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Universidad Estatal a Distancia. Escuela de Ciencias Exactas y Naturales. Programa Manejo de Recursos Naturales. Informe Final del Proyecto Profesional Dirigido como requisito parcial para optar por el Título de Bachiller en Manejo y Protección de los Recursos Naturales. “Inventario Preliminar de las Especies de Chrysomelidae (Coleoptera) del Valle del Silencio, Parque Internacional la Amistad, C.R.” Róger González Tenorio. Centro Universitario de Pérez Zeledón. II Semestre, 2004. Universidad Estatal a Distancia. Escuela de Ciencias Exactas y Naturales. Programa Manejo de Recursos Naturales. Informe Final del Proyecto Profesional Dirigido como requisito parcial para optar por el Título de Bachiller en Manejo y Protección de los Recursos Naturales. “Inventario Preliminar de las Especies de Chrysomelidae (Coleoptera) del Valle del Silencio, Parque Internacional la Amistad, C.R.” Supervisor: Lic. Adrián Ugalde Chavarría. Róger González Tenorio. Centro Universitario de Pérez Zeledón. II Semestre, 2004. PRESENTACIÓN. Recientemente el tema de biodiversidad ha adquirido crucial importancia en las áreas de sistemática, ecología y conservación. La diversidad biológica en los trópicos ha originado un debate sobre la magnitud del número de especies en el planeta (Erwin 1991 y Gaston 1991 citados por Contretas, A. 1993). Científicos y público en general están conscientes de los problemas de crecimiento poblacional, contaminación, destrucción del hábitat y la extinción de especies. La “crisis de biodiversidad” (Raven, 1983, Wilson, 1985b, 1985 y Knutson, 1989 citados por Contretas, A. 1993). ha dado un papel primario a la biología de la conservación y se ha convertido en el núcleo de interacción entre las disciplinas ambientales. Paradójicamente, la mayor parte de la riqueza biológica del planeta se encuentra en los países en desarrollo en el llamado “tercer mundo” (Ball, 1982 citado por Contretas, A. 1993) dentro del cual está Costa Rica, mientras que la riqueza económica es mayor en el “primer mundo”. Esta tendencia reflejada en los recursos disponibles para el desarrollo del conocimiento científico se manifiesta en el liderazgo intelectual del mundo desarrollado (Contretas, A. 1993). En el contexto de biodiversidad y sistemática, el colonialismo científico continúa vigente en la exploración de la biodiversidad de países en desarrollo principalmente por científicos del primer mundo. Sin embargo, es la comunidad científica del primer mundo la que ha empezado a difundir con fuerza la importancia de conservar y dar valor a la riqueza biológica. Es en el “primer mundo” donde se siente la desesperación por obtener ejemplares de especies aún sin descubrir, antes que su hábitat sea destruido. ¿Es justificable que el “primer mundo” estudie la biodiversidad del tercer mundo? ¿Cuál es el papel que deben tomar las comunidades científicas del mundo desarrollado y del mundo en desarrollo en apoyo a la conservación de la biodiversidad? La mayoría de nosotros estamos de acuerdo en que el valor de la diversidad biológica es universal e intrínseco (Naess, 1986 citado por Contretas, A. 1993), no sólo unitario; que la biosfera no tiene barreras en el sentido político al cual estamos acostumbrados a respetar y que el conocimiento científico es patrimonio de la humanidad. Así que no importa quién tome la colosal tarea de explorar y entender la biodiversidad. El fin es lo importante: la adquisición del conocimiento. Pero el problema no es tan simple, pues existen diferentes éticas en la manera de practicar la exploración taxonómica en el contexto internacional: la actividad taxonómica aislada, sin interacción directa, es una modalidad éticamente débil. No es posible sentirse satisfechos con descubrir especies nuevas, describirlas y elaborar hipótesis. La comunidad de taxónomos principalmente del primer mundo debe involucrarse en mayor grado por medio de diferentes vías de comunicación, puesto que ellos son quienes tienen un alto grado de conciencia sobre el problema y además porque poseen mayores recursos. No es que la comunidad científica nacional no tenga responsabilidad o sea ignorante, si no que el flujo de información del primero al tercer mundo es insuficiente. La mayor comunicación internacional en la práctica de la taxonomía es un factor crucial para generar conciencia sobre la crisis de biodiversidad en el mundo en desarrollo, la comunicación internacional podría verse beneficiada si hay un esfuerzo por parte de taxónomos “visitantes” (de países en desarrollo) los cuales contacten y colaboren con taxónomos nacionales para que haya un intercambio de visitas a museos y colecciones entre los países del “primer mundo” y del “tercer mundo” como el nuestro, para que cuando se describe una nueva especie se deposite el material tipo, duplicados y otros ejemplares en museos nacionales (como el de la Universidad de Costa Rica, el Museo Nacional y el Instituto Nacional de Biodiversidad), además que haya intercambio de literatura e información general y que la publicación de los trabajos de difusión y técnicos tales como las descripciones de nuevas especies se hagan también en revistas nacionales y en español, asimismo que haya colaboración para establecer programas de entrenamiento a corto plazo en universidades y estaciones biológicas de nuestro país y que entomólogos y estudiantes nacionales puedan visitar instituciones de docencia e investigación en el “primer mundo”. La práctica de estos puntos está muy lejos de ser suficiente y parte de este problema se debe simplemente al idioma. Los taxónomos extranjeros deben tener presente que pueden dictar una conferencia en inglés o interactuar con investigadores y estudiantes locales aún sin tener dominio del idioma español debido a que la mayoría de instituciones disponen de traductores y por lo general, un alto porcentaje de investigadores locales habla o entiende inglés. Por otra parte, hace falta difundir la utilización internacional de los museos en desarrollo, ya que las colecciones científicas adquieren valor en la medida en que se utilizan, por lo que una relación simbiótica entre fuentes de material y de experiencia puede rendir muchos frutos (Contretas, A. 1993). Los museos y colecciones costarricenses deben reflejar el conocimiento taxonómico sobre la biota indígena. Cada país puede establecer una política más restrictiva para garantizar que sus colecciones se mantengan al día con la actividad taxonómica de investigadores extranjeros. Si se producen trabajos taxonómicos técnicos tales como descripciones de especies, es muy razonable que los taxónomos visitantes publiquen por lo menos catálogos sistemáticos, claves, manuales, folletos y otros trabajos con aplicación práctica o de difusión en nuestro país y en español. Asimismo debe explorarse medios económicos de producir algunas de las publicaciones en las imprentas de universidades e instituciones relacionadas con la investigación científica. Como es usual, la falta de recursos económicos es el mayor factor limitante, ante lo cual hay que ser creativos e intentar todas las posibilidades tales como aprovechar diversas fuentes de apoyo financiero (en forma de becas y ayudantías de enseñanza o investigación) tanto nacionales como extranjeras, las cuales pueden aprovecharse para entrenar algunos de los nuevos taxónomos que se requieren. Las instituciones proveedoras de fondos para proyectos de investigación pueden requerir que parte de los recursos se destinen para el entrenamiento de postgrado de estudiantes del país sede de la investigación, dicho país también podría requisar el otorgar permisos de colecta o investigación a científicos extranjeros bajo condiciones similares. El mismo procedimiento puede aplicarse hacia costos de publicación y programas cortos de entrenamiento (por supuesto que la opción de compartir gastos siempre debe considerarse). Una manera algo distintiva de combinar el estudio de la biodiversidad tropical en Costa Rica y su conservación en un contexto de alta comunicación internacional es el caso del INBio (Instituto Nacional de Biodiversidad) (Hovore, 1991 y Jansen, 1991 citados por Contretas, A. 1993). El INBio tiene objetivos específicos para elaborar un inventario de la biota costarricense el cual produce y seguirá produciendo diversas publicaciones con utilidad en toda Centroamérica. Es importante saber que el INBio recibe y canaliza el apoyo económico otorgado a investigadores extranjeros por sus propios países, promoviendo además la interacción entre éstos y la comunidad científica costarricense. Instituciones homólogas Latinoamericanas y mundiales deberían establecer contacto y compartir sus experiencias con esta institución (INBio) que es única en el ámbito mundial. Hoy día es muy común escuchar hablar en términos de conservación del ambiente, de protección de los recursos naturales, de uso sostenible del medio. Pero, ¿en qué se basan estos conceptos?, es decir, ¿cómo sabemos que es lo que se debe proteger y qué no?, ¿Porqué o para qué se debe proteger un determinado recurso?¿Cómo sabemos si al aprovechar o conservar un recurso natural estamos haciendo lo correcto? De seguro que la respuesta a estas y otras preguntas la podremos encontrar en una sola palabra: Investigación. Decía el pensador que, en última instancia, “Conservaremos sólo aquello que amemos, amaremos sólo aquello que entendamos y entenderemos sólo lo que se nos enseñe” (Baba Dioum) (Obando, 2002). De esta manera no podemos proteger algo que no conocemos, con lo cual la investigación científica en las Áreas Protegidas es primordial para darle un mayor peso a las leyes de conservación y uso de los recursos naturales. Esta investigación fue realizada con el propósito de abrir brecha en un campo donde lo que se ha hecho hasta el momento es muy poco ya que es difícil trabajar en medio de circunstancias adversas tales como la falta de medios de información, equipo y materiales en el país, poca experiencia profesional, falta de comunicación entre las Áreas Protegidas y los investigadores, poca relación entre los mismos investigadores, falta de tiempo y principalmente falta de recursos económicos. Todos estos aspectos se trataron de superar para aportar un granito de arena en la playa de la entomología, que es una de las tantas playas que hay en el mar de la investigación científica. Este trabajo se desarrolló haciendo uso de las ideas, conocimientos y experiencia adquirida durante cuatro años de labor en el campo de la taxonomía en el Instituto Nacional de Biodiversidad y tres años y medio de estudio en la Universidad Estatal a Distancia. La investigación se desarrolló en el Valle del Silencio: el corazón de una de las Áreas Protegidas más puras, grandes y diversas de Costa Rica: el Parque Internacional la Amistad. El proceso mismo de la investigación requirió de casi un año durante el cual se aprovecharon todos los medios y recursos humanos, logísticos y económicos que aportó el Departamento de Inventario del Instituto Nacional de Biodiversidad en el Programa de Investigaciones en Áreas Protegidas. El trabajo de campo de la investigación consistió en hacer un inventario a pequeña escala (1 año) de las especies de Chrysomelidae que habitan en el Valle del Silencio, para lo cual se utilizaron trampas fijas de captura y muestreo de especimenes así como colectas directas en sitios y períodos preestablecidos en diversos puntos del sitio de trabajo (Valle del Silencio). Los resultados son una lista-inventario preliminar de las especies de Chrysomelidae que se colectaron durante el período de la investigación (lista que puede crecer con póstumas investigaciones y que por lo tanto no es definitiva), una serie de observaciones de los hábitats donde se puede hallar cada una de estas especies así como algunos datos de historia natural e ilustraciones fotográficas de especimenes representativos de cada especie, lo cual puede ser tomado como una pequeña guía de Crisomélidos del Valle del Silencio que a fututo pueda editarse y servir como un medio más de divulgación del Parque Internacional la Amistad, además de ser una fuente de información científica para el visitante de ésta Área Protegida y público en general y que sirva de base para que otros investigadores y estudiantes se aventuren en el mágico mundo de los insectos. Ahora bien, ¿qué es un inventario de especies?, en cuanto a esto hay discrepancias no tanto sobre el qué es sino cómo hacerlo. Un inventario puede definirse como “...una base de datos taxonómicamente limpia que indica, al menos, un punto geográfico donde se encuentra una especie” (Janzen, 1993 citado por Martín, 1997). En una visión espacial más amplia, inventario es “...la exploración, análisis filogenético y clasificación predictiva de todas las especies de un taxón en todo el mundo” (Wheeler citado por Martín, 1997). Las bases de esta investigación se sustentan en la primer definición. AGRADECIMIENTOS. Agradezco al excelentísimo Creador del Universo por haber hecho un mundo tan grande y tan perfecto que no cabe en nuestras mentes. Gracias Jehová por enseñarme a apreciar en las pequeñas cosas lo grande de tu creación de la cual yo mismo soy parte y de nuevo gracias por darme el privilegio de conocer un lugar tan bello: el Valle del Silencio y por haberme dejado hacer algo en la lucha tenaz de proteger lo que hiciste Tus manos. Gracias a mi madre, la mujer en la cual veo reflejada la lucha de la tierra por sobrevivir aún en medio de las circunstancias más difíciles. Te agradezco madre querida por darme el regalo de la vida, por dejarme crecer y nacer de tu vientre y por alimentarme cada día con tu amor y tu afecto enseñándome siempre que soy parte de una Creación perfecta a la cual debo amar y cuidar como lo tú lo has hecho con migo. Quiero agradecer a la mujer más dulce y bella que me ha enseñado el secreto del amor, pues junto a ella pasé largas horas elaborando y desarrollando esta investigación y ella merece mi más sincera gratitud por acompañarme en todo el proceso de este trabajo, pero sobre todo por estos años que hemos estado juntos. Gracias Alicia por amarme tanto y apoyarme en mis proyectos. Agradezco profundamente a una Institución que aparte de haberme dado un trabajo me ha dado una profesión. Cada día de mi trabajo significa más conocimiento adquirido, más aprecio hacia lo que tenemos a nuestro alrededor, más respeto por la naturaleza. Sí, definitivamente tengo que agradecerle al Instituto Nacional de Biodiversidad y a su gente que me ha extendido una mano amiga desde el inicio de mis labores y que cada día me brindan su compañerismo acompañado de ideas e intercambio de conocimientos. Los nombres de todos los funcionarios del INBio deberían aparecer aquí, pero el espacio no es suficiente, siéntase por lo tanto aludidos quienes han estado desde el principio, los que han llegado después y por supuesto, aquellos que ya se fueron. Gracias a todos y en especial a un grupo de personas que me han ayudado mucho en todo el sentido de la palabra: Elena Ulate, Ángel Solís, Carlos Guzmán, Carlos Víquez y Carlos Hernández. Ellos están a cargo del departamento y de la colección general de Coleoptera y por ende me ayudaron mucho en lo que respecta a la familia de Chrysomelidae. Gracias al Director de la Unidad de Artrópodos del INBio: Sr. Manuel Zumbado, sus ideas, conocimiento compartido y el apoyo brindado fueron elementales para desarrollar esta investigación. Gracias a Randall Gutiérrez, Ana Lépiz y Cristian Granados, encargados del área de etiquetado e ingreso de datos al sistema Atta, su ayuda fue muy importante para mí. Igualmente agradezco al Sr. Luis Paniagua por su ayuda en la interpretación de los datos obtenidos en el campo. Muchas gracias a todos ellos por sus ideas, atención y tiempo que han tenido para mí desde el inicio. Un agradecimiento muy grande al Dr. Sr. R. Wills Flowers, Profesor de Entomología en la Universidad A&M de Florida, quien verificó e hizo identificaciones de los especimenes de Chrysomelidae colectados. Gracias por compartir su conocimiento profesional y por ser un gran amigo. Le doy mil gracias a todo el personal del Parque Internacional la Amistad en el sector de Altamira – Valle del Silencio. Les agradezco su compañerismo tanto en las labores propias de control y protección del Área Protegida como el apoyo y oportunidad para desarrollar esta investigación en tan hermoso lugar. En especial muchas gracias al Administrador actual del PILA, Lic. Luis Sánchez. Gracias también al Sr. Lic. Adrián Ugalde Chavarría, encargado del Programa de Investigaciones del Área de Conservación la Amistad la Pacífico, quien estuvo dispuesto a acompañarme en la travesía de esta investigación aportando su experiencia profesional en el campo de la biología, dándome ideas y corrigiendo mis errores. Gracias por ser mi profesor tutor y un excelente compañero de trabajo. Muchísimas gracias al Lic. Oscar Esquivel Garrote y a su esposa Damaris Zúñiga, ustedes representan dos personas que me han dado mucho aliento y ejemplo para dedicarme a la investigación y protección de los Recursos Naturales. Quiero agregar a esta lista de personas, los nombres de cinco compañeros de trabajo que al igual que mí son Parataxónomos. Ellos han estado con migo la mayor parte del tiempo durante los últimos años, pues de cada treinta días en el mes, veintidós los paso con ellos compartiendo el mismo pan, bajo el mismo techo y abrigo, han sido como mis hermanos, como una familia con la cual he compartido buenos y malos momentos. Gracias a Roberto Delgado, a Milady Alfaro, a Didier Rubí y su esposa Cindy Miranda. Esta investigación no hubiese sido posible sin el trabajo en grupo con ellos. INDICE. Contenido: Página: I. INTRODUCCIÓN................................................................................................1-6 II. JUSTIFICACIÓN DEL TEMA..........................................................................6-12 III. OBJETIVOS..........................................................................................................12 IV. DESCRIPCIÓN DEL SITIO............................................................................13-20 V. METODOLOGÍA.............................................................................................20-52 VI. RESULTADOS Y DISCUSIÓN....................................................................52-164 VII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES...........................................165-167 VIII. LITERATURA CONSULTADA.................................................................168-171 IX. SECCIÓN DE ANEXOS..............................................................................172-177 TABLA DE CONTENIDOS. I. INTRODUCCIÓN. 1. Introducción a la familia Chrysomelidae ............................................................1-3 2. Comportamiento general de los Crisomélidos.....................................................3-5 3. La conservación de los insectos...........................................................................5-6 II. JUSTIFICACIÓN DEL TEMA. Justificación...........................................................................................................6-12 III. OBJETIVOS. a-) General................................................................................................................12 b-) Específicos..........................................................................................................12 IV. DESCRIPCIÓN DEL SITIO. 1. Antecedentes del Parque Internacional la Amistad..............................13-15 2. Antecedentes del Valle del Silencio.....................................................16-20 V. METODOLOGÍA. 1. Metodología de ubicación geográfica........................................................21 2. Metodología de colecta..............................................................................21 a. Equipo y métodos de recolecta activa...................................22-30 b. Equipo y métodos de recolecta pasiva...................................31-37 3. Metodología de montaje.......................................................................38-44 4. Metodología de identificación..............................................................45-46 5. Metodología de etiquetado...................................................................47-51 6. Metodología de curación......................................................................51-52 VI. RESULTADOS Y DISCUSIÓN. Resultados generales............................................................................................52-92 Subfamilia Eumolpinae.......................................................................................93-95 Subfamilia Lamprosomatinae..............................................................................96-97 Subfamilia Galerucinae Tribu Galerucini.................................................................................98-152 Tribu Hispini.....................................................................................153-156 Subfamilia Cryptocephalinae..........................................................................157-159 Subfamilia Chrysomelinae..............................................................................160-162 Subfamilia Cassidinae.....................................................................................163-164 VII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES...........................................165-167 VIII. LITERATURA CONSULTADA.................................................................168-171 IX. SECCIÓN DE ANEXOS..............................................................................172-177 ÍNDICE DE CUADROS Y GRÁFICOS. Cuadro1..............................................................................................................................14 Cuadro 2. .....................................................................................................................56-65 Cuadro 3. .....................................................................................................................66-67 Cuadro 4. .....................................................................................................................68-80 Cuadro 5. ...........................................................................................................................81 Cuadro 6. ...........................................................................................................................86 Cuadro 7. ...........................................................................................................................87 Cuadro 8. ...........................................................................................................................88 Cuadro 9............................................................................................................................89 Cuadro 10. .........................................................................................................................89 Gráfico 1. ..........................................................................................................................67 I. INTRODUCCIÓN. Desde el inicio de la humanidad, al hombre le ha interesado conocer la diversidad del mundo que lo rodea, no sólo para satisfacer su innata curiosidad, sino también para aprovechar sus recursos y defenderse de sus pliegues. Esto lo indujo a reconocer con nombres los organismos vivientes de su entorno, así como los diferentes ambientes a que éstos estaban asociados. Este conocimiento ha venido en aumento gradual tanto en cantidad como en calidad, conforme el desarrollo cultural le ha ido ofreciendo al hombre más y mejores técnicas para desentrañar su ambiente físico y biológico. En la época actual, en el umbral del tercer milenio, el desarrollo científico y tecnológico le ha dotado de numerosas herramientas para la investigación, lo que le ha permitido lograr un impresionante conocimiento sobre la diversidad de su mundo y aún del espacio exterior. Esto no sólo en lo que respecta a la identificación de las especies y de sus ambientes, sino también en lo que respecta a las causas y efectos de la diversidad. Entre lo mucho que se sabe hoy día de la biodiversidad, está el hecho de que ésta alcanza su máxima expresión en las condiciones del trópico húmedo, lo cual ha sido motivo para que tanto los investigadores de estas regiones como los de todo el mundo hayan dedicado un gran esfuerzo para descifrar la complejidad del ambiente tropical, tanto por su conocimiento mismo como por los múltiples aspectos económicos que éste entraña (Monge, Gómez y Rivas, 2001). Uno de los campos de la biología en los cuales hay un gran vacío de conocimiento es la entomología, que es la ciencia encargada del estudio de los insectos. Junto a ella está otra rama de las ciencias biológicas: la taxonomía, que trata de agrupar y clasificar a cada ser vivo comparando sus características feno y genotípicas con las de otros individuos. La entomología y la taxonomía parecen ser dos hermanas inseparables que se benefician mutuamente y que no podrían existir una sin la otra. A través del tiempo, todos los seres vivos han sido agrupados tomando en cuenta los grados de parentesco entre sí, con este fin se han establecido varias categorías dentro las cuales hay una serie de características anatómicas y fisiológicas que permiten establecer dichas comparaciones interindividuales. Las categorías más comunes y generales de tal clasificación taxonómica son en orden decreciente: reino, clase, filo, orden, suborden, serie, subserie, súper familia, familia, tribu, género y especie, siendo posible establecer más subdivisiones entre cada una de ellas. Introducción a la Familia Chrysomelidae: Comenzando desde el nivel superior de clasificación, los Crisomélidos se encuentran en la siguiente posición taxonómica: Reino: Animalia Clase: Insecta Filo: Arthropoda Orden: Coleoptera Suborden: Polyphaga Serie: Cucujiformia Subserie: Phytophaga Súper familia: Chrysomeloidea Familia: Chrysomelidae Subfamilias (presentes en Costa Rica): o Cassidinae Tribu Cassidini Tribu Hispini o Chrysomelinae o Criocerinae o Cryptocephalinae Cryptocephalini Clytrini Chlamisini o Eumolpinae o Galerucinae Tribu Alticini Tribu Galerucini o Lamprosomatinae o Donaciinae o Bruchinae (que incluye algunas especies de los comúnmente llamados gorgojos). Estas nueve subfamilias tienen una gran diversidad de géneros y especies distribuidos en todos los bosques y sitios agrícolas o rurales de nuestro país (Flowers, 2003). El término Chrysomelidae se deriva del griego Chryso= “dorado” y melon= “una manzana”, lo cual hace alusión a su apariencia generalmente colorida (Tomado del Catálogo Preliminar de Coleoptera de Costa Rica, familia Chrysomelidae). Los Crisomélidos (en algunos lugares conocidos como “escarabajos de las hojas”) junto a los demás Coleópteros existen en nuestro planeta desde el período Pérmico, hace mas o menos 250 millones de años. Los coleópteros representan cerca del 45% de todos los insectos, un 40% de todo el reino animal y un 25% de todos los organismos vivos. En todo el mundo existen cerca de 400 000 especies de coleópteros, 35 000 de ellas están presentes en Costa Rica, y de éstas 7500 son gorgojos (Curculionidae), 5000 son de la familia Staphylinidae, 2200 especies son de la familia Carabidae, otras 2200 especies son Cerambycidae y alrededor de 3500 especies (10% de las especies de Coleoptera presentes en Costa Rica) son de la familia Chrysomelidae1 (Solís, 1999). La familia Chrysomelidae es una de la más grandes de escarabajos e incluye alrededor de 35 000 especies descritas en todo el mundo (Jolivet 1988 citado por Arnett, Thomas, Skellev y Frank 2002) y se estima que existen unas 60 000 especies en total (Reid 1995 citado por Arnett, Thomas, Skellev y Frank 2002). Según el último catálogo comprensivo del mundo (Coleopterorum Catalogus (1913-1940) y después Sumpplementa (1958-1975), la diversidad más grande se encuentra en las regiones tropicales donde la taxonomía del grupo está pobremente conocida (Arnett, Thomas, Skellev y Frank 2002). La familia Chrysomelidae es una de las 110 familias de Coleoptera que hay en Costa Rica2, éstos se distinguen de los demás ordenes sobre todo porque tienen un cuerpo compacto y duro protegido por los élitros, que corresponden al primer par de alas que se han endurecido más de lo normal y ya no se utilizan para volar sino más bien para protección del cuerpo. El segundo par de alas son membranosas y son las que permiten el 1 2 Según los resultados finales de este trabajo, en el Valle del Silencio hay 66 especies. En el mundo hay 174 familias de Coleoptera. vuelo de estos insectos, mientras que cuando están en reposo permanecen plegadas bajo los élitros. Los Crisomélidos al igual que los demás insectos tienen tres partes básicas en su cuerpo que son: cabeza, tórax y abdomen (ver figura 110 y 111 en la sección de anexos). En la cabeza se encuentra un par de antenas (elementos sensoriales, de orientación y detección de olores), un par de ojos compuestos que permiten ver imágenes que van desde los rayos infrarrojos hasta los ultravioleta. Además, en la cabeza están las mandíbulas, un par de maxilas con palpos, el labro y el labio también con palpos, todos los cuales intervienen en el proceso digestivo. En el tórax se insertan los tres pares de patas y las cuatro alas, mientras que el abdomen está formado por varios segmentos y en él se encuentra el sistema circulatorio, el corazón, el sistema digestivo y el reproductor. La familia Chrysomelidae es una de las más coloridas y variables en tamaño y forma del orden Coleoptera. Los hay desde 2 mm hasta 25 mm. Las coloraciones más llamativas (rojo, azul, naranja) indican a sus depredadores que en su cuerpo hay sustancias tóxicas o de mal sabor que pueden causar irritación e indigestar a quien lo coma. Esto lo han aprovechado otras especies de Chrysomelidae o de otros grupos que aunque no tienen esas sustancias en su cuerpo, imitan de una forma muy similar el patrón de coloración de las especies que sí las poseen (mimetismo) por lo cual van a estar “protegidos de sus depredadores”. La forma del cuerpo de los crisomélidos es muy inconstante y puede variar entre alargado-cilíndrico, ovalado-convexo ó deprimido. La longitud del cuerpo puede variar entre 1 a 17 mm, con una coloración muy variable, normalmente entre luminoso a metálico. A menudo el pronoto es pálido y los élitros son oscuros; el dorso normalmente es glabro. La cabeza normalmente es pequeña, extendida o a veces escondida bajo el escudo del pronoto y con la partes bucales normalmente expuestas. Los ojos vistos desde una posición lateral son redondos o elípticos y las antenas normalmente son filiformes pero pueden ser cortas y aserradas. El pronoto normalmente es más ancho que la cabeza, de forma muy variable. Las patas normalmente son cortas. Algunas especies poseen alas, pero otras carecen de ellas parcialmente (micro ápteras) o totalmente (ápteras). El cuerpo de las larvas es de forma muy variable y puede contener una “casita” hecha de su propio material fecal. El colorido de las larvas varía entre blanco ó cremoso, éste último se presenta principalmente en las especies que pasan su estadio larval en un ambiente subterráneo (Arnett, Thomas, Skellev y Frank 2002). 1. Comportamiento general de los Crisomélidos: La mayoría de especies de Crisomélidos son de hábitos diurnos y se les encuentra con frecuencia en plantas herbáceas. También, es frecuente que larvas y adultos estén alimentándose juntos en la misma planta hospedera, con la que tienen mucha especificidad (Flowers, 2003). La familia Chrysomelidae está representada por organismos que en su totalidad son fitófagos, siendo una de las familias de insectos más diversas y eminentes en las plantas. Los adultos normalmente se alimentan de material vegetativo vivo tal como las hojas y las diferentes partes de la flor (incluyendo el polen). Muchas especies de larvas de Crisomélidos se alimentan en las hojas, pero un gran número de ellas también lo hace en las raíces y tallos subterráneos. Un menor pero significativo número de especies presentan larvas que son minadoras de hojas o que viven en los espacios disimulados entre las hojas cerradas (enrolladas) u otras partes de la planta. Las larvas de la subfamilia Cryptocephalinae consumen material vegetal muerto que incluye hojas caídas y ramitas muertas. Algunos miembros de este grupo visitan los nidos de las hormigas, para comer los huevos de las éstas, material fecal y posiblemente los cuerpos de hormigas muertas. La gran mayoría de especies de crisomélidos se alimentan en las plantas Angiospermas (tanto monocotiledóneas como dicotiledóneas), un pequeño número de ellos lo hace en Coníferas y unas pocas especies se alimentan en helechos y cícadas. La mayoría de las especies de Chrysomelidae son bastante específicas en cuanto a sus preferencias en lo que respecta a la parte y especie de la planta que comen. En muchos casos el alimento de grupos de especies de crisomélidos está relacionado con grupos de especies de plantas estrechamente relacionadas entre sí, y estos modelos de relaciones ínter específicas, frecuentemente son evidentes a nivel mundial (Arnett, Thomas, Skellev y Frank 2002). Un buen número de especies de Crisomélidos tienen gran importancia económica tanto porque consumen especies de plantas económicamente valiosas como porque son vectores de bacterias y / o virus. Sin embargo, algunas especies han demostrado ser benéficas ya que son agentes de control biológico de malezas en varias regiones del mundo. Generalmente, las plantas terrestres son los hospederos de los Crisomélidos, pero algunas especies de éstos pasan su ciclo de vidas (o parte de éste) en las partes emergentes de ciertas plantas acuáticas. Las larvas de la subfamilia Chrysomelinae, algunos de la Criocerinae, y muchos de las subfamilia Galerucinae y Cassidinae (Hispini) son folivoros que habitan en las superficies expuestas de sus plantas hospederas, el cual es un lugar con una gran actividad de depredación, por lo que las especies que ahí habitan han desarrollado varias estrategias defensivas. Algunas larvas de crisomélidos poseen glándulas abastecidas con una sustancia química defensiva, la cual sintetizan independientemente por medio de su organismo o a partir de los elementos obtenidos de las plantas que consume. La mayoría de larvas de Chrysomelidae construyen una especie de capullo o estuche dentro del cual se protegen, ya que los materiales que utilizan para tal fabricación es nada más y nada menos que sus propias heces, y se especializan en ingerir tejidos vegetales que contengan bastantes compuestos secundarios de los cuales ya no se alimentan pero que utilizan como repelentes naturales, estas sustancias son tóxicas o de mal sabor y hacen que sus heces y su capullo sean igualmente de mal olor y sabor ante sus posibles depredadores (por ejemplo las heces de Criocerinae y Cassidinae poseen saponinas que son buenos repelentes). Por su parte, los adultos han ideado otras formas de evadir ser presas, así por ejemplo todos los miembros de la tribu Alticini tienen sus patas traseras modificadas casi como las de un grillo, lo cual les permite brincar grandes distancias y a grandes velocidades. Otros excretan (ya sea por su abdomen o por las mandíbulas) sustancias irritantes, con mal olor o sabor y que incluso pueden ser tóxicas (Flowers, 2003). El uso defensivo de material fecal en visto en varios grupos, sobre todo en los Cassidinae (Cassidini e Hispini) y en Criocerinae. Los últimos dos grupos simplemente depositan el excremento en el dorso de sus cuerpos, mientras que las larvas de los Cassidini (llamados comúnmente “escarabajos tortuga”) están provistos con una proyección alargada en su cuerpo que se levanta desde la parte ventral del abdomen. Esta proyección la logran construir gracias a que el diseño de su sistema excretor les permite la construcción de una "sombrilla" fecal maniobrable que se sostiene sobre su cuerpo. Este escudo fecal puede elaborarse mientras la larva se está formado y a éste se pueden incorporar las exubias. Las hembras de la mayoría de los grupos cuyas larvas son folívoras, ponen sus huevos directamente en sus plantas hospederas. Normalmente las hembras ponen estos huevos en grupos pequeños y a veces con una capa de material fecal a manera de “techado” el cual agregan para la protección de éstos. En algunas especies las larvas se entierran cuando van a pupar, para lo cual pueden formar un "capullo", en otros casos la larva se transforma en pupa “al desnudo” y permanece junto a su planta hospedera. Por su parte, las larvas "porta casas" de Cryptocephalinae y Lamprosomatinae viven en una variada forma de casas que ellos construyen con material fecal y a veces con cáscaras y restos de verduras. Las hembras adultas de Cryptocephalinae capturan cada huevo que ponen con la tibia posterior y lo sostiene en un bolsillo en forma de fosa que tienen en el último ventrito. Un juego especializado de placas rectales esclerotizadas (endurecidas) llamado el "kotpresse", es el encargado de comprimir pedazos de su material fecal en forma de plaquitas las cuales se adhieren a la superficie de los huevos. Cuando nacen las larvas y conforme crecen, agrandan dicho casco fecal agregando su propio material fecal. En la tribu Cryptocephalini, cuyas larvas habitan en hojas muertas y basura, la hembra simplemente pone los huevos directamente en la tierra (Arnett, Thomas, Skellev y Frank 2002). El hábito de “minador de hojas” ha sido desarrollado independientemente en unos pocos grupos de crisomélidos. Por ejemplo, las larvas de muchos Hispini son minadoras de hojas y producen manchas en forma de “caminitos” en las hojas de su planta hospedera. Las larvas minadoras pueden salir de una hoja y entrar en otra incluso antes de completar su desarrollo larval, el cambio de larva a pupa ocurre dentro de la hoja (en las galerías o “minas.”) Algunas larvas de la tribu Alticini también son minadoras y pueden pasarse de una hoja a otra antes de completar su desarrollo, cuando logran esto terminan su excavación o “mina” y es en la tierra donde pasan del estado de larva a pupa. Las larvas de la subfamilia Eumolpinae son subterráneas al igual que muchas especies de la subfamilia Galerucinae. Éstas viven bajo la tierra cavando en las raíces, o minando bajo la piel de las raíces y tallos del subsuelo. Las hembras de Eumolpinae ponen sus huevos en el material vegetativo de la planta que está sobre la tierra (hojas, flores, tallos); las larvas recién salidas de los huevos se dejan caer y entran en la tierra. En la subfamilia Galerucinae, la hembra pone los huevos en la superficie de la tierra, muy cerca de la planta hospedera. La longitud del ciclo de vida puede variar grandemente dentro del grupo Chrysomelidae. Algunas especies probablemente tienen sólo una generación durante todo el año, mientras que otras pueden tener dos o más generaciones. Para la mayoría de Crisomélidos el tiempo gastado en las fases inmaduras generalmente es muy corto. Por regla general los Crisomélidos son Ovivíparos; sin embargo algunos son vivíparos y otros ovovivíparos (Arnett, Thomas, Skellev y Frank 2002). 2. La conservación de los insectos: En un plan general de manejo de un área protegida se incluyen y justifican los recursos que ésta pretende conservar, pero ¿incluyen a los insectos? ¿porqué hay que conservarlos?. Para responder a esta pregunta primero hay que saber que existen varias áreas de interrelación hombre-insecto y que la importancia de esta interrelación aún no se ha establecido por completo. De todas las especies de insectos conocidas hasta el momento (alrededor de 950 000) sólo 200 de ellas son realmente plagas serias y tienen un impacto enorme al causar las pérdidas de al menos el 30% de todas las cosechas mundiales. Actualmente se estima que el número de plagas de insectos potenciales ronda las 10 000 especies, lo cual es tan sólo el 1% del total de especies descritas. Aparte de esto son vectores de graves enfermedades algunas incluso mortales (malaria, dengue, leishmaniosis, enfermedad del sueño, enfermedad de Chagas entre otras) lo cual coloca a los insectos en una importante posición a nivel médico y veterinario (Martín, 1997). Hay una gran dificultad para percibir la importancia de los insectos en los procesos y dinámica de los ecosistemas, pero aún así, los planes de conservación de la biodiversidad deben tomar en cuenta las necesidades de supervivencia en términos de funcionamiento ecológico, del conjunto de la biota terrestre incluyendo al Homo sapiens y a los insectos, que son el componente más importante de los ecosistemas terrestres aún cuando la funcionalidad de la mayoría de especies es completamente desconocida. Los insectos no tienen mucho que ofrecer al hombre (a excepción de la miel y algunos tintes), esto junto a su tamaño pequeño, su esqueleto quitinoso y la gran variabilidad de sus poblaciones los hace poco atractivos (Martín, 1997). Sus funciones dentro de los ecosistemas (“servicios ecológicos”) son básicamente el ser predadores, parasitoides, polinizadores, recicladores de nutrientes y de materia orgánica, razones por las cuales los debemos conservar. Además, al proteger a los insectos nos estamos asegurando la conservación de los hábitats y paisajes donde ellos viven tomando en cuenta que las poblaciones de éstos migran en respuesta a las modificaciones del paisaje, en respuesta a cualquier modificación biótica (patógenos) o abiótica (clima), debido a esto, la variabilidad poblacional de los insectos cambia de categoría constantemente incluso más rápidamente que las plantas, de manera que los insectos se deben conservar aún cuando su valor económico aún se está por establecer (Samways, 1993 y 1994 citado por Martín, 1997). II. JUSTIFICACIÓN DEL TEMA. El término biodiversidad se refiere a la variabilidad de todas las formas de vida que se desarrollan en un lugar determinado y Costa Rica está en uno de los primeros lugares a escala mundial en cuanto a diversidad biológica se refiere, pues cuenta con alrededor de un 4% del total de las especies de seres vivos que hay en el mundo, a pesar de que su superficie representa el 0.03% de la extensión mundial (Obando, 2002). Según las estimaciones de los especialistas, en el mundo pueden existir entre 13 y 14 millones de especies de seres vivos, de lo cual únicamente se conoce el 10%. Debido a su enorme diversidad, los microorganismos, bacterias e invertebrados son los grupos menos conocidos, tomando en cuenta que solamente la Clase Insecta comprende un poco más de 950 000 especies (el 70% de todas las especies que habitan nuestro planeta) (Obando, 2002). Otros autores (Erwin, 1991 citado por Lobo y Martín, 1993) afirman que la cantidad de especies existentes en el mundo puede llegar incluso a los 30 millones y que debido a las actividades humanas cada año se extinguen más de 17 000 especies (Wilson, 1988 citado por Lobo y Martín, 1993), lo cual hace urgente replantearse la metodología taxonómica encargada de confeccionar el inventario de la biodiversidad y conocer las causas de tal riqueza biológica, con lo cual quienes tienen asignada la difícil tarea de hacer compatible la creciente demanda humana de recursos naturales y la protección del ambiente tengan un mejor criterio de decisión (Lobo y Martín, 1993). Con lo que se conoce hasta el momento, en Costa Rica se estima que existen un poco más de 500 000 especies, de ellas 366 000 corresponden al Filo de los Artrópodos (arañas e insectos entre otros). Sólo en insectos se espera un total de 360 000 especies (70% de la biodiversidad esperada), sin embargo solamente 87 000 de ellas se han descrito y el mayor porcentaje corresponde a los insectos (70%) (Obando, 2002). De todas maneras, tomando en cuenta únicamente las especies descritas hasta la fecha, dos de cada cinco organismos vivos son insectos. Si el número total de especies de organismos vivos alcanzase solamente los 10 millones, la proporción 2:5 se incrementaría en 4:5, pero probablemente menos del 10% de los insectos se han descrito formalmente con un nombre científico (Samways, 1993 citado por Martín, 1997), lo cual implica que cuando hablamos de extinción de especies y pérdida de biodiversidad nos referimos casi por completo a los insectos y otros grupos como los ácaros, anélidos y hongos. Es muy difícil documentar con precisión la extinción de muchas especies particularmente de insectos que aún no están descritas. El problema taxonómico es un verdadero paradigma: sabemos que el diámetro de la Tierra es 12 742 Km., que la cantidad de estrellas presentes en la Vía Láctea es aproximadamente 1011 , sabemos también que en un virus hay una cantidad de genes de 10 en el fago X174 y que la masa de un electrón es 9,1x1028 gr. , pero aún no sabemos exactamente (ni siquiera en orden de magnitud) cuántas especies de organismos habitan junto a nosotros en la Tierra (May, 1986, 1988, 1989, 1990b, 1992 y Hammond, 1995 citados por Martín, 1997). Por otro lado, las medidas de la diversidad de cualquier tipo tampoco nos dicen nada acerca de las relaciones funcionales de cada organismo y cada especie dentro del ecosistema ni de la respuesta a las condiciones cambiantes del medio. El fondo del problema es la pérdida global de la biodiversidad, no es sólo qué hay y dónde está, sino también qué están ocasionando los cambios a pequeña y gran escala en la superficie y en la atmósfera del planeta. Hay dos puntos diferentes de vista sobre la equivalencia funcional: 1. Cada especie en el ecosistema juega un papel importante de manera tal que la desaparición de cada especie debilita la integridad del ecosistema (“Hipótesis de Remache”), en donde se compara cada especie con los remaches de los antiguos aeroplanos: a medida que el avión pierde remaches, aumenta el peligro que su estructura se debilite hasta no poder funcionar, lo cual, ecológicamente traducido equivale a decir que cada especie ocupa un nicho ecológico único e irremplazable. 