Norte Grande, Inst. Geogr., Univ. Católica Vol. 1. N`s. 3

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Norte Grande, Inst. Geogr., Univ. Católica Vol. 1. N`s. 3
Grande, Inst. Geogr., Univ. Católica
de Chile
Vol. 1. N's. 3 - 4 ( m a n o -diciembre 1975)
Santiago, Chile.
Norte
DESCRIPCION DE LA PROVINCIA DE TARAPACA
Por WILLIAM BOLLAERT
introducción, notas y traducción de
Horacio Larrain B. instituto de Geografía, Universidad Cat6lica de Chile.
1. INTRODUCCION.
1. 1. Antecedentes sobre el autor y su obra.
William Bollaert, nacido en 1807 en Inglaterra y fallecido, al parecer, el año 1877 ó fines de 1876, se interesó desde temprano en las ciencias naturales, en particular la química, y a la temprana edad de 18 años
aceptó un ofrecimiento para trasladarse al Perú, en calidad de experto
en ensayes de metales y químico, y, más específicamente, con el objeto
de contribuir al análisis de las minas d e plata de la región. Una vez en1
el Perú, se dedicó al estudio de la geografía, geología e historia natural
de la región, y escribió numerosos trabajos sobre estos tópicos, los que
fueron leídos -y posteriormente publicados- en sesiones de varias sociedades científicas de la época. El año 1827, a petición expresa del Intendente de Tarapacá, don Ramón Castilla (después Presidente del Perú), realizó un reconocimiento científico de la provincia de Tarapacá, a
resultas del cual escribió numerosos artículos en revistas especializadas
de geología, antropología, geografía, así como en revistas de divulgación
científica; su obra principal, sin embargo, relativa a nuestra área, se
titula Antiqzccvrian, Ethnolopkal a/nd Other Rpsearches in New Granuda,
E q t m b r , Peru and Chile, with Observations on the Pre-Incarial, Zncarial,
a . d Other Monuments of P e m v h NatZons, publicado en Londres el año
1860 por la imprenta Trübner & Co. (1).
S u conocimiento del actual territorio chileno (de Arica al sur), dat a del año 1825, fecha de su primera visita al puerto de Arica, cuyos cementerios saqueados llaman poderosamente su atención (Bollaert, 1860 :
151).
El relato que presentamos describe minuciasamente la antigua provincia de Tarapacá y nos ofrece algunas noticias sobre Arica. Este constituye, a nuestro juicio, uno de los documentos cientificos más tempranos sobre esta región de Chile, muy en particular sobre los pueblos del
interior. Antecede, de acuerdo a la fecha d e sus observaciones, las visi-
-
(1) La sección de la obra aquí presentada, comprende una parte importante del capitulo 'Peru and Bolivia" y abarca desde la pág. 151 hasta la pág. 168, donde termina
el capítulo. Sigue el capítulo "Chile", en el cual incluye interesantes noticias sobre
los changos (pp. 171-173), que traduciremos y presentaremos en otra ocasión, observados en el puerto de Cobija y en la franja costera hasta Hueso Parado. Para
mayores antecedentes sobre Bollaert, véase el artículo de Oscar Bermúdez: ''&bozo
biográfico de William Bollaert", en este mismo número de Norte Grande.
-
4
- 460 -
, y que quedaran estampadas en su obra V h g e al
hecho de orden del Gobierno de Chile, en el zwan
en Halle, Alemania, el año 1860. Pero el contacto
En 1854, y después de unos 23 años de ausencia, regresó al Perú4
volviendo a recorrer diversos lugares de la provincia de Tarapacá (Cfr.
Bollaert. 1860 : 151). A la verdad, no sabemos cuánto tiempo permaneció
en esta área. Fue miembro correspondiente de la Ethnological Society of
a su nombre, apareci6 en el Jou&
of the Anthropological Znstitut
(London), en el mes de mayo de 185'7.
A nuestro juicio, el nombre de William Bollaert debería quedar in-
1;
lógicos y mineralógicos sobre el área. Bollaert inaugura, en esta zona,
una nueva visión del hombre, su cultura y su habitat, que adquiere ya
ri'betes francamente científicos y supera, en gran medida, el interés casi anecdótico de los viajeros que le precedieron. Su espíritu critico, isin
embargo, le hace recoger con finalidades científicas, leyendas locales que
ayudan a formarse una idea cabal del pensamiento del hombre que examina. Bollaert es, para Tarapacá en los inicios del siglo XIX, lo que fuer a don Antonio O'Brien a mediados del siglo XVIII: el hombre que inaugura una visión nueva del área de estudio, con instrumentos y un método nuevo. En O'Brien fue el afán cartográfico que le lleva a describír
exactamente lo que ve: el paisaje, la geografía, los asentarnientos humanos, los restos del pasado; en Bollaert es el espíritu de observación personal, y el cuidado de reunir gran cantidad de información de otros tes- 1;
tigos de los hechos. E n ambos, el dibujo y el plano dejan el registro para
la posteridad; y el amor por su zona les hace buscar los mecanismos más ,
aptos para su progreso.
2.
TEXTO DEL DOCUMENTO.
2. 1.
Descripción de Arica. (2)
Arica se encuentra a los 18" 20' S. (3). Frézier, quien visitó 1~ 55Jp
costa en 1712, describe así las Huacas o antiguas tumbas de Hilo y A r i ~
ca: sus cuerpos están enteros, con sus ropajes puestos, y a menudo se .:i
les encuentra con vasijas de oro y plata. Las tumbas se han excavado en
la arena, la profundidad de un hom,bre y [están] encerradas por un muro
de cantos redondos (dry stones: (4), cubiertas con esteras de caña, sobre la cual se coloca una tapa de tierra y arena.
yo mismo durante mi primera visita a Arica, el
cuerpos se
(no embalsamados) y envueltos en mantas de lana y algodón; a veces se
encuentran perros en las tumbas. El tiempo estaba extremadamente ca
luroso y mientras examinaba dichas tumbas, me sentí enfermo con f i g .r
bre y escalofríos (ague), [cosa] muy común aquí, y de naturaleza muy intensa, de tal suerte que no pude continuar mis observaciones con el !'
(3) Las notas colocadas entre paréntesis redondos, son las nuestras. Las propias del
autor van entre corchetes (paréntesis cuadrados) y se agregarán juntas al fin del
documento. Arica, según Riso Patrón (1924) se encuentra a los 18O 281 Lat. S.
agrega, entre paréntesis redondos, una palabra o frase en inglés, es adición nues-
'
cuidado y atención que había previsto ( 5 ) , (6). Dondequiera que una
corriente de agua proveniente de la cordillera llega a la costa, se observa una densa vegetación allí donde puede correr el agua; la descomposición de esta materia vegetal produce las fiebres tercianas (7).
De los materiales de estas tumlbas hice yo una colección, cuyos objetos se encuentran hoy en el Museo Británico (43). Consisten en telas de
algodón y lana de varios colores y diseños, cerámica común, pequeños ídolos de madera (en poder de un nativo vi yo algunas figurillas de hombres, animales y ornamentos, hechas de oro), flautas de Pan (huugrapuhura), confeccionadas en caña. Algunos otros artículos y un objeto semi-transparente, color dorado, que resultó ser el ojo de un pulpo (cuttle
fish) ; estos ojos no eran introducidos en la cabeza de la momia, sino
[eran] depositados en la tum.ba como algo raro, hermoso o como h w a
(sagrado) (9), (10).
Rivero (11) encontró en otras partes del PertÚ delgadas láminas de
oro y plata pintadas de diferentes colores como para representar el ojo e
introducidas rjen el lugar del ojo?]. Debo agregar aquí a lo que señalan
Rivero y Tschudi, que en las bocas de algunas momias peruanas se encuentra una rodaja (disco redondo) de oro, plata o cobre; si tuviéramos
respecto a la existencia de un Caronte penosotros alguna inf~rma~ción
ruano, podríamos suponer que tal disco tuvo por finalidad servir de
óbolo (12).
El señor Fariss, que recientemente regresó [a Inglaterra] desde el
Norte del Perú con una colección de antigüedades, me h a informado que
ha visto en Arequipa, a los 15O 35' S., tales discos de oro, con una! cara
humana impresa en ellos y colocada en las bocas, oídos o aberturas de las
narices (13). E n Huamanchuco [sic !], encontr6 estas piezas redondas de
metal, sueltas en las tumbas. Stevenson (14) dice que cualquier pieza de
(5) Ha sido frecuente el hallazgo de tumbas, en circunstancias similares, en el
mismo lugar. Este tipo de tumbas descritos aqui corresponde, muy probablemente, a los grupos indígenas portadores de las culturas llamadas "Pocoma"
y "Gentilar.". Dauelsberg las ha descrito varias veces para Arica. Nosotros
(Cfr. Larrain, 1969) en una excavación practicada en septiembre de 1964 a la
altura del Km. 12 riel valle de Azapa, encontramos numerosas tumbas de este
ti o, provistas de abundante alfarería decorada y de implementos textiles.
s probable que Bollaert haya contraído en esta ocasión el paludismo, enton(8)
ces endémico en Arica, transmitido por el mosquito Anopheles, y de cuyos ataques se quejará más tarde.
(7) Bollaert se equivoca respecto de la causa de las tercianas; como D'Orbi n
las atribuye a l mal olor producido por las acumulaciones de guano en la 5sC
Alacrán, pero no yerra al relacionar su producción a la presencia de aguas
en sitios abiertos, cuyo estancamiento provoca el desarrollo del Anopheks.
(8) No sabemos si tal colección existe aún, ni si ha sido estudiada en alguna
publicación. Valdría la pena examinar el punto y comprobar el método científico de Bollaert.
(9) Obietos de oro. aunaue no en abundancia. han a ~ a r e c i d oen tumbas ariaueñ a i (Cfr. ~ a r i a i n ,f960).
(10) Huaca es palabra quechua (waka). Designa según Rowe (1963), a cual uiei
objeto sagrado, pero en el lenguaje del pueblo ha pasado hoy día a signiicar
las grandes ruiñas de antiguos témplos- o pueblos.
(11) Se trata de la obra de Mario Eduardo Rivero y de Johann Jacob von Tschudi, Antigüedades Peruanas, publicada en Viena en 1851.
(12) E n la mitología griega, Caronte era el botero que transporta a los muertos a
Hades, o mundo inferior, en una canoa, previo pago de una pequeña moneda, denominada en griego dbolos.
