Carpintería antigua y moderna de Federico de Arias
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Carpintería antigua y moderna de Federico de Arias
Actas del Primer Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Madrid, 19-21 septiembre 1996, eds. A. de las Casas, S. Huerta, E. Rabasa, Madrid: I. Juan de Herrera, CEHOPU, 1996. Tratados españoles del siglo XIX: Carpintería antigua y moderna de Federico de Arias Francisco Javier León Vallejo El tratado de Carpintería de Federico de Arias y Scala, editado en Barcelona en 1888 por el establecimiento tipo-litográfico de F. Nacente, es, con toda seguridad, la mejor y más completa obra sobre dicha materia publicada en España en el pasado siglo. Consta de dos volúmenes y un atlas, siendo su contenido general teórico práctico, dirigido a cuantos se interesan o tienen rel,ación con este arte, es decir, según señala el propio editor: carpinteros, ingenieros, arquitectos, maestros de obra, dibujantes, pintores, constructores, alumnos de Escuelas y Academias especiales, etc. El primer volumen engloba todo lo referente a las maderas de construcción, sus variedades nacionales y exóticas, sus enfermedades y defectos; a las herramientas e instrumentos de la carpintería; a la explotación, preparación, transporte y apilamiento de las piezas de madera; a las tres variedades de ensambles; a los armazones de los muros y tabiques; a los entramados horizontales o de pisos; a los tejados y los armazones inclinados o de cubierta, incluyendo una vasta tipología de armaduras, su ejecución, arcos, entramados antiguos y colgantes, cúpulas, etc. Desarrolla también los capítulos de escaleras correspondientes a la carpintería de taller de obras fijas; el uso del hierro como material auxiliar y componente de los entramados; y estructuras auxiliares como andamios y apeas. El segundo tomo continúa desarrollando estructuras complementarias: las cimbras; la carpintería aplicada a la cimentación; las construcciones hidráulicas con madera; las obras subterráneas; puentes de todo tipo y ruedas matrices; la carpintería de taller y ebanistería, tanto de obra fija y móvil, como pesada y ligera, incluyendo puertas, balcones y ventanas; puertas de entrada a edificios; verjas y barreras; fachadas de tiendas, decoración de interiores, mostradores y estanterías; pabellones, cobertizos y muebles de iglesia; toda suerte de molduras. Finalmente, incluye dos capítulos técnicos referidos a la resistencia de las maderas y a las sierras mecánicas (figura 1). El atlas recoge 578 láminas que incluyen unos 2800 dibujos y gráficos. Las láminas se distribuyen de la siguiente manera: instrumentos, herramientas y máquinas: 48; preparación, corte y apilado: 12; ensambles: 32; armazones verticales: 6; armazones horizontales: 15; entramados de cubierta: 127; escaleras: 11; piezas y elementos metálicos: 3; andamios, apeas y cimbras: 15; cimentación, obras hidráulicas, minas y puentes: 40; secciones resistentes, tablas y ábacos de cálculo: 5; y carpintería de taller y ebanistería: 262. Si se analiza ]a importancia relativa concedida a los distintos contenidos del tratado, se observa que el tema específico principal es el de la cubierta y sus entramados, al que se dedican 22 capítulos, 180 páginas de texto, de las 700 que suman los dos volúmenes del tratado, además de los más de 950 dibujos y gráficos explicativos. La carpintería de taller y ebanistería abarca 7 capítulos, 130 páginas de texto y alrededor de 800 dibujos. Los aspectos generales, herramientas, preparación y ensambles ocupan 12 298 F. J. León de los tratados clásicos, se basa y recoge la tradición y la experiencia aportada por diversos autores, tanto españoles como europeos, principalmente franceses y alemanes, donde quizá existe por entonces el mayor grado de desarrollo técnico y una mayor capacidad divulgativa. No existiendo aún costumbre de citar la bibliografía utilizada, por lo menos el autor menciona que la obra «se redactó en vista de las obras de Adhemar, Diego