documento (20.9 MiB) - Centro de Derechos de Mujeres
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Memoria 2010 Encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Comentarios Testimonios Reflexiones 2010 Memoria Encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto © Centro de Derechos de Mujeres Tels. 2221-0657 / 2221-0459 / Fax 2221-4368 Apdo. Postal 4562, Tegucigalpa. Correo eléctronico: [email protected] Página web: www.derechosdelamujer.org Recopilación : Claudia Erazo Coordinación y revisión: Hogla Teruel Fernández Primera edición: diciembre de 2010 Diseño e impresión: Comunica Impreso y hecho en Honduras índice Palabras de bienvenida e inauguración / 5 Objetivos del Encuentro / 5 Presentación / 7 Conferencia: La situación de conflicto y militarización que ha vivido la región centroamericana en las últimas décadas (ubicación histórica) / 9 Panel: experiencias latinoamericanas, cambios experimentados en los roles de las mujeres en situaciones de conflicto armado vividos en las últimas décadas / 19 • Caso de El Salvador / 19 • Caso de Nicaragua / 21 • Caso de Honduras / 22 • Caso de Guatemala / 23 • Caso de México / 27 • Comunicado del CLADEM en Ecuador / 33 • Caso de Colombia / 35 Conferencia: Las violaciones a los derechos humanos de las mujeres / 43 Experiencias en el ejercicio de defensoría de derechos humanos de las mujeres en Honduras: zona Norte y zona Centro / 47 • Zona Norte / 49 • Zona Centro / 50 Conferencia: Los efectos de la militarización en la vida de las mujeres / 59 Conferencia: Estrategias de seguridad y protección de la vida en tiempos de conflicto armado y militarización / 65 Panel: los retos que enfrentan los movimientos de mujeres y feministas como actoras sociales y políticas en un contexto de crisis política y militarización / 71 • Caso de Guatemala / 71 • Caso de Nicaragua / 73 • Caso de México / 75 • América Latina: Escenario de muchos desafíos para las feministas y los derechos humanos de las mujeres / 75 • Caso Honduras / 78 Conclusión y clausura / 81 Lista de participantes / 83 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Palabras de bienvenida e inauguración El Encuentro inició con las palabras de bienvenida de la coordinadora del Centro de Derechos de Mujeres-CDM, Gilda Rivera, quien agradeció la participación de las mujeres que de diferentes partes de América Latina y del país se hicieron presentes en este Encuentro. También hizo una breve reseña de la violación a los derechos humanos en el país y como ésta ha ido en ascenso a raíz del golpe de Estado en junio de 2009, resaltando que la privación de derechos es ahora acompañada con el surgimiento de nuevas lesivas leyes como la Ley antiterrorista que atenta contra la sociedad civil y las conquistas democráticas. Seguidamente, la Coordinadora del CDM procedió a presentar los objetivos del Encuentro. Objetivos del Encuentro Objetivo general Analizar los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situaciones de conflicto armado y militarización de la vida cotidiana en los países de la región centroamericana, Colombia y México. Objetivos específicos • • • • • Analizar retos que enfrentan como organizaciones feministas. Analizar los nuevos escenarios, económicos sociales y grupos fundamentalistas. Caracterizar el conflicto y militarización. Analizar efectos e impactos que tienen estos conflictos en las vidas de las mujeres. Compartir experiencias en los retrocesos de los derechos humanos de las mujeres en la región de Centro América. • Conocer qué han hecho las mujeres ante estos desafíos de conflictividad armada. El Encuentro tuvo lugar los días 2 y 3 de diciembre de 2010, y contó con la participación de connotadas expositoras de El Salvador, Nicaragua, Guatemala y Honduras; además de la participación de invitadas especiales de México y Colombia. La metodología del Encuentro incluyó la combinación de dos técnicas que permitieron exponer conocimientos y posiciones; y facilitar discusiones, debates e intercambio de experiencias sobre un tema profundo y sensible para las mujeres y feministas y de actualidad para nuestros países. Así, se hizo uso de las conferencias magistrales y de la técnica del panel; y, al final de cada actividad, las participantes contaron con espacios para plantear comentarios, recomendaciones o inquietudes. 5 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Presentación Hogla Teruel Coordinadora del Programa de Participación Ciudadana de las Mujeres-CDM, Honduras M uy buenos días, en nombre del CDM le damos la más cordial bienvenida a cada una de ustedes. Es un enorme placer para nuestra institución estar con ustedes esta mañana y propiciar este Encuentro de análisis y reflexión sobre acontecimientos sociopolíticos, conflictos armados y militarización que han marcado nuestra historia como pueblos centroamericanos y latinoamericanos y que han dejado huellas imborrables en nuestras vidas, en las de nuestras familias, en las organizaciones a las que pertenecemos y, en general, en nuestros países. vir en paz, con justicia y libertad. Hemos tenido períodos cortos de nuestra historia durante los cuales ingenuamente creímos que estábamos avanzando en la construcción de una democracia quizás no inclusiva, porque ésta conlleva la eliminación de las discriminaciones y subordinaciones, pero si participativa porque la clase política nos tomaba en cuenta cada cuatro años para ejercer el sufragio y también por la formación de una institucionalidad que aunque débil protegería nuestros derechos y libertades más elementales. Para el Centro de Derechos de Mujeres es vital que nosotras como movimiento de mujeres y feministas sigamos siendo actoras sociales y políticas, y para ello es necesario plantearnos estrategias nacionales y regionales con el fin de defender y ejercer nuestros derechos ante los nuevos escenarios económicos, políticos, de militarización y de fortalecimiento de los fundamentalismos religiosos. Con lo sucedido en Honduras después del 28 de junio de 2009 nos hemos dado cuenta de que la democracia que vivimos fue un espejismo, que apenas nos salimos del libreto escrito por los poderosos nos cortaron las alas como sujetas políticas. Nos demostraron con la fuerza de las armas, con la persecución política, con las amenazas, con el terror, con las ejecuciones, con las detenciones ilegales, que ellos son los dueños y señores de este país. Por lo tanto, el debate está abierto y es el momento propicio para las reflexiones y el análisis sobre los desafíos en la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situaciones de conflicto y militarización de la vida cotidiana. La historia y el nombre de América Latina están escritos con sangre, con la sangre de mujeres y hombres luchadores por la libertad y la justicia, que han tenido en común un sueño: ver a nuestros pueblos libres del yugo de la opresión y de la miseria. Sin embargo, este sueño se aleja cada vez más de nuestras realidades, pareciera que nuestros pueblos no tienen derecho de vi- Sin embargo, somos sobrevivientes, resistentes eternas que históricamente hemos sido reprimidas, violentadas y hoy en día asesinadas; y aun así nos levantamos y luchamos por cambiar las relaciones desiguales de poder que prevalecen en nuestra sociedad. Dicho lo anterior, de aquí en adelante, dejamos planteada sobre la mesa la siguiente inquietud: ¿Cuáles serían las estrategias para ejercer la ciudadanía de las mujeres en tiempos de crisis y en tiempos adversos como los que han caracterizado las últimas décadas? 7 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Conferencia: La situación de conflicto y militarización que ha vivido la región centroamericana en las últimas décadas (ubicación histórica) María Antonia Martínez Integrante Feministas en Resistencia y Frente Nacional de Resistencia Popular-Honduras En el marco de este Encuentro: “Los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situaciones de conflicto”, las compañeras del Centro de Derechos de Mujeres, que tienen a su cargo la realización de este evento, me pidieron que expusiera sobre la “Caracterización del conflicto y la militarización que ha vivido la región centroamericana en las últimas décadas”. Antes de entrar al tema, creo oportuno comentar sobre algunas valoraciones relativas al conflicto social, la ciudadanía y la democracia que queremos las mujeres, en ese orden planteo un supuesto con el ánimo de que reflexionemos sobre la participación activa de las mujeres en situaciones de conflictos. 1. Conflicto social Como sabemos, hay muchos conceptos y teorías sobre el conflicto social. Algunos estudiosos, entre ellos Ralf Dahsendorf, uno de los autores fundadores de la teoría del conflicto social, consideran el conflicto como un hecho social universal y necesario que se resuelve en el cambio social. Y Lewis A. Coser, sociólogo americano, sostuvo que el conflicto trasciende lo individual y procede de la propia estructura de la sociedad. Siguiendo estos criterios, efectivamente vemos que cuando los pueblos son sometidos a políticas dictatoriales de gobiernos oligárquicos que responden solamente a sus intereses, negando el derecho a mujeres y hombres a vivir dignamente, el conflicto abarca a las grandes mayorías del pueblo y, en Centroamérica, en las décadas de los 60, 70, 80 y parte de los 90, los pueblos se alzaron en armas y el conflicto se militarizó. Siguiendo a Marx diríamos que los conflictos sociales no son más que el resultado de la lucha de clases entre los propietarios de los medios de producción y los asalariados, lucha que Marx consideró como el motor de la historia. Desde esta teoría, son los factores económicos los que determinan los actores del conflicto. Quienes adversan la preeminencia de dichos factores afirman que lo determinante en esta lucha no es lo económico, sino la posición política-ideológica que sustenta la oposición. De alguna manera esta idea es la que históricamente ha prevalecido, al punto que los sectores dominantes que asumen el poder, junto con las oligarquías nacionales y el capital internacional, constituyen la parte conservadora, ultraderechista, opuesta totalmente a los cambios sociales, en oposición al pueblo organizado que exige la construcción de sociedades justas e igualdad de derechos para toda la población. La permanencia de esa exigencia es la que impulsa los cambios sociales. Por ello, puede afirmarse que esos conflictos son el motor de la historia. 9 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto 2. Ciudadanía De acuerdo con lo planteado por Alejandra Valdés y Patricia Provoste, podemos afirmar que la ciudadanía es un concepto histórico que se va modificando de acuerdo a las particularidades de los contextos en que se instala, imprimiéndole una modalidad propia, inclusivo de ciertos sujetos y excluyente de otros. Ellas también plantean que la ciudadanía es un status con el que las comunidades políticas legitiman la pertenencia e identidad de los individuos a esa comunidad. En la región centroamericana, desde la década de los 60, el incremento de la lucha de clases motivó el Encuentro de diversos sujetos de los movimientos sociales y de grupos poblacionales, tradicionalmente excluidos de la elaboración de políticas públicas, de la toma de decisiones en asuntos de interés común. Sin duda, este hecho dio como resultado la expansión de derechos y la ampliación de la esfera pública. Estos sujetos, en su lucha por eliminar la discriminación por diversas razones, proponen alternativas para el reconocimiento de derechos, por ejemplo, los derechos sexuales y reproductivos, ambientales, étnicos, generacionales, entre otros. La ciudadanía, entonces, se plantea como el espacio de construcción de lo público y se concibe la política basada en la idea de una ciudadanía activa, dando así importancia al compromiso cívico y a la deliberación colectiva en aquellos temas que afectan a la comunidad política. 10 La ciudadanía activa tiene relación con ser sujeto de derechos y sujeto de la construcción pública común, es decir, actor/a en la creación de espacios, intereses, imágenes y discursos públicos, con sentido de identidad, pertenencia y membresía de una determinada comunidad política, entre cuyos miembros hay relaciones de interdependencia, responsabilidad, solidaridad y lealtad. Esta noción de ciudadanía activa destaca la importancia de asumir roles protagónicos en los espacios públicos, en donde hombres y mujeres se asuman como iguales en derechos y en donde las mujeres manifestemos nuestras capacidades de iniciativa y gestión ciudadana en esos espacios legítimos de diálogo entre sociedad civil y gobierno. Y aquí, sin duda, cabe preguntarse: ¿Nosotras estamos realmente dispuestas a participar en esos espacios públicos con sentido de identidad de género y demás factores que señalan Proveste y Valdés? También se reconoce la ciudadanía pasiva, entendiendo por tal la sola demanda por la igualdad de derechos. Las feministas demandan una ciudadanía plena. Para ello, es necesario que ésta cumpla los requisitos de elección, participación, distribución de la riqueza y reconocimiento. 3. Democracia La democracia, como forma de organización de una comunidad, tiene la característica esencial de que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus integrantes; de aquí que las decisiones responden a los intereses de sus miembros. Tratándose de un Estado, el soberano es el pueblo. Algunos autores reúnen la complejidad de los proyectos democráticos en cuatro grandes líneas: la legal, la participativa, la republicana-cívica y la radical. Según David Held (1989), “la democracia legal es un modelo en el cual la vida política, al igual que la vida económica, es cuestión de libertad e iniciativa individual. Los objetivos principales de una democracia legal son: a) un mercado libre y b) intervención mínima del Estado”. Democracia legal: todos los ciudadanos y las ciudadanas tienen los mismos derechos y oportunidades dentro de la ley; derechos y oportunidades ligados con la propiedad privada, en donde el libre mercado es el único mecanismo eficiente para regular las relaciones sociales, económicas y políticas. Esta concepción da origen a las políticas públicas neoliberales planteadas en el Consenso Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto de Washington, que promovió el achicamiento del Estado y la privatización de la mayor parte de empresas y sectores estatales. Las feministas cuestionan esta perspectiva de democracia en tanto la igualdad legal no se traduce en igualdad real y subsisten las discriminaciones porque no puede considerarse a los individuos independientes de su condición social, cultural, económica y de género. Siempre siguiendo a Held, “en el modelo de democracia participativa, se unen varias líneas de pensamiento político, desde una parte del liberalismo hasta una parte del socialismo”. Quienes asumen esta concepción comparten la opinión de que una buena parte se queda fuera por falta de poder o de oportunidades. No obstante que haya consenso en la necesidad de ampliar la participación ciudadana en este sistema democrático, se difiere en cuanto a quiénes deben participar, con qué objetivos y cómo. Es decir, difieren en cuanto al grado de pluralismo e igualdad realmente buscados y a los mecanismos que podrían promoverlos. El republicanismo cívico conecta los conceptos de ciudadanía individual y de comunidad política, exagerando la importancia del bien común en detrimento del derecho individual, como señala el sociólogo Mouffe. El discurso feminista es contrario a este tipo de democracia, en tanto su experiencia comprueba que el bien común familiar descansa en la eterna postergación de las mujeres. Democracia radical: este proyecto comparte mucho del modelo participativo y del republicanismo cívico, pero se diferencia de ellos en algunos aspectos fundamentales, especialmente en su visión sobre el rol del poder y la importancia del conflicto en un sistema político. El proyecto se basa en una combinación de lo positivo del liberalismo, como la libertad individual y el Estado de Derecho, con el bien común del republicanismo-cívico y dando gran importancia a la participación. Histórica y tradicionalmente la participación en el poder político se centra en los partidos políticos, al margen de la vida asociativa que, en algunos países de América Latina, ha desafiado las maneras establecidas de ser y hacer la política. Se argumenta que este desafío simbólico y cultural a las instituciones políticas tradicionales ha expandido las esferas de acción, legitimando a nuevos actores sociopolíticos y cuestionando los canales de mediación basados sólo en partidos políticos. Esta corriente sostiene que este cambio en la región indica la emergencia de una nueva época en la cual las relaciones Estado-sociedad en América Latina serán renegociadas y los proyectos democráticos estarán basados en las especificidades históricas y culturales de cada país. 4. Supuesto Por efectos del conflicto las mujeres han tenido y tienen una activa participación en la lucha de clases y son, entonces, actoras sociales; lo cual las convierte en objetivo militar de los actores armados, llámense policías, agentes, sicarios, etc., aun y cuando su participación fuese solamente desde la civilidad. Podría pensarse que esta condición de actoras sociales en los conflictos trae aparejados cambios en los roles tradicionales de género y en sus relaciones de poder, tal como se ha evidenciado en nuestro país después del golpe de Estado del 28 de junio de 2009, en donde las mujeres están participando en igual medida que los hombres en todas las actividades convocadas por el Frente Nacional de Resistencia Popular en aras de la construcción de un nuevo Estado en donde impere la democracia. Esta participación lleva a su reconocimiento como sujeta en igualdad de derechos y, en consecuencia, de una ciudadanía plena, sin abandonar la 11 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto reivindicación de la no discriminación y el respeto a la diversidad y la diferencia. Así, faltaría constatar si efectivamente, en estas condiciones, las mujeres alcanzan más participación en la conducción del movimiento social y político de cara a la refundación del Estado. Caracterización del conflicto y la militarización que ha vivido la región centroamericana en las últimas décadas De la lectura de algunos de los trabajos realizados desde hace algunos años sobre los conflictos sociales de las tres últimas décadas del siglo pasado en Latinoamérica se aprecia, por un lado, la existencia de gobiernos dictatoriales cada vez más tiranos y, por el otro, un proceso de acumulación de fuerzas de la población que se organiza para enfrentar esas dictaduras, sin dejar de reconocer la influencia del triunfo de la revolución cubana y el reforzamiento de las fuerzas de izquierda de diversas tendencias. Contexto de los conflictos en la región en las décadas de los años 60, 70, 80 y principios de los años 90 12 Con la excepción de Costa Rica, los países de Centroamérica llegaron a finales de los años setenta bajo regímenes autoritarios. En Nicaragua, la familia Somoza venía detentando el poder desde 1936, en El Salvador existía una democracia aparente desde la revolución de 1948 en donde el ejército sustituía a los presidentes según la facción dominante en cada momento; en Guatemala se mantenía una democracia de fachada tras la invasión de Estados Unidos en 1954 y los militares eran quienes detentaban realmente el poder interviniendo con frecuentes golpes de Estado; y en Honduras, tras la dictadura de Carías, 1933-1948, se inició un proceso de democratización del país, frecuentemente interrumpido por golpes de Estado que denotan el peso del ejército durante este periodo. En el caso de Costa Rica la estabilidad no vino de la mano del ejército, ya abolido, sino de la coincidencia programática entre los dos grupos políticos dominantes, los socialdemócratas y los socialcristianos. Respuesta de los pueblos y militarización del conflicto Bajo el somocismo, el malestar social se extendió por toda Nicaragua, afectando a la propia burguesía, a la iglesia católica y a los sectores populares; de estos últimos surgió hacia 1963 el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que inició una guerra de guerrillas que terminó con el derrocamiento de Anastasio Somoza, Tachito, en 1979. En El Salvador, tras la Guerra del Fútbol con Honduras en 1969, el militarismo se extendió por el país generando un malestar social que afectó a la iglesia católica, a los sindicatos y a los sectores populares; estos últimos apostaron por una respuesta político-militar al autoritarismo y se organizaron en movimientos guerrilleros que terminaron por confluir, a principios de los ochenta, en el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) y en el Frente Democrático Revolucionario (FDR). Como reacción a los movimientos guerrilleros, el ejército y los grupos paramilitares iniciaron un proceso de dura represión. En Guatemala, el militarismo reinante tras la invasión de 1954 terminó por generar, a principios de los sesenta, la respuesta político-militar de los sectores populares, particularmente indígenas, que constituyeron las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), de la que se escindirían posteriormente el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) y la Organización del Pueblo en Armas (ORPA). También en este caso la represión del ejército y de los grupos paramilitares fue muy dura. