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Nivel 1 0.- Ubicación histórica de los tiempos de don bosco. 1.- Orfandad y la herencia de pobreza. 2.- La madre. 3.- La escuela de capriglio y el comienzo de los conflictos familiares. 4.- El primer sueño. 5.- El éxodo de la casa materna. 6.- El año de la amistad con don calosso. 7.- En la escuela de castelnuovo. 8.- Estudiante de chieri. 9.- Seminarista en chieri. 10.- La residencia eclesiástica (convitto). 11.- Proceso de las opciones pastorales del joven sacerdote juan bosco. 12.- Las respuestas pastorales de don bosco a los jóvenes de su tiempo.(Nucleo 12-a) 13.-Las respuestas pastorales de don bosco a los jóvenes de su tiempo.(Nucleo 12-b) 14.- La familia salesiana. 15.- Sistema preventivo y oratorio. 16.- Don bosco y la escuela. 17.- Parroquia y carisma salesiano. Director general Ilustración Diseño Autor P. Juan Carlos Quirarte sdb Nino Musio María Eugenia Soltero P. Fernando Peraza sdb P. Jorge García M. sdb www.cispaj.org EL PRIMER SUEÑO Curso de Salesianidad 1 Nivel 1 NUCLEO 4 Autor P. Fernando Peraza sdb Adaptación P. Juan Carlos Quirarte sdb Le titulamos el “primer sueño” porque es el inicio de un sueño de toda la vida de Juan Bosco. El sueño comienza hacia 1825, un sueño que se va repitiendo, en el inconsciente de Juan sigue vivo, prolongándose. Y de pronto se manifiesta. Cuando muere su amigo Calosso, y cae en angustia Juan, viene el sueño. Cuando entra en dificultades por sus problemas de estudio, viene el sueño. Y el escenario cambia. En esas repeticiones del sueño los personajes se hacen cada vez más complicados, de ser en primer lugar los chicos campesinos, después serán los jóvenes urbanos, los emigrantes. En algunos de los sueños incluso intenta huir Juan, como si quisiera huir de esa misión encomendada. Es un solo sueño: los muchachos más necesitados. Su vida tiene un solo significado, llegar a los muchachos, darles confianza, transformarlos, ganarlos para Dios. En ese sueño encuentra su proyecto de vida e intuiciones para actuar. Cuando tiene más de 70 años, el sueño se sigue repitiendo, (1886) pero ahora el panorama es mundial, los muchachos del sueño capturan a don Bosco. En la misa de 1887 al inaugurar la Iglesia del Sagrado Corazón, no puede terminar la celebración, porque ahí se le revela que el sueño se ha cumplido. Se acaba el sueño… se acaba la vida de Don Bosco. Cuando se padece una situación difícil a manera personal, se tiene muchas veces un clima causante. Cuando Juan tiene 9 años, la situación del entorno no era la más fácil. El sueño va a ser una alternativa diferente a la situación existente, el sueño le va a mostrar lo que Dios quiere de él para que se transforme esa realidad que le toca compartir. 1 Hizo su primera comunión en la Pascua de 1826. Acababa de morir la abuela el 11 de febrero. Mamá Margarita acompañó a Juan muy de cerca, le aconsejó muy bien, le ayudó a prepararse, estuvo a su lado en la primera confesión y comunión; hizo la acción de gracias con su hijo y no permitió que ese día se ocupara de otras cosas sino de leer algún libro piadoso y de rezar. PARA REFLEXIONAR una h ubo e a í d l e br e aqu i vida, so en d s e m “D ncia y ra e n mejo la obedie emás, en sd todo, isión a lo o me la sum al principi q ue o, ya mis que h c u n er ba m costa quería opo es a ion re siemp tiles objec ” (MO., infan mandato uier 5 6) . cualq 9 p. 3 ¿Cuáles son las reacciones de Juan frente a los muchachos del sueño? ¿Qué te dicen estas reacciones acerca de su temperamento? ¿Qué elementos aparecen en el sueño que indican la educación que ha recibido? ¿Cuál