secretos novísimos
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secretos novísimos
SECRETOS NOVÍSIMOS MUSÍ OFICIOS, III. - й - ? SECRETOS NOVÍSIMOS QUE COMPRENDE LOS TlF.SCl [UINILENTOS MAS RECIENTES EÜ n s ARTES INDUSTRIALES; LA DESCRIPCIÓN DE LOS P R I VILEGIOS DE INVENCIÓN OBTENIDOS DESDE MAS DE VEINTE AÑOS Í ESTA V A R Í E ; LOS PROCEDIMIENTOS EMPLEADOS EN U S MAS CÉLEBRES MANUFACTURAS DE LA FRANCIA V DE LA INGLATERRA , LA TEORÍA 1)B LA FABRICACIÓN DE LOS COLORES, BARNICES, CHAROLES, D E L P A P E L , D E LA* COLAS, E T C . , ETC. - P U E S T O S / ¿ a r E S <• O R D E N J B a / ó e ¿ z c , >ifl Instituto E c o l 6c f m n r i i t , j) antiguo profesor 6e <£?.itímka en la Qtsrurla jíolit c mira 6e }3iui«: TRADUCIDOS Y AIIIII<-NTN<ION POR § 1 « u t a &<§ríof iY& glomjttiffo, c sotuA wVts c uuU\\.ta?>. TONO TCKCEKOI sGareflomi: l.tlt*№I?\'T.l E»E W. M A X U E I J S t I R I . calle A n c h a , esquina á la del Regomí. BIBLIOTECA UNIVERSIDAD DE M A L A G A años han trascurrido desde que se publicó la primera edición de los primeros volúmenes de esta preciosa recolección. Se hacia sentir, pues, la necesidad de un suplemento, y este nos ha sido reclamado por un crecido número de nuestros corresponsales. Semejantes suplementos son una necesidad que siempre contribuirá al progreso de la industria y de los descubrimientos que tienen relación con ella. No solo teníamos que añadir nuevas invenciones industriales ó QCHO ( vi ) artísticas, si que también debíamos esponer los numerosos perfeccionamientos que han recibido los procederes de los fabricantes de que liemos hablado ya en los dos primeros volúmenes. Hubiera sido difícil para nosotros, y muy pesado para nuestros lectores, a lo menos en muchos casos, querer notar esos adelantos ó perfeccionamientos aisladamente y sin hacer mención en nada de los artículos de donde proceden en la primera publicación. Esta consideración, pues, esplica porque en este tercer volumen se verán aparecer de nuevo algunos de los títulos de artículos que figuraban ya en los dos primeros. Jeneralmente creemos que será digno de aprobación el haber adoptado también el orden alfabético para la clasificación de los artículos; puesto ( v n ) que en esto hay la ventaja de suprimir títulos perdidos de una multitud de divisiones, y ofrecer un texto mas compacto y útil. Por fin, esperamos que el entusiasmo con que han sido recibidos los dos primeros volúmenes, se aumentará por la lectura de este su» plemento ó tercer volumen que forma por decirlo así el complemento de una obra en la cual se detallan minusiosamente los mas importantes descubrimientos artísticos ó industriales hechos hasta el dia? SECRETOS I f O T I S I M C ARTES X OFICIOS. ABONOS. HABÍANSE obtenido ya felices resultados empleando para el abono de las t i e r r a s , la materia conocida en el comercio bajo el nombre de noir residu 6 residuo de las rafinerías de azúcar por el carbón animal. Esta m a t e r i a , después de haber servido en la decoloración de los j a r a b e s , es aglomerada por la albúmina» de la sangre empleada. M. Salmón lia fijado la atención sobre la estrema insuficiencia de este producto para usos tan considerables; ha imajinado un abono carbonoso análogo, al cual ha dado el nombre de negro animalizado , cuya virtud procede de las materias o r g á n i cas y del carbón estremamente dividido que contiene; este carbón relentece la fermentación de las materias, y se apodera en parte de los gases desarrollados. Segununa memoria publicada por el mismo en 1831, las primeras materias que empica , después de calcinadas en hornos apropiados, son al instante molidas y reducidas á polvo impalpable; 40 kilogramos de sustancias orgánicas compuestas de materias f e c a l e s , 10 ARTES de sangre y carne muscular de animales, mezcladas jimia.-;, forman al momento una sustancia negra semeja!) (e al negro residuo de las ralincrías. E¡¡ las operaciones indispensables para la mezcla; queda destruido el olor de las materias ft cales y a n i males , y solo tiene lugar durante algunos minutos im ligero desprendimiento de amoníaco. Este abono es m u y superior á la poudrelle ( I ) , coya mayor parte de las materias orgánicas se halla destruida por la lentitud de la preparación , mientras que en la fabricación del negro animalizado, una sustancia pulverulenta que contiene carbón muy d h i d i d o , está mezclada can mas de tres quintos de su peso de materias orgánicas. Todas las- sales contenidas en la materia fecal son conservadas, la fermentación suspendida» l a sangre y la carne muscular conservadas con todos sus j u g o s . Las materias animales mezcladas con el carbón fermentan lentamente, de manera (pie la planta no recibe el gas ácido carbónico que de. ellas se desprende , sino á medida que lo necesita. Blas en este momento lo que añade un nuevo grado de interés al proceder de í,í. Ralinon es que en B o u l o g n e - s u r - M e r , un químico },]. D a m a r l - V i u c e n t , anuncia haber encontrado en las cenizas de ulla una sustancia carbonosa, absorbente y de. infecíante, análoga por sus eí'eelos á la que (trepara M. Salmón , y que mezclándola con las materias organizadas, ha obtenido también con ella un escelenle abono. E¡ pescado forma un abono muy cnérjico, por cuya razón k;t de emplearse con moderación. Se mezcla con arena, f a n g o , yerbas marinas, para temperar su acción que, dura muchos anos. fl) ?vl,-ii t í l l o d e C'MÍL'rcol muy secíi. T OFICIOS. 11 Enlre las sustancias aceitosas que abundan en carbono é hidrójeno , y que sirven como a b o n o , el aceite de ballena ba sido empleado con mucho suceso. Lord Sommcrville impregnaba con él montones de tierra que conservaban por espacio de muchos años sus propiedades fertilizantes. En muchas provincias de Escocia y de Inglaterra se buscan también con conato para abono los huesos, que los arrendadores compran, después de pulverizados p a ra estraer su grasa por cocción ; pues cuanto mas d i vididos, mejores son. Cuando se emplean conviene que el terreno se halle en un estado seco. ACEITES. Depuración de los aceites para el alumbrado. El aceite de colsa es casi esclusivamente el único que se sujeta á la depuración; el de nabina de invierno no da productos tan hermosos; el ele nabina de v e r a n o , preparado solamente en algunas provincias y hoy dia reemplazado casi en un todo por el aceite de colsa, solo da en la depuración una calidad muy inferior: los demás aceites solo se emplean accidentalmente para este uso; los de cañamones se mezclan con el aceite de colsa para los reverberos de las calles con el único objeto de impedir su conjelacion en los tiempos frios. El preceder seguido para la cstraceion de los aceites ejerce una grande influencia sobre la naturaleza de los productos de la depuración ; cuanto menos han sido calentados, menos pronto se conminen, mas tarda en carbonizarse la torcida, y mas viva y pura es la luz que despiden. Í2 AitTrs En la depuración de los aceites se tiene por objeto destruir una materia mucilajinosa y una sustancia c o lorante <¡ue, formando hongos sobre la torcida, se opone á la ascención del aceite por la capilaridad, y producen un humo y un olor desagradables. El ácido sulfúrico « fifi" altera este mneílago y lo precipita en forma dr vedijas, que en seguida se separan del aceite por c! lavado y la filtración. Para que un aceite depurado sea reputado de buena c a l i d a d , no debe, en el acto de arder, ennegrecer ni carbonizar la torcida, lo que indicaría que el lavado habia sido imperfecto y que no se bahia quitado del todo el á c i d o ; tampoco debe cubrirla de pequeños bongos que probarían una depuración incompleta y la presencia de mueilago; conviene igualmente que no sea t u r n i o , ni colorado , ni que haya perdido todo su viscosidad y color como agua , porque entonces se consumiría demasiado p r o n t o , lo que seria debido al uso de un esceso de ácido. El mejor medio para ensayar los aceites, bajo lodos esos puntos de vista , es hacer quemar una cantidad igual de diferentes muestras con una torcida de lamparilla; la duración de cada uno de estos aceites, la cantidad y resplandor de la luz liarán juzgar de su valor relativo. La depuración consiste en batir fuertemente el aceite con ácido sulfúrico á fifi"; ajilarlo en seguida con agua , dejarlo posar por espacio de algunos d i a s , decantarlo y filtrarlo. Para ¡os buenos aceites solo se emplea 1,5 por ciento de á c i d o , una mayor cantidad los volvería demasiado fluidos; ¡¡ueden laminen depurarse perfectamente con 0,ó por cielito de ácido si previamente se calinita el aceite á (j(> o 7 0 " ; mas calientes, el ácido los enrojecería. Este proceder es sobretodo bueno ruando se hace circular vapor (]•• agua en los canduc- Y OFICIOS• í?> los colocados al fondo de las calderas de depuración; 2 k. 5 tic ulla bastan para calentar 5 hectolitros tic aceite á fi(i . El aceite calentado á esta temperatura se trabaja perfectamente, la separación del inucílago quemado por el ácido y el afína que sirve al lavado del aceite se opera mas rápida y completamente. u En la mayor parle de los talleres se baten A ó 5 hectolitros de aceite á la v e z , en toneles desfondados por un eslremo, por medio de una batidera, formada de una plancha de encina de cerca 15 centímetros lijada en el estreñí!) de un mango de 1 metro 50 de Ionjitud. A medida que un trabajador echa el ácido , otro ajita con la batidera, procurando siempre revolver en la superficie el ácido y el poso que tienden á reunirse al fondo; esta operación, que dura al menos tres cuartos de h o r a , es molesta, y exijo el concurso de dos trabajadores ejercitados que vayan relevándose á m e n u d o , motivo porque lian sido puestos en práctica muchos medios mecinicos para suplir esta especie de trabajo. El ácido debe echarse en el aceite lentamente y por fracciones: se ajita, se. deja posar por un cuarto de hora, y por üllinio al cabo de algún tiempo vuelve á ajilarse de nuevo. El aceite primero se pone v e r d e , y pasa á negro á mediria'que el mueílago se carboniza y se precipita; rl precipitad» negro se separa en seguida complétame» le de é l , y el aceite, en el cual él nada en vedij a s , queda muy claro. Se aiiadcn por hectolitro 25 á 50 litros de agua á 35 o ' ¡ 0 ; una mayor cantidad a n uí.ola la merma; la temperatura elevada del agua faeiliia mucho el lavado y la separación del aceite depurado. o El aceite bien separado de su mueílago por el ácido debe en seguida filtrarse.; y para esto se le echa en 14 ARTES coladores cuyo fondo está taladrado de agujeros c ó nicos en los cuales se colocan mechas de algodón ó musgo. La merma de los aceites en la depuración varia di; 1,5 á 2 por c i e n t o , según su caiidad, el proceder do su fabricación, etc. ACERO. Nuevo medio de preservar el hierro la oxidación. y el acero de M. Payen se ha asegurado que una solución alcalina muy d é b i l , que eeiiíenga de y á ¡' de hierro volumen de solución de potasa saturada á 2 2 " , preservaba completamente del orin el hierro que se sumerjía en ella. Las soluciones de carbonato de sosa, de borato de s o s a , mas ó menos concentradas, el agua de cal dilatada aun en tres veces su volumen de a g u a , ofrecen igualmente la misma propiedad, que puede recibir uua multitud de aplicaciones útiles en las artes. mm i l l 0 ACETIFICACIÓN. nuevo proceder para obtener el vinagre dio del alcohol. por me- Un alemán, AI. Scliurciubacii, lia sido el primero que ha hecho conocer este proceder, fundado sobre una sana teoría de la acetificación, y que en la actualidad está en práctica en un gran número de v i n a grerías del Morte de la Europa : he aquí la descripción que de él ha dado Dingier. Y OFICIOS. 15 Se toman toneles de cinco á seis hectolitros de c a pacidad, y se llenan de virutas de h a y a , amontonadas pero no apretadas; en cada uno se echan, por medio de una regadera, diez y ocho litros de aguardien te á 22 ó 2 5 ° , é igual cantidad de fermento; al cabo de doce horas se trasiega el l í q u i d o , y se vuelve á echar de nuevo sobre las v i r u t a s ; doce horas después se rocía de la misma ¡¡lanera con un i i tro y medio de aguardiente c igual cantidad de fermento, y así de lo demás: pasadas cuarenta y ocho horas queda hecho el vinagre. Los toneles deben estar tapados por coberteras que cierren exactamente; sobre el lado , junto al agujero, se deja una abertura que permita continuamente la renovación del aire. El baya rojo es preferible para virutas; se deja m a cerar en agua por espacio de veinte y cuatro horas; y se le reduce á virutas del grueso de media línea, de las cuales se llenan desde luego los toneles; se empieza por rocjarlo con 12 litros de buen v i n a g r e , y se sostiene una temperatura de 32 á 3 . V , rodándolas, cada doce h o r a s , con el liquido que ha pasado: al cabo de tres dias las vasijas pueden servir y a . lin cuarenta y odio horas, se acidifican fácilmente, en un solo y mismo v a s o , veinte y cuatro litros de un líquido compuesto de diez y ocho p. de agua, tres de aguanik'iile y tres de fermento. Empleando veinte iiíros de aguardiente, veinte de f e r m e n t o , y cien de a g u a , y rodándolo tres veces por d i a , ¡a operad o n concluye al cabo de ocho dias. Para preparar el fermento de que acabamos de h a blar, se mezclan 37 k. 5 de centeno groseramente m o lido, con 12 k. 5 de harina de m a í z , de cebada ó de t r i g o ; se ajita con 260 litros de agua á (¡0° de t e m peratura en invierno ó 312 libras de agua á 05° en ííi AKTIiS veraii». S i ' tapa la caldera, y abandona todo poi espacio de inedia hora; se ajita de nuevo con fuerza, y a menudo, dos horas y media seguidas; después se anadeu poco á poco i'.ití litros de agua en invierno y - j ) 8 en v e r a n o , ajilándolo fuertemente, luego se pone á fermentar con cuatro litros de espuma de cerveza. Cuando la fermentación alcohólica está terminada, se decanta el líquido , y se echa en un tonel, mezclándole aguardiente á íi'ó 21) grados. Este líquido puede conservarse por espacio de ocho días sin esperimeutar alteración. ACIDO CÍTRICO. El uso de este ácido en muchas operaciones de la tintura , para las cuales hasta el presente no ha sido p.r.i¡)le reemplazarle por ningún otro , hace su historia muy importante. Al ¡rstatto de pureza, el ácido cítrico se presentabaj o la forma de cristales en prismas oblicuos, que conl i e n 1 8 • de agua de cristalización. Su sabor agrio muy agradable , le hace jeneralmenle muy apreciable para las limonadas. [le poco tiempo, M. Ti Hoy se ha propuesto estraer el ácido cítrico de las grosellas, que lo contienen en gran cantidad, lié aquí su proceder, que parece presentar muchas ven lajas en las localidades cu que este"' frutos son muy abundantes. Concuasa las grosella; y las abandona á la rermentae.ic.i, y después deslila para separar el a l c o h o l ; luego de haber espriüiido el z u m o , primero lo satura con eal por medio de la creta. El cilrato de cal res i d í a n l e , I» somete á la prensa para separarle del molato que al mismo tiempo se forma. Descompone V OI.'ICICW 17 •íU eitntío de c al por c i ác ido sulfúric o dilatado en el doble de su peso de a g u a ; satura de nuevo el ác ido cítrico por e! c artonalo de c a l , y desc ompone todavía (¡Ira vez por el ác ido sull'uric o: hac e hervir en fin el ácido c ítric o obtenido de esta nueva desc omposic ión con c arhou a n i m a l , para desc olorarlo, y c onc luye la purificación amontonándolo c u un e m b u d o , lavándolo c oa c orla.: cantidades de agua à la vez. Según Mr. T i l l o y , <l ác ido c ítric o puro no le c uesta sino á íí f. 18 c . el kilogramo. En el c omerc io , se halla á vec es el ác ido c ítric o mezclado c on el ác ido tartáric o. Este fraude es fác il de rec onoc er, disolviendo en agua destilada una c aería c antidad de los c ristales sospec hosos, ec hando la disolución en ac elalo de plomo , y lavando el prec ipitado c on agua destilada hasta que el líquido ya no se precipite por el ác ido sulfúric o. Si entonc es se trata el prec ipitado c on amoníac o en esc eso, se disuelve del lodo si solo está c ompuesto de c itrato de p l o m o ; pero si c íffllienc tartrato, una parte resiste á la a c ción del amoniac o. Si su abandonaba el líquido á sí mismo, se volver/a lec ím.-.o, ai c abo de algún tiempo , á c ausa de la precipitación del tartrato. ALAZOHala/, т es empleado para teñir de c olor de rosa y ro; i vivo. A . J Ü Í solo se hablará de su produelo especial embic 'di» bajo el nombre de rojo vejclal ó de 'i/. ¡íí' :K' /.í.v SíiiOrii . . ^ VA cártamo c ontiene una materia c olorante de un hermoso ¡ojo c obrizo, de aparienc ia en un todo meí.iiica, que se aisla lavando el alazor en agua fria VOMII ni. 2 18 ARTES para quitarle otra materia amarilla muy soluble; después se pone en contacto, á la temperatura ordinaria, con una disolución hecha con un peso de carbonato de sosa cristalizado igual al peso de los (lósenlos de cártamo tomado en el estado de sequedad, tales como se hallan en el comercio, y quince veces su p e so de agua de lluvia ; la materia roja se disuelve; se pasa al través de una tela t u p i d a , se ponen en el l i quido clarificado madejas de algodón impregnadas de una disolución de ácido c í t r i c o , la materia colorante se posa sobre el a l g o d ó n , se seca , se lava, dcspi:es se trata de nuevo por una disolución de carbonato de s o s a , q u e r e d i s u e l v c l a materia colorante, que entonces se precipita con una disolución de ácido cítrico: el poso se forma con sisólo, se lava cuidadosamente con agua de lluvia fría , se deseca en seguida sobre platos de los cuales se separa por escamas. Esta materia es la que recientemente se ha denominado carlamina. Es insoluble en el agua f r i a , bastante soluble en el a l c o h o l , y poco soluble en el éter; los ácidos avivan su color , pero no la disuelven; los carbonatas alcalinos la disuelven volviéndola amaril l a , los álcalis cáusticos la destruyen. Hasta al presente n i n g ú n ácido ha podido sustituir al cítrico, en la fabricación del carmín. El carmin , exactamente mezclado con un poco de talco m o l i d o , ó creta de Brianzon , constituye el roj o de afeite, llamado petü-pot. ALCOHOL. Todos los licores fermentados contienen, en mayor ó menor cantidad , una sustancia particular, idéntic a , cuando ha sido aislada: estaos el alcohol. y OFICIOS. 19 A l estado de pureza perfecta, el alcohol es conocido con el nombre de alcohol absoluto, tiene una densidad de 0 , 7 9 4 7 á la temperatura de 15° (estando al agua 1 0 ) , su olor es suave , su sabor quemant e , tiene tanta afinidad con el agua que seca los tejidos animales, y produciría la muerte si se injería á la vez cierta cantidad en el estómago: hierve á 78° 4 1 , arde con llama amarilla sin posar ningún h o l l í n ; todavía no se ha encontrado que pueda presentar la forma sólida bajo la influencia de una muy baja temperatura; los resultados anunciados con respecto al particular no han sido confirmados por esperimentos incontrovertibles. En el comercio, el alcohol se encuentra siempre mezclado con mayor o menor porción de a g u a ; la destilación ;í la cual se someten los licores fermentados nunca separa de ellos el alcohol absoluto. Un fenómeno muy notable, y que quizás está destinado a útiles aplicaciones, ha sido observado en Alemania por Sommering: si se llena casi enteramente de alcohol débil un vaso cubierto con un pedazo de v e j i g a , se encuentra que el a l c o h o l , en un tiempo seeo y caliente ( i ü de temperatura poco mas ó m e nos) se lia concentrado. Este experimento, que parece oponerse á todas las nociones adquiridas, puede dar un resultado todavía mas manifiesto sirviéndose de una vejiga entera para contener el alcohol. Se t o ma una vejiga de buey ó de ternera, se pone en m a ceracion en agua por algún tiempo, después se lava y se zurra con salvado, se insufla, y después de h a berla despojado de sus vasos, se ligan los dos uréteres, y se vuelve para reparar las mucosidades que la tapizan en su interior. Se deja secar en el estado de insulluciori , y se le da una capa al interior y dos al csterior, de una disolución de cola de pescado. C u a n 0 20 AKTÜS do esta está seca, se llena casi enteramente tle aleo hol débil , y después de haber atado el cuello , se suspende encima de una estufa ó de un baiio de a r e n a , de modo que esté á una temperatura de 10 á 50.° Si c! alcohol señalaba 29 á 30° en el areómetro de Baiime, al cabo de tres ó cuatro dias ha pasado al oslado a n hidro según el autor; sin embargo espcrinientos muchas veces repetidos por divrrr.es sabios, ¡«arreen probar que el alcohol retiene todavía 2 % de agua. Una vejiga preparada como acaba de decirse, pue de servir mas de cien veces; no obstante ai fin se vuelve dura y coriácea hasta el punto de ser impermeable á la humedad. Por lo común el alcohol del comercio se halla en dos estados diferentes de concentración; bajo el uno es usado como bebida, mientras que bajo el otro sirve en diversas preparaciones. lis indispensable, para el suceso de esas operaciones, y sobre todo para c o nocer el valor venal del a l c o h o l , determinar su g r a do de fuerza ó de espirituosidad con mucha ¡occisión: esto se consigue por medio de los areómetros; pero, aunque e s t o s , bajo diferentes f i r m a s , han sido sucesivamente empleados, presen!..-»:! grados arbitrarios que están lejos de representar las cantidades absolutas de alcohol contenidos en los licores que se eosay a n , ofreciéndose una causa de error cstrcnumcntc grave en su u s o , esto es el cambio de densidad relativa á la temperatura en la cual se opera. Las transacciones comerciales que se hacen sobre los espirito* , csijian medios mas exactos que los que poseíam o s ; y estos los debemos á Mr. Gay-Lussae. Se ha mandado por una ley que el derecho sobre los espíritus fuese percibido según la cantidad en centesimos de alcohol verdadero que ellos contienen, y ha prescrito el uso del rfícoráíWra-Gay-liUssac. r v OFICIOS. 21 Supónganlas que la temperatura en la cual deter'iiiincmos la densidad de un liquido compuesto de a l cohol y de a g u a , sea constante ; si el areòmetro de \¡ue hacemos uso está construido de manera que c a da uno de sus grados indique un centesimo de alcohol, encontraremos directamente la proporción de alcohol por el nivelamienlo del instrumento ; pero si ia temperatura llega a v a r i a r , ri nivf lamicato tendrá lugar al misino grado por cantidades diferentes de alcohol , y al revés, la misma cantidad de alcohol no dará siempre el mismo grado según el sentido en el cual la temperatura habrá variado. Si por una serie de esperimentos exactos-, se han determinado las 'variaciones de densidad correspondientes á las diFcrcnles temperaturas, las tablas que se habrán formado indicarán exactamente las cantidades de alcohol verdadero para una temperatura cualquiera. Para hacer conocer el uso de estas tablas, uso que es en estremo importan te, lo mejor que podemos hacer es citar algunos de los ejemplos dados por M. Gay-Lussac. l'ara determinar la cantidad de a l c o h o l , M. G a y Lussac toma por término de comparación el alcohol puro, en volumen, á la temperatura de 15° centígrados (12° R c a u m u r ) , y representa la fuerza alcoólica por centesimos, ó la cnniin. En consecuencia la fuerza de un líquido espirituoso es el número de centesimos, en volúmeo, de alcohol puro que el líquido contiene á la temperatura de 15° centígrados. El areómetro centesimal está graduado á esta temperatura de 15°, y su escala eslá dividida en cien p a r tes ó grados, de los cuales cala uno representa un ceuUssimsi de alcohol; la división (f corresponde al agua p u r a , y la 100" al alcohol absoluto; sumerjido ••!» mi liquido á 1.'." de temperatura, hace inmediata- 22 ARIES mente conocer su fuerza. Por ejemplo, si en un aguardiente á la temperatura de 15° se hunde hasta la d i visión 5 0 , indica que la fuerza de este aguardiente es de 50 centesimos, es decir que contiene 50 % de su volumen de alcool verdadero. En un liquido en el c u a l , en las mismas circunstancias, se hundiere hasta 8 6 , indicaría una fuerza de 8G centesimos, e t c . , etc. Los grados del alcoómetro indicando centesimos de a l c o h o l , toman el nombre de grados centesimales ; se escriben colocando á la derecha y encima de la c i fra que los espresa, la letra c; por esto se han inscrito en todas las tablas; p e r o , para el cálculo, es preferible llamarles centesimos, y escribirlos como fracciones decimales. Inmediatamente se obtienen las cantidades de a l cohol en los líquidos espirituosos, por las indicaciones del instrumento, multiplicando el número que espresa el volumen del líquido espirituoso por la fuerza de este líquido. Por ejemplo, una pipa de aguardiente de G34 litros, de la fuerza de 55 c . , 6 0,55. 034 0,55 :s,i7o 3,170 Contiene 380 litr. 70. Una pipa de espíritu 86° 4 c. á 864. de 728 litros, de la f u e n a de 72S 0,804 í,82i Contiene 628 litr.. 002 de alcohol. Y OFICIOS. 23 Guando el líquido espirituoso no se halla á la temperatura de 15° centígrados, es preciso calentar con la m a n o , si es mas f r i ó ; y e n f r i a r , sumerjiéndolo en agua de pozo recientemente sacada, si es demasiado caliente, el vaso que lo contiene. Pero como este m e dio podria dar lugar á errores, M. Gay-Lussac ha calculado tablas de corrección que permiten determinar exactamente el grado de un licor alcoólico cualquiera? y á cualquier temperatura, sin ningún cálculo , y por la sola observación del grado alcoométrico indicado en el instrumento: el uso de estas tablas es tanto mas importante, en cuanto las variaciones de temperatura alteran a l a vez el grado y el volumen del líquido e s pirituoso, y en razón de que las variaciones debidas á estas dos causas pueden elevar á mas de doce por ciento el valor del líquido espirituoso, y eso en los límites de 0 á 30° de temperatura. Las tablas, redactadas con mucho cuidado por M o n sieur Gay-Lussac, son tan fáciles de emplear como las tablas de multiplicación comunes; dan el medio de hacer la corrección de las indicaciones del alcoóm e t r o , cuando la temperatura se halla sohre ó debaj o de 1 5 ° , la del volumen de los líquidos espirituosos en las mismas circunstancias, y la evaluación de la fuerza de esos líquidos en grados centesimales y en grados de Cartier. Citaremos algunos ejemplos de su uso. o 1000 litros de un aguardiente cuya fuerza aparente es de Ai centesimos á 2 centígrados de temperatura, deben ser llevados á una temperatura de 15°. La tabla indica 40 centesimos para la fuerza; pero pasando de 2 á 15° el líquido ha aumentado de volumen , y da 1009 litros; el producto de su multiplicación es de AQA litros 4 1 , que indica la riqueza. o o Si el líquido hubiese estada á 25° y hubiese m a r - 24 ARTliS cado 5 3 centesimos, rebajándose á 1 5 " de temperatura los 1 0 0 0 litros ;io ocuparían mas (¡ne Oía» litros, y el grado seria 4!) ecnlésimos 3 ; miilliplicámblos se halla que el liquido representa 4 8 0 ¡ l i t r o s 5 5 de ¡.Icohol verdadero. Guando un líquido espirituoso cuya fuerza se ha medido en una localidad y por una temperatura dada, es trasportado en otra donde la temperatura es diferente., el volumen varia: se trata de reconocer la fuerza real de este líquido para probar si ha'sido alterado; y se consigue fácilmente. Supongamos que un espíritu de la fuerza aparente de 8 0 centesimos y de una fuerza real de 8 2 centesimos G , sea espedido de un lugar donde la temperatura era de G ° para otro en que esta es de 2 5 ° ; siendo entonces la fuerza ¿¡párenle de 8 5 centesimos 4 , se busca la fuerza real que es de 8 2 centesimos 5 , que coincide con la primera; se busca al mismo tiempo si el volumen ha quedado el mismo, y se encuentra que los volúmenes correspondientes á (i" y 2 5 ° son 1 , 0 0 9 y 9 9 0 , cuya diferencia, poco mas o menos de 1 9 sobre 1 , 0 0 0 , da el aumento de volumen que el espíritu ha csperinientado pasando de la una á la otra. Si el volumen del liquido es diferente de 1 0 0 , se multiplica la riqueza per este número , y se divide por 1 0 0 ; a s í , se tienen G 1 7 litros de aguardiente á 5 4 centesimos por 2 0 ° ; para determinar su fuerza, se halla por 1 0 0 litros 5 2 , y para ( > Í 7 1 0 0 : 5 2 l i tros:: G47 : x = 52 1 X G47 330, 1 44. .too Podríanse olvidar lar, variaciones de volumen ocasionadas por los cambios de temperatura, q u e , para los estreñios de 0 " , á 3 0 " , se elrv.m á 3 centesimos: se para fácilmente la atención cu ellas como acabamos de hacerlo ver. Los espíritu' de diverso;, .¡rad...' J:UCÍÍCII ser o U e - Y OFICIOS. 25 ¡iiilos por mezclas de agua y de alcohol p u r o , ó de espíritu de diferentes grados; esta operación es c o nocida con el nombre de m<m:Ua;;c. Si por ejemplo, se tienen 1000 litros de espíritu á C centesimos, ó del S t í , y ¡pie se quiera hacer de él del 5 0 , se halla (pie es menester añadir 701 litros de a g u a , y se obtienen 1720 litros de líquido, en lugar de 1701, porque la mezclase contrae de V °. l3 Se tendría 1000 X £ o = Si con del 8G se quisiera hacer 438 litros de 4 8 , se obtendrían 4 3 8 X « £ = 21-3 \ 4 para la cantidad de espirilu. 1,000 litros de este espíritu recibirían 831 litros de agua para dar del 4 8 : multiplicando el número por 2 í í litros í y dividiendo por /000, se encuentran 203 litros 8 para el agua de nwuUUtge. Si se ([insiera mojar un líquido espirituoso con otro mas débil, se procedería todavía del mismo modo; por ejemplo, si se tenían 708 litros de 8 8 , y se (pusiese hacer del 40 con del 3 4 , se encontrarían 708 lil r o s X ~ ~ * = 2 4 7 8 litros. 1 7 2 a 1 83 41 Atendiendo á. la contracción , el volumen de este líquido es de 2,574 litros diferencia 90 litros ó á corta diferencia, cantidad de 3 í que es menester añadir á la mezcla para obtener el grado deseado. En fin, se puede querer elevar un espíritu débil con otro mas fuerte, y , por ejemplo, 2,478 litros de 34 que se quisiesen llevar á 4(¡ con 8 8 ; seria menester 2 Í 7 8 ' X - — 708 litros de este último. 4 3 4 íí O — 4.6 Cualquiera sea el liquido fermentado que se destiíilc para obtener su alcohol, este presenta constantemente los misinos caracteres cuando se le ha purificado; pero á \cces va acompañado de una sustancia t eitosa que le dá un olor particular, y sobretodo un salwr insoportable yur m acritud. El aguardiente de 2(5 ARTES mare de ralssins se llalla en este c a s o ; debe este carácter , no á una alteración por el calor, como se había supuesto, s i u o á la presencia de un aceite vola!;! que existe en las películas de este f r u t o , y que puede obtenerse destilándolas solas con agua, liste aceite tiene un sabor enteramente acre, y algunas gotas bastan para echar á perder un aguardiente perfectamente p u r o , como lo ha hecho ver Mr. Aubeigier. ARCILLAS. Su uso en las Arles. Las arcilla/ , blancas espuestas al f u e g o , se coloran á veces de '/í'na manera tan sensible que ya no pueden servir para fabricar vidriados blancos, mientras que otras que son coloradas en crudo se vuelven blancas por la cocción : este efecto en el primer caso procede de que el hierro ó el manganeso que contienen se sob r e o x i d a n . y en el segundo caso de que la volatizacion ó la combustión de materias orgánicas deja la arcilla en el estado de purera. Por eso solo después de un ensayo de cocción se podrá juzgar de la cantidad de una arcilla destinada para la fabricación de los v i driados. Las arcillas k a o l i n , base de la hermosa porcelana d u r a , son f r i a b l e s , ásperas al tacto , muy difíciles de de formarse cu p a s t a , cuando se han separado de ellas por el lavado todas las sustancias cstratixs; absolutamente infusibles aun al nía;, or fuego , por medio del cual se endurecen , pero no adquirí cu una adhesión sólida. Como los kaolins provienen de la descomposición espontánea de lo.. í'jl,ks;.aíí>;., e¡.utienea 1 T ouicios. 27 siempre mas ó menos mica en muy pequeños f r a g mentos. Gomóla proporción de alúmina varia en los kaolins, y por otra parte ilustra muy p o c o , aun por uu análisis exactamente hecho , sobre su buen uso en ia confección de la porcelana, forzoso es siempre a c u dir á su ensayo previo de cocción. La desecación de las pastas de porcelana compuestas de kaolins y de Feldespato, y las de la pastas de vidriado fino, es siempre larga y muy costosa; y eso es lo que ha decidido á M r . Gronvelle á estudiar medios económicos de operar dicha desecación ; y lo La conseguido pues de un modo el mas satisfactorio, habiendo recibido un privilejio por su descubrimiento. Emplea la presión para hacer salir el agua de las pastas; á eoyo efecto las encierra en sacos que coloca por camas separadas por medio de zarzos de m i m bres ; la presión puede ser efectuada por una prensa de madera fácilmente movida por dos hombres; y además puede emplearse, cualquier otra máquina de compresión. ARSÉNICO. Su uso en la pirotécnica. El rejalgar es un sulfuro rojo de arsénico; sirve como el oropimicnlo, que también es un sulfuro de arsénico, para producir un fuego blanco y de una estrema vivacidad, conocido bajo el nombre de fuego indio; para esto se mezcla una parte con 12 de nitro y 3 , 5 de azufre. Una caja de O metro 0 25 de detfámeiro llena de esta mezcla, que se quemó sobre la.> orillas del mar produjo una llama que fué percibida de cuarenta leguas dentro d d m . t r . 28 AHTFS Nombra vulgar dado á esos gusanos que se desarrollan eu las carnes, y que proc; den de los huevos que muchas especies de moscas depositan en ellas. De todos tiempos estos gusanos han sido empleados en París por los pescadores de caña ó sedal. Mas hoy dia no solo se recojen para recreo de estos, si que se hacen hervir para alimento de los faisanes y de los pollitos, dándoles en particular á estos últimos, cuando llegados á su último grado de fuerza, se les quiera engordar. Según esperimentos ciertos, ningún alimento es mas conveniente á los pollos y faisanes que acaban de salir del h u e v o ; estas aves buscan con avidez los asticotcs, y si dividimos una pollada en dos bandadas, y á la una se la priva de los asticotcs, mientras se suministran á la otra , se reconocerá , hacia la tercera semana, (pie estos últimos aventajan mas de la mitad á los otros, ya en fuerza, ya en peso. Antes de la revolución de 18?>0 , los guardabosque de los sitios reales, y particularmente los de los bosques dcVinccnncs y de Boloña, junto á París, conocían muy bien el ventajoso partido que podían sacar de esos gusanos para la multiplicación de los f a i sanes; pues, no contentos de comprarlos á hectolit r o s , á los negociantes, hacían esparcir y diseminar todos los a ü o s , en estos lmsqucs, un número considerable de caballos. Sin embargo, no es necesario, para obtener buenos resultados, el que se nutra esclusivamente de asticotcs á las aveeilas que se crian; basta darles una corta cantidad dos (i trei veces al dia. El ventajoso uso de estas larvas, como antes se ha d i c h o , es todavía mas notable, cuando se dan como alimento á ias a v « . caseras qo< se quieren engordar. T uncios. 21) pues en ¡wco tiempo ailipiieren una gordura verdaderamente sorprendente. Se dice que la grasa y la carne de las aves de corral nutridas de esta manera, contraen un mal olor; si esto «s cierto, nada mas fácil que hacer desaparecer el inconveniente: hasta para ello alimentarlas no mas que con grano dos o tres días antes de malariasDespués do haber hablado del interesante uso de los astieoi.es, es menester indicar el modo de hacerlos nacer y de íeeojcrlos; lié aquí lo que se practica con respecio á eso en las cercas de los muladares de Montfaueou junto á París: En un paraje particular, por lo común en el á n g u lo de dos paredes, se pone sobre el terreno las carnes, los ó r g a n o s , y particularmente los intestinos de los caballos que lian sido desollados; se forma de todas estas partes una capa de dos decímetros de grueso, sobre la cual se echan algunos puñados de p a j a , para preservarla de la acción demasiado viva de los rayos del s o l , c impedir una desecación muy pronta de la superficie; muy luego tres especies de moscas, insinuando;:: al través i h la paja, van á depositar sus h u e vos o S U S o e o i i e j M i e l o s sobre estas materias animales, en lugar de las cuales solo se encuentra, al cabo de algunos d í a s , una masa movible compuesta de millaees de gusanos, y de algunos restos de materia a n i mal formando una especie de mantillo; se separan .'•"i la oi„no tí con uu cedazo los mas gruesos de estos re;|i»s; se reeojen los gusanos con la pala, se mesuran como g r a n o , y se envían en sacos de capacidad de dos (i tres hectolitros. 30 1ÜTEÍ A UTOG R A F I A . El arfe de trabar 'dibujos y de escribir sobre piedra que constituye la l i t o g r a f í a , ofrece un gran interés por la variedad de las operaciones de que se compone , y por sus útiles aplicaciones. La autografia , que puede suplir, en un gran n u mero de casos, á la l i t o g r a f í a , ha recibido de algunos años á esta parte perfeccionamientos importantesL a autografia consiste en escribir con la pluma común y una tinta de naturaleza particular sobre un pape! preparado ad hoc, por medio del cual en seguida se traslada sobre la piedra, que sirve para tirar en la prensa litografica un gran número de pruebas. E l papel para la autografía puede prepararse por medio de una sencilla capa de engrudo dcalmidon l i jeramente tenido con g o m a - g u l a ; pero este papel ha esperimentado muchas modificaciones, y para hacerlo se ha propuesto un gran número de composiciones que jeneralmcnte solo difieren entre sí por los resultados que procuran. Para que un traslado tenga lugar de una manera satisfactoria, se hace preciso que el papel humedecido se quite sin conservar vestijio de la capa de materia jelatinosa que babia sido aplicada á su superficie. Mr. G r e z e l , l i t ó g r a f o , ha llegado á este resultado p o r u n proceder que le ha valido el premio propuesto sobre este objeto por la Sociedad de fomento; esle proceder consiste en aplicar á la superficie del papel una capa de jelatina recubierta de una capa de e n g r u d o : por la humectación la materia de que está embarrado el papel se despega tan completamente, que el pliego, después de haber sido lavado, puede ser de nuevo cargado de la misma sustancia. T OFICIOS. 3f E n cuanto á la tinta nutogrdfica de transporte, M r . Cruzel la prepara c o n , cera virjen 180 g r a m o s ; jabón blanco y acá en láminas, de cada uno CO gramos; negro de humo común 3 cucharadas de boca. Se licúan juntos la cera y el jabotí, yantes que se inflámela mezc l a , se le echa c! negro de h u m o , y se ajita con una espátula; se deja arder por espacio de treinta segund e s ; se apaga ia llama y se añade poco á poco la laca ajilándolo siempre; se vuelve el vaso al fuego, hasta que ia materia se haya de nuevo inflamado; se apaga oirá vez la l l a m a , y se vacía en moldes cuando está algo enfriada. Para "nacer uso do esta t i n t a , se hace calentar u n a concha, ó vaso para poner colores, sobre el cual se w. ta el palo: esta linfa es fácil de emplear, pero présenla menos ventajas que la fabricada por Mr. Maiitoux, de qae vamos á h a b l a r , y cuya composición es la siguiente: Cera-virjen 3 kilogramos; jabón 2 k i l o g r a m o s ; almáciga en lágrimas 2 kilogramos 125 ; sebo 3 kilogramos; goma laca 4 kilogramos 1 2 5 ; resina copal 500 gramos. Fe puede operar de una de las maneras siguientes: í. Primero se licúa la cera , el j a b ó n , el sebo y la goma laca cuino en el proceder de C r u z e l , y en seguida se echa sobre la masa y poco á poco CO gramos de flor de azufre antes de cada proyección de copal; la inflamación del azufre eleva muchísimo la temperatura y facilita ia fusión de la c o p a l , que entonces se mezcla muy íntimamente con el resto de la masa. 2. O bien se funde la copal cu una olla de tierra nueva (¡ue previamente se ha frotado con un poco de a j o , y echándole, una cucharada de aceite de aceitun a s ; se añade en seguida, y poco á poco, la cera y el s e b o , y cuando la masa se ha inflamado, se le echa 32 AII TE ¡5 el jabón á jwdaeitos, y en seguida la goma laca, sirviéndose de azufre para elevar la temperatura, en ambos casos; después se disuelve la materia en suficiente cantidad de agua para obtener tinta á un grado de liquidez conveniente. Esta tinta corre fácilmente en la p l u m a , traza rasgos delicados como se quieren, y no presenta ninguna dificultad en su uso; como naturalmente no es col o r a d a , á fin de distinguir los rasgos delicados que f o r m a , es fácil ennegrecerla añadiéndole un poco de asfalto , que es muy preferible al uso del negro de h u mo que siempre tiende á precipitarse. Almidón Goma-gula 8 onzas, • íj dracmas. C o l a de pescado. . I dracma. A g u a de rio ó de lluvia C a n t i d a d indeterminada. Otra composición de papel autográfico; por L . Steincr. Para llegará hacer sobre este papel un escrito limpio y libre de todo defecto tanto en los gruesos como en los perfiles de las letras, es indispensable prepararlo por medio de la sandáraca. Se esparcirá de esta materia sobre el papel, que primero habrá sido trazado con lápiz según la forma de trabajo que se ha de componer. La cantidad de sandáraca dehesar muy c e r t a : si la temperatura es caliente, puede ponerse m a s , y la tinta naturalmente grasa y dispuesta á es tenderse, correrá menos. La sandáraca debe estenderse muy igualmente, por medio de una pata de liebre ó de conejo. Se evitará poner las manos sobre el papel o mojarle; es también indispensable pasar sobre el papel sandaraciulo, un lienzo blanco muy suave, para quitar los granos que han quedado en la superficie. Del corle de la pluma autográfíca , por M. S t c i - v orir.ms- 33 ner. La piuma de oca es la que hasta el presente, ha sido empleada con mas ventajas ; una pluma Manda y bien limpia, lo mas pequeña posible, por ruin que f u e s e , es la que producirá la mayor pureza en los perfdes del escrito. La pluma de c u e r v o , bien preparada, se ha utilizado para hacer las cifras. AZUL D E PflUSIA. Nada diremos del antiguo proceder de esta fabricación , puesto que es demasiado conocido. Hablaremos del modo de operar mas moderno con el ferro-cianuro de potasioy del medio mas económico de procurarse esta sustancia. La preparación del ferro-cianuro de potasio bien cristalizado ha permanecido por largo tiempo desconocida , y la Inglaterra y la Alemania han suministrado á la Francia cantidades considerables hasta estos últimos tiempos. Actualmente muchos fabricantes franceses lo obtienen muy hermoso; y he aquí el proceder seguido en una de las mejores fábricas de B e r lín: La calcinación de las materias se opera en un horno de reverbero cuya bóveda tiene la altura de 0 50 su suelo es horizontal, tiene un melro de largo y otro tanto de ancho; la reja está colocada sobre el lado del h e r n o , tiene una lonjitud de 0 4 8 , 5 4 , y una a n chura de 0'" 2 1 : el hogar una anchura de 0 27 á 0 5 : en la parte superior de la bóveda hay una abertura cubierta por una especie de casquete de palastro, que lleva una chimenea, y que, está sostenido por pequeñas paredes de ladrillos ó colunas de hierro. En la parle anterior del hornillo hay una ancha abertum , n m ro.MO n i - 3 ?A A 1¡TM ra que cierran dos puertas de hierro colado que cada una t i e n e , en su punto de u n i ó n , una abertura de un cuarto (!e c í r c u l o , destinada á dejar pasar el mango de una barra de h i e r r o , por medio de la cual se revuélvela materia , para facilitar el movimiento sin fatiga del trabajador la cual se suspende por medio de una cadena atada al techo. Para cada operación , se emplean 75 kilogramos de buena p o t a s a , 50 kilogramos de cuernos ó de c u e r o , y 3 kilogramos de limaduras de hierro. Primero se introduce la potasa en el horno, esta se funde en su a g u a , y en seguida experimenta la f u sión í g n e a ; luego se echa en ella toda la limadura deh i e r r o , se bracea la masa con la barrado hierro, que se ha de tener cuidado de hacerla enrojecer previamente , porque sin esto la materia se pegaría á ella, y no se podría revolverla sino con mucho trabajo. Cuando la masa está en completa f u s i ó n , se le echa , cada diez minutos, una palada de carbón a n i m a l ; cuando se ha introducido toda la cantidad, se le da un fuerte calor por espacio á corla diferencia de hora y media, y la operación queda concluid,! cuando se ven aparecer burbujas de óxido de carbono que \ junen á arder en la superficie: s e n t i r á la materia con cucharas que previamente se han enrojecido, y se echa en cilindros de hierro c o l a d o , como los que se emplean para la fabricación del negro animal. Cuando se trabaja de una manera intermitente, la primera operación dura veinte y cuatro horas, las demás no duran sino veinte, diez y o c h o , doce y diez lioras. Se traslada en calderas de hierro la materia sacada de los cilindros y se la hace hervir con agua; se decanta y se trata segunda vez el residuo con agua h i r viendo: después de haberlo decantado todo, se cucicr- 1 OFICIOS. '¿b ra este residuo en sacos de tela que se lavan hasta que el agua no disuelva n a d a ; reunidas todas las aguas de íij'iviaeion, se evaporan. A veces se ponen verdascas ó ramas delgadas sobre las cuales se pegan los cristales: estos se disuelven para hacerlos cristalizar de nuevo y obtenerlos mas puros y mas voluminosos. En esta operación se obtienen de 17 á 20 k i l o g r a mos de cianuro de potasio, se evaporan á sequedad las aguas madres de la cristalización, y se sujeta esta potasa ú una calcinación subsiguiente. El negro residuo no es susceptible de ser empleado de nuevo en esta fabricación. E l carbón de cuerno es el que dá el mejor p r o ducto. El suceso de la operación depende ríe la cantidad de carbón animal que se celia cu la potasa fundida con ¡as limaduras de hierro. Si la cantidad no era m u y considerable, no se podría juzgar del momento en que la operación está concluida por las burbujas de óxido de carbono que van á arder en la superficie de la c a l dera; se reconoce esta insuficencia de carbón por las chispas que se desprenden en la superficie, y que p r o ceden de la descomposición del ferro-cianuro de potasio ya formado. Guando la potasa está bien fundida, se .retira el fuego y se calienta mas la masa por todo el tiempo que se añade carbón animal; cuando todo se ha añadido, se aumenta de nuevo la temperatura. Preparación del carbón animal para emplear. Esla preparación puede hacerse en cilindros de hierro colado como los (pie se usan cu la fabricación de la sal amoníaco, ó bien en una caldera en la cual se introduce cuerno , sangre desecada, etc., etc., y se calienta primero lentamente , y en seguida hasta que 30 AUTES se haya obtenido un carbón g r a s o , pero que sin ciu bargo pueda pulverizarse fácilmente: ocho k i l o g r a mos de cuerno ó de cascos ó u ñ a s , <í diez kilogramos de s a n g r e , dan un kilogramo de carbón. La intensidad del matiz del azul de Prusia depende délas proporciones empleadas de sulfato de hierro y a l u m b r e : cuanto mayor es la dosis de alumbre, mas débil es el matiz. Y OFICIOS. 37 BAÑOS. La temperatura del depósito de agua c a l i e n t e , en un establecimiento de baños , debe ser de 80 á 8 8 . " Cada baño consume, término medio , 175 kilogramos de agua. Para un establecimiento en el cual se tuviese ([Lie calentar 100 baños por h o r a , s e r i a n menester 220 kilogramos de u l l a , suponiendo que esta pudiese dar seis veces tanto vapor, ó 515 k. de leña seca al aire. En un establecimiento donde se dan de cuatrocientos á quinientos baños por d i a , se queman para 170,000 b a ñ o s , 459 carretadas de u l l a , ó 3 k. 2 2 por baño. En un aparato construido por Mr. L e m a r e , y que es empleado en muchos otros establecimientos de baños la cantidad de agua calentada es mucho mas c o n siderable. El que ha presentado á la Sociedad de f o mento contiene dos mil litros de a g u a ; y en menos de dos horas, y menos de 33 kilogramos de ulla ha llevado el agua á la ebullición. Cuando se opera en grande , es el aparato mas económico que hasta a h c ra se ha establecido; pesa cerca de 1,000 kilogramos; y cucsla con su sopapo y sus tornillos de presión, 2,000 francos. A medida que el número de baños es menor, el gasto aumenta en una proporción muy r á pida en razón del capital del aparato. 38 artes BARRAS 6 RIELES DE nKIAL PIltl'lOÍM). (BARRAS AFORRADAS). Cuando en vez de colar el metal p u r o , se vacía cu tina rielera una liga de dos ó de mayor número de metales cuya densidades muy d i f e r e n t e , sucede con frecuencia que todas las partes de la barra ó riel no contienen las mismas proporciones de cada uno de e l l o s : en este caso tiene lugar una especie de licuación de donde resulta una liga de la mayor parte deí metal mas denso con una débil proporción del menos d e n s o , que queda en la parte superior. Sin ningún fraude, y por el solo hecho de esta circunstancia, hay rieles que pueden presentar partes cuya ley sea m u cho mas inferior á la que debia t e n e r ; pero la ley media se halla'cntonccs en la masa. Todo lo contrario se observa en los rieles aforrados ( f o u r r é s ) , que están formados en su superficie de una liga de ley elevada, y q u e , en el interior, contienen una porción de baja ley , ó también una masa mas ó menos considerable de un metal cuyo valor es infinitamente m e nor del de la l i g a . Un riel de cobre ó de liga de baja l e y , sostenido par hilos en el centro de la rielera, y cubierto de una liga de ley elevada, que en seguida se vaciaba en e l l a , h a h i a sido casijeneralmenle empleado hasta el dia por los defraudadores; pero la especie de estafa últimamente puesta en uso por uno de ellos, y que consistía en introducir lámiuas de ¡¡lomo delgadas en el m e t a l , después que este había sido vaciado en la rielera , era mucho utas peligrosa para el comercio que la de los rieles aforrados per el antiguo proee- Y ovinos. 39 d e r , pues siempre que se serraba el riel se podía r e conocer á primera vista la naturaleza de este, mientras (pie el plomo no podia percibirse bien sino por la diferencia de matiz, producida por la sulfuración de los dos metales, ó mojando la superficie descubierta con la sierra con bidro-sulfato de amoníaco; fundiendo barras (i rieles aforradas con cobre, la ley jcneral de lo fundido era menor de lo (pie halda i n dicada el ensayo hecho con porciones despegadas de las esquinas y de diversos puntos de la superficie ; y si el rlvl estuviese puesto en el crisol con cierto n ú mero de otros, de modo (pie no formase una fracción muy pequeña, la diferencia sobre, la ley podría tam» bien ilustrar acerca del f r a u d e , mientras que para los aforrados con plomo, la fundición misma de los rieles nada baria descubrir, y daria la misma ley indicada por el e n s a y o , pues el plomo oxidándose pasa por los poros del crisol. B R E A B E LA EPIDERMIS BEL ABEDUL. El producto que se obtiene de la destilación, en vasos cerrados, de la epidermis del abedul merece fij a r la atención. Este producto, que está compuesto de brea, de un aceite oloroso , de un poco de agua y de ácido pirolenoso, estendido sobre los c u e r o s , y sóbrelos tejidos, les comunica un olor p a r t i c u l a r , que es el del cuero de R u s i a , olor que tiene algo de desagradable, pero que sin embargo la moda hace b u s car con mucho conato. La brea de que se trata puede obtenerse i n t r o d u ciendo en vasos destilatorios la epidermis del abedul, calentando en seguida para descomponerla y recojer un producto líquido oleajinoso en los recipientes. 40 ARTKS El producto que se obtiene tiene un olor menos desagradable cuando, en vez de operar sobre la epidermis entera, se trata la materia estraida de esta epidermis por alcohol h i r v i e n d o , y que ha sido l l a mada belulina. Esta materia que es blanca, y tiene algo de cristalino , dá entonces un producto susceptible de ser aplicado sobre los tejidos; pero desgraciadamente solo podemos procurárnosla á un alto precio. La brea de abedul ha sido empleada con suceso por M. M. Duval y Grouvelle en el zurrado y la preparación de los cueros llamados de Rusia , que sirven en la encuademación de los libros preciosos, y que gozan de la doble propiedad de resistir á la humedad y de hacer huir los insectos destructores de las b i bliotecas. Se dá á un cierto número de objetos de yeso, de madera , de papel ó de cartón, un color de, bronce que varia según la naturaleza de las sustancias empleadas para producirlo, y «pie se asemeja mas o menos al color de bronce verdadero. 1. Se puede broncear de una manera muy brillante por medio de panes de oro molidos en el ¡tórrido con miel ó una mezcla de goma; para esto se utilizan las recortaduras obtenidas en los trabajes del batidor de oro. Se barniza el objeto que se quiere broncear con una capa de aceite de linaza, y en seguida se esparce por encima el polvo metálico, por ejemplo con una pequeña muñeca de lienzo. 2 . Al mismo uso puede emplearse también el oro músico (sulfuro de estaño ) , del que se mezcla una T oricios ii parte eon seis de huesos calcinados y reducidos á polvo muy fino ; se loma una corta cantidad de esta mezcla cou un lienzo humedecido, por medio del cual se pasa la materia sobre el objeto que se quure broncear; se frota en seguida con un lienzo s e c o , y luego se e n trega la pieza al bruñidor. Cuando el oro mosivo se trata de aplicar sobre p a pel, se muele esta materia sin ninguna mezcla de huesos calcinados, y solo se emplea para desleírlo clara de h u e v o , o un barniz lijero al alcohol. La materia se aplica con p i n c e l , y se bruñe en seguida. 3 . Cuando se mete en una disolución de sulfato de cobre dilatada en agua h i r v i e n d o , una lámina de hierro bien limpia y desoxidada, se precipita cobre en estado de polvo f i n o , que puede lavarse fácilmente ajitándolo muchas veces con agua. Este polvo, molido con seis veces su peso de huesos calcinados, puede servir para broncear como se ha dicho antes. A. Algunas veces se quiere comunicar á diversos objetos un color gris casi semejante al del h i e r r o , llamado bronce blanco , y lo obtenemos por diferentes medios. Primero la plata mosiua da un hermosísimo m a t i z , pero también nos servimos de estaño reducido á polvo fino que se obtiene echando este metal fundido en una caja cuyas paredes estéu cubiertas de creta en polvo, y ajitaudo el estaño fundido cu esta caja, muy vivamente y sin parar , hasta que el m e tal esté enteramente frió. Este p o l v o , pasado por un tamiz de seda y desleído en una disolución de cola fuerte, es aplicado, por medio del pincel , sobre el objeto que se quiere broncear: esto produce un color mate que puede bruñirse para obtenerlo brillante. En cuanto á VA plata mo.siva , se prepara con p a r tes ¡guales de bismuto, de estaño y de mercurio. Llámase bronce blanco cuando bronceamos el yeso 42 ÍRTFS de color g r i s , y para ello es preciso frotarlo eon plombajina. 5. El hierro colado bien limpio, sumerjido en una débil disolución de sulfato de cobre, hace precipitar en su superficie una corta cantidad de cobre metálico que adhiere fuertemente á é l : en esta circunstancia , el cobre toma un matiz rojizo que pasa al amarillo-oscuro. Verdadero bronce ; color que adquiere al aire. E l b r o n c e , espuesto por mas ó menos tiempo á la acción de la a t m ó s f e r a , se cubre de una capa muy delgada de carbonato que le da un tinte verde conocido con el nombre de patina antigua. Se ha procurado producirla por diferentes medios; pero á pesar de la analojía que ofrecen todos estos matices dados artificialmente con el debido á la acción del tiempo, con todo presentan diferencias que un ojo ejercitado descubre con facilidad : los aficionados á antigüedades no tienen razón de q u e j a r s e , pues siempre pueden distinguir los objetos verdaderamente antiguos de su imitación. Sea lo que se q u i e r a , se comunica al bronce destinado al ornato y á las medallas, el color que mas se acerca al del bronce a n t i g u o , impregnando su superficie con diferentes mezclas. U n gran número de composiciones ó de mezclas diversas han sido indicadas y anunciadas como capaces de producir la patina descada; muchas de eslas composiciones han tenido constantemente buenos resultados; pero el suceso depende en gran parle del m o do de operar cuando se aplican, porque trabajadores distintos, operando con la misma composición , o b tienen matices á menudo muy diferente;. Y OFICIOS. -43 He aquí algunas de las recelas dadas: Se pasa la mezcla por la superficie del m e t a l , bien limpio con ácido n í t r i c o , por medio de una muñeca de lienzo ó un pincel suave, y se cstiende muy u n i formemente. La naturaleza de la liga misma ejerce una g r a n d í sima influencia sobre el color del bronce o b t e n i d o , cualquiera sea la mezcla que se emplee para desarrol l a r l a ; como las ligas de que se hace uso en el amoldamiento de los diferentes objetos de adorno sen m u y variables, de ahí debe resultar que el bronce embebido de semejante m o d o , no puede dar resultados análogos. 1. Se estiende sobre la pieza ácido n í t r i c o , mezclado con dos á tres parles de a g u a ; el color parece primero g r i s , pero en seguida pasa al azul-verdoso. 2. Se pasa muchas veces sobre la pieza un líquido compuesto de una parte de sal amoníaco, 3 de carbonato de potasa y 6 de sal marina, disueltos en 12 partes de agua hirviendo , á la cual se añaden en s e g u i da 8 partes de nitrato de cobre: el matiz es primero desigual y áspero, pero acaba por suavizarse y ser mas uniforme. 3. Se puede obtener un hermoso bronce verdeazul, sirviéndose solamente de amoníaco concentrado , con el cual se frota el cobre y cuya acción se r e nueva muchas veces. A. La base de una gran parte de otras composiciones es el vinagre con la sal amoníaco; de modo que hábiles trabajadores no emplean otra cosa que una mezcla de CO gramos de sal amoníaco disueltos en un litro de vinagre. 5. Otra mezcla que da muy buenos resultados está formada de 30 gramos de sal amoníaco, 8 g r a m o s de sal de acederas ea 10 litros de vinagre. 44 ARTES 0 . Un hábil cincelador de P a r i s , usa una mezcla de 15 gramos de sal amoníaco, 15 gramos de sal marina , 30 gramos de espíritu de cuerno de c i e r v o , y un litro de vinagre. 7. Hay otra mezcla que da muy buenos resultados; compónese de 1 litro de vinagre en el cual se ponen 15 gramos de sal amoníaco pura. Se moja un pincel en la mezcla, se frota la pieza bien l i m p i a , hasta que haya tomado un hermoso matiz de bronce; la pieza solo debe estar humedecida, y por medio de un segundo pincel se le quitan en seguida hasta los últimos vestijios de humedad. S i , al cabo de dos ó tres d i a s , se halla todavía demasiado pálido el m a t i z , se ha de volver á comenzar la operación. Se puede operar al a i r e , y el color sale mejor; el c o b r e , en ningún caso, necesita ser calentado. También se obtiene un hermoso efecto por medio de las dos composiciones siguientes: 8. Sal amoníaco, y sal marina , de cada cosa ocho gramos; amoníaco puro 10 g r a m o s ; vinagre medio litro. 9 . Sal de acederas 2 gramos; sal amoníaco 8 g r a mos ; vinagre un cuarto de litro. Se pasa la mezcla con una brocha casi en seco s o bre el b r o n c e , y se continua hasta haber obtenido el matiz deseado. Estas composiciones dan un color mas hermoso, cuando se opera al s o l , y menos bello si se opera á la sombra. E n cuanto á las m e d a l l a s , se les da el color de un modo algo diferente, y la composición que se emplea varia igualmente mucho. 10. Mézclansc bien 500 gramos de sub-acetato de cobre fcardenillo) eii polvo, con 333 gramos de sal i oíocios. 45 amoníaco igualmente en p o l v o ; se hace de ellos una pasta por medio de vinagre; y para emplearla, se toma un pedazo del grueso de una nuez y se deslié en un poco de vinagre diluido en a g u a ; se hace hervir por espacio de un cuarto de h o r a ; se deja posar y se decanta el líquido claro. Para broncear las m e d a l l a s , se echa, encima el líquido hirviendo , y se continua la ebullición por espacio de cinco (i seis minutos; se decanta el líquido, y en seguida se lavan bien las m e dallas. El mismo líquido no puede servir sinocinco o seis veces, añadiendo, cada vez vinagre en corta c a n t i dad. lia de operarse en un vaso de cobre; las medallas .se colocan en pequeños pedazos de m a d e r a , de modo que no loquen las paredes del vaso, ni se toquen e n tre sí. Inmediatamente después, han de enjugarse con mucho cuidado las medallas, sin lo que cambiarían de m a t i z ; en seguida se desecan b i e n , y para volverles su. brillo , seria útil poderlas acuñar de nuevo con <d volante. Por desgracia sucede, á menudo que una parte de las piezas toman un mal matiz; y las medallas están muy sujetas á ser manchadas. 2. Se opera del mismo modo con una mezcla de 510 partes de cardenillo, 250 partes de sal amoníaco, que se deslien con vinagre y se muelen en un pórfid o ; se conserva en un vaso bien cerrado; cuando quiere echarse mano de e l l a , se deslié una partecita, como en la recela precedente , en un vaso de vinagre y dos litros de a g u a , y se hace hervir por espacio de 10 á 12 minutos. Para las ligas que contengan plomo y e s t a ñ o , se obtiene un hermoso bronce con una mezcla de 100 40 ARTES partes ele nitrato de cobre puro y neutro á 18° del pesa l i c o r , y 20 partes de sal amoníaco: este licor debe emplearse lo mas en seco que se pueda. Como objeto de curiosidad, he aquí el proceder que los chinos emplean para broncear : Primero se lava el cobre con vinagre y cenizas de l e f i a , hasta que quede perfectamente brillante; se hace secar al s o l , y se barniza con la siguiente composición: 2 partes de cardenillo, 2 de cinabrio, 5 de sal amoníaco, 2 de picos y de hígados de ;' ade, 5 de a l u m b r e , todo finamente molido y bien mezclado; después se humedece de modo que la composición se Irasforme en una pasta líquida que se estiende sobre el c o b r e : se espone en seguida al f u e g o , después se dejan enfriar las piezas, y se enjugan, lista operación debe repetirse ocho á diez veces. El cobre loma una bella apariencia , y de tal duración , que nada pierde de su hermosura por la acción combinada del aire y de la lluvia. Puédese también obtener un hermoso bronce con una mezcla de una parte de sal amoníaco, 3 de crémor tártaro y 3 de sal marina , todo disuello en 12 partes de agua caliente , á la cual se añaden 8 partes de una disolución de nitrato de cobre. Aumentando la cantidad de sal m a r i n a , el color se vuelve mas c l a r o , y tira á amarillo; disminuyéndola ó suprimiéndola del todo , el color pasa á azulado. Se acelera la acción , si se añade á la mezcla una mayor cantidad de amoníaco. Hay ciertos objetos que se desean broncear en r o j o : para ello han de barnizarse con óxido de hierro , esponiendo las piezas al calor, después de haberlas frotado casi en seco con un líquido que contenga cerca / de sulfuro de potasio, y el matiz pasa fácilmente al pardo-verdoso. l í 0 47 Y OFICIOS. Bronceado de los cañones de fusil. Basta frotarlos fuertemente con cloruro de antimonio fundido, cuya acción se renueva muchas veces: para que esta operación tenga un feliz é x i t o , ha de calentarse suavemente el canon. Bronceado para el yeso. El yeso puede adquirir el color del bronce en términos de equivocarlo con este, mientras no se toque con la mano, si se impregna de un,jabón de cobre propuesto por M M . Darcet y Thenard. He aquí como se opera: Se convierte el aceite de linaza puro en jabón neutro por medio de la sosa cáustica; en seguida se a ñ a de una fuerte disolución de sal m a r i n a , y se cuece hasta dar una gran densidad al l í q u i d o , para obtener el jabón que sobrenada en pequeños granos en la s u perficie; este jabón se hace escurrir, y se esprime para separarle todo lo posible la lejía. Este jabón se d i suelve en agua destilada, y la disolución se pasa por un lienzo: de otra parle se hace disolver igualmente cu agua destilada 80 partes de sulfato de cobre, y 20 de sulfato de hierro; se filtra , y se echa eu el agua jabonosa basta completa disolución. Entonces se a ñ a de un peco de los sulfatos, se ajita muchas v e c e s , y se hace hervir; de ese modo el jabón se baila mezclado con un esceso de sulfato. Se lava con mucha agua hirviendo, y en seguida con agua f r i a ; se echa en un lienzo, se enjuga y se seca todo lo posible. Se hace cocer á parte un kilogramo de aceite de l i naza puro con 250 gramos de hermoso litarjirio r e ducido á polvo fino; se pasa por un lienzo, y se deja posar en la estufa: así el aceite seclarilica mejor. 4& ANFLIS SK hnc.?n Fundir ¡ u n t o s , ni un vaso de loza, al v a por ó al harta d." maría , :¡OÍ) ¡¡-ramos de este aceite de linaza pocilio, 100 gramos de jabón de cobre y de hierro arriba dichos, 100 gramos de cera blanca p u r a ; y se deja la mezcla fundida por cierto tiempo para (fue se desprenda toda la humedad. Se hace calentar el yeso hasta 80 ó 90° cení ¡grados, en una estufa, y se aplica encima la mezcla f u n d i d a ; cuando el y e so estábaslanle frió para que la composición no pueda entrar en é l , ha de volverse á colocar la pieza en la estufa, y se calienta de nuevo » 80 (i 90" y se continúan estas aplicaciones de la misma manera, hasta que el yeso haya absorbido todo el que puede recibir. Entonces se vuelve otra vez la pieza ;í la estufa por algunos i n f l a n t e s , para que no quedo materia en la superficie: la porosidad natural del yeso permite que el barniz penetre hasta su interior, de suerte que quede en un todo i g u a l , lo que no podría obtenerse por n i n g ú n otro medio. Repitiendo mas ó menos veces la operación , puede hacerse penetrar mas o menos profundamente el barniz. ^ Cuando la pieza ha tomado el matiz deseado y absorbido el jabón necesario, para darle lustre, se frota ligeramente la superficie con una muñeca de algodón. Tara imitar con mucha exactitud el verdadero bronce metálico , se aplica sobre algunos puntos culminantes un poco ácoro molido con miel. Por el proceder que acaba de describirse, pueden imitarse en un todo las medallas, estatuas, los vasos, etc. El yeso así preparado resiste fuertemente la humedad, y es muy dudadero. Arle de broncear los objetos con de cobre aligado zinc. Lo primero que ha de hacerse es preparar el color Y OFICIOS. 4!) ile que se ha de hacer uso. Aunque se han publicado muchísimas recetas para esta composición , las dos siguientes parecen ser á la ver las mas seguras y e c o nómicas. Para hacer el bronce verde, tómese : t litro de buen vinagre. 15 gramos V de verde mineral. 15 gramos de tierra sombra. 15 gramos de sal amoníaco. 15 gramos de goma arábiga:. 60 gramos de granula de Aviñoi». 