santoral escrito - Universidad de Navarra

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santoral escrito - Universidad de Navarra
SANTORAL ESCRITO
(Realizado por Javier Sesé Alegre, Profesor de Teología espiritual e
Historia de la espiritualidad)
Meses:
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
2
8
15
22
28
34
39
45
51
58
64
71
SEPTIEMBRE
2: Beato Bartolomé Gutierrez: Nació en México en 1580. Muy joven entró en la Orden de
San Agustín. Ya sacerdote, pidió ser enviado a las misiones. Con Fray Pedro Solís, viajó en 1605 a
Manila en donde ocupó primero durante seis años el cargo de maestro de novicios. Por fin, en 1612,
se embarcó para Japón. En 1613 el emperador Taicosama expulsó a todos los misioneros.
Bartolomé regresó a Manila, pero a petición de sus fieles, al cabo de cinco años pudo volver
disfrazado a Japón, donde trabajó quince años. Al fin, traicionado, lo aprehendieron, y después de
muy crueles suplicios, lo hicieron morir a fuego lento en Omura, Japón, el 3 de septiembre de 1632,
uniéndose al buen número de mártires que hicieron germinar con su sangre la cristiandad en un
lugar de tan difícil evangelización como el Japón.
3: San Gregorio Magno, Papa y Doctor de la Iglesia (540-604): figura clave de la historia
de la Iglesia, en el tránsito de la Antigüedad a la Edad Media. Romano de nacimiento, con varios
cargos políticos en la ciudad, antes de hacerse monje. Fundó varios monasterios y fue legado
pontificio en Constantinopla. Elegido Papa en el 590, gobernó la Iglesia durante 14 años. Su
pontificado ha sido uno de los más esplendorosos de la historia de la Iglesia. Destacó su
contribución a la expansión y consolidación de la fe; la organización de la liturgia y muchos
aspectos de la vida eclesiástica; la difusión de la vida monástica, siguiendo la regla de San Benito.
Fue también un gran predicador y escritor; sus obras teológicas y espirituales tuvieron un notable
influjo durante toda la Edad Media y sirvieron de altavoz de toda la rica tradición patrística anterior.
En definitiva, un modelo de Pontífice para sus sucesores en la cátedra de Pedro.
4: Moisés: figura principal del Antiguo Testamento y de la historia de Israel. Históricamente
hay que situarlo en el siglo XII a. C. Como es bien conocido, lideró el Éxodo, la salida del pueblo
elegido de Egipto, el paso del Mar Rojo y la larga y dura peregrinación por el desierto hasta la
llegada a Palestina, aunque él murió ante de poder pisar la Tierra Prometida. Moisés gozó de una
particular intimidad con el mismo Dios: de Él recibió, por ejemplo, la primera revelación
importante sobre su nombre y naturaleza, en el episodio de la zarza ardiente; y después, las tablas de
la ley, con los diez mandamientos, en el Sinaí. La Fe y la Moral de tres de las principales religiones
de la tierra (judaísmo, cristianismo e islam) se apoyan en esos acontecimientos y reconocen a
Moisés como uno de los grandes profetas de Dios.
5: San Lorenzo Justiniano: Importante figura eclesial de finales de la Edad Media. Natural
de Venecia, 1381. A los veintiún años renunció a la vida acomodada de que disfrutaba y empezó a
vivir como eremita en la isla de San Jorge. Ordenado sacerdote a los 26 años, continuó con su vida
de gran austeridad y organizó, con un grupo de compañeros clérigos con las mismas inquietudes, la
Congregación de Canónigos regulares de San Jorge. Pronto destacó como predicador y autor
espiritual. Fue nombrado obispo de Castello, primero, y más tarde, Patriarca de Venecia; brillando
también entonces como celoso y eficaz pastor, y contribuyendo decisivamente al gran prestigio que
ha tenido siempre la sede veneciana, de la que han salido por ejemplo, papas de la talla de San Pío
X y el Beato Juan XXIII. En Venecia falleció nuestro santo en el año 1455.
6: Beato Bartolo Longo: Ejemplo significativo del progresivo aumento de laicos beatificados
y canonizados. 1841-1926. Abogado napolitano de gran prestigio profesional, de profunda vida
interior y de generosa dedicación apostólica a los más necesitados. Destacó sobre todo por la
promoción del Santuario mariano de la Madona di Pompei, junto a Nápoles, en el valle donde
estuvo la famosa ciudad romana de Pompeya, y que ha llegado a ser uno de los principales lugares
de peregrinación religiosa en Italia, no precisamente escasa en ellos. En torno a ese santuario,
difundió con gran éxito la devoción del rezo del Rosario y desarrolló numerosas obras sociales,
entre las que destaca la atención a los hijos e hijas de personas encarceladas. Fue beatificado por
Juan Pablo II en 1980.
7: Santa Regina, virgen y mártir: siglo III; de la ciudad de Alesia, en la Galia,
históricamente famosa por la derrota de Vercingentorix ante Julio César. Hija de padre romano y
madre gala, se convirtió al cristianismo a los quince años y ofreció desde ese momento al Señor su
virginidad; aunque pronto cayó en manos de las autoridades. Como en muchos otros casos similares
de esos siglos, su martirio fue largo y doloroso, alternando amenazas y promesas, cárcel y torturas
varias, hasta la muerte definitiva, degollada, después de mostrar una heroica entereza y fidelidad a la
fe cristiana y a su compromiso de virginidad; pasando así a engrosar la notable lista de jovencísimas
cristianas vírgenes y mártires de esos primeros siglos.
8: Natividad de la Santísima Virgen María: Desde muy antiguo se tienen noticias de esta
fiesta de la Virgen, primero en Oriente y luego en la Iglesia universal. Fiesta lógica y entrañable:
celebración del “cumpleaños” de la Madre de Jesús y de todos los cristianos. Se celebra 9 meses
exactos después de la Inmaculada Concepción: fiesta más solemne, por el especial privilegio que
supone. Ambas fiestas además conmemoran la preparación próxima de la venida del Redentor y el
inicio de los misterios salvadores del mundo y los hombres. Muchos pueblos y ciudades, bajo
diversas advocaciones marianas relacionadas con esta fiesta, celebran hoy a su Patrona.
9: San Pedro Claver (1580-1654). Jesuita catalán. Marchó como misionero a América,
alentado por San Alfonso Rodríguez, otra de las grandes figuras de la Compañía en aquella época.
Trabajó sobre todo en la actual Colombia, en la zona de Cartagena de Indias. El reto principal que
se encontró fue el de la esclavitud: el puerto de Cartagena se había convertido en el principal
mercado de esclavos del nuevo continente. Las censuras del Papa y los esfuerzos de la Iglesia no
conseguían acabar con esa terrible injusticia. Nuestro santo catequizó y bautizó a un gran número de
esos esclavos de origen africano, y se esforzó por socorrer todas sus necesidades materiales, con una
caridad heroica, particularmente con los enfermos. Él mismo se autocalificó como “esclavo de los
negros”, lo que equivalía a decir: “esclavo de los esclavos”. Dedicó 40 años a esta labor, superando
numerosas dificultades, como las derivadas de la oposición de las clases pudientes y de la gran
diversidad de idiomas de los africanos que llegaban a Cartagena. Fue canonizado precisamente
junto a San Alfonso Rodríguez, y proclamado patrono de las misiones entre los hombres de raza
negra.
10: San Nicolás de Tolentino, fraile agustino italiano (1245-1305). Pasó casi toda su vida en
el mismo convento en el que ingresó de joven, cerca de su ciudad natal, Fermo. Fue un santo muy
milagrero, lo que le hizo particularmente popular. Excelente predicador y confesor: atraía a
numerosos fieles a su confesonario. Tenía por costumbre, a diferencia de otros confesores de su
época, de ser muy benévolo con las penitencias que imponía, reservándose en cambio para sí mismo
complementar con generosas mortificaciones personales. También sufrió mucho a manos del
demonio, celoso de las numerosas almas que apartaba este santo de una vida de pecado. Fue
también muy devoto de la Sagrada Eucaristía, el principal apoyo de su intensa labor. Murió
santamente después de varios años de una dolorosa enfermedad.
11: San Emiliano: o San Millán, santo riojano, que da nombre al famoso monasterio de San
Millán de la Cogolla. Nacido en Berceo en el año 473, de familia campesina y pastor de ovejas de
joven. Como muchos buenos cristianos de su época sintió la llamada divina a una vida eremita y
penitente, que desarrolló en las montañas riojanas durante más de cuarenta años. Su fama de
santidad creció, y se tranformó en orientador espiritual de gente de toda condición. Esto motivó que
el obispo de Tarazona le llamara a su lado, le ordenara sacerdote y le confiara la parroquia de su
pueblo natal: Berceo. Duró poco en esa tarea, en parte por falta de idoneidad para lo administrativo,
y en parte por envidias de otros sacerdotes. Volvió así de nuevo a la vida eremítica hasta su muerte,
reuniendo un grupo de discípulos que serían el origen del famoso monasterio.
12: Dulce nombre de María: A los pocos días de la conmemoración de su Nacimiento, se
celebra hoy esta fiesta en honor de su nombre, tan querido para los cristianos, y que
tradicionalmente ha sido calificado con ese adjetivo de Dulce. Hay varias acepciones tradicionales
del vocablo hebreo Miriam, del que procede nuestro María, todas muy adecuadas para describir el
papel de la Madre de Jesús en la Iglesia y en el corazón de sus hijos: Doncella, Señora, Princesa,
Estrella del Mar, Amada, etc. En la Sagrada Escritura, además, el nombre de una persona adquiere
una especial importancia, como reflejo de la elección divina; y así aparece en el caso de Nuestra
Señora, cuando San Lucas nos la presenta en el momento en que recibe el Anuncio angélico de su
particular y excelsa misión como Madre del Verbo de Dios encarnado.
13: San Juan Crisóstomo: Uno de los grandes Padres de la Iglesia de la época dorada de la
patrística. Era natural de Antioquia, una de las ciudades más importantes de la cristiandad primitiva.
Pasó unos años de vida monástica antes de ser ordenado sacerdote. Pronto destacó por sus dotes
oratorias que le valieron el calificativo de “Crisóstomo” (boca de oro). Buena parte de esa
predicación fue puesta por escrito, junto a otros libros de doctrina cristiana, hasta llegar a formar
uno de los cuerpos doctrinales y literarios más importantes de la antigüedad. Nombrado Patriarca de
Constantinopla, destacó también pos su defensa de la fe frente a la herejía arriana y las
manipulaciones políticas, sufriendo varios periodos de destierro, en el último de los cuales falleció;
aunque el regreso de sus restos a Constantinopla fue un gran acontecimiento de piedad popular.
14: Exaltación de la Santa Cruz: La devoción y el culto a la Santa Cruz, donde Cristo dió su
vida por nosotros, se remonta a los mismos comienzos del Cristianismo. Muy pronto, a la
conmemoración central de la Muerte del Señor en la Semana Santa, se añadieron otras fiestas
litúrgicas en honor del principal instrumento de la Pasión, convertido en el signo cristiano por
excelencia. La fiesta de hoy es una de las más tradicionales: recuerda el rescate de los restos del
madero de la Cruz de Jesús, en posesión de los persas, cuando el emperador Heraclio los venció; y
el júbilo de amor y piedad que provocó entre los cristianos de entonces aquel acontecimiento. Los
textos litúrgicos de esta fiesta muestran, en efecto, ese todo de alegría, alabanza y agradecimiento al
Santo Madero, por haber sido instrumento de nuestra salvación.
15: Nuestra Señora de los Dolores: La fiesta de hoy, celebrada inmediatamente después de la
Exaltación de la Santa Cruz, nos recuerda la especial unión y participación de María en el Sacrificio
de su Hijo en el Calvario. La imagen dolorosa de Santa María al pie de la Cruz, o con el Cuerpo
muerto de su Hijo en brazos (Piedad), o en la soledad que siguió a su sepultura, o con las siete
espadas atravesando su corazón, ha conmovido siempre de forma especial a los cristianos, y
constituye una escuela viva de fe, amor e identificación con Jesucristo, y del valor corredentor que
adquiere con Él el sufrimiento humano. La liturgia recogió también en muchos lugares esta
devoción. El Papa Pio VII, en el año 1814, extendió esta celebración de forma oficial a toda la
Iglesia, y en 1912 San Pio X la trasladó a esta fecha, 15 de septiembre, octava de la Natividad de
María, uniendo de esta forma dos momentos clave en la vida de la Madre de Jesús.
16: Santos Cornelio, Papa y Cipriano, obispo, mártires: Dos de las principales figuras de
la Iglesia del siglo III. El Papa Cornelio fue un gran pastor, que prestigió la sede romana en la
todavía joven iglesia, y defendió con decisión la fe y la unidad frente a varias herejías que tendían a
romper gravemente la unidad de la Iglesia; murió mártir, tras sufrir un duro destierro. Su
contemporáneo San Cipriano, obispo de Cartago, cabeza de la importante comunidad cristiana
norteafricana, fue un modelo de celoso pastor y una de las plumas más importantes de la primitiva
iglesia en lengua latina, continuador de la obra teológica de Tertuliano. Selló también su vida santa
con el martirio, durante la persecución de Valeriano.
17: San Roberto Berlamino, Obispo y Doctor de la Iglesia (1542-1621). Nació en
Montepulciano (Italia, Toscana). Jesuita de gran prestigio, sobre todo como predicador. Profesor de
Teología en Lovaina y Roma. Más tarde, Obispo de Capua y Cardenal de la Iglesia, cumpliendo
numerosas misiones delicadas, doctrinales, disciplinarias y diplomáticas, en nombre del Papa. Se
distinguió por su admirable labor catequética y apologética, sobre todo para contrarrestar los efectos
negativos de la crisis protestante. Modelo de aplicación de la doctrina y las normas del Concilio de
Trento, junto a otra serie de obispos santos (San Carlos Borromeo, San Francisco de Sales, etc.),
que consiguieron que las decisiones de dicho concilio, lejos de quedarse en papel mojado, fueran
revitalizando la Iglesia y llevándola a una época de esplendor y notables frutos de santidad.
18: San José de Copertino: ejemplo patente de cómo la santidad no es para genios, ni mucho
menos; cualquiera puede ser santo, pues la correspondencia generosa a la gracia puede suplir con
creces las limitaciones de la naturaleza. Santo italiano del siglo XVII, de origen muy pobre, con
muy poquita inteligencia, torpe y desmañado; ingresó como capuchino primero, pero fue echado del
convento pronto por su notable ineptitud; más tarde volvió a intentarlo como franciscano
conventual, y aunque siguió con su gran torpeza humana, fue creciendo en piedad, en particular en
devoción a la Virgen, hasta alcanzar de Dios notables dones místicos y una gran fama de santidad,
influyendo mucho con su oración, su ejemplo y su predicación; sufrió también numerosas
persecuciones y contradicciones, que reforzaron aún más su santidad y prestigio hasta su muerte.
19: San Jenaro fue obispo de Benevento en Italia, y murió mártir en Nápoles en la
persecución de Diocleciano, a principios del siglo IV, con un grupo de cristianos de toda condición.
Es patrono de esa ciudad. Se sabe muy poco de su vida, pero goza de gran popularidad por un
curioso milagro que viene ocurriendo durante siglos (está atestiguado, por lo menos, desde el siglo
XIV): Cada año, en este día de su fiesta y en otras dos fechas relacionadas con el santo, la sangre
solidificada, que se conserva en un relicario, se licúa durante un lapso de tiempo que puede durar
hasta una hora, ante numerosos fieles que acuden a contemplar el evento y a venerar la reliquia.
Todos los intentos de encontrar una explicación científica al suceso han fracasado hasta ahora,
mientras el Señor se ha servido de este fenómeno para afianzar la fe de muchos miles de fieles.
20: San Andrés Kim y compañeros, mártires: grupo numeroso de mártires coreanos (103)
canonizados en representación de unos diez mil cristianos asesinados por la fe en aquel país durante
el siglo XIX, en una serie de crueles persecuciones, que acabaron en 1882. San Andrés Kim fue el
primer sacerdote nativo de la propia Corea, decapitado en 1846. La mayoría de los mártires fueron
laicos, de toda condición (hombres y mujeres, niños y ancianos), ya que la evangelización del país la
realizaron al principio un grupo de fieles corrientes, sin apenas ayuda de sacerdotes o religiosos.
Entre estos martires hay once españoles, algunos franceses, y el resto coreanos. La ceremonia de
canonización, realizada por Juan Pablo II en la propia Corea en 1988 fue la primera que se realizaba
fuera de Roma, después de varios siglos.
21: San Mateo: Uno de los doce apóstoles y de los cuatro evangelistas. Publicano de
profesión, es decir, recaudador de impuestos, designado también como Leví, es bien conocida la
escena de su llamada por parte de Cristo, cuando estaba realizando su trabajo, y su rápida y generosa
respuesta. Incorporado al número de los Doce, fue testigo directo de las palabras y los hechos de la
vida de Jesús, que luego puso por escrito en el primero de los evangelios, que conservamos en
griego, pero que seguramente tuvo una primera versión aramea; evangelio dirigido originalmente a
los cristianos procedentes del judaísmo. En particular, es el que más palabras del Señor nos ha
transmitido. Más tarde, la tradición le sitúa predicando en varios lugares de oriente, como Etiopía y
Persia, donde murió mártir. Sus reliquias se conservan en la ciudad de Salerno.
22: San Mauricio: uno de los varios militares mártires de los primeros siglos. Procedía de
Egipto, y ocupó un alto cargo en la llamada legión tebana, reclutada en aquellas tierras. Murió
mártir con un numeroso grupo de sus soldados, cuando se hallaban en una campaña militar en los
Alpes, cerca de la actual Ginebra; cuando su conciencia cristiana se enfrentó a algunas de las
costumbres paganas e idolátricas tan frecuentes en la vida civil y militar del imperio romano
entonces. Algunas representaciones tradicionales presentan a este grupo de mártires como si
hubieran sido de raza negra, aunque no parece probable que fuera así, aunque sí procedieran del
norte de África.
23: San Lino: Fue el segundo papa, es decir, el sucesor de san Pedro en la sede romana.
Sabemos poco de él: era italiano, de Volterra, y aparece ya citado en la segunda carta de San Pablo a
Timoteo. Fue colaborador de San Pedro en la propia Roma, y en algunas misiones apostólicas en
otros lugares, como en la Galia. A la muerte de San Pedro, en el año 64, le sucedió al frente de la
iglesia romana, durante algo más de once años, hasta que él mismo murió mártir, y fue enterrado
junto a la tumba del Apóstol en la Colina Vaticana, en el lugar, por tanto, donde siguen siendo
enterrados la mayoría de los Pontífices Romanos.
24: Nuestra Señora de la Merced. Patrona de Barcelona y advocación de la Virgen muy
popular en todo el mundo. El origen de esta advocación está unido a la fundación de la Orden
mendicante que lleva su nombre, conocida popularmente como mercedarios, realizada por San
Pedro Nolasco en la ciudad de Barcelona, con la colaboración del ilustre dominico San Raimundo
de Peñafort. La nueva orden surgió bajo el patrocinio especial de la Virgen y con el objetivo
principal de conseguir la liberación de los cautivos cristianos en tierras musulmanas. Más tarde
fueron creciendo sus fines hacia otros servicios en favor de personas necesitadas de especiales
“mercedes”, incluida la propagación de la fe. En particular, muchos mercedarios marcharon a
América para participar en la evangelización del Nuevo Mundo y difundieron esta advocación
mariana por todas esas tierras.
25: San Carlos de Sezze. Santo franciscano italiano del siglo XVII. Nacido en la provincia de
Latina en 1613 y fallecido en Roma en 1670. De origen muy humilde, fue hermano lego,
desempeñando todo tipo de oficios manuales en los conventos en que vivió: cocinero, hortelano,
portero, sacristán, etc. Se distinguió siempre por su humildad y sencillez, su espíritu de obediencia,
su caridad generosa con el prójimo y su intensa vida contemplativa. Su fama de santidad movió a
muchas personas a buscar su consejo y ayuda espiritual. A pesar de su escasa formación cultural y
teológica, escribió algunos valiosos libros de espiritualidad, fruto de la sabiduría adquirida en su
oración personal: una autobiografía mística, meditaciones sobre la Pasión del Señor, un tratado
sobre la oración, etc.
26: Santos Cosme y Damián: Mártires orientales del tiempo de Diocleciano, de culto
antiquísimo tanto en Oriente como en Occidente. Sus nombres se incorporaron al Canon Romano, y
se erigió muy pronto una iglesia en su honor en plenos foros imperiales, respondiendo así a la gran
devoción popular por estos santos; es una iglesia de gran valor artístico, con un magnífico mosaico
paleocristiano en el ábside. Sin embargo, sabemos muy poco de ellos: apenas que murieron mártires
en Cyro, junto a la ciudad de Alepo. Los numerosos milagros, sobre todo curaciones, que ocurrían al
acudir a su intercesor motivaron la leyenda de que, en vida, fueron médicos prestigiosos. Tampoco
es seguro que fueran hermanos gemelos, como se les ha considerado también con frecuencia. Pero sí
es indudable la antíquisima y extendida devoción en toda la Iglesia a estos dos mártires.
27: San Vicente de Paúl (1581-1660): uno de los santos más populares de la época moderna;
destacó sobre todo por la formación de los sacerdotes, el servicio a los pobres y la organización de
misiones populares. Con esos fines fundó la Congregación de la Misión (padres paúles) y, junto a
Santa Luisa de Marillac, las Hijas de la Caridad (recientemente galardonadas, con toda justicia, con
el premio Príncipe de Asturias). Bastantes congregaciones religiosas posteriores, sobre todo
femeninas, y otras iniciativas apostólicas como las conferencias de San Vicente, iniciadas por el
Beato Federico Ozanam en el siglo XIX, deben su inspiración y su impronta al influjo de San
Vicente de Paul y sus fundaciones. Ha pasado así a ser uno de los principales prototipos de la
caridad cristiana en una de sus manifestaciones más importantes y características: la atención a los
más necesitados. Unas palabras de la Beata Teresa de Calcuta, la más conocida de las herederas de
ese espíritu en nuestra época, reflejan muy bien la motivación última de tantos hombres y mujeres
cristianos volcados en esta tarea: “No debemos servir a los pobres como si fuesen Jesús. Debemos
servirlos porque son Jesús”.
28: San Lorenzo Ruiz y compañeros mártires (1633-1637): grupo importante de mártires
en el Japón, en Nagasaki, entre los que había religiosos dominicos y agustinos, varios españoles y
algunos japoneses. Lorenzo Ruiz, que encabeza el grupo, es el primer mártir filipino; casado y padre
de familia, ejercía también las funciones de sacristán. La historia de la Iglesia católica en Japón,
iniciada con sobrenatural audacia y dinamismo, a pesar de las dificultades, por San Francisco Javier,
se vivió cruelmente truncada por esas duras persecuciones. Pero una vez más la sangre de los
mártires ha sido semilla de cristianos, y hoy día la iglesia japonesa, proporcionalmente todavía muy
modesta en cifras, camina con paso firme y sólido, sobre todo precisamente en la región de
Nagasaki, donde la fe se mantuvo milagrosamente durante siglos en un grupo de familias, aisladas
físicamente del resto de la Iglesia pero vinculadas por el misterio insondable de la comunión de los
santos.
29: Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, arcángeles. Los tres arcángeles se
celebraban antes por separado; ahora, al unir sus fiestas, la liturgia ha conferido mayor solemnidad a
su celebración. Entre la multitud de criaturas celestiales que sirven y glorifican a Dios en el cielo y
ayudan a los hombres, estos tres son los únicos que aparecen con sus nombres en la Sagrada
Escritura, en misiones importantes y particulares; por ello han gozado siempre de gran veneración
en la Iglesia. San Miguel aparece como el príncipe de la milicia celestial, el más poderoso de los
ángeles, capaz de contrarrestrar una y otra vez las asechanzas del demonio. San Gabriel es el insigne
mensajero del anuncio divino más importante de todos los tiempos: la Encarnación del Hijo de Dios
en las entrañas purísimas de Santa María. San Rafael, protector y benefactor de la familia de los dos
Tobías, padre e hijo, sigue extendiendo su particular patrocinio a los jóvenes, a los caminantes y a
los matrimonios cristianos.
30: San Jerónimo es uno de los grandes Padres y doctores de la Iglesia antigua. Importante
difusor de la vida monástica y hombre de profunda e intensa vida penitente, es sobre todo conocido
por su traducción de la Biblia al latín, versión conocida como la Vulgata, trabajo del que se ha
beneficiado toda la parte occidental de la Iglesia hasta nuestros días. También escribió numerosos y
excelentes comentarios a la Sagrada Escritura. La figura y el trabajo de este santo nos recuerda el
papel primordial e insustituible que debe desempeñar la Palabra de Dios escrita en la vida de la
Iglesia y de todo cristiano. En la liturgia y en la oración personal, en el estudio teológico y en la
catequesis, en toda actividad cristiana, la Biblia, y en particular los Evangelios, aparecen como
fuente y alma, si de verdad se desea seguir los pasos de Jesucristo en unión con Dios Padre. Fue
precisamente en Belén, junto al lugar del nacimiento del Señor, como buscando una identificación
hasta en lo más sensible con el Verbo de Dios hecho carne, donde San Jerónimo culminó sus
trabajos bíblicos y su vida personal de identificación con Cristo.
OCTUBRE
1: Santa Teresa del Niño Jesús: Una de las santas más populares e influyentes en el último
siglo. Todavía reciente su proclamación como doctora de la Iglesia: la más joven y más cercana a
nosotros entre el selecto grupo de treinta y tres doctores y doctoras que la Iglesia nos presenta como
destacados maestros de los misterios de la fe y de la vida cristiana. Como el propio Juan Pablo II
subrayó en la bula y en el acto de nombramiento, el doctorado de Santa Teresita es una
manifestación rotunda y palpable de la trascendencia de aquellas palabras de Jesús: “Yo te alabo,
Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes, y las
has revelado a los pequeños”. En efecto, tras su aparente sencillez, la doctrina del “caminito” de
infancia espiritual, que está en el centro de la experiencia y la enseñanza de la joven doctora
carmelita, esconde una profunda, audaz y sugerente comprensión del mismo misterio de Dios y de
nuestras relaciones con Él. El Papa ha propuesto particularmente el ejemplo y la doctrina de la
nueva doctora como camino de santidad a los jóvenes de nuestro tiempo, que pueden descubrir en
esta santa las maravillas de un corazón juvenilmente enamorado de Dios.
2: Los Santos Ángeles Custodios: La Sagrada Escritura habla con frecuencia de los ángeles,
como una inmensa multitud de criaturas espirituales que glorifican y sirven a Dios en el Cielo y que
también, por encargo divino, desempeñan funciones de mensajeros, consejeros y auxialiadores de
los hombres en todo tipo de necesidades materiales y espirituales. De ahí la extensión y profundidad
de la devoción a los Ángeles Custodios entre los cristianos de todas las épocas y lugares, concretada
sobre todo en la figura del ángel custodio personalmente confiado por Dios a cada uno. El trato con
el custodio se transforma así, para muchos cristianos, en una auténtica amistad e intimidad,
particularmente beneficiosa, con la que siempre se puede contar. Nos ayudan con los poderes de su
superior naturaleza…, y con el poder que reciben del mismo Dios que les ha confiado nuestra
custodia…
3: San Francisco de Borja: es una de las muchas grandes figuras que pueblan el siglo de oro
español. Nació en Gandía en 1510, en el seno de una familia ducal. Casado y con ocho hijos.
Desempeñó importantes cargos políticos en la corte del emperador Carlos V. Sufrió una profunda
transformación interior ante la muerte de la emperatriz Isabel, que le llevó a alejarse de las
vanidades de la corte, y a una vida más intensa de piedad y penitencia. A la muerte de su esposa, en
1546, entró en la Compañía de Jesús, destacando enseguida por su brillante oratoria, su celo
apostólico y sus dotes intelectuales y de gobierno. En pocos años llegó a ser superior general de la
orden, el tercer sucesor de San Ignacio, gobernándola humilde, sabia y santamente e impulsando
notablemente la expansión misionera. Murió en Roma el 1 de Octubre de 1572 y fue canonizado en
1671.
4: San Francisco de Asís: uno de los santos más conocidos, venerados e influyentes de la
historia de la Iglesia. Directamente, con su característica personalidad, y a través de toda la familia
religiosa franciscana, ha dejado una huella profunda e indeleble en la espiritualidad cristiana. Entre
las muchas enseñanzas vivas y prácticas de este santo, me gustaría recordar hoy una oración suya
que posee siempre plena actualidad:
“Haz de mí, oh Señor, instrumento de tu paz.
Que a donde hay odio, lleve yo amor;
a donde hay ofensa, lleve yo perdón;
a donde hay duda, lleve yo fe;
a donde hay desesperación, lleve yo esperanza;
a donde hay oscuridad, lleve yo luz;
a donde hay tristeza, lleve yo alegría;
Oh Señor, que no busque yo tanto ser consolado, como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar yo mismo.
Porque es dando como se recibe,
y perdonando como somos perdonados”.
5: Beato Raimundo de Capua: este dominico del siglo XIV estuvo estrechamente vinculado
a Santa Catalina de Siena, y más tarde fue general de su orden. El origen de su relación con la
popular santa y doctora de la Iglesia es significativo: las audaces actividades apostólicas de la joven
sienense y el grupo de discípulos y discípulas que la seguían y que la trataban como una madre,
habían despertado sospechas y calumnias. Las autoridades de la orden dominica iniciaron una
investigación, en la que Raimundo de Capua desempeñó un papel importante. No sólo informó
favorablemente sobre la santa, sino que quedó impresionado y entusiasmado con su figura. Pronto
pasó a formar parte de sus colaboradores más estrechos, llegando a ser su director espiritual -aunque
como en tantos otros casos de la historia, más aprendió él de ella, que a la inversa-, y después su
primer biógrafo y difusor de su figura, sus escritos y su enseñanza.
6: San Bruno, fundador de la Cartuja en el siglo XI. Los cartujos son una de las órdenes
monásticas más austeras y emblemáticas. Ellos recuerdan con orgullo la famosa y justa alabanza del
Papa Inocencio XI, pronunciada en 1688: “Cartusia numquam reformata quia numquam deformata”;
en efecto, la Cartuja nunca ha necesitado de reformas porque nunca se ha deformado en su espíritu
inicial. Sin llegar a encontrarse entre las órdenas con más número de miembros, ha mantenido
siempre un constante nivel de vocaciones y una gran fidelidad a su espíritu contemplativo, austero,
silencioso y trabajador, marcado por su santo fundador, contribuyendo mucho en particular a la
difusión de la devoción a la Virgen y a la edición y publicación de excelentes libros de
espiritualidad.
7: Nuestra Señora la Virgen del Rosario. La fiesta de la Virgen del Rosario surgió por
iniciativa del papa San Pío V, tras la victoria de los cristianos frente a los turcos musulmanes, en la
célebre batalla de Lepanto de 1571. El Papa había pedido con anterioridad a toda la cristiandad que
encomendara a la Virgen esa victoria rezando el Rosario. Esta devoción mariana había surgido a
finales de la Edad Media, difundida sobre todo por los dominicos, orden a la que pertenecía
precisamente San Pío V. A partir de la institución de esta fiesta, la difusión del Rosario fue todavía
mayor hasta situarse como la práctica de piedad mariana por excelencia. Todo el mes de octubre, a
la luz de esta fecha, se suele designar como el mes del Rosario, y es una magnífica ocasión para que
todos los hijos de María le manifestemos con más intensidad nuestro cariño con el rezo y la
contemplación de los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos del Santo Rosario.
8: Santas Pelagia (+ 468) y Tais (+ 348). Son dos casos muy significativos del poder de la
misericordia de Dios. Sus historias, aunque separadas un siglo, son bastante paralelas. Ambas se
dedicaban a la prostitución y gozaban de particular fama en los ambientes más depravados de su
época, en las ciudades de Antioquía y Alejandría, respectivamente. Ambas también conocieron en
un determinado momento a dos santos anacoretas que con su ejemplo y predicación consiguieron
convertirlas y alejarlas radicalmente del pecado. Ambas también se retiraron a partir de su
conversión a llevar una vida de intensa penitencia, destacando a partir de ese momento por su
santidad de vida: Pelagia en el Monte de los Olivos de Jerusalén, buscando una particular unión con
la agonía de Jesús al inicio de su Pasión; Tais, en Alejandría, ciudad de la que es patrona. Sus dos
historias nos recuerdan que nunca la cantidad ni la gravedad de los pecados son obstáculos para la
misericordia de Dios, que perdona siempre y totalmente a cualquier persona arrepentida y es capaz
de transformar a grandes pecadores en grandes santos.
9: San Juan Leonardi: Nacido en Luca (Toscana) en el año 1541. Uno de los numerosos
santos emprendedores del siglo XVI en Italia. Estudió farmacia, pero pronto abandonó esa profesión
para hacerse sacerdote. Con gran celo se dedicó a la predicación y cuidó con esmero la catequesis de
los niños. En 1574 fundó, con esos fines, la Orden de los Clérigos Regulares de la Madre de Dios.
Su forma ardiente y clara de predicar le ocasionó muchas incomprensiones. Trasladado a Roma,
trabó amistad con San Felipe Neri; y a través de la fundación de un seminario, reunió a su alrededor
un grupo de presbíteros dedicados a la propagación de la fe, institución que fue asumida y ampliada
más tarde por la Santa Sede, convirtiéndose en la Congregación de "Propaganda Fide", uno de los
instrumentos misionales más importantes de los últimos siglos. Este santo falleció en 1609,
mientras atendía con gran caridad a los afectados por una cruel epidemia de peste.
10: Santo Tomás de Villanueva, obispo: es una de las muchas figuras del siglo de oro
español. Nacido en 1486 en Fuenllana, en una familia de molineros. Religioso agustino, estudió en
la universidad de Alcalá (junto a Salamanca los dos grandes centros del saber de la época) y fue
luego uno de los más insignes maestros de la misma. Escribió también influyentes libros de
espiritualidad, como un tratado sobre la oración y un comentario al Cantar de los Cantares. Después
de desempeñar varios cargos en su orden, fue nombrado arzobispo de Valencia, cargo en el que
destacó enseguida por su caridad, prudencia y celo apostólico; y más todavía por su humildad, que
contrastaba fuertemente con el estilo pomposo de otros prelados dela época. Gozó siempre de gran
prestigio y autoridad; el mismo emperador Carlos V acudía a él con frecuencia como consejero.
Murió el 8 de Septiembre de 1555. Fue canonizado el año 1658. Uno de sus primeros biógrafos fue
nada menos que Francisco de Quevedo.
11: Santa Soledad Torres Acosta, fundadora: Esta santa madrileña del siglo pasado, nacida
en 1826, de familia muy pobre, se unió a la iniciativa del parroco de Chamberí que buscaba un
grupo de mujeres que pudieran atender a los enfermos a domicilio, a pesar de las reticencias del
mismo sacerdote, que deseaba gente de mayor nivel social; pronto llegó a ser el alma de la nueva
congregación de las Siervas de María, Ministras de los enfermos, y su superiora. Cuando el sucesor
del anterior párroco la apartó del cargo, en parte por culpa de una campaña de calumnias contra la
santa, el nuevo instituto estuvo a punto de desaparecer; pero devuelta Soledad al puesto de superiora
renació y se extendió rápidamente por toda España, y pronto también por América, siendo muy
conocidas y alabadas las nuevas religiosas por su abnegación, particularmente en los momentos de
graves epidemias, cuando los hospitales de la época apenas daban abasto.
