Cambio recientes en las principales causas de mortalidad en

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Cambio recientes en las principales causas de mortalidad en
Cambio recientes en las principales
causas de mortalidad en Colombia
Por: Karina Acosta
Julio Romero P.
Núm. 209
Octubre, 2014
La serie Documentos de Trabajo Sobre Economía Regional es una publicación del
Banco de la República – Sucursal Cartagena. Los trabajos son de carácter provisional,
las opiniones y posibles errores son de responsabilidad exclusiva de los autores y no
comprometen al Banco de la República ni a su junta directiva.
Cambios recientes en las principales causas de mortalidad en
Colombia
Karina Acosta y Julio Romero P.

Los autores agradecen los comentarios Jaime Bonet, gerente del Banco de la República sucursal
Cartagena, y de los investigadores del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER), María
Aguilera y Luis Armando Galvis. Agradecemos también la asistencia de Alejandro Silva en parte del
procesamiento de la información.

Los autores son economistas del CEER del Banco de la República, sucursal Cartagena. Los comentarios
o sugerencias a este documento pueden ser enviados al correo [email protected]
o a la dirección calle 33 # 3-123, Cartagena.
Resumen
Este documento estima la reducción de la esperanza de vida al nacer y la pérdida de
años de vida productivos, debido a las principales causas de muertes en Colombia.
Asimismo, se calculó la probabilidad de muerte por causas y cuando se alcanzan ciertos
grupos de edad. Estos ejercicios fueron basados en tablas de vida con múltiples causas
de salida y utilizando escenarios hipotéticos de eliminación de causas de muertes. Se
encontró que entre 1990 y 2012 se han experimentado notables cambios en el perfil
epidemiológico, así como el aumento de la esperanza de vida, esta presenta un rezago
de veinte años en comparación con países más desarrollados. En los últimos años, las
enfermedades del sistema circulatorio se han convertido en el mayor factor explicativo
de la reducción de la esperanza de vida al nacer. En los hombres, cobra importancia los
homicidios y otras causas externas, las cuales son el principal factor de riesgo de muerte
en las edades más productivas.
Palabras clave: demografía formal, proceso de múltiples causas de salida, eliminación
de causas por tablas de vida, esperanza de vida, Colombia.
Clasificación JEL: I10, J10, J11.
Abstract
In this document we estimate the reduction of the life expectancy at birth and the
productive years of potential life lost due to the leading causes of death in Colombia.
Likewise, we calculate the probability of death by causes and age groups. We apply two
methods, multiple decrement life tables and cause deleted life tables. Results exhibit
conspicuous changes in epidemiological pattern. Nevertheless, Colombia lags behind
developed countries in life expectancy rate. Over the last few years, circulatory system
diseases have become the major factor explaining the reduction of life expectancy at
birth. In the case of males, homicides and other external causes are the main risk factors
during their most productive years.
Key words: formal demography, multiple decrement process, cause deleted life tables,
life expectancy, Colombia.
JEL classification: I10, J10, J11.
1. Introducción
Es indiscutible que el mundo ha experimentado un acelerado cambio demográfico en el
último siglo. Entre el siglo XVIII e inicios del siglo XX, la población mundial no fue
superior a 1.500 millones. A mediados del siglo XX se dio un descomunal incremento de
la población mundial, la cual alcanzó cerca de 7.000 millones de habitantes a comienzos
del siglo XXI (Holdsworth et al., 2013). Este mismo periodo también significó para
Colombia un importante cambio poblacional. Entre finales del siglo XVIII y comienzos
del siglo XX, el país aumentó su población de cerca de 900 mil a unos 4 millones de
personas. Para 2014, la población colombiana se estima en aproximadamente 47
millones.
El crecimiento de la población ha estado acompañado de un cambio en la distribución
por edades y un aumento en el promedio de edad de la población, mostrando síntomas
de envejecimiento. De acuerdo con Horiuchi (1991), el envejecimiento de la población se
debe, en parte, a tasas de fecundidad relativamente bajas sumado a una reducción en
las tasas de mortalidad, con las muertes concentradas en las enfermedades
degenerativas y las edades más altas. Como consecuencia, el aumento de las
posibilidades de supervivencia será un tema primordial en el delineamiento de las
políticas de salud y pensión llevadas a cabo en los países que se encuentren en etapas
avanzadas de la transición demográfica como Colombia, de allí la importancia de su
estudio.
Las tesis sobre la reducción de las tasas de mortalidad han sido debatidas por más de
cincuenta años alrededor del mundo. Una de las más controversiales fue propuesta por
Thomas McKeown. Desde una perspectiva histórica, este autor atribuye exclusivamente
a los cambios sociales y económicos del siglo XIX de la reducción de las tasas de
mortalidad. De acuerdo con McKeown (1976), el incremento del ingreso permitió unas
mejores condiciones de vida y nutrición para la población, traduciéndose en el aumento
de la esperanza de vida. No obstante, otras hipótesis sostienen que los avances en la
medicina han tenido un papel primordial en el comportamiento de las tasas de
mortalidad, notable a mediados del siglo XX, cuando se dieron importantes
innovaciones en la medicina. Reseñando los principales estudios que han analizado este
fenómeno, Preston (1996) sugiere que estos dos puntos de vista no son excluyentes. Si
bien es cierto que no se puede desconocer el papel de los estándares de vida en las tasas
de mortalidad, una variedad de estudios de casos dan evidencia del impacto de los
avances en las condiciones sanitarias y los programas de salud.
1 Los avances en la medicina y la calidad de vida de la población han sido especialmente
importantes en el estudio de la transición epidemiológica. Esta indica que en la medida
en que la población progresa hacia estados de mayor modernidad en el largo plazo, se
genera una consecuente variación de los perfiles de las enfermedades, las lesiones y sus
factores de riesgo (Horiuchi, 1999; Omran, 1971; Omran, 2005). De acuerdo a las
principales etapas de la transición propuestas por Horiuchi (1999), las sociedades
primitivas que basaban su economía en la pesca, caza y agricultura, tenían como
principal causa de muerte las lesiones externas y enfermedades infecciosas. El
tratamiento de este último grupo a inicios del siglo XIX era mínimo, su mayor cambio se
dio a partir de tres grandes avances en el campo de enfermedades infecciosas: medidas
profilácticas para prevenir la transmisión, creación de vacunas y nuevos tratamientos
para curarlas1. Fue necesario un poco más de un siglo para que se transformara
totalmente el entendimiento y tratamiento de las infecciones (Easterlin, 2004).
Cuando las poblaciones avanzan a etapas de mayor desarrollo y cambio tecnológico,
con el avance de la medicina las principales causas se desplazan a enfermedades no
transmisibles, como las cardiovasculares, las cuales son posteriormente superadas por
los cánceres. Se estima que los países de más alto desarrollo se encuentran en etapas
donde se observa un aumento de la esperanza de vida a más de 80 años y cuyas
principales causas de muerte se limitan a aquellas ocasionadas por la debilidad de la
vejez.
Colombia es un país con características propias de ciclos avanzados y primarios de la
transición epidemiológica. Mientras que a inicios del siglo XX el país tenía como
principal causa de muertes factores de riesgo enfermedades de tipo infecciosa y
parasitaria, en los últimos años se está moviendo hacia enfermedades relacionadas con
el sistema circulatorio y los cánceres, propias de las edades más avanzadas. No
obstante, las causas externas como los homicidios y accidentes de transporte terrestre
aún se encuentran dentro de las principales causas de muerte. De acuerdo con la
definición propuesta por Horiuchi (1999), estas características ubican a Colombia en un
revés de la transición epidemiológica, en la que coexisten enfermedades propias de las
etapas avanzadas de la transición, como los cánceres, con un número significativo de
muertes por homicidios, producto de alienaciones sociales.
En resumen, Colombia es un país con un aumento progresivo de la población y su
expectativa de vida (producto de la caída en de la tasa de mortalidad) y la reducción de
Los descubrimientos de los principales modos de transmisión, agentes causales, vacunas y drogas de las
enfermedades infecciosas, se encuentran resumidos en Easterlin (2004).
1
2 la base de la pirámide poblacional (o envejecimiento de la población), los cuales tienen
consecuentes cambios sobre su perfil epidemiológico. La importancia del estudio de
estos cambios demográficos y epidemiológicos radica en que su entendimiento es
concluyente en las decisiones y planeación de políticas públicas de salud, pensiones y
fiscales, así como en la prevención de los principales factores de riesgo a los que está
expuesta la población. Las causas de muerte más destacadas están usualmente
relacionadas con factores que pueden ser evitables, en la medida en que se entienda de
qué se muere la población y cuáles son los grupos de edad más vulnerables.
Por las razones expuestas, este estudio se centra en la estimación de la esperanza de
vida en el caso hipotético de la eliminación de las enfermedades y factores externos que
causan el mayor número de muertes en Colombia. A su vez, este estudio calcula la
probabilidad de fallecer por cada una de estas causas por grupos de edad. Acorde con
Anderson (2011), conocer de qué y por qué se muere la población y cómo ha cambiado
esa estructura en el largo plazo será de primordial importancia para entender la salud
pública y el establecimiento de políticas, programas y estrategias para mejorarla.
Este artículo está organizado en seis capítulos. La segunda sección resume los
principales estudios sobre la mortalidad desde una perspectiva nacional e internacional.
La tercera sección describe y analiza la metodología y los datos usados para dicho
análisis. La cuarta sección presenta los resultados encontrados. La quinta sección
describe las principales causas de muertes por regiones. Por último, la sexta sección
presenta algunas reflexiones a manera de conclusión.
2. Estudios sobre mortalidad. Evidencia nacional e internacional
2.1.Antecedentes de los estudios nacionales de mortalidad
La evidencia sobre los deficientes registros vitales en Colombia dio paso a una serie de
investigaciones, cuyos objetivos era acercarse a la verdadera dinámica demográfica del
país. Así se comenzaron a realizar estudios a partir de métodos indirectos sobre las
variables determinantes del crecimiento de la población: la fecundidad y mortalidad.
Entre las investigaciones más relevantes de la sucesión de estudios que se iniciaron a
mediados del siglo XX sobre mortalidad, se encuentran las de López (1968a, 1968b)2,
2
Los trabajos de López se encuentran compilados en López (1991).
3 Potter y Ordóñez (1976), Bayona (1977), los Estudios Nacionales de Salud3 y Flórez y
Méndez (1997).
Los primeros trabajos desarrollados por López (1968, a y b) concluyeron que antes de
1951 Colombia era un territorio con un mínimo flujo migratorio neto y un crecimiento
relativamente estable. Justificado por esas características de la población colombiana,
este autor estimó las tasas de mortalidad (TM) entre 1938 y 1951 en 28,9, por medio de
los modelos de población estable4. Sus resultados también indican que entre 1951 y 1964
se experimentó una aceleración del crecimiento poblacional; este cambio fue
interpretado como una consecuencia del descenso de la TM que en dicho periodo se
evaluó en 19,9. Sin embargo, de acuerdo con López (1968, b), la comparación de estos
resultados con los de otros países con similar nivel de desarrollo, como México y Brasil,
sugería un rezago en términos del riesgo de la mortalidad y transición poblacional en
Colombia para la época.
Los resultados de López son posteriormente verificados por Potter y Ordóñez (1976),
quienes adicionalmente concluyeron que Colombia presentó un aumento en la
esperanza de vida al nacer
, en los hombres de 57 a 58 entre los periodos 1964-1969 y
1969-73. En contraste, en las mujeres ascendió de 61 a 63 años. Bayona (1977), por su
parte, estima
inferiores a las de Potter y Ordóñez, aunque coinciden en su aumento
entre 1964 y 1973 (de 53,7 a 57,1 en hombres y de 57 a 60,9 en mujeres). Adicionalmente,
Bayona calculó una relación funcional entre el desarrollo de los departamentos y la TM,
encontrando una correlación positiva entre estas dos variables. Particularmente, las
áreas geográficas con los mayores conglomerados industriales, adecuadas bases
sanitarias y focos de desarrollo durante 1964 y 1973 (Bogotá, Atlántico, Valle, Antioquia
y antiguo Caldas) exhibían las menores tasas de mortalidad, evidenciando la
regularidad empírica que sugiere que el crecimiento económico conduce a una
reducción de las tasas de mortalidad.
La serie de investigaciones en torno al tema de mortalidad aumentó entre los años
ochenta y noventa, con los Estudios Nacionales de Salud (ENS). Los principales
resultados de estos estudios se resumen en los siguientes puntos: 1) Bayona y Ruiz
(1982) encontraron una reducción de la Tasa de Mortalidad Bruta (TMB) entre 1970 y
1980 (de 10,1 a 5,8), más evidentes en los departamentos que enfrentaban las más altas
3 Algunos de los trabajos que hacen parte de estos son: Bayona y Ruiz (1982), Bayona y Pabón (1982) y
Ochoa et al. (1983).
