se construyen la mayor parte de adjetivos en zápara, o al menos aquellos en los que está involucrada una cantidad. Este sufijo está presente en todos los numerales] [Nota: ver la presentación del diccionario para una discusión en torno al sistema numeral de los záparas] nukama [nuka=ma] n. Camino. \ka ñanpi. Ref: idem Stark. [Nota: Hay otra entrada sugerida por Cesáreo que no acepta Sasiko y que no consta como tal en Stark. Ver: nujiña] nukinu [nuki=nu] v. Mirar, ver. \ka rikuna. Ref: idem Stark. zápara-español-kichwa 81 nukwakanitsa nukwakanitsa [nukwaka=nitsa] n. El futuro. \ka shamuk pacha. [Nota: hay duda de varios informantes] numaka [nu=maka] n. Pepa de tagua. \ka chincha muyu] nushichana [nuSi=ts+ana] n. Morete. Ref: “El fruto de Morete sirve para preparar una bebida agra- 82 nwareja dable, refrigerante y nutritiva...” (Osculati, 2000/1846, p.137) nusichana [nusi=ts+ana] n. Pantano. \ka jita. nwareja [nware?a] adv. Entonces. \ka chasnallata. Ref: Peek: nohariha-na n-akwa-wara; entonces ENF(énfasis)REP(reportativo) ella fue. zápara-español-kichwa pa piatsaw P - p pa [pa=] pron. pers.1° pers. pl. Nosotros (inclusivo). \ka ñukanchi. Ref: idem Stark panaratuka kasúma (nosotros) vamos a tomar chicha. [Nota: Ver exlcusivo /kana/] paychamiaka [payts+amiaka] adj. Sabroso. \ka mishki. paytsamiaka kayriruana; la miel es sabrosa. pajinu [pa=?inu] v. Buscar. \ka maskana. Ref: idem Stark. pakateka [pakate=ka] n. El amanecer. \ka pakarina pacha. Ref: Stark: ka.tínu. pakatetaka [pakatetaka] n. Luz. \ka achik. Ref: Simson: nuntán panakeshu [panakeSu] n. Barba. \ka millma. pananeka [pananeka] n. La tarde, el atardecer. \ka chishi. [Nota: ver entrada siguiente] pananeka [pana=neka] n. Sombra y oscuridad. \ka llantu; amsa Ref: Stark: shiná [Nota: Cesáreo no lo confirma] panasimana [panasi=mana] v. Dar vueltas. \ka muyurin. paninu [pani=nu] v. Querer (querer algo, querer a alguien); \ka munana Ref: idem Stark. chati kupanicha; chati panicha itiumuka; taikwa kupanicha icha; chajá kupanicha; ¿me quieres?; ¿quieres una mujer?; yo no te quiero; yo te quiero. [Nota: En el ejemplo, la partícula /-ti/ es marca de interrogación] paraja [pa=ra?a] n. Anciana. \ka apamama. *paraha atí: (tomado de Peek, Bosquejo, línea 98) (paraja ati:); la abuela dijo. paratu [pa=ratu] n. Viento. \ka wayra. Ref: idem Stark; Simson párato. patawka [pa=tawka] n. Mono chorongo (primate). Langothrix lagotricha. \ka kushillu. dn/ Otro nombre común es el de barrigudo. pawaka [pa=waka] n. Caracol. Familia: Mollusca, orden: gasteropoda. \ka churu. Ref: idem Stark. piatsaw [piatsaw] n. Dios. \ka apunchik. Ref 1. Según los ancianos, Piatsaw pasaba su tiempo acostado en una hamaca mientras comía mazorcas de maíz cocido o la braza. Sus vecinos, los pichapicha zápara-español-kichwa 83 pichapicha (grillos) ansiaban poder tener algo del maíz de Piatsaw pero éste no lo compartía con nadie. Un día, mientras Piatsaw tocaba la flauta, los grillos robaron un poco de maíz y lo escondieron dentro de sus alas. Al emprender su vuelo, el maíz fue cayendo sobre la tierra y desde ahí los hombres pudieron alimentarse con él. Ref 2. “Tienen una confusa idea de la existencia de un Dios, que lo llaman en su idioma Puëtzo (Creador de los hombres)...” (Osculati, p.139); ku piatsaw; cha piatsaw; pa piatsaw mi dios; su dios; nuestro dios. [Nota: Los záparas constituyen uno de los pocos grupos de la amazonia ecuatoriana que no ha permitido la ingerencia de grupos religiosos en su territorio y reinvindica total autonomía en este campo] pichapicha [pits+apits+a] n. Langosta (insecto). \ka chillik. [Nota: Se trata sin duda de una onomatopeya.] pikwari [pi=kwari] n. Lora. amazona spp. \ka likwa. pinawnu [pina=wnu] v. Llamar (llamar a alguien). \ka kayana. Ref: idem Stark. 84 pishaka pirika [piri=ka] n. Tucán, mara o marrajo chico. Andigena laminirostris. \ka sikuwanka. Ref.: “Esta ave llama la atención por la extraña conformación de su pico. Lleva a los costados del pico, como un enchapado artístico y superpuesto, una lámina de material óseo. Por otra parte, los colores del pico son rojizo en la punta y amarillo en la base. La ciencia no ha podido encontrar explicación a este capricho de la naturaleza, pues la lámina no parece desempeñar ninguna función. Por la peculiaridad del pico se los conoce también como tucanes laminados”. (Patzelt, 1989, p.168) pishaka [pi=Sika] n. Pájaro, ave (genérico). \ka pishku. Ref: idem Stark; Simson: pisháca. zápara-español-kichwa pishaka itia pishaka itia [pi=Saka itia] n. Nido. (literalmente casa de pájaro: pishaka = pájaro; itiama = casa); \ka pishku wasi. pujuyawka [pu?uyawka] n. Plátano (fruto) \ka palanta. Ref: Stark: pujuyáwka; Simson: pujióca; kiriaitia pujuyawka nakuna; el árbol de plátano es grande. pukinu [pu=kinu] v. Morir. \ka wañuna. Ref: idem Stark; Osculati: pukeno; kunianu tana puke; mi hijo está muerto. pusikika pukwika [pukwika] adj. y n. Enfermo. \ka unkushka; kukumano ikicha pukwika; mi padre está enfermo. pukuka [pu=kuka] n. Lechuza. Tyto alba. \ka kukupa; apapa. dn/ Existe el nachicha pukuka que es el búho o lechuza que hace su nido en las palmeras de chambira. [Nota: ver nachichako] pusikika [pusi=kika] adj. Frío. \ka chiri. Ref: Stark: kútsaw [Nota: No hay acuerdo] zápara-español-kichwa 85 rapaka riricha R - r rapaka [ra=paka] n. Tierra, lodo. \ka rirawnu [rirawnu] v. Defecar, cagar. allpa; turu. Ref: idem Stark y Simson [Nota: ver kawiriajarapaka] ratunu [ratu=nu] v. Beber, tomar. \ka upyana. Ref: idem Stark; panaratúka kasuma; kasuma kuratúku; charatu kasuma; vamos a tomar chicha; estoy tomando chicha; toma chicha. riaja [ria=?a] n. Testículo. \ka kuruta 86 \ka ismana. Tsitsano rirawtikwi; Tsitisano me está haciendo cagar Ref.: Ver historia de Tsitsano. riricha [ri=rits+a] n. Lengua (órgano). \ka kallu. Ref: Stark: níricha; Peek: ku ríríkye (mi lengua). zápara-español-kichwa sakatu saparo S - s sakatu [sa=katu] n. Chirimoya (fruta). \ka chirimuya. sakatu chaima; toma esta chirimoya. samashu [sa=mashu] n. Pluma. \ka millma. sanyaku [sanya=ku] n. Estómago. \ka pusun. Ref: Stark: táwaka (este término corresponde a embarazo en nuestro caso). sapara [sapa=ra] n. Selva, gente de la selva. \ka Sacha, sacha runa. Ref.: “Los Záparos (idem) son comúnmente de alta estatura, robustos, de buen ver, esbeltos y ágiles; tienen la frente alta, pero sin cejas que las extirpan continuamente; tienen poca barba en el mentón y llevan unos pequeños bigotes; su color es aceitunado claro y casi blanco, grandes ojos castaños, pero azules en algunos: nariz perfilada, boca grande, dientes blanquísimos y bien conservados; su pronunciación es sonora y clara; hablan con gran volubilidad. Son de carácter sincero y siempre están de buen humor”. (Osculati, p.139; [Nota: Ver entrada siguiente para una discusión sobre el nombre del grupo] saparo [sapa=ro] n. Cesto, canasto. \ka ashanka. Ref 1: “El nombre záparo* significa una especie de cesto hecho con fuertes bejucos (lianas) partidos, rellenados con hojas impermeables y con una tapa del mismo material para cubrirlo. Lo usan los indios del Napo superior y los Záparos*, para preservar de la humedad sus ropas y otros objetos (Simson, 1993/1886; p. 162163. Ref 2: Hay que recordar que históricamente se ha conocido a los záparas bajo el nombre de záparos*. El primer término quiere decir hombre de la selva, el segundo, cesto o canasto. Esta corrección se ha hecho y ahora el grupo recibe el nombre correcto. Si el vocablo se escribe con /s/, es debido a que el sonido /z/ no existe en la lengua zápara. Si bien esto obligaría a cambiar la grafía del nombre del grupo, por el de sáparos*, se ha llegado zápara-español-kichwa 87 sapi al acuerdo de no hacerlo por la confusión general que esto provocaría. [Nota: Ver ápaka] sapi [sa=pi] n. Raya de agua dulce. Potomotrygon histrix. \ka raya. sapirija [sapi=ri?a] n. Niña (forma cariñosa para referirse a las niñas). \ka warmi wawa. [Nota: ver takwapa] sawku mujer al enterarse de esto, deciden matar a la boa y para ello le tienden una emboscada dentro de su propia casa. Cuando la boa se encuentra adentro, y la mujer en casa de sus padres, los hermanos prenden fuego al tronco donde vivía en compañía de su mujer y su hijo. Al darse cuenta de lo que sus hermanos estaban haciendo, la mujer cogió a su hijo en brazos y se lanzó a una laguna donde aún vive, convertida en boa. [Nota: ver nakiterutsa] sareja [sa=re?a] n. Mono araña Ateles nelzebuth. \ka chupa. También llamado maquisapa. saweka [sa=weka] n. Guacamayo verde. Ara militaris. \ka awitya. saweraw [saweraw] n. Boa. Epicrates cenchira. \ka amarun. Ref 1: Stark: sáwiraw, Peek: sáhwero. Ref 2: La historia de la boa es un mito zápara que habla sobre una mujer que se casó con una boa. Los hermanos de esta 88 sawiku [sa=wiku] n. Camarón de río. Trachipeneus sp. \ka lluchuna. sawka [sa=wka] n. Ombligo. Ref: idem Stark \ka pupu. sawku [sawku] n. Maíz. \ka sara. Ref: Simson: saüco; sauku nákuna; planta de maíz. zápara-español-kichwa shiawreka shiawreka [Siawreka] n. Periquito. Brotogeris pyrrhopterus. \ka wichu. shikuka [Si=kuka] n. Escarabajo. coleoptera. \ka orden: ismashuntu. Re f: Stark: awíruka. [Nota: ver awiruka] sikaka lina. Ref: Stark: shiriyáwpika; Simson: shíro; kuramaja shiriapicha; camisa (literalmente, ropa que cubre el brazo) shiriri [Siri=ri] n. Alacrán. Teuthraustes. \ka uputinti. shiritiunaka [Siritiunaka] n. Bocachico (pez). Prochilodus reticulatus. \ka challwa] shimano [Simano] n. Chamán. Ref 1: idem Peek y Simson. Ref 2: “El hombre más temido es el curandero o shimano, como se le llama, que es más listo que los demás en mantener la idea de sus posibilidades para ejercer la hechicería y las curaciones; y, en consecuencia, los otros tienen temor de provocar sus malas artes y así, tienen miedo de hacerle daño” (Simson, 1993/1886, p. 170). shiriapicha [Siriapits+a] n. Vestido. \ka churana, churarina, pachal- sikaka o sekaka [sikaka] adj. Vago, perezoso. \ka killa. Ref: Stark: káy (perezosa); Simson: secáno; yasekaka tauku eres un hombre vago [Nota: la diferencia responde a la pronunciación que reportan los informantes] zápara-español-kichwa 89 sikinu sikinu [si=kinu] v. Saltar. \ka pawana; kushparina. Ref: idem Stark; papasiki; chasiki; saltemos; salta. sirikanu [siri=kanu] n. Lagartija pequeña. \ka tsalakulun. Enyaliodes sp. sisaritiu [sisa=ritiu] n. Mariposa del Oriente. \ka pinpillitu. Urania leilus. Ref: Stark: amánaku. sisika [si=sika] n. Gavilán. buteo magnirostris. \ka anka. Ref: idem Stark. sisinamaka [sisi=namaka] n. Especie de pez parecido a la anguila. \ka muruyayu. Ref: Stark: shíritunaka; Simson: maráishi. suiñaka o tsuiñaka [su=i=Naka] n. Ortiga. \ka chini. [Nota: la diferencia responde a la pronunciación que reportan los informantes] sukanaka [suka=naka] n. Piojo. \ka usa. Ref: idem Stark. sukika [su=kika] n. Bienteveo chico. (ave) Pitangus lictor \ka kityupi suraka [su=raka] n. Papagayo. orden: Psittaciformes. \ka wakamayu. Ref: idem Stark; Simson: surá. dn/. Existe una canción zápara sobre este animal cuyo estribillo sirve 90 swiñuka a continuación de ejemplo; / iNamu?iNa/ / suraka/ /iNamu?i˜a/ /swiNuka/. [Nota: ver entrada siguiente] swiñuka [swi=Nuka] n. Paloma sil- vestre. zenaida. \ka urpi. Ref: Stark: swínuka; /kinana/ /kaw?iNa/ /suraka/ /kira/ /mujiNa/ /swiNuka/; (otro elemento de la canción usada en el ejemplo de la entrada anterior). Ref: Luego de salir de la casa de los hombres tortuga (yawricha) Tsitsano encuentra en el camino a la paloma (swiñuka). Cuando le pregunta a esta por el camino a su casa, esta le dice que estaba muy enojada con él porque antes quería cazarla para comérsela, sin embargo, le dijo, yo soy buena y te indicaré el camino. Ese es el último encuentro de Tsitsano antes de retornar a su casa. zápara-español-kichwa taikwa tawi T - t taikwa [taikwa=] adv. No (negación). \ka mana. Ref: idem Stark, Peek y Simson; taikwa kupanicha kasuma; taikwa kupanicha chata ikwanu; no quiero chicha; yo no quiero ir contigo. takitsawke [taki=tsawke] n. Vagina. \ka raka. takwapa [ta=kwapa] n. Niño (forma cariñosa de referirse a los niños) \ka kari wawa. [Nota: ver sapírija] tamu [tamu=] n. Guaba. familia: mimosáceas. \ka pakay. tamu nakuna; árbol de guaba. tapuka [ta=puka] n. Nalga, glúteo. \ka siki. Ref: idem Stark. tareka [ta=reka] n. Mañana (el día de mañana). \ka kaya. Ref: Stark: tárika [Nota: Este item hace referencia al tiempo y la cronología. Ver entrada siguiente] tareka [ta=reka] n. La mañana, de mañana. \ka tutamanta. Ref: Stark: tárika; Simson: tariqué. tarekanwaji [tarekanwa?i] n. Ayer. \ka kayna. dn/ Si tareka es mañana y tarekanwaji es ayer, la partícula -nwaji puede ser una forma de señalar el tiempo pasado. En las terminaciones verbales, esta forma pasada se presenta mediante el sufijo –wara. Ref: Stark señala el mismo item tanto para mañana como para ayer. tarishinu [tari=Sinu] n. Laguna. \ka kucha. Ref: Stark: únija [Nota: Ver nakiterutsa] tawaka [ta=waka] n. Embarazo. \ka chichu. Ref 1: idem Stark; Simson lo reporta como vientre. Ref 2: “Los Záparos* (idem) no precisan ninguna ayuda en la labor de parto y al contrario, ni bien han dado a luz, van a lavarse al río, donde sumergen al recién nacido. La más anciana de la familia corta con un trozo de concha el cordón umbilical, que a menudo lo dejan del largo de una pulgada o más” (Osculati, 2000 p. 141) (Una pulgada = 2.54 cm.) tawi [tawi] n. Kichwa (etnia y lengua). \ka runashimi. dn/. Según uno de los informantes, Tawi era el apellido de un hombre zápara-español-kichwa 91 tawiruka kichwa de Sarayacu. Por analogía, su nombre sirvió desde entonces para designar a todos los miembros de este grupo. Ref: Stark, por su lado, da como significado záparo*. tawiruka [tawi=ruka] n. Oreja. \ka rinri. Ref: Peek: taúwyaeriko. tawjinu [taw?i=nu] v. Oir. \ka uyana. Ref: idem Stark. tawjunu [ta=wjunu] v. Bailar, jugar (como se aprecia, bailar y jugar son sinónimos) \ka tushuna. Ref: idem Stark. Papayatawju; bailemos . tawku [ta=wku] n. Hombre. \ka kari. Ref 1: idem Stark y Peek ; Peek: taúkokwa (hombres); Simson: táúcuo. Ref 2: “Los hombres no llevan más que una simple camisa o chusma de janchama (idem), una corteza de árbol que saben hábilmente despegar de la planta y suavizar para tal uso, coloreándola con variados dibujos en rojo, negro y azul. Portan en las orejas anillos hechos de coco, con adornos redondos, conchas o semillas llamadas tuoashi (idem). Portan en el cuello muchos collares de semillas que tienen distintos nombres según los diferentes usos”. (Osculati, 2000, p.139) 92 tikirika tawkunu [tawku=nu] v. Trabajar. \ka llankana. /tana/ /kawchero/ /kayapwe/ /kayapwe/ /tawkuruatana/ /kawchero/ (Canción sobre los caucheros). [Nota: Es común en la lengua la formación de verbos a partir de una raíz nominal, mediante el sufijo -nu, que es marca de infinitivo. Tenemos para este caso tauku= hombre y taukunu = trabajar.] tawkuru [tawku=ru] adj. Duro, fuerte. \ka sinchi. Ref: Simson: tocúru; Stark: tawkúruka. tawkuruka [tawku=ruka] adj. Fuerte. \ka sinchi. Ref: idem Stark; Simson: anajicha. tay [ta=y] adv. Lejos. \ka karu. Ref: idem. Stark; Simson: táicua; chana kwamaja tay; tú ándate lejos aquí [Nota: No se ha recogido: cerca. Simson señala: aníti] taykikwaka [tayki=kwaka] exprs. Expresión que se emplea para despedirse de una persona. \ka michakama. tikirika [tiki=rika] n. y adj. Amarillo (color). \ka killu. Ref: idem Stark. zápara-español-kichwa tsakumaja tsakumaja [tsaku=ma?a] n. Ungurawa (fruta). jessenia bataua. \ka shiwamuyu. tsakumana [tsaku=mana] n. Ungurahua (árbol). jessenia bataua. \ka shiwaruya. tsamaru [tsa=maru] n. Espíritu. \ka kawsay. Ref 1: Stark: sámaru; tsámaro; Simson: Peek: samáro. Ref 2: Cuentan los ancianos que cuando la gente tomaba floripondio (ver ishyauna) veían a un espíritu. Se sentaba entre la gente e incluso aquellos que no tomaban el floripondio podían verlo. Era un personaje bueno que tenía colmillos largos como los del tigre y también las costillas pintadas como este animal. Entre estos espíritus habían fuertes peleas y muertes violentas de las cuales surgen las lagunas. Los espíritus intentaban llevarse con ellos a los niños más pequeños, los cogían y salían corriendo. Los shimanos tomaban entonces floripondio para ver dónde se encontraban y luego ayahuasca para poder sacarlos del lugar donde estaban. Entonces, señalaban a las tsaynu madres el camino que debían tomar para encontrar a sus hijos. Los niños no respondían al llamado de sus madres sino que emitían unos ruidos extraños. Cuando finalmente los encontraban intentaban hacerlos reaccionar pero no lo lograban, solo el shimano lograba hacer reaccionar al niño. [Nota: ver Piatsaw] tsanamu [tsa=namu] n. Mariposa azul. Morpho sp. \ka pimpillitu. tsanika [tsa=nika] n. Orina. \ka ishpa. chatsaní; orina (tú).] tsaninu [tsani=nu] v. Orinar. \ka hispana. Ref: Stark. papatsanikwa; vamos a orinar. tsapuka [tsa=puka] n. Machete. \ka sawli. Ref: Stark: sawiri; Simson: sapúcua (cuchillo). tsápuka páraka; machete viejo. tsarapicha [tsara=pits+a] n. Lombriz. Rhinodrilus thamnodrilus. \ka kuyka. Ref: Relato sobre la lombriz: /naykiwara/ /zarapicha/ /nichaka/; estaba la pequeña lombriz. tsarunu [tsaru=nu] v. Colgar. \ka warkuna. tsaynu [tsa=ynu] v. Morder. \ka kanina. zápara-español-kichwa 93 tsiraniaka Ref: Idem Stark. nuka tsayrikwi; me mordió. tsiraniaka [tsira=niaka] adj. Bravo. \ka piña. Ref: idem Stark. tsitsainia [tsitsainia] n. Culebrero (ave). Baryphtengus ruficapillus. Ref: “Aves de pico largo, cuyo borde es aserrado. El cuerpo mide 20 cm. y la larga y pronunciada cola mide 25 cm.. Esta ave debe su nombre común a su forma de alimentación, pues durante el día pica la tierra para extraer lombrices y capturar reptiles. Se alimenta además de huevos y pichones”. (Patzelt, 1989, p.174) tsitsikirika [tsitsiki=rika] n. Pájaro carpintero. Melanerpes pucherani. \ka kullushuti. tsitsi tsitsikirika makwama; el carpitero está durmiendo (Canción sobre el pájaro carpintero). 94 tsutsawkwa tsukwiyawjunu [tsukwiya=wjunu] v. Lavar. \ka mayllana. Ref: idem Strak. dn/ La ropa de llanchama no se lavaba. tsumakaw [tsu=makaw] n. Tití rojo (primate también llamado cotoncillo rojo o songo songo). Callicebus cupreus. \ka pukatiti, sunkusunku. tsunaku [tsu=naku] n. Raposa. Marmosa robinsoni mimetra. \ka sinik. tsutanu [tsuta=nu] v. Reir. \ka asina. Ref: idem Satrk. papatsutaka; patsuta; estamos riendo; vamos a reirnos. tsutsawka [tsutsawka] n. Tití de manos blancas (primate llamado también cotoncillo negro o viudita). Callicebus torquatus. \ka yurak maki titi. tsutsawkwa [tsutsa=wkwa] n. Capuchín (especie de mono de color plomizo claro). Cebus capucinus. \ka machin. Ref: “Estos monitos de forma grácil son los más conocidos. Sus actividades son netamente arborícolas. En los árboles tencuentran los frutos y semillas con los que se alimentan en la naturaleza. Al vivir en cautiverio zápara-español-kichwa tsutuka comen también carne. La coloración del pelaje es variada, hay monos de color blanquecino, café amarillento, grises o negros. Su peso es inferior a 3 kg. Se movilizan utilizando sus cuatro extremidades; pero ocasionalmente, se mantienen sobre sus dos patas posteriores, con ayuda de la cola semiprensil. La reproducción ocurre cada seis meses y la hembra tiene una cría en cada parto”. (Patzelt, 1989, p. 38) tsutuka [tsu=tuka] n. Manteca, grasa animal. \ka wira. Ref: Stark: tsútuwaka. patawka tsutuka; manteca de mono chorongo. tuaru / toaro [tuaru / toaro] n. Loro. Amazona spp. \ka araw. Ref: “Siguieron otros bailes llamados del tuaro o loro, del cauteco (kwatekaw) o mono, que siempre se concluían con grandes tragos de chicha...” (Osculati, 2000/1846, p.142) [Nota 1: ver unjatuka y kwate]. [Nota 2: La diferencia la establece Cesáreo que no acepta /o/ al final. Sasiko sin embargo insiste en el uso de la turekeneka primera. Estamos frente a variedades idiolectales] tuaru muricha [tuaru murits+a] n. Piraña, (literalmente: loro del río). Serrasamus spp. \ka paña. “La piraña es el loro de la gente que vive dentro del agua” (Sasiko) tupitu [tu=pitu] n. Esternón. [Nota: La especificidad la explica Sasiko cuando dice que a los animales que cazan, los abren desde aquel punto, en el pecho.] turekeneka [ture=keneka] n. Cangrejo pequeño (especie pequeña que vive en los riachuelos). phylum: arthropoda. \ka apankura. [Nota: ver anapureka] twicha [twits+a] n. Pepa. \ka muyu. zápara-español-kichwa 95 uyaka ukanu U - u ukanu [uka=nu] v. Nadar. Ref: idem uranu [u=ranu] v. Cantar. \ka takina. Stark \ka waytana. uku [u=ku] n. Hueso. \ka tullu. nuka úku; mi hueso. umaru [umaru] n. Lluvia. \ka tamya. Ref: idem Stark: Simson: humáro. umashi [u=maSi] n. Especie de pez conocido también como wanchichi. \ka pashin. Ref: Canción sobre el lagarto y el wanchichi en el que este último se queja de que el lagarto (manari) no le deja dormir. umatitiaka [umatitiaka] n. Trueno. \ka rayu. umuka [u=muka] n. Guatín. Dasyprocta punctata. \ka chancha. umuru [umu=ru] n. Hongo. \ka ala. Ref: idem Stark. [Nota: ver katsapija] unininu [uni=ninu] v. Silbar. Ref: idem Stark. unjatuka [un?a=tuka] n. Loro (especie pequeña de loro con la cabeza amarilla). Orden: psittaciformes. \ka araw. [Nota 1: ver toaro] [Nota 2: hay nasalidad en la primera vocal] unjijia [u’?i?ia] n. Hígado. \ka yana shunku. [Nota: hay nasalidad] upika [u=pika] n. Plátano maduro. \ka pukuska. 