15 gramos de caparrosa verde (sulfato de hierro) 2 Y cerca 85 gramos (22 dracmas) de avena verde, si hay proporción para ella , pues no es indispensable en la preparación. Háganse disolver las sales y la goma en pequeñas porciones de v i n a g r e ; mézclese en seguida todo en un vaso de tierra muy sólido; añádase la granula de Aviiion y la a v e n a , y llágase hervir en un fuego dulce; déjese e n f r i a r , y fíltrese por u n a manga de franela. El liquido podrá ya usarse en e s te estado. Receta para hacer el bronce mente los Tómese: 1 30 15 8 litro de gramos gramos gramos que emplean comun- fundidores. vinagre f u e r t e . de sal amoniaco. de alumbre. de arsénico blanco. Mézclese todo junto , y cuando la disolución de las sales estará concluida, puede ya servirse de ella. T a m bién puede obtenerse un buen bronce no empleandomas que la sal amoníaco disuelta en el vinagre. M U TOMO ni, 4 50 ÍHTIS «líos fundidores no conocen otra cosa , y cuando su liga ha sido bien hecha, el éxito es casi cierto. Preparado el b r o n c e , se pule el m e t a l , lo que se tiaee , sea con la lima muy suave, sea en el torno, sea ron papel de p u l i r , sea mojándolo con agua fuerte. Para el suceso de la- operación es indispensable qua el metal esté bien limpio , y sobre todo que no queda en él ningún vestijio de grasa. El agua fuerte es, entre todos los urdios empleados el que dá mejor resultado, y debe acudiese á él cuando se quiere obtener un bronce fino. Los demás métodos son no obstante nmy suficientes para las obras menos delicadas. T Modo de aplicar el bronce. El bronce se aplica con una b r o c h i t a y el trabajador debe tener mucho cuidado en sostener constantemente la humedad en la obra, á fin de impedir el qua enverdezca. Guando se ha obtenido el color deseado,, lo que llega por lo común en veinte ó treinta minutos , debe con la mayor prontitud pasarse el objeto en agua fría muy l i m p i a , y enseguida secarla en aserraduras de madera , á un calor suave ; después de esto , se pasa por él una capa de b a r n i z , para conservar el color. T Sucede sin embargo muy á m e n u d o , que en razón de la calidad de la liga de cobre y de z i n c , el bronce preparado no puede dar á la obra un color bastante subido. He aquí el mejor medio para remediar este inconveniente. Tómense cerca de 8 gramos de negro de h u m o , el mejor que se encuentre; ajílese en un vaso de espíritu de vino rectificado: cuélese el líquido por un lienzo tupido. La pieza sobre la cual se ha aplicado el bronce ha de haberse calentado moderadamente , sea I OPIMOS. Sí sobre una p l a n c h a , sea al f u e g o , hasta que apenas pueda tocarse con la m a n o : entonces, con un pincel de piel de camello , se darán á la obra capas m u y espesas de líquido preparado con el negro, y se suspenderá cuando se tendrá el matiz que se desea. Cuando los capas estarán enfriadas completamente, l e pulirán con un pincel muy s u a v e , ó bien con una muñeca empapada en aceite verde muy limpio. E n s e gnida se estiende sobre el todo una capa de l a c a , y asi se obtiene el mas hermoso color de bronce que es susceptible de tomar la liga de cobre y de zinc. Si l a mezcla de negro de humo no es demasiado n e g r a , y si el barniz no es de un amarillo demasiado claro, e l color de cobre bronceado seta de un soberbio verde oscuro. De esto puede concluirse que es posible o b t e ner todos los matices de lo que se llama verde de bronce, empleando mas ó menos mezcla de negro de humo , y un b a r n i z ó laca de un amarillo mas ó m e nos c l a r o , y dando mas ó menos espesor á las capas de negro. No obstante, la obra conservará mucho mas tiempo su color, si la capa del bronce puede ser ma* oscura para que no sea necesario emplear el negro de humo preparado; y esto es cabalmente lo que c o n viene hacer, aunque á decir verdad se necesita mas tiempo que cuando se emplea el negro. Modo de dar di bronce el matiz conveniente emplear negro de humo. sin Cuando una pieza sobre la cual se ha aplicado el color del bronce ha sido secada, si el matiz no a p a rece tan oscuro como se desea, es menester colocarla delante un fuego vivo ó esponerla á los rayos de u a so! ardiente , al abrigo de toda corriente de a i r e , y volverla de vez en cuando : en seguida se cepilla con 52 jtftTKS un cepillo suave, y así se obtiene un hermoso b r o n ce. Mas este método tiene el inconveniente de ser a l g o l a r g o , y cuando el tiempo es limitado , hay mas u t i lidad y ventaja en servirse del negro de bu m o , BUJÍAS ESTEÁRICAS. Esta fabricación es de grande interés para la i n dustria : y á íiu de ilustrar suficientemente los p r i n cipios , haremos preceder á los porme ñores de su e j e cución , consideraciones sobre los elementos constitutivos de los cuerpos grasos en jeneral. Las grasas s o n materias untuosas, blancas d concretas , qríe l l e n a n , e n los animales , las celdillas de un tejido denominado adiposo ó celular. Las grasas son «Solubles en e l a g u a , y l a mayor parte mas l i jeras que esta; son eminentemente inflamables; al aire y á la luz se enrancian , y entonces son capaces de enrojecer los colores azules vejetales, en razón de l a presencia de ácidos que en ellas se desarrollan , y cuy a naturaleza se indicará después. Todas l a s grasas son incoloras cuando perfectamente p i r r a s ; sino lo son , p u e d e n diferir por el c o l o r , y las hay b l a n c a s , como l a de c e r d o , de c a r n e F o , de ternera, de oca, etc.; l a s hay amarillas, como l a g r a sa h u m a n a , de j a g u a r : según Mr. Cbevreul, el color amarillo en las grasas , es debido á un principio s o luble en e l a g u a , susceptible de descomponerse á 100° de temperatura, por:la acción reunida del aire y del a g u a . Las grasas difieren también entre sí por el olor, la consistencia, y el grado de fusibilidad. El olor es nul o en la grasa h u m a n a , débil en la de carnero y de cerdo, pronunciado sin ser desagradable en la grasa íi iRTBf encerrar el cuerpo en muchos dobles de papel »m c o l a , y en someterlo en frío á la acción de la prensa. Se encuentra sobre el papel la estearina sólida, y la oleína impregnada en este mismo papel: esta pueda estraerse en s e g u i d a , sea por medio del a l c o h o l , sea también por la acción de una fuerte prensa, después de haberla humedecido con agua tibia. Mas cualquiera sea el proceder puesto en uso para efectuar la separación, jamas se consigue aislar completamente las dos sustancias; la estearina retiene siempre un poco de o l e í n a , y la oleína un poco da estearina. E s fácil concebir pues que la consistencia variada de las grasas en su estado n a t u r a l , y su fusibilidad en diversos grados de c a l o r , dependen de la cantidad respectiva de los dos principios inmediatos que las c o n s t i t u y e n : en efecto, de un esceso de estearina debe resultar mas consistencia, y de un esceso de oleín a mas fluidez. M r . Chevreul examinando con mas atención que no l o habia h e c h o , la acción délos álcalis sobre las gras a s , en l a operación por la cual se saponifican en el proceder ordinario de fabricación del j a b ó n , se ha convencido que la estearina y la oleína se convierten en tres ácidos particulares, que ha denominado marmar gárico , esteárico yoléico, y cuya combinación con los álcalis forma margaraios, estearalos y oléalos, que existen en los jabones comunes. Los ácidos margárico y esteárico son sólidos y cristalizables á la temperatura ordinaria; el ácido oléico goza de l a fluidez de un aceite, y no puede cristalizarse sino ái la temperatura de algunos grados debajo de cero. Los ácidos margárico y esteárico tienen tanta analoj í a entre s í , que Mr. Chevreul por largo tiempo les l a b i a eoBíiderado como ua solo y mismo ácido, y s o - v oficios, h* h después de un escrupuloso examen se lia determinado à hacer de ellos dos ácidos distintos: sus principa les diferencias consisten en que el ácido margárico es fusilile à 60 gradosxentigrados , mientras que cl e s teárico no se funde sino á 7 0 " , y en q u e , segun su análisis elementar, el primero contiene cerca un centesimo y medio jde oxíjeno mas que el segundo. M r . Ghevrcul ha observado , además, que durante la saponificación ó la conversion de los principios i n mediatos de las grasas, se producía: 1. un principio dotado de un sabor azucarado, pero no susceptible de la ferraeatacion como la mayor parte .de los demás a z ú c a r e s , y al cual ha llamado glicirrina (este es.el mismo que el principio dulce de los aceites que el ilustre Sebéele habia ya reconocido en el agua estraida de los emplastos («'('parados con grasas y óxidos de p l o m o ) ; 2. A veces principios, ya colorantes, y a olorosos, volátiles y de naturaleza acida ; estos p r i n c i p i o s , quedando constantemente en la oleína, vuelven ese principio inmediato de las grasas mas difieiles de purificar que la estearina. : A estos resultados, tan nuevos-como importantes , M M . Braconnot, Dtipuy, Bussy y Lecanu, han aña<dido fech: s de un gran interés p a r a f a historia q u í mica de las gra.-as. El primero de estos esperimentad o r e s , tan recomendable por un gran número de t r a bajos de toda especie, ha probado que la acción de los ácidos sulfúrico y m i l i c o sobre las grasas y los aceites daba lugar á productos á corta diferencia idénticos con los que producía su saponificación por los á l c a l i s ; solamente lo que no ha observado que estos productos fuesen ácido?. A mas ha observado que la grasa vuelta rancia por una esposicion al aire por espacio de muchos a ñ o s , habia adquirido todos los c a ractère» de los productos dados y a por la saponifica- 56 AD.TB6 «ion alcalina, ya por los ácidos concentrados, cuando e n seguida se había privado á esta g r a s a , por la acción del agua caliente ó del alcohol, de los principios ácidos y volátiles que son la causa de su rancidez. E s tos resultados han sido después confirmados por monsieur Chcvreul m i s m o , quien ha reconocido en la grasa espuesta por espacio de un año á la acción del o x í j e n o , la existencia de los ácidos volátiles y de los ácidos grasos de la saponificación. M r . D u p u y , farmacéutico , habiendo obtenido en 3 8 2 3 , por la destilación de los aceites de liuaza y de adormideras, un producto sólido cuya naturaleza no conoció , comunicó este hecho á M. T h é n a r d , quien ha hecho mención de él en su relación sobre una memoria leida por M. Dupuy en la Academia de ciencias. E n 1 8 2 5 , M M . Bussy y L c c a n u , mas afortunados que M. Dupuy , ocupándose, después de é l , de la destilación de-los mismos aceites, como también de los de almendras dulces, de la enjundia de cerdo, y del sebo de c a r n e r o , se aseguraron que el producto sólido obtenido por la primera vez por este farmacéutico, y que es enteramente soluble en el alcohol, no es olra cosa que ácido margárico mezclado con ácido oléico; este hecho , cstremamente notable, prueba que el c a lqr es susceptible de producir ios ácidos grasos, como lo hacen los ácidos sulfúrico y n í t r i c o , los álcalis, el aire y el oxígeno p u r o ; así como lo hacen observar Ja propiedad de convertir los cuerpos grasos en ácidos margárico y oléico , eslá lejos de limitarse solo á los álcalis, como en un principio se habia c r e i d o , y al contrario se podría i n f e r i r , de las esperiencias h e chas sobre las grasas, que los ácidos grasos deben producirse en todas las circunstancias capaces de cambiar el equilibrio que existia primitivamente entre los elementos de la estearina y de la oleína. Sometiendo á i OFICIOS. 57 la destilación, cuerpos crasos inalterables por los á l « a l i s , MM. Bussy y Lecanu no han obtenido nigun vestijio de ácido margárico ni ácido oléico; nueva prueba de analojía entre los principales resultados de la destilación y de la saponificación. Independientemente de los ácidos margárico y oléico , estos señores han obtenido también, de la destilación de los cuerpos grasos formados de estearina y o l e í n a , ácidos sebáeico y a c é t i c o , a g u a , aceite volát i l , una materia olorosa v o l á t i l , nada acida y (¡ue es soluble en el a g u a ; y por fin han también recojido aceite empireumático y una materia amarilla. Los ácidos esteárico y margárico, puros ó mezclados entre s í , son de un blanco brillante y de una solidez inedia entre el sebo y la cera; arden fácilmente, con una llama v i v a , blanca, y son completamente inodoros, listas preciosas propiedades bien pronto han hecho concebir una esperanza que no ha tardado en realizarse de un modo muy útil y bien notable, la de utilizarlos para la fabricación de una especie de b u j í a s , cuyo uso se ha hecho inmenso, bajo los n o m bres diversos de bujías esteáricas , bujías de la estrella, del sol, del fénix, del relámpago, dei faro, del arco iris, de la unión\, parisienses, e t c . , ele. Estas bujías, de suma blancura y de forma tan pulida como las bujías de c e r a , son diariamente comparadas relativamente á estas últimas. Cuando las n u e vas bujías han sido bien fabricadas, es cierto que se obtiene, y mucho mas barato, una luz mas viva al mismo tiempo que menos molesta para la vista. La inmensa importancia de este dichoso descubrimiento nos ha puesto en el caso de hacer preceder á los procederes sobre la fabricación de las nuevas b u j í a s , una esposícioa completa de los principios en lo$ cuales se funda. $8 trm Dos procederes principales pueden ponerse en práctica par» obtener en su estado de pureza la materia de las nuevas b u j í a s : el uno se reduce á descomponer los jabones, el otro.ádestilar las grasas. En el primer c a s o , se echa en la disolución de j a b ó n , un lijero esceso de ácido muriático (hidroclurico de la nueva nomenclatura), que descompone sus sales, (los marg a r a t o s , estearatos y oleatos de sosa ó de p o t a s a ) , apoderándose de sus b a s e s : los tres ácidos grasos separados en esta operación de descomposición, van á nadar en la superficie del líquido acuoso; se q u i t a n , se lavan con agua hirviendo, para desembarazarlos de los muriatos de sosa ó de potasa formados y que son m u y solubles en el a g u a ; después de haber quitado los ácidos grasos , se encierran en sacos de t e l a , qut se humedecen cou agua tibia; se someten á la prensa, y el ácido oléico cuela abandonando los otros dos. Este proceder es mucho mas preferible al de la destilación de las grasas, que sin embargo vamos á describir , para no omitir cosa alguna en este objeto esencial. Por el proceder de la descomposición de los j a bones, se obtiene: 1. la totalidad de los ácidos grasos que las grasas son susceptibles de.dar; 2. una mezcla de ácidos esteárico y margárico, que, meurs fusible que este último ácido aislado, es por esto mas propia para la fabricación de las bujías. Así pues, este proceder reúne todo lo que se puede desear, á saber la cantidad y la calidad del producto. La única dificultad que presenta, en la manipulación, es q u e , á pesar de los repetidos l a v a d o s , no se puede quitar por el agua á los ácidos grasos las últimas porciones de sales alcalinas: esto es lo que da á las bujías esteáric a s , cuando han sido fabricadas con poco c u i d a d o , la funesta propiedad de estraer lijeramente la h u m e dad del a i r e , que ocasiona el petenco de la llama. T OFICIOS' $9 Este primer proceder La recibido r a , respecto á la economía, un perfeccionamiento notable; en lugar de saponificar las grasas por la sosa ó la p o t a s a , que son de un alto precio, se consigue, por medio del uso de una caldera altoelava, obtener esta saponificación y la formación de los ácidos g r a s o s , sustituyendo la cal á los álcalis. En estos casos, en lugar del ácido muriático, se emplea mas económicamente, el ácido s u l fúrico para descomponer el jabón calcáreo. E l segundo proceder de formación de los ¿cidos grasos cansiste, camo se ha dicho mas a r r i b a , en destilar las grasas. E l producto s o l i d o , obtenido por enfriamiento y condensación, es en seguida lavado y sometido á la prensa , para aislar el ácido oléici del estárici. Este preceder está sujeto á numerosos inconvenientes en la práctica : primero, durante la destilación , se exala un olor a c r e , mordicante, que escita la tos y provoca el lacrimeo , con disgusto de los trabajadores; eu segundo l u g a r , se forman , á espensas de la g r a s a , un gran número de productos volátiles gaseosos; lo que disminuye mucho el producto en materia sólida. Por otra pártese ha observado que el producto sólido, obtenido por destilación , por bien l a vado y purifieido que haya sido de su ácido oléica por la acción de la prensa, queda siempre fusible á m e nos de 60" de temperatura , lo que induciría á presumir can cierto fundamento que el ácido raargárico domina mucho en él sobre el esteárica. Los pormenores y a demasiado minuciosos que acabamos de manifestar, no parecen aun suficientes para esponer con fruto los procedimientos de una fabricación que hace honor á la F r a n c i a , y de la cual se han apoderado los cstranjeros can un conato que atestigua toda su utilidad. Vamos pues á deEej-ibir el t r a bajo de uno de los primero» establecimientos de esta 60 ÍHTKS especie, y que lia obtenido ya por sus felices resultados mucha reputación y dinero. Las principales operaciones-de la fabricación son : \, Saponificación ; 1, Descomposición del jabotí calcáreo ; 3 , presión en frió ; 4 , presión en cállenle ; 5 , tratamiento de los panes; 6, macla con la cera y amoldamiento ; 7 , pulimento de las bujías; 8 , refundición de las recortaduras: Q, fabricación y uso de las torcidas. DE LA SiPOfüFICAClOS. S e introducen en una cuba ó en una.caldera (1) de « n a dimensiofu'.anveniente 1000 partes en peso de sebo licuado y en panes (2). Se cubre este sebo can una capa de a g u a , de modo que haya una altura de 10 á 2 4 c " n t . ; se « a l i e n t a , sea á fuego desnudo, sea por medio del vapor (que es lo mejor) de modo que se lleve el agua á la ebullición; cuando se ha llegado á este punto de la operación , se ocha en la caldera una leche de cal bien desleída y que ha sido preparada c m 100 partes de Esta leche de -cal debe ser bastante voluminosa para que el liquido llene la caldera hasta á 33 c . n t . cerca de la cobertera , se bracea y se me/cia bien , se c í l e o la cobertera y se continua en calentarlo por seis á siete horas teniendo.cuidado de b n x : a r l o de vez en cuando (de 15.tu 1.5 m i nutos). (i) E n J é n o v a se sirven de una grande cuba de m a - zonería, en la cual el lújuido ei calentado por medio de tubos de cobre que conducen vapor de agua. (í) Al presente ti sin inconveniente se practican podría indagaciones emplearse ssbo $n rama pava la saponificación. para Y c r directamente el T OFICIOS. 61 Cuando se ha operado la saponificación , se deja enfriar el jabón calcáreo que se solidifica por el e n friamiento. Después de ía solidificación, se separa el agua por medio de una ¡'lave de fuente cali cada en la parte inferior de la c u b a , se SIICÍ el jabón y se coloca en una segunda cuba para preceder á la descomposición. Descomposición del jabón calcáreo. Se divide el jabón en pequeños fragmentos y se le fcha encima, á pequeñas porciones , agua acidulada C m ácido sulfúrico que previamente se. fia preparado me/clando ácido con agna.cn un vaso de o b r e , añadiéndole el agua peer» á poco. Cuando el ácido está en parte empleado, se calienta por el v a p o r , c o n t i n u a n do en añadir agua acidulada hasta la desaparición délas masas grumulosas, y hasta que el agua de la cuba llega á ser un poco acida. Algunos! prácticos prefieren preparar primero el agua acida en la cuba y en seguida meten en ella el' jabón calcáreo. Mientras se opera la descomposición del jabón c a l cáreo por e l á e i d o , es necesario br;>c'ar mucho la m a teria sirviéndose de una larga espátula de madera , arla cual en las fábricas se lia dado ci nombre de aviron. La descomposición del jabón calcáreo dura jeneralmente de 4 á 6 horas; y s i , como se ha indicado a r r i b a , se han empleado para 1000 partes de s e b o , 100 de c a l , para una descomposición completa son necesarias 228 parles de ácido sulfúrico á (ÍG° dilatado con 1200 partes de agua. Algunos fabricantes, otros que el cuyo modo de operar describimos a q u í , elevan la cantidad de ácido 62 ÍKTÍÜ* hasta 230 y atin 240 partes de ácido para 160 de c a l ; pero nosotros creemos que estas cantidades son escesivas: á lo m a s , el esceso de ácido no puede tener otro inconveniente que un mayor gasto sin utilidad. Concluida la descomposición del jabón calcáreo, so cesa de hacer pasar corrientes de vapor en la cuba; se deja posar por espacio de cuatro ó cinco h o r a s . E n tonces pueden observarse en la cuba las tres distintas capas que en ella se han f o r m a d o ; la primera ocupa la parte superior, y se quita por medio de la espumadera; se echa la materia en una cuba calocada junto á la de la descomposición, y en la cual se ha puesto agua hasta la altura de un pié. Después de haber quitado la mayor parte de esta primera c a p a , se pone en descubierto una parte de la materia que no se ha del todo solidificado; es preciso dejarla de nuevo enfriar para poder quitar la restante. La segunda capa está formada de mucho l í q u i d o , en el cual se encuentra cierta cantidad de los ácidos productos de la descomposición. L a tercera capa no es mas que sulfato de cal en consistencia de papilla espesa. Se lava con agua f r i a , ajitando mucho para cstraer las porciones de ácidos grasos que pueden quedar interpuestas en él. Cuando este poso yesoso ha sido suficientemente separado de toda sustancia útil se tira. Sin duda podría utilizarse para el abono de las tierras. Podríanse igualmente recojer las aguas q u e , en la operación de descompos i c i ó n , quedan cargadas de un esceso de ácido; estas aguas servirían en muchas a r t e s , particularmente en la fabricacian del sulfato de hierro. La materia g r a s a , formada de los ácidos esteárico y o l e i c o , y que ha sido colocada en la tercera cuba, es en seguida calentada por el vapor de agua. C u a n - T oricios. 65 io esta fia llegado á la temperatura de la ebullición, te añade todavía un poco de ácido sulfúrico débil para disolver el sulfato de cal (pie siempre queda en mayor o menor cantidad en la masa. Se deja hervir por espacio de cerca de una h o r a , sin ajitar; después se interrumpe la llegada del v a p o r , se deja enfriar y posar, lo que dura tres horas. La cantidad de ácido sulfúrico empleada en esta última operación es de c e r ca de un décimo del peso de la materia grasa. Esta c a n tidad parece escesiva» Los ácidos grasos asi perfectamente lavados e n agüe, acidulada, son llevados á una cuarta cuba en donde previamente se ha puesto agua pura hasta l a altura de 33 c e n t . ; se hace hervir esta agua por e s pacio de una hora al menos, para quitar á ios á c i dos grasos todo si ácido sulfúrico y el sulfato ácido decaí. Se deja en seguida enfriar y posar, después se decanta la materia g r a s a , y se vaeía en moldes de hoja de lata; p o í e l enfriamiento, se obtienen paae» iic 25 á 30 kilogramos. Fraion en frió. Cuantió la materia grasa está completamenleenfria d a , tiene mi color amarillo , y examinándola atentamente , se encuentra formada de, pequeños cristales: comprimida entre los-dedos deja resudar una materia aceitosa amarilla, que es ácido oléico. Los panes sacados de los m o b l e s , p o r medio de «na cuchilla destinada al i n t e n t o , se reducen á láminas delgadas , que se colocan en una especie de m a n teles de tejido de lana cruzado, que tienen cerca de un metro de largo sobre 65 cent, de ancho. En medio de cada uno de estos manteles se colocan 2 ó 3 k i l o gramos de materia, se levantan los bordes del m a n tel para formar de él uua especie de saco. L a lana 1 (>4 ilMTiS empleada en la fabricación de estos manteles no debe ser tenida, porque coloraría la materia. Se coloca sobre los platillos de una ancha prensa, una "primera ringlera de s a c o s , y sobre esta una l á mina de z i n c ; después una hilera de sacos, y así en s e g u i d a , empleando alternativamente sacos y láminas de z i n c , hasta cargar completamente la prensa. E n tonces se empieza á prensar, primero suavemente, después gradualmente mucho mas fuerte : se suspende la presión cuando se ve colar abundantemente la materia amarilla Huida, después cuando va cesando el derramamiento se prensa de nuevo. Esta maniobra continúa hasta que se haya obtenido el objeto deseado , á s a b e r , la estracciou tan completa como sea posible del ácido oléico fluido. El ácido esteárico, que es s o l i d o , queda en el mantel. Las prensas empleadas facilitan una presión mas o menos considerable; las de Paríj en jeueral no son suficientes ; en Suiza se hace uso de una prensa hidráulica cuyo efecto ha sido evaluado á 7 2 2 mil libras. Este objeto es muy esencial ; porque es muy importante, para la buena c a lidad de las bujías , el privarles en un lodo del ácido o l é i c o , que las colora y las hace susceptibles de correr quemando. Algunos fabricantes han sustituido el hierro al zinc en la construcción de las planchas de presión; pero en jencral á pesar de su diferencia de precio, el hierr o se oxida y altera la hermosura de los productos.Después de esta primera presión en f r i ó , se obtiene «Üe ácido esteárico solido cerca de los y del sebo en bruto emplado. Pero esta proporción puede variar mucho según ¡a naturaleza délos sebo?. 4 Presión en 1 0 0 caliente. Concluida y a la presión en frió , se retiran de la т OFICIOS- С5 prensa los manteles que c ontienen el ác ido esteáric o, y la materia se introduc e en tejidos de c r i n , á los cuales los trabajadores dan el nombre de escarpines (cli'iitssons); llenos estos esc arpines son de nuevo puestos en la prensa , liec ic ndo alternar, c omo en la presión en f r i ó , una hilera de. cliaussoiis y una planc h a . Mas en la presión en c aliente las planc has son de hierro de 28á 30 milím. de grueso, y se c alientan previamente al vapor. Kn esla presión también debe precederse gradualmente para llegar al mayor grado posible. En una fábric a bien organizada debe haber un d o ble juego de láminas ó planc has de hierro, á fin de tener siempre de c alientes para la presión siguiente y evitar asi el di->c anso de las prensas. En la presión en c aliente, deben estraerse los ú l timos ve.itijies del ác ido oléic o: mas por medio del calor indispensable en la operac ión, este ác ido fluido tiene ia propiedad de disolver y de arrastraren el a c to de fluir ác ido inargár'x o. Este se prec ipita de él por el enfriamiento, y se separa para añadirlo en una operación subsec uente ele presión en frió. El ác ido eléic ) flúidoobtenido por la presión, t a n to en c aliente e.;mo en frió, se c olec a en una c uba; y a! c abo de algunos días de reposo se forma en él un poso de éc ido m a r g a r l o ; se filtra todo para obtener el ác ido oléic o puro. El poso de ác ido m a r g á r ic o , igualmente que el que se posa sobre los filtros, se p o ne á esc urrir, y en seguida se le sujeta á una nueva presión. Sin embargo, c omo para las bujías e.-c ojidas, el ác ido esteáric o, menos f u s i b l e , c onviene muc ho mas que el ác ido margáric o , será útilísimo reservar este para las bujías ele menor c alidad. Terminada la presión en frió, se halla en los chaussons un pan solido, s e c o , de c olor blanc o nac araTO.UO Ш . & 06 i nriis d o ; se reúnen todos estos p a n e s , se recortan los bordes , que siempre están algo colorados de amarillo: esta operación se llama mondacion. Tratamientos de los panes esteárico. de ácido Los panes después de bien mondados , siendo bien blancos y bien secos, se ponen en una cuba de madera perfectamente limpia y provista de un serpentín de p l o m o ; cu esta cuba se lia puesto agua acida mas débil que el agua acida empleada en las demás cubas; se lleva á la ebullición, que debe sostenerse constantemente por espacio de una h o r a ; se bracea fuertemente toda la m a t e r i a ; se deja en s 'guida posar el l í quido por cinco h o r a s , y se enfria. Luego después se pone la materia grasa en otra cuba de madera c o l o cada al l a d o ; esta cuba provista también de un serpentín para c a l e n t a r , contiene una capa de agua de 24 á 30 centímetros de altura. Esta agua debe ser pura, y sin que nada contenga de sales calcáreas ( 1 ) . ( i ) E o las fábricas donde hay una máquina de vapor, puede recojerse el agua de la condensación de loa v a pores. A l g u n o s fabricantes han propuesto purificar el agua destinada á este último trabajo , haciéndola servir c o n una porción de panes en peso igual al agua, dejando e n friar, después quitando los panes pava trasladarlos en la primera c u b a , E t agua (según queda en la cuba su modo de dedv) que es buena para hacer la última opera- ción., y puede servir muchas veces seguidas. Este medio nos parece sujeto á muchas objecciones. P o r otra parte es m u c h o 'mas sencillo y fácil procurarse directamente agua pura. r ortcios. 67 Cuando se Ira añadido la malcría grasa se lleva clagua á la cliullicion ; llegada la malcría á este e s t a d o , se deslié cierta cantidad de claras'de huevos en agua (c:ica iJO á 40 por 500 kilogramos de m a t e r i a ) ; se halen, se echa esta solución albuminosa en la c u b a ; se deja continuar la ebullición por espacio de una hora, después se detiene el acceso del vapor, y se deja posar por cinco <í seis horas. Después de e s t o , se encuentra que se ha formado en la parte superior una capia de materia grasa tan clara como el agua la mas pura , se separa con precaución esta materia purificada , y se vacía en moldes para formar p a n e s , que en seguida se disponen para vaciarlos en los moldes ó para hac:r de ellos bujías (1). Mezcla con la cera y amoldamiento. El ácido esteárico a n preparado, después de haberlo sacado en panes de los moldes, se hace una mezcla en las proporciones de 9 i parles de é l , y 6 de cera b l a n c a ; la cera ha sido previamente licuada en c a zuelas barnizadas con un p i c o : el ácido esteárico solo se añade después de esta licuación; se ajila fuertemente la mezcla con la espátula para repartir unifor- (i) Al principio ciertos fabricantes ensayaban los ácidos grasos asi obtenidos antes de emplearlos en g r a n de. A este electo convertían una pat lecita de ellos en b a j í a , en un molde apropíadoj y habían observado que cuando la materia era convenientemente purificada , la combustión de esta bujía de ensayo era perfecta ; y que al contrario, sí la materia quedaba impura, se a c u m u l a ban á la punta de la mecha durante la combustión, m a terias incombustibles que formaban lo que se l l a m a b a una NAU1Z. C«3 AÍITCS raemcnte la cera. Se. deja e n f r i a r , pero mientras se opera este enfriamiento, es menester todavía ajilar frecuentemente con la espátula, para que la masa quede liomojcnea. La mezcla luego que se halla á la temperatura de cerca de 5 5 ° , se echa en moldes de estaño apropiados y convenientemente arreglados. Los moldes destinados para el amoldamiento de la bujía esteárica son colocados en aberturas practicadas en la parte superior de una caja, mas ó menos larga y mas ó menos ancha según el sitio de que se pueda disponer ; esta c i j a , que forma como una especie de e s t u f a , está aforrada en su interior, sea can láminas de palastro ó de z i n c ; en su parte superior recibe tubos de cobre de una dimensión á corla diferencia de 10 centímetros de diámetro; estos tubos se llenan por medio de un jenerador do vapor de agua que los calienta y elévala temperatura del aire , q u e , á su vez, eleva la de los moldes. La temperatura de estos mold e s , en el momento en que se echa en ellos la bujía, debe ser de cerca 40° centígrados. Los moldes antes deben haberse guarnecido de las mechas; la parte superior de la torcida , el punto por el cual debe encenderse, está lijo por un alfiler. Luego que les moldes están llenos, se abre la portezuela de la e s t u f a , después se quitan los moldes, que se reemplazan por otros para ir amoldando continuamente. Enfriados los m o l d e s , es fácil sacar las bujía*. La mayor parte de los fabricantes esponen la bujía al aire inmediatamente después de haberla sacado de los mold e s : se deja esponer á la doble influencia de la atmósfera y del r o c í o , lo que acaba el blanqueo. Otros fabricantes miran esta esposícion como superflua. Las b u j í a s , al salir de los moldes, pueden presentar muchos defectos: á va ees se hallan salpicadas de v OFICJÜS. (59 pequeños cristales , si la materia ha sido vaciada demasiado caliente, ó los moldes han sido demasiado calentados. Otras veces presentan a g u j e r o s , sobre t o do al pié de las bujías; este defecto procede de una causa contraria, esto es de haber vaciado la materia demasiado f r í a . Pulimento de las bujías. La bujía, retirada ya del estendedor, y después de haberla corlado por el pié , debe en seguida recibir el pulimento: este trabajo está confiado por lo común á mujeres ó á niños; consiste en frotar la bujía con un pedazo de lana muy blanca y muy l i m p i a , impregnada de alcohol á .'ib'". Otros fabricantes han tenido la idea de sustituir al uso del alcohol, el del éter. Este aumento de gasto es del todo inútil. Refundición de las recortaduras. Las recortaduras de bujías se colocan en cazuelas de tierra barnizadas, y se ponen en una estufa, donde la materia se licúa ; y si no ha sido ensuciada, puede concurrir á uu amoldamiento subsecuente sin otra purificación. Fabricación de ¡as mechas ó torcidas. Las mechas que se emplean en la fabricación de las bujías estancas exijen una elección rigurosa de algodón hilado fino y bien i g u a l ; estas mechas son formadas entre sí per tres hilos reunidos en el telar. La duración de las bujías, para el u s o , es rigurosamente proporcional al grueso de las torcidas. 70 AKTBS Preparación de las mechas. Las mechas que entran en la fabricación de las bujías esteáricas deben esperimentai' cierta preparación, que no es la misma en todas las fábricas de este p r o ducto. L a mas en uso de estas preparaciones, y que contribuye á impedir el peterreo durante la combustión de las b u j í a s , consiste en hacer licuar en 50 k i logramos de agua muy pura , 375 g r . de ácido bórico igualmente p u r o , en añadir al líquido 31 g r . de ácido sulfúrico á 6 6 ° , después en mojar las mechas en esta d i s o l u c i ó n , hasta que del todo impregnadas, se precipiten al fondo del vaso. Por algún t i e m p o , en Francia y en los paises estranjeros, se ha introducido en las m e c h a s , ácido a r senioso , con el objeto de hacerles adherir á la materia grasa. Esta peligrosa práciica ha sido abandonada. T OFICIOS. Tí r CAL HIDRÁULICA. U n gran número de localidades presentan piedras calizas que producen cal hidráulica; pero, según las indagaciones de Yicat y otros, las mas males cales grasas son susceptibles de dar muy buenas cales h i dráulicas por medios sencillísimos ejecutados en m u chas de ellas por Mr. S l . - L é g e r : la cal hidráulica artificial obtenida por dichos medios es superior á m u chas de las mejores cales naturales. La creta muy abundante en tantas localidades en F r a n c i a , por ejemplo la de M c u d a n , mezclada con un cuarto en volumen de arcilla de Passy ó de V a n v c r s , constituye la materia destinada para producir la cal hidráulica. La mezcla se deslíe con agua en un cubillo de bacina provisto de muelas verticales. Cuando esta incucla ha quedado bien intima, la masa se traslada en barreños donde se decanta; el agua se separa, y la materia selida se forma en ladrillos ó en bolas que se abandonan al aire para secarlas, y en seguida se ciiícjn en hornos de cal á una temperatura insuficiente para cocerlos silicatos y los alumínalos que se f o r m a n , lo que volvería la cal impropia para todo uso. La mezcla empleada por M M . Bryan y St.-Léger contiene 84 de carbonato de c a l , 1U de sílice, 5 de alúmina y 1 de oxido de hierro; y en la cal obtenida de esta composición se ha encontrado f o r m a d a , por el análisis, de cal 7 í , 0 , aicilla 2 3 , 8 , y oxido de hierro 1,0. 72 ARTES Por mas ventajas que presenten las cales hidriulic a s , están lejos sin embargo de ofrecer las importantes calidades de la especie de piedra caliza coincida con el nombre de cimento romano. E n 1796, Parker y W y a t h , en Inglaterra, recibieron una patente para la preparación de esta especie de c a l , cuyo uso se ha prodigiosamente estendido en los países lejanos de Asia y de América. Distingüese esta sustancia por propiedades muy características : cuando se la mezcla con a g u a , se solidifica antes de un cuarto de hora, como el yeso amas a d o , aun bajo del agua que ninguna acción tiene sobre ella: el a g u a , en vez de dañarla, le comunica mas solidez, y basta muy corto tiempo para que adquiera la de las mejores piedras, sin que se produzcan en ella hendiduras. El cimento romano se halla en muchos puntos en I n g l a t e r r a ; también se encuentra, pero en cartas cantidades, en las costas del Boulonnais en Francia. Sea lo que se quiera: nosotros no poseíamos la esplotacion regular y metódica de este cimento, cuando M r . L a cordaire , injeniero franrés, de: cubrió en Pouilly , en B o r g o ñ a , dos capas muy dilatadas, que espleta y hace circular en el comercio bajo el nombre de cimento de Pouilly. Parker había prescrito, en su patente, calcinar la piedra hasta vitrificarla; pero este es un error que por largo tiempo ha perjudicado el suceso de su descubrimiento. La calcinación no debe ser muy fuerte y la materia debe estar reducida á polvo antes de emplearla. Ha de formarse un montón de este polvo, y echar en él agua en la relación de cerca ' /¡ de volumen , ajilando continuamente, y con la precaución de solo preparar la cantidad que puede emplearse al instante mismo. La mezcla de 1 paite de arena 2 T OFICIOS. 73 contra una parte de este cimento parece ser la mejor. Esta mezcla ha de hacerse en s e c o , y antes del amasamiento. CARBONATO DE COBRE. (Aquí solo hablamos de este producto bajo el punto de vista de una formación artificial de malaquita). El cirbonato de cobre existe en la naturaleza en dos diferentes estados; de un hermoso color verde , formando lo que se llama malaquita, que á veces se halla voluminosa en Siberia; y en pequeños cristales, en vetas ó en ríñones , de un color azul muy brillant e , y que se llama azul de moiilaiia. En el primer estado el carbonato de cobre es muy buscado para hae?r muebles y objetos de p r e c i o ; puede obtenerse el carbonato de cobre en forma pulverulenta, p n e s pitando una disolución de una sal de cobre por un carbonato alcalino. Recientemente M r . B é q u e r c t , de la Academia de Ciencias, ha hecho ver que podia obtenerse una i n cru.-tacion en una piedra calcárea grosera, por un proceder que tan solo es susceptible por ahora de resultados científicos, pero cuya a p l i c c i o n á las artes llegará á ser quizás importante; he aquí como se consigue. Se sumerje una lámina de piedra calcárea en una disolución de nitrato de cobre; muy luego se f o r ma , en la superficie, una capa de carbonato v e r d e ; cuando esta ha adquirido un espesor bastante grueso, se retira la piedra y se sumerje en una disolución de carbonato de sosa. Al cabo de cierto tiempo la aceion queda terminada, y una capa uniforme de carbonato de cobre la cubre por todas partes; su matiz tiene el lustre de la malaquita, y si la piedra es susceptible 74 ARTES de tomar un conveniente pulimento , imita de un modo marcado la malaquita natural. Si en vez de pietira calcárea común se lomaba alabastro calcáreo que pudiese ser penetrado por la disolución de c o b r e , se obtendrían velas que darían al objeto así preparado una completa semejanza con esta piedra preciosa. C A R M Í N , CARMINA. L a cochinilla sirve en la preparación de uno de los colores mas brillantes, mas bellos que emplean los pintores, y que es couecido con el nombre de carmín. Debemos á Pelletier y Caven ton el conocimiento exacto de la materia colorante de la c i c h i n i l l a , que se precipita siempre en combinación con muchas otras sustancias, y forma entonces compuestos variables por su m a t i z , según el reactivo empleado jiara esta precipitación. La cochinilla contiene siempre carmina, una m a lcría a n i m a l , y una sustancia grasa. Para obtener la materia colorante en el estado de pureza, se agota primero la cochinilla con el éter para >eparar toda la materia grasa , y en seguida se disuelve la carmina en el a l c o h o l ; abandonando el líquido á la evaporación espontánea , el color se precipita bajo la forma de pequeños granos de un bello color rojo. Para separar de ellos la materia g r a s a , se ponen en c a n t a d o con alcohol muy concentrado que en seguida se separa por decantación, después se le añade un volumen igual de éter : entonces la carmina se halla precipitada en estado de pureza. La carmina pura es de un rojo púrpura b r i l l a n t e , inalterable al a i r e , fusible á ;>()", (acálmenlo destructible por el cloro y los ácidos concentrados, muy so- Y OFICIOS. 75 luble en el agua y peco cu el alcohol concentrado, insoluole en el éter y los aceites. Las materias animales y sobre todo la jelatina se unen fácilmente con la carmina, y de este compuesto resulta el carmin. La preparación de este color presenta dificultades, y la misma receta da raras veces productos semejantes entre las manos de todos los que la s i g u e n ; los fabricantes ocultan en jcncral con cuidado las manipulaciones <¡ue les dan hermosos productos. Todas la» recetas publicadas van comprendidas en uno de los procederes s i g u i e n t e s , dados por Mr. M ó rimée. Se hace hervir por un cuarto de h o r a , medio k i l o gramo de cochinilla en polvo en agua de rio ti de lluvia en la cual se añaden de diez y seis á veinte g r a mos de carbonato de sosa ó de potasa; en seguida se añaden al liquido treinta y dos á cuarenta gramos de hermoso alumbre en polvo y se ajita con un pincel ó una espátula; se retira el vaso del f u e g o ; se deja posar media hora , y el líquido decantado se echa en ¡ilatos bien limpios, que se abandonan por echo dias en un lugar tranquilo al abrigo del polvo; se decanta, y se encuentra el carmín en el fondo de los platos; se hace secar en una estufa á un calor muy suave. Mr. Mérimée ha visto preparar carmín muy h e r moso por el siguiente proceder, que el fabricante h a bía procurado t c u l l a r . Quinientos gramos de cochinilla se hirvieron por un cuarto de hora con dos cántaros de agua en un vaso de cobre estañado; se les añadieron echo g r a mos de crémor tártaro ó de bí-oxalato de potasa (sal de acederas); retirado el vaso del f u e g o , el líquido se pasó por un tamiz de seda, y después de haberlo obtenido claro se echó en él un líquido con el cual se 76 A*TBS habia mezclado un peco de carmín; la decocción de cochinilla tomó al instante uu color de sangre muy brillante; se batió la mezcla por espacio de algunos instantes can una escoba de mimbres , y se echo s o bre una tela túpide; el carmín que quedó sobre la tela,era de un color estremamente rico. E l líquido echado en la dececcion era, según opina M r . Mérímée, una mezcla de sal de estaño ( c l o ruro de estaño) y de alumbre , que , para disfrazar su color blanco, se le habia añadido uu puco de c a r min. El siguiente proceder da un hermoso carmín; pero para consegir un feliz resultado conviene tener muy presente una precaución p a r t i c u l a r : consiste en reunir la mezcla en un vaso de borde plano y a n c h o ; si el borde era redondo, el líquido se dtcantaria mal y no seria perfectamente c l a r o : débese á esta circunstancia el que algunas personas dejen de obtener uu buen resultado con el siguiente preceder: Se hacen hervir quinientos gramos de cochinilla en polvo en cuatro á cinco cántaros de agua de r i o ; se le añaden catorce á quince gramos de carbonato de sosa ó de potasa; la ebullición va acompañada de una efervescencia que se apacigua con un peco de agua f r í a , ó ajilándolo con un grueso pincel. Guando el l í quido ha hervido algunos m i n u t o s , te coloca la caldera sobre una mesa para poderla decantar con facilidad; se echan en ella veinte y cuatro á treinta y dos gramos de alumbre bien puro en p o l v o , y se ajita con un p i n c e l : el color toma un matiz rojo-oscuro. Al cabo de quince á veinte m i n u t o s , la cochinilla se ha posado del todo, y el baño queda perfectamente claro; se decanta en una caldera de igual capacidad, que se mete en el f u e g o , y se, añaden catorce gramos de cola de pescado disucllos cu uu litro de a g u a , *e T olíaos 77 ajita bien con un pincel limpio, y se deja el vaso en el fuego hasta que comience la ebullición. En este momento el carmín sube á la superficie, se retira el v a so del ruego , se ajila algunos instantes, y al cabo de veinte minutos á media hora á lo m a s , el carmín se posa en el fondo de la caldera, se decanta y se echa la materia sobre una tela tupida. La cola de percado se prepara cortándola á pequeños pedazos, y dejándola sumerjida en agua por toda una noche: se hincha m u c h o , y entonces se tritura i n un mortero de vidrio ó de porcelana, se echa e n cima agua h i r v i e n d o , y se disuelve con facilidad. Guando se emplea el carmín para la preparación de las flores artificiales, ha de disolverse en amoníaco: también se usa de el para colorar los dulces cu el arte de confitero. El carmín muy á menudo está falsificado con v e r melloo; fraude muy difícil de reconocer tratándolo con un ¡meo de amoníaco, que disuelve solamente el carmín , y deja intactas las sustancias cstrañas. La disolución acuosa de la cochinilla es de un rojo carmesí; por los ácidos pasa á un rojo v i v o , y con un c.ceso de estos al rojo amarillento, y en fin al aína r u l o ; por los álcalis pasa al violeta: solo la cal la precipita. Puédese restituir el color primitivo por la adición de ácido (i de álcali según el caso. La carmina se precipita en un todo por la alúmina; la laca que en este caso se o b t i e n e , es de un hermoso rojo que por la ebullición pasa al violeta. El acetato de p l o m o , el protocloruro de estaño y el proto-nilrato de mercurio precipitan la disolución acuosa de c< chinilla en violeta, y el deuto-nitrato en rojo-escarlata. El nitrato de. p l o m o , las sales de c o b r e , de barita, de estronsiana, de c a l , le dan un matiz violeta; las 78 inrns de potasa, da sosa y de alúmina , un matiz carmesí: el cloruro de e s t a ñ o , la precipita en rojo muy vivo. O IV. C A El 'JT No hablaremos aquí de la antigua fabricación de las diferentes especies de cartones empleados en los usos comunes, por ser ya umversalmente conocida; pero bajo el título de cartón daremos á conocer muchos productos nuevos mas ó menos interesantes. Cartón cuero. 1. Los desechos procedentes del trabajo de las p i e les curtidas han sido empleados por M r . Dufort, p a ra fabricar una especie de cartón susceptible de ú t i les aplicaciones. Estos desechos, puestos en una m á quina al intento, se muelen y se reducen á pasta; se les añade cola a n i m a l , y se amoldan en la prensa para obtener objetos de la forma que se quiere. £1 autor ha preparado por este medio, cartones que mira como mas propios para ser casidos que los cartones comunes , y que no costarían por lo común s i no á 30 centesimos la l i b r a ; y que son útilísimos para cubiertas de l i b r o s , y libritos de memoria, q u e , cubiertos de un barniz de l a c a , pueden reemplazar con ventaja las pizarras de escribir. Cartones para techos. 2 . El cartón fabricado can arambeles de lana , y pasado por el castillejo, después mojado en agua muy cargada de c a l , y en seguida cu el ácido sulfúrico , es muy solido, y la capa de cal que se forma eu T OSKSOS. 79 su superficie lo preserva de la acción de la l l u v i a , y en ¡¡rau parte de la del f u e g o . Esta especie de cartones ha servido para hacer t e chos lijeros, fine resisten por largo tiempo la h u m e dad. También se ha propuesto prepararlos, al mismo uso, sumerjiendo papel fuerte y grueso , en una mezcla de partes iguales de pez y de brea , de la cual se emplean muchas capas. Estos cartones se clavan sobre planchas fijadas á las v i g a s , y se c u b r e n , por medio de un tapón de cánamo, con una mezcla de doste'rcios de brea y un tercio de p e z , á los cuales se añade igual parle de carbón de leña y de c a l , aplicándola m u y caliente. En seguida se polvorea la capa con a r e n a , ó cenizas de fragua , á fin de volverle menos susceptible de agrietarse (i de inflamarse. Car Ion incombustible. 3. La propiedad de que goza el amianto ó el asbesto de no quemarse y de no fundirse sino á una m u y alia temperatura, lia l u c h o proponerle muchas veces para ser empleado en la confi Ceion de papel ó de c a r ien incombustible. La naturaleza fibrosa del amianta se presta bien á la división necesaria para ?a preparación del papel; pero este, suslaiieia solo podría ofrecer una pasta sin consistencia; sin e m b a r g o , si se hacia entrar una cierta pro-porción de ella en la pasta del cartón común muy cargada di; c o l a , podríase disminuir muy mucho su combustibilidad, y obtener ai mi. mo tiempo pliegos bastante sólidos para prestarse A la mayor -liarte de los usos á los cuales se destina el cartón de arambeles. Carian 4. de musgo. El m u s g o , lavado con cuidado, separado de t o - 80 люта da materia estrafia, y bien soc o, puede reduc irse en pasta moliéndolo c omo los arambeles. Pliegos gruesos fabricados c on esta pasta , y reunidos por medio de una c ola muy fuerte, después prensados en el c astillej o , dan un c artón muy solido (pie parec e haberse empleado c on ventaja en Holanda para aferrar los navios. En Franc ia se lia c onc edido un privilejio de i n vención para la fabric ac ión de este c artón. Cartón helado (glact) . 5. Há c ense hervir en veinte y c uatro litros de a g u a , hasta la reduc c ión de la m i t a d , quinientos g r a mos de rec ortaduras de p e r g a m i n o , dos cientos c incucnla gramos de c ola de pesc ado , y dos c ientos c i n cuenta gramos de goma arábiga ; hec ha y c larific ada la disoluc ión, se divide en tres partes iguales. Se añaden á la primera c inc o kilogramos de albayaldc m o lido al a g u a , á la segunda c uatro, y á la terc era tres kilogramos. El papel ó el c artón se esliendo sobre una lámina bien p u l i d a , y se le pasa, en c aliente , c on un p i n c e l , la primera c omposic ión; se deja sí car por espacio de víante y c uatro h o r a s , y se proc ede del m i s mo modo que para las dos otras partes de la c omposición. Se le da l u s t r e , c oloc ando el с (Поп ó ei papel sobre una planc ha de ac ero muy pulida, pasando el c astiiiejo. C X O I K S ItO S i E 4 A I » E l inmenso c onsumo que en le dia se hac e de esta sal para el lavado de los tejidos de hilo y de algodón y de la pasta de papel, da logar á una fabri c a c ión muy en grande de este produc to, que se prepara en estado líquido o en estado s o l i d o , según las loc alida- Y OFICIOS. 81 des. El cloruro sólido presenta otras ventajas; puede trasportarse fácilmente y con poco g a s t o , y se c o n serva mejor y mas largo tiempo sin alteración, en razón del exeso de cal que contiene; pero esteexeso también presenta un inconveniente, esto es que no pueden, por medio del cloruro seco, obtenerse l í q u i dos tan concentrados sin tratarlos muchas veces con pequeñas cantidades de a g u a , y que es indispensable, cuando se pone en la cuba para las telas pintadas? emplear baños que contengan cloruro en suspensión' lo que presenta inconvenientes; pero por otra parte el trasporte del cloruro líquido los presenta también por su v o l u m e n , por lo espuesto que se está á que se derrame, y por las alteraciones que puede esperimenfar. Solo cu Jos logares donde se consume m u c h o , como en Mulhauseu y en i i u a n , por ejemplo, es v e n tajoso preparar el cloruro líquido. Si solo se trata de obtener cortas cantidades de c l o ruro de cal líquido, basta hacer pasar cloro en leche de cal encerrada en cilindros de plomo; pero cuando se opera sobre, grandes cantidades, este aparato no seria suficiente, lie aquí el aparato J e Mulhausen, descrilo por ¡11 Scliwartz. El cloro producido en una doble hilera de balones de vidrio calentados en el baño de arena, es conducido por cada parte á un cubo de asperón silíceo (de G u c b - W i l l c r ) , por medio de tubos que, atraviesan una cobertera de.madera barnizada con mástic resinoso que descansa sobre un encaje hecho en. los bordes det mismo. Un eje que pasa por la lonjitud del cubo , lleva paletas en elice cuyos bordes se encuentran á 5 (i G centímetros de sus paredes; un manubrio colocado en el estremo permite dar á este eje un movimiento continuo. Un embudo colocado en el estremo opuesto del c u b o , y que se eleva á la altura de la tapadeTOUO I I I . 6 82 iitTF.s ra comunicando con el mismo cutio por un tubo hor i z o n t a l , sirve para introducir leche de c a l ; el cloruro formado se recoje por una abertura colocada al lado del manubrio. Para que la operación marche b i e n , ha de elevarse inmediatamente la temperatura hasta cerca f>0° y sostenerla en este punto mientras se desprenda g a s , luego llevarla rápidamente al grado de la ebullición, «n cuyo estado se mantiene algunos instantes con tal que se haya empleado un lijero csceso de óxido de m a n g a n e s o , y sobretodo colocando un vaso entre los balones y el aparato absorbente. A fin de, evitar la presión en los aparatos , es necesario que los tubos solo estén muy poco sumerjidos en la leche de cal; los vasos intermedios tienen el inconveniente de aumentar esta presión, pero ofrecen la ventaja de retener el ácido hidroclórico que destila siempre en mayor ó menor cantidad , y de impedir que el liquido de los balones productores pase al cubo que contiene la leche de c a l ; si el líquido de los balones ó matraces llegase á entumecerse, en lugar de los frascos intermedios, podria servir, como en una cámara de fabricar cloruro seco, una pequeña caja de madera de la lonjilud de uno de los lados del aparato, á la cual se diese una lijera inclinación; se pondría en ella una pequeña capa de agua en la cual tan solo se harían sumerjir los tubos de algunos milímetros; y una abertura colocada en la parte mas declive de la c a j a , permitiría, por medio de una canilla, recojer el líquido formado. La disolución de cloruro de cal mezclada con un esceso de cal apenas se descompone cerca de su grado de ebullición; pero cuando falta este eserso de cal en el l í q u i d o , se descompone al contrario antes de 45° de temperatura: la ajitaeion del líquido poniendo sin T OFICIOS. 85 cesar el e oeso de c d en contacto con el ¡jas cloro impide que se caliente, y por consiguiente la formación de cloruro de calcio. Luego que al líquido leche de cal está saturado, ha de retirarse del aparato, porque se calentaría demasiado, y habría descomposición. f El cloruro de cal líquido mas concentrado marca 9 y descolora 80 volúmenes de la disolución de añil de la que se hablará después, mientras que los l í q u i dos mas concentrados obtenidos por disolución de los cloruros secos no descoloran sino 50 y marcan solamente 6 . La preparación del cloruro de cal s e c o , se hace con Facilidad sustituyendo al aparato de que acabamos de hablar, vasos de mayor o menor capacidad, llenos de cal apagada: las condiciones para obtener buen r e sultado s o n , conducir la operación de modo que la temperatura no se eleve sino muy débilmente; sin e s to se obtendría mucho cloruro de calcio. Se logra mantener esta baja temperatura moderando el desprendimiento del cloro en los vasos productores y disponiendo el aparato de modo que solo se produzca en él una débil presión. o o Cuando no se opera sobre grandes cantidades, nos sirven con ventaja tinajas de tierra cocida, haciendo llegar por su fondo cloro sobre la cal que llena estos vasos, y que se tiene cuidado de tamizarla bien. Cuando se ha hecho pasar un esceso de g a s , se vuelve el vaso y se saca el cloruro, que entonces se ha tomado en masa. Para cantidades considerables, es mucho mas c ó modo construir una cámara de madera en la cual se colocan est ntes móviles á la distancia de 8 á 9 c e n tímetros: el cloro gaseoso se hace l l e g a r , indiferentemente, por la parte superior ó por la parte infjerfor de la cámara estableciendo en la parte opuesta una válvula de agua que sido permita una muy lijen* presión en la cámara. Según como se dirijo la corriente del gas c l o r o , la cal de que se bailan cubiertos los estantes se satura primero inferiormente ó en la parte superior; después de cierto tiempo, se abre la cámara para sacar de ella el cloruro de cal formadose renuevan las superficies de la c a l , y se cambia de posición la que no lia sido saturada, á fio de acercarla al manantial del gas. Para poder juzgar con facilidad del curso de la operación, conviene hacer en Jos lados de la cámara dos aberturas cerradas con Cristales para examinar el color de la atmósfera del aposento. En uno de los lados de la cámara se construye una abertura que se cierra con una puerta m ó v i l , cuyos bordes están guarnecidos de orillos ó cubiertos de tiras de papel encolado. Cuando se ha de entrar en la cámara, se ventila Hiriendo dos aberturas opuestas, ó bien poniéndola en comunicación con una chimenea donde baya fuego y permita al aire penetrar en ella por otra abertura. Ensayo de los cloruros ó de la cloromclria. Determinar exactamente la cantidad de cloro que •contiene un c l o r u r o , es una operr.cion importante, tanto para establecer su valor comercial como para saber la cantidad que de el ha de emplearse para una operación. Muchos procederes han sido propuestos para conseguirlo: el añil disuelto en el ácido sulfúric o , empleado desde mucho tiempo por Bcrlbollet, parte» todavía ser el mejor ; pero base empleado también la disolución, en el carbonato de sosa, del compuesto azul que forma el almidón con el y o d o , el Y OFICIOS. 85 cloruro de manganeso y el nitrato de protóxido de mercurio. A pesar de los inconvenientes que presenta el uso de la disolución sulfúrica de añil que se descolora espontáneamente poco á peco , los ensayos h e chos por los demás procederes parecen deben señalar á esta una absoluta preeminencia. Se describirá pues aquí el proceder de Berthollet tal como lo ha modificado Mr Gay-Lussac. Los instrumentos que se usan para estos ensayos son los -mismos que M r . Gay-Lussac ha empleado p a ra el ensayo de los álcalis. Solo debe añadírseles un morterito de porcelana para pulverizar el c l o r u r o , y una pipeta de la capacidad de un centilitro dentro los límites de un punto marcado en el t u b o , y uq ajitadur de vidrio. £1 líquido de prueba se prepara del modo siguiente: se toman tres gramos 98 de oxido de manganeso cristalizado cu hermosas a g u j a s , que se pulverizan. Este polvo se trata con ácido hidroclórico (muriátíco) en una redoma cuyo tubo vaya á parar al fondo de una probeta inclinada de cerca 40° en el horizonte, en una leche de cal de un volumen menor de uu l i t r o ; cuando ya no se desprende mas g a s , y el líquido ha hervido algunos m i n u t o s , se completa el litro de l e che de cal. Además, se disuelve una parte de añil en polvo fino e n 9 partes de ácido s u l f ú r i c o , calentándolo al b a ño de maría por espacio de seis horas: esta disolu^ cion cu seguida se dilata cu una cantidad de agua tal que pueda descolorarse exactamente por y de su volumen de cloruro. Este líquido de prueba debe conservarse al abrigo de la luz. i0 Para ensayar un cloruro s e c o , se toman 5 gramos sobre una mezcla de muestras tomadas en diferentes puntos de la masa; se muele sucesivamente en el mor- 86 ÍRTRS tero con un poco de a g u a , y se echa el líquido en una probeta con pié de / litro de capacidad; se completa esta m e d i d a , y después de haber bien mezclado por ajítacion con el ajitador de vidrio , se deja aclarar el líquido. Para no perder líquido echándolo en la probeta , se apoya el majadero en el pico por el cual cuela el líquido. l 2 Se llena de líquido de prueba la probeta graduada, y se echa en el vaso una cantidad inferior á la que se presume que puede ser descolorada por el cloro. Se toma con la pipeta una medida de cloruro la «ual se hace caer rápidamente en la tintura soplando en el tubo de la pipeta; si el líquido queda descolorado por esta c a n t i d a d , al instante se echa nueva cant i d a d , hasta que tome uu tinte ligeramente verduzco ; si esta cantidad no pasa de V de grado , dará el litro de c l o r u r o ; pero si es m a y o r , es preciso volver á comenzar el ensayo poniendo en el vaso la cantidad que se juzgue necesaria, y el ensayo no es exacto sino cuando tome instantáneamente el tinte deseado. Si se operase lentamente , las cantidades de líquido de prueba descolorado podrían ser muy diferentes : con un poco de práctica se llega fácilmente á determinar el grado de un c l o r u r o , pero puede siempre haber en ello una diferencia señalada entre ensayos hechos por dos personas, en razón de la d i ferencia de matiz a l a cual se suspende , y que es d i fícil de fijar con precisión. ía Del mismo modo se ensaya un cloruro líquido ó una disolución de cloro en el agua. La unidad escojida para esta especie de ensayo, es la fuerza descolorante de un litro de cloro gaseoso sec o , á la presión de 0"76 y á 0 , que debe colorar exactamente 10 veces tanta disolución de añil. T o mando 10 gramos de cloruro de cal disueltos en un o Y OFICIO*. 87 litro de agua, el número de volúmenes de añil o g r a d o s , destruidos por un volumen de la disolución de cloruro, indica el número de décimos de litro de c l o ro que este cloruro contiene. Según e s t o , 1 kilogramo de cloruro de cal cuyo título fuese de G° 5 ó 65 centesimos, contendría 65 litros de c l o r o ; cada grado representa pues 10 litros por kilogramo, y cada décimo de grado 1 l i t r o : el cloruro de cal sólido , perfectamente s a t u r a d o , c o n tendría por kilogramo 101 litros 21 de cloro. Las disoluciones débiles dan mas precisión en el ensayo que las mas fuertes. Si el cloruro ensayado descolorase mas de 10° , »ería necesario v o l v e r l e , por una adición, á no destruir sino 4 á 5 ° , y aumentar el número de grados encontrado de esta diferencia. El líquido de prueba es bastante exacto operando como hemos dicho con 3 gramos 98 de óxido de m a n ganeso p u r o , que dan 1 litro de cloro. Dado un cloruro sólido ó l í q u i d o , nada mas fácil que determinar la cantidad necesaria para obtener un líquido de una fuerza igualmente determinada. A s í , suponiendo que este cloruro marca 8 ° 6 ; en este e s tado , contiene por kilogramo 86 litros de cloro. Si se quisiesen obtener 100 litrrxs de disolución que marcase 3° y contuviese 30 litros de c l o r o , deberían, pues , tomarse 349 gramos El líquido conocido en París y jcneralmente e m pleado por los lavanderos del rastro para el lavado del lienzo fino es un cloruro de potasa. Esta operación es tan sencilla , que con pocas palabras la esplicarémos. Se opera como para el cloruro de c a l , escepto que en el frasco del recipiente, en vez de leche de c a l , se pone una disolución que contiene 7 por eien» to de carbonato de potasa , por la cual se hace pasar cloro hasta saturación; cuando el l i q u i d o , como se 88 AltTES v é , está muy dilatado en a g u a , no se forma clorato de potasa. Los fabricantes de agua de javellc muy á menudo la coloran con un poco del siguiente líquido: se mezcla una porción del residuo de la operación con agua de javclle y se hace c a l e n t a r ; el líquido filtrado es entonces de un rosa-violáceo ; añádese al agua de j a velle la cantidad necesaria para darle el matiz deseado ; pero esta adición , que no es mas que un ardid del o f i c i o , será mas bien nociva que útil en el lavado ó blanqueo. COBALTO. El cobalto en estado metálico ningún uso tiene en las artes; sus óxidos y sus combinaciones salinas son los únicos que se empican. La propiedad de que g o zan los óxidos de cobalto para colorar de hermoso azul puro los vidrios y los esmaltes es verdaderamente notable por su e n e r j í a ; bastan pues algunos granos de óxido de cobalto para dar un color azul muy intenso á una considerable masa de vidrio. Nitrato de cobalto. Para obtenerlo en el estado de pureza que su uso exije en muchas a r t e s , se tosta este mineral de cobalto hasta que no despida vapores arscnicales blanc o s ; enseguida se trata por el ácido nítrico añadido á pequeñas cantidades sucesivas, y cuando el ácido y a no tiene acción, se evapora para que tenga lugar l a cristalización. Esta disolución dilatada en agua puede servir como tinta llamada simpática : los c a racteres trazados con la disolución desaparecen cuando el papel se seca al a i r e , y vuelven á aparecer de Y OFICIOS. 89 un color azul cuando de nuevo se humedece el papel y se calienta lijeramente: si el líquido contiene un poco de h i e r r o , el color es verdoso. Azul Thénard, preparado con cobalto. E n la pintura con el objeto de reemplazar el ultramar, cuyo precio escesivamente elevado hace casi imposible su uso , fué propuesto un premio para un proceder propio para obtener mas barato un color hermoso y sólido. Mr. Thénard ganó este p r e m i o , y el proceder es el siguiente : Se precipita por el fosfato de sosa una disolución de cobalto, no importa en que á c i d o , pero que teng a el menor cscesode este posible; el precipitadojelatinoso que se f o r m a , después de lavado con mucho cuidado, se mezcla con ocho veces su peso de a l ú m i na también en jalea precipitada del alumbre por un álcali. Se hace secar la mezcla y en seguida se calcina hasta el rojo en un crisol que casi se llena del todo. Puédese asimismo obtener el mismo color con una parte de arseniato de cobalto y 16 de alúmina en j a l e a , ó bien a u n , mezclando disoluciones de alumv bre puro y de nitrato de c o b a l t o , en las cuales se echa la suficiente cantidad de potasa; en fin, mezclando alúmina en jalea con la mismas disolución. En c a da uno de los procederes conviene lavar bien y hacer secar el precipitado antes de la calcinación. COLA D E .ÏKIJ.ITÏX/I. Veinte años atrás apenas se sabia en que emplear los huesos de los animales; y sin embargo la c a n t i dad de cola que pueden producir es inmensa. 90 Preparación Alt TUS dt los huesos para estratr na que contienen. la jelati- Como los huesos apenas son atacables por el agua h i r v i e n d o , para estraer su parte soluble, se hace preciso tratarlos por otros procederes. Los huesos contienen una cantidad muy considerable de grasa en sus celdillas, que es de un uso muy ventajoso en las a r t e s , pero que dañaría en la preparación de la jelatina: para privar á los huesos de su g r a s a , primero se cortan á pedazos sobre un tajo; después de esta operación se les hace hervir en el a g u a ; la grasa se l i c ú a , va á nadar en la superficie del líquido , y se separa por medio de una grande cuchara muy plana y adelgazada en sus bordes. Cuando ya no se percibe mas g r a s a , se sacan los huesos o n una cuchara agujereada y se colocan en cestos para dejarlos escurrir.Es inútil observar que la misma agua ya hirviendo puede con economía de combustible servir en muchas operaciones sucesivas. Después del desengrasamiento, la jelatina de los huesos puede obtenerse por dos procederes diferentes, 1-° calentándolos en una caldera altoclave; 2.° separando las sales calizas que contieaen por medio del ácido hidroclórico (muriático). Primer proceder. Los huesos, después de desengrasados, se pasan á la cal y se sonieten á la acción del agua bajo la i n fluencia de una temperatura elevada; para esto se colocan en una caldera capaz de suportar una presión de muchas atmósferas; se añade agua y se calienta hasta 120° ó cerca dos atmósferas: en esta temperatura los huesos son atacados, la jelatina se disuelve» r oi'icios. 9t se esparce por el a g u a , y la materia c a l i z a , conservando su forma primitiva , pierde su solidez. Guando se juzga que se ha disuelto toda la j e l a t i n a , se disminuye el f u e g o , y cuando puede abrirse la v á l vula de la caldera altoclave sin que se escape vapor con violencia, se abre una llave adaptada á la parte inferior de la caldera , y el líquido que cuela se filtra inmediatamente y en caliente , y después es conducido ó trasvasado en la caldera donde debe formarse el depósito de todo lo que ha pasado por el filtro. A la temperatura elevada que puede obtenerse en una caldera altoclave , los huesos serían atacados, aun sin haber sido previamente pasados á la c a l ; pero este grado de calor no debe sin embargo despreciarse, porque facilita la separación de las últimas porciones de grasa que disminuirían la trasparencia de la j e l a t i n a , atendido que se separan de ella cuando no están saponificadas. Segundo proceder. Los huesos se ponen en maceracion en cubos que contengan ácido muriático á 10° á lo mas. Por esta operación, el carbonato y fosfato de cal de los huesos se disuelve, y la jelatina queda intacta. No p o demos indicar la duración necesaria de la maceracion, porque varia según la densidad del ácido , la relación de la cantidad del ácido y la de los huesos, según el grueso y la dureza de estos. He aquí porque siempre es útil escoger los huesos para reunir aquellos que parecen exijir al mismo tiempo la maceracion. Se reconoce que el tratamiento es suficiente cuando los huesos son flexibles : pero si después de esta m a ceracion bastante prolongada, no llegan á ser flexibles será menester renovar el ácido de las cubas. 92 AUTKS A l salir del agua acidulada, los huesos se escurren, se lavan y se nielen en cal. La cal , a q u i , debe saturar el ácido muriáüco , y el fosfato ácido de cal quedar en en los huesos; es pues indispensable dejarles macerar por un tiempo bastante largo, i g u a l mente renovar la leche de c a l , cuando se juzgue que !a acción de la primera esta agotada. E n jeneral, cuando se hacen macerar materias animales de una manera sucesiva en muchas leches de « a l , es útil evitar que estén por demasiado tiempo al contacto del aire en el intervalo de las macaraciones? porque la cal roba ácido carbónico á la atmósfera y se forma en los poros de las materias animales un carbonato iusoluble. Teruii nadas las «laceraciones alcalinas, se cuecen las materias jelatiuosas en una caldera de vapor, c o mo si se tratasen materias membranosas comunes. Como la cola muy á menudo se empica para encolar los tejidos torcidos de su fabricación , se ha observado que la que conservaba cierta acidez conservaba en estos tejidos cierta flexibilidad, debida á que esta cola acídula es higrométrica. De consiguiente se ha procurado conservar esta acidez, y se opera á dic h o objeto. Mas en este c a s o , para evitar la coloración , e inviene cocer la cola en calderas de plomo. La cola de los huesos tratados por un ácido se hace con mucha rapidez; aun antes que el agua de la c d d e r a entre en ebullición , se ve y a posar la masa. Estacóla se cuela y se trabaja del mismo modo que las demás hechas con materias membranosas. Clarificación de la cola. Cuando la c da está todavía en el vaso en que sefiace la separación de las materias que tiene en suspea- T oricros. 93 sinn , se-toma'una cucharada que se vacía'entre dos láminas de vidrio distantes entre sí poco mas ó menos de un centímetro y m e d i o , y puestas de tres l a dos en un marco de una lámina de hoja de l a t a , se coloca entre el ojo y la luz, y entonces se puede apreciar su color y su ¡riado de pureza. Si se encuentra oscura, ha de clarificarse; lo que se consigue con dos materias diferentes: t . ° con alumbre; 2.° con clara de huevos. La clarificación por medio del alumbre no puede tener lugar sino cuando Iá cola es alcalina; es pues importante, antes de ensayarla , asegurarse del estado del líquido por medio del papel tenido con colores azules veje.talcs, tales eomo el tornasol,, etc. Si se reconociese alcalinidad en la c o l a , puede e m plearse el a l u m b r e ; para esto, se pulverizan y s e p e san antes cerca de 40 á 50 gramos de alumbre; por h c i o ü t r o de cola; se hace disolver rápidamente en la cola hirviendo , y se añade á la solución jelatinosa ajitoido rápida y fuertemente con un ajitador át fin de que el alumbre se reparta con uniformidad; se cubre la caldera, y se espera 5 i 6.horas antes dé decantar. La cal que ha quedado en la cola y que la hacía» alcalina , descompone el alumbre, separa la alúmina' bajo la forma de una jalea que se precipita lentamente arrastrando con ella todas las materias suspendidas en el líquido. S í , a l ' c o n t r a r i o , la cofa es neutra ó acídula, se emplea la albúmina; para e s t o , se deslien rápidamente algunas claras de huevos en el agua, y se a ñ a den á la cola mientras su temperatura es todavía s u ficiente para operar la coagulación de 5a albúmina; se a j i t a , y las materias impuras son llevadas á la superficie del líquido, de donde se quitan con la espumadera» 94 ARTES E l modo de amoldar y de desecar la cola de los huesos es absolutamente el mismo que el que se practica en la fabricación de las colas comunes COLA DE P E S C A D © A R T I F I C I A ! , . Esta especie de cola de pescado es escesivamente variable en su aspecto: tan pronto se presenta bajo forma de membranas, como se le da la forma de l i ra á fin de imitar mejor la verdadera ictiocola. Se prepara con las membranas intestinales de los pesc a d o s , desecadas, ó con las mismas partes disueltas en agua hirviendo. COLOItACIOlV B E B.AK MADERAS Muchos son los medios que se emplean para colorar las maderas: primero cubriéndolas, por medio de un p i n c e l , del color que se desea ; pero esto no es mas que una pintura. Lo que debe fijar la atención es el arte de hacer penetrar en la madera un color lucedónico que no impida reconocer sus venas y distinguir su esencia. Tres modos diferentes de operar permiten l l e g a r á este resultado: 1.° Estendiendo sobre las maderas una materia colorante que le sea estraña, ó sumerjiéndolas en una decocción ile la sustancia c o l o r a n t e ; este es el modo mas conocido, el mas jeneralmente adoptado. 