4 De acuerdo con López (1968), aunque los datos colombianos no eran suficientes para determinar el
modelo de las tablas de vida que mejor se ajustara a la mortalidad en Colombia, la evidencia sugería el
modelo Sur. Los resultados que se comentaron en este trabajo corresponden a dicho modelo.
4 tasas en los setentas. Consecuentemente, se experimentó una reducción de las brechas
regionales. 2) En el análisis por grupos de edad y causas, Bayona y Pabón (1982)
concluyeron que la TMB por edades, entre 1973 y 1977, mostraba una tipificada curva
“j” característica de los países en la transición demográfica hacia niveles bajos de
mortalidad. Es decir, los grupos de menor edad y mayor edad concentraban las más
altas tasas. Adicionalmente, verificaron que aunque las enfermedades intestinales y
respiratorias seguían siendo una de las principales causas de muertes en 1977, la
importancia relativa de este grupo frente a los otros era descendente, mostrando índices
de transición epidemiológica. 3) Por último, Ochoa et al. (1983) revelan una
entre 1966 y 1981, lo que se traduciría en
desaceleración de la tasa a la que crecía la
la espera de 25 años para alcanzar los niveles de mortalidad de los países desarrollados
durante esa época (72 años). Asimismo, hacen evidentes las diferencias en las
interregiones. Por ejemplo, una persona nacida en Cali tenía una
los nacidos en Chocó.
intra e
14 años superior a
A finales del siglo XX e inicios del XXI, las investigaciones que cerraron esta sucesión de
literatura en torno al tema de mortalidad son las de Flórez y Méndez (1997) y Rodríguez
et al. (2000). Las primeras autoras sostienen que la sobre-mortalidad masculina impulsó
el aumento de la brecha en la
entre mujeres y hombres, las cuales se estimaron en
1993 en 70,5 y 62,8, respectivamente. Como complemento de estos resultados,
Rodríguez et al. (2000) encuentran una tendencia hacia al aumento de enfermedades
tumorales y cardiovasculares en los grupos de población donde el NBI eran más bajo.
Estas características dan indicios de que la transición epidemiológica es heterogénea al
interior del país.
En los últimos diez años, la atención al tema de la mortalidad en Colombia se ha
reducido. Las investigaciones más recientes se limitan a las estimaciones oficiales del
DANE, el Ministerio de Salud y Protección Social y la Universidad de Antioquia (2010)
y el Ministerio de Salud (2013). En estos análisis las conclusiones se resumen en la
reducción de las tasas de mortalidad en los últimos años y en la variación de las
principales causas de mortalidad en el país. Allí no se evidencia un análisis detallado de
las causas de mortalidad y las probabilidades de muertes asociadas, en los cuales se
concentrará este documento.
De la literatura colombiana compilada en esta sección se resaltan tres mensajes
principalmente. En primer lugar, las estimaciones indirectas, llevadas a cabo sobre los
datos colombianos desde mediados de siglo, son concluyentes sobre la reducción en la
tasa de mortalidad (o aumento de la expectativa de vida). Las implicaciones de este
5 patrón es el envejecimiento de la población. En segundo lugar, han existido y persisten
brechas al interior de Colombia en términos de patrones de mortalidad y perfil
epidemiológico. Por último, Colombia se encuentra avanzando en las etapas de la
transición epidemiológica. No obstante, se necesita información de mejor calidad que
permita mejorar y contrastar los análisis en torno a estos temas decisivos de las políticas
públicas.
Bajo este contexto, los análisis de los estudios de mortalidad en Colombia dejan abiertas
dos grandes discusiones. Actualmente, cincuenta años después del inicio del debate en
torno a la necesidad de mejorar registros vitales, la ausencia de adecuados registros
sigue siendo una constante en las estadísticas del país. Aunque no se desconocen los
esfuerzos que se han hecho en esta materia, aún se requieren de reformas en la forma y
calidad de la recolección de los registros vitales (nacimientos y defunciones) en todas
las regiones del país, especialmente en las más rezagadas. En segundo lugar, más
estudios dirigidos al fenómeno demográfico y epidemiológico son indispensables en el
caso colombiano, con la rigurosidad técnica que este tema requiere debido a la ausencia
de datos de calidad.
2.2. La esperanza de vida y los patrones de mortalidad. Un análisis de la
literatura internacional
El recuento de la literatura de mortalidad en la población colombiana expuesta en la
sección anterior permite deducir que las investigaciones se han concentrado en el
análisis de las tasas de mortalidad, pero el estudio de las causas y su efecto sobre la
esperanza de vida de la población es limitado. En el caso de Colombia, solo se encontró
una aproximación de Banguero (1979) al análisis de los años de vida ganados por la
eliminación de las causas de muertes en la esperanza de vida de los hombres para el
promedio de los años 1973-1975, usando tablas de vida en las que se elimina una causa
de muerte.
En el marco internacional, la literatura que adapta las metodologías utilizadas,
expuestas en la siguiente sección, ha sido más extensa; esta se encuentra resumida en
Beltrán-Sánchez y Soneji (2011). Uno de los primeros acercamientos a estas técnicas fue
hecho por Keyfitz (1977), quien encuentra el resultado de la reducción marginal de una
causa de muerte sobre todas las edades en la esperanza de vida al nacer. El estudio llega
a la conclusión de que la cura del cáncer en el largo plazo tiene un bajo efecto en la
esperanza de vida, debido a que, con el tiempo, la incidencia de las otras causas de
enfermedades cobrará mayor importancia. Pese a esto, se debe esperar que aumente la
6 esperanza de vida si la incidencia de las otras enfermedades ocurre a edades más
avanzadas.
Los estudios que vinieron a continuación se concentraron en las ganancias absolutas en
la esperanza de vida como consecuencia de la reducción de una causa y grupo edad
específico de mortalidad entre dos periodos de tiempo. Entre los trabajos más
representativos o comunes de esta corriente se encuentran los de Arriaga (1984) y
Pollard (1982, 1988). Específicamente, Pollard (1988) busca conciliar los planteamientos
anteriores a él, obteniendo la asociación entre el cambio en la esperanza de vida y los
efectos directos e indirectos de la mortalidad en un grupo de edad dado. Por su parte,
Arriaga (1984) introdujo el concepto de esperanza de vida temporal, mostrando un
índice discreto que podría medir los cambios en la esperanza de vida a partir de la
reconstrucción de tablas de vida que permitiría la comparación entre géneros y
diferentes grupos.
Con la base metodológica y analítica propuesta por los autores mencionados, en
estudios más recientes, como el de Beltrán-Sánchez et al. (2008), utilizan conjuntamente
dos métodos de análisis: el efecto sobre la esperanza de vida si una causa de muerte
particular fuera eliminada y el método de descomposición que consiste en analizar el
efecto de causas de muertes específicas en la variación de la mortalidad. En el análisis
de los años 1970 y 2000, Beltrán-Sánchez et al. (2008) encuentran que la reducción de la
incidencia de las enfermedades del corazón, en primer lugar, y los cánceres, en segundo
lugar, contribuyó con el mayor incremento de la esperanza de vida en el periodo de
tiempo analizado. Adicionalmente, estos autores muestran que pese a que la tasa de
mortalidad por cánceres se redujo entre 1970 y 2000, un mayor número de años de vida
se perdieron en 2000 por esta causa, en comparación con 1970.
La investigación de Beltrán-Sánchez y Soneji (2011) se concentra en las muertes
violentas. Este trabajo reconcilia las metodologías utilizadas por todos los autores
mencionados, mostrando que los acercamientos a los cambios en la esperanza de vida,
dado un cambio en una edad/causa específica de muerte, tienen una formulación de
origen común. La metodología propuesta por estos autores muestra el máximo número
de años que pudieron ser potencialmente recuperados si una causa de muerte hubiese
sido evitada. Los principales resultados sobre las muertes violentas muestran que en
EEUU la pérdida del mayor número de años de vida potenciales ocurre entre los 15 y 34
años para la mayor parte de las muertes violentas (accidentes en vehículos de motor,
homicidios y suicidios). También concluyeron que el riesgo de muertes por otras causas
propias de edades avanzadas, como los cánceres y enfermedades cardiovasculares, es
marginal para este grupo de edad.
7 3. Métodos y materiales
3.1.Métodos demográficos
Los estudios de la mortalidad adulta en Colombia se han ocupado de un análisis
general. Menor atención ha recibido el análisis de las causas de muerte en diferentes
grupos de edad, momentos del tiempo y para cada género. Existe interés reciente en
reportar tasas de mortalidad por causas, que se calculan dividiendo el total de
defunciones que comparten una misma clasificación entre alguna medida de la
población en riesgo de muerte durante el periodo en el que ocurrieron dichas muertes.
Sin embargo, al no tratarse de tasas específicas por edades, estas están afectadas por la
distribución de la población; de manera que los cambios en las tasas brutas de
mortalidad por causa podrían estar reflejando una recomposición de la distribución de
la población por edades y no un aumento/reducción efectivo en las tasas de mortalidad
específicas por edades. En este sentido, en este documento se prefiere un análisis de las
causas de muerte en Colombia a partir de tablas de vida, lo que permite un mejor
entendimiento sobre la severidad que tienen algunas causas de muerte en Colombia y
cómo han cambiado en los últimos años.
El análisis a partir de tablas de vida tiene algunas ventajas. En general, una tabla de
vida es una forma contable de representar el proceso de salida, por ejemplo, el número
de defunciones por años de edad que experimenta una población de entrada, como es el
caso de una cohorte de nacidos. La primera ventaja es que toda tabla de vida puede ser
entendida como un modelo de población, que tiene la particularidad de ser estacionario
en tanto que el número de nacidos, 0 , es igual al total de defunciones ocurridas en
todas las edades:
0
. Por esta razón, las estimaciones hechas a partir de
tablas de vida no están afectadas por cambios en el tamaño de las cohortes. La segunda
ventaja es que a partir de estas tablas se pueden calcular una serie de mediciones que
son independientes del tamaño y la distribución de la población por edades; algunos
ejemplos son: la esperanza de vida al nacer; la probabilidad que tiene un individuo de
llegar a la edad de jubilación condicionada a su edad actual; la expectativa de vida en el
intervalo de edad 20, 65 , edades en las que los individuos tienen mayor participación
laboral, y otras.
El análisis de causas de muerte a partir de tablas de vida implica ventajas adicionales.
Facilita el cálculo de probabilidades de muerte por causas y en edades determinadas, de
manera que se puede identificar las edades en las que es más probable morir por
determinada causa. Adicionalmente, se pueden hacer algunos ejercicios comparativos,
por ejemplo, la reducción en la esperanza de vida y el sacrificio en años productivos que
8 están asociados a determinadas causas. En síntesis, las tablas de vida permiten
establecer cuál es la severidad de algunas causas de muerte que no es posible de inferir
a partir de tasas brutas o porcentajes simples.
3.1.1. Mortalidad como un proceso con múltiples causas de salida
Una de las formas de calcular una tabla de vida es a partir de las tasas específicas de
mortalidad por edades y existen diferentes métodos para estimar dichas tasas. Las
tablas de vida resumen el proceso de mortalidad de una cohorte verdadera, es decir
para una población que tiene la característica de haber nacido en un año en particular,
de manera que sintetiza el cambio en la mortalidad en diferentes momentos del tiempo
y a medida que los individuos aumentan su edad. Sin embargo, las tablas de vida
también pueden representar las condiciones de mortalidad que se observan en un
periodo particular a partir de una población de diferentes edades, es decir, haciendo el
supuesto de cohorte sintética.
En las tablas de vida más simples implícitamente se hace el supuesto que todas las
posibles causas de muerte se encuentran agrupadas en una única función. Información
adicional de la que se infiera y clasifique las muertes por causa y edad, permite analizar
la mortalidad como un proceso de múltiple salida. Allí se hace el supuesto que la tasa
específica de mortalidad que opera en un individuo de edad exacta , es decir
, es
igual a la sumatoria de las tasas de mortalidad de todas las posibles causas:
∑
. Donde
0, es la tasa de mortalidad instantánea que está relacionada
con la causa de muerte ; la cual, al ser promediada entre la población cuyas edades
pertenecen al intervalo de edad ,
, plantea que:
∙
∙∑
∑
∙
∑
(1)
En general, una tasa se define como el cociente entre el número de eventos ocurridos en
un periodo de tiempo, en este caso defunciones en un año calendario, y la población en
riesgo, es decir el número de personas-años que estuvieron expuestos al riesgo de
muerte. De esta manera, en una tabla de vida la función
contabiliza
el número de personas-años de vida para cada intervalo de edad, el cual al ser
multiplicado por la tasa de mortalidad da como resultado el total de defunciones:
∙
. De la relación anterior podemos deducir dos resultados. Primero,
que al multiplicar la población en riesgo por la tasa de mortalidad en cada causa
9 específica , obtenemos el número de muertes por dicha causa:
∙
.