debe ser la reacción de un buen educador cristiano y salesiano ante la mala conducta o provocativa de los muchachos? En pequeños grupos compartir la respuesta a esta pregunta: ¿Cuál es tu sueño de los 9 años? ¿Cuáles son tus ilusiones más profundas? ¿De qué te gustaría estar profundamente satisfecho cuando mueras? Para profundizar sobre este tema JIMENEZ Fausto, Los sueños de Don Bosco, ccs, Madrid 1989, primera parte LEMOYNE, MB., vol. I, p. 343. y en MB., vol. XVII, pp. 16-21. BOSCO Teresio, Don Bosco, una biografía nueva, ccs, Madrid 1979, pp. 328-330 FIERRO Torres Rodolfo, Los sueños de Don Bosco, ccs, Madrid 1989. 6 Tuvo este sueño, probablemente alrededor de la fiesta de la Anunciación, el 25 de marzo (en el sueño se refleja el esquema de la Anunciación y hay explícita alusión a este misterio en “el ángelus”), o hacia las fiestas patronales de San Pedro en Murialdo (“apacienta mis ovejas”). Algunas imágenes del sueño pudieran haber sido proporcionadas por la predicación del Jubileo ordenado por el Papa León XII en ese año 1825. “A los diez a ños hacía lo que era com edad: una es patible a esa pecie de ora to ri o festivo… Había en I B ecchi un pra do en donde entonces alg crecían unos árbole s, de los que un peral, qu to d avía queda e en aquel ti empo me sirv Ataba a ese ió de mucho. árbol una cu erda que an más distante u daba a otro . Después un a mesita con una alfombra la bolsa y en el suelo p ara dar los sa Cuando tod ltos. o estaba pre parado y el por lo que ib público ansi a a venir, en oso tonces invita rezar la terc b a a todos a era parte de l rosario… A subía a una c a b ado esto silla y predic aba o, mejo repetía lo qu r dicho, e recordaba de la explica Evangelio qu ción del e había oído por la maña Iglesia, o tam na en la bién contab a hechos y e en algún lib je mplos oídos ro. Termina do el sermó poco y ense n , se rezaba un guida venían las diversion es”. (MO., 7 pp. 353 y 35 4). Dicho jubileo estaba centrado en esclarecer el “servicio pastoral” del Papa, de los Obispos y de los sacerdotes y procurar su mayor acercamiento a las necesidades espirituales del pueblo de Dios. Así narra Don Bosco su sueño, casi cincuenta años después de haberlo tenido. amente ó profund d e u q e a mi m sueño que estar junto ro n ó i u c s e r e a c p n ento ilia. Me an núme “Tuve por toda la fam e entretenía un gr a r n, a p e t n os tambié nde s la me h o n c d e u n o m e d a o o s b r gra o, pe pacio s para n patio es n riendo y jugand entre ello te n e m a casa, en u a v b ti chos, esta ncé instin de mucha . Al oír esto, me la an azos. blasfemab os y puñet it r g able, de a r a ll a na vener o s r e p hacerlos c a nco, n u manto bla apareció n u , o t ía r n e b u m c ó por mo estido. Lo . Me llam v a En aquel r e e t n e e u q m o s lla hos, ronil y be ostro por lo lumino s muchac a o v ll e o t u c q e a p as su r frente de graba ver nerme al o p ó pero no lo d n a n l os e y me m ganar co a : s s a a r v b s mi nombr la o l dad. pa tuyos no y la cari o ome estas s d e o n r g i b ié d m m a a u ñ a ansed pecad A estos con la m aldad del o fe in s la , s s le e r golp nseña ahora a e tud. Empieza vir sura de la bre y la hermo era un po ue yo ntonces q s de religión a e e j i d e l , emor blarle a, los do y con t a z de h a p a c in yo hablab e s Confundi a e r t t n n a e r i o , ign nto, m muchacho os. En ese mome n. c e rodearo chi m s y r lo a l e e l u e q p a de s dejaron muchacho 2 gunté: ue decía, le pre q o l e osibles? d ta n e cu me acer cosas imp h a d an m e Yo, casi sin dar m e las posibles n es usted qu les debes