2.° Empleando ácidos q u e , incoloros por sí mismos, desarrollan un coloren la madera , combinándose con los principios que contiene ; ó Jbien que siendo colorados por su naturaleza, pierden, T OFICIOS- 9& este color cuando se estiendeu sobre la m a d e r a , c o municándole otro ; este método ha sido el menos estudiado, por consiguiente es el menos c o u o c i d o , no obstante es el mas susceptible de dar los mejores resultados. 3. Dejando á la madera su color n a t u r a l , y cubriéndola solamente de barnices colorados según los matices que se quieren producir: este tercer m é todo raras veces se pone en práctica. Pasemos desde luego á examinar el primer método, que podemos l l a m a r , propiamente h a b l a n d o , tinte. El rojo es el mas comunmente puesto en u s o ; y como el gusto para la caoba ha dominado, es n a t u ral que muy á menudo se haya probado imitarla. Las maderas que por su testura y por su composición química se prestan mejor á recibir el color rojo que i m i ta la caoba, son el nogal que tiene el grano y el picado del mahogimy: convenientemente tratado, la imitación es perfecta , haciendo también visos m u y notables; mas no todas las caobas gozan de esta propiedad , que depende casi siempre del sentido en el cual las billas han sido aserradas. El a r e c , el h a y a , el cerezo de Mahoma q u e , á veces hace visos; el c e rezo, el g u i n d o , igualmente reciben muy bien dicho color. Para la mayor parte de los t i n t e s , es prudente, a n tes de estender el color sobre las maderas ó sumerjirlas en el baño , prepararlas para esta operación metiéndolas en agua de c a l ; para el cerezo de Mahoma y algunas otras maderas de esta naturaleza , es una necesidad absoluta. Después de este baño de c a l , se dejan secar bu maderas y se cepillan fuertemente. Ciertas maderas, por esta sola operación, reciben ya, un tinte mas oscuro, pero siempre se vuelven mas aptas para recibir ulteriormente el color. Esta inmersión preparatoria de las maderas puede ser reemplazada, 96 ARTES y necesariamente debe serlo para ciertas maderas, sumcrjiémlnlas en v i n a g r e , ó en agua alumbrada, ó en a'eido sulfúrico muy dilatado en a g u a , ó también en el agua segunda débil. El gas hklnijeno sulfurado (ácido hidro-sulfúrico) facilita también la operación haciendo penetrar mas profundamente el coloren las maderas muy compactas. Esta es la razón porque en las preparaciones para el tinte negro se emplea con ventaja el sulfuro de arsénico mezclado con dos partes de cal viva, sobre el cual se echan cerca ocho partes de agua hirviendo. jíchíolc. De todos los tintes r o j o s , el uso de la achiote es el mas sencillo, y el mas puesto en boga, ha achiote se halla de! todo preparada en el comercio en pasta consistente; y para dividirla se, trata con agua hirviendo. Se pone en el baño mas (i menos materia colorante, según el matiz (pie se desea. Este color bien empleado produce en la madera un tinte rojo amarillento que parece muy natural. Rubia, Se toma en polvo y se hace infundir en agua medianamente c a l i e n t e , pero no hirviendo. La madera, antes de meterla en el baño de r u b i a , debe embibirsc de una disolución de alumbre. Ancusa. Se hace calentar aceite de l i n a z a , y se le echan pizcas de ancusa, mas (i m e n o s , según el matiz que se desea; no conviene que el aceite sea muy c d i e n t e . Este c dor se estieude por medio del pincel y la madera no exije ninguna preparación. 97 Y OFICIO». Urchilla. Produce un rojo violeta ó rojo brillante según lat prrparaciones. El baño de tinte se hace con agua simplemente tibia: si se desea un redor v i o l e t a , lia de añadirse al baño un ácido; ¡tara el rojo v i v o , ha de reemplazarse el ácido con un álcali. En ambos casos la madera debe haber sido previamente a l u m brada. Si quiere obtenerse un rojo brillante, se echa en el baño de la disolución una corla cantidad de sal de estaño. Palo campeche. Tifie en rojo, cuando se hacen macerar las maderas en agua hirviendo, en la cual se ha puesto campeche reducido á polvo, ó sencillamente en v i rutas pequeñas, y se obtienen matices mas 6 menos oscuros según las cantidades d" campeche empleadas. Los colores pueden variar añadiendo al baño de eaniptc.be otras materias colorantes. Palo Brasil. Este paio da un hermosísimo color si se hace hervir por espacio de cerca de dos horas en una c a n tidad de agua en relación ron el matiz que quiera obtenerse: la preparación común es en p e s o , rayadoras ó vir::t:w de palo B r a s i l , 1; a g u a , 10. V a ria nsc los matices,á saber:en púrpura, añadiéndole el palo Campeche en la cantidad de un tercie, y cuando la madera ha sido bien secada , mojándola I ¡ jeramente con agua en !a cual se habrá di.suclto un poro de perlas»; las proporciones de este último bailo s o n , 4 granes de periasa para un litro de a g u a . Después de haber aplicado esta disolución, se esJÜMO iii. 7 95 iv¡m perará que haya producido su efecto antes de aplicar una segunda; porque podría oscurecer murho el matiz , si la aplicación no fuese moderada , y el c o lor de púrpura habiendo pasado mas allá de su término no podría ser restablecido. Para obtener el t i n te rosa con el palo B r a s i l , se luce entrar en la d e cocción , amoníaco. Se deja infundir la madera en este baño por espacio á lo menos de cuarenta y ocho horas; se decanta, después se hace calentar el l í quido hasta la abullicion ; se estiende sobre la m a dera que se ha de teñir, ó mejor se inmerje si esto es practicable. Cuando el leño ha sido teñido de esta m a n e r a , y antes que esté seco, se moja con agua alumbrada. Hecho así, el matiz será de un r o sa-oscuro; pero puede rebajarse y hacerlo tiu poco mas claro aumentando los dóses de pcrlasa y d i alumbre. Recortaduras de lana escarlata. Con las recortaduras de lana teñida en escarlata, se obtiene un tinte que los franceses llaman Débouilli de laine ¿caríate. Se hace hervir un kilogramo de estas recortaduras en ocho litros de a g u a ; el único cuidado que ha de tomarse es observar el instante en que la lana ha dejado su color, y cesar la abullicion en esta época, pasada la cual la lana volvería á tomar este mismo color. Este baño c o lora las maderas de un hermosísimo rojo. Azul-lcrnasoU Para hacer este b a ñ o , se tendrán presentes, en grande como en pequeño, las indicaciones que s i guen : apagar mv puñado de cal en un litro de agua, i OFICIO». 99 y añadir dos hectógramos de tornasol; hacerlo hervir por espacio de cerca de una hora. Estender este líquido sobre la madera en muchas capas sucesivas según el tinte mas ó menos oscuro que se desee. Azul con el palo de campeche. Dosis: 250 granos de rayadoras ó virutas de campeche por litro de agua empicada , y un poco de oxido de cobre ; se hace hervir por una hora. Las inmersiones de la madera en este baño han de repetirse. Esta tintura azul es poco estable; está sujeta í la l a r g a , volver á tomar el color verdoso. Añil. Se muele añil lo mas finamente p o s i b l e , después se espone al sol ó á un calor suave de baño de arena , ácido sulfúrico concentrado; en este ácido se echa el polvo de añil hasta consistencia de papilla; se revuelve por espacio de algún tiempo; y en fin 'se deja el vaso espucsto al calor del agua hirviendo por espacio de muchas horas; la cantidad que forma la mezcla debe estar en la proporción de ácido sulfúrico 8 , añil 1. Cuando se habrá retirado el ácido del fuego, y estará bien f r i ó , se añadirá tanta p o tasa en polvo como añil se habrá empleado; se mezcla todo bien , y se deja posar por uno ó dos dias. Para hacer uso de esta materia se deslié en el agua para obtener el msliz que se desea: empleada sin agua seria demasiado oscura, y por ctra paite a l teraría la madera. La madera se infundiiá en la disolución, que la penetrara muy profundamente, sobre todo si el tejido de la madera no es muy compacto ; pero este tinte obra con mucha lentitud 100 AIlTrS Disolución de cobre. Estiéndese sobre la madera una disolución de c o bre rojo en el ácido n í t r i c o , después mójase en s e guida muchas veces sucesivas con una disolución de álcali. Este color es poco duradero. Del tinte de las maderas en amarillo. Muchas san las sustancias susceptibles de teSir las maderas en amarillo: la g u a l d a , la granula de A v i n o n , los palos a m a r i l l o s , el quercitron, (1) la c ú r cuma , el fustete, la g o m a - g u t a , etc. Lo que acaba de decirse para los demás tintes es aplicable al tinte amarillo. OJitiérrnsc los amarillos de los matices deseados sea mezclando juntos dos ó mayor número de las sustanciar,, sea haciendo mas ó menos cargadas las decocciones, sea en fin multiplicando mas las capas con el pincel ó las inmersiones. La goma guta no se a p l i ca con agua, ha de disolverse en escencia de trement i n a ; la orchilla, para dar el matiz rojo-amarillo, debe ponerse en el f u e g o , y hacerla hervir por un cuarto de hora con potasa, en peso igual á los dos ingredientes; en cuanto á la tintura de gualda, será mucho mas hermosa si se añade al baño un poco de óxido de c o f r e , en fin el baño de palo amarillo será de mejor color por la edición de una corta cantidad de cola de guante ó también de cola fuerte común. Se da c o a mucha prontitud un tinte amarillo á las m a d e r a s , bañándolas con ácido nítrico dilatado en mucha agua. fi) especie de ridde verde de ta America septentrio- nal c u j a cortesa sirve para teñir de amarillo. 101 T OFICIOS. Tinte de las maderas en verde. El mejor modo de operar consiste en añadir a g r a cejo á la disolución de pastel, de tornasol ó de añil Se tendrá también un hermoso tinte verde sobre madera haciendo disolver cardenillo finamente pulverizado en vinagre muy fuerte: se le añadirá sulfato da h i e r r o , y se hará hervir todo dilatado en dos litros de agua por libra de materia, por espacio de un euarto de hora. E n j e n e r a l , los verdes, como los demás c o l o r e s , pueden modificarse proporcionando los colores constituyentes al matiz deseado. Tinte de las maderas en negro. Se hará hervir campeche en el a g u a , y cuando esta habrá tomado un matiz v i o l e t a , se añadirá un poco de alumbre. Esta disolución, todavía c a l i e n t e , 6e estenderà sobre la madera : esta quedará de un color de violeta. Entonces, sobre un fuego suave se harán infundir limaduras de hierro en v i n a g r e , y será útil añadir un poco de sal marina. La madera, después de haber n c ' b i d o esta segunda aplicación , será de un negro-subido, ademas puede oscurecerse mas el color volviendo á comenzar con una capa de campeche, otra de disolución de hierro en el vinagre, v asi consecutivamente alternando. El .segundo modo de colorar las maderas consiste en hnm< decerla» e:.n un ácido que oscurece y realza su color natural, y algunas veces lo cambia e n teramente , o se lo da tal como pedemos apetecerlo. Los ácidos ensayados hasta la actualidad, ron mas suceso, son : el ácido n í i r i c o , el àcido acético y el àcido piroleiiüso. Los lobanillos de fresno, d? a r c e , 102 iiiTBS de a l i s o , de b o j , y ciertas maderas anubarradas reciben por los á c i d o s , un aspecto todo diferente de! que primitivamente tcnian. Por todas las partes en que la madera presenta el tejido esponjoso (pie s e para las capas concéntricas, el àcido penetra mas p r o fundamente , mientras que deja su tinte natural en los puntos duros que solo ataca débilmente. B a s t a , páralos lobanillos de aliso y de fresno blanco, humedecerlos con vinagre fuerte, ó con àcido nitrico muy débil, para comunicarles un matiz verdoso que no deja de ser agradable. En jeueral, conviene evitar los matices oscuros que concluyen por ennegrecerse completamente. En cuanto al tercer medio de coloración de las m a deras , que consiste en cubrirlas de diversos matices» nada se dirà aqui, porque de hecho no es sino un verdadero tinte. COLORES NUEVOS. Aqui solo trataremos de algunos colores nuevamente c o n o c i d o s , y que podrán ser de un uso muy i m portante. Sulfuro de cadmio. La escasez del cadmio no nos ha permitido hasta el presente poderle usar sino muy laras veces, pero anuncianse nuevas y abundantes minas que podrán hacer cambiar la cuestión de aspecto. El sulfuro de cadmio es facilísimo de preparar: obtiénese haciendo pasar una corriente de ácido hidrosulfúrico gaseoso en la disolución de una sal de cadm i o ; el precipitado, que ha de lavarse b i e n , e s de un amarillo muy brillante, y se une bien con los aceites. Y 103 OFltlOS. Asfalto. Esta sustancia es de un hermoso color moreno, muy trasparente; se prepara como vamos á v e r , porque de otro modo destruye la propiedad secante de los aceites. Se hace licuar resina laca en trementina, añadiéndola á pequeñas porciones; en seguida se le echa el asfalto; se añade á la mezcla aceite de linaza casi hirviendo, y en fin la cera : se vacía la materia en un pórfido y se muele con la moleta. El color así preparado se seca de un día á o t r o . He aquí las p r o porciones indicadas por M. Merimée: trementina de V e n e c i a , 15 p a r t e s ; l a c a . 6 0 ; aceite de linaza s i t a n t e , 2 4 0 ; cera b l a n c a , 30. Moreno de azul de Prutia. Se hace enrojecer en un fuego v i v o , una cuchara de hierro en la que se echan algunos pedazos de azul dePrusia, del grueso de avellanas: los f r a g m e n tos estallan en escamas y se vuelven r o j o s ; entonces se aparta la cuchara del fuego y se muele la materia. Este moreno es trasparente como el de a s f a l t o , se seca con prontitud y es muy sólido. CONCHA FUNDIDA. La concha fundida no e s , como su nombre parete indicarlo, concha q u e , llevada al estado fluido por el calor ó cualquier otro medio , pueda vaciarse en moldes para recibir en ellos las formas que la indu^. tria quiera darle. Solóse trata en efecto del siguiente proceder que difiere mucho de esto. 104 ijtTBS Se. raspan tos pedazos de concha demasiado pequeños para servir para la fabricación en su estado natural, se reúnen las raspaduras y los restes procedentes de la preparación de las soldaduras de con cha en plancha, y se ponen un poco húmedos en un molde de cobre cilindrico en el cual entra muy ajuslado por medio del roza; un alma de cobre también, o un embolo , sobre del que obra la acción de la prensa cuando el moldo se halla colocado entre las planchas de hierro calientes. El aumento de temperatura que en él esperimenlan las raspaduras de concha húmedas las reblandece y las convierte, en una masa compacta, la que por la presión graduada de la prensa á piyporeion que se verifica el reblandecimiento, va aumentando en densidad. Enfriada toda la m a s a , «ra rspoiiicndola al aire l i b r e , sea iurarrjienuola en agua fría, la gállela de concha (pie se obtiene se raspa de nuevo con una escofina mas fina, se vuelve al molde y se trata del mismo modo que la vez primera. Esta operación se repite un número de veces mayor ó menor según que se quiera dar mas <j menos finura á la concha fundida. Cuando se ha obtenido el grado que sojuzga conveniente se tamizan las raspaduras y se tienen separadas tedas las q;; • son de di fe retí le grosor. Por el mismo proceder se prepara igualmente el cuerno, y sus raspaduras casi «¡coi, re entran cu la fabricación de. los objetos vendidos por coneb.o f u n d i d a : r>.la adición eoiitribnve también á la flexibilidad y elasticidad de esle producto que naturalmente seria demasié-do f r á j i l , y tic ningún modo disminuye sriisiblrmrn'e su brillo eslrrii.r cuando la proporción ele cuerno (i asta no es demasiado considerable: no gozando la concha fundida de la menor trasparencia, muy poco le importa la Kiatsria que k queda inierpuesla. Y OFICIOS. 105 Para usar esta concha fundida, primero se amoldan «on ella planchas mas ó menos gruesas según los fines á que se destinan, y en seguida se cortan de ellas las diferentes partes que reunidas y soldadas dan una tapa o el fondo de una caja, etc. Estas planchas son vaciadas, y para economizar la materia se procede del modo siguiente: Se espolvorea el fondo del molde con raspaduras de concha muy fina , después se interpone un polvo que lo es menos y por último la raspadura de cuerno. Si los dos lados de la plancha deben ser vistos en el objeto que se ha de hacer , se pone encima de la capa de raspaduras de cuerno otra de raspaduras m e dianamente linas de corcha, y encima de todo raspaduras muy finas; se cubre la plancha con una p i e za de cobre' que debe m i r a r nnsy ajustada por m e dio de! roze en el molde , y sobre esla pieza se dispone una nueva capa de concha sobreponiendo también sucesivamente las capas de raspadura de cuerno y de concha. En un mismo molde hasta pueden sobreponerse diez planchas á la vez, mientras que siempre se interponga una pieza de cobre entre cada una de ellas. Con esta concha llamada fundida, se fabrican mi sin fin de objetos muy elegantes de un hermoso c o lor negro de azabache y de un perf<oto pulido. Este pulido se obtiene sobre cualquiera especie de concha, natural ó fundida, por medio de un rozamiento sostenido con piedra pómez muy fina, y el trípole e m pleado primero en estado húmedo y en seguida en seco: los objetos (fue tienen bajos relieves o diseños labrados en <i torno no se pulen del mismo m o d o ; entoi.css se obtiene <>! pulidii empleando una raspadura sumamente fina y unos moldes cuyas superficies g o cen en ¿i de una perfecta finura. 106 ARTES De las incrustaciones sobre la concha. Estas incrustaciones se ejecutan del modo siguiente : se toma alambre de oro ó simplemente de cobre dorado, el cual por medio de unas tenazas se contornea de modo que produzca un fragmento del diseño que se tiene á la vista. Este fracmento se aplica sobre la concha por medio de una lijera capa de g o ma tragacanlo. A su lado a' alrededor se van disponiendo sucesivamente los otros fragmentos del diseñ o , en el cual muchas veces entran pequeñas planchas de n á c a r , muy delgado naturalmente y mas adelgazado todavía por la acción de la m u e l a ; esto es lo que se designa generalmente con el nombre de Burgos cuyas tintas y reflejos son mucho mas vivos y variados que los del grande nácar ordinario. Guando se trata de líneas rectas un poco largas ordinariamente se practica un sulco en la concha por medio de uu buril para colocar en él el alambre m e tálico , el cual sin esta precaución seria casi imposible que se mantuviera sin desbaratarse. Cuando se ha ronchado el diseño se vuelve la pieza al molde en que ha sido vaciada, y por medio de una fuerte presión favorecida por el c a l o r , se hace que todos ios alambres y piezas de burgos que forman el diseño, penetren en la concha ablandada y que para siempre se encuentren sólidamente incrustadas}' fijas en ella por la contracción que esperimenta al enfriarse. Usase también á veces otra especie de incrustar cuyos injeniosos procederes producen encantadores efectos. En un primer amoldamiento, sea de concha f u n d i d a , sea de concha n a t u r a l , la concha recibe en el molde profundas impresiones que forman diferentes dibujos. Luego se introduce en estos surcos raspadura muy fina de concha colorada que se hacina fuer- T OFICIOS. 107 teniente en ellos, y se limpia bien toda la superficie, de modo que solamente la raspadura colorada se encuentre en los sulcos. Se vuelve la pieza á otro m o l de de las mismas dimensiones y que tiene y a sea un dibujo linear practicado con el torno, ya sea un diseño en relieve, que convienen exactamente con los producidos por el primer molde. De este segundo amoldamiento resultan dibujos de un color diferente del de fondo, los cuales producen maravillosos efectos. La raspadura colorada de concha se obtiene mezclando dicha raspadura con la sustancia colorada c o n veniente en el acto de los sucesivos amoldamientos de la galleta. Hácense igualmente de un modo muy económico cajas para el tabaco en polvo y para otros fines con concha ó con cuerno fundido reemplazando la raspadura grosera de cuerno con asserraduras de caoba ó de otras maderas coloradas, de las cuales se c o loca una capa intermedia entre las dos capas de raspadura de concha ó de cuerno que deben formar las partes visibles del objeto. Modo de imitar á tomar la concha cuerno puro. por el Labrado el cuerno, sea formando c a j a s , ó peines íi otro objeto cualquiera, y perfectamente apomazado se pone en remojo ó se sumerjo en ácido nítrico muy diluido y c a l i e n t e ; pasados algunos instantes, se saca de él y se mete en agua fría por igual espacio d« tiempo , y luego se hace secar después de haberlo enjugado perfectamente. En algunos talleres se suprime esta operación preliminar. Anticipadamente se ha preparado una mezcla de « a l , de potasa, de rojo de Prusia y de mina de plomo 108 ÍÍITGS (plombajina), que se ha triturado todo j u n t o en una cantidad suficiente de agua para formar una pasta muy l i q u i d a ; débese á mas triturar la mezcla por un tiempo bastante continuado á fin de que los glóbulos que se hayan formado desaparezcan del todo. Ahora si se quiere dar al cuerno una tinta igual sin matices variados, con las barbas de una pluma cortadas en ángulo recto, se toma una cierta cantidad de esta papilla y se estiende uniformemente en los dos lados de la pieza, los que se dejan cubiertos con ella per una ó dos horas según el matiz mas ó menos intenso que se desea obtener. Luego con una espátula de madera se quita lijeramente este c o l o r ; se lava la pieza con agua fria , se enjuga y se deja secar por espacio de algunas h o r a s , ó sea basta que baya desaparecido la última traza de humedad. Entonces se pule del modo que se ha dicho arriba. Si se quiere matizar el color, la operación es mas difícil de ejecutar. En efecto,por este procedimiento solamente se tizna la superficie del cuerno; conviene pues para producir ilusión é imitar perfectamente á la c o n c h a , que los puntos matizados en los dos lados de la pieza se correspondan axáctamente. Aquí se requiere mucha habilidad de parte del obrero manipulador. C O P I A S SIUIjTI5*IjI5S ItK ÍIAS s;*.«:iíST«"«t.4.«. Parece que son debidas á Franklin los primeros ensayos para reproducir muchas pruebas idénticas de un escrito cualquiera sin recurrir al proceder de una sopia por medio de ¡a pluma. Su procedimiento oo- Y OFICIOS. 109 municado por él mismo á Rocliou que lo reprodujoen su memoria sobre el arte tipográfico, consistía en escribir sobre papel blando can una tinta fuertemente engomada, y mientras que los caracteres eran todavía frescos se espolvoreaban con esmeril ó con limaduras muy finas de hierro c o l a d o : luego mudando la posición del papel cuando seco del todo y aplicándolo contra una plancha de cobre de roseta ó de estal l o , se hacia pasar entre los cilindros de un fuerte tórculo ó de un l a m i n a d o r , cuya presión obligaba á que cada letra que sobresalía en el papel se amoldase en el cobre ó estaño dejando en ellos su impresión en h u e c o , y entonces con la lámina de estos metales se podían obtener las copias de la misma manera que se practica con una plancha grabrada en dulce. Mas recientemente Cadet Devaux reprodujo el proceder de FrankJin bajo otra forma. Como él escribía con tinta muy cargada de g o m a , pero en vez de espolvorear el escrito 011 esmeril empicaba la goma en polvo. Cuando todo estaba bien seco hacia caer la g o ma que no estaba pegada con la tinta del escrito , y quedaban sobre del papel unos caracteres cuyo relieve era bastante manifiesto;entonces fijábala hoja escrita de este modo sobre una superficie perfeetamenl i s a , (al como la de un mármol ó el fondo de una fuente; en seguida derramaba encima una capa del metal (i liga fusible de Darcet, y por este medio se proporcionaba una plancha metálica grabada en hueco, la que después de la loción le daba un medio de sacar copias en grabado dulce. El primero empero que ha dado una verdadera i m portancia á este artecs el celebre W a l t que, en el año 1780, lomó en Londres un privilejio de invención por el procedimiento que vamos á escribir, y cuyas pretendidas invenciones que-peütcntu mente han sido 110 ínm preconizadas, solo son modificaciones del mismo mai ó menos injeniosas. La tinta con que el orijinal debe ser escrito se compone con los ingredientes siguientes: cuatro l i bras y media de agua fuerte , G8° gramos de agallas de-Alepo, 226 gramos de sulfato de hierro, 226 g r a mos de goma arábiga , 1 1 3 gramos de alumbre de r o c a , todo pulverizado c infundidlo por espacio de seis semanas ó dos meses en el agua con la precaución de ajilar fuertemente el frasco. Luego se pasa por un lienzo y se guarda la tinta en un frasco bien cerrado para el uso. Cuando el escrito que se ha de copiar es seco, se coloca sobre la escritura una hoja de papel muy delgado y h ú m e d a , después de haber tenido la precaución de mantener á este por algunos momentos entre dos telas para quitarle la humedad escedentc. Luego se pone sobre una plancha cubierta con una hoja metálica bien enderezada, y el todo se cubre con muchas hojas de papel que están cubiertas con un pedazo de paño. Hecho esto, se introduce la plancha cargada de este modo entre los cilindros de un tórculo, ó bien debajo del platillo de cualquiera otra prensa bien pod e r o s a , y se comprime suficientemente para lograr una justa posición completa de la hoja escrita con la que se ha mojado. No se necesita todo el tiempo de media hora para que una parte de la tinta del escrito orijinal se desprenda de él y adhiera al papel mojado; y aunque el escrito esté al revés, en este puede leerse en su verdadero sentido al través de la hoja por motivo de su trasparencia, lo que haca aparentar que la impresión de la escritura se encuentre fija en las dos caras. Si se quiere tener una muestra de un negro mas intenso que el que da el proceder que acabamos de r ericios. 111 describir, Watt aconseja que se moje el papel delgado con el líquido siguiente : tómense 900 gramos de vinagre destilado; hágansele disolver 28 gramos de sal sedativa de borraj; añádansele 113 gramos de conchas de ostras calcinadas hasta la blancura y cuidadosamente mondadas de su costra morena. Sacudid frecuentemente el liquido por espacio de 24 horas y después dejadlo en reposo hasta que haya depuesto todo el poso. Filtrad al través de papel sin cola sobre un vaso de vidrio la parte limpia ó trasparente , y añadidle 57 gramos de las mejores agallas azules de Alepo machacadas; colocad el liquido en un lugar cal i e n t e ; ajiladlo con frecuencia durante 24 h o r a s ; f i l tradlo de nuevo al través de otra hoja del mismo p a pel sin cola , y después de la filtración añadidle un litro de agua destilada. Dejad que se pose por 24 h o r a s , y filtradlo de nuevo si el liquido todavía m a n i festare alguna tendencia á dar mas precipitado. W a t t añade que el vinagre puede reemplazarse por c u a l quier otro ácido v e j e t a l , las agallas por la corteza de roble ó por cualquier otro astriñiente v e j e t a l , y por último por cualquiera otra materia susceptible de e n negrecerse o de colorarse fuertemente con las sales de hierro; en fin las conchas de ostras pueden ser sustituidas por cualquiera especie de tierra calcárea pura. El papel puede prepararse con anticipación con este líquido y después de mojado se deja secar. Cuando quiere emplearse , basta mojarlo de nuevo con agua pura. La principal modificación que se ha hecho al p r o cedimiento de W a t t consiste en emplear una buena tinta qne se ha hecho concentrar por evaporación , y á la que sz ha añadido uu poco de azúcar. ui CROMO. En las artes este metal no tiene la menor importancia cuando se encuentra en estado metálico ; pero sucede todo lo contrario si se encuentra en estado d« óxido ó de sal. E l cromo con el oxígeno forma tres compuestos i los dos óxidos y el otro á c i d o ; sido el primer óxido es empleado por su hermoso color; en cuanto ti ácido no l o e s mientras se encuentra aislado, pero m u chas de las sales que forma son de un grande uso en muchos ramos de fabricación. El protoxido ó primer óxido de cromo es verde, de un matiz admirable, insoluble en los ácidos cuando ha sido calcinado. Infusible por sí m i s m o , pero se funde muy bien cuando se mezcla con las substancias v i d r i o s a s , con los esmaltes á los que colera del modo mas rico en verde esmeralda; se funde también fácilmente con el borato sódico; se aplica perfectamente sobre el barniz de la porcelana al que adorna de un modo admirable. Hácense con él principalmente hermosos fondos que se llaman grande fuego (granii feu). Puede obtenerse, el óxido verde de cromo por diferentes procederes. La calcinación del cromato de mercurio y todos los otros procedimientos que siguen dan el óxido verde insoluble. 1. Se calcina el cromato de mercurio á un calor rojo en una retoi ta de asperón á cuyo cuello se adopta una alargadera y al estremo de esta una muñeca de lienzo que ce siraerje en un poco de a g u a ; el oxíjeno del ácido en,mico y del ó:»ido de mercurio se desprende cu f j r i a a de g a s ; el mercurio destila y es recibido en la muñeca de lienzo, y en la retorta queda por residuo oxido de cromo de uu color muy hermoso. Este proceder, el único que se ha conocido por largo t i e m p o , da un óxido que sale á un precio demasiado subido. 2. Mezclando una parte de cromato de potasa ó de sosa con media parle de a z u f r e , y calentando la mezcla poco á poco en un crisol de tierra hasta que se f u n d a , se obtiene una materia que derramada y tratada con el a g u a , deja por residuo un hermoso o x i do verde de cromo: el líquido contiene sulfuro de potasio. 3 . También se mezclan partes iguales de cromato de potasa y de sal amoníaco, ó de bicromato con su peso de carbonato de potasa y una parte y media da sal amoníaco, y se hace enrojecer la mezcla en un crisol: la materia después hervida con a g u a , da el oxido de cromo de un matiz muy hermoso. 4. Por úllimo, puede obtenerse también calentando hasta el roja el cromato de plomo en un crisol embrascado y enlodado; al abrirlo se encuentra una masa formada de plomo metálico encima del cual está el oxido de color veo de , pero menos claro que el que se obtiene por los oíros procederes descritos. El óxido de cromo forma con el de birrro un compuesto natural que se encuentra en muchas localidades y que sirve para la preparación de todas las combinaciones de cromo. Cromato de potasa. La potasa forma con el ácido crómico dos sales qu« tienen uso en las artes, sobre todo la una con la cual se ¡¡reparan ledos ios otros compuestos de cromo. ivdacido ó polvo fino el mineral de c r o m o , seiue»10*0 ni. 8 114 ÍIITS* cía con la mitad de su peso de nitrato de potasa (salitre) , y la mezcla se introduce en crisoles de tierra ó de hierro que se esponen á un calor rojo á lo m e nos por espacio de una h o r a ; el óxido de cromo á favor del óxíjeno del ácido de nitrato pasa á ácido crómico que se combina con la potasa procedente de esta s a l ; enfriado el c r i s o l , se hace hervir con agua en una caldera, y en ella se disuelve todo el cromato con una pequeña cantidad de silicato y de aluminato de potasa. En algunas fábricas con objeto de aberrar gastos y de economizar los crisoles de tierra que siempre se pierden en esta operación, se sirven de vasos de hierro que primeramente se hacen enrojecer al fuego , y en los cuajes se echa una mr/c.'a de partes iguales dü cromato de hierro y de nitrato de polasa; la materia entra en f u s i ó n , y entonces puede separarse del c r i sol por medio de una cuchara de hierro; de este m o do se evita la pérdida del crisol. En todos casos la materia, después de haber sido licuada, se ha de tratar con agua hirviendo , y la disolución recojida debe evaporarse hasta consistencia pastosa. Como en ella se encuentra un esceso bastante considerable de potasa , conviene que se comprima la masa para separar el á l c a l i , y luego se disuelve en agua el residuo para hacer cristalizar al cromato do potasa. Si la primera disolución contuviera mucho silicato y alumínalo de polasa y se quisiesen separar dichas sale; para que, sea mas fácil la cislaü/ai ien di 1 c r ó m a l o , bastará para ello que se eche á dicha disolución una pcqtufta cantidad de su ácido d é b i l ; e n tonces se verá que muy pronto se deposita un prrcipiíado fleooso de sílice y de alúmina que debe separarse antes que se concentre el licor por aicdio de la evaporación. r OFICIOS. Ili Puede igualmente prepararse el cromato de potasa calcinando la mezcla indicada en un horno de reverbero, cuya temperatura sea bastante elevada y la l l a ma completamente oxidante; de este modo se puede operar sobre cantidades mayores á la vez y con L'astante ahorro. Cromalo de mercurio. Se prepara con una disolución de cromato de potasa y otra de prolo-uilrato de mercurio ; el precipitado que es de un rojo hermoso, después de bien lavado y seco, puede también servir para la preparación del óxido verde de cromo, según se ha dicho mas arriba. Cromato de plomo. Esta sal puede obtenerse igualmente por doble descomposición : para ello se empica el cromato de potasa ó de sosa y el nitrato de plomo que no debe estar en esceso. El precipitado que primero es de un a m a rillo de canario pasa rápidamente al color del j u n quillo y aun al amarillo un poco naranjado. Para que conserve el primer matiz debe operarse en frió con las disoluciones débiles y un poco acidas, se ha de lavar el precipitado rápidamente y se ha de comprimir un poco ; eu seguida se echa sobre de un cuerpo que le absorva rápidamente la humedad. Este cromato de plomo es muy empicado en pintura. Sub-cromalo de. plomo. El cromato de plomo calentado con una disolución de potasa toma un color rojo bastante intenso. Sea lo que f u e r e , el color obtenido con este proceder está muy distante de poderse comparar de ningún modo 1H5 ÍKTtlt son el del sub-cromato de plomo natural, conocida con el nombre de rojo de Siberia, el mismo que el del oro. y cuyo precio es CUEROS DORADOS SIN ORO. El color dorado no se obtiene con panes de o r o , sino por medio de un barniz aplicado sobre panes de plata puestos sobre los cueros. Este barniz se prepara del modo siguiente : Se mezclan en un vaso de barro 2 kilogramos 50 de miera ó colofonia, con doble cantidad de resina común ; 1 kilogramo 250 de sandáraca y 1 kilogramo de acíbar sucotrino, y se espone la mezcla a' un calor moderado; luego se le añaden sucesivamente 7 litros de aceite de linaza, y cuando la mezcla es bien homojénea, se hace cocer por siete ú cebo horas á un fuego suave y se cuela por un l i e n zo. El barniz es tenido por bueno, cuando enfriándose se pega á los dedos; si fuese demasiado cocido, S8 le añadiría un poco de sandáraca. En seguida se añaden á la masa 15 ó 16 gramos de litarjirio en polvo fino, y después de reiterada la cocción por espacio de algunos instantes, se cuela otra vez por el lienzo. La mayor parte de los fabricantes desengrasan primero el aceite de linaza echándole cuando está caliente algunas cebollas quemadas, cortezas de pan , etc. Estendidos los cueros plateados sobre una planc h a , ordinariamente se pasa primero por encima una clara de huevo. Cuando seca del l o d o , se eslicude el barniz sobre del cuero con los dedos o con un pincel; pasados diez minuto?, con el dorso de la mano se comprime el barniz en todos los puntos y se deja s|car esta primera capa; después se aplica otra por el mismo estilo. Í onf.io-fi. 1 IT Si se quieren fijar al cuero ramajes clorados, s« emplea la goma-gula; cuando se desea imprimirle dibujos, se echa mano de planchas grabadas sobre madera esparciendo arena fina en la superficie del cuero , y este se sujeta á la acción de una prensa. OIJERXOS P A R A IilXTHKXAft. Medio de obtener hojas de cuerno rir al enderezamiento ni al finas sin recurrozamiento. E n una especie de cuadro 6 de birola metálica de las dimensiones de las hojas que se han de p u l i r , se eolocan sucesivamente planchas de cobre del grosor de una l í n e a , perfectamente finas de ambos l a d o s , y las hojas de cuerno que se quieren p u l i r ; las dos planchas de cobre finales son mucho mas gruesas que las otras, y la birola puede contener una docena de hojas de cuerno dispuestas de este modo entre las planchas de cobre. El cuadro así dispuesto, es colocado debajo de una prensa entre planchas de hierro calientes, y se comprime fuertemente. En lugar de emplear las planchas calientes, es preferible poner la prensa cargada en agua hirviendo y ea seguida en agua fría. Así se obtienen las hojas perfectamente p u lidas , sobre las que basta pasar un poco de blanco de España con la palma de la mano ó con un lampón de lana para que se sequen mas pronto. Guando se qnicreu obtener hojas de dimensiones mayores que las que naturalmente da el cuerno del a n i m a l , se deben reunir juntos muchos pedazos por medio de una operación que se llama soldadura, por mas que no se tengan de emplear eu ella cuerpos estríaos como sucede es la soldadura ordinaria de los 118 ií;rn$ metales. Se hacen hervir las hojas de cuerno sujetadas por unos listoncillos de madera á fin de que no se enc o r v e n , y después se dejan enfriar antes de desatar los listónenlos. Se cortan en bisel las partes que deben unirse sirviéndose al efecto de un raspador de eerte l i n o , y teniendo mucho cuidado en no tocar con ios dedos ó con a!¡;un cuerpo graso dichos bisel e s ; luego estos se sobreponen unos á otros, y se conservan es esla po>ici:;¡i rodeándoles con bramantes apretados unos contra otros ha.,ta que el punto de unión esté enteramente cubierto de ellos; «i, todav í a mejor , se emplean cu vez de bramantes fajas d i papel que se encolan y cruzan , con cuyo proceder hay la ventaja de q u e , después de la soldadura, no queda la menor impresión sobre del cuerno. Las partes que deben reunirse por la soldadura, se colocan luego entre las paletas calientes de unas pinzas y se aprietan con un torno. Guando las dimensiones de la hoja son m a y o r e s , también se puede emplear una prensa y dos planchas de cobre debidamente calentadas. Se deja enfriar t o d o , se destornilla y se sumerje en agua fria ¡a hoja de cuerno. Entonces se p u le la soldadura con un raspador de corte muy agudo, teniendo cuidado de no mover este instrumento, p r i meramente no mas que en la dirección de la hoja cuyo bisel está e n c i m a , hasta que se ha alcanzado, la hoja de debajo; del contrario peligraría que las dos hojas se despegaran. Cuando y a son todas iguales á en un mismo n i v e l , puede dirigirse el raspador en todos sentidos. En seguida se alisa la pieza con piedra pom?z finamente molida , y se acaba de pulir con I r í poli de Venceia bien triturado y limpiado por nirdfe «te repelidas lociones. T OFICIOS. 119 1 1 EltXOS PAISA M W E R M A S fabricados con la piel del vientre de la jibia mada niargatte. lla- La margatte es muy común en las costas de F r a n cia , sobre todo en las de la antigua B r e t a ñ a ; comunmente se pesca en julio y agosto. Separada la piel del vientre de este pe/, que c o munmente tiene el grosor del d e d o , los pedazos o b tenidos se lavan primero con agua de m a r , y después se dejan escurrir. E n este estado son suaves al tacto, eseeptuando su interior que es mas resistente y que debe formar las hojas. Pasados algunos d i a s , cuando ta atmósfera es caliente Jos pedazos se ablandan ; en este .estado se amontonan en unas barricas, don ds todavía se pueden conservar por algún tiempo. Para trabajarlas, deben tenerse muchas tinas en las cuales se lavan con agua dulce que se renueva cuidadosamente hasta que sale clara. Solamente después de una loción perfecta se llega i obtener estas hojas trasparentes. Perfectamente desengrasadas las hojas de « t e r a o do , se ponen á remojar en agua clara por espacio de algunos dias; se ablandan , y si todavía contienen alguna porción de g r a s a , se vuelven á la estufa. Esta operación se repite basta que sean muy delgados sin ser fráji'es, le que se logra por la fusión y separando rompidamente la grasa. 151 grosor de las hojas varia según que el animal rs mayor ó menor. Para darles la apariencia del cartón y un hermoso p u i i d o , se prensan entre planchas de cobre muy l i sas , desp;i-"s de haberlas cubierto con un barniz d i trementina preparado con el espíritu de vino. 129 AltTBI n*GUEÍSBOXIP«. La noticia publicada por M . Dagucrre «obre íh a d mirable invención se ha hecho sumamente vulgar. .Nosotros con todo DO podemos dispensarnos de r e producir en resumen los hechos principales así coma los pormenores de sus procedimientos. Utilidad del daguerrotipo. M. Arago ha d i c h o : nosotros no tenemos que i n sistir absolutamente sobre la utilidad de semejante i n vención. Se comprenden los recursos y las grandes facilidades, enteramente nuevas, que debe ofrecer para el estudio de las ciencias; y por lo que toca á las a r tes , son incalculables los servicios que puede prestarles. Los diseñadores y los p i n t o r e s , sin esceptuar á los de mayor m é r i t o , encontrarán un objeto constante de observaciones en esas reproducciones tan perfectas de la naturaleza. Por otra parte este procedimien-! to les ofrecerá un medio pronto y fácil para formar colecciones de estudios que no podrían proporcionarse por sí solos sino después de mucho tiempo y trabaj o , y aun entonces en un estado que distaría mucho de ser tan perfecto. El arte del grabador que debe multiplicar estas imájenes, reproduciéndolas tales cuales son natnral-r m e n t e , adquirirá un nuevo grado de importancia y de interés. En fin, así para el viajante como para el arqueólogo y el naturalista, el aparato de Mr. Dagucrre llegará á ser de un uso continuo é indispensable. Les permitirá grabar sus idea* m tener que acudirá una Y ei>wK>#. 12! mano estnrngera. De aquí en adelanta eatla autor se compondrá la parte geográfica de sus o b r a s : deteniéndose algunos instantes delante del monumento mas complicado ó del pais mas estendido, al iustant* obtendrá un verdadero fac ñmile. C E I J FHOSESEB. L L A M A D O IL DAGUERROTIPO. E s t e p r o c e d e r consiste e n l a r e p r o d u c c i ó n e s p o n t á n e a de l a s i m a j e n e s d o l a n a t u r a l e z a r e c i b i d a s en l a c á m a r a oscura , n o c o n sus c o l o r e s , sino c o n u n a g r a n d e finura d e d e g r a d a c i ó n d a los m a t i c e s j ©(DIB . P i n t o r , inventor del D i o r a m n , oficial de la Lejion de H o n o r , miembro de muchas Academias, e t c . , «te. t OFICIO!, $£5 DAGUERROTIPO. DESCRIPCIÓN DEL PROCEDIMIENTO. Los csperimentos se hacen sobre panes de plata p e gados sobre planchas de cobre. Aunque principalmente sirve el cobre para sostener la hoja de p l a t a , el c mjunto tje los dos metales contribuye al mejor é x i to del efecto. La plata debe ser de la mas pura posible. Eu cuanto al cobre, su grosor lia de ser suficiente para mantener la planimetría de la plancha á fin de que no se desfiguren las imájeues; pero debe evitarse también el que se le dé mayor del queso necesita paj a lograr este resultado poi motivo del peso que da ello resultaría. El grosor de los dos metales juntos no debe esceder al de un naipe grueso. El procedimiento se divide en cinco operaciones: La primera consiste en pulir y limpiar la plancha para hacerla aproposito para recibir la capa sensible; La segunda en aplicar esta capa; La tercera en espouer la plancha preparada A la acción de la luz en la cámara oscura para recibir la ¡majen de la naturaleza. La cuarta en hacer aparecer esta imájen que no se percibe al salir de dicha cámara; Y por ú l t i m o , la quinta tiene por fin el quitar la capa sensible que continuaría á ser modificada por la l u z , y tendería necesariamente á destruir del t o d a e j esperimentu. 126 ARTíH PRIMERA O P E R A C I Ó N . Para esta operación se necesita: Un frasco pequeño con aceite de aceitunas; Algodón cardado muy f o f o ; Piedra pómez pulverizada y sobrefina puesta en una muñeca de muselina de un tejido bastante c l a r o , paraque el polvo pueda pasar fácilmente sacudiendo la muñeca; Un frasco con ácido nítrico debilitado con agua en las proporciones de un volumen de ácido por diez y seis volúmenes de agua destilada; Un bastidor () aro de alambre de hierro sobre del queso ponen las planchas para calentarlas por medio de una lámpara de espíritu de vino; Por último, una pequeña lámpara de espíritu de vino. Como ya se ha dicho arriba, las pruebas se hacen sobre láminas deplata. La magnitud de la plancha es proporcionada á la dimensión de los aparatos. Se empieza por pulirlas bien. Al efecto se espolvorean con el polvo de la piedra pómez sacudiendo la muñeca sin que toque á la plancha , y se frota suavemente en dirección circular con un poco de algodón embebido de una corta cantidad de aceile de aceitunas- Para hacer esta operación, deben ponérselas planchas sobre una hoja de papel que se ha de renovar de tanto en tanto. Debe añadirse polvo de piedra pómez muchas vceesi y cambiar igualmente con frecuencia el algodón. (El almirez que se empleará para pulverizar la piedra pómez., no deberá ser de hierro colado ni de c o i n é , sino de pórfido. Luego se porfidizará sobre una luna de T OFICIOS. 127 espejo no pulida con una moleta de vidrio y con el i n termedia del agua bien pura. La piedra pómez no deberá emplearse sino cuando será p é r f i d a m e n t e seca.) Se concibe el grande cuidado que debe emplearse en que la piedra pómez sea bien fina á fin de que no r a y e , pues que el éxito del esperimento depende en gran parle del pulido perfecto de la plancha. Guando esta está perfectamente pulimentada se le quita el aceite espolvoreándola nuevamente con pómez y frotándola con algodón s e c o , siguiendo siempre una dirección circular. (Frotando de otro modo es imposible que se obtenga un buen resultado.) E n seguida se hace u n pequeño lampón c >n algodón que se embebe con un poco de ácido debilitado con agua (en las proporciones arriba indicadas.) Para esto se aplica el tampon al g o llete o beca del frasco, y se vuelca este de arriba á bajo apoyando líjrrami ote aquel , de manera que s o lamente el centro del tampon quede mojado por el ácido sin que se embeba muy profundamente de él; Poco basta , y debe evitarse que los dedos se mojen con el mismo. Entonces se frota la plancha con el tampon teniendo cuidado de repartir con igualdad el á c i do por foiia la superficie. Se cambia el algodón y se f r o t a , constantemente en dirección circular , á fin de esteuder perfectamente la capa de ácido , que no d e be hacer otra cosa mas que cubrir muy superficialmente la plancha. Sucederá que el ácido aplicado en la superficie de la plancha , se dividirá en glóbulos ó gotitas que únicamente se hacen desaparecer cambiando el algodón y frotando de modo que se eslienda con perfecta igualdad; pues del contrario las partes que no han sido cubiertas con él formarían m a n chas. Se com c : que el ácido está repartido con igualdad cuando la superficie de la plancha está cubierta ¡íctt uua «apila bien regular en toda su «¡tensión. 128 iwra Luego se espolvorea la plancha eon piedra pome* j se cstrega muy suavemente con algodón que no ha servido. Eu este estado la plancha se espone á un calor elevado. Para esto se coloca sobre un aro de alambre de hierro , haciendo de modo que la plata esté en la parte superior, y por la inferior se recorren todos los puntos de su superficie con la lámpara de espíritu de vino procurando que la punta de la llama eUé en contacto con dichos puntos al tiempo de pasar por ellos. Luego que la llama ha recorrido (odas las partes de la plancha á lo menos por espacio de cinco m i n u t o s , en la superficie de la plata se forma una 1 i jera capa blanquizca , y entonces se suspende la acción del fuego. El calor de la lámpara puede reemplazarse por el del fuego de csrbtuí , c! cual es todau'a preferible porque ia operación eslá terminada mas presto. En esto caso es inútil el marco de alambre de h i e r r o , porque se toma la plancha con unas tenazas haciendo ir la lámina de plata en la parte superior, j se hace pasar por encima del hornillo una y mas veces paraque se caliente uniformemente, y hasta que la plata se cubra de la lijera capa blanquizca de que hemos hablado arriba. Luego se hace enfriar pronta» meute ¡a plancha dejándola sobre de un cuerpo i , 1.1, ta! como sobre de una mesa de mármol. Cuando fría, se pule de nuevo , operación que pronto esta concluida, pues que tan solo se debe quitar la lijera capa blanca que se ha formado sobre ¡ a p l a t a . Al efecto, se espolvorea con piedra pómez y se frota ;:n seco eon un tarapon de algodón , procurando añadir nuevo polvo y cambiar con frecuencia el lampen muchas veces. Cuando la plata es(á bien pulida, se frega del modo sabido coi» ácido diluido en a g u a , y se polvorea con uu poce de pómez fregando después lijeramciitc con v eíic io*. 139 tm lampón de algodón. I)eí)c emplearse nuevo ác ido tres vec es diferentes, proc urando c ada una de ellas polvorear la planc ha c on pómez y fregarla en sec o muy lijerainenle c on algodón sumamente limpio , e v i tando que las partes de este que han estado en c ontacto c on los dedos, froten c on la plarc ha, pues la transpiración c ao-aria manc has al esperimente. I g u a l mente se ha de evitar el vapor húmedo del aliento, así c omo las manc has de la saliva. Guando nose quiero operar inmediatamente , solo se dan dos c apas de ác ido después déla operac ión del fuego , lo que permile preparar este trabajo c on a n ticipación ; pero es de todo punto indispensable que al proc eder á hac er algún e n s a y o , se dé al menos una c apa de ác ido y que se apootaze siravec iente la plaiich i del modo dic ho. Ku seguida se quita todo el polvo de la piedra pómez que se enc uentra, tanto en la superfic ie c omo en los lados de la planc ha, par medio del aiyudüii sumamente limpio. SEGUNDA OPERACIÓN. Para c »la operac ión se requiere : Una c eja; Una planc hita ; Guaico pequeñas fajas metálic as de la misma n a turaleza que las planc has; Un pequeño martillo y una c aja c on pequeño* i-laves; Un fraseo de yodo. Fija ¡a planc ha sobre la planc hita por medio délas fajas ioé;.'i;eas y de los prqnenos c lavos que se hac en penetrar c on el martillo destinado para c ele elec to, TOMW 11!. У 130 iSTiii se ha ds poner yodo en la cápsula que se halla eu eí fondo de la caja. Conviene que el yodo se comparta en la cápsula, á fin de que el foco de emanación se» de una mayor superficie ; de otro modo en medio de la plancha se formarían círculos que impedirían eí obtener una capa igual. Entonces se coloca la planchita mirando el metal hacia ahajo sobre los pequeños canes colocados en los cuatro ángulos de la caja cuy a tapadera se cierra. Se deja en esta posición hasta que la superficie de ¡a piala se cubre de una hermosa capa amaróla de oro. Si se prolongaba la acción' por mas tiempo, la capa amarilla de oro tomaría otra violado que debe evitarse, pues entonces la capa no es tan sensible ala luz. S i , al cout'-ario, esta cipa no fuese La ¡'.ante a m a r i l l a , la ¡majen de la naturaleza uo se reproduciría sino con suma dificultad. De est* modo la capa amarilla de oro tiene su matiz bien determinado, porque es la única bien favorable para la producción del efecto. E l tiempo necesario para esta operación no puede ser determinado absolutamente, porque depende de muchas circunstancias: primero de la temperatura de la esfaueia donde se'encuentra, porque esta operación siempre debe abandonarse á sí misma , es decir debe cfi ctuarse sin adición de un e.ílor diferente de! que podio darse á la temperatura de la pieza en que se opera, si hiciere demasiado f r í o . Lo que importa iivieb.) en e/l* operador! es que la temperatura interior de la caja sea igual á la estertor; d-d co!!tr.i"'Oo stieederia que pasando ¡a planilla del frío al c a l i e n t e , se ru'-rh-ía de itna peeeeíia caps de buioedad que es muy perjudicial ai esoerim e r t » . En seg-jielo lugar, cu;ml:> mayor uso se baga de la caja , ntcno* í:n¡¡;>o se r a p i - T : : , por:p:e la r:ad'.ra e?lá penetrada de vapor de yodo qu. con-lanleaaente tiende á despreud.-rse, el cual oliendo de; lo- Y cutios. 131 das las capas interiores se esparee con mas igualdad y con mas prontitud por toda !a superficie de la planc h a , lo que es sumamente i ni portante. Per esto es bueno dejar siempre un poco de yodo en ¡a cápsula que se encuentra en el fondo de la caja , y conservar esta última al abrigo de la humedad. Luego pues es evidente que es preferible ¡a caja cuando ha servido por algún tiempo , en cuyo caso la operación es mas pronta. Todavía qns en razón de las causas arriba mencionadas es imposible lijar' exactamente el tiempo, que se necesita para que se forme la capa amarilla de oro (tiempo que puede variar desde cinco minutos hasta treinta , ralamente mas o r n o no haga demasiado frió) se concibe que es indispensable observa! la plancha de vez en cuando para asegurarse de si ha adquirido el finido de amarillo designado; pero es importante que la luz de ningún modo le venga directamente encima. Puede acontecer que la plancha se colore mas de un lado que de o t r o ; en esíe caso para igualar dicha capa se ha de procurar que al colocar de nuevo la planchita encima la c a j a , se ponga no solamente haciendo que la cara superior esté en la parte i n f e r i o r , sino haciendo que ío este de cabo á cibo por el lado menos colorado. Conviene, pues, p o ner la caja en un lugar oscuro donde la luz entre en muy corta cantidad por la puerta que. se deja entreabierta , y cuando se quiere mirar la plancha,quitada la tapadera, se tenia la planchita por las estromidades can ambas manos y se cambia con prontitud de posición haciendo que la parte inferior esté en la superior, y al centra: io; entonces basta que la plancha refíej; en un punto un poro iluminado y San lejano como posible sea para q.í-i se p».-;U pereib'-r si o l e d o r amarillo es Instante subido. Sí la capa na ha 132 ARTES adquirido el color amarillo de o r o , ha de volverse con ^.ucha prontitud la plancha sobre la caja; s i , al c o n t r a r i o , el matiz fuese mas subido, la capa no podría s e r v i r , y seria menester volver á comenzar en un todo la primera operación. Esta operación puede parecer difícil en la descripción , (Miro con un poco de práctica se consigue saber casi el (iempo preciso para obtener el color amarillo, como también el mirar la plancha con tal prontitud que no dé tiempo á que obre la luz. Cuando la plancha lia llegado al grado de amarillo necesario , se encajará la t a b l i t a c n e l bastidor el cual se ajusta en la cámara oscura. Debe evitarse que la luz hiera la plaucha, á este efecto se alumbrará con una bujía , cuya luz no tiene de mucho lauta acción, procurando no obstante no tenerla demasiado tiempo en presencia de la plancha porque dejaría señales en ella. En seguida se pasaá la tercera operación , que es la de la cámara oscura. Es preciso en cuanto sea posible pasar inmediatamente de la segunda á la tercera operación, ó no dejar que medie de una á la otra mas de una hora de intervalo , pues trascurrido este tiempo la combinación del yodo y de la plata no tiene ya la misma propiedad. OBSERVACIONES. Antes de servirse de la c a j a , es preciso primero e n jugarla bien por d e n t r o , y volverla boca a bajo para hacer caer las partículas de yodo que podrían haberse salí,lo da la cápsula, evitando tocar el y o d ocoii los dedos porque los mancharía. La cápenla d-be estar cubierta C o n una gasa tirante cu un a n i d o , la cual tiene por objeto regularizar la evaporación del Y OFICIOS. 133 yodo ó impedir al mismo tiempo que la compresión del aire que resulta cuando se cierra la caja haga que se revuelvan partículas de yodo , las cuales llegando hasta la plancha harían cu ella grandes manchas. Por este motivo debe cerrarse siempre la caja muy poco á poco á fin de que no se revuelva por dentro el p o l vo que podría estar cargado de vapor del y o d o . TERCERA OPERACIÓN. El aparato que se necesita para esta operación se limita á la cámara oscura. L a tercera operación es la que tiene l u g a r sobre la naturaleza en la cámara oscura. Deben escojersc t í a preferencia los objetas iluminados por el sel, porque a;í es mas breve la operación ; pues fácilmente se concibe que no produciéndose esta sino por el efecto de la l u z , esta acción es tacto mas activa , cnanto son mas fuertemente alumbrados los objetos , y mas blancos son de su naturaleza. Después de haber colocado la cámara oscura frente de! punto de vista ó de los objetos cuyas imájenes se quiera fijar, es cser.cial tomar bien el f o c o , es dec i r , hacer de modo que los objeto? se repres"n{en con mucha limpieza, l o q u e se consigue con facilidad adelantando ó retirando hacia atrás el marco del cristal deslustrado que recibe la ¡majen de la naturaleza. Cuando se ha llegado a una grande precisión , se asegura la parte movible de la cámara oscura por medio déla manecilla de rosca destinada al efecto, después se relira el marco del c r i s t a l , teniendo cuidado de no desarreglar ¡a cámara o s c u r a , y se le reemplaza con el aparata que contiene la plancha y que o c u pa exactamente el ú'gar del bastidor. Cuando este aparato está bien asegurado con las pequeñas taravi- 134 Í R T E Í Has de cobre, se cierra la abertura de la cámara osc u r a , y ábrense después las puertas interiores del aparato mediante los dos semicírculos. Entonces se halla la plancha dispuesta á recibir la impresión de la vista ó de ios objetos que se han cscojido; y no f a l la mas que abrir el diafragma de la cámara oscura y consultar un reloj ¡.'ara contar los minuto?. Esta operación es muy delicada, porque nada se vé en e l l a , y e s del todo imposible determinar e l tiempo necesario para la reproducción, pues que depende enteramente de la intensidad de luz de los o b jetos que se quiere reproducir. Este tiempo puede variar en París de 3 á 30 minutos á lo mas. Debe te.::¡bien notarse que las estaciones, asi como la hora del d i a , influyen mucho en la celeridad de Ja operación : los momentos mas favorables son de siete á tres; y lo que en París se obtiene en 3 ó A m i nutos en los meses de junio y j u l i o , necesitará 5 ó 6 minutos en los meses de mayo y a g o s t o , 7 ú 8 en abril y setiembre, y asi sucesivamente en la misma proporción á medida que adelanta la estación. Esto no es mas que un dato jeneral para los objetos muy iluminados, pues sucede á menudo necesitar 20 minutos en los meses mas favorables cuando los objetos no tienen mas que la media-tinta. ¡ie, v i s t o , p u e s , por lo que se acaba de decir, qu* es imposible determinar con exactitud el tiempo necesario para obtener las prueba*; pero con un poco de práctica se llega fácilmenteá apreciarlo. No es menester advertir que en el mediodía de Ja Francia , y jeneralmcoíe en todos los países donde la luz tiene macha intensidad, como en España , l i a b a , etc., deben .hacerse mas prontamente las pruebas, lis también muy importante no pasar del licrapo necesario para la reproducción , porque los ciaros ya no serian blaa- T OFICIOS. 18» eos, sino que se ennegrecerían por la acción demasiado prolongada de la luz. S i , por el contrario, el tiempo no había sido suficiente , resultaría una prueba muy vaga y sin ningún detalle. Suponiendo que se haya faltado en una primera prueba por retirarlo demasiado pronto o dejarlo sobrado tiempo, se comienza inmediatamente otra , con la seguridad de obtenerle mas j u s t o ; y es ademas útil para adquirir mucha práctica hacer algunos ensayos. Lo dicho para esta operación se ha de entender para la de la c a p a : es necesario darse prisa en hacer sufrir á la prueba la cuarta operación luego que sale de la cámara oscura: no debe mediar mas de una h o r i , y la mayor certeza del feliz éxito del esperhaisto «cía cu operar inmediatamente. GUAMA OPEl'.ACíON. Se necesita para esta operación : l! n f¡-aseo de mercurio que contenga á lo menas un ki»¡;rra:w> de esta sustancia; Una lámpara de espíritu de v i n o ; El aparato destilatorio del m e r c u r i o ; Un. embudo de vidrio de cuello largo. Se echa por medio del e m b u d o , el mercurio en la cápsula que se halla en el fondo del aparato en m u cha cantidad para que quede cubierta la bola del t e r mómetro. Para e s t o , se necesita á corta diferencia un kilogramo; en s e g u i d a , y á parí ir de este momento, no puede echarse mano de otra luz sino de la de una bujía. Se retira la tabula sobre la cual está fijada la p l a n illa del a p a r a t o , que i« preserva del contacto de la 136 ARTES l u z , se la hace entrar por las correderas de la plaaeha n e g r a , vuelve á colocarse esta en el aparato sobre los taseones que la mantienen inclinada á 45 g r a dos , puesto el metal á la parte i n f e r i o r , de modo que se pueda verle al través del cristal, y ciérrase después la cobertera del aparato muy poco á poco á fin de que el aire rechazado no revuelva las partículas de mercurio. Cuando todo está asi dispuesto, se enciende la lámpara de espíritu de vino y se coloca bajo la cápsula que contiene el mercurio, dejándola allí hasta que la bola del termómetro se sumerjo en el mercurio y el tubo sale de la c a j a , lo que indica un calor de CO grados centígrados; entonces se retira prontamente la lámpara. Si el termómetro ha subido con rapidez, continúa elevándose sin el socorro de la lámpara, pero ha de observarse que no debe pasar mas allá de los 75 grades. La impresión de, la imájen de la naturaleza existe en la plancha pero es invisible; hasta que al cabo da algunos minutos comienza á aparecer , lo que, se o b serva mirando de través el crista! alumbrando con la bujía por cuyo u r d i ó se evitará dejar que hiera demasiado tiempo la luz sobre la plancha porque dejaría señales cu ella. Es menester dejar la prueba hasta que el termómetro haya bajado á 4 5 grados, que entonces se relira y termina la operación. Cuando las objetos han sido fuertemente iluminad o s , y se ha dejado obrar por un tiempo demasiado prolongado la luz en la cámara , sucede que esta operación ha terminado aun antes que el termómetro haya bajado á 55 g r a d o s ; lo que puede observarse m i randa al ira;ce, del cristal. Es preciso, después de cada operación, enjugar bien el interior del aparato para quitar la pequeña T OÍICIO». 137 •apa de mercurio que jcneralmente se d e r r a m a ; y asimismo debe tenerse sumo cuidado en enjugar la plan«ha negra á fin de que no quede en ella ningún rastro de mercurio. Cuando lia de embalarse el aparato para llevarlo de trasporte , debe cebarse en el frasco el mercurio que hay en la cápsula , lo que se haca inclinando la caja para hacerlo correr por la espita abierta al efecto. Puede mirarse la prueba á una débil luz para asegurarse de que ha salido bien. Se separa aquella da la tablita quitando las cuatro tirelas metálicas, las que se tendrá cuidado de limpiar á cada prueba con piedra pómez y un poco de a g u a ; pues no solamente están cubiertas de una capa de yodo sino que también han recibido una parte de la i majen. Colocase la p l a n illa en la ceja de correderas, hasia que se la pueda hacer sufrir la quinta y liitima operación, la que no es preciso hacer inmediatamente, porque la piedra puede conservarse en este estado durante muchos me~ ses sin que sufra alteración, empero con tal. que na se la mire á menudo y con mucha luz, QUINTA OPERACIÓN. El objeto de esta operación es quitar de esta p l a n illa el yodo , el cual cb I contrario cuando la prueba estaría espuesta demasiado tiempo a la luz continuaría en descomponerse y la destruiría. Para esta operación se necesita : Agua saturada de sal marina, ó una solución débil de hiposulfito de sosa p u r o ; El aparato ya descrito ", Dos barias de cobre estañado ; Agua destilada, 138 ARTES Para quitar la capa de yodo, es menester tomar sal eoraun é introducirla en un bote ó en una botella de boca ancha hasta llenar la cuarta parte de la altura de esta , y se acaba de llenar con agua ciara. Para ayudar la disolución de la s a l , se agita de cuando en cuando la botella; y luego que id agua está perfectamente saturada , es decir , cuando no puede disolver mas s a l , es necesario filtrarla por pape! de estraza á fin de que no quede ninguna inmundicia y esté del todo limpia. Prepárase de antemano esta agua saturada de sal en cantidad bastante crecida y se conserva en botellas tapadas, cv itando de, este modo tener que hacerla para cada prueba. Se echa en una de las bacías centímetros poco mas ó menos la otra de agua para común , ambos líquidos sin que ¡leguen agua salada hasta tre* de sti a l t u r a , se llena y se tienen calientes á hervir. Puede reemplazarse la solución de sed marina por una solución de hiposullito de sosa puro , y a mi esta ultima es p r e f e r i b l e , visto que quita culeramente el y o d o , lo que no siempre tiene lugar con la solución de sai marina, en particular cuando las pruebas están hechas de mocho tiempo. En cuanto á !o demás, ¡a operación es ia misma pira ..adías soluciones: la J a hiposullito no necesita calentarse ni es necesaria tanta cantidad, pues basta que esté cubierta la plancha en el fondo de la bacía. Se ¡neja prim-ro la plancha en el agua pura qu« caoticüc la o v i a , zambulléndola solamente , sin ¡solt a r l a ; se saca inmediatamente, pues basta que el agua b a y a cubierto su superficie, y después, sin dejarla secar, se zambulle en seguida en el agua salada. Si no se mojara primero la plancha en ei agua pura a n tes do meterte en la salada o en la solución de hiposuifito, estas últimas h a d a n en eila manchas iutkle- 7 ínmoí. 139 bles. Para facilitar la acción del a g u a salada ó del hiposulíito que se apoderan del y o d o , se ajila la plancha dentro del líquido con un gancho pequeño de cobre estañado que se pasa por debajo de e l l a , sa levanta y se la deja caer muchas veces. Cuando el c o lor amarillo ha desaparecido del t o d o , se saca la plancha cojiéndola por las dos cstremidades cerrando las manos por el espesrr para que los dedos no toquen la p r u e b a , y so zambuí/e ¡umediaía.'iieníe en Ja p r i m e ra bacía de agua pura. Se íoíiia entonces el aparato ya descrito. Se saca la plancha de la bacía de agua destilada, se coloca en seguida sobre el plato i n c l i n a d o , y después , sin dejar tiempo para que se seque , se echa sobre la superficie y por arriba de la plancha, el agua destilada muv caliente pero no hirviendo, de manera que c a yendo esta agua forme una cascada sobre toda la estcnsion de la prueba y arrastre consigo toda la solueíon de sal marina o de hiposulíito, que está ya muy debilitado por la inmersión de la plancha en la primera bacía (1). No debe emplearse menos de un litro de agua destilada para una prueba del grandor indicado; pues raras veces d'ja de quedar algunas gotas sobre la plancha después de haber echado cela cantidad de agua caliente sobre la prueba. En ta! ca.-o debe hacera* desaparecer esas g.¡tas antes que hayan tenido t i e m po de secarse , porque podrían contener algunas partículas de sal marina y aun yodo; se separan soplando fuertemente con la boca sobre la plancha. Concíbese cuan importante es que el a g u : que se (i) Si se emplea t i hiposulíito, el agua desalada de- berá echaise menos calitnte que con la sal marina. \K"S ÍRTBS emplea para este lavado sea p u r a , porque seeándos* sobre la superficie de la plancha, á pesar de la rapidez con que se ha echado, si esta agua contenía a l g u na materia en disolución, se formarían sobre la prueba muchísimas manchas indelebles. Para asegurarse si ti agua puede convenir para este lavado, se hecha una gola sobre una plancha bruñida y si haciéndola evaporar por medio del calor no deja ningún residuo, puede emplearse sin temor. El agua destilada no deja señal alguna. L a prueba queda acabada después de este l a v a d o , y no falta mas que preservarla del polvo y de los vapores que podrían empañar la plata. El mercurio que dibuja las imájenes se descompone en parte, a d hiere á la p l a t a , resiste el agua que se le hecha e n cima , pero no puede sufrir ninguna frotación. Para conservar las pruebas, es menester ponerla» bajo de vidrio y encolarlas, y así son inalterables, aun puestas al sol. Como es posible que viajando no se pueda atender á guarnecer las pruebas, se podrá asimismo conservarlas encerradas en una c a j a ; y aun para mayor seguridad , se pueden encolar pequeñas cintas de papel en Las junturas de la cobertera (1). Es preciso decir que las [¡lanchas de plata pueden servir muchas veces, mientras no se descubra el co- (1) E l autor Iiabia ensayado preservar las pruebas jior medio de diferentes barnices obtenidos con el succ i n o , la c o p a l , la goma elástica, la cera y muchas resin a s ; [ e r o había o b s e r v a d o , que con la aplicación de un barniz cualtjucra las luces de las pruebas se habían apagado y al m i s m o tiempo j se hablan empañado los íueites. A este hocouveuienle se unía la dc¡com¿>osii.ion r OFICIOS- 141 b r e ; pero importa mucho quitar cada vez el mercurio como queda dicho empleando la piedra pómez eon el aceite, y cambiando á menudo el a l g o d ó n ; pues de otro modo el mercurio acaba por adherirse á la p l a t a , y las pruebas que se obtienen sobre esta amalgama son siempre imperfectas, porque les falta vigor y limpieza. DAN AID A . Este a p a r a t o , debido á Mr. Manoury de Ectot, que puede, ser considerado como perteneciente á la categoría de, las rueda* hidráulicas del jéncro de las l l a madas de reacción , produjo una grande sensación cu el mundo instruido en el momento en que el i n ventor lo hizo conocer: las aplicaciones del principio, hasta a h o r a , no se han jeneralizado; mas sea lo que f u e r e , la danaida es suceptible de producir un g r a n dísimo efecto. La parte principal de esta máquina consiste en una cuba de l u j a de lata tan alta como ancha y taladrada cu el centro de su fondo con un agujero circular al través del cual pasa un eje vertical de hierro cuyo d e l m e r c u i i o p o r su c o m b i n a c i ó n c o n l o s b a r n i c e s e n g a j a d o s ; cuyo efecto, que n o comenzaba a dcsan(¡liarse b a s t a ai cribo d e d o s ó t r e s m e s e s , truir c u l e r a m e n t e la ¡ m a j e n . En acababa cuanto |¡or á lo L a s u i b n p a r a q u e ct a u t o r d e s c e b a s e c n l e í a m o n t e des- (binas, el u s o d e J o s b a r n i c e s , q u e su a p l i r . - i c i o n d e s l í n d e s e l a Í T i I e n s i d . u l d e Ias l u c e s , p u e s la n e i f e c c i o n q u e m a s se d e é e a e n el p r o c e d e r es p o r e l c o n t r a r i o esta i n t e n s i d a d . el m i d i ó de aumenta* í r t í í 142 agujero no cierra exactamente, dejando á su alrededor un anillo descubierto , por donde se escapa el agua á medida que pasa en la cuba. El eje jira con la cuba sobre un quicio y es detenido en su parte superior por una especie de rueda dentada. El objeto de Mr. Manoury ha sido trasmitir en un todo á las partes sólidas de la máquina , la cantidad de fuerza viva debida al agua que mana por la parte superior en la c u b a , para emplearla en seguida por ei aparato mismo para producir un efeelo útil, que no sea disminuido sino de la corta cantidad a b solutamente necesaria del agua para escaparse por el orificio del f o n d o . Hó aquí como lo ha conseguido : cu el eje vertical está lijo un tambor igualmente de hoja de lata concéntrico cu la cuba, y cerrados por los dos estreñios. Este tambor , que rueda con la c u b a , llena casi toda la capacidad, y no deja entre su pared eslerior y la pared interior d é l a cuba sino un intervalo de cuatro á cinco centímetros. Este vacio se cstiende igualmente entre el fondo de la cuba y el del t a m b o r , que con todo eso se hallan mas arrimados el uno al otro. Entre estos dos fondo? se hallan dispuestos mucho.'