documento (20.9 MiB) - Centro de Derechos de Mujeres

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documento (20.9 MiB) - Centro de Derechos de Mujeres
Memoria
2010
Encuentro centroamericano sobre los desafíos
para la construcción de la ciudadanía
de las mujeres en situación de conflicto
Comentarios
Testimonios
Reflexiones
2010
Memoria
Encuentro centroamericano sobre los desafíos
para la construcción de la ciudadanía
de las mujeres en situación de conflicto
© Centro de Derechos de Mujeres
Tels. 2221-0657 / 2221-0459 / Fax 2221-4368
Apdo. Postal 4562, Tegucigalpa.
Correo eléctronico: [email protected]
Página web: www.derechosdelamujer.org
Recopilación : Claudia Erazo
Coordinación y revisión: Hogla Teruel Fernández
Primera edición: diciembre de 2010
Diseño e impresión: Comunica
Impreso y hecho en Honduras
índice
Palabras de bienvenida e inauguración / 5
Objetivos del Encuentro / 5
Presentación / 7
Conferencia: La situación de conflicto y militarización que ha vivido
la región centroamericana en las últimas décadas (ubicación histórica) / 9
Panel: experiencias latinoamericanas, cambios experimentados
en los roles de las mujeres en situaciones de conflicto armado vividos
en las últimas décadas / 19
• Caso de El Salvador / 19
• Caso de Nicaragua / 21
• Caso de Honduras / 22
• Caso de Guatemala / 23
• Caso de México / 27
• Comunicado del CLADEM en Ecuador / 33
• Caso de Colombia / 35
Conferencia: Las violaciones a los derechos humanos de las mujeres / 43
Experiencias en el ejercicio de defensoría de derechos humanos
de las mujeres en Honduras: zona Norte y zona Centro / 47
• Zona Norte / 49
• Zona Centro / 50
Conferencia: Los efectos de la militarización en la vida de las mujeres / 59
Conferencia: Estrategias de seguridad y protección
de la vida en tiempos de conflicto armado y militarización / 65
Panel: los retos que enfrentan los movimientos de mujeres
y feministas como actoras sociales y políticas en un contexto
de crisis política y militarización / 71
• Caso de Guatemala / 71
• Caso de Nicaragua / 73
• Caso de México / 75
• América Latina: Escenario de muchos desafíos para las feministas
y los derechos humanos de las mujeres / 75
• Caso Honduras / 78
Conclusión y clausura / 81
Lista de participantes / 83
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Palabras de bienvenida
e inauguración
El Encuentro inició con las palabras de bienvenida de la coordinadora del Centro de Derechos de
Mujeres-CDM, Gilda Rivera, quien agradeció la participación de las mujeres que de diferentes partes
de América Latina y del país se hicieron presentes en este Encuentro.
También hizo una breve reseña de la violación a los derechos humanos en el país y como ésta ha ido
en ascenso a raíz del golpe de Estado en junio de 2009, resaltando que la privación de derechos es
ahora acompañada con el surgimiento de nuevas lesivas leyes como la Ley antiterrorista que atenta
contra la sociedad civil y las conquistas democráticas.
Seguidamente, la Coordinadora del CDM procedió a presentar los objetivos del Encuentro.
Objetivos del Encuentro
Objetivo general
Analizar los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situaciones de conflicto
armado y militarización de la vida cotidiana en los países de la región centroamericana, Colombia
y México.
Objetivos específicos
•
•
•
•
•
Analizar retos que enfrentan como organizaciones feministas.
Analizar los nuevos escenarios, económicos sociales y grupos fundamentalistas.
Caracterizar el conflicto y militarización.
Analizar efectos e impactos que tienen estos conflictos en las vidas de las mujeres.
Compartir experiencias en los retrocesos de los derechos humanos de las mujeres
en la región de Centro América.
• Conocer qué han hecho las mujeres ante estos desafíos de conflictividad armada.
El Encuentro tuvo lugar los días 2 y 3 de diciembre de 2010, y contó con la participación de
connotadas expositoras de El Salvador, Nicaragua, Guatemala y Honduras; además de la participación de invitadas especiales de México y Colombia. La metodología del Encuentro incluyó
la combinación de dos técnicas que permitieron exponer conocimientos y posiciones; y facilitar
discusiones, debates e intercambio de experiencias sobre un tema profundo y sensible para las
mujeres y feministas y de actualidad para nuestros países. Así, se hizo uso de las conferencias
magistrales y de la técnica del panel; y, al final de cada actividad, las participantes contaron
con espacios para plantear comentarios, recomendaciones o inquietudes.
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Presentación
Hogla Teruel
Coordinadora del Programa de Participación
Ciudadana de las Mujeres-CDM, Honduras
M
uy buenos días, en nombre del CDM le
damos la más cordial bienvenida a cada
una de ustedes. Es un enorme placer para nuestra institución estar con ustedes esta mañana y
propiciar este Encuentro de análisis y reflexión
sobre acontecimientos sociopolíticos, conflictos
armados y militarización que han marcado nuestra historia como pueblos centroamericanos y
latinoamericanos y que han dejado huellas imborrables en nuestras vidas, en las de nuestras
familias, en las organizaciones a las que pertenecemos y, en general, en nuestros países.
vir en paz, con justicia y libertad. Hemos tenido
períodos cortos de nuestra historia durante los
cuales ingenuamente creímos que estábamos
avanzando en la construcción de una democracia
quizás no inclusiva, porque ésta conlleva la eliminación de las discriminaciones y subordinaciones, pero si participativa porque la clase política
nos tomaba en cuenta cada cuatro años para
ejercer el sufragio y también por la formación
de una institucionalidad que aunque débil
protegería nuestros derechos y libertades
más elementales.
Para el Centro de Derechos de Mujeres es vital que nosotras como movimiento de mujeres
y feministas sigamos siendo actoras sociales y
políticas, y para ello es necesario plantearnos
estrategias nacionales y regionales con el fin
de defender y ejercer nuestros derechos ante
los nuevos escenarios económicos, políticos, de
militarización y de fortalecimiento de los fundamentalismos religiosos.
Con lo sucedido en Honduras después del 28
de junio de 2009 nos hemos dado cuenta de
que la democracia que vivimos fue un espejismo,
que apenas nos salimos del libreto escrito por los
poderosos nos cortaron las alas como sujetas
políticas. Nos demostraron con la fuerza de las
armas, con la persecución política, con las amenazas, con el terror, con las ejecuciones, con las
detenciones ilegales, que ellos son los dueños y
señores de este país.
Por lo tanto, el debate está abierto y es el momento propicio para las reflexiones y el análisis
sobre los desafíos en la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situaciones de conflicto
y militarización de la vida cotidiana.
La historia y el nombre de América Latina están
escritos con sangre, con la sangre de mujeres
y hombres luchadores por la libertad y la justicia, que han tenido en común un sueño: ver a
nuestros pueblos libres del yugo de la opresión
y de la miseria. Sin embargo, este sueño se aleja
cada vez más de nuestras realidades, pareciera
que nuestros pueblos no tienen derecho de vi-
Sin embargo, somos sobrevivientes, resistentes
eternas que históricamente hemos sido reprimidas, violentadas y hoy en día asesinadas; y aun
así nos levantamos y luchamos por cambiar las
relaciones desiguales de poder que prevalecen
en nuestra sociedad.
Dicho lo anterior, de aquí en adelante, dejamos
planteada sobre la mesa la siguiente inquietud:
¿Cuáles serían las estrategias para ejercer la ciudadanía de las mujeres en tiempos de crisis y en
tiempos adversos como los que han caracterizado las últimas décadas?
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Conferencia: La situación de conflicto
y militarización que ha vivido la región
centroamericana en las últimas
décadas (ubicación histórica) María Antonia Martínez
Integrante Feministas en Resistencia y Frente
Nacional de Resistencia Popular-Honduras
En el marco de este Encuentro: “Los desafíos para
la construcción de la ciudadanía de las mujeres
en situaciones de conflicto”, las compañeras del
Centro de Derechos de Mujeres, que tienen a su
cargo la realización de este evento, me pidieron
que expusiera sobre la “Caracterización del conflicto y la militarización que ha vivido la región
centroamericana en las últimas décadas”. Antes
de entrar al tema, creo oportuno comentar sobre
algunas valoraciones relativas al conflicto social,
la ciudadanía y la democracia que queremos las
mujeres, en ese orden planteo un supuesto con
el ánimo de que reflexionemos sobre la participación activa de las mujeres en situaciones de
conflictos.
1. Conflicto social
Como sabemos, hay muchos conceptos y teorías sobre el conflicto social. Algunos estudiosos,
entre ellos Ralf Dahsendorf, uno de los autores
fundadores de la teoría del conflicto social, consideran el conflicto como un hecho social universal
y necesario que se resuelve en el cambio social.
Y Lewis A. Coser, sociólogo americano, sostuvo
que el conflicto trasciende lo individual y procede
de la propia estructura de la sociedad.
Siguiendo estos criterios, efectivamente vemos
que cuando los pueblos son sometidos a políticas dictatoriales de gobiernos oligárquicos que
responden solamente a sus intereses, negando el
derecho a mujeres y hombres a vivir dignamente,
el conflicto abarca a las grandes mayorías del
pueblo y, en Centroamérica, en las décadas de
los 60, 70, 80 y parte de los 90, los pueblos se
alzaron en armas y el conflicto se militarizó.
Siguiendo a Marx diríamos que los conflictos sociales no son más que el resultado de la lucha
de clases entre los propietarios de los medios
de producción y los asalariados, lucha que Marx
consideró como el motor de la historia. Desde
esta teoría, son los factores económicos los que
determinan los actores del conflicto. Quienes adversan la preeminencia de dichos factores afirman que lo determinante en esta lucha no es lo
económico, sino la posición política-ideológica
que sustenta la oposición. De alguna manera esta
idea es la que históricamente ha prevalecido, al
punto que los sectores dominantes que asumen
el poder, junto con las oligarquías nacionales y
el capital internacional, constituyen la parte conservadora, ultraderechista, opuesta totalmente
a los cambios sociales, en oposición al pueblo
organizado que exige la construcción de sociedades justas e igualdad de derechos para toda
la población. La permanencia de esa exigencia
es la que impulsa los cambios sociales. Por ello,
puede afirmarse que esos conflictos son el motor
de la historia.
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
2. Ciudadanía
De acuerdo con lo planteado por Alejandra Valdés y Patricia Provoste, podemos afirmar que la
ciudadanía es un concepto histórico que se va
modificando de acuerdo a las particularidades
de los contextos en que se instala, imprimiéndole
una modalidad propia, inclusivo de ciertos sujetos y excluyente de otros. Ellas también plantean
que la ciudadanía es un status con el que las
comunidades políticas legitiman la pertenencia
e identidad de los individuos a esa comunidad.
En la región centroamericana, desde la década
de los 60, el incremento de la lucha de clases
motivó el Encuentro de diversos sujetos de los
movimientos sociales y de grupos poblacionales,
tradicionalmente excluidos de la elaboración de
políticas públicas, de la toma de decisiones en
asuntos de interés común. Sin duda, este hecho
dio como resultado la expansión de derechos y
la ampliación de la esfera pública. Estos sujetos,
en su lucha por eliminar la discriminación por
diversas razones, proponen alternativas para el
reconocimiento de derechos, por ejemplo, los
derechos sexuales y reproductivos, ambientales,
étnicos, generacionales, entre otros. La ciudadanía, entonces, se plantea como el espacio de
construcción de lo público y se concibe la política basada en la idea de una ciudadanía activa,
dando así importancia al compromiso cívico y a
la deliberación colectiva en aquellos temas que
afectan a la comunidad política.
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La ciudadanía activa tiene relación con ser sujeto
de derechos y sujeto de la construcción pública
común, es decir, actor/a en la creación de espacios, intereses, imágenes y discursos públicos,
con sentido de identidad, pertenencia y membresía de una determinada comunidad política, entre
cuyos miembros hay relaciones de interdependencia, responsabilidad, solidaridad y lealtad.
Esta noción de ciudadanía activa destaca la importancia de asumir roles protagónicos en los
espacios públicos, en donde hombres y mujeres
se asuman como iguales en derechos y en donde
las mujeres manifestemos nuestras capacidades
de iniciativa y gestión ciudadana en esos espacios
legítimos de diálogo entre sociedad civil y gobierno. Y aquí, sin duda, cabe preguntarse: ¿Nosotras
estamos realmente dispuestas a participar en
esos espacios públicos con sentido de identidad
de género y demás factores que señalan Proveste
y Valdés?
También se reconoce la ciudadanía pasiva, entendiendo por tal la sola demanda por la igualdad
de derechos. Las feministas demandan una ciudadanía plena. Para ello, es necesario que ésta
cumpla los requisitos de elección, participación,
distribución de la riqueza y reconocimiento.
3. Democracia
La democracia, como forma de organización de
una comunidad, tiene la característica esencial de
que la titularidad del poder reside en la totalidad
de sus integrantes; de aquí que las decisiones
responden a los intereses de sus miembros. Tratándose de un Estado, el soberano es el pueblo.
Algunos autores reúnen la complejidad de los
proyectos democráticos en cuatro grandes líneas:
la legal, la participativa, la republicana-cívica y
la radical.
Según David Held (1989), “la democracia legal
es un modelo en el cual la vida política, al igual
que la vida económica, es cuestión de libertad e
iniciativa individual. Los objetivos principales de
una democracia legal son: a) un mercado libre y
b) intervención mínima del Estado”.
Democracia legal: todos los ciudadanos y las
ciudadanas tienen los mismos derechos y oportunidades dentro de la ley; derechos y oportunidades ligados con la propiedad privada, en donde
el libre mercado es el único mecanismo eficiente
para regular las relaciones sociales, económicas y
políticas. Esta concepción da origen a las políticas
públicas neoliberales planteadas en el Consenso
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
de Washington, que promovió el achicamiento
del Estado y la privatización de la mayor parte
de empresas y sectores estatales. Las feministas
cuestionan esta perspectiva de democracia en
tanto la igualdad legal no se traduce en igualdad
real y subsisten las discriminaciones porque no
puede considerarse a los individuos independientes de su condición social, cultural, económica y
de género.
Siempre siguiendo a Held, “en el modelo de democracia participativa, se unen varias líneas de
pensamiento político, desde una parte del liberalismo hasta una parte del socialismo”. Quienes
asumen esta concepción comparten la opinión
de que una buena parte se queda fuera por falta de poder o de oportunidades. No obstante
que haya consenso en la necesidad de ampliar
la participación ciudadana en este sistema democrático, se difiere en cuanto a quiénes deben
participar, con qué objetivos y cómo. Es decir,
difieren en cuanto al grado de pluralismo e igualdad realmente buscados y a los mecanismos que
podrían promoverlos.
El republicanismo cívico conecta los conceptos
de ciudadanía individual y de comunidad política,
exagerando la importancia del bien común en
detrimento del derecho individual, como señala el sociólogo Mouffe. El discurso feminista es
contrario a este tipo de democracia, en tanto
su experiencia comprueba que el bien común
familiar descansa en la eterna postergación de
las mujeres.
Democracia radical: este proyecto comparte
mucho del modelo participativo y del republicanismo cívico, pero se diferencia de ellos en
algunos aspectos fundamentales, especialmente
en su visión sobre el rol del poder y la importancia del conflicto en un sistema político. El
proyecto se basa en una combinación de lo positivo del liberalismo, como la libertad individual
y el Estado de Derecho, con el bien común del
republicanismo-cívico y dando gran importancia
a la participación. Histórica y tradicionalmente
la participación en el poder político se centra
en los partidos políticos, al margen de la vida
asociativa que, en algunos países de América
Latina, ha desafiado las maneras establecidas
de ser y hacer la política. Se argumenta que este
desafío simbólico y cultural a las instituciones
políticas tradicionales ha expandido las esferas
de acción, legitimando a nuevos actores sociopolíticos y cuestionando los canales de mediación
basados sólo en partidos políticos. Esta corriente
sostiene que este cambio en la región indica la
emergencia de una nueva época en la cual las
relaciones Estado-sociedad en América Latina
serán renegociadas y los proyectos democráticos
estarán basados en las especificidades históricas
y culturales de cada país.
4. Supuesto
Por efectos del conflicto las mujeres han tenido
y tienen una activa participación en la lucha de
clases y son, entonces, actoras sociales; lo cual
las convierte en objetivo militar de los actores armados, llámense policías, agentes, sicarios, etc.,
aun y cuando su participación fuese solamente
desde la civilidad.
Podría pensarse que esta condición de actoras
sociales en los conflictos trae aparejados cambios
en los roles tradicionales de género y en sus relaciones de poder, tal como se ha evidenciado
en nuestro país después del golpe de Estado del
28 de junio de 2009, en donde las mujeres están
participando en igual medida que los hombres
en todas las actividades convocadas por el Frente Nacional de Resistencia Popular en aras de
la construcción de un nuevo Estado en donde
impere la democracia.
Esta participación lleva a su reconocimiento como
sujeta en igualdad de derechos y, en consecuencia, de una ciudadanía plena, sin abandonar la
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
reivindicación de la no discriminación y el respeto
a la diversidad y la diferencia. Así, faltaría constatar si efectivamente, en estas condiciones, las
mujeres alcanzan más participación en la conducción del movimiento social y político de cara
a la refundación del Estado.
Caracterización del conflicto
y la militarización que ha vivido
la región centroamericana en las
últimas décadas
De la lectura de algunos de los trabajos realizados
desde hace algunos años sobre los conflictos sociales de las tres últimas décadas del siglo pasado
en Latinoamérica se aprecia, por un lado, la existencia de gobiernos dictatoriales cada vez más
tiranos y, por el otro, un proceso de acumulación
de fuerzas de la población que se organiza para
enfrentar esas dictaduras, sin dejar de reconocer
la influencia del triunfo de la revolución cubana
y el reforzamiento de las fuerzas de izquierda de
diversas tendencias.
Contexto de los conflictos en la
región en las décadas de los años 60, 70,
80 y principios de los años 90
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Con la excepción de Costa Rica, los países de
Centroamérica llegaron a finales de los años setenta bajo regímenes autoritarios. En Nicaragua,
la familia Somoza venía detentando el poder desde 1936, en El Salvador existía una democracia
aparente desde la revolución de 1948 en donde
el ejército sustituía a los presidentes según la
facción dominante en cada momento; en Guatemala se mantenía una democracia de fachada
tras la invasión de Estados Unidos en 1954 y los
militares eran quienes detentaban realmente el
poder interviniendo con frecuentes golpes de Estado; y en Honduras, tras la dictadura de Carías,
1933-1948, se inició un proceso de democratización del país, frecuentemente interrumpido por
golpes de Estado que denotan el peso del ejército
durante este periodo.
En el caso de Costa Rica la estabilidad no vino
de la mano del ejército, ya abolido, sino de la
coincidencia programática entre los dos grupos
políticos dominantes, los socialdemócratas y los
socialcristianos.
Respuesta de los pueblos
y militarización del conflicto
Bajo el somocismo, el malestar social se extendió por toda Nicaragua, afectando a la propia
burguesía, a la iglesia católica y a los sectores
populares; de estos últimos surgió hacia 1963 el
Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN),
que inició una guerra de guerrillas que terminó
con el derrocamiento de Anastasio Somoza, Tachito, en 1979.
En El Salvador, tras la Guerra del Fútbol con
Honduras en 1969, el militarismo se extendió
por el país generando un malestar social que
afectó a la iglesia católica, a los sindicatos y a
los sectores populares; estos últimos apostaron
por una respuesta político-militar al autoritarismo y se organizaron en movimientos guerrilleros
que terminaron por confluir, a principios de los
ochenta, en el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) y en el Frente Democrático
Revolucionario (FDR). Como reacción a los movimientos guerrilleros, el ejército y los grupos paramilitares iniciaron un proceso de dura represión.
En Guatemala, el militarismo reinante tras la invasión de 1954 terminó por generar, a principios
de los sesenta, la respuesta político-militar de los
sectores populares, particularmente indígenas,
que constituyeron las Fuerzas Armadas Rebeldes
(FAR), de la que se escindirían posteriormente el
Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) y la Organización del Pueblo en Armas (ORPA). También
en este caso la represión del ejército y de los
grupos paramilitares fue muy dura.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
En Honduras, con el golpe de Estado de 1962
contra Villeda Morales, llevado al poder por el
Partido Liberal, se organizaron, al menos, dos
movimientos guerrilleros: el movimiento morazánico y la guerrilla comunista, pero pronto fueron desarticulados por el ejército, algunos de sus
miembros fueron muertos en acciones y otros
capturados y sometidos a torturas por las autoridades de investigación como la temida Dirección
de Investigación Nacional (DIN). Otros fueron
encarcelados y juzgados como presos políticos,
puestos en libertad una vez cumplida la condena. En la década de los 80, se organizaron cinco
movimientos armados: Partido Revolucionario
de Trabajadores Centroamericano (PRTC), Frente
Morazanista de Liberación Nacional, Movimiento Popular de Liberación Nacional-Cinchoneros,
Movimiento de Liberación Nacional Lorenzo Zelaya y el Movimiento del Partido Comunista. El
PRTC organizó una columna guerrillera que ingresó al territorio nacional desde Nicaragua, pero
fueron detectados por el ejército hondureño y
sus máximos dirigentes apresados y asesinados,
entre ellos el doctor José María Reyes Mata, su
comandante, y el sacerdote norteamericano Guadalupe Carney. Durante la década de los ochenta,
la represión y la persecución política obligó a
hombres y mujeres a un exilio voluntario que
duró varios años. El apoyo solidario del pueblo
hondureño a los movimientos revolucionarios de
la región se mantuvo a lo largo de los años que
duraron los conflictos y fueron muchos los que
ofrendaron sus vidas en esas luchas. La represión
en Honduras fue brutal.
