solimano - Festival Internacional de Música y Danza de Granada
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solimano - Festival Internacional de Música y Danza de Granada
David Pérez (Nápoles, 1711- Lisboa, 1778) SOLIMANO (Lisboa, 1768- Cádiz, 1778) 2011: celebración del 300 aniversario del nacimiento de David Pérez Entre el variado y copioso abanico de compositores surgidos de la escuela napolitana en la primera mitad del siglo XVIII y olvidados inmediatamente después de su muerte, sobresale David Pérez por el volumen, calidad y significación de su obra. De familia española establecida en Nápoles en el siglo XVII –su padre, Juan Pérez, era un español de origen judío– David Pérez había nacido en esta ciudad bajo dominación española en 1711 y en ella recibió su formación como virtuoso violinista –discípulo de Mancini–, cantante y compositor. Sus extraordinarias dotes musicales debieron hacerse notorias ya durante sus estudios en el conservatorio de Santa Maria di Loreto, pues al poco de salir de él, fue nombrado maestro de capilla nada menos que de la catedral de Palermo, por entonces también plaza española. Poco después se iniciaba su prolífica etapa como autor de óperas –género por el que alcanzó un reconocimiento en toda Europa–, cumpliendo primero encargos para la capital siciliana, y más tarde para los teatros de ópera de Roma, Nápoles, Turín y otras ciudades de Italia; colaboraría entonces directamente con libretistas de prestigio como Metastasio, con quién, según Burney, tuvo Pérez un encuentro personal en Viena. En 1752 recibió la invitación del rey José I de Portugal para ocuparse de la formación musical de la familia real en Lisboa y asumir el cargo de maestro de capilla, fascinado el monarca por el impacto que las óperas de Pérez le habían causado. La creciente actividad musical todavía no explotada por los músicos y compositores europeos y las holgadas arcas lusitanas fueron motivación suficiente para aceptar el prestigioso cargo; Pérez iba a permanecer en Portugal el resto de sus días, si exceptuamos unos esporádicos viajes a Cádiz, Barcelona y Valencia para poner en escena algunas de sus óperas, entre ellas su obra maestra Solimano (1768). Durante su etapa portuguesa, David Pérez llevó a cabo una intensa labor como maestro de canto –de su escuela surgió la extraordinaria Luisa Todi, mezzosoprano que estrenó óperas de Martín y Soler y Mozart–, y compositor de música sacra, colaborando con cantantes de gran prestigio como Caffarelli, Guadagni o Raaff en las fastuosas reposiciones y estrenos de sus óperas Alessandro nell'Indie, Demetrio o Solimano. Mimado y adorado por la corte portuguesa, obeso y ciego –como Handel– en los últimos años de su vida, dictaba sus obras a un escribano sin ayudarse de instrumento alguno para componerlas. Durante el suntuoso funeral que siguió a su muerte en Lisboa en 1778, los más excelentes cantantes y músicos que entonces se hallaban en la capital lusa, participaron en las exequias del ilustre compositor ejecutando el Mattutino de' Morti que Pérez había compuesto cuatro años antes de su muerte por encargo del rey José I. Solimano: el libreto original y la adaptación de 1768 El libretista de la primera versión operística de la historia de Solimano y los celos hacia su hijo Selimo, fue Giovanni Ambrogio Migliavacca (c.1720-?), discípulo de Metastasio, quien lo escribió para la corte de Dresde en 1753 con música compuesta por Johann Adolf Hasse. El libreto de esta ópera seria en tres actos, en su primera versión, de relativo éxito, fue musicado durante todo el siglo XVIII hasta inicios del XIX por compositores como Fischietti, Pescetti, Ericchelli, Schwanenberger o Curci. Se desconoce el adaptador de la versión realizada para la ópera de David Pérez