patrimonio mundial
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nuestro planeta Abdelaziz Bouteflika Lucha universal Zhou Shengxia Protección de la seguridad ecológica Angela Cropper La revista del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente — Septiembre 2011 Aprovechar el momento Jeffrey Sachs En la primera línea JOHANN ROCKSTRÖm Límites comunes PATRIMONIO MUNDIAL El planeta que compartimos PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 1 Nuestro Planeta, la revista del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) P. O. Box 30552 Nairobi, Kenya Tel: (254 20) 762 1234 Fax: (254 20) 762 3927 Correo electrónico: [email protected] Si desea consultar ediciones actuales o anteriores de la presente publicatión, sírvase acceder a www.unep.org/ourplanet ISSN 1013 - 7394 Director de Publicación: Nick Nuttall Editor: Geoffrey Lean Coordinación: Mia Turner Directora de suscripciones: Mohamed Atani Diseño: Amina Darani Producción: UNEP Division of Communications and Public Information Impreso por: Progress Press Distribuido por: SMI Books El contenido de la revista no refleja necesariamente las opiniones ni las políticas del PNUMA o de sus editores, ni es tampoco un documento oficial. Las designaciones empleadas y la presentación no implican la expresión de opinión alguna por parte del PNUMA en relación con la situación jurídica de ningún país, territorio o ciudad o sus autoridades, o la delimitación de sus fronteras o límites. * Todas las cifras se expresan en dólares de los EE.UU. Foto de la portada: © iStockphoto 2 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos Tanto a nivel mundial como en sus propias actividades el PNUMA promueve prácticas favorables al medio ambiente. La presente revista está impresa en papel reciclado al 100%, y en ella se utilizan tintas de base vegetal y otras prácticas ecológicamente inocuas. Nuestra política de distribución procura disminuir la repercusión carbónica del PNUMA. PÁGINA 6 ABDELAZIZ BOUTEFLIKA : Lucha universal Se necesita con urgencia una estrategia internacional integrada para luchar contra la desertificación, la degradación de tierras y la sequía. ZHOU SHENGXIA : Protección de la seguridad ecológica El compromiso de cuidar la tierra y construir un mundo en armonía. PÁGINA 8 Angela Cropper : Aprovechar el momento Es necesario que la Conferencia Río +20 eleve sus aspiraciones para aprovechar la oportunidad. PÁGINA 10 JEFFREY SACHS : En la primera línea Las tierras secas ya son las más castigadas por el cambio climático, que tiene efectos sobre la pobreza, la salud, el hambre y la propia paz. PÁGINA 14 JOHANN ROCKSTRÖM : Límites comunes La gobernanza de los bienes comunes es necesaria para garantizar que la humanidad no cruce los límites de seguridad respecto de lo que puede tolerar el planeta. CHRIS REIJ : Reforestación del Sahel Con solo proteger y ordenar la regeneración natural de los árboles se ha incrementado la producción de alimentos y han disminuido los conflictos. STEPHEN J HALL : A la pesca de soluciones ¿Cómo hará el mundo para garantizar la pesca sostenible, esencial para la seguridad alimentaria? también libros reflexiones citas y cifras El PNUMA en acción personas www star PÁGINA 20 PÁGINA 22 PÁGINA 26 PÁGINA 4 PÁGINA 5 PÁGINA 17 PÁGINA 18 PÁGINA 24 MANFRED REINKE : La influencia de los polos Los esfuerzos de la comunidad internacional por la conservación de la Antártida. PÁGINA 28 PÁGINA 33 PÁGINA 34 KELLY LEVIN and MANISH BAPNA : Adaptación de los bienes comunes El cambio climático constituye el mayor desafío para el bienestar de los bienes comunes de la humanidad, pero los gobiernos están adoptando estrategias de adaptación que podrían intensificarse. PNUMA PÁGINA 30 NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 3 libros www.unep.org/publications Adaptación con miras a una economía ecológica: empresas, comunidades y cambio climático Samantha Putt del Pino, Eliot Metzger, Sally Prowitt, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y Oxfam Este informe es un recurso para las empresas de alcance nacional, regional o mundial que están interesadas en mejorar su orientación estratégica en la adaptación de los países en desarrollo donde actualmente tienen operaciones, cadenas de suministro, empleados y clientes, o donde cabe la posibilidad de tenerlas en el futuro. Informe sobre los Recursos Mundiales 2010-2011: adopción de decisiones en un entorno de cambio Instituto de Recursos Mundiales, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Banco Mundial Esta actividad llevada a cabo por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Mundial proporciona a las personas encargadas de la formulación de políticas en todo el mundo –gobiernos, sociedad civil y empresas– un análisis y una mejor comprensión de los principales problemas ambientales y de desarrollo. En estos momentos, el mundo ya está sufriendo los efectos destructivos del aumento de la temperatura mundial, la alteración de los regímenes de precipitación y los fenómenos meteorológicos extremos. A corto plazo, tales efectos crean necesidades apremiantes de socorro en caso de desastres, como las que tuvieron lugar tras las recientes inundaciones sin precedentes en Pakistán y la ola de calor en Rusia. Los efectos a largo plazo seguirán percibiéndose durante décadas, y el impacto en la agricultura, el abastecimiento de agua y otros ecosistemas y asentamientos humanos se irán intensificando y ampliando. Para aumentar la capacidad de resistencia al cambio climático, las instancias decisorias nacionales de los países en desarrollo deben integrar sin más demora los riesgos que plantea el cambio climático en la planificación y las políticas en toda una serie de sectores, que abarcan desde la agricultura, a la producción de electricidad pasando por la silvicultura y la gestión del agua. Asimismo, este informe está dirigido a los encargados de formular políticas en los planos nacional e internacional que toman parte en los diálogos y la toma de decisiones sobre los temas del cambio climático y el desarrollo sostenible, entre ellos, quienes participarán en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en 2012 (Río +20). Asimismo se espera que las conclusiones del informe resulten de utilidad para una gama mucho más amplia de agentes, como son las pequeñas empresas locales de los países en desarrollo que son quienes más sufren el impacto del cambio climático; las organizaciones de la sociedad civil que tratan de fortalecer el trabajo que realizan en relación con el cambio climático y el desarrollo sostenible, y los encargados de formular políticas a nivel subnacional, que ocupan una posición decisiva para sentar las pautas de un interfaz productivo entre el gobierno, las comunidades y las empresas. Atlas del Agua en África División de alerta temprana y evaluación (DEWA/PNUMA) Este Atlas es una representación visual de la dotación de recursos hídricos de África, y el uso que se hace de ellos, a través de 224 mapas y 104 imágenes por satélite, además de unos 500 gráficos y cientos de fotos impactantes. Sin embargo, el Atlas es algo más que una colección de mapas e imágenes estáticos acompañados de datos informativos y gráficos: sus elementos visuales ilustran claramente un relato breve en el que se describen y analizan los problemas hídricos de África y se ejemplifican utilizando con buen criterio los estudios de caso. En él se reúne información en un único volumen completo y accesible sobre el agua en África y su papel en la economía y el desarrollo, la salud, la seguridad alimentaria, la cooperación transfronteriza, la creación de capacidad y el cambio ambiental. El PNUMA emprendió la producción de este Atlas a petición de la Conferencia Ministerial Africana sobre el Agua (AMCOW) y en cooperación con la Unión Africana, la Unión Europea, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, el Servicio Geológico de los Estados Unidos y otros colaboradores. Atlas de Costas y Océanos Cartografía de ecosistemas, recursos amenazados y conservación marina Adopción de medidas para una gestión marina y costera basada en los ecosistemas: guía introductoria Don Hinrichsen. Tundi Agardy, John Davis, Kristin Sherwood, Ole Vestergaard El Atlas de Costas y Océanos es una evaluación integral de las dificultades con que tropieza la gestión del planeta azul: un recurso mundial común. En él se detallan la importancia ecológica, ambiental y económica de cada una de las costas y océanos del mundo. El impacto del cambio climático, el crecimiento industrial, el turismo, la contaminación y la pesca excesiva, así como las medidas dirigidas a la conservación están bien ilustrados con mapas mundiales y regionales, desde el Golfo Pérsico hasta la Gran Barrera de Coral, pasando por el Báltico, el Mar Negro, el Atlántico Norte, el Mediterráneo, el Mar Rojo y el Golfo de Adén, el Pacífico Sur y todas las demás vías principales de agua del mundo. Es una oportuna contribución para ayudar a comprender mejor las ciencias marinas. En esta guía se describen aspectos de índole operativa con un lenguaje accesible, aprovechando experiencias prácticas y enseñazas acumuladas en todo el mundo: desde las costas tropicales a los estuarios templados y los ecosistemas oceánicos polares. Un mensaje importante es que se trata de un proceso gradual y que hay varias vías para lograr una gestión basada en los ecosistemas. Los temas transfronterizos y la colaboración con los países vecinos, e incluso otros más alejados, serán algunos de los aspectos principales que habrá que tener en cuenta. 4 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos reflexiones No hay nada bien definido al respecto, pero hay cierta fusión de propuestas transformadoras y cooperativas, desde incrementar las energías limpias hasta nuevas maneras de gestionar los océanos, los recursos de agua dulce, la seguridad alimentaria y la preparación en casos de desastre. Achim Steiner Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA A menos de 9 meses de que comience la Conferencia Río+20, se está generando impulso en el plano internacional como resultado de la creciente comprensión de que tenemos que repensar en las economías y reformar el sistema internacional de gobernanza que no está a la altura de lo que se necesita. Sobre cuestiones que van desde la desertificación hasta la pérdida de diversidad biológica, las respuestas actuales y las instituciones establecidas para facilitarlas están luchando por seguir el ritmo de la magnitud y velocidad del cambio ambiental, social y económico. Los gobiernos, la sociedad civil y las empresas se reúnen conforme a un cronograma acordado para hacer seguimiento de una hoja de ruta con miras a definir y dar forma a sus posiciones sobre los dos temas de Río +20: la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza y un marco institucional para el desarrollo sostenible. Por ejemplo, la reunión de octubre de la Convención de Lucha contra la Desertificación se concentrará en las tierras secas y la agricultura sostenible, entre otras cosas. Hasta ahora el principal foco de atención ha sido la economía verde. Un problema clave es el de los subsidios a los combustibles fósiles: según algunas estimaciones, van de los 400.000 a los 600.000 millones de dólares de EE.UU. por año, o sea, cuatro veces lo que costaría elevar la asistencia oficial para el desarrollo a la meta del 0,7%. Otro son las adquisiciones sostenibles: en promedio las adquisiciones públicas representan 23% del PIB mundial, lo que se considera suficiente para inclinar a mercados completos hacia un sendero más sostenible. Otras áreas bajo examen van desde la reforma de los contratos bilaterales de inversión que obstaculizan la adopción de la energía limpia hasta el desarrollo de un indicador de riqueza más inteligente que abarque más que el PIB. Mientras tanto, gobiernos como los de Kenya, Alemania, Malasia y Francia están dando señales de apoyo para fortalecer o mejorar el PNUMA de modo que se reactive el pilar ambiental del desarrollo sostenible. Entre otras propuestas en materia de gobernanza se incluye transformar la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible en un Consejo o fusionar sus funciones en un Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas fortalecido. El eslabón que falta por ahora es el apoyo político amplio. Sin embargo, Brasil está indicando su determinación de proveer liderazgo al igual que siete jefes de estado africanos, asiáticos y europeos. Si más líderes que piensan parecido, incluso líderes de la sociedad civil, demuestran su apoyo, hay muchas probabilidades de que la promesa de la cumbre de Río de 1992 pueda finalmente traducirse en resultados profundos, que reflejen que está revelando entre las naciones un nuevo objetivo de dar protagonismo y prioridad a la sostenibilidad. mundial de la desertificación y la degradación de las tierras. Sin suelos saludables, perderemos otros bienes comunes de la humanidad, como el agua y la diversidad biológica. Luc Gnacadja Secretario Ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha Contra la Desertificación (CNULCD) El suelo, que ocupa un lugar destacado en este número de Nuestro Planeta, es una parte fundamental de los bienes