2. El ecosistema se compone de grupos funcionales parcialmente redundantes cada uno con especies ecológicamente equivalentes, de manera que se pueden perder especies sin que se resienta el ecosistema en conjunto (“Hipótesis de las especies redundantes”) (Martín, 1997). La enorme diversidad biológica con que hoy contamos es el resultado de millones de años de evolución, tiempo durante el cual han ocurrido fenómenos de extinción, migración y aparición de nuevas especies incluyendo la nuestra, y aunque la extinción se considera como un evento natural de la evolución de la vida en la Tierra, el ser humano es el causante de aumentar la tasa de extinción natural (0,2 a 2 especies por año) hasta en un 50 y 100% (Watson et al., 1995, 2). Muchas especies en el mundo están amenazadas y en peligro de extinción. Para algunos grupos de vertebrados y plantas (que como ya mencioné son los más estudiados hasta el momento), un 5 al 20% de su total de especies identificadas están amenazadas ó en peligro de extinción. Una enorme cantidad de especies que aún se desconoce (especialmente del grupo de los insectos) desaparecerán antes de tan siquiera intentar su identificación y conocer sus “servicios ecológicos” (Martín, 1997). Hay varias razones por las que los biólogos y taxónomos estamos interesados en medir o inventariar la biodiversidad, pero tres de las principales son: 1. La diversidad es un concepto intelectualmente muy atractivo que sigue suscitando un considerable debate. 2. Con frecuencia se acostumbra pensar que las medidas de la biodiversidad son buenos indicadores del estado de salud de los ecosistemas y 3. La diversidad es un tema central en la biología (Martín, 1997). Independiente del problema científico-conservacionista que plantea el estudio de la biodiversidad, la diversidad entomológica complica aún muchos de estos problemas, especialmente desde el punto de vista metodológico. El estudio de los insectos evidencia muchas ficciones conservacionistas y no parece aportar soluciones a corto plazo, debido a que frecuentemente los insectos se excluyen de los estudios sobre Conservación de Áreas y Especies, pero hay que recordar que el ser humano está dañando la estructura de la diversidad en la Biosfera y que los insectos son el componente mayoritario de esta biodiversidad. En consecuencia, desde el punto de vista científico no se ve con buenos ojos el hecho de que se excluya a los insectos de los análisis sobre el reparto geográfico, evaluación y conservación de la biodiversidad, pues generalmente constituyen la fracción más importante de la diversidad de un territorio (Martín, 1997). Si vemos la diversidad como una propiedad de los seres vivos y por lo tanto algo más que el número de especies en un tiempo y lugar determinado entonces debemos buscar la forma de medirla, pues sin una cuantificación de la diversidad biológica no se puede movilizar una ciencia seria y rigurosa como la Biodiversidad, además, frecuentemente se necesitan aproximaciones metodológicas (medidas) para dar solución a problemas de esta índole. Así, para establecer una red de reservas naturales que alojen la mayor diversidad en el mínimo número de áreas protegidas se necesita de medidas de diversidad espacial y aproximaciones que combinen la información filogenética y biogeográfica. En cambio, para investigar la importancia funcional de una o varias especies en un ecosistema degradado, en franco retroceso ó con especies en peligro de extinción, tal investigación debe dirigirse a conocer las relaciones funcionales de las especies en el seno del ecosistema y así averiguar cuál es el estado de los procesos ecológicos que tienen lugar y si se pueden aplicar medidas que permitan la inversión del proceso de regresión hasta que se restaure las interrelaciones funcionales originales (Martín, 1997). La falta de conocimiento sobre el estado de las poblaciones silvestres y sus hábitats así como la condición de los ecosistemas naturales y los procesos ecológicos y evolutivos que estos resguardan, han impedido que con los debidos criterios técnicos se dé el oportuno manejo “in situ” de la vida silvestre tanto dentro como fuera de las áreas silvestres protegidas. (Según Martín, 1997, el conocimiento de la distribución geográfica de las especies de insectos es esencial para tomar decisiones sobre su conservación). Esta falta de información ha implicado tanto el desconocimiento del estado y la condición en que se halla la mayoría de las poblaciones de flora y fauna silvestres y sus hábitats principales así como la relativa poca experiencia local para el manejo “in situ” de la vida silvestre, pues la tradición conservacionista costarricense se fundamenta sobre todo en la capacidad administrativa, relegando las prácticas de intervención directa (manejo “activo” de los recursos) a un segundo plano (esto es lo que los biólogos de la conservación denominan el paradigma del “laisser-faire” o del “dejarlo todo en manos de la naturaleza”) (Calvo, J.J.; Madrigal, E. y Rodríguez, J., 2003). Junto a esta situación existe poca capacidad y experiencia institucional tal como recurso humano calificado, presupuesto operativo disponible, infraestructura adecuada y otros más que garanticen el adecuado monitoreo y manejo de las poblaciones silvestres y sus hábitats con fines de conservación. Esta situación es aún más seria en las propiedades privadas que están fuera del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC). Además, la poca experiencia y capacidad institucional se revierte en la restauración de ambientes alterados dados los altos costos económicos y prolongados períodos de seguimiento que tal práctica implica. Estas limitantes chocan de frente con la cultura cortoplacista de la institucionalidad costarricense, en lo que a planificación y priorización de inversiones se refiere (Calvo, J. J.; Madrigal, E. y Rodríguez, J., 2003). Este problema es aún mayor, al tomar en cuenta que los criterios de la biología de la conservación no se incluyeron en el trazado original y diseño de los límites de las áreas silvestres protegidas, por lo cual es frecuente encontrar dentro de ellas algunos problemas como el aislamiento (paisajes funcionales fragmentados); un tamaño pequeño que no garantiza la supervivencia de las poblaciones de especies nativas y migratorias a largo plazo (requerimientos mínimos de hábitat, considerando migraciones estacionales, sitios de alimentación, reproducción y refugio) y el efecto de borde o influencia del entorno intervenido por el ser humano y otras especies introducidas, lo cual se refleja en el tamaño y en la forma irregular de dichas áreas protegidas. Según la Estrategia de Manejo del Ministerio del Ambiente y Energía para el año 2003, la investigación dentro de la institución ha carecido de una posición relevante. Fue hasta el año 2000 que se formuló una estrategia en donde se presentaron las acciones y se priorizaron los temas que cada Área de Conservación debía seguir. Sin embargo si se pretende valorar, hacer uso racional o conservar la vida silvestre (objetivos muy claros de la investigación dentro de las Áreas Protegidas) es necesario atacar algunos problemas que se han detectado tales como: La investigación es dispersa y poco aplicada, pues normalmente responde a las prioridades e intereses particulares de centros de investigación, de enseñanza superior o de investigadores independientes. Hay poco personal capacitado en los campos de Vida Silvestre, bioprospección y manejo de material genético entre otros. Baja capacidad institucional para la coordinación de las investigaciones científicas tales como la supervisión, control, seguimiento, priorización, divulgación y no uso de la información para la planificación. Sistemas de información inaccesibles, fragmentados, dispersos, desactualizados, en otros idiomas o fuga de información. Poco material didáctico y de extensión. Los costarricenses en general asignan poco valor a los recursos de la vida silvestre. Poca o ninguna divulgación investigativa. Escasos programas de Educación Ambiental. La mayoría de profesionales en el área de la biología y afines, hacen sus estudios o prácticas con mucho énfasis en las plantas o animales que tienen grande o mediano tamaño, ya que son más vistosos y atractivos a simple vista y porque se puede estudiar con mucho mayor facilidad sus hábitos ecológicos que un ser vivo de menor tamaño como por ejemplo un insecto. Aunado a todo esto, durante más de un siglo las recolecciones hechas con ligereza y sin planificación han constituido la base de la mayoría de los inventarios tropicales (Reid, Laird, Meyer, Gámez, Sittenfeld, Janzen, Gollin y Juma,1994). En contraste con ello, esta investigación se sitúa en un sólo lugar (un kilómetro a la redonda de un punto establecido: el Centro Ambientalista Valle del Silencio, conocido en adelante como “El Refugio”) para garantizarse que los muestreos se tomen durante todo el año y que se puedan recolectar especies que solo se capturan durante ciertos meses o épocas (períodos seco y lluvioso). Resultado de esto es la familiarización con la flora y la fauna que se encuentra en un bosque de altura como el del Valle del Silencio. Además, al realizar esta investigación se adquiere un conocimiento sustancial de primera mano sobre la historia natural y el comportamiento de las especies, que el INBio y otros administradores de la biodiversidad empiezan a aprovechar para la prospección de la biodiversidad, para la administración de la conservación, para el ecoturismo, para programas educativos, etc. (Reid, Laird, Meyer, Gámez, Sittenfeld, Janzen, Gollin y Juma,1994). De hecho, durante el desarrollo de esta investigación se recolectó mucho más material que el requerido solo para fines taxonómicos, en gran parte porque hay muchos usuarios diferentes y porque se necesitan múltiples especímenes para entender la variación en muchos de los rasgos fenotípicos de las especies. Las últimas dos décadas de la recolección intensiva en diversos lugares de Costa Rica deja ver que casi toda la fauna de un hábitat importante se puede encontrar eventualmente en un único sitio, con la condición de que dicho sitio se estudie durante todo el año y por varios años (Reid, Laird, Meyer, Gámez, Sittenfeld, Janzen, Gollin y Juma,1994). El monitoreo a un año plazo realizado en esta investigación es la base principal para un inventario, cuyo propósito es lograr una nomenclatura taxonómica de la biodiversidad existente en Costa Rica, en nuestro caso en los bosques de altura, y llegar a una idea preliminar de dónde y cuándo se pueden encontrar las diversas especies y grupos. A su vez, el inventario constituye el primer paso para acumular suficiente información de la historia natural, para poder usar la biodiversidad sin destruirla. Escogí trabajar con insectos desde que cursaba el segundo nivel en el Colegio Técnico Profesional de Platanares en Pérez Zeledón; con ayuda de un profesor (Sr. Ramiro Prado) hice mi primera colección y exposición para el grupo de la clase y posteriormente para toda la población estudiantil y profesores de aquella época. Consistía en una serie de insectos tan variados como pude encontrarlos montados en alfileres de los que mi mamá usaba en la costura. Tres años más tarde, mientras estudiaba en la universidad, ingresé a trabajar como Parataxónomo en el Instituto Nacional de Biodiversidad donde tengo cuatro años de trabajar tanto haciendo colectas de insectos en el campo y tomando datos de historia natural como en el laboratorio, donde se le da un proceso de montaje e identificación a cada espécimen. Así que la idea de hacer mi Práctica Dirigida en este tema nació hace bastante tiempo ya. Los insectos tienen un comportamiento muy variado y debido a su tamaño corporal tan pequeño muchas veces no les damos la atención merecida. Se nos olvida que en cantidad de individuos ellos nos ganan a nosotros y que el Homo sapiens es sólo una especie más en todo el variado ecosistema, que tanto ellos como nosotros y cada una de las demás especies juegan un papel muy importante y específico en cada caso, y que si alteramos la presencia de una especie sin conocer sus relaciones con las demás, estaremos rompiendo lazos muy estrechos de interacción intra e ínter específica, lo cual llevará a la postre que surjan especies que se reproduzcan en una cantidad muy grande y que consumen por lo tanto grandes cantidades de alimento, en donde puede estar incluido el alimento que nosotros creemos nuestro porque lo sembramos o almacenamos. Aunque la especie humana no se considere así misma como una plaga, sí lo es para otras especies a las cuales está afectando en muchas maneras. Si vemos a nuestro alrededor nos damos cuenta que día a día crece nuestra familia, nuestra comunidad y la población en el mundo entero, y el alimento es escaso cada vez más (y no se debe únicamente a que hay una mal repartición de los bienes). Como si esto fuera poco, las cosechas en almacenamiento y aún en crecimiento o en plena producción son atacadas por muchas especies de insectos que no tienen un controlador biológico que los mantenga bajo el umbral de existencia óptimo donde aún no es plaga, pero al no encontrar ninguna barrera que los detenga entonces se multiplican y alimentan a gran velocidad, causando así grandes pérdidas económicas y afectando por ende la disponibilidad de alimento para nuestra especie y otras más. Pero esto sucede únicamente en los lugares más alterados ecológicamente hablando. Incluso las fincas que están en los bordes de los bosques y montañas tienen una influencia muy baja de plagas, tal es el caso de las fincas de producción de naranja dulce plantadas en las orillas del Volcán Orosí y su sistema montañoso: los controladores biológicos que hay en estos bosques hacen que los costos de producción de la naranja dulce bajen hasta en un 40% en algunos casos debido a que ya no hace falta la aplicación de insecticidas o plaguicidas. Por este motivo, los productores de naranjas han decidido reforestar en los alrededores de sus plantaciones de naranja (Flowers, 2003). Este es sólo un ejemplo de lo que puede hacerse cuando se conoce o se estudian las poblaciones ecológicas y sus interacciones que hay en cada lugar, con lo cual salen beneficiados todos: el hombre no pierde sus cultivos, el controlador biológico tiene qué comer y la especie controlada no se extingue del todo sino que se mantiene pero en una cantidad tan pequeña que no causa mayores daños. Para conocer éstas y otras relaciones es necesario ir primero a los lugares vírgenes aún no alterados a estudiar las relaciones ecológicas y las cadenas alimenticias originales, antes que el hombre haya dejado su huella. Así podremos entender mejor cada ser vivo que nos rodea y conociendo lo que come cada especie y quién se come a quién, tendremos un futuro agro ecológico muy seguro. Entre las plagas más letales que arrasan con grandes plantaciones de cultivos están las larvas de Lepidoptera y las larvas y adultos de algunos Coleópteros, especialmente los de la familia Chrysomelidae y Curculionidae, sin embargo, este último grupo es demasiado grande y el tiempo destinado a esta práctica no daría abasto para trabajar con él, por lo que lo más conveniente es trabajar con la familia Chrysomelidae, de la cual hay bastante información por lo menos para la identificación de cada espécimen. El estudio de los géneros y especies de Crisomélidos que habitan en el Valle del Silencio, así como su identificación y datos de historia natural brindan información muy interesante desde el punto de vista taxonómico, pues permitirá conocer algunos de los hábitos alimenticios, épocas en que aparece cada especie, microhábitats que frecuentan y otros detalles que puedan ayudar en el inventario de las poblaciones de Chrysomelidae en zonas de altura de Costa Rica, hacer comparaciones con otros sitios geográficos donde se encuentren las mismas especies y tener una idea del papel que desempeña cada una de estas especies incluso en el control de malezas. El Valle del Silencio recibe la influencia de los vientos que provienen de ambas vertientes (Caribe y Pacífico) por lo que su biodiversidad y endemismo es muy elevada (y más aún si tomamos en cuenta que está en el corazón del Parque Internacional la Amistad), pero a la vez, el Valle del Silencio es uno de los sitios menos estudiados en el PILA en lo que a entomofauna se refiere. El Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio) ha organizado varias giras con el grupo de Parataxónomos del Área de Conservación la Amistad Pacífico; en cada una de las cuales se han descubierto un promedio de 6 especies nuevas por gira, pero aún falta mucho por hacer en el campo ya que las colectas hechas hasta el momento han sido esporádicas y en el transcurso del año hay muchas variaciones en el ciclo de vida de los insectos, lo cual ha sido poco monitoreado, por lo que es muy posible que al culminar este trabajo se hayan descubierto nuevos reportes de especies para la ciencia, con lo cual veré compensado el esfuerzo de mi trabajo y más que justificado el desarrollo de esta Práctica Dirigida. III. OBJETIVOS. a-) General: Hacer un inventario preliminar de las especies de Chrysomelidae (Coleoptera) que habitan en el Valle del Silencio b-) Específicos: Realizar una descripción física general de las especies de Chrysomelidae que habitan en el Valle del Silencio. Identificar los géneros y en la medida de lo posible las especies de Crisomélidos que habitan en el Valle del Silencio. Describir de manera general algunas interacciones entre los Crisomélidos y sus hospederos en el Valle del Silencio. Distinguir los microhábitats más comunes de los Crisomélidos del Valle del Silencio. Establecer las épocas del año en que aparecen y se encuentran en el Valle del Silencio cada una de las especies de Chysomelidae. Hacer una colección de Crisomélidos del Valle del Silencio debidamente montados y procesados la cual se conservará en el Instituto Nacional de Biodiversidad. IV. DESCRIPCIÓN DEL SITIO. 1. Antecedentes del Parque Internacional la Amistad. El Parque Internacional la Amistad se localiza en la Cordillera de Talamanca, en el sureste de Costa Rica y continúa en el noreste Panameño por 207 000 hectáreas más. Fue establecido mediante Decreto Ejecutivo el 4 de febrero de 1982 con una extensión (en Costa Rica) de 194 129 hectáreas, que en ese momento correspondía a un 50% de la superficie total que para entonces protegía el Sistema de Parques Nacionales de Costa Rica (Plan de Manejo, PILA). El Parque Internacional la Amistad (PILA) es considerado el Área Protegida con mayor diversidad biológica del país tanto por su amplio rango latitudinal (se encuentra entre los 9º y 10º Latitud Norte y 82º 45’ y 83º 30’ Longitud Oeste), fuertes cambios climáticos y gran variedad de suelos como porque es el Área Protegida donde se mantiene la masa de bosque lluvioso natural y virgen más grande de Costa Rica (3,68% del territorio nacional) y porque es una de las Áreas Protegidas más grandes de Centroamérica; estos aspectos hacen posible la presencia de muchos micro hábitat con ecosistemas muy variados, además de un alto endemismo (Esquivel, 1992). Según la clasificación de zonas de vida de Holdridge (1979), en Costa Rica se encuentran representadas 12 zonas de vida3 y 7 zonas transicionales altitudinalmente agrupadas en cinco pisos: trópico basal, premontano, montano, montano bajo y subalpino. En el PILA están presentes 7 de esas zonas de vida y 6 de las zonas de transición, lo cual pone a Costa Rica como un puente biológico entre Norte y Sur América, se calcula con esto que de cada 100 especies de animales y plantas que existen en Costa Rica, 60 ó 70 están presentes en Parque Internacional la Amistad (Plan de Manejo, PILA). El PILA fue denominado Sitio de Patrimonio Mundial Natural y además, al formar parte de la Cordillera de Talamanca (la cual en agosto de 1982 fue declarada Reserva de la Biosfera la Amistad por la UNESCO), se constituyó en el área núcleo de la Reserva de la Biosfera de la Amistad4 que conserva vivos e intactos numerosos ecosistemas, lo cual tiene un alto valor tanto desde el punto de vista científico, como de la conservación y la belleza escénica. La masa boscosa protegida en el PILA es señalada como un ecosistema forestal crítico por el documento “Bosques Tropicales: un llamado a la acción”, que fue preparado conjuntamente por el World Resources Institute, el Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Este documento considera al PILA como una de las prioridades de acción para Costa Rica. Al mismo tiempo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en su documento “Programa de Acción Forestal en los Trópicos” recomienda la protección del Parque Internacional la Amistad como parte de una acción global de 3 Bosque Húmedo Tropical, Bosque muy Húmedo Tropical, Bosque muy Húmedo Premontano, Bosque Pluvial Premontano, Bosque muy Húmedo Montano Bajo, Bosque Pluvial Montano Bajo, Bosque Pluvial Montano y Páramo Pluvial Subalpino. 4 El PILA forma parte de la Reserva de la Biosfera la Amistad (RBA) conjuntamente con los Parques Nacionales Chirripó, Tapantí - Macizo de la Muerte, Barbilla, la Reserva Biológica Hitoy Cerere, la Reserva Forestal Río Macho, Zona Protectora Tablas, el Jardín Botánico Robert y Catherine Wilson y Las Reservas Indígenas Talamanca, Tayni, Telire, Chirripó, Ujarrás, Salitre y Cabagra. conservación de ecosistemas tropicales. Por otra parte, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos Naturales, en su Programa de Bosques Tropicales asigna al PILA una gran prioridad en América Central (Plan de Manejo, PILA). Se sabe que la biodiversidad en el PILA es muy grande, sin embargo existe un gran vacío de información en cuanto a fauna se refiere. Según los datos suministrados por el Museo Nacional, en aves los registros tomados en cuenta constan de un total de 139 especies agrupadas en 110 géneros correspondientes a 35 familias, por lo que en el PILA están representadas cerca del 16% de las especies de Costa Rica (Arias, E. 2001). El PILA le da protección a 21 especies en peligro de extinción. En cuanto a mamíferos, de las especies registradas en los catálogos del Museo Nacional, 16 de ellas aparecen incluidas en alguna categoría especial de amenaza tanto por el MINAE, como por el CITES y la UICN. Especies que se protegen dentro del PILA como el jaguar (Pantera onca), el mono colorado (Ateles geoffroyi), el Tapir o Danta (Tapirus bairdii) y el oso caballo u oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactila) son de gran importancia ya que aparecen registradas en las tres listas. Otras especies amenazadas que se protegen en el PILA son el águila arpía (Harpia harpyja), el quetzal (Pharomachrus mocinno) y alrededor de 50 especies que tienen poblaciones reducidas actualmente tales como el tepezcuintle (Cuniculus paca). Un grupo de mucho interés es el de los insectos, según datos registrados en el Sistema de Información Atta del Instituto Nacional de Biodiversidad, hay 14 especies endémicas que sólo han sido colectadas dentro del PILA (de las cuales una es de la familia Chrysomelidae: Charidotella semiatrata) y cerca de 60 especies nuevas para la ciencia colectadas en el PILA (una de ellas es de la familia Dryophthoridae: Rodobaenus tenorio, comúnmente conocidos como Picudos o Gorgojos, la cual fue colectada en el Valle del Silencio y dedicada a Róger G. Tenorio, quien realiza esta investigación) y otras 170 especies que solo se han colectado en la región de Talamanca, de las cuales 9 son de la familia Chrysomelidae: Cephaloleia vicina, Charidotella irazuensis, Charidotella semiatrata, Labidomera suturella, Lema plúmbea, Metrionella placans, Microctenochira costarricensis, Stilodes quadristriata y Stolas illustris (Atta, INBio, 2002). De acuerdo al cuadro 1, un total de 40 especies entre plantas, coleópteros, moluscos y macro hongos son endémicas del PILA, mientras que alrededor de 60 nuevas especies para la ciencia han sido colectadas en esta Área Protegida, 37 de ellas específicamente en el Valle del Silencio, lo cual demuestra parte de la enorme diversidad que alberga el Parque Internacional la Amistad y dentro del él: el Valle del Silencio. Cuadro 1. Especies colectadas únicamente en el PILA. Endémicas del PILA Plantas 14 Macro hongos 2 Coleoptera 14 Moluscos 10 40 Total Fuente: Sistema Atta del Instituto Nacional de Biodiversidad. Nuevas para la Ciencia colectadas en el PILA 23 1 36 60 La mayor parte de ésta Área Protegida está cubierta por bosques muy húmedos, pluviales y nubosos en su mayoría compuestos por inmensos robledales (Quercus bumelioides y Q. costarricensis) de los cuales cuelgan cientos de epifitas incluyendo la lana, también son comunes los helechos arborescentes de más de dos metros de altura (Cyathea sp) (ver Figura 1); existen también regiones coronadas con picos y macizos donde hay ciénegas frías y páramos subalpinos: los de mayor altura de toda Centroamérica. Figura 1. Helecho arborescente (Cyathea sp.). Fotografía: Róger González, 2003. 2. Antecedentes del Valle del Silencio. La Cordillera de Talamanca divide el Parque Internacional la Amistad en Costa Rica en dos sectores: el Pacífico y el Atlántico, que corresponden a las Áreas de Conservación la Amistad Pacífico, con una extensión de 24 253.2 ha. (13%) y la Amistad Caribe con una extensión de 168 415.88 ha. (87%) respectivamente (Arias, E. 2001). El Valle del Silencio está conformado por terrenos poco inclinados que dan formación a una especie de planicie en medio de las estribaciones de la Cordillera de Talamanca (Ver Figura 2). Figura 2. Vista parcial del Valle del Silencio. Fotografía: Róger González, 2003. Se encuentra localizado dentro del Área de Conservación Amistad Caribe, pero es la Amistad Pacífico quien lucha y vela por su mantenimiento y protección, por lo que para fines de este trabajo se manejará como si fuera parte del ACLA-P. Esto se debe a que el territorio de este parque que se encuentra en el lado Caribe está rodeado por reservas indígenas o grandes extensiones de bosque que hacen muy difícil el acceso desde esta zona, por lo que la principal puerta de entrada al PILA (y por ende al Valle del Silencio) es precisamente la Estación Altamira, donde está el Área Administrativa de éste Parque Nacional5. 5 También se puede llegar por Limón, desde donde se continúa hacia el sureste hasta la comunidad de Bribri, distrito central del cantón de Talamanca, en este trayecto se puede ingresar al PILA a pie o a caballo por sitios como la Zona Protectora Río Banano o por el sector del Valle la Estrella o la Reserva Biológica Hitoy Cerere. Si se continúa de Bribri hacia el sur se llega hasta el Valle de Talamanca (Telire), desde donde se puede caminar hasta San José Cabécar o Para llegar hasta el Valle del Silencio hay que desplazarse hasta Paso Real, sobre la Carretera Interamericana Sur y desviarse camino a San Vito de Coto Brus durante 15 Km. hasta llegar al poblado de Las Tablas, de donde se toma otra desviación por un camino de 20 kilómetros sobre lastre el cual conduce hasta el pueblo de Altamira, donde está la Estación Biológica y Puesto Operativo. Es aquí donde nace el sendero que conduce hasta el Valle del Silencio, el cual tiene una distancia de 13.8 Km., para una duración promedio de recorrido de 8 horas a pie (no se permite el ingreso de caballos). El Valle del Silencio está ubicado entre los 2 450 y 2500 m.s.n.m. en el sector caribe costarricense de la Cordillera de Talamanca. El bosque nuboso está dominado casi en su totalidad por robles (Q. bumelioides y Q. costarricensis) que llegan a medir hasta 40 metros de altura (Ver Figura 3). De ellos cuelgan cientos de bromelias (Werauhia ororiensis)(Mez) L.B.Sm.&Pittendr.) las cuales acumulan una gran cantidad de agua y materia orgánica en proceso de descomposición (restos de hojas, tallos, flores, frutos) lo cual crea un ambiente muy favorable para que vivan grandes comunidades de insectos que encuentran allí un lugar seguro para que nazcan y se desarrollen sus hijos. Estas epifitas cargadas de agua y materia orgánica en descomposición adquieren un peso de hasta 5 Kg. (algunas menos, otras más), y cuando en una rama conviven 10 o más de estas bromelias, sencillamente la rama no soporta tanto peso extra y se quiebra y cae al suelo, abriendo así un espacio en medio del bosque que otras plantas como la Chusquea longilligulata y Ch. amistaensis, Greigya sylvicola y G. colombiana aprovecharán para colonizar y crecer en su lugar. Este proceso natural de recolonización también se ve favorecido debido a que los robles (Q. bumelioides y Q. costarricensis) tienen sus sistemas radiculares muy superficiales y están aglomerados uniendo sus raíces entre sí, aspecto que les beneficia para sostenerse unos a otros, sin embargo es frecuente que estos inmensos árboles caigan uno encima de otro y así sucesivamente, como cuando se desliza una fila de fichas de dominós, cayendo a veces hasta 3 a 5 árboles seguidos y abriendo con esto un amplio claro en el bosque. Cachabri, que son comunidades indígenas ubicadas cerca de los límites del PILA. En el sector Caribe -dentro del PILA no hay infraestructura como Estaciones Biológicas ó puestos de control-. Figura 3. Bosque nuboso en el Valle del Silencio. Fotografía: Róger González, 2003. En el sotobosque es muy común encontrar grandes parches de bambú enano o cañuela (Chusquea longilligulata y Ch. amistaensis), (ver Figura 4) que además de ser una de las fuentes alimenticias de la danta o tapir (Tapirus bairdii) también es el alimento y el hábitat de una gran variedad de insectos, especialmente del orden Coleoptera (Familia Chrysomelidae) (Hispini), los cuales se protegen del frío, viento y depredadores entre los nudillos que forman las hojas al unirse a las ramas y tallos. Fig. 4. Parches naturales del bambú o cañuela Chusquea longilligulata y Ch. Amistaensis Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Figura 5. Piñuela (Greigya silvicola y Greigya colombiana) a ambos lados del sendero dentro del bosque en el Valle del Silencio. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Otra de las plantas típicas de la zona es una especie de piñuela (Greigya sylvicola y G. colombiana) (ver Figura 5) que junto con la palma suita (Geonoma pittieri) cubren grandes parches del sotobosque. A veces aparece el helecho macho (Pteridium sp) en lugares abiertos o intervenidos. En la antigua zona de campamento y en algunos otros sitios aparece en forma natural un repollito de hojas puntiagudas y verdes que forma grandes cepas: se trata de Paepalanthus costarricensis (ver Figura 6). Ya mas arriba, a mitad del sotobosque crecen otras plantas como los helechos arborescentes (Cyathea sp) y el palmito morado (Phestodea acuminata). Figura 6. (Paepalanthus costarricensis) . Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. V. METODOLOGÍA. El desarrollo de esta investigación sustenta sus bases en la observación directa de los Crisomélidos, así como los micro ambientes en los cuales se colectaron los especímenes y la interacción entre éstos y su entorno, para lo cual se escogió una parcela demostrativa del sitio que tiene una extensión de 1 Km2 y que tiene como centro el Refugio o Centro Ambientalista Valle del Silencio, dentro de la cual se incluyen micro ambientes tales como senderos, pequeños parches de vegetación natural enana, bosque cerrado de gran altura y orillas del Río Terbi entre otros (ver figura en la sección de anexos). Al respecto de la observación, Barrantes, 2002 dice lo siguiente: “la observación depende del contexto en que se desenvuelve, del entorno que condiciona el fenómeno observado”... de manera que la observación en este caso depende de variables tales como la metodología empleada para colectar los Chrysomelidae (o sea, los tipos de trampas ó técnicas de colecta), el número de trampas instaladas, la cantidad de tiempo que se mantuvo instalada cada una de las trampas y el lugar específico que se escogió para instalar cada una de ellas. Aparte de las variables anteriormente mencionadas (que en determinado caso fácilmente podrían manipularse y quizá obtener resultados diferentes – por ejemplo puede variar la cantidad de especímenes colectados por tipo de trampa-), también las condiciones climáticas del sitio de la investigación inciden directamente en el número de especies colectadas y la cantidad de especímenes colectados por cada especie y este es un factor al cual la investigación debe amoldarse. Las condiciones topográficas de la zona (Valle del Silencio) propician un ambiente en donde el tiempo atmosférico cambia constantemente entre despejado y con sol picante, hasta un ambiente frío, con neblina y lluvias esporádicas que con frecuencia se extienden varias horas. Esto hace que en algunos días, semanas o meses del año haya mayor actividad y presencia tanto en la diversidad de especies como en la cantidad de individuos que representan cada una de ellas. Continuando con lo que dice Barrantes, 2002 acerca de la observación...”sólo debe comunicarse lo que se observa”, por lo que para efectos de este trabajo solamente se expone lo que se logró observar durante el tiempo que se prolongó esta investigación (1 año). Expone además Barrantes, 2002 que...”la observación es uno de los medios más importantes para llegar a comprender las cosas “tal y como son”, por lo cual debe ser fiel a la realidad”, y en este sentido, toda la información que se expone acerca del tema aquí investigado es absolutamente apegada a la realidad vivida en el medio investigativo...”todas las observaciones están unidas a lo que interesa en ese momento (en nuestro caso la diversidad de especies de Chrysomelidae en el Valle del Silencio), a este interés se le denomina “teoría”, por lo tanto, el resultado final: el inventario preliminar de las especies de Chrysomelidae del Valle del Silencio es una teoría planteada con base en la observación, la cual como plantea Barrantes, 2002... “es un buen punto de partida para la ciencia, pero ésta no es completa, pues para hacer una observación científica se debe permanecer siempre en la observación.” Así que apegada a este pensamiento, esta investigación utiliza una metodología que se ha utilizado durante más de una década y con resultados excelentes en los estudios del Inventario Nacional de Biodiversidad que realiza el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio) en Costa Rica, esperando así cumplir con las expectativas no sólo del investigador sino también del público al cual la presente obra pueda tener acceso, sin dejar de recordar que esta investigación es un inventario que se realizó durante un año y que el factor tiempo (precisamente ese año) puede influir en gran manera en los resultados obtenidos. Precisamente por este motivo a este trabajo se le denomina “Inventario Preliminar”, ya que se pretende pueda ser perfeccionado con más observación a través del tiempo ya sea por este u otro investigador. 1. Metodología de ubicación geográfica. La ubicación geográfica del sitio donde se desarrolló esta investigación está dada por medio del Sistema de Proyección Lambert Sur y se encuentra en la Hoja Cartográfica de Pittier (Hoja 3643 III) de la escala 1:50 000, la cual se incluye (solamente en el trabajo original) en la sección de anexos en la última página . Las coordenadas fueron tomadas por medio de un GPS (Geografic Posicion System) marca Magellan, modelo ColorTRAK complementado con una brújula y un altímetro marca YCM. Además las ubicaciones se complementaron con identificación de puntos claves tales como el Jardín los Sphagnum, el Jardín Natural, nacientes, ríos y cerros. 2. Metodología de colecta. La colecta de animales (en nuestro caso: insectos), plantas, hongos y cualquier otros ser vivo, así como su transporte y extracción de un lugar a otro puede ser interpretada como una actividad ilegal, y dentro de un Área Protegida esto es cacería si no se cuenta con un permiso de colecta para investigación científica (Pasaporte Científico), el cual es otorgado por el Ministerio del Ambiente y Energía mediante un documento que debe ser leído y firmado por el colector y un carné que debe portar el interesado en todo momento y mostrarlo cuando alguna autoridad competente así lo solicite, motivo por el cual esta investigación se hizo cumpliendo con tales requisitos. La metodología empleada en el desarrollo de este trabajo es muy práctica y en muchas ocasiones hay que improvisar, esto lo he comprobado durante mis cinco años de trabajo con insectos de varios órdenes, pero básicamente el plan se apega a colectar en lugares, horas y mediante técnicas específicas. Con el uso de adecuados y diversos métodos y equipos de colecta se pueden colectar especímenes de varias especies de Crisomélidos en forma eficiente y fácil, ya que aunque pueden encontrarse en varios lugares y horas del día, también es cierto que la diversidad de éstos varía con el micro hábitat y la hora, por lo que para obtener un buen inventario es necesario colectar en diversos lugares y horas del día, empleando diferentes técnicas de recolección. Un Crisomélido puede estar en una infinidad de lugares sin estar asociado necesariamente a cada uno en particular. Se les puede encontrar volando, posados sobre las hojas o bajo ellas, en los tallos de plantas o de árboles, sobre las flores o dentro de ellas, en frutos o incluso pueden estar asociados a las raíces de algunas especies de árboles y plantas. Los métodos de recolección pueden ser activos o pasivos. Los métodos de recolección activa son aquellos en los cuales hay que colectar los insectos utilizando redes, aspiradores, pinzas, los dedos o mediante cualquier otro sistema “directo”. Los métodos pasivos son aquellos en los cuales se utilizan diversos tipos de trampas para capturarlos. De esto puede concluirse que se obtienen menos cantidad de especímenes pero más información y datos ecológicos empleando un método de recolección activa que uno de recolección pasiva (Sáenz, M.R y De la Llana A.A., 1990). A continuación se describen todas las técnicas o métodos de recolección y cada una de las herramientas y equipo que se emplearon en el desarrollo de las actividades de la presente investigación. a. Equipo y métodos de recolección activa. La colecta activa es la más comúnmente usada y el equipo básico para la captura de los Crisomélidos (y de otros insectos) es el siguiente: Cámara Fotográfica Digital: se utilizó una cámara digital Nikon Coolpix 3100 para tomar Figuras en el campo, de las trampas o técnicas de colecta, del ambiente o medio donde se desarrolló la investigación y de los especímenes que se pudieron colectar, aspecto último que representa un gran reto, pues la mayoría de los insectos y en especial el grupo de los Crisomélidos tienen un sentido sensorial muy desarrollado, lo cual les permite captar cualquier movimiento o alteración en el medio donde están por más mínimo que éste sea. Muchas veces sucedió que al llegar a una planta donde estaba posado un espécimen, mientras sacaba la cámara y tomaba posición para fotografía, el insecto sentía la presencia humana y de inmediato saltaba o volaba rápidamente, escapándose, incluso de ser colectado y por ende de ser incluido dentro de los datos de esta investigación. Lápiz y rapidógrafo: se necesitan frecuentemente para tomar las notas de campo y escribir etiquetas que van dentro de cada frasquito con alcohol e insectos. En el caso del rapidógrafo, se utiliza una pluma generalmente de punta 0.2 ó 0.3 que utiliza tinta china, pues las etiquetas que van en alcohol se mantienen legibles a largo plazo. Existen rapidógrafos desechables y aquellos que se pueden recargar, éstos últimos tienen la desventaja de que su tinta suele derramarse al cambiar de un sitio de presión atmosférica baja a uno de alta presión o viceversa (por ejemplo al pasar por la ruta San José-Cerro de la Muerte-San Isidro del General) excepto si están totalmente llenos o completamente vacíos. Las etiquetas que van en alcohol también pueden hacerse con lápiz, ya que el grafito es resistente al alcohol aunque sea por un corto período. Cámara Fotográfica Mecánica: Se utilizó una Nikon FM2, modelo que tiene un lente de 50mm y que complementado con tres anillos: PK-11, PK- 12 y PK-13 permite capturar imágenes excelentes de insectos de todos tamaños. Estas Figuras se tomaron con rollos de Slides (diapositivas) que una vez revelados y enmarcados se pasan por un Scanner de Diapositiva y pueden guardarse o imprimirse. Esta cámara utilizó un Flash Vivitar 285HV Zoom Thyristor y su respectivo cable. Figura 7. Cámara fotográfica mecánica. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Rollos Fotográficos: Se utilizaron 5 rollos marca Velvia Fujichrome 35mm de 36 cuadros cada uno. Red de barrido: tiene una bolsa al estilo embudo con la forma particular de las bolsas de “chorrear café:” larga (generalmente su longitud es el doble del diámetro de la boca), ancha en la base y se hace cada vez más angosta conforme llega a su parte terminal, está hecha de tela fina, ligera y resistente (como el organdí) al roce y golpes contra la vegetación, contra la cual se pasa rápidamente en zig-zag de derecha a izquierda y viceversa conforme se va caminando. Dicha bolsa es semitransparente debido a los pequeños agujeros (similar al marquiset utilizado en las ventanas) por donde se puede ver y manipular el insecto colectado. Esta bolsa de tela tiene en el borde de su boca una platina o alambre enrollado en forma circular, el cual mantiene abierta la bolsa y además sirve como base para sujetar el mango de la red, el cual está hecho de aluminio y mide aproximadamente un metro, este mango tiene un extremo con tornillo y otro con rosca interna, de manera que un mango puede unirse a otro sucesivamente hasta formar una varilla de 5 metros o más, liviana y fácil de manipular para capturar insectos que vuelan o que están posados muy alto. En general, toda la red es desarmable y puede transportarse fácilmente a cualquier lugar. El color de la tela generalmente es blanco, pero también se utilizan colores oscuros como el verde o el negro cuando se está colectando especímenes de color claro (Monge, Gómez y Rivas, 2001). Una vez que los insectos están en el fondo de la red se pasan a un frascomorgue directamente o aún más fácil: se pasan a una bolsa plástica preferiblemente transparente y que no tenga huecos y dentro de ésta se pone el frasco-morgue destapado durante unos minutos (lógicamente la bolsa plástica debe cerrarse haciendo unos cuantos pliegues y amarrándola con un nudo), esto debe hacerse cada cierto número de barridos para evitar aglomerar muchos insectos y con esto que no se dañen entre sí. Luego de los frascos-morgues los especímenes se trasladan a la cámara húmeda (ver descripción en la pág. 37). La red de barrido tiene la desventaja que sólo puede utilizarse cuando la vegetación está bien seca, pues la humedad y el agua hacen que la bolsa de tela se empape y los insectos colectados se adhieren a su superficie, por lo que pueden perder información taxonómica importante al dañarse alguna de sus estructuras (especialmente en especímenes muy pequeños como algunos Chrysomelidae y también en Hymenoptera y Hemiptera, en cuyo caso se mojan las alas, se unen entre sí y así quedan aún luego de que están secos, con lo cual su identificación se dificulta). Figura 8. Red de barrido. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Red de Noyes: es muy útil especialmente para colectar especímenes de tamaño muy pequeño o que son de contextura frágil. Fue diseñada especialmente para capturar micro Hymenoptera (Avispas y hormigas), pero igualmente sirve para colectar otros insectos como los Chrysomelidae. La tela que conforma la bolsa red es muy resistente, pues constantemente se frota contra la vegetación. Al igual que la Red de Barrido, la Red de Noyes se utiliza durante las horas en que la vegetación está seca (sin agua de lluvia o sereno) por lo motivos ya mencionados. Esta red se sujeta del mango fuertemente y con ambas manos (es relativamente pesada y puede causar cansancio ó sofocamiento e incluso caerse), luego se frota rápidamente contra la vegetación con la abertura de la red siempre inclinada hacia arriba para evitar se salgan los insectos colectados. La bolsa de la Red de Noyes tiene una malla fina en su boca, la cual retiene la basura, hojas y otros materiales grandes con los que pudieran revolverse los especímenes, quedando éstos “colados” y listos para sacarlos, para lo cual el marco que sostiene la malla a la red se saca hacia arriba. Figura 9. Red de Noyes. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Red de golpe ó sombrereta: consiste en un retazo cuadrangular de tela blanca (o un color claro que permita ver los insectos que caigan en ella) de mas o menos 1m en cada lado, en cuyo centro hay una cruz de aluminio cuyos extremos se insertan en cada uno de los cuatro vértices del retazo de tela (Ver figura 10). Es similar a una sombrilla en forma invertida y se utiliza para ponerla bajo la vegetación verde, seca o cualquier material que se quiera golpear para que caigan los insectos que ahí hay, los cuales son recogidos con pinzas o aspirador y luego colocados en morgues o en frasquitos (viales) con alcohol al 75%. Aunque este tipo de colecta no proporciona muchos datos de historia natural, sí permite registrar las plantas hospederas donde se encuentra cada espécimen en particular, relacionando de esta manera la especie con el micro hábitat. En general, este método de colecta es muy sencillo y útil para colectar especímenes pequeños que tienen el comportamiento de dejarse caer y quedarse inmóviles temporalmente cuando se sienten amenazados, que son incapaces de volar o que simplemente quedan “aturdidos” al sacudir fuertemente la vegetación en donde estaban, lo cual se logra golpeando ó sacudiendo las ramas y el follaje con un trozo de madera “palo” o con cualquier otro recurso disponible, pues en el campo siempre hay que improvisar (Monge, Gómez y Rivas, 2001) Figura 10. Red de golpe sombrereta. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Pincel: no requiere ser muy grande pero debe ser suave y fino, con la finalidad de recoger los especímenes pequeños y delicados que generalmente caen en la sombrereta, lo cual se logra mojando la punta del pincel en alcohol o agua (el espécimen quedará adherido a la película de agua o alcohol) y luego se trasladan hacia el vial. Pinzas: en la medida de lo posible deben tratarse con mucha delicadeza pues son muy frágiles más que todo en sus finas puntas con las cuales se manipulan los especímenes. De acuerdo al modo en que terminan las puntas, las pinzas suelen clasificarse en rectas o planas y curvas. Figura 11. Pinza curva, pinza plana y pincel. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Pinceta: Se utilizan para llenar los viales ya sea con alcohol de 95%, 75% o con agua, por lo cual es conveniente mantenerlas bien identificadas con el nombre respectivo de su contenido. No es conveniente dejarlas expuestas directamente al sol, pues las que contengan alcohol se regarán. . Figura 12. Pincetas. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Viales: Son frasquitos pequeños de vidrio o plástico con tapa hermética en los cuales generalmente se transporta alcohol de 75% y donde se echan todos los especímenes pequeños y medianos para preservarlos hasta su montaje. Es conveniente hacerles etiquetas provisionales en el campo (en el momento de la colecta) donde se especifique el sitio exacto, el hospedero y la técnica de colecta, así como la fecha, el nombre ó iniciales del colector y alguna otra información que sea importante. Hay varios tamaños de viales, pero las medidas más utilizadas son las de 12, 7, 3 y 1 dram en orden decreciente. Figura 13. Viales de 12, 7, 3 y 1 dram (de izquierda a derecha) Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Cámara letal: Es un frasco de vidrio con tapa también llamado “morgue.” Contiene Cianuro de Potasio en el fondo, seguido de una capa de yeso, que en conjunto representa mas o menos el 50% del tamaño del recipiente. Estos frascos deben mantenerse bien identificados, tapados y en lugares frescos, ventilados y seguros, fuera del alcance de personas ajenas a la investigación. Es aconsejable poner dentro de estas cámaras un pedacito de papel higiénico o servilleta para que absorba la humedad y para que los insectos colectados no se rocen y maltraten entre sí. Figura 14. Cámara letal o frasco “morgue”. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Lupa y anteojo relojero: son dos herramientas muy importantes en el campo a la hora de darle una rápida identificación al espécimen antes de ser procesado en el laboratorio con el estereoscopio. Se deben cuidar de los golpes, rayonazos y de los hongos. Figura 15. Lupas y anteojos relojeros. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Bolsas plásticas: su tamaño puede variar pero se requiere que sean transparentes y cuyas medidas oscilen alrededor de 30 cm de ancho por unos 50 cm de largo, ya que se necesitan para guardar material vegetal como muestras de plantas, frutos, semillas o incluso insectos vivos. Cámara húmeda: consiste en un recipiente preferiblemente plástico y hermético o con una buena tapa dentro del cual se llevan servilletas, papel higiénico, periódico o en dado caso papel comercial (se requiere que sea un material absorbente incluso tela o algodón), éstos se humedecen con un poquito de agua, de manera que el recipiente se mantenga húmedo y fresco, pues aquí se van a mantener los especímenes colectados durante un período de tiempo (lo más corto posible) hasta que puedan ser montados definitivamente, evitando con esto que sus cuerpos se resequen y endurezcan, con lo cual pierden su forma natural y no pueden ser montados debidamente. Libreta de campo y papel suelto: son muy importantes para tomar notas en el campo, en el momento mismo de colecta, pues hay muchos detalles que podrían olvidarse luego de unas horas o incluso días de colectado cada espécimen en particular. Cuchilla o machete: son muy útiles a la hora de abrirse paso en el bosque (sin causar destrucción) y además se usan en la búsqueda de insectos para abrir material vegetal como semillas y troncos secos, bajar flores, frutos, etc. Aspirador o succionador: el aspirador utilizado en esta investigación es manual y funciona “a pulmón”, sin embargo existen otros diseños diferentes e incluso algunos que funcionan con una bomba y un motor eléctrico o de combustible (Monge, Gómez y Rivas, 2001). El modelo utilizado es un aparatito muy sencillo pero útil que utiliza el sistema de cámara al vacío. Consiste de un frasquito de vidrio o plástico con un tapón de hule, corcho u otro material que tiene dos agujeros, de uno de los cuales sale una manguerita flexible (de unos 60 cm de longitud) por la cual se aspira (con la boca), esta manguerita está sellada con una mallita fina en la base del tapón para evitar que los insectos colectados pasen directo a la boca. Del otro agujero sale un tubito hueco, doblado en forma de L, el cual se proyecta apuntando hacia el espécimen que se desea capturar. El succionador se utiliza para extraer especímenes individuales de las redes o para tomarlos directamente del lugar donde éstos se encuentren, sin embargo no se recomienda su uso en aquellos lugares donde hay esporas patógenas como en las cavernas, lugares donde anidan los murciélagos o nidos de aves y mamíferos, pues se corre el riesgo de contagio o transmisión de alguna enfermedad (Monge, Gómez y Rivas, 2001). Cuando se va a succionar un espécimen se debe hacer en forma segura y rápida pues la gran mayoría de insectos y especialmente los Crisomélidos son muy listos, se debe acercar el orificio de entrada del succionador lo más cerca posible del insecto tratando de llegarle “por las espaldas” y de forma rápida se absorbe, acto que se hace mediante un jalón rápido y fuerte y en cuanto el espécimen está dentro del frasquito se para de inmediato de aspirar, puesto que muchos de ellos sueltan gases y sustancias defensivas que pueden causar irritación en la boca y garganta además de que tales sabores no son nada agradables como “desodorante bucal”. No es recomendable utilizar el succionador para colectar insectos que están o provienen de lugares putrefactos como frutos podridos, excrementos, animales o carne descompuesta u otros sitios que pudieran causar asco y malestar en el colector, en tal caso pueden utilizarse otras herramientas de colecta. Figura 16. Aspirador ó succionador. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. b. Equipo y métodos de recolección pasiva. Batería de carro y cargador: la batería de 12 voltios se utiliza para alimentar los fluorescentes (uno de luz blanca “dayligth” y otro de luz oscura “blackligth”) de la manta con luz. La batería debe recargarse cada vez que se pueda (generalmente después de 8 -10 horas de uso), para evitar que se descargue por completo y para mantener una luz bastante viva o fuerte, esto se logra con un cargador de baterías que se conecta al generador. El cargador que se utilizó en el desarrollo de esta investigación es un Dayton 6/2 AMP Modelo Nº 2Z197D, el cual es pequeño y liviano especial para andar en el campo. Figura 17. Baterías y cargador Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Generador: Es un motor que trabaja con gasolina pura y que convierte la energía química del combustible en energía eléctrica que se utiliza para alimentar las bombillas de mercurio instaladas durante las noches en las mantas, a la vez que se cargan las baterías de carro y la batería del foco-lámpara de cabeza. Conviene que sea un generador compacto y liviano para transportarlo a cualquier parte en el bosque, que tenga un alto amperaje y que además sea económico en el consumo de combustible, características que reúne el modelo Honda EU inverter 1000i. Figura 18. Generador de electricidad. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Trampa de intersección: es una mallita muy fina (como la de un mosquitero) que mide 70cm de alto por 2m de largo sobre la cual se extiende un plástico o lona como techo y que se dispone bien tensa casi al ras del suelo (a manera de una ned de boleiball) sobre uno o varios recipientes (pueden ser bandejas de plástico o de aluminio como las utilizadas de molde en panadería o simplemente algunas tazas cuadradas) que contienen agua con sal o unas gotitas de un detergente líquido inodoro o un anticongelante para radiadores de automóviles. Los insectos chocan con esta malla y caen en dichos recipientes, donde son colectados cada día con una red de pecera muy fina y echados en un frasco con alcohol, después de lo cual son llevados al laboratorio y lavados cuidadosamente con agua en la red fina para eliminar residuos del jabón, sal o anticongelante usado y de nuevo se colocan en alcohol limpio. Este tipo de trampa ayuda a conseguir insectos de vuelo bajo (pues se instala casi a nivel del suelo) con una metodología que proporciona mucho material no colectado con otros tipos de trampas, además es posible obtener información adicional con respecto al micro hábitat donde se les encuentra y captura. Se trata hasta donde sea posible de no perturbar el sitio donde se va a instalar la trampa, con la finalidad de capturar insectos que vuelen naturalmente en el hábitat. La trampa de Intersección es efectiva para capturar insectos crepusculares, especialmente pequeños Coleópteros y es muy similar a la Trampa Ventana (“Window Trap”), la cual está hecha de vidrio o de un plástico transparente (J.E.H. Martin, 1978). Figura 19. Trampa Intersección de Vuelo. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Trampa de luz artificial: consiste en colocar en un lugar bien visible (por ejemplo un alto frente al dosel del bosque, un claro en el bosque, un sendero) una manta blanca de 2 x 3 m) en la cual se reflejará una bombilla de mercurio de 220 ww alimentada por un generador y un transformador de 110 a 220 ww. Atraídos por la luz llegan muchas especies de insectos de diferentes órdenes, los cuales se posan en la manta blanca de la cual son colectados en los viales o en las cámaras letales directamente. Esto significa que se colecta únicamente los especímenes en los cuales se tiene interés. Figura 20. Manta con luz de mercurio y generador. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. En lugar de este tipo de luz (mercurio), también se pueden instalar 2 fluorescentes (uno de luz negra y otro de luz blanca) que funcionan con una batería de carro ya mencionada, pues aunque esta luz es un poco más opaca, los insectos no ven los mismos colores que nuestros ojos captan y en cambio ven diferentes longitudes de onda que van desde los rayos infrarrojos hasta los ultravioleta, por lo que igualmente se ven atraídos hacia la luz de los fluorescentes aunque en un menor grado. En el desarrollo de esta investigación se utilizaron ambas opciones de luces (mercurio y fluorescentes), las cuales se encendieron a las 6:00 pm y se apagaron a las 11:00 pm, haciendo colectas a las 8:00 pm, a las 10:00 pm y finalmente antes de apagar las luces. Es muy importante recordar que las mantas con luces se instalan preferiblemente en las tres noches antes de la luna nueva, en la noche de la luna nueva y tres noches después de ella, pues generalmente son las noches más oscuras, cuando no hay un sólo lucero en el cielo y por lo tanto es cuando más cantidad y variedad de especies y especímenes son atraídos por la luz de la trampa. También hay que tener presente que en este y otros tipos de trampas en los cuales hay acumulación de organismos vivos y libres, existe el peligro de que se dañen unos a otros, además, los depredadores se vuelven muy activos al estar rodeados de sus presas y dañan incluso a otros especímenes, razón por la cual tales trampas se deben revisar frecuentemente(Monge, Gómez y Rivas, 2001). Trabajar con este tipo de trampas implica un enorme esfuerzo por parte del investigador, ya que éste debe acostarse muy tarde (casi a la media noche) y el siguiente día debe levantarse muy temprano para procesar los especímenes colectados en la noche anterior, además de cumplir con el resto de técnicas de colecta diarias. Como si esto fuera poco, las mejores noches de colecta son las más oscuras y lluviosas, por lo cual muchas veces hay que enfrentar el sueño, el cansancio, el frío y la lluvia. Figura 21. Manta con luz de fluorescentes y batería. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Trampa de Malaise: esta trampa lleva el nombre de su inventor el Dr. R. Malaise (por lo cual su nombre inicia con mayúscula), quien en 1937 publicó el artículo “A new insect trap” en una revista de entomología (J.E.H. Martin, 1978) y aunque se le han hecho varias modificaciones, la trampa de Malaise se basa en el principio de que la mayoría de los insectos voladores o saltadores se dirigen hacia arriba cuando se enfrentan con una barrera y también aprovecha el hecho de que muchos insectos se mueven de un área oscura hacia una clara o mayormente iluminada (J.E.H. Martin, 1978). La trampa de Malaise consiste en una estructura en forma de tienda de acampar con paredes verticales de tela similar a utilizada en la trampa de intersección. Como ya se mencionó, los insectos chocan contra la tela (que es negra) y luego caminan o vuelan hacia arriba donde se topan con el techo de la trampa (que es blanco). En este sitio los insectos se dirigen hasta un punto específico en la parte terminal más alta de la tienda, donde se coloca un recipiente con alcohol de 75% (el cual se observa en la parte superior izquierda en la figura 22), y que se revisa y / o cambia cada 15 a 30 días (los recipientes pueden instalarse sin alcohol -secos- pero los especímenes se apuñan mucho y no se conservan durante mucho tiempo). Al igual que la trampa de intersección, la trampa de Malaise se instala en sitios previamente establecidos, donde se haya observado el tránsito continuo de insectos, como por ejemplo en senderos u otros espacios naturales abiertos en medio del bosque, tomando en cuenta que estos lugares también son visitados por turistas, cazadores y mamíferos grandes (dantas, coyotes, felinos) que algunas veces suelen ocasionar daños a las trampas. Figura 22. Trampa de Malaise. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Trampas amarillas: consisten en tasitas, bandejas plásticas o cualquier recipiente de color amarillo los cuales se disponen en el suelo en línea recta o alternativa a lo largo de un buen trayecto de terreno (unos 30 metros), separados entre sí por unos 2 metros y preferiblemente instalados en lugares vistosos como la orilla de los senderos. Figura 23. Trampas amarillas en un sendero. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. El color amarillo es muy sobresaliente en el verde del bosque y para los insectos es muy atractivo, pues casi siempre significa polen y néctar, pero esta vez encontrarán un poco de agua salada o con un anticongelante o detergente inodoro que los paraliza y mantiene hasta ser colectados al final de cada día, cuando se pasan en limpio a un frasco con alcohol de 75%. En estas trampas y en la de intersección, no se utiliza alcohol simplemente porque éste se volatiliza muy rápido Figura 24. Recipiente de trampa amarilla. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Lámpara-foco de cabeza: es de mucha utilidad sobre todo porque se tienen libres ambas manos y la luz va dirigida de inmediato al sitio exacto hacia donde se gira la cabeza. La lámpara de cabeza que se utilizó en el desarrollo de las actividades nocturnas de esta investigación es una adaptación hecha a una lámpara de cuatro baterías en cuyo caso se le adaptó una batería seca recargable marca Panasonic LCR6V4P de 7.5 voltios, cuya carga total energética puede alumbrar durante 24 horas, sin embargo debe recargarse cada vez que se pueda, lo cual se puede hacer durante las noches en que se pone la manta con luz y el generador está encendido, con lo cual se aprovecha energía y se evita el transporte y desecho de las pilas corrientes. El cargador que se utilizó para cargar esta batería es de la marca Yeng Shern Battery Charger, Input: AC110V 50/ 60 HZ, Output: DC 6V 500mA. Esta combinación da excelentes resultados siempre y cuando se logren conseguir bombillas de 6.2 V, 0.5 A lisos o de 7 V con rosca, dependiendo de la base de la lámpara pues de lo contrario las bombillas se quemarán cada cierto período. Figura 25. Lámpara-foco de cabeza con batería seca recargable y su respectivo cargador. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. 3. Metodología de montaje: Generalmente, los insectos se montan con dos finalidades: para exhibición y para investigación. Los primeros se montan con las patas, alas y demás estructuras llamativas extendidas de manera que sean visibles y atractivas. Los segundos en cambio, se montan con las extremidades, antenas y alas bien recogidos o pegados al cuerpo del insecto con el fin de que durante su manipulación, mientras son estudiados, no se vayan a quebrar y perder partes del cuerpo tan importantes en la identificación taxonómica de cada espécimen. Cuando se montan especímenes directamente en alfileres (no en triangulitos de papel, en los cuales ya viene la altura establecida) la altura de montaje debe ser la misma para todos los especímenes, o sea, no se puede dejar un pedazo de alfiler sobrante (por encima del insecto montado) con una medida diferente al de los demás especímenes, pues a la hora de ser colocados en la caja de exhibición o investigación se verán unos insectos montados más arriba o más abajo que otros (lo que da un mal aspecto), esto debido a que el tórax de los insectos tiene un grosor muy variable y entre mayor sea éste, mayor cantidad de alfiler estará dentro del tórax. Esta diferencia de sobrantes de alfiler debe quedar por debajo de donde está montado el insecto, tanto porque no es tan visible (en caso de una exhibición) como porque donde debe quedar un pedazo de alfiler suficiente para tomarlo con los dedos y manipular el insecto adecuadamente sin ocasionarle daños es en la parte superior de donde está montado. A continuación se mencionan y describen las herramientas y equipo necesario durante el montaje de los especímenes. Alfileres: se utilizan alfileres entomológicos que son hechos de un material anticorrosivo y con cabezas de nylon. De acuerdo a su grosor se les clasifica en varios tamaños, entre los más comunes están: a-) los número 1, que son muy flexibles y se usan para montar insectos muy delgados, b-) los número 2, medianamente flexibles, y c-) los número 3, que son bien resistentes y son los más usados en el montaje de insectos medianos y grandes y que además permiten traspasar fácilmente las dos etiquetas (de ubicación geográfica y la del código de barras) que se ubican en el mismo alfiler bajo el insecto montado. El tamaño promedio de estos alfileres es de 3,5 cm. recordando que existen algunos mucho más grandes y gruesos o muchísimo más pequeños y delgados de acuerdo con el propósito de su fabricación. Figura 26. Alfileres entomológicos de los tamaños 3, 2 y 1 (de izquierda a derecha). Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Triangulitos de papel: son triángulos hechos con papel de tarjetas cardex (similar a cartulina corriente pero con una textura más flexible) y que tienen una medida de 2mm en la base por 6.5mm en cada uno de los otros dos lados y con una punta bastante fina. Estos triangulitos se pueden hacer a mano, lo cual requiere de mucho tiempo y paciencia, por lo cual se utiliza un sacabocados especial de la marca M.C. Mieth Punch. Los triangulitos de papel se utilizan en el montaje de insectos que son muy pequeños (generalmente con un tamaño menor a 5mm) o que aunque su tamaño es relativamente grande, tienen el cuerpo muy blando o delgado y el alfiler los parte totalmente o les daña el tórax, lo cual no es conveniente a la hora de presentar y mantener una colección de insectos y mucho menos a la hora de la identificación de los especímenes. Estos triangulitos de papel se pinchan con un alfiler número tres en el centro de su base (donde son más gruesos) sobre una textura dura que no permita que el triangulito de papel se doble pero que deje pasar libremente el alfiler. En este caso lo que se utiliza es el “taco” de papel (ver figura 28), el cual le da la altura adecuada en donde quedará el triangulito montado en el alfiler, y por ende, donde quedará montado el insecto que por cierto se adhiere a dicho triangulito con goma. Figura 27. Sacabocados M.C. Mieth Punch. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Taco de papel: Consiste en un arroyado de hojas de guía telefónica cortadas todas a la misma medida con una guillotina (este trabajo lo hacen en algunas litografías o editoriales, por ejemplo en Jiménez y Tanzi). Este taco de papel (ver figura 28) debe arroyarse lo más apretado que se pueda y forrarse con masking tape; su altura debe ser de 2.5 cm, de tal manera que al montar el triangulito en el alfiler (que mide 3.5 cm) quede un espacio de 1 cm desde el triangulito de papel hasta la cabeza del alfiler (lo reglamentario en entomología es que entre el insecto y la cabeza del alfiler haya un espacio de 0.8 a 10 mm). Escalerita de montaje: consiste de tres graditas o peldaños de 1.3 cm, 2.2 cm y 2.7 cm de alto respectivamente. Cada peldaño o gradita tiene un espacio de 3 cm y como son tres peldaños, el total del ancho son 9 cm y el largo es de 20 cm. Está hecha de madera pero en los peldaños o piso de las graditas tiene una esponjita (también puede ser estereofón o un corte de hojas de guía telefónica de las que se usan para hacer los tacos). La escalerita de montaje se utiliza para clavar momentáneamente los alfileres con los triangulitos ya clavados y también para poner los insectos boca arriba y con la cabeza “viendo a quien lo monta” para pegar el triangulito de papel en la parte derecha longitudinal del insecto (de la mitad del tórax hacia el borde lateral derecho del espécimen) de tal manera que la mitad izquierda del insecto quede libre de goma, papel o del alfiler mismo cuando se monta directamente o “clavado”. Esto se hace en la escalerita de montaje cuando los especímenes a montar son lo suficientemente grandes (más de 0.5 cm) como para ser montados a simple vista o con ayuda de anteojos relojeros; pero cuando son menores a este tamaño y requieren ser montados bajo el lente del estereoscopio se utiliza el taco de papel, pues es más cómodo darle vuelta al taco que es de forma circular, que arrastrar la escalerita de montaje hacia la izquierda o la derecha (de quien monta los especímenes) ya que el espacio en la base del estereoscopio no es suficiente para moverla hacia adelante o hacia atrás (de quien está montando). Figura 28. Tacos y escalerita de montaje. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Estereofón: Es donde se montan los alfileres con los insectos y donde se le da la posición definitiva de montaje a cada espécimen antes de ser pasado por el horno o extractor de humedad. Usualmente se utiliza un estereofón que tenga un grosor mínimo de 2.5 cm, ya que se acostumbra que el insecto tenga como piso de apoyo una de las caras de tal estructura, que es donde se clavará el alfiler con el insecto y los demás alfileres que serán puestos temporalmente recogiendo sus extremidades hasta que se endurezcan y se mantengan en la posición segura ya preestablecida. Si el estereofón es de menos grosor a 2.5 cm el espécimen montado quedará “en el aire” (recordando la ley general entomológica de dejar entre 0.8 a 10mm de alfiler desde la parte superior del insecto montado hasta la cabeza del alfiler). Para solucionar el problema de grosor del estereofón, simplemente se pueden unir por sus caras dos pedazos de estereofón con las mismas medidas en sus cuatro lados y pegarlos en los bordes con masking tape o cinta adhesiva. Extractor de humedad: el secado de los especímenes se puede hacer de varias maneras: 1- Sencillamente se exponen (debidamente montados) al sol y al aire, pero se deben estar vigilando constantemente, pues se corre el riesgo de que las aves, ratones, lagartijas u otros animales se den un “buen banquete” con nuestra colecta. 2- Por medio de aparatos especiales llamados liofilizadores (Monge, Gómez y Rivas, 2001) y 3- Los especímenes se “secan” en un horno que funcione con una fuente de calor como una bombilla o los convencionales hornos de cocina a gas (el cual se utilizó en este trabajo), los cuales permiten regular muy específicamente la temperatura a la cual se van a secar los insectos montados en el estereofón. Esta temperatura debe ser la que dé la más mínima llama en el quemador del horno, además de lo cual se debe tener la puerta del horno semiabierta de tal manera que salga la humedad y evitar además que el estereofón se “achicharrone”, ya que en un descuido se puede perder todo el material colectado. Entre más baja sea la temperatura a la cual está el horno lógicamente se necesitará un mayor período de tiempo para hornear los especímenes, pero tiene la ventaja que los insectos quedarán mucho mejor acabados y presentados, sobre todo recordando que se busca eliminar todas las sustancias y líquidos que tenga el insecto en su cuerpo, con lo cual va a adquirir una textura más dura, fuerte y compacta y se podrá preservar durante mucho más tiempo. Los insectos puestos en el horno nunca deben estar en la parte inferior del mismo, pues sin duda el estereofón y los especímenes se quemarán. Este inconveniente también suele presentarse aún en la parte superior del horno sobre todo cuando no se logra regular bien la temperatura, pero puede corregirse poniendo el estereofón sobre un pedazo de tabla, fibrolith o plywood, que evitarán que el calor pegue directamente en el estereofón. El horno de cocina a gas ofrece la ventaja que los insectos pueden montarse y procesarse en lugares donde no hay servicio eléctrico (lo cual es muy común cuando se hacen este tipo de investigaciones, pues son sitios muy alejados de las comunidades). Pero en los casos donde exista el servicio eléctrico puede construirse fácilmente un horno que hará más fácil y seguro el procedimiento de secado de los insectos. En este caso se construirá un cajón cuyo tamaño variará de acuerdo a la cantidad de especímenes que se necesitan secar. El material a utilizar puede ser tablas de madera, pero será mucho más fácil y económica su construcción si se utiliza plywood. En la parte superior de dicho cajón deben ir una serie de agujeros por donde salga la humedad y en la parte inferior van instalados dos sokcetts o bases para bombilla con el respectivo cable (cordón eléctrico) y el enchufe para toma corriente. Las bombillas utilizadas en este caso deben ser de 50 ó 60 ww cada una y deberán estar encendidas todo el tiempo que sea necesario hasta que las extremidades de los especímenes hayan perdido toda su flexibilidad y se sientan “duras”, lo cual dependerá del tamaño del insecto y de la cantidad de sustancias y líquidos corporales que tenga en su interior. Esta misma señal se utilizará para saber cuando los insectos ya están secos en el horno de la cocina a gas. Estereoscopio: es uno de los instrumentos más indispensables a la hora de identificar taxonómicamente cada espécimen. Se trata de un equipo sumamente delicado y de alto valor económico y funcional que requiere de extremas medidas de cuidado tales como la limpieza adecuada del aparato en general y específicamente de los lentes, los cuales se pueden llenar de polvo y / o hongos (que dificultan o impiden la visibilidad) tanto en su exterior como en su interior. En este último caso se debe consultar a un técnico en limpieza de lentes de este tipo, pero es mejor evitar que estos lentes se llenen de hongos y suciedad, lo cual se logra protegiéndolos con un cobertor mientras no estén en uso, además, el estereoscopio debe permanecer periódicamente cerca de una fuente de calor precisamente para que extraiga la humedad que haya logrado ingresar al interior del mismo y evitar con esto la proliferación de hongos. Asimismo se deben evitar los golpes directos al estereoscopio y al mueble donde éste se encuentre y evitar que los niños y personas sin experiencia lo utilicen. Otro aspecto muy importante es el transporte del estereoscopio ya sea en trayectos cortos o largos, lo cual debe hacerse con sumo cuidado y delicadeza, envolviéndolo en espuma, papel o estereofón picado dentro de una bolsa (en caso de que pueda mojarse) y en una caja o recipiente bien sellado donde se identifique muy bien su contenido. Durante el proceso de esta investigación se utilizaron dos tipos de estereoscopios: el Stereo Master de 4x y el Olympus de 10x. El primero trae una fuente de luz incorporada (ver figura 30) y su aumento es de cuatro veces la imagen real observada. El segundo modelo (ver figura 29) aumenta hasta 10 veces la imagen real observada aunque la fuente de luz hay que adaptarla por aparte. Figura 29. Estereoscopio Olympus 10x SZ60 y Luz Reichert-Jung. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Figura 30. Revisión del material colectado en un Stereo Master de 4x. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. 4. Metodología de transporte. Transportar los insectos colectados en el campo, hacia el laboratorio o a cualquier otro lugar requiere de mucho cuidado y delicadeza, pues los especímenes deben protegerse contra posibles golpes, contra el agua, calor, exceso de humedad, ácaros, hormigas, hongos y contra todo agente natural o artificial que por efecto directo o indirecto pueda echarnos a perder nuestra colección de insectos. Los especímenes colectados se pueden transportar básicamente de dos maneras: secos y húmedos. Para el primer caso se han diseñado cajas de transporte de insectos (ver figura 31) las cuales deben manipularse con seguridad y delicadeza, se deben tener siempre al alcance de la mano, nunca llevarlas en el cajón de un vehículo o en las gavetas de un autobús ni en el maletero de una motocicleta como le ha sucedido a varios colegas, pues lo único que se logra llevar al laboratorio será una serie de abdómenes y patas caídas. Estas cajas con insectos deben estar siempre en manos responsables y nunca dejarlas al alcance de los niños o adultos sin el conocimiento y experiencia necesaria. Deben tener una etiqueta por fuera que diga claramente los datos personales del dueño, el material que transporta, el sitio de colecta y la fecha. En el caso del transporte húmedo (conocido como “sopas”) se lleva el material en alcohol al 75% en los viales o frasquitos (ver figura 13) o en bolsitas plásticas (ver figura 32), dicho material debe ir previamente revisado, separado y sin basuras (hojas, tierra, piedras, etc) y por sobre todo debe llevar una etiqueta con los datos de colecta en cada uno de los frasquitos o bolsitas. Viales o Frasquitos: Como ya se mencionó, están hechos de vidrio o de plástico y su tamaño es variable. Ofrecen un medio de transporte mucho más seguro que el anterior y tiene la ventaja de que ocupa menos espacio en la maleta, sin embargo un frasquito quebrado o destapado sería suficiente para tener perdido casi todo el lote de colecta, por lo que igualmente deben transportarse con mucho cuidado, envolviéndolos en papel, algodón u otro material que permita amortiguar los posibles golpes y rozaduras. Además, no todo el material colectado se puede transportar en alcohol pues en el campo se van montando en seco todos los especímenes que se pueda a fin de ir ganando tiempo en el montaje e identificación del material tanto para esta como para cualquier otra investigación. Cajas de transporte de insectos: son hechas de madera liviana (generalmente playwood) y con medidas que resulten cómodas para quien que las ande en el campo. Las cajas utilizadas en el proyecto de investigación del INBio y de este trabajo tienen las siguientes medidas: 22,7 cm de ancho, 33 cm de largo y 6,5 cm de alto o fondo. Por dentro, pegado con goma al fondo llevan una espuma o estereofón, en el cual se insertan los alfileres con los insectos. Antes de introducir los insectos en estas cajas se debe extraer toda la humedad que haya en ellas, para lo cual se pueden poner entre 20 a 30 minutos en el horno con la finalidad de prevenir el ataque de hongos o que los insectos absorban esa humedad y pierdan su posición de montaje. Figura 31. Caja de Transporte. Fotografía: Róger González, 2003. Bolsitas Nasco Whirl-Pak: es una manera aún más innovadora de transportar material húmedo, ya que son muy resistentes y seguras a la hora de mantener dentro un líquido como el alcohol. Estas bolsitas plásticas traen un sistema de cierre en el cual el borde o boca de la bolsa (color amarillo en la figura 32) tiene una platina o alambre, la cual se enrolla junto con el sobrante de la bolsa arriba de su contenido (sobrante que debe ser lo suficientemente grande como para permitir hacer unos 5 dobleces mínimo, pues de lo contrario el alcohol podría regarse). Al final de los dobleces las platinas se doblan hacia una de las caras de la bolsa (teniendo el cuidado que la bolsita no quede con aire embolsado y que no tenga mucha presión y contenido pues podrían reventarse), de esta manera queda sellado el paquete. Figura 32. Bolsitas Nasco Whirl-Pak. Fotografía: Róger González , 2003. 5. Metodología de identificación: La identificación de los especímenes colectados durante esta investigación fue uno de los pasos que requiso de más tiempo y dedicación a fin de que ésta sea tan eficaz como sea posible. Cada insecto debe observarse detenidamente bajo el lente del estereoscopio para examinar sus características anatómicas y así poder determinar el género y si es el caso la especie de la que se trata. Para la identificación de los especímenes de esta investigación se utilizaron varias técnicas a saber: a) Uso de claves taxonómicas. b) Comparación con insectos ya identificados en la colección del INBio y c) Identificación directa por parte de un especialista. De esta manera los especímenes de más fácil reconocimiento se identificaron mediante búsqueda y comparación con los especímenes ya identificados en la Colección del Departamento de Coleoptera del Instituto Nacional de Biodiversidad. Los especímenes que no se pudieron identificar de esta manera se pasaron por una clave taxonómica de la familia Chysomelidae, y por último para corroborar las identificaciones hechas además de conocer el género y / o especie de algunos especímenes que no pudieron identificarse mediante las dos técnicas anteriores se recurrió a la identificación por parte del señor Dr. R. Wills Flowers, Profesor de Entomología de la Universidad A & M en Florida, EE.UU. Este científico es un colaborador que trabaja junto a otros entomólogos6 en la identificación de Chrysomelidae (y de otros grupos) desde hace ya varios años en el Instituto Nacional de Biodiversidad, en la Universidad de Costa Rica y el Proyecto Alas que tiene la O.E.T. en La Selva, Sarapiquí. El Sr. Wills Flowers identificó varios especímenes en marzo del 2003 y luego, en enero del 2004 verificó las identificaciones que yo hice, además mediante las fotografías de cada espécimen que yo le hice llegar por medio del correo electrónico fue posible la identificación de varios géneros e incluso especies. La mayoría de los especímenes fueron identificados únicamente a nivel de género, lo cual es bastante para un grupo tan diverso como es la familia Chrysomelidae y además tomando en cuenta que esta investigación fue desarrollada en un lugar de altura (Valle del Silencio, Cordillera de Talamanca) en donde lo que se ha hecho en este campo es muy poco hasta el momento, lo cual causa que la base para hacer las identificaciones sea muy superficial. Durante la identificación del material colectado se utilizó el siguiente equipo y materiales: Capturador de Imágenes: es un equipo sumamente delicado, de alto costo y además escaso en Costa Rica. Se trata de una cámara fotográfica adaptada a un estereoscopio y a una computadora por medio de la cual se pueden tomar una serie de fotos consecutivas de un mismo insecto iniciando con la primera fotografía en la parte más baja o más alta del espécimen (que generalmente son las antenas o los tarsos de las patas) y se continúa tomando fotos enfocando hacia arriba o hacia abajo el lente del estereoscopio en las siguientes partes del resto del cuerpo del insecto hasta tener unas 10 a 15 fotos de la totalidad del cuerpo del insecto (entre más imágenes se capturen manipulando lo más suavemente el ajuste micro del estereoscopio, mayor será la calidad y la nitidez de la fotografía total). Luego la computadora hace un montaje de todas las fotografía juntas en una sola, con lo que se puede ver la estructura completa del insecto en una sola imagen “tridimensional, lo cual no se logra al tomar una 6 David G. Furth, Shawn M. Clark y Charles L. Staines, que trabajan con las tribus Alticini, Galerucini y la subfamilia Hispinae de la familia Chrysomelidae, respectivamente. fotografía digital o con rollo de película común, pues un insecto que mide por ejemplo 2mm adquiere un aumento de hasta 20 veces el tamaño real del cuerpo. En las fotografías tomadas con este equipo a veces es casi imposible eliminar los tonos brillantes en la coloración natural de los insectos aún utilizando flash de rebote, filtro o las luces o la luz del estereoscopio, sin embargo, especímenes tan pequeños que apenas se ven a simple vista (2 mm) no podían ser fotografiados con tanto detalle y aumento como se hizo con el capturador de imágenes que está en el laboratorio de la Unidad de Artrópodos del Instituto Nacional de Biodiversidad. Por estas razones los especímenes solamente tienen fotografías tomadas con el capturador de imágenes lo cual fue posible cuando ya estaban montados, esta fue la única manera en que estuvieron totalmente quietos y fuera del riesgo de que escaparan, lo cual proporcionó muy buenas fotografías que se presentan en la parte de resultados. Figura 33: Equipo del Capturador de Imágenes. De derecha a izquierda: 1. Fuente de luz Fiberoptic Light Source LS-150, 2. En una sola armazón Abajo: Base del Estereoscopio SZH-ILLD Olympus Optical, Luz blanca Olympus ESD Micro Lite FL-150, Estereoscopio Olympus SZ60 y en la parte superior Color Video Cámara modelo KY-F55BV (JVC). 3. Adaptadores JVC AC Adaptador AA-P700 V y Adaptador ES92. 4. Monitor View Sonic Graphics Series G 810. 5.Mouse y Teclado 6. CPU Gateway E-4200. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Claves Taxonómicas de la Familia Chrysomelidae: Estas claves fueron suministradas durante el Taller de Chrysomelidae impartido por el especialista en este grupo Dr. R. Wills Flowers en la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica, en San José en los días del 15 al 24 de mayo del año 2003. La mayoría de ellas son terceras y cuartas copias y forman parte de un documento original que se desconoce. 6. Metodología de etiquetado: El etiquetado es un proceso mediante el cual se le asigna a cada espécimen colectado dos etiquetas (unidas una bajo la otra) las cuales van en el mismo alfiler montadas bajo el insecto. El etiquetado además de cumplir la función de identificar a cada espécimen en particular, también le da protección a los especímenes de tamaño igual o menor a las medidas de la etiqueta (1 x 2cm), las cuales están hechas de un material muy fuerte (papel emplasticado) que no permite que entre los mismos insectos se rocen y dañen unos a otros, protegiendo con esto las partes más vulnerables del insecto como las antenas y sus extremidades, aspecto que compensa por mucho el espacio que ocupan los insectos etiquetados en relación con el espacio que ocuparían sin estar etiquetados (que sería hasta la mitad menor). Figura 34. Espécimen montado y etiquetado. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. En la fabricación de las etiquetas y el proceso mismo de etiquetado se utilizan los siguientes materiales y equipo: Etiquetas: están hechas de un material especial importado de EE.UU. de la marca Intermec Part Nº E18236, Lot Nº 929250, Sensitivity Nº 36*. Cada espécimen lleva con sigo (en el mismo alfiler) dos tipos de etiquetas: una de identificación taxonómica y otra de localización de colecta. Fig. 35. Código de barras. Foto.: Róger González, 2003. La primera consiste en un código de barras (el cual queda con la información para ser leída si se toma el insecto “patas para arriba.”) El código de barras que se le asigna a cada espécimen es único y lo liga directamente con la información que hay escrita en la etiqueta de colecta y además lo mantendrá identificado a nivel de género y especie durante el resto de su permanencia en la colección y aún fuera de ella, pudiendo incluso mezclarse con otros especímenes de colectas de otros sitios y con otras metodologías sin correr el peligro de revolverse o extraviarse. Figura 36. Etiqueta de localidad. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. La otra etiqueta (de localización de colecta) queda con la información para ser leída por arriba (con el insecto en posición normal) y reúne los datos generales de colecta los cuales en el orden correspondiente son: País (en letras mayúsculas), Provincia, Nombre del Área Protegida ó localidad, Sitio exacto u otras señas específicas, Altitud en metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.), Fecha de colecta (día, mes escrito en palabras -y no con números pues hay confusiones- y año), Nombre del ó los colectores (Inicial del nombre, punto y primer apellido), metodología de colecta (trampa o técnica utilizada), Coordenadas Geográficas en la Proyección Lambert y Número de Lote (un lote es un número consecutivo que se le asigna a cada una de las colectas hechas mediante una técnica determinada y en un lugar y fecha específicos, de manera que si una colecta es del mismo lugar y metodología pero con diferente fecha será un lote diferente, si son de la misma fecha y lugar pero con diferente metodología será un lote diferente y si son de la misma metodología y fecha pero provenientes de diferente lugar obviamente será un lote nuevo. Consecuentemente, todos los especímenes colectados en la misma fecha, mediante la misma metodología y en el mismo lugar tendrán asignado el mismo número de lote). Toda esta información (incluyendo la que se generó durante este trabajo de investigación) queda guardada en el Sistema Atta del INBio, disponible para que el público en general tenga acceso y haga consultas de especies colectadas, sitios de colecta, cantidad de especímenes en la colección y una serie de datos más únicamente ingresando a la página de internet http://www.inbio.ac.cr, en la página principal aparece un icono que se llama Base de Datos de Biodiversidad, una vez ingresado a este sitio se escoge la opción de consulta de Especímenes, que está en la “Página de Biodiversidad de Costa Rica”, el siguiente paso es ingresar a la opción de Reportes Avanzados, en la cual se abre una página con una serie de campos (ver Figura 37) que hay que llenar de acuerdo a las consultas que se quieran hacer, en nuestro caso, los campos mínimos que se deben llenar para hacer una consulta general de las especies de Chrysomelidae que se han colectado en el Valle del Silencio son los que están señalados con las flechas de color rojo en la Figura 37, una vez llenados estos espacios se da un “clic” donde dice OK y la búsqueda se efectúa, luego de esto pueden llenarse varios campos más que jalen la información que cada quien desee accesar. En el campo donde señala la flecha número uno (las flechas se mencionan en orden descendente y de derecha a izquierda) se debe seleccionar el nivel taxonómico de “Familia”, en la segunda flecha se escribe el nombre del taxón: “Chrysomelidae”. Luego hay que asegurarse que los espacios donde apuntan las flechas tres y cuatro, los cuadritos estén debidamente seleccionados. Ya en la sección de “Descripción del sitio”, en el campo asignado debe escribirse “el Silencio”. Con estos campos llenos podemos hacer una búsqueda básica, pues se recomienda ir buscando la información poco a poco y no llenar varios campos a la vez ya que el sistema tarda mucho más tiempo en buscar la información. Figura 37. Página del Sistema de Información sobre especímenes Atta. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Impresora de etiquetas: Es una impresora especial que imprime ambos tipos de etiquetas (de localidad y códigos de barras). Es de la marca Intermec, modelo Easy Coder 3240. Espumas molde de etiquetado: son dos pedazos de una esponjita de polietileno suave (de 9mm de grosor cada una) unidas entre si con cinta adhesiva, que da un espacio de 18mm en total entre la punta del alfiler y la altura donde debe quedar la etiqueta. Por supuesto que hay excepciones y una de ellas es cuando el insecto es muy ancho en su tórax y / o abdomen, por lo cual la etiqueta queda a penas que pueda leerse justo bajo el insecto. Figura 38. (arriba) Impresora Intermec. Figura 39. (abajo) Etiquetado en espumas. Fotografías: Róger González, 2003. Lector de códigos de barra: es uno de esos aparatos similares a los que tienen las cajas de pago en la mayoría de los supermercados y que se utilizan para saber los precios de los productos que se comercializan. Consiste en un rayo láser que da lectura a las barritas que aparecen en el código que se le asigna a cada espécimen. De esta manera es posible saber la información asociada a cada insecto tal como su identificación taxonómica, fecha y lugar de colecta, colector y otros datos adicionales con sólo pasar la etiqueta del código (que es único para cada individuo) bajo el lector de código de barras. Esta tecnología aplicada al estudio científico por parte del INBio en la entomología costarricense es pionera en América Central y el resto del mundo y está siendo considerada como ejemplar para adaptarla en las demás colecciones. Figura 40: Lector de Código de barras Marca Intermec modelo 1470 (el espécimen y su código son ingresados a una base de datos (Atta), la cual permite consultar de manera una manera muy ágil la información de colecta e identificación del espécimen en particular. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Computadora: mediante un programa especial se ingresan los datos de cada etiqueta (que corresponde a un espécimen en particular) en un sistema llamado Atta, lo cual permite hacer una serie de consultas acerca de las colectas, relacionando la información contenida en la etiqueta con el código de barras correspondiente. 7. Metodología de curación: Durante el proceso de curación se identifica al máximo nivel cada espécimen colectado y se corrobora y / o corrige la identificación taxonómica hecha en el campo. Esta labor está a cargo de personal especializado en un grupo u orden de la clase Insecta a los cuales se les denomina “Técnicos” y “Curadores”. Un Curador tiene a su cargo uno o varios Técnicos y tienen la responsabilidad de mantener ordenada, identificada y limpia la colección de un grupo taxonómico específico (por ejemplo el orden Coleoptera). Con el fin de mantener a través del tiempo una colección en buen estado, ésta debe mantenerse bajo condiciones ambientales reguladas, por lo cual la colección debe estar en un salón con aire acondicionado donde se pueda regular la temperatura del aire y la humedad relativa del ambiente. Los gastos que esto implique no serán tan altos si se considera el gran costo que lleva hacer una colección de insectos y más aún si se valora todo el conocimiento que ahí se almacena. Una colección de insectos debe mantenerse ordenada y en ella el espacio debe aprovecharse al máximo. Gracias a la identificación taxonómica se puede conocer con exactitud la ubicación de un orden, una familia, un género o una especie en medio de un cientos de gavetas y miles de especímenes. Si esto no fuera posible la colección no tendría valor por sí misma. Por este motivo, la colección está ordenada de la siguiente forma: los individuos de cada morfoespecie (o de una misma especie) están juntos en cajitas de cartón (con diferentes medidas) con el fondo de espuma (de polietileno) para insertar los alfileres con los especímenes. Cada una de estas cajitas lleva una etiqueta pequeña con el nombre científico de los especímenes que contiene y a su vez estará dentro de una gaveta de madera con tapa de vidrio cuyas medidas recomendadas son 48 cm x 42 cm en los lados y 7 cm de altura. En una gaveta de estas pueden estar representadas varias especies o incluso varios géneros dependiendo de la cantidad de material colectado que se tenga de cada uno de los grupos. Estas gavetas están enumeradas y en letra pequeña pero legible llevan el nombre de la subfamilia, tribu y / o géneros que en ella se guardan. Figura 41. Gavetas en gabinete. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Las gavetas en conjunto se guardan dentro de los gabinetes (ver figura 41), los cuales son muebles similares a un ropero o closet, con o sin puertas y con una serie de cejillas instaladas con la medida exacta del ancho, fondo y alto de cada gaveta de modo que éstas pueden sacarse y meterse como cualquier gaveta. Cada gabinete se enumera y lleva una etiqueta con el nombre de la familia o familias que dentro de él se guardan (es recomendable que estas familias estén ordenadas por orden alfabético, lo cual da mucha mayor facilidad a la hora de buscar una especie en particular). Todo el conjunto de gabinetes con varias familias de un mismo orden se deben diferenciar (por medio de un pasillo, flechas u otro medio) de los demás gabinetes que conservan otros grupos. Con todo esto se pueden crear herramientas muy útiles tal es el caso de “Perfiles de Coleoptera”, lo cual permite a los funcionarios hacer una búsqueda ya sea de una familia, género o especie determinada y la computadora arrojará un resultado con el número de especímenes que hay registrados en la base de datos y el gabinete y gaveta específicos en la cual se encuentran. Figura 42. Pasillo entre filas de gabinetes. Fotografía: Róger González, 2003. VI. RESULTADOS Y DISCUSIÓN. Los datos incluidos en este apartado no provienen de ninguna fuente de información secundaria, por lo tanto son de primera mano. Para el análisis de los resultados se presentan varios cuadros cada uno de los cuales se explica en forma inmediata aclarando de donde provienen los datos y / o números ahí presentes. Las especies colectadas se analizan tomando en cuenta tres caracteres diferentes: a-) La cantidad de especímenes que se colectó de cada una de ellas. b-) La metodología de colecta con la cual se obtuvo cada especie y c-) La época del año en la cual se colectó la especie. Para este último aspecto el año se dividió en dos períodos que ofrecen condiciones ambientales bastante diferentes: la época seca (diciembre a marzo) y la época lluviosa (abril a noviembre). Durante la época seca el ambiente es más frío y hay mucha neblina con algunas lluvias esporádicas, por lo cual el ambiente dentro del bosque conserva bastante humedad. La época lluviosa es algo así como un temporal: fuertes chaparrones algunos acompañados de tormentas eléctricas, generalmente pasajeros y no hay tanta neblina, por lo que los rayos del sol parecen calentar un poco más. Además de los cuadros de análisis, se incluye una sección similar a una guía de campo con las especies de Chrysomelidae del Valle del Silencio así como información ecológica de cada una de ellas. Las especies de Crysomelidae que se colectaron en el Valle del Silencio durante el período de la investigación representan un inventario base o preliminar de las especies que existen realmente en este sitio. La investigación se “detuvo” parcialmente para hacer este informe final, pero es muy posible que el trabajo continúe y arroje aún más información. Ante tal posibilidad surge una pregunta: ¿Cuánto tiempo más debe continuar el muestreo para decir que el inventario de especies de Chrysomelidae en el Valle del Silencio está completo?, en otras palabras, ¿Cuándo se va a detener la colecta de especímenes? La respuesta a esta pregunta no la tengo y es algo muy difícil y subjetivo de establecer. Para llegar a tal conclusión existen una serie de fórmulas matemáticas que predicen el momento cuando debe detenerse el muestreo, lo cual ahorra trabajo y dinero y lo principal: es un acto de buena ética biológica el no causar muertes de insectos innecesariamente (Monge, Gómez y Rivas, 2001). En cuanto a este tema los errores han sido enormes a nivel mundial, por lo cual es común que en las colecciones haya una gran cantidad de individuos de la misma especie (material repetitivo) lo cual se traduce en un enorme gasto de mantenimiento y espacio, así como la gran afrenta para la naturaleza que esto representa (Monge, Gómez y Rivas, 2001). Sin embargo, uno de los objetivos principales en un inventario de insectos es saber qué especies se encuentran en un determinado sitio, cuál es su variación morfológica y cuál es su comportamiento de aparición a través del año (Solís, 2004). En este sentido, el taxónomo cumple un papel primordial y para lograrlo necesita colectar varios especímenes de cada especie y no solamente uno o dos como normalmente se piensa, con la finalidad de identificar las especies, establecer diferencias por dimorfismo sexual, describir posibles nuevas especies y tener una colección de referencia ojalá con 1-2 duplicados. Monge, Gómez y Rivas (2001), recomiendan un método muy antiguo y exitoso a nivel nacional: detener los muestreos cuando dejan de aparecer especies nuevas, lo cual se puede calcular con una fórmula matemática: el Chao 1 que es bastante simple en comparación con las fórmulas de Chao 2, Jacknife de orden 1, Jacknife de orden 2 y Bootstrap. El Chao 1 (y las otras 4 fórmulas mencionadas) son estimadores no paramétricos de la riqueza de especies, mediante las cuales se puede estimar el número de especies de uno o varios grupos de insectos (en este caso: la familia Chrysomelidae) que se esperaría obtener en una localidad dada (Valle del Silencio) con una o un conjunto de metodologías de colecta utilizadas por un tiempo definido o bajo un esfuerzo de colecta similar (Solís, 2004), tales como las trampas amarillas, las trampas de Malaise, las trampas de intersección, las trampas de luz, redes de barrido y de Noyes, golpe de vegetación, colecta directa entre otras. La finalidad de obtener ese número estimado de especies es utilizarlo para determinar cuándo la investigación se está aproximando al máximo de especies posible de capturar (asíntota horizontal), utilizando esa o esas metodologías en ese sitio específico, lo que ayuda a justificar el continuar o detener la colecta y así sacar el máximo provecho al el esfuerzo personal e inversión económica (Solís, 2004). Monge, Gómez y Rivas (2001) ofrecen la fórmula del Chao 1 como un método no paramétrico, basado en el número de especies raras en las muestras (Chao, 1984; Chao y Lee, 1992 y Van Belle, 1984 citados por Moreno, 2001) y que se utiliza para estimar el número de especies presentes en una comunidad, cuya fórmula matemática es: S*1 = Sobs + (a2 / 2b) en donde S*1 es el número de especies en la región, Sobs es el número de especies en la colección, a2 es el cuadrado del total de las especies de las que sólo se tiene un individuo y b es el total de especies de las que sólo se tiene dos individuos). De acuerdo a esta fórmula y a los datos presentados en el Cuadro 2 tenemos que: S*1 = 66+(142 /2*7) S*1 = 66+(196/14) S*1 = 66+14 S*1 = 80 Si 80 es el posible total de especies de Chrysomelidae que realmente habitan en el Valle del Silencio, entonces hay 14 especies más que no se colectaron durante el proceso de la investigación (80 – 66= 14), por lo que se puede seguir colectando durante un tiempo más hasta llegar este resultado final: 0 (cero), sin embargo, y como ya se mencionó, la colecta (y por ende la investigación) tiene un costo y los recursos económicos disponibles para tal efecto son escasos. Por tal motivo es conveniente maximizar tales recursos, y para esto es muy útil conocer el momento cuando la investigación se está aproximando al máximo de especies que se pueden colectar mediante una metodología en un período de tiempo determinado, con la finalidad de no sobre colectar y no gastar recursos económicos y genéticos (cantidad de material repetido colectado) innecesariamente. Dicho de otra manera, la cantidad de dinero gastado por cada especie capturada aumenta a medida que se avanza en el muestreo de la investigación, de manera que una suma de dinero de por ejemplo $1000 empleada en la captura de unas 1000 especies no capturadas durante el primer mes de muestreo (a un costo de $1 por especie), con el paso del tiempo (unos 10 meses después) se puede transformar en $1000 invertidos en la captura de 10 especies no capturadas anteriormente (a un costo de $100 por especie), lo cual incluso puede llegar hasta gastar unos $1000 mensualmente sin obtener ninguna especie nueva o diferente (Solís, 2004). Cuanto mayor es el esfuerzo de colecta, mayor es el número de especies (y de especímenes) colectadas ya sea con metodología de colecta directa o indirecta, y esto puede influir directamente en los resultados finales obtenidos: cantidad de especies y especímenes colectados. Por este motivo, este esfuerzo de colecta se trata de mantener constante durante toda la investigación, a fin de que los resultados obtenidos no se vean afectados por factores externos a la verdadera biodiversidad tales como el empeño o cantidad de tiempo y trampas destinadas a la colecta en sí. Por otro lado, aplicando un esfuerzo de colecta constante a través del tiempo, la cantidad de especímenes colectados podría mantenerse igualmente constante, pero la probabilidad de encontrar especies nuevas o no colectadas anteriormente va a disminuir (Solís, 2004). Las poblaciones de crisomélidos (y de insectos en general) difieren considerablemente en la constancia de sus niveles demográficos y sus comunidades son muy dinámicas. Algunas especies son relativamente constantes de generación en generación, otras varían con mucha frecuencia y algunas se mantienen a niveles constantemente bajos y sólo ocasionalmente son abundantes. Muchos estudios realizados demuestran que no es posible un buen conocimiento de las poblaciones de insectos sin una amplia perspectiva temporal (Martín, 1997) Gaston & Lawton (1990 citados por Martín, 1997) señalan que en insectos, lo más frecuente es una estrecha relación entre abundancia local y rango geográfico, o sea, que una especie localmente abundante generalmente tiene un amplio rango geográfico. Sin embargo no es posible establecer una relación entre abundancia de especies/ área y su rango geográfico (Martín, 1997). En cuanto a la distribución de especies, lo normal es que éstas aparezcan según jerarquías de abundancia desde algunas especies abundantes hasta algunas muy raras. En las comunidades no alteradas, lo normal es que haya bastantes especies raras, pocas especies abundantes y muchas especies con abundancia intermedia (Martín, 1997) lo cual se cumplió para esta investigación de acuerdo con los datos obtenidos (ver cuadro 2). Esta regla también se cumple en las sociedades humanas: hay bastantes personas pobres, pocas muy ricas y muchas de clase media. Es muy probable que este tipo de relación especies /abundancia se dé siempre que los elementos del sistema interaccionan y compiten por recursos limitados, observación que condujo a los modelos de distribución de abundancia de especies (Martín, 1997). Entender el problema de la biodiversidad implica discutir el problema de la rareza biológica, y precisamente son las especies poco abundantes (raras) las que casi siempre quedan por fuera de los muestreos, además, en la mayoría de los casos la diferencia entre el número de especies observadas y el número de especies que integran la comunidad se refiere precisamente a las especies raras. La rareza de un organismo es la condición de ser infrecuente y puede darse como rareza de ocupación de áreas o como rareza de individuos dentro de una área (una especie puede ser considerada rara en un país y completamente común en otro, lo cual es un componente sociopolítico y hasta sicológico), aunque no todas las especies con rangos de distribución geográfica relativamente restringidos son localmente poco abundantes y viceversa (Williams et al, 1997b citado por Martín, 1997). En este sentido, una especie endémica difiere de una especie rara por cuanto expresa la condición de estar restringida a un área en particular, de rango geográfico preestablecido dentro de un área de estudio, sin embargo la rareza de una especie entre áreas puede ser equivalente a una medida de endemicidad puesto que el rango geográfico de las especies raras está comprendido dentro del área de estudio y la medida del rango de rareza es una expresión relativa de la extensión total de dicha área (Williams, et al., 1997b citado por Martín). Cuadro 2. Cantidad y porcentaje del total de especímenes y especies de Chrysomelidae colectadas en el Valle del Silencio ordenadas por metodología de colecta, y por época del año (seca o lluviosa). El porcentaje (%) corresponde a la época y metodología de colecta y al gran total de especímenes colectados respectivamente. Trampas Trampas de Golpe de Colecta Trampas de Trampas de Red de Total de Método de colecta amarillas Malaise vegetación (sombrereta) manual o directa luz intersección barrido y de Noyes Especie colectada 1. Acallepitrix sp. 2. Acalymma subaeneum % 1 100% 100% % 3. Antitypona sp. 4. Brasilaphthona sp. 1 % % 5. 1 8 0.83 6.61 % % 7.44% 1 100% 100% Brasilaphthona sp. 2 % 6. Brasilaphthona sp. 3 7. Cephaloleia gilvipes % % 2 50.0 % 50.0% especímenes por especie y % de los 1755 especímenes colectados 1 0.06% 1 100% 100% 9 29 7.44 23.97 % % 31.40% 1 0.06% 5 16 4.13 13.22 % % 17.35% 3 6 2.48 4.56 % % 7.44% 1 23 0.83 15.01 % % 19.83% 19 15.70 % 15.70% 1 0.83 % 0.83% 121 6.89% 1 0.06% 1 100% 100% 2 50.0 % 50.0% 1 3.23 % 3.23% 1 0.06% 4 0.23% 27 87.10 % 87.10% 1 3.23 % 2 6.45 % 9.68 31 1.77% Método de colecta Trampas amarillas Trampas de Malaise Golpe de vegetación (sombrereta) Colecta manual O directa Trampas de luz Trampas de intersección Especie colectada 8. Chaetocnema sp. 9. Cochabamba sp. 1 % 2 1 13.33 6.66 % % 20.0% 7 4.32 % 4.32% % 10. Cochabamba sp. 2 6 40.0 % 40.0% 1 0.62 % 0.62% 1 11.11 % 1 5 6.66 33.33 % % 40.0% 10 32 6.17 15.75 % 25.93 3 33.33 % 69 43 42.59 26.54 % % 69.14% 5 55.55 % Red de barrido y de Noyes Total de especímenes por especie y % de los 1755 especímenes colectados 15 0.65% 162 9.23% 9 0.51% % 11. Cryptocephalus sp. 1 1 33.33 % 33.33% % 12. Cryptocephalus sp. 2 1 33.33 % 33.33% 1 33.33 % 33.33% 2 100% % 2 0.11% 100% 13. Diabrotica sp. 1 3 100% 100% % 14. Diabrotica sp. 2 % 15. Dinaltica sp. % 3 0.17% 7 2 41.18 11.77 % % 47.06% 3 1 17.65 5.69 % % 23.54% 1 5.69 % 5.88% 1 100% 100% 1 5.88 % 5.88% 3 0.17% 1 0.06% 1 1 5.88 5.88 % % 11.77% 17 0.57% Método de colecta Trampas amarillas Trampas de Malaise Golpe de vegetación (sombrereta) Colecta manual o directa Trampas de luz Trampas de intersección Red de barrido y de Noyes Especie colectada 16. Diphaltica sp. 1 100% Total de especímenes por especie y % de los 1755 especímenes colectados 1 0.06% % 100% 17. Dryadomolpus sp. % 18. Epitrix sp. % 19. Exoceras sp. 1 % 11 7 5.26 3.34 % % 8.61% 79 45 59.40 33.83 % % 93.23% 16 29 17.58 31.87 % % 49.45% 18 29 8.61 13.88 % % 22.49% 1 7 0.75 5.26 % % 6.01% 1 8 1.10 8.79 % % 9.89% 20. Exoceras sp. 2 % 21. Exoceras sp. 3 % 22. Genaphthona sp. % 27 157 13.24 76.96 % % 90.02% 7 1 43.75 6.25 % % 50.0% 1 3 0.49 1.47 % % 1.96% 5 31.25 % 31.25% 15 80 7.18 38.27 % % 45.45 7 5 7.69 5.49 % % 13.19% 1 2 33.33 66.66 % % 100% 2 0.98 % 0.98% 1 6.25 % 6.25% 36 3 17.22 1.44 % % 18.66% 1 0.75 % 0.75% 19 2 20.88 2.20 % % 23.08% 1 9 0.48 4.30 % % 4.78% 209 11.90% 133 7.58 1 1.10 % 1.10% 2 2.20 % 2.20% 1 1.10 % 1.10% 91 5.19% 3 0.17% 6 2.94 % 2.94% 1 6.25 % 6.25% 7 3.43 % 3.43% 1 6.25 % 6.25% 1 0.49 % 0.49% 204 11.62% 16 0.91% Método de colecta Trampas amarillas Trampas de Malaise 5 13 15.63 40.63 % % 56.26% 2 50.0 % 50.0% 1 1 50.0 50.0 % % 100% 1 3 16.66 50.0 % % 66.66% 1 14.29 % 14.29% 2 5 3.77 9.43 % % 13.20% 1 1 33.33 33.33 % % 66.66% 6 3 18.75 9.37 % % 28.12% 1 25.0 % 25.0% Golpe de vegetación (sombrereta) Colecta manual o directa Trampas de luz Trampas de intersección Especie colectada 23. Gioia sp. 1 % 24. Gioia sp. 2 % 25. Heikertingerella sp. % 26. Hypanthus sp. % 27. Hypolampsis sp. 1 % 28. Hypolampsis sp. 2 % 29. Hypolampsis sp. 3 % 2 6.25 % 6.25% 1 25.0 % 25.0% 3 9.37 % 9.37% Red de barrido y de Noyes Total de especímenes por especie y % de los 1755 especímenes colectados 32 1.82% 4 0.23% 2 0.11% 2 2 28.57 28.57 % % 57.14% 7 2 13.20 3.77 % % 16.97% 1 14.29 % 14.29% 12 9 22.64 16.98 % % 39.62 14 26.42 %1 26.42% 1 1.89 % 1.89% 2 33.33 % 33.33% 1 14.29 % 14.29% 1 6 0.34% 7 0.40% 53 3.02% 1.89% 1 33.33 % 33.33% 3 0.17% Método de colecta Trampas amarillas Trampas de Malaise Golpe de vegetación (sombrereta) Colecta manual o directa Trampas de luz 1 1 7.69 7.69 % % 15.38% 1 20.0 % 20.0% 1 100% 100% 3 7 23.08 53.85 % % 76.93% Trampas de intersección Especie colectada 30. Hypolampsis sp. 4 % 31. Hypolampsis sp. 5 % 1 7.69 % 7.69% 1 20.0 % 20.0% 2 1 40.0 20.0 % % 60.0% 32. Isotes sexpunctata % 33. Lobispa sp. % 34. Longitarsus sp. 1 % 35. Longitarsus sp. 2 % 36. Lupraea sp. 1 % 2 4 22.22 44.44 % % 66.66% 1 2 14.29 28.57 % % 42.86% 1 50.0 % 50.0% 1 100% 100% 2 22.22 % 22.22% 2 28.57 % 28.57% Red de barrido y de Noyes Total de especímenes por especie y % de los 1755 especímenes colectados 13 0.74% 5 0.28% 1 0.06% 1 0.06% 1 11.11 % 11.11% 1 1 14.29 14.29 % % 28.57% 1 50.0 % 50.0% 9 0.51% 7 0.40% 2 0.11% Método de colecta Trampas amarillas Trampas de Malaise Golpe de vegetación (sombrereta) Colecta manual o directa Trampas de luz Trampas de intersección Especie colectada 37. Lupraea sp. 2 1 100% 100% % 38. Lupraea viridis 1 3.23 % 3.23% % 39. Margaridisa sp. % 9 3 30.0 10.0 % % 40.0% 40. Metrioidea sp. 1 % 41. Metrioidea sp. 2 % 42. Metrioidea sp. 3 % 43. Metrioidea sp. 4 % 1 7.14 % 7.14% 13 43.33 % 43.33% 6 1 11.76 1.96 % % 13.72 1 5 7.14 35.71 % % 42.85% 3 23.08 % 23.08% Red de barrido y de Noyes Total de especímenes por especie y % de los 1755 especímenes colectados 1 0.06% 4 12.90 % 12.90% 3 10.0 % 10.0% 17 1 33.33 1.96 % % 35.29% 2 15.38 % 15.38% 2 100% 100% 17 9 54.84 29.03 % % 83.87% 2 6.67 % 6.67% 25 49.02 % 49.02% 2 14.29 % 14.29% 5 38.46 % 38.46% 31 1.77% 30 1.71% 1 1.96 % 1.96% 1 3 7.14 21.43 % % 28.57% 1 2 7.69 15.38 % % 23.08% 51 2.91% 1 7.14 % 7.14% 14 0.80% 13 0.74% 2 0.11% Método de colecta Trampas amarillas Trampas de Malaise Golpe de vegetación (sombrereta) Colecta manual o directa Trampas de luz Trampas de intersección Especie colectada 44. Metrioidea sp. 5 5 100% 100% % 45. Nasigona sp. % 46. Neodiphaulaca sp. % 47. Neothona sp. % 6 1 33.33 5.56 % % 38.89% 2 1 66.67 33.33 % % 100% 48. Oomorphus sp. % % % 2 11.11 % 11.11% 1 9.09 % 9.09% Total de especímenes por especie y % de los 1755 especímenes colectados 5 0.28% 2 66.67 % 66.67% 2 1 11.11 5.56 % % 16.67% 3 0.17% 18 1.03% 3 0.17% 1 50.0 % 50.0% 1 20.0 % 20.0% 49. Paratriarius sp. 50. Philactitus sp. 1 33.33 % 33.33% 5 1 27.78 5.56 % % 33.33% Red de barrido y de Noyes 8 72.73 % 72.73% 1 50.0 % 50.0% 1 20.0 % 20.0% 1 9.09 % 9.09% 2 0.11% 1 2 20.0 40.0 % % 60% 5 0.28% 1 9.09 % 9.09% 11 0.63% Método de colecta Trampas amarillas Trampas de Malaise Golpe de vegetación (sombrereta) Colecta manual o directa Trampas de luz Trampas de intersección Red de barrido y de Noyes Especie colectada 51. Platyphora decorata 1 100% 100% 1 100% 100% % 52. Platyphora panamensis % 53. Sphaeronychus fulvus % 3 8 2.48 6.61 % % 9.09% 23 72 19.00 59.50 % % 78.50% 54. Sphaeronychus sp. % 55. Stenispa sp. 1 1 3.33 3.33 % % 6.67% % 4 2 3.31 1.65 % % 4.96% 1 100% 100% 4 16 13.33 53.33 % % 66.66% 56. Stolas sp. % 57. Syphrea sp. 1 % 58. Syphrea sp. 2 % 38 58 24.20 36.94 % % 61.14% 2 2 40.0 40.0 % % 80.0% 3 7 1.91 4.46 % % 6.37% 3 15 1.91 9.55 % % 11.46% 1 20.0 % 20.0% Total de especímenes por especie y % de los 1755 especímenes colectados 1 0.06% 1 0.06% 1 0.83 % 0.83% 2 6 1.65 4.96 % % 6.61% 121 6.89% 1 0.06% 2 5 6.67 16.67 % % 23.34% 2 100% 100% 3 16 1.91 10.19 % % 12.10% 1 3.33 % 3.33% 30 1.71% 2 0.11% 1 0.64 % 0.64% 1 0.64 % 0.64% 12 7.64 % 7.64% 157 8.95% 5 0.28% Método de colecta Trampas amarillas Trampas de Malaise Golpe de vegetación (sombrereta) Colecta manual o directa Trampas de luz Trampas de intersección Especie colectada 59. Syphrea sp. 3 % 60. Syphrea sp. 4 % 1 100% 100% 2 100% 2 0.11% 100% 1 100% % % 63. Varicoxa sp. % 64. Walterianella sp. 1 % 65. Walterianella sp. 2 % Total de especímenes por especie y % de los 1755 especímenes colectados 1 0.06% 61. Syphrea sp. 5 62. Syphrea sp. 6 Red de barrido y de Noyes 1 0.06% 100% 2 50.0 % 50.0% 3 1 20.0 6.67 % % 26.67% 1 2.56 % 2.56% 1 10.0 % 10.0% 1 25.0 % 25% 1 2 6.67 13.33 % % 20.0% 4 9 10.26 23.08 % % 33.34% 1 10.0 % 10.0% 4 26.67 % 26.67% 3 7.69 % 7.69% 1 10.0 % 10.0% 1 4 25.0 % 0.23% 25% 1 1 6.67 6.67 % % 13.33% 2 20 5.13 51.28 % % 56.41% 3 3 30.0 30.0 % % 60.0% 1 1 6.67 6.67 % % 13.33% 15 0.85% 39 2.22% 1 10.0 % 10.0% 10 0.57% Método de colecta Trampas amarillas Trampas de Malaise Golpe de vegetación (sombrereta) Colecta manual o directa 1 50.0 % 50.0% 89 200 1 50.0 % 50.0% 147 141 Trampas de luz Trampas de intersección Red de barrido y de Noyes Especie colectada 66. Walterianella sp. 3 % 367 108 225 2 0.11% Número de especímenes colectados por época Número total de especímenes por método de colecta (%) Número de especies colectadas por época Número total de especies colectadas por método y su respectivo porcentaje con respecto al total de las especies 232 83 87 9 51 38 (57.57%) 39 (59.09%) 34 (51.51%) 40 (60.60%) 14 (21.21%) 16 (24.24%) Número de especies exclusivas de cada época Número total de especies colectadas exclusivamente en cada método 3 2 4 5 0 0 0 16 599 333 289 288 170 60 16 (34.13%) (18.97%) (16.47%) (16.41%) (9.69%) (3.42%) (0.91%) 26 34 5 6 27 30 3 5 21 22 2 5 30 25 0 5 Total de especímenes por especie y % de los 1755 especímenes colectados 9 11 2 2 7 13 1 1 0 Gran Total: 1755 especímenes colectados (100%) 5 5 (7.57%) 0 0 0 Gran Total: 66 especies colectadas durante la investigación Gran Total: 24 especies que no se repiten entre los métodos de colecta Nota: Cuadro elaborado por Róger González Tenorio con base en los resultados del análisis de cada una de las muestras y trampas obtenidas durante el desarrollo de esta investigación. Este análisis exhaustivo fue posible gracias a la consulta hecha en el Sistema Atta del Instituto Nacional de Biodiversidad. Del cuadro anterior podemos concluir que las especies de Chrysomelidae con mayor cantidad de individuos colectados (y en teoría las más comunes o frecuentes de encontrar en el Valle del Silencio) en orden decreciente son: 1. Dryadomolpus sp. (209 especímenes). 2. Exoceras sp. 3 (204 especímenes). 3. Cochabamba sp. 1 (162 especímenes). 4. Syphrea sp. 1 (157 especímenes). 5. Epitrix sp. (133 especímenes). 6. Sphaeronychus fulvus (121 especímenes). 7. Antitypona sp. (121 especímenes). 8. Exoceras sp.1 (92 especímenes). Además, haciendo una comparación entre cantidad de especies Vrs. el número de especímenes colectados por cada una de ellas (ver cuadro 3), obtenemos que hay 14 especies que tienen solamente un espécimen colectado, 7 especies de las cuales se colectaron 2 especímenes, 6 especies que tienen 3 especímenes colectados, 3 especies que tienen 4 especímenes, 4 especies que tienen 5 especímenes colectados, 6 especies que tienen 6 especímenes colectados, etc. (la información completa se presenta en el cuadro 3). Cuadro 3. Cantidad de especímenes / número de especies.7 Cantidad de especímenes Número de especies 1 espécimen 14 2 especímenes 7 3 especímenes 6 4 especímenes 3 5 especímenes 4 6 especímenes 6 7 especímenes 2 9 especímenes 2 10 especímenes 1 11 especímenes 1 13 especímenes 2 14 especímenes 1 15 especímenes 2 16 especímenes 1 17 especímenes 1 18 especímenes 1 29 especímenes 1 30 especímenes 1 31 especímenes 2 32 especímenes 1 39 especímenes 1 51 especímenes 1 53 especímenes 1 7 Nota: Cuadro realizado por Róger González Tenorio con base en los resultados presentados en el cuadro Número 2. 78 92 especímenes 121 especímenes 133 especímenes 157 especímenes 162 especímenes 204 especímenes 209 especímenes 1 2 1 1 1 1 1 Del cuadro anterior podemos concluir que existen 45 especies (muy poco comunes) que tienen entre 1 a 10 individuos colectados, 9 especies (poco comunes o raras) con 11 a 20 representantes, 6 especies (comunes) con 21 a 50 especímenes colectados y 10 especies (muy comunes) que tienen más de 50 especímenes colectados. O sea, que la gran mayoría de especies (más del 50%) tienen muy pocos individuos y hay pocas especies que tienen bastantes especímenes colectados, lo cual es un fenómeno muy normal dentro de bosques y ecosistemas no alterados (Flowers, Conversación personal). La información del cuadro 3 presentada en forma de gráfico permite ver de una manera muy clara el fenómeno natural anteriormente descrito, de manera que en la curva de acumulación de especies respecto a los individuos que existen de cada una de ellas en los bosque naturales, la asintótica siempre será decreciente. Gráfico 1. Número acumulado de especímenes por especie. 8 16 14 Especies 12 10 8 6 4 2 4 20 7 15 1 12 53 39 31 29 17 15 13 10 7 5 3 1 0 Individuos 8 Nota: Gráfico desarrollado por Róger González Tenorio y R. Wills Flowers con base en los datos del cuadro Número 3. 79 Cuadro 4. Análisis de abundancia de cada especie de acuerdo a los resultados obtenidos durante la investigación9 y presentados en el cuadro 2. 1. Acallepitrix sp. Es una especie muy rara, pues durante el período de la investigación se colectó sólo un espécimen y se obtuvo mediante las trampas amarillas en la época lluviosa, por lo cual representa el 100% de la colecta de la especie. 2. Acalymma subaeneum También es una especie muy rara, pues se colectó sólo un espécimen y se obtuvo mediante las trampas de Malaise en la época seca, por lo cual representa el 100% de la colecta de la especie. 3. Antitypona sp. Es una especie bastante común, pues se colectó mediante todos los métodos de colecta y estuvo presente prácticamente en ambas épocas del año: seca (excepto por la trampa de intersección y red de barrido y de Noyes) y mayormente en la época lluviosa, pues claramente se nota que en todas las metodologías de colecta se colectaron más especímenes en la época lluviosa que en la época seca: 8 contra 1 en las trampas amarillas, 29 contra 9 en las trampas de Malaise, 16 contra 5 en golpe de vegetación, 6 contra 3 en la colecta directa, 23 contra 1 en las trampas de luz, 19 contra 0 en las trampas de intersección y 1 contra 0 en la red de barrido y Noyes. Por otro lado, de acuerdo a los porcentajes de especímenes colectados por método de colecta, se tiene que en orden decreciente el método donde más cayeron especímenes de Antitypona sp. fue las trampas de Malaise (38 especímenes = 31.40%), seguido están las trampas de luces, donde se colectaron 24 especímenes (19.83%); después está el golpe de vegetación con sombrereta mediante la cual se colectaron 21 especímenes (17.35%); le sigue las trampas de intersección, en donde cayeron 19 especímenes (15.70%); luego están las trampas amarillas y la colecta directa, en cada una de las cuales se colectaron 9 especímenes (7.44%) y por último está la red de barrido y de Noyes, en la cual solamente se obtuvo 1 individuo (0.83%). 4. Brasilaphthona sp. 1 Es una especie muy rara, pues durante el período de la investigación se colectó solamente un espécimen y se obtuvo mediante las trampas amarillas en la época lluviosa, por lo cual representa el 100% de la colecta de la especie. 5. Brasilaphthona sp. 2 Es una especie muy rara, pues se colectó sólo un espécimen y se obtuvo mediante las trampas de Malaise en la época lluviosa, por lo cual representa el 100% de la colecta de la especie. 9 Esto quiere decir que son los más comunes tomando en cuenta únicamente el período del tiempo en el cual se desarrolló la investigación y no necesariamente en otras épocas, en las cuales puede variar la abundancia relativa de cada especie. 80 6. Brasilaphthona sp. 3 Esta especie es un poco rara, pues los 4 especímenes colectados se obtuvieron durante la época lluviosa: 2 especímenes mediante las trampas amarillas y otros 2 mediante las trampas de Malaise, con lo cual cayó un 50% en cada una de esas dos metodologías de colecta. 7. Cephaloleia gilvipes Es una especie común cuyos representantes se colectaron en la época lluviosa (excepto 1 espécimen colectado en forma directa que equivale al 3.23% de los especímenes colectados). Los 30 especímenes que se colectaron durante la época lluviosa equivalen al 96.77% de los individuos de Cephaloleia gilvipes, de los cuales 1 espécimen se colectó en las trampas de Malaise (3.23%), 27 individuos más se colectaron mediante golpe de vegetación (cifra que representa la gran mayoría si se compara cantidad de especímenes colectados por método de colecta: 87.10%) y solamente 2 especímenes se capturaron por medio de colecta directa (6.45%). 8. Chaetocnema sp. Esta especie es poco común: 15 especímenes colectados equitativamente en ambas épocas del año: 3 especímenes (20%) se colectaron mediante las trampas amarillas (2 en la época seca y 1 en la lluviosa), 6 especímenes más (40%) se colectaron durante la época lluviosa por medio de la sombrereta (golpe de vegetación) y otros 6 especímenes (40%)se lograron capturar directamente: 1 en época seca y 5 en época lluviosa; de manera que las metodologías de colecta directa y trampas amarillas son las que más especímenes de Chaetocnema sp. aportaron. 9. Cochabamba sp. 1 Es una especie muy común. En su mayoría (69.14%) los especímenes se obtuvieron mediante las trampas de luces: 69 individuos en la época seca y 43 en la lluviosa. Otro porcentaje importante (25.93%) se obtuvo de la colecta directa: 10 y 32 especímenes colectados en la época seca y lluviosa respectivamente. Otros 7 especímenes se colectaron mediante las trampas de Malaise (todos en época lluviosa) y 1 espécimen se colectó con sombrereta (golpe de vegetación) en la época lluviosa, de manera que durante la época seca se lograron colectar 79 de los especímenes (48.76%) de Cochabamba sp. 1 y en época lluviosa se colectaron 83 individuos (51.24%), lo cual deja observar que la presencia de la especie a través del año fue muy estable. 10. Cochabamba sp. 2 Especie poco común de la que se colectaron sólo 9 especímenes, todos en la época seca: 5 especímenes (55.55%) se obtuvieron de las trampas con luces, 3 individuos más se colectaron en forma directa (33.33%) y 1 espécimen se capturó mediante las trampas amarillas (11.11%). 11. Cryptocephalus sp. 1 Es una especie muy poco común: únicamente se colectaron 3 especímenes (1 en Malaise, 1 en golpe de vegetación y otro mediante colecta directa) todos en la época lluviosa. 81 12. Cryptocephalus sp. 2 Es una especie muy poco común, pues colectaron únicamente 2 especímenes, ambos en época seca y mediante las trampas de Malaise. 13. Diabrotica sp. 1 También se trata de una especie muy poco común, ya que durante todo el proceso de la investigación se lograron capturar únicamente 3 especímenes, todos (100%) en la época lluviosa y mediante las trampas de luces. 14. Diabrotica sp. 2 Es una especie muy rara pues se logró capturar sólo 1 espécimen, el cual se obtuvo durante la época seca y mediante colecta directa. 15. Dinaltica sp. Esta es una especie relativamente abundante (17 especímenes colectados) que se logró capturar casi mediante todas las metodologías excepto en las trampas de luces y en la red de barrido y Noyes. En su mayoría, los especímenes colectados se obtuvieron durante la época seca: en las trampas amarillas se colectaron 7 especímenes (41.18%) en época seca y 2 especímenes (11.77%) en época lluviosa. En las trampas de Malaise se colectaron 3 especímenes (17.65%) en la época seca y 1 (5.69%) en la lluviosa; tanto en golpe de vegetación con sombrereta como mediante la colecta directa se colectó 1 espécimen en la época seca (5.88%) y 0 en la lluviosa. En las trampas de intersección se colectaron 2 especímenes (11.77%) uno en cada época del año, con lo cual el resultado final de la cantidad de especímenes de Dinaltica sp. colectados en cada época del año llega a 13 individuos (76.28%) en época seca y a 4 (23.72%) en la época lluviosa. 16. Diphaltica sp. Es una especie muy rara, pues el único espécimen colectado se obtuvo mediante las trampas de luz instaladas durante la época lluviosa. 17. Dryadomolpus sp. Es una especie bastante común que se obtuvo mediante casi todas las metodologías de colecta empleadas en esta investigación, excepto en las trampas de luz y red de barrido y de Noyes. En las trampas amarillas se colectaron 11 especímenes en la época seca (5.26%) mientras que sólo 7 (3.34%) se colectaron durante la época lluviosa. Por otra parte, en las trampas de Malaise se colectaron 18 especímenes en la época seca (8.61%) contra 29 (13.88) que se colectaron en época lluviosa. Haciendo golpe de vegetación con sombrereta se colectaron 80 especímenes en la época lluviosa (38.27%) y apenas 15 en la época seca (7.18%). Mediante la colecta directa se colectaron 36 especímenes en época seca (17.22%) mientras que solamente 3 se colectaron en la época lluviosa (1.44%). Por otra parte, en las trampas de intersección se colectaron 1 (0.48%) y 9 (4.30%) especímenes en la época seca y lluviosa respectivamente. Como resultado tenemos que el 38.76% de los especímenes (81 individuos) de Dryadomolpus sp. que se colectaron se obtuvieron durante la época seca, en tanto que en la época lluviosa de lograron colectar 128 especímenes que corresponden al 61.24% 82 18. Epitrix sp. Es una especie muy común, cuya gran mayoría (124 especímenes = 93.23%) se colectó mediante las trampas amarillas, de estos 124 individuos, 79 (59.40%) se colectaron en la época seca y 45 (33.83%) se colectaron durante la época lluviosa. Utilizando las trampas de Malaise se lograron colectar 8 especímenes: 7 de ellos (5.26%) durante la época lluviosa y solamente 1 (0.75%) en la época seca. Únicamente 1 espécimen se colectó en forma directa (manual). En conclusión, el 60.15% de los especímenes (80 individuos) de esta especie que se colectaron se obtuvieron durante la época seca, mientras que en la época lluviosa se colectaron 53 especímenes que representan un 39.84%. 