Otra de las características que agudizaban el
conflicto era la situación económica. El Mercado
Común Centroamericano (MCCA), a finales de los
años 70, era insostenible y más con la retirada
de Honduras en 1970, después de la “Guerra del
Fútbol” con El Salvador, situación que evidenció
la desigual distribución de la renta en la región
propiciando así la reducción de la demanda de
bienes industriales de consumo; y, por tanto, el
comercio en el interior de la región, al tiempo
que aumentaban las importaciones de productos
del resto del mundo. Las exportaciones de productos primarios hacia los países industriales se
redujeron ante la crisis del petróleo y la inversión
extranjera en la región se detuvo; por todo ello
los distintos países centroamericanos se vieron
obligados a recurrir al endeudamiento externo
como forma de reactivar sus economías.
Hacia finales de los años 60 la tensión en la región había aumentado tanto que los militares
fueron perdiendo el control de los diferentes países. Centroamérica se había convertido en uno
de los principales focos de tensión mundial en la
última etapa de la Guerra Fría.
Militarización de la región
y la intervención de Estados Unidos
de Norte América
Los intereses del capital internacional y de la
potencia norteamericana tradicionalmente han
sido protegidos mediante las fuerzas militares de
ese país del norte. Bajo el argumento de evitar
que el comunismo se extendiera por la región
centroamericana, durante el conflicto armado,
apoyaron a los ejércitos nacionales con soldados,
adiestramiento, municiones, armas, dinero a los
gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras.
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Las bases militares construidas en esos años en
Honduras, una vez terminado el conflicto, no
fueron desmontadas, todo lo contrario, se quedaron permanentemente en el país y se han ido
multiplicando, lo mismo que sus fuerzas militares.
Y hoy llama poderosamente la atención que hasta en Costa Rica, donde no hay ejército, Estados
Unidos obtuvo permiso por parte de la alianza
oficialista-evangélica-liberticida del parlamento
costarricense para el desembarco de 7 mil soldados, 46 buques de guerra y 200 helicópteros
del ejército estadounidense. Estos hechos son
producto de la falta de soberanía de los Estados
de la región, situación que venimos arrastrando
desde siempre.
Investigaciones realizadas sobre estos hechos evidencian el sacrificio de los pueblos por alcanzar
los valores que dignifican la vida de los seres
humanos como la libertad, la igualdad y la solidaridad plasmados en un sistema democrático.
El costo fue altísimo: Nicaragua en los 26 años
de lucha revolucionaria (16 antes del triunfo de
la revolución y 10 para defenderla de la Contra)
registra más de 30 mil personas muertas; Guatemala, en sus 36 años de lucha, registra 150 mil
muertos, 50 mil desaparecidos, un millón de desplazados al interior del país, 100 mil refugiados
y 200 mil huérfanos; en El Salvador se reconoce
una cantidad aproximada de 75 mil muertos en
sus 12 años de lucha. Esta información no está
desagregada por sexo. De esta forma, no hay
registro de la participación de las mujeres.
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Por otra parte, de conformidad con información
de la Comisión Económica para América LatinaCEPAL, los daños en la economía de los países
centroamericanos por efectos de los conflictos
armados representan un retroceso equivalente
a 20 años.
Una década después de los Acuerdos de Paz,
cuyo costo de implementación es considerable,
se aprecia que muy poco han variado las condiciones que dieron origen al conflicto armado, a
pesar de haber restablecido la democracia. Esto
prueba que la democracia no es sólo la celebración de elecciones periódicas, aun y cuando éstas
fueren limpias. A este respecto, la revista Centroamérica: Puntos de Conflictos después de la
Tormenta (No. 2, 2003, Vol. 1) señala lo siguiente:
“cada país se enfrenta a obstáculos importantes
que ponen de manifiesto que la democratización
es más que elecciones”. Uno de los obstáculos
es la incapacidad de los actores políticos clave
de adherirse a principios democráticos. Otro es
el débil fortalecimiento de las instituciones del
Estado, que no logran generar la confianza de
sus habitantes.
Estos años dejaron también grandes fortalezas
en los movimientos sociales, al punto que hoy
puede afirmarse que son alternativas para la
toma del poder, sin llegar a constituirse en un
partido político en donde sus dirigentes estén
privatizados por el neoliberalismo.
Qué ha pasado en nuestros países
después de haber firmado los acuerdos
de paz
Después de los Acuerdos de Paz surgen nuevas
formas de violencia, narcotráfico, corrupción, la
muerte de mujeres a nivel regional (femicidios),
incremento a las violaciones de los derechos
humanos, que hacen que los mandatarios centroamericanos consideren el apoyo de Estados
Unidos para militarizar los países bajo la cubierta
de una nueva política de seguridad que ponen
de lado los Acuerdos de Paz.
Otro elemento importante a mencionar en este
periodo es la pérdida de valores por parte de
algunos dirigentes de izquierda.
En el caso de Honduras con el golpe de Estado
la militarización encontró las condiciones y argumentos para quedarse en el país.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
También ahora la militarización
tiene otras características
• Se está criminalizando las protestas sociales
y anulando las conquistas laborales logradas
en las últimas décadas.
• Usan el tema del narcotráfico para así justificar
la militarización y la represión.
• Se ha congelado el salario mínimo y se están
impulsando los contratos de trabajo por hora
o de media jornada.
• Persecución y asesinato de líderes de derechos humanos, sindicales y de movimientos
sociales.
Desafíos
• Una de las características que debemos tener
es la solidaridad.
• Es importante que nos manifestemos, que sigamos protestando y movilizando.
• Buscar nuevas formas de articulación social,
que trasciendan lo nacional.
• En el caso de Honduras la búsqueda del poder
por parte del Frente Nacional de Resistencia
Popular-FNRP.
Reflexiones
• La construcción de ciudadanía no es nueva, es antigua y se construye para llevarla hasta
lo local. Las mujeres hemos participado en la construcción de ciudadanía. ¿Por qué hay
que considerar que no tenemos los mismos privilegios?, si somos las mujeres las que
siempre hemos construido ciudadanía en tiempos de conflicto, ¿por qué hay miedo de
participar? ¿Por qué quedarse en las casas, sin salir? Las mujeres necesitamos más espacios
para reflexionar sobre esto y para estudiar, para conocer y obtener herramientas que nos
permitan alcanzar una mejor capacidad crítica y que nos lleve a la participación sin temor.
• En el interior del país no hay programas que fortalezcan la ciudadanía de las mujeres,
y los pocos que existen son del gobierno y aunque queremos participar en procesos
de ciudadanía tampoco queremos etiquetarnos con la Resistencia, ya que las mujeres
tampoco somos escuchadas allí. Los compañeros de la Resistencia, aunque promueven
los movimientos sociales, aún conservan su cultura patriarcal; dentro de la Resistencia y
fuera de ella tenemos que enfrentarnos a los abusos de los hombres, por lo que debemos tener mucha cautela y estar preparadas para participar y continuar luchando para
tener los mismo niveles de participación y ser escuchadas.
• Antes del golpe de Estado, el CDM realizó un trabajo con mujeres en los partidos políticos, mujeres municipalistas; lamentablemente, aunque se había trabajado con ellas,
en el momento del Golpe, cuando se creía que habían superado diferencias partidistas,
estas mujeres se dividieron. Uno se da cuenta de que estos procesos son lentos y largos.
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
• Hay compañeras que aún no se dan cuenta de toda la violencia y represión que se ha
generado desde el golpe político y militar. La llegada de Micheletti al poder nos hizo
retroceder, derogó el decreto de ley que permitía la compra y consumo de La Píldora
Anticonceptiva de Emergencia (PAE).
• Debemos de reflexionar sobre qué hacer para ir más allá de ser partidarias de partidos
políticos tradicionales, de ser más propositivas, de examinar cómo hacemos para que
más mujeres estén en cargos de dirección, sobre todo en los gobiernos locales.
• Es necesario buscar mecanismos que permitan que las mujeres dejemos de proponer a
hombres para cargos públicos que pueden ser desempañados también por las mujeres.
Muchas veces pareciera que las mujeres no quisiéramos trascender a la vida pública,
y muchas contamos con aptitudes y capacidades para desempeñar estos cargos. Por
eso es importante que nos preguntemos, ya que muchas veces las mujeres renuncian a
espacios que ellas mismas han ganado, ¿qué ciudadanía queremos?
• Hay pocas mujeres en los cargos de direcciones y también hay pocas mujeres participando en procesos de desarrollo local y democratización y en el Frente Nacional de
Resistencia Popular. Lo grave del asunto es que en el último caso las mujeres han estado
organizando asambleas locales con los grupos de base. Para tener una representatividad
más equilibrada se decidió que habría paridad y, a pesar de eso, las mujeres propusieron
a los hombres renunciando a la posibilidad de estar en espacios de decisión, que son
espacios que las mismas mujeres han ganado.
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Panel: Experiencias latinoamericanas,
cambios experimentados en los roles
de las mujeres en situaciones
de conflicto armado vividos
en las últimas décadas
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Panel: Experiencias latinoamericanas,
cambios experimentados en los roles
de las mujeres en situaciones
de conflicto armado vividos
en las últimas décadas
Caso de El Salvador
Candelaria del Carmen Portillo López
Movimiento de Mujeres y Feminista
de Suchitoto, El Salvador
situación especial, pero en ningún momento alteró las relaciones de género en términos sociales,
y al desaparecer el conflicto armado provocó que
las mujeres volvieran a sus antiguos patrones
culturales y roles sociales.
En El Salvador las mujeres jóvenes somos las
herederas de la sabiduría de las mujeres que
vivieron el conflicto armado.
En el conflicto armado de El Salvador participaron hombres, mujeres y jóvenes. El papel que la
mujer jugó, aunque no se da a conocer, fue el
de apoyar decididamente el movimiento revolucionario y significó su incorporación a la guerra
de diferentes maneras. Muchas de ellas debieron
dejar sus hogares para asumir jefaturas en las estructuras del ejército del Frente Farabundo Martí
de Liberación Nacional (FMLN), pero la mayoría
de las tareas eran para desempeñarse como cocineras, mensajeras, costureras, radistas sanitarias
maestras y artesanas.
Desafortunadamente hasta ahora poco se ha
escrito sobre los roles, aportes y avances de las
mujeres en esos años de combate y después de
ellos.
Algunas de esas mujeres excombatientes ahora
juegan un rol de liderazgo en la toma de decisiones en el municipio.
La experiencia de participación de las mujeres en
el conflicto armado fue en condiciones similares
a la de los hombres porque la guerra generó una
• Las mujeres fueron utilizadas y asesinadas junto con jóvenes y niños.
• Las mujeres de El Salvador fueron mujeres solidarias, valientes, con capacidad de propuesta.
• Mujeres con dolor, preocupación, convicción,
dignidad, mujeres con pasión.
Para incidir en el trabajo de desarrollo en El Salvador, las mujeres se han tenido que involucrar
en los procesos de ciudadanía de manera plena
para ser votantes, para decidir por el destino del
municipio y también para obtener puestos de
elección popular donde son partícipes y tomadoras de decisiones.
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Las mujeres en Suchitoto lo han logrado, pero a
través de la lucha constante para obtener posiciones en espacios municipales y organizacionales,
ya que la incorporación de las mujeres en puestos
ha dependido más de la voluntad de los políticos
y la lucha es porque los avances comunitarios y
de participación no estén adscritos a partidos
políticos.
• “Las mujeres que despertamos a nuestra ciudadanía, no nos conformamos con lo conseguido… no solo porque es frágil, sino porque
es poco”.
En la actualidad algunas de estas mujeres excombatientes que viven en Suchitoto juegan un
rol de liderazgo en espacios de toma de decisión
en el municipio: Concejo Municipal, Asociaciones
de Mujeres, Comité de Desarrollo Municipal y
organizaciones de base.
Recientemente fue aprobada por la Asamblea
Legislativa de El Salvador una ley importante
que refleja avances a nivel legal para protección
a las mujeres, se trata de la Ley Especial Integral
para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres.
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En esta lucha y en el proceso de participación y
construcción de la ciudadanía han sido importantes las alianzas que se han ido construyendo poco
a poco entre las redes y el movimiento de mujeres
del país, las cuales han expresado su compromiso por mejorar la situación de las mujeres y por
seguir luchando por sus propios espacios como
sujetas de derechos y de cambios, que facilitan
la gestión de servicios comunales, que se cuente
con un gobierno preocupado por el desarrollo de
la comunidad, que se compromete con él y que
promueve la participación ciudadana, es decir un
gobierno con voluntad política.
La experiencia de la organización en los espacios
rurales permite trascender a lo urbano.
• Las mujeres en la revolución mostraron solidaridad en esta lucha por la democracia, como
mujeres visionarias, comprometidas, inteligentes, rebeldes.
• Fueron madres, hijas, hermanas, amantes,
amigas, compañeras.
Para finalizar su exposición, la representante
de El Salvador presentó un vídeo elaborado
por organizaciones de mujeres activistas de los
derechos humanos, en el cual se resume la solidaridad demostrada con las mujeres y Feministas en Resistencia contra el golpe de Estado
en Honduras.
El vídeo muestra algunas acciones de solidaridad de las mujeres salvadoreñas con el pueblo
de Honduras, exigiendo el respeto a los más
elementales derechos humanos de hombres
y mujeres, entre ellos, el derecho a la vida, el
respeto a la integridad personal, los derechos
civiles y políticos: el derecho a la libre expresión
del pensamiento, a la libre movilización y organización. El movimiento de mujeres de Suchitoto
hace público su pensamiento de respaldar la posición del Gobierno de El Salvador manifestando su rechazo al golpe de Estado en Honduras.
Además, exigen al Gobierno de El Salvador que
se mantenga firme, que sepa que cuenta con
el respaldo de la población salvadoreña en el
rechazo al golpe de Estado en Honduras.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Caso de Nicaragua
Cambios experimentados
Marlen Chow Cruz
Movimiento de Mujeres y Feminista
de Nicaragua1
Las primeras instancias populares fueron las organizaciones siendo víctimas de la contrarrevolución y de los revolucionarios, las mujeres hicieron
una reflexión de los aportes para salir de esa
dictadura, y algunos de los cambios experimentados fueron:
Breve contexto
• Nicaragua tiene un entorno natural magnífico.
• Está poblada por pueblos laboriosos, es multiétnica, con más de 500 años de saqueos,
explotación de intervención extranjera, gobernada antes por retrógradas oligarquías y
feroces dictaduras y más reciente por traidores
a una causa popular.
• Nicaragua es todavía una región retrasada,
vulnerable, dependiente y con escalofriantes
indicadores sociales, enfrascada en conflictos
fronterizos y amenazas de guerras.
Las mujeres
En Nicaragua las mujeres han sido víctimas directas de la violencia con la colonización, con la
dictadura y con la revolución:
• Son habitantes de un país en el que la violencia y la discriminación contra la mujer históricamente ha sido exacerbada por situaciones
de conflicto armado.
• Las mujeres víctimas directas de violencia
arrastran efectos que perduran en el tiempo
y afectan a toda la sociedad: a las mujeres
madres, compañeras o familiares de otras víctimas, mujeres combatientes.
• Las mujeres también participaron en procesos de desmovilización y en la solución de los
conflictos. Las mujeres indígenas de la Costa
Atlántica han sido las más afectadas.
1 Esta intervención se desarrolló con el apoyo de notas
(ideas fuerza) que se presentan a continuación.
• Sintetizar experiencias y posicionar al movimiento de mujeres en un proceso de lucha
frontal por los derechos humanos de las
mujeres.
• Desarrollar pensamientos diversos, nuevas
concepciones de participación política, iniciativas y acciones particulares, pero coherentes con conceptos de libertad e igualdad.
La incorporación de las mujeres a la revolución fue masiva y contribuyó a los cambios en
Nicaragua. Desafortunadamente, muchas de
esas mujeres se volvieron hombres y hombres
machistas que en puestos de poder se volvieron peor que los hombres.
• La creación de nuevas alianzas.
Desafíos
• Mantener la coherencia a lo interno del movimiento de mujeres. Hubo desarrollo de pensamientos diversos, nuevas concepciones de
participación política, iniciativas y acciones
particulares, pero que eran coherentes con
los aspectos de la lucha de las mujeres.
• Profundizar las alianzas frente a los embates
del Gobierno actual: hemos tenido que aprender a compartir con varias personas y organizaciones sobre nuestro trabajo.
• Profundizar en la realidad nacional y revisar
las estrategias.
• Buscar puntos de unidad a lo interno: la unidad requiere de pláticas, sinceridad, respeto
para poder trascender y salir mejor.
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
• Incorporar feministas jóvenes al movimiento:
crear nuevos liderazgos.
• Buscar puntos de unidad a lo interno.
• Asumir el rol de la mujer como sujeta de cambio en el campo político nacional.
Caso de Honduras
Margarita Murillo
Movimiento popular y parte del Frente
Nacional de Resistencia Popular
No podemos desconocer los esfuerzos realizados
por organizaciones de mujeres para apoyar a
las mujeres en la defensa de sus derechos y en
la aplicación de las leyes en Honduras.
Los intentos de organización de las mujeres han
sido muchos, por ejemplo, las organizaciones
de mujeres campesinas no han logrado la consolidación de una organización representativa.
Desafortunadamente las organizaciones mixtas como las centrales obreras, campesinas y el
gremio magisterial no han dado mucho espacio
para que éstas sean dirigidas por las mujeres. Son
pocas las mujeres que han llegado a desempeñar cargos de dirección en las organizaciones a
las que están afiliadas y estar en esos cargos ha
significado una lucha interna para desempeñar
sus funciones.
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La participación de la mujer desde los diferentes sectores ha tenido sus contratiempos para
lograr el proceso de unidad en la organización,
enfrentándonos a una lucha desigual en todos
los aspectos.
Las mujeres participan en todas las luchas reivindicativas sociales, políticas, organizativas, pero
de forma aislada no desde una estrategia de participación de la mujer, desde las mujeres.
Su actuación a través de los movimientos de mujeres ha sido regionalizada y temática, y no ha
logrado trascender de lo regional a lo nacional.
En las luchas de las mujeres se ha puesto más énfasis en los derechos de las mujeres y en la violencia doméstica que en los temas como el acceso a
la tierra, medios de producción, la participación
política de las mujeres o temas económicos.
Están fuera de discusión entre nosotras las mujeres temas como la construcción de poder popular, o la construcción de la toma del poder
político por nosotras las mujeres, pese a que
somos población mayoritaria, 53%.
Nuestras luchas no se han enfocado a erradicar
el analfabetismo femenino, a erradicar la polítización de las necesidades de las mujeres por
parte del bipartidismo. La participación de las
mujeres siempre ha sido desde la politización y
desde el utilitarismo.
Los desafíos
Frente a la crisis social, política y cultural que
enfrentamos, no nos queda más que:
• Unirnos en una organización para luchar por
tener un movimiento amplio, democrático,
participativo, incluyente que no haga distingo
de niveles educativos, espacios o creencias
religiosas. • Luchar por generar cambios en las estructuras
de poder y desarrollar cambios políticos que
permitan a las mujeres tener una verdadera
participación política.
• Romper con el bipartidismo, la ingobernabilidad.
• Involucrar en las lucha de las mujeres a los
movimientos sociales.
• Establecer una estrategia organizada que permita a las mujeres su participación y la conducción de organizaciones y reivindicaciones
políticas de nuestra nación.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
• Establecer estrategias de formación para las
mujeres que trasciendan la alfabetización de
las mujeres y lleguen también al uso de tecnología.
Caso de Guatemala
Paola González
Vicepresidenta de la Asociación de Mujeres
para Estudios Feministas-AMEF
“Creo que la memoria histórica la estamos
construyendo todas, sólo que creo que tiene
que construirse a partir de ¡Cómo nosotras
nos estamos convirtiendo en protagonistas
de la historia¡”
Yolanda Aguilar, feminista guatemalteca
Este pensamiento nos indica que las mujeres debemos considerarnos como sujetas de cambio y
de cómo ser protagonistas en el presente nos
indicará el futuro.
Este Encuentro nos abre la posibilidad de reflexionar sobre cuánto hemos avanzado las mujeres
en situaciones tan adversas, marcadas por un
contexto de ingobernabilidad que prevalece en
nuestros países, el incremento de los casos de
femicidio (muertes violentas y misóginas de mujeres), de los fundamentalismos religiosos que
acentúan la violación hacia nuestros derechos
sexuales y reproductivos, la feminización de la
pobreza, la militarización y la falta de acceso a
una justicia con dignidad.