Segundo, que el porcentaje de defunciones por determinada causa está determinado
por la forma:
(2)
Por otro lado, las probabilidades en una tabla de vida están definidas como el
porcentaje de individuos en los que se realiza determinado evento. En este caso, la
,
probabilidad de morir en el intervalo de edad
por la causa ,
, resulta de
dividir el número de muertes
, entre el total de individuos que llegaron a cumplir
años de vida,
, como lo muestra la ecuación 3:
∙
(3)
Las probabilidades de muerte pueden ser agregadas de manera que se llega a una
equivalencia similar a la obtenida en la ecuación 1, en la que se plantea que la
probabilidad de morir en el intervalo de edad ,
es igual a la sumatoria de las
probabilidades de muerte por cada una de las causas que operan en el mismo intervalo,
como lo muestra la ecuación 4:
∑
∑
∙
∙
(4)
De las ecuaciones 3 y 4 podemos deducir que la regla de proporcionalidad, indicada en
la ecuación 2, también es verdadera para el caso de las probabilidades de muerte como
se indica en la ecuación 5, la cual resume el principal resultado de las tablas de vida con
múltiples causas de salida. Bajo el supuesto de que las tasas de mortalidad son aditivas
e independientes, es necesario conocer o calcular al menos una de las tres proporciones.
(5)
Aunque las tasas de mortalidad son independientes, las probabilidades de muerte no lo
son y están condicionadas a las tasas de mortalidad de otras causas. Para mostrar esta
característica de las tablas de vida con múltiples causas de salida, retomamos la
ecuación 3 y reemplazamos la población que no muere antes de cumplir
años de
edad, es decir
, por su equivalente en términos las tasas de mortalidad que operan
en el intervalo de edad
,
, tal que:
∙
∑
.
10 ∙
∙
∑
(6)
Como se puede deducir de la ecuación 6, la probabilidad de morir por causa
disminuye ante un aumento en la tasa de mortalidad por causa
, manteniendo
todas las demás tasas de mortalidad constantes. El resultado anterior, ampliamente
discutido en demografía formal, tiene valiosas implicaciones en términos de la
transición epidemiológica. A medida que disminuyan las tasas de mortalidad por
determinadas causas que operan en una población, como las infecciones, las
probabilidades de que los individuos mueran por otras causas aumentan, por ejemplo
cáncer, a pesar de que estas tasas sean constantes en el tiempo. Esto no se puede
interpretar como que a medida que disminuyan las tasas de mortalidad por infecciones
entonces aumenten las tasas de mortalidad por cáncer, pues se parte del supuesto de
que son independientes.
Una de las principales ventajas de las tablas de vida con múltiples salidas es que
permiten calcular la probabilidad que tiene un individuo de años de edad de morir
por determinada causa durante los años de vida que le quedan por vivir, bajo el
supuesto de que las condiciones de mortalidad observadas en un periodo determinado
se mantengan constantes en el tiempo. Para este cálculo se parte de la ecuación 3 y se
ajustan los límites de integración de manera que:
∙
(7)
En este caso opera el supuesto de corte sintética, es decir que las tasas de mortalidad
que se observan en determinado momento se van a mantener constantes, en la medida
que no se hacen mayores suposiciones sobre la manera como las tasas de mortalidad
específicas y por causa de muerte vayan a evolucionar hacia el futuro.
Alternativamente, la expectativa de que nuevos adelantos de la medicina ofrezcan una
reducción en la mortalidad relacionada con determinada causa permitiría un cálculo
más optimista de la probabilidad de muerte por dicha causa y en consecuencia un
cálculo más pesimista sobre la probabilidad de morir por otras causas.
La estimación de las tablas de vida con múltiples causas de salida es bastante directa.
En el caso de las tablas de vida que operan para una cohorte la proporción de muertes
por determinada causa y en determinado intervalo de edad
, se trata de una
cantidad conocida. Por otra parte, en el caso de las tablas de vida que reproducen las
condiciones de mortalidad que se observan en un periodo particular de tiempo, dicha
proporción es inferida (o aproximada) usando la proporción de muertes observada en el
11 mismo periodo y en el mismo intervalo de edad, es decir
; valores que son
tomados de las estadísticas vitales bajo el supuesto de que las muertes no reportadas
tienen una distribución entre las causas similar a las de las muertes que sí son
reportadas.
3.1.2. Eliminación de una causa de muerte
El análisis de causas de muerte también es posible a partir de tablas de vida en las que
existe una única salida y en las que se han eliminado al menos una causa de muerte. En
este tipo de análisis se calcula nuevamente todas las funciones de una tabla de vida en
la que se representa un caso hipotético donde las tasas de mortalidad asociadas a una
causa de muerte son completamente eliminadas de todas las edades. Este ejercicio
metodológico permite analizar cómo luciría la fuerza de mortalidad
, el número de
sobrevivientes
y la esperanza de vida , suponiendo que todas las muertes de
determinada causa pueden evitarse.
Si todas las defunciones asociadas a una causa determinada se pudieran evitar, sería
suficiente con definir una función de mortalidad ∗
que opera para los individuos
de edad exacta , definida como la sumatoria de todas las tasas de mortalidad a
excepción de aquella que se elimina como posible causa de atrición5, de manera que:
∗
∑
(8)
Ahora, podemos definir que la nueva tasa de mortalidad general está relacionada con la
fuerza de mortalidad que efectivamente se observa para dicha población, es decir
,
a través de un factor
, como lo indica la ecuación 9:
∗
∙
(9)
La ecuación 9 implica que la fuerza de mortalidad de una causa específica
es
proporcional a la fuerza de mortalidad de todas las causas agrupadas, planteamiento
inicialmente propuesto por Chiang (1968). El factor
se puede interpretar como el
porcentaje de muertes no relacionado con la causa que se quiere eliminar. Se trata de un
valor que rige para todas las funciones a calcular en la tabla de vida y varía acorde con
la edad. A diferencia del ejercicio anterior en el que se cuantificaban las muertes por
causas en una tabla de vida pero la fuerza de mortalidad
se mantenía inalterada;
En demografía, la palabra atrición define un proceso en el cual una generación muere gradualmente
hasta su completa extinción.
5
12 en esta aproximación metodológica iniciamos por ajustar el número de sobrevivientes
de acuerdo con el cambio esperado en la mortalidad enunciado en la ecuación 9.
Como resultado, la ecuación 10 describe el número de individuos que sobreviven a la
edad exacta en función del tamaño inicial de la cohorte, que es el mismo para todas
las tablas de vida de la fuerza de mortalidad
y el factor
:
∗
0 ∙
∙
(10)
Por último, queda por enunciar el cambio esperado en la esperanza de vida que se
calcularía para un individuo que alcanza los años de vida, bajo el supuesto de que
todas las muertes relacionadas con la causa fueran eliminadas. Para este cálculo
partimos del principio de que cada individuo aporta a la esperanza de vida el tiempo
transcurrido entre el momento en el que alcanza los años de vida y el momento en el
que muere, cantidad que podemos calcular al integrar la ecuación 10 en el intervalo
, ∞ , y lo dividimos por el total de individuos que sobreviven a los años de vida,
como lo muestra la ecuación 11.
∗
∙
∗
∗
∗
∗
∙
(11)
La esperanza de vida al nacer es un caso particular en el que
0. Asimismo, los
límites de integración en el numerador de la ecuación 11 se pueden fijar en el intervalo
de edad 20,65 y se mantiene ∗ 0
0 en el denominador, de forma que se pueda
calcular el número de años que espera vivir un recién nacido durante los 45 años de
vida en los que se espera que va a participar con mayor intensidad en el mercado
laboral. Es decir que la ecuación 11 permite una modesta aproximación a lo que sería la
esperanza de vida productiva de un individuo en el caso hipotético en el que se pudiera
eliminar una causa de muerte. La esperanza de vida productiva podría aumentar
sustancialmente si se eliminan causas de muerte cuyas tasas de mortalidad son más
altas en edades que no superan los 65 años.
Las ecuaciones 10 y 11 involucran algunas integrales cuya estimación se expone a
continuación. Para empezar, partimos de la ecuación 9 y nos concentramos en un
y
son funciones continuas
intervalo de edad específico ,
. Dado que
que solo toman valores positivos y que se pueden integrar individualmente; se puede
utilizar el teorema del valor medio en integración:
∙
∙
(12)
13 Donde
,
corresponde al valor medio de la función
en el intervalo de edad
, el cual se puede estimar a partir de la proporción de muertes no relacionadas
∗
con la causa ,
; y el total de muertes reportado en las estadísticas vitales,
como lo define la ecuación 13:
∗
,
(13)
Teniendo en cuenta que la ecuación 10 describe el número de individuos que llegan a
determinada edad, podemos usarla como base para el cálculo de la probabilidad de
supervivencia en un intervalo de edad. Ahora remplazamos por el resultado de la
ecuación 12 y podemos definir la probabilidad de sobrevivir en el caso hipotético de
que se elimine la causa de muerte , es decir
∗
, en términos de valores conocidos
como lo son la probabilidad de supervivencia que efectivamente se observa
, y el
factor de ajuste 0
1, como se muestra en la ecuación 14. Entre menor sea el
valor que tome
, mayor va a ser el cambio esperado en la función de
supervivencia.
∗
∗
∙
∗
(14)
La segunda integral que vamos a detallar corresponde al aporte en años de vida que
hacen los individuos en un determinado intervalo de edad, generalmente indicado en
una tabla de vida con la función
.
∙
∙
(15)
La ecuación 15 indica que aquellos individuos que sobreviven en un intervalo de edad,
es decir
, agregan
años de vida cada uno; mientras que aquellos que
mueren en un intervalo de edad, es decir
, aportan en promedio
años de vida.
La estimación de la ecuación 15 implica conocer o estimar el conjunto de valores
.
En este documento los valores de
, para
5, fueron calculados usando el método
propuesto por Keyfitz (1966) que en forma resumida plantea lo siguiente: se parte de
valores conocidos de las tasas específicas de mortalidad,
, y se impone inicialmente
⁄2. Con esta información se calcula el total de defunciones en cada
que
intervalo de edad,
. Luego, asumiendo que el número de sobrevivientes de edad
exacta , se puede aproximar usando un polinomio de tercer grado en el intervalo de
edad
,
, es decir
∙
∙
∙ ; un nuevo conjunto de
valores de
se pueden aproximar de forma iterativa usando la ecuación:
14 ∙
∙
∙
(16)
En el caso particular en el que se elimina la causa de muerte , el número de
∗
defunciones
en el intervalo de edad, se puede calcular a partir del ajuste que se
hace sobre la probabilidad de sobrevivir en cada intervalo de edad (ecuación 14). En
consecuencia, el cálculo de valores
∗
no requiere de iteraciones adicionales.
3.2.Datos
La base de la información utilizada en este estudio se centrará en las tablas de vida
estimadas para Colombia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los años
1990, 2000 y 20126. En particular la columna de tasas de mortalidad entre 0 y 85 años de
edad. Todos los demás valores de las tablas de vida fueron recalculadas a partir de los
métodos anteriormente descritos. Las tablas de vida de hombres y mujeres
Colombianos en 2012, divulgadas por la OMS tienen una discontinuidad en las tasas de
mortalidad en las edades más avanzadas. A partir de los 85 años, el número de
sobrevivientes en las tablas de vida fue calculado ajustando la Ley de Mortalidad de
Gompertz, explicada en Preston et al. (2001). Adicionalmente, se utilizaron las
estadísticas vitales reportadas por el DANE. La información que se utilizó se concentra
en el reporte de las defunciones para los años 1990, 2000 y 2012 por grupos de edad
quinquenales de 0 a más de 100 años y las principales causas de muerte.
El análisis se centrará en las principales causas de muertes de la población colombiana
según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10, décima versión)7, a saber:
(1) las enfermedades isquémicas del corazón y enfermedades cerebrovasculares,
pertenecientes al grupo de enfermedades del sistema circulatorio (IX); (2) los homicidios
(o agresiones), perteneciente al grupo denominado causas externas (XIX); (3) las
neoplasias (III), donde se agrupan los tumores y cánceres, (4) enfermedades infecciosas
y parasitarias (I) y (5) las enfermedades del sistema respiratorio (X).8
En el Cuadro 1 muestra el porcentaje de las principales causas mencionadas dentro del
total de muertes en hombres y mujeres. De allí se puede deducir que las causas que
exhiben un aumento de la participación dentro del total de muertes reportadas son las
La información puede ser consultada en
http://apps.who.int/gho/data/view.main.LT62020?lang=en.