! tabiques que los reúnen, y que están dirijidos como los rayos de un círculo , desde la circunferencia hasta el borde del orificio anular del fondo de la cuba. E l agua llega cutre las dos circunferencias del tambor y de la cuba , por medio de uno ó muchos tubos que comunican con un depósito superior. La parte inferior de estos tubos c u r r e -ponde con el nivel del agua en la cuba, en donde están «jicrrvaite p a n qua el agua cuele hcrizoalalracnle y t a n j e i i l r r u e n t e en ¡a c i r c « ¡ f e r c i - ' ' . . i Media entre ¡a de h cn'.sa y la de! lemi , b é - . La celeridad adquirida por el aguo en ra caída desde el deposito superior, hace lomar ¡i la ciáqoina, T OFICIOS. 143 alrededor de su eje , un movimiento q u e , en teoría, se aceleraría poco á puco , liasta que la celeridad da la máquina fuese la misma que la del a g u a que va al deposito , de manera que no habría choque sensible ende el agua que Huye y la que eslá contenida en la maquina. Este movimiento circular da á la masa de agua comprendida entre las dos superíieics cilindricas del tambor y de la cuba , una fuerza centrífuga con la cual comprime, de adentro á fuera , las paredes de la cuba. Es!a fuerza centrífuga obra igualmente sobre la porción de agua comprendida entre el del tambor y el de la c u b a , pero con una fondo intensidad decreciente de la circunferencia al centro. 1.a masa de agua c s í á pues animada «1« dos fuerzas opuestas la una á la oirá : la pesad-i. y la fuerza c e n trifuga. La primera tiende á hacer salir el agua por el oriiieio anular del fondo de la c u b a ; la segunda t i e n d e , al contrario, á sepe.ra.rla de e l : á estas dos fuerzas se junta una tercera, el r o c e , q u e , en las máquinas comunes, disminuye el efecto útil indicado por la teoría, a'os.orviemlo á menudo una porción coiiri.l-r.iWe de la fuerza v i v a , y q u e , en esta máquin a , resulta en provecho déla m i s m a ; porque se c o n cibe que el efecto serta nulo sio el ¡role ó roce que se ejerce tan lenlalmeute en las paredes de la cuba y del lamber en el sentid.*) di'su movimiento ; cotonees el e ;e;a lo:::.-.ria ' " d o mi movió;: -nt.» de r o U e l o a y u o arras!le,áa la ¡uá-piina c.e.i e l l a . C e l a c o : a . ) : a : ; ' d o estas tres fu'O'eecs debe resul! ! ir i!ü d e r r a m a : » ! o t o mas o m< nos rápido por el oriiieio ¡•¡tufar üA fondo de i a c u b a : y •ee-üío menor IV, •;•:-..) v e o í¡ee-';:eí el agua al n ü r . ¡n:n se tendrá t;;ie e o v b .r para \¡v ,oue:r ei d ' . c t o aí que '"elaré J e s üiioda. 144 hites La fuerza motriz es el peso del agua solada , multiplicado por la altura del nivel superior del depósito encima del fondo di: la cuba, y el efecto útil e* este mismo producto, menos la mitad de la fuerza v i va conservada en el agua que cuela por el orificio anular. Para hacer producir á la danaUUi el mayor efecto posible, será p n c i s o dar á la cuba una altura mucho mayor que la mitad de la altura de la cuida , de manera que el agua al caer cu los tubos percorra la m i tad de esta altura , y que la otra mitad sea igual a la altura en la cual el agua queda cu la cuba por la fuerza c e n t r í f u g a . En los esperimentos hechos con la dauaida por una comisión nombrada por la Academia de ciencias, se ha ene nitrado que el efecto útil era cimstr.ntcmcnU! superior á siete decimos di; la fuerza motriz, y que por lo común se acercaba á 75centesimos de esta fuerza, aun sin desfalcar el roce de las poleas y la rijidez de las cuerdas empleadas para estos esperimentus. Cuando por cualquier motivo , se (ienen bronce* dorados inservible-., el valor del metal que los c u b r e no permite abandonarlos; pero si se fundiese la masa entera para estracr en seguida el o r o , los gasto* de esta operación de rcfiuaduru serian demasiado esees! vos. E n e f e c t o , como el oro no penetra en el bronce j solo está pegado á él , si por un medio á proposito se consigue destruir la adherencia de las dos me!,des entre s í , es fácil en seguida separarlos; este es el fin que re proponen los desdoradores, y á este objeto etn- Y OFICIOS. 145 pican diferentes mezclas que. aplican á la superficie del bronce dorado antes de someterlo a la aceten del calor. Dcslicn en agua ó vinagre, 2 , -í ó 0 partes de azufre y una de antimonio, y con esta mezcla cubren la superficie que quieren desdorar; cuando seca , se le da una nueva capa; ciertos obreros añaden á la m e z cla nitro ó bórax. La ¡lieza asi cubierta se coloca sobre una reja cu un fuego poco ardiente, y cuando se ha enrojecido, se sumerje en ácido sulfúrico débil ; si las escamas no se separan bien , se golpea la pieza, ó también se r a s c a , y en seguida se frota con las gratas encima de un lebrillo lleno de agua. lin esla operación la superficie del cobre se sulfura ligeramente, y la capa de oro se despega por la a c ción del á c i d o ; pero como el azufre se volatiza en p a r t e , antes que llegue á la temperatura en que p o dida atacir el c o b r e , la operación es con mucha frecuencia incompleta. M. De.rcet ha modificado el proceder de un modo mas ventajoso : primero hace enrojecer la pieza que quiere desdorar, la cubre de azufre en polvo y la vuelve al f u e g o , después la sumerj e en el ácido como se ha heehoanl.es: por este medio la acción es mucho mas u n i f o r m e , el oro se separa y la pieza de cobre se halla bien descubierta. DESINFECCIÓN. :\ucvo gas desinfectante. .Mr. Vcrrari habiéndose servido con suceso del gas fluo-bórico para (pillar el olor de moho á mi teiielilo de v i n o , ha ensayado por anologia el emplearlo TOMO ni. 10 Í4f5 Airrts como desinfectante. A dicho efecto ha hecho f u m i g a ciones con este ¡jas en muchos aposentos que, por ciertas circunstancias locales y el gran número de prisioneros que encerraban , despedían mucho olor , y el olor se encontró completamente destruido. El medio de procurarse este gas como fumigatorio es f á c i l ; basta tener un hornillo y un plato de tierra; se mete en es!e último una pasta O c h a con dos draemas de espalo flúor y d o ; onzas de ácido sulfúrico. Esta última mc/.ela se reúne á la primera, se espone todo a u n fuego moderado, que basta para producir y desprender el gas ácido fluu-bórico. T OFÍCIOS. 147 EBANISTERÍA. Aquí solamente se tratará del uso de las maderas indísimas en la ebanistería; esta parte de este arte es la menos jenrralmenle conocida; y sin embargo, es sin disputa la mas digna de nuestra atención. Las maderas indíjenas especialmente propias al •embutido s o n : el lobanillo de f r e s n o , el lobanillo de aliso , el lobanillo de o l m o , el lobanillo de roble, el lobanillo de o r c e , el acebo, el tejo, el n o g a l , el l o banillo de nogal. Lobanillo de fresno. Entre muchas variedades se distinguen tres princip a l e s , cuyos caracteres son bastante marcados para que sean clasificadas separadamente: el lobanillo ¿lauro, el rojo, el moreno. Ad más de estos tres l o b a n i l l o s , se encuentran muchos de madera mestiza, que participan de la naturaleza de dos de estas especies y aun de las t r e s ; seria difícil describir todos los matices, y solo l u s t r e s principales deben fijar nuestra atención. Ciertas comarcas producen n a í u ralmeute fresnos lobanillados :in que el arle concurra en ello para n a d a , mientras que en otras localidades no lo son. Las tres calidades de lobanillos que acabamos de señalar se cncuenlran á veces en un mismo árbol. Entonces el árbol entero está lobanil l a d o , y solo las brancas no lo están. En este caso el lobanillo blanco se halla siempre al esterior del ár- 148 iiiTES b o l ; el lobanillo amarillo en el corazón hacia lañarte superior; el lobanillo moreno en el corazón por la parle inferior del tronco. Este último no liene naturalmente ese color de coco que nosotros le vemos, y solo lo adquiere cuando ios tablones han permanecido algún tiempo en hoyos llenes de agua corrompida; si un árbol no está cuteramente cruzado, es dec i r , si conserva en d c -.razón partes hilo derecho, primero se produce el lobanillo blanco, después se forma encima de este el amarillo. El dibujo del lobanillo blanco es mas frisado que el del r o j o , y en fin este mas frisado que el del moreno; según esle estado del árbol la podedumbre se manifiesta en el coraz ó n , lo que hace que el lobanillo moreno raras veces es s a n o ; y que muy ordinariamente está airaresada por venas podridas muy numerosas ¡tara oponerse á que este lobanillo pueda dar grandes hojas de embutido. F e r i o mismo es raro que sea empleada en la ebanistería, y los torneros sen los ¡pie la emplean con provecho , pues no necesitan pedazos tan volum i n o s o s , latí sanos y libres de agujeros. En cnanto al lobanillo amarillo, no puede decirse que sea un lobanillo propiamente dicho; sin e m b a r g o , sirve en la abauistería, algunas veces como madera de embutido , pero lo mas común como madera maeisa, ds el se hacen maderas de cajas y sillas, pies de mes a s , e t c . , usos para los cuales rs menester una madera nerviosa y resistente: debe su color al agua pura. L a madera que es eminentemente destinada al embutido es el lobanillo blamo. Luego de corlada debe aserrarse en un lugar bien seco; si se la dejase á la humedad se volvería amarilla y perdería mucho de su valer. Un lobanillo blanco es por lo recomí seno, es una madera nueva en todo su v i g o r : no hay n c - v OFICIOS. 149 eesidad <lc dejarla secar á lo mas sino un año ó diez y ocho meses antes de emplearla. Un lobanillo de primera calidad es aquel cuyo color es mas blanco : muy á menudo se encuentra en el algunos nudos r o jos y puntos de azul claro; estos accidentes «sláu l e jos de ser defectos, si por otra parte, el lobanillo es de un pequeño dibujo, bien frisado, atigrado. Cuando un lobanillo posee todas estas calidades, es menester esfoizarsc cu conservarlas b i e n , y no darle ningún ador artificialmente, pues sus matices n a turales bastan. Cuando se trata de aserrar un lobanillo b l a n c o , el ebanista debe reflexionar largo tiempo , y volverla en todos sentidos para ver de que lado conviene atacarla , á fin de tener hojas mas grandes. Conviene o b servar que según se la a s m a r á , uu lobanillo dará .hojas mas ti menos hermosas. Si se atiende mas á la hermosura del cm!ai:ido que á la grandor de las h o j a s , conviene siempre conservar el lado escabroso, nudoso y frisado. Si el lobanillo es cúbico, ó á corta diferencia cúbico, habrá dos lados frisados y dos que no lo serán; este efecto tiene lugar porque en el fado fricado los nudos son cortados trasversalmente, mientras que en los demás lados son cortados según su h i l o , y por esto entonces se habrán de cortar tildas las hojas trasversalmente á fin de tenerlas todas frisadas. En cuanto al lobanillo a m a r i l l o , poco importa el lado por donde se asierre, porque ofrece el misino asoecta por todas partes. Si se quisiera colorar ó teñir esta m a d e r a , será preciso valerse de ios medios indicados en (I artículo • •tilorm-i'ivi •!<! las ni'Uúrn..-. alas, si se quiere con-crvar el col.o' natural, ha do dársele con a g u a , l e che , o sebo: ei aceite \ ueh c siempre demasiado oscu- 150 ARTES ro el color. Si se encuenlran en ella g r i e t a s , se lian de tapar por mrdio de piezas, pero esta es una operación bastante delicada. El lobanillo de aliso es muy raro, casi nunca se le halla aserrado en láminas para embutido, se compra en tablones á precio examinado , porque el valor depende de la finura del dibujo. Genio el lobanillo de f r e s n o , el lobanillo de aliso tiene dos aspectos, f r i sado y llameado. En la ebariisl'ría se pn liere este ú l timo aspecto; en el lobanillo de al i o tiene una gracia que no presenta en el lobanillo de fresno : las palmas son sedosas y reflejan un poco la luz. El lobaniil.» de aliso nunca e» b l a n c o , d i v e r o ; rotores contribuyen á embellecerlo, al lado de ;in filamento moreno se billa uno de amarillo , ó una v n a e-i »r de cioba; y efeelo de luz al lado de un fondo esruro. De \i\ parte fricada, es de ¡a naturaleza de esta madera e s tar acribillada de pequeños agujeres en medio de los n u d o s , lo que requiere el uso de un gran número de clavijas. Gomo acabamos de d " c i r l o , raras veces se emplea de la parte escabrosa. Sin embargo no ha de creerse (pie ratas clavijas periodiquea la hermosura ni la solidez del embutido, p i t e s üenden a u n a aumentar la primera y á asegurar la segunda: estas clavijas enrasadas flguran nudos de un color vetisegado y penetrante en la o b r a , y concurren roo la cola á sostener el embutido; pero ¡on un gruido aumento de trabajo pera el obrero y raras veces el comprador quiere atenderlo. No es muy común ver {¡raudos muebles de a l i s o , raras veces e.-tos lobanillos >OII bastante considerables para dar ;;randes l e j a s , per elra parió M u profundamente serrados, y de i.n lobanillo, grueso muy r a ras vtees se obtiei.ea vi inte hojas san..s; e;!o es m u y sensible, porque este lobanillo es en verdad una d i t oricies. 151 las mas hermosas maderas que se puedan v e r : como es flexible y flojo de tejido, mas fácil de trabajar que el lobanillo de fresno que goza de una grande fuerza de detracción. Lobanillo de olmo. Bajo esta denominación confúndense el lobanillo de olmo real y el olmo tcrlillard ó que la mano del hombre ha impedido de crecer naturalmente: sin embargo conviene hacer su verdadera distinción de ellos. Llámanse lobanillos de olmo verdaderos esos bultos , esas protuberancias redondeadas que crecen por superfetacion sobre los viejos olmos; son producidas, en el p r i n e i p i o , sea por la picadora de ciertos gusanos , sea por una enf. rwcdad del árbol ni consecuencia de la cual la su.-tjnc.a medular que separa las c a pas anuales del lino se derrama y se extravasa por defuera; muy luego un considerable número de verduguillos nacen sobre esta protuberancia y contribuyen á alimentarla y á atraer lacia d í a la savia: estas pequeñas brancas se ahogan mutuamente, n i n g u na puede tomar b a l a n t e fuerza para dar salida á la savia derramada, y ¡ I e lado ncrmal no puede restablecerse en cuanto a -avia derramada cubre incesantemente estos nuevos vastagos sobre los cuales, cada nueva primavera , no tardan en crecer de nuevos: una gruesa corteza cubre el cosooito , y la vejetacion del lobanillo continua regu¡;nn:•-' n¡c, es una vida particular enjertada <n la - ida del árbol: así se forman estos lobanillos. ; , En cuanto al olmo ioriniarif raras veces debe existencia á l a :«.,!;>» >!<•/:.; m mano del hombre es el qoe l o pr.i!e< . ; í ••..-'!•:!• f i - : r < ¡ ~ olmos que c a da año se de.,co. ¡v impedirlo.-, de < levarse mas allá de ciertos u . -e... ¡ J a t o l a.-í detenido en su 3 SU : 132 ARTES desarrollo, toma en grueso el aumento que se le lis negado en altura , y se forma una sucesión de capas implantadas ¡as unas sobre las otras; el hilo del leño se halla contrariado , torcido en todos sentidos, n i n guna branca capital se produce; y solo salen débiles vastagos que se renuevan cada primavera. Asi se forman los olmos loríiiltirds. Su lefio es rojo en los principales conductos, una albura blanca los separa de los conductos vecinos, estas alternativas del leño hecho y de la albura son causa que la pod.'(lumbre invada con mucha frecuencia el árbol hasta el corazón, y que se formen en él celdillas que destruyan ¡a h o mojeneidad de la masa. Kl olmo lorliUtird es hermoso por sus variados matice?, por su hilo contornead o , pero no está l!< no como el l o b a n i l l o , } es mucho mas difícil procurarse pedazos sanos, de un cierto volumen. Salvo este inconveniente, presen (aria al ebanis-la una bella materia en grandes d i b u j o s , de colores variados,muy propios para la confección de grandes muebles. La dificultad de obtenerlo hace estos muebles muy c a r o s , y en general se prefieren l o * fabricados con el lobanillo, aunque su color uniforme y oscuro, y su pequeño diluyo sean menos apropiados para este uso. VA olmo lorülUtrd todavía tiene «jiro defecto, y es que el embutido que con el se hace está sujeto á Ict anlarse, á bornearse y abotegar«c S o b r e el armazón. Siassi <~;u ¡¡moho trabajo y mucha atención un obrero ha conseguido hacer un mueble con esta madera bien e;Cojida, ha herbó una de las co.as mas bellas que se puedan hallar en ebanistería. Los mi»bles cnn.-lruidns de lobanillo son igualmente raros: el embutido es acribillado de agujeros, son necesarias una multitud de clavijas; con todo estos muebles son sólidos. t OFICIOS. 15S Hay dos especies de lobanillo de o l m o ; la una de grandes dibujos es la mas común , la mas propia p a ra hacer muebles, pero su color es menos serio; la ofra especie es del todo frisada , y puede emplearse á los mismos usos. Este lobanillo es r a r o , el grano de la madera es fino y cerrado; no es la madera filamentosa del olmo, es difícil de pulimentar, al propio tiempo f[ue muy agradable de trabajar. Al esfumarla es necesario tomar las precauciones enseñadas a r riba al hablar del lobanillo de fresno blanco, á fin de evitar oscurecer el color; porque el solo punto por el cual peca el lobanillo de olmo es por la monotonía de su matiz denegrido. El lobanillo de roble no es común en F r a n c i a , sin embargo se encuentra en algunas comarcas de la Bretaña y del lsdo de ios Pirineos; el que empleamos nos viene de Rusia , en grandes hojas rolladas; este lobanillo es muy frisado, en pequeños dibujos; su defecto está en ser de un matiz demasiado uniforme; el r o b l e , por su naturaleza , es muy fácil de colorar por los ácidos, por lo que es facilísimo hacer desaparecer este inconveniente, y dar mas fuertes matices á ciertas partes de este lobanillo. El lobanillo de roble de corcho tiene mucha relación con el amarillo del fresno y tiene sobre esta !a ventaja de no ser picada ; esta madera es poco conocida en la ebanistería, y no obstante podría sacarse de ella un escelenle partido , porque es l l e n a , consistente, bomojéuca, resistente, pero quizás no se h a llaría la suficiente para el consumo. El lobanillo de catase i ó encina verde , es menos r e g u l a r , se asemeja mas á la naturaleza de la madera de r o b l e ; los ácidos la coloran fácilmente, y , para fabricar pequeños muebles, podría también ocupar un lugar distinguido. El lobanillo de arce, como el de fresno b l a n c o , 1S4 im» presenta dos aspectos, el uno flameado, el otro frisad o , goza de un lustre, de una brillantez que no tiene el lobanillo de fresno; es muy susceptible de ser artificialmente colorado por los ácidos y sobre todo por el ácido ni! rico que le da matices negros , leonados y rojo oscuro , que aumentan su hermosura; este lobanillo se trabaja fácilmente, y es el objeto de un ramo de comercio de mucha consideración. Sin embargo desde que la América envia sus hermosos lobanillos blancos platudos y su arce mosqueteado, el lobanillo indijcuo ha perdida su crédito. S o es raro encontrar arces cuteramente lobauillosos, pero en este caso , por lo común , son vacies en el corazón. Como el arce es una madera unida y dura , comunica estas calidades al lobanillo, y da un embutido solido; empicada m a c i s a , se presta p a r a cualquier obra ; baj o este respecto es superior a l lobanillo de a l i s o , que es mas rico en color pero que, no tiene, para lodos los casos en que quiere empleársele maciso, bastante consistencia y adherencia con el armazón. Acebo. E n otro tiempo no se encontraba el acebo sino cortado á modo de arbusto; pero desde, que, el gusto de los colores delicados ha prevalecido, se hallan en el comercio gruesos pedazos de esta madera, y los hemos observado de cerca un metro de diámetro. El acebo da un embutido lleno y unido. ¡Nunca se guarda sin aserrar, porque se volvería amarillo, conviene pues sujetarlo á esta operación luego que hay a destilado un poco su agua de vejetacion , que es considerable. E l tejo destinado al embutido debe escojerse entre os pedazos n u dosos. En cuaulo al tejo compacto, no r OFICIOS. 135 se empica sino raaciso. Hay tejos muy gruesos c u y o corazón es de un hermoso r o j o , y cuyo filamento es de tal modo contorneado que imita bastante el olmo lorlillard por su contextura , por su color , los a c cidentes de l u z , el lustre , el pulimento (pie es susceptible de recibir : el l i j o no tiene i i val. El barniz tama sobre el tejo y se cons rva en el mas largo tiempo que sobre ninguna otra madera; pero el e m b u tido es quebradizo y s e c o ; si ha sido mal barnizado, sus aderes brillantes se vuelven descoloridos; c o n vienen pues muchos cuidados, mucho saber , a t e n ción , para hacer un buen mueble de acebo. Al operario raras veces le sale bien la cuenta en esta f a bricación d i f í c i l , si se la compara con el trabajo de la caoba que es tau fácil. Nogal. Aqui entendemos hablar del nogal n e g r o , vetado, que el comercio saca particularmente de l a Á u v c r n i a , y que ha llegado á ser el objeto de una especulación muy importante. El hernioso nogal e s , ademas, d i fícil de eucontrar y siempre á un precio elevado. E n cuanto al nogal blanco , se emplea niaeiso. El nogal da grandes hojas de pronto despacho, siempre que sean bien sanas; las vetas que constituyen su hermosura están dispuestas de manera que casi siempre es posible formar dibujos bastante regulares. Envejec i e n d o , este embutido loma un matiz rosado que aun aumenta su hermosura. No debe ensayarse el colerar esta madera , naturalmente de un tinte muy oscuro, por medio de los áridos, pues prodecen en ella un efecto desagradable ; mas si se le da un lijero tinte rosa , por medio de un poco de tierra de S i e n a , m o lida muy finamente y desleída en aceite de nueces ú írtks l56 aceite de l i n a z a , puede obtenerse absolutamente el efecto de la caoba. Lobanillo de nogal. No hace mucho tiempo que este producto natural ha sido esplotado por la industria. Los muebles que de el proceden son verdaderamente soberbios, f l o r i do y radiado, este lobanillo se presta á magníficos dibujos bastante grandes para el mueble; estos no son un punto frisado punteado como el del lobanillo de f r e n o , son llores ó florones unidos en ramilletes por vetas ondeadas. Por desgracia este lobanillo es todavía escesivamente raro. (Véase el artículo Coloración deras.) de las ma- ENCÁUSTICO. Actualmente se da el nombre de encáustico á preparaciones que eoütíenen c e r a , destinadas á servir de b a r n i z , ó á desleír colores para la pintura. Encáustico para encerar los aposentos. Este encáustico se prepara con cera que se saponifica en parte. Para esto se disuelve una parte de hermosa potasa del comercio cu 20 ó 30 partes de a g u a , después se calienta y se le añaden 8 partes de cera amarilla cortada á pequeños pedazos, se hace hervir y se ajita por espacio de cerca veinte minutos; después de esto se retira el vaso del fuego y la operación queda terminada. De esta manera se obtiene i m líquido espeso , o de la consistencia de miel Eúida, Y OFICIOS. 157 según que se emplea mas ó menos agua , ó que la evaporación lia sido mas ó menos l a r g a . Este encáustico se esliendo sobre los tablados ó sobre los ladrillos, por medio de un pincel de pintor, ó mejor de un lienzo atado al estremo de un palo, porque esta especie de jabón muy alcalino altera f á cilmente el crin de la brocha. Se deja secar , después se alisa con la brocha del fregador. Hasc observado , sin que pueda esplicarse d e f e c t o , que una lijera adición de nitrato de potasa en este encátislico le da mucho lustre. Se añade también a l guna vez jabón blando para hacerlo mas homójeneo y mas graso. liase probado, pero sin suceso, sustituir á la p o tasa, cu esta preparación , el sub-carbonato ó sal de sosa del comercio, que es mas barata; pero el producto (¡ne se obtiene con la sosa se endurece al secarse y no toma un pulimento tan hermoso cou la brocha del fregador. Encáustico para embarnizar los muebles. Prepárase disolviendo , por medio del calor, cera en aceite volátil de trementina , hasta que por el e n friamiento , el producto tome la consistencia de miel poco sólida , (i mas bien hasta que siendo bastante espesa, pueda por lo mismo estenderse sobre una s u perficie lisa sin que en ella forme grumos. Para hacer uso de este encáustico, se esticn de sobre un mueble , y se alisa por medio de una brocha . p r i mero , y de una muñeca de tafetán emborrado en seguida. Con el calor que desarrolla el frote , todo el aceite volátil se, evapora, \ solo queda la cera , que entonces se halla muy igualmente repartida; lo que no se obtendría sino dificilmcute sin una disolución previa. 158 «Til ESMALTES. Pintura sobre esmalte; por Mr Alfredo Esset. Como Cooper lo hace observar en su tratado sobre la composición del vidrio rojo , la principal diferencia que hay en Iré el antiguo y nuevo vidrio de este color es que el primero tenia por base un eroivn glass duro y r e f r a c t a r i o , y el segundo fiinl glass; lo que existe todavía hoy día (Cooper escribía en 1821) , y puede asegurarse, que el nuevo vidrio roj o es alguna vez inferior al a n t i g u o ; porque mientras que este antiguo , espuesto al calor de un berno de vidriero , conserva su color , el nuevo al contrario , cambia considerablemente, y aun á veces pasa á negro. La importancia de este hecho es muy g r a n de , si se observa que cu seguida se hace imposible de pintar sobre el vidrio rojo n u e v o , pues el calor necesario para hacer fundir en él los colores lo alterarían. Para obviar este inconveniente, se acude al siguiente medio : se pinta sobre el vidrio rojo común el m a tiz que el fondo exíje , y en seguida se aplica encima el vidrio rojo , de manera que la pintura en este caso consiste en dos planchas. El autor de esta memoria hace observar que el cuerpo con el cual los antiguos vidrieros coloraban su vidrio en rojo era el p m i ó x i d o d e cobre, sin embargo el análisis que de el ha hecho Cooper le ha dado también un precipitado abundante de cloruro de plata (luna córnea). Créese ordinariamente, y Cooper a d m i t e , que el cobre produce el vidrio en la pin tura sobre esmalte. Esta indicación es justa por lo que respecta á las producciones obtenidas antes de Mr. C h . Muss, quien empleaba el óxido de cromo para procurarse los ver- T OFICIOS. t»9 d e s , y quien alejaba en un todo el cobre. Por eso en la preparación de los colores sobre esmalte, no e m pleo ni h i e r r o , ni manganeso. Coopcr observa que los nuevos procederes seguidos en las diferentes v i drierías de ningún modo son suficientes y completos. Asi puede admitirse con justicia que esta observación se aplica igualmente al arte tan hermoso y tan i n t e resante de la pintura sobre esmalte. Los que han escrito sobre el arle de esmaltar confunden la pintura sobre esmalte con la sobre vidrio o porcelana, aunque estos (res artes sean tan diferentes como sus p r o ductos: (vidrieras p i n t a d a s , u n vaso ricamente adornado , y una hermosa pintura sobre esmalte). El esmalte es una sustancia que tiene por base un vidrio blanco y pcrfeciamenle trasparente. Si á esta básese añade una corla cantidad de oxido de oro, de cobre, de coledlo o de otros metales , produce un esmalte colorado trasparente. Este esmalte es el que se aplica sobre la plata , el o r o , y que sirve para embellecer las cajas de tabaco, péndulas y otros artículos análogos: antes de la aplicación del esmalte, se graban en el metal muchos dibujos q u e , por la r e flexión de la l u z , producen tan hermosos efectos. A l gunas veces eslas piezas de joyu'ía esmaltadas son ademas adornadas de retratos que se colocan sobre ¡in fondo trasparente , detrás del cual se encuentra oro Grabada, el cual difunde en seguida sobre la imájen un reflejo considerable. El efecto mas hermoso que en este caso, puede obtenerse, es el que los esmaltadores ¡laman ópalo. A este esmalte se le comunica el color lechoso por medio del óxido de arsénico. Si á esle último se añade óxido de estaño ó de antimonio , residía un esmalteópaco, lie preparado con óxido de anliamuio un esmalte que era mas blanco que |os productos de las fábricas estranjeras, y que iltTEt 160 poseía á un a!ío grado el aspecto de la c e r a , el que con el tiempo ha sido tan buscado para la Fabricación de las muestras de relojes. Sin embargo la sustancia a l a cual el esmalte debe por lo común socolor blanco y su opacidad, es el óxido de estaño. (1) Puede decirse que nuestros antecesores siendo muy pobres han hecho colores sobre esmalte; mas afortunadamente los descubrimientos de la química moderna nos ha ofrecido materiales suficientes para salir de este embarazo. Entre los metales, que poco tiempo h a c e , no eran conteidos sino de los químicos, y eran considerados como simples objetos de curiosidad, la p l a t i n a , el u r a n i o , el c r o m o , serán al presente preparados por la paleta del pin (ador esmaltador. A n tes de la introducción del óxido de platino, lucho por Mr. M n s s , no se ennecia moreno sobre esmalte de una intensidad suficiente, y si por medio de cierta mezcla se llegaba á obtener este matiz, cambiaba i n f a liblemente cuando se esponia de nuevo al fuego , se ponia mas oscuro , y tomaba el aspecto de la arcilla. Al contrario, el óxido de platino produce sobre el esmalte un hermoso moreno , indestructible, trasparente , y que ningún cambio esperimenta por el fuego. Coopcr ha observado que con el óxido negro de ¡dat i n o , podia obtenerse un negro muy intenso, propio (i) E n las vidrierías de Londres se prepara una sus- tancia q u e , en el c o m e r c i o , lleva el nomine de esmalte de vidiio l«l:iss-cnam?.l ) y que debe su opacidad y sus caracteres pailieulares al óxido de arsénico. E l l a puesse presenta bajo la forma de una materia vidriosa, áspera al t a c t o , fácil de m o l e r , de una fusibilidad fácil y de un color muy b l a n c o : empléase cu ¡la fabricación délas muestras de relojes c o m u n e s , etc. , etc. y orioms. 161 para la pintura sobro esmalte. líe hedió muc hos c s perimeoíos á este objeto, y he visto que <í la verdad se obtiene un n e g r o , pero este negro nunc a tiene la intensidad que se desea. En el c omerc io no pueden obtenerse c olores propios para la pintura sobre esmalte , los que se venden como tales solo son buenos sobre porc elana. Mr. ISrongniart, c u su trabajo sobre los c olores de f u s i ó n , pretende que todos los óxidos que c ontienen poco oxíjetio, y que lo retienen débilmente , son i m propios para les c olores de. f u s i ó n , porque la ac c ión del c alor se lo. hace perder. No obstante esto no es exacto, porque ningún c olor es tan indestruc tible al fuego c omo los produc idos por la platina. Cooper ha ya observado c omo un hec ho de alto interés que el oxido de platino , que solo es tan fác ilmente desc omponible , puede c uando fundido c on el esmalte, ser cspueslo al mas fuerte c alor sin desc omponerse. El que examine las rec etas c omunes de los esmaltes debe admirarse de ver esas mezc las c ompuestas de una manera tan singular, y prevé la nec esidad de su simplificación, y de esta nec esidad nos da un ejemplo lo que sigue, lian sido votadas veinte guineas de premio á Mr. W y n n por sus rec etas sobre la preparación de, los c olores sobre esmalte. Una de sus f o r m u l a s , destinada á produc ir verde, se c ompone c o mo sigue: Sílice , Borraj , O x i d o de p l o m o , O x i d o de c r o m o . íle aquí la totalidad de las sustanc ias dadas por el autor, y que entran en la mezc la: en c uanto á las proporciones en las c uales deben ser empleadas, q u e dan del todo á su disposic ión. толо Ш. 11 itl 1KTIS El hornillo de esmaltador, en el cual se preparan las pequeñas planchas y donde se c a l i e n t a n , es una especie de cuadrado de una altura , profundidad y latitud de cerca 333 milímetros, rodeado de un solido de cal y canto, y que se abre por un conducto vertical, en el cual se encuentra una llave para regular el calor. En el frente y en la parle superior, hay un hogar que consiste en láminas de h i e r r o , en el cual se p o nen y se retiran las pinturas y las planchas antes y después de calentarlas. El fondo del h o r n i l l o , si está construido para este u s o , será cubierto de una capa de coque de cerca 81 milímetros de grueso, y sobre estase colocará la mufla. Esta ultima se rodeará del todo de coque hasta por delante ; una puerta de hierr o , con una abertura de la magnitud de enfrente de la m u l l a , termina e] todo. Toda la corriente de aire que alimente el hornillo pasará por la mufla. Las planchas y pinturas descansarán sobre láminas delgadas de arcilla calcinada; cuando el fuego comenzará á activarse, se pondrán poco á poco los d i b u j o s , después de secos sobre planchas de h i e r r o , debajo la muSa, en donde las planchas descansan sobre coque, Naturalmente el mas grande calor se halla en ¡ a p a r t e inferior de la m u l l a ; la plancha debe p u e s , mientras está al f u e g o , revolvers e , para que pueda calentarse igualmente por todos los lados; y esto se, practica p.'.r medio de una pinza. Cuando los colores están convenientemente fundidos, se retira la plancha, y se deja enfriar sobre el h o gar de hierro. En este hornillo pueden hacerse que tengan hasta 135 milímetros de diámetro; pero para Obras mas g r a n d e s , se necesita un hornillo de otra construcción. En este caso la mufla tiene un f o n d o , la pared de detrás está cerrada con una puerta de hierro o coa arjtla refractaria. Esta última se llama mulla T oncms. 163 ferrada; la descrita arriba se llama a! contrario mufla abierta. La principal diferencia consiste en cjuc, en el primer caso , se halla atravesada por la corriente del a i r e , mientras que en el último caso esto no tiene lugar, lin el hornillo mas g r a n d e , se pone el fuego sencillamente sobre la mufla que descansa sobre r e jillas de h i e r r o , de modo que la construcción se parece del todo á la del hornillo de reverbero común. L a l l a m a , después de haber rodeado la m u f l a , se dirige hacia el fondo de este hornillo de hierro de secar. Este encierra diferentes b a n c o s ; sirve para calentar •las pinturas, lo que es .necesario para que ellas no se hiedan al fuego como sucedería si se quisieran esponer tan solo al calor de la mulla. El hornillo está construido de manera que el fondo del hornillo de •calentar se vuelve de .un rejo subido, mientras que la mufla toma la temperatura necesaria para recibirlas pinturas. Esta época está indicada cuando el interior de la mufla es de un rojo-naranjado; la mufla ha de suportar pues á corla diferencia i\n calor igual al n e cesario para la fusión del hierro celado. Por este m e d i o , si las pinturas se meten en el hornillo cuando todavía está frió, se calentarán poco á poco basta que lleguen á esta temperatura en la cual pueden esperinientar con certc/.a ti mas alto grado de la muña. E S P E H I H A B E BAÍjS.E.TíA. La esperma de ballena en su estado de p u r e z a , es una sustancia g r a s a , de un peí ficto blanco, casi i n o d o r a , insípida, traslúcida, con un lustre nacarado; cristaliza en agujas encorvadas ó en láminas. El blanco de ballena es untuoso al tacto: se licúaá una temperatura de 40° j se vaporiza ¿ 3CO°, se solidifica en 1C4 AUTEÍ forma cristalina por el enfriamiento; los álcalis solo la atacan difícilmente, y forman con ella una especie de jabón imperfecto, que contiene ácido margárico , ácido esteárico y etal. Sobre esta propiedad de no ser fácilmente atacable por los álcalis, está basado el a r te de depurar la osperma de ballena. Cuando ha sido bien preparada, no debe manchar de aceite el pap; I sobre el cual se f r o t a , y debe quedar perfectamente limpio cuando se licúa en é l . En su estado natural la esperma de ballena se presenta bajo la forma de escamas cristalinas en suspensión y aun en disolución en el aceite de ciertos cetác e o s ; pero en grande no se estrae sino del cachalote macrocéfalo , quien suministra una cantidad notable. En donde se halla en abundancia es en particular rala bolsa grasicnta colocada cu el cráneo de este anima!. Guando se ha pescado un cachalote, se vacia coa cuidado esta bolsa, que da el aceite llamado por los ingleses lícad máller {malcría de cabeza). Este aceite es mas blanco y suministra mejor esperóla de ballena que la obtenida por ebullición de las demás parles del cetáceo. Un cachalote de talla regular produce de, dos á tres mil kilogramos Ce aceite, c u y o tercio á certa diferencia es materia de cabeza. La cantidad de esperma de ballena que puede estraerse varia mucho con la edad del animo!; base observado que los mas viejos eran los que pruporeioiuinicntc á su talla daban nías. A la llegada de los navios, el aceite del cuerpo y la'materia de cabeza se echan en grandes m a n g a s , hechas de estofa de lana muy tupida para que e! aceite pueda iiltrar.se con facilidad, sin que .permita pasar las eseatiías cri .(.aliñas. Eu las copelaciones en g r a n d e , estas mangas de lana se disponen en largas v oraros. 165 hileras sobre conductos de madera aforrados de plomo ó de hoja de lata, que conduzcan el aceite ;í vastos depósitos subterráneos. Al cabo de cierto tiempo se ajila con grandes espátulas la esp' rma de ballena, que entonces tiene la consistencia de una papilla espesa; se deja escurrir algunos dias m a s ; y la csperma de ballena lia llegado entonces al estado que los ingleses lian designado con el nombre de baggcl spcrm ( c s perma colada en seco}. Para acabar de separar ¡as últimas porciones de aceite, s e coloca el baggcl spcrm en sacos de tela de .una gran fuerza los cuales se someten á una presión muy fuerte por medio de una prensa hidráulica. Dos días de prisión continua bastan para desecar convenientemente la csperma de ballena que entonces se retira d e ¡a prensa bajo la forma de panes parduzcas ó de un amarillo oías o nicnos subido, lista coloración es d.bida á la mezcla de s a n g r e , de una materia c o lorante particular y de una jelaliua impura. Para sep a r a r l a , se trata la esperma de ballena licuada y á la temperatura de cerca ciento cinco grados centígrades per una disolución de potasa del comercio que se ceba en ella poco á poco. El álcali ataca las diferentes s u d u i c i d S animales mczle.da; ee,u la telina o la csperma d e ballena, y upar,.ce en la masa líquida en espumas jabonosas y negruzcas. Continuase esta operación hasta que el líquido haya llegado á un ci< río grado de blancura y de trasparencia, que entonces se suspende y se echa en refrescadores. Eoesle estado , la csperma de ballena aunque perfectamente b l a n c a , ntt podría servir para hacer bujías d i á f a n a s , porque ss cncuuilra todavía mezclada con cierta cantidad de. grasa no crislalizable y mucho aceite : para sepas,.ría , p u e s , de estas dos sustancias, que son mas fusibles que e l l a , se ha imaginado pren- 166 AIITECS sarla fuertemente y c.m rapidez bajo la influencia de una alta temperatura. Para esto se emplea una prensa hidráulica horizontal,-provista de un doble fondo, que recibe uua corriente de vapor. Cuando la esperma de ballena de primera cocción está enfriada, se concuasa, se divide cuanto es posible en polvo fino por medio de un cilindro armado de láminas i n c l i n a d a s , después se col. c t en sacos de l a na rodeados de uua almohadilla de crin. Se pone una plancha de hierro calentada al v a p o r , cutre cada a l mohadilla , y se prensa can rapidez ; todo lo que queda de aceite y de grasa no cri.>talizab!e se separa. Los panes de csperma de ballena que se retiran de los sacos de lana son muy duros y del todo Mancos ' sin embargo cjnviene todavía licuarlas y tratarlos segunda vez con la potasa , para destruir los últimos vestijios de esta materia colorante; después, hacia ct fin de la operación , cuando el líquido está perfectamente l i m p i o , se ceba en el agua pura para quitar un poco de jabón que gueda mezclado con la materia. Hecha esta operación, solo falla echar el líquido en cristalizadores donde f o r m a , enfriándose, esos panes tan perfectamente blancos y cristalinos que nos presenta el comercio. f Para hacer bujías diáfanas, se licúa la esperma de ballena en una caldera calentada al vapor ó al baño de M a r í a , á fin de evitar una muy grande elevación de temperatura; se le añade cerca de cinco por ciento de hermo: a cera b l a u c » , se ajila la mezcla y se vacia en seguida cu m.ddes de (.-¡ano muy semejantes á los que emplean los fabricantes de, velas. Las bujía-: coloradas de esperma de ballena se hacen mezclando á este, materia c a r m í n , amarillo de cromo , ultramar, verde,; estos colores son los que se oponen menas á la Ira parencia, produciendo matices vivos. L a intensidad de la luz que d á , quemando en las mismas circunstancias, la "bujía de esperma de ballena es a' la que despide la bujía de cera, como i-i , 40 á 1 3 , 6 1 . Y aunque la esperma de ballena se licué á una mas baja temperatura que la c e r a , como también entra mucho mas pronto en vapor, la bujía de esperma de ballena corre menos rn jcneral que la otra. El principal defecto de la bujía diáfana era, precisamente á causa de esta fácil volatilización, de carbonizar muchísimo; pero las torcidas trenzadas, inventadas por M. Cambaeérés, han hecho desaparecer del todo este inconveniente. Esccptuado su aplicación en el alumbrado, el uso de la esperma de ballena en las artes es muy limitad o ; empléase, sin e m b a r g o , en la medicina; en Ira en la composición de algunos medicamentos esterinr e s , d e algunos aderezos para las estofas l i n a s ; en Inglaterra se hacen con ella pastillas bastante a g r a dable-; en fin, es probable, que vista la propiedad de que goza de no volverse amarilla, podrá reemplazar la cera para hacer flores y frutos. El aceite separado de la esperma de ballena y convenientemente l i l l r a d o , es muy bueno para el alumbrado: en Inglaterra se prefiere también á todos los aceites de semillas; pero su uso principal, su uso mas ventajoso, es para la ingrasaeiou de las máquinas delicadas, en razón de su estreñía fluidez y d« la poca acción que ella ejerce sobre los metales. KKTJ.CO. (Badigcon.) Para que un estuco ( badigcon ) sea realmente preservador de la piedra y de los embarrados ó lodos, es menester que resista al a g u a , adhiera á las super- 163 ARTES ficics sin formar escamas, sea bastante consistente para cerrar exactamente los p o r o s , bastante líquido para es tenderse en forma de aguada , y que eonjele por decirlo así igualmente todas las partes salientes y entrantes, sin formar espesor en los á n g u l o s , y sin amortiguar los resaltes, y en fin de que dé á este agregado de granos groseros de las piedras, la superficie lisa de los que son pulimentables, y en las cuales parece que los insectos no pueden anidar. El estuco (badigeon) hecho con queso es sin c o n tradicción uno de los mejores como de. los mas e c o nómicos de todos los estucos de (pie pueda haecrse u s o ; su modo de usarlo no presenta ninguna dificult a d , y las pruebas positivas adquiridas de su dureza dejan difícilmente concebir porque basta al présenle no lia sido mas jeueralmenle empleado. En 1755 , Bacliselier había aplicado sobre tres c o tanas de la corte del Louvrc un estuco cuya composición no habia dado á conocer; dos de estas colunas estaban espuestas al mediodía, y la tercera al norte. En 1 8 0 9 , estas colunas se hacían todavía observar por el color uniforme que conservaban, y que resaltaba absolutamente con el gris oscuro y el aspecto terroso de las partes vecinas. Una comisión del Instituto, guiada por algunas indicaciones de Mr Bacheiier, h i j o , y de Mr. D¿re c t , y mas aun por el análisis de la materia despegada de las colimas, hizo numerosos espinillentos que lo condujeron á encontrar la compo: iciou del bftdi~ geon-fítwhelicr: ella es de tal sencillez que ningún obstáculo puede oponerse á su uso. La cimii.-ioii lia aplicado diferentes composiciones sobre paralelipipedos y baldosas de piedra de las cautelas de las cercanías de P a r í s , de cualidades diferentes por su d u - Y OFIfllOS. 169 reza y densidad; y el resultado de esta serie de esperimcntos es el siguiente: 1." Que tudas las composiciones en las cuales se hace entrar agua que contenga alumbre, manchaban los dedos y eran ataeadas por el agua. 2." Que el queso mas ventajoso es el que está m e jor separado de la manteca y del s u e r o , como M r . Darcet lo habia ya observado, y que el queso ó fromage A la pie desecado podia también ser empleado, aunque con menos ventaja que el queso reciente bien escurrido, y (¡ue la pintura con leche no resiste al agua; 3.° Que la mezcla de queso con la cal no da sino una pasta^que adhiere débilmente, aun á la piedra de grano grueso, y que no se pega al papel; 4 . " One el yeso cocido q u e , en corta d o s i s , f a c i lita la unión de la ced con el queso, vuelve la pasta dura y cuajada cuando se halla en mucha proporción; 5 Que el blanco de España no puede emplearse sino en los parajes interiores; H.° Que puede fácilmente imitarse el color n a t u ral de la piedra por medio de la adición de una muy corta cantidad de ocre. 0 La cantidad de queso que ha de emplearse depende del esta.lo en el cual se l o m a , y no puede ser determinada sino por el grado de consistencia; ¡¡ero un cuarto del peso de las materias solidas que se añaden conviene en el uso de un queso recientemente escurrido. La comisión se ha ceñido ¿ la dosis siguiente que le ha dado escalentes resultados: cal viva , 2 8 ; yeso cocido , 1 2 ; e e n r a , 10. Se apaga la cal en la menor agua posible, y el polvo que resulta se pasa por un tamiz poco tupido; Í70 ARTRS se muele con queso en consistencia de pasta blanda; se añade el yeso y la cerusa, y se muele exactamente en el pórfido añadiendo un poco de agua para formar una papilia un poco espesa, que se deslié al momento de usarla , para aplicarla con un pincel. Cuando la piedra ha esperimenlado por la acción del tiempo una muy fuerte alteración, es posible blanquearla sin acudir ¡í rascarla, q u e , por otra parte daña la pureza de las formas primitivas, empleando ácido sulfúrico á 3 ó 4" de densidad solamente; en este eslado no produce sensiblemente efervescenc i a , y forma sobre la piedra cal área un sulfato i u soluble que se posa y penetra muy profundamente en los poros. Todavía puede hacerse mucho mas ventajoso su uso asociándole cola : por ejemplo, para 100 partes de a g u a , X de cola de F l a n d e s , y de /0 á 40 de ácido sulfúrico á (ib". Este líquido aplicado tibio con el pincel, no hac.; efervescencia sino en el p r i mer momersto; el segundo golpe de pincel ya no la produce. Mr. Darcel ha observado que sobre ladrillos de yeso de revestimiento de una casa recien f a b r i c a d a , esta composición ha dado lugar á la desecación inmediata del estuco común que se le ha aplicado, mientras que sobre las demás partes el estuco ha quedado mojado por espacio de muchos dias. : También se puede, como lo ha hecho Mr. Darcct, producir en los poros de la piedra un jabón insolub l e , impregnándola primero de disolución de alumbre , y pasándola en seguida en una disolución de j a b ó n , ó vicc-versa. ESTUCO. Es una composición que imita al m á r m o l , y que tiene en jeueral por base el y e s o , y cu la cual it T OFICIO*. Í71 incorporan, á discreción, diferentes materias colorantes, de suerte que se imitan los colores y las v e tas del verdadero mármol. He aquí como se prepara el estuco. En un litro de agua se hacen disolver treinta gramos de cola de Flandes muy pura; operada ]a disolución , se toman algunas gotas de ella que se deslien en un plato o n una cantidad de yeso c o n v e n i e n t e , cocido y reducido á polvo f i n o ; se hace una pasta blanda que se abandona á sí misma. Si al cabo de media hora, aun queda demasiado b l a n d a , se ha de concentrar la disolución de cola ; si al c o n trario el yeso se solida muy pronto , esta disolución ha de dilatarse con a g u a . En una palabra, la cola debe e s t a ^ n ella en una proporción tal que mezclada con el yeso se endurezca en el espacio de 25 á 30 m i n u t o s , pero no mas p r o n t o , porque este tiempo es necesario para mezclar bien los colores con la pasta. Concluid!) este ensayo preliminar , se deslien en el agua de cola caliente, las materias colorantes, se forman con un poco de yeso g a l l e t a s , mas ó menos grandes, según los colores y las venas que se q u i e ran imitar. Nada falta sino introducir esas galletas en la masa de yeso amasado del modo común. T o dos los colores que sirven en la pintura al fresco ó al temple, convieucn para la coloración del estuco. ESTIRAS. Desígnase así una composición que es la base de las piedras preciosas artificiales: y cuando es incolora , sirve para imitar los diamantes. Cuando se quiere hacerla imitar piedras coloradas, se combina con d i versos óxiilos metálicos, y en este caso toma el n o m bre de fundente. 172 ARTES E n jeneral,la fabricación délas materias propias para imitar las piedras naturales exije muchos cuidados. Una pureza perfecta de las sustancias, su pulverización exacta , y muchas veces aun la pnrfidizacion , su mezcla íntima y repelida al través de un tamiz de seda muy f i n o , y (pie no debe servil- sino para la misma composición ; un fuego bien conducido y graduado con atención, buenos crisoles, e t c . , son otras tantas precauciones de donde depende el suceso de las operaciones. Según M r . D o u a u l t - W i é l a n d , cpie ha hecho hacer en Francia inmensos progresos al arte de las piedras finas artificiales, las mezclas que siguen pueden dar muy hermoso estras. *. OKZA5. I. Cristal ile r o c a , . . 7 1) Minio puro,. . 10 Potasa pura,. . 3 * Borraj , . Arsénico . . . blanco,. a . A r e n a purificada,. 6 Cerusa de C l i c l i y , 21 Potasa pura. 2 K Arsénico blanco . DnACMAS. "'•2 GRANOS. »4 » 3o *y* H s 11 2 5 «/, ''A 18 » 5 (t c » puio, . 9 2 » Potasa p u r a , . 3 3 » Borioj , . » 3 » Arsénico b l a n c o , . » M G 6 2 )) 5 '/> V 3. Cristal de roca , , Minio 4- Cristal de r o c a , . . Cerusa de C l i c l i y , Potasa pura . 11 )l 2 V » 5 )> T OFICIOS. 173 El estras que se obtiene por resultado de la fusión de estas mezclas e s , de todas las combinaciones v i driosas en las cuales entra el oxido de plomo , el que contiene mas. A s í , el cristal contiene menos oxido do plomo que el flint-glass, y este último menos que el ostras de M . D o u a u l t - W i c l a n d . Resulta todavía de los innumerables esperimentos de este hábil operador, que las mezclas arriba indicadas son las mas convenientes para imitar las diferentes piedras preciosas. Záfiro. Fundente ó estras. . . . . . 8 Ú.vi^p de c o b a l t o onzas. CS granos. Jmalisia. • . O v ó l o de manganeso n e g r o . Estras , . . . 3G granos. O x i d o puro de cobalto. . . 2 4 granos. . Púrpura de Casio 8 onzas. 1 grano. En una nota añadida á la memoria de Mr. Douaulí é inserta en el boletín de la Sociedad de F o m e n t o , se hace observar que sus amatistas eran demasiado 0 : c u r a s , y se da la preferencia á la composición siguiente , debida á M . Lanson. Estras 8 ^pnzas. O l i d o verde de manganeso. O x i d o de cobalto puro Esmeralda . . . . - 15 á . granos. I grano. de Mn. Doi'AOtT. Estras 8 onzas. O x i d o veide de cobre. 4a granos. O x i d o de cromo verde. 3 granos. 174 IRTBg de M r . L a n s o s . Esmeralda Estrai I libra. Acetato de cobre i draema. T r i t ó x i d o de hierro i S granos. Topacio. Estras I onza 6 drac. V i d r i o de a n t i m o n i o . . . . Púrpura de Casio . 4 > granos. i grano. ¿ bien t a m b i é n , Estras C onzas. Azafrán de D a r t e 36 ¡¡¡gaoB. Rubí. Esta es la piedra mas difícil de imitar. Mr. Douault ha imajinado tomar una parte de la masa opaca que se obtiene muchas veces tratando la mezcla arriba preparada para la fabricación de los topacios; la ha ¡fundido con 8 partes de estras, y tenido al fuego por espacio de treinta y seis horas; y el resultado ha sido un cristal amarillento , que , refundido al soplete, le ha constantemente dado el mas hermoso rubí oriental, Vcrdc-tnar. Estragar 6 onzas, V i d r i o ' d e antimonio 2 4 granos. O x i d o puro de cobalto Gránala i '/ 2 g r a u 0 - siriaca. Carbunclo de los a n t i g u o s , que tien» un color v i vo de rubí oscuro. 175 C o m a s 8 gran. E»traj Vidrio de antimonio 3 W d>acmas. Púrpura de C a s i o . a granos. O x i d o negro de m a n g a n e s o . . . a granos. FII/TBO-FREXSs». La presión de una coluna de líquido sobre una superficie mas ó menos dilatada , ha sido utilizada en la construcción de la prensa llamada hidráulica, para p r o f f c r efeotos muy grandes de los cuales las artes lian sacado grande partido. Real ha hecho de ella una aplicación muy importante en el aparato que el ha denominado /iltro-prcnxa. Este aparato consiste en un depósito, por lo camun de estaño f i no , destinado para encerrar la sustancia que se ha de tratar , y en un tubo de pequen!) diámetro y de una Jonjitud mas ó menos considerable que se adapta á la parte superior del depósito, y que está destinado p a ra recibir el líquido que debe servir en la operación. El depósito cilindrico tiene en su parte inferior una cámara en la cual se adopta una llave de fuente , q u e está cubierta con un diafragma de estaño taladrado de un gran número de agujeros muy finos; la parte superior recibe un diafragma igual. La sustancia que debe ser tratada se reduce á p o l vo y se mezcla con el conveniente líquido para f o r mar con ella una pasta que se introduce en el depósi-. t o : si este no ha sido del lodo llenado, se colocará en la superficie de la mezcla un d i a f r a g m a ; si está l l e n o , el diafragma superior basta. Se sujeta e n t o n tes coa tornillos la parle superior , se adapta el tubo, 176 AnTÜS y se le hace llegar en el aparato el líquido que se quiere emplear, abriendo al mismo tiempo la llave de fuente inferior; graduando su cantidad según la del líquido empleado para desleír la sustancia (píese ha de iratar , se obtiene todo este cargado de los principios que pedia disolver , y continuando la operación mas largo tiempo , el segundo líquido llega á su vez sin ser mezclado can el prim-ro. Sin embargo, este, efecto no tiene lugar de un modo bien exacto, sino cuando los líquidos son de naturaleza diferente : por e j e m p l o , el agua empuja bien id alcohol, ó el éter cargados de diferentes principios sin mezclarse con ellos, pero se mezclaría mas ó menos con la disolución acuosa que estuviese destinada flÉpipujar. La forma y disposición del depósito puede variarse; l a s ó l a condición que se ha de llenar c insiste en i n troducir por presión un líquido cu medio de una sustancia sólida impregnada de otro l i q u i d o , que empuj a por penetración sucesiva. La coluna de líquido debe ser muy elevada para producir un efecto considerable, y por eso el aparato es mas frájil y mas incómodo á medida que la presión debe aumentar; puédese, sin cambiar en nada sus dimensiones, llevar la presión á un limite muy elevado, adaptando á la parte superior, en lugar de un tubo que comunique con un deposito de agua, una pequeña bomba eomprimcnle, alimentada por una cubeta de una dimensión conveniente, y cuyo brazo de palanca pus da cargarse con un peso, cuya distancia al punto de acción determina la fuerza. T OFICIOS. 177 FE,»RBJS. Modo de conservarlas por espacio de muy largo tiempo. El primer medio que vamos á indicar no puede ponerse en uso sino por los sujetos que tengan á su disposición una nevera. Consiste en recojer las flores en tiempo seco, un poco antes del descojimiento del b o t ó n , y en tenerlas cu un vaso de vidrio 6 de asperón barnizado , herméticamente tapado con un cuero graso, entre las dos puertas de la n e v e r a , en donde la temperatura baja raras veces debajo de cero. Guantlu q u e r a n ^ h a c e i ' descojer esas flores, basta sumerjirlas por espacio de algún tiempo en un arroyo de agua corriente, ó en agua tibia por muchas horas en un aposento bien calentado. Este calentamiento lento y gradual vuelve á las fibras de la planta toda su flexibilidad , y basta para apresurar ei descojimiento , s ü mcrjtreu seguida los lailoscn agua igualmente tibia con la cual se habrá mezclado uu poco de disolución de nitro. Debe sobreentenderse que la temperatura de! ¡;;g.ir donde se opera ha de estar suficientemente elévala. Otro medio igualmente preconizado, pero cuyo suceso es mas problemático, es este : consiste en cojer los botones proxiuios á abrirse, en quemar luego la cstn midad de! ramo al coa' adhieren todavía, en recubrir es'a estremidad de una capa suficiente de buena laca. Se introduce lodo en uu vaso de vidrio ó de tierra barnizado, herméticamente cerrado, y se consona <u un lugar s e c o , cuya temperatura varié p o c o . y no sea elevada. Una cueva puede llenar este objeto, de! inUmo modo que en L ! proceder anterior, ú se ha tenido cuidado de que este vaso quede C U TOSO »>'• 1.2 178 ATiTRs bierto de «na sustancia Impermeable á la humedad. El ductor Rees, en su enciclopedia, indica la siguiente receta, que atribuye á M o u n l i n g i n s : Cójanse los botones hacia el mediodía de un (lia sec o , llénese de ellos un vaso de tierra barnizado, y espárzase por encima un poco de buen v i n o , en el cual se haya hecho disolver una corta cantidad de sal. Ciérrese exactamente , y guárdese el vaso en una bodega. A continuación púdranse sacar á voluntad botones, teniendo cuidado cada vez de volver á tapar herméticamente el v a s o ; para hacer abrir estos boton e s , bastará tenerlos en un local calentado. Las fiores no solamente conservarán sus formas, sino el c o lor que les es propio y su perfume. Sir Roberto Southwell empleaba, según dice el doctor Rees, el proceder s i g u i e n t e : encerraba los botones , y aun los f r u t o s , en un vaso de tierra h e r méticamente tapado; este lo colocaba en una caja bastante grande para rodearle por todas partes de cerca de 100 milímetros de grueso de la siguiente m e z c l a ; arena común , tres paites en peso; bolo de Armenia, dos partes; salitre , una parte. El descojijnicnlo de los botones se obtiene por los medios indicados precedentemente, y los frutos conservan todas sus calidades. El mismo sir Roberto Southwell describe el siguiente proceder para conservar á las flores y á las plantas de los herbarios los colores naturales. Dos grandes láminas de hierro , de la dimensión del hereario , se taladran en sus cuatro ángulos con un agujero en el cual se pasa un tornillo. Las plantas se disponen del ¡nodo conveniente sobre un pliego de p a p e l , con la precaución de disminuir los ramos, cuando estos son muj grandes, basta no dejarlas, si así conviene, mas que la corteza. Cuando ¡as plantas t OFICIOS. 479 habrán sido c onvenientemente arregladas, se c oloc a" rá el pliego de papel sobre un c ierto número de otros; por enc ima de las plantas se pone la misma c antidad de pliegos de papel que hay por debajo , y se c oloc a todo c utre las láminas de hierro c lavadas que se c ierran fuertemente c on los tornillos. Entonc es se c oloc a el aparato así dispuesto en un horno al sac ar el p a n , y se deja en él por dos horas. En seguida retiradas las plantas de esta prensa, se mojan lijeramente c on un pincel muy suave, embebido de una mezc la bien ajilada de partes iguales de ác ido nítric o débil y de aguardiente; se enjugan luego hasta sequedad entre dos p l i e g o s ^ ; papel de estraza; después se enc olan , por medhflpe una presión moderada, sobre papel b l a n c o , c on goma alquitira. Las hojas así tratadas conservan su verdor, y es raro que por este proc eder se alteren los c olores de los pétalos. F L O R E S AWffBFICIAMJS I№ CEBA. Este arte es del todo nuevo en Franc ia. L a c era que se emplea es la c era b l a n c a , que debe ser de una pureza perfe c ta, sin ninguna espec ie de mezc la. Se despreciará toda lac era c uya frac tura sea granulosa, ó que sea friable por los dientes; su pureza se rec onoc erá quemando un fragmento sobre una pala enrojec ida al f u e g o , que no debe dejar ningún residuo de c ombustión, suc eptible de alterar ¡os c olores, tai c omo el alumb r e , el vitriolo de zinc , el arsénic o, etc ., y tampoc o debe e x h a l a r , c riando queme ningún olor de resina. Por lo c omún la c era que se emplea en esta fabric a c i ó n , se hac e lic uar al luna-María y en vasos de hoja de lata , c obre (i porc elana. Para auni'.nlar su ductilidad , se le añade por l i b r a , dos duernas de 189 ARTES hermosa trementina de Vrnecia, muy Manca y pura, y de un olor agradable ; para hacer la mezcla exacta, se revuelve constantemente con una mano de vidrio; se debe evitar todo contacta del hierro con la cera en f u s i ó n , y si se emplean vasos de hoja de l a t a , conviene que sean rigurosamente estañados. Guando han de hacerse hojas que presenten cierta rijidez, se añade para la materia de estas, dos partes de esperma de ballena sobre ocho de cera. La coloración de las ceras es una operación que exij e mucho cuidado y tacto. He aquí cual ce., en j e n c r a l , el proceder que se emplea : suponemos que se tienen los colores en polvo absolutamente impalpable: se comienza por haecr una pasta que í c f f c t u r a en un pórfido, echando poco á poco a! color esencia de l i món (i de espiiego. Cuando la trituración es perfecta, se mezcla es la pasta con cera previamente licuada, revolviendo con rapidez hasta el momento en que la cera estará á punto de solidarse; entonces se ceba en moldes de. cartón ó de l o z a , que tienen la forma de una pastilla de chocolate; es preferible hacer esta última operación obligando la cera en fusión á pasar al través de una muselina muy una. Un proceder de coloración mucho mas exacto consiste cu encerrar en una muñeca de muselina fina el color en polvo y en ajilar esta muñeca en la cera licuada hasta que haya adquirido el matiz deseado. Para los colores de combinación , podemos servirnos alternativamente de tres o de un mayor número de muñecas diferente». Los colores mas en uso son : Los n m e o s . Blanco Blanco caiilo. — Blanco de plomo en escamas. (rasparenle. — B l a n c o de plata. y 181 oficios. L o s ROJOS. fíojo caldo. — Bermellón, m i n i o , rojo de Satur- no , laca común , carmin ordinario. Rojo de helar. — Laca carminada, carmin fino, la- ca de base de alúmina solamente. Rosa vivo.—Carmin n." 4 0 c u cantidad menor que para el rojo de helar. La cera ha de estar previamente colorada de blanco caído, á fin de evitar que se vuelva amarilla. L O S AZULES. Azul caído. — U l t r a m a r , azul de cobalto ó de Mhénard , ^ ¡ i l , azul de P r u s i a , cenizas azules. NOTA. I i P t z u l de I'ru<ia y el a ñ i l , no deben ser incorporados sino á la mas baja temperatura posible. Azul de helar. Para el azul — Azul de Prusia fino. claro. — La misma observación que para el rosa. L ü S AMARILLOS. Amarillo caido.-~Amarillo de c r o m o , amarillo m i n e r a l , amarillo de I t a l i a , amarillo de Ñapóles, p i ñuela amarilla. Amarillo naranjado. Amarillo-limon. • - Cromato de piorno. — Amarillo de cromo y croma- to ds plomo. Amarillo-pajizo.—Blanco de plomo con amari- llo de cromo. Amarillo-NorMn. — Ocre amarillo , bermellón con blanco de plomo. Amarillo de helar.— Laca amarillo s u b i d o , g o - ma gula. LOS Verde caldo V1SI1HES. cmarilleulo. coa azul de Prusia. — Amarillo de cromo ÍS2 xnfÉS VenU cablo mas oscuro. — Amarillo de cromo, Y mas azul de Prusia. Verde falso ó monstruo.—Cenizas verdes coa azul de Prusia* Verde de agua para helar, — Cardenillo cristaliz a d o , verde de Scfrweinfart, cenizas verdes. Vcrdcmanzana de helar. — V e r d e de S e b é e l e , arsenialo de cobre. LOS VIOLETAS. Violeta c m m m . — Carmin con azul de Prusia. Violeta-lila. — C a r m í n , con azul de Prusia y a l bayalde. Vcrdc-salmon. — Rosa , carmín ci iWi, con un poco de amarillo. Otro. * - V c r m e I I o n , c o n amarillo y blanco de pioino. La ancusa concuasada, infundida ó caliente en la c e r a , da un color rojo trasparente; la raiz de cúrcuma en polvo , infundida de la misma manera, da un amarillo trasparente. Sabemos que seria imposible fijar A priori las dóses de los colores, y que su mayor ó menor intensidad depende, haciendo variar los matices, d é l a s cantidades empleadas para reproducir esta infinidad de matices que la naturaleza prodiga en las flores. Medios de ejecución. Estos medios son de dos especies. El primero consiste en sumrrjer en la cera en estado liquido, pero medianamente caliente, pequeños moldes de madera mojados con a g u a , y alrededor de los cuales se pega una costra de cera que ofrece una flor culera, ó una parte de f l o r , cuando la cubierta se ha separado del т onutos. 183 molde; por este medio puede obtenerse c on prontitud la flor del lila y algunas otras del mismo jénero. Cuando lian de hac erse hojas gruesas y brillantes, sirven también los moldes de madera ó de marfil. Primero se moja el molde en el a g u a , después en el baño de c e r a ; el molde se c arga de una c apa de esta, y luego se mete todo en agua f r i a . Las hojas así o b tenidas tienen muc ho brillo; basta esc amondarlas c on unas tijeras mojadas. Los ramos se hac en también c on c era reblandec ida por el c alor, que se arrolla c on los dedos al rededor de un alambre. En c uanto á las hojas c omunes y á los petalos de las flores ,»|s menester rec ortarlas en hojas ó láminas de c era c oloradas de un grueso c onveniente, pero que los fabric antes venden i un prec io esec sivo á los aficionados; estas hojas son lustrosas de uu lado y vellosa» de otro. Hay otro medio que exije muc ha destreza para hacer estas hojas. Consiste en fijar c ontra un borde aplicado á una plauc bita la tablilla de c era d e q e e se quiere hac er estas h o j a s ; después, tomando una l á mina de dos mangos bien afilada (una esprc ie de g a r lopa de c a r p i n t e r o ) , se aplic a el c orte de la lámina en uno de los eslremos de !a tablilla de c era; en seg u i d a , tirando rápidamente hac ia s í , se quita una viruta brillante de un lado y aterc iopelada del otro. Requiérese muc ho hábito para no separar hojas mas gruesas las unas que las otras. Las hojas de c era se emplean de la manera siguiente : ias unas, y estas son los pétalos de las llores, se recortan c on las tijeras mojadas, y se pegan después á los taiios por medio de Ja presión , sea de los d e dos , sea c on las manos de madera ó marfil. El pegar ¡os pétalo; es lo que exije mas destreza y h a b i l i d a d ; 184 ittTES porque muy á menudo es necesario quitar la eseesiva cantidad de cera que la superposición de un gran n ú mero de pétalos puede acumular sobre uu mismo punt o , y conservar al mismo tiempo la mutua adherencia de estos. Las otras, y estas son las hojas verdes, esperimentan otra preparación que les hace nerviosas á imitación de las hojas naturales. Para e s t o , l l é nense pequeños moldes de y e s o , obtenidos sobre hojas vivientes, y que tienen vacíos los relieves délos nervios; se moja e! molde, para impedir que la cera se pegue á é l , después se aplica al mismo una hoja de c e r a , sea de! lado afelpado sea del otro , según la hoja que se ha de imitar, y con. el pulgar se comprime lo suficiente para que la cera reciba la infpresion del molde. Cuando la hoja ha salido de! m o l d e , se coila el contorno con tijeras y se fija , por medio de un pequeño tallo metálico cubierto de c e r a , al ramo que ha de guarnecer. Los botones, los pistilos, los estambres se hacen con cera amasada entre los dedos, y cuya forma por último se concluye con pequeños formones de madera ó de marfil. Puédese también matizar los pétalos empleando con el pincel colores desleídos con el aJeool, como lo hacen los floristas de batista. Si se quisiera tener un afelpado de un matiz un poco di feren le del de la cera preparada, podríase igualmente aplicar por medio del pincei color seco reducido á polvo impalpable, ó bien echar mano de una muñeca de muselina fina. T oficios. 