José Humberto Alanís Alanís Language, Literacy and Sociocultural

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José Humberto Alanís Alanís Language, Literacy and Sociocultural
José Humberto Alanís Alanís
Candidate
Language, Literacy and Sociocultural Studies
Department
This Dissertation is approved, and it is acceptable in quality
and form for publication:
Approved by the Thesis Committee:
Dr. Rebecca Blum Martínez
Dr. Ruth Trinidad Galvan
Dr. Aurora Morcillo
Dr. Guillermina Engelbrecht
, Chairperson
Experiencias de vida de mujeres líderes en universidades mexicanas
BY
José Humberto Alanís Alanís
B.A., Comunicación, Universidad Autónoma de Nuevo León, 1982
M.A, Desarrollo Organizacional, Universidad de Monterrey, 1993
M.A, Foundations of Education, University of New Mexico, 2000
DISSERTATION
Submitted in Partial Fulfillment of the
Requirements for the Degree of
Doctor of Philosophy
Educational Thought and Sociocultural Studies
The University of New Mexico
Albuquerque, New Mexico
July, 2011
©2011, José Humberto Alanís Alanís
iii
DEDICATORIA
En memoria de mis padres: Juanita y Abelardo
Para Angélica y Alejandro
iv
RECONOCIMIENTOS
En primer término quiero expresar mi reconocimiento a la Dra. Rebecca Blum
Martínez, directora de mi tesis doctoral por su valioso y decidido apoyo para el
desarrollo de esta investigación.
Así mismo, a los miembros de mi comité; Dra. Aurora Morcillo, Dra. Ruth
Trinidad Galvan y a la Dra. Guillermina Engelbrecht por sus consejos y sugerencias
Agradezco muy especialmente a las líderes participantes en este estudio por su
tiempo y por compartir trozos significativos de su vida personal.
Finalmente quiero reconocer a todos mis profesores y profesoras del doctorado
porque cada uno de ellos realizó aportaciones muy valiosas y significativas en este
proceso.
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Experiencias de vida de mujeres líderes en universidades mexicanas
BY
José Humberto Alanís Alanís
ABSTRACT OF DISSERTATION
Submitted in Partial Fulfillment of the
Requirements for the Degree of
Doctor of Philosophy
Educational Thought and Sociocultural Studies
The University of New Mexico
Albuquerque, New Mexico
July, 2011
Experiencias de vida de mujeres líderes en universidades mexicanas
by
José Humberto Alanís Alanís
B.A., Comunicación, Universidad Autónoma de Nuevo León, 1982
M.A, Desarrollo Organizacional, Universidad de Monterrey, 1993
M.A, Foundations of Education, University of New Mexico, 2000
PhD., Educational Thought and Sociocultural Studies, University of New Mexico, 2011
ABSTRACT
The research on women in positions of leadership in higher education in
Monterrey, Mexico is scarce. This study identifies the significant life experiences of two
women leaders in Mexican universities and how these experiences contributed to assume
their leadership positions.
This study used qualitative research through the construction of the life history of
each woman who participated.
The findings provide information about their experiences in family life,
educational life and work life as well as cultural barriers and reference models of these
women leaders.
vii
CONTENIDO
CAPÍTULO 1 INTRODUCCIÓN ....................................................................................1
Contexto .........................................................................................................................3
Problema de investigación .............................................................................................8
Propósito del estudio ......................................................................................................9
Preguntas de investigación...…………………………………………………………..9
Relevancia del estudio …………………………………………………………….10
Limitaciones…………………………………………………………………………12
Organización del estudio…………………………………………………………….15
CAPÍTULO 2 REVISIÓN DE LA LITERATURA……..……………………............16
Liderazgo y género ......................................................................................................16
Liderazgo e identidad ...................................................................................................18
Mujeres y liderazgo......................................................................................................21
Mujeres líderes en la universidad ................................................................................23
Educación y Liderazgo...…………………………………………………………….24
Familias y liderazgo………………………………………………………………….27
Barreras culturales…...………………………………………………………………30
Rechazo al estereotipo de lo femenino………………………….…………………..35
CAPÍTULO 3 METODOLOGÍA……………………………………………………...39
Racional sobre la metodología .....................................................................................39
Identificación de las participantes. Invitación y negociación ......................................43
Procedimiento para la recolección de datos .................................................................45
Análisis de los datos.....................................................................................................52
Confiabilidad de los datos ............................................................................................55
viii
CAPÍTULO 4 ANÁLISIS DE LOS DATOS .................................................................59
Racional…. ..................................................................................................................60
Procedimiento del análisis de los datos .......................................................................62
Historias individuales...………………………………………………………………65
Análisis de las historias …………….………………………………………………..68
CAPÍTULO 5 HALLAZGOS Y CONCLUSIONES ..................................................111
Hallazgos...................................................................................................................111
Conclusiones .............................................................................................................130
Implicaciones, aprendizajes y sugerencias ..............................................................135
ANEXOS .........................................................................................................................141
Anexo A Carta de presentación…………………………………………………..142
Anexo B Formato de consentimiento de los participantes……………………….143
Anexo C Guía de entrevista………………………………………………………145
Anexo D Verificación de contenido por cada contacto…………..……..……….147
Anexo E Formato de resumen de documentos…………………………………...148
Anexo F Guía de observación…………………………………………………….149
Anexo G Matriz de simplificación de los datos…………………………………..150
Anexo H Historias de vida………………………………………………………..151
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .........................................................................208
ix
CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO
El liderazgo es uno de los temas que más han llamado mi atención.
Conocer qué características, habilidades y aptitudes tienen las personas que asumen el
poder es para mí un tópico apasionante. Algunos cuestionamientos iniciales para este
estudio fueron: ¿Cómo influyen las experiencias de vida para que los lideres busquen y
asuman el liderazgo?, ¿Influyen estas experiencias para que ellos tengan estilos
democráticos, colaborativos o autocráticos y abusivos?, ¿Por qué una minoría de líderes
que asume la dirección de los países y de las diferentes organizaciones sociales en el
mundo son mujeres? (INEGI, 2004; ONU, 2010), ¿qué experiencias de vida tienen ellas y
como han contribuido estas experiencias en su liderazgo?
Algunos autores sostienen que en comparación con el número de hombres son
pocas las mujeres que han ejercido su liderazgo no sólo como presidentas de sus
respectivos países sino en las diferentes organizaciones sociales, tanto en las sociedades
desarrolladas como en países menos desarrollados (Flanders, 1994; Lipovetsky, 2002;
Nicolson,1997; Wirth, 2001).
Aunque es verdad que las mujeres han ido ganado más espacios de poder, en
términos generales el liderazgo sigue siendo hoy por hoy un coto dominado por los
hombres (Castañeda, 2006; Hierro, 1998; Lagarde, 1990; Lamas, 2002, 2006; Nicolson,
1997; Wirth, 2001). Basta revisar las estadísticas para comparar además de cuantas
mujeres presidentas de países hay en el mundo, líderes en los sindicatos, capitanas de
empresa, rectoras en las universidades en comparación con el número de hombres para
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constatar que prevalece esta desigualdad (Anderson, 1994; Cooper, 2001; INEGI, 2004;
ONU, 2010; White, Cox y Cooper 1992).
Los planteamientos anteriores pueden explicarse tomando como punto de partida
una serie de afirmaciones de la teoría sobre la construcción del género de las personas en
las sociedades patriarcales (Barbieri, 1993; Bourdieu, 2000; Castañeda, 2002; Clear,
2002; Cooper, 2001; Chodorow, 1999; Lagarde, 1990; Lamas, 2002). Esta teoría sostiene
que las mujeres no son preparadas socialmente para asumir el liderazgo (Amorós, 1990;
Castañeda, 2007; Cooper, 2001; Garcia, 1996; Lagarde, 1990; Lamas, 2006; Scott, 1990).
Es decir que la construcción social de género no aporta experiencias de vida
suficientes para lograr una construcción de identidad dirigida a la consecución, asunción
y práctica del liderazgo. El control social es ejercido a través de barreras culturales
impuestas a las mujeres para no permitir el acenso jerárquico de éstas dentro de las
diversas organizaciones sociales: públicas o privadas (Austin 2001; Castañeda, 2007;
Nicolson, 1997; Wirth, 2001).
Evidentemente la construcción de género, supone la construcción de nuestra
identidad social como hombres o como mujeres. Para García (1996) ―Las conductas de
género, las conductas propias del hombre y de la mujer, representan una estructura de
relaciones jerárquicas: significan asimetría en las capacidades y otras vinculaciones
asignadas al poder‖ (p. 15).
Desde esta perspectiva es claro que a unos se les prepara para el liderazgo
mientras que a las otras no. Es decir el hecho mismo de pertenecer o no a un determinado
género implica asumir ciertos privilegios o dejar de asumirlos, asumir ciertos
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aprendizajes y desarrollar ciertas habilidades o dejar de asumirlas (Anderson, 1994;
Castañeda, 2002, 2007; Lamas, 2002, 2006; Nicolson, 1997; Wirth, 2001).
La identidad de género está relacionada con los roles que socialmente han sido
convenidos para que sean desarrollados por cada uno de los géneros (Hierro, 1998;
Lagarde, 2002; Lamas, 2002, 2007), de tal forma que las tareas que son asignadas y
consideradas propias de los hombres y propias de las mujeres se han denominado como
tradicionales (Amorós, 1990; Austin, 2001; Barbieri, 1993; Castañeda, 2007).
De esta manera, las mujeres que ejercen el liderazgo, rompen de alguna
forma con su identidad de género porque no están desarrollando una actividad
considerada como tradicional o propia de su género (Austin, 2001; Barbieri, 1993;
Castañeda, 2006; Wirth, 2001). En muchos de los casos de mujeres líderes esta
situación se explica porque precisamente ellas fueron educadas para ejercer una
actividad no tradicional (White, Cox y Cooper, 1992; Wirth, 2001; Valian, 2000).
Entre las instituciones sociales que influyen en la educación de las mujeres para
que se dediquen o no a actividades tradicionales se encuentran la familia, la escuela, los
medios de comunicación y los sistemas económicos, políticos y sociales dentro de los
cuales viven esas mujeres (Almquist, 1974; Eisler, 1081; Lyons, 1977; Sorenson y
Winters,1975; Wirth, 2001).
Contexto
General
Monterrey es la ciudad capital del estado de Nuevo León. Se ubica en el noreste
del país en una región semidesértica. La ciudad pasó por tres fundaciones (1577, 1582 y
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1596) debido a la resistencia de los indígenas de la región, las condiciones del terreno y
los desencuentros de los primeros fundadores con la Inquisición. La fundación definitiva
fue el 20 de septiembre de 1596 (Cavazos, 1982)
En esta región del país no hubo asentamientos humanos prehispánicos como en el
centro y sur de México. Los indios de la región eran nómadas y éstos atacaban para robar
básicamente comida y después de esto huían (Mendirichaga, 1985). Aunque estas
condiciones aunadas a las condiciones propias del clima de una región semidesértica
dificultaron el asentamiento de la ciudad, también contribuyeron al desarrollar un carácter
fuerte y férreo en sus habitantes.
Los españoles que llegaron con sus familias (12 familias) eran judíos sefarditas
conversos. Muchos historiadores coinciden en la afirmación de que estos primeros
pobladores aunque se decían convertidos al catolicismo profesaban en realidad la religión
judía. Es por esto, que hubo la necesidad de demostrar que eran católicos y lo hicieron
con demostraciones desmedidas lo que desemboco en un afán religioso que le dio, con el
tiempo, a la ciudad de Monterrey el carácter conservador que aun hoy en día le
caracteriza (Cavazos,1982; Mendirichaga, 1985).
Con el paso de los años y por su cercanía con la frontera con Los Estados Unidos
en específico con el Estado de Texas, Monterrey se convirtió en un paso de mercancías
de un lado a otro de la frontera, lo que favoreció su desarrollo (Cavazos, 1982).
Monterrey se construye entonces como en una ciudad pujante y prospera debido a
su situación geográfica, el origen de sus habitantes y a su carácter comerciante. La
industria papelera, cervecera, del acero y del vidrio pronto fue sello característico de la
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ciudad. (Morado y Cavazos, 2006). Hoy en día se ha convertido en un centro financiero y
cultural de los más aventajados en México.
El gran contacto de la gente de Monterrey y su área metropolitana con los Estados
Unidos ha hecho que éste ejerza una enorme influencia en la forma de vida del
regiomontano (Cavazos, 1982). Hoy, esta gran urbe de más de 4 millones de habitantes
es considerada uno de los polos de desarrollo más importantes del país.
En la encuesta sobre niveles de desarrollo humano manejada por la ONU (2007)
Nuevo león ocupó el 2º. Lugar de desarrollo humano en el país. Esta encuesta toma en
consideración temas como salud, educación y trabajo. Su nivel de desarrollo es
comparado con países del primer mundo.
Sin embargo, a pesar de los niveles de desarrollo humano, Monterrey presenta
desde sus orígenes un alto conservadurismo, lo que sin duda alguna repercute en los altos
niveles de discriminación en general y hacia las mujeres en particular.
En la ciudad y su área metropolitana se encuentra un conjunto de universidades
consideradas entre las de mayor prestigio en México.
Particular
En los últimos treinta y cinco años las universidades mexicanas han registrado un
considerable incremento en el número de mujeres que han estado ingresando a ellas
(INEGI, 2004; ONU, 2000). Sin embargo, en la dirección de estas instituciones, las
mujeres están sub representadas, es decir solo una minoría de mujeres está colocada en
puestos de alta dirección, y al mismo ellas están tiempo sobre representadas en los
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niveles inferiores de la administración de las universidades. Este rasgo es similar en las
universidades públicas y privadas del país (INEGI, 2004, 2009).
Esta situación social, donde son pocas las mujeres que asumen posiciones
de liderazgo en las altas jerarquías en las instituciones de educación superior, es un
reflejo cultural donde las mujeres y los hombres son colocados en diferentes posiciones
(Castañeda, 2002, 2007; Lamas, 2002, 2006, 2007;). Por ejemplo, en México en el
ámbito político sólo el 4% de las alcaldías del país son ocupadas por mujeres, 27% de los
escaños en la Cámara de Senadores están representados por ellas y de las 500
diputaciones federales sólo 123 son detentadas por mujeres (Cámara del Senado, 2007).
En el Estado de Nuevo León a pesar de ser considerado como desarrollado ya que
ocupa el segundo lugar en el país en Desarrollo Humano (ONU, 2007), cuyos principales
indicadores son: educación, empleo y salud y cuyos estándares de vida son comparados
con los de los países desarrollados, las mujeres en la administración de la educación
siguen representando un número considerablemente inferior. En la historia de las
principales universidades del Estado no ha habido una sola rectora (ITESM, 2007;
UANL, 2007).
Los investigadores de género han asegurado que los estereotipos de género son
definitorios en la sociedad (Castañeda, 2007; Lamas, 2002, 2007). Algunos estudios
señalan que el ascenso a posiciones de liderazgo es más difícil para las mujeres porque
existen percepciones diferenciadas en cuanto al valor de las mujeres en posiciones de
liderazgo. (Austin, 2001; Blackmore, 1993; Cooper, 2001; Sachs, Chrisler y Devlin
,1992; Finkelstein, 1984). A los hombres se les percibe como más fuertes y autoritarios,
con más capacidad para liderar; mientras que a las mujeres como más débiles,
6
dependientes y emocionales y con menos habilidades para ocupar posiciones de alto
nivel jerárquico (Castañeda, 2002; Miller, 1987; Sanford & Donovan, 1984).
Los estereotipos colocan a los hombres por encima de las mujeres considerándolos
como más competentes en situaciones y en roles de liderazgo, tanto en las organizaciones
privadas como en instituciones públicas (Castañeda 2007; Grint, 1997; Rosener, 1997).
Por lo tanto, debido a estos estereotipos, el liderazgo es ejercido por hombres aun en las
organizaciones que concentran un número considerablemente mayor de mujeres
(Castañeda, 2006; Etzioni, 1969; Lamas, 2002).
Como ejemplo de lo anterior, en la historia de la Secretaría de Educación del
Estado de Nuevo León, donde el número de profesoras es considerablemente mayor que
el de profesores, sólo ha habido dos mujeres que han dirigido esta Secretaria: una que
cubrió un interinato de unos cuantos meses (El Secretario solicitó licencia para ser
candidato a una diputación) y otra más reciente, quien inició el sexenio y renunció a la
mitad de la gestión (poco más de tres años) en enero de 2007, fue sustituida por un
hombre. Esta situación no ha sido vista en el caso de los hombres que han sido
Secretarios, prácticamente todos han entrado y salido con el gobernador en turno o han
dejado el cargo para buscar una posición política de elección popular o para ocupar otra
posición dentro del gobierno.
Como explicación Blackmore (1993) sugiere que la desproporción de mujeres en
roles de alta dirección en las universidades y de las organizaciones de educación en
general se debe a que ellas son excluidas por hombres en posiciones de poder, porque
existe una especie de temor a competir abiertamente con ellas para lograr puestos de alta
jerarquía. Sin embargo la problemática es mucho más compleja pues obedece
7
principalmente a factores culturales fuertemente arraigados en la sociedad. Tradiciones,
costumbres, roles estereotipados, etc. son causas que podrían explicar esta desproporción
(Castañeda 2007, Nicolson, 1997; Wirth, 2001).
La propuesta fue conocer las experiencias de vida de aquellas mujeres que
ocupan altas posiciones jerárquicas en las universidades del Estado de Nuevo León.
Problema de investigación
Todas las sociedades tienen individuos: hombres y mujeres, que son considerados
como destacados o como personas de excepción. Estas personas nos muestran de una u
otra manera las fronteras de lo que es considerado ―normal‖ dentro de la comunidad a la
que pertenecen.
Cada generación tiene dentro de sí un grupo de mujeres, que ha sido capaz de ir
más allá de las fronteras delimitadas por la cultura dominante. Esas mujeres están
colocadas aparte del resto de las personas porque ellas toman la responsabilidad, de
manera consciente o no, de mostrar al mundo que son capaces de cambiar los paradigmas
existentes. Cada una de ellas tiene el potencial de ofrecer una contribución individual
significativa al grupo social al que pertenece (Castañeda 2006, Nicolson, 1997; Wirth,
2001).
Los historias de vida de mujeres políticas, artistas, científicas, deportistas y líderes,
aportan elementos que nos muestran de qué manera ellas realizaron grandes empresas y
lograron vencer retos considerados fuera de lo permitido, de lo que es concebido como
normal. Que mejor manera para conocer las aportaciones de estas mujeres excepcionales
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que explorar las experiencias de vida cotidianas a través de historias que ellas mismas
comparten.
Esta investigación identificó las experiencias de vida significativas de dos mujeres
que están ocupando altas posiciones jerárquicas, históricamente ocupadas por
hombres, nunca antes ocupadas por mujeres, en dos universidades del Estado de
Nuevo León, México.
Propósito de estudio
El propósito de este estudio fue identificar las experiencias de vida que
contribuyeron para lograr alcanzar posiciones de liderazgo a dos mujeres líderes en
universidades mexicanas.
Preguntas de investigación
La pregunta central de investigación fue la siguiente:
¿Qué experiencias de vida de las mujeres líderes contribuyeron para lograr su actual
posición en su universidad?
Las preguntas secundarias fueron:

¿Qué experiencias de la vida familiar de las mujeres líderes coadyuvaron en la
formación de sus habilidades de liderazgo?

¿Qué experiencias de la vida educativa de las mujeres líderes coadyuvaron en su
labor como líderes?

¿Qué experiencias de vida tuvieron las mujeres líderes en cada una de las posiciones
de liderazgo que desempeñaron a lo largo de su carrera profesional?
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
¿Qué barreras tuvieron que afrontar las mujeres líderes para asumir posiciones de
liderazgo?