96 Ref: idem Stark. yawricha uranu; (literalmente canto de la tortuga), se refiere al sonido que hace el caparazón de la tortuga cuando se lo frota. El caparazón se usa como instrumento musical. ururuka [uru=ruka] n. Rémora (especie pequeña de pez). Hypostomus sp. Fam.: Loricariidae \ka shikli. ushicha [u=Sits+a] n. y adj. Blanco (color). \ka ruyak Ref: Stark: ushika. utuja [u=tu?a] n. Cuello. \ka kunka. Ref: Stark: arí; Peek: kwa rikyEkwa (mi cuello) [Nota: existe demasiada diferencia entre las formas sugeridas por otros autores] uwinitiaka [uwinitiaka] n. Hambre. \ka raykay. takwi uwinitiaka; chatawi uwinitiaka; kawiriaja kawinitiaka; yo tengo hambre; tú tienes hambre; nosotros tenemos hambre. uyaka [u=yaka] n. Excremento, caca. \ka isma. úyaka chasakwa; muijata atsanu nukwa uyaka (historia de Tsitsano); come mierda; muija (yuca); atsanu (comer) nukwa (yo) uyaka (excremento). zápara-español-kichwa wakamiriaja witsawke W - w wakamiriaja [wakamiriaja] adv. Abajo. \ka uray. wika [wi=ka] n. Hoja (genérico). \ka panka. Ref: idem Stark. winjia [wi)?ia] n. Corazón. \ka shunku [Nota: Hay una nasalidad en la primera vocal] witsa [witsa] adj. Bonito. \ka sumak. witsaja ikicha patuaka ñanuka; el mono es bonito [Nota: ver bueno.] witsa [witsa] adj. Bueno. \ka alli. Ref: Stark: uwítsa. witsaja ikicha kasuma; la chicha está buena [Nota: ver entrada siguiente] witsata [witsata] adj. Bueno, en el sentido que tiene utilidad para alguna cosa. \ka allimi. witsawke [witsawke] n. Llanchama (fibra que se obtiene de la corteza del árbol de llanchama (término kichwa) con la que los záparas solían vestirse. Hoy la práctica se ha retomado parcialmente aunque los árboles son cada vez más escasos). \ka llanchama. Ref: “Hamacas, sacos para recoger la caza y lanchamas, (idem) una especie de frazada hecha de la corteza interior o líber de un árbol, son sus únicas manufacturas” (Simson; 1993/1886; p.172). “La Yanchama (idem) es una planta de largo tronco, que tiene una madera resistente cuya corteza, que se despega fácilmente del tronco. Se pone durante algunos días a macerar en el agua, luego es golpeada con gramillas y expuesta al aire hasta que se logre separarla en dos hojas, que da un tejido muy fuerte, la que está cerca de la piel es roja, áspera y dura” (idem. p. 144). [Nota: es el nombre zápara de la comunidad de Llanchamacocha] zápara-español-kichwa 97 yatsawja yakawiria Y - y yakawiria [yakawiria] adv. Arriba. yanawka isika [yanawka isika] n. \ka wichay. Ref: Stark: uwakámiria. wakamiriaja; para arriba. [Nota: ver entrada siguiente y kawiria] yakawiria kanaja [yakawiria ka=naja] n. Cinco. Literalmente, quiere decir “todos los dedos”. kanaja = dedo. kawiria(ja) = todo. El numeral cuatro, no ha sido identificado. No lo reportan tampoco Stark ni Peek. Simson: manucuaquicuajuotsa (Supinu) o huetsaramajáitiaca (Yasuní). \ka pichka. Ref: Simson: mánucua. yanachaiku [yanats+a=i=ku] n. Silencio. \ka chunlla; yanakiñinaikuja; hagan silencio . yanawka [yanawka] n. Sol. \ka inti. Ref: Stark: iyánawka; idem Peek; Simson: yanócua; yanawka ikichakari; cuando hace sol (tomado de Peek p.163). Chichico negro (primate). Sanguinus nigricollis. \ka chichico. dn/ Literalmente: chichico del sol. Existe otra especie llamada solamente isika. yarijia [ya=ri?ia] n. Hoy. \ka kunan puncha. Ref: Stark: iyári. yarijiakanaikima n. y adj. Tiempo presente. \ka kak. yasuka [ya=suka] n. Tapir. Tapirus terrestris. \ka sachawakra. Ref: Stark: iyasúka; Peek: iaesukwa; Simson: yasúcua; nukaki yasuka ñanuka; vimos un tapir pequeño. [yari?iakanaikima] yatsawja [ya=tsaw?a] n. Abuelo. \ka apayaya. 98 zápara-español-kichwa yatsawka yatsawka [ya=tsawka] n. Labio. \ka shimikara. Ref: Stark: iyaátsawka; Peek: kwi yaetsúkwa (mi labio); Simson: yastócue. yawricha [ya=writs+a] n. Tortuga. Podocnemis expansa. \ka tsawata. Ref: Simson: yaurícha dn/ Cuando Tsitsano salió de la casa de la mota, encontró en el camino una tortuga, la mató, le sacó el caparazón y se quedó con la carne. Siguió su camino y llegó a la casa de una anciana que estaba cocinando pepas de tagua y al ver esto, Tsitsano le yawricha entregó la carne. La anciana se puso a cocinar la carne y cuando estuvo lista, ambos comieron mientras arrojaban lejos los huesos. Cuando llegaron los hombres al poblado, se pusieron a llorar por la desaparición de la última tortuga hembra que quedaba y con la que ellos esperaban reproducirse. Todos fueron a buscarla con sus lanzas, pero todo fue en vano, había llovido y las huellas habían desaparecido. (Historia de Tsitsano, La casa de las tortugas) zápara-español-kichwa 99 HISTORIAS DE VIDA 101 Sasiko Sasiko nació en algún punto sobre el río Conambo, hace unos 70 años, aunque ella no sabe precisar con exactitud ni el lugar ni la fecha. Lo que sí sabe es que los záparas vivían en la zona. Sasiko aprendió el kichwa cuando su tío Alejo Ushigua se casó, en segundas nupcias, con Emilia Gualinga, una mujer kichwa de Sarayacu que fue a vivir con los záparas. Esto era cuando Sasiko tenía cerca de 18 años, es decir hace más o menos 52 años. (1947) Alejo, en su primera unión con una mujer zápara, tuvo tres hijos: Blas Ushigua (el último chamán, o shimano como se dice en lengua zápara), Barzaldo Ushigua y Anakisha Ushigua. Todos han muerto. Antes del matrimonio de Alejo con Emilia Gualinga, tres de sus hermanos, César, Miguel y Bruno Ushigua, ya habían ido a Sarayacu a casarse con mujeres kichwas, pero ellos se quedaron ahí y solo ocasionalmente visitaban a sus familiares záparas. Alejo no se quedó en Sarayacu sino que llevó a su nueva mujer a vivir en el poblado zápara. Sasiko, que para entonces tenía unos 18 años, dice que Alejo “robó” a su mujer. Este personaje trajo consigo las costumbres y el idioma que terminarían por imponerse entre los záparas. Desde el lugar donde vivían, se hacía entonces un solo día de camino hasta Sa- 103 rayacu. Ese era el tiempo que los separaba del idioma, las tradiciones y algunas enfermedades que hoy hacen parte de la cultura de los záparas. Fue una época de comercio y nuevos descubrimientos. A raíz de la presencia de Emilia Gualinga entre los záparas, los intercambios comerciales con los kichwas de Sarayacu se incrementaron. Los záparas llevaban prendas de llanchama (fibra de la corteza de una planta malvácea hibiscus tialeceus) hacia Sarayacu en donde las intercambiaban por los coloridos vestidos kichwas que poco a poco reemplazaron a su ancestral indumentaria. También llevaban hamacas de chambira [natsi+ tsa+ ko], peines de hueso de pescado, collares de semillas y dientes de sahino. La primera vez que Sasiko fue a Sarayacu todavía no estaba casada pero para entonces ya había aprendido el kichwa. Sasiko se casó cuando sus padres habían muerto. Fue uno de sus hermanos quien la entregó en matrimonio a Juan Cruz Grefa, zápara que obtuvo su nombre de su padrino kichwa.4 5 Sobre la guerra entre Ecuador y Perú, en 1941, Sasiko no tiene ningún recuerdo pues dice haber sido muy niña.4 6 Lo que sí recuerda es que los záparas mantenían relaciones de comercio con el Perú, antes y después de la guerra, pero poco a poco la frontera política y el conflicto cortaron las comunicaciones. El Instituto Lingüístico de Verano (ILV) “Hicimos un segundo viaje entre julio y diciembre de 1954, cuando encontramos a dos záparas que hablaban tanto zápara como el kichwa; ellas se llamaban Anita y Jacinta Santi.”,4 7 dice el informe dejado por las misioneras del Instituto Lingüístico de Verano (ILV) que estudiaron la lengua zápara. Sasiko (Jacinta) asegura que ella fue una de las informantes a las que se refieren las americanas. Sasiko estaba recién casada y tenía dos hijos. Ella vivía en un punto llamado Ullawangaspunku (palabra kichwa) ubicado en las riberas del Conambo. Cuando llegaron, las mujeres advirtieron que se quedarían a vivir un tiempo con 104 ellos así que entre todos los miembros de la comunidad construyeron una casa de guadua para las visitantes. Las mujeres del ILV estaban equipadas con una radio con la que se comunicaban para pedir provisiones. El avión sobrevolaba el poblado y lanzaba desde el aire las provisiones con un sistema de paracaídas. Esa fue la primera vez que Sasiko y otros záparas vieron un avión. El susto fue generalizado. Al principio no sabían cómo llamar al avión pero por consenso lo llamaron [arapiau?a], posiblemente una de las últimas creaciones lexicales en zápara.4 8 Desde entonces, y pese a que las investigadoras hablaban kichwa, los záparas incluyeron en su vocabulario palabras como “enlatados, champú, manzanas, pantalones, ollas, radio, jabón”. Fueron todos estos productos u objetos los que más llamaron la atención de los záparas. Sasiko cuenta entre risas que las ollas les causaron grandes sorpresas puesto que con ellas se podía jugar o lanzarlas al río sin que se rompan.4 9 Las americanas “pagaban” a sus informantes con collares, ropa o perfumes. “Mientras más hablábamos, más nos daban”, dice Sasiko. También llevaron “prohibiciones” y creencias que nunca pudieron imponer entre los záparas. Según ella, “las americanas aprendieron a hablar zápara en una semana”. No obstante la noción del tiempo parece errada, pues más adelante afirmó que las investigadoras del ILV se quedaron junto a ellos por el lapso de un año, cuando Peeke escribe que su estadía duró “de julio a diciembre”. Sea como sea, Catherine Peeke y Mary Sargent hicieron muchas grabaciones según Sasiko y aprendieron a cantar en lengua zápara. Por las noches pasaban oyendo las grabaciones hechas durante el día. Dentro de la misma comunidad, según Sasiko, había una mujer andoa5 0 que aseguraba a las americanas que ella también sabía hablar zápara, aunque Sasiko afirma que no era así. Como no obtenían resultados de ella, las investigadoras del ILV se negaron a seguir dándole regalos por lo que la mujer se enojó mucho y les dijo entonces que si era así, tenían que marcharse. Al parecer las americanas se asustaron y llamaron al avión para que las vaya a retirar. Pidieron al po- 105 blado que tumbara varios árboles de las orillas del río y al poco tiempo un hidroavión aterrizó sobre el Conambo. El susto y la curiosidad se mezclaron, unos se escondieron en la selva, otros se acercaron a ver el curioso aparato. Es así como termina la estadía de Catherine Peeke y Mary Sargent en la comunidad zápara. A su partida, las mujeres se llevaron solo la radio, la grabadora y el material recopilado. Después del ILV El episodio de la llegada de las americanas a territorio zápara es uno de los más vivos en la memoria de Sasiko que se complace en relatarlo. Y es que este hecho fue sin duda uno de los más trascendentales para los záparas porque entraron en contacto con los blancos de otra manera: conocieron sus costumbres de cerca, pero también recibieron lecciones de cómo debían comportarse: monogamia, no matar, la existencia de Dios y del Demonio, las primeras referencias al “pecado” entendidas por estas dos misioneras evangélicas. Todas estas nuevas “ideas” vinieron acompañadas de palabras cargadas de significados hasta entonces desconocidos. Los záparas no volvieron a tener noticias de las americanas hasta que a finales de la década de los setenta, Blas Ushigua, el último chamán, se encontró con ellas en la ciudad del Puyo. Entonces, las mujeres preguntaron por las personas cuyos nombres aún recordaban y mandaron saludos a todas ellas. También se dice que para entonces estas dos mujeres sabían hablar shuar, shiwiar, andoa y otras lenguas más. Cuando María Luisa se casó con Blas Ushigua, fueron de visita a Ullawangaspungo donde se quedaron dos meses. El viaje duró cuatro días, río abajo. De regreso a Llanchamacocha Vieja, donde vivían entonces, hicieron 20 días de viaje. Poco tiempo después Sasiko y Juan Cruz se reunieron en este punto con Blas Ushigua y María Luisa, junto a quienes se quedaron a vivir. Todos ellos decidieron desplazarse más al sur y fundar la actual 106 Llanchamacocha. El lugar se lo conocía con el nombre kichwa de Chukchu Cocha5 1, pero Blas Ushigua decidió rebautizarlo con el mismo nombre del lugar que habían decidido abandonar. Llanchamacocha no tiene más de 18 años porque Joaquín Ushigua, el hijo menor de María Luisa y Blas, nació ya ahí. Luego dijeron los ancianos que en 1980 limpiaron el lugar y en 1981 se trasladaron a vivir ahí. Las comunidades de Jandiayacu5 2 y Mazaramu5 3, fueron creadas hace cinco (5) y seis (6) años respectivamente. Se fundaron con la intención de que otros grupos no entren al territorio que según ellos les pertenece. 