comunes de la humanidad. Las tierras productivas son esenciales para la supervivencia de la vida en la Tierra. Sin embargo, cada año se pierden 12 millones de hectáreas por la desertificación y la sequía. En los próximos 25 años, estas pérdidas pueden reducir hasta en un 12% la producción mundial de alimentos y provocar el aumento de hasta 30% de los precios en el mundo. Si de verdad queremos una economía verde, en la que la agricultura y la seguridad alimentaria estén integradas en el desarrollo sostenible, debemos volcarnos hacia prácticas de uso sostenible de la tierra. Para ello, es preciso que se reconozca en todos los niveles la dimensión Todavía tiene que arraigarse la importancia del suelo como bien común en la mente de los encargados de tomar decisiones. Sin embargo, hay señales de cambio. El 20 de septiembre, los líderes del mundo se reunirán en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, para celebrar una reunión de alto nivel sobre la lucha contra la desertificación, la degradación de las tierras y la sequía en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Es el momento propicio para un cambio de paradigma en que se considere que la tierra y el suelo son recursos finitos. El hambre y la sequía actuales en el Cuerno de África nos recuerdan que fortalecer la capacidad de recuperación de las comunidades de las tierras secas y procurar la ordenación sostenible de la tierra a nivel mundial son medidas esenciales para el bienestar futuro de una sociedad internacional civilizada en el siglo XXI. El costo de actuar ahora es mucho menor que los costos futuros de la inacción. En términos prácticos, esto implica procurar que la pérdida de tierras pase a la historia, por ejemplo, la “degradación neta cero de las tierras” como parte de la meta del desarrollo sostenible a nivel mundial. La sostenibilidad a largo plazo de las tierras productivas está en peligro, pero juntos podemos invertir la tendencia si actuamos con rapidez. Hoy, más que nunca, la comunidad internacional debe intensificar sus esfuerzos para forjar una alianza mundial a fin de revertir y evitar la desertificación y la degradación de las tierras y mitigar los efectos de la sequía. La reducción de la pobreza y la sostenibilidad ambiental serán algunos de los rendimientos rápidos y duraderos de nuestra inversión. PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 5 Abdelaziz Bouteflika Presidente de la República de Argelia © Sebastien Cailleux/Corbis © Sebastien Cailleux/Corbis © Richard Baker/Corbis Lucha universal La desertificación y la degradación de tierras son, al igual que el cambio climático y la diversidad biológica, grandes problemas del siglo XXI. De hecho, son aún más complejos porque son fenómenos multidimensionales que han sido la base de diversos factores, en especial las variaciones climáticas y las actividades humanas. Esos fenómenos tienen consecuencias económicas y sociales irreversibles: privan a cientos de millones de personas de la tierra 6 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos que los nutre, creando así nuevos motivos de tensión y acentuando las migraciones. Sin duda, la responsabilidad internacional está comprometida en la lucha contra la desertificación, la sequía y la degradación de tierras. En realidad, esta lucha universal es una responsabilidad urgente que recae en todos nosotros, ya que estos fenómenos provocan migraciones forzadas y hacen peligrar la estabilidad social, lo que nos aleja aún más de los objetivos del desarrollo sostenible. las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación. Ha elaborado medidas importantes destinadas a combatir los efectos de la desertificación y la sequía en zonas áridas y semiáridas dentro de su propio territorio. Se han puesto en marcha importantes programas, que se basan en un marco institucional adecuado y abarcan 20 millones de hectáreas, para luchar contra la desertificación y la degradación de tierras mediante la reforestación, la racionalización del uso de las zonas de pastoreo, la sensibilización y la movilización de las autoridades locales y los ciudadanos. A la “muralla verde”, que ya abarca una superficie de 300.000 hectáreas, se le habrán incorporado otras 100.000 para 2015. Y, para fortalecer esas iniciativas, se ha trazado un nuevo mapa nacional mediante la teleobservación, que permite sensibilizar sobre la desertificación. “Para que esta lucha sea fructífera, es preciso aplicar los tres convenios (sobre el cambio climático, la diversidad biológica y la desertificación) según se acordó en la Cumbre para la Tierra de Río en 1992” Para que esta lucha sea fructífera, es preciso aplicar los tres convenios (sobre el cambio climático, la diversidad biológica y la desertificación) según se acordó en la Cumbre para la Tierra de Río en 1992. Esto también dependerá de la financiación y las tecnologías ecológicas que los países ricos acepten poner a disposición de los países menos afortunados. África es la región más afectada. En numerosos estudios se demuestra que, para 2025, nuestro continente habrá perdido dos tercios de sus tierras cultivables, ya que no existen medidas urgentes y eficaces y, por lo tanto, se desaprovecharán los esfuerzos realizados en materia de desarrollo y protección del medio ambiente. La Declaración del Milenio (2000), los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD) nos dan la oportunidad de para resolver con eficacia los problemas relacionados con la desertificación y la degradación de tierras. Argelia se sumó muy pronto a los esfuerzos multilaterales para negociar y consolidar la Convención de Por otra parte, también habría que combinar la lucha contra la desertificación con una mejor comprensión de los desiertos como ecosistemas completos y como sitios específicos para el desarrollo sostenible, debido a los recursos naturales y la diversidad biológica única que albergan. Su valor para los asentamientos humanos y su riqueza cultural inestimable también exigen ese reconocimiento. En el sur de Argelia existen dos grandes parques nacionales ubicados en el medio del Sahara: el Ahaggar y el Tassili. Estos museos al aire libre, que forman parte del patrimonio mundial, tienen una superficie total de 452.000 km 2. Con la ayuda del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), está en marcha un proyecto importante para la preservación de la diversidad biológica y el patrimonio cultural. Es cada vez más esencial elaborar una estrategia internacional integrada para la protección de nuestro planeta. En este caso en particular, el compromiso de la comunidad internacional debe estar a la altura de los problemas que enfrentamos. PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 7 © Yi Lu/Corbis Protección de la seguridad ecológica Zhou Shengxia El ecosistema formado por el aire, los océanos, los lagos, la tierra, las praderas y los bosques nutre la tierra – nuestro hogar, cálido y bello – y provee servicios tales como de regulación del clima, conservación del agua, fuentes de alimentos y medicinas y paisajes naturales. Constituye una base irremplazable y significativa para la subsistencia y multiplicación de la humanidad. Debido al rápido desarrollo económico y social, en especial desde el siglo XX, los efectos de las actividades humanas sobre el ecosistema han sido más perjudiciales que nunca. Las funciones del ecosistema se degradaron rápidamente y el conflicto entre el hombre y la naturaleza se ha 8 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos Ministro, Ministerio de Protección Ambiental, República Popular China agudizado más y más. La primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en 1972, alertó a las personas de todo el mundo de este problema. Luego, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, se alcanzó amplio consenso respecto del desarrollo sostenible. Ahora el concepto de un desarrollo equilibrado entre la economía, la sociedad y el medio ambiente está bien arraigado en nuestros corazones y se ha convertido en una estrategia de desarrollo de muchos países. El gobierno chino desarrolló “diez medidas para el medio ambiente y el desarrollo” dos meses después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992. En este nuevo siglo, propuso una perspectiva científica sobre el desarrollo caracterizada por ser coordinada y sostenible y estar orientada a las personas. Hace grandes esfuerzos por promover la civilización ecológica y construir una sociedad cuidadosa del medio ambiente que haga uso eficiente de los recursos, y procura seguir un “Para fines de 2010, China tenía 2.588 áreas protegidas, que representaban 14,9% de su territorio terrestre: en ellas se brinda protección a 85% de los ecosistemas terrestres, 40% de los humedales naturales, 85% de la fauna y flora silvestres y 65% de los hábitats de flora silvestre” © Frank Lukasseck/Corbis camino refinado hacia el desarrollo que conduzca al crecimiento económico, la vida próspera y buenos ecosistemas. Se han hecho avances notables. El gobierno promulgó más de 20 leyes y reglamentos para proteger el medio ambiente y los recursos naturales, como la Ley de protección del medio ambiente, la Ley de bosques, la Ley de praderas y la Ley sobre la protección del medio ambiente marino. China también fijó metas obligatorias para reducir las emisiones de los principales contaminantes en su plan nacional de desarrollo económico y social. Continuaron los programas de prevención y control de la contaminación de las cuencas fluviales y regiones claves y se implementaron otro programas, como proyectos para la conservación de los bosques naturales y programas para devolver a la naturaleza (bosque/ pradera/humedal/lago) las tierras agrícolas. China ha ratificado el Convenio sobre la Diversidad Biológica, la Convención de Ramsar sobre los Humedales y la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación, entre otros, y ha participado en numerosos programas de cooperación bilateral y multilateral. Como es uno de los países más ricos del mundo en materia de diversidad biológica, China ostenta una variedad de ecosistemas terrestres y marinos y alberga la mayor cantidad total de especies del hemisferio norte. Para fines de 2010, tenía 2588 áreas protegidas, que representaban 14,9% de su territorio terrestre: en ellas se brinda protección a 85% de los ecosistemas terrestres, 40% de los humedales naturales, 85% de la fauna y flora silvestres y 65% de los hábitats de flora silvestre. Sin embargo, la ecología china sigue siendo frágil. El 90% de sus 393 millones de hectáreas de praderas están degradadas en cierta medida, mientras que 27,5% de sus territorios terrestres están sujetos a desertificación. El país todavía enfrenta desafíos abrumadores en cuanto a la protección de su medio ambiente natural. A futuro, el gobierno chino aplicará la perspectiva científica sobre el desarrollo, acelerará la transformación de los modos de desarrollo económico, aumentará el nivel de civilización ecológica y explorará una nueva vía para la protección del medio ambiente que sea de bajo costo, con buenos retornos, bajas emisiones y sostenibilidad. El gobierno hará todo lo posible por alcanzar el equilibrio entre la protección del medio ambiente y el desarrollo económico – resolviendo los problemas ambientales prominentes que impiden el desarrollo equilibrado y dañan la salud pública – y reducir la contaminación. Ejecutará la estrategia y plan de acción nacional sobre diversidad biológica (2011-2030), el Plan regional sobre construcciones ecológicas y protección del medio ambiente de la meseta Qinghai-Tibet y otros planes de conservación ecológica para regiones claves específicas. También se saneará el ecosistema clave de ríos y lagos. Todas estas medidas están encaminadas a construir un escudo de seguridad ecológica para proteger la tierra y construir un mundo en armonía. PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 9 © WDG Photo/Shutterstock Aprovechar el momento ANGELA CROPPER ex Directora Ejecutiva Adjunta, actual Asesora Especial del Director Ejecutivo del PNUMA La Conferencia Río+20 es una excelente oportunidad para ejercer el liderazgo político, teniendo en cuenta los problemas económicos, sociales y ambientales extremos, urgentes y complejos que enfrenta el mundo. La necesidad de este tipo de liderazgo y compromiso en cuanto a cuestiones macro de desarrollo sostenible es más apremiante que la de largas listas de tareas pendientes a nivel sectorial, que en su mayoría ya están volcadas al papel en forma de resultados de cumbres mundiales y procesos sectoriales. Sabemos lo que hay que hacer. No obstante, tenemos que examinar los motivos por los cuales la ejecución ha quedado tan atrás respecto de esas resoluciones mentales y determinar lo qué es lo que le permitiría a esta Conferencia aspirar a mucho más y aprovechar la oportunidad que se le presenta. ¿De qué modo podría eliminar algunos de los obstáculos que impiden el desarrollo sostenible? ¿Con qué tipo de resultados estaría el mundo en condiciones de ocuparse de algunos de los problemas urgentes y complejos que enfrenta? 