en el Teatro da Ajuda de Lisboa en 1768 y el Teatro Nuevo de Cádiz en 1778, pero de esta segunda versión de la historia de Solimán II para la ópera, existen un mayor número de obras, entre las cuales cabe destacar, además de las de Pérez, las compuestas por Traetta –escrita para Parma en 1759 y reestrenada en Barcelona en 1769–, o las de Galuppi, Sciroli o Naumann, por citar algunas de ellas. Durante todo el siglo XVIII y parte del XIX se escribieron diferentes libretos en torno a la vida del emperador otomano y sus relaciones amorosas con la célebre sultana Roselane, basadas en Solimano secondo ossiano Le tre sultane, pero que se aleja de la trama del Solimano de Pérez; entre otras cabe destacar la creada por Giuseppe Sarti, la reelaboración para las óperas de Uttini, Kraus, Süssmayr o Carlini, o incluso las versiones realizadas para los ballets de prestigiosos coreógrafos como Angiolini o Noverre con el título de Solimano II. Es muy significativo señalar también la cuidadosa selección de los libretos que se empleaban en las óperas de los teatros reales de Portugal, escogidos expresamente por el monarca José I. Éste los leía antes de comisionarlos y la reina Mariana Victoria estudiaba en detalle la música compuesta antes de cada estreno: preludio o similitud con el control de la ópera que ya años antes había ejercido Fernando VI y María Bárbara en la corte española y que años después ejercerían José II en Viena. La versión del libreto que nos ocupa contiene variantes en el desarrollo de la trama, cambios en el nombre y número de los personajes con respecto al libreto original de Migliavacca. Así, mientras que éste último presenta la historia de Solimano con siete personajes, la versión utilizada por Pérez preserva la disposición clásica de seis solistas (primo, secondo, terzo uomo- prima, seconda, terza donna). Los textos de las arias no concuerdan, ni tampoco el correspondiente a los recitativos. Por tanto cabe atribuir una autoría completamente propia al libretista de la ópera Solimano de David Pérez, puesto que no sólo corresponde a una modificación puntual –por ejemplo para la ópera de Pérez en Lisboa– del desarrollo del libreto de Migliavacca, sino que esta versión fue reutilizada con esta misma forma posteriormente por otros compositores. Orígenes de la historia de Solimano La trama de Solimano tiene como antecedentes literarios, entre otros, la tragedia Il Solimano escrita por el conde Prospero Bonarelli della Rovere (1582-1659) y publicada en Venecia en 1619-1632. La trama describe los acontecimientos reales sucedidos en torno al año 1550, incluidos en documentos como «El hecho muy horrendo y muy espantoso de Soltano Solimano Emperador de los Turcos, sobre la muerte dada a Soltano Mustapha hijo suyo mayor en el año de 1553», publicado en Amberes en 1556. Esta crónica inspiró, entre otras obras, la tragedia de Il Solimano. La acción de la obra de Bonarelli se sitúa en Aleppo, actual Siria, en dónde el sultán Solimán atiende el regreso de su hijo Mustafá –personaje que corresponde a Selimo en el libreto para la ópera de Pérez– con el ejército turco vencedor procedente de la campaña contra Persia. En lugar de Mustafá llega a Aleppo Despina –personaje que corresponde a Persane– vestida de hombre, hija del rey persa [Tamasis] y enamorada de Mustafá. A éste desea transmitir su amor enviando a través de Alvante, fiel emisario, una carta en blanco en la que el rey Persa pone a su disposición el reino y le entrega como dote a su hija. Mientras tanto, la sultana Roselane, mujer de Solimán y madrastra de Mustafá –madre de Zanghire– y su yerno Rusteno, urden un plan para deslegitimar la sucesión de su hijastro en el trono otomano y apoyar la subida a éste de Rusteno; para ello despiertan las sospechas