185 FUENTES F I L f B A X T E S . Collier ha propuesto, muchos años h a c e , en I n g l a terra , el uso de una fuente separada de tres cavidades por dos diafragmas, de los cuales el mas elevado está taladrado de agujeros para dividir el agua al acto de introducirla en e l l a ; el intervalo que hay entre estos dos diafragmas está lleno de tiestos de tierra cocida ; un tubo de tierra y arena cocida en el horno de ollero hace comunicar esta cavidad con tres c i l i n dros de la misma composición, por medio de los cuales el agua pasa en seguida á un depósito de donde puede estríense por una llave de fuente , y que llena á corla diferencia cerca de la mitad del diámetro de la cavidad inferior. Olra llave de fuente sirve para estraer el agua no purificada, cuando se quiere v a ciar la fuente, lis indispensable proveer el depósito en el cual el agua se reúne, de un tubo que se eleva hasta los bordes de la f u e n t e , con el objeto de dar salida al aire, que sin esto se hallaría comprimido por el peso del a g u a , c impediría la entrada en esta cavidad. Sea lo que fuere, esta filtración del agua solo es suceptiblc de purificarla de las materias estrafias insoluoles. En cuanto á las sustancias en disolución y que pueden ser desagradables al gusto ó nocivas á la salud , ha sido preciso buscar otros medios de purificación. Todos sabemos el ventajoso partido que puede sacarse del carbón ¡¡ara la desinfección; pero es menester no perder de vista que el carbón solo se apodera de los gases desarrollados de las materias pútridas, y que no arrastra estas en estado solido; de suerte que poco después de haber sido completamente desinfecta- 186 4RTES da por el c a r b ó n , el agua puede volver á ser infecta, en razón déla acción incesante de las sustancias orgánicas en putrefacción. Colocando en una fuente cualquiera una tapa de carbón de lefia en polvo grosero, de 30 á 60 centímetros de a l t u r a , entre dos capas de arena, puede obtenerse un escelente fillro desinfectante. Puede evitarse el inconveniente que resulta de la obligación de quitarlas primeras capas de arena, que penetra y obstruye pronto el sedimento de las aguas, colocando encima un diafragma taladrado de agujeros bastante grandes ,Jque se llenan de pedazos de esponja; el limo se posa en ellos, y como es muy fácil sacarlos, lavarlos en el fondo y volverlos á colocar, un filtro así guarnecido puede servir mai largo tiempo sin necesidad de limpiar el fondo. El mismo carbón no goza indefinidamente de la propiedad de volver salublc el a g u a ; al cabo de cierto tiempo es preciso renovarlo; á menos de operarse sobre aguas muy corrompidas, una capa de carbón puede servir por espacio de seis meses. Puede evitarse de otro modo la obstrucción de las capas superiores de las piedras filtrantes ó de las aren a s , produciendo la filtración per weensum. Para esto , el agua echada en un depósito superior, desciende á uua cavidad situada inferiormente , y que separada en la cual debe reunirse después de la filtración , uua piedra futrante ó un filtro compuesto de capas de arena y de carbón. La presión de la coluna líquida obliga al agua á atravesar el filtro y á elevarse cu el depósito del agua p u r a : las sustancias terreas detenidas por el f i l t r o , se separan de ella fácilmente, y se precipitan al fondo del deposito interior, de donde se eslvaen por medio de una llave de diente , ó de un tapou colocado cu la parte mas inferior. t OFICIOS. 187 Hace ya algunos anos que fué presentada á la Sociedad de fomento una fuente de esta especie; esta disposición nada de nuevo t e n i a , muy antes se liabia construido una fuente igual en Inglaterra. Hawkins habia indicado un aparato del mismo j é n e r o ; y J . Peacack habia tomado en 1791 un título para una fuente de piedra destinada á las mismas f u n c i o n e s : las disposiciones interiores de esta especie de aparatos pueden variar de mil maneras, pero todos descansan sobre los mismos principios. El único inconveniente que estos aparatos presentan es el no tener líquido f i l t r a d o , si la fuente c o n s tantemente está llena hasta una altura d a d a ; porque inversamente el agua volvería al depósito inferior , si la coluna que determiua la filtración cesaba de existir. Entre los oíros aparatos filtrantes en el sistema per asecnsum, pueden citarse los de Parrot y de Z e n i . El primero, descrito mas de treinta y dos afios hace en obras alemanas, consiste en un grande bote cilindrico, dividido en sentido vertical por un d i a f r a g m a , que se detiene á una cierta altura encima del f o n d o ; en este punto se encuentra un diafragma horizontal lleno de a g u j e r o s ; llénase bástala mitad la una de estas cavidades verticales de arena grosera ; en la parte inferior se coloca arena mediana , y la segunda capacidad vertical se llena hasta la mitad de arena fina, que se estiende hasta algunos centímetros encima de la llave de fuente. El agua , mas ó «unos cargada de l i m o , se echa en la primera capacidad horizontal, atraviesa sucesivamente !a arena grosera , la arena media y la arena fina , y va á r e u nirse ( I I la capacidad superior. Para evitar el paso en la capa de arena de las niattrias terrosas, i l . l'arrot coloca cu la superficie de la arena grosera una doble 188 ñtnth, ARTES que lava siempre que es necesario. Por espa- cio de muchos años lia empleado su apáralo en Pupa para purificar el agua de la Iiwina, que muy á menudo es muy limosa. Para el uso de la marina , p o dría construirse un aparato de madera cuyo interior fuese carbonizado; podríase también fácilmente a ñ a dir una capa de carbon mas ó menos gruesa , que se cubriría de arena grosera. Cuando el filtro necesita de ser limpiado, se quitan por separado las diferentes capas de arena , se lavan ajilándolas con a g u a , y se vuelven á colocar; del mismo modo pueden renovarse con suma facilidad las capas de carbon. Zéni ha formado su aparato de dos toneles concéntricos , de los cuales solo el esleríor está cubierto por el f o n d o ; se coloca en el tonel i n t e r i o r , cuyo borde inferior tiene muchas escotaduras, una capa de arena fina de r i o , bien b a t i d a , y otra tres veces mas gruesa formada de una mezcla de parles iguales de arena fina y de cisco de carbon bien b a t i d o ; por encima se forma una cama de arena fina de rio bien b a t i d a ; y en íiu , una capa de arena gruesa de rio ; á alguna distancia e n c i m a , se halla un diafragma lieno de un gran número de agujeros. El intervalo e n tre los dos toneles se llena de una capa inferior de arena fina bien batida , y otra de arena grosera de r i o , iguales y ¡pie se elevan á la misma altura que las capas interiore?. El diafragma agujereado sirve para dividir el agua que se echa en la capacidad i n terior, para <pie su movimiento no cambien la arena* El a g u a , después de haber atravesado todas las capas encerradas en el tonel i n t e r i o r , pasa á las capas colocadas en las capacidades ceteriores,, y puede ser C J traida por una ¡¡ave de fuente colocada encima; deeste modo queda pcrfcciauícute clarificada. v OFieios. 189 Para limpiar su filtro, el autor hace pasar agua clara en sentido inverso, y si la corriente se halla bastante renovada, parece que basta desembarazar el filtro de las materias terrosas que embarazan las p r i meras c a p a s , ajilarla en contacto de agua ; el agua que resulta del lavado, después de posada, puede pasar de nuevo al filtro y servir para todos los usos. Este aparato seria muy fácil de limpiar y apenas habría necesidad de lavar la primera capa de a r e n a , si se colocaban eu las aberturas de los diafragmas superiores esponjas que se lavasen con frecuencia. Parrot hace observar con razón que Zéni se ha equivocado en mezclar el carbón con la arena fina, y sobre todo en batir esta mezcla para amontonarla ; una capa de carbón seria preferible. Los ensayos hechos en Brest han probado la u t i l i dad de este aparato para la m a r i n a , cuyo uso ha adoptado ya : celiando ¡nano de las esponjas, seria mucho mas cómodo su uso. Como la mederà c ¡mímica un sabor desagradable al agua , las paredes de los toneles deben ser carbonizados para que se conserve bien en ellos. 190 ARTES GALAXIA, Ó CRETA DB B R U N Z O Ü . Diversos usos de la galaxia. Sábese que la esteatixa está compuesta de sílice, de a l ú m i n a , de un poco de magnesia y de a g u a , m a n chada con el óxido de hierro. Gomo abunda en la provincia de Cornouailles, los ingleses la empican á usos muy diferentes; la que es blanca y pura sirve en la fabricación de la porcelana. Háccnse con ella eseelentes crisoles para la fundición de los m e t a l e s , y moldes para recibir el metal fundido. U n a r tista liejés ha construido con ella camafeos, sobreponiendo galaxias diversamente coloradas; imitando a s í , por medio de la c o c c i ó n , la dureza, y la semitrasparencia y las vetas de la ágata. La g a l a x i a , mezclada con materias colorantes, da también colores para la pintura sobre vidrio. Con el se hacen lápices simpáticos para escribir sobre el vidrio. La escritura ó los dibujos trazados con estos lápices desaparecen cuando se frota el vidrio con una estofa de l a n a , pero en seguida se hace volver á aparecer humedeciéndolos ó soplando encima, y continúan á ser visibles por tan largo tiempo como permenecen humedecidos. Los sastres y los bordadores prefieren la galaxia á la creta para t r a z a r , por que aquella se borra mas difícilmente y altera menos los colores sobre b s cuales se aplica; pero el partido cu jeneral mas útil que de ella se ha sacado, procede de ¡as propiedades de- r oíicios. 191 tersivas míe tiene: Pabricanse con ella piedras para quitar manchas, bolas para limpiar el paño y la seda , ele. Empléase también la galaxia para dar el ú l timo pulimento á las piedras b l a n d a s , tales como el mármol y la alabastrita. Polvoreada sobre un cuero recientemente teñido y todavía húmedo, si se deja secar , y se frota en s e guida largo tiempo y con fuerza con un diente de l o bo , se obtiene el mas hermoso pulido. Empléase también la galaxia en la fabricación del papel helado ( g l a c é ) . A dicho efecto se reduce á polvo l i n o , y se estiende sobre el p a p e l , ó , lo que es aun m e j o r , se mezcla con la materia colorante que ha de aplicarse sobre este papel , y cuando este está s e c o , se frota para darle lustre con un cepillo fuerte. La galaxia sirve para facilitar la entrada del pié en las bolas: pero el uso mas importante de la galaxia es para untar la¿ ruedas de las máquinas de cualquier especie que sean. COSÍA ELÁSTICA. La goma elástica es insolublc en el aleool; el éter la disuelve, pero, para producir este e f e c t o , se necesita que el éter esté enteramente purgado de alcohol, porque este último líquido precipita la goma elástica de su disolución á medida que se forma. En el aceite de petróleo rectificado, la goma elástica se bincha y toma uu volumen trciuta veces mayor del que antes tenia. Hervida en el aceite de petróleo, se disuelve cu parte; esta porción disuclla reaparece cuando se evapora di>¡>!\¡elido , pero ya deja de tener la elaslir i d a t l / « V . V / . Í <!c. l a t ' o i n a c l á s t i c a . 192 AUTÜS Los aceites esenciales rectificados que proceden de la destilación de la U n a , de la brea, y de la uila, disuelven la poma elástica, pero comunicándola un olor f u e r t e , y dándola la propiedad de adherir á los otros cuerpos. Para hacer desaparecer, á lo menos en gran p a r l e , estos dos inconvenientes es preciso s o meter los tejidos impregnados á una corriente continua de vapor de agua. Los aceites grasos y volátiles no pirojéneos disuelven también la goma elástica, pero haciéndole constantemente perder la propiedad de la elasticidad que le da todo su precio , y volviéndola viscosa y pegajosa. Se ha dicho que debia esceptuarsc, con respecto á esto , c! aceite de casé-ml. Según Lamnadius, citado por Berzclius, si se reblandécela goma elástica haciéndela macerar en cuatro veces su peso de sulfuro de carbono, después si se mezcla con diez y seis partes de este s u l f u r o , se o b tendrá , ajilando á menudo, al cabo de algunos dias, una disolución lechosa , q u e , secándose , dejará g o ma cid-tica trasparente y con todas las calidades. U n calor de 120° funde la goma elástica, pero después del enfriamiento, el liquido obtenido queda untuoso}' pegajoso; y al cabo de mucho tiempo acaba por endurecerse; lo que prueba que esio no es una sencilla licuefacción, sino una alteración de la sustancia. La goma elástica arde con un humo picante cuyo olor no es desagradable. La goma ciá.-tioa no es atacada ni per el c l e r o , ni por el ácido sulfuroso , ni por el ácido hidre.clorico, ni por el amoníaco, ni por el ácido íñio-eilícico; es iucolublc cu los álcalis; el ácido sulfúrico concentrado , en frío solo lo carboniza : estas propiedades de r«sLlcr.cia í tantos ajenies, le hacen precioso cu mu- •y OFICIOS. 193 clios casos; así nos servimos de e l l a , en los laboratorios de química, para reunir tubos de v i d r i o , y conservar en el aparato flexibilidad. Estas córremelas de goma elástica se hacen cortando una tira de goma ela'stica que previamente se ha hecho reblandecer ai vapor de a g u a ; se recortan los bordes por medio de un instrumento muy c o r l a n t e , después acercando estos bordes por la presión, se obtiene así un tubo bien soldado. Puédense también hacer estos tobes cstr-ndieudo sobre cilindros de espejuelo la goma elástica liquida; la cspcjuela absorve el líquido. También pueden hacerse balones de goma clástica. Estos balones se hacen reblandeciendo primero una pera común de goma elástica en éter, ó también sencillamente en agua hirviendo, después soplando aire en ella con precaución. De esta manera se obtienen balones que tienen basta 46 centímetros de diámetro y mas. Estos balones rodeados y garantidos por un enrejado , sirven á los niños en sus j u e g o s , de modo que en París se fabrican á este uso. Tejidos flo!>Ics impermeables de goma elástica. Desde el año de Vt(">'.>, se ha visto en Francia de estos tejidos dobles, fabricados por K r . ÍV'seor,. M r . Champion los hizo en 18! I , para el ( j r c i t o ; pero estos tejidos no estaban barnizados de goma elástica, y este último fabricante renunció esta esplotaeion para dedicarse á la de los tejidos impermeables sencillos. Los tejidos dobles de goma elástica han sido preparad?» primero, en Macchester, por MMrs. M a kintosli y Hancock, quienes, confiaron , en Francia, á MMrs. Pialtier y Guibal el secreto de los procederes que seguían para barnizar los tejidos y r e u n i í l o s ; pero na el secreto de su receta para disolví r la goma íoíio m . 13 ; lí)4 inrrs elástica. Suministraron esta preparación á lóselos f a b r i c a n a s , hasta el momento en que Mr. ClaudotDumont ha sido seguido por estos señores. Consiste en disolver la goma elástica en el aceite esencial preceden le de la destilación d é l a ulla. A! presenteMilfrs. Ratlier y Guihal han tenido á su disposición todo el aceite de esta especie que procede de las fábricas de gas para el alumbrado de París. En esta preparación de los tejidos impermeables el barniz se emplea, no en un estado de liquidez perf e c t a , sino al estado pastoso , á fin de que no atraviese las estofas. Se estiende por capas, con la mayor igualdad posible, y por medio de un c i l i n d r o , se adelgazan las c a p a s , y se hace agotar el barniz de cada lado del tejido. El olor del aceite del carbón de tierra acompaña por desgracia estos tejidos dobles, aun después de un dilatado u s o ; por eso los enfermos y los viajeros casi no pueden usarlos. Estos tejidos sirven para hacer c a p a s , delantales de nodriza, colchones y cojines de viento. En estelíllimo uso se consigue impedir la salida del aire, por las junturas de los diferentes pedazos de la estofa empleados, reuniendo los bordes en derla anchura, barnizándolos de goma elástica, y cosiendo el todo solida:».inte. Tejidos sencillos impermeables de. goma clástica. Un solo fabricante, Mr. Vcrdier, hasta el presente ha esplotado esta fabricación : la disolución de goma elástica de este fabricante es un proceder complet o , pero lo guarda todavía como un secrelo. Esta d i solución csíá por otra parle libre de todo olor desagradable ; se aplica en frió sobre los tejidos. Una dUpoiicion favorable consiste en estender estos tejí- y OFICIOS- 195 J o s en míreos que pueden inelinarse del modo que se quiera, á fin de dejar rolar el barniz sobreabundante, que se quita también rascando la superficie. Este barniz se aplica por medio de pinceles: las mujeres mas inhábiles pueden encargarse de este cuidado. Eos tejidos barnizados se pasan luego al cilindro. Las estofas de goma elástica de Mr. Verdier son muy flexib l e s ; no tienen el lustre de ciertos tafetanes ¡jomad o s , pero esta circunstancia aun conviene para las capas. Es de observar que el barniz penetra hasta el centro de los hilos del (ejido , de suerte, que por mas usado que sea e s t e , siempre queda impermeable. L a absorción de la goma clástica bincha los filament o s ; y esto es sobre todo sensible en el punto donde estos hüos son mas gruesos, y en donde se hallan v e llosos. Usías desigualdades de grueso son además poco sensibles, y eoiisliteyen el carácter eslerior de buena fabricación. En todos los c a s o s , e s preciso que los hilos queden visibles, y no ocultos por una capa de barniz. Tejidos cláslii os de goma elástica. Antes de tejer los hilos de gema elástica , se ha discurrido emplear tiras de esta sustancia , ¡as cuales se cubren de un tejido cemnn mientras ¡a tira está tirante , y revolviéndolas sobre sí mismas plegarlo todo, liase dicho que en Viena es en donde se han preparado por primera vez verdaderos tejidos de goma elásticaEsta industria ha sido perfeccionada y engrandecida en Francia por M i í r s . R a l l o r y timbal. Se aplica principalmente á la fabricado», délos tirante?. Entre los nraclvss medies presentados para dividir la goma d á s l i e a . h e aquí un proceder muy bueno: Operación •$ ¡'reparativas: 1. se reblandece la b o tella o pera de g••fina clástica con el agua caliente; 196 ARTES 2 . Se quita el cuello ; vede- 3 . Ss corta la botella en dos partes iguales j a enfriar la sustancia hasta que tome cierta consistencia ; 4. Se prensa cada media pera en un molde c i l i n drico de metal (caliente) por medio de un pistón igualmente de m e t a l , se sostiene el pistón cuando se retira de debajo la p r e n s a , después se e n f r i a , por medio ds agua f r e s c a , y el molde y el disco de g o ma elástica que este contiene; 5. Se corta este disco plano , en una tira de igual espesor, por medio de una máquina cuya descripción es la siguiente: el cuchillo cortador es una láraiua circular , que da vueltas al rededor de, un eje horizontal fijo. El disco de goma c l á s i c a se arrima á este cuchillo dando vueltas al rededor de un eje vertical m o v i b l e , el cuchillo se mete en la goma clástica, y para que separe siempre una lira de igual grueso , t ¡ eje del disco se avanza siempre, guiado por un torn i l l o , en una dirección perpendicular al pbmo del cuchillo. Este c u c h i l l ó s e sumerje por debajo en una masa de agua fría que, lo vuelve á templar y hace que corte mejor. La celeridad del movimiento 'de traslación del tornillo que hace adelantar el centro del d i s c o , está combinada con la de los movimientos de rotación del cuchillo y del disco; G. La trasformacion de las tiras de goma elástica en hilos delgados, se verifica por los medios siguientes : se meten estas tiras entre dos cuchillos circulares de un pequeño diámetro , montados sobra dos-rodillos colocados como los cilindros de un castillejo. Haciendo rodar estos rodillos y sus cuchillo?, corlan la goma en hilos de una anchura i g u a l , al separarse de los c u c h i l l o s ; 7. Los hilos de goma elástica se colocan en vasos Y oricios. 197 llenos de agua f r í a ; después se reblandecen con agua caliente, y se esliran l o m a s posible, rollándolos en un torno que un trabajador hace rodar rápidamente, mientras que o t r o , colocad» j u n t o al vaso que c o n tiene el agua caliente, hila la goma elástica manteniéndola estirada; después se meten estas devanaderas en un lugar fresco para dar á los hilos toda la rijidez necesarios al trabajo subsiguiente ; 8. Se envuelven estos hilos con cordones con herretes, por medio de máquinas á proposito á cuyos platillos se les darán por cscepcion , 42 á 43 c e n t í metros de latitud. 0 . En fin , se trasforman estos hilos en tejidos en el telar. En este es útil dar á cada hilo su c a n i l l a , y tirar esta por una cuerda que tiene un peso c o n veniente, á fin do d a r á cada hilo la misma tensión; 1 0 , Por ú l t i m o , se vuelve á la goma elástica toda su elasticidad , calentando bis tejidos por medio de un hierro caliente o por cualquier otro medio. Concíbese que si los hilos no estaban previamente enfriados y vueltos inextcnsibles, se alargarían d u rante la l a b o r , y contrayéndose en seguida mas ó menos, harían hacer buches al tejido. Los cordones con herretes con que se cubren los hilos sirven principalmente 'para protcjrrlos contra los dieptes del peine en el trabajo sobre el telar. GOMA D E FÉCULA. La f é c u l a , libre de su tegumento, se disuelve en el agua fria de la misma manera que las gomas, á las cuales puede reemplazar en un sin número de aplica* dones. 198 ARTES Para obtener la goma de f é c u l a , pueden empicarse diferentes a j e n i e s : 1. Acido sulfúrico. Es menester añadir a! agua cerca de una cuadrajésima parle de su peso de ácido sulfúrico y desleír á lo mas un décimo de almidón c o c i do, y calentar basta que baya desaparecido el engrudo que primero se liabia formado. Entonces se cesa de calentar el líquido , se satura ci ácido sulfúrico con la creta hasta que cese toda efervescencia , se filtra, y la goma disuelta puede emplearse inmediatamente, ó bien puede secarse, para rcdisolverla en el agua cuando se necesite. 2. L a infusión de malta. Se hace macerar cebada jerminada en el a g u a , á una temperatura que no debe pasar de (30.* El líquido así obtenido goza de la propiedad de volver finido el nij;rudo y de volverle al momento ai estado de goma. 3 . El almidón se coloca en una especie de sartén bien limpio y tostado sobre un fuego suave. Es preciso procurar ajitarlo constantemente, para que no arda ni se pegue al fondo del vaso. Este almidón es soluble entonces en el agua fría y se vuelve susceptible de reemplazar la goma. Gtt ARADO E»V W A Í > I Í A - I Í B J I Í € E SjftBBK MortHaiíe.u U n litro de agua destilada, que contenga un décimo de alcohol , en el cual se han hecho disolver G dracuiae, de sub!ir.iad.> c.rrosivo y 3 ( b a r c a s de alumbre , aíaca el acero muy u v a m e u l e , pero no es útil Y OFICIOS. 199 sino para los grabados l i j c r o s , en razón de la poca profundidad que da á las tallas. Otro. A g u a destilada. Alcohol. 8 partes, . i parte, A c i d o nitrico.I i parte. Algunas ¡jotas de ácido nitroso ó un poco de sublimado corrosivo hacen obrar este mordiente con mas libertad. Otro. A g u a destilada. Alcohol. A c i d o nítrico. . íiitrato de ¡data l3 partes. 2 partes, i parte. 18 granos por litro de mordiente. También pueden añadírsele algunas gotas de ácido nitroso. Este mordiente product tallas mas negras que los precedentes; puédese por otra parte aumentar su fuerza añadiendo á la dosis ácido nítrico ó nitrato de plata. La operación se ejecuta sobre las planchas de acero del mismo modo que sobre ¡as de cobre; pero c o mo es cslreraadamcnle rápida , no ha de desprecian» tener á mano todos los objetos necesarios. Los m o r i e n t e s cuyes recelas acabamos de dar obran á corta diferencia con tanta celeridad los unos como los otros. M e d i o minuto basta para las tallas dulces y las de mayor finura: las partes mas I i j e r a s , por ejemplo de un ciclo, no deben ser mordidas mas largo tiempo. Débese quitar el mordiente de encima la plancha 200 ARTES con prontitud y lavarla sin dilación con una mezcla de 8 partes de agua tibia y cerca de una parte de a l cohol preparada veinte y cuatro horas miles á lo menos. Esta última indicación se aplica igualmente á les mordientes arriba d i c h o s , y á todas las preparaciones de que forma parle el alcohol. G R A S A S P R E P A R A D A S EL P A R A S U A V I Z A R - . C O T E E 1 T S Í . S ICíQIZlTLZ. Las materias g r a s a s , las grasas propiamente dichas, son empleadas para la engrasación de las máquinas; pero muchas veces también se mezclan con ellas para dicho uso , con otras sustancias. Sirven para u n t a r , l . ° una mezcla casi en partes iguales de sebo de Rusia y aceite de aceitunas; esta mezcla , que entra en fusión á 2 9 ° 5 0 , e s empleada en Inglaterra para suavizar el rece délos émbolos délas máquinas de P e r k i n y ; 2. una mezcla muy homojénea de 1G partes de hermosa plombajina reducida á polvo m u y fino, y de 84 partes de enjundia. Esia mezcla es preferible á la grasa solo para suavizar el roce. En efecto , haciendo uso de ella se ha observado economía : que las máquinas esperimentabau menos resistencia , se usaban m e n o s , y adquirían un menor grador de calor por el r e c e ; 3 . una mezcla de sebo do buey y de carnero. Con esta mezcla se suavizan los roces de los cilindros destinados á dar vueltas sobro su eje. Lncucníraasc en el repertorio de las patentes concedidas en (83 í en Inglaterra , formulas para preparaciones untuosas. Estas fórmulas son los siguientes : 1. sosa 8 o n z a s , agua 8 l i t r o s ; se hace disolver la sosa en el a g u a , y por cada litro de solución, se¡ Y OPIMOS. 201 íom.iii •'> libras de sebo muy puro y 6 libras de aceite de p a l m a ; se calienta la mezcla en una marmita basta que baya llegado á 9 3 . ° , teniendo cuidado de ajilarla continuamente; se deja enfriar hasta que la masa baya llegado á la temperatura de ; en este momento , que la masa puede considerarse como un jabón imperfecto , ha adquirido una consistencia igual á la manteca , y puede empicarse para untar ejes de carruajes. 2. Solución de sosa preparada como se ha dicho arriba, aceite de lino 8 l i t r o s , sebo i onzas ; se mezcla , se calienta hasta 9 3 ° , ajilando, y después de frió se repone en botellas. Esta mezcla á la cual se ha dado el nombre, de. grasa liquida, está destinada para untar las partes frotantes de las máquinas; tiene Ja consistencia ¡lo una crema, y no corroe los metales sobre los cuales se aplica. Antes de usarla, ha de a j U tarso ¡a botella, 202 ABTES CHAPEAB®. (Plaqué ou Doublé). La delgada capa con que se cubre el cobre en el preceder común del plateado, para darle la aparencia del oro y de la p l a t a , solo opone al frote o roce una débil resistencia, liase preferido por eso cubrir una lámina de cobre con otra lámina de oro (i de plat a ; y colocando este conjunto debajo del castillejo, reducirlo á una lámina tan delgada como se quiera, conservando ios dos metales la relación de su peso primitivo. Este produelo es el que se llama doublé; el plaqué (chapeado) se hace de! mismo modo; pero el doublé se trabaja de cierta manera particular, para hacerle lomar formas variadas muy elegantes, y que simulan absolutamente los vasos y adornos ó aparatos de oro maeiso ó de plata. Cualquiera que sea el niela! de los tres con que se cubra el doublé, se prepara con láminas de cobre r o j o muy puro. Con algunas ¡¡jeras diferencias, los procederes son los mismos, poco mas ó menos, sea que se emplee plata, oro o platillo; haránse conocer esias diferencias después de haber descrito la fabricación del chopeado de plata. Chapeado de plata. liase reconocido por los buenos fabricantes que el cobre rojo preparado en nuestros injcuios franceses todavía no ha sido llevado al grado de perfección conveniente para obtener un ehqveado libre de todo de- T OFICIOS. 203 fecto. Así es que toman esta primera materia de las fronteras de Suiza. í.° Por medio de instrumentos cortantes, se r a s pa fuertemente la superficie del cobre en toda la ostensión que la plata debe c u b r i r , con el objeto de hacer desaparecer todos los defectos y volver esta s u perficie perfectamente lisa. Se ¡.'asa en seguida esta lámina al castillejo, donde se es!¡ende á corta d i f e rencia el doble de su estension primitiva. Se raspa de nuevo , y el cobre entonces se halla en estado de recibir la plata. Mientras un trabajador está ocupado en esta primera operación , otro prepara la plata. Toma de un riel de ley superior, un peso igual al vijésimo del peso primitivo del cobre, suponiendo que debe chapear una veintena p a r l e , lamina esta plata y la estiende de modo no sido que su superficie quede igual á la de la lámina de c o b r e , sino que sobresalga por todo al rededor de una cantidad igual al grueso de esta lámin a . Muy luego se verá la utilidad de este esceso. E s ta lámina de plata en seguida se raspa b i e n , á fin d e q u e quede muy brillante y sin defectos. '2.° Así preparadas oslas dos láminas, se pasa sobre la superficie de la lámina de cobre una fuerte disolución de nitrato de plata. La lámina de plata se coloca sobre c¡ mostrador, de modo que el lado raspado esté hacia a r r i b a ; sobre ella se aplica el lado de la lámina de cobre tratada con el nitrato de plat a , teniendo cuidado de colocarla de mam ra que la plata coja todo el rededor de la misma. E n t o n c e s , por medio de un mazo de modera, enderezan e;te esceso de plata sobre el grueso del cobre, y remachan lo que resta .sobro la superficie no raspada. Con esta operación !a plata no puede resbalar ni separarse del cobre. Este conjunto está eu disposición de pasar al castillejo. 204 ARTES 3.° Háccse calentar fuertemente todo en un hornillo dispuesto al intento al lado de los castillejos, y cuando las láminas han adquirido por el calor un c o lor rojo oscuro, se pasan con prontitud por el castillejo , no con el objeto de comprimir el aire (pie se halla entre las dos láminas, sino para separarlo del t o d o ; porque el chapeado seria imperfecto si quedase el menor átomo de aire entre los dos metales. Continúase entonces en laminar las dos láminas j u n tas hasta que se logre reducirlas al grueso de cerca un milímetro. Estos metales, laminados juntos, conservan siempre la misma relación de grueso, de suerte que la piala es siempre la vijésima parte del grueso total. La lámina de cobre pesaba diez kilogramos; hemos dicho que queriendo chapear una veintena parle, se disponía una lámina de plata de medio kilogramo y concluiremos que la plata solo es la vijésima parte del cobre; pero la lámina de plata es mas larga que la de cobre de todo el grueso de está última , mas un corto ci'ceso. Por lo mismo todo l o que escede la lámina de cobre no la chapea, se separa cortándola cuando la operación está terminada , y la esperiencra lia probado que después de haber tirado la lámina y de esta sustracción, solo quedan 19 partes de cobre y una de p l a t a , lo que lleva el chapeadoá la veíutena parte. Chapeado de oro y de platine. L a sola diferencia entre el chapeado de plata, el chapeado de, oro y el chapeado de, p l a t i n o , consiste en el líquido que se emplea para aplicar en la superficie. Para el chapeado de oro, se emplea una disolución saturada de oro hecha por el ácido-nitro-muríátieo, vulgarmente llamada agua réjia ; para el chapeado de platino , una disolución igual de platillo , por el mismo ácido compuesto. Todos los de- Y OFICIOS. 205 más procederes son los mismos que acabamos de describir para el chapeado de plata. Objetos chopeados. Cuando las hojas de chapeado están concluidas e n el laminador, como acabamos de espliear, nada falta, para utilizarlas, sino darles la forma que deben recibir los objetos según el uso á que se les destina. E l operario debe evitar en los dibujos que adapte , todas las partes angulares y las cinceladuras que presentarían muchas dificultades para limpiar los objetos,porque el frote separaría la plata. El método seguido en la platería en macho para fabricar vasos huecos, no puede emplearlo el chapead o r , porque p e l i g r a r í a , con el uso del m a r t i l l o , el adelgazar la lámina o alterar la uniformidad relativa que debe conservar en toda su ostensión. Después de haber cortado la lámina de la m a g n i t u d , grueso y forma que mas convenga , el operario la coloca en el torno , sobre un mandril de madera , y por medio de una palanca de acero bien templado y perfectamente pul i.'neniado, se fuerza la pieza á ciapearsc exactamente sobre todas las parles del mandril. Primero le da la forma de una cápsula complanada , en seguida cambia muchas veces de m a n d r i l , y obtiene, en definitiva, la forma que desea, lis menester recocer la pieza tudas las veces que convenga, á fin de que reblandeciéndose, se vuelva susceptible de seguir todas las depresiones (i los gruesos del mandril <i molde sobre el cual trabaja. Como los vasos de chapeado tienen ciertas paites de su contorno mas espuo.Ntas al roce que o t r a s , refuérzame: soldando los hilos de meta! puro. Esta práctica encarece á la verdad los objetos fabricados, pero por ella adquieren una duración igual á la de los produelos de ¡neta! puro. 206 HITES HULES Ó ENCERADOS. Llámanse así todos los tejidos vueltos impermeables por la aplicación de una sustancia Iiigrométrica, sea une los tejidos hayan sido embebidos de esta sustancia , en estado l í q u i d o , sea que esta se baya estendido como barniz en su superficie, sea cu fin (pie este barniz haya sido encerrado entre dos tejidos. Para la fabricación de los tapices de mesa y demás a n á l o g o s , han de escojersc telas formadas, lo mas posible, de hilos de igual grueso. Primero se da una capa de cola para (apar los intersticios del tejido. Se estiende sobre un bastidor, y luego por medio de grandes espátulas en forma de cuchillos, se da una segunda capa de aceite de linaza hecho secante con el litarjirio. Cuando este barniz se ha secado, se le da Una nueva c a p a , y así consecutivamente, de modo que la pieza adquiera, bajo un espesor s u t i o l n t e , la apariencia y la flexibilidad de un cuero barnizado. Los colores destinados para adornar ia superficie de los tapices se imprimen por lo común por medio de forros o láminas de madera , ó madera guarnecida de c o b r e , ó culeramente de cobre. Las tapicerías se preparan como los tapices, del mismo modo que ¡as u-ias impermeable,; para toldaduras , tiendas de campaña , tinglados, etc. La primera operación p a r a l a s cortinal, puntalias trasparentes cou.dste en preparar los tejidos por medio de una lijara capa de cola Los dibujos se imprimen luego al aceite y se aplican por medio de láminas. Las nortinas adornadas de pinturas á la mano, T OFICIOS. 207 por lo comtin se guarnecen con bordados impresos. El piulor coloca el tejido encolado entre la luz y é l , de modo (pie- pueda juzgar por trasparencia ei efecto obtenido. Una de las condiciones importantes que ha de llenarse consiste en dar á los colores la mayor tranlucidez y lustre posible, en particular cuando se trata de imitar las llores, los insectos y el plumaje de ciertas aves. Es menester pues e v i t a r , en las sustancias colorantes, las que son opocas, en lugar que en la ¡untura ordinaria se puede siempre hacer entrar una cierta porción de estas para variar los matices ; por eso ha de darse la preferencia á los colores tales como el u l t r a m a r , la laca de primera calidad, e t c . , que se alteran poco a! sol En fin , solo conviene e m plear , para desleír Jos colores, líquidos en un todo diáfano. , has c o i tinas de gasa presentan esta ventaja que puede verse a! través de su espesor, desde dentro del aposento, los objetos situados defuera. - Los hules ó encerados son telas impermeables mas tupidas que las que han de servir para tiendas de camp a n a , toldaduras, para embalajes de resistencia. Su preparación consiste por loconmn : l.° en encolar la t e l a , para cerrarlas mallas de la tela, que es siempre muy clara; 2." en la aplicación de dos capas do blanco de España (creta de M e u d o n ) , desleída en aceite de linaza; i>." en marearla ó dibujarla; 4.° en la aplicación de las capas de colores; 5." en fin , en barnizar la tela , y á veces se marea o dibuja cada una de las caitas de barniz, como se hace en los carruajes, cajas de. tabaco, etc. Los tafetanes llamados gomados, dichos también UtfeUiíu-i encerados ó la ¡ c l a n e s barnizados , y que muchas veces no son mas que g a z a s , se preparan por lo común suaierjiéudolos en aceite de linaza secante « c i d o . Estos tafetanes son en seguida suspendidos so-* 208 iin'Es bre alambres horizontales; el liquido escoden te $c escurre y eae en las regueras colocadas al intento para recibirlo. Finalmente, se secan estas telas casi impregnadas de aceite imponiéndolas ;í la temperatura de cérea 100" en una estufa. Hemos hablado ya de los tejidos preparados con g o ma elástica. (Véase Coma clástica.) í 369 owoios. JABONES DIVERSOS. Jabón de resina, ó jabón, amarillo. La resina no es susceptible de saponificarse conv pinamente; su combinación con los álcalis solo cens» tiluye una sencilla disolución , que, realzando por decirlo así las propiedades del jabón común , lo hace mas soluble en el agua y mas propio para formar espuma sin que no obstante eso pueda ser considerado como un verdadero jabón. Por lo común se mezcla resina con el jabón de s e b o , y se concibe , según lo que se acaba de decir, que es del todo á lo menos inútil hacer pasar la resina que se añade por todas las fases de la saponificación completa, y esto presentaría m a yor inconveniente en efecto, en cuanto la resina se hallaría, en el estado de disolución sencilla y no de verdadero jabón , necesariamente arrastrada con las lejías muertas que se estraen. Débese pues comenzar haciendo el jabón de sebo del modo ordinario, después al último uso de la l e j í a , es decir cuando esta ya no es absorvida por el s e b o , y que conserva toda su causticidad á pesar de una ebullición prolongada, se ha de añadir la proporción que se quiera de resina, y para acelerar y facilitar su u n i ó n , dehese previamente dividir la resina en pequeños granos, y hacer bracear la pasta para que la incorporación sea c o m pleta. La pasta se colora en amarillo y pierde de su pegajosidad. Sostiénese por algún tiempo la ebullición con un esceso de l e j í a , y c u a n d o , por el enfriamienTOMO TII. 14 210 ARTES t o , l a pasta adouicre una consistencia sólida, y que desleída en la mano con un poco de a g u a , no deja sóbrela piel ningún engrudo resinoso, se procede á vaciar el jabón en los moldes. El jabón de r e s i n a , cuando bien fabricado, debe ser de un hermoso amarillo d e c o r a , en particular so se 1c ha añadido on poco de aceite de ¡taima; sus bor des son traslucido.:; se disuelve fácilmente en el aguo, y esta disolución produce una espuma muy abundante por la ajitacion, aun con las aguas de pozos. JABONES 1>K TOCADO». La fabricación de estos jabones constituyo un ramo de indos trio del todo especial, la cual desde algún tiempo á esta parle ha tomado una grande ostensión. Estas especies de jabones ofrecen la misma composición que los jabones comunes , con la diferencia que son preparados con mas cuidado y que en general '-<MI mas d menos perfumados. E n jeneral los jabones duros son mucho mas empleados para el tocador (pie los jabones blandos. Los principales de ello se distinguen cu cinco especies: los jabones de enjundia o grasa do cerdo , de sebo, de aceite de aceitunas, de aceite de almendras y de aceite de palma. Mezclados en proporciones variable* y perfumados según el gusto del consumidor, constituyen el número infinito de los jabones de tocador. Raras veces se perfuman á parte los jabones que han de. mezclarse; se ha reconocido que era mejor perfumar la mezcla. Al presente , los jabones de aceite de palma tienen mucho crédito, y son de una calidad muy superior, muy suavizantes y detersivos de la piel. Naturalmente el aceite de palma les comunica un olor dulce i Oficios. 21 i y agradable, que se une de un modo sorprendente con los oíros perfumes. Muchas veces también se hacen ¿abones de aceite de almendras, los cuales son muy hermosos y conservan bien la a r o m a , pero tienen uis elevado precio. Jabón llamado de If'intht»'. No hace aun muchos aíios que se f a b r i c a b a , como Inglaterra , con sebo de carnero; hoy día los f a b r i cantes que dan al comercio los mas hermosos producios , añaden al sebo 25 á 30 por ciento de aceite de aceitunas ci de grasa de cerdo; la primera adición es preferible; se pierde algo de blancura, pero se gana mucho en calidad, saponificase por el método ordinario con una l e jía de sosa cáustica; cuando el jabón deja su l e j í a , y la pasta separándose se vuelve ¡rrumulosa, entonces se suspende el f u e g o , para facilitar la completa separación de la lejía. Esta operación dura i lo menos doce h o r a s ; al cabo de este tiempo , el j a b ó n , todavía caliente, es d<-l todo fundido y perfectamente' neutro; entonces, para 1,000 kilogramos de pasta, se echan 9 kilogramos de esencias mezcladas en estas proporciones: Esencia de alcaravea de espliego lina.. ile romero 6 . . iulógr. 1,5 J,5 Se ajita entonces completamente la materia, para incorporar bien el aroma : ha de evitarse lievar á la parte superior las lejías muertas del f o n d o ; espéranse todavía dos horas, y se vacía en los moldes. 112 ARTES Jabón de ramillete. He aquí las proporciones; 3o i i l ó g r J a b ó n tle de sebo de carnero. 5o esem esencia de bergamota. / 'i2 5o 5o id. de clavo-especia. Aroma.—4 -> gramos. \ i5 id. de neroli. i 5o V. 5o id. id. de snsnl'ras. de t o m i l l o . 2 Color—4^0 gramos o c r e - o s c u r o . El jabón de almendras amargas es jcneralmentc buscado, no solo porque el olor que en el se desarrolla es muy agradable, sino también porque se ha imajinado que entra en su composición salvado de almendras a m a r g a s , y por eso mismo que el debe ser mas suave á la piel. Esto es un error: por su fabricación en nada difiere de los demás jabones de tocad o r ; basta para obtenerlo, escojer un hermoso jabón b l a n c o , y añadirle por 50 k i l o g r a m o s , 600 gramos de esencia de almendras amargas. Jabones lijeros. Son no mas que jabones levantados , es decir que han esperimentado la operación del todo mecánica por la c u a l , bajo el mismo volumen, su peso está disminuido de la mitad. Los procederes para perfumarlos y colorarlos nada presentan de particular: la única diferencia está en la preparación de la pasta , que se mezcla con el séptimo ú octavo de su volumen de agua y que se ajila vivamente y sin interrupción hasta que el jabón h a y a adquirido el doble de su volumen. Los jabones l i jeros siempre son fabricados con aceites, porque los jabones de grasas no se levantan. I Jabones OFICIOS. 213 diáfanos. Los primeros jabones de esta especie que se vieron en Francia, y que nos fueron importados de I n g l a terra , causaron grande sorpresa, y nuestros f a b r i cantes tardaron mucho tiempo en conocer su naturale. 7a y en poderlos i m i l a r ; ahora se fabrican con tanta perfección como en el estranjero. El proceder consiste en el uso del alcohol, que se combina en cierta p r o porción con la pasta del jabón. Para esto se trata en el b a ñ o - M a r í a , una mezcla en peso igual de alcohol y de jabón de sebo perfectamente seco y privado, por medio del calor de una estufa , de loda humedad : se tiene cuidado , para no perder alcohol, de colocar un capitel sobre la cucúrbita del alambique; el a l cohol destilado es recojido en un refríjerante como de ordinario se acostumbra. Es preciso atender á que el agua del baño-María , debajo del alambique, no se. eleve hasta la e b u l l i c i ó n ; pues la evaporación del alcohol seria demasiado rápida y su acción sobre el jabón quedaría imperfecta. Muy luego está líquido; se deja posar, y al cabo de algunas h o r a s , se cuela en moldes de hoja de l a t a , de la forma que se quiere dar á los panes de jabón. Este jabón así fabricado, no goza inmediatamente de una trasparencia complet a ; la adquiere después de su desecación absoluta, que muchas veces tiene lugar al cabo de tres semanas. Las materias colorantes añadidas á este j a b ó n , son por lo común , para el rosa, una disolución a l cohólica concentrada de acedera, y para el amarillo una disolución igual de cúrcuma. 214 ÁRTlíí 4SL.IT1VI AMMEJSTICIA. E u 1 7 5 8 , Hérissant a n u n c i ó , y en 1806 un sabio químico i n g l é s , Carlos H a t c h c t t , confirmó en un i n teresante trabajo sobre los huesos, que se podia , por medio de los ácidos, obtener una sustancia animal que conservase la forma de los huesos de donde se estraia? y que los lavados convenientes podían procurarla al estado de pureza. Del descubrimiento de este hecho á la preparación de la jelatina alimenticia, parecerá que no debía haber mas que un p a s o , y no obstante esto no se verificó hasta 1813 en que Mr. D a r c e t , buscando modificar de una manera útil los procederes , fué conducido á repetir el de Hérissant, y á crear un arte n u e v o , que pudiese á la vez procurar las colas que reclaman las necesidades de las artes, y á dar una jelatina propia para todos los usos alimenticios. E n 1817 , Mr. Darcet consiguió también estraer la jelatina de los huesos por medio del vapor. Mientras que por la marmita de Papiusolo se cstraia una parte de la jelatina de los huesos, alterada además por la temperatura muy elevada á la cual debia quedar sometida, por medio de los ácidos se estraia la totalidad de esta sustancia. Cuando se echa mano de los huesos para obtener de ellos una sustancia alimenticia , deben hallarse en el estado de frescura ó haber sido conservados; si han de guardarse algún tiempo antes de t r a t a r l o s , pueden salarse, ó tenerse en agua corriente y fria. Pero si han de guardarse largo tiempo, estos medios serian del todo insuficientes; en este c a s o , el mejor proceder es sumerjirlos muchas veces, después de iiicii limpios y quebrantados, en una disolución que y OHCIOS. 215 contenga cerca de 30 por ciento de j e l a t i n a , calentada á 80 ó 9 0 ° , cslciiderlos sobre redes, y llevarlos en seguida en una estufa calentada á 25 ó 30°. Los huesos pueden emplearse degradados ó n o , y para que la jelatina no se seque en capas que podrían despegarse, conviene prepararla á una temperatura mas elevada y mezclar con ella un poco de goma. La cantidad de jelatina así empleada para la conservación de los huesos se halla sin pérdida ninguna cu el t r a tamiento subsiguiente á que se sujetan 'os huesos. V i l cuidado muy importante para la buena calidad de la disolución jelaünosa consiste en romper los huesos de modo que no se calienten, como sucedería infaliblemente si se golpeaban con mucha fuerza: el mejor medio consiste en hacerlos pasar cutre dos c i lindros «¡triados ó «linearlos sobre un tas de cabeza de diamante, sobre ei cual vaya á caer una maza o m a r t i l l o , pero con la precaución de mojarlos cada vez. Si los huesos así cortados no se empleasen al instant e , se pondrían en agua fría corriente ó en una d i solución de sal marina. lío hectolitro do huesos concuasados en pequeños pedazos pesa por término medio 43 kilogramos ; los cilindros emplead:,:; para su tratamiento deben tener una elevación Iros veces mayor que su diámetro: por ejemplo, para obtener 1 , 0 0 0 raciones de disolución jelatinosa por d í a , son necesarios cuatro cilindros de un metro de altura sobre O " 333 de diámetro, cubicando Síi litros y podiendo recibir 31 kilogramos de huesos; estos cilindros producen cerca 21 litros de disolución jelatinosa por h o r a , y exijen cada uno 5 l.dogcainos de vapor y 20 litros de agua fría injec¡o.da (oí el centro di: los cilindros. 1 Lo:; cinco litros un cuarto de diselocioo. jelatinosa obtenidos por hora d : cada cilindro se compone e n - 2 (¡6 4RTBS tronces de 1 litro 25 producido por la condensación del v a p o r , y 4 litros procedentes del agua í'ria. La caldera no exijo ninguna disposición particular; como funcione á l ü ( ¡ , debe estar provista de una válvula de seguridad, compuesta de bismuto 4 , estaño 4 1 , plomo 3 . Los cilindros deben estar limpios, como igualmente todos los utensilios empleados en este jéncro de preparación; los tubos que conducen el agua fria ai centro del cilindro deben limpiarse á menudo para quitar de ellos los depósitos terrosos que se forman; de ellos deben tenerse de repuesto. 0 El termómetro debe señalar constantemente 106.°; las llaves de fuente de los cuatro cilindros lian de dejar colar la disolución jelatinosa sin que salga v a p o r ; abriéndolas á y , se obtiene una disolución clara. w La disolución jelatinosa preparada con huesos frescos no tiene ni sabor ni o l o r ; se alteraría con facilidad , sobre todo durante la estación calorosa, por que es lijcramente alcalina; puédesela hacer susceptible de conservarse fácilmente, acidificándola muy Tijeramente con ácido tartárico ó acético : recibida en un vaso no lavado que antes baya contenido dicha sustancia , se alteraría con prontitud ; ha de emplearse luego después que se ha sacado del aparato, lo que es muy fácil en el trabajo corriente para un pedido determinado con anticipación. Los utensilios de hoja de lata son los mas cómodos y los mas ventajosos; se lavan con agua hirviendo algo acidulada. Habiendo observado Mr. Braconnot que las sales procedentes de la carne hervida contribuían al sabor agradable de! c a l d o , Mr. l'ctroz ha sido conducido a' salar el que producía la disolución jelatinosa con uua mezcla que imita el del caldo de carne, es decir 30 cloruro de potasio (muriato de potasa) y 70 de sal T OTicros. 2(7 marina. Este proceder lia producido un resultado satisfactorio. La disolución gomosa de Mr. Darcet contiene 2 0 gramos de jelatina sólida por l i t r o ; se colora con caramelo ó zanahorias, o cebollas quemadas, y se le añade sal y grasa; aromatizase con pimienta ó cualquier otra especia; se le pueden añadir legumbres, etc., para hacer con ella una sopa sabrosa y sana. La carne de buena calidad contiene por q u i n t a l : carne seca 2 í , agua Í3G , huesos 20 : estos 20 de h u e sos pueden dar 6 de sustancia alimenticia s e c a , de donde se sigue qne utilizando los huesos, se puede obtener de la carne un cuarto mas de lo que d e jándolos perder. 100 kilogramos de huesos pueden dar 3,000 caldos de medio litro cada uno , ó servir para animalizar 3,000 raciones de sopa económica con legumbres. 100 kilogramos de carne no dan sino 400 caldos de '/ litro cada u n o , o solo animalizan 400 raciones de sopa. 2 218 AftTES LACA DE RUBIA SOBREFINA. Mr. Robiquet ha indicado para la preparación de la laca de rubia un proceder que da un hermosísimo producto. Se hace macerar la rubia en agua f r i a , se esprime fuertemente el residuo , se deslíe en nueva a g u a , y este tratamiento se renueva cuatro ó cinco veces. E n seguida se hace hervir el residuo con agua de a l u m bre, y se precipita per el carbonato de sosa el l í quido filtrado. E l lacre está esencialmente formado de sustancias resinosas, susceptibles de reblandecerse por el calor, y endurecerse por el enfriamiento. El lacre de cualidad fina se hace con la resina laca , y el lacre c o mún se hace con la colofonia. El lacre fino se prepara con cuatro partes de resina l a c a , una parte de trementina de Veneeia, y dos á tres partes de vermellon. Se licúa el laca á un fuego suave en un vaso de cobre; se le añade la trementina y después el v e r m e l l o n , ajitando continuamente por medio de dos palos cilindricos que se tienen cu la mano. Guando la materia colorante está bien incorporada, se pesan pedazos de 250 gramos que se arrollan sobre un mármol calentado por debajo ron un escalfador. Luego después se alisan sobre olro mármol con el bruñidor. Y OFICIOS 319 que no es otra cosa mas que una laminita provista de un puno. Cuando la masa está rollada y formada en c i l i n dros de un grueso conveniente, estos cilindros se tienen entre dos estufillas calientes para que se vuelvan mas brillantes por la fusión de su superficie. D i vídanse en pedazos ó cilindros mas ó menos largos, y en seguida se funden los estrenaos arrimándolos á la llama de una bujía sin que lleguen á t o c a r l a , y aplicase sobre ellos todavía blandos el sello del f a b r i cante. Los pedazos ovales ó estriados se hacen en moldes de acero pulimentado. Los lacres muy comunes se hacen con dos ó tres partes de colofonia , una parte de blanco de España bien s e c o , obtenido en polvo impalpable frotándolo sobre uu tamiz de crin , y con media parte de vermenon. El m i n i o , que algunos fabricantes sustituyen a! vermeilon , produce lacre quebradizos y poco a d herentes: á la adición de la creta debe el lacre de colofonia cierto grado de blandura y algo de propiedad adhesiva. El lacre de lujo se aromatiza á veces con esencia de limón , con bálsamos, tales como el benjuí , e l e s toraque, el bálsamo del Perú , el almizcle , etc. Los lacres de colores variados se obtienen sustituyendo diferentes sustancias colorantes al vermeilon. Los lacres marbreados se hacen mezclando pastas fundidas de colores variados. Este marbreado , para distinguirse bien , exijo mucha habilidad por parte del artífice. Los lacres llamados dorados son producidos por la adición de mica amarilla en la pasta en fusión. A veces se hallan en el comercio lacres muy i n f e riores o de mala calidad cubiertos con una capa de la- 228 ARTES ere fino. Para este fraude, hacen reblandecer la superficie de los cilindros de lacre c o m ú n , después los arrollan en lacre fino reducido á polvo: estése pega en la superficie de los cilindros, los cuales cu seguida se esponen al fuego de las estufillas para darles lustre. LECHE. Conservación de la leche. Muy pocos años hace que Mr. Braconnotha inventado un proceder que , según el mismo , permite procurarse con mucha facilidad una especie de conserva de leche de la cual los viajeros pueden sacar un gran partido. Un litro de leche, calentada á -l >.° , en la cual se echa bastante ácido muriático muy débil para c o a g u larla , da un cuajo que , tratado á un calor suave, con 2 gramos de carbonato de, sosa , produce medio litro de una especie de crema ó franjipana, que , siempre según Mr. Braconnot, puede emplearse en la preparación de diferentes comidas muy agradables, y que, disuelta y edulcorada con azúcar , da un líquido mas agradable que la leche misma. r Con su peso de azúcar, esta preparación da una especie de jarabe , el c u a l , dilatado en agua , produce una muy buena leche. En fin , í000 partes de queso blanco ó de c u a j o , c a lentados por espacio de algunos instantes á 100.°, dan una masa elástica q u e , lavada muchas veces en agua caliente , pesa cerca de 1 8 0 ; s i , después de haberla bien d i v i d i d a , se calienta con agua y 2 , 5 de carbonato de pota a , y se evapora ajilando continua- T OFICIOS. 221 mente , queda una masa blanda que se deseca al aire y da láminas de un blanco amarillento , semitrasparenles, de un sabor agradable. Esta materia es m u y soluble en el a g u a ; se conserva muy bien al a i r e ; azucarada y aromatizada, podría servir de alimento; su disolución caliente encola muy bien y reúne los fragmentos de porcelana , vidrio , madera de piedra; pape! barnizado con ella basta humedecerlo lijcramente para que adhiera ó se pegue con mucha fuerza. Puédese emplear también para dar lustre á las estofas. liase propuesto como medio de conservar la leche sin impedir el eslraer de ella la crema y preparar buena manteca, el mezclarla por pinta una cucharada de boca de una agua preparada destilando 12 l i tros de agua con 12 de raponche silvestre, y retirando 9 litros de producto. La leche se conserva ocho diassin alteración y los insectos no pueden acercársele. En el comercio, se encuentra bajo el nombre de lactolina o lacteina , leche reducida á pasta seca, por la evaporación , por medio del aire frío que por ella se hace pasar. Esta materia representa diez veces su peso de buena leche, liasla desleiría en agua para reproducir l a . ' c e b e , y como la materia no esperimenta la acción del c a l o r , el saber no se halla en n a da modificado. Esta sustancia presenta recursos en lus viajes sobre todo marítimos. LIMPIA DE LOS MUEBLES. El cobre amarillo que se hace entrar en clase de adorno de ciertas partes de los a j u a r e s , y que desde algunas años se prodiga en el adorno de las escaleras, 222 AUTBS estufas, c t c , etc. se empaña y pierde muy luego el lustre que tanto Je hace apreciable. Para volvérsele, es necesario frotar con frecuencia su superficie con sustancias las c u a l e s , al mismo tiempo que quiten la capa muy superficial de color gris que en ella se m a nifiesta , le dejen ó aumenten también su lustre. Empléase muy amenudo el vinagre mezclado con esmeril muy fino ó rojo de Prusia en polvo estremamente tenue; pero si no se iia procurado con esmero quitar todo lo que puede quedar de esta mezcla sobre el c o b r e , este se trasforma en cardenillo, y lo limpia llega á ser mas nociva que útil. Ademas el ácido e m pleado empaña la porción de madera limítrofe de las partes metálicas , la cual en muchos casos es dificilísimo el dejar de tocarla , aun operando con mucho cuidado. Entre los medios con que puede sustituirse el uso del v i n a g r e , cuando se opera sobre muebles precios o s , el mejor es una mezcla de cera disuelta en esencia de trementina en la cual se ha incorporado i n t i mamente el esmeriló el rojo de Prusia en polvo b e palpable. Para emplear esta p a s t a , se impregna «-a ella un lienzo fino , y se frota con este lienzo la parte del mueble que so ha de limpiar. LITOGRAFIA. Proceder de Mr. (Hi< ardel. La sociedad de Fomento habia propuesto un premio para un proceder propio para confeccionar cartas geográficas en las cuales estuviesen reunidos los procederes de la litografia con la t i p o g r a f í a ; un gra- T OFICIOS. 223 bador a' quien su arte debe importantes producciones lia presentado un proceder que es susceptible de aplicación á muchos objetos. Y a , cu 1827, MMrs. FirminDidot y Slot te habían recibido un privilejio para un proceder destinado á imprimir simultáneamente dibujos litografieos y c a racteres tipográficos. Duplat. había hecho por su p a r t e , hace algunos años,ensayos para una edición de las fábulas de L a Fontaiue , que habían sido eseri tas sobre piedra ; después de haber cubierto la piedra con un barniz n e gro , grabado en h u e c o , como en el proceder del grabado sobre cobre. E l proceder de Mr. Girardet es del todo diferente: fúndase en el uso de un barniz que se aplica con m u cha facilidad sobre el dibujo b i o g r á f i c o , y adhiere tan fuertemente á la piedra que puede r e s i s t i r , sin que, se despegue de e l l a , l a acción de un ácido b a s tante fuerte para vaciar profundamente la piedra. Este barniz se compone de ccra-virjen , 2 partes; pez de Borgoíia y pez negra , de cada cosa / parte, y colofonia ó espaito , 2 partes. "acenso fundir las tres primeras sustancias en un vaso de tierra nuevo barnizado, se les añade poco á poco el espalto en polvo lino ; se mezcla muy exactamente; se retira el vaso del fuego , se deja enfriar un poco, y se echa la masa en agua libia , dentro la cual se malaxa ; de ella se íiacen pequeñas bolas que se disuelven en la esencia de trementina al g r a do de espesor conveniente para un buen barniz. l 2 Trazados y a el dibujo ó los caracteres con la p l u ma sobre la p i e d r a , se pasa por ella con el rodillo el barniz indicado, se rodea la piedra con cera como para agua fuerte , y se le echa una capa suficiente de agua , en la cual se hace caer poco á poco ácido 224 ARTES nítrico dilatado, de modo que su acción no sea demasiado f u e r t e ; al cabo de cinco minutos se retira el ácido, se lava la piedra, se la deja secar , y se pa-sa de nuevo barniz con el rodillo; se acidula de nuevo con la misma precaución , y se obtiene un dibujo m u y consistente para que se puedan sacar de él pruebas en seco. Trasportes seguida rio. sobre papel lito gráfico para sacar ende él pruebas por el proceder ordina- Este nuevo a r t e , en vista del cual muchos artistas se disputan actualmente la prioridad de su invenc i ó n , promete las mas útiles aplicaciones. Nosotros, pues, vamos á descubrir sus principales procederes. 1.° Trasporte de un grabado cado. recientemente sa- La piedra grabada convenientemente colocada sobre la prensa, se lava con esencia, se le apura la tinta , se impone en la prensa, y se saca una buena prueba sobre papel de China encolado (del lado de la cola). Esta prueba se pone inmediatamente en un papel muy humedecido , para mantenerla en un estado constante de humedad. La prueba así dispuesta , el operario toma una piedra estarcida, bien seca y perfectamente limpia (en invierno se calienta un p o c o ) ; si eslá cierto de la exactitud de la presión , coloca líjeramente la prueba sobre la piedra , la cubre de dos ó tres maculaturas, y hace una presión. Después de haber vuelto la piedra en un sentido diferente, cambia las maculaturas, hace una segunda y tercera presión; luego volviendo á Y oricic-g. 225 colocar la piedra en su primera posición, pone un pliego de papel húmedo sobre el papel de China , y da una última presión. £1 pliego de papel de C h i n a , mojado con una esp o n j a , se separa fácilmente, abandonando á la piedra todos los dibujos de la prueba, y no conservando de ellos sino una muy ligera impresión. La c o l a , en e s ta operación, se despega en un todo del papel de C h i na. Después de haber engomado fuertemente la p i e dra , se deja en este estado por espacio de algunas horas, después se desengoma con c u i d a d o , se le da tinta con precaución, se tira una prueba , se le da de nuevo t i n t a , se pasa con una esponja un ácido débil sobre la piedra, se engoma otra v e z , y con ella se puede tirar algunas horas después. Concluiremos haciendo observar que el papel destinado á las pruebas solo debe humedecerse muy d é bilmente; porque de otro modo se pegaría sobre la piedra. (Proceso-verbal de una operación que ha d a do un perfecto resultado.) Grabado sobre piedra. Estaba reservado al grabado sobre piedra l a o g r á f i ca abrir un nuevo camino al a r t e , permitiéndole l u char ventajosamente con el grabado sobre cobre y sobre acero. E! grabado sobre piedra es empleado en particular en la confección de las cartas jeográficas de un modo el mas favorable. Muchas cartas hechas para el deposito de la g u e r r a , por MMrs. D c s m a d r i l , Bouffard y A v r i l , son verdaderas obras maestras de topografía Una plancha así tratada puede además dar un número» casi infinito de hermosas pruebas-. La ejecución del grabado sobre piedra litográfica se reduce á tres operaciones principale:. La primera TOMO n i . 15 22G A M E S consiste en hacer esperinienlar á la piedra una operación que pula lo suficiente la superficie; la segunda, en cubrirla de una capa colorada, propia para hacer resaltar bien el dibujo t r a z a d o , para que el artista pueda hacerse cargo de su trabajo , y al mismo tiempo esta capa sirva para rechazar el cuerpo graso destinado solamente á la talla; la tercera, en f i n , á i n troducir en la talla una sustancia análoga con la tinta de impresión , y capaz por otra parte de resistir al lavado repelido de la piedra durante la impresión. La práctica de estos procederes presenta pocas dificultades. Bebe esenjerse, de preferencia como mas dura, una piedra g r i s , de una pasta muy bomoje'nea, sin hend i d u r a s , sin puntos blancos; se hace apomazar y arreglar con el mayor cuidado, teniendo cuidado sobre todo de no dejar en la superficie vestijios de granos, y todavía mas de rayas de. piedra pómez. Colócase la piedra horizontalmente sobre una m e sa , y por medio de una esponja ó de un p i n c e l , l l a mado cota de bacalao {qncue dentóme), se cubre de una preparación consistente en una fuerte disolución de goma arábiga ai ¡dolada de tres á cuatro g r a dos. Se deja obrar esta preparación sobre la piedra por una ó dos h o r a s , y después se lava. Debemos esponer que el lavado no ha de ser completo; que os necesario que la piedra conserve una muy lijera capa de goma para preservarla del contacto de las sustancias g r a s a s ; y levantando esta c a p a , se prepara la piedra para recibir la tinta. Después de haber enjugado la piedra hasta sequedad completa, se rasca encima , con un cuchillo, un poco de sanguinaria, la que se esliendo con la palma de la mano , ó con un lampón de lienzo fino. Colorada así la piedra , se calca ó esquicia del mis- r OFICIOS. 227 ¡no modo que sobre una piedra granada. Ha de tenerse cuidado de no empezar la preparación, con el l á piz de d i b u j a r , ó con la punta de calcar. Seria un grande error creer que un grabado p r o f u n d o , sea con la punta seca, sea al b u r i l , seria m e j o r y mas duradero. Los rasgos muy huecos al c o n trario no van b i e n , son raboseados. Impresión de las piedras grabadas. Es menos fácil de lo que parece debiera serlo. A n tes de dar tinta á la p i e d r a , el impresor debe asegurarse de si los borrados son perfectamente secos, y si ella conserva nada de humedad. Entonces se estiende sobre la p i e d r a , con la palma de la m a n o , aceite de linaza superior, el cual se d e j a penetrar cu las tallas cerca demedia hora. Colocada y a la tinta que se prepara para tirar las pruebas, se enjuga con un lienzo la que c ú b r e l a piedra , la cual se lava después con un pedazo de esponj a humedecida con agua limpia. Esta última operación , disolviendo la muy lijera capa de goma procedente de la preparación , arrastra el aceite que ha quedado en la superficie de la piedra , y solo lo deja en las tallas: entonces puede darse tinta y tirar como se acostumbra por lo común. LITOGIÜl'U CON EL UASCMlOR. Muchas especies de litografía han sido sucesivamente inventadas y sucesivamente abandonadas: así es que casi no se ha hecho uso del dibujo á la muñera de Mr. Eugelmaun , de, la aguada laográfica de Mr. K n c c h t , del método negro de Mr. T u d o t , aunque por estos diversos procederes puedan obtenerle hermosos resultados. ¿Procede esto de indolencia 228 ARTES de los artistas, ó de la dificultad de ios procederes? No sabernos esplicarlo. El proceder de Mr. Paulnicr no tuvo sino un resultado efímero y cayó en el o l v i d o , sufocado quizás por el privilegio de invención que procuró tomar el autor en 1820. Nosotros lo publicaremos abora que el pfivílejio ha espirado. Las piedras mas duras son las mas propias para esta especie de l i t o g r a f í a ; las que se esplotan en el departamento del Indro son superiores á todas las c o nocidas basta el presente. Las piedras se pulen de dos maneras ; á saber, con la piedra pómez para los dibujos á la imitación del b u r i l , y con arena para los trazados con una especie de lápiz. Este pulimento es susceptible de g r a n des variaciones, sobre todo para los dibujos al buril; solo el dibujo que se quiera ejecutar es el que puede servir de regla. Preparación de la piedra. Se lava la piedra litogràfica con una parte de ácido nítrico debilitado con veinte partes de agua; se dej a en seguida secar !a piedra y se le da una capa de cola de F l a n d c s , ó de cola de almidón muy lijera; después de haberla hecho secar de nuevo, se cubre de sanguinaria pulverizada, ó de negro de imprenta 6 de cualquiera otra materia coloran le muy seca, la que se estenderà con un lienzo igualmente muy seco sobre toda la superficie de la piedra. La piedra así preparada podrá entregarse al diseñador quien ejecutará el dibujo con el rascador para todas las especies de graneados, y con punzones de, diferentes magnitudes para el jenero del lincamiento al b u r i l ; teniendo cuidado de descubrir la piedra con mucha ligereza para no vaciaría , lo que produ- v OFICIOS. 229 eiria un mal efecto en la impresión y haria que saliese fallido el objeto que se habia propuesto. El r e sultado del diseñador será un dibujo blanco sobre un foudo de color. Preparación del dibujo. E l dibujo ejecutado sobre la piedra se cubrirá del todo con barniz adherente, de la consistencia de una jalea cuya composición vamos á dar. Se separarán luego con agua pura todas las materias que se habrán posado sobre la piedra -. cuando todo habrá desapar e c i d o , se sumerjerá la piedra en agua muy l i m p i a , en seguida se cargará el dibujo con un rodillo i m pregnado de tinta de imprenta, compuesta como la de los impresores con talla-dulce; el d i b u j o , aunque muy poca aparente, tomará luego todo el v i g o r que el diseñador 'le habrá dado , pero en un sentido i n verso , es decir el dibujo que era blanco al salir de las manos del diseñador , .será negro después de la operación del litógrafo. La impresión de la litografía por el proceder del rascador en nada defiere de la ejecutada con el lápiz ó la p l u m a ; el manejo de la prensa es absolutamente el mismo. Composición del barniz adherente. 5 onzas de cera blanca m n y pura. 5 onzas do hermoso jabón blanco de sebo. 5 onzas de laca en pastillas. a onzas de almáciga en lágrimas. 4 onzas de aceite íino* Todas esta; m «terias se licuarán suecavamonte en im vaso de cobre ó de hierro, se cocerán por espacio 230 iurss de cerca dos horas ajitándolas con una espátula de madera, para mezclar bien la resina laca, y de modo que todo no forme sino un cuerpo de apariencia muy hoinojénca. Después de la cocción , se dejará fijar la composición echada sobre un mármol; para emplearla en seguida , será menester desleiría con aceite fino. Esta especie de litografía es aplicable á toda e s pecie de dibujos y grabados; presenta la ventaja de dar á los" diseñadores la facilidad de sobresalir en sus trabajos, tan bien como podrían esperarlo operando sobre papel con los mejores lápices; los dibujos con el rascado jamas se empastan en la impresión y conservan toda la armonía del dibujo. Puédensc t i rar por este medio millares de ejemplares sin perder el mas lijero, rasgo y los retoques pueden continuarse al infinito. y OFICIOS. 231 MADERAS DE TINTE. Uso de los residuos de la madera de Unte. L a enorme cantidad de madera de tinte que se e m p l e a , en las fabricas de telas pintadas, hacia desear que se encontrase un uso ventajoso de los residuos agotados de la materia colorante. M. Pimont á tenido la feliz idea de hacer servir estos residuos como combustible. Verdad que considerados bajo este punto de vista, nunca son de g r a n de importancia comercial, pero es ya mucho que puedan ser empleados en los mismos lugares por los f a bricantes, que se hallaban embarazados con estas materias. Hácese escurrir las aguas que contienen los residuos en una hoyo c o m ú n ; en donde se posan , y se practica una salida para las aguas que sobrenadan : en seguida se colocan los residuos en un terreno i n clinado para escurrirlos y secarlos, y al cabo de a l g u nos dias se mezclan con ellos los residuos de diferentes baños de t i n t e ; se deja fermentar la masa por algunos meses, después se vacía la materia con la casca. Mr. Pimont asegura que de sus esperimenlos resultan los datos siguientes: Mil lalrillos pesan 380 k i l o g r a m o s ; salen para la m a n u t e n c i ó n , á 3 francos; los depósitos precedentes de su f á b r i c a , durante un año de trabajo , han p r o ducido I s O á 180,000 ladrillos. Se lian hecho dos series de esperiinentos para c o - 232 mes nocir el valor de combustible de estos ladrillos: en la primera, se ha mantenido por doce horas en un grande (allcr el mismo grado de c a l o r , quemando sucesivamente , en el mismo aparato de combustión, ulla , lefia, coque y ladrillos de residuos; E n la segunda serie, se ha sostenido también, por doce h o r a s , el fuego debajo de una caldera de teñir cou r u b i a , con u l l a , turba y ladrillos. Según estos ensayos, parece que los ladrillos han üfrecid.o una economía de cerca de dos tercios sobre la ulla ; queman como las mejoras turbas. MASERAS D2 Boj. Medio LABOR. para obtener el lobanillo de boj buscado por los torneros. tan E l boj es el mas duro , el mas compacto de nuestras maderas i n d i j e n a s ; es también uno de los mas pesados. E l boj crece muy lentamente; así es que solo muy raras veces se ven de muy gruesos: l l e g a n do á cierto diámetro está muy sujeto á podrirse en su corazón. Se distinguen dos especies de é l : el boj verde y el amarillo que es el mas común; el boj verde es mas tierno y mas fácil de trabajar que el a m a r i l l o . Esta madera es siempre de un precio muy elev a d o ; el ramaje un poco elevado, se vende • Diurnamente en París á 60 o 70 centesimos el kilogramo; la malera mediana á 80 centesimos; la madera gruesa escojidí á 1 f r a n c o ; los l a b o n i l l o s , mecho mas rar o s , se pagan mes ó menos según su hermosura, y según si son mas seeos y sanos. El tornero que ha e c a j a s , emplea con preferencia esta readira para sus n;as hermosas obras; se pulimenta aumirahltmeníe y r OFICIOS. 