En Guatemala se está trabajando un proceso de
la justicia en transición para las mujeres, para ir
combatiendo la impunidad de los crímenes en
contra de las mujeres.
Estos procesos son apoyados desde la cooperación internacional, pero si el Gobierno no apoya
estos procesos no se puede lograr un sistema de
justicia que castigue, que repare, y que retribuya.
La justicia para las mujeres
significa:
• Que se sepa lo que les pasó.
• Que la sociedad considere que la violencia
sexual es un crimen de lesa humanidad.
• Que el Estado juzgue y condene a los responsables.
• Que no se repitan los hechos.
• Que no se les culpabilice y victimice.
• Que se contextualice la violencia sexual en el
marco de la opresión de género vinculada a
otras desigualdades patriarcales (etnia, generacional, estatus económico).
• Que se les brinde reparación integral (afectiva,
espiritual, psicosocial, cultural, comunitaria,
organizativa, económica).
• Que se reconozca su protagonismo en la historia, en el presente y en el futuro.
• Que se visibilicen los daños irreparables a sus
vidas y a sus identidades culturales.
La propuesta de las mujeres para
encarar la impunidad: Tribunales
de conciencia en Guatemala
Retomando las palabras de Zajovic “…es indispensable impulsar a las mujeres a superar el rol
de víctimas, ya que el victimismo es un arma muy
poderosa del patriarcado y de la ideología nacionalista- militarista” (Zajovic, Sf: 9), un aporte que
debemos dar como organizaciones y feministas
es visibilizar a las mujeres como protagonistas de
la historia y actoras de sus vidas, como sujetas de
derechos y como promotoras de estrategias de
justicia alternativa, impulsadas por organizaciones de mujeres, feministas y organizaciones de
derechos humanos en Guatemala en los últimos
doce años.
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Dos años después de la firma del Acuerdo de Paz
en Guatemala, se lleva a cabo, como una medida
de justicia alternativa, el Tribunal de Conciencia
por los Derechos Humanos de las Mujeres, el cual
se da en el marco de los cincuenta años de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos
y en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres.
“Del Susurro al Grito” Primer Tribunal de Conciencia de las Mujeres de Guatemala. Los Derechos
Humanos de las Mujeres y la Violencia fue el
nombre acuñado al Tribunal de Conciencia, el
cual se “promovió como una sanción moral al
Estado guatemalteco y a la sociedad sobre la
problemática de la violencia contra las mujeres
debido a la falta de respuesta formal-jurídica nacional” (Vicente, 2010: 4).
En este tribunal se visibilizó que “la violación
sexual de mujeres y niñas en el marco del conflicto armado constituye un crimen de lesa humanidad”. De igual forma se expresa públicamente
que: “la violación a los derechos culturales y el
exterminio de los pueblos indígenas son producto de políticas estatales etnocidas que tienen un
impacto más profundo en la vida de las mujeres”
(CEJAMERICAS 1998, cita la Sentencia, 1998:
1).
El tribunal de la conciencia
• Es una medida política de justicia alternativa.
• Es una sanción moral al Estado y sociedad.
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• Es un grito de demanda de las mujeres hacia
el Estado para que el sistema de justicia sea
eficaz y eficiente.
• Escucha testimonios sin revictimizar.
• Considera a las mujeres como sujetas de derechos.
• Dignifica a las sobrevivientes.
• Es una acción de justicia pública.
• Denuncia violaciones a los derechos.
• Funciona como un cuerpo colegiado.
• Tiene juezas /magistradas, fiscales, testigas
sobrevivientes, secretaria, testigas de honor.
• Emite una sentencia o condena.
Cómo funciona el Tribunal
de Conciencia por los Derechos
Humanos de las Mujeres
Los Tribunales de Conciencia son recursos de alto
contenido simbólico y material que operan en
espacios de denuncia donde las normas jurídicas del Estado no han podido o no han querido
imputar responsabilidades. Lo que se plantea es
romper con el silencio.
Su objetivo es denunciar y concientizar al Estado
y a la sociedad de la situación de violencia sexual sufrida por las mujeres durante el conflicto
armado.
El proceso
1. Se reúne a personas de alta calidad moral y
científica para estudiar casos, testimonios y
vivencias de las distintas formas de violencia
sexual ejercida en contra de las mujeres.
2. Se presentan los casos al tribunal.
3. Se establece una condena: Después de realizar
los estudios pertinentes y oír los testimonios,
el Tribunal emite las recomendaciones que
considere apropiadas.
4. Se establecen demandas que permitan romper
el silencio + derecho a la verdad.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
El Tribunal de Conciencia por los
Derechos Humanos de las Mujeres
del 4 y 5 de marzo de 2010 en
Guatemala estuvo conformado de
la siguiente manera:
• Dos fiscales del tribunal: la guatemalteca
María Eugenia Solís y la española Juana María
Balmaceda, ambas juristas reconocidas nacional e internacionalmente.
• La secretaria del Tribunal: Ana Lucía Morán, abogada feminista integrante de la Organización de Mujeres Transformando el Mundo.
Los testimonios
Se presentaron de manera oral, ejerciendo el derecho a la palabra. Los testimonios presentados
por las mujeres demostraron como los efectos de
la violencia sexual aún perduran en sus cuerpos,
vidas y sentires.
Romper el silencio conlleva la decisión de las
mujeres de dar a conocer su verdad y sus vidas
durante la guerra. Romper el silencio simboliza
el quebrantamiento de las cadenas del pasado
de terror, miedo y represión, que permitan la
construcción de cambios sociales.
• Cuatro magistradas de conciencia: Juana
Méndez Rodríguez (Guatemala), Gladys Canales (Perú), Shihoko Niikawa (Japón) y Teddy
Atim (Uganda), mujeres que se han destacado
por sus luchas para poner fin a la violencia sexual contra las mujeres, partiendo de abanderar sus propias luchas demandando el acceso
a la justicia en sus países.
Exposición de peritajes
La asistencia al tribunal
Los peritajes fueron presentados por especialistas
en los respectivos temas. Su contribución en estos procesos de justicia alternativa es invaluable y
pueden ser considerados un valioso aporte para
los procesos de justicia estatal.
Estuvo conformada por activistas del movimiento
de mujeres, movimiento pro derechos humanos,
feministas, universitarias, grupos de mujeres con
los que se trabaja, representantes de instancias
del Estado y de la Cooperación Internacional,
entre otros.
Los casos presentados
En el Tribunal se presentaron 8 testimonios, de
acuerdo a su identidad étnica: dos mujeres indígenas q´eqchi´, una mujer indígena kaqchikel,
una mujer Chuj, una mujer kiché y dos mujeres
mestizas.
Los relatos presentados ante las magistradas,
fiscales y testigos de conciencia fueron exposiciones de peritajes donde se abordaban aspectos
psicosociales, de género, cultural, forense, de
salud, jurídico, relacionados con el contexto de
la violencia sexual como parte de las estrategias
ideológicas, políticas y contrainsurgentes del conflicto armado, los escenarios y sus responsables.
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
La condena:
El Tribunal de Conciencia emitió condena al Estado Guatemalteco, al Ejército, al disuelto Ejército
Guerrillero de los Pobres, al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, a la Facultad de Ciencias Médicas y al Consejo Superior Universitario
(1988-1991 y 1994-1998) de la Universidad de
San Carlos, por las violaciones a los derechos
humanos de mujeres y hombres.
Demandas:
• El pleno cumplimiento de la ley contra la violencia-CONAPREVI y resarcimiento integral.
• El resarcimiento a las víctimas del conflicto
armado y la implementación de programas
de rehabilitación integral (física, psicológica,
espiritual), para ellas…
Organizadoras del Tribunal de
Conciencia por los Derechos
Humanos de las Mujeres
• UNAMG: Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas.
• ECAP: Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial.
• Mujeres Transformando el Mundo.
• CONAVIGUA: Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala.
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• Asociación Civil La Cuerda (Publicación mensual de Guatemala).
La Campaña
“Mujeres rompiendo el Silencio”
• Busca contribuir a la construcción de alternativas que posibiliten el acceso a la justicia para
las mujeres sobrevivientes de violencia sexual
durante el conflicto armado en Guatemala.
• Posicionar a la población sobre los crímenes
cometidos contra las mujeres en Guatemala
dando a conocer las violaciones sexuales masivas a las mujeres en los años del conflicto
armado en Guatemala.
• Buscar justicia internacional para las sobrevivientes.
• Que se juzgue y castigue a los responsables
de las violaciones (en primera instancia de manera simbólica).
• Plantear cambios institucionales para hacer
justicia con el reconocimiento de la responsabilidad del Estado en la violencia sexual
masiva.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Caso de México
María Guadalupe Ramos, Coordinadora en
México del Comité Latinoamericano y del Caribe
para la Defensa de los Derechos de la Mujer,
CLADEM
Estructuras de violencia:
definiendo las entrecruzadas del
militarismo y la violencia hacia las
mujeres
La guerra contra el narcotráfico es el nombre
que se ha dado al conjunto de operativos que el
Estado mexicano ha dirigido en su lucha contra la
delincuencia organizada en México. Según información oficial, los cárteles mexicanos dominan
actualmente la totalidad del mercado de drogas
en Estados Unidos.
La estrategia adoptada por el gobierno federal
mexicano consiste principalmente en el uso de las
fuerzas de seguridad, especialmente el ejército,
la marina y la policía federal, para reprimir por la
fuerza a los llamados cárteles de la droga mexicanos. Hay 45 mil tropas y 5 mil policías federales
desplegados en 18 estados de la República.
La militarización de México es parte del proyecto
hegemónico de Estados Unidos en Latinoamérica, esto lo aseveró el catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
Carlos Fazio.
Y Estados Unidos responde que hay narcoinsurgencia en México. En un documento que analiza
el fenómeno delictivo en nuestro país, Colombia
y el Caribe, se asegura que las autoridades del
país no podrán solas con la criminalidad, por lo
que plantea acciones conjuntas según dice el
documento “Tráfico de drogas, violencia e inestabilidad en México, Colombia y el Caribe: implicaciones para la seguridad de Estados Unidos”.
La visibilidad de las fuerzas armadas en operaciones de seguridad pública se ha incrementado
drásticamente durante el gobierno actual de Felipe Calderón, quien ha planteado el despliegue
del Ejército como una de sus estrategias clave
para combatir al narcotráfico y mejorar la seguridad pública. Calderón ha señalado que el uso del
Ejército es de carácter temporal, pero aún no ha
presentado un plan provisional para el repliegue
de las tropas.
En el marco de las actividades de seguridad pública, las fuerzas armadas mexicanas han cometido
graves violaciones de derechos humanos. Los
abusos del ejército mexicano documentados en
el informe “Impunidad uniformada” de Human
Rights Watch (2009), incluye varios casos de tortura, violación sexual, asesinatos, detenciones
arbitrarias de decenas de personas y desapariciones forzadas. Muchas de las víctimas en los
casos documentados en el informe referido, no
tenían ningún vínculo con el tráfico de drogas ni
con grupos insurgentes.
Una de las principales causas por las cuales estos
abusos continúan ocurriendo es que los responsables no son sancionados. Y esta falta de sanciones se debe, en gran parte, a que la mayoría
de estos casos terminan siendo investigados y
juzgados por los propios militares, mediante un
sistema de justicia militar que carece de garantías básicas de independencia e imparcialidad.
México está permitiendo que los militares que
participan en actividades de seguridad pública
cometan violaciones de derechos humanos impunemente.
En México se ha generado una grave crisis social
en materia de derechos humanos que polariza
cada vez más a la sociedad, provoca mayor violencia contra las mujeres y establece bases firmes
para la criminalización de la protesta social.
La cifra oficial de muertos en el país, desde el
año 2006 a la fecha, es de 30,578 fallecidos. La
estadística incluye además de las bajas de los
cuerpos armados federales y de las bandas de
narcotraficantes a civiles sin nexos con el nar-
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
cotráfico, migrantes (el asesinato de 72 jóvenes
inmigrantes, entre ellos una veintena de hondureños, 58 hombres y 14 mujeres), jóvenes, niñas,
niños, mujeres y periodistas (Desde 2006, más
de 30 periodistas y trabajadores de medios han
sido asesinados o están desaparecidos)
El crimen organizado y el narcotráfico han asesinado a 2,076 policías desde que el gobierno
lanzó una ofensiva en su contra en diciembre
de 2006.
La mayoría de los policías muertos en ejecuciones, enfrentamientos y agresiones han sido
municipales (915), seguidos de estatales (698) y
federales (463).
Roles de las mujeres
En este contexto de guerra, militarización, narcotráfico y violencia extrema contra las mujeres
hay cambios experimentados en los roles de
las mujeres en esta situación de conflicto que
vive el país. En los municipios del norte del país
ha existido una renuncia masiva de los policías,
ahora quienes asumen esos cargos son mujeres
jóvenes, como el caso de Marisol Valle.
Según nota periodística: “Unas semanas atrás
y con sus apenas 20 años, Marisol Valle causó
sorpresa al aceptar el puesto de jefa policial en
Práxedis, Chihuahua, y además renunciar a la
custodia personal, luego de que ningún hombre
en la entidad aceptara el trabajo”.
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Ahora, parece que la hazaña de la universitaria
fue tan solo el comienzo de una fiebre femenina
en los puestos de “alto riesgo” en Chihuahua,
México. Otras dos mujeres, Verónica Ríos y Olga
Herrera, admitieron haber sido motivadas por el
ejemplo de Marisol y asumieron puestos en la
seguridad de sus alcaldías en el convulsionado
estado de Chihuahua, al norte de México.
Estas tres mujeres podrían ser el comienzo de
una nueva cara en la procuración de justicia en
uno de los estados más afectados por la violencia del crimen organizado, en cuyo territorio se
halla la ciudad considerada como la más violenta
del orbe.
Son las mujeres, en estos contextos militarizados, de ejercicio de poder y de control, quienes
resultan violentadas. Por una parte, se ha incrementado el número de mujeres asesinadas por
el narcotráfico, en tres años en un 600%. Y por
el otro la militarización que ejerce en las mujeres múltiples abusos que van desde violaciones,
violencia física, el desplazamiento forzoso, hasta
el feminicidio.
algunos casos del abuso
que se ejerce sobre las mujeres
Caso 1: Detención, tortura y violación de las
hermanas González Pérez.
El 4 de junio de 1994, aproximadamente 10
miembros de las fuerzas armadas detuvieron en
forma arbitraria a Ana, Beatriz y Celia González
Pérez —quienes en ese momento tenían 20, 18
y 16 años, respectivamente— y a su madre, Delia
Pérez, en el municipio de Altamirano, Chiapas,
cuando regresaban de un pueblo cercano donde
vendían sus productos agrícolas.
Las tres hermanas, quienes hablaban poco español y pertenecen al grupo étnico Tzeltal, fueron
llevadas a una vivienda de un sólo cuarto, sin
ventanas, donde los soldados las golpearon y
violaron en reiteradas ocasiones, mientras las forzaban a confesar que eran miembros del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional-EZLN.
Los soldados obligaron a su madre a permanecer
afuera de la vivienda mientras se producían las
violaciones.
De acuerdo con el testimonio de la hermana mayor, un soldado lanzó a las tres mujeres al suelo y
las golpeó hasta “no poder defenderse”. Mientras
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
un soldado la agarraba y le sacaba la ropa, otro
hombre la violó. Cuando recobró el conocimiento, otro soldado estaba encima de ella. Trató de
gritar, pero el hombre le puso un pañuelo dentro de la boca y le cubrió los ojos con un trapo.
Recordó que durante las dos horas que estuvo
en esa habitación, los soldados se reían y decían
que las zapatistas eran “sabrosas”. Luego de las
violaciones sexuales, un oficial militar amenazó
a las cuatro mujeres con que si denunciaban el
incidente, las volverían a detener, las encarcelarían y talvez las matarían.
Un examen médico minucioso demostró que las
tres mujeres habían sido víctimas de abuso sexual, y que habían sufrido graves daños físicos y
psicológicos como consecuencia de estos actos.
Como consecuencia de la humillación y la estigmatización causada por estos abusos, las
hermanas González Pérez y su madre debieron
abandonar su comunidad.
La investigación militar
Tres días después de que las hermanas González
Pérez denunciaran las violaciones ante la Procuraduría General de la República (PGR), ésta
remitió la investigación a los agentes del Ministerio Público Militar, argumentando que no tenía
competencia para investigar dicho caso.
Un año más tarde, las autoridades militares
cerraron el caso. El expediente militar incluye
declaraciones de varias personas que dan fe de
la “buena conducta” de los soldados y niegan
las violaciones, pero ignora completamente el
examen ginecológico presentado por las hermanas González Pérez ante la PGR, así como su
testimonio.
Las hermanas González Pérez llevaron su caso
ante la CIDH (Corte Interamericana de Derechos
Humanos), la cual determinó, en abril de 2001,
que México era responsable por la detención
arbitraria, tortura y violación de las hermanas, así
como por no realizar una investigación exhaustiva, inmediata e imparcial de los hechos.
Inicialmente, el Gobierno mexicano intentó justificar el uso del sistema de justicia militar para
investigar y juzgar el caso. Los representantes
del gobierno argumentaron ante la CIDH que
este caso debía ser investigado por los agentes
del Ministerio Público Militar debido a que las
fuerzas armadas estaban cumpliendo tareas de
seguridad pública en Chiapas y los soldados “se
encontraban dentro de servicio y nunca lo abandonaron, ya que el lugar a donde fueron conducidas las supuestas agraviadas para ser interrogadas, se encontraba dentro del radio de[l] área
asignada para el desempeño de sus actividades.
Caso 2: Violación de Inés Fernández Ortega
El 22 de marzo de 2002, 11 soldados llegaron a
la vivienda de Inés Fernández Ortega, una mujer
indígena del pueblo Tlapanec Me'paa en Guerrero, quien se encontraba con sus cuatro hijos de
tres, cinco, siete y nueve años, quienes escaparon
de la casa atemorizados y acudieron a la casa de
su abuelo en busca de ayuda.
Tres soldados entraron por la fuerza a la casa y
le preguntaron a Inés: “¿Dónde está tu marido?
¿Dónde fue a robar la carne que tienes tendida
aquí en tu patio?”. Los soldados le apuntaron
al pecho con sus armas, le sujetaron las manos
y la arrojaron violentamente al suelo, mientras
le gritaban “¿Vas a hablar o no?”. Inés no pudo
responder las preguntas de los soldados porque
no habla español, lo cual enfureció a los militares. Uno de los soldados le sujetó las manos con
su mano derecha, y con la otra mano le quitó
la ropa interior, se bajó los pantalones y la violó
durante aproximadamente diez minutos. Cuando
terminó, los soldados se fueron, y se robaron la
carne que Inés y su familia tenían en su patio.
Luego de la violación, el marido de Inés la obligó
a abandonar el hogar, y desde entonces ha sido
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
estigmatizada por los miembros de su comunidad.
Caso 3: Violación de Valentina Rosendo
Cantú
La investigación militar
El 16 de febrero de 2002, Valentina Rosendo
Cantú, una menor de 16 años, perteneciente a
la comunidad indígena de Tlapanec en Caxitepec
en el estado de Guerrero, se encontraba lavando
la ropa en un arroyo cerca de su vivienda, cuando aparecieron ocho soldados. Como no pudo
responder las preguntas que le hacían, dos de los
soldados caminaron hacia ella y le preguntaron
enojados: “¿dónde están los encapuchados?”.
Cuando respondió que no sabía, un soldado
amenazó con dispararle y, apuntándole con un
arma, le preguntó si era de Barranca Bejuco, una
comunidad cercana.
Dos días después de la violación, Inés presentó
una denuncia formal ante el Ministerio Público
local, que los agentes investigaran la violación
y el ingreso ilegal a su vivienda. El agente del
Ministerio Público local determinó que no era
competente para investigar la violación, el robo,
ni el ingreso ilegal a la vivienda de Inés porque
“las personas que realizaron el hecho delictuoso
pertenecen al Ejército mexicano”.
La Procuraduría General de Justicia Militar (PGJM)
cerró formalmente el caso en marzo de 2006,
y argumentó que no había pruebas de que los
militares fueran responsables de la violación o el
ingreso ilegal en la vivienda de Inés. Los agentes
del Ministerio Público Militar basaron su decisión
en el testimonio de los soldados acusados, quienes negaron las acusaciones, y de otras personas
que no estaban presentes en el momento en el
cual se produjeron los hechos.
Resolución de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH)
30
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos concluyó que la violación y tortura cometida
contra Inés Fernández Ortega; la discriminación
de que fue objeto la víctima por su condición de
mujer e indígena; la falta de debida diligencia en
la investigación y sanción de los responsables de
estos hechos; la utilización del fuero militar para
la investigación y juzgamiento de violaciones a
los derechos humanos; los obstáculos para que
las personas indígenas, en particular las mujeres,
puedan acceder a la justicia; la falta de reparación
adecuada en favor de la víctima y sus familiares;
el impacto negativo de los actos de amenaza y
hostigamiento contra la víctima, sus familiares
y representantes, constituyen violaciones a los
derechos humanos.