12. Nuestra Señora del Pilar: La celebración de la fiesta de esta advocación mariana
aragonesa, tan popular en toda España y en América, nos invita a recordar el origen de su devoción:
la aparición de la Virgen María, todavía en carne mortal, a Santiago Apóstol, en Zaragoza, en los
inicios de la evangelización de España. La fortaleza y el cariño maternal de María fueron decisivos
en aquel momento para superar las dificultades que el Apóstol encontraba en nuestra tierra, hasta
hacer de España uno de los motores principales de la expansión de la fe por todo el mundo, como
recuerda también la conmemoración en esta fecha del inicio de la evangelización en América.
Aunque en circunstancias muy diversas, también hoy la fe cristiana se enfrenta a importantes
obstáculos para seguir arraigando en muchos más corazones; pero también el mismo Pilar mariano
sigue siempre a nuestro alcance para fortalecernos e impulsar la nueva cristianización de España,
América y el mundo entero.
13: San Eduardo III, rey, apodado el confesor (1004-1066). Este monarca inglés del siglo X,
último de la dinastía sajona, se encuentra tras la historia de uno de los monasterios, por distintos
motivos, más famosos de la cristiandad: la abadía de Westminster. Eduardo, antes de ser rey, había
hecho un voto de peregrinar a Roma; pero, al subir al trono, por complejos motivos políticos,
encontró una seria oposición a ese viaje. Tuvo que pedir la dispensa al Papa, que le conmutó el voto
por una generosa limosna a los pobres y la construcción de un monasterio dedicado a San Pedro. El
Rey cumplió ambas peticiones, y eligió para el monasterio unos terrenos al oeste de la ciudad de
Londres, de donde procede el conocido nombre Westminster: es decir, monasterio del oeste. La
abadía fue consagrada cuando el rey estaba ya enfermo de muerte; en ella fue sepultado y venerado
después de su canonización hasta nuestros días.
14: San Calixto I, papa y mártir (s. III). La historia de este papa de los primeros tiempos es
un ejemplo vivo de los misteriosos caminos de la providencia divina en bien de sus hijos. Por una
parte, su condición inicial de esclavo nos muestra como la fe cristiana no hizo acepción de personas,
ni siquiera en el máximo rango de la jerarquía, el papado. Por otra, la Iglesia venera también como
santo, junto a él, a San Hipólito, que fue adversario declarado suyo durante su pontificado; el
martirio por la misma fe unió a los dos antiguos enemigos, más allá de cuestiones secundarias que,
desgraciadamente, todavía hoy los cristianos seguimos poniendo a veces por delante de lo realmente
importante, creando conflictos que no deberían existir entre los que somos hijos de un mismo Padre.
Estos dos santos supieron, apoyados en la verdadera caridad cristiana superar sus diferencias y
unirse dando la vida por Cristo; también a nosotros la caridad debe llevarnos a la unidad.
15: Santa Teresa de Jesús: Una de las santas que necesita menos presentación, y de la que
siempre se pueden aprender cosas nuevas. Desde las cumbres de la experiencia mística de Dios
hasta la sencillez de la anécdota cotidiana, la primera mujer que mereció el título de doctora de la
Iglesia es, sin duda, una de las mejores maestras de tantos aspectos de la vida cristiana. Hoy deseo
subrayar sobre todo su alegría, su sentido del humor, apoyado en su gracejo natural pero también en
un sentido sobrenatural profundo. Leer y releer a Santa Teresa es una de las mejores formas que
conozco de levantar el ánimo, afrontar la vida con ilusión, enfrentarse a los problemas con
optimismo y ánimo vencedor; de pasar un rato entretenido y al mismo tiempo ser invitado a
reflexionar sobre las cuestiones más importantes de la vida, porque en ella el lector se encuentra con
una de las personas que mejor ha captado lo que significa amar, y por tanto ser feliz: pasárselo muy
bien en esta vida, a pesar de los sufrimientos, e ilusionarse todavía más con la felicidad eterna del
Cielo “para siempre”, como ella repetía.
16: Santa Margarita María de Alacoque: Nació en Autun (Francia) el año 1647. Religiosa
del monasterio de la Visitación de Paray-le-Monial. Recibió numerosas gracias extraordinarias,
entre las que destacan las apariciones del Sagrado Corazón de Jesús, cuyo culto se esforzó desde
entonces por introducir y extender en la Iglesia. De esas apariciones surgieron prácticas piadosas
muy extendidas como los primeros viernes de mes; la fiesta del Sagrado Corazón; la costumbre de
consagrar familias, ciudades, países y el mundo entero al Sagrado Corazón; y sobre todo, en el
fondo, la difusión de la figura enamorada y misericordiosa de Jesús, que ofrece su vida con total
generosidad por nosotros, sin más motivo que el amor que nos tiene. Santa Margarita María falleció
en 1690 en el mismo monasterio, quedando para siempre su nombre ligado al culto al Sagrado
Corazón de Jesús.
17: San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir: fue el sucesor de San Pedro en la Iglesia de
Antioquía, una de las más importantes sedes de la antigüedad. Condenado a morir, fue trasladado a
Roma y allí fue martirizado el año 107, en tiempos del emperador Trajano. Prisionero, en su viaje a
Roma, escribió siete cartas, dirigidas a distintas Iglesias: un precioso tesoro de la literatura cristiana
antigua y un valioso testimonio de la altura humana y sobrenatural de su autor. Destaca el
testimonio de sus sentimientos personales ante el martirio. Famosa imagen que utiliza para hablar
del martirio: “Trigo soy de Dios y he de ser molido por los dientes de las fieras a fin de ser
presentado como limpio pan de Cristo”. Refleja el profundo amor al Señor y sentido de su
identificación con él que vivían los mártires de estos primeros siglos.
18: San Lucas: uno de los primeros cristianos conversos del paganismo, médico de profesión
(por eso es su patrono), discípulo de San Pablo y autor del tercer evangelio y de los Hechos de los
Apóstoles. Entre otras cosas, en su evangelio destacan los primeros capítulos dedicados a la
Santísima Virgen y a la infancia de nuestro Señor. Los detalles ahí narrados han hecho pensar en
una relación bastante directa del evangelista con María. Una antigua tradición lo presenta, además,
como pintor, y autor en particular de un retrato –que sería el más antiguo- de la Madre de Jesús.
Lucas fue también un ejemplo de amistad y fidelidad a San Pablo, manifestada de forma particular
en los momentos más difíciles de la vida del apóstol de la gentes, cuya doctrina y actividad
apostólica plasmó por escrito este fiel discípulo.
19: San Pedro de Alcántara es uno de los grandes santos del siglo de oro español. Fue el
alma de una de las principales reformas de los franciscanos que ha recibido su nombre: los
alcantarinos. Su ayuda fue también decisiva en los inicios de la reforma teresiana. La propia Santa
Teresa le dedica las mejores alabanzas; él fue uno de los primeros en percatarse de la categoría
humana y sobrenatural de la reformadora, prestándole todo su apoyo en la nueva fundación y
alentándola también en su camino espiritual. Fue un hombre de proverbial austeridad y espíritu de
penitencia, y gran predicador. Su palabra, su ejemplo y su actividad pastoral se extendieron por casi
todo España y Portugal. Autor de un valioso tratado sobre la oración.
20: San Honorio, abad, nos remonta al periodo de transición entre la época romana y
visigótica en España. Es uno de los santos más antiguos venerados en Frenegal de la Sierra,
Badajoz, que llegó a ser sede episcopal en la antigüedad. En aquellos años la vida monástica se
difundió mucho por toda la península, y en particular por toda la mitad este. Se fundaron numerosos
monasterios, se escribieron varias valiosas reglas monásticas, y abundó también la vida eremítica.
Figuras prestigiosas surgidas de esos ambiente monásticos, como San Honorio, fueron decisivas en
la conversión de los nuevos pueblos godos y en la unificación religiosa de la península en torno al
cristianismo, hasta alcanzar un largo periodo de esplendor, truncado después por las invasiones
árabes. Podemos considerar pues a estos santos monjes y abades, como San Honorio, piezas
fundamentales en el afianzamiento de la tradición cristiana en la península ibérica.
21: San Hilarión fue uno de los principales anacoretas del siglo IV, en los inicios de ese
importante movimiento espiritual. De pudiente familia pagana, se convirtió al cristianismo durante
sus estudios en Alejandría y después, atraído por el ejemplo de San Antonio Abad, el gran padre del
eremitismo, abrazó la vida contemplativa y penitente en el desierto, abandonando sus muchas
riquezas. Pronto se extendió su fama de santidad, acompañada de bastantes milagros, y atrajo a
muchos discípulos a su forma de vida; ellos recogieron por escrito algunas de sus enseñanzas, que
forman parte importante del tesoro espiritual que nos han dejado aquellos primeros monjes del
desierto de Egipto.
22: Santo poco importante, pero significativo de los problemas históricos… San Abercio,
Obispo de Hierápolis en la segunda mitad del siglo II y comienzos del III, es un ejemplo de a donde
pueden llevar los excesos de una crítica histórica demasiado racionalista. En la época moderna,
bastantes eruditos habían negado su autenticidad histórica, apoyados en que los relatos conservados
sobre su vida y milagros resultaban demasiado fantasiosos. Pero un prestigioso arqueólogo de
finales del siglo pasado descubrió cerca de Esmirna, en las ruinas de la antigua Hierápolis, la tumba
del santo, y además con un epitafio de la época que resumía su vida de forma muy coherente con las
narraciones que habían sido criticadas. Es cierto que, con relativa frecuencia, la piedad popular
puede haber exagerado e incluso inventado algunos sucesos extraordinarios en la vida de los santos;
pero siempre hay una base histórica cierta en esas narraciones, y no faltan numerosos hechos
extraordinarios bien documentados históricamente.
23: San Juan de Capistrano, franciscano. Nació en Capistrano, junto a L‟Aquila, en la
región de los Abruzos, el año 1386. Después de estudiar derecho en Perusa, ejerció los cargo de juez
y de gobernador, hasta que abandonó la vida pública e ingresó en los franciscanos. Discípulo de otra
de las grandes figuras del franciscanismo: San Bernardino de Siena, colaboró con él en la difusión
de la reforma franciscana de la Observancia; y alcanzó también gran fama como predicador. Viajó
infatigablemente por toda Europa predicando, trabajando en la reforma de las costumbres y en la
lucha contra las herejías de su tiempo; recibió también misiones concretas de la Santa Sede como
Legado apostólico en varias regiones centroeuropeas. Durante una de esas misiones, le sorprendió la
muerte, el año 1456 en Ilok (Austria). Nos ha dejado también varios interesantes escritos teológicos
y espirituales.
24: San Antonio María Claret es quizá la figura más importante de la Iglesia en España en
el siglo XIX. Nació en 1807 en Sallent, cerca de Vic. Se ordenó sacerdote y pronto adquirió fama
como predicador en Cataluña y en toda España. Se dedicó también con gran eficacia a la
publicación de todo tipo de escritos religiosos, sobre todo destinados a la catequesis y a la vida de
piedad. Fundó la Congregación de los misioneros del Corazón de María, conocidos popularmente
como claretianos, que creció rápidamente por España y América. Fue nombrado Arzobispo de
Santiago de Cuba, donde destacó por su gran celo pastoral. Volvió después a la península como
confesor de la reina Isabel II. Tanto en Cuba como en España, sufrió varios atentados y muchas
contradicciones que supo soportar con gran visión sobrenatural. Aunque procuró mantener siempre
su actividad en el ámbito espiritual, su vinculación a la reina le obligó a exiliarse a Francia, cuando
ésta cayó. Allí murió en 1870, dejando, con su personalidad sus escritos y su fundación, una huella
decisiva para la vida cristiana de los decenios siguientes.
25: Santos Crisanto y Daría son dos mártires de los primeros tiempos cuya vida y martirio son
un vivo ejemplo de la fuerza de la expansión del cristianismo en esos primeros años. Crisanto era un
joven alejandrino, hijo de un senador, y que se convirtió en Roma al cristianismo a pesar de la fuerte
oposición de su padre. Entre otros intentos de apartar a su hijo de la fe, el senador recurre a una
sacerdotisa de Minerva, llamada Daría; pero ella se convierte a su vez al cristianismo y contrae
matrimonio con Crisanto. El joven matrimonio consigue en poco tiempo numerosas conversiones,
asustando a las autoridades romanas, que acaban encarcelándolos y finalmente enterrándolos vivos,
tras someterlos a diversos suplicios. Sin embargo, su ejemplar muerte continuó siendo, una vez más,
semilla de nuevos cristianos.
26: Beato Luis Orione, fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, es uno de los
principales herederos del espíritu y la obra de San Juan Bosco. Vivió entre 1872 y 1940, realizando
un intenso apostolado social y de evangelización entre los más pobres y necesitados, movilizando
para ello a un numeroso grupo de sacerdotes. En este tiempo en que diversos lugares de la tierra han
sufrido serios terremotos, podemos recordar entre otras actividades suyas, la generosa y abnegada
atención que prestó este santo a las víctimas de los terremotos de Messina, en 1908, y de Marsica,
en 1915, sobre todo acogiendo y atendiendo a los niños huérfanos. Más tarde extendió su actividad
y sus fundaciones también a América latina. Fue beatificado por Juan Pablo II en 1980.
27: Santo poco conocido y de nombre extraño, pero con historia interesante. San Frumencio
es uno de los primeros propagadores de la fe cristiana fuera de las fronteras del imperio romano.
Nació a principios del siglo IV en Tiro, Fenicia. Siendo aún muy joven, al regreso de un viaje a la
India, naufragó con sus compañeros, y acabó siendo esclavizado en la corte del rey etíope. Poco a
poco fue ganando prestigio y poder en la corte, ayudando en particular a los mercaderes cristianos
que llegaban al reino etíope. Durante un viaje a su patria, realizó una escala en Alejandría, donde
pidió al famoso patriarca San Atanasio que nombrara algún obispo que pudiera consolidar esa
incipiente evangelización de Etiopía. Finalmente San Atanasio eligió y consagró al propio
Frumencio, que dedicó el resto de su vida a la cristianización de aquellas tierras, donde siempre ha
habido una importante población cristiana, a pesar de las posteriores vicisitudes históricas.
28: Santos Simón y Judas Tadeo, Apóstoles: Hoy celebramos la fiesta de dos de los doce
apóstoles, quizá los menos conocidos. Ambos comparten nombre con otro apóstol. Simón, apodado
el Zelotes, quizá por provenir de ese grupo de nacionalistas judíos de la época, antes de su encuentro
con el Señor, es homónimo del jefe del Colegio Apostólico, Simón Pedro. Judas Tadeo, pariente de
Jesús, comparte nombre con el apóstol traidor, Judas Iscariote. Por eso, el nombre propio Judas ha
sido escasamente utilizado para bautizar a los niños cristianos, y los que tienen a este santo por
patrono utilizan preferentemente el nombre de Tadeo. A este apóstol pertenece una de las epístolas
del Nuevo Testamento. Aunque menos conocidos que sus compañeros, su fidelidad a Jesucristo y su
labor apostólica en los primeros tiempos fueron decisivas para la propagación y consolidación de la
Iglesia; y ambos murieron mártires por la fe.
29: San Narciso fue obispo de Jerusalén en el siglo II; pertenece, pues, a las primeras
generaciones cristianas y estuvo al frente de una de las iglesias más emblemáticas de la cristiandad.
Siendo ya obispo de la ciudad, sufrió una dura contradicción, pues tres de sus presbíteros le
acusaron de un grave crimen, del que no conocemos detalles. Para evitar males mayores, y después
de perdonar sinceramente a sus acusadores, el obispo se autoexilió durante un tiempo, hasta que uno
de los calumniadores se arrepintió y confesó que todo había sido una mentira urdida para
desprestigiar al patriarca, movidos por la envidia y el despecho. San Narciso pudo regresar a su sede
episcopal y gobernar todavía la diócesis durante varios años, pues murió de avanzada edad, entre el
respeto y la admiración de sus conciudadanos.
30: San Marcelo, mártir: Uno de los mártires que celebramos hoy es San Marcelo; de su
proceso y martirio, como los de bastantes otros de la época, se conservan datos de primera mano,
gracias a la minuciosidad y rigor de la justicia romana. Este santo era centurión de la VII Legión,
instalada en la zona de León. Cuando se conoció públicamente su condición de cristiano, sufrió dos
procesos: uno en la península ibérica, y otro en el norte de África, ante una autoridad superior, que
le condenó finalmente a ser decapitado. La aparente sencillez y sobriedad de la parte final del
proceso, cuando se lee públicamente el acta de acusación como cristiano y el centurión la acepta sin
titubear, esconde un profundo y heroico acto de fe, de tantos como pueblan la historia del martirio
en la Iglesia. Los jueces romanos estaban lejos de sospechar el valor religioso que iban a adquirir
con el tiempo aquellos documentos jurídicos.
31: San Alonso Rodríguez, jesuita: Entre los numerosos santos jesuitas abundan figuras de
renombre como maestros, misioneros, escritores, etc. Hoy en cambio recordamos a un humilde
portero, aunque no de menor santidad, y que alcanzó una elevada experiencia mística de intimidad
con Dios. San Alonso Rodríguez nació en Segovia en el año 1533. Casado y con dos hijos, sucedió
a su padre en un pequeño negodio de paños. En poco tiempo, sin embargo, fallecieron su mujer y
sus dos hijos, al mismo tiempo que se hundió el negocio familiar. Esto provocó en él una profunda
transformación interior, y pocos años después, tras algunas dificultades debidas a su edad, falta de
estudios y mala salud, consiguió entrar en la Compañía de Jesús; en concreto, en el Colegio Monte
Sión de Mallorca, donde ocupó el oficio de portero durante casi cuarenta años, hasta su muerte en
1610. El influjo de su santidad, sencilla pero palpable, fue notable en todos los que convivieron con
él: desde sus superiores hasta los novicios. Se conservan algunas cartas suyas y varios relatos
autobiográficos que muestran una profunda sabiduría interior, no aprendida en los libros, sino en la
experiencia contemplativa.
NOVIEMBRE
1: Solemnidad de Todos los Santos: Hoy recordamos a esa multitud de hombres y mujeres
santos, cuyos nombres y biografía nos son desconocidos, pero que han alcanzado merecidamente la
felicidad eterna en el cielo. El número de santos beatificados y canonizados es una pequeñísima
parte del número total de mujeres y hombres que pueblan el cielo. El que la existencia de la mayoría
de ellos haya pasado públicamente desapercibida no significa que el influjo de su vida santa haya
sido menor en esta tierra que otros más conocidos. El recuerdo de estos santos anónimos nos invita
a valorar la trascendencia de una vida ordinaria orientada por el amor a Dios y el servicio a los
demás, y afianza el convencimiento de que cualquiera de nosotros puede alcanzar la santidad desde
el lugar en que se encuentra; además, su poderosa intercesión ante Dios es una ayuda decisiva para
la fidelidad de cada uno de nosotros a su vocación cristiana personal.
2: Conmemoración de los Fieles Difuntos: El día siguiente a la celebración de Todos los
Santos, la Iglesia quiere recordar también de forma particular a todos los fieles difuntos que todavía
no han alcanzado el estado definitivo de felicidad en el cielo, y ofrecer sufragios por ellos para que,
cuanto antes, termine su tiempo de reparación por los pecados en el Purgatorio. Aunque la oración
por los difuntos ocupa siempre un lugar privilegiado en las intenciones de la comunidad cristiana,
en este día y a lo largo de todo este mes de noviembre, se intensifica de forma especial, plenamente
confiados en la infinita misericordia de nuestro Padre Dios, de la que un día no muy lejano todos los
que aún caminamos en esta tierra seremos también beneficiados. Podríamos decir que nuestra
oración pretende hoy vaciar esta conmemoración y llenar aún más la de ayer: vaciar el Purgatorio
para continuar llenando el Cielo.
3: San Marín de Porres es uno de los santos más populares y queridos en América Latina.
Limeño, religioso dominico, mulato y de extracción social muy pobre, es un ejemplo vivo de la
fuerza con que caló la fe cristiana en todos los ambientes de la sociedad americana de la primera
época colonial, más allá de las injusticias y errores que a veces se cometieron. Popularmente
conocido como “Fray escoba”, por su dedicación habitual a las tareas más serviciales del convento,
destacó por su humildad, su sencillez, su espíritu de pobreza y su dedicación a los enfermos más
miserables de la ciudad, aprovechando su oficio de barbero-cirujano, tan característico de la época,
y que él había aprendido de jovencito. Tuvo también fama de muy milagrero. Su canonización,
realizada por Juan XXIII, tuvo una gran repercusión, ayudando a comprender mejor la universalidad
de la fe y la santidad cristiana.
4: Hoy celebramos la fiesta de San Carlos Borromeo, cardenal y arzobispo de Milán en la
segunda mitad del siglo XVI. Fue nombrado cardenal muy joven por su tío, el papa Pío IV; pero,
aunque en otras ocasiones ese nepotismo, tan frecuente en la época, fue perjudicial para la Iglesia,
en este caso, resultó muy beneficioso. San Carlos, primero en la curia romana, y después en la
importante diócesis milanesa, fue un modelo de prelado piadoso, buen gobernante, generosamente
entregado al servicio de la Iglesia y de los fieles. Su actividad y su ejemplo fueron decisivos para
una correcta y eficaz aplicación de los decretos del Concilio de Trento, en Italia y en toda la
cristiandad, marcando unos criterios doctrinales y unas pautas de actuación pastoral que influyeron
en la vida de la Iglesia durante siglos.
5: Hoy conmemoramos a Santa Isabel, pariente de la Santísima Virgen, y por tanto del Señor,
y a su esposo Zacarías, padres de San Juan Bautista, el precursor. Son dos figuras entrañables del
cristianismo, testigos privilegiados de los acontecimientos que inauguran la página central y cumbre
de la historia de nuestra salvación. Zacarías recibió la revelación del nacimiento de Juan, y por tanto
de la proximidad ya de la llegada del Mesías. Isabel, encinta del precursor, fue la primera, después
de la propia María Santísima, en conocer el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios; y la
primera en dirigir a su Madre unos piropos repetidos luego tantísimas veces por millones de
cristianos a lo largo de los siglos. La intercesión de este matrimonio santo nos puede ayudar a
participar con más fruto del misterio de la Encarnación y Nacimiento de Jesucristo; y a hacerlo
precisamente con ese tono familiar, íntimo y entrañable con que se vivió en el seno de la Sagrada
Familia y su entorno, sin que ello rebaje la trascendencia y grandeza del acontecimiento.
6: San Severo es uno de los primeros obispos de Barcelona, mártir de la última gran
persecución de la época romana: la de Diocleciano. Poseemos muy pocos datos históricos, casi sólo
de su martirio, pero la veneración de este santo en la ciudad condal se remonta a la antigüedad. La
iglesia dedicada a él es una de las joyas del famoso barrio gótico barcelonés; aunque la mayor parte
de la edificación actual es barroca. En el momento de estallar la persecución, Severo intentó
esconderse, con algunos de sus sacerdotes y diáconos, en la zona del actual San Cugat del Vallés;
pero fue finalmente apresado, y obligado a asistir al martirio de sus compañeros. Las autoridades
romanas pensaron que así le iban a hacer abjurar de su fe; pero ni el martirio de sus sacerdotes ni las
torturas a que le sometiron a él mismo le hicieron cambiar en su firme defensa de la fe. Finalmente
murió con la cabeza atravesada por un clavo.
7: San Willibrordo († 739) fue una de las figuras clave de la evangelización de centroeuropa,
en concreto de la zona de Flandes, los Paises Bajos y Sajonia. Como muchos otros evangelizadores
de los paises germánicos a inicios de la edad media, era monje y de origen anglosajón. Empezó su
tarea evangelizadora hacia el año 690, en la zona de Frisia, con un pequeño grupo de compañeros.
Su trabajo fue muy eficaz, y pronto el Papa lo consagró obispo de esas tierras; recibió también
importantes ayudas del rey franco Pipino. Fundó iglesias y monasterios por toda la zona, alcanzando
su influjo también hasta Dinamarca, desde donde otros monjes continuaron, ya después de su
muerte, la evangelización de los países escandinavos.
8: Beato Juan Duns Scoto, filósofo y teólogo franciscano. Su todavía reciente beatificación,
realizada por Juan Pablo II, causó cierto impacto en el mundo filosófico y teológico. Durante mucho
tiempo, en efecto, el predominio de la escuela tomista en el estudio y la enseñanza de la teología y
de la filosofía cristiana tendía a ubicar al gran maestro franciscano como principal responsable de la
“otra” escuela, vista muchas veces con cierta sospecha, aunque no se le llegara a negar una
ortodoxia católica básica. La subida a los altares de Scoto ha contribuido así a reafirmar el
convencimiento que siempre ha tenido la Iglesia, aunque a veces no se haya expresado o entendido
bien, de que no existe una uniformidad de pensamiento teológico en el estudio de la fe cristiana,
sino una notable variedad de opciones, como fruto precisamente de la riqueza insondable del
misterio del Dios vivo. Scoto fue sin duda un gran santo y un gran teólogo, y a él se deben algunos
valiosos avances teológicos en terrenos tan importantes como la Mariología.
9: La Beata Isabel de la Trinidad es una joven carmelita francesa, fallecida en 1906, y
beatificada hace todavía pocos años por Juan Pablo II. A pesar de su corta vida y de no haber
recibido una formación teológica específica, nos ha legado una importante colección de escritos
espirituales, que destacan por su particular belleza, profundidad y riqueza. Junto con Santa Teresita
del Niño Jesús -doctora de la Iglesia- y Santa Teresa de los Andes -la primera santa chilena-,
también muy jóvenes, carmelitas y casi contemporáneas suyas, forman como un triunvirato de
maestras de la vida cristiana, que nos muestran cómo la sabiduría en las cosas de Dios no depende
de la edad y la acumulación de conocimientos especializados, sino que procede sobre todo del trato
íntimo con Él en la oración, de la sencillez con que se abre el corazón a las maravillas del amor
divino, deseoso siempre de llenar nuestras almas. En particular, la beata Isabel nos ha dejado
algunas de las reflexiones más sugerentes de la espiritualidad cristiana sobre la inhabitación de la
Santísima Trinidad en el alma.
10: San León Magno es uno de los Papas más importantes de la antigüedad y de toda la
historia de la Iglesia. Gobernó la Iglesia entre el 440 y el 461. Su actividad se multiplicó en diversos
campos decisivos, desde cuestiones doctrinales de gran envergadura hasta delicadas negociaciones
diplomáticas, en particular ante los pueblos bárbaros que se iban adueñando del decaído Imperio
romano, consiguiendo evitar muchos daños físicos y materiales a una población prácticamente
indefensa. La amplia colección de homilías suyas que se conservan constituye uno de los tesoros
espirituales más importantes de la época patrística. Podemos decir que su figura destaca
particularmente en un momento histórico de fuertes convulsiones y cambios, prestigiando el papado
y la Iglesia como punto de referencia y de unidad, cuando el antiguo imperio y su civilización se
resquebrajaban definitivamente.
11: San Martín de Tours es uno de los santos más populares de la antigüedad. En particular,
su figura a caballo, entregando la capa a un pobre, se ha hecho famosa en la iconografía cristiana.
Militar de profesión, tras su conversión, abrazó la vida monástica, apenas iniciada entonces en el
occidente cristiano, y que él mismo contribuyó a difundir desde ese momento de forma decisiva por
toda La Galia. Más tarde, como obispo, destacó como modelo de pastor de almas, particularmente
dedicado al clero y a los más necesitados de su diócesis. Su fama de santidad se extendió muy
rápidamente, en una época, el siglo IV, en que todavía el modelo principal y casi único de santidad
era el martirio. De ahí que su primer biógrafo se esforzara por subrayar al máximo el paralelismo
entre San Martín y los mártires de los tres primeros siglos; fenómeno que se repitió con frecuencia
en la presentación de las principales figuras de la vida monástica de aquellos años. San Martín fue,
por tanto, uno de los primeros santos no mártires venerados en la Iglesia.
12: San Josafat (1580-1623) es una figura clave en la historia de las relaciones entre la
Iglesia católica y la ortodoxa. Nacido en el seno de la más pura ortodoxia cristiana rusa, se convirtió
al catolicismo siendo estudiante en Vilna. Como monje y sacerdote, primero, y como obispo
después, destacó por su afán conciliador entre las distintas confesiones cristianas, apoyado en una
intensa vida de piedad y una vida austera, caritativa y ejemplar. Sufrió, sin embargo, por ello
muchas incomprensiones, calumnias y persecuciones, hasta ser brutalmente humillado, apaleado y
asesinado en un tumulto organizado por sus enemigos. Un fruto inmediato de su martirio fue la
conversión al catolicismo del obispo ortodoxo de su misma ciudad. El ejemplo y la intercesión de
este santo ruso puede ser de gran ayuda en los decisivos pasos de acercamiento entre las distintas
familias cristianas que estamos viviendo en el inicio del nuevo milenio y que es uno de los grandes
empeños del Papa y de la Iglesia en estos momentos.
13: San Leandro es una de las grandes figuras del cristianismo visigodo, junto a su hermano
pequeño San Isidoro. Miembro de una familia hispano-romana de Cartagena, Leandro nació
alrededor del año 549. Tuvo parte decisiva en la conversión al catolicismo de san Hermenegildo y
luego de su hermano Recaredo, lográndose con ello la unidad católica de la nación. Fue Arzobispo
de Sevilla y presidió el Concilio III de Toledo (año 589), momento clave de la gran floración
cristiana de la época en España. Su influencia fue decisiva en el desarrollo y esplendor posterior de
la iglesia hispano-visigoda. Murió hacia el año 600 y sus restos se veneran la catedral hispalense.
Poco después, su hermano San Isidoro le sustituyó en la sede episcopal sevillana y llevó al máximo
esplendor la obra iniciada por San Leandro.
14: San José Pignatelli: Santo jesuita español del siglo XVIII: representativo de una época
muy dura para la orden y para la vida religiosa en general. Aragonés de nacimiento y de familia
noble, ejerció su labor en Zaragoza, hasta la expulsión de los jesuitas decretada por Carlos III, en
1767. Se instaló en Italia, pero en 1773 la orden fue abolida por el mismo Romano pontífice, a nivel
universal, tras complejas maniobras político-religiosas. Sólo en Prusia durante un tiempo, y en
Rusia (por su antirromanismo) continuron oficialmente reconocidos. Nuestro santo, como muchos
otros, renovó sus compromisos religiosos en secreto y trabajó como sacerdote todo lo que pudo, en
Bolonia, procurando mantener contacto con los compañeros refugiados en Rusia; se esforzó no solo
por mantener la fidelidad de todos, sino también por preparar futuras vocaciones para cuando fuera
posible restaurar la orden. Su trabajo y sufrimiento dio fruto, aunque él no llegó a verlo en la tierra:
falleció en 1811 y la orden fue oficialmente restaurada tres años después. La vida de este santo
demuestra, entre otras cosas, como una verdadera vocación divina está mucho más allá y es mucho
más solida que sus manifestaciones jurídicas, organizativas, etc., y desde luego, que la voluntad de
los hombres, por poderosos que sean.
15: San Alberto Magno, obispo y doctor, patrono de las Ciencias (c. 1206-1280) es uno de
los grandes santos y sabios del siglo XIII, periodo plagado de figuras de primer nivel en la Iglesia.
Fue maestro de Santo Tomás de Aquino, aunque le sobrevivió después algunos años, pudiendo
contribuir así en primera persona a la difusión de las enseñanzas del doctor angélico. San Alberto
llama sobre todo la atención por la amplitud de sus conocimientos, que van desde la filosofía y la
teología, en las que tuvo aportaciones decisivas, aun sin llegar al influjo de su aventajado discípulo,
hasta numerosos campos de las ciencias naturales, a las que dio un impulso decisivo en la época, y
de las que con toda justicia es patrono. Toda esa enorme y profunda tarea científica no le impidió
desempeñar con eficacia diversos cargos en la orden dominicana y las responsabilidades del
episcopado en Ratisbona, al que accedió en los últimos años de su vida.
16: Hoy celebramos la memoria de Santa Margarita, reina de Escocia en el siglo XI. Era
hija del heredero de la corona inglesa y de una princesa húngara; nació en 1046, en Hungría, donde
su padre estaba desterrado. Tras pasar un periodo en Inglaterra, la familia tuvo que volver a huir, en
este caso a Escocia, donde poco después contrajo matrimonio con el rey escocés Malcolm III, que
había enviudado un tiempo antes; con él tuvo ocho hijos. Margarita se distinguió en seguida por su
vida de piedad y su austeridad; por el profundo sentido cristiano con que desempeñó sus tareas de
esposa y madre; y por su eficaz colaboración en el gobierno del reino, preocupándose sobre todo por
la difusión de la cultura, la educación y la vida religiosa entre sus gentes. Falleció todavía joven, en
1093, en Edimburgo; y fue canonizada en 1249.
17: Hoy conmemoramos a Santa Isabel de Hungría, princesa, hija del rey de ese país, y
nacida en 1207. Se casó muy joven con el landgrave de la región de Turingia, Luis IV, con el que
tuvo tres hijos. Pronto destacó por su espíritu de piedad y penitencia, y su ejemplar comportamiento
como esposa, madre, y consejera y ayudante de su marido. Sin embargo, éste murió muy pronto, en
la cruzada; y ella tuvo que batallar mucho para defender los derechos hereditarios de su hijo mayor.
Arreglados los asuntos políticos y familiares, abandonó la corte y fundó un hospital en Magdeburgo,
donde se dedicó por entero a servir personalmente a los enfermos más pobres y necesitados de la
ciudad, con heroica generosidad. Dedicó ese hospital a San Francisco de Asís, cuya fama e influjo
se había extendido con gran rapidez también en centroeuropa. Allí murió la santa, todavía muy
joven, en 1231.
18: Hoy se conmemora la Dedicación de las Basílicas romanas de los Apóstoles San Pedro y
San Pablo, dos de las grandes iglesias de la cristiandad. Junto a San Juan de Letrán o Archibasílica
del Salvador, cuya dedicación celebramos también hace pocas jornadas, y a Santa María la Mayor
forman el conjunto de las cuatro basílicas romanas llamadas mayores, lugares principales de
peregrinación en Roma, que cobran particular relieve en los años jubilares, con las indulgencias que
se pueden lucrar en ellas. Si la Basílica del Salvador evoca la figura del mismo Jesucristo, y la de
Santa María a su Madre, éstas otras dos se levantaron sobre los lugares en que se veneran los restos
de los dos príncipes de los apóstoles, martirizados en Roma en los primeros tiempos del
cristianismo. Cuatro espléndidas joyas arquitectónicas que nos recuerdan con su majestuosidad los
pilares todavía más sólidos sobre los que se asienta la fe y la santidad de la Iglesia: Jesucristo, su
Madre y sus Apóstoles. En particular, en este año dedicado a San Pablo, su basílica romana es el
centro de todas las celebraciones en su honor.
