IEDEE, Vol. 14, Nº 3

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IEDEE, Vol. 14, Nº 3
INVESTIGACIONES
EUROPEAS DE DIRECCIÓN Y
ECONOMÍA DE LA EMPRESA
V.14 - Nº 3
Año 2008
ISSN: 1135-2523
Edita:
AEDEM, Academia Europea de Dirección
y Economía de la Empresa
Imprime:
Impresores de Galicia, S.L.
Depósito Legal: C-492 / 95
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INDICE
RAZONES PARA CRECER EN LA EMPRESA FAMILIAR: UN ANÁLISIS
COMPARATIVO
Fuentes Lombardo, G.; Hernández Ortiz, M.J. y Vallejo Martos, M.C. ........................15-34
EL CRÉDITO COMERCIAL: MARCO CONCEPTUAL Y REVISIÓN DE LA
LITERATURA
Rodríguez Rodríguez, O.M. ............................................................................................ 35-54
EL COMERCIO ELECTRÓNICO EN PERSPECTIVA: DINÁMICA Y
DESENCADENANTES
Rodríguez-Ardura, I. ; Meseguer Artola, A. y Vilaseca i Requena, J. ...........................55-66
OTRI: AGENDA DE INVESTIGACIÓN
Vendrell Herrero, F. y Ortín Ángel, P. ........................................................................... 67-78
ESTUDIO Y ANÁLISIS DE LAS LISTAS DE DISTRIBUCIÓN EN PROYECTOS
DE SOFTWARE DE CÓDIGO ABIERTO COMO MEDIO PARA COMPARTIR
CONOCIMIENTO
Martínez Torres, R.; Toral Marín, S.L.y Barrero García, F.J. ......................................79-90
DISPERSIÓN RETRIBUTIVA, ESTRUCTURA SALARIAL Y RESULTADOS DE
LA ORGANIZACIÓN: UN MODELO DE INVESTIGACIÓN
Sánchez Marín, G. ......................................................................................................... 91-106
LA CALIDAD Y SU RELACIÓN CON LOS INDICADORES NO FINANCIEROS
DE CONTROL
Marín Vinuesa, L.M. y Ruiz-Olalla Corcuera, M.C. ..................................................107-126
MECANISMOS DE COORDINACIÓN ESTRUCTURAL, NO ESTRUCTURAL E
INFORMAL. PROPUESTA Y VALIDACIÓN DE ESCALAS DE MEDIDA
Lloria Aramburu, M.B. ...............................................................................................127-150
LA CREACIÓN, INTEGRACIÓN, TRANSFERENCIA Y ASIMILACIÓN EFICIENTE
DE CONOCIMIENTO EN REDES: UNA PROPUESTA PARA INCREMENTAR
LA CONFIANZA Y LA VINCULACIÓN CON LOS PRESCRIPTORES
Cabanelas Lorenzo, P.; Cabanelas Omil, J, y González Vázquez, E. ........................151-166
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ASPECTOS ORGANIZACIONALES Y DE COOPERACIÓN EN I+D COMO
CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN. EL CASO DE LA INDUSTRIA
ALIMENTARIA EN LA COMUNIDAD VALENCIANA
Sierra Pereiro, M.; Albors Garrigós, J. y Ruiz Molina, M.E. ....................................167-184
LOS ACUERDOS DE COOPERACIÓN DE LAS EMPRESAS QUE COTIZAN EN
BOLSA: ANÁLISIS DEL CASO ESPAÑOL
González Serrano, L.; Laguna Sánchez, M.P. y Robles Fernández, M.D...................185-201
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2008
CONTENTS
REASONS TO GROW IN THE FAMILY FIRM: A COMPARATIVE ANALYSIS
Fuentes Lombardo, G.; Hernández Ortiz, M.J. and Vallejo Martos, M.C. .........................15-34
TRADE CREDIT LITERATURE: A SURVEY
Rodríguez Rodríguez, O.M. .................................................................................................35-54
ELECTRONIC COMMERCE IN PERSPECTIVE: DYNAMICS AND DRIVERS
Rodríguez-Ardura, I. ; Meseguer Artola, A. and Vilaseca i Requena, J. ............................55-66
TTO: RESEARCH AGENDA
Vendrell Herrero, F. and Ortín Ángel, P. ............................................................................67-78
STUDY AND ANALYSIS OF OPEN SOURCE SOFTWARE PROJECTS MAILING
LISTS AS A TOOL FOR KNOWLEDGE SHARING
Martínez Torres, R.; Toral Marín, S.L.and Barrero García, F.J. .......................................79-90
PAY DISPERSION, WAGE STRUCTURE, AND FIRM PERFORMANCE: A
RESEARCH MODEL.
Sánchez Marín, G. ...............................................................................................................91-106
THE RELATIONSHIP BETWEEN QUALITY AND NON-FINANCIAL MEASURES
Marín Vinuesa, L.M. and Ruiz-Olalla Corcuera, M.C. ....................................................107-126
STRUCTURAL, NON- STRUCTURAL AND INFORMAL COORDINATION
MECHANISMS. PROPOSAL AND VALIDATION OF MEASUREMENT SCALES
Lloria Aramburu, M.B. .....................................................................................................127-150
EFFICIENT KNOWLEDGE CREATION, INTEGRATION, TRANSFERENCE AND
ASSIMILATION IN NETWORKS. A PROPOSAL TO STRENGTHEN THE TRUST
AND COMMITMENT WITH PRESCRIBERS
Cabanelas Lorenzo, P.; Cabanelas Omil, J, and González Vázquez, E. ..........................151-166
ORGANIZATIONAL AND R&D COOPERATION ISSUES AS INDUSTRY
CLASSIFICATION CRITERIA. THE CASE OF THE FOOD INDUSTRY
IN THE VALENCIA REGION
Sierra Pereiro, M.; Albors Garrigós, J. and Ruiz Molina, M.E. ......................................167-184
ALLIANCES IN SPAIN: EVIDENCE FROM STOCK MARKET FIRMS
González Serrano, L.; Laguna Sánchez, M.P. and Robles Fernández, M.D.....................185-201
Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa
Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 15-34, ISSN: 1135-2523
RAZONES PARA CRECER EN LA EMPRESA FAMILIAR:
UN ANÁLISIS COMPARATIVO
Fuentes Lombardo, G.
Hernández Ortiz, M.J.
Vallejo Martos, M.C.
Universidad de Jaén
Recibido: 28 de julio de 2006
Aceptado: 11 de julio de 2008
RESUMEN: El crecimiento de la empresa puede considerarse un objetivo estratégico muy
interesante independientemente de que el negocio sea familiar o no. Si bien, las peculiaridades que
caracterizan a las empresas familiares, consecuencia del solapamiento que se produce entre tres
sistemas distintos (familia, empresa y propiedad), pueden ser el motivo de que la empresa se plantee
alcanzar este objetivo por razones distintas a otras empresas que no revistan este carácter familiar.
Los resultados obtenidos en un estudio empírico realizado en el sector vitivinícola con denominación
de origen en España muestran que a medida que la empresa tiene un mayor grado de familiaridad, el
crecimiento se persigue más por motivos familiares que por motivos empresariales. De otro lado,
cuando la empresa presenta un menor grado de familiaridad las razones empresariales para fijar como
objetivo estratégico el crecimiento están más presentes. Al mismo tiempo los propósitos que llevan a
las empresas a fijar este objetivo difieren en función de si los directivos de la compañía pertenecen o
no a la familia propietaria.
PALABRAS CLAVE: Empresa Familiar, Crecimiento, Sector Vitivinícola, Objetivos.
REASONS TO GROW IN THE FAMILY FIRM:
A COMPARATIVE ANALYSIS
ABSTRACT: Growth is considered a very important strategic goal for family and non family firms.
However, due to the singularities of family firms and the overlap of their three different systems
(family, management and ownership), their reasons to grow can be different from non family firms.
The results of this empirical research in the Spanish wine Industry show that when familiness is
higher, the growth is motivated more for family than for business reasons. On the other hand, when
the firms show a less familiness, growth as a strategic goal is more motivated for business reasons. At
the same time, reasons to justify growth are different if the managers of the company are or not
members of the owned family.
KEYWORDS: Family Firm, Growing, Wine Industry, Goals.
1. INTRODUCCIÓN
En la literatura existen muchos trabajos que han estudiado el crecimiento empresarial,
así como los motivos que llevan a la empresa a desear alcanzarlo (Penrose, 1962; Chandler,
1990; Gertz y Baptista, 1995; Ghoshal et al., 1997; Canals, 2001). También podemos afirmar
que el estudio del crecimiento en la empresa familiar ha recibido una especial atención por
parte de algunos autores (Drozdow y Carroll, 1997; Ward, 1997; King et al., 2001; Sambrook,
2005) durante la última década, aunque son escasos los estudios que profundizan en los
motivos que llevan a estas compañías a fijar el crecimiento como un objetivo estratégico,
atendiendo a las posibles diferencias que puedan existir entre empresas familiares y no
familiares.
Las fortalezas y debilidades que presentan las empresas familiares podrían influir
notablemente en sus orientaciones estratégicas y en el éxito alcanzado con las mismas. Las
peculiaridades de estas empresas, derivadas de la superposición de los sistemas de gestión
Fuentes Lombardo, G.; Hernández Ortiz, M.J.; Vallejo Martos, M.C..
empresarial y familiar, las diferencian del resto (Kets de Vries, 1993, 1996; Ibrahim y Ellis,
1994; Ginebra, 1997; Donckels y Lambrecht, 1999), y pueden influir en que cualquier opción
estratégica que deseen abordar pueda revestir para ellas unas particularidades únicas y
específicas (Ward, 1988; Harris et al., 1994; Sharma et al., 1997; Westhead, 1997), entre ellas
la del crecimiento.
De este modo, el objetivo de este trabajo es analizar si el crecimiento en la empresa
familiar estaría motivado por razones relacionadas con la familia propietaria y por razones
puramente empresariales, mientras que en las empresas no familiares sólo estarían presentes
estas últimas. Por ello, el interés de este trabajo radica en conocer cuáles son los motivos que
llevan a la empresa familiar a establecer como objetivo el crecimiento del negocio, en
comparación con aquellas otras empresas que no revisten un carácter familiar, y analizar cómo
las fortalezas y debilidades que caracterizan a estas empresas influyen en estos motivos.
Para alcanzar el objetivo propuesto en este trabajo hacemos uso de la metodología
cualitativa y como técnica de investigación empleamos la entrevista en profundidad. Esta
metodología y técnica de investigación las utilizamos porque buscamos la comprensión
detallada de la perspectiva de las personas implicadas en la gestión de la empresa, que nos
ayude a profundizar en determinados aspectos relativos a los motivos que justifican el
crecimiento dentro de las compañías, sobre todo en el caso particular de las familiares.
Además, esta metodología se considera como la más adecuada cuando el investigador pretende
profundizar en el por qué y el cómo de un determinado fenómeno social (Taylor y Bogdan,
1992; Anguera, 1986), en este caso, el estudio de las razones que llevan a la empresa familiar a
fijar como objetivo el crecimiento del negocio.
Siguiendo el esquema metodológico apuntado, el presente trabajo ha sido estructurado
en cinco apartados, incluido este primero de carácter introductorio. En el segundo apartado
realizamos una revisión de la literatura del crecimiento empresarial. El tercero está destinado al
análisis de este objetivo en el caso particular de la empresa familiar. El cuarto describe la
metodología empleada en el estudio y las fases de trabajo desarrolladas hasta alcanzar los
resultados de investigación. Finalmente, el quinto apartado está destinado a comentar las
principales conclusiones que se desprenden del estudio y a exponer las limitaciones del mismo.
2. MOTIVOS QUE JUSTIFICAN EL CRECIMIENTO DE LA EMPRESA
Tal y como señala Ariño (2005), en un entorno caracterizado por la creciente
internacionalización de la economía, la rapidez del cambio tecnológico, la integración de los
sectores de actividad y la entrada constante de nuevos competidores en los mercados, la empresa
que no alcance un mínimo tamaño se enfrenta sin duda a serias dificultades para subsistir.
Así, el crecimiento empresarial ha sido un tema central de estudio en el campo de la
dirección estratégica que ha llevado a profesionales y a académicos a cuestionarse lo qué
subyace tras este concepto, a cómo medirlo, qué motivos justifican el hecho de que las
empresas experimenten procesos de desarrollo, así como, los pros y los contras de la mayor
dimensionalidad empresarial (García, 2003).
Pese a que existen autores (Donaldson y Lorsch, 1984) que consideran que las
compañías se plantean crecer para asegurar su continuidad a largo plazo, Grant (1996) y Goold
(1999) señalan que entre los objetivos que explican el crecimiento empresarial están la
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 15-34
Razones para crecer en la empresa familiar: Un análisis comparativo
búsqueda de mayor prestigio de los directivos o las mejores posibilidades de promoción de los
empleados. A estos argumentos Canals (2001) añade otros, tales como, encontrar y retener en
la empresa personal con talento, atraer capital de inversores, gestionar el riesgo que puede
suponer para la empresa que aparezca un nuevo producto en el mercado con calidad y precio
superior, y encontrarse en un sector maduro. En esta línea, aunque el crecimiento implique la
asunción de riesgos, en determinados casos, la ausencia de crecimiento podría implicar riesgos
aún mayores, pues estaríamos en el caso de que la empresa no sea capaz de atraer a nuevos
clientes o satisfacer a los actuales (Canals, 2001).
Desde la perspectiva del enfoque de recursos y capacidades, el perfil de recursos de la
empresa determina no sólo la existencia de crecimiento sino también la dirección del mismo
(Kochhar y Hitt, 1998). Montgomery y Hariharan (1991) demostraron que empresas con una
amplia base de recursos tendían a crecer y diversificarse. Para estos autores, las empresas que
posean una mayor variedad de recursos, sobre todo intangibles, tendrán un mayor potencial de
desarrollo, ya que los recursos sobrantes permitirán a la empresa expandirse hacia nuevos
mercados y sectores.
Por otro lado, Wernerfelt (1989) apuntó que los recursos de la empresa limitan la
entrada en los mercados y el nivel de beneficios a esperar de ellos. Efectivamente, la dirección
del crecimiento estará determinada por el ajuste entre el perfil de recursos y capacidades de la
empresa y la base de competencia de las industrias de destino (Montgomery y Hariharan, 1991)
o, enunciado de otra manera, las oportunidades del entorno, considerando que las empresas
actúan bien para responder al mismo o bien para crear los suyos propios (Mahoney, 1995).
La existencia de recursos ociosos o infrautilizados, junto con el hecho de que no todos
los recursos se utilizan a la misma velocidad, provoca que pueda existir capacidad sobrante de
alguno de ellos, constituyendo un estímulo interno para el crecimiento de la empresa (Penrose,
1962). A pesar de todo, no podríamos considerarla como una condición suficiente para la
diversificación. Los recursos de la empresa también definen los límites del crecimiento o la
tasa de crecimiento sostenible, ya que “la gestión interna de los recursos”, también denominado
“efecto Penrose1” (Marris, 1963), constituye el límite más importante al crecimiento.
Por esta razón, la empresa se diversifica cuando posee recursos sobrantes, útiles en otros
negocios y cuyo intercambio en el mercado esté sometido a altos costes de transacción por la
existencia de algún fallo de mercado que no permite la simple venta u alquiler de éstos
(Peteraf, 1993), debido a que en este caso, la empresa preferirá explotarlos por sí misma
(Teece, 1982). Esta condición para la diversificación ya había sido sostenida antes por
Chandler (1962), para quien el exceso de capacidad debido a las indivisibilidades y a la
demanda cíclica dirigía la diversificación de la empresa, o por Ramanujan y Varadarajan
(1989), según los cuales la diversificación existía si la empresa contaba con un exceso de
capacidad física específica de un solo producto final.
Para alcanzar este crecimiento, la empresa puede desarrollar distintas estrategias. La
tipología de estrategias de crecimiento más conocida corresponde a Ansoff (1976), quien
distingue entre la estrategia de expansión y la estrategia de diversificación. De otro lado
Rumelt (1974, 1982) recoge como estrategias de diversificación empresarial la relacionada y la
no relacionada. Otros autores como Mahoney y Pandian (1992) y Canals (2001), señalan
idénticas estrategias a las anteriores y argumentan como la empresa puede crecer al dirigirse a
nuevos mercados, tanto geográficos como de clientela.
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Fuentes Lombardo, G.; Hernández Ortiz, M.J.; Vallejo Martos, M.C..
A la vista de lo anteriormente expuesto y dado que nuestro objetivo de investigación no
es otro que conocer si los motivos para alcanzar el crecimiento del negocio, comentados
anteriormente, serían o no similares, en el caso de que la empresa fuese o no familiar, en el
siguiente epígrafe realizamos una revisión de la literatura sobre los trabajos que se han
centrado en el análisis del crecimiento en la empresa familiar y, de este modo, obtenemos
aquellos aspectos que pueden influir en el objetivo de crecimiento de estas compañías.
3. EL CRECIMIENTO COMO OBJETIVO ESTRATÉGICO EN LA EMPRESA
FAMILIAR
La dirección estratégica, a pesar de ser una importante área de investigación, ha estado
un tanto descuidada en el ámbito de la empresa familiar (Harris et al., 1994; Wortman, 1994).
Así, algunos autores sugieren que las investigaciones con contenido estratégico en la empresa
familiar no han sido sólo escasas en cantidad, sino que tampoco han sido lo suficientemente
rigurosas (Brockhaus, 1994; Hoy y Verser, 1994) y de ahí la necesidad de investigar dentro de
este campo (Sharma et al., 1997).
La revisión de algunos de los trabajos que han sido publicados sobre empresa familiar y
que se relacionan con la dirección estratégica de estas empresas, nos ha permitido conocer
aquellos aspectos relacionados con el análisis estratégico, en general, y con la misión, objetivos
y filosofía de la empresa familiar, en particular. Estos estudios aparecen clasificados en función
de su carácter teórico o empírico en la tabla 1.
Tabla 1. Estudios con contenido estratégico en empresa familiar.
Aspectos estudiados
Teóricos
Análisis estratégico
‰ Misión, objetivos y filosofía
Aspectos estudiados
Miller (2000).
Habbershon et al. (2003); Chrisman et al. (2003).
Empíricos
Análisis estratégico
‰ Misión, objetivos y filosofía
Robins (1991); Westhead (1997); Gudmundson et al. (1999).
Donckels y Fröhlich (1991); Singer y Donohu (1992); Tagiuri y
Davis (1992); File et al. (1994); Dunn (1995); Lee y Rogoff
(1996); Andersson et al. (2002).
Fuente: Fuentes (2006).
Pues bien, de la revisión de estos trabajos debemos destacar que los objetivos y metas de la
empresa familiar suelen ser múltiples, complejos y con distintas prioridades, en comparación con
los de las empresas que no poseen un carácter familiar. Mientras que Habberson et al. (2003)
consideran como principal objetivo de la empresa familiar la creación de riqueza, Chrisman et al.
(2003) argumentan que la creación de valor a través de las distintas generaciones llevaría implícitos
múltiples objetivos que trascienden la búsqueda de rentabilidad.
Algunos autores (Daily y Dollinger, 1992, 1993; Gallo y Sveen, 1991; Donckels y
Fröhlich, 1991) argumentan que las empresas no familiares adoptan estrategias más orientadas
al crecimiento que las empresas familiares y, de este modo, distintos estudios (Poza, 1989;
Upton et al., 2001, Kepner, 1983 y Swinth y Vinton, 1993) aconsejan estrategias de
crecimiento para las empresas familiares.
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Razones para crecer en la empresa familiar: Un análisis comparativo
A pesar de que Westhead (1997) considera que las estrategias seguidas por las empresas
familiares responden a oportunidades y amenazas del entorno externo, a la hora de acometer
estrategias de desarrollo, se encuentran con graves dificultades por rechazar la financiación
externa o por no querer reclutar a directivos de fuera de la familia.
En relación a la elección de la estrategia de estas empresas, Daily y Thompson (1994)
no encontraron en su estudio diferencias significativas entre el tipo de propiedad, elección de la
estrategia y el crecimiento de la empresa, resultados que coinciden con los obtenidos por
Gudmundson et al. (1999).
De la revisión de los anteriores trabajos, podemos sintetizar como las metas que fijan las
empresas familiares y las estrategias que desarrollan para alcanzarlas se relacionan, con las
fortalezas que las caracterizan y con las debilidades que presentan (a ambas haremos referencia
al final de este epígrafe); la búsqueda de rentabilidad no parece ser el principal objetivo de la
empresa familiar; las estrategias que desarrollan estas empresas parecen estar menos orientadas
al crecimiento, en comparación con las no familiares; y, finalmente, entre los objetivos
empresariales de estas compañías se observa una fuerte influencia de las necesidades
familiares.
Por otra parte, los trabajos que han estudiado los motivos que llevan a la empresa
familiar a fijar entre sus objetivos el crecimiento del negocio son escasos y además, en su
mayoría, de carácter teórico, por lo que no existe una evidencia empírica de las conclusiones
obtenidas en los mismos. Así, la mayor parte de estos estudios no se centran únicamente en los
motivos que llevan a la empresa familiar a fijar como objetivo estratégico el crecimiento del
negocio, sino que analizan otros aspectos que pueden afectar positiva y negativamente a que
éste se alcance, tales como la sucesión y la etapa del ciclo de vida que atraviesa la familia.
El trabajo realizado por Ward (1997) pone de manifiesto como la percepción general del
negocio familiar es que estas empresas no crecen. Así, Danco (1980) considera que estas
empresas terminan destruyéndose así mismas por preferir una evolución del negocio lenta pero
segura y por la acción -en la mayoría de los casos inacción- de los directivos propietarios.
La revisión de la literatura realizada por Ward (1997) recoge las principales razones que
explican el escaso crecimiento de la empresa familiar y su dificultad de supervivencia a largo
plazo. De este modo, los principales aspectos que afectan al crecimiento de estas empresas se
relacionan con encontrarse en un mercado maduro con un incremento de la competencia, tener
dificultades financieras para garantizar las necesidades familiares y de la compañía, la falta de
flexibilidad de los líderes y su resistencia al cambio, la incorporación al negocio de la siguiente
generación familiar, conflictos de sucesión en las distintas generaciones familiares y disparidad
entre objetivos, valores y necesidades familiares.
Cuando se trata de una empresa familiar, garantizar la supervivencia y crecimiento del
negocio no resulta ser una tarea fácil, sin embargo, puede tener una enorme importancia para
asegurar la continuidad de la compañía en manos de la siguiente generación. Fuentes (2006)
señala como dentro de los objetivos de estas empresas debería considerarse la importancia del
crecimiento del negocio2 para garantizar su continuidad en manos de las futuras generaciones
familiares. De este modo, algunos autores (Kaslow, 1983; Kepner, 1991; Kuratko et al., 1997;
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 15-34
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Fuentes Lombardo, G.; Hernández Ortiz, M.J.; Vallejo Martos, M.C..
Heck, 2004) argumentan como, a medida que la familia crece, la empresa también crece y,
entendemos que si efectivamente se desea transmitir un legado a las siguientes generaciones,
las estrategias de este tipo de empresas deberían ir orientadas al crecimiento, pues de no ser así,
el patrimonio empresarial a legar cada vez se iría reduciendo más, en términos relativos, al
aumentar el número de miembros familiares3.
En esta línea, Gallo y Amat (2003) señalan como en la mayoría de los casos hay un
momento determinado en el que los fundadores de negocios familiares desarrollan su empresa
y la hacen crecer con la intención de que el día de mañana sea dirigida y sea propiedad de sus
sucesores. Así, estos autores recogen algunas de las razones de los líderes de la empresa
familiar, en particular sus fundadores, para desear la continuidad del negocio, destacando entre
ellas el deseo de conservar la herencia y el legado familiar, crear riqueza para garantizar la
seguridad económica de la familia y mantenerla unida. Otros autores (Hollander y Elman,
1988) también han considerado la importancia de las motivaciones y características del
fundador por la influencia que ejercen en los objetivos de la empresa familiar.
Sambrook (2005) señala algunos de los principales aspectos a considerar para alcanzar
el crecimiento como reclutar empleados con potencial, considerando las motivaciones de las
carreras profesionales de los posibles trabajadores y transferir los conocimientos tácitos
organizacionales y personales de la actual generación al posible sucesor, ya sea un empleado
interno o un contratado externo. Efectivamente, la planificación de la sucesión es una cuestión
de vital importancia cuando el crecimiento de la empresa implica asegurar los ingresos después
de que el fundador decide retirarse, garantizar el empleo de futuros miembros de la familia que
deseen incorporarse al negocio o sentir el orgullo de haberlo logrado (Gray y Lawless, 2000).
Otros argumentos para la búsqueda del crecimiento de la empresa familiar podrían estar
basados en la alta preocupación que muestran estas compañías por sus recursos humanos. Gallo
y Amat (2003) destacan como en las compañías que no hay crecimiento es muy difícil
mantener una pirámide de edades equilibrada en el personal de la empresa, y las pirámides
invertidas, tan frecuentes en las empresas familiares, son casi siempre uno de los mayores
lastres para cambiar. Así, cuando no hay crecimiento, de un lado resulta muy difícil atraer a
directivos jóvenes que aporten nuevos conocimientos y ayuden a preservar el espíritu
emprendedor de la empresa y, de otro lado se hace difícil conseguir muchos tipos de economías
de escala y de alcance, que en ocasiones resultan necesarias para continuar en el mercado.
Finalmente, el trabajo realizado por Ward (1997) recoge distintos aspectos a tener en
cuenta por aquellas empresas familiares que desean promover su expansión. Así, este autor
señala la necesidad de promover la revitalización estratégica de la compañía, atraer y retener a
buenos directivos externos a la familia, crear flexibilidad e innovación organizacional, generar
y conservar riqueza y preparar al sucesor para liderar la compañía.
A su vez, las empresas familiares cuentan con una serie de características propias,
consideradas por la literatura como ventajas e inconvenientes, que podrían afectar
notablemente a sus orientaciones estratégicas, en general, y a la fijación de un objetivo de
crecimiento, en particular (ver tabla 2).
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Razones para crecer en la empresa familiar: Un análisis comparativo
Tabla 2. Ventajas e inconvenientes de la empresa familiar.
Ventajas
El conocimiento y la experiencia en el negocio.
Autores: Leach (1993); Kets de Vries (1993, 1996);
Ginebra (1997) y Donckels y Lambrecht (1999).
Inconvenientes
La sucesión o relevo generacional
Autores: Calder (1961); Burack y Calero (1981);
Leach (1993); Kets de Vries (1993, 1996); Ibrahim y
Ellis (1994) y Gallo (1995).
Visión a largo plazo
Autores: Donnelley (1964); Davis (1983); Leach
(1993); Kets de Vries (1993, 1996); Ibrahim y Ellis
(1994); Gallo (1995); Ginebra (1997) y Poutziouris
(2001).
Nepotismo
Autores: Calder (1961); Burack y Calero (1981);
Kepner (1983); Kets de Vries (1993, 1996); Ibrahim
y Ellis (1994); Gallo (1995); Cauffman (1996);
Tagiuri y Davis (1996); Ginebra (1997) y Poutziouris
(2001).
Discordias familiares que influyen en el negocio
Autores: Horton (1986); Gilbert (1989); Levinson
(1971); Kets de Vries (1993, 1996); Leach (1993);
Harvey y Evans (1994); Ibrahim y Ellis (1994) y
Tagiuri y Davis (1996).
Compromiso, dedicación y orgullo familiar
Autores: Calder (1961); Donnelley (1964); Horton
(1986); Kets de Vries (1993, 1996); Leach (1993);
Ibrahim y Ellis (1994); Gallo (1995, 2002); Poza
(1995); Cauffman (1996); Tagiuri y Davis (1996);
Ginebra (1997) y Poutziouris (2001).
Lealtad, confianza y comunicación
Autores: Donnelley (1964); Davis (1983); Leach
(1993); Ibrahim y Ellis (1994); Gallo (1995, 2002);
Tagiuri y Davis (1996); James (1999); Ibrahim et al.
(2001) y Poutziouris (2001).
Flexibilidad y rapidez en la toma de decisiones
Autores: Davis (1983); Hall (1988); Kets de Vries
(1993, 1996); Leach (1993); Gallo (1995); Goffee y
Scase (1985); Poza (1995); Cauffman (1996); Tagiuri
y Davis (1996); Ginebra (1997); Poza et al. (1997) y
Donckels y Lambrecht (1999).
Convicciones, valores y visión compartida
Autores: Donnelley (1964); Ibrahim y Ellis (1994);
Tagiuri y Davis (1996) y Denison et al. (2004).
Satisfacción del cliente y preocupación por la
calidad
Autores: Davis (1983); Leach (1993); Poza (1995);
Adams et al. (1996) y Ginebra (1997).
Autonomía en la forma de actuar y financiera
Autores: Donnelley (1964); Kets de Vries (1993,
1996); Poza (1995); Cauffman (1996); Ginebra
(1997); Donckels y Lambrecht (1999) y Poutziouris
(2001).
Falta de estructuras claras y solapamiento de
roles
Autores: Donnelley (1964); Burack y Calero (1981);
Hayes (1981); Kets de Vries (1993, 1996); Harvey y
Evans (1994); Ibrahim y Ellis (1994); Tagiuri y
Davis (1996) y Ginebra (1997).
Problemas de financiación
Autores: Donnelley (1964); Miller y Rice (1988);
Kets de Vries (1993, 1996); Friedman y Friedman
(1994); Gallo (1995); Cauffman (1996); Ginebra
(1997) y Donckels y Lambrecht (1999); James
(1999).
Estilo de dirección autocrático y paternalista
Autores: Calder (1961); Burack y Calero (1981);
Kets de Vries (1993, 1996); Leach (1993); Ibrahim y
Ellis (1994); Gallo (1995); Cauffman (1996);
Ginebra (1997) y Poutziouris (2001).
Enfeudamiento
Autores: Burack y Calero (1981); Ginebra (1997) y
Poutziouris (2001).
Coacción moral a los descendientes
Autores: Gilbert (1989); Kets de Vries (1993, 1996) y
Ginebra (1997).
Fuente: Vallejo (2003).
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Del análisis de estas fortalezas y debilidades se desprende que algunos de estos aspectos
podrían influir positivamente (orientación a largo plazo, compromiso, dedicación, flexibilidad
y orgullo) tanto en la supervivencia como en el crecimiento de estas compañías, mientras que
otros aspectos (sucesión, nepotismo, dificultades financieras y discordias familiares) lo harían
en sentido contrario.
Así, la visión a largo plazo que caracteriza a estas empresas podría influir positivamente
en que las mismas deseen crecer para garantizar la continuidad del negocio en manos de la
siguiente generación familiar. Del mismo modo, su compromiso, dedicación, el orgullo
familiar y el que presenten unas convicciones, valores y visión compartida también podrían ser
aspectos favorables para que la empresa opte por aumentar su dimensión empresarial. La
mayor flexibilidad y rapidez en la toma de decisiones de las que gozan estas compañías pueden
convertirse en fortalezas para fijar el crecimiento de la empresa cuando el mercado esté maduro
y presente un incremento de la competencia.
Sin embargo, los problemas sucesorios, típicos de estas empresas, la falta de
profesionalización, las dificultades financieras por no permitir, en ocasiones, la entrada de
capital que provenga de inversores ajenos a la familia debido a la pérdida de control que ello
supondría, junto con la existencia de discordias familiares que afecten a la marcha de la
empresa, pueden considerarse aspectos que podrían afectar negativamente al crecimiento
empresarial.
4. ASPECTOS METODOLÓGICOS Y RESULTADOS DE INVESTIGACIÓN
La metodología empleada en este trabajo ha sido cualitativa y la técnica de
investigación seleccionada la entrevista abierta semidirectiva. Ambas se consideran como las
más adecuadas cuando el investigador pretende profundizar en el por qué de un determinado
fenómeno social. En nuestro caso, conocer las motivaciones que llevan a la empresa familiar a
fijar el crecimiento como un objetivo estratégico.
El sector seleccionado fue el vitivinícola, pues tiene una enorme importancia si
consideramos que España ocupa el segundo puesto a nivel mundial en volumen de producción.
Además, este sector posee un importante papel tanto por el valor económico que genera4, como
por su demanda exterior que lleva a nuestro país a ocupar el tercer puesto a nivel mundial
después de Francia e Italia. De otro lado, dentro de este sector se observa una tendencia al
crecimiento de aquellas empresas amparadas dentro de alguna denominación de origen en
detrimento del resto de superficies destinadas a vinos de mesa. Así, todas las empresas que han
participado en este estudio pertenecen al sector vitivinícola con denominación de origen en el
marco de Jerez, Montilla-Moriles y Rioja.
Realizando un breve análisis del sector hemos podido observar como, pese a que en las
últimas nueve campañas la demanda exterior de vino español con denominación de origen ha
aumentado notablemente5, no ha ocurrido lo mismo en el caso de las denominaciones de origen
del marco de Jerez6 a las que pertenecen el 80% de las empresas que han participado en este
trabajo. Además, este análisis nos ha permitido conocer que muchas de las empresas del sector
poseen carácter familiar el cual impregna la filosofía del negocio pues en este sector la
tradición y antigüedad resulta ser un importante recurso intangible valorado por el mercado.
La información recogida en este trabajo empírico procede de bases de datos
empresariales y de los discursos contenidos en las entrevistas realizadas. Así, en este estudio
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Razones para crecer en la empresa familiar: Un análisis comparativo
han participado 20 empresas, en las cuales se hicieron un total de 32 entrevistas durante el
periodo de tiempo comprendido entre enero y septiembre de 2005 a directivos y miembros del
consejo de administración, familiares y no familiares.
Las cuestiones planteadas en las entrevistas fueron diseñadas a partir de la revisión de la
literatura y depuradas después de la realización de cuatro entrevistas piloto, si bien, debemos
señalar que estas cuestiones fueron planteadas de un modo abierto con la intención de obtener
una información amplia y profunda sobre todos aquellos aspectos relacionados con el objetivo
de investigación.
En el desarrollo del trabajo de campo tuvimos que realizar una preselección a priori de
las empresas que participarían en función de los datos recogidos en una ficha de empresa
elaborada a partir de información secundaria (bases de datos empresariales) que después se
contrastó con las personas que finalmente fueron entrevistadas.
Finalmente, el análisis de los datos recogidos en las fichas de empresa, así como el
análisis de los discursos, nos permiten obtener los siguientes resultados de investigación.
4.1. Análisis y resultados de la información recogida en las fichas de empresa
Del análisis de los datos objetivos recogidos en la ficha de empresa pudimos observar
como las empresas que participaban en este estudio podían ser clasificadas en tres grupos por
las coincidencias que se observaron en relación a las características que poseían (ver figura 1)
para delimitar su carácter familiar o no. De ahí, la imposibilidad de poder comparar los
motivos que llevan a la empresa a fijar el crecimiento del negocio atendiendo únicamente al
carácter familiar o no del mismo, pues se han encontrado empresas con distintos grados de
familiaridad que no nos permiten hacer esta discriminación.
Figura 1. Características de las empresas que participan en el estudio.
EMPRESAS FAMILIARES
PRIVADAS
Propiedad Familiar
MENOR
C
A
Dirección Familiar
R
Consejo Administración Familiar
Á
Nº relevos generacionales
C
T
EMPRESAS
FAMILIARES MIXTAS
Propiedad Familiar
E
R
Dirección Familiar
F
Consejo Administración Familiar
A
Nº relevos generacionales
M
I
EMPRESAS
FAMILIARES PURAS
Propiedad Familiar
L
Dirección Familiar
A
Consejo Administración Familiar
R
Nº relevos generacionales
I
MAYOR
Fuente: elaboración propia.
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Si consideramos el grado de familiaridad de una empresa como el valor o medida en
que pueda variar la intensidad de su carácter familiar, aquellas con menor deseo de crecimiento
eran las que poseían un mayor grado de familiaridad, por tener la totalidad de la propiedad
familiar y los puestos directivos y cargos del consejo de administración ocupados por
familiares. Aquellas otras que presentaban un menor grado de familiaridad eran las que estaban
realizando una planificación estratégica más orientada al crecimiento.
Así, los tres grupos de empresas a los que nos hemos referido anteriormente son:
ƒ
En primer lugar, aquellas que presentan el mayor grado de familiaridad, a las
que denominamos empresas familiares puras. Estas compañías se caracterizan porque la
totalidad de la propiedad o su mayoría es familiar, los puestos directivos y los cargos del
consejo de administración están ocupados en su totalidad o en su mayor parte por
miembros de la misma familia y, muchas de estas empresas se encuentran en tercera
generación.
ƒ
En segundo lugar, encontramos compañías con un menor grado de
familiaridad a las anteriores, pues la propiedad se reparte entre familiares y externos, al
igual que ocurre con los puestos directivos y los cargos del consejo de administración,
además estas empresas suelen encontrarse en una generación más avanzada y las
denominamos empresas familiares mixtas.
ƒ
Finalmente, están aquellas empresas que denominamos empresas familiares
privadas, en las que se observa el menor grado de familiaridad, pues la minoría del capital
pertenece a miembros de una misma familia y los cargos directivos y puestos del consejo
de administración son ocupados en su minoría por familiares, además, muchas de ellas se
encuentran en primera generación.
4.2. Resultados del análisis de los discursos contenidos en las entrevistas.
Del análisis de los discursos contenidos en las entrevistas debemos señalar que, pese a
que el crecimiento es considerado importante para todas las empresas que han participado en
nuestro estudio, las empresas familiares puras no realizan planificación estratégica orientada
a alcanzar este objetivo, sino que más bien consideran que el crecimiento de la empresa será
lento y dependerá de la aceptación que sus productos tengan en el mercado. Para estas
empresas el objetivo prioritario es la supervivencia.
Se trata de empresas que en definitiva no están orientadas al mercado. Tradicionalmente
han sido bodegas de crianza y almacenado y, por la actual crisis que atraviesa el sector, han
tenido que comenzar a comercializar sus productos en un mercado distinto del habitual (las
bodegas de crianza y expedición)7:
“… la empresa ha ido cada vez creciendo un poquito más, un poquito
más, hasta como estamos ahora mismo, que no es una gran empresa pero bueno
medianita … Nosotros vivimos bien, mis hijos viven bien, yo vivo como quiero,
hombre nos gusta vender más, si decimos que no nos gusta es de tontos, pero
bueno, no queremos tampoco comernos el mundo, no estamos en esas…, porque
ya los negocios cuando son tan grandes…. Nosotros vamos paso a paso,
¿sabes? pero positivo, pisando firme”.
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Razones para crecer en la empresa familiar: Un análisis comparativo
En cierto modo los productos que elaboran estas empresas tienen un alto grado de
diferenciación, están destinados a un segmento muy concreto del mercado dispuesto a pagar un
alto precio, no compiten en volumen (en ocasiones por la imposibilidad dada la falta de
recursos). Sin embargo, este sector está bastante maduro en España, e incluso en fase de
declive, y de ahí que vean la necesidad de buscar nuevos mercados en los que estos productos
se encuentren en fase de crecimiento:
“… la única forma de buscar ya el crecimiento es buscando eh…,
buscando consumidores…, hay que buscar consumidores donde estén”.
Por su parte, las empresas familiares mixtas y privadas sí consideran el crecimiento del
negocio como uno de sus principales objetivos en la actualidad.
Las empresas familiares privadas se refieren a la importancia de que la empresa
crezca, desarrollando una estrategia de internacionalización, hasta conseguir que su cifra de
ventas totales se reparta al cincuenta por ciento entre el mercado nacional e internacional, es
decir, buscan diversificar el riesgo.
Otra motivación apuntada por las empresas familiares privadas es la necesidad de
obtener sinergias, ventajas en costes de producción y/o distribución, aprovechando las
estructuras que ya poseen sus compañías para elaborar y/o comercializar otros productos (ya
sean suyos o de otras empresas). En este sentido, debemos señalar como son estas empresas las
que presentan mayor dotación de recursos tangibles e intangibles (humanos, tecnológicos,
relacionales y organizativos). Además, estas compañías han optado por estrategias de
diversificación en productos y en mercados. Con la diversificación en productos
complementarios desean obtener estas sinergias en costes mejorando su posición competitiva
en los mercados a los que se dirigen y ofreciéndole al cliente una gama más amplia de
productos. En definitiva son empresas con una gama de productos orientada a volumen y otra
gama orientada a precio:
“… la estrategia de internacionalización de la compañía es uno de los
tres pilares para alcanzar el crecimiento de la empresa junto con el desarrollo
de la marca y nuevos productos, porque ya las cuotas de mercado que
teníamos con los productos nacionales eran muy grandes y el crecimiento
pasaba por irse fuera”.