10 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos © moodboard/Corbis A continuación se exponen diez ideas de enfoques ambiciosos que necesitan dirección política y el posterior compromiso: 1. “Hay que cultivar y asegurar la identificación nacional – en vez de gubernamental – con esos enfoques y medidas que se han de adoptar” Adecuar el enfoque al crecimiento económico para que cumpla objetivos sociales y reconozca los límites e imperativos ambientales. La Conferencia se celebrará en un momento propicio, ya que actualmente el mundo entiende mucho mejor las cuestiones relativas al desarrollo sostenible y la manera en que están interrelacionados y se apoyan mutuamente la economía, el medio ambiente y el bienestar de los seres humanos. Sin embargo, esa mejor comprensión no se lleva al terreno de la práctica: se suelen sacrificar los imperativos ambientales y los objetivos de bienestar de los seres humanos porque se los trata como si fueran opcionales y secundarios respecto del crecimiento económico. Eso impide el desarrollo sostenible que unifica los objetivos económicos, sociales y ambientales, en contraposición con la incorporación de consideraciones ambientales y sociales solamente cuando la cuenta de resultados financieros no se ve afectada. La Conferencia podría restablecer esta relación poniendo el crecimiento económico al servicio de los objetivos sociales enunciados largamente por los gobiernos y reconociendo y respetando las limitaciones ambientales y de recursos. Para ello, será necesario abordar de otro modo las decisiones sobre políticas, inversiones y otras intervenciones para el desarrollo para no sacrificar los resultados en materia ambiental y de bienestar de los seres humanos en pos del crecimiento económico y la preocupación por alcanzarlo. 2. Comprometerse a reducir la falta de equidad a nivel local y mundial. La Conferencia podría señalar a la atención el hecho de que el enfoque económico actual genera una pobreza persistente y una creciente falta de equidad y reconocer que los medios periféricos mediante los cuales el mundo trata de aliviarlas no bastan. Podría comprometerse a reducir consciente y urgentemente esa brecha de equidad, dentro de los países y entre ellos, y a establecer medidas para mantener el proceso bajo examen en los planos mundial y nacional. Si no logramos eso para la generación actual, difícilmente podamos esperar subsanar la preocupación por la equidad entre generaciones. 3. Exigir la formulación y aplicación de medidas de desarrollo más apropiadas. Se ha determinado claramente que confiar en el Producto Interno Bruto como medida del desarrollo por excelencia resulta engañoso, en especial si se tiene en cuenta el objetivo del desarrollo sostenible. Sin embargo, seguimos empleando ese parámetro. La Conferencia podría hacer un llamamiento para que se lleve a cabo una labor urgente y acelerada, dentro de un plazo específico, para elaborar un nuevo conjunto de medidas e indicadores que asignen la misma importancia a las tres dimensiones del desarrollo sostenible. También es preciso que los sistemas de contabilidad de los ingresos públicos reflejen las mismas características. PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 11 © Jake Warga/Corbis 4. Exigir la presentación de informes empresariales sobre parámetros integrados de sostenibilidad. Es importante entender el modo en que las actividades económicas afectan las dimensiones nacionales económicas, ambientales y sociales del desarrollo sostenible. Se dispone de gran cantidad de orientación técnica sobre la manera de llevar presentar informes de sostenibilidad y algunos países ya exigen por ley esta importante medida de rendición de cuentas. La Conferencia podría llegar a la conclusión de que esa presentación de informes a nivel nacional debería ser obligatoria, a fin de permitir la supervisión de las prácticas de las empresas y guiar políticas y disposiciones institucionales favorables. Eso ayudaría medir el progreso nacional y, de aplicarse de modo universal, no afectaría la competitividad. 5. Comprometerse a aumentar las inversiones y arreglos para la participación pública. El avance hacia un desarrollo sostenible no puede estar impulsado por los gobiernos solamente: estos deben guiar y habilitar a la sociedad en ese camino. Es preciso que las sociedades comprendan la naturaleza de los cambios necesarios y estén preparadas para respaldarlos. Hay que cultivar y asegurar la identificación nacional – en vez de gubernamental – con esos enfoques y medidas que se han de adoptar. Para ello se necesitan programas de educación que fomenten la comprensión y puedan generar cambios en valores y comportamiento, acceso a la información que permita a los ciudadanos tomar decisiones y hacer aportes y los faculte en ese sentido, y mecanismos de participación y consulta pública que formen parte de disposiciones de gobernanza nacional. 12 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 6. Intervenir de modo positivo en los intereses económicos de los jóvenes. El desempleo juvenil –y las tensiones que provoca– es un fenómeno global. La Conferencia podría decidir crear un programa mundial para capacitar y dar empleo a los jóvenes a fin de proporcionarles aptitudes y oportunidades para que intervengan de manera más equitativa en el proceso de desarrollo. Eso podría ser de especial utilidad si se lo vinculara a la naturaleza y variedad de aptitudes necesarias para “reverdecer” las economías. 7. Comprometerse a adoptar medidas para restablecer los bienes marinos comunes de la humanidad. La ciencia no es ambigua respecto de la degradación de los bienes marinos; las medidas de política necesarias están claras, pero el proceso de adopción de decisiones políticas se ha quedado atrás. Invariablemente se sacrifican medidas eficaces en aras de los intereses y prácticas nacionales, mientras que, a nivel mundial, existe una actitud de laissez-faire, pese a que el tema es vital para la sostenibilidad del medio ambiente mundial y los medios de vida de muchos. Con las prácticas y los enfoques actuales, los bienes marinos comunes seguirán deteriorándose, quizás irremediablemente, a pesar de los numerosos programas, políticas e instrumentos que se aplican tanto a nivel nacional como mundial. Es necesario unificarlos con urgencia y subsanar lagunas, por ejemplo, prestando atención a las zonas oceánicas que no están contempladas en las disposiciones vigentes en materia de gobernanza. La Conferencia podría declarar su compromiso con la acción sistemática que se precisa para atender esa necesidad y exigir que se la ejecute mediante todos los procesos mundiales conexos. © http://www.grida.no/photolib/ 8. “Comprometerse a transformar la gestión de la tierra y los sistemas de producción y consumo de alimentos para garantizar la seguridad alimentaria nacional y mundial” Comprometerse a transformar la gestión de la tierra y los sistemas de producción y consumo de alimentos para garantizar la seguridad alimentaria nacional y mundial. Esto es esencial por numerosas razones: para evitar una nueva ola de reconversión de bosques y humedales en respuesta a las presiones en pos de la seguridad alimentaria mundial; garantizar el uso sostenible de las tierras agrícolas existentes; hacer frente a la multiplicidad de presiones que dan lugar a procesos de desertificación y degradación de la tierra; y atender las necesidades de los dos mil millones de personas, aproximadamente, que subsisten en sistemas ecológicos amenazados y se encuentran en la parte inferior de la escala de bienestar de los seres humanos. La Conferencia podría comprometerse a hacer mayores inversiones para mitigar esos procesos y a elaborar las medidas y políticas nacionales necesarias. 9. Ayudar a los países menos adelantados a iniciar un camino rápido hacia el desarrollo sostenible. La Conferencia podría asumir el liderazgo mundial en nombre de los 48 países más desfavorecidos del mundo y preparar el terreno para un momento de transformación en la alianza mundial para el desarrollo. Podría decidir que se adoptaran medidas positivas a nivel mundial para ayudar a esos países a superar los obstáculos que les impiden obtener recursos locales invertibles, acceder a las tecnologías modernas en condiciones asequibles y a la capacidad técnica para elaborar una transformación económica acelerada, y proveer el marco institucional de las políticas, la legislación, las normas y las medidas fiscales que serán necesarias. Esas medidas también incluirían establecer y armonizar la inversión pública y privada y la plataforma de financiación. 10. Comprometerse con un pacto energético para ampliar el acceso, la eficiencia y la inversión en energías renovables. La Conferencia podría catalizar una nueva combinación global de fuentes de energía relacionando la demanda de energía (acceso, ahorro y eficiencia) con la oferta (incluidas las políticas de incentivos, los subsidios, las inversiones y el empleo de fuentes de energía renovables). Esto podría constituir una palanca importante para ocuparse simultáneamente de las aspiraciones económicas, sociales y ambientales en el contexto de las metas de cambio climático y el desarrollo sostenible. PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 13 En la primera línea Prof. Jeffrey Sachs Director, Earth Institute, Universidad de Columbia 14 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos Las tierras secas ocupan la primera línea en materia de cambio climático y en ellas habitan las personas más pobres y vulnerables del mundo. Ya estamos viendo en ellas los efectos terribles del cambio climático sobre la pobreza, la supervivencia, la salud, el hambre, el bienestar humano… y en la propia paz, porque las tierras secas que se han visto muy afectadas se encuentran entre las zonas más inestables del mundo. El tramo entre el Senegal y el Afganistán es una región de gran vulnerabilidad, pobreza y necesidades básicas insatisfechas: faltan alimentos y nutrición, acceso a la atención sanitaria y veterinaria, seguridad de los cultivos y el ganado y, ante todo, el agua. La inestabilidad se está incrementando en toda la región: los conflictos calificados como de extremismo o de conflicto político suelen tener sus raíces en los problemas de desertificación, aumento de las sequías, precipitaciones más inestables, muchas más malas cosechas que en el pasado y –en algunas regiones– la incapacidad de seguir contando con cultivos confiables. El hambre que azota actualmente el Cuerno de África y ha dejado más de diez millones de personas luchando por la supervivencia es una demostración vívida y terrible de los peligros de la desertificación y la inestabilidad de las tierras secas. “Precisamos varios tipos distintos de respuestas. En primer lugar, una respuesta científica. En segundo lugar, existen enormes lagunas de conocimiento respecto de la adaptación –o no adaptación– de los sistemas humanos. Sin duda, el tercer elemento consiste en las medidas de intervención que se necesitan con urgencia para la adaptación al cambio climático” © UN Photo/Albert Gonzalez Farran © UN Photo/Albert Gonzalez Farran Asimismo, la población también se ha multiplicado por cuatro o más en esas regiones desde mediados del siglo XX. El cambio climático está ejerciendo grandes presiones demográficas y todo esto se convierte en un fenómeno sumamente amenazador. Y, sin embargo, estos temas no reciben la respuesta y la atención de la política mundial que necesitan. Incluso en nuestros enfoques sobre seguridad no se contempla el hecho de que tras la manifestación superficial de violencia y conflicto se oculta un peligro mucho más profundo e incluso más amenazante: el riesgo ecológico que resulta del cambio climático, las presiones demográficas y muchas otras presiones. El empeñamiento militar no funciona, ya que los problemas tales como el hambre, la supervivencia del ganado y las tensiones crecientes entre las poblaciones sedentarias y los pastores nómadas o seminómadas no pueden resolverse por estos medios. No hemos visto un enfoque coherente, consistente y persistente para estos problemas que esté realizado a escala y basado en la ciencia, porque no se les han dedicado recursos ni atención política. Precisamos varios tipos distintos de respuestas. En primer lugar, una respuesta científica. No tenemos una comprensión cabal del modo en que los cambios mundiales y regionales realmente afectan el clima de la región del Sahel, el Cuerno de África y el Asia occidental y central. Una de las prioridades es contar con una explicación exhaustiva, actualizada y detallada de la manera en que las regiones de tierras secas sienten la señal climática mundial. Necesitamos modelos reducidos a escala y mejores pruebas de lo que indican los modelos de mayor escala respecto de las amenazas futuras a esas regiones. Y hace falta disponer de un conjunto fidedigno de datos de las estaciones meteorológicas a fin de elaborar un informe detallado y completo del clima de los últimos treinta años, con objeto de crear no solo una referencia para el futuro, sino también una base mucho más rica que nos permita atribuir causas a los cambios observados. En segundo lugar, existen enormes lagunas de conocimiento respecto de la adaptación –o no adaptación– de los sistemas humanos. ¿Qué ha pasado realmente en las poblaciones del Sahel desde la desecación