¿Qué modelos de líderes: personajes sociales relevantes, maestros de escuela y/o
universidad, otros, fueron significativos para las mujeres líderes? ¿Por qué?
Relevancia del estudio
El conocimiento de las experiencias de vida a través de la historia contada por las
mujeres, no solamente puede ser liberador e incluso ‗empoderador‘ sino que puede abrir
nuevos ángulos de interpretación, nuevas formas de oportunidad, nuevas formas de
construir nuestra realidad social, nuevos paradigmas (Amorós, 1995; García de León,
2001; Lamas, 2002, 2006).
La recuperación de las voces de las mujeres es de vital importancia en el proceso
de la visibilización que ellas reclaman para sí mismas y para lograr construir sociedades
más equitativas y justas. La necesidad de modelos femeninos es fundamental en el
camino hacia la verdadera igualdad. (Castañeda 2002, 2007; Hierro, 1998; INMUJERES
2007; Lagarde 2006; Lamas, 2002, 2006)
Es importante reflexionar acerca de la importancia de un estudio sobre las
experiencias de vida de mujeres que se salen de los patrones estereotipados como de
normalidad y forman una minoría constituyéndose en una especie de élite. El estudio de
las élites femeninas es un estudio sobre pioneras, con todo lo que implica de observación,
análisis y reflexión de nuevos paradigmas sociales (Amorós, 1990; García de León,
1995).
10
Estudiar el liderazgo de las mujeres, que forma parte del fenómeno del poder, es
reflexionar sobre un fenómeno central en nuestros sistemas sociales, estructurados
inequitativamente, por clase, por género, por etnia, por preferencias, por religión
(Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2004; García de León, 1995
Lamas, 2006).
Los estudios sobre pioneras como el de mujeres históricamente por primera vez
con poder y/o mujeres en actividades estereotipadas como no tradicionales, funcionan
como excelentes pruebas sociales, ya que ponen en evidencia la discriminación de que
son objeto las mujeres a través de los prejuicios, los estereotipos sexistas y, en suma, las
resistencias al cambio social que, respecto a una equidad de género, muestran los
sistemas sociales (García de León, 1995).
Por lo tanto, esta investigación puede considerarse como un estudio de cambio
social. Las élites femeninas o las mujeres con poder son la punta del iceberg de un
fenómeno que afecta a las mujeres en general (García de León, 1995).
Se podría pensar que el estudiar a mujeres destacadas, que constituyen una
minoría, forma parte de una cierta ideología del elitismo o ser una forma de elitismo por
parte del investigador. Por el contrario, estudiando las élites femeninas (mujeres y poder
y/o liderazgo) se llega a conocer mucho de la discriminación general de que son objeto
las mujeres pioneras, por ser ellas las primeras en afrontar los obstáculos que
posteriormente afectarán a un colectivo mayor de mujeres en su acceso a campos
profesionales inéditos o no tradicionales (García de León, 1995; Lamas, 2002, 2006)
También el estudio de sus experiencias de vida a través de sus biografías e
historias de vida, pone de manifiesto la enorme distancia que el resto de las mujeres tiene
11
respecto a los puestos que ellas alcanzan y, por tanto, ayuda a comprender la fuerza de las
discriminaciones culturales , ya que difícilmente una mujer común va a reunir, ni
considerando una distancia proporcional a las élites, tal cúmulo de requisitos
diferenciales y sobreabundantes como, hoy por hoy, se les exige (Castañeda, 2002, 2007;
García de León, 1995; Lamas, 2002, 2006)
Ahora bien, una vez conocido el fenómeno discriminatorio, este conocimiento
puede servir de instrumento para establecer políticas de equidad social para hombres y
mujeres, en el sentido de igualar el curriculum vitae; evaluarlo a través de instrumentos
que permitan observar con objetividad la realidad tales como: concursos por oposición,
test, pruebas, etc. de tal manera que a las mujeres les cueste lo mismo que a los hombres
su promoción social (Castañeda, 2002; García de León, 1995; Lamas, 2002).
La investigación sobre mujeres líderes, debido a que estas representan una minoría,
ha sido muy poco estudiada en México. Es relevante porque pudiera dejar claras las
barreras y obstáculos que ellas enfrentan, y como lograron sortearlos, cuando decidieron
cruzar las fronteras del género e ir más allá en busca de una posición de liderazgo
(Castañeda, 2002, 2007; Nicolson, 1997; Wirth, 2001)
Limitaciones
Las limitaciones fueron encontradas en el informante principal, los documentos, el
investigador y las herramientas.
Los prejuicios del informante principal es uno de los problemas más importantes
que debe ser tomando en consideración (Robertson, 1983). Aunque los prejuicios pueden
no ser completamente eliminados, es posible reconocerlos y tenerlos en cuenta. Entre
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otros podemos encontrar que: a) Los informantes pueden concentrar su atención sobre
situaciones que son de interés para ellos y pueden no proveer la información que el
investigador estaba esperando encontrar, b) Pérdida de información debido a la modestia
del informante principal, c) Carencia de significado, para el informante principal, de
algunos episodios importantes de su vida, d) El enfoque sobre las vidas personales hace
que prevalezca un deseo de preservar la privacidad, e) El informante puede idealizar el
propio comportamiento y presentar auto imágenes favorecedoras o halagadoras. Las
palabras del informante pueden ser comparadas a comportamientos actuales observados o
reportados con precisión y consistencia. Para tratar de reducir estos riesgos fue diseñado
un formato que me permitiera no perder el enfoque sobre las preguntas de investigación y
por lo tanto sobre el propósito del estudio (ver anexo E)
El investigador estuvo limitado por las respuestas del informante. Cómo el
informante ha recibido la experiencia y cómo han sido interpretados por el informante la
naturaleza de los eventos. La memoria en sí mismo es una acto reiterado de interpretación
(Armstrong, 1987) y acompañado de la selección perceptiva presenta barreras al abordaje
de la historia de vida. Además los materiales de la historia de vida tienen el potencial de
mal interpretar eventos sociales o familiares que pueden ser obscurecidos porque éstos no
eran preocupación directa del informante. Estas limitaciones pueden ser direccionadas en
algún grado por el uso de documentos. Sin embargo, el investigador necesita revisar
continuamente el enfoque del estudio, por lo que se diseñó un formato denominado
Matriz de simplificación de los datos (ver anexo F). Si, además, el investigador está
buscando la experiencia como la percibida por ese individuo a costa de la verdadera
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experiencia, entonces la meta será lograda. El potencial de información representa la
riqueza de este método y la auto filtración de la información lo limita (Robertson, 1983).
Los prejuicios potenciales del investigador también existen, porque es muy
probable que se dé una relación intensa y cercana a través del proceso de estudio. El
efecto ‗halo‘ puede ocurrir cuando el investigador oye los éxitos y logros del informante.
Para evitar producir un documento que sea solamente adulador, la documentación de la
historia necesita ser tan completa como sea posible. Es esencial considerar toda la
información, tanto documentos transcritos como la revisión de documentos (ver anexo
D), para asegurar objetividad en la interpretación (Armstrong, 1987).
La confrontación del propio coraje (indignación) del investigador al enfrentar los
resultados del sexismo, misoginia y patriarcado, por ejemplo cuando el investigador
comprueba que el mismo ha ejercido la discriminación por considerar que las mujeres
son inferiores o menos capaces que los hombres o cuando se sorprende a sí mismo
considerando que las mujeres son aptas para ciertas ocupaciones y no aptas para otras.
Es importante realizar reflexiones permanente a lo largos del estudio para conservar la
objetividad.
El resultado de la entrevista puede ser impactado por el uso de herramientas como
grabadoras, lugares, barreras culturales y barreras de lenguaje, entre otros (Robertson,
1983).
Además, en este caso el investigador es un hombre estudiando las experiencias de
vida de mujeres. Es importante que el investigador realice la confrontación con su propio
sistema de creencias, que se reflejan en la una cultura internalizada que conlleva una serie
de juicios y prejuicios establecidos. Por lo tanto, es necesario considerar esta situación.
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La reflexión constante a lo largo del estudio es fundamental para poder desligar el
conjunto de creencias, juicios, prejuicios y estereotipos identificándolos y asegurando que
estos no influyan en la interpretación. No obstante, es importante tener en cuenta que esta
limitación existe.
Finalmente señalar la limitación de que solo participan dos mujeres y que ellas
nacieron, crecieron y desarrollaron su carrera laboral en Monterrey Nuevo León, México
por lo que este estudio contempla un bajo número de informantes y está enmarcado en el
contexto cultural mexicano en particular en el contexto del noreste del país.
Organización del estudio
Este reporte está dividido en cinco capítulos. El capítulo 1 introduce el estudio a
través del contexto, el propósito del estudio, las preguntas de investigación, la relevancia
del estudio y las limitaciones del mismo. El capítulo 2 presenta la revisión de la literatura
recopilando información suficiente sobre liderazgo, género e identidad, mujeres y
liderazgo, mujeres líderes en la universidad, educación y liderazgo, familias y liderazgo y
barreras culturales. El capítulo 3 describe la metodología y los procedimientos utilizados
para la recolección y el análisis de los datos. El capítulo 4 comparte las historias de cada
una de las mujeres que participaron en el estudio y el análisis de los datos obtenidos a
través de las entrevistas individuales en profundidad, las observaciones de campo y la
revisión de documentos, identificando las categorías y los temas emergentes. Finalmente
el capítulo 5 presenta los hallazgos, las conclusiones, las implicaciones y los aprendizajes
del estudio.
15
CAPÍTULO 2
REVISIÓN DE LA LITERATURA
El propósito de la presente revisión de la literatura es examinar investigaciones,
estudios o teorías previas que contengan información relacionada con las experiencias de
vida significativas de mujeres líderes en las universidades. Para construir esta revisión
fue necesario identificar las principales teorías que están detrás de cada pregunta de
investigación, porque éstas dirigen el estudio y definen la literatura que nos permita
establecer comparaciones: similitudes y diferencias con respecto a los hallazgos
obtenidos en esta investigación. (Bogdan y Biklen, 1982; Slavin, 1992;, Sowell, 2001;
Wiersma, 2000). La revisión de la literatura entonces, provee a los investigadores de
información relacionada con el problema de investigación (Dey, 1993; Marshall y
Rossman, 1989; Sowell, 2002).
En esta sección abordo los siguientes tópicos: liderazgo y género, liderazgo e
identidad, mujeres y liderazgo, mujeres líderes en la universidad, educación y liderazgo,
familias y liderazgo, barreras culturales y el rechazo al estereotipo de lo femenino.
Liderazgo y género
El liderazgo es uno de los tópicos más ampliamente discutido y analizado. El
término liderazgo ha tenido diferentes definiciones a través del tiempo: para unos se nace
líder y para otros se hace; unos consideran que el verdadero líder es el autoritario y
dictatorial y otros lo definen como colaborativo y consensual; para unos el líder busca
reafirmar su lidrazgo utilizando la violencia y la fuerza física y para otros la paz y el
amor (Gilligan 1982; Hierro, 1998; House, 1997; Lamas, 2007).
16
Lo cierto es que la mayoría de los estudiosos coinciden en que básicamente existen
dos tipos de liderazgo: el democrático y el autocrático. El liderazgo democrático ha sido
utilizado para identificar los procesos que tienen que ver con inspirar o motivar a un
grupo o grupos de personas hacia un fin determinado a través de un comportamiento
voluntario, es decir, sin necesidad de ser forzados (Bass, 1990; Kakabadse y Kakabadse,
1999). Tiende a usar el poder de manera sutil y cuidadosa, buscando minimizar el status y
evitando que la autoestima de la persona se vea amenazada. Por otra parte, el liderazgo
autocrático ejercita el poder de manera arrogante, manipuladora y dominadora por lo que
el resentimiento y la resistencia son características inequívocas en los subordinados
(Yukl, 1998).
Los científicos sociales han intentado explorar rasgos, habilidades,
comportamientos, fuentes de poder, y situaciones que determinen como un líder puede
influenciar a sus seguidores para realizar y lograr las metas que se han propuesto. ¿Cuáles
son las razones por las que alguna gente surge como líder y posee cierto comportamiento
de liderazgo? Es una cuestión que también ha sido examinada, para tratar de acercarnos si
no a una definición, si a un mayor entendimiento del término liderazgo. Las
investigaciones se han enfocado sobre la efectividad de los líderes para explicar las
dinámicas del liderazgo, pues éste es a menudo considerado como el factor más crítico de
la falla o del éxito de las instituciones (Bass, 1990, 1997; Yukl, 1998; Schein, 1996;).
Para producir líderes efectivos, es necesario pensar en las necesidades sociales del futuro
(Cooper 2001; Kakabadse y Kakabadse, 1999). Kakabadse y Kakabadse, (1999) nos
dicen como a través de compartir su visión, los líderes clarifican el presente, muestran
como el pasado influenció el presente y proponen una visión del futuro.
17
Antes de la década de los 60‘s los directivos de las instituciones de educación
superior, proyectaban más una aproximación al liderazgo autocrático o autoritario. Más
tarde el liderazgo democrático o participativo comenzó a florecer en la academia (Bass,
1990). El liderazgo participativo o democrático se caracterizó por compartir el poder y
por empoderar a los seguidores. Esto trajo consigo una mayor participación de las
mujeres en posiciones directivas dentro de las universidades (Yukl, 1998).
Independientemente del estilo de liderazgo, es importante señalar que el género
juega un papel preponderante en el momento de abordar el tópico de género y liderazgo
ya que dentro de las culturas, entendidas estas como construcciones sociales, los roles
estereotipados juegan un papel determinante ya que el sistema de creencias de dicha
cultura facilitará o no el acceso a posiciones de liderazgo (Lamas 2002) En la cultura
regiomontana y mexicana en general aún existen fuertes restricciones para permitir que
las mujeres asuman posiciones de liderazgo en las diversas organizaciones sociales, desde
la familia hasta las posiciones políticas (Castañeda 2007; Lamas, 2007). En las
universidades mexicanas este patrón parece repetirse. Las mujeres en posiciones de
liderazgo dentro de éstas son bastantes escasas (INEGI, 2009)
Liderazgo e identidad
Hablar de género requiere en primera instancia de entender cómo se relacionan los
conceptos: sexo y género. ―El sexo, el rol de cada sexo y el género son conceptos
relacionados entre sí, pero cada uno requiere ser definido y explicado, según el papel que
desempeña en la construcción de las relaciones entre los géneros y la
subjetividad/identidad.‖ (Nicolson, 1997, p.31).
18
El concepto de sexo tiene que ver en primera instancia con la anatomía biológica
de cada persona es decir, se es hombre o se es mujer dependiendo de los genitales. ―Las
personas vienen al mundo como mujeres o como varones y a esa característica se le llama
sexo, el cual depende de la constitución genética y de la distribución de las hormonas,
antes del nacimiento y en varias etapas del ciclo vital‖ (Nicolson, 1997, p. 32). Este
concepto con relación a las características físicas del hombre y de la mujer presenta claras
diferencias anatómicas, como los genitales y las funciones reproductivas entre muchas
otras (Archer y Lloyd, 1982). En ocasiones estas diferencias no son tan obvias como en el
caso de las personas transgénero o de las trasvestis. (Butler, 1999). Sin embargo, las
distinciones anatómicas no son tan simples, dado que ellas representan también
construcciones sociales e ideológicas (Lamas, 2002, 2006; Nicolson, 1997).
El concepto de género hace referencia a las construcciones sociales e ideológicas a
través de las cuales las mujeres y los hombres se relacionan mutuamente dentro de una
dinámica social-estructural (Archer y Lloyd, 1982; Nicolson, 1997). Por lo tanto, género
es un proceso mediante el cual se organiza la vida social de las personas, de las familias y
de la sociedad en general (Lamas, 2002, 2006; Connell, 1993; Duff, 1993). A través de la
identificación con su género los individuos reconocen que poseen un yo de un particular
género a través del cual ellos mismos interpretan sus propias experiencias y hacen
operativas sus constricciones (Castañeda 2002, 2007; Hierro, 1998; Hollway, 1989) es
decir, a través de esta interpretación el hombre se reconoce a sí mismo como hombre y la
mujer como mujer, a la vez que la sociedad en su conjunto otorga ese reconocimiento que
lo valida (Castañeda, 2002, 2007; Lamas 2002, 2006; Nicolson, 1997).
19
De esta manera cuando vemos una persona asumimos ciertos rasgos de su
personalidad, ciertos comportamientos, ciertas limitaciones, ciertas posibilidades, que nos
son comunicados por el género al que pertenece. Por lo general se asocia al género
masculino con la agresividad, la fuerza, la acción, mientras que al género femenino con la
pasividad, la debilidad, la maternidad, (Nicolson, 1997). El género, por lo tanto, es una
construcción social basada en las diferencias de sexo (Castañeda, 2002, 2007; Duff,
1993; Hierro, 1998; Lamas, 2002; Nicolson, 1997).
El género es todo lo que socialmente distingue a las mujeres y lo femenino de lo
que define al hombre y lo masculino (Lamas 2002). García (1996) define al género como
principalmente, conductas, relaciones sociales, autovaloraciones, auto percepciones, roles
y posiciones sociales. El género influye en nuestro sistema de creencias y valores, y por
lo tanto en nuestra forma de percibirnos a nosotros mismos y de percibir al mundo
(Castañeda, 2002; Lamas, 2002; Nicolson, 1997).
Aunque puede haber diferencias de una cultura a otra, incluso de una generación a
otra, existe una división social de tareas y roles entre los géneros (Castañeda, 2002;
Clear, 2000; Lamas, 2002; Nicolson, 1997). De esta manera se construyen estereotipos
que pretenden explicar la realidad simplificándola. Un estereotipo de género alude a
todas aquellas características, actitudes y roles que en una sociedad les son atribuidas a
hombres y mujeres en razón de su sexo. A dichas características, actitudes y roles se les
suele adjudicar un valor que normalmente es mayor cuando se trata de una asignada al
sexo masculino (Castañeda, 2007; Lamas, 2002).
Entonces, se establece la dicotomía hombre-mujer, masculino-femenino (Amorós,
1985; Castañeda, 2002, 2007; Hierro, 1998; Lagarde, 2000), donde los hombres son
20
fuertes y las mujeres débiles, ellos son activos y ellas pasivas, unos entran al espacio
público/político y las otras al privado/doméstico (Amorós, 1985; Lamas 2002, 2006,
2007; Nicolson, 1997; Salazar, 1998). El liderazgo, desde esta perspectiva, es un rol
estereotipado considerado socialmente como masculino. Eso podría explicar la escasa
participación de las mujeres en posiciones de alta jerarquía organizacional y política
(INEGI, 2004; Lagarde, 1990; Rowlands, 1997).
Mujeres y liderazgo
Es incuestionable que las mujeres están ocupando posiciones de poder. Lo que sí
es cuestionable es que el porcentaje de ellas en esas posiciones en México, sigue siendo
muy bajo en comparación con él de los hombres (INEGI, 2009). Los puestos de toma de
decisiones siguen ocupados mayoritariamente por hombres (Castañeda, 2007; Lagarde,
1990; Lamas, 2002, 2006; Nicolson, 1997).
Algunos estudios revelan que las niñas construyen su identidad de manera
diferente a los niños. Ellas entienden el liderazgo de manera menos jerárquica y más
compartido (Castañeda, 2007; Lagarde, 1990; Lamas, 2002, 2006; Nicolson, 1997).
Tannen (1990) señala que cuando las niñas juegan de manera informal, raramente
entran en competencia abierta, y rara vez también tienen ganadores y perdedores claros,
sino todo lo contrario, se organizan en grupos planos, aparentemente sin líderes o
compartiendo el liderazgo y sobre todo sensibles a las necesidades del grupo. Esto puede
ser una explicación del por qué las mujeres cuando son adultas no asumen el liderazgo de
la manera más tradicional, es decir de forma jerárquica.
21
Durante estos juegos se realizan incesantes y mutuas concesiones, se hacen
propuestas, se apela a la razón y al convencimiento. Casi nunca se recurre a la fuerza. La
flexibilidad es una característica esencial, las niñas puede recurrir a cambios en las reglas
del juego, a hacer excepciones. Para ellas lo más importante son los sentimientos de la
persona, antes que ganar o perder en el juego. Los niños en cambio, juegan juegos muy
estructurados, donde las reglas no son flexibles, donde hay claramente líderes y
seguidores.
Para ellos lo importante es ganar, porque esto es sinónimo de ser respetable. Ellos
son capaces de competir abiertamente por el liderazgo y pueden intercambiar estatus para
mantener y/o conseguir el mando del grupo. Durante el juego pueden llegar a burlarse
abiertamente unos de otros. A ellos les preocupan mucho más las reglas y tienden a
resaltar los principios de justicia, juego limpio y deber. Para ellos lo importante es ganar,
antes que los sentimientos de la persona. Los juegos de los niños tienen claros ganadores
y perdedores. (Gilligan, 1982; Lever, 1976; Tannen, 1990; Thorne, 1993).
Las conexiones laterales en oposición a las verticales, la cooperación frente a la
competencia, la interdependencia y deseo de compartir frente a la posición jerárquica y la
independencia, aparecen en los juegos durante la infancia. (Castañeda, 2007; Fisher,
1999; Gilligan, 1982; Tannen, 1990).
Algunos estudios revelan que las mujeres tienden a construir liderazgos más
democráticos y participativos, están más interesadas en establecer redes de apoyo, en
donde la cooperación, la armonía y la colaboración son elementos centrales (Chodorow,
1974, 1999; Gilligan, 1982). Ellas se entienden a sí mismas dentro de una red de
22
amistades, haciendo contactos laterales u horizontales con los demás. Los contactos
verticales tienden a suprimirlos (Fisher, 1999).
Por otra parte, algunas investigaciones señalan que las mujeres pueden lograr
escalar jerárquicamente en las organizaciones y corporaciones, pero una vez alcanzadas
posiciones superiores, tienden a restar importancia a su autoridad. Pocas mujeres están
interesadas en el poder por el poder en sí (Castañeda, 2007; Gilligan, 1982; Lagarde,
1990; Lamas, 2002, 2006).
Mujeres líderes en la Universidad
En las universidades como en la mayoría las organizaciones sociales las posiciones
de liderazgo están en manos de muy pocas mujeres. (Mc.Elrath, 1992). A pesar de la
propuesta de algunos expertos de que las universidades debieran ser pioneras para poner
en práctica modelos administrativos innovadores, no tradicionales, democráticos y no
discriminadores (McElrath, 1992; Stroh, Brett Y Reilly, 1992), sus estudios indican que
las mujeres en posiciones de liderazgo en las instituciones de educación superior siguen
siendo muy pocas y están todavía en desventaja en comparación con los hombres.
El mayor nivel de discriminación en el mercado laboral universitario se presenta
en los puestos gerenciales y/o de alta dirección. Más aún, conforme las mujeres se
incorporan a ocupaciones de más alta jerarquía, las diferencias (salariales, de
reconocimiento, etc.) se incrementan (Castañeda, 2002, 2007; INEGI, 2004; Lagarde,
1998; Lamas, 2002, 2006; Pacheco y Parker, 1996).
Castañeda (2002) afirma que ―con frecuencia, cuando las mujeres acceden a
puestos de poder, los hombres bajo su mando tienden a verlas como figuras maternas
23
dominantes y castrantes, y a rebelarse contra su autoridad.‖ (276). Las mujeres son
percibidas como no capaces, con falta de habilidades, conocimiento y carácter para
asumir y llevar a cabo acciones de liderazgo (Castañeda, 2002, 2007; Eggins, 1997;
Reynolds, 1992).
Existe una disparidad entre el número de mujeres líderes en relación al número de
mujeres que han obtenido grados académicos avanzados, es decir cada vez más mujeres
asisten a las universidades y obtienen grados académicos, sin embargo esta proporción de
mujeres no se ve representada en puestos de alta gerencia, ni en las universidades, ni en
las empresas, ni en las organizaciones (Chliwniak ,1997; INEGI, 2004; McElrath, 1992;
Stroh, Brett y Reilly, 1992).
El valor de las mujeres en las Instituciones de Educación Superior cambiará
cuando los atributos de las mujeres sean valorados y reconocidos por ser de igual
importancia que el de los hombres. Siendo la academia un lugar para discutir las ideas y
para concebir mundos mejores y más equitativos, ésta pude proveer el mejor ejemplo a la
realidad social de una gran demostración de valentía, competencia y valor. (Teevan,
Pepper and Pellizzari, 1992).
Educación y liderazgo
En las escuelas los estudiantes se relacionan entre sí y con sus profesores y
profesoras. Los docentes son modelos muy poderosos que van a influenciar el
comportamiento de los estudiantes. Las interacciones con los profesores y profesoras
pueden tener una influencia directa sobre la forma en que los estudiantes están
evolucionando tanto educacionalmente como personalmente (Armstrong, 1987; Frymier
24
y Houser, 2000; Osterman, 2000). Los docentes realizan mejor su trabajo cuando hacen
sentir a sus estudiantes que son parte de una gran comunidad escolar que los acoge y
protege (Osterman, 2000) y que eventualmente los enriquecerá y los hará crecer.
Cuando comienza el ciclo escolar el maestro utiliza su experiencia y
conocimientos para especular sobre cuales capacidades tienen desarrolladas los
estudiantes y cuáles no. Esto la mayor parte de las veces es comunicado a los estudiantes
de manera sutil. (Koehler, 1990). En consecuencia los alumnos responden a esas
expectativas prematuras de manera positiva o negativa según sea el caso. Las acciones de
los estudiantes, los estudios mismos y en algunos casos la habilidad para aprender se
pueden ver afectadas por esas profecías.
Es frecuente que los maestros y maestras tengan la tendencia a determinar qué tipo
de comportamiento es el adecuado tomando en cuenta el género al que pertenece el o la
estudiante (Bustos, 2003; Castañeda, 2002, 2006; Lagarde, 1998). De esta manera el niño
y la niña deben tener comportamientos diferenciados de acuerdo a las expectativas de
género que el docente tiene ya preestablecidas. Estas preconcepciones pueden tener el
efecto sobre los que esos y esas alumnas son capaces de realizar ahora en el momento
presente, pero limitan lo que los estudiantes pueden ser motivados a hacer y ser en el
futuro.
Si el maestro/a tiene ideas preconcebidas acerca de las probabilidades de éxito de
niños y niñas, donde tenga diferenciado para que áreas del conocimiento son buenos ellos
y para cuales son buenas ellas, estas pre concepciones pueden afectar la forma en que
cada estudiante realiza roles tradicionales y no tradicionales. Las expectativas del maestro
son muy importantes para desarrollar diferentes habilidades y actitudes en cada alumno/a.
25
Si el niño/a es reforzado o no en sus habilidades para tener éxito en el salón de clases,
esto puede tener un impacto directo en sus sentimientos, actitudes, expectativas y
autovaloración o autoestima (Marsh, 1989; Wesley, 1998). La influencia de los docentes
puede extenderse más allá de la de los años escolares del estudiante (Anderson, 1997;
Marsh, 1989; Wesley, 1998;).
Según Rosen (1989) y Anderson (1997) es muy probable que las chicas en la
escuela sean animadas y motivadas para realizar actividades femeninas, pasivas y
delicadas. Estas experiencias de socialización a menudo preparan a chicas para las
ocupaciones tradicionalmente femeninas como maestra de enseñanza elemental,
bibliotecaria, trabajadora social, secretaria, etc. y no para carreras que han sido
consideradas tradicionalmente masculinas como los espacios de las matemáticas y la
ciencia, la ingeniería, la supervisión y las posiciones directivas.
Los libros de texto también están estereotipados en cuanto a profesiones y oficios
se refiere (Vázquez y Manassero, 2002). Las imágenes a través de ilustraciones y
fotografías proporcionan una visión dicotómica de la realidad. Además la información
escrita refuerza el contenido de roles tradicionales claramente diferenciados.
De hecho en las escuelas y en especial en los salones de clase los niños presentan
comportamientos diferentes con respecto a las niñas. Por ejemplo Orenstein (1994)
realizó un estudio con un grupo de alumnos del octavo curso en dos escuelas, de diferente
estatus social, situadas en el norte de California a principios de los años noventa.
Encontró, por ejemplo, que las chicas de ambas escuelas disentían cortésmente para no
humillar a las compañeras que hubieran hablado. Los niños por el contrario, disentían
abierta y ruidosamente, y además, a diferencia de las niñas, se saltaban el protocolo de
26
levantar la mano para lanzar en voz alta las respuestas, fueran éstas correctas o
incorrectas. Era también evidente que los niños querían reconocimiento por sus
comentarios, pues manipulaban a sus compañeros quitándose o dándose la razón entre sí
para llamar la atención. Era evidente que para los niños, sus opiniones son tan
importantes que tienen que ser expresadas aún a costa del protocolo de esperar su turno,
en cambio para las niñas era más importante la opinión y el respeto de sus semejantes. En
general ellas esperaban su turno para hablar, es decir tomaban la palabra hasta que les era
concedida, escuchaban con mayor paciencia y respeto y prestaban mayor atención a sus
interlocutores. Esta aseveración se repite en el contexto mexicano (Castañeda2007;
Lamas, 2002)
Familias y liderazgo
La construcción de la identidad en la familia es de suma importancia ya que esta
instancia cultural influye de manera determinante en la formación del sistema de
creencias de la persona. (Castañeda, 2007).
La familia es una institución cultural que ejerce gran influencia en los individuos
(Castañeda, 2007; Lamas, 2002, 2006), tradicionalmente dentro de ella existe una
tendencia muy generalizada para que las mujeres sean socializadas para adoptar roles de
apoyo y sostén, de crianza y cuidados, antes que los roles para el desarrollo de
competencia en el campo profesional, de logro de objetivos y metas (Rosen, 1989), lo
que hace que el rango de elección de carrera profesional para las mujeres sea sumamente
limitado por lo que tienden a elegir carreras profesionales consideradas como femeninas,
27
que repitan de alguna manera esos roles de apoyo y sostén (Castañeda, 2002; Lagarde,
1998).
Las mujeres que han ejercido oficios y/o profesiones consideradas diferentes a las
tradicionales han sido estudiadas dentro de sus familias, desde múltiples perspectivas: la
identificación con el padre que ejerce el poder dentro del grupo familiar, el lugar que
ocupa la hija dentro de la familia, el nivel educativo de los padres, los estereotipos acerca
de los roles sexuales en el ámbito familiar y la historia laboral en la familia entre otros,
para tratar de explicar los motivos por los que algunas mujeres eligen ejercer profesiones
y oficios no tradicionales (Anderson, 1997; Hennig y Jardim, 1977).
La identificación con el padre que ejerce el poder dentro de la familia es decisiva
para influir en la elección de carrera profesional y para asumir el liderazgo, y es frecuente
que sea el padre y no la madre la fuente de poder y por tanto la fuente de identificación
positiva. (Anderson, 1997; Hennig y Jardim, 1977). Así mismo, muchas mujeres que
detentan el liderazgo y/o están en ocupaciones consideradas como masculinas tienen que
luchar consigo mismas tal como lo asegura Anderson (1997). Muchas mujeres luchan por
no identificarse con sus madres porque éstas son percibidas como devaluadas en
comparación con la figura paterna (Castañeda, 2007; Lamas, 2002).
Además Donnelly (1983) muestra a través de un estudio realizado por ella que la
influencia del padre es un significativo predictor en la elección de carrera profesional ―no
tradicional‖ que las mujeres harán. Esto no quiere decir de ninguna manera que la madre
no ejerza influencia, sino más bien que hay una tendencia generalizada a la influencia del
padre y no de la madre, en el caso de las mujeres que eligen profesiones no tradicionales
(Anderson, 1997; Hennig y Jardim, 1977).
28
Así mismo, el orden de nacimiento, es decir el lugar que ocupa el individuo en la
familia, puede tener un efecto en la elección de la carrera profesional tradicional o no.
Por ejemplo, generalmente, la hermana mayor en una familia formada por solamente
niñas tienen más probabilidades de elegir una carrera profesional no tradicional
(Donnelly, 1983).
Almquist (1974) sostiene que no existe un sólo factor determinante, sino que son
muchos los factores que pueden afectar el desarrollo de la carrera de una mujer, entre
otros, el estatus socioeconómico, la educación de la madre, la educación del padre, los
estereotipos acerca de los roles sexuales, la historia laboral en la familia, la actitud del
padre hacia las mujeres que trabajan, etc.
Tradicionalmente las familias mexicanas estaban constituidas de manera nuclear
(Castañeda 2002, 2007; Hierro, 1998; Lamas, 2002) es decir, un padre, una madre y los
hijos. Está composición obedece a la construcción social que de las familias se había
establecido, en donde el padre es quien ejercía el liderazgo ―es el padre el que manda‖
(Castañeda 2007). Sin embargo esta visión de la familia es ya inoperante puesto que en la
realidad mexicana de hoy donde quedan los hogares sostenidos por mujeres que
constituyen al día de hoy el 23% (INEGI, 2009) lo que representa una quinta parte de los
hogares mexicanos y esta cifra va en aumento.
Estos hogares ¿no son considerados familias? Con la tasa de divorcios al alza, las
madres solteras, las viudas, etc. las familias cuyas cabezas son mujeres están
construyendo una nueva visión de la realidad mexicana (Hierro, 1998; Lagarde, 2002)
De acuerdo a las estadísticas del INEGI, (2009) la incorporación de las mujeres a
la vida laboral se ha incrementado de manera importante así (casi la mitad de los
29
empleados en México son mujeres) como la inscripción en las carreras universitarias (que
en algunos casos ya supera la matrícula femenina a la masculina). Las mujeres han
entrado en el terreno de lo público declarando su independencia económica y por
consecuencia los roles familiares de liderazgo están sufriendo cambios importantes
(Castañeda, 2007).
Por supuesto está descripción corresponde más a la clase media mexicana, que es a
la que pertenecen las participantes en el estudio. Las clases más pobres y marginadas
tienen una realidad diferente.
Barreras culturales
Mucho se ha escrito sobre el techo de cristal (Davidson y Cooper, 1992; Flanders,
1994; Nicolson, 1997; Writh, 2001). El concepto Techo de Cristal es una traducción al
español del término en inglés Glass Ceiling y fue acuñado en los Estados Unidos en la
década de los setentas. Este término describe las barreras culturales que bloquean a las
mujeres para que puedan ascender a puestos de alta dirección o de alta gerencia en las
organizaciones. Estas barreras son creadas por prejuicios culturales en los lugares de
trabajo y reflejan la inequidad social de género. (Wirth, 2001).
Este concepto ilustra muy bien el punto límite hasta donde una mujer puede llegar
en una organización (empresa, universidad, asociación) y donde no existe una razón
objetiva que explique por qué esa mujer no pueda continuar ascendiendo a los más altos
puestos jerárquicos, que han sido y son ocupados sólo por hombres (Nicolson, 1997;
Writh, 2001).
30
Mujeres calificadas y competentes pueden ver a través del techo de cristal lo que
ellas son capaces de realizar y los logros que podrían obtener si llegaran a ocupar esos
puestos de alta dirección, pero barreras culturales las detienen.
El techo de cristal puede estar a diferentes niveles jerárquicos dependiendo de las
oportunidades, o del grado de discriminación, que la propia cultura organizacional este
otorgando a las mujeres. En algunas organizaciones y países pude estar muy cerca del
más alto nivel jerárquico dentro de la organización, pero en otros lugares puede estar a
niveles de gerencia media o incluso a niveles todavía más abajo (Wirth, 2001).
Es importante observar como las mujeres en términos generales se concentran en
la base de la pirámide, que es donde está el nivel jerárquico inferior. Algunos autores han
llamado a este fenómeno como el suelo de goma, situación que se explica por sí misma
( Davidson y Cooper, 1992; Wirth, 2001).
Nicolson (1997) afirma que ―a muchas mujeres se les bloquea el acceso a los
niveles más altos de la vida pública y profesional y permanecen en puestos de trabajo
secundarios, en los que no pueden hacer uso pleno de sus cualificaciones y habilidades.
Más del 70 por ciento de las mujeres trabajan en ocupaciones de bajo nivel en el sector de
servicios y en puestos de administración y secretaría; más de un 40 por ciento trabaja en
ocupaciones donde no tienen colegas masculinos…Muchas de ellas tienen un techo de
cristal sobre sus aspiraciones que les permite ver hasta dónde podrían llegar, pero que les
impide alcanzarlo. En cualquier ocupación y en cualquier cargo público, cuanto más alto
es el rango, el prestigio y el poder, menor es la proporción de mujeres‖ (p.136)
El fenómeno denominado Pared de Cristal o Glass Walls, es una variante o
agregado que se suma al de techo de cristal, que consiste en dejar a las mujeres sólo los
31
puestos que no son claves o estratégicos dentro de las organizaciones. Las mujeres
pueden ocupar puestos al mismo nivel que los hombres pero no los puestos estratégicos
(Nicoloson, 1997; Wirth, 2001).
El techo y las paredes de cristal suponen la existencia de barreras visibles e
invisibles que no permiten el acceso de las mujeres a puestos de alta dirección y/o a
puestos clave dentro de las organizaciones.
Las barreras culturales más comunes son: lo doméstico y la maternidad, actitudes
abiertamente sexistas y falta de modelos de referencia (Nicolson, 1997; Wirth, 2001).
Las mujeres siguen asumiendo las responsabilidades del cuidado de los niños y del
hogar en un grado mucho mayor que los hombres.( Amorós, 1985; Apter, 1993; Ficher,
1999; Lagarde, 1998; Lamas, 2002, 2006; Lipovetsky, 2000;). Son muy pocas las
organizaciones, entre ellas las universidades, que ofrecen servicios de cuidado de los
niños. A la vez mantienen horarios de trabajo rígidos e iguales para todos y todas las
empleadas, sin tomar en cuenta esta responsabilidad social-cultural asignada a la mujer
(Hierro, 1998; Nicolson, 1997). A este respecto Kagan y Lewis (1990) afirman ―no se
hacen concesiones por el hecho de que nosotras tengamos una familia, ni se formulan
planes futuros para reconocer esas responsabilidades o modificar los horarios. No son
sólo las mujeres las que tienen una familia. Sin embargo, todos los hombres con familia
han tenido esposas que tuvieron que dejar el trabajo por diversos períodos de tiempo
cuando nacieron sus hijos/as‖ (p. 140-141).
La falta de modelos de referencia o de asesoría es una barrera cultural tan evidente
e importante como la maternidad (Castañeda, 2002, 2007; Hierro, 1998; Lamas, 2006;
Wirth, 2001). Casi todas las mujeres encuentran sus mentores o guías en hombres y no en
32
mujeres, porque éstas son escasas (Castañeda, 2007; Nicolson, 1997; Richey et al., 1988;
Wirth, 2001;White B., Cox, C. y Cooper, C., 1992). Estos estudios indican que los
modelos y los consejos de las personas exitosas del mismo sexo resultan beneficiosas, por
el ingrediente de identidad e identificación.
Otra de las barreras culturales la constituyen las actitudes abiertamente sexistas
(Anderson et. al.,1993). Van desde bromas ‗inofensivas‘ en reuniones o espacios públicos
hasta el acoso sexual y la violación. Un puesto jerárquico no es una barrera para la
discriminación sexista (Castañeda, 2007). Los comentarios y comportamientos
abiertamente sexistas se dan tanto en reuniones informales como en reuniones formales y
a todos los niveles jerárquicos de la organización (Castañeda, 2007; Nicolson, 1997;
Wirth, 2001; White et. al.,1992).
El acoso sexual es un poderoso factor discriminatorio y puede ocurrirles a las
mujeres en cualquier etapa de su carrera profesional (Anderson et. al.,1993; Nicolson,
1997;). Este incluye desde el prestar demasiada atención al cuerpo de una mujer hasta la
petición abierta para sostener relaciones sexuales (Castañeda, 2007; White et. al.,1992).
La falta de denuncia de cualquiera de las formas de discriminación es una barrera
cultural muy común. Las mujeres no denuncian, sobre todo en casos de discriminación o
acoso sexual, porque las que lo hacen son por lo general humilladas y el ambiente laboral
se torna hostil (Castañeda, 2007; Nicolson, 1997; White et. al.,1992). Hay gran
abundancia de datos basados en la investigación empírica que muestran que la denuncia
individual es problemática y no es probable que se dé excepto en casos considerados
como graves. (Castañeda, 2007). Esto es semejante a la observación que hace Bettelheim
(1990) en la que se refiere a que las víctimas solamente lucharán contra sus opresores
33
cuando sientan intuitivamente que ya no tienen nada que perder. Cuando una persona
piensa que tiene aún posibilidades en su carrera, es muy posible que quiera seguir
adelante sin denunciar el acoso sexual, o cualquier otro tipo de discriminación (Anderson
et. al., 1993; Savage, 1986).
Nicolson (1997) asegura que ―la cultura patriarcal es endémica en todas las
profesiones y empresas. La mujeres son invisibles y lo que ellas hacen, (es) de una
categoría inferior a lo que hacen los hombres. Las barreras ocultas que impiden el
progreso profesional de la mujer son una ‗reacción en contra‘ de la aparente amenaza de
la subida al poder de la mujer.‖ (p.146)
La red de viejos amigos está formada por hombres que detentan el poder, y que se
conocieron en el pasado, ya sea como compañeros de escuela, universidad o en lugares de
trabajos anteriores, y quienes se guardan una lealtad mutua, de tal manera que les permite
compartir información y recomendación en caso necesario. En múltiples ocasiones llegan
a formar equipos de trabajo muy sólidos políticamente hacía el interior y exterior de las
organizaciones, en ambientes formales e informales. Los clubes de golf, clubes de
caballeros, encuentros para beber unas copas después del trabajo, etc. son un claro
ejemplo de estas redes. Las mujeres están excluidas de estas redes de viejos amigos,
porque además ellas se sentirán incomodas o fuera de lugar en el remoto caso de que
fueran invitadas (Davidson y Cooper, 1983; Flanders, 1994).
La mujer tiene que someterse a una doble evaluación: como profesional en
competencia con el hombre y como mujer profesional (Nicolson, 1997). Es decir como
profesional en competencia con el hombre, la mujer debe hacerlo con calidad, en la
mayoría de las ocasiones debe mejorar el trabajo del hombre, debe superarlo (Castañeda
34
2002, 2007; García de León, 2001) pero a la vez debe ser ―femenina‖ tanto social como
profesionalmente. Es un dilema esencial (Nicolson, 1997).
Las barreras culturales inconscientes son aquellas que se refieren al impacto
psicológico de las organizaciones patriarcales sobre la motivación de la mujer, su
autoestima y la relación reflexiva entre el contexto biográfico y el conocimiento
(Nicolson, 1997).
Rechazo al estereotipo de lo femenino
Lo que están reflejando las barreras culturales es sin duda alguna el rechazo o
repudio por lo femenino y esto es consecuencia de un conjunto de creencias que la
cultura impone a los individuos y que se traduce en diferencias establecidas socialmente
entre hombres y mujeres donde son ellos, los hombres, los que ejercen el poder
(Castañeda, 2002, 2007; Hierro, 1998; Lamas, 2006; Wirth, 2001).
Estas diferencias comienzan a construirse en la identidad de las personas a partir
del momento mismo de su nacimiento y quedan incorporadas desde muy temprana edad
(Lamas. 2007; Neves, 2010) las diferentes instancias culturales: familia, escuela, medios
de comunicación, iglesia, etc. Contribuyen de una manera decidida en esta construcción
(Castañeda, 2002, 2007; Neves, 2010)
Para Castañeda (2007) estas diferencias son notorias en diversos ámbitos de la
vida cotidiana. En la familia por ejemplo las madres y los padres dicen a los niños que
ellos son los responsables de ―cuidar‖, es decir vigilar y supervisar, a sus hermanas,
mientras que las niñas de ―atender‖, es decir servir, a sus hermanos. Estas acciones de
―cuidar y atender‖ muestran relaciones jerárquicas desiguales.
35
En los medios de comunicación los estereotipos de género son utilizados y
difundidos de manera masiva. Esto contribuye a que la construcción de sociedades
desiguales e inequitativas se difunda y legitime de una manera rápida y contundente. Esta
desigualdad se incorpora en el sistema cultural de creencias considerando que es
―natural‖ o ―normal‖ la colocación de unos por encima de las otras. (Lamas. 2007;
Neves, 2010). Por ejemplo la creencia de que los roles domésticos como son el cuidado
de los hijos y los enfermos, el mantenimiento, que no la manutención, del hogar, la
educación de los hijos, etc. son responsabilidades exclusivas de las mujeres y los roles de
lo público y el poder son atributos de los hombres (Bustos, 2005) por lo que en la
televisión, la radio, el cine, la prensa, etc. encontramos estos roles estereotipados bien
definidos.
En la escuela los estereotipos de género son manejados también de una manera
insistente. En el discurso del docente, en los libros de texto, en las relaciones entre los
estudiantes y con el profesor y hasta en la participación en clase (Vázquez y Manassero,
2002) las diferencias entre alumnos y alumnas son más que evidentes. Hierro(1998)
establece que en estas relaciones desiguales existe un rechazo por lo femenino. Lo
masculino adquiere mayor relevancia.
Para Lamas (2007) las personas vivimos en una especie de ―cautiverios‖ culturales
donde lo femenino tiene menor valor. Esto se refleja en las diferencias salariales, de
oportunidades, de libertades y de compromisos, donde las mujeres y lo femenino es
percibido como de menor valor (INEGI 2009).
La decimotercera edición del Instituto Nacional de Estadística Geografía e
Informática sobre Mujeres y Hombres en México (2009) contiene 19 temas con más de
36
400 indicadores, los cuales permiten observar los avances alcanzados por las mujeres en
relación con los hombres, así como las brechas todavía existentes para conseguir la
equidad. Definitivamente el avance en cuanto a mujeres representantes de la sociedad
civil en puestos políticos es todavía inferior a la de los hombres
En este capítulo abordé a través de los diferentes temas la percepción social y
cultural que se tiene en México acerca de las mujeres. La bibliografía utilizada la
contraste siempre con la realidad mexicana. En gran medida, aunque algunos autores son
de otros países, la realidad de las mujeres en casi todas las latitudes del mundo guardan
en el fondo la misma raíz: La discriminación.
Comenzando por la influencia que tienen los diversos agentes culturales como la
familia y la escuela en la construcción social y finalmente cómo ésta determina la
percepción que tenemos acerca de la realidad. Es un hecho que las mujeres tienen la gran
desventaja social de ser percibidas como inferiores y para tareas específicas (Castñeda,
2007; Lagarde 1999; lamas, 2007).
En mi país lo femenino es objeto de burlas y discriminación. Hoy por hoy la
discriminación hacia las mujeres es evidente porque los datos así lo demuestran (INEGI,
2004; 2009) y porque las vivencias personales lo corroboran. Las mujeres que conozco
hasta ahora, en las universidades donde ha laborado por más de 25 años, no han estado
representadas en la rectoría. Las que han alcanzado una vicerrectoría, es en aquella que
no se considera estratégica, aunque en el discurso se maneje lo contrario.
En el análisis de las historias de las mujeres participantes en este estudio utilizo el
contenido de este capítulo: desde la formación de la identidad de género, las relaciones
37
familiares, educativas y laborales hasta las barreras culturales que tienen que afrontar las
mujeres para asumir posiciones de liderazgo en las universidades.
Este capítulo se enriqueció con los hallazgos del estudio y se fue completando a lo
largo de éste.
38
CAPÍTULO 3
METODOLOGÍA
En este capítulo presento un racional sobre la metodología que utilicé en esta
investigación, la identificación de los participantes y los procesos de negociación
para su participación en este estudio, los procedimientos para la recolección de
datos y los procedimientos para el análisis de los datos recolectados.
Racional sobre la metodología
La metodología es la manera a través de la cual el investigador direcciona sus
preocupaciones e inquietudes y determina las soluciones (Denzin y Lincoln, 2005;
Galliers, Markus, and Newell, 2006.). En la metodología se contempla el diseño del
estudio: los participantes en la investigación, el protocolo de entrevista y otros
procedimientos relacionados para obtener información relevante y suficiente (Gergen y
Gergen, 2000; Ary, Jacobs y Razavieh, 2002). Así mismo, la metodología sirve para
describir los procedimientos utilizados para el análisis de la información recolectada
(Galliers, R.D., Markus, M.L., and Newell, S., 2006; Hernández, Fernández y Baptista,
2006)
Para el diseño de esta investigación me enfoqué en la metodología cualitativa
utilizando el análisis narrativo a través de la historia de vida. La investigación cualitativa
permite al investigador estar más abierto y adaptable en su búsqueda por entender los
fenómenos humanos (Denzin y Lincoln, 2005; Gray 2003; Freebody, 2003; Hernández,
Fernández y Baptista, 2006).
39
El análisis narrativo prolonga la idea del texto incluyendo las transcripciones de
entrevistas a profundidad, las narrativas de historias de vida y de memorias históricas
(Patton, 2002).
En este estudio me propuse descubrir las experiencias de vida significativas de dos
mujeres que están en posiciones de liderazgo en dos universidades: una de ellas labora en
una universidad pública y la otra en una universidad privada. Ellas, que constituyen una
elite, están en posiciones administrativas de alto nivel, que tradicionalmente habían sido
ocupadas por hombres y que por primera ocasión en la historia de esas universidades, las
ocupa una mujer. En esta investigación me enfoco en las narrativas orales de estas
mujeres.
Polkinghorne (1995) describe dos tipos de narrativa en la investigación cualitativa:
a) el análisis de las narrativas: los investigadores recolectan los datos a través de las
historias y los analizan identificando y describiendo temas que emergen a lo largo
de estas historias y
b) el análisis narrativo: los investigadores recolectan descripciones de eventos,
sucesos y acontecimientos, sintetizándolos o configurándolos por significados de
un argumento dentro de una historia.
En este estudio usé ambos. Las narrativas fueron configuradas y presentadas como
historias de vida contadas, utilizando las propias palabras de cada una de estas dos
mujeres, contando su propia historia.
De estas historias emergieron temas y elementos que fueron examinados. Sin
embargo, en la narrativa hay una relación entre el investigador y los participantes, por lo
que emerge la voz de ambos. En este estudio busqué presentar la narrativa de los
40
participantes armando historias ordenados por temas. Clanndinin y Connelly (2000)
describen esta relación como una colaboración entre el investigador y los participantes,
en un tiempo y en un lugar o en una serie de lugares, en una interacción con el entorno
social. Como investigador busqué vivir y contar, revivir y recontar, las historias de
experiencias que hicieron que la vida de las personas fuera al mismo tiempo individual y
social.
Mi rol como investigador fue significativo en este estudio cualitativo, porque yo
determiné como sería manejada, ordenada, analizada y compartida la información (Gray,
2003; Hernández, Fernández y Baptista, 2006). Como investigador entonces elaboré el
reporte final con información que consideré relevante (Denzin y Lincoln, 2000; Gergen y
Gergen, 2000; Ary, Jacobs y Razavieh, 2002). Como investigador además busqué
relaciones entre eventos, estructuras, roles y fuerzas culturales y sociales que estuvieron
afectando la vida de las personas que participaron en el estudio. (Janesick, 2000;
Hernández, Fernández y Baptista, 2006).
Además con énfasis en la experiencia, el significado de ésta y su desarrollo en el
tiempo, el proceso de conceptualización colocó al estudio en el dominio teórico de la
socialización adulta. La meta consecuente de esta investigación fue la descripción de
contextos, interacciones y procesos a través de los historias de vida.
La historia de vida ha sido descrita como una de las más completas, ricas y
poderosas. Éste provee una oportunidad para colectar las voces que usualmente no son
escuchadas en la investigación tradicional. (Watson, 1976; Runyan, 1982; Smith y
Kleine, 1983; Karen, 1990).
41
Para muchos académicos y expertos en temas feministas, la recuperación,
interpretación y valoración de la vida de las mujeres es fundamental en el largo camino
hacia la equidad entre los géneros (Lamas, 2006; Castañeda, 2006; Hierro 1999; Personal
Narrative Group. (PNG), 1989). La reconstrucción de la vida de las mujeres destacadas
no sólo requiere de las voces y los escritos de ellas sino también la reflexión, análisis,
discusión y finalmente el aprendizaje que sus experiencias puedan aportar (Balcarcel,
2000; Nicolson, 2000; PNG, 1989) ya que esto supone además la generación de modelos
de referencia femeninos (Hierro, 1998; Lamas 2003, 2006; Castañeda, 2002, 2006).
El método de la historia de vida permite esa recuperación, interpretación y
valoración que se realizó a través de las narrativas de las mujeres participantes en la
investigación. Esas narrativas personales, facilitaron el examen de temas como la
equidad, el poder, la estructura social, la definición del ser, y su interrelaciones.
(Bateson,1989; Geiger, 1986; Josselson y Lieblich, 1993; Smith, 1994).
Como afirma Dollard (1935) la historia de vida es un intento deliberado para
definir el crecimiento de una persona en un entorno cultural y social buscándole un
sentido. Langness (1965) lo define como un extenso registro de la vida de una persona,
ya sea utilizando la información proporcionada por la persona misma, o por otros o por
ambos.
Para Robertson (1983) la historia de vida es un tipo de historia oral, incorporando
el historia de la vida de una persona construida por un investigador desde el historia oral
de un informante. Aunque es el investigador quien construye la historia de vida, es
esencial, aunque no exclusivo, mantener la historia en primera persona.
42
Karen (1990) define la historia de vida como un método a través el cual, el
investigador obtiene la historia verbal autobiográfica de un informante, utilizando para
ello entrevistas no estructuradas.
Durante las entrevistas y a través de las historias narradas por estas mujeres fui
reconstruyendo sus historias y fueron emergiendo los episodios que a la luz de ellas
mismas fueron considerados como significativos.
Cada párrafo, cada frase, cada nuevo pasaje representó un desafío para reflexionar
y en todo caso repensar los viejos modelos, con la finalidad de proponer una visión
diferente que condujera a la reflexión sobre la discriminación de la mujer y sobre todo
que promueva la equidad. La importancia de las narrativas personales de estas mujeres en
esta ―nueva visión‖ fue evidente.
Identificación de los participantes. Invitación y negociación.
La población potencial de mujeres en educación superior que estuvieran en
posiciones de liderazgo en las universidades del área metropolitana de la ciudad de
Monterrey Nuevo León, México representaba un porcentaje inferior al 5% (INEGI,
2009), por lo que la elección de cualquiera de ellas podría ser significante considerando
el tamaño de la población total. Debido a la gran responsabilidad, al tiempo requerido y a
la propuesta de realizar entrevistas en profundidad y al análisis de éstas, el estudió se
enfocó en las experiencias de vida de dos mujeres líderes.
Los participantes en esta investigación entonces, fueron dos mujeres líderes, altas
directivas de universidades regiomontanas. Una de ellas ocupando una posición de alta
dirección en una universidad pública y la otra en una universidad privada. Para su
43
identificación, recurrí a la revisión de documentos (directorios de colaboradores a través
de las páginas Web de universidades y a través de Departamentos de Recursos Humanos
de las universidades, buscando que reunieran dos criterios:
a) que ocuparan posiciones de alto nivel jerárquico dentro de las universidades (rectoras,
vicerrectoras o secretarias, directoras de facultades o de departamentos) y
b) que fueran posiciones ocupadas por primera ocasión por una mujer.
El método de muestra que utilicé en este estudio fue el de la muestra determinada.
La lógica y el poder de la muestra determinada colocan en la selección de la información
casos ricos para estudios en profundidad (Denzin y Lincoln, 2000 Freebody, 2003;
Merriam, 1998). A las participantes para este estudio las contacté de manera personal y
concerté una cita para hacerles la invitación a participar en este estudio.
Surgieron siete posibles candidatas: cuatro de universidades públicas y tres de
instituciones privadas. Acomodé por orden descendente colocando en primera instancia
aquellas que ocupan puestos de mayor jerarquía. Realicé las invitaciones en ese orden.
Tuve una entrevista de treinta minutos aproximadamente, con cada una de ellas. Les
expliqué los propósitos del estudio y aclaré las dudas que fueron surgiendo. Hice especial
hincapié en mi ética como investigador para asegurar la confidencialidad y la protección
de las participantes y aclaré que se utilizarían seudónimos y se reduciría al máximo la
posibilidad de que fueran identificadas por otros medios: se omitiría el nombre de la
universidad, el puesto que ocupa y su carrera profesional. Les expliqué además, la
importancia de la cooperación, confianza y apertura durante las entrevistas que iba a
realizar.
44
A cada una de ellas, les aseguré que todos los documentos: grabaciones, notas de
campo, notas de observaciones, etc. serían destruidas una vez que concluyera la
investigación y no serían compartidas con nadie. Les comenté que los hallazgos serían
compartidos en sesiones académicas como: conferencias, talleres, seminarios, etc. sin dar
datos que pudieran comprometer la confidencialidad, dado que ellas son mujeres
destacadas en el ámbito universitario. La investigación estaría disponible en forma de
tesis para posibles investigadores interesados, siempre guardando la confidencialidad.
Les aclaré que una vez concluidas las entrevistas y elaboradas las historias de vida se les
entregaría una copia para su lectura y discusión y se realizarían las modificaciones que
cada una de ellas considerara necesarias.
Inicialmente cuatro mujeres aceptaron participar. Sin embargo, una de ellas
declinó su participación por cuestiones de tiempo; otra se trasladó a otra universidad en
otra ciudad así es que tampoco pudo participar. Finalmente el estudio se realizó con dos
participantes como se tenía previsto en la propuesta original. Marshall y Rossman (1989)
afirman que ―la negociación requiere tiempo, paciencia, y sensibilidad para entender los
ritmos y las normas de las personas‖ (p. 65), desde esta perspectiva me comprometí a
adaptarme a los horarios en los que ellas pudieran estar disponibles para cada una de las
sesiones durante las cuales se llevaron a cabo las entrevistas.
Procedimiento para la recolección de los datos
Para la recolección de datos incluí entrevistas en profundidad, la transcripción de
las entrevistas, observaciones de campo y revisión de documentos.
45
Las entrevistas en profundidad son a menudo descritas como una conversación que tiene
un propósito determinado. Un protocolo de entrevista o una guía de entrevista en un
método efectivo para reunir datos cualitativos (Tesch, 1990; Seidman, 1998). El
protocolo de la entrevista fue diseñado y antes de ser utilizado fue piloteado para a)
determinar si existía cualquier tipo de sesgo en cada una las preguntas, para determinar si
tenían la suficiente información y si éstas estaban formuladas de una manera clara y
entendible y b) para ganar practica y familiarizarse con las técnicas de entrevista. Piloté
el protocolo de la entrevista con tres personas aplicándolo a cada una de ellas por
separado. Esto permitió determinar los ajustes necesarios para que cada pregunta de la
guía de entrevista (protocolo) estuviera con información suficiente, clara y precisa, de tal
manera que a las participantes en la investigación les resultase de fácil comprensión. Este
procedimiento permitió modificar algunas preguntas, eliminar algunas otras e incluir
preguntas nuevas. Por consiguiente, el resultado de la entrevista piloto fue sumamente
útil e importante. El protocolo o guía de la entrevista está en el anexo C.
Las entrevistas individuales son la base para las historias de vida (Denzin y
Lincoln, 2005 Freebody, 2003; Merriam, 1998). Con cada una de las dos mujeres se
realizaron cinco sesiones de entrevistas individuales en profundidad, con una duración de
una hora y media a dos horas por sesión. Aunque hubo una guía de entrevista ya
piloteada, se buscó que está no limitara las respuestas y se respetaron los tópicos que
iban emergiendo en cada momento de la entrevista, de tal forma que no se entorpeciera la
riqueza y la profundidad de las respuestas que proyectaban las experiencias que cada una
de las participantes me compartía. Una gran cantidad de datos fueron obtenidos de cada
una de las participantes.
46
Utilizando un protocolo de entrevista (Anexo C), busqué que las preguntas fueran
abiertas porque esto ofrece a los individuos libertad en sus repuestas ya que no existen
respuestas fijas (Ary et al., 2002; Denzin y Lincoln, 2005; Freebody, 2003; Merriam,
1998; Sowell, 2001). Las preguntas abiertas permitieron que las respuestas emergieran
sin parámetros predeterminados. Esto facilitó el que las mujeres pudieran hablar
libremente acerca de sus propias historias, con su propia narración personal propiciando
que se proyectaran sus sentimientos, emociones y reflexiones.
La confidencialidad es muy importante en la investigación. Los individuos se
sienten menos inhibidos para hablar cuando ellos saben que sus nombres e historias serán
protegidas de otros (Legard et. Al., 2003; Lewis 2003). Al inicio de cada entrevista hice
hincapié en el propósito de la investigación y en mi compromiso ético de
confidencialidad, buscando en todo momento que esto permitiera reafirmar la confianza y
la cooperación de las participantes. Solicité su consentimiento para grabar y transcribir
todas las entrevistas.
Permití las digresiones si alguna(s) pregunta(s) provocaba(n) una discusión o una
explicación acerca de un tópico que estuviera relacionado con la pregunta o con la
respuesta. Esto hizo que la información se enriqueciera, porque emergieron en todo
momento experiencias significativas. Todas estas entrevistas revelaron información
personal y detallada (Spencer, Ritchie y O‘Connor, 2003).
Durante las entrevistas busqué que todas las preguntas fueran contestadas en su
totalidad, antes de pasar a la pregunta siguiente. Así mismo, pregunté a cada una de las
mujeres participantes si existía alguna información adicional que quisieran incluir antes
47
de dar por terminada oficialmente la sesión. Toda la información adicional fue tomada en
consideración e incluida en la narrativa.
Propicié que las participantes hablaran de manera abierta y franca acerca de sus
experiencias de vida significativas, deambulando en su pasado y su presente. Las
entrevistas individuales permitieron a estas mujeres hablar libremente acerca de los
asuntos que ellas consideraron importantes y contaron sus historias con una narrativa
propia y personal (Ary et al., 2002; Freebody, 2003). Los episodios que ellas
consideraron significativos a través de su familia, su educación formal, su trabajo y sus
relaciones con el entorno social: modelos de referencia, obstáculos, potenciadores, etc.
fueron emergiendo y fueron clarificándose.
El lugar donde llevé a cabo las entrevistas fue en la oficina privada de cada una de
estas mujeres en sus respectivas universidades. Busqué que fuera en un horario que no
afectara su trabajo y que no interrumpiera el curso de cada entrevista, así es que, realicé
las entrevistas en horarios matutinos muy temprano o al final de la jornada laboral.
Aunque me propuse respetar los tiempos establecidos, existió la flexibilidad para
extenderlos cuando fue requerido por las participantes. En todo momento estuve en
absoluta disponibilidad de tiempo. Para asegurarme de que el contenido de las entrevistsa
fuera cubierto diseñe un formato (Anexo D) que me ayudara a llevar a cabo este
propósito.
No obstante, la técnica de la entrevista tiene una gran limitación o debilidad
inherente a la propia técnica, que es la dependencia del informante. En este caso cada una
de las informantes se reservó el derecho de compartir la información que cada una de
48
ellas quiso, en cuanto a cantidad y calidad, por lo que, complementé la información con
observaciones de campo y con el análisis de documentos.
La transcripción de las entrevistas
Strauss (1987) sostiene que cuando los datos en una investigación se han
registrado utilizando medios auditivos o audiovisuales, su transcripción es un paso
necesario para su interpretación
Para algunos autores la transcripción es el paso de registros en audio a registros
escritos (Parker, 1992). Sin embargo este concepto es una simplificación puesto que la
transcripción requiere registrar además de las palabras la intención de las ideas, es decir
las inflexiones de la voz, el tono, el ritmo del habla, la acentuación, la intención, las
anécdotas dentro del relato, la pronunciación, las palabras utilizadas, los nombres y
lugares citados, además del contenido en sí (Ary et al., 2002; Freebody, 2003). Por eso,
la transcripción seguirá exigiendo un gran esfuerzo de interpretación por parte del
investigador (Legard et. Al., 2003; Lewis 2003).
En este sentido, para la transcripción, cada vez que terminé una entrevista procuré
de manera inmediata llevar a cabo la transcripción de la misma, para no perder, por
olvido, los detalles que le dan contenido. Me auxilié utilizando algunos símbolos,
colores, subrayados, etc. par a mantener la riqueza del contenido de la entrevista.
Además de esto, me ayudé con las notas de campo para complementar y completar la
transcripción. Me auxilié de un aparato especial para transcripción con pedal.
Busqué en todo momento que la información fuera manejable, es decir que guardara un
mínimo de significado para mí como investigador. Que fuera legible o sea que pudiera
ser interpretada y que fuera sencilla para leer
49
Las observaciones de campo
La observación de campo permite ver a las participantes en su entorno habitual y
cotidiano (Freebody, 2003). Esta herramienta enriquece la información obtenida a través
de otros medios como en este caso la entrevista en profundidad.
La observación proporcionó información sobre el contexto donde llevé a cabo el
estudio (Denzin y Lincoln, 2005). Este contexto lo observe desde dos diferentes planos:
el personal y las instalaciones. La observación del plano personal me brindó información
que se comunica por ejemplo a través del vestuario, maquillaje, corte de pelo, accesorios,
etc. Así mismo, observe también estado de ánimo, carácter, relación con los
colaboradores y conmigo como investigador. De la misma manera, algunos hábitos de
trabajo tales como: puntualidad, limpieza y orden, respeto, honestidad, etc.
En cuanto a las instalaciones observé el lugar donde se encuentra la oficina, sus
dimensiones, equipo de trabajo, mobiliario y fotografías y adornos.
Todos estos elementos proporcionaron información que fue interpretada ´para
complementar y enriquecer la proporcionada por las entrevistas (Spencer, Ritchie y
O‘Connor, 2003).
El ambiente organizacional (clima organizacional: cooperación, estilo de
administración, estilo de liderazgo, relaciones interpersonales, etc.) también fue
observado. Además emergieron datos concernientes al comportamiento de cada una de
las participantes durante conversaciones telefónicas, rutinas de trabajo, interacciones con
compañeros (as) al mismo nivel, interacciones con personas de niveles diferentes y
finalmente interacciones conmigo como investigador. Para las observaciones de campo
me auxilié con una guía de observación (Anexo F)
50
La revisión de documentos
El análisis de los documentos me proveyó una visión de las escenas que están más
allá de la vista tanto de las participantes como de la mía como investigador. Éstas escenas
pueden no ser directamente observables pero una vez identificadas me ayudaron a hacer
preguntas más apropiadas (Patton, 2002).
Por lo tanto, la revisión de los documentos me proporcionó información
complementaria de una gran utilidad para el estudio. Esta información enriqueció el
contenido de las entrevistas realizadas con cada una de las participantes proveyendo
detalles acerca de su vida. Los documentos que fueron recolectados y analizados
fueron: el currículum vitae, artículos y otras publicaciones, álbumes fotográficos y
los perfiles de la descripción del puesto.
El currículum vitae de cada una de las participantes proveyó información
cronológica acerca de la formación educativa y preparación profesional (títulos,
diplomas, etc.), historia laboral, publicaciones, conferencias, reconocimientos,
distinciones, actividades de servicio a la comunidad y membresías entre otras. Su
participación en cursos y talleres proporcionaron información acerca del nivel de
escolaridad y de sus intereses académicos y profesionales. Del mismo modo, los tipos de
entrenamiento que ha recibido.
Los artículos y publicaciones en los que han participado cada una de ellas me
proporcionaron información acerca de los intereses particulares que poseen. Dieron
cuenta además del área de interés, en cuanto al área de conocimiento. Así mismo emergió
información que involucra aspectos como discriminación por género, estatus social,
preferencias sexuales y religión, entre otros.
51
Los álbumes fotográficos fueron una herramienta valiosísima para la
investigación. Éstos proporcionaron, a través de las imágenes fotográficas, información
de las relaciones interpersonales de los actores que aparecen en las fotografías, del estatus
socioeconómico, de las relaciones de poder, entre otros. Las fotografías revisadas fueron
fundamentalmente familiares y algunas escolares. Estas sirvieron además como punto de
apertura durante las entrevistas.
Los perfiles obtenidos a través de la descripción del puesto que estas mujeres
ocupan dieron información para contrastar con la realidad sobre características
psicológicas y de personalidad, habilidades y destrezas, así como, sobre actitudes
esperadas.
Análisis de los datos
El análisis de los datos es el proceso que se sigue en la investigación cualitativa
para dar orden, estructura y significado a la gran cantidad de datos recolectados (Marshall
y Rossman, 1989; Patton, 2002). El análisis de datos es el proceso de organización de las
transcripciones, las notas de campo, las observaciones y otros materiales adquiridos para
presentar la información a otras personas (Ary et al 2002). El estilo cualitativo del
análisis de los datos provee formas de distinguir, examinar, comparar, contrastar e
interpretar patrones o temas significativos. Realicé la recolección y el análisis de los
datos casi en forma simultánea para propiciar que emergiera teoría sustantiva basada en
datos empíricos. (Glaser y Strauss, 1987; Ary et al., 2002; Freebody, 2003).
Para Hernández, Fernández y Baptista (2005) el análisis de los datos sirve para
―encontrar sentido a los datos en el marco del planteamiento del problema‖ (p. 624). Por
52
lo que las siguientes preguntas planteadas por Miles y Huberman (1984) me guiaron a lo
largo de todo el proceso del análisis de los datos:

¿Qué patrones y/o temas comunes emergieron en las respuestas dadas
relacionadas con ítems específicos? ¿cómo esos patrones o temas, o la carencia de
ellos ayudaron a iluminar las preguntas esenciales de este estudio?

¿hubo algunas desviaciones de esos patrones? Si la respuesta es si, ¿hubo algunos
factores qué puedan explicar esas respuestas atípicas?

¿qué historias interesantes emergieron de las respuestas? ¿cómo esas historias
pueden ayudar a iluminar las preguntas esenciales de este estudio?

¿cualquiera de esos patrones o hallazgos sugieren qué datos adicionales deben ser
colectados? ¿cualquiera de las preguntas del estudio necesito ser revisada?

