aportaciones de la teoría general de sistemas y del análisis
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aportaciones de la teoría general de sistemas y del análisis
INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL SECRETARÍA DE INVESTIGACIÓN Y POSGRADO CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES MAESTRÍA EN CIENCIAS EN METODOLOGÍA DE LA CIENCIA APORTACIONES DE LA TEORÍA GENERAL DE SISTEMAS Y DEL ANÁLISIS DE LOS SISTEMAS-MUNDO AL ANÁLISIS DE LA OBRA MESOAMERICANA DE PAUL KIRCCHOFF T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: MAESTRÍA EN CIENCIAS EN METODOLOGÍA DE LA CIENCIA P R E S E N T A : Ricardo Ambriz Vázquez DIRECTOR(ES) DE TESIS: Dra. Martha L. García Rodríguez Mtro. Silverio Gerardo Armijo Mena México D.F. Diciembre del 2013 Agradecimientos Al IPN. Gran institución quien me abrió sus puertas y me brindó el apoyo económico para poder realizar este trabajo. Al CIECAS. A este centro, al cual considero mi segunda alma mater. Al programa de la MCMC. Por ser una centro donde todas las ramas de la ciencia tienen las puertas abiertas. A mis directores de tesis la Dra. Martha Leticia García Rodríguez y Mtro. Silverio Gerardo Armijo Mena por su guía y acompañamiento fundamental, constante e invaluable. A todos aquellos quienes durante este tiempo compartieron su conocimiento tanto científico como humano, especialmente al club de excursionismo y montañismo de la ENACB Siglas IMT. Instituto Tecnológico de Massachusetts. LVB. Ludwing Von Bertalanffy. OCDE. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. SIGS. Sociedad para la Investigación General de Sistemas. TGS. Teoría General de Sistemas. WSA. World-systems Approach, por sus siglas en inglés. Análisis de los Sistemasmundo. 1 Glosario Área cultural. Región geográfica delimitada por rasgos culturales. Análisis de sistemas-mundo. La perspectiva del sistema-mundo (expresión original en inglés World-systems approach) es un desarrollo teórico que para este trabajo se considera un isomorfismo de la TGS. Centro –Periferia- semiperiferia. Es una triada de conceptos que sirve para referirse al protagonismo de grupos sociales dentro de un sistema histórico. El elemento clave que distingue a los procesos centrales de los periféricos es el grado en el que son monopolizados y por lo tanto gananciosos. Cibernética. Es una disciplina científica, nacida hacia los años 40 e impulsada inicialmente por Norbert Wiener que tiene como objeto el control y la comunicación en lo animado y en lo inanimado para desarrollar un lenguaje y técnicas que nos permitirán abordar el problema del control y la comunicación en general. Ecúmene. Conjunto de civilizaciones estrechamente relacionadas entre sí pero lo suficientemente diferentes para no ser consideradas como una única civilización. Imperio-mundo. Un imperio-mundo es una enorme estructura burocrática con un centro político y un eje de división de trabajo paro culturas múltiples. Elementos. Los componentes concretos de un sistema Función. El término función en este trabajo se utiliza como el objetivo que debe alcanzar o realizar cada uno de los elementos que componen al sistema, y para que se pueda alcanzar ese objetivo, depende de otros factores externos al propio elemento, que llamaremos en este trabajo relaciones. Isomorfismo. Entendemos aquí el isomorfismo como paralelismo de conceptos e ideas generales en dos o más enfoques teóricos. 2 Mini-sistema. Se refiere a una sociedad que tiene poco intercambio con otros grupos humanos y que se basta así misma para subsistir. También se refiere a un sistema menor, con dinámicas propias dentro de un sistema más grande. Modo asiático de producción. Este término fue inventado por Karl Marx para referirse a los sociedades imperiales centralizadas organizadas en torno de la necesidad de suplir y controlar la irrigación para la agricultura. No linealidad. Se pone énfasis en el hecho de que una causa pude generar efectos múltiples y que a su vez un efecto pudo haber sido generado por múltiples causas, esta idea es contraria a la linealidad, donde a una causa corresponde un efecto y viceversa. Sistema. Un sistema es un todo que no puede dividirse en partes independientes y, es un conjunto de dos o más elementos en donde cada uno tiene un efecto en el comportamiento del todo, además, el comportamiento de los elementos y sus efectos sobre el todo son independientes. Por otro lado, de cualquier manera que se formen subgrupos de los elementos, cada uno tiene un efecto sobre el comportamiento del todo y ninguno tiene un efecto independiente sobre él. Un sistema, es por consiguiente, un todo que no puede dividirse en partes independientes. A partir de esto, se derivan dos de sus propiedades más importantes: cada elemento de un sistema tiene propiedades que pierde cuando se separa del sistema, y todo sistema posee propiedades –las esenciales- que ninguna de sus partes tiene Sistemas complejos. Pueden describirse como una clase de problemas en donde: a) la cantidad de variables en interacción sea muy grande; b) la interacción de variables sea poca pero, desde el punto de vista matemático o físico, el tipo de interacciones sean no-lineales y, a pesar de su extremada sencillez, no los podamos resolver con nuestros actuales procedimientos matemáticos o teóricos y, c) el conocimiento de las partes de un fenómeno no sea suficiente para conocer y 3 explicar su comportamiento al integrarse como un todo. Lo más importante es que esta clase de fenómenos se repiten en muy diferentes áreas y disciplinas que, al estar fuertemente influenciadas por el reduccionismo, el atomismo o la búsqueda de modelos matemáticos —muy difíciles de construir— se han convertido en un nuevo esquema interpretativo: el de los sistemas complejos. Sistema-mundo. Un sistema mundo no es el sistema del mundo sino un sistema que es un mundo y que puede ser, y con mucha frecuencia, ha estado ubicado en un área menor a la totalidad del planeta. Teoría General de Sistemas. Es el estudio interdisciplinario de los sistemas, en general, con el propósito de dilucidar los principios que pueden ser aplicados a todo tipo de sistemas en todos los niveles de la ciencia en todos los campos de la investigación. 4 Resumen En este trabajo se hace un análisis comparativo de tres distintos modelos de Mesoamérica utilizando como marco teórico la TGS. Por una parte se eligió el modelo pionero de Paul Kirchhoff, por otra un modelo en el que los autores se pronuncian a favor de la propuesta de Kirchhoff en sus planteamientos básicos, y por último un modelo que es completamente detractor del concepto de Mesoamérica. Abstract In this work referred to a comparative analysis of three models of Mesoamerica as theoretical framework the TGS. For one part was elected the pioneer model of Paul Kirchhoff, other model was one where the authors pronounced in pro to the Kirchhoff purpose in his basic approaches, and finally a model that is completly detractor of the Mesoamerica concept. 5 ÍNDICE SIP 14 CARTA CESIÓN DE DERECHOS AGRADECIMIENTOS ESPECIALES SIGLAS GLOSARIO RESUMEN ABSTRACT Introducción………………………………………………………..8 Capítulo 1. El concepto de Mesoamérica a través del tiempo 13 1.1 Mesoamérica, los antecedentes…………………….. 13 1.2 La delimitación de Mesoamérica como área cultural 17 1.3 El modelo de Paul Kirchhoff …………………………..32 1.4 Los apologistas………………………………………… 39 1.5 Los detractores………………………………………… 42 Capítulo 2. Teoría de Sistemas………………………………... 49 2.1 La Teoría General de los Sistemas………………….. 50 2.2 La cibernética…………………………………………... 55 2.3 Tipos de sistemas en administración………………... 59 2.4 La no linealidad y sistemas complejos………………. 62 2.5 Sistemas-mundo, según Wallerstein………………... 70 Capítulo 3. Una comparación sistémica de tres modelos de Mesoamérica 73 3.1 Modelo de Kirchhoff……………………………………. 73 3.2 Modelo apologista……………………………………… 82 3.3 Modelo detractor………………………………………... 86 Conclusiones……………………………………………………….. 91 Referencias bibliográficas………………………………………...93 6 ÍNDICE DE TABLAS Tabla 1………………………..18 Tabla 2……………………….. 30 Tabla 3……………………….. 35 Tabla 4……………………….. 74 Tabla 5……………………….. 80 Tabla 6……………………….. 80 Tabla 7……………………….. 81 Tabla 8……………………….. 83 Tabla 9……………………….. 87 ÍNDICE DE FIGURAS Figura 1……………………….. 78 Figura 2……………………….. 85 Figura 3……………………….. 88 7 INTRODUCCIÓN En 1943, Paul Kirchhoff publica su libro Mesoamérica, sus límites geográficos, composición étnica y características culturales, con el objetivo de poder delimitar los rasgos y características que tenían en común los pueblos y culturas de una región determinada del globo. Los límites geográficos de Mesoamérica en el tiempo en que los europeos arribaron a esta zona abarcan desde la desembocadura del río Motagua, en el sur y del de Sinaloa hasta el Pánuco, pasando por el Lerma, en el norte. El concepto de Mesoamérica (no debe confundirse con la región mesoamericana, concepto acuñado para denominar una región geoeconómica por organizaciones internacionales, como lo es OCDE) ha sido abordado por una gran cantidad de investigadores, muchos de los cuales agregan relaciones entre los elementos que fueron establecidos por Kirchhoff, en los que se pueden identificar innumerables aportaciones para el desarrollo de este concepto; sin embargo, en la búsqueda de los trabajos sobre Mesoamérica no se pudo localizar alguno que haya llevado a cabo una comparación entre diferentes modelos que tuvieran como eje de análisis la Teoría General de Sistemas (TGS)1 ni el análisis de los sistemas-mundo2. Se encontró una propuesta que aborda Mesoamérica como un sistema-mundo (Smith y Berdan, 2003), en esta obra se considera a Mesoamérica como una economía-mundo integrada, y utiliza la propuesta de análisis de los sistemasmundo, pero no hace referencia a la Teoría General de Sistemas. Dada la importancia del concepto de Mesoamérica para comprender el pasado indígena del continente americano, este trabajo se centrará en analizar tres 1 La cual se articula a partir de dos componentes, elementos y las relaciones que se establecen entre ellos. Enfoque que para este trabajo se considera que es un isomorfismo de la TGS y que se encuentra incluido en ésta. 2 8 modelos distintos de esta área cultural, utilizando como herramienta teórica la TGS. Y es así como se plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿Qué información complementaria se puede identificar al analizar tres modelos de Mesoamérica utilizando para ello la Teoría General de Sistemas? Para dar respuesta a esta interrogante, se propone como objetivo general hacer un análisis de tres modelos diferentes de Mesoamérica utilizando la TGS, y como objetivos particulares se plantean los siguientes: 1. Hacer una búsqueda de algunos trabajos relevantes relacionados con el concepto de Mesoamérica desde sus inicios hasta hoy en día. 2. Seleccionar tres modelos de Mesoamérica que puedan ser analizados con la TGS. 3. Identificar elementos importantes de la TGS que ayuden a realizar el análisis de los modelos de Mesoamérica seleccionados. 4. Realizar un análisis de los modelos seleccionados. Los elementos teóricos que se utilizaron para llevar a cabo este trabajo son: la TGS, incluyendo el análisis de los sistemas-mundo. La TGS propuesta por Ludwing von Bertalanffy (1945) aparece como una metateoría, una teoría de teorías, que partiendo del muy abstracto concepto de sistema busca reglas de valor general aplicables a cualquier sistema y en cualquier nivel de la realidad. La Teoría General de Sistemas, Teoría de Sistemas o Enfoque Sistémico, es un esfuerzo de estudio interdisciplinario que trata de encontrar las propiedades comunes a entidades llamadas sistemas. Éstas se presentan en todos los niveles de la realidad, pero tradicionalmente son objetivos de disciplinas académicas diferentes, plantean paradigmas distintos a los de la ciencia clásica. La ciencia de sistemas observa totalidades, fenómenos, isomorfismos, causalidades circulares, 9 y se basa en principios como la teleología multicausalidad, holismo, complementariedad, y de acuerdo con las leyes encontradas en otras disciplinas y mediante el isomorfismo, plantea el entendimiento de la realidad como un complejo, con lo que logra su transdisciplinariedad y multidisciplinariedad. La TGS surgió con los trabajos del alemán Ludwig von Bertalanffy, publicados entre 1950 y 1968. Los supuestos básicos de la TGS son: 1. Existe una nítida tendencia hacia la integración de diversas ciencias naturales y sociales. 2. Esa integración parece orientarse rumbo a una teoría de sistemas. 3. Dicha teoría de sistemas puede ser una manera más amplia de estudiar los campos no-físicos del conocimiento científico, especialmente las ciencias sociales. 4. Con esta teoría de los sistemas, al desarrollar principios unificadores que atraviesan verticalmente los universos particulares de las diversas ciencias involucradas, nos aproximamos al objetivo de la unidad de la ciencia. 5. Esto puede generar una integración muy necesaria en la educación científica. La TGS afirma que las propiedades de los sistemas, no pueden ser descritas en términos de sus elementos separados; su comprensión se presenta cuando se estudian globalmente. La TGS se fundamenta en tres premisas básicas: Los sistemas existen dentro de sistemas, cada sistema existe dentro de otro más grande. 1. Los sistemas son abiertos: son consecuencia del anterior. Cada sistema que se examine, excepto el menor o mayor, recibe y descarga algo en los otros sistemas, generalmente en los contiguos. 10 2. Los sistemas abiertos se caracterizan por un proceso de intercambio infinito con su entorno, que son los otros sistemas. Cuando el intercambio cesa, el sistema se desintegra; esto es, pierde sus fuentes de energía. 3. Las funciones de un sistema dependen de su estructura: para los sistemas biológicos y mecánicos, esta afirmación es intuitiva. Los tejidos musculares, por ejemplo, se contraen porque están constituidos por una estructura celular que permite contracciones. En cuanto al análisis de los sistemas-mundo (se retoma sólo la propuesta de Wallerstein), en esta tesis se considera que es un isomorfismo de la TGS en la ciencia de la historia y se revisan los conceptos minisistema, imperio-mundo y la tríada centro-periferia-semiperiferia, para incluirlos en el análisis de los tres modelos seleccionados. Este trabajo está dividido en tres capítulos, en el primero se brinda una guía general al lector sobre la construcción del concepto de Mesoamérica, realizada por diferentes autores a lo largo del tiempo. Se señalan aportaciones de relevancia de algunos investigadores de gran renombre por sus aportaciones en el tema. En el segundo capítulo se presentan los elementos más importantes de la TGS (incluyendo el análisis de los sistemas-mundo de Wallerstein), que serán utilizados para realizar un análisis comparativo de tres modelos de Mesoamérica. En el tercer capítulo se lleva a cabo el análisis de los modelos elegidos. En primer lugar se escogió el de Kirchhoff, ya que fue el estudio pionero en el que se organiza de manera coherente y estructurada el mundo mesoamericano, para esto el autor utiliza una lista de elementos comunes a toda el área cultural. El segundo modelo es el de Gorbea, Arellanos, García y Beauregard (1990), porque incorpora modificaciones al modelo de Kirchhoff, y los autores se manifiestan abiertamente partidarios de éste sin ningún tipo de ambigüedad, además de que su listado de elementos se presta muy bien para analizarlo con la TGS. El tercero, de Williams y Weigand (2011), se eligió por ser abiertamente detractor de la visión kirchhoffiana 11 de Mesoamérica, los autores incluso llegan a decir que es un modelo que más que ayudar, dificulta gravemente la comprensión de Mesoamérica. La obra de estos estudiosos también puede ser analizada con la TGS, ya que proponen un modelo sistémico que articulan con el concepto de ecúmene3. 3 Ecúmene, entendida como un conjunto de civilizaciones interrelacionadas entre sí que gozan de gran autonomía. 12 Capítulo 1. El concepto de Mesoamérica a través del tiempo Este primer capítulo está dividido en dos partes, la primera presenta una visión diacrónica respecto a la gestación del concepto de Mesoamérica y sus transformaciones en el transcurso del tiempo. Mientras que en la segunda se exponen tres distintos modelos sobre Mesoamérica, los cuales serán analizados en el Capítulo 3, utilizando algunos elementos de la teoría de sistemas. 