extrema del decenio de 1970? Ha habido una cierta recuperación, pero ¿qué tan sólida? ¿Cómo les va a las comunidades nómadas y seminómadas? ¿Podemos obtener muchos más datos sistemáticos? Por supuesto, la Secretaría de la Convención de lucha contra la desertificación de las Naciones Unidas recaba gran cantidad de información de ese tipo y, sobre todo, ayuda a difundirla a la comunidad científica y a los que se ocupan de cuestiones de desarrollo en general. Pero queda mucho más trabajo por hacer para verificar esos cambios sobre el terreno en tiempo real; utilizar sistemas de teleobservación de forma más sistemática para medir las fluctuaciones de pastores, ganado y bienes y comprender su vulnerabilidad; y ver el modo en que las presiones demográficas afectan a esas comunidades. En muchos lugares, las tasas de fecundidad siguen siendo de seis, siete u ocho hijos por mujer. Al parecer se avecina un desastre demográfico como consecuencia de una inmensa sobrecarga en un ecosistema de por sí ya debilitado y frágil y que en el futuro sufrirá aún más presiones. Es necesario PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 15 © UN Photo/Albert Gonzalez Farran © UN Photo/Tim McKulka “¿Cómo pueden las comunidades poner en marcha servicios generales de planificación familiar y anticonceptivos modernos para mitigar el choque entre el aumento de la población y el clima del futuro. Sin duda, el tercer elemento consiste en las medidas de intervención que se necesitan con urgencia para la adaptación al cambio climático. Esas medidas abarcan desde la preparación para casos de emergencia hasta otro tipo de estrategias de mitigación del riesgo, como la creación de seguros financieros, la diversificación de las actividades económicas y la elaboración de alternativas en materia de ordenación del paisaje y almacenamiento del agua. Las comunidades pobres que enfrentan múltiples golpes y problemas necesitan un enfoque integral. El proyecto Aldeas del Milenio ha contribuido a promover este enfoque en las tierras secas, por ejemplo, en Dertu (Kenya), cerca de la frontera con Somalia. Su estrategia integrada se centra en cinco esferas clave. La primera es el conjunto formado por ganado y cultivos. La segunda es el sistema de salud, que se ve afectado por terribles golpes relacionados con el clima, como también por desafíos tan inmensos como las epidemias de malaria, la fiebre del Rift Valley, la peste bovina y otras enfermedades endémicas. La tercera es la educación: ¿cómo pueden las comunidades pobres de 16 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos pobres de las tierras secas asegurarse de que la próxima generación adquiera las aptitudes y conocimientos necesarios para estar altura de los desafíos, cada vez mayores, que enfrentan?” las tierras secas asegurarse de que la próxima generación adquiera las aptitudes y conocimientos necesarios para estar altura de los desafíos, cada vez mayores, que enfrentan? La cuarta, de importancia crítica, es la infraestructura, que abarca desde el agua –con inclusión del riego, el almacenamiento y la seguridad hídrica para casos de sequía– hasta el transporte, el almacenamiento, la capacidad de vincular comunidades locales con mercados regionales e internacionales y las telecomunicaciones y la conectividad a través de Internet, herramienta muy poderosa para estas poblaciones de las tierras secas, que suelen estar muy dispersas. La quinta esfera consiste en el desarrollo empresarial, especialmente en relación con la ganadería y otros ámbitos en los que el aumento del valor agregado podría aportar un bienestar mucho mayor a las comunidades. En 2008, el Comité sobre cambio climático y desarrollo del Gobierno sueco difundió un informe sobre el cambio climático y las tierras secas en el que se recomendaban maneras aumentar la capacidad de recuperación y la adaptabilidad y de crear estrategias de preparación para casos de emergencia y de mitigación del riesgo. Se proponía poner en marcha pilotos a mayor escala de los proyectos de adaptación de base comunitaria para las comunidades pobres y vulnerables, en zonas urbanas y rurales, en las tierras secas. Tres años después, los proyectos empiezan a dar resultados, ya que Etiopía, Somalia, Kenya, Uganda, Djibouti y Sudán del Sur se unieron en una iniciativa para las tierras secas. Fomentarán el empleo de las mejores prácticas y tecnologías de vanguardia en apoyo de la iniciativa de sus comunidades de pastores para huir de los flagelos de la pobreza y el hambre extremas, y contarán con el apoyo de socios como Ericsson, Airtel, Novartis, Sumitomo Chemical y el Banco Islámico de Desarrollo. Hay una necesidad apremiante de respuestas integrales, basadas en la comunidad, que tengan fundamento científico y atiendan las necesidades sanitarias y veterinarias, de almacenamiento de agua y otro tipo de infraestructuras, de educación infantil, de mejora y supervivencia del ganado, y los vínculos con los mercados. Esto reviste creciente importancia, no sólo para el bienestar de esas comunidades, sino para resolver lo que, de lo contrario, se convertirá en una epidemia cada vez mayor de conflictos violentos. citas Achim Steiner, Director Ejecutivo del PNUMA “El mundo ya no puede permitirse el lujo de retrasar la restauración de la salud y la riqueza de los océanos” Jesse Ausubel, Vicepresidente de la Fundación Alfred P. Sloan y cofundador del Censo de la Vida Marina “Esperando nuestro descubrimiento están medio millón de hongos y moho cuyos familiares alimentaron a la humanidad” cifras 2,2 millones Especies que viven en las profundidades del océano — CMVC – PNUMA 500 millones Personas de los países en desarrollo que viven de la pesca y la acuicultura — Achim Steiner 145 Países que comparten una o más cuencas fluviales internacionales — PNUMA 150.000 – 200.000 millones de dólares EE.UU. Luc Gnacadja, Secretario Ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha Contra la Desertificación (CLD) Valor anual estimado del comercio internacional de productos forestales — Sustaining forests: investing in our common future “Las sequías no ocurren de un día para otro. Insistimos en la necesidad de encontrar soluciones eficaces a largo plazo para abordar las causas profundas del hambre en regiones propensas a la sequía” 5–10 millones Andreas Carlgren, Ministro de Medio Ambiente de Suecia “Es urgente poner precio a los servicios de los ecosistemas” Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) “Ningún país va a resolver el cambio climático por sí solo. Y ninguna nación es la única en sentir los efectos de este” Zhou Shengxian, Ministro de Medio Ambiente de China “La protección ambiental es el camino hacia el desarrollo” Georg Kell, Director Ejecutivo del Pacto Mundial de las Naciones Unidas “Las empresas solo pueden prosperar en un entorno estable y propicio” Hectáreas de tierras de cultivo que se pierden cada año a causa de la degradación — PNUMA IWMI Enfoque ecosistémico para el agua y la seguridad alimentaria 2.100 millones Personas que viven en zonas áridas en todo el mundo — Evaluación de los Ecosistemas del Milenio 50.000 millones Aves migratorias que atraviesan cada año fronteras y regiones del mundo en unos viajes extraordinarios — Acuerdo sobre la conservación de las aves acuáticas migratorias de África y Eurasia 12 millones Personas en el Cuerno de África afectadas por la sequía — Guardian 90% De los 393 millones de hectáreas de praderas en China degradadas, mientras que el 27,5% de su áreas terrestres son objeto de desertificación — Zhou Shengxian, Ministro de Medio Ambiente, China PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 17 El PNUMA en acción © Marie Tysnes/iStockphoto El PNUMA lleva a cabo una gran variedad de actividades para promover y facilitar el desarrollo y la aplicación de tecnología limpia. A continuación figuran dos ejemplos recientes. Para ver otros ejemplos de la labor del PNUMA sobre el cambio climático, visite: www.unep.org/unite/30Ways Nuevas y originales herramientas para la conservación de las aves acuáticas y los humedales Una innovadora herramienta que permite hacer un seguimiento de las corrientes migratorias de las aves acuáticas ha ganado el primer premio en un concurso internacional de trazado de mapas sobre la conservación organizado por ESRI. La Herramienta de red de sitios críticos y el Kit de apoyo de formación en vías migratorias son algunos de los productos del proyecto Wings over Wetlands (Alas sobre humedales), la mayor iniciativa emprendida hasta el momento para la conservación de las aves acuáticas, que abarca el total de las vías migratorias y los 118 países comprendidos en el área de distribución del Acuerdo sobre la conservación de las aves acuáticas migratorias de África y Eurasia. El proyecto Wings over Wetlands está financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el Gobierno de Alemania y muchos otros donantes, y su ejecución está a cargo del PNUMA, en el marco de un esfuerzo conjunto de importantes asociados y organizaciones internacionales que se dedican a la conservación, como Wetlands International, BirdLife International, el Acuerdo sobre la conservación de las aves acuáticas migratorias de África y Eurasia, la Convención de Ramsar relativa a los humedales, el Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación del PNUMA y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS). Se estima que todos los años 50.000 millones de aves migratorias atraviesan fronteras y regiones del mundo en unos viajes extraordinarios, en los que recorren miles de kilómetros. Por eso son un vínculo entre países y ecosistemas, lo que las hace una de las grandes maravillas del mundo. Como estas aves migratorias hacen escala en varios hábitats durante la migración, su salud es un importante indicador del estado de nuestro medio ambiente. La herramienta será clave para entender mejor la migración de las aves acuáticas y promoverá su conservación gracias a una mejor gestión y a la toma de decisiones con conocimiento de causa, teniendo en cuenta la totalidad de las vías migratorias. También servirá para hacer frente a los efectos perjudiciales del cambio climático protegiendo los humedales de importancia crítica que funcionan como hábitat de las aves acuáticas. Esos hábitats son importantes también para los medios de subsistencia de millones de personas de las comunidades rurales aledañas. 18 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos © UNEP El PNUMA recibe el Premio ONU 21 a la neutralidad climática El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ganó el Premio ONU 21 a la neutralidad climática. Lo compartió con el Departamento de Apoyo a las Actividades sobre el Terreno de las Naciones Unidas, y ambos recibieron el galardón en una ceremonia que tuvo lugar en agosto en el Auditorio de la Biblioteca Dag Hammarskjöld, en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. El Premio ONU 21, que se entrega todos los años, es un reconocimiento a las iniciativas destacadas del personal y los equipos de las Naciones Unidas que apunten a mejorar la ejecución de los programas y promover los valores de la Organización. El objetivo del premio es que las historias de los ganadores inspiren a otros funcionarios de la Organización a seguir el ejemplo, reproducir las buenas prácticas y hacer lo posible por mejorar la ejecución de los programas y la prestación de los servicios de las Naciones Unidas. El PNUMA mantiene su neutralidad climática desde 2008 y es pionero de los esfuerzos actuales de las Naciones Unidas en pos de la sostenibilidad. El año pasado se convirtió en la primera organización de las Naciones Unidas que publicó una estrategia de reducción de las emisiones, en la que se contemplaba una meta de reducción del 3% anual en 2010-2012 (partiendo de los niveles de 2009). Si se ponen en práctica las medidas de eficiencia, el PNUMA podría ahorrar unos 800.000 dólares de los EE.UU. por año. Cuando Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, inauguró en marzo de 2011 los nuevos pabellones de oficinas en los que funcionan las sedes del PNUMA y ONU-Hábitat en Nairobi, se marcó un nuevo hito en la construcción de edificios sostenibles. PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 19 © Andrey Prokhorov/iStockphoto Johann Rockström Director, Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo Límites comunes La presión que ejercen los seres humanos sobre el planeta está llegando a un punto de saturación y, si se lo supera, se puede socavar el desarrollo social y económico. Este fenómeno es nuevo, al igual que sus efectos en nuestros bienes comunes –la capa de ozono estratosférica, el sistema climático, la biosfera, la hidrosfera y la criosfera– que se han verificado mediante observaciones empíricas realizadas durante los últimos 20 años. Entre esas manifestaciones cabe mencionar el rápido agotamiento de la capa de ozono; la pérdida de diversidad biológica a un ritmo exponencial continuo; la degradación de la tierra, el agua dulce y la calidad del aire; la carga de aerosoles y contaminación química a escala regional; el cambio climático, y la apropiación no sostenible de recursos naturales finitos como el petróleo y el fósforo. Los efectos empiezan a manifestarse