(13) E n nuestro hallaz o del valle de Aza a (Larrain-Llagostera, 1969), aparecer
dos láminas delgafas de oro, una de ?as cuales muestra una tenue represeii.
tación de rostro humano hecho mediante un "picado" en los ojos, nariz y boca
(14) Se t r a t a de la obra A Historieal and Descriptive N w ~ a t i v eof twenty years
Renidsncs 7n South America (Liverpool, 1825), de William B. Stevenson. 1
la referencia a Huara - q u e no hemos podido verificar-,
atañe, tal vez, r
la localidad de Huara, provincia de Tarapacá, situada a los 200 00' Lat. S.
donde, según Riso Patron (1824: 337) se encontraron restos arqueológicos a
2
.-,
oro sepultada con los cuerpos aparece en Huara [colmada] en sus bocaa.
Los cráneos de Arica eran generalmente semejantes a aquellos que
Tschudi ha descrito como aymarás; pero me tucó ver dos, uno con una
profunda depresión alrededor del centro [l], siendo el otro casi cuadrado (15).
El Morro o promontorio de Arica se alza a 500 pies sobre el mar
(16). Su base está constituida por gneis, al que superponen pórfidos y
luego unos estratos horizontales del tipo de los basaltos; sus flancos están cubiertos de escombros, de una gran profundidad. Un rasgo interesante referente al Morro lo constituye la existencia de cuevas producidas
por fisuras, formadas probablemente por movimientos sísmicos. El s e
ñor Geo. Taylor, antiguo residente, me informa que en el año 1827 fue,
acompañado de un amigo, en una expedición a la búsqueda de un tesoro,
al interior de la gran caverna llamada El Infierno. Estuvieron largo rato en su interior y penetraron aproximadamente unas mil brazas (17) ;
el aire estaba enrarecido y sus luces amenazaban apagarse; a ratos era
muy frío con rachas de viento. Encontraron numerosos nidos de gallinazos y gran cantidad de su estiércol. Existe una caverna más pequeña, que
puede ser atravesada en una hora; en ella se suele esconder gente que
se encuentra en "dificultades" políticas o de otra índole.
Examiné otra caverna situada al nivel del mar, conocida como "infiernillo~" [debe decir: "infiernillo"] o infierno pequeño; es un lugar de
aspecto horripilante que, probablemente, comunica con otras situadas en
el mismo Morro. Existe el relato de una balsa (18) que habría sido conducida a este lugar por el fuerte oleaje; la .balsa fue impulsada al in,
fiernillo", no habiendo sido vista nunca más. El tripulante que la m a n e
jaba logró escapar, aferrándose a las rocas.
Es probable que la gran caverna haya sido empleada antiguamente
como lugar de enterramiento, por cuanto en su entrada se encuentran pintadas figuras de rojo de hombres, animales, etc.; y me parece haber observado allí la "mano colorada" [dice textualmente "Mano Colorado"], cuyo material colorante es el óxido de hierro o cinabrio (19). El señor
Miles [2] en su trabajo sobre los "Semidioses", y en el capítulo consagrado a la "Mano colorada", señala que se encuentra en cuevas en Australia y en otras partes del mundo, y que Stevens la encontró en Yucatán @O), no dibujada o pintada, sino estampada por una mano real.
Gillis [3] consigna que a 10 millas (21) existe un lugar que se supone está lleno de Huacas. Un amigo le escribió que cerca de Tacna había
un antiguo cementerio indígena ; las tumbas del mismo se encontraban en
perforar un ozo. Esto confirmaría, al igual que l a presencia de antiguos
campos de c u k v o y asentamientos humanos en la pampa aledaña a Huara,
el poblamiento humano del sector donde Antonio O'Brien describe sus chacras abandonadas.
(15)
. . Bollaert Darece i m o r a r la existencia de la deformación artificial de los cráneos en todo el -ámbito peruano-boliviano, provocado por la aplicación de
tablillas de madera y cojinetes de tela, los que han sido encontrados también en tumbas del norte de Chile. Si Bollaert hubiese observado unas cuantas decenas de cráneos, se habría convencido de la imposibilidad de tal hiótesis, que queda expresada en su nota [l].
(16) E l Morro de Arica tiene una altura de 152 m. sobre el nivel del mar.
(17) Medida de longitud que equivale a 1,67 m.
(18) No es extrafía esta referencia a balsas. Sin duda se trata de las "balsas de cueros
de lobos marinos" que existieron en toda esta costa norte y que constituyeron un
elemento cultural inconfundible de los pescadores changos.
(19) En las pinturas rupestres de la Sierra de Arica, Niemeyer (1972) observa con frecuencia el uso de los tonos rojos, en abrigos y cuevas.
(20) Se ti-ata de John Lloyd Stephens, que en dos obras notables recogió sus impresiones sobre Yucatán (1841 y 1843), obras que fueron acompañadas de los excelentes dibujos de Frederick Catherwood.
(21) La milla es una medida itineraria equivalente a un tercio de legua, ó 1.852 m.
la base del cerro, mientras que en la cara desnuda de su flanco pudo observar la presencia de enormes caracteres trazados en la arena; éstos pueden
ser percibidos y si uno pudiera interpretarlos podrían ser leídos a aimple
vista, hasta desde una distancia de diez a quince millas (22). Toda la pendiente de la montaña está cubierta de ellos. Parecen estar escritos como
caracteres chinos, en líneas verticales. Algunos pueden tener de mil a
mil doscientos pies de longitud (23), esto es, cada uno de esos caracteres
posee tal tamaño, y parecen estar tan frescos como si estuvieran recién
hechos ; se trata de antiguos registros indígenas (ancient Indian records) ,
una escritura pictográfica gigantesca (gigantic picture writing) y probablemente emparentada con la de los Pintados de Tarapacá (24).
11. PROVINCIA DE TARAPACA
Camarones es una de esas quebradas estrechas y profundas que corren de la Cordillera hasta la costa; ella constituye el limite septentrional de la provincia d e Tarapacá. Aquí uno encuentra tumbas indígenas,
cerca del mar. Pisagua es otra de estas quebradas (2%) ; la corriente [de
agua] se encuentra generalmente a una legua del puerto; pero, durante
las estaciones lluvibsas, es decir, la época de la fusión de la nieve en los
Andes, alcanza ocasionalmente el Océano Pacífico ( 2 6 ) aquí y en Alcaparosa (27),situado dos leguas hacia el Norte, hay tumbas y ruinas indígenas. Desde Pisagua se exparta gran cantidad de nitrato de soda (28).
[II. l.] Iquiqz~e. Situado a los 20° 12' S., 70° 30' W. var. 11"
20' E., en el departamento de Moquegua (Moquingoa). Este distrito estuvo incluido, en el siglo XII, en el Coya-Suyu (probablemente Colla-Suyu) y fue sometido por medio del hambre por Maita Capac, el cuarto
Inca (29). Los ejércitos imperiales, en viaje hacia Atacama y Chile, atravesaron esta provincia y tuvieron conocimientos de sus riquezas minerales.
E n 1538 Pizamo comunico 10 que sigue a la Corte de España: "Sus
habitantes son el Cacique de Tarapacá, cuyo nombre es Sanga, incluyendo a los pescadores de la costa. Hay pueblos llamados Pachica, Pinchuca
yl GuaviAa, los que está en el valle de Cato, bajo el Cacique Opo. En el
valle de Carvisa está la aldea de Camiña, donde están los Caciques Ayvire y Taucari. Hay otro pueblo llamado Comagnate bajo Ayvire; otro
pueblo, Diayapo, bajo el Cacique Chuqui-Chambi, con 900 indios" (30), .
(22) .Vea Nota (21).
(23) Medida de l o d u d equivalente a unos 28 cm.:es la tercera Darte de la vara.
(24) No nos
probable que los "geoglifos", &mo se d e n o h a a estas manifestaciones rupestres, hechas en los faldeos de los cerros, sean parte de una escritura
pietográfica propiamente tal. Pero son, sin duda, manifestaciones de algún modo
unidas a un acto ritual en sitios considerados sagrados o de enterramiento.
(25) Pisagua se encuentra a 19O 35' Lat, S. y 70° 14' Long. W. (Rlso Patrón, 1924).
(26) La Quebrada de Tana o Camiíia agota generalmente sus aguas varios km. antes
de llegar al mar. Sólo en período de gran pluviosidad en el altiplano, el agua logra
llegar hasta el océano.
(27) Su nombre no figura en el Diccionario de R i w Patrón.
(28) El nitrato de soda es el salitre, que era exportado por varios puertos de la zona
norte, justamente desde Pisagua al Sur. Las salltreras más septentrionales se encontraban en el área de Zapiga, no lejos (al E.) de Pisagua.
(29) En la "capacunan, o lista de reyes, Mayta Cápac ocupa el auarto lugar, después
de Lloque Yupanqui. Pertenece éste, al igual que sus predecesores y seguidores
inmediatos, Viracocha, al grupo que ha sido llamado del "Irn erio Legendario".
sobre cuya cronologia exacta poco se puede saber. Es muy dudOsa que bajo este
inca haya sido sometido el litoral norte chileno. La expansión del imperio incaico data de las campañas de Pachacíttec (1438-1471) y es probable que sólo hacia
esas fechas -y no antes-, haya sido aceptado el &minio incaico en la región.
(30) En este mismo número (Larrain, 1975), en un estudio dedicado a la población indígena de Tarapaeá, se intenta la identificación de todos estos nombres. El valle de Carvisa, es Camiña; el de Tarapacá, la porción inferior de este valle; el de
Coto, su parte superior, incluidos sus afluentes. Diayapo es, indudablemente, el
pueblo de Chiapa, situado a los lgO W Lat. S. y 690 14' Long. W.
En su viaje de regreso a Chile, habiendo visto el gran número de sus
seguidores que le acompañaban a través del desierto de Atacama, cuando
fue descubierto Tarapacá, Almagro fue por mar, a lo largo de la costa,
en un navio comandado por Nogueral de Ulluoa (31) y se apoderó por
sorpresa del Cuzco en 1538.
Iquique es el principal puerto para el embarque del nitrato de soda.
E s extraído y refinado a algunas leguas de distancia, en el interior. E n
1830 fueron exportadas solamente 900 toneladas. pero en 1859. 78.700
toneladas.