1.1 Mesoamérica, los antecedentes El interés por el pasado indígena mexicano no es nada nuevo. Desde la época del contacto entre los indígenas y sus invasores europeos en el siglo XVI, hubo personas que se dedicaron a investigar y recabar información (los ahora conocidos como cronistas) acerca de la vida, creencias y costumbres de los nativos y sus antepasados, época en que se encontraban en pleno proceso de transformación o desintegración (Bernal, 1980). Posteriormente, durante los siglos que prevaleció el dominio colonial, los gobernantes españoles raramente dejaban entrar a los indígenas a sus posesiones que tenían en América, además de que su actitud conservadora no alentaba la curiosidad de saber más sobre las culturas del pasado. Para el siglo XIX, los eruditos comenzaron a mostrar un creciente interés sobre otras culturas del mundo. Con la Independencia de México, los investigadores mexicanos y otros más que provenían de Centroamérica, Europa y Norteamérica tuvieron mayor libertad para registrar y preservar lo que quedaba del pasado indígena. Asimismo, la arqueología mostraba avances en el desarrollo de distintas técnicas, como fue la excavación y extracción de material rescatado; de ser un mero interés para los anticuarios, esta ciencia se convirtió en una actividad formal, y las culturas del pasado empezaron a ser estudias de manera ordenada. (Evans, 2004, p. 43). El desarrollo de un análisis ordenado de la prehistoria, a diferencia del enfoque utilizado por los anticuarios de tiempos anteriores, ocurrió hasta principios del siglo 13 XIX. En la década de 1850 la arqueología prehistórica empieza a ser un importante componente de estudio del desarrollo humano a través de la cultura material (Trigger, 2006, p. 121). A principios del siglo XX el tema central de la arqueología del continente americano fue la preocupación de la cronología, pero después de 1940, otros problemas fueron el foco de atención (Willey y Sabloff, 1980, p. 83). Aparte de realizar clasificaciones de artefactos, los arqueólogos empezaron a llevar a cabo clasificaciones de las culturas prehistóricas, a este periodo se le conoce como Clasificatorio-histórico (ca.1914-1940). El principal objetivo de este periodo fue realizar una síntesis de la historia cultural de las regiones y áreas del continente americano, el cual también es conocido como el Nuevo Mundo. (Willey y Sabloff, 1980, p. 83). Otro intento por hacer una clasificación de las culturas prehistóricas americanas fue realizado por Spinden, en 1917, quien propuso la "hipótesis arcaica". Ésta se basó en la observación de que en toda la América Media, posteriormente llamada Mesoamérica, se encontraban objetos similares y figurillas de cerámica, lo que sugería que las civilizaciones de esta área cultural en donde se ubicaron las culturas teotihuacana, maya y zapotecos, eran culturas con desarrollos especializados y que habían surgido de una base común de aldeas agrícolas, que él nombró Periodo Arcaico. Durante esta época que hoy conocemos como Preclásico o Formativo, ca. 1500 a.C.-250 d.C, también llamado por Spinden (1917) Periodo Arcaico, se originaron muchos de los desarrollos culturales que más tarde dieron sustento a la civilización identificada como mesoamericana. De acuerdo con Spinden, los desarrollos culturales tenían en común una misma base agrícola y tipos cerámicos similares, que serían prerrequisito para la consolidación de civilizaciones posteriores. Spinden ilustró estas ideas con un mapa, que podría ser el primero en plasmar los límites aproximados del área cultural de Mesoamérica (Willey y Sabloff, 1980, p. 118). 14 Un contemporáneo de Spinden, fue el alemán Eduard Seler, quien ha sido identificado por Henry B. Nicholson (1973) como uno de los más influyentes y productivos estudiosos de las culturas americanas. Sus intereses y talentos fueron amplios y variados, él hizo contribuciones de gran importancia a temas fundamentales como: La lingüística aborigen La arqueología La historia nativa La etnografía americana Lo anterior queda plasmado en la obra de Nicholson (1973). “…un aspecto de sus monumentales contribuciones...puede caracterizarse actualmente como etnohistoria...Puede argumentarse que la disciplinada metodología analítica de Seler representa una contribución mayor a los estudios mesoamericanistas. Después de Seler, la etnohistoria y la arqueología de Mesoamérica nunca serían lo mismo que antes”. (Nicholson, 1973, pp.348-362). Otro erudito que contribuyó como pionero a la definición de lo que posteriormente sería Mesoamérica fue Miguel Othón de Mendizábal (1928). Aunque la obra de este autor tuvo un objetivo muy específico, ubicar las fuentes de sal explotadas antiguamente en el territorio mexicano, la importancia de este trabajo radica en que se basa en los modos de vida y de subsistencia indígenas. El mapa que ilustra los hallazgos de este investigador muestra la distribución de los grupos agrícolas (que necesitaban la sal para su subsistencia) y de los cazadoresrecolectores del norte desértico (que podían prescindir de ella), pero lo que realmente vemos es la disposición en el espacio de las culturas que formaron parte del mundo mesoamericano. 15 Para la década de 1940, las investigaciones de campo, especialmente la excavación, en lo que todavía se denominaba América Media, sirvieron como base para comprender de manera más completa, eficiente y mejor el desarrollo cultural de esta área en su conjunto. El centro de México fue uno de los escenarios más privilegiados, ya que desde los años veinte, Manuel Gamio, arqueólogo y antropólogo mexicano de gran reconocimiento en el medio, había realizado la excavación de un profundo pozo en Culhuacán, así como el estudio de un montículo en San Miguel Amantla (Bernal, 1980, p. 164), este último trabajo fue conocido como la primera y única excavación llevada a cabo con el método científico en el Valle de México (Gamio, 1928, citado en Bernal, 1980, p. 164). En este lugar, Gamio (1928) encontró la secuencia arcaico-teotihuacano-azteca, pero le fue imposible extender sus labores de investigación y excavación por todo el Valle de México, mucho menos a otras regiones ubicadas a mayor distancia (Bernal, 1980, p.164). Entre las investigaciones realizadas en la primera mitad del siglo XX, sobresalen las de George Vaillant (1940), en el Valle de México, pues fue uno de los primeros autores en proponer una secuencia de evolución cultural para el mundo mesoamericano. “Por todo el sur y el centro de México hay muchas evidencias de poblaciones sedentarias dependientes de la agricultura y poseedoras de un equipo competente y adecuado de cerámica, de utensilios de arcilla, de herramientas de piedra, y... un corpus equivalente de textiles, de cestería, de guajes y de otros bienes perecederos... Yo veo seis grandes etapas en América Media: (1) el periodo de distribución básica de grupos de cazadores-recolectores; (2) un largo periodo para la domesticación y cultivo de plantas alimenticias; (3) una larga fase para el desarrollo de aldeas permanentes... y la creación de poblaciones locales; (4) una fase sobrepuesta a la anterior, en la que las posibles migraciones de gentes con técnicas de tierras altas se dispersaron por el territorio boscoso 16 ligeramente poblado; (5) una distribución... de la idea de un centro ceremonial y variaciones de los desarrollos rituales, sociales y materiales que son tan característicos de América Media; (6) finalmente, la singular revuelta que vio el dominio cultural y gubernamental de la cultura MixtecaPuebla...” (Vaillant, 1940, pp. 295-304). 1.2 La delimitación de Mesoamérica como área cultural Con todos estos antecedentes, Paul Kirchhoff (1943) fue quien acuñó el término Mesoamérica, definiendo sus límites geográficos, composición étnica y caracteres culturales, al momento del contacto con los conquistadores españoles en el siglo XVI. Este término no debe confundirse con la región mesoamericana, concepto utilizado para denominar una región geoeconómica por organismos internacionales, como la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE). En su discusión sobre el mundo mesoamericano, Kirchhoff lo consideró como a continuación se describe: “Una región cuyos habitantes, tanto los inmigrantes muy antiguos como los relativamente recientes, se vieron unidos por una historia común que los enfrentó como un conjunto a otras tribus del continente, quedando sus movimientos migratorios confinados por regla general dentro de sus límites geográficos, una vez entrados en la órbita de Mesoamérica.” (Kirchhoff, 1943, pp. 95-96). En su estudio, Kirchhoff (1943) se basó principalmente en la distribución de elementos culturales, dividiéndolos en tres grandes grupos: 1. Elementos exclusivos o típicos de Mesoamérica. 2. Elementos comunes a Mesoamérica y a otras áreas culturales de América. 3. Elementos significativos por su ausencia en Mesoamérica. (Kirchhoff, 1943, pp. 98-99). 17 El esquema de Kirchhoff es meramente sincrónico, ya que nos presenta una visión estática de la realidad indígena mesoamericana, en vísperas del contacto con los europeos. Sus ideas fueron ampliadas por Kroeber (1948), quien distinguió distintas áreas culturales en Norteamérica, seis áreas culturales principales en Norteamérica y cuatro en Sudamérica (ver tabla 1). Tabla 1. Áreas culturales en América según Kroeber Número de áreas culturales Región 6 Norteamérica 4 América del Sur Fuente: Elaboración propia Menciona que las más ricas y avanzadas fueron la mesoamericana y la andina juntas forman el corazón culminante o núcleo para todo el hemisferio en tiempos nativos (Kroeber, 1948). Según Kroeber (1948), la presencia del calendario ritual, aparte de la invención de numerales de posición y del cero, así como la incipiente escritura, podían tomarse como criterios para definir la extensión del "área de alta cultura". También menciona una "región sub-nuclear", que incluía una parte agrícola, que sin duda había servido como corredor con el área del actual del sudoeste de Estados Unidos (EU). De acuerdo con Jaime Litvak (1992), el citado estudio pionero de Kroeber (1948), es de gran importancia, porque llega a la conclusión de que Mesoamérica está compuesta de partes que funcionan a su vez como regiones definibles. En el planteamiento de Kroeber, la relación cultura-medio ambiente es "la acción que determina todo el esquema de desarrollo y supone que la interacción entre estas regiones es lo que define al total”. (Litvak,1992, p.14). 18 Una década después del trabajo de Kroeber (1948), Jiménez (1959) analizó el desarrollo cultural del México prehispánico. Inició con el surgimiento de la cerámica, alrededor de 1500 a.C. y finalizó con la fundación del "imperio tolteca" (ca. 1000 d.C.). Este autor elaboró mapas de Mesoamérica con los desarrollos más importantes del Periodo Formativo (1500 a.C.-1000 d.C.), analizó la expansión de la cultura olmeca, y la transición al Periodo Clásico, en un intento de dar profundidad temporal a los planteamientos establecidos hasta ese momento por los investigadores del área. Dichos planteamientos sobre la diversidad cultural observada en Mesoamérica eran estáticos, con difusas divisiones en periodos (Jiménez, 1959). Acerca de la investigación de Jiménez (1959), Litvak (1975) ha señalado que el modelo de Jiménez armoniza información que procede de varias disciplinas antropológicas, como la arqueología, la etnografía, la lingüística y la etnohistoria, constituyendo un referente teórico de consulta indispensable para estudiar Mesoamérica. “El modelo de Jiménez Moreno reúne postulados que... forman una explicación teórica de considerable fuerza, cuyas posibilidades deben tomarse en cuenta como una estructura muy sólidamente apoyada y brillantemente razonada; explica a Mesoamérica como una relación entre dos ambientes materiales generalizados, la Costa y el Altiplano... el modelo de Jiménez Moreno tiene otras características interesantes; una de ellas es la integración armónica de datos derivados de la arqueología, la etnografía, la lingüística y la etnohistoria como fuentes factuales para su elaboración...” (Litvak, 1975, pp. 177-178). Para dar profundidad temporal al esquema clasificatorio estático que había sido utilizado para delimitar el área del mundo mesoamericano, a inicios de los años sesenta, Gordon Willey (1962) propuso una división de la historia del ser humano que vivió en Mesoamérica en tres principales eras. Para realizar la división, tomó 19 en cuenta la tecnología de subsistencia, la cual se refiere a la forma en que los seres humanos se apropian del medio ambiente para su subsistencia. En el siguiente texto se hace referencia a la división llevada a cabo por Willey (1962). (1) Cazadores tempranos (desde una fecha desconocida hasta ca. 7000 a.C.), en la cual se cazaban grandes especies de fauna pleistocénica, hoy extinta. (2) Durante la era de los recolectores de alimentos y agricultores incipientes (ca. 7000-1500 a.C.) la gente subsistió recolectando semillas y plantas silvestres, así como cazando y atrapando fauna menor y cultivando plantas alimenticias. (3) Finalmente, durante la era agrícola (ca.1500 a.C.-1520 d.C.) la producción de comida a través de la agricultura se fue volviendo cada vez más importante para la subsistencia. (Willey, 1962). En el mismo texto se identifica que Willey (1962) considera que con la adopción de la agricultura alrededor de 1500 a.C. Mesoamérica alcanza la unidad como área cultural. Esta unidad se refiere a un complejo agrícola básico formado por maíz, frijol, calabaza y chile, complementado con otras plantas comestibles domesticadas por el ser humano, como: cacao, mandioca, agave, y numerosas frutas y verduras. (Willey, 1962). Willey también menciona los montículos con plataforma que fueron utilizados como templos, las plazas hundidas rectangulares, algunas deidades, el calendario y la escritura, como elementos culturales que definieron a la incipiente tradición mesoamericana. Menciona que Enormes estructuras ceremoniales públicas, incluyendo montículosplataforma... para templos y palacios dispuestos alrededor de plazas o patios rectangulares. Ciertos temas religiosos o deidades caracterizan al área. Tlaloc y 20 Quetzalcoatl, señores de la lluvia y del esclarecimiento cultural. Algo íntimamente ligado a la religión, es un énfasis sobre la astronomía, el calendario, las matemáticas y la escritura. (Willey, 1962). Para Willey (et al., 1964), las culturas distintivas de Mesoamérica surgieron con el establecimiento de las primeras comunidades agrícolas sedentarias. Estos autores distinguieron entre dos variedades o tipos de agricultura mesoamericana, cada una adaptada a un distinto ámbito ecológico. En algunas regiones la tierra era lo suficientemente fértil como para permitir la rotación anual, alternando entre dos campos de cultivo, sistema conocido como de barbecho. En otras partes, especialmente en los bosques tropicales de las tierras bajas, un campo de cultivo podía trabajarse durante uno o dos años, para luego abandonarse por espacio de cinco años, sistema que se le conoce como “de roza y quema”. La agricultura fue más intensiva y eficiente en los valles húmedos en los que se llevó a cabo la construcción de terrazas agrícolas, canales de irrigación y chinampas. Al momento de la conquista española, existía un nivel de tecnología neolítico, ya que los metales nunca se usaron más que para elaborar ornamentos, exceptuando las herramientas de cobre. Por otra parte, el pavo y el perro, que a veces fue usado también como fuente de alimento, fueron los únicos animales domesticados en Mesoamérica. (Willey, et al., 1964). Mesoamérica fue la única civilización en la historia mundial sin ganado domesticado, por lo que la dieta estuvo basada principalmente en plantas. ¿Cómo explicarnos esta especialización en la producción de vegetales? Se sabe que pocas regiones del mundo antiguo contaban con una variedad tan rica en plantas alimenticias, que sumadas a otras fuentes silvestres de proteínas, como peces, insectos y sus huevecillos, algas, animales pequeños, aves y reptiles, etcétera, resultaron ser una dieta bien balanceada. (Parsons, 1996; Weigand, 2000, p. 49). De hecho, se ha mencionado que "es probable que la dieta mesoamericana, dominada por plantas pero con complementos adecuados, fuera la mejor del 21 mundo antiguo. Por lo que es posible que no se sintiera la necesidad dietética de contar con fuentes confiables de proteína animal mediante la domesticación". (Weigand, 2000, p. 50). La transportación de mercancías en Mesoamérica, debido a la falta de bestias de carga, era realizada por gente que llevaba a cuestas los productos. Estos cargadores, conocidos como tamemes en el centro de México, transportaban de un sitio a otro mercancía de muy diversa índole. No se sabe con exactitud el peso de la carga que habitualmente transportaban estos portadores; Bernal Díaz del Castillo (citado por Hassig, 1985, p. 28) afirmó en el siglo XVI que cada tameme cargaba dos arrobas, que equivalen a 23 kilogramos, aproximadamente. La carga era transportada una distancia de cinco leguas, de 21 a 28 kilómetros, después de recorrer esta distancia, el tameme era relevado. Los datos anteriores deben ser considerados con precaución, pues hay mucha variedad en las cargas registradas en los documentos de la época, y las distancias también varían, sobre todo de acuerdo con el tipo de terreno, como montañas, barrancas, selva, bosque, desierto, etcétera. También había variación debido a las condiciones climáticas, entre otros factores que podían dificultar la circulación de los tamemes. (Hassig, 1985). En el origen de la economía agrícola, alrededor del segundo milenio antes de nuestra era, a la aldea se le identifica como la base del asentamiento mesoamericano. Willey (1966) señala al respecto, que la vida en la aldea se estructuraba a partir del núcleo familiar, éste, a su vez, organizaba unidades territoriales más complejas hasta llegar a constituir ciudades. La estructura de la sociedad descansaba sobre los cimientos de la unidad doméstica de una familia nuclear o extensa, varias de ellas formaban la aldea. Estas aldeas se organizaban en unidades territoriales mayores, con un liderazgo enfocado en los centros ceremoniales o capitales político-religiosas. Este es un 22 patrón muy antiguo, característico de toda el área... Los centros ceremoniales o pueblos principales se desarrollaron... (hasta formar) verdaderas ciudades... caracterizadas por plataformas de tierra, de adobe o de piedra... con templos o palacios encima, adornados con esculturas y pinturas. Estos centros y ciudades fueron sedes de poder mantenidas por gobernantes hereditarios y sacerdotes que frecuentemente ejercían su dominio sobre grandes estados territoriales o imperios. (Willey, 1966, pp. 86-460). En México y Estados Unidos, durante la primera mitad del siglo XX, varios investigadores postularon un punto de vista según el cual la civilización y las sociedades estatales de Mesoamérica surgieron de la necesidad de contar con un gobierno o control político centralizado que regulara los sistemas de producción, especialmente la irrigación con fines agrícolas. Para Pedro Armillas (1948), el desarrollo del simbolismo religioso mesoamericano, la