Ella dijo que no. Otro soldado le mostró una fotografía y una lista de nombres, y le preguntó
si reconocía a alguien. Ella respondió que no.
Un soldado golpeó en el estómago a Valentina,
quien del impacto cayó al piso y se desmayó por
unos minutos.
Entonces dos soldados le rasguñaron la cara,
le quitaron la falda y las pantaletas que llevaba
puesta, y la violaron, uno después del otro, mientras los otros seis presenciaban las violaciones.
Después de la violación logró ponerse de pie
y prácticamente desnuda, corrió hasta su casa.
Acudió a un hospital local, donde los médicos se
negaron a atenderla aduciendo que no querían
tener “problemas” con los militares y no contaban con el equipo necesario.
Luego viajó ocho horas a pie hasta otro hospital en Ayutla, donde un médico determinó que
había recibido golpes en el abdomen, pero no
le proporcionó ningún medicamento ni ordenó
que se practicaran los estudios ginecológicos
necesarios.
Varios meses más tarde, luego de que intervinieran sus representantes legales, Valentina recibió
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
la atención ginecológica adecuada, y se sometió
a una operación.
Luego de la violación sexual, Valentina perdió el
apoyo de su comunidad y su marido la abandonó
como resultado de la estigmatización sufrida a
raíz de los hechos.
La investigación militar
El 8 de marzo de 2002, Valentina presentó una
denuncia formal ante el Ministerio Público del
fuero común en Ayutla de los Libres, Guerrero,
donde manifestó haber sido violada por soldados.
Dos meses después, el Ministerio Público Local
remitió el caso a los agentes del Ministerio Público Militar, con el argumento que estos tenían
competencia para investigar el caso porque los
acusados eran miembros de las Fuerzas Armadas.
Resolución de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos
El 31 de agosto de 2010 la Corte Interamericana
emitió una sentencia en la que encontró a México culpable de violaciones a la integridad personal, la dignidad, la vida privada, los derechos
del niño, las garantías de acceso a la justicia y a
la protección judicial, en perjuicio de Valentina
Rosendo Cantú. Se condenó al Estado mexicano a reformar la legislación militar, a pagar una
compensación económica a Valentina Rosendo
Cantú y a su hija, a brindarles tratamiento médico
y psicológico y a otorgarles becas de estudios.
Caso 4: Detención ilegal y abuso de 36
civiles y violación de cuatro jóvenes
Luego de que un grupo de personas no identificadas atacaron a varios militares y asesinaron
a cinco soldados el 1° de mayo de 2007, cientos
de soldados se trasladaron a los municipios de
Nocupétaro, Carácuaro y Huetamo en el estado
de Michoacán con el fin de encontrar a los agre-
sores. Cometieron decenas de abusos, incluidas
detenciones arbitrarias, detenciones ilegales en
una base militar, torturas, golpizas, violaciones
sexuales e ingreso ilegal a varias viviendas.
Durante los dos días que siguieron a la emboscada, los soldados detuvieron arbitrariamente a
36 personas, entre ellas cuatro menores, quienes
fueron retenidas en la base militar de la 21° Zona
Militar por un término de 84 horas. Golpearon
reiteradamente a los detenidos, les ataron las manos con cinta o cuerdas y, en algunos casos, les
cubrieron la cabeza con bolsas de plástico o telas.
Uno de los detenidos presentaba quemaduras en
la piel, y otro informó que los soldados habían
sumergido su cabeza en un recipiente con agua
para obligarlo a proporcionar información. Los
soldados mantuvieron incomunicados a la mayoría de los detenidos, y cuatro de ellos tuvieron su
rostro y ojos cubiertos todo el tiempo.
Cuatro de las detenidas por más de 20 horas
eran jóvenes mujeres de menos de 18 años en su
momento, quienes declararon ante los agentes
del Ministerio Público Federal que fueron golpeadas reiteradamente, abusadas sexualmente y
violadas por los soldados, con el fin de obtener
información sobre sus supuestos vínculos con
grupos armados y de narcotraficantes.
Las jóvenes relataron que los soldados las obligaron a subir a un helicóptero, donde fueron
amenazadas y abusadas sexualmente. Una de las
jóvenes contó que la obligaron a subirse la falda
y bajarse la ropa interior, mientras los soldados le
decían “pinches putas al fin es lo que les gusta”.
Un soldado agarró una estampita de la Virgen
María que llevaba una de las jóvenes, la arrugó
hasta formar una bolita y la introdujo en su ano.
Según la cuarta joven, los soldados le dijeron “ni
la virgencita te va salvar”. Cuando llegaron a las
instalaciones militares, las obligaron a inhalar una
sustancia que las adormeció, y se despertaron
con terribles dolores en el cuerpo, especialmente
en el abdomen inferior.
31
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Algunas de las jóvenes advirtieron que estaban
expulsando espuma por la nariz y la boca, y que
un líquido salía de su vagina y les producía picazón.
Este caso aún es investigado por la Procuraduría
y la justicia militar.
Caso 5: Asesinato de dos mujeres y tres
niños, y lesiones contra otros tres civiles
El 1° de junio de 2007, un grupo de soldados
que estaban destacamentados a la vereda de
un camino en el municipio de Sinaloa de Leyva
en el estado de Sinaloa, y que presuntamente se
encontraban alcoholizados y estaban consumiendo drogas, abrieron fuego contra una camioneta que transportaba a 3 adultos y cinco niños y
niñas, y asesinaron a una mujer y una niña de 3
años de edad.
Finalmente, tres pasajeros murieron en los automóviles por el retraso para trasladar a las personas a recibir atención médica.
32
a siete policías (Una mujer resultó embarazada
luego de ser violada por un soldado).
En octubre de 2007, un juez local condenó a
cuatro soldados por la violación o abuso sexual
de nueve mujeres, y por causar lesiones a seis
oficiales de policía. El juez determinó que otros
cuatro soldados no eran culpables, y no se pronunció sobre la responsabilidad penal de los cuatro hombres que habían sido identificados por las
víctimas pero se encontraban prófugos.
Tres de los soldados que resultaron condenados
se encuentran actualmente en la prisión estatal,
y uno de ellos (que fue condenado por golpear a
cinco policías, pero no por cargos de violación o
abuso sexual) obtuvo la libertad bajo fianza.
Este es el único caso que ha sido resuelto por
las autoridades mexicanas y resulta fácil saber
porqué. También eran ofendidos seis oficiales
de la policía. Si hubiesen sido afectadas sólo las
mujeres, sabríamos el resultado: la no responsabilidad de los militares por los abusos cometidos.
Este caso aún es investigado por las autoridades.
La tríada violencia-narcotráficomilitarización
Caso 6: La excepción que confirma la regla:
el caso Castaños
La violencia estructural contra las mujeres intercepta y entrecruza muchos niveles y se manifiesta
de diversas maneras. Las condiciones de opresión, misoginia, sexismo, subordinación, exclusión, etc., que tienen profundas raíces históricas,
culturales, sociales y políticas enraizadas en los
sistemas patriarcales que vivimos, se agudizan
en las situaciones de guerra, conflictos armados
y militarización.
El 11 de julio de 2006, un grupo de oficiales de
la policía municipal detuvieron a un soldado que,
vestido de civil, se encontraba generando disturbios en un club nocturno de la “zona de tolerancia” de Castaños, en el estado de Coahuila.
Luego, cinco hombres que se identificaron como
miembros del 14° Regimiento Motorizado del
Ejército Mexicano pidieron que su colega fuera
liberado.
Cuando los policías lo liberaron, los soldados
amenazaron con regresar y, al hacerlo, media
hora más tarde insultaron, amenazaron, golpearon y abusaron sexualmente de 14 mujeres que
trabajaban en los clubes nocturnos, y golpearon
El patriarcado, como un sistema de dominación
que tiene como finalidad el control de la vida de
las mujeres, en especial sobre su cuerpo, sobre
sus decisiones, sobre su identidad, encuentra en
la militarización, el espacio perfecto para reproducirse y reforzarse. En este entrecruzamiento,
la militarización y el patriarcado se alimentan
mutuamente para detentar la supremacía, ejercer
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
el poder mediante el control de los cuerpos y la
sexualidad de las mujeres.
Los casos narrados, que no son nuevos ni recientes, son parte de la historia de las guerras que
detentan los varones y que utilizan la violencia sexual como arma para derrotar al enemigo, como
método de presión para obtener información,
como medio de control de territorios (incluyendo
el cuerpo de las mujeres), en donde están presente siempre, la misoginia y el patriarcado como
sellos indiscutibles para cosificar a las mujeres y
ser parte del botín de guerra.
La tríada violencia-narcotráfico-militarizaciónconstituye campo fértil para que las violencias
contra las mujeres se agudicen, se extremen.
Los tejidos sociales se rompen y el hilo más delgado es el bordado para las mujeres.
Muestra de ello son los casos relatados, en donde
el componente sexual en la violencia contra las
mujeres es primordial. La violencia sexual en sí
es un modo de tortura para socavar y someter
a las mujeres. Es una forma para intimidar, presionar, amenazar y humillar a las mujeres por su
condición de género. Es también un método de
castigo para unas y de advertencia para otras. El
castigo viene de unos y de otros. De los militares
en el ejercicio y abuso del poder, y de los varones
ligados a esas mujeres y de sus comunidades,
quienes las expulsan y rechazan.
Tembién de los sistemas de justicia que no permiten que estas mujeres violentadas lleguen a
obtener justicia. Y del miedo generalizado a ser
mujer en cualquier sociedad, pero particularmente en una sociedad violenta y militarizada.
Comunicado del CLADEM en Ecuador
a propósito de este 25 de noviembre de 2010
Palabras de Gabriela Bernal Carrera
“No hay violencia más maquillada, más sutil y perversa que la enseñanza del miedo.
Encubierto de seguridad, de protección, de cobijo, de certezas, el peor enemigo de nosotras
las mujeres es el miedo. El miedo que atenta contra los sueños, contra las preguntas, contra
el deseo. El miedo que socava cualquier posibilidad de autonomía. Hoy, 25 de noviembre no
deben ser rechazados solamente los golpes en el cuerpo, las miradas abusivas o las palabras
obscenas; hoy día de la no violencia contra la mujer, debemos evidenciar las otras formas de
violencia, y de entre ellas, como la peor de todas, la enseñanza del miedo.
Miedo a salir sola, miedo a hablar en voz alta y en público, miedo a mostrar amor, miedo
a la soledad. Miedo a mirar con la frente alta, un horizonte ancho, pero no ajeno. Miedo a
descubrir el cuerpo, miedo a descubrir los otros cuerpos. Miedo a ir a otra ciudad, viajar sola
y mirar otras formas de vivir. Miedo a lo que los demás van a pensar si nos descubren riendo a
solas, conversando con un hombre que no es el novio o el marido. Miedo a no ser lo suficientemente buenas para un trabajo, o para establecer una relación que valga la pena ser vivida.
33
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
¿Cómo aprendimos a tener tanto miedo? ¿Cómo es que el miedo se ha vuelto nuestra segunda
piel? Como si del vientre de nuestras madres hubiésemos llegado recubiertas de miedo y no
con los ojos curiosos, los oídos atentos y la boca llena de sonidos.
Aprendemos el miedo con el cuerpo. Con el cuerpo femenino que explora y es sancionado
con buenas costumbres: las niñas no se trepan a los árboles, no salen a jugar a la calle.
Aprendemos el miedo con el cuerpo que no cabe en las medidas ideales y que se quedará
abandonado como prenda con falla a la espera de un comprador que no alcance a notar las
deficiencias: las mujercitas tienen que estar bonitas, ¡¡en un mes tendremos a la princesita
de Navidad de la escuela!!
Pero también aprendemos el miedo con los cuentos de princesas que esperan encerradas
e inútiles en un castillo/prisión, sin aventurarse jamás más allá de los límites; sin atreverse a
explorar el bosque, porque serán devoradas por ogros, lobos y cuánto malvado ser cabe en
la imaginación.
Aprendemos el miedo con la trampa de la desolación, como si la soledad no fuese la primera
y única condición para el verdadero encuentro con una misma y con los otros/as.
¡Cuánta violencia hay en cada amenaza! No hay ejercicio más brutal de la violencia que la
amenaza, porque está destinada a minar la confianza en nosotras en los y las otras. El dolor
del golpe pasará, la herida sanará, pero el miedo, la amenaza se adentran en el cuerpo, en el
corazón, en la cabeza con el solo objetivo de paralizarnos. Como si estuviéramos totalmente
indefensas. Como si no pudiéramos cambiar el rumbo de las cosas. Como si la única forma
de estar seguras fueran la obediencia y la casa. Como si no nos hubieran parido para la
aventura. Como si no pudiéramos sacar las uñas para defendernos. Como si no pudiésemos
levantarnos tras la caída.
No hay violencia más encubierta que cortarnos las alas, a cuenta de una falsa seguridad que
nos priva del más elemental derecho al gozo de descubrir y descubrirnos, como sujetas de
este mundo ancho y tan propio“.
Es responsabilidad feminista desenmascarar estas formas de ejercicio de poder en el
patriarcado.
34
Pero es responsabilidad de todas y todos, hacer reflexión conjunta de estas violencias,
denunciarlas, detenerlas, impedirlas.
Sin las mujeres, los derechos no son humanos. Sin mujeres libres, autónomas, diversas,
no puede haber construcción de sociedades democráticas.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Caso de Colombia
Esther María Gallegos
Ruta Pacífica de las Mujeres.
Una experiencia de resistencia
Frente al conflicto armado en Colombia nace el
proceso de movilización pública de la Ruta Pacífica de las Mujeres.
Contexto
Las mujeres de diversas organizaciones de toda la
geografía colombiana deciden poner su empeño
y esfuerzo político para presionar procesos hacia
la negociación del conflicto armado. La Ruta Pacífica está conformada por 350 organizaciones de mujeres que se organizaron con la
visión de brindar protección a otras mujeres y a
decir qué está pasando en Colombia.
La Ruta Pacífica cuestiona
los modelos de negociación
Los modelos de negociación han sido tradicionales y excluyentes, tanto los realizados con los
grupos insurgentes como los realizados con los
grupos paramilitares. Al concebir las negociaciones en medio de la confrontación sin un marco
de acuerdos sobre Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario y sin agendas que
contemplen la exigencia de la verdad, justicia y
reparación y garantías de no repetición, y que dibuje un horizonte de reconciliación reconociendo
los derechos de las víctimas.
La RUTA considera que la negociación no sólo es
con la guerrilla, sino con otras instancias.
Los desplazamientos y los abusos, violaciones a
las mujeres y su reparación no debe negociarse.
El fracaso de estos modelos ha llevado a una
inmensa capacidad de destrucción, barbarie, genocidio, exclusión, destierro, exilio y desolación.
En los métodos que se utilizan se encuentra como
el círculo de la muerte y la oscuridad recorre el
tejido social dejando a su paso dolor, desarraigo
y resentimiento.
Las mujeres de la Ruta Pacífica ponen en el centro
la necesidad urgente de desarmar los cuerpos y
los espíritus, pues la militarización de la vida civil
tanto urbana como rural sólo conduce al recrudecimiento de la violencia, a su degradación y
al surgimiento de nuevos actores de la guerra.
La guerra y en especial la colombiana es un negocio, a ninguno de sus promotores le conviene
pararla; ni a los vendedores de armas, ni a los
productores de insumos y químicos, ni a los políticos corruptos, ni a los empresarios, ni a los
narcotraficantes, todos los que han convertido
la guerra en su fuente de riqueza.
35
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Desde este contexto
La Ruta Pacífica de las Mujeres mantiene su accionar desde una propuesta política feminista y
pacifista, antiarmamentista, que propugna por la
negociación política del conflicto armado, desde
1995 es parte del creciente movimiento ciudadano por la paz que desde la sociedad civil ha
dicho no a la guerra.
La resistencia pacífica
de las mujeres, una expresión
de la insumisión
La resistencia pacífica de las mujeres de la Ruta
Pacífica se ha nutrido de la necesidad urgente
de dar a conocer cómo transcurre la vida de las
mujeres en un contexto de guerra y de violencias.
Para nosotras las guerras intensificadas o de baja
intensidad, como la que está viviendo Colombia,
siempre han tenido como consecuencia inmediata la victimización de la población civil.
En ese transcurrir de esa cotidianidad violenta,
las violencias contra las mujeres ocurren en la
casa, en el trabajo, en la calle, en las veredas, en
los caminos, tienen un velo de ocultamiento de
minimización y por lo tanto gozan de una alta
impunidad.
Entiende la resistencia pacífica desde el legado
y el patrimonio histórico que nos dejaron las feministas.
36
Nuestra apuesta pacifista es una manera de no
claudicar, es una actitud y aptitud, es hacer actos
que rechazan la guerra y los militarismos, son
actos de desobediencia civil contra la guerra y
la violencia.
Cómo expresamos nuestro
rechazo a la guerra
Se hace de varias formas:
Con la movilización de las mujeres, la toma de
carreteras, la toma de parques, con una manifestación pública contra la guerra y con la propuesta
simbólica de protección para las organizaciones
y las mujeres.
Significado de la movilización
de las mujeres
• La movilización social es la forma de expresar
nuestro rechazo a la guerra.
• Mostrar que la paz no es sólo el resultado de
la negociación del conflicto armado. Es también la reconstrucción económica, política,
moral, ética y cultural de cada pueblo, ciudad
y/o región.
• Mostrar que la paz no es sólo el resultado de
la negociación del conflicto armado. Es también la reconstrucción económica, política,
moral, ética y cultural de cada pueblo, ciudad
y/o región.
• Desarticular los artefactos de la Guerra, propuesta desde nuestra marcha a Urabá que nos
pone a las mujeres de la Ruta por la construcción de la democracia de la cual nos sentimos
artífices.
• Negarnos a reproducir la guerra y por esta
razón hacemos presencia en aquellas ciudades
y sitios donde los conflictos armados se agudizan y donde las mujeres están expuestas y
en riesgo o son visiblemente violentadas por
el conflicto.
• En el momento de su preparación diseñamos
consignas, masajeamos y preparamos nuestros cuerpos y mentes para asumir el viajerecorrido con responsabilidad y claridad. Las
movilizaciones son la expresión de un entramado de ideas, una urdimbre de muchos hi-
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
los: pacifismo, feminismo y no violencia que
actúan como brújula de nuestra acción.
tefactos de la guerra, los de hierro, los de la
palabra que la incita, los del olvido.
• Reconocemos quienes somos, palpamos las
marcas existentes en nuestros cuerpos, cruzadas por las historias individuales y colectivas. En ellas vamos identificando y realizando
experiencias significativas, vitales y movilizadoras que van de acuerdo con la realidad del
conflicto y nuestras búsquedas. Las movilizaciones son una de nuestras estrategias para
defender la vida y reclamar nuestros derechos.
• Las movilizaciones han servido como medio
para concertar y establecer alianzas, fundamentalmente con organizaciones y grupos de
mujeres.
• Evidenciando:
• Los efectos del conflicto armado en las
mujeres.
• Las mujeres en contra de la impunidad y
recobrando la memoria.
• Como el cuerpo de las mujeres es utilizado
como botín de guerra.
• La necesidad de una negociación política y
la desmilitarización de la vida civil.
• Como la política antinarcóticos afecta en
la vida y cuerpo de las mujeres.
• La crisis humanitaria y afectación a las mujeres afrodescendientes e indígenas.
• Que la resistencia pacífica contra la guerra
es desde las mujeres.
• Los aportes desde la perspectiva de las mujeres en los procesos de verdad, justicia y
reparación.
• El refugio y el desplazamiento.
Principales logros
• Las movilizaciones han permitido que las mujeres desarrollen progresivamente una política
para sí y desde las mujeres.
• Hemos avanzado en la construcción de un
lenguaje simbólico como posibilidad de reconocimiento e identidad y por medio de él
apostamos por la desarticulación de los ar-
• Reconocemos en las movilizaciones una expresión sistemática y permanentemente articulada a la propuesta programática de la Ruta.
• Se ha visibilizado que el conflicto armado afecta diferenciadamente a hombres y mujeres y
que el campo de batalla es un ámbito de malos tratos y de abuso sexual contra las mujeres.
• Al plantearse que el cuerpo de las mujeres
no es botín de guerra se ha dado un nuevo
referente para redefinir o atribuir nuevos significados a la violencia contra las mujeres.
• La Ruta ha realizado investigación que nos
muestra todas las afectaciones a los derechos
de las mujeres como producto del conflicto
armado.
• Trabajo desde una posición feminista que
pretende incidir en el entramado cultural y el
cambio de mentalidades de la sociedad hacia
una cultura no patriarcal.
• Ubicamos el cuerpo de las mujeres como el
primer territorio de autoprotección y de reconocimiento de las degradaciones que en él
se expresan.