en Solimán de que su hijo Mustafá desea asesinarlo y tomar el poder turco. La carta de Despina es interceptada por Solimán y confirma las sospechas de que su hijo con la ayuda de Persia desea derrocarlo. El agá Alvante –Osmino en la obra de Pérez–, cómplice de Solimán, hace creer a Despina que Mustafá, desdeña su ofrecimiento y la ha abandonado. Solimán da orden de encarcelar a su hijo y a Despina, y las tropas turcas que intervinieron en la campaña persa, enteradas de los deseos de Solimán, fieles a Mustafá, se rebelan contra el sultán. Mustafá sofoca la revuelta y tras encontrar a Despina se confiesan los malentendidos y sus verdaderas intenciones y amor mutuo. Traicionados por Alvante, los amantes son capturados por Solimán y condenados a morir; tras la muerte de los héroes y del hermanastro de Mustafá, al saber la noticia, se descubre además que el primogénito de Solimán era en realidad hijo legítimo de Roselane; al saberse causante de la muerte de su propio hijo, ésta se envenena y muere. Finalmente, el ejército fiel a Mustafá al conocer la muerte de su general, atacan a Solimán y en venganza le dan muerte. La reelaboración de los acontecimientos que dan lugar tanto al libreto de Migliavacca como al posterior en el que se inspira la ópera de Pérez, no difieren sustancialmente de la historia real, salvo, obviamente, en el lieto fine obligado de la ópera seria y que concluye con el feliz apoyo de Solimán a su hijo. Síntesis argumental La acción del libreto original del Solimano (Lisboa, 1768- Cádiz, 1778) de David Pérez se sitúa en la corte de Babilonia, hacia 1550. Roselane, mujer del Sultán Solimano, desea asegurar la herencia del trono otomano a su hijo Zanghire. A este objeto, acusa de haberle traicionado ante el rey persa Tamasse, a Selimo, hijo primogénito del emperador y legítimo heredero, fruto de anteriores nupcias con otra mujer. Solimano viaja a Babilonia para aclarar la situación y reencontrarse con sus hijos tras la campaña que éstos, al mando de las tropas turcas han sostenido contra Persia y el rey Tamasse. ACTO PRIMERO La ópera se inicia con la inesperada llegada a Babilonia de Solimano, acompañado del agá Osmino, comandante de su guardia real de jenízaros. Selimo y su hermanastro Zanghire al frente de las huestes otomanas, regresan a Babilonia tras la victoria en su asedio contra las tropas persas; a su llegada son sorprendidos por la presencia del emperador Solimano, quien exige ver al rey derrotado Tamasse. Selimo explica que en lugar del monarca les acompaña como rehén Persane, hija única de Tamasse, prisionera de los turcos, y ahora prometida de Selimo. Furioso, Solimano acusa a Selimo de no haber cumplido con su deber y lo destituye del mando de las tropas. Paralelamente, Barsina, hermana del comandante Osmino, acusa celosa a su amado Zanghire de haber cedido a los encantos de Persane. Selimo declara a Solimano que Tamasse ha cedido su reino tras la guerra y le ha entregado a Persane como dote; sin embargo, Solimano, desconfiado a causa de las sospechas levantadas por la madrastra de Selimo, Roselane, no cree a su hijo y manda que lo encarcelen junto a la princesa Persane. ACTO SEGUNDO Solimano muestra a Osmino las pruebas de la trama secreta contra él, presuntamente urdida por Selimo unido a Tamasse. Zanghire intenta interceder en favor de su hermanastro y defiende su inocencia ante Solimano. Éste impone que su liberación depende de que Selimo renuncie a Persane y se case con Barsina; la princesa persa debe cesar en el deseo de unirse a Selimo o en caso de que se niegue morirán ella y su padre Tamasse. Zanghire informa de la decisión de su padre a Selimo y Barsina enfurece al saber que su amado Zanghire no pone objeciones a la pretensión de Solimano de que su mano