7 En 1990 se utilizó la agrupación equivalente reportada por la clasificación de enfermedades anteriores a
CIE-10: CIE-9. Las clasificaciones actualizadas pueden ser consultadas en:
http://www.who.int/classifications/icd/icd10updates/en/
8 Los números romanos en paréntesis corresponden al capítulo de la clasificación CIIE.
6
15 muertes por enfermedades isquémicas, cerebrovasculares, las neoplasias y las del
sistema respiratorio. De otra parte, los grupos de causas que muestran una reducción en
su participación son todas las causas externas, entre ellas los homicidios. Este patrón es
similar en hombres y mujeres.
Cuadro 1.
Porcentaje de muertes por causas en hombres y mujeres (1990-2012)
Mujeres
Causa/Año
Hombres
1990
2000
2012
1990
2000
2012
36,5
34,0
33,7
25,1
23,4
28,0
11,9
13,4
15,9
10,1
11,0
15,4
Cerebrovasculares
8,8
10,2
8,4
4,8
5,6
5,6
(XIX) Causas externas
7,9
7,8
4,9
35,3
35,5
23,1
Homicidios
2,9
2,8
1,5
23,9
23,5
12,7
Accidentes terrestres
1,7
2,0
1,3
3,8
5,1
4,5
17,0
19,1
22,1
10,5
12,0
16,2
(I) Enfermedades infecciosas y parasitarias
4,2
3,8
2,5
3,7
4,2
3,5
(X) Enfermedades del sistema respiratorio
9,5
9,4
11,5
7,2
7,3
9,7
(IX) Enfermedades del sistema circulatorio
Isquémicas del corazón
(III) Neoplasias
Fuente: Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), Estadísticas vitales. Cálculos de los
autores.
Del Cuadro 1 también se infiere que entre los grandes grupos de causas de muertes, son
las causas externas, las enfermedades del sistema circulatorio y las neoplasias las que
tienen las mayores participaciones en los hombres. Más desagregado, se encuentran los
homicidios (los cuales concentran la mayor fracción de las muertes por causas externas)
y las enfermedades isquémicas del corazón. A su turno, en las mujeres las causas más
agregadas que tienen la mayor participación son las enfermedades del sistema
circulatorio, las neoplasias y enfermedades del sistema respiratorio. En el análisis de los
subgrupos de causas, la incidencia de los homicidios es mínima en comparación con la
de los hombres, y la participación de las muertes por enfermedades isquémicas del
corazón son similares. Las comparaciones entre porcentajes deben interpretarse con
precaución porque están afectadas por la distribución de la población por edades y no
se tiene en cuenta el cambio en el nivel general de mortalidad.
16 4. Resultados
4.1.Distribución de las probabilidades de defunciones por edades y causas9
Las muertes violentas explican, en parte, el exceso de mortalidad masculina en los
grupos de edad más jóvenes. Del Cuadro 2 se deriva que las más altas probabilidades
de morir por hechos violentos en los hombres se condensan en los primeros años de
vida. Sin embargo, se debe anotar que la probabilidad para estos grupos se ha reducido
en el tiempo de análisis. En 1990 un hombre a los 25 años de edad podía fallecer por
homicidios con una probabilidad de 8,0% a lo largo del resto de su vida; en 2012 este
valor descendió a 3,7. En otras palabras, si las condiciones de mortalidad observadas en
el 2012 se mantuvieran contantes, el 3,7% de los hombres colombianos que llegan a la
edad de 25 años moriría en un homicidio. Dichas probabilidades descienden con la
edad, llegando a ser inferiores al 1% en el caso de un hombre que llega a la edad de 65
años, en cualquiera de los tres años analizados. En contraste, la probabilidad de que una
mujer muera por causas externas no es superior al 1% a ninguna edad. Esta es la más
destacable diferencia entre los hombres y mujeres colombianas en términos de riesgo de
muertes.
En contraste con las causas externas, la probabilidad de fallecimiento por enfermedades
isquémicas del corazón y las neoplasias han aumentado en todas las edades entre 1990 y
2012. La observación aplica tanto para hombres como para mujeres. En el caso de las
enfermedades isquémicas, las probabilidades aumentan con la edad. Por ejemplo, una
persona (hombres y mujeres) que alcanzaba los 65 años en 1990 tenía una probabilidad
de 16% de muerte por causas isquémicas en algún momento del tiempo esperado de
vida, mientras que en 2012 es 21,3 en las mujeres y 22,7% en los hombres.
La probabilidad de morir por tumores también aumenta con la edad, aunque muestra
un ligero descenso en el caso de los individuos que llegan a los 65 años. Entre 1990 y
2012, la probabilidad que tiene una mujer recién nacida de morir en el transcurso de su
vida por una neoplasia ha aumentado de 15,4 a 17,4%; en los hombres pasó de 13,4 a
17,2%.
Adicionalmente se encontró una reducción de la probabilidad de muertes por
enfermedades infecciosas y parasitarias. Pese a esto, otras enfermedades transmisibles
como las respiratorias han aumentado la probabilidad de muerte en todos los grupos de
edad entre los tres años analizados.
Como se indicó en la sección de metodología la probabilidades aquí mencionadas corresponden al
riesgo de muerte por causas en los años de vida que espera vivir.
9
17 Cuadro 2.
Probabilidad en los años de vida esperados de defunción por causas, género y edades
Probabilidades al momento de nacer
Mujeres
Hombres
Causa/Año
(IX) Enfermedades del sistema circulatorio
1990
2000
2012
1990
Probabilidades a la edad de 45
Mujeres
Hombres
2000
2012
1990
2000
2012
1990
2000
2012
47,3
44,4
40,7
37,7
35,1
36,6
50,1
46,6
42,2
44,2
41,1
40,0
Isquémicas del corazón
14,9
17,4
19,7
14,1
15,9
20,1
15,8
18,4
20,6
16,6
18,6
22,0
Cerebrovasculares
10,6
12,5
9,5
7,0
8,3
7,1
11,2
13,0
9,9
8,2
9,7
7,8
3,8
3,5
2,3
19,0
19,4
10,2
2,6
2,3
1,6
10,6
10,5
5,2
0,9
0,9
0,5
9,7
10,3
4,7
0,3
0,3
0,2
2,9
3,3
1,4
15,4
16,9
17,4
13,4
15,1
17,2
15,7
17,1
17,3
15,5
17,3
18,4
(I) Enfermedades infecciosas y parasitarias
2,6
2,3
1,7
2,8
2,9
2,4
2,1
2,0
1,5
2,3
2,4
2,1
(X) Enfermedades del sistema respiratorio
9,9
11,1
14,5
9,2
10,2
13,6
9,8
11,4
14,9
10,0
11,5
14,7
(XIX) Causas externas
Homicidios
(III) Neoplasias
Probabilidades a la edad de 25
Mujeres
Hombres
Causa/Año
(IX) Enfermedades del sistema circulatorio
1990
2000
2012
1990
Probabilidades a la edad de 65
Mujeres
Hombres
2000
2012
1990
2000
2012
1990
2000
2012
49,2
45,8
41,6
40,7
37,8
38,2
52,0
48,4
43,6
46,1
43,2
41,6
Isquémicas del corazón
15,5
18,0
20,2
15,3
17,1
21,0
16,1
19,0
21,3
16,4
19,1
22,7
Cerebrovasculares
11,0
12,9
9,7
7,6
8,9
7,4
11,4
13,3
10,1
8,6
10,2
8,1
3,3
3,0
2,0
16,7
16,6
8,6
2,3
2,0
1,3
7,9
7,4
3,3
0,7
0,7
0,3
8,0
8,1
3,7
0,1
0,1
0,1
0,7
1,0
0,4
15,9
17,4
17,6
14,4
16,1
17,8
13,5
15,1
15,3
15,0
17,0
17,7
(I) Enfermedades infecciosas y parasitarias
2,1
2,1
1,7
2,3
2,8
2,4
2,0
1,9
1,4
2,2
2,1
1,7
(X) Enfermedades del sistema respiratorio
9,7
11,2
14,7
9,2
10,6
14,0
10,3
12,0
15,7
11,0
12,8
15,9
(XIX) Causas externas
Homicidios
(III) Neoplasias
Fuente: Cálculos propios con base en: Organización Mundial de la
http://apps.who.int/gho/data/view.main.LT62020?lang=en. DANE, Estadísticas vitales.
Salud,
Global
Health
Observatory
Repository,
disponible
18 en:
A pesar de su simplicidad, el análisis de causas de muerte a partir de tablas de vida con
múltiples causas de salida tiene algunas limitaciones que es preciso detallar. Primero, la
mortalidad es únicamente un resultado de un proceso más complejo que bajo ciertas
condiciones y para ciertas causas implica un estado de enfermedad que antecede al
fallecimiento. Ese proceso puede contener otros estados que describan la evolución de
la enfermedad, incluyendo periodos de susceptibilidad, latencia, tratamiento, remisión,
recaída y recidiva. En las tablas de vida con múltiples causas de salida no se hace
mención de los estados que caracterizan dicho proceso ni la forma como las tasas de
mortalidad cambiarían en cada uno de esos estados. Al no analizarse dichos estados, no
se está examinando el hecho que los individuos al ser diagnosticados de algunas
enfermedades tienen alternativas como modificar su comportamiento y recibir
diferentes opciones de tratamiento que terminan por afectar sus chances de
supervivencia. El resultado de la primera limitación es que el análisis a partir de tablas
de vida con múltiples causas de salida sería una idealización en la que se estarían
promediando los chances de supervivencia de todos los individuos que sucumben ante
determinada causa, independientemente de recibir un diagnóstico, modificar su
comportamiento o recibir un tratamiento adecuado.
La segunda limitación es que no se está teniendo en cuenta la forma como las diferentes
causas de muerte impactan la esperanza de vida. Un individuo de determinada edad
puede tener la misma probabilidad de morir por una causa u otra durante los años de
vida que le quedan por vivir; lo que no implica que la pérdida en años de vida sea igual
en el caso de sucumbir ante una causa u otra. Esto sucede porque las tasas de
mortalidad por diferentes causas podrían y de hecho muestran diferentes valores por
grupos de edad. Por ejemplo, aunque un individuo tenga la misma probabilidad de
morir por un homicidio o una enfermedad del sistema circulatorio, la pérdida en años
de vida que se podría esperar de una muerte por homicidio es mayor pues las tasas de
mortalidad por homicidios son más altas en edades jóvenes si se compara con las tasas
de mortalidad por enfermedades del sistema circulatorio, las cuales tienen valores más
altos en edades que superan los 60 años de edad. Una forma de entender el impacto que
determinada causa tiene sobre la esperanza de vida es a partir de tablas de vida en las
que se elimina una o más causas de muerte.
19 4.2. La esperanza de vida y las causas de mortalidad
La esperanza de vida al nacer
resume la tasa de mortalidad general, en la medida en
que incorpora los patrones de mortalidad que prevalecen en niños, adolescentes,
adultos y la tercera edad (Silcocks et al., 2001; OMS, 2011). Como se discutió en la
sección de métodos, es una medida que no está afectada por la distribución de la
población por edades; de manera que es más acertada para hacer comparaciones en el
tiempo o entre grupos.
El análisis de la
de mujeres y hombres colombianos sugiere que entre 1990 y 2012, se
han experimentado sustanciales cambios en este indicador. Los hombres aumentaron,
en promedio, de 67,48 años en 1990 a 73,96 años en 2012; es decir un aumento de 6,48
años de vida. Los aumentos más altos sucedieron en los últimos 12 años, donde
ganaron 4,91 años de vida. Por su parte, el cambio en la
ha sido menos notorio en el
caso de las mujeres. En el mismo periodo, las mujeres han aumentado su esperanza de
vida de 74,75 a 79,62 años, lo que significó un incremento de 4,87 años. Al igual que los
hombres, el periodo de mayor ganancia de las mujeres se encuentra entre 2000 y 2012,
donde ganaron 2,79 años.
Varias explicaciones pueden ser sugeridas para los patrones de la
de la población
colombiana. Entre ellos, se pueden considerar los cambios en las condiciones
socioeconómicas de la población como el aumento del ingreso, la reducción efectiva en
las tasas de mortalidad por homicidios y la transición epidemiológica.