de maneras que afectan a las economías de todo el mundo. La escala de la influencia humana es tal que es posible que hayamos entrado en una nueva época geológica, el Antropoceno, en la que 20 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos la humanidad constituye una fuerza geológica planetaria. Por lo tanto, es posible que estemos saliendo de nuestra época actual, el Holoceno, los últimos 10.000 años del período interglaciar, que ha ofrecido condiciones ambientales sumamente estables y favorecido el desarrollo del mundo tal como lo conocemos. Las fuerzas que impulsaron esta globalización de los problemas ambientales comenzaron a mediados del decenio de 1950. Hasta ese momento, el impacto relativo de la humanidad en los bienes comunes era reducido: los impactos ambientales de casi 200 años de industrialización se limitaban en gran medida a impactos locales y regionales en el agua, la tierra, el aire. Después de mediados de siglo cambia el ritmo de los emprendimientos humanos. El metabolismo industrial aumenta la escala y empezamos a ver un incremento exponencial en el bienestar social, el crecimiento del PIB, la cantidad de población, las mejoras sanitarias y el impacto de los seres humanos en el medio ambiente. Por lo tanto, este es el punto en que el cambio en el medio ambiente mundial se manifiesta en prácticamente todos los parámetros que son importantes para el bienestar de humano: desde la pérdida de hábitats hasta el cambio climático. Hay otros tres factores que interactúan y acentúan el problema. El primero es el crecimiento de la población y la riqueza: estamos en gran medida destinados a crecer de los 7 mil millones de personas que somos actualmente a 9 mil millones para 2050, en un mundo que se urbaniza y enriquece rápidamente (la mayoría de la población mundial, que sigue siendo pobre, solo ha reclamado una fracción limitada de los bienes comunes, si bien tiene derecho a una parte de ellos). El segundo es que la ciencia hace cada vez más hincapié en el riesgo de que se produzcan cambios abruptos e irreversibles cuando se fuerza a los sistemas –desde los ecosistemas locales al clima– a cruzar los puntos de inflexión. Esto puede provocar cambios catastróficos en las condiciones de las naciones y regiones, posiblemente impulsados por cambios en los bienes comunes, como el aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, que desestabiliza el manto de hielo de Groenlandia. El tercero está constituido por las pruebas cada vez más numerosas de nuestra dependencia social y económica de los servicios de los ecosistemas para alcanzar el bienestar de los seres humanos, desde funciones locales tales como los suelos fértiles, hasta mundiales como la estabilidad del Ártico. Tenemos que repensar en el desarrollo humano en esta nueva época, el “Se necesita gobernanza de los bienes comunes para alcanzar el desarrollo sostenible y, en consecuencia, el bienestar de los seres humanos. Ya no podemos centrarnos exclusivamente en las prioridades nacionales de desarrollo económico y protección ambiental” Antropoceno. Necesitamos invertir con urgencia la tendencia del cambio ambiental negativo a nivel mundial para movernos dentro de un espacio de seguridad en el sistema terrestre. Es necesaria la gobernanza de los bienes comunes de la humanidad como parte integrante del desarrollo nacional y regional. © Karen Kasmauski/Getty Images En este contexto, sirve de marco el concepto de límites planetarios. Este concepto identifica los procesos ambientales que determinan la estabilidad de los componentes del sistema terrestre. También propone límites sostenibles para las variables principales que determinan el cambio en cada proceso, establecidas para tratar de evitar puntos de inflexión que podrían provocar perturbaciones regionales y mundiales abruptas y nocivas. Se han propuesto nueve procesos de límites planetarios. Entre ellos se incluyen los tres bienes comunes para los cuales hay pruebas de la existencia de umbrales de gran escala –el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono y la acidificación de los océanos– y los procesos cuyas funciones reguladoras determinan la capacidad de recuperación de los biomas más importantes y, en última instancia, del sistema terrestre: el cambio en el uso de la tierra, el uso del agua dulce, el ritmo de pérdida de la diversidad biológica y la interferencia del ser humano en los ciclos del nitrógeno y el fósforo a nivel mundial. Los dos últimos son la contaminación química y la carga de aerosoles. Se han cuantificado límites de seguridad para los primeros siete y se eligieron los extremos inferiores –los de riesgo menor– del margen de incertidumbre definido por la ciencia, de modo de aplicar un principio de precaución: por ejemplo, para el cambio climático, el límite se fijó en 350 ppm (partes por millón) de CO2, mientras que la ciencia indica que el riesgo de cruzar un punto de inflexión está dentro del margen de 350 a 550 ppm de CO2. En conjunto, esos nueve límites planetarios proporcionan a la humanidad un espacio de seguridad. En el primer análisis se indica que hemos transgredido el espacio de seguridad de tres de los límites: el cambio climático, el ritmo de pérdida de la diversidad biológica y la extracción de nitrógeno de la atmósfera. Eso nos ubica en una zona de peligro riesgosa que no nos permite descartar la posibilidad de alcanzar los puntos de inflexión: es posible que la fusión acelerada del hielo del Ártico constituya una advertencia anticipada de esa dinámica no lineal. Se necesita gobernanza de los bienes comunes para alcanzar el desarrollo sostenible y, en consecuencia, el bienestar de los seres humanos. Ya no podemos centrarnos exclusivamente en las prioridades nacionales de desarrollo económico y protección ambiental. La influencia de todas las naciones en los bienes comunes –en un momento de creciente saturación ambiental– genera una retroalimentación a nivel mundial que incide en las economías locales. Tampoco podemos centrar nuestra atención en el cambio climático exclusivamente. Ahora debemos ocuparnos, al mismo tiempo, de la sostenibilidad a escala planetaria de todos los procesos ambientales claves asociados con la estabilidad de los sistemas biofísicos terrestres. Es posible que el concepto de límites planetarios resulte útil para respaldar la gobernanza de nuestros bienes comunes. Debemos reconocer las implicancias sociales de vivir dentro de los límites de seguridad, y todos los límites tienen que cuadrar, dentro de niveles de seguridad, a escala mundial. Así, ninguna nación ni región podrá apropiarse de una porción mayor de los bienes comunes sin presentar informes transparentes a las demás naciones ni acordar mecanismos para garantizar que la utilización total del espacio planetario se mantenga dentro de los límites de seguridad. Para mantenernos dentro del espacio de seguridad durante el Antropoceno, en un mundo cuya población y riqueza están en franco crecimiento, será preciso distribuir el espacio planetario entre las naciones. Esta es, como mínimo, una tarea difícil pero necesaria que, cuando dé sus frutos, beneficiará a toda la humanidad durante generaciones. PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 21 © Atlantide Phototravel/Corbis Chris Reij Facilitador, Iniciativas de Reforestación en África, Vrije Universiteit, Amsterdam Reforestación del Sahel Está pasando algo sorprendente en el Sahel. En estudios recientes sobre tendencias a largo plazo en la agricultura y el medio ambiente de las regiones densamente pobladas de Maradi y Zinder, en el Níger, se observa que los agricultores locales han reforestado unos cinco millones de hectáreas con solo proteger y ordenar la regeneración natural de los árboles y arbustos de su tierra. Así, han alcanzado la transformación ambiental de mayor escala del Sahel y, posiblemente, de África. Ese proceso se inició alrededor de 1985, pero aunque algunos investigadores habían observado que los agricultores de algunas aldeas habían aumentado la cantidad de árboles, nadie había tomado conciencia del alcance de la reforestación hasta 2006. Luego, por medio de imágenes satelitales de alta resolución y visitas en el terreno, los investigadores se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo. En los últimos dos decenios, los agricultores del Níger han cultivado 200 millones de árboles nuevos en sus campos de labranza. En lugares donde hace 20 años los agricultores no tenían 22 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos más de 2 o 3 árboles por hectárea, ahora tienen 40, 60 o incluso más de 100. Lo notable es que ellos no los plantaron, sino que protegieron y ordenaron árboles y arbustos que se regeneraron espontáneamente a partir de sistemas de raíces subterráneas o de semillas que quedaban en la capa superficial. Así, obtuvieron un resultado casi 20 veces superior al obtenido por el total de los proyectos de plantación de árboles del Níger durante el mismo período; si bien mediante esos proyectos se plantaron unos 65 millones de árboles, el promedio de supervivencia fue solo de 20%. Además, los agricultores ejecutaron el proyecto a un costo muy bajo, ya que para proteger y ordenar la regeneración natural no es necesario construir viveros ni transportar plántulas a los lugares de siembra. “Con la protegieran la regeneración natural y los agricultores pronto descubrieron los beneficios de la reforestación. En una encuesta realizada a unos 400 agricultores se observó que: reforestación de las tierras han disminuido en alrededor de 80% • Los árboles reducen la velocidad del viento, por lo tanto, los cultivos jóvenes no se destruyen cuando el viento levanta arena. Por consiguiente, en la actualidad, los agricultores plantan los cultivos una sola vez en lugar de tener que intentarlo tres o cuatro veces, como hace 20 años. los conflictos entre pastores y agricultores: como ha crecido la cantidad de recursos, • Algunas especies de árboles son forrajeras, lo que permite a los agricultores incrementar la cantidad de cabezas de ganado; tienen más para compartir” © Johnny Haglund/Getty Images • En lugar de quemarse como combustible, como se hacía hace 20 años, todo el estiércol se utiliza en los campos cultivados, lo que contribuye a mantener y aumentar la fertilidad del suelo; • Los agricultores son conscientes de que algunas especies, en particular Faidherbia albida, aumentan la fertilidad del suelo ya que fijan el nitrógeno del aire (según la densidad y la edad, fijan entre 80 y 90 kg por hectárea); • Actualmente, las mujeres solo dedican media hora por día a recolectar leña; en cambio, hace 20 años, le dedicaban 2 horas y media; • Los árboles contribuyen a la seguridad alimentaria aun si hay malas cosechas, ya que producen hojas y frutos comestibles; • En años de sequía, los agricultores pobres sobreviven, literalmente, podando árboles y vendiendo la madera para comprar alimentos; ¿Qué impulsó esa reforestación? Las sequías del Sahel y las crisis ambientales de los decenios de 1970 y 1980 pusieron a muchos agricultores entre la espada y la pared. O combatían la degradación de las tierras o tenían que emigrar. Una organización no gubernamental impulsó el proceso prestando asistencia alimentaria a los agricultores durante dos años de sequía a mediados del decenio de 1980 a cambio de que ellos • Con la reforestación de las tierras han disminuido en alrededor de 80% los conflictos entre pastores y agricultores: como ha crecido la cantidad de recursos, tienen más para compartir. En un informe publicado por el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Política Alimentaria, se estima que los nuevos sistemas de agrosilvicultura de los cinco millones de hectáreas reforestadas producen 500.000 toneladas extra de cereal por año, lo que alcanza para alimentar a 2,5 millones de personas más. Además, los árboles son bienes de capital, que contribuyen al incremento de la producción agrícola total y, por ende, a la reducción de la pobreza rural. El valor de producción anual de los árboles nuevos ronda los 200 millones de euros, como mínimo. Ese monto es percibido en su totalidad por los agricultores, ya sea como alimento o dinero en efectivo. Este proceso de reforestación llevado a cabo por los agricultores no se limita a algunas zonas del Níger. Existen muchos sistemas nuevos de agrosilvicultura, en pequeña y gran escala, en el Sahel. Por ejemplo, los agricultores de la llanura Seno, en Malí, –entre la meseta Dogón y la frontera con Burkina Faso– han protegido y ordenado los árboles de 450.000 hectáreas de sus tierras. Alrededor de 90% de los árboles tiene menos de 20 años. Asimismo, los agricultores de la región Kaffrine del Senegal, que visitaron el Níger y observaron la reforestación, a su regreso a casa empezaron a proteger y ordenar la regeneración natural. La zona reforestada de Kaffrine abarca 30.000 hectáreas y no cesa de extenderse. Las Iniciativas de Reforestación en África, que se proponen aumentar la escala de esos logros, se desarrollan actualmente en Burkina Faso, Malí y el Níger, y está previsto que se extiendan a otros países africanos. Su estrategia incluye organizar visitas de estudio entre agricultores, fomentar diálogos a nivel nacional sobre