De otro lado, los directivos de empresas familiares mixtas se refieren a la necesidad de
crecer para aumentar la cifra de negocios y seguir, de este modo, reinvirtiendo en nuevos
proyectos de expansión y adquisición de nuevas bodegas para aumentar su volumen de
producción. Esta adquisición de bodegas tanto en el mercado nacional como internacional
puede explicarse por el deseo de elaborar y distribuir otras variedades de vino que en la
actualidad resultan ser más competitivas en mercados internacionales, tal y como ocurre con
los vinos procedentes del “nuevo mundo”:
“… así que nuestro interés es seguir creciendo, impulsando la cifra de
ventas principalmente por las exportaciones, y evidentemente el objetivo desde
siempre en el grupo era y es conseguir el 50% de las ventas provenientes de la
exportación, todavía estamos en un 31%, entonces queda mucho camino, y
también es cierto que en el mercado de la exportación hay una competencia
tremenda de los llamados Países del Nuevo Mundo que están sacando productos
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algunos buenos, otros no tan buenos, pero baratos y atractivos en la
presentación, vinos que se beben con facilidad, saben mucho a fruta y bueno
pues esos están copando el mercado sobre todo de los vinos baratos ¿no?, de los
vinos jóvenes”.
Así, el crecimiento se convierte en un objetivo necesario para poder competir con el
mismo poder negociador que otras empresas multinacionales, por ello, la necesidad también de
aumentar volúmenes de producción y reducir costes, en definitiva, ganar en eficiencia:
“… estamos buscando una masa crítica para poder competir de tú a tú,
con las multinacionales que están manejando el tema de vinos y alcoholes
espirituosos en el mercado nacional y en el mercado de la exportación.
Entonces, tu tienes que crear una masa crítica para poder luchar con las
mismas armas, desde el punto de vista de promoción, desde el punto de vista
publicitario, de comunicación”.
Una de las principales motivaciones que hemos encontrado ha sido el deseo de
aumentar la cuota de mercado, pues para algunas empresas el mercado nacional se queda
pequeño por dirigirse a un grupo concreto de clientes muy especializados dentro del sector de
hostelería y restauración. Estas empresas, en ocasiones, han elegido la diversificación de los
mercados en lugar de optar por la diversificación de productos:
“… si ya mi mercado se me queda pequeñito o diversifico en productos o
me voy a otro mercado, para mi lo lógico es irme a un mercado de exportación
porque mi producto es atractivo fuera”.
También debemos señalar, como otro motivo que explica el crecimiento de las empresas
familiares mixtas es la expansión internacional de empresas del mismo sector e idéntico ámbito
geográfico, que les motiva a iniciar también procesos de internacionalización:
“… por orgullo, por prestigio, por la calidad de nuestros productos,
tenemos que ser capaces de hacer lo que están haciendo otras empresas de
nuestro mismo sector”.
El interés de aumentar el compromiso de la empresa en algunos mercados en los que el
producto ya es conocido, o la necesidad de seguir al cliente, son otras de las razones apuntadas
por estas compañías:
“… nosotros nos movemos en un ámbito desde el punto de vista de
mercado donde nuestros clientes cada vez son más grandes y más fuertes, los
supermercados, los hipermercados, entonces por una pura relación de
proveedor cliente …”.
En relación con lo anterior, se han encontrado diferencias en las fortalezas y
debilidades que muestran las empresas, de cara a desarrollar el crecimiento del negocio. Estas
diferencias se relacionan también con el grado de familiaridad de la empresa.
Así, las empresas familiares puras muestran todas las ventajas que caracterizan a las
empresas familiares a excepción de la flexibilidad, pues, en ocasiones, no son capaces de
responder a la demanda de los clientes por cuestiones relacionadas con el volumen o porque
aún no han conseguido adaptarse a los cambios del entorno. Respecto a los inconvenientes que
observamos en ellas, de cara a promover el crecimiento del negocio, coinciden en su totalidad
con los recogidos en la tabla 2. De este modo, estas empresas presentan un estilo de liderazgo
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Razones para crecer en la empresa familiar: Un análisis comparativo
autoritario y paternalista, escasa profesionalización, prácticas de nepotismo, como mantener a
familiares ocupando puestos directivos sin la suficiente formación, y sucesión no planificada,
entre otros inconvenientes.
Las empresas familiares mixtas sí presentan todas las fortalezas apuntadas en esta tabla
2. Además, los únicos inconvenientes encontrados han sido las discordias familiares, que
influyen en el negocio y dificultan y ralentizan la toma de decisiones, así como problemas de
financiación. Sin embargo, con relación a este último inconveniente conviene señalar una
diferencia respecto a las empresas familiares puras. En efecto, ahora los problemas de
financiación surgen a consecuencia de los nuevos y numerosos proyectos de inversión que se
desean desarrollar para alcanzar un mayor crecimiento del negocio, mientras que en las
empresas familiares puras la falta de financiación coincide con un menor deseo de crecimiento
y de desarrollo de proyectos de expansión que resulten ser arriesgados.
Finalmente, las fortalezas encontradas en las empresas familiares privadas han sido
visión a largo plazo, compromiso, dedicación y orgullo familiar, flexibilidad y rapidez en la
toma de decisiones y autonomía, tanto de actuación como financiera. Además, se trata de
empresas cuyo conocimiento y experiencia del negocio no proviene en todos los casos de la
tradición familiar sino que se obtiene con la contratación de directivos externos de reconocido
prestigio dentro del sector. Por último, en estas empresas no encontramos ninguna de las
debilidades apuntadas en la tabla 2.
De otro lado, el análisis contenido en los discursos de las entrevistas nos ha permitido
comprobar como, pese a que el crecimiento de la compañía es considerado un objetivo
importante tanto para los directivos familiares como para los externos, los motivos ofrecidos
por ambos para implantar estrategias orientadas al mismo difieren en algunas ocasiones.
Los directivos familiares y externos coinciden en la necesidad de crecer para aumentar
la competitividad, el poder negociador de la empresa y maximizar la riqueza. Sin embargo
cuando se refieren a mejorar la reputación e imagen de la compañía y al orgullo que crecer les
supone existen diferencias entre ambos. Además, garantizar la continuidad del negocio ha sido
un argumento señalado exclusivamente por directivos o miembros del consejo de
administración familiares.
Los directivos familiares consideran el crecimiento como uno de sus principales
objetivos para seguir manteniendo y aumentando la competitividad de la empresa, mejorar su
reputación, alcanzar un mayor prestigio y respeto, ser líderes del sector, mejorar la imagen de
sus marcas, e incluso por orgullo personal, para ver reconocido los resultados del esfuerzo
realizado.
Otras razones argumentadas para explicar el deseo de crecimiento de la empresa están
más relacionadas con aspectos personales y sentimentales, pues el interés puede estar en el
apego que los familiares sienten por la tierra, la zona y los productos que elaboran, y que
desean proyectar:
“ … la rentabilidad no. Yo antes te hablaba del crecimiento, aquí lo
prioritario es crecer. Una parte muy importante es la sentimental, pero por eso
quieren (los familiares) crecer, crecer, crecer, para que con ello crezca el
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sector; si crece el sector, el sector irá bien, entonces irá bien todo el entorno que
es lo que ellos, es su primer, su primer…, aunque suene un poquito a película es
la realidad hoy”.
Además, estos directivos opinan que el crecimiento puede aumentar el valor de la
empresa, pensando en la siguiente generación que se incorpore al negocio, e incluso, garantizar
su supervivencia. En esta misma línea, consideran que el crecimiento es necesario para que la
empresa pueda seguir manteniendo su carácter familiar, pues es una opción ante la venta de la
empresa, la posibilidad de que las transmisiones se realicen siempre a una única rama familiar
o no hacer nada y esperar que la empresa desaparezca:
“… lo que pasa es que a medida que se va multiplicando el número de
familiares se va subdividiendo la propiedad y, entonces, también tiene un fallo
que es que tu interés por la empresa es menor”.
“… porque es el crecimiento normal de la demografía familiar, y se
dividen los patrimonios, se dividen todas las cosas, se multiplican (los
familiares) y a veces no hay para todos. Muchas veces la familia aumenta y ya
no da para todos y entonces tienes que decidir. Si se diluyen, pues entonces hay
una facilidad de poder seguir con el negocio, pero si la familia se mantiene
unida y no hay un aumento en el negocio, la empresa desaparece”.
De otro lado, los directivos externos nos argumentan que el crecimiento es importante
para crear valor, maximizar la riqueza del accionista, generar beneficios, seguir incrementando
la cifra de ventas y facturación de la empresa y obtener mejores resultados, mayores márgenes,
pues cuentan con productos competitivos en calidad, precio e imagen que pueden alcanzar una
mayor cuota de mercado. Además, estos directivos señalan que el crecimiento de la empresa es
importante de cara a alcanzar un mayor poder negociador, por ejemplo con distribuidores. En
este sentido, coinciden con algunos directivos familiares en la necesidad de crecer para ser más
competitivos.
En las empresas familiares privadas, los motivos argumentados para fijar el crecimiento
del negocio son en su mayoría aquellos que señalan los directivos externos, pues no podemos
olvidar que son este tipo de directivos los que más abundan en estas empresas. Sin embargo, en
las empresas familiares mixtas, la toma de decisiones se comparte entre directivos familiares y
ajenos a la familia, y los intereses de ambos grupos no siempre van en la misma dirección. Así,
en estas empresas es más difícil llegar a un consenso y surgen más conflictos entre estos dos
tipos de directivos, pues los externos señalan como en ocasiones se anteponen los deseos y
necesidades de la familia a las del negocio. Esto podría explicar la alta rotación que presentan
los directivos que no pertenecen a la familia en estas compañías.
De este modo, además de las diferencias encontradas en los motivos que llevan a la
empresa a fijar el crecimiento como un objetivo estratégico en relación al grado de familiaridad
que presente, también existen algunas diferencias para explicar el deseo de crecimiento del
negocio en relación a la pertenencia o no del directivo a la familia. Estas diferencias las
sintetizamos en la figura 2.
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Razones para crecer en la empresa familiar: Un análisis comparativo
Figura 2. Argumentos que explican el crecimiento de la empresa.
RAZONES EMPRESARIALES
Aumentar la competitividad de la empresa
Aumentar el poder negociador de la compañía
Maximizar la riqueza de los accionistas
Directivos
Familiares
Directivos
No Familiares
RAZONES FAMILIARES
Mejorar la imagen y reputación de la compañía
Garantizar la continuidad del negocio
Alcanzar un mayor prestigio y respeto
Ser líderes del sector
Ver reconocido el esfuerzo realizado (orgullo)
Proyectar los valores, convicciones y cultura
Aumentar el valor de la empresa (siguiente generación)
Fuente: elaboración propia.
5. CONCLUSIONES Y LIMITACIONES
La literatura resalta el crecimiento de la empresa como un objetivo estratégico
independientemente de que el negocio sea familiar o no. Sin embargo, son escasos lo trabajos
que se han ocupado de analizar las motivaciones que llevan a la empresa familiar a perseguir el
objetivo de crecimiento. La presente investigación se ha centrado en profundizar en las
diferencias o singularidades en la motivación de sus órganos de gobierno a la hora de perseguir
este objetivo de crecimiento.
El estudio empírico que hemos desarrollado, a partir de entrevistas con directivos y
miembros del consejo de administración en empresas del sector vitivinícola, además de los
datos recogidos en las fichas de empresa sobre sus características familiares y empresariales,
ha puesto de manifiesto, a diferencia de las conclusiones de trabajos previos, que no se pueden
establecer comparaciones entre los motivos que llevan a las empresas a crecer, considerando
únicamente el carácter familiar o no del negocio, pues se han observado distintos grados de
familiaridad en las empresas, que influyen en que existan distintas motivaciones.
Al analizar la información de las empresas con respecto a su grado de familiaridad
(medido por la participación de la familia en la propiedad, en la dirección y en el consejo de
administración), proponemos en nuestro estudio tres grupos de empresas diferenciadas, según
el mayor o menor grado de familiaridad, empresas familiares puras, mixtas y privadas.
Los resultados del trabajo muestran que el crecimiento de la empresa es un objetivo
importante para todas aquellas compañías que participan en el estudio, pero se han observado
diferencias entre los motivos perseguidos con el crecimiento de la empresa, según ésta fuese
empresa familiar pura, mixta o privada.
De este modo, las empresas con un mayor grado de familiaridad, empresas familiares
puras, argumentan que su mercado se encuentra en fase de madurez e incluso declive y de ahí
la necesidad de crecer buscando nuevos mercados, su objetivo prioritario es la supervivencia y
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para ello, en esta situación, buscan el crecimiento lento del negocio. Sin embargo, las empresas
familiares mixtas justifican su crecimiento por la necesidad de aumentar la cifra de ventas,
mejorar la posición competitiva y seguir al cliente. Además, entre los objetivos de estas
empresas está presente la búsqueda del crecimiento del negocio porque al aumentar el número
de miembros de la familia que se incorporan a la empresa (de manera activa o pasiva) se hace
necesario, a la vez, el crecimiento de la misma para asegurar su continuidad, argumento que
coincide con los señalados en la literatura por distintos autores (Kaslow, 1983; Heck, 2004;
Fuentes, 2006).
En cuanto a los principales argumentos señalados para justificar el crecimiento en las
empresas familiares privadas son la diversificación del riesgo (ampliación de productos y
mercados) y la obtención de sinergias. En este sentido, podemos puntualizar que las empresas
familiares puras, con un mayor grado de familiaridad, argumentan en mayor medida razones
familiares para crecer, mientras que en las empresas familiares privadas, los argumentos
empresariales tienen un mayor peso y, finalmente, en las empresas familiares mixtas
encontramos una mezcla de ambos.
Por otro lado, al entrevistar a directivos y a miembros del consejo de administración
familiares y no familiares, hemos encontrado diferencias importantes en sus argumentos sobre
el crecimiento. Mientras que ambos grupos coinciden en la necesidad de crecer por motivos
relacionados exclusivamente con el negocio (mayor valor, mayores beneficios, mejores
resultados, mejorar la competitividad, mayor poder de negociación, etc…), los directivos y
miembros del consejo de administración familiares consideran otros argumentos además de
éstos. No referimos a razones personales más relacionadas con la familia, tales como asegurar
la supervivencia y continuidad de la empresa a medida que la familia aumenta, conseguir
mejorar la imagen de la compañía por cuestiones relacionadas con el orgullo familiar y mejorar
la situación económica de la familia, del sector y de la zona en la que se encuentran.
Los resultados obtenidos en este trabajo tienen importantes implicaciones para el
crecimiento de negocios familiares. Así, cuando éstos presenten características similares a
empresas familiares puras, deberían plantearse alcanzar una mayor flexibilidad y resolver la
falta de profesionalización de la empresa, por no permitir la entrada de directivos ajenos a la
familia, así como, los problemas que se originen por no haber realizado una correcta
planificación de la sucesión, si tenemos en cuenta que éstas han sido las debilidades que
presentan estas compañías y que limitan su crecimiento. Ante la existencia de conflictos
familiares que afecten a la marcha de la empresa, difícilmente se podrán implantar objetivos de
crecimiento. En relación a las empresas familiares mixtas, el principal inconveniente
encontrado, de cara al crecimiento de la empresa, es la escasez de recursos financieros, en
ocasiones motivada por el no deseo de compartir la propiedad del negocio con terceros ajenos a
la familia, sin embargo, estas compañías deberían considerar la posibilidad de mantener su
carácter familiar, aún compartiendo la propiedad y el control con personas ajenas a la familia,
pues ello les podría permitir obtener un mayor crecimiento del negocio. Finalmente, en las
empresas familiares privadas, no se observan inconvenientes para garantizar el crecimiento de
la empresa. En definitiva, estas compañías han sido capaces de superar aquellas debilidades
que caracterizan a la empresa familiar.
Estas conclusiones deben tomarse en consideración teniendo en cuenta las limitaciones
del trabajo. Efectivamente, la validez de los resultados obtenidos en este trabajo depende de
una serie de cuestiones relacionadas con el diseño de nuestra investigación. Así, nuestro
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Razones para crecer en la empresa familiar: Un análisis comparativo
estudio se ha centrado en un solo sector, el vitivinícola, por lo que serían necesarias réplicas del
mismo en otros sectores empresariales. Por último, este estudio se basa en datos transversales.
Un estudio longitudinal podría aportar una visión más exacta de la influencia del carácter
familiar de la empresa en su crecimiento. Otra limitación que presenta este trabajo es el no
haber delimitado teóricamente “los grados de familiaridad” de una empresa. Así, conocer las
posibles tipologías de “grados de familiaridad” y las variables que se han de considerar en cada
una de ellas podría considerarse una futura línea de investigación surgida a partir de los
resultados obtenidos. En definitiva, se trataría de descubrir cómo afectan los distintos “grados
de familiaridad” de la empresa, una vez analizadas las variables que los discrimen, a la
orientación estratégica del negocio.
NOTAS
1
Esta autora señala que los recursos humanos, y los recursos en general, no sólo constituyen un incentivo sino también
un límite al crecimiento empresarial. Existe, por consiguiente, una ambivalencia de los recursos ociosos como freno y
motor del crecimiento. Dicha autora escribe que incluso el crecimiento mediante fusión y adquisición no escapa a las
restricciones impuestas por la necesidad de utilizar unos inputs que son los que mantienen la coherencia de la
organización.
2
Aunque este objetivo no sea específico de la empresa familiar, por estar también presente en las empresas que no
revisten dicho carácter, la finalidad que se persigue al plantearlo podría diferir entre ambas. Por un lado, las empresas
no familiares lo podrían fijar con el propósito de mejorar su cuenta de resultados y maximizar los dividendos de sus
accionistas, mientras que de otro lado, las empresas familiares podrían buscar una mayor reputación o la continuidad
del negocio a medida que el número de miembros de la familia aumenta.
3
Gallo y Amat (2003) recogen como, en ocasiones, los fundadores optan, a la hora de transmitir el negocio a la
siguiente generación, por la poda del árbol familiar. Si estuviésemos ante este caso, en el cual el patrimonio no se
transmite a todos los miembros de la siguiente generación sino a sólo una parte de los mismos, la razón argumentada
aquí para buscar el crecimiento de la empresa dejaría de ser prioritaria.
4
El incremento del valor de las ventas netas entre los años 1995 y 2000 fue de 57,6%, el mayor experimentado en toda
la industria agroalimentaria española, según el trabajo realizado por ICEX (2004) sobre el comercio exterior del sector
agroalimentario español.
5
Ver la Memoria de la Federación Española del Vino (2004).
6
Ver las memorias publicadas por el C.R.D.O. Jerez-Xérès-Sherry, Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda y Vinagre de
Jerez (2000-2005).
7
Existen tres tipos de bodegas: de producción, de crianza y almacenado y de crianza y expedición. Las primeras
elaboran y crían vinos para su posterior venta a las bodegas de la zona de crianza. Las segundas se centran en la
crianza de los vinos para su posterior venta a las bodegas de expedición. Finalmente, las terceras son aquéllas que se
dedican a la crianza de los vinos, así como a su comercialización.
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Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 35-54, ISSN: 1135-2523
EL CRÉDITO COMERCIAL: MARCO CONCEPTUAL Y
REVISIÓN DE LA LITERATURA*
Rodríguez Rodríguez, O.M.
Universidad de La Laguna
Recibido: 26 de octubre de 2006
Aceptado: 19 de septiembre de 2007
RESUMEN: La literatura sobre el crédito comercial revela la falta de una teoría general de este tipo
de crédito, siendo diversos los modelos que se han planteado y contrastado para justificar su
utilización. Este trabajo ofrece una visión clara y completa sobre este instrumento de financiación, al
mismo tiempo que informa de los aspectos menos consensuados en la literatura, posibilitando, así, la
investigación futura. Asimismo, el artículo es el primero que recoge, exhaustivamente, la vinculación
que en la literatura se ha realizado entre la política monetaria y el crédito comercial, aspecto éste que
está generando una emergente corriente de investigación.
PALABRAS CLAVE: Crédito comercial, Costes de transacción, Discriminación de precios,
Información asimétrica, Insolvencia.
TRADE CREDIT LITERATURE: A SURVEY
ABSTRACT: Economic literature reveals a lack of a general theory on trade credit. This paper
reviews the main theoretical and empirical contributions providing a simple but complete guide to
researchers. Likewise, future research is encouraged by showing the puzzled and less explored
features of trade credit. Moreover, this study is novel in reviewing the linking between trade credit
and monetary restrictions, providing some light to the emerging literature on the role of trade credit in
the transmission of monetary policy.
KEYWORDS: Trade credit, Transaction costs, Price discrimination, Asymmetric information,
Default.
1. INTRODUCCCIÓN
El uso del crédito comercial por parte de las empresas no financieras es un tema
relativamente poco analizado. En términos generales, puede señalarse que no existe una teoría
del crédito comercial única y uniforme. Por el contrario, los trabajos que tratan este tema
analizan determinadas características del mismo, justificando por qué las empresas hacen uso
de este recurso financiero y analizando las diferencias en los términos en que se establece. El
resultado de estas investigaciones es, por tanto, un conjunto de teorías que explican este tipo
de crédito desde diferentes puntos de vista. El resto de trabajos en este campo constituyen
aplicaciones empíricas en las que se contrastan estas teorías o se comparan los términos del
crédito comercial entre diferentes industrias o a nivel internacional.
El objetivo de este trabajo es doble. Por un lado, describir el marco conceptual de
referencia del crédito entre empresas, destacando sus principales características. Por otro,
recopilar las diversas teorías que justifican el uso del crédito comercial y agruparlas de acuerdo
a las explicaciones que se han ofrecido sobre el mismo. Esta labor permite recoger
prácticamente todas las investigaciones que se han realizado sobre el crédito interempresarial
al mismo tiempo que informa de los aspectos menos consensuados en la literatura,
posibilitando, de esta manera, la investigación futura. Asimismo, el artículo es novedoso en la
Rodríguez Rodríguez, O.M.
medida que es el primero que recoge, de manera exhaustiva, la vinculación que en la literatura
se ha realizado entre la política monetaria y los aplazamientos del pago, aspecto éste que está
generando una emergente corriente de investigación.
El trabajo se estructura de la siguiente manera: en la sección 2 se describe el marco
conceptual del crédito interempresarial indicando sus principales rasgos. La sección 3 contiene,
en sus 5 apartados, los diferentes bloques en los que se ha clasificado la literatura sobre el crédito
comercial. En la última sección se presentan las principales conclusiones del trabajo.
2. EL CRÉDITO INTEREMPRESARIAL: DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS
El crédito interempresarial constituye una forma de desintermediación financiera, que
incluye los créditos comerciales y financieros que se conceden entre sí las empresas no
financieras. Este tipo de crédito moviliza un gran volumen de fondos y está definido por rasgos
muy particulares. Por ello, resulta conveniente evaluar su relevancia en el proceso de
financiación empresarial así como en el propio funcionamiento comercial de la empresa.
Dentro de lo que se conoce como crédito interempresarial se distinguen dos tipos: el
crédito comercial y el crédito financiero.
El crédito comercial es una categoría relativamente poco estudiada en economía
financiera. Se trata de un tipo de deuda a corto plazo y de naturaleza informal, cuyos términos
no están generalmente fijados de forma legal. Así, el crédito comercial se puede conceder a
través de fórmulas como el aplazamiento del pago de una transacción sobre bienes o servicios
que sean objeto de negocio típico de la empresa, en la que el comprador actúa como prestatario
y el vendedor como prestamista. En ocasiones, tiene lugar a través del pago a cuenta de una
compra futura, en cuyo caso se invierte la posición de los participantes en la operación. De esta
manera, el vendedor se convierte en deudor mientras que el comprador asume el papel de
acreedor.
En cuanto a los términos del crédito comercial, éstos dependen de la industria y el país
en que se apliquen. Por otra parte, generalmente el colateral no forma parte explícita del
contrato, siendo precisamente esta no obligatoriedad, junto con el riesgo de cobro, lo que
justificaría la exigencia de un elevado tipo de interés (frente a un crédito bancario más barato).
Así, las empresas con un mayor riesgo de impago de sus deudas son las candidatas a preferir
los contratos de crédito comercial, haciendo que sus acreedores comerciales operen en la parte
más arriesgada del mercado de crédito.
En las operaciones comerciales suele ser frecuente el uso de los descuentos por pronto
pago frente a precios más elevados en pagos aplazados. Esta práctica implica que, de manera
efectiva, se está cargando un tipo de interés implícito a las empresas que renuncian a estos
descuentos y aplazan el pago (aparentemente de manera gratuita) a sus proveedores1.
Aunque se desconocen explícitamente las condiciones regulares de comercialización y
los tipos de interés que se aplican en el aplazamiento del cobro de sus productos o servicios
objeto de negocio, los balances y las cuentas de resultados de las empresas permiten realizar
una aproximación, mediante los llamados períodos medios de cobro o de pago de las
36
ISSN: 1135-2523
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El crédito comercial: marco conceptual y revisión de la literatura
operaciones comerciales2. De esta manera se obtiene un indicador de los plazos que, en
promedio, se otorgan entre sí las empresas en dichas transacciones3.
El crédito financiero o no comercial abarca los aplazamientos de pago que se
conceden entre sí las empresas fuera de lo que es su objeto comercial. Se trata,
fundamentalmente, de deudas contraídas con acreedores o financiación concedida a deudores
diversos. El crédito financiero tiene lugar entre grupos reducidos de empresas, sobre todo entre
compañías que forman parte de un mismo grupo económico-financiero.
Según Chuliá (1991), los aspectos principales que caracterizan el marco institucional
que se ha ido configurando en torno al uso del crédito interempresarial son, entre otros, los
siguientes:
• La instrumentación del crédito interempresarial, que se lleva a cabo,
fundamentalmente, a través de facturas, recibos, letras de cambio, pagarés, compromisos de
pago y certificaciones; aunque las tarjetas de crédito se han convertido en el componente más
sofisticado de esta forma de financiación.
• No negociabilidad. El hecho de que el crédito interempresarial se base en una
estructura instrumental poco favorable a su movilización, hace que no exista un mercado
organizado para esta clase de deuda. Sin embargo, podría producirse algún tipo de compraventa de la misma entre grupos de empresas conocidas mutuamente4.
3. EL CRÉDITO COMERCIAL: UNA REVISIÓN DE LA LITERATURA
El crédito comercial ha sido un tema relativamente poco analizado por la literatura
tradicional del crédito. Aunque no existe una teoría general sobre el mismo, existen trabajos
donde se plantean diversas hipótesis justificativas del uso de este tipo de financiación desde
varios puntos de vista. En esta sección se lleva a cabo una revisión de la literatura mediante el
recorrido por los diversos modelos que han sido planteados, tanto desde la perspectiva de la
demanda como de la oferta. Se pueden distinguir hasta cinco líneas que han abordado el
estudio de los aplazamientos del cobro y del pago.
El Cuadro 1 recoge los principales enfoques, así como la explicación que cada uno de
ellos ha dado sobre el uso del crédito comercial por parte de las empresas no financieras.
Asimismo, incluye las principales aportaciones en cada línea de investigación.
3.1. Modelos “macroeconómicos”
Los primeros trabajos que trataron el crédito comercial lo hicieron desde una
perspectiva fundamentalmente macroeconómica. En estos estudios se analizaron los
aplazamientos de pago y de cobro, teniendo en cuenta las interacciones entre éstos y los
efectos de la política monetaria. Como principales investigaciones destacan los trabajos de
Meltzer (1960), Brechling y Lipsey (1963), White (1964), Nadiri (1969), Laffer (1970), Jaffee
(1971), Schwartz (1974), Myers (1977), Cumby (1983) y, más recientemente, Ramey (1992),
Norrbin y Reffett (1995) y Nilsen (2002).
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Cuadro 1: Modelos sobre el crédito comercial: principales características y trabajos destacados
Líneas de investigación
Justificación del crédito comercial
Trabajos destacados
Meltzer (1960), Brechling y
- Podría frustrar total o parcialmente
Modelos macroeconómicos
los objetivos de la política monetaria. Lipsey (1963), White (1964),
Nadiri (1969), Laffer (1970),
- Papel inflacionario del crédito
Jaffee (1971),
comercial.
Schwartz (1974), Myers
- La dirección de la política
(1977), Cumby (1983),
monetaria influye en el volumen y
Ramey (1992), Norrbin y
los términos de este tipo de crédito.
Reffett (1995) y Nilsen (2002).
Modelos de teoría financiera
1. Modelos de teoría
financiera pura
2. Modelos de costes de
transacción
1. Fuente alternativa de financiación
y ganancia financiera neta
(imperfecciones en los mercados
financieros).
2. Permite reducir los costes de
transacción por su papel
desintermediador y por la posibilidad
de una mejor gestión de inventarios,
sobre todo en productos con gran
estacionalidad.
1. Schwartz (1974),
Herbst (1974), Emery (1984),
Chant y Walker (1988) y
Petersen y Rajan (1994).
2. Nadiri (1969), Ferris (1981)
y Emery (1987).
Modelos de discriminación
de precios
- Permite discriminar precios a través
del pago aplazado y los descuentos
por pronto pago.
Meltzer (1960), Nadiri (1969),
Schwartz y Whitcomb (1979),
Brennan, Maksimovic y
Zechner (1988), Mian y
Smith (1992) y Petersen y
Rajan (1994).
Modelos de información
asimétrica
- Facilita la reducción de asimetrías
informativas relativas a la calidad del
producto y calidad crediticia de la
empresa (señalización).
- Se utiliza como filtro para reducir
los problemas de selección adversa.
Smith (1987), Lee y Stowe (1993),
Long, Malitz y Ravid (1993),
Freixas (1993), Biais, Gollier y
Viala (1994), Biais y
Golier (1997), Chee, Smith y
Smith (1999).
Modelos de procesos de
liquidación e insolvencia
- Ofrece ventaja al proveedor frente a
los bancos en caso de insolvencia del
cliente. Relaciones de dependencia
proveedor-cliente.
Maksimovic (1998),
Wilner (2000) y Cuñat (2002).
Fuente: elaboración propia
Una de las primeras referencias al crédito comercial apareció en un trabajo de
Meltzer (1960) en el que las variaciones en el volumen y en la distribución de este tipo de
crédito iban unidas a los cambios en la política monetaria. Meltzer señalaba que la proposición
tradicional de que las grandes empresas no se veían afectadas por cambios en la política
monetaria ignoraba dos aspectos importantes. Por una parte, la forma concreta en que la
liquidez respondía a cambios en el mercado de dinero. Por otra, el modo en que las grandes
empresas podían incrementar la extensión de crédito comercial cuando están cayendo sus
ventas a pequeños clientes. Por estas razones, Meltzer consideraba que no se podía suponer
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El crédito comercial: marco conceptual y revisión de la literatura
que un gran tamaño o una alta liquidez de la empresa llevaran a ésta a ser inmune a las
posibles restricciones de crédito5.
En esta misma línea se encuadraba el trabajo de Brechling y Lipsey (1963), que
reconsideraba la teoría de que el crédito comercial podría frustrar los intentos de las
autoridades monetarias para reducir los gastos del sector privado (diferenciando entre teorías
de crédito comercial bruto y neto). En una aplicación empírica demostraba que durante los
períodos de restricción monetaria, las empresas habían sufrido un efecto cantidad de la política
monetaria, lo que les había llevado a responder incrementando sus niveles de crédito comercial
neto recibido y, por tanto, haciendo fracasar los esfuerzos de las autoridades monetarias en los
años 50 en Gran Bretaña6.
Por su parte, White (1964) argumentaba que, en la medida que las restricciones
monetarias hacían que la cantidad de dinero existente fuera usada de forma más eficiente, y
que se desarrollaran sustitutivos del dinero, una política monetaria restrictiva tenía cierto grado
de autofrustración, considerando exagerado el papel inflacionario que Brechling y Lipsey
(1963) habían otorgado al crédito comercial.
Las medidas de política monetaria podrían afectar al crédito comercial de distinta
manera según el indicador de política monetaria utilizado y según el tipo de crédito comercial
considerado (recibido, concedido o neto), tal y como señalaba Nadiri (1969). En este trabajo
se indicaba que los tipos de interés no eran, en general, buenos indicadores del efecto de
restricciones monetarias sobre el crédito comercial, ya que reflejaban otro tipo de fuerzas y no
sólo las decisiones tomadas por las autoridades monetarias. En concreto, el indicador de
política monetaria utilizado en este estudio consistió en los cambios en la oferta de dinero.
Contrariamente a los resultados obtenidos en Meltzer (1960) y Brechling y
Lipsey (1963), el trabajo de Nadiri concluía que tanto el crédito comercial concedido como el
recibido respondían positivamente a cambios en los instrumentos de regulación monetaria
mientras que el crédito comercial neto era insensible a dichos cambios.
El crédito comercial ha sido considerado incluso como una parte de la oferta de dinero.
Así, Laffer (1970) distinguía entre la deuda comercial (aquella proporción del crédito
comercial que ha sido utilizada) y el crédito comercial disponible no utilizado, definido como
la cantidad adicional de bienes y servicios que podrían ser adquiridos por entidades
económicas en los términos de crédito existentes. Desde su punto de vista, el crédito comercial
estaría compuesto tanto por la deuda comercial como por el crédito comercial disponible no
utilizado (p.241).
Entre los resultados empíricos más interesantes del trabajo de Laffer hay que resaltar
que la inclusión del crédito comercial disponible no utilizado en el mercado de dinero permitía
considerar que tanto la oferta como la demanda real de dinero se mostrarían sensibles a los
tipos de interés existentes a corto plazo en el mercado (frente a la visión tradicional que
consideraba a la oferta real de dinero como fija). La política monetaria dirigida únicamente al
dinero bancario tendría menos impacto si el crédito comercial disponible no utilizado existiera
que si, por el contrario, no hubiera o si estuviera controlado por la autoridad monetaria.
Jaffee (1971) argumentaba que en épocas de restricción monetaria y de racionamiento
del crédito, en el sector manufacturero las empresas grandes concedían más crédito comercial a
sus clientes que las empresas de menor tamaño. De esta manera, el acceso al crédito comercial
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de las empresas racionadas en los mercados de crédito podría compensar, de alguna manera,
los efectos de una política monetaria ajustada7.
En el trabajo de Jaffee se destacaba, además, que el acceso de las empresas con
restricciones crediticias a fuentes alternativas de financiación, como el crédito comercial o el
mercado de capitales, influía en los efectos del racionamiento del crédito sobre las decisiones
de inversión de la empresa.
Siguiendo la misma línea, Schwartz (1974) argumentaba que el crédito comercial
complementa el mercado de capital de manera que podría reducir la eficacia de cualquier
control sobre los agregados monetarios, aunque también mitiga los efectos discriminatorios
generados por una política monetaria restrictiva (p.655). De esta manera, en épocas de
restricción crediticia, las empresas más pequeñas utilizarían el crédito comercial en lugar del
crédito bancario, en la medida que es precisamente este tipo de sociedad la que encuentra más
restricciones a la hora de obtener fondos en los mercados de capitales. Por su parte, las grandes
empresas harán uso de su capacidad de acceso a estos mercados para hacer partícipes a sus
clientes de este tipo de fondos (canal del crédito comercial).
En épocas de política monetaria restrictiva, las grandes empresas, al vender más a través
de una extensión de los períodos de crédito, elevarían los precios, dando lugar a un incremento
en la tasa de inflación. Así, se tendría que una política monetaria restrictiva, al suponer una
sustitución de crédito bancario por crédito comercial, podría no sólo ser ineficaz sino además
y, paradójicamente, inflacionaria. Sin embargo, este efecto inflacionario sería sólo ilusorio y
dejaría de observarse si la inflación se midiera en términos de los cambios del valor actual de
los precios. Por ello, Schwartz sugería que al referirse a los precios de catálogo en lugar de al
valor actual de los precios, las autoridades monetarias estarían, de manera sistemática,
sobrestimando la tasa de inflación y subestimando el éxito de sus medidas. Una de las
implicaciones más importantes era que el no reconocimiento de que las empresas venden
recursos monetarios junto con su producto podría dar lugar a una incorrecta formulación de la
política económica a nivel agregado.
Myers (1977) matizaba los resultados obtenidos por Schwartz señalando que el crédito
comercial podría compensar los efectos de una política monetaria contractiva, pero que la vía
para ello habría que analizarla teniendo en cuenta el crédito comercial neto y bajo
determinados ajustes en las categorías contables. De esta manera, para que el crédito comercial
disminuyera los efectos de la política monetaria deberían darse las siguientes dos condiciones.
En primer lugar, que la empresa que concediera el crédito comercial poseyera un exceso de
liquidez, así como que financiara dicho crédito reduciendo este nivel de liquidez. Y, en
segundo lugar, que la empresa que recibiera el crédito comercial lo utilizara para incrementar
sus existencias o sus activos fijos.
No obstante, Myers coincidía con Schwartz en que las grandes empresas, al actuar
como agentes transmisores (obteniendo fondos del sistema bancario y canalizándolos hacia sus
clientes vía crédito comercial) reducían el efecto discriminatorio de una política monetaria
restrictiva. Ahora bien, discrepaba en que ello supusiera la consiguiente eliminación de su
impacto.
Dentro de esta línea de “modelos macroeconómicos” también se ha analizado cómo
responde el crédito comercial a los cambios en los tipos de interés diferenciales domésticos y
extranjeros. Así, los resultados del trabajo de Cumby (1983) mostraban que el crédito
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El crédito comercial: marco conceptual y revisión de la literatura
comercial no suponía una restricción importante en la conducta de la política monetaria
británica durante el período 1963-1979. En este trabajo se analizó cómo, mediante la extensión
de crédito comercial a clientes en el extranjero, una empresa podría legalmente eludir los
controles de cambio. Así, los exportadores lo harían permitiendo a los importadores
extranjeros diferir el pago, y los importadores mediante el pago adelantado de sus
importaciones.
Ramey (1992), a través de un modelo de ciclos reales, contrastaba la importancia
relativa de los shocks tecnológicos y financieros como fuentes de las fluctuaciones monetarias.
En este sentido, mediante una extensión del modelo de King y Plosser (1984), y considerando
inputs en la producción tanto al dinero como al crédito comercial, argumentaba que eran los
shocks financieros, fundamentalmente, los que explicaban estas fluctuaciones. Sus resultados
indicaban una relación negativa entre el dinero y el crédito comercial, tanto a corto como a
largo plazo, destacando, de esta manera, la importancia de incorporar el sector financiero en
los modelos de calibración de ciclos reales.
Más recientemente, y frente a los resultados de Ramey (1992), Norrbin y
Reffett (1995) encontraban evidencia de que el componente financiero no era la única causa
del comportamiento estocástico del dinero y del crédito comercial. Junto a este factor
permanente que afectaba a la sustituibilidad entre los medios de pago, se argumentaba también
un segundo componente relativo a la innovación tecnológica.
El estudio más reciente dentro de esta línea de investigación es el de Nilsen (2002),
donde se estudiaba la relación entre el llamado canal del crédito bancario y el crédito
comercial. Partiendo de los trabajos de Kashyap et al. (1993), Gertler y Gilchrist (1994) y
Oliner y Rudebusch (1996), se contrastaba la teoría del canal del crédito bancario, utilizando
como sustituto del mismo el crédito comercial, al ser éste una forma de financiación disponible
no sólo para las empresas grandes sino también para las pequeñas. Dado que el crédito
comercial es, prácticamente, la única fuente de financiación alternativa para estas últimas, un
mayor uso del mismo permitiría argumentar que, durante los períodos de restricción monetaria,
es la reducción en la oferta de crédito bancario, y no en la demanda de crédito debido a una
contracción en la actividad productiva de las empresas, la que explicaría la transmisión de los
efectos de dicha política.
Los resultados del trabajo de Nilsen apoyaban la teoría del canal de crédito bancario, en
la medida que las empresas pequeñas, con más restricciones crediticias, acudían a la
financiación vía crédito comercial8. No obstante, también se obtenía, de manera sorprendente y
en aparente contradicción con aquella teoría, que las empresas grandes acudían igualmente a
este tipo de fondos, e incluso en mayor medida que las pequeñas. Por esta razón, se clasificó a
las empresas grandes según que tuvieran o no valía crediticia (bond rating). Así, las primeras
no acudirían al crédito comercial en épocas de política monetaria ajustada. Sin embargo,
aquellas empresas con dificultades para acceder a fuentes de financiación externas, las que
presentaban altos niveles de efectivo (mantenidos por motivos de precaución al no tener estas
empresas calidad crediticia) y las que no tenían gran cantidad de activos que pudieran ser
utilizados como colateral en los préstamos bancarios, recurrían al crédito comercial (a pesar de
que éste fuera un sustituto caro del resto de los fondos), al no contar con otras alternativas de
financiación más atractivas. Por lo tanto, se proporcionaba evidencia de que las dificultades en
la obtención de crédito, en períodos de política monetaria restrictiva, tenían un impacto mayor
del que la literatura había señalado hasta ese momento.
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Rodríguez Rodríguez, O.M.
3.2. Modelos de teoría financiera
Dentro de esta perspectiva, pueden distinguirse aquellas investigaciones que enmarcan
el crédito comercial en un contexto de imperfecciones en los mercados de capitales, donde las
empresas con mayores restricciones a la hora de conseguir fondos consideran al crédito
comercial una fuente de financiación alternativa. Estos estudios se encuadran en lo que se ha
denominado “modelos de teoría financiera pura”. Asimismo, otros trabajos resaltaban el papel
que juega en la reducción de los costes de transacción la utilización del crédito comercial, en la
medida que supone una forma de desintermediación financiera. Estos últimos constituyen los
llamados “modelos de costes de transacción”.