La resistencia y lo simbólico
como el rescate de lo femenino
• La propuesta simbólica de la Ruta tiene significantes políticos, estéticos, emocionales,
históricos para las mujeres. La Ruta rescata la
memoria del olvido, esos lenguajes que nos
acercan a explicaciones y sustentos de ese
mundo misterioso de lo femenino que quedó
oculto por las imposiciones culturales.
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
PREGUNTAS
Y RESPUESTAS
¿Para las mujeres organizadas, qué ha marcado
la diferencia entre un gobierno de Arena y el
gobierno actual de El Salvador?
Con Arena fue más difícil trabajar porque siempre hay personas con prejuicio y casi todas las
propuestas que las mujeres hicimos fueron engavetadas.
Con este gobierno ha habido más apertura. En
Suchitoto logramos elaborar la política de la juventud y fuimos los jóvenes las que la elaboramos.
• En ese sentido, la expresión simbólica tiene
manifestaciones de denuncia y reparación de
los estragos que la guerra ha dejado en las
mujeres.
• En contraposición a lo simbólico de la guerra: el miedo, la desesperanza, las armas, el
desalojo, el silencio impuesto; la propuesta
simbólica de la Ruta recupera la creatividad, la
palabra, el silencio, el arte, la danza, el ritual,
lo sagrado, la sanación del cuerpo y el espíritu.
38
• Desde una perspectiva contestataria, lo simbólico lleva implícito nuevas formas femeninas de expresar el dolor, la angustia y nuestra
perspectiva pacifista que se preocupa por el
futuro para nuestros hijos e hijas. Lo simbólico
para la Ruta pretende ridiculizar la guerra.
La protección y autoprotección
una estrategia para permanecer
Para la Ruta Pacífica, la autoprotección y la protección están referidas a preservar, proteger, salvaguardar la vida de cada una de las integrantes
de la Ruta y visibilizar, proyectar y fortalecer el
movimiento político y la organización social. Es
así como el sistema de protección es un apoyo
para la proyección política de la Ruta.
Las jóvenes estamos dentro de los retos, hay
mujeres feministas trabajando para que otros
tomemos conciencia política. Así que uno de los
desafíos es cómo consideramos la participación
de las mujeres jóvenes y que haya coherencia con
el trabajo de las mujeres.
¿En qué consiste ese movimiento de la RUTA?
Podría explicarnos más?
En Colombia la situación de conflicto ha sido de
largo plazo, una lucha de 50 años, ya desgastada,
enfrentando tres grupos que someten al pueblo.
Las mujeres son las más expuestas, son las abusadas, pierden a sus hijos o hijas porque a la
guerrilla se le ocurre ir y decir: nos llevamos a
éstos, son despojadas de sus viviendas obligándolas a desplazarse.
La Ruta parte diciendo que no hay guerra justa, así que hacemos nuestras protestas pacíficamente, ¿qué significa esto? Que nuestro fin
es la búsqueda de la paz; que no podemos ser
obedientes, ni quedarnos calladas frente a tanto
abuso por parte de la guerrilla, de los militares y
de los paramilitares.
Cada acción simbólica que se hace es una campaña de divulgación, donde se manifiesta y materializa el sentir de las mujeres; por ejemplo hici-
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
mos una colcha, cada grupo llevó su parche, esa
colcha tiene una longitud de 3 cuadras. También
se hacen muñequitas o artesanías como ollitas
de barro y ya muchas personas saben lo que
representan para las mujeres de la Ruta
Nos podría explicar sobre el tema de verse víctimas, ya que por otro lado también se habla
de no querer ser victimizadas.
La RUTA nace precisamente para evidenciar que
frente a la violencia y entre los desplazamiento
por los conflictos armados está de por medio el
sufrimiento de las mujeres.
Con la Ley de Justicia y Paz se empezó a trabajar
el tema de víctimas y vimos que a las mujeres no
se les consideran víctimas. Y a veces la misma
mujer no se considera víctima, no tiene tiempo
para eso porque está enfrentado el dolor de perder a sus hijos, su familia; y mientras las mujeres
no se reconozcan como víctimas, no habrá ruptura para superar su dolor y ser sujetas de cambio.
Con la ruta se ha levantando el tema de lo que
esta pasándole a las mujeres, de cómo sufren
desalojo, además de violencia y violaciones
sexuales.
Las mujeres tenemos que crear nuestros espacios
feministas y para ello deben las mujeres integrarse, nuestros espacios deben ser acordes a nuestra
propia realidad, deben nacer de nuestra propia
historia, no solo de saber de las diferencias con
los hombres.
¿Por qué no ser victimizadas?
En el caso de Guatemala el tema de la víctimas
es el de buscar cómo las mujeres dejan de verse
como víctimas, ya que ante los continuos de la
violencia las mujeres tenemos capacidad de salir
y enfrentar desafíos… (Resistencia) Las sobrevivientes del conflicto armado en Guatemala han
enfrentado y resistido la violencia, el racismo y
la discriminación y muchas se han fortalecido.
Debemos reconocer los cambios que las mujeres somos capaces de realizar, los cambios en el
municipio, en la casa, con los hijos y por eso no
podemos hablar de ser víctimas, sino sujetas de
hacer cambios, ¿cómo ser sujetas de cambio, sin
ser víctimas? porque esta es una herramienta de
la militarización.
Reflexiones sobre el feminismo
• Ser feminista no es sólo participar en reuniones o pertenecer a un movimiento, es también enseñar a los demás lo que sabemos, es organizar a las mujeres, es un movimiento
político, es trabajar organizando otras mujeres.
• Algunas mujeres aquí presentes confunden el feminismo con mandar al marido. El feminismo no consiste en darle al hombre las obligaciones domésticas que las mujeres
hacemos, cuando él está obligado a compartir las labores de la casa y la educación de
los hijos.
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
• ¿Cómo puede decir una mujer que es feminista si le hace caso al pastor de la iglesia?
• ¿Cómo puede decir una mujer que es feminista y repite patrones partidistas, pidiendo
la integración de un partido político donde militan los responsables de la pobreza de
nuestro país, los responsables de matar a nuestra gente en el Bajo Aguán, y los responsables del golpe de Estado en este país?
• El feminismo es una filosofía y también una práctica. El feminismo “Toca que pase por
el cuerpo”, lo que significa que debe ser discurso con la práctica.
Reflexiones sobre el trabajo de las mujeres
en las organizaciones mixtas y el Frente de Resistencia
• Creo que las mujeres debemos hacer diferencias en el trabajo desde las organizaciones
mixtas y desde el Frente Nacional de Resistencia para hacer un trabajo más desde las
mujeres. Necesitamos interpelar la conducta de los hombres y las mujeres al interior de
las organizaciones y del papel que jugamos las mujeres en ellas. Es importante que las
mujeres tengamos un rol más protagónico y dejar de proponer nosotras mismas a los
hombres, sabiendo que hay mujeres con capacidad para desempeñarse como dirigentes.
• Es importante que tengamos claro que a los hombres que están en la resistencia no
les interesa darnos un lugar en la dirigencia. Hay que ver como sacaron a Margarita2,
siendo ella una de la primeras que se presentó cuando el Golpe y de las primeras que
convocó también.
• Debemos pensar en cómo fortalecer las bases, cómo hacemos ese trabajo en las zonas
rurales y sobre hacer un trabajo de concienciación del sufragio, para evitar que las mujeres
continuemos votando sin conciencia y no volvamos a votar por los mismos de siempre.
• Las mujeres debemos educar a los hijos para ir rompiendo esquemas políticos. Yo creo
que debemos tener claro que no toda las mujeres tienen acceso a información y una
gran mayoría desconoce sus derechos.
40
2 Margarita Murillo es una incansable luchadora por los cambios sociales de Honduras. En los años 80 sufrió persecución política, encarcelamiento y tortura extrema por defender y luchar por sus ideas. Actualmente es dirigenta
campesina y dirigenta del Frente Nacional de Resistencia Popular de zona norte del país. Véase testimonio en página 53 de esta memoria.
Conferencia: Las violaciones a los
derechos humanos de las mujeres
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Conferencia: Las violaciones a los
derechos humanos de las mujeres
Gilda Rivera
Coordinadora Ejecutiva del Centro
de Derechos de Mujeres-CDM, Honduras
L
os derechos de las mujeres son tan amplios
como los derechos humanos, están vinculados al derecho al cuerpo, a la educación, a la
salud, a los derechos civiles.
todas las que hemos peleado por los derechos
humanos estábamos protestando en la calle,
desde allí es que surge el nombre de Feministas
en Resistencia.
El 28 de junio nos despertamos con la noticia de
un golpe de Estado. Creímos que no había un
contexto internacional para un golpe de Estado,
pero nos encontramos con la noticia que habían
sacado del país al Presidente Zelaya.
No es fácil una lucha social que empezamos a
desarrollar desde el feminismo, este espacio ha
permitido construir una democracia, hemos salido a las calles a protestar y cuando los medios
no permiten decir la verdad, las paredes se convierten en pizarras de lucha.
El CDM no apoyaba el proyecto de la Cuarta
Urna3, pero sí reconocíamos algunas acciones
del gobierno de Mel como el aumento del salario
mínimo, el tema de los combustibles, la decisión
sobre el uso de la pastilla anticonceptiva de emergencia (PAE).
Vimos como las cúpulas empresariales y militares se ponían de un lado y por el otro los que
apoyaban a Manuel Zelaya y cómo se fueron
posicionando los movimientos sociales y grupos
indígenas.
Al darnos cuenta de lo sucedido, no dudamos en
venir a posicionarnos con nuestra voz y nuestro
pensar. Sin convocarnos nos dimos cuenta que
3 La Cuarta Urna fue un proyecto impulsado por el gobierno del Ex Presidente Manuel Zelaya Rosales que
consistía en consultarle al pueblo sobre la realización
de una consulta de opinión para preguntar si el pueblo estaría de acuerdo en colocar una urna más el día
de las elecciones generales que se celebrarían el 29 de
noviembre de 2009, para conocer su deseo de formar
una constituyente que elaboraría una nueva Constitución de la República.
Las mujeres queremos la pastilla anticonceptiva
de emergencia, queremos decidir sobre nuestro
cuerpo, queremos decir sí al aborto.
Lo primero que hace el gobierno de facto de
Michelleti es vetar el decreto relacionado con
las PAE, y prohíbe "la promoción, el uso, venta
y compra relacionada con la PAE, así como la
distribución pagada o gratuita y comercialización
de fármacos de anticoncepción de emergencia,
en farmacias, droguerías o cualquier otro medio
de adquisición".
La coalición de las mujeres en la Resistencia es
diversa: hay mujeres, negras, indígenas, intelectuales, jóvenes, mayores, todas unidas en la lucha
por conservar los derechos que se han ganado
las mujeres, participando en las movilizaciones
desde una perspectiva política, para reivindicar
y defender sólo los derechos del pueblo, y de las
mujeres, que incluyen una participación política
real y decisoria en asuntos de Estado y gobierno,
el derecho a una salud sexual y reproductiva, el
43
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Los programas radiales de tres organizaciones de
mujeres fueron clausurados.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos
da medidas cautelares a las víctimas como mecanismo de defensa y aún así algunas de estas
personas han sido asesinadas. En un acto represivo una defensora de los derechos humanos
que gozaba de medidas cautelares fue golpeada
y cuando les decía que tenía esas medidas más
le pegaban.
derecho al aborto y a una vida libre de violencia,
entre otros.
44
A partir del golpe de Estado las violaciones a los
derechos humanos aumentan en el país: falta de
aplicación de justicia, violación contra la libertad
de expresión, violaciones a mujeres, muertes de
opositores al Golpe, amenazas a los defensores
de los derechos humanos, a líderes de partidos
políticos opositores, a líderes de sindicatos y a
dirigentes magisteriales. El CDM en coordinación
con Feministas en Resistencia ha hecho dos informes sobre violaciones a los derechos humanos de
las mujeres. Se tienen 106 casos documentados y
sistematizados en los que maestras, estudiantes,
sindicalistas, comerciantes y académicas, fueron
amenazadas, a través de mensajes a celular, por
e-mail. Algunas son vigiladas en las casas, en los
trabajos y algunos han recibido agresiones de las
mujeres policías que resultaron ser más violentas
que los hombres.
Otro impacto específico hacia las mujeres es la
pérdida de la institucionalidad. Es el caso del
Instituto Nacional de la Mujer (INAM) que en
aquel momento estaba siendo dirigido por la
señora María Marta Díaz Velásquez, que de ser
un instituto de política pública quieren convertirlo en una casa de refugio a mujeres violentadas.
En el caso del Bajo Aguán, han ejercido represión
militar contra hombres, mujeres y niños campesinos, para desalojarlos y se ha contratado a
paramilitares y mercenarios colombianos.
El golpe de Estado fue un acto perverso: permitió
que los militares tomaran instituciones públicas;
que se cometieran y sigan cometiendo abusos y
violaciones, tomando el cuerpo de las mujeres
como trofeos de la represión. Estas violaciones
son formas para generar miedo, para refrenar y
reprimir a las mujeres y a las comunidades.
Las Feministas en Resistencia no pueden en este
momento hacer un trabajo de incidencia porque
no reconocen el gobierno de Pepe Lobo. Uno
de los retos que tenemos como instancia en resistencia es cómo enfrentar la represión hacia la
población que se moviliza y especialmente contra
las mujeres.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Reflexiones
• Con respecto a las PAE, me he quedado sorprendida por el afán de este Gobierno de
mantener posturas fundamentalistas al prohibir su uso, ya que la misma puede evitar
los problemas y las consecuencias de embarazos no deseados.
• No solo nos han violentado nuestros derechos con el golpe de Estado, con el gobierno de
Pepe seguimos siento sometidas. Me preocupa que ahora también las mujeres estamos
expuestas a la ley antiterrorista. También es preocupante que las mujeres no estemos
en sintonía para enfrentar esta lucha.
• Creo que es pertinente que nos preguntemos, ¿qué estamos haciendo? Hay espacios
de discusión política, hay cosas que hacer en la calle, pero el problema es que cada
quien debe responder por lo que está haciendo. No se está trabajando de manera más
estratégica, en unidad y después del Golpe nos encontramos con muchos hombres y
muchas mujeres que quieren hacer algo.
• Preocupa que después de mucha capacitación sobre derechos y democracia ciudadana,
nos encontremos con mujeres preparadas que a raíz del Golpe se echaron para atrás,
como que no aprendieron nada, muchas se volvieron golpistas. ¿Cómo vamos a hacer
alguna lucha con gente que traiciona?
• Dentro de las luchas hace tiempo estamos en resistencia y los hombres no han querido
acompañarnos. El problema con los compañeros de la resistencia es que son agresores,
al Frente no nos quieren dejar entrar porque les gusta tener mujeres calladas, que no
digan nada. Las mujeres le sufrimos al Estado, a la municipalidad y ahora a los compañeros de la Resistencia.
• Es triste trabajar por los derecho; entrar y trabajar por el feminismo es ir en contra de
dos sistemas, por un lado el capitalismo y por el otro el patriarcado y este último es el
más difícil de combatir. Solo miren como en San Pedro Sula Margarita Murillo fue expulsada de la resistencia, después que fue ella la que convocó para abrir el movimiento.
45
Experiencias en el ejercicio de
defensoría de derechos humanos de
las mujeres en Honduras: zona Norte
y zona Centro
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Zona norte
Delmy Martínez
Programa de Mujer y Trabajo Digno,
Centro de Derechos de Mujeres-CDM
Honduras
Es nuestro derecho disentir y manifestarnos en
contra de un gobierno usurpador que tomó el
poder ilícitamente con la fuerza de las armas,
así lo dice el artículo 3 de La Constitución de la
República:
ARTICULO 3.- Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones
o empleos públicos por la fuerza de las armas o
usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta Constitución y las
leyes establecen. Los actos verificados por tales
autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho
a recurrir a la insurrección en defensa del orden
constitucional.
• La Fiscalía de Derechos Humanos no tiene los
recursos para que las acciones sean efectivas
contra los agresores y violadores. En la fiscalía
hay personas con maestrías en Derechos Humanos, pero cuando empezaron a investigar
se les amenazó con despidos y algunas fueron
trasladadas.
¿Qué genera un régimen
dictatorial?
• Negación del acceso a las celdas de detención: no se permitió el acceso para ver los
detenidos y la identificación de defensor de
derechos humanos no importó.
La Defensa de los Derechos
Humanos en Honduras, un camino
a cuestas
• Intimidación: las personas que llegaron a
investigar los casos de violación llegaron armadas y otras diciendo que iban en nombre
del Ministerio de Derechos Humanos.
• Tenemos una institucionalidad resquebrajada
y con el golpe se terminan las opciones que
como defensores de derechos humanos tenemos y se vuelve más difícil el trabajo.
• Represión: no importa si se anda con carné
de identificación como defensor de los derechos humanos, ya que no se respeta para
nada y se les maltrata por igual como a cualquier otro ciudadano.
• Nuestros operadores de justicia son incapaces
y sin conciencia.
• La falta de logística nos hace más difícil la
labor, por ejemplo en San Pedro Sula ante
la desesperación por los abusos sexuales y
físicos hacia las compañeras, cometimos el
error de poner nuestros recursos para darle
seguimiento a los casos, un error porque es
una responsabilidad del Estado, no de las ciudadanas o ciudadanos.
• Persecución: los defensores de derechos humanos tienen sus teléfonos intervenidos, son
perseguidos con vehículo sin placas, filmados
y amedrentados.
• El miedo de los sobrevivientes: el miedo
que se infunde en las víctimas impide que se
pueda hacer justicia. La pregunta que nos hacemos es, ¿cómo le ayuda una a la gente para
que continúe con todo el proceso?
49
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
• Desconocen las medidas cautelares que
dictan los órganos competentes, no las
respetan y no saben qué significan.
• Hay violencia sistemática: después de ser
víctima de abuso, tiene que hacerse la denuncia para tener evidencia y esto conlleva
enfrentar de nuevo a los agresores. La revictimización se da sobre todo en Medicina
Forense, es un proceso traumatizante para
la víctima, pues se les continúa agrediendo
durante el seguimiento al caso y en muchas
oportunidades se presentan amenazas por
parte de los operadores de justicia, lo que lleva
muchas veces al abandono de la causa. Por
otro lado, los procesos son lentos y mientras
tanto la víctima continúa siendo hostigada y
amenazada.
• Miedo a iniciar procesos
de enjuiciamiento.
• Abandono del país, por ejemplo se tiene un
caso que tiene todos los elementos documentados, pero la víctima abandonó el país por el
constante acoso, y se llegó al punto de que
su familia también tuvo que salir del país por
el continuo hostigamiento del que era objeto.
Solicitaron asilo político a un gobierno como
alternativa para salvaguardar sus vidas y les
fue negado.
50
• Hostigamiento laboral: presión a los y las
empleadas para apoyar posiciones de la patronal, por ejemplo se les obligaba a formar
parte de las marchas de apoyo al golpe de
Estado y a usar una camiseta blanca.
Zona Centro
María Esther Escalante
Programa de Participación Ciudadana de las
Mujeres, Centro de Derechos de Mujeres-CDM
Honduras
La noticia sobre el golpe de Estado se escuchaba
a tempranas horas en algunos medios de comunicación que cumplieron con su deber de informar al pueblo. El 28 de junio de 2009, fecha en
que fue derrocado mediante un golpe militar
nuestro Presidente el señor Manuel Zelaya Rosales, miles de personas nos fuimos aglutinando
espontáneamente frente a Casa Presidencial para
exigir el retorno de nuestro Presidente.
¿Por qué lo hicimos?
Las manifestaciones realizadas por el Frente
Nacional de Resistencia Popular (FNRP) eran reprimidas salvajemente por autoridades militares
y policías: golpeaban a los y las manifestantes,
lanzaban bombas lacrimógenas, gas pimienta y
disparaban contra el pueblo, el cual se encontraba desprotegido totalmente.
Es por eso que como organizaciones de derechos humanos decidimos organizarnos para poder ayudar a las personas que estaban siendo
detenidas o golpeadas.
¿Cuándo lo hicimos?
Después del 28 de junio a raíz del golpe de Estado las organizaciones de mujeres, organizaciones
de derechos humanos y feministas independientes que estábamos participando activamente en
las marchas en contra del golpe de Estado decidimos organizarnos como Defensoras de Derechos
Humanos. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
¿Cómo lo hicimos?
Nos organizamos como Feministas en Resistencia
(FER), espacio que está formado por organizaciones de mujeres y feministas independientes,
lo que nos permitió posicionarnos dentro de las
marchas del FNRP.
Nos organizamos como defensoras de derechos
humanos, elaboramos identificaciones para cada
una. Luego decidimos dar atención especialmente a las mujeres, salvo en aquellos casos en que
se encontraban grupos mixtos (caso de desalojo
en el Instituto Nacional Agrario-INA4).
Agresiones en las manifestaciones
haciendo en la calle”, “putas”, “perras”, ”lo
que quieren es que las violemos para que no
anden en estas cosas”, reflejan claramente el
poder y control que han ejercido a lo largo
de la historia los hombres sobre la vida y el
cuerpo de nosotras las mujeres.