políticas agrícolas y legislación sobre silvicultura y movilizar la atención de los medios de comunicación nacionales e internacionales respecto de los procesos de reforestación. El desarrollo de la agrosilvicultura aumenta la producción total y crea sistemas agrícolas más resistentes a la sequía. Se trata de la única alternativa importante de bajo costo para intensificar la agricultura que tienen a su alcance los pequeños agricultores de África cuyo capital financiero y natural es limitado. La experiencia demuestra que ellos invertirán en árboles para sus tierras si sienten que esos árboles son de su propiedad ya que, como dicen los agricultores de Tigray (Etiopía) “los árboles son nuestra columna vertebral”. PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 23 personas Charles y Sho Scott Charles y Sho Scott son dos aficionados a los deportes de resistencia que aprovechan su pasión para ayudar a la sostenibilidad del medio ambiente. En el año 2009, el Sr. Scott y su hijo de ocho años, Sho, fueron designados “Héroes del Clima” por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Ambos recorrieron más de 4000 km en una bicicleta tándem a lo largo de la península de Japón en 67 días, con el fin de recaudar dinero para la Campaña de los mil millones de árboles del PNUMA. Su último reto: una excursión en tándem por Islandia de más de 2.400 km, acompañados por la hermana pequeña de Sho, de cuatro años de edad, en un remolque. Actualmente, el Sr. Scott está escribiendo un libro sobre su experiencia en Japón titulado “Rising Sons” Juego de palabras entre “sol naciente” y “la crianza de los hijos”. Michael Sam Muli y Ruth Cherono Sego Los estudiantes de Nairobi Michael Sam Muli, de 18 años, y Ruth Cherono Sego, de 23, han sido seleccionados como Jóvenes Enviados Ambientales por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y Bayer, una multinacional innovadora cuyas principales competencias se sitúan en el campo de la salud, la nutrición y los materiales de alta tecnología. Muli, un estudiante de Ingeniería Ambiental y Biosistemas de la Universidad de Nairobi, presentó un proyecto de energía verde que busca sustituir la leña y el carbón utilizados en los hogares para cocinar por briquetas fabricadas con hojas secas y papel usado. El proyecto pretende reducir las emisiones de carbono provenientes de la quema de combustibles fósiles y crear empleo e ingresos para los residentes locales a través de la producción y venta de briquetas de combustible más limpio. Sego, una estudiante de Salud Ambiental de la Universidad Kenyatta de Nairobi presentó una propuesta centrada en la producción sostenible de aceite de ricino como biocombustible. El proyecto se basó en la investigación de cómo se podría cultivar de forma sostenible la planta de aceite de ricino, originaria de África oriental, para ayudar a cubrir las necesidades de combustible de las comunidades de Kenya, sin afectar negativamente la producción de alimentos. 24 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos Sylvia Earle Kwon Byong Hyon El patrimonio mundial cuenta con una fuerte defensora: Sylvia Earle. Esta oceanógrafa, con una muy profunda pasión por el medio ambiente, es también exploradora, conferenciante e investigadora científica. Ha dirigido más de 60 expediciones y ha pasado más de 6.000 horas bajo el agua, además de estar a la cabeza del primer equipo de mujeres acuonautas. También ostenta el récord de buceo individual de 1.000 metros de profundidad. El Embajador Kwon Byong Hyon de la República de Corea es el primer Campeón de Ordenación Sostenible de la Tierra de la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación. Earle ha trabajado duramente para concienciar al mundo de los daños que la contaminación y la degradación ambiental provocan a la hidrosfera y ha recibido más de 100 galardones nacionales e internacionales, incluido el Premio TED 2009 por su propuesta de establecer una red mundial de espacios marinos protegidos. A estas reservas marinas las define como “focos de esperanza para salvar y rehabilitar el corazón azul de nuestro planeta”. De profesión abogado y con una distinguida carrera diplomática, el Embajador Kwon fundó la organización Future Forest para aumentar la conciencia sobre el problema de la desertificación. En el año 2005, empezó a levantar una barrera de bosques naturales para “domar al dragón amarillo”, es decir, los desiertos, conocida como la “Gran Muralla Verde de la Amistad entre China y Corea”. Su objetivo: plantar mil millones de árboles en el Desierto Kubuqi de China. Con ello demuestra que es posible rehabilitar los suelos degradados y facilita un lugar de investigación para la recuperación de suelos degradados. La Gran Muralla Verde ya ha logrado plantar el 70% de la cantidad de árboles prevista. Christopher Stone El mundo se prepara ahora para la Conferencia de Rio+20 del próximo año, y en su favor Christopher Stone puede compartir sin duda su enorme experiencia, como hizo durante la Cumbre para la Tierra celebrada en Río en 1992 al aportar importantes resoluciones sobre derecho ambiental internacional. Stone es profesor y una autoridad en materia de cuestiones mundiales y ambientales, y ha contribuido en diversos campos, incluidos el derecho ambiental internacional, la ética medioambiental y el comercio y el medio ambiente. Sus investigaciones han sido muy diversas, en materias relacionadas con la sostenibilidad, incluidos los temas de políticas energéticas, el cambio climático, la diversidad biológica y las políticas relativas a los océanos. Además, actualmente es asesor de la Fundación para el Derecho Ambiental Internacional y Desarrollo (FIELD) en Londres y el Centro para el derecho ambiental internacional. Mark Dodd Mark Dodd es un director de cine británico que en 2011 ganó el premio del Festival Internacional de Cine sobre Vida Silvestre a la mejor película independiente por su documental titulado “The Man Who Stopped the Desert” (El hombre que detuvo al desierto). Se trata de una película sobre Yacouba Sawadogo, un granjero de una pequeña finca de Burkina Faso que hizo resurgir una técnica agrícola tradicional para rehabilitar las tierras estériles. La belleza con que está rodada la película, en la que se aprecia cómo la convicción de un solo hombre beneficia a otros miles de habitantes de la región de Sahel en África, conmoverá e inspirará el corazón de todos los que la vean. PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 25 © Frans Lanting/Corbis A la pesca de soluciones El pescado ha sido la fuente más importante de proteína animal del mundo durante la mayor parte de los últimos treinta años. Sin embargo, aunque durante ese período el consumo per cápita casi se ha duplicado en todo el mundo, ha seguido siendo bajo en casi toda África y algunas partes de Asia. Stephen J. Hall Director General, WorldFish Center No obstante, resulta paradójico que los habitantes de esas regiones –donde prevalece la desnutrición– dependan más del pescado como principal alimento de origen animal que los europeos, japoneses, australianos y norteamericanos, a pesar de que aquellos reciben menor cantidad. Por ejemplo, en seis países del África subsahariana los habitantes obtienen del pescado más de la mitad de las proteínas animales y, aun así, la región sigue registrando el menor consumo per cápita de pescado del mundo. La prevalencia del pescado en la dieta de las personas con el menor consumo total de alimentos de origen animal y los niveles más altos de desnutrición pone de relieve la importancia de preservar y mejorar el acceso de los pobres del mundo a ese alimento. Contribuir a que más pobres reciban más cantidad de este alimento preferido y nutritivo podría mejorar drásticamente la salud y la nutrición entre el corto y el mediano plazo. 26 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos Para alcanzar este objetivo es preciso preservar las pesquerías de captura del mundo. Eso se debe a que los países que dependen en mayor medida del pescado para su alimentación lo obtienen fundamentalmente de la pesca silvestre: si bien la acuicultura continúa en crecimiento, no hay perspectivas inmediatas de que pueda reemplazar a la pesca de captura como fuente de abastecimiento. Y como los ecosistemas acuáticos están ampliamente distribuidos en zonas rurales remotas de diversas partes del mundo, las pesquerías que sustentan suelen desempeñar funciones vitales en la provisión de medios de subsistencia y redes de protección contra el hambre que hasta ahora los gobiernos no han sido capaces de asumir. Por supuesto que eso no basta para que haya alimentos y servicios suficientes ya que estos también deben estar disponibles y al alcance de las personas que los necesitan: en los países en desarrollo, las pesquerías de captura suelen hacerlo sin ayuda de nuestra parte. Sin embargo, a pesar de la importancia de la pesca, hemos alcanzado, como mucho, un éxito parcial en el aprovechamiento de nuestros recursos mediante una gestión que garantice un abastecimiento sostenido y, de ser posible, mayor. Esto se aplica a la pesca en aguas interiores, la pesca marítima dentro de los límites de la jurisdicción nacional en zonas económicas exclusivas, la pesca de altura y las poblaciones migratorias compartidas. En un estudio reciente elaborado por 21 investigadores y publicado en la revista Science, se analizaron en detalle ecosistemas que representaban un cuarto de la superficie y la captura de las pesquerías del mundo: se llegó a la conclusión de que si bien “las medidas de gestión han logrado una reducción cuantificable de las tasas de explotación de algunas regiones, un porcentaje significativo de poblaciones seguirá destruido a menos que se lleven a cabo mayores reducciones”. Las evaluaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura concuerdan con esta conclusión. El acceso a los recursos pesqueros, que suele ser libre y gratuito (o demasiado barato y poco reglamentado), da lugar a la sobreexplotación. Algunas pesquerías, como las de altura, son verdaderos bienes comunes de la humanidad. Muchas otras poseen características similares pero están dentro de los límites de la jurisdicción nacional. Aunque la vasta literatura posterior a la descripción de Garret Hardin de “The Tragedy of the Commons” (la tragedia de los bienes comunes) sugiere que comprendemos el problema, lamentablemente todavía no tenemos muy en claro qué hacer al respecto. Entonces, ante los fracasos registrados hasta el momento, ¿qué tenemos que hacer ahora y cómo deberíamos hacerlo? La respuesta a la primera pregunta es la siguiente lista de cinco objetivos prioritarios que se aplican tanto en alta mar como en muchas pesquerías dentro de los límites de la jurisdicción nacional, a saber, 1. Reconocer y ocuparse de las deficiencias estructurales de los regímenes de acceso (es decir, la formulación de los derechos de pesca); 2. Reducir al mínimo la “disipación de la renta” derivada de los subsidios al combustible y otros subsidios inadecuados; 3. Reducir al mínimo la preponderancia de la pesca ilícita y pirata; 4. Garantizar la inclusión de las personas más pobres y marginalizadas en las cadenas de valor mundiales; 5. Incluir los efectos en el medio ambiente en el costo de la pesca; Por supuesto que la pregunta más difícil de responder es de qué modo alcanzar esos objetivos. No estoy ofreciendo fórmulas simples y creo que tendríamos que ser escépticos con los que las ofrecen. En cambio, considero que debemos repensar el mejor modo de entablar conversaciones entre todos los actores pertinentes para arribar a soluciones duraderas y adaptables para las pesquerías mundiales, regionales y nacionales. Y como las instituciones actuales no resuelven estos problemas, tendremos que pensar en instituciones nuevas que puedan ayudar. Por ejemplo, una opción que habría que analizar es la creación de una red de acción mundial – mecanismo de gobernanza mundial que se centra en un bien público en particular a través de una red entre organizaciones – para las pesquerías. Al actuar de agentes imparciales de enlace entre diversas organizaciones e impulsar el cambio sistemático, esas redes son consideradas medios eficaces para atender las lagunas de gobernanza mundial respecto de cuestiones éticas, de comunicación y aplicación. Entre los ejemplos conocidos, cabe mencionar la Alianza Mundial para el Fomento de la Vacunación y la Inmunización, la Alianza Mundial para mejorar la nutrición y la Asociación Mundial para el Agua. Ante semejante promesa, ¿no tendríamos que pensar en crear una red de instituciones pares inclusiva y no jerárquica que contribuya a abordar los problemas locales y mundiales de la pesca, y aprender durante el proceso? Ese enfoque no eliminaría la necesidad de fortalecer y aclarar las funciones y las expectativas de desempeño de instituciones intergubernamentales tales como los organismos de las Naciones Unidas y las organizaciones regionales de ordenación pesquera: aunque necesitan reformas, estas instituciones desempeñan una función importante y permanente en el establecimiento de normas. Tampoco deberíamos olvidar la importancia del fortalecimiento de los mecanismos del mercado mundial a través de instituciones como la