3.2.1. Modelos de teoría financiera pura
Entre las investigaciones más interesantes que destacan este papel financiero del crédito
comercial destacan los trabajos de Schwartz (1974), Herbst (1974), Emery (1984), Chant y
Walker (1988) y Petersen y Rajan (1994).
Aunque Schwartz (1974) identificaba dos motivos distintos para llevar a cabo una
transacción con aplazamiento del pago (motivo transaccional y motivo financiero), únicamente
trataba éste último para facilitar el análisis. La principal implicación de su modelo consistía en
que el crédito comercial fluye fundamentalmente desde las empresas que tienen un acceso más
fácil a los mercados de capital hacia aquellas que tienen dificultades para acceder a los
mismos. Igualmente, sugería que la restricción del crecimiento de las empresas, debido al
tamaño de sus mercados, puede ser suavizada mediante la actuación de empresas que financian
el crecimiento de sus clientes extendiendo crédito comercial.
En un trabajo contemporáneo al anterior, Herbst (1974) también consideraba los pagos
aplazados como una fuente alternativa de fondos a corto plazo para las empresas. Este estudio
destaca en el sentido de que es uno de los pocos trabajos que relaciona la estructura del
mercado con el crédito comercial. De esta manera, sugería que las empresas en un contexto
competitivo tendrían más incentivos para diferenciarse a través de los términos de su crédito
comercial.
Como resultado de sus estimaciones, Herbst obtenía que los cobros aplazados podrían
ser explicados de forma adecuada por los modelos pasivos, ya que no son más que una
consecuencia de la actividad de la empresa. Por el contrario, los pagos aplazados no se
justificaban bien con los modelos pasivos, dado que son el resultado de un proceso de decisión
concreto y activo.
Por su parte, Emery (1984) señalaba, siguiendo a Schwartz (1974), dos motivos por los
que una empresa podía conceder crédito comercial: por una parte, un motivo puramente
operacional, que surge por la oportunidad de cambiar las políticas de crédito, proporcionando
al vendedor una forma eficiente de responder a las fluctuaciones en la demanda. Por otra parte,
un motivo puro de intermediación financiera, cuando la empresa debe mantener una reserva
líquida para cumplir con sus requerimientos de efectivo debido a las imperfecciones de los
mercados financieros9.
En este artículo de Emery se desarrollaba el segundo motivo.. Así, el crédito comercial
aparecía como un medio de eliminar la denominada tarifa del mercado financiero (si los costes
de transacción fueran nulos), que surge en el contexto de un mercado financiero imperfecto.
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El crédito comercial: marco conceptual y revisión de la literatura
Teniendo en cuenta que los clientes de una empresa que vende a crédito son un grupo
relativamente homogéneo, en comparación con la diversidad de clientes que puede tener un
banco, la concesión de crédito comercial puede permitir al vendedor eliminar parte de los
costes de información, puesto que el coste de calcular el riesgo de impago se ve reducido
notablemente. Además, esta ventaja de la empresa sobre los intermediarios financieros aparece
también en lo que se refiere a los costes de recaudación de los efectos a cobrar, ya que en el
peor de los casos la empresa podría recuperar el producto, realizar transformaciones en él y
revenderlo a través de sus canales de distribución habituales. Respecto al otro componente de
la tarifa del mercado financiero, esto es, las rentas que pueden obtener los bancos debido, por
ejemplo, a las barreras a la entrada en el mercado bancario, la extensión de crédito comercial
puede internalizar parte de estas rentas, cuyo tamaño puede venir limitado por la existencia de
otras fuentes de crédito no bancarias.
En el artículo de Chant y Walker (1988) se partía del supuesto de que el crédito
bancario es un sustituto del crédito comercial desde el punto de vista de los demandantes de
crédito (fundamentalmente empresas pequeñas), aunque también se recogía la posibilidad de
que, para aquellas empresas que están creciendo rápidamente, el crédito comercial y el
bancario pudieran complementarse10.
Los lazos existentes entre una empresa y sus acreedores pueden afectar tanto a la
disponibilidad de fondos, como al coste de los mismos. Sin embargo, la evidencia empírica
parece revelar que las mejoras aparecen por el lado de las cantidades, mientras que el efecto
sobre el precio del crédito es mucho menor. Los resultados de la investigación de Petersen y
Rajan (1994) han mostrado que las empresas pequeñas concentran mucho sus deudas,
solicitando fondos de pocos prestamistas11. Además, una parte importante de estos fondos
proceden de aquellos prestamistas que les han proporcionado información sobre otros servicios
financieros.
Entre los resultados empíricos obtenidos en Petersen y Rajan destacaba el que la edad
de la empresa tenía un mayor impacto sobre la disponibilidad de crédito que sobre el precio del
mismo. Asimismo, la longitud de la relación entre la empresa y sus prestamistas ejercía un
fuerte impacto sobre la disponibilidad de crédito, mientras que no tenía ningún efecto en el
precio del mismo. Así, cuando una empresa mantiene una estrecha y duradera relación con un
banco, se recurre menos a los pagos aplazados.
Teniendo en cuenta la teoría de la jerarquía financiera, el crédito comercial sería un
indicador del racionamiento del crédito. Además, el hecho de que los acreedores comerciales
concedan crédito comercial a las empresas cuando las instituciones financieras no lo hacen,
sugiere que los primeros tienen algún tipo de incentivo relacionado con el producto que están
vendiendo, que poseen cierta influencia sobre la empresa o, incluso, que están más informados
que las instituciones financieras respecto de la sociedad.
3.2.2. Modelos de costes de transacción
El pago al contado de las transacciones que tienen lugar entre proveedores y clientes
lleva asociado una serie de costes que pueden ser reducidos con la utilización de crédito
comercial. Así, por una parte, al realizarse los pagos periódicamente tiene lugar una reducción
de los costes fijos motivada por la disminución del número de liquidaciones; por otra parte, el
uso del crédito comercial reduce los costes de transacción derivados de situaciones de
incertidumbre en los intercambios. Además, la concesión de crédito comercial permite al
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vendedor llevar una mejor gestión de las existencias, especialmente en el caso de productos
con una fuerte estacionalidad. Entre los trabajos que han tratado al crédito comercial desde esta
perspectiva, destacan Nadiri (1969), Ferris (1981) y Emery (1987).
Para Nadiri (1969) el crédito comercial afectaba a la posición y a la elasticidad de la
demanda de la empresa. Al igual que la publicidad, era una forma de extender el mercado,
aumentando los gastos de las ventas en el contexto de la articulación de la política de precios
de la empresa12. Dado que los términos del crédito comercial permanecen aproximadamente
estables, resulta más barato para el comprador incrementar el volumen de crédito o alargar el
período de pago de sus efectos comerciales a pagar cuando se eleva el tipo de interés bancario.
Asimismo, el hecho de que un comprador no pague a tiempo o se comporte como moroso
frente a sus proveedores, hace incrementar el coste de futuros créditos. Es decir, cuanto menor
sea la frecuencia de este tipo de comportamientos de impago por parte del comprador, menor
tiende a ser el coste de sus efectos comerciales a pagar. Además, si la empresa cliente posee un
nivel adecuado de liquidez, la probabilidad de impago es baja y su proveedor se mostrará más
propicio a extenderle crédito o a alargar el período de madurez de un crédito ya realizado.
En un trabajo bastante posterior, Ferris (1981) resaltaba este papel desintermediador
del crédito comercial, señalando que el crédito comercial surge como una forma de reducir los
costes de transacción mediante la separación de lo que es el intercambio de bienes y lo que es
el intercambio de dinero (p.244). En este estudio se consideraba que dicha separación permite
que el crédito comercial transforme una corriente incierta de pagos monetarios en una
secuencia que puede conocerse sin incertidumbre. Una vez que ésta es eliminada, no hay razón
para mantener dinero por motivo de precaución, con lo que se eliminarían los costes asociados
al mantenimiento del mismo.
Existen otras versiones de esta teoría de los costes de transacción que parten de la base
de que puede existir una amplia estacionalidad en el patrón de consumo de los productos de
una empresa, por lo que, en orden a mantener ciclos de producción suaves, ésta tendría que
mantener grandes inventarios. Este hecho llevaría aparejado dos tipos de costes: los costes de
almacenamiento de inventarios y los costes de financiarlo. Ofreciendo crédito comercial, tanto
en cantidad como en período de aplazamiento, la empresa podría controlar mejor su posición
de inventarios, reduciendo sus costes de almacenamiento, sobre todo si sus clientes tuvieran
mayor capacidad para mantener estos inventarios. Así, Emery (1987), siguiendo la línea de
Ferris (1981), desarrolló un modelo basado en el motivo puro de flexibilidad operacional,
donde se consideraba al crédito comercial como una respuesta financiera a variaciones en la
demanda a la que se enfrenta la empresa que concede este tipo de crédito, resaltando el papel
del mismo en la reducción de los costes de transacción.
3.3. Crédito comercial y discriminación de precios
En la literatura sobre el crédito comercial se puede distinguir un tercer enfoque, que
justifica el uso del crédito comercial como una forma de discriminar precios por parte de las
empresas proveedoras cuando éstas no pueden establecer legalmente un sistema de precios
preferentes para sus clientes más directos. En este sentido, la posibilidad por parte de éstos de
acceder a un descuento por pronto pago en sus compras, así como el establecimiento de
distintos períodos de pago, constituyen formas de acceder a un precio menor por el producto.
Dentro de esta perspectiva, los trabajos de Meltzer (1960), Nadiri (1969), Schwartz y
Whitcomb (1979), Brennan, Maksimovic y Zechner (1988), Mian y Smith (1992) y Petersen y
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El crédito comercial: marco conceptual y revisión de la literatura
Rajan (1994) constituyen las principales aportaciones. Algunos de éstos ya han sido
mencionados en esta revisión de la literatura sobre el crédito comercial.
Schwartz y Whitcomb (1979) mostraban que el crédito comercial alteraba los precios
efectivos pagados y recibidos por el comprador y por el vendedor, respectivamente. En
mercados de capitales perfectos, el rendimiento del crédito comercial que buscaba el vendedor
se igualaría al máximo tipo de interés que el comprador estaría dispuesto a pagar por el mismo,
independientemente del período del crédito. De este modo, se tiene que, para llevar a cabo una
discriminación de precios óptima, deberían concederse períodos de crédito mayores a aquellos
compradores con mayor elasticidad-precio de la demanda; siendo menor el precio que pagarían
efectivamente.
La implicación más importante que se desprende del análisis del crédito comercial como
parte de la fijación de precios de una empresa, es que la política de crédito no es simplemente una
decisión financiera. En mercados de productos imperfectos, la decisión sobre el crédito comercial
es una parte integral en la política de determinación de precios. Asimismo, este motivo para el
crédito comercial proporciona un vínculo directo entre las condiciones monetarias a nivel agregado
y las decisiones en la determinación de precios por parte de las empresas.
En esta misma línea, Brennan, Maksimovic y Zechner (1988) desarrollaron un
modelo en el que la ausencia de competencia en el mercado de productos, junto con los
problemas de selección adversa, hacían que la discriminación de precios fuera rentable. Esto
ocurriría siempre que los precios de reserva de los clientes que pagan al contado fueran
mayores que los correspondientes a aquellos que compran a crédito.
El trabajo de Brennan et al. presenta un modelo de un solo período en el que se
analizaron los siguientes casos: 1) los compradores son homogéneos en cuanto al riesgo de
crédito, y los niveles de liquidez están relacionados con los precios de reserva. En este caso
nos encontramos, por un lado, con compradores con altos precios de reserva que tienen un
nivel de liquidez suficiente para realizar sus compras al contado; por otro lado, estarían los
compradores con menores precios de reserva y con una mayor probabilidad de que realicen sus
compras a crédito; 2) los compradores exhiben diferentes características en cuanto a sus
niveles de riesgo de crédito.
En el primer caso el crédito comercial podría ser ventajoso, en la medida que la
posibilidad de aplazar el pago proporciona información sobre los precios de reserva,
permitiendo así la discriminación de precios. Al establecerse un alto tipo de interés, el contrato
de crédito comercial separa los dos tipos de compradores. En el segundo caso, si el problema
de selección adversa conduce al racionamiento en los mercados de crédito, podría ser más
rentable para el vendedor tener pérdidas desde el lado del crédito que hacer frente a la
posibilidad de perder el cliente. Así, sólo los compradores con poca liquidez necesitarían el
crédito y pudiera ser que no cumpliesen sus obligaciones de pago.
Para Mian y Smith (1992) cuanto mayores fueran las ganancias de la explotación del
poder del mercado a través de la discriminación de precios, tanto mayor sería la posibilidad de
que se extendiera crédito comercial. En el artículo se determinaba la forma en la que las
empresas eligen la política de gestión de sus efectos comerciales a cobrar. Así, la empresa
podría delegar todas o parte de las funciones relacionadas con la valoración, así como con la
concesión y recuperación del crédito, en aquellas empresas especializadas en la realización de
este tipo de funciones13.
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3.4. Crédito comercial e información asimétrica
La incorporación explícita de asimetrías de información ha permitido, desde finales de
los años 80, la aparición de una explicación diferente del crédito comercial. Desde esta
perspectiva, es un instrumento de filtro que se hace necesario en un contexto en el que los
agentes están desigualmente informados. En esta línea, destacan las investigaciones,
fundamentalmente teóricas, de Smith (1987), Lee y Stowe (1993), Long, Malitz y
Ravid (1993), Freixas (1993), Biais, Gollier y Viala (1994), Biais y Golier (1997), y empírica
de Chee, Smith y Smith (1999).
El trabajo pionero de Smith (1987) muestra que los términos del crédito comercial
actúan como una señal que permite al vendedor obtener información sobre el comprador, en la
medida que, al establecer altos tipos de interés implícitos, podrá diferenciar a compradores con
un bajo riesgo de impago de aquellos con un mayor riesgo.
El crédito comercial se utiliza, desde esta perspectiva, porque el valor de la información
sobre el riesgo de impago del comprador, para el vendedor que ha hecho una inversión
irrecuperable en ese comprador, puede superar el valor que este tipo de información tiene para
otra fuente alternativa de financiación. El aplazamiento del pago tendrá lugar si el proveedor
puede responder de alguna manera en aras de proteger esa inversión, en caso de que la señal
transmitida al aceptar el cliente la venta a crédito sea de alto riesgo de impago. Para ello, los
términos del contrato a crédito serán determinados adecuadamente por parte del vendedor.
Cuando un prestamista establece el tipo de interés se enfrenta a un problema de
selección adversa. Como no conoce las diferentes probabilidades de cumplimiento en el pago
de los distintos clientes, un aumento del tipo de interés llevaría a que disminuyera el número
de prestatarios con mayor solvencia, elevándose, de esta manera, el riesgo medio del conjunto
de solicitantes del crédito.
Debido a que cada comprador maximiza su beneficio esperado y su propia estimación
de su nivel de riesgo, el prestamista puede filtrar entre los solicitantes del crédito para un
determinado nivel de riesgo crítico mediante la elección adecuada del tipo de interés. Los
vendedores también pueden utilizar este carácter de filtro de los tipos de interés mediante la
concesión de crédito comercial. Para que el proceso de filtro sea efectivo, debe ser más costoso
señalar un buen estado financiero para un comprador con un alto nivel de riesgo que para otro
con menor probabilidad de impago. De otro modo los agentes enviarían señales falsas.
Aunque el trabajo de Smith avanzó en la comprensión de aspectos importantes sobre el
crédito comercial, no ofrecía explicación alguna de por qué hay variaciones en los términos del
crédito comercial entre distintas empresas y entre distintas industrias, ni al hecho de que
hubiera vendedores que no ofrecieran ningún tipo de descuento por pronto pago. El trabajo de
Lee y Stowe (1993) permitió, sin embargo, responder a estas cuestiones. Su investigación
incluyó al crédito comercial como un instrumento de garantía de la calidad del producto14. Por
ello, a pesar de los altos tipos de interés implícitos, se justificaba la elección, por parte del
comprador, del aplazamiento del pago de la mercancía, ya que al pagar al contado (haciendo
uso del descuento por pronto pago) se corría el riesgo de que el producto fuera defectuoso. En
otras palabras, el descuento por pronto pago podía actuar como una forma de compartir el
riesgo. La diferencia entre el precio al contado y el correspondiente a la compra a crédito,
podría considerarse como el valor de la garantía de la calidad del producto.
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En este modelo se llegaba a un equilibrio separador donde los productores con baja
calidad de sus productos ofrecerían grandes descuentos, de cara a inducir a sus clientes a pagar
al contado la mayor parte de sus compras con un descuento irrevocable, poniendo, de este
modo, un riesgo mayor sobre el comprador; por su parte, los proveedores con una mayor
calidad en sus productos, ofrecerían un menor descuento, dado que tienen una mayor
seguridad de que su producto no fallará en el mercado. Además, no habría incentivo a
“engañar” por parte de los vendedores de productos de baja calidad, en la medida que, para
ellos el descuento irrevocable es más valioso (restricción de incentivos), dado el mayor riesgo
de que su producto falle en el mercado.
En esta misma línea se enmarca el trabajo de Long, Malitz y Ravid (1993)15. La idea
básica consistía en que el aplazamiento del pago sería tanto más importante cuanto más
desconocida fuera la calidad de los bienes objeto de la transacción. Ahora bien, una vez
establecida la reputación del vendedor, el crédito comercial dejaría de tener tanta importancia,
ya que la calidad del producto estaría garantizada, y lo único que podría aportar sería el hacer
más creíble cualquier garantía ya existente. Del modelo se obtenía un equilibrio separador
donde las empresas con baja calidad del producto venderían al contado mientras que las de alta
calidad otorgarían crédito comercial en la venta de sus bienes.
El análisis empírico permitió validar las hipótesis planteadas en el trabajo entrando, de
este modo, en contradicción con algunas de las teorías tradicionales sobre el crédito comercial.
Así, por ejemplo, no se encontró ninguna evidencia de que el crédito comercial pudiera
considerarse un sustituto del crédito institucional, tal y como se mantenía en la teoría
financiera. Además, las empresas pequeñas eran las que más crédito comercial concedían, lo
cual era también inconsistente con los resultados de las teorías previas. Asimismo, se obtuvo
que al menos algunas empresas que concedían crédito comercial también compraban a crédito,
lo cual estaba, una vez más, en contradicción con los resultados señalados en otras teorías, en
las que se afirmaba que las empresas o bien compran a crédito o bien venden a crédito, pero no
ambas cosas a la vez16. Sin embargo, la teoría de la calidad del producto no estaba
completamente en contradicción con las teorías tradicionales. Así, los resultados revelaban que
aquélla coincidiría con la teoría operacional (Emery, 1987), en el sentido de que las empresas
con una demanda variable extendían más crédito comercial que las que se enfrentaban a una
demanda estable.
En Freixas (1993) se planteaba la disyuntiva entre la financiación bancaria a corto
plazo y la financiación a través del crédito comercial, considerando que el aplazamiento del
pago no incorporaría ningún coste porque el vendedor y el banco tendrían el mismo coste de
capital. Por esta razón, los pagos aplazados no incorporarían ninguna señal; ahora bien, la
elección que el comprador realizara entre un tipo de financiación u otra sí que contendría
información.
En el modelo de Freixas se obtenían dos tipos de equilibrios: por una parte, el equilibrio
de crédito bancario, en el que el comprador acudiría al banco si la señal que recibe éste del
comprador fuera buena, acudiendo, en caso contrario, al vendedor mediante los aplazamientos
del pago de sus compras. De esta manera, la utilización de esta última forma de financiación a
corto plazo constituiría una señal negativa. Por otra parte, en el equilibrio de crédito comercial
el comprador acudiría a su proveedor si la señal que éste recibe del primero fuera buena
mientras que, de lo contrario, recurriría al banco en busca de crédito a corto plazo. Desde esta
perspectiva, la utilización del aplazamiento del pago constituiría una señal positiva.
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Adicionalmente, Freixas hacía una comparación de la organización institucional de los
cobros aplazados entre países. Al considerar las diferencias de información entre los bancos y
los proveedores respecto del comprador, podían existir dos tipos de equilibrio en el mercado
para los cobros aplazados: por un lado, un equilibrio caracterizado por un bajo nivel de efectos
comerciales a cobrar, un alto nivel de riesgo y, por tanto, un alto tipo de interés, como el que se
observaba en Estados Unidos; y, por otra parte, un equilibrio con un alto nivel de efectos
comerciales a cobrar, un bajo nivel de riesgo y bajos tipos de interés, como el que
predominaba en el continente europeo. Asimismo, se consideraba que el más eficiente sería
aquel en el que el agente más informado concediera más crédito a las empresas.
El principal resultado del modelo de Biais, Gollier y Viala (1994) consistía en que al
existir asimetrías de información entre la empresa y el banco, podría producirse un problema
de selección adversa, que llevaría a un racionamiento del crédito à la Stiglitz y Weiss (1981).
Sin embargo, a través de los equilibrios separadores, se observaba cómo los compradores sin
riesgo trasmitirían información sobre su categoría recurriendo al crédito comercial. Es decir, al
obtener financiación del vendedor, la empresa conseguiría señalizar a qué categoría de riesgo
pertenece y, de esta manera, podría acceder a una financiación bancaria complementaria y a un
bajo coste, aliviándose, de este modo, el problema de selección adversa.
El artículo de Biais y Gollier (1997) constituyó la versión final del trabajo anterior. En
él se obtenía que las condiciones de compatibilidad de incentivos para el equilibrio del modelo
eliminaban la posibilidad de colusión entre dos de los agentes (proveedor y cliente) frente a un
tercero (banco). De esta manera, las empresas utilizarían conjuntamente crédito bancario y
crédito comercial de manera óptima para evitar dicha colusión. Coincidiendo con las
conclusiones de Petersen y Rajan (1995), se obtenía que las empresas sin relaciones con las
entidades bancarias demandarían más crédito comercial, y los proveedores con una mayor
posibilidad de generación de fondos proporcionarían más crédito comercial a sus clientes. De
la misma manera, su modelo era consistente con la evidencia empírica proporcionada sobre la
reacción de las empresas pequeñas a las restricciones monetarias a través del uso de crédito
comercial.
Más recientemente, en Chee, Smith y Smith (1999) se realizaba un estudio empírico
sobre los determinantes de los términos de crédito comercial utilizados entre las empresas y la
variación de éstos entre las industrias. En este sentido, el trabajo mostraba una amplia
variación de estos términos entre diferentes industrias aunque muy poca variación intraindustrial17. Asimismo, se encontraba que los términos de crédito comercial se mantenían
estables a lo largo del período muestral.
Los resultados obtenidos por Chee et al. no apoyaban algunas de las teorías
tradicionales sobre el crédito comercial, sobre todo aquellas relacionadas con la justificación
de la liquidez de las empresas como un determinante de la decisión de conceder crédito
comercial, y las que han sostenido que los vendedores que hacen frente a una demanda
variable tienden a alterar los términos de este tipo de crédito. Por el contrario, las conclusiones
eran totalmente consistentes con las teorías que han vinculado el crédito comercial con las
asimetrías informativas en las relaciones interempresariales18. De este modo, se argumentaba
que, cuando fuera probable que la reputación del vendedor, en cuanto a la calidad de sus
productos, se conociera, era más probable la extensión de crédito con dos partes (descuento
por pronto pago y período neto de crédito) que la de términos netos (período de crédito sin
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descuento). Asimismo, cuando la reputación del comprador fuera elevada, se usaba con mayor
probabilidad el crédito comercial que los pagos al contado.
3.5. Crédito comercial, procesos de liquidación e insolvencia y renegociación de la deuda
Los trabajos sobre el crédito comercial que han sido revisados en los apartados
anteriores no han ofrecido una explicación teórica sobre determinadas características del
mismo, como puede ser el excesivo coste implícito de este tipo de crédito. En los últimos años
se ha desarrollado una nueva corriente, que ha vinculado el uso del crédito comercial con los
procesos de liquidación e insolvencia por los que puede atravesar una empresa en
determinados momentos de su actividad comercial. Estos estudios se han basado en el tipo de
relaciones que pueden existir entre una empresa y sus acreedores. De esta manera, se han
modelizado estas vinculaciones en contextos de incertidumbre, ofreciendo interesantes
aportaciones teóricas al estudio del crédito comercial. Los trabajos de Frank y
Maksimovic (1998), Wilner (2000) y Cuñat (2002) destacan en esta línea.
Frank y Maksimovic (1998) desarrollaron un modelo que explicaba las ventajas de un
proveedor sobre un inversor externo a la hora de financiar al cliente. En primer lugar, debido a
que el proveedor opera en la industria en la que se lleva a cabo la transacción, en caso de
incumplimiento del pago de la empresa cliente y dada la legislación sobre situaciones de
insolvencia y bancarrota, el proveedor puede obtener más valor en la recuperación y reventa de
los bienes. En segundo lugar, debido a que el proveedor tiene ventaja sobre el inversor externo
en la valoración de los activos y dado que éste lo sabe, surge un problema de selección adversa
que puede ser mitigado con el uso del crédito comercial, como consecuencia de la información
que puede obtenerse a partir del mismo19. En general, las transacciones serían financiadas por
la parte del mercado que hace frente a un menor coste de selección adversa. De este modo, si el
cliente se enfrentara a un mayor problema de este tipo, sería más eficiente que el proveedor
obtuviese financiación externa y permitiera el pago aplazado. Sin embargo, si fuera el
proveedor quien se enfrentara a un mayor problema de información asimétrica, entonces sería
más eficiente que el cliente obtuviese financiación externa y la compra se realizara al
contado20.
En el modelo más reciente de Wilner (2000) se argumentaba que el alto coste implícito
que supone la aceptación de crédito comercial por parte de una empresa es compensado con la
asistencia por parte del proveedor en caso de dificultades financieras del cliente. En este
sentido, las empresas con una alta probabilidad de incumplir en los pagos, estarían más
dispuestas a aceptar crédito comercial (más caro) que crédito bancario.
El grado de dependencia en las relaciones bilaterales puede explicar gran parte de las
características que definen un contrato de crédito. Así, una de las implicaciones más
destacadas del modelo de Wilner señalaba que un acreedor comercial concedería más
facilidades en la renegociación de la deuda cuanto más dependieran sus beneficios futuros de
su negociación con el cliente. Para compensar estas concesiones, el tipo de interés cargado por
estos proveedores se incrementaría con el grado de dependencia. Consecuentemente, los
proveedores cuyos beneficios estuvieran menos vinculados a su relación con el cliente, estarían
menos dispuestos a realizar determinadas concesiones en la renegociación de la deuda.
Adicionalmente, el modelo mostraba que el tipo de interés cargado por un acreedor dependería
de la credibilidad de sus amenazas, estando muchas de sus implicaciones en concordancia con
la evidencia empírica proporcionada por Petersen y Rajan (1994, 1995 y 1997).
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La investigación de Cuñat (2002) ofrecía la respuesta, desde un punto de vista teórico,
a algunas cuestiones sobre el crédito comercial hasta ese momento sin responder: a) por qué el
coste implícito del crédito comercial es tan elevado y b) por qué las empresas asumen el papel
de financiadores de sus clientes. Su modelo partía de dos elementos básicos en la relación entre
proveedor y cliente: por un lado, los proveedores tienen mayor poder contractual que los
bancos para forzar al cliente a pagar la deuda, en la medida que siempre pueden amenazarle
con el corte de suministros futuros; por otro, los proveedores pueden proporcionar liquidez al
cliente en caso de que éste experimente shocks de liquidez temporales. La condición necesaria
para estos elementos debía ser la existencia de un excedente, procedente de la relación, que
pudiera ser compartido por ambos agentes. Es decir, que fuera costoso para el cliente buscar
proveedores alternativos y para el proveedor buscar clientes alternativos21.
El modelo de Cuñat justificaba el elevado coste implícito del crédito comercial por una
parte, por el cargo de una prima que el proveedor hace al cliente por el hecho de estar
dispuesto a proporcionarle fondos cuando el banco no lo esté (default premium) y, por otra,
por una prima de seguro que el proveedor impone al cliente por verse en la necesidad de acudir
en su ayuda en caso de dificultades financieras de este último (insurance premium). Como
resultado, el equilibrio del modelo implicaba que todas las empresas utilizan tanto el crédito
bancario como el comercial de manera complementaria. Este resultado se mantenía incluso
cuando se suponía que los bancos fueran más competitivos que los proveedores.
4. CONCLUSIONES
La literatura sobre el crédito comercial se ha caracterizado por la falta de una teoría
general de este tipo de financiación, siendo diversos los modelos que se han planteado y
contrastado para justificar el uso del mismo. Esta investigación reúne las principales
aportaciones teóricas y empíricas sobre el crédito comercial, clasificándolas de acuerdo al
motivo que subyace en la utilización de este instrumento financiero.
El análisis realizado permite extraer la conclusión de que existe un consenso entre los
investigadores sobre algunos motivos que justifican el uso del crédito comercial mientras que
otros han generado más discrepancia y menos contrastación empírica. De esta manera, la
reducción de asimetrías informativas, ya sea relacionadas con la calidad del producto como con la
calidad crediticia del cliente, constituyen un motivo generalmente aceptado y ampliamente
contrastado. Por su parte, los motivos financieros también han contribuido de manera bastante
consensuada a la explicación de los aplazamientos del pago. Por el contrario, la teoría que
contempla al crédito comercial como una forma efectiva de discriminar precios ha conciliado a
menos investigaciones y no existe evidencia empírica que la contraste de manera sólida.
Los trabajos que han vinculado el uso del crédito comercial con los procesos de
liquidación e insolvencia por los que puede atravesar una empresa han sido fundamentalmente
teóricos y poco contrastados empíricamente debido, entre otras razones, a lo relativamente
reciente de su publicación. La mayor disponibilidad de datos con mayor grado de detalle que
proporcionan las bases actuales podría, sin duda, contribuir a obtener evidencia empírica que
apoyara estos modelos.
El análisis del papel de los aplazamientos del pago en los procesos de transmisión
monetaria está generando una emergente corriente en la literatura, que pretende resolver los
resultados difusos que arrojaban las primeras investigaciones sobre el crédito comercial.
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En las investigaciones sobre el crédito comercial no existe unanimidad respecto a la
relación de complementariedad y/o sustituibilidad entre el crédito comercial y el crédito
bancario. Por consiguiente, cualquier estudio que trate de esclarecer esta cuestión tendría gran
aceptación en la literatura económica.
Finalmente, un aspecto prácticamente inexplorado del crédito comercial reside en su
evolución a lo largo del tiempo. A pesar de la utilización de paneles de datos que proporcionan
mayor y mejor calidad en la información de las empresas, la dinámica del crédito comercial ha
sido prácticamente desatendida en la investigación de esta parte de la Economía. De esta
manera, todo análisis sobre la misma supondría, sin duda, una interesante aportación.
NOTAS
* Quiero agradecer a Manuel Navarro y a Juan Acosta sus comentarios y su apoyo en la realización de esta
investigación.
1
El cálculo del tipo de interés implícito del crédito comercial difiere entre autores. Así, por ejemplo, comparando los
trabajos de Jaffee (1971), Chuliá (1992), Cristóbal (1992) y Chee et al. (1999) pueden contrastarse estas diferencias.
2
El Banco de España en su publicación Central de Balances. Resultados anuales de las empresas no financieras ha
incorporado desde la monografía correspondiente al año 1998 (y publicada en 1999) los cuadros II.B.2.9 y II.B.2.10,
que recogen los períodos medios de cobro a clientes y pago a proveedores. Además, en el recuadro 4 de aquella
publicación puede consultarse la formulación y el significado de estas ratios. Igualmente, para un examen de las
medidas del crédito comercial véase Lewellen y Johnson (1972), donde aparece tanto un listado de las formas de
medición más utilizadas en los Estados Unidos y de las principales ventajas e inconvenientes de utilizar cada una de
ellas, como la manera de gestionar los efectos comerciales a cobrar. Otros trabajos en los que se ha tratado la gestión de
los efectos comerciales a cobrar y a pagar son los de Gentry y de La Garza (1990) y Mian y Smith (1992).
3
En Chuliá (1992) se ofrece un ejemplo de esta aproximación.
4
Una excepción a la escasa movilidad de los instrumentos del crédito interempresarial lo constituye el uso de las
empresas de factoring. Éstas ofrecen una serie de servicios especializados, tales como la gestión del cobro de créditos,
el control de riesgos, la cobertura contra el riesgo de crédito y la financiación total o parcial de la deuda. La modalidad
de factoring más utilizada en España es la llamada factoring con recurso, en la que el tenedor de la factura o recibo
traspasa sólo la gestión manteniendo el riesgo de crédito (Bescós, 1990).
5
En Nilsen (2002) se proporcionaba evidencia de que no sólo las empresas pequeñas, con baja calidad de crédito, eran
las que acudían al crédito comercial al encontrarse racionadas en el acceso al crédito bancario. De esta manera, se
señalaba que algunas empresas grandes podrían estar también racionadas en los mercados de crédito institucional. En
este sentido, se argumentaba que “el tamaño, per se, es sólo un indicador imperfecto de la calidad de crédito y las
restricciones crediticias envuelven un conjunto de empresas más amplio de lo que implican los mercados de crédito
perfectos” (p.3).
6
Estos autores distinguían entre un efecto cantidad y un efecto interés de la política monetaria. Consideraban que el
primero tenía lugar cuando la política monetaria influía directamente en la renta mientras que el segundo suponía que la
política afectaba a la renta sólo si las transacciones de activos provocaban cambios en los tipos de interés.
7
En Duca (1986) se encontraba evidencia a favor de esta idea.
8
Kohler, Britton y Yates (2000), utilizando una muestra de empresas británicas cotizadas en Bolsa, encontraban alguna
evidencia de la existencia de un “canal del crédito comercial” compensador de los efectos del tradicional canal del
crédito bancario cuando se producen contracciones monetarias. Los resultados del trabajo apoyaban la predicción del
estudio de Meltzer (1960), según el cual los flujos de crédito comercial entre las empresas reducen los efectos de las
imperfecciones en el mercado de crédito intermediado.
9
El trabajo de Lewellen et al. (1980) constituyó el otro antecedente del trabajo de Emery (1984).
10
El carácter complementario y/o sustitutivo entre el crédito comercial y el bancario continúa siendo una de las
cuestiones menos claras y con menos consenso dentro de la literatura sobre el crédito comercial.
11
En Petersen y Rajan (1995) se analizó el efecto de la diferencia entre mercados de crédito competitivos y mercados
concentrados sobre las relaciones entre prestamistas y prestatarios. Así, se consideraba que los acreedores estarían más
dispuestos a financiar a empresas con restricciones crediticias cuando los mercados de crédito no fueran competitivos,
ya que, en ese caso, sería más fácil para ellos beneficiarse de sus relaciones con el prestatario.
12
En el reciente trabajo de Blazenco y Vandezande (2003) se extiende esta hipótesis de la diferenciación del producto a
través del crédito comercial. A diferencia de la predicción del modelo de Nadiri, ellos indican una relación opuesta
entre el margen de beneficio y el crédito comercial.
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13
Adicionalmente, en Mian y Smith (1992) se argumentaban otros motivos para el uso del crédito comercial, como son
las ventajas en costes de los proveedores frente a otros prestamistas y los beneficios derivados de ventajas fiscales. Por
su parte, Brick y Fung (1984) desarrollaron un modelo en el que se mostraba cómo los impuestos determinan el flujo
de crédito comercial, sin utilizar el supuesto tradicional de la existencia de imperfecciones en los mercados financieros.
De esta manera, la dirección del flujo de crédito comercial aparecía dependiendo de la distribución de los tipos
impositivos marginales entre compradores y vendedores.
14
Emery y Nayar (1998) también destacaron este papel del crédito comercial.
15
Deloof y Jegers (1996) replicaron, para una muestra de empresas belgas, el modelo desarrollado en Long et
al. (1993). Aunque los resultados obtenidos por Deloof y Jegers confirmaron parcialmente la teoría de la calidad del
producto como explicación del uso del crédito comercial, también mostraban que este tipo de crédito podría utilizarse
como una herramienta para redistribuir los fondos dentro de un grupos de empresas.
16
Petersen y Rajan (1997) apoyaron los resultados de Long et al. en el sentido de que observaron dos tipos de efectos:
un efecto demanda y un efecto oferta, tanto en los efectos a cobrar como en los efectos a pagar, considerando la
posibilidad de que una empresa que concediera crédito comercial también compraría a crédito. Bahillo (2000),
basándose en el trabajo de Petersen y Rajan (1997), analizaba también los componentes de demanda y de oferta
existentes en la demanda de crédito comercial por parte de una muestra de empresas americanas. En este último trabajo
se desarrollaba un modelo de desequilibrio, donde se consideraba que los valores observados en la cuenta de
proveedores coincidían con los valores mínimos entre la cantidad de crédito comercial deseada por las empresas y la
cantidad de aplazamientos del pago que les es ofrecida.
17
El estudio de Fisman y Love (2003) constituye otro ejemplo entre los que estudian las variaciones de crédito
comercial entre diferentes industrias y su relación con el crecimiento de las mismas.
18
Los trabajos de Hernández de Cos y Hernando (1999), Rodríguez-Rodríguez (2006) y Rodríguez-Rodríguez (2008)
sobre muestras de empresas españolas, proporcionan evidencia empírica a favor de la teoría que señala la existencia de
asimetrías informativas entre las empresas como factor importante en la justificación de este recurso financiero.
19
En Santos y Longhofer (2003) también se incluyó esta ventaja financiera del proveedor a la hora de liquidar las
mercancías, dado que éste controla los canales de distribución donde puede revenderlas.
20
El modelo de Burkhart y Ellingsen (2004) revela que los problemas de agencia que surgen entre acreedores y
prestatarios pueden resolverse si el valor de liquidación de los bienes intermedios es menor que su precio de compra.
21
McMillan y Woodruff (1999) encontraron, para una muestra de empresas vietnamitas, que éstas ofrecían más crédito
comercial cuando es difícil para el cliente encontrar un proveedor alternativo. Este trabajo constituye uno de los
escasos estudios sobre el crédito comercial en los países en desarrollo, junto con Fafchamps (1997, 2000), Fafchamps y
Minten (1999) y Fisman (1999, 2001). Asimismo, en las economías de transición el crédito comercial ha sido muy
poco analizado, destacando, entre otras, las investigaciones de Perotti (1998) y de Denisova (2000), en las que se
estudiaba el efecto de los retrasos en los pagos más allá de la fecha acordada (arrears) sobre el comportamiento de las
empresas; y de Hege y Ambrus-Lakatos (2000), donde se presentaba un modelo para explicar las cadenas de crédito
comercial y la oferta endógena de liquidez, basándose en las relaciones interempresariales en las economías del centro
y este de Europa. Igualmente, el trabajo teórico de Buduru y Colonescu (2002) destacaba el papel de los retrasos del
pago como incentivo al comportamiento colusivo de las empresas en las economías de transición.
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Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa
Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 55-66, ISSN: 1135-2523
EL COMERCIO ELECTRÓNICO EN PERSPECTIVA:
DINÁMICA Y DESENCADENANTES
Rodríguez-Ardura, I. 1
Meseguer Artola, A. 2
Vilaseca i Requena, J. 3
Universitat Oberta de Catalunya
Recibido: 27 de diciembre de 2006
Aceptado: 1 de septiembre de 2008
RESUMEN: Diversos estudios sobre comercio electrónico llevados a cabo en economías
desarrolladas han destacado la influencia de impedimentos o barreras del entorno, relativos a
aspectos tecnológicos, legales o económicos del mismo, como determinantes de la difusión del
comercio electrónico. Pero mientras que con el tiempo algunas empresas que actúan bajo su
influencia acaban emprendiendo actividades comerciales en línea, otras en cambio continúan optando
por canales convencionales de distribución. Este trabajo propone y examina un modelo integrador en
el que se contemplan factores tanto del entorno como de la propia empresa que pueden incidir en la
dinámica del comercio electrónico en el conjunto de una economía desarrollada. La validación
realizada del mismo, efectuada para España en un periodo de nueve años, permite constatar la
contribución relativa de estos factores sobre las compras efectuadas a las empresas que desarrollan
iniciativas de comercio electrónico.
PALABRAS CLAVE: Comercio electrónico, Difusión, Desencadenantes, Barreras, Internet.
ELECTRONIC COMMERCE IN PERSPECTIVE:
DYNAMICS AND DRIVERS
ABSTRACT: Several studies conducted on electronic commerce in developed economies have
highlighted the influence of impediments or barriers. These determinants of electronic commerce
diffusion can be technological, legal or economic in nature. However, over time, while some firms
that operate under the influence of this environment choose in the end to realize commercial activities
on line, others continue to opt instead for conventional channels of distribution. This paper proposes
and examines an integrative model that takes into account external environmental factors as well as
internal company factors, factors which may influence the dynamics of electronic commerce within a
developed economy on the whole. The validation of this model, which concerns the Spanish market
over a defined period of nine years, demonstrates the relative contribution of these factors on
purchases to firms that develop electronic commerce initiatives.
KEYWORDS: Electronic commerce, Diffusion, Drivers, Barriers, Internet.