edificación de grandes pirámides y el crecimiento de centros ceremoniales podrían explicarse a partir de la introducción de técnicas de agricultura intensiva, como chinampas, terrazas y canales de riego, ya que éstas permitieron la obtención de un excedente, "que podría haberse aplicado al mantenimiento del costoso ritual y habría creado la base social para su desarrollo, muy difícil de explicar de otra manera". (Armillas, 1948, p. 146). En la misma dirección, Palerm (1955) se refiere al Valle de México como el mejor lugar para estudiar las técnicas de irrigación, considera que el florecimiento de la civilización en este árido valle fue un genuino producto del esfuerzo humano. Las implicaciones de este proceso para la evolución de complejas formaciones sociales fueron resaltadas por Palerm, como a continuación se describe: En conclusión, vemos el desarrollo de la irrigación en el Valle de México no tanto como el resultado de muchas iniciativas a pequeña escala por grupos pequeños, sino como... una empresa a gran escala, bien planeada, en la que una enorme 23 cantidad de gente tomó parte... bajo un liderazgo centralizado y autoritativo. (Palerm, 1955, p. 112). Por otra parte, Eric Wolf (1959) analiza esta "perspectiva hidráulica", y afirma que la agricultura intensiva genera la necesidad de contar con un gobierno centralizado y organizado: “...algunos investigadores creen que la agricultura de irrigación creó la necesidad de una más eficiente organización y coordinación en la construcción y mantenimiento de presas, diques y canales, y en la supervisión de los trabajadores que construyeron y repararon estas obras hidráulicas. La agricultura de irrigación también produjo los excedentes agrícolas que alimentaron tanto a los trabajadores como a los nuevos organizadores de la producción”. (Wolf, 1967, p. 74). Al explicar el origen de la civilización en Mesoamérica, Sanders (1962) propuso que cada tipo de medio ambiente ofrece al ser humano diferentes retos, y pueden esperarse diferentes tipos de respuestas culturales de los grupos humanos, que tienden a seguir el camino de mayor eficiencia en la utilización del entorno ecológico, por ejemplo, la agricultura de irrigación. A fines de los años sesenta la agricultura de irrigación era considerada como un factor primordial para el surgimiento de las sociedades complejas y del Estado. Sanders y Price (1968) señalan que los canales que llevaban el agua de riego a los campos de cultivo tenían que ser limpiados periódicamente por medio de trabajo comunitario, que debía de ser planeado y organizado. Esta operación era más efectiva cuando existía una estructura política de tipo estatal. Por otra parte, al tratarse de áreas donde la agricultura intensiva se llevaba a cabo en condiciones de disponibilidad limitada de tierra o agua, existirían conflictos que requerirían de patrones más formales de autoridad para ser solucionados, como las del Estado. (Sanders y Price, 1968). 24 Las ideas de Sanders y Price tuvieron como antecedente los escritos de Palerm, quien basó sus propuestas en el "modo asiático de producción" en Wittfogel (1957). Wittfogel consideró a la irrigación como uno de los motores principales, si no es que el único, de la evolución social que culminó con la creación del Estado. Según Wittfogel, la efectiva administración de las obras hidráulicas involucraba una red organizativa que cubría a toda la población de un país, o al menos al núcleo dinámico de la misma, como consecuencia de esto, quienes controlaban la red de obras de irrigación estarían capacitados mejor que nadie para ejercer el supremo poder político. (Wittfogel, 1957). De acuerdo con Palerm (1980), las características esenciales del modo asiático de producción incluyen como ejes que la economía tenía que superar cierto nivel de subsistencia, debía existir abundancia o escasez de agua y una buena parte de la población tenía que dedicarse a la agricultura. (1) Está determinado por el estado de desarrollo de las fuerzas productivas. La economía tiene que haber superado el nivel de subsistencia de una manera específica: la agrícola...Existe producción social y excedente social de producto y de trabajo... (2) El medio natural está tipificado por la escasez o la excesiva abundancia del agua para usos agrícolas. La agricultura tiene que haberse desarrollado en ambientes geográficos que imponen necesidades técnicas de riego o drenaje, y en consecuencia, necesidades sociales de trabajo constante, organizado y coordinado. (3) Existe una escala geográfica y técnica monumental de esta clase especial de agricultura... [que] alcanzó las grandes dimensiones características de la agricultura hidráulica. (Palerm, 1980, pp.57-58). Hasta los años ochenta, todavía seguía utilizándose el concepto del modo asiático de producción para explicar el desarrollo de sociedades complejas en Mesoamérica, se llegó al extremo de definirlo como "la mayor contribución al 25 conocimiento del México prehispánico en los últimos cuarenta años". (Boehm, 1985, p. 238). En la década de los sesenta aumentó la preocupación de los investigadores sobre la relación entre el medio ambiente y la evolución sociocultural, sobre todo entre los pocos arqueólogos que habían empezado a buscar las causas del cambio cultural. (Willey y Sabloff, 1980). Un ejemplo de ello se encuentra en el libro Mesoamerica: the evolution of a civilization, de Sanders y Price (1968), en el que se discuten las características ecológicas que sirvieron como escenario para la evolución cultural en el mundo mesoamericano. “… una característica sorprendente del área [mesoamericana] en su conjunto, es su extraordinaria diversidad. La marcada zonificación microgeográfica tiene como resultado una correspondiente diversidad y una muy localizada distribución de materias primas...Mesoamérica puede dividirse en una serie de... ‘regiones simbióticas’; cada una consiste en zonas de medio ambiente contrastante... [con] un componente de tierras altas y uno de tierras bajas... las interrelaciones de los componentes son complejas y sobrepuestas...cuando las áreas estuvieron históricamente en constante contacto, estos contactos fueron una fuerza principal en el enriquecimiento de tradiciones culturales locales.” (Sanders y Price, 1968, pp. 188-190). En estos intentos de definición, Litvak explica que "Mesoamérica tenía que ver con... los factores que causan y definen la civilización como estadio de superior desarrollo de la cultura de la humanidad. El área de estudio... es comparable con otras regiones y, por lo tanto, sirve para la construcción de modelos generales en teoría arqueológica..." (Litvak, 1992, p. 10). Uno de estos modelos, quizás el más completo en su momento, fue propuesto por el propio Litvak, en el que define a Mesoamérica como un sistema espacial de intercambio normal, donde cada región componente, además de su dinámica interior, tiene relaciones de este tipo con 26 todas las demás regiones que la conforman, que varían en el tiempo y que presentan entre sí estados de equilibrio siempre cambiantes. Esta definición está basada en la interacción entre zonas, que en un principio eran caracterizadas ecológicamente y luego como partes componentes de una red. Al respecto, Litvak señala que: “...Mesoamérica... se constituye en un proceso que se refleja..., primeramente en la distribución de materiales arqueológicos cuya procedencia original es en alguna de las regiones componentes y que se encuentran, como hallazgo normal, en las demás que conforman el conjunto... El modelo, traducido así a términos puramente arqueológicos, tiene la virtud de estar totalmente sujeto a prueba.” (Litvak, 1975, p. 183). Las ideas de Blanton (et al., 1981) no son ajenas al planteamiento de Litvak, citado en el párrafo anterior. Para estos últimos autores, el mundo mesoamericano llegó a constituir una entidad histórica real, autodefinida por el comportamiento característico de sus pueblos... Mesoamérica fue un sistema social. Fue --en palabras de Wallerstein (1976)-- un sistema mundial, lo que significa que su destino fue en gran medida autodefinido y para sus pobladores representaba todo su mundo y el motivo de su preocupación. Mesoamérica según Blanton et al., (1981) no fue un imperio mundial ni una economía mundial. Las relaciones que la mantenían cohesionada no fueron las de un solo imperio ni las de instituciones económicas independientes. Lo que hizo de Mesoamérica un sistema social envolvente fue su estructura de prestigio elitista. Desde los cacicazgos del Preclásico hasta los estados e imperios de tiempos posteriores, las sociedades regionales de Mesoamérica se compusieron de dos estratos, los gobernantes y los gobernados. La elite de cada sociedad regional tenía muchas cosas en común con sus contrapartes en regiones cercanas e incluso apartadas estas actividades de la elite fueron los contactos interregionales 27 que hicieron del mundo mesoamericano lo que fue para sus participantes y lo que es para los arqueólogos del siglo [XXI] (Blanton, et al., 1981). Mesoamérica no fue diferente a otras zonas de alta cultura del mundo antiguo, hubo una serie de tradiciones histórico-culturales dentro de esa región que interactuaron intensamente a través de nexos ideológicos, de contactos económicos y de rivalidad política, aunque cada una era diametralmente opuesta a las demás. Desde el occidente, en un extremo, hasta el área maya, en el otro, hubo congruencia y hasta cierto punto continuidad, aunque podemos mencionar notables contrastes sociales y culturales. Las interacciones dentro de las poblaciones de Mesoamérica en muchos casos fueron tan intensas, que se volvieron de naturaleza simbiótica. Las principales estructuras que mantuvieron cohesionada la antigua Mesoamérica fueron: el comercio, el intercambio y el tributo de recursos escasos, tanto básicos como de lujo. Asimismo, tanto el carácter como la intensidad de las relaciones entre las poblaciones de Mesoamérica es lo que define una ecúmene, no los aspectos específicos de organización cultural o social. Si bien, estos aspectos son fundamentales para entender las distintas regiones que formaban la ecúmene, esta última se define por la urdimbre que da cohesión a las distintas regiones. Así, las diferencias socioculturales no deberían impedir apreciar las consideraciones macroeconómicas que hacen de todas las partes una sola entidad. (Williams y Weigand, 2004, Weigand, 1982, 1993). La gran diversidad ecológica y geográfica de Mesoamérica hizo indispensable el comercio e intercambio entre regiones desde sus orígenes, debido a que en ninguna área se producían todos los elementos indispensables para la subsistencia de las distintas poblaciones. Destacan principalmente las diferencias ecológicas entre las frías tierras altas, las cálidas tierras bajas y las costas (Blanton, et al., 1981, Sanders y Price, 1968). La imposición de tributos a los vencidos en la guerra, junto con el comercio, sirvió como mecanismo para el 28 intercambio de gente, de información y de bienes entre una región y otra, en condiciones de fronteras dinámicas y mal definidas entre los distintos sistemas sociales. (Blanton, et al., 1981). Durante las últimas décadas se ha registrado un incremento en el número de investigaciones sobre la Mesoamérica del Postclásico (ca. 1200-1521 d.C.) realizadas por arqueólogos, etnohistoriadores, historiadores del arte, epigrafistas y otros investigadores. Los trabajos reunidos en el volumen The Posclassic Mesoamerican World, editado por Smith y Berdan (2003), son un intento por sintetizar y analizar toda esta nueva información, valiéndose para ello del concepto del "sistema mundial mesoamericano". Según autores incluidos en la compilación, tanto los datos arqueológicos como los etnohistóricos procedentes de la mayoría de las subáreas de Mesoamérica, muestran que durante el periodo Postclásico (ca. 900-1520 d.C.) la economía mesoamericana estuvo más comercializada que en tiempos anteriores, con sistemas de distribución basados en el intercambio competitivo de mercado. (Smith y Berdan, 2003). En los trabajos compilados se identifica una lista de “mercancías clave”, que incluye artículos como: cacao, hachas, monedas de cobre, cascabeles de cobre o de bronce, plumas y ornamentos de plumería, joyería de oro, joyería de piedras verdes, obsidiana, artefactos de obsidiana, manuscritos pintados, textiles sencillos o decorados, cerámica policroma, algodón en bruto, sal, esclavos y joyas de turquesa, entre otros bienes. Es difícil determinar el valor económico de las mercancías en contextos arqueológicos. Sin embargo, la economía comercial de la Mesoamérica del Postclásico utilizó varias formas de dinero, por lo que la gente probablemente medía el valor de los bienes de acuerdo con sus precios. (Smith y Berdan, 2003). Smith y Berdan (2003) consideran que los elementos fundamentales para la constitución del sistema mundial mesoamericano durante el Postclásico fueron los sistemas sociopolíticos individuales o pequeñas ciudades-estado, que surgieron 29 en distintos momentos como núcleos de desarrollo, un ejemplo de lo anterior lo encontramos en los centros de producción o de comercio internacional o bien, en zonas de extracción de recursos estratégicos. Las relaciones establecidas entre estas ciudades-estado fueron de distinta dimensión y naturaleza económica, política, social y religiosa. Fue la naturaleza de estas relaciones lo que dio al sistema mundial mesoamericano su textura característica. Las principales aportaciones que cada uno de los autores mencionados, ver tabla 2, quedan expuestas a continuación Tabla 2 Construcción teórica de Mesoamérica AUTORES Cronistas APORTACIONES Primer intento de sistematización del pasado precolonial Eruditos de Intereses de coleccionistas y anticuarios la colonia Herbert Hipótesis Arcaica, origen común a toda Mesoamérica desde el Spiden periodo formativo Eduard Contribuciones a la lingüística de la región Seler Miguel Othón Mapa donde se aprecia la distribución de los grupos humanos en de Mesoamérica Mendizábal Manuel Primera excavación Arqueológica con método científico y secuencia Gamio arcaico-teotihuacana-azteca. Paul Acuña el término Mesoamérica y define el área cultural Kirchhoff Kroeber Consolida la visión de Mesoamérica como área cultural Wigberto Rastrea los desarrollos culturales desde el formativo hasta el Jiménez clásico , intenta dar profundidad temporal a la diversidad cultural de 30 Moreno Mesoamérica Gordon Propone una cronología dividida en tres: cazadores tempranos- Willey agricultores incipientes-era agrícola y postula que es con el desarrollo de la agricultura con lo que se alcanza la unidad cultural. Pedro La agricultura extensiva es lo que da pie para el surgimiento de un Armillas gobierno complejo Ángel Introducen el modo asiático de producción para estudiar el Paler, desarrollo cultural en Mesoamérica Sanders y Price Jaime Compara a Mesoamérica con otras áreas culturales del mundo Litvak antiguo Blanton, et Argumentan que Mesoamérica, más que un modelo, es una unidad al. histórica real. Además, sostienen que los rasgos culturales de las elites son las que dan cohesión al mundo mesoamericano Williams Weigand Smith y Echan por tierra el concepto de área cultural mesoamericana e introducen el termino ecúmene mesoamericana y Empiezan a plantear a Mesoamérica como un sistema mundial. Berdan Fuente: Elaboración propia. En la Tabla 2 se presentan las principales aportaciones de cada uno de los autores mencionados, para la construcción teórica de Mesoamérica. En los párrafos anteriores se presentó una visión sobre los principales debates y perspectivas surgidas a través del tiempo acerca del mundo mesoamericano, desde la génesis misma del concepto de Mesoamérica, hasta las recientes ideas sobre el "sistema mundial”. 31 En los siguientes apartados se describen tres modelos explicativos de Mesoamérica que serán analizados en el Capítulo 3, con la teoría de sistemas. Estos modelos son el de Kirchhoff (1943), el de Gorbea (1990) y el de Williams y Weigand (2011). 1.3 El modelo de Paul Kirchhoff A principios del siglo XX, el tema central de la arqueología americana fue la elaboración de cronologías, pero después de 1940, otros problemas comenzaron a recibir mayor atención (Willey y Sabloff, 1980). Además de realizar clasificaciones de artefactos, los arqueólogos empezaron a llevar a cabo clasificaciones de las culturas prehistóricas. Época que se le conoce como Periodo Clasificatorio-histórico y su principal objetivo fue realizar una síntesis de la historia cultural de las regiones y áreas del Nuevo Mundo. (Willey y Sabloff, 1980). Para llevar a cabo la cronología de clasificación de artefactos, se empezó a utilizar el término área cultural, el cual se entiende como un espacio geográfico en el que coinciden culturas con características muy semejantes entre sí. (Gorbea, 1997). Fue Wissler en 1923 quien por vez primera utilizó el término área de cultura, que más adelante Kroeber (1931) designó como área cultural. Este concepto permite clasificar los artefactos, lo que también permite clasificar y ordenar a las culturas, tomando en cuenta las características que cada sociedad ha creado al paso del tiempo. Es así como el concepto de Mesoamérica, enmarcado en la categoría de área cultural, sirvió para aglutinar y clasificar características culturales basadas en artefactos, y es Kirchhoff quien lo retomó para hacer su propuesta de Mesoamérica. La preocupación fundamental de Kirchhoff en Mesoamérica, fue el trazo de límites geográficos relativamente precisos para delimitar un área cultural y un periodo muy concreto: el siglo XVI. 32 El procedimiento de análisis seguido por Kirchhoff en Mesoamérica, es el de aislar primeramente grandes conjuntos de poblaciones, a través del patrón de subsistencia; es decir, la forma en que se apropian de los recursos naturales de su entorno y del nivel de desarrollo cultural de cada población. Kirchhoff identifica dos patrones de subsistencia, por un lado, a los recolectores-cazadores y, por otro, a los agricultores. Dejó como problema clasificatorio abierto a la discusión a los grupos intermedios entre los dos tipos de adaptación, así como a grupos humanos recién llegados al área. Después Kirchhoff estableció hipotéticamente el conjunto de rasgos culturales propios de Mesoamérica, mediante un manejo de presencia-ausencia comparado con otras áreas. De este modo visualizará a Mesoamérica como “una región cuyos habitantes, tanto los muy antiguos como los relativamente recientes, se vieron unidos por una historia común que los enfrentó como un conjunto a otras tribus del continente”. (Kirchhoff, 1943, p.4). Con esta construcción, los antropólogos, principalmente los arqueólogos, recibieron no sólo una definición de la unidad mayor, Mesoamérica, en la cual podían enmarcar su análisis, y también la definición de varios problemas que se pueden formular como preguntas. 