López de Arenas, Cabanié, Douliot, Emy, Fourneaux, Frezier, Hassenfratz, Krafft, Merly, Riddel y otros». Puede decirse que la Carpintería del ingeniero Federico de Arias participa del doble carácter que asigna a la propia obra: antiguo y moderno. En efecto, el sabor de este tratado es dual: clásico en su estructura formal y moderno en la de su contenido técnico. Así, conserva la tradicional y radical separación de texto y dibujos explicativos, igual que hacer Rondelet en su famoso L 'Art de Batir. La minuciosidad y elevada calidad de los dibujos elaborados en láminas con una intencionalidad que trasciende lo meramente explicativo, para rayar con la ilustración Figura J capítulos y casi 150 páginas, junto a unos 600 dibujos y gráficos aclaratorios. La construcción civil abarca 11 capítulos, 70 páginas y más de 200 dibujos. Cabe destacar asimismo la menor atención dedicada a los armazones verticales y horizontales (figura 2), a los que sólo se asignan tres capítulos con 35 páginas y 114 dibujos. Esto podría explicarse, en parte, ya que los entramado s verticales exteriores son menos usuales fuera de la arquitectura popular, mientras que los de pisos presentan muchas menos variantes, en comparación con los de cubierta. LA CARPINTERÍA EN EL MARCO DE LOS TRATADOS DE CONSTRUCCIÓN Esta obra se inscribe claramente en el marco histórico de la tratadística más señera por su importancia en un ámbito especializado pero fundamental, junto a los de la cantería y la albañilería, para el mundo del saber y de la práctica constructiva. Como la mayoría Figura 2 Carpintería 299 de Federico de Arias artística. La redacción de cada tema parte, como es la costumbre, de la explicación de ejemplos clásicos, antiguos y modernos, que describe y anaJiza, incluso con mención de anécdotas, para después pasar a establecer sus propuestas sobre casos más genéricos aunque casi siempre reales. Así pues, se trasluce con claridad ese carácter empírico de] anáJisis, que expone el saber sobre los modelos existentes y experimentados, y no sobre supuestos meramente teóricos, es decir, tal como se venía haciendo desde la antigüedad, si se exceptúan las geniales propuestas de algunos arquitectos del Renacimiento. En este sentido, el tratado se aproxima a muchas de las obras que desde Vitruvio hasta A]berti, Bails, Rondelet y otros muchos, se han acercado al estudio y divulgación de los métodos de la construcción. Pero a la vez este tratado contiene los rasgos de un modelo con una visión del arte de trabajar la madera mucho más científica y técnica, al estilo de los tratados franceses, pudiéndose reconocer plenamente dentro de las características de una obra moderna. Varias son las razones que justifican lo anterior: - La estructura de su contenido, perfectamente organizada desde el punto de vista de la metodología didáctica, sin olvidar su intención de ser a la vez eminentemente práctica. - La precisión geométrica de sus trazados, muchos de ellos de gran complejidad, a la vez que plenamente razonados y justificados. - Las aportaciones de elementos de apoyo al diseño, en forma de criterios de cálculo, conteniendo un capítulo dedicado a la resistencia de las maderas, que incluye tablas y ábaco s para la selección y cálculo de las secciones de las piezas. riqueza de sus contenidos en - La extraordinaria las aplicaciones de ]a carpintería de armar en obra civil, ingeniería hidráulica y puentes (figura 3). - La completa descripción y representación de todos los útiles, herramientas, piezas de unión, sierras mecánicas y otras máquinas necesarias en la serrería o el taller de carpintería - Por el exhaustivo tratamiento de la carpintería de taller de obra fija y móvil, así como de la ebanistería dedicada a la ornamentación y mobiliario. - Por la gran claridad y sencillez de las explicaciones, que sin eludir el lenguaje técnico que le corresponde, procura ser accesible, incluso ameno, al lector fi'y/J.57 --- Figura 3 o estudioso de sus textos, siendo acaso el requisito más