233 con mucha facilidad; toma todos los matices que se le q u i c e n d a r , y se barniza muy loen. Los carpinteros y los toneleros se sirven de el para construir sus instrumentos. Sobre esta madera, tomada por el estremo, hacen los grabadores de madera sus relieves que se imprimen tipográficamente, etc., etc.; está sujeta á calentarse: llámase asi un principio de descomposición, que se retarda por mas t i e m p o , si después de seca al a i r e , se tiene al abrigo de toda h u medad; por lo que es prudente untar el corte con aceite, o pegar encima un papel untado con aceite. El leño de b o j , abandonado así m i s m o , crece derecho; pero atormentado en su largo período de v i da por las cortas anuales que se hacen en sus ramas, comunmente se vuelve contorneado y achaparrado, lo que precisamente le hice buscar por los torneros, mas se hace preciso al guitarrero que quiere un boj sin n u d o s , acudir ai de España que crece mas derec h o , y que por otra parte es quizás de otra especie , pues base observado que siempre es mas blando que el boj común. El lobanillo de. boj , impropiamente llamado raiz de boj, puesto que la madera de la raiz es muy diferente do la d d tronco , sirve para hacer principalmente cajas de tabaco , pequeños nécessaires y otra* hermosas obras. Mas si siempre se esperase un capricho de la naturaleza para procurarse este lobanillo seria muy raro y c a r o ; además los lobanillos n a t u rales son la mayor parle del tiempo tan profundamente surcados en todos sentidos, que la parte l o b a nillada desaparece casi siempre antes que el instrumento baya llegado cu su interior; estos lobanillos naturales son además casi siempre vacíos y podridos en el corazón. Se ha tenido pues de acudir al arta para producir mejore.; lobanillos y en mayor a b u a - 23-1 AJ1TES d a u c i a ; y los lobanillos así obtenidos s o n , con pocas escepcíoues, los únicos empleados boy dia. Para precisar á la naturaleza á producir lobanillos, y darlos s a n o s , nos apoderamos de los ramos i n f e riores del árbol (podríase igualmente, sin duda, aplicarse el mismo proceder á los ramos superiores); se corta una parle de los r a m o s , y se pasan sobre estas brancas cubos ó virolas de h i e r r o , que se espacian entre ellas mas ó m e n o s , según el grueso de los l o banillos que se quieren obtener. Los ramos crecen entre las v i r o l a s , cada año se cortan , y cada ano se producen de nuevos al lado de los que serán cortados á su v e z ; los del estremo son los únicos que se conservan, para que el ramo no padezca; cuando este ramo se ha hecho g r u e s o , las virolas son obstáculos estrechos en que la savia cuela sin detenerse ; ella se estravasa en los intervalos, envuelve y cúbrelos ramos cortados, de manera que se forma un lobanillo, redondo, casi r e g u l a r , y atravesado tan solo por conducto del leño de hilo que no daña la hermosura del l o b a n i l l o ; en la J u r a y la A l t a - M a m a es en donde en particular se dedican á esta especie de industria. Los ácidos coloran fácilmente el lobanillo de b o j , pero este medio solo seria á veces insuficiente, sobre todo cuando se quieren obtener tintes mas osc u r o s , porque el boj siendo muy compacto, el ácido no penetra bastante profundamente para que la parte tenida deje de separarse por el pulimento. ( Véase Coloración de las maderas.) JI t E t r i I . Los diferentes procederes puestos en uso para blanquear el marfil que se ha vuelto a m a r i l l o , lo que su- 7 OFICIOS. 235 Cede fácilmente y con mucha p r o n t i t u d , llenan muy imperfectamente el objeto que nos proponemos. M r . Spengler , de Copenhague, ofrece un medio asegurado y f á c i l , s e g ú n dice el m i s m o , de restablecer el color blanco al marfil. Ha observado que basta tener esta sustancia debajo de una campana de vidrio a l abrigo de todo contacto de a i r e , para garantirla completamente de volverse amarilla. Este hecho l e b a s u jerido el siguiente proceder para blanquear el marfil vuelto amarillo. Para ello no hace otra cosa que c e pillarlo con la piedra pómez calcinada y desleída , después encerrar las piezas todavía húmedas debajo de una campana de v i d r i o , que diariamente se espone á los rayos del sol. Puede acelerarse el blanqueo cepillando de vez en cuando el marfil con la piedra pómez. Concha artificial producida por el marfil. Mr. Darcet, tratando el marfil con el ácido m u riático debilitado, obtuvo de él la jelatina en bruto. Sometió esta jelatina al t a u i n o , como se practica para las pieles , empleando una disolución de casca. E n tonces se volvió perfectamente iusolublc é inalterable al aire, y, vetándola con una disolución de oro y de p l a t a , obtuvo un producto del todo semejante á la concha roja, tan cara hoy dia y tan buscada para las hermosas obras de tornería. La jelatina así preparada puede trabajarse y soldarse como la concha. Con algunas precauciones, pueden reducirse á jelalina esos objetos de marfil previamente fabriculos sin que pierdan su f o r m a , después tratarlos con tauino y darles toda la apariencia de la concha, de modo que se pueda burlar toda la sagacidad de los torneros. 236 u m MICROSCOPIO HOIiAB. í MICROSCOPIO DE oía. El principio del microscopio solar es del todo d i ferente de el del microscopio compuesto; este propiamente hablando, no es sino una linterna májica destinada á p i n t a r , sobre una pared blanca ó sobre una pantalla, una imájen muy amplificada del objeto vivamente i l u m i n a d o ; pues basta para pintar tal imájen, colocar una lente entre el objeto y la pantalla, d e s u e r te que las distancias sean exactamente las de los focos conjugados. Si el lente está 1 0 0 veces ó 1 , 0 0 0 veces mas cerca del objeto que del cuadro, la imájen está amplificada 1 0 0 veces o 1 , 0 0 0 veces. Concíbese pues que con un lente de un foco muy corto se podrán, en uua sala bastante larga, obtener imájenes prodigiosamente amplificadas. Estas imájenes, para ser bien distintas, exijen que la pantalla no reciba otra luz que la que atraviesa el lente, y que el objeto sea muy fuertemente iluminado. En e f e c t o , como se empica la misma cantidad de luz para iluminar una imájen mas ó menos grande, la intensidad ó claridad de esta imájen decrece en razón del engrandecimiento, ó en razón del cuadrado del diámetro, ó lo que aun es lo m i s m o , en razón del cuadrado de la relación de las distancias del lente al objeto y á su imájen; así por un engrandecimiento de 1 0 0 veces el diámetro, la superficie de la imájen habiendo llegado á ser 100 veees Í C O , o 10,000 veces mas g r a n d e , la claridad ha disminuido en la misma relación; seria menester pues para que ia ¡majen fuese bastante distinta, que el objeto recibiese, si no 10,000 veces; ¡ñas de l u z , al - » oficios 237 menos una cantidad muy considerable. Obticnese este resultado recibiendo por un agujero un postigo , en un aposento oscuro , un rayo de luz solar reflejado horizontalmentc por un espejo. Este rayo atraviesa en el tubo un primer vidrio convexo que concentra los rayos en su foco sobre un espacio 100 veces mas pequeño por e j e m p l o , y otro lente de mas corto f o co llamado focas, vuelve á tomar aun estos rayos antes de su aumento para volverlos sobre un espacio todavía (00 veces ma9 pequeño", en este último punto debe colocarse el objeto que se quiere e x a m i n a r ; los rayos iluminantes se confunden con los que parten de su superficie; y van al través del lente destinado á formar Ta i m á j e n , á pintar el objeto sobre la pared ó sobre la pantalla. Concíbese que el uso de los lente* acromáticos es igualmente necesario para que la imájen sea perfecta; estos icntes además son susceptibles de acercarse mas ó menos al objeto para que la distancia local corresponda exactamente con la del cuadro. En estos últimos tiempos, liase imajinado sustituir a l a luz del s o l , para este instrumento, la luz tan viva producida por la cal viva puesta incandescente por un chorro de gas hidrójeuo inflamado con el concurso de un chorro de gas oxíjeno. Esta l u z , en efect o , tiene el resplandor de la del s o l , y como es i n móvil , no hay necesidad de recibirla sobre un espejo relhjador; atraviesa inmediatamente los vidrios centradores, y su intensidad puede aun aumentarse por un espejo cóncavo colocado hacia airas como en los faros. 338 ASTES MORDIENTE PARA Eli RIIOX'CE. Como el bronce es una liga taño cu doses muy variables, mismo modo la acción de un j e n e r a l , el que acostumbra á es el siguiente: Agua Acido nítrico.. de cobre rojo y de esno siempre recibe del mismo mordiente. Un dar buenos resultados 10 partes. . Acido muriálico.. 5 t » Y OFICIOS. 239 NEGROS. Negro animal. Todas las sustancias orgánicas sometidas á la acción del calor r o j o , en vasos cerrados, se descomponen dando un cierto número de productos volátiles, y dejando por residuo una mayor ó menor cantidad de carbón que se presenta bajo diferentes estados, según la naturaleza de la materia de que procede. Dorante muy largo tiempo, no se hacia caso de los huesos de los carneros, bueyes, etc. sino en caso de ser utilizahlrs por los torneros; los de los caballos o demás animales muertos abandonados se perdían , ó tan solo se aprovechaban algunas partes. Mas desde que el carbón animal ha tenido aplicación en la rafinadura del azúcar, las ideas han cambiado muchísimo, Todos los huesos no son igualmente buenos y productivos al mismo grado en la fabricación del negro a n i m a l ; los huesos largos son preferibles; pero nos" vemos obligados á emplear todos los que podemos procurarnos, porque esta materia va escasa. Los huesos están formados de una materia o r g á nica y de una mezcla de fosfato y de carbonato do cal. Cuando se calientan al rojo en vasos cerrados, se desprende de ellos gases carbónico , óxido de carbono y hidrújeno carbonado, a g u a , productos aceitosos, carbonato y acetato de amoníaco , y el residuo en los vasos destilatorios está formado de sales do cal y de la porción de carbono que no ha podido ser arrastrado en el estado de productos volátiles por c! 240 AHTES hidrójeno y el oxíjeno. Este residuo es el que constituye el negro animal cuya propiedad descolorante parece debida al estado deslucido del carbón producido por la división que ha procurado e¡ residuo salino de los huesos; mientras que el carbón que da la materia a n i m a ) , aislada por medio de los ácidos, es brillante y apenas descolorante, del mismo modo que el carbón de leña. Los productos pirojéncos que se desprenden en la destilación de las sustancias animales tienen un olor muy i n f e c t o , que se difunde á lo l e j o s , y hace muy incómodas á la vecindad las fábricas de negro de hues o , cuando estos productos no son quemados lo mas completamente posible. Los h u e s o s , tales como se entregan ai fabricante, contienen una gran cantidad de grasa que se les estrae haciéndolos hervir con agua antes de la destilación de los huesos. Este producto, de un valor mucho mayor que el negro animal mismo , no daria en la destilación sino una cantidad muy débil de negro carbonoso. Durante la es tracción del sebo de estos huesos rancios y v i e j o s , se desprende una lejía muy fétida. Estráese, por término m e d i o , en g r a a , f > por % del peso de los huesos. La operación dura á corta d i ferencia dos h o r a s ; y los huesos largos sou los que producen mas grasa. La cantidad de negro animal que se obtiene de la destilación de los huesos desengrasados es de cerca f>ü por % . El negro animal siempre se empica cr. el e.-íado de polvo mas o menos grosero según el uso á que "se le destina. Propiedades descolorantes del negro animal. El carbón auimal descolora incomparablemente mas Y cuetos. 241 y sobre todo con mas prontitud que el negro vejeta!. Si el negro que debe servir en la decoloración de los jarabes está encerrado en cilindros susceptibles de resistir una fuerte presión , y si después de haber agotado su acción , como se hace comunmente , y h a berlo lavado con agua c a l i e n t e , se abandona , á una temperatura elevada , á la descomposición pútrida y en seguida se le somete á un lavado conveniente , los productos de la alteración de las materias estrañas se separan, y el negro adquiere de nuevo sus propiedades decolorantes, á tal punto que renovando esta acción , adquiere la posibilidad de servir hasta treinta v e c e s , y m a s , del mismo modo sin añadirle nada. Negro <te impresión. Obtienese en la preparación del azul de Prusia por la acción de los álcalis sobre la sangre , el c u e r n o , ú otras sustancias animales. La estrema división á que llega le quita todo el brillo cuando se ha molido con agua y pulverizado en seguida en seco. Negro de esquila. Un cierto número de esquilas bituminosas dan cuando se las destila, un residuo que goza de propiedades decolorantes muy señaladas, y que pueden ser aun comparadas con las del negro a n i m a l ; una de los que dan mejores resultados es la de M é n a t , d e partamento de P u y - d e - i ¡ ó m e , que se esplota en g r a n de cantidad coueste o b j e t o ; pero este producto t i e ne un sabor desagradable que comunica frecuentemente á los jarabes. TOMO n i . 16 242 ARTES ajIEIiUISA Ó A T I Z O V I I H I R A . Mucho tiempo hace que en ciertos pueblos del Oriente se fabrican objetos de ornato por un proceder que da productos muy notables y que son una incrustación de diferentes sulfuros metálicos sobre la plata. Este arte llevado á Italia en la época de la t o ma de Gonstantinopla , adquirió mucho crédito entre los artistas de Florencia hasta la fin del siglo x v ; en seguida fué despreciado , y se perdió últimamente á consecuencia de la variación de las modas. Algunos años hace que la Rusia esta en posición de abastecernos de atizonaduras de un gusto esquisito; pero hasta 1830 MMrs. W a g n e r y Montion no introdujeron en Francia este ¡enero de trabajo , que constituye hoy dia una industria muy estendida; ellos fueron los primeros que presentaron al comercio o b jetos hechos para sostener bajo todos respectos la comparación con l o q u e de m a s hermoso nos viene de Rusia. El elevado precio del jornal del artífice se opone á la ejecución de la atizonadura á la m a n o ; por eso MMrs. W a g n e r y Montion han acudido á la acción de máquinas injeniosas. Grabado profundamente el dibujo sobre una lámina de acero , esta se templa , y por su medio se produce sobre una lámina de plata el mismo dibujo en r e l i e v e ; cúbrese en seguida esta lámina de la composición, y se baña y se pulimenta; pero como la lámina de plata no ha sido igualmente atacada por el p u n z ó n , el dibujo no presenta la pureza del grabado original; tirando sobre acero templado una nueva prueba en relieve y sirviéndose de ella para imprimir sobre la p i e d r a , los puHtos calientes comprimen v OFICIOS. 243 la p l a t a , y producen puntos vacíos que presentan mucha limpieza. Para obtener la presión , estos señores emplean un castillejo. El esmalte ó niela se compone de 38 partes de p l a ta , 72 de c o b r e , 50 de p l o m o , 36 de b o r r a j , y 384 de azufre» Se funde el azufre en una retorta, la plata y el c o bre en un c r i s o l , y se introduce todo en una retorta que se tapa exactamente para evitar la inflamación del a z u f r e ; añádese el b o r r a j ; cuando no se desprende y a mas vapor en el cuello de la r e t o r t a , se echa la materia en un crisol de h i e r r o , se pulveriza y se lava primero con agua que contenga un poco de sal amoníaco y en seguida con agua lijeramente gomada. Aplicase la niela por medio de una espátula sobre la lámina preparada, y se lleva debajo una m u f l a ; luego que la mezcla está bien fundida , se retira la p i e za del fuego , y se pulimenta como si se operase so* bre plata pura. 1 La oposición del matiz de la niela con el d é l a plata produce efectos dignos de admirarse. 244 AUTOS OPIO. El opio es un zumo inspirado producido por las cápsulas de la adormidera blanca (papaver somniferum álbum). Los felices ensayos recintemente h e chos en Inglaterra para el cultivo de la adormidera y la cosecha del o p i o , nos precisan á insertar aquí la noticia que sigue sobre tas plantaciones de adormideras y las cosechas que dan en (as comarcas del Asia. Esta noticia , estraida de una Revista inglesa, dispertará quizas la especulación de alguno de nuestros propietarios de t i e r r a s , sobretodo en el medio dia de la Francia ; y todavía con mas probabilidad de buen éxito en nuestra colonia de Arjel. A pesar de las indicaciones de la noticia que publicamos , un gran número de autores afirman que la mayor parte del opio que circula por el comercio se obtiene machacando las cápsulas aun verdes y también la parte superior délos tallos de adormideras, esprimiendolas y haciendo evaporar hasta sequedad el zumo que producen. E n el comercio francés encuén transe tres especies de opio : el ¿pió de Esmirna, el opio de Egipto y el opio de Coiiílantinopla. De todas las especies, el de Esmirna es la mas e s timada. El opio de la India tiene comparativamente poco valor; allí se recoje una enorme cantidad de este producto , que se consume casi en su totalidad en los mismos lugares ó es exportado á China, al J a pon y á las islas de la Sonda. [ f OFICIOS. SOCHE 245 E L C U L T I V O DEL OPIO. en Afiom-Kara-Hissar (Asia menor). Un sabio v i a j a d o r , E . Carlos T e x i e r , corresponsal del I n s t i t u t o , dirije desde Constantinopla una carta de fecha del 18 enero. La importancia del eultivo del opio en el Pakalik de Kara-Hissar ha sobre todo llamado la atención del autor. Del mismo Mousselim de la ciudad recibió todas las noticias, como también una cajita de semilla de adormidera cultivada en esta provincia, y una muestra del opio que produce. Quizas algunos ensayos en un departamento de la Francia ó en África traerían resultados satisfactorios: entonees se podria dar mayor estension á un ramo de agricultura que en el Asia Menor es un manantial de riqueza. El territorio de Afioum Kara-Hissar (el castillo negro) , e s d e formación de derramamiento traquítico. La ciudad está situada parte en el l l a n o , parte sobre la pendiente de una cordillera volcánica que corre del este al oeste. Una vasta llanura de 40 kilómetros de largo ofrece á la agricultura un desarrollo f a v o rable. Islotes traquíticos levantados de distancia en distancia, desde la altura de 80 metros hasta un sencillo volumen de un t ú m u l o , abrigan muchas partes de esta llanura. Este fenómeno jeolójico merece ser observado. La naturaleza del terreno de la llanura de KaraHissar es principalmente una arcilla gris bastante 246 ARTES homojénea que no forma pasta con el agua, lo demás es una arena negra volcánica cubierta de una espesa capa de tierra vejetal. A corta distancia de la c i u dad , del lado del oeste , se empieza á hallar la creta que constituye la cordillera septentrional que cierra esta llanura. El cultivo de la adormidera en el Pachalik, c u y a ' ciudad de Kara-Hissar es el jefe del lugar , se estiende en muchos pachaliks. Se divisa desde que se ha penetrado en las montañas de Kédous (de la antigua Phrygie Epiclete). Desde este lugar hasta K a r a - H i s sar , las grandes formaciones son todas volcánicas, pero los terrenos de cultivo varían y demuestran que la naturaleza del terreno no es una condición a b soluta de la cantidad de los productos. La temperatura de estas comarcas es muy moderado en invierno; no es m u y raro ver quedar la nieve muchos meses sobre el terreno; no se observa crecer en ella ninguna de las plantas que llegan á ser s i l vestres bajo latitudes mas elevadas, y que sin e m bargo son el Índice de una zona t i b i a , como la a g a v a , el c a c t u s , ele. que pululan en Córcega y en Italia , y aun en el medio dia de la Francia. Si por espacio de algunos meses el termómetro se eleva hasta 25 o 3 0 . " R., este calor ninguna influencia tiene sobre la cosecha del opio , pues que queda terminada en j u l i o . Durante la permanencia de Mr. T e x i e f e n Kara-Hissar, del 2 al 6 de j u l i o , el termómetro no varió entre 10 y 12 grados R . : hacia f r i ó . Mas una condición necesaria para asegurar la c a lidad de los productos y la abundancia de la cosecha, es la falta de lluvias fuertes y continuas durante la última mitad de mayo y j u n i o , porque el agua a r rastra el opio , y una sola lluvia sostenida por espacio de algunos di as puede, dañar muchísimo una c o - r OFICIOS. 247 secha. Bajo este punto de vista debe escojerse el pais donde se quiera establecer este c u l t i v o . La semilla de adormidera se vende en Kara-Hissar, por medidas de 60 oques á 20 paras la o q u e , es decir a' 30 piastras, ú 8 f r . 10c. la oque de Constantinopla , igual á 1 kilogramo 250 gramos. En diciembre se comienza á trabajar la t i e r r a , por medio de la azada; cuando las tierras no son tan fuertes como las de Kara-Hissar , s e empica el arado. Estos surcos deben tener una ancharía suficiente p a ra que pueda circular libremente en el campo sin dañar los tallos. La semilla de adormidera se siembra como el t r i go regulando el movimiento de la mano con el del pie. Se procura sembrar claro. Asi una oque de g r a no basta para sembrar una superficie de 40 metros de lado , es d e c i r , 1000 metros cuadrados. En los países favorecidos, el riego se hace por canales, en Kara-Hissar, se espera lluvia. Por eso, este año, que fué de una estrema sequedad, se recojio cerca de la mitad del opio del año precedente. Demasiada agua vuelve el opio mas sujeto á alterarse y enmohecerse. Muy pocas dias después de haber caido la flor, hombres y mujeres se dirijen ;i los c a m p o s , y h i e n den horizontalmcnte la cabeza de las adormideras, pero teniendo cuidado que la incisión no penetre en el interior de la cápsula. Al instante sale de ella una sustancia blanca que cuela en lágiimas de los bordes de la hendidura. Se deja el campo en este estado todo el dia y la n o c h e ; la mañana s i g u i e n t e , con l a r gos cuchillos, se va á recojer el opio al rededor de las cabezas de las adormideras, el que ha adquirido y a un color moreno que aumenta á medida que se seca. Una cabeza de adormidera solo da ripio una vez, y se sacan de ella algunos granos. 248 ARTES La primera sofisticacion que recibe el opio viene de parte de los paisanos , que tienen cuidado , al recojerlo , de rascar lijcramcnte la epidermis de la cápsula para aumentar su peso. Entonces contiene y a á lo menos J/¡. de sustancias estrañas. 2 El opio asi recojido está bajo la forma de una j e l a tina pegajosa y granulosa; se coloca en pecpieños vasos de tierra y se machaca escupiendo adentro. Mr. T e xier habiendo preguntado porque no se metia a g u a , los paisanos respondieron que el agua echaría á perder el opio. Envuélvese en seguida en hojas secas, y en este estado se entrega al comercio. La semilla de adormideras que ha dado opio es igualmente buena para sembrar el año siguiente. Antiguamente el comercio del opio era l i b r e ; hace cuatro a n o s , el Sultán se ha reservado para él hacer el monopolio; pero también se ha establecido un contrabando que le quita á corta diferencia el tercio de los productos. Compra este año el opio al precio de 50 piastras los taps de 250 dracmas. El primer a ñ o , ha dado de ellos 3o piastras, después 45. A pesar de esta elevación escesiva de precio , no puede conseguir el impedir el c.¡n trabando. Este año solo ha recojido 75,000 taffes de opio. Los demás a ñ o s , recibía 150,000. Es difícil de creer que la estación sea la única causa de esta enorme diferencia. Esta medida inconsiderada que arruina el comercio de Esmirna sin enriquecer al Sultán solo p a r e c e , á pesar de las cnérjicas reclamaciones de los negociantes, que ha de tocar á su termino. No obstante tal vejación, los habitantes pretenden ver este monopolio con p l a c e r , atendido que ellos están siempre ciertos de vender sus productos á precios que les satisfa- Y OFICIOS. 249 c e n , porque el gobierno compra todo el opio recojido y al mismo precio. Solo hay una calidad ; c u a l quiera sea el pais de donde proceda. Está prohibido, bajo las mas serveras penas , de venderlo á cualquiera que s e a ; y por eso es que M r . Texier pudo procurarse con mucho trabajo algunas dracmas. Los productos del ano son en seguida llevados á Gonstantinopla en donde el Gobierno los vende al momento á 180 á 200 piastras la o q u e , es decir lo que le cuesta 80 piastras, aun después de haberlo f a l sificado con bol de A r m e n i a , ú ot;as tierras. ORO. DIVERSOS PROGEOEIIES TARA SU APLICACIÓN EN MUCHAS ARTES. Cloruros de oro. Existen dos combinaciones de oro con el c l o r o ; la primera ninguna aplicación tiene en las artes. Las sales cuyos óxidos tienen mucha afinidad para el o x í j e n o , reducen completamente ó en parte la disolución de oro hecha por el ácido n í l r i c o - m u r i á t i c o ; c u a n d o , por ejemplo , se echa sulfato de p r o tóxido de hierro (caparrosa verde reciente) en el h i droclorato de clorido de hierro , el l í q u i d o , de amarillo que era , pasa á verde ó azulado , después incoloro , y deja precipitar el oro metálico en polvo m u y d i v i d i d o , de un moreno puro , y la sal de hierro se oxijena mas. Para obtener por este medio oro m u y p u r o , es m e nester lavarlo con agua acidulada con ácido nítrico; y cu este estado es por lo común cuando se aplica el 250 ARTES oro sobre la porcelana, mezclado con un f u n d e n t e , y forma en ella al fuego de la mufla un magnifico y polido d o r a d o , que se comete á la acción del b r u ñ i dor para darle lustre. Cuando se ha sobresaturado una disolución de oro con el bicarbonato de sosa, se obtiene un líquido que, puesto en contacto con latón bien limpio, precipita en la superficie de este una capa de oro muy delgada. Este proceder se aplica con mucha ventaja al dorado de una multitud de pequeños objetos. El sulfuro de oro, empleado en el adorno de los vidriados , á imitación de los ingleses , y que produce efectos tan singulares y agradables, puede obtenerse precipitando el cloruro con el ácido hidrosulfdric o , ó sea fundiendo el oro con un sulfuro alcalino. El sulfuro de oro empleado en el adorno de los vidriados para la especie de fondos designados bajo el nombre de burgos, prepárase por cualquiera de los procederes s i g u i e n t e s : Se echa en una mezcla íntima de 3 partes de potasa del comercio , 9 de azufre y 1 de oro en p o l v o , en un crisol previamente enrojecido al fuego , y c u a n do la masa está bien f u n d i d a , se v a c i a , se disuelve en agua , y se abandona p o r algún tiempo al aire el líquido verde obtenido, prodúcese en él un precipitado verde y el mismo pasa al amarillo; entonces se le echa ácido nítrico ó ácido acético, y se obtiene un precipitado moreno , que es sulfuro de oro muy d i vidido ; O b i e n , que todavía es preferible, se disuelve 1 gramo de cloruro de oro en un litro de a g u a , y se le echa una disolución de sulfuro de potasio; el precipitado debe ser de un moreno chocolate; demasiado moreno, contendría oro m e t á l i c o ; de un matiz amarillento , contendría aun azufre no combinado. Y 0FI810S. 251« Estos son los diversos precipitados q u e , aplicados sobre los vidriados, dan el burgos, tan agradable á la vista. Es útil advertir que si el cloruro de oro fuese p r e cipitado por el amoníaco en lugar del álcali fijo,el precipitado podria ser muy peligrosamente f u l m i nante. Púrpura de Casio, obtenida de las de oro y empleada para la pintura maltes, de las porcelanas y de los preparaciones de los esvidriados. Este color da matices puros y v a r i a d o s ; presenta dificultades hasta aquí mal espheadas en su preparación , para lo cual lianse indicados una multitud de recetas. Cuando se mezclan disoluciones de cloruro de oro y una sal de protóxido de estaño, solo se obtiene por precipitado oro metálico. Lo mismo tiene también lugar en muchas circunstancias con una mezcla de protóxido mezclado con otra sal correspondiente á este grado de oxidación; pero en condiciones p a r t i culares bastante difíciles de determinar á priorijesta última mezcla produce un precipitado de un hermoso color de p ú r p u r a , que comunica á la cubierta de la porcelana y á los esmaltes un matiz i g u a l . Nos limitaremos á indicar los dos modos de operar que siguen : I.° Se disuelve una parte de estaño fino en 4 p a r tes de ácido nítrico y 1 de ácido muriático, d i l a t a n do la mezcla con ¡a mitad de a l c o h o l , y no echando el metal en el líquido disolvente sino en pequeñas cantidades á la vez, é impidiendo el calentamiento del líquido por medio de la inmersión del vaso en agua f r i a ; en seguida se dilata la disolución con 252 ARTES cerca de 80 partes de a g u a . Se echa de g o t a en gola y ajitando continuamente el cloruro de oro en una mezcla de a'cido nítrico y de sal amoniaco, se evapora hasta sequedad y se redisuelvc en ci a g u a ; se cesa de añadir agua cuando el líquido toma un color rojo vivo ; la púrpura se precipita en seguida poco á poco en vedijas; se lava y se reeibe sobre un filtro, sobre el cual se reúne en forma de jalea. 2.° Se disuelve, con las precauciones arriba dichas, el estaño fino en granalla ó en panes en 9 partes de ácido nítrico dilatado en 2 partes de a g u a , en la cual se ha mezclado 3 % de sal marina. Para que la p ú r pura se separe b i e n , es menester que el líquido contenga algunas sales en su disolución. La púrpura seca contiene en combinación a g u a , que puede separársela al color rojo sin que cambie su color. 0 3 0 » A O O i V KK LOS M E T A L E S . Medios de precaverla. M r . Payen ha observado que las disoluciones alcalinas muy débiles tienen la propiedad de precaver la oxidación del hierro y del acero ; pero para esto conviene tenerlo sumerjido en e l l o s , y esta condición no puede llenarse sino en un corto número de circunstancias. Empléase con v e n t a j a , para impedir que el hierro se tome de o r i n , el cuerno , con el cual se frota después de haberlo hecho calentar á una alta temperatur a ; con el mismo objeto, base empleado también un barniz de, goma elástica; pero estos medios no son aplicantes cuando los objetos qw se quieren preservar T OFICIOS, 253 de la oxidación han de quedar sometidos á la f r i c ción. La hoja-de-lata se altera con menos facilidad que el hierro; no o b s t a n t e , después de cierto tiempo , y sobretodo desde el momento en que se ha formado un poco de orin en un punto mal cubierto por el est a ñ o , la oxidación de los puntos vecinos hace r á p i dos progresos. U n estañado con zinc preserva mucho mejor al hierro de tomarse por el orin que el estañado propiamente dicho , y sobre esta sustitución del zinc al estaño está fundado el proceder tan pomposamente anunciado bajo el nombre de galvanización del h i e r r o , y que recientemente ha dado lugar á nn ajiotaje desenfrenado. El zinc ataca tan fácilmente el h i e r r o , que puede penetrarle aun con mucha rapidez en un grande g r u e s o ; he aquí porque á no ser con mucha dificultad n o podemos servirnos de crisoles de hierro para la f u n dición del z i n c ; pero fundiendo á parte el zinc en crisoles de t i e r r a , se le sumerjen los objetos de hierro , cubriendo además de sal amoníaco la superficie del baño de z i n c , y mezclando un poco de ácido muriáí.ico, y después de haber sacado las piezas se las echa en agua fria lijeramente a ú d u l a d a , y se l a van y se hacen secar l u e g o ; estas piezas pueden en seguida ser impunamente espuestas á la acción del aire y del a g u a , sin que esperivnenten, á lo menos por muy largo tiempo, otra alteraciónepae la de empañar su superficie. Puédese igualmente prepararse una pintura preservatriz mezclando con el aceite zinc obtenido en polvo fino por un proceder muy sencillo. 254 ARTES PACKFONG. Desde mucho t i e m p o , se conocía, bajo el nombre de cobre blanco ó metal blanco de China , una l i g a que contiene n i q u e l , y que se asemeja á la plata por algunas de sus propiedades; algún tiempo después se le designó con el nombre de argentanc; y un fabricante llamado Maillet, habiendo recibido, hace algunos a ñ o s , u n p r i v i l e j í o para esta fabricación, le ha dado el nombre de maillcchor, el que sucesivamente se ha cambiado en maíllechort, melchior, etc. El P a c k f o n g , preparado en buenas proporciones es de un blanco lijeramente amarillento, susceptible de tomar un muy hermoso pulimento; en pequeñas m a s a s , su brillo podría casi hacerlo tomar por plata de título b a j o ; pero distingüese de ella visto en masas a l g o Considerables; por lo demás su color varia según las proporciones de niquel que contiene, y una l i g a de este metal y de cobre en partes iguales es de un hermosísimo matiz, pero en esceso cara pa; a la m a y o r parte de los usos á los cuales se destina el packfong. E l packfong exíje una temperatura muy elevada para f u n d i r s e ; cuando se vacía en barras ó rieles, se contrae mucho, lo que présenla muchos inconvenientes p a r a l a perfección de hojas laminadas; es necesaria la temperatura rigurosamente conveniente para que las láminas y los hilos salgan b i e n ; mas estudiada bien esta temperatura, pueden obtenerse piezas de escelente calidad. T OFICIOS. 255 Esta liga es suceptible de vaciarse en a r e n a , y dar una gran variedad de objetos notables y de suma u t i lidad; pero son indispensables un sin fin de precauciones para que estas piezas ofrezcan toda la perfección deseable, y , por espacio de mucho t i e m p o , t o dos los fabricantes que han querido fabricar estos o b jetos no nos los han presentado sino muy defectuosos y acribillados de poros. Un fabricante que ha merecido por el perfeccionamiento del maíllechort una medalla de la Sociedad de F o m e n t o , M r . P é c b i n a y , ha vencido todas las dificultades, y entrega al comercio piezas que nada dejan que desear. El Packfong se emplea con mucha ventaja parala fabricación de una multitud de objetos; como g u a r niciones de a r m a s , de cuchillería, de quincallería instrumentos de c i r u j í a , para los cuales se trabaja en la'niiiias ó fundido. En Alemania su uso está m u y cstendido para la fabricación de c u b i e r t o s , v a j i llas , etc. etc. Las proporciones constituyentes del packfong v a rián á lo s u m o ; entre todos los que Mr. Darcet ha analizado , los dos mas diferentes contenían : E l uno , E l otro, Cobre ¡Nújuel Zinc. . . . Cobre JNiquel. . . . . Zinc Hierro Estaño SSoo ) 1i 8 ,, 7755>> i, o o 3 i , 25) 55} 23 i7\ioo 3l 1) La liga puede operarse mezclando todas las m a t e rias en el crisol, sea fundiendo primero el cobre con el uiquel y echando en seguida el zinc en el b a ñ o ; en uno y otro c a s o , se separa una muy fuerte propor- 256 ARTES • cion de z i n c ; por lo que c o n v i e n e , cuando se vuelven á fundir los objeto» inservibles, restituirles una parte de este zinc evaporado. Hace algunos años se hace mucho uso de las pajuelas llamadas oxigenadas, que se preparan cubriendo el estremo azufrado de una pajuela, con una pasta hecha con clorato de potasa y a z u f r e , á las cuales se mezcla una corta cantidad de una sustancia muy inflamable, como el licopodio ó el alcanfor que f a c i lita la combustión de ellas. El clorato de potasa detona con la mayor violencia cuando se mezcla con azufre por medio de una trituración algo f u e r t e : á fin de evitar todo p e l i g r o , d é bese pulverizar finamente y mezclarlo con y de su peso de flor de azufre y un poco de l i c ó p o d o , sirviéndose de una carta para hacer la mezcla. Guando está bien h e c h a , se pone en un vaso de tierra, y se le añade un poco de mueílago de goma tragacanto para formar de ella una pasta blanda ajilándolo todo eon un pedazo de madera; entonces se le sumerjen, de una en u n a , las pajuelas que se han de antemano colocadas por el estremo opuesto en arena. t El uso ha introducido colorar estas pajuelas en rojo ó a z u l , y para esto se mezcla eon la pasta un poco de cinabrio ó añil. Si las flores de azufre fuesen a c i d a s , como sucede muy á m e n u d o , será necesario antes lavarlas bien y hacerlas secar. No hace mncho tiempo que M r . Merckel acaba de introducir en la fabricación de las pajuelas una m o - T OFICIOS, 257 dilicacion importante, para la cual ha recibido un privilejio de invención; en lugar de emplear madera , para su fabricación, ceba mano de bujías hiladas muy finas, las c u a l e s , por medio de una máquina, se cortan en su lonjitud en un peine que sostiene un gran número á la v e z , y que sirve para sumerjirlas en la pasta preparada, y sostenerlas en la desecación. Las pajuelas de Mr. Merckel presentan la g r a n d í sima importancia de poder servir á la vez para procurarse luz y conservarla por espacio de algún tiempo. í'ara obtener luz con las pajuelas o x i j e n a d a s , todo el mundo sabe que ha de sumerjirse el estremo preparado en un frasco que contenga amianto humedecido con ácido sulfúrico concentrado. El uso de estas pajuelas no es fácil cu la oscuridad; y por esto M r . Merckel ha discurrido, en vez de tapar su frasco con un (apon , hacer de modo que se abra y cierra sin ninguna precaución por medio d¿ un resorte formado de un cuerpo elástico. De la adición en la pasta, de, harina en estado de azúcar de. y fécula ó engrudo. Mezclando con la pasta, una corta cantidad de azúcar se determina una fermentación mas manifiesta; peni la proporción de el debe ser muy pequeña, pues dei contrario, el pan adquiere un sabor azucarado, que en j.neral disgusta. Cualquier especie de azúcar puede s e n ir á dicho o b j e t o , per» como el menos caro es el azúcar de f é cula , se empica con preferencia, y como esto azúcar muy á menudo se designa con el nombre Ac TOMO n i . jarabe 17 258 ARTES <¿c dcxterina, de allí lia venido el nombre de pan de dextrina de muchos panaderos. L a fécula de patatas mezclada con harina disminuye la cantidad de pan , y mas allá de un cierto límite por ejemplo debajo aun de 20 p o r % , esta fécula da al pan cierto sabor desagradable; puédese no obstante introducir mayor cantidad de ella en la pasta trasformándola previamente en e n g r u d o ; la pasta asi preparada se conduce muy bien al h o r n o , y no disminuye t a n t o , que es lo que se pretende. Pan ó galleta animalizada. Cuando la espedicion de A r g e l , M. Darced propuso hacer entrar jelatiiía , carne y sangre en la galleta destinada al ejército. 300,1101) de estas galletas preparadas por este medio fueron embarcadas en distintas cajas , pero un golpe de mar que asaltó la flota y obligó á tirar los fardos al agua, no permitió asegurarse de los valores comparativos de esta g a lleta. Alcohol obtenido en la cocción del pan. El alcohol queso produce durante la fermenlaeion de la pasta, se desprende en el horno durante la cocción. En Inglaterra se ha reeojido adaptando á la b ó veda del horno conductos que trasmiten el vapor a l coólico, el cual se hace condensar por los medios comunes ya sabidos. Fabricación económica del pan, por .</. GannaU El pan hecho con harina de buena calidad ha de contener cerca 50centesimos de fécula, 17 degluten y de leñoso y 33 de agua, ¡'ara hacer pan con f e aula de patata, conviene acercarse tatito como sea p o - i OFICIOS. 259 sible á estas proporciones, es d e c i r , conviene reunir con la fécula harina que proporcionalmcntc contengan una mayor cantidad de gluten o sustancias l e fiosas que la harina de buena ealidad. Según estos principios, Mr. Gannal ha fabricado u n pan cuya muestra ha sido presentado á l a Academia ; ha empleado: 10 kilogramos de harina. 20 kilogramos de fécula de patatas. 2 o o gramos de azúcar en b r u t o . 1 8 0 gramos de levadura d* pan, 180 gramos dé l e v a d u r a de cerveta. 2 5 o gramos de s a l . 11 litios de agua. lía obtenido 22 panos de dos kilogramos. Mr. Gannal ha igualmente presentado pan f a b r i cado con Harina negreada l o kilogramos. F é c u l a de patatas C o g u c h o en bruto 20 kilogramos. . . . . . . 20o gramos. Sal 25 > gramos. Levadura de cerveza licpiida. . 2 5 o gramos. Agua 22 litros. Este pan sale á fi sueldos las 4 libras. Por la tarde, con los 10 kilogramos de harina y 8 litros de agua á l a temperatura ordinaria, se hace una pasta que no se emplea hasía la macana siguiente; se hacen hervirlos i-i litros de a g e a restantes, se les ceba sobre, la mitad de los 2 0 kilogramos de f é c u l a , á la cual se ánade el azúcar y la s a l ; se hace una pasta homojénca que se deja posar por espacio •le media hora, después de lo que se incorpora en la 260 ARTES amasadera con la otra mitad d é l a férula. A esta mezcla bien h e c h a , se le añade la pasta de harina preparada la víspera, después la levadura desleída en una curta cantidad de a g u a ; en seguida se trabaja la pasta como se hace para el pan común. La pa;fa no debe haber del todo fermentado para ponerla al h o r n o , y este no debe estar tan caliente como para cocer el pan común. L a cocción cxije cerca de tres cuartos de hora. PAPEL. Medio para sea para mojar masas blanquearlo considerable ó para de, papel, colorarlo. El papel, cualquiera sea su grado de finura, mientras tenga sus dimensiones iguales, se comprime tan fuertemente como es posible, y se coloca en un recipiente de tales dimensiones (pie el líquido cubra la masa, y solo deje un espacio entre ella y la cobertera que recibe ta bomba neumática cuando la máquina se pone en j u e g o , y el vacío se efeetua; el fluido loma un movimiento escencional y penetra en el interior del p a p e l , y se escapa en parle por las válvulas de que se halla provista la máquina. Se deja enseguida entrar el a i r e ; e l e fluido elástico no pudiendo penetrar en los poros llenos por el líquido, obra comprimiendo y acelera la salida de las materias cstrañas. De este modo ios pliegos se encuentran lavados ó pínlados igualmente y sin ser rasgados. 261 V OFICIOS. PATATASDiferentes productos que de ella sa estraen diferentes aplicaciones. y sus Prepárase un estuco ( b a d i g c o n ) muy económico mezclando con papilla cocida de patatas, dos veces su volumen de creta desleída en agua, y pasada por e l tamiz. Puédense añadirle ocres rojo ó a m a r i l l o , negro de carbón e t c . , para obtener diferentes m a t i ces ó imitar el coior natural de las piedras. Kerch ift', químico ruso, lia demostrado que la reacción del gluten de trigo sobre la fécula de patatas como sobre cualquier o t r a , convierte á e s t a , por medio del agua y del c a l o r , en mía materia soluble azucarada, susceptible decspcrinicular, por su mezcla con la lavadura, una fermentación viva, de la cual resulta la formación de alcohol. Desde entonces ha sido fácil concebir lo que sucede en la operación de las fabricaciones del aguardiente de patatas. Esta operación se limita en efecto á determinar la conversión de la fécula en materia azucarada. Una de las aplicaciones mas útiles de las patatas, consiste en su uso para prevenir las incrustaciones que forman las aguas seJenitosas en las caldcias destinadas á la producción del vapor; esta útil aplicación no solamente para retardar la alteración de las calderas , es aun uno de los medios mas eficaces para precaver las esplosiones. Muy poco tiempo hace que no se tenian otros medios p a n evitar esos terribles accidentes que el limpiar las calderas antes que la costra formada por el peso del agua fuese muy g r u e sa. Eslas limpias necesariamente nn;y f r e c u e n t e s , eran muv pesada:;, y ademas interrumpían el t r a bajo útil de las máquinas, cuando una observación 262 íiiTits . debida á la casualidad, hizo cesar estos graves i n convenientes. El proceder consiste en introducir en la caldera, antes de encender el fuego, patatas cortadas en cuatro pedazos cerca de, 15 á 2 0 kilogramos para la caldera de una máquina de vapor de la fuerza de 20 c a b a l l o s ) ; la caldera puede entonces f u n c i o nar por espacio de quince dias á lo menos y un mes á lo m a s , sin que se baya de l i m p i a r , según si el agua es mas o menos cargada de sal calcárea y de sílice. Preparaciones móla alimenticias , obtenidas , g r u a u , harina, de las patatas to- cocidas. Primero se lavan las patatas can mucha a g u a , reVolviéndolas en un tonel que gira al rededor de su eje y está lleno hasta su mitad de patatas; se renueva el líquido dos d tres veces hasta que el agua sale perfectamente c l a r a ; en seguida se cuecen las patatas al v a p o r , se mondan con la m a n o , una por una á fin de evitar que se enfrien; se chafan á medida que se pelan golpeándolas lijeramente con una pala , después se estienden en capa delgada sobre mantas de l a n a , donde esperimentan, ai aire libre, por espacio de doce horas, un primer grado de desecación. En seguida se pasa la pasta asi obtenida en una máquina de hacer fideos, ó en no cilindro de palastro agujereado, (pie, tenga en ¡a parte superior una tolva, á fin de dividir la ¡¡asta con mas igualdad v multiplicar la superficie en contacto del aire atmosférico ; estiéndese luego las pasta? cobre hastidnres de cañamazo bien tendidos, cu una estufa á la corriente del a i r e , donde la temperatura debe estar constantemente elevada hasta í¡0 o 70" T OFICIOS. 2G3 Terminada ya la desecación de la pasta , se lleva al molino, y allí separando mas (i menos las muelas y pasando el produelo molido por un tamiz o en cedazos cuya tela sea mas ó menos tupida, se obtienen productos de. diferente grueso, á los cuales se les da el nombre de gruau, Jarabe harina, de fécula sémola, de etc. patatas. En una caldera de plomo se introducen 1,000 k i . logramos de agua que se eleva á la ebullición; e n tonces se le añaden 15 kilogramos de ácido sulfúrico á (56°, previamente diluido en 30 kilogramos de a g u a . Se a j i l a , para repartir con igualdad el ácido en toda la masa , después se espera que se manifieste de nuevo la ebullición; en este momento, estando el fuego en plena actividad, un hombre coje el hurgón de madera y comienza á ajilar la masa líquida con un movimiento circular. Un niño añade á cucharadas de cerca d ; medio kilogramo cada una , que ocha por el agujero de la cobertera, toda la fécula ( 4 5 0 á 500 kilogramos), con la precaución de no comprimirla , á fin de (pie la reacción se opere en cada acción, que la ebullición no se detenga, y que se vuelva espeso. La adición así graduada permite que el ácido obre en grande masa sobre una muy corla cantidad de f é cula ala vez. La sacarificación de cada porción añadida se verifica en un instante , y desde que la totalidad ha sido desleída en la caldera, á corla diferencia, la '••¡•.oración queda terminada. Sin embargo cr.n el o b j e t o de evitar que una pequeña porción del almidón escape á la reacción del á c i d o , y vuelva ei líquido viscoso , todavía se sostiene ¡a ebullición por espacio de ocho ó diez minutos: toda la masa debe ser enton- 204 ARTES ees casi diáfana y muy l í q u i d a , y cuantío se llena un vaso de ella, apenas se le percibe un lióte ambreado. Entonces se cubre la rejilla del bogar con carbón de «¡erra bien m o j a d o , y se deja la puerta abierta para enfriarlo. Luego que ha cesado la ebullición, se comienza á" añadir la creta para saturar el á c i d o : necesitase de ella á corta diferencia tanta como ácido empleado; pero como la creía varia en su composición, sobre todo á causa d;d agua que contiene, así como la arcilla y arena que. se hallan mezcladas con mayor o menor cantidad , no se puede fijar una dosis cierta, y se hace indispensable reconocer el grado de saturación por medio del papel de tornasol. Vale mas uu esceso de creta que un csceso de áeido. Cuando se ha reconocido una saturación completa , es menester separar el sulfato de cal formado. Para esto se deja posar el líquido por espacio de cerca de media hora; se separa todo el poso por medio de una cuchara de madera ancha y profunda; se lleva este poso sobre redes para dejarlo escurrir y rceojer el que todavía puede contener de líquido sacarino. El líquido filtrado se pone en una caldera poco profunda , en donde se le hace' evaporará corta diferencia hasta la mitad de su volumen: entonces debe señalar en el areómetro ('te Baumé entre 2"> y 28°. Se le añade carbón animal para descolorarlo, en la dosis de una vijóshna parle del peso de la fécula empleada; se ajita bien toda la masa siruposa por espacio de algunos minólos, d espites se celia dentro sangre batida con 5 partes de. agua , para clarificarlo. En la elaboración en grande se obtienen 100 partes de fécula seca , (i !é() da fécula húmeda, l.>!)partes de jarabe á .']!) grados de B a u m é , que representan cerca de 103 de adúcar seco. 265 Y 0TICI0S. Sacarificación de la fécula mondada. por la cebada Se pesan 80 á í)0 kilogramos de fécula seca, ó 120 á 127 de fécula escurrida, que se colocan en una c u ba de la capacidad de 12 hectolitros; se deslié esta fécula en dos veces su peso de agua. Mientras ella está todavía en movimiento, se le hace l l e g a r , en un chorlito poco abundante, 5 á €00 litros de agua h i r viendo ; cuando el todo está bien desleído en forma de engrudo c l a r o , se añaden 20 á 25 kilogramos de cebada mondada y reducida á h a r i n a ; se ajita fuertementemenle, después se deja en reposo por tres ó cuatro horas. En esta época de la operación , el líquido lia tomado el sabor muy azucarado; se añade e n tonces una cantidad de agua suficiente para completar 110 kilogramos, y siendo la temperatura de este mosto de 20 á 2 , ° , se le añade una libra de levadura espesa y reciente, desleída en cuatro libras de agua f r í a ; se bracea, después se deja desarrollar la f e r mentación, y cuando esta ha c o n c l u i d o , puede destilarse. Rácese tomar al hierro y al acero tintas diversas es poniéndolos á grados diferentes de calor. Como estes colores son lanío mas vivos en cuanto el metal es mas bruñido , y como el acero se bruñe ó pule mejor que el h i e r r o , es evidente que los colores serán mas hermosos sobre el acero. Para dar ¿ los objetos dea.ee- 20C HITES ro un hernioso color , sea amarillo-pajizo, sea amarillo de o r o , sea r o j o , sea atornasolado, azul subido ó azul c l a r o , convendrá primero templarios á fin de que previamente se los pueda bruñir. Han de templarse con precaución, porque no se trata de endurecer el m e t a l , sino únicamente de obtener un brufiido perfecto. Los objetos de hierro templados en paquete se prestarán también á esta operación como los lodos de acero. Convendrá calentar muy igualmente , y templar las piezas delicadas y sujetas á empanarse, en agua poco f r i a , y sobre la cual será prudente echar nn poco de a c e i t e , para que el acero caliente, pasando por una capa intermedia, no sea templado con tanta aspereza. Sin duda el temple será algo menos duro, pero todavía lo será bastante para recibir el p u limento. IN'O es lan fácil corno pudiera creerse hacer temar un hermoso color á las piezas, en particular cuando se trata de objetos largos y delgados. Para que la operación este bien h e c h a , conviene que el fuego c a liente muy igualmente las piezas que. esponemos á su acción. Si una parte se coloca antes que las demás, la operación f a l t a r á , porque esta parte está mas calentada; y podrá también suceder que cuando la pieza entera llegue á obtener el color , es le punto demasiado calentado baya pasado ya del mismo. Es por lo tanto prudente volver á menudo la pieza. Los baños metálicos dan un calor á corla diferencia constante, pero la temperatura constante que exije su fusión es demasiado fuerte. Sin embargo no smucrji-¡ido cu ellos el acero mas que el tiempo necesario, puede obtenerse, por su m e d i o , un color igual. Las cenizas tamizadas y calentadas ofrecen tamílico un medio c ó modo de igual repartición del calor. Pero casi siempre se acude al fuego suave y constante que procura T man». IfíT Ja Combustión de las mofles (1) del ano. Caando esta especie de fuego se ha cubierto de cenizas blancas en el esterior, las piezas se ponen sobre estas c e n i zas , y el calor muy pronto les hace tomar el color : conviene observar los diferentes matices á medida que se presentan , y cuando se manifiesta el color que se queria obtener, ha de sacarse la pieza con prontitud. Para el a z u l , han de separarse los objetos desde que las últimas tintas rojas han desaparecido, si quiere obtenerse en azul subido; para el azul de lápiz-láz u l i , conviene calentar todavía algo mas. El color a z u l , y en jeneral también todos los c o municados al hierro y al acero por el c a l o r , se conservan muy largo t i e m p o , si el objeto no está espuesto diariamente á la acción del roce. Cuando la pieza ha de manejarse mucho, el color se fija por medio de un barniz al h o r n o ; pero la pureza del matiz es siempre alterada. El nitrato de plata (plata disuelta en el ácido nítrico ) liíie de color negro las sustancias orgánicas; puede emplearse para señalar la ropa de una materia sól i d a ; para esto basta impregnar el punto con un ¡TOC O de disolución de potasa ; se deja secar, y se escribe en seguida con una disolución de nitrato de plata á la cual se ha añadido un poco de goma para hacerla lijcramente viscosa; esponese á la l u z , y se lava al cabo de veinte y cuatro horas. fi) Motlcs: adobe hecho con la corteza y zumaque después de haber servido para el c u r t i d o , cpie siive para ta lumbre cu lugar de l e ñ a . 268 IRTE» Fulminante de plata. Se disuelve una parte de plata eu veinte partes de ácido nítrico á 1,30 de densidad, y se añaden á la disolución enfriada y por pequeñas porciones, 27 parles de alcohol á 0 , 8 5 : se calienta poco á poco en el baño de arena , y se lleva el líquido hasta la ebullición; se relira luego que se forma un precipitado, porque la acción llega á ser tan v i v a , que el líquido saldría fuera del v a s o ; se le añade , en distintas veces, una cantidad de alcohol igual á la primera : el p o l v o , de negro pasa á blanco; se d i lata el líquido en a g u a , se echa sobre un fillro, y se lava b i e n ; pero esta materia detona con tanta violencia que no puede hacerse caer con t u b o , ( h a y ejemplos de personas que han sido muertas operando esta materia ) ni aun con una barba de p l u m a ; se peligraría mucho si se encerrase en un frasco; se deja secarla al aire sobre papel. Con esta sal se preparan naipes fulminantes, cuando se les acerca á una vela , ó se les hace esperimentar un choque brusco y violento. Algunos granos de fulminante colocados en un naipe desaforrado que se vuelve á encolar con un poco de g o m a , bastan. Los chochos A lo cosaco se preparan de un modo a n á l o g o : se toman tiras de papel sobre los cuales se encola con un poco de g o m a , vidrio en polvo grosero ; se esparce un poco de fulminante encima del punto donde está el vidrio, y sobre la parte engomada, y se reúnen de dos en d o s , de suerte que las partes de plata estén cerca ¡a una á la otra sin tocarse: cuando lodo eslá s e c o , tirando en sentido inverso las dos estremidades de, las tiras de p a p e l , la plata fulmina violentamente. liécensc también bombas con algunos granos de este polvo que se meten en pequeños liólas de vidrio, sobre cuya abertura se pega uu poco de papel, Leba- T uncios. 2G8 das á tierra, o' comprimidas con el p i é , estas bolas dejan oir una violenta detonación. Conócese otra especie de piala fulminante, que no es mas tocable. Este producto es el resudado de la disolución del óxido de ¡data en el amoníaco; el l í quido que se deja evaporar espontáneamente al a i r e , deja una sustancia negra , brillante. Esta misma combinación fulminante se forma también cuando se echa amoníaco, y eu seguida potasa en una sal de plata. [PLATEADURA. Las piezas destinadas á ser plateadas, después de limpiadas o desoxidadas, pueden platearse por dos procederes enteramente diferentes: el uno que c o n siste en aplicar en su superficie panes de plata muy delgados; el otro en impregnarlas de un líquido ó polvorearlas con un polvo que contenga cloruro de plata. El c o n t a d o de cobre separa de ellas la p l a t a , que queda lija en la superficie. El primer proceder produce la plateadura llamada en panes; se da el nombre de pairos de blanquear á las materias sólidas , y de bouillitoires ú los líquidos empleados en el segundo proceder. Aquí no se hablará del primero de estos proced e r e s , que mucho tiempo hace ha sido descrito en muchas obras sobre artes y oficios: únicamente nos ocuparemos del segundo proceder , mucho menos c o nocida y cuyas recetas son variables. Un alemán , llamado J l e l l a w i t z , lia hecho conocer una especie de plateadura muy hermosa y bastante sólida, pero que tiene ci defecto de ser demasiado costosa. 270 * » T B S En su proceder se humedece, por medio de un pincel , la superficie de la pieza bien limpia con una disolución lijrra de sal m a r i n a , y se tamiza e n c i m a , con ¡a mayor uniformidad posible, un polvo compuesto de plata precipitada de su disolución nítrica con una lámina de c o b r e ; la proporción de plata es una p a r t e , cloruro de plata bieu lavado y seco, una p a r t e ; b o r r a j , 2 p a r t e s , que han sido triluradas &n a m e n t e y pasadas por un tamiz, de seda. Se lleva la pieza así polvoreada al fuego y se deja enrojecer; se retira por medio de las pinzas y se la echa todavía caliente en agua hirviendo que tiene en disolución un poco de sal marina y crémor tártaro; en seguida se grata exactamente. Luego se pasa muy lijeramente con un pincel, una capa de una pasta formada con polvo de la operación precedente, y sal amoníaco muy p u r a , sal m a r i n a , sulfato de z i n c , y hiél de vidrio : todos estos ingredientes en partes iguales. Todo debe de estar mezclado y porfidizado con cuidado , y desleído en un poco de agua lijeramente gomada. De nuevo se lleva la pieza al fuego y se calienta hasta el rojo-cereza ; después se la echa en agua h i r viendo y sé grata en agua f r i a ; se le pasau en seguida sucesivamente tres ó cuatro capas de la misma composición siguiendo el mismo proceder. En estas operaciones la plata penetra muy profundamente en el cobre , y por consiguiente esta plateadura es sólida; además, si por alguna pártese deteriora , puede repararse con facilidad sin necesidad de retocar toda la pieza, porque basta aplicar composición sobre la parte que ha de volverse á platear. La base de las preparaciones empleadas para la plateadura del proceder jcneral núm. 2 , es casi siempre el cloruro de plata que se hace soluble por medio de T OFICIOS. 271 cloruros alcalinos, y que al mismo tiempo se mezclan con diferentes sustancias que facilitan la adherencia de la plata, y tienden por otra parte á impedir que no se produzcan asperidades cristalinas; pero hay una multitud de recetas que conducen m a s ó m e nos bien y directamente al resultado deseado. t.° Se disuelve plata fina en la menor cantidad posible de ácido n í t r i c o ; si el ácido es p u r o , el metal desaparece del t o d o , si contenia un poco de ácido muriático , se precipitaría cloruro de plata, que se s e pararía decantando el líquido. Entonces se eeha en la disolución otra disolución bien saturada de sal m a r i na , y se lava el precipitado que se forma con agua p u ra hasta que no tenga sabor. Suponiendo que se h a y a n empleado ,'SO gramos de plata, se mezclará el cloruro que de él procederá, con 2 kilogramos de sal m a r i n a , (¡0 gramos de sal a m o n í a c o , 250 gramos de hiél de vidrio , 00 gramos de nitrato de potasa, 6 g r a mos de arsénico b l a n c o , 125 gramos de sulfato do hierro y 1 kilogramo de crémor tártaro. Estando la mezcla exactamente hecha, y después de bien desoxidadas ó limpias las piezas con ácido nítrico f u e r t e , y cuando (días han tomado un hermoso color d o r a d o , se echa en agua hirviendo una corta cantidad de mezcla la cual se disuelve enterameut e , y se sumerjo en ella la pieza que se ha de platear, la cual se cubre de una capa de píate, muy brillante y sin manchas ni asperidades erb l a u n a s ; la pieza se lava con cuidado y se seca inmediatamente. La sal m a r i n a , la sal amoníaco y la hiél de vidrio, que casi están enteramente formadas de cloruros a l c a l i n o s , vuelven del todo soluble el cloruro de plata, cuyo metal se precipitaría sin esto bajo la forma do un polvo gris y deslucido. El sulfato de hierro y el de zinc con que muchas 272 A M E S veces se les sustituye, parece obrar con su ácido para descomponer una porción de nitrato de potasa cuy o ácido vuelve á obrar sobre los cloruros, para p o ner en libertad cloro que impide volverse de color de violeta al cloruro de plata. El ácido arsenioso ó el arsénico blanco, que no hace entrar constantemente en la mezcla , se halla reducido al mismo tiempo por el cloruro de p l a t a , y se precipita sub-arséniuro de p l a t a , mientras que si este fuese plata pura, se presentaría en forma cristal i n a , sin lustre y sin homojenridad. Un esceso de ácido arsenioso daría un matiz plomoso, ó un color gris de a c e r o , y lo mismo sucedería con ¡os cloruros de antimonio y de bismuto que se le quisiesen sustituir. En cuanto al crémor tártaro, parece que no obra sino desoxidando el metal. 2.° La siguiente receta ha dado resultados satisfactorios entre las manos de un buen platcador. Para 30 granos de plata: crémor tártaro 1 k i l o g r a m o , sal de vidrio y sulfato de z i n c , de cada cosa 250 gramos sal blanca t k i l o g r a m o , sal amoníaco 30 gramos. De todo se hace una pasta con la cual se frota la pieza que se quiere platear y que previamente lia sido h u medecida. 3.° Cloruro de plata bien lavado 3 partes, crémor tártaro 2 partes, sal marina muy blanca eu polvo íiuo 2 partes. Redúcese todo á polvo impalpable, añádesele una muy corta cantidad de sulfato de h i e r r o , y !¡unitdecir ndo á medida que se necesita , se frolau con esta pasía las piezas que se han de platear: se lava bien con agua p u r a , después se deseca por medio de una estofa de lana. Puedcuse también mezclar j u n t o s , en partes igua- i OFICIOS. 273 les, cloruro de plata y crémor ta'rtaro, con la c a n t i dad de agua necesaria para hacer una papilla que sirve para frotar los objetos que se quieren platear c a lentándolos frecuentemente, se lava en seguida con agua destilada. A estas diferentes mezclas pueden sustituirse las en que entra plata metálica: se indicarán las siguientes. 1." Se muele en un mortero que no sea de cobre " una parte de limaduras ó panes delgados de e s t a ñ o , y dos partes de mercurio; á esta amalgama se añade á corta diferencia una parte de plata precipitada de su nitrato con una lámina de cobre, y bien lavada, se muele con el mayor cuidado , y se la incorporan poco á poco de C á 8 parles de polvo de huesos calcinado?. Frotando con una tela humedecida una porción de este polvo sobre una pieza de cobre bien desoxidada, se obtiene una plateadura muy hermosa y solida. 2.° Puédese operar de la misma manera con la siguiente mezcla: Plata precipitada del nitrato de plata por el cobre, i g r a m o ; erémor tártaro y sal m a r i n a , de cada uno 8 gramos; a l u m b r e , 2 decigramos. Singular propiedad de que goza. El platino muy dividido goza de la propiedad de condensar los gases en sus p o r o s , determinando por esta reacción una elevación de temperatura de la cual puede resultar la inflamación de cierto* gases o vapores combustibles. Coii'-íbese que la intensidad de e s tos fenómenos d,be variar con el estado de división del platino. M r . Liébig obtiene de este metal un p o l ICMO IU. 18 274 ARTE! vo de una, estrema tenuidad, disolviendo en caliente proto-clornro de platino en una lejía concentrada de potasa c á u s t i c a , echando poco á poco alcohol en el liquido caliente, y ajilando continuamente hasta que no se forme efervescencia. El platino se precipita en totalidad : basta hacerle hervir sucesivamente con alcohol , ácido m u n á t i c o , potasa y con cuatro ó cinco veces su peso de agua. El polvo así obtenido es de un negro de hollín ; mancha los dedos; su densidad solo es de 17,57. En este estado puede condensar hasta 75o veces tu volumen de hidrójeno; inflama el alcoholen vapor y al c o n t a d o del a i r e ; cuando se humedece can alcohol l í q u i d o , se trasforma en ácido acético; determina la combustión del papel sobre el cual se calienta lijerameute. Desígnase bajo este n o m b r e , y también bajo los de grafito , mina de plomo gri.i i negra , e t c . , e t c . , un compuesto natural de una grande cantidad de carbón y de un poco de hierro , que se encuentra, sobre todo en Inglaterra, con bastante abundancia en los terrenos primitivos. La Irrmosa plomhajína dulce, untuosa y de un hermoso g r i s - n e g r o , muy brillante, es bastante rara , y solo se baila en una provincia de Inglaterra en cantidad considerable. La plomhajína se emplea en un grandísimo número de caros, de algunos defos cuales hemos hablado y a . Mezclada en polvo fino con aceite, se cubre con ella el hierro para impedirle de oxidarse, y darle lustre; con la grasa, la plumbajina pura y dulce, es quizás el unto mejor, mas económico y eficaz para disminuir Y OFICIOS. 275 los roces en las máquinas. Empléase reducida á polvo y amasada con a r c i l l a , en la fabricación de los criso_ les muy refraclarios, y que mejor resisten á los c a m . bios súbitos de temperatura. Pero el principal uso de esta sustancia, y que verdaderamente la hace mas preciosa, es la aplicación que de tiempo inmemorial han hecho de ella los i n gleses para la confección de sus cscelentes lápices para trazar líneas. La plombajina del condado de Cumberland es la que conviene mas eminentemente para esta fabricación, pues da los mejores lápices grises que conocemos. Las masas de plombajina que se estraen en esta localidad son muy homojéneas, y nada mas hay que hacer para fabricar lápices , sino dividirlas con la sierra, formar pequeñas varillas euadrangulares que se meten en la regla de madera de estos lápices. Los lápices mas comunes son el producto de l o desechos que se obtienen al aserrarla, los cuales se pulverizan muy finamente , y de los cuales se forma una pasta con goma ó jelatiua , y que se sustituyen, d e s pués de aserrado con los pedazos naturales estraidos del seno de la tierra. s Fabricación del plomo graan'ado tic caza. , ó plomo El proceder por el cual se (.•«¡nmitca al plomo la propiedad de reducirse así en pequeños granos esféricos ha sido por espacio de muy largo tiempo un secreto; y todavía al presente son pocas las personas que saben hacerlo con la certeza de un suceso c o m íanle. 276 ARTES El plomo adquiere esta propiedad de granulación por la adición de cierta cantidad de arsénico. Se hacen caer en el agua los glóbulos de plomo á medida que se f o r m a n , á fin de aislarlos. Concíbese q u e , seg ú n la altura de la c a i d a , son mas ó menos solidificados al entrar en el a g u a , y que el choque que esperimentan los deforma mas ó menos; así un grande perfeccionamiento introducido desde algunos años en esta fabricación, consiste en hacerla á grandes alturas. Sirven con ventaja los pozos, minas y torres abandonadas. La primera fábrica de esta especie establecida en Francia ha sido construida en P a r í s , eu el campanario de la iglesia Saint-Jacques- la-Boueherie. Los granos de plomo que se obtienen por la liga de este metal con el arsénico son la mayor parle de las veces de dimensiones diferentes; es preciso clasificarlas por orden de su g r o s o r , y separar además los que son imperfectos, en fin se han de recortar y lustrar. El conjunto de esta fabricación constituye ciueo operaciones sucesivas. 1.° Formación del baño de fundición. Según la naturaleza del plomo que se emplee, la cantidad de arsénico que se añade debe variar mucho; esta proporción todavía no ha sido bien determinada; sábese tan solo que cuanto mas agrio es el plomo, mas arsénico se ha de añadir. Según noticias recojidas con muchísimo cuidado, parece que esta adición debe ser á lo mas de 8 kilogramos por 1,000 kilogramos de plomo d u l c e , y se eleva hasta 8 kilogramos para el plomo agrio. Este resultado de la esperieneia es contrario á la opinión jcneralmrnle admitida que los plomos agrios son mas fáciles de granular. T oricios. 277 Empléame con preferencia para este uso es verdad , pero tan solo porque este es un medio mas ventajoso de hacerlos circular en el comercio. La mezcla de arsénico puede hacerse de dos maneras , sea preparando inmediatamente plomo muy cargado de arsénico, y añadiendo en seguida cierta cantidad de esta composición en el plomo que se quiere g r a n u l a r , sea haciendo exactamente el baño en cada fundición. El primer método es principalmente e m pleado en los establecimientos en donde se refunden los piornos v i e j o s ; el s e g u n d o , cu las fábricas en donde se destinan á este uso los plomos agrios. En j e n e r a l , el trabajador va guiado en la mezcla que ha de hacer tan solo por tanteos que consisten en examinar la forma del grano. Si los granos son iciüicularcs , la proporción de arsénico es demasiado csces i v a : y al contrario es demasiado débil , si los g r a nos sou complanados de uu l a d o , y presentan una depresión cu el medio, forma que los trabajadores designan con el nombre de copa : en fin, cuando la cantidad de arsénico es mucho mas débil, los granos se prolongan m a s , y les queda un vacío en el medio, y entonces forman cola. Guando se opera sobre plomos agrios ( 1 ) , se debe ( i ) Lo« plomos abrios que se obtienen en las fábricas principalmente deben esta propiedad á cierta cantidad de antimonio que existía en el mineial , T <pie se lia c o n centrado en los plomos procedentes del íesiduo de o p e ración. E n cuanto a los plomos que son áíoies por una mezcla de e s t a ñ o , tales como los que contienen mucha soldadura, deben dcsechaise en la falmcaciou ttel plomo de granulación , poique dan acojas prolongadas Enlon» ees, se añade c o m o c o r r e c c i ó n , muriato de amoníaío,. 