Organización Mundial del Comercio, que al parecer está haciendo avances en materia de subsidios pesqueros. No obstante, si bien las instituciones actuales son necesarias, no dan señales de ser suficientes para tratar los problemas a los que nos enfrentamos. Entonces, a pesar de los desafíos considerables que presenta la creación de una red de acción mundial eficaz, sin duda vale la pena examinar esa alternativa que contribuirá a solucionar el problema de mantener las pesquerías del mundo para que continúen sustentando el abastecimiento y ayuden a satisfacer nuestras necesidades en materia de seguridad alimentaria. PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 27 © http://www.grida.no/photolib/ La influencia de los polos Manfred Reinke Secretario Ejecutivo, Tratado Antártico Las variaciones en el clima se producen antes en las regiones polares que en cualquier otro lugar del globo, lo que las convierte en el más preciso barómetro del cambio climático. Son también las últimas grandes superficies del planeta vírgenes con ecosistemas extremadamente frágiles y únicos y son los motores del clima mundial. Debido a la fuerte interdependencia de los sistemas climáticos, cualquier cambio ocurrido en esas regiones tiene un fuerte impacto en las condiciones atmosféricas del resto del mundo. La protección medioambiental forma parte del programa de la Reunión Consultiva del Tratado Antártico desde comienzos de los años sesenta, poco después de la creación del Tratado, que fue uno de los instrumentos internacionales centrados en la paz y colaboración internacional de mayor éxito del siglo pasado. Dicho Tratado fue firmado en Washington en diciembre de 1959 por los doce países que habían llevado a cabo actividades científicas en la Antártida y sus alrededores durante el Año Geofísico Internacional de 1957-1958, y desde entonces otras 36 naciones se han adherido a él. A pesar de que no incluye elementos de tipo medioambiental, el primer programa de conservación para la Antártida, las Medidas Acordadas para la Conservación de la Fauna y Flora Antárticas, fue adoptado en 1964 por la Reunión Consultiva del Tratado Antártico. Posteriormente, las Partes Consultivas elaboraron el Convenio para la conservación de las focas antárticas, que entró en vigor en 1978. 28 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos A modo igualmente preventivo, en 1981 las Partes Consultivas decidieron iniciar las negociaciones sobre un régimen global para regular los recursos minerales antárticos con el fin de minimizar los problemas medio ambientales y políticos provocados por la explotación no controlada. La Convención para la Reglamentación de las Actividades sobre Recursos Minerales Antárticos se firmó en Wellington en 1988, pero nunca llegó a entrar en vigor porque Francia y Australia declararon al año siguiente que no ratificarían el contrato. © http://www.grida.no/photolib/ Durante las negociaciones que tuvieron lugar en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se planteó la preocupación a propósito de la explotación potencial a gran escala del krill, que podría traer consigo importantes consecuencias para otras especies de la Antártida que dependen de él para su alimentación. La Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, que entró en vigor en 1982, incluye disposiciones para la conservación y el uso racional del krill, los peces de aleta y otros recursos marinos. A diferencia de otras organizaciones regionales de ordenación pesquera, esta Convención aplica un enfoque ecosistémico para la gestión de la conservación y estipula que se tenga en cuenta el impacto en los ecosistemas a la hora de gestionar la pesca marina. “…el desarrollo de un sistema global de protección del medio ambiente de la Antártida y de los ecosistemas dependientes y asociados interesa a la humanidad en su conjunto” “El mundo había cambiado”, recordó Michel Rocard, ex Primer Ministro de Francia. “Las políticas ecológicas han proliferado en todos los contextos, las condiciones se han ampliado. Dos primeros ministros, unidos por la amistad, Robert Hawke de Australia y yo mismo, anuncian que no enviarán la Convención a sus respectivos Parlamentos para su ratificación y piden que se lleven a cabo negociaciones mucho más ambiciosas. Italia y Bélgica los imitaron de inmediato; Noruega un poco después”. en 1998. En él se afirma que “…el desarrollo de un sistema global de protección del medio ambiente de la Antártida y de los ecosistemas dependientes y asociados interesa a la humanidad en su conjunto”. Se designa a la Antártida como “una reserva natural, consagrada a la paz y a la ciencia”, se establecen principios básicos aplicables a las actividades humanas en la Antártida y se prohíbe cualquier actividad relacionada con los recursos minerales en ese continente, salvo para fines científicos. Hasta el año 2048 el Protocolo sólo puede ser modificado mediante el acuerdo unánime de todas las Partes Consultivas del Tratado. Además, la prohibición relacionada con los recursos minerales no puede revocarse a menos que esté en vigor un régimen jurídicamente vinculante sobre las actividades relativas a esos recursos. Esas declaraciones dieron pié a nuevas negociaciones sobre un Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente del Tratado Antártico, que se firmó en Madrid apenas dos años después, en octubre de 1991, y entró en vigor El Protocolo estableció el Comité para la Protección del Medio Ambiente como un grupo de expertos dedicado a prestar asesoramiento con información actualizada y formular recomendaciones sobre la implementación del Protocolo y sirve de orientación estratégica para futuras políticas ambientales en la zona que abarca el Tratado Antártico. En 2009 el Comité Científico de Investigaciones Antárticas publicó un informe amplio sobre el medio ambiente y el cambio climático en la Antártida. Se trata de un esfuerzo fuertemente multidisciplinar que tiene como objetivo “reflejar la importancia del continente en cuestiones mundiales, como el aumento del nivel del mar, la separación entre la variabilidad natural del clima y la influencia de las actividades humanas, las reservas de alimentos, la diversidad biológica y la absorción de carbono por los océanos”. Este año, el quincuagésimo aniversario de la entrada en vigor del Tratado Antártico y vigésimo de la firma del Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente, las Partes Consultivas reafirmaron su compromiso permanente de sostenerlo y su “intención de mantener su sólida y eficaz cooperación” a través de, entre otras cosas, “la continua identificación y el continuo abordaje de los nuevos desafíos medioambientales, y el fortalecimiento de la protección del medio ambiente antártico y de sus ecosistemas dependientes y asociados, particularmente en relación con el cambio climático mundial y las actividades humanas en la región, incluido el turismo”. Asimismo, han solicitado a los Estados que son Partes en el Tratado, pero que no son aún Partes en el Protocolo, que lo ratifiquen, como forma de “reafirmar su voluntad de proteger el medioambiente antártico en interés de toda la humanidad y preservar el valor de la Antártida como un espacio para la realización de investigaciones científicas”. PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 29 Adaptar los bienes comunes Kelly Levin Directora de investigaciones del Informe sobre los Recursos Mundiales 2010–2011 Manish Bapna Presidente interino del Instituto de Recursos Mundiales Hace relativamente poco que las preocupaciones ambientales empezaron a centrarse en los bienes comunes de la humanidad, recursos compartidos que no son propiedad de nadie, pero de los cuales depende toda forma de vida. Inicialmente, la atención se centraba más que nada en los impactos locales: los contaminantes tradicionales, como la lluvia ácida y las aguas residuales, la basura que obstruía los ríos o los plaguicidas. Esos eran problemas graves y tangibles. Los ríos se prendían fuego y el smog era tan denso que se perdía visibilidad en las ciudades. En ese contexto los problemas de los bienes comunes iban en aumento, pero solo hacia fines del siglo XX, cuando las amenazas ambientales se extendieron a todo el planeta, los gobiernos cayeron en la cuenta de que el mundo se había transformado rápidamente. Pocos decenios más tarde, las fuerzas mundiales del consumo, la producción y la población han dejado una marca profunda, y en algunos casos indeleble, en los recursos compartidos del planeta. © Luo Hong No existe una amenaza mayor al bienestar de los bienes comunes que el cambio climático debido a actividades humanas. Desde que en la era industrial se empezaron a liberar combustibles fósiles a gran escala, las temperaturas mundiales promedio de la superficie aumentaron en 0,8ºC, lo que ya está provocando cambios significativos en los sistemas físicos, hidrológicos y ecológicos. 30 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos Peor aún, el cambio climático a nivel mundial no se produce de forma aislada, sino que se ve exacerbado por otros problemas de los bienes comunes. Según los registros del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, la reducción de la cantidad de krill a causa del cambio climático, por ejemplo, provocó el agotamiento de numerosas especies de peces, lo que a su vez afectó la salud de los ecosistemas marinos, el abastecimiento de alimentos y los medios de subsistencia en todo el mundo. La península Antártica se ha calentado considerablemente en los últimos decenios, lo que hizo retroceder 87% de los bordes de los glaciares, con graves consecuencias para la vida en ese continente único en su especie. Es muy probable que el calentamiento mundial de 2ºC a 3ºC por encima de las temperaturas de la era preindustrial anuncie cambios de gran envergadura en los ecosistemas terrestres y marinos; también es probable que incrementen el peligro de extinción de 20% a 30% de las especies. “Es muy probable que el calentamiento mundial de 2ºC a 3ºC por encima de las temperaturas de la era preindustrial anuncie cambios de gran envergadura en los ecosistemas terrestres y marinos; también es probable que incrementen el peligro de extinción de 20% a 30% de las especies” Esas amenazan ponen de relieve la necesidad urgente de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Asimismo, hacen imperativa la adaptación, dados los impactos inevitables que tendrán los gases de efecto invernadero ya emitidos y el calentamiento que se producirá en consecuencia, debido a la capacidad de transporte de calor de los océanos del mundo. En los últimos dos años, en el Informe sobre los Recursos Mundiales 2010�2011, elaborado en colaboración entre el Banco Mundial, el Instituto de Recursos Mundiales, el PNUD y el PNUMA, han participado líderes gubernamentales y profesionales de África, América Latina y Asia para aprender sobre las iniciativas actuales de adaptación y sacar partido de ellas. El informe centra su atención en la manera en que los encargados de formular políticas y planificar a nivel nacional pueden adoptar mejores decisiones ante un clima cambiante: asignar mayor prioridad a la preservación de los bienes comunes de la humanidad, elaborar recomendaciones para lograr el compromiso del público, recolectar y suministrar información, herramientas de planificación, formulación de políticas y diseño institucional, y recursos. También se presentan casos prometedores de gobiernos que están incorporando los riesgos del cambio climático en sus prácticas, que podrían constituir modelos para incrementar la adaptación en el mundo en desarrollo. Entre ellos se incluye: © Paul Nicklen/Corbis PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 31 Sudáfrica, uno de los 17 países megadiversos del mundo, alberga casi 10% de las especies conocidas de aves, peces y plantas del mundo y casi 15% de las especies costeras y marinas. Por el cambio climático, se corre el peligro de que se exacerben las amenazas a la diversidad biológica derivadas del crecimiento urbano e industrial, ya que es probable que se produzcan más sequías e inundaciones, reducción del nivel de los ríos e incendios más frecuentes de los bosques. Por lo tanto, en Sudáfrica se está empleando una estrategia innovadora encaminada a conservar intactos suficientes hábitats naturales para proteger las especies amenazadas y preservar los corredores de vida silvestre. Se han elaborado planes de diversidad biológica y trazado mapas de las características y especies naturales de zonas enteras y del uso de tierras y recursos. Se han incorporado en los planes “principios de diseño” relativos al cambio climático y se asignó prioridad a zonas de conectividad y refugio para incrementar la capacidad de recuperación de las especies. Las autoridades locales los emplean para formular planes municipales que los ayudan a decidir en qué esferas dar prioridad a la conservación y en cuáles promover el desarrollo. VIET NAM Sudáfrica NAMIBIA © Brytta/iStockphoto © Luo Hong © Trinh Le Nguyen/Shutterstock En Namibia los agricultores están en lucha permanente con el desierto: las regiones más secas registran en promedio no más de 20 mm de precipitaciones por año. Como es probable que en el futuro, debido