¿los patrones que emergieron corroboraron los hallazgos de cualquier análisis
correspondiente que ha sido conducido? Si la respuesta es no, ¿puede explicar
esas discrepancias?
Adopté el marco de trabajo del proceso de análisis de datos para la investigación
cualitativa propuesto por Miles y Huberman (1984) que propone tres etapas: la reducción
de los datos, la exhibición de los datos y la obtención de las conclusiones y su
verificación.
La reducción de los datos
Primero la gran cantidad de datos que recolecté fueron organizados en grupos
significativos. Esto involucro un proceso de selección, enfoque, simplificación,
abstracción y transformación de los datos que aparecen escritos en las notas de
observaciones de campo y en las transcripciones de las entrevistas. No solamente los
53
datos fueron condensados en esta etapa, sino que también fueron transformados para que
ellos pudieran ser inteligibles en términos de los asuntos que estaban siendo tratados
(Anexo G).
Estas categorizaciones iniciales fueron formadas utilizando las preguntas de
investigación preestablecidas, así como también de los temas emergentes. Otro asunto
que considere fue el contenido específico de los puntos de vista de las participantes y la
frecuencia relativa con la que diferentes asuntos fueron tratados, así como también la
intensidad con la que fueron expresados. Emergieron seis categorías de análisis:

experiencias significativas familiares,

experiencias significativas educacionales,

experiencias de liderazgo

modelos de referencia

barreras

categorías emergentes: Datos demográficos, rechazo al estereotipo de lo
femenino, juegos infantiles y la culpa
La exhibición de los datos
Fue el segundo nivel de acuerdo con el modelo para el análisis de los datos,
propuesto por Miles y Huberman (1984). En esta etapa los datos fueron organizados,
ordenados y comprimidos en forma de texto, diagrama, cuadro y matriz, para proveer una
forma nueva de adaptación y razonamiento acerca de los datos grabados más
textualmente. Esto me permitió extrapolar suficiente información para comenzar a
discernir los patrones y temas sistemáticos y las interrelaciones.
La obtención de las conclusiones y su verificación
54
La obtención de conclusiones requirió dar un paso hacia tras para considerar qué
quieren decir los datos analizados y valorar qué implicaciones tienen para las preguntas
dadas. Para el proceso de verificación mismo que está totalmente ligado a la obtención de
conclusiones, revisé los datos tantas veces como fue necesario para verificar que estas
conclusiones emergentes fueran congruentes con la información recabada. Tomando en
consideración que el significado que emerge de los datos analizados tiene que ser
probado por su credibilidad, verosimilitud, solidez y confirmación. Todo esto representa
su validez. (Miles y Huberman, 1984; Hernández, Fernández y Baptista, 2005), para mí
como investigador, en este contexto la validez quiere decir, que las conclusiones
obtenidas de los datos fueran creíbles, defendibles, garantizadas y capaces de resistir
explicaciones alternativas.
Confiabilidad de los datos
En los estudios cualitativos la confiabilidad de los datos es muy importante
(Greene, 2000; Lincoln y Guba, 2000). Dado ―que los datos son creados por personas,
ellos contienen remanentes de intervención humana‖ (Langenbach et. al., 1994, p. 203).
La confiabilidad de los datos fue realizada utilizando lo siguiente: a) revisión por otro
investigador, b) auto revisión y c) revisión de las creencias del investigador.
Revisión por otro investigador
La revisión realizada por otro investigador es una práctica común realizada en la
investigación cualitativa (Lincoln y Guba, 2000). La investigadora Angélica González
colaboró con la revisión de los datos en cada una de las fases y etapas del estudio. Sus
55
comentarios, dudas y sugerencias me ayudaron a buscar disminuir cualquier tipo de
sesgo.
Auto revisión
Para la investigación utilicé casetes de audio, transcripciones, notas de campo y
notas sobre los documentos, todos ellos fueron debidamente identificados para asegurar
que toda la información no corriera el riesgo de ser confundida. Para confirmar cada
hallazgo regresaba a escuchar la grabación y a releer la trascripción o las notas de campo
o de documentos para ver la congruencia. Como sugiere Wiersma (2000) cuando leí mi
propio reporte de investigación tomé un tanto de perspectiva crítica. Es muy importante
cuando se están revisando las transcripciones y relatando la información regresar a las
entrevistas originales para tener la certeza que el contexto y el contenido reflejen el
verdadero significado del participante (Gerson y Horowitz, 2002).
Revisión de las creencias del investigador
La revisión mis propias creencias como investigador es un ejercicio que requiere
de la mayor honestidad posible. Es como colocarse frente a un espejo y analizar
cuidadosamente la imagen reflejada ahí, con todas sus imperfecciones, cicatrices, arrugas,
manchas. Aunque no gusten están ahí y reflejan una realidad, la realidad del investigador.
Esto requiere de colocar sobre la mesa las propias creencias para determinar hasta dónde
estás sesgando la información obtenida. Al comienzo del estudio la creencia que
predominaba era fundamentalmente que todos y todas teníamos las mismas
oportunidades, es decir, que no existía discriminación por género. Por otra parte la
creencia de que las mujeres eran aptas para ciertas áreas del conocimiento y para ciertas
tareas era una de mis creencias más arraigadas. Por ejemplo: las mujeres en las esferas de
56
educación, psicología, enfermería, etc. y para áreas que requerían trabajo minucioso o al
detalle. Es decir la creencia basada en algunos estereotipos.
Tenía también la creencia de que las mujeres para puestos de alta dirección eran
poco confiables. Estaba internalizado el supuesto de que eran muy buenas en áreas que
requirieran de la comprensión y la amabilidad pero tenían serias carencias en áreas que
eran altamente competitivas y que se medían por indicadores duros y resultados precisos.
Por otra parte una de mis creencias más arraigadas era que las mujeres no rechazaban lo
femenino y que eran sumamente solidarias y al parecer no siempre sucede así, al menos
no en este estudio. Este ejercicio me ayudo a estar muy consciente de cómo mis creencias
podían estar afectando mi percepción de la realidad y el análisis que estaba realizando
acerca de los hallazgos de mi estudio.
Categorías emergentes
Dado que en la investigación cualitativa y en especial durante las entrevistas a
profundidad la voz del participante es considerada de manera muy importante y es muy
posible que surjan temas que no están considerados en las preguntas iniciales de la
investigación. Estos temas se denominan temas emergentes y pueden llegar a constituir
otra categoría de análisis (Hernández, Fernández y Baptista, 2005).
A lo largo de las entrevistas emergieron temas que parecían ocultos pero que en el
discurso de ambas participantes estuvieron presentes permanentemente. Ya sea porque
ellas se sintieron rechazadas alguna vez o porque incorporaron en su sistema de creencias
el rechazo por lo femenino. Ya sea porque los juegos infantiles fueron parte inherente en
la construcción de sus identidades y personalidades o porque la culpa está más presente
de lo que ellas mismas suponen.
57
Así mismo, la revisión de documentos como su curriculum viate dio luz suficiente
para incorporar datos como edad, clase social, escolaridad, tipo de instituciones
educativas en las que estudiaron, lugar que ocupan en la familia, número de hermanos y
hermanas, estado civil, etc.
De esta manera surgieron los temas emergentes: datos demográficos, el rechazo al
estereotipo de lo femenino, los juegos infantiles y la culpa. Estas categorías recibieron el
mismo tratamiento de análisis que las otras categorías por lo que en el capítulo en el que
abordo los hallazgos hago alusión a cada una de éstas.
58
CAPÍTULO 4
ANÁLISIS DE LOS DATOS
El propósito de este estudio fue identificar las experiencias de vida que
contribuyeron para lograr alcanzar posiciones de liderazgo a dos mujeres líderes en
universidades mexicanas.
En este capítulo presento los datos y comparto las historias de estas dos mujeres
que ocupan altas posiciones directivas y administrativas en universidades de la ciudad de
Monterrey, Nuevo León, México.
Una de estas mujeres es líder en una universidad pública y la otra en una
universidad privada. Ambas universidades percibidas como instituciones de prestigio.
En ambos casos ellas tienen posiciones que habían sido ocupadas por hombres y nunca
por mujeres.
Ambas historias presentan experiencias de vida familiar, educacional y laboral, así
como barreras culturales y modelos de referencia. Además presentan temas emergentes
tales como el rechazo al estereotipo de lo femenino, los juegos infantiles, la culpa y los
datos demográficos.
Las historias de estas dos mujeres son presentadas para proyectar sus experiencias
de vida significativas dentro de un contexto de cotidianidad. Cada historia es individual y
única, sin embargo, las interconexiones entre una y otra historia son evidentes. Cada
historia es presentada individualmente y está basada en la información proporcionada y
revisada por cada una de las participantes. Los datos recolectados fueron analizados por
temas y patrones comunes, algunos de ellos estaban previstos en las preguntas de
investigación y otros emergieron durante el estudio.
59
Racional
Los datos estadísticos nos muestran que el número de mujeres en posiciones de
liderazgo se ha ido incrementando en los últimos años (INEGI; 2004, 2009). Sin
embargo, este número sigue estando desproporcionado si lo comparamos con el número
de hombres y de mujeres que han estado ingresando y egresando de las universidades en
los últimas cuatro décadas (ONU, 2000; INEGI, 2004, 2009). Las mujeres en posiciones
de dirección y de alta jerarquía en las universidades mexicanas y en específico en las de
la ciudad de Monterrey siguen siendo muy pocas y por lo tanto siguen considerándose
casos de excepción (INEGI, 2009; Castañeda 2006; García de León, 1995; Nicolson,
1997; Wirth, 2003).
Algunos estudios realizados en los Estados Unidos revelan que ya para 1994 las
mujeres comenzaban a ocupar posiciones de liderazgo dentro de las universidades y que
el número de ellas iba creciendo de manera espectacular, del 4% al 17% en el período
comprendido entre 1986-1994 (McCarthy y Kuh, 1997). En México la proporción de
mujeres ocupando puestos de alta dirección en las universidades mexicanas se ha
incrementado del año 2000 con un 2% a un 7% en 2006 (INEGI, 2000, 2006).
Desafortunadamente los estudios realizados en México sobre este particular son
escasos o nulos. Con la experiencia personal de más de veinticinco años en la
universidad, observo que efectivamente hay más mujeres en posiciones de liderazgo en
las universidades mexicanas, pero aún estamos lejos de lograr proporciones más
equitativas. Basta revisar los datos estadísticos publicados en México por el Instituto
Nacional de Estadística Geografía e Informática en 2004, y 2009 y ver por ejemplo, los
60
procesos de selección de rector en 2007, para la Universidad Nacional Autónoma de
México donde participan cuatro hombres y una mujer como candidatos al puesto. Esa
mujer representa el 20% de este grupo de candidatos a la rectoría de la universidad más
antigua y con mayor prestigio en el país.
Este porcentaje parece repetirse en las primeras posiciones en las universidades de
la ciudad de Monterrey: de cinco secretarias en la Universidad Autónoma de Nuevo
León, una es ocupada por una mujer; de cuatro vice rectorías en la Universidad de
Monterrey, una es ocupada por una mujer; de cinco vice rectorías del Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, una es ocupada por una mujer según
los organigramas vigentes tanto de la Universidad Autónoma de Nuevo León, La
Universidad de Monterrey como del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Monterrey.
Por lo tanto, es pertinente asegurar que las mujeres en posiciones de alta
dirección en las universidades mexicanas siguen representando una minoría. Muchos
investigadores afirman que para las mujeres construir una carrera para ocupar altas
posiciones jerárquicas en las universidades sigue presentando una serie de retos
adicionales además de los esperados para tal efecto (Astin, 1993; Astin, 1991; Lamas,
2007; Valian, 2000).
Los antecedentes familiares, educacionales y laborales así como las
barreras culturales para ocupar altas posiciones jerárquicas en las organizaciones y los
modelos de referencia fueron utilizados como variables para dar significado a los datos
presentados.
61
El método de presentación de datos que fue utilizado contesta la pregunta de
investigación: ¿Qué experiencias de vida de las mujeres líderes contribuyeron para
lograr su actual posición en su universidad?
Para tal efecto se respondieron las siguientes preguntas secundarias:

¿Qué experiencias de la vida familiar de las mujeres líderes coadyuvaron en la
formación de sus habilidades de liderazgo?

¿Qué experiencias de la vida educativa de las mujeres líderes coadyuvaron en su
labor como líderes?

¿Qué experiencias de vida tuvieron las mujeres líderes en cada una de las posiciones
de liderazgo que desempeñaron a lo largo de su carrera profesional?

¿Qué barreras tuvieron que afrontar las mujeres líderes para asumir posiciones de
liderazgo?