sea para Selimo para salvar la vida de su hermanastro. Llegado el día de la boda, Selimo rechaza durante la ceremonia el ritual de compartir el cáliz nupcial con Barsina. Solimano encarcela nuevamente a su hijo y envía al exilio a Persane. ACTO TERCERO En contra de la voluntad de las tropas otomanas, que apoyan y aman a Selimo, Solimano firma la condena a muerte de su hijo, que debe ser ejecutado por Osmino. Zanghire ha encontrado un documento sustraído a Rustano, visir acólito de Roselane, en el que se da prueba de las intrigas de la sultana, madre de Zanghire, para hacer que éste herede el trono turco y destronar a Selimo. Al conocer de Solimano la sentencia de muerte de Selimo, ya ejecutada, Zanghire desea morir también. Mientras tanto, Osmino, incapaz de obedecer el abyecto comando del sultán, ayuda a Selimo a huir; mas a Persane, que va en su busca, le dice que su amado ha sido ya ajusticiado. Furioso por la pérdida de su hermanastro, Zanghire mata a Rustano tras lo cual quiere también él quitarse la vida. Es entonces cuando milagrosamente aparece Barsina comunicándole que Selimo está vivo y que le espera junto a sus tropas. Osmino anuncia a Solimano la huida de Selimo y el apoyo del ejército otomano a su hijo primogénito. Solimano finalmente cede ante el amor fraterno entre Zanghire y Selimo y se reconcilia con ambos, propiciando la unión de Barsina con Zanghire y de Persane con Selimo. El Solimano de Lisboa, 1768 y Cádiz, 1778 Tal y como hemos señalado en la introducción, fue de gran importancia para la consecución de su éxito el extraordinario cast de cantantes reunidos para el estreno de Solimano; tanto para su presentación en el Teatro da Ajuda en Lisboa en 1768, como para su reposición en el Teatro Nuevo de Cádiz en 1778. Luigi Torriani, el tenor que dio vida al rol principal en el estreno absoluto de Solimano de David Pérez en Lisboa, tenía un notable prestigio en toda Europa, estrenando multitud de óperas en el papel principal o titular de compositores como Galuppi, Pérez, Jommelli, Paisiello o Cimarosa. Había estado activo al servicio del Duque de Württenberg en Stuttgart, junto a Giovanni Battista Vasquez (Persane en Solimano) y a Giuseppe Orti (Barsina de Solimano). En la corte lusitana permaneció desde 1766 hasta 1789, más de un cuarto de siglo, estrenando la mayor parte de las óperas que David Pérez escribió para los teatros reales de Lisboa. Su extensión vocal, a partir de su rol en Solimano, Demetrio, Pelope y Enea nel Lazio, era de más de dos octavas. En efecto, con la disolución de la ópera en Suttgart del Duque de Württemberg, en la corte de Portugal se esforzaron por contratar a muchos de los artistas que allí realizaban regularmente su actividad. Entre ellos, además del compositor Niccolò Jommelli, y el tenor Luigi Torriani, a los oboistas catalanes hermanos Josep y Joan Baptista Plá, que habían trabajado en la orquesta de la corte de Stuttgart de 1755 a 1768 y que ya habían estado en Lisboa en 1751; éstos insignes músicos llegaron justo a tiempo para tocar en el estreno de Solimano de David Pérez en Junio de 1768. El mezzosoprano castrato Giuseppe Jozzi (?1710- ca.1770), dio vida al rol de Selimo, hijo de Solimano, en el estreno de 1768, había sido primo uomo en la corte de Stuttgart entre 1750 y 1757. Fue además compositor de sonatas para el clave, entre otras, las publicadas por Walsh en Londres en 1761 en A collection of lessons for the harpsichord. Estuvo activo en la corte lusitana durante 6 años al menos, siendo incluido en la lista de cantantes pertenecientes a la Capilla Real de José I en 1761, junto a Vasquez . En una carta del director de los teatros reales de Portugal, Silva Botelho, con fecha de 27 de junio de 1768, dirigida a Niccolò Jommelli, –en la que