importante un cierto conocimiento de la geometría descriptiva. MÉTODOS DE CÁLCULO Y OTROS CONTENIDOS TÉCNICOS Uno de los aspectos más importantes de] contenido de este tratado de carpintería es, sin duda, el relativo a la resolución de los problemas estructurales que plantean las piezas de madera de los armazones, principalmente, cuchillos, vigas y pies derechos (figura 4). El libro proporciona un conjunto de ábaco s para la comprobación de las secciones de vigas y pies derechos, en razón a la selección de dimensiones y tipos de carga apJicados. Todo ello está basado en los conceptos de resistencia de las maderas correspondiente al capítulo LXIII del segundo volumen. En este capítulo se explican diversos experimentos sobre los que se apoyan las fórmulas de cálculo, en- F. J. León 300 tidas a flexión; comparación de secciones cuadradas y cilíndricas equivalentes; repartición de cargas so- ¡ 10 1 ., , . " Enoin.duTO id. bl,nd.\.. Cug kilog.pn, "nti",,,,o<u..l,,dod<\",,c;O" '"o,vo".1 dd oi,d<ro<hod.",.d... Figura 4 tre los que destacan los efectuados por el arquitecto Rondelet, sobre resistencia de pies derechos, pandeo de soportes y fallo de los mismos por aplastamiento. Basándose en estas leyes, Morin y Hodgkinson propusieron distintas fórmulas para el cálculo de la carga admisible de las secciones cuadrada y rectangular. A partir de estas experiencias y formulaciones se elaboraron distintos cuadros para: comprobación de pies derechos de madera y obtener las escuadrías de éstos, para una carga dada. Asimismo se exponen los conceptos de resistencia a la presión perpendicular a la dirección de las fibras; resistencia al aplastamiento o esfuerzo de tracción en sentido de la longitud de las fibras; resistencia a la ruptura por flexión y resistencia a la torsión. A continuación se explican distintos problemas estructurales tales como: viga con carga puntual centrada o en un punto cualquiera; viga doblemente empotrada; viga con varias cargas puntuales y con carga repartida; vigas y piezas de entramado s some- bre vigas y columnas en pórticos; reseña sobre cálculo dc entramado s verticales y cuchillos. Finalmente dedica algunos apartados a los conceptos relativos al cálculo de puentes, arcos, empuje de entramados y de arcos usados en puentes y en estructuras de cubierta. Además dc los capítulos dedicados al estudio y clasificación de la madera, su preparación, ensamblaje (figura 2), herramientas y máquinas de carpintería, cabe dcstacar, dentro del apartado de carpintería de taller y ebanistería, la exposición de medios de conservación de las maderas de construcción. Se describen lo métodos más modernos de preservación del material, comenzando por los relativos al secado correcto. Se hace un repaso a las formulaciones para evitar la putrefaccción; conservación empleando parafina y petróleo e inyección de las maderas. Finalmente se describen los procedimientos relativos a las maderas de ebanistería: embutidos y su ejecución; sombreados a la arena y al ácido; representación y grabado de flores y arabescos; co]oraciones y mordientes; tinturas para distintas maderas o para imitar otras. Especial interés tiene la descripción de los distintos revestimiento s para conservación de maderas al exterior: pinturas hidrófugas e incombustibles; metalizaciones; barnices para parqués. También se trata la técnica del chapeado; el pulimento de las maderas; y los procedimientos de restauración de muebles de madera barnizados. LA ANTIGUA Y LA MODERNA CARPINTERÍA El nombre de este epígrafe se refiere al subtítulo que acompaña al título principal del tratado. Quiere con ello el autor dejar claro que lo que en él se expone es el conocimiento actual existente en el arte de la carpintería, como desarrollo lógico de una tradición constructiva en madera que se remonta hasta la Antigüedad Clásica. Claro tributo, como ya se ha mencionado, al tratado clásico que se basa en la recopilación y análisis de las obras históricas, con la aportación de algunas más recientes, que no siempre son criticadas favorablemente, en aras de ese prurito tradicional de casi mitificar los ejemplos constructivos de los antiguos. Carpinterfa de Federico de Arias \r- 1, ,'~-+---~-- .