Libertados por la Palabra hablada

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Libertados por la Palabra hablada
WILLIAM SOTO SANTIAGO
POR LA PALABRA HABLADA
Domingo, 28-03-1993 (P.M.)
Cayey, Puerto Rico
Domingo, 28 de marzo de 1993 (P.M.)
Cayey, Puerto Rico
Este mensaje predicado por nuestro amado hermano
William Soto Santiago,
Es distribuido gratuitamente.
“Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye diga:
Ven. Y el que tiene sed venga; y el que quiera, tome del agua
de la vida gratuitamente.”
Apocalipsis 22:17
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WILLIAM SOTO SANTIAGO
aquí en la funeraria: “Cayey Memorial,” pero su alma y su
espíritu están en el Paraíso, de donde vendrá en un cuerpo
eterno, para estar nuevamente con nosotros en la flor de la
juventud.
Y el martes próximo será el sepelio de su cuerpo, a la una
de la tarde; a todos los que le sea posible estar, nos veremos allí
el martes a la una de la tarde, y también a todos los que les sea
posible estar esta noche en “Cayey Memorial,” y mañana
también durante el día o durante la noche nos veremos allá en
alguno de esos momentos.
Así que Dios les bendiga, Dios les guarde a todos, y
adelante escuchando la Palabra hablada, que es la Palabra con
la cual seremos libertados; por eso fue representada en la
trompeta final y en la gran Voz de trompeta.
Bueno, el lunes de la otra semana ya estará con nosotros
nuestro hermano Bermúdez, y estaremos el domingo próximo,
yo creo que es cuando comienza la semana santa; así que
oremos mucho para que Dios nos dé todo lo que El desee que
nosotros recibamos en esos días. Yo estaré esperando de parte
de Dios todo lo que El tenga para mí y para cada uno de
ustedes.
Así que oren mucho por mí, yo estaré orando también por
ustedes, para que Dios nos dé todas las bendiciones que El
desea para nosotros en esos días.
Que Dios nos bendiga, Dios nos guarde, a todos aquí en
Cayey, Puerto Rico, y también a cada uno de ustedes a través
de la línea telefónica en los diferentes países de la América
Latina, del Caribe, de Norteamérica y del Canadá. Y Miguel,
que Dios te bendiga grandemente, y adelante. Con nosotros
nuevamente Miguel Bermúdez Marín para concluir nuestra
parte en esta noche. Adelante Miguel. Dios les bendiga y les
guarde a todos.
“LIBERTADOS POR LA PALABRA HABLADA.”
LIBERTADOS POR LA PALABRA
HABLADA
LIBERTADOS POR LA PALABRA HABLADA…
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Algunas personas quizás piensan que las cosas que fueron
vistas en sueños o en visiones, que haría el séptimo mensajero,
se tienen que cumplir en el mismo séptimo mensajero William
Marrion Branham; pero no han comprendido que en él se
estaba reflejando lo que Dios haría en una nueva dispensación
y en una nueva edad que vendría, en donde Dios se
manifestaría y haría esas cosas, y sería conforme a Su Palabra.
Ahí en ese sueño del hermano Branham que hemos leído
en el Libro de Citas, Dios le está mostrando el año del Jubileo,
en donde viene la liberación para el pueblo de Dios. Y vean
ustedes en la forma que Dios le muestra estas cosas, así como
lo hizo con otros profetas en el Antiguo Testamento y también
en el Nuevo Testamento.
Todo esto habla del tiempo en donde Dios estará
libertando a Su pueblo, que será en una nueva edad y en una
nueva dispensación, en la Dispensación del Reino, en la Edad
de la Piedra Angular; porque ese es el tiempo para ser
libertados por la Palabra hablada de Dios, que es la Palabra
creadora de Dios, con la cual Dios realizará todo lo que El ha
prometido.
Así que para nosotros lo más importante es recibir la
Palabra hablada de Dios, porque por la Palabra hablada de Dios
es que seremos libertados en este tiempo final: “Y conoceréis la
verdad, y la verdad os libertará.”
Así que seremos libertados por la Palabra hablada de Dios,
porque ella se materializará en el cumplimiento de lo que ha
sido hablado.