1. INTRODUCCIÓN
Desde que las empresas comenzaron a hacer un uso comercial de Internet, profesionales
y académicos han venido volcando sus esfuerzos por identificar los factores que influyen en el
desarrollo de las actividades de marketing y comercio electrónicos. Y es que esta clase de
iniciativas de negocio han sido reconocidas como fuentes de sostenibilidad y crecimiento
económico (Brynjolfsson y Kahin, 2000).
La literatura que ha abordado la difusión del comercio electrónico ha llegado a
identificar un amplio y variado conjunto de determinantes de este fenómeno. Para ayudarse en
la comprensión de las aportaciones efectuadas por dichos trabajos cabe considerar los
principales determinantes o factores que éstos llegan a tener en consideración. Ello conduce a
identificar un primer grupo de trabajos, que han estudiado, predominantemente, los factores
relativos a la empresa (Arnott y Bridgewater, 2002; Chaston y Mangles, 2002; Bertschek y
Rodríguez-Ardura, I.; Meseguer Artola, A.;Vilaseca i Requena, J
Fryges, 2002; Riquelme, 2002; Wang y Cheung, 2004; Vilaseca et al., 2007, entre otros
muchos), por lo que sitúan los determinantes de la difusión en un contexto interno: sus
competencias organizativas, su orientación estratégica, etc. En segundo lugar, cabe destacar un
grupo de estudios que responden a una perspectiva tecnológica e innovadora, que se halla
fundamentada en modelos como los de difusión de innovaciones (Gatignon y Robertson, 1985)
y de aceptación de la tecnología (Davis, 1989). Y en tercer lugar, cabe señalar aquellos
estudios que se han centrado en el entorno de la relación de intercambio, de modo que tienden
a destacar influencias externas tales como el nivel de desarrollo económico del país (Lee et al.,
2003; Wong, 2003; Ferguson y Yen, 2006), la infraestructura tecnológica (Javalgi y Ramsey,
2001; Ferguson y Yen, 2006) o el apoyo institucional (Oxley y Yeung, 2001; Jordana et al.,
2005) como principales determinantes.
No es menos cierto, sin embargo, que también ha surgido algún destacado trabajo, tal es
el caso del llevado a cabo por Kim y Galliers (2004), que responde a una aproximación
alternativa, acorde en la visión “interaccionista” (Molla y Licker, 2005) o integradora
propugnada por Tornatzky y Fleischer (1990). Sin embargo, los estudios que responden a dicha
aproximación sobre una base empírica son muy escasos (Gibbs y Kraemer, 2004; Molla y Licker,
2005; Chong, 2006; Lai et al., 2006).
Precisamente, bajo el propósito de explorar una aproximación integradora que ayude a
explicar la difusión del comercio electrónico, este artículo define y propone un modelo
explicativo de las iniciativas de comercio electrónico dirigidas a los consumidores finales por
parte de las empresas, que responde a dicha visión. Asimismo, recoge una validación empírica
de dicho modelo, efectuada para el conjunto de las actividades de comercio electrónico que los
consumidores españoles han venido desarrollando con las empresas durante el periodo
comprendido entre 1996 y 2005.
2. FUNDAMENTOS TEÓRICOS E HIPÓTESIS
Partiendo del marco teórico integrador que acaba de exponerse, y que hunde sus raíces
en el trabajo de Tornatzky y Fleischer (1990), parece conveniente contemplar hasta cuatro
tipologías distintas de factores determinantes del comercio electrónico (Kim y Galliers, 2004):
a) factores no tecnológicos relativos a la oferta de valor de la empresa, que tienen que ver
fundamentalmente con su estrategia comercial o de negocio; b) factores situados en la esfera de
la empresa, relativos, por lo tanto, a su oferta de valor pero que, a diferencia de los anteriores,
son de orden tecnológico; c) factores relativos al entorno y con carácter no tecnológico, que
tienen que ver principalmente con el atractivo comercial o de negocio que el mercado (en este
caso la comunidad de internautas) representa para las empresas que actúan en el mismo; y d)
factores concernientes al entorno y de índole tecnológico (tal es el caso de la penetración de
infraestructuras tecnológicas estrechamente vinculadas a Internet, como la banda ancha) como
también de orden institucional o legal.
2.1. La estrategia de negocio
A diferencia de como sucede en los entornos convencionales, en Internet existen
intermediarios, conocidos como motores de compra (Rodríguez-Ardura, 2008) - en inglés,
shopbots, que proporcionan acceso a información sobre el surtido de productos y la oferta
complementaria de servicios (usabilidad del establecimiento virtual, coste de la entrega a
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El Comercio Electrónico en Perspectiva: Dinámica y Desencadenantes.
domicilio, etc.) de un amplio número de vendedores que compiten entre sí, lo que permite que los
costes que conlleva la búsqueda y comparación de productos y ofertas de valor sean inferiores a
los habituales en la compra tradicional (Alba et al., 1997; Brynjolfsson y Smith, 2000).
Dado que con la ayuda de los motores de compra se pueden reducir las asimetrías de
información entre compradores y vendedores, lo que permitiría que los consumidores contaran
con un mayor poder en el proceso de intercambio (Rodríguez-Ardura y Martínez-López, 2008),
se ha llegado a predecir que, a medida que los consumidores se hagan más hábiles en la
búsqueda de información comercial en Internet, las comunicaciones de marketing y la imagen
de marca, entre otras herramientas comerciales y de negocio, perderían su importancia para
crear señales sobre la calidad y adecuación de los productos (Ward y Lee, 2000). En última
instancia, y puesto que de cumplirse esta premisa (a la que se ha dado en denominar “comercio
sin fricciones”) los consumidores serían capaces de identificar a aquellos vendedores que,
presentando una oferta de características similares, contasen con precios más bajos, se
produciría una mayor rivalidad de las empresas sobre la base de los precios y una situación de
competencia perfecta (Alba et al., 1997; Bakos, 1998).
Sin embargo, los estudios realizados no han proporcionado respuestas definitivas sobre
el comportamiento de los precios en línea. Así, mientras que algunas investigaciones han
obtenido que los precios de determinados productos son más elevados en Internet (Lee, 1998;
Palmer, 1997); otras, en cambio, han obtenido resultados opuestos (Brynjolfsson y Smith,
2000). En cambio, sí parece existir cierto acuerdo en que la dispersión de precios en línea es
elevada (Bailey, 1998; Clemons et al., 2002; Iyer y Pazgal, 2003) y que se produce una fuerte
concentración de la oferta (Brynjolfsson y Smith, 2000). De ahí que parezca más plausible
considerar que los consumidores no se muestran más sensibles a los precios en Internet que en
los entornos convencionales. De hecho, existen otros atributos de la oferta de valor
(información sobre el surtido, merchandising del establecimiento virtual, servicio de atención
al cliente, fiabilidad y rapidez en la entrega, imagen de marca, etc.) de relevancia en Internet
(Swaminathan et al., 1999; Degeratu et al., 2000; Lynch y Ariely, 2000; Smith et al., 2000;
Lee-Kelley et al., 2003; Gómez y Lorenzo, 2006). Además, y puesto que Internet explota los
beneficios de la comodidad y la conveniencia (Bhatnagar et al., 2000; Mathwick et al., 2002;
Chiang and Dholakia, 2003), a los consumidores que buscan ahorrar tiempo y esfuerzo en sus
compras les resulta demasiado costoso probar nuevos productos cuyos atributos sensoriales
deberían evaluar físicamente. En lugar de acudir a la tienda para hacer una evaluación global
de nuevas marcas, estos consumidores preferirían mantenerse leales a las marcas que adquieren
cuando compran en Internet, lo que los hace menos sensibles al precio.
Por ello, parece poco probable que la difusión del comercio electrónico se vea
asociada con la oferta de precios a la baja y la creación de mercados electrónicos en
competencia perfecta, en detrimento de la adopción, por parte de las empresas, de estrategias
de diferenciación de su oferta de valor (Rodríguez-Ardura et al., 2008). En consecuencia, cabe
presuponer que el énfasis de las empresas en los elementos de marketing en Internet que les
permiten diferenciar su oferta y estrechar su relación con el cliente esté positivamente asociada
con la difusión del comercio electrónico.
2.2. El desarrollo de una oferta segura
La adopción, por parte de las empresas vendedoras, de sistemas que hagan más seguras
las transacciones por Internet puede estar asociada, de manera relevante, con la difusión de
Internet como canal de distribución comercial (Cronin, 1996; Li et al., 1999; Eid et al., 2002).
Y es que, a pesar de los avances introducidos en los mecanismos de seguridad en las
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Rodríguez-Ardura, I.; Meseguer Artola, A.;Vilaseca i Requena, J
comunicaciones y los pagos electrónicos, los consumidores pueden dudar en utilizar Internet
para efectuar intercambios seguros (Swaminathan et al., 1999; Kung et al., 2002).
Parece, por lo tanto, que ganarse la confianza del consumidor constituye un objetivo
relevante para las empresas presentes en Internet por cuanto la compra electrónica incorpora no
sólo los riesgos habituales en la compra a distancia sino también otros riesgos adicionales,
como los asociados, por ejemplo, al uso fraudulento de tarjetas de crédito (Kau et al., 2003).
De ahí que la incorporación a la oferta de las empresas de diferentes componentes tecnológicos
que la hagan más segura puede contribuir a generar confianza en el establecimiento
electrónico, lo que en última instancia estaría positivamente asociado con las compras en línea
(Rodríguez-Ardura et al., 2008).
2.3. La comunidad internauta
Parece evidente considerar que un requisito necesario para que las empresas realicen
actividades de comercio electrónico con los consumidores finales lo constituye el acceso de
éstos a Internet (Javalgi y Ramsey, 2001), por lo que resulta lógico que esta variable haya
mostrado ser un determinante de gran importancia en el desarrollo de las actividades de
comercio electrónico (Rodríguez-Ardura et al., 1999; Corbitt, 2000; Meseguer et al., 2003).
Pero, además, el alcance de una masa crítica de clientes potenciales, que hacen uso
habitual de Internet, puede hacer que este grupo de usuarios se convierta en un mercado
suficientemente amplio como para que sea rentable y, en consecuencia, atractivo para las
empresas (O’Keefe et al., 1998; Kau et al., 2003; Rodríguez-Ardura et al., 2008). De ahí que
quepa presuponer que el tamaño de la comunidad internauta, en tanto que refleja el atractivo
comercial que el mercado representa para las empresas, constituye un factor del entorno
competitivo que se halla positivamente asociado con la difusión del comercio electrónico.
2.4. El marco tecnológico y legal
La difusión del comercio electrónico puede estar también asociado a otros aspectos del
entorno competitivo, y entre los que destacarían especialmente los que tienen que ver con la
infraestructura tecnológica disponible (Javalgi y Ramsey, 2001; Ferguson y Yen, 2006), así
como también las relativas al marco legal en el que se desarrolla la actividad comercial por
Internet (Javalgi y Ramsey, 2001).
De un parte, el grado de penetración de la banda ancha ha sido identificado como uno
de los factores que mejor explicarían los diferentes niveles de difusión que se registra el
comercio electrónico en los países desarrollados (Stewart et al., 2002), donde la infraestructura
convencional de acceso a Internet está ampliamente implantada (Dutta, 1997). De hecho, la
penetración de la banda ancha permite que las empresas proporcionen un mejor servicio a los
consumidores. De aquí que se hayan obtenido variados indicios sobre la influencia beneficiosa
de un diseño avanzado, y adecuado a la audiencia, sobre los resultados de las actividades de
comercio electrónico (Mandel y Johnson, 2002; Eid y Trueman, 2004; entre otros).
Pero, además, la difusión del comercio electrónico depende de la implicación de los
poderes públicos por diseñar un marco legal y unas políticas que favorezcan su desarrollo
(Javalgi y Ramsey, 2001; Fillis et al., 2004; Jordana et al., 2005). Entre los diversos ámbitos de
intervención de los poderes públicos destaca, especialmente, el de la protección al consumidor
y, dentro de éste, el de la privacidad. De hecho, existen variados indicios de la incidencia
positiva del marco político-legal en materia de privacidad sobre el desarrollo de las actividades
de negocio en Internet (Phelps et al., 2000; Sheehan y Hoy, 2000; Graeff y Harmon, 2002). Y
es que el entorno de Internet ofrece oportunidades sin precedentes para la invasión de la esfera
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El Comercio Electrónico en Perspectiva: Dinámica y Desencadenantes.
privada de las personas: De ahí que los usuarios valoren de modo muy especial su privacidad
en el medio y el control de la información que se obtenga sobre ellos (Hoffman et al., 1999), y
que se muestren más propensos a proporcionar datos personales o a mostrar una mayor
intención de compra cuando existen mecanismos que les aseguren qué información personal se
recabará y qué uso se hará de ella (Hoffman et al., 1999; Swaminathan et al. 1999; Castañeda y
Montoro, 2005). Por ello parece conveniente considerar que la difusión de tecnologías de
conexión a Internet de banda ancha y la definición de un marco legal de protección al
consumidor en Internet están positivamente asociadas con la difusión del comercio electrónico.
De este modo, se procede a formular las siguientes hipótesis del estudio, cuya
validación permitirá proporcionar un modelo explicativo de la difusión, entre las empresas, de
las iniciativas de comercio electrónico que se dirigen a los consumidores.
Hipótesis 1: El énfasis en los elementos de marketing en Internet que permiten
diferenciar la oferta y estrechar la relación con el cliente (con respecto a los relativos al precio)
se asocia positivamente con la difusión del comercio electrónico.
Hipótesis 2: La definición de una oferta empresarial segura en Internet se asocia
positivamente con la difusión de las iniciativas de comercio electrónico.
Hipótesis 3: El tamaño de la comunidad internauta se asocia positivamente con la
difusión de las iniciativas de comercio electrónico.
Hipótesis 4: La difusión de tecnologías de conexión a Internet de banda ancha y la
definición de un marco legal de protección al consumidor en Internet se asocian positivamente
con la difusión del comercio electrónico.
Figura 1. Factores desencadenantes del comercio electrónico al consumidor final
Factores de la oferta
de valor
Factores comerciales
Diferenciación vs liderazgo en
precio de la oferta de valor
Factores tecnológicos/legales
Seguridad en la oferta de valor
H1
H2
Difusión del comercio
electrónico
H3
Factores comerciales
Tamaño del mercado potencial
en Internet
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H4
Factores del
entorno
Factores tecnológicos/legales
Tecnología de banda ancha
Marco legal
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Rodríguez-Ardura, I.; Meseguer Artola, A.;Vilaseca i Requena, J
3. ESTUDIO EMPÍRICO
Se ha tomado como indicador de la variable a explicar (esto es, la difusión de las
iniciativas de comercio electrónico de las empresas con los consumidores finales) el volumen
de compras (Adsuara, 2004) realizado por los consumidores del mercado español en sus
iniciativas de compra electrónica. De acuerdo con las recomendaciones establecidas por la
OCDE (OECD, 2000), este indicador engloba el importe de las compras conseguidas a través
de Internet, independientemente del medio del que el vendedor se haya servido en cada caso
para la distribución y el cobro de los productos adquiridos. Los datos sobre este indicador han
sido obtenidos del Estudio sobre Comercio Electrónico B2C, una encuesta representativa de la
población española mayor de 14 años que, desde 1996 hasta 2005, han elaborado anualmente la
Asociación Española de Comercio Electrónico y Marketing Relacional (AECEM) y el
Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información de
Red.es –perteneciente al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. La encuesta se basa en
entrevistas telefónicas asistidas por ordenador (sistema CATI-Bellview) a una muestra de la
población española seleccionada aleatoriamente a partir de listados telefónicos (integrada por
5.012 personas en la última edición contemplada) (Red.es, 2006). De los entrevistados que eran
usuarios de Internet se han obtenido los datos (en millones de euros) referidos a la compra en
línea.
Se ha utilizado como indicador de la importancia relativa de las estrategias de
diferenciación y relación con el consumidor respecto a las estrategias de liderazgo en precio, el
precio de uno de los productos más vendidos a través de la Red, como es el ordenador (AIMC,
2006b). Para ello se han tomado los datos aportados para Europa con periodicidad anual por el
Observatorio Europeo de Tecnologías de la Información (EITO, 2006) sobre los precios (en
euros) del ordenador que, en cada momento, contaba con más prestaciones en el mercado.
Para el factor seguridad en la oferta empresarial en Internet se ha tomado como
indicador el número de servidores con dominio “.es” que utilizan protocolos de seguridad por
cada mil usuarios. Para su medición se ha recurrido a los datos elaborados sobre España por la
empresa de servicios Netcraft. Esta firma realiza, de forma automatizada y mensual, una
exploración de los servidores seguros de Internet (Netcraft, 2006).
Se ha tomado como indicador del tamaño del mercado potencial que representa Internet
para las empresas el número de usuarios de Internet en España (expresado en miles de
personas), también con datos desde 1996 hasta 2005. Se entendió como usuario de Internet
aquella persona mayor de 14 años que accede al medio, al menos, una vez al mes. Los datos se
han obtenido del Marco General de los Medios en España, que elabora la Asociación para la
Investigación de los Medios de Comunicación (AIMC) a partir del Estudio General de Medios
(EGM). El EGM es una encuesta representativa a la población española mayor de 14 años
sobre la audiencia general de los medios de comunicación, que se realiza en tres oleadas
anuales y que, en la última edición contemplada, se basó en 43.000 entrevistas personales,
aproximadamente (AIMC, 2006a).
Finalmente, para la medición de los factores tecnológicos (difusión de la banda ancha) y
legales (marco jurídico de protección al consumidor en Internet) del entorno competitivo del
comercio electrónico se ha recurrido a una variable dicotómica, a la que se asigna el valor “0”
para el periodo comprendido de 1996 a 2001, y “1” a partir del año 2002 (Rodríguez-Ardura et
al., 2008). Con estos valores se ha pretendido recoger el cambio estructural que, a partir del
año 2002, provoca el despegue del ADSL entre los particulares -tras la autorización de la
Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones a la compañía Telefónica para comenzar a
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 55-66
El Comercio Electrónico en Perspectiva: Dinámica y Desencadenantes.
operar como proveedor directo del servicio- y la difusión del Anteproyecto de la primera
norma destinada a regular las actividades comerciales en Internet, Ley 34/2002, de 11 de julio,
denominada como de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico.
3.1. Proceso de interpolación
Puesto que los datos de las series temporales que se obtuvieron a través de estas fuentes
mostraban diferencias en su periodicidad y que el fenómeno objeto de estudio es muy reciente,
lo que supone que las series con datos anuales son muy cortas, se consideró necesario realizar
un proceso de interpolación. A través de este proceso se derivaron los datos iniciales en series
de 109 periodos, cada uno de los cuales se habría de referir a la aproximación de la observación
mensual de las variables (desde diciembre de 1996 hasta diciembre de 2005).
Para derivar las series se realizó una interpolación por splines cúbicos de tercer grado
(Dahlquist y Björck, 1974; Stoer y Bulirsch, 1980), lo que permite aproximar funciones de las
que sólo se conocían algunos valores A través de este método de análisis numérico se han
construido (y unido) trozos de polinomios de tercer orden que enganchan con continuidad C1,
de forma que la segunda derivada de cada polinomio sea cero en los extremos. De este modo,
se ha conseguido asegurar que la curva (aproximación) finalmente obtenida llegue a pasar por
cada uno de los puntos iniciales a partir de los que ha sido creada.
3.2. Resultados
Para la contrastación de las hipótesis planteadas en este artículo, se ha llevado a cabo un
análisis de regresión múltiple. En la realización del mismo se han contemplado como variables
independientes todas las relativas a los desencadenantes considerados en el modelo conceptual
previamente propuesto (véase figura 1), y como variable dependiente el volumen de compras a
través de sistemas de comercio electrónico. De los resultados obtenidos se desprende, en
primer lugar, que el modelo analítico obtenido es significativo en su conjunto. En el análisis de
la varianza, el valor “F” es igual a 968,39, con un valor “P” asociado igual a cero. Las
variables contempladas tienen coeficientes significativamente diferentes de cero (con valores
“P” iguales a cero), por lo que queda justificada estadísticamente su presencia en el modelo
explicativo. Asimismo, éste ofrece una elevada explicabilidad de la variabilidad total de la
variable dependiente (esto es, el volumen del negocio electrónico) por cuanto el valor obtenido
para R2 es de 97,4% (el valor de R2 (aj) es de 97,3%).
Tabla 1. Análisis de regresión
Predictor
Coeficientes
Constante
Precio medio de ordenadores
Volumen de servidores seguros
Volumen de usuarios
Marco tecnológico/legal favorable
-1974,3
0,51709
3,2201
0,165076
553,37
Coef. estand.
155,5
0,04729
0,4263
0,008220
47,43
T
Sig.
-12,69
10,93
7,55
20,08
11,67
0,000
0,000
0,000
0,000
0,000
La significación del coeficiente asociado a la variable que recoge el precio de los
ordenadores (P = 0,000) y su signo positivo, permiten validar la primera de las hipótesis
formuladas. Este efecto positivo muestra que la disposición de ordenador no constituye una
barrera significativa de acceso a Internet, a diferencia de como se había registrado en las
modelizaciones anteriores realizadas para el mismo ámbito de estudio (Rodríguez-Ardura et
al., 1999; Meseguer et al., 2003). De hecho, la relación positiva entre el precio de este producto
(uno de los más intercambiados en Internet) y el volumen de negocio del comercio electrónico
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Rodríguez-Ardura, I.; Meseguer Artola, A.;Vilaseca i Requena, J
ahora se muestra indicativa de que la demanda en Internet es poco elástica y que pueden existir
otros instrumentos de marketing (como la imagen y reputación de la marca, la atención al
cliente, etc.) de elevada importancia para los consumidores que acceden al medio.
Se constata que la variable relativa a los servidores seguros es significativa en el modelo
(el coeficiente de regresión asociado a la variable es significativamente diferente de cero,
con P = 0,000). Además, el efecto de dicha variable sobre la evolución del comercio
electrónico tiene signo positivo, de modo que su aumento incide favorable y positivamente en
el volumen del comercio electrónico.
También se comprueba la importancia de la evolución de los usuarios de Internet en la
explicación de la difusión del comercio electrónico. El coeficiente que acompaña a la variable
resulta significativamente distinto de cero (P = 0,000) y muestra signo positivo, por lo que
cabe considerar como validada la influencia positiva del tamaño de la comunidad de
internautas.
Asimismo, se constata la presencia de un cambio estructural desde el año 2001, ya que
el coeficiente que acompaña a la variable dummy es significativamente distinto de cero (P =
0,000). De ahí que quepa dar por validada la hipótesis relativa al marco tecnológico y legal y
su positiva asociación con la difusión del comercio electrónico.
A modo de resumen, en la tabla 2 se muestran las variables empleadas para explicar la
evolución del volumen de compras de comercio electrónico en España desde el año 1996 hasta
2005, sus indicadores, sus coeficientes y su elasticidad. A partir de la comparación que permite
realizar el valor de las elasticidades, se desprende la importancia relativa que tiene el tamaño
de la comunidad de internautas en la explicación de la variable dependiente. De acuerdo con
este modelo analítico, un aumento del orden del 1% sobre el número de usuarios a diciembre
de 2005, supondrá un crecimiento del mismo orden (1,00%) en el volumen de compras. En
cambio, un aumento del 1% en los valores de los demás indicadores contemplados (a
excepción del relativo a los factores tecnológicos/legales del entorno) implicará,
respectivamente, un aumento del 0,21% y un 0,38% en el volumen de compras electrónicas.
Tabla 2. Factores, indicadores y elasticidad
Factores
• Importancia relativa de la estrategia de
diferenciación
• Seguridad en la oferta de valor
• Tamaño del mercado potencial
• Marco tecnológico/legal favorable
Indicadores
Precio medio de
ordenadores
Servidores seguros
Usuarios de Internet
Variable dummy
Coef.
Elasticidad
+ 0,52
0,21
+ 3,22
+ 0,17
+ 553,37
0,38
1,00
-
4. CONCLUSIONES
Los hallazgos obtenidos con la investigación demuestran la adecuación de los modelos
integradores o “interaccionistas” (Molla y Licker, 2005) para explicar la difusión del comercio
electrónico, lo que da soporte al marco teórico inicialmente propuesto, y fundamentado en el
trabajo de Kim y Galliers (2004).
El primer desencadenante contemplado (la aplicación de un estrategia de diferenciación
versus una estrategia de liderazgo en precios) viene a reflejar las características comerciales de
la oferta empresarial definida para Internet. El hecho de que el precio del ordenador (uno de los
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El Comercio Electrónico en Perspectiva: Dinámica y Desencadenantes.
productos más vendidos por Internet) tenga un efecto significativamente positivo a la hora de
explicar la difusión del comercio electrónico mediante el modelo analítico propuesto, conduce
a señalar, de una parte, que el ordenador ha dejado de ser un indicador de las barreras de acceso
a Internet, por lo menos en países desarrollados, como España, que han alcanzado una masa
crítica de usuarios. Por otra parte, la relación positiva entre el nivel de precios en Internet y el
volumen de negocio de comercio electrónico, lejos de mostrar que los mercados electrónicos
llevan a una reducción generalizada de los precios, pone de manifiesto la importancia de los
elementos habituales en la definición de una estrategia de marketing diferenciada,
proporcionando un mayor valor al consumidor y contribuyendo a estrechar su relación con él.
El segundo desencadenante considerado (seguridad en la oferta por Internet), relativo a
aspectos tecnológicos de la oferta empresarial, también ha mostrado ser significativo en la
explicación de la difusión del comercio electrónico. Se confirma, una vez más, que la
confianza de los consumidores en la seguridad de los mecanismos de comunicación e
intercambio comercial que les ofrecen las empresas favorece los intercambios en línea.
El tercero de los desencadenantes contemplados, la dimensión de la comunidad de
usuarios, se constituye como un factor del entorno y de índole comercial con una importancia
decisiva en la difusión del comercio electrónico, claramente superior a la del resto de los
factores examinados. De acuerdo con los resultados obtenidos para el caso español, parece
haberse alcanzado una masa crítica de usuarios que conformarían un mercado con un tamaño
suficientemente atractivo para las empresas, provocando el interés creciente de éstas por el
comercio electrónico. A la luz de los resultados registrados se deduce que los incrementos
futuros en el tamaño de la comunidad de internautas podrían tener como respuesta un aumento
de igual proporción en la difusión del comercio electrónico (la elasticidad de esta variable en el
modelo analítico es de 1,00).
En cuarto lugar, parece deducirse que en los países desarrollados, como España, en los
que las tasas de penetración de Internet entre la población comienzan a ser elevadas, la difusión
de la banda ancha ejerce un papel relevante. Esta clase de tecnologías facilita el acceso de los
usuarios a sistemas avanzados de comunicación comercial, atención personalizada, etc., por lo
que hace de Internet un entorno más atractivo para los intercambios comerciales. De igual
modo, la definición de un marco legal en el ámbito de la privacidad, aun no siendo una medida
suficiente para proteger completamente a los consumidores en Internet, se muestra necesaria
para la difusión del comercio electrónico.
NOTAS
1
Profesora Agregada de la UOC, Directora del Programa de Doctorado e Investigadora del IN3-UOC
Internet Interdisciplinary Institute, Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Av. Tibidabo 45-47, 08035 Barcelona
Email: [email protected], URL: http://www.uoc.edu/webs/irodriguez
2
Profesor Agregado de la UOC, Director de los Estudios de Economía y Empresa, e Investigador del IN3-UOC
Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Av. Tibidabo 39-43, 08035 Barcelona
Email: [email protected], URL: http://www.uoc.edu/webs/ameseguer
3
Profesor Agregado de la UOC, Delegado de la Rectora para el Proyecto Universidad Empresa, e Investigador del
IN3-UOC. Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Rambla del Poble Nou 156, 08018 Barcelona
Email: [email protected], URL: http://www.uoc.edu/webs/jvilaseca
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OTRI: AGENDA DE INVESTIGACIÓN
Vendrell Herrero, F.
Ortín Ángel, P.
Universidad Autónoma de Barcelona
Recibido: 4 de julio de 2007
Aceptado: 26 de mayo de 2008
RESUMEN: Este artículo presenta diferentes líneas de investigación para extender los actuales
trabajos empíricos sobre el papel de las Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación
(OTRI). Dichas líneas surgen de los nuevos avances en el análisis micro económico de las OTRIs y
se plantean cuestiones cómo la justificación de su existencia, los incentivos de los científicos o la
mejor forma de transferir tecnología, licencia o spin-off. Muchas de estas líneas permanecen todavía
sin analizar y en las que se dispone de evidencia ésta proviene básicamente de EEUU y UK. La
investigación empírica debe fomentar nuevos avances en el ámbito teórico.
PALABRAS CLAVE: OTRI, Spin-off, Licenciar, Diseño de contratos, Universidad.
TTO: RESEARCH AGENDA
ABSTRACT: The present paper presents different lines of work in order to extend the current
empirical research about the role of the technology transfer offices (TTO). Those lines of research
come from the new advances in the micro economic analysis of TTOs and focus on questions such as
the economic reasons for the existence of TTOs, the incentives scheme of the scientist and the best
way of transferring technology, licensing or spinning-off. Most of these lines still remain without
analyzing and the existent evidence comes basically from US and UK. The empirical research should
foment new advances in the theoretical approach.
KEYWORDS: TTO, Spin-off, Licensing, Design of contracts, University.
1. INTRODUCCIÓN
El gobierno de España creó en 1998 la figura de las Oficinas de Transferencia de Resultados de
Investigación (OTRI) en el primer Plan Nacional de I+D presentado y desarrollado por la
Secretaría General de I+D (Martínez, 1995: 114). La OTRI asume el rol de dinamizador que el
Plan Nacional necesitaba con el fin de facilitar el traspaso de innovaciones tecnológicas desde
la universidad a la industria. La transferencia de tecnología por parte de las Universidades
suele realizarse a través de dos vías, la de licencia para la explotación de patentes y la creación
de empresas (Spin-offs). Dicha transferencia corre a cargo de las denominadas Oficinas de
Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI). Para ello, el plan reconoce como
principales funciones de la OTRI:
¾
Entrar en contacto con expertos que posean el conocimiento necesario que las empresas
requieren en cuestiones de asesoría.
¾
Preparar y redactar los contratos sirviendo de puente de colaboración entre la universidad
y las empresas.
¾
Encontrar ayudas financieras públicas para las actividades de colaboración establecidas.
¾
Difundir el catálogo de conocimiento científico y tecnológico de las universidades a las
empresas.
Vendrell Herrero, F.; Ortín Ángel P.
¾
Administrar las patentes que pertenecen a la universidad y controlar la explotación por
parte de las empresas interesadas.
Coincidiendo con la introducción de dicha legislación se ha producido un fuerte crecimiento en
el proceso de transferencia tecnológica de las universidades públicas españolas hacia la
industria. De acuerdo con un estudio realizado por la asociación de las OTRI2 españolas,
RedOtri, el número de Spin-offs creadas en España antes del 2004 es aproximadamente 300
(ver Tabla 1). Con anterioridad al año 2001 sólo existían 18 Spin-offs, por lo que la mayor
parte se han creado durante el periodo 2001-2004. Durante dicho periodo, el incremento del
número de licencias generadas anualmente por las Universidades españolas ha seguido un
ritmo de crecimiento muy parecido al de las Spin-offs, tanto en su número como en su
tendencia.
Tabla 1. Numero de Spin-off y Licencias en España
Antes Diciembre 2000
2001
2002
2003
2004
Total
Número de
Spin-off
Número de
licencias
18
39
65
87
90
299
--50
53
78
143
324
Fuente: Estudio RedOtri Universidades 2005.
Un efecto similar produjo la introducción de la Bayh-Dole Act (1980) y el Federal
Technology Transfer Act (1986) en EEUU. Al igual que la actual Ley Española de patentes,
dicha legislación da el derecho de propiedad y comercialización de los inventos provenientes
de investigación con fondos públicos a las universidades. A partir de ese momento la
innovación comercializada desde las universidades ha incrementado ostensiblemente (Nelson,
2001; Mowery et al., 2001). Dicho fenómeno no sólo se produce en Estados Unidos, también
en otros países donde las universidades tienen una estructura de derechos de propiedad
intelectual similar, por ejemplo Italia o el Reino Unido (Geuna, Salter y Steinmueller, 2003).
Además, no sólo ha aumentado el volumen de innovación comercializada por las
universidades, sino su peso en el total de innovaciones de la economía. En un reciente estudio
Mowery (2005) muestra como la proporción de patentes universitarias ha incrementado en
relación al total de patentes generadas en la economía. Sus cálculos indican que las patentes
universitarias han pasado en Estados Unidos de un 0,25% en 1950 a un 4% del total de patentes
en 1996.
La importancia creciente de la innovación universitaria y sus posibilidades para generar
riqueza (Etzkowitz, 1998; Shane, 2002) han aumentado el interés académico por el tema. Es
creciente el número de estudios sobre el proceso de transferencia tecnológica desde las
universidades a las empresas, y en particular sobre la figura de la Oficina de Transferencia de
Resultados de Investigación (OTRI). El presente trabajo realiza una revisión de la literatura
académica más relevante sobre el tema. El énfasis se centra sobre los modelos teóricos
surgidos alrededor del papel económico de la OTRI y, en concreto, sobre la agenda de futuros
trabajos empíricos que contrasten sus principales implicaciones.
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OTRI: agenda de investigación
2. EL PAPEL DE LA OTRI
La Oficina de Transferencia de Resultados e Innovación (OTRI) es la entidad
responsable para la protección y comercialización de la propiedad intelectual de la universidad.
Básicamente existen dos maneras de comercializar la innovación universitaria, vender licencias
o generar empresas de base tecnológica (Spin-off).
Siegel, Walkman y Link (2003) argumentan que en este proceso de comercialización de
la tecnología desde la universidad al mercado existen 3 agentes principales: los investigadores
universitarios, los responsables de las OTRIs y las empresas interesadas en licenciar (Ver
Figura 1 y Tabla 2).
Figura 1. Proceso de transferencia tecnológica
Continúa con
investigación básica
Investigador
OTRI
Crear una Spin-off
NO
Licenciar
Empresa
Licencia
Fuente: elaboración propia
El científico o el inventor de la universidad tiene una cultura académica y, por lo tanto,
tiene una relación ambigua con la innovación comercial. El profesor universitario suele tener
una preferencia clara por la investigación básica (Ndonzuau, Pirnay y Surlemont, 2002). La
mayor parte de su reconocimiento proviene de su éxito en dicha actividad de investigación.
Este hecho aumenta el coste de oportunidad para el desarrollo de la innovación comercial.
Obviamente, las políticas universitarias pueden modificar tales intereses. Además de la política
del personal científico y académico, la universidad también tiene otras vías para estimular el
desarrollo de la innovación comercial. Más concretamente, la universidad decide la
distribución interna (administración general, la OTRI, y el inventor o departamento al cuál está
adscrito) de la renta proveniente de invenciones patentables y no patentables, también llamadas
invenciones de trabajo. El profesor tiene derecho a participar en los beneficios que la
universidad consigue por explotación de los derechos de propiedad intelectual de las
invenciones. La mencionada participación figura en los estatutos de cada universidad (artículo
20.6 de la Ley Orgánica de Universidades)3.
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Tabla 2. Agentes que participan en la transferencia de innovación universitaria
Acciones
Científico/
Inventor
universitario
OTRI
Empresa/
Emprendedor
Continuar con
investigación
básica o
comercializar el
proyecto actual
Vender la
tecnología para
licenciar, ayudar a
la creación de
Spin-off o incluso
cancelar los
inventos
Comercializar
nueva tecnología
Motivaciones
primarias
Reconocimiento del
mundo académico.
Proteger y
comercializar los
derechos de propiedad
intelectual de la
Universidad.
Beneficio monetario
Motivaciones
secundarias
Beneficios
monetarios y la
posibilidad de
conseguir fondos
adicionales
Facilitar la
difusión
tecnológica y
asegurar fondos
adicionales
Cultura de la
organización
Científica
Tener control de
propiedad de las
nuevas
tecnologías
Emprendedora
Burocrática
Fuente: Adaptado de Siegel, Waldman y Link (2003
La OTRI se relaciona normalmente con los investigadores universitarios para recibir
innovaciones comerciales, y con las empresas, para vender esta innovación. La OTRI recibe
proyectos de científicos y/o investigadores y analiza la futura rentabilidad del proyecto en el
mercado. A raíz de ese análisis decide si vender el proyecto a una empresa en forma de licencia
o si ayuda a crear una empresa de base tecnológica. En caso de crear una empresa los
fundadores suelen ser los empleados universitarios que han desarrollado dicho proyecto
(profesores, investigadores, estudiantes, etc.) en el seno de la universidad (Birley, 2002). A
pesar de que parte de los ingresos presupuestados por la OTRI provienen de las mencionadas
actividades, dichas oficinas suelen tener una cultura burocrática como institución pública, dado
que también realizan tareas administrativas dentro de la universidad.
La OTRI también debe buscar empresas interesadas en invertir en nuevos proyectos.
Estos proyectos tienden a ser una prueba conceptual o un prototipo y por tanto están en una
etapa embrionaria y necesitan desarrollo adicional antes de ser comercializadas. De este modo
se necesita la colaboración de los científicos de la universidad. Para comercializar estos
proyectos, en una primera etapa, la empresa paga generalmente a la universidad un honorario
fijo para desarrollar una determinada investigación. En caso de éxito, también paga “royalties”
si finalmente se licencia o da acciones en el caso de que se cree una Spin-off.
Existen abundantes trabajos empíricos analizando la organización y estrategia de las
OTRIs. Así por ejemplo, existe evidencia sobre cómo las dotaciones de recursos influencian su
éxito (Shane y Stuart, 2002) y sobre los efectos de sus estructuras organizativas en su eficiencia
(Bercovitz y otros., 2001; Siegel et al., 2003), viéndose las actividades de licenciar
caracterizadas por rendimientos constantes a escala. Muchos estudios han analizado los
factores que llevan a la OTRI a fomentar la creación de Spin-offs (Locket, Wright y Franklin,
2003; Di Gregorio y Shane, 2003; Hindle y Yencken, 2004; De Coster y Butler, 2005). En este
sentido, los resultados indican que las universidades tradicionalmente más exitosas en licenciar
han desarrollado estrategias pro-activas más explícitas hacia la creación y desarrollo de Spin70
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offs. Asimismo, otros factores que influencian la creación de dichas empresas son la inserción
en la estructura de capital por parte de la universidad, la presencia en la universidad de
investigadores con brillantes carreras académicas, y la reducción de los “royalties” por licencia
pertenecientes a los investigadores. Del Palacio, Solè y Montiel (2006), han estudiado
detalladamente los programas de creación de Spin-off en la Universidad Politécnica de
Catalunya. Del mismo modo se ha observado que la relación de la Spin-off con la universidad
se reduce con el tiempo (Perez y Martinez, 2003, Locket et al., 2003), y se han estudiado las
características del inventor académico y su rol en la empresa (Locket et al., 2003; Murray,
2004). En este sentido los resultados indican que el papel del inventor académico en la empresa
es muy variado, desde cargos de gerencia y dirección a cargos consultivos.
En paralelo, y en parte gracias a los resultados de estos trabajos empíricos han surgido
desarrollos teóricos sobre el papel de las OTRIs que han suscitado nuevas preguntas y que
constituyen una nueva agenda de investigación que nos proponemos abordar en los próximos
párrafos.
3. UN ANÁLISIS ECONÓMICO DE LA TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA
Las OTRIs también han atraído la atención de la teoría económica. Los agentes
involucrados en los procesos anteriormente descritos tienen información e incentivos distintos.
Ello conlleva una gran posibilidad para el estudio económico de dichas instituciones (Siegel y
Phan, 2006). De esta manera es creciente el análisis micro económico del papel de las OTRIs.
Algunas de las preguntas estudiadas recientemente por esta corriente son: ¿Por qué existen las
OTRIs? (Macho, Veugelers y Perez, 2007), ¿Cómo las universidades estimulan la innovación
comercial? (Jensen, Thursby y Thursby; 2001, 2003), ¿Bajo qué condiciones se licencia o se
genera una nueva empresa de base tecnológica? (Chukumba y Jensen, 2005). En los próximos
párrafos vamos a revisar los principales argumentos y conclusiones de estos trabajos. Especial
interés reciben las implicaciones empíricas de dichos trabajos ya que amplían la agenda de
investigación sobre el tema.
3.1. ¿Por qué existe la figura de la OTRI?
Aunque la OTRI tiene algunas ocupaciones relevantes tales como servicios
especializados o gestión de la propiedad intelectual que pueden justificar su presencia, Macho
et al. (2007) consideran que la existencia de la OTRI se debe a la necesidad de construir una
reputación. Muy previsiblemente los miembros de la universidad, la OTRI o sus propios
investigadores, tienen mejor información que las empresas sobre los proyectos de investigación
que se están desarrollando bajo su seno. Desde esta perspectiva, si las empresas no pueden
distinguir entre los distintos proyectos, invertirían en todos ellos por igual. Como la
probabilidad de éxito en promedio será baja, el nivel de inversión será menor que el que
estarían dispuestos a realizar si dispusieran de buena información sobre los proyectos. Si los
investigadores o departamentos universitarios ofrecieran de una forma continuada sus
proyectos a las empresas, éstas, en los casos de malos resultados, podrían penalizarlos no
contratando sus servicios en el futuro. Anticipándose a dicha reacción, los investigadores
tendrían incentivos a intentar comercializar sólo los proyectos comercialmente interesantes.