107 María Luisa Santi, Mukutsawa María Luisa, la menor de los ancianos que aún hablan la lengua en Ecuador, debe tener alrededor de 65 años. Ella fue criada por su hermana Ana María pues se quedó huérfana muy pequeña. “El compadre Cesario me entregó a mi esposo cuando tenía unos 14 años, vivíamos un poco más abajo de la bocana de Huayusa Punku. De ahí me llevó para abajo a Ullahuangaspunku. Creo que me casé porque era huérfana, dormíamos en llanchama5 4 y ha sido de casarse con una persona que duerme en llanchama. Hoy las mujeres piensan en casarse con personas que tienen tienda y les salen los ojos por ellos.” Se casó con Blas Manari Ushigua, el último chamán zápara. Este tenía cuatro hijos de otra mujer cuando esto ocurrió. Juntos tuvieron 12 hijos, siete mujeres y cinco varones. “Mi marido me curaba con su poder de shimano y por eso vivía bien, ahora que él no está ¿quién me va a mantener de esa forma?”, se pregunta lamentándose. “Nos juntamos con mis hermanos y vivíamos bastantes en Huayusa Punku, fue ahí donde nos multiplicamos, vivíamos todo un pueblo. Después muchos murieron y fue el primer paso para desintegrarnos, imagínate, hasta quedarme yo sola, en ese entonces ustedes eran pequeñas,” contaba hace poco María Luisa a algunas de sus hijas y nietas mientras trabajaban en la elaboración de vasijas de barro. 108 Su vida transcurrió en un permanente ir y venir por la región de los ríos Curaray, Pinduyacu y Conambo, bajo un sistema semi-nómada que regía a todos los záparas de la época y desde tiempos inmemoriales. Cuando vivía en el río Pinduyacu, cuenta María Luisa, azotó a su pueblo una epidemia de sarampión tras de lo cual regresaron a Huayusa Punku donde la enfermedad terminó por matar a unas 30 personas. La enfermedad, dice ella, la llevó un comerciante que pasó por Sarayacu que fue diseminando el mal por cada pueblo que recorría. Luego de esta enfermedad, aterrados por la muerte, las familias se separaron y cada una fue por su lado a vivir en diferentes puntos de la zona Curaray-Conambo. Desde entonces esa y otras enfermedades habrían acabado con todos los chamanes záparas y solo quedó Blas Ushigua, su marido. El habría tomado floripondio, el enteógeno de los záparas, y bajo su efecto visto la muerte de todos los hombres viejos de su pueblo y la partida de las mujeres hacia diferentes puntos controlados por otros grupos de la zona. El habría callado esta visión pero fue viendo como se iba haciendo realidad. Al cabo de poco tiempo, dice ella, solo quedaban unas tres familias en el territorio que habían recorrido por años. Incluso algunos de los hermanos de María Luisa, como Cesario, habría ido a Curaray luego de lo cual volvió a las riberas del Conambo. Los viajes continuaron y con ellos la llegada de nuevos hijos y el uso cada vez más frecuente del idioma kichwa. En uno de sus viajes, en la década de los años 1970, estuvieron en el poblado de Moretecocha, al oeste de la actual Llanchamacocha, donde se encontraron con un grupo de evangelistas que trató de convertirlos a su religión. Blas Ushigua se negó a oírlos pero sin embargo se quedaron en Moretecocha tres de sus hijos, Carmelina, Gloria, Andrés. La primera de ellas se escapó del lugar en una balsa y luego de dos días reencontró a sus padres luego de lo cual nunca más volvió al territorio de los evangelistas. Los otros pasarían entre los evangelistas cuatro y tres años respectivamente. 109 Mientras ello ocurría, María Luisa y su marido estaban fundando Llanchamacocha, la vieja, esto era en 1978 cuando se fundó la Organización de los Pueblos Indígenas del Pastaza. La Organización les decía entonces que debían buscar lugares amplios donde poder construir una pista de aterrizaje y eso fue lo que hicieron cuando se trasladaron al punto llamado Chukchucocha (chukchu quiere decir temblor en kichwa, lo cual se asocia con la malaria). En vista del temor que esta enfermedad provocaba entre los záparas, Blas Ushigua sugirió que se adopte el nombre de la antigua comunidad donde habían vivido y es así que nace la actual Llanchamacocha. Antes de que esto ocurra, María Luisa y su marido fueron a visitar a sus compadres Juan Cruz Grefa y Sasiko, unos cuatro días río abajo de donde vivían. Ellos les hablaron sobre la necesidad de fundar una nueva comunidad, de trabajar para la construcción de una pista aérea que les permita acceder a la ciudad y beneficiarse de algunas cosas, como la escuela por ejemplo. Sus compadres oyeron atentos sus argumentos y al poco tiempo se trasladaron a vivir con ellos y fundaron la comunidad de Llanchamacocha, la nueva, hace unos 21 años pues el hijo menor de María Luisa, que ahora tiene 16 años, ya nació ahí. Como la nueva comunidad no tenía radio, a pesar de tener la pista de aterrizaje, debían caminar durante dos días hasta el poblado de Sarayacu con el fin de poder comunicarse por radio y salir así con un avión a la ciudad. En 1981, cuando se inició el programa de alfabetización impulsado por el gobierno de Jaime Roldós, entró el primer profesor, un hombre con una formación no superior al cuarto grado de escuela. Solo dos años después se construyó la escuela que funcionaba dentro de la casa comunal. Los profesores no eran, como ahora, estables, y habían largos períodos en los que no se impartían clases. Sobre la pérdida de la lengua de los záparas dice: “Me enoja muchísimo, si yo hubiese sabido hablar o mi madre no se hubiera muerto cuando yo era pequeña hasta ustedes hablarían nuestro idioma y yo tampoco hablaría kichwa”. 110 Ana María Santi Ana María Santi nació hace unos ochenta y cinco años, aunque su cédula de identidad pone como fecha de nacimiento el 9 de octubre de 1945; lugar: Sarayacu. Ella hace parte de una familia de ocho hermanos. Nació en Kamunkuy sobre el río Conambo y más tarde se trasladó con su familia a vivir en un punto más al norte, sobre el mismo río, llamado Kunkukshi Punku, a medio camino entre las actuales comunidades de Llanchamacocha y Jandiayacu. El nombre zápara del lugar era Makawamurichaja.5 5 Finalmente, vivieron en un lugar llamado Yagi Punku donde murió su padre cuando ya era viejo. Ana María recibió su nombre castizo cuando habían nacido sus cuatro primeros hijos pero no recuerda cómo la llamaban antes de que eso ocurra. Su padre, zápara, se llamaba Marsiko. Su madre se llamaba Cecilia y ya nadie se acuerda de su nombre zápara. “Antes no teníamos nombre, solo unos pocos lo tenían”, dice Ana María pero confirma que su apellido antes era Takiauri, y en eso coincide con su hermano Cesario, de Jandiayacu. Entre sus hermanos también está María Luisa y Jacinta (Sasiko), de Llanchamacocha. Ana María fue entregada en matrimonio cuando apenas tenía nueve años de edad y al poco tiempo quedó huérfana. Ella se hizo cargo entonces de su hermana María Luisa, que todavía era un bebé pues Ana María recuerda que aún tomaba el seno. 111 Según Ana María, su primer esposo “hablaba y cantaba en el idioma de abajo y también el español porque él había venido acá muy joven y se crió aquí hasta que me hizo su mujer, por eso hablaba el español bien. Además por eso yo le tenía miedo, pero me trataba y mantenía muy bien”. Su marido habría muerto de “brujería”, instigada por una de sus hijas, dice Ana María. A la pregunta de cuándo dejó de hablar el zápara, ella responde: “Era como la Dorela (de unos 10 años) cuando mi madre se murió, por eso me olvidé de hablar el idioma zápara y fue por eso que aprendí a hablar el kichwa. En eso vino la finada Anita, cuando yo tenía cinco hijos, y es ahí cuando otra vez hablé el idioma zápara. Cuando yo era niña hablaba solo en zápara con el compadre Cesario,(es su hermano) y mi mamá no hablaba el kichwa, solo en su idioma”. Luego dice que la razón por la cual se fue perdiendo el idioma zápara fue porque llegaron a su territorio gente de Sarayacu y Pakayaku, es decir kichwas. Sobre la guerra de 1941 dice no acordarse nada a pesar de que es la que más edad tiene de los cuatro hermanos que aún viven. En cuanto a la llegada de las misioneras del Instituto Lingüístico de Verano, en 1952, solo tiene referencias de lo que le contó su comadre Anita. Ana María cuenta que aprendió el kichwa cuando tenía unos 14 años y cuando aún no había nacido ninguno de sus hijos. Luego de la muerte de su primer marido ella volvió a casarse con su actual esposo, Agustín Escobar Vargas, un achuar de Copataza con quien tiene un solo hijo, Pedro, que vive en Conambo. Sus otros hijos, los de su primer matrimonio, viven lejos de ella, en la ciudad y nunca la visitan. “Ya he dejado de pensar que ellos se fueron, que ellos no se acuerdan de mi y que por eso no me vienen a ver. Así sea que piense, no puedo hacer nada, hasta el hijo menor vive casado por abajo”, dice. Luego de casarse vivió en las comunidades kichwas de Sarayacu y Moretecocha y, como solo hablaba zápara, cuenta, la gente se burlaba de ella. Entonces, tenía vergüenza de hablar zápara y a medida que aprendía el kichwa, comenzó a mezclar las dos lenguas hasta que esta última se impuso sobre su idioma materno. 112 A sus hijos, siempre les habló en kichwa pero en ocasiones les cantaba en zápara. Sin embargo, solo cuando regresó a la selva y recibió la visita de Anita, una de las informantes de Catherine Peeke y Margaret Sargent, del Instituto Lingüístico de Verano (ILV), volvió a usar el zápara con las personas que todavía lo hablaban. Esto ocurrió alrededor del año 1953 cuando ya todos sus hijos habían nacido. Anita le contó que un par de extranjeras llegaron a su comunidad y que les pagaban por cantar y contar historias, pero eso fue todo lo que supo de las misioneras del ILV. Ella, junto con su marido, fueron parte de los fundadores de Mazaramu hace unos 14 años. El nombre original del lugar era Masaraka “pero como los kichwas pronunciaban Mazaramu, el lugar se quedó con ese nombre”. Según ella, decidieron fundar la comunidad “pensando que cuando nos enfermamos podemos salir y es así que empezamos a trabajar la pista, más adelante nos dieron la radio de comunicación y ahora es más fácil salir cuando tenemos alguna enfermedad”. Ahora, Ana María hace parte de las personas que tiene a su cargo el rescate de su lengua: enseña a los niños de Mazaramu, su comunidad, a cantar y hablar en zápara. Al respecto dice: “Ahora no saben venir todos los niños ni el profesor para enseñarles. El niño que vive conmigo habla y canta zápara, hay otro niño al que todas las tardes le enseño pero no aprende, le sé llamar a mi nuera para que me acompañe y sabe venir. Tenemos que fortalecer nuestro idioma para así no olvidarnos”. 