~ ,. Figura S No obstante, la Carpintería de Arias no adolece de excesos en esa dirección, sino que más bicn se limita a exponer los métodos de construcción de la historia más o menos reciente, aportando unos cuantos ejemplos como referencias bastante próximas a los tipos de modelos más recientes, carácter que puedc otorgarse a construcciones de los siglos XVIII y XIX, e incluso algunas anteriores. Por ello puede percibirse que el arte del trabajo de la madera, sobre todo en ]0 referente a la carpintería de obras afuera, estaba ya muy avanzado desde el Renacimiento, no habiendo existido hasta las décadas finales del XIX más que un mero y lógico desarrollo técnico, y sólo algunas aportaciones novedosas debidas a constructores franceses del estilo de Philibert de L'Orme, Mansard o Emy. y aunque en el libro abundan los ejemplos de lo que se considera trabajo antiguo de madera, ]0 cierto es que la Carpintería es una obra predominantemente actual para la época en que fue escrita. Ya el hecho de ser un tratado monográfico, referido a una concreta especialidad dentro del mundo de la construcción, es un primer rasgo diferenciador de la ma- 301 yor tradición del tratado generalista, universal y divulgador. Pero además, y siguiendo la tónica de los tratados franceses del XIX, pretende ser una obra técnica completa, que cubra todos los aspectos referidos al material, su elaboración, protección, diseño y ejecución, abundando, como es lógico en estos dos últimos como con'esponde a un tratado que pretende ser en especial didáctico y práctico. Y sin olvidar los fundamentos científicos del cálculo y resistencia de materiales. Por otro lado, hay que destacar el esfuerzo realizado para contemplar las variantes de soluciones constructivas en las distintas regiones del ámbito nacional, principalmente en el norte, en Madrid, Barcelona y Levante, que ya en esos tiempos parecían apuntar como regiones de mayor grado de desarrollo tecnológico. Merece la pena aportar un breve resumen de los principales ejemplos de obras anteriores al siglo XIX, recogidas en el tratado, por no ser siempre posible precisar la distinción y, por ello, la transición entre los que el autor considera antiguos y modernos. Entramados horizontales, entramados a lo Serlio, del XVII, a base de todas las cárdenas (vigas principales) cojas, es decir, embrochaladas, para poder utilizar piezas de menor longitud. Vigas compuestas, por varias piezas, ninguna de las cuales tiene bastante longitud para correrse de un muro a otro. Ejemplos de los palacios municipales de Amsterdam y Maastricht. También las correspondientes a la construcción de cuchillos (figura 3). Vigas cuchillo, las armaduras se colocan sobre vigas compuestas o armadas, formando el conjunto una especie de cuchillos, imprescindibles para soportar artesonados. Ejemplo de viga de una sala del museo del Louvre. Tejas antiguas, supuestamente mejores que las modernas por fabricarse a mano, sencillez de forma y fácil corte. Son las antiguas tejas griegas tegule irabricatae y tegule hamatae, conocidas modernamente (1888) por tegole y canali. Entramados de cubierta. sistema de Ph. de L'Orme: de tablas puestas de canto formando arcos. Ejemplo de la cubierta del castillo de La Muette, cerca de París. Ejemplo de la cubierta de la sala de los Quintos de] Palacio de Barbón, en París, la de mayor extensión realizada en 1797 con cuchillos armados con tablas planas de canto. 