La población actual de la provincia [hacia 18601 es de alrededor
de 18.000 personas, hallándose ocupada la mayor parte en la manufactura
del nitrato de soda; sigue, a continuación, la ocupación agrícola, que es
bastante limitada, debido al carácter árido general de la comarca; a pesar
de ello, la alfalfa o lucerna, cultivada como forraje para el ganado que
transporta el nitrato hasta la costa, produce, ella sola, 100.000 dólares; el
vino de Pica (32), 84.000; también s e plantan algunas higueras, otros
frutales y un poco de trigo; sin embargo, las provisiones son traídas principalmente de Chile y de otras partes del Perú.
El comercio, incluyendo a muchos extranjeros residentes en Iquique,
paga 200.000 dólares anuales o más a la Aduana, particularmente por
concepto de harina. El año 1858, alrededor de 84.000 dólares fueron pagados por impuestos a los vinos y bebidas espirituosas. E l Correo de Iquique recaudó, en 1859, la cantidad de 3.130 dólares. Desde el 19 de Enero
al lQ de Agosto de 1859, 281 barcos recalaron en Iquique, con un tonelaje total de 74.420 toneladas (33).
Tarapacá (34), bastante lejos tierra adentro, es la capital y la residencia de las autoridades.
El clima de la costa es temperado, a causa de los vientos frescos provenientes del sur. E n los distritos mineros, el calor es intenso durante el
día, fresco en la noche en verano, pero frío en invierno. E n las cordilleras, hacia el Este, se puede encontrar toda clase d e graduación en la temperatura. Pica y Tarapacá son muy calientes durante el día y las tercianas son comunes; pero, en general, la provincia es saludable. Esta provincia fue celebrada primeramente por las ricas minas de Huantajaya
[3]. La familia La Fuente, ella sola, pagó en impuestos a la Corona española más de un millón de libras esterlinas (35). Esta familia envió una
masa de plata nativa, que pesaba casi 3.300 [libras] (56), como presente
al Rey de España; fue hecha rodar a mano desde las minas y dejada caer
por su propio peso por la pendiente arenosa de los cerros de Iquique; una
parte de la huella que dejó a su paso, permanece visible hasta hoy.
(31) Es Francisco Noguerol de Uiloa, quien, por orden de Diego de Almagro, se adelanta al grupo expedicionario terrestre, de regreso al Perú, desembarca en un
punto de la costa (talvez Cobija) y con ochenta hombres de la tripulación de su
barco, el "&m Pedro", asegura de paz a los indios de Chiuchiu y San Pedro de
Atacama. P r e ~ a r aasí el tránsito nor tierra de las huestes de Almaero (Cfr. De
Ramón, 1953: -81-84).
(32) Las viñas de Pica fueron tan famosas como las de Locumba (en el S. del Perú)
o las del vaile de Chaca. La mayor riqueza de Pica procedía de sus viñas. Los viñedos han desaparecido hoy, pero aún se conservan trazas de sus lagares. El mapa que acompaña la obra de don Pedro Vicente Caííete y Domínguez, confeccionado en 1787, destaca gráficamente las zonas de viñas en el norte actual chileno (1791).
(33) Al parecer, Bollaert tuvo datos fidedignos sobre la zona hasta el mes de agosto
de 1859, pues volvió a residir en Iquique - e n su segunda estancia- desde 1854
hasta 1859. Según esto, la permanencia total de Bollaert en Tarapacá puede calcularse en unos doce años, aproximadamente (1825-1831; 1854-1859).
(34) Se trata del pueblo de San Lorenzo de Tarapacá, situado a los 19O 55' Lat. S. y
690 32' Long. W., a escasos kilómetros de la desembocadura de la Q. de Tarapacá
en la Pampa del TamarugaL
(35) El apellido correcto de esta familia es De la Fuente.
(36) Una libra de plata equivalía a 460 gr. de este metal.
- .
- 466 En la actualidad, la provincia de Tarapacá es bien conocida como
productora de grandes cantidades de nitrato de soda. E n 1827, a petición del General Castilla, Intendente de la Provincia por entonces, el
Señor George Smith y yo, examinamos el distrito, presentando el reconocimiento [realizado] y el informe al Gobierno peruano. Amplié éste
en mis "Observationa on the Geography of Southern Peru" [4] (37), con
un mapa. En las notas se indican otras referencias a trabajos míos y de
otros. Cuando estas páginas estaban en prensa, mi amigo George Smith
(38), me ha enviado el más reciente informe acerca del nitrato, publicado
en Lima, impreso con un elaborado plano, de las localidades de la provincia de Tarapacá, donde se encuentran el nitrato de soda y el borato de
calcio, con las ubicaciones de las principales oficinas o trabajos, y los puertos desde donde es embarcado el nitrato [E]. De sus observaciones en el
plano, traduzco lo que sigue :
"La Pampa del Tamarugal es una planicie que presenta una elevación,de alrededor de 1% de Este a Oeste. Hay una gran abundancia de
salitre o caliche (nitrato de soda nativo) en el norte, cerca de Tana; también en el sur, junto al río Loa. En el extremo septentrional
no es trabajado por falta de agua; tampoco lo es en el sur, a causa de la
distancia de la costa. Se cree generalmente que el terreno que produce
nitrato de soda no se extiende más allá de la quebrada de Camarones, por
el Norte, ni tampoco al Sur del río Loa; algunos dicen, sin embargo, que
se encuentra en Bolivia, al sur del río Loa muy lejos hacia el interior y
distante del agua" (39).
El señor Smith señala todas las ubicaciones donde se extrae el nitrato,
y también los lugares donde se sabe bien que existe; indica, igualmente,
los sitios donde se encuentra el borato de calcio. Smith calcula que el t e
rreno ocupado por el nitrato cubre cincuenta leguas cuadradas (40). Tan
sólo una yarda cuadrada de terreno ha producido casi una tonelada de nitrato, siendo la capa de tres yardas de espesor (41). Si nosotros imaginamos solamente una cantidad de cien libras de nitrato por cada yarda cuadrada, tendríamos así la enorme cantidad de ia3.000.000 de toneladas; de
suerte que, al ritmo actual de consumo, hay suficiente para 1.393 años
(42). Es opinión en el país que el nitrato se forma de las aguas que bajan de las cordilleras. Existen alrededor de 40 oficinas salitreras (nitrate
worka) y nueve puertos de embarque, incluyendo Iquique.
En el Soronal (su posición más baja) (43) el nitrato se encuentra
(37) El General don Ramón Castilla fue Presidente de la República del Perú después
de la Guerra Civil de 1842-1845, permaneciendo como Jefe del Estado por espacio de 15 años (1845-1862). Castilia había nacido en el pueblo de Tarapacá en 1797
y falleció en 1867.
(38) Sobre este personaje, véase el trabajo de Oscar Bennúdez, dedicado a don William
Bollaert, en este mismo número. Smith fue compañero inseparable de Bollaert y
a él se deben los mapas y dibujos que acompañan su obra.
(39) No andaban descaminados los que así opinaban: en efecto, don José
Santos Ossa trabajó las salitreras de "Salar del Carmen", en ia provincia de Antofagasta (iI Región), a corta distancia de la costa y en un paraje totalmente carente de agua.
(40) Una legua legal de España medía 6666 213 varas, o sea, 5566 m. La legua itineraria
era menor, siendo en algunas provincias de Espaiia de 5.000 varas 6 4.177 m. Paz
Soldán (1865) en su Atlas Geográfico del P&, utiliza la legua como equivalente
a 4.445 m. (o sea, en una escala de 25 leguas al grado).
(41) Una yarda equivale a 91 cm. de longitud.
(42) No imaginaba Bollaert que no sería el agotamiento de las reservas, sino la competencia del salitre sintético lo que conduciría fatalmente a la ruina de la entonces floreciente industria salitrera, después de la guerra de 1914.
(43) El Salar de Soronal, donde tadavia subsisten los restos de la antigua Salitrera
"Gloria", se encuentra a los 200 36' Lat. S. y 70° 011 Long. W. al S. de Iquique.
Es éste el salar más occidental de todos los que se encuentran en el Norte Grande chileno y ocupa una profunda depresión, antiguamente ocupada por las aguas.
a 2,693 pies sobre el mar (44) y trece millas tierra adentro. El lugar mas
elevado se encuentra a 3.724 pies, y a 23 millas [de la costa]. El borato
se encuentra a lo más alrededor de 3.600 pies y en la Noria, el punto más
bajo, a los 3.211 pies.
En 1826, cuando por primera vez viví en Iquique, tenía este lugar
una población de pescadores, en total alrededor de cien almas (45). Posteriormente, mi amigo, el señor George Smith, se convirtió en uno de los
principales refinadores y exportadores del nitrato de soda; ahora Iquique
se enorgullece de ser una ciudad bien construida y floreciente. El agua
para beber se destila del agua de mar, y se vende aproximadamente en 1,5
penique el galón y se consume en un total de 40.000 libras esterlinas [jal
año?]. Su importancia como puerto es sólo superada por el Callao, y su
población es de alrededor de 5.000 personas. Hay un establecimiento de
amzllgamación, para separar la plata del mineral en bruto de Huantajaya,
dos fundiciones de fierro, una manufacturera de velas, y se proyecta la
instalación de maquinaria a vapor para la elaboración de pan y/-para
obtener-/ el gas.
Antiguamente se extraía guano de su isla; en tiempos recientes, el depósito medía 800 yardas de longitud por 1.200 de ancho y se agotó en 25
años. Iquique siempre ha sido un lugar de pesca, y será conocido un día
por el número de Huacas que allí se encuentran, como también en Molle
(46) unas pocas millas al Sur y en otros puntos de la costa.
En este distrito, ya que nunca o raras veces llueve, los cuerpos se de
secan rhpidamente y permanecen por largos períodos de tiempo; al ser
igualmente, preservados por la superficie salina y extremadamente seca
del suelo, que cubre la comarca: la planicie y la montaña, hasta alcanzar
los mismos Andes.