19. Exoceras sp. 1 Esta es otra de las especies bastante comunes, pues se colectaron 91 especímenes, la mayoría de los cuales (45 individuos = 49.45%) se colectaron mediante las trampas amarillas: 16 (17.58%) en época seca y 29 (31.87%) en época lluviosa. Otra de las metodologías que aportó bastante material de esta especie fue la colecta directa: 19 individuos colectados en época seca y 2 colectados en época lluviosa para un total de 21 especímenes. Golpeando la vegetación se lograron capturar 12 especímenes: 7 (7.69%) en época seca y 5 (5.49%) en época lluviosa. En la trampas de Malaise se colectaron 9 especímenes (9.89%): 1 (1.10%) en época seca y 8 (8.79%) en época lluviosa. Sólo 2 especímenes (2.20%) se colectaron en las trampas de intersección, ambos en la época seca. En las trampas de luz y redes de barrido y de Noyes se capturó un espécimen en cada una de ellas, ambos en la época lluviosa. Analizando estos datos tenemos que el 49.45% de los especímenes de Exoceras sp.1 (45 individuos) se colectaron en época lluviosa, mientras en que en la época seca se colectaron 46 especímenes (50.55%), de lo cual se concluye que la presencia de esta especie a lo largo del año fue muy estable. 20. Exoceras sp. 2 Es una especie muy poco común de la cual se colectaron únicamente 3 especímenes: 2 (66.66%) en época lluviosa y 1 solo espécimen (33.33%) en época seca, todos con golpe de vegetación (sombrereta). 21. Exoceras sp. 3 Se trata de una especie muy común de la cual se capturaron 204 especímenes; la gran mayoría de ellos (184 especímenes = 90.02%) se colectaron por medio de las trampas amarillas: 27 (13.24%) en la época seca y 157 (76.96%) en la época lluviosa. En las trampas de Malaise se colectaron 4 especímenes (1.96%), 3 de ellos en la época lluviosa y el otro en la época seca. Además, sólo en la época lluviosa se colectaron 2 (0.98%), 6 (2.94%), 7 (3.43%) y 1 (1.10%) especímenes en las metodologías de golpe de vegetación, colecta directa, trampas de intersección y redes de barrido y de Noyes respectivamente, lo cual deja muy en claro que esta especie predomina -en número de especímenes colectados- en la época lluviosa (89.27%), mientras que en la época seca se colectaron 28 especímenes que representan el 13.73% de la especie. 83 22. Genaphthona sp. Es una especie poco común de la cual se lograron colectar 16 especímenes. Un 50% de ellos se colectaron en las trampas amarillas: 7 en época seca y 1 en época lluviosa. El restante 50% se colectó de la siguiente manera: 5 especímenes se colectaron mediante las trampas de Malaise: todos en época seca. En las trampas de intersección cayó solamente 1 espécimen y fue durante la época seca. En las metodologías de colecta golpe de vegetación (sombrereta) y colecta directa se capturó 1 espécimen en cada una de ellas, ambos en la época lluviosa. Retomando los datos tenemos que el 81.25% de los especímenes de esta especie se colectaron en época seca y sólo un 18.75% se colectó en época lluviosa. 23. Gioia sp. 1 Es una especie común de la cual se colectaron 32 especímenes, 18 de ellos (56.26%) mediante las trampas amarillas: 5 (15.63%) en la época seca y 13 (40.63%) en la lluviosa. 9 especímenes más se lograron capturar utilizando las trampas de Malaise: 6 en época seca y 3 en época lluviosa (18.75% y 9.37% respectivamente). En las metodologías de colecta golpe de vegetación y colecta directa se colectaron 2 (6.25%) y 3 (9.37%) especímenes respectivamente (todos en época seca) de manera que la presencia de la especie a través del período de la investigación fue muy estable (16 especímenes –50%- en total colectados en cada una de las épocas). 24. Gioia sp. 2 Es una especie poco común de la cual se colectaron solamente 4 especímenes: 2 (50%) en las trampas amarillas, 1 (25%) en las trampas de Malaise y 1 (25%), mediante golpe de vegetación (sombrereta), todos en la época seca. 25. Heikertingerella sp. Especie poco común de la cual se colectó únicamente 2 especímenes, ambos en las trampas amarillas: 1 en época seca y otro en época lluviosa. 26. Hypanthus sp. Es una especie poco común de la cual se colectaron 6 especímenes, 4 de ellos (66.66%) provienen de las trampas amarillas (1 (16.66%) de la época seca y 3 (50%) de la época lluviosa. Los otros 2 especímenes (33.33%) se colectaron mediante las trampas de intersección, ambos en la época lluviosa. De ahí que un 83.33% de los especímenes se colectaron en época lluviosa y un 16.66% se colectó en época seca. 27. Hypolampsis sp. 1 Especie poco común de la cual se colectaron 7 especímenes, 4 de ellos (57.14%) provienen de las trampas de Malaise: 2 en época seca y 2 en época lluviosa. Los restantes 3 especímenes se colectaron en las trampas amarillas, golpe de vegetación y trampas de intersección, 1 espécimen en cada una de ellas, todos en época lluviosa, de manera que el 71.44% se los especímenes se colectaron en época lluviosa y sólo un 28.56% se colectó en época seca. 84 28. Hypolampsis sp. 2 Especie común de la cual se colectaron 53 especímenes, la mayoría de los cuales (21 especímenes = 39.62%) se colectaron por medio de golpe de vegetación (12 especímenes –22.64%- en época seca y 9 especímenes –16.98%- en la época lluviosa). Otra fracción importante (14 especímenes = 26.42%) se colectaron en forma directa, todos en época lluviosa. 9 especímenes más (16.97%) se obtuvieron por medio de las trampas de Malaise: 7 (13.20%) en época seca y 2 (3.77%) en época lluviosa. Utilizando las trampas amarillas se lograron capturar 7 especímenes (13.20%) de esta especie (Hypolampsis sp. 2), 2 de ellos (3.77%) en época seca y 5 (9.43%) en época lluviosa. Tanto en las trampas de luces como en las trampas de intersección se logró capturar 1 espécimen (1.89%) en cada una de ellas, ambos en época lluviosa. Con estos datos se llega a la conclusión que de la especie Hypolampsis sp. 2 se lograron capturar 21 especímenes (39.62%) en época seca y 32 especímenes (60.38%) en época lluviosa: o sea que hay mayor abundancia de individuos de esta especie en la época lluviosa. 29. Hypolampsis sp. 3 Es una especie poco común de la cual se colectaron únicamente 3 especímenes: 2 de ellos (66.66%) se capturaron en las trampas amarillas (1 en cada época del año) y 1 espécimen (33.34%) se capturó en las trampas de intersección durante la época lluviosa. 30. Hypolampsis sp. 4 Es una especie poco común de la cual se colectaron 13 especímenes en total, de los cuales 10 (76.93%) se colectaron mediante las trampas de luz: 3 (23.08%) en época seca y 7 (53.85%) en época lluviosa. Otros 2 especímenes (15.38%) se capturaron mediante la colecta directa o manual, 1 espécimen (7.69%) en cada época del año. Finalmente, 1 sólo espécimen se colectó en las trampas amarillas y fue durante la época lluviosa, con lo que esta época (lluviosa) se convierte en la mejor época en la que se colectaron especímenes de Hypolampsis sp. 4 (9 especímenes que representan un 69.23% contra 4 individuos –30.77%- colectados en la época seca). 31. Hypolampsis sp. 5 Especie poco común de la que en total se colectaron 5 especímenes, 3 de ellos (60%) se capturaron por medio de las trampas de Malaise: 2 en época seca (40%) y 1 en época lluviosa (20%). Otro espécimen (20%) se colectó durante la época lluviosa mediante las trampas amarillas. Solamente 1 espécimen de Hypolampsis sp. 5 se colectó en forma directa y fue durante la época seca. 32. Isotes sexpunctata Es una especie muy extraña en el sitio de la investigación (Valle del Silencio) lo cual no se cumple en otros lugares, en donde Isotes sexpunctata es bastante común. El único espécimen capturado se obtuvo mediante colecta directa durante la época seca. 33. Lobispa sp. Es otra de las especies muy raras de encontrar, pues durante el período de la investigación, solamente se logró capturar 1 espécimen por medio de las Trampas de Malaise y en fue época lluviosa. 85 34. Longitarsus sp. 1 Especie poco común de la que se colectaron 9 especímenes en total, 6 de ellos (66.66%) en las trampas amarillas, 2 (22.22%) en las trampas de Malaise y 1 (11.11%) en las trampas de intersección. Durante la época seca se colectaron 3 especímenes (33.33%) mientras que en la época lluviosa se colectó el doble (6 especímenes = 66.66%). 35. Longitarsus sp. 2 La abundancia de individuos de esta especie es muy reducida, pues durante el período de la investigación solamente se colectaron 7 especímenes: 3 de ellos mediante las trampas amarillas (1 en época seca y 2 en época lluviosa), otros 2 especímenes se obtuvieron de las trampas de Malaise (ambos en época lluviosa) y 2 más se colectaron en forma directa (1 espécimen en cada época), de manera que la mayoría de los especímenes colectados (5 individuos = 71.43%) se obtuvieron durante la época lluviosa y sólo 2 (28.57%) durante la época seca. 36. Lupraea sp. 1 Es una especie muy rara de la cual se colectaron únicamente 2 especímenes: uno en cada época del año (el de la época lluviosa se colectó mediante las trampas amarillas y el de la época seca se colectó en forma directa). 37. Lupraea sp. 2 Esta especie es aún más rara, pues él único espécimen colectado se obtuvo de las trampas de Malaise durante la época lluviosa. 38. Lupraea viridis Se trata de una especie relativamente común que puede encontrarse con frecuencia en ambas época del año. Durante el período de la investigación se colectaron 13 especímenes (41.93%) en la época lluviosa y 18 especímenes (58.07%) en la época seca. El método de colecta más eficiente para capturar esta especie fue la colecta directa, mediante la cual se obtuvieron 26 especímenes (lo cual representa el 83.87% de los especímenes de esta especie colectados). Mediante golpe de vegetación se capturaron 4 especímenes (12.90%) y 1 espécimen se colectó en época seca mediante las trampas de Malaise. 39. Margaridisa sp. Es una especie de la cual se colectaron 30 especímenes, lo cual la hace relativamente común. Sin embargo la mayor proporción de individuos de esta especie colectados se obtuvo durante la época lluviosa: 21 especímenes (que representan el 70% de la especie), de manera que durante la época seca solamente se colectaron 9 individuos (30%). De los 30 especímenes colectados, 13 (43.22%) se obtuvieron mediante las trampas de Malaise, 12 (40%) de las trampas amarillas, 3 (10%) con golpe de vegetación y 2 (6.67%) mediante la colecta directa. 86 40. Metrioidea sp. 1 Esta es una especie bastante común que cuenta con 51 especímenes colectados, 49 de los cuales se capturaron en el período de la época seca (esta cantidad equivale al 96.07% de la colecta de la especie). Los otros 2 especímenes se colectaron en época lluviosa: uno mediante las trampas de Malaise y el otro con golpe de vegetación (sombrereta). Analizando los datos del cuadro 2, tenemos que 1 sólo espécimen Metrioidea sp. 1 se colectó en las trampas de luz, 25 especímenes (49.02%) se colectaron en forma directa o manual, 18 (35.29%) se capturaron haciendo golpe de vegetación y 7 individuos más (13.72%) se obtuvieron de las trampas de Malaise. 41. Metrioidea sp. 2 Esta especie es poco común, pues de ella se colectaron únicamente 14 especímenes, de los cuales 6 (42.85%) se obtuvieron de las trampas de Malaise, 4 (28.57%) se capturaron en las trampas de luz, 2 (14.29%) se colectaron en forma directa y en las trampas de intersección y amarillas cayó 1 espécimen en cada una de ellas. Otro dato importante es que la mayoría de los especímenes colectados (12 individuos, que representan el 85.71%) se capturaron durante la época lluviosa, mientras que solamente 2 de ellos (14.29%) se colectaron en la época seca. 42. Metrioidea sp. 3 Se trata de una especie poco común de la que en total se colectaron 13 especímenes, la gran mayoría de ellos (12 individuos que representan el 92.31%) se capturaron en época lluviosa y sólo 1 espécimen (7.69%) se colectó en época seca. De los 13 especímenes colectados, 5 se capturaron en forma directa, 3 por medio de las trampas de Malaise, 3 mediante las trampas de luz y 2 con golpe de vegetación. 43. Metrioidea sp. 4 Es una especie muy rara de la cual se colectaron únicamente 2 especímenes, ambos mediante golpe de vegetación en época seca. 44. Metrioidea sp. 5 Al igual que la especie anterior, es una especie muy poco común de la que se colectaron solamente 5 especímenes, todos ellos se capturaron por medio de la sombrereta (golpe de vegetación) en la época seca. 45. Nasigona sp. Es otra de las especies poco comunes, de la cual se colectaron sólo 3 especímenes: 2 por medio de la colecta directa y 1 mediante las trampas de Malaise, todos en la época seca. 46. Neodiphaulaca sp. Es una especie relativamente común de la que se colectaron 18 especímenes, la gran mayoría de ellos (15 individuos que representan el 83.33%) se capturaron durante la época seca, mientras que en la época lluviosa se capturaron solamente 3 (16.67%). En cuanto a los especímenes capturados por metodología de colecta tenemos que mediante las trampas amarillas se colectaron 7 especímenes (38.89%), mediante las trampas de Malaise se colectaron 6 especímenes (33.33%), otros 3 especímenes (16.67%) se colectaron en forma directa y sólo 2 individuos se capturaron utilizando la sombrereta (golpe de vegetación). 87 47. Neothona sp. Especie muy poco común de la cual solamente se lograron capturar 3 especímenes, todos mediante las trampas amarillas: 2 individuos en época seca y 1 en época lluviosa. 48. Oomorphus sp. Esta especie también es muy poco común. De ella se colectaron solamente 2 especímenes: 1 mediante las trampas de Malaise y 1 colectado en forma directa, ambos capturados en época seca. 49. Paratriarius sp Especie poco común de la que solamente se colectaron 5 especímenes, 3 de ellos en época seca y 2 en época lluviosa. En las trampas de Malaise y mediante colecta directa se capturó 1 espécimen en cada una de ellas. Los restantes 3 especímenes se colectaron mediante las trampas de luz. 50. Philactitus sp. Especie poco común de la cual sólo 1 de los 11 especímenes colectados se capturó en época seca, el cual se colectó mediante golpe de vegetación. Los restantes 10 especímenes se colectaron en la época lluviosa de la siguiente manera: 1 espécimen mediante las trampas amarillas, 8 individuos mediante las trampas de Malaise y 1 espécimen mediante las trampas de intersección. 51. Platyphora decorata Es una especie sumamente rara, pues solamente se logró capturar 1 espécimen durante la época seca y de forma manual. 52. Platyphora panamensis Es otra especie sumamente rara, pues solamente se logró capturar 1 espécimen durante la época seca y de forma manual. 53. Sphaeronychus fulvus Es una de las especies más comunes. De ella se lograron capturar 121 especímenes, de los cuales 32 individuos (26.44%) se capturaron en la época seca y los restantes 89 especímenes (73.56%) se colectaron en la época lluviosa, lo cual apunta hacia una mayor abundancia de individuos durante la época lluviosa, quizá debido a un aumento en el tamaño de la población. Además, la metodología de colecta que más frutos rindió en la colecta de esta especie en particular fue las trampas de Malaise, mediante las cuales se logró capturar el 78.5% de los especímenes de Sphaeronychus fulvus colectados (95 de 121). Por medio de las trampas amarillas se colectaron 11 especímenes que representan el 9.09% y en las trampas de intersección cayeron 8 especímenes (6.61%). Por otro lado, mediante golpe de vegetación y colecta directa se lograron capturar 6 (4.96%) y 1 (0.83%) especímenes respectivamente. 88 54. Sphaeronychus sp. Especie bastante extraña de la cual solamente se logró capturar 1 espécimen -en época lluviosa- mediante la técnica de golpe de vegetación. 55. Stenispa sp. De esta especie se lograron capturar 30 especímenes, 20 de los cuales (66.66%) se colectaron por medio de la técnica de golpe de vegetación: 16 en época lluviosa y 4 en época seca. Mediante la colecta directa se capturaron otros 7 especímenes (23.34%): 5 en época lluviosa y 2 en época seca. 2 especímenes más cayeron en las trampas de Malaise (1 espécimen en cada época). Por medio de las redes de barrido y de Noyes se capturó 1 sólo espécimen, casualmente en la época lluviosa. Resumiendo, tenemos que en la época lluviosa se logró capturar el 76.66% de la especie (23 especímenes) y que durante la época seca se colectó el 23.34% de la especie (7 especímenes). 56. Stolas sp. Esta especie es bastante extraña en un sitio como el Valle del Silencio, pero es muy común en otros sitios de menor altitud como Casa Coca y Altamira (lugares que están en el sendero hacia el Valle del Silencio). De esta especie solo se logró capturar 2 especímenes, los cuales se colectaron durante la época seca y mediante la técnica de colecta directa. 57. Syphrea sp. 1 Sin duda, esta es una de las especies más abundantes, pues se ella se colectaron 157 especímenes que provienen de todas las metodologías de colecta y de ambas épocas del año. Sin embargo, fue mediante las trampas amarillas que se logró capturar la mayoría de estos insectos: 96 especímenes que representan el 61.14% de la especie (38 y 58 individuos en la época seca y lluviosa respectivamente). La colecta directa permitió capturar 19 especímenes (12.10% de la especie): 3 individuos en época seca y 16 en la lluviosa. Golpeando la vegetación se colectaron 18 especímenes (11.46%): 3 en época seca y 15 en época lluviosa. Con las redes de Noyes y de barrido se capturaron 12 especímenes (7.64%), todos en época lluviosa. Por medio de las trampas de Malaise se colectaron 10 especímenes (6.37%) 3 en época seca y 7 en época lluviosa. Mediante las trampas de intersección y de luces se colectó 1 espécimen en cada una (ambas en época lluviosa). 58. Syphrea sp. 2 Esta es una especie poco común de la que en total se colectaron 5 especímenes, de los cuales 4 (80%) se capturaron por medio de las trampas amarillas (2 individuos en cada época -seca y lluviosa.-) Solamente 1 espécimen se colectó golpeando la vegetación. 59. Syphrea sp. 3 Otra especie rara de la que se colectó solamente 1 espécimen, el cual se capturó en las trampas amarillas durante la época lluviosa. 89 60. Syphrea sp. 4 Especie muy poco común de la que en total se colectaron 2 especímenes, ambos se capturaron en las trampas amarillas durante la época seca. 61. Syphrea sp. 5 De esta especie se colectó únicamente 1 espécimen, el cual se capturó golpeando la vegetación durante la época lluviosa. 62. Syphrea sp. 6 Especie poco común de la que se colectaron 4 especímenes, 2 de ellos se capturaron en las trampas amarillas durante la época lluviosa, 1 se colectó golpeando la vegetación en época seca y el otro se colectó en forma directa durante la época lluviosa. 63. Varicoxa sp. Es una especie poco común de la cual se colectaron 15 especímenes repartidos de la siguiente manera: en las metodologías de colecta golpe de vegetación y trampas amarillas se capturaron 4 especímenes (26.67%) en cada una de ellas, en la primera (golpe de vegetación) los 4 individuos se colectaron durante la época lluviosa y en la segunda (trampas amarillas) se colectaron 3 individuos en la época seca y 1 en la lluviosa. En las trampas de Malaise se colectaron 3 especímenes (20.0%): 1 en época seca y 2 en época lluviosa. Mediante la colecta directa y las trampas de intersección se colectaron 4 especímenes: 2 en cada una de ellas, 1 en cada época del año. Resumiendo, se colectaron 6 especímenes (40.0%) durante la época seca y 9 especímenes (60.0%) durante la época lluviosa. 64. Walterianella sp. 1 Es una de las especies comunes. De ella se colectaron 39 especímenes, la mayoría de los cuales (22 individuos = 56.41%) se capturaron en forma directa: 2 especímenes en época seca y 20 en la lluviosa. En las trampas de Malaise cayeron 13 especímenes (33.34%): 4 en época seca y 9 en la lluviosa. Golpeando la vegetación se colectaron 3 especímenes (7.69%), todos en época seca. En las trampas amarillas cayó sólo 1 espécimen (durante la época lluviosa). En resumen, esta especie parece presentar un aumento de población durante la época lluviosa, en la cual se colectaron 30 especímenes contra sólo 9 que se capturaron durante la época seca. 65. Walterianella sp. 2 Especie poco común de la que se colectaron 10 especímenes, de los cuales 6 (60.0%) se capturaron en forma directa (3 individuos en la época seca y 3 en la lluviosa). Los restantes 4 especímenes se colectaron durante la época seca mediante las trampas amarillas, trampas de Malaise, trampas de luz y golpe de vegetación (1 espécimen en cada una de dichas metodologías de colecta), de manera que 7 de los 10 especímenes (70.0%) se colectaron en época seca. 66. Walterianella sp. 3 Especie muy poco común de la cual se colectaron 2 especímenes (ambos en época seca): 1 golpeando la vegetación y el otro en forma directa. 90 Comparación entre el número de especímenes colectados por cada época (seca y lluviosa) Al sumar los subtotales de los especímenes colectados durante la época lluviosa de cada una de las metodologías de colecta (en su respectivo orden: trampas amarillas, trampas de Malaise, golpe de vegetación, colecta directa, trampas de luz, trampas de intersección y redes de barrido y de Noyes) tenemos el siguiente resultado: 367 + 225 + 200 + 141 + 87 + 51 + 16 = 1087 especímenes, lo cual corresponde al 61.94% 10 del total de los especímenes colectados durante el proceso de la investigación. Aplicando el mismo razonamiento para los especímenes colectados durante la época seca obtenemos el siguiente resultado: 232 + 108 + 89 + 147 + 83 + 9 + 0 = 668 especímenes, cantidad que representa el 38.06% del total de los especímenes colectados durante el proceso de la investigación. Con estos resultados se concluye que durante la época lluviosa se colectó una mayor cantidad de especímenes de Chrysomelidae. Comparación entre el número total de especímenes colectados por cada método de colecta Haciendo una sumatoria de los subtotales de los especímenes colectados en la época seca, mas los especímenes de la época lluviosa de cada metodología de colecta, obtenemos los siguientes resultados: en las trampas amarillas se logró colectar la mayor cantidad de especímenes: 599 individuos que representan el 34.13% del total de especímenes colectados (1755), en las trampas de Malaise cayeron 333 especímenes: un 18.97% del total de los especímenes colectados. La metodología de colecta golpe de vegetación permitió capturar 289 especímenes, o sea, el 16.47% del total de la colecta, porcentaje muy similar al de la metodología de colecta directa (16.41%) mediante la cual se colectaron 288 especímenes. A las trampas de luz llegaron en total 170 Crisomélidos (9.69%), en tanto que con las trampas de intersección se colectaron 60 especímenes de Chrysomelidae (3.42%) y sólo un 0.91% (16 especímenes) se colectaron por medio de las redes de barrido y de Noyes. De acuerdo a los resultados obtenidos para esta investigación (recordando de nuevo que estos números pueden cambiar fácilmente al variar por ejemplo la cantidad de trampas instaladas o las condiciones del tiempo atmosférico), se concluye que la metodología de colecta que más frutos rindió en cuanto a cantidad de especímenes fueron las trampas amarillas. Le siguen (en orden descendente) las trampas de Malaise, golpe de vegetación (sombrereta), colecta directa o manual, trampas de luz, trampas de intersección y redes de barrido y de Noyes. Comparación entre el número de especies colectadas por cada época (seca y lluviosa) Si hacemos un recuento de todas las especies que se colectaron en cada una de las épocas, obtenemos el siguiente resultado: de las 66 especies colectadas, 50 de ellas (75.76%) se capturaron durante la época lluviosa. Para la época seca tenemos que se colectaron 55 de esas 66 especies, lo cual representa un 83.33% (lógicamente hay especies repetidas que cuentan en número para ambas épocas; las exclusivas de cada época se analizan en seguida). En conclusión, aunque en la época lluviosa se colectó mucho más cantidad de especímenes que en la época seca, pareciera irónico, pero fue precisamente en la época seca cuando se colectó la mayor cantidad (y por ende, diversidad) de especies. 10 Estos porcentajes se calculan mediante la sencilla regla de tres. 91 Número total de especies colectadas por método de colecta y su respectivo porcentaje con respecto al total de las especies La metodología de colecta que más especímenes permitió capturar no necesariamente fue la que más cantidad de especies (biodiversidad) permitió inventariar. De esta manera, la metodología de colecta directa permitió colectar 40 de las 66 especies de Crisomélidos inventariadas, lo cual representa el 60.60%. En las trampas de Malaise cayó una especie menos que en la colecta directa: 39 en total, eso significa que este tipo de metodología tuvo un rendimiento del 59.09%. Por su parte, las trampas amarillas aportaron 38 especies de las 66 que en total se colectaron (un 57.57%). El golpe de la vegetación con sombrereta permitió capturar 34 especies (51.51%), o sea, que casi la mitad de las especies de Chrysomelidae inventariadas se lograron capturar mediante este método de colecta. En las trampas de intersección, trampas de luz y redes de barrido y de Noyes se colectaron 16, 14 y 5 especies respectivamente. Comparación entre el número de especies exclusivas colectadas por cada época (seca y lluviosa) Analizando el cuadro 2, durante la época seca se colectaron 14 especies exclusivas de ese período, es decir, que no se colectaron durante la época lluviosa. Por otra parte, durante la época lluviosa se colectaron 13 especies que aparecieron únicamente en ese lapso de tiempo que presenta una mayor precipitación. De nuevo la época seca “rindió mayores frutos” que la lluviosa, en cuanto a diversidad biológica se refiere. Comparación entre el número de especies exclusivas colectadas por cada metodología de colecta En este caso, coincide la metodología de colecta que más cantidad de especímenes permitió colectar con la que más especies únicas (que no se colectaron mediante otras metodologías) permitió capturar: las trampas amarillas; en ellas se colectaron 6 especies exclusivas que no hubiera sido posible inventariar sin haber incluido tales trampas en la metodología de colecta de esta trabajo. De este mismo modo, las trampas de Malaise, la colecta directa y el golpe de vegetación aportaron 15 especies exclusivas (5 para cada una de ellas) que justifican muy bien el uso de tales metodologías de colecta en el trabajo de campo de esta investigación. Las trampas de luz y las de intersección permitieron capturar 2 y 1 especies exclusivas para cada una de ellas respectivamente. La redes de barrido y de Noyes no aportaron especies exclusivas para tales metodologías de colecta al menos durante el período de tiempo de esta investigación. Nota: Cuadro realizado por Róger González Tenorio con base en el análisis de los datos del cuadro Número 2. 92 Cuadro 5. Número de especies en común colectadas por época (seca o lluviosa) entre las diferentes metodologías de colecta empleadas y su respectivo índice de similitud según el Coeficiente de Similitud de Jaccard (Moreno, 2001). Metodologías de colecta Colecta directa o manual Trampas de Malaise Trampas amarillas Colecta directa o manual Trampas de Malaise Trampas Golpe de vegetación (sombrereta) Trampas de intersección Trampas de luz Red de barrido y Noyes 17 19 (0.42) (0.53) 29 (0.58) 12 18 15 21 (0.27) (0.44) (0.39) (0.49) amarillas 24 (0.44) 24 (0.45) 12 17 14 16 11 13 Golpe de (0.31) (0.56) (0.41) (0.44) (0.30) (0.30) vegetación (sombrereta) 25 (0.51) 25 (0.52) 21 (0.41) 4 7 6 11 7 13 4 8 Trampas (0.12) (0.26) (0.21) (0.34) (0.27) (0.38) (0.16) (0.30) de intersección 7 (0.14) 14 (0.34) 16 (0.42) 12 (0.32) 7 8 5 7 3 6 3 6 1 4 Trampas (0.20) (0.26) (0.17) (0.21) (0.09) (0.15) (0.11) (0.22) (0.07) (0.20) de luz 12 (0.29) 10 (0.23) 8 (0.18) 8 (0.31) 5 (0.20) 0 5 0 5 0 4 0 5 0 4 0 3 Red de (0) (0.20) (0) (0.16) (0) (0.11) (0) (0.23) (0) (0.20) (0) (0.23) barrido y Noyes 5 (0.12) 5 (0.13) 4 (0.13) 5 (0.15) 4 (0.29) 3 (0.31) Nota: Cuadro realizado por Róger González Tenorio con base en los datos presentados en el cuadro Número 2. Los respectivos índices de similitud se desarrollaron por aparte mediante la fórmula de Jaccard (pág. 84) y solamente se presentan los resultados. 93 Previo al análisis de los datos presentados en el cuadro anterior, intentaré explicar en forma resumida la forma en que se obtuvieron tales datos, ya que aquí importa conocer tanto los resultados como la forma en que se llegó a ellos, aunque sin profundizar demasiado en el tema de la matemática. Según Moreno, 2001, los estudios sobre la medición de la biodiversidad se han centrado en la búsqueda de parámetros para caracterizarla como una propiedad emergente de las comunidades ecológicas. Sin embargo, las comunidades no están aisladas en un entorno neutro. En cada unidad geográfica, en cada paisaje se encuentra un número variable de comunidades. Por ello, para comprender los cambios de la biodiversidad con relación a la estructura del paisaje, la separación de los componentes alfa, beta y gamma (Whittaker, 1972) puede ser de gran utilidad, principalmente para medir y monitorear los efectos de las actividades humanas (Halffer, 1998). La diversidad alfa es la riqueza de especies de una comunidad particular a la que consideramos homogénea, la diversidad beta es el grado de cambio o reemplazo en la composición de especies entre diferentes comunidades de un paisaje, y la diversidad gamma es la riqueza de especies del conjunto de comunidades que integran el paisaje, resultante tanto de las diversidades alfa como de las diversidades beta (Whittaker, 1972). En un siglo de tantas transformaciones de los ecosistemas naturales, conviene en gran manera analizar la biodiversidad de esta manera, pues una simple lista de las especies que habitan en un sitio determinado no es la gran cosa. Si el objetivo final es hacer un monitoreo del efecto de los cambios en el ambiente, se necesita contar con información de la diversidad biológica tanto en las comunidades naturales como en las intervenidas (diversidad alfa), así como la tasa de cambio en la biodiversidad entre distintas comunidades de un mismo sitio (diversidad beta) para conocer su contribución a nivel regional (diversidad gamma) y así diseñar estrategias de conservación e implementar acciones concretas a escala local (Moreno, 2001). Ahora bien, entre los tres tipos de mediciones de la biodiversidad ya mencionados (alfa, beta y gamma), en esta sección se escogió la medición de la diversidad beta o entre hábitats, porque es el grado de reemplazamiento de especies (cambio biótico) a través de gradientes ambientales (Whittaker, 1972 citado por Moreno, 2001). La diferencia entre esos tres tipos de diversidades es que las diversidades alfa y gamma se pueden medir fácilmente en función del número de especies, mientras que la diversidad beta se basa en proporciones o diferencias (Magurran, 1998 citado por Moreno, 2001) que se pueden evaluar con base en índices o coeficientes de similitud, de disimilitud o de distancia entre las muestras a partir de: a-) Datos cualitativos como la presencia o ausencia de especies, b-) Cuantitativos como la abundancia proporcional de cada especie medida como número de individuos, biomasa, densidad, etc. c-) Índices de diversidad beta propiamente dichos (Magurran, 1998; Wilson y Shmida, 1984 citados por Moreno, 2001). Los índices de similitud / disimilitud como el Coeficiente de Similitud de Jaccard, expresan el grado en que dos muestras (en el caso de esta investigación, las especies o especímenes colectados en la época seca son una muestra y los colectados en la época lluviosa son otra muestra) son semejantes entre sí por las especies que hay en cada una de ellas (Moreno, 2001). 94 El Coeficiente de Similitud de Jaccard se expresa por la fórmula matemática: I j = ____c___ a+b–c donde a = número de especies presentes en la muestra o sitio A (época seca) b = número de especies presentes en la muestra o sitio B (época lluviosa) c = número de especies presentes en ambas muestras o sitios. El intervalo de valores para este índice va de 0 (cero) cuando no hay especies compartidas entre ambas muestras (o sitios), hasta 1 (uno) cuando las dos muestras o sitios tienen la misma composición de especies (Moreno, 2001). Al repasar una y otra vez los datos del cuadro 2, es como se obtuvieron los datos del cuadro 5, donde se presenta el número de especies en común que se colectaron en las dos épocas del año y entre dos metodologías de colecta: trampas de Malaise Vrs. colecta directa, trampas amarillas Vrs. colecta directa, trampas amarillas Vrs. trampas de Malaise, golpe de vegetación Vrs. colecta directa, golpe de vegetación Vrs. trampas de Malaise, golpe de vegetación Vrs. trampas amarillas, trampas de intersección Vrs. colecta directa, trampas de intersección Vrs. trampas de Malaise, trampas de intersección Vrs. trampas amarillas, trampas de intersección Vrs. golpe de vegetación, trampas de luz Vrs. colecta directa, trampas de luz Vrs. trampas de Malaise, trampas de luz Vrs. trampas amarillas, trampas de luz Vrs. golpe de vegetación, trampas de luz Vrs. trampas de intersección, redes de barrido y de Noyes Vrs. colecta directa, redes de barrido y de Noyes Vrs. trampas de Malaise, redes de barrido y de Noyes Vrs. trampas amarillas, redes de barrido y de Noyes Vrs. golpe de vegetación, redes de barrido y de Noyes Vrs. trampas de intersección y redes de barrido y de Noyes Vrs. trampas de luz. La explicación de los datos presentados en el cuadro 5 es la siguiente: mediante las trampas de Malaise se colectaron 29 especies que también se obtuvieron mediante la colecta directa: de esas 29 especies (las cuales se buscaron una a una en el cuadro 2) hay 17 que se colectaron en la época seca tanto en las trampas de Malaise como en forma directa, y hay 19 especies que se colectaron en la época lluviosa mediante la colecta directa y en las trampas de Malaise, obviamente de esas 17 y 19 especies varias se repiten para la época lluviosa en la época seca y viceversa, de manera que la suma de 17 + 19 no es 29, esto sucede para el resto de los casos que se presentan a continuación. Los índices de similitud entre métodos de colecta y entre épocas del año (que aparecen entre paréntesis bajo cada cantidad de especies en común) se ordenaron en forma descendente en los cuadros 6, 7 y 8 para ser analizados por separado en una forma más legible. Continuando con el análisis de los datos del cuadro 5, al comparar las trampas amarillas con la colecta directa nos damos cuenta que hay 24 especies en común que se colectaron en cada una de ellas. De esas 24 especies, 12 se colectaron en la época seca de ambas metodologías de colecta (trampas amarillas y colecta directa) y 18 se colectaron en la época lluviosa tanto en las trampas amarillas como mediante colecta directa. Comparando las trampas amarillas con las trampas de Malaise, se concluye que hay 24 especies que fueron capturadas en ambas trampas, en este caso, de esas 24 especies hay 15 que se colectaron en época seca de ambas metodologías de colecta y 21 que se colectaron en la época lluviosa tanto en las trampas amarillas como en la Malaise. 95 A continuación se compara la metodología de golpe de vegetación con las metodologías: a-) Colecta libre: hay 25 especies en común que se colectaron en ambas metodologías de colecta, de las cuales 12 especies se colectaron en la época seca de cada una de dichas metodologías (golpe de vegetación y sombrereta) y 17 especies se colectaron en la lluviosa de ambas metodologías. b-) Trampas de Malaise: en estas trampas cayeron 25 especies que también se colectaron mediante golpe de vegetación. De esas 25 especies hay 14 que se capturaron en la época seca tanto en las trampas de Malaise como en golpe de vegetación y hay 16 especies que se colectaron en época lluviosa de ambas metodologías de colecta). c-) Trampas amarillas: golpeando la vegetación se colectaron 21 especies que también se colectaron en las trampas amarillas, de las cuales, 11 especies se capturaron en la época seca tanto de las trampas amarillas como del golpe de vegetación y 13 especies se colectaron durante la época lluviosa de cada una de dichas métodos de colecta). Ahora la comparación se da entre las trampas de intersección y: a-) Colecta directa: Hay 7 especies en común que se colectaron en ambas metodologías de colecta y de ellas, 4 se capturaron durante la época seca y 7 durante la lluviosa tanto en las trampas de intersección como en colecta directa. b-) Trampas de Malaise: en las trampas de Malaise se colectaron 14 especies que también se capturaron con las trampas de intersección, de esas 14 especies, 6 se colectaron en la época seca y 11 en la época lluviosa de cada una de dichas metodologías. c-) Trampas amarillas: en las trampas amarillas cayeron 16 especies que también se capturaron en las trampas de intersección. De ellas hay 7 especies que se colectaron en la época seca tanto en las trampas amarillas como en las trampas de intersección y hay 13 especies que se colectaron en la época lluviosa de ambas metodologías mencionadas). d-) Golpe de vegetación: hay 12 especies que se colectaron tanto mediante golpe de vegetación como en las trampas amarillas, 4 de esas especies coinciden en la época seca de cada una de dichas metodologías y otras 8 especies coinciden en la época lluviosa de las trampas de intersección y el golpe de vegetación. En seguida se compara las trampas de luz con: a-) Colecta directa: este tipo de colecta permitió colectar 12 especies que también se colectaron en las trampas de luz, de las cuales 7 especies coinciden en la época seca y 8 en la época lluviosa de ambas metodologías. b-) Trampas de Malaise: hay 10 especies que se capturaron en las trampas de Malaise que también llegaron a las trampas de luz, 5 de esas especies coincidieron en la época seca y 7 en la lluviosa. c-) Trampas amarillas: en las trampas amarillas se colectaron 8 especies que también cayeron en las trampas de luces, de esas 8 especies 3 coinciden en la época seca y 6 en la lluviosa. d-) Golpe de vegetación: al igual que en el caso anterior, de las 8 especies que se colectaron en total tanto en las trampas de luz como mediante golpe de vegetación, hay 3 que coinciden en la época seca y 6 en la lluviosa. e-) Trampas de intersección: de las 66 especies de Chrysomelidae colectadas en el Valle del Silencio, 5 de ellas se capturaron tanto en las trampas de luz como en las 96 trampas de intersección, de esas 5 especies 1 es común para la época seca de ambas metodologías y 4 lo son para la época lluviosa. Al comparar las redes de barrido y de Noyes con las metodologías de colecta directa, trampas de Malaise y trampas de intersección, nos damos cuenta que en cada uno de los casos hay 5 especies en común y que en las tres comparaciones, las especies coinciden únicamente para la época lluviosa. Para las comparaciones redes de barrido y de Noyes Vrs. Trampas amarillas y de intersección, se concluye que en cada uno de los casos hay 4 especies en común que coinciden únicamente en la época lluviosa. Finalmente, hay 3 especies en común capturadas tanto en las trampas de luz como en las redes de barrido y de Noyes, las cuales coinciden únicamente para la época lluviosa. El cuadro Nº 6 presenta las comparaciones hechas entre las diferentes metodologías de colecta de acuerdo a la similitud de especies colectadas en cada una de ellas. Luego, en orden decreciente continúa bajando el índice de similitud de Jaccard a medida que difiere el grado de parentesco de cada uno de los pares de metodologías de colecta comparados. De esta manera, las trampas de Malaise y la colecta directa son las dos metodologías de colecta más similares entre sí en cuanto a especies colectadas se refiere. Por otra parte, las redes de barrido y de Noyes Vrs. las trampas amarillas y las de Malaise son las dos metodologías de colecta más diferentes entre sí de acuerdo a las especies que se capturaron en cada una de ellas. Los cuadros 7 y 8 muestran el índice de similitud de Jaccard aplicados para las diferentes metodologías de colecta en las épocas seca y lluviosa respectivamente. En la primera (época seca = cuadro 7) las dos metodologías de colecta más similares en cuanto a las especies colectadas en cada una de ellas son (al igual que en la comparación general de metodologías = cuadro 6) las trampas de Malaise y la colecta directa, sin embargo, el hecho que durante la época seca no se hayan recolectado especies ni especímenes de Chrysomelidae mediante las redes de Noyes y barrido hace que el índice de similitud sea de cero (0) en las comparaciones red de barrido y de Noyes Vrs. trampas de intersección, golpe de vegetación (sombrereta), trampas de luz, trampas de Malaise, trampas amarillas y colecta directa o manual. Las metodologías de colecta comparadas entre sí de acuerdo a las especies capturadas únicamente en la época lluviosa se presenta en el cuadro 8. En este caso, las metodologías golpe de vegetación (sombrereta) Vrs. colecta directa o manual son las más semejantes entre sí, sin embargo el índice de similitud de Jaccard llega a sólo 0.56, lo cual quiere decir que en ambas metodologías se colectaron bastantes especies diferentes. Las redes de barrido y de Noyes Vrs. trampas amarillas son las dos metodologías de colecta con mayor diferencia de especies capturadas en cada una de ellas, pues el índice de similitud de Jaccard tan sólo llegó a 0.11. En conclusión, en ninguna de las comparaciones de las metodologías de colecta el índice de similitud de Jaccard llegó a uno (1), por lo cual las metodologías de colecta empleadas son lo bastante diferentes entre sí (en cuanto a colecta de especies diferentes) como para justificar el uso de todas y cada una de ellas. 97 Cuadro 6. Similitud de métodos de colecta empleados de acuerdo al índice de similitud de las especies colectadas * durante la investigación. Metodologías de colecta comparadas entre sí Índice de similitud de las especies colectadas entre las diversas metodologías de colecta empleadas* 1. Trampas de Malaise Vrs. Colecta directa o manual 0.58 2. Golpe de Vegetación (sombrereta) Vrs. Trampas de Malaise 0.52 3. Golpe de Vegetación (sombrereta) Vrs. Colecta directa o manual 0.51 4. Trampas Amarillas Vrs. Trampas de Malaise 0.45 5. Trampas Amarillas Vrs. Colecta directa o manual 0.44 6. Trampas de Intersección Vrs. Trampas Amarillas 0.42 7. Golpe de Vegetación (sombrereta) Vrs. Trampas Amarillas 0.41 8. Trampas de Intersección Vrs. Trampas de Malaise 0.34 9. Trampas de Intersección Vrs. Golpe de Vegetación (sombrereta) 0.32 10. Trampas de Luz Vrs. Golpe de Vegetación (sombrereta) 0.31 11. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas de Luz 0.31 12. Trampas de Luz Vrs. Colecta directa o manual 0.29 13. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas de Intersección 0.29 14. Trampas de Luz Vrs. Trampas de Malaise 0.23 15. Trampas de Luz Vrs. Trampas de Intersección 0.20 16. Trampas de Luz Vrs. Trampas Amarillas 0.18 17. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Golpe de Vegetación (sombrereta) 0.15 18. Trampas de Intersección Vrs. Colecta directa o manual 0.14 19. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas de Malaise 0.13 20. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas Amarillas 0.13 Nota: el cuadro anterior fue desarrollado por Róger González Tenorio con base en los resultados obtenidos en el cuadro número 5. * Según el Coeficiente de Similitud de Jaccard, (Moreno, 2001). 98 Cuadro 7. Similitud de métodos de colecta empleados de acuerdo al índice de similitud de las especies colectadas * durante la época seca. Metodologías de colecta comparadas entre sí Índice de similitud de las especies colectadas entre las diversas metodologías de colecta empleadas* 1. Trampas de Malaise Vrs. Colecta directa o manual 0.42 2. Golpe de Vegetación (sombrereta) Vrs. Trampas de Malaise 0.41 3. Trampas Amarillas Vrs. Trampas de Malaise 0.39 4. Golpe de Vegetación (sombrereta) Vrs. Colecta directa o manual 0.31 5. Golpe de Vegetación (sombrereta) Vrs. Trampas Amarillas 0.30 6. Trampas de Intersección Vrs. Trampas Amarillas 0.27 7. Trampas Amarillas Vrs. Colecta directa o manual 0.27 8. Trampas de Intersección Vrs. Trampas de Malaise 0.21 9. Trampas de Luz Vrs. Colecta directa o manual 0.20 10. Trampas de Luz Vrs. Trampas de Malaise 0.17 11. Trampas de Intersección Vrs. Golpe de Vegetación (sombrereta) 0.16 12. Trampas de Intersección Vrs. Colecta directa o manual 0.12 13. Trampas de Luz Vrs. Golpe de Vegetación (sombrereta) 0.11 14. Trampas de Luz Vrs. Trampas Amarillas 0.09 15. Trampas de Luz Vrs. Trampas de Intersección 0.07 16. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas de Intersección 0 17. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Golpe de Vegetación (sombrereta) 0 18. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas de Luz 0 19. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas de Malaise 0 20. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas Amarillas 0 21. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Colecta directa o manual 0 Nota: el cuadro anterior fue desarrollado por Róger González Tenorio con base en los resultados obtenidos en el cuadro número 5. * Según el Coeficiente de Similitud de Jaccard, (Moreno, 2001). 99 Cuadro 8. Similitud de métodos de colecta empleados de acuerdo al índice de similitud de las especies colectadas * durante la época lluviosa. Metodologías de colecta comparadas entre sí Índice de similitud de las especies colectadas entre las diversas metodologías de colecta empleadas* 1. Golpe de Vegetación (sombrereta) Vrs. Colecta directa o manual 0.56 2. Trampas de Malaise Vrs. Colecta directa o manual 0.53 3. Trampas Amarillas Vrs. Trampas de Malaise 0.49 4. Golpe de Vegetación (sombrereta) Vrs. Trampas de Malaise 0.44 5. Trampas Amarillas Vrs. Colecta directa o manual 0.44 6. Trampas de Intersección Vrs. Trampas Amarillas 0.38 7. Trampas de Intersección Vrs. Trampas de Malaise 0.34 8. Trampas de Intersección Vrs. Golpe de Vegetación (sombrereta) 0.30 9. Golpe de Vegetación (sombrereta) Vrs. Trampas Amarillas 0.30 10. Trampas de Luz Vrs. Colecta directa o manual 0.26 11. Trampas de Intersección Vrs. Colecta directa o manual 0.26 12. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Golpe de Vegetación (sombrereta) 0.23 13. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas de Luz 0.23 14. Trampas de Luz Vrs. Golpe de Vegetación (sombrereta) 0.22 15. Trampas de Luz Vrs. Trampas de Malaise 0.21 16. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas de Intersección 0.20 17. Trampas de Luz Vrs. Trampas de Intersección 0.20 18. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Colecta directa o manual 0.20 19. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas de Malaise 0.16 20. Trampas de Luz Vrs. Trampas Amarillas 0.15 21. Red de Barrido y de Noyes Vrs. Trampas Amarillas 0.11 Nota: el cuadro anterior fue desarrollado por Róger González Tenorio con base en los resultados obtenidos en el cuadro número 5. * Según el Coeficiente de Similitud de Jaccard, (Moreno, 2001). 100 Cuadro 9. Número de especies en común colectadas únicamente entre las metodologías de colecta pasiva y su respectivo índice de similitud según el Coeficiente de Similitud de Jaccard (Moreno, 2001). Metodologías de colecta Trampas Malaise de Trampas amarillas Trampas de intersección Época del año Trampas de Malaise Trampas 15 (0.39) 21 (0.49) amarillas 6 11 7 13 Trampas (0.21) (0.34) (0.27) (0.38) de intersección Nota: cuadro elaborado por Róger González Tenorio con base en los resultados presentados en el cuadro número 5. Cuadro 10. Similitud de métodos de colecta pasiva de acuerdo al índice de similitud de las especies colectadas* durante cada época. Metodologías de colecta comparadas entre sí Índice de similitud de las especies colectadas únicamente mediante metodologías de colecta pasiva según la época de colecta Época del año Trampas amarillas Vrs. Trampas de Malaise 0.39 0.49 Trampas de intersección Vrs. Trampas amarillas 0.27 0.38 Trampas de intersección Vrs. Trampas de Malaise 0.21 0.34 Nota: cuadro elaborado por Róger González Tenorio con base en los resultados presentados en el cuadro número 5. * Según el Coeficiente de Similitud de Jaccard, (Moreno, 2001). 101 Cuadro 11. Número de especies en común colectadas únicamente entre las metodologías de colecta activa y su respectivo índice de similitud según el Coeficiente de Similitud de Jaccard (Moreno, 2001). Metodologías de colecta Golpe de Colecta directa Red de Trampas vegetación o manual barrido y de luz (sombrereta) Noyes de Época del año Golpe de vegetación sombrereta) 12 17 Colecta (0.33) (0.56) directa o manual 0 5 0 5 Red de (0) (0.23) (0) (0.20) barrido y de Noyes 3 6 7 8 0 3 Trampas (0.11) (0.22) (0.22) (0.29) (0) (0.23) De luz Nota: cuadro elaborado por Róger González Tenorio con base en los resultados presentados en el cuadro número 5. Cuadro 12. Similitud de métodos de colecta activa de acuerdo al índice de similitud de las especies colectadas* durante cada época. Metodologías de colecta comparadas Índice de similitud de las especies entre sí colectadas únicamente mediante metodologías de colecta pasiva según la época de colecta Época del año Colecta directa-manual Vrs. Golpe de vegetación (sombrereta) Trampas de luz Vrs. Colecta directa-manual Trampas de luz Vrs. Golpe de vegetación (sombrereta) Red de barrido y de Noyes Vrs. Golpe de vegetación (sombrereta) Trampas de luz Vrs. Red de barrido y de Noyes Red de barrido y de Noyes Vrs. Colecta directamanual Nota: cuadro elaborado por Róger González Tenorio presentados en el cuadro número 5. * 0.33 0.56 0.22 0.11 0.29 0.22 0 0.23 0 0 0.23 0.20 con base en los resultados Según el Coeficiente de Similitud de Jaccard, (Moreno, 2001). 102 Lo que nos dicen los datos presentados en los cuadros 9 y 10 es lo siguiente: entre las metodologías de colecta pasiva, las trampas que más se asemejan entre sí (por el número acumulado de especies iguales) son las amarillas y las de Malaise, pues hay 15 especies que se colectaron durante la época seca tanto en las trampas amarillas como en las de Malaise, y hay 21 especies capturadas en la época lluviosa en cada una de dichas metodologías. Luego le siguen las trampas de intersección comparadas con las amarillas, en las cuales se colectaron 7 y 13 especies en las épocas seca y lluviosa respectivamente. Por último, de las metodologías de colecta pasiva, las trampas que más difieren entre sí por las especies que se capturaron en cada una de ellas (y en ambas) son las trampas de intersección y las trampas de Malaise, pues solo hay 6 especies comunes para ambas trampas en la época seca y 11 para la lluviosa. En los cuadros 11 y 12 se expone la similud / diferencia entre las metodologías de colecta activa, a saber: la colecta directa, golpe de vegetación, redes de barrido y de Noyes y trampas de luz. Entre ellas, las más similares son la colecta directa y el golpe de vegetación, pues hay 12 especies comunes para ambas técnicas que se colectaron en época seca y 17 que se colectaron en época lluviosa. Luego le siguen las trampas de luz comparadas con la colecta directa, en ellas hay 7 y 8 especies en común colectadas en la época seca y la lluviosa respectivamente. Entre las trampas de luz y golpe de vegetación hay 3 especies en común colectadas en ambas metodologías durante la época seca y 6 durante la lluviosa. Las redes de barrido y de Noyes comparadas con el golpe de vegetación y con la colecta directa tienen 5 especies en común en ambos casos, en cada uno de los cuales las 5 especies se colectaron en la época lluviosa. De acuerdo a los datos presentados, se puede afirmar que de las metodologías de colecta activa, las trampas de luz Vrs. las redes de barrido y de Noyes son las que más difieren en cuanto al resultado de especies capturadas con cada uno de dichos métodos. A continuación se presenta la identificación de cada especie de la familia Chrysomelidae que se colectó en el Valle del Silencio, la cual aparece en la parte inferior de cada figura11. La identificación de cada especie está compuesta por dos palabras que aparecen en letra itálica, la primera palabra hace referencia al género al cual pertenece la el espécimen, la segunda representa la especie misma que se expone. Cabe recordar que muchos especímenes quedaron identificados “sp” pues no se pudo identificar por falta de información taxonómica o bien porque la especie aún no se encuentra descrita12, lo cual significa que se trata de una especie que se presume puede ser nueva para la ciencia o que pudiera ser una variación de alguna especie ya descrita, pero hasta que un experto en la materia no haga oficial una publicación científica donde incluya las características fisiológicas y anatómicas propias de la especie en cuestión que la diferencie de las demás especies pertenecientes al mismo género, deberá permanecer así: inédita, sin describir (cabe aclarar que “sp” no es el nombre de una especie en particular, por lo tanto no se escribe en letra itálica. Bajo el título de “Longitud del cuerpo” se especifica el tamaño del cuerpo en milímetros de cada especie en particular. Este tamaño es el largo del cuerpo del espécimen 11 Todas las fotografías presentes en este trabajo fueron tomadas y arregladas por el autor de este trabajo de investigación (Róger González Tenorio), por lo tanto son propiedad exclusiva del mismo. 12 En el grupo más diverso: los artrópodos, menos del 20% de las especies han sido descritas, situación que es la misma para otros invertebrados excluyendo los moluscos (según página de internet del INBio). 103 y no incluye el tamaño de sus extremidades (por ejemplo patas y / o antenas extendidas), por lo que tal medida equivale únicamente al cuerpo en sí. Asimismo, se incluye una “Descripción general” de cada especie tal y como se aprecia en la realidad, resaltando únicamente las características más sobresalientes de cada una de ellas. Bajo el título de “Planta hospedera” aparece la identificación de la o las plantas donde fueron encontradas cada una de las especies, estableciendo las relaciones directas o no directas entre Crisomélido – Planta. En varios casos no se pudo ofrecer este tipo de información debido a lo difícil que es establecer este tipo de relaciones tan específicas, que por supuesto existen y están ahí en el bosque natural, esperando a ser descubiertas, para lo cual se requiere de una mayor cantidad de tiempo al establecido para desarrollar este tipo de Proyectos Universitarios, pero que me compromete a continuar con esta investigación aún después de haber logrado el objetivo inmediato de mi trabajo. En forma muy breve se describe el tipo de “Comportamiento observado” que básicamente consiste en la reacción que presentaron los especímenes de cada especie colectada ante la manipulación directa por parte del investigador, otros son producto de varios años de trabajo y experiencia en el campo de la taxonomía y el trabajo en el campo directamente con estos insectos. Por último, en algunos casos se pudo reunir información de la “Distribución de la especie” y se presenta un rango general de distribución geográfica de la especie o género en cuestión (cuando la identificación está a sp). Las especies de Chrysomelidae colectadas durante esta Investigación se exponen siguiendo un orden de acuerdo a la Subfamilia a la cual pertenecen, por lo cual se hace una breve introducción a cada Subfamilia en particular y seguido aparece el apellido de la persona que describió la especie o el género (autor de la especie), luego está el año de la publicación en que hizo oficial esa descripción y después de dos puntos se incluye la página de la publicación en donde se describe la especie o género. En los casos en que no se incluyeron los apellidos de los autores de las especies o géneros, así como el año de publicación y el número de página de la misma (los cuales se obtuvieron del Checklist of the Beetles of North and South America and the West Indies (1983)) se debe precisamente a que tal información no está presente en dicho material de consulta. 104 Subfamilia Eumolpinae Hope 1840. Introducción a la Subfamilia: El cuerpo de estos escarabajos generalmente es robusto, a veces alargado y semiparalelo, glabro o cubierto con vellos. Un carácter muy distintivo compartido por todos los miembros de esta subfamilia es la presencia de glándulas vaginales (Reid 1995 citado por Arnett, Thomas, Skellev y Frank 2002) Las especies de larvas conocidas se alimentan de raíces subterráneas. Las fases inmaduras así como la biología del grupo son poco conocidos, salvo especies económicamente importantes que han sido bien estudiados. Esta subfamilia representa una de las más grandes de la familia Chrysomelidae, pues reúne aproximadamente 120 géneros a nivel mundial (Arnett, Thomas, Skellev y Frank 2002). Al respecto de esta subfamilia, Flowers (1996) se refiere de la siguiente manera: ...”entre los insectos neotropicales, la subfamilia Eumolpinae (Chrysomelidae) es una de las más difíciles de clasificar e identificar, muy a pesar de que estos coleópteros tienen colores muy llamativos y apariencias atractivas. Tan grave es este problema, que en el siglo pasado, Martin Jacoby (1888) describió las colecciones de Eumolpinae como un absoluto caos, hoy día las colecciones de la zona tropical continúan en esa condición, si no en una peor (Flowers, 1996). Según este mismo autor, las larvas de los eumólpinos son subterráneas y se alimentan de raíces, pero se conoce muy poco sobre ellas y su biología. Las especies de Eumolpinae presentes en Costa Rica se alimentan principalmente de plantas de la familias Rubiacea, Melatomatacea y Solanácea, de las cuales las últimas dos tienen especies representantes en el Valle del Silencio a saber Miconia tonduzzi (Cogn.) y Solanum sp. respectivamente, sin embargo no se encontró relación alguna entre estas dos plantas y Dryadomolpus sp. y Antitypona sp., que son las únicas dos especies representantes de esta subfamilia colectadas en el transcurso de esta investigación. Autores de los géneros presentes de esta subfamilia: Dryadomolpus Bechyné & Bechyné 1969:17 Antitypona Weise 1921:17. 105 Longitud del cuerpo: 3.5 mm. Descripción general: cuerpo robusto, con una coloración verde oscura, uniforme y con lustre metálico. Patas y antenas amarillentas. Las hembras presentan costillas y tubérculos laterales a lo largo de los élitros (Flowers, 1996). Los especímenes colectados (en el Valle del Silencio y en toda Costa Rica) aparentemente representan especies aún no descritas, por lo cual la identificación se mantiene a sp. (especie no identificada). Planta hospedera: Los adultos se observan principalmente en los claros de los bosques primarios en donde los rayos del sol pegan Figura 43. Dryadomolpus sp. directamente (también se les encuentra en los Fotografía: Róger González, 2003. bosques secundarios o sitios alterados), se les puede encontrar entre el follaje del Arrayán (Macleania talamancensis) y del Arrayán o Bejuco Muela (Pernettya postrata) (familia Ericaceae). También, y con mucha frecuencia esta especie está entre el follaje verde de los robles (Quercus costarricensis y Q. bumeliodes) En Venezuela, Dryadomolpus singularis está relacionado directamente con Coffea arabica (Rosales, J., González, E., Chirinos, D., de Fernandez, D., Rubio, Y. y Gamboa, M., 1997). Comportamiento observado y distribución: Son muy activos y están listos para volar si se les molesta. Saltan con mucha destreza a pesar que no tienen las patas engrosadas y modificadas como los individuos de la tribu Alticini (Galerucinae). Los eumólpinos en general se alimentan de las partes blandas de las plantas tales como tallos y hojas jóvenes Flowers, 1996). Especies pequeñas (como la que se expone aquí) producen orificios diminutos en las hojas, y aunque a los individuos colectados nunca se les vio con certeza haciendo estos hoyos, si es frecuente encontrar muchos huequitos en las hojas de los robles (Q. bumelioides) (que casualmente es una de las plantas hospederas donde se les encuentra a menudo). En costa Rica este género se encuentra en las alturas de la Cordillera Central y en la Cordillera de Talamanca. 106 Longitud del cuerpo: 4mm. Descripción general: cuerpo convexo, robusto, liso, élitros con puntuación irregular, con una coloración verde azulado oscura, uniforme y con lustre metálico. Patas y antenas amarillo-cafezuscas con setas presentes. Una especie no identificada en Costa Rica es muy abundante en la costa del Pacífico inmediatamente después al inicio de las lluvias, cuando se encuentra sobre una amplia variedad de las plantas (Flowers, 2003). La especie colectada en el Valle del Silencio parece diferir de ésta y es muy interesante (aún no ha sido descrita). Figura 44. Antitypona sp. Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: Antytipona sp. se encuentra principalmente en los claros del bosque. principalmente entre el follaje del Arrayán (Macleania talamancensis) y del Arrayán o Bejuco Muela (Pernettya prostrata) ambas plantas de la familia Ericaceae, las cuales tienen un aspecto muy similar entre sí: sus hojas son pequeñas pero endurecidas (coriáceas) y agrupadas entre sí dan como resultado un arbusto con una gran cantidad de ramas y hojas que ofrece un excelente hábitat para vivir o para protegerse de sus posibles depredadores. También, Antytipona sp. está entre el follaje verde de los robles (Quercus costarricensis y Q. bumeliodes). Algunos especímenes se encontraron posados sobre las hojas de Piper sp. (Piperacea). En Venezuela, la especie A. pythia está relacionada con las plantas Lactuca sativa, Spondias purpurea y Theobroma cacao (Rosales, J., González, E., Chirinos, D., de Fernandez, D., Rubio, Y. y Gamboa, M., 1997). Comportamiento observado: Son muy activos y están listos para volar en cualquier momento, especialmente si el sol ha calentado el medio, incluso tienen una gran capacidad para saltar grandes distancias. Cuando son manipulados suelen dejarse caer con sus extremidades (patas y antenas) escondidas bajo su cuerpo. El género Antytipona es un muy diverso y ampliamente distribuido en los países neotropicales. 107 Subfamilia Lamprosomatinae Lacordaire 1848. Introducción a la subfamilia: Las larvas de Lamprosomatinae en inglés se conocen como “casebearers” debido a que son portadoras de sus propias casas las cuales construyen con su material fecal, al que a veces adicionan pequeñas partículas de madera. Dichas larvas se alimentan con el material verde de la planta (hojas y tallos) y en ocasiones raspan la corteza de algunas plantas leñosas. Este grupo se distribuye en casi todo el mundo e incluye 12 géneros y alrededor de 190 especies conocidas, con lo cual Lamprosomatinae es una de las subfamilias de Chysomelidae más pequeñas (Arnett, Thomas, Skellev y Frank, 2002). Autor del género presente de esta subfamilia: Oomorphus Curtis 1831:347. 108 Longitud del cuerpo: 3 mm. Descripción general: Cuerpo compacto, semi redondo, fuertemente convexo; cabeza no visible desde la parte superior como lo muestra la Figura 45, antenas cortas, un poco aserradas (en forma de sierra), con una coloración verde azulada metálica igual que el resto de su cuerpo. Las puntuaciones elitrales están bien definidas y en forma linear. Figura 45. Oomorphus sp. Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: tres individuos se observaron (sólo 1 se colectó directamente) posados sobre las hojas de la piñuela (Greigya sylvicola y Greigya colombiana), planta que es muy común en los claros del bosque donde los rayos del sol pegan directamente y calientan el ambiente, sitio en donde se instalaron trampas de Malaise y en donde 1 individuo de esta especie cayó. Comportamiento observado: son Crisomélidos pasivos que al sentirse en peligro simplemente se dejan caer desde donde están y encogen sus extremidades (patas y antenas) muy adentro de su cuerpo, haciendo muy dificultosa su observación en forma natural, con lo cual simulan estar muertos, logrando además confundirse perfectamente con el entorno verde que les rodea gracias a la coloración de su cuerpo. 109 Galerucinae: Latreille 1802. Introducción a la subfamilia: Cuerpo ovalado u oblongo, cabeza expuesta, fácilmente visible desde arriba, antenas más cortas que el cuerpo. Los adultos se alimentan de los tejidos foliares (hojas) o de partes de la flor incluso el polen, mientras que las larvas normalmente comen hojas o raíces. En muchas clasificaciones y trabajos anteriores, este grupo de escarabajos se ha tratado como dos subfamilias separadas: Galerucinae y Alticinae, sin embargo, para efectos de este trabajo se han seguido recientes publicaciones en los que ambos grupos se tratan como si fuera uno sólo, pues Alticini se incluye como una tribu parte de la subfamilia Galerucinae (Arnet, Thomas, Skellev y Frank, 2003). Autores de los géneros presentes de esta subfamilia: Acalymma subaeneum Jacoby, 1887:562 Cochabamba Bechyné Diabrotica Chevrolat 1837:404 Isotes sexpunctata Jacoby, 1878:148 Metrioidea Fairmaire 1881:489 Paratriarius Scheffer 1906:243. 110 Tribu Galerucini. Longitud del cuerpo: 4.5 mm. Descripción general: La coloración de su cuerpo es muy particular, pues se trata de un anaranjado claro y opaco (sin ninguna tonalidad de brillo). Sus élitros son casi lisos, sin pelos y con una leve puntuación elitral en forma desordenada (no linear) que apenas se nota. Antenas de color negro. La coloración de las patas es de la siguiente forma: fémur amarillo, tibia y tarsos negros. El pronoto tiene una ondulación muy evidente y en forma alargada (para la identificación de las diferentes partes del cuerpo de los coleópteros, ver las figuras 109 y 110 en las páginas 198 y 199 respectivamente). Figura 46. Metrioidea sp.1 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: los adultos de esta especie se encuentran sobre las flores de Miconia tonduzzi (Cogn.) (familia Melastomataceae), muy probablemente chupando de su néctar o comiendo sus tejidos. Estas flores tienen un olor muy agradable que se resalta cuando el sol incide directamente con sus rayos en los tejidos foliares. Este mismo hábitat lo comparten otras especies de Chrysomelidae como Syphrea sp.1 y Genaphthona sp. Comportamiento observado: en el momento de ser manipulados se quedan muy queditos en el lugar y posición como caen, pero pasados unos diez segundos comienzan desesperadamente a caminar en todas direcciones y tratan de alzar vuelo, lo cual hacen torpemente. En su estado natural (sin que se les perturbe) se ven bastante activos. 111 Longitud del cuerpo: 5 a 8 mm. Descripción general: Su cuerpo (incluyendo su parte ventral) es de color café claro-naranja (casi marrón), con una tonalidad de brillo muy baja. En la parte lateral posterior de cada élitro hay tres manchas negras: la superior alargada y las dos inferiores semicirculares. El pronoto presenta una serie de manchas negras. Sus élitros son glabros (sin setas o pelos) y muestran una puntuación elitral no muy marcada y en forma irregular o desordenada (no linear). Cada segmento antenal tiene su base amarilla y su extremo negro, lo cual le da una coloración amarillo y negro a toda la antena. Planta hospedera: el estado adulto de esta especie suele encontrarse entre las Figura 47. Metrioidea sp.2 hojas secas de Chusquea longilligulata Fotografía: Róger González, 2003. y Chusquea amistaensis, las cuales tienen un color cafezusco muy similar a la tonalidad de este Crisomélido. Comportamiento observado: estos insectos muestran ser muy activos al ser manipulados, caminan de un lado a otro y tratan de volar, lo cual hacen con gran agilidad. Se camuflan perfectamente con el color café de las hojas secas de Chusquea punctata. Parece que el vuelo constante en espacios abiertos es el principal modo de desplazarse de un lugar a otro, puesto que fue capturado en su mayoría en las trampas de Malaise; también se colectó mediante los métodos de intersección, trampas amarillas y trampas de luz. 112 Longitud del cuerpo: 4 a 6 mm. Descripción general: coloración en general amarillenta, aunque el pronoto presenta unas manchas de un color negro opaco. Asimismo, las uniones tibia – fémur y fémur - tarsos son negras mientras que el resto de las patas es amarillento cafezusco con una tonalidad más oscura en el centro de cada fémur. Las antenas son del mismo color que los élitros: amarillentos, éstos últimos tienen una puntuación elitral muy débil y en forma desordenada. Figura 48. Metrioidea sp.3 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: varios especímenes de Metrioidea sp.3 se colectaron entre las hojas de Chusquea longilligulata y Chusquea amistaensis, con menor frecuencia se encontraron en el follaje de Quercus costarricensis y Quercus bumeliodes. Comportamiento observado: estos insectos son muy activos y caminan de un lado a otro tratando de volar cuando son manipulados, lo cual hacen con gran agilidad. Se camuflan perfectamente con el color café de las hojas secas de Chusquea punctata. Son atraídos por la luz y el hecho de encontrarlos en las trampas de Malaise nos indica que vuela con cierta frecuencia en los espacios abiertos del sotobosque. 113 Longitud del cuerpo: 2 mm. Descripción general: cuerpo de forma ovoide, sus élitros y patas (incluyendo las coxas) son de color amarillento poco brillante. El pronoto, cabeza y toda la parte ventral son de color café, mientras que los primeros cinco segmentos antenales (basales: cerca de la cabeza) son amarillentos y los demás son progresivamente más oscuros hasta llegar a ser cafés en su parte terminal. La puntuación elitral es muy débil y en forma desordenada (no linear) Planta hospedera: Los especímenes de Metrioidea sp.4 fueron colectados únicamente en el follaje de Chusquea longilligulata y Chusquea amistaensis, Figura 49. Metrioidea sp.4 sin embargo no se puede establecer una Fotografía: Róger González, 2003. relación entre planta e insecto. Comportamiento observado: los especímenes colectados se capturaron mediante el golpe de la vegetación (de la cañuela) y mostraron tener mucha agilidad y rapidez en sus movimientos de caminar, sin embargo no presentaron señas de vuelo quizá debido a que fueron colectados en horas de la mañana cuando el ambiente aún está muy frío y sus alas están plegadas y frías. 114 Longitud del cuerpo: 6 a 9 mm. Descripción general: Cuerpo de forma alargada, sus élitros poseen una puntuación desordenada y muy fina, de manera que a simple vista parecen casi lisos, éstos presentan un color que varía entre amarillo, café claro, verde oscuro a casi morado siempre con un tono brillante. El pronoto algunas veces presenta manchas oscuras, pero generalmente es rojizo al igual que el abdomen. Las patas son de color café oscuro y las antenas son amarillentas con los últimos tres segmentos un poco más claros, a veces el último segmento es café o negro. Figura 50. Cochabamba sp.1 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: puede encontrarse en varias especies de plantas sin estar necesariamente asociados a alguna de ellas. Los especímenes colectados directamente se encontraron en la cañuela (Chusquea longilligulata y Ch. amistaensis), roble (Quercus costarricensis y Q. bumeliodes), Arrayán (Macleania talamancensis) y del Arrayán o Bejuco Muela (Pernettya postrata), sin embargo no se puede establecer una relación entre insecto – planta pues fueron colectas muy ocasionales. Se sospecha que este crisomélido es de hábitos nocturnos, pues se encontró volando e incluso caminando únicamente durante las noches, además su presencia en las trampas de luz de mercurio y de fluorescente fue 100% segura en todas las noches y épocas del año. Comportamiento observado: cuando estos insectos se colectaron durante el día no mostraron ser muy activos, pues se quedaban muy queditos durante unos cuantos segundos (15 en promedio), con sus extremidades (patas y antenas) encogidas bajo su cuerpo, simulando que están muertos. Por el contrario, los que se colectaron durante las noches (principalmente en la manta) mostraron ser más activos, pues vuelan y se dejan caer al sentirse amenazados, luego de lo cual caminan rápidamente. 115 Longitud del cuerpo: 8 a 10 mm. Descripción general: cuerpo de forma alargada, élitros con una puntuación muy fina y en forma desordenada, de color anaranjado. El pronoto puede ser negro con los bordes exteriores amarillentos (como el espécimen ilustrado) o puede ser completamente amarillento al igual que las patas y antenas. La cabeza, los ojos y las partes bucales son oscuras (casi negras). Planta hospedera: hasta el momento no se puede establecer una asociación de insectohospedero, pues sólo unos pocos se encontraron en las hojas de los robles (durante la noche), en su mayoría Cochabamba sp.2 se colectó en las trampas Figura 51. Cochabamba sp.2 de luz, las cuales estaban en medio del bosque Fotografía: Róger González, 2003. primario, dirigidas hacia las copas de los altos robles (Quercus costarricensis y Quercus bumeliodes), por lo cual se sospecha que este crisomélido es de hábitos nocturnos y que su hábitat se encuentra en el dosel del bosque, uno de los ecosistemas menos conocidos y estudiados por su difícil acceso. Comportamiento observado: esta especie se encontró durante las noches (principalmente en las más frías, oscuras y con presencia de neblina) posado en la manta y mostró ser muy pacífico y lento en sus movimientos tanto de caminar como de vuelo. Además, parece que también muestra interés por el color amarillo, ya que uno de los especímenes colectados se obtuvo mediante las trampas amarillas. 116 Longitud del cuerpo: 7 mm. Descripción general: Cuerpo alargado y ovalado. Élitros con una puntuación muy débil (casi nula) y en forma desordenada, de color amarillo brillante con varias manchas negras ubicadas tanto en la parte anterior como posterior del cuerpo. El pronoto es amarillo opaco con una pequeña mancha central negra justo al unirse a la cabeza, la cual es negra. Patas y antenas amarillas al igual que su abdomen. Justo en medio de las patas media y posterior (en la parte ventral) tiene una placa de color negro brillante. Planta hospedera: algunos especímenes se Figura 52. Diabrotica sp.1 observaron posados sobre las hojas de la Fotografía: Róger González, 2003. cañuela (Chusquea longilligulata y Chusquea amistaensis) y de roble (Quercus costarricensis y Quercus bumeliodes), pero escaparon al intentarlos capturar. Comportamiento observado: los especímenes colectados (todos mediante trampas de luz) estuvieron queditos (con sus extremidades escondidas bajo su cuerpo) durante unos 10 segundos en promedio, después de lo cual demostraron tener gran agilidad para caminar y volar. Se sabe que las especies del género Diabrotica pueden ser palinófagas (o sea, que pueden ser atraídas por la fermentación de jugos que salen de las lesiones del tejido de hojas , flores y / o cogollos), y que incluso comen ocasionalmente las hojas u otras partes de las plantas (Bechyné, 1997). Las larvas son subterráneas y se encuentran evidentemente fuera de los cultivos agrícolas (la búsqueda de larvas en estos sitios fue negativa). Además, hay cambios etológicos de los adultos: 1-) En el transcurso del año (por ejemplo la especie D. sinuata fue observada una vez comiendo flores y otra vez en las hojas heridas en diferentes épocas en Brasil) 2-) En el sitio (ciertos especies de plantas o árboles atraen determinadas especies de manera individual) y 3-) En el transcurso del día (por ejemplo ciertas especies están en una especie de planta durante el día y en otra durante la noche) (Bechyné, 1997). 117 Longitud del cuerpo: 7 mm. Descripción general: Cuerpo alargado y ovalado. Élitros con una puntuación irregular muy débil (casi nula) por lo que a simple vista parecen lisos, su color en general es muy llamativo: amarillo en la parte posterior y en los márgenes de los élitros, con cuatro manchas rojizo anaranjadas sobre un fondo negro ubicadas tanto en la parte anterior (más pequeñas y juntas) como en la parte posterior (más grandes y separadas) del cuerpo. El pronoto es rojizo anaranjado brillante y su cabeza es completamente negra. Las patas son amarillo – cremosas en la parte proximal (donde se unen a la parte ventral del cuerpo, que también es del mismo color excepto por una placa negro brillante que está justo en medio de Figura 53. Diabrotica sp.2 las patas posteriores y medias) y más oscuras Fotografía: Róger González, 2003. –cafés- en la parte distal. Antenas cafés con los últimos tres segmentos (distales) amarillo cremosos. Planta hospedera: algunos especímenes se observaron posados sobre las hojas de la cañuela (Chusquea longilligulata y Chusquea amistaensis) y de roble (Quercus costarricensis y Quercus bumeliodes), pero aún no se puede establecer una asociación directa entre planta e insecto. Comportamiento observado: el único espécimen que se pudo colectar (varios escaparon) mantuvo sus extremidades (patas y antenas) escondidas bajo su cuerpo durante unos 10 segundos en promedio, después de lo cual demostró tener gran agilidad para caminar y volar. Las actividades tanto de adultos como de larvas son similares a las que se explicaron en Diabrotica sp.1 118 Longitud del cuerpo: 6.2 mm. Descripción general: coloración muy llamativa: pronoto y patas anaranjadas, antenas cafezuscas con los últimos tres segmentos más claros (amarillentos) excepto en la parte terminal o “punta” de cada antena que es completamente negra. Cabeza negra, élitros amarillos con una mancha negra muy grande en la base del pronoto que a veces deja dos manchas amarillas a manera de islas las cuales pueden estar ausentes. En la parte posterior hay otras dos manchas negras de forma alargada. Un cordón amarillo recorre todo el borde de los élitros hasta desembocar Figura 54. Paratriarius sp. en el pronoto. Algunos especímenes Fotografía: Róger González, 2003. pueden ser amarillos casi por completo únicamente con tres manchas negras en cada élitro en forma linear: una en la base del pronoto, otra en la parte media del élitro y la otra casi en la parte terminal de los mismos. La parte ventral es amarilla excepto entre las patas medias y posteriores, donde hay una placa de color negro brillante cubierta parcialmente por setas. Planta hospedera: algunos especímenes se observaron posados sobre las hojas de Chusquea longilligulata y C. amistaensis y uno de ellos se logró colectar, a pesar de esto no se puede establecer una relación específica entre planta e insecto, y más bien se sospecha que es de hábitos nocturnos, pues en tres ocasiones llegó atraído por las trampas de luz. Comportamiento observado: Cuando son manipulados están quietos durante unos 10 segundos, repentinamente brincan y vuelan con gran rapidez. 119 Longitud del cuerpo: 3 mm. Descripción general: sus élitros tienen una apariencia rugosa debido a las múltiples y marcadas puntuaciones que se encuentran en forma desordenada (no linear). El color de su cuerpo es amarillo cafezusco (incluyendo sus patas y antenas, las cuales tiene pequeñas setas) con una mancha oscura presente en cada élitro la cual se extiende a todo lo largo del mismo, iniciando en la base del pronoto y continuando hasta casi el ápice o punta de cada élitro, dejando sólo una angosta franja amarillenta en todo el borde interior y exterior del élitro (este borde no se observa en la Figura 55 debido al ángulo de toma de la fotografía). Figura 55. Acalymma subaeneum Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: esta especie se colectó en un sitio abierto en donde es muy común la planta Chusquea longilligulata y Chusquea amistaensis, pero no se le relaciona directamente con esta planta. Comportamiento observado: Acalymma subaeneum se colectó únicamente mediante la trampa de Malaise, por lo cual su comportamiento mientras está vivo no se pudo observar. Cabe destacar que esta especie ocasionalmente tiene el hábito de volar en o hacia lugares abiertos en el sotobosque, incluyendo el sitio en donde se colocó la trampa de Malaise de la cual se extrajo dicha especie. 120 Longitud del cuerpo: 12 mm. Descripción general: antenas, pronoto y patas amarillentas. Ojos grises, parte superior de la cabeza naranja y élitros completamente anaranjados, estos últimos con seis manchas negras redondeadas: dos en los extremos hacia la base de los élitros, dos en la parte media de los mismos y dos en la parte posterior. La parte ventral está cubierta parcialmente por setas y el color de las patas medias hacia la parte anterior es amarillenta y hacia la parte posterior es negra. Planta hospedera: esta especie se ha encontrado en Casa Coca y Cerro Quemado (otros sitios por los cuales Figura 56. Isotes sexpunctata. hay que pasar para llegar al Valle del Fotografía: Róger González, 2003. Silencio) comiendo de las hojas de una planta de la familia Curcuvitaceae conocida comúnmente como “tacaco silvestre” (Sechium pittieri) (Cong.) C. Jeffrey., sin embargo esta planta no se encuentra en el Valle del Silencio debido a las condiciones climáticas que este lugar tiene, y por ende, Isotes sexpunctata quizá tiene otros hábitos alimenticios aún no conocidos o pueda que viaje grandes distancias sin necesariamente estar obligado a alimentarse. Comportamiento observado: es muy común observar estos crisomélidos posados o bien, comiendo activamente del follaje de la planta hospedera muy tranquilamente. Sin embargo, sus antenas son receptores muy potentes que les permiten percibir cualquier movimiento en la vegetación o incluso cambios en la temperatura y sus ojos compuestos permiten captar los cambios de luz y sombra, por lo que al acercarse a ellos vuelan rápidamente o súbitamente se dejan caer. 121 Subfamilia Galerucinae. Tribu Alticini. Introducción a la tribu: Los altícinos también son llamados “escarabajos pulga” debido a que casi todas las especies de esta tribu se distinguen por su alta capacidad para saltar, para lo cual han modificado las tibias de sus patas posteriores (traseras) en las cuales tienen un engrosamiento muy característico producto de la presencia de músculos fuertes. Las larvas son folivoras, minadoras de hojas, o se alimentan de raíces subterráneas en las cuales hacen túneles, también son minadoras bajo la piel de las raíces y tallos del subsuelo. Hasta el momento no existe una clasificación satisfactoria para los géneros de los “escarabajos de pulga”. En el mundo existen aproximadamente 500 géneros y se reconocen entre 8000 a 10 000 especies (Scherer 1988), de lo cual la inmensa mayoría se encuentra en el trópico, pobremente conocido (Arnett, Thomas, Skellev y Frank, 2002). Autores de los géneros presentes de esta subfamilia: Acallepitrix Jacoby 1959:323. Longitarsus Latreille 1829: 155. Brasilaphthona Bechyné 1956. Lupraea viridis Jacoby 1885:359. Chaetocnema Stephens 1831:325. Margaridisa Bechyne, 1958:653. Dinaltica Bechyné. Nasigona Jacoby 1902: 203. Diphaltica Barber 1941:66. Neodiphaulaca Bechyné. Epitrix Foudras 1860:147. Neothona Bechyné 1955: 86. Exoceras Jacoby 1891: 273. Phylactitus ______________. Genaphthona Bechyné 1956. Sphaeronychus Dejean 1837: 407. Gioia Bechyné 1955:77. Sphaeronychus fulvus Baly 1879: 25. Heikertingerella Sciki, 1940:350. Syphrea Baly 1876:447. Hypanthus__________. Varicoxa Bechyne, 1955:81. Hypolampsis Clark 1860:230. Walterianella Bechyné. 122 Longitud del cuerpo: 2 mm. Descripción general: cuerpo alargado, totalmente de color amarillo con un tono brillante, ojos grises, puntuaciones elitrales semiordenadas en líneas, bien marcadas (las cuales en la Figura 57 dan una apariencia de color negro), patas y antenas amarillentas, cubiertas totalmente de pequeñas setas. Planta hospedera: Esta especie se colectó en un área abierta en medio del bosque primario de robledales, en este sitio abunda la cañuela Chusquea longilligulata y Chusquea amistaensis, sin embargo no se colectó directamente en ellas, por lo cual no se tiene una relación específica entre insecto-planta. Figura 57. Brasilaphthona sp.1 Fotografía: Róger González, 2003. Comportamiento observado: Brasilaphthona sp.1 se colectó únicamente por medio de trampas amarillas, por lo que no se pudo observar el comportamiento del espécimen vivo, sin embargo, se puede deducir que esta especie vuela en o hacia los lugares abiertos dentro del bosque y que es atraído por los colores llamativos como el amarillo. 123 Longitud del cuerpo: 3.2 mm. Descripción general: Patas y pronoto amarillentas. La cabeza tiene una coloración amarillenta un poco más oscura al igual que las antenas, cuyos segmentos son cada vez más oscuros a medida que se alejan de la base. Ojos grises. Élitros amarillo brillante con un cordón café oscuro alrededor de todo el élitro, el cual incluye también el escutelo. Abdomen café claro, mesoesternito negro, metaesternito y parte ventral de la cabeza amarillos. Figura 58. Brasilaphthona sp. 2 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: Brasilaphthona sp. 2 se colectó dentro del bosque cerrado constituido básicamente por robles (Quercus costarricensis y Q. bumeliodes) y por palmas de suita (Geonoma pittieri) en un ambiente cercano al Río Terbi. Sin embargo no se puede establecer una relación específica entre estas plantas y el insecto. Comportamiento observado: esta especie se colectó únicamente mediante la trampa de Malaise, por lo cual no se pudo observar el comportamiento del espécimen mientras estaba vivo. Sin embargo, puede deducirse que Brasilaphthona sp. 2 vuela en medio del bosque cerrado y que tal vez frecuenta los lugares abiertos como los bordes del RíoTerbi. 124 Longitud del cuerpo: 1.9 mm. Descripción general: El pronoto y las patas son anaranjadas, las antenas son de un color similar pero cada segmento antenal se hace más oscuro a medida que se aleja de la base. Parte superior de la cabeza negra. Ojos gris oscuro. Élitros cafés con un tono verde metálico. Puntuación elitral bien marcada en forma desordenada (no linear). Abdomen café claro. Mesoesternito negro con setas repartidas en forma irregular. Metaesternito y parte ventral de la cabeza amarillentos. Planta hospedera: Brasilaphthona sp. 3 se colectó en un ambiente en donde es muy común la cañuela (Chusquea longilligulata y Chusquea amistaensis), Figura 59. Brasilaphthona sp. 3 sin embargo no se puede establecer una Fotografía: Róger González, 2003. relación directa entre planta e insecto. Comportamiento observado: los especímenes colectados se obtuvieron por medio de las trampas amarillas y de Malaise, las cuales se instalaron en lugares abiertos en medio del bosque primario de robledal. De esto puede deducirse que Brasilaphthona sp. 3 vuela en o hacia los sitios abiertos en donde los rayos del sol calientan el ambiente mucho más rápido y donde quizá encuentra su alimento. 