Sin embargo, si la interacción con el mundo empresarial de los investigadores o
departamentos es escasa, al no poder las empresas reaccionar ante los proyectos poco
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atractivos, es de esperar que les ofrezcan todo tipo de proyectos. En esta situación es donde la
OTRI puede jugar un papel importante. Si dicha oficina centraliza todos los proyectos de la
universidad, su interacción con las empresas se multiplica y con ello los incentivos a
comercializar proyectos exitosos. De este modo, el hecho de comercializar todos los proyectos
de una universidad a través de la OTRI permite la creación de una reputación que evita los
problemas de selección adversa que hemos descrito. No sólo por concentrar muchos proyectos,
cantidad, sino también por concentrar proyectos tanto de investigadores que se han de forjar
reputación cómo de aquellos que se encuentran al final de su carrera profesional, y por lo tanto,
con menos beneficios por salvaguardar su reputación. Las reflexiones anteriores se sintetizan
en la siguiente línea de investigación:
Línea 1: Comparar los resultados en cuanto a transferencia de tecnología, (número de
contratos e ingresos) antes y después de introducir la figura de la OTRI o en su defecto
entre Universidades que dispongan o no de la misma.
Godfarb y Henrekson (2003) encuentran evidencia parcial a esta implicación. Comparan
el caso de Suecia, en donde el derecho de comercializar la propiedad intelectual pertenece al
inventor, con el caso de los EEUU, en donde el derecho de comercializar la propiedad
intelectual y de explotar estos recursos, a través de la figura de la OTRI, pertenece a la
universidad. Concluyen que Suecia tiene una cantidad relativa más alta de investigadores que
los EEUU pero que la renta generada por las licencias es relativamente más grande en los
EEUU. Por lo tanto, la presencia de la OTRI conduce a un proceso más eficiente de
transferencia tecnológica.
Sin embargo, de la argumentación anterior no debe deducirse que todas las
universidades deban decidir crear una OTRI. Dicha oficina tiene unos costes fijos de
funcionamiento que en algunos casos pueden no superar los beneficios de los problemas de
asimetría de información que pretenden solucionar. En universidades donde la investigación
que se transfiere está muy concentrada en algún departamento concreto, o el volumen de
transferencia tecnológica es reducido, la capacidad de mejorar la reputación por parte de la
OTRI es reducida.
Línea 2: Analizar los beneficios de crear una OTRI en relación con el volumen de
transferencia tecnológica y la dispersión de ésta entre los distintos investigadores o
centros de investigación de la universidad.
3.2. ¿Cómo estimular la innovación comercial?
De acuerdo con Jensen y Thursby (2001) y Jensen et al. (2003) tres son los principales
escollos que ha de salvar un proyecto para que finalmente sea comercializado. Primero, que
haya investigadores que lo desarrollen y se los ofrezcan a las OTRIs. Segundo, que las OTRIs
lo encuentren lo suficientemente interesante para que hagan un esfuerzo en buscar empresas
interesadas y tercero que finalmente la encuentren.
Siguiendo con los argumentos de Jensen y Thursby (2001) y Jensen et al. (2003), en el
momento que un científico realiza una innovación potencial, ésta es un prototipo y necesita
desarrollo adicional. Para asegurar este desarrollo es en muchos casos imprescindible la
participación del promotor del invento. Aparte de la calidad intrínseca del proyecto, el esfuerzo
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realizado por el inventor en la fase de desarrollo determinará finalmente la probabilidad de
éxito de dicho proyecto. En consecuencia, el inventor se planteará de alguna manera cuál es el
nivel de esfuerzo necesario para que la OTRI esté dispuesta a comercializarlo y haya una
empresa que finalmente lo haga. Dicho esfuerzo será menor cuanto más eficiente sea la OTRI
en las actividades de investigación y menos costes genere a la empresa su desarrollo.
¿Qué obtiene el investigador a cambio? Principalmente dejar de realizar otro tipo de
investigación básica, que habitualmente está reconocida a través de incentivos más (sexenios) o
menos (promociones) explícitos. Si la realización de éste sacrificio no se ve compensado
monetáriamente difícilmente se llevará a cabo. Este hecho nos lleva a la siguiente línea de
investigación.
Línea 3: Relacionar el desarrollo y la comercialización de inventos con la participación
en los ingresos que la universidad haya fijado para sus investigadores, con la eficiencia
de la OTRI en las actividades de comercialización y con los costes que han de incurrir
las empresas para desarrollar dichos proyectos.
En este sentido Lach y Shankerman (2003) aportan evidencia de que mayores
“royalties” incrementan el número de proyectos recibidos por la OTRI. Llegan a esta
conclusión usando datos de panel para universidades de EEUU, y encontrando que aquellas
universidades con mayor proporción de ingresos para el inventor consiguen más ingresos por
licencias. Sin embargo las otras dos relaciones permanecen prácticamente inexploradas.
De las argumentaciones anteriores, no sólo debe deducirse que los incentivos afectan al
número de proyectos recibidos, más investigadores realizan investigación comercializable, sino
que también afectan a su calidad, los investigadores dedican un mayor esfuerzo a los proyectos.
Línea 4: Relacionar los incentivos para los inventores en las distintas universidades con
la probabilidad de éxito de los proyectos comercializados.
Obviamente, la reacción ante los incentivos no se espera que sea igual entre los distintos
investigadores de la universidad. El coste de oportunidad de dejar la investigación básica es
superior para aquellos investigadores con carreras más brillantes y que consiguen mayores
fondos para dicha investigación. Los argumentos anteriores se sintetizan en la siguiente línea
de investigación.
Línea 5: Relacionar la carrera académica de los investigadores con su capacidad para
desarrollar innovaciones comerciales.
Jensen et al. (2003) presentan evidencia parcial en esta línea. A través de una encuesta
muestran que los directores de las Oficinas de Transferencia Tecnológica de los EEUU
consideran que la calidad de las invenciones que les llegan es baja en relación al nivel de
investigación básica que se lleva a cabo en la universidad. De lo que deducen que las
facultades de alto nivel tienen más incentivos a continuar con su investigación básica que a
desarrollar nuevos proyectos.
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4. SOBRE LAS FORMAS DE TRANSFERIR: LICENCIAR vs. SPIN-OFF.
La transferencia de tecnología desde las universidades al mercado ha estado
históricamente dominada por las licencias (Siegel et al., 2003). A pesar de ello, Locket et al.
(2003) indican que las universidades más exitosas en el Reino Unido tienen estrategias
explícitas que incentivan la creación y desarrollo de Spin-offs. Ello parece una señal evidente
de que no está claro que una de las dos formas de transferencia tecnológica deba predominar
siempre sobre la otra. Chukumba y Jensen (2005) analizan dicho problema. De hecho su
argumentación parte de los escollos que de acuerdo con Jensen et al. (2003) debe salvar un
proyecto para ser comercializado y discutidos en la sección anterior. En concreto se licenciará
siempre y cuando se superen las distintas barreras externas, es decir que la OTRI esté dispuesta
a buscar empresas y finalmente encuentre una empresa dispuesta para su comercialización. Su
argumento es que aquellos proyectos que han sido archivados por las OTRIs por no ser factible
su licencia pueden acabar siendo desarrollados por sus inventores como Spin-offs.
Línea 6. Comparar los ingresos generados por los proyectos comercializados a través de
licencias con los comercializados a través de Spin-offs.
En este sentido, Chukumba y Jensen (2005) encuentran evidencia parcial sobre esta
implicación. Señalan que aquellas Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación
con ingresos suculentos provenientes de “royalties” no son las mismas que las que crean Spinoff. Por lo tanto, una OTRI con éxito consigue sus ingresos a partir de empresas ya establecidas
y parece considerar la creación de Spin-offs como una última alternativa.
La posibilidad de éxito de estos proyectos, en principio descartados para ser licenciados,
se debe básicamente a tres factores: recompensa no pecuniaria de los investigadores y ahorro
de costes de comercialización por parte de la OTRI y/o desarrollo por parte de la empresa.
De acuerdo con los mencionados autores, el inventor tiene una relación muy cercana
con la Spin-off. Su éxito puede ser una gratificación extra a las compensaciones monetarias.
Ello conlleva que esté dispuesto a rechazar proyectos de investigación básica que no rechazaría
en el caso de que el proyecto se comercializara mediante licencia. De esta manera estaría
dispuesto a desarrollar proyectos que no se comercializarían como licencia.
Además, Chukumba y Jensen (2005) consideran que la comercialización a través de
licencias por parte de la OTRI tiene unos costes que parcialmente se pueden ahorrar dichas
instituciones, si es el inventor quién hace el esfuerzo de encontrar a inversores para tal efecto, o
en otras palabras si se crea una Spin-off. Téngase en cuenta que en algunos casos las Spin-offs
se financian sólo con las aportaciones de sus fundadores. En otros casos, las empresas ya
establecidas pueden preferir aportar tan sólo financiación antes que desarrollar ellas mismas las
invenciones, especialmente cuando éstas no se insertan bien en las líneas de productos
existentes. Esto es, el coste para los inversores externos puede ser menor en la creación de una
Spin-off que en el desarrollo del invento en una empresa ya establecida. Además, si se tiene en
cuenta que las Spin-off, al ser empresas de nueva creación, pueden conseguir subvenciones con
más facilidad que empresas ya establecidas, la posibilidad de que finalmente se cree aumenta.
Todo ello se sintetiza en la siguiente línea de investigación.
Línea 7: Relacionar la probabilidad de que un proyecto se comercialice como una Spinoff con la valoración personal que el inventor haga de convertirse en empresario, la
dificultad que tenga para atraer los fondos necesarios y su capacidad de gestionar un
nuevo proyecto.
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Arrow (1962), Shane y Stuart (2002) y Locket et al. (2003) ofrecen otra justificación
para la existencia de Spin-off en el caso de los proyectos que se protegen con patentes
ineficientes. En ese caso, los beneficios de la empresa son inobservables para la OTRI y no
susceptibles de figurar en un contrato ya que difícilmente se puede demostrar su cumplimiento.
De este modo los “royalties” no se van a corresponder con los beneficios realmente originados
por la invención, y por lo tanto los inventores tienen menos incentivos para desarrollar la
innovación comercial. Para estos autores, la Spin-off permite que los beneficios sean
observables para el científico y en alguna medida por la OTRI, y por lo tanto, que haya
incentivos para el desarrollo de nuevos proyectos en estado embrionario.
Línea 8: Relacionar la probabilidad de que un proyecto se comercialice a través de una
Spin-off con la dificultad de verificar o proteger los beneficios que el proyecto origina
para la empresa.
5. EL DESARROLLO DE LAS SPIN-OFF
El desarrollo de una Spin-off exige una dedicación mucho mayor de personal de la
universidad que en el caso de una licencia, una vez ésta ya ha sido concedida. Algunos autores
(Vohora, Wright y Lockett, 2004) han analizado las fases o procesos críticos que una Spin-off
debe superar hasta conseguir beneficios sostenibles (Véase Figura 2). En particular, y a través
de los casos analizados, dichos autores identifican cinco fases: (i) Investigación, (ii) Enmarcar
la oportunidad, (iii) Preorganización, (iv) Reorientación y al fin (v) beneficios sostenibles. Los
mismos autores definen como proceso crítico a los objetivos que deben ser adquiridos en cada
fase para poder alcanzar la siguiente. De esta forma identifican cuatro procesos críticos (a)
reconocer la oportunidad (b) compromiso emprendedor (c) umbral de credibilidad y (d) umbral
de sostenibilidad.
Las dos primeras etapas hacen referencia a las circunstancias necesarias para que un
investigador considere más atractivo comercializar su investigación que continuar
desarrollando investigación básica. En este proceso es necesario que el investigador reconozca
la oportunidad (a) es decir sea capaz de detectar una necesidad incumplida del mercado y
disponga de una solución que la satisfaga. Para hacer esto posible es necesaria una capacidad
para sintetizar conocimiento científico, y a la vez una comprensión de las necesidades del
mercado. Identificada la necesidad o al menos la posible oportunidad de negocio, debe
enmarcar dicha oportunidad, es decir, definirla mejor y ser capaz de identificarla como una
posibilidad que le pueda generar niveles de bienestar superiores a continuar realizando sus
actuales actividades en la Universidad. Utilizando la terminología de Audrescht, Stam y
Meijaard (2006), ver cuáles son los motivos que hacen renacer el compromiso emprendedor (b)
a investigadores universitarios que previamente habían descartado esta actividad profesional.
Figura 2. Fases de desarrollo de una Spin-off
Investigación
básica
Reconocimiento
oportunidad
Enmarcar la
oportunidad
Preorganización
Compromiso
emprendedor
Umbral de
credibilidad
Reorientación
Beneficios
sostenibles
Umbral de
sostenibilidad
Fuente: Vohora y otros (2004)
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Una vez superadas estas dos primeras etapas, la siguiente dificultad es conseguir
financiación. Para este fin es necesario que el proyecto tenga credibilidad (c). En este sentido,
Macho, Veugelers y Pérez (2008) consideran que parte del problema de credibilidad es un
problema de riesgo moral. Las posibles fuentes de financiación tienen problemas para evaluar
el esfuerzo que realizará el emprendedor académico para desarrollar el proyecto una vez
dispone del capital necesario. El emprendedor académico debe tener una participación
sustantiva en el capital de la Spin-off de tal manera que haga creíble al resto de fuentes de
financiación su compromiso con el proyecto.
Línea 9: Analizar la implicación del inventor en las spin-offs que desarrollan un invento
universitario, tanto en lo que hace referencia a la gestión como a la aportación de capital
para financiar el proyecto.
Nótese que el emprendedor académico debe utilizar su riqueza personal para financiar
en parte la Spin-off. Según Macho et al. (2008) las limitaciones de riqueza del emprendedor
universitario pueden ser un freno a la credibilidad externa que pueda conseguir.
Una vez conseguida la financiación necesaria e iniciado el proceso comercial de
explotar sus activos tecnológicos, el equipo emprendedor debe desarrollar la capacidad de crear
valor a través de los recursos existentes. Así, el punto principal para superar el umbral del
sostenibilidad (d) es la necesidad de que el equipo fundador adquiera las habilidades correctas
o se rodee de las personas que las dispongan. Según Lazear (2004, 2005) los empresarios
realizan muchas tareas. El equipo fundador de una Spin-off necesita tener muchas habilidades
para gestionar los avances científicos y tecnológicos, contratar trabajadores, elegir localización
u obtener buenos materiales de proveedores a un coste razonable entre otras muchas
actividades. A modo de simplificación las podemos sintetizar en dos, habilidades de gestión y
habilidades técnicas. Nótese que en el caso de los fundadores de una Spin-off, dado su origen
universitario, es de esperar que estén especialmente dotados de habilidades técnicas, y por lo
tanto, sean buenos especialistas técnicos. En este sentido, Lazear (2004, 2005) argumenta que
todas las habilidades son relevantes para ser empresario, y que por tanto, los fundadores de
Spin-off deberían de desarrollar de alguna manera las habilidades de gestión.
Línea 10: Relacionar la consecución de beneficios sostenibles de las Spin-off con los
recursos financieros disponibles del fundador y con las habilidades, sobretodo de gestión,
que éste disponga.
Lazear (2005) presenta evidencia de esta última proposición en un entorno distinto al de
las Spin-off. Su análisis concluye que tanto aquellos trabajadores con experiencias
profesionales diversas, como aquellos estudiantes (Stanford MBA) con currículum variado,
tienen mayor probabilidad para ser empresarios en el futuro.
6. CONCLUSIONES
Paralelamente al creciente interés económico de las universidades por la transferencia
tecnológica se ha desarrollado su interés académico. A la vez que muchos estudios empíricos
han analizado cuestiones relacionadas con la estructura y la estrategia de las OTRIs, la teoría
económica se ha preocupado por entender el papel que juegan dichas instituciones. El presente
estudio muestra cómo dichos trabajos han ampliado la agenda de la investigación empírica a
través de diez nuevas líneas concretas. La relativa novedad de dichos trabajos teóricos hace que
dichas nuevas líneas de investigación empírica, permanezcan prácticamente inexploradas y por
lo tanto reclamen la atención de los investigadores.
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Evidencia empírica sobre qué universidades cuentan con una OTRI cuando las
universidades tienen posibilidad de elegir, evidencia sobre los determinantes de la eficacia de
las OTRIs o contrastes directos de si los clientes de las OTRIs las perciben como una señal de
la calidad de sus proyectos, ayudará a contrastar y a entender mejor cuáles son los beneficios
para las universidades de tener una OTRI. Aunque ya existe evidencia que analiza el efecto de
los incentivos en el comportamiento y las decisiones de los científicos, es necesario trabajo
adicional para refinar tales contrastes. Es de especial interés para los argumentos expuestos a lo
largo del trabajo contrastar si las decisiones que tanto la OTRI y las empresas van a tomar
sobre los proyectos a financiar influyen sobre la clase de investigación (básica o comercial) que
los investigadores van a desarrollar. Las decisiones sobre licenciar o crear una Spin-off pueden
mejorarse si existe evidencia adicional sobre las reglas de decisión que actualmente se siguen y
los resultados de tales decisiones. Es de interés ver si las Spin-off de la universidad tienen
problemas diferentes que los de otras empresas y analizar cuáles pueden ser las causas. La
evidencia existente es escasa y muy centrada en el mundo anglosajón, especialmente los
Estados Unidos. Evidencia proveniente de otros países y en especial de España, puede aportar
robustez sobre la validez de las proposiciones desarrolladas en diversos contextos
institucionales.
En conclusión, el trabajo ofrece un marco teórico en el que extender el trabajo empírico
sobre OTRIs, además de proponer una serie de contrastes empíricos necesarios para poder
corroborar dicho marco teórico o en su defecto avanzar con nuevas propuestas.
NOTAS
1
Este trabajo ha contado con el apoyo financiero del proyecto del Ministerio SEJ2007-67895-C04
RedOtri (2005) www.redotriuniversidades.net.
3
Por ejemplo, de acuerdo con los estatutos de la Universidad Autónoma de Barcelona (2003), un 33% de los beneficios
de de transferencia de tecnología van al profesor, un 33% va a la financiación de la OTRI y el resto se destina a cubrir
los gastos generales de la universidad.
2
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Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa
Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 79-90, ISSN: 1135-2523
ESTUDIO Y ANÁLISIS DE LAS LISTAS DE DISTRIBUCIÓN EN
PROYECTOS DE SOFTWARE DE CÓDIGO ABIERTO COMO
MEDIO PARA COMPARTIR CONOCIMIENTO
Martínez Torres, M.R.
Toral Marín, S.L.
Barrero García, F.J.
Universidad de Sevilla
Recibido: 30 de abril de 2007
Aceptado: 1 de septiembre de 2008
RESUMEN: Este trabajo explora el papel desempeñado por las listas de distribución en proyectos de
software de código abierto como herramienta para compartir conocimiento y resolver problemas. Uno de
los principales beneficios que las empresas pueden obtener del uso de software de código abierto es la
colaboración informal en desarrollo de aplicaciones. La herramienta más importante para esa
colaboración y coordinación son las listas de correo, seguido por los foros de discusión asíncronos,
informes de bugs y chat. Uno de los argumentos principales a la hora de decidirse por una distribución
de Linux embebido es el soporte proporcionado a los desarrolladores. Pero generalmente, es difícil
tomar una decisión a priori sin conocer si el soporte proporcionado será lo suficientemente bueno
durante todo el futuro desarrollo del proyecto. Para ayudar en esta tarea, este trabajo se centra en analizar
el comportamiento y la actividad de las listas de correo para extraer una serie de parámetros que puedan
aportar información sobre la calidad y la evolución de la lista. Esta información resultaría relevante para
analizar y decidir sobre la mejor distribución de Linux embebido a utilizar.
PALABRAS CLAVE: Software de Código Abierto, Listas de Distribución, Linux embebido,
Análisis Factor, Sistemas de Información.
STUDY AND ANALYSIS OF OPEN SOURCE SOFTWARE
PROJECTS MAILING LISTS AS A TOOL
FOR KNOWLEDGE SHARING
ABSTRACT: This research explores the role of mailing lists in open source software projects as a
tool for knowledge sharing and problem resolution. One of the benefits that firms can derive from
using Open Source Software (OSS) is informal development collaboration. The primary tool for
collaboration and coordination are group mailing lists, followed by asynchronous discussion forums,
bug reports, and chat. One of the main arguments when deciding about an embedded Linux
distribution is the support provided to developers. However, it is usually difficult to decide a priori if
the provided support will be good enough for the future development of the project. Particularly, the
behaviour and activity of mailing list are analyzed to extract a set of parameters that could inform
about the quality and the evolution of the list. This information could be useful to decide the best
embedded distribution to be implemented.
KEYWORDS: Open Source Software, Mailing Lists, Embedded Linux, Factor Analysis,
Information Systems
1. INTRODUCCIÓN
El software de código abierto es un modelo de desarrollo del software en el que el
código fuente se encuentra disponible para que los programadoras puedan verlo, leerlo,
modificarlo y redistribuirlo sin las restricciones de derechos de propiedad típicos del software
propietario distribuido bajo licencia (Waring y Maddocks, 2005). La innovación constante se
consigue gracias a las contribuciones individuales de desarrolladores ampliamente distribuidos
geográficamente. Según su definición, software de código abierto no supone únicamente el
acceso al código fuente, sino una serie de reglas sobre la redistribución, trabajos derivados,
integridad del código fuente del autor y no discriminación (Perens, 1997).
Martínez Torres, M.R.; Toral Marín, S.L.; Barrero García, F.J.
La investigación en el ámbito del software de código abierto se ha ido incrementando a
lo largo de los años, analizando áreas tales como la motivación de programadores y
desarrolladores (Bonaccorsi, A., & Rossi, 2003; Hertel et al., 2003), los beneficios
proporcionados por el software de código abierto (Kogut & Metiu, 2001; Spinellis &
Szyperski, 2004; Spinellis, 2006), las implicaciones para el sector público (Waring &
Maddocks, 2005; Applewhite, 2003; McDonald et al., 2003) o las licencias de dominio público
(Gambardella & May, 2006; Valimaki & Oksanen, 2005). No obstante, la investigación sobre
el papel desempeñado por las listas de correo como fuente de soporte para el software de
código abierto es más limitada, aunque se trate de una característica común a todos los
proyectos de desarrollo de software de este tipo. Sowe et al. (2006) identificaron un grupo
dentro de los participantes en proyectos de software de código abierto, los “brokers” del
conocimiento, usando para ello las listas de distribución que sirven de soporte. Algunos otros
estudios explican este fenómeno desde el punto de vista de las comunidades de práctica (Kogut
& Metiu, 2001; Li et al., 2006). Esta será la perspectiva a seguir en el desarrollo del presente
trabajo al analizar las listas de distribución.
Existen muchos paquetes informáticos que se desarrollan como comunidades de código
abierto, pero de entre todos ellos Linux es quizás el ejemplo más claro. Linux es un sistema
operativo UNIX desarrollado por Linus Torvalds y una comunidad de programadores de
Internet en 1991. Su modelo de desarrollo en código abierto y su licencia general pública GNU
(GPL, General Public License), bajo la cual se puso en circulación, permitió que el código
fuente del kernel de Linux estuviese disponible gratuitamente para uso personal o comercial.
Fue precisamente la disponibilidad del código fuente la que estimuló a los programadores a
contribuir al desarrollo del kernel de Linux. El resultado final ha sido un desarrollo distribuido
geográficamente, en el que los programadores trabajan en ubicaciones arbitrarias, con escasos
o ningún encuentro de tipo presencial, y que coordinan sus actividades casi exclusivamente por
medios electrónicos (Mockus et al., 2002). La existencia de Linux demuestra que los procesos
de los proyectos de software de código abierto pueden producir un software de alta calidad aun
cuando no empleen los mecanismos tradicionales de coordinación tales como planes,
planificaciones, niveles de diseño y definición de procesos. Los defensores de esta forma de
hacer software argumentan que los defectos se encuentran y solucionan muy rápidamente, ya
que hay “muchos ojos” observando posibles problemas y aportando soluciones (“Ley de
Linus”). El código se escribe con mayor cuidado y creatividad, ya que los desarrolladores
trabajan en aquello por lo que sienten una auténtica pasión (Raymond, 1999)
El objetivo del presente trabajo es analizar el desarrollo colaborativo en un campo más
concreto dentro del software de código abierto, que es el de Linux embebido. Un sistema
embebido es un dispositivo que lleva un procesador dentro, aunque el usuario final no sea
necesariamente consciente de que existe. Ejemplos de sistemas embebidos se encuentran
permanentemente a nuestro alrededor, desde dispositivos de electrónica de consumo (PDA,
teléfonos móviles, reproductores MP3, cámaras digitales, …), pasando por la electrónica de
vehículos de automoción y sistemas de seguridad y vigilancia, hasta equipos de comunicación
e instrumentación o equipos aeroespaciales (Abbott, 2003). El Linux embebido muestra
algunas diferencias significativas con respecto al Linux tradicional para PC. En primer lugar,
los sistemas embebidos incorporan una variedad más amplia de dispositivos de entrada y salida
que los PCs. Eso supone que los programadores de sistemas embebidos tienen que trabajar
frecuentemente con el hardware del sistema. En segundo lugar, y en contraste con otros
proyectos de software de código abierto, la mayoría de las contribuciones en este campo no
80
ISSN: 1135-2523
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 79-90
Estudio y análisis de las listas de distribución en proyectos de software de código abierto como medio para …
viene de voluntarios o aficionados sino de firmas comerciales, muchas de las cuales son
empresas dedicadas a Linux embebido. Por último, el hecho de que Linux se distribuya con
licencia GPL hace que las empresas consideren revelar sus propios desarrollos software, a
diferencia del caso de usar un software propietario. Todas estas características fomentan el
trabajo colaborativo y justifican la necesidad de analizar las posibilidades de soporte mediante
medios electrónicos.
El presente trabajo se organiza de la siguiente forma: la sección II está dedicada a
introducir las comunidades de práctica en proyectos de software de código abierto, con unos
patrones de desarrollo radicalmente diferentes del software propietario. La sección III presenta
el caso de estudio basado en un procesador con Linux embebido. La metodología utilizada para
procesar los datos recogidos de la lista de distribución se explica en la sección IV, y los
resultados obtenidos a cerca de los parámetros que describen el comportamiento y la evolución
de las listas de distribución se detallan en la sección V. Estos resultados son discutidos junto
con las conclusiones en la sección VI.
2. COMUNIDADES DE PRÁCTICA EN PROYECTOS DE SOFTWARE DE CÓDIGO
ABIERTO
El éxito de proyectos de desarrollo de alta complejidad tecnológica depende fuertemente de
la habilidad de los miembros del equipo para interaccionar de manera productiva, de modo que el
conocimiento relevante pueda ser adquirido, generado y transmitido de modo efectivo en coste y en
tiempo. En este sentido, el concepto de comunidades de práctica ha ido ganando atención como
medio para explicar como el conocimiento y el aprendizaje se desarrollan en contextos sociales
específicos (Garrety et al., 2004).
Las comunidades de práctica (CoP) se organizan en torno a un conjunto de actividades
limitada y sus miembros se encuentran generalmente en contacto directo unos con otros. Ellos
desarrollan sus propias rutinas, reglas formales e informales y, como resultado del aprendizaje,
las prácticas desarrolladas evolucionan (Wenger, 1998).
La noción de CoP sugiere que los límites de las comunidades no se corresponden con
los típicos límites funcionales. En su lugar, incluye redes basadas en prácticas y en personas.
Los miembros de las comunidades típicamente emplean su tiempo ayudándose unos a otros a
resolver problemas. La importancia de las comunidades de práctica ha sido reconocida en
numerosos trabajos previos (Brown & Duguid, 1998; Boland & Tenkasi, 1995; Pan & Leidner,
2003; Zárraga & Saá, 2005).
El éxito de los proyectos de software de código abierto, como Linux, Apache, Sendmail
o Jabber, puede explicarse desde esta perspectiva. Estos paquetes, pública y gratuitamente
disponibles, han alcanzado una amplia difusión así como una calidad comparable e incluso
superior a otros productos comerciales similares, a pesar de que no estuvieran soportados por
ninguna compañía comercial, al menos en sus inicios. Estos proyectos fueron creciendo a
través de comunidades de desarrolladores geográficamente dispersos y colaborando por
internet (Gruber & Henkel, 2006).
Los programadores que trabajan en proyectos de software de código abierto colaboran
sin recibir ningua compensación monetaria por ello, al menos directa. Entre las motivaciones
para realizar esa colaboración se encuentra la necesidad de nuevas funcionalidades en el
software, apoyo a otros desarrollos, reputación entre colegas, diversión, necesidad de nuevos
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aprendizajes, búsqueda de nuevos horizontes laborales, el deseo de devolver el apoyo recibido
de la comunidad de programadores o una aversión al software propietario, en general.
Un caso particularmente interesante e importante dentro del software de código abierto
es el representado por el llamado Linux embebido. Este término se refiere a las variantes del
sistema operativo Linux adaptadas a los dispositivos embebidos. Los sistemas embebidos se
encuentran permanentemente a nuestro alrededor y Linux se ha convertido en la elección más
habitual como sistema operativo interno. No obstante, la heterogeneidad de los sistemas
embebidos fuerza habitualmente a adaptar el sistema operativo a los dispositivos específicos en
los que se implemente. Muchas veces, los drivers específicos requeridos en determinadas
aplicaciones no se encuentran disponibles o bien no soportan la funcionalidad completa de ese
periférico. En consecuencia, es necesario desarrollar un importante trabajo de adaptación del
sistema operativo.
Típicamente, son firmas comerciales las que desarrollan Linux embebido,
fundamentalmente fabricantes de bienes o productos electrónicos. Para una compañía puede
resultar interesante participar en una comunidad que dé soporte a un proyecto de software de
código abierto o fomentar el desarrollo de una comunidad en torno a su propio software
(Henkel, 2003). Las ventajes e inconvenientes del desarrollo de software de código abierto con
fines comerciales ha sido estudiado por numerosos autores (Henkel, 2006: Dahlander &
Magnusson, 2005; Johnson, 2006). Básicamente, se pueden distinguir cuatro categorías de
potenciales beneficios: establecimiento de un estándar mejorando la compatibilidad,
incremento de la demanda de bienes y servicios complementarios, aprovechamiento del soporte
de desarrollos externos realizados por la comunidad y divulgación de la excelencia técnica. En
el caso de Linux embebido, el beneficio del soporte de desarrollos externos se puede obtener
por dos vías diferentes:
•
Como librerías de código fuente u objeto, o como módulos que resuelven alguna
funcionalidad critica del sistema embebido. Por ejemplo, todos los protocolos y
componentes de la pila TCP/IP proporcionan servicios muy útiles si nuestro sistema
va a estar conectado en red. La pila TCP/IP se encuentra incluida por defecto en Linux
embebido, pero sería de pago en el caso de utilizar un sistema operativo propietario.
•
Como soporte proporcionado por las listas de distribución, bastante útil en el caso de
sistemas embebidos que son muy heterogéneos y que requieren un trabajo de
adaptación del software muy superior al de los PCs. Desde un punto de vista
estructural, estas listas de distribución funcionan a modo de repositorios en los que
cada programador o desarrollador puede suscribirse, facilitando a todos los
participantes la búsqueda de expertos en un área determinada (Gutwin et al., 2004).
Los participantes en la lista pueden enviar libremente preguntas o cuestiones y obtener
respuestas a los problemas planteados.
3. CASO DE ESTUDIO: LINUX EMBEBIDO PARA ARM
De los 6.2 billones de procesadores fabricados en 2002, menos del 2% fueron a parar a
PCs, Macs o estaciones de trabajo Unix. El otro 98% formó parte de sistemas embebidos
(Ganssle, 2003) en aplicaciones que van desde juguetes y semáforos hasta equipos de consumo
o aplicaciones domóticas o satelitales.
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Estudio y análisis de las listas de distribución en proyectos de software de código abierto como medio para …
Al comienzo de su desarrollo, los sistemas embebidos no incorporaban sistemas
operativos. El desarrollo del software se realizaba actuando directamente sobre el hardware del
sistema, sin incluir prácticamente capacidad de procesamiento multitarea ni de acceso en red.
A medida que los sistemas embebidos fueron aumentando su complejidad y su capacidad de
procesamiento, también fueron en incremento los requerimientos sobre ellos: capacidad de
procesamiento multitarea, gestión de memoria y de procesos, comunicación entre tareas y
procesos, acceso a redes de comunicación, etc. Un sistema embebido puede, por ejemplo,
incluir un servidor web que permita la configuración remota de un equipo mediante una página
accesible por Internet, así como accesos remotos de mantenimiento y actualización (Raghavan
et al., 2006; Yaghmour, 2003). Todos estos requerimientos obligaron el uso de sistemas
operativos en los sistemas embebidos. Aunque actualmente existen varios sistemas operativos
embebidos disponibles (Wind River’s VxWorks, Microsoft Windows CE, QNX Neutrino, etc),
Linux es claramente el líder en este tipo de sistemas. Las principales ventajas de Linux
embebido frente a otros sistemas operativos propietario son independencia del proveedor, plazo
de comercialización y bajo coste. No obstante, hay que tener en cuenta que la licencia pública
general (GPL), bajo la que Linux se distribuye, estipula que la distribución del software
original o de versiones modificadas debe realizarse bajo las mismas condiciones definidas por
GPL. En particular, el comprador o cliente tiene derecho a recibir el código fuente así como los
derechos de modificar y redistribuir el software (Henkel, 2003; Free Software Foundation:
GNU General Public License, 2006). De todos modos, GPL no obliga a hacer público el
software modificado ni excluye poder vender el software (eso sí, sin royalties por unidad
vendida).
Debido a la gran heterogeneidad de los sistemas embebidos, no existe una versión
estándar de Linux, sino que hay que hablar de muchas distribuciones de Linux que cubren una
o varias arquitecturas procesadoras. Todas ellas tienen en común los mismos componentes
básicos, incluyendo el kernel de Linux, drivers, comandos, entornos de ventanas, utilidades
básicas y librerías. Las diferencias entre las distribuciones se centran normalmente en cuál de
los cientos de utilidades existentes se incluyen, en los módulos añadidos (tanto en código
fuente como propietario), en las modificaciones del kernel y en la gestión de los procesos de
instalación, configuración, mantenimiento y actualización. La Tabla 1 proporciona la ubicación
más apropiada de los diferentes kernel de Linux para diferentes arquitecturas procesadoras.
Tabla 1. Ubicación de los kernel de Linux para diferentes arquitecturas procesadoras.
Arquitectura procesadora
Ubicación del kernel
x86
http://www.kernel.org/
ARM
http://www.arm.linux.org.uk/developer/
PowerPC
http://penguinppc.org/
MIPS
http://www.linux-mips.org/
SuperH
http://linuxsh.sourceforge.net/
M68k
http://www.linux-m68k.org/
Fuente: Elaboración propia
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Martínez Torres, M.R.; Toral Marín, S.L.; Barrero García, F.J.
ARM (Advanced RISC Machine) es una familia de procesadores mantenida y
promovida por ARM Holdings Ltd. A diferencia de otros fabricantes de procesadores como
IBM, Motorota o Intel, ARM Holdings no fabrica sus propios procesadores. En su lugar,
diseña los núcleos de la CPU para sus clientes a los que les carga un canon de licencia por el
diseño, permitiéndoles a cambio fabricar sus chips basados en este núcleo ARM. Actualmente,
Intel, Toshiba, Samsung, Freescale y otros muchos fabrican chips con núcleos ARM. Su
arquitectura es tremendamente popular y existen cientos de proveedores con productos y
servicios basados en él. Hoy en día, Linux soporta más de 1200 tarjetas basadas en
microprocesadores con un ARM.
Uno de los foros más efectivos con mayor calidad para encontrar respuesta a los
problemas sobre Linux en un ARM es la lista de distribución lists.arm.linux.org.uk. Este
servicio es gratuito para la comunidad Linux y es frecuentemente consultado por muchos
desarrolladores de Linux embebido sobre ARM. El uso de las listas de distribución como
fuente de soporte resulta de gran interés, ya que es una forma sencilla y útil de conseguir
adaptar una distribución de Linux a las características particulares de un proyecto concreto.
Como consecuencia, la caracterización de las listas de distribución es una cuestión de interés
para obtener información a cerca de las posibilidades de soporte y la tendencia de una
distribución de Linux y del procesador subyacente. Este es el objetivo primordial de este
trabajo, en el que se analizará la lista de distribución sobre Linux para ARM con idea de
deducir los parámetros que indiquen es éxito de esa distribución y su evolución en el tiempo.
4. METODOLOGÍA
Las listas de distribución permiten la interacción ente los buscadores y los proveedores de
conocimiento y entre los desarrolladores y usuarios del software, jugando un papel muy
importante tanto en su difusión como en su mejora. Este trabajo pretende profundizar en el
conocimiento de estas actividades e interacciones, y en su importancia para el éxito de los
proyectos de software de código abierto. La cuestión central del trabajo es la caracterización de
las lista de distribución, utilizando como caso de estudio la lista sobre ARM ubicada en
lists.arm.linux.org.uk.
Hasta ahora, la investigación desarrollada en torno a esta cuestión ha sido más bien escasa. La
mayoría de los trabajos se concentran en la naturaleza de la participación en comunidad en las
listas de distribución asociadas a proyectos de software de código abierto (Mockus et al., 2003;
Krogh et l., 2003; Lakhani & Hippel, 2003). Con la excepción de algún estudio (Sowe et al.,
2006), poca ha sido la atención prestada a la actividad de las listas de distribución en este tipo
de proyectos. En este trabajo no se pretende únicamente identificar un conjunto de parámetros
capaces de explicar la actividad de las listas de distribución, sino también analizar su evolución
en el tiempo. La hipótesis fundamental es que la evolución de las listas de distribución
proporciona información sobre las posibilidades de conseguir un buen soporte técnico durante
el desarrollo de un sistema embebido, y éste es un parámetro fundamental a la hora de elegir
una distribución de Linux embebida.
Los datos de las listas de distribución en proyectos de código abierto se encuentran disponibles
y son fáciles de obtener, lo que permite medir toda una serie de parámetros sobre su actividad.
Nuestro estudio ha utilizado los datos de la lista de distribución de Linux para ARM entre los
años 2001 y 2006, midiéndose los parámetros detallados en la Tabla 2. Dado que se pretende
analizar la evolución en el tiempo, estos parámetros han sido medidos por meses.
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Estudio y análisis de las listas de distribución en proyectos de software de código abierto como medio para …
Tabla 2. Parámetros medidos en la lista de distribución.
Variable
Var01
Var02
Var03
Var04
Var05
Var06
Var07
Var08
Var09
Var10
Var11
Var12
Var13
Descripción
Número de mensajes
Número de autores
Número de mensajes por autor
Número de temas diferentes
Número de temas sin respuesta
Número medio de mensajes con el mismo tema
Desviación típica de mensajes con el mismo tema
Máximo número de mensajes con el mismo tema
Número medio de mensajes enviados por el mismo autor
Desviación típica de los mensajes enviados por el mismo autor
Máximo número de mensajes enviados por el mismo autor
Número medio de mensajes enviados por el mismo autor a temas diferentes
Desviación típica de mensajes enviados por el mismo autor a temas diferentes
Fuente: Elaboración propia
Los factores latentes que explican la actividad de la lista de distribución se extraerán
haciendo uso del análisis factor. De acuerdo a esta técnica estadística, las variables medidas
depende de un conjunto más pequeño de factores latentes no observables. Debido a que cada
factor puede afectar a varias variables, se les suele denominar también factores comunes. Cada
variable puede expresarse como una combinación lineal de los factores comunes o latentes, con
unos coeficientes denominados cargas. El análisis factor resulta de gran utilidad para
identificar relaciones entre variables que no son directamente observables, segmentando una
muestra en grupos relativamente homogéneos.
Las cargas estimadas de un análisis factor sin rotación suelen tener una estructura
complicada. El objetivo de la rotación factor ortogonal es precisamente encontrar una
parametrización en la que cada variable solamente tenga un número reducido de cargas
elevadas, o, lo que es lo mismo, que sólo se vea afectada por un pequeño número de factores.
El análisis factor con rotación permite que los factores representen constructos
unidimensionales, más fácilmente interpretables.
En nuestro estudio, la muestra está formada por los meses entre Enero de 2001 y
Diciembre de 2006 (72 casos en total). Los factores latentes que se obtengan se utilizarán para
realizar un estudio longitudinal. Los casos de la muestra (meses) serán agrupados conforme a
los factores latentes resultantes. Los grupos que se obtengan mostrarán si los patrones
mensuales son repetitivos, o si por el contrario existen tendencias claras temporales en la
evolución de los factores.
5. RESULTADOS
Las principales aplicaciones del análisis factor consisten en reducir el número de
variables y en detectar la estructura de relaciones entre variables, permitiendo su clasificación.