113 Juan Cruz Grefa Juan Cruz Grefa lleva el nombre de su “padrino”, un hombre mestizo que llevó a un cura católico para bautizarlo a él y a todos los que con él vivían. Ese es el nombre que consta en su cédula de identidad, documento que le da 64 años de vida aunque en realidad él dice tener más de 70. Juan Cruz no se acuerda del nombre que llevaba antes de que esto ocurra. Cuenta, sin embargo, que nació en un punto llamado Santo Domingo, que el ubica actualmente en territorio Peruano pero que, aclara, antes pertenecía a Ecuador. Su padre y su madre, záparas ambos, eran del poblado ecuatoriano de Archidona. Tuvo un hermano que ya murió y una hermana que aún vive en la ciudad del Puyo. A los cinco años, Juan Cruz quedó huérfano de padre y madre y fue recogido por su “tío” Alejo. Alejo los trajo, a él y a sus hermanos, hacia el norte, hasta un punto llamado Pillahuayacu5 6 un tributario pequeño del río Conambo, más abajo de la actual ubicación de la comunidad de Mazaramu e incluso, dice, del río Shiona. Uno de los motivos por el que los habría traído hacia el sector del Conambo, donde en realidad vivía su tío Alejo, era la falta de sal en el territorio peruano. En el camino hacia Pillahuayacu hicieron varias chacras5 7 lo que les llevó incluso a recorrer el río Pindo y por consiguiente debieron pasar varios meses antes de alcanzar su destino.5 8 Juan Cruz recuerda que todo el río Conambo era habitado por záparas y que el idioma era el zápara. Su tío Alejo estaba casado con una mujer de Sarayacu, el poblado kichwa más importante de la provincia de Pastaza hasta la década de 1950, al sudoeste de la actual Llanchamacocha. Fue de ella o a través de ella que 114 Juan Cruz aprendió el kichwa cuando tenía aproximadamente unos 12 años. A la pregunta de por qué se ha ido perdiendo el idioma zápara, Juan Cruz dice que es debido a que los mayores han muerto. Cuando estalló la guerra de 1941 entre Ecuador y Perú, que tuvo como consecuencia para este pueblo la desintegración de muchas familias, Juan Cruz dice que tenía entre 16 y 18 años de edad y si bien no tiene recuerdos claros de lo que sucedió, rememora lo que le contaron los mayores. Mientras dormían, dice, oyeron sonidos como de metal, al principio pensaron que se trataba de animales pero pronto se dieron cuenta de que eran los peruanos que venían por la selva y por el río. Del susto que se llevaron no pudieron ni vestirse. Los soldados peruanos hicieron sentar a las mujeres y a los hombres los amarraron mientras un grupo de ellos continuó río arriba en busca de más gente. Las mujeres pensaron entonces que serían violadas. A una de ellas, llamada Marina, los soldados comenzaron a molestarla sexualmente. Por la mañana embarcaron a las personas que habían capturado y se las llevaron río abajo, hasta la bocana del río Tigre. En el camino asesinaron a los hombres que querían escapar y violaron a algunas mujeres entre ellas a la abuela Pascuala que vive hoy en la comunidad 12 de Octubre en territorio peruano y a quien visitaron en el mes de octubre de 2000 luego de 59 años de separación. En este momento el relato de la guerra que hace Juan Cruz se mezcla con aquel que escuchó de Pascuala durante el encuentro de las familias en octubre de 2000 pues el fue una de las personas que asistió al encuentro. Ya en el Perú, los que habían sido capturados siguieron bajando por río unos cuatro días más. Ahí, los soldados peruanos los abandonaron sobre una isla del río Tigre llamada Pumasirino. En ese lugar permanecieron unos diez días al cabo de los cuales llegó otro grupo de peruanos que los encontraron casi muertos de hambre. Luego de conversar entre ellos, algunos tomaron la decisión de escapar y emprender retorno hacia tierras ecuatorianas. Todos, menos el “abuelo” Felipe, quien decidió permanecer ahí y morir si era preciso. Así, el primer grupo se internó en la selva y emprendió su camino hacia Ecuador. La travesía fue muy dura. Al cruzar grandes lagunas muchos fueron devorados por lagartos. Impedi- 115 dos de continuar, algunos adultos decidieron abandonar a sus hijos pequeños. De todos los que fueron capturados en Ecuador apenas dos familias, la de un hombre llamado Tutulisho y la de la abuela Amelia, lograron retornar a las tierras de las que habían sido arrancados. Juan Cruz se casó con Sasiko luego de que este pidiera su mano a su hermano mayor, Cesáreo. Según su relato, él vivía un poco más abajo del punto en que vivía Sasiko y subió a verla y se quedó a vivir con ella. Luego de esto Juan Cruz rememora el tiempo en el que recibió la visita de Blas Manari Ushigua, el último chamán zápara que murió hace unos cuatro años, y su esposa María Luisa Santi, hermana menor de su mujer Sasiko. Manari Ushigua le habló de la fundación de una nueva comunidad, unos cuatro días río arriba del punto donde ellos vivían. Convencidos por Manari, Juan Cruz Grefa y su esposa Sasiko fueron hasta el punto referido por Manari y juntos fundaron la actual comunidad de Llanchamacocha, hace unos 18 años. La primera labor que emprendieron en este nuevo poblado fue la construcción de la pista de aterrizaje, elemento que según Juan Cruz marcó el principio del sedentarismo de este grupo zápara. 116 Cesáreo Santi, Tatawja Cesáreo, cuando nació, llevaba el nombre de Tatawja, un gavilán nocturno, pequeño y de color gris. Su apellido era Takiauri. Nació en un punto llamado Kamunkuy, sobre el río Conambo, pocos años después que su hermana Ana María pero antes que sus hermanas Sasiko y María Luisa. Cesáreo se define a sí mismo como “puro zápara” y dice haber tenido unos diez hermanos. El recuerda que cuando niño se movían constantemente desde la cabecera del río Conambo hasta el Perú con toda libertad. Tenía cerca de seis años cuando estalló la guerra entre Perú y Ecuador, en el año de 1941, (según este dato, Cesáreo tendría 65 años pero el dice tener 80), él y su familia habían abandonado Kamunkuy para instalarse en las cabeceras del río Conambo. Desde todos lados, incluso desde el Curaray, recibían noticias sobre el inicio de la guerra y comentarios sobre la necesidad de esconderse. Desde entonces dejaron de tener contacto con los peruanos y con algunos de sus familiares que vivían río abajo. Según Cesáreo los peruanos solo alcanzaron a llegar, por río, hasta Shiona o Villano. Luego menciona a la compañía petrolera Western que llevó planchas de zinc y la pista de aterrizaje a Conambo, esta a los evangelistas y estos a los achuaras. Esto fue antes de la guerra del 41. Un gran número de záparas vivían un poco más abajo de la actual Llanchamacocha. Ahí llegaron los achuaras y empezó una guerra que terminó con la muerte de muchos záparas. Los achuaras, dice Cesáreo, tenían muchos chamanes que les ayudaron. “Al principio los chamanes záparas llevaban la delantera y entonces, los achuaras decidieron matarlos y lue- 117 go usar su poder, el de los chamanes, para lograr conquistar el territorio. Los záparas no eran violentos y los achuaras los cogieron por sorpresa”. Después Cesáreo fue a trabajar para la compañía holandesa Shell5 9 como cargador y machetero y fue ahí donde aprendió el kichwa y el español6 0, cuando tenía cerca de treinta años. Entonces, regresó a su comunidad, cerca de la actual Llanchamacocha y los años siguientes transcurrieron entre la selva y la Shell6 1 donde siguió trabajando por temporadas. En una ocasión oyó a sus compañeros que en Santo Domingo de los Colorados6 2 había trabajo y se fue para allá a trabajar en una plantación de banano, durante un año. Ahí ganaba un máximo de cinco sucres diarios.6 3 Antes de llegar a Santo Domingo pasó por Quito, se alojó en casa de un padrino y la ciudad le pareció fea y fría. Luego de su experiencia en Santo Domingo regresó a la selva, se casó y cada vez sus salidas a la ciudad se hicieron más raras. A sus 14 hijos (su hijo mayor, Bolívar, tiene 48 años, su hija menor, Daisy, 3) les habló siempre en kichwa. Hace unos tres años, sin embargo, decidió enseñar a los más pequeños el zápara “para que la selva vuelva a ser como antes: puro zápara”. Cuando aprendía kichwa, la gente se burlaba de él. Luego, dice, vinieron las epidemias que acabaron con gran cantidad de záparas y con su desaparición las burlas: “ya nadie hablaba zápara”. Según Cesáreo, gente de Sarayacu bajaba hacia sus comunidades incluso antes de la guerra del 41 y desde entonces empezó a oír hablar kichwa. Cesáreo es el único de los hermanos que reconoce que su competencia en zápara ha disminuido considerablemente y que lo que enseña a sus hijos les ayudará a identificar a los animales de la selva, a saludar y a hacer preguntas básicas. Le resulta muy difícil trasladar al zápara las historias o leyendas que alguna vez escuchó de sus padres o abuelos; ahora solo las cuenta en kichwa. 118 TRES MITOS ZÁPARAS Historia de Tsitsano Este mito está asociado a aquel de la creación del primer hombre zápara6 4. Cuenta la leyenda que un día el mono coto (aritiawkuka) fue a beber agua al río Conambo, (Kiramu, en zápara), y se convirtió en hombre. Otro mono coto, en cambio, se convirtió en mujer. De la unión de estos dos seres nació Tsitsano. 01. Tsitsano vivía con su mujer y su suegro, un poderoso chamán, (shimano). En casa del padre, una bodoquera había permanecido mucho tiempo sin uso. Un día el yerno decidió cogerla e irse al monte a cazar. La hija le advirtió que su padre se enojaría si cogía sin su permiso la bodoquera pero el yerno no hizo caso a las advertencias. Ya en el monte, el yerno sintió ganas de defecar y es así como, desoyendo una de las reglas de los cazadores, dejó la bodoquera en el camino mientras encontraba un sitio donde defecar. 02. Cuando Tsitsano regresó al lugar donde había dejado su bodoquera, no la encontró. Dio vueltas y vueltas y no la halló, solo regresaba constantemente al lugar donde había defecado. Lo que no sabía él es que su suegro había encontrado la bodoquera abandonada en el camino y que se la había llevado de vuelta a su casa. De tanto dar vueltas, Tsitsano terminó por perderse del camino de regreso. 03. Es así como llegó a una montaña al pie de la cual encontró una enorme cueva en la que entró porque no había otro camino que seguir. En el interior de la cueva, se puso a gritar uuuu uuuu uuuuuu hasta que, luego de un tiempo, escuchó a alguien responder a su llamado. Fue en dirección del lugar de donde venían los gritos y se encontró con una anciana que le dijo, Tsitsano, ven acá, acuéstate en esta hamaca y descansa. Así lo hizo Tsitsano quien al cabo de unas horas se despertó con el zumbido de un zancudo (anasu) que lo quería picar. Dio un manotazo para alejar al zancudo y cuando abrió los ojos vio a la vieja tumbada en el piso que le reclamaba por haberle pegado. Entonces Tsitsano se dio cuenta de que la anciana que lo había recibido en su casa era en realidad un zancudo que lo 121 04. 05. 06. 07. 