125 Longitud del cuerpo: 3 mm. Descripción patas y general: las antenas están por setas cubiertas relativamente grandes y además, son de un color café oscuro con un tono brillante. La cabeza, el escutelo, el pronoto y los élitros son de color azul oscuro con un tono metálico. La puntuación elitral está bien definida y en forma desordenada (no linear). Figura 60. Lupraea viridis. Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: con bastante frecuencia, estos crisomélidos se encontraron posados y comiendo de las hojas de un bejuco rastrero o colgante que es muy común en las áreas abiertas y claros del bosque, esta planta se identificó como Centropogon costaricae (Familia Campanulaceae). Por este motivo, las hojas de dicha planta presentan huecos tanto en el interior como en los bordes de la superficie laminar de la hoja. Comportamiento observado: Lupraea viridis se encuentra en grupos grandes de hasta 10 o más individuos en una sola planta, sin embargo son sumamente listos pues con mucha rapidez y precisión detectan cualquier movimiento en su entorno y “no esperan razones” para quedarse donde están: vuelan o saltan a gran distancia y velocidad, por lo cual se hace muy difícil su colecta directa. 126 Longitud del cuerpo: 1.9 mm. Descripción general: las patas y las antenas tienen setas muy evidentes y de color amarillento, sin embargo cada segmento antenal se torna más oscuro a medida que se aleja de la base en la cabeza, de manera que el último segmento antenal (punta o ápice de la antena) es casi café oscuro. Tanto la cabeza como el pronoto y los élitros son de un color café marrón y presentan una puntuación bien definida y en forma desordenada. Parte ventral totalmente café oscuro y con un tono brillante. Figura 61. Lupraea sp.1 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: esta especie se encontró en las hojas de la cañuela (Chusquea longilligulata y Chusquea amistaensis) en la parte superior de dicha planta, en donde los rayos del sol pegan casi directamente pues estaba en un sitio abierto en medio del bosque. Comportamiento observado: al colectarla en forma directa, Lupraea sp.1 mostró ser muy lista, saltando a gran velocidad y distancia aún mientras estaba a más de un metro de distancia de dichos especímenes, lo cual nos indica que tiene un excelente sentido sensorial. Esta especie también se colectó por medio de las trampas amarillas, de lo cual se deduce que visita o vuela en lugares abiertos en medio del bosque cerrado y que es atraído por colores llamativos como el amarillo. 127 Longitud del cuerpo: 2 mm. Descripción general: amarillentas, el resto Patas del y antenas cuerpo es anaranjado - cafezusco, algunos presentan una mancha oscura (negra) en la base de los élitros, los cuales muestran una puntuación bien definida y en forma semidesordenada formando líneas muy confusas. Abdomen y mesoesternito café oscuro, metaesternito y parte ventral de la cabeza anaranjado. Planta Hospedera: Compartiendo el mismo hábitat con las especies Epitrix sp. y Exoceras sp.3, el estado adulto de Exoceras sp1 se encontró dentro de los tallos tiernos de la Cañuela (Chusquea longilligulata). Los tallos donde se encontraron presentaban una Figura 62. Exoceras sp.1 serie de pequeños huequitos de alrededor de Fotografía: Róger González, 2003. 2 mm de diámetro (ver figuras 108 y 109 en la sección de anexos). Al abrir el tallo con un corte longitudinal, se encontró que por dentro hay una serie de cámaras que van en forma de espiral (similar a una escalera de tipo caracol) en sentido de todo el largo del tallo, las cuales son hechas por unos insectos de la subfamilia Scolitinae (Curculionidae: Coleoptera), dentro de ellas cultivan un microhongo de color blanco el cual se encuentra adherido a las paredes de dichas cámaras y el cual les sirve de alimento. Las cámaras más viejas (generalmente hacia la base del tallo) son desalojadas por los Scolitinae los cuales buscan brotes frescos y tiernos (hacia la parte superior del tallo) con los cuales alimentan a su hongo, de esta manera las cámaras ya desalojadas se van pudriendo y toman un aspecto acuoso y con mal olor, que es el sitio donde precisamente se encontró Exoceras sp1. Comportamiento observado: Muy activos y listos. Muestran gran capacidad de vuelo y de salto usando sus patas traseras engrosadas y adaptadas para saltar. 128 Longitud del cuerpo: 3 mm. Descripción general: Puntuación elitral bien marcada dispuesta en líneas que son paralelas sólo en la parte próxima a los bordes internos de cada élitro, los cuales son amarillentos con un tono de brillo. Patas y antenas amarillentas, estas últimas aparecen bien fuertes (gruesas), sin embargo cada segmento antenal se torna delgado y de un color más oscuro a medida que se aleja de la base, de manera que el último segmento (punta o ápice de la antena) es de color café oscuro. Pronoto y cabeza de color naranja. Parte ventral cafezusco – anaranjada. Figura 63. Exoceras sp.2 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: esta especie se encontró en el follaje de la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis) y ocasionalmente en hojas de roble (Quercus costarricensis y Q. bumeliodes), pero es muy posible que tenga una asociación específica únicamente con la cañuela, al igual que Exoceras sp.1. Comportamiento observado: los especímenes colectados mostraron ser muy listos, puesto que su vuelo y salto es muy veloz y repentino. Además, tienen un sistema sensorial altamente desarrollado pues aún a 2-3 metros de distancia captan los más mínimos movimientos de su entorno y están alerta ante cualquier posible ataque con sus antenas bien extendidas. 129 Longitud del cuerpo: 1.5 mm. Descripción general: Élitros y pronoto con una brillante coloración naranja casi café. Puntuación elitral lineal bien definida formando líneas confusas. Engrosamiento marcado de las tibias de las patas traseras (adaptación característica de los altícinos para brincar). Patas y antenas amarillentas, estas últimas con los segmentos 7, 8 y 9 más oscuros (café claro). El pronoto se une al resto del cuerpo en forma de “pico de botella”, o sea, que es bastante Figura 64. Exoceras sp.3 angosto en esta parte. Parte ventral café. Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: Al igual que Epitrix sp, el estado adulto de ésta especie se encontró dentro de los tallos tiernos de la Cañuela (Chusquea longilligulata). Los tallos donde se encontraron presentaban una serie de pequeños huequitos de alrededor de 2 mm de diámetro (ver figuras 108 y 109 en la sección de anexos). Al abrir el tallo con un corte longitudinal, se encontró que por dentro hay una serie de cámaras que van en forma de espiral (similar a una escalera de tipo caracol) en sentido de todo el largo del tallo, las cuales son hechas por unos insectos de la subfamilia Scolitinae (Curculionidae: Coleoptera), dentro de ellas cultivan un microhongo de color blanco el cual se encuentra adherido a las paredes de dichas cámaras y el cual les sirve de alimento. Las cámaras más viejas (generalmente hacia la base del tallo) son desalojadas por los Scolitinae los cuales buscan brotes frescos y tiernos (hacia la parte superior del tallo) con los cuales alimentan a su hongo, de esta manera las cámaras ya desalojadas se van pudriendo y toman un aspecto acuoso y con mal olor, que es el sitio donde precisamente se encontró Exoceras sp.3. Comportamiento observado: Son sumamente listos y brincan a gran velocidad y distancia, camuflándose en el medio en cuestión de segundos. 130 Longitud del cuerpo: 2.5 mm. Descripción general: Puntuación elitral bien marcada, definida en líneas confusas en “zigzag”. Los élitros son amarillentos, con una mancha café oscuro en la base de los mismos (donde se unen al pronoto), mancha que se extiende a todo lo largo del borde interior de los élitros (donde ambos se unen al estar en descanso y “cerrados”). El pronoto es amarillento al igual que las patas y las antenas, estas últimas con los cinco segmentos terminales de un color cada vez más oscuro hasta llegar al café. Cabeza café oscuro y ojos grises. Parte ventral amarillenta excepto en los metaesternitos torácicos, los cuales son café oscuro. Figura 65. Varicoxa sp. Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: esta especie se encontró en el follaje de la cañuela (Chusquea longilligulata y Chusquea amistaensis) principalmente en los lugares abiertos dentro del bosque. Comportamiento observado: los especímenes colectados mostraron ser bastante ágiles tanto en su vuelo como en su salto. La especie fue colectada mediante las trampas de Malaise, intersección de vuelo, trampas amarillas, red de noyes y sombrereta, lo cual demuestra que está presente en varios tipos de hábitats, y que frecuenta las áreas abiertas que encuentra en el sotobosque. 131 Longitud del cuerpo: 2 mm. Descripción general: Patas y antenas amarillentas, estas últimas con su último segmento antenal un poco más oscuro (casi café). Pronoto anaranjado pazco con una fuerte depresión muy cerca de los élitros, los cuales son amarillentos con unas manchas cafezuscas muy típicas de esta especie tal y como se observa en la figura adjunta. Parte ventral café claro excepto en la cabeza, que es del mismo color que el pronoto. Planta hospedera: se les encuentra en los frutos y flores de la planta Figura 66. Syphrea sp.1 Miconia tonduzzi (Cogn.) (Familia Fotografía: Róger González, 2003. Melastomatacea) En Venezuela, el género está asociado a la planta Acalypha sp. (Euphorbiaceae), en cuyas hojas hace perforaciones (Bechyné, 1997). Comportamiento observado: Los especímenes colectados mostraron ser muy lentos en sus movimiento de caminar, incluso casi no caminan, en cambio saltan y / o vuelan repentina y velozmente a grandes distancias, lo cual es suficiente para escapar de sus posibles depredadores. Syphrea sp.1 se colectó por medio de trampas amarillas, Malaise, intersección de vuelo, mantas con luz, sombrereta, red de barrido, red de Noyes y en forma directa, lo cual demuestra que está presente en la mayoría de microhábitats presentes en el Valle del Silencio. 132 Longitud del cuerpo: 4 mm. Descripción general: Patas y antenas amarillentas, éstas últimas con los tres segmentos terminales un poco Puntuaciones definidas más elitrales formando oscuros. poco líneas confusas. Pronoto y élitros de color anaranjado cafezusco con una tonalidad brillante. Parte ventral de color café claro opaco. La cabeza y pronoto se unen al resto del cuerpo abruptamente, de manera que hay un segmento de élitro saliente a cada lado del pronoto. Figura 67. Syphrea sp.2 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: algunos especímenes se observaron en el follaje de la cañuela (Chusquea longilligulata y Chusquea amistaensis), uno de los cuales se colectó; además, esta especie se colectó mediante trampas amarillas instaladas en sitios abiertos en medio del bosque, en donde es muy común la presencia de dicha planta, por lo cual se sospecha existe alguna relación estrecha entre insecto y planta. Comportamiento observado: los especímenes observados mostraron ser muy listos, con un sistema defensivo que consiste en un salto fuerte y veloz, con el cual logran escapar fácilmente. 133 Longitud del cuerpo: 2 mm. Descripción amarillentas general: con los Patas fémures oscurecidos. Antenas y pronoto de color café oscuro, este último con una depresión bien pronunciada en forma de “M” muy cerca de donde se une a los élitros y al resto del cuerpo. Cabeza y élitros negro brillante, estos últimos con una característica muy particular: tienen una serie de abultamientos o estrías en la mayor parte de su superficie, lo cual les da la apariencia de estar arrugados. La puntuación elitral está definida Figura 68. Syphrea sp.3 suavemente y corre formando líneas Fotografía: Róger González, 2003. algo confusas en medio de los “canales” formados por los abultamientos ya mencionados. Planta hospedera: en el micro hábitat donde se encontró Syphrea sp.3 es muy común la planta cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis) y es muy posible que exista una relación entre el insecto y esta planta, la cual es una de las especies más abundante en los sitios abiertos dentro del bosque primario de robledal, donde precisamente se encontró este crisomélido. Comportamiento observado: debido a que Syphrea sp.3 se colectó únicamente mediante trampas amarillas no se pudo observar el comportamiento natural de los especímenes vivos, sin embargo se puede deducir que es una especie que acostumbra volar en o hacia los “claros” dentro del bosque primario y que además es atraído por colores llamativos como el amarillo. 134 Longitud del cuerpo: 1.8 mm. Descripción bucales, patas amarillentas. élitros general: de y Cabeza, color Partes antenas pronoto verde y oscuro metálico, éstos últimos presentan dos abultamientos (uno en cada élitro) muy cerca del escutelo. El pronoto muestra una depresión bien pronunciada muy cerca del escutelo. Puntuación elitral bien marcada, definida en líneas que corren casi paralelas a todo lo largo de los élitros. Toda la parte ventral es de color negro opaco. Figura 69. Syphrea sp. 4 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: al igual que Syphrea sp. 3, esta otra especie se encontró en el micro hábitat donde es muy común la planta cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis) y es muy posible que también exista una relación entre el insecto y la cañuela, por ser una de las especies de plantas más abundante en los sitios abiertos dentro del bosque primario de robledal, donde precisamente se encontró Syphrea sp. 4. Comportamiento observado: debido a que Syphrea sp.4 se colectó únicamente mediante trampas amarillas no se pudo observar el comportamiento directo mientras los especímenes están vivos, sin embargo se deduce que es una especie que acostumbra volar en o hacia los “claros” dentro del bosque primario y que además es atraído por colores llamativos como el amarillo. 135 Longitud del cuerpo: 2 mm. Descripción general: patas y antenas amarillentas. Cabeza, pronoto y élitros de color naranja. Puntuaciones elitrales muy poco definidas, apreciar apenas unas se cuantas logran líneas confusas. Parte ventral naranja oscuro casi café, especialmente en el abdomen. El pronoto presenta una suave depresión cercana al escutelo. Figura 70. Syphrea sp. 5 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: En el micro ambiente donde se colectó Syphrea sp.5 es muy común la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis), por ser un sitio abierto en medio del bosque (orillas del sendero que va al Jardín Natural y que va paralelo al Río Terbi) donde esta planta crece libremente. Puede ser que al igual que las demás especies de Syphrea, esta otra especie tenga alguna relación estrecha con la planta mencionada. Comportamiento observado: debido a que Syphrea sp. 5 se colectó únicamente mediante el golpe de vegetación, no se pudo observar el comportamiento natural mientras los especímenes están libres en su medio, sin embargo, en cautiverio este crisomélido demostró tener gran habilidad para saltar en diferentes direcciones con bastante frecuencia y velocidad. 136 Longitud del cuerpo: 1.5 mm. Descripción general: Patas amarillentas. Las antenas tienen los segmentos 1 y 2 de color amarillo, pero a partir del tercer segmento antenal comienzan a oscurecerse progresivamente hasta ser casi negros en la punta de la antena. Pronoto y cabeza anaranjado oscuro casi café. Los élitros son de color verde azulado oscuro con un tono brillante. La puntuación elitral está bien marcada aunque en forma desordenada (no linear). Parte ventral de color negro opaco. Figura 71. Syphrea sp.6 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: En el micro ambiente donde se colectó Syphrea sp.5 es muy común la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis), pues es un sitio abierto a orillas del sendero cercano del Refugio. Puede ser que al igual que las demás especies de Syphrea, esta otra especie también tenga alguna relación estrecha con la planta mencionada. Comportamiento observado: Los especímenes colectados mostraron gran capacidad de salto y perciben los movimientos de su entorno con mucha precisión, pues “brincan” mucho antes de llegar a 1 – 2 metros desde donde están. Algunos especímenes se colectaron por medio de trampas amarillas instaladas en lugares abiertos, lo cual indica que esta especie frecuenta estos lugares y que es atraída por colores llamativos como el amarillo. 137 Longitud del cuerpo: 2.8 mm. Descripción general: Élitros de color verde azulado metálico con una puntuación bien marcada y en forma no linear. El pronoto es verde azulado metálico casi liso, pues los puntos presentes son minúsculos. Parte ventral negra incluyendo la coxa y el fémur, a partir del cual el color es amarillento. Antenas con los 3 segmentos basales amarillentos, luego son cada vez más oscuras hasta llegar al café oscuro. Planta hospedera: esta especie se colectó en de las flores de Miconia tonduzzi (Cogn.) Melastomataceae, con la cual está estrechamente relacionada. Figura 72. Genaphthona sp. Fotografía: Róger González, 2003. Comportamiento observado: Cuando se colectó en forma directa, Genaphthona sp. Demostró que salta velozmente y a gran distancia, además, esta especie se colectó mediante las trampas amarillas, intersección de vuelo, Malaise y sombrereta, lo cual indica que esta especie suele frecuentar la mayoría de hábitats que fueron muestreados en el Valle del Silencio. En cuanto a distribución del género, se sabe que tiene dos especies descritas: Genaphthona transversicollis (reportada en Guatemala y El Salvador) y G. virkkii (reportada en El Salvador)(Bechyné, 1997). La especie presente en el Valle del Silencio pareciera no estar descrita. 138 Longitud del cuerpo: 4.5 a 6 mm. Descripción general: Patas y segmentos antenales 1 - 4 amarillentos, el resto de la antena es negra. Cuerpo un poco convexo, la cabeza y el pronoto están unidas fuertemente al resto del cuerpo por un borde lateral aplanado que rodea casi por completo al pronoto. Puntuación elitral bien arbitrariamente marcada (no definida linear), élitros amarillos con una mancha negra en forma de “I” y un pequeño punto negro en la parte posterior de cada élitro. El pronoto es rojizo con los bordes amarillentos. Parte ventral cafezusca. Cuando los especímenes se colectaron en alcohol perdieron parcialmente el color amarillo en Figura 73. Walterianella sp.1 todo su cuerpo, por lo cual adquirieron una Fotografía: Róger González, 2003. coloración cafezusca. Planta hospedera: varios especímenes se encontraron entre el follaje de la cañuela (Chusquea longilligulata y Chusquea amistaensis) o posados sobre las hojas de la piñuela Greigya sylvicola y G. colombiana, aunque no necesariamente se les relaciona directamente con estas plantas debido a su comportamiento nocturno. Comportamiento observado: como ya se mencionó, casi todos los representantes de este género son de actividad nocturna (Bechyné, 1997), lo cual se cumple para esta especie, ya que solamente se encontró en actividad (volando o caminando) en horas de la noche. Sin embargo, tanto durante el día como en la noche, cuando se le encontró mostró ser de movimientos rápidos y muy listo para brincar, lo cual hace de forma muy particular: brinca (hacia arriba) y se deja caer a muy poca distancia de donde saltó, por lo cual se puede encontrar en el suelo. 139 Longitud del cuerpo: 5 a 8 mm. Descripción general: Patas y antenas cafezuscas, estas últimas con los segmentos 14 un poco más claros. La cabeza y el pronoto (que es rojizo con los bordes amarillentos) están unidas fuertemente al resto del cuerpo por un borde lateral aplanado que rodea casi por completo al pronoto. Élitros con puntuación desordenada (en forma no linear), amarillos con una mancha negra en forma de “I” que se cierra casi por completo al llegar al pronoto, dejando en el centro una isla amarilla en forma ovalada en cada uno de los élitros. En ocasiones, la mancha negra se extiende sólo hasta la mitad (donde termina línea la Figura 74. Walterianella sp.2 Curva y sigue un “cuello de botella”) y queda Fotografía: Róger González, 2003. una mancha con forma como de corazón. También hay especímenes únicamente con dos pequeñas manchas muy separadas una de la otra y en forma de “casquito”, en conclusión, esta mancha es muy variable en cuanto a forma y tamaño, pero en ningún caso llega hasta los bordes laterales de los élitros lo cual se cumple únicamente en Walterianella sp.1. Planta hospedera: varios especímenes se encontraron en el follaje de la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis) y de la piñuela Greigya sylvicola y G. colombiana, pero no se puede establecer una relación directa con estas plantas debido a su comportamiento nocturno. Comportamiento observado: es muy probable que esta especie también sea de hábitos nocturnos, pues se encontró en actividad (volando o caminando) únicamente en horas de la noche y además, fue atraído por las luces con mercurio que se instalaron en las mantas. Sin embargo, tanto durante el día como en la noche, cuando se le encontró mostró ser de movimientos rápidos y muy listo para brincar, lo cual hace de igual manera que la especie anterior. 140 Longitud del cuerpo: 5 mm. Descripción general: Patas y antenas amarillentas, estas últimas con los segmentos 6-11 de color café oscuro. La cabeza y el pronoto se unen fuertemente al resto del cuerpo mediante un borde lateral aplanado que rodea casi por completo puntuación al pronoto. bien arbitrariamente, Élitros marcada amarillos con definida con una mancha café –rojiza que cubre casi toda la parte anterior del cuerpo, excepto por dos manchas amarillas aisladas y de forma Figura 75. Walterianella sp.3 ovoide una en cada élitro y por una porción Fotografía: Róger González, 2003. de borde amarillo en cada élitro que inicia en la base del pronoto y que muere más o menos en la mitad del cuerpo para luego reaparecer formando un gran parche amarillo en la parte posterior del espécimen. En algunas ocasiones los puntos amarillos mencionados y el borde amarillento de los élitros se unen totalmente. El pronoto es rojizo con los bordes amarillentos. Parte ventral de color café claro. Planta hospedera: estos crisomélidos se observaron posados sobre las hojas de la piñuela (Greigya sylvicola y Greigya colombiana), de Coralillo, Colmillo o Quiquicirri (Satyria warszewiczii según Alfaro y Gamboa, 1999) y de una palma de Suita (Geonoma pittieri) aunque no se les relaciona directamente con estas plantas debido a su comportamiento nocturno. Comportamiento observado: es muy probable que esta especie también sea de hábitos nocturnos. Los especímenes colectados mostraron gran rapidez para saltar y tienen un sentido sensorial muy desarrollado ya que se van aún cuando se está a 1 o 2 metros de ellos. 141 Longitud del cuerpo: 4 a 5 mm. Descripción general: Pronoto, escutelo, patas y antenas anaranjadas, estas últimas con los segmentos 4 – 11 cada vez más oscuros hasta llegar a ser negros en la punta de la antena. El pronoto presenta una depresión muy cerca del escutelo. Puntuación elitral bien marcada, definida en forma arbitraria. Parte ventral totalmente amarillenta. La coloración de los élitros puede variar desde verde metálico, verde azulado metálico y, azul metálico hasta casi lila, lo cual posiblemente se debe a la diferenciación Figura 76. Neodiphaulaca sp. de sexos o incluso al hecho de que el Fotografía: Róger González, 2003. espécimen pierda su color natural cuando es colectado en alcohol, el cual puede disolver o desteñir algunas de las sustancias que dan la coloración al insecto cuando está vivo. Planta hospedera: algunos especímenes se colectaron directamente mientras estaban posados sobre las hojas de la palma suita (Geonoma pittieri), sin embargo estas observaciones no fueron muy frecuentes, por lo que aún no se puede establecer una relación estrecha entre planta e insecto. Comportamiento observado: Los especímenes de Neodiphaulaca sp. colectados en forma directa mostraron ser muy listos y ágiles especialmente en su vuelo. Desde larga distancia detectan las vibraciones, movimientos o cambios en la iluminación de su entorno, ante lo cual están alerta con sus antenas extendidas, para volar ante cualquier posible peligro. 142 Longitud del cuerpo: 1.5 mm. Descripción general: patas y antenas amarillentas, estas últimas con los segmentos 5-11 cada vez más oscuros hasta llegar a ser negros en la punta de la antena. Élitros, cabeza y pronoto de color verde oscuro metálico. Puntuación elitral moderadamente marcada dispuesta en líneas paralelas. El pronoto presenta una serie de puntos muy ligeros y repartidos al azar, pero no presenta ninguna prominencia o depresión. Cuerpo Figura 77. Chaetocnema sp. ovalado y semiconvexo. Ojos prominentes. Fotografía: Róger González, 2003. Parte ventral de color café oscuro. Planta hospedera: con bastante frecuencia Chaetocnema sp. está en las hojas de la cañuela (Chusquea longilligulata y C. Amistaensis) con la cual se establece una relación muy estrecha. En Venezuela, la especie Chaetocema macgillavryi raspa y perfora las hojas del Bambú (Bambusa longispiculata), que es de la misma familia (Poaceae) de la cañuela (Chusquea longilligulata y Ch. amistaensis), además ataca otras poáceas como Echinochloa colonum, Panicum maximun (pasto de corta) y Zea mays (maíz) (en esta última especie, Chaetocema macgillavryi ataca principalmente a las plantas pequeñas (plántulas)(Bechyné, 1997). Comportamiento observado: son insectos muy listos y ágiles que saltan a gran velocidad cuando perciben el menor movimiento en su entorno. Al parecer, el color amarillo les resulta llamativo y además vuelan en lugares abiertos como los senderos. 143 Longitud del cuerpo: 3 mm. Descripción general: Forma del cuerpo alargado y poco convexo. Patas y antenas de color café oscuro, casi con la misma coloración que el resto del cuerpo. Cabeza claramente separada del pronoto, éste último con fuertes puntuaciones ubicadas al azar. Puntuación marcada, definida elitral en bien líneas confusas. Tanto la cabeza como el pronoto y los élitros son de color negro brillante. Parte ventral de color negro opaco. Figura 78. Nasigona sp. Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: los especímenes colectados en forma directa se encontraron sobre el follaje y entre los nudos que forman las hojas al unirse con el tallo de la planta cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis). Es muy posible que Nasigona sp. descanse y se proteja entre esos “nudos” vivos que ofrecen un hábitat muy seguro para tales insectos. No se descarta que también sus hábitos alimenticios estén relacionados con la planta mencionada. Comportamiento observado: los especímenes observados directamente en el medio natural mostraron ser excelentes voladores además de tener un excelente sistema de detección de los movimientos y cambios que se dan en su entorno cercano, ante los que reaccionan instantáneamente. 144 Longitud del cuerpo: 4 mm. Descripción general: Patas verdes con un tono metálico. Antenas un poco más oscuras (casi negras) igualmente con un tono metálico. Pronoto con una fuerte depresión cerca del escutelo pero sin puntuaciones. Cabeza, pronoto y élitros de color verde metálico, estos últimos con un abultamiento en cada uno casi al unirse con el pronoto. Puntuación elitral bien marcada dispuesta de manera arbitraria (muy confusa). Parte ventral igualmente de color verde metálico. Planta hospedera: se sabe que la mayoría de especies del género Diphaltica Figura 79. Diphaltica sp. presentes en Centroamérica y Colombia Fotografía: Róger González, 2003. están asociadas estrechamente con plantas del género Solanum sp. (Solanácea) (Bechyné, 1997), sin embargo, aunque Diphaltica y Solanum están presentes en el Valle del Silencio, durante el proceso de esta investigación no se encontraron especímenes asociados a alguna de estas plantas. Comportamiento observado: esta especie mostró ser de rápidos movimientos tanto para caminar como para volar durante horas de la noche, pues fue atraída por la trampa de manta con luz de mercurio que se instaló dentro del bosque primario de roble (Quercus costarricensis y Q. bumeliodes), la cual se dispuso hacia las copas de los árboles, en las cuales es muy posible que desarrolla sus actividades, pues no se colectó con ninguna de las demás trampas y métodos de colecta que se utilizaron en los diferentes sitios o micro ambientes de la parte baja del bosque. Es muy posible que esta especie sea de hábitos nocturnos. 145 Longitud del cuerpo: 4 mm. Descripción general: Patas y antenas amarillentas, estas últimas con los segmentos 7-11 cada vez más oscuros hasta llegar a ser café oscuro en la punta de la antena. Cabeza, pronoto y élitros totalmente de color naranja. El pronoto presenta una fuerte depresión muy cerca del escutelo. Élitros con una puntuación débil y en forma desordenada, de manera que a simple vista parecen muy pulidos (casi lisos). Parte ventral totalmente amarillenta. Dinaltica es un género poli filético caracterizado conjuntamente por la presencia de numerosos puntos setíferos supraorbitales (Bechyné y Springlova, 1975). Planta hospedera: Algunos especímenes Figura 80. Dinaltica sp. se observaron y colectaron en las flores Fotografía: Róger González, 2003. de Miconia tonduzzi (Cogn.), la cual frecuentemente se encuentra en los espacios abiertos en medio del bosque. Aunque estas observaciones no fueron frecuentes, es muy posible que ambas especies (Dinaltica sp. y Miconia tonduzzi) estén estrechamente relacionadas. Comportamiento observado: los especímenes colectados mostraron ser buenos “saltadores” y cuando son manipulados caminan bastante rápido y vuelan. Aunque se les capturó en las trampas de intersección y de Malaise, la mayoría de los especímenes de esta especie se colectaron mediante las trampas amarillas. En cuanto a su distribución, el género Dinaltica incluye dos especies descritas y distribuidas en Honduras y El Salvador: Dinaltica anilina y D. aeneipennis respectivamente (Bechyné y Springlova, 1975), sin embargo, la especie colectada en el Valle del Silencio y para toda Costa Rica probablemente aún no está descrita. 146 Longitud del cuerpo: 1.9 mm. Descripción general: Patas y antenas de color café claro, sin embargo los segmentos antenales 7-11 se oscurecen cada vez más hasta llegar a ser casi negros en la punta de la antena. Parte ventral, cabeza, pronoto y élitros de color negro brillante, estos últimos cubiertos totalmente de setas muy evidentes que le dan una apariencia “peluda”. Puntuación elitral bien marcada y lineal, no así en el pronoto, donde los puntos están distribuidos arbitrariamente. Planta hospedera: El estado adulto de esta especie se encontró tanto en el follaje como dentro de los tallos tiernos de la Cañuela (Chusquea Figura 81. Epitrix sp. longilligulata). Los tallos donde se encontraron Fot.: Róger González, 2003. presentaban una serie de pequeños huequitos de alrededor de 2 mm de diámetro (ver figuras 108 y 109 en la sección de anexos). Al abrir el tallo con un corte longitudinal, se encontró que por dentro hay una serie de cámaras que van en forma de espiral (similar a una escalera de tipo caracol) en sentido de todo el largo del tallo, las cuales son hechas por unos insectos de la subfamilia Scolitinae (Curculionidae: Coleoptera), los cuales cultivan un microhongo de color blanco el cual se encuentra adherido a las paredes de dichas cámaras y el cual les sirve de alimento. Las cámaras más viejas (generalmente hacia la base del tallo) son desalojadas por los Scolitinae los cuales buscan brotes frescos y tiernos (hacia la parte superior del tallo) con los cuales alimentan a su hongo, de esta manera las cámaras ya desalojadas se van pudriendo y toman un aspecto acuoso y con mal olor, que es el sitio donde precisamente se encontró Epitrix sp. Comportamiento observado: los especímenes colectados mostraron ser muy activos y con excelentes cualidades tanto para volar como para caminar. Además, Epitrix sp. se colectó por medio de las trampas Malaise y mayoritariamente amarillas, lo cual demuestra su presencia en los “claros” del bosque, así como que es atraído por colores llamativos como el amarillo. 147 Longitud del cuerpo: 1.8 mm. Descripción general: Patas cafezuscas. Antenas pequeñas y amarillentas, con los últimos tres segmentos más oscuros. Cuerpo de apariencia ovoide con un color café oscuro que abarca tanto la parte ventral como la cabeza, el pronoto y los élitros. Puntuación elitral bien marcada en la cual los puntos se distribuyen arbitrariamente extendiéndose de igual manera en el pronoto. Figura 82. Gioia sp.1 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: en varias ocasiones esta especie se colectó en el follaje de la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis) principalmente en aquellas plantas que se encuentran a orillas del sendero o en otras áreas abiertas en el bosque, de manera que es evidente la relación estrecha entre ambas especies. Comportamiento observado: Gioia sp.1 tiene un comportamiento similar al de la mayoría de especies colectadas: es sumamente listo, pues brinca o salta a gran velocidad cuando se siente amenazado. Los especímenes colectados directamente se obtuvieron por medio del golpe de vegetación con sombrereta además de la colecta libre. Gioia sp.1 también se colectó por medio de las trampas amarillas y la trampa de Malaise las cuales se instalaron en áreas abiertas tales como senderos, alrededores de un árbol caído y parches naturales de vegetación enana como la cañuela, de manera que es muy posible que Gioia sp. 1 frecuenta o vive en estos micro ambientes. 148 Longitud del cuerpo: 2,1 mm. Descripción general: Patas y antenas amarillentas, estas últimas con los segmentos 8-11 de color progresivamente oscuro hasta llegar casi a negro en la punta de la antena. Cabeza y pronoto anaranjados. Parte ventral de color negro. Élitros de color café con una tonalidad de Puntuaciones verde elitrales metálico. bien marcadas definidas arbitrariamente. Planta hospedera: Aunque no se pudo establecer una relación estrecha entre esta especie y alguna planta específica, se observó que Figura 83. Gioia sp. 2 Gioia sp. 2 acostumbra estar sobre las Fotografía: Róger González, 2003. hojas de la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis), además de que los especímenes colectados se hallaron únicamente en lugares abiertos dentro del bosque, donde es muy abundante la “Chusquea”. Comportamiento observado: Son especímenes sumamente listos, pues los que se observaron en forma directa escapan fácilmente por medio de un fuerte y veloz salto que logran gracias a los músculos de los fémures de las patas posteriores, los cuales están bien desarrollados. Esta especie igualmente se colectó por medio de las trampas amarillas y de Malaise que se instalaron en algunos “claros” dentro del bosque, lo cual demuestra su presencia en estos lugares, además de su atracción por colores llamativos como el amarillo. 149 Longitud del cuerpo: 2 mm. Descripción general: Patas con una tonalidad anaranjada, antenas muy típicas de esta especie, pues a partir del quinto segmento se forma una masa antenal muy evidente de color café oscuro. Los segmentos antenales 1-5 son del mismo color que las patas. Cabeza, pronoto y élitros cubiertos de setas de color oro que dan una tonalidad brillante. Tanto el pronoto como los élitros presentan una serie de abultamientos en diferentes posiciones Figura 84. Hypanthus sp. los cuales tienen una tonalidad naranja, Fotografía: Róger González, 2003. el resto de los élitros, pronoto y del cuerpo incluyendo su parte ventral es de color café oscuro. Planta hospedera: es muy posible que esta especie tenga una asociación con la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis) pues los especímenes colectados se obtuvieron de trampas instaladas en sitios donde esta planta es muy abundante. Comportamiento observado: todos los especímenes colectados provienen de trampas amarillas y de intersección, por lo cual no se pudo observar el comportamiento natural de estos insectos mientras están vivos. A pesar de esto, es muy posible que tengan el salto como medio de escape, pues sus fémures posteriores son bastante engrosados incluso, los músculos que los constituyen están más desarrollados que otras de las especies de Alticini colectadas en el Valle del Silencio. Esta especie se colectó mayoritariamente mediante las trampas amarillas, lo cual indica su atracción por dicho color. 150 Longitud del cuerpo: 4 mm. Descripción general: patas y antenas amarillentas. Cabeza, pronoto y élitros igualmente amarillentos pero con una serie de pequeñas manchas oscuras (casi diversas partes negras) de en éstos, además de lo cual presentan muchas setas de color oro que le dan una coloración brillante al individuo (bajo una luz artificial) y que están ubicadas en diferentes direcciones por lo cual a veces forman “remolinos”. Figura 85. Hypolampsis sp.1 Puntuación elitral desordenada, Fotografía: Róger González, 2003. poco marcada y visible bajo el gran número de setas. Parte ventral totalmente amarillenta. Planta hospedera: es muy posible que Hypolampsis sp. 1 tenga una estrecha relación con la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis) pues los especímenes observados directamente estaban en las hojas de estas plantas, además, también se obtuvieron especímenes de trampas instaladas en sitios donde esta planta es muy común. Comportamiento observado: los especímenes observados “saltaban” con gran velocidad y fuerza, con lo cual desaparecían en un instante. El hecho que esta especie se haya colectado también mediante las trampas amarillas, intersección y de Malaise demuestra que Hypolampsis sp. 1 vuela en o hacia lugares abiertos en medio del bosque y que es atraído por colores llamativos como el amarillo. 151 Longitud del cuerpo: 2.8 mm. Descripción general: Patas y antenas amarillentas, estas últimas se oscurecen suavemente a partir del quinto segmento antenal, por lo cual la punta de las antenas son de color café claro. La parte donde se une el fémur posterior a cada tibia es un poco más oscura. Cabeza, pronoto y élitros de color cafezusco, con varias manchas oscuras (casi negras) en diferentes partes del cuerpo, además presentan toda esta área cubierta por setas de color oro dispuestas a manera de “remolinos”. Puntuación elitral bien marcada y definida en líneas que a veces no se pueden visua- Figura 86. Hypolampsis sp.2 -lizar bien debido a la capa de pelos o Fotografía: Róger González, 2003. Setas que las recubren. Parte ventral cafezusca excepto los últimos tres tergitos abdominales, los cuales son amarillentos. Planta hospedera: los especímenes colectados directamente se encontraron en su gran mayoría sobre el follaje de la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis). También se colectaron varios especímenes en las hojas de roble (Quercus costarricensis y Q. bumeliodes). Comportamiento observado: son sumamente listos y detectan muy bien los movimientos y cambios en su entorno, por lo cual son difíciles de capturar directamente. Los especímenes manipulados “brincaron” tan rápido como lo hace una “pulga”. Hypolampsis sp. 2 se obtuvo también por medio de las trampas Malaise, amarillas, intersección, manta con luces, red de Noyes y golpe de vegetación con sombrereta, todas ubicadas en diferentes micro hábitats dentro de la parcela de estudio, lo cual demuestra que es una especie que está presente en varios ambientes diferentes. 152 Longitud del cuerpo: 3.5 mm. Descripción general: Cuerpo de forma ovoide. Patas y antenas amarillentas, estas últimas con los segmentos 3-7 más oscuros (cafezuscos). Parte ventral, cabeza, pronoto y élitros de color amarillento cubiertos de pequeñas setas. Puntuación elitral muy evidente de color café. Los fémures posteriores son bastante abultados. Los especímenes colectados presentan un abultamiento en forma de “pelotita” en el último tarso de la pata posterior. Figura 87. Hypolampsis sp.3 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: Hasta el momento no se tienen datos de la o las especies de plantas con la cual se encuentra asociado Hypolampsis sp.3, sin embargo, cabe mencionar que en los sitios donde se encontró esta especie es muy abundante la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis) y que posiblemente se asocia a ella ya sea como un hábitat o como fuente de alimento. Comportamiento observado: Debido a que Hypolampsis sp.3 únicamente se colectó por medio de las trampas amarillas y de intersección, no se pudo hacer observaciones del comportamiento natural de esta especie cuando está viva, sin embargo y debido al tamaño de los músculos de sus fémures posteriores es evidente la gran capacidad de saltar que tiene esta especie. 153 Longitud del cuerpo: 5 mm. Descripción general: Patas cafezusco - amarillentas. Cada uno de los segmentos antenales son de color café en su mitad inferior y amarillo en la parte superior. Cabeza, pronoto y élitros amarillentos, estos últimos con setas que le dan una tonalidad brillante y con una puntuación linear bien marcada y de color oscuro (negro). El pronoto es de forma cuadrangular y presenta seis protuberancias en forma de “pico”, tres en cada borde externo lateral del pronoto (los cuales son de color café). Además, la superficie del pronoto tiene varios abultamientos. Figura 88. Hypolampsis sp.4 Parte ventral totalmente de color amarillento. Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: algunos de los especímenes colectados se encontraron en las hojas secas de los helechos arborescentes (Cyathea sp.), las cuales toman un aspecto cafezusco, muy semejante al color de Hypolampsis sp. 4. Comportamiento observado: Los especímenes colectados directamente se quedaban queditos unos instantes, a veces con sus extremidades escondidas bajo su cuerpo, luego saltaron con mucha fuerza. La mayoría de los especímenes colectados se obtuvieron por medio de la manta con luz puesta durante la noche en sitios abiertos y con buena proyección hacia el dosel del bosque, donde es muy probable que Hypolampsis sp. 4 desarrolle sus actividades, por lo que se sospecha es de hábitos nocturnos. 154 Longitud del cuerpo: 2.5 mm. Descripción general: Patas y antenas de color café claro. Parte ventral, cabeza, pronoto y élitros café oscuro cubiertos por completo de pequeñas setas brillantes ubicados a manera de “remolinos”. Puntuación elitral bien definida en líneas que son poco visibles debido a la presencia de las setas. El pronoto presenta una “espinita” en el borde extremo cercano a cada ojo. Planta hospedera: algunos especímenes se encontraron (sólo 1 de ellos se logró colectar directamente) en los nudos que forman las hojas al unirse a los tallos de la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis), principalmente en las partes Figura 89. Hypolampsis sp.5 superiores de estas plantas. Fotografía: Róger González, 2003. Comportamiento observado: esta especie es muy activa y lista. Si se mantienen en cautiverio caminan constantemente hasta encontrar un sitio donde ocultarse, durante las mañanas (cuando el sol aún no ha calentado se mantienen inmóviles aunque se les manipule) pero una vez que su cuerpo recibe el calor del medio brincan con mucha rapidez escapando fácilmente. Hypolampsis sp.5 también se colectó por medio de las trampas amarillas y de Malaise, las cuales se instalaron en lugares abiertos en donde Chusquea longilligulata y C. amistaensis es muy común. 