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto En Honduras, con el golpe de Estado de 1962 contra Villeda Morales, llevado al poder por el Partido Liberal, se organizaron, al menos, dos movimientos guerrilleros: el movimiento morazánico y la guerrilla comunista, pero pronto fueron desarticulados por el ejército, algunos de sus miembros fueron muertos en acciones y otros capturados y sometidos a torturas por las autoridades de investigación como la temida Dirección de Investigación Nacional (DIN). Otros fueron encarcelados y juzgados como presos políticos, puestos en libertad una vez cumplida la condena. En la década de los 80, se organizaron cinco movimientos armados: Partido Revolucionario de Trabajadores Centroamericano (PRTC), Frente Morazanista de Liberación Nacional, Movimiento Popular de Liberación Nacional-Cinchoneros, Movimiento de Liberación Nacional Lorenzo Zelaya y el Movimiento del Partido Comunista. El PRTC organizó una columna guerrillera que ingresó al territorio nacional desde Nicaragua, pero fueron detectados por el ejército hondureño y sus máximos dirigentes apresados y asesinados, entre ellos el doctor José María Reyes Mata, su comandante, y el sacerdote norteamericano Guadalupe Carney. Durante la década de los ochenta, la represión y la persecución política obligó a hombres y mujeres a un exilio voluntario que duró varios años. El apoyo solidario del pueblo hondureño a los movimientos revolucionarios de la región se mantuvo a lo largo de los años que duraron los conflictos y fueron muchos los que ofrendaron sus vidas en esas luchas. La represión en Honduras fue brutal. Otra de las características que agudizaban el conflicto era la situación económica. El Mercado Común Centroamericano (MCCA), a finales de los años 70, era insostenible y más con la retirada de Honduras en 1970, después de la “Guerra del Fútbol” con El Salvador, situación que evidenció la desigual distribución de la renta en la región propiciando así la reducción de la demanda de bienes industriales de consumo; y, por tanto, el comercio en el interior de la región, al tiempo que aumentaban las importaciones de productos del resto del mundo. Las exportaciones de productos primarios hacia los países industriales se redujeron ante la crisis del petróleo y la inversión extranjera en la región se detuvo; por todo ello los distintos países centroamericanos se vieron obligados a recurrir al endeudamiento externo como forma de reactivar sus economías. Hacia finales de los años 60 la tensión en la región había aumentado tanto que los militares fueron perdiendo el control de los diferentes países. Centroamérica se había convertido en uno de los principales focos de tensión mundial en la última etapa de la Guerra Fría. Militarización de la región y la intervención de Estados Unidos de Norte América Los intereses del capital internacional y de la potencia norteamericana tradicionalmente han sido protegidos mediante las fuerzas militares de ese país del norte. Bajo el argumento de evitar que el comunismo se extendiera por la región centroamericana, durante el conflicto armado, apoyaron a los ejércitos nacionales con soldados, adiestramiento, municiones, armas, dinero a los gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras. 13 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Las bases militares construidas en esos años en Honduras, una vez terminado el conflicto, no fueron desmontadas, todo lo contrario, se quedaron permanentemente en el país y se han ido multiplicando, lo mismo que sus fuerzas militares. Y hoy llama poderosamente la atención que hasta en Costa Rica, donde no hay ejército, Estados Unidos obtuvo permiso por parte de la alianza oficialista-evangélica-liberticida del parlamento costarricense para el desembarco de 7 mil soldados, 46 buques de guerra y 200 helicópteros del ejército estadounidense. Estos hechos son producto de la falta de soberanía de los Estados de la región, situación que venimos arrastrando desde siempre. Investigaciones realizadas sobre estos hechos evidencian el sacrificio de los pueblos por alcanzar los valores que dignifican la vida de los seres humanos como la libertad, la igualdad y la solidaridad plasmados en un sistema democrático. El costo fue altísimo: Nicaragua en los 26 años de lucha revolucionaria (16 antes del triunfo de la revolución y 10 para defenderla de la Contra) registra más de 30 mil personas muertas; Guatemala, en sus 36 años de lucha, registra 150 mil muertos, 50 mil desaparecidos, un millón de desplazados al interior del país, 100 mil refugiados y 200 mil huérfanos; en El Salvador se reconoce una cantidad aproximada de 75 mil muertos en sus 12 años de lucha. Esta información no está desagregada por sexo. De esta forma, no hay registro de la participación de las mujeres. 14 Por otra parte, de conformidad con información de la Comisión Económica para América LatinaCEPAL, los daños en la economía de los países centroamericanos por efectos de los conflictos armados representan un retroceso equivalente a 20 años. Una década después de los Acuerdos de Paz, cuyo costo de implementación es considerable, se aprecia que muy poco han variado las condiciones que dieron origen al conflicto armado, a pesar de haber restablecido la democracia. Esto prueba que la democracia no es sólo la celebración de elecciones periódicas, aun y cuando éstas fueren limpias. A este respecto, la revista Centroamérica: Puntos de Conflictos después de la Tormenta (No. 2, 2003, Vol. 1) señala lo siguiente: “cada país se enfrenta a obstáculos importantes que ponen de manifiesto que la democratización es más que elecciones”. Uno de los obstáculos es la incapacidad de los actores políticos clave de adherirse a principios democráticos. Otro es el débil fortalecimiento de las instituciones del Estado, que no logran generar la confianza de sus habitantes. Estos años dejaron también grandes fortalezas en los movimientos sociales, al punto que hoy puede afirmarse que son alternativas para la toma del poder, sin llegar a constituirse en un partido político en donde sus dirigentes estén privatizados por el neoliberalismo. Qué ha pasado en nuestros países después de haber firmado los acuerdos de paz Después de los Acuerdos de Paz surgen nuevas formas de violencia, narcotráfico, corrupción, la muerte de mujeres a nivel regional (femicidios), incremento a las violaciones de los derechos humanos, que hacen que los mandatarios centroamericanos consideren el apoyo de Estados Unidos para militarizar los países bajo la cubierta de una nueva política de seguridad que ponen de lado los Acuerdos de Paz. Otro elemento importante a mencionar en este periodo es la pérdida de valores por parte de algunos dirigentes de izquierda. En el caso de Honduras con el golpe de Estado la militarización encontró las condiciones y argumentos para quedarse en el país. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto También ahora la militarización tiene otras características • Se está criminalizando las protestas sociales y anulando las conquistas laborales logradas en las últimas décadas. • Usan el tema del narcotráfico para así justificar la militarización y la represión. • Se ha congelado el salario mínimo y se están impulsando los contratos de trabajo por hora o de media jornada. • Persecución y asesinato de líderes de derechos humanos, sindicales y de movimientos sociales. Desafíos • Una de las características que debemos tener es la solidaridad. • Es importante que nos manifestemos, que sigamos protestando y movilizando. • Buscar nuevas formas de articulación social, que trasciendan lo nacional. • En el caso de Honduras la búsqueda del poder por parte del Frente Nacional de Resistencia Popular-FNRP. Reflexiones • La construcción de ciudadanía no es nueva, es antigua y se construye para llevarla hasta lo local. Las mujeres hemos participado en la construcción de ciudadanía. ¿Por qué hay que considerar que no tenemos los mismos privilegios?, si somos las mujeres las que siempre hemos construido ciudadanía en tiempos de conflicto, ¿por qué hay miedo de participar? ¿Por qué quedarse en las casas, sin salir? Las mujeres necesitamos más espacios para reflexionar sobre esto y para estudiar, para conocer y obtener herramientas que nos permitan alcanzar una mejor capacidad crítica y que nos lleve a la participación sin temor. • En el interior del país no hay programas que fortalezcan la ciudadanía de las mujeres, y los pocos que existen son del gobierno y aunque queremos participar en procesos de ciudadanía tampoco queremos etiquetarnos con la Resistencia, ya que las mujeres tampoco somos escuchadas allí. Los compañeros de la Resistencia, aunque promueven los movimientos sociales, aún conservan su cultura patriarcal; dentro de la Resistencia y fuera de ella tenemos que enfrentarnos a los abusos de los hombres, por lo que debemos tener mucha cautela y estar preparadas para participar y continuar luchando para tener los mismo niveles de participación y ser escuchadas. • Antes del golpe de Estado, el CDM realizó un trabajo con mujeres en los partidos políticos, mujeres municipalistas; lamentablemente, aunque se había trabajado con ellas, en el momento del Golpe, cuando se creía que habían superado diferencias partidistas, estas mujeres se dividieron. Uno se da cuenta de que estos procesos son lentos y largos. 15 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto • Hay compañeras que aún no se dan cuenta de toda la violencia y represión que se ha generado desde el golpe político y militar. La llegada de Micheletti al poder nos hizo retroceder, derogó el decreto de ley que permitía la compra y consumo de La Píldora Anticonceptiva de Emergencia (PAE). • Debemos de reflexionar sobre qué hacer para ir más allá de ser partidarias de partidos políticos tradicionales, de ser más propositivas, de examinar cómo hacemos para que más mujeres estén en cargos de dirección, sobre todo en los gobiernos locales. • Es necesario buscar mecanismos que permitan que las mujeres dejemos de proponer a hombres para cargos públicos que pueden ser desempañados también por las mujeres. Muchas veces pareciera que las mujeres no quisiéramos trascender a la vida pública, y muchas contamos con aptitudes y capacidades para desempeñar estos cargos. Por eso es importante que nos preguntemos, ya que muchas veces las mujeres renuncian a espacios que ellas mismas han ganado, ¿qué ciudadanía queremos? • Hay pocas mujeres en los cargos de direcciones y también hay pocas mujeres participando en procesos de desarrollo local y democratización y en el Frente Nacional de Resistencia Popular. Lo grave del asunto es que en el último caso las mujeres han estado organizando asambleas locales con los grupos de base. Para tener una representatividad más equilibrada se decidió que habría paridad y, a pesar de eso, las mujeres propusieron a los hombres renunciando a la posibilidad de estar en espacios de decisión, que son espacios que las mismas mujeres han ganado. 16 Panel: Experiencias latinoamericanas, cambios experimentados en los roles de las mujeres en situaciones de conflicto armado vividos en las últimas décadas Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Panel: Experiencias latinoamericanas, cambios experimentados en los roles de las mujeres en situaciones de conflicto armado vividos en las últimas décadas Caso de El Salvador Candelaria del Carmen Portillo López Movimiento de Mujeres y Feminista de Suchitoto, El Salvador situación especial, pero en ningún momento alteró las relaciones de género en términos sociales, y al desaparecer el conflicto armado provocó que las mujeres volvieran a sus antiguos patrones culturales y roles sociales. En El Salvador las mujeres jóvenes somos las herederas de la sabiduría de las mujeres que vivieron el conflicto armado. En el conflicto armado de El Salvador participaron hombres, mujeres y jóvenes. El papel que la mujer jugó, aunque no se da a conocer, fue el de apoyar decididamente el movimiento revolucionario y significó su incorporación a la guerra de diferentes maneras. Muchas de ellas debieron dejar sus hogares para asumir jefaturas en las estructuras del ejército del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), pero la mayoría de las tareas eran para desempeñarse como cocineras, mensajeras, costureras, radistas sanitarias maestras y artesanas. Desafortunadamente hasta ahora poco se ha escrito sobre los roles, aportes y avances de las mujeres en esos años de combate y después de ellos. Algunas de esas mujeres excombatientes ahora juegan un rol de liderazgo en la toma de decisiones en el municipio. La experiencia de participación de las mujeres en el conflicto armado fue en condiciones similares a la de los hombres porque la guerra generó una • Las mujeres fueron utilizadas y asesinadas junto con jóvenes y niños. • Las mujeres de El Salvador fueron mujeres solidarias, valientes, con capacidad de propuesta. • Mujeres con dolor, preocupación, convicción, dignidad, mujeres con pasión. Para incidir en el trabajo de desarrollo en El Salvador, las mujeres se han tenido que involucrar en los procesos de ciudadanía de manera plena para ser votantes, para decidir por el destino del municipio y también para obtener puestos de elección popular donde son partícipes y tomadoras de decisiones. 19 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Las mujeres en Suchitoto lo han logrado, pero a través de la lucha constante para obtener posiciones en espacios municipales y organizacionales, ya que la incorporación de las mujeres en puestos ha dependido más de la voluntad de los políticos y la lucha es porque los avances comunitarios y de participación no estén adscritos a partidos políticos. • “Las mujeres que despertamos a nuestra ciudadanía, no nos conformamos con lo conseguido… no solo porque es frágil, sino porque es poco”. En la actualidad algunas de estas mujeres excombatientes que viven en Suchitoto juegan un rol de liderazgo en espacios de toma de decisión en el municipio: Concejo Municipal, Asociaciones de Mujeres, Comité de Desarrollo Municipal y organizaciones de base. Recientemente fue aprobada por la Asamblea Legislativa de El Salvador una ley importante que refleja avances a nivel legal para protección a las mujeres, se trata de la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres. 20 En esta lucha y en el proceso de participación y construcción de la ciudadanía han sido importantes las alianzas que se han ido construyendo poco a poco entre las redes y el movimiento de mujeres del país, las cuales han expresado su compromiso por mejorar la situación de las mujeres y por seguir luchando por sus propios espacios como sujetas de derechos y de cambios, que facilitan la gestión de servicios comunales, que se cuente con un gobierno preocupado por el desarrollo de la comunidad, que se compromete con él y que promueve la participación ciudadana, es decir un gobierno con voluntad política. La experiencia de la organización en los espacios rurales permite trascender a lo urbano. • Las mujeres en la revolución mostraron solidaridad en esta lucha por la democracia, como mujeres visionarias, comprometidas, inteligentes, rebeldes. • Fueron madres, hijas, hermanas, amantes, amigas, compañeras. Para finalizar su exposición, la representante de El Salvador presentó un vídeo elaborado por organizaciones de mujeres activistas de los derechos humanos, en el cual se resume la solidaridad demostrada con las mujeres y Feministas en Resistencia contra el golpe de Estado en Honduras. El vídeo muestra algunas acciones de solidaridad de las mujeres salvadoreñas con el pueblo de Honduras, exigiendo el respeto a los más elementales derechos humanos de hombres y mujeres, entre ellos, el derecho a la vida, el respeto a la integridad personal, los derechos civiles y políticos: el derecho a la libre expresión del pensamiento, a la libre movilización y organización. El movimiento de mujeres de Suchitoto hace público su pensamiento de respaldar la posición del Gobierno de El Salvador manifestando su rechazo al golpe de Estado en Honduras. Además, exigen al Gobierno de El Salvador que se mantenga firme, que sepa que cuenta con el respaldo de la población salvadoreña en el rechazo al golpe de Estado en Honduras. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Caso de Nicaragua Cambios experimentados Marlen Chow Cruz Movimiento de Mujeres y Feminista de Nicaragua1 Las primeras instancias populares fueron las organizaciones siendo víctimas de la contrarrevolución y de los revolucionarios, las mujeres hicieron una reflexión de los aportes para salir de esa dictadura, y algunos de los cambios experimentados fueron: Breve contexto • Nicaragua tiene un entorno natural magnífico. • Está poblada por pueblos laboriosos, es multiétnica, con más de 500 años de saqueos, explotación de intervención extranjera, gobernada antes por retrógradas oligarquías y feroces dictaduras y más reciente por traidores a una causa popular. • Nicaragua es todavía una región retrasada, vulnerable, dependiente y con escalofriantes indicadores sociales, enfrascada en conflictos fronterizos y amenazas de guerras. Las mujeres En Nicaragua las mujeres han sido víctimas directas de la violencia con la colonización, con la dictadura y con la revolución: • Son habitantes de un país en el que la violencia y la discriminación contra la mujer históricamente ha sido exacerbada por situaciones de conflicto armado. • Las mujeres víctimas directas de violencia arrastran efectos que perduran en el tiempo y afectan a toda la sociedad: a las mujeres madres, compañeras o familiares de otras víctimas, mujeres combatientes. • Las mujeres también participaron en procesos de desmovilización y en la solución de los conflictos. Las mujeres indígenas de la Costa Atlántica han sido las más afectadas. 1 Esta intervención se desarrolló con el apoyo de notas (ideas fuerza) que se presentan a continuación. • Sintetizar experiencias y posicionar al movimiento de mujeres en un proceso de lucha frontal por los derechos humanos de las mujeres. • Desarrollar pensamientos diversos, nuevas concepciones de participación política, iniciativas y acciones particulares, pero coherentes con conceptos de libertad e igualdad. La incorporación de las mujeres a la revolución fue masiva y contribuyó a los cambios en Nicaragua. Desafortunadamente, muchas de esas mujeres se volvieron hombres y hombres machistas que en puestos de poder se volvieron peor que los hombres. • La creación de nuevas alianzas. Desafíos • Mantener la coherencia a lo interno del movimiento de mujeres. Hubo desarrollo de pensamientos diversos, nuevas concepciones de participación política, iniciativas y acciones particulares, pero que eran coherentes con los aspectos de la lucha de las mujeres. • Profundizar las alianzas frente a los embates del Gobierno actual: hemos tenido que aprender a compartir con varias personas y organizaciones sobre nuestro trabajo. • Profundizar en la realidad nacional y revisar las estrategias. • Buscar puntos de unidad a lo interno: la unidad requiere de pláticas, sinceridad, respeto para poder trascender y salir mejor. 21 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto • Incorporar feministas jóvenes al movimiento: crear nuevos liderazgos. • Buscar puntos de unidad a lo interno. • Asumir el rol de la mujer como sujeta de cambio en el campo político nacional. Caso de Honduras Margarita Murillo Movimiento popular y parte del Frente Nacional de Resistencia Popular No podemos desconocer los esfuerzos realizados por organizaciones de mujeres para apoyar a las mujeres en la defensa de sus derechos y en la aplicación de las leyes en Honduras. Los intentos de organización de las mujeres han sido muchos, por ejemplo, las organizaciones de mujeres campesinas no han logrado la consolidación de una organización representativa. Desafortunadamente las organizaciones mixtas como las centrales obreras, campesinas y el gremio magisterial no han dado mucho espacio para que éstas sean dirigidas por las mujeres. Son pocas las mujeres que han llegado a desempeñar cargos de dirección en las organizaciones a las que están afiliadas y estar en esos cargos ha significado una lucha interna para desempeñar sus funciones. 22 La participación de la mujer desde los diferentes sectores ha tenido sus contratiempos para lograr el proceso de unidad en la organización, enfrentándonos a una lucha desigual en todos los aspectos. Las mujeres participan en todas las luchas reivindicativas sociales, políticas, organizativas, pero de forma aislada no desde una estrategia de participación de la mujer, desde las mujeres. Su actuación a través de los movimientos de mujeres ha sido regionalizada y temática, y no ha logrado trascender de lo regional a lo nacional. En las luchas de las mujeres se ha puesto más énfasis en los derechos de las mujeres y en la violencia doméstica que en los temas como el acceso a la tierra, medios de producción, la participación política de las mujeres o temas económicos. Están fuera de discusión entre nosotras las mujeres temas como la construcción de poder popular, o la construcción de la toma del poder político por nosotras las mujeres, pese a que somos población mayoritaria, 53%. Nuestras luchas no se han enfocado a erradicar el analfabetismo femenino, a erradicar la polítización de las necesidades de las mujeres por parte del bipartidismo. La participación de las mujeres siempre ha sido desde la politización y desde el utilitarismo. Los desafíos Frente a la crisis social, política y cultural que enfrentamos, no nos queda más que: • Unirnos en una organización para luchar por tener un movimiento amplio, democrático, participativo, incluyente que no haga distingo de niveles educativos, espacios o creencias religiosas. • Luchar por generar cambios en las estructuras de poder y desarrollar cambios políticos que permitan a las mujeres tener una verdadera participación política. • Romper con el bipartidismo, la ingobernabilidad. • Involucrar en las lucha de las mujeres a los movimientos sociales. • Establecer una estrategia organizada que permita a las mujeres su participación y la conducción de organizaciones y reivindicaciones políticas de nuestra nación. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto • Establecer estrategias de formación para las mujeres que trasciendan la alfabetización de las mujeres y lleguen también al uso de tecnología. Caso de Guatemala Paola González Vicepresidenta de la Asociación de Mujeres para Estudios Feministas-AMEF “Creo que la memoria histórica la estamos construyendo todas, sólo que creo que tiene que construirse a partir de ¡Cómo nosotras nos estamos convirtiendo en protagonistas de la historia¡” Yolanda Aguilar, feminista guatemalteca Este pensamiento nos indica que las mujeres debemos considerarnos como sujetas de cambio y de cómo ser protagonistas en el presente nos indicará el futuro. Este Encuentro nos abre la posibilidad de reflexionar sobre cuánto hemos avanzado las mujeres en situaciones tan adversas, marcadas por un contexto de ingobernabilidad que prevalece en nuestros países, el incremento de los casos de femicidio (muertes violentas y misóginas de mujeres), de los fundamentalismos religiosos que acentúan la violación hacia nuestros derechos sexuales y reproductivos, la feminización de la pobreza, la militarización y la falta de acceso a una justicia con dignidad. En Guatemala se está trabajando un proceso de la justicia en transición para las mujeres, para ir combatiendo la impunidad de los crímenes en contra de las mujeres. Estos procesos son apoyados desde la cooperación internacional, pero si el Gobierno no apoya estos procesos no se puede lograr un sistema de justicia que castigue, que repare, y que retribuya. La justicia para las mujeres significa: • Que se sepa lo que les pasó. • Que la sociedad considere que la violencia sexual es un crimen de lesa humanidad. • Que el Estado juzgue y condene a los responsables. • Que no se repitan los hechos. • Que no se les culpabilice y victimice. • Que se contextualice la violencia sexual en el marco de la opresión de género vinculada a otras desigualdades patriarcales (etnia, generacional, estatus económico). • Que se les brinde reparación integral (afectiva, espiritual, psicosocial, cultural, comunitaria, organizativa, económica). • Que se reconozca su protagonismo en la historia, en el presente y en el futuro. • Que se visibilicen los daños irreparables a sus vidas y a sus identidades culturales. La propuesta de las mujeres para encarar la impunidad: Tribunales de conciencia en Guatemala Retomando las palabras de Zajovic “…es indispensable impulsar a las mujeres a superar el rol de víctimas, ya que el victimismo es un arma muy poderosa del patriarcado y de la ideología nacionalista- militarista” (Zajovic, Sf: 9), un aporte que debemos dar como organizaciones y feministas es visibilizar a las mujeres como protagonistas de la historia y actoras de sus vidas, como sujetas de derechos y como promotoras de estrategias de justicia alternativa, impulsadas por organizaciones de mujeres, feministas y organizaciones de derechos humanos en Guatemala en los últimos doce años. 23 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Dos años después de la firma del Acuerdo de Paz en Guatemala, se lleva a cabo, como una medida de justicia alternativa, el Tribunal de Conciencia por los Derechos Humanos de las Mujeres, el cual se da en el marco de los cincuenta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres. “Del Susurro al Grito” Primer Tribunal de Conciencia de las Mujeres de Guatemala. Los Derechos Humanos de las Mujeres y la Violencia fue el nombre acuñado al Tribunal de Conciencia, el cual se “promovió como una sanción moral al Estado guatemalteco y a la sociedad sobre la problemática de la violencia contra las mujeres debido a la falta de respuesta formal-jurídica nacional” (Vicente, 2010: 4). En este tribunal se visibilizó que “la violación sexual de mujeres y niñas en el marco del conflicto armado constituye un crimen de lesa humanidad”. De igual forma se expresa públicamente que: “la violación a los derechos culturales y el exterminio de los pueblos indígenas son producto de políticas estatales etnocidas que tienen un impacto más profundo en la vida de las mujeres” (CEJAMERICAS 1998, cita la Sentencia, 1998: 1). El tribunal de la conciencia • Es una medida política de justicia alternativa. • Es una sanción moral al Estado y sociedad. 24 • Es un grito de demanda de las mujeres hacia el Estado para que el sistema de justicia sea eficaz y eficiente. • Escucha testimonios sin revictimizar. • Considera a las mujeres como sujetas de derechos. • Dignifica a las sobrevivientes. • Es una acción de justicia pública. • Denuncia violaciones a los derechos. • Funciona como un cuerpo colegiado. • Tiene juezas /magistradas, fiscales, testigas sobrevivientes, secretaria, testigas de honor. • Emite una sentencia o condena. Cómo funciona el Tribunal de Conciencia por los Derechos Humanos de las Mujeres Los Tribunales de Conciencia son recursos de alto contenido simbólico y material que operan en espacios de denuncia donde las normas jurídicas del Estado no han podido o no han querido imputar responsabilidades. Lo que se plantea es romper con el silencio. Su objetivo es denunciar y concientizar al Estado y a la sociedad de la situación de violencia sexual sufrida por las mujeres durante el conflicto armado. El proceso 1. Se reúne a personas de alta calidad moral y científica para estudiar casos, testimonios y vivencias de las distintas formas de violencia sexual ejercida en contra de las mujeres. 2. Se presentan los casos al tribunal. 3. Se establece una condena: Después de realizar los estudios pertinentes y oír los testimonios, el Tribunal emite las recomendaciones que considere apropiadas. 4. Se establecen demandas que permitan romper el silencio + derecho a la verdad. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto El Tribunal de Conciencia por los Derechos Humanos de las Mujeres del 4 y 5 de marzo de 2010 en Guatemala estuvo conformado de la siguiente manera: • Dos fiscales del tribunal: la guatemalteca María Eugenia Solís y la española Juana María Balmaceda, ambas juristas reconocidas nacional e internacionalmente. • La secretaria del Tribunal: Ana Lucía Morán, abogada feminista integrante de la Organización de Mujeres Transformando el Mundo. Los testimonios Se presentaron de manera oral, ejerciendo el derecho a la palabra. Los testimonios presentados por las mujeres demostraron como los efectos de la violencia sexual aún perduran en sus cuerpos, vidas y sentires. Romper el silencio conlleva la decisión de las mujeres de dar a conocer su verdad y sus vidas durante la guerra. Romper el silencio simboliza el quebrantamiento de las cadenas del pasado de terror, miedo y represión, que permitan la construcción de cambios sociales. • Cuatro magistradas de conciencia: Juana Méndez Rodríguez (Guatemala), Gladys Canales (Perú), Shihoko Niikawa (Japón) y Teddy Atim (Uganda), mujeres que se han destacado por sus luchas para poner fin a la violencia sexual contra las mujeres, partiendo de abanderar sus propias luchas demandando el acceso a la justicia en sus países. Exposición de peritajes La asistencia al tribunal Los peritajes fueron presentados por especialistas en los respectivos temas. Su contribución en estos procesos de justicia alternativa es invaluable y pueden ser considerados un valioso aporte para los procesos de justicia estatal. Estuvo conformada por activistas del movimiento de mujeres, movimiento pro derechos humanos, feministas, universitarias, grupos de mujeres con los que se trabaja, representantes de instancias del Estado y de la Cooperación Internacional, entre otros. Los casos presentados En el Tribunal se presentaron 8 testimonios, de acuerdo a su identidad étnica: dos mujeres indígenas q´eqchi´, una mujer indígena kaqchikel, una mujer Chuj, una mujer kiché y dos mujeres mestizas. Los relatos presentados ante las magistradas, fiscales y testigos de conciencia fueron exposiciones de peritajes donde se abordaban aspectos psicosociales, de género, cultural, forense, de salud, jurídico, relacionados con el contexto de la violencia sexual como parte de las estrategias ideológicas, políticas y contrainsurgentes del conflicto armado, los escenarios y sus responsables. 25 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto La condena: El Tribunal de Conciencia emitió condena al Estado Guatemalteco, al Ejército, al disuelto Ejército Guerrillero de los Pobres, al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, a la Facultad de Ciencias Médicas y al Consejo Superior Universitario (1988-1991 y 1994-1998) de la Universidad de San Carlos, por las violaciones a los derechos humanos de mujeres y hombres. Demandas: • El pleno cumplimiento de la ley contra la violencia-CONAPREVI y resarcimiento integral. • El resarcimiento a las víctimas del conflicto armado y la implementación de programas de rehabilitación integral (física, psicológica, espiritual), para ellas… Organizadoras del Tribunal de Conciencia por los Derechos Humanos de las Mujeres • UNAMG: Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas. • ECAP: Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial. • Mujeres Transformando el Mundo. • CONAVIGUA: Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala. 26 • Asociación Civil La Cuerda (Publicación mensual de Guatemala). La Campaña “Mujeres rompiendo el Silencio” • Busca contribuir a la construcción de alternativas que posibiliten el acceso a la justicia para las mujeres sobrevivientes de violencia sexual durante el conflicto armado en Guatemala. • Posicionar a la población sobre los crímenes cometidos contra las mujeres en Guatemala dando a conocer las violaciones sexuales masivas a las mujeres en los años del conflicto armado en Guatemala. • Buscar justicia internacional para las sobrevivientes. • Que se juzgue y castigue a los responsables de las violaciones (en primera instancia de manera simbólica). • Plantear cambios institucionales para hacer justicia con el reconocimiento de la responsabilidad del Estado en la violencia sexual masiva. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Caso de México María Guadalupe Ramos, Coordinadora en México del Comité Latinoamericano y del Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer, CLADEM Estructuras de violencia: definiendo las entrecruzadas del militarismo y la violencia hacia las mujeres La guerra contra el narcotráfico es el nombre que se ha dado al conjunto de operativos que el Estado mexicano ha dirigido en su lucha contra la delincuencia organizada en México. Según información oficial, los cárteles mexicanos dominan actualmente la totalidad del mercado de drogas en Estados Unidos. La estrategia adoptada por el gobierno federal mexicano consiste principalmente en el uso de las fuerzas de seguridad, especialmente el ejército, la marina y la policía federal, para reprimir por la fuerza a los llamados cárteles de la droga mexicanos. Hay 45 mil tropas y 5 mil policías federales desplegados en 18 estados de la República. La militarización de México es parte del proyecto hegemónico de Estados Unidos en Latinoamérica, esto lo aseveró el catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos Fazio. Y Estados Unidos responde que hay narcoinsurgencia en México. En un documento que analiza el fenómeno delictivo en nuestro país, Colombia y el Caribe, se asegura que las autoridades del país no podrán solas con la criminalidad, por lo que plantea acciones conjuntas según dice el documento “Tráfico de drogas, violencia e inestabilidad en México, Colombia y el Caribe: implicaciones para la seguridad de Estados Unidos”. La visibilidad de las fuerzas armadas en operaciones de seguridad pública se ha incrementado drásticamente durante el gobierno actual de Felipe Calderón, quien ha planteado el despliegue del Ejército como una de sus estrategias clave para combatir al narcotráfico y mejorar la seguridad pública. Calderón ha señalado que el uso del Ejército es de carácter temporal, pero aún no ha presentado un plan provisional para el repliegue de las tropas. En el marco de las actividades de seguridad pública, las fuerzas armadas mexicanas han cometido graves violaciones de derechos humanos. Los abusos del ejército mexicano documentados en el informe “Impunidad uniformada” de Human Rights Watch (2009), incluye varios casos de tortura, violación sexual, asesinatos, detenciones arbitrarias de decenas de personas y desapariciones forzadas. Muchas de las víctimas en los casos documentados en el informe referido, no tenían ningún vínculo con el tráfico de drogas ni con grupos insurgentes. Una de las principales causas por las cuales estos abusos continúan ocurriendo es que los responsables no son sancionados. Y esta falta de sanciones se debe, en gran parte, a que la mayoría de estos casos terminan siendo investigados y juzgados por los propios militares, mediante un sistema de justicia militar que carece de garantías básicas de independencia e imparcialidad. México está permitiendo que los militares que participan en actividades de seguridad pública cometan violaciones de derechos humanos impunemente. En México se ha generado una grave crisis social en materia de derechos humanos que polariza cada vez más a la sociedad, provoca mayor violencia contra las mujeres y establece bases firmes para la criminalización de la protesta social. La cifra oficial de muertos en el país, desde el año 2006 a la fecha, es de 30,578 fallecidos. La estadística incluye además de las bajas de los cuerpos armados federales y de las bandas de narcotraficantes a civiles sin nexos con el nar- 27 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto cotráfico, migrantes (el asesinato de 72 jóvenes inmigrantes, entre ellos una veintena de hondureños, 58 hombres y 14 mujeres), jóvenes, niñas, niños, mujeres y periodistas (Desde 2006, más de 30 periodistas y trabajadores de medios han sido asesinados o están desaparecidos) El crimen organizado y el narcotráfico han asesinado a 2,076 policías desde que el gobierno lanzó una ofensiva en su contra en diciembre de 2006. La mayoría de los policías muertos en ejecuciones, enfrentamientos y agresiones han sido municipales (915), seguidos de estatales (698) y federales (463). Roles de las mujeres En este contexto de guerra, militarización, narcotráfico y violencia extrema contra las mujeres hay cambios experimentados en los roles de las mujeres en esta situación de conflicto que vive el país. En los municipios del norte del país ha existido una renuncia masiva de los policías, ahora quienes asumen esos cargos son mujeres jóvenes, como el caso de Marisol Valle. Según nota periodística: “Unas semanas atrás y con sus apenas 20 años, Marisol Valle causó sorpresa al aceptar el puesto de jefa policial en Práxedis, Chihuahua, y además renunciar a la custodia personal, luego de que ningún hombre en la entidad aceptara el trabajo”. 28 Ahora, parece que la hazaña de la universitaria fue tan solo el comienzo de una fiebre femenina en los puestos de “alto riesgo” en Chihuahua, México. Otras dos mujeres, Verónica Ríos y Olga Herrera, admitieron haber sido motivadas por el ejemplo de Marisol y asumieron puestos en la seguridad de sus alcaldías en el convulsionado estado de Chihuahua, al norte de México. Estas tres mujeres podrían ser el comienzo de una nueva cara en la procuración de justicia en uno de los estados más afectados por la violencia del crimen organizado, en cuyo territorio se halla la ciudad considerada como la más violenta del orbe. Son las mujeres, en estos contextos militarizados, de ejercicio de poder y de control, quienes resultan violentadas. Por una parte, se ha incrementado el número de mujeres asesinadas por el narcotráfico, en tres años en un 600%. Y por el otro la militarización que ejerce en las mujeres múltiples abusos que van desde violaciones, violencia física, el desplazamiento forzoso, hasta el feminicidio. algunos casos del abuso que se ejerce sobre las mujeres Caso 1: Detención, tortura y violación de las hermanas González Pérez. El 4 de junio de 1994, aproximadamente 10 miembros de las fuerzas armadas detuvieron en forma arbitraria a Ana, Beatriz y Celia González Pérez —quienes en ese momento tenían 20, 18 y 16 años, respectivamente— y a su madre, Delia Pérez, en el municipio de Altamirano, Chiapas, cuando regresaban de un pueblo cercano donde vendían sus productos agrícolas. Las tres hermanas, quienes hablaban poco español y pertenecen al grupo étnico Tzeltal, fueron llevadas a una vivienda de un sólo cuarto, sin ventanas, donde los soldados las golpearon y violaron en reiteradas ocasiones, mientras las forzaban a confesar que eran miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional-EZLN. Los soldados obligaron a su madre a permanecer afuera de la vivienda mientras se producían las violaciones. De acuerdo con el testimonio de la hermana mayor, un soldado lanzó a las tres mujeres al suelo y las golpeó hasta “no poder defenderse”. Mientras Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto un soldado la agarraba y le sacaba la ropa, otro hombre la violó. Cuando recobró el conocimiento, otro soldado estaba encima de ella. Trató de gritar, pero el hombre le puso un pañuelo dentro de la boca y le cubrió los ojos con un trapo. Recordó que durante las dos horas que estuvo en esa habitación, los soldados se reían y decían que las zapatistas eran “sabrosas”. Luego de las violaciones sexuales, un oficial militar amenazó a las cuatro mujeres con que si denunciaban el incidente, las volverían a detener, las encarcelarían y talvez las matarían. Un examen médico minucioso demostró que las tres mujeres habían sido víctimas de abuso sexual, y que habían sufrido graves daños físicos y psicológicos como consecuencia de estos actos. Como consecuencia de la humillación y la estigmatización causada por estos abusos, las hermanas González Pérez y su madre debieron abandonar su comunidad. La investigación militar Tres días después de que las hermanas González Pérez denunciaran las violaciones ante la Procuraduría General de la República (PGR), ésta remitió la investigación a los agentes del Ministerio Público Militar, argumentando que no tenía competencia para investigar dicho caso. Un año más tarde, las autoridades militares cerraron el caso. El expediente militar incluye declaraciones de varias personas que dan fe de la “buena conducta” de los soldados y niegan las violaciones, pero ignora completamente el examen ginecológico presentado por las hermanas González Pérez ante la PGR, así como su testimonio. Las hermanas González Pérez llevaron su caso ante la CIDH (Corte Interamericana de Derechos Humanos), la cual determinó, en abril de 2001, que México era responsable por la detención arbitraria, tortura y violación de las hermanas, así como por no realizar una investigación exhaustiva, inmediata e imparcial de los hechos. Inicialmente, el Gobierno mexicano intentó justificar el uso del sistema de justicia militar para investigar y juzgar el caso. Los representantes del gobierno argumentaron ante la CIDH que este caso debía ser investigado por los agentes del Ministerio Público Militar debido a que las fuerzas armadas estaban cumpliendo tareas de seguridad pública en Chiapas y los soldados “se encontraban dentro de servicio y nunca lo abandonaron, ya que el lugar a donde fueron conducidas las supuestas agraviadas para ser interrogadas, se encontraba dentro del radio de[l] área asignada para el desempeño de sus actividades. Caso 2: Violación de Inés Fernández Ortega El 22 de marzo de 2002, 11 soldados llegaron a la vivienda de Inés Fernández Ortega, una mujer indígena del pueblo Tlapanec Me'paa en Guerrero, quien se encontraba con sus cuatro hijos de tres, cinco, siete y nueve años, quienes escaparon de la casa atemorizados y acudieron a la casa de su abuelo en busca de ayuda. Tres soldados entraron por la fuerza a la casa y le preguntaron a Inés: “¿Dónde está tu marido? ¿Dónde fue a robar la carne que tienes tendida aquí en tu patio?”. Los soldados le apuntaron al pecho con sus armas, le sujetaron las manos y la arrojaron violentamente al suelo, mientras le gritaban “¿Vas a hablar o no?”. Inés no pudo responder las preguntas de los soldados porque no habla español, lo cual enfureció a los militares. Uno de los soldados le sujetó las manos con su mano derecha, y con la otra mano le quitó la ropa interior, se bajó los pantalones y la violó durante aproximadamente diez minutos. Cuando terminó, los soldados se fueron, y se robaron la carne que Inés y su familia tenían en su patio. Luego de la violación, el marido de Inés la obligó a abandonar el hogar, y desde entonces ha sido 29 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto estigmatizada por los miembros de su comunidad. Caso 3: Violación de Valentina Rosendo Cantú La investigación militar El 16 de febrero de 2002, Valentina Rosendo Cantú, una menor de 16 años, perteneciente a la comunidad indígena de Tlapanec en Caxitepec en el estado de Guerrero, se encontraba lavando la ropa en un arroyo cerca de su vivienda, cuando aparecieron ocho soldados. Como no pudo responder las preguntas que le hacían, dos de los soldados caminaron hacia ella y le preguntaron enojados: “¿dónde están los encapuchados?”