302 F. J. León Cubiertas romanas: restauración de los cuchillo de la cubierta de la basílica de San Pedro, en 1334. Entramado de cuchillos de San Pablo del Campo, iglesia romana quemada en 1823. Cuchillos de una de las cubiertas más antiguas de Roma, la restaurada en el 816, y la de la restauración de 1590. Cuchillo de la iglesia de Santa Sabina, del 425. Entramados de la Edad Media, caracterizados por tener tantos cuchillos como sea el número de cuerdas que vayan a colocarse, siendo todos iguales excepto los maestros, distintos a los demás, llamados de relleno. En el convento de Metz, de 1278, los maestros se distinguen de los de relleno en que sus piezas son más gruesas y por tener tirante y pendolón del que carecen los simples. Cuchillos de la cubierta de la Sala de los Estados del castillo de Blois (figura 61149 Y 1150). Sala del Palacio de Justicia de Rouen, de 1493. Cubierta de la Granja de Meslay, en Tours. Cubiertas islámicas de la fortaleza de Alcalá Real, en Jaen. Entramados colgantes, o ingleses, de origen medieval, en que las armaduras poseen elementos ornamentales que cuelgan de los pendolones. Cuchillo de la cubierta del palacio de Westminster Hall, de 1399. Cuchillos de la cubierta principal del palacio de Hampton Court, de la cámara del palacio de Crosby y de la Cámara Dorada del Palacio de Justicia de Pa- Figura 7 rís. Cúpulas, campanarios, agujas y torres, cúpulas proyectadas por Jousse, RondeJet, Fourneau y Styerrne. Cúpula de la iglesia de los inválidos, de Mansard, comenzada en 1670. Campanario quebrado de Basilea. Flecha recta de la Capilla Santa de París. Ata- Figura 6 laya medieval, o campanario cuadrado para cuatro campanas. Escaleras antiguas, con espigón, espigón hueco y de dos y cuatro espigones. Andamios fijos y movibles, andamio fijo para la restauración de la iglesia de San Gervasio, en París (figura 4-1490). Andamio fijo de la flecha de la catedral de Chalons. Andamio fijo para la restauración del Panteón de París (figura 4-1493 a 1498). Andamio movible para la restauración interior, de 1773, de la cúpula de San Pedro, en Roma (figura 4-1501). Andamio giratorio empleado en 1756 para la restauración de la cúpula del Panteón de Roma. Cimbra.l, cimbras antiguas de los puentes de Celsius, en Roma y de un arco del puente de Gard, en Nimes. Cimbras flexibles o móviles de los puente de Neuilly, en París y de Orleans. Cimbras fijas de la nave central de San Pedro en Roma. Cimbras de los puentes de Moulins, de 1762, de La Doria, Gloucester y Brian<;on. Cimbras para la cúpula de San Pedro, en Carpintería de Federico de Arias Figura 8 Roma; y para la cúpula del Panteón de París, de Rondelet. Puentes, antiquísimo puente de Sublicius, sobre el Tíber, construido, según Dionisio de Halicarnasa, por los primeros patriarcas del cristianismo, necesitados de puentes para salir a predicar la religión a uno y otro lado del río, por lo que recibían el apodo de constructores de puentes o pontífices. Puente de César sobre el Rhin, del 55 a.e. Puente de la Brenta, en Bassano, construido por Palladio, con gran aumento de la luz de los tramos mediante el empleo de tornapuntas y cruceros. Puente de Kingston, sobre el Támesis, de similares características. Puentes a base de armaduras, como los de Schaffouse (figura 11757), construido en 1757 por Grubenmann sobre el Rhin, y el de Wittengen, de 1778. Entre los puentes con armaduras y tornapuntas destacan uno de los construidos por Palladio, y el de Kandel, en Berna, de 1764 (figura 1-1773). Entre los puentes de madera sostenidos por arcos, uno de los más antiguos es el de Trajano sobre el Danubio en Hungría, siendo el más notable el construido en 1828, en Ivry, sobre el Sena. EL GRAFISMO USADO EN LA CARPINTERÍA La riqueza gráfica es quizás lo más destacable del tratado de Arias, junto a lo completo y sistemático de su contenido literario. De factura clásica, al estilo del grafismo usual en las publicaciones decimonónicas, se caracteriza por la calidad de tratamiento de la línea, y el cuidado y la precisión de los datos y de los 303 elementos trazados. La gran cantidad de dibujos, apretados para permitir disponer casi tres mil de ellos en apenas 600 páginas del atlas, dan idea de la magnitud del trabajo llevado a cabo por los delineantes a las órdenes del autor. Si algo puede achacarse a esta completísima obra gráfica es, acaso, precisamente