“LIBERTADOS POR LA PALABRA HABLADA DE
DIOS.”
Que Dios nos bendiga, que Dios nos guarde. Muchas
gracias por vuestra amable atención, y ya estaremos
nuevamente aquí el viernes próximo, y también el domingo en
la mañana y en la tarde.
En cuanto al anuncio que les hice en la mañana, de la
partida de nuestra amada hermana Miguelina, su cuerpo está
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WILLIAM SOTO SANTIAGO
suficiente en mis brazos para romper esas barras (esos
barrotes).’ Así que dije, ‘Casa del Infierno, ríndete en el
nombre de Jesucristo’; y todo el recrugir y toda la detonación,
y las rocas rodando, y las barras cayendo, y gente corriendo,
gritando: ¡Libertados!, y gritando a lo alto de su voz, y todo fue
libertado. Y yo estaba gritando entonces, ‘Hermano Roy
Borders, ¿Dónde está ud? ¡Dios está librando (libertando) a
Su gente! ¿Dónde está, hermano Borders?”
Ese es el tiempo de la liberación, el tiempo donde Dios
está libertando a su gente, este es ese tiempo; y esa liberación
tiene diferentes fases, una de ellas será más adelante, en donde
El nos libertará de este cuerpo, y nos colocará en un cuerpo
eterno, y luego más adelante nos colocará en el glorioso Reino
milenial.
Ahora, Dios está libertando a Su pueblo. Es un éxodo, es el
tercer éxodo, en donde Dios está libertando a Su gente, y está
colocando a Su gente en la Edad de la Piedra Angular, y en una
nueva dispensación, en la Dispensación del Reino. Todo esto se
mueve primeramente en el campo espiritual, y luego lo
veremos con la liberación de nuestro cuerpo, y más adelante
también con nuestra entrada al glorioso Reino milenial.
Así que miren ustedes, con la Palabra hablada vino la
liberación. Dios libertó con la Palabra hablada; con la Palabra
colocada en la boca de un profeta Dios libertó a Su pueblo. A
través de cada profeta de Dios en el Antiguo Testamento, Dios
reflejó lo que haría a través de Jesucristo, del Mesías, del Angel
del Pacto, del Angel de la Dispensación de la Gracia.
Y encontramos que algunos pudieron pensar que se
cumplirían esas cosas, se cumplirían en esas personas, pero se
estaba reflejando en ellos lo que acontecería en la vida de
Jesucristo. Y tanto en los profetas del Antiguo Testamento
como en los profetas y ángeles mensajeros del Nuevo
Testamento se ha reflejado lo que Dios hará en la Dispensación
del Reino, en Su manifestación a través de Su Angel mensajero
para la Dispensación del Reino.
LIBERTADOS POR
LA PALABRA HABLADA
Por William Soto Santiago
Domingo, 28 de marzo de 1993 (P.M.)
Cayey, Puerto Rico
Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes,
y también cada uno de ustedes a través de la línea telefónica en
los diferentes lugares de la América Latina, del Caribe, de
Norteamérica y el Canadá; que las bendiciones de Dios sean
sobre todos nosotros en esta tarde, y Dios nos hable al corazón.
En San Juan capítulo 8, verso 32, dice el Señor Jesucristo:
“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres, o sea: y la
verdad os libertará.
“LIBERTADOS POR LA PALABRA HABLADA.”
(Libertados por la Verdad.)
En el tiempo del pueblo hebreo allá en Egipto,
encontramos que Dios tenía para ese pueblo una promesa de
liberación, una promesa en donde Dios los libertaría y los
llevaría a la tierra prometida.
Todos sabemos que el pueblo hebreo llegó a Egipto
porque vendió a José, y José era la Palabra, por cuanto José era
profeta.
Y encontramos que el ser humano en el Huerto del Edén
vendió la Palabra; encontramos que el ser humano en el Huerto
del Edén perdió las bendiciones de Dios, perdió los privilegios
de Dios, y fue sacado del Edén, fue sacado del lugar donde
estaba la vida eterna, y vino a vivir en este planeta Tierra como
esclavo, como siervo; pero Dios ha prometido para Sus hijos
una liberación en el fin del tiempo. Así como también el pueblo
hebreo vendió a Cristo, y por esa causa encontramos que el
pueblo hebreo espiritualmente perdió la bendición de Dios.