Yo estimo, con Rivero y Tschudi [6] que si el embalsamamiento fue
practicado en el Perú, fue un procedimiento muy poco común, y tan sólo
utilizado para los Incas y los jefes principales, ya que, como lo he observado yo mimo, el suelo salino recalentado de la costa fue suficiente
para desecar los cuerpos [7]. Ellos observan que en el interior el aire
puro, frío y los vientos secos producirían el mismo efecto; señalan que
en las caminos, como en el de Islay a Arequipa, y desde este punto a
Lima, se ven numerosas momias de animales que sirven de marcas para
señalar la ruta. Personalmente puedo confirmar, a la vez, que Iquique,
La Noria y otras oficinas salitreras, son perfectos Gólgotas, y que
los senderos que cruzan la provincia se encuentran densamente salpicados de imomias de mulas y asnos. Estos animales son traídos anualmente
en número de 8.000 desde las pampas de Buenos Aires y la mitad de ellos
muere en los senderos del desierto por falta de alimento y agua; mientras son aptos para el trabajo, se les alimenta especialmente ton cebada
traida de Chile. (.46a).
(44) El pie equivale a unos 28 cm. de longitud; la milla a 1.852 m.
(45) El villorrio de pescadores que conoce Bollaert en 1826, que no pasaba de unas veinte familias (cien habitantes), no debió ser muy diferente a la caleta que conociera
y describiera el viajero francés Amedée Franwis Fdzier, en el año 1713. El salitre le da, en sólo 34 años (1825-1859) un notable incremento de población.
(46) Se trata de la península de Bajo Molle, donde existe una buena caleta, a corta
distancia al S. de Iquique. Aquí Anker Nielsen excavó numerosas tumbas. Recientemente (1972), se ha estado nivelando por medio de bulldozers, apareciendo un
sinnúmero de restos de ocupación humana, del extenso concha1 indígena que allí
existió. Parte de la notable colección reunida por Nielsen (1940-1960) se exhibe
en el Museo Arqueológico de la Universidad de Chile, en Iquique.
(46-a) Las mulas y asnos fueron utilizados en gran número para la carga en los establecimientos salitreros, lo que exigía un enorme consumo de alfalfa. Por este
tiempo, los pobladores de las quebradas nortinas inician la plantación en gran
escala de esta planta forrajera, costumbre que ha quedado hasta el día de hoy,
con muy escasa justificación económica actual. Hasta hoy, es frecuente encontrar plantas de alfalfa en las eras, que datan de 30-40 años atrás. (Q. de Coscaya.
3.000 m. de altitud).
- 468 He dapositado en el Museo Británico objetos de las Huacas de
Iquique y Molle. consistentes en peines de madera, huesos usados como
leznas, espinas 'de cactus perforadas en su extremo más grueso, para
ser usados como agujas, anzuelos para peces hechos en cobre, puntas de
proyectil de piedra, telas de lana de colores, pigmentos minerales de
color% café y rojo, mazorcas de maíz indígena (una especie rara, zea
rostrata), etc. [8] ; los cráneos de tipo aimarh quedaron en poder de la
Sociedad Etnológica de Londres (47). Morton [9] indica cuatro tipos de
cráneos entre los antiguos peruanos, producidos por medios artificiales:
primero, los alargados horizontalmente ; segundo, los cónicos ; tercero,
los de frente aplastada; cuarto, aquellos que presentan la elevación
vertical del occi,pucio (48). Estos tenían cada uno, su propio nombre:
Caito, Oma, Opalla, etc. y describe una cabeza extremadamente cónica
procedente de Chuicchuic (en realidad, Chiuchiu) .
Cuando estuve últimamente en Iquique, se dlescubrió una Huaca
que contenía ,unos 500 cuerpos, (49) a corta distancia de la ciudad; los
cuerpos estaban en posición miente (sitting position) , envueltos en
mantas de .lana de variados colores. Fueron encontradas giezas de cerámica ordinaria, utensilios de pesca, momias de perros (50) y aves,
maíz y coca en el interior de los hualquz o bolsas largas.
No mucho después, al cortar una acequia de agua en el valle de Quilliagua [debe decir, Quillagua], junto al río Loa, se encontraron figuras de
oro, una de ellas en la forma de un corazón, que pesaba una onza y media, con un agujero que lo atravesaba, para ser usado; se encontraron
luego huacas con sus momias, al igual que cestos de juncos finamente
confeccionados en varios colores, aptos para retener el agua: flechas
[hechas en madera de] tamarugo (acacia) (51) y arcos, hondas, vasijas
llenas de coca (52) y maíz, algo de chicha en un jarro, mantas de v a
rios colores, redes, y unos pequeños graneros.
En mis artículos entregados a la Sociedad Geográfica y a la Sociedad
Etnológica en 1852, ofrecí una relación de aquellos curiosos restos antiguos indígenas llamados "Pintados", o Pictografía Indígena, encontrados
en la provincia de Tarapach. Y describí aquellos que yo había examinado
en 1826 en el valle de Pintados, a los 21" S. (53) al pie de los Andes, y
que consistfan en representaciones de indios, llamas, perros y otras formas, en los flancos de una quebrada del desierto, siendo algunas de estas
(47) Es ésta una referencia muy temprana a excavaciones arqueológicas en la costa
de Iquique, con un objetivo claramente museológico.
(48) Las deformaciones craneanas aquí descritas, parecen corresponder a los siguientes
tipos, según la clasificación de Imbelloni: a) anular oblicua ("alargados horizontalmente"); b) anular erecta ("cónicos"); c) tabular oblicua ("de frente aplastada"); y d) tabular erecta ("con elevación vertical del occipucio"). (Cfr. Juan Comas,
M a n w l de Ant~opologóaFZsica, F.C.E., México, Buenos Aires, 1957: 371-374).
(49) Este descubrimiento señala la gran población costera que antiguamente tuvo el
área de Iquique. Sólo en sitios privilegiados de la costa, ha sido posible encontrar
cementerios de muchos cuerpos. Tal es el caso del área de Playa Miller (S. de
Arica), desembocadura del río Loa, y Cobija, entre otros.
(50) El hallazgo de entierros de perros prehispánicos, en tumbas, es cosa nada uifrecuente en la costa norte chilena. Nosotros los hemos encontrado en Arica (Valle
de Azapa) y en Quillagua.
(51) Pro.so)iis fam.am,ao Phil.
(52) La presencia de coca señala a las claras el comercio existente entre las poblaciones
costaneras, pescadoras, y las poblaciones serranas. Estas obtenían de las tierras
bajas o yungas, del Oriente boliviano actual, la coca que intercarnbiaban por sus
productos serranos y altiplánicos (lana, tejidos). Por su intermedio, la coca y otros
productos de las áreas bajas llegaban a la costa. Aquí se abastecían de pescado
seco, mariscos secos y algas.
(53) El cerro de Pintados se sitúa a los 200 38r Lat. S. y 6g0 40' Long. W. junto a la
Pampa del Tarnarugal. En él se inicia, extendiéndose por una faja de casi 6 Km.,
un conjunto imponente de geoglifos ("pintados"), elaborados en los flancos de los
figuras de treinta pies o mas ae altura, tallados, o más bien raspados en
el suelo arenoso (54).
Las líneas tienen de doce a dieciocho pulgadas de ancho y de seis a
ocho pulgadas de profundidad. Fui informado entonces de que ellos eran
la obra de los "indios gentiles'?, o indígenas antiguos paganos, y pensé
que los pintados habían sido realizados por indígenas antiguos y modernos por motivo de diversión; pero ahora tengo razones para creer que
algunos de ellos marcan la presencia de lugares de enterramiento, lugares de culto y [sirven] para preservar los recuerdos del pasado. (55).
En Las Rayas, al sur de las minas de Huantajaya y Santa Rosa, el
Señor George Seymour, me da la siguiente descripción de uno [de ellos] :
Los flancos de una de las montañas desnudas, está dispuesto, como si se
tratara de un jardín, con un amplio doble circulo en le1 centro, existiendo senderos que [del centro] se ramifican hacia la periferia (branching
off) dividiendo el terreno en compartimentos. Las piedras sueltas eran
extrafdas de dichos senderos los que, aparentemente, se endurecían por
el paso de la gente, y se supone que allí se realizaban y aun se realizan
ritos y ceremonias.
Durante mucho tiempo después de la conquista, los indígenas continuaron rindiendo secretamente homenaje a su religión, en especial a
las cimas de las montañas. En algunas provincias tenían la costumbre
de conducir a sus difuntos a zonas rocosas y de difícil acceso, entre las
nieves, sepultándolos [allí] con alimentos, oro y rico utillaje (56) ; de
esta suerte, me inclino a creer como más probable el que muchos de los
Pintados de Tarapacá marcan la posición de tumbas indígenas y, simultáneamente, lugares de adoración (57).
Haremos ahora una excursión hacia el oriente, rumbo a los Andes.
La cadena occidental es la Cordillera (58) ; la oriental, los Andes. Montados en una mula de firmes patas, con las bolsas bien provistas de forraje
junto al arzón, mis botas, espuelas y poncho, conforme a la costumbre
del país, sin tener la preocupación del pago de derechos de portazgo o
grandes gastos de hotel, teniendo, por lo general, como lugar de descanso
nocturno la arena del desierto [lo] como dosel, los cielos brillantes y estrellados, viajo acompañado de mi frecuente compañero, mi viejo amigo
Don Jorge Smith. Y posiblemente no exista un mejor viajero a través del
desierto que él, viajando calmada y estoicamente por sobre las planicies
desérticas ardientes, arenosas y salinas, cuando yo hubiera desfallecido
-
(54) Excelente descripción de la técnica usada en la confección de los geoglifos. El
propio Bollaert señala la diferencia con la técnica del picado, utilizada en el caso
de los petroglifos, que él también conoce bien. Su frase para referirse al sistema
de "raspado", es ilustrativa de lo dicho: some of these figures.... are cut or rather
scraped out in the sandy soil".
(55) Bollaert aquí y algo más lejos, se pregunta sobre el porqué de estos signos raspados en los flancos de los cerros. Su hipótesis final es que servirían como lugares
de enterramiento y de culto. Muy poco se ha investigado en este sentido. Bollaert
a f m a haberse encontrado entierros junto a ellos en el Cerro Unita y en otros
lugares. Núñez es de opinión de que servirían como hitos para señalar rutas de
tránsito, máxime en las comunicaciones de la costa con el interior.
(56) Allí residían las pacaI-i72a8 o achaehilas, seres miticos que representaban los ancestros de la comunidad o pueblo. Hasta hoy, se realizan ritos en los cerros. Recuérdese el hallazgo de la indiecita incaica, sepultada en la cima del Cerro El Plomo
(Cordülera de Santiago), con todo su ajuar, y que, seguramente, representa no un
faliecimiento casual, ocurrido allí, sino un rito funerario expiatorio.