al cambio climático, las estaciones lluviosas sean aún más cortas, el gobierno de Namibia ha establecido foros para la gestión integrada de los recursos donde los agricultores y los prestadores de servicios de divulgación intercambian información sobre formas de evitar la que la tierra se vuelva infértil. Los agricultores hacen seguimiento de las precipitaciones locales, la disponibilidad de forraje y la condición del ganado, mientras que los funcionarios ofrecen orientación sobre gestión agrícola sostenible y buenas prácticas de sanidad animal. Asimismo, las comunidades agrícolas han establecido el pastoreo en rotación y dejan descansar las tierras de pastoreo en peligro de degradación y –si se les informa que se avecina un período de sequía– venden ganado, evitan el pastoreo excesivo y depositan los ingresos. Esos canales de información bidireccionales entre funcionarios públicos y agricultores contribuyen a mejorar la capacidad de las comunidades de soportar las sequías y la degradación de las tierras, y pueden reproducirse tanto dentro como fuera de Namibia. Por estar situado en los trópicos, Viet Nam es un país sumamente vulnerable a los impactos del cambio climático, en especial, al aumento del nivel del mar. Por lo tanto, el gobierno ha institucionalizado la restauración de manglares a gran escala –con la financiación de donantes entre los cuales se encuentran el Banco Mundial y la Cruz Roja–; así, desde 2001, se han incorporado a la costa del país 15.000 hectáreas de bosques con fines de protección. Sin embargo, los resultados varían mucho entre el norte y el sur del país. En el norte, las plantaciones tienen protección oficial, con lo que se niega el derecho de uso a los habitantes del lugar y se generan conflictos y resentimientos. En el sur, la restauración se ha combinado con esfuerzos para mitigar la pobreza y diversificar los medios de subsistencia, con lo que se obtuvo el apoyo de las comunidades locales. La experiencia indica que, si se incorpora la adaptación en un proceso de planificación integral para el desarrollo, es mucho más probable que los resultados a largo plazo sean satisfactorios. La versión completa de estos casos de estudio y otras investigaciones están disponibles en www.worldresourcesreport.org 32 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos www Patrimonio mundial: enlaces útiles Esta página contiene enlaces con sitios web de gobiernos, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, empresas, medios de comunicación y otros grupos de todo el mundo, que pueden ser de gran utilidad en sus investigaciones de cuestiones relacionadas con la gestión de químicos. Hemos recopilado estos enlaces a partir de nuestro propio análisis de la abundante información disponible en Internet, para ayudarle a encontrar las fuentes más pertinentes para su investigación. La revista Nuestro Planeta, sin embargo, no respalda necesariamente el punto de vista de los grupos con los que tenemos enlaces, y ni podemos garantizar la exactitud de la información publicada en esos sitios. Más bien, nuestra intención es ofrecerle una amplia gama de opiniones y perspectivas www.unep.org www.gpa.unep.org/ El Programa de Acción Mundial para la protección del medio marino frente a las actividades realizadas en tierra fue adoptado por la comunidad internacional en 1995 para luchar contra la degradación del medio marino provocada por las actividades realizadas en tierra, facilitando la realización de las tareas de los Estados dirigidas a preservar y proteger el medio marino. Se trata de la única iniciativa mundial dirigida directamente a la vinculación entre los ecosistemas terrestres, de aguas dulces, costeros y marinos. www.unep.org/regionalseas/ El Programa de Mares Regionales aborda el problema de la aceleración de la degradación de las zonas oceánicas y costeras del mundo a través de la gestión y el uso sostenible del medio marino y costero. Para ello, se esfuerza en alentar a grupos de países vecinos a que tomen medidas globales y específicas destinadas a proteger el medio marino que comparten. Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación www.unccd.int El problema de la desertificación es una gran preocupación para muchos países en todas las regiones del mundo por sus consecuencias a nivel económico, social y medioambiental. El objetivo de la Convención es solucionar el problema del aumento de la degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Bosques www.unep.org/forests/ Los bosques cubren un tercio de la superficie terrestre y desempeñan funciones cruciales en el mundo. De hecho, 1.600 millones de personas viven de los bosques. Además, juegan un papel clave en nuestra lucha contra el cambio climático. Los bosques alimentan nuestros ríos y son fundamentales en el abastecimiento de agua de cerca del 50% de las grandes ciudades. Informe de Política Forestal www.unep.org/ecosystemmanagement/Portals/7/Documents/unep_policy_ series/5thUNEPPolicySeries.pdf Los bosques siempre han sido fundamentales para la vida humana y la economía, e irán adquiriendo cada vez más importancia a medida que crezca la población mundial. La humanidad entera depende de los bosques porque absorben el carbono y desempeñan un papel fundamental al ayudar al crecimiento de una economía ecológica mundial. Este informe de política explica cómo los bosques pueden ser un elemento clave en una economía ecológica que brinde oportunidades para el desarrollo de soluciones innovadoras en gestión forestal. Evaluación integrada del carbono negro y el ozono troposférico www.unep.org/dewa/Portals/67/pdf/BlackCarbon_SDM.pdf Esta evaluación estudia todos los aspectos de las emisiones antropógenas de carbono negro y los precursores del ozono troposférico, como el metano, y analiza las tendencias en las emisiones de esas sustancias y los impulsores de esas emisiones. Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono www.ozone.unep.org/new_site/en/index.php El Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono y su Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono tienen por objeto la protección de la capa de ozono de la Tierra. Cuentan con 196 Partes, por lo que son los tratados más ratificados de toda la historia de las Naciones Unidas, y han conseguido reducir en más de un 97% el consumo total mundial de sustancias controladas que agotan la capa de ozono. www.unep.fr/ozonaction/ La Subdivisión AcciónOzono del PNUMA ayuda a países en desarrollo y países con economías en transición a lograr y mantener el cumplimiento del Protocolo de Montreal. www.unep.org/desertification/successstories/ A pesar de que la desertificación sigue siendo un grave problema medioambiental, pues dificulta el desarrollo de las zonas áridas, se han llevado a cabo con éxito numerosos proyectos e iniciativas comunitarias que abordan ese problema. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático www.unfccc.int La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) se creó con el fin de analizar cómo podría reducirse el calentamiento atmosférico y cómo lidiar con los aumentos de temperatura que ya son inevitables. El Protocolo de Kyoto es un complemento de la CMNUCC. Convenio sobre la Diversidad Biológica www.cbd.int/ La idea de un Convenio sobre la Diversidad Biológica surgió a partir del compromiso creciente de la comunidad internacional con el desarrollo sostenible. Constituye un avance espectacular en materia de conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y la participación justa e igualitaria en los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos. Anuario 2011 del PNUMA: Cuestiones emergentes en nuestro medio ambiente mundial http://www.unep.org/yearbook/2011/pdfs/UNEP_YEARBOOK_Fullreport.pdf El Anuario 2011 del PNUMA analiza las cuestiones emergentes del mundo y presenta los últimos avances científicos sobre el medio ambiente. Además, destaca los eventos y avances ambientales más importantes del año pasado y recoge las tendencias de datos e indicadores más recientes. Toda persona interesada en el futuro de nuestro planeta debería echar un vistazo al Anuario 2011 del PNUMA. Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza www.iucn.org La conservación de la diversidad biológica es fundamental a la hora de abordar algunos de los retos más importantes a los que se enfrenta nuestro planeta: frenar el cambio climático, desarrollar una energía sostenible, mejorar el bienestar de las personas y crear una economía ecológica. Cumbres para la Tierra Rio+20 www.worldsummit2002.org/index.htm www.uncsd2012.org/rio20/ www.un.org/esa/dsd/agenda21/ PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 33 Tuve una revelación silenciosa mientras flotaba en el espacio, completamente alejada de los sonidos, olores y gustos de la Tierra, con el solo contacto de la ropa que llevaba puesta. No es sorprendente que mi primera visión del planeta fuera sobre el agua: la luz del sol se reflejaba en la sábana azul refulgente del Océano Pacífico, aunque no oía las olas ni sentía el gusto salado del aire. La luz era de una claridad penetrante; no había atmósfera que suavizara los rayos del sol. El cielo azul de la tierra se veía negro con un delgado ribete difuso de color azul brillante alrededor del planeta. os que, aunque som er d n te en os em “Deb mos edio ambiente, so m el d te n ra g te parte in observadores y motores de cambio. roducir cambios yp ad de inducir d ci a p ca la s tivos” Tenemo os como nega v ti si o p to n mbiente, ta en el medio a ROBERTA 34 PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos A BONDAR Después de observar el planeta desde el espacio durante ocho días, aumenta mi interés y respeto por las fuerzas que dan forma a nuestro mundo. Cada partícula de suelo, cada planta, cada animal es especial. También me maravillo ante la creatividad y el ingenio de nuestra propia especie, aunque me pregunto por qué no nos damos cuenta de que todos los días creamos nuestro futuro y de que nuestras acciones a nivel local afectan a la comunidad mundial en la actualidad y afectarán también a generaciones futuras. Desde el espacio, ver el planeta sin seres humanos puede ser, sin duda, desconcertante. Pero tenemos que regresar cambiados a la Tierra, porque solo cuando estamos sobre su superficie vemos las plantas valiosas, los animales confiados y las mariposas delicadas. Los seres humanos deberíamos respetarlos y admirarlos en lugar de causar destrucción y extinción. Porque hemos desarrollado tecnologías espantosas y nos hemos convertido rápidamente en una especie que agota recursos, recae en nosotros la responsabilidad fundamental de proteger a los demás de nosotros mismos Debemos entender que, aunque somos parte integrante del medio ambiente, somos observadores y motores de cambio. Tenemos la capacidad de inducir y producir cambios en el medio ambiente, tanto positivos como negativos. Nuestras creencias, razonamiento y sabiduría se basan en la ciencia y en filosofías religiosas, espirituales o morales. Es posible que el intento de los seres humanos de mantener el medio ambiente en estado estable elimine la oportunidad de evolución natural. Sin embargo, podemos tratar de proteger otras formas de vida de la superfuerza de nuestra tecnología y los desafíos de población humana, entre ellos, la presión sobre esos medio ambientes preservados. Debemos hacernos un tiempo y un lugar para la paz y la renovación espiritual. Necesitamos un tiempo de reflexión para que las cosas que hacemos adquieran más orden e importancia. Tal vez deseamos un objetivo de vida que se pueda lograr estableciendo y alcanzando metas. Pero también necesitamos poner nuestra vida y nuestra propia mortalidad en perspectiva. Después de todo, este planeta también albergará vidas futuras que enfrentarán nuevos miedos y problemas. No tenemos todas las respuestas, pero seguimos viviendo y creciendo a través del conocimiento adquirido a partir de la observación de otras formas de vida. Eso debería bastarnos para ser proactivos respecto del La Dra. Roberta Bondar –primera neuróloga en viajar al espacio y primera mujer astronauta canadiense– viajó en el transbordador espacial durante la primera misión internacional sobre microgravedad, en enero de 1992. Durante los diez años siguientes dirigió un equipo internacional de investigación sobre medicina espacial que trabajó con la NASA en apoyo de veinticuatro misiones del transbordador espacial y la estación orbital Mir. Actualmente tiene una fundación propia cuyo objetivo es inspirar el aprendizaje sobre temas ambientales por medio de la fotografía. cuidado de nuestro ambiente natural. El mensaje debería ser claro. Se desconocen las expectativas de las generaciones futuras, excepto una: la supervivencia. Si no protegemos el ambiente de nuestro planeta, propicio para los seres humanos, a la larga nuestro verdadero hogar no podrá nutrir nuestras almas ni nuestros cuerpos. El Parque Nacional Quttinirpaaq se encuentra en la zona más septentrional del Ártico canadiense y constituye un auténtico desierto polar con apenas 60 ml de precipitaciones al año © Roberta Bondar PNUMA NUESTRO PLANETA El planeta que compartimos 35 www.unep.org/ourplanet
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