¿Qué modelos de líderes: personajes sociales relevantes, maestros de escuela y/o
universidad, otros, fueron significativos para las mujeres lideres? ¿Por qué?
Procedimientos del análisis de los datos
Como investigador recolecté los datos basado en la información proporcionada por
cada una de las participantes a través de las entrevistas en profundidad, las observaciones
de campo y la revisión de documentos. Para una mejor organización desarrollé dos
formatos y una matriz con el propósito de organizar de manera más eficiente la
información (Hernandez, Fernández y Baptista, 2006).
62
Los formatos utilizados fueron:
a) Formato de resumen de documentos (anexo D). Éste fue utilizado para registrar la
información obtenida de documentos. Contiene la información proporcionada por
el currículum vitae de cada participante: sus antecedentes educacionales, los
puestos que ha ocupado, los cursos, talleres y diplomados que ha impartido y que
ha tomado, conferencias que ha ofrecido, premios, reconocimientos y diplomas
que ha obtenido, asociaciones a las que pertenece o pertenecido, tipos de
investigaciones y de publicaciones que ha realizado, roles de liderazgo que ha
ejercido y comités o consejos en los que ha participado. Esta información reveló
elementos muy importantes que son clave para conocer la vida profesional de
cada participante ya que de alguna manera es un resumen bastante preciso del
desarrollo de la carrera profesional de cada una de ellas.
b) Formato de resumen de entrevista (anexo E). Éste sirvió para registrar el resumen
de la información obtenida de cada una de las entrevistas. Me ayudó a identificar
información como: los temas que impactaron al participante durante cada
contacto, si las preguntas clave preestablecidas fueron tratadas o no durante la
entrevista, cualquier otra información que haya impactado a las participantes y
que haya emergido ya sea porque les resultó interesante, iluminadora o importante
y finalmente, para reflexionar que quedó pendiente para tratar en el próximo
contacto, ya sea porque no se trató durante ese contacto o porque no se profundizó
lo suficiente o porque la participante mostró demasiado interés. También a través
de este formato registré la fecha en que realizó la entrevista la duración de ésta y
la fecha en que se llené el formato.
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Las entrevistas en profundidad proporcionaron información detallada de
cada participante en cuanto a sus experiencias de carácter familiar, educacional y
laboral así como las barreras u obstáculos que tuvieron que salvar y sus modelos
de líderes de referencia.
c) Matriz de simplificación de los datos ( anexo F) se utilizó para ayudar a la reducción
de los datos y al análisis e identificación de temas y patrones emergentes
Categorías de análisis
A partir de las preguntas de investigación agrupe los datos en seis categorías y
cada categoría a su vez estuvo dividida en temas. La división queda de la siguiente
manera:
1. La categoría experiencias significativas familiares contiene los siguientes temas:
relaciones con el padre, relaciones con la madre, relaciones con los hermanos y
experiencias de liderazgo.
2.
La categoría experiencias significativas educacionales aborda los temas: relación
con los profesores/as, relación con los compañeros/as de clase, actividades
extracurriculares, calificaciones/Participación destacada en la educación formal y
experiencias de liderazgo.
3. La categoría experiencias significativas laborales contempla los siguientes temas:
experiencias laborales, relación con el jefe, relación con los compañeros/as de
trabajo y experiencias de liderazgo.
4. La categoría barreras culturales contiene los siguientes temas: maternidad, lo
doméstico, acoso sexual, actitudes sexistas/discriminación, acoso sexual y
autoestima.
64
5.
La categoría modelos de referencia contempló los siguientes temas: familiares,
docentes, compañeros/as y personajes históricos.
6. La categoría temas emergentes incluyó: datos demográficos, rechazo al
estereotipo de lo femenino, juegos infantiles y culpa
El formato de categorías (Anexo G) permite apreciar como a partir de las
preguntas de investigación derivé las categorías de análisis y los temas correspondientes
a cada categoría.
Historias individuales
Para la construcción de la narrativa de cada una de las dos mujeres líderes de
universidades de la ciudad de Monterrey Nuevo León, México utilice las categorías de
análisis con sus respectivos temas.
En la narrativa de las historias de vida es conveniente destacar la voz de los
participantes (Denzin y Lincoln, 2005; Galliers, R.D., Markus, M.L., and Newell, S.,
2006). La pretensión fue armar la historia de cada una de ellas combinando las voces del
investigador y las de cada una de las participantes. Para esta narrativa utilicé las
entrevistas, los documentos revisados y las observaciones de campo y busqué que las
voces de las participantes predominaran por lo que las historias aparecerán
fundamentalmente contadas por ellas mismas.
Mi labor fue entretejer las historias para darle una coherencia lógica. La
construcción completa de estas historias se encuentra en el anexo H. A continuación
presento una breve historia de cada una de las participantes a manera de introducción
para el análisis de los datos.
65
Quién es Marta
Marta es una mujer de 51 años de edad. Ingeniera. De mediana estatura y de
complexión media. Usa su pelo corto y acostumbra a usar traje sastre. Es divorciada y
madre de dos hijos varones. Se casó a los treinta años de edad porque como ella afirma: si
no me caso se me pasa el tren.
Ella tiene una profesión que define como de hombres aunque a sus padres les
hubiera gustado que estudiara una profesión más ―adecuada‖ para ella. Marta es una
mujer elegante. Para ella El atuendo es sumamente importante. Usa pocos accesorios
debido a que ella considera que: no me gusta usar coliges, ni nada por el estilo eso se ve
demasiado femenino, demasiado rosa… ¿cómo te diré? Como muy debilota.
Marta se auto define como integrante de una generación masiva que: ahora le han
dado en llamar baby boomers. Nació en una familia que ella define como: masiva de 9
hijos: 4 mujeres y 5 hombres. Ella es la mayor. Estudió en escuelas públicas donde los
grupos eran numerosos. Entre las experiencias más significativas destaca que ella se fue
estudiar un postgrado en otro país, con el apoyo decidido de su padre.
Marta ahora es una alta funcionaria de una universidad y ocupa un puesto que siempre
había sido ocupado por hombres.
Quién es Ana
Se describe a sí misma como una luchadora incansable. Tiene 55 años de edad.
Es una mujer madura, bajita de estatura, muy delgada, muy blanca y con unos enormes
ojos verdes. Ana es profesora de educación primaria y tiene una carrera universitaria, dos
66
maestrías y un doctorado. Es soltera y sobre su estado civil nos camparte que: Nunca me
casé y me hubiera gustado hacerlo.
En cuanto a su profesión nos dice: soy profesora y soy ingeniera quizá más lo
primero que lo segundo y también viceversa.
Ana se define a sí misma como: una mujer independiente, no sumisa, soñadora, a
la que le encanta el arte y la magia de la vida. Soy una mujer sensible y fuerte a la vez,
soy frágil y resistente, soy muy tenaz, aunque para algunos soy terca, cuestión de
enfoques. Me hubiera gustado casarme y tener una familia, pero mi prometido me dio a
escoger y en su momento elegí mi carrera profesional.
Físicamente Ana dice de sí misma: soy una mujer pequeña de estatura pero grande
de ideas, por aquello de que la grandeza se mide de la cabeza al cielo. Soy muy blanca y
me considero una mujer muy hermosa.
De su familia nos dice que: Mi padre y mi madre fueron profesores de primaria,
maestros de escuela pues. De ellos, tanto de la madre como del padre, recibió un apoyo
decidido cuando decidió estudiar la Normal para ser maestra de primaria y también
cuando decidió ir a la Universidad a estudiar ingeniería. Ella reconoce en ambos el gran
apoyo que han sido sus padres a lo largo de su vida personal y profesional. Ana es la
menor de cuatro hermanos. Tres hombres y ella.
Ana es ahora una alta funcionaria de una universidad y ocupa un puesto que siempre
había sido ocupado por hombres.
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Análisis de las historias de las dos mujeres líderes
En este apartado presento el análisis de cada una de las historias de dos mujeres
que están ocupando una posición de liderazgo en universidades de la ciudad de
Monterrey. Para analizarlas utilizo las categorías surgidas de las preguntas de
investigación.
Categoría: Experiencias familiares
Marta
Es la hija mayor de una familia de nueve hijos: cuatro mujeres y cinco hombres.
Ella nació y creció en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México. Es una mujer
divorciada y tiene dos hijos varones. Su padre fue ingeniero químico con una visión poco
conservadora de la realidad. Su padre tuvo y tiene, aun después de muerto, una gran
influencia en la vida personal y profesional de Marta. Algunos autores sostienen que los
padres ejercen una gran influencia en la vida de las mujeres líderes (Gilligan, 1982;
Hierro 1998; Lamas 2006, 2007)
Con mi padre yo sabía que recibiría el apoyo y el aliento para cualquier situación que quisiera
emprender, por ejemplo, cuando decidí estudiar una maestría en el extranjero no cabía del
orgullo, su hija mayor se iba a especializar, lo gritaba a los cuatro vientos. En fin papá fue un
gran guía y un entusiasta cómplice…Podía hablar con él de cualquier tema, desde mis dudas
sexuales hasta la crianza de mis hijos, desde la elección de mi marido, a quien siempre respetó,
hasta mi decisión de divorciarme…siempre ahí al frente del cañón, listo para apoyarme.
Algunos estudios sostienen que las mujeres líderes tienen una mayor identificación
con el padre y por lo tanto una menor identificación con la madre (Anderson, 1997;
Henning y Jardim, 1977) y es precisamente el padre quien la impulsa motivándola a
realizar acciones aun consideradas no tradicionales (Anderson, 1997; Henning y Jardim,
1977; Castañeda, 2007; Lamas, 2002, 2007). También, para algunos psicólogos sociales
68
la identificación positiva se realiza con el padre y no con la madre (Kaplan, 1991;
Donnelly, 1983), por lo que la influencia de éste es determinante en la vida de estas
mujeres.
En lo que se refiere a la madre de Marta, ésta fue ama de casa con una educación
sumamente tradicional. Su visión de la realidad fue y sigue siendo sido muy conservadora
Con mamá fue diferente. Ella estuvo educada a la antigua, la mujer es para la casa y no para
andar trabajando me decía y aun me lo dice. Cuando decidí estudiar una carrera universitaria,
se opuso rotundamente, porque para qué estudiar tanto si de todas formas me iba a casar y no
iba a ejercer. Lo mejor para ella era que no estudiara y si quería estudiar buscara inscribirme en
la Normal para ser maestra de primaria. Era una carrera corta, cuatro años después de la
secundaria, y el trabajo era de medio tiempo, eso era muy conveniente porque así podría, en un
futuro, atender a mi marido y a mis hijos.
Marta siente que su madre no ha sabido entender que la vida ha cambiado y que
ahora una mujer puede tener oportunidades de crecimiento personal diferentes.
A mamá le hace ruido que sólo tenga dos hijos, que sea divorciada, que sea directiva de una
universidad y que de vez en cuando salga con un amigo por ahí a algún espectáculo o a tomar un
café o una copita. Mi madre se escandaliza porque supone que de vez en cuando puedo tener
alguna aventura sexual, como si fuera inmoral la satisfacción sexual plena…Para ella yo soy la
culpable de no tener una familia funcional porque no supe atender a mis hijos y mi marido como
es debido. Incluso me dice que esto va a conducir a que mis hijos se desvíen del buen camino.
Kaplan (1991) asegura que para muchas mujeres la lucha contra la identificación
con su madre se debe fundamentalmente a que éstas son percibidas como devaluadas,
poco evolucionadas, fuera del contexto social y temporal. Para Castañeda (2007) la
madre mexicana representa la sumisión y por eso es vista como de una jerarquía inferior
con respecto al padre. Identificarse con ella supone entonces aceptar esa sumisión como
una característica inherente al rol de las mujeres (Anderson, 1997; Henning y Jardim,
1977; Castañeda, 2007).
Marta describe el ambiente familiar en el que creció como de una tensión
constante ya que existía una permanente dicotomía entre lo que su madre consideraba que
debía hacer una mujer tradicional y lo que ella quería hacer como una mujer no
69
tradicional. Obtuvo el apoyo y la motivación decidida y total de su padre para el logro de
sus objetivos. De él obtuvo el respaldo permanente para lograr escalar posiciones de
liderazgo ( Anderson, 1997; Henning y Jardim, 1977; Castañeda, 2007). De sus hermanos
y hermanas se identificó más con ellos que con ellas.
La relación con mis hermanos es bastante buena. Con ellos puedo hablar directo, sin tapujos ni
indirectas. Mi preferido es Ernesto el más chico porque es un ser humano muy sensible e
inteligente. A mí me atrae la gente inteligente y práctica con quién pueda hablar de cualquier
tema sin temor a ser juzgada o dirigida…Con mis hermanas en cambio mi relación es bastante
tensa con algunas o distante con otras. Ellas son muy tradicionales. Todas están casadas y tienen
familias „modelo‟ y yo creo que para ellas siempre he sido alguien que se sale del patrón. Sin
embrago me respetan, sobre todo porque soy la hermana mayor.
La posición que ocupa en la familia como hermana mayor la coloca en una
situación jerárquica privilegiada porque como afirman Anderson (1997) y Henning y
Jardim(1997) ser la hermana mayor le da mayores oportunidades de ejercer el liderazgo
dentro y fuera del ámbito familiar. Ser la hermana mayor facilitó el desarrollo de sus
habilidades de liderazgo dentro de la familia, su opinión y acción repercutía de manera
decisiva hacia el interior de la comunidad familiar (Anderson, 1997; Henning y Jardim,
1977;Castañeda, 2007).
Cada decisión familiar que se tomaba en casa era discutida con todos los miembros de la
familia. Pero, mi posición de hermana mayor tenía un peso distinto. Mi opinión valía más que la
del resto. Se me respetaba como hermana mayor. Eso me dio herramientas para ejercer el
liderazgo en mis actividades profesionales.
El orden de nacimiento además tiene un efecto relevante en la elección de carrera
profesional. De acuerdo a algunos estudios ser la hija mayor posibilita más la elección de
una profesión no tradicional y el apoyo familiar (Donnelly, 1983; Etzioni, 1969). Ella
siguió los pasos de su padre convirtiéndose en ingeniera. Comenzó una carrera
profesional en la administración fuera de la universidad y en la docencia dentro la
universidad.
70
Marta logró obtener el grado de maestría en una universidad privada en los
Estados Unidos. Entre las experiencias significativas con su padre, además del apoyo
para estudiar un postgrado en otro país, destaca el interés que éste mostró siempre en su
carrera profesional y en los aspectos personales más relevantes
Ella realizó una carrera política dentro de la universidad ocupando varias
posiciones de liderazgo hasta llegar al puesto de alta jerarquía que hasta la realización de
este estudio ocupaba en la universidad donde laboraba.
Ana
Me describo a mí misma como una luchadora incansable. Una mujer sin edad, porque no creo en
ella. Una mujer sin tiempo, porque soy de este tiempo. Una mujer de eterno presente y de sueños
y proyectos permanentes.
Ana es una mujer de 55 años de edad, es soltera y es la hija menor de una familia
de cuatro hijos: tres hombres y una mujer. Sus padres fueron maestros normalistas que
trabajaron en educación básica en el sistema público del Estado de Nuevo León. De sus
padres Ana se expresa así:
Mi padre y mi madre fueron profesores de primaria, maestros de escuela pues. Dos seres
maravillosos, fantásticos, inigualables
Como única hija de una familia compuesta por tres hijos y una hija, recibió una
gran atención de sus padres y hermanos. A su madre la describe como una persona
independiente y preparada. De su madre recuerda que:
Mamá era una mujer sencilla, de rancho. Una mujer bellísima y de pensamiento muy claro y
liberal. Para ella las mujeres debíamos superarnos, destacar. Ella fue maestra toda su vida.
Mamá me alentaba mucho a seguir mis sueños, pero también me ayudaba a poner los pies sobre
la tierra. Ella me enseño a tomar mis propias decisiones desde pequeña. Veíamos los pros y los
contras y luego me decía tú tienes la última palabra. De esa manera yo era responsable de
mis propios errores y no había posibilidad de usar a nadie como chivo expiatorio.
Recuerdo cuando decidí estudiar en la Normal, revisamos todos los convenientes e
71
inconvenientes y yo tomé la decisión, por eso años más tarde que decidí por estudiar otra
carrera no fue extraño para ella y me apoyo en todo momento. La relación con mi madre
fue maravillosa.
Si bien es importante la identificación con el padre y el lugar que ocupan en la
familia (Donnelly 1983; Anderson, 1997; Henning y Jardim 1977), la educación de la
madre, es decir su nivel de estudios, es un factor importante en la vida de las mujeres
líderes y de las de aquellas que no eligen una profesión tradicional (Almquist, 1974;
Lagarde, 1990; Castañeda 2007; Lamas, 2002)
A su padre lo describe como una persona sensible del que también recibió apoyo y
motivación y fue ejemplo de optimismo constante:
Mi padre para mí fue un extraordinario amigo, un ser sensible, con una gran belleza
interior. Mi padre era un verdadero artista. Conservo de él un diario que es una
verdadera obra de arte. Ahí tiene escrito los pasajes de su vida más significativos. Tiene
una descripción muy detallada de lo que cada uno de sus hijos representaba para él.
Mi padre también fue un gran propulsor para que yo fuera una profesionista exitosa. Se
preocupaba mucho de mis calificaciones, me ayudaba a entender algunos conceptos que se me
dificultaban por ejemplo con las matemáticas o con la física. Eran materias que me parecían un
tanto complicadas.
Describe a su familia como muy unida e incondicional de la que recibió siempre
el apoyo para el logro de sus metas. Recibió una gran influencia y soporte tanto del padre
como de la madre. Ella no establece distinciones significativas en cuanto al apoyo
recibido. Ambos tienen igual peso en la relación que ella estableció con cada uno de sus
padres.
La historia laboral de la familia, los estereotipos acerca de los roles sexuales, la
actitud del padre acerca de las mujeres que trabajan y progresan y el estatus socio
económico son otros de los factores que ejercen influencia en la vida de las mujeres que
deciden trabajar en profesiones no tradicionales. (Almquist, 1974; Castañeda 2007;
Lagarde, 1990; Lamas, 2002, 2006, 2007)
72
Con todos sus hermanos llevó una excelente relación. Sin embargo con su
hermano mayor la relación fue mucho más estrecha:
Con mis hermanos en general tengo bastante confianza, pero con mi hermano mayor puedo
desahogarme, puedo contarle mis miedos, mis preocupaciones, mis alegrías, mis dudas sin temor
a una indiscreción por su parte. Con él he compartido triunfos y fracasos y siempre ha estado a
mi lado.
Mi hermano el mayor, asumió el rol del padre cuando papá murió y siendo yo la hermana menor
pues me procura muchísimo, busca siempre estar en contacto conmigo.
De mi hermano mayor recuerdo su preocupación permanente por mí, quizá por ser la más
pequeña. Recuerdo que me ayudaba con trabajos de la escuela. Lo recuerdo siempre
preguntándome en que puedo apoyarte, hasta ahora.
Ser la única hija de una familia donde solo había hijos varones, constituyó para
Ana uno de los aspectos más significativos en la formación de su carácter que le serviría
para asumir posiciones de liderazgo. Almquist (1974) describe como las relaciones con
los hermanos puede llegar a ser un factor determinante en la elección de la profesión. Por
otra parte para Guilligan (1982) los juegos infantiles son predictores de la profesión
futura de los niños y niñas. Los juegos que juegan los hombres tienden a ser jerárquicos.
Por lo tanto si Ana jugó con sus hermanos podríamos inferir que ella aprendió las reglas
del juego de los hombres.
Educarse con varones tiene sus ventajas. Aprendes a jugar juegos de niños, a competir con ellos.
Yo jugué a los juegos de niños y también a los de niñas. Me gustaba jugar más a las muñequitas
que al fútbol, pero jugué a todo. Es una ventaja porque entonces el mundo de los niños no te es
ajeno. No te asusta. No eres tan diferente. De tal manera que cuando creces y tienes que jugar en
el mundo de los hombres sabes hacerlo. De hecho estudié dos carreras profesionales, una
femenina como la de ser maestra y otra masculina como la de ser ingeniera.
Estudió primero una carrera considerada como tradicional femenina y después una
carrera no tradicional (Castañeda, 2007; Lamas, 2002, 2006). En todo momento sintió el
respaldo de sus padres. Para Biller (1993) y Burgess (1929) las familias y la relación con
los padres juegan un factor preponderante en la formación de mujeres líderes. Siguió los
pasos de sus padres convirtiéndose en docente. Posteriormente se graduó como ingeniera,
73
una profesión considerada como masculina (Castañeda, 2007; Lamas, 2006) y comienza
una carrera como administradora en la universidad ocupando varias posiciones de
liderazgo hasta llegar a la que actualmente desempeña como alta funcionaria
universitaria. Obtuvo el grado de doctora en una universidad pública en los Estados
Unidos. El ambiente familiar fue descrito por Ana como muy armonioso.
Categoría: Experiencias educativas
Marta
Marta comenzó sus estudios básicos en una escuela primaria pública. La relación
con sus profesoras (ya que en la primaria solo tuvo maestras) fue muy cercana. Sus
experiencias en este sentido son apreciadas por ella como óptimas. Marta no recuerda un
castigo o un regaño, aunque sus maestras eran exigentes y estrictas. Recuerda el afecto
con el que fue tratada. En todo momento se sintió respetada y en algunos momentos
admirada por sus maestras.
En la primaria fueron puras maestras, había uno que otro profesor pero a mí no me tocó
ninguno. Mis profesoras eran bien estrictas. Te revisaban desde la forma de la letra hasta el
largo de la falda. Aun así eran maestras muy cálidas, su afecto y cariño se sentía. Uno como niña
lo percibía. Fue una época maravillosa.
Ella tuvo excelentes maestras. Eran muy buenas facilitadoras del aprendizaje. Los
docentes son modelos muy poderosos que van a influenciar el comportamiento y la futura
elección de carrera de los estudiantes (Armstrong, 1985; Bretz and Lacina-Gifford,2000;
Frymier y Houser, 2000; Jussim y Eccles, 1992; Osterman, 2000). La confianza que sus
profesoras depositaron en ella la llevaron a participar en múltiples actividades
extracurriculares lo que constituyó una especie de catalizador y reforzador para el
desarrollo de habilidades, destrezas y actitudes de liderazgo (Bretz et. al.,2000; Frymier y
74
Houser, 2000; Osterman, 2000). En este periodo participo en concursos de poesía,
oratoria y conocimientos generales. Fue alumna destacada a nivel estatal y realizó una
visita oficial al Presidente de la República.
Participé en todas las actividades que había en la escuela. Pertenecí a la escolta desde cuarto
año hasta que fui la abanderada en sexto grado. Fui una alumna destacada. Me tocó visitar al
presidente Adolfo López Mateos en Los Pinos junto con otros niños destacados de Nuevo León y
del país. Participé y gané en dos concursos de declamación a nivel estatal y en tres de oratoria.
Fui una estudiante muy entrona y dedicada. Disfrute realmente esa etapa.
Para estas actividades escolares ella recibía el apoyo de su padre y la
desaprobación de su madre.
Mi padre fue pieza fundamental. Me ayudaba en todo, me alentaba. A mamá pobrecita todo le
daba temor sobre todo el que dirán. ¿Pero que tienen que decir? Decía papá, que tienes una hija
sobresaliente. Pero eso no está bien, decía mamá, eso de la escolta, de la oratoria son cosas de
hombres, lo de la declamada y que tenga buenas calificaciones está bien pero lo otro no. Mamá
en realidad quería una hija más modosita, más femenina. Efectivamente en el concurso de poesía
éramos básicamente mujeres pero en el de oratoria eran básicamente hombres.
En la escuela secundaria, institución también pública, la relación con sus
maestros/as fue bastante cercana. No hubo incidentes desagradables. Se relacionó con
algunos muy buenos profespres/as y con otros tantos no muy buenos. Aprendió y se
identificó más con los primeros. No hubo profesor/a alguno que tratara de influir en
ningún sentido, ni tradicional ni no tradicionales, en sus objetivos. En la secundaria
existió absoluta libertad de elección y de participación. Los docentes realizan mejor su
tarea cuando hacen sentir a sus estudiantes que son parte de una comunidad escolar que
los acoge, protege, los enriquece y los hará crecer (Osterman, 2000).
Durante este periodo participó como representante de grupo y presidenta de la
sociedad de alumnos, desarrollando habilidades, destrezas y actitudes para el liderazgo
político. Fue importante que sus maestros actuaran con respeto y no censurándola. La
mayor parte de los mensajes en esta etapa la construyen los docentes de manera sutil y no
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necesariamente abierta (Maher y Ward, 2001; Koehler, 1990). En este caso el mensaje
recibido e interpretado fue favorable para construir a una líder.
Fue una experiencia muy aleccionadora. Me di cuenta que podía influir sobre los demás y que
tenía capacidad para detectar de las necesidades del grupo que representaba y ponía en juego,
fíjate nada más, desde entonces mis habilidades de negociación. Cuando competí por la
presidencia de la sociedad de alumnos, mi padre me aconsejo y trabajó muy de cerca hombro
con hombro conmigo, hasta conseguir ganarle a mis dos oponentes.
Con las señales, sutiles y de aliento, que los maestros y maestras de la escuela
preparatoria trasmitieron, Marta encontró su vocación profesional. Con ellos/as la
relación guardo una distancia diferente que con los maestros/as de los ciclos anteriores.
En la primaria y secundaria, por ejemplo, la relación fue muy cercana y afectiva.
En esta etapa, las expectativas del maestro son muy importantes para desarrollar
diferentes habilidades y actitudes en cada alumno/a. (Osterman, 2000). Si el estudiante es
reforzado en sus habilidades para tener éxito en el salón de clase puede tener un impacto
directo en sus sentimientos, actitudes, expectativas y autoestima (Marsh, 1989; Wesley,
1998).
Con los profesores/as de la preparatoria la relación fue afectiva pero a la vez un
tanto más distante e indiferente. En esta etapa percibió una libertad casi absoluta. Los
profesores/as no eran tan directivos, si asistía o no, si estudiaba o no, si cumplía o no con
sus tareas, si participaba o no era su problema personal.
En la prepa (escuela preparatoria) tuve otro tipo de maestros, diferente a los de la secundaria.
Los de la secundaria eran maestros de profesión, los de la preparatoria no. Los de la
preparatoria eran profesionistas en diferentes áreas: abogados, contadores, médicos, biólogos.
Filósofos, ingenieros, etc. así es que el abordaje de las clases era muy distinto. Para el profesor
de perpa no importaba si estabas o no en clase, ellos daban su clase o la daban por vista, ya que
faltaban mucho. Era una sensación extraña, mezcla de libertad y de descubrimiento; mezcla de
novedad, como te diré… era una sensación de estar vivo, de tener conciencia, de hacer planes, de
estar nuevo y como me decía mamá „eres tan jovencita que apenas estas empezando a vivir‟ en
fin una sensación de tener la vida por delante; de ser eterna.
76
Por lo tanto, aprendió a auto dirigirse y a responsabilizarse por sus acciones u
omisiones. Durante esta etapa participó activamente en la mesa directiva asumiendo la
presidencia de la misma y desarrollando habilidades y destrezas de negociación política,
mismas que le sirvieron en el desarrollo de su liderazgo político. La influencia de los
docentes puede extenderse más allá de la de los años escolares del estudiante (Marsh,
1989; Wesley, 1998).
Fue una gran experiencia. Reunirte con tus compañeros, diseñar el plan político y académico,
participar en las elecciones y ganar
En la universidad estudió una carrera profesional no tradicional lo que le permitió
entrar a un mundo masculino (Castañeda, 2007; Etzioni, 1969; Lagarde, 1990) Era la
única mujer en su salón de clase. Aunque en su familia había convivido con sus hermanos
y se identificaba más con ellos que con sus hermanas, la universidad significó para ella
la entrada a un mundo apasionante.
…entrar a estudiar a la Facultad fue todo un acontecimiento en mi vida. Ciudad universitaria,
edificios super modernos, amplios jardines y estacionamientos, maestros totalmente relacionados
con la profesión, las amigas de mamá preguntando y Martita ¿Qué estudia? …Que barbaridad
que muchacha tan inteligente, papá acompañándome a la Facultad y recorriéndola conmigo y
asombrándose de lo que veía, „esto es la profesión, aquí comienza la vida profesional‟ decía. En
fin, un mundo nuevo, un mundo por descubrir.
En las universidades persiste la noción de carreras profesionales apropiadas para
los varones y las que son de mujeres (Amorós, 1990; Barbieri, 1993; Lagarde, 1990). La
convivencia con sus compañeros de clase la hicieron percatarse de que poseía ciertas
habilidades pero también le permitieron desarrollar otras.
Mi paso por la Facultad fue interesantísimo. Me apasioné con mi profesión y comencé a dar
clases en la Facultad el último semestre de la carrera, es decir siendo aún estudiante ya era
profesora de los estudiantes de segundo semestre. Aquí desplegué mis alas, fui representante de
grupo, presidenta de la asociación de estudiantes de la Facultad, alumna distinguida, profesora.
Organicé viajes de estudio a diferentes partes del país y a los Estados Unidos, participé en la
organización de dos coloquios y un simposio internacional, hice mi servicio social en apoyo a
comunidades segregadas, escribí mis primeros artículos para publicar, dirigí un boletín
informativo interno mensual durante dos años y por primera vez en mi vida tuve novio forma..
77
La competencia, la argumentación, la discusión, la fuerza, la tenacidad, entre
otras, son habilidades que Marta desarrolló durante su paso por la universidad. La
influencia de la escuela, maestros y compañeros de clase, es definitoria del desarrollo de
habilidades, destrezas, actitudes y aptitudes (Anderson, 1997; Castañeda, 2007; Fisher,
1990; Rosen, 1989).
Marta dice:
No me convertí en hombre, claro que no, aprendí a competir con ellos, a discutir con ellos, sin
amilanarme, sin doblegarme, sin sentirme menos. En la universidad desarrollé habilidades de
liderazgo para competir con los hombres.
Las relaciones con sus compañeros y compañeras de escuela siempre fueron
buenas. De todos ellos aprendió en primer término a convivir con sus iguales que eran
diferentes a ella en clase social y género:
A la escuela asistíamos niños de todas las clases sociales, no se acostumbraba mucho aquello de
los colegios particulares, si los había pero no se estilaba mucho asistir a ellos, así es que
conmigo estudiaron la primaria los riquillos del barrio y los más pobres también. Eso te daba
una visión diferente de las cosas y de la vida misma.
Así es que podíamos estar en contacto con otras realidades y aprender de ellas, yo creo que esto
se ha ido perdiendo ahora estudiamos con nuestros iguales nos reunimos con nuestros iguales y
convivimos con nuestros iguales, por eso comenzamos a tener visiones fragmentadas de la
realidad.
Las relaciones con una diversidad de personas le permitió practicar el respeto y la
tolerancia y desarrollando destrezas para aprender de los demás, como la observación
Recuerdo que papá decía fíjate en fulanito o perenganita, no tiene ni para comer pero son bien
aplicados en la escuela. También nos decía observen las costumbres de fulanito o sutanita, son
muy refinados porque su mamá es médico y es una mujer muy culta o porque ellos hicieron un
viaje a Europa el verano pasado y visitaron museos o fueron a conciertos en vivo o cosas por el
estilo.
Tuvo buenas amigas y con ellas conoció el valor de la amistad. Los valores como
la lealtad, el respeto, la honestidad son muy apreciados por ella.
…hice muy buenas amigas. En realidad nos juntábamos tres: Alicia, Marilú y yo. Éramos
inseparables. Con ellas conocí el deleite de la amistad de contar con alguien para confiarle tus
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dudas, tus temores, tus miedos, tus inquietudes y para compartir tus triunfos, tus alegrías, y
también las de ellas por supuesto. Con ellas conocí la lealtad, la honestidad de una amistad
fresca, la honestidad, y estos valores los uso y los valoro, valga la redundancia en mi actividad y
desempeño como líder.
Aprendió también que las relaciones personales son fundamentales en posiciones
de liderazgo (Rosen, 1989; Anderson, 1997; Fisher, 1990; Castañeda, 2007). Para ella,
ser empática, saber escuchar, buscar soluciones a los problemas que otras personas
tienen, es parte del trabajo de una buena líder (Fisher, 1990; Anderson, 1997)
Mis amigas fueron mis fieles seguidoras, fui empática en lo que ellas proponían, las supe
escuchar y busque soluciones a sus y nuestros problemas siempre de manera colaborativa.
Nunca me he considerado autocrática.
Marta recuerda a sus profesores con especial cariño pero enfatiza su recuerdo de una
profesora con ideas feministas. Los estudios de preparatoria los realizó en los años setenta.
La liberación femenina era un tema candente, actual. Se hablaba de la igualdad entre los
sexos y se hablaba de que las mujeres podían ocupar y realizar cualquier trabajo que
desearan. Al respecto Marta comenta:
Araceli era un jovencita recién egresada de filosofía y letras y era nuestra maestra de
filosofía. Era una muchacha muy guapa, delgadita, muy blanca y muy rebelde. Con ella
tuvimos interminables análisis de la realidad femenina. Con ella aprendí, aunque ya lo
intuía, que había otros mundos distintos a ser ama de casa. Con ella tomé la
determinación de estudiar una carrera considerada de hombres, pero que a mí me
gustaba.
Marta recuerda haber jugado a todo, juegos tradicionalmente considerados de
niñas y juegos considerados para niños. Para Gilligan (1982) los niños practican juegos
claramente jerárquicos mientras que las niñas tienden a jugar juegos más colaborativos.
Cuando alguien practica juegos de niños y de niñas desarrollan habilidades que les serán
útiles en su vida profesional (Lever, 1976; Gilligan, 1982; Thorne, 1993; Tannen, 1990).
Con ellas jugaba a las muñecas y a las comadres, a la rueda de San Miguel y hacíamos obras de
teatro. Con los niños me gustaba también jugar a sus juegos. Así que, con Manuel, mi hermano, y
con Raúl y Felipe me gustaba el trompo y el Valero. Así es que baile el trompo y ensarte el
Valero como los mejores. Una vez participé en un concurso de yo-yo y obtuve el cuarto lugar de
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los cinco que otorgaban. Participé con puros hombres. Ya sabrás que mi mamá puso el grito en
el cielo y mi papá no le dio la mayor importancia. Yo creo que esta etapa fue sumamente
importante para mi formación porque si bien a mi mamá no le gustaba del todo que yo
participara en juegos de niños tampoco me lo impedía.
Las actividades extracurriculares dentro de la escuela fueron de vital importancia
en la vida estudiantil de Marta, porque a través de ellas, aprendió a templar su carácter, a
improvisar, a planear, a evaluar resultados, a corregir rumbos, a caerse y levantarse.
Beber el agua de la fuente de la sabiduría no solamente le proporcionó conocimientos
sino que también habilidades, destrezas y actitudes frente a las situaciones que la vida le
presentaba, a través del agua de esta fuente ella fue construyendo su personalidad.
Participaba en todas las actividades que podía, me invitaran o no, lo mismo me encargaba de
colocar los adornos navideños en el aula, que de salir en el festival del día de las madres, ya sea
declamando, que para eso me pintaba sola o bailando algún bailable tradicional. En fin mi paso
por la escuela primaria fue de verdad padrísimo (muy bueno, muy agradable) y creo que no pasé
desapercibida.
Su alta participación en este tipo de actividades le enseñó que la competencia es
un instrumento para el crecimiento personal y profesional (Lagarde 1990; Castañeda
2006). La competencia primero consigo misma y luego con los demás desarrollo en ella,
un sentido de alta eficiencia, exigencia y responsabilidad (Nicolson, 1997; Lamas 2007;
Castañeda, 2006). La cooperación y la competencia, la interdependencia y deseo de
compartir así como la posición jerárquica y la independencia, aparecen en los juegos
durante la infancia. (Fisher, 1999; Castañeda, 2007; Guilligan,1982; Tannen, 1990).
Tannen (1990) señala que cuando las niñas participan activamente en actividades
extracurriculares tienden a formarse como personas más seguras y con mayores
probabilidades de destacar.
Fui muy competitiva y aun lo soy. La competencia te hace ser mejor cada día. Cuando compites
te reflejas en el que está compitiendo contigo, ves sus debilidades, sus defectos y también sus
fortalezas y las comparas con las tuyas y te dices tengo que mejorar en esto tengo que afinar
aquello. Yo creo que la competencia me hizo crecer
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Las calificaciones fue un renglón importante en la vida de Marta. Para obtenerlas
hubo que dedicar horas enteras de estudio, comprensión, razonamiento, análisis, síntesis,
propuesta (Astin, 1993; Ficher, 1999; Lamas, 2002). Las calificaciones para ella no sólo
fueron un instrumento para obtener, reforzar y aclarar dudas con respecto al
conocimiento, sino que también un pretexto para la mejora permanente. La lucha por los
primeros lugares fue una constante. Para lograrlo hubo que vencer obstáculos y que
convencerse de que era posible obtener siempre los primeros lugares (Astin, 1993;
Castañeda, 2007; Lamas 2002, 2007).
Fui una alumna de nueves y dieses, más los segundos que los primeros… Mis calificaciones
siempre fueron destacadas y siempre era de las alumnas de primeros lugares… No recuerdo
haber obtenido un ocho a lo largo de mis estudios. Era sumamente aprehensiva y creo que aun lo
soy, buscaba siempre la mejor calificación y cuando no lo lograba me frustraba y me entraba un
coraje que me usaba para mejorar esa calificación a como diera lugar… Soy muy perfeccionista
y muy terca, cuando quiero algo lo consigo y lo mejoro, así he sido toda mi vida.
Había aprendido como ser una buena estudiante y en los tres años de secundaria obtuve siempre
el primer lugar de mi salón y fui el primer lugar de la generación
Cada felicitación por las buenas calificaciones era un reconocimiento al esfuerzo y al resultado
de éste, era un reforzamiento a la autoestima y era sin lugar a dudas un motivo de satisfacción
por el deber cumplido.
El reconocimiento (Lever, 1976; Guilligan, 1982; Castañeda, 2007) de sus padres
y hermanos y el reconocimiento de sus maestros y de la comunidad, fueron experiencias
significativas en la vida de Marta.
Como obtenía excelentes calificaciones, las felicitaciones de mis padres y mis hermanos y
hermanas no se hacían esperar. Con mis profesoras ni se diga. Todo el barrio sabía que yo era
inteligente y eso era una enorme satisfacción y una gran responsabilidad. El paquetón es
bastante pesado pero la adulación y el orgullo propio, tu sabes es más fuerte.
No creas esto me hace sufrir en ocasiones, pero cuando recibo reconocimiento la satisfacción no
se compara con nada.
En su vida estudiantil, tuvo varias experiencias de liderazgo importantes para su
construcción como líder (Frymier y Houser, 2000; Maher y Ward, 2001; Bustos 2003)
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por ejemplo en la secundaria fue representante de grupo y presidenta de la sociedad de
alumnos:
Fue una experiencia muy aleccionadora. Me di cuenta que podía influir sobre los demás y que
tenía capacidad para detectar de las necesidades del grupo que representaba y ponía en juego,
fíjate nada más, desde entonces mis habilidades de negociación. Cuando competí por la
presidencia de la sociedad de alumnos, mi padre me aconsejo y trabajó muy de cerca hombro
con hombro conmigo, hasta conseguir ganarle a mis dos oponentes. La planilla se llamaba
Avance, nombre muy de la época ¿verdad?, mi papá nos ayudó a elaborar carteles y a conseguir
algunos materiales patrocinados como forros para libros, cuádrenos, libretas, problemarios, etc.
que repartíamos en los salones cuando andábamos haciendo propaganda
Ana
Ana estudió dos carreras profesionales: maestra de educación primaria e ingeniera,
tiene estudios de maestría y de doctorado. Realizó sus estudios de educación básica,
pregrado y postgrado en instituciones públicas, tanto nacionales como extranjeras.
Comenzó sus estudios básicos en un jardín de niños público.
Acababan de inaugurar un jardín de niños cercano a mi casa que administraba el IPI [Instituto
Protección a la Infancia] con fondos federales. La entrada al jardín de niños para mí fue
traumática. Nunca me había separado de mis padres y ahora sin decir agua va, me dejan en un
lugar donde no conocía a nadie. Lloré, grité, patalee. Estaba asustadísima. Que tal estará la
cosa, que aun ahora cuando evoco esa situación, la angustia recorre mi cuerpo. Fíjate que
importante es preparar a los niños ante situaciones nuevas.
La relación con su profesora del jardín de niños la describe como muy buena. La
relaciones maestro y alumno son fundamentales en la construcción del futuro de los
estudiantes (Ficher, 1999; Osterman, 2000; Lamas, 2002, 2007)
La experiencia más grata que recuerdo del jardín de niños es la calidez con la que mi maestra
me trato. Era una jovencita dulce y cariñosa, muy paciente. Recuerdo con especial cariño la
ronda de naranja dulce con la que ganamos el concurso de rondas a nivel estatal. Tengo la
fotografía con todas mis compañeritas y con la maestra. Ahora ya de adulta me queda claro que
estos fueron mis primeras sensaciones de éxito, mis primeros triunfos.
Cuando ingresó a la escuela primaria Ana había adquirido algunos conocimientos
y desarrollado algunas destrezas gracias a su estadía en el jardín de niños y con sus
padres que eran maestros de educación primaria.
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Ingresé a la primaria ya con los seis años cumplidos, y les llevaba la delantera a mis
compañeras de grupo porque yo ya tenía desarrolladas algunas destrezas psicomotoras. Ya sabía
dibujar con mucha precisión las famosas bolitas y palitos, ya realizaba trazos curvos, por
ejemplo, sabía recortar y ya podía dibujar casitas y algunos animalitos. Conocía las vocales,
esas no me las enseñaron en el kínder (nivel educativo de preescolar), pero que tal en mi casa,
con dos padres profesores. Entré con el pie derecho y me convertí en alumna sobresaliente.
La relación con sus profesores y profesoras de la escuela primaria la describe
como buena en general excepto por su relación con la maestra de cuarto grado
Recuerdo con mucho cariño a mis maestros de primaria. Tuve cuatro profesoras y dos
profesores. Con la única persona que tuve problemas en toda mi vida de estudiante y fíjate bien
lo que te digo, en toda mi vida de estudiante que ha sido muy larga, fue con mi profesora de
cuarto año. Me tomo una animadversión desde que me conoció que durante todo el año escolar
me trajo a carrilla. Yo creo que le caí mal desde que me vio. Cuestión de química incompatible.
Me hizo la vida de cuadritos. Pero así y todo obtuve el primer lugar del salón. Mis papás no
quisieron cambiar de grupo porque para ellos era importante que yo aprendiera a resolver la
situación sin huir de ella. Para ellos era una cuestión formativa. Esta maestra era altanera,
grosera, ofensiva, en fin una abusadora. Fue un acoso permanente. Si fuera en esta época la
acusaba de violencia docente. Fue una experiencia dolorosa.
Una de las experiencias significativas en la escuela primaria fue sin duda alguna el
haber estado en un grupo mixto es decir conformado por niños y niñas. Los compañeros y
compañeras de grupo, sus juegos y las relaciones en general enriquecen la vida de las
personas (Gilligan, 1982; Osterman, 2000).
En quinto grado estuve en un grupo mixto. Toda una experiencia estar en el salón de clase con
compañeritos hombres. Como ya estaba acostumbrada a convivir con hombres, pues yo me crié
con puros hermanos, para mi no representó problema alguno pero para algunas compañeritas si
que fue una bronca mayúscula. Tuve oportunidad de hacer amiguitos en la primaria y aun ahora
cuando me los llego a encontrar, uno de ellos trabaja conmigo en la Universidad, es un gusto
enorme. Qué bueno que muchos años después se optó por que todos los grupos fueran mixtos. Es
absurdo que ahora pretendan regresar a la educación por sexo. Es realmente absurdo, sería
desde mi perspectiva un verdadero retroceso.
El trato de la profesora lo describe como diferenciado y hasta cierto punto
discriminatorio. Algunos docentes establecen diferenciaciones de género en su trato con
el alumnado (Lamas, 2002, 2007; Castañeda, 2007). Éste es la mayor parte de la veces
sutil y pasa inadvertido conscientemente pero en otras ocasiones es abierto y puede ser
captado por los y las estudiantes de manera consciente (Lagarde, 1990; Amorós, 1990).
83
Recuerdo que la maestra hacia distinciones muy marcadas, por ejemplo ella decía vamos a salir
a jugar y traía un balón de fútbol y se lo daba a los niños y con nosotras ella jugaba a las
rondas. A mí eso me parecía no raro sino como te puedo explicar, no comprensible. Yo me
preguntaba qué tal si a un niño se le antoja o le gusta jugar a las rondas o a una niña al fútbol.
Estaba tan marcada la diferencia que teníamos un patio con tierra de diferente color para las
niñas y había otro para los niños. Si había diferencias súper marcadas. Luego ya en mis estudios
de postgrado leí acerca de las diferencias que los profesores y profesoras hacen en los salones de
clase y en las escuelas, es muy interesante como nos educan de manera diferenciada. Había
discriminación desde el momento de que se hacía distinciones del orden de si eres hombre eres
bueno para esto pero no para aquello y si eres mujer también.
La escuela secundaria no fue significativa para Ana, ellas afirma que:
…la secundaria para mi pasó sin pena ni gloria. Tengo escasos recuerdos de la secundaria. Fui
alumna destacada pero no tengo en especial algún recuerdo significativo.
Ana no estudió la preparatoria porque decidió estudiar en la Escuela Normal para
profesores de educación básica
…para estudiar la Normal no se requería de estudios de preparatoria como ahora. El ser
maestro no era ninguna licenciatura como ahora. En aquel entonces el ser maestro era
considerado un oficio y no una profesión. Era una carrera corta, tres años después de la
secundaria.
La relación con los profesores y profesoras de la Normal la describe como muy
buena. A los y las docentes de la Normal los considera como verdaderos formadores
A mis maestros de la Normal los considero como excelentes formadores. Recuerdo que revisaban
acuciosamente desde la ortografía y redacción hasta la manera en que te parabas y te vestías
para exponer una clase. Fue una época verdaderamente hermosa. Mi relación con todos mis
maestros y fue extraordinaria. Hubo de todo, profesores muy estrictos hasta profesores que te
acosaban sexualmente. En esa época ni siquiera era considerado el acoso como tal. Sin embargo
el balance es bueno, muy bueno.
Ella considera que su vocación no era estudiar la Normal. En su mayoría las
mujeres líderes estudian carreras profesionales consideradas como masculinas o no
tradicional (Yukl, 1998; Wirth, 2001; Zapata-Martelo et al, 2002).
Estudié en la escuela Normal porque mi mamá era maestra y su sueño era que yo también lo
fuera. Siendo yo la única mujer de una familia de cuatro y además la más chica, para mis padres
era obvio que mis hermanos irían a la universidad y yo a la Normal…Aunque no era la carrera
profesional que yo ambicionaba, si aprendí mucho en el transcurso de los tres años de estudios
de la escuela normal.
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En la universidad estudió una carrera profesional no tradicional. Esta condición es
importante para mujeres que asumen el liderazgo en las instituciones (Castañeda, 2007)
En la universidad era de las poquísimas mujeres que ahí estudiaban. Yo era una joven muy
agraciada y tuve muy buenos pretendientes. Ahí aprendí a manejarme en el mundo masculino.
Aunque en mi casa tuve buenos maestros, mis hermanos. Yo siento que la Facultad me facilitó el
aprendizaje para la competencia con los hombres. Aunque jamás me faltaron al respeto yo si
siento que la competencia era abierta, frontal, de alumno a alumno. Yo nunca sentí rechazo ni
nada por el estilo. En cuanto sentía que comenzaba una especie como de acoso sexual, los ponía
en su lugar.
La relación con los profesores, en su mayoría fueron hombres, de la Universidad la
describe como muy buena. Los modelos de referencia de las mujeres líderes son
comúnmente hombres y no mujeres (Wirth, 2001, Lamas 2002, 2006; Castañedea, 2007)
En la facultad tuve básicamente maestros varones sólo una mujer en toda la carrera me dio
clase. Mi relación con todos ellos fue bastante buena. No faltó quien se quisiera pasar de listo
pero en general eran bastante respetuosos. De todos ellos aprendí machismo pero a diferencia de
la Normal, la Facultad resulto ser un lugar más relajado, menos tenso, con mayor libertad. Los
profesores exigían resultados y no les interesaba el proceso para llegar a esos resultados. Fue
una carrera que me exigió leer mucho pero que a la vez fue como muy práctica.
Categoría: experiencias laborales
Marta
Marta ha ocupado distintas posiciones en la universidad donde labora, desde la
docencia, ejercida durante años, la coordinación pedagógica de una Facultad, la dirección
de esa misma Facultad, Jefa de dos departamentos de la universidad y su actual posición.
La universidad es una institución a la que le tengo un afecto muy especial porque durante toda
mi vida profesional he estado relacionada con ella, primero como maestra y después como
administradora.
Aunque todas estas posiciones requieren de las habilidades de liderazgo, Marta
hizo varias acotaciones de cada una de estas posiciones. Como maestra llegó a manejar
hasta siete grupos de treinta alumnos cada uno en promedio por semestre durante los
80‘s. Marta afirma:
85
El docente de un grupo se convierte en el líder del mismo, pero es un líder impuesto porque los
estudiantes no lo han elegido, sino más bien el departamento académico con el visto bueno del
director en turno asigna a cada profesor o profesora
Para ella el liderazgo ejercido siendo maestro/a de un grupo se consolida con la
preparación y el manejo pedagógico que el docente demuestre frente a sus estudiantes.
Desde esta perspectiva se puede ser buen líder de un grupo en la medida en que se es
buen maestro.
Marta se considera buena maestra. En su curriculum vitae aparecen dos
reconocimientos al mejor maestro del año 1994 y 1995. Marta afirma que el instrumento
por excelencia utilizado por los alumnos para sancionar a su líder (maestro) es la
evaluación de maestros. A través de ella (evaluación) podemos percatarnos de que tan
cerca está el docente de los alumnos y de cómo está siendo percibido por ellos. Marta
comparte su experiencia al respecto afirmando que:
Es mentira que los profesores barcos (blandos, condescendientes, no estrictos) obtienen mejores
evaluaciones y reconocimiento de los alumnos. Los buenos profesores son aquellos que exigen a
los estudiantes y a ellos mismos. Son aquellos que también dan, se dan, se entregan. Dan
conocimientos, experiencia, afecto, atención. Los barcos en cambio son percibidos como
indolentes, cínicos, faltos de carácter. Todo eso se refleja en las evaluaciones y en los
comentarios de pasillo. Cuando un profesor o profesora es buena, los alumnos lo reconocen y
respetan. El verdadero líder docente es el que es reconocido por su talento y su don de gentes.
Para Marta el liderazgo del docente tiene que ver además con la relación personal
con cada uno de sus estudiantes, conservando una sana distancia. El verdadero líder
docente se relaciona con sus estudiantes y conoce sus inquietudes, sus necesidades y se
involucra en la tarea de orientarlos para que encuentren formas adecuadas para solucionar
sus problemas y canalizar sus inquietudes. El verdadero líder conoce a sus seguidores
(Castañeda, 2007; Miller, 1987; Sanford & Donovan, 1984).
La relación con los muchachos (estudiantes) debe ser estrecha, claro conservando siempre una
distancia prudente entre profesor y alumno. Pero debe existir la confianza para que ellos (los
estudiantes) pueden compartir sus inquietudes, dudas necesidades y todo aquello que les aqueja y
que en un momento dado no les perite avanzar. Mira, en ocasiones tiene broncas con sus padres
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o con los novios. A veces necesitan tan solo ser escuchados. Un buen maestro y un buen líder de
grupo son humanos y se acerca a sus estudiantes.
En cambio la subdirección académica es una posición mixta. Requiere de
conocimientos pedagógicos y de participación política. Es un puesto donde el director/a
de la Facultad designa a una persona. Por lo general esa designación recae en alguien del
mismo equipo político. En esta posición se requiere desarrollar habilidades de
negociación para aplicarlas tanto con profesores, administradores y directivos como con
estudiantes y padres de familia (Castañeda, 2007; Miller, 1987; Sanford & Donovan,
1984). Es importante el conocimiento de estrategias didácticas y de técnicas de manejo
de grupos porque lo que aquí se administra son los planes de estudio. Marta afirma que:
…de las experiencias de liderazgo más significativas para mí, fue la subdirección académica. Fue
como entrar en el corazón mismo de la universidad. Los planes de estudio, sus contenidos, su
carga ideológica, los profesores, el director, la situación política, todo entra en juego en esta
coordinación. Su administración me dio una visión increíble. Yo creo que me preparó para la
dirección de la Facultad. Fue un gran escaparate y lo aproveché. Fui la directora siguiente.
La dirección de la Facultad es una posición eminentemente política. Se llega ahí