19: San Rafael Kalinowski es un santo polaco, fallecido en 1907, beatificado por Juan Pablo
II en 1983 y canonizado por el mismo pontífice en 1991. Era oriundo de Vilnius, en la actual
Lituania, y militar de profesión. Desempeñaba un importante cargo como oficial del ejercito zarista
cuando, en 1863, polacos y lituanos se alzaron contra la dominación rusa. Él se unió a la revuelta,
llegando a ser uno de sus líderes, hasta que fue arrestado y condenado a muerte. Sin embargo,
finalmente, el castigo quedó reducido a unos años de trabajos forzados en las minas siberianas. Una
vez liberado, y tras pasar un tiempo en Francia, tomó el hábito carmelitano y fue ordenado
sacerdote; se puede considerar, por tanto, un genuino ejemplo de vocación tardía. En los años
siguientes contribuyó decisivamente a la renovación de la orden del Carmen en tierras polacas,
desempeñando varios cargos importantes en ella. Murió en Wadowize, la localidad natal de Juan
Pablo II. Su fama de santidad se extendió muy rápidamente en Polonia después de su muerte.
20: San Edmundo es un santo muy venerado en Inglaterra. Fue el último monarca de uno de
los antiguos y pequeños reinos ingleses de principios de la Edad Media: Eastanglia (en el este de
inglaterra, como indica el nombre). Se preocupó mucho por la consolidación de la religión cristiana
en su territorio, y destacó por su espíritu pacífico en una época particularmente violenta en las islas
británicas y en toda Europa. De hecho, murió mártir, en el 869, a manos de unos salvaje piratas que
asolaron su reino, y con los que intentó evitar un enfrentamiento directo a gran escala, buscando el
menor derramamiento de sangre posible. Su sacrificio personal, en efecto, salvó muchas vidas; y su
figura pasó a ser legendaria en muchas historias medievales británicas.
21: La Presentación de Nuestra Señora: Fiesta muy antigua de la Virgen, que recoge una
tradición según la cual, María, siendo todavía niña, hizo una ofrenda personal de sí misma a Dios,
movida por el Espíritu Santo, cuando sus padres la llevaron al Templo de Jerusalén. Es una
tradición muy coherente con los principales dogmas de fe marianos. Por una parte, responde a la
particular plenitud de gracia en que ella vivía, fruto de su Inmaculada Concepción; y por otra, a la
virginidad que había ofrecido a Dios, antes de conocer la especial vocación divina a que estaba
llamada, y que mantuvo luego durante toda su vida. No cabe duda que las conocidas palabras con
que respondió al anuncio del ángel: he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra,
expresan lo que fue actitud constante de toda su vida: plenamente enamorada de Dios, orientando a
Él todo su ser y toda su actividad, entregada por completo con plena conciencia y libertad a cumplir
la voluntad divina.
22: Hoy celebramos la fiesta de Santa Cecilia, una de las mártires de la antigüedad más
veneradas a lo largo de todos los tiempos. El templo dedicado a ella, en el Trastevere romano, es
uno de los más visitados de la capital de la cristiandad, y su imagen una de las más reproducidas en
la iconografía cristiana desde el siglo IV hasta nuestros días. Pertenece a ese numeroso grupo de
jóvenes vírgenes cristianas que, en aquellos primeros años de expansión del cristianismo, fueron
siempre un ejemplo vivo de virtud, piedad y dedicación a los demás. A ello se unió, en muchos
casos, como el de Santa Cecilia, una fortaleza admirable ante terribles torturas y la misma muerte, a
pesar de su juventud y de su pertenencia al teóricamente llamado sexo débil. Si entonces y siempre
el martirio ha sido semilla de cristianos, la muerte heroica de estas jovencísimas mártires cristianas
todavía lo ha sido más: primero, con ocasión de su misma muerte, y después, con la difusión de su
ejemplo, muy utilizado siempre en la predicación y la literatura cristiana.
23: Hoy celebramos a San Clemente I, Papa y mártir. Perteneció a la primerísima generación
de cristianos; fue discípulo directo de los Apóstoles, y el tercer sucesor de San Pedro al frente de la
Iglesia de Jesucristo. Se conserva una extensa carta dirigida por él a los corintios: uno de los
documentos cristianos más antiguos. A esa carta pertenece el siguiente fragmento sobre la caridad
cristiana, que no ha perdido vigor ni actualidad: “La altura a que nos levanta la caridad es inefable.
La caridad nos junta con Dios, la caridad cubre la muchedumbre de los pecados, todo lo sufre, todo
lo soporta. Nada hay vil en la caridad, nada soberbio. No fomenta el cisma, no es sediciosa, lo hace
todo en concordia. La caridad consuma la perfección de todos los elegidos de Dios. Sin la caridad
nada es agradable a Dios. En caridad nos acogió a nosotros el Señor. Por la caridad que nos tuvo,
Jesucristo, nuestro Señor, dócil a la voluntad de Dios, dio su sangre por nosotros, su carne por
nuestra carne, su alma por nuestras almas. Ya veis, carísimos, cuán grande y admirable cosa es la
caridad y cómo no hay palabras para explicar su excelsa perfección”.
24: Recordamos hoy a un numeroso grupo de mártires del Vietnam, 117, beatificados en
distintos momentos, y recientemente canonizados por Juan Pablo II. Entre ellos se encuentran
algunos misioneros que evangelizaron aquellas tierras -varios de ellos, españoles-; pero la mayoría
son oriundos de la región: algunos obispos y sacerdotes, y numerosos laicos. Pertenecen a distintas
épocas y periodos de persecución, desde el siglo XVII hasta finales del XIX. El que abre
cronológicamente la lista es San Andrés Trung, un joven catequista de tan sólo diecinueve años,
martirizado en 1644. La iglesia vietnamita ha sido, efectivamente, una de las que más ha sufrido en
la historia, y sigue siendo una de las más perseguidas en la actualidad; sin embargo, una vez más,
esas duras contradicciones no han hecho sino afianzar la expansión de la fe. En efecto, el número de
cristianos vietnamitas siempre ha sido comparativamente muy superior al de los demás países de la
península indochina, y a la mayoría de Asia, en un ambiente conocidamente difícil para la difusión
del evangelio de Jesucristo.
25: Hoy celebramos la memoria de Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir en esa
ciudad egipcia, a principios del siglo IV. Los antiguos relatos de su martirio incluyen una escena
que se ha hecho famosa: la jovencísima virgen cristiana disputando, en presencia del emperador,
con los más grandes sabios de la ciudad (principal centro filosófico y científico de la época),
empeñados en hacerla apostatar del cristianismo, pero que quedan confundidos ante los argumentos
de la santa, apoyados en la firmeza de su fe. En estos hechos tiene origen su patronazgo sobre los
filósofos cristianos. En lugar de alguna de las insignes lumbreras del pensamiento que han brillado
en la historia del cristianismo, la Iglesia ha preferido escoger como modelo la sencilla, pero no
menos profunda, sabiduría de esta joven mártir alejandrina, subrayando así donde está la verdadera
fuerza de la Verdad: en el mismo Jesucristo; Verdad que no contradice, desde luego, sino que
ilumina todos los senderos del pensamiento humano.
26: Entre otros santos, recordamos hoy a San Leonardo de Porto Maurizio, franciscano
italiano, que vivió entre 1676 y 1751. Es patrono de las misiones populares. Destacó, en efecto,
como eficaz predicador. En una época -el llamado siglo de las luces- en que dominaba el
barroquismo en la oratoria, -incluida la oratoria sagrada-, la sencillez, espontaneidad e inmediatez
de su lenguaje, causó gran impacto entre gentes de toda condición, moviendo muchas almas a la
conversión o renovación de su vida; y contrarrestando los negativos influjos del jansenismo en la
espiritualidad cristiana de aquellos años. A través de sus palabras, los oyentes captaban su
sinceridad, la coherencia con su vida, la fuerza de su piedad y su espíritu de penitencia. Destacó
particularmente por su forma de predicar sobre la Pasión del Jesucristo, y la difusión de la práctica
del Via Crucis; buscaba así remover los corazones de los pecadores, pero siempre en un tono
positivo, amable y comprensivo, alejado de los acentos lúgubres e incluso terroríficos tan
característicos de otros predicadores y escritores de la época.
27: Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Advocación mariana que tiene su origen en
las apariciones de la Virgen a Santa Catalina Labouré. La primera fue el 27 de noviembre de 1830,
cuando esta religiosa, hija de la Caridad, estaba rezando con sus compañeras en el convento de la
rue du Bac en París. En la visión se le presentó el anverso y el reverso de una medalla, y oyó una
voz que prometía una especial protección de la Santísima Virgen al que la llevara. En el anverso de
esa medalla estaba representada una imagen de María, de pie sobre el mundo, con unos rayos de luz
que brotaban de sus manos e iluminaban la tierra, y una leyenda con las palabras: ¡Oh María sin
pecado concebida!, rogad por nosotros que recurrimos a Vos. En el reverso, la letra M, una cruz, y
los corazones de Jesús y de María. Pronto esta medalla, la jaculatoria y la devoción se extendieron
por todo el mundo; y el convento de la rue du Bac se ha convertido en uno de los lugares marianos
más visitados.
28: Hoy celebramos la memoria de Santa Catalina Labouré, la religiosa que recibió las
apariciones de la medalla milagrosa que ayer recordábamos. Perteneció a una familia campesina
bretona muy numerosa (17 hermanos); y era una mujer sencilla y poco instruida. Recibió las
apariciones con veinticuatro años, sólo dos después de haber ingresado en el noviciado de las Hijas
de la caridad. Pero el resto de su vida, hasta su muerte en 1876, con setenta años, se desarrolló de
forma discreta y escondida, aunque, eso sí, de forma ejemplar, tanto en su vida de piedad como en la
intensa dedicación a los enfermos que caracteriza a la congregación fundada por San Vicente de
Paul. Aunque la devoción a la medalla milagrosa ya se había difundido mucho en todos esos años,
nadie supo hasta su muerte, que había sido esta humilde religiosa la receptora de aquellas visiones.
Un ejemplo francamente llamativo y edificante de humildad y discreción.
29: Hoy celebramos con toda solemnidad a uno de los santos más queridos y venerados en
Navarra, y particularmente en Pamplona: San Saturnino, también conocido popularmente como
San Cernin. Pocos datos seguros tenemos de su vida, pero su culto se extendió pronto, rápida y
profundamente desde el sur de La Galia hacia este lado de los Pirineos. Fue el primer obispo de
Toulouse, la Tolosa romana, a mediados del siglo III, con influjo decisivo en la cristianización de
toda esa parte del imperio romano. Murió mártir en esa misma ciudad. El auge del camino de
Santiago en plena Edad Media propició el afianzamiento de su devoción por estas latitudes; y
seguramente fue entonces cuando surgió la tradición -no documentada con anterioridad- de hacerle
primer evangelizador de Pamplona y su comarca, y también la tendencia a identificarlo con San
Fermín. Dejando para los especialistas la tarea de precisar todos estos datos históricos en la medida
de lo posible, sí resulta claro, desde el punto de vista espiritual, que la devoción a este santo ha sido
y sigue siendo decisiva en la piedad de los pamploneses y de todos los navarros, y a él se elevan con
especial intensidad en el día de su fiesta nuestras oraciones por todas las necesidades de esta tierra y
sus gentes.
30: El último día de noviembre, que coincide con el inicio de la novena a la Inmaculada
Concepción de María, celebramos la fiesta de San Andrés, apóstol. Uno de los primerísimos
seguidores de Jesucristo, su figura queda un poco eclipsada por la de su hermano, Simón Pedro,
príncipe de los apóstoles; pero fue, como sus compañeros del colegio apostólico, uno de los pilares
firmes de la Iglesia de Jesucristo en sus inicios. Su muerte en una cruz en forma de aspa, que ha
pasado ha ser conocida por su nombre, es una de las representaciones más repetidas en la
iconografía cristiana. A él, en el momento de su martirio, se atribuye una preciosa y conmovedora
oración a la Cruz: “Oh cruz buena, que has sido decorada por los miembros del Señor, cruz por
largo tiempo deseada, ardientemente amada, buscada sin descanso y ofrecida a mis ardientes deseos,
tómame de entre los hombres y devuélveme a mi Maestro, para que por ti me reciba el que por ti me
redimió”. Oración en la que se encierra el sentido cristiano, positivo y esperanzado, de la Cruz, pues
en ella nos ha salvado Jesucristo: conduce a la resurrección y la vida verdadera y definitiva.
DICIEMBRE
1: Entre los santos venerados este primero de diciembre se encuentra la primera beata
congoleña, Clementina Anwarite Nengapeta, beatificada por Juan Pablo II en Kinshasa en 1985.
Fue religiosa de la Congregación de la Sagrada Familia y trabajó como maestra en una zona de
misiones. Durante una de las varias guerras civiles que han asolado ese gran país africano, en 1964,
las religiosas de la zona fueron muy maltratadas. Clementina, en concreto, sufrió dos intentos de
violación, a los que logró resistirse, hasta que el autor del último, un coronel del ejército, la mató.
La religiosa todavía tuvo tiempo de perdonar a su asesino antes de morir. La historia de esta beata
confirma una vez más la descripción que hizo Juan Pablo II del siglo XX como un siglo de mártires;
efectivamente, es difícil encontrar un rincón del mundo donde, a lo largo de ese siglo recién
acabado, no haya habido algún hermano nuestro en la fe que haya dejado ese impresionante
testimonio de amor a Jesucristo y a la Iglesia con su sangre y su vida. En África central, en concreto,
todos recordamos varios ejemplos de los últimos meses y años, mientras es una de las zona con
mayor índice de vocaciones en la Iglesia: quizá precisamente por la fuerza espiritual que brota del
martirio.
2: Uno de los santos venerados hoy, dos de diciembre, es el Beato Juan Ruusbroec, quizá
poco conocido popularmente, pero muy importante, sobre todo como escritor, en la historia de la
mística cristiana. Vivió en el siglo XIV, era flamenco y fue fundador y prior de un importante
monasterio de canónigos regulares en su tierra. Escribió un total de once tratados místicos, en
lengua flamenca, que tuvieron un notable influjo a finales de la edad media y principios de la
moderna, y que han suscitado renovado interés entre los especialistas de los últimos decenios.
Destaca, entre otros aspectos, por la riqueza de su simbología mística. Su libro más importante lleva
por título “bodas del alma”; palabras que responden a una de las tradiciones más fructíferas de la
mística cristiana: la comparación entre el amor matrimonial y la relación que se establece entre el
alma cristiana y Dios. En efecto, el amor entre hombre y mujer en el matrimonio brota, por deseo
del mismo Creador, de la grandeza del amor divino; y la intimidad de amor que alcanza el alma
santa con Dios queda certeramente reflejada por la riqueza e intensidad del más genuino amor
esponsal.
3: Poca presentación necesita entre nosotros el santo principal que la Iglesia celebra hoy: San
Francisco Javier, patrono de la misiones y de Navarra. Quiero fijarme en un aspecto de su figura
que quizá no suele ser suficientemente valorado: su imagen de evangelizador de lejanas tierras
orientales puede hacernos olvidar, en efecto, su apostolado anterior en la universidad de París, en
tierras francesas, italianas o españolas, y en la corte portuguesa. Centrándonos más todavía en el
mundo universitario: fue durante sus estudios en la universidad de París cuando San Francisco
Javier conoció a San Ignacio de Loyola, se hizo amigo suyo, superando importnates diferencias
personales, vivió una profunda conversión interior, y se incorporó al pequeño grupo que daría lugar
a la futura compañía de Jesús; colaborando estrechamente con San Ignacio en las primeras
actividades apostólicas en la misma universidad. Por otra parte, su profunda formación universitaria
le ayudó mucho en toda su tarea evangelizadora posterior: dándole hondura y capacidad pedagógica
al mismo tiempo. Por otra parte, ya en oriente, su celo apostólico no olvidó el mundo universitario:
sobre todo a través de sus cartas, no dejó nunca de remover los corazones de los universitarios
parisinos y de otros intelectuales europeos, apoyado precisamente en el contraste entre las
necesidades de aquellos lejanos pueblos y la vida ya entonces cómoda de las ciudades europeas. Es
decir, el ejemplo heroico de nuestro santo patrono no se dirige sólo a los misioneros de tierras
lejanas -con tantos navarros y navarras en sus filas- sino a los que aquí estamos, a los universitarios
particularmente, responsables de una cristianización no menos importante y laboriosa: la de la
Europa del euro.
4: San Juan Damasceno (ca. 675-749) es considerado el último gran Padre del oriente
cristiano. Oriundo de Damasco, de familia cristiana, vivio ya bajo la dominación árabe de su ciudad,
pero gozando todavía de una libertad religiosa, que se iría perdiendo en los decenios siguientes. Fue
sacerdote y monje en San Sabas, cerca de Jerusalén. Doctor de la Iglesia, destacó como teólogo y
predicador. Su obra escrita más importante es la Exposición sobre la fe ortodoxa, anticipo en parte
de las sumas medievales. Defendió el culto a las imágenes contra los iconoclastas. Es especialmente
conocido por su piedad y teología mariana; sin duda el autor más significativo de la antigüedad en
este punto clave de la espiritualidad cristiana.
5: San Sabas fue un famoso y venerado monje de la antigüedad (439-532). Todavía se
conserva el monaserio en el que vivió y que lleva su nombre, en el desierto de Judea. Destacó por su
larga e intensa vida solitaria, de oración y penitencia. Sin embargo, en los últimos años de su vida,
ya muy anciano, no tuvo reparo en abandonar su retiro para defender con valentía y claridad la fe
ante el resurgimiento de varias herejías. Viajó incluso hasta la corte imperial de Constantinopla,
donde su ejemplo y predicación causó particular impacto ante el emperador Justiniano, al que llegó
a profetizar algunas de sus futuras conquistas. Después, todavía pudo gozar de un tiempo de vida
solitaria hasta su muerte. Su ejemplo y enseñanza influyó mucho en los siglos siguientes en el
oriente cristiano.
7: Hoy celebramos la fiesta de San Ambrosio, obispo de Milán en la segunda mitad del siglo
IV, uno de los grandes Padres y doctores de la Iglesia. Su elección para la sede milanesa, por
aclamación popular, fue llamativa e inesperada, pues era todavía un simple catecúmeno, aunque
muy conocido y respetado por su cargo político de gobernador de la Liguria. Fue bautizado y
ordenado, en consecuencia, en un tiempo record. Ya obispo, no defraudó las expectativas de su
gente, actuando siempre con gran celo y caridad; su influjo, además, fue considerable en muchos
ámbitos de la vida eclesiástica de la época, particularmente en las delicadas controversias con los
arrianos. Como escritor, fue un autor muy prolífico, rico y profundo. Es conocida también su
decisiva intervención en la conversión de San Agustín, que sacaría enseguida el máximo partido a
las enseñanzas recibidas del santo obispo de Milán. El influjo particular de San Ambrosio en esa
sede, una de las más importantes de la cristiandad, se ha mantenido a lo largo de los siglos, como
demuestra, por ejemplo, la pervivencia de un rito litúrgico propio que recibe su nombre.
8
La Inmaculada Concepción de la Virgen María; Santa Sabina, mártir; San Valente,
obispo.
Hoy celebramos una de las principales solemnidades del año en honor de la Santísima Virgen
María: su Inmaculada Concepción. Recordamos así un especial privilegio mariano, definido como
dogma de fe en el año 1854, por el papa Pío IX. María, en efecto, como Madre de Jesús, verdadero
Dios y verdadero Hombre, en previsión de los méritos de su Hijo, fue librada desde el instante de su
concepción del pecado original con el que todos nacemos. De ahí también el nombre de Purísima
con que se suele designar popularmente esta fiesta. Aunque la proclamación del dogma sea
relativamente reciente, la devoción a la Inmaculada estaba ya muy difundida bastantes siglos antes,
y de forma muy particular en España. Muchas universidades españolas y algunos de sus más
prestigiosos profesores, en concreto, apoyaron teológicamente esta verdad, durante las largas
polémicas suscitadas antes de su definitiva proclamación solemne. Es tradicional también la visita
que realiza en esta jornada el Santo Padre a la romana Plaza de España, para venerar la imagen de la
Inmaculada que se alza ante la embajada de nuestro país allí ubicada.
9: Como es sabido, se están promoviendo de forma especial los procesos de beatificación y
canonización de laicos, bastante escasos hasta hace unos años. Un ejemplo significativo es el de
Santa Narcisa de Jesús, cuya memoria recordamos hoy. Juan Pablo II la beatificó en 1992 y
Benedicto XVI la ha canonizado hace todavía pocas semanas. Vivió entre 1833 y 1869. Era una
joven ecuatoriana, de origen muy humilde, que trabajaba como costurera. Destacó sobre todo por su
exigente espíritu de mortificación, buscando una mayor identificación con los sufrimientos de
Cristo en su pasión. Algunas personas de su entorno le animaron, al ver su intensa vida de oración y
penitencia, y de acuerdo con la mentalidad de la época, a ingresar en alguna familia religiosa; pero
ella se negó a hacerlo, convencida de que Dios le pedía la búsqueda de la santidad sin abandonar el
ambiente secular en el que se movía, siguiendo el ejemplo de Santa Mariana de Jesús, otra santa
laica ecuatoriana, del siglo XVII, que había sido beatificada cuando Narcisa tenía 17 años. Esta
nueva santa nos ha dejado así un magnífico modelo de santificación a través de un trabajo y una
vida sencillos y discretos, tan parecidos a los de millones de cristianos en todo el mundo, que
también podemos santificarnos de esa forma.
10: Hoy celebramos una advocación mariana muy extendida: Nuestra Señora de Loreto. El
nombre corresponde a la localidad italiana donde se venera la Santa Casa, es decir, el lugar donde la
Santísima Virgen recibió el anuncio del ángel Gabriel y se realizó la Encarnación del Hijo de Dios.
Según la tradición, la humilde casita fue trasladada milagrosamente desde Nazaret, a manos de
ángeles, hasta un lugar de Croacia, y después, a finales del siglo XIII, a su actual emplazamiento en
Loreto. El estilo de buena parte de la sencilla construcción de los muros de la pequeña estancia, el
hecho de que no se sustenten sobre ningún tipo de cimiento, estudios comparativos con los restos
encontrados en Nazaret, y otros datos arqueológicos tienden a apoyar la explicación tradicional, y a
confirmar las condiciones de pobreza en que se desenvolvió la vida de la Sagrada Familia. Se trata,
por lo demás, de uno de los santuarios marianos más visitados del mundo. La historia del traslado
de la Santa Casa ha llevado también a la proclamación de la Virgen de Loreto como patrona de la
aviación.
11: San Dámaso es uno de los Papas más importantes de la antigüedad. Era de familia
hispana, aunque nació en Roma hacia el año 305. Fue presbítero en la capital del imperio, y elegido
papa el año 366, en momentos bastante confusos doctrinal y disciplinarmente. Trabajó eficazmente
para defender la fe y la unidad de la Iglesia, con ayuda de figuras de la talla de San Atanasio, San
Basilio, San Ambrosio o San Jerónimo, todos contemporáneos suyos. También se distinguió
promoviendo el culto a los mártires de los siglos anteriores: recogió numerosas reliquias, construyó
lugares de culto en torno a ellas y a los lugares santificados por la sangre del martirio, promovió su
veneración e incluso compuso poesías y oraciones en su honor. Murió el año 384, tras 18 años de
fructífero pontificado.
12: Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de México y de toda América, cuyo
santuario es el templo mariano más visitado del mundo. El origen de esta querida y extendida
advocación mariana se remonta a 1531, a las apariciones de la Virgen al indio Juan Diego,
recientemente canonizado. En unos diálogos sencillos y encantadores, María Santísima le pidió la
construcción de una iglesia en su honor y dejó milagrosamente impresa su imagen en la tilma que
llevaba el indio. Esa es la imagen original que se venera en la Basílica de Guadalupe, y que sigue
asombrando a científicos y estudiosos que no encuentran explicación a su misteriosa composición y
conservación; pero, sobre todo, es una imagen que sigue removiendo el alma de millones de
mexicanos, americanos y peregrinos de todo el mundo, que la visitan y le rezan llenos de cariño y de
esperanza.
13: Santa Lucía, virgen y mártir; ppos. siglo IV, Siracusa, persecución de Diocleciano. Otra
de las vírgenes y mártires de la antigüedad, más conocidas y veneradas, como Santa Águeda, que
fue su modelo. En efecto, Lucía se removió por el ejemplo de esta virgen y mártir de Catania (que
había curado a su madre de una grave enfermedad). Al ofrecer a Dios su virginidad, fue denunciada
como cristiana por un pretendiente, despechado, y poco después condenada y decapitada. Su
relación con la vista en la devoción popular y en la iconografía surgió más tarde, en la Edad Media,
al relacionarse su nombre con la palabra Lux, lucis: luz en latín. También es patrona de modistos y
modistas.
14: San Juan de la Cruz: necesita poca presentación… Cumbre de la mística con Santa
Teresa, además ayuda reforma Carmelo; “fraile y medio”. Místico, teólogo, poeta… y artista:
Crucifijo que inspira a Dalí… Una de las personas que mejor ha hablado del Amor, precisamente
porque lo ha bebido en su fuente: Dios mismo… Y que mejor ha mostrado cómo la Cruz es camino
de Amor, aunque parezca una paradoja…
15: Santa Maria Crocifissa Di Rosa (1813-1855), fundadora de las Siervas de la Caridad.
De joven, dirigió una fábrica textil (zona de Mantua), donde trabajaban 70 mujeres... Removida por
la situación y necesidades de sus empleadas, se volcó en seguida en una tarea de apostolado social;
promovió ejercicios espirituales, misiones, y atención a los más necesitados, sobre todo entre la
juventud femenina. Atención a los enfermos en una epidemia de cólera, con un grupo de
enfermeras: germen de la nueva fundación, Siervas de la Caridad, que se inició en Brescia, y se
extendió por Italia para la atención de enfermos pobres. Murió todavía joven, pero sus iniciativas
dieron mucho fruto en los decenios siguientes, a través de su fundación y de muchas otras que
siguieron sus pasos.
16: Jacob o Israel, figura clave del Antiguo Testamento: da nombe a su pueblo, padre de doce
hijos, que dan nombre a las doce tribus… Algunos de los sucesos de su vida han sido muy
utilizados con frecuencia en la enseñanza espiritual: relación con Esaú, y en particular, cambio de la
primogenitura por un plato de lentejas; visión de la escala que sube al cielo: proceso de la vida
espiritual; se casa con Lía, para poder conseguir a Raquel: acción - contemplación…
17: Lázaro de Betania, amigo de Jesús, hermano de Marta y María: ejemplo de la
“normalidad” humana de Nuestro Señor: estaba muy a gusto con los tres hermanos, descansaba, se
apoyaba en ellos… Lágrimas a su muerte… Resurrección: culminación de los milagros del Señor,
que provocó ya la decisión definitiva de matarle por parte del Sanedrín, etc. Según algunas
tradiciones, después fue obispo y evangelizador de las tierras galas en torno a Marsella… Pero la
imagen que nos debe quedar sobre todo es la del amigo entrañable de Jesús…
18: Virgen de la Esperanza: La Espectación del Parto. Nuestra Señora de la O. A siete días
de la Navidad. Celebración lógica y tradicional que sintetiza periodo clave en la vida de María y en
la historia de la Salvación: los nueve meses de gestación de Jesús. Impresionante normalidad de la
humanidad de Jesucristo. Sentimientos especiales de María, depositaria de ese tesoro singular:
particulares sentimientos de fe ante la realidad del Dios encarnado, de esperanza ante el nacimiento
y la futura vida del Señor, y de amor: el humano propio de una madre unido al divino de quien era
ese hijo que esperaba…
19: Eva: Venerada como santa desde siempre… Puede sorprender, por el pecado original…
Pero: todos somos pecadores; hubo arrepentimiento y siempre se ha considerado que el conjunto de
su vida fue santa, a pesar de esos errores. Unos primeros padres santos afianzan la visión positiva y
optimista de la naturaleza humana propia del cristianismo; y muestra, a su vez, la debilidad de la
condición humana y la necesidad del Redentor. María como la nueva Eva…
20: Santo Domingo de Silos. Abad del famoso monasterio de Silos (popularización canto
gregoriano). Figura clave del siglo XI español, expansión del monaquismo benedictino. Nacido
hacia 1000, en Cañas, Nájera, reino de Navarra. Eremita en sierra riojana de Cameros. Monje en
San Millán de la Cogolla. Se enfrentó a los excesos belicosos y abusos impositivos del rey García
de Navarra, y fue desterrado a Castilla. El rey de Castilla, Fernando I, le encomendó la restauración
del monasterio de Silos, destruido por los moros. Claustro románico; escuela de copistas y
miniaturistas, de la que surgieron muchas maravillas del arte y las letras. Trabajó también mucho
fuera del monasterio, sobre todo en la redención de cautivos. Murió en 1073. El padre de la
literatura castellana, Gonzalo de Berceo, escribió su biografía en verso.
21: San Pedro Canisio. Nació el año 1521 en Nimega (Holanda; entonces perteneciente a la
corona española). Estudió en Colonia y entró en la Compañía de Jesús: primer centroeuropeo; uno
de los numerosos santos en la primera época de los jesuitas. Predicó por Alemania, Austria y Suiza,
procurando frenar el protestantismo y recuperando almas para la fe católica. Fundó colegios y
seminarios, para potenciar esa labor. Publicó numerosas obras, entre las cuales destaca su popular
Catecismo, con varios cientos de ediciones. También se esforzó por frenar las guerras religiosas,
con un gran despliegue diplomático. Murió en Friburgo (Suiza), el año 1597. Patrón de la
catequesis.
22: Santa Francisca Javier Cabrini. Una de las santas más importantes del paso del siglo
XIX al XX, rico en iniciativas. 1850-1917. Deseo de ir a China… Fundación para atender
emigrantes italianos en USA: Misioneras del Sagrado Corazón. Dificultades al empezar con
autoridades iglesia USA. Capacidad de convencer italianos ricos para ayudar a pobres. Escuelas,
orfanatos y hospitales (Nueva York, Chicago, Nueva Orleans, etc.). Extensión a hispanoamérica:
Nicaragua (también etnias indígenas pobres), Panamá, Costa Rica…, Argentina, etc. 67 casas
fundadas personalmente. Canonizada con rapidez: 1943. Patrona de los emigrantes: actualidad de su
patrocinio…
23: San Juan de Kety, presbítero: Sacerdote polaco del siglo XV (1390-1473), profesor en
la universidad de Cracovia. Fue un teólogo prestigioso, sacerdote piadoso, y también destacó por su
generosidad con los pobres: se privaba con frecuencia incluso de lo necesario para su sustento
personal. El ejemplo de su generosidad arrastró a muchos otros miembros de la comunidad
académica de su universidad; varias iniciativas importantes de asistencia social a los más
necesitados. La propia universidad de Cracovia fue la principal impulsora de la devoción al santo y
de su canonización. Devoción y modelo para el Papa Juan Pablo II, también sacerdote y profesor en
Cracovia.
24: Nochebuena: Santo de los santos y modelo de toda santidad. Encarnación:
anonadamiento, humildad, sencillez: en todo igual a nosotros: un niño más, una familia más. De ahí
viene el gran atractivo de la navidad: el ambiente de paz, de alegría sencilla y serena; el ambiente
familiar y entrañable, etc: lo da Jesús, verdadero y perfecto hombre (¡normal!), y verdadero Dios:
pues sólo en Dios se descubre lo humano, creado a su imagen y semejanza; por eso la unión de lo
divino y lo humano en Jesús nos hace tanto bien…
27
San Juan, Apóstol y Evangelista; San Máximo, obispo; San Filemón, mártir.
El más joven de los apóstoles y el que más sobrevivió a Jesús: murió desterrado en Patmos;
autor del evangelio, apocalipsis y tres cartas; el teólogo; “predilecto”; amor: a Dios y a los demás;
“Dios es Amor”: resumen y fuente de todo; relación especial con María; nos ayuda particularmente
a vivir cerca de Jesús y de María estas navidades.
28
Los Santos Inocentes; San Bonifacio, obispo; San Teodoro y Santa Teófila, confesores.
Bromas de hoy: otro sentido de la palabra “inocente”; uno de los pasajes más duros del
Evangelio, y sin embargo, una bendición para aquellos niños: santos y felices, anticipan la entrega
de Jesús, dando su vida por Él, aun sin saberlo. Siempre y particularmente hoy muchos seres
inocentes que dan su vida por Jesús: también santos y felices; en particular los niños abortados:
puede ser un bautismo de sangre (opinión personal). A estos niños de Belén encomendamos que
acabe esa masacre de inocentes…
29
Santo Tomás Becket, obispo y mártir; Santos Calixto, Félix, Bonifacio, Domingo y
Víctor, mártires; David, rey y profeta.
Nació en Londres el año 1118; clérigo de Cantorbery y canciller del reino, íntimo amigo del
rey; elegido arzobispo de la sede primada de Inglaterra, Enrique II pensó poder controlar así a la
Iglesia, pero le salió mal… Defendió valientemente los derechos de la Iglesia frente a los abusos del
rey. Destierro a Francia durante seis años. Vuelto a la patria, sufrió todavía numerosas dificultades,
hasta que murió asesinado en la catedral, en el año 1170, por cuatro asesinos enviados por la corte.
Gran impacto en toda la cristiandad. El rey tuvo que hacer penitencia pública. Siglos después,
Enrique VIII hizo desaparecer las reliquias.
30
Santos Sabino de Espoleto, Severo y Honorio, mártires; San Marcelo, diácono.
El culto de San Sabino de Espoleto, mártir, estuvo muy difundido en la antigüedad. Fue
encarcelado y torturado durante la persecución de Diocleciano, a principios del siglo IV: la última y
más virulenta de todas. Sobrevivió durante un tiempo, pero trasladado a Spoleto y torturado de
nuevo, falleció finalmente en esa ciudad. Sobre su sepulcro se erigió una basílica muy visitada. Una
tradición posterior lo considera también obispo, con numerosas especulaciones sobre la sede.
31
San Silvestre I, papa; Santos Paulina, Donato y Celestino, mártires; San Mario, obispo.
Más famoso por ser el último día del año, que por su vida. Elegido papa en el año 314, justo al
inicio de la paz: supo administrar bien la nueva situación. 21 años: uno de los más largos de la
historia. Primer Concilio Ecuménico celebrado en Nicea, en el año 325; lucha contra arrianos y
donatistas. Muere en 335. Fue sepultado en el cementerio de Priscila, en la vía Salaria: una de las
catacumbas romanas más visitadas; en ellas se puede ganar también el jubileo, además de las
Basílicas…
ENERO
3: Santa Genoveva, virgen, es la patrona de París, la antigua Lutecia. Nació en Nanterre,
junto a ParíaS, a principios del siglo V. Falleció, ya muy anciana, a principios del VI. Su ejemplo es
importante para mostrar la importancia que tuvo la virginidad en la Iglesia antigua, antes del
predominio de la vida monástica. Gran fama de santidad desde joven: piedad, penitencia,
preocupación por los pobres; arrastró a muchas jóvenes a vivir la virginidad como ella. Su
intervención fue decisiva para frenar la invasión de Atila y salvar la ciudad de París. Tuvo mucho
influjo en los reyes francos, sobre todo en Clodoveo. Fue sepultada en la colina parisina que lleva
todavía su nombre, aunque sus reliquias fueron profanadas durante la revolución francesa. La
tradición ha enriquecido su figura con numerosas historia piadosas más o menos legendarias.