122 había querido matar chupándole toda la sangre. Tsitsano no pudo dormir más y al amanecer preguntó a la anciana por el camino de regreso a su casa. Esta se lo señaló y Tsitsano partió en esa dirección. Antes del anochecer, Tsitsano llegó a la casa de otra anciana que en realidad era el pájaro mwa-mwa, una especie pequeña de perdiz. Esta anciana solía alimentarse del agua que se represaba en las hojas del maíz y la tomaba con la ayuda de la cáscara de un fruto igualmente pequeño. Tsitsano se quedó con hambre esa noche. Luego durmió acostado en una hamaca que la vieja le señaló y a la mañana siguiente se fue de ahí luego de preguntar a la anciana por su camino de regreso a casa. Luego de salir de la casa del pájaro mwa-mwa, Tsitsano llegó a la casa de los seres que no tenían ano. Como era costumbre, lo invitaron a descansar en una hamaca y una mujer fue con él. Tsitsano se levantó con hambre y vio que sus anfitriones no comían la carne que habían cocinado sino que solo se alimentaban del vapor que salía de las vasijas. La carne que quedaba en las vasijas la sacaban, la colocaban sobre su espalda y la hacían rodar hasta el piso: esa era su forma de defecar. Entonces, Tsitsano preguntó que dónde defecaban y ellos le contestaron que no sabían cagar. Entonces, Tsitsano se fue al río y su mujer lo fue siguiendo, cuando se puso a cagar y la mujer lo vio, esta se puso a gritar: Tsitsano está cagando, Tsitsano está cagando y todo el pueblo fue a ver a Tsitsano. Luego Tsitsano preparó una astilla de guadua y cortó a su mujer la membrana que le tapaba el ano, y luego fue haciendo lo mismo con las demás personas de manera que todos ellos pudieran luego defecar. Luego de haber salido del pueblo de la gente que no tenía ano, llegó a donde un grupo de peces pequeños (muta) y estos lo invitaron a descansar en una hamaca junto con una mujer. Asimismo, luego de dormir, Tsitsano preguntó a sus anfitriones que dónde podía hacer sus necesidades y estos le señalaron una olla de barro. Luego, los peces cogieron la olla y la pusieron al fuego, como si estuvieran cocinándola. Cuando estuvo lista invitaron a Tsitsano a que coma con ellos pero Tsitsano rechazó esa comida. Luego de salir de donde los seres que se alimentaban con sus propios excrementos, en busca del camino de regreso a su casa, llegó a donde los seres que partían el vientre de sus mujeres para que estas puedan dar a luz. Como en las otras visitas, fue bien acogido, le ofrecieron una hamaca y una mujer lo acompañó a dormir. En esa ocasión había una mujer embarazada que en la madrugada comenzó con los dolores de parto. Su marido, comenzó a buscar una lámina afilada de guadua en la parte alta de su casa. Viendo sus movimientos, Tsitsano le preguntó lo que buscaba y el hombre le dijo que buscaba algo con que abrir el vientre de su mujer. Tsitsano le dijo entonces al hombre que él conocía la forma en que debía parir su mujer sin necesidad de abrirle el vientre. Tiene que colgarse de un palo y comenzar a pujar con fuerza, explicó Tsitsano. La mujer siguió las indicaciones de Tsitsano y este esperó a que los dolores aumentasen y entonces agarró a la mujer por el vientre, la rodeó con sus brazos y empezó a ejercer presión hasta que la mujer dio a luz. Enseguida la gente preguntó por el sexo del niño, era una mujer y todos se alegraron porque al fin conocieron el procedimiento del parto que terminaría con tanta muerte entre las mujeres. 08. Mientras buscaba el camino de regreso a su casa llegó a la casa de la gente que comía lombrices. Eran los yami, un tipo de pájaro de tierra con patas largas. Ellos, como sus anteriores anfitriones, le señalaron una hamaca y nuevamente una mujer fue a dormir con él. Al día siguiente, el padre de la mujer le pidió que fuera con Tsitsano en busca de guatines (un pariente de la guatusa). Cuando llegaron junto a un pedazo de palma de chonta caído la mujer dio indicaciones a Tsitsano para que se coloque a un extremo del tronco caído, mientras que ella introducía un palo por el otro para hacer salir al guatín. Pero del tronco caído empezaron a salir miles de larvas blancas que se iban deslizando por entre los dedos de Tsitsano. Este se puso a gritar pero la mujer le advirtió que no tenían que dejar escapar a los guatines de su padre. Entonces, cambiaron de lugar y la mujer empezó a recoger todas las larvas, a morderles la cabeza y colocar los cuerpos sobre una hoja.. Cuando estuvieron de vuelta en casa del padre de la mujer, este le pidió a su hija que cocine las larvas y una vez que estuvieron listas le invitaron a comer pero Tsitsano no aceptó porque nunca antes había comido esas larvas. 09. Luego de salir de la casa de los seres que se alimentaban con larvas, en busca del camino de regreso a su casa, Tsitsano encuentra a los hombres murciélagos. Al verlo llegar le ofrecieron descanso pero no en una hamaca sino que Tsitsano tenía que colgarse de un palo, como ellos. Como Tsit- 123 10. 11. 12. 13. 124 sano no pudo colgarse, todos ellos comenzaron a reírse de él: /kutseriri/ /kutse/ /kutse/. Y Tsitsano terminó por irse de ahí. Luego llegó donde un grupo que le contó que una hierba (shinlu) estaba acabando con ellos, era una hierba que de forma imprevista cogía a la gente por el cuero cabelludo arrancándole la cabeza. Tsitsano entonces cogió el machete que llevaba consigo y se puso a cortar todas esas hierbas. Al ver esto, la gente le agradeció porque desde entonces ya nadie moriría de esta forma.6 5 Luego, en busca de su camino de regreso, Tsitsano encontró a la abuela Tigre quien tenia entonces un hijo enfermo en su casa. Aunque Tsitsano no sabía curar fingió hacerlo. En su ritual se dio cuenta de que el niño tenía clavados los espinos de un mono “puchan” y que era eso lo que le ocasionaba el malestar. Cuando Tsitsano hubo sacado todos los espinos, el niño pudo volver a tomar el seno de su madre. Luego entre todos hicieron una reunión para decidir con qué pagar a Tsitsano por la curación y finalmente tomaron la decisión de entregarle una lanza que tenía el espíritu de un tigre adentro. Así, si Tsitsano arrojaba la lanza contra algún animal, el tigre que estaba en ella lo agarraba con sus garras y Tsitsano podía llevar sus presas a casa. La condición sin embargo era que solo Tsitsano debía usarla. Tiempo después, cuando Tsitsano quiso matar a un niño, la lanza retornó a sus dueños iniciales y Tsitsano perdió el poder que esta le otorgaba. Luego de recibir la lanza de manos de los tigres, Tsitsano continuó su caminó y encontró a una tortuga a la que mató para alimentarse y el caparazón lo lanzó lejos de la vista de cualquier persona. Continuó su camino y encontró a una mujer que estaba cocinando un poco de yuca. Al ver esto Tsitsano le entregó la carne que tenía, la mujer la cocinó y ambos se pusieron a comer con mucha hambre. Los huesos los arrojaban lejos de la casa. Luego llegaron los hombres llorando porque habían ido a buscar a la última tortuga hembra que existía en la selva y con la que pensaban reproducirse. Cuando Tsitsano dejó la casa de las tortugas se encontró primero con un cabeza de mate a quien Tsitsano pidió que le señalara el camino de regreso a su casa. Este le dijo que se lo mostraría pero le pidió que no se riera de él si terminaba cayéndose del árbol en el que se subiría para señalarle su camino. Cuando el cabeza de mate subió al árbol y se cayó, Tsitsano no pudo dejar de reírse y el cabeza de mate se fue enojado. Tsitsano le suplicó que le dé una pista para encontrar su camino de regreso a casa y este lo envía entonces donde la paloma. La paloma estaba sentada sobre una pequeña planta y al oír que Tsitsano buscaba el camino de regreso a su casa esta le hizo acuerdo que cada vez que él pasaba cerca de ella él quería atraparla para comérsela con huesos y todo. Ese recuerdo hacía que la paloma se resistiera a señalarle su camino de regreso a casa pero finalmente aceptó mostrarle el camino. 14. Mientras tanto, en casa de Tsitsano el suegro dio instrucciones a su hija para que prepare comida pues, dijo, ese día volvería Tsitsano. Cuando la yuca estaba ya lista, efectivamente llegó Tsitsano quien se enteró que todo su viaje había sido preparado por su suegro para que aprenda y ayude a los seres que pueblan la selva. 125 Historia de la luna y los planetas En 1921, Reinburg (Reinburg, 1921: 11-15) publicó una versión de esta historia, recogida de “los záparos* de Curaray y de Canelos”, en una población llamada San Antonio Tres eran los miembros de esta familia: la madre, la hija y el hijo. La hija sabía pintarse de huitu (genipa americana) el cabello. El hermano se enamoró de su hermana y por las noches entraba silenciosamente en su cama. La mujer no sabía de quien se trataba hasta que quedó embarazada. Cada mañana el hermano iba al río a lavarse la cara embadurnada del witu que su hermana usaba para pintarse. Ahí los peces -carachamas- [masaraka]6 6 hablaban con él y le ayudaban a quitarse la pintura de la cara. Finalmente los peces se cansaron de lamer y lavar la cara del hombre porque ya tenían los intestinos “agrios” así que decidieron no hacerlo más. Cuando volvió al río, los peces no salieron, entonces el hermano fue a su casa y se quedó bajo el toldo y dijo que le dolía hasta la punta de los dedos. La madre fue a la chacra en busca de yuca para terminar de hacer la chicha. La mamá estaba preocupada por su hijo. Los [piSSaka], unos pájaros que eran como hijos para esta familia, iban a molestar a la casa. La madre oyó desde la chacra a los pájaros que le decían que su hijo Luna estaba subiendo al cielo. Los pájaros, que eran niños, hicieron una vasija y la llenaron de algodón mientras que con un aventador le hacían subir al tiempo que él tocaba una flauta. 126 Cuando el hijo estaba ya varios metros sobre el suelo, fue cuando la mamá lo vio subiendo al cielo. De regreso a su casa, la madre fue a revisar la cama donde estaba su hijo y es ahí donde encontró toda su ropa manchada de witu. Cuando encontró a su hija la enfrentó y le preguntó que por qué se acostaba con su hermano y como castigo le hizo beber toda la chicha que tenía preparada. De tanto beber chicha la hija se desmayó y la mamá aprovechó para irse. La hija se despertó cuando la hierba había cubierto toda la casa. Cuando se despertó aparecieron dos pericos [SSiaureka] y le indicaron el camino por el que se fue su mamá. A media mañana apareció un gavilán [sisika] y comió a uno de los pericos. Más adelante apareció otro y comió al segundo perico. Los dos niños que la mujer tenía en el vientre comenzaron a decirle cuál era el camino que había tomado su madre. Pero los niños le pedían que coja flores que estaban en el camino. La madre caminaba y metía las flores en el cinto de su vestido y apenas lo hacía, desaparecían. Cuando llegó al encuentro de dos caminos, uno bueno y otro malo, justo en el medio había una hermosa flor, la mujer se acercó a recogerla pero estaba llena de avispas que terminaron picándola. La mujer se disgustó con sus hijos y les dijo que cómo era posible que le pidan flores sin estar aún afuera. Comenzó luego a golpearse el vientre y son los niños esta vez los que se disgustan con su madre y le dejan de hablar. La mujer entonces cogió el camino malo, aunque se veía bien limpio. Era el camino que iba hacia la casa de los jaguares [imatiña]. Cuando llegó a casa de los jaguares encontró a una vieja que le ofreció asiento amablemente. Le dijo también que sus hijos son peligrosos, que comían gente y que llegaban al medio día. La vieja escondió a la mujer en una olla inmensa y la colocó sobre una tarima de chonta [amarija], después de darle de comer. También le dio un recipiente pequeño para que escupa y haga cualquier necesidad. 