155 Longitud del cuerpo: 1.9 mm. Descripción general: patas y antenas de color café claro, cubiertas por completo de setas. Parte ventral, cabeza, pronoto y élitros de color café oscuro con una tonalidad brillante. La forma de su cuerpo es muy característica por tener una “cintura” muy pronunciada entre el pronoto y el abdomen, el cual termina en forma de punta. Puntuaciones elitrales muy débiles con un tono de café oscuro casi negro. Figura 90. Longitarsus sp. 1 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: Los especímenes colectados directamente se encontraron en las hojas secas de la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis), en las cuales muy posiblemente pasa la mayor parte de su tiempo. Los especímenes colectados indirectamente se extrajeron de aquellas trampas instaladas en lugares donde la cañuela es bastante común. Comportamiento observado: los especímenes colectados directamente mostraron ser sumamente veloces y listos para “brincar”, incluso no se tienen registros de especímenes colectados directamente debido a que escaparon con increíble listeza. En su mayoría, Longitarsus sp. 1 se colectó mediante las trampas amarillas y algunos pocos llegaron a la trampa de Malaise, lo cual indica su atracción por los colores llamativos como el amarillo y además su presencia en los lugares abiertos en el sotobosque. 156 Longitud del cuerpo: 1.5 mm. Descripción general: Patas y antenas de color café claro, mientras que la parte ventral, la cabeza, los élitros y el abdomen son un poco más oscuros. La forma de su cuerpo es muy característica por parecer un huevo excepto por una pequeña “cintura” que se observa entre el pronoto y los élitros, además, el pronoto termina en forma menos pronunciada o punteada que Longitarsus sp. 1. La puntuación elitral es muy débil y en forma desordenada. Planta hospedera: algunos especímenes se encontraron en lugares Figura 91. Longitarsus sp.2 Húmedos y oscuros, tales como las gambas Fotografía: Róger González, 2003. de los robles (Quercus costarricensis y Q. bumeliodes), sin embargo también se encontraron en la vegetación en proceso de descomposición. Comportamiento observado: son especímenes sumamente listos y brincan a gran velocidad y distancia, escapando de la vista en un instante. Los especímenes colectados indirectamente se obtuvieron de las trampas amarillas y de Malaise dispuestas a orillas del sendero en los alrededores del Refugio. En cuanto a la distribución geográfica, el género Longitarsus está repartido en todo el mundo en centenares de especies (Bechyné, 1997). 157 Longitud del cuerpo: 2.5 mm. Descripción general: Patas y antenas amarillentas, estas últimas con los oscurecidos segmentos 10 (café claro). y 11 Parte ventral, cabeza, pronoto y élitros de color café oscuro con una tonalidad brillante. Puntuaciones elitrales bien marcadas y dispuestas en forma desordenada, las cuales se extienden incluso hasta el pronoto y la cabeza, donde son cada vez menos evidentes. Planta hospedera: Debido a que esta especie no se colectó de forma directa no se tienen datos de alguna especie de planta donde se haya encontrado con frecuencia y con la cual se pueda establecer alguna relación, sin embargo, Figura 92. Neothona sp. en Venezuela, la especie Neothona octava Fotografía: Róger González, 2003. está relacionada directamente con las hojas de Ipomoea batatas (Camote) (Bechyné, 1997). Comportamiento observado: no se tienen datos del comportamiento natural de Neothona sp. mientras los especímenes están vivos, pero se sabe que todas las especies de este género (Neothona) normalmente son palinófagas (Bechyné, 1997). Los 3 especímenes colectados se obtuvieron mediante las trampas amarillas instaladas en el sendero en los alrededores del Refugio. 158 Longitud del cuerpo: 2 mm. Descripción general: Patas y antenas amarillentas, estas últimas con los segmentos antenales 8-11 de color negro. Además, los fémures de las patas posteriores son de color café oscuro. Parte ventral, cabeza, pronoto y élitros de color negro, cubiertos por completo de setas muy evidentes y de color plateado, lo cual le da un aspecto brillante al insecto. Puntuación elitral poco marcada y no visible debido a la presencia de las setas. Figura 93. Phylactitus sp. Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: Algunos especímenes se observaron posados en las hojas de la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis) pero no se pudieron capturar debido a su increíble listeza. Los especímenes colectados indirectamente se obtuvieron de aquellas trampas instaladas en lugares donde esta planta es muy común, por lo cual, es muy posible que exista una relación muy estrecha entre ambas especies. Comportamiento observado: Son expertos en “brincar” con sus poderosos músculos de los fémures en las patas posteriores. Además, la mayoría de los especímenes se colectaron mediante la trampa de Malaise, lo cual indica que Phylactitus sp. acostumbra volar en lugares abiertos como senderos y claros con vegetación enana. 159 Longitud del cuerpo: 3 a 3.5 mm. Descripción general: Patas y antenas Pronoto, amarillentas. cabeza y élitros de color oro, estos últimos con puntuaciones bien marcadas y distribuidas en líneas casi paralelas a todo lo largo de los élitros. El pronoto también presenta puntuaciones pero en forma presenta desordenada, una además depresión bien marcada cerca del escutelo y tiene una mancha café oscuro hacia el centro de la placa pronotal. Parte ventral de color cafezusco. Figura 94. Sphaeronychus fulvus Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: Los especímenes colectados en forma directa se encontraron en las hojas de una planta de la familia Melastomataceae (Miconia tonduzzi), por lo cual es muy probable que Sphaeronychus fulvus se encuentre asociado a esta especie de planta. Comportamiento observado: Los individuos de Sphaeronychus fulvus caminan muy rápido y además tienen un excelente vuelo que practican principalmente en aquellas áreas abiertas o claros en el bosque. Esto se comprueba al analizar que la gran mayoría de especímenes colectados se obtuvieron por medio de la trampa de Malaise, seguido de las trampas amarillas y de intersección del vuelo. 160 Longitud del cuerpo: 4 mm. Descripción general: Patas amarillentas en los fémures y coxas y cafezuscas en las tibias y tarsos. Segmentos antenales 1 y 2 amarillentos, 3 – 6 con la mitad café y la otra mitad amarillenta, y 7 – 11 totalmente café oscuro. Cabeza, pronoto y élitros de color cafezusco – amarillento con un tono brillante. elitrales bien Puntuaciones marcadas que forman líneas un poco confusas. Parte ventral completamente café. Planta hospedera: Los pocos especímenes de Sphaeronychus sp. que se encontraron en forma natural en el medio estaban en las hojas de roble (Quercus bumelioides y Q. costarricensis) por Figura 95. Sphaeronychus sp. lo cual es muy probable se encuentre Fotografía: Róger González, 2003. asociado a esta especie de planta. Comportamiento observado: Sphaeronychus sp. detecta los movimientos y cambios en su entorno muy rápidamente, pues en dos ocasiones escapó mientras se manipulaba para tomarle fotos, lo cual logró con un veloz y fuerte salto. Esta especie no se logró colectar con ninguna de las trampas instaladas y en forma directa sólo se observó en tres ocasiones, lo cual hace suponer que tiene su hábitat en el dosel del bosque, quizá en las copas de los robles, a los cuales muy probablemente se encuentra asociada. 161 Longitud del cuerpo: 3.5 mm. Descripción general: Patas y antenas de color negro oscuro excepto en los segmentos antenales 1 – 3, que son de color café claro. Cuerpo semiconvexo y de forma ovoide. Tanto los élitros como el pronoto y la cabeza son de color negro azulado metálico. Puntuación elitral bien definida, completamente ordenada en filas paralelas. El pronoto también tiene una puntuación un poco más débil y en forma desordenada. Su parte ventral es de color negro opaco y presenta pequeñas setas. Figura 96. Acallepitrix sp.1 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: Esta especie se colectó en un área abierta en donde la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis) es muy abundante, sin embargo no se colectó directamente en esta planta, por lo que no puede establecerse una relación directa entre insecto-planta. Comportamiento observado: Acallepitrix sp.1 se colectó únicamente por medio de trampas amarillas, razón por la que no se pudo observar el comportamiento del espécimen vivo. Se puede deducir que esta especie ocasionalmente frecuenta los lugares abiertos dentro del bosque y que es atraído por los colores llamativos como el amarillo. 162 Longitud del cuerpo: 1.5 mm. Descripción general: Patas amarillentas. Antenas con los segmentos 1 y 2 amarillentos y los demás segmentos cafezuscos. Cabeza, pronoto y élitros de color anaranjado brillante. El pronoto carece de puntuaciones, es sumamente arqueado y presenta una depresión muy cerca del escutelo. Puntuación elitral bien marcada y definida en líneas aunque no paralelas. La parte ventral es cafezusca y presenta numerosas setas. Planta Hospedera: Compartiendo el mismo hábitat con Epitrix sp., Exoceras sp.1 y Exoceras sp. 3, el estado adulto de Figura 97. Margaridisa sp. Margaridisa sp. se encontró dentro de los Fotografía: Róger González, 2003. tallos tiernos de la Cañuela (Chusquea longilligulata). Los tallos donde se encontraron presentaban una serie de pequeños huequitos de alrededor de 2 mm de diámetro (ver figuras 108 y 109 en la sección de anexos). Al abrir el tallo con un corte longitudinal, se encontró que por dentro hay una serie de cámaras que van en forma de espiral (similar a una escalera de tipo caracol) en sentido de todo el largo del tallo, las cuales son hechas por unos insectos de la subfamilia Scolitinae (Curculionidae: Coleoptera), dentro de ellas cultivan un microhongo de color blanco el cual se encuentra adherido a las paredes de dichas cámaras y el cual les sirve de alimento. Las cámaras más viejas (generalmente hacia la base del tallo) son desalojadas por los Scolitinae los cuales buscan brotes frescos y tiernos (hacia la parte superior del tallo) con los cuales alimentan a su hongo, de esta manera las cámaras ya desalojadas se van pudriendo y toman un aspecto acuoso y con mal olor, que es el sitio donde precisamente se encontró Margaridisa sp. Comportamiento observado: Muy activos y listos. Muestran gran capacidad de vuelo y de salto. Se colectó también mediante las trampas amarillas, Malaise, manta con luz y red de Noyes todas instaladas cerca o en medio de los “chusqueales. 163 Longitud del cuerpo: 2 mm. Descripción forma general: ovoide. Patas Cuerpo y de antenas amarillentas, estas últimas con el segmento antenal 11 de color café. En algunos especímenes la cabeza y el pronoto son negros y los élitros son café – marrón, mientras que hay otros especímenes en los cuales la cabeza, el pronoto y el abdomen son amarillentos. Puntuación elitral bien marcada definida en forma arbitraria. Parte ventral cafezusca. Planta hospedera: los especímenes colectados se encontraron en un área abierta en donde es muy común la cañuela Figura 98. Heikertingerella sp. (Chusquea longilligulata y C. amistaensis ), Fotografía: Róger González, 2003. sin embargo aún no se puede establecer una relación directa entre insecto y planta. Se sabe que en Venezuela la especie Heikertingerella marini está asociada a Ruellia tuberosa. (Bechyné, 1997), en cuyas hojas hace perforaciones. Este mismo género de planta se encuentra en Costa Rica, representado por varias especies, sin embargo no hay colectas de estas plantas en zonas tan altas como el Valle del Silencio. Comportamiento observado: Debido a que Heikertingerella sp. únicamente se colectó mediante trampas amarillas, no se pudo observar el comportamiento natural de los especímenes mientras están vivos, sin embargo, se sabe que las especies de este género son muy poco comunes debido a su forma de vida principalmente comiendo las hojas terminales de plantas y árboles grandes poco accesibles para el hombre tales como los robles (Quercus bumelioides y Q. costarricensis). En Venezuela, las especies Heikertingerella nigrolineata, H. dermatologica, H. bernardina, H. vittata, H. avila y H. selene se encuentran comiendo en el follaje alto de Cecropia sp. (Guarumo) (Bechyné y Springlova, 1975). 164 Subfamilia Galerucinae. Tribu Hispini: Gyllenhal 1813. Introducción a la tribu: Estos crisomélidos muestran un cuerpo estrecho, paralelo o ampliamente aovado, desde casi plano a muy convexo. Generalmente los élitros presentan puntuaciones dispuestas en 10 filas. La forma del cuerpo de las larvas es muy inconstante, éstas viven como minadoras de hojas, entre hojas cerradas (enrolladas), abiertamente en el follaje o en otras partes de la planta. Las larvas que se alimentan en lugares expuestos normalmente se protegen con una protuberancia lateral a base de materia fecal (Arnett, Thomas, Skellev y Frank, 2002). Autores de los géneros de la tribu Hispini: Stenispa Baly 1858: 13 . Cephaloleia gilvipes Uhmann 1930: 230. Lobispa sp._____________. 165 Longitud del cuerpo: 3 a 3.5 mm. Descripción general: Cuerpo de forma alargada y aplanado dorsoventralmente. Patas y antenas de color café oscuro, en estas últimas los segmentos antenales están muy unidos entre sí, por lo cual casi no se diferencian uno del otro. Cabeza, pronoto y élitros de color verde oscuro metálico, aunque algunos individuos pueden ser azul oscuro metálico. Puntuación elitral bien marcada definida en líneas un poco confusas. El pronoto presenta una débil puntuación en el área cercana al escutelo. Los segmentos tarsales presentan una vellosidad (setas) amarillentas que les dan un aspecto de almohadillas. Parte ventral de color negro opaco. Planta hospedera: Stenispa sp. se encuentra fácilmente en cualquier época del año sobre las hojas y entre los nudillos formadas por éstas al unirse a los tallos de la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis). Este mismo hábitat lo comparte con Cephaloleia gilvipes. Figura 99. Stenispa sp. Foto.: Róger González, 2003. Comportamiento observado: al ser manipulados, estos especímenes se quedan muy queditos con sus extremidades (patas y antenas) escondidas bajo su cuerpo, en esta posición están durante un largo período de tiempo hasta que sientan que no hay movimientos extraños en su entorno cercano, ante lo cual muy despacio empiezan a caminar. Rara vez se les ve volando y no “brincan”, lo cual se refleja directamente en la manera en que fueron capturados los especímenes: únicamente dos llegaron a la trampa de intersección, el resto se colectaron de manera activa. Stenispa sp. también se ha colectado en todo el Macizo de la Muerte y Tapantí únicamente en la Chusquea de esta zona. 166 Longitud del cuerpo: 4.0 mm. Descripción general: Cuerpo alargado y aplanado dorsoventralmente. Patas y antenas de color negro opaco, estas últimas con los segmentos muy unidos entre sí de manera que casi no se distinguen uno del otro. Cabeza, pronoto y escutelo de color negro brillante, élitros azul oscuro metálico con puntuaciones bien marcadas y definidas en líneas un poco confusas. Los segmentos tarsales presentan una vellosidad (setas) amarillentas que les dan un aspecto de almohadillas. Parte ventral de color negro opaco. Planta hospedera: La mayor parte del tiempo, Cephaloleia gilvipes se encuentra sobre las hojas y entre los nudillos formados por éstas al unirse con el tallo de la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis), de manera que hay una estrecha relación entre insecto y planta. Comportamiento observado: es de carácter pasivo y se mueve muy poco. Al ser manipulados, los Figura 100. Cephaloleia gilvipes Fotografìa: Róger González, 2003. especímenes se quedan muy queditos con sus extremidades (patas y antenas) escondidas bajo su cuerpo, en esta posición están durante varios segundos hasta que sientan que no hay movimientos extraños en su entorno cercano, ante lo cual muy despacio empiezan a caminar. Rara vez se les ve volando y no “brincan”, lo cual se refleja directamente en la manera en que fueron capturados los especímenes: el 100% de ellos se colectó en forma directa. Algunas otras especies de este género están asociadas estrechamente (al igual que otros Hipini) a plantas del género Heliconia, que conocemos comúnmente como “platanillas”, en las cuales viven dentro de las hojas tiernas aún enrolladas, ahí las larvas raspan los bordes e interiores de las hojas, ocasionando perforaciones muy notables cuando la hoja madura y se extiende. El período larval puede tardar unos 60 días y cuando llega al estado de pupa tardará otros 15 días para convertirse en adulto (Seifert, R.P. and Hammett, F., 1976). 167 Longitud del cuerpo: 4 mm. Descripción general: Patas cafezuscas con una superficie muy irregular, las tibias son amarillentas. Antenas con la siguiente coloración: primer segmento antenal de color amarillo, segmentos antenales 2 – 5 cafezuscos, segmentos 6 y 7 amarillos y del 8 al 11 negros y más abultados que los anteriores. Cabeza y pronoto cafés, este último con un tono de verde azulado metálico en algunas partes y con una superficie muy porosa e irregular con varias protuberancias evidentes. Escutelo y élitros amarillos, estos últimos con varias crestas o protuberancias sobre todo en Figura 101. Lobispa sp. Los bordes. Puntuación elitral bastante Fotografía: Róger González, 2003. marcada y definida en líneas no muy ordenadas. Parte ventral cafezusco –amarillenta. Planta hospedera: En el micro hábitat donde se colectó Lobispa sp. es muy común la cañuela (Chusquea longilligulata y C. amistaensis) sin embargo, por más que se buscó en esta planta, no se encontró directamente en ella. Es muy probable que esta especie desarrolle sus actividades en la parte alta del bosque o que su población sea muy pequeña con especímenes poco comunes, pues tan sólo se colectó un espécimen. Comportamiento observado: el único espécimen colectado se obtuvo por medio de la trampa de Malaise la cual se instaló en los bordes del Río Terbi, cerca del Refugio y en medio de un “chusqueal”, por lo cual no se tienen observaciones del espécimen vivo, sin embargo es muy posible que sea de movimientos lentos al igual que los demás “hispinos” colectados y aunque no pareciera tener alas quizá pueda volar o sea uno más de esos misteriosos insectos ápteros que se colectan en trampas de Malaise o intersección del vuelo. 168 Subfamilia Cryptocephalinae: Gyllenhal 1814. Introducción a la Subfamilia: El cuerpo de estos crisomélidos es robusto, cilíndrico y normalmente compacto, con la cabeza normalmente retractada hacia el pronoto, por lo cual no se observa completamente vista en una posición desde arriba del insecto. Las larvas son “casebearers” (portadoras de su propia casa) y principalmente son ditritívoras (comen ditrito orgánico), por lo cual viven en la basura en la superficie de la tierra, aunque un número pequeño de ellas consume hojas verdes. Los miembros de esta subfamilia están presentes en todo el mundo. Hasta donde se sabe, todas las fases larvales de los criptocefálinos son “casebearers” y viven protegidos por un escudo construido con su materia fecal y a veces con los desechos de algunas plantas. Las larvas ocupan una gran variedad de nichos, y se ha demostrado que numerosas especies de Clytrini están asociadas con las hormigas (Selman 1998 citado por Arnett, Thomas, Skellev y Frank 2002). Autores de los géneros de la subfamilia Cryptocephalinae: Crypthocephalus Muller: 1765: xiii. 169 Longitud del cuerpo: 2 mm. Descripción general: Patas y antenas amarillentas, estas últimas con los segmentos antenales 5 – 11 cada vez más oscuros hasta llegar al color negro en la punta de la antena. Cuerpo robusto, cilíndrico y compacto, con la cabeza escondida dentro del pronoto, el cual es de color anaranjado con manchas esporádicas amarillentas tal como se observa en la figura adjunta. Los élitros presentan esta misma coloración y además, tienen una puntuación elitral bien marcada definida en líneas hacia el borde interior de cada élitro (borde donde ambos se unen) y conforme se alejan de éste, aparecen algunos abultamientos que distorsionan dichas líneas. Parte ventral de color marrón. Figura 102. Crypthocephalus sp.1 Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: los especímenes colectados en forma directa se encontraron posados sobre las flores de un pequeño arbusto de “Moco” o “Moquillo” (Saurauia pittieri) (Familia Actinidaceae), planta que es muy frecuente a orillas de los senderos y en otras áreas abiertas tanto en el Valle del Silencio como en otros lugares (según Alfaro y Gamboa, 1999). Comportamiento observado: esta especie mostró ser pasiva durante un corto período de tiempo, luego camina con rapidez y cuando se manipula simplemente se deja caer y esconde sus patas y antenas bajo su cuerpo por un largo período de tiempo (1-2 minutos). Puede volar y generalmente lo hace en los claros dentro del bosque, pues se colectó en las trampas de Malaise ahí instaladas. 170 Longitud del cuerpo: 3.5 mm. Descripción general: Cuerpo robusto, cilíndrico y compacto. Patas y antenas amarillentas, estas últimas con los segmentos antenales 5 – 11 cada vez más oscuros hasta llegar al color negro en la punta de la antena. Cuerpo robusto, cilíndrico y compacto, con la cabeza escondida dentro del pronoto, el cual es de color amarillento con una mancha negra en forma de “m” tal como se observa en la figura también adjunta. son Los élitros amarillentos y tienen una mancha negra con un patrón bien establecido. Puntuación Figura 103. Crypthocephalus sp. 2 elitral bien marcada, definida en Fotografía: Róger González, 2003. líneas hacia el borde interior de cada élitro (borde donde ambos se unen) y conforme se alejan de éste, aparecen algunos abultamientos que distorsionan dichas líneas. Parte ventral de color marrón. Planta hospedera: los especímenes colectados se obtuvieron de una trampa de Malaise instalada en un claro dentro del bosque primario (cerca del sendero) creado por la caída natural de varios árboles de roble (Quercus bumelioides y Q. costarricensis), sin embargo, no se tiene una relación específica con alguna especie de planta en particular. Comportamiento observado: esta especie presenta grandes alas lo cual (y junto al hecho de que se colectó únicamente mediante la trampa de Malaise) es un indicador de que acostumbra volar en lugares abiertos dentro del bosque y que muy posiblemente es atraído por el olor de la madera en proceso de descomposición. 171 Subfamilia Chrysomelinae: Latreille 1802. Introducción a la Subfamilia: Cuerpo ampliamente ovalado y / o alargado, convexo, más hemisférico que en las demás subfamilias. Las larvas se alimentan de los tejidos externos de las hojas. Al contrario de las demás subfamilias, las larvas de esta subfamilia no están provistas con los escudos o techos fecales. Sin embargo muchos se protegen de sus depredadores con químicos muy fuertes que extraen de sus plantas hospederas y algunos presentan coloraciones de advertencia. Esta subfamilia contiene 133 géneros y está bien representada en la mayoría de regiones alrededor del mundo, sobre todo en los países tropicales como Costa Rica (Arnett, Thomas, Skellev y Frank 2002). Autores de las especies: Platyphora decorata: Jacoby, 1878: 992. Platyphora panamensis: Jacoby, 1883:244. 172 Longitud del cuerpo: 10 mm. Descripción general: Cuerpo convexo relativamente grande en comparación con las demás especies colectadas. Patas amarillentas excepto en las uniones tibia – fémur, y en los últimos dos tarsos de cada pata, los cuales son de color negro. Segmentos antenales 1 – 5 amarillos y 6 – 11 negros, aunque los segmentos 2 – 5 ya presentan pequeñas manchas negras. Cabeza, pronoto y élitros amarillos con un patrón bien establecido de manchas negras con un tono de verde metálico tal y como se observa en la figura adjunta. Élitros con puntuaciones lineales bien marcadas Figura 104. Platyphora decorata definidas en líneas un poco confusas. Parte Fotografía: Róger González, 2003. ventral totalmente amarilla con un “cacho” de tamaño mediano dirigido hacia la parte anterior del insecto, el cual nace en el metaesternito torácico. Planta hospedera: Platyphora decorata se encontró posada sobre las hojas de la cañuela (Chusquea longilligulata) sin embargo no se encontró ninguna asociación específica entre ambas especies. Comportamiento observado: Al manipularlos se muestran tranquilos, incluso esconden sus patas y antenas bajo su cuerpo durante unos segundos, luego de lo cual es bastante activo: de movimientos rápidos tanto para caminar como para volar, lo cual hacen perfectamente. Esta especie apareció una sola vez y no se volvió a encontrar en ninguna época del año, lo cual es característico de las especies del género Platyphora, quienes desaparecen misteriosamente incluso por décadas y aunque se conoce la planta hospedera no se encuentran en ella (Flowers, 2004. Conversación personal). El rango de distribución en Costa Rica es bastante amplio: se le puede encontrar entre los 400 y los 2500 m.s.n.m. Hay colectas registradas en la Cordillera de Guanacaste y Tilarán, en la Cordillera Volcánica Central, en la Cordillera de Talamanca y en la Península de Osa. 173 Longitud del cuerpo: 11.5 mm. Descripción general: Patas café – naranja. Segmentos antenales 1 – 4 amarillentos y 5 – 11 café oscuro. Cuerpo convexo, cabeza, escutelo y pronoto del mismo color que las patas, élitros amarillos con una serie de puntos cafés – naranja (de igual color que las patas, cabeza y pronoto) bien marcados y que corresponden elitral, a ubicados la puntuación en forma arbitraria, además, hay una mancha café que cruza de élitro a élitro y otras dos manchas más pequeñas y separadas (una en cada élitro). Figura 105. Platyphora panamensis Parte ventral totalmente café – naranja Fotografía: Róger González, 2003. con un “cacho” bastante grande dirigido hacia la parte anterior del insecto, el cual nace en el metaesternito torácico. Planta hospedera: Al igual que la especie anterior, Platyphora panamensis se encontró posada sobre las hojas de la cañuela (Chusquea longilligulata) sin embargo no se encontró ninguna asociación específica entre ambas especies. Comportamiento observado: Cuando se les manipula esconden las patas y antenas bajo su cuerpo durante unos segundos, luego caminan y vuelan bastante bien. Platyphora panamensis apareció una sola vez y no se volvió a encontrar en ninguna época del año, lo cual es característico de las especies del género Platyphora, quienes desaparecen misteriosamente incluso por décadas y aunque se conoce la planta hospedera no se encuentran en ella (Flowers, 2004. Conversación personal). Esta especie se ha colectado en la Cordillera de Talamanca, Península de Osa y Carara. 174 Subfamilia Cassidinae: Gillenhal 1813. Introducción a la subfamilia: También son llamados “escarabajos tortuga” debido a que presentan el cuerpo aovado y moderadamente convexo. La cabeza está oculta ampliamente bajo el margen anterior de pronoto. Los cuerpos de los especímenes vivos de muchos géneros presentan un tono brillante o metálico que se marchita después de que mueren, pues estos colores se deben a sustancias que recorren el cuerpo del insecto mientras éste está vivo. El estado larval se desarrolla en el follaje normalmente con un escudo fecal bien-organizado. Las plantas hospederas incluyen varias familias de plantas dicotiledóneas. Los crisomélidos de esta tribu están distribuidos a nivel mundial con aproximadamente 90 géneros y 1700 especies (Arnett, Thomas, Skellev y Frank, 2002). Autor del género Stolas: Billberg 1820: 58. 175 Longitud del cuerpo: 12 mm. Descripción general: Cuerpo de forma ovoide, aplanado y además presenta un borde alrededor de su cuerpo, lo cual le da una apariencia como de “Platillo volador.” Patas, antenas y pronoto de color negro opaco. Élitros con una coloración de negro verde - azulado con un tono metálico pazco y cuatro manchas rojizas de forma ovoide (las dos de los extremos son de un rojo más llamativo). Puntuación elitral casi nula excepto en los bordes internos donde se unen ambos élitros. Figura 106. Stolas sp. Fotografía: Róger González, 2003. Planta hospedera: Esta especie está relacionada directamente con un bejuco identificado como Mikania micrantha (Asteraceae), pues con frecuencia se encuentran posados en las hojas de esta planta (de las cuales se alimenta) ocasionando que las hojas tengan una apariencia de “zaranda” debido a los múltiples huecos que dejan al comer el tejido foliar. Comportamiento observado: La relación entre Stolas sp. y Mikania micrantha sólo se ha observado durante el trayecto Altamira - Cerro Quemado, que es donde la planta mencionada crece comúnmente. A partir de Cerro Quemado la planta disminuye conforme aumenta la altitud y por ende, Stolas sp. no tendría su alimento (Mikania micrantha) en el Valle del Silencio, donde esta planta aún no se ha encontrado. Por lo tanto, es muy posible que Stolas sp. se alimente de otra especie de planta presente en el Valle del Silencio o que viaje largas distancias para alimentarse. Los especímenes observados de Stolas sp se dejan caer cuando son manipulados y además recogen sus antenas y patas bajo su cuerpo. Los especímenes manipulados soltaron una sustancia defensiva de color amarillento de muy mal olor, la cual excretan por medio de sus órganos bucales y la sintetizan a partir de elementos que obtienen de la planta hospedera. Varios especímenes se han encontrado copulando entre los meses de mayo – agosto. 176 VII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES. La fauna de Chrysomelidae (Coleoptera) en el Valle del Silencio es muy similar a la existente en el Cerro de la Muerte y Génesis II, Costa Rica (según Flowers y Hanson, 2003). Los múltiples conceptos de especie en diferentes grupos e incluso dentro de un mismo grupo de organismos son una causa importante de incertidumbre inherente a todos los aspectos de la investigación sobre biodiversidad que utilizan la especie como “unidad estándar”, de manera que si la unidad de medida es variable, las conclusiones basadas en ella han de tomarse con mucha precaución. El concepto biológico de especie se ha utilizado para hacer comparaciones entre organismos diferentes, comparación que no siempre es posible entre organismos evolutivamente distantes (por ejemplo un hongo y un insecto), lo cual cuestiona la fiabilidad de las múltiples especies descritas únicamente con uno o algunos cuantos ejemplares preservados en colecciones (Martín, 1997). La separación entre machos y hembras de los crisomélidos colectados no se hizo debido al gran tiempo que esto amerita y por supuesto a la enorme tarea que esto significa, ya que hay que habría que examinar cada uno de los especímenes y en cada uno de ellos buscar las características distintivas de macho o de hembra, para lo cual muchas veces se requiere de la disección de genitalias o en otros casos puede darse mediante la examinación del quinto esternito abdominal visible (en la placa ventral apical)(Smith, 1979) pero la observación de tales características es bastante laboriosa y escapa a los objetivos de esta investigación aunque fuese una herramienta para hacer comparaciones entre la cantidad de machos versus las cantidad de hembras de cada especie en particular. La biodiversidad ha sido una de las últimas consideraciones en la política ambiental, pues siempre se ha visto como un concepto muy vago y amplio como para ponerse en práctica en las regulaciones y en el manejo de problemas ambientales reales. Este problema puede corregirse si la diversidad biológica es reconocida como un fin por sí misma y si se pueden seleccionar indicadores cuantificables para determinar el estado de la biodiversidad a través del tiempo. Los proyectos de monitoreo e inventario de la biodiversidad se beneficiarán de una unión directa con la investigación ecológica a largo plazo y de un compromiso para probar hipótesis relevantes en la conservación de la biodiversidad. De esta manera, la investigación intensiva y el monitoreo puede ser dirigido a los ecosistemas de alto riesgo, mientras que un monitoreo o inventario menos intenso se puede dirigir al total del paisaje o a muestras del mismo (Noss, R.F., 1989). Muchos autores han argumentado las razones éticas, económicas, estéticas y científicas que aconsejan detener urgentemente la actual tasa de pérdida de biodiversidad (Wilson, 1988 y 1989; Krebs, 1992; Leveque & Glachant, 1992 citados por Lobo y Martín, 1993). Si estamos de acuerdo con estos argumentos debemos plantear soluciones que detengan el problema. Es una cuestión de 177 voluntad, de objetivos y criterios en la cual hay que respondernos si afrontamos el problema, si deseamos conservar y qué nivel de pérdida del patrimonio biológico estamos dispuestos a aceptar así como los criterios que se han de adoptar, los tipos o especies de organismos que es necesario conservar, las áreas objeto de protección y sus características ya que después de todo, cualquier decisión, criterio o estrategia necesita una base bien establecida: El Inventario de la Biodiversidad, sin el cual es difícil aclarar los patrones y procesos que determinan la diversidad de esta burbuja de vida a la que llamamos Tierra. Sin embargo sabemos muy bien que no es posible dar por terminado tal inventario para comenzar a tomar decisiones, y muy a pesar de todo, quienes practicamos esta disciplina científica enfrentamos barreras como la escasa proyección social, los recursos cada vez más limitados y problemas teóricos y metodológicos aún no resueltos por completo: La Sistemática Biológica, problemática (política y científica) que deja con incertidumbre la capacidad de los sistemáticos para proporcionar el Inventario de la Biodiversidad a la sociedad en un tiempo razonable que cada vez es más corto. Con esto en mente nos damos cuenta que ya no podemos esperar a inventariar la biodiversidad para luego conservarla y que parece que debemos hacer conservación de nuestros recursos incluso a ciegas (Lobo y Martín, 1993). La conservación es una ciencia de crisis y como tal se espera de ella decisiones urgentes, puesto que necesitamos conservar y proteger las especies tomando en cuenta su rareza, riqueza y singularidad así como los hábitats, ecosistemas y paisajes en los que estas características se representen óptimamente, para lo cual es necesario aceptar que no todas las especies son iguales (Martín, 1997). Si las poblaciones de crisomélidos (y de insectos en general) fluctúan en el espacio y tiempo tan ampliamente ¿cómo adscribirlas a una categoría de rareza demográfica o de hábitat y qué extensión debe tener el área geográfica para tener una cierta garantía de éxito en la conservación? Las respuestas son muy difíciles y nos reafirman que la conservación de insectos es una ficción sin un conocimiento bien fundamentado en estudios a largo plazo y en varios lugares a la vez, lo cual requiere de estudios que necesitan una inversión de recursos humanos y materiales que los gestores de la política científica y ambiental rara vez están dispuestos a financiar. Si no somos capaces de acelerar el Inventario de la Biodiversidad, la única opción razonable es conservar, término que se indica un uso ponderado o “sustentable” de los recursos naturales. La otra opción disponible es preservar, que se entiende como mantener intactos algunos legados evolutivos singularmente valiosos (Samways, 1994 citado por Martín, 1997). Un desarrollo social como el siglo XXI que no cause daños al medio natural y con éste a la biodiversidad es totalmente un mito. Pero aún así, si las sociedades humanas quieren ser dueñas de su propio destino tendrán que regular su actividad y crecimiento, aceptando que el mayor obstáculo de cualquier modelo de 178 desarrollo es el deterioro del legado más importante de la evolución: La Biodiversidad (Halffer & Ezcurra, 1992 citados por Martín, 1997), puesto que todo indica que en la conservación y preservación de la diversidad biológica a escala global y mediante un uso razonable (sustentable) asegura nuestra propia supervivencia. La concientización mundial de la importancia de la diversidad de especies va más allá de uno de los conceptos más tribales, autistas y querido de nuestra sociedad: La Soberanía Nacional, debido a que la biodiversidad y los problemas ambientales no se pueden resolver regionalmente, pues los seres vivos y sus ecosistemas no conocen el reparto político, por lo que es necesario dirigir recursos económicos para los países depositarios de las reservas de biodiversidad (Martín, 1997) como lo es Costa Rica. El Parque Internacional la Amistad y en general toda el Área de Conservación la Amistad Pacífico debería prestar mayor interés a los trabajos de investigación como este, que al fin y al cabo somos los propios estudiantes quienes decidimos dónde desarrollarlos, y que, si no contamos con el apoyo y atención básicos, simplemente habrá un fracaso para ambas partes. Durante el proceso de esta investigación, se logró colectar e identificar 66 especies de una sola familia (Chrysomelidae) del orden Coleoptera en un área de 1 Km2 . Tomando en cuenta que existen muchísimos más órdenes de insectos y de otros grupos de seres vivos y que el PILA cuenta con una extensión de 194 129 hectáreas nos damos cuenta que falta muchísimo por hacer si de verdad se quiere hacer un inventario de las especies que se protegen en el Parque Internacional la Amistad. 179 VIII. LITERATURA CONSULTADA. Alfaro, E. y Gamboa, B. Plantas comunes del Parque Nacional Chirripó. Editorial Instituto Nacional de Biodiversidad, Heredia, Costa Rica. 1ª Edición, 1999. 283 pp. Arias, E. Caracterización Biofísica del Parque Internacional la Amistad. Documento elaborado como apoyo al proceso de planificación para la conservación de sitios desarrollado por The Nature Conservancy (TNC). Instituto Nacional de Biodiversidad. 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Corte longitudinal de un tallo de cañuela (Chusquea longilligulata) donde se aprecian las galerías hechas por especímenes de Scolitinae (Curculionidae: Coleoptera), uno de los cuales aparece en la segunda “cámara”(de izquierda a derecha y de arriba hacia a abajo). Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. Figura 108. Tallo de la cañuela Chusquea longilligulata con el hoyo de entrada y salida de las galerías hechas por especímenes de Scolitinae (Curculionidae: Coleoptera). Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. 184 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Antena Cabeza Pata anterior Tórax Escutelo Élitro Pata media Meso y meta tergito 9. Ala 10. Coxa 11. Fémur 12. Tibia 13. Tarso 14. Tergitos abdominales 15. Esternitos abdominales 16. Meso y metaesternitos torácicos 17. Músculo del vuelo Figura 109. Ejemplar de Cornizuelo hembra (Dinastes hercules: Scarabaeidae, Coleoptera) desarmado en sus partes principales y que muestra la constitución general de un coleóptero como los Chrysomelidae. Fotografía: Róger González Tenorio, 2003. 185 Figura 110. Morfología general de un coleóptero. Ilustración tomada de la Clave para la identificación de Familias comunes del Orden Coleoptera Modificada de Daly, H. V. et al. 1978., por Ángel Solís, 2004. 186 Figura 111. Mapa de sitios de colecta. Elaborado por Róger González y Luis Paniagua, 2004. 187 Glosario: Antenas filiformes: son largas y delgadas, semejando un hilo que se caracteriza por tener los segmentos cilíndricos y de igual diámetro (Ulate, 1998). Antenas aserradas: en este tipo de antenas, un lado de cada segmento se proyecta un poco, de manera que asemeja los dientes de una sierra (Ulate, 1998). Características genotípicas: se refiere a la información que lleva cada uno de los genes de un ser vivo, la cual se manifiesta directamente en la apariencia externa de cada individuo. Características fenotípicas: son las características físicas que se pueden observar a simple vista (color de los ojos, tamaño corporal, presencia de setas o pelos, etc). Exubia: cada una de las mudas o “pellejos” que se desprende del cuerpo de las larvas y pupas cuando éstas pasan de uno a otro estadio durante el proceso de metamorfosis de su ciclo de vida. Fitófago: organismo que se alimenta de las diferentes partes vegetativas de las plantas. Folivoro (a): organismos que comen solamente las hojas de las plantas. Glabro: organismo que carece de pelos o setas en la superficie de su cuerpo. Herbácea (o): planta que tiene poco tejido leñoso (no lignificado), generalmente de poca estatura y con color de hierba (verde) (Moreno, 1984). Larva: segunda etapa de desarrollo en los insectos que tienen metamorfosis completa. Se da entre las etapas de huevo (que es la primera etapa de desarrollo) y pupa (que es la tercera). La cuarta etapa de desarrollo es el adulto, el cual tiene todas las características y adaptaciones para vivir en el medio que le rodea. Larva minadora: algunas especies de insectos, cuando están es su período de vida larval, realizan perforaciones en forma de túnel en los tejidos de las plantas (principalmente en las hojas) con el fin de alimentarse de dichos tejidos y así completar su desarrollo. Ovíparo: grupo de seres vivos en los que la reproducción de por medio de un huevo, en el cual están incluidas todas las sustancias nutritivas para que el embrión se desarrolle por completo, este huevo sale del interior de la hembra, la cual en la mayoría de los casos lo incuba. Ovovivíparo: los seres vivos clasificados dentro de este grupo también utilizan el huevo como medio de reproducción, sin embargo en este caso, las hembras lo llevan dentro de su organismo hasta que el embrión se desarrolle por completo y esté listo para salir al medio. Palinófago (a): organismo que se alimenta del polen de las flores. Poli filético: se refiere a un determinado filo de clasificación taxonómica (por ejemplo género), en el cual las especies que se clasifican dentro de él, tienen un origen diferente y por lo tanto sus identificaciones no son válidas a nivel biológico (Flowers, entrevista personal). 188 Pronoto: Placa superior del tórax, localizada entre la cabeza y los élitros y que normalmente es convexa en la mayoría de los coleópteros. Puntuación elitral: es la forma en que se distribuyen los puntos o huequitos presentes en los élitros de cada coleóptero. Pupa: Uno de los estadíos de vida de los insectos que tienen metamorfosis completa el cual se presenta después del estadío larval pero antes del adulto, durante este período el individuo no se alimenta ni se traslada pero es cuando ocurre una gran cantidad de transformaciones. Pupar: Es cuando un individuo pasa del estadío de larva a pupa. Segmento antenal: cada uno de los segmentos o pedacitos en que se divide la antena. Setas: son pequeños pelitos que a veces presentan los insectos en diferentes partes de su cuerpo, estos pelitos les brindan coloraciones estupendas, además de utilizarlos para repeler el agua e incluso como censores de los movimientos o cambios que se dan en su entorno inmediato. Ventrito: también llamados esternitos, son los segmentos en que se divide el abdomen de los insectos. Vivíparo: grupo de los seres vivos en los que la reproducción se da por medio de un embrión que se desarrolla dentro de la madre y ésta lo nutre directamente hasta que el feto se desarrolle por completo. 189