4: Santa Genoveva Torres Morales, fundadora de las Angélicas, pertenece al grupo de cinco
santas y santos españoles que canonizó Juan Pablo II en su último viaje a España. Genoveva nació
en Almenara, Castellón, el 3 de enero de 1870; huérfana a los ocho años, y sin pierna a los trece;
otras enfermedades y dificultades. No sólo no se arredró, sino que tomó la iniciativa de ayudar a
otras mujeres solas o abandonadas. Casa en Valencia y luego en Zaragoza, junto al Pilar, centro de
su actividad y donde se le venera ahora. Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos
Angeles: “ángel de soledad”… Espansión por España (Pamplona, 1950). Murió el 5 de enero de
1956, en la casa central de Zaragoza, recién cumplidos los ochenta y seis años de edad. Estensión
luego por hispanoamérica.
5
San Telesforo, papa; San Juan Nepomuceno Neuman, obispo; San Simeón estilita,
anacoreta; Santas Amelia y Emiliana, vírgenes.
San Simeón es el representante principal de una forma de vida eremítica típica de Siria en el
siglo V: los estilitas. Reflejo del espíritu de austeridad y penitencia del primitivo monaquismo.
Pastor de joven; le remueve una predicación sobre las bienaventuranzas, un día que la nieve le
impide salir con el ganado. Distintas experiencias monásticas, siempre muy penitentes, con ayunos
rigurosos y mortificaciones corporales, que culminan en la famosa columna: 37 años: intemperie,
ayuno, poco sueño, oración. Atraía gente, a la que predicaba. Casos muy especiales y llamativos,
pero que son un signo del espíritu que debemos vivir los demás en las cosas pequeñas.
6
Solemnidad de la Epifanía del Señor: Santos Melchor, Gaspar y Baltasar; San Dimas,
obispo; San Anastasio, mártir.
Epifanía del Señor: manifestación a los gentiles… Reyes o nobles, sabios; oriente; oro,
incienso y mirra. Tradición tres y nombres. Reliquias en Colonia, traídas de oriente. Ejemplo de fe
(pocos datos), generosidad (valiosos regalos al Niño), perseverancia (largo camino, dificultades),
humildad (adoración niño pobre, etc.), obediencia y prudencia, etc. Rico simbolismo espiritual de la
estrella, los regalos, etc. Excelente punto de referencia para el jubileo, que acabará en la epifanía,
dentro de un año.
7: San Raimundo de Peñafort: Importante santo barcelonés. Nació hacia el 1175, en el
castillo de Peñafort, junto a Villafranca del Panadés. Estudió Derecho en Barcelona y Bolonia,
donde fue profesor. Canónigo en Barcelona, en 1220; después ingresó en la Orden de Predicadores.
Enseñanza y publicaciones importantes en Teología Moral y Derecho Canónico. Superior general de
su Orden (el tercero): la gobernó con gran sabiduría y prudencia, afianzando la estructura jurídica.
Promovió evangelización de judíos y musulmanes: animó a Santo Tomás a escribir la Summa
contra gentiles. Ayudó también jurídicamente a San Pedro Nolasco en la fundación de los
mercedarios, bajo el manto de la patrona de Barcelona. Murió en Barcelona el año 1275. Patrono de
abogados y canonistas.
8: San Severino, del siglo V, patrono de Viena y de Baviera. De origen romano, fue sobre
todo un gran propagador y difusor de la fe por toda la región alrededor del Danubio, todavía muy
poco evangelizada entonces. Apoyó su labor con una intensa oración y un comportamiento austero y
penitente. La biografía más antigua suya, obra de un discípulo directo, está llena de hechos
milagrosos y de profecías realizadas por el santo; sucesos que causaban gran impacto en las gentes a
las que se dirigía y apoyaban decisivamente las conversiones. Fundó también numerosos
monasterios en toda aquella región, en alguno de los cuales todavía se conservan recuerdos suyos.
Falleció en el año 482.
9: San Eulogio de Córdoba es el principal escritor de la Iglesia mozárabe, al comienzo de la
dominación musulmana en España; su vida es un reflejo de la tensa situación que vivieron los
cristianos en la zona musulmana, a raíz de las invasiones de la península ibérica. Nació de noble
familia en Córdoba, a comienzos del siglo IX, y en esta ciudad ejerció su ministerio. Ante la difícil
situación de la comunidad cristiana española, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para todos
los perseguidos por su fe. Arzobispo de Toledo. Sufrió el martirio el 11 de Marzo del año 859,
decapitado por los musulmanes. A partir de entonces, hubo cada vez menos cristianos en esa zona y
se llegó a la casi total desaparición de la jerarquía, que no se pudo restaurar hasta mucho más tarde,
conforme avanzó la reconquista.
10: Beata Laura Vicuña, 1891-1904; joven santa chilena, afincada en Argentina; una de las
pocas chicas jóvenes no mártires beatificada. Hija de militar; la familia huyó de Chile a Argentina
por problemas políticos. Huérfana de padre a los dos años; su madre empezó a convivir con un rico
terrateniente, sin estar casados. Hombre además muy violento también con las niñas. Cuando Laura
conoció, gracias a las clases de religión del colegio, la doctrina cristiana sobre el matrimonio, se
quedó muy impresionada por la situación de su madre y tomó la decisión de ofrecer su vida a Dios a
cambio de la conversión de su madre. Pronto cayó gravemente enferma, y falleció pocos días
después de obtener la promesa de su madre de que abandonaría al hombre con el que vivía; promesa
que ésta cumplió, aunque no sin dificultades. El heroísmo de la hija salvó el alma de la madre, y la
fama de este hecho se extendió rápidamente, abriendo las puertas a su beatificación.
11: San Paulino de Aquileya es una de las figuras de la Iglesia en la época carolingia.
Llamado por Carlomagno a su corte con otros sabios... Amigo de Alcuino de York, alma de la
ciencia carolingia… Nombrado arzobispo de Aquileya, una de las sedes importantes de la época,
siguió en relación con la corte carolingia. Principal defensor de la fe contra la herejía adopcionista,
originada en España; tema de sus principales escritos teológicos. También polémicas del Filioque
con los orientales. Autor también de himnos, oraciones y poesías religiosas. Falleció en el 802.
12: San Benito Biscop. Santo monje inglés del siglo VII, fallecido en 690. Monje en Francia,
volvió a su tierra movido por el Papa… Contribuyó a la evangelización de varios de los antiguos
siete reinos ingleses, todavía paganos. Fundó varios monasterios allí, etc. Seis viajes a Roma:
estudios y formación; conseguir códices, reliquias, obras de arte para los monasterios, etc. Se trajo
canteros y artistas, y también al maestro de canto y liturgia de la santa sede, para enseñar el canto
litúrgico en su tierra. Figura decisiva, pues, en muchos aspectos del desarrollo del catolicismo
inglés.
13: San Hilario de Poitiers, obispo y doctor. Uno de lo principales padres occidentales.
Nació en Poitiers a principios del siglo IV; hacia el año 350 fue elegido obispo de su ciudad; se hizo
notar por la fortaleza en la fe frente a los arrianos; destierro en Frigia, por mandato del emperador
Constancio. Después combatió también el neopaganismo de Juliano. Son importantes sus escritos
teológicos, profundos y con buen estilo; destacando el tratado sobre la Trinidad, escrito
precisamente durante el destierro. Murió en el año 367.
14: San Juan de Ribera. Nació en Sevilla. Estudió y enseñó en la Universidad de Salamanca
(máximo apogeo). El papa Pío IV lo nombró obispo de Badajoz, cuando aún no ha cumplido treinta
años. Luego, Valencia, sucediendo a otro santo: Santo Tomás de Villanueva. Ejemplo de prelado
tridentino; predicación, sacramentos, visitas pastorales, sínodos, atención pobres y enfermos, etc.
Piadoso y austero. Mantiene dedicación al estudio… † 1611.
15: San Pablo el ermitaño es uno de los primeros monjes del desierto. Menos datos y
precisión histórica que San Antonio; pocos discípulos e influjo directo en vida, a diferencia de San
Antonio; pero sí popularizado más tarde. Natural de Tebas y de familia cristiana; huérfano. Con
apenas veinte años, huyó al desierto durante la persecución de Decio (250), y allí descubrió su
vocación eremítica: soledad, oración, ayuno, penitencia. Murió ya centenario, después de muchos
decenios de vida solitaria. San Jerónimo cuenta su encuentro con San Antonio poco antes de
morir…
16: San Marcelo I, papa († 308). En la lista de los sucesores de Pedro hace el número treinta.
Era una época en la que los papas vivían poco tiempo, debido a las persecuciones. Persec.
Diocleciano… El papa San Marcelino fue una de sus víctimas en el año 304. Desde la muerte de
este papa no pudieron reunirse los obispos para elegir sumo pontífice y la Santa Sede quedó vacante
por un paréntesis de más de tres años Al fin eligieron a Marcelo, presbítero romano, que en poco
tiempo realizó una importante tarea, fortaleciendo ante la persecución, habilitando nuevas iglesias,
consagrando obispos y sacerdotes, ayudando a la reconciliación en algunas disputas, etc. Pero
pronto fue apresado y enviado al destierro, donde murió. Sólo cinco años después acabaron por fin
las persecuciones sistemáticas …
17: San Antonio, abad. Uno de los santos más populares de todos los tiempos. Pionero y
padre de la vida monástica eremítica. Egipcio, nace hacia el 250. Día de su vocación… Vida en el
desierto: oración, penitencia. Atrae a muchos discípulos. Gran fama de santidad en vida. Interviene
en defensa de la fe contra arrianos (únicos paréntesis de la vida solitaria). Vida escrita por San
Atanasio: difusión del monaquismo. Murió en el 356, ya centenario, como bastantes de aquellos
primeros eremitas: ¡vida sana!
18: Santa Prisca, vírgen y mártir. Mártir romana de la época del emperador Claudio.
Algunos datos exagerados por la leyenda... Muy joven: 13 años; dudas del juez: no matar a una niña
y no dejarse vencer por ella. Intentos de convencerla y engañarla no dando importancia al acto de
ofrecer culto a una imagen de Apolo. Decapitada y enterrada en la vía ostiense. Reliquias
trasladadas a iglesia de S. Prisca, junto al circo máximo: homónima santa, matrimonio amigo de
San Pablo; iglesia erigida en el s. III en el lugar de su casa romana.
19: San Canuto, rey. Patrón de Dinamarca. Muy popular ya como príncipe. Engrandeció
notablemente su reino; recordado como gran gobernante; preocupado también por la evangelización
de territorios no cristianos en zonas del Báltico, y por desterrar costumbres supersticiosas, restos de
paganismo... Preocupado sinceramente por el bienestar de su pueblo, por los más necesitados, etc.
Promovió muchas iglesias y monasterios. En su piedad personal, destacó por su amor a la
Eucaristía. Murió asesinado por orden de su hermano, al salir de una iglesia donde acababa de
confesar y comulgar, en 1087. Canonizado con rapidez como primer santo danés, y muy querido
allí.
20: San Sebastián, mártir. Pocos datos históricos, pero una gran veneración desde antiguo,
que llevó a añadir elementos legendarios a su figura. Militar de profesión. Sufrió el martirio en
Roma en la persecución de Diocleciano. Su sepulcro, en las homónimas catacumbas de la vía Apia,
fue venerado desde muy antiguo, y es uno de los más visitados de Roma. Su imagen asaetada por
muchas flechas es una de las más repetidas de la iconografía cristiana tradicional, y ha contribuido a
mostrar gráficamente el dramatismo y la grandeza del martirio cristiano de entonces y de todas las
épocas.
21: Santa Inés, virgen y mártir. Una de las mártires más populares de la antigüedad.
Martirizada a principios del siglo IV, con sólo doce años, por defender su fe y su pureza.
Particularmente alabada por los Padres de la Iglesia de los siglos IV y V: San Dámaso, San
Ambrosio, San Agustín, etc. Prototipo de la fortaleza de la fe y la virtud, en contraste con la
fragilidad física de una adolescente, casi niña. La princesa Constanza, hija de Constantino, curada
milagrosamente por la santa, construyó la primera iglesia en su honor sobre las catacumbas romanas
en que estaba enterrada, junto a la vía Nomentana; donde se la sigue venerando. Al lado de su
Basílica, se conserva el mausoleo de la propia Constanza.
22: San Vicente, diácono y mártir. Originario de Huesca y diácono en Zaragoza, murió
mártir en Valencia, durante la persecución de Diocleciano, junto al obispo San Valerio, después de
sufrir numerosas torturas de gran crueldad. A diferencia de otros mártires hispanos más locales, su
culto se extendió pronto por toda la Iglesia. San Agustín y San León Magno, por ejemplo, le
dedicaron varias homilías; Prudencio le prodigó grandes elogios en sus poemas sobre los mártires; y
en Roma se levantaron en poco tiempo tres iglesias distintas en su honor. Junto a San Esteban y San
Lorenzo han formado una especie de triunvirato de diáconos mártires, muy venerados en toda la
cristiandad.
23: Santos Aquila y Priscila: matrimonio cristiano amigo de San Pablo y de su misma
profesión. Se conocieron en Corinto, a donde habían huido desde Roma y colaboraron con el
apóstol tanto profesional como apostólicamente. En otro momento le acompañaron a Efeso, donde
permanecieron tras la marcha del apóstol. Allí continuaron su labor, en la que destacó la conversión
de Apolo, otro gran propagador de la fe. En una de sus cartas, San Pablo afirma que expusieron su
propia vida para salvarle a él, y les agradece toda su eficaz labor… Los saluda también
cariñosamente en otras cartas. Acabaron muriendo mártires en Roma. Magnífico ejemplo de
santidad y apostolado familiar…
22 (ojo error: 23)
Santos: Ildefonso (Alfonso), obispo; Emerenciana, virgen; Pármenas, doctor; Agatángelo
y Clemente, Severiano, Aquila, Asclas, mártires; Juan el Limosnero, Urbano, obispos;
Martirio, monje; Amasio, confesor; Armando, abad.
San Ildefonso, obispo (c. a. 606- 667), gran figura de la iglesia visigoda… Ildefonso, nacido
en Toledo de noble familia, alrededor del año 606. Ingresó muy joven en el monasterio de Agalí, en
las afueras de su ciudad natal, uno de los más insignes de la España visigoda. Fue Arzobispo de
Toledo desde el año 657 cuando sucedió a San Eugenio. Notable teólogo y escritor, desarrolló una
gran labor catequética destacándose en la defensa de la virginidad de María, y otros temas marianos.
Contribuyó también a la extensión de la vida monástica por la península. Murió el 23 de Enero del
año 667.
24: San Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia (1567-1622). Patrono de los
periodistas y escritores católicos. Durante sus primeros años de sacerdocio, desplegó una intensa
actividad buscando la conversión de los calvinistas: en particular, serie de escritos incisivos que
preludian los artículos del periodismo moderno. Más tarde, Obispo de Ginebra: pastor de gran
prestigio e influjo. Fundador de la orden de la Visitación, con Santa Juana de Chantal: “salesas”.
Maestro espiritual de primera categoría: Introducción a la vida devota: primer libro con propuesta de
vida espiritual para los cristianos corrientes: muy influyente durante toda la modernidad. Tratado del
amor de Dios.
25: La Conversión de San Pablo. Historia de la conversión de su propia voz: “cuando iba de
camino, cerca de Damasco, hacia el mediodía, me envolvió de repente una gran luz venida del cielo,
caí al suelo y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo respondí: ¿Quién
eres Señor? Y me contestó: Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues. Los que estaban conmigo
vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. Yo dije: ¿Qué he de hacer, Señor? Y el
Señor me respondió: Levántate y entra en Damasco: allí se te dirá todo lo que debes hacer. Como yo
no veía a causa del resplandor de aquella luz, tuve que entrar en Damasco conducido de la mano de
mis acompañantes”… ejemplo de tantos santos que han cambiado radicalmente su vida... Apostol
de las gentes: unidad de los cristianos y ecumenismo... octavario de oración por la unidad de los
cristianos.
26: San Timoteo y San Tito, Obispos. Dos de los mejores discípulos y colaboradores de San
Pablo; dirigidas cartas a ellos: tres epístolas llenas de excelentes recomendaciones para la formación
de pastores y fieles. Presidieron las Iglesias de Éfeso y de Creta, respectivamente. Timoteo había
nacido en Listra, de madre cristiana y padre pagano; se convirtió en el primer viaje apostólico de
San Pablo. Tito también era de familia pagana y probablemente convertido por el Apóstol. Los dos,
ejemplo de fidelidad, espíritu de colaboración, etc. Lo más probable es que fueran también mártires,
como los apóstoles y muchos más de esos primeros tiempos.
27: Santa Ángela de Mérici, virgen (c. a. 1470-1540), no de Medicis... Dedicó sus esfuerzos
al cuidado de chicas pobres, muchas corrompidas moralmente también, sacándolas adelante
material, cultural y espiritualmente. Para ello fundó, hacia el final de su vida, en Brescia, una
sociedad de mujeres, que puso bajo la protección de Santa Úrsula, dedicadas a la atención y
formación cristiana de las niñas pobres. Primer intento importante de vida religiosa femenina no
contemplativa, aunque tardó en ser reconocido como tal, y que ha dado mucho fruto a lo largo de los
siglos: popularmente conocidas como ursulinas
28: Santo Tomás de Aquino. Patrón de estudios superiores y teología. Nació en el año 1225,
de una familia noble napolitana. En contra de la voluntad de su familia, ingresó en la Orden de
Predicadores. Pronto descolló por sus dotes intelectuales y su sencillez. Completó sus estudios en
París y en Colonia, donde tuvo a San Alberto Magno como maestro. Maestro en París, en Nápoles,
etc. Considerado, con justicia, el más grande teólogo y filósofo católico hasta el presente. Punto de
referencia siempre alabado y recomendado para la enseñanza de la fe y de la investigación teológica.
No exclusivo: precisamente es un ejemplo de apertura a la verdad, y de aprovechar todo lo bueno de
cualquier corriente y postura. Murió cerca de Terracina, en plena madurez de su producción
científica, el día 7 de Marzo de 1274, cuando se dirigía al II concilio de Lyón.
29: San Pedro Nolasco: Fundador de la orden de la Merced con la ayuda del dominico san
Raimundo de Peñafort. Original del Languedoc y mercader en Barcelona, ciudad a la que se trasladó
en los primeros años del siglo XIII. Dedicaba sus ganancias a redimir cautivos del norte de Africa.
En 1218 tuvo una visión de la Virgen: Nuestra Señora le pedía que fundara una orden para devolver
la libertad a los cautivos de los piratas moros; unos días más tarde Pedro y varios compañeros
emitieron sus votos, añadiendo un cuarto voto: quedar como rehenes si ello era preciso para liberar a
los cristianos presos. La advocación de la Virgen de la Merced, bajo la que nace la orden y que ellos
popularizaron, pasó a ser también patrona De Barcelona. Resto de su vida dedicado a esa tarea
caritativa, hasta su muerte a los 77 años de edad. Su atributo son las cadenas rotas… Posterior
ampliación trabajo de la orden: misiones.
30: San Lesmes, santo burgalés: patrono de la ciudad. Francés; renunció a sus bienes,
peregrinación a Roma; monje y abad. Llamado por la reina Constanza, esposa de Alfonso VI de
Castilla, para introducir la liturgia romana en su reino, en sustitución de la mozárabe. Lesmes fundó
en Burgos el monasterio benedictino de San Juan Evangelista, y allí se dedicó a atender a las
necesidades de los peregrinos del camino de Santiago y al cuidado de los enfermos, hasta su muerte
el año 1097. Un siglo después se hizo célebre en Burgos otro San Lesmes, compañero de retiro en la
sierra de la Demanda de San Julián, futuro obispo de Cuenca. A veces, se confunden los dos, pero el
patrono de la ciudad es el primero.
31: San Juan Bosco: uno de los santos más importantes del siglo XIX y más influyentes en el
XX: personalidad e instituciones: salesianos y Mª Auxiliadora. Sacerdote ejemplar en Turín…; gran
sintonía con la juventud; educación de lo chicos más pobres: religiosa, virtudes humanas, oficio;
renovación de la pedagogía, valorización del trabajo; prolífico escritor y difusor de libros
formativos; modelo de alegría y optimismo ante las dificultades, etc. Importante influjo social en
otros ámbitos. Falleció en 1888; canonización multitudinaria en Roma en 1934. Importante labor de
los salesianos en todo el mundo, siguiendo las huellas de su fundador. Ejemplo: medalla de oro de
Navarra hace pocos años.
FEBRERO
1: Santa Brígida de Kildare, vírgen. Patrona de Irlanda, junto a San Patricio; muy venerada
allí y en muchos otros lugares, pero con pocos datos históricos sobre ella. Vivió apróximadamente
entre el 453 y el 524. Fundadora y abadesa del monasterio de Kildare, de gran influjo religioso y
social, y al parecer doble…: idea parecida de la otra Santa Brígida siglos después… Importancia
particular monaquismo en inicios de la fe en Irlanda… Son abundantes, desde muy antiguo, los
himnos, canciones y todo tipo de celebraciones en honor de esta santa en Irlanda.
2: La Presentación del Señor. Fiesta que recuerda la Presentación de Jesús en el templo y la
Purificación de María, a los cuarenta días de la Navidad. Fiesta del Señor y de la Virgen.
Prolongación de la Navidad… Candelaria… Cumplimiento leyes judías, sin necesidad y a punto de
superarlas… Signo de la redención y purificación que el Señor realizaba ya… y sigue realizando…
3: San Blas, obispo y mártir: santo muy popular y relacionado con muchas costumbres e
intenciones que se le encomiendan tradicionalmente: mal de garganta, protección de los animales
domésticos, de los cultivos que se siembran en esta época en algunos lugares, etc. Pocos datos
históricos: médico de profesión; obispo de Sebaste, en Armenia; mártir hacia el 316: antes habían
acabado las persecuciones en el imperio, pero no fuera... Su culto se extiendió mucho en la Edad
Media, junto a otros santos intercesores, sobre todo en el sur de Europa y en ámbito rural:
numerosas iglesias, capillas, representaciones, etc. También influyó en su popularidad la unión con
la fiesta de ayer.
4: Santa Juana de Valois (1464-1505): ejemplo de cómo lo sobrenatural supera las
insuficiencias y dificultades humanas, y de cómo los criterios divinos para juzgar a las personas son
muy distintos de los humanos. Hija de Luis XI: despreciada por él, por no ser varón, no agraciada
físicamente, con cojera y otros defectos; apartada de la corte desde niña. Ojeriza mayor por su
inclinación a la vida religiosa. Obligada a casarse por conveniencias políticas con Luis de Orleáns,
sin convivir apenas con él, que también la despreciaba. La muerte repentina del hermano de Juana,
Carlos VIII, dio el trono a Luis e hizo reina a Juana, pero por poco tiempo, porque el rey, Luis XII,
consiguió la anulación del matrimonio: argumentado que había sido forzado, no consumado y que
eran parientes… Ella se retiró definitivamente de la corte, fundó la Orden de la Anunciación, en
honor de la Virgen y para asistir necesitados; y murió poco después con fama de santidad.
5: Santa Agueda es una de las más populares vírgenes mártires de los primeros siglos, junto
con Santa Inés, Santa Cecilia, Santa Lucía, etc. Su nombe significa la virtuosa o bondadosa. Era de
Catania (Sicilia, al pie del Etna: su intercesión ha sido decisiva para salvar a la ciudad de varias
erupciones del famoso volcán …) Murió muy jovencita, por defender su fe y su pureza, en la
persecución de Decio, a mediados del siglo III, tras sufrir dolorosas torturas y varios intentos de
hacerle ceder en su pureza. Precisamente fue su ejemplo el que motivó años después (a principios
del siglo IV), a Santa Lucía, también siciliana, a seguir sus pasos, tanto en la virginidad como en el
martirio.
6: Santos Pablo Miki y compañeros: Grupo importante de mártires en Japón, durante la dura
persecución que casi acaba con la incipiente iglesia iniciada por San Francisco Javier. San Pablo
Miki es el primer santo japonés. Uno de los primeros jesuitas oriundo de allí, incansable predicador
entre sus gentes. Murió crucificado en Nagasaki, el 5 de Febrero de 1597, junto con otros 25
compañeros: 22 franciscanos y 3 jesuitas. Entre ellos se encontraban el misionero franciscano
navarro San Martín de la Ascensión y también el primer santo mexicano, San Felipe de Jesús, que
había emigrado a los 18 años a filipinas, y había ingresado allí en la orden de San Francisco, y
llegado a Japón accidentalmente, en un naufragio, con otros compañeros que se unieron a la labor
en aquellas tierras. Magnífico ejemplo de la universalidad del cristianismo: murieron juntos mártires
de tres continentes en los inicios de la evangelización de toda una nueva civilización.
7: Beata María de la Providencia Smet: una de las numerosas fundadoras religiosas del
siglo XIX. Nació en Lille en 1825. “Conversión” a los 17 años: particular comprensión de la
Providencia paterna de Dios; deseo de ser religiosa con las monjas con que estudiaba, a lo que se
opuso su familia (providencial para ser luego fundadora…). Atención a los necesitados con recursos
familia y moviendo a otros: apodo de “mina de oro de Lille”. Por fin, pudo poner en marcha su
fundación, Auxiliadoras de la ánimas del Purgatorio, para rezar por los difuntos y atención a los que
sufren. Recibió un apoyo decisivo, entre otros, del Santo Cura de Ars. Murió en París en 1871.
8: Santa Josefina Bakhita: primera santa sudanesa, beatificada en 1992 y canonizada en el
2000. A su historia se refiere largamente Benedicto XVI en su reciente encíclica sobre la Esperanza.
Nació hacia 1869 en una humilde tribu nubia, en Sudán. Arrancada de su familia y de su tierra de
niña, para ser esclavizada. Vendida cinco veces, muy maltratada, etc. Comprada finalmente por el
consul italiano en Jartún y regalada a una familia italiana, obtuvo allí la libertad -no sin
dificultades-, al mismo tiempo que conoció y abrazó la fe cristiana entre las religiosas canosianas,
de las que pronto entró a formar parte. Junto a una intensa y generosa dedicación a todo tipo de
trabajos manuales en los conventos, promovió eficazmente las misiones en África, relatando una y
otra vez con sencillez su propia historia, tan dura y providencial, al mismo tiempo. Fue muy
querida: llamada cariñosamente la Santa Madre Morenita. Murió en 1947.
9: Santa Apolonia murió mártir en Alejandría a finales del 248 o principios del 249. Datos
muy de primera mano por una carta del obispo Dionisio de Alejandría relatando esa persecución en
su ciudad. Virgen ya de edad avanzada (a diferencia de otras famosas mártires), muy querida entre
los cristianos, intensamente dedicada a distintas tareas de servicio a los demás. En un auténtico
tumulto contra los cristianos, Apolonia, por no querer blasfemar contra la fe, fue golpeada en la
boca, rompiéndole los dientes, antes de morir en la hoguera. Por eso fue pronto venerada como
intercesora contra las enfermedades dentales y bucales, y es patrona de los dentistas. Se le suele
representar con unas tenazas que sostienen un diente o en el momento de ser golpeada en la boca
por una piedra.
10: Santa Escolástica es la hermana de San Benito de Nursia, el gran padre del monacato
occidental y uno de los patronos de Europa. Uno de los varios casos de hermanas que siguen el
ejemplo fundador del hermano entre las mujeres. Siguió a su hermano en la vida monástica,
viviendo cerca de Subiaco, primero y de Montecasino, después. San Gregorio cuenta que, en los
últimos tiempos, se entrevistaban una vez al año, y narra con detalle la última conversación, en el
547, muy poco antes de morir la santa. Su figura y su veneración han estado siempre unida a la de
su hermano.
11: Nuestra Señora de Lourdes: advocación mariana tan popular e importante en nuestra
época. Aniversario de la primera de las 18 apariciones a Santa Bernardette, con trece años entonces,
en 1858. Se han cumplido, por tanto, 150 años: año jubilar en Lourdes recién celebrado, con visita
del Papa. El centro del mensaje de la Virgen es de particular actualidad: la conversión; junto a la
práctica del Rosario. Famosos los milagros corporales, que se siguen sucediendo, pero que son
signo de los numerosos y más importantes milagros interiores. Muchos oyentes habrán estado:
lugar, sin duda, especial y conmovedor… Aprovechar la relativa cercanía para volver o ir,
acompañar a enfermos, etc., con las especiales gracias propias que consigue allí la Virgen.
12: Santa Eulalia, patrona de Barcelona, virgen y mártir (no confundir con la homónima de
Mérida). Su martirio se sitúa en la última gran persecución romana: ppos. Siglo IV, bajo
Diocleciano. Historia paralela a otras vírgenes y mártires jóvenes. Cristiana ejemplar y piadosa
desde niña. Aguantó con entereza interrogatorios y torturas, hasta dar la vida. Tenía 25 años. Gran
veneración en Barcelona y comarca, sobre todo desde el descubrimiento de sus restos cerca del
actual arco del triunfo; traslado posterior de sus restos a la catedral, donde se venera.
13: Beato Jordán de Sajonia: sucesor de Santo Domingo y gran impulsor de la Orden en
pocos años (frecuente en la historia de grandes instituciones de la Iglesia). Natural de Sajonia y
doctorado en París, ingresó en la orden en 1220, y sólo dos años después sucedió al fundador. 15 de
años de gobierno, en los que llegó a fundar 249 conventos nuevos, además de afianzar los ya
existentes, y crear seis provincias religiosas. A él se debe también la decisiva entrada de los
dominicos en las principales universidades europeas, dando la característica impronta teológica a la
orden, que inmediatamente proporcionó figuras de la talla de San Alberto Magno y Santo Tomás de
Aquino. El primero de ellos fue atraído a la orden por el propio Jordán; también fue fruto de su
apostolado la vocación del futuro papa Inocencio V.
14: San Cirilo y San Metodio: santos clave en la evangelización de los pueblos eslavos;
nombrados copatronos de Europa por Juan Pablo II: dos pulmones… Dos hermanos, de Tesalónica,
monjes, formados en Constantinopla, pero con arraigo también en Roma; difundieron la fe en
pueblos eslavos, creando la escritura “cirílica” (por Cirilo) (no tenían escritura) para difundir el
evangelio, la liturgia, etc. Cirilo, el más joven pero más emprendedor, murió en Roma el 14 de
Febrero del 869. Metodio fue nombrado luego obispo y siguió con su tarea de evangelización, hasta
que murió en el 885.
15: San Claudio de la Colombière, jesuita, figura fundamental en la difusión de la devoción
al Sagrado Corazón; canonizado por Juan Pablo II. 1641-1682. Destacó pronto como predicador,
por su piedad y sabiduría. En 1675, nombrado rector del colegio de Paray-le-Monial, conoció a
Santa Margarita María, en la Visitación… No solo la reafirmó, sino que se transformó en principal
defensor y difusor de la devoción, con otros compañeros de orden… Inglaterra: acusado de
“complot papista”, encarcelado y expulsado. Quedó muy enfermo: murió al volver a Paray.
16: Santa Juliana es una virgen y mártir, fallecida con 18 años en el año 308. Murió en
Nicomedia, aunque sus reliquias se veneran en Nápoles, a donde fueron trasladas ya en el siglo IV.
Su historia es característica de las tensiones de la época en torno a los cristianos: padres nobles
paganos que no aceptaron su conversión y su virginidad; intentaron casarla con un joven senador,
luego prefecto de la ciudad, al que ella rechazó como pretendiente, pero al que se esforzó por
convertir. Padre y novio despechado la denunciaron como cristian: siguió el juicio, la cárcel y
torturas, hasta que fue decapitada.
17: Siete Santos Fundadores de los Siervos de María. Caso muy particular en la historia:
siete comerciantes florentinos que se retiraron juntos a llevar una vida eremítica, de intensa oración
y penitencia, y fundaron después una orden mendicante: los Siervos de Santa María Virgen, servitas.
San Alejo de Falconieri se suele presentar como líder del grupo, y proporciona la fecha de la
celebración, pues murió el 17 de febrero del 1310, con 110 años... Se dedicaron también
intensamente a la predicación, difundiendo mucho la devoción a la Virgen. Fueron venerados
tradicionalmente juntos, y así lo reconoció la Iglesia con su canonización conjunta en 1887.
18: Beato Angélico: Nombre popular de Fray Juan de Fiésole, religioso dominico y famoso
pintor del primer renacimiento italiano. 1387-1455. En vida gozó de tanta fama de santidad como de
artista, creándose numerosas leyendas en torno a su figura y a su forma piadosa de pintar. Pintó
numerosos frescos y cuadros famosos, en Fiésole, Cortona, Foligno, Florencia, Orvieto y Roma.
Está sepultado en esta ciudad, en Santa María sopra Minerva, cerca de Santa Catalina… Desde
luego, patrón de los artistas…
19: Beato Álvaro de Córdoba. Coincide hoy la celebración de dos Álvaros de Córdoba,
ambos beatos. El primero fue mártir en el año 861, junto a San Eulogio, a manos de los
musulmanes, en la persecución más importante que sufrieron los cristianos tras la invasión de la
península. El segundo nació en esa ciudad en 1358, ingresó en los dominicos y estudió en
Salamanca, alcanzando gran prestigio como profesor y predicador, recorriendo en su apostolado
muchas regiones europeas, y llegando hasta Tierra Santa; todo ello a semejanza de su
contemporáneo y correligionario San Vicente Ferrer, aunque no alcanzara su popularidad. También
se dedicó intensamente a la reforma de varios conventos y a la fundación de nuevos. En uno de
ellos, el de Escalaceli, junto a la misma Córdoba, falleció en 1430.
20: San Euquerio es un monje y obispo de la Francia de la primera mitad del siglo VIII.
Llamado desde el claustro, fue obispo de Orleans, con gran eficacia y fruto en la dirección de su
diócesis, hasta que se enfrentó con el rey franco Carlos Martel, el abuelo de Carlomagno, por las
expoliaciones que hacía de la Iglesia, con objetivos militares. Fue por ello exiliado, primero en
Colonia y luego en Lieja, hasta fallecer en un monasterio benedictino. Paradójico regreso al
claustro, del que le había costado salir para ser obispo. En todos esos lugares alcanzó gran fama de
santidad y después de su muerte se produjeron numerosos milagros por su intercesión, extendiendo
su devoción por todo aquel territorio.
21: San Pedro Damiani: gran figura del siglo XI, época de renovación y reforma en la
Iglesia. Nació en Rávena el año 1007. Huérfano, cuidado por hermana y hermano: Damiano; en
gratitud tomo el apellido “Damiani”. Camaldulense. Gran piedad y austeridad. Difusor de su orden.
Prolífico escritor de espiritualidad, derecho, biografías de santos…: doctor de la Iglesia. Brazo
derecho de varios papas en delicadas cuestiones políticas, de unidad de la Iglesia, y de reforma de
las costumbres: simonía, investiduras, inmoralidad del clero, etc. Nombrado cardenal por Esteban
IX en el 1057. Murió el año 1072.