con los votos de los profesores y de los estudiantes y con la aprobación y ratificación del
consejo universitario. El líder que maneja la parte política tiene mejores posibilidades de
crecer como líder (Miller, 1987; McElrath, 1992; Stroh, Brett Y Reilly, 1992),
A la vuelta de tres años había sido elegida como la primera directora de la Facultad puesto en el
que estuve por seis años (dos periodos continuos de tres años). En esta posición es fundamental
hacer equipo. Las traiciones y fidelidades son importantísimas.
Para Marta las experiencias de vida que esta posición le dejo tiene que ver en
primera instancia con mantener el equilibrio y buscar siempre el bienestar del grupo
representado aunque en ocasiones hay medidas benéficas pero no populares (Castañeda,
2007; Eggins, 1997).
Para ser una buena líder hay que mantener la cabeza fría para que no se te suba el puesto, para
que no te marees con el poder. Cabeza fría para poder tomar decisiones que beneficien al
colectivo aunque paradójicamente no sean muy populares, por ejemplo cuando decidimos
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aumentar un semestre al plan de estudios porque consideramos que era importante agregar
materias que vincularan al estudiante con la realidad laboral y así pudieran ellos colocarse con
mayor facilidad en el mercado de trabajo. Agregar un semestre los iba a beneficiar y de hecho
los benefició, pero esta medida no fue popular en su momento
El trato justo y equitativo es uno de los rubros más importantes:
Equilibrar la balanza colocando de un lado a todos/as que te apoyaron políticamente y del otro
lado a todos aquellos que son buenos maestros y que benefician a los estudiantes y a la Facultad,
aunque no te hayan apoyado o estuvieran en otros grupos políticos.
Ser la directora de una Facultad es un reto a la resistencia. En esta posición la
resistencia es el gran secreto (Nicolson P y Welsh, 1992). Seguir adelante, no desistir,
buscar el segundo aire, continuar.
La resistencia y la tolerancia a la presión son armas invaluables para sobrevivir a una dirección
donde hay gente pensante. Toda la gente cree tener la razón y seguramente desde su perspectiva
la tienen, lo que les falta es la visión de conjunto que en ese momento tienes tu como directora.
El secreto paciencia, paciencia y más paciencia.
Las dos jefaturas dentro de la universidad le dieron visión de la totalidad de la
universidad. Un líder debe poseer un profundo conocimiento de la institución que están
liderando (Eggins, 1997; Hollinger, 1991; Nicolson, 1997)
Los puestos administrativos en la universidad te dan visón de conjunto, del conjunto de la
universidad de sus facultades y escuelas, de sus preparatorias.
La pluralidad de facultades, escuelas y preparatorias, los diferentes perfiles
dependiendo el área de conocimiento y las distintas problemáticas requieren en trato
diferente para cada facultad pero a la vez igualitario porque
Diferente no quiere decir desigual. Las matemáticas quizá nos puedan ayudar a comprender el
concepto 3+2 igual 5, son dos expresiones matemáticas diferentes 3+2 es una expresión
matemática y 5 es otra expresión matemática pero ambas son iguales porque tienen igual valor.
Son diferentes pero iguales
Para Marta el líder debe poseer la sensibilidad para el trato con personas. Yukl,
(1998) sostiene lo mismo.
No debe olvidar que la universidad no son sus instalaciones ni su tecnología sino que la
universidad la constituyen principalmente las personas, las maestras y maestros, el alumnado,
los administradores, el cuerpo directivo. Un líder debe poseer un pensamiento creativo porque su
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labor se concentra en la solución de los problemas y en la innovación y un líder debe tener
capacidad de propuesta.
La relación con sus jefes la describe como de respeto absoluto, de disciplina a toda
prueba y de aprender a ser una buena seguidora. Una de las características de las mujeres
es precisamente ser una buena seguidora porque así está construida su identidad de
género (Castañeda, 2007; Wirth, 2001; Thorne, 1993; Cooper, 2001)
Mira con el jefe hay que tener mucho cuidado de no hacerle sombra, de saber que tu posición es
de subordinado, aunque no me gusta el término, pero debe quedarte claro que el jefe es él y no
tú. Es una regla sine qua non el no hacerle sombra al jefe. Debes ser disciplinada, siempre. Que
no te vean como una amenaza porque una vez que te vean así ya valió, es muy probable que te
excula de su equipo. Debes mostrar siempre lealtad y no querer pasarte de lista.
Sus jefes han tenido un estilo autocrático
Todos mis jefes, sin excepción han sido autocráticos y autoritarios. No recuerdo alguno que haya
propiciado la democracia ni la participación abierta. A mí me gustaría ser una líder con un
estilo más moderno, más democrático, más colaborativo. Reconozco que la influencia que tengo
es para ser más autocrática y he ejercido en muchas ocasiones ese estilo. Algún líder situacional
ha sido más democrático como cuando formas un comité y el que lidera es menos autoritario,
pero más bien ha sido la excepción.
Sin embargo, es importante en su relación con su jefe como colaboradora dar su
opinión, sus sugerencias y propuestas cuando se enfrenta a trabajar formando equipo con
su jefe. Para Gilligan (1982) el liderazgo colaborativo se presenta con mayor frecuencia
en los juegos de las niñas.
Soy muy respetuosa con mis jefes, pero considero que ellos esperan de una colaboradora como
yo que aporte su experiencia, conocimientos talentos y por eso siempre setoy dando mis puntos
de vista, mi opinión personal acerca del tema o problema que estemos tratando. Al menos eso
esperaría de mis subordinados
Incluso cuando el jefe está equivocado para ella es importante dar a conocer su postura
Cuando el jefe está equivocado hay que hacerle saber y notar su error, con mucha mano
derecha, con mucha diplomacia y tacto. Si después de dar a conocer tus ideas y propuestas él
persiste en darle para delante, pues bueno, que se le va a hacer. El mejor jefe que ha tenido
era, a pesar de su estilo autocrático, una persona muy inteligente, seguro de si mismo y
con mentalidad abierta que supo aprovechar los talentos de cada uno de sus
colaboradores.
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Para Eggins (1997) es importante reconocer las habilidades de los seguidores y
aprovechar éstas para obtener mejores logros.
…el mejor jefe que he tenido poseía una forma de pensar bastante abierta. Las personas de
mentalidad abierta son más exitosas porque aprovechan los talentos de cada uno de sus
colaboradores. Él era tan inteligente y seguro de si mismo que permitía que cada colaborador se
expresara y aportara sus ideas, esto es valiosísimo para cualquier universidad. Pero no todos los
jefes tienen ese talento.
Así mismo, el mejor jefe fue capaz de reconocer los talentos de cada uno, y de
compartir además sus objetivos y metas. Un estilo más democrático y colaborativo
(Eggins, 1997; Thorne, 1993; Cooper, 2001)
También y esto es importante mi mejor jefe sabía darnos reconocimiento y nos motivaba para el
logro de sus objetivos. Sus metas y objetivos eran claros y los compartía con nosotros de tal
forma que el equipo sabía siempre hacía donde íbamos.
La mayor parte de sus jefes, sin embargo, consideraban que la información es
poder. Por lo que, ellos no compartían nunca ni los objetivos ni ningún tipo de
información con los colaboradores. Un estilo muy centrado en el poder autocrático
(Connell, 1993; Cooper, 2001)
He tenido jefes, desafortunadamente la mayoría que creen que compartir objetivos es debilitarse
y es correr riesgos. Para ellos la información siempre la debe tener el jefe y ésta no debe ser
comunicada a los colaboradores. Para ellos la información es poder.
La relación con los colaboradores es importantísima porque sin ellos cualquier
jefe o jefa no podría desarrollar su labor, por lo que es importante que la persona que está
al frente tenga la libertad de elegir a las personas que formaran su equipo de trabajo
(Eggins, 1997; Castañeda 2007; Gilligan, 1982)
Yo he tenido la suerte de poder elegir a la gente que va a depender de mí, salvo alguna excepción
que me impuso alguna persona, siempre he elegido a las personas. Claro que esto te da una
enorme ventaja y también una gran responsabilidad porque cuando tu eliges no puedes echarle
la culpa a nadie no puedes decir es que fulanito me falló o sultanita no cumplió. Es tu total
responsabilidad.
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Para ella los colaboradores tanto hombres como mujeres tienen igualdad de
oportunidades para desarrollarse profesionalmente. En el plano ideal los estudiosos de género
opinan lo mismo, la equidad consiste en igualdad de oportunidades para hombres y para
mujeres (Castañeda, 2007; Lamas, 2002, 2006, 2007; Amorós, 1990; Barbieri, 1993;
Bourdieu, 2000).
Yo he trabajado igual de a gusto con hombres que con mujeres. Yo no creo en la distinción de
sexos, creo en la capacidad de las personas independientemente de si son hombres o mujeres. En
algunos puestos he preferido mujeres u hombres, pero ha sido más bien la excepción.
Sin embargo también afirma que en general las mujeres cuidan más los detalles y
son más disciplinadas y los hombres son más prácticos por lo que algunos puestos
exigen más la presencia de unas o de otros. La realidad es que los roles son aprendidos
por lo tanto podemos los hombres pueden aprender a desarrollar habilidades para los
detalles y mujeres para la práctica (Castañeda, 2007; Chodorow, 1999; Cooper, 2001;
Fisher, 1999; Donnelly 1983).
Por lo general las mujeres son más detallistas, se preocupan más por los detalles y más
disciplinadas y los hombres son más, como te diré, prácticos, aventados, pero esto es una
generalidad, desde luego que hay hombres detallistas y mujeres prácticas. En algunos puestos he
elaborado perfiles del puesto y he colocado como característica deseable que sea una mujer o un
hombre dependiendo del puesto.
Los colaboradores son compañeros de trabajo que merecen todo el respeto (Dubin,
1951). No debe haber diferencias causadas por la jerarquía. Ella no está de acuerdo en
que a los colaboradores se le llame subordinados porque eso implica diferencia de estatus
(Eggins, 1997; Daymont, 1984).
Los colaboradores nunca son subordinados sino compañeros de trabajo. El término subordinado
me parece arcaico. Yo prefiero llamarlos colaboradores porque de esa manera los siento parte
de mi equipo y siento que su trabajo está colaborando con el mío. A mí me parece que
subordinado tiene una implicación discriminatoria que significa poder y estatus.
Marta comparte su liderazgo porque entiende que no es experta en todos los temas.
Cuando están trabajando en algún asunto o resolviendo un problema no tiene objeción en
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permitir que otro miembro del equipo asuma el liderazgo. Gilligan (1982) sostiene que
las niñas en sus juegos comparten el liderazgo con mayor apertura y facilidad que los
niños. Por lo tanto esta forma aprendida de ejercer el liderazgo se reflejara en la vida
adulta.
…para mi es importante entender que depende la tarea que estemos realizando hay muchos
momentos en que algún o alguna colaboradora asumirá el liderazgo porque tiene el
conocimiento y la experiencia en ese asunto.
La delegación de responsabilidades debe estar acompañada de seguimiento y
control (Hersey, 1996; Hite, 2000; Karen, 1990).
…la verdadera función de un líder es hacer que las cosas sucedan. Para lograrlo es necesario
delegar responsabilidades. La delegación no es tarea fácil porque debe asegurarse que en
realidad se esté llevando a cabo lo que se espera por lo que el seguimiento y el control son
fundamentales en la función de liderazgo.
Por otra parte, para ella el buen clima organizacional es fundamental para el logro
de mejores resultados (Hersey, 1996; Karen, 1990, Gilligan, 1982).
El clima de la organización tiene que ver con un ambiente de libertad, con una comunicación
fluida donde cada colaborador sienta que puede ser comprendido y que la jefa tiene la capacidad
de ponerse en sus zapatos. La compasión y la comprensión son elementos, a mi juicio, muy
importantes para un buen clima organizacional.
La relación con sus iguales la describe como buena y comenta que solo tuvo un
conflicto con uno de sus compañeros directivos. Para algunos investigadores la relación
con los iguales varones tiende a ser superficial o conflictiva (Castañeda, 2007; Lamas,
2006; Lyons, 1977).
En cuanto a mi relación con mis compañeros directivos en general ha sido buena. Recuerdo
haber tenido un conflicto con un director de facultad que trato de inmiscuirse en mis asuntos
dando opiniones y sugerencias que no le fueron solicitadas. Él me creo un conflicto interno que
supe confrontar y resolver en su momento.
Para Marta la relación con sus iguales debe ser respetuosa y debe además guardar
cierta distancia para no intervenir en otras áreas ni permitir que intervengan en la suya.
La distancia y la superficialidad en las relaciones son predominantes entre hombres y
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mujeres líderes en igualdad de circunstancias (Castañeda, 2007; Lamas, 2006; Lyons,
1977).
Para mí la relación con mis compañeros directivos debe ser discreta y respetuosa. Procuro
mantener una distancia sana. Asisto a una que otra reunión siempre de trabajo y no tengo
relación con ninguno de ellos. Me parece que así debe ser. Como somos directivos estamos
acostumbrados a mandar y a veces queremos dirigir en otros terrenos que no son los nuestros.
Cuando ha habido momentos difíciles para algún compañero he procurado mantenerme al
margen. Aun cuando los medios de comunicación me han entrevistado sobre el problema del
compañero x procuro que mis opiniones no sean evaluativas y respondo con mucha cautela para
no perjudicarlo…Es importante no participar en chismes.
Aunque la creencia popular indica que las mujeres son más propensas a participar
en rumores y chismes la realidad nos presenta que esta condición es tanto de mujeres
como de hombres (Castañeda, 2007; Hierro, 1998)
No participo en chismes de ninguna índole ni en política barata, que aquí le llamamos grilla. Los
compañeros directivos han sido en su mayoría hombres. Entre más alta ha sido la posición que
ha ocupado en la universidad, menos mujeres ha encontrado en puestos similares al de ella.
En general mis compañeros directivos han sido hombres. Ha habido muy pocas mujeres, entre
más alto es el puesto menos mujeres te encuentras. Recuerdo dos directoras de la Facultad y tres
jefas de departamento, en este nivel en el que ahora estoy soy la única mujer.
Ana
La vida personal y profesional de Ana está ligada al ámbito educativo. Sus padres
fueron maestros de educación básica y ella ha sido docente y administradora de
instituciones educativas toda su vida profesional.
Se ha desempeñado como docente, directora académica, directora de departamento
y actualmente es alta funcionaria en la Universidad. Para ella al igual que para muchos
investigadores el liderazgo es algo que se construye, que se aprende a lo largo de la vida
(Lamas, 2006; Lipovetsky, 2002; House, 1997; Hersey, 1996; Gilligan, 1982;):
Para mí, un verdadero líder va construyendo sus talentos. Los va aprendiendo en sus relaciones,
con su familia, con sus amigos, con su pareja, con sus alumnos, con sus compañeros de trabajo,
con sus iguales, con sus superiores y con sus colaboradores. El verdadero líder aprende a serlo.
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El ejercicio de la docencia le proporciono la oportunidad de desarrollar una serie
de habilidades entre las que destacan el logro de objetivos mediante la exigencia del
cumplimiento de reglas claras. Además desarrollo una capacidad de claridad y orden en
sus ideas (Hersey, 1996; Karen, 1990, Gilligan, 1982). La relación con sus estudiantes la
describe así:
Como profesora fui exigente pero justa. Cada estudiante que ha pasado por mi clase es un ser
humano único y especial, pero también es parte de un grupo que debe seguir las normas. He
aprendido que si quiero obtener resultados debo dejar claras las reglas del juego. Una de las
experiencias más valiosas de la docencia es que me enseño a ser muy clara cuando doy
instrucciones y me ayudó a ordenar mi pensamiento. Cada proyecto en el que participaban mis
alumnos tenía reglas claras.
La comunicación y el conocimiento de los objetivos que se pretenden lograr así
como de las reglas es tarea fundamental de un líder (Lamas, 2006; Hersey, 1996; Karen,
1990, Gilligan, 1982)
Si daban una clase o si presentaban un examen, si participaban en algún concurso o si
simplemente asistían a mis clases las normas y los objetivos a lograr estaban puestas y
todos los estudiantes debían conocerlas
Aunque Gilligan (1982) sostiene que las mujeres tienden a ser más flexibles, Ana
asegura que es importante ser inflexible en la aplicación de los objetivos y las normas.
Para Hierro, (1998) las mujeres tienden a cumplir más las normas establecidas.
Por supuesto las normas se hicieron para respetarse y en eso soy inflexible, a menos que sea un
asunto de fuerza mayor, puedo considerar hacer alguna excepción, pero en general no hice ni
hago excepciones, alumno que no cumple sencillamente no pasa. Esta experiencia de ser justa,
clara e inflexible la fui formando con el tiempo y entre más lo práctico mejores resultados
obtengo.
El ejercicio de docencia la formo como líder. Para ella los docentes deben ser
líderes y propone que en los planes de estudio de las carreras de educación haya una
fuerte dosis de materias dirigidas a formar líderes (Gardner, 1986; Eggins, 1997; Darke,
1998; Cooper, 2001).
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La docencia me formó definitivamente como líder. Yo creo que cada profesor es un líder. Los
estudiantes lo tienen como modelo ha segur. Yo creo que en las normales y en las escuelas donde
imparten la carrera de educación deberían agregar cursos sobre liderazgo, porque estén o no
concientes de ello los maestros somos líderes… Definitivamente la docencia me formó como
líder, no por algo nos dicen a las maestras que somos bien mandonas.
Ana asegura que entre mejores líderes sean los docentes mejores resultados obtendrán
Entre mejores estilos de liderazgo desarrollemos, mejores maestros vamos a ser. Los maestros
débiles, que no saben mandar es difícil que tengan buenos grupos. Ahora que lo comentó contigo
voy a hacer llegar una propuesta en este sentido a las autoridades universitarias
correspondientes
A lo largo de su vida profesional la relación con sus jefes ha sido buena, ella no
recuerda haber tenido una relación tensa, distante o conflictiva (Hersey, 1996; Karen,
1990, Gilligan, 1982; Gardner, 1986; Eggins, 1997; Darke, 1998; Cooper, 2001)
La relación con mis jefes siempre ha sido bastante cordial, al menos es así como la he percibido.
Soy una buena subordinada, no soy del tipo rebelde.
Esta relación cordial, se debe a que ha sabido ser buena seguidora, es decir
disciplinada y trabajadora, aportando resultados concretos. El valor de un buen seguidor
radica fundamentalmente en el logro de resultados (Eggins, 1997; Castañeda 2007;
Gilligan, 1982). Para Ana la adulación al jefe es un método que ella no utiliza.
Yo creo que los jefes sabemos apreciar a las personas disciplinadas y trabajadoras también.
Porque de nada sirve un subordinado que a todo dice que si pero que no da resultados. No soy
aduladora ni lame ya sabes que, no me gusta ser hipócrita ni andarme arrastrando detrás del
jefe para conseguir mejores posiciones o canonjías. Yo demuestro mi valor con trabajo, con
resultados. Cuando a un jefe le das resultados te conviertes en indispensable, en necesaria.
Ella ha logrado escalar posiciones jerárquicas superiores dentro de la Universidad
a base de trabajo y de compromiso (Eggins, 1997; Gilligan, 1982; Lamas, 2006)
Con trabajo, con mucho trabajo y con buenos resultados he logrado ir escalando hasta lograr
muy buenas posiciones dentro de la Universidad. No ha sido fácil, han sido fines de semana,
vacaciones y hasta mi vida privada sacrificados para llegar hasta aquí.
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En cuanto a la relación con sus colaboradores, a los que ella llama subordinados
hace referencia al trato que ella les da de justicia y exigencia, que describió anteriormente
en su relación con sus estudiantes
Con mis subordinados o sea con las personas que me reportan a mi trato de ser justa, como te
decía en mi labor docente con los alumnos, pero soy bastante exigente y siempre me apego a las
normas y a lo planeado
Para ella es fundamental el cumplimiento de las metas y de las tareas, para lo cual
es fundamental llevar un seguimiento acucioso y detallado. Para Ana el control es básico
para la obtención de buenos resultados (Eggins, 1997; Castañeda 2007; Gilligan, 1982).
Cuando tengo reuniones con cada uno de ellos reviso constantemente las metas y voy viendo los
resultados. Soy una jefa muy aprehensiva, me gusta tener todo bajo control y por lo mismo exijo
estar enterada de todo lo que pasa en mi área de trabajo. Soy muy controladora y me gusta tener
todo bajo un estricto orden. Doy seguimiento a todo lo que solicito y a todo lo que me
comprometo y se comprometen conmigo mis seguidores.
El buscar mejores condiciones laborales: sueldos, prestaciones, etc. es un rubro
que también debe ser cuidado por una buena líder (Lamas, 2002, 2006; Eggins, 1997;
Castañeda 2007; Gilligan, 1982)
Eso sí, busco siempre conseguir buenos sueldos y prestaciones porque si soy exigente me gusta
ser justa en la retribución.
Para lograr un buen clima laboral busca evitar chismes y politiquería. Cuando
detecta a una persona que se dedica a estas actividades prefiere prescindir de ella
(Hersey, 1996; Karen, 1990, Gilligan, 1982; Gardner, 1986; Eggins, 1997; Darke, 1998;
Cooper, 2001).
No me gustan las grillas [chismes, politiquería], las detesto y no permito que en mi área de
trabajo se den. Cuando detecto alguna, busco inmediatamente deshacerme de la persona ya sea
buscando su traslado a otra dependencia dentro de la propia Universidad o lo despido. He
aprendido a lo largo del tiempo que hay que evitar a toda costa las grillas porque son como una
plaga que todo lo echa a perder.
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Para Ana la relación con sus iguales debe estar basada en la formación de equipo.
Gilligan (1982) sostiene que las niñas tienen una mayor tendencia a trabajar en equipos
colaborativos y menos jerárquicos.
Con los otros jefes o directores o sea con mis iguales siempre he tratado de ser muy respetuosa y
me gusta muchísimo hacer equipo con todos ellos. Procuro organizar reuniones de trabajo y
también de tipo personal, me gusta hacerme amiga de todos ellos porque me siento en confianza
porque desempeñamos funciones parecidas.
Esta forma de trabajo colaborativo permite la ayuda mutua en la resolución de
problemas y conflictos. Al respecto afirma:
Busco establecer nexos cercanos y comparto con ellos mis inquietudes, mis dudas, mis problemas
y me gusta escuchar sus puntos de vista porque me sirven para ver otros puntos de vista que me
ayuden a resolver los problemas.
Ella ha querido asumir el rol de líder buscando aportar lo mejor de sí misma. Para
ella es importante encontrar nuevas y mejores formas de hacer las cosas. Sus experiencias
en las diferentes posiciones de liderazgo le han permitido crecer y desarrollarse. Las
responsabilidades asumidas le han hecho sacar lo mejor y dar lo mejor que ella tiene.
Ella describe su personalidad como líder, como alguien que se encuentra
insatisfecha y aburrida si está en la zona de confort. Para ella son importantes los retos.
Disfruta buscando nuevas alternativas, formas, maneras y caminos para hacer las cosas.
El cambio y la innovación son para Ana su mejor alimento. Para ella es importante que
lo que se realicé tenga su sello personal:
Me gusta ser el tipo de persona que hace la diferencia. Que lo que se haga bajo mi dirección
tenga mi estilo, mi sello característico
Para ser un buen líder es necesario ser efectivo y para lograrlo se requiere de
ciertas habilidades como la habilidad para trabajar con grupos de personas con
personalidades y culturas diversas, la habilidad para motivar, para apoyar, para cobijar,
para proteger (Hersey, 1996; Gilligan, 1982; Eggins, 1997; Darke, 1998; Cooper, 2001).
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El verdadero líder debe prever los eventos futuros y debe tener la perspicacia para
saber negociar buscando siempre el bienestar del grupo que representa. El verdadero líder
antepone los intereses del grupo antes que sus propios intereses. Las habilidades de
organización, planeación, control y seguimiento deben estar plenamente desarrolladas.
Hay una habilidad que ella menciona como una característica que se encuentra más
acentuada en las mujeres que es la de poder llevar a cabo múltiples tareas a la vez y el
manejo de la ambigüedad (Lamas, 2002, 2006; Castañeda, 2007; Hierro, 1998).
De la información obtenida a través de las entrevistas y de la revisión de
documentos se desprende que Ana ha tenido diferentes posiciones de liderazgo dentro de
la universidad y diferentes tramos de control.
Ana encuentra que la docencia y la dirección de diferentes áreas de la universidad
exigen de habilidades de liderazgo idénticas:
Si quieres tener éxito como docente debes ser un gran motivador igual que si quieres ser una
buena directora. Como docente la planeación, el seguimiento y el control son fundamentales
para lograr realizar las tareas con éxito, como directora también. No encuentro diferencia
alguna entre una y otra actividad en cuanto a liderazgo se refiere
Categoría: Barreras culturales
Marta
Para Marta, el matrimonio resulto ser una de las barreras más importantes que
había que vencer ella comparte que:
…me casé ya grandecita porque para mí era igual de importante mi profesión. En realidad hubo
mucha presión familiar para que me casara. A mi esposo nunca termino de gustarle mi profesión.
Finalmente tomo la decisión de divorciarse. En ningún momento de su vida de
casada ella tuvo la sensación de que el esposo la apoyaba, más bien lo contrario era un
reclamo permanente. Ella considera que el problema se acentuó cuando él sintió que ella
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lo rebasaba en cuanto a que él la consideraba que ella era superior. Castañeda, (2007)
investigó las causas de divorcio en México a través de entrevistas con mujeres
divorciadas y encontró que una de ellas era el éxito de las mujeres en el plano
profesional, económico o ambos. Para Marta cada posición de liderazgo que ocupaba
significaba un motivo de orgullo y una posibilidad de nuevos retos y aprendizajes pero
además significaba una nueva discusión con su marido cada vez más violenta, por
elemplo:
Otra vez a descuidar a tus hijos. Para que te casaste si no ibas a tener tiempo para ellos. ¿Por
qué no te comportas como una mujer normal? ¿Qué acaso no los quieres?
Esta forma de violencia verbal y psicológica (Amorós 1998; Castañeda, 2007;
Lamas, 2007) se repetía cada vez con mayor frecuencia. Sin embargo Marta está
consciente de que:
Había muchos motivos para discutir, para pelear, pero los hijos era el tema que él utilizaba,
porque sabía que era lo que más me pegaba. Aunque la verdad siempre estuve y estoy al
pendiente de mis hijos, reconozco que mi trabajo me absorbió mucho tiempo en diferentes
momentos. Él tenía como principal motivo de discusión a los hijos, sin embargo, mis hijos
permanecieron siempre conmigo. Siempre yo he sido la que está a cargo de ellos, con todo lo que
eso implica.
Una de las posibles soluciones era dejar su carrera profesional y ser ama de casa
para atender a su marido y a sus hijos. Para Wirth (2001) las barreras culturales son un
verdadero obstáculo para el desarrollo profesional de las mujeres. Sin embargo, ella no
deseaba ser ama de casa ni dejar su carrera profesional. Así es que, el único camino
posible era el divorcio:
Tarde años en entenderlo. A mí me educaron para casarme para toda la vida y eso pesaba
demasiado para tomar la decisión de separarme de él. Fue sumamente difícil tomar esta
decisión, pero sentía que la violencia física estaba a punto de darse y además mi carrera estaba
siendo afectada cada vez más. Hasta que logré armarme de valor y di ese paso.
A partir de su divorcio la carrera política de Marta comenzó a tomar un ritmo
diferente. Las oportunidades y los ofrecimientos fueron presentándose:
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No podía creerlo. Estaba feliz con mis pequeños triunfos y podía llegar a casa y festejar sin
ningún temor. Era como si hubiera salido de una prisión. Las cosas tomaron otro ritmo. La vida
tenía un color más brillante, diferente, hermoso.
La maternidad representó una verdadera barrera (Wirth, 2001; Hierro, 1998) sobre
todo cuando sus hijos eran pequeños:
Tuve varias oportunidades de acenso pero en algunas implicaba viajar o estar hasta tarde en el
trabajo y yo pensaba ¿y mis hijos? ¿Con quién los dejo? Rechacé algunas ofertas de trabajo
muy buenas.
Para Marta toda la etapa de la niñez de sus hijos fue difícil:
Era correr de un lado para otro. Cuando estaba casada mi marido nunca quiso hacerse cargo de
llevarlos y recogerlos de la guardería. Me divorcié cuando el mayor tenía cinco años y el menor
tres. Así es que después de divorciada seguí con ese ritmo. Ahora a la distancia no sé cómo le
hice pero lo hice. De veras me partí en dos para estar en la guardería y en las escuelas de mis
hijos. Llegaba bien tarde a mi casa a revisar que todo estuviera en orden para el día siguiente.
Para una mujer tener hijos y carrera profesional es bien difícil. Pero no soy la única, todas las
mujeres que tenemos hijos sacamos fuerza no sé de donde para atenderlos y para sacarlos
adelante.
El acoso sexual fue otra de las barreras que tuvo que enfrentar (Wirth, 2001;
Hierro, 1998; Lamas, 2002; Amorós, 1990; Barbieri, 1993).
La primera ocasión que recibí una insinuación, me sentí de verdad muy mal. Llegué a dudar
hasta de mi misma…pensé ¿no daría yo lugar a una cosa así? ¿Por qué se me insinuó? Cuando
lo confronté con el tipo y le dije que me explicara por qué había insinuado que podía haber algo
entre nosotros, el tipo se rajó (no aceptó que él se hubiera insinuado) y lo negó todo. Ahí aprendí
que esto era una especie de juego más o menos cotidiano. Entre mujeres es un tema de
conversación recurrente. Es más frecuente de lo que uno piensa.
Sin embargo, para ella el acoso sexual no fue motivo para desistir.
La cultura tradicional fue una barrera permanente (Wirth, 2001; Hierro, 1998; Lamas,
2002; Amorós, 1990; Barbieri, 1993) en la vida de Marta y se hizo presente a través de la
figura conservadora de su madre:
La primera lucha que tuve que librar fue y sigue siendo con mi madre. Ella es una mujer
chapada a la antigua y no logra asimilar los cambios que hemos venido experimentando. Para
ella la sociedad está atravesando por estos períodos críticos de familias destrozadas, como la
mía, de acuerdo a su criterio, debido a que hemos, como te diría, distorsionado nuestros papeles
como mujeres y como hombres. Yo estoy fuera de todas sus expectativas. Es mi culpa que mi
matrimonio haya fracasado, para ella, es mi culpa que mis hijos no vivan con un padre, porque
yo lo ahuyenté con mi comportamiento poco femenino. Mi madre no sólo se opone a que yo de
100
alguna manera transgreda las reglas, sino que ella ve en mí una forma de ser, como te diré, poco
femenina. Este ha sido un verdadero obstáculo para mí porque siento su permanente rechazo. La
verdad es que ella no me acepta como soy y no creas aun a mis cincuenta y tantos sigue
afectándome. A veces me he preguntado si valdría la pena ir a ver un psicólogo para recibir
ayuda profesional porque a lo mejor en el fondo yo soy la que no la acepto a ella. No sé.
Las actitudes abiertamente sexistas por parte de algunos hombres y de algunas
mujeres también han constituido una barrera importante (Wirth, 2001; Lamas, 2002;
2006, 2007 Amorós, 1990;):
Cuando iba a lanzarme como candidata a la dirección de la facultad allá por los noventa, no
más bien a mediados de los noventa, en mi grupo político estaba el director saliente y algunos
maestros y maestras. Él (director saliente) se cuestionó si la Facultad estaba „preparada‟ para
que una mujer fuera directora. Incluso llegamos a ensayar varios argumentos para utilizar en
campaña en caso de que profesores/as y estudiantes preguntaran. La verdad no hubo necesidad
de recurrir a esos argumentos porque nadie cuestionó la participación de una mujer. Los del
equipo de enfrente (contrincante, el otro equipo político) si utilizaron como argumento que en
una facultad de hombres no era posible que una mujer estuviera como directora.
Para Marta cada barrera cultural puede ser superada si la mujer enfoca su atención
en el objetivo que ella se ha propuesto. Además es importante entender que la toma de
una decisión implica la renuncia a algo. Por otro, lado la cultura establece ciertas reglas,
es importante conocerlas y entenderlas para poder trascenderlas.
Ana
Aunque ella no se casó, porque su decisión de continuar con la carrera profesional
fue motivo suficiente para no llegar al matrimonio, es decir ella estuvo condicionada por
su prometido: la carrera profesional o el matrimonio. Las barreras culturales están
presentes en la vida de Ana (Wirth, 2001; Hierro, 1998; Lamas, 2002; Amorós, 1990;
Barbieri, 1993).
Uno de los fracasos en los que su ayuda (del padre y del hermano mayor) fue decisiva, fue
cuando se dio el rompimiento de mi compromiso. Yo tenía preparada mi boda y quince días antes
de la fecha señalada, rompí mi compromiso. De esto habló poco, pero para efectos de tu estudio
creo que esta fue una de las experiencias más significativas y…más dolorosas de mi historia
personal. Yo tenía un novio al que amé profundamente y él a mí, al menos eso creo. Pasados
101
cuatro años de noviazgo y teniendo yo treinta y un años y él treinta y ocho, decidimos casarnos.
Pidió mi mano a mis padres, pues aun vivían y comenzamos a preparar la boda. Tú sabes, las
invitaciones, la iglesia, el viaje de bodas, el banquete y todo lo que esto supone. Un día llegó a
mi casa y de pronto me preguntó que cuando dejaría de trabajar. Acababa de asumir la
dirección de una facultad y sentía la responsabilidad de por lo menos terminar mi primer
período como directora. Era un compromiso moral con toda la gente que me apoyó, había sido
una contienda sumamente difícil, y era también un compromiso conmigo misma. Hablé con él
horas enteras, pero no hubo manera de convencerlo. Estaba decidido o dejaba de trabajar o no
había boda. No hubo boda. A veces me pregunto si fue la mejor decisión. No lo sé. La cuestión es
que a mí me hubiera gustado muchísimo casarme, tener hijos, formar una familia.
Siente culpa por no hacerlo y se cuestiona si la decisión que tomó fue la acertada.
La culpa es es un ingrediente muy importante en la construcción de la identidad de las
mujeres (Chodorow, 1999; Lamas, 2002; Castañeda 2007).
Nunca me casé y me hubiera gustado hacerlo. Pero deje pasar la oportunidad y al amor de mi
vida. Lo tuve en mis manos y lo deje ir. Me arrepiento porque se que soy mujer de un solo amor.
Ella también estuvo expuesta al acoso sexual (Wirth, 2001; Hierro, 1998; Lamas,
2002; Amorós, 1990; Barbieri, 1993). Para ella esto constituyó un verdadero problema,
sobre todo en los inicios de su carrera:
Yo fui una joven muy agraciada, modestia aparte. Era muy guapa y tenía un montón de
pretendientes. En la universidad no era la excepción, yo sentía o presentía cuando iba a ser
acosada por un hombre, desde la mirada, la forma de apretar la mano cuando me lo
presentaban, el tono cálido de voz característico. Entonces me adelantaba a eso y construía una
especie de barrera para que no sucediera. Ponía distancia de por medio, buscaba no estar a
solas con la persona, hacía cosas por el estilo. El acoso en si me molestaba, no me asustaba. Lo
que si me aterrorizaba era el que dirán. Me importaba muchísimo que no se fuera a decir de mí
cosas impropias. Con el tiempo aprendí que el éxito no es fácil de aceptar.
Pero finalmente ella aprendió a seguir su ruta profesional a pesar de esta barrera:
Si, si había acoso y hubo después en los lugares donde yo trabajé. Mira aun ahora que ya soy
una mujer madura, de vez en cuando hay acoso. Pero esto es parte de la vida profesional y tienes
que aprender a defenderte y a avanzar. A mí ni el acoso sexual ni laboral ni de cualquier tipo, me
detuvo ni me detiene. Me era y me es molesto, pero eso no me detiene. Yo tengo muy claras la
metas, como dicen los norteamericanos, estoy enfocada en lo que quiero y lucho por ello. De mi
se han dicho y se dicen muchas cosas. Qué si estoy aquí por favores sexuales, qué si estoy aquí
por política y no por capacidad académica, qué si soy lesbiana.
De las actitudes abiertamente sexistas (Wirth, 2001) Ana nos comenta, que éstas
son practicadas por hombres y por mujeres:
102
Mira, cuando subes y estas en una posición de poder, eso no se perdona. Si me he percatado que
si a un hombre el éxito no se le perdona, a una mujer, es casi casi un atrevimiento y menos,
mucho menos se le perdona. Y no te perdonan el éxito los hombres y las mujeres menos. Las
mujeres son grandes detractoras de las mujeres. En mi vida profesional he tenido más problema
de patadas por debajo de la mesa y habladurías a mis espaldas con mujeres. Mis principales
oponentes hoy por hoy son hombres, porque son muy pocas las mujeres en posiciones
importantes. Los hombres también tienen lo suyo, pero por lo menos con más frecuencia asoman
la cabeza. Pero para mí, mis principales detractoras son mujeres.
La culpa es considerada por ella como una enorme barrera. Para Ana la culpa
constituye la barrera más grande, la más importante:
Me siento culpable de no haber sabido equilibrar las cosas. De no haber realizado mi más
ambicioso sueño, formar una familia. No tuve la valentía ni el coraje para luchar. Hombres
había muchos y yo me clave sólo con uno. Error fatal. Yo creo que en el fondo no quise
comprometerme con nadie, por qué el compromiso está cabrón, perdón por la expresión pero no
encuentro otra más adecuada. El compromiso significa renuncia, adaptación, aceptación y tal
vez nunca estuve realmente dispuesta a llevarlo a cabo.
En muchas ocasiones estuve a punto de aventar la toalla. Me preguntaba a mi misma ¿es esto lo
que quiero para mí? Y en muchas ocasiones me contesté que no y estuve a punto de dejar todo lo
construido.
A veces anhelo una vida más normal, más tradicional. Me siento culpable de no tener tiempo
para mí, para mis cosas. De no haber tenido más tiempo para mis padres. Tengo la sensación de
que la vida se me escurre de las manos.
Categoría: Modelos de referencia
Marta
A lo largo de las entrevistas la influencia de su padre se hace evidente (Eisler,
1981; (Nicolson, 1997). Ella siente una gran admiración y respeto por él y reconoce
abiertamente el apoyo que su padre le brindó en aspectos tanto personales como
académicos y profesionales:
Cuando les dije a mis padres que deseaba estudiar esta carrera en principió les sorprendió
porque ellos pensaban que iba a elegir una carrera más de mujeres como maestra o de perdido
letras. El apoyo de mi padre fue decisivo.
Para mi padre yo tenía valor, mis opiniones eran tomadas en consideración, podía discutirlo y
analizarlo todo al mismo nivel. Con mi padre yo sabía que recibiría el apoyo y el aliento para
cualquier situación que quisiera emprender, por ejemplo, cuando decidí estudiar una maestría en
el extranjero no cabía del orgullo, su hija mayor se iba a especializar, lo gritaba a los cuatro
vientos. En fin papá fue un gran guía y un entusiasta cómplice.
Podía hablar con él de cualquier tema, desde mis dudas sexuales hasta la crianza de mis hijos,
desde la elección de mi marido, a quien siempre respetó, hasta mi decisión de
103
divorciarme…siempre ahí al frente del cañón, listo para apoyarme. También recuerdo cuando
me ofrecieron este puesto que ahora tengo en la Universidad, un puesto de segundo nivel que
nunca antes había sido ocupado por una mujer, y que es de una alta responsabilidad. Mi padre
me apoyo en todo momento y cuando flaqueaba o dudaba, porque aunque no lo creas tuve mis
dudas, papá me apoyo, me alentó. Esto no quiere decir de ninguna manera que siempre
estuviéramos de acuerdo, discutíamos mucho, había puntos de vista diferentes. Cada uno daba
sus puntos de vista, con argumentos de peso, pero siempre nos respetamos. Sabía reconocer
cuando sus argumentos tenían menor peso y sabía apoyarme aun cuando no estuviera de acuerdo
con alguna decisión que yo tomara.
Las figuras de personajes de la literatura cuya obra tuvo y tiene una repercusión
social son modelos de referencia de Marta: Simone de Beauvoir , Elena Poniatowska y
Elena Garro son personalidades a las que ella considera que han tenido repercusión en su
liderazgo. Las tres representaron para ella el modelo de mujer no tradicional al que
aspiraba ser:
Cuando leí a Simone de Beauvoir, o asistí a las conferencias con [Elena] Poniatowska, o leía
sobre Elena Garro, yo decía esas son otro tipo de mujeres, como esas quiero ser. La obra de
Simone de Beauvoir es esplendorosa y muy reveladora para mí. Mi modelo nunca fue mi mamá,
ni mis hermanas, ni todas esas mujeres tradicionales, a quienes respeto mucho, pero que yo no
aspiraba a ser como ellas.
Entre las figuras político-sociales destacan Mahatma Gandhi y el papa Juan Pablo
II. Estos modelos son valiosos para ella porque aportan un liderazgo de esperanza. La
creatividad y la valentía para cambiar paradigmas son dignos de de ser ejemplo:
Para mí el Mahatma Gandhi fue un gran líder. Su obra en favor de la paz y la igualdad es
extraordinaria. Lograr la independencia de su país de una de las naciones más poderosas como
era Inglaterra es una empresa que de verdad requiere de muchos pantalones y valentía. Quién
iba a imaginar en esos momentos que una guerra se ganaba con la paz y no con las armas. De
verdad es un gran ejemplo de líder, una gran enseñanza.
Yo no soy muy religiosa pero la figura del papa Juan Pablo II es la de un verdadero líder.
De Juan Pablo II admiro su carisma. Un ser de verdad carismático. Su sencillez, su empatía con
la gente, desde hablar su idioma hasta festejar sus tradiciones y costumbres, son rasgos dignos
de imitarse.
Marta tiene modelos de referencia tanto mujeres como hombres (Wirth, 2001)
104
Ana
Ana siguió la carrera profesional de sus padres y los señala como sus modelos.
Además para ella sus modelos tienen relación directa con el arte. Luís Buñuel, Luís
Mandoki ambos directores de cine, el primero español con una gran trayectoria en
México y el segundo mexicano, uno de los directores contemporáneos más destacados, y
William Shakespeare poeta inglés, fueron sus modelos de referencia. La obra de
Shakespeare maneja las pasiones humanas y el poder:
Para mí Shakespeare es fundamental en la biblioteca de cualquier académico y con mayor razón
si se trata de un líder. El manejo magistral de las pasiones humanas por el poder por ejemplo en
Macbeth o en Hamlet o en el rey Lear es de una actualidad sorprendente. Podría pasarme la
tarde evocando personajes de estas piezas artísticas y compararlos con personas de la vida real.
Yo creo que cualquier líder debe conocer las características de los seres humanos.
La obra de los cineastas Buñuel y Mandoki presenta nuevos ángulos de la realidad
que un líder debe poseer:
[Luís]Buñuel es otro de mis modelos. Su cine surrealista es impresionante. Me parece que la
realidad es así de surrealista. Hay cada problema al que uno se enfrenta que parece de otro
planeta, de otra forma de ser de la realidad misma. Ese manejo que hace en sus películas es de
una genialidad y creatividad, que para que te cuento. Para mí como líder en una universidad
Buñuel me ha ayudado a entender esta realidad cambiante de los académicos. Esas locuras que
de pronto proponen esas ideas de avanzada, esos cambios radicales.
[Luís] Mandoki [cineasta mexicano contemporáneo] es un joven de 52 o 53 años con buenas
propuestas. Anda ahora filmando el fraude electoral presidencial de 2006. No sé cómo esté ese
documental pero la propuesta así de entrada me parece creativa, otro ángulo. El verdadero líder
para mi es aquel capaz de ver más allá del paradigma existente, es capaz de crear nuevas formas
de ver la realidad.
Los modelos de referencia de Ana son básicamente hombres. Hierro (1998) afirma
que faltan modelos de referencia de líderes mujeres. Para ella las mujeres toman los
modelos de hombres con los que se relacionaron: su padre, su jefe, su compañero de
trabajo o el personaje del libro que leyeron o la película que vieron. La gran mayoría de
mujeres se relacionan, en las diferentes etapas de sus vidas, con hombres porque son ellos
los que ejercen el liderazgo.
105
Categoría: temas emergentes
En esta categoría surgieron como temas emergentes: datos demográficos, rechazo
al estereotipo de lo femenino, juegos infantiles y culpa.
En cuanto a los datos demográficos emergieron en ambos casos, los siguientes: a) edad:
están en sus 50´s, b) clase social: media, c) tipo de familia: nuclear, d) educación formal:
hasta la carrera profesional en instituciones públicas, e) Grado máximo de estudios:
doctorado, f) lugar del posgrado: Estados Unidos, g) padres (hombres) profesionistas.
Los datos demográficos proporcionan información relevante ya que podemos
deducir una serie de costumbres y tradiciones que explican la manera de pensar y actuar
en un momento determinado (Helgsen, 1990; Hierro, 1998). Así mismo, nos reafirman la
situación de excepción en ambos casos. Para las condiciones de crecimiento personal de
estas mujeres no es común encontrarlas en posiciones jerárquicas altas en las
universidades
Por otra parte, el rechazo al estereotipo de lo femenino. Se manifiesta en diversos
momentos durante las entrevistas. En ambos casos hicieron alusión a este tema. Marta
afirma que:
…no me gusta usar coliges, ni nada por el estilo eso se ve demasiado femenino, demasiado
rosa… ¿cómo te diré? Como muy debilota. En cambio uso un buen reloj, una buena cadena
discreta en el cuello y párale de contar.
Como afirma algunos estudios cuando una conducta se tiene internalizada ésta
pasa a ser parte cotidiana y se considera como normal (Chodorow, 1999; Lamas, 2002;
Castañeda 2007). Esta conducta se incorpora al sistema de creencias de la persona, por
eso cuando Marta opina sobre el uso de accesorios considerados femeninos lo importante
106
es ver cómo esta acción de usar accesorios está emparentado el sistema de creencias
sobre el concepto de parecer femenina es parecer débil. Ana por su parte afirma que:
…yo utilizo malas palabras aunque parezca hombre porque para que te respeten hay que parece
fuerte.
A lo largo de las entrevistas con ambas mujeres el tema era recurrente. Por
ejemplo cuando las interrumpían hacían gala de su poder con llamados de atención
bastante fuertes por ejemplo Marta dijo en repetidas ocasiones a su asistente mujer:
Chingado, otra vez tú. Ya te di indicaciones precisas…cual es la parte que no entiendes.
O cuando Ana se disgustó porque no habían terminado su trabajo dos de sus
colaboradoras y les dijo:
…de verdad estoy hasta la… (Madre) con ustedes. Les pido más atención.
Estas escenas estaban fuera de entrevista ya sea antes del inicio o al terminar
alguna entrevista. Lo interesante para mí es que frecuentemente también se disculpaban
conmigo por:
…parecer hombres pero es la manera que he encontrado para imponer mi autoridad
Esto lo dijo en repetidas ocasiones Ana. Por otra parte también frecuentemente
hacían alusión a lo inconveniente que era ser femenina y hacían burla de esto, como
cuando Ana comentó:
Me encanta ser muy femenina, muy delicada. Los colores que escojo son siempre en tonos pastel.
Soy muy maricona y me gusta mucho serlo…Maricona es una forma de ser muy femenina. Me
gusta ser muy femenina. Toda yo, mi atuendo, mi manera de ser, mi forma de ir por la vida. Eso
es ser maricona. Que no parezco fuerte. Que quién me ve, me ve frágil, delicada, maricona pues.
En algunas ocasiones Marta me dijo:
…no hombre ya estaría de Dios yo llorando porque alguien me habló golpeado. No, eso
es cosa de las féminas no de mujeres fuertes como yo. Ana me confió: yo guardo mis
actitudes delicadas y femeninas para casos más íntimos y de familia… si quieres ser jefa
tienes que mostrarte con actitud más fuerte.
107
Me pude percatar también que hacían un trato diferenciado con hombres y
mujeres. En ambos casos a las mujeres las trataban más rudo. Con los hombres en cambio
eran directas pero guardaban cierta distancia. Aunque ambas aseguraron que sus
relaciones eran de respeto no necesariamente eran equitativas y justas.
Las dos mujeres recuerdan con mucho cariño sus juegos infantiles. Ellas reportan
haber jugado tanto juegos considerados de niños y como también juegos considerados de
niñas.
Por su parte Marta nos comparte que:
…me daba igual jugar juegos de niños. Jugué con trompos, canicas y futbol así como también a
la bebe leche, la roña y las comadritas. Me daba igual yo lo que quería era jugar.
Ana nos dice al respecto que:
Educarse con varones tiene sus ventajas. Aprendes a jugar juegos de niños, a competir con ellos.
Yo jugué a los juegos de niños y también a los de niñas. Me gustaba jugar más a las muñequitas
que al fútbol, pero jugué a todo. Es una ventaja porque entonces el mundo de los niños no te es
ajeno. No te asusta. No eres tan diferente. De tal manera que cuando creces y tienes que jugar en
el mundo de los hombres sabes hacerlo. De hecho estudié dos carreras profesionales, una
femenina como la de ser maestra y otra masculina como la de ser ingeniera.
Con ellos jugué a todo y aprendí a jugar todos sus juegos. Me trepé en los árboles y jugué a las
canicas. A mí nunca me preocupó, de veras, nuca me preocupó si los juegos que jugaba eran de
niños o niñas. Yo jugué juegos infantiles, de todos y los disfruté mucho.
Gilligan (1982) sostiene que los juegos que juegan los niños y niñas son como una
especie de ensayo que los prepara para la vida de adultos. Ella estudió los juegos
infantiles en las escuelas de educación básica, para determinar entre otras cosas el estilo
de liderazgo que los niños y niñas podían ejercer en su vida adulta.
Ella obtuvo una serie de resultados que tienen que ver con liderazgos más
colaborativos o más autocráticos. Es evidente un niño o niña se expone a juegos
indistintamente adquirirán una serie de habilidades diferente a los que se exponen sólo a
108
juegos considerados como de niños o de niñas exclusivamente. (Amorós, 1985;
Castañeda, 2002, 2007; Hierro, 1998; Lagarde, 2000)
La culpa es un tema recurrente a lo largo de las entrevistas en ambos casos.
Por ejemplo Marta dice:
Es mi culpa que mi matrimonio haya fracasado, para ella,(su madre) es mi culpa que mis hijos
no vivan con un padre, porque yo lo ahuyenté con mi comportamiento poco femenino. Yo creo
que ella (su madre) tiene razón
O cuando reflexiona sobre:
Mi madre dice que nos sirvo para las labores „propias de una mujer‟, o sea no sirvo para tener
marido y no sirvo para tener hijos. A veces me entra la duda y me digo a mi misma –¿no será que
en realidad mi destino no es el de la familia?, ¿seré una buena madre?- no sé, pera a veces me
siento culpable de tener esta familia tan …diferente a lo que yo hubiera querido.
Por su parte Ana nos dice que:
Estaba decidido o dejaba de trabajar o no había boda. No hubo boda. A veces me pregunto si
fue la mejor decisión. No lo sé. La cuestión es que a mí me hubiera gustado muchísimo casarme,
tener hijos, formar una familia. En el fondo creo que es mi culpa no haber logrado mis metas
personales
Pareciera que la culpa es uno de los aspectos que forman parte de la construcción
de la identidad de género en las mujeres (Bustos, 2003; Castañeda, 2002, 2006; Lagarde,
1998).
Para Castañeda (2002) las mujeres se sienten culpables de todo. Si su hijo va mal
en la escuela o si el esposo no tiene ropa planchada, aunque ellas también trabajen.
Algunos estudiosos afirman que el terreno de lo doméstico-privado sigue siendo
responsabilidad de las mujeres, de tal manera que si algo no se da en este terreno la culpa
es de ellas (Barbieri, 1993; Castañeda, 2002, 2007; Lamas, 2006, 2007; Hierro 1998).
El matrimonio, el cuidado y educación de los hijos, el cuidado de los enfermos,
entre otros pertenecen a lo doméstico- privado y las mujeres que no cumplen con ―sus
tareas‖ sentirán culpabilidad. Hay que recordar que los patrones culturales se internalizan
109
y se consideran ―naturales o normales‖ (Lamas, 2006, 2007) de tal forma que romper los
esquemas significó para estas mujeres luchar permanentemente con el sentimiento de
culpa.
En síntesis las historias de estas dos mujeres tienen muchos puntos en común: la
edad , su clase social, la carrera profesional (aunque cada una en una ingeniería
diferente), la relación extraordinaria y estrecha con su padre, la influencia del padre en la
vida de cada una de ellas, la relación cercana con sus hermanos (hombres), sus juegos
infantiles que no hacen diferenciación entre juegos de niñas y juegos de niños, sus
excelentes calificaciones desde la educación básica hasta la profesional y posgrado, sus
experiencias de liderazgo tanto en la familia como en la escuela, las buenas relaciones
con sus compañeros de clase y de trabajo, las barreras que afrontaron para llegar a asumir
una posición de liderazgo: el matrimonio, la culpa, el acoso sexual y las actitudes
sexistas, así mismo, su alta autoestima, los modelos de referencia generalmente hombres.
Desde luego guardan también algunas diferencias como el trato con la madre,
estado civil, lugar que ocupan en la familia (una es la mayor y la otra la menor), la
experiencia de tener hermanas y la maternidad.
En el próximo capítulo abordare los hallazgos encontrados en esta investigación
así como las implicaciones que estos tienen, las sugerencias para próximas
investigaciones y las conclusiones.
110
CAPÍTULO 5
HALLAZGOS Y CONCLUSIONES
Este capítulo está conformado por tres secciones. La primera de ellas reporta los
hallazgos basados en la presentación y análisis de los datos y es presentada utilizando las
preguntas de la investigación y los temas de cada categoría; la segunda presenta las
conclusiones que se derivan de los hallazgos y finalmente la tercera sección muestra las
implicaciones, aprendizajes y sugerencias para la práctica y la investigación.
Hallazgos