Encontramos que para el fin del tiempo, así como para el
pueblo hebreo allá en el tiempo de Moisés, Dios tiene la
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WILLIAM SOTO SANTIAGO
promesa de una liberación, será un éxodo; así como para los
escogidos de entre los gentiles la liberación que Dios ha
prometido es un éxodo.
Así como hubo un éxodo para el pueblo hebreo, para salir
de Egipto en donde estaban esclavizados. ¿Cuándo? En el
tiempo señalado por Dios sería ese éxodo, sería en la cuarta
generación, sería luego de cumplidos los cuatrocientos años.
Vean ustedes, Dios tiene el tiempo establecido para llevar
a cabo ese éxodo. Todo éxodo pasado viene en la actualidad a
ser tipo y figura del éxodo del pueblo de Dios, del Israel
celestial y del Israel terrenal.
Por esa causa encontramos que para el Israel terrenal Dios
les enviará el ministerio de Moisés y Elías. Vean ustedes, el
ministerio de Moisés fue el ministerio para el éxodo del pueblo
hebreo allá en Egipto. Y encontramos que para ese tiempo, bajo
el ministerio de Moisés y Elías, durante la gran tribulación, se
estarán repitiendo las plagas que cayeron en Egipto.
Vean ustedes en Apocalipsis capítulo 11 en donde dice las
cosas que serán realizadas en ese tiempo, es que así como Dios
libertó al pueblo hebreo allá en Egipto de la esclavitud a la cual
habían sido sometidos, así también Dios libertará 144 mil
hebreos, doce mil de cada tribu, que serán los escogidos de
Dios de en medio del pueblo hebreo, los cuales para Dios serán
el Israel del cual El habló en Isaías capítulo 59, verso 20, donde
dice:
“Y vendrá a Sión el libertador que quitará de Jacob la
impiedad.”
Y San Pablo citando ese pasaje, dice que cuando haya
entrado la plenitud de los gentiles, entonces todo Israel será
salvo, como está escrito: Y vendrá de Sión el libertador, que
quitará de Jacob la impiedad. El Libertador: Jesucristo, el
Angel del Pacto, el cual vino en el tiempo de Moisés y libertó al
pueblo hebreo, usando a un hombre, a Moisés.
Miren ustedes aquí en el Exodo, el Angel del Pacto le dijo
a Moisés por qué había descendido a la Tierra. Aquí dice,
LIBERTADOS POR LA PALABRA HABLADA…
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La Palabra es Cristo, es Dios, por esa causa seremos
libertados por Dios, por Cristo, la Palabra siendo hablada en
este tiempo final. “LIBERTADOS POR LA PALABRA
HABLADA.”
Por esa causa el año del Jubileo se convierte en una
realidad, es actualizado en este tiempo final, porque es el
tiempo para ser libertados por la Palabra hablada.
Que Dios nos continúe bendiciendo a todos, que Dios nos
guarde, y hacia adelante siempre, porque llegaremos a la tierra
prometida del glorioso cuerpo glorificado que El ha prometido
para cada uno de nosotros, y también llegaremos al glorioso
Reino milenial; porque seremos libertados por la Palabra
hablada.
¿Recuerdan ustedes el sueño de nuestro hermano
Branham, en donde él vio unas personas encerradas en un
lugar, un sótano? Dice que fue un sueño, y dice que vio un
lugar como un sótano, con unos barrotes de hierro tan grandes
como de 8 a 10 pulgadas de grueso, y eso es bastante; y la gente
estaba fuera de su mente, y así por el estilo.
Y dice que una señora que él conocía, ahí en el sueño
apareció, la cual era una cristiana, y le decía: “Hermano
Branham, esta es la casa del infierno,” y decía: “esta gente es
buena, y esta gente lo ha malentendido a usted, y usted los
malentendió a ellos.” Y le decía ella, le decía: “Hermano
Branham, liberte a esta gente. Hermano Branham, líbrenos de
esto.”
Y luego encontramos que más adelante uno se libertó en
alguna forma. Y luego más adelante encontramos que
Jesucristo apareció, y el arco iris estaba con El.