22: La Cátedra de San Pedro Apóstol: Fiesta celebrada desde muy antiguo para poner de
relieve la unidad de la Iglesia en torno a los sucesores de San Pedro en la sede romana. Hoy se lee el
famoso texto del primado… Establecimiento de San Pedro en Roma y martirio allí (confirmado por
descubrimientos arqueológicos). Vinculada la sucesión de ese primado a la sucesión en Roma. Buen
día para rezar más por el Papa, su persona e intenciones, y su difícil e intenso trabajo al frente de la
Iglesia…
23: San Policarpo de Esmirna, obispo y mártir: La figura de San Policarpo nos remonta a
los primerísimos tiempos del cristianismo. Discípulo directo de San Juan. Obispo de Esmirna. Una
carta suya a los filipenses: entre otras cosas, hace eco a la insistente doctrina de San Juan sobre el
amor fraterno… y de San Ignacio a él… Relato de primera mano de su martirio, en el 115, con 86
años: quemado vivo; preciosa oración de abandono en Dios en el momento de la muerte…
24: San Modesto fue obispo de Tréveris en el siglo V, en el momento de la invasión de los
francos: situación difícil de indigencia, desaliento de los cristianos y del clero, desorden moral, etc.
El santo obispo fue superando su propio desánimo inicial, y arreglando la situación a base de mucha
oración y penitencia; y también de gran paciencia y constancia en la predicación, visitando una a
una las casas, evangelizando persona a persona, familia a familia, con gran generosidad y
amabilidad, hasta conseguir cambiar la situación. Murió en el 486, con gran fama de santidad y
entre el cariño de su gente.
25: San Valerio es un santo del siglo VII, muy popular en el Bierzo; natural de Astorga. No
pudo ingresar en un monasterio, por razones que no conocemos, y vivió entonces como eremita,
alcanzando pronto gran fama entre la gente de la zona, que acudía a visitarle, escuchar su
predicación, pedirle consejo… Debió trasladarse varias veces por envidias y dificultades, pero
siempre contó con el favor popular… Se conservan varios escritos suyos: de tipo biográfico,
máximas y consejos a monjes, etc. Sus reliquias se conservan y son veneradas en San Pedro de los
Montes, cerca de Ponferrada.
26: San Alejandro, obispo de Alejandría, justo a partir del 313, en el momento clave del fin
de las persecuciones, que coincide casi con el inicio de importantes debates doctrinales. Condujo, en
efecto, con eficacia la expansión de la Iglesia alrededor de esa importante sede, fomentando, entre
otras cosas, la vida monástica, muy floreciente en Egipto en aquellos años. Defendió la fe frente a
Arrio y sus seguidores. Fue una de las figuras clave del Concilio de Nicea, en el 325: el primero de
los concilios ecuménicos. Falleció poco después, pero dejó bien preparado al que sería su sucesor y
uno de los más grandes padres de la Iglesia: San Atanasio.
27: San Gabriel de la Dolorosa es uno de los santos más populares del siglo XIX, sobre todo
en Italia, donde su santuario es uno de los centros religiosos más visitados. Fue pasionista y dejó
una impresionante huella de santidad, a pesar de morir muy joven: con sólo veinticuatro años y poco
tiempo de vocación religiosa. Fue presentado pronto como modelo para los jóvenes y, sobre todo,
para los novicios y seminaristas: como ejemplo de las virtudes propias de los primeros años de
vocación y de formación. Como buen pasionista, destacó en particular por su devoción e
identificación con la Pasión de Jesucristo, vivida particularmente en su temprana muerte.
28: San Hilario, papa. Natural de Cerdeña. Papel importante como legado de San León en el
llamado “latrocinio de Éfeso”, concilio tenso y frustrado, en el que se jugó la vida… y otras tareas
suyas… Sucede a San León a finales del 461. Buen gobernante, como su antecesor, tanto en la
doctrina como en lo jurídico, saliendo al paso de algunos abusos propios de una Iglesia en franca
expansión… Aunque no tuvo la fama de predicador y escritor de su antecesor. También restauró o
construyó muchas iglesias en Roma. Murió el último día de febrero del año 468.
29
No santos, lógicamente (celebración cada cuatro años)… Cuaresma: tiempo penitencia,
preparación Pascua: centro vida de Jesús y Redención… Cuarenta días de Jesús en el desierto…
Generosidad primeros cristianos… Oración, mortif. (ayuno) y limosna… Poco lo mandado, pero
generosidad, a la medida de Jesús, nuestras necesidades y las del mundo…
MARZO
1: San Rosendo: gallego; figura importante de la Iglesia y la política española del siglo X. De
familia noble; vocación monástica: siempre deseoso de retirarse, pero nuevos encargos pastorales le
impedían dedicarse sólo a la vida retirada (tensión típica época). Obispo de Mondoñedo muy joven;
gran influjo religioso, político y social; éxito importante: abolición de la esclavitud. Promueve vida
monástica. Varios encargos políticos y militares del rey de León. Más tarde, obispo de Santiago.
Puede retirarse al monasterio los tres últimos años. Fallece en el 977.
2: Santa Inés de Praga o de Bohemia: santa del siglo XIII, canonizada por Juan Pablo II en
1989, encomendando libertad países del este, con otros santos… Hija del rey de Bohemia y de
princesa húngara, nace en 1211; rechaza matrimonio con el emperador y con rey de Inglaterra, para
ser virgen; cuando conoce a los franciscanos, reparte sus bienes a los pobres, funda hospital,
convento frailes y monasterio clarisas, en el que ingresa: inicios en centroeuropa; colección de
cartas de Santa Clara a ella, de gran valor… Muere en 1282.
3: Santos Emeterio y Celedonio, mártires del siglo III; cantados por Prudencio, pero con
pocos datos históricos. Soldados; hermanos, según alguna tradición; prestigio militar, pero se la
juegan por la fe; larga y dura prisión, hasta que mueren en el arenal del río Cidacos, en Calahorra,
donde se levantó luego la Catedral; persecución de Valeriano (mitad s. III), probablemente. Muy
venerados en Calahorra y en bastantes lugares del norte de España.
4: San Casimiro (1458-1484): santo muy venerado en el este de Europa; fue hijo del rey de
Polonia y Gran Duque de Lituania. Famoso por su piedad, su caridad con los más pobres y
necesitados y su particular devoción a la Eucaristía y a la Virgen María: época de gran difusión en
toda la cristianadad de esos dos pilares de la piedad. Gran defensor y difusor de la fe en sus tierra.
Murió todavía joven, de tuberculosis, y su fama de santidad se difundió muy rápido. Está enterrado
en Vilna (Lituania).
5: San Juan José de la Cruz, religioso:Juan José de la Cruz es un santo napolitano (16541734), franciscano de la rama alcantarina. Digno discípulo de San Pedro de Alcántara: riguroso en
austeridad, penitencia y pobreza. Le llamaban popularmente el “Padre cien remiendos”, por el
provecho que le sacaba, en particular, a su pobre hábito, remendando una y otra vez. De hecho, le
gustaba comparar su hábito con la túnica de Cristo: signo, pues, de su consagración a Dios. Fue
muchos años maestro de novicios de su convento, inculcando en los jóvenes religiosos su espíritu
de austeridad, pero a la vez con sentido común y equilibrada pedagogía. Más tarde fue vicario de la
provincia napolitana de la orden, a la que dio un notable impulso. Tuvo gran prestigio como director
espiritual.
6: Santa Rosa de Viterbo es una joven virgen del siglo XIII, fallecida en 1252 con tan sólo
dieciocho años, pero con una vida muy intensa. Vivió como virgen y penitente desde la
adolescencia, recibiendo numerosas visiones y revelaciones divinas. Pronto se lanzó a una intensa
actividad apostólica: atención necesitados y esfuerzo por la paz; expulsada por ello de su ciudad por
el partido imperial, hasta la muerte de Federico II. A la vuelta, quiere ser clarisa, pero el convento
está lleno y queda como terciaria; fallece poco después. Su devoción se difunde con rapidez, sobre
todo en Italia.
7: Santas Perpetua y Felicidad murieron mártires, con otros muchos, en el 203, en Cártago,
bajo Septimio Severo. Perpetua era una joven matrona romana que acababa de dar a luz cuando fue
apresada. Felicidad era esclava y fue madre también durante su cautiverio (Universalidad de la fe,
desde el principio). La propia Perpetua nos ha dejado un conmovedor relato de su encarcelamiento y
juicio, los esfuerzos de su padre, pagano, por convencerla de que apostatara, apelando también a la
posible muerte del niño, etc. Las actas se completan con el relato de la muerte, también
impresionante, tanto por cómo maltratan a las dos mujeres, como por su entereza, dignididad y
sentido sobrenatural en aquellos duros momentos. Una de las páginas más valiosas de la primitiva
literatura cristiana.
8: San Juan de Dios es uno de los muchos y grandes santos que pueblan el siglo XVI en la
península ibérica. Nació en 1495, en Portugal, pero pasó muy joven a España, huyendo de su casa.
Pastor y militar; vida desarreglada, hasta que se convierte gracias a San Juan de Ávila. Dura y
voluntaria penitencia pública por sus pecados anteriores. Dedica su vida, entonces, al servicio de los
enfermos más pobres y abandonados. Funda varios hospitales en Granada y Toledo, movilizando a
mucha gente para esa tarea, y perfeccionando las técnicas asistenciales de la época. Después de su
muerte, en 1550, sus discípulos se organizan como órden religiosa: los Hospitalarios. Es protector
de los hospitales y patrono de enfermeros y enfermeras.
9: Santa Francisca Romana nació en Roma, en 1384. Casada muy joven, con tres hijos:
madre de familia cristiana ejemplar, intensa y generosa dedicación a pobres y enfermos. Iniciativa
pionera: congregación religiosa femenina no de clausura: oblatas benedictinas, dedicadas a la
formación de la infancia (la vinculación con los benedictinos permitió esa novedad, que hasta dos
siglo después no cuajó de verdad). Cuando enviudó, en 1436, se incorporó a la orden. Sobresalió
también por su humildad, su paciencia y devoción al Angel Custodio. Murió en 1440.
10: Los 40 mártires de Sebaste: grupo e historia famosa de los primeros siglos. Pertenecían a
la XII Legión romana, llamada Fulminata, encargada de la defensa de Asia Menor. A pesar de la paz
constantiniana, tovadía el co-emperador en Oriente, Licinio, continuó las persecuciones. En el 320
son condenados estos soldados a morir en un estanque helado. Rezaban: “Cuarenta, Señor, bajamos
al estadio; haz que los cuarenta seamos coronados”. Uno flaqueza y cede; uno de los custodios,
conmovido y convertido, ocupa su lugar. El culto se extiende pronto por oriente, llega a Roma, y de
ahí a toda la cristiandad.
11: San Eulogio es uno de los mártires más conocidos y venerados de la época de la
ocupación musulmana en España. Natural de Córdoba y presbítero en esa ciudad, se esforzó por
mantener viva la fe cristiana a pesar de la dominación musulmana, y por recuperar el impulso de la
época isidoriana. Pero a partir de la muerte de Abderramán II (850) se desató una época de
intolerancia religiosa por parte de los musulmanes y empieza una dura persecución. Eulogio destacó
particularmente por su forma de alentar y sostener a los perseguidos, incluso después de ser
encarcelado. Murió mártir en el 859. En el 883 sus restos fueron trasladados a Oviedo, donde
todavía se veneran.
12: San Inocencio I fue papa entre el 401 y el 417: periodo largo para la época, e importante
(contemporáneo de grandes figuras como San Agustín). Durante su gobierno, tuvo lugar el famoso
saqueo de Roma por parte de Alarico (410), que causó gran conmoción, al confirmar la gran
debilidad del Imperio, y que el papa no pudo evitar a pesar de sus esfuerzos. Intervino
decisivamente en temas doctrinales como el pelagianismo, que condenó a instancias precisamente
de San Agustín, y en diversos conflictos surgidos en Iliria, en Hispania, con el emperador Arcadio
(en defensa de San Juan Crisóstomo), etc. Paso importante en el progresivo prestigio del papado
frente a la decadencia de los emperadores y el desorden de los bárbaros.
13: San Nicéforo nació a mediados del siglo VIII en Constantinopla, hijo del secretario del
emperador, que murió en el destierro. Educado con esmero por su madre, llegó a ocupar el mismo
puesto que su padre con Constantino VI. Atraído por la vida monástica, construyó un monasterio y
se retiró allí. Pero fue llamado de nuevo a la corte; buscó compaginar ambas vocaciones y se hizo
cargo también del hospital general de la capital, para poder ayudar a los enfermos. Elegido patriarca
casi por aclamación, y con el favor imperial, aunque no era sacerdote. Nuevo emperador: León V; se
resucita el problema de las imágenes; Nicéforo defiende con energía la doctrina. Desterrado. Muere
poco después, en el 829. Pronto trasladados sus restos a la ciudad y venerado como santo.
14: Santa Matilde fue reina de Alemania en el siglo X. Casada con Enrique, duque de
Sajonia, elegido emperador de Alemania en el 919. Prototipo de reina cristiana medieval: piadosa,
sobria en lo personal, caritativa con todos, buen apoyo en el gobierno de su esposo, etc. A la muerte
de su marido, sufrió mucho a causa de dos de sus hijos: Otón y Enrique, que se pelearon por el
trono, y que llegaron a acusarla a ella de dilapidar los bienes del Estado, por su prodigalidad con los
pobres. Superados los problemas, se dedicó a restaurar iglesias y fundar monasterios. Falleció en el
968, en uno de esos monasterios, en Sajonia, donde está enterrada junto a su marido.
15: Santa Luisa de Marillac es la cofundadora, junto a San Vicente de Paul, de las Hijas de
la Caridad: congregación femenina de atención a enfermos y necesitados; la más numerosa y
extendida, y modelo de muchas otras congregaciones. Casada con el secretario de la reina y con un
hijo, al enviudar se dedica a la atención de los pobres. Cuando conoce a San Vicente, se transforma
en su brazo derecho en las numerosas iniciativas asistenciales y formativas de este dinámico santo;
y en particular en la puesta en marcha y organización de la Congregación, que ella dirigió con
santidad y eficacia hasta su muerte en 1660. Imagen frecuente de los dos santos en capillas de
hospitales, asilos, etc., por todo el mundo.
16: San Abraham de Siria es uno de los primeros monjes eremitas de esa región, biografiado
por San Efrén. Pasó más de cincuenta años en el desierto, cerca de la ciudad de Edesa, después de
renunciar al matrimonio y a las numerosas riquezas que poseía. Atrajo, como muchos de estos
santos, a discípulos y gente que buscaba consejo, etc. Más tarde fue ordenado sacerdote y encargado
de evangelizar algunos pueblos y ciudades todavía paganas de la zona, con gran éxito. Eficacia de la
oración y la penitencia intensas… Murió hacia el 360.
17: San Patricio es el patrono principal de Irlanda, muy querido en ese país profundamente
católico. Nacido en Bretaña hacia el año 385, fue llevado cautivo por unos piratas, muy joven, a
Irlanda. Tras seis años, consigue la libertad. Deseoso de cristianizar su nueva patria, se forma en
varios lugares del continente, antes de volver a la isla, para completar su evangelización, tarea que
realiza con gran celo y eficacia. Arzobispo de Armagh, organiza la vida eclesiástica: diócesis y
monasterios. Murió en el año 461. Pronto gran devoción que no ha dejado de crecer con los siglos.
18: San Cirilo de Jerusalén, Obispo y Doctor de la Iglesia. Nació en una familia cristiana el
año 315; sucedió al obispo Máximo en la sede de Jerusalén el año 348. Tuvo que sufrir varios
destierros por defender la fe católica frente a los arrianos; el tercero, bajo el emperador Valente,
duró 11 años. Fue un insigne predicador y escritor, recordado sobre todo por su colección de 24
catequesis: las 5 últimas, llamadas mistagógicas, sobre los sacramentos de la iniciación cristiana
(Bautismo, Confirmación y Eucaristía), están entre los textos más citados y utilizados de la
patrística cristiana. Tomó parte también en el importante Concilio de Constantinopla del 381. Murió
el año 386, en la propia ciudad de Jerusalén.
19: San José. Esposo de María y con la función de Padre de Jesús (la “sombra del Padre”).
Patrono de la Iglesia. Devoción que va creciendo poco a poco en la Edad Media; impulso decisivo
en el siglo de oro, sobre todo Santa Teresa… Hasta llegar a ser santo más querido después de María.
Lógico por su cercanía a Jesús y María. Intercesor para todo. Maestro de vida interior. Ejemplo de
esposo y padre, hombre trabajador, fiel, justo y obediente. Patrono de la buena muerte…
20: San Martín de Dumio fue el evangelizador de los suevos, uno de los pueblos bárbaros
afincados en la península ibérica: en Galicia y norte de Portugal, con capital en Braga. Santo de
origen húngaro; después de un tiempo en Palestina y en Roma, se establece en la Galia, donde inicia
su relación con el pueblo suevo, con los que entra luego en la península ibérica. Fundó un
monasterio en Dumio, cerca de Braga, centro de sus actividades evangelizadoras e importante foco
espiritual en los decenios siguientes, muy florecientes en toda la península. Es autor también de
valiosas obras de espiritualidad, organizador de la vida eclesiástica de la zona, etc. Falleció en el
año 580.
21: San Nicolás de Flüe es un santo suizo del siglo XV. De familia de campesinos, desde
muy joven destacó por su piedad y espíritu de penitencia. A los treinta años contrajo matrimonio.
Tuvo 10 hijos. Cuando sus hijos fueron mayores, de acuerdo con su esposa, se retiró a hacer vida
eremítica, de intensidad penitente y contemplativa. Adquirió también fama de milagrero y el lugar
donde vivía, bendecido por el obispo, empezó a ser centro de peregrinación. Apoyado por visiones
sobrenaturales y con consejos, influyó decisivamente en los problemas políticos de su país, sobre
todo en su pacificación y organización; hasta el punto de llegar a ser propuesto para la jefatura del
estado, aunque no aceptó. De hecho, se le considera el padre de la patria, el creador de la peculiar y
estable forma política con que se ha organizado Suiza. Murió en 1487, después de una dolorosa
enfermedad, vivida ejemplarmente. Es muy querido y venerado en Suiza, tanto por católicos como
por protestantes.
22: San Zacarías fue papa en el siglo VIII, entre el 741 y el 752. Fue un hombre docto y
elocuente, excelente diplomático. Logró la pacificación de Italia, muy convulsionada entonces.
Promovió la evangelización de Alemania, con San Bonifacio. Defendió el culto a las imágenes, en
momentos tensos por el apoyo del emperador de Bizancio a los herejes iconoclastas. Se preocupó
también intensamente de las necesidades de Roma, que creció bastante económica, cultural y
artísticamente en su pontificado. Murió con gran fama de santidad en toda la cristiandad.
23: Santo Toribio de Mogrovejo es una de las principales figuras de la primera
evangelización americana. Nació en Mayorga, en 1538; estudiante y profesor en Salamanca, hasta
que fue nombrado arzobispo de Lima, en 1580. Más de 25 años intensos: organización de la Iglesia,
difusión de la fe en nuevas zonas del amplio territorio, promoción de la vida espiritual, defensor y
promotor de los indígenas, de la Iglesia frente a ingerencias del poder civil, alma de varios sínodos
importantes, etc. Su herencia fue decisiva en toda la organización y expansión posterior de la Iglesia
en el virreinato de Perú; es decir, buena parte de la actual sudamérica.
24
Santa Catalina de Suecia, abadesa; Santos Severo y Agapito, obispos; Santos Timoteo,
Dionisio y Segundo, mártires.
Santa Catalina de Suecia, nacida en 1332, es hija de Santa Brígida, copatrona de Europa.
Quedó viuda joven y acompañó desde ese momento a su madre en sus numerosas actividades
apostólicas, sobre todo en Roma; a la muerte de S. Brígida, la sucedió al frente de la Orden
monástica y de todas sus iniciativas, promoviendo su canonización. Colaboró con Santa Catalina de
Siena (otra copatrona) en la defensa del papa legítimo, tras el cisma de Aviñón. Falleció un año
después, en 1381.
26: San Braulio de Zaragoza, obispo: Se desconoce la cuna, niñez y juventud del santo;
pero consta que ya en el año 626 es obispo de Zaragoza. Discípulo de san Isidoro, obispo, escritor y
doctor de la Iglesia (c. 560-636), al que ayudó en particular en la culminación de su obra principal:
las Etimologías. Participó decisivamente en los concilios V y VI de Toledo, claves en la
organización y desarrollo de la Iglesia hispano-visigoda. Influyó decisivamente en la progresiva
cristianización de los modos de gobierno de la monarquía visigoda. Se le atribuye la redacción de
las conocidas Actas de los mártires de Zaragoza. Sus cartas conservadas son también importantes
para conocer la vida religiosa y social de la España de entonces. Falleció en el año 651.
27
San Ruperto, obispo; Santos Augusta y Lidia, mártires; San Juan, eremita.
San Ruperto es el patrono de Salzburgo, ciudad de la que fue obispo, a finales del siglo VII y
principios del VIII, y en cuya catedral se veneran sus reliquias. Fue el principal evangelizador de
Baviera, todavía pagana entonces; con grandes dificultades, también físicas: encarcelamiento,
torturas, etc. Como otros evangelizadores de centroeuropa en esos siglos, su punto de apoyo
principal fueron los monasterios fundados en esas tierras, como focos de espiritualidad y
evangelización; y la conversión de la nobleza local, que arrastraba después a los súbditos. También
transformó varios antiguos templos paganos en iglesias cristianas.
28
San Sixto III, papa; Santos Alejandro, Teodora y Doroteo, mártires.
San Sixto III, romano de nacimiento, fue papa entre el 432 y el 440. Durante su pontificado
tuvo que combatir dos herejías importantes: el nestorianismo, condenado en el concilio de Éfeso,
cuyos decretos confirmó, y el pelagianismo, condenado algunos años después. Para lo primero,
contó con la ayuda de San Cirilo de Alejandría, y para lo segundo, de San Agustín. Su pontificado
ha quedado también inmortalizado en los espléndidos mosaicos del arco principal de la Basílica de
Santa María la Mayor, uno de los principales lugares de peregrinación romana, que este papa rehizo
por entero y consagró a la Virgen. También construyó la Basílica de San Lorenzo, otro de los
grandes templos romanos, donde está enterrado.
29
Santos Cirilo, Segundo y Pastor, mártires; San Eustasio, abad.
San Eustasio, natural de Borgoña, fue discípulo de San Columbano, uno de los principales
promotores de la vida monástica en centroeuropa y evangelizador de los pueblos germánicos.
Eustasio siguió en ambos aspectos las huellas de su maestro: primero le acompañó en su
evangelización por las tierras del Rhin y del lago de Constanza; después le sucedió como abad del
monasterio de Luxeüil, centro de su tarea evangelizadora y foco de nuevas fundaciones monásticas
en diversas zonas de las actuales Francia, Alemania y Suiza. Allí murió en el 625.
30
San Juan Clímaco, abad; Santos Víctor, Decio e Irene, mártires.
San Juan Clímaco (ca. 579-649), abogado antes de abrazar la vida solitaria, viajó bastante
tiempo por Egipto, y después fue abad en el monasterio del Sinaí, recientemente visitado por el
Papa. Es conocido sobre todo por una obra clave en la literatura espiritual, la Scala Paradisi, a la
que debe incluso su apodo (klimax = escalera). Distribuye su exposición del camino del alma hacia
Dios en 30 grados, con la imagen de los 30 peldaños de la escala de Jacob, y los 30 años de vida
oculta de Jesús. Los primeros grados de la escala corresponden al desprendimiento de los bienes de
la tierra y al desprendimiento interior; sigue, en los escalones centrales, el estudio de numerosos
vicios y sus virtudes opuestas: obediencia, penitencia, dulzura, castidad, humildad, discreción, etc.;
los últimos escalones corresponden a la contemplación y unión perfecta de amor con Dios. Libro
muy leído y meditado en toda la edad media y después.
31
San Renato, obispo; Santos Amós y Joab, profetas; Santa Balbina, virgen y mártir.
Celebramos hoy a uno de los principales profetas del AT: Amós, en el siglo VIII a. C, cuyo
nombre da título a uno de los libros de la Biblia. Era un humilde pastor, alejado pues de los
ambientes políticos y religiosos dominantes en Israel, pero que supo responder con fidelidad a la
llamada divina. Con un estilo sencillo, claro y directo, centró su ministerio en denunciar la vida
corrompida de muchos de sus conciudadanos, las desigualdades sociales y la superficialidad de
parte de la vida religiosa, que no iba acompañada de un verdadero compromiso personal con el Dios
verdadero. No le faltaron por ello acusaciones y persecuciones de algunos poderosos de la clase
sacerdotal.
ABRIL
2: Nuestra Señora del Camino; San Francisco de Paula, fundador, Santa María
Egipciaca, eremita.
Nació en Paula (Calabria) el año 1416. Vivió como eremita en su juventud. Reunió a su
alrededor un grupo de discípulos que más tarde se transforma en la Orden de los Mínimos, aprobada
como Orden mendicante. Fundó rápidamente muchos conventos de su orden. Fama de gran
taumaturgo, atrajo a mucha gente sencilla con su predicación y ejemplo, y supo ayudar
espiritualmente también a personajes influyentes de la Igleisa y la política, influyendo notablemente
en la implantación de los principios cristianos en su turbulenta época. Murió en Tours (Francia) en
el 1507. El papa León X lo elevó a los altares en el año 1519.
3: Nuestra Señora de la Caridad; San Sixto I, papa; San Ricardo, obispo; Santa
Engracia, mártir.
Hoy celebramos a un santo vinculado a la universidad, San Ricardo de Wyche, que fue
canciller de Oxford en los primeros decenios del siglo XII, y después obispo. De origen campesino,
su tenor de vida austero chocaba con el ambiente en que tuvo que desenvolverse, pero hizo un gran
bien a su alrededor. Destacó particularmente por sus dotes intelectuales y pedagógicas, además de
por su fidelidad al Papa y a la Iglesia y su sentido de la justicia en defensa de los más pobres frente a
los frecuentes abusos de los poderosos; lo cual le ocasionó abundantes contradicciones y
dificultades, superadas siempre con gran paciencia y sentido sobrenatural. Magnífico ejemplo de
cómo navegar contra corriente en servicio del Señor.
4: San Benito de Palermo, franciscano (1526-1589); apodado el Negro o el Moro, porque
era hijo de padres africanos, esclavos, que trabajaban en una propiedad cercana a Messina.
Alcanzada la libertad, trabajó un tiempo como campesino libre, hasta que se unió a un grupo de
eremitas franciscanos. Pasó luego a vivir en un convento, trabajando como cocinero. Gran piedad,
bondad y humildad, ejemplar en la encarnación del espíritu franciscano, hasta ser elegido superior
del convento, a pesar de ser lego, analfabeto y sin ninguna experiencia de gobierno. Sentido
sobrenatural de aquellos frailes por encima de prejuicios sociales de otros contemporáneos suyos, y,
desde luego, sin fijarse en el color de la piel; y no se vieron defraudados… Más tarde fue también
maestro de novicios, y al final de su vida volvió al oficio de cocinero, con la misma sencillez de
antes.
5: San Vicente Ferrer. Uno de los más grandes santos españoles de la edad media, y de los
más populares y queridos en tierras valencianas. Nació en la misma Valencia, en el 1350. Sacerdote
dominico, con gran fama de milagrero ya en vida, buen teólogo y escritor espiritual, fue profesor en
Barcelona, pero, sobre todo, destacó como brillante y popular predicador en largos peregrinajes por
toda la Europa meridional. Intervino también en la solución de dos de los grandes problemas
internacionales de la época: el cisma de Aviñón y la guerra de los cien años; además de participar en
el compromiso de Caspe y la pacificación de los reinos españoles. Murió cuando se encontraba en
uno de sus numerosos viajes, en tierras francesas, en 1419.
6: Beato Michele Rua (1837-1910). Uno de los primeros jóvenes que se acercó al Oratorio de
Don Bosco e ingresó enseguida en la congregación salesiana, estando siempre muy unido al
fundador, con encargos cada vez de mayor responsabilidad en la naciente y activa institución, hasta
alcanzar el puesto de vicario al lado del fundador y ser su primer sucesor a la muerte. Uno de los
muchos casos en la historia de santos que suceden a santos en los primeros tiempos de una
institución religiosa. Gobernó la familia salesiana con gran celo y eficacia, llegando a multiplicarse
por cinco en miembros, obras educativas y misioneras, etc.
7: Celebramos hoy al fundador de una de las principales órdenes religiosas dedicadas a la
enseñanza, San Juan Bautista de la Salle. Nacido en Reims, en 1651, desde su ordenación
sacerdotal en 1678 se sintió llamado a la educación de los niños, e inició, con la ayuda de un sólo
maestro, tres escuelas de caridad. Cuando consiguió un pequeño grupo de maestros, empezó a
reunirlos en su casa y a dirigirlos espiritualmente, hasta que surgió la idea de organizarlos como
congregación: los Hermanos de las Escuelas Cristianas, una de las primeras y principales
congregaciones religiosas laicales, es decir sin predominio de clérigos en sus filas. No le faltaron
abundantes dificultades, calumnias e incomprensiones en los años de asentamiento y expansión de
su labor. Falleció en 1719. Es patrono de los educadores.
8: San Dionisio, obispo († c. a. 180): de las primeras generaciones cristianas y de los
primeros pastores conocidos. Obispo de Corinto, comunidad paulina clave en el primer desarrollo
cristiano por Europa. Como muchos obispos santos de entonces, su apostolado fue mucho más allá
de su ciudad, promoviendo la cristianización en muchos lugares y sosteniendo en la fe a los
cristianos ante las persecuciones, etc. Conocemos también parte de su apostolado epistolar y de sus
intervenciones para solucionar algunos problemas doctrinales, que habían surgido ya en aquellas
primitivas comunidades.
9: Santa Casilda de Toledo, virgen; Santos Demetrio, Hilario, Rufino, Celso y Anastasio,
mártires.
Santa popular en España, aunque con escasos datos históricos. Era una princesa mora de
Toledo, que vivía con lujo y comodidad, pero que se siente removida por los sufrimientos de los
cautivos, y empieza a acudir a las mazmorras a consolarlos y alimentarlos. Algunos cautivos
cristianos la van conduciendo a la fe, a pesar de las dificultades del ambiente que le rodea. Contrae
una grave enfermedad, y va a tierras castellanas en busca de un milagro. Efectivamente, se cura, se
bautiza en Burgos, y ofrece a Dios su virginidad, llevando el resto de sus días una vida de intensa
oración y penitencia, en soledad. Falleció hacia el año 1107.
10: San Ezequiel, profeta; San Miguel de los Santos, confesor; Santos Macario y Pablo,
obispos.
Ezequiel, profeta del siglo VII a.c.; antes y después de la caída del reino de Judá y su
deportación a Babilonia. Profecías de esperanza mesiánica y liberadora, con varias visiones
famosas: la de los cuatro vivientes: hombre, toro, león y águila: evangelistas. Campo lleno de
huesos que se cubren otra vez de nervios y carne, cobrando vida. Templo del que mana un torrente
de aguas, cada vez más caudalosas, que hacen fertilísima la tierra a su alrededor. Así ha sido desde
la llegada de Cristo, y cada vez lo es más, como estamos comprobando en este año santo.
11: San Estanislao, obispo y mártir (1030-1079). Es una de las mayores figuras de la iglesia
polaca, muy venerado allí. Gran obispo de Cracovia: antecesor, pues, de Juan Pablo II en esa sede;
fue asesinado mientras celebraba misa, por mandato del rey Boleslao, a quien había intentado
corregir por su escandalosa conducta, y frente al que había defendido la libertad de la Iglesia y de
los oprimidos por el rey. La celebración del 9º centenario de su muerte, en 1979, fue el motivo del
primer viaje de Juan Pablo II, recién elegido, a su tierra (él como obispo de Cracovia había ya
preparado todo), y en buena parte el inicio de la revuelta pacífica que acabó con el comunismo
polaco y con el de todos los países del este.
12: San Julio I, papa, 337-352. Defensor de la ortodoxia de Nicea frente a los arrianos: debe
acoger, proteger y reintegrar a su diócesis varias veces a San Atanasio de Alejandría… Varios
intentos de sínodos buscando la unidad con los arrianos, pero boicoteados por éstos, etc. Ejemplo
grande de gobierno prudente en temas delicados, con firmeza y gran paciencia a la vez. Años de
importante expansión de la Iglesia y de frutos de santidad.
13: San Hermenegildo, mártir († 585) es una figura clave en la historia de la primitiva iglesia
española. Hijo del rey visigodo Leovigildo, y arriano como todo ese pueblo dominante de la
península ibérica; se casó con una princesa francesa católica, que le condujo a la conversión. Su
padre y toda la corte visigoda intentaron devolverle al arrianismo (política y religión mezcladas);
pero se resistió con firmeza, hasta ser martirizado por orden del rey. Gesto decisivo para la
conversión de su hermano Recaredo, cuando comenzó a reinar, y para la unidad religiosa
consiguiente entre visigodos y población hispano-romana. Siguieron años de gran florecimiento
religioso, cultural y político.
14: Santa Liduvina, virgen (1380-1433) tiene una de las vidas más llamativas de todo el
santoral cristiano, en un aspecto concreto: el dolor. Hija de una humilde familia flamenca. A los 15
años cayó accidentalmente en un lago helado, jugando con sus amigas, y empez desde ese momento
a acumular enfermedades de forma espectacular´, a cual más dolorosa y desagradable a la vista y el
olfato: su cuerpo llegó a ser una pura llaga; no podía sufrir apenas las curas ni el alimento; no se
levantará de la cama hasta la muerte. Pronto se dió cuenta de que debía unir ese dolor a la Cruz de
Cristo, y empezó a llevarlo con ejemplar serenidad y alegría, desagraviando además por los muchos
pecados y males de la época. Murió a los 53 años: casi 40 enferma. Se veneran sus reliquias en
Bruselas.
15: San Telmo, confesor († 1240). Es uno de los santos españoles medievales más populares,
y también con mayor número de leyendas y milagros exagerados por esa misma fama. Su nombre de
pila era Pedro y sus apellidos González Telmo. Después de sufrir una profunda conversión cuando
estudiaba en Palencia, ingresó en los dominicos de esa ciudad, y pronto empezó a destacar por su
intensa vida de piedad y penitencia, y a tener gran éxito como predicador, logrando numerosas
conversiones. Se dedicó también con intensidad a la atención de pobres y enfermos. Extendió su
labor por toda galicia y por las nuevas tierras del sur ganadas por la reconquista. Fue también
confesor y consejero del rey.
17: San Aniceto, papa; Santa Mariana de Jesús, virgen; Beata Catalina Tekakwitha,
virgen.
Beata Catalina Tekakwitha. Primera beata pielroja. Su padre era iroqués y su madre
algonkina. Su nombre indio significa “la que pone las cosas en orden”. Huérfana muy joven,
sobrevivió a una fuerte epidemia que diezmó a su pueblo y le dejó a ella el rostro deformado.