• Como defensoras de defensoras de derechos
visitamos algunos de los centros de detención para conocer el estado de salud de las
compañeras y poder ver la atención que se
les brindaba.
• En algunos centros asistenciales públicos no se
les atendía si formaban parte del FNRP.
• Varias personas que se manifestaban eran
agredidas salvajemente provocando heridas
en sus cuerpos producto de toletazos, pedradas, heridas de bala, golpes en la cabeza con
las pistolas y fusiles.
¿Qué encontramos?
• Producto de esas agresiones varios manifestantes eran trasladados a hospitales para ser
atendidos en las salas de emergencia.
• Detención ilegal de personas que se encontraban en las manifestaciones del Frente Nacional
de Resistencia Popular (adultos, jóvenes, mujeres con sus niñas y niños y menores de edad).
• Algunos manifestantes heridos fueron intervenidos quirúrgicamente.
• Tratos humillantes y degradantes.
• Otros perdieron la vida en esos centros y durante las manifestaciones.
• Violación absoluta del derecho a no ser agredidos.
• La forma en que hemos sido agredidas las mujeres con golpes en los glúteos, en los senos,
manoseos, insultos, humillaciones y hasta violaciones sexuales; expresiones como: “Anda
a cuidar tus hijos”, ”Anda a cuidar tu marido”, ”Anda a buscar que hacer”, ”qué andas
• Celdas policiales en donde los y las detenidas
estuvieron en condiciones precarias: sin ventilación, no contaban con agua, lugar donde
sentarse, no se les permitió ingresar alimentos
y asearse, recibir visitas y no se les permitía
hacer uso de los sanitarios.
Al presentarnos a los centros de detención encontramos graves violaciones a los derechos humanos:
• Hacinamiento de las personas detenidas.
4 El 30 de septiembre de 2009 a las 6:00 am, en Tegucigalpa, fue ejecutada una orden de desalojo para
55 campesinos (6 mujeres y 49 hombres) quienes se
habían tomado la sede del Instituto Nacional Agrario
por 90 días exigiendo un juicio justo y la restitución
del Presidente Manuel Zelaya, así como la protección
de miles de expedientes pendientes de trámite para la
titulación de tierras adjudicadas a grupos campesinos.
• Desalojos violentos en instituciones del Estado
y en horas de la madrugada (caso del Instituto
Nacional Agrario-INA).
• Postas policiales custodiadas por una gran
cantidad de policías que no brindaban información y no dejaban pasar a los y las abo-
51
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
gadas que nos hacíamos presente a las mismas para que liberaran a las y los detenidos.
Únicamente le permitían la entrada a Fiscales
del Ministerio Público, a algunos medios de
comunicación y a representantes reconocidos
de grupos campesinos.
• No contaban con el registro de las personas
detenidas en las diferentes postas y lugares
habilitados.
• Se hizo detención de extranjeros y esto no
fue notificado a los consulados de sus países
de origen.
• Habilitación improvisada de centros de detención (Congreso Nacional, Villa Olímpica).
• En las postas se nos exigía como única identificación el carné del colegio de abogados.
• No se nos permitía el acceso de cámaras ni
grabadoras.
¿Qué hicimos después?
• En coordinación con otras instituciones que
lograban entrar, obteníamos por lo menos
el número de mujeres, hombres y menores
detenidos.
52
• Se formó el Frente de Abogados en Resistencia contra el Golpe y estos se encargaban
de presentar por vía telefónica el recurso de
habeas corpus para los y las detenidas de las
cuales se tenía conocimiento de su detención,
sin embargo nunca fueron resueltos.
¿Cuál fue el trabajo que
desarrollamos como defensoras
de Derechos Humanos?
Acciones:
• Elaboración de instrumento para la recepción
de las denuncias de violaciones de los derechos humanos.
• Elaboración de calendario por turnos para la
recepción de denuncias de violaciones a los
derechos humanos de las mujeres, en una organización de derechos humanos.
• Se visitaron diferentes zonas del país (Tegucigalpa, Tocoa, San Pedro Sula, Siguatepeque,
Comayagua y La Paz) para levantar testimonios de mujeres que fueron agredidas o detenidas por participar en las marchas de la
Resistencia.
• Atención a testimonios de mujeres de las diferentes zonas del país y de diferentes estratos
sociales en donde manifestaban la forma en
que habían sido agredidas salvajemente por
militares y policías, expresando que sintieron
la muerte. Esta situación realmente impactó
en la vida de las mujeres tanto en su salud
mental como física. Fue muy doloroso escucharlas, ver su cuerpo con hematomas, con
problemas en la vista, con problemas bronquiales producto de las bombas lacrimógenas,
con problemas emocionales (miedo, insomnio,
pesadillas). Toda la situación de sufrimiento de
las entrevistadas produce impotencia y tristeza al saber que la vida de muchas mujeres
estuvo en peligro por ejercer su ciudadanía, al
ser tratadas con salvajismo por los que están
para proteger al pueblo y en un país en el que
supuestamente vivimos en democracia.
• Monitoreo de medios de comunicación.
• Reuniones semanales para informarnos y definir algunas acciones.
• Coordinación de las visitas a las diferentes
postas policiales y a los centros de detención
provisionales en donde se encontraban detenidos los y las manifestantes del FNRP que
habían sido reprimidos durante las marchas.
• Coordinación de visitas a los centros hospitalarios.
• Identificación de las mujeres a entrevistar para
documentar casos y publicar.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
• Seguimiento y acompañamiento a mujeres
que decidieron presentar su denuncia ante la
Fiscalía de Derechos Humanos.
• Visitas a las Instituciones del Estado encargadas de recibir denuncias de las violaciones de
derechos humanos.
• Atención legal y emocional a algunas mujeres
que fueron abusadas sexualmente por policías
y militares.
• Representación legal conjuntamente con el
Frente de Abogados en Resistencia de mujeres
que fueron encarceladas.
Operadores de justicia
Ministerio Público, Comisionado Nacional de
los Derechos Humanos-CONADEH) limitó a la
mayoría de las afectadas a presentar su denuncia.
• Los y las afectadas acudieron a interponer sus
denuncias ante las organizaciones de Derechos Humanos por el alto grado de confianza
y credibilidad en el trabajo que desarrollan.
• Esto evidencia que los operadores de justicia
están parcializados ya que en nuestro país lo
que ha habido a lo largo de la historia es IMPUNIDAD, en delitos graves y que le han hecho mayor daño a nuestro país y a la ciudadanía en general con sus actuaciones arbitrarias.
• El alto grado de desconfianza en las instituciones del Estado (Policía Preventiva, DNIC,
Testimonios
“La represión contra las mujeres y hombres y la violación de derechos humanos no son nuevas,
en 1976 en una marcha en defensa de los derechos humanos nos detuvieron a 18 mujeres,
nos violaron, nos abandonaron en una zona montañosa y nos dejaron desnudas. Yo era la más
joven, tenía 16 años; así que fui a buscar ayuda… desnuda. Encontré un señor quien al verme
se quitó la camisa y me cubrió con ella. Él consiguió ayuda y fuimos por las otras mujeres. En
ese tiempo no había espacios para denunciar y cuando quisimos decir lo sucedido, las mismas
compañeras de las organizaciones campesinas me preguntaron si no me daba vergüenza.
En los años 80 con el gobierno de Suazo, a un grupo de 3 mujeres que apoyábamos la revolución
salvadoreña, estando aquí en Honduras, los soldados hondureños nos detuvieron de nuevo y
nos metieron a una celda y nos violaron.
En el 87 irrumpieron en mi casa, asesinaron a mi esposo, me detuvieron, y de nuevo me vi
capturada, esta vez me secuestraron por 18 días y me violaron todas las noches. Me golpearon
de tal forma que me dejaron en silla de ruedas, cuando me liberaron estaba tan mal, con una
herida de bala en la pierna, y sin poder caminar, que creí que moriría. Algunos compañeros
me ayudaron y me escondieron en un hotel, la dueña me ayudó mucho y estuve allí hasta que
me recuperé un poco y me sacaron del país, me hicieron cinco cirugías en la columna y logré
recuperarme.
Ahora en 2009 con el golpe de Estado, no dudé en incorporarme de inmediato. Esta vez tomé
medidas de seguridad para mí. No me golpearon, pero a mi actual esposo lo hirieron, secuestraron a mi hijo y madre. Pero no me he doblegado.
53
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Ya no me duele lo que hace la policía… Me duele más lo que hacen algunas mujeres en contra
de nosotras mismas. Se muestran insensibles ante el dolor de una violación, recriminan diciendo
que lo que pasó es vergonzoso.
Yo sigo aquí en la lucha por los derechos humanos, por la recuperación de tierras, por el desarrollo comunitario... yo me digo a mí misma…”Margarita no te doblegués, tal vez alguna vez la
cosas cambian... ”.
Margarita Murillo
“En mi caso mi mamá fue detenida cuando tenía tres años y yo estaba con ella... Así que crecí
con conciencia social, por mi mamá.
… ahora con el golpe de Estado, hemos ido a las movilizaciones, nos reunimos en las colonia
para organizarnos y trabajar en las colonias… …no nos han detenido pero en las marchas fuimos
golpeadas, toleteadas. Y desde el 28 de junio, no he dejado de tener miedo… no encontramos
ayuda y tengo miedo de que me maten… sobre todo porque tengo una hija pequeña…”.
Tengo miedo de que eso suceda porque nos han seguido. A mí me han seguido en un carro con
placa diplomática…
En mi barrio tenemos que enfrentar las maras, pero esta vez fueron los de las maras los que nos
ayudaron porque unos hombres en un carro vidrios polarizados preguntaron por mi mamá y los
de la mara les dijeron que no tenían nada que hacer allí que se perdieran o se las iban a ver con
ellos y se fueron….”
Joven
“Bueno… no entendemos como personas pueden decir está bueno que les pase, para que
andaban allí… en el caso de La Esperanza y La Paz se da la situación de que hay muchos
familiares en la policía, eso es difícil para nosotros cuando nuestros familiares son policías, para
ellos es un trabajo que les permite llevarnos el bocado a la boca. Hemos oído y visto todo lo que
ha pasado… un policía llegó llorando diciendo… cómo nos han obligado a golpear a nuestra
familia… él tuvo que golpear a un primo y a un tío frente a su superior.
La pregunta para mí es, ¿qué hacemos? ¿Qué alternativas debemos tomar?
54
Todavía hay gente de la nuestra que aún dice que no fue golpe de Estado.
Algunas personas creen que las mujeres que andamos en la calle, protestando y haciendo valer
nuestros derechos, somos bochincheras. En mi caso, mi esposo y yo nos separamos por esto.
Imagínense hasta donde ha llegado este problema del Golpe que se ha dividido hasta la familia…”.
Mujer de Marcala (departamento de La Paz)
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Reflexiones
Ante la inefectividad del sistema judicial del país, la gente encuentra esperanza en la justicia
internacional… ya hay casos en La Corte Interamericana de Derechos Humanos, funciona
muy lento, tanto que algunas cosas se resuelven hasta décadas después. Y, además, con estas
instancias internacionales se deben agotar todos los procesos para demostrar la impunidad,
para pasar a la corte internacional, que se tarda algún tiempo para investigar… todo debe
ser presentado con los requerimientos de la corte, porque si se hace la presentación y falta
algún detalle, el caso no pasa y no puede presentarse de nuevo.
Lo único que nos queda es el trabajo que hacemos... debemos estar conscientes de que a
la larga con la demanda al Estado... las indemnizaciones es algo que nosotros pagamos con
los impuestos porque los torturadores no pagan, se condena al Estado.
55
Conferencia: los efectos de la
militarización en la vida de las mujeres
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Conferencia: Los efectos de la
militarización en la vida de las mujeres
Esther María Gallegos Zapata
Ruta Pacífica de las Mujeres, Colombia
Cuerpo y militarización, el despojo
de nuestro primer territorio
El pacifismo es una acción de resistencia que ha
tenido muchos ejemplos en el mundo. El pacifismo es la resistencia al utilitarismo de la violencia.
Cuando se habla del cuerpo y militarización como
el despojo de nuestro primer territorio, nos referimos a como el hombre se apodera del cuerpo
de las mujeres como parte del uso del poder.
Contexto del conflicto armado
en Colombia
Colombia tiene cerca de 50 años de conflicto armado con dos guerrillas con 45 años de existencia (pero si no pasó nada en los primeros años,
ya no se logrará nada). A estas alturas no tienen
el apoyo de la sociedad, ni de la izquierda, ni de
la derecha. Tampoco tienen reivindicaciones que
la sociedad quiera apoyar.
por narcotráfico y no por los crímenes, de 22
mil delitos sólo 4 han sido reconocidos como
violación.
Políticas militares
• Desconocimiento del conflicto armado.
• Recoge las políticas internacionales frente al
terrorismo.
• Crea Política de Seguridad Democrática.
Propósito de la Política
de Seguridad Democrática
propuso recuperar el control territorial por parte del Estado, proteger a la población, eliminar
el negocio de las drogas ilícitas, mantener una
capacidad disuasiva, actuar con eficiencia y transparencia y rendir cuentas sobre la gestión del
Gobierno.
Consecuencias sobre la población civil
y las mujeres
Antecedentes
• Un conflicto armado altamente degradado.
• Surge la constitución del 91.
• Altas cifras de muertes.
• Integración del bloque de derechos humanos
y derecho internacional.
• Desplazamientos forzados de 52% de mujeres
(5 millones de hectáreas despojadas).
• Integración de los derechos económicos sociales y culturales.
• Una negociación con grupos paramilitares a
espaldas de las víctimas y de la sociedad. De
32 mil miembros de estos grupos sólo se condenó a 600 y después fueron extraditados…
• Impacto sobre la población civil no combatiente.
• El reclutamiento forzado de menores de edad.
• Ejecuciones extrajudiciales y desapariciones
forzadas.
59
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
• Secuestros.
• Violaciones al Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos.
• La violencia en contra de las mujeres mediante
el abuso sexual.
• Las violaciones como humillación personal o
como botín de guerra, con la esclavitud sexual
y del trabajo femenino, así como la utilización sexual de las mujeres para infiltrar a sus
“enemigos”.
Impactos del conflicto armado
interno en Colombia
• 70.000 muertos en los últimos 20 años.
• Aproximadamente 4 millones de personas se
han tenido que desplazar desde 1985.
• 2.227 personas han sido privadas de libertad
de manera ilegal de 2004 a 2007.
• 4.000 Personas han sido víctimas de muertes
selectivas desde 2002.
• 7 personas mueren o desaparecen al día fuera
de combate.
• El país ha descendido diez puestos en el Índice
de Desarrollo Humano, pasando de la posición
70 a la 80 entre 177 países, en el período
2006 – 2008.
• Entre 8.000 y 13.000 son niños y niñas soldado.
• Colombia tiene la tasa más elevada de víctimas
de minas terrestres antipersonal del mundo.
60
Objetivos de la policía de seguridad
democrática
• Consolidar el control territorial y restablecer
la autoridad del Estado en todo el territorio
nacional.
• Generar a través del uso legítimo de la fuerza
y la política social las condiciones de seguridad
y bienestar social que obliguen a los grupos
narcoterroristas a desmantelarse.
• Romper en todos los eslabones de la cadena,
la libertad y habilidad de los narcotraficantes
para desarrollar su negocio y con ello avanzar hacia la eliminación del narcotráfico en
Colombia.
• Formar una Fuerza Pública moderna, con los
más altos estándares éticos y morales, que
cuente con la confianza y el apoyo de la población.
• Desarrollar la Doctrina de Acción Integral a
través del esfuerzo combinado de la fuerza
legítima, la política social, las acciones de las
demás instituciones del Estado y de la sociedad civil.
• Desplegar un crecimiento del gasto en defensa
y seguridad para ampliar la base de efectivos
y unidades operativas en la Policía Nacional y
las Fuerzas Militares, así como en inteligencia
militar, el armamento e instrumentos técnicos
y otros costos, incluyendo los administrativos
y beneficios sociales del sector, que pasó del
4,6% en 2002 al 5,2% del PIB nacional en el
2009.
El presidente Álvaro Uribe (que ahora es asesor
del presidente Pepe Lobo, para que lo consideren
los hondureños) afirmó en la presentación de su
Política de Defensa y Seguridad Democrática que
“tenemos la suerte en Colombia de contar con
una Fuerza Pública respetuosa como ninguna
en el continente de la democracia y del orden
constitucional”.
Esta estrategia contrainsurgente del Estado colombiano, en la cual se enmarcan las sucesivas
medidas de corte antiterrorista, tiene la existencia
de estructuras paramilitares surgidas al amparo
de medidas oficiales que protegen y promueven
el paramilitarismo por vías legales.
Los grupos paramilitares son los principales
responsables de operaciones masivas de terror
contra la población civil en Colombia. Su comprobada relación con la Fuerza Pública confirma
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
una tendencia histórica por parte del Estado
colombiano de hacer uso de la violencia como
mecanismo de control social, político y cultural.
Debido a esta relación entre paramilitares y
Fuerza Pública, el Estado colombiano ha sido
considerado responsable de graves violaciones
a los derechos humanos por omisión, tolerancia
o colaboración con grupos paramilitares, como
ha sentenciado en varias ocasiones la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Es una Política de Seguridad Democrática que no
garantiza a las mujeres víctimas de las violencias
protección como sujetos expuestos a amenazas,
terror e indefensión o libertad para tomar decisiones y actuar a nombre propio. Por el contrario,
las mujeres víctimas de la violencia deben continuar viviendo en un ambiente de inseguridad
y temor.
La Política de Seguridad Democrática, que no
reconoce la existencia de un conflicto armado
en Colombia, involucra a la población civil en el
conflicto, formando la policía campesina y trasladándole a la población el cuidado de su territorio.
El presupuesto que se dedica para militarización
en Colombia es más que el de educación o salud.
La palabra clave, pues, para entender el militarismo sería: “dominación” y no “militar”. No es
necesario vivir en dictadura para hablar de militarismo, ya que una democracia tutelada cuyos
límites democratizadores estén marcados por
esta lógica es igualmente militarista.
de la población desplazada pertenecía a estas minorías. Por otro lado, es probable que los grupos
al margen de la ley estén atacando a las minorías
étnicas para ocupar sus tierras.
Efectos del militarismo sobre las mujeres
• Imposición de códigos de conducta (las prohibiciones afectivas, en el vestir).
• El reclutamiento forzado.
• Desplazamiento forzado.
• Violencia sexual, violación a niñas y mujeres
jóvenes,
• Los abusos sexuales, acoso sexual, servidumbre doméstica, esclavitud sexual, trata de mujeres y niñas en el país.
• Asesinatos a mujeres (feminicidios),
• Múltiples efectos sicológicos y la violencia
física.
Situación de las mujeres
La recuperación de tierras en las zonas étnicas
se agrava porque se trasciende a las autoridades y uso de territorio privilegiado. Las minorías
étnicas son las más afectadas debido al cambio
cultural que deben enfrentar y por las pérdidas
económicas que impone la migración forzada.
• Víctimas.
Los grupos étnicos representan el 8,20% de la
población desplazada y este porcentaje ha venido
aumentando en los últimos años. Más del 12%
• Búsqueda de mejores condiciones para sus
hijos e hijas y familiares.
• Reivindican su posición de sujetas como víctimas con derechos a la verdad, justicia y reparación.
• Recuperación de su tejido social.
• Reorganización comunitaria.
61
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
• Ejercicio de sus derechos como mujeres víctimas.
Mujeres víctimas de masacres
• Altas cargas emocionales y afectivas.
• Nuevas violencias en los sitios de desplazamiento (ciudades, pueblos).
Las mujeres víctimas de violencia sexual
• El silencio.
• La normalización.
• La vergüenza.
• Afectaciones silenciosas sobre su proyecto de
vida.
Familiares víctimas de desaparecidos (as)
• Búsqueda permanente.
• Se organizan como mujeres que buscan a sus
familiares.
• Altos costos personales emocionales.
• Reivindicación de la memoria de sus familiares.
62
• Desplazamiento.
• Hambre, pobreza.
• Enfermedades físicas, emocionales.
• Nuevos desplazamientos.
Conferencia: Estrategias de seguridad
y protección de la vida en tiempos de
conflicto armado y militarización
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Conferencia: Estrategias de seguridad
y protección de la vida en tiempos de
conflicto armado y militarización
Mery Agurcia
Comité de Familiares Detenidos, Desaparecidos de Honduras-COFADEH
Cuando hablamos de seguridad,
¿de qué se habla?
• Protección
• Confianza
Cuando hablamos de protección, confianza y
seguridad se nos ocurre que la seguridad es un
papel de la policía y el Estado. Pero cuando no
es el Estado o la policía la que da esa seguridad
los civiles también podemos hacerlo, tomando
algunas medidas de protección personal.
En la actualidad en Honduras está pasando lo
que está pasando en Colombia, tiene mucho parecido y no es casualidad pues se trata de una
expansión de un plan de seguridad, pero no de
nuestros países sino de los imperios.