278 A.HTBS a ñ a d i r , como se ha dicho mas a r r i b a , el arsénico poco á poco en el plomo fundido. A menudo el arsénico se emplea en el estado de sulfuro ( o r o p i m e n t o ) , porque es mas económico. L a cantidad de plomo que se funde á la vez varia entre 2,000 y 2,400 kilogramos. La caldera de que nos servimos es de cobre : está colscada sobre un hornillo que la circuye por todos lados. Caliéntase gradualmente hasta perfecta fusión ; se tiene cuidado de cubrir la superficie del batió con una capa de ceniza y de polvo de carbón , cuyo objeto consiste á la vez en impedir que el piorno se oxide, y en reducir el óxido formado. De vez en cuando se ajita el bafio para que sea siempre homejéneo. En s e g u i d a , se separan con la espumadera las cenizas y las escorias de la superficie. En este momento se echa el arsénico ó su sulfuro , teniendo cuidado de ajilar vivamente y largo tiempo en cada adición. La superficie del plomo se cubre de una escoria que se separa primero; las últimas formadas, que son b l a n c a s , porosas , semifluidas , y que en las fabricas se designan con el nombre de crema , sirven para hacer el filtro al través del cual lia de pasar el plomo para graduarse. Este resultado no podría conseguirse, si se echaba sencillamente el plomo en un colador; en este caso se f o r marían granos muy prolongados, y Casi ninguno seria esférico. A d e m a s , para conseguir un feliz é x i t o , conviene que el colador este guarir-cid:» interiormente de una materia porosa que pueda aplicarse íxáelamenle contra sus paredes, y conservar, á la temperatura del plomo fundido , una tenacidad tal que í cada instante el metal pueda atravesar los poros coa >¡¡ demasiada celeridad , ni con demasiada lentitud , de suerte que el plomo se divida en g o t a s , y al salir de! fil- Y OFICIOS. 279 tro pueda granularse. La composición del filtro es mirada por los trabajadores como una cosa muy i m portante , de la cual tratan siempre de hacer un s e creto. Granulación del plomo. Los coladores de que se hace uso son semi-esferas de palastro de 0 25 de diámetro, llenas de agujeros que deben ser perfectamente redondos. Los agujeros de un colador son i g u a l e s ; se tienen coladores de diferentes calibres, según el grueso de los granos que se quieren obteuer, gruesos que se dividen en diez, desde el número O , que es el mas grueso , hasta al n.° 9 , que es el mas pequeño. Para obtener estos d i ferentes números, los agujeros de los coladores tienen á corta diferencia los siguientes diámetros: m Para el n.° o ».•4 o oo5o. o oo^5. o oo^o. o oo3E>. o oo3o. m A partir del n." 4 , ei diámetro decrece de una manera casi insensible: es de 0 (107 para el ¡domo de última muestra. El trabajo se ejecuta siempre en tres coladores á la v e z , que se colocan sobre, rejillas calientes de cierta especie de escalfador de p a l a s t r o , en forma de triángulo. Este escalfador debe ser colocado mmedialanv nte enciaia del chorro de plomo líquido; en la parte inferior se halla un cubo mí dio lleno de agua dest i n a d ; á recibir el plomo g r a n u l a d o , á medida que se j'or.ivi. Los coladores no están c o n t i g u o s , están separados por carbón encendido que continuamente mantiene el plomo á la temperatura conveniente, é 280 ARTES impide que la materia se lije en el filtro. La temperatura del batió debe variar con el grueso de los gran o s : para los gruesos, debe ser lal que un tubo de paja que se sumerja en el baño apenas se ponga r o j o . Es importantísimo el mayor cuidado para conservar ai piorno la temperatura conveniente ; porque si fuese demasiado fria , no podría colar, y los granos se deformarían al llegar en el a g u a , si al contrario la temperatura del plomo fuese demasiado elevada. La altura desde la cual conviene dejar caer las g o titas de plomo varía igualmente con el grueso del g r a n o , la conjelacion del plomo es tanto mas rápida en cuanto los granos son mas pequeños, con la caida de 150 metros, pueden hacerse desde el n.° í hasta al n.° 9 inclusive; conviene al contrario una caida de f>0 metros para las muestras mas gruesas. Todo así preparado , el trabajador pone el filtro en el colador, teniendo cuidado de apretarlo contra las paredes. En seguida echa en él plomo por medio de una cuchara de h i e r r o ; no debe poner mucha c a n t i dad á la v e z , porque si la presión era muy fuerte , el m e t a l , cu lugar de embebirseen el filtro , y de caer lentamente, saldría con celeridad y solo daría agujas. Separación de las muestras. Los granos que se forman al pasar por los agujeros de un mismo colador no son todos iguales. Parece que estando el centro menos caliente, da granos de mas grande muestra que los lados del colador, que quedan constantemente rodeados de carbón. Ademas , los tres celadores de que se echa mano á la vez no son siempre del mismo c a l i b r e , de suerte que la cuba contiene granos de casi todos los números. Para separarlos, nos servimos de cribas ó tamices reo- Y OFICTO*. 281 tangulares de O m 25 de ancho sobre 0 45 de largo; su f o n d o , formado de una ¡amina de palastro delgada , eslá taladrado de agujeros de los mismos diámetros que los de los coladores. listas cribas están suspendidas por medio de dos correas encima do una c a ja destinada á recibir los granos que pasan por los agujeros. Se ponen dos encima uno de o t r o ; deben ser de números que sigan , como 1 y 2. Pénense granos de plomo sobre la criba superior y se les ajita; e! n.° 2 queda entonces sobre esta c r i b a , el n.° 1 s o bre la criba inferior , etc. m Escojimiento. En la separación de las muestras se han separado los granos según su grueso; quedan todavía para aislar los que son defectuosos, y los que son bien r e dondos. Para conseguirlo, sirve una plancha larga de 0 (55 á 0 70 , sobre 0 40 de ancho , que este provista de rebordes; se coloca en ella un puñado ó dos del plomo que se ha escojer, se inclina muy l i j e ramentc la p l a n c h a , é imprimiéndola un pequeño, movimiento de oscilación horizontal, los granos redondos resbalan en una caja destinada para recibirlos, mientras que los defectuosos quedan sobre la plancha , y se ponen á parte para refundirlos. 111 m m Modo de dar el lustre á los granos. Después de este escojimiento , existen todavía m u chos granos que presentan lijeras asperezas y se les hacen desaparecer por medio de hacerlos rodar, operación que se ejecuta a! mismo tiempo que ía que t i e ne por objeto dar al plomo de caza un hermoso pulimento. Para lograrlo, se echa mano de un pequeño 232 ARTES loncl octogonal sobre la pared lateral del cual hay una puerta para la entrada y salida del plomo granaliado. Este tonel esta atravesado por un eje horizontal de hierro, que lleva en sus estremidades manubrios opuestos, que ruedan en cajas de cobre. Se añade en el tone! cierta cantidad de plombajina en p o l v o , y se hace rodar hasta que el plomo haya adquirido el grado de pulimento y de lustre conveniente para satisfacer el gusto del consumidor. Puede evaluarse muy aproximadamente el precio á que salen 1,000 k i l . de plomo granallado para la caza, en todos números. Plomo salido de la fundición. . . . 35o fr. Oropimienio 13. Leña para la fundición 10. Plombajina. i. Trabajo material. . . ; 20. TOTAL 363 fr. P I N T U R A AI. TJ:»5I»Í-SÜ. Materia para reemplazar tura al el albayalde en la pin- temple. El sulfato de barita (espato pesado) muy abundante en diferentes localidades, después de haber sido mondado , convenientemente molido y lavado con mucha a g u a , se coloca en un caldero estañado. Cuando el agua está en picúa ebullición , se le ceba una corta cantidad de ácido sulfúrico (el ácido rotiriático seria todavía mejor) para separar ios partículas colorantes de hierro. Se ajila constantemente la masa para e v i - r OFICIOS. 283 tar que se adhiera en el fondo del caldero. Se decanta el l í q u i d o , se lava el residuo de sulfato de barita y se hace secar. Esta materia que las emanaciones hepáticas no e n negrecen como el a l b a y a l d e , es inalterable y conviene en particular en la pintura al temple. PORCELANA. HERBOSOS COLORES PARA IA PISTURA SOBRE PORCELANA; por Mr. C u . Greuzburjr. Polvo de oro. La mezcla de clorido y de cloruro de estafio es solo capaz de dar orijen á la púrpura de o r o . El autor se procura clorido de este metal libre de á c i d o , trasformando el nitrato de estaño del comercio en óxido, lavando este último , disolviéndolo en ácido h i d r o clórico (muriàtico) y evaporando la disolución basta sequedad. En cuanto á su c l o r u r o , l o prepara haciendo dijerír estaño en el mismo ácido. Preparada la disolución , se mezcla en una sola vez la disolución de clorido de oro libre de ácido (de lo que debemos asegurarnos previamente) con una g r a n de proporción de clorido de estaño. Se abandona la disolución hasta que el color de púrpura aparezca. Así preparado , este precipitado no da sin embargo sino un mal color violeta con el esmalte de Mr. Dumas, formado de cinco parles de borraj c a l c h u d o , tres partes decaí cuarzosa y una de minio. U a gran n ú mero de c.perhnentos ha probado al autor que el a n timonio y el esmalte blanco son en particular propios para mantener este púrpura. La plata y su c í o - 384 ARTES rido vuelven el color todavía mas malo. Una escesiva cantidad de antimonio lleva el color al violeta ; también proporciones diferentes de esmalte dan lugar á matiees diferentes. No se puede obtener un hermoso púrpura sobre el asperón (gres) sino por la adición de la plata ó de su c l o r i d o , y sal amoníaco con el esmalte y el antimonio. La fluidez de estos dos últimos cuerpos facilita la fusión. Ciertos empíricos aseguran que el mas hermoso púrpura de oro no es el de Casio, sino otro de un color de violeta, deslucido, que contiene mayor proporción de o r o , y en la preparación del cual se hace entrar estaño. Sin embargo, se puede hacerles observar q u e , para la preparación de la púrpura de C a s i o , es absolutamente indispensable una mezcla de óxido ó de oxídulo y de sesqui-óxido, que por lo mismo no forma grado particular de oxidación. El proceder de Mr. F u c h para la preparación de la púrpura de oro consiste en precipitar la disolución de este metal por el líquido que se. obtiene mezclando las disolueiones de cloruro y de clorido de estaño hasta decoloración. Este proceder se funda en que este último l í q u i d o , como lo ha dicho el autor mismo , se conserva muy bien en frascos abiertos. Es también necesario observar que los dos grados de oxidación del estaño están aquí simultáneamente empleados. Mas se sabe q u e , bajo ciertas condiciones, se obtiene una púrpura por medio del cloruro de estaño y de la disolución de oro , púrpura que presenta un matiz mas moreno. Estas dos variedades se distinguen la una de la otra en que la primera contiene una vez tanto óxido de estaño como la segunda, proporcioDalmentc á la que contiene de o r o ; que a s í , si la coloración es en realidad debida á una combinación de oxido de oro con el sesqui-oxido de estaño, esla corabi- i encías. 285 nación debe ser mezclada con un grande esceso de óxido de estaüo. ¿Este cargo seria esencial al matiz? Esta es una cuestión cuya solución todavía no se ha encontrado. Fundentes. Las fórmulas empleadas por el autor son las s i guientes : Kúm. i. Borraj calcinado, seis partes; Cuarzo blanco calcáreo, Ues partes; Minio, una parte Esta mezcla pulverizada, fundida y echada en el agua , da un esmalte blanco. Píúin. a. Minio, seis partes; Cuarzo calcinado, dos partesj Borraj calcinado, cuatro partei. Esta m e z c l a , tratada como la precedente, da u n esmalte verde. ROJO DB ESCARLATA. Por medio del cromato de p l o m o , el autor ha o b tenido uu hermoso color, pero raras veces brillante. Este color, que se manifiesta bajo la influencia del fuego de la mufla, es muy hermoso, pero con un m a tiz un poco naranjado. El cromato de plata no resiste al fuego de la mufla; da violetas amarillos. HIERRO. El rojo de c a r n e , el rojo m o r e n o , el rojo s u b i d o , y hasta el moreno v i o l e t a , se obtienen por diferentes calciuacioaes del sulfato de hierro s o l o , ó con 886 ARTES alumbre; pero las fórmulas son jeneralmente conocidas. El autor hace observar que el líquido que queda después de la precipitación de la disolución de oro por el sulfato de hierro d a , con la potasa, un precipitado q u e , lavado y calcinado , consiste en óxido de hierro de un moreno bastaute hermoso. MORENO DEPÍTICO. Ácido antimónico hidratado, una parte; Sulfato de hierro calcinado al rojo oscuro, ocho partes; óxido de zinc, dos partes; Oxido de plomo rojo, diez y seis partes; Esmalte nutrí. 1, veinte partes. El esmalte n ú m . 2 da resultados mucho mas hermosos. HORERO CríOCOLATE. Carbonato de níquel, una parte ; Oxido de hierro rojo oscuro, una parte; Oxido rojo de plomo , dos partes; Esmalte núm. I , seis partes. Si se echa mano del esmalte núm. 2 , será menester tomar ocho partes. MORENO DE P l S A . Oxido de hierro rojo-oscuro, dos partes; Carbonato de níquel, una parte; Esmalte núm. 2 , diez parte». MORENO D E MADERA. Ácido antimónico hidratado, dos partes; Sulfato de hierro calcinado al rojo-oscuro, dos partes ; T OFICIOS 287 Oxido J e zinc, tre« partea; Peróxido de manganeso, una porte : Oxido rojo de plomo , seis partes : Esmalte núm. 3 , doce partes. Esta Fórmula da un moreno q u e , cuando se mezcla con moreno chocolate, da un matiz muy subido. AMÍMLL0 MORENO. Oxido de zinc, una parte: Oxido de hierro rojo-oscuro , una parte: Esmalte núm, 2 , ocho partes. IDKM , de un matit mas hermoso. Carbonato de níquel, una parte i Acido antimónico hidratado, una parte } Oxido de hierro rojo-o*curo, dos partes j Oxido de zinc, dos paites; Oxido rojo de plomo, seis partes; Esmalte núm. i , doce partes. MORENO AMARILLO. ' Carbonato de níquel, una parte: Ácido antimónico hidtatado, una parte: Oxido de hierro rojo-oscuro, una parte: Oxido de zinc, dos parles: Esmalte n ú m . i , diez partes: Esmalte núm. 1, diez partes. AMARILLO IIB URANIO. El óxido de uranio muy puro da un amarillo vivo. Solo exije dos partes de esmalte u." ! ; pues de otro modo el matiz seria demasiado pálido. Con el esmalte i i . " 2 , es mucho mas intenso y no se mezcla tan f á cilmente. Tres partes de esmalte es la mejor propor- 288 ARTES cion en que se puede emplear para las mezclas ó para los fon dos. Guando se mezcla nitrato de óxido de uranio con cromato de potasa, se evapora el l í q u i d o , se redisuelve de nuevo en el a g u a , y en fin se precipita por carbonato de potasa, se obtiene un precipitado de un amarillo de limón , q u e , después de lavado y soco , d a , con esmalte n.° 2 , un v e r d e - g r i s , el c u a l , triturado con aceite y aplicado sobre la porcelana, vuelve á salir en el fuego de la muña. El autor uo ha hecho esperimentos mas minuciosos para saber si el precipitado era cromato de uranio ú óxido de uranio simple. E l óxido de níquel no puede emplearse solo; pero conviene muchísimo para formar los morenos descritos ariba. M.OSÍO. El cromato de plomo da siempre sobre porcelana colores impuros; por eso el rojo obtenido por la f u sión de esta sal con el óxido rojo de plomo no es constante sobre la porcelana. TÜNG6TEK0. El ácido túngstico también da resultados desfavorables. BARITA. El cromato de b a r i t a , indicado y a por G o d o n , da sobre porcelana el mas hermoso amarillo conocido. Exije cuatro partes y media á cinco de esmalte; pero no es perfectamente hermoso sino con el esmalte. N. 2. Su color suporta muchos fuegos de m u l l a , y es muy consistente. Mezclado con el verde de cromo, da diferentes matices amarillo-verdes. Lo mismo p r o - T OFICIOS. 289 Dablemente sucedería con los colores dados por el plomo. Aplícase muy bien sobre el esmalte plomizo del asperm; da, sobre la porcelana un vidrio cuyas l í neas pueden ser de una estrema finura. VERDE DE CHOJIO. El óxido verde de cromo, preparado por la calcinación del cromato de protóxido de mercurio, es el mas hermoso de lodos los verdes; no es necesario añadir el cromato de potasa al nitrato de protóxido de mercurio, puede hacerse esta adición en sentido i n verso , ó también conservar en el líquido un esceso del uno ó del o t r o ; desgraciadamente solo se obtienen diez y ocho de verde de cromo para ciento de cromato de protóxido de mercurio empleado. Si se emplea un esceso de cromato para preparar e s t e , queda e n cima del precipitado rojo que se f o r m a , un líquido amarillo verde, en el cual los álcalis no dan oríjen á ningún precipitado, pero q u e , mezclado con s u l fato de cobre y carbonato de potasa, da un poso y a verde canario , y a verde papagayo; el protóxido de cromo preparado por el cromato de potasa y la sal amoníaco, no puede emplearse; los verdes de cromo solo pueden mezclarse con esmaltes que no contengan ó que contengan poco p l o m o , solo exijen de él tres ó tres partes y media de esmalte núm. 1. Para p r o ducir colores a l f ó n s i g o , a c e i t u n a , y o t r o s , antiguamente se empleaba con suceso el siguiente proceder: se mezclaba una disolución de cinco partes de cromato de potasa con otra disolución de sulfato de c o b r e , y se obtenía, por medio del c a l o r , un precipitado poco abundante de un amarillo-naranjado; se filtraba y se separaba del l í q u i d o , precipitándolo con c a r bonato de p o t a s a , un color r o j o - m o r e n o ; al líquido TOSIÓ n i . 1!) 290 ARTES filtrado de n u e v o , se le anadia una parte de sulfato de c o b r e , que daba origen á un segundo precipitado rojo-moreno, en fin una nueva filtración y precipitación con el carbonato de potasa, daba un precipitado v e r d e - p a p a g e f o , propio para ser empicado como color de f u s i ó n , mientras que los demás no pueden serlo: esle último verde es cromato de cobre, y puede servir para la pintura al oleo. AZUL- VERDE. Según Mr. D u m a s , para obtener este c o l o r , debe tomarse una parte de protosido de cromo y dos partes de óxido de cobalto, someterlas á la acción de un fuego v i v o , y añadir á la masa en semifusion fres partes de el esmalte n.° 1 ; el color obtenido parece negro. El autor mezcló las disoluciones concentradas de nitrato de cobalto y de cromato de potasa; el precipitado obtenido fué de un violeta negruzco , y dio con el esmalte n." i un verde m a g n í f i c o , pero menos hermoso que sobre porcelana. AZUL. Dos parte-.; de óxido de z i n c , cuatro partes de fosfato de eobalfoy de silicato de alúmina divididas en el agua y mezcladas, dan un hermoso azul subido con un tinte rojizo. El fosfato de cobalto fundido por parles iguales, con el de plomo , da un azul magnífico en tinte r o j i z o , que , triturado con aceite., colocado sobre porcelana y calentado al fuego de m u f l a , no sale siempre , ó no conserva su matiz. Cuando las capas son muy g r u e s a s , se acribilla fácilmente y salta en escamas. Con el esmalte n.° 2 , el fosfato de cobalto, da al fuego de mufla no mas que un gris negruzco; r üi'icios. 291 tres partos de fosfato de cobalto hidratado, dos de óxido verde de cromo y doce de esmalte n.° 1, f u n didos j i m i o s , dan un mal azul-verde. Una parte de óxido de cobalto, dos de óxido de .zinc, seis de esmalte n.° 1 , dan un azul de centeno atizonado cuando es menos imperfecto. Preparación, del óxido al fuego; de cobalto por para la pintura M. Viirrsrm. El autor propone modificar como sigue el proceder ordinariamente puesto en uso para preparar el óxido de cobalto: Se hace dijerir el mineral tostado, en una mezcla de partes iguales de agua y de ácido n í t r i c o , se filtra , y se precipitan el cobre y el arsénico contenidos en el l í q u i d o , por el hidrejeno sulfurado. Después de haber filtrado de nuevo, se pone el liquido en cont a d o con un esceso de carbonato de potasa; se trata el nuevo precipitado por medio de un calor s u a v e , con el amoníaco cáustico, y se separa , por medio de un filtro, el oxido de hierro que queda; se calienta el líquido amoniacal con un poco de c l o r h i d r a t o de e s ta base, después con potasa, y se filtra para separar el óxido de níquel precipitado; en lio se evapora la disolución colorada en r o s a , de donde se precipita el peróxido de cobalto. Sobre algunos colores no ; por producidos M. por el tungste- ANTIIOS. El autor ha conseguido, por medio del tiíngstato de cal ( W o l f r a m ) que podemos procurarnos muy b a r a t o , preparar el oxido azul de tungsteno y el ácido t ú n g s t i c o ; de manera que el primero puede dar u n color azul muy solido, y el segundo un color amarillo que los pintores pueden utilizar. 292 ARTUS 1.* Azul de tungsteno. Al carbonato de potasa en fusión , se le añade wolfram pulverizado hasta que no haya efervescencia. Se hace hervir con a g u a ; se filtra, se echa en el líquido , que se ha llevado á la ebullición, un esceso de ácido clorhídrico. Se hace hervir por espacio de media h o r a , y se echa todo en una cantidad conveniente de agua. El residuo se l a v a , se s e c a , y en este estado se disuelve en el amoníaco hasta saturación de este á l c a l i ; se filtra, y se somete á una suave evaporación. El bi-tungstato de amoníaco cristaliza en m u y grande cantidad. Puédese también concentrar el líquido obtenido lejiviando la masa fundida por el a g u a , y precipitarla completamente con una disolución de sal amoníaco. Los cristales de bi-tungstato de amoníaco aumentan aun por el enfriamiento. En seguida se calienta esta sal al rojo en una corriente de hidrójeno por espacio de doce á quince minutos. O b tiénese, procediendo a s í , 83 á 75 de producto por 100 de sal empleada. Su color es de un azul subido m u y intenso y muy hermoso. Puede emplearse y a para la pintura al t e m p l e , y a como color al ó l e o , y m u y probablemente seria ventajosísimo para la p i n tura sobre porcelana, y su precio seria m u y módico. 2.° Amarillo de tungsteno. Este color puede prepararse mas fácilmente y aun mas barato que el azul del mismo metal. Cuatro procederes diferentes pueden darlo: Primer proceder. Se satura como arriba el carbonato de potasa con w o l f r a m ; estráese por el agua el tuugstato de pota- i OFICIOS. 293 sa formado, y se precipita la disolución por medio del cloruro de calcio (muriato de c a l ) , se separa e— wolfram de la c a l , que se lava y deseca. En s e g u i da se toma una parte de ácido nítrico ó clorhídrico ( m u r i á t i c o ) , dilatado en una parte y media de a g u a , ó bien una parte de ácido sulfúrico debilitado con tres partes de agua. Se calienta hasta la e b u l l i c i ó n , y se le echa el tungstato de cal triturado con un p o co de a g u a ; pero siempre , conviene de llegar hasta la neutralización completa. Se deja todavía hervir por espacio de media h o r a , se echa en una cantidad de a g u a suficiente , y se lava el amarillo de tungsteno que se posa. Se detiene esta última operación luego que el agua comienza á pasar lechosa. Las retortas calentadas al baño de maría son los •vasos de que podemos servirnos con la mayor comodidad para esta preparación. Segundo proceder. Se mezcla el tungstato de cal obtenido como acabamos de describirlo, con seis y ocho partes de agua que contengan cinco partes de ácido clorhidrico y una parle de ácido nítrico. Tercer proceder. Se pone el tungstato de cal en contacto con una disolución de bi-carbonato de potasa adicionado con un tercio de ácido sulfúrico. Cuarto proceder. En una mezcla de cinca partes de ácido clor-hidrieo, una parte de ácido nítrico y cinco ó seis de agua, se añade á porciones sucesivas tungstato de potasa ó de sosa simple y reducido á polvo. Se hace 294 ÍMES herbir por espacio de un cuarto de h o r a , y se opera , por lo d o m a s , como se lia indicado en el primer proceder. El primer proceder da un amarillo limón brillante con algunos puntos verdosos. El segundo da un matiz i g u a l , salvo los últimos puntos indicados. El producto del tercer proceder ofrece un color que varia del amarillo-claro al amarillo-naranjado un poco caído. En l i u , el del cuarto proceder es un amarillo-naranjado- fuego , de un matiz c l a r o , pero que desgraciadamente enverdece un poco bajo la influencia de la l u z . Esta última propiedad, que solo corresponde á los amarillos preparados según el p r i m e r o , segundo y tercer procederes, debe atribuirse á una corta cantidad de álcali que contienen y que se les puede separar. Esta circunstancia no permite emplear el p r o ducto del cuarto proceder para hacer otra cosa que mezclas destinadas á producir matices verdes. El amarillo de tungsteno puede servir como color al óleo y al temple. T OHCÍOS. 296 REFLECTORES, Ó Aparatos destinados para reflejar la luz é impedirla de difundirse en todos sentidos, rechazándola en la dirección en donde conviene. Su forma es variada de mil m a n e r a s , como igualmente su disposición y la materia de que son formados, según las circunstancias en los cuales los reflectores han de usarse, flécense de papel blanco, de g a s a , de palastro, de porcelan a , de vidrio deslustrado, de hoja de l a t a , etc. Los globos de vidrio deslustrado, inventados por los hermanos G i r a r d , están muy en uso para las lámparas de colima, cuyo depósito de aceite se halla en él pié. He aquí un modo muy económico de hacer estos reflectores: se les sopla en el horno de vidrio ó cu la f á b r i c a , en forma de matraz; se introduce en ellos guijarros rodados, esmeril en polvo y a g u a ; se cierra la tnbulura con un tapón. Estos globos e n s e guida se colocan rn una caja larga y estrecha, donde se protegen por heno que les sostiene. Por medio de un manubrio, se imprime á la c i j a un movimiento de rotación al rededor de su eje longitudinal. La duración de este trabajo de dcslutramiento es solo de ocho horas; durante este intervalo conviene renovar tres ó cuatro veces el esmeril. El roce de los guijarros c o n tra las paredes interiores de los globos los deslustra con la mayor uniformidad. Para quitar en seguida la tubulura y agujerearlos en la estreuiidad opuesta, se tiene un cilindro de co- 296 ARTAS bre r o j o , de un diámetro conforme á la abertura que se quiere hacer; se hace rodar rápidamente este c i lindro sobre el punto que se ha de a g u j e r e a r , y que se ha rodeado de un m á s t i c , de modo que se ha f o r mado una copa en la cual se ha puesto esmeril. Estos agujeros opuestos sirven al paso de la chimenea de vidrio de la lámpara. Guando se quiere que el reflecto» no sea sino h e m i s f é r i c o , se corta el globo en dos partes sobre la i ueda de grabador. noiv. Licor alcohólico obtenido por la fermentación del melote ó del zumo de c a ñ a , y la destilación de este líquido vinoso. El producto alcohólico es incoloro y d i á f a n o , para darle el color amarillo ambreado que se le observa en el comercio, y á fin de comunicarle el gusto particular que estamos habituados á encontrar en el ron de las c o l o n i a s , se hace infundir en una parte del líquido proporciones variables de ciruelas pasas, de raspaduras de cuero c u r t i d o , de b r e a , etc. Complétase la coloración que se quiere, añadiéndole la cantidad n e cesaria de caramelo. Las proporciones de los ingredientes que acabamos de indicar constituyen en las fábricas de ron europeas lo que se designa bajo el nombre de salsas ; estas varían mucho en las diferentes fábricas, y de ahí resulta las variedades de r o n , todas muy inferiores por otra parle al verdadero ron de caña al cual no se ha añadido nada estrano. Mr. Mullot, que se ha ocupado mucho en los medios de sacar un partido ventajoso de los residuos de la fabricación del azúcar de remolachas, asegura ha- r OFICIOS. 297 ber obtenido muy buen resultado de la receta siguiente : Se deslien juntos 125 kilogramos de melote de r e molachas , 50 kilogramos de harina de cebada, y 20 kilogramos de ciruelas pasas, en 200 litros de agua tibia. Por medio de un poco de levadura, la f e r m e n tación alcohólica no tarda á establecerse en la mezcla, cuya temperatura debe conservarse á 2 0 ° . Guando la producción del alcohol parece detenerse, se apresura proceder a' la destilación en un alambique común. Por otra p a r t e , se hacen infundir separadamente 4 kilogramos de raspaduras de cuero c u r t i d o , 1 k i l o gramo de criadillas de tierra negras concuasadas, 130 clavos de especia, y 20 gramos de luquetes de l i m ó n , en diez litros de alcohol á 33 grados. Añádese esta infusión al primer líquido alcohólico obtenido, y sométese segunda vez el todo á la destilación ; así se vuelve todo el alcohol obtenido á 21 grados. Se introduce en el barril destinado á contener este r o n , el humo de un puñado de paja embebida de brea, y que se ha hecho quemar; se cierra el agujero para dejar á este vapor el tiempo de condensarse en las paredes del t o n e l ; entonces se llena con el r o n , preparado como acaba de decirse, y que adquiere con el tiempo un gusto análogo al del ron de la Jamaica^' Además se colora con caramelo. 298 ARTES Fabricación en grande de la sal amarga {sulfato de magnesia) ó sal de Epsom, por medio del mineral llamado la magnesita ; por M o a sieur E . F . A n t h o n . La m a g n e s i t a , que se encuentra en grandes c a n t i jdades en muchos países, y que consiste á veces en carbonato de magnesia puro , y contiene otras veces accidentalmente oxido de hierro y n i t r o , es útilísima para la fabricación en grande de fosal amarga; en este c a s o , he aquí como debe precederse : Machácase la magnesita, se reduce á p o l v o , y se tamiza ; cuando se halla en este este estado,Se toma de ella la cantidad de 80 á 100 l i b r a s ; sé pone en una cuba con 5 á 6 quintales de a g u a , desleyéndola de modo que se forme una papilla c l a r a , y se le añade ácido sulfúrico diluido en una cantidad de agua igual en p e s o , mientras que la materia hace efervescencia. Conviene no debilitar este áeido sino algunos instantes antes de emplearlo, para utilizar el calor que se desprende para operar la reacción que debe seguir. La adición de! ácido así preparado no debe hacerse en jencral sino á porciones de dos ó tres libras, y teniendo cuidado de ajilarlo continuamente ; si la masa es demasiado consistente, se le añade a g u a ; es bueno no obstante conservar cierto grado de esta consistencia , porque ella se opone á que la masa no se hinche con deuiasida facilidad. Y OFICIOS. 299 Todo el ácido carbónico debe haber sido desalojado al cabo de dos horas ó dos horas y media; entonaos se añade por porciones sucesivas agua hirviendo, basta que el líquido tenga una densidad solo de 1,260 (—1,220 en verano ó (.230 en i n v i e r n o ) . Si el l í quido está todavía fuertemente ácido , se añade un poco de polvo de magnesita, y se abandona todo a l reposo por espacio de treinta ó cuarenta horas. E n esta época, se decanta en una caldera algo p r o f u n d a , se añade un poco de polvo de m a g n e s i t a , y se hace hervir por dos horas; entonces es cuando el ó x i do de hierro se precipita. Se dilata de nuevo el l í q u i do con a g u a , y se vuelve á una densidad — 1 , 2 6 0 ; se deja aclarar en cubas apropiadas, se filtra sobre una capa de carbón a n i m a l , y se evapora en una b a cía de cobre hasta la densidad de—,1,35 ó 1 , 3 6 , se separa la lejía concentrada , y se divide en escudillas después de doce (i quince h o r a s , decántase de encima de los cristales que se han f o r m a d o , y estos cristales pónense á escurrir en vasos en forma de pan de azúc a r , después de lo que se les hace secar en una estufa á uua temperatura de treinta á treinta y cinco grados. Decoloración instantánea del á¿ido tartárico. C u a n d o , en 1a preparación en grande del ácido tartárico, se descompone el tartrato de cal por el ácido sulfúrico , lo mas común es suceder que el líquido tome un color moreno y dé en la cristalización aguas madres muy cargadas de materia colorante. S e gún Mr. W i t t s l e r , el mejor medio de descolorar esta disolución de ácido tartárico consiste en emplear el clorato de potasa. Una débil cantidad basta para o b tener osle oíveío. S ' tomaa dos granos de esta s a l , 300 uim se ponen en una disolución de tres litros de ácido tartárico. Se deja en contacto por espacio de veinte y cuatro horas, después se filtra para separar de él la corta cantidad de bitartrato de potasa que resulta. Obrando así se obtiene una primera cristalización del todo incolora; las dos siguientes son todavía m u y hermosas. Las últimas aguas madres pueden aun, por medio de un nuevo tratamiento con dos granos de clorato de potasa, dar las últimas porciones de ácido que contienen en un estado hermoso. SILOS. La conservación de los granos ó semillas es uno de los cuidados mas importantes del arrendador. Hay muchísimas ventajas en la conservación de los cereales producidos en un año en que la abundancia les p o ne á un b a j o , precio para entregarlos al comercio cuando hay carestía; y este arte en todos tiempos ha sido el objeto primordial de las indagaciones de los labradores. Los graneros es un medio muy imperfecto de c o n servación de los cereales, porque los animales causan en ellos pérdidas n o t a b l e s , ademas que han de darseles cuidados perpetuos. Hay países en donde se conserva muy bien el t r i g o en especies de pozos hechos en la r o c a ; esto es sin duda lo que ha dado la idea de acopiar el trigo en f o s o s , que se garantizan en seguida del contacto del aire y de la humedad; estos f o s o s , llamados silos, han sido reconocidos como muy propíos para servir de almacenes. Después de haber batido y limpiado el g r a n o , se amontona en una hoya profunda, de d i mensión calculada sobre el volumen que. se quiere í 0FICI8*. 301 conservar. Es menester, para e s t o , elejir un terreno arcilloso, d u r o , homojéneo é impenetrable a l a g u a ; en el se vacía la h o y a , cuyas tierras laterales se sostienen por un revestimiento de piedra: por economía , también puede cscusarse este g a s t o , y c o n tentarse con secar las paredes quemando paja en el a g u j e r o , lo que endurece el terreno y lo hace compacto é impermeable. Se estiende en el fondo de boya una cama de paja bien s e c a , y se le echa el grano amontonándolo. A medida que el tas se e l e v a , se pone paja en el circuito , de manera que el grano se halle rodeado de ella por todas partes. El trigo debe estar previamente secado lo mas posible, y de buena calidad. Los corgojos y demás insectos que pudiesen hallarse en él m u e r e n , ó á lo menos no pueden reproducirse. C u a n do la masa ha llegado á CG milímetros del nivel del t e r r e n o , se cubre de una cama de paja s e c a , y se amontona tierra e n c i m a , de modo que se forme un montccillo,á fin de que las aguas pluviales se escurran y no puedan detenerse ni infiltrarse en é l . La merma que esperimenta el grano , en este proc e d e r , es casi n i n g u n a , y la conservación puede e s tenderse á muchos a n o s ; esperimentos multiplicados todos con el mejor é x i t o , y el ejemplo de los pueblos de E s p a ñ a , de Hungría y o t r o s , deben disipar toda especie de inquietud acerca del resultado. SOMBREROS DE Aderezo FAJA. que se da en París d los sombreros paja comprados en bruto. de Para dar esta última labor á los sombreros de p a - 302 A1ITE3 j a de Italia y de Suiza, primeen se cepillan con w¡ cepillo muy suave para darles lustre; después se humedecen por medio de una esponja con una disolución de sal de acedera que se sobre-alcaliza conpotas a m u y p u r a , ó mejor sub-carbonato de sosa. En seguida se ponen al azufrador por espacio de dore horas, después de cuyo tiempo se sacan para ponerlos en prensa, lo que se ejecuta humedeciendo primero el envés con el aderezo cuya composición se dirá mas abajo , y colocando sobre la tabla de una prensa de tornillo , ó mejor de una prensa hidráulica , un primer plato de 17 milímetros de grueso taladrado con un agujero de 18 milímetros de diámetro ; entonces sobre este platillo que se ha calentado previamente se pone un sombrero cuya cabeza entre en el a g u j e ro del p l a t i l l o , después sobre el envés se aplica otro platillo de madera de arce de 12 milímetros de grueso , é igualmente taladrado con un agujero en el centro para dejar pasar la cabeza; este platillo dede haberse fuertemente calentado en la mano ó sobre unas parrillas fijas en el borde,de un hornillo, y que pueda jirar libremente sobre su eje en una rangua , á semejanza de un volante de rueda de asador. A esta plancha se, hace suceder otro sombrero, después una plancha y así consecutivamente , hasta que la pila tenga un metro 3 3 3 milímetros de a l t u r a ; pero lo mas común es apilar los sombreros por doce docenas á la v e z , metiendo primero las mas gruesas cabezas , y evitando lo posible meter cu la misma pila sombreros de diferentes ancharías. Se tienen apilados por espacio de doce horas, á una presión de ciento mil libras, presión que basta sola para dar Instas al sombrero. Estos sombreros, después de salidos de la prensa, se colocan por números de grandor de cabezas, y Y OffSfiíOS. 303 puestos y a en orden, se humedece todo el interior de las cabezas con un aderezo compuesto de cola de pergamino aclarada en caliente con un poco de agua, y al cual se da un tinte blanco lijeramente oscuro por la adición de sal de acederas, El método de dar esta cola varía según la especie del sombrero y también según el operario que lo ejecuta , de suerte que casi no pueden especificarse las proporciones exactas. S i n e m b a r g o , en jeneral debe ser lijero para las pajas de Italia , mas fuerte para las pajas de Suiza , etc., etc. Todos los sombreros salidos de la p r e n s a , luego de humedecidos de este modo en su interior con el aderezo que conviene á cada c a l i d a d , se ponen en forma en el cilindro ó torno. 304 ARTES TINTA INDELEBLE. Desde mucho tiempo se ha procurado obtener t i n tas que estén al abrigo de las alteraciones que la fraudulencia prueba de continuo hacerlas esperimentar. Las tintas que tienen por base los cuerpos grasos y el negro de humo son indestructibles por los á c i d o s , el cloro y los álcalis débiles, pero su uso presenta inconvenientes que casi no permiten emplearlas; no corren fácilmente en la p l u m a ; muy á menudo también una parte de los rasgos queda invisible; y sin embargo , con composiciones análogas se han preparado muchos líquidos que han sido presentados como tintas indelebles. El difunto M r . Bosc, del Instituto, se habia ocupado con mucha perseverancia de indagar los medios de obtener una tinta completamenta indeleble; ha suministrado al comercio, por algún tiempo, una que resistía bien á la acción de) cloro , de los ácidos y de los álcalis , pero ó su receta ha variado ó la preparación no ha sido bien hecha , pues muchas de sus t i n tas han presentado caracteres tan poco ciertos como la tinta de nuez de a g a l l a ; y por eso sus productos han sido despreciados. M r . Dizé lia preparado también una tinta que se ha reconocido como capaz de resistir á la acción de diferentes ajentes, pero es difícil de u s a r l a , porque no moja la pluma. Encargada de proceder al examen de diferentes medios de seguridad propuestos para preservar las ac- Y OFICIOS. 305 tas de las alteraciones de la fraudulencia , una c o comision de la Academia de Ciencias ha sometido á un gran número de ensayos todas las tintas presentadas como indelebles; y de su trabajo resulta que la mejor de todas seria la tinta semejante á la de C h i n a , preparada por los dos siguientes procederes: 1. Se dilata ácido muriálieo con a g u a , de modo que solo marque l-"5 del areómetro de B a m n é , e s decir que tenga una densidad de 1,010: en t o c e s 100 gramos de este ácido pueden disolver 3 gramos de mármol blanco : sirve este liquido para desleiría tintado China del modo común. Con cuatro ó cinco g r a mos de tinta de China y 1 kilogramo de ácido m u riático á l l . ° 5 , se obtiene un litro de tinta de muy buen m a t i z : un trabajador pagado á "1 ir. por dia, podría preparar de ella tres l i t r o s , cad.i litro de á c i do no cuesta mas que 2 centesimos, y el kilogramo de tinta China á 20 f r a n c o s ; el litro de tinta preparada solo corlaría, p u e s , 47 centesimos. 2 . Se procura una disolución de acetato de m a n ganesa que señale 10° en el pera licor de Baumé, ó q u e t e n g a una densidad de 1 0 7 4 ; se le añade % de su volumen de ácido acético, capaz para 100 partes, de saturar cerca de í(!0 de carbonato de posa cristalizado: empléase este liquido para desleír la tinta de China , y para fijar la escritura de un modo i n v a r i a b l e , basta esponer el papel encima de un vaso que contenga amoníaco liquido ó encerrarla en un cajón con carbonato este áeid >. La tinta de China desleída con agua ó con uno de los líquidos que se acaban de indicar, traza perfectamente caracteres en la superficie del p a p e l , itero cuando este está perfectamente encolado , como lo exije el uso actual , lo caracteres no adhieren s i n o á la superficie citerior y la tinta no penetra en el p a t o s o ni20 3(X) ARTES peí; mas una muy sencilla precaución basta para producir este último electo de cual depende (oda la eficacia de esta tinta , consiste en pasar el dedo Iberamente humedecido sobre la parte del papel sobre c! cual deben trazarse las palabras cuya conservación es la mas importante para la validez del acta. Podríase también emplear una esponja muy tijeramente m o j a d a , y entonces después de secos, los caracteres son completamente indestructibles, á menos de alterar fuertemente el papel con la frotación; podríase igualmente hacer penetrar la tinta cu el papel hasta la segunda superficie, pero de esto resultaría un inconveniente para la pureza de los caracteres. Tinta de China. Esta sustancia tan útil para la aguada de los plan o s , se prepara en China por medio de decocciones de diversas plantas, de cola de piel de asno y de negro de lámpara. M. Mérimeé , á quien se deben m u chas indagaciones sobre esta fabricación, ha indicado el siguiente proceder: Se hace templar hermosa cola de Flandc3 en cerca tres veces su peso de agua acidulada con '/ de ácido sulfúrico; se echa el agua que contiene la parte mas suluble de la c o l a , y se reemplaza por una igual c a n tidad de agua ligeramente acidulada; se hace hervir el líquido por espacio de una ó dos h o r a s , de modo que no tome la consistencia de jalea por el enfriam i e n t o , se satura el ácido con creta en polvo y se filtra el líquido que pasa trasparente en caliente. w Se toma cerca del cuarto de esta cola, en la cual se echa una disolución de nuez de a g a l l a s ; se forma un precipitado abundante que se lava con agua c a liente y que se disuelve en el resto de la cola clari- Y ONCJOS. 307 ficada, y se evapora en consistencia suficiente para que después de hahcr incorporado el negro de humo se obtenga una masa de consistencia conveniente para ser amoldado. Por tauteo, se determinan las proporciones de negro de lámpara aplicando con el pincel una íijcra capa de tinta sobre porcelana y escribiendo sobre papel con una p l u m a : si la tinta es lustrosa sobre porc e l a n a , es una prueba que tiene suficiente c o l a ; si después de la desecación sobre el p a p e l , no se consigue destemplarla por medio de u:._ pincel mojado , es una prueba de que no hay demasiad** cola, Proust ha encontrado 2 p . % de alcanfor en la tinta de C h i n a ; una enciclopedia de la C h i n a , indica efectivamente id uso de esta materia y que produce un cscelcutc efecto. La tinta que la contiene puede amasarse con ios dedos lijeramente mojados con aceite sin que adhiera á c h e s , y entonces r e c i be muy bien la impresión del sello Bosvvell ha indicado el siguiente proceder para preparar la tinta de C h i n a : Se hace disolver en lejía alcalina cáustica tantas virutas de cuerno cuanto pueda disolver; se evapora ajitando hasta que !a masa sea pastosa y de un principio de f u s i ó n ; la temperatura debe ser bastante elevada. Se relira la masa del fuego después de enfriada, se la hace disolver, se f i l t r a , y se le echa alumbre; poco á poco se forma en ella un precipitado q u e , ¡avado, seco y mezclad» con un poco de agua gomad a , da un color que prevenía todos ¡os caracteres de .a tinta de la China. ¡ ludas de color. La mis interesante es la tinta roja. La mejor se pre 308 AMES para con carmin disuelto en el amoníaco; pero este proceder es muy caro. Puédese obtener la tinta directamente con la cochinilla , y casi tan bella como can el c a r m i n : después de haber macerado la cochinilla en el amoníaco, se filtra, se deja evaporar a! aire el esceso de amoníaco, y se añade la goma necesaria. También se obtiene una tinta hermosa y muy d u radera disolviendo laca de rubia en ácido acético; su matiz es brillante y agradable. En cuanto á las t i n tas rojas que se preparan con palo B r a s i l , son poco sólidas y de un rojo mucho menos vivo. Para estas tintas se han de infundir en vinagre, por espacio de tres días, 10!) partes de Brasil en polvo; se lleva en seguida á la temperatura de la ebullición por una hora y se filtra. Se hacen disolver en caliente en el l í q u i d o , 12 partes de goma a r á b i g a , de alumbre y de azúcar, y después del enfriamiento se pone en redomas y se cierra muy herméticamente. Pueden prepararse tintas amarillas, verdes, azules, empleando diferentes sustancias colorantes que produzcan dichos colores. TINTURA. Medio para conocer si una seda de color de está bien punzo teñida. llágase disolver un peso de jabón igual al de la seda, en 15 veces su peso de a g u a , désele un hervor, sumérjase en la seda por espacio de 15 minutos. Si la seda halda recibido un baño de cochinilla, que la carga muy fuertemente, el baño lomaría un color amarillo-naranjado. Si había me/e lado en él palo de Brasil, el color seria rojo de ladrillo. Si el punzo h u - Y OFICIOS. 309 Líese sido subido por medio de, batió de agalla blanca, seria menester , para asegurarse, de ello , retirar la seda del baño jabonoso, lavarla primero con mucha a g u a , después sumei jirla en una débil disolución de caparrosa verde. El baiio y la seda tomarían en este c a s o , un matiz negro. Medio de reconocer si una seda ha sido con agallas. tenida Sumérjase una madeja en una disolución del cuarto de su peso de jabón blanco y de quince veces su peso de a g u a ; hágase hervir 20 m i n u t o s , retírese del fuego , lávese con agua caliente , tuércese y s u mérjese la madeja al instante en una disolución de c a parrosa verde (sulfato de hierro) en la dosis de una onza de caparrosa para una libra de agua. La seda se pondrá negra al instante, si habia sido teñida con agallas. TUBOS OE ÍO.VÍUCTO, Jubos de lienzo para, el agua, el vapor, el gas 3 etc. L a goma elástica , empleada hoy dia en una multitud de usos, recibe aquí una aplicación especial. En Inglaterra, Mr. Hancock ha adquirido una justa celebridad por un muy crecido número de privilejios que ha recibido por el uso de c;ta sustancia. Por lo que respecta á la fabricación de los tubos, he aquí como se espresa : Yo fabrico , dice é l , mis tubos de todas largarias y dimensiones, y sin la m e nor costura , con tela de velas, que cubro de muchas capas sucesivas de goma clástica, y su resistencia es 310 AiiTKS tan g r a n d e , que aun los mas débiles, puestos á la prueba, sostienen una presión de 000 libras por 27 mil enalbados; asi pues son aplicables á casi todos los usos á los cuales muy á menudo se destina el cuero ó el metal. En la fabricación de los tubos comunes, empleo sencillamente la resina disuelta , pero cuando están destinados para servir de conductos para la cerveza, el alcohol, los v i n o s , e t c . , les aplico interiormente una hoja de esta sustancia lo que impide que estos líquidos contraigan ningún gusto ni olor desagradable. Nunca están sujetos al menor rezumo, son mejores que los de cuero o de metal tan fácilmente oxidables y por eso peligrosos. lilis tubos ofrecen además las ventajas siguientes: Como son m u y flexibles, se les pu¡ de trasportar f á cilmente , ponerlos de cualquh r m o d o , o bien suspenderlos; nunca embarazan el local. Siendo de una estrema elasticidad , convienen a d mirablemente para la conducción de las aguas cu los puntos donde están espucstas á helarse. Tor que no tienen costuras no rezumen , ni se pudren n u n c a , y no exijen ningún gasto para conservarlos; bajo este punto de vista son preferibles á los conductos de curro para las bombas de incendio. Empleados para s i f o n e s , tampoco es menos evidente que deben ser ¡'.referidos á los tubos metálicos, en razonde su flexibilidad y de que cierran herméticam e n t e ; de suerte (pie estando llenos de líquido el a i re se halla del todo espulso, y no puede introducirse en ellos cuando se les adapta una llave de fuente á cada estremo. Cuando llenos; son trar.portablcs donde se q u i e r e , y una vez «ducados basta, para ponerlos en a c c i ó n , abrir las llaves. No ha pues de pomparse, como se ha de hacer con los sifones metálicos. T OFICIOS. 311 No son menos útiles para la conducción del gas de alumbrado. Cerno la goma clástica es uno de los mas débiles conductores del calórico, mis tubos pueden trasmitir el vapor de agua á muy largas distancias. NOTA. Todas las ventajas prometidas por el inventor han sido realizadas en numerosas fábricas de I n glaterra. Mástic probado para barnizar el interior de los tubos de conducto de las aguas ,y preservarlos de la oxidación. Cera amarilla Aceite de linaza Resina blanca Pez Sebo Yeso de París 6 cal viva en i kilogramo i kil. i marc. (í kilógr. 9 ki'lógr. Í}89 gramos. 8 kilógr. polvo Si se quiere dar mayor elasticidad á este m á s t i c , puédese añadir 1 kilogramo de goma clástica disuelta en cinco lilrot de esencia de trementiua. El mismo mástic se aplica también con mucho s u ceso sobre la madera. TURBINA* Con este nombre se indican las ruedas hidráulicas horizontales, y por consiguiente cuyo árbol de rotación es vertical. El movimiento que reciben es dado por la fuerza de impulsión del agua que llega por un canal inclinado. Estas máquinas han sido poco e m - 312 ÍIITBS jileadas por espacio de largo t i e m p o ; pero recientemente se ha lijado la atención sobre las ventajas, quizas exajeradas por un entusiasmo poco meditado , que las turbinas ofrecen cu una multitud de circunstancias. Tienen sus detractores, pero sea lo que fuere de esta polémica, es cierto que este sistema de ruedas ha dado resultados muy notables y en estremo ventajosos en un sin número de casos; principalmente las turbinas de paletas curvas. Este es el jénero de ruedas que se ha aplicado al molino de ¡¡asuele en Tolosa , cuya descripción se lee en el tomo 1.° de la arquitectura de Bélidor. Particularmente cu los molinos de harina es en donde pueden con utilidad emplearse las turbinas. El árbol de la rueda hidráulica atraviesa la muela inmóv i l , y está fijo en el eje de la muela corriente, que hace tantas revoluciones como la turbina; lo que evita el encaje de unas ruedas con otras, y por consiguiente los gastos de c o n j t r u c c i o n , evitando los r o zamientos. Mas puesto que una muela de un metro 60 centímetros de diámetro no debe j a m á s , para una buena moltura, hacer menos de 48 vueltas por min u t o , la rueda debe tener esta misma «elíridad; p a ra obtener el mayor efecto posible, la celeridad del curso de agua debe ser doble del de la circunferencia de la rueda. Admitamos que para una muela de dos metros la rueda debe hacer , así como la muela, 48 vueltas por m i n u t o ; como la eircumferencia de la rueda tiene 6 metros 85 , las paletas deben describir este espacio en la 48 parte de un minuto , es decir cerca de 5 metros por segundo; el d o b l e , 10 metros, es pues la celeridad del a g u a , lo que corresponde á una caída de 5 metros. En el caso en que no se tuviese este salto á su disposición, seria necesario disminuir el diá- Y OFICIOS 313 metro tic la rueda, para procurar esta misma celeridad á la muela. A veces se da á las turbinas la forma cónica; y llámanse entonces ruedas de pera. Son un cono inverso con paletas con te rucadas en espiral al rededor de la superficie: la rueda da vueltas en una obra de f á brica cónica , y está movida por el impulso del agua que arroja un conducto oblicuo. Cuando el agua ha perdido su fuerza de proyección, continua obrando por su propio peso descendiendo sobre los espirales, hasta que llega a b a j o , donde un canal la recibe y le da salida. E n todas estas r u e d a s , el árbol vertical es llevado hacia abajo por una rangua fija; y cuando este árbol sirve de eje en un molino de harina , como es necesario que uno pueda ser dueño de separar un poco mas ó un poco menos la muela corriente de la que es i n m ó v i l , es preciso que el palo que sostiene la rangua sea una pieza de madera de cuyas estremidades haya una de l i j a , y la otra susceptible de subir ó bajar do una pequeña altura. 314 ARTES nrV%n/Vt/TL^V%/UM í4>^ rVM/VIH! <VWVV^ ULTRAMAR FACTICIO. Prepáranse hidratos de silice y de alúmina cuya proporción de agua se determina, calcinando una corta cantidad para e n s a y o ; se disuelve hasta saturación la sílice en una disolución de potasa cáustica, y para 72 de sílice supuesta anhidra (del todo privada de a g u a ) . Añádese una cantidad de hidrato de alúmina que debe contener 70 de esta tierra en el mismo estado; evapórase hasta sequedad , ajilando continuamente, se hace fundir una parte de carbonato de potasa y 2 de sulfato; se le echa poco á poco la mezcla precedente; se lava en seguida la masa para obtener el ultramar. Este proceder da á veces porciones de ultramar de un muy hermoso color; pero en muchos casos el producto es verdoso. Mr. Robiquet había visto que se obtendría á veces muy bien por la simple calcinación de la arcilla kaolín (que contiene naturalmente potasa) con potasa y azufre. Modificando este último proceder es como Monsieur Fcrrand ha podido suministrará muy bajo precio ultramar que presenta muchas ventajas á los pintores en razón de su gran solidez. 315 y oncros. Ensayo del poder calorífico de una ulla. Se comienza por destilar en una retorta una c a n tidad pesada de esta u l l a , y se pesa igualmente el residuo sólido; se incinera un peso determinado del carbón obtenido, y se procede en seguida á la determinación del poder calorífico. Este ensayo está fundado en la reducción del litarj i r i o ; se reduce el combustible á polvo muy tino, se pesa de el un gramo , (me se mezcla con 20 gramos á lo menos y 4 0 á lo mas de litarjirio; se coloca la mezcla en el fondo de un crisol de tierra de la m e j o r calidad, y se echan encima 20a' 3 0 g r a m o s de l i tarjirio, de manera que se ¡lene a' lo mas el crisol hasta la m i t a d ; se calienta poco á p o c o , colocando e l crisol sobre un queso; la materia se hincha mas ó m e n o s , y cuando está del todo fundida se cubre y se da un fuego fuerte por espacio de seis minutos. Cuando el crisol está enfriado, se rompe; si la operación ha sido bien hecha , el boten de plomo se separa bien; si ha sido conducida con demasiada rapidez, el botón es deslucido, hojoso y poco d ú c t i l , y contiene un poco de litarjirio no reducido. Si se han de hacer muchas operaciones de seguida, se puede vaciar el plomo en una rielera é introducir inmediatamente otra mezcla en el crisol. El carbón puro dará con el litarjirio bien libre de minio treinta cuatro veces su peso de p l o m o , y el hidrójeno ciento tres. Para conocer la relación del hidrójeno del carbono, si una ulla contiene C de carbono y 8 de productos volátiles, y diese P. de p l o m o : dando G de carbono 316 «RTSS 34 X G de plomo, U de materias volátiles no darian sino P — 3 Í X G , Se tendría P — 34 X 34 G. . de carbono. Las cantidades de calórico desarrolladas por el carb ó n , las materias volátiles y el combustible no alter a d o , serian como 34 X G , P — 34 X G Y P representando las cantidades de p l o m o , O como C P — 3 1 X G y P 34 34 Representando las cantidades de carbono. E l litarjirio del comercio contiene siempre una corta cantidad de m i n i o , lo que le da un tinte rojizo: es preciso escojcrle lo menos rojo posible, y no emplear sino el menor posible en esceso. Si la apariencia do la lilla no había suficientemente indicado su naturaleza de una manera aproximativa, un ensayo p r e l i minar bastaría para hacer conocer la proporción de litarjirio que se ha de emplear. Es preciso siempre hacer á lo menos dos ensayos, y que su resultado solo difiera de 1 á 2 centesimos. T OFICIOS. 317 VELAS DE SEBO. Los sebos, tales como son estraidos del a n i m a l , l l e van el nombre de sebo en rama. Estas masas están formadas de un gran número de pequeñas vesículas que encierran el sebo. Para separar estas membranas de la materia grasa , se emplea casi jeneralmente el proceder siguiente que , en verdad, es muy defectuoso. Se cortan las ramas de sebo á pequeños pedazos, y estos se hacen calentar fuertemente en una caldera de cobre; el sebo entra entonces en f u s i ó n , pero solo sale de las vesículas que han sido cortadas; y únicamente á una temperatura muy elevada puede salir de las que han escapado al cuchillo, y por eso el calor arrugando las membranas , permite que salga de ellas. Entonces se separan de él los fragmentos de estas membranas, pasándolo al través de un tamiz tupido; estas membranas, casi tostadas por el calor que han csperimenlado, quedan sobre el tamiz , y en seguida se prensan fuertemente para esprimir de ellos la g r a sa que las moja. El residuo se emplea para alimento de los animales. El sebo purificado se coloca entonces en un vaso profundo en donde se mantiene m u chas horas en estado de f u s i ó n , y durante las cuales se forma un poso de todo lo que podía haberle quedado de infusible. Este proceder es evidentemente muy defectuoso, en cuanto exije una temperatura muy elevada que altera por precisión el sebo. Un proceder mucho mejor, que algunos fundido- 313 ARTES res intelijentes han puesto en práctica, consiste en moler las ramas por medio de una muela vertical que corre un dornajo circular, y á la cual se da movimiento por medio de un manubrio. Reducido el sebo en una especie de pulpa ó de papilla , todas las p e queñas vesículas quedan rompidas; y entonces no falta mas que fundirlo á una temperatura solamente necesaria para obtener esta f u s i ó n , y separar las membranas, haciendo pasar la materia fundida al través de un tamiz de crin tupido. Esta fusión puede operarse por la aplicación directa del calor, pero es mas ventajoso emplear el vapor de agua. Sin embargo no conviene hacer condensar el vapor cu el bario de sebo, porque el agua caliente procedente de esta condensación, obrando sobre la parte membranosa de las ramas m o l i d a s , provocaría la formación de cierta cantidad de jelatira , que cu parte se combinaría con el sebo y le haría impropio para el alumbrado; esta j e l a t i n a , espécimen lando además muy fácilmente la fermentación p ú t r i d a , dariamuy luego al sebo un olor i n f e c t o , el cual no se le podría quitar sino m u y imperfectamente. Conviene pues hacer obrar siempre el vapor de modo que el producto de su condensación no se mezcle con el sebo; para esto, se mete la caldera en otra y se introduce agua entre los dos v a s o s ; ó bien se coloca la caldera cu un serpentín de c o b r e , en el cual se hace circular el vapor de agua. E n todos estos casos es ventajoso emplear este vapor para prolongar la fusión del sebo después de la separación de las membranas, á fin de facilitar la precipitación de las materias cstrañas que pueden quedaren suspensión. Los sebos fundidos y purificados por decantación pueden servir inmediatamente en la fabricación de v e l a s ; por lo común se emplean parles iguales de gra- r ojiaos. 319 sa de buey y de sobo do c a r n e r o ; pero algunos f a bricantes hacen esperimenlar á estas grasas una nueva operación (pie tiene por objeto endurecerlas. Tratamiento de los sebos para y endurecerlos. blanquearlos Se somete de nuevo el sebo á la fusión y se le echa, una cierta cantidad de alumbre reducido á polvo muy f i n o , ó también en disolución en la menor cantidad posible de agua hirviendo. Otros fabricantes empiezan por hacer licuar el s e b o , añadiéndole el cuarto de su peso de agua , y en seguida ie hacen pasar al través de un lienzo; lo ponen en la caldera con una nueva cantidad de a g u a , mas media onza de salitre > otro tanto ds sal amoníaca y una onza de alumbre calcinado por ocho libras de sebo; la mezcla se m a n tiene en ebullición hasta que no se formen ampollas en la superficie del sebo licuado; entonces se deja enfriar. El pan estraido de la caldera presenta en su parte inferior grasas que se separan; después de lo que el sebo se funde de nuevo con la adición de un cuarto de onza de salitre purificado ; se deja hervir un poco, y se separa la espuma morena que sube en la superficie. En teoría, no se esplica muy bien la eficacia de esta adición complicada de diferentes sales; pero ha de creerse que esta eficacia no es menos real, puesto que una larga cspcricncia la ha demostrado. O t r o s , en f i n , emplean un proceder publicado en Inglaterra por II. H e a r d , y que parece haber dado los mejores resultados. Consiste en echar en el sebo cu fusión , una cantidad de ácido nítrico concentrado que varia según la naturaleza del sebo, y que puede elevarse hasla A gramos por quintal para los sebos de consistencia blanda: un trabajador bracea v i - 320 ARTES vamenlc la m e i c l a , que se mantiene en fusión hasta que ha tomado un tinte naranjado; entonces se deja enfriar y se la somete á la acción de una prensa muy poderosa, después de haberlo encerrado en una estofa de l a n a , y esta en un enrejado de bramante muy f u e r t e ; despréndese de el un aceite fluido, y el residuo es un sebo amarillento, que adquiere mucha consistencia. Entonces solo falta blanquearlo, lo que se consigue de un modo cierto csponiéndolo al aire y á la luz. Parece que las velas preparadas con sebo as/ tratado son de una calidad muy superior á las velas comunes. El aceite Huido, así estraidodel sebo, puede usarse en las lampusas de iluminado, y en m u chas artes. Cualquiera que haya sido por otra p a r t e , el modo de purificación del sebo, las velas se preparan por los procederes conocidos de amoldamiento (i de la baquel i l l a , que nosotros omitiremos describir. Be las torcidas para las velas de sebo. El algodón empleado para estas mechas ó torcidas no debe tener ni fragmentos de g r a n o s , ni nudos ni otra inmundicia que pueda dañar á su capilaridad; los hilos deben ser u n i d o s , poco torcidos y doblados sobre sí mismos. El modo mas sencillo y mas espedito de hacer las m e c h a s , consiste en poner en un tambor ó en una pequeña caja un número de ovillos de hilo igual á la mitad del de los hilos que deben formar la mecha; estando las mechas por lo común compuestas de 18 h i l o s , tan sido han de ponerse en el tambor 9 ovillos. Se toma el hilo de cada uno de e l l o s , se reúnen y se les hace pasar juntas al rededor de una clavija vertical fija en una m e s a ; se reúnen los dos haces de hilos, y Y OFICIOS- 321 se k s presenta un cuchillo vertical fijo en la misma m e s a , á una distancia de la clavija igual á la largaria que deiie tener la mecha ; estando la estremidad del haz de los hilos cu contacto con el c u c h i l l o , se c o r t a , se da á la mecha una lijera torcion , y se continua corlando de nuevas. Algunos fabricantes hacen hervir en vinagre las madejas de algodón destinadas á hacer las torcidas, haciéndolas secar en seguida bien. Probablemente esta operación solo se ejecuta en los algodones que proceden de las barras de las c a r d a s , y que solo puede hilarse impregnándolo de una agua jabonosa. El v i nagre tiene entonces por objeto descomponer la corla cantidad de jabón que queda en el algodón; el álcali se separa, y queda en el hilo una materia grasa que debe facilitar la combustión. Otros también sumerjen las mechas en aceites esenciales , en el alcohol puro, ó que tiene alcanfor en disolución. Guando estas sustancias quedan, al menos en parle en el algodón, se concibe que siendo m u y combustibles, deben ayudar la inflamación de las torcidas. En f i o , hay fabricantes que sumerjen la tercíela en cera ó espérela de ballena cu f u s i ó n ; en este último caso las velas ron mucho mas duraderas, porque estas materias siendo menos fusibles que el sebo, la mecha se descubre m< nos , y sube en ella menos sebo á la v e z ; pero este efecto no puede obtenerse sino á espensas de la intensidad de la l u z , y el proceder aumenta sensiblemente los gastos de fabricación. El invierno es siempre la estación mas favorable para la fabricación de las vtlas. Las que son hechas de mucho tiempo sen preferibles á las recientes; pues correa m e n o s , duran mas, y dan mas luz. liase dielio que las velas crau» considerablemente TOBO n i . 21 322 ARTES mejores cuando se anadia al sebo fonda de castañas de India : acerca de esto debe haber una equivocación ; la adición de la fécula en corla cantidad, echaría á perder la vela; pero parece cierto que haciendo hervir el sebo en agua que contenga castañas de i n d i a , este seho se combina con una especie de resina contenida en la castaña, y esta adición endurece el sebo y le asemeja hasta cierto punto á la cera. Parece que este proceder está puesto en u s o , principalmente en Mans. El perfeccionamiento de las velas ha sido objeto, en Inglaterra y en F r a n c i a , de numerosos ensayos: hasta aquí ninguno ha presentado resultados satisfactorios. Wílliam Boltz ponía sus mechas en las volas del todo fabricadas, cuando se las (pieria quemar. Estas velas son entonces masas de sebo vacías. Primero empleaba la forma lijerameute cónica de las velas c o munes , y mas tarde íes dio la forma de prismas de seis c a r a s , en razón de la facilidad que presenta esta forma para embalarlas. También preparaba cilindros de seho agujereados en el e j e , y otras q u e , independientemente de esta abertura c e n t r a l , tenían otra dispuesta circularmente al rededor de la primera. Estas últimas estaban e n tonóos formadas por dos cilindros huecos concéntricos que dejaban un intervalo entre sí. Las velas llenas debían quemarse en candeleras de resorte que sostenían la estremidad superior de la vela á la misma altura ; la torcida era mnv corta , y era sostenida en el centro de un dedal de sebo liquidado por medio de un pequeño travesano que se apoyaba en los borde.v del orificio del cilindro en el cual la vela estaba encerrada, (i por medio de un alambre de hierro fijo en la superficie superior de! cilindro. T OFICIOS. 323 Mr. Boltz había también i [«ajinado un aparato m u y ínjenioso para hacer velas por compresión; mas este método ha sido abandonado, á pesar de haber afirmado el inventor que las velas así obtenidas duraban mas, daban una luz mas hermosa, y no .corrían. VIDRIADOS. Nosotros comprendemos aquí bajo esta denominación desde los vidriados mas groseros hasta la mas bella porcelana. DIPBRBKTB9 PROCBOERES POCO C0S0CIII0S. Aplicación de los tuioinos driados. sobre pastas de vi- Se pueden enriquecer todos los vidriados, sin n i n guna cscepcion, con adornos variados y aun delicados , y con poco g a s t o , mientras estos adornos, ó á lo menos su c a m p o , sean en hueco. Por medio de una especie de sellos de m e t a l , que se llaman moletas, y de los cuales se hacen recientemente numerosas aplicaciones en mil artes diferentes , es como se imprime en las pastas de vidriado todavía blandas, los adornos con que se las quiere decorar. El proceder de impresión por el sello, para colocar al lado de las unas las otras partes independientes de adorno, tales como florones, e t c . , y el de aplicación con pequeñas molas o moletas, que llevan grabado en su circunferencia el adorno que se quiere colocaren ía circuuferencia de u;;a p h z . i , son procederes y útiles 324 A M E S que seria supérfluo describir; son bien conocidos en muchas artes. Pero su aplicación sobre las pastas de vidriado exije precauciones particulares. En j e n c r a l , conviene que la pieza sea todavía bastante blanda para recibir fácilmente esta impresión ; pero conviene igualmente que tenga bastante consistencia para no ceder á la presión en el acto de la i m presión; para que la pasta, adheriendo con demasiada facilidad al sello ó á la moleta, no sea arrastrada por estos instrumentos, deben estos untarse con aceite ti todavía mejor con esencia. La segunda y mayor dificultad que presenta este proceder, es que ciertas p a s t a s , como la porcelana, sobrepuja al cabo de poco tiempo. Para vencer este obstáculo, se deja al bosquejo de las piezas destinadas á ser imprimidas, un muy grande espesor, espesor proporcionado á su tenacidad ó á su í'rajilidad. Torneadura y cinceladura. Dos son los medios que hay para hacer nacer sobre una pieza esos lados o vuelos llamados HmwsUUules {gmidnms) , y esos somi canales llamados cirios {cannc'ure.s}. Estos medios son la amoldadura, de la cual no hablamos a q u í , r la torneadura ó la c i n celadura al torno de que vamos á tratar. El mismo torno que se emplea para tornear ó cincelar la madera, el y e s o , los metales, puede servir para torn e a r , estriar ó cincelar las partes de vidriado. Sin e m b a r g o , Mr. Baudet ha propuesto un torno mas apropiado para este uso especial, cuyo movimiento es mas suave , y no está sujeto á las mismas sacudidas, y que puede estar provisto de un mandril elástico que retiene mas exactamente ci objeto sin apretarlo. Y OFICIOS. 325 Mas no es tan solo en la disposición del torno que consiste la diferencia, sino en la preparación d é l a pieza que se ha de lomear ó c i n c e l a r ; conviene, p a ra la mayor parte de los v i d r i a d o s , que esta pieza haya sido bosquejada muy espesa, y que haya t o mado bastante consistencia para poder resistir sin romperse los golpes inherentes á esta especie de trabajo. Como la herramienta descantilla y no i m p r i m e , es menester dejar tomar á la pasta una m a yor consistencia que en la operación de la amoldura. Ll'STKB M E T Í L I C O SOBRE LOS VIDRIADOS. Esta es una especie de adorno en el cual los colores participan algo del brillo metálico , si en el cual los metales, estreme.mcnlc divididos y colocados á semejanza dolos colores, deben tomar su brillo m e tálico por la cocción , y que no tienen necesidad, para ser bruñidos y lustrosos , de estar sometido.; á la operación del bruñido. Pueden admitirse, en razón de su orijen , cinco especies de lustres metálicos. 