. Cuando respondió que no sabía, un soldado amenazó con dispararle y, apuntándole con un arma, le preguntó si era de Barranca Bejuco, una comunidad cercana. Dos días después de la violación, Inés presentó una denuncia formal ante el Ministerio Público local, que los agentes investigaran la violación y el ingreso ilegal a su vivienda. El agente del Ministerio Público local determinó que no era competente para investigar la violación, el robo, ni el ingreso ilegal a la vivienda de Inés porque “las personas que realizaron el hecho delictuoso pertenecen al Ejército mexicano”. La Procuraduría General de Justicia Militar (PGJM) cerró formalmente el caso en marzo de 2006, y argumentó que no había pruebas de que los militares fueran responsables de la violación o el ingreso ilegal en la vivienda de Inés. Los agentes del Ministerio Público Militar basaron su decisión en el testimonio de los soldados acusados, quienes negaron las acusaciones, y de otras personas que no estaban presentes en el momento en el cual se produjeron los hechos. Resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) 30 La Comisión Interamericana de Derechos Humanos concluyó que la violación y tortura cometida contra Inés Fernández Ortega; la discriminación de que fue objeto la víctima por su condición de mujer e indígena; la falta de debida diligencia en la investigación y sanción de los responsables de estos hechos; la utilización del fuero militar para la investigación y juzgamiento de violaciones a los derechos humanos; los obstáculos para que las personas indígenas, en particular las mujeres, puedan acceder a la justicia; la falta de reparación adecuada en favor de la víctima y sus familiares; el impacto negativo de los actos de amenaza y hostigamiento contra la víctima, sus familiares y representantes, constituyen violaciones a los derechos humanos. Ella dijo que no. Otro soldado le mostró una fotografía y una lista de nombres, y le preguntó si reconocía a alguien. Ella respondió que no. Un soldado golpeó en el estómago a Valentina, quien del impacto cayó al piso y se desmayó por unos minutos. Entonces dos soldados le rasguñaron la cara, le quitaron la falda y las pantaletas que llevaba puesta, y la violaron, uno después del otro, mientras los otros seis presenciaban las violaciones. Después de la violación logró ponerse de pie y prácticamente desnuda, corrió hasta su casa. Acudió a un hospital local, donde los médicos se negaron a atenderla aduciendo que no querían tener “problemas” con los militares y no contaban con el equipo necesario. Luego viajó ocho horas a pie hasta otro hospital en Ayutla, donde un médico determinó que había recibido golpes en el abdomen, pero no le proporcionó ningún medicamento ni ordenó que se practicaran los estudios ginecológicos necesarios. Varios meses más tarde, luego de que intervinieran sus representantes legales, Valentina recibió Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto la atención ginecológica adecuada, y se sometió a una operación. Luego de la violación sexual, Valentina perdió el apoyo de su comunidad y su marido la abandonó como resultado de la estigmatización sufrida a raíz de los hechos. La investigación militar El 8 de marzo de 2002, Valentina presentó una denuncia formal ante el Ministerio Público del fuero común en Ayutla de los Libres, Guerrero, donde manifestó haber sido violada por soldados. Dos meses después, el Ministerio Público Local remitió el caso a los agentes del Ministerio Público Militar, con el argumento que estos tenían competencia para investigar el caso porque los acusados eran miembros de las Fuerzas Armadas. Resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos El 31 de agosto de 2010 la Corte Interamericana emitió una sentencia en la que encontró a México culpable de violaciones a la integridad personal, la dignidad, la vida privada, los derechos del niño, las garantías de acceso a la justicia y a la protección judicial, en perjuicio de Valentina Rosendo Cantú. Se condenó al Estado mexicano a reformar la legislación militar, a pagar una compensación económica a Valentina Rosendo Cantú y a su hija, a brindarles tratamiento médico y psicológico y a otorgarles becas de estudios. Caso 4: Detención ilegal y abuso de 36 civiles y violación de cuatro jóvenes Luego de que un grupo de personas no identificadas atacaron a varios militares y asesinaron a cinco soldados el 1° de mayo de 2007, cientos de soldados se trasladaron a los municipios de Nocupétaro, Carácuaro y Huetamo en el estado de Michoacán con el fin de encontrar a los agre- sores. Cometieron decenas de abusos, incluidas detenciones arbitrarias, detenciones ilegales en una base militar, torturas, golpizas, violaciones sexuales e ingreso ilegal a varias viviendas. Durante los dos días que siguieron a la emboscada, los soldados detuvieron arbitrariamente a 36 personas, entre ellas cuatro menores, quienes fueron retenidas en la base militar de la 21° Zona Militar por un término de 84 horas. Golpearon reiteradamente a los detenidos, les ataron las manos con cinta o cuerdas y, en algunos casos, les cubrieron la cabeza con bolsas de plástico o telas. Uno de los detenidos presentaba quemaduras en la piel, y otro informó que los soldados habían sumergido su cabeza en un recipiente con agua para obligarlo a proporcionar información. Los soldados mantuvieron incomunicados a la mayoría de los detenidos, y cuatro de ellos tuvieron su rostro y ojos cubiertos todo el tiempo. Cuatro de las detenidas por más de 20 horas eran jóvenes mujeres de menos de 18 años en su momento, quienes declararon ante los agentes del Ministerio Público Federal que fueron golpeadas reiteradamente, abusadas sexualmente y violadas por los soldados, con el fin de obtener información sobre sus supuestos vínculos con grupos armados y de narcotraficantes. Las jóvenes relataron que los soldados las obligaron a subir a un helicóptero, donde fueron amenazadas y abusadas sexualmente. Una de las jóvenes contó que la obligaron a subirse la falda y bajarse la ropa interior, mientras los soldados le decían “pinches putas al fin es lo que les gusta”. Un soldado agarró una estampita de la Virgen María que llevaba una de las jóvenes, la arrugó hasta formar una bolita y la introdujo en su ano. Según la cuarta joven, los soldados le dijeron “ni la virgencita te va salvar”. Cuando llegaron a las instalaciones militares, las obligaron a inhalar una sustancia que las adormeció, y se despertaron con terribles dolores en el cuerpo, especialmente en el abdomen inferior. 31 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Algunas de las jóvenes advirtieron que estaban expulsando espuma por la nariz y la boca, y que un líquido salía de su vagina y les producía picazón. Este caso aún es investigado por la Procuraduría y la justicia militar. Caso 5: Asesinato de dos mujeres y tres niños, y lesiones contra otros tres civiles El 1° de junio de 2007, un grupo de soldados que estaban destacamentados a la vereda de un camino en el municipio de Sinaloa de Leyva en el estado de Sinaloa, y que presuntamente se encontraban alcoholizados y estaban consumiendo drogas, abrieron fuego contra una camioneta que transportaba a 3 adultos y cinco niños y niñas, y asesinaron a una mujer y una niña de 3 años de edad. Finalmente, tres pasajeros murieron en los automóviles por el retraso para trasladar a las personas a recibir atención médica. 32 a siete policías (Una mujer resultó embarazada luego de ser violada por un soldado). En octubre de 2007, un juez local condenó a cuatro soldados por la violación o abuso sexual de nueve mujeres, y por causar lesiones a seis oficiales de policía. El juez determinó que otros cuatro soldados no eran culpables, y no se pronunció sobre la responsabilidad penal de los cuatro hombres que habían sido identificados por las víctimas pero se encontraban prófugos. Tres de los soldados que resultaron condenados se encuentran actualmente en la prisión estatal, y uno de ellos (que fue condenado por golpear a cinco policías, pero no por cargos de violación o abuso sexual) obtuvo la libertad bajo fianza. Este es el único caso que ha sido resuelto por las autoridades mexicanas y resulta fácil saber porqué. También eran ofendidos seis oficiales de la policía. Si hubiesen sido afectadas sólo las mujeres, sabríamos el resultado: la no responsabilidad de los militares por los abusos cometidos. Este caso aún es investigado por las autoridades. La tríada violencia-narcotráficomilitarización Caso 6: La excepción que confirma la regla: el caso Castaños La violencia estructural contra las mujeres intercepta y entrecruza muchos niveles y se manifiesta de diversas maneras. Las condiciones de opresión, misoginia, sexismo, subordinación, exclusión, etc., que tienen profundas raíces históricas, culturales, sociales y políticas enraizadas en los sistemas patriarcales que vivimos, se agudizan en las situaciones de guerra, conflictos armados y militarización. El 11 de julio de 2006, un grupo de oficiales de la policía municipal detuvieron a un soldado que, vestido de civil, se encontraba generando disturbios en un club nocturno de la “zona de tolerancia” de Castaños, en el estado de Coahuila. Luego, cinco hombres que se identificaron como miembros del 14° Regimiento Motorizado del Ejército Mexicano pidieron que su colega fuera liberado. Cuando los policías lo liberaron, los soldados amenazaron con regresar y, al hacerlo, media hora más tarde insultaron, amenazaron, golpearon y abusaron sexualmente de 14 mujeres que trabajaban en los clubes nocturnos, y golpearon El patriarcado, como un sistema de dominación que tiene como finalidad el control de la vida de las mujeres, en especial sobre su cuerpo, sobre sus decisiones, sobre su identidad, encuentra en la militarización, el espacio perfecto para reproducirse y reforzarse. En este entrecruzamiento, la militarización y el patriarcado se alimentan mutuamente para detentar la supremacía, ejercer Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto el poder mediante el control de los cuerpos y la sexualidad de las mujeres. Los casos narrados, que no son nuevos ni recientes, son parte de la historia de las guerras que detentan los varones y que utilizan la violencia sexual como arma para derrotar al enemigo, como método de presión para obtener información, como medio de control de territorios (incluyendo el cuerpo de las mujeres), en donde están presente siempre, la misoginia y el patriarcado como sellos indiscutibles para cosificar a las mujeres y ser parte del botín de guerra. La tríada violencia-narcotráfico-militarizaciónconstituye campo fértil para que las violencias contra las mujeres se agudicen, se extremen. Los tejidos sociales se rompen y el hilo más delgado es el bordado para las mujeres. Muestra de ello son los casos relatados, en donde el componente sexual en la violencia contra las mujeres es primordial. La violencia sexual en sí es un modo de tortura para socavar y someter a las mujeres. Es una forma para intimidar, presionar, amenazar y humillar a las mujeres por su condición de género. Es también un método de castigo para unas y de advertencia para otras. El castigo viene de unos y de otros. De los militares en el ejercicio y abuso del poder, y de los varones ligados a esas mujeres y de sus comunidades, quienes las expulsan y rechazan. Tembién de los sistemas de justicia que no permiten que estas mujeres violentadas lleguen a obtener justicia. Y del miedo generalizado a ser mujer en cualquier sociedad, pero particularmente en una sociedad violenta y militarizada. Comunicado del CLADEM en Ecuador a propósito de este 25 de noviembre de 2010 Palabras de Gabriela Bernal Carrera “No hay violencia más maquillada, más sutil y perversa que la enseñanza del miedo. Encubierto de seguridad, de protección, de cobijo, de certezas, el peor enemigo de nosotras las mujeres es el miedo. El miedo que atenta contra los sueños, contra las preguntas, contra el deseo. El miedo que socava cualquier posibilidad de autonomía. Hoy, 25 de noviembre no deben ser rechazados solamente los golpes en el cuerpo, las miradas abusivas o las palabras obscenas; hoy día de la no violencia contra la mujer, debemos evidenciar las otras formas de violencia, y de entre ellas, como la peor de todas, la enseñanza del miedo. Miedo a salir sola, miedo a hablar en voz alta y en público, miedo a mostrar amor, miedo a la soledad. Miedo a mirar con la frente alta, un horizonte ancho, pero no ajeno. Miedo a descubrir el cuerpo, miedo a descubrir los otros cuerpos. Miedo a ir a otra ciudad, viajar sola y mirar otras formas de vivir. Miedo a lo que los demás van a pensar si nos descubren riendo a solas, conversando con un hombre que no es el novio o el marido. Miedo a no ser lo suficientemente buenas para un trabajo, o para establecer una relación que valga la pena ser vivida. 33 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto ¿Cómo aprendimos a tener tanto miedo? ¿Cómo es que el miedo se ha vuelto nuestra segunda piel? Como si del vientre de nuestras madres hubiésemos llegado recubiertas de miedo y no con los ojos curiosos, los oídos atentos y la boca llena de sonidos. Aprendemos el miedo con el cuerpo. Con el cuerpo femenino que explora y es sancionado con buenas costumbres: las niñas no se trepan a los árboles, no salen a jugar a la calle. Aprendemos el miedo con el cuerpo que no cabe en las medidas ideales y que se quedará abandonado como prenda con falla a la espera de un comprador que no alcance a notar las deficiencias: las mujercitas tienen que estar bonitas, ¡¡en un mes tendremos a la princesita de Navidad de la escuela!! Pero también aprendemos el miedo con los cuentos de princesas que esperan encerradas e inútiles en un castillo/prisión, sin aventurarse jamás más allá de los límites; sin atreverse a explorar el bosque, porque serán devoradas por ogros, lobos y cuánto malvado ser cabe en la imaginación. Aprendemos el miedo con la trampa de la desolación, como si la soledad no fuese la primera y única condición para el verdadero encuentro con una misma y con los otros/as. ¡Cuánta violencia hay en cada amenaza! No hay ejercicio más brutal de la violencia que la amenaza, porque está destinada a minar la confianza en nosotras en los y las otras. El dolor del golpe pasará, la herida sanará, pero el miedo, la amenaza se adentran en el cuerpo, en el corazón, en la cabeza con el solo objetivo de paralizarnos. Como si estuviéramos totalmente indefensas. Como si no pudiéramos cambiar el rumbo de las cosas. Como si la única forma de estar seguras fueran la obediencia y la casa. Como si no nos hubieran parido para la aventura. Como si no pudiéramos sacar las uñas para defendernos. Como si no pudiésemos levantarnos tras la caída. No hay violencia más encubierta que cortarnos las alas, a cuenta de una falsa seguridad que nos priva del más elemental derecho al gozo de descubrir y descubrirnos, como sujetas de este mundo ancho y tan propio“. Es responsabilidad feminista desenmascarar estas formas de ejercicio de poder en el patriarcado. 34 Pero es responsabilidad de todas y todos, hacer reflexión conjunta de estas violencias, denunciarlas, detenerlas, impedirlas. Sin las mujeres, los derechos no son humanos. Sin mujeres libres, autónomas, diversas, no puede haber construcción de sociedades democráticas. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Caso de Colombia Esther María Gallegos Ruta Pacífica de las Mujeres. Una experiencia de resistencia Frente al conflicto armado en Colombia nace el proceso de movilización pública de la Ruta Pacífica de las Mujeres. Contexto Las mujeres de diversas organizaciones de toda la geografía colombiana deciden poner su empeño y esfuerzo político para presionar procesos hacia la negociación del conflicto armado. La Ruta Pacífica está conformada por 350 organizaciones de mujeres que se organizaron con la visión de brindar protección a otras mujeres y a decir qué está pasando en Colombia. La Ruta Pacífica cuestiona los modelos de negociación Los modelos de negociación han sido tradicionales y excluyentes, tanto los realizados con los grupos insurgentes como los realizados con los grupos paramilitares. Al concebir las negociaciones en medio de la confrontación sin un marco de acuerdos sobre Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario y sin agendas que contemplen la exigencia de la verdad, justicia y reparación y garantías de no repetición, y que dibuje un horizonte de reconciliación reconociendo los derechos de las víctimas. La RUTA considera que la negociación no sólo es con la guerrilla, sino con otras instancias. Los desplazamientos y los abusos, violaciones a las mujeres y su reparación no debe negociarse. El fracaso de estos modelos ha llevado a una inmensa capacidad de destrucción, barbarie, genocidio, exclusión, destierro, exilio y desolación. En los métodos que se utilizan se encuentra como el círculo de la muerte y la oscuridad recorre el tejido social dejando a su paso dolor, desarraigo y resentimiento. Las mujeres de la Ruta Pacífica ponen en el centro la necesidad urgente de desarmar los cuerpos y los espíritus, pues la militarización de la vida civil tanto urbana como rural sólo conduce al recrudecimiento de la violencia, a su degradación y al surgimiento de nuevos actores de la guerra. La guerra y en especial la colombiana es un negocio, a ninguno de sus promotores le conviene pararla; ni a los vendedores de armas, ni a los productores de insumos y químicos, ni a los políticos corruptos, ni a los empresarios, ni a los narcotraficantes, todos los que han convertido la guerra en su fuente de riqueza. 35 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Desde este contexto La Ruta Pacífica de las Mujeres mantiene su accionar desde una propuesta política feminista y pacifista, antiarmamentista, que propugna por la negociación política del conflicto armado, desde 1995 es parte del creciente movimiento ciudadano por la paz que desde la sociedad civil ha dicho no a la guerra. La resistencia pacífica de las mujeres, una expresión de la insumisión La resistencia pacífica de las mujeres de la Ruta Pacífica se ha nutrido de la necesidad urgente de dar a conocer cómo transcurre la vida de las mujeres en un contexto de guerra y de violencias. Para nosotras las guerras intensificadas o de baja intensidad, como la que está viviendo Colombia, siempre han tenido como consecuencia inmediata la victimización de la población civil. En ese transcurrir de esa cotidianidad violenta, las violencias contra las mujeres ocurren en la casa, en el trabajo, en la calle, en las veredas, en los caminos, tienen un velo de ocultamiento de minimización y por lo tanto gozan de una alta impunidad. Entiende la resistencia pacífica desde el legado y el patrimonio histórico que nos dejaron las feministas. 36 Nuestra apuesta pacifista es una manera de no claudicar, es una actitud y aptitud, es hacer actos que rechazan la guerra y los militarismos, son actos de desobediencia civil contra la guerra y la violencia. Cómo expresamos nuestro rechazo a la guerra Se hace de varias formas: Con la movilización de las mujeres, la toma de carreteras, la toma de parques, con una manifestación pública contra la guerra y con la propuesta simbólica de protección para las organizaciones y las mujeres. Significado de la movilización de las mujeres • La movilización social es la forma de expresar nuestro rechazo a la guerra. • Mostrar que la paz no es sólo el resultado de la negociación del conflicto armado. Es también la reconstrucción económica, política, moral, ética y cultural de cada pueblo, ciudad y/o región. • Mostrar que la paz no es sólo el resultado de la negociación del conflicto armado. Es también la reconstrucción económica, política, moral, ética y cultural de cada pueblo, ciudad y/o región. • Desarticular los artefactos de la Guerra, propuesta desde nuestra marcha a Urabá que nos pone a las mujeres de la Ruta por la construcción de la democracia de la cual nos sentimos artífices. • Negarnos a reproducir la guerra y por esta razón hacemos presencia en aquellas ciudades y sitios donde los conflictos armados se agudizan y donde las mujeres están expuestas y en riesgo o son visiblemente violentadas por el conflicto. • En el momento de su preparación diseñamos consignas, masajeamos y preparamos nuestros cuerpos y mentes para asumir el viajerecorrido con responsabilidad y claridad. Las movilizaciones son la expresión de un entramado de ideas, una urdimbre de muchos hi- Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto los: pacifismo, feminismo y no violencia que actúan como brújula de nuestra acción. tefactos de la guerra, los de hierro, los de la palabra que la incita, los del olvido. • Reconocemos quienes somos, palpamos las marcas existentes en nuestros cuerpos, cruzadas por las historias individuales y colectivas. En ellas vamos identificando y realizando experiencias significativas, vitales y movilizadoras que van de acuerdo con la realidad del conflicto y nuestras búsquedas. Las movilizaciones son una de nuestras estrategias para defender la vida y reclamar nuestros derechos. • Las movilizaciones han servido como medio para concertar y establecer alianzas, fundamentalmente con organizaciones y grupos de mujeres. • Evidenciando: • Los efectos del conflicto armado en las mujeres. • Las mujeres en contra de la impunidad y recobrando la memoria. • Como el cuerpo de las mujeres es utilizado como botín de guerra. • La necesidad de una negociación política y la desmilitarización de la vida civil. • Como la política antinarcóticos afecta en la vida y cuerpo de las mujeres. • La crisis humanitaria y afectación a las mujeres afrodescendientes e indígenas. • Que la resistencia pacífica contra la guerra es desde las mujeres. • Los aportes desde la perspectiva de las mujeres en los procesos de verdad, justicia y reparación. • El refugio y el desplazamiento. Principales logros • Las movilizaciones han permitido que las mujeres desarrollen progresivamente una política para sí y desde las mujeres. • Hemos avanzado en la construcción de un lenguaje simbólico como posibilidad de reconocimiento e identidad y por medio de él apostamos por la desarticulación de los ar- • Reconocemos en las movilizaciones una expresión sistemática y permanentemente articulada a la propuesta programática de la Ruta. • Se ha visibilizado que el conflicto armado afecta diferenciadamente a hombres y mujeres y que el campo de batalla es un ámbito de malos tratos y de abuso sexual contra las mujeres. • Al plantearse que el cuerpo de las mujeres no es botín de guerra se ha dado un nuevo referente para redefinir o atribuir nuevos significados a la violencia contra las mujeres. • La Ruta ha realizado investigación que nos muestra todas las afectaciones a los derechos de las mujeres como producto del conflicto armado. • Trabajo desde una posición feminista que pretende incidir en el entramado cultural y el cambio de mentalidades de la sociedad hacia una cultura no patriarcal. • Ubicamos el cuerpo de las mujeres como el primer territorio de autoprotección y de reconocimiento de las degradaciones que en él se expresan. La resistencia y lo simbólico como el rescate de lo femenino • La propuesta simbólica de la Ruta tiene significantes políticos, estéticos, emocionales, históricos para las mujeres. La Ruta rescata la memoria del olvido, esos lenguajes que nos acercan a explicaciones y sustentos de ese mundo misterioso de lo femenino que quedó oculto por las imposiciones culturales. 