Dice así (Libro de Citas): “Y vi algunas luces vacilando
alrededor allí adentro. Y miré hacia arriba, y allí estuvo
parado el Señor Jesús con unas luces del arco iris alrededor de
El. El estaba mirando bien directamente a mí; dijo, ‘Libra a
esta gente’ (o sea liberta a esta gente). Y El se fue. Y pensé,
‘Pues, ¿Cómo podría yo librarlos? Yo no tengo fuerza
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WILLIAM SOTO SANTIAGO
reproducirá en el Reino milenial, que se reproducirá y
producirá un glorioso cuerpo para ser a imagen y semejanza del
Señor Jesucristo. Todo eso vendrá por la Palabra hablada.
Nosotros seremos libertados, seremos libertados de la
esclavitud en este cuerpo, seremos libertados de este cuerpo
mortal, por la Palabra hablada, y seremos libertados del reino
terrenal de los gentiles, y seremos colocados en el glorioso
Reino milenial del Señor Jesucristo. Seremos libertados de la
esclavitud.
En este planeta Tierra, desde que el ser humano cayó ha
estado en esclavitud, ha estado esclavizado en esta Tierra, vive
una vida de esclavo, está esclavizado en todos los quehaceres
de esta vida. Y algunas veces le da más importancia a los
quehaceres de la vida que al programa de Dios correspondiente
para el tiempo en que vive; cuando el primer lugar lo tiene Dios
y Su programa.
Porque ¿de qué le vale al hombre si ganare todo el mundo,
y al fin pierde su alma? De nada le sirvió vivir en esta Tierra,
vivió en esta Tierra como un esclavo más de este mundo; pero
el que le dio su atención a la Palabra de Dios, al programa de
Dios para el tiempo en que vivió, aunque vivió en esta Tierra
como esclavo o como siervo, tiene la promesa de una tierra
prometida, de un nuevo mundo, de un nuevo Reino, y de un
nuevo cuerpo para vivir por toda la eternidad.
Nosotros estamos aquí viviendo en la Tierra en un tiempo
muy importante, un tiempo paralelo al tiempo de Moisés y al
tiempo de Jesús; nosotros estamos viviendo en el tiempo de la
liberación, en el tiempo correspondiente para ser libertados de
la esclavitud y regresar a la vida eterna; nosotros estamos
viviendo en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, el
tiempo para ser libertados por la Palabra hablada; así viene la
liberación para nosotros como vino para el pueblo hebreo.
Seremos libertados por la Palabra hablada que estamos
recibiendo, por el Mensaje del Evangelio del Reino.
“LIBERTADOS POR LA PALABRA HABLADA.”
LIBERTADOS POR LA PALABRA HABLADA…
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capítulo 3, verso 2 en adelante:
“Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de
fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía
en fuego, y la zarza no se consumía.
Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta gran visión,
por qué causa la zarza no se quema.
Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio
de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme
aquí.
Y dijo: No te acerques; quita el calzado de tus pies, porque
el lugar en que tú estás, tierra santa es.
Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios
de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro,
porque tuvo miedo de mirar a Dios.
Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo
que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus
exactores; pues he conocido sus angustias,
y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y
sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra
que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del
amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.
El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de
mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los
oprimen.
Ve, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que
saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.”
Ahora vean ustedes, ¿para qué había descendido la
Columna de fuego, el Angel del Pacto en aquella ocasión? Para
libertar al pueblo hebreo, dice: “y he descendido para librarlos,
para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella
tierra a una tierra buena y ancha, que fluye leche y miel.” Había
descendido para realizar el éxodo, la salida, del pueblo hebreo.
Miren ustedes lo que dice de este Angel la Escritura, en el
capítulo 23 y verso 20 en adelante:
“He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te
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WILLIAM SOTO SANTIAGO
guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he
preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde;
porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre
está en él.
Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te
dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te
afligieren.
Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra
de amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del
jebuseo, a los cuales yo haré destruir.”
Ahora vean ustedes, este Angel del Pacto, el cual es
Jesucristo en esa Columna de fuego, en esa teofanía, es el que
sacó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, por mano de
Moisés, por mano de un hombre; porque Dios siempre usa al
hombre.