describe la excelencia de la orquesta real lusitana–, indica que Jozzi, que había cantado en los estrenos de Pelope y Enea nel Lazio de Jommelli, estaba muy contento de cómo habían sido dirigidos por el compositor Joao Cordeiro da Silva «que dirige todas las óperas de su Majestad, tanto las serias como las bufas». Además, refiriéndose al número de figurantes empleados en las primeras representaciones de las óperas de Jommelli en Lisboa, indica que no pueden incluirse a tantos como se hacía en Stuttgart (Teatro del Palacio de Ludwisburg) puesto que ahora, después del terremoto, se estrenaban las óperas en el Teatro da Ajuda, de menores dimensiones que los anteriores al seísmo y que se sitúa junto al Palacio da Ajuda. También cita a Giuseppe Jozzi como un excelente cantante, que posee «ottimo portamento di voce» y una «gran scienza nella Musica», que había sido contratado durante seis años y que abandonaría Lisboa a inicios del año siguiente, es decir, en 1769. Probablemente, después de esa fecha debió de pensionarse en Italia puesto que existen documentos que indican que se le enviaban allí su renta vitalicia concedida por el rey José I a sus virtuosos, tal y como lo hizo el monarca español Fernando VI con Farinelli y sus grandes cantantes de la corte española. Il ‘Battistini’, Giovanni Battista Vasquez, fue el soprano castrato que dio vida al rol de Persane de nuestro espectáculo y estaba especializado en papeles femeninos, es decir, ‘prima donna’ masculino. Una de las muchas cartas correspondientes a la actividad operística en Lisboa dirigida a Jommelli, encargándole nuevas arias para incluir en el estreno lusitano de su Nitteti, habla en estos términos del cantante: «El rol de Beroe será interpetado por el Signor Battistini Vasquez [...] Este cantante ha cantado todas las arias en Vologeso [de Jommelli] con gran habilidad y gran aplauso, y todas ellas encajaban en su estilo y manera de cantar muy bien. Éste cantante interpreta muy bien. No tiene mucha voz, [probablemente se refiere a la extensión y no al volumen], pero buena, graciosa y expresiva». «Battistini, who filled with great distinction the first female characters, was selected and engaged, not only for his superior vocal excellence, but for his feminine appearance, and admirable resemblance to a woman, when he was dressed in female attire. So complete was the deception [de confundirlo con una mujer], that I think it never would have occurred to any uninformed person, to doubt for an instant, of his being what he personated»" Así lo describe Nathaniel William Wraxall en 1772-1776 en sus Historical Memoirs of my own time. Part the first, from 1772 to 1780 (Londres, 1815). Estuvo activo en Lisboa desde 1764 hasta 1777, es decir que llega de Italia justo después de que tras el terremoto, se reiniciara la actividad operística de la ciudad (1761-3). Se sabe que en octubre de 1777 recibió del rey su pensión antes de retirarse a Italia, como fue el caso de Giuseppe Jozzi. El soprano castrato que dio vida al rol de Barsina en el estreno de Solimano de Pérez, Giuseppe Orti, así como los que hicieron lo propio con los roles de Zanghire –el soprano coloratura Lorenzo Maruzzi– y Osmino –el tenor Lorenzo Giorgetti– trabajaron por vez primera junto al insigne Pérez en Solimano y formaban parte de la plantilla de virtuosos de la capilla real portuguesa. En el Fetonte de Jommelli, estrenada en el Teatro da Ajuda el 6 de junio de 1769, también para la celebración del cumpleaños del rey José I de Portugal, la plantilla de la orquesta estaba constituida por la siguiente formación, con un total de 32-34 músicos: Violino I, II 14 Viola I, II 2 Violoncello I, II 3 Contrabassi 4 Flauto Traverso I, II 2 Oboe I, II 2 músicos músicos músicos músicos músicos músicos