En primer lugar, la brecha entre hombres y mujeres puedes ser explicada por la
incidencia de la violencia. Este fenómeno tiene un sesgo de selección que afecta
primordialmente a los hombres, de tal forma que el descenso de las muertes por estas
causas beneficiará principalmente la esperanza de vida de los hombres.
El cambio en la esperanza de vida también está asociado a la transformación de los
perfiles epidemiológicos. El reporte de la OMS (2009) sobre la carga de las
enfermedades en el mundo indica que el proceso de modernización ha dado lugar a la
reestructuración de los factores de riesgo de las enfermedades y, por ende, las causas de
muertes. Según este reporte, el resultado de esta transición es una mayor carga para
países de ingresos medios y bajos, los cuales deben tratar enfermedades asociadas a la
inactividad física, simultáneamente con la constante lucha contra otros factores de
riesgo asociadas a las condiciones de pobreza, como desnutrición, inadecuadas
condiciones de salubridad, consumo de agua no tratada, entre otros. Este panorama se
ajusta a las condiciones colombianas; un país que si bien es cierto ha pasado por un
20 proceso transicional epidemiológico, tiene grandes brechas en las que coexisten
enfermedades transmisibles, no transmisibles y muertes por causas externas.
En Colombia, las principales causas de muertes y su variación en el tiempo,
especialmente en los años analizados, hacen evidentes asimetrías entre hombres y
mujeres, producto de la transformación socioeconómica del país. Durante la mayor
parte del siglo XX, las enfermedades intestinales y respiratorias eran la mayor causa de
muertes y su distribución era semejante entre hombres y mujeres. Sin embargo, el
acelerado proceso de modernización, urbanización y el inicio de la ola de violencia
generó una amplia brecha entre las principales causantes de muertes en ambos géneros.
En lugar de las enfermedades relacionadas con las condiciones de vida e higiene como
las respiratorias, infecciosas y parasitarias, los homicidios se convirtieron en los
principales autores de las muertes de los hombres. A su turno, las causas más
explicativas de muertes de las mujeres se trasladaron hacia las relacionadas con el
sistema circulatorio o endógenas, propias de las etapas avanzadas de la transición
epidemiológica, que han incrementado significativamente su participación en los
últimos años.
4.2.1. Hombres
Entre 1990 y 2000, los principales grupos de causas de muertes que contribuían en
mayor medida a la reducción de la
de los hombres eran, en su orden, las causas
externas, las enfermedades del sistema circulatorio y las neoplasias. Sin embargo, este
escalafón se revirtió en 2012, ya que las externas dejaron de ser el principal grupo
explicativo de las muertes.
En el caso hipotético en el que se hubiesen eliminado las muertes por factores externos,
dadas todas las demás constantes, la
de los hombres habría ascendido en 5,98 y 6,48
años, en promedio, en 1990 y 2000 respectivamente. En 2012, el incremento de la
hubiese sido menor: 3,62 años, indicando una reducción efectiva de las tasas de
mortalidad de esta causa de muerte en la población masculina. Los grupos de mayor
preponderancia en las causas externas son los homicidios y accidentes de transporte
terrestre, los cuales cobran mayoritariamente la vida de hombres en comparación con
las mujeres. Individualmente, la eliminación de los homicidios habrían desencadenado
un aumento de la
de los hombres en 3,91, 4,20 y 1,97 años en 1990, 2000 y 2012,
respectivamente (Cuadro 3).
21 Cuadro 3.
Esperanza de vida al nacer y años ganados de esperanza de vida al nacer en caso
hipotético que algunas causas de muerte fueran eliminadas (1990-2012)
Mujeres
1990
Esperanza de vida al nacer
2000
Hombres
2012
1990
2000
2012
74,75 76,83 79,62
67,48 69,05 73,96
6,19
5,63
4,30
5,35
4,83
4,33
1,57
1,66
1,69
1,70
1,86
2,07
Cerebrovasculares
(XIX) Causas externas
1,10
1,36
0,87
0,79
0,95
0,69
0,99
1,01
0,65
5,98
6,48
3,62
Homicidios
(III) Neoplasias
0,36
0,36
0,20
3,91
4,20
1,97
2,29
2,51
2,61
1,78
2,04
2,25
(I) Enfermedades infecciosas y parasitarias
0,63
0,47
0,31
0,74
0,69
0,52
(X) Enfermedades del sistema respiratorio
1,29
1,19
1,23
1,29
1,23
1,28
Causa/Años de vida adicionales
(IX) Enfermedades del sistema circulatorio
Isquémicas del corazón
Fuente: Cálculos propios con base en: Organización Mundial de la Salud, Global Health Observatory
Repository, disponible en: http://apps.who.int/gho/data/view.main.LT62020?lang=en. DANE,
Estadísticas vitales.
De lo anterior se deduce que en los tres años analizados, el fenómeno de violencia se
aumentó entre 1990 y 2000. Durante ese periodo, las tasas de homicidio en Colombia
correspondían a más de 300% la observada en los países del continente americano
(Krug et al., 2002; Fajnzylber et al., 2002). No obstante, en los últimos años, se observó
una reducción importante de la tasa de homicidio. El aumento de los homicidios y
suicidios, como ocurrió en Colombia en la década noventa, constituye un revés de la
transición epidemiológica propuesta por Horiuchi (1999); donde los beneficios en
términos de mortalidad, producto de los avances en la medicina y de las condiciones de
vida de la población, se ven compensados por el aumento de los homicidios en
situaciones de alienación social.
Aunque es notoria la reducción de la tasa de homicidio en el país, una alta fracción de la
población masculina sigue perdiendo la vida por este concepto. Esta pérdida de vida es
equivalente a la destrucción de capital humano, el cual tiene un importante costo social,
ya que la mayor parte de las muertes por esta causa se agrupan principalmente entre los
15 y 40 años (Anexo 1). Al respecto, cabe mencionar que la vulnerabilidad de los
22 hombres adolescentes y de grupos de edad jóvenes a las consecuencias fatales de los
homicidios es un fenómeno universal (Reza et al., 2001).
Los cambios sociales en Colombia han producido un aumento de la esperanza de vida
en las edades productivas. Teniendo en cuenta las condiciones de mortalidad de 1990, la
esperanza de vida al nacer entre los 20 y 65 años era de 37,57 años. En 2012, el número
de años esperados ascendió a 40,60. Sin embargo, el responsable de la pérdida del
mayor número de años de vida productivos en los hombres corresponde con las causas
externas; homicidios (Cuadro 4). Estos resultados nos muestran que, pese a las mejoras
en , el mayor impacto económico y social se mantiene en los homicidios, puesto que si
estas muertes fueran evitadas se contribuiría con el mayor aumento del flujo infinito de
ingresos futuros estimado a lo largo de la vida de la población masculina.
Cuadro 4.
Esperanza de vida productiva y años ganados de esperanza de vida en caso hipotético
de que algunas causas de muerte fueran eliminadas (1990-2012)
Esperanza de vida productiva
Mujeres
1990 2000 2012
41,30 41,94 42,79
Hombres
1990 2000 2012
37,57 37,94 40,60
Causa/Años de vida adicionales
(IX) Enfermedades del sistema circulatorio
Isquémicas del corazón
Cerebrovasculares
(XIX) Causas externas
Homicidios
(III) Neoplasias
(I) Enfermedades infecciosas y parasitarias
(X) Enfermedades del sistema respiratorio
0,56
0,16
0,15
0,53
0,22
0,52
0,28
0,35
0,62
0,26
0,12
3,78
2,63
0,36
0,35
0,37
0,39
0,13
0,14
0,54
0,22
0,51
0,19
0,21
0,23
0,08
0,08
0,32
0,12
0,48
0,11
0,13
0,48
0,22
0,12
4,02
2,75
0,37
0,33
0,24
0,35
0,18
0,08
2,11
1,26
0,35
0,22
0,16
Fuente: Cálculos propios con base en Organización Mundial de la Salud, Global Health Observatory
Repository, disponible en: http://apps.who.int/gho/data/view.main.LT62020?lang=en. DANE,
Estadísticas vitales.
Nota:
20,65
: esperanza de vida en las edades productivas.
Por su parte, las enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio, las cuales se
asocian primordialmente con hábitos poco saludables, se convirtieron en la principal
23 causante de la reducción de la esperanza de vida al nacer de la población masculina en
2012. Bajo el escenario en el que se hubiesen prevenido todas las muertes por este
concepto, se habría contribuido con el aumento de la en 5,35, 4,83 y 4,33 años en 1990,
2000 y 2012, respectivamente. Dentro de este grupo, las enfermedades que explican
mayoritariamente las muertes son las isquémicas del corazón y las cerebrovasculares.
Como se deduce del Cuadro 3, la prevención de las enfermedades isquémicas y
cerebrovasculares hubiesen generado el aumento de la expectativa de vida de los
hombres en 2,49, 2,81 y 2,76 años en 1990, 2000 y 2012, respectivamente; aunque esto no
necesariamente incrementara la esperanza de vida productiva.
Frente a la persistencia de las muertes por causa de enfermedades isquémicas y
cerebrovasculares, es indispensable el inicio de medidas preventivas y diagnósticas, ya
que la mayor parte de estas enfermedades está asociada a riesgos evitables como el
consumo de alcohol y tabaco, alta presión en la sangre, obesidad, inactividad física, alto
nivel de glucosa, dietas no saludables con alto consumo de sodio y grasas y poca
ingesta de frutas y vegetales (Organización Mundial de la Salud –OMS-, 2009).
Dentro de las enfermedades no transmisibles causante de una parte importante de las
muertes masculinas se encuentran también las neoplasias, mejor conocidas como
tumores, las cuales pueden ser benignas o cánceres (National Cancer Institute –NCI-,
2014). Dadas todas las demás causas constantes, la eliminación de las muertes por
neoplasias aumentaría la
de los hombres en 2,25 en 2012; es decir 0,47 años
adicionales a 1990. En comparación con las enfermedades cardiovasculares, entre estos
dos años la incidencia de los cánceres ha aumentado. El control del aparente aumento
de la incidencia de las neoplasias es más complejo, puesto que la aparición de tumores y
cánceres parecen ser más fundamentadas biológicamente. Si bien es cierto que existen
tratamientos para estas enfermedades cuando se diagnostican oportunamente, el área
de la salud requiere de un mayor avance en el estudio y desarrollo de tecnologías en
este campo (Horiuchi, 1999).
Por último, la eliminación de enfermedades transmisibles como las respiratorias y las
parasitarias en los hombres son responsables de un bajo efecto sobre . No obstante,
siguen presente dentro de la población masculina, en especial las respiratorias, cuya
eliminación podría aumentar la
en 1,28 años en 2012. Las enfermedades asociadas
con el sistema respiratorio e infecciones y parásitos tienen como principales factores de
riesgo hábitos y condiciones prevenibles como viviendas con pisos de tierra, deficientes
condiciones de higiene y consumo de cigarrillo, el cual se estima que explica el 42% de
las muertes por enfermedades respiratorias crónicas, entre otros (OMS, 2009).
24 4.2.2. Mujeres
Las primeras causas de muertes femeninas se limitan a enfermedades endógenas,
principalmente a las relacionadas con el sistema circulatorio. En comparación con los
hombres, la ganancia en
por la eliminación de las enfermedades asociadas con esta
causa es superior en las mujeres. Pese a esto, la brecha entre hombres y mujeres
experimentó una reducción en 2012, donde las mujeres habrían percibido un aumento
de 4,30 años adicionales a su expectativa de vida en el caso hipotético que las muertes
relacionadas con el sistema circulatorio fueran eliminadas (Cuadro 3).
Así como en los hombres, dentro de las muertes por el sistema circulatorio, las
enfermedades isquémicas y cerebrovasculares son, en su orden, los principales
causantes de muertes femeninas. La prevención de estas enfermedades hubiesen
aumentado la
de las mujeres en aproximadamente 2,56 años en 2012 (Cuadro 3).
Esta cifra revela que una importante fracción de la población femenina está falleciendo
por causas que pueden ser prevenidas con cambios en el estilo de vida de la población.
Asimismo, su persistencia en los últimos años muestra en cierta medida la necesidad de
creación de políticas públicas de salud efectivas encaminadas a la reducción y
prevención.
Sobre las muertes por enfermedades isquémicas y cerebrovasculares, se debe mencionar
que este no es un fenómeno distintivo de Colombia. De acuerdo con Kuate (2014), las
isquémicas eran en 2008 las responsables número uno de las defunciones en los países
desarrollados, del sudeste asiático y latinoamericanos. Estos últimos comparten,
adicionalmente, otras causas primarias de muertes como otras cardiovasculares y la
violencia.