su abigarramiento, que conduce, por la necesidad de reducir al máximo la extensión, a una limitada ordenación correlativa de los dibujos. Es difícil, en ocasiones, localizar un determinado dibujo por su número de referencia, pues éstos no siguen un orden, sino que se disponen en los lugares más adecuados por su extensión para minimizar la cantidad de papel empleado. Tampoco puede alabarse la calidad del soporte elegido por el editor, que, aunque con gramaje suficiente, adolece de excesiva fragilidad, acusada seguramente con el paso del tiempo que, a su vez, provoca un excesivo obscurecimiento del papel derivado de la baja calidad de los componentes orgánicos de la pasta empleada. Lejos, desde luego de la calidad telar del tratado de Rondelet. Ello no impide apreciar la delicadeza del trazo puro y ligero, levemente resaltado en parte para conseguir la ilusión de relieve. O la sencillez del cuidado sombreado mediante rayado, y la laboriosidad y detalle de las texturas y complejas ornamentaciones de las armaduras colgantes y los elementos de ebanistería y mobiliario. En fin, uno queda enganchado por la mezcla de sencillez de los trazados y la complejidad de muchas figuras difíciles de interpretar sin suficientes conocimientos geométricos. Se aprecia un enorme rigor en el delineado de todos los ensambles, herramientas y maquinaria usada en la carpintería, destacando las láminas que recogen los distintos modelos de sierras mecánicas. Pero donde se observan las mayores cotas de calidad técnica del dibujo es en los trazados de armaduras de cubierta, cuya única limitación es la carencia de escalas gráficas de referencia. Escalas que sí aparecen en los hermosos dibujos de ebanistería, probablemente porque el autor pensó que los primeros debían ser entendidos antes que ejecutados, al contrario que los modelos de puertas, ventanas, molduras y muebles, que serían reproducidos con toda probabilidad en los talleres de carpintería, como puedo dar fe por la experiencia de mi propio padre, del que recibí este tratado. 304 F. J. León -. Figura 9 tura horizontal. Vocablos tan sonoros como escopleadura, substituida hoy por la más vulgar caja. En fin, su lectura aviva la nostalgia de tiempos tranquilos, oficio artes anal pero cuidado y lenguaje aún no constreñido por reglas y' academias, que intercambia sin pudor la x por la s y distribuye ocasionalmente los acentos. En resumen, una obra admirable, que me fascinó desde la niñez, y que es la expresión de una época culta y meticulosa, ávida de conocimiento y progreso. Es el resultado de un extraordinario trabajo por expresar la tradición y el desarrollo de un arte fundamental en la construcción de los edificios y en las vidas de los hombres de su época. EL LÉXICO DE LA CARPINTERÍA Ante todo, lo primero que se aprecia en el texto del tratado es su lenguaje absolutamente actual, y con ello me refiero al estilo usado en el final del siglo XX. Nada de la retórica de los tratadistas clásicos, al estilo de Bails o los renacentistas. Más se acerca, como parece lógico, a la manera de expresarse de un Rondelet y otros autores del pasado siglo, también en correspondencia con la adecuación a un tema especializado y visto desde el prisma de un ingeniero militar de construcción. No obstante, sí que resulta gratificante reconocer la fluidez de escritura utilizando el léxico clásico de la carpintería, con toda la riqueza de vocablos hoy en desuso salvo en círculos limitados de carpinteros o aficionados a la historia y la terminología de la construcción, como es mi caso. Abundancia de términos y sinónimos para designar herramientas, piezas, ensambles y operaciones de un arte en decadencia por influjo de los nuevos materiales y la prefabricación. Se reconocen palabras que designan otras cosas que las que en ellas hoy se reconocen, como es el caso de forjado, que en la construcción tradicional significaba el relleno complementario al entramado, hoy evolucionada para ser sinónimo de la propia estruc- Figura 10