Fagotto I, II Tromba I, II [Corno I, II] 2 2 2 [Timpani] 2 Cembalo [Fortepiano] 1 músicos músicos músicos No se mencionan como miembros estables aunque la orquestación de las óperas programadas en esta época exigía la participación de al menos dos de estos músicos. músicos músico Esta plantilla de una treintena de músicos era similar a la del Coliseo del Buen Retiro de Madrid en esta época, la del Teatro Nuevo de Cádiz o la del Teatre de la Santa Creu en Barcelona. La orquesta que normalmente ejecutaba las serenatas y oratorios era por regla general aproximadamente la mitad de esta plantilla (entre 16 a 19 músicos), si bien hay que señalar que el hecho de que se cite una plantilla estable de hasta 50 miembros -como ocurre en la del Teatro da Ajuda o la Capilla Real española o portuguesa de la segunda mitad del siglo XVIII- no significaba que todos ellos tocaran al completo en las representaciones de cada ópera seria, tal y como sucedía en otros teatros europeos de la época como el San Carlo de Nápoles, el Teatro delle Dame de Roma o el San Giovanni Grisostomo en Venecia. Silva Botelho, director de los Teatros Reales de Portugal –un cargo similar al que ostentaba Farinelli con respecto a los Teatros Reales de la corte de Fernando VI en Madrid– escribe a Jommelli una valiosa carta exactamente en el período en que se estrena y ejecuta Solimano (data del 27 de junio de 1768), refiriéndose a la calidad de la orquesta del Teatro da Ajuda: «L'Orchestra di S.M.F. è di tal manera unita e discreta nel chiaro e oscuro de' suoi andamenti, che tutti i giorni i signori forestieri che qui la sentono le danno mille lodi». La escenografía y pinturas de Solimano fueron realizadas por el pintor y arquitecto italiano Giacomo Azzolini. No son muchos los datos biográficos que se conocen de este artista, cuya labor creativa se centra precisamente en la segunda mitad del siglo XVIII en la corte portuguesa. Era discípulo de Giovanni Bibiena –a quien sustituye a la muerte del egregio escenógrafo– y junto a Giovanni Berardi y el arquitecto y maquinista del Solimano, Petronio Mazzoni, constituyeron el equipo escenográfico del estreno de la obra maestra de Pérez en 1768. Este mismo equipo trabajó regularmente en las producciones operísticas de este período para los diferentes teatros reales de Portugal, además del Teatro da Ajuda, para el Teatro de Salvaterra y Teatro da Ópera do Tejo. Además de haber colaborado con David Pérez para el Solimano, Azzolini, participó en la realización escenográfica de numerosas óperas para los teatros reales en Lisboa, fundamentalmente para el Teatro da Ajuda y Salvaterra, además de los Palacios de Queluz; de éstas y las creadas a lo largo de su carrera caben destacar, todas ellas en Lisboa, y por lo general junto al creador de la maquinaria escenográfica de Solimano, Petronio Mazzoni: óperas de Salieri, Jommelli, Paisiello o Guglielmi. Los cambios o mutaciones de escena originales creados por Giacomo Azzolini, 'Architetto Teatrale di S.M.F.' para el espectáculo completo de Solimano de David Pérez, tanto para su estreno el 31 de marzo de 1768 como para su reposición el 6 de junio del mismo año, eran los siguientes, tal y como aparecen en el libreto de la producción del 31 de marzo de 1768: SOLIMANO ATTO PRIMO Scena I Luogo magnifico nella Reggia di Babilonia destinato alle pubbliche udienze, adorno di Trofei, ed altri apparati festivi, per celebrare il Trionfo di Selimo. Trono da una parte. Veduta in prospetto de' Cortili della Reggia. Scena IX Gabinetti Reali. ATTO SECONDO Scena I Atrio corrispondente a' Giardini Reali. Scena VIII Sala Reggia con magnifico Piedestallo nel mezzo. Alcorano sopra lo stesso. Spada e Tazza con liquore gelato. ATTO TERZO Scena I Stanze terrene con Tavolino da