Dentro del género femenino, existe un aumento progresivo en la perdida de años de
vida por cuenta de las neoplasias. Eliminar las neoplasias aumentaría la esperanza de
vida de las mujeres en 2,29 años en 1990; y 2,61 años en 2012 (Cuadro 3). La tasa de
mortalidad por cáncer ha aumentado ininterrumpidamente en Colombia desde 1980 en
mujeres y hombres. Dentro de los cánceres, los carcinomas gástricos son los que tienen
el mayor número de defunciones, aunque su tendencia se ha reducido en el tiempo. Las
tasas de mortalidad estandarizadas por edades para estos cánceres fueron cuatro veces
superiores a las observadas en Estados Unidos y similares a las de Ecuador en las
últimas dos décadas del siglo XX (Piñeros et al., 2004).
La agudización de las muertes por cánceres en las mujeres también se refleja en las
edades más productivas. Pese a que entre 1990 y 2012 la esperanza de vida de la mujer
25 colombiana en edades productivas (
,
), ha aumentado, el primer causante de la
reducción de dicha esperanza no es la misma para los dos años. Mientras que en 1990 la
eliminación de las enfermedades circulatorias habría contribuido con el mayor aumento
de
,
, en 2012 fueron las neoplasias (Cuadro 6).
La evidencia epidemiológica ha demostrado que la modificación de factores de riesgo
de las enfermedades cardiovasculares reduce sustancialmente el riesgo de padecer otras
enfermedades como el cáncer (Blackburn, 2007). Por ello, políticas públicas en salud
eficientes podrían empezar por controlar los agentes de riesgo de padecer de
enfermedades del sistema circulatorio mencionados en las líneas anteriores. Asimismo,
es necesario que se incluyan dentro de estos programas, la mejora de la calidad
diagnóstica, cuya inoportunidad es responsable de un amplio número de muertes por
cánceres en Colombia (Piñeros et al. 2004).
Sobre las enfermedades transmisibles, se debe mencionar que tienen un menor efecto
que las no contagiosas en las mujeres, al igual que en los hombres. La eliminación de
estas causas tendría un menor efecto sobre la
femenina. El mayor impacto sería por
concepto de las relacionadas con el sistema respiratorio, la cual habría aumentado la
en aproximadamente 1,23 en los tres años estudiados.
El mayor distanciamiento entre los resultados observados en los hombres y las mujeres
corresponde a las muertes por causas externas. Como se deduce de los Cuadros 3 y 4,
en caso de la eliminación de las muertes por homicidio, accidentes de tránsito y lesiones
autoinfligidas, entre otras, resultaría en un aumento de aproximadamente un año de
vida de las mujeres, más de una cuarta de sus posibles efectos sobre los hombres.
de hombres y mujeres colombianos refleja un rezago
En el contexto internacional, la
de aproximadamente 20 años, cuando se compara con países más desarrollados. Este
hecho refleja, en parte, el atraso en las condiciones de vida. El patrón observado en
Colombia entre 1990 y 2012 se asemeja al comportamiento de la
que tenían países
como Inglaterra, Francia y Canadá entre 1970 y 1990 (Gráfico 1). En otras palabras, si se
mantuviera constante la
de los países analizados y la población colombiana
mantuviera las mismas tasas de crecimiento de , se requeriría de veinte años para
alcanzarlos. No obstante, si se eliminaran las muertes por arma de fuego en el país, la
esperanza de vida de los hombres se acercaría instantáneamente a la de países como
Chile, Estados Unidos y Francia. Del Gráfico 1 también se concluye que la brecha entre
de Colombia y los países desarrollados es más pronunciada en los hombres que en
la
las mujeres.
26 Gráfico 1.
Esperanza de vida al nacer en Colombia y otros países
90
85
eo
80
75
70
65
60
1950
1960
1970
1980
1990
2000
2010
año
Suecia
Portugal
Francia
Canadá
Inglaterra y Gales
España
Colombia
EEUU
Bélgica
Italia
Colombia*
Chile
90
85
80
eo
75
70
65
60
1950
1960
1970
1980
1990
2000
2010
año
Fuente: University of California, Berkeley (USA), and Max Planck Institute for Demographic Research
(Germany). (s.f.). Human Mortality Database. Recuperado el 4 de agosto de 2014, de www.mortality.org.
Cálculos de los autores. Mujeres panel superior, hombres panel inferior. Nota: Colombia* corresponde
a la esperanza de vida en caso de eliminación de muertes por homicidios.
27 Gráfico 2.
La esperanza de vida de las edades productivas en Colombia y otros países
45
44
43
e[20,65)
42
41
40
39
38
37
36
35
1950
1960
1970
1980
1990
2000
2010
año
Suecia
Portugal
Francia
Canadá
Inglaterra y Gales
España
Colombia
EEUU
Bélgica
Italia
Colombia*
Chile
45
44
43
42
e[20,65)
41
40
39
38
37
36
35
1950
1960
1970
1980
1990
2000
2010
año
Fuente: University of California, Berkeley (USA), and Max Planck Institute for Demographic Research
(Germany). (s.f.). Human Mortality Database. Recuperado el 4 de agosto de 2014, de www.mortality.org.
Cálculos de los autores. Mujeres panel superior, hombres panel inferior.
28 Cuando se compara la esperanza de vida en las edades productivas con la de otros
países, las diferencias se hacen más notorias (Gráfico 2). La esperanza de vida entre los
25 y 65 años de las mujeres colombianas, para el periodo 1990 y 2012, se asemeja a las
observadas en Italia y España entre 1965 y 1980. Este rezago es más prominente cuando
se comparan estas cifras con las de Inglaterra, país que tenía las mismas esperanzas de
vida en las edades productivas entre 1951 y 1980.
Las brechas observadas en el caso de las mujeres son más evidentes en los hombres,
para quienes la esperanza de vida de las edades productivas en 1990 se asemeja a la
experimentada por EEUU, Francia e Italia a mediados del siglo XX. No obstante, el
acelerado crecimiento que tuvieron los hombres colombianos entre 2000 y 2012 les
permitió alcanzar en 10 años una Eo(20, 65) que en otros países tomó aproximadamente
30 años (Gráfico 2).
5. La mortalidad en las regiones colombianas10
En el ámbito regional, las diferencias entre las principales causas de muertes reportadas
no son notorias. De los seis grupos analizados en este apartado (Neoplasias,
enfermedades isquémicas del corazón, cerebrovasculares, homicidios, enfermedades
infecciosas y parasitarias y enfermedades del sistema respiratorio), la mayor parte de
las regiones tenían como principal explicativo de muerte de hombres los homicidios en
el año 2000. No obstante, en un lapso de tiempo de 12 años, la participación de las
muertes por arma de fuego dentro del número total de muertes reportado para los
hombres ha sido notablemente disminuida (Gráfico 3). Este significativo cambio ha
contribuido a que los homicidios en 2012 no sean la razón principal de defunciones del
género masculino en Colombia.
En 2000, la mayor parte de las muertes en todas las regiones correspondía a los
homicidios, con excepción de San Andrés. En 2012, las regiones Andes Orientales y
Caribe no hacían parte de este grupo. Para estas regiones, las neoplasias y las
enfermedades isquémicas del corazón se convirtieron en la principal causante,
respectivamente. Sin embargo, la participación relativa de los homicidios en
En la conformación de las regiones analizadas a continuación se utilizó la clasificación CEER de las
regiones. Estas son: (1) San Andrés. (2)Caribe: La Guajira, Cesar, Magdalena, Atlántico, Bolívar, Sucre y
Córdoba. (3)Pacífico: Chocó, Cauca, Nariño y Buenaventura. (4) Andes Orientales: Norte de Santander,
Santander, Boyacá, Cundinamarca, Bogotá, Tolima y Huila. (5)Andes Occidentales: Antioquia, Caldas,
Risaralda, Quindío, Valle del Cauca (Sin Buenaventura). (6)Orinoquía: Arauca, Casanare, Meta, Vichada.
(7)Amazonía: Guaviare, Guainía, Caquetá, Vaupés, Putumayo, y Amazonas.
10
29 comparación con las enfermedades analizadas fue significativamente disminuida en las
demás regiones. El caso más notorio es el de los Andes Occidentales, donde los
homicidios redujeron la participación de aproximadamente un tercio de las muertes
masculinas en 2000 a 18% en 2012 (Gráfico 3).
Gráfico 3.
Participación de las principales causas de muertes por regiones en hombres
2012
AOrientales
Caribe
SA
Orinoquía
AOccidentales
Pacífico
Amazonía
2000
SA
AOrientales
Caribe
Pacífico
Orinoquía
AOccidentales
Amazonía
0
10
20
Porcentaje
EIC
Homicidios
Infecciones
30
40
ECV
Neoplasias
Respiratorias
Fuente: DANE, Registros vitales de defunciones . Cálculos y elaboración de los autores. Nota: Dentro de las
Regiones, SA corresponde a San Andrés, AOrientales: Andes Orientales y AOccidentales: Andes Occidentales. En la
clasificación de enfermedades: EIC: Enfermedades Isquémicas del Corazón, ECV: Enfermedades Cardiovasculares,
Infecciones: Enfermedades infecciosas y parasitarias, Respiratorias: enfermedades del Sistema Respiratorio.
Adicionalmente a los homicidios, las enfermedades isquémicas del corazón también
experimentaron cambios importantes entre 2000 y 2012, pues aumentaron su
participación dentro de las muertes de hombres en todas las regiones, sin excepción. El
incremento de la participación más clara se observa en San Andrés, donde la incidencia
de estas enfermedades aumentó del 5% al 21% entre los años analizados. Esta
observación puede estar asociada con los resultados obtenidos por la Encuesta Nacional
de la Situación Nutricional de Colombia (ENSIN) 2010, donde se encontró que el
departamento de San Andrés tiene las mayores tasas de sobrepeso de la población
colombiana, y esta constituye una de los factores de riesgo por enfermedades asociadas
al sistema circulatorio.
30 En la mortalidad masculina también se observa el aumento de la participación de las
muertes reportadas por neoplasias o cánceres, como lo sugiere la evidencia nacional
encontrada.
El disímil panorama entre el género femenino y masculino encontrado en el ámbito
nacional se mantiene en las regiones. En las mujeres prevalecen principalmente las
enfermedades no transmisibles. En todas las regiones y los dos años analizados, la
principal causa de muerte reportada en las mujeres son las neoplasias. La región con la
mayor participación en este tipo de muertes en 2012 fue los Andes Occidentales,
seguida por los Andes Orientales.
Gráfico 4.
Participación de las principales causas de muertes por regiones en mujeres
2000
Amazonía
Pacífico
Caribe
Orinoquía
AOrientales
AOccidentales
SA
2012
SA
Amazonía
Orinoquía
Caribe
Pacífico
AOrientales
AOccidentales
0
5
10
15
Porcentaje
EIC
Homicidios
Infecciones
20
25
ECV
Neoplasias
Respiratorias
Fuente: DANE, Registros vitales de defunciones. Cálculos y elaboración de los autores. Nota: Dentro de las Regiones,
SA corresponde a San Andrés, AOrientales: Andes Orientales y AOccidentales: Andes Occidentales. En la
clasificación de enfermedades: EIC: Enfermedades Isquémicas del Corazón, ECV: Enfermedades Cardiovasculares,
Infecciones: Enfermedades infecciosas y parasitarias, Respiratorias: enfermedades del Sistema Respiratorio.
Asimismo, cabe mencionar que la representación de las neoplasias también aumentó
para todas las regiones, con excepción de San Andrés, donde en 2012 las enfermedades
isquémicas del corazón fueron la principal causa (Gráfico 4).
31 En las mujeres, al igual que en los hombres, la presencia de altas tasas de obesidad en la
población sanandresana puede sugerir una razón por la que las enfermedades
cardiovasculares cobran un alto número de vidas en esta parte del territorio nacional.
Sobre estos resultados, se debe notar que en el análisis se tuvo en cuenta las principales
causas de muertes por enfermedades asociadas al sistema circulatorio (isquémicas y
cardiovasculares), por simplicidad y porque el estudio individual es más diciente que
el agregado. En caso de que se hubiesen agrupado todas las enfermedades del sistema
circulatorio, estas habrían constituido la mayor parte de las muertes en las regiones
colombianas.
6. Reflexiones finales
La literatura nacional pone en evidencia la reducción de la tasa de mortalidad y la tasa
de fecundidad en Colombia, las cuales han alcanzado bajos niveles históricos. En
conjunto, estas dos variables indican la presencia de un proceso de transición
demográfica en el país. Paralelamente, este proceso ha estado acompañado de la
transición epidemiológica o la reestructuración de las principales causas de muertes de
la población. De acuerdo con Kuate (2014), Colombia junto con otros países
latinoamericanos se ubica en un proceso de transición epidemiológica intermedia, es
decir, afronta una constante lucha contra causas de muertes transmisibles (como las
infectocontagiosas), simultáneamente con causas no transmisibles (como las
enfermedades isquémicas, neoplasias y muertes violentas).