1) ¿Cómo debería dividirse esa superárea? 2) ¿Desde cuándo existe esa superárea cultural 3) ¿Cuál ha sido su extensión en diferentes épocas? Los arqueólogos se adhirieron al modelo de Kirchhoff, porque con este modelo era posible dar respuesta a los problemas anteriores en términos de indicadores con los que estaban acostumbrados a trabajar, como tipos cerámicos, estilos arquitectónicos, etcétera. Los problemas identificados por Kirchhoff demandaban para su abordaje una fase de recuperación y clasificación de datos y eso era lo que la arqueología podía hacer muy bien en esos años. Mesoamérica aparece a la 33 mitad de lo que Willey y Sabloff (1974) llaman Periodo Histórico-clasificatorio de la Arqueología Americana. Es decir, lo que Kirchhoff identificó como problemática, cuya solución no era proporcionada por la etnología, y si correspondía a los arqueólogos resolver, la arqueología lo podía abordar eficazmente con las herramientas que en ese momento tenía a su disposición. Ese fue el gran atractivo de la Mesoamérica de Kirchhoff: excavar, catalogar y clasificar. La arqueología mexicana nunca se había entregado de esta manera a una idea, Kirchooff se confundió con la totalidad de la arqueología. (Nalda, 1997, p.17). Kirchhoff (1943, p. 4) define a Mesoamérica como "una súper-área formada por migrantes diferentes entre sí que ingresaron al territorio en diferentes épocas y que al ingresar a la órbita estudiada, vivieron unidos por una historia común". Sus límites geográficos son: al norte, formada por los ríos Pánuco, Lerma y Sinaloa, y al sur, como una franja que iba del río Montagua hasta el Golfo de Nicoya, pasando por el Lago de Nicaragua. ¿Qué criterios usa para su definición? Compara y analiza a las familias lingüísticas que formaban Mesoamérica en el momento de la Conquista: 1. Tribus que hablan idiomas hasta ahora no clasificados, como tarasco, cuitlateca, lenca, etcétera. 2. Todas las tribus de las familias lingüísticas maya, zoque y totonaca. Según algunos investigadores, los idiomas de estas tres familias, a los que probablemente hay que agregar el huave, forman un grupo que podríamos llamar zoque-maya o macro-mayance. 3. Todas las tribus, menos dos, de las familias otomí, chocho-popoloca y mixteca que parecen formar, junto con la familia chorotega-mangue, un grupo llamado otomangue; y todas las tribus de las familias trique, zapoteca y chinanteca, que otros consideran emparentadas con el grupo anterior, integrando un gran grupo llamado macro-otomangue. 34 4. Todas las tribus de la familia nahua y una serie de otras tribus de filiación yuto-azteca, entre ellas, los cora y huichol, cuya agrupación en familias todavía no es definitiva. 5. Todas las tribus de las familias tlappaneca-subtiaba y tequisisteca que pertenecen al grupo hokano de Sapir. (Kirchhoff, 1943, p. 3). A partir de la división lingüística y a través de ella y de sus márgenes de influencia, planteó tres aspectos importantes. 1. Que hay cinco divisiones. Dentro de ellas el grupo 2 (maya, zoque, totonacos, cuitlateca, tarasca, etcétera), al carecer de parientes lingüísticos a razonable distancia de Mesoamérica, hacen pensar que tal vez hayan desempeñado un papel importante en el proceso mismo de su formación. 2. Parte de la idea de que existió una unidad histórica entre los pueblos mesoamericanos. 3. Reconoce un desarrollo desigual tanto territorial como histórico. Para definir los rasgos mesoamericanos, divide en tres grupos a los rasgos culturales: 1. Elementos exclusiva o al menos típicamente mesoamericanos. 2. Elementos comunes a Mesoamérica y otras superáreas. 3. Elementos significativos por su ausencia. Kirchhoff identifica elementos presentes en Mesoamérica y en otras áreas culturales, ver tabla 3. Tabla 3 Elementos comunes a Mesoamérica y a otras superáreas culturales de América, y elementos significativos por su ausencia en Mesoamérica Elementos Sureste Suroeste Mesoamérica Chibcha Andes Amazonia Cultivo Cerámica 35 Maíz Frijol Calabaza Sacrificio humano o Batata o Cerbatana o Trofeos de cabeza o Canibalismo o Confesión o Cultivo en manos o o o o de los hombres Construcciones de o o piedra y barro Sandalias o Algodón o Terrazas para o o o o cultivo Puentes colgantes Balsas o o de o o Yuca dulce o o Chile (ají) o Piña o o Aguacate o o Papaya o o Zapote o o Spondia o o Perro mudo cebado o o Pato o o Escudos o o o calabazos entretejidos 36 Picas o o Metalurgia o o Calzadas o o o o tipo o o o o a o o o o santuarios o o o o de o o o o Platones para cocer o o o o o o o o o o empedradas Mercados Clanes del Calpulli-Ayllu Sacar corazón hombres vivos Rociar con sangre Aventador cestería pan Juego con pelota o de hule Tambor de madera o con lengüetas Adorno del borde o o o o o o o o o o de la oreja Clanes matrilineales Beber huesos molidos de parientes muertos Armas o envenenadas Coca o o Palmeras o o o Fuente: elaboración propia tomando como base Kirchhoff, 1943, p. sin paginación. 37 Notación utilizada en la tabla para presencia o para ausencia En la Tabla 3 se pueden identificar 43 elementos que se encuentran presentes en Mesoamérica: Bastón plantador (coa). Huertos de cultivo, ganando terreno al lago (chinampas). Cultivo de chía y su uso para bebida y como aceite para dar lustre a pinturas. Cultivo de maguey para aguamiel, arrope, pulque y papel. Cultivo de cacao. Molienda del maíz cocido con ceniza o cal. Bolas de barro para cerbatanas, bezotes. Y otros implementos de barro. Pulimento de la obsidiana. Espejos de pirita. Tubos de cobre para horadar piedras. Uso de pelo de conejo para adornar tejidos. Espadas de palo con hojas de pedernal u obsidiana en los bordes (macuáhuitl). Corseletes estofados de algodón (ichcahuipilli). Escudos con dos manijas. Turbantes. Sandalias con talones. Vestidos completos de una pieza para guerreros. Pirámides escalonadas. Pisos de estuco. Patios con anillos para el juego de pelota. 38 Escritura jeroglífica. Signos para números y valor relativo de éstos según su posición. Libros plegados estilo biombo (códices). Anales históricos y mapas. Año de 18 meses de 20 días, más cinco días adicionales. Combinación de 20 signos y 13 números para formar un periodo de 260 días. Combinación de los dos periodos anteriores para formar un ciclo de 52 años. Fiestas al final de ciertos periodos. Días de buen o mal agüero. Personas llamadas según el día de su nacimiento. Uso ritual de papel y hule. Sacrificio de codornices. Ciertas formas de sacrificio humano. Ciertas formas de autosacrificio. Juego del volador. El 13 como número ritual. Una serie de deidades, como Tláloc, por ejemplo. Concepto de varios ultramundos y de un difícil viaje hasta ellos. Beber el agua en que se lavó al pariente muerto. Mercados especializados o subdivididos, según especialidades. Mercaderes que son a la vez espías. Órdenes militares (guerreros águilas y tigres). Guerras para conseguir víctimas para el sacrificio (guerras floridas). 1.4 Los apologistas En este grupo se encuentran Gorbea, Arellanos, García y Beauregard (1990), quienes aseguran que la designación de área cultural es eficaz y funciona adecuadamente como un espacio geográfico en el que se encuentran culturas con 39 características muy semejantes entre sí. Los mismos autores consideran que la designación de área cultural de una porción de la geografía política de nuestro continente1, se puede identificar por los elementos culturales que guardan estrecha semejanza entre sí y por la ausencia de otros, que la diferencian de áreas vecinas. “Pensamos que la designación que se le ha dado a esta parte de nuestro continente es muy acertada, porque el nombre de Mesoamérica no implica aspectos estrictamente políticos ni geográficos, como resultaría de ser llamada de otra manera. Por otra parte, conservar el nombre de Mesoamérica es reconocer la valía de Paul Kirchhoff dentro del campo de la antropología.” (Gorbea, et al., 1990, p. 98). No obstante, Gorbea, et al., considera necesario modificar el análisis de Kirchhoff, agrupando los elementos del área cultural en tres grupos: a) Elementos ecológicos b) Elementos culturales c) Elementos de temporalidad, utilizando el área geográfica En el primer grupo introducen: 1) Las condiciones climáticas que habían existido en un territorio tan heterogéneo como Mesoamérica. 2) La fauna y su uso alimentario de acuerdo con los ecosistemas explotados. 3) La flora, utilizando aquellos materiales para la edificación de viviendas, y demás elementos de la vida cotidiana, así como elementos materiales, que le dan a los pueblos sus características particulares. En el segundo grupo introducen: 1) Distintas técnicas de trabajo para la transformación de las materias primas. 40 2) Variaciones estilísticas a lo largo del tiempo, en todo aquello que sirvieron como elementos decorativos para los edificios, como la escultura y la pintura. 3) El elemento cultural que el autor considera más duradero y que refleja mejor los cambios en cuanto a modas, grupos que la emplearon y migraciones, es la cerámica. 4) Los enterramientos humanos que siguen patrones como deformaciones craneanas y mutilaciones corporales, entre otros, sirvieron a la larga para marcar diferencias zonales y cronológicas entre las poblaciones. 5) El fenómeno migratorio, realizado por móviles guerreros, comerciales o por simple moda. 6) El tipo de lengua que se hablaba en cada región. En el tercer grupo incluyen elementos de temporalidad, sugieren considerar zonas y no hacer una cronología de manera general, las zonas que distinguen son: 1) Área, entienden por esto a toda Mesoamérica. 2) Subárea, que trae aparejado espacios de separación unión o convivencia. 3) Microárea, se refiere a los espacios locales dentro de las subáreas. Los autores proponen seguir empleando el término acuñado por Kirchhoff en 1943, a pesar de considerar que es un enfoque muy lineal y estático, se abren a la posibilidad de que si se analiza la dinámica de procesos tales como cambio cultural, desarrollo y difusión, se tendrá una visión diferente de lo que cronológicamente podrían ser las distintas mesoaméricas que existieron en el territorio preestablecido y señalan que el estudio de la lingüística puede ayudar en este cambio de enfoque. “Los estudios lingüísticos que se han llevado a cabo plantean algunas soluciones, pero aún quedan muchos problemas por resolver. Es preciso el intercambio de conocimiento para llegar a conclusiones más precisas respecto al panorama lingüístico mesoamericano. Asimismo, es 41 indispensable que se defina a las fronteras reales y cronológicas del espacio mesoamericano y, en consecuencia, limitar también las porciones menores comprendidas en este territorio.” (Gorbea, et al., 1990, p. 107) 1.5 Los detractores Desde los tiempos de Kirchhoff (1943) y de Kroeber (1931, 1939), Mesoamérica se ha considerado como una sola "área cultural", definida por fronteras específicas, que excluyen a gran parte del norte de México. Se considera que tuvo varias subáreas, cada una con características únicas en su género, los factores unificadores de Mesoamérica conforman una "lista de lavandería" de rasgos que en realidad podría haberse aplicado a casi cualquier área de desarrollos culturales complejos. (Williams y Weigand, 2011) De manera gradual, Mesoamérica se concibió como una sola civilización, dividida en zonas que estaban definidas por rasgos materiales más específicos, basados en las culturas elitistas del área. Este punto de vista ha persistido en estudios recientes de Mesoamérica, por ejemplo, los de Wolf (1959,1967), de West y Augelli (1989) y de Porter-Weaver (1993). Al revisar sus trabajos es posible afirmar que no realizan una evaluación crítica del concepto, sólo llevan a cabo una presentación de la diversidad cultural dentro de cada subárea, como elemento organizativo para los capítulos de sus obras. La única excepción de esta visión unitaria de Mesoamérica como una sola civilización vino de varios arqueólogos británicos (Hammond, 1982, y Thompson, 1963), quienes consideraban al área maya como una entidad aparte, aunque no especificaron las razones de sus afirmaciones desde una perspectiva teórica. Asumieron que el área maya era lo suficientemente diferente al resto de Mesoamérica y por ello debía otorgársele el estatus de una civilización independiente. 42 El punto de vista del carácter unitario de la civilización mesoamericana ha persistido y sigue vigente hasta la actualidad. Es un mecanismo conveniente para estudiar el área, pues con él nadie tiene que preocuparse de qué significa una "civilización" ni de cómo funciona ésta en la realidad. Desde esta perspectiva unitaria, la evolución de Mesoamérica lentamente empezó a tener un carácter unilineal: los olmecas se convirtieron en la "cultura madre", seguidos por Teotihuacán, y luego por los toltecas, para culminar con los aztecas, siendo ésta la "pirámide del poder". Este punto de vista sirvió de justificación para la concentración del poder político, económico y cultural en el centro de México, específicamente en la ciudad de México, lo que se logró al extender la realidad contemporánea hacia el pasado prehispánico, donde no tenía ni tiene ningún papel. “Esta ideología centralizada sobre la antigua Mesoamérica se conmemora en piedra en el Museo Nacional de Antropología. En este magnífico museo se ha dedicado aproximadamente el 30% del espacio de exhibición a los aztecas (es decir, el centro del Valle de México), y solamente el 5% al occidente y noroeste de México (más del 50% del territorio nacional). Igualmente, los programas de investigación y educativos de arqueología prehispánica que patrocina el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) siguen reflejando esta ideología acerca del pasado.” (Williams y Weigand, 2011 p. 34). Nunca la perspectiva que considera a Mesoamérica como un área más rica y más diversa de lo que sugiere el enfoque unilineal tuvo más credibilidad. Los estudios regionales ganaron fuerza, así como las críticas hacia la perspectiva unitaria. Esto es especialmente cierto en el caso de las investigaciones sobre los mayas; sin embargo, incluso, dentro de estas crecientes tendencias, el concepto de Mesoamérica raramente ha sido cuestionado. (Williams y Weigand, 2011). 