scrivere. Scena IV Carcere contiguo a diverse stanze. Scena IX Campagna sotto le mura di Babilonia, ove trovasi attendato l'Esercito Ottomano. Los ballets intercalados en el espectáculo de Solimano debieron corresponder a los tres subgéneros principales del siglo XVIII: un Ballo serio, un Ballo di mezzo carattere y un Ballo comico o pantomímico. El libreto original de Lisboa (1768) no recoge los títulos de los ballets compuestos para la ocasión, ni tampoco el autor de los mismos. Este hecho era muy habitual en los libretos impresos en la década de los cuarenta y parte de los cincuenta en Portugal, España e Italia. Es en el último cuarto del siglo XVIII que sistemáticamente se incluyen los títulos de los ballets además de los cambios de escena correspondientes y los bailarines principales que participaron. Las coreografías de los tres ballets fueron realizadas por el coreógrafo francés François Sauveterre (1700-1775). Este prolífico maestro de baile y coreógrafo de prestigio internacional, había creado numerosos ballets de éxito para los teatros romanos, napolitanos y venecianos principalmente. Estuvo muy activo en la década de los cuarenta hasta los setenta, y colaboró con Pérez, Terradellas y Jommelli en numerosas ocasiones, componiendo ballets integrados en más de una cincuentena de óperas serias. El libreto principal cita a los principales bailarines solistas que intervinieron en el estreno de los balletti en Solimano aunque no cita el elenco de figurantes propio de la época. Un total de diez bailarines, todos ellos varones, tal y como el protocolo de la corte lusitana exigía. Del mismo modo que no estaba permitida en esta corte la participación de mujeres en la escena de las producciones operísticas –tal y como ocurría en otros teatros europeos, como los teatros de ópera de Roma en la misma época–, tampoco lo estaban las bailarinas, así pues, los roles femeninos clásicos de pastoras, ninfas, reinas, etc. eran interpretados, como en la ópera, por bailarines masculinos. Sin embargo, el libreto impreso en Lisboa sí cita al diseñador del vestuario, Francesco Mainini [Mainino]. Este célebre figurinista milanés trabajó regularmente para el Teatro da Ajuda. Intervino en numerosos estrenos absolutos, entre los que cabe destacar, en torno al período del Solimano de Pérez, las óperas de Gluck, Galuppi, Latilla, Jommelli y Traetta estrenadas en la corte lusitana. Debió de gozar de gran prestigio pues vistió a grandes solistas, además de los virtuosos que participaron en Solimano de Pérez, diseñó los figurines para célebres cantantes como Anton Raaf, Caffarelli, Domenica Casarini, Nicolini, Lorenzo Gherardi o el tenor Gregorio Babbi. Para la presente producción de Solimano de David Pérez de la Real Compañía Ópera de Cámara y el 60 Festival Internacional de Música y Danza de Granada 2011, hemos llevado a cabo la primera edición crítica de la partitura íntegra de esta ópera a partir de seis manuscritos principales: Manuscrito ALisboa, Biblioteca da Ajuda. Signatura: 45-V-44/46, 3 vols. Manuscrito BLisboa, Biblioteca da Ajuda. Signatura: 47-VI-25/27, 3 vols. Manuscrito CParis, Bibliothèque National, Signatura: D.12319 (1-3), 3 vols. Manuscrito DNapoli, Concervatorio S. Pietro a Majella. Sig: Ms.30.4.7-9, 3 vols. Manuscrito ELondon, British Library, Sig: Add.Mss.16093-94 Manuscrito F London, Royal College of Music, Sig: RCM Ms.480 Washington, Library of Congress, Sig: M1505.A2 P52 SOLIMANO Libreto original impreso, completo. Lisboa, 1768 Impreso A Lisboa, Biblioteca Nacional. Signatura: T.S.C. 176- P A todas estas entidades deseamos agradecer su colaboración por facilitar los diversos materiales para la investigación y realización de la presente edición e interpretación. © Juan Bautista Otero Barcelona, 2011