37 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto PREGUNTAS Y RESPUESTAS ¿Para las mujeres organizadas, qué ha marcado la diferencia entre un gobierno de Arena y el gobierno actual de El Salvador? Con Arena fue más difícil trabajar porque siempre hay personas con prejuicio y casi todas las propuestas que las mujeres hicimos fueron engavetadas. Con este gobierno ha habido más apertura. En Suchitoto logramos elaborar la política de la juventud y fuimos los jóvenes las que la elaboramos. • En ese sentido, la expresión simbólica tiene manifestaciones de denuncia y reparación de los estragos que la guerra ha dejado en las mujeres. • En contraposición a lo simbólico de la guerra: el miedo, la desesperanza, las armas, el desalojo, el silencio impuesto; la propuesta simbólica de la Ruta recupera la creatividad, la palabra, el silencio, el arte, la danza, el ritual, lo sagrado, la sanación del cuerpo y el espíritu. 38 • Desde una perspectiva contestataria, lo simbólico lleva implícito nuevas formas femeninas de expresar el dolor, la angustia y nuestra perspectiva pacifista que se preocupa por el futuro para nuestros hijos e hijas. Lo simbólico para la Ruta pretende ridiculizar la guerra. La protección y autoprotección una estrategia para permanecer Para la Ruta Pacífica, la autoprotección y la protección están referidas a preservar, proteger, salvaguardar la vida de cada una de las integrantes de la Ruta y visibilizar, proyectar y fortalecer el movimiento político y la organización social. Es así como el sistema de protección es un apoyo para la proyección política de la Ruta. Las jóvenes estamos dentro de los retos, hay mujeres feministas trabajando para que otros tomemos conciencia política. Así que uno de los desafíos es cómo consideramos la participación de las mujeres jóvenes y que haya coherencia con el trabajo de las mujeres. ¿En qué consiste ese movimiento de la RUTA? Podría explicarnos más? En Colombia la situación de conflicto ha sido de largo plazo, una lucha de 50 años, ya desgastada, enfrentando tres grupos que someten al pueblo. Las mujeres son las más expuestas, son las abusadas, pierden a sus hijos o hijas porque a la guerrilla se le ocurre ir y decir: nos llevamos a éstos, son despojadas de sus viviendas obligándolas a desplazarse. La Ruta parte diciendo que no hay guerra justa, así que hacemos nuestras protestas pacíficamente, ¿qué significa esto? Que nuestro fin es la búsqueda de la paz; que no podemos ser obedientes, ni quedarnos calladas frente a tanto abuso por parte de la guerrilla, de los militares y de los paramilitares. Cada acción simbólica que se hace es una campaña de divulgación, donde se manifiesta y materializa el sentir de las mujeres; por ejemplo hici- Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto mos una colcha, cada grupo llevó su parche, esa colcha tiene una longitud de 3 cuadras. También se hacen muñequitas o artesanías como ollitas de barro y ya muchas personas saben lo que representan para las mujeres de la Ruta Nos podría explicar sobre el tema de verse víctimas, ya que por otro lado también se habla de no querer ser victimizadas. La RUTA nace precisamente para evidenciar que frente a la violencia y entre los desplazamiento por los conflictos armados está de por medio el sufrimiento de las mujeres. Con la Ley de Justicia y Paz se empezó a trabajar el tema de víctimas y vimos que a las mujeres no se les consideran víctimas. Y a veces la misma mujer no se considera víctima, no tiene tiempo para eso porque está enfrentado el dolor de perder a sus hijos, su familia; y mientras las mujeres no se reconozcan como víctimas, no habrá ruptura para superar su dolor y ser sujetas de cambio. Con la ruta se ha levantando el tema de lo que esta pasándole a las mujeres, de cómo sufren desalojo, además de violencia y violaciones sexuales. Las mujeres tenemos que crear nuestros espacios feministas y para ello deben las mujeres integrarse, nuestros espacios deben ser acordes a nuestra propia realidad, deben nacer de nuestra propia historia, no solo de saber de las diferencias con los hombres. ¿Por qué no ser victimizadas? En el caso de Guatemala el tema de la víctimas es el de buscar cómo las mujeres dejan de verse como víctimas, ya que ante los continuos de la violencia las mujeres tenemos capacidad de salir y enfrentar desafíos… (Resistencia) Las sobrevivientes del conflicto armado en Guatemala han enfrentado y resistido la violencia, el racismo y la discriminación y muchas se han fortalecido. Debemos reconocer los cambios que las mujeres somos capaces de realizar, los cambios en el municipio, en la casa, con los hijos y por eso no podemos hablar de ser víctimas, sino sujetas de hacer cambios, ¿cómo ser sujetas de cambio, sin ser víctimas? porque esta es una herramienta de la militarización. Reflexiones sobre el feminismo • Ser feminista no es sólo participar en reuniones o pertenecer a un movimiento, es también enseñar a los demás lo que sabemos, es organizar a las mujeres, es un movimiento político, es trabajar organizando otras mujeres. • Algunas mujeres aquí presentes confunden el feminismo con mandar al marido. El feminismo no consiste en darle al hombre las obligaciones domésticas que las mujeres hacemos, cuando él está obligado a compartir las labores de la casa y la educación de los hijos. 39 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto • ¿Cómo puede decir una mujer que es feminista si le hace caso al pastor de la iglesia? • ¿Cómo puede decir una mujer que es feminista y repite patrones partidistas, pidiendo la integración de un partido político donde militan los responsables de la pobreza de nuestro país, los responsables de matar a nuestra gente en el Bajo Aguán, y los responsables del golpe de Estado en este país? • El feminismo es una filosofía y también una práctica. El feminismo “Toca que pase por el cuerpo”, lo que significa que debe ser discurso con la práctica. Reflexiones sobre el trabajo de las mujeres en las organizaciones mixtas y el Frente de Resistencia • Creo que las mujeres debemos hacer diferencias en el trabajo desde las organizaciones mixtas y desde el Frente Nacional de Resistencia para hacer un trabajo más desde las mujeres. Necesitamos interpelar la conducta de los hombres y las mujeres al interior de las organizaciones y del papel que jugamos las mujeres en ellas. Es importante que las mujeres tengamos un rol más protagónico y dejar de proponer nosotras mismas a los hombres, sabiendo que hay mujeres con capacidad para desempeñarse como dirigentes. • Es importante que tengamos claro que a los hombres que están en la resistencia no les interesa darnos un lugar en la dirigencia. Hay que ver como sacaron a Margarita2, siendo ella una de la primeras que se presentó cuando el Golpe y de las primeras que convocó también. • Debemos pensar en cómo fortalecer las bases, cómo hacemos ese trabajo en las zonas rurales y sobre hacer un trabajo de concienciación del sufragio, para evitar que las mujeres continuemos votando sin conciencia y no volvamos a votar por los mismos de siempre. • Las mujeres debemos educar a los hijos para ir rompiendo esquemas políticos. Yo creo que debemos tener claro que no toda las mujeres tienen acceso a información y una gran mayoría desconoce sus derechos. 40 2 Margarita Murillo es una incansable luchadora por los cambios sociales de Honduras. En los años 80 sufrió persecución política, encarcelamiento y tortura extrema por defender y luchar por sus ideas. Actualmente es dirigenta campesina y dirigenta del Frente Nacional de Resistencia Popular de zona norte del país. Véase testimonio en página 53 de esta memoria. Conferencia: Las violaciones a los derechos humanos de las mujeres Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Conferencia: Las violaciones a los derechos humanos de las mujeres Gilda Rivera Coordinadora Ejecutiva del Centro de Derechos de Mujeres-CDM, Honduras L os derechos de las mujeres son tan amplios como los derechos humanos, están vinculados al derecho al cuerpo, a la educación, a la salud, a los derechos civiles. todas las que hemos peleado por los derechos humanos estábamos protestando en la calle, desde allí es que surge el nombre de Feministas en Resistencia. El 28 de junio nos despertamos con la noticia de un golpe de Estado. Creímos que no había un contexto internacional para un golpe de Estado, pero nos encontramos con la noticia que habían sacado del país al Presidente Zelaya. No es fácil una lucha social que empezamos a desarrollar desde el feminismo, este espacio ha permitido construir una democracia, hemos salido a las calles a protestar y cuando los medios no permiten decir la verdad, las paredes se convierten en pizarras de lucha. El CDM no apoyaba el proyecto de la Cuarta Urna3, pero sí reconocíamos algunas acciones del gobierno de Mel como el aumento del salario mínimo, el tema de los combustibles, la decisión sobre el uso de la pastilla anticonceptiva de emergencia (PAE). Vimos como las cúpulas empresariales y militares se ponían de un lado y por el otro los que apoyaban a Manuel Zelaya y cómo se fueron posicionando los movimientos sociales y grupos indígenas. Al darnos cuenta de lo sucedido, no dudamos en venir a posicionarnos con nuestra voz y nuestro pensar. Sin convocarnos nos dimos cuenta que 3 La Cuarta Urna fue un proyecto impulsado por el gobierno del Ex Presidente Manuel Zelaya Rosales que consistía en consultarle al pueblo sobre la realización de una consulta de opinión para preguntar si el pueblo estaría de acuerdo en colocar una urna más el día de las elecciones generales que se celebrarían el 29 de noviembre de 2009, para conocer su deseo de formar una constituyente que elaboraría una nueva Constitución de la República. Las mujeres queremos la pastilla anticonceptiva de emergencia, queremos decidir sobre nuestro cuerpo, queremos decir sí al aborto. Lo primero que hace el gobierno de facto de Michelleti es vetar el decreto relacionado con las PAE, y prohíbe "la promoción, el uso, venta y compra relacionada con la PAE, así como la distribución pagada o gratuita y comercialización de fármacos de anticoncepción de emergencia, en farmacias, droguerías o cualquier otro medio de adquisición". La coalición de las mujeres en la Resistencia es diversa: hay mujeres, negras, indígenas, intelectuales, jóvenes, mayores, todas unidas en la lucha por conservar los derechos que se han ganado las mujeres, participando en las movilizaciones desde una perspectiva política, para reivindicar y defender sólo los derechos del pueblo, y de las mujeres, que incluyen una participación política real y decisoria en asuntos de Estado y gobierno, el derecho a una salud sexual y reproductiva, el 43 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Los programas radiales de tres organizaciones de mujeres fueron clausurados. La Corte Interamericana de Derechos Humanos da medidas cautelares a las víctimas como mecanismo de defensa y aún así algunas de estas personas han sido asesinadas. En un acto represivo una defensora de los derechos humanos que gozaba de medidas cautelares fue golpeada y cuando les decía que tenía esas medidas más le pegaban. derecho al aborto y a una vida libre de violencia, entre otros. 44 A partir del golpe de Estado las violaciones a los derechos humanos aumentan en el país: falta de aplicación de justicia, violación contra la libertad de expresión, violaciones a mujeres, muertes de opositores al Golpe, amenazas a los defensores de los derechos humanos, a líderes de partidos políticos opositores, a líderes de sindicatos y a dirigentes magisteriales. El CDM en coordinación con Feministas en Resistencia ha hecho dos informes sobre violaciones a los derechos humanos de las mujeres. Se tienen 106 casos documentados y sistematizados en los que maestras, estudiantes, sindicalistas, comerciantes y académicas, fueron amenazadas, a través de mensajes a celular, por e-mail. Algunas son vigiladas en las casas, en los trabajos y algunos han recibido agresiones de las mujeres policías que resultaron ser más violentas que los hombres. Otro impacto específico hacia las mujeres es la pérdida de la institucionalidad. Es el caso del Instituto Nacional de la Mujer (INAM) que en aquel momento estaba siendo dirigido por la señora María Marta Díaz Velásquez, que de ser un instituto de política pública quieren convertirlo en una casa de refugio a mujeres violentadas. En el caso del Bajo Aguán, han ejercido represión militar contra hombres, mujeres y niños campesinos, para desalojarlos y se ha contratado a paramilitares y mercenarios colombianos. El golpe de Estado fue un acto perverso: permitió que los militares tomaran instituciones públicas; que se cometieran y sigan cometiendo abusos y violaciones, tomando el cuerpo de las mujeres como trofeos de la represión. Estas violaciones son formas para generar miedo, para refrenar y reprimir a las mujeres y a las comunidades. Las Feministas en Resistencia no pueden en este momento hacer un trabajo de incidencia porque no reconocen el gobierno de Pepe Lobo. Uno de los retos que tenemos como instancia en resistencia es cómo enfrentar la represión hacia la población que se moviliza y especialmente contra las mujeres. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Reflexiones • Con respecto a las PAE, me he quedado sorprendida por el afán de este Gobierno de mantener posturas fundamentalistas al prohibir su uso, ya que la misma puede evitar los problemas y las consecuencias de embarazos no deseados. • No solo nos han violentado nuestros derechos con el golpe de Estado, con el gobierno de Pepe seguimos siento sometidas. Me preocupa que ahora también las mujeres estamos expuestas a la ley antiterrorista. También es preocupante que las mujeres no estemos en sintonía para enfrentar esta lucha. • Creo que es pertinente que nos preguntemos, ¿qué estamos haciendo? Hay espacios de discusión política, hay cosas que hacer en la calle, pero el problema es que cada quien debe responder por lo que está haciendo. No se está trabajando de manera más estratégica, en unidad y después del Golpe nos encontramos con muchos hombres y muchas mujeres que quieren hacer algo. • Preocupa que después de mucha capacitación sobre derechos y democracia ciudadana, nos encontremos con mujeres preparadas que a raíz del Golpe se echaron para atrás, como que no aprendieron nada, muchas se volvieron golpistas. ¿Cómo vamos a hacer alguna lucha con gente que traiciona? • Dentro de las luchas hace tiempo estamos en resistencia y los hombres no han querido acompañarnos. El problema con los compañeros de la resistencia es que son agresores, al Frente no nos quieren dejar entrar porque les gusta tener mujeres calladas, que no digan nada. Las mujeres le sufrimos al Estado, a la municipalidad y ahora a los compañeros de la Resistencia. • Es triste trabajar por los derecho; entrar y trabajar por el feminismo es ir en contra de dos sistemas, por un lado el capitalismo y por el otro el patriarcado y este último es el más difícil de combatir. Solo miren como en San Pedro Sula Margarita Murillo fue expulsada de la resistencia, después que fue ella la que convocó para abrir el movimiento. 45 Experiencias en el ejercicio de defensoría de derechos humanos de las mujeres en Honduras: zona Norte y zona Centro Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Zona norte Delmy Martínez Programa de Mujer y Trabajo Digno, Centro de Derechos de Mujeres-CDM Honduras Es nuestro derecho disentir y manifestarnos en contra de un gobierno usurpador que tomó el poder ilícitamente con la fuerza de las armas, así lo dice el artículo 3 de La Constitución de la República: ARTICULO 3.- Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional. • La Fiscalía de Derechos Humanos no tiene los recursos para que las acciones sean efectivas contra los agresores y violadores. En la fiscalía hay personas con maestrías en Derechos Humanos, pero cuando empezaron a investigar se les amenazó con despidos y algunas fueron trasladadas. ¿Qué genera un régimen dictatorial? • Negación del acceso a las celdas de detención: no se permitió el acceso para ver los detenidos y la identificación de defensor de derechos humanos no importó. La Defensa de los Derechos Humanos en Honduras, un camino a cuestas • Intimidación: las personas que llegaron a investigar los casos de violación llegaron armadas y otras diciendo que iban en nombre del Ministerio de Derechos Humanos. • Tenemos una institucionalidad resquebrajada y con el golpe se terminan las opciones que como defensores de derechos humanos tenemos y se vuelve más difícil el trabajo. • Represión: no importa si se anda con carné de identificación como defensor de los derechos humanos, ya que no se respeta para nada y se les maltrata por igual como a cualquier otro ciudadano. • Nuestros operadores de justicia son incapaces y sin conciencia. • La falta de logística nos hace más difícil la labor, por ejemplo en San Pedro Sula ante la desesperación por los abusos sexuales y físicos hacia las compañeras, cometimos el error de poner nuestros recursos para darle seguimiento a los casos, un error porque es una responsabilidad del Estado, no de las ciudadanas o ciudadanos. • Persecución: los defensores de derechos humanos tienen sus teléfonos intervenidos, son perseguidos con vehículo sin placas, filmados y amedrentados. • El miedo de los sobrevivientes: el miedo que se infunde en las víctimas impide que se pueda hacer justicia. La pregunta que nos hacemos es, ¿cómo le ayuda una a la gente para que continúe con todo el proceso? 49 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto • Desconocen las medidas cautelares que dictan los órganos competentes, no las respetan y no saben qué significan. • Hay violencia sistemática: después de ser víctima de abuso, tiene que hacerse la denuncia para tener evidencia y esto conlleva enfrentar de nuevo a los agresores. La revictimización se da sobre todo en Medicina Forense, es un proceso traumatizante para la víctima, pues se les continúa agrediendo durante el seguimiento al caso y en muchas oportunidades se presentan amenazas por parte de los operadores de justicia, lo que lleva muchas veces al abandono de la causa. Por otro lado, los procesos son lentos y mientras tanto la víctima continúa siendo hostigada y amenazada. • Miedo a iniciar procesos de enjuiciamiento. • Abandono del país, por ejemplo se tiene un caso que tiene todos los elementos documentados, pero la víctima abandonó el país por el constante acoso, y se llegó al punto de que su familia también tuvo que salir del país por el continuo hostigamiento del que era objeto. Solicitaron asilo político a un gobierno como alternativa para salvaguardar sus vidas y les fue negado. 50 • Hostigamiento laboral: presión a los y las empleadas para apoyar posiciones de la patronal, por ejemplo se les obligaba a formar parte de las marchas de apoyo al golpe de Estado y a usar una camiseta blanca. Zona Centro María Esther Escalante Programa de Participación Ciudadana de las Mujeres, Centro de Derechos de Mujeres-CDM Honduras La noticia sobre el golpe de Estado se escuchaba a tempranas horas en algunos medios de comunicación que cumplieron con su deber de informar al pueblo. El 28 de junio de 2009, fecha en que fue derrocado mediante un golpe militar nuestro Presidente el señor Manuel Zelaya Rosales, miles de personas nos fuimos aglutinando espontáneamente frente a Casa Presidencial para exigir el retorno de nuestro Presidente. ¿Por qué lo hicimos? Las manifestaciones realizadas por el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) eran reprimidas salvajemente por autoridades militares y policías: golpeaban a los y las manifestantes, lanzaban bombas lacrimógenas, gas pimienta y disparaban contra el pueblo, el cual se encontraba desprotegido totalmente. Es por eso que como organizaciones de derechos humanos decidimos organizarnos para poder ayudar a las personas que estaban siendo detenidas o golpeadas. ¿Cuándo lo hicimos? Después del 28 de junio a raíz del golpe de Estado las organizaciones de mujeres, organizaciones de derechos humanos y feministas independientes que estábamos participando activamente en las marchas en contra del golpe de Estado decidimos organizarnos como Defensoras de Derechos Humanos. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto ¿Cómo lo hicimos? Nos organizamos como Feministas en Resistencia (FER), espacio que está formado por organizaciones de mujeres y feministas independientes, lo que nos permitió posicionarnos dentro de las marchas del FNRP. Nos organizamos como defensoras de derechos humanos, elaboramos identificaciones para cada una. Luego decidimos dar atención especialmente a las mujeres, salvo en aquellos casos en que se encontraban grupos mixtos (caso de desalojo en el Instituto Nacional Agrario-INA4). Agresiones en las manifestaciones haciendo en la calle”, “putas”, “perras”, ”lo que quieren es que las violemos para que no anden en estas cosas”, reflejan claramente el poder y control que han ejercido a lo largo de la historia los hombres sobre la vida y el cuerpo de nosotras las mujeres. • Como defensoras de defensoras de derechos visitamos algunos de los centros de detención para conocer el estado de salud de las compañeras y poder ver la atención que se les brindaba. • En algunos centros asistenciales públicos no se les atendía si formaban parte del FNRP. • Varias personas que se manifestaban eran agredidas salvajemente provocando heridas en sus cuerpos producto de toletazos, pedradas, heridas de bala, golpes en la cabeza con las pistolas y fusiles. ¿Qué encontramos? • Producto de esas agresiones varios manifestantes eran trasladados a hospitales para ser atendidos en las salas de emergencia. • Detención ilegal de personas que se encontraban en las manifestaciones del Frente Nacional de Resistencia Popular (adultos, jóvenes, mujeres con sus niñas y niños y menores de edad). • Algunos manifestantes heridos fueron intervenidos quirúrgicamente. • Tratos humillantes y degradantes. • Otros perdieron la vida en esos centros y durante las manifestaciones. • Violación absoluta del derecho a no ser agredidos. • La forma en que hemos sido agredidas las mujeres con golpes en los glúteos, en los senos, manoseos, insultos, humillaciones y hasta violaciones sexuales; expresiones como: “Anda a cuidar tus hijos”, ”Anda a cuidar tu marido”, ”Anda a buscar que hacer”, ”qué andas • Celdas policiales en donde los y las detenidas estuvieron en condiciones precarias: sin ventilación, no contaban con agua, lugar donde sentarse, no se les permitió ingresar alimentos y asearse, recibir visitas y no se les permitía hacer uso de los sanitarios. Al presentarnos a los centros de detención encontramos graves violaciones a los derechos humanos: • Hacinamiento de las personas detenidas. 4 El 30 de septiembre de 2009 a las 6:00 am, en Tegucigalpa, fue ejecutada una orden de desalojo para 55 campesinos (6 mujeres y 49 hombres) quienes se habían tomado la sede del Instituto Nacional Agrario por 90 días exigiendo un juicio justo y la restitución del Presidente Manuel Zelaya, así como la protección de miles de expedientes pendientes de trámite para la titulación de tierras adjudicadas a grupos campesinos. • Desalojos violentos en instituciones del Estado y en horas de la madrugada (caso del Instituto Nacional Agrario-INA). • Postas policiales custodiadas por una gran cantidad de policías que no brindaban información y no dejaban pasar a los y las abo- 51 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto gadas que nos hacíamos presente a las mismas para que liberaran a las y los detenidos. Únicamente le permitían la entrada a Fiscales del Ministerio Público, a algunos medios de comunicación y a representantes reconocidos de grupos campesinos. • No contaban con el registro de las personas detenidas en las diferentes postas y lugares habilitados. • Se hizo detención de extranjeros y esto no fue notificado a los consulados de sus países de origen. • Habilitación improvisada de centros de detención (Congreso Nacional, Villa Olímpica). • En las postas se nos exigía como única identificación el carné del colegio de abogados. • No se nos permitía el acceso de cámaras ni grabadoras. ¿Qué hicimos después? • En coordinación con otras instituciones que lograban entrar, obteníamos por lo menos el número de mujeres, hombres y menores detenidos. 52 • Se formó el Frente de Abogados en Resistencia contra el Golpe y estos se encargaban de presentar por vía telefónica el recurso de habeas corpus para los y las detenidas de las cuales se tenía conocimiento de su detención, sin embargo nunca fueron resueltos. ¿Cuál fue el trabajo que desarrollamos como defensoras de Derechos Humanos? Acciones: • Elaboración de instrumento para la recepción de las denuncias de violaciones de los derechos humanos. • Elaboración de calendario por turnos para la recepción de denuncias de violaciones a los derechos humanos de las mujeres, en una organización de derechos humanos. • Se visitaron diferentes zonas del país (Tegucigalpa, Tocoa, San Pedro Sula, Siguatepeque, Comayagua y La Paz) para levantar testimonios de mujeres que fueron agredidas o detenidas por participar en las marchas de la Resistencia. • Atención a testimonios de mujeres de las diferentes zonas del país y de diferentes estratos sociales en donde manifestaban la forma en que habían sido agredidas salvajemente por militares y policías, expresando que sintieron la muerte. Esta situación realmente impactó en la vida de las mujeres tanto en su salud mental como física. Fue muy doloroso escucharlas, ver su cuerpo con hematomas, con problemas en la vista, con problemas bronquiales producto de las bombas lacrimógenas, con problemas emocionales (miedo, insomnio, pesadillas). Toda la situación de sufrimiento de las entrevistadas produce impotencia y tristeza al saber que la vida de muchas mujeres estuvo en peligro por ejercer su ciudadanía, al ser tratadas con salvajismo por los que están para proteger al pueblo y en un país en el que supuestamente vivimos en democracia. • Monitoreo de medios de comunicación. • Reuniones semanales para informarnos y definir algunas acciones. • Coordinación de las visitas a las diferentes postas policiales y a los centros de detención provisionales en donde se encontraban detenidos los y las manifestantes del FNRP que habían sido reprimidos durante las marchas. • Coordinación de visitas a los centros hospitalarios. • Identificación de las mujeres a entrevistar para documentar casos y publicar. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto • Seguimiento y acompañamiento a mujeres que decidieron presentar su denuncia ante la Fiscalía de Derechos Humanos. • Visitas a las Instituciones del Estado encargadas de recibir denuncias de las violaciones de derechos humanos. • Atención legal y emocional a algunas mujeres que fueron abusadas sexualmente por policías y militares. • Representación legal conjuntamente con el Frente de Abogados en Resistencia de mujeres que fueron encarceladas. Operadores de justicia Ministerio Público, Comisionado Nacional de los Derechos Humanos-CONADEH) limitó a la mayoría de las afectadas a presentar su denuncia. • Los y las afectadas acudieron a interponer sus denuncias ante las organizaciones de Derechos Humanos por el alto grado de confianza y credibilidad en el trabajo que desarrollan. • Esto evidencia que los operadores de justicia están parcializados ya que en nuestro país lo que ha habido a lo largo de la historia es IMPUNIDAD, en delitos graves y que le han hecho mayor daño a nuestro país y a la ciudadanía en general con sus actuaciones arbitrarias. • El alto grado de desconfianza en las instituciones del Estado (Policía Preventiva, DNIC, Testimonios “La represión contra las mujeres y hombres y la violación de derechos humanos no son nuevas, en 1976 en una marcha en defensa de los derechos humanos nos detuvieron a 18 mujeres, nos violaron, nos abandonaron en una zona montañosa y nos dejaron desnudas. Yo era la más joven, tenía 16 años; así que fui a buscar ayuda… desnuda. Encontré un señor quien al verme se quitó la camisa y me cubrió con ella. Él consiguió ayuda y fuimos por las otras mujeres. En ese tiempo no había espacios para denunciar y cuando quisimos decir lo sucedido, las mismas compañeras de las organizaciones campesinas me preguntaron si no me daba vergüenza. En los años 80 con el gobierno de Suazo, a un grupo de 3 mujeres que apoyábamos la revolución salvadoreña, estando aquí en Honduras, los soldados hondureños nos detuvieron de nuevo y nos metieron a una celda y nos violaron. En el 87 irrumpieron en mi casa, asesinaron a mi esposo, me detuvieron, y de nuevo me vi capturada, esta vez me secuestraron por 18 días y me violaron todas las noches. Me golpearon de tal forma que me dejaron en silla de ruedas, cuando me liberaron estaba tan mal, con una herida de bala en la pierna, y sin poder caminar, que creí que moriría. Algunos compañeros me ayudaron y me escondieron en un hotel, la dueña me ayudó mucho y estuve allí hasta que me recuperé un poco y me sacaron del país, me hicieron cinco cirugías en la columna y logré recuperarme. Ahora en 2009 con el golpe de Estado, no dudé en incorporarme de inmediato. Esta vez tomé medidas de seguridad para mí. No me golpearon, pero a mi actual esposo lo hirieron, secuestraron a mi hijo y madre. Pero no me he doblegado. 53 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Ya no me duele lo que hace la policía… Me duele más lo que hacen algunas mujeres en contra de nosotras mismas. Se muestran insensibles ante el dolor de una violación, recriminan diciendo que lo que pasó es vergonzoso. Yo sigo aquí en la lucha por los derechos humanos, por la recuperación de tierras, por el desarrollo comunitario... yo me digo a mí misma…”Margarita no te doblegués, tal vez alguna vez la cosas cambian... ”. Margarita Murillo “En mi caso mi mamá fue detenida cuando tenía tres años y yo estaba con ella... Así que crecí con conciencia social, por mi mamá. … ahora con el golpe de Estado, hemos ido a las movilizaciones, nos reunimos en las colonia para organizarnos y trabajar en las colonias… …no nos han detenido pero en las marchas fuimos golpeadas, toleteadas. Y desde el 28 de junio, no he dejado de tener miedo… no encontramos ayuda y tengo miedo de que me maten… sobre todo porque tengo una hija pequeña…”. Tengo miedo de que eso suceda porque nos han seguido. A mí me han seguido en un carro con placa diplomática… En mi barrio tenemos que enfrentar las maras, pero esta vez fueron los de las maras los que nos ayudaron porque unos hombres en un carro vidrios polarizados preguntaron por mi mamá y los de la mara les dijeron que no tenían nada que hacer allí que se perdieran o se las iban a ver con ellos y se fueron….” Joven “Bueno… no entendemos como personas pueden decir está bueno que les pase, para que andaban allí… en el caso de La Esperanza y La Paz se da la situación de que hay muchos familiares en la policía, eso es difícil para nosotros cuando nuestros familiares son policías, para ellos es un trabajo que les permite llevarnos el bocado a la boca. Hemos oído y visto todo lo que ha pasado… un policía llegó llorando diciendo… cómo nos han obligado a golpear a nuestra familia… él tuvo que golpear a un primo y a un tío frente a su superior. La pregunta para mí es, ¿qué hacemos? ¿Qué alternativas debemos tomar? 54 Todavía hay gente de la nuestra que aún dice que no fue golpe de Estado. Algunas personas creen que las mujeres que andamos en la calle, protestando y haciendo valer nuestros derechos, somos bochincheras. En mi caso, mi esposo y yo nos separamos por esto. Imagínense hasta donde ha llegado este problema del Golpe que se ha dividido hasta la familia…”. Mujer de Marcala (departamento de La Paz) Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Reflexiones Ante la inefectividad del sistema judicial del país, la gente encuentra esperanza en la justicia internacional… ya hay casos en La Corte Interamericana de Derechos Humanos, funciona muy lento, tanto que algunas cosas se resuelven hasta décadas después. Y, además, con estas instancias internacionales se deben agotar todos los procesos para demostrar la impunidad, para pasar a la corte internacional, que se tarda algún tiempo para investigar… todo debe ser presentado con los requerimientos de la corte, porque si se hace la presentación y falta algún detalle, el caso no pasa y no puede presentarse de nuevo. Lo único que nos queda es el trabajo que hacemos... debemos estar conscientes de que a la larga con la demanda al Estado... las indemnizaciones es algo que nosotros pagamos con los impuestos porque los torturadores no pagan, se condena al Estado. 55 Conferencia: los efectos de la militarización en la vida de las mujeres Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Conferencia: Los efectos de la militarización en la vida de las mujeres Esther María Gallegos Zapata Ruta Pacífica de las Mujeres, Colombia Cuerpo y militarización, el despojo de nuestro primer territorio El pacifismo es una acción de resistencia que ha tenido muchos ejemplos en el mundo. El pacifismo es la resistencia al utilitarismo de la violencia. Cuando se habla del cuerpo y militarización como el despojo de nuestro primer territorio, nos referimos a como el hombre se apodera del cuerpo de las mujeres como parte del uso del poder. Contexto del conflicto armado en Colombia Colombia tiene cerca de 50 años de conflicto armado con dos guerrillas con 45 años de existencia (pero si no pasó nada en los primeros años, ya no se logrará nada). A estas alturas no tienen el apoyo de la sociedad, ni de la izquierda, ni de la derecha. Tampoco tienen reivindicaciones que la sociedad quiera apoyar. por narcotráfico y no por los crímenes, de 22 mil delitos sólo 4 han sido reconocidos como violación. Políticas militares • Desconocimiento del conflicto armado. • Recoge las políticas internacionales frente al terrorismo. • Crea Política de Seguridad Democrática. Propósito de la Política de Seguridad Democrática propuso recuperar el control territorial por parte del Estado, proteger a la población, eliminar el negocio de las drogas ilícitas, mantener una capacidad disuasiva, actuar con eficiencia y transparencia y rendir cuentas sobre la gestión del Gobierno. Consecuencias sobre la población civil y las mujeres Antecedentes • Un conflicto armado altamente degradado. • Surge la constitución del 91. • Altas cifras de muertes. • Integración del bloque de derechos humanos y derecho internacional. • Desplazamientos forzados de 52% de mujeres (5 millones de hectáreas despojadas). • Integración de los derechos económicos sociales y culturales. • Una negociación con grupos paramilitares a espaldas de las víctimas y de la sociedad. De 32 mil miembros de estos grupos sólo se condenó a 600 y después fueron extraditados… • Impacto sobre la población civil no combatiente. • El reclutamiento forzado de menores de edad. • Ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas. 59 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto • Secuestros. • Violaciones al Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos. • La violencia en contra de las mujeres mediante el abuso sexual. • Las violaciones como humillación personal o como botín de guerra, con la esclavitud sexual y del trabajo femenino, así como la utilización sexual de las mujeres para infiltrar a sus “enemigos”. Impactos del conflicto armado interno en Colombia • 70.000 muertos en los últimos 20 años. • Aproximadamente 4 millones de personas se han tenido que desplazar desde 1985. • 2.227 personas han sido privadas de libertad de manera ilegal de 2004 a 2007. • 4.000 Personas han sido víctimas de muertes selectivas desde 2002. • 7 personas mueren o desaparecen al día fuera de combate. • El país ha descendido diez puestos en el Índice de Desarrollo Humano, pasando de la posición 70 a la 80 entre 177 países, en el período 2006 – 2008. • Entre 8.000 y 13.000 son niños y niñas soldado. • Colombia tiene la tasa más elevada de víctimas de minas terrestres antipersonal del mundo. 60 Objetivos de la policía de seguridad democrática • Consolidar el control territorial y restablecer la autoridad del Estado en todo el territorio nacional. • Generar a través del uso legítimo de la fuerza y la política social las condiciones de seguridad y bienestar social que obliguen a los grupos narcoterroristas a desmantelarse. • Romper en todos los eslabones de la cadena, la libertad y habilidad de los narcotraficantes para desarrollar su negocio y con ello avanzar hacia la eliminación del narcotráfico en Colombia. • Formar una Fuerza Pública moderna, con los más altos estándares éticos y morales, que cuente con la confianza y el apoyo de la población. • Desarrollar la Doctrina de Acción Integral a través del esfuerzo combinado de la fuerza legítima, la política social, las acciones de las demás instituciones del Estado y de la sociedad civil. • Desplegar un crecimiento del gasto en defensa y seguridad para ampliar la base de efectivos y unidades operativas en la Policía Nacional y las Fuerzas Militares, así como en inteligencia militar, el armamento e instrumentos técnicos y otros costos, incluyendo los administrativos y beneficios sociales del sector, que pasó del 4,6% en 2002 al 5,2% del PIB nacional en el 2009. El presidente Álvaro Uribe (que ahora es asesor del presidente Pepe Lobo, para que lo consideren los hondureños) afirmó en la presentación de su Política de Defensa y Seguridad Democrática que “tenemos la suerte en Colombia de contar con una Fuerza Pública respetuosa como ninguna en el continente de la democracia y del orden constitucional”. Esta estrategia contrainsurgente del Estado colombiano, en la cual se enmarcan las sucesivas medidas de corte antiterrorista, tiene la existencia de estructuras paramilitares surgidas al amparo de medidas oficiales que protegen y promueven el paramilitarismo por vías legales. Los grupos paramilitares son los principales responsables de operaciones masivas de terror contra la población civil en Colombia. Su comprobada relación con la Fuerza Pública confirma Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto una tendencia histórica por parte del Estado colombiano de hacer uso de la violencia como mecanismo de control social, político y cultural. Debido a esta relación entre paramilitares y Fuerza Pública, el Estado colombiano ha sido considerado responsable de graves violaciones a los derechos humanos por omisión, tolerancia o colaboración con grupos paramilitares, como ha sentenciado en varias ocasiones la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Es una Política de Seguridad Democrática que no garantiza a las mujeres víctimas de las violencias protección como sujetos expuestos a amenazas, terror e indefensión o libertad para tomar decisiones y actuar a nombre propio. Por el contrario, las mujeres víctimas de la violencia deben continuar viviendo en un ambiente de inseguridad y temor. La Política de Seguridad Democrática, que no reconoce la existencia de un conflicto armado en Colombia, involucra a la población civil en el conflicto, formando la policía campesina y trasladándole a la población el cuidado de su territorio. El presupuesto que se dedica para militarización en Colombia es más que el de educación o salud. La palabra clave, pues, para entender el militarismo sería: “dominación” y no “militar”. No es necesario vivir en dictadura para hablar de militarismo, ya que una democracia tutelada cuyos límites democratizadores estén marcados por esta lógica es igualmente militarista. de la población desplazada pertenecía a estas minorías. Por otro lado, es probable que los grupos al margen de la ley estén atacando a las minorías étnicas para ocupar sus tierras. Efectos del militarismo sobre las mujeres • Imposición de códigos de conducta (las prohibiciones afectivas, en el vestir). • El reclutamiento forzado. • Desplazamiento forzado. • Violencia sexual, violación a niñas y mujeres jóvenes, • Los abusos sexuales, acoso sexual, servidumbre doméstica, esclavitud sexual, trata de mujeres y niñas en el país. • Asesinatos a mujeres (feminicidios), • Múltiples efectos sicológicos y la violencia física. Situación de las mujeres La recuperación de tierras en las zonas étnicas se agrava porque se trasciende a las autoridades y uso de territorio privilegiado. Las minorías étnicas son las más afectadas debido al cambio cultural que deben enfrentar y por las pérdidas económicas que impone la migración forzada. • Víctimas. Los grupos étnicos representan el 8,20% de la población desplazada y este porcentaje ha venido aumentando en los últimos años. Más del 12% • Búsqueda de mejores condiciones para sus hijos e hijas y familiares. • Reivindican su posición de sujetas como víctimas con derechos a la verdad, justicia y reparación. • Recuperación de su tejido social. • Reorganización comunitaria. 61 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto • Ejercicio de sus derechos como mujeres víctimas. Mujeres víctimas de masacres • Altas cargas emocionales y afectivas. • Nuevas violencias en los sitios de desplazamiento (ciudades, pueblos). Las mujeres víctimas de violencia sexual • El silencio. • La normalización. • La vergüenza. • Afectaciones silenciosas sobre su proyecto de vida. Familiares víctimas de desaparecidos (as) • Búsqueda permanente. • Se organizan como mujeres que buscan a sus familiares. • Altos costos personales emocionales. • Reivindicación de la memoria de sus familiares. 