43 El punto de vista unitario de Mesoamérica como civilización, aun si se rechaza el enfoque unilineal, todavía tiene otro objetivo fuera de la arqueología, el cual es políticamente conveniente verla de esa manera, ya que México, como una naciónestado reciente y relativamente nueva, sigue teniendo muy fuertes características regionales. Al extender el carácter unitario de la civilización hacia el pasado distante, se logra un papel unificador para las consideraciones políticas contemporáneas. Pero un punto de vista unitario hacia la civilización mesoamericana no es necesario, como tampoco lo es el carácter evolutivo unilineal de su desarrollo --siempre y cuando, desde luego, se tenga como objetivo la valoración de Mesoamérica en sus propios términos. “La principal diferencia entre el concepto de ecúmene y el de `sistema mundial´, como fue usado por Wallerstein (1974) y por los arqueólogos mesoamericanistas (Blanton, et al., 1986), es que la ecúmene puede tener una multiplicidad de áreas nucleares altamente desarrolladas, sin que ningún miembro de ella necesariamente sea superior, más complejo o dominante. Los límites del sistema son los definidos por las redes de conocimiento mutuo. Los patrones de este conocimiento están estructurados de manera sistemática y funcionan dentro de esferas económicas, culturales y políticas.” (Williams y Weigand, 2011, p.36). El concepto de ecúmene es más flexible y más útil para definir las interacciones entre los sistemas sociales pre-modernos vecinos entre sí, que el de área cultural, especialmente cuando la base de datos es mayormente o exclusivamente arqueológica. Desde luego, ambos conceptos son valiosos, pero son distintos en su forma de organización y a los tipos de datos necesarios para definirlos. Existen marcadas diferencias entre las regiones de Mesoamérica como para que sea conveniente concebirla como una sola civilización. (Williams y Weigand, 2011). Si bien todas las áreas dentro de Mesoamérica interactuaron y compartieron muchas características fundamentales, incluyendo rasgos de 44 iconografía y de organización económica, las mismas similitudes existieron en otras áreas del mundo donde hubo grupos de civilizaciones que funcionaron dentro de una ecúmene común. Como ejemplo de ello, tenemos que solamente en el occidente se entró de verdad en la era de los metales, sólo en la zona maya se desarrolló un verdadero sistema de escritura. Toda el área de Mesoamérica compartió un rasgo muy importante, fue la única que no contó con la tríada de domesticación que incluyó animales grandes. (Weigand, 2000) Este es un factor unificador a nivel macroeconómico, algo fundamental para entender las diferencias estructurales entre Mesoamérica y otros sistemas tempranos de civilización. Las regiones que Williams y Weigand (2011) sugieren, incluyen civilizaciones independientes dentro de la ecúmene mesoamericana y son: el área maya, que es tal vez el caso mejor definido; el centro de México, que incluye Cholula y Tlaxcala; Oaxaca y Chiapas, especialmente durante su historia más temprana; la costa inferior del Golfo de México, incluyendo a los olmecas y el occidente. Estas diferentes civilizaciones tienen características e historias de vida lo suficientemente diferentes como para poder ser consideradas independientes, pero participando dentro de una estructura compartida, es decir, una ecúmene. Lo anterior no le quita nada a la naturaleza, al carácter o a las dinámicas evolutivas de cada área componente o civilización dentro de esa estructura común. El liberar a los investigadores de las restricciones artificiales de ver a Mesoamérica como unidad, podría parecer a primera vista como un simple ejercicio de semántica. Sin embargo, la importancia de esta distinción --entre civilización unitaria y ecúmene-- presenta dos ventajas importantes: 1. Al ver a Mesoamérica como una ecúmene, los investigadores a nivel regional finalmente se liberan de las restricciones de un punto de vista altamente centralizado y, en última instancia, político, con un esquema interpretativo de evolución unilineal, que eventualmente trata de enfocarse 45 en el centro de México y atraer la atención hacia esta área como la principal para el desarrollo mesoamericano. Octavio Paz (1968) señaló que este punto de vista tiene un origen político y sus objetivos son claros, aunque se oscurezcan parcialmente, al justificar la continua súper centralización de la vida política, económica y cultural en la ciudad de México, a expensas del resto de la República 2. Ofrece otro conjunto de herramientas analíticas para evaluar las civilizaciones que conformaron a la ecúmene, al igual que un nuevo marco teórico, para evaluar los fenómenos integradores como la estructura de comercio, y el papel que jugó la falta de animales domésticos dentro de la zona total. De esta forma, este enfoque brinda una libertad conceptual para evaluar a cada área de acuerdo con sus propios criterios, más que con una constante referencia al centro de México, un proceso que claramente ya se está dando, incluso sin esta nueva manera de concebir a Mesoamérica. (Williams y Weigand, 2011). Desde hace mucho tiempo el enfoque del "área cultural" ha sido inadecuado para evaluar a Mesoamérica. La insistencia política de una civilización unitaria o única cada vez es más un ejercicio dogmático. Por su propia naturaleza, las civilizaciones son fenómenos regionales, y Mesoamérica simplemente es demasiado diversa, desde el ámbito cultural; demasiado grande desde el punto de vista de la geografía; y demasiado diferenciada socialmente, como para considerarse como cualquier otra cosa que no sea una ecúmene. (Williams y Weigand, 2011). El análisis de Mesoamérica como una ecúmene conformada por un grupo de distintas civilizaciones, no ha sido una prioridad hasta ahora. El tema de la identidad nacional, que se confunde con la súper centralización de la vida cultural en el centro de México, no debería ser una barrera para estudiarla como una ecúmene, ya que el mundo prehispánico no respondió a esos criterios, ni debería caracterizarse por ellos. Se puede considerar un hecho desafortunado que exista 46 tal súper centralización, pues limita a los investigadores para realizar comparaciones entre distintas áreas presentes a nivel mundial, incluyendo a Mesoamérica. El modelo de Williams y Weigand (2011) puede plantearse de la siguiente manera: No es conveniente ver a Mesoamérica como un área cultural, según ellos, es mejor tratarla como una ecúmene, es decir, un conjunto de civilizaciones interrelacionadas entre sí. También proponen seis civilizaciones presentes en lo que se ha llamado Mesoamérica. 1) El área maya. 2) El centro de México. 3) Oaxaca. 4) Chiapas. 5) La costa inferior del Golfo de México. 6) El occidente. Williams y Weigand (2011) argumentan que existen dos principales problemas al momento de tratar a Mesoamérica como área cultural; el primero es que es muy lineal temporalmente, es decir, existe una especie de estafeta del poder que pasa de los olmecas a Teotihuacán, de Teotihuacán a Tula, y de Tula a México Tenochtitlan. Todos los pueblos y culturas que salen de este eje del poder son considerados marginales o receptores secundarios de la alta cultura, que casi siempre irradia del centro de México. El segundo problema radica en que el concepto de Mesoamérica ha sido retomado por el Estado mexicano, para legitimarse en un pasado pre-hispánico glorioso. Toda la museografía, los planes y programas de estudio y hasta la ideología política, ven a Mesoamérica como una civilización homogénea, esto tiene como consecuencia que los investigadores que estudian el pasado prehispánico tengan que adherirse al modelo mesoamericanista, debido a que es 47 el único que tiene valor de legitimidad ante el estado. Éste es el que finalmente otorga los recursos para las investigaciones, por lo que sería muy difícil para un investigador o un grupo de estudiosos no reconocer el modelo de Mesoamérica como área cultural. 48 CAPÍTULO 2. Teoría de Sistemas En este capítulo se presenta un panorama general de los aspectos más importantes de la TGS para retomar avances teóricos que se han desarrollado en su interior y que se considera pueden resultar de gran ayuda para hacer un análisis comparativo de tres modelos distintos de Mesoamérica. Empecemos por definir qué es un sistema, es un todo que no puede dividirse en partes independientes y además es un conjunto de dos o más elementos en donde cada uno tiene un efecto en el comportamiento del todo. Además, el comportamiento de los elementos y sus efectos sobre el todo son independientes. Por otro lado, de cualquier manera que se formen subgrupos de los elementos, cada uno tiene un efecto sobre el comportamiento del todo y ninguno tiene un efecto independiente sobre él. Un sistema es, por consiguiente, un todo que no puede dividirse en partes independientes. A partir de esto, se derivan dos de sus propiedades más importantes, cada elemento de un sistema tiene propiedades que pierde cuando se separa del sistema, y todo sistema posee algunas propiedades –las esenciales– que ninguna de sus partes tiene. (Ackoff, 1995). Seleccionamos este concepto de sistema porque describe de manera óptima y general los aspectos que distintas disciplinas se han planteado y que tienen cohesión cuando son vistos por los ojos de la Teoría General de los Sistemas, pero, ¿qué es la TGS? Si bien cada disciplina científica que aborda su objeto de estudio con enfoque de sistemas llegó por sí sola a las conclusiones arriba señaladas, es evidente que las problemáticas generales son comunes a todas, es por eso que Ludwing von Bertalanffy toma la iniciativa de cohesionar los esfuerzos de distintas disciplinas científicas y propone la Teoría General de Sistemas (TGS). 49 2.1 La Teoría General de los Sistemas Ludwing von Bertalanffy inaugura y le da cohesión a la revolucionaria Teoría General de los Sistemas, que tiende a buscar la unidad de la ciencia, está enmarcada en un programa sistémico y se basa en la premisa de que existen conceptos comunes a las diversas disciplinas científicas, los cuales son: la teleología, la organización, y el énfasis en las relaciones entre las partes. Los programas científicos basados en la antigua forma de hacer ciencia se han vuelto insuficientes en muchas ramas del saber humano, por lo que la TGS propone la suma de esfuerzos para alcanzar un significativo avance científico. En 1968, Von Bertalanffy escribe su obra clásica Teoría General de los Sistemas, este libro es un intento por organizar de un nuevo modo las tendencias que existen en diferentes ramas de la ciencia y que aparentemente se encontraban desvinculadas entre sí. A pesar de que han surgido problemas y concepciones similares en diversos campos científicos, este paralelismo de principios cognoscitivos generales (o isomorfismo) en diferentes áreas es aún más impresionante cuando se tiene en cuenta que se presenta en espacios científicos separados casi sin indagación. Básicamente, son tres los conceptos primordiales a los que diferentes ramas de la ciencia ponen especial atención de modo paralelo o isomorfo. El primero es la teleología, que se entiende como el fin o el propósito que alguna parte del universo tiene, ya sea el hombre, un astro, un animal o una planta. Estos aspectos teleológicos fueron relegados fuera del área de influencia de la ciencia y se les catalogó como algo metafísico, por tener poca coherencia en el universo mecanicista. El segundo concepto es el holismo, el cual se entiende como la integración en el todo, donde las partes están en el todo y el todo en las partes; es decir, el universo está integrado. 50 Y el tercero, es que se evidenció la importancia de poner más atención a las relaciones que se establecían entre los elementos del universo y se dejó de ver a los elementos o las cosas concretas, como la base fundamental del entramado de la realidad. Los conceptos arriba mencionados estaban ya en el aire desde fines del siglo XIX, las diferentes ramas de la ciencia se tropezaban a cada momento con ellos, pero no es hasta su integración cuando se agrega un elemento conceptual más, la organización, con el cual se les da cohesión y se inicia así un nuevo programa científico. De dichas consideraciones, se adelanta una nueva disciplina que tratará sobre los sistemas, y uno de sus objetivos principales es la formulación y derivación de aquellos principios que son válidos para los sistemas en general. Planteando de manera diferente todo lo anterior, hallaremos que existen modelos, principios y leyes que se aplican a sistemas generalizados, sin importar su género, elementos y fuerzas participantes. Es así como conceptos, modelos y leyes parecidas surgen de manera distinta una y otra vez en campos muy diversos, independientemente, y fundándose en hechos del todo distintos. En muchas ocasiones fueron descubiertos principios idénticos, porque quienes trabajan en un territorio particular de la ciencia no se percataban de que la estructura teórica requerida estaba ya muy adelantada en algún otro campo. La TGS concentrará mucha de su atención en el afán de evitar esa inútil repetición de esfuerzos. Se diría, entonces, que una teoría general de los sistemas sería un instrumento útil al dar, por una parte, modelos utilizables y transferibles entre diferentes campos y evitar, por otra, vagas analogías que a menudo han perjudicado el progreso en dichos campos. 51 Conceptos como los de organización, totalidad, directividad, teleología y diferenciación, son ajenos al tratamiento clásico de la ciencia; sin embargo, la TGS es capaz, en principio, de dar mejores definiciones de semejantes conceptos, y en casos apropiados, de someterlos a análisis cuantitativo. Por otro lado, existe la objeción que hace hincapié en el peligro de que la TGS desemboque en analogías sin sentido. Este riesgo, en efecto, existe. El isomorfismo al que nos referimos en párrafos anteriores, más que mera analogía, significa que en ciertos aspectos es posible obtener abstracciones y modelos conceptuales coincidentes de fenómenos en diferentes disciplinas. La importancia de poner énfasis en el isomorfismo se pone de realce, de hecho, antes de que Bertalanffy publique su obra, la llamada Sociedad para la Investigación General de Sistemas, que fue organizada en 1954 para impulsar el desarrollo de sistemas teóricos aplicables a más de uno de los compartimentos tradicionales del conocimiento, y sus principales funciones son: 1) Investigar el isomorfismo de conceptos, leyes y modelos en varios campos, y fomentar provechosas transferencias de un campo a otro. 2) Estimular el desarrollo de modelos teóricos adecuados en los campos que carecen de ellos. 3) Minimizar la repetición de esfuerzo teórico en diferentes campos. 4) Promover la unidad de la ciencia, mejorando la comunicación entre especialistas. (Bertalanffy, 1968, p. 14). Bertalanffy retoma estos puntos para señalar que la (TGS) tiene como objetivo final, además de la mejor comprensión del mundo, la integración de la ciencia a través de la suma de esfuerzos y para lograrlo, hay que establecer vínculos teóricos entre disciplinas distantes para que se logre dicha integración. 52 Asimismo, asegura que en varias ramas de la ciencia emergieron (a mediados del siglo XX) formas de concebir la realidad y puntos de vista generales semejantes. En tanto que antes la ciencia trataba de explicar los fenómenos observables, reduciéndolos al juego de unidades básicas investigables, independientemente una de otra, en la ciencia moderna se hacen presentes actitudes que se ocupan de lo que un tanto nebulosamente se llama “totalidad”, es decir, problemas de organización, fenómenos no descomponibles en acontecimientos locales, interacciones dinámicas manifiestas en la diferencia de conducta de partes aisladas o en una configuración superior, etcétera; en otras palabras, sistemas de varios órdenes, no comprensibles por investigación de sus respectivas partes aisladas. Concepciones y problemas de tal naturaleza han aparecido en todos los campos de la ciencia, no obstando que el objeto de estudio sea materia sin vida, organismos vivientes o fenómenos sociales. Esta correspondencia llama más la atención, en vista de que cada rama de la ciencia siguió su curso independiente, casi sin conectarse con las otras, y basándose todas en hechos diferentes y concepciones epistémicas contradictorias. Esto denuncia un cambio general en la actitud y las concepciones científicas. “No sólo parecen aspectos y puntos de vista generales en diferentes ciencias, con frecuencia hallamos leyes formalmente idénticas o isomorfas en distintos campos. En muchos casos, leyes isomorfas valen para determinadas clases o subclases de sistemas, sin importar la naturaleza de las entidades envueltas. Parece que existen leyes generales de sistemas aplicables a cualquier sistema de determinado tipo, sin importar las propiedades particulares del sistema ni de los elementos participantes. Estas consideraciones conducen a proponer una nueva disciplina científica, que llamamos Teoría General de los Sistemas. Su tema es la formulación de principios válidos para `sistemas´ en general, sea cual fuere 53 la naturaleza de sus elementos componentes y las relaciones o fuerzas reinantes entre ellos.” (Bertalanffy, 1968, p. 35). De este modo, se puede decir que la TGS es un enfoque teórico general orientado al tratamiento de la totalidad, concepto tenido hasta hace poco por vago y semimetafísico. Podría decirse que es un enfoque lógico-matemático, puramente formal en sí mismo, pero aplicable a las varias ciencias empíricas. Para las ciencias que se ocupan de alguna “totalidad organizada”, tendría una significación parecida a la que disfrutó la teoría de la probabilidad para ciencias que se les ve con “acontecimientos aleatorios”. Esto pone de manifiesto las metas principales de la teoría general de los sistemas: (1) Hay una tendencia general hacia la integración en las varias ciencias naturales y sociales. (2) Tal integración parece girar en torno a una teoría general de los sistemas. (3) Tal teoría pudiera ser un recurso importante para buscar una teoría exacta en los campos no físicos de la ciencia. (4) Al elaborar principios unificadores que corren verticalmente por el universo de las ciencias, esta teoría nos acerca a la meta de la unidad de la ciencia. (5) Esto puede conducir a una integración, que hace mucha falta, en la instrucción científica. (Bertalanfy, 1968, p. 36). Además, añade una oportuna observación sobre los orígenes del nombre que se le puso al enfoque teórico constituido por estas metas. “El nombre y el programa de una teoría general de los sistemas los introdujo quien esto escribe hace ya años. Resultó, sin embargo, que no pocos investigadores de varios campos habían llegado a conclusiones y 54 enfoques similares. Se propone, pues, conservar el nombre, que va imponiéndose en el uso general, aunque fuera sólo como rótulo conveniente. De buenas a primeras, da la impresión de que la definición de sistemas como conjuntos de elementos en interacción fuera tan general y vaga, que no hubiera gran cosa que aprender de ella. No es así. Por ejemplo, pueden definirse sistemas merced a ciertas familias de ecuaciones diferenciales, y si, como es costumbre en el razonamiento matemático, se introducen condiciones más específicas, aparecen muchas propiedades importantes de los sistemas en general y de casos más especiales.” (Bertalanffy, 1968, p. 36). Así es como Bertalanffy, a finales de los años sesenta, inaugura el enfoque de la Teoría General de los Sistemas (TGS) y pone énfasis en el isomorfismo, es decir, en los caminos paralelos que cada ciencia ha recorrido para llegar al punto de construir un modelo de sistemas en su disciplina. Se hizo necesario, entonces, un enfoque de sistemas. Dado un determinado objetivo, encontrar caminos o medios para alcanzarlo requiere que el especialista en sistemas (o el equipo de especialistas) considere soluciones posibles y elija las que prometen optimización, con máxima eficiencia y mínimo costo en una red de interacciones tremendamente compleja. 2.2 La cibernética La TGS puede entenderse mejor, planteando que la realidad está conformada por elementos y funciones, entendiendo a estas últimas como las relaciones que existen entre los primeros. Concebimos a los elementos como las partes que constituyen a un todo o a un sistema, pero esas partes no pueden entenderse por separado; por otro lado, las funciones son las relaciones que dan coherencia y estructura a los elementos que conforman el todo sistémico y no pueden aislarse tampoco separadamente; por lo tanto, elemento y función están íntimamente ligados. 