(57) Refrenda Bollaert las dos interpretaciones preferidas por él: enterramiento y lugar
de culto. Parece probable -y así lo creemos- que simultáneamente estos signos
sirvan para señalar, como lo cree Núñez, rutas de intercambio. En tal caso, la
explicación final de los geoglifos ha de hallarse tanto en la religión, como en
aspectos relacionados con la economía, el comercio y la organización del espacio
de las comunidades indígenas.
(58) Es la actual Cordillera de la Costa, que se inicia con el Morro de Arica.
en cualquier otra parte. E r a sorprendente su arrojo en esos trayectos,
subiendo y bajando las laderas andinas, o los precipicios.
Dejando a Iquique y su planicie arenosa y tapizada de conchas, se
asciende el escarpado cordón montañoso, costero de tipo porfiritico, por
una abrupta cuesta; su cima se halla a los 1.761 pies y desde allí se empieza a atravesar la ondulante tierra desértica. A la izquierda quedan los
pintados de Las Rayas, ya descritos; a la derecha, en las laderas de una
montaña desnuda hay otros, que se presentan como cuatro paralelógramos,
una figura en forma de cruz, el inicio de otra forma de paralelógramo y
un sendero en zigzag que serpentea montaña abajo (Fig. C.). (59). Estas figuras son de gran tamaño, y se ven bien desde el camino que corre
abajo y están formadas por los trozos de rocas desintegradas y arena,
que han sido raspados (scraped) y recogidos de la porción interior del
contorno. (60).
En la oficina salitrera de Cocina, se han encontrado huacas que
contienen momias, puntas de proyectil [confeccionadas en] piedras silíceas, mazas de piedra, o huuctana, de 14 pulgadas de largo por 5 pulgadas de ancho; igualmente, una docena de objetos globulares de piedra
negra, insertados en el cañón de plumas de cóndores, cuyo uso ignoro.
Entre los cerros de la costa hay muchas huacas de los "Gentiles", donde,
independientemente de otros objetos, se ha encontrado instrumental de
tejer y piedras pequeñas perforadas. (61).
Habiendo descansado en La Noria, (62) un pueblo construido de sal
(63), la oficina refinería de mayor tamaño [en el área], nuestra ruta se
desvió hacia el S.E., hacia la Pampa del Tamarugal; a una legua por
este sendero hacia el S., al costado de un cerro, se encuentra otro pintado
(Fig. A.) (64) consistente en un gran círculo, que encierra uno de menor tamaño en su centro ; a continuación, cuatro espacios alargados [rectangulares], y tres más, debajo. Los cerros desérticos de los contornos
son muy yermos y rocosos. El sendero conduce a la Pampa del Tamarugal, sobre terrenos que contienen nitrato de soda y abundante sal común.
Arribamos ahora a dos pequeños poblados, Las Tisas, 1123 cuyo origen
resulta interesante. Hace algunos años, se encontró una substancia de
aspecto calizo, a la que se llamó Tisa. [tiza]. Al ser sometida a examen,
resultó ser mineral de Bórax. Con posterioridad, el Señor Smith me envió una caja con minerales [a Inglaterra], en la que se incluían pequeñas
muestras de tiza. Esta fue examinada y se estableció que era un nuevo
mineral de ácido bórico (boracic acid). Cuando Mr. Smith vino a Inglaterra, le pedi que a su regreso examinara la localidad buscando borato.
Así lo hizo, y descubrió que el distrito era muy rico en este mineral, como igualmente otras partes de la Pampa del Tamarugal. También ha
sido encontrado en la porción norte del desierto de Atacama. Se hicieron
los preparativos para la explotación de los depósitos de borato, pero creyendo el Gobierno Peruano que este articulo era muy valioso para ser
exportado, salvo lo fuera en idénticas condiciones que el guano: es decir,
-
(62) La Noria, a 1.016 m. de altitud, a 54 km. al S.E. de la ciudad de Iquique, est$
situada a los 20" 24' Lat. S. y 690 52' Long. W., en plena Pampa del Tamarugal.
(63) En las Oficinas Salitreras fue frecuente utilizar, como material de construcción,
bloques de caliche. Estos, durante las horas de rocío, se humedecen y se compactan, formando sus muros un solo todo, muy difícil de remover.
(64) Se halla, de acuerdo a la figura del texto, en el Camino de Iquique a La Noria..
- 471 como monopolio es
fue prohibida. s e ha extraído algo
y la mayor parte ha sido sacada de contrabando fuera del país. Ocasionalmente, se ha concedido autorización a unos pocos favorecidos para
exportar pequeños cajones, alcanzando su precio en el mercado inglés,
la cantidad de 30 libras esterlinas la tonelada.
Si se permitiera su exportación bajo circunstancias favorables, habría una buena demanda, y podría tener una amplia aplicación en las
artes. Yo deposité en el Museum of Practica1 Geology en Londres, un
gran nódulo de este nuevo mineral de ácido bórico; igualmente [deposité]
especímenes en el Museo Británico. Con el borato se presentan también
la Picheringita y la Glauberita. Sales de yodo y de cromo se presentan
con el nitrato nativo, o soda.
En mi segunda serie de observaciones acerca del "Sur del Perú",
[trabajo] leído en la Asociación Británica en 1859, he dado detalles de
esta formación de boratos y su conexión con los depósitos de nitrato
de soda en la Provincia de Tarapacá. La primera serie sobre este tema
podrá encontrarse en el Journal of the Geogrcq~hicalSociety, para el año
1851. (65).
Seis leguas al Sur de las Tisas, se encuentran los cerros de Pintados, (66) donde, por espacio de una legua [la superficie de éstos] está
cubierta con figuras de llamas, cuadrados, círculos y otras formas; y
más al Sur todavía, aparece el pintado de un gran puma; en realidad,
tales peculiares restos se presentan en muchos otros lugares en la provincia. Existe el "Cerrito pintado", tres leguas al S.W. de las salitreras
del Señor George Smith, en el Soronal.
Al Norte de las Tisas, en el camino de Iquique a Tarapacá, hay otro
conjunto de Pintados; el principal de ellos compuesto por dibujos irregulares, un puma, una llama y dos indios (Fig. B). (67).
El pintado más interesante está al Este de los establecimientos
salitreros de Zavala, y cerca de La Peña (Fig. D). (68). Hay una línea
recta, una calle; pero la figura principal está compuesta por catorce
compartimentos, que se juntan por sus extremos de forma romboidal; mi
amigo don Lorenzo Zevallos [descubrió que] uno de esos compartimentos era una huaca o tumba, recubierta con losas de piedra (paved with
stones). En la tumba se encontraba la momia de una mujer india, con
vestido de plumas, con un casco [puesto] y bien confeccionado con paja;
bajo su cabeza tenía un jarro que contenía dos huesos pequeños [13].
E n este caso, tenemos una prueba de que algunos de estos Pintados son
antiguas tumbas. Hace pocos años se encontró una huaca cerca de Quilliaga [es Quillagua], cuyo cuerpo estaba en posición horizontal, vestido
en pieles de pingüinos, diestramente cosidas una con otra; a su costado,
había un arco y un carcaj lleno de flechas, cuyas puntas eran de cornelina.
Cerca de La Peña, (68) se encuentra el Cerro Unita, lugar donde se
encuentra un pintado colosal de un indio, el guardián de un supuesto
tesoro escondido; y se dice que los indios de Atacama, que llevaban un
tesoro para el rescate de Atahualpa, al oir de su muerte, lo enterraron
(65) Su nombre es "Observations on the Geography of Southern Peru, including
Survey of the Province of Tarapaca, and Koute to Chile by the Coast, of
the Desert of Atacama" trabajo le!do el 28 de abril de 1851, y publicado en
el Journal of the ~ o ~ Geographzeal
a i
Society of London. Vol. 21, 99-130.
(66) Vea nota (53).
(67) Riso Patrón ubica las salitreras Las Tizas, aproximadamente en los 20° 30'
Lat. S. y 69O 50' Long. W., al S.E. del Puerto de 1 uique.
(68) La salitrera Peíia Grande, a la que parece aludirse aqd, se encontraba a los 200
08' Lat. S. y 70" 46' Long. W., a poca distancia al S. del actual pueblo de Huara.
aquí. Hay también allí figuras de llamas, aves, arcos, círculos y otras formas. (69).
Un antiguo camino corre desde el cerro de Huara (el que también
posee Pintados) al pueblo de Tarapacá, [en éste], las piedras han sido
simplemente echadas a un lado del trayecto.
El cerro desértico de Huara es un Bramador (70), llamado a veces
la montaña musical, o retumba de los cerros (71). Darwin describe uno
semejante cerca de Copiapó. La Montaña de la Campana, en Arabia,
tiene este carácter. Sonidos misteriosos se escuchan en la mañana en la
estatua de Memnón, "un lento y triste [sonido] monótono: la música de
Memnón, en armonía con la luz solar que no cambia y la vida paralizada de Egipto".
El Señor Seymour me ofrece la siguiente [descripción] de lo que
parece haber sido un Pintado, en Pisco [14] ; está en la parte norte de
la península de Parracas [sic por Paracas, a los 13" 52' S. en la costa
peruana]. Es de considerables dimensiones y muy probablemente [ha
sido] la obra de los nativos antes de la Conquista. La punta central de
esta figura de aspecto de tridente, tiene doscientos pies de largo y las
lineas [de contorno] diez yardas de ancho [i, e]. Es visitada anualmente
por los Indígenas que apartan de ella [scour away] la arena que pudo
haberse acumulado, realizando una fiesta o celebración. Imagino que su
parte inferior es una huaca o tumba. Constato que Gillis afirma que
está hecha al parecer de piedras blancas, colocadas en la parte expuesta
(face) de la roca; pero nadie puede decir por quién y con qué objeto
fue construido este gigantesco emblema de la verdad cristiana (?) (72).