Conoció la fe cristiana a través de unos misioneros jesuitas franceses. Fue bautizada a los veinte
años con el nombre de Catalina. Pronto sufrió graves amenazas de sus parientes paganos y tuvo que
refugiarse en una misión, donde hizo voto de virginidad y empezó a llevar una vida intensamente
contemplativa: pasaba largas horas de oración en el bosque ante una cruz de madera tallada por ella
misma. Murió con solo 24 años, en 1680, tras una dolorosa enfermedad, gozando ya de fama de
santidad tanto entre los indios como los misioneros. Juan Pablo II la beatificó en 1980.
18: Beata María de la Encarnación. Dos beatas francesas del mismo nombre casi
contemporáneas; ursulina y carmelita: esta; apedillada Acarie. 1566-1618. A pesar de sus deseos de
ser religiosa desde joven, su familia le forzó a casarse. Vivió como esposa y madre ejemplar; tuvo
seis hijos; y debió afrontar momentos difíciles cuando su marido fue exiliado por cuestiones
políticas y le confiscaron todos los bienes. Tuvo relación directa con las dos figuras más
importantes de la Iglesia francesa de entonces: San Francisco de Sales y el cardenal Berulle; y
destacó siempre por la intensidad de su vida de piedad. Tras leer una biografía de Santa Teresa, se
esforzó por conseguir la llegada de las carmelitas descalzas a Francia, cosa que ocurrió
efectivamente en 1604, multiplicándose con rapidez por todo el país. A la muerte de su marido, en
1613, ella misma ingresó en el carmelo, donde le habían precedido ya tres hijas, comportándose con
gran sencillez y humildad como una novicia más. Murió cinco años después.
19: San León IX, papa entre 1048 y 1054; en el momento álgido del problema de las
investiduras, al que se añadía la relajación del clero y los monasterios, la simonía, etc. Ya como
obispo de Toul se había esforzado por solucionar esos problemas, siguiendo el espíritu reformista
que abanderaban los monjes de Cluny. Como Papa se empeñó seriamente en esa tarea a nivel de la
Iglesia universal, ayudado entre otros, por el propio abad de Cluny, San Hugo, por San Pedro
Damián, y el monje Hildebrando, el futuro San Gregorio VII. Como otras veces en la historia, Dios
suscitó un buen grupo de santos de primera fila para renovar con fuerza la vida cristiana en un
momento de crisis. León IX tuvo que superar importantes obstáculos y resistencias, pero consiguió
dar impulso a la reforma que, con paso firme, irá asentándose en la Iglesia en las décadas sucesivas.
20: Santa Inés de Montepulciano. Santa popularizada en su día por Santa Catalina de Siena,
a la que tenía particular devoción y que le influyó con su ejemplo. Ingresó muy joven en las
dominicas, y fue pronto elegida abadesa por su gran santidad. Los vecinos de Montepulciano,
removidos por la santa y sus monjas, le pidieron que fundara también un convento en su ciudad; y
así lo hizo, con la ayuda generosa de todas las gentes del pueblo, y utilizando en desagravio un lugar
que había servido como casa de lenocidio. A esa nueva fundación dedicó el resto de su vida, hasta
su muerte en 1317. El mismo biógrafo de Santa Catalina de Siena, el Beato Raimundo de Capua,
fue también el difusor de la historia y virtudes de esta santa, que ha quedado así vinculada para
siempre a la doctora sienense.
21: San Anselmo. Nacido en Aosta, en 1033. Monje en Bec, Normandía, y más tarde abad…
Sucede al mismo Lanfranco en la cátedra de Canterbury, primada de Inglaterra. Combatió
valientemente en pro de la libertad de la Iglesia frente a los abusos del poder político. Tuvo que
sufrir dos veces el destierro, pero prestigió mucho a la Iglesia… Prolífico y profundo escritor.
Iniciador de la teología escolástica en cierto sentido. Pasos decisivos en bastantes cuestiones
teológicas centrales. Escritos espirituales de gran piedad y hondura. Murió el año 1109.
22: Santa María Egipciaca. Pocos datos históricos, pero muy usada en la literatura piadosa
medieval y moderna como ejemplo. Vivió en el siglo IV y fue una de las primeras mujeres que vivió
vida eremítica en el desierto, durante más de cuarenta años. Antes había vivido una vida bastante
disoluta, hasta que se convirtió gracias a una especial intervención de la Santísima Virgen. La
tradición la ha presentado, por ello, como modelo de espíritu de penitencia por los propios pecados.
Por eso mismo y por su nombre, en algún momento llegó a confundirse con la figura evangélica de
Santa María Magdalena, proyectando sobre ella así la vida en el desierto propia de esa época
posterior.
23: San Jorge, mártir; San Gerardo, obispo; San Adalberto, obispo y mártir;
Uno de los santos mártires de la antigüedad más populares y venerados. Patrón de la Cataluña
y Aragón, de Inglaterra y de Polonia, entre otros lugares. Algunas leyendas inverosímiles en torno a
su figura, como la famosa del dragón, han hecho dudar de su autenticidad histórica; pero aunque los
datos históricos son escasos, sí se puede asegurar su existencia, al margen den esos hechos
legendarios. Lo cierto es que era originario de Capadocia, militar de profesión, y que murió mártir
en Nicomedia en el año 303. Su culto está atestiguado desde el mismo siglo IV, y su extensión fue
amplia desde el principio.
24: San Fidel de Sigmaringa, presbítero y mártir; Santa María Eufrasia Pelletier,
fundadora; beato Benito Menni, fundador.
Mártir de la reforma protestante. Se llamaba Marcos Roy y nació en Sigmaringa (Alemania) el
año 1578. Después de ejercer el Derecho, se ordenó sacerdote y entró en la Orden de los
Capuchinos, reforma de los franciscanos iniciada poco antes; tomando el nombre de Fidel. Llevó
una vida de gran penitencia. Distinguido como excelente y celoso predicador, fue encargado de
fortalecer la recta doctrina en zonas de mayoría protestante en Suiza, Austria y sur de Alemania.
Sufrió el martirio a mano de los calvinistas el año 1622 en Seewis (Suiza). Su sangre nos recuerda
la dolorosa herida que todavía pesa sobre el cristianismo con esa separación, y nos anima a seguir
rezando por la unidad y apoyando los notables esfuerzos del Papa y de la Iglesia en esa dirección.
25: San Marcos. Autor del segundo evangelio. Hijo de una de las primeras cristianas, llamada
María, en cuya casa se reunían los primeros discípulos. Se le llama a veces Juan Marcos o Juan.
Colaborador de San Pablo y de San Pedro. Se nota en su evangelio el influjo del segundo. Evangelio
más breve de los cuatro, pero más preciso y detallado en muchas de las escenas: nombres, ambiente,
circunstancias de lugar y tiempo, etc., que no están en otros. Según la tradición fundó la cristiandad
de Alejandría, una de las más importantes de la antigüedad. Sus restos se veneran en Venecia, en la
famosa basílica de su nombre, ciudad de la que es patrono.
26: San Isidoro de Sevilla es la gran figura de la Iglesia española en la época visigótica.
Nació en Sevilla, hacia el 560. Obispo de Sevilla durante cuarenta años, sucediendo a su hermano
San Leandro. Organizador de la Iglesia española, tras la conversión de la monarquía y nobleza
visigoda. Concilios de Toledo. Defensor de la fe frente a los arrianos. Impulsor vida monástica.
Compilador de la sabiduría clásica greco-romana y de los Padres de la Iglesia, en sus Sentencias y
sus Etimologías, junto a otras publicaciones importantes. Murió en el 636. Curiosidad: nombre
propuesto como posible patrono de internet, precisamente por el carácter enciclopédico de su
obra…
27: Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña y advocación mariana importante en España
e iberoamérica. Su culto es anterior a la invasión árabe de la península, pero se reavivó en plena
reconquista, al ser reencontrada la imagen, oculta durante la invasión. La erección del famoso
monasterio benedictino contribuyó aún más a la difusión del culto a la Virgen en la montaña santa.
En los siglos XV y XVI Montserrat fue centro principal de reforma monástica e impulso espiritual;
y ha vuelto a ser un foco cultural y religioso de primer orden en los dos últimos siglos. La
originalidad y belleza del paraje natural han contribuido a hacer aún más famosa a la moreneta. Su
santurario es uno de los lugares marianos y cristianos más visitados de España y Europa.
28: Santa Gianna Beretta Molla. Una de las santas más cercanas a nosotros por el tiempo y
las circunstancias de su vida. Nacida en 1922; joven sencilla y piadosa, muy activa en la acción
católica; estudió medicina y se especializó en pediatría; muy deportista: amante de la montaña. Se
casó con un ingeniero: Pietro Molla. Vivió santamente el matrimonio y el trabajo, sin nada
llamativo. Tres hijos. Cuando esperaba el cuarto, una niña, se le diagnosticó un cáncer. El aborto
apare como la solución, pero ella se niega sin dudar y sin aspavientos. Pudo todavía abrazar a su
hija antes de morir, el 28-IV-1962. Beatificada por Juan Pablo II en 1994 y canonizada el año
pasado (2004), en presencia del marido y la hija cuya vida había salvado.
29: Santa Catalina de Siena (1347-1380): Copatrona de Europa, nombrada por Juan Pablo
II; una de las tres doctoras de la Iglesia… Vida breve pero intensa: mantellate, grupo de
discípulos… Conversión y renovación espiritual de gente de toda condición… Solución de
conflictos… Retorno del Papa a Roma… Da su vida por el fin del cisma… Doctrina viva y
profunda… En estos días, destaca su famosa forma de hablar del Papa…
30: San Pío V, papa;
Nació cerca de Alessandria (Italia) el año 1504. Dominico, profesor de Teología, Obispo y
cardenal, antes de ser elegido papa en el 1566. Su principal empeño consistió en poner en práctica
las disposiciones del Concilio de Trento que hacían referencia a la fe, a la disciplina y a la liturgia.
Destacan, en ese sentido, el Catecismo designado a veces con su nombre (o con el de Trento) y el
Misal y libro litúrgicos, sustancialmente en vigor hasta la reforma del Vaticano II. También fue
importante el impulso misionero que dió a la Iglesia, en tierras americanas y asiáticas, sobre todo.
Es famoso también el episodio de la batalla de Lepanto y la propagación del Santo Rosario que
motivó (su origen y primera difusión se encuentra precisamente en la orden dominicana).
Curiosidad: sotana blanca del Papa, por su hábito blanco dominico.
MAYO
1: San José Obrero; San Jeremías; San Segismundo, rey y mártir.
La fiesta de San José Obrero fue instituita por Pío XII en 1955, para dar sentido cristiano a la
fiesta del trabajo, nacida años antes desde un punto de vista civil. La figura de San José es, en
efecto, muy apropiada, pues fue un sencillo artesano de un pueblecito sin relevancia social, con
escasos recursos materiales y económicos. Su gran santidad y ser escogido por Dios para hacer de
padre de su Hijo en la tierra, transmitiéndole además su oficio, muestran no sólo que, ante el Señor,
todo trabajo es igulamente digno y valioso, sino que puede ser camino para la más grande santidad.
Lo que a los ojos humanos, ante la alabanza y el prestigio terrenos, pasa desapercibido, puede llegar
a ser lo más excelso a los ojos divinos. Muy importante para la mayoría de los cristianos que
realizamos un trabajo muy parecido al de San José.
2: San Atanasio es uno de los más importantes Padres de la Iglesia del siglo IV. Nació en
Alejandría el año 295 y fue después obispo patriarca de esa ciudad, una de las más importantes y
pobladas del imperio romano. Destacó por su defensa de la fe profesada en el concilio de Nicea,
contra los arrianos; sufriendo por ello muchas contrariedades, incluidos varios destierros. Excelente
escritor, destacan sus exposiciones sobre la figura de Jesucristo, Verbo encarnado, y su Vida de
Antonio, que popularizó la figura del padre de la vida monástica, al que conoció y trató
personalmente, influyendo mucho en su difusión tanto en oriente como en occidente. Falleció en el
373, dejando un notable influjo en la Iglesia, tanto por su personalidad como por sus escritos.
3: Santos Felipe y Santiago el Menor: Dos de los doce apóstoles. Felipe, natural de
Betsaida, fue uno de los primeros seguidores de Jesús. Sabemos poco de su vida después de
Pentecostés, y a veces se le ha confundido con el diácono del mismo nombre; según una antigua
tradición predicó por Asia Menor, y murió mártir hacia el año 80. Sus reliquias se veneran en Roma,
en la Iglesia de los Santos Apóstoles. Santiago, hijo de Alfeo y de María, era pariente del Señor;
hermano de otro apóstol: Judas Tadeo. Fue el primer obispo de Jerusalén, por lo que desempeñó un
papel muy importante en los primeros años del cristianismo, y en la extensión de la fe entre los
judíos. Se conserva una carta suya, entre los escritos del Nuevo Testamento. Murió mártir, en la
misma Jerusalén, en el año 63, arrojado desde el pináculo del templo, en una revuelta en su contra
promovida por algunos fariseos.
4: Beato Ceferino Giménez, “el Pelé”, mártir. Considerable número de beatificaciones y
canonizaciones de Juan Pablo II, ampliando el espectro de la santidad, en sí misma universal.
Primer beato gitano, Ceferino Giménez Malla, “el Pelé”, beatificado en 1997, ante miles de
personas de su etnia y conciudadanos de Basbastro, donde vivió y murió. Profundamente creyente y
piadoso, pobre y sin estudios, se esforzó siempre por servir a los demás, mediando por la paz entre
payos y gitanos, aconsejando con sentido común y sobrenatural a todos, promoviendo el amor a
Dios y a la Virgen a su alrededor. Al inicio de la guerra civil, por defender a un sacerdote que iba a
ser arrestado, fue también encarcelado y fusilado poco después, mientras sostenía el rosario entre las
manos, que se negó a dejar de rezar a pesar de las amenazas de los milicianos. Tenía 75 años. Decía
Juan Pablo II en su beatificación: “Hoy el Pelé intercede por todos ante el Padre común, y la Iglesia
lo propone como modelo a seguir y muestra significativa de la universal vocación a la santidad,
especialmente para los gitanos”.
5: Más santos laicos y casados en la historia de lo que parece, aunque sean todavía pocos,
comparativamente. Santa Jutta de Sangerhausen es un ejemplo importante, pues es además
patrona de Prusia. Siendo muy piadosa desde joven, no sintió la llamada al claustro como era
habitual en su época (siglo XIII), sino que pensó que Dios la quería santa en el matrimonio.
Efectivamente, vivió una ejemplar vida de esposa y madre, sin dejar de crecer continuamente en su
vida interior; y destacando particularmente por su sobriedad y espíritu de pobreza. Cuando enviudó
siguió atendiendo a sus hijos, y sólo cuando estos eran ya mayores, se dedicó preferentemente a los
necesitados, sobre todo a los leprosos, con gran generosidad; acentuando todavía más su vida
penitente. Su culto se promovió rápidamente después de su muerte por amplias zonas de las actuales
Polonia y Alemania.
6: Uno de los santos no mártires más jóvenes del santoral: Santo Domingo Savio, fallecido
con tan sólo 15 años, en 1857, de una rápida y misteriosa enfermedad. Desde los 12 años estudió en
uno de los primeros centros de enseñanza fundados por San Juan Bosco en Turín. Aprovechó
maravillosamente la enseñanza y la dirección espiritual del fundador de los salesianos, recorriendo
con inusitada rapidez su personal camino de santidad. El propio San Juan Bosco escribió su primera
biografía y fomentó su causa de canonización, que culminó en 1954, con Pío XII. Su piedad, su
alegría, sus virtudes sencillas vividas en las condiciones habituales de tantos niños y adolescentes,
en particular en los estudios escolares, y también en el deporte y los juegos, le hacen un modelo
muy atractivo y recomendable para la juventud.
7: Primera beata venezolana, por Juan Pablo II en 1995: Beata Madre María de San José.
Su nombre civil era Laura Evangelista Alvarado Cardozo. Nacida en 1875, destacó desde muy niña
por su piedad y deseos de entrega a Dios. Fue una de las primeras religiosas de la fundación
venezolana llamada Sociedad de las hijas de María. Con sólo 24 años, el fundador, Padre Justo
Vicente López, le confió la dirección de un hospital dedicado a la atención de los enfermos más
pobres y necesitados. Más tarde el mismo sacerdote fundó un monasterio de Agustinas Recoletas, y
nuestra santa pasó a ser superiora de esa comunidad, tomando el nombre de María de San José, con
el que se le conoce. Desde ese puesto desplegó una impresionante actividad apostólica, que incluyó
la fundación de numerosos hospitales, asilos, orfelinatos y escuelas por todo el país. Murió en 1967,
con 92 años de edad, y habiendo alcanzado un gran prestigio y fama de santidad en su tierra.
8: Fiesta mariana propia del santoral navarro y de algunos otros lugares: María, Madre y
Medianera de la Gracia. Juan Pablo II: “La mediación de María está íntimamente unida a su
maternidad y posee un carácter específicamente materno que la distingue del de las demás criaturas
que, de un modo diverso y siempre subordinado, participan de la única mediación de Cristo, siendo
también la suya una mediación participada” (RM, 38). Sólo ella es verdaderamente Madre de Dios y
sólo ella es Madre nuestra: sólo ella puede mediar con la inmediatez, la omnipotencia y la eficacia
inimitables de una madre. En su corazón materno se encuentran y se unen necesariamente su Hijo y
cada uno de sus hijos… “María se pone entre su Hijo y los hombres (…) Se pone ‘en medio’, o sea
hace de mediadora no como una persona extraña, sino en su papel de madre, consciente de que
como tal puede -más bien „tiene el derecho de‟- hacer presente al Hijo las necesidades de los
hombres” (RM, 21).
9: San Gregorio de la Berrueza u ostiense: del santoral navarro; muy venerado en nuestra
comunidad y en la Rioja. Era obispo-cardenal de Ostia y fue enviado al reino de Navarra, como
legado pontificio, en tiempos del rey García Sánchez III. Desarrolló una gran actividad apostólica
por todo el reino; y obtuvo con su oración la liberación de una durísima plaga de langostas en las
tierras limítrofes entre Viana y Logroño. Tuvo a Santo Domingo de La Calzada como aventajado
discípulo. Murió en Logoño, en 1044. Sus reliquias pasaron de Logroño a Sorlada (valle de la
Berrueza) donde se levantó siglos más tarde la preciosa basílica barroca de San Gregorio Ostiense,
donde se conservan. La cabeza está en un relicario de plata, que se utiliza para bendecir los campos
y el agua de muchos pueblos navarros como remedio contra las plagas agrícolas.
10: San Juan de Ávila, patrono del clero secular español; uno de los grandes del siglo de
oro… Llamado el apóstol de Andalucía… Excelente predicador, director espiritual y escritor (Audi,
filia)… Artífice de famosas conversiones: San Francisco de Borja, San Juan de Dios… Maestro de
maestros: Fray Luis de Granada… Sabio al que todos recurren: Santa Teresa; obispos que van a
Trento… Impulsor de todo tipo de vocaciones, sobre todo sacerdotales, etc. Oración por los
sacerdotes…
11: Cluny, fuente de reforma y santidad durante más de dos siglos… Varios abades longevos,
santos y emprendedores. San Mayol es uno de los primeros, artífice de la consolidación y primera
gran expansión de la reforma cluniacense. Gobernó Cluny 46 años. Viajó continuamente
difundiendo la reforma monástica, fundando numerosos monasterios o atrayendo a su órbita los ya
existentes, en tierras alemanas, francesas e italianas, sobre todo. Su gran prestigio humano y
sobrenatural le sirvió para influir también en cuestiones sociales, culturales y artísticas de todo tipo.
Así, a su muerte, en el 994, Cluny había llegado a ser punto de referencia indispensable en la vida
de la Iglesia, como se comprobrará a lo largo de todo el siglo XI.
12: Varios mártires fallecidos en 304. San Pancracio: Joven romano que fue martirizado,
muy poco después de su bautismo, en la persecución de Diocleciano. Probablemente con tan sólo 14
años. Por eso, la piedad popular ha acudido a él como abogado de los niños. Es uno de los mártires
de la antigëdad que recibieron mayor veneración y su sepulcro de conserva en las catacumbas de la
Vía Aurelia de Roma. Santos Nereo y Aquiles: soldados romanos; convertidos también muy poco
antes de su muerte, removidos por el ejemplo de otros mártires cristianos en esa misma persecución
de Diocleciano. Sepulcros conservados en la catacumbas de Domitila, y templo en su honor en la
famosa via Apia.
13: Virgen de Fátima. Una de las apariciones marianas más conocidas; uno de los santuarios
más populares y visitados. Muy de actualidad por el reciente fallecimiento de la última de las
videntes: Sor Lucia; y por el de Juan Pablo II, tan vinculado a ese santuario y al famoso tercer
secreto de Fátima, desvelado en el 2000 y que profetizaba el atentado, del que sobrevivió gracias a
la intervención mariana. 7 apariciones entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. Aparte de las
profecías y fenómenos extraordinarios que acompañaron las apariciones, lo importante es su
mensaje de oración y penitencia, de devoción al Corazón Inmaculado de María y promoción del
rezo del Rosario. Mucho bien a millones de personas a lo largo de todo el siglo XX.
14: San Matías, apóstol.
Además de santo de hoy, ayer Virgen de Fátima: reciente estancia Papa allí y revelación tercer
secreto, con Beatificación de Francisco y Jacinta. Junto a lo extraordinario de las apariciones y su
influjo en la historia de este siglo…, la santidad de dos niños, que no está en el ser videntes, sino en
como respondieron personalmente a esa gracia: piedad sincera, ingenio infantil para responder a la
llamada a la penitencia, sencillez y humildad al ser protagonistas de algo extraordinario, fortaleza
ante las contrariedades… No santos porque se les apareciera la Virgen, sino por su heroísmo
personal ante esa llamada peculiar. Su humildad, su piedad, su espíritu de penitencia, es modelo
para todos, aunque no se nos aparezca Santa María…
15: San Isidro Labrador; Santos Torcuato e Indalecio, obispos; Santa Juana de
Lestonnac, fundadora.
Santo español muy popular; patrón de Madrid y de los agricultores; uno de los pocos laicos,
de condición humilde, canonizados y de culto extendido en su época; aunque los datos históricos
sean pocos. Nacido en Madrid, casado con María de la Cabeza, tb santa, y con un hijo; agricultor
pobre, al servicio siempre de otros. Muy piadoso: p.ej., madrugaba para rezar y oír Misa siempre
antes de empezar su trabajo en el campo. Generosidad con otros más necesitados que él. Murió de
avanzada edad, en el 1130. Muchos milagros atribuidos, que confirman su santidad conquistada en
una vida sencilla y común a tantos, que le siguen haciendo un santo muy cercano…
16: Santoral navarro; francés vinculado a nuestra tierra. San Andrés Huberto Fournet.
Nació en Maillé (diócesis de Poitou) en 1752. Ordenado presbítero en 1776. Ante la negativa a
prestar juramento para adscribirse al clero civil, en 1791, fue expulsado por la Revolución Francesa
y vino como refugiado a la villa navarra de Los Arcos. Aquí estuvo cinco años al servicio de la
iglesia de Santa María, edificando al pueblo cristiano con su espíritu sacerdotal. Volvió a su
parroquia francesa en 1797. Al poco tiempo fundó junto con santa Isabel Bichier des Ages, la
Congregación de las Hijas de la Cruz, dedicada a la formación de las jóvenes y al cuidado de los
enfermos. Dictó la Regla y dirigió a las religiosas durante quince años. El 13 de mayo de 1834
entregó su alma al Señor.
17: San Pascual Bailón (1540-1592): otro de los grandes santos del siglo de oro, aunque no
doctor, obispo ni fundador. Nacido en Torrehermosa (Sigüenza), de condición humilde, pastor y
hermano lego franciscano en el convento de Nuestra Señora de Loreto, de Valencia: portero y todo
tipo de trabajos manuales, de servicio a los demás. Sin embargo, sus dotes sobrenaturales le hicieron
consejero espiritual de todo tipo de personas. Se distinguió por su gran devoción al Santísimo
Sacramento… Difundió el culto eucarístico en particular en un viaje a Francia, en 1576, en el que
sufrió una dura persecución por parte de los hugonotes. Que este santo nos ayude a valorar más el
tesoro inmenso de tener habitualmente con nosotros al mismo Jesucristo y poder recibirle con
frecuencia.
18: San Juan I, papa y mártir del siglo VI. No llegó a tres años de pontificado, por su
martirio. Lo podemos considerar mártir de las tensiones político-religiosas de la época entre oriente
y occidente… Intentó conciliar a Teodorico y al emperador bizantino, pero los celos del primero
acabaron con su vida, al regreso de un viaje a Bizancio… Actualidad de este Papa en un momento
de avances y esfuerzos ecuménicos para acercar los dos pulmones de la Iglesia, gran empeño de
Juan Pablo II, que ya está realzando su sucesor. Buen día para rezar por esa deseada unidad de todos
los cristianos…
19: Hoy otro papa: San Celestino V. Único caso de renuncia a la sede pontificia… Vivía
como ermitaño… Elegido en un momento de tensiones, por su gran bondad… Apenas un año:
renunció enseguida volviendo a su vida solitaria de oración y penitencia… Varias interpretaciones,
pero parece que no se sintió con cualidades ni capacidad para afrontar los condicionamientos
políticos que entonces tenía el cargo… Caso muy distinto, pues, a lo que plantearon algunos con
Juan Pablo II; al margen de que se ha demostrado que supo muy bien lo que hacía, y ha sido un bien
enorme para la Iglesia y el mundo su continuidad en la sede de Pedro, hasta el final.
20: San Bernardino de Siena (1380-1444). Santo muy popular e influyente en su época,
sobre todo en la peninsula italiana. Franciscano: renovador e impulsor de su órden, tanto en la vida
y costumbres como en los aspectos intelectuales. Gran predicador popular y buen escritor: nos ha
dejado numerosos sermones de variado y rico contenido y algunos interesantes tratados de teología.
Entre otras iniciativas, fue un gran difusor de la devoción al nombre de Jesús, una de las más
extendidas en el final de la Edad media e inicios de la moderna. Ejemplo significativo del gran
influjo que tuvieron las órdenes mendicantes en la vida espiritual de la época.
21: San Teopompo. Santo poco conocido y de nombre extraño, obispo y mártir de los
primeros siglos. Su martirio es un buen ejemplo de lo que sufrieron muchos cristianos de aquella
época: en algunos casos el suplicio y la muerte eran rápidos; pero en otros, como en éste, el
sufrimiento se prolongó durante mucho tiempo, con distintos periodos de encarcelamientos, exilios,
torturas, etc., e incluso con suplicios que debían ser ya mortales, pero que no acaban de hecho con la
vida del mártir y llevaban a probar nuevas crueldades. También como muchos otros mártires,
durante todo ese largo proceso, el santo consiguió la conversión de otras personas, incluido alguno
de sus propios verdugos.
22: Santa Joaquina Vedruna, fundadora; Santa Rita de Casia, religiosa; Santos
Faustino, Timoteo y Emilio, mártires; Santa Elena, virgen.
Santa Joaquina Vedruna nació en Barcelona el año 1783. Deseaba ser religiosa, pero por
exigencias familiares contrajo matrimonio. Tuvo nueve hijos; fue una esposa y madre ejemplar.
Enviudó todavía joven. Cuando sus hijos crecieron y se situaron, fundó en Vich la Congregación de
las Carmelitas de la Caridad, para la atención de los enfermos y la educación de las niñas pobres. Su
instituto se desarrolló con gran rapidez, a pesar de las dificultades que encontró en el ambiente
social de la época. Se esforzó sobre todo por no hacer distinciones de clase ni entre las religiosas ni
entre las personas que atendían; su experiencia familiar y materna se notó en el instituto, al que dió
un atractivo aire familiar, lleno de comprensión, cariño y alegría. Murió en Barcelona en el año
1854 y la canonizó Juan XXIII en el 1959.
23: Beata Elena Guerra. Italiana. 1835-1914. Muy activa desde joven en tareas apostólicas y
sociales en favor de la mujer; pionera en este campo. Organizó varias asociaciones laicales para
chicas jóvenes y un instituto religioso para la educación de las niñas: oblatas del Espíritu Santo.
Escribió y publico numerosos pequeños libros o folletos sobre cuestiones relativas a la mujer: el
matrimonio, el noviazgo, el trabajo en el hogar, etc.; y también sobre temas pedagógicos. Con una
espiritualidad muy centrada en el Espíritu Santo, promovió también la vida de oración entre laicos y
religiosos. En los últimos años de su vida sufrió una dura contradicción dentro de su propio instituto
y por parte de las autoridades que la obligaron a dimitir y a dejar de publicar; pero a su muerte, la
fama de su santidad se extendió rapidamente.
24: María Auxiliadora: auxilio de los cristianos, es una advocación mariana promovida por
San Juan Bosco, y difundida por todo el mundo por la familia salesiana (la rama femenina se llama
precisamente hijas de María auxiliadora). En este mes de mayo dedicado a María nos presenta la
figura de nuestra Madre que, como poderosa intercesora ante Dios, acude en auxilio de las
necesidades de todos sus hijos, con el poder que el mismo Dios le ha dado. Siguen siendo de
actualidad las palabras con que el propio San Juan Bosco promovía esta devoción hace más de un
siglo: “La necesidad hoy sentida por todas partes de invocar a María no es particular, sino general
(…) Y es en verdad para ganarse una especial protección del cielo por lo que se recurre a María
como a Madre común, como especial auxiliadora de los pueblos de todo el mundo (…) Nunca
acabaríamos si intentáramos decir la milésima parte de las gracias y favores obtenidos con la ayuda
de María”.
25: Santa Vicenta López Vicuña. Una de las santas navarras más recientes e importantes.
Natural de Cascante, donde nació en 1847; se trasladó a Madrid, donde descubrió su vocación, al
entrar en contacto con algunas sirvientas de casas de la capital que pasaban una gran necesidad. Así
surgió una institución religiosa dedicada al servicio doméstico y a la promoción social de las
mujeres que trabajan en ese oficio, que llamó las Hijas de María Inmaculada. No sin dificultades,
surgidas incluso de su propia familia, consiguió ir dando impulso a su instituto y su tarea, abriendo
nuevas casas por toda la península. Su labor se amplió además a escuelas dominicales y nocturnas,
catequesis de niños, etc. Murió en Madrid en 1890. Uno de los contratiempos más duros que sufrió
parece de especial actualidad en este mundo moderno dominado por lo económico. El administrador
de los bienes de la congregación hizo una mala jugada con el dinero en la bolsa, y dejó a las
religiosas prácticamente en la miseria; pero confiadas en la providencia divina pudieron salir
adelante también en esa ocasión.
26: San Felipe Neri. Sacerdote nacido en Florencia, pero que pasó casi toda su vida en Roma,
siglo XVI (1515-1595), fundando el oratorio para sacerdotes, y desarrollando una enorme tarea
apostólica por toda la ciudad. Uno de los santos más populares y queridos en Italia. Famoso por su
sencillez, alegría y sentido del humor. Entre otras iniciativas promovió las visitas de los fieles a las
antiguas Basílicas e Iglesias romanas, y en particular la visita a las siete Iglesias o Basílicas
principales, que duraba una jornada entera, con misa, predicación, cantos y hasta comida campestre,
con gran éxito de asistencia de fieles. Esos lugares siguen siendo los principales de peregrinaje
cristiano en Roma (se puede hacer la ruta de las siete iglesias), y donde millones de cristianos lucran
las indulgencias y gracias del jubileo, en sus peregrinaciones a Roma…
27: San Agustín de Canterbury. Monje romano, enviado a finales del siglo VI a Inglaterra
por el papa San Gregorio Magno, al frente de un grupo de 40 monjes, para evangelizar el país,
donde casi no quedaban rastros de la primera y poco profunda evangelización en época romana.
Tras una primera vacilación ante las dificultades, pero animados de nuevo por el Papa, realizan una
eficaz tarea de evangelización con la predicación, pero más todavía con el ejemplo de su oración y
vida de penitencia, que es lo que más impresiona a los ingleses. Con la conversión del rey de Kent,
se extiende más la cristianización, con la edificación de iglesias y la consagración de Agustín como
primer obispo inglés, con sede en Canterbury, que será pronto una de las sedes episcopales más
famosas e influyentes de la cristiandad. A la muerte del santo, con apenas diez años de labor, se han
multiplicado ya las diócesis e iglesias por todo el país. Eficacia de la obediencia y la oración.
28: Santa Mariana de Jesús Paredes, virgen ecuatoriana del siglo XVI. Dejó un
impresionante rastro de Santidad en Quito, a pesar de su corta vida: 26 años. Vida de intensa
oración y penitencia, y dedicación a las obras de caridad con los más pobres, acompañados de
milagros llamativos, siempre en favor de los necesitados, que le dieron gran fama. Ante una serie de
terremotos y epidemias que azotaron a la población, ofreció su vida al Señor, para que cesaran,
como así sucedió, con una agonía muy dolorosa. El Señor muestra también, si es necesario, con
hechos extraordinarios su amor por los que sufren, si encuentra almas generosas como esta santa.
29: San Félix, eremita; San Máximo, obispo; Santas Teodosia y Sofía, mártires; Santa
Bona de Pisa, virgen.
Santa Bona de Pisa: santa del siglo XII, con una vida peculiar, pero significativa del espíritu
peregrino característico de la Edad Media, aunque también intenso en otros momentos. Movida
siempre por motivos religiosos y caritativos, ya a los catorce años viajó a Jerusalén. Después de
sufrir un periodo de cautiverio entre los musulmanes, realiza otra larga peregrinación a Roma. Pero
es precisamente en el camino de Santiago donde más desarrolló su actividad: hasta ocho veces lo
recorrió, dedicada siempre con intensidad a la atención de las necesidades de los peregrinos y
viajeros. Por estos motivos se la venera como patrona de las azafatas. La enfermedad la sorprende
finalmente en unos de sus viajes, y muere al poco de regresar a su ciudad natal de Pisa.
30: Santa Juana de Arco: muy conocida, popular, etc. (varias películas de cine recientes, y
algunas clásicas muy buenas; novelas como la de Mark Twain, …). Parece historia y figura
compleja (por eso es muy cinematográfica), pero oculta algo muy sencillo y muy grande: la
fidelidad a una llamada divina por muy extraña e inapropiada que parezca. Sólo así se explica que
una niña campesina analfabeta se transforme en exitosa general de los ejércitos y después en
condenada a la hoguera como supuesta bruja, para ser finalmente no sólo rehabilitada sino
canonizada. Lo decisivo es lo que había detrás: una fe y un amor a Dios sinceros y profundos, y el
deseo firme de cumplir siempre su voluntad, más allá de éxitos o derrotas, de lo humanamente
lógico, de lo ordinario o lo extraordinario. Paradójicamente, el camino de santidad sorprendente e
irrepetible de esta santa nos confirma que cualquier condición humana noble es también camino de
santidad.