55 La mejor forma que hoy en día tenemos para comprender las funciones o relaciones entre los elementos de un sistema o totalidad es un aporte de la cibernética, ya que ésta trata a las funciones como mensajes e información y tiene como objetivo comprender a los mensajes para posteriormente controlarlos, es por eso que la cibernética se inscribe dentro de las aportaciones de la TGS. Es por lo anterior que el desarrollo de la cibernética es de suma importancia para el desenvolvimiento y aplicación del enfoque de sistemas, porque hace un tratamiento de la información como nunca antes se había visto. Hace abordable uno de los pilares de la teoría de sistemas, cambiar el énfasis en las cosas concretas en sí, y poner en el centro a las relaciones que hay entre las partes o elementos del mundo. El enfoque de sistemas retoma a la cibernética como el estudio de los mensajes para comprender las relaciones entre las partes de los sistemas, en otras palabras, la cibernética postula que cualquier relación entre un elemento y otro de un sistema, es información y este enfoque puede ser trasladado a cualquier otra rama de la ciencia, de ahí su importancia. La cibernética surgió como una ciencia destinada a establecer relaciones entre las diversas ramas científicas, en el sentido de llenar los espacios vacíos interdisciplinarios no investigados por ninguna de ellas, como también para permitir que cada disciplina científica utilice para su desarrollo los conocimientos de las demás. Norbert Wiener es considerado el fundador de la cibernética, alrededor de 1943 comenzó a desarrollar una ciencia interdisciplinaria, es decir, una ciencia de conexión entre las demás, y aún como una ciencia directiva (kibernytikys guía, piloto) de las otras ciencias. Se podría afirmar que la cibernética nació en la Universidad de Princeton, en la 56 Unión Americana, cuando el matemático Norbert Wiener discutía con un grupo de diferentes científicos, médicos, ingenieros, sobre problemas de retroalimentación en la elaboración de informaciones. Wiener publicó luego los resultados de esta discusión en 1948 en un libro, al que dio como título: Cibernética o la regulación y transmisión de mensajes en seres vivos y en máquinas. (Wiener, 1948). La cibernética se constituyó en un campo de comunicación y control. Inicialmente, esta disciplina restringió sus aplicaciones al estudio de máquinas de comportamiento autorregulable, semejante a comportamientos del hombre o del animal (robot, computadoras electrónicas, radar, piloto automático de los aviones, etcétera), para los que resultaban necesarios los conocimientos obtenidos en diversas ciencias. Posteriormente, las aplicaciones de la cibernética se trasladaron de la ingeniería a la biología, medicina, psicología, administración y esperamos que a las ciencias sociales. Es importante que tomemos en cuenta que la cibernética nace como el estudio de los mensajes como medio para manejar, operar o dirigir aparatos o grupos humanos. Esta teoría más amplia de los mensajes, es probabilística y parte intrínseca de aquella corriente que debe su origen a Willard Gibbs. “Me vi obligado a inventarla. De ahí la cibernética, deriva de la voz griega kubernetes o timonel, la misma raíz de la cual los pueblos de occidente han formado gobiernos y sus derivados. “Publiqué en 1950 la primera edición de Cibernética y sociedad. Desde entonces, el tema, que consistía en esa época en unas pocas ideas compartidas por los doctores Claude Shannon, Warren Weaver y yo, se ha convertido en un campo permanente de investigación.” (Wiener, 1950, p. 27). 57 Una de las tesis principales de Wiener consiste en que sólo puede entenderse la sociedad mediante el estudio de los mensajes y de las facilidades de comunicación de que ella dispone y además que en el futuro desempeñarán un papel cada vez más preponderante los mensajes cursados entre hombres y máquinas, entre máquinas y hombres, y entre máquina y máquina. Cuando se le da una orden a una máquina, la situación no difiere esencialmente de la que se produce cuando se le manda algo a una persona. En otras palabras, en lo que respecta a la cibernética, se percibe la emisión de la orden y los signos de asentimiento que vuelven. Para Wiener, personalmente, que la señal en sus etapas intermediarias haya pasado por una máquina o por una persona carece de importancia y de ninguna manera cambia esencialmente la relación con la señal. Así, la teoría de la regulación en ingeniería, sea humana, animal o mecánica, es un capítulo de la teoría de los mensajes. Es propósito de la cibernética desarrollar una lengua y unas técnicas que nos permita, no sólo encarar los problemas más generales de comunicación y regulación, sino además establecer un repertorio adecuado de ideas y métodos para clasificar sus manifestaciones particulares por conceptos. Lo anterior es una gran aportación al enfoque de sistemas, ya que de este modo la cibernética se convierte en su lengua madre. “Vivir de manera efectiva significa poseer la información adecuada. Así, pues, la comunicación y la regulación constituyen la esencia de la vida interior del hombre, tanto como de su vida social.” (Wiener, 1950, p. 19). El enfoque de sistemas retoma a la cibernética y utilizando conceptos de su cuño como información, entropía y manejo de mensajes, la convierte en su lengua madre. El gran aporte de la cibernética a la TGS es la informática y el tratamiento 58 de los mensajes como análogos a las funciones o relaciones entre los elementos de un sistema. Una vez que la cibernética hace un tratamiento adecuado de las relaciones entre los elementos de un sistema, hace falta clasificarlos y diferenciarlos, ya que existen varios tipos, pero este logro no se le debe a la ciencia del control de los mensajes sino a la administración y específicamente a Ackoff, quien plantea un enfoque de sistemas en administración, el cual clasifica de modo adecuado las variedades de sistemas que existen. 2.3 Tipos de sistemas en administración Ackoff es coautor de uno de los primeros libros sobre investigación de operaciones. Sin embargo, posteriormente se convirtió en un importante crítico de esta disciplina y orientó sus intereses al enfoque sistémico y organizacional. En 1972 escribió un libro con Frederick Emery, el que resulta fundamental para analizar las relaciones entre el pensamiento sistémico y el comportamiento humano. Esta obra es un elemento básico para el estudio de los sistemas con propósitos. Para 1974, publicó otra obra donde integra una gran cantidad de los conceptos e ideas fundamentales sobre los sistemas. Ackoff fue un impulsor de los conceptos de planeación idealizada y de formas de organización y administración basadas en la teoría de sistemas, considerando los aspectos sociales, culturales y psicológicos. Sus aportaciones se incluyen en 31 libros, de los que fue autor o coautor, y en más de 150 artículos publicados en diversas revistas especializadas. La importancia de Ackoff en el enfoque sistémico es la clasificación y caracterización que hace de los diversos tipos de sistemas. 59 Para Ackoff, un sistema es un todo que no puede dividirse en partes independientes y además es un conjunto de dos o más elementos que satisface las tres condiciones siguientes: 1. El comportamiento de cada elemento tiene un efecto en el comportamiento del todo. 2. El comportamiento de los elementos y sus efectos sobre el todo son independientes. 3. De cualquier manera que se formen subgrupos de los elementos, cada uno tiene un efecto sobre el comportamiento del todo y ninguno tiene un efecto independiente sobre él. “Un sistema es por consiguiente un todo que no puede dividirse en partes independientes. A partir de esto, se derivan dos de sus propiedades más importantes, cada parte de un sistema tiene propiedades que pierde cuando se separa del sistema, y todo sistema posee algunas propiedades –las esenciales– que ninguna de sus partes tiene.” (Ackoff, 1995, p. 16). Existen diferentes clases de sistemas y diferentes formas de representarlos y modelarlos. Hay tres tipos básicos de sistemas y modelos de ellos, y un metasistema, aquel que contiene a los tres tipos como partes de él. 1) Deterministas. Los sistemas y modelos en los que ninguna de las partes ni el todo son intencionados. 2) Animados. Los sistemas y modelos donde el todo es intencionado, pero las partes no. 3) Sociales. Los sistemas y modelos en los que tanto las partes como el todo son intencionados. 4) Los tres tipos de sistemas se encuentran contenidos en sistemas ecológicos, algunas de cuyas partes son intencionadas pero el todo no. 60 Los sistemas que no tienen intencionalidad y cuyas partes tampoco las tienen, son sistemas cuyo comportamiento está determinado, sirven a finalidades de entidades externas a ellos. Tienen una función, servir a las finalidades de la entidad externa, carecen de finalidades por sí mismos pero sirven a los propósitos de sus productores y usuarios. Ni ellas ni sus partes pueden manifestar elección, ni ellas ni sus partes tienen finalidades por sí mismas. Los sistemas animados tienen finalidades por sí mismos, pero no sus partes. Los sistemas animados están vivos, la elección es necesaria para la intencionalidad, de esta definición de vida se infiere que los sistemas sociales y los ecológicos también son sistemas vivos, por ejemplo, los órganos de un cuerpo tienen funciones pero no finalidades por sí mismas. Los sistemas sociales, como por ejemplo las corporaciones, las universidades y las sociedades, tienen finalidades por sí mismos, contienen partes que tienen finalidades por sí mismos, y por lo general son partes de sistemas sociales más grandes, que contienen otros sistemas sociales, como las corporaciones y naciones. Los sistemas ecológicos contienen sistemas mecanicistas, organicistas y sociales que interactúan entre sí, pero que a diferencia de los sistemas sociales, no tienen ninguna finalidad por sí mismos. Sin embargo, cumplen los propósitos de los organismos y sistemas sociales que constituyen sus partes y proporcionan los insumos necesarios para lo sobrevivencia de los sistemas biológicos no animados que contienen, su función es proporcionar este servicio y apoyo. Los sistemas ecológicos, al igual que los animados y sociales, también tienen vida propia, porque son capaces de mantener su unidad y totalidad, al tiempo 61 que de modo continuo o periódico sus componentes se desmontan y se reedifican, se crean y mueren en gran número, se reproducen y se consumen. Habiendo descrito la clasificación de los modelos de sistemas, sólo resta decir que la efectividad de cualquier modelo utilizado para describir y entender el comportamiento de un sistema particular como un todo, depende del grado de precisión con el que ese modelo representa ese sistema. La magnitud del daño infligido por el uso de un modelo que no es del mismo tipo que el sistema modelado, depende del nivel del desarrollo del sistema en cuestión. Hasta aquí hemos señalado la estructura básica de la TGS, la importancia de la cibernética en dicho enfoque y la clasificación de los tipos de sistemas que hace Ackoff. Con esto, creemos que es suficiente para comprender cabalmente la TGS, no obstante somos conscientes que dejamos fuera muchos aspectos también importantes. 2.4 La no linealidad y sistemas complejos La TGS funciona muy bien cuando es aplicada a sistemas donde existen relaciones lineales y factores unicausales en la realidad que se quiere estudiar, como por ejemplo, los componentes de una máquina o en la retroalimentación de algún aparato (termostato); pero surgen algunas complicaciones cuando se trata de estudiar sistemas con relaciones no lineales ni unívocas, cuando hay sistemas dentro de sistemas y cuando la complejidad es muy alta, el advenimiento de este tipo de cuestiones obligó a científicos que utilizan la TGS a esforzarse y buscar adecuaciones que den tratamiento cabal a las problemáticas que suscitan las problemáticas ya señaladas, estas adecuaciones se condensan en un mejorado enfoque de sistemas que se llama “sistemas complejos”. 62 El enfoque de los sistemas complejos es un desarrollo teórico subsecuente a la teoría general de los sistemas y en él se tiene en cuenta que: “El sistema complejo siempre es una construcción del sujeto. En este sentido retenemos el concepto de las propiedades de un sistema diferente de las de sus partes, en tanto construcciones de un investigador empeñado en explicar la realidad y colocado ante la necesidad de descomponer para conocer.” (Duval, 1999, p. 64). Con esto se quiere decir que los sistemas complejos son un instrumento conceptual para demarcar la realidad que estudiaremos y el tipo de modelo de sistema que el investigador use para mejor entender o manipular una parte de la realidad estará dado de modo “arbitrario”, entiéndase por arbitrario que el investigador toma el papel de árbitro tal como se hace en un partido de futbol, como mediador entre el modelo y la realidad. El modelador de un sistema complejo sabe que dicho sistema no existe, en la realidad ha comprendido que los sistemas y modelos son instrumentos abstractos. Por otro lado, siguiendo el trabajo de Figueroa (2008), podemos mencionar lo siguiente: “En una forma sencilla, los sistemas complejos pueden describirse como una clase de problemas en donde: a) la cantidad de variables en interacción sea muy grande; b) la interacción de variables sea poca pero, desde el punto de vista matemático o físico, el tipo de interacciones sean no-lineales y, a pesar de su extremada sencillez, no los podamos resolver con nuestros actuales procedimientos matemáticos o teóricos, y c) el conocimiento de las partes de un fenómeno no sea suficiente para conocer y explicar su comportamiento al integrarse como un todo. Lo más importante es que esta clase de fenómenos se repiten en muy diferentes áreas y disciplinas que al estar fuertemente influenciadas por el 63 reduccionismo, el atomismo o la búsqueda de modelos matemáticos — muy difíciles de construir— se han convertido en un nuevo esquema interpretativo: el de los sistemas complejos.” (Figueroa, 2008, p. 7). Para ser más claros, enunciaremos ejemplos generales de sistemas complejos, a. El funcionamiento global del cerebro. b. El problema de la contaminación en las ciudades. c. El problema de la predicción del clima a largo plazo. d. Los ecosistemas en proceso de desequilibrio (como son zonas especiales en las selvas tropicales y/o en las islas, en donde se crean hábitats especiales o diferentes, etcétera). e. El que nosotros trabajaremos en el Capítulo 4 de esta obra, el tratamiento de Mesoamérica visto como sistema. Es interesante notar que este cambio conceptual en las formas de ver los problemas ha surgido, en su mayoría, de ciertas áreas de las ciencias sociales y de la biología y no —como se acostumbra tradicionalmente— de las ciencias naturales, que guiaban a los paradigmas de las disciplinas de investigación. Lo más interesante de esta situación, es que posiblemente es en la física en la que el impacto de la idea de sistemas complejos se ha entendido más y posiblemente, en donde esté más clara la necesidad de formas y aproximaciones diferentes de investigación y conceptualización. Es otro intento de tipo integrador de la ciencia que hereda esta tendencia de la teoría general de los sistemas. Pudiera ser que a esta idea del estudio de lo complejo le suceda lo mismo que a otros intentos integradores; sin embargo, algunos triunfos teóricos y sistemas explicativos particulares, desarrollados desde esta perspectiva, nos dan una clara indicación de su potencialidad. 