El análisis factor trata de identificar los factores subyacentes que explican el patrón de
correlaciones dentro de un conjunto de variables observadas. Los autovalores de la matriz de
covarianzas de la muestra se muestran en la Tabla 3. Habitualmente, el análisis factor toma un
número de factores igual al número de autovalores mayor que la unidad. En nuestro caso, son
tres los autovalores que satisfacen esta condición. La Tabla 3 también muestra el porcentaje de
la varianza explicada por cada factor así como la varianza explicada acumulada. Los tres
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Martínez Torres, M.R.; Toral Marín, S.L.; Barrero García, F.J.
factores anteriores explican un 88,2 % del total de la varianza de la muestra, ofreciendo por
tanto una adecuada representación de las trece variables de partida.
Tabla 3. Varianza total explicada.
Factor
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
Valor
7,270
2,728
1,468
,734
,362
,200
,107
,064
,033
,024
,006
,004
3,20E-005
Autovalores
% de Varianza % Varianza acumulada
55,920
20,986
11,294
5,644
2,786
1,538
,826
,492
,254
,187
,046
,028
,000
55,920
76,906
88,200
93,843
96,629
98,167
98,993
99,485
99,739
99,926
99,972
100,000
100,000
Fuente: Elaboración propia
Las cargas de los factores se estiman a partir de los autovectores asociados.
Normalmente, suele resultar complicado realizar una correcta interpretación de los factores a
partir de las cargas estimadas. Afortunadamente, las cargas de los factores se pueden rotar
multiplicándolos por una matriz ortogonal. Las cargas rotadas preservan las propiedades de las
originales y además facilitan la interpretación de los factores.
El método Varimax es un método de rotación ortogonal que minimiza el número de
variables con una carga elevada en cada factor. Este método simplifica la interpretación de los
factores. La Tabla 4 muestra las cargas de los factores rotadas mediante el método Varimax.
Tabla 4. Cargas de los factores rotadas por el método Varimx.
V1
V2
V3
V4
V5
V6
V7
V8
V9
V10
V11
V12
V13
86
ISSN: 1135-2523
Cargas de los factores
1
2
3
,488
,835
,139
,128
,931
,047
,860
,340
,248
,345
,931
-,072
,100
,912
-,022
,450
-,150
,622
,089
-,116
,947
,102
,209
,897
,863
,331
,248
,933
,123
,224
,873
,157
,183
,627
,704
-,106
,852
,420
-,122
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 79-90
Estudio y análisis de las listas de distribución en proyectos de software de código abierto como medio para …
Para extraer el significado de cada factor, nos movemos horizontalmente de izquierda a
derecha observando las cargas de cada una de las trece variables, e identificando para qué
factor alcanza su valor máximo. Las cargas de los factores se consideran significativas a partir
del umbral de 0,6 (Rencher, 2002). El resultado es una serie de variables asociadas a cada
factor que conducen a los siguientes factores latentes:
•
Factor 1 (variables V3, V9, V10, V11 y V13): el primer grupo representa aquellos
casos en los que existe un ratio óptimo de mensajes por autor. Los autores son
bastante activos y el número de mensajes sin respuesta es bajo, por lo que existen un
debate efectivo alrededor de las cuestiones propuestas. El valor intermedio de la carga
de V6 y el bajo valor de la carga de V7 significan que el número de mensajes en cada
tema tiene un valor adecuado con una desviación típica baja, lo que garantiza un
debate en profundidad. Podría decirse que una lista de distribución que se encuentre
en esta situación goza de una buena salud.
•
Factor 2 (variables V1, V2, V4, V5 y V12): el segundo de lo grupos se caracteriza
fundamentalmente por el alto número de mensajes sin respuesta. Son muchos los
mensajes enviados por los autores, pero poco el debate generado. El bajo valor de la
carga en V6, acompañado del bajo valor de V7, sugiere que hay pocos mensajes
alrededor de las cuestiones enviadas. Una lista de distribución en estas condiciones
resulta inútil, ya que no proporciona un soporte a las cuestiones enviadas.
•
Factor 3 (variables V6, V7 y V8): el último grupo representa el caso de una lista de
distribución con pocos autores pero muy activos en las cuestiones suscitadas. Aunque
esta situación no tiene por qué ser negativa, puede ocurrir que el debate se encuentre
excesivamente polarizado en torno a algunos temas polémicos. En cualquier caso, no
debería ser una situación prolongada en el tiempo debido a la falta de variedad en los
temas tratados en la lista.
Además de la carga de los factores, el análisis factor también proporciona los
valores de los factores. Estos valores pueden utilizarse para asignar cada uno de los casos
de la muestra (meses) a alguno o ninguno de los factores latentes obtenidos. La asignación
se ha realizado al factor para el que ese caso tiene un valor máximo, siempre y cuando
dicho valor sea mayor de 0,1 (Rencher, 2002). De las 72 observaciones de la muestra, 58
han sido clasificadas en alguno de los tres factores latentes obtenidos. La Tabla 5 muestra
el valor medio de los trece parámetros de la lista de distribución considerados, medidos
sobre los casos asociados a cada factor.
Tabla 5. Valor medio de los parámetros de la lista de distribución para los casos
asociados a cada factor.
Factor
1
2
3
Total
Factor
1
2
3
Total
N
19
21
18
58
N
19
21
18
58
V1
28,34
35,79
23,39
V2
21,76
42,83
22,11
V3
40,11
23,19
25,67
V4
28,13
39,24
19,58
V5
26,34
39,57
21,08
V6
32,11
20,62
37,11
V8
22,34
24,21
43,22
V9
40,11
23,00
25,89
V10
42,89
19,62
26,89
V11
41,21
21,48
26,50
V12
34,63
33,38
19,56
V13
41,74
27,81
18,56
V7
27,26
16,33
47,22
Fuente: Elaboración propia
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 79-90
ISSN: 1135-2523
87
Martínez Torres, M.R.; Toral Marín, S.L.; Barrero García, F.J.
Los resultados obtenidos muestran claramente cómo las variables asignadas al primer
factor (V3, V9, V10, V11 y V13) tienen un valor medio claramente superior al valor medio de
estas mismas variables en el resto de factores. Lo mismo podría decirse para los otros dos
factores. Para validar estos resultados, la hipótesis nula de igualdad de medias en las
poblaciones debería ser rechazada. Para ello, se ha aplicado el test de Kruscal-Wallis. Los
resultados obtenidos aparecen detallados en la Tabla 6. La hipótesis nula puede rechazarse en
todos los casos excepto para la variable 1, el número total de mensajes, donde el nivel de
significación está por encima de 0,05. Esto significa que el número de mensajes no es un
parámetro discriminatorio entre los factores y que por tanto no debe uilizarse para modelar el
comportamiento de las listas de distribución.
Tabla 6. Test de Kruscal-Wallis.
Chi-Square
V1
5,357
V2
20,551
V3
11,353
V4
13,335
V5
12,650
V6
9,917
V7
32,925
df
2
2
2
2
2
2
2
Asymp. Sig.
,069
,000
,003
,001
,002
,007
,000
Chi-Square
V8
17,629
V9
11,428
V10
19,574
V11
14,503
V12
9,107
V13
17,748
df
2
2
2
2
2
2
Asymp. Sig.
,000
,003
,000
,001
,011
,000
Fuente: Elaboración propia
Las observaciones de nuestro caso de estudio representan los 72 meses que van de
Enero de 2001 a Diciembre de 2006. 58 de las 72 observaciones han sido clasificadas en uno
de los tres factores latentes obtenidos. Estas categorizaciones muestran realmente una
evolución temporal, ilustrada en la Figura 1.
Figura 1. Evolución temporal de la lista de distribución de Linux sobre ARM.
100%
90%
80%
70%
60%
Meses
Sin Factor
50%
Factor 3
40%
Factor 2
30%
Factor 1
20%
10%
0%
2001
2002
2003
2004
2005
2006
Años
88
ISSN: 1135-2523
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 79-90
Estudio y análisis de las listas de distribución en proyectos de software de código abierto como medio para …
Los meses que no han sido asignados a ningún factor se muestran en color blanco mientras
que los meses asignados a algunos de los factores se muestran en distintas tonalidades de gris. El
primer año, 2001, no se puede considerar significativo dado que son muchos los meses que no han
sido asignados a ningún factor. Durante 2002, el comportamiento dominante es el representado por
los factores 3 y 2. Obsérvese que durante esta etapa los desarrolladores comienzan a realizar
aplicaciones basadas en Linux sobre plataformas ARM. La lista de distribución no es todavía una
buena fuente de soporte: a veces el debate se polariza demasiado en torno a pocas cuestiones (factor
3) y otras veces no resulta útil a los desarrolladores (factor 2). Los años 2003 y 2004 corresponden a
una etapa de crecimiento en la que las aplicaciones basadas en Linux sobre ARM se consolidan y la
lista de distribución tiene un comportamiento más positivo. La suma de meses con el
comportamiento de los factores 1 y 3 crece en 2003 y durante 2004 alcanza el valor de los meses
con un comportamiento negativo como el descrito por el factor 2. Los dos años siguientes
corresponden ya a una etapa consolidada, donde los desarrollos con Linux embebido sobre ARM
son habituales. El número de meses con el comportamiento descrito por los factores 1 y 3
permanece constante y mayor que el número de meses con un comportamiento negativo.
De los resultados anteriores se observa una evolución concordante con la evolución del
mercado en lo referente a aplicaciones basadas en Linux sobre ARM. El soporte proporcionado por
la lista de distribución también contribuye a la evolución exitosa de esta familia de procesadores.
6. CONCLUSIONES
El propósito de este trabajo ha sido la caracterización de una lista de distribución como
fuente de soporte en proyectos de software de código abierto. Básicamente se han obtenido tres
tipos de comportamiento en el caso de la lista de distribución de Linux sobre ARM. El primer
comportamiento identificado representa una verdadera comunidad de práctica con autores activos y
variedad de temas tratados. La lista de distribución se puede considerar en este caso una buena
fuente de soporte para los desarrolladores. El segundo tipo de comportamiento es bastante negativo,
ya que se caracteriza por muchas cuestiones no contestadas. Este hecho causa un efecto de
frustración entre los desarrolladores, al no encontrar un soporte adecuado. El útimo comportamiento
se caracteriza por un debate hiper-concentrado en pocos temas. Aunque este tipo de debate no tiene
por qué ser negativo, una situación prolongada de este tipo puede originar una falta de variedad de
temas y, nuevamente, frustración entre los desarrolladores.
Para poder realizar un estudio longitudinal en el tiempo, la muestra se ha organizado por
meses. Básicamente, se ha identificado la presencia de alguno de los tres comportamientos
anteriores en los últimos seis años. Esta evolución muestra la tendencia de la lista de distribución
como fuente de soporte y, al mismo tiempo, la evolución del procesador subyacente. En el caso de
la lista de distribución de Linux sobre ARM, se puede decir que la lista goza de muy buena salud, al
igual que la evolución en el mercado de los procesadores ARM.
La principal limitación del trabajo es la generalización de los resultados obtenidos. Se
trata de un estudio exploratorio que debería ser replicado utilizando otras listas de distribución
de Linux, pero sobre procesadores diferentes.
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90
ISSN: 1135-2523
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 79-90
Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa
Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 91-106, ISSN: 1135-2523
DISPERSIÓN RETRIBUTIVA, ESTRUCTURA SALARIAL Y
RESULTADOS DE LA ORGANIZACIÓN: UN MODELO DE
INVESTIGACIÓN
Sánchez Marín, G.
Universidad de Murcia
Recibido: 27 de julio de 2007
Aceptado: 1 de septiembre de 2008
RESUMEN: El análisis de las diferencias retributivas entre puestos y niveles –o dispersión
retributiva- ha traído más controversias y contradicciones que consensos en la investigación empírica.
En este trabajo se intentan resolver algunas de estas cuestiones, elaborando un modelo de
investigación que, de manera global e integrada, basándose en las principales perspectivas teóricas –
torneo y equidad-, aclare las interrelaciones existentes entre dispersión retributiva y resultados
organizacionales, remarcando el papel de los principales factores que moderan dicha relación. Sobre
la base de dicho modelo se elaboran proposiciones de investigación y se sugieren posibles líneas
futuras de investigación.
PALABRAS CLAVE: Dispersión retributiva, Estructura retributiva, Resultados, Modelo teórico,
Proposiciones de investigación
PAY DISPERSION, WAGE STRUCTURE, AND FIRM
PERFORMANCE: A RESEARCH MODEL.
ABSTRACT: Although there are quite a lot of studies that have tried to identify factors shaping pay
structures, not many works have showed their effects on organizations. Analysis of compensation
differences between jobs and levels –pay dispersion- report more controversies and contradictions
than consensus. This study attempts to sort out some of these questions trough a research model
based on main theoretical perspectives –tournament and equity- and empirical findings. This model
gives support to interrelations between pay dispersion and performance, remarking the role and
influence of moderating factors. Based on the model, we propose several research propositions,
suggesting possibilities for future studies.
KEYWORDS: Pay dispersion, Pay structure, Performance, Theoretical model, Research propositions
1. INTRODUCCIÓN
La estructura retributiva supone el establecimiento de unas diferencias salariales entre
puestos que responden a factores relacionados con la organización formal que tienen detrás. La
principal razón que lleva a las organizaciones a construir una estructura retributiva que, en
principio, supone desmarcarse de los niveles retributivos señalados por el mercado se
encuentra, según Gerhart y Rynes (2003), en la necesidad que ésta tiene de relacionar las
retribuciones con la organización interna: crear una relación salarial lógica, consistente y
equitativa entre puestos que, a su vez, pueda motivar y satisfacer a los empleados,
contribuyendo a la mejora de la eficiencia de la organización (Gerhart y Milkovich, 1992).
Son indudables las implicaciones que el diseño de la estructura retributiva tiene para el
comportamiento del empleado y para la eficiencia de la organización, especialmente desde el
punto de vista de la dispersión retributiva que esta genera entre puestos y niveles (Milkovich y
Newman, 2004). Así lo expresa, por ejemplo, Lazear (1989) para quien a medida que la
diferencia entre la retribución del ganador y la del perdedor es mayor, más se fomenta la
competencia entre empleados y su mayor esfuerzo, a la vez que se desalienta la cooperación.
También Cowherd y Levine (1992) aseguran que existe una tensión ideológica fundamental
Sánchez Marín, G.
entre las premisas igualitarias, que apoyan la gestión participativa, y la existencia de grandes
diferencias retributivas entre niveles.
La mayor parte de la literatura que se ha centrado en las propiedades relacionales de la
estructura retributiva, es decir, en el estudio de los efectos que provoca diferentes grados de
dispersión retributiva no ha llegado a un claro consenso. Así, por ejemplo, trabajos como los de
Ehrenberg y Bognanno (1990a, 1990b), Becker y Huselid (1992), Main, O’Reilly y Wade
(1993) y Eriksson (1999), apoyándose en la perspectiva del torneo, afirman que grandes
diferencias retributivas contribuyen a la mejora de los resultados individuales y de la
organización. Por el contrario, estudios basados en una perspectiva de equidad (Cowherd y
Levine, 1992; Pfeffer y Langton, 1993), defienden que son las pequeñas diferencias salariales
entre niveles y puestos las que fomentan mejores rendimientos generales debido al fomento de
la igualdad y a la mejora de la satisfacción y la cooperación entre empleados. También hay
investigaciones que se sitúan en una posición intermedia, afirmando que las diferencias
salariales de la estructura no producen efectos en los resultados de la organización (Conyon,
Peck y Sadler, 2001).
La falta de mayor consenso se debe, por un lado, a los numerosos factores que están
detrás e influyen en el diseño de la estructura retributiva (Bloom y Michel, 2002) y que
dificultan la apreciación de los efectos de la dispersión retributiva provocada por ésta (Conyon
et al., 2001). En este trabajo se intentan resolver algunas de estas cuestiones, elaborando un
modelo de investigación que, basado en las principales perspectivas teóricas –torneo y
equidad- y apoyado en la revisión de la literatura empírica (Kühl y Sánchez Marín, 2008),
aclare las interrelaciones existentes entre dispersión retributiva y resultados organizacionales,
remarcando el papel de los principales factores que moderan dicha relación y en qué sentido. El
modelo se concreta en un conjunto de proposiciones de investigación que tratan de contribuir,
por un lado, a aclarar el estado del conocimiento actual en esta línea y, por otro, al desarrollo
futuro de estudios que cubran las lagunas actuales de este campo tan poco explorado.
Para ello, el trabajo se estructura de la siguiente forma. En primer lugar, se aborda el
concepto de dispersión salarial y su relación con la estructura retributiva. A continuación, se
revisan las aportaciones teóricas y empíricas que han tratado de explicar el por qué de las
estructuras retributivas diferentes y sus efectos en términos individuales y organizacionales. En
tercer lugar, se elabora y desarrolla un modelo teórico que relaciona el grado de dispersión
retributiva con el rendimiento organizacional y que desemboca en un conjunto proposiciones
de investigación. Finalmente, se exponen las principales conclusiones derivadas de la revisión
de la literatura, así como las líneas de investigación que se abren de cara al futuro.
2. DISPERSIÓN RETRIBUTIVA Y ESTRUCTURA SALARIAL.
La dispersión retributiva hace referencia a las diferencias retributivas que se origina en
la organización. Su origen se encuentra en la introducción de estímulos que tratan de impulsar
y enfatizar el rendimiento de los empleados y, en consecuencia, favorecer el resultado
empresarial. Así lo explica Livernash (1957), quien señala la necesidad de la organización de
crear escalones salariales con el objetivo de garantizar una diferenciación en el potencial de
capital humano y en la participación de cada empleado en el rendimiento organizacional.
Milkovich y Newman (2004) se acercan al concepto de dispersión retributiva a través de
las diferencias salariales que existen a lo largo de los diferentes niveles funcionales dentro de la
92
ISSN: 1135-2523
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 91-106
Dispersión retributiva, estructura salarial y resultados de la organización: un modelo de investigación
organización. La dispersión retributiva es, por tanto, la consecuencia de la distribución salarial
realizada a los empleados y vincula los niveles retributivos a diferencias en el grado de
responsabilidad, en el capital humano, o en el rendimiento del empleado individual. Bloom
(1999), por su parte, entiende la existencia de dispersión retributiva en el contexto de los
niveles jerárquicos y la define como la distribución total y las desviaciones absolutas y
relativas del salario asignado a los empleados individuales o puestos de trabajo dentro de la
organización. También Gerhart y Milkovich (1992) se acercan al concepto de dispersión
retributiva a través de la existencia de niveles salariales dentro de la organización: el nivel
salarial se justifica porque diferentes grupos de empleados reflejan valores económicos
distintos y, por tanto, se diferencian en términos retributivos. El resultado es la dispersión
retributiva o grado de variación entre distintos niveles salariales.
La dispersión retributiva, por lo tanto, tiene consecuencias en términos salariales que se
hacen tangibles a través del diseño de una determinada estructura retributiva. Esta refleja la
decisión de cuánto pagar a diferentes tipos o niveles de trabajo que se relacionan formalmente
mediante una estructura organizativa (Kühl y Sánchez Marín, 2008). Se trata de una decisión
de carácter estrictamente interno, centrada en la creación de unos criterios que sirven para
establecer diferencias retributivas entre las posiciones y trabajos distintos de una organización.
Por tanto, la estructura retributiva refleja y es esencialmente jerarquía.
El diseño de la estructura retributiva tiene como objetivo conseguir un sistema
retributivo que sea internamente consistente. Milkovich y Newman (2004) sostienen que la
estructura retributiva consistente es aquélla que soporta y apoya un flujo de trabajo eficiente,
fomenta el trato justo y equitativo desde el punto de vista retributivo y dirige las conductas y
comportamientos de los empleados claramente hacia los objetivos de la organización. Para
conseguirlo, la estructura retributiva puede variar en su diseño dependiendo (Gerhart y
Milkovich, 1992): (1) de los niveles fijados, los cuales vienen a reflejar la naturaleza jerárquica
de la organización: número de niveles jerárquicos y relaciones con motivo del trabajo (Hill,
Hitt y Hoskisson, 1992); y (2) de las diferencias retributivas establecidas, que señalan las
diferencias salariales no sólo entre niveles sino también dentro de los niveles. Dichas
diferencias suelen depender de las cualificaciones requeridas para desempeñar los trabajos y de
la importancia que dichos trabajos tienen para la organización (Cowherd y Levine, 1992).
Teniendo en cuenta el grado de dispersión retributiva, las estructuras pueden oscilar desde
igualitarias en un extremo hasta jerárquicas en el otro (Milkovich y Newman, 2004; Kühl y
Sánchez Marín, 2008). Las estructuras retributivas jerárquicas se caracterizan por establecer un
elevado número de niveles, fijando grandes diferencias retributivas entre niveles adyacentes y
entre empleados mejor y peor pagados (alta dispersión retributiva). Esta estructura es consistente
con la creencia de que los efectos motivacionales basados en las promociones frecuentes apoyan
el reconocimiento de diferencias a nivel individual en conocimientos y habilidades, así como de
contribuciones del empleado a la organización. Por su parte, las estructuras retributivas
igualitarias se caracterizan por fijar un reducido número de niveles, con pequeñas diferencias
entre niveles adyacentes y entre empleados mejor y peor pagados (baja dispersión retributiva).
Esta estructura se basa en la creencia de que todos los empleados pueden ser tratados con
igualdad y que ese trato igual implica una mayor satisfacción, contribuye al trabajo en equipo y
redunda en un mejor rendimiento de los empleados.
Existen varias perspectivas teóricas que han aportado diferentes explicaciones de por
qué las estructuras retributivas difieren entre organizaciones y divergen, a su vez, de la línea
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retributiva señalada por el mercado (Gerhart y Rynes, 2003). Por ejemplo, el modelo del torneo
enfatiza el efecto incentivador de las promociones a través de estructuras retributivas
jerarquizadas (Lambert, Larcker y Weigelt., 1993; Lazear, 1999). El modelo de dependencia de
recursos defiende el valor de la retribución como elemento para atraer y retener a los mejores
en los puestos clave de la organización (Pfeffer y Davis-Blake, 1987; Carpenter y Wade,
2002). Los modelos de mercados internos y de costes de transacción, menos preocupados por
fomentar la competición y más comprometidos con la cooperación, enfatizan el uso de
incentivos para animar a los empleados a adquirir y compartir conocimientos, así como para
fomentar la permanencia de los mismos en la organización (Williamson, Wachter y Harris,
1975; Baker, Gibbs y Holmstrom, 1994a, 1994b). La perspectiva institucional, por su parte,
sostiene que la estructura retributiva se ve claramente influenciada, al menos en los altos
niveles jerárquicos, por mecanismos orientados a la consecución de legitimidad social, tanto en
el ámbito interno como en el externo (Porac, Wade y Pollock, 1999; Staw y Epstein 2000).
Finalmente, el modelo de equidad, centrado más explícitamente en la búsqueda de
cooperación, defiende una estructura retributiva igualitaria con pocas diferencias entre niveles
bajos y altos, para así apoyar los objetivos colectivos y la filosofía de la organización
(Cowherd y Levine, 1992; Pfeffer y Langton, 1993).
Aunque la evidencia empírica de dichas explicaciones ha sido mayor en algunas
perspectivas teóricas –como, por ejemplo, en la teoría del torneo- que en otras –teoría de costes
de transacción-, de alguna forma, todas tienen justificada y comprobada su existencia. Lo que
han tratado de hacer los investigadores a partir de aquí es determinar cuáles son las diferencias
retributivas óptimas entre niveles y puestos, esto es, qué efectos tienen distintas estructuras
retributivas –y por lo tanto distintos grados de dispersión retributiva- en los resultados
individuales y de la organización.
3. EFECTOS DE LA DISPERSIÓN RETRIBUTIVA
Es muy probable que exista una relación inversa entre el efecto incentivador y la
percepción de equidad, por lo que la cuestión principal que se ha planteado en la literatura es si
las estructuras más jerarquizadas contribuyen a mejorar el esfuerzo y el rendimiento o si, por el
contrario, es mejor diseñar estructuras más igualitarias para favorecer la cooperación, la
confianza y el trabajo en equipo. A pesar de la importancia de esta cuestión, no se puede decir
que la investigación haya sido muy profusa en este ámbito, estando, además, la gran mayoría
de ella centrada en conocer si la estructura retributiva defendida por el modelo del torneo –
caracterizada por una amplia dispersión retributiva- realmente incrementan el rendimiento
(Gerhart y Rynes, 2003).
Tres investigaciones han utilizado los eventos deportivos para comprobar la teoría del
torneo. Por un lado, Ehrenberg y Bognanno (1990a, 1990b) examinan los efectos de diferentes
niveles de premios en los resultados del conjunto de torneos de golf de la PGA encontrando
que a medida que la dispersión –varianza- en la estructura del premio del torneo es mayor, los
jugadores obtienen mejores resultados por evento –medidos en número de golpes realizados-.El
segundo estudio, realizado por Becker y Huselid (1992), analiza el modelo del torneo en las
carreras de automóviles organizadas por NASCAR. Utilizando como muestra a 44 pilotos en
28 carreras, la investigación demuestra que la variación en términos absolutos en el premio
retributivo entre los mejor clasificados y los peor clasificados tiene una influencia significativa
en el resultado de los pilotos en la carrera. Finalmente, Bloom (1999), quien utiliza datos
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Dispersión retributiva, estructura salarial y resultados de la organización: un modelo de investigación
procedentes de la liga de béisbol profesional de Estados Unidos, halla que el rendimiento de los
jugadores está negativamente relacionado con estructuras retributivas jerarquizadas –de mayor
dispersión retributiva-, así como con todas las medidas de rendimiento organizacional. Estos
resultados indican que en aquellas organizaciones en las que los resultados dependen del
esfuerzo cooperativo de los individuos que la forman, el modelo del torneo puede constituir un
elemento que vaya en contra del resultado organizacional.
Estos trabajos confirman, por tanto, el hecho de que las estructuras retributivas
jerarquizadas según el modelo del torneo mejoran el rendimiento individual, si bien, cuando se
trata de organizaciones con objetivos que dependen de un colectivo, parece más apropiado
utilizar estructuras más igualitarias. Sin embargo, la diferente naturaleza de las relaciones de
empleo –por ejemplo, interdependencias, relaciones de largo plazo, etc.- podría limitar la
generalización de estos hallazgos (Gerhart y Milkovich, 1992).
Para tratar de suplir estas deficiencias, otros tres estudios han analizado las relaciones
entre estructura de torneo y rendimiento, pero centrándose esta vez en organizaciones no
deportivas. En primer lugar, se encuentra el trabajo de Main et al. (1993), quienes hallan una
relación positiva entre la dispersión retributiva (medida mediante el coeficiente de variación
del salario base más primas) existente entre los miembros del equipo directivo y los resultados
económicos de la organización, medidos a través de la rentabilidad económica de los activos.
Otro de los estudios en esta línea es el de Eriksson (1999) quien, basándose en una muestra de
2600 directivos encuentra que un incremento de la dispersión retributiva entre directivos está
positivamente relacionado con los resultados de la organización. El tercer trabajo destacable en
esta línea es el de Conyon et al. (2001), quienes, utilizando datos de 500 directivos, hallan, por
un lado, una relación convexa entre retribución del directivo y nivel jerárquico y, por otro, una
distancia significativa entre la retribución del máximo directivo y la de otros miembros de
dirección. Estos tres estudios, a pesar de que todos apoyan empíricamente la existencia de una
estructura retributiva según el modelo del torneo, no han encontrado, sin embargo, relaciones
significativas entre interdependencia de tareas y dispersión retributiva en la predicción del
resultado empresarial.
A estas controversias hay que sumar la aportada por Cowherd y Levine (1992), quienes,
desde la teoría de la equidad, analizan si menores diferencias retributivas y, por tanto, estructuras
retributivas más igualitarias, están asociadas con mejores resultados individuales y
organizacionales. Basándose en una muestra de 41 corporaciones, encuentran que mayores
diferencias retributivas entre los altos directivos y los empleados de los niveles bajos de la
organización están claramente asociadas a un menor nivel de calidad de los productos. También
Pfeffer y Langton (1993) parten de una perspectiva de equidad para analizar los efectos de
dispersión salarial en la satisfacción, nivel de colaboración y productividad de los empleados.
Para ello utilizan una muestra de 17000 profesores universitarios. Los resultados de este estudio
no dejan lugar a dudas: a medida que la dispersión retributiva es mayor, los profesores están más
insatisfechos, tienden a colaborar menos entre ellos para emprender investigaciones y su nivel de
productividad –medida en función del número de publicaciones- también es menor.
¿Se puede hablar, entonces, de una estructura retributiva óptima? Se puede concluir que,
a pesar de los trabajos realizados, la evidencia empírica sobre los efectos de la estructura
retributiva en los resultados de la organización es mixta. Si bien algunas investigaciones han
afirmado que grandes diferencias retributivas están vinculadas con mejores resultados
(Eriksson, 1999; Main et al., 1993), otras, en cambio, no han encontrado efectos significativos
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de la dispersión retributiva en los resultados (Conyon et al. 2001) o, incluso, afirman lo
contrario: que menores diferencias retributivas están asociadas con una mayor calidad
percibida del producto (Cowherd y Levine, 1992). Para tratar de resolver estas controversias,
las más recientes investigaciones en esta línea (Shaw Gupta y Delery, 2002; Bloom y Michel,
2002; Brown Sturman y Simmering, 2003; Lee Lev y Heng Yeo, 2005) tienden a centrarse más
en cuáles pueden ser los factores contextuales que median en la relación entre dispersión
retributiva y resultados individuales y organizacionales. Estos estudios han hallado que factores
de tipo individual como el grado de discrecionalidad, de tipo interno, como el nivel de
interdependencia del trabajo, el sistema formal de incentivos, y de tipo externo, como el nivel
de incertidumbre en el entorno, son algunos de los que pueden darnos las respuestas definitivas
sobre los efectos de la dispersión retributiva en la estructura. En el modelo teórico que se
presenta a continuación se integran todos estos aspectos y se plantean algunas de las
proposiciones de investigación más importantes en esta línea.
4. MODELO DE INVESTIGACIÓN PROPUESTO
El modelo de investigación propuesto (figura 1), basándose en fundamentos teóricos de
los modelos del torneo y de la equidad y considerando los hallazgos más significativos de la
literatura empírica, trata de dar una explicación integrada y panorámica de las interrelaciones
dispersión retributiva de la estructura salarial y los resultados. Además, el modelo también
recoge los principales factores –ya sean individuales, internos o externos- que moderan esta
relación (Kühl y Sánchez Marín, 2008).
Figura 1. Modelo de investigación propuesto
ESTRUCTURA
RETRIBUTIVA
ƒ Niveles salariales
ƒ Diferencias entre niveles
MODERADORES
DISPERSIÓN
RETRIBUTIVA
ƒ Discrecionalidad
ƒ Posición jerárquica
ƒ Interdependencia de tareas
ƒ Sistema de incentivos
ƒ Incertidumbre del entorno
RESULTADOS
ƒ Rendimiento individual
ƒ Resultados organización
Fuente: elaboración propia a partir de Kühl y Sánchez Marín (2008).
4.1. Dispersión retributiva y rendimiento individual
La teoría del torneo (Lazear y Rosen, 1981; Lazear, 1999) defiende que las amplias
diferencias retributivas en la estructura salarial son más apropiadas cuando el rendimiento de los
empleados es crítico y afecta más directamente a los resultados de la organización, así como
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Dispersión retributiva, estructura salarial y resultados de la organización: un modelo de investigación
cuando las oportunidades de promoción son más limitadas. La naturaleza relativa de la
competición que plantea la teoría del torneo –esto es, decidir si un empleado es más eficiente que
otro– es especialmente útil si lo que la organización quiere es minimizar los costes de supervisión
y control, debido a que los juicios relativos sobre el rendimiento requieren menos información
que los juicios absolutos (Lazear, 1999). Así, si se tiene en cuenta la poca necesidad de
supervisión y se le añade el fuerte efecto incentivador, la estructura retributiva jerarquizada,
marcada por una amplia dispersión retributiva, puede ser muy adecuada para motivar a los
empleados y enfocarlos a altos niveles de rendimiento (Bloom, 1999) y, especialmente, para
puestos de trabajo como los de alta dirección, en los que la actuación del empleado tiene mucho
impacto en la organización y en los que el número de empleados que optan al premio de
promoción suele ser pequeño (Conyon et al., 2001). En este sentido, Gerhart y Milkovich (1990)
hallan incrementos del 10% del salario base en los niveles más bajos de la organización, mientras
que dichos aumentos llegan hasta el 86% si se consideran los dos niveles jerárquicos más altos.
Del mismo modo, Main et al. (1993) descubren resultados similares al analizar los cinco niveles
jerárquicos de un conjunto de organizaciones: a medida que se sube de nivel, la diferencia
retributiva relativa es mayor. También el estudio de Conyon et al. (2001) corrobora la relación
convexa entre el nivel del puesto y la retribución para los empleados de dirección: a medida que
el puesto de trabajo tiene más importancia y está situado en un nivel superior en la jerarquía, las
diferencias retributivas entre empleados se hacen más pronunciadas. Desde el punto de vista de
las promociones y sus respectivos premios, Lazear (1999) encuentra que las promociones están
asociadas con incrementos de entre el 11% y el 14% en la retribución por cada una de las
categorías que se asciende. También Main et al. (1993) y Conyon et al. (2001) encuentran que a
medida que aumenta el número de competidores, el premio retributivo que se entrega por la
promoción es mayor. Esto supone para la organización ofrecer mayores premios retributivos a
medida se sube en la jerarquía (Eriksson, 1999; Lambert et al., 1993; Main et al., 1993) lo que
provoca, en general, mayores niveles de dispersión retributiva. En suma, todos estos resultados
confirman la estrecha relación existente entre categoría del puesto y retribución y, por lo tanto, la
importancia del puesto –más que del individuo– como predictor salarial (Weber y Rynes, 1991).
Sin embargo, desde la perspectiva de equidad (Adams, 1965) se defiende que en
determinados casos existen razones favorables a la moderación de las diferencias retributivas –
o premios– entre los empleados de alto y bajo nivel (Gerhart y Rynes, 2003). De hecho el
modelo del torneo puede originar falta de cooperación entre empleados y puede llevar al
incremento de los índices de rotación, absentismo y conflictos laborales, incidiendo en un
descenso del rendimiento (Jacques, 1961). Estos problemas se originan como consecuencia de
que los empleados realizan comparaciones entre trabajo, cualificación y salario de sus puestos
con otros puestos (Adams, 1965; Lawler, 1971), las cuales pueden ser especialmente críticas
cuando se contrastan puestos de alto nivel jerárquico –directivos– con puestos de nivel básico
en la organización. Este tremendo aumento de la brecha retributiva que, en los últimos años, se
está produciendo entre altos y bajos niveles de la organización (Gerhart y Rynes, 2003;
Milkovich y Newman, 2004) está originando claramente problemas de justicia retributiva que
afectan al rendimiento organizacional y a la cooperación. La teoría de la equidad apoya, pues,
una estructura retributiva más igualitaria como una forma de favorecer la cooperación, el
trabajo en equipo, la confianza en la organización y la mejora del rendimiento. Estudios como
el de Cowherd y Levine (1992) han demostrado que a medida que las diferencias retributivas
entre empleados y directivos son más pequeñas, la satisfacción del empleado es mayor y los
resultados de la organización mejoran. Finalmente, hay que considerar también los argumentos
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de Brown et al. (2003), quienes afirman, basándose en la teoría de la equidad, que mientras
estructuras retributivas muy jerarquizadas pueden estar asociadas con resultados
organizacionales e individuales negativos, también las estructuras retributivas exageradamente
igualitarias pueden tener efectos no deseados: en la medida en que los sistemas retributivos no
reconocen salarialmente mayores niveles de conocimientos y habilidades en los empleados, los
sentimientos de inequidad pueden surgir en aquellos que precisamente tienen los más altos
niveles de conocimientos y habilidades. Estos argumentos nos llevan a formular las siguientes
proposiciones de investigación:
P1: Existe una relación cóncava (U invertida) entre dispersión retributiva y rendimiento
del empleado: el rendimiento del empleado será menor tanto con una muy baja
dispersión retributiva como con una muy alta dispersión retributiva.
P2: Mayor dispersión retributiva está asociada con mayor nivel de rendimiento del
empleado a medida que éste ocupa una más alta posición jerárquica -o tiene un puesto
de trabajo mejor valorado-.
4.2. Factores moderadores
Shaw et al. (2002) señalan que la dispersión retributiva no es sustancialmente funcional
o disfuncional en la organización, sino que su efectividad depende de ciertos factores
situacionales. La revisión de la literatura nos deja fundamentalmente cuatro factores de diversa
índole -individuales, internos de la organización y externos- que moderan la relación entre
dispersión y rendimiento: la discrecionalidad del empleado, la interdependencia de tareas, la
existencia de sistema formal de incentivos y la incertidumbre del entorno-. A continuación se
comentan.
La discrecionalidad se interpreta como libertad que tiene el empleado para actuar,
programar sus tareas y decidir los procedimientos mediante los cuales las va a llevar a cabo. El
establecimiento de altos niveles retributivos vinculados al rendimiento de la organización para
los empleados con altos grados de discrecionalidad puede ejercer un efecto positivo sobre el
comportamiento del mismo, haciendo que actúe a favor de los intereses de la organización y
evitando una actuación menos egoísta o conducida por objetivos personales (Jensen y Murphy,
1990). Este efecto provoca mayores diferencias retributivas entre los empleados y, por lo tanto,
estructuras salariales más jerarquizadas y con mayor grado de dispersión. Así lo constatan en
su estudio empírico Lee et al. (2005), quienes encuentran que una dispersión retributiva amplia
está asociada con un nivel de rendimiento elevado cuando la organización se caracteriza por
soportar altos costes de personal en puestos con una gran autonomía, principalmente directivos
y profesionales. La organización establece un nivel salarial elevado vinculado al rendimiento
de la empresa para los empleados en funciones cruciales. La garantía de esa retribución da
mayor confianza al empresario sobre la actuación leal de los empleados a los que no puede
controlar fácilmente –con alta discrecionalidad-.
P3: Mayor dispersión retributiva está asociada con un mayor rendimiento del empleado
cuando su nivel de discrecionalidad es mayor.
La interdependencia de tareas hace referencia al grado en el desempeño de las funciones
y tareas de un puesto de trabajo por parte de un empleado depende del desempeño de otros
empleados (Shaw et al., 2002). Mayor nivel de interdependencia requiere, por lo tanto, mayor
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Dispersión retributiva, estructura salarial y resultados de la organización: un modelo de investigación
colaboración y cooperación entre empleados si se quiere obtener un buen resultado. En la
literatura, el estudio de la interdependencia de tareas se ha hecho conjuntamente con el de la
existencia o no de sistemas formales de incentivos, ya que su implantación supone
habitualmente una pronunciada oscilación en las diferencias retributivas entre empleados
(Gómez-Mejía y Sánchez Marín, 2006). En este contexto, Bloom (1999) encuentra que la
existencia de incentivos individuales activa un comportamiento egoísta del empleado para
llegar a un escalón retributivo elevado, activando su motivación y su rendimiento a nivel
individual, pero dificultando la cooperación en el caso en el que las tareas sean
interdependientes. También Shaw et al. (2002) ponen de manifiesto que la mayor dispersión
retributiva está asociada positivamente con niveles elevados de rendimiento de los empleados
si la organización implementa un sistema formal y transparente de incentivos y si predomina la
independencia de tareas en la organización. Al contrario, una menor dispersión retributiva es
más efectiva cuando no existe dicho sistema de incentivos individuales y cuando las tareas en
el trabajo son interdependientes y se engranan a través de equipos de trabajo o departamentos.
P4: Mayor dispersión retributiva está asociada con mayor nivel de rendimiento del
empleado cuando existe una menor interdependencia en las tareas que éste realiza con
respecto a las que realizan otros empleados.
P5: Mayor dispersión retributiva está asociada con mayor nivel de rendimiento del
empleado cuando existe un sistema formal de incentivos a nivel individual.
Los entornos inciertos son impredecibles, complejos y difíciles de entender y gestionar
(Dess y Beard, 1984). Dichos entornos también suponen la asunción de diversos riesgos para
los empleados que operan en ellos, teniendo, por lo tanto, un impacto significativo en la forma
en que dichos empleados actúan. Bloom y Michel (2002) sostienen que, debido a la aversión
natural al riesgo del empleado, se requiere la aplicación de instrumentos de recompensa que les
atraigan y motiven para actuar en defensa de los intereses de la organización en situaciones de
alta incertidumbre. Según Lazear (1999), esta situación de incertidumbre, que supone
dificultades para la medición del rendimiento relativo de los empleados y para el control
efectivo sobre las actividades de dichos empleados, hace que aumenten los niveles de
dispersión retributiva en la organización. La dispersión retributiva se origina como
consecuencia de que la organización debe recompensar al empleado por ese alto nivel de riesgo
al que se enfrenta en sus tareas. Además, dado que las organizaciones requiere empleados
eficientes en los puestos críticos –con más incertidumbre-, utilizan estructuras salariales más
dispersas como forma de asegurar que los mejores ocupan dichos puestos. Así lo constatan
Bloom y Michel (2002), quienes hallan que mayores niveles de dispersión retributiva están
significativamente vinculados a mejores rendimientos individuales de los empleados cuando el
entorno en el que la organización opera es más incierto.