31: Visitación de Nuestra Señora: Fiesta mariana en el final de su mes. Recordemos
palabras de la bella oración de María que hoy recuerda esta fiesta, el Magnificat: “Glorifica mi alma
al Señor, y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador: porque ha puesto los ojos en la humildad de
su esclava; por eso desde ahora me llamarán bienvaneturada todas las generaciones. Porque ha
hecho en mí cosas grandes el Todopoderoso, cuyo nombre es Santo”. Humildad de reconocer la
acción de Dios, sin atribuirse méritos que no son propios, pero sin llegar a la falsa humildad de
olvidar que esas maravillas son reales, y que Dios ha querido contar con la colaboración humana
aunque sea pequeña; por eso las personas realmente humildes, son muy modestas, pero al mismo
tiempo muy audaces y atrevidas, porque saben que se apoyan en Dios, que Él actúa a través de ellas,
y que el poder de Dios no tiene límites. Por eso nosotros ahora, al llamar bienaventurada a María,
como ella misma profetizó, alabamos a Dios, ante todo, pero también a su instrumento que
libremente colaboró con tanta generosidad: Ella misma.
JUNIO
1: San Justino, filósofo y mártir del siglo II, es uno de los primeros escritores cristianos que
escribió en defensa de la fe, utilizando sus abundantes conocimientos filosóficos, abriendo un
camino muy fructífero en la historia del pensamiento cristiano, desde la antigüedad hasta nuestro
días: el del diálogo entre fe y razón, filosofía y teología: tema central de una de las últimas
encíclicas de Juan Pablo II (fides et ratio), documento que debe orientar el quehacer universitario
cristiano y animarnos a seguir realizando esa exposición de la fe en continuo diálogo con la cultura
contemporánea, como supieron hacer los Padres de la Iglesia con la cultura de su época, con amor a
la Verdad, profundo sentido cristiano y a la vez, una gran apertura de mente y no poca audacia en
ocasiones.
2: Santos mártires de Lyon, del siglo II: tenemos bastantes noticias de primera mano,
gracias a una detallada carta de la época, que refleja el difícil ambiente en que vivían esas primeras
comunidades cristianas. En un primer momento se les prohibió la entrada en los lugares públicos:
foro, termas, etc.; después se pasó a los insultos y vejaciones verbales; luego a la violencia física y
la denuncia ante las autoridades; siguieron, para bastantes, la cárcel y las torturas, que acabaron ya
con la vida de algunos. Finalmente, llegó el ajusticiamiento del resto: los ciudadanos romanos,
decapitados, y los que no lo eran, echados a las fieras. La carta no esconde tampoco las defecciones
de algunos; pero eso mismo nos ayuda a valorar más el heroísmo de los que fueron fieles hasta la
muerte y que con su sacrificio fueron la semilla de la gran floración de vida cristiana de los siglos
siguientes.
3: San Carlos Lwanga y compañeros: veintidós cristianos africanos del Reino de Buganda,
hoy perteneciente a la República de Uganda, que sufrieron el martirio entre el 15 de noviembre de
1885 y el 27 de enero de 1887. La región había empezado a ser evangelizada apenas diez años antes.
Se convirtieron bastantes personas relacionadas con la misma corte real. Carlos Lwanga, en
particular, era un joven paje real. Tensiones de tipo religioso provocaron ya la condena a muerte de
algún cristiano, incluidos varios anglicanos, pero la persecución más fuerte se desató ante una serie
de calamidades naturales de las que se acusó a los cristianos. La muerte de católicos y anglicanos
juntos ha sido muy subrayada en todo el proceso ecuménico de acercamiento entre cristianos, que
tanto se ha fomentado en estos últimos decenios. En efecto, vemos con estos ejemplos cómo, más
allá de tristes desaveniencias históricas, doctrinales, etc., el ejemplo de los santos, y en particular de
los mártires, puede ser también camino de unidad, paz y perdón entre todos.
4: Se recuerda hoy al personaje bíblico de Ruth, que da nombre a uno de los libros más
breves de la Biblia: cuenta la historia de esta antepasada del rey David. Era una mujer no judía,
moabita, que se casó con uno de los hijos de unos judíos emigrantes en su tierra. A la muerte del
marido, volvió con su suegra Noemí a Belén, y se quedó después con ella, a diferencia de su cuñada,
que acabó volviendo a tierras moabitas. Más tarde volvió a casarse con un pariente de su anterior
marido, llamado Booz, y de su descendencia nacería David, y mucho después el mismo Jesucristo.
Es una de las figuras femeninas más alabadas y valoradas de la Biblia, no sólo por esa relación de
parentesco, que le hace además figura de María, la Madre de Jesús, sino también por sus virtudes, y
en particular, su amor desinteresado y servicial a su familia, personalizado sobre todo en su cariño a
su suegra.
5: San Bonifacio. Una de las principales figuras de la primera evangelización de Europa.
Inglés de nacimiento y monje. Marchó a tierras de la actual Alemania, para evangelizar a los
pueblos germánicos paganos de aquella zona (principios del siglo VIII). Pronto obtuvo abundantes
frutos de conversiones. Obispo de Maguncia: nuevo impulso a su tarea, movilizando a muchos
compañeros, y fundando abundantes iglesias y monasterios, organizando la Iglesia en todas esas
nuevas tierras, con leyes apropiadas, etc. Murió mártir, asesinado en tierra de los frisones, en el 754:
con más de ochenta años, seguía en la brecha. Sus restos se veneran en el monasterio de Fulda: foco
importante de espiritualidad en tierras germanas. Buena ocasión para encomendar la
recristianización de Europa que sigue estando entre las intenciones principales de la Iglesia y del
Papa.
6: San Marcelino Champagnat es uno de los principales fundadores del siglo XIX;
canonizado recientemente por Juan Pablo II. 1789-1840. Maristas: muy influyentes en la enseñanza
de la juventud en muchos lugares en los últimos dos siglos. La congregación surgió del compromiso
realizado por él y una docena de compañeros, en un santuario mariano, al día siguiente de su
ordenación sacerdotal (de ahí el nombre). Orientó su apostolado a la enseñanza, particularmente en
las zonas rurales, para ayudar a los niños con menos oportunidades de estudiar. Fue un excelente
pedagogo, muy innovador en su ámbito; y desde luego, apoyado siempre en un intenso amor a Dios
y al prójimo, sobre todo al más necesitado. Como tantos otros santos, encontramos en él una gran
armonía entre los medios humanos y sobrenaturales para realizar su tarea en servicio de los demás.
7: Beata Ana de San Bartolomé, carmelita. Ana García, de familia campesina pobre,
pastora, fue la primera religiosa lega, no corista (es decir, dedicada a las tareas materiales) que
ingresó en el convento de San José de Avila, recién fundado por Santa Teresa. Tuvo una gran
sintonía con la fundadora desde el principio; le ayudó como secretaria (aprendió a escribir copiando
los escritos de la Santa) y enfermera, sobre todo en los últimos años de vida de la fundadora, tan
llenos de actividad, pero con “harta mala salud”, como ella decía. De su fiel religiosa, escribe la
propia santa Teresa, que era “gran sierva de Dios y discreta”. Tras la muerte de Santa Teresa,
intervino en varias fundaciones, hasta marchar con las primeras carmelitas que empezaron la
expansión de la reforma en Francia y en los Países Bajos, donde llegó a ser priora de varios de los
nuevos conventos en aquellos países. Pudo llegar a ver tanto la beatificación como la canonización
de Santa Teresa, quedando como modelo de fidelidad al carisma teresiano.
8: Beata María del Divino Corazón de Jesús. Religiosa alemana del Buen Pastor, fallecida
hace poco más de un siglo, en 1899, relacionada con la fiesta del Corazón de Jesús. Destacó por su
espíritu de penitencia, con un fuerte sentido de reparación por los pecados de los hombres, y una
particular preocupación por la conversión de los sacerdotes infieles a su vocación. En los últimos
años de su vida, aunque joven todavía, sufrió una grave enfermedad que incluía una parálisis casi
total, y que le ayudó todavía más en su espíritu de reparación; promovió, desde su lecho de enferma,
la consagración del mundo al Corazón de Jesús, pidiéndolo directamente al mismo Papa. En efecto,
León XIII la escuchó y anunció pronto dicha consagración, con una encíclica, fijándola para el 11 de
junio de 1899, y convocando también un triduo de preparación. Como dando a entender que había
cumplido ya su misión, Dios se llevó a la Beata María al cielo justamente en la vigilia de dicho
triduo.
9: Beata Ana María Giannetti, madre de familia, 1769-1837. Es uno de los primeros casos
de beatificaciones de laicos, en los tiempos modernos; cada vez son más frecuentes. Fue madre de
siete hijos, en un ambiente familiar y social difícil, destacando por su paciencia, docilidad y espíritu
de sacrificio; apoyada en una intensa vida de oración y penitencia; y dedicándose también con gran
generosidad a las personas más necesitadas, en Roma, donde transcurrió la mayor parte de su vida;
llegó a ser consejera espiritual de muchos personajes eclesiásticos y políticos de la época, que
acudían a ella movidos por su fama de santidad. Su proceso de beatificación fue muy novedoso en
la época, pero ayudó a que se fuera abriendo camino el convencimiento de la posibilidad de una
santidad verdadera en la vida familiar y secular; y de hecho el número de laicos beatificados y
canonizados en estos dos últimos siglos sigue creciendo continuamente.
10: Beato Juan Dominici. Dominico italiano, 1357-1419. Era tartamudo, pero consiguió
corregir su defecto con esfuerzo y tenacidad, hasta llegar a ser un predicador de gran fama y éxito;
en particular combatiendo la herejía de los husitas en Bohemia. Contribuyó a la reforma de la orden,
y llegó a ser obispo y cardenal. Es uno de tantos ejemplos que tenemos en la vida de los santos que,
sin arredrarse ante las dificultades, movidos por el amor de Dios y el servicio a las almas, son
capaces de superar dificultades de todo tipo; aunque no han faltado milagros para superar esas
dificultades, en la gran mayoría de los casos, como en éste, no encontramos sino el milagro
ordinario del esfuerzo humano, puesto al servicio de un gran ideal, como vemos con frecuencia a
muchas personas heroicas y sacirficadas a nuestro alrededor, y tantas veces sin una motivación
religiosa, y ni siquiera altruista detrás: ¡cuánto más serán posibles esas hazañas, contando con la
ayuda de la gracia divina y con un ideal de amor a Dios y a las almas!
11: San Bernabé, Apóstol. Nacido en la isla de Chipre, fue uno de los primeros fieles de
Jerusalén. Se llamaba José, y Bernabé era su apodo, que significa “el que sabe consolar y exhortar”.
Los Hechos de los Apóstoles destacan su generosidad al vender sus posesiones y entregar el dinero
para las necesidades de la primera comunidad cristiana. Pieza clave en Antioquía… Patrocinó los
primeros pasos de San Pablo ante los recelos tras su conversión... Fue Bernabé quien acudió a
buscar a Pablo a Tarso y le condujo a Antioquía. Ambos partieron juntos a la primera misión de
evangelización de las costas meridionales del Asia Menor. Después del concilio de Jerusalén, se
separaron sus caminos evangelizadores. Bernabé retornó a Chipre donde acabó sufriendo el martirio
cerca de Salamina. Aunque no fuera uno de los doce apóstoles originales, a San Bernabé se le llama
a menudo apóstol por su estrecha asociación con los dirigentes de la Iglesia primitiva.
12: San Juan de Sahagún fue un precursor de las grandes figuras del siglo de oro. Siglo
anterior: XV. Ingresó en la orden agustina, después de haber sido canónigo, párroco de pueblo y
estudiante en Salamanca. Destacó como predicador, por la fuerza y claridad con que hablaba de
Jesucristo y por cómo removía las conciencias a la conversión. Pero esa misma claridad le causó
muchos problemas: persecuciones, calumnias, incluso daños físicos… Muchos no soportaban que
les dijesen a la clara determinadas verdades morales y evangélicas. De hecho, se sospecha que
murió envenenado por una mujer, cuyo amante había sido convertido por el santo. Conviene
subrayar también la intensidad de amor con que celebraba el sacrificio de la Misa.
13: Uno de los santos más populares, representados y venerados: San Antonio de Padua o de
Lisboa, donde nació. Canónigo primero y franciscano de la primera hora. El propio San Francisco le
confió la organización de los estudios franciscanos. Muy milagrero y gran predicador: norte de Italia
y sur de Francia. Doctor de la Iglesia. Llamado “doctor evangélico” por su capacidad de penetrar en
el texto del evangelio y de transmitirlo con viveza a los fieles. Canonización en un tiempo record,
prácticamente por aclamación popular, en apenas un año. La tradicional representación del santo
con el niño Jesús en brazos nos habla de su cercanía e intimidad con la Santísima Humanidad de
Jesucristo.
14: Al hablar de mártires solemos pensar sobre todo en los tres primeros siglos… Juan Pablo
II insistía en cómo han abundado también en el siglo XX… Pero se pueden encontrar en casi todas
las épocas, en mayor o menor número. Hoy recordamos a dos mártires cordobeses de la época
musulmana, del siglo IX: Santa Digna, virgen, y San Félix, monje. Ambos fueron degollados, sus
cuerpos quemados, y las cenizas arrojadas al Guadalquivir; por lo que a diferencia de tantos otros
santos, no se pueden venerar directamente sus restos: de hecho, esa era la intención expresa de los
musulmanes cordobeses… Lado positivo: aunque nos ayuda lo que entra por los sentidos, no
debemos olvidar que la importancia de los santos está en su unión con Dios, en su presencia junto a
la Trinidad en el cielo, no en las reliquias materiales que nos quedan aquí en la tierra, aunque nos
puedan ayudar en nuestra piedad.
15: Santa María Micaela del Santísimo Sacramento; popularmente conocida como Madre
Sacramento. Una de las principales figuras de la Iglesia española en el siglo XIX. En su vida y en su
fundación se unen dos grandes inquietudes: el amor a Jesucristo en la Eucaristía y la caridad hacia
los más necesitados. De ahí el nombre de su congregación: Adoratrices Esclavas del Santísimo
Sacramento y de la Caridad, dedicadas a largas horas de adoración ante la Eucaristía y a educar y
reinsertar socialmente, sobre todo, a chicas jóvenes maltratadas y prostituidas. La santa sufrió
muchas incomprensiones y crueles calumnias por esa tarea, también en el seno de su propia familia;
aunque pudo contar con el apoyo de San Antonio María Claret, entre otros. Murió como
consecuencia de esa misma generosidad con los demás, cuando acudió a Valencia para atender a los
enfermos de una grave epidemia de cólera. Ejemplo vivo de cómo el amor a Dios y el amor al
prójimo van íntimamente unidos: no son más que una única virtud.
16: San Juan Francisco de Regis, jesuita francés, vivió en las primeras décadas del siglo
XVII, época de gran floración de santidad y espiritualidad en Francia. Fue un vibrante predicador,
de estilo sencillo y directo, nada académico, en una época de gran gusto por la oratoria… Críticas y
denuncias por decir “trivialidades”: envidiosos de su éxito. Más tarde fue acusado también por otros
sacerdotes de excesivo celo en sus intentos de recristianizar una zona muy dañada por las guerras de
religión con los hugonotes. Gran entrega también a obras de caridad y a la administración del
sacramento de la Penitencia. De hecho, murió con sólo 43 años, pocos días después de haber caído
agotado en el confesonario, ante una cola de fieles que esperaban recibir el Sacramento. Ejemplo de
la fuerza de arrastre de la santidad de vida, más allá de las cualidades humanas…
17: San Alberto Chmielowski (1845-1916), santo polaco muy influyente en la vocación y en
la piedad personal de Juan Pablo II. En su juventud participó en la fracasada insurrección de su
patria contra el dominio ruso, perdiendo una pierna en combate. Después estudió arte en diversos
lugares de Europa, y empezó a destacar como pintor, buscando expresar a través de sus cuadros sus
profundas inquietudes religiosas. Más tarde empezó a dedicarse intensamente a la atención de las
personas más pobres y necesitadas de Cracovia, y fundó, con ese fin, la congregación llamada de los
“albertinos”, oficialmente Hermanos de la orden tercera de San Francisco; y unos años después,
también su rama femenina. Su labor y la de su fundación se extendió rápidamente, sobre todo en
Polonia; llegó a ser denominado el San Francisco del siglo XX. Juan Pablo II lo beatificó en la
propia Cracovia en 1983, y lo canonizó en Roma en 1989.
18: Santa Isabel de Schonau, abadesa: Schonau, en Renania-Palatinado, no lejos de
Francfort. Monasterio en el que fue monja y abadesa esta santa en el siglo XII. Pocos datos más de
su vida, pero sí un conjunto de libros místicos, de los primeros de género autobiográfico en la Edad
Media, que tanto fruto dará en siglos posteriores (basta recordar a Santa Teresa). En la redacción
final de alguno de ellos intervino también su hermano. Junto al relato de numerosos hechos
extraordinarios, frecuentes en este tipo de libros, aparecen los rasgos más característicos y
esenciales de la vida mística: sobre todo la intensa intimidad de amor con Dios, llena de paz y
consolación, aunque sin que falten periodos de pruebas y aridez, que consolidan ese amor. Todo ello
con el problema de la inefabilidad por medio: lenguaje…
19: San Romualdo, nacido en Rávena, mitad siglo X y fallecido en 1027. Figura clave
historia monaquismo. Fundador de los Camaldulenses (nombre monasterio original): combinación
eremitismo y cenobitismo (explicar) (regla San Benito) (parecida cartuja). Pionero del espíritu
reformista típico del siglo XI, sobre todo en ambiente monástico, con gran influjo después en toda la
Iglesia.
20: Grupo de mártires ingleses de la época más dura después del cisma anglicano, entre 1535
y 1679 (además de Santo Tomás Moro y San Juan Fisher, pasado mañana). Hombres y mujeres,
clérigos y laicos; hasta 316 contabilizados. Ejemplos: Ana Line, condenada por albergar sacerdotes
católicos fugitivos en su casa; Margarita Ward por proporcionar una cuerda con la que un sacerdote
pudo escapar de la cárcel. Ha cambiado mucho: no sólo acercamiento entre católicos y anglicanos
en Inglaterra, paz en el Ulster, etc., sino bastantes martirizados juntos en este siglo (por ejemplo, en
África), como se recordó en el acto ecuménico jubilar en el Coliseo el año 2000. La sangre de los
mártires también está siendo camino de unidad entre los cristianos.
21: San Luis Gonzaga, joven jesuita italiano del siglo XVI, fallecido con sólo 23 años,
patrono de la juventud. Ejemplo, efectivamente, de generosa entrega a Dios desde muy joven,
renunciando a sus títulos de nobleza, posesiones y herencia. Novicio ejemplar en la todavía joven
Compañía, pero ya muy influyente. Entrega heroica a la atención de enfermos en una de las
frecuentes epidemias de peste de la época; se contagia y muere. Floración hoy también de
generosidad de muchos jóvenes en servicio a los más necesitados en situaciones de riesgo:
magnífico contrapunto a la sociedad consumista…
22: Santos Juan Fisher y Tomás Moro, Mártires. Los dos mártires principales a manos de
Enrique VIII, cuando provoca el cisma anglicano. San Juan Fisher era obispo de Rochester; única
voz de la jerarquía que se mantuvo firme y clara ante los abusos del rey; sufrió intentos de asesinato,
calumnias y prisión, antes de ser ajusticiado; nombrado cardenal por el papa poco antes de morir.
Santo Tomás Moro, casado y padre de cuatro hijos; humanista, escritor, abogado y político de
prestigio; lord canciller de Inglaterra…; pero sobre todo, hombre piadoso y fiel a su fe y a su
conciencia: por ella sacrificó todo, negándose a someterse a los caprichos del rey. Encerrado en la
Torre de Londres, donde escribió algunas páginas de gran hondura espiritual, fue decapitado pocos
días después que el cardenal. Además del martirio, modelo de santidad en la vida matrimonial,
profesional y civil. Patrono de los políticos…
23: San José Cafasso (1811-1860). Figura importante en el renacimiento de la espiritualidad
sacerdotal en el siglo XIX, junto al Santo Cura de Ars y a San Juan Bosco, del que fue amigo y
consejero. Modelo de piedad y celo sacerdotal; profesor de teología moral, excelente confesor y
director de almas, y buen escritor espiritual, preocupado sobre todo por la formación del clero.
Desempeñó su labor principalmente en Turín. Contribuyó con otras figuras de la época a ir
corrigiendo la imagen rigorista y tristona de la piedad de la época, llevándola hacia formas más
vivas, atractivas y sencillas, al tiempo que más genuinas y profundas. Una tarea muy concreta que
también desempeñó fue la atención espiritual de los condenados a muerte, que le valió el apelativo
“padre de la horca”, logrando algunas sorprendentes conversiones in extremis, demostrando con los
hechos que es verdad que hasta el último instante hay esperanza.
24: San Juan Bautista. Santo de especial importancia, de los pocos que tiene más de una
fiesta al año: nacimiento y martirio. Precursor: puente entre el Antiguo y Nuevo Testamento.
Ejemplo de dedicación total a la vocación divina, austeridad y piedad; humildad…: saber hacer y
desaparecer, para dar paso al que realmente cuenta: Jesucristo. Recuerda pues la importancia del
espíritu de Penitencia y de la humildad para recibir a Jesucristo y para que su vida siga creciendo en
los que ya le hemos recibido.
25: San Próspero de Aquitania: Teólogo e historiador en el siglo V; uno de los primeros y
principales discípulos e intérpretes de San Agustín, con el que se conserva alguna correspondencia.
Se sabe poco de su vida; aunque tuvo relación con algún monasterio, y actuó un tiempo como
secretario y ayudante del Papa en cuestiones teológicas, no está claro que fuera monje ni sacerdote;
incluso puede ser que estuviera casado. Sí se conoce bien su actividad teológica, muy centrada en la
controversia con los semipelagianos, y por tanto, en el desarrollo de la doctrina de la gracia de San
Agustín. También es importante como historiador, dándonos sobre todo noticias valiosas de algunas
de las grandes figuras de la Iglesia en el siglo IV, principalmente escritores.
26: Referencia obligada a San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei y de nuestra
universidad. Santo muy cercano a nosotros, también en el tiempo; y en su ejemplo y enseñanza:
llamada universal a la santidad, santificación del trabajo, la familia y la vida ordinaria (también, por
ejemplo, del trabajo en la radio, de escucharla, como cultura, información o entretenimiento, etc.).
Mucho por conocer aún: textos inéditos, etc. Agradecimiento aquí en Navarra en particular por el
bien realizado a través de la universidad y otras instituciones e iniciativas que sin él no existirían en
este momento; pero sobre todo por la proyección universal de su mensaje de santidad, que
realmente está abriendo en muchos lugares, como él repetía, los caminos divinos de la tierra.
27: San Cirilo de Alejandría, uno de los grandes padres de la Iglesia. Nació en el año 370.
Monje, presbítero y patriarca de Alejandría desde el 412. Destacó como defensor de la fe frente a la
herejía nestoriana; figura principal del concilio de Éfeso, decisivo en la historia de la Cristología y
también de la Mariología, al proclamar solemnemente la maternidad divina de María, lo que causó
particular júbilo entre los cristianos de la época. Prolífico escritor, con la profundidad y la capacidad
pedagógica característica de los Padres.
28: San Ireneo. Uno de los primeros padres de la Iglesia; figura central del siglo II. Oriundo
de Asia Menor; discípulo de San Policarpo en Esmirna, a su vez discípulo de San Juan Apóstol.
Marchó a las Galias, donde fue presbítero y luego obispo de Lyon. Magna obra teológica y
apologética: “contra las herejías”: minucioso análisis del gnosticimo, complejo fenómeno herético y
sectario de la época. Destaca por su valoración de la tradición apostólica. Selló con el martirio su
fidelidad manifestada con la pluma y el ministerio episcopal, hacia el año 200.
29: Solemnidad de San Pedro y San Pablo. Columnas de la Iglesia. Personalidades distintas,
providencialmente complementarias. San Pedro: humilde y rudo pescador; vacilante, temeroso,
cobarde, etc., pero que con amor, humildad y perseverancia se transforma en verdadera roca firme,
fiel y audaz, consolidando y extendiendo la Iglesia que Jesús le confió y dando heroicamente su
vida. San Pablo: culto y bien situado socialmente, perseguidor implacable de la Iglesia; humilde y
dócil en su conversión; celoso propagador de la fe por todo el imperio; constante en los
padecimientos por Cristo hasta la muerte. Ejemplo para cualquiera de cómo la gracia puede
transformar a una persona y servirse Dios de ella para lo más grande.
30: Santos protomártires de la Iglesia Romana. Recuerdo de los mártires de la primera
persecución, la de Nerón, a la que siguieron muchas otras durante casi tres siglos. La capital del
imperio fue el centro de esa persecución, símbolo de las que hubo por todas partes después, y han
continuado hasta nuestros días en numerosas regiones del mundo. Entre aquellos mártires hubo
gente de toda condición, como ha seguido sucediendo luego: jerarquía, hombres y mujeres, jóvenes,
adultos y ancianos, casados y célibes, de profesiones variadísimas, desde clases nobles y dirigentes
hasta esclavos, pasando por militares, comerciantes, maestros o artesanos. La universalidad del
martirio es una de las grandes pruebas de la universalidad de la santidad.
JULIO
1: San Simeón anacoreta, llamado el Loco. Santo peculiar pero bien documentado
históricamente: vivió en el siglo VI; durante 30 años fue anacoreta, dedicado como muchos de sus
contemporáneos a la oración y la penitencia viviendo en soledad. Pero después sintió la llamada a
una evangelización entre la gente realizada de forma muy peculiar: a través de un despliegue de
actuaciones diversas: bailes y cabriolas, chistes y representaciones pintorescas, desde las lágrimas a
la risa, hasta el punto de parecer efectivamente un demente, aunque lo propio sería calificarlo de
bufón, se convirtió, sin embargo, en la conciencia moral de muchos, que quedaban removidos y
cambiaban su vida a raíz de la peculiar predicación del anacoreta. Un ejemplo de cómo Dios se
puede servir de los más extraños caminos para conducir a las almas hacia el bien.
2: San Juan Francisco de Regis, jesuita francés, vivió en las primeras décadas del siglo
XVII, época de gran floración de santidad y espiritualidad en Francia. Fue un vibrante predicador,
de estilo sencillo y directo, nada académico, en una época de gran gusto por la oratoria… Sufrió
críticas y denuncias por decir “trivialidades”: envidiosos de su éxito. Más tarde acusado también por
otros sacerdotes de excesivo celo en sus intentos de recristianizar una zona muy dañada por las
guerras de religión con los hugonotes. Gran entrega también a obras de caridad y a la administración
del sacramento de la Penitencia. De hecho, murió con sólo 43 años, pocos días después de haber
caído agotado en el confesonario, ante una cola de fieles que esperaban recibir el Sacramento.
Ejemplo de la fuerza de arrastre de la santidad de vida, más allá de las cualidades humanas…
3: Santo Tomás, uno de los doce. Recordado sobre todo por el episodio de su incredulidad
ante Jesucristo resucitado. Su falta de fe ha sdo providencial para tener un testimonio más a favor de
la Resurrección, y provocó también la alabanza del Señor a los que creen sin ver, fiándose de su
palabra, que es precisamente lo propio de la fe auténtica. De la vida posterior de Santo Tomás, sólo
sabemos que murió mártir, después de evangelizar en la India; siglos después, los nuevos
misioneros cristianos que llegaron a aquellas lejanas tierras encontraron trazas de la primitiva
evangelización del apóstol. Esa tradición nos muestra la audacia y el afán de almas de los apóstoles,
siguiendo el mandato del Señor de evangelizar por todo el mundo.
4: Santa Isabel de Portugal o de Aragón, pues era hija del rey Pedro III de Aragón y contrajo
matrimonio con el rey Dionís de Portugal, con el que tuvo un hijo, el futuro Alfonso IV, y una hija.
Destacó por su vida de piedad y penitencia, por su generosa dedicación a los pobres; y también por
su fortaleza y tenacidad ante las dificultades. Sufrió mucho, en efecto, por las infidelidades de su
esposo, al que nunca dejó de amar y ayudar, ocupándose incluso de sus hijos bastardos como si
fuera su verdadera madre; y debió intervenir una y otra vez, para alcanzar la paz, en la disputas entre
su marido y su hijo; entre los reinos de Portugal, Castilla y Aragón, etc.; llegando incluso a jugarse
la vida acudiendo al mismo campo de batalla, para evitar el derramamiento de sangre. Cuando
enviudó, se hizo terciaria francisca, dedicando más tiempo y medios a la atención de los pobres,
aunque todavía tuvo que intervenir varias veces en defensa de la paz. Sus restos se veneran en la
ciudad de Coimbra.
5: San Antonio María Zacaría, uno de los varios fundadores que pueblan la Italia del siglo
XVI. Se decidió a ser sacerdote mientras realizaba estudios de medicina. En pocos años de
ministerio -falleció con 37 años- realizó una amplísima tarea pastoral, buscando seguir el ejemplo
de San Pablo, cuyas cartas eran tema continuo de su oración, estudio y predicación. Así llamó
también a la Congregación de clérigos regulares que fundó en Milán: Clérigos de San Pablo, aunque
popularmente se conoció como Barnabitas, por su sede definitiva. El fundador no pudo ver más que
el inicio de su desarrollo, en el que no faltaron las clásicas incomprensiones, envidias y dificultades,
a pesar de la pronta aprobación por parte de la Santa Sede. Era un nuevo estilo de vida religiosa
masculina, que popularizarían sobre todo los jesuitas, y que ha dado mucho fruto en la Iglesia en
estos últimos siglos.
6: Santa María Goretti: caso más conocido de martirio en defensa de la pureza. Nacida en
1890, de una familia campesina muy pobre. Muy piadosa desde pequeña; huérfana de padre, y
segunda de cinco hijos, tuvo que trabajar duramente en su hogar y en el campo, para ayudar a su
madre a sostener a la familia. Cuando contaba 12 años, un chico de 20, que vivía y trabajaba en las
mismas tierras, se le insinuó varias veces, y ante sus negativas, intentó violentarla; ante la firme
resitencia de María, le agredió brutalmente con un hierro afilado, ocasionándole catorce graves
heridas en el pecho y el abdomen. La niña murió poco después en el hospital, perdonando a su
asesino y ofreciendo heroicamente su sufrimiento y su muerte. Fue beatificada en 1947 y
canonizada tres años después. Su asesino, ya arrepentido y después de haber cumplido condena,
estuvo presente en la canonización, junto a la madre de la santa.
7: San Fermín, obispo y mártir; Santos Marcial, Odón y Apolonio, obispos; Beato
Benedicto XI, papa.
Gran fiesta de Pamplona y de Navarra. Contraste entre pocos datos vida y gran tradición y
devoción; aunque pasa con otros santos tan antiguos. Según una tardía tradición, Fermín fue hijo de
Firmo, senador de la Pamplona romana convertido con toda su familia a la fe cristiana a raíz de la
predicación de san Honesto, discípulo de san Saturnino. Con el tiempo, el joven Fermín llegaría a
ser primer obispo de su ciudad natal y evangelizador de la Galia, en una de cuyas ciudades, Amiens,
sufriría el martirio por decapitación el 25 de septiembre del 290, siendo emperador Diocleciano. En
1186, el obispo Pedro de París (1167-1193), que había conseguido una reliquia de la cabeza del
mártir, elevó el rango litúrgico de la fiesta de san Fermín, equiparándola a la de los apóstoles. En
1466 la festividad del santo y su octava se extendieron a toda la diócesis. Por entonces se celebraba
con más solemnidad otra fiesta en su honor el 10 de octubre, y la ciudad pidió y obtuvo del obispo
de Pamplona, Bernardo de Rojas y Sandoval, en 1591 que se trasladara al 7 de julio para hacerla
coincidir con la feria.
9: Santa Verónica Giuliani, abadesa; Santas Victoria y Faustina, mártires.
Importante escritora mística italiana, que vivió entre 1660 y 1727. Era la menor de siete
hermanos y huérfana de madre desde los cuatro años. Ingresó muy joven en las franciscanas
capuchinas, siendo después maestra de novicias y abadesa. Prontó destacó por sus intensas
experiencias místicas, con numerosos fenómenos extraordinarios, incluidos los estigmas de la
Pasión. Por todo ello, sufrió abundantes incomprensiones y suspicacias, en una época marcada
además por una notable prevención racionalista ante experiencias semejantes. Pero su categoría
humana y sobrenatural, su sentido común y su humildad, se impusieron a las dificultades, y los
escritos que nos ha dejado tienen un notable valor teológico-espiritual; entre lo mejor de la tradición
mística cristiana.
10: San Cristóbal, mártir; Santa Amelia, viuda y religiosa; Santas Rufina y Segunda,
mártires; San Canuto, rey.
San Cristóbal, santo popular, sobre todo como patrón de los viajeros, pero con pocos datos
históricos. Sí está comprobado su martirio en tiempos del emperador Decio. Pero la tradición más
popular nos lo presenta así: Cristóbal viene del griego Cristóforos, que significa portador de Dios.
En efecto, según la tradición, este santo, que había sido soldado, vagó por muchos lugares buscando
un dios a quien servir; un solitario le animó a servir a los demás, aprovechando su fortaleza para
ayudar a los caminantes a atravesar un río; un día llevó así sobre los hombros a un niño, que luego
se identificó como Jesús, que le quiso agradecer así su caridad con los demás. Cristóbal se bautizó,
y a partir de ese momento volvió a viajar incansablemente, pero ahora predicando a Cristo.
11: San Benito, abad; San Abundio, presbítero y mártir; San Pío I, papa; Santa Olga.
San Benito; una de las figuras más influyentes de la historia de la Iglesia; sobre todo a través
de su famosa regla, centro del monaquismo occidental hasta nuestros días. Patrón de Europa
solitario hasta este pontificado... Los monjes benedictinos fueron, en efecto, decisivos en la
construcción de la europa medieval y moderna, no sólo por su influjo religioso y eclesial, sino
también cultural, artístico y hasta económico. La regla de San Benito contribuyó a ello, al ser una de
las piezas más equilibradas de la espiritualidad y del derecho de la Iglesia: armonía de sentido
común y sobrenatural. Lectura provechosa para los no monjes: por ejemplo, el capítulo sobre la
humildad.
12: San Juan Gualberto, abad; Santos Teodoro y Juan, protomártires rusos; San
Fortunato, diácono; San León I, papa.
San Juan Gualberto, abad y fundador del siglo XI. Hijo de un acomodada familia florentina;
experimentó una profunda conversión a los 18 años, cuando quiso vengar la muerte de su hermano,
pero se conmovió ante la sincera petición de perdón del asesino y comprendió el valor de la
misericordia divina. Ingresó pronto en un monasterio benedictino y más tarde fundó uno nuevo en
Vallumbrosa, que fue el origen de una nueva familia monástica benedictina que se extendió
rápidamente por toda Italia. Eran monjes muy austeros; contribuyeron decisivamente a la reforma de
las malas contumbres de la época, particularmente lucharon contra la simonía, muy extendida
entonces.
13: San Enrique II, rey; San Silas, mártir; Joel, profeta; Santa Teresa de los Andes,
religiosa.
Santa Teresa de los Andes (1900-1920) es la primera santa chilena; beatificada y canonizada
por Juan Pablo II. En pocos años de vida, dejó un rastro de santidad juvenil, alegre y atractiva; y
unos escritos espirituales de gran hondura y sencillez, muy en la línea de Santa Teresita, cuyo
ejemplo le influyó decisivamente. Aunque deseosa desde mjuy joven de ser carmelita, vivió la vida
cristiana en su adolescencia y juventud con gran naturalidad y una notable capacidad apostólica en
su familia, entre sus amigas, en el colegio, en sus frecuentes catequesis a los niños, etc. Murió
después de tan sólo 11 meses en el monasterio carmelita de los Andes, transformado ahora en un
santuario en su honor; uno de los lugares religiosos americanos más visitados.