Una de las principales contribuciones de este documento es la de evidenciar que en un
periodo de veintidós años (1990-2012) se ha experimentado un cambio sustancial en el
perfil epidemiológico del país, en paralelo con el aumento ininterrumpido de la
esperanza de vida al nacer. La medición del efecto de diferentes enfermedades y causas
externas sobre la esperanza de vida al nacer y la probabilidad de defunción de cada una
de ellas, permite concluir que en los últimos años ha aumentado la incidencia de
enfermedades endógenas que están asociadas, en su mayoría, con el estilo de vida de la
población, como las neoplasias y enfermedades isquémicas del corazón.
En este trabajo se muestra que existen diferencias de género sobre las principales causas
de muerte en Colombia en los años estudiados. En los hombres se encuentra que los
homicidios y otras causas externas contribuyen con una alta reducción en la esperanza
de vida, a diferencia de las mujeres, donde el impacto es mínimo.
32 Las muertes por homicidios, accidentes terrestres y otras causas externas tienen un alto
costo social, ya que se concentran en los grupos de edad más jóvenes. Aunque los
homicidios y otras causas externas no son el principal factor de riesgo de muerte en el
total de la población masculina en 2012, sí lo son en las edades más productivas de la
población, delimitadas entre 20 y 64 años. La eliminación de las muertes por causas
externas habría contribuido con el incremento de la esperanza de vida de los hombres
en las edades productivas en 2 años en 2012. Esta ganancia hubiese sido superior en los
años 1990 y 2000, donde se experimentó un recrudecimiento de la violencia y las causas
externas explicaban la mayor parte de las muertes de los hombres.
De otra parte, los resultados aciertan en que la población colombiana requiere de
cambios en el estilo de vida, debido al aumento de las probabilidades de muerte por
enfermedades isquémicas del corazón y las neoplasias para todos los grupos de edad.
En hombres y mujeres se encuentra que el mayor factor explicativo de las muertes en
2012 son las enfermedades del sistema circulatorio, donde tienen mayor
preponderancia las isquémicas del corazón. Si se hubiesen evitado la totalidad de las
muertes isquémicas en las mujeres, la esperanza de vida al nacer de este grupo en 2012
habría sido equivalente a eliminar los homicidios en los hombres: una ganancia de dos
años.
De la discusión en torno a las causas de las defunciones en el país se deduce entonces
que los cambios y la exposición a la integración mundial son aparentemente inevitables.
Colombia ha experimentado el aumento de la participación de enfermedades
endógenas, propias de las etapas avanzadas de la modernización y la transición
epidemiológica. Sin embargo, siguen presentes las secuelas de la violencia y la
incidencia de otras causas transmisibles como las enfermedades respiratorias e
infecciosas que explican parte de las muertes.
Evitar los riesgos propios del proceso de modernización no es un hecho ineludible. Para
esto es necesario que países como Colombia inicien estudios que cuantifiquen la
magnitud de las cargas económicas y sociales de hábitos poco saludables como el
tabaquismo, la polución y el sedentarismo, así como la malnutrición los cuales
contribuyen con una alta fracción de las muertes y costos de los sistemas de salud, como
se ha mostrado en otros países. Este tipo de ejercicios podrían ser una vía de
concientización de la sociedad en torno a estos problemas.
Otros temas de vital importancia son la higiene pública y privada y las condiciones de
vida de la población. Asimismo, en la lucha contra las neoplasias, es indispensable el
control de exámenes diagnósticos en las primeras etapas de estas enfermedades, ya que
33 los exámenes diagnósticos tardíos podrían explicar parte de las muertes por cánceres en
el país (Piñeros et al., 2004).
Por último, en el marco regional se encontró que la evidencia de las principales causas
de muertes encontradas nacionalmente se mantiene en la mayor parte de las regiones.
No obstante, el estudio del efecto de las causas de muertes sobre la esperanza de vida
de las regiones requiere del uso de tablas de vida que pueden ser objeto de futuros
trabajos que complementen los resultados aquí encontrados.
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38 Hombres
Anexo 1.
Proporción de muertes reportadas por grupos de edad (años 1990 y 2012)
35
30
Porcentaje
25
20
15
10
05
00
0-1
1-4
5-9 10-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69 70-74 75-79 80-84 85+
Grupo de edad
12 Enf. Cerebrovasculares
12 Neoplasias
90 Enf. Isquémicas
12 Agresiones
90 Enf. Cerebrovasculares
90 Neoplasias
12 Enf. Isquémicas
90 Agresiones
12 Enf. Infecciosas y parasitarias
Mujeres
35
30
Porcentaje
25
20
15
10
05
00
0-1
1-4
5-9 10-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69 70-74 75-79 80-84 85+
12 Enf. Cerebrovasculares
12 Neoplasias
90 Isquémicas
Grupos de edad
12 Agresiones
90 Enf. Cerebrovasculares
90 Neoplasias
12 Isquémicas
90 Agresiones
12 Infecciosas
Fuente: Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), Estadísticas vitales. Cálculos de los autores.
39 Anexo 2.
Probabilidad de muerte por causas y grupos de edad –Hombres-.
Homicidios
0,1
0,08
0,06
0,04
0,02
0,15
0,1
0,05
0
0
0
5
15
25
35
45
55
65
75
Grupo de Edad
2000
1990
85
0
95
Probabilidad
0,2
0,15
0,1
0,05
0
5
15
25
35
45
55
65
75
85
15
25
95
0
5
15
25
Probabilidad
0,08
0,06
0,04
0,02
75
85
95
2012
35
45
55
65
75
85
95
2012
0,4
0,3
0,2
0,1
0
0
0
5
15
25
35
45
55
65
75
85
Grupo de edad
1990
2000
0
95
5
15
Probabilidad
0,2
0,1
0,05
35
45
55
65
75
Grupo de Edad
2000
85
95
2012
Causas externas
0,25
0,15
25
1990
2012
Enf. Sistema Respiratorio
0,25
Probabilidad
65
Enfermedades del sistema circulatorio
0,5
0,1
55
Grupo de Edad
2000
1990
2012
Enf. Cerebrovasculares
0,12
Probabilidad
2000
45
Infecciosas y parasitarias
0,035
0,03
0,025
0,02
0,015
0,01
0,005
0
Grupo de edad
1990
35
Grupo de Edad
2000
1990
0,25
0
5
2012
Enf. Isquémicas
0,3
Probabilidad
Neoplasias
0,2
Probabilidad
Probabilidad
0,12
0,2
0,15
0,1
0,05
0
0
0
5
15
1990
25
35
45
55
Grupo de Edad
2000
65
75
85
2012
95
0
5
15
1990
25
35
45
55
Grupo de Edad
2000
65
75
85
95
2012
Fuente: Cálculos propios con base en Organización Mundial de la Salud. Global Health Observatory Repository.
Disponible en: http://apps.who.int/gho/data/view.main.LT62020?lang=en, y Departamento Administrativo
Nacional de Estadística. Estadísticas vitales.
40 Probabilidad de muerte por causas y grupos de edad –Mujeres-.
Homicidios
0,008
0,006
0,15
0,004
0,002
0,1
0,05
0
0
0
5
15
25
35
55
65
75
85
95
0
Probabilidad
0,15
0,1
0,05
25
1990
45
55
65
75
85
55
65
75
85
95
2012
0,02
0,01
0,005
0
95
Grupo de edad
2000
45
0,015
0
5
Probabilidad
0,05
25
35
45
55
65
Grupo de Edad
2000
75
85
95
2012
Enfermedades del sistema circulatorio
0,6
0,1
15
1990
2012
Enf. Cerebrovasculares
0,15
Probabilidad
35
35
Grupo de Edad
2000
0,025
0
15
25
Infecciosas y parasitarias
0,03
0,2
5
15
1990
0,25
0
5
2012
Enf. Isquémicas
0,3
Probabilidad
45
Grupo de Edad
2000
1990
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
0
0
5
15
25
35
45
55
65
75
85
Grupo de edad
1990
2000
0
95
5
15
25
1990
2012
Enf. Sistema Respiratorio
0,25
0,2
0,15
0,1
0,05
35
45
55
65
75
Grupo de Edad
2000
85
95
2012
Causas externas
0,05
Probabilidad
Probabilidad
Neoplasias
0,2
Probabilidad
Probabilidad
0,01
0,04
0,03
0,02
0,01
0
0
0
5
15
1990
25
35
45
55
Grupo de Edad
2000
65
75
85
2012
95
0
5
15
25
35
45
55
Grupo de Edad
1990
2012
65
75
85
95
2000
Fuente: Cálculos propios con base en Organización Mundial de la Salud. Global Health Observatory Repository.
Disponible en: http://apps.who.int/gho/data/view.main.LT62020?lang=en, y Departamento Administrativo
Nacional de Estadística. Estadísticas vitales.
41 ÍNDICE "DOCUMENTOS DE TRABAJO SOBRE ECONOMÍA REGIONAL"
No.
Autor
1
Joaquín Viloria de la Hoz
2
María M. Aguilera Diaz
Los cultivos de camarones en la costa Caribe colombiana
Abril, 1998
3
Jaime Bonet Morón
Las exportaciones de algodón del Caribe colombiano
Mayo, 1998
4
Joaquín Viloria de la Hoz
La economía del carbón en el Caribe colombiano
Mayo, 1998
5
Jaime Bonet Morón
El ganado costeño en la feria de Medellín, 1950 – 1997
Octubre, 1998
6
María M. Aguilera Diaz
Joaquín Viloria de la Hoz
Radiografía socio-económica del Caribe Colombiano
Octubre, 1998
7
Adolfo Meisel Roca
¿Por qué perdió la Costa Caribe el siglo XX?
Jaime Bonet Morón
Adolfo Meisel Roca
Luis Armando Galvis A.
María M. Aguilera Díaz
La convergencia regional en Colombia: una visión de largo plazo,
1926 – 1995
Determinantes de la demanda por turismo hacia Cartagena, 19871998
El crecimiento regional en Colombia, 1980-1996: Una
aproximación con el método Shift-Share
8
9
Título
Fecha
Café Caribe: la economía cafetera en la Sierra Nevada de Santa
Noviembre, 1997
Marta
Enero, 1999
Febrero, 1999
Marzo, 1999
10
Jaime Bonet Morón
11
Luis Armando Galvis A.
El empleo industrial urbano en Colombia, 1974-1996
12
Jaime Bonet Morón
La agricultura del Caribe Colombiano, 1990-1998
13
Luis Armando Galvis A.
La demanda de carnes en Colombia: un análisis econométrico
Enero, 2000
14
Jaime Bonet Morón
Las exportaciones colombianas de banano, 1950 – 1998
Abril, 2000
15
Jaime Bonet Morón
La matriz insumo-producto del Caribe colombiano
Mayo, 2000
16
Joaquín Viloria de la Hoz
17
18
María M. Aguilera Díaz
Jorge Luis Alvis Arrieta
Luis Armando Galvis A.
Adolfo Meisel Roca
Junio, 1999
Agosto, 1999
Diciembre, 1999
De Colpuertos a las sociedades portuarias: los puertos del Caribe
Octubre, 2000
colombiano
Perfil socioeconómico de Barranquilla, Cartagena y Santa Marta
Noviembre, 2000
(1990-2000)
El crecimiento económico de las ciudades colombianas y sus
Noviembre, 2000
determinantes, 1973-1998
¿Qué determina la productividad agrícola departamental en
Marzo, 2001
Colombia?
Descentralización en el Caribe colombiano: Las finanzas
Abril, 2001
departamentales en los noventas
19
Luis Armando Galvis A.
20
Joaquín Viloria de la Hoz
21
María M. Aguilera Díaz
Comercio de Colombia con el Caribe insular, 1990-1999.
22
Luis Armando Galvis A.
La topografía económica de Colombia
23
Juan David Barón R.
Las regiones económicas de Colombia: Un análisis de clusters
Enero, 2002
24
María M. Aguilera Díaz
Magangué: Puerto fluvial bolivarense
Enero, 2002
25
Igor Esteban Zuccardi H.
Los ciclos económicos regionales en Colombia, 1986-2000
Enero, 2002
26
Joaquín Viloria de la Hoz
Cereté: Municipio agrícola del Sinú
Febrero, 2002
27
Luis Armando Galvis A.