Por esa causa Dios a través de las edades y dispensaciones
ha enviado profetas, que son hombres con las dos conciencias
juntas para Dios usarlos en cada edad o en cada dispensación,
para llevar a cabo Su programa para ese tiempo en beneficio de
Su pueblo.
Y aquí encontramos al Angel del Pacto, a Jesucristo, con el
nombre de Dios. Dios dice: “mi nombre está en él.” Y lo
encontramos realizando el éxodo del pueblo hebreo; y para eso
envió a Moisés Su profeta, profeta dispensacional, el cual tenía
dentro la Palabra, el cual creía las promesas de Dios para ese
tiempo, y el cual estaba esperando la bendición divina de esas
promesas para el pueblo hebreo.
Ahora vean, Moisés fue rechazado por el pueblo hebreo
cuando quiso libertar al pueblo hebreo como un gran príncipe
allá en Egipto, y luego se fue a la tierra de Madián, se fue
fugitivo allá, pues Moisés había matado a un hombre, y ese
hombre era un egipcio; por lo tanto la ley de Egipto lo
condenaba a muerte, pero Moisés huyó. Dice: “cuando al otro
día se peleaban dos hebreos, y quiso Moisés poner la paz en
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y estaremos adoptados como hijos e hijas de Dios, seres
celestiales con cuerpos celestiales, para vivir por toda la
eternidad.
Un cuerpo celestial, pero que será visto aquí en la Tierra, y
podrá aparecer y desaparecer también; un cuerpo con el cual
podremos comer, con el cual podremos beber, con el cual
podremos saludar a nuestros hermanos, y con el cual
reinaremos como Reyes y Sacerdotes por mil años, y luego por
toda la eternidad, teniendo así la Herencia de Dios en nuestras
manos.
Y todo esto está señalado para ser obtenido en este tercer
éxodo. Y nosotros que hemos salido en este tercer éxodo,
llegaremos a la tierra prometida del glorioso cuerpo
glorificado, del cuerpo eterno, inmortal, y también llegaremos
al glorioso Reino milenial.
Esto será así porque es promesa divina, y nosotros la
hemos creído, nosotros la hemos recibido, y nosotros hemos
salido en este éxodo hacia la tierra prometida del nuevo cuerpo
y hacia la tierra prometida del glorioso Reino milenial.
Así que muy pronto llegaremos a la tierra prometida del
nuevo cuerpo, y luego de eso a la tierra prometida del glorioso
Reino milenial. Ya hemos llegado a la tierra prometida del
nuevo Mensaje, y también hemos llegado a la tierra prometida
de la nueva dispensación, la Dispensación del Reino; lo único
que falta es el glorioso Reino milenial que sea establecido en la
Tierra. Y hemos también llegado a la tierra prometida de la
Edad de la Piedra Angular.
Estos lugares, la Edad de la Piedra Angular y la
Dispensación del Reino, vienen a señalar la tierra prometida;
por lo tanto si hemos llegado a la tierra prometida de la Edad de
la Piedra Angular y a la tierra prometida de la gloriosa
Dispensación del Reino, aunque no ha comenzado todavía el
glorioso Reino milenial, y hemos también llegado a la tierra
prometida del Mensaje nuevo, del Mensaje de la Dispensación
del Reino, y tenemos ese Mensaje que es la semilla que se
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WILLIAM SOTO SANTIAGO
Pacto, Jesucristo en la forma de Dios, no estimó ser igual a
Dios. Ahora, El es el Pilar de fuego en la misma forma en que
era allá atrás trayendo ese primer éxodo, trayendo el segundo
éxodo, y aquí está El con el tercer éxodo.
El primer éxodo, ¿qué hizo El? El les sacó de una tierra
natural a una tierra natural. El segundo éxodo, El les sacó de
una condición espiritual a un bautismo espiritual del Espíritu
Santo. Ahora El está trayéndolos de un bautismo espiritual del
Espíritu Santo, de nuevo a la Tierra Eterna del Milenio y al
gran porvenir. El mismo Pilar de fuego por el mismo sistema
ungido (¿cuál es el sistema ungido de Dios? Un hombre ungido
con la Columna de fuego).”