Esta sección está organizada con cada una de las cinco preguntas de investigación
y los temas emergentes.
1. La primera pregunta de investigación fue: ¿Qué experiencias de la vida familiar
de las mujeres líderes coadyuvaron en la formación de sus habilidades de
liderazgo?
Relación con el padre.
En los dos casos la relación con el padre fue muy cercana, describiéndolo como
una gran persona que siempre estuvo presente para apoyarlas y orientarlas. La figura del
padre fue importante en la vida de cada una de estas mujeres. Las experiencias con él, su
motivación, su cercanía, sus consejos, fueron determinantes en su carrera profesional.
Para cada una de ellas su padre fue un impulsor en cada uno de las empresas en las que
participaban, desde los juegos infantiles que cada una de ellas jugaba, tanto tradicionales
como no tradicionales hasta las actividades extracurriculares, campañas políticas y
competencia por puestos jerárquicos. El padre siempre las alentó y apoyo. Es evidente
que hubo en ambos casos una gran afinidad e identificación. El padre estuvo presente en
111
los momentos más difíciles y las ayudo a salir adelante. Esta relación en ambos casos fue
fundamental y sumamente importante. En sus experiencias de vida significativas el padre
jugó un papel preponderante.
Relación con la madre.
Esta relación mostró diferencias significativas en cada caso. Para una de ellas esta
relación fue distante y de oposición permanente. Las experiencias con la madre en este
caso no fueron significativas en términos de contribución para su liderazgo. Para uno de
los casos, la madre fue considerada más bien como un obstáculo antes que un
potenciador. Para la otra mujer líder, la madre fue considerada como una gran impulsora
y motivadora. La relación fue tan cercana como con el padre. Su madre tuvo una gran
influencia en su formación. Las experiencias con la madre fueron significativas. La
contribución de ésta fue reconocida totalmente.
Relación con los hermanos/as.
Esta relación revelada en la historia de Marta fue cercana y de una identificación
con los hermanos más que con las hermanas. Este acercamiento permitió conocer el
mundo masculino desde una posición cercana. Los juegos masculinos, sus reglas de
participación, las interacciones de lo participantes y la manera tan diferente de abordar el
juego en relación con los juegos femeninos contribuyó a enriquecer su visión del ser
humano, desmitificando el mundo de los hombres y construyendo una visión más
holística de la realidad.
En la historia de Ana, al ser ella la única hija de una familia de cuatro, convivió
solo con hombres. Se relacionó con ellos en muchos sentidos, juegos, división
democrática de las tareas domésticas. Aprendió que los hombres y las mujeres pueden
112
realizar cualquier tarea sin distingo de género. Para ella la división del trabajo según el
sexo al que pertenece la persona es absurda y fragmentada. El ser humano,
independientemente del género al que pertenezca puede realizar cualquier tarea que se le
encomiende sin que esto afecte su identidad.
Ella mostró predilección por el hermano mayor a quien llega a identificar como
un padre. Se sintió protegida por él, apoyada y alentada a realizar sus sueños. Esta
experiencia con los hermanos le proporciona una visión más completa de la realidad con
más oportunidades no solo de empleo sino de crecimiento personal para todos los seres
humanos.
Las experiencias de liderazgo dentro de la familia
En el caso de Marta, ella fue la mayor de una familia de nueve hijos e hijas. El
solo hecho de ser la mayor le dio una posición de liderazgo que la coloca con autoridad
sobre el resto de los hermanos y hermanas. Esto le permitió vivir una serie de
experiencias donde aprendió a ser líder y a ejercer su liderazgo sobre sus hermanos/as.
La relación con su padre y con su madre fue en muchos sentidos de iguales,
aunque nunca dejó de reconocer su autoridad. Esta posición de hermana mayor tanto de
hombres como de mujeres fue una excelente oportunidad de aprendizaje para ejercer el
liderazgo sobre unos y otras sin establecer diferencias. No buscó por ejemplo, ser más
ruda con los hombres y más suave con las mujeres, no permitió que solo las mujeres se
hicieran carago de lo doméstico, incluyéndose ella misma, negociando siempre con su
madre que las tareas debieran ser repartidas de manera equitativa.
Para Ana, el ser la más pequeña de los hijos y la única mujer, no representó
diferencia alguna. Ella fue ‗empoderada‘ tanto por el padre como por la madre para que
113
hiciera sentir la igualdad de derechos frente a sus hermanos. El trato recibido por los
padres hacía ella fue exactamente igual que a sus hermanos. No recuerda consideraciones
especiales. Sus hermanos se percataron de que el hecho biológico de que Ana fuera mujer
no la hacía más débil ni marcaba diferencia alguna en cuanto a trato y división de tareas
domésticas.
El ‗empoderamiento‘ de Ana fue un detonante en sus experiencias como líder ya
que éste permitió que ella tomara sus propias decisiones y asumiera la responsabilidad de
los actos consecuentes. Dado que ella fue considerada igual que sus hermanos, su voz era
escuchada y participó aportando su punto de vista en la resolución de los problemas y
situaciones por las que la familia atravesaba.
De lo anterior podemos inferir que en ambos casos las experiencias familiares les
permitieron desarrollar una visión más holística, menos dicotómica. El empoderamiento
de cada una de ellas fue también una experiencia significativa y además la relación de
apoyo y de aliento ya sea del padre y/o de la madre y/o de los hermanos/as, fu
significativo para desarrollar su seguridad y auto confianza. Las experiencias de
liderazgo hacia el interior de la familia guardaron estrecha relación con el
‗empoderamiento‘ y con los niveles igualitarios y altos de participación de todos los
integrantes de la familia.
2. La segunda pregunta de investigación fue: ¿Qué experiencias de la vida educativa
de las mujeres líderes contribuyeron a su labor como líder?
114
Relación con los profesores/as
Para Marta esta relación fue muy buena. No tuvo contratiempos significativos con
ninguno de ellos/as. De las experiencias con las profesoras de la escuela primaria
aprendió a ser disciplinada y exigente consigo misma.
La puntualidad en todas sus expresiones, tanta en la llegada como en la apertura de
reuniones y juntas de trabajo, tanto en la recepción como en la entrega de tareas y
proyectos, fue uno de los hábitos que más útiles le han sido. Los valores de respeto y la
capacidad de escucha han constituido una de las experiencias que más ha contribuido en
su trabajo como líder de un equipo de trabajo. De los profesores/as de la escuela
secundaria además de la exigencia, el valor del trabajo en equipo entre ellos y entre los
estudiantes, la solidaridad y la subsidiaridad llegando a formar equipos sólidos y unidos.
La disciplina para con el líder fue importante, es decir, aprender a ser líder es
aprender al mismo tiempo a ser buenos seguidores. Las experiencias más importantes en
la escuela secundaria tuvieron que ver con el valor de ser buenos seguidores y ser buenos
líderes, porque eso le da fuerza, sentido de dirección y cohesión a cualquier grupo
humano. En la escuela preparatoria la pluralidad de ideas y corrientes filosóficas y
políticas manifestadas por los maestros/as constituyó un universo más abierto y rico.
Estas experiencias favorecieron el desarrollar una visión más amplia y clara de una
realidad compleja. Fue como abrir el foco de la lente de la cámara, se pudieron captar
ángulos de la realidad inéditos hasta ese momento en la vida de Marta. En la universidad
por el contrario fue enfocar la atención en un solo objetivo: la carrera profesional elegida.
Cada profesor, porque aquí solo tuvo relación con profesores y no tuvo profesoras,
se enfocaba en su especialidad. La capacidad de enfoque y profundización fueron las
115
experiencias más significativas para Marta en sus estudios profesionales. Ella menciona
como una de sus maestras más significativas aquella que tuvo que ver con una filosofía
más igualitaria y equitativa entre hombres y mujeres. Para ella esta maestra con
orientación feminista jugó un papel determinante en su formación como profesional y
como persona. Con ella se apropió de ideas de equidad que aun hoy en día están
presentes en su actuar profesional y personal.
Es significativo en la vida educacional de Marta que en la primaria solo tuvo
relación con maestras, en la secundaria y preparatoria se relacionó tanto con profesores
como con profesoras y en la universidad solo con profesores. Este fue un tema emergente
en el que Marta reflexionó sobre el porqué de alguna manera su madre hacía la conexión
entre la universidad y los hombres. Aunque esto ya ha estado cambiando.
La relación de Ana con sus profesores/as de primaria fue muy buena. Ella recibió
apoyo y comprensión e incorporó estos valores en su actuación como líder. Ella aprendió
que para realizar cualquier tarea es importante que la persona que esté al frente tenga la
habilidad para interesar y motivar a los seguidores. Estas características de buenas
motivadoras las aprendió de dos profesoras de la primaria y relacionó: buena motivación
con buenos resultados. De la relación con sus profesores/as de secundaria recuerda
algunos sinsabores. De esos malos maestros con los que se tuvo que relacionar aprendió
lo que un buen líder no debe hacer ni ser.
El autoritarismo puede efectivamente obtener resultados más o menos óptimos,
sin embargo lo que también genera con toda certeza es un ambiente de frustración, de
baja autoestima, de actitudes recelosas y desconfiadas y en general un clima
organizacional poco propicio para el crecimiento y el desarrollo personal y profesional.
116
En la escuela Normal la relación con los profesores/as fue bastante buena. La
cordialidad y la amistad con algunas profesoras generaron un buen ambiente educativo.
Aprendió que los buenos líderes educativos deben propiciar ambientes más amigables
dentro de las escuelas y facultades. Los profesores y los estudiantes desarrollan mejor sus
potencialidades en ambientes propicios para ello. La Normal fue decisiva en su
formación como líder dada la etapa de vida en la que se encontraba. Para Ana la Normal
fue la institución que más influencia tuvo en su vida personal y profesional.
Con los profesores de la universidad la relación fue de respeto pero
distante. No tuvo contratiempos con ninguno de ellos/as. En la universidad se relacionó
básicamente con profesores ya que en toda la carrera profesional sólo tres profesoras le
dieron clase.
De la relación con algunos profesores de la universidad aprendió a desarrollar
fundamentalmente habilidades de liderazgo político, como la negociación, la capacidad
para escuchar y ser empática con las necesidades de los representados, el desarrollo de
una visión social por encima de lo personal, la distinción entre lo popular y lo importante
que no siempre son compatibles y la habilidad para hablar en público.
Relación con los compañeros/as de clase
Las dos mujeres líderes coinciden en que se relacionaron más significativamente
con mujeres. Ambas hablan de sus mejores amigas pero no mencionan mejores amigos.
En los dos casos sus amigas no fueron líderes o no ocuparon posiciones de liderazgo. Sin
embargo, las dos hablan del aprendizaje de la lealtad y la amistad incondicional. Ambas
coinciden en afirmar que tuvieron muy pocas amigas de verdad. Convivían con muchas
117
compañeras de escuela y de trabajo pero no llegaban a considerarlas amigas en el amplio
sentido de la palabra.
Las actividades extracurriculares
Las actividades extracurriculares les permitieron conocer otros ángulos de la
educación, que hizo posible que la acción de cada una de ella traspasara el aula y fuera
más allá.
Marta participó en concursos de poesía recitada y en oratoria lo cual la hizo
desarrollar su dotes para hablar en público y colocar el énfasis donde debía estar dentro
del discurso, desarrollo además, la memoria, el autocontrol frente a auditorios, la
improvisación y la habilidad para llamar la atención, todas estas habilidades fueron de
gran utilidad para su labor como líder de grupos y proyectos.
Ella también fue una participante activa como representante de grupo escolar y
presidenta de la sociedad de alumnos. Ésta experiencia favoreció el desarrollo de
habilidades y las actitudes para el liderazgo político, tales como la negociación, la
búsqueda del bienestar común y la conciencia social.
Ana participó en actividades artísticas y culturales como danza y teatro y además
como organizadora de eventos académicos como la semana cultural en la escuela
Normal. De estas experiencias Ana aprendió a trabajar en equipo, sabía que un error suyo
repercutía en el resultado final de todo/as los/as participantes, así fuera una obra de teatro
que un baile folklórico.
Para ella como líder el trabajo en equipo es fundamental. Pero el verdadero trabajo
en equipo requiere la participación de cada miembro del equipo y para lograrlo es
importante que cada uno conozca lo que tiene que hacer y la repercusión que tiene su
118
labor en otros miembros del grupo. Ella no cree en los equipos donde unos trabajan y otro
no. Fue ayudante de algunas maestras para la revisión de tareas y trabajos y fue
encargada de la escolta.
Todas esas posiciones le dieron autoridad y supo desempeñarse con modestia,
responsabilidad y discreción, actitudes que serían de gran utilidad en su labor futura.
Participó y ganó en diversos concursos de conocimientos lo que le dio la oportunidad de
ejercer liderazgo por conocimiento. Ella descubrió que el conocimiento también te otorga
reconocimiento y admiración de los compañero/as. Esta experiencia ha favorecido que
busque siempre tener una cultura amplia. Su avidez por la lectura, por el buen cine y
teatro y por todas las manifestaciones artísticas la colocan como una mujer con una
cultura muy amplia. Para ella una buena líder debe ser una gran conocedora.
La calificación
El obtener calificaciones de excelencia fue una de las experiencias más
significativas en ambos casos. Las dos mujeres fueron alumnas de altas calificaciones,
fueron reconocidas y recibieron distinciones académicas. La calificación les dio
confianza y alta autoestima. Este reconocimiento fue de alto valor hacia el interior de la
familia y por supuesto hacia el exterior porque éstos se hacían públicos. La seguridad,
confianza y autoestima son cualidades que una buena líder debe poseer.
Las experiencias de liderazgo
Dentro de la vida estudiantil son vividas por ambas mujeres. Marta fue
representante de grupo en diferentes años escolares tanto en la escuela secundaria como
en la preparatoria y fue presidenta de la sociedad de alumnos en la escuela secundaria.
Ana fue representante de grupo en la escuela Normal los tres años consecutivos que
119
duraron sus estudios en esa institución. Además se desempeño como auxiliar de varios
profesores en la universidad.
3. La tercera pregunta de investigación fue: ¿Qué experiencias de vida tuvieron las
mujeres líderes en cada una de las posiciones de liderazgo que desempeñaron a lo
largo de su carrera profesional?
Experiencias docentes
Para Marta ser profesora en la universidad fue una buena experiencia de liderazgo.
Ella sabía que sus decisiones afectaban a sus grupos, desde como iba a evaluar hasta en la
forma de dar sus clases. Para ella la profesora o profesor es un líder impuesto porque los
estudiantes no lo han elegido, sin embargo, el docente se legitima en cuanto obtiene el
reconocimiento de los estudiantes. Solo los maestros exigentes y responsables tienen ese
reconocimiento y se constituyen en buenos líderes de grupo. Los profesores
irresponsables son una carga que los estudiantes y las instituciones educativas no deben
solapar.
Para Ana el profesor de un grupo de cualquier nivel es un modelo a seguir. El
liderazgo docente tiene que ver con la formación de los estudiantes. El docente tiene una
enorme influencia en los alumnos/as, que se ve reforzada por la familia. El padre y la
madre influyen en los hijos/as para que estos crean en sus profesores, de tal manera que
lo que el profesor afirma o niega tiene un gran peso en los estudiantes.
Relación con el jefe/a.
En ambos casos han tenido a lo largo de su carrera profesional jefes nunca jefas.
La relación con sus jefes ha sido bastante cordial. Ambas coinciden en que un buen líder
debe también ser un buen seguidor y debe entender este rol a la perfección. Para ellas, el
120
jefe en turno no las percibió como una amenaza queriendo asumir un rol que en ese
momento no les correspondía.
Ambas han tenido experiencias con líderes autocráticos la mayor parte de su vida
profesional. Con líderes democráticos ha sido en ambos casos más bien la excepción.
Reconocen que están influidas por el liderazgo autocrático porque han estado más
expuestas a ello, aunque ambas aceptan que están intentando ser líderes más
democráticas porque están conscientes de que este estilo puede dar mejores resultados.
Sin embargo existen algunas diferencias. Para Marta la relación con el jefe en
turno fue siempre respetuosa, pero para ella fue importante hacerle saber su opinión
sobre todo cuando ella consideraba que el jefe podía estar equivocado. Esto debe hacerse
con mucha diplomacia, pero debe hacerse, sobre todo porque sus jefes la consideraban
parte del equipo y lo que él esperaba era que las personas que formaban el equipo le
dieran su opinión. Si después de dar su opinión, el jefe persistía en su idea era frecuente
que se adhiriese a ella.
Para Marta su mejor jefe tenía una mentalidad abierta y no se asustaba con las
opiniones de ninguno de sus colaboradores porque además estaba seguro de sí mismo.
Tenía claros sus objetivos y los persiguió hasta lograrlos. Este jefe los compartió con sus
colaboradores y los convenció de que sus objetivos eran los objetivos de cada uno de
ellos y que lograrlos beneficiaría a todos. El mejor jefe fue capaz de reconocer a los
colaboradores por el trabajo desempeñado y también fue capaz de escuchar todas las
voces aun las contrarias.
Para Ana en cambio era importante confiar en el jefe porque el tiene una visión de
conjunto. Ella recomendó demostrar al jefe con trabajo y dedicación que sus indicaciones
121
se están siguiendo. Para ella el jefe siempre esperó que sus expectativas fueran superadas.
Ana insiste en que al jefe no hay que contradecirlo con palabras sino más bien que los
hechos hablen por sí mismos. Para ella una buena seguidora se gana el respeto y
reconocimiento del jefe con disciplina y trabajo. Si la persona demuestra su eficiencia, el
jefe la tomara en consideración para solicitarle consejo, opinión o sugerencia con
respecto al asunto o problema de que se trate.
Relación con sus colaboradores
Para las dos esta relación es muy importante porque de ellos depende su éxito. El
tener la libertad para seleccionar a los colaboradores les confiere por un lado una gran
responsabilidad porque no hay pretextos para que las cosas no funcionen, pero por otro
lado les permite estar seguras de que la persona seleccionada tiene las características que
ellas necesitan.
Ambas coinciden en que no es importante el género de las personas, lo que
interesa es la capacidad. Sin embargo, las dos están de acuerdo en que hay puestos que
requieren por la naturaleza del puesto preferentemente a mujeres o a hombres. Dada su
experiencia por lo general las mujeres tienden a ser más disciplinadas y los hombres a ser
prácticos, aunque hay excepciones a esta generalidad.
Para Marta un colaborador es eso y nunca debe ser considerado como inferior por
eso no está de acuerdo en que se les denomine subordinados sino colaboradores. Para ella
es importante compartir el liderazgo y entender que ella no es experta en todos los temas.
Su autoridad está basada en la participación y el respeto. El respeto se obtiene
demostrando con hechos que la tarea es conocida por ella. Para lograr buenos resultados
debe haber confianza y delegación de tareas y de responsabilidades.
122
El seguimiento y control deben estar presentes en todos los procesos pero no
deben ser instrumentos coercitivos sino más bien de mejora continua. Los asuntos
personales de los colaboradores afectan los resultados por lo que la comprensión y
compasión son elementos clave para el buen clima organizacional. La comunicación
permanente favorece un buen ambiente.
Para Ana en cambio el colaborador debe saber muy bien cuál es su rol. El que
ellos reconozcan quien es la jefa es importante. Hay posiciones que deben estar bien
claras, la jefa es una y el colaborador es otra. Esta diferenciación coloca forzosamente a
unos por encima de otros. Alguien debe tomar el mando y ese alguien debe ser
reconocido.
Aunque la jefa y los colaboradores son iguales en cuanto a derechos son
diferentes en cuanto a tareas. La jefa debe ser una experta en todas las áreas que controla
porque como va a exigir algo que ella no domina. Debe haber delegación de tareas pero
con un control cercano. Cada tarea debe ser revisada o supervisada por la jefa. La jefa
debe estar enterada de todo lo que ocurre en su área. Aunque es importante la empatía
con los colaboradores en el área personal, se debe tener cuidado de no caer en el
paternalismo.
La comunicación es importante siempre y cuando sea relativa al trabajo. Los
chismes y las ‗grillas‘ deben ser evitados. El orden debe ser buscado en todo momento.
Aunque ambas enfatizaron en todo momento el sentido de respeto e igualdad, aun siendo
ellas las jefas, hubo contradicciones a la hora del trato diferenciado que ellas hicieron con
respecto a colaboradores y colaboradoras. Con las colaboradoras su trato fue bastante
123
más autoritario y ―grosero‖ comparado con el trato que ellas brindaron a sus
colaboradores hombres.
Relación con sus iguales
En cuanto a esta relación ambas afirman que en general ha sido buena. El respeto
por cada área es fundamental. En términos generales no ha habido problema. El
compañerismo y la confianza han sido experiencias en ese sentido con muy buenos
resultados. La ayuda mutua y la empatía son características de esta relación. Para Marta
han existido muy pocas personas con las que haya habido conflicto. En lo que va de su
carrera profesional solo recuerda un director de facultad que se trato de inmiscuir en su
dirección, dando una serie de consejos y sugerencias que no habían sido solicitados. En
este caso ella fue contundente y directa con esta persona.
Ella ha tratado de ser sumamente respetuosa y discreta. Ha procurado no opinar ni
aun en momentos álgidos, ni con la persona de que se trate ni con otras personas. Cuando
han pedido su opinión, por ejemplo los medios de comunicación, ha sido cautelosa y ha
emitido alguna respuesta sin evaluar a su compañeros.
No participa en chismes ni política barata. Para ella la relación con sus iguales
debe guardar una sana distancia. Para Ana las experiencias en general han sido de
colaboración. Ella ha buscado establecer una red de relaciones con sus iguales. Eventos
sociales como cumpleaños, bodas, aniversarios, etc. han sido importantes y tomados en
cuenta.
Además ha consultado en múltiples ocasiones a sus iguales sobre algún asunto o
ha sido consultada. Para ella es importante una relación cercana y estrecha.
124
4. La cuarta pregunta fue: ¿Qué barreras tuvieron que afrontar las mujeres líderes
para asumir posiciones de liderazgo?
Matrimonio y maternidad
Para Marta el matrimonio fue una barrera muy fuerte. Desde que se casó el esposo
se encargó de recordarle que era una mujer casada y como tal tenia ciertas restricciones,
entre ellas la responsabilidad de la casa y de los hijos. La violencia familiar fue una de las
experiencias más significativas para ella. El único recurso que encontró para seguir con
su carrera profesional fue el divorcio. Su matrimonio duró seis años.
La maternidad fue difícil de sortear. Atender a los hijos fue una tarea ardua sobre
todo porque ésta exigía tiempo. Buscó apoyo en guarderías, jardines de niños, escuelas
privadas, clases diversas particulares, clubes, etc. para poder combinar su vida
profesional y personal. Buscó el apoyo de diversas mujeres como nanas, enfermeras y
maestras particulares.
Para Ana el matrimonio estuvo condicionado a dejar la carrera profesional. Ana
no dejo la carrera profesional. Ana no se casó. Aun ahora se pregunta si está fue la mejor
decisión.
El acoso sexual
Las dos mujeres líderes han padecido el acoso sexual por parte de sus compañeros
de trabajo. Jefes inmediatos, jefes de sus jefes y colaboradores han insinuado o
pretendido insinuar que a cambio de un favor sexual ellas podrían obtener mejores
puestos de trabajo, mejores salarios o hasta mejores evaluaciones de desempeño. Ambas
habían normalizado el acoso sexual categorizándolo como normal hasta hace pocos años.
125
Para las dos es un suceso molesto y bochornoso. Ambas lo identifican incluso
desde antes que suceda. Pueden predecirlo e incluso en múltiples ocasiones han podido
evitarlo. El acoso sexual no ha constituido una barrera para ellas porque se han enfocado
en su objetivo y han podido sostenerse en una posición que califican como respetable.
Actitudes sexistas
Los comentarios misóginos, las reuniones solo de hombres, la negociación en
locales no propios para mujeres son comportamiento sexistas que han tenido que
confrontar cada una de las mujeres líderes. Las críticas permanentes de mujeres y
hombres en torno a su moralidad es otro actitud sexista común a la que se han enfrentado
ambas.
Por supuesto estas actitudes son aprendidas en los diferentes espacios sociales y
culturales, por ejemplo, en la escuela está bastante marcada la diferenciación entre lo que
se considera actividades de hombres y las de las mujeres. Ana hace referencia a la
maestra que traía un balón de futbol para que los niños jugaran y a las niñas las llevaba a
jugar a las rondas. Ella misma se pregunta y qué pasa si un niño decide ir a jugar a las
rondas porque así le gusta o una niña quiere jugar futbol con los niños. Esa posibilidad no
existía en las escuelas donde ellas se educaron. Valdría la pena preguntarse cuanto ha
variado esto.
Dentro de la familia también las actividades de los hombres estaban diferenciadas
de las de las mujeres. A ellas les correspondían las actividades domésticas como trapear,
limpiar la casa, hacer la comida y a ellos en cambio actividades fuera de casa como
arreglar el carro o componer una falla eléctrica. Lo cierto es que este tipo de situaciones
fomentan la construcción de actitudes sexistas que verán reflejadas en la vida adulta.
126
5. La quinta pregunta fue: ¿Que modelos de líderes tuvieron influencia en la
formación de las mujeres líderes?
Modelos familiares
En el caso de Marta su padre ejerció una gran influencia. A él le tenía y tiene una
profunda admiración y confianza para consultarle todos sus problemas de carácter
personal y profesional y para discutir y analizar con él las posibles soluciones.
En el caso de Ana su padre, su madre y su hermano mayor constituyen sus
modelos de referencia familiares ya que cada uno de ellos ejerció influencia en su vida
personal, social y profesional. Para Marta su modelo de referencia familiar es un hombre.
Modelos docentes
Para Marta la admiración que ella siente por dos de sus profesores de la
universidad, los perfila como modelos educativos. Para ella, estos modelos tenían
características como el sentido del humor, la justicia, el don de gentes, la perseverancia,
la claridad de objetivos y la seguridad en sí mismos. Eran grandes motivadores y le
trasmitían confianza en si misma y fuerza para luchar por sus objetivos. La alegría de
vivir y el mañana con proyectos eran sus enseñanzas con el ejemplo.
No considera a ninguno de sus maestros/as de los otros niveles educativos como
modelos. Para Marta sus modelos de referencia educativos son básicamente hombres.
Aunque es importante destacar que en este caso ella menciona a una maestra con filosofía
feminista no la menciona como modelo de líder a seguir. Sin embargo, para Marta las
ideas de esta maestra influyen en su formación como líder.
127
Ana en cambio considera que un profesor de la escuela Normal fue su modelo a
seguir. La exigencia para lograr mejores trabajos, la pulcritud en las ideas, la rectitud en
las acciones, el orden en todos los sentidos son algunas de las características que Ana
considera que este maestro le trasmitió. Para Ana su modelo de referencia educativo es
hombre.
Personaje histórico y/o cultural y/o social
Para Marta existen varios modelos de referencia como Mahatma Gandi, Juan
Pablo II, son personajes que admira y con los que se identifica. De Gandi la capacidad de
negociación y la habilidad para luchar por lo que se quiere buscando hacerlo mediante
nuevos paradigmas son los rasgos con los que se identifica. De Juan Pablo II la
perseverancia y la condición de crecerse en la adversidad son solo algunas de las
características señaladas por Marta. Los personajes que sirven como modelo de
referencia de Marta son dos hombres.
Para Ana los personajes históricos con los que se identifica tienen que ver con el
arte ente los que menciona están: Shakespeare es fundamental por el manejo magistral de
las pasiones humanas por el poder por ejemplo en Macbeth o en Hamlet o en el rey Lear.
los cineastas Buñuel y Mandoki porque presenta nuevos ángulos de la realidad que un
líder debe poseer por ejemplo la flexibilidad por la realidad cambiante, la comprensión
profunda del otro, la colaboración y el trabajo en equipo. Los modelos de referencia de
Ana son, además de su mamá, básicamente hombres.
128
6. Temas emergentes
Temas emergentes
Como temas emergentes surgieron: los datos demográficos, el rechazo al
estereotipo de lo femenino, los juegos infantiles y la culpa.
En cuanto a los datos demográficos encontré que las dos mujeres tienen mucho en
común. Ambas son mujeres cuya edad está comprendida en los 50´s, la educación que
recibieron desde la básica hasta la profesional fue en escuelas públicas, son ingenieras y
tienen doctorado en los Estados Unidos, son de clase media y crecieron en familias cuya
estructura es nuclear, es decir, padre, madre e hijos.
Por lo que se refiere al rechazo al estereotipo de lo femenino, en ambos casos
enfatizaron el rechazo al estereotipo de lo femenino por considerarlo inferior al
masculino. De hecho ambas participantes hicieron referencia a que parecer demasiado
femeninas la hacía lucir débiles.
Las dos refieren haber jugado juegos considerados de niños y niñas
indistintamente. Así mismo, las dos muestran culpa a lo largo de las entrevistas. Aunque
a pregunta expresa de si se sentían culpables ellas lo negaron en varias ocasiones, la culpa
emergió a lo largo de las entrevistas. Para algunos estudiosos la culpa está incorporada
en la identidad de las mujeres (Garcia y Olveira, 1994; Lagarde, 1990; Castañeda, 2007;
Lamas, 2002, 2007). Ellas sienten culpa permanentemente y eso afecta sus relaciones con
los demás (hijos, pareja, amigas) y con ellas mismas.
129
Conclusiones
Las conclusiones están presentadas utilizando cada una de las categorías de
análisis: experiencias familiares, experiencias educacionales, experiencias laborales,
barreras culturales, modelos de referencia y temas emergentes.
Experiencias familiares
Las dos mujeres líderes crecieron en ambientes familiares estables. No reportan
violencia o cualquier otra forma de inestabilidad severa en sus familias de origen. Ambas
fueron apoyadas y alentadas por sus padres, ya sea el padre, o el padre y la madre. Las
dos reportan un fuerte lazo de afinidad e identificación con el padre. En el caso de Marta
se identificó más con los hermanos. Y Ana creció en una familia de hermanos porque no
tuvo hermanas.
Experiencias educacionales
Las dos mujeres líderes estudiaron desde su educación básica hasta su educación
profesional en instituciones públicas lo que les propició una visión amplia del espectro
social al compartir sus clases con estudiantes de diferentes clases sociales, económicas y
culturales.
Ambas participaron durante su etapa formativa en diversas actividades
extracurriculares y reconocen la importancia de estas actividades para su actuación como
líderes. La participación política ya sea como representante de grupo y/o como presidenta
de la sociedad de alumnos fueron experiencias vividas en ambos casos. Esta participación
les proporcionó una visión de responsabilidad diferente, una conciencia social porque
buscaron el bienestar del grupo representado antes que su propio bienestar.
130
El desarrollo de habilidades y actitudes durante su vida estudiantil tiene un peso
mayúsculo en su vida profesional, de hecho se refieren en todo momento a habilidades y
actitudes más que a conocimientos.
Fueron alumnas que no tuvieron problemas con sus profesores/as, de hecho
llevaron muy buena relación con cada uno de ellos/as a lo largo de su vida como
estudiantes. Fueron alumnas bastante tranquilas y se consideran a sí mismas como no
problemáticas.
Ambas fueron alumnas destacadas con altas calificaciones y con diplomas de
primeros lugares en concursos diversos, así como también, se graduaron de la universidad
en sus estudios de pregrado con honores: una con mención honorífica y la otra con
excelencia académica. El reconocimiento tanto de la familia como del alumnado y los
profesores y profesoras fue un factor importante en su formación.
Las altas calificaciones obtenidas por las dos mujeres líderes fueron generadoras de
seguridad en sí mismas y de alta autoestima, formándose un círculo virtuoso: me
esfuerzo, obtengo altas calificaciones, me reconocen y me siento segura y fuerte. Este
proceso se continuó en sus carreras profesionales.
Así mismo, la responsabilidad fue un elemento importante durante su formación,
ellas fueron muy cuidadosas y cumplidas con sus tareas, buscando en todo momento que
estas fueran de calidad en contenido y forma.
En cuanto a sus estudios de licenciatura ella culminaron carreras profesionales
consideradas no tradicionales. Ambas reportan que fueron muy pocas las mujeres en su
generación que estudiaban esas profesiones. Coinciden al afirmar que querían estudiar
una carrera no tradicional porque pensaban que ellas tenían las mismas posibilidades y
131
capacidades que los hombres. Reportan que en ningún momento sintieron rechazo o
discriminación por parte de sus compañeros de clase. Por el contrario, sus profesores si
hacían distinciones. En sus estudios de pregrado tuvieron mayoritariamente profesores y
muy pocas profesoras.
Ambas realizaron estudios de postgrado en los Estados Unidos, algo poco común
en las mujeres de su generación. Sin embargo hay que considerar también que son
mujeres que han desarrollado su carrera profesional en la administración académica de
universidades.
Experiencias laborales
La relación con sus jefes fue de respeto y disciplina. Cuando ellas describieron
como era su relación con los jefes proyectaron como deseaban ser tratadas ellas como
jefas. En todo momento hicieron hincapié en ‗no hacerle sombra al jefe‘ y ser buenas
seguidoras. Además coincidieron en afirmar que les gustaría practicar un liderazgo más
colaborativo y democrático aunque prácticamente se habían relacionado con jefes
autocráticos. En su carrera profesional siempre se relacionaron con jefes hombres porque
nunca habían tenido una jefa.
Ambas hicieron distinciones de trato ente sus colaboradores. A los hombres los
trataron con mayor cordialidad y a las mujeres de manera más autocrática.
Las dos mujeres líderes llamaron a sus seguidores o subordinados, colaboradores, porque
les pareció que era un término más adecuado e igualitario. Aunque una de ellas afirmó
que entre sus colaboradores y ella había una diferencia: ‗ella era la jefa y eso debía
quedar claro‘. Cada una proyectó un estilo propio, una más centrada en las relaciones, la
comunicación y la empatía para formar ambientes de trabajo más agradables, es decir
132
centrada en el proceso y la otra centrada más en la tarea es decir en la cantidad y calidad
de los resultados.
En cuanto a la relación con sus iguales las experiencias fueron diametralmente
opuestas: para una las relaciones habían sido respetuosas pero distantes, sin mucho
contacto, sin relación personal, solo profesional y nada más lo estrictamente necesario,
para la otra habían sido afectivas y cercanas, con estrechos lazos de amistad y con
frecuentes reuniones profesionales de intercambio de experiencias. De hecho, una
buscaba y propiciaba el distanciamiento y la otra el acercamiento.
Barreras culturales
El matrimonio fue en ambos casos una barrera cultural para el desarrollo de sus
carreras profesionales. Esta situación de matrimonio o carrera profesional se presentó en
ambos casos. Una de ellas no se casó porque estuvo condicionada por su prometido, o el
matrimonio o la carrera profesional. No existió en este caso posibilidad de negociación.
La otra, si se casó pero fue víctima de constante presión por parte del esposo para que
dejara la carrera profesional. En este caso se llegó hasta la violencia doméstica. Tampoco
hubo posibilidad de negociación y al cabo de seis años de matrimonió decidió
divorciarse.
El acoso sexual se presentó en diferentes momentos en la vida de las dos mujeres
líderes. Ambas coinciden en que ellas no tenían conciencia de que estaban siendo
acosadas porque consideraban que este comportamiento era normal. Esta situación de
―normalidad‖ influye enormemente para no darse cuenta o no ver o no llevar a la
conciencia lo que en realidad está pasando. Para ambas fue una situación incómoda y
133
aprendieron a detectar previamente cuando iban a ser acosadas y en algunos momentos
pudieron evitarlo, sin embargo, en otros momentos el acoso fue inevitable.
Las dos mujeres líderes tienen experiencias en cuanto a las actitudes sexistas
ejercidas por hombres y por mujeres. Estas actitudes fueron manifestadas a través de
chistes, bromas, comentarios sutiles, elogios y atenciones disfrazadas. En algunos
momentos experiencias de críticas y difamación acerca de lo que una mujer ‗tiene que
hacer‘ para conseguir una posición de liderazgo.
Modelos de referencia
En ambas participantes los modelos de referencia fueron principalmente hombres.
Una de ellas reporta la gran admiración que sintió por una profesora con pensamiento
feminista sin embargo, ambas coinciden que sus modelos de referencia fuero sus jefes,
aunque admiran a algunos personajes mujeres.
El padre fue el modelo de referencia familiar en el caso de las dos mujeres. Para
una de ellas fue también la madre y el hermano mayor. Los modelos docentes en ambos
casos fueron hombres.
Temas emergentes
Los datos demográficos reportan un perfil parecido en ambas participantes: la
edad de ambas mujeres está comprendida en los 50´s, son de clase media-media a media
alta, con padres profesionistas, educadas en escuelas públicas citadinas, profesionistas y
con estudios de doctorado en los Estados Unidos.
Es evidente que el perfil refiere a mujeres que pertenecen a una elite, ya que son
pocas las personas con este perfil (INEGI, 2009). La carrera profesional la han
134
desarrollado principalmente en universidades, como docentes, administradoras y
directivas.
Por otra parte, hay un evidente rechazo al estereotipo de lo femenino. En los dos
casos afirman que parecer muy femenina, ya sea en su aspecto o en su comportamiento,
les resta autoridad.
En sus juegos infantiles afirman haber jugado tanto juegos considerados para
niñas como juegos considerados para niños. Ambas coinciden que esto les permitió entrar
a ambos mundos: el de los niños con juegos muy jerárquicos y al de las niñas con juegos
más colaborativos. Gilligan (1982) afirma que los juegos son un buen predictor de
comportamientos laborales futuros.
Finalmente, la culpa es un elemento que aparece con bastante frecuencia. Aunque
cada una de ellas afirmó no sentir culpa hubo repetidas contradicciones en su discurso al
comentar que se sentían culpables en muchos momentos de su vida.
Implicaciones, aprendizajes y sugerencias
Finalmente, en este apartado abordaré las implicaciones que surgieron de esta
investigación y los aprendizajes obtenidos a través del proceso. Al mismo tiempo,
sugeriré algunos temas o preguntas que surgen de este estudio y que pudieran servir como
punto de partida para futuras investigaciones.
Como lo refieren los estudiosos del tema, realizar una investigación sobre mujeres
implicó por una parte, acercarse a estudios sobre género (Lagarde 19990; Lamas, 2002;
2006; 2007; Castañeda, 2007) y conocer sobre esta problemática. No haberlo hecho así
hubiera significado no tener la perspectiva de la discriminación hacia las mujeres y la
135
interpretación hubiese resultado diferente (García, 1995). Por otra parte, este
conocimiento despertó una nueva forma de apreciar la realidad y la sensación de correr
un velo y comenzar a ver de manera más clara el fenómeno de la discriminación de son
objeto las mujeres en mi país y en el mundo (Lagarde, 1990; ONU, 2010), es decir,
adquirir la perspectiva de género. Pueden variar los matices, los niveles y las formas pero
es un hecho contundente que las mujeres en el mundo siguen siendo discriminadas
(Castañeda, 2007; Amorós, 1990; ONU, 2010; INEGI, 2009).
Algunos países como Suecia, Noruega, Holanda y Finlandia pueden ser
considerados como casos de excepción por sus niveles de equidad entre hombres y
mujeres pero convendría hacer un análisis más profundo.
Desde este nuevo enfoque me permito afirmar que algunas formas de discriminar
a las mujeres han variado y ahora quizás en algunos momentos se hace de manera más
sutil (Castañeda, 2007; Lamas 2002, 2006, 2007; Fisher, 1999) por ejemplo: las mujeres
tienen las mismas oportunidades que los hombres peros siguen siendo responsables
directas de la familia o están ocupando posiciones al mismo nivel que los hombres pero
sus posiciones no son estratégicas, etc. Si no toamos en cuenta estas formas de
discriminación, podemos pensar que los avances de las mujeres en diversos ámbitos son
asombrosos. Por supuesto, tengo mis reservas al respecto. Por ejemplo en México las
estadísticas en rubros sobre educación, empleo y salud siguen mostrado grandes brechas
entre unos y otras (INEGI, 2009).
Además algunos autores hacen un llamado de atención a las formas más ocultas
de discriminación y se habla por ejemplo de tópicos como igual salario a trabajos de igual
valor (Garcia y Olveira, 1994; Lagarde, 1990; Castañeda, 2007) o la ausencia de mujeres
136
en posiciones estratégicas en las organizaciones de diversa índole (Austin, 2001;
Lipoveetzky., 2002; Wirth, 2001) o la exigencia a las mujeres de mayores y mejores
credenciales para igualar los salarios (INEGI, 2004), o la participación política como la
de las de las madres de mayo en Argentina donde se refuerza el estereotipo de que la
responsabilidad de los hijos es exclusiva de las mujeres, entre otros.
Al realizar esta investigación con mujeres líderes pude compartir con ellas una
serie de vivencias que en momentos me dejaron exhausto, no solo por la complejidad de
la construcción de sus historias, sino por la emotividad de sus relatos y sobre todo, por el
descubrimiento de la realidad que confrontó mi propio sistema de creencias (Amorós,
1985; Belenky y otros, 1986; Chodorow, 1999). Constaté una vez más, que el aprendizaje
requiere una dosis elevada de empatía, entendida ésta como el colocarse en los zapatos
del otro o como en este caso en los zapatos de ellas.
Además, consideré que acercarse a literatura sobre género y al mismo tiempo
realizar una investigación con y sobre mujeres, me permitió construir una nueva
perspectiva y terminó de cerrar un círculo que pocas veces cerramos en las escuelas. Este
círculo me llevó de la lectura y la reflexión a la vivencia concreta y al aprendizaje
verdaderamente significativo y de éste de nuevo a la lectura, al análisis y a la reflexión
(Ortiz, 2009). Este aprendizaje fue significativo porque logro cambios en mi manera de
ver el mundo y de comportarme frente a él (Díaz Barriga, 2002; Rodríguez, 2004; Ortiz
2009). Cómo afirmarían algunos estudiosos, una vez colocados los lentes de la
discriminación jamás podrás ver el mundo de la misma manera como lo hacías antes
(Lagarde, 1999; Lamas, 2002).
137
Dado que hubo una serie de hallazgos, valdría la pena reflexionar sobre las
implicaciones que éstos tienen en el campo de la educación. En primer término este
estudio es una invitación para continuar con una reflexión profunda sobre las
diferenciaciones que los docentes realizamos durante el proceso enseñanza-aprendizaje.
¿Educamos de manera equitativa a los y las estudiantes? o ¿Estamos haciendo
diferenciaciones entre unos y otras que nos hace reforzar algunas conductas que
favorecen la discriminación?, ¿Se puede educar equitativamente respetando las
diferencias individuales, culturales y de género?
En el área académico-administrativa convendría preguntarnos ¿Es conveniente
que en las universidades mexicanas continuemos con carreras profesionales con una
matrícula preponderantemente de hombres o de mujeres? ¿Qué ventaja representaría
continuar o cambiar?
Por otra parte, los hallazgos del estudio privilegian, dentro de las experiencias
educacionales, a las actividades extracurriculares tales como: la participación en
actividades culturales, artísticas y políticas durante la vida estudiantil. Valdría la pena
preguntarnos si nuestro modelo pedagógico contempla este tipo de actividades y que peso
tienen en el curriculum. Es decir, cómo está éste para asegurar que nuestros estudiantes
tendrán este tipo de experiencias (Díaz Barriga, 2002; Rodríguez, 2004; Ortiz 2009).
Los padres de familia jugaron un papel muy importante en la educación de las
participantes del estudio. Un estudio sobre ¿Cómo está el involucramiento de los padres
en la educación de los hijos? Sería recomendable. Se ha discutido y estudiado la relación
maestro-alumno y también la relación padre/madre- hijos e hijas. ¿Cómo están los
estudios sobre la relación docentes- padres de familia?
138
En las universidades valdría la pena reforzar desde diferentes materias el abordaje
de la discriminación de las mujeres y cómo repercute ésta desde la óptica política,
filosófica y económica. Desde la perspectiva educativa habría que incidir en los cursos y
talleres para maestros y maestras universitarios, primero para formar una masa crítica y
luego para reflejarlo en sus actividades docentes. Los docente son grandes aliados en el
campo de la concientización o concienciación como Freire (1970) afirmaba. Un maestro
no solo incide en un número determinado de estudiantes sino también en sus familias y
amigos.
En el terreno de la investigación educativa se ha hecho mucho pero hay mucho
más por hacer. Las reflexiones sobre la práctica pedagógica en las universidades sobre
todo en lo referente al proceso enseñanza –aprendizaje valdría la pena retomarlo con la
perspectiva de género.
Por otra parte, cabe reflexionar acerca de que esta investigación se realizó con
mujeres que pertenecen a una elite desde varios puntos de vista. Desde el ángulo
educativo, de acuerdo al censo de población 2010 solo 16 personas de cada 100 terminan
su educación universitaria en México, sería importante realizar un estudio comparado
por generaciones y carreras profesionales sobre la colocación y promoción de mujeres y
hombres en general y de las y los líderes en particular que han terminado sus estudios
universitarios para revisar las oportunidades de colocación y ascenso de unos y oras.
En síntesis este trabajo implico un proceso muy rico de aprendizaje que pasó por
el conocimiento del tema, la reflexión profunda, la confrontación conmigo mismo y
finalmente el cambio de actitud frente a los procesos de discriminación en general y hacia
las mujeres en particular. Estoy consciente que quedan más preguntas que respuestas, que
139
abrir una puerta me permitió vislumbrar múltiples caminos y desde luego muchas puertas
más por abrir.
140
ANEXOS
141
Anexo A
Carta de presentación
Monterrey, N. L. a ____________de ______
Estimada Dra. ___________________
Es un placer saludarla y comentarle que estoy actualmente trabajando en la
investigación para mi tesis doctoral que sustentare en la Universidad de Nuevo México,
en Los Estados Unidos. Esta investigación está siendo llevada a cabo con la guía y
asesoría de la Dra. Rebecca Blum Martínez, distinguida profesora del Departamento de
Educación in el programa de Language, Literacy, and Sociocultural Studies (LLSS). El
propósito de este estudio es conocer experiencias de vida de mujeres líderes que ocupan
puestos de alta dirección en universidades mexicanas.
Para lograr este propósito mi meta es entrevistar a 2 mujeres que actualmente estén
ocupando o hayan ocupado una posición jerárquica en sus universidades que
tradicionalmente haya sido ocupada por hombres y que por primera vez este a cargo de
una mujer. Para asegurar la confidencialidad de las participantes utilizaré seudónimos.
Me gustaría invitarla a participar en esta investigación compartiendo sus propias
experiencias de vida a través de una serie de 3 a 6 entrevistas para completar 8 horas de
entrevista aproximadamente. Estas sesiones se llevaran a cabo en el lugar y en el horario
que usted establezca. Durante las entrevistas y a lo largo de esta investigación estoy
seguro que aprenderé muchísimo de sus experiencias de vida y me acercaré a la
comprensión de cómo éstas contribuyeron a su formación de cómo líder.
Así mismo, los hallazgos de la investigación serán de gran utilidad en la preparación
de programas educativos para la formación de mujeres líderes entre otros.
Después de que usted reciba esta cara me estaré comunicando vía telefónica para
aclarar las dudas que tenga al respecto y discutir la posibilidad de su inclusión en este
estudio. Si usted está de acuerdo en participar programaremos una entrevista inicia de una
hora de duración
Si está de acuerdo en participar apreciaría muchísimo si pudiera enviarme una copia
de su curriculum vitae antes de la entrevista. Yo me comunicaré con usted durante los
próximos días. Gracias de antemano por sus atenciones.
José Humberto Alanís Alanís
Candidato a Doctor por la Universidad de Nuevo México
Programa LLSS
Correo electrónico [email protected]
Teléfono: 8357-2657
Celular: 0448110508584
142
Anexo B
Formato de consentimiento de las participantes
Universidad de Nuevo México
Language, Literacy and Sociocultural Studies
Introducción
Es importante que la siguiente información sea leída y comprendida en su totalidad, por
lo que le solicito hacerlo antes de firmar este consentimiento que describe el propósito,
procedimiento, riesgos y beneficios del estudio. Así mismo, describe el derecho de
retirase del estudio en cualquier momento.
Propósito del estudio
Entiendo que el propósito de este estudio es conocer algunas de mis experiencias de vida
Yo, _________________________, doy mi consentimiento para participar en este
estudio donde el investigador me entrevistará durante 8 horas, distribuidas entre 3 y 6
sesiones, acerca de mis experiencias de vida con mis padres, maestros, amigos,
compañeros de estudios y personas significativas que pudieron haber sido mis modelos a
seguir. Serán invitadas a participar en esta investigación dos mujeres, es decir Usted y
otra persona más.
Procedimiento
Entiendo que el investigador conducirá sus entrevistas de manera abierta y las grabara en
audio. Las preguntas serán referentes a mis experiencias de vida y podré extenderme
hasta donde yo considere necesario. Mi curriculum vitae, diplomas, distinciones y otros
documentos serán revisados y utilizados para reforzar mis relatos de experiencias de vida.
La duración total máxima de entrevista no excederá de 8 horas y serán llevadas a cabo en
el sitio y horario que yo como participante determine.
Remuneración
Entiendo que no recibiré salario alguno por participar en esta investigación y que no
incurriré en costos financieros personales.
Beneficios potenciales
Entiendo que el beneficio de este estudio es contribuir a generar conocimiento en lo
referente al liderazgo de las mujeres en la educación superior. Los hallazgos de este
estudio documentaran mis propias experiencias de vida que podrían ser de utilidad y e
inspiración para otras mujeres que sean lideres o que estén en vías de serlo. Aunque no
hay riesgos asociados con esta investigación entiendo que puedo experimentar algunas
sensaciones poco confortables durante las entrevistas. Así mismo asumo el riesgo de
permanecer en la investigación aun cuando ocurra alguna situación desagradable
provocada por mis propios recuerdos de acontecimientos pasados. Entiendo que tengo el
derecho de retirarme del estudio en cualquier momento.
143
Derechos de las participantes
Entiendo que la participación en este estudio es estrictamente voluntaria. Puedo
rehusarme a participar sin consecuencia alguna. Si elijo participar, puedo retirarme del
estudio sin consecuencia alguna en cualquier momento con una solicitud de terminación
oral o escrita. Entiendo que tengo el derecho para contactar al investigador o al asesor del
investigador para resolver cualquier duda o preocupación que tenga.
Confidencialidad y disposición de los datos
La información obtenida durante las entrevistas es considerada datos del estudio.
Entiendo que para asegurar la confidencialidad, mi nombre será cambiado por un
seudónimo que será utilizado a lo largo de todo el escrito incluyendo notas de campo y
las entrevistas transcritas. De la misma forma, los seudónimos serán utilizados en
reportes, escritos u orales, de los hallazgos del estudio. También entiendo que nadie
excepto el investigador
tendrá acceso a los audiocasetes y que todos los datos,
notas de campo, transcritos, etc. serán guardados en un archivero con llave y serán
destruidos una vez que el estudio haya concluido.
Consentimiento
Yo, el firmante entiendo la explicación anterior y otorgo mi consentimiento para
participar voluntariamente en este estudio que investigará experiencias de vida de
mujeres líderes que ocupan puestos de alta dirección en universidades mexicanas.
____________________________
Firma del participante
_________________________
Fecha
______________________________
Firma del investigador
_________________________
Fecha
144
Anexo C
Guía de entrevista
Mi nombre es José Humberto Alanís Alanís. Soy candidato a Doctor por la Universidad
de Nuevo México y estoy estudiando las experiencias de vida de mujeres líderes que
estén ocupando puestos de alta dirección en universidades mexicanas. Esta entrevista
será grabada en audio y posteriormente será transcrita y guardada en un archivero con
llave. Para garantizar la confidencialidad su nombre será cambiado desde este momento