62 • Desplazamiento. • Hambre, pobreza. • Enfermedades físicas, emocionales. • Nuevos desplazamientos. Conferencia: Estrategias de seguridad y protección de la vida en tiempos de conflicto armado y militarización Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Conferencia: Estrategias de seguridad y protección de la vida en tiempos de conflicto armado y militarización Mery Agurcia Comité de Familiares Detenidos, Desaparecidos de Honduras-COFADEH Cuando hablamos de seguridad, ¿de qué se habla? • Protección • Confianza Cuando hablamos de protección, confianza y seguridad se nos ocurre que la seguridad es un papel de la policía y el Estado. Pero cuando no es el Estado o la policía la que da esa seguridad los civiles también podemos hacerlo, tomando algunas medidas de protección personal. En la actualidad en Honduras está pasando lo que está pasando en Colombia, tiene mucho parecido y no es casualidad pues se trata de una expansión de un plan de seguridad, pero no de nuestros países sino de los imperios. Hablaremos de la seguridad de los defensores de derechos humanos (este es un concepto nuevo), reconoce el término de derechos humanos como una implementación de valores, principios y leyes basados en la dignidad de la persona y la protegen contra los abusos de poder y permiten una convivencia social más justa. Antes no se les daba importancia a los defensores de derechos humanos, pero ahora se les debe poner en un plano de más cuidado… porque por lo general son personas que recurren a proteger a los ciudadanos... Los defensores de derechos humanos son los que defienden un derecho humano existente o los que defienden derechos emergentes, porque los derechos son dinámicos. Cualquiera que defiende los derechos sociales, económicos y culturales o un medio ambiente sano, o que promueve los derechos de los pueblos indígenas se encuentra sin duda alguna dentro de la definición de defensor y defensora de derechos humanos. La actividad de los defensores y defensoras de Derechos Humanos, en muchas ocasiones, implica riesgos personales y para los grupos que los conforman, quienes pueden ser víctimas de criminalización de su protesta, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, torturas, tanto por funcionarios o agentes del Estado, así como por instituciones o personas privadas que actúan con permiso o aprobación del propio Estado. ¿Cuándo se atenta contra los y las defensoras? De junio de 2009 a diciembre de 2010 han muerto 4 defensores de derechos humanos. El conflicto que se da en el país es de violencia irregular que se comete contra ciudadanos por fuerzas paramilitares, algunas provenientes de Colombia. 65 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Los mismos que asesoraron a Honduras en la década de los 80 lo están haciendo hoy. Ahora con la ley antiterrorista, las organizaciones no gubernamentales (ONG) están obligadas a reportar ante el Estado cualquier regalo, donación o apoyo superior a los dos mil dólares, así como vehículos o equipo, con el propósito de regular cualquier actividad que pudiera tener un fin distinto. Con esta ley ya no sólo nos exponemos a las golpizas, también nos exponemos a la criminalización, la cual se encarga de desarticular procesos de base, mediante la remilitarización del país, el quiebre de la institucionalidad, la impunidad y pérdida del Estado laico. ¿Qué medidas de protección debemos tomar los y las defensoras de derechos humanos? Las medidas de seguridad en los lugares de trabajo o de las oficinas y en los hogares son de vital importancia para el trabajo de los defensores y defensoras de los derechos humanos. Algunas de ellas son: • Estar informados de lo que está pasando en el país. • Cuando se hablan cosas interesantes en grupo, oficina, casa o lugares públicos, hay que quitar las baterías de los celulares. 66 • Hay formas de protección de la información en la calle como el chequeo y contra chequeo, hay que estar pendiente de las personas que nos rodean. • Cambiar los horarios de entrada a la oficina. • Cambiar las rutas de salida y llegada al trabajo y casa. • Cuando hay amenazas hay que compartir el riesgo, todo el personal debería estar informado y familiarizado con los diferentes procedimientos y asumir la responsabilidad de llevarlos a cabo. • Invito a las organizaciones a hacer un análisis de lo que estamos haciendo, como un mapa de poder de nuestro trabajo, y analizar cuál es el riesgo de las mujeres. • Saber usar los medios de comunicación, los medios de comunicación son importantes, pero puede ser peligrosa la forma en que se usan, por ejemplo usamos el teléfono celular en la calle, allí andamos nombres de las personas con las que trabajamos y eso es peligroso porque damos información. Nosotros somos los que proporcionamos la información que es usada por la inteligencia militar. ¿Qué posibilidad existe que se concrete el riesgo? En la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) se descubrió una lista de 135 personas que están en el ojo de los militares, de ellos dos ya salieron del país, y uno murió durante el golpe de Estado. Cuando estamos generando cambios, cuando hay incidencia vamos a recibir amenazas, cuando no hay amenazas quiere decir que no estamos haciendo nada. El nivel de riesgo al que se enfrenta un defensor o grupo de defensores de derechos humanos aumenta de acuerdo con las amenazas que recibe y su vulnerabilidad frente a esas amenazas. Las amenazas representan la posibilidad de que alguien haga daño a otra persona en su integridad física o psicológica con acciones deliberadas y violentas. Una amenaza visible no es tan grave como la no visible. La vulnerabilidad significa el grado de exposición de las personas a sufrir daños, sufrimientos y muerte en caso de ataque. Es importante que los defensores sepamos cuáles son nuestras vulnerabilidades o debilidades, al igual que nuestros Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto puntos fuertes o capacidades. Cuando un defensor está siendo amenazado hay que hacerlo visible. Cuando la persona se esconde la volvemos más vulnerable. Las capacidades son los recursos a las que un defensor o grupo de defensores puede acceder para alcanzar un grado razonable de seguridad, por ejemplo tener teléfono celular, medio de transporte seguro, conocer las leyes, estar preparados para enfrentar el miedo. Mejorar las capacidades • Conocer las tácticas de los militares ayuda, eso significa que debe estar alerta con los carros que usa, con el sabotaje a los carros pues les aflojan tuercas, sacan tornillos, sacan aceite para que el carro se funda, usan ácido para que se rompan mangueras. • Romper las rutinas, no salir a la misma hora, no tomar el taxi o transporte público en el mismo lugar o enfrente del trabajo o casa. • Observar bien sus calles y avenidas para ver si hay indigentes u elementos que no son comunes en la zona. • Hacer un chequeo y contra chequeo cada 50 metros es útil para ver si hay alguien siguiéndonos. Uno de los riesgos extraordinarios que corre una persona o un defensor o defensora de derechos humanos cuando asume una posición y la hace pública en contra del Gobierno en un contexto de represión y violencia es que atacan a sus hijos e hijas para “matarles el alma”. El plan de seguridad: Un plan de seguridad tiene como objetivo reducir los peligros a los que un defensor de derechos humanos se enfrenta para reducir el nivel de exposición a las amenazas y mejorar las capacidades. Este plan debe incluir un plan de emergencia para abordar problemas específicos, por ejemplo, una detención o una desaparición. Recuerde que el asesinato y desapariciones forzadas desarticulan familia e instituciones. Todas las personas de una organización deben tomar medidas, deben cuidar su institución. Denuncia Muchas personas amenazadas no quieren acudir a la institución estatal resquebrajada, pero hay que hacerlo, hay que saturarlo. Hay que tener evidencia de que está expuesto, ya que las medidas del sistema internacional intervienen cuando se demuestra la impunidad por parte del sistema de justicia y todas los procedimientos en las instancias internas han sido agotadas. Después se dice que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que las Naciones Unidas son entidades que no cumplen su función. Pero es que una vez que reciben una petición, ésta debe mostrar que agotó los procedimientos internos, sino la petición es rechazada y no podrá presentarla de nuevo. PREGUNTAS Y RESPUESTAS ¿En algún momento ha dicho “ya no”… o si el grupo ha entrado en crisis? ¿Qué estrategias podemos adoptar? Sí, por ejemplo, las fuerzas represivas del orden amenazaron y asesinaron a una compañera que laboraba en el Seguro Social y a su novio, a pesar de que tomaron algunas medidas de seguridad. La estrategia, como decía antes, es tener cuidado con el uso de los celulares, éstos se usan para citar con nombre de conocidos a las víctimas para matarlas, y eso lo hacen con el manejo de información que tienen sobre la víctima. Asegúrese de que la persona realmente la está citando. 67 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto La otra estrategia está relacionado con los horarios de trabajo de 8:00 am a 5:00 pm, modifíquelos cada vez que pueda. No se quede trabajando sola hasta altas horas de la noche. Para ejecutar el plan de seguridad requieren de financiamiento: para trabajar esas jornadas y para la aplicación de ciertas medidas de seguridad (por ejemplo cámaras en la oficina). En el Sindicato de Trabajadores del Instituto Hondureño de Seguridad Social (SITRAIHSS) se ha llevado a cabo un monitoreo de Organizaciones de Derechos Humanos y de base, para que estén 68 enterados de los problemas de represión de los que han sido objeto. En las marchas que no se reprimieron, los miembros de la policía y el ejército formaron 4 columnas como una manera de estar vigilando a los integrantes de la manifestación. Con los casos concretos, hagan la denuncia y saturen el sistema. Hay que documentar la violación de los derechos humanos. Vayan a nuestras oficinas para que hagan las denuncias, para documentarlas. Panel: Los retos que enfrentan los movimientos de mujeres y feministas como actoras sociales y políticas en un contexto de crisis política y militarización Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Panel: Los retos que enfrentan los movimientos de mujeres y feministas como actoras sociales y políticas en un contexto de crisis política y militarización Caso de Guatemala Paola González Vicepresidenta de la Asociación de Mujeres para Estudios Feministas-AMEF ción y fortalecimiento de los fundamentalismos religiosos. Plantear las estrategias nacionales y regionales para la defensa de sus derechos ante los nuevos escenarios económicos, políticos, de militariza- ¿Cómo mantener la agenda de las mujeres en contextos adversos? Las Caracolas Hemos elegido las Caracolas como logo de nuestra asociación, es el símbolo pre hispánico de la llamada. Se usan para convocar a las asambleas y reuniones. Está asociado a las aguas, por lo tanto a la luna y sus ciclos, que controlan las deidades femeninas. Su forma uterina también la vincula a las mujeres. La resonancia en su interior, significa la transmisión de los conocimientos, los ecos y las voces, que van transmitiendo de generación en generación las luchas feministas. “María encontró un caracol a la orilla del mar y cuando se lo acercó al oído comenzó a escuchar ecos lejanos…voces, sí, voces diferentes que le hablaban a ella, la mujer solitaria e incomunicada. Eran las voces de la salud, de la justicia, voces que contaban historias de mujeres, de su amor a la naturaleza, a la vida… eran las Voces de Mujeres. María arrojó el caracol al agua y éste navegando y rodando por mares y plazas, comunica a todas las mujeres del mundo”. (El encuentro de las voces, Isabel Garma, 1994). Esta es una reflexión para la acción, no es una receta, sino una sistematización para mantener la agenda de las mujeres en contextos adversos y lograr el empoderamiento. Se debe considerar una serie de desafíos: Desafío 1: El empoderamiento Ana torres feminista costarricense nos plantea “como pasar de la sobrevivencia al empoderamiento”. 71 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Desafío 2: La acción Desafío 7: Alianzas Pasar de la reflexión y la conciencia a la acción feminista. Pasar de la organización a la unión. Desde el feminismo italiano se nos ha aportado la práctica del affidamiento, comprendido como el proceso de construcción de alianzas entre mujeres, partiendo del reconocimiento, la confianza y el respeto mutuo. Desafío 4: De Víctimas a Protagonistas Desafío 8: Escribir nuestra historia Nombrar a las mujeres como protagonistas en las situaciones de conflicto y crisis, no sólo como víctimas, sino también reconocer sus aportes como sostén integral de las familias y comunidades a nivel económico, afectivo, cultural, educativo, de salud y a la resistencia feminista. Hoy tomemos la decisión de empezar a escribir nuestra historia de vida, como una contribución al feminismo. Desafío 3: La unión Desafío 5: Lideresas Reconocer y valorar a las mujeres como lideresas, colaboradoras, protectoras, luchadoras, sensibilizadoras, transmisoras de valores y saberes, por ser testimonios vivos de la historia y del presente, por lo que en los procesos de justicia deben ser consideradas como sujetas sociales fundamentales. No se trata de que la que más grita en las manifestaciones es la que aporta más, cada una tenemos diversas formas de aportar. Desafío 6: Condiciones de vida y económica de las mujeres Cómo resolver las necesidades de sobrevivencia y dependencia económica de las mujeres. 72 Yo puedo llegar a una comunidad a hablarles a las campesinas sobre la agenda de las mujeres, pero qué pasa si ellas están sobreviviendo al hambre como una forma de violencia. El desafío es cómo relacionar las necesidades de las comunidades, con las necesidades departamentales, nacionales y regionales -en un diálogo de doble vía-. Desafío 9: Ocupar cargos públicos Que más mujeres sensibilizadas ocupen cargos públicos en instancias responsables de aplicar justicia, así como exigir al Estado la concientización de los hombres, es una necesidad urgente de resolver. Desafío 10: El auto cuidado El auto cuidado como una práctica feminista, la cooperación internacional y el activismo nos hace caer en excesivas jornadas de trabajo que atentan contra nuestra salud; necesitamos cuidar lo que comemos, observar nuestras prácticas alimenticias, lograr sentirnos bien física y psicosocialmente. Hagamos actividades para nosotras mismas, planifiquemos tiempo para nosotras sin cargar con culpas. Desafío 11: Creativas e innovadoras Ser muy creativas e innovadoras en las estrategias que impulsemos para posicionar nuestras agendas (dibujo, pintura, arte, canto, poemas, murales públicos, mensajes en los teléfonos, postales, concursos con los medios de comunicación, tejidos, papel reciclado, misiones de derechos humanos, entre muchas cosas más). La no violencia contra las mujeres en los medios de comunicación. El tema de los papeles reciclados. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Desafío 12: Apropiación de la agenda de las mujeres gobiernos neoliberales en los que la problemática de la mujer no está en la agenda política. Construir, debatir, definir y apropiarnos de una agenda de las mujeres que indique, ¿qué sociedad y país queremos? En la actualidad, el movimiento tiene diversas expresiones donde participan organizaciones y mujeres en calidad personal. El pensamiento compartido de la autonomía respecto al Estado otros actores políticos y sociales, y el fortalecimiento de la identidad feminista, sirven de ejes fundamentales para la definición de lo que se denomina movimiento amplio de mujeres. ¡Sin caracolas no hay revolución! Caso de Nicaragua Marlen Chow Movimiento de Mujeres y Feminista de Nicaragua Movimiento de mujeres y la lucha por los derechos Desde los años 70, la participación de la mujer se ha destacado en las historia de Nicaragua al encabezar, junto con otros grupos sociales, un largo proceso por el derrocamiento de la dictadura Somocista. La integración del movimiento de mujeres al proyecto revolucionario sandinista fue plena, produciendo una gran influencia en los cambios para lograr nuevas estructuras jurídicas, sociales, económicas y políticas en el país durante la década de los ochenta; no obstante que el contexto se mantuvo inflexible en la centralización del poder en manos de los hombres sin perder su vocación misógina. En la década de los años 90, los grupos y organizaciones de mujeres de todo el país experimentan un proceso de autonomía respecto a los partidos políticos y del Estado. El movimiento amplio de mujeres se articula en función de las demandas y defensa específica de los derechos de las mujeres, como los derechos sexuales y derechos reproductivos, los derechos ciudadanos, los derechos humanos de las mujeres. Esta praxis aunada a un proceso de reflexión feminista proyecta al movimiento en uno de los actores de mayor peso político y beligerancia del país, en un entorno adverso dominado por Historia del movimiento autónomo de mujeres 1998 -2008 Entre 1998 y 2006 se produjo la consolidación del proceso de autonomía emprendido por las mujeres y organizaciones del movimiento. Además se dieron una serie de acontecimientos que dieron visibilidad como actoras beligerantes en la lucha de los derechos de las mujeres y derechos ciudadanos. La mayoría de estos acontecimientos se relacionan directamente a un contexto de violencia contra las mujeres, las restricciones al ejercicio de los derechos sexuales y el contexto político del país. Dos de los eventos más importantes en los años noventas fueron: • La denuncia de violación interpuesta por Zoila América contra su padrastro, el Presidente Daniel Ortega. Este hecho vino a marcar un punto de partida para que las mujeres tomáramos una posición política concreta. • El huracán Mitch, que agudizó la situación de pobreza en la población más vulnerable y directamente en las mujeres. Intensos esfuerzos de reflexión llevó a la reagrupación de iniciativas que conforman el Comité Nacional Feminista, cuyo resultado fue clave para poder proyectarnos como un movimiento vital, visible, potente y con capacidad de propuesta. Vale enfatizar que las mujeres en Nicaragua se han ganado el respeto por valientes, atrevidas y 73 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto por tener una posición abiertamente contra todo poder que atente contra los derechos de las mujeres donde se ubica la iglesia y los dos partidos que han suscrito un pacto oprobioso y corrupto. Hemos adoptado el término de ciudadanía plena, que no se deriva de un concepto teórico, sino que es una apropiación nuestra, pensando en una vida libre de violencia y pensando en cosas que van mas allá de lo que formalmente dice la Constitución de La República. En el estudio de los diferentes escenarios, el ascenso de Ortega al poder era el peor que podía sucederle el país y particularmente a la mujer nicaragüense. Para esta época ya había una ruptura total entre el gobierno y el movimiento de mujeres. La persecución inicio inmediatamente después de la toma de posesión de Ortega y actualmente no ha cesado. Con la profundización de las contradicciones entre el gobierno y la lucha de las mujeres, se avanzó a nuevos niveles de organización con la formación del Movimiento Autónomo de Mujeres de Nicaragua, cuya definición como una instancia feminista de inspiración política sustituyó al Comité Nacional Feminista. Estrategias de lucha En su lucha las mujeres nicaragüenses se enmarcan en dos grandes objetivos: 74 • El ejercicio de la ciudadanía plena de las mujeres como un gran objetivo estratégico. Considerando que las mujeres no pueden ejercer sus derechos en contextos autoritarios; en ese sentido la lucha se ha enfocado en el establecimiento de un régimen democrático que permita el ejercicio y protección de esos derechos, así como en las posibilidades de influir en la opinión pública a favor de las mujeres. • El derecho de vivir sin violencia y el derecho a decidir, concebidos como los objetivos especí- ficos en la puerta de entrada del movimiento de las mujeres a la luchas de sus derechos como ciudadanas. Sean permanentes o coyunturales, nacionales o locales, estas estrategias giran alrededor de 4 puntos pragmáticos: • Promover la participación política de las mujeres y sus habilidades para influir frente al Estado y el sistema político. • La lucha contra la violencia. • El fortalecimiento del movimiento mismo. • Un cambio cultural e ideológico entre las mujeres y sociedad en general. Los retos • La permanencia y fortalecimiento del movimiento para sostener las lucha de los derechos de las mujeres y la lucha por la democracia. • El establecimiento de alianzas con otros sectores. • Mantener el discurso de las mujeres en el accionar político. • Transformación de la cultura machista, violenta. • Que las mujeres feministas puedan liderar otros movimientos sociales. • Establecimiento de líneas de resistencia para el restablecimiento de la democracia en Nicaragua. • Tener la VOZ. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Caso de México María Guadalupe Ramos, Coordinadora en México del Comité Latinoamericano y del Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer, CLADEM América Latina: Escenario de muchos desafíos para las feministas y los derechos humanos de las mujeres. América Latina y El Caribe siguen siendo la región más desigual del mundo, donde la violación de los derechos económicos, sociales y culturales tiene su expresión particular en la vida de las mujeres. La pobreza, la desigualdad, la precarización y la brecha laboral, la discriminación, la migración feminizada, inequidad contra grupos históricamente marginados por razones de género, raza, etnia, clase, diversidad sexual, etc. son parte del cotidiano nuestro. Las mujeres son violentadas de manera estructural, es decir, la violencia contra las mujeres no es la excepción o un “fenómeno”, es la norma del Patriarcado. Y no se trata sólo de golpes e insultos o de asesinatos sistemáticos de mujeres, se trata del miedo y dolor creados como mecanismos de control con los que se nos domina. Los efectos de la violencia sexual en condiciones de militarización, conflicto armado, desplazamiento forzado y la trata, es otra realidad que enfrentan las mujeres a pesar de las conquistas de instrumentos internacionales, legislación nacional y políticas públicas. La alta tasa de mortalidad materna, la penalización del aborto, los obstáculos para el acceso y goce pleno de los derechos sexuales y los derechos reproductivos son deudas frente a la amenazadora influencia y el avance de las fuerzas fundamentalistas que cercenan los derechos y la falta de garantías del Estado laico en nuestra región. Las mujeres no podemos tomar decisiones sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, la maternidad no es elección; sin poder elegir sobre la maternidad, millones de niñas y mujeres mueren de abortos y en este contexto somos criminalizadas, perseguidas y encarceladas por interrumpir un embarazo no deseado. Los derechos adquiridos y reconocidos, sobre todo los sexuales y reproductivos, han sufrido un grave retroceso que ha implicado respuestas “reactivas”, y no propuestas articuladas y estratégicas que hubiesen no solo impedido el retroceso, sino incluso lograr avances más significativos. En México, tras la legalización de la interrupción del embarazo durante las primeras doce semanas en el Distrito Federal, se vino una lluvia revanchista de reformas constitucionales en 18 Estados de la República para proteger la vida desde la concepción/fecundación. En el ámbito político de América Latina tenemos las amenazas de debilitamiento del sistema democrático en la región, tal como se ha podido constatar con el golpe de Estado en Honduras y la amenaza golpista en el Ecuador, así como el avance de las políticas de seguridad con la lógica del militarismo y la remilitarización creciente en la región, compatible con la restricción del Estado de derecho y la persecución de los y las defensoras de derechos humanos. Son las mujeres, en estos contextos militarizados, de ejercicio de poder y de control, quienes resultan violentadas por su propia condición de mujer. Los efectos de la militarización en las mujeres son múltiples, van desde el abuso sexual, la violencia física, el desplazamiento forzoso, hasta el feminicidio. La situación de las mujeres en América Latina y el Caribe nos muestra que en el mundo globalizado la pobreza, la discriminación, la exclusión, 75 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto etc., son selectivas entre las mujeres. Es decir, las mujeres son las pobres entre los pobres. Las mujeres tienen las peores oportunidades laborales, los trabajos no remunerados o mal pagados. En estos contextos, ¿qué significa la ciudadanía? ¿Qué significa para nosotras las mujeres ser ciudadanas? ¿Cuales son los desafíos que enfrentamos los movimientos de mujeres y feministas como actoras sociales y políticas? El concepto de ciudadanía es un concepto muy discutido. El concepto involucra sin duda tanto las relaciones entre las y los ciudadanos como las relaciones entre las y los ciudadanos y el Estado. El lenguaje de la ciudadanía está cada vez más presente en los discursos de diferentes actoras y actores y organizaciones sociales, de los movimientos sociales y de los partidos políticos. Aportes feministas a la conceptualización de la ciudadanía El pensamiento feminista ha realizado una contribución fundamental a las teorías sobre la ciudadanía Rosario Aguirre (2003), siguiendo a Sylvia Walby (2000), propone considerar como punto de partida en la construcción conceptual de la ciudadanía el acceso diferenciado de hombres y mujeres a los derechos civiles, políticos y sociales. 76 La idea fundamental es que la división entre el espacio político y el espacio privado/familiar es una división sexuada porque en todas las tradiciones dominantes los varones han estado asociados a la política y las mujeres a la familia. Por tanto, las inequidades de poder entre los varones y las mujeres en el espacio político están, de alguna manera, determinadas por las inequidades estructurales en la familia. Las mujeres son consideradas ciudadanas porque fuimos excluidas del espacio público y construi- das como esposas y madres de ciudadanos responsables de la unidad familiar. El análisis de la problemática “mujeres y ciudadanía” está centrado en la exclusión de las mujeres del espacio público y político. La figura patriarcal Carole Pateman (1988,1989), tuvo un rol decisivo en la evolución de las concepciones feministas sobre el tema “mujeres y ciudadanía”. Esta autora plantea que la concepción clásica está basada en normas masculinas y en la exclusión de las mujeres del espacio político. Afirma que los varones comparten fraternalmente la defensa de un interés patriarcal común, en el mantenimiento de una división entre el espacio público y el espacio privado. La definición de su ideal es una ciudadanía basada en las diferencias de género, que permita distinguir los varones de las mujeres como individuos, a la vez diferentes e iguales. Ampliación de derechos y responsabilidades sociales Elizabeth Jelin establece ejes temáticos que se derivan de conceptualizar a la ciudadanía como proceso permanente de ampliación de derechos y responsabilidades sociales (Jelin, 1998). El tema de la ciudadanía desde una perspectiva de género implica tres niveles de análisis: el hogar como estructura familiar y relaciones de la intimidad, la comunidad y la nación. Es necesario redefinir el concepto de poder en estos tres niveles de análisis y desentrañar su significado dentro de la ciudadanía democrática: en el hogar, analizar el proceso de democratización familiar y la legitimidad de diversas y nuevas formas de intimidad; en la comunidad y en la nación. Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Desde el ámbito de la intimidad se deben retomar los elementos centrales en la construcción de una nueva cultura política, además de los que se refieren a los mecanismos y las estructuras; es decir, la defensa de los derechos básicos de las mujeres, sobre todo de las más excluidas, y la promoción de los valores fundamentales de igualdad, tolerancia, respeto y paz. Desde el movimiento feminista y las organizaciones sociales de mujeres se plantea la construcción de la ciudadanía a partir de una cultura política que tenga en cuenta la agenda feminista, que pugne por la igualdad de oportunidades para varones y mujeres y que incluya el tema de la diferencia de clase, género, etnia y subculturas, de manera contextualizada. En el marco de la crisis de los sistemas políticos en América Latina, la discusión sobre el concepto y la práctica de la democratización tiene que ver con los límites al ejercicio de la ciudadanía y con los aportes de las mujeres del movimiento feminista. Desafíos feministas • Reflexionar, ¿de qué manera nos fortalecemos y avanzamos como militantes feministas que luchamos por la promoción y defensa de los derechos de las mujeres, buscando una transformación social de la estructura patriarcal? • El reconocimiento de los feminismos resulta clave, así como el reconocimiento de que sólo articuladas y aliadas a los distintos movimientos que luchan por una sociedad diferente podemos avanzar y nuestras luchas pueden ser más efectivas. • ¿Cómo sustentar nuestras demandas contra la discriminación, la violencia contra las mujeres en nuestra región, en nuestros países, en contextos en los que nos movemos y actuamos, sobre todo ante los condicionamientos de la llamada “cooperación al desarrollo” para evitar que en la región se sigan imponiendo leyes, políticas, que refuerzan el modelo patriarcal capitalista y las relaciones de poder? • En este contexto desfavorecedor y fundamentalista que se vive en América Latina y el Caribe, ¿cómo asumimos la lucha feminista?, ¿cómo vivimos los feminismos en América Latina? • Transformar el derecho y lograr la transformación de las mujeres en sujetas y actoras de su vida misma, de su cuerpo, de sus placeres, de sus gozos y disfrutes. Tejer junto con otras y otros las posibilidades reales de un cambio social en dónde las mujeres tengamos un papel protagónico y esencial. Pero, al mismo tiempo, dejar de medirnos en relación a los varones y construir con otras y otros masculinidades diferentes, sensibles y transformadoras de sus propias realidades de privilegios impuestos en androcentrismos y heteronormatividades. • En este sentido, ¿cómo horizontalizamos nuestras prácticas y generamos discusiones reflexivas y críticas, que nos lleven a dar pasos adelante y no permanecer en un actuar “reactivo”, ante los contextos desfavorecedores? • Generar al interior del movimiento feminista procesos de reflexión de nuestro propio actuar feminista entre las iguales, las compañeras militantes y activistas y generar maneras creativas de formación y de inclusión con las jóvenes y sus propias preocupaciones y demandas. • Reflexionar en torno a los otros movimientos sociales, de derechos humanos, de mujeres, de feministas, etc., en los contextos internacionales, nacionales y locales, dónde nos movemos, que nos permitan vernos a nosotras mismas, cómo interactuamos, nos vinculamos, permanecemos, etc., con ellas y ellos. Con los y las que se encuentran articuladas, pero también con las mujeres “de a pie”, con las sindicalistas, cooperativistas, es decir, crear fuerza social. 77 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto • Revisar todos estos aspectos, que nos lleve a un mayor fortalecimiento de una ciudadanía plena para las mujeres y del feminismo en la región, en esos diferentes ámbitos de nuestro actuar. Si el feminismo implica conciencia crítica de la realidad y de una misma, podemos transformarnos y transformar; podemos también imaginar nuevos mundos posibles. Caso Honduras Hogla Teruel Coordinadora del Programa de Participación Ciudadana de las Mujeres-CDM, Honduras Retos de los movimientos feministas en Honduras • Dentro de los movimientos sociales, sea este campesino, sindicalista, de pobladores o dentro del Frente Nacional de Resistencia PopularFNRP, queda pendiente el reto de que se nos considere como sujetas de derecho y sujetas políticas con propuestas legítimas para contribuir a las transformaciones sociales y de género. • Lograr que la participación de las mujeres en los espacios y estructuras de los movimientos sociales sea por derecho propio. • Mantener nuestros posicionamientos independientes aún estando insertas en el FNRP, es decir no perder nuestra identidad feminista. 78 • Permear las estructuras de los movimientos sociales con las agendas de las mujeres y del movimiento feminista. • Promover espacios de debate y análisis de coyuntura y de la realidad de nuestro país desde un enfoque feminista. • Ser coherentes con el discurso. • Fortalecer la capacidad de movilización y acción política. • Fortalecer las alianzas con los movimientos sociales. • Tender puentes de entendimiento entre las mujeres en resistencia y las feministas en resistencia. • Continuar con los esfuerzos de crear la memoria histórica de nuestra lucha. • Fortalecer la interpelación al Estado como una forma de ejercicio de ciudadanía. Lluvia de ideas La expositora pidió a las participantes que la apoyaran en la construcción de retos de las mujeres en Honduras: • Crear en los grupos de mujeres un sentido de pertenencia. • Establecer permanente comunicación entre organismos de mujeres y afines. • Desarrollar procesos de información y educación. • Tener una Agenda de las Mujeres y socializarla. • Establecer una alianza estratégica con las organizaciones internacionales y manejo de recursos. • Fortalecer los relevos generacionales, es decir, la necesidad de capacitar e incluir en las acciones planificadas a las mujeres jóvenes. • Recuperar la institucionalidad de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y del Instituto Nacional de la Mujer (INAM). • Planteamientos claros al Mapeo de las mujeres feministas. • Crear una plataforma política. • Fortalecer las organizaciones de mujeres. • Buscar representatividad dentro del Frente Nacional de Resistencia Popular. • Sensibilización con las mujeres que nos representan en el FNRP para que nos representen como deben. Conclusión del Encuentro y clausura Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Conclusión y clausura • No se resolvió la pregunta de una de las expositoras sobre: ¿Qué tipo de democracia queremos? • Se habló de que los roles de las mujeres a lo largo de la historia de conflictos armados en Centroamérica no han tenido muchos cambios, pues han prevalecido los roles patriarcales relacionados con el servicio. Se mencionó que al interior de las organizaciones se deben hacer espacios de debate y reflexión alrededor de cómo enfrentar los retos para las mujeres en los nuevos escenarios de violencia, inseguridad ciudadana y violación de derechos humanos. • Se conocieron importantes cifras estadísticas de los países participantes, especialmente en el tema de violación de los derechos de las mujeres. • La intervención sobre Defensoría de los Derechos Humanos nos permitió recordar con lujo de detalles la violación de los derechos humanos en nuestro país el año pasado y cuál fue el trabajo titánico de las y los defensores de los derechos humanos. • Algunas compañeras compartieron su historia de dolor y sufrimiento y la importancia de reconocer el tiempo para sentirnos víctimas para después reconocernos como sujetas de cambio. • Se ha descrito la serie de acciones violentas que las mujeres han vivido en diferentes épocas y actualmente en nuestros países centroamericanos, México y Colombia. Una conclusión importante en este tema es que las violencias contra las mujeres se manifiestan en el ensañamiento con nuestros cuerpos y nuestras vidas, pues el cuerpo de las mujeres y su sexualidad es tomado como botín de guerra. • Se describió y debatió cómo la seguridad del imperio norteamericano se ejerce sobre la inseguridad y la violencia al interior de los países en desarrollo. • Las organizaciones de derechos humanos deben y tienen capacidad de tomar medidas de seguridad y de protección al ejercer su trabajo. • Visualizar la importancia que tienen los y las defensoras de derechos humanos y la necesidad de defender y protegerse para poder ayudar a los demás. • Considerar que en los casos de abuso por parte de los militares o policía, es necesario sentar precedentes con la denuncia, saturar las instancias, para que los casos queden registrados. Seguir procedimientos normativos para documentar casos de impunidad para poder recurrir a instancias internacionales. Evaluación Por razones de tiempo, la evaluación del Encuentro se hizo mediante la técnica lluvia de ideas con una sola pregunta generadora: Según su opinión, ¿cómo estuvo el evento? • Fue un evento enriquecedor. • Hemos conocido nuevas experiencias de las situaciones de violación de derechos humanos de las mujeres en otros países, qué procedimientos y estrategias se han seguido y cuáles son los efectos de los conflictos armados en las mujeres. • Fue una jornada que nos permite llevar inquietudes y mensajes para transmitir en la comunidad y organización. 81 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto • Se tocaron temas interesantes como el del territorio del cuerpo, lo cual nos lleva a entender el comportamiento militar y los peligros que se corren si no estamos alertas. Me gustó el abordaje del tema de democracia participativa y equidad. • Al equipo de CDM, por apoyar el evento. Clausura • Pilar Euraque El evento concluyó con las palabras de Hogla Teruel, quien expresó su agradecimiento en los siguientes términos: • Hogla Teruel • A las expositoras por sus buenas presentaciones y por contribuir a la construcción y generación de debate y reflexión. • A las participantes que vinieron de diferentes partes del país y de la región dispuestas a participar y compartir. 82 • A Diakonia por su aporte y por confiar en el CDM para la realización del Encuentro. Al final, las expositoras del Encuentro también pidieron la palabra para reconocer el trabajo y las atenciones de las siguientes personas: • Nubia González • María Guadalupe Romero • María Esther Ayala • Claudia Erazo Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto Lista de participantes Encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto,Tegucigalpa, Honduras, 2 y 3 de diciembre de 2010. No. NOMBRE COMPLETO PROCEDENCIA 1. Ángela Cálix Rodríguez Marcovia, Choluteca 2. Indiana Anabel Ordóñez El Corpus, Choluteca 3. Nora Idalia García Marcovia, Choluteca 4. Francisca Muñoz El Corpus, Choluteca 5. María Inés Pastrana El Corpus, Choluteca 6. Rosa Amalia Rivera Marcovia, Choluteca 7. Osiris Yesenia Ordóñez Marcovia, Choluteca 8. Analina Castillo Argueta Marcala, La Paz 9. Fidelina Ávila Marcala, La Paz 10. Adalinda Gutiérrez Marcala, La Paz 11. Tomasa Santos Argueta Marcala, La Paz 12. Armida Bautista Tegucigalpa, Francisco Morazán 13. Socorro Torres Tegucigalpa, Francisco Morazán 14. Eva Ruth Banegas Tegucigalpa, Francisco Morazán 15. Ivis Danelia Zúniga Tegucigalpa, Francisco Morazán 16. Hatzel Julissa Girón Zúniga Tegucigalpa, Francisco Morazán 17. Abadesa Salinas Tegucigalpa, Francisco Morazán 18. Veracruz Andina R. Tegucigalpa, Francisco Morazán 19. Lorena Alfaro Choluteca, Choluteca 20. Victoria Argueta Tegucigalpa, Francisco Morazán 21. María Guadalupe Ramos México 22. Margen Omelda Díaz Tegucigalpa, Francisco Morazán 23. María Haydée Aguilar Núñez Tegucigalpa, Francisco Morazán 24. Tomasa Díaz Chávez Tatumbla, Francisco Morazán 25. Marina Gallegoz Colombia 26. Armida Elizabeth Quiroz El Triunfo, Choluteca 27. Sofía Esperanza Matamoros El Triunfo, Choluteca 83 Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto 84 No. NOMBRE COMPLETO PROCEDENCIA 28. Mariana Maradiaga El Triunfo, Choluteca 29. Mirna Yamileth Espinal Danlí, El Paraíso 30. Miriam Suazo Tegucigalpa, Francisco Morazán 31. Glenda Emilia Archaga Tegucigalpa, Francisco Morazán 32. Ilce Berenice Villatoro Choluteca, Choluteca 33. Débora Leiva Cortés 34. Sobeyda Lagos Tegucigalpa, Francisco Morazán 35. Reina Cecilia Rodríguez Tegucigalpa, Francisco Morazán 36. Lorena Mayén Elvir Tegucigalpa, Francisco Morazán 37. Margarita Murillo Cortés 38. Suyapa Arriaza Santa Ana de Yusguare, Choluteca 39. Alba Isabel Ponce Santa Ana de Yusguare, Choluteca 40. Martha Patricia Riera Santa Ana de Yusguare, Choluteca 41. Esther Yolanda Paz Siguatepeque, Comayagua 42. Italia Ponce Meza Siguatepeque, Comayagua 43. Sonia Cordelia Lagos Choluteca, Choluteca 44. Arístida Espino Gómez Santa Ana de Yusguare, Choluteca 45. Sandra Valderramos Villanueva, Cortés 46. Jesús Mejía Hernández Puerto Cortés, Cortés 47. Elida E. Vásquez El Porvenir, Atlántida 48. Delmy Sulema Martínez Copán 49. Gloria Yaneth Fajardo Santa Bárbara 50. Daysi Yamileth Bautista Santa Bárbara 51. Paola González Rosales Guatemala 52. María Esther Aguiluz Siguatepeque, Comayagua 53. Martha Cristina Melgar Siguatepeque, Comayagua 54. Candelaria del Carmen Portillo El Salvador 55. Marlen Chow Nicaragua 56. Claudia Erazo Tegucigalpa, Francisco Morazán 57. Bertha Reyes Tegucigalpa, Francisco Morazán 58. Claudia Herrmannsdorfer Tegucigalpa, Francisco Morazán 59. Rosibel Gómez Tegucigalpa, Francisco Morazán Memoria del encuentro centroamericano sobre los desafíos para la construcción de la ciudadanía de las mujeres en situación de conflicto No. NOMBRE COMPLETO PROCEDENCIA 60. Mery Agurcia Tegucigalpa, Francisco Morazán 61. María de la Cruz Figueroa Tegucigalpa, Francisco Morazán 62. Lourdes Galeano Tegucigalpa, Francisco Morazán 63 Concepción Martínez Tegucigalpa, Francisco Morazán 64. Inés Verónica Kelly James Roatán, Islas de la Bahía 65. Shenley Verónica Brooks K. Roatán, Islas de la Bahía 66. Pilar Euraque Tegucigalpa, Francisco Morazán 67. María Esther Ayala Tegucigalpa, Francisco Morazán 68. Delmy Martínez San Pedro Sula, Cortés 69. Dina Meza Tegucigalpa, Francisco Morazán 70. Elbia Carolina González Francisco Morazán 71. Berthaydeé Canales Francisco Morazán 72. Nubia González Tegucigalpa, Francisco Morazán 73. Maribel Sánchez Tegucigalpa, Francisco Morazán 74. Gilda Rivera Sierra Tegucigalpa, Francisco Morazán 75. Karina Trujillo Tegucigalpa, Francisco Morazán 76. Carmen Xiomara Paguada Tegucigalpa, Francisco Morazán 77. Sindy Munguía Tegucigalpa, Francisco Morazán 78. Oscar Lara Tegucigalpa, Francisco Morazán 79. Hogla Teruel Tegucigalpa, Francisco Morazán 80. Blanca Guevara Choluteca, Choluteca 81. Rachel Ramírez San Pedro Sula, Cortés 82. Alba mejía Tegucigalpa, Francisco Morazán 83. Sara Elisa Rosales Tegucigalpa, Francisco Morazán 84. María Antonia Martínez Tegucigalpa, Francisco Morazán 85. Suyapa Martínez Tegucigalpa, Francisco Morazán 86. Merary Lavaire Tegucigalpa, Francisco Morazán 87. Isidora Velásquez Tegucigalpa, Francisco Morazán 88. Eda Alicia Meza Tegucigalpa, Francisco Morazán 89. Lorena Zelaya Tegucigalpa, Francisco Morazán 90. Kenia Irías Tegucigalpa, Francisco Morazán 85