Integración regional de los mercados laborales en Colombia, 19842000
Febrero, 2002
Mayo, 2001
Octubre, 2001
Riqueza y despilfarro: La paradoja de las regalías en Barrancas y
Tolú
Determinantes de la migración interdepartamental en Colombia,
1988-1993
Palma africana en la Costa Caribe: Un semillero de empresas
solidarias
La inflación en las ciudades de Colombia: Una evaluación de la
paridad del poder adquisitivo
28
Joaquín Viloria de la Hoz
29
Luis Armando Galvis A.
30
María M. Aguilera Díaz
31
Juan David Barón R.
32
Igor Esteban Zuccardi H.
33
Joaquín Viloria de la Hoz
34
Juan David Barón R.
35
María M. Aguilera Díaz
Salinas de Manaure: La tradición wayuu y la modernización
36
Juan David Barón R.
Adolfo Meisel Roca
37
Adolfo Meisel Roca
38
Juan David Barón R.
39
Gerson Javier Pérez V.
La descentralización y las disparidades económicas regionales en
Julio, 2003
Colombia en la década de 1990
La continentalización de la Isla de San Andrés, Colombia: Panyas,
Agosto, 2003
raizales y turismo, 1953 – 2003
¿Qué sucedió con las disparidades económicas regionales en
Septiembre, 2003
Colombia entre 1980 y el 2000?
La tasa de cambio real regional y departamental en Colombia,
Septiembre, 2003
1980-2002
40
Joaquín Viloria de la Hoz
Ganadería bovina en las Llanuras del Caribe colombiano
41
Jorge García García
¿Por qué la descentralización fiscal? Mecanismos para hacerla
efectiva
Enero, 2004
42
María M. Aguilera Díaz
Aguachica: Centro Agroindustrial del Cesar
Enero, 2004
43
Joaquín Viloria de la Hoz
La economía ganadera en el departamento de Córdoba
Marzo, 2004
44
Jorge García García
45
Adolfo Meisel R.
Margarita Vega A.
El cultivo de algodón en Colombia entre 1953 y 1978: una
evaluación de las políticas gubernamentales
La estatura de los colombianos: un ensayo de antropometría
histórica, 1910-2002
46
Gerson Javier Pérez V.
Los ciclos ganaderos en Colombia, 1950-2001
47
Gerson Javier Pérez V.
Peter Rowland
Políticas económicas regionales: cuatro estudios de caso
48
María M. Aguilera Díaz
La Mojana: Riqueza natural y potencial económico
49
Jaime Bonet
Descentralización fiscal y disparidades en el ingreso regional:
experiencia colombiana
Noviembre, 2004
50
Adolfo Meisel Roca
La economía de Ciénaga después del banano
Noviembre, 2004
51
Joaquín Viloria de la Hoz
La economía del departamento de Córdoba: ganadería y minería
como sectores clave
Diciembre, 2004
52
Juan David Barón
Gerson Javier Pérez V
Peter Rowland.
Consideraciones para una política económica regional en Colombia
Diciembre, 2004
53
José R. Gamarra V.
Eficiencia Técnica Relativa de la ganadería doble propósito en la
Costa Caribe
Diciembre, 2004
54
Gerson Javier Pérez V.
Dimensión espacial de la pobreza en Colombia
55
José R. Gamarra V.
¿Se comportan igual las tasas de desempleo de las siete principales
ciudades colombianas?
Efectos regionales de la política monetaria
Educación primaria en Cartagena: análisis de cobertura, costos y
eficiencia
Perfil socioeconómico de Tubará: Población dormitorio y destino
turístico del Atlántico
Junio, 2002
Junio, 2002
Julio, 2002
Julio, 2002
Julio, 2002
Octubre, 2002
Octubre, 2002
Mayo, 2003
Octubre, 2003
Abril, 2004
Mayo, 2004
Junio, 2004
Agosto, 2004
Octubre, 2004
Enero, 2005
Febrero, 2005
56
Jaime Bonet
Inequidad espacial en la dotación educativa regional en Colombia
57
Julio Romero P.
¿Cuánto cuesta vivir en las principales ciudades colombianas?
Índice de Costo de Vida Comparativo
Junio, 2005
58
Gerson Javier Pérez V.
Bolívar: industrial, agropecuario y turístico
Julio, 2005
59
José R. Gamarra V.
La economía del Cesar después del algodón
Julio, 2005
60
Jaime Bonet
Desindustrialización y terciarización espuria en el departamento del
Atlántico, 1990 - 2005
Julio, 2005
61
Joaquín Viloria De La Hoz
Sierra Nevada de Santa Marta: Economía de sus recursos naturales
Julio, 2005
62
Jaime Bonet
Cambio estructural regional en Colombia: una aproximación con
matrices insumo-producto
Julio, 2005
63
María M. Aguilera Díaz
La economía del Departamento de Sucre: ganadería y sector público
Agosto, 2005
64
Gerson Javier Pérez V.
La infraestructura del transporte vial y la movilización de carga en
Colombia
Octubre, 2005
65
Joaquín Viloria De La Hoz
Salud pública y situación hospitalaria en Cartagena
66
José R. Gamarra V.
67
Julio Romero P.
68
Jaime Bonet
69
Joaquín Viloria de la Hoz
70
José R. Gamarra V.
71
Gerson Javier Pérez V.
Población y ley de Zipf en Colombia y la Costa Caribe, 1912-1993
Abril, 2006
72
María M. Aguilera Díaz
El Canal del Dique y su sub región: una economía basada en su
riqueza hídrica
Mayo, 2006
73
Adolfo Meisel R.
Gerson Javier Pérez V.
Geografía física y poblamiento en la Costa Caribe colombiana
Junio, 2006
74
Julio Romero P.
75
76
Jaime Bonet
Adolfo Meisel Roca
Jaime Bonet
Adolfo Meisel Roca
Febrero, 2005
Noviembre, 2005
Desfalcos y regiones: un análisis de los procesos de responsabilidad
Noviembre, 2005
fiscal en Colombia
Diferencias sociales y regionales en el ingreso laboral de las
Enero, 2006
principales ciudades colombianas, 2001-2004
La terciarización de las estructuras económicas regionales en
Enero, 2006
Colombia
Educación superior en el Caribe Colombiano: análisis de cobertura
Marzo, 2006
y calidad.
Pobreza, corrupción y participación política: una revisión para el
Marzo, 2006
caso colombiano
Movilidad social, educación y empleo: los retos de la política
económica en el departamento del Magdalena
El legado colonial como determinante del ingreso per cápita
departamental en Colombia, 1975-2000
Polarización del ingreso per cápita departamental en Colombia
Junio, 2006
Julio, 2006
Julio, 2006
77
Jaime Bonet
Desequilibrios regionales en la política de descentralización en
Colombia
Octubre, 2006
78
Gerson Javier Pérez V.
Dinámica demográfica y desarrollo regional en Colombia
Octubre, 2006
79
María M. Aguilera Díaz
Camila Bernal Mattos
Paola Quintero Puentes
Turismo y desarrollo en el Caribe colombiano
80
Joaquín Viloria de la Hoz
81
Joaquín Viloria de la Hoz
82
Jose R. Gamarra Vergara
83
84
Noviembre, 2006
Ciudades portuarias del Caribe colombiano: propuestas para
Noviembre, 2006
competir en una economía globalizada
Propuestas para transformar el capital humano en el Caribe
Noviembre, 2006
colombiano
Agenda anticorrupción en Colombia: reformas, logros y
Noviembre, 2006
recomendaciones
Adolfo Meisel Roca
Igualdad de oportunidades para todas las regiones
Julio Romero P
Centro de Estudios
Bases para reducir las disparidades regionales en Colombia
Económicos Regionales CEER Documento para discusión
Enero, 2007
Enero, 2007
85
Jaime Bonet
Minería y desarrollo económico en El Cesar
86
Adolfo Meisel Roca
La Guajira y el mito de las regalías redentoras
87
Joaquín Viloria de la Hoz
88
Gerson Javier Pérez V.
89
Jose R. Gamarra Vergara
Pobreza rural y transferencia de tecnología en la Costa Caribe
Abril, 2007
90
Jaime Bonet
¿Porqué es pobre el Chocó?
Abril, 2007
91
Gerson Javier Pérez V.
Historia, geografía y puerto como determinantes de la situación
social de Buenaventura
Abril, 2007
92
Jaime Bonet
Regalías y finanzas públicas en el Departamento del Cesar
Agosto, 2007
93
Joaquín Viloria de la Hoz
Nutrición en el Caribe Colombiano y su relación con el capital
humano
Agosto, 2007
94
Gerson Javier Pérez V.
Irene Salazar Mejía
La pobreza en Cartagena: Un análisis por barrios
Agosto, 2007
95
Jose R. Gamarra Vergara
La economía del departamento del Cauca: concentración de tierras y
pobreza
96
Joaquín Viloria de la Hoz
Educación, nutrición y salud: retos para el Caribe colombiano
Noviembre, 2007
97
Jaime Bonet
Jorge Alvis
Bases para un fondo de compensación regional en Colombia
Diciembre, 2007
98
Julio Romero P.
99
Julio Romero P.
100
Adolfo Meisel Roca
¿Por qué se necesita una política económica regional en Colombia?
101
Jaime Bonet
Las finanzas públicas de Cartagena, 2000 – 2007
Junio, 2008
102
Irene Salazar Mejía
Lugar encantados de las aguas: aspectos económicos de la Ciénega
Grande del Bajo Sinú
Junio, 2008
103
Joaquín Viloria de la Hoz
Economía extractiva y pobreza en la ciénaga de Zapatosa
Junio, 2008
104
Eduardo A. Haddad
Jaime Bonet
Geofrey J.D. Hewings
Fernando Perobelli
Efectos regionales de una mayor liberación comercial en Colombia:
Una estimación con el Modelo CEER
105
Joaquín Viloria de la Hoz
106
Adolfo Meisel Roca
107
Julio Romero P.
Transmisión regional de la política monetaria en Colombia
108
Leonardo Bonilla Mejía
Diferencias regionales en la distribución del ingreso en Colombia
109
María Aguilera Díaz
Adolfo Meisel Roca
¿La isla que se repite? Cartagena en el censo de población de 2005
Enero, 2009
110
Joaquín Viloria De la Hoz
Economía y conflicto en el Cono Sur del Departamento de Bolívar
Febrero, 2009
111
Leonardo Bonilla Mejía
Causas de las diferencias regionales en la distribución del ingreso
en Colombia, un ejercicio de micro-descomposición
112
María M. Aguilera Díaz
Ciénaga de Ayapel: riqueza en biodiversidad y recursos hídricos
Economía del Departamento de Nariño: ruralidad y aislamiento
geográfico
El Caribe antioqueño: entre los retos de la geografía y el espíritu
paisa
¿Discriminación o capital humano? Determinantes del ingreso
laboral de los afrocartageneros
Inflación, costo de vida y las diferencias en el nivel general de
precios de las principales ciudades colombianas.
Enero, 2007
Febrero, 2007
Marzo, 2007
Abril, 2007
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La violencia de pareja en Colombia y sus regiones
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Mayo, 2010
Mayo, 2010
Junio, 2010
El éxito económico de los costeños en Bogotá: migración interna y
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Movilidad inter-generacional en educación en las ciudades y
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Diferenciales salariales por género y región en Colombia: Una
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Primeras experiencias laborales de los profesionales colombianos:
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Superando la crisis: Las finanzas públicas de Barranquilla, 2000Diciembre, 2010
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Combatiendo la mortalidad en la niñez: ¿Son las reformas a los
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Habitantes del agua: El complejo lagunar de la Ciénaga Grande de
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El gas de La Guajira y sus efectos económicos sobre el
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Raizales y continentales: un análisis del mercado laboral en la isla
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Reformas fiscales verdes y la hipótesis del doble dividendo: un
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El Sistema General de Regalías: ¿mejoró, empeoró o quedó igual?
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Radiografía de la oferta de servicios de salud en Colombia
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Efectos del nuevo Sistema General de Regalías sobre el desempeño
fiscal municipal: un análisis dosis-respuesta
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Jaime Bonet
Karelys Guzmán Finol
Joaquín Urrego
Juan Miguel Villa
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La salud en Colombia: más cobertura pero menos acceso
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Jaime Bonet
Gerson Javier Pérez V.
Jhorland Ayala
Contexto histórico y evolución del SGP en Colombia
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Andrés Sánchez Jabba
Análisis de la respuesta del Estado colombiano frente al Fenómeno
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Eficiencia en el uso de los recursos del SGP: los casos de la salud y
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Ferney Valencia
Bernardo González
Julio Cesar Cardona
Pereira: contexto actual y perspectivas
Karina Acosta
Julio Romero P.
Cambios recientes en las principales causas de mortalidad en
Colombia
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