14: San Camilo de Lelis, fundador; San Francisco Solano, misionero; Beato Humberto
de Romanis, religioso
San Francisco Solano. Nacido en Montilla; franciscano; uno de los principales misioneros
americanos a finales del siglo XVI. Evangelizó extensas regiones en el virreinato del Perú,
empezando por la zona de Tucumán, en la actual argentina. Para realizar mejor su tarea, aprendió
varios idiomas indígenas. También afrontó graves peligros físicos en las inhóspitas tierras
montañosas o selváticas que recorrió. En los últimos años de su vida, en Lima, predicó con igual
fervor a los cristianos de origen europeo o criollo, buscando mejorar sus costumbres, a pesar de la
oposición de algunas autoridades incluso religiosas. Murió mientras celebraba la Santa Misa, hecho
no infrecuente en la vida de algunos sacerdotes santos.
16: Nuestra Señora del Carmen: Fiesta mariana muy popular; unida a la historia de una de
las órdenes religiosas más beneméritas y queridas: los carmelitas. Ermitaños en el monte Carmelo;
organizados como orden mendicante por San Simón Stock; apariciones de la Virgen con la promesa
de una especial asintencia suya en la hora de la muerte para todos los de la orden y los que lleven el
escapulario del Carmen: fragmento de tela del hábito carmelita. Devoción muy extendida y
recomendada por la Iglesia. Indulgencias en principales fiestas carmelitas del año (hoy desde luego).
Millones de cristianos lo han llevado y lo llevan, y se han beneficiado de ese privilegio mariano.
Sencilla ceremonia de imposición del escapulario de tela, que se puede sustituir luego por una
medalla de la Virgen y el Sagrado Corazón.
17: Grupo de mártires carmelitas de Compiegne, durante la revolución francesa. Muy
conocidas por una novela de Gertrud von Le Fort titulada la última del patíbulo, y una obra de teatro
de Bernanos y versión cinematográfica con el título “diálogo de carmelitas”: todas excelentes en su
género. Los recuerdos de la única superviviente ayudaron al conocimiento detallado de su historia y
a saber los nombres de las dieciseis monjas guillotinadas. Primero fueron exclaustradas, pero
siguieron haciendo vida religiosa en algunas casas particulares. Tiempo después fueron localizadas
todas y encarceladas; finalmente condenadas a muerte, acudieron a la guillotina cantando la Salve y
el Te Deum, y renovando su profesión religiosa ante la superiora, que fue la última en morir. La
versión novelada y cinematográfica añade un elemento dramático y de suspense a la historia, al
presentar a una novicia dudosa de su vocación que, a última hora, al ver el heroísmo de sus
compañeras marchando hacia el cadalso, se une espontáneamente a ellas, saliendo desde el público.
18: Santa Sinforosa y sus hijos, mártires. Una de tantas historias impresionantes de las
persecuciones de los primeros siglos. Santa Sinforosa, casada con el tribuno Getulio, y con siete
hijos, todos varones; toda la familia era cristiana (poco frecuente entonces). El marido fue mártir
bajo la persecución de Adriano. Ella se escondió con sus hijos en la casa de Tívoli; estuvieron
mucho tiempo en una cisterna seca, que aún se conserva en esa ciudad cercana a Roma. Preocupada
todo ese tiempo por preparar a sus hijos -varios todavía niños- ante el posible martirio. En efecto,
fueron finalmente capturados. Durante el tiempo de cárcel y los suplicios previos a su muerte,
todavía Sinforosa se preocupó de alentar y sostener a sus hijos en la fe, al mismo tiempo que
reafirmaba personalmente su fe ante los torturadores; murió primero la madre; y después
sucesivamente todos los hijos. Magnífico ejemplo del valor de la familia cristiana...
19: Santa Macrina fue la hermana mayor de una familia de diez hermanos, llena de santos;
los más conocidos son sus hermanos San Basilio y San Gregorio de Nisa, obispos y grandes padres
de la Iglesia (Gregorio escribió una breve biografía de su hermana); otro hermano obispo: San Pedro
de Sebaste; venerados como santos también sus padres, Basilio y Emelia, y su abuela materna,
llamada también Macrina. Como hermana mayor, ayudó en la formación de la numerosa familia,
antes de retirarse a llevar una exigente vida monástica; sus insignes hermanos siempre la
consideraron decisiva en su formación cristiana y en su vocación, destacando su ejemplo de piedad
y humildad. Uno de tantos casos en la historia de la Iglesia de mujeres santas que se quedan
discretamente en un segundo plano, y en particular de hermanas de sacerdotes...
20: San Elías, profeta; una de las principales figuras del Antiguo Testamento. Aparece en la
Transfiguración, junto a Moisés; comparación con San Juan Bautista... Elías significa “Dios es mi
confianza”. Profetizó en el siglo IX antes de Cristo, en un periodo difícil de la historia de Israel, de
grandes apostasías; sufrió mucho para conseguir reconducir al pueblo a la fe en Dios. Varios de los
sucesos de su vida narrados en la Biblia se han hecho particularmente famosos: su enfrentamiento
con la reina Jezabel y con los adoradores de Baal; el milagro en favor de la viuda de Sarepta; su
tiempo de retiro en el monte Carmelo (venerado particularmente en la orden carmelita); la elección
de Eliseo como discípulo; y su misteriosa marcha al cielo en un carro de fuego, que llevó a la
creencia entre los judíos de un futuro regreso, al que hace alusión Jesús cuando habla de San Juan
Bautista...
21: San Lorenzo de Brindisi, nombrado doctor de la Iglesia por Juan XXIII. Julio Cesar
Russo de nombre civil, tomó el de Lorenzo al ingresar en la orden capuchina en 1575. Muy
inteligente; vida rica y polifacética: profesor de teología en la orden, y con diversos cargos de
gobierno; embajador de la Iglesia en misiones muy variadas; promotor de la cruzada contra los
turcos en el este de europa; pero sobre todo gran predicador en diversos países de Europa: llegó a
hablar con soltura, además de latín e italiano, francés, alemán, griego, siriaco y hebreo; y se
preocupó particularmente de la conversión de protestantes, judíos y musulmanes. Falleció en Lisboa
en 1619, durante una de sus misiones diplomáticas.
22: Santa María Magdalena. Una de las figuras evangélicas de mayor relieve; la más
conocida y venerada entre el grupo llamado de las santas mujeres, primeras y fieles seguidoras de
Jesucristo. A pesar de algunas voces críticas que lo ponen en duda, la tradición siempre la ha
identificado con María de Betania, hermana de Marta y Lázaro, y la pecadora arrepentida que unge
los pies del Señor. Surge así un atractivo y completo modelo de vida cristiana, desde la conversión
de una grave vida de pecado hasta alcanzar la máxima intimidad con el Señor, con un profundo
espíritu contemplativo, y merecer ser la primera testigo y anunciadora de la Resurrección del Señor.
Su presencia fiel y enamorada al pie de de la Cruz junto a María Santísima y San Juan es una de las
imágenes más clásicas y aleccionadoras del arte cristiano, desde la pintura y la escultura al cine.
23: Santa Brígida: Una de las recientemente nombradas copatronas de Europa… Sueca;
nacida en 1303; casada muy joven y con ocho hijos. Intervino con eficacia y sentido cristiano en
muchos asuntos de la corte sueca. A la muerte de su marido, y con los hijos ya mayores, inició una
vida de intensa penitencia y apostolado. Fundó la Orden conocida como las brígidas. Más tarde, se
trasladó a Roma, donde se esforzó por solucionar los problemas derivados del destierro de Aviñón,
mejorar las costumbres cristianas, etc. (paralela a la labor que realizó en la misma época Santa
Catalina de Siena). Escribió también importantes escritos místicos. Murió en Roma el año 1373.
Una de sus hijas, también viuda, siguió su labor, y ha sido también canonizada: Santa Catalina de
Suecia. Santa Brígida es la santa más importante de los países escandinavos, y querida por los
protestantes, mayoría en esos lugares: ecumenismo, uno de los motivos de su patronazgo…
24: Beatas mártires de Guadalajara, carmelitas. Uno de los primeros grupos de mártires de
la guerra civil española beatificadas: por Juan Pablo II en 1987. Nombre de religión: María del Pilar,
Teresa del Niño Jesús y María Angeles de San José; oriundas respectivamente de Tarazona,
Mochales (Guadalajara) y Getafe; la primera tenía 59 años; y las otras eran jóvenes: 27 y 31 años;
las tres vivían en el convento carmelita de Guadalajara y fueron acribilladas en plena calle, por el
simple hecho de ser religiosas, por unos milicianos, que también quisieron abusar de alguna de
ellas, sin conseguirlo; era el 24 de julio de 1936. Dentro de poco serán beatificados casi 500
mártires de la misma época en España. Juan Pablo II destacó el valor para la Iglesia y el ejemplo de
fe y coherencia que nos han dado los numerosos mártires del siglo XX en tantos lugares del mundo:
llamada de atención para el cristianismo conformista en que con frecuencia caemos ahora...
25: Santiago Apóstol, Patrón de España; Santos Cucufate (Cugat), Florencio, Félix y
Valentina, mártires.
Santiago Apóstol, Patrón de España. Uno de los doce apóstoles y del grupo de tres, con Pedro
y su hermano Juan, que gozó de particular confianza con el Señor (transfiguración, oración en el
huerto, etc.). Hijo de Zebedeo y pescador en Genesaret, como su hermano y el primer grupo de
discípulos. Primer mártir del colegio apostólico, a manos de Herodes Agripa, en los primeros
tiempos de expansión de la Iglesia. Conocida tradición de su misión apostólica en nuestra tierra;
poco fructuosa al principio, hasta la aparición de la Virgen en el Pilar... Restos trasladados a
Compostela y progresivo crecimiento de la veneración, hasta transformarse en la Edad Media en
lugar privilegiado de peregrinación cristiana, después de Roma y Tierra Santa, con tanto influjo no
sólo religioso, sino también artístico y cultural. Importante reimpulso en nuestros días, y
particularmente en Navarra, con tanto fruto religioso y cultural.
26: Santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen María, abuelos de Jesús. Fiesta grande de
Tudela: patrona desde 1530. Nombres transmitidos por tradición, y muy venerados desde la
antigüedad, como una prolongación lógica del amor a la Virgen... San Juan Damasceno: “Joaquín y
Ana, ¡feliz pareja! la creación entera os es deudora; por vosotros ofreció ella al Creador el don más
excelente entre todos los dones: una madre venerable, la única digna de Aquel que la creó”. La
veneración a santa Ana se ha extendido y popularizado más... Frecuente representación
iconográfica: junto a la Virgen niña, con la Virgen y Jesús, etc. Día pues particularmente entrañable,
que nos hace más cercana la humanidad de Nuestro Señor Jesucristo...
27: Beato Tito Brandsma, mártir a manos de los nazis en la segunda guerra mundial. Nacido
en 1881 en la Frisia holandesa; cuatro hermanos religiosos. Carmelita a los 18 años. Compaginó sus
obligaciones en la orden y la dedicación a los pobres, con tareas intelectuales de alto nivel y con
numerosas publicaciones, colaborando en particular en varios medios de comunicación, con un
eficaz apostolado en ese campo. Fue también rector de la Universidad de Nimega, que él mismo
había contribuido decisivamente a crear. Todo ello le valió un enorme prestigio en su país. Cuando
los nazis invadieron Holanda, el Padre Tito utilizó su gran influjo para denunciar los abusos de los
invasores y para prohibir la publicación de propaganda nazi en los medios de comunicación, como
algo contrario a los valores cristianos. Fue por ello arrestado y conducido al campo de Dachau,
donde falleció por una inyección de veneno el 26 de julio de 1942. La enfermera que le administró
la inyección (y a la que el mártir le había dado en ese momento un rosario e invitado a rezar) se
convirtió después y fue decisiva en la promoción de su beatificación. Fue beatificado por Juan Pablo
II en 1985.
28: San Pedro Poveda: una de las figuras principales de los primeros decenios del siglo XX
en España. Nació en Linares en 1874. Ordenado sacerdote, trabajó primero en Guadix y después en
Covadonga. Allí, a los pies de la Virgen, sintió una particular llamada divina a promover la
presencia cristiana en los campos de la educación y la cultura. Entre otras iniciativas en esa línea,
destaca la fundación de la Institución Teresiana, asociación de fieles laicos que promueve la
cristianización de la sociedad en esos ámbitos culturales y educativos; se desarrolló sobre todo la
rama femenina, con la ayuda de Josefa Segovia, fiel colaboradora suya. En Jaén y luego en Madrid
siguió siempre impulsando con eficacia esas tareas y fundaciones. En los escritos y la predicación
del Padre Poveda destacan sus continuas referencias a la vida de los primeros cristianos como
modelo de esa tarea y forma de vida. Murió mártir en Madrid, el 28 de julio de 1936. Fue
beatificado por Juan Pablo II en 1993, junto a una de las primeras teresianas, Víctoria Díez, joven
maestra cordobesa, también matirizada en los inicios de la guerra civil. Canonizado en el último
viaje a España de Juan Pablo II, con otros cuatro españoles.
29: Santa Marta: una semana después de la celebración de su hermana María. Tres hermanos
amigos íntimos del Señor y fieles discípulos. Jesús se hospeda con frecuencia en su casa de Betania,
y Marta (probablemente la mayor) aparece como el ama de casa acojedora y responsable. En una
ocasión, el Señor encauza su excesivo activismo hacia una actitud más contemplativa como la de su
hermana; y en otro aleccionador diálogo, antes de la resurrección de su hermano, le ayuda a afianzar
sus disposiciones y su fe. Marta supo con humildad aceptar esas correcciones de Jesús, avanzar por
el camino que el Maestro le marcaba y transformarse así en una de las primerísimas y más fieles
discípulas del Señor, modelo para muchísimas mujeres cristianas.
30: San Pedro Crisólogo, Obispo y Doctor de la Iglesia. Vivió entre el 380 y el 450. Nació
en Imola, en la Emilia italiana. Obispo de Rávena, cuando era ciudad imperial, en la época de la
famosa Gala Placidia. Del grupo de los grandes Padres de la Iglesia: la mayoría obispos como él.
Destacó como escritor y predicador: apelativo de crisólogo: palabra de oro (paralelo en occidente
de San Juan Crisóstomo…). Su predicación y actuación tuvo lógicamente mucho influjo en la corte
imperial y en ambientes políticos, pero él se dirigía sobre todo a la gente sencilla, entre la que fue
muy popular. Utilizaba, por ello, un lenguaje directo y asequible, y procuraba que sus sermones no
excedieran de los quince minutos. Si en general parece muy acertado el famoso refrán “lo bueno si
breve, dos veces bueno”, el ejemplo de este santo nos muestra que todavía es más cierto en la
predicación sagrada.
31: San Ignacio de Loyola: bien conocido... Pamplona: conversión... Años de oración,
penitencia y estudio, hasta París: germen futura Compañía, con San Francisco Javier. Orden más
influyente en muchos aspectos de la vida de la Iglesia en toda la época moderna: colegios,
universidades, misiones, etc... Ejercicios espirituales: libro y sobre todo práctica también clave en la
vida espiritual de tantos cristianos de toda condición; evolución y cambios, pero con espíritu y
esquema básico suyo siempre; conversiones, vocaciones, crecimiento interior gracias a ellos. Uno
de los ejemplos más rotundos en la historia de hasta donde puede llegar el influjo de una vida santa.
AGOSTO
1: San Alfonso María de Ligorio: figura más destacada del siglo XVIII, periodo gris en la
teología y la espiritualidad: él fue una excepción importante. 1696-1787. Vocación tardía: abogado,
desengañado… Gran prestigio personal como predicador, confesor, etc.; obispo en los últimos años;
fundador de los Redentoristas, una de las congregaciones más importantes de los últimos siglos; uno
de los moralistas más importantes e influyentes de la historia; prolífico escritor espiritual: Glorias de
María, Práctica de amar a Jesucristo, etc. Único doctor del XVIII, y el más cercano a nosotros hasta
último nombramiento… Santo que llena un siglo.
2: Nuestra Señora de los Ángeles: advocación mariana que nos recuerda la grandeza de
María, que no sólo es Reina y Madre de los hombres sino también de los ángeles. Aunque la
naturaleza angélica es naturalmente superior a la humana, la perfección sobrenatural de la Madre de
Dios: inmaculada, llena de gracia, santísima, llena de todas las virtudes,… supera a los ángeles.
Además, en la medida en que los ángeles están al servicio del Hijo de Dios encarnado, también lo
están al de su madre. Frecuente representación de María rodeada de ángeles que alaban y cantan su
gloria. Más motivos para acudir a María, seguros de su gran poder en el Cielo, ante Dios.
3: Santa Lidia se puede considerar la primera santa europea: la primera, al menos, de la que
tenemos noticias. Llegada de San Pablo a Macedonia (movido por el Espíritu): Filipos, primera
predicación a un grupo de mujeres: se convierte Lidia con su familia, y Pablo y los suyos se
hospedan en su casa durante su permanencia en la ciudad. Era vendedora de púrpura: producto
valioso y muy utilizado en la época. Veneración desde antiguo por todo esto, aunque no hay más
datos de su vida. Ejemplo de cómo las columnas de la Iglesia son muchas veces personas corrientes
y desconocidas, pero fieles y generosas en su fe.
4: San Juan Bautista María Vianney: santo cura de Ars. Uno de los santos más populares
del siglo XIX; decisivo en la espiritualidad sacerdotal contemporánea, por su ejemplo vivo de
sacerdote santo en el desempeño del propio ministerio. Sencillo y con aparentes pocas capacidades:
dificultades en la carrera eclesiástica; cura de un pueblecito… que adquiere poco a poco un enorme
prestigio, con su piedad, penitencia, caridad con todos, etc.; hasta acudir miles de personas a
confesarse, asistir a su Misa y oír su predicación. Ejemplo de la fuerza que irradia la verdadera
santidad, más allá de consideraciones meramente humanas. Mostró cómo cualquier sacerdote puede
ser santo a través de su ministerio, sin importar sus cualidades humanas o la categoría de su puesto
en la Iglesia, etc.
5: Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor; popularmente Virgen de las nieves.
Después de la proclamación del dogma de la Maternidad divina de María en el Concilio de Efeso
(año 431), el Papa Sixto III consagró en Roma esta Basílica en honor de la Virgen: una de las cuatro
grandes basílicas romanas, enriquecida con el tiempo, pero que conserva bastantes elementos
primitivos. La denominación de las nieves es debida a una antigua tradición, según la cual, un
matrimonio romano que pidió a la Virgen luz acerca del modo de emplear su fortuna, recibió en
sueños el deseo de Santa María de que se erigiera un templo en el lugar de Roma que apareciera
nevado, en pleno mes de agosto: así ocurrió en la colina del Esquilino, donde se elevó, en efecto, la
basílica.
6: Santos Justo y Pastor. Martirio de cristianos de toda edad y condición en los primeros
siglos. Hoy, dos niños, hermanos, entre siete y nueve años; año 304, persecución de Diocleciano, en
Alcalá de Henares (Complutum). Difusión rápida del culto por toda la península. P. ej., iglesia del
siglo IV en Barcelona; aunque devoción más arraigada en el entorno de Madrid y Alcalá. Un
ejemplo más de la fortaleza que dan la fe y el amor a Dios verdaderos, independientemente de las
capacidades humanas personales.
7: San Cayetano. Uno de los varios santos fundadores italianos del siglo XVI. Nacido en
Vicenza, estudió Leyes y trabajó como abogado durante un tiempo. Sintió la llamada de Dios, se
ordenó sacerdote y adquirió pronto gran prestigio en la misma ciudad de Roma. Se preocupó sobre
todo de la reforma del clero: tema clave en aquellos años anteriores a Trento. Para ello fundó la
orden de los Clérigos regulares, conocida como teatinos (nombre latino de Chieti, diócesis de Juan
Pedro Caraffa, obispo y luego papa Pablo IV, que le ayudó mucho en la fundación). Además de
fomentar la piedad y la vida sacramental, se dedicaron también con intensidad a las obras de
caridad. En los últimos años, nuestro santo trabajó en la difusión de la orden por diversos lugares,
como Venecia y Nápoles, donde falleció en 1547.
8: Santo Domingo de Guzmán: uno de los santos más influyentes de la historia a través de
su fundación. Pareja con San Francisco: complementarios… Nacido en Caleruega (Burgos);
canónigo de Osma. Viaje con el obispo; albigenses. Predicación con grupo de colaboradores:
fundación Orden de predicadores: claro objetivo apostólico; pobreza mendicante para ello;
preocupación especial por el estudio y la formación: pronto grandes teólogos… y gran tradición
teológica hasta nuestros días… Muy influyente entre otros aspectos en el desarrollo de la piedad
eucarística y mariana; la tradición le atribuye el Rosario: lo que sí es seguro es su difusión gracias a
los dominicos.
9: Santa Edith Stein, reciente copatrona de Europa. Una de las figuras contemporáneas más
en alza en la Iglesia. Polifácetica: discreta y humilde, pero de una talla humana e intelectual
impresionante. Judía alemana de familia numerosa; atea; filósofa (Husserl; pionera); conversión
leyendo a Santa Teresa; reorientación de su pensamiento; feminismo católico; teóloga; carmelita
(Teresa Benedicta de la Cruz); teóloga mística; mártir por su fe y por su pueblo. Puesta por Juan
Pablo II, en particular, como ejemplo de armonía entre fe y razón, tan importante en la cultura
contemporánea y en la evangelización de la sociedad actual.
10: San Lorenzo: uno de los santos mártires antiguos más populares (categoría de fiesta
litúrgica). Oriundo de Huesca. Diácono en Roma: mano derecha del papa Sixto II, martirizado unos
días antes que él, en el 258. Aunque el relato de su martirio se haya enriquecido, por su popularidad,
con elementos poco fiables o legendarios a lo largo del tiempo, es seguro que murió quemado y que
dio un particular ejemplo de fe y fortaleza ante el sufrimiento, que conmovió a los demás cristianos
desde antiguo y mereció páginas de alabanzas de los más insignes escritores cristianos, como San
Agustín o San Ambrosio. Poco antes de morir había repartido todos los bienes de la Iglesia romana
entre los pobres, evitando además así que cayeran en manos de sus verdugos.
11: Santa Clara de Asís, figura clave de los inicios franciscanos y una de las santas más
populares. Primera mujer que, con 18 años, se decide a seguir el espíritu de San Francisco, con gran
heroísmo frente a la fuerte oposición familiar. Más tarde, su madre, su hermana Inés (también santa)
y una sobrina serán franciscanas. Casi cofundadora de la rama femenina, que recibirá popularmente
su nombre: clarisas. Sobrevivió muchos años a San Francisco, velando por la fidelidad al fundador,
en momentos difíciles, luchando sobre todo por mantener el espíritu de pobreza enseñado por el
santo, frente a intentos de desvirtuarlo. Se conservan varias cartas suyas: pocas palabras pero de una
gran riqueza espiritual y valor histórico. Varias de ellas a Santa Inés de Praga: princesa que se hace
clarisa y extiende la nueva orden en centroeuropa. Falleció en 1253. Sus restos siguen venerados en
Asís, en el convento que lleva su nombre.
12: Beata Victoria Díez: fue una joven maestra andaluza, perteneciente a la Institución
Teresiana de San Pedro Poveda. Natural de Sevilla, desde 1928 fue maestra de Hornachuelos
(Córdoba), donde desplegó una generosa actividad profesional y apostólica: además de atender a sus
70 alumnas, organizó clases nocturnas para mujeres obreras, una biblioteca para ex-alumnas de la
escuela, atendió personalmente las necesidades materiales y espirituales de numerosas familias,
colaboraba en las catequesis parroquiales y en la preparación de otros catequistas, impulsó la
creación y desarrollo de la Juventud Femenina de Acción Católica, etc. El 11 de agosto de 1936, fue
detenida en su domicilio y encarcelada, junto a un grupo de hombres del pueblo, entre los que
estaba el párroco. Victoria animaba a todos, recordándoles que les esperaba el encuentro con Cristo.
Fue fusilada al amanecer del día siguiente. Juan Pablo II la beatificó, junto al fundador, el 10 de
octubre de 1993. La Beata Víctoria Díez es un modelo atractivo para nuestra época: joven sencilla y
normal, alegre y emprendedora, piadosa y mortificada, generosa con todos, excelente maestra,
hondamente preocupada por mejorar el nivel cultural y la formación cristiana de todos los que le
rodeaban, esforzándose por superar las dificultades sociales y económicas que encontraba, etc. Se
sintió auténtica y eficazmente responsable de todo un pueblo, que llegó a transformar hondamente
en menos de diez años.
13: Santos Ponciano e Hipólito, mártires. Caso muy particular, entre los mártires de los
primeros siglos. Ponciano, Papa e Hipólito, enfrentado con él, incluso antipapa, lider de un
importante cisma. La fidelidad a lo esencial, sellada por el martirio, superó cualquier otro tipo de
disputa y dificultad. Fueron primero arrestados, luego deportados y obligados a trabajos forzados en
Cerdeña, y finalmente ejecutados. Poco después sus restos fueron traslados a Roma, donde han
recibido veneración desde entonces. Ejemplo para las divisiones actuales entre cristianos; aunque
ojalá no hubiera que esperar a esas situaciones extremas para lograr la unidad.
14: San Maximiliano Kolbe. Uno de los santos recientes más conocidos, sobre todo por su
martirio a manos de los nazis. Pero ya antes gozaba de fama de santidad y había desempeñado una
intensísima actividad apostólica, sobre todo en torno a María Inmaculada. Franciscano polaco; tanto
en Polonia como en Japón, donde pasó varios años, promovió numerosas y eficaces iniciativas de
apostolado mariano. Detenido por los nazis… Auschwitz… Fuga: diez muertes al azar en represalia;
se ofrece en lugar de un hombre con mujer e hijos…, que asistirá luego a su beatificación (1971)…
Canonizado en 1982…
15: Asunción. Una de las grandes fiestas marianas, y la más importante del verano; gran fiesta
local muchos pueblos y ciudades. Último dogma mariano solemnemente proclamado (Pío XII,
1950): llevada en cuerpo y alma a los cielos, como especial privilegio por su maternidad divina,
plenitud de santidad, etc.; anticipo de la futura resurrección también de nuestros cuerpos.
Proclamación reciente, pero fiesta litúrgica y veneración muy antiguas. También una de las
representaciones más clásicas del rico arte mariano…
16: San Esteban de Hungría. Rey de ese país en el siglo XI, durante 42 años. Muy querido y
venerado en su patria. Unió unas notables cualidades políticas y militares, a una profunda piedad y
sentido de la justicia. Sus esfuerzos y dedicación fueron decisivos para la consolidación de la fe
cristiana en su tierra y la organización de la iglesia húngara; para lo que se apoyó, en particular, en
los monjes de Cluny, centro principal entonces de la reforma de costumbres y la vida espiritual
cristiana. A su hijo y sucesor, le escribió como testamento, entre otras cosas: “La práctica de la
oración es la garantía de la salud del reino (…) Sé paciente. Sé fuerte. Sé humilde. Sé dulce. Sé
casto. Estas son las piedras preciosas de una corona real”.
17: Santa Beatriz de Silva. Nació en Ceuta, en 1424, cuando pertenecía a Portugal, de
familia noble. Dama primera de Isabel de Portugal, casada con Juan II de Castilla (padres de Isabel
la Católica). Muy piadosa desde pequeña: supo unir sus obligaciones cortesanas con una intensa
dedicación a la oración. Tuvo numerosos pretendientes, a los que no quiso aceptar; eso provocó una
dura campaña de calumnias en su contra, que hicieron mella en la misma reina, que llegó a hacerla
encerrar. Beatriz abandonó la corte y vivió muchos años en un convento, aunque sin llegar a
profesar. Más tarde, con la ayuda de Isabel la Católica, fundó ella misma un convento, que será el
inicio de una nueva rama franciscana: las concepcionistas, que pronto se extendieron por Europa y
América, siendo decisivas en la difusión de la devoción a la Inmaculada. Enfermó gravemente poco
después de recibir la aprobación papal de la orden; ella misma profesó y recibió en hábito en el
lecho de muerte, en 1491.
20: San Bernardo de Claraval. Uno de los santos medievales más influyentes. Su figura
llena su época: primera mitad del siglo XII. Impulsor del Cister; interviene decisivamente en las
principales polémicas doctrinales de la época; predica la cruzada; aconseja a Papas y obispos; reyes
y nobles; gran predicador y escritor místico: doctor melifluo, por la unción y piedad de su
enseñanza. Destaca su comentario al Cantar…, tratado sobre el amor de Dios y sus sermones
marianos, decisivos en la difusión de la devoción a la Virgen.
21: San Pío X. Hasta las dos recientes beatificaciones…, único Papa santo de los últimos
siglos. Papa entre 1903 y 1914. Gran fama de santidad ya en vida. Gran talla humana y espiritual.
Decisivo en la renovación de la vida cristiana: sacramentos, liturgia, piedad, devoción mariana.
Importante freno del modernismo. Impulsor de los estudios bíblicos, teológicos y de la catequesis;
Código de Derecho Canónico; etc. Posteriormente algunos lo han usado como bandera del
integrismo, tergiversando su figura, decisiva en la evolución de la Iglesia en el siglo XX.
22: Santa María, Reina. A los ocho días de la Asunción, otra fiesta mariana unida a ella; se
contempla en el último misterio glorioso del Santo Rosario. Consecuencia lógica de la devoción a
Cristo como Rey del Universo. Reinado, desde luego -como enseña el mismo Jesús- de paz y de
amor, por encima de las veleidades humanas. Frecuente imagen entronizada de María, y numerosas
oraciones tradicionales en torno a esa figura: Salve Regina; Regina caeli; Ave, Regina caelorum…
Ese poder real de María se une a su ternura materna, para aumentar así nuestra confianza en ella…
23: Santa Rosa de Lima: primera santa americana, patrona de América, muy querida y
venerada. Vivió en Lima, entre 1586 y 1617. Desde muy pequeña produró imitar el ejemplo de
Santa Catalina de Siena, y destacó por su piedad, exigente espíritu de penitencia y dedicación a los
más necesitados. Como su modelo, nunca ingresó en un convento, pero si vistió el hábito dominico
como terciaria. Sus pocos años de vida, dejaron un recuerdo imborrable en Lima, y su fama de
santidad se extendió rápidamente por todo el virreinato del Perú y el resto de la América hispana. Su
figura ha sido decisiva en el espectuacular desarrollo de la fe cristiana en el continente americano.
24: San Bartolomé, Apóstol: o Natanael; uno de los primeros discípulos del Señor, y del
grupo de los doce. Famosa alabanza de Jesús cuando lo encuentra, conducido por su amigo Felipe:
… verdadero israelita… Y respuesta suya de fe en Jesús. Después, siempre al lado de los demás
apostóles, sin ser particular protagonista. Después de Pentecostés predicó en varios lugares de Asia
y murio mártir en Armenia: desollado; de ahí la frecuente representación de este santo con una piel
en sus manos, y que sea patrono de carnicerso y curtidores. La enteresa y fidelidad que mostró ya en
su primer encuentro con el Señor, la continuó así hasta el fin de su vida.
27: Santa Mónica: Madre de San Agustín. Recordada por su decisiva intervención en la
conversión de su hijo; pero ese hecho, sin duda importante y significativo, no es más que el fruto
lógico de toda una vida santa como esposa y madre, vivida con discreción pero con gran intensidad.
A los ojos humanos puede parecer mucho más importante la impresionante producción intelectual y
apostólica de San Agustín (uno de los pensadores cristianos más grandes de todos los tiempos); pero
a los ojos divinos vale tanto o más la santidad de su madre, sin la que, por lo demás, no hubiera sido
posible todo lo que ahora valoramos en él; y así lo reconoce el propio santo en sus escritos, cuando
recuerda con cariño, veneración y agradecimiento la figura santa de su madre.
28: San Agustín: ayer la madre, hoy… Figura principal de una época plagada de pastores
santos, apostólicos y de gran talla intelectual. La historia de la teología, prácticamente en todos sus
aspectos, depende decisivamente de él; y lo mismo cabe decir de la filosofía y otras muchas ramas
del saber humanístico. Toda su producción escrita tiene un enorme interés, pero aún así destaca
sobre todos el libro de las confesiones, una de las piezas culminantes de la literatura y el
pensamiento de todos los tiempos; una autobiografía espiritual escrita con gran sinceridad y
hondura, que ha removido a numerosas almas durante todos estos siglos, y ha servido de modelo e
inspiración para muchas otros libros autobiográficos.
29: Martirio de San Juan Bautista: Importancia del santo: dos celebraciones… Página
evangélica muy conocida: decapitado por Herodes, inducido por Herodías, con la que convivía en
una situación notoriamente escandalosa de adulterio; con el famoso baile de su hija de por medio.
La valentía del Bautista, denunciando públicamente una situación inmoral de notable repercusión
social, sin miedo a jugarse la vida, se muestra perfectamente coherente con toda su historia anterior,
con su predicación clara y exigente, moviendo a la penitencia necesaria para recibir a Jesucristo, a
quien él anunciaba.
30: San Esteban Zudaire y compañeros: grupo de mártires con dos navarros a la cabeza.
Esteban nació en Zudaire, Améscoa Baja, en 1548. Entró en la Compañía de Jesús a los 19 años de
edad. Terminada su formación pasó al colegio de Plasencia (Cáceres) y aquí fue destinado a la
misión del Brasil. Juan de Mayorga nació en San Juan de Pie de Puerto (Baja Navarra) el año 1533.
Sus cuadros como pintor eran muy celebrados en Zaragoza, donde entró en la Compañía de Jesús en
1568. Pasó a Valencia y desde allí partió para el Brasil en la misma expedición que Esteban de
Zudaire. El 15 de julio de 1570 cuatro navíos y un galeón de piratas calvinistas, en Tazacorte, junto
a las islas Canarias, abordaron la nave Santiago en la que navegaban los misioneros a las órdenes
del padre Ignacio Azevedo. Todos fueron martirizados.¡Error! Marcador no definido.
31: San Ramón Nonato: Nació en Portell, pequeña aldea de la Segarra, diócesis de Solsona,
hacia el año 1200. El sobrenombre de nonato se le dio por haber sido extraído vivo del seno de su
madre muerta. Cuidaba el ganado de su padre y aprovechaba todo el tiempo que podía para
dedicarse a la oración. Fue uno de los primeros que se incorporaron a la recién fundada orden
mercedaria. Fue amigo del fundador San Pedro Nolasco y de Fray (San) Serapio con el cual hizo
múltiples viajes a tierra de musulmanes para reconfortar y redimir cristianos cautivos que era el fin
primordial de la orden. No solo rescataba con limosnas sino que varias veces se quedó el como
cautivo en lugar de los prisioneros, sufriendo abundante vejaciones y daños físicos. Nombrado
cardenal por Gregorio IX. Murió el año 1240 en Cardona cuando iba de viaje a Roma.