P6: Mayor dispersión retributiva está asociada con un mayor rendimiento del empleado
cuando existe un mayor nivel de incertidumbre en el entorno en el que actúa.
4.3. Dispersión retributiva y resultados de la organización
Es difícil establecer un único marco teórico que ofrezca una explicación clara y un
marco comprensivo que permita entender las relaciones entre dispersión retributiva y
resultados de la organización. De manera integral, los empleados son los responsables de
producir los productos y/o servicios de la organización a la que pertenecen; sin su adecuado y
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diligente esfuerzo, la organización no dispondría del output necesario que le permita obtener
ingresos. Las retribuciones, cuando están bien estructuradas y distribuidas, pueden influir de
manera significativa en el esfuerzo del empleado, el cual a su vez afecta al output de la
organización (Gerhart y Milkovich, 1992). La dispersión retributiva de la estructura salarial,
por tanto, influye en la cantidad y tipo de esfuerzo del empleado. Desde la perspectiva del
torneo, cuando la dispersión es alta –estructuras jerarquizadas- los individuos están motivados
para conseguir mayor rendimiento y así obtener el premio de mayores retribuciones (Lazear,
1999). En este caso las organizaciones se benefician del esfuerzo combinado de los empleados
eficientes y, por tanto, el resultado de la organización –económico y financiero- mejoraría
ostensiblemente (Bloom, 1999). Sin embargo, en organizaciones con fuertes interdependencias,
en las que el output depende del esfuerzo cooperativo, altas dispersiones retributivas pueden ir
en detrimento del resultado organizacional debido a que erosionan la colaboración (Deutsch,
1985). Una alta dispersión retributiva en organizaciones donde se requieren tareas cooperativas
está enviando al empleado un mensaje mixto e incluso contradictorio. En estos casos, autores
como Bloom (1999) o Shaw et al. (2002) señalan y comprueban empíricamente que los
empleados “se concentran únicamente en su propio rendimiento –excluyendo los objetivos
organizacionales- ya que las decisiones relativas a la distribución retributiva y a los ascensos en
la jerarquía van a tener como base dicho rendimiento individual. Si a esto le sumamos los
hallazgos de Becker y Huselid (1992), quienes, utilizando una perspectiva de equidad,
encuentran mejores resultados organizativos –en términos de calidad de productos y serviciosa medida que la dispersión retributiva entre directivos y no directivos es menor, podemos
considerar que:
P7: Mayor dispersión retributiva está asociada, en términos generales, con menores
resultados de la organización.
5. CONCLUSIONES Y LINEAS FUTURAS DE INVESTIGACIÓN
La estructura retributiva supone el establecimiento de diferencias salariales entre
puestos y niveles de trabajo relacionados a través de la estructura jerárquica de una
determinada organización. Son los empleados quienes juzgan –comparando su retribución con
las cualificaciones requeridas, el rendimiento alcanzado y el valor del trabajo- si las diferencias
retributivas entre puestos y niveles son equitativas, lo que determina, en última estancia, la
efectividad de la estructura retributiva (Lawler, 1971). En este sentido, las organizaciones
pueden aplicar fundamentalmente dos diseños diferentes para tratar de alcanzar dicha
efectividad (Bloom, 1999; Kühl y Sánchez Marín, 2008): (1) estructuras jerárquicas, que
establecen grandes niveles de dispersión retributiva entre niveles y puestos, y que se basan en
que los efectos motivacionales del premio retributivo fomenta mayor rendimiento individual y
organizacional; y (2) estructuras igualitarias, que fijan pequeños niveles de dispersión
retributiva entre niveles y puestos, y que se fundamentan en que la igualdad salarial implica
una mayor satisfacción, colaboración y rendimiento del empleado.
Precisamente, las cuestiones de eficiencia y efectividad de la estructura salarial con
motivo del nivel de dispersión retributiva que provoca son las que han ocupado la mayor parte
del debate científico en esta línea, el cual se ha caracterizado por numerosas controversias y
contradicciones (ver, por ejemplo, Cowherd y Levine, 1992; Becker y Huselid, 1992), incluso a
pesar de que la evidencia empírica no ha sido excesivamente amplia (Shaw et al., 2002). Por
ello, con este trabajo se ha tratado de analizar, por un lado, los efectos que las diferencias
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Dispersión retributiva, estructura salarial y resultados de la organización: un modelo de investigación
salariales que generan dichas estructuras tienen, tanto a nivel individual como a nivel
organizacional y, por otro, establecer un modelo integrado que aclare las principales relaciones
entre dispersión retributiva y rendimiento y que considere los principales factores
determinantes y moderadores de dicha relación. La ordenación y sistematización de la
literatura así como la construcción del modelo de investigación ha permitido el establecimiento
de unas conclusiones generales en esta área de investigación y el planteamiento de líneas
futuras de investigación.
5.1. Conclusiones
¿Cuáles son los fundamentos que explican la existencia de un tipo u otro de estructura
retributiva? Existen varias perspectivas teóricas que han aportado diferentes explicaciones de
por qué las estructuras retributivas difieren entre organizaciones y divergen, a su vez, de la
línea señalada por el mercado externo (Gerhart y Rynes, 2003). Específicamente, el modelo del
torneo enfatiza el efecto incentivador de las promociones a través de estructuras retributivas
jerarquizadas (Lambert et al., 1993; Lazear, 1999). El modelo de dependencia de recursos
defiende el valor de la retribución como elemento para atraer y retener a los mejores en los
puestos clave de la organización (Pfeffer y Davis-Blake, 1987; Carpenter y Wade, 2002). Los
modelos de mercados internos y de costes de transacción, menos preocupados por fomentar la
competición y más comprometidos con la cooperación, enfatizan el uso de incentivos para
animar a los empleados a adquirir y compartir conocimientos con otros, así como para
fomentar la permanencia de los mismos en la organización –para recuperar la inversión en
formación- (Williamson et al., 1975; Baker et al., 1994a, 1994b). La perspectiva institucional,
por su parte, sostiene que la estructura retributiva se ve claramente influenciada –al menos en
los altos niveles jerárquicos- por mecanismos orientados a la consecución de legitimidad
social, tanto en el ámbito interno –introducción de determinadas técnicas populares de gestióncomo en lo externo –influencia de otras empresas del sector- (Porac et al., 1999; Staw y
Epstein 2000). Finalmente, el modelo de equidad, centrado más explícitamente en la búsqueda
de cooperación, defiende una estructura retributiva igualitaria con pocas diferencias entre
niveles bajos y altos, para así apoyar la filosofía y la estrategia de la organización (Cowherd y
Levine, 1992; Pfeffer y Langton, 1993).
De todas estas teorías, claramente es la estructura retributiva basada en el modelo del
torneo la que tiene un mayor sustento empírico desde el punto de vista de su existencia en las
organizaciones aunque, dicha evidencia es más discutible cuando se trata de determinar sus
efectos en términos de rendimiento (Conyon et al., 2001). En este sentido, la revisión de los
estudios centrados en cuál es la estructura más efectiva para la organización pone en cuestión
los efectos reales de la dispersión retributiva: por un lado, existe un conjunto de estudios
centrados en organizaciones deportivas (Ehrenberg y Bognanno, 1990a, 1990b; Becker y
Huselid, 1992), que señalan que una mayor dispersión retributiva puede tener un efecto
positivo en el rendimiento individual, corroborando el modelo del torneo en el caso de que el
éxito de la organización depende muy directamente del rendimiento individual. Por el
contrario, otros trabajos (Bloom, 1999) encuentran que la mayor dispersión retributiva ejerce
un efecto negativo en el rendimiento agregado y, por tanto, resulta perjudicial para aquellas
organizaciones cuyo éxito depende de que se cumplan objetivos que dependen del esfuerzo y
rendimiento del colectivo.
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Cuando la investigación se ha centrado en organizaciones no deportivas, la evidencia
empírica ha sido bastante más dispar. Algunas investigaciones han corroborado la existencia de
una estructura de torneo –relación convexa entre retribución y nivel jerárquico y distancia
significativa entre retribuciones de niveles adyacentes- y han encontrado que grandes
diferencias retributivas están vinculadas con mejores resultados globales de la organización
(Main et al., 1993; Eriksson, 1999). Otras, sin embargo, aunque confirman la existencia de
diferencias salariales de acuerdo al modelo del torneo, no han encontrado que dichas
diferencias produzcan efectos positivos en los resultados de la organización (Conyon et al.
2001). A esto hay que sumar investigaciones que contradicen claramente el modelo del torneo,
afirmando que mayores diferencias retributivas están asociadas con una menor calidad del
producto (Cowherd y Levine, 1992) o con menores niveles de satisfacción, participación y
productividad de los investigadores universitarios (Pfeffer y Langton, 1993).
¿Cómo interpretar estos resultados? Los últimos trabajos realizados señalan que la
dispersión retributiva no es positiva o negativa para el rendimiento individual y organizacional,
sino que su efectividad depende de ciertos factores situacionales. Uno de los elementos clave
que más tratamiento ha recibido como moderador de la relación dispersión retributiva y
resultados ha sido la jerarquía. Desde la perspectiva del torneo se ha confirmado la estrecha
relación existente entre categoría del puesto y retribución y, por lo tanto, la importancia del
puesto –más que del individuo– como predictor de las diferencias retributivas. La literatura
(Main et al., 1993; Conyon et al., 2001) encuentra que a medida que aumenta el número de
empleados que compiten por un puesto, el premio retributivo que se ofrece la organización es
mayor, lo que supone ofrecer mayores premios retributivos a medida se sube en la jerarquía
(Eriksson, 1999; Lambert et al., 1993) lo que provoca, en general, mayores niveles de
dispersión retributiva.
Pero no hay que olvidar otros factores moderadores que tienen una influencia
significativa. Así, Shaw et al. (2002) encuentran que la mayor dispersión retributiva se asocia
con mayores niveles de rendimiento de los empleados cuando vienen acompañadas de un
sistema formal de incentivos a nivel individual y de sistemas de trabajo independientes. Una
menor dispersión salarial mejora el rendimiento de la fuerza de trabajo en ausencia de
incentivos individuales y cuando el trabajo es más interdependiente. Bloom y Michel (2002)
identifican el nivel de incertidumbre en el entorno como un factor del contexto externo que
influye específicamente en la dispersión retributiva y en su utilidad para la organización:
mayores niveles de dispersión retributiva están significativamente vinculados a mejores
rendimientos cuando el entorno en el que la organización opera es más incierto. Relacionado
con el anterior, pero esta vez de procedencia individual, se encuentra, tal y como señalan Lee et
al. (2005) el grado de discrecionalidad del empleado que, a medida que es mayor (en puestos
con una gran autonomía, principalmente directivos y profesionales), mayor efectividad tendrá
una amplia dispersión retributiva.
Considerando estos factores moderadores es probable que se aclaren las dudas sobre los
efectos de la dispersión retributiva en el rendimiento individual. Sin embargo, el efecto sobre
los resultados globales de la organización es bastante más difícil de prever. En este sentido,
aunque los estudios empíricos son bastante aislados y escasos, autores como Bloom (1999) o
Shaw et al. (2002) afirman que los empleados, cuando reciben señales contradictorias –por
ejemplo, recompensas individuales vs. trabajo cooperativo- se concentran únicamente en su
propio rendimiento –excluyendo los objetivos organizacionales- ya que las decisiones relativas
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Dispersión retributiva, estructura salarial y resultados de la organización: un modelo de investigación
a la distribución retributiva y a los ascensos en la jerarquía van a tener como base principal, en
última estancia, dicho rendimiento individual. Por tanto, es presumible que grandes niveles de
dispersión retributiva de la estructura salarial de la organización vayan en perjuicio de sus
resultados globales.
Se necesitan, por lo tanto, estudios adicionales que, desde una perspectiva más global,
traten de responder definitivamente a si diferencias retributivas grandes o pequeñas se traducen
en mejores rendimientos individuales y, sobre todo, en mejores resultados globales para la
organización (Kühl y Sánchez Marín, 2008). El modelo de investigación presentado en este
trabajo trata de contribuir a esta línea de investigación presentando un marco global e
integrador de los principales elementos que intervienen en el análisis y evaluación de los
efectos –a nivel individual y agregado- de la dispersión retributiva, tanto desde una perspectiva
de antecedentes –estructura retributiva, niveles y puestos- como desde el punto de vista de
factores moderadores –jerarquía, discrecionalidad, interdependencia de tareas, sistemas de
incentivos e incertidumbre en el entorno- .
5.2. Líneas futuras de investigación
Existen varias y muy interesantes áreas en las que la investigación sobre estructuras
retributivas puede poner su punto de mira en el futuro. En primer lugar, en la medida en que los
efectos de diferentes distribuciones retributivas dependa de diferentes factores, la cuestión más
crítica cambia desde qué estructura es la mejor hasta cuándo y dónde es la más apropiada. Así,
las investigaciones posteriores deberán estudiar las diferencias retributivas considerando
potenciales variables moderadoras –como, por ejemplo, la estrategia de negocio o el puesto de
trabajo- junto a factores mediadores específicos de la situación concreta de la empresa –tales
como la equidad percibida, la calidad del empleado, el nivel de motivación, etc.- (Gerhart,
2000), sin perder de vista, además, los factores institucionales que pueden ser fuente de
influencia (Staw y Epstein, 2000). Adicionalmente, podría ser más interesante utilizar pruebas
de “inferencia fuerte” (en los que un modelo –por ejemplo, el del torneo- se enfrenta a otro
contrario a aquél –por ejemplo, el de la equidad-) en lugar del caso más usual en el que se trata
de contrastar si un conjunto de datos son consistentes con un determinado modelo (O’Reilly,
Main y Crystal, 1988).
En segundo lugar, el cambio actual en la importancia de los puestos de trabajo frente a
las características individuales puede tener importantes implicaciones para las futuras
investigaciones sobre estructura retributiva. Es un hecho que, debido a las necesidades de
flexibilidad y de coste, los puestos están pasando a ser cada vez menos importantes como
fuente de variación de la retribución en algunas organizaciones (Heneman, Ledford y
Gresham., 2000). Esto ha provocado dos tendencias en el desarrollo de las estructuras
retributivas de las empresas. Por un lado, la utilización del broadbanding, que supone la
reducción del número de niveles con la consiguiente ampliación de su extensión (Gerhart y
Milkovich, 1992) y, por otro lado, la utilización de estructuras retributivas que se fundamentan
en el nivel de habilidades o conocimientos que posee el empleado y utiliza en la organización,
independientemente de la posición que ocupa. En ambos casos, esto supone una mayor
flexibilidad a la hora de fijar las recompensas por niveles y por posiciones. Es preciso, por lo
tanto, realizar investigaciones adicionales para contrastar si esta mayor discrecionalidad
directiva se materializa en mayores diferencias retributivas o no y si dichas diferencias –esta
vez basadas más en el individuo que en el puesto- tienen efectos en los resultados individuales
y organizacionales.
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Sánchez Marín, G.
Desde el punto de vista metodológico también es preciso hacer ciertas recomendaciones
para las investigaciones futuras. Una de las consideraciones más importantes es la de tratar de
desarrollar vías alternativas de medida de la estructura y de determinación de las implicaciones
del uso de cada medida. Las diferentes medidas de la dispersión retributiva –diferencias
salariales entre niveles, variaciones salariales totales dentro de la organización, diferencias
entre el mejor y peor salario, etc.- pueden ser adecuadas para medir distintos fenómenos. Así,
por ejemplo, las diferencias entre niveles adyacentes son más apropiadas para valorar los
efectos incentivadores, mientras que los aspectos de equidad podrían analizarse mejor a través
de la medición de las diferencias entre niveles distantes (Gerhart y Rynes, 2003). Otra de las
cuestiones metodológicas importantes hace referencia a que el análisis de la estructura
retributiva y sus efectos no puedan ser completamente abordados considerando únicamente el
salario base de los diferentes niveles y puestos. Dado el gran aumento de otras formas de
retribución en los últimos años –primas, incentivos a largo plazo, opciones sobre acciones, etc.y su tremendo efecto en el comportamiento de los empleados, los estudios futuros deben
considerar los efectos del total de componentes, incluyendo la valoración de los que no son en
efectivo (como las opciones sobre acciones), especialmente en el caso de los directivos
(Gerhart y Rynes, 2003). Por último, los trabajos futuros deberían considerar especialmente los
datos procedentes de empleados no directivos para determinar los efectos que determinados
diseños de estructura retributiva tienen sobre los resultados individuales y organizacionales.
Casi todos los estudios realizados hasta ahora se han centrado en las diferencias retributivas
entre directivos y, quizás, sea más importante conocer qué piensa y cómo reacciona el
empleado no directivo ante las estructuras retributivas y las diferencias salariales (Greenberg,
1990). En este sentido, sería interesante tener en cuenta el efecto de las percepciones de estos
empleados sobre la retribución y sus diferencias tanto desde una perspectiva de justicia
distributiva como desde el punto de vista de justicia de procedimiento (Frank y Kook, 1995).
En cualquier caso y, para terminar, no hay que olvidar que la estrategia de estructura
retributiva por sí sola tiene un efecto limitado en los resultados individuales y organizacionales.
Así lo remarcan Brown et al. (2003), quienes encuentran que las prácticas de nivel retributivo
interactúan con las prácticas de diseño de estructura retributiva para afectar a los resultados de
la empresa. Específicamente, señalan que los altos salarios pueden compensar los efectos
negativos de una estructura demasiado jerarquizada y no equitativa y, por tanto, a medida que
la estructura es más jerarquizada, el nivel retributivo debe ser mayor para que se produzca un
efecto positivo en los resultados de la empresa. Esto corrobora, pues, que las futuras
investigaciones sobre estructura retributiva deberían también considerar los efectos conjuntos
de ésta con otras políticas retributivas –especialmente las de nivel retributivo y las de
incentivos- para poder apreciar adecuada y realmente su alcance y consecuencias.
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LA CALIDAD Y SU RELACIÓN CON LOS INDICADORES NO
FINANCIEROS DE CONTROL
Marín Vinuesa, L.M.
Ruiz-Olalla Corcuera, M.C.
Universidad de la Rioja
Recibido: 24 de agosto de 2007
Aceptado: 26 de mayo de 2008
RESUMEN: La implantación y certificación de sistemas de calidad se ha convertido en una de las
prácticas más generalizadas en el ámbito empresarial. El sistema de medición y control adoptado por
la empresa debería ser un reflejo de su grado de compromiso con la gestión de la calidad. De manera
generalizada, se admite la necesidad de desarrollar indicadores no financieros de medición que
respalden la implantación de los sistemas de calidad y su posterior evaluación continua. Este trabajo
analiza la relación entre la calidad y la utilización de indicadores no financieros para gestionarla, en
el sector del mueble en España. Nuestros resultados nos permiten afirmar que las empresas
certificadas por la ISO 9000 utilizan en mayor medida indicadores no financieros que las empresas
no certificadas.
PALABRAS CLAVE: Medición, Indicadores no financieros, ISO 9000, Gestión de la Calidad.
THE RELATIONSHIP BETWEEN QUALITY
AND NON-FINANCIAL MEASURES
ABSTRACT: The implementation and certification of QA systems has become a widespread
practice in the business world. Measurement and control systems adopted by businesses should
reflect their level of commitment to quality management. Generally speaking, the need to develop
non-financial indicators supporting the implementation of QA systems and their subsequent continual
assessment is generally accepted. This work studies the relationship between quality and the use of
non-financial indicators to manage quality in the Spanish furniture industry. Our results allowed us to
claim that ISO 9000 certified businesses use non-financial indicators to a larger extent compared to
non-certified businesses.
KEYWORDS: Measurement, Non-financial measures, ISO 9000, Quality management.
1. INTRODUCCIÓN
En los últimos años y en paralelo al desarrollo de la tecnología industrial, la apertura de
los mercados y el impulso de la competencia, en las empresas ha surgido con fuerza el interés
por la calidad como instrumento de gestión empresarial. Prueba de ello es el notable desarrollo
de la implantación y certificación de sistemas de calidad.
Uno de los modelos de referencia más extendidos en el mundo para establecer en las
empresas un sistema de aseguramiento de la calidad1, es el constituido por las normas ISO
9000. La base fundamental de estas normas ha consistido en asegurar la calidad, lo que supone,
según Juran (1951), un avance cualitativo importante en la evolución de la gestión de la
calidad, al introducir el enfoque de prevención en la gestión frente al tradicional basado en la
detección de errores. Además, el ambicioso planteamiento de la nueva edición de normas ISO
9000:2000, presenta una estructura y un enfoque orientado a los procesos, en los que la mejora
continua y la medición de la satisfacción de los clientes parecen contar con un papel destacado.
Por ello, y a pesar de todo el paradigma que envuelve a la calidad, en algunos casos la
certificación se traduce en un primer avance hacia la implantación de la filosofía TQM (Total
Quality Management).
Marín Vinuesa, L.M.; Ruiz-Olalla Corcuera, M.C.
El importante avance en la aplicación de prácticas de gestión, tales como la Gestión de
la Calidad Total, no ha contado, con frecuencia, con el adecuado respaldo por parte de los
sistemas de información e instrumentos de medición y control, pudiendo ser ésta una de las
razones de fracaso de tales iniciativas (Juran, 1994). En este sentido y en orden a alcanzar una
adecuada posición competitiva en el mercado, las empresas tienen por delante el reto de su
transformación interna para adaptarse a nuevos modelos de calidad que puedan conducirles
hacia una mejora permanente en el tiempo.
Una de las funciones de la Contabilidad de Gestión es proporcionar a la alta dirección
información relevante a través de unas adecuadas herramientas de medición, para que ésta
pueda tomar decisiones sobre la estrategia de calidad más acertada para la organización, así
como ayudar a implantar y controlar las prácticas de gestión más adecuadas que permitan su
consecución. Los tradicionales sistemas contables, caracterizados por su excesiva orientación
hacia aspectos financieros y hacia el corto plazo, se muestran obsoletos ante la evolución de los
nuevos modelos de gestión que las empresas demandan en función de la estrategia de calidad
elegida.
La utilización de adecuadas herramientas de medición de la calidad como variable
estratégica de gestión, y los cambios en la forma de medir a través de indicadores no
financieros, más centrados en aspectos intangibles, suplen las deficiencias de los tradicionales
indicadores financieros, pudiendo contribuir favorablemente al logro de los objetivos
estratégicos de la empresa (Kaplan, 1984). En los últimos años se viene insistiendo en la
necesidad de desarrollar indicadores no financieros de medición que proporcionen a la
dirección información acerca de los logros alcanzados en la implantación de estrategias de
calidad, y en su adecuada gestión (McNair, Lynch y Cross, 1990; Daniel y Reitsperger, 1991;
McKinnon y Bruns, 1993; Lord, 1997; Perera, Harrison y Poole, 1997; Chenhall, 1997; Matta,
Chen y Tama, 1998; Corrigan, 1998; Sjoblom, 1998; Vaivio, 1999).
Los efectos positivos de implantar sistemas de control contable basados en indicadores
no financieros para gestionar los intangibles implicados con la TQM han sido evidenciados por
autores como Abernethy y Lillis (1995), que fundamentan la hipótesis de asociación entre la
estrategia centrada en el cliente y el uso de indicadores no financieros de medición. También se
evidencia la utilización de indicadores no financieros por parte de las empresas, con el fin de
aumentar las mejoras continuas en la calidad (Daniel y Reitsperger, 1991). Profundizando en
este tipo de trabajos, otros autores como Perera et al. (1997) han evidenciado que el incremento
de una estrategia de producción centrada en el cliente, como aproximación de prácticas de
gerencia y tecnología de fabricación avanzadas, está asociada con el incremento en el uso de
indicadores no financieros de medición.
Por consiguiente, el objetivo general de este trabajo consiste en analizar la relación entre
la calidad y la utilización de indicadores no financieros para gestionarla, en el sector del
mueble en España. Para ello, en primer lugar ahondaremos en el conocimiento de las prácticas
de gestión de la calidad implantadas por las empresas de dicho sector, y en la naturaleza y
características de los indicadores de medición que utilizan. En un segundo análisis trataremos
de contrastar si las empresas certificadas con las normas ISO 9000, están más comprometidas
con la utilización de indicadores no financieros de medición que las empresas no certificadas.
Para avanzar en el cumplimiento de estos objetivos, estructuramos nuestro estudio en las
siguientes partes:
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La calidad y su relación con los indicadores no financieros de control
Tras esta breve introducción, se revisan los argumentos más relevantes en cuanto a la
relación entre la gestión de la calidad y la utilización de indicadores no financieros de
medición, y se propone la clasificación de indicadores que va a ser utilizada en el estudio. En el
siguiente apartado nos apoyamos en la literatura existente para seleccionar, de entre las escalas
fiables y válidas que han sido analizadas y utilizadas anteriormente para valorar el énfasis en el
uso de indicadores, aquella escala que más se adecua a nuestro trabajo. Seguidamente se
describe el diseño de la investigación y se presenta la muestra de empresas españolas del sector
del mueble objeto de análisis, sus características generales, así como las referentes a la calidad
de su gestión. En último lugar se estudia la relación de la certificación de calidad con la
utilización de indicadores no financieros por parte de dichas empresas. El trabajo finaliza con
las conclusiones más relevantes del estudio.
2. UTILIDAD DE LOS INDICADORES NO FINANCIEROS EN LA GESTIÓN DE LA
CALIDAD
El objetivo estratégico de las empresas ha ido evolucionando conforme iba aumentando
la competitividad, la complejidad y el tamaño, y consecuentemente, la demanda de
información también ha ido variando al mismo ritmo.
Si bien el éxito de una empresa no depende exclusivamente de su sistema de
Contabilidad de Gestión, existiendo otros factores relevantes (satisfacción de clientes,
inversión en proyectos acertados, utilización eficaz de los recursos, etc.), tampoco es menos
cierto que, como ya apuntaba Kaplan (1985), “Solamente cuando los sistemas de contabilidad
para la dirección se pongan en línea con el nuevo entorno competitivo, podrían resultar
auténticamente positivos y permanentes los esfuerzos por mejorar la producción”. Una década
después, Fuentes (1995) sigue insistiendo en la misma idea, afirmando que a pesar de que la
estrategia esté bien formulada, “un sistema de Contabilidad de Gestión que no sea el adecuado,
puede hacer fracasar los esfuerzos en los demás aspectos”.
Ante el espectacular avance en la aplicación de prácticas de gestión empresarial, tanto
académicos como profesionales han reconocido la necesidad de utilizar nuevas herramientas de
medición. Las nuevas filosofías de fabricación, ingeniería, marketing, se convierten en opinión
de Blanco, Aibar y Cantorna (1998) en “un foco de información para la mejora continua
animando al rediseño de los sistemas contables y al desarrollo de nuevas medidas financieras y
no financieras”.
Tradicionalmente el proceso de control de gestión se centraba en cumplir con el
presupuesto, y por ello se ha venido privilegiando el seguimiento de factores e indicadores
financieros como el rendimiento del capital empleado (ROI), el valor añadido económico
(EVA) o el flujo de caja (Cash-Flow). Estos indicadores están basados en un modelo de
contabilidad que hoy tiene varios siglos de existencia, y que se diseñó en sociedades que
valoraban los activos físicos pero no los intangibles. En la actualidad existen muchos otros
factores clave del éxito empresarial, como la calidad, los recursos humanos, la innovación
tecnológica, la cultura organizativa, la relación entre accionistas, etc., que deben ser
controlados y evaluados.
Por ello una de las críticas más importantes realizada a los tradicionales sistemas
contables basados en indicadores financieros es que no proporcionan medidas de algunas
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variables que hoy día se consideran claves para la toma de decisiones estratégicas
(Kaplan,1984; Howell y Soucy, 1987; Carmona, 1990; Castelló y Lizcano, 1994). En el mismo
sentido, Maskell (1989) y Dent (1990) critican su excesivo énfasis en el corto plazo y su escasa
integración con las metas estratégicas de la empresa.
La respuesta a estos problemas puede consistir en desarrollar nuevos indicadores de
medición “no financieros” que complementen, para ciertas situaciones concretas, la batería de
medidas utilizadas tradicionalmente. Sin embargo, esta situación no es nueva, ya desde la primera
década de los 80 se viene insistiendo en la necesidad de utilizar medidas no financieras, que junto
con las de carácter financiero, contribuyan a la creación de valor empresarial a largo plazo
(Kaplan, 1984). Este mismo autor indica, un año después, que “las empresas que logran
resultados financieros satisfactorios, pero muestran un resultado estancado o deteriorado en sus
indicadores no financieros, tienen pocas probabilidades de convertirse o de permanecer por
mucho tiempo en la primera línea de la competitividad mundial” (Kaplan, 1985). Así, la
necesidad de gestionar las empresas utilizando información no financiera e incluso cualitativa que
complemente a la información económico-financiera, ha ido confirmándose y cobrando
importancia con el paso del tiempo (Kaplan, 1984; Howell y Soucy, 1987; McNair et al., 1990;
Carmona, 1990; Lord, 1997; Aibar, 1998; Corrigan, 1998; Sjoblom, 1998; Vaivio, 1999;
Arellano, 1999). Los indicadores no financieros son mejores indicadores del resultado financiero
futuro que las tradicionales medidas financieras (Kaplan y Norton, 1996).
En opinión de Perera et al. (1997), la principal influencia para la introducción de
información no financiera viene del lado de las nuevas filosofías de gestión, y no tanto por las
tecnologías productivas. Por su parte, Matta et al. (1998) consideran que TQM es un sistema de
gestión intensivo en información que requiere una gran integración de datos e información,
recogida tanto interna como externamente. De la misma forma, Lord (2001) se expresa en
términos similares cuando afirma que los mayores efectos de la TQM sobre los sistemas de
Contabilidad de Gestión derivan no sólo del cambio en los sistemas de costes, sino también del
uso de indicadores no financieros, cuantitativos y cualitativos, sobre todo en el área de
operaciones. Los críticos de los tradicionales sistemas de costes de calidad proponen
complementar los indicadores financieros con indicadores no financieros de medición,
argumentando que estos últimos proporcionan mejor información sobre las pérdidas
relacionadas con la percepción de calidad del cliente (Najar y Rajan, 2001). Así, un sistema de
medición apropiado para examinar los efectos de las prácticas de gestión de la calidad,
desarrolladas más allá de la certificación de calidad, debería incluir en opinión de Najmi y
Kehoe (2000) medidas financieras, medidas de tiempo y medidas de calidad.
En la tabla 1 se recogen los principales estudios empíricos que examinan la utilidad de los
sistemas de medición contable, que incluyen indicadores no financieros en la gestión de
estrategias basadas en la calidad. En el trabajo de Daniel y Reitsperger (1991) ya se puso de
manifiesto que las empresas que siguen una estrategia de calidad basada en cero defectos, han
cambiado sus sistemas de control de gestión con el fin de aumentar las mejoras continuas en la
calidad, que son a la vez la clave de esta estrategia. Por su parte, Carr, Mak y Needham (1997)
comparan las prácticas de gestión de la calidad y la utilización de indicadores de medición de los
resultados en empresas certificadas y no certificadas, y aunque no encuentran diferencias
significativas en las prácticas de gestión analizadas, sí evidencian una mayor utilización de
medidas de la calidad en las empresas certificadas ISO 9000. Del análisis de comparación
realizado por Abernethy y Lillis (1995) se desprende que las empresas que implantan estrategias
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ISSN: 1135-2523
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 107-126
La calidad y su relación con los indicadores no financieros de control
de calidad centradas en el cliente, utilizan indicadores no financieros de medición en mayor
medida que las empresas cuya estrategia de calidad es diferente. Asimismo, mediante un análisis
de regresión, Perera, et al. (1997) demuestran la relación positiva entre las estrategias de calidad
centradas en el cliente, como aproximación de prácticas de gerencia y tecnología avanzadas, y la
utilización de indicadores no financieros. En el mismo sentido, Najmi y Kehoe (2000) proponen
un modelo de desarrollo de la calidad y evidencian una fuerte correlación positiva entre el
desarrollo de prácticas de gestión de la calidad y la utilización de sistemas de medición que
incluyen indicadores no financieros de control. También se detectan correlaciones positivas entre
el uso de indicadores no financieros y las nuevas prácticas de gestión empresarial, la TQM entre
otras, en el estudio de Abdel-Maksoud, Dugdale y Luther (2005).
Tabla 1. Utilidad de los Indicadores No Financieros de medición
Referencia
Ámbito de estudio y
Metodología
PERERA, S.;
HARRISON, G.
Y POOLE, M.
(1997)
CARR, S.;
MAK, Y.T. y
NEEDHAM,
J.E. (1997)
NAJMI, M. Y
KEHOE, D.F.
(2000)
Principales Conclusiones
Los sistemas de control que apoyan la
consecución de estrategias de calidad
“cero defectos” incluyen metas de
calidad y feed-back de información más
regular y frecuentemente que los
sistemas que no apoyan dichas
estrategias de calidad.
Melbourne
Examinar la relación entre la
Las empresas que en la formulación de
(Australia). Sector
implantación de estrategias
su estrategia dirigen su atención hacia el
Industrial
centradas en el cliente y la
cliente utilizan indicadores no
Cuestionario. 42 empª utilización de indicadores no
financieros de medición en mayor
de 81 con más de 200 financieros de medición y
medida que las que no lo hacen así. No
empleados
analizar la influencia del uso de se encuentra relación entre estas
Test estadístico t.
indicadores no financieros sobre iniciativas de gestión y el resultado
Regresión lineal
los resultados de la empresa.
empresarial.
Analizar si la gestión de
La gestión de estrategias de calidad
estrategias de calidad centradas
centradas en el cliente, como
Sydney (Australia).
Sector Industrial
en el cliente está relacionada con aproximación de prácticas de gerencia y
Cuestionario. 109
el uso de indicadores de
tecnología avanzadas, está relacionada
positivamente con el mayor uso de
empª de 200 con más medición no financieros.
de 50 empleados
Analizar la relación de estas
indicadores no financieros de medición.
(54,5% respuesta)
iniciativas de gestión con la
No se evidencia la relación entre el uso
mejora de los resultados de la
de indicadores no financieros y la
Regresión lineal
empresa.
mejora del resultado empresarial.
Nueva Zelanda.
Todos los sectores.
Investigar si las empresas
200 empresas (100
certificadas ISO difieren de las
No encuentran diferencias significativas
empª certificadas ISO
en las prácticas de gestión de la calidad,
no certificadas en su estrategia
y 100 no certificadas)
salvo en la mejora de los procesos y en
de negocio, en la implantación
Encuesta. 65 empª
de prácticas de gestión de la
el uso de medidas de calidad. Tampoco
certificadas y 42 empª
encuentran diferencias en sus sistemas
calidad y en la utilización de
no certificadas
indicadores de resultados.
de información de resultados.
(53,5% respuesta)
Test de diferencia de
medias
Reino Unido. Sector
Proporcionar un modelo
Propuesta de un modelo de desarrollo
Industrial
conceptual de la implantación de
de la calidad y evidencia de una fuerte
Cuestionario. 221
prácticas de gestión de la calidad
correlación positiva entre la
empª de 1.050 (21,5% más allá de la certificación ISO.
implantación de prácticas de gestión de
respuesta)
Identificar relaciones entre el
la calidad y los sistema de medición de
Correlación
desarrollo de la calidad y el
los resultados que incluyen indicadores
Estudio de Caso (18
sistema de medición de los
no financieros.
empresas)
resultados en distintas empresas.
Japón. Sector de
Automoción y
DANIEL, S.J. y
Electrónica
REITSPERGER,
Cuestionario. Muestra
W.D. (1991)
26 empresas
ANOVA
ABERNETHY,
M.A. y LILLIS,
A.M. (1995)
Objetivos de Investigación
Analizar si los sistemas de
control directivos han sido
modificados para complementar
la implantación de estrategias de
calidad basadas en cero defectos
y de la TQM.
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 107-126
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111
Marín Vinuesa, L.M.; Ruiz-Olalla Corcuera, M.C.
Reino Unido. Sector
Industrial
Cuestionario. 313
ABDELempª de 2.242 con
MAKSOUD, A.;
más de 200
DUGDALE, D.
empleados (14,3%
y LUTHER, R.
respuesta)
(2005)
Análisis Factorial.
Correlación
Examinar el grado de utilización
de los indicadores no financieros
y explorar su relación con
variables tales como tecnologías
avanzadas de producción,
nuevas prácticas de gestión,
sistemas de auto-almacenaje y
autocontrol, software de
programación de la producción,
adopción de nuevas ideas,
prácticas de gestión competitiva,
comunicación ascendente,
características de la mano de
obra y ambiente competitivo.
El uso de indicadores no financieros
está relacionado con los ambientes
altamente competitivos, la
comunicación ascendente en la empresa
y la adopción de sistemas de gestión
tales como JIT (just in time) o TQM.
3. MEDICION EMPÍRICA DE LA UTILIZACIÓN DE INDICADORES NO
FINANCIEROS DE CALIDAD
La revisión de los principales estudios que analizan el énfasis en la utilización de
indicadores no financieros de control de los resultados, nos muestra que su medición se ha
realizado a través de una “lista cerrada”. Es decir, se trata de definir una lista de indicadores
que podrían haber sido utilizados por un grupo de empresas durante un periodo de tiempo.
Seguidamente, los encuestados deben indicar el grado de utilización de cada uno de ellos, la
frecuencia de uso, la importancia concedida a su utilización, etc. De esta forma, y tal como se
refleja en la tabla 2, se ha venido midiendo el énfasis en los indicadores de control en los
estudios de Daniel y Reitsperger (1991), Abernethy y Lillis (1995), Chenhall (1997), Perera et
al. (1997), Carr et al. (1997), Najmi y Kehoe (2000), Najar y Rajan (2001), Hoque (2004;
2005), Abdel-Maksoud et al. (2005) y Wiersma (2007).
Para examinar si los sistemas de control se han modificado para complementar la
implantación de estrategias basadas en la calidad, el estudio de Daniel y Reitsperger (1991)
analiza una serie de indicadores que, en su opinión, pueden ser fácilmente utilizados por los
gerentes y trabajadores de empresas japonesas del sector de automoción y electrónica, en sus
plantas de producción. Estos sistemas incluyen medidas sobre productos defectuosos,
reprocesos, desechos y tiempos muertos, medidas de ajuste de los objetivos, medida de las
paradas de la producción para prevenir productos defectuosos y medidas de los esfuerzos
orientados a la mejora continua. La frecuencia de uso de estos indicadores en la empresa,
expresados cada uno de ellos en unidades físicas y en unidades monetarias, aparece valorada
con una escala likert de 6 puntos.
Más tarde, para analizar la relación entre la implantación de estrategias centradas en el
cliente y la utilización de indicadores no financieros Abernethy y Lillis (1995) desarrollaron
una lista de indicadores de resultados, basándose en las aportaciones de Kaplan (1983), Howell
y Soucy (1987) y Chase (1990). Esta lista contenía dieciocho ítems, de los cuales diecisiete
correspondían a indicadores no financieros de control. Entre estos ítems, cada encuestado debía
seleccionar aquellos tres de mayor grado de utilización en su empresa, además debía valorar
con una escala de 3 puntos la importancia otorgada a cada uno de los indicadores
seleccionados. A partir de este ranking de indicadores más utilizados por cada empresa, los
autores valoran tanto el uso como la importancia relativa de los indicadores de control en un
estudio realizado sobre empresas industriales de Australia.
Para el mismo ámbito de estudio y con el mismo objetivo, esta lista de indicadores
propuesta por Abernethy y Lillis (1995) fue adaptada posteriormente en el trabajo de Perera et
112
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 107-126
La calidad y su relación con los indicadores no financieros de control
al. (1997). Estos autores, reducen los dieciocho ítems de la relación original a quince
indicadores. Para llevar a cabo su clasificación, donde se distingue entre indicadores
financieros y no financieros, proceden siguiendo las aproximaciones de Horngren, Foster y
Datar (1994), así como las de Abernethy y Lillis (1995). De esta forma, del total de los quince
indicadores, once de ellos se recogen como indicadores no financieros y los cuatro restantes se
incluyen como financieros. Cada uno de estos ítems se valoran con una escala Likert de 5
puntos, y sumando las puntuaciones otorgadas a los indicadores no financieros, se consigue
una medida de su utilización. Este método de medición es consistente con el utilizado en el
trabajo de Brownell (1985). Además, Perera et al. (1997) también comprueban en su estudio
que los resultados conseguidos con la medida relativa (relacionando la suma de puntuaciones
de indicadores no financieros con la de los financieros) no era substancialmente diferente.
Posteriormente, para comparar el uso de indicadores no financieros en empresas
certificadas y no certificadas en Nueva Zelanda, Carr et al. (1997) utilizan una lista de dieciséis
ítems que incluye algunas medidas de calidad y medidas de eficiencia tradicional. Entre las
medidas de calidad, expresadas a su vez en unidades físicas y en unidades financieras, se
recogen medidas de productos defectuosos, reprocesos, desechos, tiempos muertos, actividades
de inspección, reparación de garantías y devoluciones de productos. Las cuestiones sobre estas
medidas de calidad (físicas y financieras) fueron adaptadas del estudio de Daniel y Reitsperger
(1991). Por otra parte, se incluyen otras medidas tales como la satisfacción del cliente y el
tiempo de entrega, y por último, se incluyen medidas de eficiencia tradicional que recogen las
desviaciones relacionadas con los materiales, con la mano de obra y con los gastos generales, y
ratios de utilización de la capacidad. Para cada una de estas medidas se valora con una escala
likert de 5 puntos la frecuencia con la que se informa a los directivos sobre ellas.