Un sacerdote aseguró que Cristo lo había labrado en una noche, durante
el gobierno de Pizarro, (73) como una advertencia a los adoradores del
sol, y que, también anualmente los inclinados a la devoción acuden con
los sacerdotes desde Pisco [a visitar] la cruz; su conclusión, sin embargo, tenía sabor más terrenal (earth earthly) que celestial (heaven heavenly )
No son infrecuentes las esculturas en las rocas, de diversos perfodos, a lo largo de toda América [16], (74) pero no he encontrado referencias a la existencia de esta clase de Pintados de Tarapacá, a no
ser en Inglaterra, en Berks, Wilts y Bucks: los [llamados] "Caballos
Blancos", en los dos primeros condados, y la "Cruz de Hojas Blancas"
en el Último [condado], que alcanza cien pies de altura. Cerca de Oldbury
Castle, en Wilts, hay un caballo blanco, tallado en la pendiente de un
cerro, el que se supone sea un recordatorio de la victoria de Alfredo el
Grande sobre los Daneses en Eddington, o tal vez sea de una antigüedad
aún mayor, como el caballo blanco de los Celtas, que tenía un origen religioso. Cada tres años el pueblo se reúne para "limpiar el caballo" [textualmente : "scour the horse"] o quitar el césped [del mismo]. 1151
("clean away the turf").
.
(69) Este geoglifo, que mide unos 36 m. de longitud, parece representar a un shamán
o sacerdote, y es una de las figuras más complejas, y, a la vez, enigmáticas, de
todos las similares encontradas en el Norte de Chile. Ha sido descrito por E. Iensen,
en reciente estudio publicado en la Revista Geográfica Terra Australis ( 1 9 7 2 ) .
(70) En español en el original.
(71) En español, en el original.
(72) No se ve muy clara la relación entre la enorme figura -semejante a las del valle
de Nazca- y la descripción de Gillis, que parecería referirse a algo muy distinto,
en forma de cruz.
(73) Francisco Pizarro, Conquistador del Perú, gobernó desde 1532 (captura de Atahualpa) hasta 1541, fecha de su muerte.
(74) Geoglifos hay también en la costa sur del Perú, en Nazca. Perú y Chile son las
naciones donde estas manifestaciones rupestres son más abundantes y conocidas,
pero todavía poco estudiadas. Las figuras de Nazca, estudiadas recientemente por
María Reiche, parecen tener una clara simbología astronómica y señalarían actos
de tipo ritual, en conjunción con perfodos astronómicos.
E n 1830 se descubrió una huaca a la entrada del valle de Tarapach;
estaba rodeada de piedras; en su centro, y bajo dichas piedras, estaba
sepultada una mujer indígena; en sus cuatro extremos, bajo una pila de
tres piedras, se hallaban [enterrados] varones indígenas. Entre otros
objetos depositados, se contaba una figura en piedra de una mujer, con
la cara [hecha en] plata.
A dos leguas de Mamiña se encuentra la cruz de San Marcos; aquí
existe un pintado gigantesco representando un idolo indígena.
Partiendo de La Noria, [el viajero] entra en la gran Pampa del
Tamarugal; allí se descansa en La Tirana, donde se obtiene agua de
buena calidad, de pozos, y donde antiguamente se amalgamaba gran cantidad de mineral de plata de Huantajaya y Santa Rosa, sea mediante el
sistema de pisado con el pie de los obreros, sea sometiéndolo al calor en
calderas. El viaje se proseguía en dirección Este, hasta el pie de los
Andes. Durante el verano se siente intensamente el calor en el día, y,
en ocasiones, el viajero se ve envuelto en nubes de arena y polvo salino.
No existe sombra donde protegerse del quemante sol, y el espejismo o
falsa apariencia de agua, el llamado "espejo" de los españdes, es en extremo atormentador para el sediento viajero. Este distrito, extremadamente árido, es un sector de un gran desierto que, con pequeñas interrupciones, se extiende por espacio de 1.500 millas geográficas, desde
Coquimbo, en Chile, hasta Payta, en el Perú.
Hacia el S.E. se encuentran los poblados, de cierto tamaño de Pica
y Matilla, cuyas viñas son alimentadas con agua de regadío. La iglesia
de Matilla es un edificio imponente, y fue erigida por un arquitecto
indígena.
Avanzamos en seguida pasando junto a Tambillo y el hermoso campo de cultivo indígena de Manuel Cruz, con su gigantesco algarrobo
(Prosapis horrida) y sus andenes [de cultivo], que son campos y jardines que cuelgan de las laderas en forma de escalones. Ascendimos una
cuesta muy empinada y peligrosa hasta unos 10.000 pies de altura sobre
el mar. Pronto descendimos al poblado indigena de Macaya, [situado a]
6.278 pies [de altura] el que se halla situado en una profunda barranca.
Cerca de Macaya están las "Minas del Inca", que producen cobre y fueron labradas antiguamente en beneficio de los Incas.
E n viaje hacia la rica montaña de cobre de Yabricoya, a una legua
de Macaya, observé un interesante monumento en la Pampa del León.
Se trata de un bloque granítico aislado, de doce pies cuadrados, denominado la "piedra del león", que está cubierto de antiquísimas esculturas indígenas. El grupo central consiste en un hombre luchando con un
puma, que está sosteniendo el animal con una mano ; en la otra porta una
piedra, como si se estuviera defendiendo. Hay un puma más pequeño, al
igual que figuras de llamas, guanacos, círculos, serpientes, etc. Estas
figuras no han sido cinceladas, sino han sido [elaboradas con el sistema
del] picado (picked out), mediante algún instrumento aguzado. Posteriormente, ha sido grabada una cruz en la misma piedra. Tengo la impresión de que se trata de un trabajo aymara muy antiguo. (75).
E n esta región abunda la dócil llama y alpaca; se ven manadas de
vicuñas y guanacos, como también muchas chinchillas y viscachas. He
visto a este dltimo animal hasta una altura de 14.000 pies en los Andes.
Ocasionalmente, en estos lugares ronda el puma y el avestruz. También
se ven parinas [el autor dice: pcCrzfim] o flamencos, y el poderoso cón(75) Aquí queda explicado el sistema de picado, utilizado para la confección de los petroglifos en las rocas. Probablemente, fueron cincelados con un instrumento de
piedra más dura. Vea Nota (54). La gran cantidad de referencias concretas sobre
lugares que presentan estos signos grabados, así como la especificación sobre los
temas generalmente dibujados, nos hacen proclamar a Wiiiiam Bollaert como el
primer investigador de estas manifestaciones rupestres en el país.
dor que construye sus nidos a alturas superiores a los 15.000 pies y fue
visto por Humboldt evolucionando en círculos a una altura de 22.000 pies.
El cóndor, o cuntur, [es llamado] buitre [el autor trae huitre] por los
españoles. La Enciclopedia Inglesa dice que los cóndores se pueden observar en grupos de 3 ó 4, pero jamás en grupos mayores, como los
buitres. Pero no siempre ocurre así. Mi amigo Mr. George Smith y yo,
fuimos atacados por una bandada bastante grande de cóndores, en las alturas de Iquique, en 1826. Cerca de la cuesta de Iquique, pude ver, en el
año 1854, un grupo de cincuenta cóndores (75-a). En ocasiones, se les
puede ver en bandadas de cien individuos o más, rondando sobre las
haciendas en Chile. Entre los años 1820-1823 cuando se practicaba la
caza de la ballena en Coquimbo, y se veían llegar a la playa sus desperdicios, era posible ver de doscientos a trescientos cóndores prontos a
engullir los restos de las ballenas. Una vez estaba yo explorando con Mr.
Smith la montaña de Molle, cuya cima dominaba a los establecimientos
salitreros de Noria, donde se encontraba un mina de plata abandonada.
Habiendo penetrado en ella para escapar del calor del ardiente sol, muy
pronto nos vimos obligados a salir de alli cubiertos con piojos de cóndor.
Tal lugar es denominado el "Alojamiento", o lugar de descanso. En otra
ocasión, explorando algunos cerros elevados que dominan la Pampa del
Tamarugal, entre unos riscos rocosos, encontramos un depósito de su
excremento. Desde un lugar así, el cóndor atisba las mulas muertas o los
burros próximos a morir en los senderos, en particular aquellos que conducen a/o parten de los establecimientos salitreros.
El cóndor fue objeto de adoración para algunas de las naciones peruanas.
He sido informado de que en Mani, en el sur, se encuentran piedras
esculpidas que representan el sol, la luna y las estrellas, indios y animales, y que en Huatacondo, existen muchas huacas en las cuales se han
encontrado objetos en oro y plata ; [igualmente] que en el valle de Sipuca,
siete leguas al S. de Mani, han sido encontradas figuras de piedra, en
las huacas del lugar.
Entre Arequipa y Uchumayo existen piedras esculpidas; el lugar
es conocido como las "Campanas del Diablo".
Los indígenas de la provincia de Tarapach son aymarhs, y hablan
esta lengua (76). Pueden ser considerados como parcialmente cristianizados; sin embargo, algunos practican todavía [sus] antiguas ceremonias, tales como inciinarse ante el sol naciente y ante ciertas montañas.
En el Paso o abra de Pichuta, observé una pila de piedras, con mascadas de coca sobre ella (77). Parecería que la masticación de la coca, al
subir a grandes alturas, facilitara el ascenso, y estos amontonamientos
de piedras son llamadas apachitas [debe decirse apachetm] o cotorayam
i
.
El Mercurio Peruano de 1794 dice que estas pilas de piedras fueron adoradas como deidades; se les encuentra en todos los caminos montañosos, y parecen haber tenido su origen entre los indios de tempranos
tiempos; en efecto, cuando ascendian una montaña o pasaban cargados
por un sendero peligroso, ponían su carga en el suelo y como señal de
gratitud ofrecían la primera cosa que se les venía a la mano (general(75-a) Hasta hace pocos años, cuando estaba en funciones la Estación Ballenera de
Moiie (Caleta Molle), se podía observar numerosos cóndores que descendían a
devorar los desperdicios tirados en la playa
(76) En la época de Bollaert todos los pueblos de las quebradas y del altiplano, hablaban aymará, incluyendo Pica. En Tarapacá nunca hubo indígenas de habla quechua,
contra lo que ha sido afirmado algunas veces, al menos no en el momento que
nos ocupa. Los pescadores changos, según recientes investigaciones, habrían hablado la lengua "mapuche". (D'Ans, 1974).
(77) Estas "mascadas de coca", se denominan "acullicosJ',nombre que viene de "acullicar", o mascar la coca. Su nombre quechua es akulli o Pijchu.
- 475 mente una piedra) a Pacha-camac, (78) diciendo, "Apachecta", que significa: "a aquél que me ha dado vigor".
En el paso de Pacheta encontré una pila de piedras y [el lugar] ha
tomado su nombre de las Apachitas. [léase apachetas].