Hablaremos de la seguridad de los defensores de
derechos humanos (este es un concepto nuevo),
reconoce el término de derechos humanos como
una implementación de valores, principios y leyes
basados en la dignidad de la persona y la protegen contra los abusos de poder y permiten una
convivencia social más justa.
Antes no se les daba importancia a los defensores de derechos humanos, pero ahora se les debe
poner en un plano de más cuidado… porque por
lo general son personas que recurren a proteger
a los ciudadanos...
Los defensores de derechos humanos son los
que defienden un derecho humano existente o
los que defienden derechos emergentes, porque
los derechos son dinámicos.
Cualquiera que defiende los derechos sociales,
económicos y culturales o un medio ambiente sano, o que promueve los derechos de los
pueblos indígenas se encuentra sin duda alguna
dentro de la definición de defensor y defensora
de derechos humanos.
La actividad de los defensores y defensoras de
Derechos Humanos, en muchas ocasiones, implica riesgos personales y para los grupos que
los conforman, quienes pueden ser víctimas de
criminalización de su protesta, desapariciones
forzadas, detenciones arbitrarias, torturas, tanto
por funcionarios o agentes del Estado, así como
por instituciones o personas privadas que actúan
con permiso o aprobación del propio Estado.
¿Cuándo se atenta
contra los y las defensoras?
De junio de 2009 a diciembre de 2010 han muerto 4 defensores de derechos humanos.
El conflicto que se da en el país es de violencia
irregular que se comete contra ciudadanos por
fuerzas paramilitares, algunas provenientes de
Colombia.
65
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Los mismos que asesoraron a Honduras en la
década de los 80 lo están haciendo hoy.
Ahora con la ley antiterrorista, las organizaciones
no gubernamentales (ONG) están obligadas a
reportar ante el Estado cualquier regalo, donación o apoyo superior a los dos mil dólares, así
como vehículos o equipo, con el propósito de
regular cualquier actividad que pudiera tener un
fin distinto. Con esta ley ya no sólo nos exponemos a las golpizas, también nos exponemos a la
criminalización, la cual se encarga de desarticular
procesos de base, mediante la remilitarización del
país, el quiebre de la institucionalidad, la impunidad y pérdida del Estado laico.
¿Qué medidas de protección
debemos tomar los y las
defensoras de derechos humanos?
Las medidas de seguridad en los lugares de trabajo o de las oficinas y en los hogares son de vital
importancia para el trabajo de los defensores y
defensoras de los derechos humanos. Algunas
de ellas son:
• Estar informados de lo que está pasando en
el país.
• Cuando se hablan cosas interesantes en grupo, oficina, casa o lugares públicos, hay que
quitar las baterías de los celulares.
66
• Hay formas de protección de la información
en la calle como el chequeo y contra chequeo,
hay que estar pendiente de las personas que
nos rodean.
• Cambiar los horarios de entrada a la oficina.
• Cambiar las rutas de salida y llegada al trabajo
y casa.
• Cuando hay amenazas hay que compartir el
riesgo, todo el personal debería estar informado y familiarizado con los diferentes procedimientos y asumir la responsabilidad de
llevarlos a cabo.
• Invito a las organizaciones a hacer un análisis
de lo que estamos haciendo, como un mapa
de poder de nuestro trabajo, y analizar cuál
es el riesgo de las mujeres.
• Saber usar los medios de comunicación, los
medios de comunicación son importantes,
pero puede ser peligrosa la forma en que se
usan, por ejemplo usamos el teléfono celular
en la calle, allí andamos nombres de las personas con las que trabajamos y eso es peligroso
porque damos información. Nosotros somos
los que proporcionamos la información que
es usada por la inteligencia militar.
¿Qué posibilidad existe
que se concrete el riesgo?
En la Universidad Nacional Autónoma de
Honduras (UNAH) se descubrió una lista de 135
personas que están en el ojo de los militares,
de ellos dos ya salieron del país, y uno murió
durante el golpe de Estado.
Cuando estamos generando cambios, cuando
hay incidencia vamos a recibir amenazas,
cuando no hay amenazas quiere decir que no
estamos haciendo nada.
El nivel de riesgo al que se enfrenta un defensor
o grupo de defensores de derechos humanos
aumenta de acuerdo con las amenazas que recibe y su vulnerabilidad frente a esas amenazas.
Las amenazas representan la posibilidad de que
alguien haga daño a otra persona en su integridad física o psicológica con acciones deliberadas
y violentas. Una amenaza visible no es tan grave
como la no visible.
La vulnerabilidad significa el grado de exposición
de las personas a sufrir daños, sufrimientos y
muerte en caso de ataque. Es importante que
los defensores sepamos cuáles son nuestras vulnerabilidades o debilidades, al igual que nuestros
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
puntos fuertes o capacidades. Cuando un defensor está siendo amenazado hay que hacerlo visible. Cuando la persona se esconde la volvemos
más vulnerable.
Las capacidades son los recursos a las que un defensor o grupo de defensores puede acceder para
alcanzar un grado razonable de seguridad, por
ejemplo tener teléfono celular, medio de transporte seguro, conocer las leyes, estar preparados
para enfrentar el miedo.
Mejorar las capacidades
• Conocer las tácticas de los militares ayuda, eso
significa que debe estar alerta con los carros
que usa, con el sabotaje a los carros pues les
aflojan tuercas, sacan tornillos, sacan aceite
para que el carro se funda, usan ácido para
que se rompan mangueras.
• Romper las rutinas, no salir a la misma hora,
no tomar el taxi o transporte público en el
mismo lugar o enfrente del trabajo o casa.
• Observar bien sus calles y avenidas para ver
si hay indigentes u elementos que no son comunes en la zona.
• Hacer un chequeo y contra chequeo cada 50
metros es útil para ver si hay alguien siguiéndonos.
Uno de los riesgos extraordinarios que corre una
persona o un defensor o defensora de derechos
humanos cuando asume una posición y la hace
pública en contra del Gobierno en un contexto
de represión y violencia es que atacan a sus hijos
e hijas para “matarles el alma”.
El plan de seguridad:
Un plan de seguridad tiene como objetivo reducir
los peligros a los que un defensor de derechos
humanos se enfrenta para reducir el nivel de exposición a las amenazas y mejorar las capacidades. Este plan debe incluir un plan de emergencia
para abordar problemas específicos, por ejemplo,
una detención o una desaparición. Recuerde que
el asesinato y desapariciones forzadas desarticulan familia e instituciones.
Todas las personas de una organización deben
tomar medidas, deben cuidar su institución.
Denuncia
Muchas personas amenazadas no quieren acudir
a la institución estatal resquebrajada, pero hay
que hacerlo, hay que saturarlo. Hay que tener evidencia de que está expuesto, ya que las medidas
del sistema internacional intervienen cuando se
demuestra la impunidad por parte del sistema
de justicia y todas los procedimientos en las instancias internas han sido agotadas.
Después se dice que la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, que las Naciones Unidas
son entidades que no cumplen su función. Pero
es que una vez que reciben una petición, ésta
debe mostrar que agotó los procedimientos internos, sino la petición es rechazada y no podrá
presentarla de nuevo.
PREGUNTAS
Y RESPUESTAS
¿En algún momento ha dicho “ya no”…
o si el grupo ha entrado en crisis? ¿Qué
estrategias podemos adoptar?
Sí, por ejemplo, las fuerzas represivas del orden
amenazaron y asesinaron a una compañera que
laboraba en el Seguro Social y a su novio, a pesar
de que tomaron algunas medidas de seguridad.
La estrategia, como decía antes, es tener cuidado con el uso de los celulares, éstos se usan
para citar con nombre de conocidos a las víctimas
para matarlas, y eso lo hacen con el manejo de
información que tienen sobre la víctima. Asegúrese de que la persona realmente la está citando.
67
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
La otra estrategia está relacionado con los horarios de trabajo de 8:00 am a 5:00 pm, modifíquelos cada vez que pueda. No se quede trabajando sola hasta altas horas de la noche.
Para ejecutar el plan de seguridad requieren de
financiamiento: para trabajar esas jornadas y para
la aplicación de ciertas medidas de seguridad
(por ejemplo cámaras en la oficina).
En el Sindicato de Trabajadores del Instituto Hondureño de Seguridad Social (SITRAIHSS) se ha
llevado a cabo un monitoreo de Organizaciones
de Derechos Humanos y de base, para que estén
68
enterados de los problemas de represión de los
que han sido objeto.
En las marchas que no se reprimieron, los miembros de la policía y el ejército formaron 4 columnas como una manera de estar vigilando a los
integrantes de la manifestación.
Con los casos concretos, hagan la denuncia y
saturen el sistema. Hay que documentar la violación de los derechos humanos. Vayan a nuestras oficinas para que hagan las denuncias, para
documentarlas.
Panel: Los retos que enfrentan los
movimientos de mujeres y feministas
como actoras sociales y políticas
en un contexto de crisis política
y militarización
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Panel: Los retos que enfrentan los
movimientos de mujeres y feministas
como actoras sociales y políticas en un
contexto de crisis política y militarización
Caso de Guatemala
Paola González
Vicepresidenta de la Asociación de Mujeres
para Estudios Feministas-AMEF
ción y fortalecimiento de los fundamentalismos
religiosos.
Plantear las estrategias nacionales y regionales
para la defensa de sus derechos ante los nuevos
escenarios económicos, políticos, de militariza-
¿Cómo mantener la agenda de las mujeres en
contextos adversos?
Las Caracolas
Hemos elegido las Caracolas como logo de nuestra asociación, es el símbolo pre hispánico
de la llamada. Se usan para convocar a las asambleas y reuniones. Está asociado a las aguas,
por lo tanto a la luna y sus ciclos, que controlan las deidades femeninas.
Su forma uterina también la vincula a las mujeres. La resonancia en su interior, significa la
transmisión de los conocimientos, los ecos y las voces, que van transmitiendo de generación
en generación las luchas feministas.
“María encontró un caracol a la orilla del mar y cuando se lo acercó al oído comenzó a escuchar
ecos lejanos…voces, sí, voces diferentes que le hablaban a ella, la mujer solitaria e incomunicada. Eran las voces de la salud, de la justicia, voces que contaban historias de mujeres, de
su amor a la naturaleza, a la vida… eran las Voces de Mujeres. María arrojó el caracol al agua
y éste navegando y rodando por mares y plazas, comunica a todas las mujeres del mundo”.
(El encuentro de las voces, Isabel Garma, 1994).
Esta es una reflexión para la acción, no es una
receta, sino una sistematización para mantener
la agenda de las mujeres en contextos adversos
y lograr el empoderamiento.
Se debe considerar una serie de desafíos:
Desafío 1: El empoderamiento
Ana torres feminista costarricense nos plantea
“como pasar de la sobrevivencia al empoderamiento”.
71
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Desafío 2: La acción
Desafío 7: Alianzas
Pasar de la reflexión y la conciencia a la acción
feminista.
Pasar de la organización a la unión.
Desde el feminismo italiano se nos ha aportado
la práctica del affidamiento, comprendido como
el proceso de construcción de alianzas entre mujeres, partiendo del reconocimiento, la confianza
y el respeto mutuo.
Desafío 4: De Víctimas a Protagonistas
Desafío 8: Escribir nuestra historia
Nombrar a las mujeres como protagonistas en las
situaciones de conflicto y crisis, no sólo como víctimas, sino también reconocer sus aportes como
sostén integral de las familias y comunidades a
nivel económico, afectivo, cultural, educativo, de
salud y a la resistencia feminista.
Hoy tomemos la decisión de empezar a escribir
nuestra historia de vida, como una contribución
al feminismo.
Desafío 3: La unión
Desafío 5: Lideresas
Reconocer y valorar a las mujeres como lideresas,
colaboradoras, protectoras, luchadoras, sensibilizadoras, transmisoras de valores y saberes, por
ser testimonios vivos de la historia y del presente,
por lo que en los procesos de justicia deben ser
consideradas como sujetas sociales fundamentales.
No se trata de que la que más grita en las manifestaciones es la que aporta más, cada una
tenemos diversas formas de aportar.
Desafío 6: Condiciones de vida
y económica de las mujeres
Cómo resolver las necesidades de sobrevivencia
y dependencia económica de las mujeres.
72
Yo puedo llegar a una comunidad a hablarles a las
campesinas sobre la agenda de las mujeres, pero
qué pasa si ellas están sobreviviendo al hambre
como una forma de violencia. El desafío es cómo
relacionar las necesidades de las comunidades,
con las necesidades departamentales, nacionales
y regionales -en un diálogo de doble vía-.
Desafío 9: Ocupar cargos públicos
Que más mujeres sensibilizadas ocupen cargos
públicos en instancias responsables de aplicar
justicia, así como exigir al Estado la concientización de los hombres, es una necesidad urgente
de resolver.
Desafío 10: El auto cuidado
El auto cuidado como una práctica feminista,
la cooperación internacional y el activismo nos
hace caer en excesivas jornadas de trabajo que
atentan contra nuestra salud; necesitamos cuidar lo que comemos, observar nuestras prácticas
alimenticias, lograr sentirnos bien física y psicosocialmente. Hagamos actividades para nosotras
mismas, planifiquemos tiempo para nosotras sin
cargar con culpas.
Desafío 11: Creativas e innovadoras
Ser muy creativas e innovadoras en las estrategias
que impulsemos para posicionar nuestras agendas (dibujo, pintura, arte, canto, poemas, murales
públicos, mensajes en los teléfonos, postales,
concursos con los medios de comunicación,
tejidos, papel reciclado, misiones de derechos
humanos, entre muchas cosas más).
La no violencia contra las mujeres en los medios de comunicación. El tema de los papeles
reciclados.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Desafío 12: Apropiación de la agenda de
las mujeres
gobiernos neoliberales en los que la problemática
de la mujer no está en la agenda política.
Construir, debatir, definir y apropiarnos de una
agenda de las mujeres que indique, ¿qué sociedad y país queremos?
En la actualidad, el movimiento tiene diversas
expresiones donde participan organizaciones
y mujeres en calidad personal. El pensamiento
compartido de la autonomía respecto al Estado
otros actores políticos y sociales, y el fortalecimiento de la identidad feminista, sirven de ejes
fundamentales para la definición de lo que se
denomina movimiento amplio de mujeres.
¡Sin caracolas no hay revolución!
Caso de Nicaragua
Marlen Chow
Movimiento de Mujeres y Feminista
de Nicaragua
Movimiento de mujeres
y la lucha por los derechos
Desde los años 70, la participación de la mujer
se ha destacado en las historia de Nicaragua al
encabezar, junto con otros grupos sociales, un
largo proceso por el derrocamiento de la dictadura Somocista. La integración del movimiento
de mujeres al proyecto revolucionario sandinista
fue plena, produciendo una gran influencia en los
cambios para lograr nuevas estructuras jurídicas,
sociales, económicas y políticas en el país durante
la década de los ochenta; no obstante que el contexto se mantuvo inflexible en la centralización
del poder en manos de los hombres sin perder
su vocación misógina.
En la década de los años 90, los grupos y organizaciones de mujeres de todo el país experimentan un proceso de autonomía respecto a
los partidos políticos y del Estado.
El movimiento amplio de mujeres se articula en
función de las demandas y defensa específica de
los derechos de las mujeres, como los derechos
sexuales y derechos reproductivos, los derechos
ciudadanos, los derechos humanos de las mujeres. Esta praxis aunada a un proceso de reflexión
feminista proyecta al movimiento en uno de los
actores de mayor peso político y beligerancia
del país, en un entorno adverso dominado por
Historia del movimiento autónomo
de mujeres 1998 -2008
Entre 1998 y 2006 se produjo la consolidación
del proceso de autonomía emprendido por las
mujeres y organizaciones del movimiento. Además se dieron una serie de acontecimientos que
dieron visibilidad como actoras beligerantes en la
lucha de los derechos de las mujeres y derechos
ciudadanos. La mayoría de estos acontecimientos se relacionan directamente a un contexto de
violencia contra las mujeres, las restricciones al
ejercicio de los derechos sexuales y el contexto
político del país. Dos de los eventos más importantes en los años noventas fueron:
• La denuncia de violación interpuesta por Zoila América contra su padrastro, el Presidente
Daniel Ortega. Este hecho vino a marcar un
punto de partida para que las mujeres tomáramos una posición política concreta.
• El huracán Mitch, que agudizó la situación
de pobreza en la población más vulnerable y
directamente en las mujeres.
Intensos esfuerzos de reflexión llevó a la reagrupación de iniciativas que conforman el Comité
Nacional Feminista, cuyo resultado fue clave para
poder proyectarnos como un movimiento vital,
visible, potente y con capacidad de propuesta.
Vale enfatizar que las mujeres en Nicaragua se
han ganado el respeto por valientes, atrevidas y
73
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
por tener una posición abiertamente contra todo
poder que atente contra los derechos de las mujeres donde se ubica la iglesia y los dos partidos
que han suscrito un pacto oprobioso y corrupto.
Hemos adoptado el término de ciudadanía plena,
que no se deriva de un concepto teórico, sino
que es una apropiación nuestra, pensando en
una vida libre de violencia y pensando en cosas
que van mas allá de lo que formalmente dice la
Constitución de La República.
En el estudio de los diferentes escenarios, el ascenso de Ortega al poder era el peor que podía
sucederle el país y particularmente a la mujer
nicaragüense. Para esta época ya había una ruptura total entre el gobierno y el movimiento de
mujeres. La persecución inicio inmediatamente
después de la toma de posesión de Ortega y
actualmente no ha cesado.
Con la profundización de las contradicciones
entre el gobierno y la lucha de las mujeres, se
avanzó a nuevos niveles de organización con la
formación del Movimiento Autónomo de Mujeres
de Nicaragua, cuya definición como una instancia feminista de inspiración política sustituyó al
Comité Nacional Feminista.
Estrategias de lucha
En su lucha las mujeres nicaragüenses se enmarcan en dos grandes objetivos:
74
• El ejercicio de la ciudadanía plena de las mujeres como un gran objetivo estratégico. Considerando que las mujeres no pueden ejercer
sus derechos en contextos autoritarios; en ese
sentido la lucha se ha enfocado en el establecimiento de un régimen democrático que
permita el ejercicio y protección de esos derechos, así como en las posibilidades de influir
en la opinión pública a favor de las mujeres.
• El derecho de vivir sin violencia y el derecho a
decidir, concebidos como los objetivos especí-
ficos en la puerta de entrada del movimiento
de las mujeres a la luchas de sus derechos
como ciudadanas.
Sean permanentes o coyunturales, nacionales o
locales, estas estrategias giran alrededor de 4
puntos pragmáticos:
• Promover la participación política de las mujeres y sus habilidades para influir frente al
Estado y el sistema político.
• La lucha contra la violencia.
• El fortalecimiento del movimiento mismo.
• Un cambio cultural e ideológico entre las mujeres y sociedad en general.
Los retos
• La permanencia y fortalecimiento del movimiento para sostener las lucha de los derechos
de las mujeres y la lucha por la democracia.
• El establecimiento de alianzas con otros sectores.
• Mantener el discurso de las mujeres en el accionar político.
• Transformación de la cultura machista, violenta.
• Que las mujeres feministas puedan liderar
otros movimientos sociales.
• Establecimiento de líneas de resistencia para
el restablecimiento de la democracia en Nicaragua.
• Tener la VOZ.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Caso de México
María Guadalupe Ramos, Coordinadora
en México del Comité Latinoamericano y del
Caribe para la Defensa de los Derechos de la
Mujer, CLADEM
América Latina: Escenario
de muchos desafíos para las
feministas y los derechos
humanos de las mujeres.
América Latina y El Caribe siguen siendo la región
más desigual del mundo, donde la violación de
los derechos económicos, sociales y culturales
tiene su expresión particular en la vida de las
mujeres.
La pobreza, la desigualdad, la precarización y la
brecha laboral, la discriminación, la migración
feminizada, inequidad contra grupos históricamente marginados por razones de género, raza,
etnia, clase, diversidad sexual, etc. son parte del
cotidiano nuestro.
Las mujeres son violentadas de manera estructural, es decir, la violencia contra las mujeres
no es la excepción o un “fenómeno”, es la
norma del Patriarcado. Y no se trata sólo de
golpes e insultos o de asesinatos sistemáticos
de mujeres, se trata del miedo y dolor creados
como mecanismos de control con los que se
nos domina.
Los efectos de la violencia sexual en condiciones de militarización, conflicto armado, desplazamiento forzado y la trata, es otra realidad que
enfrentan las mujeres a pesar de las conquistas
de instrumentos internacionales, legislación nacional y políticas públicas.
La alta tasa de mortalidad materna, la penalización del aborto, los obstáculos para el acceso y goce pleno de los derechos sexuales y
los derechos reproductivos son deudas frente
a la amenazadora influencia y el avance de las
fuerzas fundamentalistas que cercenan los derechos y la falta de garantías del Estado laico en
nuestra región. Las mujeres no podemos tomar
decisiones sobre nuestro cuerpo y nuestra vida,
la maternidad no es elección; sin poder elegir
sobre la maternidad, millones de niñas y mujeres
mueren de abortos y en este contexto somos
criminalizadas, perseguidas y encarceladas por
interrumpir un embarazo no deseado.