Ahora, podemos ver la forma en que Dios obra en el fin
del tiempo. Sigue diciendo: “Ahora, permite que la meditación
de mi corazón, los pensamientos de mi mente, mi fuerza, y todo,
sean disueltos en esta Palabra. Y permite que la Palabra y yo,
juntos, Señor, con el pueblo marchemos hacia el Reino de
Dios.”
También encontramos en este Mensaje, “El Tercer
Exodo,” un sinnúmero de bendiciones correspondientes para el
fin del tiempo, las cuales El cumplirá en este tercer éxodo.
Miren ustedes en la página 20, dice: “Es tiempo para un
éxodo. Es tiempo para un llamamiento fuera, hacia la Tierra
Prometida. No la promesa de ir a otro país, sino a un Hogar, al
Milenio -tiempo para un llamamiento- tiempo para llamar
fuera.”
Ahora, hemos llegado al tiempo en que Dios está
preparando a Sus hijos en este tercer éxodo para entrar a la
gloriosa tierra prometida del cuerpo eterno.
Es una nueva tierra, porque esta tierra que tenemos, este
cuerpo, que es del polvo de la tierra, es la vieja tierra o el viejo
cuerpo que hemos recibido por el primer Adán; pero por el
segundo Adán, Jesucristo, recibiremos un nuevo cuerpo eterno
y glorioso, y seremos a imagen del segundo Adán, a imagen del
celestial, y seremos a imagen y semejanza del Señor Jesucristo,
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medio de ellos, uno de ellos dijo: ¿quién te ha puesto a ti por
príncipe o juez sobre nosotros? ¿quieres tú matarme como
mataste ayer al egipcio?” Y Moisés dijo: “Ya se sabe todo esto
aquí en Egipto.” Y dice que huyó para escapar de la sentencia
del Faraón, escapar de la pena de muerte, y estuvo viviendo en
Madián por cuarenta años.
En esos cuarenta años él estuvo como pastor de ovejas, y
ese trabajo o ese oficio de Moisés vino a serle de grande
bendición, pues Dios compara a Sus hijos, a Su pueblo, con
ovejas. Por lo tanto Moisés como pastor de ovejas vino a
obtener esa experiencia de bregar con ovejas y tener paciencia
con ellas. Moisés fue enseñado por Dios para ser el instrumento
de Dios a través del cual Dios pastorearía al pueblo hebreo, al
cual sacaría en ese éxodo prometido a Abraham; pues Dios le
dijo a Abraham que a los cuatrocientos años El los libertaría
con mano poderosa.
Ahora vean ustedes, ese ciclo divino de liberación es muy
importante en el programa divino para todas las edades y
dispensaciones, porque siempre llega ese ciclo divino cuando
termina una dispensación. El comienzo de una nueva
dispensación es el tiempo del éxodo, para el pueblo salir de la
dispensación que ha terminado y pasar a una nueva
dispensación, donde tiene promesas grandes de parte de Dios
para ser materializadas; y ahí él recibe las bendiciones de Dios.
Vean ustedes, cuando Jesús apareció en la Tierra
predicando, encontramos que El comenzó a llamar a la gente.
El decía: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.” Y El
también decía: “Y los que estáis trabajados y cargados, venid a
mí, y yo os haré descansar.”
Ahora, él estaba llamando a la gente a una nueva
dispensación, en donde el Señor Jesucristo era el mensajero de
esa dispensación. ¿Y quién era el Señor Jesucristo? Algunos Lo
conocen como el carpintero de Nazaret, otros Le conocen como
el profeta de Nazaret, otros Le conocen como el Mesías, el
Cristo, y otros Le conocen como un hombre que apareció allá
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WILLIAM SOTO SANTIAGO
en la tierra de Israel; pero muy pocos son los que saben que
aquel Jesús de Nazaret era nada menos que el Angel del Pacto,
era nada menos que el Angel que sacó al pueblo hebreo de
Egipto y los llevó a la tierra de Canaán; ese era Jesucristo, era el
Angel del Pacto que le había aparecido a Moisés, velado en
carne humana.