Subiendo por la barranca de Pisagua, que corre a través de las montañas de la costa, en la parte norte de la Pampa del Tamarugal, se llega
al gran poblado de Camiña, donde se cultiva maíz, alfalfa, olivos, uvas
y otros frutos. También se cría la llama y la alpaca. Este punto puede
5er considerado como uno de los lugares de acceso a la cordillera. Se
encuentran tumbas que contienen objetos de oro y plata, como igualmente
cerámica con diseños en alto relieve. El sendero conduce entonces hacia
el Este subiendo la cuesta de Parasuya hasta llegar al paso de Pichuta.
Maymaga se encuentra junto a una ciénaga; a la hora de la puesta del
sol el termómetro marca 26". Este es uno de los muchos sitios solitarios
en los Andes, denominados estancias o granjas de llamas. Llegamos luego al paso de Pichuta, por lo menos a 15.000 pies [de altitud] donde gete sopla un ventarrón penetrante, procedente del S.E.
Desde aquí se puede ver el volcán de Isluga, como también numerosos picos y crestas nevadas. Desde Anquaje [Sic por Ancoaque] se pueden observar cinco aberturas [cráteres] en el vo!cAn. Isluga es una estancia indfgena ("Indian farm") [situada a] 14.000 o más pies sobre el
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mar, provista de un arroyo que proviene del macizo colosal de Carabaya,
de 18.000 pies de altitud, el cual fluye al interior del lago de Isluga, donde se encuentra un pez de feo aspecto, el suchi. En algunas depresiones
situadas entre los cerros se cultiva con dificultad algunas papas y la
quinoa. [Chenopodium q u i m ] (78-a).
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El volcán de Isluga no es de forma muy cónica, pero ocupa cierta
extensión. En el invierno, se cubre de nieve hasta su misma base. En
m s vecindades se escuchan fuertes y retumbantes ruidos, y con frecuenfi, cia se sienten allf temblores. He indicado para el volcán la altura apro';rl ximada de 17.000 a 18.000 pies sobre el nivel del mar. (79). Creo que
yCMr. Smith y yo, hemos sido los primeros en describir este volcán. Hacia
- & A':
el oriente de Isluga comienza una planicie salina, que se extiende hasta
las proximidades de Potosí, variando su ancho entre 3 y 8 leguas; en
, ella la capa de sal tiene un espesor que va de 5 a 10 pulgadas (80).
Al Suroeste de Isluga queda Chiapa, a 9.000 pies sobre el ochano
Te-). (81). Desde este poblado indígena Mr. Smith y yo ascendimos el hermo- ) - A sísimo monte Tata Jachura (vea pág. 10, en lo que se refiere a su tradición), en el mes de junio. Abandonamos Chiapa a medio día, [tre1
pando] por crestas y cuestas rocosas y al caer el sol acampamos bajo la
protección de unos enormes riscos para pasar la noche. A la mafiana
siguiente a la salida del sol, soplaba un viento impetuoso desde el Este,
sumamente frío. Seguimos ascendiendo en nuestras mulas hasta donde
>, lo permitía el fragoso sendero, y allf nuestros guías indfgenas nos pidie3
y- los grandes cactus
[Cereas a t a c m e d s ] y las únicas plantas visibles era
el pasto ichu, [Stipa ichu] arbustos achaparrados de tola, [Baccha&tola]
y la llareta resinosa (Bolax). Nuestro ascenso se realizó por sobre frag7 mentos rocosos muy parados (probablemente de pórfido), hasta que lle15 gamos a una gruesa capa de hielo. Nos sangraban un poco las narices y
I', percibíamos un silbido desagradable en los oídos, dolor de cabeza, y obs-
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(78) En realidad, es a la Pachamama, o Madre Tierra, a quien se hace la ofrenda. La
Pachamama era una divinidad muy importante en la t e o g o ~ aincaica y aymará.
(78-a) La base de la economía en el altiplano es la ganadería de auquénidos.
(79) Situado a los 19" O 1 Lat. S.y 680 44' Long. W., a los 5.530 m. sobre el nivel del mar.
(80) Se trata del Salar de Coipasa, en su mayor pa.rte en territorio boliviano.
(81) Chiapa está situada en los 19" 33' Lat. S. y 690 14' Long. W.,a 3.115 m. de altitud.
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curecimiento en la vista, causados por la puna, soroche o estado atenuado
de la atmósfera; el cuerpo estaba entumecido a causa del frío extremo.
A pesar de ello, a la 1 P. M. después de una penosa y laboriosa lucha,
alcanzamos la cima cruzando hielos y rocosas fragmentadas; debajo de
nosotros quedaban los glaciares. Señalo la elevación de este pico sobre
los 17.000 pies sobre el mar C5.240 m., según Risa Patrón]. Soplaba una
ventisca penetrante procedente del este, y hacía tanto frío que el agua
de la calabaza estaba congelada, y un trozo de carne asada, [que llevhbamos], estaba tan duro como un ladrillo. Nuestros dedos estaban tan
rígidos y helados que apenas nos era posible servirnos de nuestros instrumentos de topografía. Ni siquiera teníamos fuerza suficiente para poder encender un cigarro y apenas nos era posible oírnos el uno al otro.
Desde la cumbre teníamos una vista gloriosa de los Andes; muchos
picos deben haber estado de 3.000 a 6.000 pies más alto. Hacia el Norte,
divisamos unas montañas elevadas, muy probablemente el grupo volchnico a una distancia de 60 ó 70 millas, entre los cuales el Gualtieri [sic
por Guallatiri], a 22.000 pies (82) ; el Parinacota, a 22.030 pies y el Sehama [sic por Sajama] (83) a 22.350 (según Pentland). El cielo sin
nubes presentaba un color índigo oscuro, y los picos helados y crestas
mostraban un contorno atrevido y bien definido. Humboldt observa que
en los Andes el azul celeste se mezcla menos con el blanco, por cuanto el
aire se encuentra constantemente en una extrema sequedad. Se me ha informado que en los Andes de Atacama es éste tan seco, que los marcos
de los cuadros se hacen de sal. Resultaba un fenómeno interesante el que
las estrellas eran visibles como si fuera de noche. Se me ha dicho, igualmente, que en Copiapó el cielo es tan claro que a la 1. P. M. se ha vista
un planeta.
El descenso no nos ocupó mucho tiempo; pronto alcanzamos a nuestros guías y al entrar en Chiapa a la puesta del sol, las campanas de
la iglesia fueron echadas al vuelo y nos esperaba una buena comida, incluyendo la callapurca [sic por calalncrca] (83-a) un sabroso guisado,
mantenido caliente por grandes piedras recalentadas que se le agregaron, y una chicha añeja grasienta, [todo esto] en honor al hecho de haber sido nosotros, con toda probabilidad, los primeros en alcanzar la cima
del Tata Jachura.
Mamiña es un gran pueblo indígena, donde sólo se habla el aymará.
Sobre la ciudad se ven varias hileras de pequeñas puertecillas; semejan
las troneras de un barco de guerra. Estas son puertas de cavernas [cavadas] en la roca, usadas por los indígenas como lugares de almacenamiento, y, probablemente, de origen pre-hispánico (aboriginal). Las puertas están sostenidas por candados de madera, y se abren y cierran con
una llave semejante a una brocheta (skewer like).
Según D'Orbigny, el quechua se habla desde el ecuador hasta los 28O
S. (interrumpido a los 15" S. por el pueblo aymará) y su número [de
habitantes] es de 934.707 [de raza] pura y 458.572, mestizos. Los ayma.
rás se encuentran 'desde los 15O a los 20° S., en las proximidades del
Lago Titicaca y las ruinas de Tia Huanacu (84). (rodeados por los quechuas) y son 372.397 de raza pura y 188.237 mestizos.
[Se omite en este punto, un párrafo referente a los Quechuas,
de menos significación para nuestra área, el que consta de 20
líneas en el original].
(82) El volcán Guaiiatiri tiene una altura de 6.060 m.
(83) El volcán Parinacota alcanza una altura de 6.630 m.
(83-a) La grafía correcta en quechua es kallap'u~ka.
(84) La grafía usada actualmente es Tiwanaku; sitio arqueológico famoso, de la cultura
de este mismo nombre, que desarrolló un complejo carácter urbano desde comienzos de la era cristiana, y que, en forma de un Tiwanaku expansivo, alcanzó a
infiuir en el norte chileno, en formas textiles, diseños y decoración en madera y
piedra, hasta aproximadamente el siglo IX - X D. C.
Los Agmaírá: Ludewig clasifica a la raza ayrnarií como [propia de]
los indígenas de Bolivia, las provincias del NW. de la República Argentina y el Sur del Perú. E n mi opinión los aymará presentan un color
café oliva, más oscuro en los Andes; el pelo es negro y liso, no abundante, y puede ser considerada una raza de estatura pequeña. La población
indígena de Tarapacá es de alrededor de 6.000 [personas]. La Paz, en
Bolivia, viene a ser algo así como el centro de la comarca aymará, que
antiguamente incluía, entre otras, los Canchis, Casnas, Collas, Lupacas,
Pacases, Carancas y Charcas. (85)
Lo que sigue puede ser considerado de interés para los filólogos.
Está tomado del prefacio español al Evangelio de San Lucas, traducido
al aymará por el finado don V. Pazos. La lengua aymará posee una pronunciación labial dental y gutural que le es propia. La primera es designada como pp, siendo pronunciada emitiendo la respiración con fuerza
~ :
contra los labios juntos, como en @, un agujero; ~ m , . enterrar.
La segunda, con tt, se ejecuta colocando la lengua contra los dientes, como en ttantu: cabeza, pero, al ser pronunciada con fuerza, significa alguna picardía. La tercera, ck, o k se pronuncia en la garganta, como
choka: árbol; kollke, dinero. La w ha sido introducida porque la v espa-e
ñola y la u no dan el sonido w, que en aymará es el mismo que en inglés,
así acawa: este; acawa: aquí. Las otras letras tienen el mismo valor
y sonido que en español.
Rivero y Tschudi dicen que la lengua aymará es muy semejante al
quechua y que, sin duda, viene de la misma raíz. Muchísimas palabras
son idénticas en ambos idiomas, y existe aún una notable semejanza en
la estructura gramatical.
Bajo Yahuar-Huacac VIII. Inca, el Colla-suyu, o sea la región comprendida entre Arequipa y Atacama, fue sometida a su control; aquí
habría estado incluida la provincia de Tarapacá. El año 1826 residía en
Mocha una familia indígena noble, apellidada Quispe Sugso descendiente de los Incas.