por un seudónimo que será utilizado en todos los documentos y en reportes posteriores.
Usted puede rehusarse a contestar las preguntas o a solicitar que se apague la grabadora
cuando lo juzgue conveniente. También puede retirarse de la entrevista en cualquier
momento. Le reitero que su nombre será cambiado por un seudónimo en los materiales
transcritos para conservar el anonimato.
1. Información general acerca de su vida (rompe hielo)
a) Me podrías platicar un poco de ti misma
b) ¿Cómo te describes?, ¿cómo te sientes en este momento?
c) ¿A qué escuelas fuiste?, ¿qué grados académicos has obtenido?
d) ¿Qué puestos has ocupado dentro y fuera de la universidad?
e) ¿Cuáles son tu metas?
f) ¿Dónde creciste?, ¿dónde vives ahora?
2. Experiencias de vida familiar
a) Cuéntame de tus padres, ¿cómo los describirías?
b) ¿Cómo era la relación con tu padre? ¿tienes algunas anécdotas
significativas para ti en relación con tu padre?
c) ¿Cómo era la relación con tu madre? ¿tienes algunas anécdotas
significativas para ti en relación con tu madre?
d) ¿tuviste hermanos y hermanas?
e) ¿Cómo era la relación con tus hermanos(as)? ¿tienes algunas anécdotas
significativas para ti en relación con tus hermanos(as)?
f) ¿Hay algún hermano(a) en especial? ¿Qué lo hace especial?
g) ¿Hay algo más que quieras platicarme de tu familia?
h) ¿Has tenido o tienes alguna experiencia de liderazgo en tu vida familiar?
3. Experiencias de vida educativa
a) ¿Cómo fue tu vida en la escuela? Cuéntame desde tus primeras
experiencias
b) ¿Algún(a) profesor(a) que recuerdes en especial?
c) ¿Qué lo hace especial?
d) ¿Cómo eran tus compañeros de clase en las diferentes escuelas a las que
has asistido?
e) ¿Algún(a) compañero(a) de clase que consideres especial? ¿Por qué?
145
f) ¿Cómo te describes a ti misma como estudiante?
g) ¿Cómo fue tu vida de estudiante?
h) ¿Algún común denominador que haya prevalecido a lo largo de tu vida
educativa?
i) ¿Participaste en actividades extracurriculares? ¿de que tipo? ¿Por cuanto
tiempo? ¿Qué tan diversas eran?
j) ¿Cómo fueron tus calificaciones?
k) ¿Tuviste alguna experiencia de liderazgo durante tu vida estudiantil?
4. Experiencias en la vida laboral/profesional
a) ¿En qué lugares has trabajado?
b) ¿Qué puestos has ocupado?
c) ¿Cómo ha sido tu relación con tus jefes(as)? ¿Algún(os) aspecto(s)
significativos que quieras destacar?
d) ¿Cómo ha sido tu relación con tus iguales? ¿Algún(os) aspecto(s)
significativos que quieras destacar?
e) ¿Cómo ha sido tu relación con tus colaboradores(as)? ¿Algún(os)
aspecto(s) significativos que quieras destacar?
f) ¿Cómo han sido tus experiencias de liderazgo en tu vida laboral o
profesional tanto como colaboradora como también como jefa?
1. Barreras culturales
a) ¿Qué obstáculos tuviste en tu carrera profesional?
b) ¿Por qué los consideras obstáculos?
c) ¿Cómo lo resolviste?
d) ¿Si volvieras a estar en la misma situación lo resolverías de la misma
manera?
e) ¿Hay algo en este proceso de lo que tu te arrepientas?
5. Modelos de referencia
a) ¿Tienes algún modelo de líder a seguir?
b) ¿Quiénes han sido tus modelos dentro de la familia? ¿Alguna(s)
experiencia significativa?
c) ¿Quiénes han sido tus modelos en tu vida estudiantil? ¿Alguna(s)
experiencia significativa?
d) ¿Quiénes han sido tus modelos en tu vida laboral o profesional?
¿Alguna(s) experiencia significativa?
e) ¿Algo más que quieras compartirnos acerca de tus modelos?
146
Anexo D
Verificación de contenido por cada contacto
Tipo de contacto
Visita
Lugar
Telefónico
Fecha de contacto
Correo electrónico
Fecha de hoy
1. ¿Cuáles fueron los temas que debieron ser abordados en este contacto?
2. Resumen de la información obtenida
3. ¿Hay alguna información relevante o adicional?
4. ¿Qué temas faltaron de abordar?
5. ¿Qué temas o preguntas de esta sesión deben ser abordados en la próxima
ya sea porque no se trataron o porque es importante profundizar?
147
Anexo E
Formato de resumen de documentos
Curriculum Vitae:
a) Estudios realizados. Grados obtenidos
b) Publicaciones ¿Cuántas? ¿De qué tipo?
c) Investigaciones ¿Cuántas? ¿De qué tipo?
d) Pertenencia a: Asociaciones, colegios, consejos, comités, etc.
e) Roles de liderazgo formal
f) Premios y reconocimiento
Perfil del puesto
Sexo
Edad
Preparación
Habilidades
Actitudes
Aptitudes
Valores
Otros
148
Anexo F
Guía de observación
Personal
a) Física:
 Corte de pelo
 Maquillaje
 Vestuario
 Accesorios
 Otros
b) Emocional
 Estado de animo
 Carácter
 Relación con sus colaboradores
 Relación conmigo como investigador
 Otros
c) Hábitos
 Puntualidad
 Limpieza
 Orden
 Respeto
 Otros
Instalaciones
a) Lugar dónde está la oficina
b) Dimensiones
c) Mobiliario
d) Fotografías
e) Equipo
f) Otros
Organizacional
a) Estilo de administración
b) Estilo de liderazgo
c) Cooperación
d) Ritmo de trabajo
e) Interacciones:
 Compañeros
 Colaboradores
 Jefes
 Investigador
 otros
149
Anexo G
Matriz de simplificación de los datos
Categorías
Preguntas de investigación
¿Qué experiencias de la vida
familiar de las mujeres lideres
coadyuvaron en la formación de
sus habilidades de liderazgo?
¿Qué experiencias de la vida
educativa de las mujeres líderes
coadyubaron a su liderazgo?
Temas
Relación con
la madre
Experiencias
familiares
Relación con el
padre
Relación
con los
hermanos/as
Experiencias de
liderazgo
Experiencias
educacionales
Relación con los
profesores/as
Relación los
compañeros/a
s de clase
Participació
n en
actividades
cocurriculares
y extra
curriculares
Relación
con sus
colaboradores
Calificaciones
¿Qué experiencias de liderazgo
tuvieron las mujeres líderes en
las posiciones de liderazgo que
desempeñaron a lo largo de su
carrera profesional?
¿Qué barreras tuvieron que
afrontar las mujeres líderes para
asumir posiciones de liderazgo?
Experiencias
laborales
Experiencias
como docentes
Relación con
su jefe/a
Barreras
culturales
Matrimonio
Maternidad
Discriminación
Acoso sexual
¿Quiénes son los modelos de
referencia de estas mujeres
líderes?
Modelos de
referencia
Modelos
Familiares
Modelo
docentes
Compañeros
Personajes
¿Cuáles son los temas
emergentes?
Temas
emergentes
Datos
demográficos
Repudio al
estereotipo de
lo femenino
Juegos
infantiles
culpa
.
150
Experiencias de
liderazgo en su
vida estudiantil
Relación con sus
iguales
Autoestima
Anexo H
Historias de Vida
Quién es Marta
Marta es una mujer de 51 años de edad. Ingeniera. De mediana estatura y de
complexión media. Usa su pelo corto y acostumbra a usar traje sastre. Es divorciada y
madre de dos hijos varones. Se casó a los treinta años de edad porque como ella afirma: si
no me caso se me pasa el tren. Sí, me casé ya grandecita porque para mí era igual de
importante mi profesión. En realidad hubo mucha presión familiar para que me casara.
A mi esposo nunca terminó de gustarle mi profesión (lo dice con un tono que parece
coraje) él me decía: mientras no descuides a tus hijos no hay problema. La verdad
siempre estuve y estoy al pendiente de mis hijos.
Ella tiene una profesión que define como de hombres aunque a sus padres les
hubiera gustado que estudiara una profesión más ―adecuada‖ para ella: cuando fui a la
universidad me veían como bicho raro porque era una de las tres mujeres que estaban
estudiando en la Facultad (de ingeniería)… Cuando les dije a mis padres que deseaba
estudiar esta carrera en principió les sorprendió porque ellos pensaban que iba a elegir
una carrera más de mujeres como maestra o de perdido letras. Por lo que su madre se
opuso pero recibió el apoyo decidido y firma de su padre ella afirma: El apoyo de mi
padre fue decisivo; mi madre en cambió siempre se opuso, hasta la fecha.
Marta es una mujer elegante. Acostumbra vestir con traje sastre para ir al trabajo
porque el traje sastre te da personalidad. Sus prendas de vestir son finas y caras porque
para ella: El atuendo es sumamente importante. En este asunto de ser la jefa, no sólo hay
que ser, hay que parecer y aquí el hábito si hace al monje. Para ella el atuendo es muy
151
importante por lo que adquiere su ropa en los Estados Unidos. Ella realiza desde hace
cuatro años un viaje anual a Nueva York donde aprovecha para comprarse ropa: pocas
prendas pero de muy buen calidad. La calidad se nota y eso a mí me da seguridad. Los
viajes a Houston y a Mc Allen son más frecuentes por lo menos cada quince días a la
frontera y dos o tres veces al año a San Antonio o a Houston. Usa un portafolio y un
maletín con su computadora portátil ya que como ella afirma: esta computadora me
acompaña a todas partes. Gracias a dios que conseguí esta que es bastante pequeña y
muy ligera. La utilizó con mucha frecuencia. Usa pocos accesorios debido a que ella
considera que: no me gusta usar coliges, ni nada por el estilo eso se ve demasiado
femenino, demasiado rosa… ¿cómo te diré? Como muy debilota. En cambio uso un buen
reloj, una buena cadena discreta en el cuello y párale de contar. Usa el cabello
sumamente corto y peinado hacia atrás dado que ella sostiene que: soy muy práctica y no
tengo tiempo para desperdiciar con secadoras de pelo o con largas sesiones en salas de
belleza, por eso mi maquillaje tiende a ser sencillo desde mi corte de cabello hasta el
arreglo de mis uñas. Para mí lo importante es verme limpia y bien presentada por eso
procuro que nada en mi sea demasiado barroco.
Marta se auto define como integrante de una generación masiva que: ahora le han
dado en llamar baby boomers…aunque no sé si aplique porque no somos gringas. Nació
en una familia que ella define como: masiva de 9 hijos: 4 mujeres y 5 hombres. Ella es la
mayor. Estudié en una escuela primaria pública masiva entre 50 y 60 alumnos por salón;
asistí a una secundaria pública masiva donde daban tres recreos diferentes porque
literalmente no cabíamos en el patio todos los estudiantes juntos. Era tan masiva nuestra
generación que cuando presenté mi examen de admisión lo hice en un auditorio de más
152
de 400 butacas. En ese lugar presentamos 15 de mis amigas y compañeras para ir a la
prepa, la única que lo pasó fui yo. Mis dos mejores amigas se quedaron fuera, y aún así
éramos un montón de preparatorianos. Ya en la universidad la cosa cambió, éramos
mucho más pocos.
La familia de Marta
Marta es la mayor de una familia conformada por 9 hijos: cuatro mujeres y cinco
hombres. Ella es una mujer dispuesta a hablar de sí misma y de sus experiencias
significativas familiares. Su padre ya no vive pero ella lo admira reconociendo que: él
era un gran ser humano, siempre apoyándome, sosteniéndome, ayudándome,
alentándome. Era un gran amigo y un gran compañero, por eso cuando me casé busqué
que mi marido fuera parecido a él, pero me llevé un chasco. Él no solamente era distinto
sino que era lo opuesto. Para mi padre yo tenía valor, mis opiniones eran tomadas en
consideración, podía discutirlo y analizarlo todo al mismo nivel; para mi marido yo era
inferior porque era una mujer. Con mi padre yo sabía que recibiría el apoyo y el aliento
para cualquier situación que quisiera emprender, por ejemplo, cuando decidí estudiar
una maestría en el extranjero no cabía del orgullo, su hija mayor se iba a especializar, lo
gritaba a los cuatro vientos. En fin papá fue un gran guía y un entusiasta cómplice.
Entre las experiencias significativas con su padre, además del apoyo para estudiar
un postgrado en otro país, destaca el interés que éste mostró siempre en su carrera
profesional y en los aspectos personales más relevantes como cuando le ayudó a preparar
su boda, no sólo en el aspecto económico sino también en el sentido moral. Al respecto
ella destaca lo siguiente: podía hablar con él de cualquier tema, desde mis dudas
sexuales hasta la crianza de mis hijos, desde la elección de mi marido, a quien siempre
153
respetó, hasta mi decisión de divorciarme…siempre ahí al frente del cañón, listo para
apoyarme. También recuerdo cuando me ofrecieron este puesto que ahora tengo en la
Universidad, un puesto de segundo nivel que nunca antes había sido ocupado por una
mujer, y que es de una alta responsabilidad, mi padre me apoyo en todo momento y
cuando flaqueaba o dudaba, porque aunque no lo creas tuve mis dudas, papá me apoyo,
me alentó. Esto no quiere decir de ninguna manera que siempre estuviéramos de
acuerdo, discutíamos mucho, había puntos de vista diferentes. Cada uno daba sus puntos
de vista, con argumentos de peso, pero siempre nos respetamos. Sabía reconocer cuando
sus argumentos tenían menor peso y sabía apoyarme aun cuando no estuviera de
acuerdo con alguna decisión que yo tomara. La relación con el padre ha sido una de las
experiencias más significativas en la vida de Marta.
De su relación con su madre nos comparte que: Con mamá fue diferente. Ella
estuvo educada a la antigua, la mujer es para la casa y no para andar trabajando me
decía y aun me lo dice. Cuando decidí estudiar una carrera universitaria, se opuso
rotundamente, porque para qué estudiar tanto si de todas formas me iba a casar y no iba
a ejercer. Lo mejor para ella era que no estudiara y si quería estudiar buscara
inscribirme en la Normal para ser maestra de primaria. Era una carrera corta, cuatro
años después de la secundaria, y el trabajo era de medio tiempo, eso era muy
conveniente porque así podría, en un futuro, atender a mi marido y a mis hijos. Marta
siente que su madre no ha sabido entender que la vida ha cambiado y que ahora una
mujer puede tener oportunidades de crecimiento personal diferentes. A mamá le hace
ruido que solo tenga dos hijos, que sea divorciada, que sea directiva de una universidad
y que de vez en cuando salga con un amigo por ahí a algún espectáculo o a tomar un
154
café o una copita. Mi madre se escandaliza porque supone que de vez en cuando puedo
tener alguna aventura sexual, como si fuera inmoral la satisfacción sexual plena. Para
ella yo soy la culpable de no tener una familia funcional porque no supe atender a mis
hijos y mi marido como es debido. Incluso me dice que esto va a conducir a que mis hijos
se desvíen del buen camino. Afortunadamente hasta ahora mis hijos son bastante buenos.
No creas a veces me pregunto si en realidad estoy haciendo lo correcto. A veces creo que
sería más fácil vivir una vida más ¿cómo te dijera?... tradicional. No, definitivamente mi
madre no ha sido un apoyo en mi vida.
La relación con sus hermanos la describe como bastante buena. Con ellos puedo
hablar directo, sin tapujos ni indirectas. Mi preferido es Ernesto el más chico porque es
un ser humano muy sensible e inteligente. A mí me atrae la gente inteligente y práctica
con quién pueda hablar de cualquier tema sin temor a ser juzgada o dirigida. Con mis
otros hermanos me llevo bastante bien. Sin embargo, la relación con las hermanas la
define así: Con mis hermanas en cambio mi relación es bastante tensa con algunas o
distante con otras. Ellas son muy tradicionales. Todas están casadas y tienen familias
`modelo‟ y yo creo que para ellas siempre he sido alguien que se sale del patrón. Sin
embrago me respetan, sobre todo porque soy la hermana mayor. Cada decisión familiar
que se tomaba en casa era discutida con todos los miembros de la familia. Pero, mi
posición de hermana mayor tenía un peso distinto. Mi opinión valía más que la del resto.
Se me respetaba como hermana mayor. Eso me dio herramientas para ejercer el
liderazgo en mis actividades profesionales.
En cuanto a la preparación profesional comenta que: mis hermanos (hermanos y
hermanas) todos fueron a la Universidad y son profesionistas exitosos. Viven con sus
155
respectivas familias y les va muy bien. Mi hermano pequeño está soltero y vive en casa
de mi madre. Mis otros hermanos son todos ingenieros como yo y vive con sus familias.
Mis 3 hermanas son maestras de primaria y entre ellas se entienden bastante bien porque
comparten una vida laboral. Yo soy la única de las mujeres de la familia que tiene
estudios universitarios y de postgrado.
De su infancia nos comparte que ella convivió con todos sus hermanos y que: me
daba igual jugar juegos de niños. Jugué con trompos, canicas y futbol así como también
a la bebe leche, la roña y las comadritas. Me daba igual yo lo que quería era jugar.
Como hermana mayor Marta tenia responsabilidades diferentes por ejemplo: yo era la
encargada de vigilar que mis hermanos estuvieran bien. Yo era como una especie de
ayudante de mi mamá. No creas para mí era fastidioso que tuviera que llevar a mis
hermanos a reuniones de amigas. Eso si siempre me respetaron como la mayor, hasta la
fecha.
Los estudios de Marta
La educación formal que Marta ha recibido ha sido básicamente en instituciones
públicas mexicanas a excepción de sus estudios de postgrado que realizó en el extranjero
en una universidad privada. Ella nos describe su educación básica como: muy buena. No
asistí al jardín de niños que ahora le llaman educación preescolar. La primaria la cursé
en los años sesenta en una escuela primaria que llamaban monumental (escuelas que
contaban con los 6 grados y eran edificios enormes y monumentales). Nosotros vivíamos
en el centro de la ciudad. A la escuela asistíamos niños de todas las clases sociales, no se
acostumbraba mucho aquello de los colegios particulares, si los había pero no se
estilaba mucho asistir a ellos, así es que conmigo estudiaron la primaria los riquillos del
156
barrio y los más pobres también. Eso te daba una visión diferente de las cosas y de la
vida misma. Recuerdo que papá decía fíjate en fulanito o perenganita, no tiene ni para
comer pero son bien aplicados en la escuela. También nos decía observen las costumbres
de fulanito o sutanita, son muy refinados porque su mamá es médico y es una mujer muy
culta o porque ellos hicieron un viaje a Europa el verano pasado y visitaron museos o
fueron a conciertos en vivo o cosas por el estilo. Así es que podíamos estar en contacto
con otras realidades y aprender de ellas, yo creo que esto se ha ido perdiendo ahora
estudiamos con nuestros iguales nos reunimos con nuestros iguales y convivimos con
nuestros iguales, por eso comenzamos a tener visiones fragmentadas de la realidad. El
otro día me dijo mi hijo mayor que quería que le comprara un pantalón de no sé que
marca porque no tenía que ponerse, le conté los pantalones que tenía colgados en el
closet y eran más de quince, ¿tú crees? Y empecé con el discurso de los que no tienen o
tienen menos y parecía que hablaba en otro idioma o de un mundo ficticio.
Ella nos comenta que sus profesoras de primaria fueron puras maestras, había
uno que otro profesor pero a mí no me tocó ninguno. Mis profesoras eran bien estrictas.
Te revisaban desde la forma de la letra hasta el largo de la falda. Aun así eran maestras
muy cálidas, su afecto y cariño se sentía. Uno como niña lo percibía. Fue una época
maravillosa. Participé en todas las actividades que había en la escuela. Pertenecí a la
escolta desde cuarto año hasta que fui la abanderada en sexto grado. Fui una alumna
destacada. Me tocó visitar al presidente Adolfo López Mateos en Los Pinos junto con
otros niños destacados de Nuevo León y del país. Participé y gané en dos concursos de
declamación a nivel estatal y en tres de oratoria. Fui una estudiante muy entrona y
dedicada. Disfrute realmente esa etapa. En esta etapa de su vida nos comparte que: Mi
157
padre fue pieza fundamental. Me ayudaba en todo, me alentaba. A mamá pobrecita todo
le daba temor sobre todo el que dirán. ¿Pero que tienen que decir? Decía papá, que
tienes una hija sobresaliente. Pero eso no está bien, decía mamá, eso de la escolta, de la
oratoria son cosas de hombres, lo de la declamada y que tenga buenas calificaciones
está bien pero lo otro no. Mamá en realidad quería una hija más modosita, más
femenina. Efectivamente en el concurso de poesía éramos básicamente mujeres pero en
el de oratoria eran básicamente hombres. El mundo de los hombres siempre me ha
parecido fascinante y nunca he tenido miedo de entrar en él. Eso a mi madre le daba
pavor, yo creo ahora de adulta que mamá se imaginaba que yo tenía otras tendencias
digamos… homosexuales. Nada más alejado de la realidad me gustan los hombres y los
disfruto. No fui muy noviera pero tuve mis noviecitos antes de casarme y ahora tengo
amigos entrañables. Pero en la primaria creo que si fui una alumna destacada.
De las experiencias más significativas de la escuela primaria ella reflexiona sobre
lo siguiente: Recuerdo con mucho cariño a todas mis maestras de primaria, en especial
recuerdo a la profesora Juanita, que era la que me ponía las poesías para que las
declamara, era tal su entusiasmo que me lo contagiaba. Las dos disfrutábamos realmente
la preparación y la competencia con otras niñas de otras escuelas. Y como siempre
ganamos recuerdo que al final del concurso me invitaba a comer una hamburguesa y a
tomar una malteada en restaurantito que estaba por Padre Mier (es una de las avenidas
más céntricas de la ciudad de Monterrey y en su entorno se congregan una gran cantidad
de restaurantes y pequeños negocios de comida). Y aquello me sabía a gloria. Otro de
mis profesoras que también recuerdo con mucho afecto fue mi maestra de sexto grado.
158
Con ella gané el concurso estatal de conocimientos y con ella viajé a la ciudad de
México a visitar al presidente. Ya te imaginaras, fue toda una experiencia. Cuando el
presidente salió me pareció el hombre más guapo, distinguido, fantástico, casi de cuento,
del mundo. Conservo con gran orgullo la foto (en blanco y negro) que tengo con el
presidente, la de grupo y la individual. El día de la salida a la ciudad de México
viajamos por Trasportes del Norte (en los años 60´s considerados de lujo), fuimos a la
Terminal de estos autobuses, todavía no existía la Central (de autobuses). Recuerdo a
mis padres nerviosos dándome mil recomendaciones „ya estas grandecita‟ decía mamá
„ya sabes cuidarte sola, de todas formas cualquier cosa le dices a la maestra Yadira. El
discurso de papá era diferente „estoy orgulloso de ti, eres y serás, fíjate bien lo que te
digo, eres y serás siempre una triunfadora.
Otra de las experiencias significativas de esta etapa escolar fueron: Mis
competencias para la oratoria me siguen sirviendo aún ahora. Cada vez que dirijo un
discurso recuerdo mis años de infancia. Aquellas horas anteriores a la competencia eran
de verdad abrumadoras. Recuerdo haber practicado por horas un discurso que sólo
duraría quince minutos. La entonación, la dicción, la pasión, el buscar siempre tener la
atención atrapada de los oyentes, la postura del cuerpo, el control de los nervios, la
memorización, la improvisación, todos eran elementos importantes, había que
dominarlos. Mis principales oponentes siempre fueron hombres. Con voces más graves
que la mía, con mayor energía, pero con todos ellos competí y me respetaron. Para mí
eso de que a las mujeres nos discriminan es algo que todavía no puedo entender porque
yo no lo he vivido, he luchado mucho para ser lo que soy y estar en donde estoy, al igual
que han luchado mis compañeros varones.
159
Marta recuerda este tiempo porque: hice muy buenas amigas. En realidad nos
juntábamos tres: Alicia, Marilu y yo. Éramos inseparables. Con ellas conocí el deleite de
la amistad, de contar con alguien para confiarle tus (mis) dudas, tus (mis) temores, tus
(mis) miedos, tus (mis) inquietudes y para compartir tus triunfos, tus alegrías, y también
las de ellas por supuesto. Con ellas conocí la lealtad, la honestidad de una amistad fresca, la
honestidad, y estos valores los uso y los valoro, valga la redundancia en mi actividad y
desempeño como líder. Mis amigas fueron mis fieles seguidoras, fui empática en lo que ellas
proponían, las escuché y busqué soluciones a sus y nuestros problemas siempre de manera
colaborativa. Nunca me he considerado autocrática.
Con ellas jugaba a las muñecas y a las comadres, a la rueda de San Miguel y
hacíamos obras de teatro. Con los niños me gustaba también jugar a sus juegos. Así que,
con Manuel, mi hermano, y con Raúl y Felipe me gustaba el trompo y el Valero. Así es
que baile el trompo y ensarte el Valero como los mejores. Una vez participé en un
concurso de yo-yo y obtuve el cuarto lugar de los cinco que otorgaban. Participé con
puros hombres. Ya sabrás que mi mamá puso el grito en el cielo y mi papá no le dio la
mayor importancia. Yo creo que esta etapa fue sumamente importante para mi formación
porque si bien a mi mamá no le gustaba del todo que yo participara en juegos de niños
tampoco me lo impedía.
Y agrega: participaba en todas las actividades que podía, me invitaran o no, lo
mismo me encargaba de colocar los adornos navideños en el aula, que de salir en el
festival del día de las madres, ya sea declamando, que para eso me pintaba sola o
bailando algún bailable tradicional. En fin mi paso por la escuela primaria fue de
verdad padrísimo (muy bueno, muy agradable) y creo que no pasé desapercibida.
160
Marta describe su actuación en la parte académica como: muy buena. Fui una
alumna de nueves y dieses, más los segundos que los primeros… Mis calificaciones
siempre fueron destacadas y siempre era de las alumnas de primeros lugares… No
recuerdo haber obtenido un ocho a lo largo de mis estudios. Era sumamente aprehensiva
y creo que aun lo soy, buscaba siempre la mejor calificación y cuando no lo lograba me
frustraba y me entraba un coraje que me usaba para mejorar esa calificación a como
diera lugar… Soy muy perfeccionista y muy terca, cuando quiero algo lo consigo y lo
mejoro, así he sido toda mi vida. No creas esto me hace sufrir en ocasiones, pero cuando
recibo reconocimiento la satisfacción no se compara con nada… Fui una alumna de
diplomas y de citas con mis padres por buenas calificaciones. Fui muy competitiva y aun
lo soy. La competencia te hace ser mejor cada día. Cuando compites te reflejas en el que
está compitiendo contigo, ves sus debilidades, sus defectos y también sus fortalezas y las
comparas con las tuyas y te dices tengo que mejorar en esto tengo que afinar aquello. Yo
creo que la competencia me hizo crecer.
Para Marta la secundaria fue una experiencia muy interesante y significativa. Ahí
comencé mi despertar adolescente. Entre a la secundaria con 13 años cumplidos y
cuando estaba en segundo grado me gustó por primera vez en mi vida un hombre. Que
digo hombre, para nada era otro niño de 14 o 15 años compañero de la secundaria. Me
parecía hermoso. Soñaba con él. Escribí su nombre en todas mis libretas. Me derretía
por él, pero ese niño ni siquiera volteaba a verme. Jamás le dirigí ni me dirigió la
palabra, así es que fue mi amor platónico. Nunca más lo volví a ver y aunque no me lo
creas me enamore de verdad de esa persona. En fin la secundaria representó para mí el
despertar a una nueva etapa en mi vida, me convertí en adolescente.
161
En la secundaria Marta asume por primera vez su liderazgo de manera oficial
convirtiéndose en representante de grupo en primero y segundo grados y en presidenta de
la asociación de estudiantes cuando cursa el tercer grado. Para elle fue una experiencia
muy aleccionadora porque como ella afirma: me di cuenta que podía influir sobre los
demás y que tenía capacidad para detectar de las necesidades del grupo que
representaba y ponía en juego, fíjate nada más, desde entonces mis habilidades de
negociación. Cuando competí por la presidencia de la sociedad de alumnos, mi padre me
aconsejo y trabajó muy de cerca hombro con hombro conmigo, hasta conseguir ganarle
a mis dos oponentes. La planilla se llamaba Avance, nombre muy de la época ¿verdad?,
mi papá nos ayudó a elaborar carteles y a conseguir algunos materiales patrocinados
como forros para libros, cuádrenos, libretas, problemarios, etc. que repartíamos en los
salones cuando andábamos haciendo propaganda. El día que ganamos papá tenía
preparada una fiesta en mi casa porque él „ya sabía que íbamos a ganar‟. Nunca
olvidaré sus palabras cuando llegamos a la casa y lo abrace y le dije que habíamos
ganado. Él me miró de manera muy fija y me dijo: yo sabía que ibas a ganar porque
tienes un gran equipo de colaboradores que yo vi como trabajaron duro y además no
olvides que tu eres una triunfadora y estoy orgulloso de ti. Mi madre estaba contenta
pero no muy convencida porque ese „puesto‟ era para hombres. Ella me llamo aparte y
cuando estuvimos solas me dijo: mira Marta estoy contenta pero de todas formas no
olvides que eres una señorita y tienes que darte tu lugar. Ya no eres una niña. Cuídate
mucho. De todas maneras fue un gran día.
De sus profesores de la secundaria recuerda con especial cariño al director, el
maestro Nachito. Se refiere a él como: Era un hombre maduro de unos cincuenta y
162
tantos años, bajito de estatura, muy delgado y muy canoso. Usaba una barbita de
candado, muy blanco y a mí se me hacía que se parecía a Francisco I. Madero. Era una
persona muy prudente, muy paciente y muy sabia. Con él tuve muchos momentos de
reflexión y mucho contacto cuando fui presidenta de la sociedad de alumnos. Su estilo
para administrar la secundario fue algo que influyó en mí, hasta ahora me sorprendo
tratando de imitarlo. Escuchaba a las personas con toda atención. Buscaba siempre la
negociación de ganar-ganar, en esa época no se conocía este concepto pero ya se
practicaba. Era muy sutil y no era para nada autoritario y sin embargo, era sumamente
respetado por toda la comunidad. Era realmente un modelo a seguir.
Marta tuvo una excelente participación académica. Ella lo recuerda describe de la
siguiente forma: fui una alumna súper destacada. Había aprendido como ser una buena
estudiante y en los tres años de secundaria obtuve siempre el primer lugar de mi salón y
fui el primer lugar de la generación. Como obtenía excelentes calificaciones, las
felicitaciones de mis padres y mis hermanos y hermanas no se hacían esperar. Con mis
profesoras ni se diga. Todo el barrio sabía que yo era inteligente y eso era una enorme
satisfacción y una gran responsabilidad. El paquetón es bastante pesado pero la
adulación y el orgullo propio, tu sabes es más fuerte.
Para muchas personas en México la vida universitaria comienza en la escuela
preparatoria ya que ésta se encuentra en las universidades, es decir depende de las
universidades. Sobre la escuela preparatoria Marta nos dice: entre con el pie derecho.
Aprobé el examen de admisión, mismo que mis dos mejores amigas y muchos
compañeros de la secundaria reprobaron. Ahí conocí otro mundo y otras maneras de
pensar. Teníamos profesores muy comprometidos con filosofías diferentes. Había
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comunistas, capitalistas y socialistas. Cada doctrina filosófica era para mí apasionante.
Mis pláticas con mis amigos y amigas tardaban horas. Sentía que de la noche a la
mañana había crecido. Ahora estaba en una escuela donde no andaban de tras de ti para
que entraras al salón de clase. Me trasladaba de un salón a orto y si lo deseaba podía
quedarme afuera conversando por largos periodos. La prepa era de dos años. En el
segundo año tenías que elegir el bachillerato que debía estar acorde con la carrera
profesional que pensabas seguir. Así es que yo elegí el bachillerato de ciencias exactas,
donde éramos solo unas cuantas mujeres, casi todos eran varones. Había algunos muy
guapos. Por primera vez un muchacho me declaró sus intenciones de ser mi novio. Sin
embargo yo tuve novio formal hasta dos años más tarde a los 19 años”.
Los estudios de preparatoria los realizó en los años setenta. La liberación
femenina era un tema candente, actual. Se hablaba de la igualdad entre los sexos y se
hablaba de que las mujeres podían ocupar y realizar cualquier trabajo que deseáramos. Al
respecto Marta comenta: Araceli era un jovencita recién egresada de filosofía y letras y
era nuestra maestra de filosofía. Era una muchacha muy guapa, delgadita, muy blanca y
muy rebelde.
Con ella tuvimos interminables análisis de la realidad femenina. Con ella
aprendí, aunque ya lo intuía, que había otros mundos distintos a ser ama de casa. Con
ella tomé la determinación de estudiar una carrera considerada de hombres, pero que a
mí me gustaba.
En cuanto a sus profesores Marta comenta: tuve otro tipo de maestros, diferente a
los de la secundaria. Los de la secundaria eran maestros de profesión, los de la
preparatoria no. Los de la preparatoria eran profesionistas en diferentes áreas:
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abogados, contadores, médicos, biólogos. Filósofos, ingenieros, etc. así es que el
abordaje de las clases era muy distinto. Para el profesor de perpa (escuela preparatoria)
no importaba si estabas o no en clase, ellos daban su clase o la daban por vista, ya que
faltaban mucho. Era una sensación extraña, mezcla de libertad y de descubrimiento;
mezcla de novedad, como te diré… era una sensación de estar vivo, de tener conciencia,
de hacer planes, de estar nuevo y como me decía mamá „eres tan jovencita que apenas
estas empezando a vivir‟ en fin una sensación de tener la vida por delante; de ser eterna.
Sin embargo esa libertad la llevó a reflexionar sobre lo siguiente: Aquí muchos
compañeros se perdieron porque confundieron esta libertad con libertinaje y se
dedicaron más a vagar, a drogarse, a beber alcohol. A mí me daba pánico saber que se
estaban drogando con marihuana, por ejemplo y buscaba siempre alejarme del lugar.
Sentía que venía la policía y nos cargaba a todos sin importar si estabas o no
drogándote. Los muchachos se drogaban hasta en el patio de la escuela. Se hablaba de
que en San Francisco (en los Estados Unidos) se buscaba legalizar el uso doméstico de
la marihuana. El libertinaje sexual estaba de moda. Muchas muchachas salieron
embarazadas en la prepa y muchas tuvieron que recurrir a abortos clandestinos,
arriesgando la vida. En fin este mundo de drogas y libertinaje sexual me aterraba.
Era una época turbulenta. La toma de camiones (autobuses urbanos) era una cosa
cotidiana. Yo viajaba en camión de mi casa a la prepa y viceversa. No participé en
ninguna de las muchas manifestaciones que hubo. No terminaba de comprender que era
exactamente lo que estaba sucediendo. En 1972 se luchaba por la autonomía de la
Universidad de Nuevo León y nuestro gobernador Eduardo Elizondo renunciaba a su
puesto porque no había sabido resolver el problema de la autonomía. Monterrey era ya
165
una de las principales ciudades de la Republica pero se caracterizaba por ser una ciudad
muy conservadora. Mamá y papá estaban permanentemente preocupados por toda esta
turbulencia y no fueron pocas las ocasiones que fueron por mí a la preparatoria. Por
supuesto que mis compañeros de clase me daban carrilla y se burlaban, me decían la
niña pop o la niñita de mamá, etc. incluso, mis padres, se llegaron a plantear si debía o
no continuar mis estudios de preparatoria.
En la escuela preparatoria fue representante de grupo en segundo año y se encargó
de organizar la graduación de su generación. Este acontecimiento lo describe como: Fue
una gran experiencia. Reunirte con tus compañeros, diseñar el plan político y académico,
participar en las elecciones y ganar. En cuanto a la graduación nos comparte que: fue una
gran experiencia. Era una ceremonia sencilla, nada que ver con lo que ahora se hace. Se
entregaba el diploma de haber concluido los estudios de preparatoria, en el auditorio de
la prepa, te tomabas unas fotos con tus papás y con tus compañeros de generación y
pararle de contar.
Además agrega: En la prepa hice grandes amigos y amigas. Aún ahora, algunos
nos seguimos frecuentando. Tenemos profesiones distintas y estamos en diferentes
lugares de la ciudad y con nuestras propias vidas, pero aun así nos seguimos
reuniéndolo. Es curioso pero de mis amigas de prepa nos reunimos siete compañeras que
seguimos una carrera profesional, casi todas estamos divorciadas, en cambio de mis
amigos y compañeros de prepa y facultad todos están casados. Ahora que lo platico
contigo me cae el veinte de que para las mujeres la práctica de la profesión repercute de
manera diferente que para los varones en cuanto a sus relaciones de pareja o en cuanto
al estado civil.
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También habla sobre sus excelentes calificaciones durante este periodo: Mis
calificaciones siguieron siendo muy buenas y fui una alumna destacada. Con diploma y
toda la cosa. En realidad siempre he sido muy entregada y muy trabajadora. No creas,
ahora me pregunto si esto ha sido bueno o no porque me he perdido de momentos
significativos por estar en el trabajo. A lo mejor hubiera valido la pena ser menos exitosa
en la escuela y en la vida profesional y haber dedicado más tiempo a cosas que en su
momento me parecieron intrascendentes pero que ahora sé que fueron significativas…
por ejemplo, haber asistido a más fiestas, haber conocido más chavos, haber tenido más
novios, más experiencias, no sé, haber disfrutado más esa etapa, aunque hubiera sacado
ochos o sietes…no sé, a lo mejor después de todo estoy aprendiendo a vivir con menos
perfección. No sé, una siempre se pregunta si lo que hizo fue lo mejor, pero lo importante
es darse cuenta que en su momento valió la pena.
Marta describe sus inicios profesionales como: entrar a estudiar a la Facultad fue
todo un acontecimiento en mi vida. Ciudad universitaria, edificios super modernos,
amplios jardines y estacionamientos, maestros totalmente relacionados con la profesión,
las amigas de mamá preguntando y Martita ¿Qué estudia? …Que barbaridad que
muchacha tan inteligente, papá acompañándome a la Facultad y recorriéndola conmigo
y asombrándose de lo que veía, „esto es la profesión, aquí comienza la vida profesional‟
decía. En fin, un mundo nuevo, un mundo por descubrir
Mi paso por la Facultad fue interesantísimo. Me apasioné con mi profesión y
comencé a dar clases en la Facultad el último semestre de la carrera, es decir siendo aún
estudiante ya era profesora de los estudiantes de segundo semestre. Aquí desplegué mis
alas, fui representante de grupo, presidenta de la asociación de estudiantes de la
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Facultad, alumna distinguida, profesora. Organicé viajes de estudio a diferentes partes
del país y a los Estados Unidos, participé en la organización de dos coloquios y un
simposio internacional, hice mi servicio social en apoyo a comunidades segregadas,
escribí mis primeros artículos para publicar, dirigí un boletín informativo interno
mensual durante dos años y por primera vez en mi vida tuve novio forma.
De su noviazgo recuerda que: Mi novio era un excelente muchacho, estudiaba en
el edificio contiguo a la Facultad, el es ingeniero mecánico administrador. Era y es
guapísimo, un mango como decíamos en aquel momento. Anduvimos de novios como dos
años y luego la relación no prosperó. Él quería una chica más tradicional y yo quería
una vida más moderna, donde yo pudiera trabajar, ganar mi propio dinero, ser más
independiente. Terminamos la relación muy bien, de muy buena manera, y ahora somos
buenos amigos él, su esposa y yo. Lo que son las cosas su esposa es abogada y resulto
ser una política exitosa, ha sido alcaldesa y diputada, en fin, la esposa le resultó ser más
activa y moderna de lo que él buscaba. Ahora, de que le atraían mujeres líderes, le
atraían.
Después tuve dos novios de manita sudada, que no significaron gran cosa en mi
vida. Luego llego quién sería mi esposo. Fue un noviazgo larguísimo de seis años. Él no
estaba muy convencido de que yo fuera la mujer de su vida y la verdad yo tampoco. Creo
que fue más la costumbre y la inercia y desde luego la presión familiar y social lo que
determinó que tomáramos la decisión de casarnos. Desde un principio hubo problemas
con mi profesión. En ese entonces yo trabajaba en un importante grupo empresarial, el
grupo Alfa, y ganaba bastante bien y dos veces a la semana por las noches daba clases
en la universidad. Él en cambio ganaba menos dinero que yo y eso constituía desde su
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perspectiva un gran problema. Las diferencias nos llevaron a las discusiones
permanentes, donde el común denominador era mi trabajo, que si descuidaba la casa,
que si no ponía la debida atención a los hijos, que si me gustaba andar nada más en la
calle, hasta que después de cinco años de matrimonio y dos hijos, decidimos separarnos
primero y divorciarnos después. Ahora él está felizmente casado y llevamos una relación
distante pero cordial, al fin y al cabo tenemos dos hijos que hay que sacar adelante. Ha
sido un padre responsable en cuanto a su trato con los muchachos. Nunca he querido
pedirle dinero para ellos ya que él siempre ha tenido un salario bastante limitado y en su
actual matrimonio tiene una hija pequeña y desde luego su esposa es ama de casa y por
lo tanto no tiene un salario que complemente o incremente las entradas de dinero. Así es
que en la parte económica de mis hijos yo me las averiguo sola.
Los empleos de Marta
Cuando me gradué de la Facultad conseguí un empleo dentro del grupo
empresarial Alfa. Trabajar en este grupo en los años setenta era como sacarse la lotería.
Todos queríamos entrar a trabajar en él. Los sueldos y las prestaciones eran muy
buenos. Entre primero a nivel de gerencia media coordinando un pequeño departamento.
Dependían directamente de mí dos personas: una secretaria y un asistente. Con el
asistente formé inmediatamente equipo pero con la secretaria fue de verdad un calvario
trabajar, porque era una mujer cuarentona, con muchos años en la empresa y muy necia
y arrogante. „ninguna niña, por más título que tenga, me va a venir a decir cómo se
hacen las cosas‟, me decía retándome.
Usando mis habilidades de negociación y demostrando con argumentos mis
propuestas y proyectos fui ganando reconocimiento dentro del grupo (empresarial) y
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también fui asumiendo puestos de mayor responsabilidad. Ahí trabaje por más de diez
años y llegué a ocupar excelentes posiciones. Estuve en puestos de toma de decisión.
Nunca sentí discriminación, sin embargo, con el tiempo me doy cuenta de que si había
discriminación manejada muy sutilmente. Recuerdo que ascendí hasta cierto nivel y
siempre en posiciones „femeninas‟. Nunca estuve al frente de posiciones verdaderamente
estratégicas. Así es que cuando se vinieron aquellos primeras reingenierías y reajustes,
mi dirección fue de las primeras en desaparecer y yo de las primeras directoras en salir
del grupo. Curiosamente las mujeres fuimos despedidas más pronto en comparación con
los hombres. No tengo el dato pero estoy segura que proporcionalmente hablando fue
mayor la proporción de mujeres despedida en comparación con los hombre.
En la Universidad Marta comenzó a trabajar desde que ella era una estudiante del
penúltimo semestre de su carrera profesional y continuó trabajando en ella hasta la fecha.
Ella nos comparte que: la universidad es una institución a la que le tengo un afecto muy
especial porque durante toda mi vida profesional he estado relacionada con ella,
primero como maestra y después como administradora.
Como maestra afirma que: El docente de un grupo se convierte en el líder del mismo,
pero es un líder impuesto porque los estudiantes no lo han elegido, sino mas bien el
departamento académico con el visto bueno del director en turno asigna a cada profesor o
profesora. Para mí un buen maestro se constituye en un buen líder. Es mentira que los profesores
barcos [blandos, condescendientes, no estrictos] obtienen mejores evaluaciones y
reconocimiento de los alumnos. Los buenos profesores son aquellos que exigen a los estudiantes
y a ellos mismos. Son aquellos que también dan, se dan, se entregan. Dan conocimientos,
experiencia, afecto, atención. Los barcos en cambio son percibidos como indolentes, cínicos,
faltos de carácter. Todo eso se refleja en las evaluaciones y en los comentarios de pasillo.
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Cuando un profesor o profesora es buena, los alumnos lo reconocen y respetan. El verdadero
líder docente es el que es reconocido por su talento y su don de gentes.
La relación con los muchachos [estudiantes] debe ser estrecha, claro
conservando siempre una distancia prudente entre profesor y alumno. Pero debe existir
la confianza para que ellos [los estudiantes] pueden compartir sus inquietudes, dudas
necesidades y todo aquello que les aqueja y que en un momento dado no les perite
avanzar. Mira, en ocasiones tiene broncas con sus padres o con los novios. A veces
necesitan tan solo ser escuchados. Un buen maestro y un buen líder de grupo es humano
y se acerca a sus estudiantes.
Mi carrera política y de administración dentro de la Universidad tomo sentido
después de haber salido del Grupo Alfa porque precisamente el haber estado trabajando
en él (Grupo Alfa) me dio, creo yo, cierto prestigio y reconocimiento dentro de la
Facultad (Universidad). Recuerdo cuando fui con el director de la Facultad para
comentarle que había salido del Grupo Alfa, inmediatamente me ofreció la subdirección
académica. Yo no salía de mi asombro y le cuestioné ¿Qué va a pasar con Juan, el actual
subdirector?, a lo que me contestó: con él no hay problema porque quiere dedicarse a la
investigación, de hecho esta en esa posición porque necesito ahí una persona que no esté
comprometida con ninguno de los grupos políticos existentes en ese momento, así es que
mejor que tú que no se te vincula con nadie. Obviamente sabía que si aceptaba el puesto
estaría vinculada con el grupo político que en ese momento tenía el poder, así es que
acepte. Desplegué toda mi experiencia administrativa y política y me puse a trabajar con
todas las ganas del mundo.
Entre las experiencias de liderazgo más significativas para mí, fue la
subdirección académica. Fue como entrar en el corazón mismo de la universidad. Los
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planes de estudio, sus contenidos, su carga ideológica, los profesores, el director, la
situación política, todo entra en juego en esta coordinación. Su administración me dio
una visión increíble. Yo creo que me preparó para la dirección de la Facultad. Fue un
gran escaparate y lo aproveché. Fui la directora siguiente.
A la vuelta de tres años había sido elegida como la primera directora de la Facultad
puesto en él que estuvo por seis años [dos periodos continuos de tres años]. ella afirma
que: En esta posición es fundamental hacer equipo. Las traiciones y fidelidades son
importantísimas. Recuerdo en una ocasión a una maestra que fue a hablar conmigo para
pedirme que gestionara su planta porque ya tenía trabajando veintitantos años en la
Facultad como profesora de medio tiempo y necesitaba tener un mejor ingreso (el doble).
Ella tenía fama de traicionera, sin embargo, revisé su expediente y comprobé que era
una persona cumplida y una maestra regular. Decidí ayudarla porque me pareció tan
injusta su situación. Una vez obtenida su planta anduvo grillando o haciendo política
barata contra mí. Nunca la entendí pero yo hice lo que consideré correcto en su
momento. A mí me parece que la política se debe al bien común independientemente del
grupo o partido de preferencia. En cambio recuerdo una situación sumamente difícil. Se
había formado un importante grupo de profesores que quería destituirme porque
viniendo de la iniciativa privada yo no tenía una trayectoria sólida dentro de la
institución y además era „vieja‟ (mujer) decían ellos. Lograron reunir a una buena
cantidad de maestros y alumnos y comenzaron a organizar reuniones para ver la forma
de destituirme. Fortalecí mi equipo de trabajo, redoble los esfuerzos por salir adelante y
por consejo directo de mi padre, que tenía una enorme influencia sobre mí, comencé una
labor de división del grupo recién formado. Trámite plantas para quienes ya tenían
172
derecho, abrí posiciones temporales para diversas actividades e invité a muchos de los
„enemigos‟, en fin busqué dividirlos y lo logré y logré consolidarme.
Para ser una buena líder hay que mantener la cabeza fría para que no se te suba el puesto, para
que no te marees con el poder. Cabeza fría para poder tomar decisiones que beneficien al
colectivo aunque paradójicamente no sean muy populares, por ejemplo cuando decidimos
aumentar un semestre al plan de estudios porque consideramos que era importante agregar
materias que vincularan al estudiante con la realidad laboral y así pudieran ellos colocarse con
mayor facilidad en el mercado de trabajo. Agregar un semestre los iba a beneficiar y de hecho
los benefició, pero esta medida no fue popular en su momento. Ser la directora me exigió
equilibrar la balanza colocando de un lado a todos/as que te apoyaron políticamente y
del otro lado a todos aquellos que son buenos maestros y que benefician a los estudiantes
y a la Facultad, aunque no te hayan apoyado o estuvieran en otros grupos políticos.
Para Marta la resistencia y la tolerancia a la presión son armas invaluables para
sobrevivir a una dirección donde hay gente pensante. Toda la gente cree tener la razón y
seguramente desde su perspectiva la tienen, lo que les falta es la visión de conjunto que
en ese momento tienes tú como directora. El secreto paciencia, paciencia y más
paciencia.
Siendo directora de la Facultad comienza a participar en la política universitaria,
así es que, comencé a formar parte de un grupo político con mucha fuerza dentro de la
universidad. He ocupado dos jefaturas antes de este puesto. He estado en la
administración de tres rectores y me he sabido mover en el equipo de trabajo. Créeme
que el ingrediente para mantenerme es el trabajo. Cuando llegó este rector y me llamó
para que ocupara este puesto, lo acepté como un reto personal porque desde aquí tienes
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una visión de toda la Universidad. Me gustaría, aquí entre nos, llegar a ser la rectora y
de ahí a la gubernatura de este Estado.
Los puestos administrativos en la universidad te dan visón de conjunto, del
conjunto de la universidad de sus facultades y escuelas, de sus preparatorias y puedes
entonces advertir que cada instancia merece un trato único, diferente. Diferente no
quiere decir desigual. Las matemáticas quizá nos puedan ayudar a comprender el
concepto 3+2 igual 5, son dos expresiones matemáticas diferentes 3+2 es una expresión
matemática y 5 es otra expresión matemática pero ambas son iguales porque tienen igual
valor. Son diferentes pero iguales.
Para Marta un buen líder universitario no debe olvidar que la universidad no son
sus instalaciones ni su tecnología sino que la universidad la constituyen principalmente
las personas, las maestras y maestros, el alumnado, los administradores, el cuerpo
directivo. Un líder debe poseer un pensamiento creativo porque su labor se concentra en
la solución de los problemas y en la innovación y un líder debe tener capacidad de
propuesta.
Yo he tenido siempre jefes hombres no he tenido ninguna jefa. Mira con el jefe
hay que tener mucho cuidado de no hacerle sombra, de saber que tu posición es de
subordinado, aunque no me gusta el término, pero debe quedarte claro que el jefe es él y
no tú. Es una regla sine qua non el no hacerle sombra al jefe. Debes ser disciplinada,
siempre.
Todos mis jefes, sin excepción han sido autocráticos y autoritarios. No recuerdo
alguno que haya propiciado la democracia ni la participación abierta. A mí me gustaría
ser una líder con un estilo más moderno, más democrático, más colaborativo. Reconozco
que la influencia que tengo es para ser más autocrática y he ejercido en muchas ocasiones ese
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estilo. Algún líder situacional ha sido más democrático como cuando formas un comité y
el que lidera es menos autoritario, pero más bien ha sido la excepción.
Soy muy respetuosa con mis jefes, pero considero que ellos esperan de una
colaboradora como yo que aporte su experiencia, conocimientos talentos y por eso
siempre estoy dando mis puntos de vista, mi opinión personal acerca del tema o
problema que estemos tratando. Al menos eso esperaría de mis subordinados. Cuando el
jefe está equivocado hay que hacerle saber y notar su error, con mucha mano derecha,
con mucha diplomacia y tacto. Si después de dar a conocer tus ideas y propuestas él
persiste en darle para delante, pues bueno, que se le va a hacer.
Para mí el mejor jefe que he tenido poseía un forma de pensar bastante abierta.
Las personas de mentalidad abierta son más exitosas porque aprovechan los talentos de
cada uno de sus colaboradores. Él era tan inteligente y seguro de si mismo que permitía
que cada colaborador se expresara y aportara sus ideas, esto es valiosísimo para
cualquier universidad. Pero no todos los jefes tienen ese talento. También y esto es
importante mi mejor jefe sabía darnos reconocimiento y nos motivaba para el logro de
sus objetivos. Sus metas y objetivos eran claros y los compartía con nosotros de tal forma
que el equipo sabía siempre hacía donde íbamos. He tenido jefes, desafortunadamente la
mayoría que creen que compartir objetivos es debilitarse y es correr riesgos. Para ellos
la información siempre la debe tener el jefe y ésta no debe ser comunicada a los
colaboradores. Para ellos la información es poder.
En cuanto a su relación con los compañeros de trabajo Marta nos dice: yo he
tenido la suerte de poder elegir a la gente que va a depender de mi, salvo alguna
excepción que me impusieron alguna persona, siempre he elegido a las personas. Claro
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que esto te da una enorme ventaja y también una gran responsabilidad porque cuando tu
eliges no puedes echarle la culpa a nadie no puedes decir es que fulanito me falló o
sutanita no cumplió. Es tu total responsabilidad. En general he sabido elegir bien,
alguna que otra vez me he equivocado pero te puedo decir que en el noventa por ciento
de las veces he hecho una buena elección.
Yo he trabajado igual de a gusto con hombres que con mujeres. Yo no creo en la
distinción de sexos, creo en la capacidad de las personas independientemente de si son
hombres o mujeres. En algunos puestos he preferido mujeres u hombres, pero ha sido
más bien la excepción. Por lo general las mujeres son más detallistas, se preocupan más
por los detalles y más disciplinadas y los hombres son más, como te diré, prácticos,
aventados, pero esto es una generalidad, desde luego que hay hombres detallistas y
mujeres prácticas. En algunos puestos he elaborado perfiles del puesto y he colocado como
característica deseable que sea una mujer o un hombre dependiendo del puesto.
Para Marta el término adecuado es colaborador y no subordinado porque: los
colaboradores nunca son subordinados sino compañeros de trabajo. El término
subordinado me parece arcaico. Yo prefiero llamarlos colaboradores porque de esa
manera los siento parte de mi equipo y siento que su trabajo está colaborando con el
mío. A mí me parece que subordinado tiene una implicación discriminatoria que