127 Los hijos llegaron gritando [aiyayai], cargados de animales: sahino [iyari], perdiz [newa], mono [patawka]. Pese a las advertencias de la vieja, la mujer terminó escupiendo fuera de la vasija, hacia el lugar donde comían los jaguares. Estos sientieron al principio un olor e increparón a su madre que por qué escondía la comida. Saltó uno hacia la tarima pero no alcanzó a derribar la vasija. El segundo hizo lo mismo sin tampoco lograrlo. Finalmente el tercero lo logró. Empezó entonces una pelea entre los jaguares para ver cuál de ellos se casaba con la mujer. Ganó finalmente el más fuerte y hermoso. Los jaguares tenían la costumbre de ir al río a buscarse los piojos, que en realidad eran garrapatas. Las mujeres debían mascar y comerse los piojos [sukanaka] de sus maridos pero como no les gustaba, llevaban pequeños pedazos de carbón que al mascarlos hacían un ruido similar al que producen los piojos cuando se los mastica. Uno de los jaguares alcanzó a ver la trampa que hacía la mujer y avisó a su hermano quien terminó por matarla, torciéndole el cuello con sus fauces. La madre de los jaguares pidió que por lo menos le den los intestinos. Le entremaraka] con la placenta dentro de la cual no estaban los niños garon las tripas [m sino dos huevos [iiku]. La vieja pusó los huevos en una olla de barro cubierta de algodón. De los huevos salieron dos bebes que presenciaron como los jaguares comían a su madre. Crecieron en poco tiempo y cuando los jaguares iban de casería la vieja sacaba a los niños y los llevaba con ella a la chacra donde les daba unas lanzas pequeñas [aakatsi+ na] con las que jugaban lanzándolas a los árboles. El esposo de la vieja se acercaba a la chacra por el río y amenazaba a los niños con comérselos y estos fueron a contárselo a la vieja. Finalmente, los niños usaron sus lanzas para matar al viejo tigre. 128 Un día que la vieja fue a cortar leña acompañada de los niños, estos terminaron por matarla, le sacaron la piel, la rellenaron con ceniza y le pusieron un hacha kajitsa+ ] en las manos como si cortara leña. [k Fabricaron un mecanismo mediante el cual la quijada de la mujer se abría y se cerraba, haciendo el ruido similar al que hace un hacha al golpear contra la madera. Los niños regresaron a la casa. Los jaguares ya sabían de su existencia pero, a pesar de sus incesantes esfuerzos por cazarlos nunca lo lograban porque los niños se convertían en colibríes u otros pájaros. Cuando era el medio día, los tigres preguntaron a los niños si sabían dónde estaba la vieja. Los niños, desde lo alto, les dijeron que había ido a cortar leña. Hasta tanto ellos habían ya cocinado la carne de la vieja y la habían dejado tapada con una hoja. Uno de los jaguares fue en busca de su madre mientras que los otros comenzaron a servirse la comida. Los niños comenzaron entonces a gritar: “estoy comiendo carne de mi mamá”, pero los tigres no les hicieron caso. El que fue en busca de la madre la golpió y terminó por asfixiarse con la ceniza que estaba dentro de la piel de la vieja. Por eso se desmayó y cuando se recuperó fue corriendo a contar a sus hermanos lo sucedido y decirles que estaban comiendo la carne de su madre. Ellos se enfurecieron e intentaron nuevamente en vano comer a los niños que volvieron a volar como pájaros. Finalmente los niños se fueron a vivir solos pero se pusieron de acuerdo para terminar con la vida de los jaguares que habían comido a su madre. Se fueron a vivir al otro lado del río y elaboraron un plan para terminar con la vida de los tigres, pero estos les impedían el paso por el río. Encontraron entonces un árbol caído sobre el agua por el que cruzaban unos y otros. Los niños reunieron a todas las polillas de la selva para que coman el interior del árbol con la intención de que los tigres caigan al río y se los coman los cocodrilos. En poco 129 tiempo las polillas habían carcomido el interior del árbol así que cuando los tigres usaron el tronco para cruzar el río cayeron al río menos un jaguar hembra que estaba preñada, a punto de parir. Ese jaguar y sus crías son los que desde entonces se convertirían en un gran peligro para todos los hombres. Uno de los niños que era el más inquieto, perdió una de sus piernas en los dientes de uno de los cocodrilos. Los niños recogieron comején de la tierra y lo arrojaron al río con la intención de que se seque y acabe con los cocodrilos. Cuando esto ocurrió buscaron al cocodrilo para encontrar la pierna. Dieron con el animal, lo partieron, encontraron la pierna entera y el hermano sano colocó la pierna a su hermano herido en su lugar. Luego les llegó la idea de construir la canoa. En la selva hallaron el árbol de la canoa, cada uno de los hermanos tiró su lanza a cada uno de los extremos del árbol y cuando cayó, la canoa estaba ya hecha. Así, fueron haciendo canoas sin más esfuerzo. Pero, tras una discusión entre los dos hermanos, uno de ellos falló su tiro de lanza y el árbol cayó entero. Desde entonces la construcción de las canoas se debe hacer manualmente. Luego de esto, no encontraron más motivo para permanecer en la tierra y se naritsa+ ]6 7 y el otro en fueron al cielo donde se transformaron, el uno en [n 6 8 [ttaritsa+ ] . Ellos dijeron que en el fin del mundo se encontrarán con su pakashikwa]6 9 El uno se ubicaría abajo y el otro arriba. pá, la luna. [k 130 La mujer boa Hace tiempo ya, había una familia que vivía sola en la selva. Esta familia tenía una hija soltera que recibía la visita de alguien todas las noches y que la tenía conversando hasta el amanecer. La madre se dio cuenta y preguntó a su hija: con quién hablas todas las noches si no hay hombres cerca, y la hija respondió: acaso se conversa solo con las personas. Sí, dijo la madre y ella contestó: yo hablo sola, con mi persona. La madre insistió pero la hija no dijo nada. De tanto preguntar la madre se cansó pero dijo a su hija: si tu estás hablando con un hombre, humano como nosotros, quiero que te cases, que vivas cerca, que construyas una casa grande con tu marido porque tu papá ya no te va a mantener. Días después desapareció la hija y al poco tiempo oyeron tumbar un árbol. El ruido venía de la laguna. Están construyendo una casa, dijo la madre y se dio cuenta de que su hija ya se había casado. Tres días después apareció la hija. Ya me casé, dijo. Ya tenemos la casa y ahora haremos una chacra. Quiero que me regales semillas de yuca. Y la mamá se las regaló. Luego la hija cogió todas sus cosas y no volvió desde ese día a casa de sus padres. Años después, con un hijo en brazos, volvió a aparecer. Desde entonces el padre le regalaba maíz cada vez que les visitaba. Siempre le regalaba maíz porque ese era el único cultivo que tenía. Un día la madre dijo a la hija: sabes que tu papá ya está viejo y no puede ir de cacería, ahora tú, como hija, quiero que mantengas con carne a la familia. Tú ya tienes marido y me imagino que es un buen cazador. Sí, claro, dijo la hija, a mi esposo le gusta cazar. Envía mañana a mi hermana menor a mi casa para darle carne. Mi esposo se fue de pesca y cacería y llegará tarde esta noche. 131 Al día siguiente la hermana menor se fue contenta a conocer la casa de la mayor. Pero cuando llegó se asustó al ver que su hermana no vivía en una casa de madera sino en un árbol tumbado. Cuando entró, la muchacha vio mucha carne. La hermana, al verla llegar dijo: voy a cocinar carne y yuca para darte de comer y luego tienes que esperar porque mi marido llegará tarde. La hermana mayor sirvió la comida pero la menor no pudo comer del miedo. Todo estaba servido sobre serpientes enroscadas. Cada cierto tiempo la hermana mayor decía que su marido estaba por llegar. De pronto, la muchacha oyó un ruido muy fuerte y al regresar a ver se encontró con una inmensa boa que se dirigía hacia donde ellas estaban. Era tan grande que venía tumbando árboles, haciendo crecer la laguna y a medida que avanzaba la boa adquiría el aspecto de un hombre. La muchacha huyó y cuando llegó a casa de sus padres le dijo asustada a su mamá: mi hermana no se casó con un humano sino con una boa. La mamá les comunicó a los hermanos y ellos planificaron qué hacer. Esperaron que vaya la hermana a la casa a recoger el maíz y cuando llegó con su bebé, los hermanos se fueron hacia donde ella vivía. Antes de que se vayan, ella les dijo que su marido estaba descansando, que había llegado tarde de la cacería. Como ya lo habían planificado, los hermanos fueron a casa de la boa y cuando llegaron al lugar metieron leña adentro, por los dos lados del tronco caído, y le prendieron fuego. Cuando se alejaron se empezó a quemar todo el tronco con la boa gigante adentro. En la casa, la hermana menor tenía cargado al hijo de la mayor mientras cantaba: “chirautiria katetara”7 0 “chirautiria katetara” La hermana mayor se dio entonces cuenta de lo que pasaba y pidió a la menor que le entregara el niño, esta se lo dio pero en ese momento llegaron los hermanos quienes quisieron detenerla. 132 Cuando intentaron detenerla, se puso muy resbalosa, se fue corriendo, saltó a la laguna y desapareció. Se fue a vivir dentro de la laguna, con su bebe, y se convirtió en la mujer boa. Cuando la mamá llegó a la laguna le dijo a su hija: vuelve a casa y ella le respondió desde la laguna: soy la mujer boa, haré crecer la laguna muy grande en todas las partes donde yo esté, y cantaba la misma canción que cantaba su hermana menor: “chirautiria katetara” “chirautiria katetara” Y se quedó dentro de la laguna para no volver. 133 Notas 1.. Según cálculos aproximados, existirían unos 400 záparas en Ecuador y Perú pero son los 115 que mencionamos, los que se encontraban reunidos en torno a estos objetivos. 2. Para sustentar esta afirmación remitimos al trabajo de Fishman, quien propone ocho niveles de pérdida para las lenguas. El octavo es el más crítico. En él, solo unos pocos ancianos hablan la lengua y se considera que esta está a punto de extinguirse. Se recomienda, en estos casos, hacer buenas grabaciones bajo métodos que no se degraden con el tiempo y que se hagan las transcripciones necesarias para entender las particularidades de su sistema de sonidos. 3. Esto es el 12.5% de un total de aproximadamente 200 záparas que viven en Ecuador. 4. Witsawke, Masaraka y Aremanu, son los nuevos nombres záparas de estas comunidades. El significado de estos nombres se encunetran más adelante, en el diccionario. Es en torno a estas comunidades que se ha realizado este trabajo. La cuarta comunidad no ha sido tomada en cuenta puesto que en ella no existe ningún locutor nativo de la lengua. 5. Un nuevo asentamiento, llamado Akamaro, se planifica mientas se edita este diccionario. 6. Esta denominación merece ser revisada de acuerdo a los criterios de los propios záparas pues resulta contradictorio que la mayoría de ellos se encuentre fuera de dicho bloque. Los documentos históricos podrían dar luces a este respecto. Recordamos, en todo caso, que uno de los objetivos del grupo es justamente delimitar su territorio. 7. Utilizamos aquí la palabra quechua, para referirnos al grupo y a la lengua hablada en el Perú y kichwa, para sus correspondientes de Ecuador. 8. Realizado por ANAZPPA en septiembre de 1999. 