Los derechos adquiridos y reconocidos, sobre
todo los sexuales y reproductivos, han sufrido
un grave retroceso que ha implicado respuestas
“reactivas”, y no propuestas articuladas y estratégicas que hubiesen no solo impedido el retroceso, sino incluso lograr avances más significativos.
En México, tras la legalización de la interrupción
del embarazo durante las primeras doce semanas
en el Distrito Federal, se vino una lluvia revanchista de reformas constitucionales en 18 Estados
de la República para proteger la vida desde la
concepción/fecundación.
En el ámbito político de América Latina tenemos
las amenazas de debilitamiento del sistema democrático en la región, tal como se ha podido
constatar con el golpe de Estado en Honduras y
la amenaza golpista en el Ecuador, así como el
avance de las políticas de seguridad con la lógica del militarismo y la remilitarización creciente
en la región, compatible con la restricción del
Estado de derecho y la persecución de los y las
defensoras de derechos humanos.
Son las mujeres, en estos contextos militarizados, de ejercicio de poder y de control, quienes
resultan violentadas por su propia condición de
mujer. Los efectos de la militarización en las mujeres son múltiples, van desde el abuso sexual, la
violencia física, el desplazamiento forzoso, hasta
el feminicidio.
La situación de las mujeres en América Latina y
el Caribe nos muestra que en el mundo globalizado la pobreza, la discriminación, la exclusión,
75
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
etc., son selectivas entre las mujeres. Es decir,
las mujeres son las pobres entre los pobres. Las
mujeres tienen las peores oportunidades laborales, los trabajos no remunerados o mal pagados.
En estos contextos, ¿qué significa la ciudadanía?
¿Qué significa para nosotras las mujeres ser ciudadanas? ¿Cuales son los desafíos que enfrentamos los movimientos de mujeres y feministas
como actoras sociales y políticas?
El concepto de ciudadanía es un concepto muy
discutido. El concepto involucra sin duda tanto
las relaciones entre las y los ciudadanos como las
relaciones entre las y los ciudadanos y el Estado.
El lenguaje de la ciudadanía está cada vez más
presente en los discursos de diferentes actoras
y actores y organizaciones sociales, de los movimientos sociales y de los partidos políticos.
Aportes feministas a la
conceptualización de la ciudadanía
El pensamiento feminista ha realizado una contribución fundamental a las teorías sobre la ciudadanía
Rosario Aguirre (2003), siguiendo a Sylvia Walby
(2000), propone considerar como punto de partida en la construcción conceptual de la ciudadanía
el acceso diferenciado de hombres y mujeres a
los derechos civiles, políticos y sociales.
76
La idea fundamental es que la división entre el espacio político y el espacio privado/familiar es una
división sexuada porque en todas las tradiciones
dominantes los varones han estado asociados a
la política y las mujeres a la familia. Por tanto,
las inequidades de poder entre los varones y las
mujeres en el espacio político están, de alguna
manera, determinadas por las inequidades estructurales en la familia.
Las mujeres son consideradas ciudadanas porque
fuimos excluidas del espacio público y construi-
das como esposas y madres de ciudadanos responsables de la unidad familiar.
El análisis de la problemática “mujeres y ciudadanía” está centrado en la exclusión de las mujeres
del espacio público y político.
La figura patriarcal
Carole Pateman (1988,1989), tuvo un rol decisivo
en la evolución de las concepciones feministas
sobre el tema “mujeres y ciudadanía”.
Esta autora plantea que la concepción clásica
está basada en normas masculinas y en la exclusión de las mujeres del espacio político. Afirma
que los varones comparten fraternalmente la
defensa de un interés patriarcal común, en el
mantenimiento de una división entre el espacio
público y el espacio privado. La definición de su
ideal es una ciudadanía basada en las diferencias
de género, que permita distinguir los varones de
las mujeres como individuos, a la vez diferentes
e iguales.
Ampliación de derechos
y responsabilidades sociales
Elizabeth Jelin establece ejes temáticos que se
derivan de conceptualizar a la ciudadanía como
proceso permanente de ampliación de derechos
y responsabilidades sociales (Jelin, 1998).
El tema de la ciudadanía desde una perspectiva
de género implica tres niveles de análisis: el hogar como estructura familiar y relaciones de la
intimidad, la comunidad y la nación.
Es necesario redefinir el concepto de poder en
estos tres niveles de análisis y desentrañar su
significado dentro de la ciudadanía democrática:
en el hogar, analizar el proceso de democratización familiar y la legitimidad de diversas y nuevas
formas de intimidad; en la comunidad y en la
nación.
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Desde el ámbito de la intimidad se deben retomar
los elementos centrales en la construcción de
una nueva cultura política, además de los que
se refieren a los mecanismos y las estructuras;
es decir, la defensa de los derechos básicos de
las mujeres, sobre todo de las más excluidas, y
la promoción de los valores fundamentales de
igualdad, tolerancia, respeto y paz.
Desde el movimiento feminista y las organizaciones sociales de mujeres se plantea la construcción
de la ciudadanía a partir de una cultura política
que tenga en cuenta la agenda feminista, que
pugne por la igualdad de oportunidades para
varones y mujeres y que incluya el tema de la
diferencia de clase, género, etnia y subculturas,
de manera contextualizada.
En el marco de la crisis de los sistemas políticos
en América Latina, la discusión sobre el concepto y la práctica de la democratización tiene que
ver con los límites al ejercicio de la ciudadanía y
con los aportes de las mujeres del movimiento
feminista.
Desafíos feministas
• Reflexionar, ¿de qué manera nos fortalecemos
y avanzamos como militantes feministas que
luchamos por la promoción y defensa de los
derechos de las mujeres, buscando una transformación social de la estructura patriarcal?
• El reconocimiento de los feminismos resulta
clave, así como el reconocimiento de que sólo
articuladas y aliadas a los distintos movimientos que luchan por una sociedad diferente
podemos avanzar y nuestras luchas pueden
ser más efectivas.
• ¿Cómo sustentar nuestras demandas contra
la discriminación, la violencia contra las mujeres en nuestra región, en nuestros países, en
contextos en los que nos movemos y actuamos, sobre todo ante los condicionamientos
de la llamada “cooperación al desarrollo” para
evitar que en la región se sigan imponiendo
leyes, políticas, que refuerzan el modelo patriarcal capitalista y las relaciones de poder?
• En este contexto desfavorecedor y fundamentalista que se vive en América Latina y el
Caribe, ¿cómo asumimos la lucha feminista?,
¿cómo vivimos los feminismos en América
Latina?
• Transformar el derecho y lograr la transformación de las mujeres en sujetas y actoras de su
vida misma, de su cuerpo, de sus placeres, de
sus gozos y disfrutes. Tejer junto con otras y
otros las posibilidades reales de un cambio social en dónde las mujeres tengamos un papel
protagónico y esencial. Pero, al mismo tiempo,
dejar de medirnos en relación a los varones
y construir con otras y otros masculinidades
diferentes, sensibles y transformadoras de sus
propias realidades de privilegios impuestos
en androcentrismos y heteronormatividades.
• En este sentido, ¿cómo horizontalizamos
nuestras prácticas y generamos discusiones
reflexivas y críticas, que nos lleven a dar pasos
adelante y no permanecer en un actuar “reactivo”, ante los contextos desfavorecedores?
• Generar al interior del movimiento feminista
procesos de reflexión de nuestro propio actuar
feminista entre las iguales, las compañeras militantes y activistas y generar maneras creativas de formación y de inclusión con las jóvenes
y sus propias preocupaciones y demandas.
• Reflexionar en torno a los otros movimientos
sociales, de derechos humanos, de mujeres,
de feministas, etc., en los contextos internacionales, nacionales y locales, dónde nos movemos, que nos permitan vernos a nosotras
mismas, cómo interactuamos, nos vinculamos,
permanecemos, etc., con ellas y ellos. Con
los y las que se encuentran articuladas, pero
también con las mujeres “de a pie”, con las
sindicalistas, cooperativistas, es decir, crear
fuerza social.
77
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
• Revisar todos estos aspectos, que nos lleve a
un mayor fortalecimiento de una ciudadanía
plena para las mujeres y del feminismo en la
región, en esos diferentes ámbitos de nuestro actuar. Si el feminismo implica conciencia
crítica de la realidad y de una misma, podemos transformarnos y transformar; podemos
también imaginar nuevos mundos posibles.
Caso Honduras
Hogla Teruel
Coordinadora del Programa de Participación
Ciudadana de las Mujeres-CDM, Honduras
Retos de los movimientos
feministas en Honduras
• Dentro de los movimientos sociales, sea este
campesino, sindicalista, de pobladores o dentro del Frente Nacional de Resistencia PopularFNRP, queda pendiente el reto de que se nos
considere como sujetas de derecho y sujetas
políticas con propuestas legítimas para contribuir a las transformaciones sociales y de
género.
• Lograr que la participación de las mujeres en
los espacios y estructuras de los movimientos
sociales sea por derecho propio.
• Mantener nuestros posicionamientos independientes aún estando insertas en el FNRP,
es decir no perder nuestra identidad feminista.
78
• Permear las estructuras de los movimientos
sociales con las agendas de las mujeres y del
movimiento feminista.
• Promover espacios de debate y análisis de coyuntura y de la realidad de nuestro país desde
un enfoque feminista.
• Ser coherentes con el discurso.
• Fortalecer la capacidad de movilización y acción política.
• Fortalecer las alianzas con los movimientos
sociales.
• Tender puentes de entendimiento entre las
mujeres en resistencia y las feministas en resistencia.
• Continuar con los esfuerzos de crear la memoria histórica de nuestra lucha.
• Fortalecer la interpelación al Estado como una
forma de ejercicio de ciudadanía.
Lluvia de ideas
La expositora pidió a las participantes que la
apoyaran en la construcción de retos de las
mujeres en Honduras:
• Crear en los grupos de mujeres un sentido de
pertenencia.
• Establecer permanente comunicación entre
organismos de mujeres y afines.
• Desarrollar procesos de información y educación.
• Tener una Agenda de las Mujeres y socializarla.
• Establecer una alianza estratégica con las
organizaciones internacionales y manejo de
recursos.
• Fortalecer los relevos generacionales, es decir, la necesidad de capacitar e incluir en las
acciones planificadas a las mujeres jóvenes.
• Recuperar la institucionalidad de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH)
y del Instituto Nacional de la Mujer (INAM).
• Planteamientos claros al Mapeo de las mujeres
feministas.
• Crear una plataforma política.
• Fortalecer las organizaciones de mujeres.
• Buscar representatividad dentro del Frente
Nacional de Resistencia Popular.
• Sensibilización con las mujeres que nos representan en el FNRP para que nos representen
como deben.
Conclusión del Encuentro y clausura Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Conclusión y clausura • No se resolvió la pregunta de una de las expositoras sobre: ¿Qué tipo de democracia
queremos?
• Se habló de que los roles de las mujeres a lo
largo de la historia de conflictos armados en
Centroamérica no han tenido muchos cambios, pues han prevalecido los roles patriarcales relacionados con el servicio. Se mencionó
que al interior de las organizaciones se deben
hacer espacios de debate y reflexión alrededor
de cómo enfrentar los retos para las mujeres
en los nuevos escenarios de violencia, inseguridad ciudadana y violación de derechos
humanos.
• Se conocieron importantes cifras estadísticas
de los países participantes, especialmente en
el tema de violación de los derechos de las
mujeres.
• La intervención sobre Defensoría de los Derechos Humanos nos permitió recordar con
lujo de detalles la violación de los derechos
humanos en nuestro país el año pasado y cuál
fue el trabajo titánico de las y los defensores
de los derechos humanos.
• Algunas compañeras compartieron su historia de dolor y sufrimiento y la importancia de
reconocer el tiempo para sentirnos víctimas
para después reconocernos como sujetas de
cambio.
• Se ha descrito la serie de acciones violentas que las mujeres han vivido en diferentes
épocas y actualmente en nuestros países
centroamericanos, México y Colombia. Una
conclusión importante en este tema es que las
violencias contra las mujeres se manifiestan en
el ensañamiento con nuestros cuerpos y nuestras vidas, pues el cuerpo de las mujeres y su
sexualidad es tomado como botín de guerra.
• Se describió y debatió cómo la seguridad del
imperio norteamericano se ejerce sobre la inseguridad y la violencia al interior de los países
en desarrollo.
• Las organizaciones de derechos humanos deben y tienen capacidad de tomar medidas de
seguridad y de protección al ejercer su trabajo.
• Visualizar la importancia que tienen los y las
defensoras de derechos humanos y la necesidad de defender y protegerse para poder
ayudar a los demás.
• Considerar que en los casos de abuso por
parte de los militares o policía, es necesario
sentar precedentes con la denuncia, saturar las
instancias, para que los casos queden registrados. Seguir procedimientos normativos para
documentar casos de impunidad para poder
recurrir a instancias internacionales.
Evaluación
Por razones de tiempo, la evaluación del Encuentro se hizo mediante la técnica lluvia de ideas con
una sola pregunta generadora:
Según su opinión, ¿cómo estuvo el evento?
• Fue un evento enriquecedor.
• Hemos conocido nuevas experiencias de las
situaciones de violación de derechos humanos
de las mujeres en otros países, qué procedimientos y estrategias se han seguido y cuáles
son los efectos de los conflictos armados en
las mujeres.
• Fue una jornada que nos permite llevar inquietudes y mensajes para transmitir en la
comunidad y organización.
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Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
• Se tocaron temas interesantes como el del territorio del cuerpo, lo cual nos lleva a entender
el comportamiento militar y los peligros que
se corren si no estamos alertas. Me gustó el
abordaje del tema de democracia participativa
y equidad.
• Al equipo de CDM, por apoyar el evento.
Clausura
• Pilar Euraque
El evento concluyó con las palabras de Hogla
Teruel, quien expresó su agradecimiento en los
siguientes términos:
• Hogla Teruel
• A las expositoras por sus buenas presentaciones y por contribuir a la construcción y generación de debate y reflexión.
• A las participantes que vinieron de diferentes
partes del país y de la región dispuestas a
participar y compartir.
82
• A Diakonia por su aporte y por confiar en el
CDM para la realización del Encuentro.
Al final, las expositoras del Encuentro también
pidieron la palabra para reconocer el trabajo y
las atenciones de las siguientes personas:
• Nubia González
• María Guadalupe Romero
• María Esther Ayala
• Claudia Erazo
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
Lista de participantes
Encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres
en situación de conflicto,Tegucigalpa, Honduras, 2 y 3 de diciembre de 2010.
No.
NOMBRE COMPLETO
PROCEDENCIA
1.
Ángela Cálix Rodríguez
Marcovia, Choluteca
2.
Indiana Anabel Ordóñez
El Corpus, Choluteca
3.
Nora Idalia García
Marcovia, Choluteca
4.
Francisca Muñoz
El Corpus, Choluteca
5.
María Inés Pastrana
El Corpus, Choluteca
6.
Rosa Amalia Rivera
Marcovia, Choluteca
7.
Osiris Yesenia Ordóñez
Marcovia, Choluteca
8.
Analina Castillo Argueta
Marcala, La Paz
9.
Fidelina Ávila
Marcala, La Paz
10.
Adalinda Gutiérrez
Marcala, La Paz
11.
Tomasa Santos Argueta
Marcala, La Paz
12.
Armida Bautista
Tegucigalpa, Francisco Morazán
13.
Socorro Torres
Tegucigalpa, Francisco Morazán
14.
Eva Ruth Banegas
Tegucigalpa, Francisco Morazán
15.
Ivis Danelia Zúniga
Tegucigalpa, Francisco Morazán
16.
Hatzel Julissa Girón Zúniga
Tegucigalpa, Francisco Morazán
17.
Abadesa Salinas
Tegucigalpa, Francisco Morazán
18.
Veracruz Andina R.
Tegucigalpa, Francisco Morazán
19.
Lorena Alfaro
Choluteca, Choluteca
20.
Victoria Argueta
Tegucigalpa, Francisco Morazán
21.
María Guadalupe Ramos
México
22.
Margen Omelda Díaz
Tegucigalpa, Francisco Morazán
23.
María Haydée Aguilar Núñez
Tegucigalpa, Francisco Morazán
24.
Tomasa Díaz Chávez
Tatumbla, Francisco Morazán
25.
Marina Gallegoz
Colombia
26.
Armida Elizabeth Quiroz
El Triunfo, Choluteca
27.
Sofía Esperanza Matamoros
El Triunfo, Choluteca
83
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
84
No.
NOMBRE COMPLETO
PROCEDENCIA
28.
Mariana Maradiaga
El Triunfo, Choluteca
29.
Mirna Yamileth Espinal
Danlí, El Paraíso
30.
Miriam Suazo
Tegucigalpa, Francisco Morazán
31.
Glenda Emilia Archaga
Tegucigalpa, Francisco Morazán
32.
Ilce Berenice Villatoro
Choluteca, Choluteca
33.
Débora Leiva
Cortés
34.
Sobeyda Lagos
Tegucigalpa, Francisco Morazán
35.
Reina Cecilia Rodríguez
Tegucigalpa, Francisco Morazán
36.
Lorena Mayén Elvir
Tegucigalpa, Francisco Morazán
37.
Margarita Murillo
Cortés
38.
Suyapa Arriaza
Santa Ana de Yusguare, Choluteca
39.
Alba Isabel Ponce
Santa Ana de Yusguare, Choluteca
40.
Martha Patricia Riera
Santa Ana de Yusguare, Choluteca
41.
Esther Yolanda Paz
Siguatepeque, Comayagua
42.
Italia Ponce Meza
Siguatepeque, Comayagua
43.
Sonia Cordelia Lagos
Choluteca, Choluteca
44.
Arístida Espino Gómez
Santa Ana de Yusguare, Choluteca
45.
Sandra Valderramos
Villanueva, Cortés
46.
Jesús Mejía Hernández
Puerto Cortés, Cortés
47.
Elida E. Vásquez
El Porvenir, Atlántida
48.
Delmy Sulema Martínez
Copán
49.
Gloria Yaneth Fajardo
Santa Bárbara
50.
Daysi Yamileth Bautista
Santa Bárbara
51.
Paola González Rosales
Guatemala
52.
María Esther Aguiluz
Siguatepeque, Comayagua
53.
Martha Cristina Melgar
Siguatepeque, Comayagua
54.
Candelaria del Carmen Portillo
El Salvador
55.
Marlen Chow
Nicaragua
56.
Claudia Erazo
Tegucigalpa, Francisco Morazán
57.
Bertha Reyes
Tegucigalpa, Francisco Morazán
58.
Claudia Herrmannsdorfer
Tegucigalpa, Francisco Morazán
59.
Rosibel Gómez
Tegucigalpa, Francisco Morazán
Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción
de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto
No.
NOMBRE COMPLETO
PROCEDENCIA
60.
Mery Agurcia
Tegucigalpa, Francisco Morazán
61.
María de la Cruz Figueroa
Tegucigalpa, Francisco Morazán
62.
Lourdes Galeano
Tegucigalpa, Francisco Morazán
63
Concepción Martínez
Tegucigalpa, Francisco Morazán
64.
Inés Verónica Kelly James
Roatán, Islas de la Bahía
65.
Shenley Verónica Brooks K.
Roatán, Islas de la Bahía
66.
Pilar Euraque
Tegucigalpa, Francisco Morazán
67.
María Esther Ayala
Tegucigalpa, Francisco Morazán
68.
Delmy Martínez
San Pedro Sula, Cortés
69.
Dina Meza
Tegucigalpa, Francisco Morazán
70.
Elbia Carolina González
Francisco Morazán
71.
Berthaydeé Canales
Francisco Morazán
72.
Nubia González
Tegucigalpa, Francisco Morazán
73.
Maribel Sánchez
Tegucigalpa, Francisco Morazán
74.
Gilda Rivera Sierra
Tegucigalpa, Francisco Morazán
75.
Karina Trujillo
Tegucigalpa, Francisco Morazán
76.
Carmen Xiomara Paguada
Tegucigalpa, Francisco Morazán
77.
Sindy Munguía
Tegucigalpa, Francisco Morazán
78.
Oscar Lara
Tegucigalpa, Francisco Morazán
79.
Hogla Teruel
Tegucigalpa, Francisco Morazán
80.
Blanca Guevara
Choluteca, Choluteca
81.
Rachel Ramírez
San Pedro Sula, Cortés
82.
Alba mejía
Tegucigalpa, Francisco Morazán
83.
Sara Elisa Rosales
Tegucigalpa, Francisco Morazán
84.
María Antonia Martínez
Tegucigalpa, Francisco Morazán
85.
Suyapa Martínez
Tegucigalpa, Francisco Morazán
86.
Merary Lavaire
Tegucigalpa, Francisco Morazán
87.
Isidora Velásquez
Tegucigalpa, Francisco Morazán
88.
Eda Alicia Meza
Tegucigalpa, Francisco Morazán
89.
Lorena Zelaya
Tegucigalpa, Francisco Morazán
90.
Kenia Irías
Tegucigalpa, Francisco Morazán
85