Estando en Macaya (86) durante la fiesta de "Nuestra Señora de
la Candelaria" [el 2 de febrero] y no habiendo sacerdote, el cacique recitó las oraciones en la capilla, y en el momento en que el sol se estaba
poniendo y esparcía su magnífica luz dorada sobre las montañas, justamente debajo de la casa del cacique, se procedió a extender un paño.
bajo un estrado. Al son de alegres canciones Cachua [¿querrá decir el
autor, quechuas?] de tamboriles, flautas de pan y pitos, las mujeres
traían vasijas de barro que contenían sabrosos guisados, condimentados
con ají o pimienta roja. El cacique y los varones estaban sentados bajo
el estrado, siendo servidos por las mujeres con deliciosos platos, frijoles,
maíz, etc. Las muchachas jóvenes pasaban la chicha a los hombres, los
cuales bebían copiosamente. Después de lo cual, al proximarse la noche,
el grupo festivo se retiró a un edificio de mayor tamaño, a cantar haravis 1161, tristes melodías u otras, a danzar, reirse, vociferar, tal como
saben hacerlo los indios bajo la influencia de su amada chicha [17], re(86) Los grupos a uí citados eran antiguos señoríos aymarás, siendo los más importantes los %olla, los Pakaga Pacajes o Pacases) y los Lupaqa Estos últiuno de los
mas estaban situados al W. del ago, %eran el grupo más rico
s Pakaqa vivían al S . &1 Lago, simás numerosos del universo aymará.
y d o el d o Desaguadero, y eran vecinos de los aymarás del lado actual chieno. Seguían hacia el Sur, junto a la frontera, los Ca~angay luego los Lipe.
Al parecer, estos grupos no penetraban hacia el W. (territorio chileno actual),
ya ue esas áreas dependían de caciques aymaras de los valles intermontanos
de zamiña, Tarapacá o Pica (Ch. Larrain, "La Poblaci6n indígena de Taraacá", en este mismo número).
(86) acaya estii a los 1.920 m. de altitud, a 12 km. al S. de la aldea de Mamiña y se
encuentra a los 20° 08' Lat. S. y 69O 12' Long. W., aproximadamente, en un
minúsculo valle cultivado.
L
96
citar sus tradiciones, tal como la del Tata Jachura [referida anteriormente] o rememorar escenas del drama de la muerte del Inca Atahualpa.
gPodría encontrarse aquí algún buen sentimiento hacia los invasores españoles? Se recuerdan así los tiempos de Tupac-Amaro (87), Pumacagua y otros patriotas indígenas. Había algunas pocas muchachas hermosas [en el. lugar] y cuando la excitación de la danza hizo huir la melancolía habitual que invadía sus rasgos, empezaron ellas a parecer interesantes. No puedo decir mucho de las damas maduras, por que
costumbre de mascar coca no contribuye [precisamente] a agregar al
a su ya decadente belleza. En medio de las caricias, ocurrió el brusco
movimiento de un temblor, que comenzó con un ruido sordo y prolongado (rumbling) , seguido de un movimiento ondulatorio, y finalmente
la sacudida. Tal hecho hizo desaparecer la algazara indígena.
E s ea tales ocasiones cuando el indígena realiza el juego de ~púcsurc
E s un juego de gran antigüedad, y parece ser el único de este tipo.
Pasa significa cien, y gana [en él] aquel que primero alcanza tal número.
Juegan a él con dos instrumentos: uno es un águila extendida, hecha en
madera, con diez agujeros en cada lado, los que constituyen las decenas,
y se encuentran marcados con clavijas [pega: ¿espigas?] que señalan
las ganancias de cada uno; el otro es un hueso, semejante a un dado,
cortado con siete caras, cada una de las cuales tiene una marca particular, llamado Gwcywo ( h y w ) . Los otros cinco valen de acuerdo a su
número, y el último, está en blanco. El modo de jugar consiste en arrojar en alto el hueso y se gana tanto cuanto aparece en las marcas de la
superficie superior. Pero el guayro [sic!] vale diez, y un número igual
se pierde si sale la cara en blanco.
En tiempos de Ulloa (86) era fama que el indígena creía en "ver
la suerte", y que ellos empleaban artificios, supuestos amuletas y extrañas eomposiciones, con el objeto de obtener alguna felicidad visionaria. Yo no encontré historias de fantasmas en el sur del Perú. Sin embargo, aquí y allá, uno oye expresiones que se aproximan a una creencia
supersticiosa. Al preguntarles por qué las minas de plata de El Carmen,
cerca de Iquique, no se trabajaban, la respuesta era que una mula blanca
parió allf y tal suceso había hecho cesar la producción de las minas. (88)
(87) Tu @jAmaru José Gabriel Kuntarkanki, caudillo indígena nacido en 1740 y
subfevado contra el oder español en 1780-81. Derrotado por las fuerzas peninsulares fue ejecuta& el 18 de mayo de 1781. Su nombre significa "Serpiente
Real" (anaarac: serpiente; tu aj: augusta, real).
(88) Es notable la preoeu aci6n
Bollaert por buscar elementos de1 folklore popular. Tal h-ho acentL lo I firmado por nosotros en la introduccibn, en el
sentido de que Bollaert d e k . considerado un pionero en 1s etnografía g
arqueología chilena.
&
PINTADOS-
INDIAN PICTO GRAPHY, TAR A P A C A ,
S O U T H PERU.
---.==
On Road from La Noria to the Pampa
On R o d from Iq uique to La Noria.
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Morth of Lu Esas or the Borax Towns
- -- - .
-*
.
.
*A Huaca or Iomb
p t.59
~ ~ " u & i ; r u
- 479 NOTAS DEL AUTOR
(S610 los paréntesis cuadrados iniciales (corchetes) señalan la cita del autor;
los otros, que complementan una abreviación, o los paréntesis cuadrados en medio
del texto, son nuestros).
[ l ] Ethno (logical) Soc (iety) , Febr. 1860 : "On deformed skulls found a t Wroxete". Se ha pensado que la deformidad general de ciertos cráneos peruanos habría
sido producida por alguna causa externa, después del enterramiento. Lo que yo observé en Arica pudo haber sido así causado, por cuanto los peruanos entierran generalmente a sus difuntos en posición sedente.
[2] Ethno (logical) Soc (iety) Jornal, Vol. 111, London.
[3] Vea mi trabajo en la Gwlogical Society, 1838.
[4] Geographical Soc(iety) Jornal, 1851; I'Southern Peru", United Service
Journal, 1848; Essay on the Origin of Salt BE,", Jornal Soc(iety) (of) Arts, 1854;
"Examination of the Nitrate of Soda and Borate Distritict", British Association,
1860; P(rovince) of Tarapaca, by J. H. Blake, Sillimans Jornal, 1848; "Darwin's
Geological Obs(ervations) on South América"; "Source and Suply of Nitrate oI
Soda", by P. Pusey, Jornal Agricultura Soc (iety) , 1853 map ; 'Williamson : Observaciones sobre la industria de Tarapacá", Lima, 1859; "Trade in Nitrate of Soda",
Steam Shipping Gazette, Sept. 19, 1859; Obs(ervations) on P(rovince) of Tarapacá", by Don M. B. de la Fuente, Geographical Soc(iety) Journal, 1856.
[5] Plano de las localidades de la P. de Tarapacá en el Departamento de Moquegua adonde se encuentra Nitrate (sic!) de Soda y Borato de Cal con las oficinas
principales y sus caminos a los puertos habilitados para su embarque, por Jorge
Smith, F.R.G.S. Dedicado a S.E. el Mariscal Dn. Ramón Castilla, Presidente del
Perú.
161 Peruvian Antiquities, 208,9. (Se trata de la obra de Mario Eduardo Rivero
y de Johann Jacob von Tschudi: Antigüedades Peruanas, publicada en Viena en
1841).
[7] E. M. Rivero, Antigüedades Peruanas, 1841; Tschudi, Travels in Peru, 504.
[8] Tschudi afirma haber encontrado raspas de maíz en tumbas pertenecientes
a un período anterior a los Incas, y de dos clases.
[9] American Jornal of Science, 1846.
[lo] Garcilaso [de la Vega], Libro 11. Como amarrar un ca a o en el desierto
de arena. Cave un hoyo, llene una bolsa con arena, métala al hoyo y tápela; amarre
a l extremo de la bolsa el cabresto o soga.
[ l l ] E n uno de nuestros viajes, en Enero 1854, el termómetro marcó como sigue: en La Noria, a 3.213 pies sobre el [nivel del] mar, a las 5.00 A.M. 64' F.
[17,'i0 C.], a las 13.00 P.M., 83O F. [28,3O C.], a las 20,OO P.M.,63" F. [17,20 C.],
a l sol a l mediodía, 9Z0 C. [33,3O C.] sobre un montículo de arena: 128" F. [53,3O C.].
1121 Hidrocalcita o hayescina. Un espécimen examinado en el Museo de Geologis Práctica, arrojó agua: 27,22; ácido sulfúrico: 1 , l O ; cal: 14,32; soda: 8,22;
potasa: 0,51; cloruro de sodio: 1,65; arena: 0,32; ácido bórico: 45,66; ácido nítrico:
1 = 100, con trazas de iodina y ácido fosfórico (phos. acid.).
[13] Rivero y Tschudi, 205. A imitación de los egipcios, los peruanos extraían
el cerebro a través de las ventanillas de la nariz, explicándose así la pérdida de los
huesecillos que separan los ojos, y la fractura operada en la sutura. Los huesos
mencionados, como hallados en el Pintado thabrán sido de este tipo?.
[14] Pisco y Pichui, ave.
[15] Para ver dibujos de algunos, refiérase al L'Univers Pittoresque, Bresil,
1837; Wallace, Travels on the Amazon, 1853; vea, igualmente, Humboldt, Schomburgh.
[16] Vea mis Antiquarian Researches in Tarapacá, Perú, Antiq. Soc(iety) (of)
London, 1857.
[17] Un espécimen de esta ave, especie nueva, ha sido depositado por mí en el
Museo Británico.
[18] De Haavicus, un poeta indígena, que compuso dramas, escribió idilios y
odas, en forma particular.
[19] Vea mi trabajo acerca del "Indian Corn", Hogg's Instructor, July, 1852

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