64 En la actualidad podemos distinguir algunas ideas y eventos precursores de esta perspectiva. Uno de ellos es que dentro de las ciencias naturales, las limitaciones del atomismo son uno de los puntos importantes que inician la búsqueda de perspectivas diferentes. Un segundo momento muy especial —que tuvo mucho efecto y se discutió a nivel mundial— fue la aplicación de la computación moderna al estudio de los sistemas dinámicos, en particular con los trabajos de J. Forrester, a mediados de la década de los sesenta, cuando demostró la posibilidad de estudiar y predecir fenómenos sociales de manera muy precisa. Parte de este esfuerzo, muy comentado, es lo que se conoce como Club de Roma, el cual apoyó el estudio de grandes sociedades y la predicción específica de lo que iba a suceder con la interacción de ciertas variables como contaminación, crecimiento de población, cantidad de tierra cultivada, desechos industriales, agricultura, procesos de industrialización, etcétera. Estos trabajos tan importantes en los sesenta y principios de los setenta, de la creación de “modelos de mundo” (world models), si bien en principio se vieron sus limitaciones (por la dificultad para construir los modelos matemáticos y para resolverlos numéricamente), hoy en día, después de 30 años que se desarrollaron y que tuvieron mucho impacto social, se puede mostrar que “tenían razón”, en especial en la predicción de los problemas de industrialización y, por ende, la producción de altos niveles de contaminación. Si bien este tipo de trabajo dio inicio en las ciencias sociales, muy pronto se comenzó a aplicar a otro tipo de fenómenos (como los sistemas biológicos, entre otros) en donde se conocían los principios generales del sistema en estudio y se podía tener una cantidad sustancial de importantes mediciones, pero no se tenían las herramientas teóricas y metodológicas para intentar hacer predicciones específicas. “A esta época se le conoce como `los alegres sesenta en las ciencias predictivas´, en la cual se pensaba que se estaba muy cerca de poder 65 estudiar fenómenos con una gran cantidad de variables, interactuando y lograr predicciones numéricas precisas, posteriormente comentaremos cuál fue la razón y por qué esta época tuvo muchas limitaciones.” (Figueroa, 2008, p. 8). En una siguiente época —ya más reciente—, se originó en una serie de estudios cuyo extraordinario efecto se ha visto en la actualidad. Estos eventos tienen que ver con los llamados “problemas de ecología ambiental”, especialmente de contaminación en sus diversas formas. Dos eventos aislados dieron origen a estos problemas: la contaminación del mar Mediterráneo y del Río Rhin (a finales de los cincuenta), así como algunos casos viejos de desaparición de especies o de una sustancial reducción de las mismas. En estos problemas fue muy difícil entender y demostrar que las causas eran muchas y que las soluciones eran muy difíciles (y en algunos casos, como en el ejemplo de la contaminación del Río Rhin y del Mediterráneo, parte de la solución sólo se podía lograr con el paro total de algunas industrias europeas muy importantes). Si bien, los casos con muchas variables en interacción se conocen en ciencia, estos problemas de contaminación fueron los primeros grandes ejemplos con un efecto social trascendente, en el que se vio que las soluciones no se conocían o, en algunos casos, tenían algún efecto posterior, económico, social o industrial, muy grande. Esto llevó a que se analizaran con más cuidado las paradojas de los sistemas complejos. A fines de la década de los sesenta [6] se escribió un pequeño artículo que ha tenido una extraordinaria trascendencia en la ecología y en el estudio de los problemas de la teoría de la ciencia: la paradoja de los comunes (The tragedy of the common, en la que se entiende por comunes a los bienes comunales). Este autor mostró, en forma muy clara y accesible, algo que se pensaba que sólo existía en las matemáticas: Las demostraciones de imposibilidad. Evidenció que hay una gran cantidad de problemas en la que participan humanos y bienes comunes, en los cuales 66 fundamentalmente existe una gran cantidad de contradicciones en el uso de estos bienes, además del poco entendimiento de los efectos que tiene su uso indiscriminado y las posibles soluciones para evitar un desastre. El ejemplo mencionado de contaminación de los ríos es muy claro al respecto. “Algunos descubrimientos o redescubrimientos en teoría matemática, por un lado, y en la observación de ciertos fenómenos físicos muy específicos, por el otro, se conforma la base del estudio de los sistemas complejos en la actualidad. Posiblemente, el fenómeno más importante y más conocido es el denominado efecto mariposa. Lorenz, a fines de la década de los años setenta, ocupándose en modelos de simulación de clima, en el MIT, al trabajar un modelo en una computadora con miles de datos, accidentalmente hizo un pequeño cambio en una sola cifra, y observó cómo el comportamiento del modelo y la predicción fueron totalmente diferentes. Después de estudiar repetidamente lo que había ocurrido, descubrió que pequeños cambios en las condiciones iniciales de un modelo matemático muy complejo —con muchos datos numéricos— pueden provocar cambios muy grandes.” (Figueroa, 2008, pp. 9-10). Hoy en día, se sabe que el efecto mariposa es la explicación del porqué los modelos de los alegres años sesenta no funcionaron y, además han abierto toda una nueva forma de explicación y de trabajo de los fenómenos complejos. El trabajo de Lorenz, junto con otras observaciones astronómicas y una serie de observaciones físicas (algunas muy antiguas) en el problema de “n” cuerpos en interacción, abrió una subdisciplina, el estudio del caos. Ésta consiste en una serie de técnicas para el estudio de fenómenos de los que tenemos un mejor entendimiento, ya que bajo una apariencia de comportamiento totalmente desordenado, es posible introducir una serie de herramientas matemáticas, en donde podemos encontrar formas especiales de orden. Con esto, nuestro 67 entendimiento de fenómenos que parecían totalmente azarosos cambia, en tanto que puede encontrárseles formas muy interesantes de organización interna. El descubrimiento de los fenómenos caóticos, junto con herramientas matemáticas poderosas, ha creado subdisciplinas que nos ayudan a entender fenómenos totalmente separados y diferentes, pero que pueden analizarse e interpretarse con las mismas herramientas. Así, por ejemplo, el caso de un pequeño cambio numérico nos explica, bajo ciertas condiciones, un cambio en el sistema total del clima, un pequeño cambio en la historia de un niño nos da grandes cambios en su vida adulta. Este tipo de fenómenos de pequeños cambios en las condiciones iniciales tiene una gran aplicación en muchas disciplinas. A continuación se describen los tipos de complejidad que apunta Figueroa (2008), ya que son varias las formas en que se pueden caracterizar: 1. Complejidad por cantidad de variables. Por ejemplo, el cerebro, la guerra, una galaxia, etcétera. 2. Complejidad por riqueza de interacciones. En este tipo, aparte de la cantidad de variables, las interacciones son muchas y muy diferentes. Algunos ejemplos son: el cerebro humano, los problemas de las grandes ciudades y ambientales, etcétera. 3. Complejidad por auto-organización. Existe una gran cantidad de fenómenos en donde la suma de las partes y los efectos a distancia entre las mismas no se pueden explicar, a menos que se asuma que existen propiedades de los fenómenos que sólo aparecen bajo ciertas condiciones de interacción o fenómenos colectivos. Algunos casos clásicos de auto-organización son: el fenómeno de láser en física; los fenómenos de procesamiento de información en el cerebro humano; los fenómenos de tipo colectivo en ciencias sociales; o los fenómenos de manadas en biología. Interacciones cercanas, como son la interacción 68 entre partículas, células en el corazón; interacciones remotas, como es en el cerebro. Interacciones o interacciones lejanas, como los efectos climáticos que se dan, como el fenómeno conocido como “El niño” (técnicamente conocidas como teleconexiones). Otro ejemplo de esta categoría, son los fenómenos tan complicados, como la gravedad. 4. Complejidad algorítmica. Desde un punto de vista matemático y computacional, existen fenómenos que a pesar de ser simples (con pocos elementos), su solución es sumamente difícil de lograr. A ella pertenece cierta clase de problemas matemáticos, en donde se puede demostrar que no se tiene solución analítica o que su solución requiere de cantidades extraordinarias de recursos computacionales. 5. Complejidad por construcción matemática. La complejidad algorítmica ha dado como consecuencia este tipo de complejidad, en el que las estructuras artificiales realizadas en matemáticas crean ciertos problemas de extraordinaria complejidad de análisis. Este tipo de problemas se aleja mucho de la matemática axiomática y sabemos que su solución no se puede dar por procedimientos analíticos ni por simulación en computadora, sino por la experimentación (en el sentido estricto de las ciencias naturales), como tiene que estudiarse el comportamiento de estos sistemas numéricos o matemáticos (matemática experimental). En suma, el estudio de los sistemas complejos es una aproximación o punto de vista que aún en la actualidad tiene muchos aspectos arbitrarios, pero que pueden ser de gran utilidad para entender ciertos problemas. (Figueroa, 2008, p. 12). En una forma sintetizada, este esquema interpretativo se caracteriza por el estudio de una serie de fenómenos que pueden caracterizarse como complejos por sus propiedades y funcionamiento, además de ser una serie de herramientas metodológicas y conceptuales, que pueden aplicarse a una diversidad de 69 fenómenos y condiciones de investigación. Algunas de esas herramientas son muy viejas y es su unión con la computación la que nos permite que sean útiles en la actualidad. Técnicas específicas como son: el análisis fractal (para estudios de fenómenos repetitivos), técnicas de análisis del caos (atractores, exponentes de Lyapunov, etcétera, que permiten encontrar formas de orden en sistemas supuestamente desordenados o un desorden acotado). 2.5 Sistemas-mundo, según Wallerstein Hoy existe en la Ciencia de la Historia un enfoque basado en la Teoría de Sistemas, denominado análisis de sistemas-mundo, el cual fue creado por el historiador y sociólogo norteamericano Immanuel Wallerstein. La construcción de dicha perspectiva se entiende a partir de la confluencia de cuatro aspectos teóricos que han permitido elaborar el modelo de los sistemasmundo, el primero se refiere a los conceptos de centro y periferia que devienen de la Teoría de la Dependencia, la cual argumenta que el intercambio entre los países es desigual y que hay algunas naciones que se benefician más que otras; de este modo, unas son centrales y otras periféricas. El segundo es el debate sobre los orígenes de los estados modernos que se da entre los historiadores Dobb y Sweezy a mediados del siglo pasado, el cual básicamente trata de dos posturas distintas, la primera menciona que la transición del feudalismo al capitalismo se dio muchas veces, país por país, impulsada por fenómenos internos. La segunda postura de este mismo debate asegura que dicha transición se dio solamente una vez, a consecuencia de factores externos principalmente económicos, poniendo así en tela de juicio a la unidad de análisis, en este caso el Estado. Un tercer punto es el surgimiento de la Escuela de los Anales, en Francia. Dicha institución, además de poner también en tela de juicio la unidad de análisis, crea el concepto de larga duración (tiempo estructural) y hace hincapié en los procesos cíclicos (o tendencias de mediano plazo, tales como las expansiones o contracciones de la economía mundial) dentro de las estructuras. El cuarto aspecto, es la revisión del modo asiático de producción que propone Marx. Este 70 modo de producción tiene la peculiaridad de ser alterno o paralelo al desarrollo lineal que va del comunismo primitivo al socialismo, por lo que fue relegado de la epistemología estatal de la URSS; no obstante, después de la muerte de Stalin fue retomado. (cfr. Wallerstein, 2005, pp. 13-39) A partir de las influencias arriba mencionadas, es que Wallerstein construye un enfoque teórico para desarrollar un análisis del sistema mundo moderno, el cual, arguye, se trata de una economía-mundo capitalista. La crítica más fuerte que se hace sobre la obra de Wallerstein, es que privilegia la economía, relegando de este modo los aspectos culturales y sociales, además de que su enfoque no es más que otra gran narrativa histórica. El punto de vista en la presente tesis es que esta crítica es correcta, tomando en cuenta sólo la obra historiográfica de Wallerstein, pues exclusivamente se encarga de analizar el moderno sistema histórico capitalista, en el cual el mercado y la economía son los protagonistas. Por otro lado, esta misma crítica, paradójicamente, es incorrecta, si se analizan sus escritos teóricos, ya que en ellos expone que existen sistemas históricos de tres clases: minisistemas, y sistemas-mundo de dos tipos, imperios-mundo y economías-mundo. Sólo que hoy en día, estamos viviendo en una economíamundo-capitalista, la cual es analizada por Wallerstein, no así los minisistemas ni los imperios-mundo. Existen tres formas de sistemas históricos, el primero es denominado minisistema, y es propio de las sociedades primitivas o arcaicas, por ejemplo, una tribu Yanomame, del Amazonas, en la época precolombina. A la segunda se le nombró imperio-mundo, en el que existe un aparato burocrático que recibe excedentes de la base social y lo redistribuye, abarcando dentro de sí varios grupos étnicos o culturas, es imperio-mundo, porque comprende a un mundo en sí mismo, no por 71 que incluya todo el globo, menciono como ejemplo el caso de Roma. Por último, la denominada economía-mundo, en la cual los intercambios del mercado son el motor de la organización y la economía (no las entidades políticas), dicta las reglas del juego entre las sociedades, étnica y culturalmente diversas. (cfr. Wallerstein, 2007, pp. 249-256). El punto clave de la confusión es que el análisis de sistemas históricos sólo se ha tomado para explicar el “moderno sistema mundial”, el cual es capitalista (dando así a la economía un rol central), y las pocas veces que se ha intentado hacer lo mismo con un sistema precapitalista o no capitalista, se ha fracasado, pues se toman categorías propias de una economía-mundo-capitalista para explicar relaciones dadas en los minisistemas o bien, en los imperios-mundo, tales como centro, periferia, desarrollo. En este trabajo se considera que esta perspectiva de sistemas en historia puede ser utilizada como eje de análisis, junto con la TGS, para abordar el modelo de Mesoamérica planteado por Williams y Weigand (2013). 72 CAPÍTULO. 3 Una comparación sistémica de tres modelos de Mesoamérica En este tercer capítulo se hará una revisión de los tres distintos modelos a comparar señalados en el Capítulo 1, a la luz de la Teoría General de Sistemas (TGS). En mayor medida y en menor medida, a partir del análisis de los sistemasmundo, según Wallerstein, que es paralelismo teórico de la TGS. 3.1 Modelo de Kirchhoff Como señala la TGS, para considerar a un conjunto de elementos como un sistema que deben cumplir con ciertas condiciones como son las funciones propias de cada elemento a considerar como parte del sistema y las relaciones que tengan éstos entre ellos mismos y con su entorno. Esta dicotomía es en la que se basa de manera general la TGS, pues la estructura de un sistema se establece no por la cantidad de elementos que lo componen o definen, sino por las relaciones que se mantienen entre ellos. Siguiendo en este orden de ideas, podemos comprender que pueden existir sistemas similares, en cuanto a la cantidad de elementos y objetivo (s) que buscan alcanzar, pero radicalmente distintos respecto a su condición de relaciones y funciones de cada elemento; en otras palabras, a las relaciones que se tejen entre las partes que lo conforman. Es relevante hacer la siguiente acotación en cuanto a los términos relación y función, el término función en este trabajo se utiliza como el objetivo que debe alcanzar o realizar cada uno de los elementos que componen al sistema, y para que se pueda alcanzar ese objetivo, depende de otros factores externos al propio elemento. Por anterior, tomando el concepto matemático de función y adecuándolo al trabajo de esta tesis, se puede decir que el objetivo a alcanzar sería la variable dependiente mientras que los factores de los que depende el resultado, se interpretan como la o las variables independientes. 73 En cuanto a las relaciones, se entienden en esta tesis como la conexión, vinculación o comunicación existente entre los elementos del sistema. Finalmente, podemos decir que toda función es una relación, pero no toda relación es una función. Con base en lo anterior y entrando de lleno a lo planteado por Paul Kirchhoff, éste legó al mesoamericanismo un listado de elementos que han sido aceptados y siguen reproduciéndose hasta la actualidad. No obstante, el punto del debate no está en la aceptación o no de dicho listado, sino en las funciones que se generan cuando éstos son relacionados entre sí. Los rasgos culturales que plantea Kirchhoff se encuentran contenidos en cinco grandes elementos, los cuales, a su vez, son desglosados en sus componentes, ver Tabla 4. Tabla 4. Agrupamiento de los distintos componentes en cinco elementos ELEMENTOS COMPONENTES Sacrificio humano. Canibalismo. Confesión. Clanes tipo capulli-ayllú. Sacar el corazón a hombres vivos. Rociar u santuario con sangre. Juego con pelota de hule. Cultivo. Cultivo en mano de los varones. Metalurgia. Mercados. Molienda de maíz cocido con ceniza y cal. Pulimento de la obsidiana. 74 Costumbres Escritura jeroglífica. Signos para números con valor. posicional. Códices, anales históricos y mapas. Año de 18 meses con 20 días más cinco adicionales. Periodo de 260 días. Combinación de los periodos. anteriores, formando un ciclo de 52 años. Fiestas al final de ciertos periodos. Días de buen o mal agüero. Personas llamadas según el día de su natalicio. Uso ritual de papel y hule. Sacrificio de codornices. Autosacrificio. Juego del volador. El 13 como número ritual. Una serie de deidades como Tláloc. Conceptos de varios ultramundos y de un viaje difícil para ellos. Beber el agua en que se bañó al pariente muerto. Mercados especializados o subdivididos, según especialidades. Mercaderes que son a la vez espías (pochtecatl). Órdenes militares. Guerras para conseguir víctimas de 75 sacrificio (Guerras floridas). Cerbatanas. Cerámica. Sandalias con talones. Balsas de calabazas. Escudos entretejidos. Picas. Aventador de cestería. Comal. Tambor de madera con lengüetas. Objetos Trofeos de cabeza. Balas de barro para cerbatanas. Bastón plantador (coa). Bezotes u otras chucherías de barro. Espejos de pirita. Tubos de cobre para horadar orejas. Tejidos decorados con pelo de conejo. Espadas de madera con hojas de pedernal u obsidiana. Corseletes estofados de algodón. Escudos con dos manijas. Turbantes. Vestidos completos de una pieza para guerreros. Maíz. Frijol. Calabaza. Algodón. Yuca dulce. 76 Chile. Productos vegetales Piña. Aguacate. Papaya. Zapote. Ciruelas. Chía. Maguey. Cacao. Calzadas empedradas. Construcciones de piedra o barro. Terrazas para cultivo. Puentes colgantes. Horno subterráneo. Construcciones Baño de vapor. Huertas, ganando terreno a los lagos. Pirámides escalonadas. Pisos de estuco. Patios con anillos para el juego de pelota. Animales Perro mudo cebado. Pato. Fuente; Elaboración propia Ahora bien, aplicando los conceptos de sistemas, el contenido de la Tabla 4, es representado como se muestra en la Figura 1. 