significa poder y estatus.
El liderazgo debe ser compartido con los colaboradores por eso para mí es
importante entender que depende la tare que estemos realizando hay muchos momentos en que
algún o alguna colaboradora asumirá el liderazgo porque tiene el conocimiento y la experiencia
en ese asunto”.
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Por otra parte reconoce que “la verdadera función de un líder es hacer que las
cosas sucedan. Para lograrlo es necesario delegar responsabilidades. La delegación no
es tarea fácil porque debe asegurarse que en realidad se esté llevando a cabo lo que se
espera por lo que el seguimiento y el control son fundamentales en la función de
liderazgo.
El clima de la organización tiene que ver con un ambiente de libertad, con una
comunicación fluida donde cada colaborador sienta que puede ser comprendido y que la
jefa tiene la capacidad de ponerse en sus zapatos. La compasión y la comprensión son
elementos, a mi juicio, muy importantes para un buen clima organizacional.
En cuanto a mi relación con mis compañeros directivos en general ha sido
buena. Recuerdo haber tenido un conflicto con un director de facultad que trato de
inmiscuirse en mis asuntos dando opiniones y sugerencias que no le fueron solicitadas.
Él me creo un conflicto interno que supe confrontar y resolver en su momento. Para mi
la relación con mis compañeros directivos debe ser discreta y respetuosa. Procuro
mantener una distancia sana. Asisto a una que otra reunión siempre de trabajo y no
tengo relación con ninguno de ellos. Me parece que así debe ser. Como somos directivos
estamos acostumbrados a mandar y a veces queremos dirigir en otros terrenos que no
son los nuestros. Cuando ha habido momentos difíciles para algún compañero he
procurado mantenerme al margen. Aun cuando los medios de comunicación me han
entrevistado sobre el problema del compañero x procuro que mis opiniones no sean
evaluativas y respondo con mucha cautela para no perjudicarlo. No participo en chismes
de ninguna índole ni en política barata, que aquí le llamamos grilla. En general mis
compañeros directivos han sido hombres. Ha habido muy pocas mujeres, entre más alto
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es el puesto menos mujeres te encuentras. Recuerdo dos directoras de facultad y tres
jefas de departamento, en este nivel en el que ahora estoy soy la única mujer
Las barreras que tuvo que afrontar Marta
Yo creo que los problemas en la vida son oportunidades para crecer dice Marta
cuando hablamos de los obstáculos que ha tenido que enfrentare para llegar a estar en
donde está. Ella afirma que: la primera lucha que tuve que librar fue y sigue siendo con
mi madre. Ella es una mujer chapada a la antigua y no logra asimilar los cambios que
hemos venido experimentando. Para ella la sociedad está atravesando por estos períodos
críticos de familias destrozadas, como la mía, de acuerdo a su criterio, debido a que
hemos, como te diría, distorsionado nuestros papeles como mujeres y como hombres. Yo
estoy fuera de todas sus expectativas. Es mi culpa que mi matrimonio haya fracasado,
para ella, es mi culpa que mis hijos no vivan con un padre, porque yo lo ahuyenté con mi
comportamiento poco femenino. Mi madre no sólo se opone a que yo de alguna manera
transgreda las reglas, sino que ella ve en mí una forma de ser, como te diré, poco
femenina. Este ha sido un verdadero obstáculo para mí porque siento su permanente
rechazo. La verdad es que ella no me acepta como soy y no creas aun a mis cincuenta y
tantos siguen afectándome. A veces me he preguntado si valdría la pena ir a ver un
psicólogo para recibir ayuda profesional porque a lo mejor en el fondo yo soy la que no
la acepto a ella. No sé.
Otra barrera fue: mi ex (esposo) fue en un momento dado de mi vida, un enorme
obstáculo. No sabes los rounds que nos aventábamos. Discusiones permanentes,
violencia psicológica, de parte de los dos. Los dos nos agredíamos fuerte. Me llegó a
decir que para él yo no tenía ningún valor como mujer. Llegamos a no tener relaciones
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sexuales durante más de un año. Hasta que dije ya basta, no es esta la vida que quiero
para mí y le pedí el divorcio. Primero nos separamos por unos meses y luego ambos
llegamos a la conclusión de que esto era lo mejor para los dos. Fue un período difícil.
Decidí no volver a casarme porque creo que esto va repetirse. Mira en el fondo el
hombre quiere una mujer que le obedezca, que no sea más que él, ni siquiera igual. No,
yo no nací para estar casada. Mi madre dice que nos sirvo para las labores „propias de
una mujer‟, o sea no sirvo para tener marido y no sirvo para tener hijos. A veces me
entra la duda y me digo a mi misma –¿no será que en realidad mi destino no es el de la
familia?, ¿seré una buena madre?- no se, pera a veces me siento culpable de tener esta
familia tan …diferente a lo que yo hubiera querido. No has preguntado por mis sueños,
pero mi sueño siempre fue un hombre con el que pudiera haber compartido mi vida
entera, que estuviera aquí conmigo, con mis hijos. Un hombre que no se sintiera menos
que yo. Un verdadero hombre.
No sé si la muerte de mi padre puedo considerarla como un obstáculo, lo que sí
puedo decirte es que fue uno de los momentos de mayor debilidad en mi vida. Más fuerte
que mí divorcio. El duelo aún después de cinco años me dura. Mi padre fue y es uno de
los pilares más fuertes en mi vida. Mi relación con él fue tan profunda y tan „neta‟ como
dicen ahora los muchachos, que siento que con él se murió una parte de mi. Estoy
aprendiendo a dialogar con él. Cada vez que tengo un suceso, problema o éxito, se lo
comparto y aunque no me lo creas, siento sus respuestas, su presencia, es reconfortante.
Estos son los que yo consideraría obstáculos de verdad. He tenido múltiples
tropiezos digamos laborales, políticos, del día a día, pero los verdaderos tiene que ver
con esto que te comenté
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Los modelos de referencia para Marta
¿Quiénes fueron tus modelos y cómo éstos te ayudaron para llegar a ser líder?
concretamente no lo sé. Nunca en mi fuero interno pensé en ser líder. No nunca lo pensé,
o en ser la jefa de alguien al menos no conscientemente. Sin embargo yo creo que hubo
personas a lo largo de mi vida que estuvieron conmigo y fueron determinantes. Mi papá
fue una persona determinante en mi vida personal y laboral. Cada logro, cada puesto
que he tenido mi papá lo disfrutaba enormemente y eso hacía que me sintiera segura,
importante, que continuara buscando el éxito profesional, o al menos lo que para mi era
el éxito”.
Yo considero que el hecho de haber sido una estudiante destacada durante toda
mi vida fue un gran aliciente para mí en cuanto a seguridad, audacia, autoestima. Me
hacía sentir importante porque eran muchos los reconocimientos, y no me refiero a los
diplomas, sino más bien a los reconocimientos que te dan las personas, la palmadita en
la espalda, el aplauso cuando pasas a recibir el diploma, el reconocimiento de los
profesores, el respeto de tus compañeros de clase, no sé, todas esas experiencias hacen
que construyas una personalidad muy definida, muy sólida.
Yo fui una adolescente en plena lucha por los derechos de la mujer. En 1975 yo
tenía 19 años y se hablaba muchísimo de la liberación femenina. Eso creo que me marco
hasta el grado de que yo quería destacar en todo lo que hacía. Toda esta filosofía hizo
que yo visualizara un mundo distinto al de mi madre por ejemplo. Pensaba en mí como
una mujer exitosa, con su propio dinero, su propio automóvil, su propia casa, su propia
vida. Nunca me visualicé limpiando la casa ni las nalguitas de mis hijos, ni trapeando y
barriendo y todas esas cosas. Cuando leí a Simone de Beauvoir, o asistí a las
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conferencias con (Elena) Poniatowska, o leía sobre Elena Garro, yo decía esas son otro
tipo de mujeres, como esas quiero ser. La obra de Beauvoir es esplendorosa y muy
revelante y relevante para mí. Mi modelo nunca fue mi mamá, ni mis hermanas, ni todas
esas mujeres tradicionales, a quienes respeto mucho, pero que yo no aspiraba a ser como
ellas. Yo pienso que la vida es algo más que seguir un estereotipo. Yo creo que la vida es
construir sobre tus deseos, tus metas, tus sueños. No se vale renunciar a nada de lo que
quieres ser en aras de nadie, porque entonces vives frustrada, aniquilada, como
fantasma, no mi vida es mía y la quiero vivir como yo decida.
Quién es Ana
Me describo a mí misma como una luchadora incansable. Una mujer sin edad,
porque no creo en ella. Una mujer sin tiempo, porque soy de este tiempo. Una mujer de
eterno presente y de sueños y proyectos permanentes.
Sobre su estado civil nos camparte que: Nunca me casé y me hubiera gustado
hacerlo. Pero deje pasar la oportunidad y al amor de mi vida. Lo tuve en mis manos y lo
deje ir. Me arrepiento porque sé que soy mujer de un sólo amor.
En cuanto a su profesión nos dice: soy profesora y soy ingeniera quizá más lo primero
que lo segundo y también viceversa.
Dentro de cómo se describe ella, además de lo anterior aporta lo siguiente: Mis
padres murieron hace ya tiempo y vive conmigo una sobrina con su esposo y sus tres
adorables pequeños. Son como mis hijos y mis nietos. Soy una mujer afortunada porque
tengo todo lo que necesito para ser feliz y soy feliz. Tengo salud, juventud, humor, no soy
rica pero gano lo suficiente para hacer mis viajes por el mundo, tengo talento para la
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administración y para la pintura, tengo una linda casa, llena de luz, alegría, amor.
Tengo todo lo que necesito, estoy plena.
Ana es una mujer llena de energía, optimista y fuerte. Tiene 55 años de edad. Es
una mujer madura, bajita de estatura, muy delgada, muy blanca y con unos enormes ojos
verdes. Ana es profesora de educación primaria y tiene una carrera universitaria, dos
maestrías y un doctorado.
Ana se define a sí misma como: una mujer independiente, no sumisa, soñadora, a
la que le encanta el arte y la magia de la vida. Soy una mujer sensible y fuerte a la vez,
soy frágil y resistente, soy muy tenaz, aunque para algunos soy terca, cuestión de
enfoques. Me hubiera gustado casarme y tener una familia, pero mi prometido me dio a
escoger y en su momento elegí mi carrera profesional, no sabes cómo me he arrepentido,
pero lo hecho, hecho está…
Me considero una mujer sencilla, de buenos sentimientos. Me gusta estar con la
gente. Soy muy exigente hasta conmigo misma. Soy exigente porque quiero resultados,
buenos resultados.
Físicamente Ana dice de sí misma: soy una mujer pequeña de estatura pero
grande de ideas, por aquello de que la grandeza se mide de la cabeza al cielo. Soy muy
blanca y me considero una mujer muy hermosa. Me encanta vestir traje sastre porque me
parece muy cómodo y práctico. Tengo poca ropa pero procuro que sea de muy buena
calidad. Me gusta mucho lo mexicano por eso siempre me veras con algún accesorio
mexicano. Que si el collar, que si la pulsera, que si el anillo, siempre busco algo que me
de identidad. Soy mexicana y me siento muy orgullosa de serlo. Soy muy sencilla en el
vestir y no es algo a lo que le preste demasiada atención. Me gusta estar presentable, eso
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sí, pero sin muchas pretensiones. Me encanta ser muy femenina, muy delicada. Los
colores que escojo son siempre en tonos pastel. Soy muy maricona y me gusta mucho
serlo .¿Qué significa maricona? a poco no sabes. Maricona es una forma de ser muy
femenina. Me gusta ser muy femenina. Toda yo, mi atuendo, mi manera de ser, mi forma
de ir por la vida. Eso es ser maricona. Que no parezco fuerte. Que quién me ve, me ve
frágil, delicada, maricona pues.
Yo más bien me aficiono a todo lo que tenga que ver con el espíritu, con la belleza,
con la estética y por ahí si tengo puesta toda mi atención. Las personas cultas son más
atractivas para mí que las personas atractivas físicamente, las personas cultas me
encantan.
Los eventos culturales como el teatro, los conciertos, las exposiciones pictóricas,
etc. son mi pasión, me fascinan, me transportan a otras latitudes, me envuelven,
alimentan mi espíritu. Todas las manifestaciones artísticas me atraen. Leo mucho,
muchísimo, novela, cuento, poesía. La poesía es punto y aparte, me apasiona.
Ana es una mujer extrovertida, fácil de entrevistar. Comparte los trozos significativos de
su vida con mucha generosidad. Cada una de las sesiones de entrevista con ella fue de
verdad deliciosa.
La familia de Ana
De su familia nos dice que: Mi padre y mi madre fueron profesores de primaria,
maestros de escuela pues. Dos seres maravillosos, fantásticos, inigualables. Mis dos
grandes pilares. Mamá era una mujer sencilla, de rancho. Una mujer bellísima y de
pensamiento muy claro y liberal. Para ella las mujeres debíamos superarnos, destacar.
Ella fue maestra toda su vida. Murió joven, a los sesenta y dos años. Murió en su salón
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de clase. Por eso te digo que trabajó toda su vida. Dio la salida a los niños y sentada en
su escritorio dio la salida a su alma y ahí quedo, sentada en su escritorio, con una
sonrisa de satisfacción. El evento causo un enorme revuelo, ya te imaginaras.
Cuando nos vinieron a avisar no podíamos creerlo. Papá se desplomó,
literalmente, física y espiritualmente, se desplomó. A partir de la muerte de mamá la vida
ya no fue la misma para mi papa, su interés por la vida se esfumó. Los cuatro años que
sobrevivió, los vivió en un permanente homenaje a su memoria.
Ana describe a su mamá de la siguiente manera: Mamá fue una persona alegre,
con mucha vitalidad. Era estricta pero justa. Mi relación con ella fue maravillosa. Yo
podía hablar de cualquier tema con ella y siempre me escuchaba y respetaba. Me
encanta recordar las tardes de algunos sábados, sobre todo en invierno que nos
poníamos a hacer tortillas de harina de azúcar, nos quedaban exquisitas o a cocinar
para algún evento especial, tamales, mole, codero con garbanzo, cabrito a las brazas,
huachinango frito, pescado a la veracruzana, mamá era una excelente cocinera y lo
disfrutaba muchísimo y yo era un muy buena aprendiz y también lo disfrutaba una
enormidad. La cocina, hoy en día, la buena cocina la disfruto mucho.
Mamá me alentaba mucho a seguir mis sueños, pero también me ayudaba a poner
los pies sobre la tierra. Ella me enseño a tomar mis propias decisiones desde pequeña.
Veíamos los pros y los contras y luego me decía tu tienes la última palabra. De esa
manera yo era responsable de mis propios errores y no había posibilidad de usar a nadie
como chivo expiatorio. Recuerdo cuando decidí estudiar en la Normal, revisamos todos
los convenientes e inconvenientes y yo tomé la decisión, por eso años más tarde que
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decidí por estudiar otra carrera no fue extraño para ella y me apoyo en todo momento.
La relación con mi madre fue maravillosa.
Y a su padre lo describe de la siguiente forma: Mi padre para mí fue un
extraordinario amigo, un ser sensible, con una gran belleza interior. Mi padre era un
verdadero artista. Conservo de él un diario que es una verdadera obra de arte. Ahí tiene
escrito los pasajes de su vida más significativos. Tiene una descripción muy detallada de
lo que cada uno de sus hijos representaba para él. Es una delicia leer como conoció a
mamá y como fueron aflorando sus sentimientos. Se puede apreciar como su amor fue
sufriendo transformaciones y fue solidificándose. De verdad es un agasajo leerlo y saber
que eres parte importante en la vida de otro ser humano.
Cuando papá murió y descubrí este diario fueron horas de lectura y de una
sensación de vida esplendorosa. Recuerdo un pasaje que más o menos dice así: -Ana ha
decidido estudiar en la escuela Normal. No está muy convencida de esto, pero yo estoy
seguro de que ella se dedicara a la educación toda su vida, porque tiene el talento para
hacerlo. Mi princesa quiere volar y tiene todo el derecho del mundo. La sensación es
dual, de una infinita alegría y de una profunda melancolía. Alegría porque esta decisión
es un indicio inequívoco de que se está convirtiendo en un adulto. Melancolía porque me
pregunto en qué momento mi pequeña Ana creció, fue tan fugaz, que al cerrar los ojos
me parece que está ahí en su cuna, en su columpio- ese era mi padre. En realidad soy
una mujer muy afortunada porque tuve unos padres fuera de seria.
Ella agrega: mi padre también fue un gran propulsor para que yo fuera una
profesionista exitosa. Se preocupaba mucho de mis calificaciones, me ayudaba a
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entender algunos conceptos que se me dificultaban por ejemplo con las matemáticas o
con la física. Eran materias que me parecían un tanto complicadas.
Ana comenta una anécdota para ilustrar la personalidad de su papá: una de las
experiencias más significativas, que fue dolorosa, pero que recuerdo con gran cariño fue
cuando me quebré la pierna. Tenía yo seis años. Estábamos jugando en patio de la casa,
mis hermanos, mis primos y yo. El juego consistía en saltar de una mesa, de esas de
lámina, hacía el piso. En una de esas me caí al suelo y por el ángulo me quebré la
pierna. Mi mamá no quería que me internaran en un hospital y yo tampoco lo quería.
Estaba aterrorizada. Mi padre junto con un tío, al que adoro, construyó una cama
especial para que yo tuviera la pierna levantada por unos contrapesos, es decir una
cama especial. Así es que no fui al hospital y estuve con la pierna levantada por seis
semanas y luego me enyesaron de la cintura para abajo. Mi padre tenía esos enormes
detalles. Era un ser extraordinario.
Cuando le comenté que quería estudiar una carrera en la universidad me hecho
porras. Le dio un gran gusto a él y a mi mamá que me decía „ves la carrera de maestra
era sólo un escalón. Ahora tu sola te puedes sostener una carrera en la universidad‟. En
realidad los dos fueron grandes pilares en mi vida.
Ana es la menor de cuatro hermanos. Tres hombres y ella. De sus hermanos Ana
se expresa así: Con mis hermanos me llevo muy bien. La diferencia de edad entre el
mayor y yo es de sólo seis años, así es que prácticamente los cuatro atravesamos por las
mismas etapas de vida. Con ellos jugué a todo y aprendí a jugar todos sus juegos. Me
trepé en los árboles y jugué a las canicas. A mí nunca me preocupó, de veras, nuca me
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preocupó si los juegos que jugaba eran de niños o niñas. Yo jugué juegos infantiles, de
todos y los disfruté mucho.
Somos ahora gente madura. Mi hermano el mayor asumió el rol del padre cuando
papá murió y siendo yo la hermana menor pues me procura muchísimo, busca siempre
estar en contacto conmigo. De hecho su hijo y sus nietos viven conmigo. Son una
maravillosa compañía. Con el hermano que sigue también tengo una buena relación,
aunque no tan cercana como con mi hermano mayor. De hecho el vive en los Estados
Unidos, en Dallas, Texas y lo veo sólo dos o tres veces al año. A veces yo viajo y a veces
el viaja. Mi hermano el más pequeño de los hombres es muy reservado. El vive su vida
con su esposa y sus hijos de manera muy separada. Yo respeto a cada uno de ellos
porque ya tienen una familia formada.
De mi hermano mayor recuerdo su preocupación permanente por mí, quizá por
ser la más pequeña. Recuerdo que me ayudaba con trabajos de la escuela. Lo recuerdo
siempre preguntándome en que puedo apoyarte, hasta ahora.
Su esposa es una mujer muy preparada y muy recelosa. En realidad no tengo una
relación óptima con ella, más bien nos toleramos. Mi preocupación permanente es no
provocar algún incidente entre ellos. Todos mis hermanos gozan de una buena posición
económica. Todos ellos son ingenieros y han conseguido buenas posiciones de trabajo.
Mi hermano mayor siempre ha tenido puestos de alta responsabilidades en la iniciativa
privada y ahora tiene un puesto político de alto nivel.
Con mis hermanos en general tengo bastante confianza, pero con mi hermano
mayor puedo desahogarme, puedo contarle mis miedos, mis preocupaciones, mis
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alegrías, mis dudas sin temor a una indiscreción por su parte. Con él he compartido
triunfos y fracasos y siempre ha estado a mi lado.
Educarse con varones tiene sus ventajas. Aprendes a jugar juegos de niños, a
competir con ellos. Yo jugué a los juegos de niños y también a los de niñas. Me gustaba
jugar más a las muñequitas que al fútbol, pero jugué a todo. Es una ventaja porque
entonces el mundo de los niños no te es ajeno. No te asusta. No eres tan diferente. De tal
manera que cuando creces y tienes que jugar en el mundo de los hombres sabes hacerlo.
De hecho estudié dos carreras profesionales, una femenina como la de ser maestra y otra
masculina como la de ser ingeniera.
Uno de los fracasos en los que su ayuda (la de los padres y hermanos) fue decisiva
fue el rompimiento de mi compromiso. Yo tenía preparada mi boda y quince días antes
de la fecha señalada, rompí mi compromiso. De esto habló poco, pero para efectos de tu
estudio creo que esta fue una de las experiencias más significativas y…más dolorosas de
mi historia personal. Yo tenía un novio al que amé profundamente y él a mí al menos eso
creo.
Pasados cuatro años de noviazgo y teniendo yo treinta y un años y él treinta y
ocho, decidimos casarnos. Pidió mi mano a mis padres, pues aun vivían y comenzamos a
preparar la boda. Tú sabes, las invitaciones, la iglesia, el viaje de bodas, el banquete y
todo lo que esto supone. Un día llegó a mi casa y de pronto me preguntó que cuando
dejaría yo de trabajar. Acababa de asumir la dirección de la Facultad y sentía la
responsabilidad de por lo menos terminar mi primer período como directora. Era un
compromiso moral con toda la gente que me apoyó, había sido una contienda sumamente
difícil, y era también un compromiso conmigo misma. Hablé con él horas enteras, pero
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no hubo manera de convencerlo. Estaba decidido o dejaba de trabajar o no había boda.
No hubo boda. A veces me pregunto si fue la mejor decisión. No lo sé. La cuestión es que
a mí me hubiera gustado muchísimo casarme, tener hijos, formar una familia. En el
fondo creo que es mi culpa no haber logrado mis metas personales
Los estudios de Ana
La educación formal de Ana la inició a los cinco años de edad cuando ingresó en
el jardín de niños. Acababan de inaugurar un jardín de niños cercano a mi casa que
administraba el IPI (Instituto Protección a la Infancia) con fondos federales. La entrada al
jardín de niños para mí fue traumática. Nunca me había separado de mis padres y ahora
sin decir agua va, me dejan en un lugar donde no conocía a nadie. Lloré, grité, patalee.
Estaba asustadísima. Que tal estará la cosa, que aun ahora cuando evoco esa situación,
la angustia recorre mi cuerpo. Fíjate que importante es preparar a los niños ante
situaciones nuevas.
Yo creo que si me han comentado que iba a ir a la escuela de algún modo no me
hubiera sorprendido tanto. La experiencia más grata que recuerdo del jardín de niños es
la calidez con la que mi maestra me trato. Era una jovencita dulce y cariñosa, muy
paciente. Recuerdo con especial cariño la ronda de naranja dulce con la que ganamos el
concurso de rondas a nivel estatal. Tengo la fotografía con todas mis compañeritas y con
la maestra. Ahora ya de adulta me queda claro que estos fueron mis primeras
sensaciones de éxito, mis primeros triunfos. Ahí tuve dos amiguitas que todavía ahora
recuerdo con mucho cariño, rosita y Adriana, jamás las volví a ver pero guardo en mi
memoria sus caritas.
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En la escuela primaria ingresó ya con los seis años cumplidos, y les llevaba la
delantera a mis compañeras de grupo porque yo ya tenía desarrolladas algunas
destrezas psicomotoras. Ya sabía dibujar con mucha precisión las famosas bolitas y
palitos, ya realizaba trazos curvos, por ejemplo, sabía recortar y ya podía dibujar casitas
y algunos animalitos. Conocía las vocales, esas no me las enseñaron en el kinder, pero
que tal en mi casa, con dos padres profesores. Entré con el pie derecho y me convertí en
alumna sobresaliente. Puros primeros lugares.
Recuerdo con mucho cariño a mis maestros de primaria. Tuve cuatro profesoras y
dos profesores. Con la única persona que tuve problemas en toda mi vida de estudiante y
fíjate bien lo que te digo, en toda mi vida de estudiante que ha sido muy larga, fue con mi
profesora de cuarto año. Me tomo una animadversión desde que me conoció que durante
todo el año escolar me trajo a carrilla (expresión utilizada para decir que el maestro
estaba siempre observándola y molestándola) Yo creo que le caí mal desde que me vio.
Cuestión de química incompatible. Me hizo la vida de cuadritos. Pero así y todo obtuve
el primer lugar del salón.
Mis papás no quisieron cambiarme de grupo porque para ellos era importante
que yo aprendiera a resolver la situación sin huir de ella. Para ellos era una cuestión
formativa. Esta maestra era altanera, grosera, ofensiva, en fin una abusadora. Fue un
acoso permanente. Si fuera en esta época la acusaba de violencia docente. Fue una
experiencia dolorosa.
En quinto grado estuve en un grupo mixto. Toda una experiencia estar en el salón
de clase con compañeritos hombres. Como ya estaba acostumbrada a convivir con
hombres, pues yo me crié con puros hermanos, para mí no representó problema alguno
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pero para algunas compañeritas sí que fue una bronca mayúscula. Tuve oportunidad de
hacer amiguitos en la primaria y aun ahora cuando me los llego a encontrar, uno de
ellos trabaja conmigo en la Universidad, es un gusto enorme. Qué bueno que muchos
años después se optó por que todos los grupos fueran mixtos. Es absurdo que ahora
pretendan regresar a la educación por sexo. Es realmente absurdo, sería desde mi
perspectiva un verdadero retroceso.
Recuerdo que la maestra hacia distinciones muy marcadas, por ejemplo ella decía
vamos a salir a jugar y traía un balón de fútbol y se lo daba a los niños y con nosotras
ella jugaba a las rondas. A mí eso me parecía no raro sino, como te puedo explicar, no
comprensible. Yo me preguntaba qué tal si a un niño se le antoja o le gusta jugar a las
rondas o a una niña al fútbol. Estaba tan marcada la diferencia que teníamos un patio
con tierra de diferente color para las niñas y había otro para los niños. Si había
diferencias súper marcadas.
Luego ya en mis estudios de postgrado leí acerca de las diferencias que los
profesores y profesoras hacen en los salones de clase y en las escuelas, es muy
interesante como nos educan de manera diferenciada. . Había discriminación desde el
momento de que se hacía distinciones del orden de si eres hombre eres bueno para esto
pero no para aquello y si eres mujer eres buena para esto y no para aquello. De hecho la
mayor parte de mis compañeritas de primaria se dedicaron al hogar y esto no es
casualidad, la educación que se imparte en las escuelas elementales tiene muchísimo que
ver con el estilo de vida que luego eliges.
La relación con mis compañeros de primaria fue bastante buena. Me reunía y
jugaba con quién me invitaba. Pero tuve grandes amigas como Rosario, Estela, María
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Eugenia, a quien le decíamos kena y Lourdes o Lulú. Con ellas jugaba y me juntaba a
estudiar o a hacer tareas porque todas vivíamos en la cuadra, bastante cerca una de la
otra.
Recuerdo unas vacaciones de verano, que eran bastante largas, prácticamente
tres meses, organizamos en casa de Lulú, que tenía un patio muy grande, una obra de
teatro e invitamos a toda la colonia y cobramos veinte centavos por la entrada. Fue todo
un éxito, asistieron cerca de cuarenta o cincuenta personas entre niños y mamás de los
niños. La mamá de lulú no hallaba que hacer con tanta gente, pero nosotras presentamos
la obra de teatro con bastante éxito. Tendíamos nueve o diez años y aquella fue una
extraordinaria experiencia. La directora de la puesta en escena era yo y desde ahí
denotaba mis dotes de líder.
Durante toda la primaria estuve siempre entre los dos primeros lugares. Fui una
niña sumamente responsable, cumplida, dedicada. Cada buena calificación que sacaba
era premiada con un reconocimiento incomparable en mi casa. Los abrazos de mamá
diciéndome al oído lo orgullosa que estaba de mí. La llegada de papá a la casa y su
abrazo fuerte, fuerte, sin decir palabra pero no era necesario. Mis hermanos sintiéndose
orgullosos de ser parientes de la niña aplicada de la escuela, en esa época ser „nerd‟ no
era un defecto, sino todo lo contrario. Estas escenas se repitieron a lo largo de mis
estudios de primaria, secundaria y normal.
En la primaria tuve varias responsabilidades extracurriculares, por ejemplo, en
cuarto grado ayudaba a la maestra Pera (Esperanza) a revisar las pruebas semanales.
Eso me dio una autoridad moral impresionante. Era como una segunda maestra. Ayudé a
la maestra durante todo el año escolar. En quinto grado fui la encargada de la escolta.
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Así es que yo elegía de entre las niñas y niños que querían formar parte de la
escolta a los que consideraba más aptos. Eso me dio una gran autoridad moral también.
En sexto participé en dos festivales escolares. Uno con una declamación en una
asamblea escolar y con un bailable el día de las madres. Participe a nivel estatal en
pruebas de español y aritmética y obtuve buenos lugares.
En la primaria tuve buenas amigas. Eran del barrio. En ese entonces íbamos a la
escuela del barrio, no como ahora que los padres se tienen que desplazar grandes
distancias para llevar a sus hijos a escuelas privadas, entorpeciendo el tráfico y no
permitiendo a sus hijos que crezcan. Por eso ahora yo veo que los niños y adolescentes
son mucho más dependientes de los padres.
No fui una niña huraña, pero tampoco fui una niña extrovertida. Era más bien
una niña seria que escogía muy bien a sus amistades. En la primaria tuve cuatro grandes
amigas con las que conviví prácticamente toda la primaria y la secundaria.
En sexto grado fui nombrada directora del periódico mural de mi escuela, en ese
entonces era un pizarrón que estaba colocado en el pasillo de la entrada a la escuela
junto a la dirección y ahí colocábamos noticias importantes del mes. Se cambiaba cada
mes y poníamos las biografías de los personajes importantes de ese mes y los avisos que
la directora quería difundir. Tenía a mi cargo a ocho alumnos y cuatro alumnas y entre
todos íbamos dándole forma al material que colocábamos en el pizarrón. Para mí fue
todo un acontecimiento y fue una actividad que disfruté mucho. Aquí también desarrolle
mis habilidades de líder.
De sus estudios secundarios ella nos comparte que: la secundaria para mi pasó sin
pena ni gloria. Tengo escasos recuerdos de la secundaria. Fui alumna destacada pero no
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tengo en especial algún recuerdo significativo. Solo te puedo decir que fui representante
de grupo en tercero de secundaria. En general fue una etapa como de aletargamiento
para mí. Aunque participe en el concurso de composición literaria y compuse varios
poemas, no obtuve un lugar sobresaliente.
De los profesores de secundaria recuerdo con especial admiración al maestro
Agustín, le decíamos pinocho porque tenía una nariz enorme, él nos daba la clase de
música y recuerdo que tocaba el piano y nosotros cantábamos el himno a la revolución o
dios nunca muere, etcétera.
El maestro Agustín formó un coro para representar a la secundaria en diferentes
eventos, pero yo no fui elegida porque era y soy sumamente desafinada. Me hubiera
encantado participar en el coro pero eso no fue posible.
Después de la secundaria Ana ingreso directamente a la Escuela Normal, ya que
en ese entonces no se requería de estudios de preparatoria para ingresar a la Normal. para
estudiar la Normal no se requería de estudios de preparatoria como ahora. El ser
maestro no era ninguna licenciatura como ahora. En aquel entonces el ser maestro era
considerado un oficio y no una profesión. Era una carrera corta, tres años después de la
secundaria.
Ella estudió en la Escuela Normal y además nos dice que: fui a la universidad
porque los estudios ya terminados que realicé en la Normal me parecía que no llenaban
mis expectativas. Decidí estudiar una carrera universitaria y me gradué con mención
honorífica. Cuando fui profesora de educación primaria disfruté muchísimo esa etapa,
porque tenía contacto permanente con mis niños. Fui profesora de primaria por 13 años,
y siempre atendí los grupos de sexto grado de hombres porque se requería alguien con
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carácter fuerte y yo lo tenía, alguien con cultura general, amplia, o por lo menos más
amplia que la generalidad y yo la tenía, alguien con conocimientos más amplios y
profundos y yo los tenía, así es que las directoras no batallaban, me daban siempre el
sexto grado. Nada más en una ocasión trabajé con quinto año y otra con segundo.
También me gusto la experiencia. A mí lo que me apasionaba era la curiosidad
desmedida de mis alumnos, su energía, su alegría inocente de vivir. Me contagiaba de
esa sensación de estar vivo que los niños tienen.
Sin embargo el ambiente magisterial siempre me pareció mediocre. Aunque desde
luego hay de todo, la gran mayoría de mis compañeros maestros son o eran mediocres.
Había un ambiente poco atractivo para mí. Pocos conocimientos, poca lectura, poca
exposición a conferencias, teatro, pintura, en fin un ambiente que me asfixiaba y al que
no pertenecía.
Pero fueron trece años de mi vida. En la zona escolar donde trabaje durante ese
tiempo yo tenía fama de buena maestra, de exigente, estricta. Los padres de familia
decían que sacaba buenos grupos. Trabajaba con mis alumnos mucho. Llevaba siempre
una bitácora y siempre me quedaba horas extras con los más lentos para aprender.
Para mis compañeros maestros yo era una pretenciosa porque procuraba no
tener mucho contacto con ellos. Organizaban reuniones y desde la música que elegían
era para mí totalmente desagradable. Contaba pocas amigas maestras entre mis
amistades y solo un amigo profesor. De ahí en fuera no tenía ni quería tener mucho
contacto. Difería en todo con ellos, desde la forma de vestir hasta la manera de ver la
vida. Mis sueños y ambiciones nada tenían que ver con aquel ambiente
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Estudié en la escuela Normal porque mi mamá era maestra y su sueño era que yo
también lo fuera. Siendo yo la única mujer de una familia de cuatro y además la más
chica, para mis padres era obvio que mis hermanos irían a la universidad y yo a la
Normal.
La normal si fue significativa en muchos aspectos. Primero estaba estudiando la
profesión que ejercían mis padres. Eso ya de por si me hacía sentir que ya estaba
creciendo. Aunque no era la carrera profesional que yo ambicionaba, si aprendí mucho
en el transcurso de los tres años de estudios de la Escuela Normal. Ahí si fui muy activa.
Fui representante de grupo los dos primeros años y presidenta de la sociedad de
alumnos en tercer año de Normal. Participé activamente en muchas actividades
extracurriculares como la organización de la primera semana cultural, pertenecí al club
de danza folklórica y participé en muchos festivales dentro y fuera de la Normal, estuve
en el club de teatro y participé en varias puestas en escena siempre como actriz. También
aquí fui alumna sobresaliente. Obtuve el tercer lugar de toda la generación y vamos a
que fue una generación de más de quinientos estudiantes
A mis maestros de la Normal los considero como excelentes formadores. Recuerdo
que revisaban acuciosamente desde la ortografía y redacción hasta la manera en que te
parabas y te vestías para exponer una clase. Fue una época verdaderamente hermosa.
Mi relación con todos mis maestros y fue extraordinaria. Hubo de todo,
profesores muy estrictos hasta profesores que te acosaban sexualmente. En esa época ni
siquiera era considerado el acoso como tal. Sin embargo el balance es bueno, muy
bueno.
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Mis padres siempre trabajaron, pero nunca nos descuidaron. Siempre estaban al
pendiente de nosotros. Mi papá en especial disfrutaba conmigo haciendo trabajos de la
Normal. Recuerdo en una ocasión que nos pidieron que confeccionáramos unas esferas
con bolas de unicel y vasos de gelatina, mi papá me ayudó y nos quedaron magníficas,
así es que el cien (de calificación) no se hizo esperar.
Pero independientemente de la calificación lo que más disfruto recordar de
manera muy significativa son esas deliciosas tardes haciendo esta o aquella actividad
junto a mi padre, poniendo toda nuestra energía y nuestra atención, todo nuestro
corazón. Esas tardes son verdaderos tesoros que guardo celosamente muy dentro en mi
corazón, mi memoria y mi alma
En una ocasión, uno de los maestros más exigentes de la Normal nos pidió un
reporte de la clase de orientación vocacional. Acostumbrada a obtener excelentes
calificaciones, esperaba con toda la seguridad del mundo mi cien. Un cien por el que me
esforzaba, por el que me desvelaba, por él que estaba dispuesta a hacer todo lo que fuera
necesario, académicamente hablando, he, aclarando. Pues no, no obtuve el cien. En su
lugar apareció un espantoso noventa, ¿tú te puedes imaginar?, un noventa era para mis
super parámetros toda una afrenta, una vergüenza. No lo comenté con mis padres hasta
después de un par de semanas, cuando sentados en la mesa del comedor, durante la
cena, toda, pero toda la familia, mi mamá me preguntó: „Ana hace tiempo que noto (me
percato) que no estas comiendo bien, ¿pasa algo hijita? Ya te podrás imaginar el llanto
total. Parecía una Magdalena. No paraba de llorar y entre sollozos reconocí ante toda la
familia en pleno mi desventura de haber obtenido un noventa. Mi papá inmediatamente
se paró de su lugar me abrazó y me dijo „no te preocupes hijita, un noventa es una
197
excelente calificación‟ en cambió mi mamá, y ahí viene la lección, no se paró, ni me
abrazó, solo me observó desde su lugar y esperó a que mi papá y mis hermanos
terminaran de consolarme y de decirme lo bueno que era el noventa. Cuando todos
regresaron a su lugar, mi mamá me dijo: „pues yo si creo que el noventa es una
calificación vergonzosa para una jovencita que tiene capacidad como tu la tienes. A mí
se me parece que esta calificación es muy baja para ti. Si yo fuera tú, buscaría saber qué
fue lo que pasó, y sobre todo buscaría formas de negociación que me permitieran sacar
el cien. Yo si considero que debes buscar la excelencia porque tú tienes la capacidad
para ello. Si fuera tú estaría preocupada por saber en que me equivoqué‟. Mamá terminó
su reflexión, terminó su cena, se paró de su lugar y se fue.
Yo terminé mi cena y me quede pensando en lo que mamá había dicho. La lección
fue contundente. Si tienes la capacidad para un cien, el noventa es ofensivo. Esto lo he
aplicado en toda mi vida profesional y me ha dado grandes satisfacciones. Mamá era así,
contundente, clara, justa.
En la Normal tuve buenas compañeras pero amigas lo que se dice amigas creo
que no. Ahí tuve un gran amigo, del que estaba perdidamente enamorada pero él nunca
me hizo caso y entonces como premio de consolación nos hicimos muy buenos amigos. Él
era un muchacho muy inteligente y formamos equipo durante los tres años de Normal.
Después que salimos de la Normal lo vi un par de veces y luego supe que se caso y ya no
he sabido más de él. Yo creo que se debió también a que mi vida profesional la
desarrollé en la Universidad.
En la Universidad era de las poquísimas mujeres que ahí estudiaban. Yo era una
joven muy agraciada y tuve muy buenos pretendientes. Ahí aprendí a manejarme en el
198
mundo masculino. Aunque en mi casa tuve buenos maestros, mis hermanos. Yo siento que
la Facultad me facilitó el aprendizaje para la competencia con los hombres. Aunque
jamás me faltaron al respeto yo si siento que la competencia era abierta, frontal, de
alumno a alumno. Yo nunca sentí rechazo ni nada por el estilo. En cuanto sentía que
comenzaba una especie como de acoso sexual, los ponía en su lugar.
En la facultad tuve básicamente maestros varones sólo una mujer en toda la
carrera me dio clase. Mi relación con todos ellos fue bastante buena. No faltó quien se
quisiera pasar de listo pero en general eran bastante respetuosos. De todos ellos aprendí
machismo pero a diferencia de la Normal, la Facultad resulto ser un lugar más relajado,
menos tenso, con mayor libertad. Los profesores exigían resultados y no les interesaba el
proceso para llegar a esos resultados. Fue una carrera que me exigió leer mucho pero
que a la vez fue como muy práctica.
Yo fui una joven muy agraciada, modestia aparte. Era muy guapa y tenía un
montón de pretendientes. En la universidad no era la excepción, yo sentía o presentía
cuando iba a ser acosada por un hombre, desde la mirada, la forma de apretar la mano
cuando me lo presentaban, el tono cálido de voz característico. Entonces me adelantaba
a eso y construía una especie de barrera para que no sucediera. Ponía distancia de por
medio, buscaba no estar a solas con la persona, hacía cosas por el estilo. El acoso en si
me molestaba, no me asustaba. Lo que si me aterrorizaba era el que dirán. Me importaba
muchísimo que no se fuera a decir de mí cosas impropias. Con el tiempo aprendí que el
éxito no es fácil de aceptar.
En la Facultad fui una alumna de excelencia. Me titulé con excelencia académica.
Siempre participé en actividades de tipo cultural. Y como experiencia significativa de
199
esta etapa recuerdo una con especial cariño. Participamos, un equipo compuesto por
tres integrantes, dos hombres y yo, en un concurso nacional de investigación y enviamos
el protocolo de investigación así como resultados primarios, que era lo que el concurso
exigía.
Ganamos una mención que teníamos que recoger en la ciudad de México. Fuimos
los tres a recogerla y mis compañeros decidieron que yo pasara a recoger la mención de
manos del Secretario de Educación a nivel nacional. Ese hecho para mi fue muy
significativo porque cualquiera de los tres teníamos el mismo derecho. Yo pensé que
íbamos a realizar un sorteo para decidir quién pasaba, un volado de perdido. Me sentí
valorada, respetada, reconocida por mis compañeros. Independientemente de la
mención, que ya era en sí un súper reconocimiento, para mí lo significativo fue el
reconocimiento de mis compañeros.
A veces anhelo una vida más normal, más tradicional. Me siento culpable de no
tener tiempo para mí, para mis cosas. De no haber tenido más tiempo para mis padres.
Tengo la sensación de que la vida se me escurre de las manos
Los empleos de Ana
La vida profesional de Ana ha estado ligada al ámbito educativo porque como ella
afirma: la educación fue el origen de mi vida profesional. Primero como profesora de
educación primaria, luego como docente en la universidad, después como coordinadora
académica, jefa de departamento, directora de división académica y ahora mi posición
actual” siempre he sido una mujer muy ocupada. Me siento culpable de no haber sabido
equilibrar las cosas. De no haber realizado mi más ambicioso sueño, formar una familia.
No tuve la valentía ni el coraje para luchar. Hombres había muchos y yo me clave sólo
200
con uno. Error fatal. Yo creo que en el fondo no quise comprometerme con nadie, por
qué el compromiso está cabrón, perdón por la expresión pero no encuentro otra más
adecuada. El compromiso significa renuncia, adaptación, aceptación y tal vez nunca
estuve realmente dispuesta a llevarlo a cabo.
Cada posición que ocupé estuvo llena de experiencias y el conjunto de ellas dio
como resultado la construcción de la líder que soy ahora. Sin menospreciar mi labor,
estoy cada vez más consiente que las posiciones de liderazgo se fueron dando, yo las
buscaba pero también fueron presentándose un conjunto de circunstancias que
favorecieron mi ascenso permanente. Lo importante en todo caso es saber
aprovecharlas”. Estar ahí en el momento preciso, con la preparación que la propia
experiencia te va dando, con los conocimientos que vas acumulando.
Como profesora fui exigente pero justa. Cada estudiante que ha pasado por mi
clase es un ser humano único y especial, pero también es parte de un grupo que debe
seguir las normas. He aprendido que si quiero obtener resultados debo dejar claras las
reglas del juego. Una de las experiencias más valiosas de la docencia es que me enseño
a ser muy clara cuando doy instrucciones y me ayudó a ordenar mi pensamiento. Cada
proyecto en el que participaban mis alumnos tenía reglas claras. Si daban una clase o si
presentaban un examen, si participaban en algún concurso o si simplemente asistían a
mis clases las normas estaban puestas y todos los estudiantes debían conocerlas. Por
supuesto las normas se hicieron para respetarse y en eso soy inflexible, a menos que sea
un asunto de fuerza mayor, puedo considerar hacer alguna excepción, pero en general
no hice ni hago excepciones, alumno que no cumple sencillamente no pasa. Esta
201
experiencia de ser justa, clara e inflexible la fui formando con el tiempo y entre más lo
práctico mejores resultados obtengo.
La docencia me formó definitivamente como líder. Yo creo que cada profesor es
un líder. Los estudiantes lo tienen como modelo ha segur. Yo creo que en las normales y
en las escuelas donde imparten la carrera de educación deberían agregar cursos sobre
liderazgo, porque estén o no conscientes de ello los maestros somos líderes. Entre
mejores estilos de liderazgo desarrollemos, mejores maestros vamos a ser.
Los maestros débiles, que no saben mandar es difícil que tengan buenos grupos.
Ahora que lo comentó contigo voy a hacer llegar una propuesta en este sentido a las
autoridades universitarias correspondientes. Definitivamente la docencia me formó como
líder, no por algo nos dicen a las maestras que somos bien mandonas.
La relación con mis jefes siempre ha sido bastante cordial, al menos es así como
la he percibido. Soy una buena subordinada, no soy del tipo rebelde. Yo creo que los
jefes sabemos apreciar a las personas disciplinadas y trabajadoras también. Porque de
nada sirve un subordinado que a todo dice que si pero que no da resultados. No soy
aduladora ni lama ya sabes que, no me gusta ser hipócrita ni andarme arrastrando
detrás del jefe para conseguir mejores posiciones o canonjías. Yo demuestro mi valor
con trabajo, con resultados.
Cuando a un jefe le das resultados te conviertes en indispensable, en necesaria.
Con trabajo, con mucho trabajo y con buenos resultados he logrado ir escalando hasta
lograr muy buenas posiciones dentro de la Universidad. No ha sido fácil, han sido fines
de semana, vacaciones y hasta mi vida privada sacrificados para llegar hasta aquí. Por
si, yo creo que con mis jefes he llevado siempre relaciones de trabajo y muy armoniosas.
202
Con mis subordinados o sea con las personas que me reportan a mi trato de ser
justa, como te decía en mi labor docente con los alumnos, pero soy bastante exigente y
siempre me apego a las normas y a lo planeado. Cuando tengo reuniones con cada uno
de ellos reviso constantemente las metas y voy viendo los resultados.
Soy una jefa muy aprehensiva, me gusta tener todo bajo control y por lo mismo
exijo estar enterada de todo lo que pasa en mi área de trabajo. Soy muy controladora y
me gusta tener todo bajo un estricto orden. Doy seguimiento a todo lo que solicito y a
todo lo que me comprometo y se comprometen conmigo mis seguidores. Eso sí, busco
siempre conseguir buenos sueldos y prestaciones porque si soy exigente me gusta ser
justa en la retribución.
No me gustan las grillas (chismes, politiquería), las detesto y no permito que en
mi área de trabajo se den. Cuando detecto alguna, busco inmediatamente deshacerme de
la persona ya sea buscando su traslado a otra dependencia dentro de la propia
Universidad o lo despido. He aprendido a lo largo del tiempo que hay que evitar a toda
costa las grillas porque son como una plaga que todo lo echa a perder.
Con los otros jefes o directores o sea con mis iguales siempre he tratado de ser
muy respetuosa y me gusta muchísimo hacer equipo con todos ellos. Procuro organizar
reuniones de trabajo y también de tipo personal, me gusta hacerme amiga de todos ellos
porque me siento en confianza porque desempeñamos funciones parecidas. Busco
establecer nexos cercanos y comparto con ellos mis inquietudes, mis dudas, mis
problemas y me gusta escuchar sus puntos de vista porque me sirven para ver otros
puntos de vista que me ayuden a resolver los problemas. Mira dado que soy muy
203
acuciosa tengo la tendencia de exagerar las cosas y a veces el tener otros puntos de vista
me colocan en la realidad de manera más objetiva.
Las barreras que tuvo que afrontar Ana
En muchas ocasiones estuve a punto de aventar la toalla. Me preguntaba a mí
misma ¿es esto lo que quiero para mí? Y en muchas ocasiones me contesté que no y
estuve a punto de dejar todo lo construido.
Yo considero que si existen barreras en la vida de una mujer que quiere progresar
profesionalmente, porque la sociedad no está preparada para que las mujeres salgamos
a competir con los hombres en el terreno profesional, y si se trata de liderazgo menos.
Hay actitudes machistas por todos lados. Desde los que dicen cómo te vas a dejar
que una vieja (mujer) te manipule o te mande o las propias mujeres que te critican
porque con esas actitudes y ambiciones pareces „hombre‟.
En lo personal yo viví una historia que ha sido la tragedia de mi vida, claro
porque yo he querido verla así. No me case porque decidí ser exitosa profesionalmente.
Ya sé lo que estás pensando, mis amigas me dicen que por tonta, que debí buscarme un
hombre más evolucionado, más a mi altura. Pero mira la verdad, es muy difícil, aunque
parezcan evolucionados en el fondo no lo son y a lo mejor no lo somos tampoco las
mujeres. Si le preguntas a cualquier mujer al azar, te va a decir que quiere un hombre
que sea más que ella. Más inteligente, más aventado, más valiente, que gane más dinero.
Yo creo que la sociedad construyó nuestra identidad de esa manera.
Yo sí creo que para las mujeres es más difícil subir, escalar peldaños en cualquier
organización. Los hijos, el marido, los padres ancianos, en fin todo lo que tenga que ver
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con la casa, con el hogar, es responsabilidad de las mujeres. Desde luego que no es justo
ni es parejo pero así es. Esa es la realidad y por eso es más difícil para nosotras.
El acoso sexual es otra situación bastante común. Es tan común que muchas
personas lo ven como natural, como normal. En donde yo he trabajado, sin excepción ha
habido acoso. Si, si había acoso y hay después en los lugares donde trabajan las
mujeres. Mira aun ahora que ya soy una mujer madura, de vez en cuando hay acoso.
Pero esto es parte de la vida profesional y tienes que aprender a defenderte y a avanzar.
A mí ni el acoso sexual ni laboral ni de cualquier tipo, me detuvo ni me detiene.
Me era y me es molesto, pero eso no me detiene. Yo tengo muy claras la metas, como
dicen los norteamericanos, estoy enfocada en lo que quiero y lucho por ello. De mí se
han dicho y se dicen muchas cosas. Qué si estoy aquí por favores sexuales, qué si estoy
aquí por política y no por capacidad académica, qué si soy lesbiana.
Mira, cuando subes y estas en una posición de poder, eso no se perdona. Si me he
percatado que si a un hombre el éxito no se le perdona, a una mujer, es casi casi un
atrevimiento y menos, mucho menos se le perdona. Y no te perdonan el éxito los hombres
y las mujeres menos. Las mujeres son grandes detractoras de las mujeres. En mi vida
profesional he tenido más problema de patadas por debajo de la mesa y habladurías a
mis espaldas con mujeres. Mis principales oponentes hoy por hoy son hombres. Los
hombres también tienen lo suyo, pero por lo menos con más frecuencia asoman la
cabeza. Mis principales detractoras son mujeres.
Los modelos de referencia para Ana
Los modelos de referencia de Ana son: mis padres definitivamente. Tanto mi
madre como mi padre son mis modelos por excelencia. Los dos fueron profesores y yo los
205
vi ejercer su liderazgo dentro de su labor docente. Cada uno de ellos con un estilo muy
particular. Mi padre un tanto más soñador y romántico tendía a ser un líder más
democrático, más igualitario, más paternalista. Mi mamá en cambio era una persona
más realista. Veía las cosas y las situaciones como son, sin idealizarlas y era un tanto
más dura, más enérgica, más exigente, menos protectora.
De mis profesores recuerdo a uno de ellos que fue director de la Facultad. Él era
un verdadero líder, muy comprometido con la escuela, muy decidido a hacer
innovaciones a buscar nuevas formas. Él era una persona con mucha energía, con
mucha fuerza, movía a la acción a las personas. Yo lo admiro muchísimo, más ahora que
yo estoy ejerciendo liderazgo. Me gustaría tener ese don de convencimiento y de
facilidad de argumentación, firme pero sin violentarse, sereno para la toma de
decisiones, en fin un verdadero líder.
Para mí Shakespeare es fundamental en la biblioteca de cualquier académico y
con mayor razón si se trata de un líder. El manejo magistral de las pasiones humanas
por el poder por ejemplo en Macbeth o en Hamlet o en el rey Lear es de una actualidad
sorprendente. Podría pasarme la tarde evocando personajes de estas piezas artísticas y
compararlos con personas de la vida real. Yo creo que cualquier líder debe conocer las
características de los seres humanos.
(Luís) Buñuel es otro de mis modelos. Su cine surrealista es impresionante. Me
parece que la realidad es así de surrealista. Hay cada problema al que uno se enfrenta
que parece de otro planeta, de otra forma de ser de la realidad misma. Ese manejo que
hace en sus películas es de una genialidad y creatividad, que para que te cuento. Para mi
como líder en una universidad Buñuel me ha ayudado a entender esta realidad
206
cambiante de los académicos. Esas locuras que de pronto proponen esas ideas de
avanzada, esos cambios radicales.
(Luís) Mandoki (cineasta mexicano contemporáneo) es un joven de 52 o 53 años
con buenas propuestas. Anda ahora filmando el fraude electoral presidencial de 2006,
no sé cómo est ese documental pero la propuesta así de entrada me parece creativa, otro
ángulo. El verdadero líder para mi es aquel capaz de ver más allá del paradigma
existente, es capaz de crear nuevas formas de ver la realidad.
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