9. En el Perú, debido a la dispersión de las familias y porque el movimiento indígena no es tan fuerte como en Ecuador, los záparas no han podido aún organizarse. No obstante, el encuentro con sus familiares ecuatorianos, al cabo de sesenta años, los ha motivado ha hacerlo. Para entender las causas de la separación forzada de estas familias, remitimos al capítulo siguiente pero asimismo a aquel denominado Historias de vida, donde los actores mismos hablan de este episodio que marcó definitivamente al grupo. 10. Este vocablo era utilizado hasta hace poco en las ciudades de Quito y Guayaquil con el mismo sentido. 11. Todas las referencias hacia este pueblo, hasta 1999, los identifican como záparos* cuando ellos se autodenominan záparas. (Andrade, 1999) Hoy, las organizaciones indígenas como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, Conaie, 134 han corregido a la historia y han reconocido a esta nacionalidad bajo su verdadero nombre: záparas. (En lo sucesivo, usamos el asterisco para señalar esta forma incorrecta de referirse al grupo) 12. La primera versión de este mito se encuentra en el capítulo final del libro. 13. ¿Acaso su prehistoria está en estos mitos? 14. Según el Padre Juan de Velasco, Durango murió de un hachazo en la cabeza propinado por “salvajes”. 15. El texto original está en francés. Esta, como las otras traducciones, es mía. 16. Hay que recordar que los záparas eran semi nómadas y esto hasta hace apenas unos 22 años. 17. Esta información le habría sido proporcionada por Villavicencio (Villavicencio, 1858) 18. Beuchat y Rivet, 1908 19. Pero también, reflejo de la visión que se tenía -y que muchos siguen teniendo hasta nuestros días- sobre los habitantes de la selva, todos se refieren a ellos bajo el apelativo de “salvajes”. 20. Para tratar de dilucidar cómo la lengua zápara varió desde la época de Osculati hasta nuestros días, recogemos en el diccionario tanto sus anotaciones como las de otros autores que intentaron realizar una descripción de la lengua. Eso nos lleva a cubrir un espacio bastante amplio, que va desde 1845, aproximadamente, hasta nuestros días, pasando por anotaciones hechas en 1886 (Simson), 1952, (Peek), 1973 (Stark), para finalmente compararlas con lo recogido por nosotros. Ver diccionario. 21. Lo que bien podría extrapolarse hacia otros ámbitos que también merecen su opinión. 22. Yuca 23. Las mujeres son quienes se hacen cargo de la chacra, ellas siembran y cosechan la yuca, la cuecen, la despedazan y mastican para luego echarla dentro de grandes vasijas donde se fermenta, tapada con hoja de plátano, que también se recoge en la chacra. Esta es su bebida cotidiana pero para las ocasiones especiales, para las fiestas, se la deja más tiempo en la vasija para que se fermente más. Solo las mujeres pueden servir la chicha y en algunas ocasiones el hombre de la casa. Se la bebe en vasijas de barro que las mismas mujeres cuecen y decoran o en cuencos hechos de frutos secos que se recogen en el bosque. Durante las fiestas las muchachas más jóvenes de la casa son las que se encargan de servir la bebida, en especial a los hombres que ocupan todos un mismo lugar en la vivienda. Cada persona puede beber durante la noche varios litros de chicha y por consiguiente emborracharse. Rechazar la bebida es rechazar el trabajo hecho por quien la sirve. 24. En este caso se refiere a los huaorani con quienes los záparas siempre tuvieron enfrentamientos bélicos que hasta ahora recuerdan algunos de los ancianos, con pena. 135 25. Ver historia personal de Juan Cruz Grefa. 26. Territorio actualmente ocupado por los záparas. 27. Ese mismo mito fue relatado hace poco por Sasiko, una de las mujeres que aún habla la lengua en Ecuador, y cuya versión incluimos al final de este documento. Aunque las diferencias con el relato recogido por Reinburg son mínimas, la que nosotros presentamos contiene mayores elementos. 28. Existirían otros záparas dispersos en la zona que ellos reivindican como propia, dentro de comunidades kichwas y achuar mayoritariamente y controladas casi en su totalidad por grupos evangelistas por lo que su contacto, en los dos años que tiene la organización de los záparas, ha sido imposible hasta el momento. Recordamos en este punto que los záparas reivindican total autonomía religiosa y que este hecho les ha traído una serie de contratiempos con los grupos evangelistas que están en toda la región. 29. Una extensa reflexión en torno a esta manera de ser está contenida en el libro de Norman Whitten, Sacha Runa (ver Bibliografía) 30. Ver historia personal de Sasiko. 31. Las curaciones, desde que murió el último chaman, se tenían que hacer en el Puyo, la capital de la provincia, a donde solo se llega por vía aérea. 32. Todas las traducciones son mías. 33. El kichwa no logró imponerse de manera radical hasta bien entrado el siglo XIX. El significativo registro de las lenguas indígenas, hecho por misioneros o viajeros hasta el siglo XIX, sirve para apoyar esta afirmación. La mayor parte de estas lenguas ha desaparecido. 34. Deberíamos escribir ¿kichwización? 35. Es apenas en 1999 que se reconoce a los pueblos indígenas del Ecuador la posibilidad de crear sus propias Direcciones de Educación, aunque esto no significa necesariamente que puedan dictar sus propias políticas lingüísticas o educativas. Se trata, más bien, de un sistema descentralizador. 36. Este neologismo sirve para definir el fenómeno según el cual personas que han recibido una educación formal, que se supone han aprendido a leer y escribir, por diferentes motivos sus aptitudes para hacerlo son mínimas. 37. La palabra competencia se usa con el sentido de aptitud o idoneidad. 38. Cesáreo es el único que habla castellano y el que más tiempo ha vivido fuera de la selva. 39. Recordamos en este punto que el mayor objetivo de los záparas, según reza su declaratoria de principios es: “Vivir en armonía con la naturaleza, según los principios de la vida pasada”. 40. La lengua zapara es una lengua aglutinante. Estudios morfológicos se llevan a cabo 136 para poder entender con profundidad cómo se estructura la formación de las palabras. 41. Un trabajo comparativo inicial de todas estas obras permite asegurar que nos encontramos frente a una misma variedad de la lengua. 42. Su única informante. 43. Término que hace referencia las variantes combinatorias. Estas no son más que las diferentes realizaciones que un fonema puede tener y que están determinadas por su entorno fonético. 44. Categoría de intermedia entre las vocales y las consonantes, desde el punto de vista de sus características articulatorias. 45. Ver historia de Juan Cruz Grefa. 46. Idem 47. Peeke, 1991. 48. Como primera hipótesis, se avanza la posibilidad de que el vocablo sea una adaptación del término inglés airplane. Hay que recordar que Catherine Peeke y Margaret Sargent hablaban inglés y que es muy probable que los indígenas las hayan escuchado. 49. Antes, los záparas cocinaban o servían sus bebidas en grandes semillas secas las que cubrían de barro para que no se rompan con tanta facilidad. Sobre el champú, aún siguen extrayendo de un árbol de la selva un extracto jabonoso con el que se lavan el cabello. La radio, en cambio, es ahora parte integrante de la vida de los záparas, la utilizan para comunicarse con sus familiares en la ciudad o para solicitar vuelos a las compañías aéreas que operan en la zona. 50. El andoa era parte de la misma familia lingüística zápara. 51. Chukchu quiere decir temblor del cuerpo en kichwa y esto evoca a la malaria 52. Nombre zápara [aremano], un pez comestible. 53. Nombre zápara [mazaraka], pez comestible, abundante aún en el río. 54. La corteza de árbol con la que se vestían antes los záparas. 55. Muritcha es río en zápara. 56. Yacu es en kichwa río. En todos los casos en los que esta palabra aparece, se refiere a algún río. 57. La chacra es parte de la herencia de la cultura kichwa pues, según los textos históricos y el testimonio de los ancianos ellos solo se dedicaban a la recolección de frutos, a la caza y a la pesca, sus cosechas eran limitadas y se hacían en las cercanías de la casa. 58. Hay que recordar que los záparas eran semi nómadas hasta hace unos 20 años y que este tipo de viajes y prácticas hacían parte de su vida. 59. Esta empresa empezó sus levantamientos topográficos en 1920. 137 60. Es el único de los hermanos que habla español, los demás, Ana María, Sasiko y su marido Juan Cruz Grefa y María Luisa hablan en kichwa y, ahora, en zápara. 61. Shell es un poblado cercano al Puyo, capital de la provincia de Pastaza, que surgió cuando la compañía Holandesa del mismo nombre, en 1920, inició los levantamientos topográficos para construir una pista de aterrizaje para facilitar las prospecciones petroleras en la zona. Es desde esta población, que cuenta con una base militar, una pista aérea y muchos pastores evangelistas, de donde salen los aviones que hacen la ruta hacia las comunidades indígenas en la selva amazónica. 62. Santo Domingo de los Colorados es una ciudad subtropical cercana a Quito donde se siembran productos agrícolas para la exportación. 63. Esto ocurría cuando el dólar norteamericano estaba casi a la par con el sucre, la moneda ecuatoriana reemplazada hace poco por la moneda estadounidense. 64. Este relato consta en el documento de autodiagnóstico de la Nacionalidad Zápara, realizado por la Organización de Pueblos Indígenas del Pastaza, OPIP en noviembre de 1998. 65. Este relato tiene una referencia a los Shuaras, en esta parte del mito aparecen bajo la forma de hierbas cortantes. 66. El nombre de la comunidad de Mazaramu tiene su origen en esta misma palabra. 67. Puede ser el nombre que se da a Venus, porque fue referido como El Lucero. 68. Puede ser el nombre que se da a Marte aunque debe confirmarse esta posibilidad. 69. La luna es en este caso masculino. Esta idea cosmológica que acerca a la creencia del fin del mundo, y que parece no ser única de los záparos, se produce por la alineación de dos planetas, Venus y Marte, con la Luna. 70. Cuando preguntamos por el significado de esta frase recibimos como respuesta la siguiente explicación. “Ella cantaba mientras veía cómo el fuego y el humo se elevaban y desaparecían entre las nubes. Su canción estaba dirigida al marido de su hermana que se estaba quemando”. 138 Bibliografía citada Alarcón G., Rocío 1988 Etnobotánica de los quichuas de la amazonia ecuatoriana, in Miscelánea Antropológica Ecuatoriana, serie monográfica 7, Guayaquil, Museo del Banco Central del Ecuador. Andrade, Carlos 1999 Una Nación de 114, Diario Hoy, suplemento Blanco y Negro, 11 de septiembre de 1999, Quito Barriga, L., Franklin, 1992 Las culturas indígenas ecuatorianas y el Instituto Lingüístico de Verano, Ediciones Amauta, Buenos Aires, Quito, Caracas, México. Beuchat MM. et Rivet Paul, 1908 La famille linguistique zaparo; Extrait du journal de la Société des Americanistes de Paris, Nouvelle série , tome V, numéro 2, Au siège de la Société, París. 1907 Affinités du Miránya; in Journal de la Société d’Americanistes de Paris, Nouvelle Serie, Vol. 5, París. 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