1.° Lustre de oro. Tiene del todo el color del oro , y adquiere su brillo metálico por el simple frote con un lienzo. O'otiénese precipitando una disolución de oro en el ácido nitro-muriátieo (agua réjia) por el amoníaco. Sábese que el ainoniuro de oro que se precipita en. este caso es lo que los químicos llaman también oro fulminante. Como no goza de esta propiedad sino cuando está seco , es menester guardarse de llevarlo á este estallo , pero tomarlo todavía húmedo , y mezclarlo con esencia de, trementina; entonces, sin añadirle ningún fundente, se estitndc con un pincel sobre el barniz de los vidriados, como se hace para los 326 ARTES colores. Se pasa al fuego de m u f l a ; adhiere sobre los v i d r i a d o s , y toma un lustre metálico que aumenta todavía frotándolo fuertemente con un lienzo. Puede reconocerse que una pieza ha sido dorada por este proceder, observando que el oro que cubre todas las p a r t e s , tanto esteriores como interiores, ofreee por todo el mismo l u s t r e , el mismo bruñido, sin manifestar en ninguna parte vestíjio del bruñidor. Este d o r a d o , estremamente delgado, no tiene la s o lidez , ni sobre todo la duración del dorado ordinario. 2." Lustre de platino. Se toma una disolución concentrada de p l a t i n a , y je mezcla con esencia de espliego o cualquier olro aceite esencial; y sin añadir ningún fundente, se estiende esta disolución con el pincel sobre el barniz al cual se quiere dar el lustre metálico muy semejante al de l a plata , y en seguida se pasa la pieza al f u e go de mufla. La platina aparece con todo el brillo mcíálico, y toma un bruñido tan vivo como si hubiese sido 1ralada con el bruñidor. El efecto es muy hermoso. 3.° Lustre burgos. Este tiene un matiz rosácco y al mismo tiempo amarillento metálico de ciertas conchas preciosas; no es o p a c o ; deja al contrario muy bien percibirla cubierta sobre la cual se ha cstnutido; participa de! color de esta cubierta , y toma entonces tintes dife rentes y muy notables. Muchos son los procederes que se empican para hacerlo, Y OFICIOS. 327 A veces se funden juntos a z u f r e , oro y potasa, ó bien oro en un sulfuro alcalino ya h e c h o ; se disuelve en el agua ; se precipita por un ácido d é b i l ; se r e cojo el precipitado , que se conserva bajo la consistencia de un jarabe espeso en esencia de espliego ó de trementina. Cuando quiere aplicarse sobre porcelana dura , se ha de moler con una corta cantidad de fundente v i drioso, y csteuderlo con mucha limpieza , y lo mas delgado posible sobre la cubierta ; se cuece á la mufla, y para volverle todavía mas hermoso, se puede renovar la capa de la misma manera. La cocción basta para darle , sin que haya necesidad del frote , el brillo admirable y el bruñido que tan justamente le hacen aprcciable; pero debe tenerse presente que el menor vapor en la mufla . las chispas carbonosas, el menor polvo, el demasiado grueso de la capa, echan á perder todo el efecto, lo alteran, y vuelven deslucido y sucio. Háeesc también con oro f u l m i n a n t e , que te estiende en una capa delgadísima; pues una capa mas g r u e sa , seria lustre de oro. El lustre burgos puede colocarse, como los precedentes, sobre toda especie de vidriado, mientras que se cubra ó barnice. 4.° Lustre cantárida. Este , á pesar de sus vivos y brillantes colores m e tálicos , es poco usado, porque es muy difícil de aplicar y de que dé buen resultado. En jeneral, es cloruro de plata en parte descompuesto por vapores combustibles, y que ha tomado el c o lor que esta sustancia le hace por lo común adquirir. Para obtenerlo, se hace una mezcla de barniz v i - 328 A1ITM trifieable plomífero o vidrio de plomo (cristal) , de un poca de óxido de bismuto y de muriato de plata; se empica esta mezcla con el pincel como un color, sobre un vidriado esmaltado cualquiera , sea colocándolo en el f o n d o , sea dibujando coa el adornos. Se pasa esta pieza al fuego de m u l l a , pero cuando se ha enrojecido se saca para esponerla al humo de uu combustible vejeta! ó a n i m a l , ó bien se introduce este humo en la mulla. Las partes de la pieza que están cubiertas de este lustre toman calores verdes, roj i z o s , amarillentos, azulados, cu fin todos los m a t i ces metálicos que el muriato de plata y de plomo son susceptibles de adquirir. Vesé que la gran dificultad en el uso de este lustre resulta de la operación del ahumado de la pieza en su estado de incandescencia, y del peligro que se «orre de romperla por el cambio súbito de temperatura al cual se ha de espouer. í". Luslr» de lilarjirio. El método para este singular lustre es muy poco conocido; se halla en vidrios muy groseros fabricados en el éste de Alemania. Es uu lustre amarillento , que tiene brillo metálico amarillo de o r o , verdoso, azulado, análogo al lustre cantárida , pero en el cual el amarillo domina constantemente. Y OVICIOS. 32!) El interesante descubrimiento de Mr. Daguerreva ;i aumentar eousidcrablcmenlc el consumo hasta aquí bastante limitado que se hacia del yodo. Eslasustancia se estrae si no esclusivameute, á lo menos cu :u mayor parte de la masa sólida que se obtiene por la descomposición de diferentes variedades de fucú: ó algas , y que es conocida en el comercio con el nombre de sosa de varees. El proceder mas jeneralmente conocido para la e s tracción del yodo de esta sosa, consiste ca tratarla en callente por el ácido sulfúrico, del cual una parte se trasforma cu gas sulfuroso y cede exíjeno al potasio que estaba en combinación con el yodo , para producir potasa , que se une á otra porción de ácido sul-¡ f úrico empleado. El yodo , puesto en libertad , se v o latiliza y va á cristalizarse cu la parte fria de los v a sos; una corta cantidad pasa con diversos ácidos y a g u a , en la cual se disuelve. El yodo es s o l i d o , en forma de hermosas láminas romboédricas, de un gris de acero ; es friable , de un sabor acre, fusible á 1 0 7 ° , volátil en hermosos vapo^ res violetas. Forma sobre la piel una mancha amar i l l a , que desaparece al cabo de algún tiempo. E l agua disuelve á corta diferencia ' / , el alcohol al contrario lo disuelve en grande proporción. El agua añadida á esta disolución alcohólica precipitad yodo bajo forma de un polvo muy dividid >. El amoníaco disuelve el y o d o , y cuando se le añade agua , se pre-» cipita yoduro muy f u l m i n a n t e ; y conviene no olvidar esta propiedad. ; u 0 ( ) .1 3- ' » I i i . ;í, 1:'! ARTE. OXL DIBUJO roTOJÍ;\ico. ó TTOCCAW \IOV d tuaV Vis cAv^do* u a U w t d w v wnitu S6v lUW'yiAos O T si "RV'WKVOS \j *\u d sotorco V i d Viv^vx, AAV wvVvsAa. POrL tnietnlit'o ttv lie ttavictltut venl. [ E s c r i t o leido e n la S o c i e d a d d e Xiondres , e n enere de 1839). TRADUCIDO DEL ESTRACTO DADO POR EL ATLYEO. y. a w. .-•/' Y OFUKOS, 333 ARTE DEL DIBUJO F0T0JMÍC0. E n medio de la especie de fermentación intelectual que distingue el siglo cu que v i v i m o s , con la rapidez de las comunicaciones, el número y la actividad de los órganos de la prensa, nada tan común como las cuestiones de prioridad. Entre el gran número de personas que cultivan un arte ó una ciencia , la mis ma idea lia debido herir mas de un cerebro á la vez , cuando un descubrimiento algo notable ha sido su consecuencia, se halla frecuentemente sazonado al mismo tiempo y proclamado cu muchos puntos d i f e rentes. Vamos á ver de ello un reciente ejemplo en el arle nuevo que constituye el objeto de esta memoria. Apenas en París, M r . Arago habia anunciado á la Academia de Ciencias de Francia que Mr. Daguerre habia conseguido reproducir á su g u s t o , sobre un papel preparado á este objeto los dibujos de la cámara o s c u r a , cuando un alemán anunció en la Gacela de .íusbtirgo, haber , á la primera noticia que de ello r e c i b i ó , descubierto el proceder del autor. Mas el principio de dibujar ó reproducir una ¡majen por medio del nitrato de plata habia sido aplicado, h a ce y a mas de veinte y cinco a ñ o s , por I I . B a v y , mientras que el secreto del descubrimiento de M o n sieur D a g u e r r e , es de fijar sin alteración y de c o n servar la ¡majen producida , lo que el escritor alemán no pretende haber efectuado. lina competencia mas temible es la de Mr. T a l b o t . Este sabio se presenta, cu e f e c t o , con una colección 334 ARTES considerable de dibujos que llama fotojénicos, ó pro* .ducidospor la l u z , hechos bajo toda especie de combinaciones variadas, y que son por sí mismos, é i n dependientemente de sus alegaciones dignas además de todo crédito, una prueba material del tiempo discurrido desde el descubrimiento , hecho por é l , de un proceder análogo al de Mr. Daguerre. Desde la primavera de ( 8 3 1 , el autor tuvo la idea de aplicar al arte del dibujo la propiedad que los químicos habían reconocido en el nitrato de plata de colorarse cuando está en contacto de los rayos violetas de la luz (1). Pensó primero difundir sobre un pliego de papel una suficiente cantidad de nitrato de plata, y esponer este papel al sol colocando delante de él un objeto que diese una sombra bien definida. Debíase producir una imájen que en cierto modo se asemejase al objeto interpuesto, puesto que las parles oscuras del papel deben necesariamente quedar blancas. El autor pensaba no obstante no poder conservar estos dibujos sino en una cartera , y deber limitarse á examinarlosá la luz de b u j í a s , porque la del día debía por necesidad deslustrarlos ennegreciendo el resto del papel. Habiendo los primeros ensayos del autor modificado sus ideas y abierto un mas vasto campo á sus es» (i) líase reconocido recientemente por M . Scaulon, í j u e tan solo en contacto con nrj cuerpo combustible es c o m o el nitrato (le plata que se ennegrece a la l u z , y que encerrado luego que está fundido en un fiasco tapado al esmeril , conserva , aun al s o l , su color blanco. E l contacto de los dedos ó la cubierta de un papel que £c quita l u e g o , bastan ¡íara darle la propiedad de c u perecerse. T oficios. 335 peranzas, quizo conocer si se había preocupado y si ios archivos de la ciencia contenían algunos datos sobre semejantes trabajos. Halló a l g u n o s , pero m u y v a g o s ; el método había sido tanteado, pero no se v i s lumbraba que nadie hubiese seguido la idea mas lejos. La mención mas esplícita del hecho que haya p o dido descubrir Mr. T a l b o t , se halla en la pajina 170 del primer volumen del diario de la Institución Real, en la cual se lee que la idea fué espuesta antes por Mr. vY'cdgwood , y que una larga serie de esperimentos hechos por él y por Mr. 11. Davy no han dado un resultado satisfactorio. He ahí como se espresa con respecto á esto el ilustre q u í m i c o , cuyo nombre r e cuerda tantos otros brillantes descubrimientos. «La copia de un dibujo , desde que se ha obtenido, debe, conservarse en un lugar oscuro, ruédese examinar muy bien a la sombra, pero esto no debe ser s i no por muy poco tiempo. Ningún ensayo emprendido para impedir que las partes incoloras se ennegrezcan con la l u z , ha salido bien. Ilanse cubierto de uua capa de barniz b l a n c o , pero eslo no ha destruido su poder de coloración. Cuando se hacen pasar los rayos del sol al través de un grabado sobre papel preparad o , las partes blancas son lentamente copiadas, pero la luz trasmitida por Jas partes diversamente sombreadas , raras veces es bastante limpia para dar á la copia la semejanza que producirían intensidades diferentes de tintas. « Las imájenes producidas por la cámara oscura han sido encontradas demasiado indistintas sobre el nitrato de plata, para formar un dibujo aun en un tiempo bastante, prolongado. Copiar estas imájenes ha s i do el principal objeto de Mr. Wcdgvvood, pero todos sus numerosos esperimeutos no han tenido un resultado satisfactorio.» 336 ARTES Había motivo para desanimarse, viendo el ilustre preceptor así sin ningún resultado completo sus propias indagaciones, y Mr. Talbol confiesa que, él h u biera abandonado esta empresa como quimérica, si no hubiese conseguido fijar la ¡majen producida por el efecto de la l u z , de modo que la garantizase de toda deterioración , antes de haber tenido noticia de la especie de imposibilidad de conseguirlo que había creído entrever 11. B a v y . Continuó pues sus esperimentos , y tuvo lugar de sorprenderse del número considerable de efectos d i versos que puede producir el uso de procederes Iberamente modificados, y del tiempo muchas veces considerable que exije su entera manifestación. A s í , imájenes de esta naturaleza, que parecían muy bien conservadas al cabo de un a n o , se han alterado en el decurso del ano siguiente. También creyó n e cesario no apresurarse en hacer conocer su proceder, y de asegurarse por un asiduo examen si el tiempo tenia influencia lenta pero cierta sobre los dibujos fotogénicos, y si se volvían gradual y uniformemente colorados. Una esperieneia de cinco anos le pareció suficiente para disipar toda inquietud de esta naturaleza, y él ha conservado por todo este espacio de tiempo , un bastante número de eslos dibujos sin que hayan esperimenlado alteraciones, para atreverse á contar en las conclusiones que él ha sacado de sus esperimentos. Las imájenes obtenidas sobre el papel preparado con nitrato de plata son blancas por sí mismas, pero el fondo sobre el cual se obtienen es diversa y agradablemente colorado. Tal es la variedad cuyo proceder es susceptible, cambiando solamente las proporciones y algunos pormenores de manipulación, puedensefácilmenteobte- v oviai&s- <537 n c r los siguientes colores: ;izul de c i e l o , amarillo 7 r o s a , moreno de diferentes matices, negro. El verde es el solo que f a l t a , á exepcion de un tinte oscuro que se acerque al negro. La variedad azul es de un hermoso e f e c t o , bastante semejante al de las figuras blancas sobre un fondo a z u l , que presenta u ciertos vidriados de Wedgwcod. Esta variedad ademas se conserva por sí misma y pueden guardarse en una cartera; lodos estos matices son combinaciones químicas diferentes, pero que los químicos hasta aquí no han suficientemente distinguido. Los primeros objetos á los cuales el autor aplico su proceder, fueron las plantas de su herbario o plantas frescas, que consiguió representar igualmente bien con sus nervios de las h o j a s , los pelos de las diferentes partes del vejelal, e t c . , etc. La idea de trabajo se ¡imita naturalmente á un efecto de ejecución muy minucioso y completo", parece mucho mas difícil de hacer por el dibujo las mil flores de un agrosüs con sus pelos capilares, cada una de ellas provista de un cáliz Infido que no puede verse sino eon el l e n t e , que una ancha y sencilla hoja de encina ó de castaño. Mas por el proceder f o tojénico , el uno no cuesta mas trabajo ni tiempo que el o t r o , y la exacta representación de ambos se delínea de nuevo por el poder sin límites de la química natural en el espacio de algunos segundos. Para dar una idea de la exactitud minuciosa de la imitación , Mr. Talhot refiere que habiendo recibido la ¡majen de un encaje de un dibujo muy complicado, lo enseñó á muchas personas á la distancia de un m e tro , y les preguntó si la semejanza era perfecta. Mas nadie quiso creer que esto fuese un dibujo, todos sostuvieron que era el encaje mismo el que les enseñaba. La hermosura de las imájenes producidas por los priTOSIO ni. 22 .I3¡¿ tHTES meros ensayos del autor, le hacia mas sensible su destrucción subsiguiente por la acción continuada de la l u z , y resolvió hacer nuevos esfuerzos con el objeto de conseguir conservarlas. Observó que el nitrato de plata ennegrecido por la luz no es el mismo cuerpo químico que. era antes. E n consecuencia, si una pintura producida por los rayos solares es cu seguida sometida á cualquier proceder químico , es claro que la parte colorada y la parte blanca probarán necesariamente efectos d i f e rentes, y es probable que después de semejante acción, los cambios ordinarios producidos por la l u z c o el nitrato de plata no se percibirán, ó á lómenos no llegarán á confundirse una con otra las porciones coloradas con las que no lo están. Los primeros ensayos para encontrar el método preservativo de que se trat a b a , no tuvieron resultado; pero muy luego el autor fué bastante afortunado para descubrir no tan solo un medio sino dos medios para llegar á este resultado. Uno de los dos es mas á menudo empleado por é l , pero exije menos delicadeza en su uso. El cambio químico que el autor llama proceder preservativo es mucho mas eficaz de lo que podia esperarse. El papel que antes era tan sensible á la l u z , es de tal modo indiferente á e l l a , que el autor ha manifestado á la Sociedad Real muestras que han quedado del todo blancas después de la esposicion por espacio de una hora á los rayos de un so! ardiente. Así se halló resuelto e! maravilloso problema de fij a r de. un modo permanente lo que es provcrvialmente lo mas fugaz de la naturaleza, la misma sombra, ese emblema universal de lo pasajero. Así se recibe sobre el papel una sombra destinada á no durar sino un instante, ella se fija en é l , se pega á é l , y y a no f OFICIOS. 339 puede ser alterada ni aun espouiéndola á los rayos solares que debiau producirla solo un momento. Independientemente de este proceder conservador, Mr. Talbot ha observado que en ciertas circunstancias en que le era imposible de formarse una idea evada , el papel común de nitrato de plata podia , producir y a el dibujo, conservarse sin alteración , mientras no estuviese espuesto á los rayos directos del sol. De suerte que sin que se pudiese distinguir la causa, ciertos dibujos se conservaban muy bien por espacio de uno ó dos a ñ o s , mientras que otros se ennegrecían del todo en muy corto tiempo. El ignora s i , por un estudio minucioso de estas circunstancias, se podrá llegar á pasar del proceder preservativo; pero como este proceder da poco trabajo y permite esponer los dibujos aun á la luz del s o l , es probable q;;e se encontrará siempre mas utilidad en acudir á ellos. No obstante el viajador naturalista podrá, con comodidad, emplear este papel de duración incierta, para sacar así una ¡majen rápida del objeto que el no tendrá intención de conservar y de poner su dibujo en su c a r t e r a , donde quedará bastante distinto pata consultarlo cuando convenga. El defecto de este papel es en particular que el fondo es jeneralmente des i g u a l , lo que no es de consecuencia cuando solo se busca la utilidad y no la hermosura ó la corrección de un dibujo. La primera aplicación que se presenta para hacer del injenioso proceder f o t o j é u i c o , es la de los retratos en silcuta. El método ordinario de seguir con la mano la sombra producida, está sujeto á grandes i n certitudes que hacen dificilísima la similitud. Nada podia imajinarse de mas limpio y de mas preciso que los retratos en silueta obtenidos sobre el papel preparado, por medio de los rayos solares. .'¡40 wiTss Übttéuense asi dibujos muy agradables, espouicudo papel preparado á los rayos del sol que han atravesado vidrios pintados, y tomándola precaución de ennegrecer la parle de vidrio no colorada, como se hace para las linternas májicas comunes. Es preciso que los vidrios no contengan ni amarillo ni rojo subido , porque estos colores detienen los rayos violetas de la luz que son los únicos dotados de la acción química. El dibujo así obtenido se parece quizás mas que ningún otro á la obra orijinal del artista. En estos casos es cuando el aulor ha encontrado apariencias de c o l o r , pero confiesa no haber tenido tiempo para seguir estos esperimentos, que daban indicios de variedad de matices. El autor desciende en seguida á una aplicación muy importante de su proceder reproductor de imájenes á las que son formadas con el microscopio solar. Sabemos que los objetos cuyo admirable instrumento nos permite examinar los pormenores, curiosos y sorprendentes para nosotros, son muy muchas veces complicadísimos; el ojo puede muy bien comprender el c o n j u n t o , pero con mucho trabajo el l á piz consigue, deíincar esos minuciosos detalles de la naturaleza en su prodijiosa variedad. Por eso raras veces se ha probado reproducirlos por medio de los dibujos ordinarios, y si se ha hecho, ha sido á costa de un inmenso trabajo. M a s , ¿seria posible recibir la pintura en un papel que conservase la impresión, y dejar así á la naturaleza misma sustituir su inamitable lápiz al del artista, desanimado por la dificultad de un objeto tan complicado? La primera tentativa no tuvo resultado. Después de una hora de esposicion á un hermoso sol de una imájen muy limpia sobre papel preparado con nitrs?- f OÍKÁOS. Í4i to de piala, ningún vestijio de dibujo se produjo. Pero variando y estudiando uuevos métodos de preparar el papel para hacerle impresiouahle á los rayos solares, Mr. Talbot c o n s i g u i ó , después de muchos e n s a y o s , descubrir uno que dio un producto infinitamente mas sensible que ninguno de los que habia empleado hasta entonces. Guando un pliego de este papel que el llama sen-ible, se coloca en uua cámara oscura, y en él se delinea la i majen de un objeto puesto en el campo de! microscopio s o l a r , encuéntrase al cabo de un cuarto de hora que se ha producido un dibujo exacto de la iniájcn. La pérdida de luz que seria la consecuencia de ello impide emplear de muy gruesos. Mr. Talbot ha obtenido sin embargo de 17 veces la dimensión l i n e a r , sea 289 veces la dimensión de superficie, y aun algunos otros de dimensiones mas considerables. Por este medio ha conservado con una perfecta limpieza, cristalizaciones microscópicas que nunca hubieran podido ser reproducidas por el lápiz de uo artista. Aunque M r . Talbot esté muy distante de pensar que haya conseguido producir el papel mas sensible que pueda prepararse, y al contrario, se persuade que todavía hay mucho que perfeccionar, no obstante ha llegado á los siguientes resultados: Si ponemos un pliego de este papel junto á una ventana, en nada espuesta á los rayos directos del sol, sino al contrario en una dirección opuesta, el papel comienza inmediatamente á colorarse; así si se prepara este papel durante el dia , no ha de dejarse descubierto, sino luego que está concluido, encerrarlo en un armario ó en un cajón para dejarlo secar, ó bien secarlo de noche al calor del fuego. Antes de servirse de este papel para dibujar cualquier objeto, el autor lo acerca como de costumbre á la luz por espacio de 342 ARTKS algunos instantes, para darle un lijero matiz que íe permite juzgar si el fondo es bien i g u a l . Si aparece lal en la primera prueba, lo será por lo común también en el resultado final. Pero si se presenta alguna mancha que tome el mismo color que el resto, es m e nester tirar el p l i e g o , q u e , lejos de ofrecer un f o n do negro uniforme necesario para la hermosura del dibujo, presentarla al contrario anchas manchas blanc a s , insensibles á la l u z , y que destruirian el efecto deseado. Este papel que es tan sensible á la luz difusa, lo es todavía mu.-ho mas á los rayos directos del sol. T a l es la rapidez del efecto producido, que puede decirse cpie el dibujo se acaba al mismo tiempo que se c o mienza. Queriendo hacerse una idea exacta de la d u ración del tiempo necesario en el caso en que se e m pleen los rayos solares, el a u t o r , después de muchos ensayos, se ha convencido que no posa de medio s e gundo para obtener un primer modelo muy limpio de los objetos que se han de dibujar. Una de las aplicaciones de que Mr. Talbot ha sacado los productos mas notables por su hermosura, es el uso del papel preparado para conservar los efectos obtenidos por medio de ¡a cámara oscura; y fue conducido á ensayar este uso por el resultado que había obtenido con el microscopio solar. Construyó una especie de cámara oscura con una grande caja , y por medio de una buena l e n t e , recibía la ¡majen del otro lado de la caja sobre un papel muy sensible. El aparato colocado al s o l , frente de un edificio bien i l u m i n a d o , fué separado al cabo de una h o r a , y el p a pel presento una copio m u y limpia del edificio, en todas sus parles que estaban en la sombra. Después de algunos ensayos, el autor apercibió que necesítal a menos tiempo y q u e los resultados eran mas per- T OFICIOS. 343 rectos con unas cámaras oscuras mas pequeñas. Los dibujos producidos son p e r f e c t o s , pero tan pequeños que en cierto modo han de examinarse con el lente. Se esforzó en reproducir en todas sus v i s t a s , en el verano de 1 8 3 5 , la casa de campo que h a b i t a , cuya antigua y notable arquitectura la hacia susceptible de hermosos e f e c t o s , y parecía complacerse pensando que era la primera casa que ha, hecho su propio retrato. Puso al rededor del edificio , cierto número de cámaras oscuras en cada una de las cuales colocó un papel preparado que ajustase al foco del l e n t e , y al cabo de media hora , encontró una representación en miniatura de cada vista del edificio , y de los o b jetos vecinos. Es claro que este proceder muy sencillo, puede servir de grande recurso al viajador que ignora el arte del dibujo, ó al mismo artista apremiado por el tiempo. Disponiendo muchas cámaras oscuras en las localidades convenientes, reportará con facilidad ricos materiales que podrá mas tarde obrar, seguro de no haber descuidado ningún pormenor. Estatuas y bajos-relieves iluminadas con una luz i n t e n s a , han dado igualmente á Mr. Talbot buenas representaciones por medio de la cámara oscura. En fin , ha aplicado su método con suceso á copiar dibujos, estampas y aun manuscritos; para lo que pone la estampa en contacto íntimo con el papel preparado , y colocando este del lado del grabado. Es menester que la presión sea muy igual y el contacto perfecto para reproducir limpiamente las líneas y sombreados del orijinal. Metiendo este aparato al s o l , los rayos de luz atraviesan el grabado por todas partes, escepto en donde ellos son detenidos por las lineas opacas del dibujo. ha consecuencia se produce una copia exacta del o b - 34-4 m m jeto grabado ó dibujado. El tiempo necesario para; obtener un efecto completo , varia según el grado de espesor del papel de la estampa; pero por mas grueso que sea, mientras deje pasar un poco de l u z , puede estarse seguro del feliz resultado. Un papel grueso exije cerca media bora. El autor Ira copiado de esta minera grabados preciosos muy delicados y complicados , llenos de pequeñas f i g u r a s , y cada pormenor lia sido ejecutado con una inimitable precision. El efecto de la copia era muy agradable aunque estuviese absolutamente opuesto al del o r i j i n a l , pues que sustituía los claros á los oscuros y vice-versa, pero era de naturaleza tal que podia dar ideas útiles á los artistas sobre el uso de la sombra y de la luz. Podría temerse que la estampa orijinal no fuese maltratada por su presión contra el papel preparad o , pero esto nunca l l e g a , mientras que ambos sean completamente secos. En el caso aun en que se h i ciese alguna mancha en el g r a b a b o , e s fácil q u i tarla por una aplicación química que en nada daña al papel. El autor, después de haber así obtenido una copia perfectamente exacta , pero inversa, de un grabado ó de un dibujo , quiso adelantar un paso m a s , y reproducir los claros y los oscuros en su arreglo primitivo; para e s t o , comienza por volver inalterable al sol el pape! que contiene la copia en sentido inverso de una estampa que el quiere reproducir absolutamente semejante al o r i j i n a l ; después echa mano de ella para obtener por el mismo m e d i o , con otro pliego de papel pn-parado, una segunda copia en la cual los c í a los y los oscuros vueltos al revés de nuevo se e n cuentran precisamente como si estuviesen en el dibuj o primitivo. Así pueden reproducirse con poco gasto eso* grabados antiguos y preciosos que son tan bus- Y oi'icios. eados en las colecciones, pero que no seria posible hacerlos grabar de nuevo. Mr. Talbot v u e l v e , al terminar su m e m o r i a , s o bre la singularidad que ha observado en ciertos p a peles, que preparados, que han de ser muy sensibles, se hallan no obstante, en el ensayo, sin esperimentar ningún cambio por la acción del sol. A veces s o bre el mismo p l i e g o , preparado en apariencia de la misma manera , se dejan percibir espacios de lincas bien delinidas, que quedan perfectamente blancas é inalterables, mientras ¡pie la menor luz hace r á p i damente ennegrecer todas las partes vecinas. A m e nudo las manchas son de un azul celeste pálido , r o deadas de lineas de un blanco brillante , que todavía hace resaltar mejor el tinte negro del espacio que inmediatamente le sigue. La opinión del autores que esía anomalía es debida á lo que él llama el equilibrio instable. Por el proceder seguido , debemos obtener una ú o t r a de dos combinaciones químicas definidas, y cuando se llega cerca del límite que las s e p a r a , la formación mas bien de una que de otra es debida á circunstancias muy poco importantes y difíciles de comprender. Son compuestos en proporciones fijas, y sus propiedades muy diferentes , como la esperiencia lo ha demostrado. Tal es en sustancia la relación leída por Mr. T a l bot en la Sociedad Real de L o n d r e s , de sus trabajos y resultados. Lo mismo que Mr. D a g u e r r e , ó los sabios que han señalado su descubrimiento, no ha h e cho conocer esplicitameute los procederes que ha empicado. Conténtase con indicarlos de modo de poner fácilmente en camino los que querrán repetir sus esperimentos; la base es una solución de nitrato de p l a t a , y no es difícil discurrir el uso de reactivos químicos propios para descomponer esta sal sin tocar 346 ARTES en. la parte ennegrecida, y detener así instantáneamente la acción de la luz sobre las partes del papel que debe conservar su blancura. Sin duda mas de un físico y mas de un q u í m i c o , en este mismo momento , se esián ocupando para buscar y hallar los p r o cederes , y repetir ó variar los curiosos resultados que anunciamos. NOTA. íbamos á imprimir cslc artículo cuando hemos recibido copia de una carta escrita por Mr. Talbol á Mr. Crislic, y leida el 21 febrero último en la sociedad Real de Londres. En esta carta, da á conocer los procederes que ha seguido, 1. para preparar el papel fotojénico, 2 . para fijar el dibujo de un modo permanente. 1 . Escoje el mejor papel de carias del cual Ja I n g l a terra presenta tan escelcntcs calidades. Lo sumerjo en una solución lijera de sal marina , enjugado de modo que haya el líquido penetrado por lodas partes , sobre una de las caras del papel tan s o l o , estiende una disolución de nitrato de plata dilatada en seis á siete veces su peso de agua , lo seca al f u e g o , y el papel queda listo para todos los efectos ordinarios. Una cierta proporción de las sales da el m á x i mum de sensibilidad al papel. Preparado así, es m u y bueno para dibujar plantas. Los rayos del sol pasando al través de las h o j a s , dibujan exactamente las mas pequeñas ramificaciones de los nervios. Lavado con una disolución de sal m a r i n a , y secado , este papel pierde gran parte de su sensibilidad á la luz, sobre todo si está preparado de, algunas semanas; pero si entonces se imbibe de una nueva cantidad de nitrato de plata , se vuelve a! contrario mucho ma Y OFICIOS 347 sensible que antes. Repitiendo muchas veces estas l o ciones alternativas os como Mr. Talbot prepara papel propio para la cámara oscura. H a y un máximum el punto de sensibilidad deque no puedo pasarse, sin que el cloruro de plata formado sobre el papel se e n negrezca por sí mismo , y sin luz visible ; seria entonces demasiado visible. el papel Cuando se han preparado un buen número de pliegos , M r . Talbot corta un pedazo de cada uno de e l l o s , señala estos pedazos con números correspondientes, y los espone por un cuarto de hora á la luz d i f u s a : como siempre hay en ellos diferencias individuales , escoje los mas sensibles para los efectos mas delicados- II. Para fijar las ima'jencs, Mr. Talbot ensayó , sin gran suceso, el amoníaco y otros reactivos. E n f i n , encontró, en el yoduro de potasio en disolución muy dilatada paraque no ataque las partes vecinas, un medio de descomponer todo el cloruro de plata no alterado. Fórmase un yoduro de plata que no es atacado en nada por la luz aun del sol. Llégase por tanteos;! la mejor proporción en que ha de emplearse. Así fijados, los dibujos son hermosos y duraderos. Otro método consiste en templar en una solución concentrada de sal marina , que , como hemos v i s t o , disminuye la sensibilidad del papel hasta destruirla del todo. Al sol las partes blancas toman un color lila pálido, y quedan en seguida inalterables. Los d i b u jos conservados por el yoduro de potasio tienen a l gunas veces en sus partos blancas un color amarillo de prímula de jardín pálido , color que pasa al fuego á un amarillo vivo de gualda , para tomar su c o lor primitivo enfriándose. 348 IRTBÜ Vése que el proceder de Mr. Talbot consiste en aprovecharse de la propiedad del cloruro de plata, de ennegrecerse á la luz y quedar blanco á la somb r a ; de donde se sigue que las partes iluminadas del paisaje son precisamente los puntos oscuros en su dibujo. Mas, según nosotros, esto no debe casi perjudicar el efecto y la semejanza , porque en otro instante del d i a , las sombras y los claros deben encontrarse en la realidad lo que ellos son en la copia. O b tiénese así un efecto exactamente contrario para la distribución de la luz en el estado del paisaje al momento en que la fija sobre el p a p e l , pero también será casi exactamente semejante al mismo paisaje q u i sas al cabo de pocas horas después. 503R3 EL LISTTÍTO И)! Ill П Н » . tarta Ae Mï, C c msVaUe, à Vos Y M o t w PHILOSOPHICAL MAGAZIWr. Ai Vi Ï i:u Inglaterra , continúan Tos esfuerzos para perfeccionar ó poner en planta los procederes fotojénieos indicados por M r . T a l b o t . Mr. Coustable, en una carta diríjida á los editores del Plüosophical Magazinc, anuncia haber e n contrado, en con tradición á la opinión de M r . T a l bot , que una solución acuosa de amoníaco , de fuerza moderada , obra como preservativo cierto contra la acción continuada de la luz sobre un dibujo fotojénico. Basta, para e s t o , sumerjirlo en el amoníaco por espacio de algunos m i n u t o s , después de lavarlo con agua pura. El primer efecto del álcali es dar á las partes sombreadas un tinte r o j i z o , pero se ennegrecen de nuevo á la l u z , mientras los claros q u e dan sin alteración. El dibujo se ha mejorado mas bien que alterado El autor recuerda que una solución de hiposulfito de sosa seria un escelente medio preservativo; pero no es muy fácil procurarse esta s a l , mientras que el amoníaco está siempre al a l c a n ce de t o d o s , y le parece muy superior al yoduro de potasio y á la sal marina, aconsejadas por Mr. Tolbot. Mr. Roberto Mallet ha descubierto que la luz del coque incandescente obra sobre el papel fotojénico, como la del sol y la de combustión del hidrójeno por el oxíjeno sobre la cal viva. Ve en este hecho «m m e - 352 JIOTES dio mas de utiliz r este p a p e l , tan propio para re jistrar largas series de observaciones continuadas en ausencia del observador. Por medio de un aparato m u y sencillo , podríase , por la combustión del coque, producir de noche la luz necesaria en la producción de este efecto. E n fin , M r . el doctor Fyse lia comunicado á la Sociedad de las Artes de Edimburgo un nuevo método de dibujos fotojénieos, por el cual se evita el inconveniente que presenta el de Mr. T a l b o t , de invertir los claros y los oscuros. Este es un proceder que se asemeja , á lo menos por los e f e c t o s , a! de Mr. D a guerre. El papel debe ser primero impregnado de fosfato de p l a t a , después ennegrecido del todo por la esposicion á la luz. En seguida debe meterse en una disolución de yoduro de potasio; y cuando t o davía está h ú m e d o , se coloca en presencia del objeto que debe representar , y se le deja basta que toda la parte espuesta del papel se haya vuelto amarilla. E n tonces ofrece una imájen exacta del objeto. El yoduro de potasio tiene la propiedad , por medio de la acción de la luz de descomponer el fosfato de. plata ennegrecido. Por todas las parles en que el objeto (¡tieso h a . d e dibujar deja pasar la l u z , se produce este e f e c t o , y se forma el yoduro de plata amarillo , pero el fosfato queda negro en donde la sombra del objeto detiene el efecto químico. Semejantes dibujos continuarían en debilitarse por la acción lenta del yoduro sobre el fosfato ; pero se detiene del todo este efecto por el simple método del lavado en el agua , que separa todo c! yoduro cscedcntc. Muchas muestras de hojas de á r b o l e s , dibujadas por este proceder, han sido presentadas á la Sociedad y han parecido tan perfectamente ejecutadas como las obtenidas por c¡ método de las sombras inversas. Y ("OCIOS. ,')53 Papel de cloruro de p l a t a , (papel Tal bol) ck de la misma manera buen resultado; tan solo la solución de yoduro de potasio debe ser mucho mas d é b i l , siendo el cloruro mas fácilmente atacado. E n ambos casos, conviene asegurarse , para darle el grado conveniente , (pie ella no obre á la i sombra sobre papel ennegrecido: para esto se pone en la fuerza conveniente liara observar un principio de a c c i ó n , y entonces se dilata uu peca para debilitarla. Sobre los efecto i del aire y de la luz en el restablecimiento de los colores alterados sobre las antiguas tapicerías de ílafael. (PHlosoptiical E l a g a z m e , j u n i o de 1 8 3 9 ) . En julio de 1823 , se espusieron á la curiosidad del público ingle» , ciertas tapicerías de Rafael que habían sido conservadas durante un largo número de anos embaladas en c o f r e s , y á lo que parecía g u a r dadas en lugar húmedo. Sus colores habian esperimentado una notable alteración , é independientemente de una fuerte disminución en la intensidad de los matices, mochos entre ellos habian cambiado de t i n te. Se observo con sorpresa que su esposieion a! aire y á la luz ejercía una influencia muy grande sobre estas tapicerías y revivaba sensiblemente los colores. Mr. Favaday sujerió á Mr. T r u l I , algunos medios de aumentar este efecto por uu es ceso mas completo de los rayos solares, y el suceso ha correspondido plena, acule á las esperanzas que se habian podido concebir. Por espacio de siete meses de esposieion al aire y á la l u z , cu una mauufatura bien situada, en C o vculry , habiendo desaparecido la humedad de la c*10510 tu. 23 '.Wl ARTES t o f a , los colores han sido restablecidos y reanimados, y el electo de la pintura primitiva ha reaparecido c a si completo. Los verdes habían pasado á azules, y casi por todas partes han vuelto á lomar su color primitivo. Los colores en masas habían cu jencral vuéltose pesados y deslucidos; pero han vuelto á tomar su brillantez y su lustre. El oro se ha vuelto también mas claro y mas brillante. El color de carne do las figuras, vuelto pálido, casi blanco , ha tomado otra vez su tinte elevado y las sombras fuertes que caracterizan el talento de Rafael. Una nueva frescura se percibe por todas partes; el efecto resultante, en particular de la reproducción de los claros en ¡as parles del paisaje, es muy estraordinario, y les comunica un ancho y un acabado que los cartones mismos no poseen , en su oslado a c t u a l , en los cuadros de San Pablo en A t e n a s , de la muerte de A n a n i a s , e t c . ; habia puntos del todo osc u r o s , ó eslensos paisajes, hileras de casas, masas de ramaje que han aparecido como por májia y aumentan mucho el efecto jeneral. En el martirio de san Estovan , habia grandes masas azules, como nubulcsas, que parecían rodear la ciudad de Jcrusalen; desaparecieron, y han sido reemplazadas por montañas muy limpias. El bosque de los olivos, que no presentaba sino algunos árboles todo azules y una espesa cortina azulada , présenla hoy día un bosque muy distinto ; la cortina ha desaparecido , las alfombras de yerba verde y niuzgosa han vuelto á tomar su frescura, continúan á producirse claros en el esposo del bosque, y por todas partes las tintas onjíuales se descubren del seno de tintas confusas que tres siglos de incuria habían producido. Es fácil ¡pie todos los que aprecian el movimiento Y OFÍCIOS. 333 de perfectibilidad, carácter dominante de la época a c t u a l , juzguen que la invención de Mr. D a g u e r r e , aunque sea ya admirable por sí misma , se baila t o davía cu embrión ; que el huevo «u (pie este está encerrado bien pronto va á abrirse y que saldrán de él casas mas admirables todavía, y sobretodo de una aplicación mas directamente útil. Mientras se espera la realización de todo lo que promete el daguerrotipo, vamos á hacer conocer las principales indagaciones á las cuales se han entregado ya personas injeniosas para estender su uso. I D S SBCCIOîl Ш ^ DEL 8ÍBÍD0 Ш 2 ^ Ш Ш DB ROYIEMBRE DE З э 1839. БОННЕ bos олнмов rsMDiiaBvti ¡POSS rx. гвоиимда DE К г . Б А Т А К D. LA Academia ha podido juzgar, en la comunicación que se le ha h e c h o , en su última sesión , de los d i bujos producidos por el proceder de Mr. Bayard, cuan interesante podia ser para las artes un descubrimiento recomendado ya por semejantes resultados. No ha habido en la Academia, mas que una voz sobre el mérito de estos dibujos, sobre su exactitud positiva, sobre su aspecto agradable al o j o ; y la ventaja inapreciable y única hasta aquí que ellos presentaban , de ser fijados sobre el papel, lo que hace su uso tan cómodo y su trasporte tan f á c i l , anadia todavía á t o dos los motivos de interés y de satisfacción que la vista de estes dibujos inspiraba á la Academia. Tal como ella es en su estado a c t u a l , y tal como nosotros hemos podido conocerla, según la declaración de Mr. Bayard, sin poder verificar por nosotros mismos, todavía menos manifestar por esperimentos que nosotros no debíamos ejecutar, las operaciones de un proceder cuyos resul lados solos nos estaban sometidos y bastaban solos para nuestra evaluación; la mayor dimensión que pueda adquirir la imájen, lomada en el punto mas favorable de un objetivo de 337 milímetros de f o c o , que en el con el cual opera Mr. Bayard. que es de lüG milímetros; y cree que po- 300 it¡ ITS drw l l e v a r s e á 1 9 3 . Mr.Bayard nnshamanrtVstadouna lisia <'e París, cji culada de este grandor, que reúne casi ledas las condiciones de la perfección en cuanto á Ja verdadera perspecliva y al efecto pintoresco. Para las figuras dibujada* según el antiguo la relación de las imájenes (pie ha obtenido hasta aquí seria de 1 3 5 milímclros para una estatua de 2 metros; y con respecto á esto a u n , estima que la aplicación de su proceder es susceptible de perfeccionamiento. No obst a n t e , no se podrá desimular que el papel sobre el cual se imprime la imájen , siendo de una s e n s i b i l i dad menor que la plancha metálica impregnada de yodo , el aumento que se podría obtener en la dimensión del dibujo seria á espensas de la limpieza. Para que la ejecución fuese tan satisfactoria y tan pronta, al mismo tiempo que se quisiese producir una imájen mas g r a n d e , seria menester que se pudiese añadir cu la misma proporción á la sensibilidad del papel; y esle es sin duda el punto esencial del problema que se trata todavía de resolver , y cuya resolución , si puede ser debida á nuevos esperi rúen tos de Mr. Bayard, interesará en verdad en el mas alto grado al arte y á la ciencia. La Academia sabe ya que las pruebas debidas al proceder de Mr. Bayard son producidas sobre papel, p o r medio de una preparación que consl'lnvi' en gran parle el secreto de este proceder. La calidad del papel que Mr. Bayard juzga mas propia ¡(ara asegurar el ex i lo de su operación es la del papel fino á la mecánicaya Prefiere el papel blanco al papel de color, cu- coloración se pierde igualmente á consecuencia de la preparación q<ie se le d a ; d; donde rebullan manchas que. dañan al dibujo, mientras que el papel blanco adquiere, por el hecho misino de esta prepa- T or-Híios. 36Í radon , una coloración que , partiendo del tinte r o j i z o , y ¡tasando por los tintes hollines para l l e g a r á la finta neutra. que tira al a z u l , produce un efecto jeneral tan harmonioso como agradable. Esta preparación del p a p e l , tan importante en el proceder de Jlír. Bayard , puesto que es la que, confiere al papel la sensibilidad que le hace propio para recibir los dibujos producidos por la l u z , se ejecuta además c o n mucha facilidad , sin q u e haya necesidad de ponerse á la sombra ó de temar precauciones incómodas; estoes debido á lo que él nos ha declarado, y que n o sotros no podemos prescindir J e señalar como una de las ventajas de cita preparación. Otro mérito posee, y consiste en conservar todo su valor durante un mes, por poco que los pliegos de papel que se han recibido se guarden con cierto cuidado en un álbum ó en una cartera; discurrido este tiempo, basta mojar el papel en un líquido preparado á este efecto, para que este papel vuelva á tomar toda su sensibilidad ; y se concibe , sin que sea necesario insistir sobre este p u n t o , la ventaja que puede presentar, en el decurso de les viajes mas ó menos l a r g o s , el tener continuamente á su disposición , en su mano , en un á l b u m , una cantidad mas ó menos considerable de pliegos de papel así preparados, y siempre propios para hacer de ellos el uso que se quiera. La prueba que Mr. Bayard obtiene sobre su papel en circunstancias de tiempos ordinarios, emplea á corta diferencia media hora en producirse; esto es, mas del tiempo que dura la prueba ejecutada por el proceder de M r . Daguerre. Mas este inconveniente se llalla bien compensado por la ventaja de poder fijar al punto donde se q u i e r e , sobre el papel mismo en que ella debe imprimirse, la imájeu prod-'.rida por el objetivo. Las circunstanciar, de tiempo las mas f a v o - 3G2 ARTE» rabies á la operación s o n , por un hermoso día de ver a n o , uu cielo nubuloso y uu sol intermitente (pie produce una gran luz y sombra alternativamente , de modo que ilumine sucesivamente las diferentes partes del campo que abraza el objetivo. P e r o , e n defecto aun de estas condiciones, y en la circunstancia mas desventajosa, la de un tiempo nubuloso, la imájén se produce todavía por el proceder de Mr. Bavard; solamente que se necesita mas tiempo; y en consecuencia . la imájen pierde también su pureza , en razón de que se forma con mas lentitud. Al lado de estas propiedades, ya tan notables , y que reciben todavía un nuevo precio por el uso de un pliego de papel cu lugar de una plancha de metal, se colocan otras ventajas no menos sensibles. La ¡majen que se produce en la cámara oscura , por el proceder de Mr. JBayard , sobre el papel preparado á este e f e c t o , puede siempre ser observada, por decirlo a s í , en cada grado de su formación; sigúesela en el desarrollo progresivo do su intensidad ; se detiene en el punto donde se desee que termine; si no se desea mas que un dibujo apenas delineado, ó una imájen tan débil como sea posible , se la fija en este estado, por medio de un lavado ; y este dibujo puede cu seguida entregarse al artista para ser lavado ó colorado. S i , al contrario se quiere que el dibujo obtenga mas v i g o r , no ha de hacerse mas que dejar obrar la l u z , todo el tiempo que se juzgue necesario. La naturaleza tiene siempre un testigo de su operación, que la reduce, la prolonga ó la detiene, según la necesidad que de ello t e n g a ; y e s t o , según nuestro parecer , es una de las principales ventajas del proceder de M r . Bayard. Añádase á esto que los dibujos producidos por este proceder se vuelven amarillentos, desde el mo- T onoios. 363 mentó que se hallan fijados sobre el papel por un lavado y la propiedad de conservarse , como dibujos A la aguada; puédense llevar en un v i a j e , arreglar en un á l b u m , pasarse de mía maíio á otra, sin a l t e rarse por el tiempo , sin borrarse por los f r o t e s ; y nosotros hemos tenido una prueba de ello por el e s tado mismo en el cual se encuentran la mayor parte de los dibujos de Mr B a y a r d , que circulan ya desde dos ó tres meses, sin haber esperimeulado alteración sensible; basta para que ellos se conserven en todo su vigor, que no estén espuestos al efecto directo de una luz demasiado viva. Estos son verdaderos dibujos, en cuanto á los medios tie conservación cjue p r e sentan, y en cuanto al uso que puede hacerse de ellos; no se destruyen sino por lo que destruye toda especie de dibujos debidos á la mano del h o m b r e , y por lo que les produce ¡i ellos mismos, por el tiempo y por la luz. Hasta aquí las aplicaciones del proceder de Mr. B a yard han sido principalmente dirijidos sobre masas de edificios, sobro detalles de interior, y de obras del a r t e , e s t a t u a s , bustos, figurines , que reproduce con tanta fidelidad y gracia. Entre otras aplicaciones de que el autor le cree susceptible, y que ha e n sayado con mas ó menos buen suceso , nosotros nos limitaremos á hacer mención de lo que consiste en r e producir el objeto imperceptible visto y engrandecido con el microscopio solar. Pero una de estas aplicaciones que creemos propia de Mr. Bayard, y que sera de grande utilidad para el arte y para los que lo c u l t i v a n , seria la reproducción de las estampas, que nuestro autor ha ya practicado con suceso. Sábese que Mr. T a l b o t , particularmente distinguido por ensayos de esta especie , no ha podido toda> ía conseguir la reproducción de una estampa, sino por un 36-1 «reres c o n t r a - c a l c o , en donde el negro toma el lugar del blanco, y reciprocamente el blanco el del negro; pero las copias obtenidas por el proceder de Mr. B a y a r d , aun que todavía débiles de liute é imperfectas de ejecución , ofrecen el efecto positivo del grabado , que producen tan solo en sentido c o n t r a r i o , con todos los detalles de su trabajo; y hay motivo de esperar que nuevos ensayos sobre este punto , sobre el cual apenas ha hecho algunos esperimentos, nos darán todavía algo de mas satisfactorio. En las pruebas obtenidas por Mr. B a y a r d , la f o r m a jeneral es de la mayor exactitud ; el modelo délas figuras, en todo lo que el siutor nos ha manifest a d o , ejecutado según la a n t i g a l l a , muy peca cosa deja que desear , solamente deseáramos en ello mas limpieza cu ios detalles, menos indecisión o morbidez en el color. P e r o , por lo d e m á s , no podríame.; desear un efecto mas satisfactorio y mas encanto unido á mas fidelidad en la copia de la ¡majen. Los dibujos de M r . Bayard tienenen una gracia que participa especialmente en presencia da la l u z , de las degradaciones de tinta que ella produee, y que sonde « n efecto verdaderamente encantador. Ellos ofrecen á los ojos de los artistas, el aspecto de esos dibujos de los antiguos maestros, algo fatigados por el tiempo; ofrecen del todo su apariencia , y tienen su mérito. Por todos estos motivos, la comisión de la cual tengo el honor de ser su ó r g a n o , ha decidido, unánimamente , que la Academia se hace un deber en atestiguar toda su satisfacción al proceder de Mou•sieur Bayard, y de recomendarlo, por todos los medios que estén á su alcance, al interés y á la jenerosjdad del Gobierno. 1 OFICIOS. .'(65 Firmado ; P i c o l , S e h n e t z , R a m e y , Pctitot, Dab r e t , Guénepin , D e s n o y m , Richomnie , Raoul-Roc h e t t e , relator; N a n t e u i l , presidentí, y H u y o t , v l ee-presidcnte de la Academia. La Academia adopta esta relación. Gertificado c o n f o r m e : El secretario perpetuo de la Aoademia, RAUL-ROCUBTTB. Mr. B a y a r d , que nosotros acabamos de c i t a r , está lejos de ser el único en ocuparse del perfeccionamento, de las esplicaciones ó de la esplieacion de los fenómenos del daguerrotipo. Vemos que en la sesión de la Academia de las Ciencias del 1-1 de octubre de 183!), Mr. Beuviére ha depositado un pliego sellado relativo á la fotografía ; en la del 21 actubre , ha depositado otro semejante Mr. Dclannoy. En esta misma sesión , Mr. Cauche ha presentado un objetivo prismático acromático destinado á los usos del daguerr o t i p o , y propone sustituirlo al objetivo común en la cámara oscura. Esta sustitución, que tiene por o b jeto obtener sin inversión ¡a imájen do los objetos, tiene, según el a u t o r , una ventaja señalada sobre el espejo paralelo que se emplea con el mismo objeto , cu razón de que este deforma muchas veces las imájenes ó á lo menos las vuelve nebulosas. Mr. Cauche anuncia igualmente que él ha sido el primero en imajiuar el sustituir por el pulimento de planchas metálicas destinadas á la fotografía, el t r i pol de Vcuccia á la piedra pómez pulverizadas. Pero lo que mas ha movido la atención con respeto a! daguerrotipo es el trabajo del doctor Dauué , 3GÓ ARTAS procederes de los cuales él hace un secreto, y que nosotros no podemos dar á conocer sino trascribiendo aqui la carta que dirijo á la Academia de ciencias en la sesión del 1-í de octubre. « Tengo el honor de dirijiros nuevas imájencs da«guerrótipicas grabadas por el proceder cuyos prime« ros ensayos había sometido á la Academia. Los prog r e s o s que este método ha hecho en corlo tiempo, « m e parecen justificar la opinión que de él concibió.« ron primero artistas muy distinguidos; los objetos « q u e hoy dia presento se componen : « « tx « « « « tí « I . Veinte ejemplares de una cabeza de Aníinous; « 2 . De un busto del Apolo de Belvedere y de una pequeña figura desollada sobre la misma l á m i n a ; « 3 , De un busto de MI le. Bache) hecha según el de C a n t a n ; « 4 . De un ensayo de dibujo microscópico tomado sobre el ojo de una mosca; « 5. En fin , un retrato al natural cpie no he tenido todavía tiempo de grabar, pero del cual presentaré en breve la lámina y las pruebas á la Academia al mismo tiempo que vistas de monumentos y nuevos objetos anatómicos; bs obtenido ya un muy buen resultado tomando la ¡majen de una persona muerta.» FIN. I X D T G E do l a s malt>rla« qicc c o n t i e n e este TC'M© E d . PRÓLOGO. ABONOS. A C E I T E S . Depuración da los aceita para el alumbrado. A C E R O . Nuevo medio de preservar el hierro y acero de la oxidación. A C E T I F I C A C I Ó N . Nuevo proceder para obtener el vinagre por medio de alcohol. A C I D O cítrico. ALAZOR. ALCOHOL. A R C I L L A S : su uso en las artes. A R S É N I C O . Su uso en la pirotécnica. A S T I C O T E S (Asticots). AUTOGRAFÍA. • A Z U L de Prusia. PREPARACIÓN del carbón animal para em« picar. BAÑOS BARRAS ó rieles aforradas). T Û 11 14 id, 16 17 13 26 27 28 30 33 35 37 de metal precioso. (Barras 38 3G8 ARTES BREA de la Epidermis de Abedul. 39 BRONCEADO. 40 — Verdadero bronce; color que adquiere al aire. — Bronceado de lo» cañones de fusil. — Bronceado para el yeso. —• Arte de broncear los objetos de cobre aligado con zinc. — Para hacer el bronce verde. — Recela para hacer el bronce que emplean comunmente los fundidores. — Modo de aplicar ¿1 bronce. — Modo de dar ai bronce el matiz conveniente sin emplear negro de humo. B U J Í A S esteárica;,. — De la saponifica/ion. — Descomposición del jabón — Presión en. frió. — Presión en caliente. calcáreo. Tratamiento de los panes de áciilo esteárico. — Mezcla de la cera y amoldamiento. — Pulimento de las bujías. — Refundición de. las recortaduras. — Fabricación de las mechas ó torcidas. — Preparación de las mechas. CAE HIDRÁULICA. C A R B O N A T O de. cobre. C A R M Í N . Carmina. C A R T Ó N . Cartón cuero. . 42 47 id. 48 40 id. 50 51 52 00 61 63 64 — — Cartones paro techo. — Cartón incombustible. — Cartón de musgo. — Cartón heUulo. C L O R U R O de cal. í>6 07 09 id. id. 70 71 73 74 78 id 70 id. 80 id. v ovicios. — Ensayo trta. COBALTO. de los cloruros clorome84 88 — Nitrato de cobalto. — Azul Thénard, preparado COLA de jclatina. •— Preparación la jclatina — Primer 369 ó de ta eon cobalto. de los huesos para </ue contienen. id. 89 id. estraer 90 proceder- id. — Segundo proceder. — Clarificación de la cola. COLA de pescado artificial. C O L O R A C I Ó N de las maderas 91 92 94 id. indígenas — Achiote. —• Ilubia. 96 id. — Ancusa. id. — Urchilla. — Palo Campeche. 97 id. — — Brasil. — Recortaduras de lana escarlata. — Azul tornasol. — — con palo campeche. id. 98 id. 99 — Añil. id. — Disolución, de cobre. Del tinte de. las maderas — Tinte de las maderas 100 id. de amarillo. en verde. 101 — — de las maderas en negro. C O L O R E S Nuevos. Sulfuro de Cadmio. id. 102 — Asfalto. — Moreno de Azul de Prusia. CONCHA fundida. — De las incrustaciones sobre la concha. 103 id. id. 106 — Modo de imitar á lomar el cuerno puro. C O P I A S múltiples TOMO n i . la concha por 107 de las escrituras. 108 24 370 MITES CROMO. — Cromato de potasa. — Cromato de mercurio. — Cromato da plomo. — Sub-cromalo de plomo, C U E R O S dorados sin oro. C U E R N O S para linternas. 112 113 115 id id. 11 (5 117 — Medio de obtener hojas de. cuerno finas sin resumir al enderazamienlo ni al rozamiento. — Fabricados con la piel, del vientre de ta jibia llamada m a r g a ü c . DAGUERROTIPO. — Utilidad* del daguerrotipo. — Descripción del procedimiento. — Primera operación. — Seguíala operación. — Observaciones. — Tercera operación. •— Cuarta operación. — Quinta operación. DAMIDA. DESDORADÜRA D E S I N F E C C I Ó N . Nuevo gas desinfectante, EBANISTERÍA. — Lobanillo de fresno. — —• de olmo. — Acebo — Nogal. — Lobanillo de nogal. E N C Á U S T I C O — Encáustico aposentos. — Para embarnisar E S M A L T E S . Pintura Mr. Alfredo Esset. id. 110 120 id. 125 126 120 132 133 13'i 137 141 114 145 W id. 15' 154 1¿>5 150 para cerrar los muebles. sobre esmalte; los id. 157 por 158 T ontMos. 37 í ESPERMA ele ballena. E S T U C O . (Badigeon.) ESTUCO. ESTRAS. — Záfiro. — Amatista. — Esmeralda. — Esmeralda de. Mr. [.ancón. — Topacio. —• Rubí. 103 167 170 171 173 id. id. 174 id. id. — Cerdc-mar. — Gránala siriaca. FILTRO PRENSA. Flores. Modo de conservarlas por de muy largo tiempo. — Artificiales de cera. — Colores ; Los blancos. •— — Los rojos. — — Los azules. — — Los amarillos. — — Los verdes. — — L.os violetas. — Medios de ejecución. FUENTES filtrantes. G A L A X I A ó creta de Brianson. G O M A elástica. id. id. 175 1 espacio 177 170 180 181 id. id. id. 182 id. 185 190 191 —• Tejidos dobles impermeables de goma clástica. — Tejidos sencillos id. id, — Tejidos elásticos de goma elástica. G O M A de fécula. GRABADO en talla dulce sobre acero ¿mor'dientes. G A S E S preparados las máquinas. para suavizar ) el roce 193 194 195 197 19S en 200 372 ARTKÍ C H A P E A D O (Plaqué ou Doublé). — De plata. — De oro x de platino. — Objetos chapeados. H U L E S ó encerados. J A B O N E S D I V E R S O S . Jabón de resina, bón amarillo. 202 Id. 204 20¡» 206 ó ja- — Jabones de. Tocador. — — de JVindsor. — — de. ramillete. — —• Ligeros. — — Diáfanos. J E L A T I N A alimenticia. L A C A de Rubia sobrefina. LACRE. L E C H E . Conservación déla teche. LIMPIA de los muebles. L I T O G R A F Í A Proceder de Mr. Girardet. — Trasporte sobre papel litográfico para sacar en seguida de él pruebas por el proceder ordinario. — 1." Trasparle de un grabado recientemente sacado. — Grabado sobre piedra. — Impresión de la piedra grabada. — Litografía con el rascador. — Preparación de la piedra. — — del dibujo. M A D E R A S DE T I N T E . Uso de los residuos de las maderas 209 210 211 212 id. 213 214 218 id. 220 22Í 222 224 id. 225 227 id. 228 229 de tinte. 231 — De Labor. Boj. Medio de obtener el lobanillo de boj tan buscado por los torneros. MARFIL. 232 234 r OFICIOS. 373 —>. Concha artificial producida por el marfil. M I C R O S C O P I O solar y microscopio de gas. M O R D I E N T E para el bronce. N E G R O S . Negro animal. 235 236 238 239 — Propiedades descolorantes animal. — Negro de impresión. — — de esquita. M C L U R A ó atizonadura. OPIO. 240 241 id. 242 244 de negro — Noticia sobre el cultivo del opio. O R O . Diversos procederes para su aplicación en muchas artes. Cloruro de oro. — Púrpura de Casio, obtenida de las preparaciones de oro y empleada para pintura de los esmaltes, de las porcelanas y de los vidriados. O X I D A C I Ó N de los metales, medios de precaverla. PACKFONG. PAJUELAS. P A N . De la adición en la pasta, de azúcar y fécula ó de harina en estado de engrudo. —• ó galleta animalizada. — Alcohol obtenido en la cocción — Fabricación Dr. económica del del pan. pan 245 249 251 252 254 256 257 258 id. por Gannat. id. P A P E L . Medio para mojar masas considerables de papel, sea para blanquearlo ó para colorarlo. 260 P A T A T A S . Diferentes productos que de se estraen y sus diferentes aplicaciones. 261 — Preparaciones alimenticias ella , gruau ha- 374- ARTBS riua, sémola , obtenidas de Un las cocidas. — Jarabe de fécula de patatas. pata262 21)3 — Sacarificación de la fécula por la da mondada. ceba265 P A V O N A R el acero y preservarlo. PLATA. PLATEADURA. P L A T I N O . Singular P L O MR A J I N A . P L O M O . Fabricación plomo propiedad id. 267 269 273 274 de que goza. del plomo granulado ó de caza. — 1." Formación — Granulación — Separación 275 del baño de fundición. 276 del plomo. 279 de las muestras. 280 — Eseojimieiilo. — Modo de dar lustre ti los granos. P I N T U R A al temple. Materia para zar el albayalde. P O R C E L A N A . Herniosos colores tura sobre la porcelana. para 281 id. reempla282 la pin283 — Fundentes. — ¡¡ojo de escarlata. 285 id. — Hierro. .— Moreno hepático. id. 286 — Moreno — Moreno — Morena chocolate. de pina. de Madera. — Amarillo moreno. — Moreno amarillo. - Amarillo de. Urania, id. id. id, 287 id. id. — Plomo. 288 — Tungsteno. — Barita. — Tente de cromo. id. id289 T OFICIOS. — Azul verde— Azul. — Preparación del óxido la pintura al fuego. —• Sobre algunos colores el tungsteno. 375 290 id. de cobalto para producidos por 291 id. — Azul de tungsteno. — Amarillo de tungsteno. —• Primer proceder. — Segundo proceder. — Tercer proceder. — Cuarto proceder. REFLECTORES. ROM S A L E S . Fabricación en grande de la sal amarga (sulfato de magnesia) ó sal ele. Epsom por medio del mineral llamado la magnesita. — Decoloración instantánea del ácido tartárico. SILOS. SOMBREROS de paja. Aderezo que se dá en París á los sombreros de paja comprados 292 id. id. 293 id. id. 295 293 en bruto. TUNTA I N D E L E B L E . — Tinta china. — Tintas de color, T I N T U R A . Medio para 301 304 30G 307 conocer si una color de punzó está bien teñida. •— Medio de reconocer si una seda ha teñida con agallas. T U B O S de conducto. Tubos de lienzo 298 299 300 seda 308 sido 309 para el agua, el gas, el vapor, etc. - Mástic probado para barnizar el interior de los tubos de conduele de la'. id. 376 ARTES aguasy TURBINA. preservarlos de la oxidación 311 id ULTRAMAR FACTICIO. U L L A . Ensayo del poder calorífico de una ulla. VELAS DE SEBO. —• Tratamiento de los sebos para blanquearlos y endurecerlos. 314 — De Ids torcidas VIDRIADOS. 320 323 — Diferentes — para procederes las velas de sebo. poco Aplicación de los adornos tas de vidriado. Torneadura y cinceladura. 315 317 319 conocidos. sobre pasid 324 — Lustres metálicos sobre vidriados. — 1." Lustre de oro. 325 id — 2.° Lustre de platino. — 3 . " ¡Mstre Burgos. — 4.° Lustre Cantárida. 326 id. 327 — 5.° Lustre YODO. de lilarjirio. 328 329 A R T E del dibujo fotojénlco. 333 — Sobre el dibujo — Relación por sobre el proceder folojénico. los dibujos 350 producidos de Mr Bayard. 358 INDICE GENERAL DE LAS MATERIAS q u e c o n t i e n e n estos t r e s t o m o » , D E QUE S E C0MF01TE L A P R Ó L O G O ; tomo I v. 111 T. P E S O S y M e d i d a s , I ix. A B O N O S , III 10. A C E I T E S , I 11. II 409. I I I 1 1 . A C E R O , I 2 0 . III 14. A C E T I F I C A C I Ó N , III 14. ÁCIDO CÍTRICO , I I I 1 6 . Á C I D O S , I 27. A G U A , I I 409. A G U A de C o l o n i a , I 4 3 . A L F I L E R E S , I 46, A L A Z O R , III 17. A L C O H O L , III 18. A N I M A L E S y Vejetales, II 410. Á R B O L de D i a n a , I 57. Á R B O L de S a t u r n o , I 5 8 . A R C I L L A S , III 26. A R E N I L L A , 1 59. A R E N G U E S , 1 60. A R S É N I C O , III 27. A S B E S T O ó A m i a n t o . 1 63. A S T l C O T E S , I I I 28. OBRA. 378 inmüt A U T O G R A F Ì A , III 30. A Z Ú C A R , II 4 1 2 . A Z U F R E , I 65. A Z U L de P r u s i a , I 3 3 . B A Ñ O S , III 3 7 . B A R N I Z , I 73. B A R O M E T R O , II 4 1 2 . B A R R A S ó R i e l e s , III 3 8 . B E R Z A A c i d a , I 104. B E T Ú N , M a s t i c o A l m a c i g a , I 106. B L A N Q U E O , I 120. B O T E L L A l u m i n o s a , II 4 1 3 . B O T I L L E R O , I 135. B R E A de carbón de P i e d r a , I 136. — De la Epidermis de A b e d u l , III 3 9 . B R O N C E A D O , I 139. III 4 0 . B R U Ñ I R el hierro , I ÌH. B U J Í A S Esteáricas, III 5 2 . CAL Hidráulica, III 71. C A L E S y M O R T E R O S , I 146. C A L Z A D O , I 154. C A N T I M P L O R A S , I 159. C A R B Ó N de T i e r r a , I 160. C A R B O N A T O de c o b r e , 111 7 3 . C A R M Í N , Carmina , I 197- III 7 4 . C A R T Ó N , 111 7 8 . C A R T U L I N A S , 1 161. C A R N E S , I 162. C E N I Z A S de platería, 1 1 6 5 . C E P I L L A R , I 172. C E R A , I 173. C E R V E C E R Í A S , 1.177. C E S T A S y c a n a s t a s , II 414. C H A P E A D O , III 202. C L O R U R O de antimonio , I 179. tirnuuL. — De C a l , Ш 8 0 . C O B A L T O , III 88. C O L A de J e l a t i n a , III 8 9 . — De B o c a , 11 414. — De Pesc ado a r t i f i c i a l , III 9 4 . C O L O F O N I A . I 181. C O L O R A C I Ó N de maderas, III 94. C O L O R E S , I 182. — C O L O R E S n u e v o ; , III 102. C O N C H A , I 262. III 103. C O N S T R U C C I O N E S , I 266. C O P E L A C I Ó N , I 280. C O P I A S de E s c r i t u r a s , III 108. C R I S T A L , I 2 8 1 . II 413. C R O M O , III 112. C U E R N O , I 282. C U E R N O S para l i n t e r n a s , III 117. C U E R O S , I 287. III 116. D A G U E R R O T I P O , Ш 120. D A N A I D A , III 141. D E C O R A C I O N E S , I 296. D E D A L E S , I 308. D E P Ó S I T O S T é r r e o s , 1 110. D E S D O R A D U R A , III 144. D E S I N F E C C I Ó N , III 143. D E S T I L A C I Ó N , I 311. D I B U J O , I 318. D O R A D O , I 319. E B A N I S T E R Í A , I 332. III 147. E D I F I C I O S , II 413. E N G O M A D U R A , I 330. E S C U L T U R A , 1 340. E S M A L T E S , III 158. ESLABÓN , I 343. ESPERMA de B a l l e n a , 111 163. 380 íHDice E S T A M P A S , I I 416. E S T A M P A S y L i b r o s , II 417. E S T A Ñ A D U R A , I 343. E S T O F A S , II 418. E S T U C O , I 317. III 167. E S T U F A S , I 351. II 419. E X T R A S , I 352. III 171. FAG-SIMILE , I 360. F E R M E N T A C I O N E S , I 361. F E R M E N T O , I 362. F I E L T R O , I 363F I L I G R A N A , I 365. F I L T R O - P R E N S A , I 3 6 5 . III 175. FLORES, III177. — Artificiales de C e r a , III 179. F U E N T E , 1 368. F U E N T E S Filtrantes, I I I 185. F U E G O , II 4 2 0 . G A L A X I A , 1 370.111 190. G A L A C T Ó M É T R O , I 373. G A L U C H A T , id. id. G A S , I 374. G O M A E l á s t i c a , III 191. — De F é c u l a , I I I 197. G R A B A D O , 1 375. III 198. G R A S A S , III 200. G U A N T E S , I 421. H A R I N i . , I 390. H E C E S , I 393. H I É L , 1 394. H I E R R O , I 39G. II 4 2 ! . H U L E S ó encerados, 111 206. I M P R E S I Ó N , II 5. I N D I A N A S , II 422. J A B O N E S , I I I 209. l.ESBIUL. J E L A T I N A , 11 37. I I I 214. J O Y E R Í A , II 36. L A C A S , II 50. I I I 218. L A C R E , II 52. I I I 218. L A D R I L L O S , II 56. L Á M I N A S , II 56. L Á M P A R A , II 61—423. L A P I D A R I A , II 6 5 . L Á P I Z , II 66. LAVADO, I I 7 6 - Í 2 3 . L E C H E , II 80. III 220. L E J I V I A C 1 0 N , 1181. L I B R O S , I I 424. L I C O R , II 8 3 . L I G A S , II 8 4 . L I M A , II 109. L I M O N A D A , II 113. LIMPIA de ios muebles, III 2 2 1 . L I N T E R N A S , 11 113. L Í Q U I D O S , I I . 114. L I T A R J I R ' . O , id. L I T O G R A F Í A , II 115. III 222. L O Z A , II 118. L U S T R E , II 131. M A D E R A S de t i n t e , III 231. — de l a b o r , III 232. M A N T E C A , 11 133. M Á Q U I N A S , II 137. M A R F I L , II 138. III 234. MARMOLISTERÍA, II140. MÁSCARAS, II143. M E C H A S , II 423. M I C R O S C O P I O s o l a r , III 236. M I E L , II 150. MORDIENTE, III338. 382 lüDioa M u e r , u 152. M U E S T R A S , II 156. M U S E L I N A S , II 426. N E G R O S , III 339. O B J E T O S v a r i o s , II 159. OBLEAS, II165. O P I O , III 244. O R O , II 107. III 249. O X I D A C I Ó N , III 252. P A C K F O N G , 111 254. P A J U E L A S , II 169 III 25«. P A N , III 2 5 7 . P A Ñ O S , II 427. P A P E L , II 172.111 260. P A R E D E S , II 4 2 7 . P A T A T A S , III 2 í í l . P A V O N A R , III 2C5. P E R G A M I N O , II 428. P I E D R A S f a c t i c i a s , II 191. P I N T U R A , 11 200.111 2 8 2 , P I Z A R R A S , I I 218. P L A T A , II 221. III 267. P L A T E A D O , II 222. P L A T E A D U R A , III 269. P L A T E R Í A , 11 225. P L A T I N O , III 273. P L 0 M B A J I N A , 1 1 I 274. P L O M O , II 226. III 275. P L U M A S , II 2 3 8 - 4 2 8 . P O R C E L A N A , II 283. P R E P A R A C I Ó N de los c o b r e s , II 240. P U L I R , II 247. P U R I F I C A C I Ó N , II 248. Q U E S O , II 250—429. R E D U C C I Ó N , 11 253. REFINADURA, II254. R E F L E C T O R E S , III 295. R E L O J E R Í A , 11 270. R O N , III 29G. S A L E S , II 281. I I I 298. S A L U B R I D A D , II 291. S E B O , II 292. S I L O S , III 3 0 0 . S O L D A D U R A , II 293. S O M B R E R E R Í A , II 296. III 3 0 1 . S O P L E T E , II 301. S U E L O S , II 303. T E J I D O S , II 305. T E L A S . II 317. T E L É G R A F O , II 430. T E N E R Í A , 11 322. T I N T A de escribir, II 363. III 3 0 1 T I N T A de las maderas, II 375. T I N T U R A , I I I 308. T I P O G R A F Í A , II 387. T U B O S , 111 30!). T U R B I N A , III 311. U L T R A M A R , III 314. U L L A , II 389. III 315. V A P O R , II 393. V E L A S , I I 3 9 9 . III 3 i 7 . V I D R I A D O S , II 400. III 3 2 3 . VINAGRE, II405. V I N O , II 431. YESCA, II407. Y O D O , I I I 329. Y O D U R O de potasio, II 408. A P É N D I C E . Arte del dibujo fotojénico, I I I 3 3 3 . FIN. V « m