hacer b si o p m i n - Pero, ¿quié ce e sitas. te porque te par encia que nece ci - Precisamen a l o d n ie ir u adq obedeciendo y irirla? do mo podré adqu ría sin la cual to có u y id e b d a s n ó a d es n á e ¿ ar , - Y te enseñ la Maestra que - Te voy a dar era? rá una tontería. rme de esa man otro estudio se la ab h a ar tres ar p ed t umbró a salud t s ién ese us u co a ¿q e y t , e o r er ad P ien tu m de Aquella a qu - Soy el hijo con gente a no meterme o d a ñ se veces al día. en a h me precisamente, nombre. - Mi madre, iso. Dígame su m er p u s n si a zc o que no con mi Madre. pregúntaselo a ?, re b m o n i - ¿M vestida to majestuoso, ec p as e d ra o ñ Se d e s us a su lado a una o si cada uno vi m o to c s en te m o ar p m el as En aqu cía por tod que resplande con un manto estas, me te. guntas y respu a estrella brillan re n p u is a m er u f en s o to d n a ano: pu cert samente de la m o ez más descon v ad a d d n o ca b e e m m o o d Vién , y tománd acercase a Ella indicó que me Mira, me dijo. su lugar aparecido y en es d n a í ab h s chacho . e aquellos mu os animales más ch u m ey s o tr o Entonces vi qu y s os, oso humilde, fuert at e g t s, az ro H . er p ar , aj b as r a r había cab con estos que debes t aconteciendo el campo en el tá es es e e t u q Es s ve e lo qu en cuenta que mis hijos. robusto y ten tú hacerlo con e u q s e en ti , es animal abía mansos ales feroces, h im an s lo e d z ve , como si es y vi que, en torno nuestro c n o en t o en d é n v la r e ai s b Ob rrían saltaban y co ñora. corderos que e ersonaj y la se p al ar j e t s e f quisieran edía se me ché a llorar y p e e m , o ñ e u s el o nada. había entendid o, y siempre en o t n en ra m o o ah m a el st u a h En aq a pues a, me dijo: s de otra maner o sobre la cabez dijeran las cosa an m la e m o d n onié Entonces Ella, p derás todo. po lo compren em ti su A spertó”. n ruido me de Y dicho esto, u 3 Al contar a su familia el sueño, las interpretaciones son diversas. Don Bosco confiesa que él se quedó con la de la abuela, analfabeta del todo; “no hay que hacer caso de los sueños”. Pero dice Juan Bosco que nunca pudo echar en olvido aquel sueño. Aquel sueño se repetirá durante los siguientes años, hasta 1846. El cuadro de fondo es el mismo, pero se van agregando nuevos elementos. Repeticiones del sueño: Año 1825 1831 1834 1836 1844 1845 1845 1886 Edad de Juan Bosco 9/10 años 16 años 19 años 21 años 29 años 30 años 30 años 71 años Fuente MB., vol. I, pp. 114-118 MB., vol. I, pp. 207-208 MB., vol. I, p. 254 MB., vol. I, pp. 342 y ss. MB., vol. II, pp. 191 y ss. MB., vol. II, pp. 229-231 MB., vol. II, pp. 261 y ss. MB., vol. XVIII, pp. 71, 72 La aclaración definitiva de su sentido lo verá Don Bosco el 15 de marzo de 1887, al celebrar la misa en la Basílica del Sagrado Corazón en Roma. Cuando Don Carlos Vigliettti le preguntó la razón de haberse emocionado tanto (había interrumpido la misa 15 veces a causa del llanto), le respondió: “Tenía viva ante mis ojos la escena de cuando soñé a los 10 años. Veía y oía realmente a la mamá y a los hermanos opinar sobre el sueño…” Se había cumplido aquello que le dijera la Señora en el sueño: “A su tiempo lo comprenderás todo”. Había llegado al término de la misión que se le había confiado. Después de este sueño vocacional, en el que no cree, se produce una consecuencia operativa. Empieza a hacer un ejercicio de su misión apostólica. Irá realizando lo que más tarde será el oratorio, primero en su casita de I Becchi, entre sus amigos, y después en Moncucco, en Chieri… y finalmente será su opción apostólica en Turín.