77 Figura 1. Los óvalos representan los elementos comunes a Mesoamérica y las flechas, las relaciones entre los elementos que otros investigadores llevaran a cabo. . Figura 1: Representación esquemática del sistema. Fuente: Elaboración propia En la Figura 1, las esferas representan los elementos que conforman el sistema y sus funciones no son señaladas por Kirchhoff, su gran aportación consiste únicamente en enunciar una lista de elementos propia del área cultural, Mientras que las líneas y las flechas representan las relaciones que los investigadores posteriores señalados en la Tabla 2 del Capítulo 1 aportaron al modelo kichhoffiano. 78 Kirchhoff en su modelo no establece relaciones entre los elementos y no tiene por qué hacerlo. Recordemos que el punto principal en la delimitación de un área cultural es la clasificación de elementos culturales en un área geográfica dada, dichos elementos pueden ser artefactos, costumbres, ideas y lenguas. Para hacer la delimitación del área cultural nombrada Mesoamérica, Paul Kirchhoff emplea un método comparativo con otras regiones del continente americano; Chibcha, Amazonas, Andes y Norteamérica, donde elabora una tabla de presencia-ausencia de elementos entre Mesoamérica y las demás regiones, reproducida en el primer capítulo de este trabajo. Tabla 3. El modelo de Kirchhoff no tiene profundidad histórica y él mismo lo hace evidente al decir que espera que otros tomen la tarea de mejorarlo, ya que es meramente sincrónico para el momento del contacto con los primeros europeos que arribaron a esta región; no obstante, lo repetimos una vez más: su gran logro es la delimitación de un área cultural. “Concebí este estudio como el primero de una serie de investigaciones que tratarán sucesivamente de estos problemas, anticipando que la mayor parte de esta tarea deberían tomarla otros a su cargo. En esta esperanza quedé defraudado, pues mientras que muchos han aceptado el concepto `Mesoamérica´, ninguno, que yo sepa, lo ha hecho objeto de una crítica constructiva o lo ha aplicado o desarrollado sistemáticamente. Ahora, la iniciativa de los estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia de volver a publicar este trabajo, me hace abrigar nuevamente la esperanza de que sea un investigador joven el que siga por el camino que yo señalé hace años.” (Kirchhoff, 1943, p. 1). Ya tocó a otros, como vimos en el Capítulo 1, darle profundidad histórica a Mesoamérica y dividirla en subáreas (Jiménez Moreno, Kroeber, Palerm) la 79 cronología más aceptada es la que aparece en la Tabla 5, aunque hay variaciones según el autor que se elija. Tabla 5. Cronología más aceptada de Mesoamérica vista como área cultural PERIODO AÑOS Formativo 1500 aC- 100 dC Clásico 100 dc. 950 dC Posclásico 950 dc. 1521 dC Fuente: Elaboración propia. Por otra parte, en la Tabla 6 se señala la división de Mesoamérica en subáreas. Si se examina con cuidado el modelo de Mesoamérica elaborado por Kirchhoff, el usuario de este modelo o investigador notará que no se establecen funciones sustanciales entre los elementos, simplemente es un listado de rasgos culturales que delimitan un área cultural. Kirchhoff relega la tarea de establecer funciones entre los elementos que él mismo estableció a otros investigadores. Eso no es cosa menor, el establecer un listado de elementos para un sistema es un logro de gran valía. Tabla 6. División de Mesoamérica en subáreas DIVISIÓN DE SUBÁREAS Centro ESTADOS ACTUALES D.F, Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Hidalgo Occidente Michoacán, Colima, Jalisco, Guanajuato, Sinaloa Golfo Norte de Tabasco y la totalidad de Veracruz Área maya Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Chiapas, las repúblicas de 80 Guatemala, Belice, Salvador y Honduras Oaxaca Estado de Oaxaca Fuente: Elaboración propia. Para darle un toque propio a la siguiente investigación, en este trabajo se considera que existen tres conceptos del análisis de los sistemas-mundo que se pueden articular muy bien con el modelo mesoamericanista de Kirchhoff, los cuales son, por un lado, imperio-mundo y minisistema; por el otro, la tríada centro-periferia-semiperiferia. Ya que si se retoma la idea de que el área cultural mesoamericana es un imperio-mundo compuesto por diversos minisistemas conectados entre sí, se le puede dar un dinamismo del que carece al ser sólo un listado de elementos. Por otro lado, si se establecen relaciones o funciones de intercambio económico, cultural y poblacional entre los distintos minisistemas del imperiomundo, las sociedades que los conforman pueden ser clasificadas como centrales, periféricas o semiperiféricas, dependiendo el protagonismo que cada una haya tenido en el conjunto del imperio-mundo o del área cultural a lo largo del tiempo. Tabla 7. Clasificación de las regiones de Mesoamérica según su centralidad Región, subsistema o mini Clasificación por su centralidad sistema Centro de México Central Occidente Periférico Área maya Semiperiférico Oaxaca Semiperiférico Golfo Semiperiférico Tabla 7: Elaboración propia. 81 Han pasado ya 70 años desde que se escribieron estas palabras y el modelo de Mesoamérica como área cultural ha sufrido varias modificaciones como ya se mencionó anteriormente. De entre los que toman la palabra a Kirchhoff de hacer algún tipo de crítica a su modelo, surgen dos perspectivas. Por lo anterior, para este estudio se han elegido dos modelos diferentes para compararlos, uno elaborado por un grupo de apologistas (Alfonzo Gorbea, Ramón Arellanos, Crescencio García y Lourdes Beauregard, 1990) y otros dos por detractores (Eduardo Williams y Phil C. Weigand, 2011) 3.2 Modelo apologista Los apologistas, en términos generales, se puede decir que están de acuerdo con algo central; el área cultural es una herramienta eficaz para estudiar a las civilizaciones humanas, Mesoamérica incluida. Las diferencias principales estriban en el enfoque que dan a Mesoamérica, lo anterior va a depender del marco teórico que estén aplicando; es decir, si se adscriben al materialismo histórico, al estructuralismo, al funcionalismo o a alguna otra corriente de análisis de la realidad social y en menor medida, a la división en subáreas y cronología general para toda Mesoamérica. Aunque la mayoría de los estudiosos del pasado indígena mexicano y centroamericano son apologistas de Mesoamérica como área cultural, no existe quien se adscriba abiertamente como defensor de dicha perspectiva en la actualidad, sin tratar de añadir algo sustancial al modelo original que, como vimos, es sólo un listado de elementos y Gorbea (et. alt, 1990), no es la excepción, pero al menos es abiertamente apologista (lo cual, por cierto, es bastante raro) y considera que seguir tratando a Mesoamérica como área cultural es la manera más eficaz de comprender el pasado indígena mexicano. 82 Para los apologistas, la forma más eficaz de organizar los elementos del sistema mesoamericano es dividiéndolos en tres grupos; elementos ecológicos, elementos culturales y divisiones por zona. Tabla 8. Componentes de Mesoamérica divididos en tres elementos ELEMENTOS COMPONENTES Las condiciones climáticas que han existido en un territorio tan heterogéneo como Mesoamérica La fauna y su uso alimentario de acuerdo con los ecosistemas explotados. Ecológicos La flora, utilizando aquellos materiales para la edificación de viviendas y demás elementos de la vida cotidiana, y demás elementos materiales que le dan a los pueblos sus características particulares. De igual manera, podría hablarse de los procesos de cultivo. Distintas técnicas de trabajo para la transformación de las materias primas. Culturales Variaciones estilísticas a lo largo del tiempo en todo aquello que sirvió como elemento decorativo para los edificios como la escultura y la pintura. El elemento cultural que el autor considera más duradero y que refleja mejor los cambios en cuanto a modas, grupos que la emplearon y 83 migraciones es la cerámica. Los enterramientos humanos, debido a que los patrones que estos siguen; deformaciones craneanas y mutilaciones corporales entre otros, sirven a la larga para marcar diferencias zonales y cronológicas entre las poblaciones. El fenómeno migratorio, por móviles guerreros, comerciales o por simple moda. El tipo de lengua que se hablaba en cada región. Divisiones por zona Área; se entiende por ello a toda Mesoamérica. Subárea; trae aparejado espacios de separación unión o convivencia. Microárea; espacios locales dentro de las subáreas. Tabla 8: Elaboración propia. De nueva cuenta, aplicando los conceptos de sistemas, el contenido en la Tabla 8 es representado como se muestra en la Figura 2. 84 Figura 2. Representación de los elementos divididos en tres grupos principales que se interrelacionan entre sí. Fuente: Elaboración propia. En este modelo se puede apreciar una dinámica más amplia que en el de Kirchhoff, porque agrupa los componentes de los elementos y establece relaciones entre ellos. Se puede ver que la relación entre la ecología y la cultura delimitan las zonas en las que se divide la gran área cultural; a su vez, estas divisiones y la cultura están determinadas por diferentes nichos ecológicos que permiten apropiarse de diferentes recursos naturales y por último, estas apropiaciones del entorno ecológico, dependiendo la zona, es lo que genera una cultura particular. Visto desde la TGS, este es un modelo no lineal, donde lo central son las relaciones que se tejen entre los elementos del sistema y no los elementos por sí mismos. 85 Por otro lado, viéndolo desde la perspectiva del análisis de los sistemas-mundo, este modelo encaja perfectamente en la división de sociedades con la tríada centro-periferia-semiperiferia, donde la región que sepa aprovechar de una mejor manera los recursos naturales en su nicho ecológico y apropiarse de los de las demás sociedades, será el grupo que lleve la batuta en el sistema, relegando a los demás a papeles periféricos o incluso, semiperiféricos. A continuación se revisará un modelo desde el punto de vista de los detractores de la visión kirchhoffiana, quienes arguyen que el concepto de área cultural es más un estorbo que una herramienta de comprensión conceptual. 3.3 Modelo detractor Los detractores consideran que el área cultural no es una herramienta teórica eficaz para analizar a las civilizaciones humanas, en donde por supuesto queda incluida Mesoamérica. Esta área es tratada como un todo integrado y tiene más que ver con intereses políticos que con una realidad cultural. Para ellos no existió una sola civilización en la región que corresponda a Mesoamérica, hubo varias, seis, para ser específicos. Figura 3. El interés político fundamental para seguir tratando esta parte del planeta como una civilización homogénea, es la legitimidad del estado-nación mexicano. Los detractores también argumentan que la museografía y la estructura de los programas de estudio del pasado indígena están estructurados a partir de la idea de Mesoamérica como área cultural y eso, según ellos, es un sesgo que no permite ver que en el área cultural que se ha dado en llamar Mesoamérica, florecieron culturas muy distintas entre sí y que no pueden catalogarse como pertenecientes a una civilización homogénea. 86 “Las comunidades de investigadores definieron a las áreas culturales, pero una vez creadas, éstas también determinan a los primeros. Es por esto que tienen una gran importancia para la práctica de la arqueología, pero no necesariamente para las realidades del pasado prehispánico.” (McGuire, 2011, p. 79). El argumento principal de los detractores, es que el área cultural no se integra bien con la actual teoría antropológica ni con los desarrollos de la arqueología en México, por lo que hay una necesidad creciente de conceptos más dinámicos, más flexibles, más complejos y más paradójicos que las áreas culturales, para entender los procesos culturales y la complejidad social en Mesoamérica. Eduardo Williams y Phil C. Weigand (2011) eliminan la problemática del área cultural como elemento de análisis para Mesoamérica e introducen el concepto de ecúmene, entendido éste como un conjunto de culturas diferenciadas entre sí pero relacionadas estrechamente por intercambios culturales, como el comercio, las alianzas y la guerra. “La palabra ecúmene viene del griego oikoumene, `lugar habitado por la humanidad´. Los griegos utilizaron esta palabra tras la época de la expansión helénica para referirse a aquellas partes del mundo, entonces conocido donde vivían gentes civilizadas.” (Toynbee, 1976, p. 27) Williams y Weigand hacen una división de la ecúmene mesoamericana en seis civilizaciones, como se puede apreciar en la Tabla 9. Tabla 9. División de la ecúmene en diferentes civilizaciones. ECÚMENE MESOAMERICANA Área maya Centro de México Oaxaca 87 Chiapas Golfo de México Occidente Fuente: Elaboración propia. De nueva cuenta, aplicando los conceptos de sistemas, el contenido de la Tabla 9 es representado como se muestra en la Figura 3. Figura 3: Los óvalos representan las distintas civilizaciones dentro de la ecúmene y las flechas, las relaciones complejas que se establecen entre éstas. Fuente: Elaboración propia. Con esta división pretenden llamar la atención en la no centralidad de alguna de las civilizaciones que surgieron en la ecúmene mesoamericana, ya que con el modelo mesoamericanista del área cultural, existía un relevo del poder que pasaba de Teotihuacán a Tula y de Tula a Tenochtitlan, siempre teniendo como foco irradiador de civilización al centro de México. 88 Existen tres aspectos importantes dignos de tomarse en cuenta en la visión de Mesoamérica como una ecúmene, 1. Es el rechazo a la existencia de una civilización mesoamericana, unificada por algún conjunto de elementos, 2. La no centralidad o también identificada dentro del medio de la antropología como acentralidad de la ecúmene, donde cada civilización tiene dinámicas propias que se articulan con las demás. 3. El reto de periodizar cada una de las civilizaciones que conforman la ecúmene mesoamericana y definir los rasgos culturales que las hacen singulares. Este modelo detractor se presenta más cercano a la TGS y a su isomorfo en historia, el análisis de los sistemas-mundo. Es cercano al análisis de los sistemas-mundo, porque es evidente la similitud entre el concepto de ecúmene y el de sistema-mundo, pues en ambos existen entidades de nivel inferior que hacen del sistema una totalidad, es de menor importancia si se les llama mini-sistemas o civilizaciones independientes, aunque interrelacionadas. Es necesario a la TGS, porque se remarca la acentralidad o no linealidad, queriendo decir con estas expresiones que las dinámicas que se generan en la ecúmene son de una complejidad tal, que no puede pensarse que un elemento sea central ni que las relaciones que se tejen entre las partes sean lineales, es decir que un elemento influya en los demás pero no éstos en él. Esto da pie para dar realce al hecho de que cada civilización dentro de la ecúmene tiene intencionalidades propias y dependiendo su intención, es el tipo de relaciones que entabla con las demás civilizaciones dentro de la ecúmene. ¿Cuáles son las intenciones de cada civilización señalada en el modelo detractor? Es algo que se sale de los objetivos de este trabajo, pero no el hecho de señalar que el manejo de las relaciones entre las distintas 89 sociedades vistas como información (cibernética) puede ayudar a aclarar dicha interrogante, ya que en una ecúmene o sistema-mundo, la civilización, mini-sistema, grupo social que tenga el control sobre el manejo de la información, será el que tenga el poder de regular a las demás. 90 CONCLUSIONES Recordemos que la pregunta de investigación de este trabajo es la siguiente: ¿Qué información complementaria se puede identificar al analizar tres modelos de Mesoamérica, utilizando para ello la Teoría General de Sistemas? Respecto al modelo de Kirchhoff analizado a la luz de la TGS, se encontró que este es sólo un listado que no establece relaciones ni funciones entre los elementos y ese es precisamente su gran mérito; enunciar los elementos de un sistema, dejando libre el camino a otros investigadores para que establezcan ellos dichas relaciones entre los elementos del sistema. El análisis a la luz de la TGS permitió ver que en el modelo de Kirchhoff no se establecen las funciones de los elementos ni tampoco las relaciones entre ellos. En cuanto al modelo de Gorbea (et. alt, 1990), su análisis bajo la perspectiva sistémica ha servido para comprender que lo que realmente es central en un sistema como Mesoamérica, son las relaciones que se tejen entre las partes de los elementos que lo conforman y no tanto los elementos por sí mismos. Mientras que el modelo de Williams y Weigand (2011) analizado bajo la TGS ha sido de utilidad para comprender que el concepto y la definición de Mesoamérica como una civilización integrada y hasta cierto nivel homogénea, tiene repercusiones que van más allá de los sectores académicos, como el hecho de que la utilización de Mesoamérica como área cultural, es una herramienta política que sirve al Estado mexicano para legitimarse como heredero de un pasado indígena glorioso, y por consiguiente, los programas de investigación en su mayoría financiados por el Estado tienen que ajustarse a esa visión propagandística. 91 También permite darnos cuenta que desde hace pocos años ya se están elaborando investigaciones que toman en cuenta el análisis de los sistemasmundo para articular nuevos modelos y concepciones de Mesoamérica. 92 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Adams, R. (1966) The Evolution of Early Urban Society: Early Mesopotamia and Prehispanic Mexico. Aldine; Nueva York. Ackoff, L. (1995). 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