Por eso El podía decir: “Antes que Abraham fuera, yo soy.
Y Abraham deseó ver mi día, lo vio y se gozó.” El podía decir
todas esas cosas. El podía decir también: “He aquí uno mayor
que Salomón.” Y podía decir también: “He aquí Uno mayor
que el templo”; porque El es el más grande de todos, El es el
Angel del Pacto, Jesucristo, es ese Angel que se hizo carne, se
veló en un velo de carne y se hizo hombre, y habitó entre los
seres humanos.
Por esa causa el Nombre de Dios para redención estaba en
ese velo de carne llamado Jesús; siendo ese el Nombre para la
redención; porque Jesús significa “redentor,” “salvador,” el
cual salvaría a Su pueblo de sus pecados.
Ahora, ese Angel del Pacto es el que realiza la liberación,
es ese Angel del Pacto el que lleva a cabo la liberación para Su
pueblo en cada ocasión en que realiza un éxodo; y El siempre
ha usado a un ser humano; pero El es el que realiza ese éxodo:
El es el que saca al pueblo de la esclavitud, y luego lo lleva a la
tierra prometida.
Así que al pueblo hebreo quien lo sacó de la esclavitud en
Egipto y lo llevó a la tierra prometida, fue el Angel del Pacto;
usando primeramente a Moisés y después usando a Josué.
Encontramos que es el Angel del Pacto el que realiza esa
liberación. El por Su poder de la Palabra hablada hace el éxodo;
por esa causa le dijo a Moisés: “Yo pondré mi Palabra en tu
boca, y tú hablarás lo que yo te diga”; porque en cada éxodo
son libertados por la Palabra hablada, así es como se lleva a
cabo la liberación en cada éxodo.
Ahora, en el éxodo del tiempo de Moisés podemos ver
todo lo que allí aconteció, fue de parte de Dios algo
LIBERTADOS POR LA PALABRA HABLADA…
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maravilloso; pero también podemos ver que el pueblo no
comprendió lo que estaba ocurriendo, no pudo ver al Angel del
Pacto velado en Moisés hablándole al pueblo la Palabra
correspondiente para ese tiempo. Vean ustedes que trajo el
Angel del Pacto a través de Moisés el Mensaje para aquella
dispensación.
Ahora, en “El Tercer Exodo,” página 51, dice así el
precursor de la Segunda Venida de Cristo:
“¿Dónde los guió ese Pilar de fuego? Ahora, recuerden,
Moisés no era el Pilar de fuego, él era un líder ungido bajo ese
Pilar de fuego (estaba ungido por el Pilar de fuego, por el
Angel del Pacto, por la Columna de fuego, que es Cristo en esa
Columna de fuego), y el Pilar de fuego solamente vindicó su
mensaje con señales y maravillas. Y ese Pilar de fuego les guió
a la tierra que Dios les prometió, donde El mismo sería hecho
carne entre ellos algún día (y se hizo carne entre ellos ese Pilar
de fuego, ese Angel del Pacto se hizo carne, y lo conocimos por
el nombre de Jesús de Nazaret, que fue hecho Señor y Cristo).
¿Es eso correcto? ¿Qué hicieron ellos? Murmuraron, se
incomodaron y todo lo demás, para mostrar que era bajo la
sangre de un cordero ordinario. Pero esta vez, ¡gloria a Dios!
El Pilar de fuego que vemos entre nosotros, el Pilar de fuego
nos guiará al Milenio, donde El retornará a Su pueblo en ese
gran reino Milenial después de este éxodo, donde viviremos
eternamente con El (¿con quién? con el Pilar de fuego, con el
Angel del Pacto), El siempre tiene la Palabra del Padre,
siempre prueba que eso es correcto.”
Ahora vean Quién es el que nos guiará al glorioso Reino
milenial: la Columna de fuego, el Pilar de fuego, el Angel del
Pacto, que es el Señor Jesucristo en esa Columna de fuego. El
nos guía en este tercer éxodo a la tierra prometida del glorioso
Reino milenial, y también a la tierra prometida del cuerpo
eterno y glorificado para ser a imagen y semejanza del Señor
Jesucristo.
Sigue diciendo así: “Permitan que este gran Angel del