Tratando de analizar la influencia del sistema de indicadores no financieros sobre la
relación entre la TQM y la rentabilidad empresarial, Chenhall (1997) examina en las empresas
americanas del sector industrial el grado de utilización de un sistema de control que agrupa
medidas cuantitativas de producción, grado de alcance de los objetivos específicos con relación
a los resultados alcanzados, grado de revisión de los objetivos específicos y grado de
consideración de las medidas cuantitativas de producción sobre los sistemas de remuneración y
los sistemas de promoción en la empresa. Estas medidas son valoradas con una escala likert de
5 puntos, garantizándose mediante un análisis factorial la validez de esta escala unidimensional
que explica un 62% de la varianza total. Limitando este ámbito de estudio al sector de la
electrónica, Najar y Rajan (2001) centran su análisis en la capacidad de las medidas para
explicar el efecto de la calidad sobre el resultado futuro de la empresa. Por una parte
consideran como medidas los costes de la calidad, tales como los costes de prevención, los de
evaluación, los de fallos internos y los de fallos externos, y por otra parte, los ratios de
productos defectuosos y el número de pedidos entregados a tiempo. Los costes de calidad se
valoran como un porcentaje sobre la cifra de ventas y los ratios de productos defectuosos son el
número de piezas defectuosas por millón identificadas en la revisión final.
Para examinar la relación existente entre las prácticas de gestión de la calidad
desarrolladas más allá de la ISO y el sistema de medición de los resultados, Najmi y Kehoe
(2000) analizan, sobre una muestra de empresas industriales del Reino Unido, la posibilidad de
que las empresas hayan adoptado o no un sistema de medición apropiado para identificar los
efectos de su programa de calidad2. Ellos proponen como sistema de medición apropiado un
conjunto de dieciséis indicadores que se corresponden con medidas de calidad, medidas de
tiempo y medidas financieras. Abdel-Maksoud et al. (2005) también analizan el grado de
utilización de los indicadores no financieros y su relación con ciertas variables de producción y
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Marín Vinuesa, L.M.; Ruiz-Olalla Corcuera, M.C.
gestión sobre el mismo tipo de empresas. A partir de la literatura revisada3, estos autores
valoran la importancia de 19 indicadores mediante una escala likert de 7 puntos. Tras la
realización del análisis factorial, los ítems son agrupados en cinco factores: eficiencia y
utilización, entrega a tiempo, recursos humanos, calidad del producto y satisfacción del cliente,
que en su conjunto explican un 48,12% de la varianza total.
Algunos años después, Hoque (2005) analiza en empresas industriales de Nueva
Zelanda el efecto de la incertidumbre ambiental en la relación entre los indicadores no
financieros y el resultado de la empresa. Para medir el uso de los indicadores, utiliza una
relación de 13 ítems, similar a la desarrollada por Hoque y James (2000). Estos ítems fueron
propuestos a partir de estudios como los de Abernethy y Lillis (1995), Kaplan y Norton (1996)
y Perera et al. (1997), y se valoran mediante una escala likert de 5 puntos. Siguiendo las
aproximaciones de Kaplan y Norton (1996), estos indicadores aparecen en el estudio de Hoque
(2005) clasificados dentro de tres perspectivas: clientes, procesos internos y aprendizaje y
crecimiento. Los resultados del análisis factorial que este autor lleva a cabo, corroboran la
validez de la escala de los tres factores correspondientes a las citadas perspectivas. A partir de
aquí, para su valoración construye una única escala para cada factor, tomando el promedio de
las puntuaciones dadas a cada ítem dentro de cada factor .
Más recientemente, y con el objetivo de analizar el contenido de información de los
indicadores no financieros en relación con los indicadores financieros para predecir los
resultados futuros, Wiersma (2007) centra su estudio en el análisis de dos indicadores
utilizados en empresas holandesas del sector de servicios. Los indicadores analizados son la
frecuencia de absentismo laboral, medida por el número de informes de baja por enfermedad
por cada cien días de trabajo, y utilizada como aproximación a la satisfacción del trabajador, y
la entrega a tiempo, calculada como cociente entre el número de productos entregados a tiempo
y el número total de productos entregados.
Tras la revisión de estos estudios empíricos hemos decidido utilizar en nuestra
investigación la relación de indicadores propuesta por Perera et al. (1997), similar a la utilizada
por Hoque (2005), y basada en una exhaustiva revisión de la literatura sobre indicadores de
medición.
Por una parte, la muestra de empresas con la que vamos a trabajar sólo incluye
empresas industriales del mueble. Por esta razón, no se adaptan a nuestro diseño de
investigación la relación de indicadores propuesta por Wiersma (2007), cuyo estudio se centra
en el sector de servicios y en el análisis de dos únicos indicadores no financieros, ni la
propuesta por Carr et al. (1997), que aunque recoge más aspectos que la anterior, está orientada
a empresas de distintos sectores de actividad.
Buscando una relación de ítems detallada y previamente utilizada en el sector
industrial, hemos descartado la propuesta por Daniel y Reitsperger (1991). Utilizada para medir
el uso de indicadores en empresas japonesas de los sectores de automoción y electrónica, se
constituye exclusivamente a partir de esas medidas que los autores consideran de mayor uso en
un sector de actividad muy específico y diferente al sector del mueble. Además, cuenta sólo
con cuatro ítems y en ellos no se incluye a los clientes. Dada la importancia que estos agentes
desempeñan en la actualidad en las organizaciones, hemos considerado oportuno incluirlos en
nuestro estudio.
Si bien las escalas utilizadas por Perera et al. (1997), Chenhall (1997), Najmi y Kehoe
(2000), Najar y Rajan (2001), Hoque (2005) y Abdel-Maksoud et al. (2005) se fundamentan en
una amplia revisión de la literatura y están orientadas al sector industrial, decidimos utilizar la
114
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 107-126
La calidad y su relación con los indicadores no financieros de control
relación de indicadores desarrollada por Perera et al. (1997) por ser la más adecuada para los
objetivos que persigue nuestra investigación4.
Esta lista de indicadores ha sido utilizada en nuestro estudio incorporando una
pequeña modificación en la redacción de los ítems para favorecer su total comprensión.
Además, con el objeto de conocer su grado de utilización por parte de las empresas, incluimos
un indicador más en la relación seleccionada. Así, incluimos el “coste de la calidad” para
valorar su utilización, porque de la revisión teórica efectuada se deduce que es una de las
medidas más comúnmente utilizada en entornos relacionados con la calidad. Dicho indicador
fue incluido entre los indicadores no financieros, atendiendo a la norma UNE-EN-ISO 840243,
dónde los costes de calidad aparecen definidos como: “Costes ocasionados para asegurar y
garantizar una calidad satisfactoria y dar la confianza correspondiente, así como las pérdidas
en que se incurre cuando no se obtiene calidad satisfactoria”.
La clasificación propuesta para el resto de los indicadores, en función de su naturaleza
financiera o no, se corresponde con la realizada por Perera et al. (1997).
Por todo lo expuesto, la escala que vamos a utilizar en este trabajo para medir el uso
de indicadores no financieros contiene inicialmente doce ítems: (1) número de pedidos
entregados a tiempo (2) número de clientes satisfechos (3) número de productos defectuosos
detectados en la empresa (4) número de productos devueltos por defectos de calidad (5) tiempo
empleado en la entrega de productos (6) reclamaciones o quejas de los clientes (7) relación
entre resultados reales y resultados previstos (8) número de productos nuevos lanzados al
mercado (9) habilidades en el diseño y mejora de los productos (10) relación entre recursos
reales y previstos (11) tiempo de utilización de las máquinas (12) costes de calidad.
Tabla 2. Medidas subjetivas del uso de los Indicadores
PERCEPCIÓN DE LOS DIRECTIVOS
Referencia
DANIEL, S.J. y
REITSPERGER, W.D.
(1991)
•
-
ABERNETHY, M.A. y
LILLIS, A.M. (1995)
-
PERERA, S.;
HARRISON, G. Y
POOLE, M. (1997)
•
-
Productos
defectuosos,
reprocesos,
desechos y tiempos muertos
Ajuste de las metas u objetivos
-
Indicadores No Financieros
Informe de los resultados de la entrega a
tiempo
Número de clientes satisfechos
Estadísticas de eficiencia laboral
Productos defectuosos
Número de quejas
Informes de cumplimiento de los costes
estándares
Estudios de satisfacción de los clientes
Reducción de costes debido a mejoras de
calidad
Evaluación de la cooperación y respuesta a
las demandas de otros departamentos
-
Indicadores No Financieros
Entrega a tiempo
Número de clientes satisfechos
Productos defectuosos
Reducción en tiempo de entrega
Informes sobre desviaciones en costes
Ratio de introducción de nuevos productos
Número de productos devueltos
Variación en el precio de compra del
material
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 107-126
-
•
•
-
Parada de la producción para prevenir
productos defectuosos
Esfuerzos orientados a la mejora continua
Clientes satisfechos en el servicio postventa
Ratio de introducción de nuevos productos
Evaluación de la habilidad en modificar las
características de los productos
Duración del tiempo de entrega
Duración del tiempo de variación de los
productos requeridos por los clientes
Variación en el precio de compra del
material
Ratio de pérdida de material defectuoso
Medida del tiempo de utilización de las
máquinas
Indicadores Financieros
Rotación de las ventas
Reducción del ciclo de orden de compra
Evaluación de la habilidad en modificar las
características de los productos
Medida del tiempo de utilización de las
máquinas
Indicadores Financieros
Productividad o eficiencia laboral
Beneficio Neto
Rotación de la inversión
Ventas
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115
Marín Vinuesa, L.M.; Ruiz-Olalla Corcuera, M.C.
•
CARR, S.; MAK, Y.T. y
NEEDHAM, J.E. (1997)
-
CHENHALL, R. (1997)
•
NAJAR, V. y RAJAN,
M.V. (2001)
-
NAJMI, M. Y KEHOE,
D.F. (2000)
ABDEL-MAKSOUD,
A.; DUGDALE, D. y
LUTHER, R. (2005)
HOQUE, Z. (2005)
Medidas de calidad (cada una de ellas
expresadas en unidades físicas y en
unidades financieras)
Productos defectuosos, reprocesos y
desechos
Tiempos muertos
Actividades de inspección
Reparación de garantías
Devoluciones
•
•
•
-
Medida de satisfacción de los clientes
Tiempo de entrega
Medidas de eficiencia tradicional
Desviaciones en coste de materiales
Desviaciones en costes de mano de obra
Desviaciones en costes generales
Ratios de utilización de la capacidad
Medidas cuantitativas del proceso de
fabricación
Comparación de los objetos específicos de
producción con los resultados reales
Revisión de los objetivos de las medidas
cuantitativas para mejorar continuamente
-
Consideración de las medidas cuantitativas
de producción en los sistemas de
remuneración
Consideración formal de las medidas
cuantitativas de producción en los sistemas
de promoción
Costes de Calidad
Costes de prevención (ingeniería de
calidad,
inspección
de
entrada,
mantenimiento preventivo, ingeniería de
procesos,
ingeniería
de
diseño,
entrenamiento de calidad)
Costes de evaluación (intervención del
laboratorio, aceptación de producto,
inspección de fabricación)
-
-
•
•
•
-
Tiempo de ciclo
Flexibilidad
Tiempo de entrega
Productos desarrollados en tiempo de
escala
Medidas financieras
Costes de Calidad
Costes del producto
Ratio de crecimiento de las ventas
Cuota de mercado
Eficiencia y utilización
Eficiencia
Actividad
Utilización de capacidad
Entrega a tiempo
Entrega a tiempo a los clientes
Porcentaje de producción a tiempo
Porcentaje de adherencia al horario
Eficiencia en el ciclo de producción
Encuesta sobre actitud de los empleados
Recursos Humanos
Volumen de ventas del personal
•
•
-
Absentismo
Retraso
Porcentaje de horas extras
Calidad del producto
Productos defectuosos
Reprocesos
Ajustes del proceso
Satisfacción del cliente
Quejas
Devoluciones
Demandas de garantía
•
•
-
Clientes
Cuota de mercado
Estudios de satisfacción de los clientes
Tiempo de entrega
Tiempo de reacción de los clientes
Coste de garantía de las reparaciones
Procesos Internos
Variación del material y de la eficiencia
laboral
•
-
Proceso de mejora y de reingeniería
Introducción de nuevos productos
Relaciones a largo plazo con los
proveedores
Aprendizaje y Crecimiento
Desarrollo y entrenamiento del personal
Relaciones en el lugar de trabajo
Satisfacción de los empleados
Salud y seguridad de los empleados
-
Frecuencia de absentismo laboral
-
Entrega a tiempo
•
•
-
Medidas de calidad
Calidad de las piezas
Calidad del proceso
Productos de calidad
Errores, productos defectuosos, reprocesos
Falta de fallos bajo garantía
Clientes satisfechos
Medidas de tiempo
Plazo de ejecución del producto
•
•
•
-
-
Coste de los fallos internos (productos
defectuosos, reprocesos, ingeniería de
procesos)
Coste de los fallos externos (devoluciones,
marketing, coste de reparaciones, recorrido,
ingeniería de procesos)
Ratios de productos defectuosos
Número de entregas a tiempo
WIERSMA, E. (2007)
4. APLICACIÓN EMPÍRICA
Para analizar la relación entre la calidad y la utilización de indicadores no financieros
para gestionarla, seleccionamos como población objeto de estudio al conjunto de empresas
mercantiles con domicilio social en España que, pertenecientes al sector industrial del mueble,
116
ISSN: 1135-2523
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 107-126
La calidad y su relación con los indicadores no financieros de control
cuentan como mínimo con 45 trabajadores5. La ficha técnica queda resumida en la tabla 3. La
población estaba constituida por 515 empresas y el número de cuestionarios válidos ascendió a
130, lo cual supone una tasa de respuesta del 25,24% similar a la de otros trabajos que han
utilizado metodologías comparables (Powell, 1995; Leal, 1997; Chenhall, 1997; Easton y
Jarrell, 1998; Samson y Terziovski, 1999; Rahman, 2001).
Tabla 3. Ficha Técnica
ÁMBITO GEOGRÁFICO
Población
Metodología
Encuestas válidas
Recogida de información
NACIONAL
Empresas mercantiles del sector del mueble, con 45 trabajadores como mínimo (515
empresas)
Cuestionario Estructurado
Base SABI
130 empresas
Periodo: diciembre 2005 a marzo 2006
Paralelamente a la elaboración de la base de datos diseñamos un cuestionario
estructurado que nos permitiera abordar los objetivos fijados en el trabajo. Utilizamos dos
apartados del cuestionario para conocer la vinculación de las empresas con la gestión de la
calidad y la utilización de indicadores no financieros de medición6.
Centrándonos en el ámbito de la gestión de la calidad, preguntamos en la encuesta si la
empresa había conseguido algún certificado de calidad y en ese caso cuál. En el gráfico 1 se
refleja el interés de las empresas por la certificación ISO. De las 130 empresas de la muestra,
las que gozan de certificación (85 empresas) vienen a representar un 65,38%, frente a las 45
empresas no certificadas que suponen el 34,62% restante.
Gráfico 1. Certificación ISO
No
Certificadas
35%
Cert if icadas
65%
Es destacable el interés en el sector por la ISO 9000 frente a la normativa ISO 14000 u
otras normas sectoriales (gráfico 2). Observando la distribución de las 85 empresas certificadas
en el sector, la mayoría de éstas están certificadas por una única norma (60 empresas), esto
representa el 70,59 %. En concreto, 57 de estas empresas están certificadas por la ISO 9000,
sólo 1 empresa está certificada por la ISO 14000 y 2 empresas por normas sectoriales. Las 23
empresas certificadas por dos normas representan un 27,06% del total, de las cuales 16
empresas gozan de la certificación ISO 14000 además de la ISO 9000 y las 7 empresas
restantes poseen la ISO 9000 y otras norma sectorial. Sólo dos empresas de la muestra están
certificadas por tres normas: ISO 9000, ISO 14000 y otra norma sectorial, estas empresas tan
sólo representan un 2,35% del total. Como conclusión podemos decir que aunque algunas
empresas cuentan con más de un certificado de calidad, la mayoría, en particular 82 empresas
que representan un 96,47% del total, están certificadas por la norma ISO 9000, y tan sólo 3
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Marín Vinuesa, L.M.; Ruiz-Olalla Corcuera, M.C.
empresas de la muestra (3,53%) han buscado la certificación en la ISO 14000 u otra sectorial,
sin previamente estar certificadas por la ISO 9000.
Gráfico 2. Empresas certificadas por una o varias normas
60
50
40
30
57
20
10
0
16
1
ISO 9000
ISO14000
2
Normas
Sectoriales
7
2
ISO 9000- ISO 9000-Normas ISO 9000ISO14000
Sectoriales
ISO14000Normas
Sectoriales
Por otra parte, presentamos en la tabla 4 la pregunta del cuestionario utilizada como
soporte de recogida de información sobre la utilización de indicadores no financieros por parte
de las empresas. Para valorar el grado de utilización de cada uno de los indicadores hemos
utilizado una escala Likert de 7 puntos. Así, la persona encuestada7 ha indicado de 1 a 7 el uso
de estas medidas, donde 1 = no ha sido utilizado un determinado indicador en la empresa y 7 =
el grado de utilización ha sido máximo.
Tabla 4. Soporte de recogida de información sobre la utilización de indicadores no financieros
Por favor, piense en los tres últimos años y díganos en qué medida han sido utilizados en su empresa
cada uno de los siguientes indicadores. Si durante los tres últimos años no ha sido utilizado en su
empresa un determinado indicador, asígnele el número 1, y así sucesivamente hasta el 7, si usted
piensa que el grado de utilización ha sido máximo.
Número de pedidos entregados a tiempo (EP)
Número de clientes satisfechos (SC)
Número de productos defectuosos detectados en la empresa (DF)
Número de productos devueltos por defectos de calidad (DV)
Tiempo empleado en la entrega de productos (TE)
Reclamaciones o quejas de los clientes (RC)
Relación entre resultados reales y resultados previstos (DRD)
Número de productos nuevos lanzados al mercado (IN)
Habilidades en el diseño y mejora de los productos (HB)
Relación entre recursos reales y previstos (DRC)
Tiempo de utilización de las máquinas (TM)
Costes de calidad (CC)
Las empresas reconocen altos niveles de utilización de indicadores no financieros
(gráfico 3). Los indicadores más utilizados son aquellos que permiten controlar la calidad del
producto obtenido y la satisfacción de los clientes. En particular se refieren a las reclamaciones
o quejas de los clientes, los pedidos entregados a tiempo, las devoluciones por defectos de
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La calidad y su relación con los indicadores no financieros de control
calidad, los productos defectuosos detectados en la empresa, el tiempo de entrega, y el número
de clientes satisfechos. La utilización media del resto de indicadores es elevada y de similares
valores, superior al 4,5 y en torno al cinco en todos los casos.
Gráfico 3: Indicadores No Financieros
7, 00
6, 00
5, 40
5, 11
5, 22
5, 24
5, 43
5, 12
5, 28
5, 05
4, 73
5, 00
4, 56
4, 72
4, 55
4, 00
3, 00
2, 00
1, 00
0, 00
EP
CL
DF
DV
TE
RC
DRD
IN
HB
DRC
TM
CC
(EP) pedidos entregados a tiempo, (SC) clientes satisfechos, (DF) productos defectuosos, (DV) devoluciones, (TE)
tiempo de entrega, (RC) quejas o reclamaciones, (DRD) desviación en resultados, (IN) productos nuevos lanzados al
mercado, (HB) habilidades en el diseño y mejora de los productos, (DRC) desviaciones en recursos, (TM) tiempo de
utilización de las máquinas y (CC) costes de calidad.
4.1. EVALUACIÓN DE LA MEDIDA
Como hemos indicado anteriormente, para medir el uso de indicadores no financieros
hemos utilizado la relación de ítems propuesta por Perera et al. (1997). Dado que hemos
incorporado un nuevo ítem que consideramos relevante, que hemos introducido alguna
modificación en su redacción para conseguir una mayor comprensión de los mismos y que
pueden existir peculiaridades o diferencias de las empresas españolas frente a las americanas,
hemos decidido comprobar la fiabilidad y validez de la escala que vamos a utilizar.
Con objeto de delimitar las dimensiones relacionadas y comprobar la validez del
constructo propuesto para explicar la utilización de indicadores no financieros, realizamos un
análisis factorial exploratorio sobre los doce ítems incluidos en el apartado del cuestionario
relacionado con el uso de indicadores.
El análisis factorial, efectuado mediante el análisis de componentes principales con
rotación no ortogonal8, confirma la validez de constructo de la escala. Tal como se refleja en la
tabla 5, el análisis indicó la existencia de tres factores que explican en su conjunto el 65,32%
de la varianza total. Cada una de las variables tuvo cargas significativas9, superiores en todo
caso a 0,5, en alguno de los tres factores.
Las variables más correlacionadas con el primer factor, explicativo del 37,91% de la
varianza, son los indicadores que permiten controlar la calidad del producto: devoluciones,
quejas o reclamaciones, productos defectuosos y costes de calidad. Por ello, este primer factor
podría interpretarse como “calidad del producto ”. El segundo factor, explicativo del 17,39%
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Marín Vinuesa, L.M.; Ruiz-Olalla Corcuera, M.C.
de la varianza, podría interpretarse como “proceso” ya que incluye aquellos indicadores más
relacionados con el desarrollo del proceso productivo: desviaciones en recursos, productos
nuevos lanzados al mercado, habilidades en el diseño y mejora de los productos, desviación en
resultados y tiempo de utilización de las máquinas. Finalmente, el tercer factor recoge los
indicadores para controlar la calidad del servicio ofrecido al cliente y su satisfacción: pedidos
entregados a tiempo, clientes satisfechos y tiempo de entrega. Por su elevada correlación con
estas variables, podría interpretarse como “cliente ”.
Tabla 5. Análisis factorial sobre la utilización de indicadores no financieros
Factor 1
(calidad del
Producto)
Pedidos entregados a tiempo (EP)
Clientes satisfechos (SC)
Tiempo de entrega (TE)
Productos defectuosos (DF)
Devoluciones (DV)
Quejas o reclamaciones (RC)
Desviación en resultados (DRD)
Productos nuevos lanzados al mercado (IN)
Habilidades en el diseño y mejora de los productos (HB)
Desviaciones en recursos (DRC)
Tiempo de utilización de las máquinas (TM)
Costes de Calidad (CC)
AUTOVALOR
% VARIANZA
DETERMINANTE
% VARIANZA ACUMULADO
ESTADÍSTICOS
Factor 2
(proceso)
Factor 3
(cliente)
0,855
0,841
0,565
0,877
0,921
0,899
0,685
0,764
0,742
0,791
0,685
0,639
4,550
37,91%
2,087
1,201
17,39%
10,01%
0,003
65,32%
KMO = 0,773 Test de Bartlett (sig.= 0,000)
Para analizar la fiabilidad de los ítems del instrumento de medición, se ha procedido a
evaluar su consistencia interna10. Según Nunally (1978), la consistencia interna se define como:
“el grado de intercorrelación entre los ítems que comprende una misma dimensión o variable”.
Una forma para conseguir una evaluación de la consistencia interna de una escala
multidimensional es la utilización del coeficiente alpha de Cronbach11. El alto valor alcanzado
por este coeficiente nos permite corroborar la fiabilidad interna del instrumento de medida12.
Los resultados podemos considerarlos aceptables: 0,87, 0,79 y 0,69 para los factores 1, 2 y 3
respectivamente y 0,85 para la escala considerada globalmente.
4.2. EL USO DE INDICADORES NO FINANCIEROS EN EMPRESAS CON Y SIN
CERTIFICACIÓN
Con objeto de analizar la relación entre los sistemas de certificación ISO 9000 y la
utilización de indicadores no financieros en las empresas del sector del mueble en España,
utilizamos el contraste t. Este análisis nos permitirá analizar si las empresas certificadas
utilizan los indicadores en mayor medida que las empresas no certificadas.
A la vista de los resultados del contraste t efectuado sobre los tres factores que explican
la utilización de indicadores no financieros, se aprecia que existen diferencias significativas en
algunos de los indicadores no financieros utilizados por las empresas certificadas, frente a las
que no gozan de certificación (tabla 6). Analizando con más detalle la utilización media de
cada indicador en los dos grupos de empresas, a un nivel de significación del 0,01 se aprecia
120
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La calidad y su relación con los indicadores no financieros de control
que las empresas certificadas utilizan en mayor medida indicadores de “calidad del producto”
para controlar productos defectuosos, productos devueltos por defectos de calidad, quejas o
reclamaciones, y costes de calidad13. De la misma forma, a un nivel de significación del 1%, se
observa en las empresas certificadas un mayor nivel medio en la utilización de indicadores de
“cliente” para controlar pedidos entregados a tiempo, clientes satisfechos y tiempo de entrega
de los productos14. Sin embargo, el grado medio de utilización de indicadores de “proceso”,
aquellos para controlar el tiempo de utilización de las máquinas, las habilidades en el diseño y
mejora de los productos, el número de productos nuevos lanzados al mercado y las
desviaciones (tanto en recursos como en resultados), no es significativamente diferente entre
ambos tipos de empresas15.
Tabla 6. Diferencia de medias en empresas certificadas y no certificadas
Media del factor
Factor 1:
“calidad del
Producto”
Factor 2:
“proceso”
Factor 3:
“cliente”
a
Productos defectuosos
Devoluciones
Quejas o reclamaciones
Costes de calidad
Desviación en resultados
Productos nuevos lanzados al mercado
Habilidades en el diseño y mejora de los
productos
Desviaciones en recursos
Tiempo de utilización de las máquinas
Pedidos entregados a tiempo
Satisfacción de los clientes
Tiempo de entrega
Certificadas
No
certificadas
t
0,3051
-0,5763
t = -5,250 a
sig.= 0,000
-0,0003
0,0007
t = 0,006
sig.= 0,995
t = -3,401 a
0,2087
-0,3941
sig.= 0,001
Significativo al 0,01
Si bien Perera et al, 1997 encuentran una relación positiva entre la gestión de estrategias
de calidad centradas en el cliente y el uso de indicadores no financieros, otros estudios
consiguen diferentes resultados. Así, en el estudio de Carr et al. (1997) las diferencias
encontradas en el uso de medidas físicas de calidad, entre empresas certificadas y no
certificadas, fue marginalmente significativo (p<0,10), sin embargo, no encuentran diferencias
en el uso de medidas financieras de calidad ni en el de medidas de eficiencia tradicionales16.
Por su parte, Daniel y Reitsperger (1991) no encuentran apoyo en la presunción que asocia el
mayor uso de medidas no financieras con la certificación de calidad, sin embargo y tal como
indicamos en el epígrafe anterior, el estudio de Daniel y Reitsperger (1991) sólo incluye
información sobre la utilización de medidas para controlar: productos defectuosos, reprocesos,
desechos y tiempos muertos.
Para finalizar el análisis, en el gráfico 4 recogemos información sobre el grado de
utilización de los indicadores no financieros en empresas con y sin certificación de calidad. En
el grupo de empresas certificadas, los indicadores más utilizados (grado de utilización próximo
al seis) son aquellos que permiten controlar la calidad del producto obtenido y la satisfacción
de los clientes. En particular, se refieren a las reclamaciones o quejas de los clientes, los
pedidos entregados a tiempo, la devoluciones por defectos de calidad, el número de clientes
satisfechos y los productos defectuosos detectados en la empresa. Además, la implantación de
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estos factores es significativamente superior a la realizada en empresas sin certificación. La
utilización del resto de indicadores es elevada y de similares valores, en torno al cinco.
Algunos de los indicadores que menores valores muestran en las empresas certificadas,
en particular las habilidades en el diseño y mejora de los productos, el número de productos
nuevos lanzados al mercado, y la desviación en resultados, sin embargo son los indicadores
más utilizados por las empresas que no gozan de certificación. En particular, estos indicadores
alcanzan valores próximos a 5. El grado de utilización del resto de indicadores en estas
empresas gira en torno al 4, destacándose aquí el indicador costes de calidad, cuyo grado de
utilización es el más débil.
Gráfico 4. Indicadores no financieros en empresas con y sin certificación
CC
TM
DRC
HB
IN
no certificada
DRD
certificada
RC
TE
DV
DF
SC
EP
0
1
2
3
4
5
6
7
(EP) pedidos entregados a tiempo, (SC) clientes satisfechos, (DF) productos defectuosos, (DV) devoluciones, (TE)
tiempo de entrega, (RC) quejas o reclamaciones, (DRD) desviación en resultados, (IN) productos nuevos lanzados al
mercado, (HB) habilidades en el diseño y mejora de los productos, (DRC) desviaciones en recursos, (TM) tiempo de
utilización de las máquinas y (CC) costes de calidad.
5. CONCLUSIONES
A pesar del notable desarrollo experimentado por la Contabilidad de Gestión, todavía en
nuestros días se sigue insistiendo en que ésta no suministra a la dirección la información
relevante que las nuevas filosofías de gestión requieren. En este sentido, se manifiesta su
excesiva orientación hacia los aspectos financieros y el corto plazo, y consecuentemente, hacia
las mediciones realizadas mediante los tradicionales indicadores financieros. Por ello se
admite la necesidad de controlar, y por lo tanto medir, no sólo los factores ligados a la
minimización del coste, sino también las nuevas variables empresariales: calidad, innovación,
flexibilidad, satisfacción del cliente, etc. sobre las que actualmente se sustenta la ventaja
competitiva de la empresa.
La gestión de estas variables, entre las que se encuentra la calidad, obliga a las empresas
a introducir cambios en las formas de medir. Por ello, una de las mayores influencias de la
gestión de la calidad sobre los sistemas de Contabilidad de Gestión ha sido la utilización de
indicadores no financieros de medición.
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La calidad y su relación con los indicadores no financieros de control
Centrando nuestro estudio en las empresas españolas del mueble, ahondamos en el
conocimiento de la implantación de prácticas de gestión de la calidad e indicadores no
financieros en dichas empresas. Del análisis descriptivo se desprende como resultado una
muestra de empresas muy interesadas por la certificación de calidad. Esto se refleja en el alto
porcentaje de empresas certificadas en su práctica totalidad por la norma ISO 9000 (65%), no
siendo relevante el número de certificaciones en otras normas, ni tampoco la implantación de
otros sistemas de excelencia empresarial. Asimismo, se observa un gran interés por la
utilización de indicadores no financieros de medición.
El estudio corrobora, para las empresas del sector del mueble, la fiabilidad y validez de
la escala de medición empleada para determinar el nivel de utilización de indicadores no
financieros. Este modelo puede servir a los directivos para mejorar el entendimiento sobre los
indicadores más apropiados para gestionar la calidad.
Utilizando esta escala para comparar el grado de compromiso con la utilización de
indicadores no financieros entre empresas certificadas y no certificadas, observamos un mayor
nivel medio de utilización por parte de las empresas certificadas de los indicadores que
permiten controlar la calidad del producto obtenido y la satisfacción de los clientes. Sin
embargo, no son estadísticamente significativas las diferencias observadas en cuanto al grado
de utilización de indicadores de control del proceso productivo. Además, se observa que los
indicadores de control del número de productos nuevos lanzados al mercado y de las
habilidades en el desarrollo de nuevos productos son los menos utilizados en empresas
certificadas.
En todo caso, estas conclusiones deben ser interpretadas con mucha cautela, ya que este
mayor interés por la utilización de indicadores no financieros por parte de las empresas
certificadas respecto a las empresas que no gozan de certificación, pudiera ser debido a otro
tipo de factores internos de las empresas, y no sólo a la posesión del certificado ISO de calidad.
NOTAS
1
El Aseguramiento de la Calidad se define, según la norma ISO (8402:1995), como el conjunto de todas aquellas
actividades sistemáticamente planificadas y que aseguran que un producto o servicio satisfará unos determinados
requisitos de calidad.
2
Najmi y Kehoe (2000) utilizan una pregunta de la encuesta dirigida a las empresas analizadas para conocer si estas
han adoptado o no un determinado sistema de medición de los resultados.
3
Abdel-Maksoud et al. (2005) afirman encontrar en la literatura que han revisado (entre otros estudios: Maskell
(1989), Bhimani (1993), Drury (1996), Otley (1997), Chenhall (1997) Ittner y Larker (1998), etc.) alguna
inconsistencia en la clasificación de los indicadores.
4
En la misma línea de investigación que el estudio de Perera et al. (1997), nuestro objetivo de investigación consiste en
analizar la relación entre la gestión de la calidad y la utilización de indicadores no financieros de control.
5
Establecimos de manera discrecional un límite de dimensión de 45 empleados para dejar al margen empresas con una
estructura y organización empresarial menos desarrollada.
6
El cuestionario constaba de seis apartados diferenciados. Para elaborar este documento de trabajo sólo utilizamos los
dos primeros apartados del cuestionario.
7
Todos los cuestionarios fueron dirigidos al director de calidad o director financiero en la empresa, entendiendo que
esran estas personas las que se encontraban en mejor disposición para contestar.
8
La interpretación del análisis factorial se ha llevado a cabo mediante un método de rotación oblicua (oblimin) ya que
nuestro objetivo no era tanto reducir el número de variables originales sino el obtener factores significativos (Hair,
Anderson, Tatham y Black, 1999).
9
Se consideran cargas significativas las superiores a 0,30 (Hair et al., 1999).
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10
Aunque existen tres tipos o formas de analizar la fiabilidad: fiabilidad test-retest, fiabilidad en forma equivalente y
consistencia interna nos hemos inclinado por esta última por ser una de la más clásicas. Para una discusión sobre la
pertinencia de los distintos tipos de fiabilidad veansé, por ejemplo, Anastasi, 1988; Gulliksen, 1987.
11
El coeficiente alfa de Cronbach es el estimador de fiabilidad más utilizado en los estudios empíricos (Flynn,
Schroeder y Sakakibara, 1995; Powell, 1995; Ahire, Golhar y Waller,1996; Leal, 1997; Chenhall, 1997; Perera et al.,
1997; Grandzol y Gershon, 1998; Fuentes, 2002; Rueda, Aragón y Martín, 2006).
12
El nivel mínimo recomendable es 0,7 (Nunally, 1978).
13
El nivel medio del primer factor que explica el uso de indicadores no financieros, en el grupo de las empresas
certificadas (positivo y superior a la media del factor) es mayor que el valor del factor en las empresas no certificadas
(negativo e inferior al valor medio). La diferencia es estadísticamente significativa al nivel de significación del 1%.
14
El nivel medio del tercer factor que explica el uso de indicadores no financieros, en el grupo de las empresas
certificadas (positivo y superior a la media del factor) es mayor que el valor del factor en las empresas no certificadas
(negativo e inferior al valor medio). La diferencia es estadísticamente significativa al nivel de significación del 1%.
15
No son estadísticamente significativas las diferencias observadas, entre empresas certificadas y no certificadas, en el
valor medio del factor 2 que explica el uso de indicadores no financieros (p=0,995).
16
Carr et al. (1997), incluyen entre las medidas físicas de calidad las siguientes: productos defectuosos, reprocesos,
desechos, tiempos muertos, actividades de inspección, reparación de garantías, devoluciones, satisfacción de clientes y
plazo de entrega de productos, todas ellas expresadas en unidades físicas. Entre las medidas financieras de calidad,
incluyen las anteriores (salvo satisfacción de clientes y plazo de entrega de productos) expresadas en u.m. Por último,
entre las medidas de eficiencia tradicional están incluidas las desviaciones relacionadas con materiales, con mano de
obra y con gastos generales, y los ratios de utilización de la capacidad.
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Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa
Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 127-150, ISSN: 1135-2523
MECANISMOS DE COORDINACIÓN ESTRUCTURAL, NO
ESTRUCTURAL E INFORMAL. PROPUESTA Y VALIDACIÓN DE
ESCALAS DE MEDIDA
Lloria Aramburu, M. B.
Universitat de València
Recibido: 13 de diciembre de 2007
Aceptado: 26 de mayo de 2008
RESUMEN: El presente trabajo tiene como objetivo diseñar y validar escalas para medir diversos
mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Los primeros están vinculados a
puestos u órganos específicos, y nos referimos al diseño de redes, equipos de proyecto y desarrollo, y
equipos de trabajo. Los mecanismos de coordinación no estructural sirven de complemento a los
anteriores. En este grupo se encuentran la normalización de procesos de trabajo, de habilidades y de
resultados. Por último, los mecanismos de carácter informal son el esfuerzo de socialización y la
adaptación mutua. Tras la generación de una batería de 43 ítems, se han comprobado sus propiedades
psicométricas: fiabilidad y validez -validez convergente y discriminante-. La muestra utilizada
corresponde a 167 grandes empresas españolas.
PALABRAS CLAVE: Escalas de medida, Fiabilidad, Validez, Mecanismos de coordinación.
STRUCTURAL, NON- STRUCTURAL AND INFORMAL
COORDINATION MECHANISMS. PROPOSAL AND VALIDATION
OF MEASUREMENT SCALES
ABSTRACT: The objective of this study is to design and validate scales for measuring several
structural, non-structural and informal coordination mechanisms. The first group is primarily linked
to managerial posts or specific bodies. This study focuses on the design of networks, project and
development teams, and work teams. Non-structural coordination mechanisms do not
characteristically create bodies or jobs, but complement them. For this group we design and validate
other scales for measuring the regulation of work processes, skills and outcomes. Lastly, scales for
mechanisms of an informal nature are provided for aspects such as the strive for socialization and
mutual adaptation. After creating a group of 43 items, the reliability and validity (convergent and
discriminant validity) of the items were verified. A sample of 167 large Spanish firms was used for
the analysis.
KEYWORDS: Measurement scales, Reliability, Validity, Coordination mechanisms.
1. INTRODUCCIÓN
El diseño organizativo es un área amplia de conocimiento por lo que delimitar y
estructurar un marco global en el que trabajar puede ser una tarea delicada. Desde el estudio
pionero de Lawrence y Lorsch (1967), uno de los esquemas básicos más comunes para
estructurar el área de diseño organizativo, lo constituyen dos procesos simultáneos y
complementarios: la diferenciación, y la integración o coordinación. El primero busca separar
actividades para mejorar la eficiencia de la estructura, mientras que el segundo pretende
coordinar los esfuerzos de las distintas partes diferenciadas para garantizar el cumplimiento de
los objetivos de la organización. En el presente trabajo nos centraremos en el proceso de
integración o coordinación. De esta forma, nuestro objetivo será diseñar y validar diversas
escalas para medir diferentes mecanismos de coordinación.
Los mecanismos de coordinación pueden dividirse en dos grandes grupos, los mecanismos
de carácter formal y los mecanismos de carácter informal. A su vez, los mecanismos de carácter
formal se pueden dividir en mecanismos de coordinación estructural y no estructural, en función
de que estén vinculados a puestos directivos u órganos específicos, o no. Entre los primeros se
M. Begoña Lloria
encuentran el diseño de redes, los equipos de proyecto y desarrollo, y los equipos de trabajo; y
entre los mecanismos de coordinación no estructural podemos considerar la normalización de
procesos, de habilidades y de resultados. Con relación a los mecanismos de carácter informal,
estudiaremos el esfuerzo de socialización y la adaptación mutua.
Tras la reflexión teórica de estos mecanismos de coordinación, hemos diseñado diversas
escalas de medida con un total de 43 ítems. Una investigación llevada a cabo en 167 grandes
empresas españolas nos ha permitido comprobar sus propiedades psicométricas: la fiabilidad y
la validez. Hemos hecho un especial énfasis en la validez de constructo; este tipo de validez se
ha demostrado a partir de la validez convergente y la validez discriminante.
Una de las etapas más laboriosas de cualquier investigación empírica son precisamente
las fases iniciales en las que se definen las variables y se construyen las escalas de medida. En
este sentido, creemos que estas escalas pueden ser de gran utilidad para futuras investigaciones
de carácter cuantitativo.
2. MARCO TEÓRICO. MECANISMOS DE COORDINACIÓN ESTRUCTURAL, NO
ESTRUCTURAL E INFORMAL
La importancia de los mecanismos de integración o coordinación ha sido resaltada por
numerosos autores (De la Fuente et al., 1997; Galbraith, 1994; Lawrence y Lorsch, 1967;
Mintzberg, 1979; Nadler y Tushman, 1988). Ello ha permitido trasladar una visión vertical de la
organización hacia una visión horizontal mucho más acorde con la forma de organización actual
(Johannnessen, Olaisen y Olsen, 1999; Terziovski et al., 2000; Gold y Campbell, 2002;
Wooddridge y Minsky, 2002). Respecto a la visión horizontal, los procesos dinámicos y los
equipos reemplazan, en gran medida, las rígidas líneas jerárquicas. Las actividades necesitan ser
coordinadas e integradas pero, a diferencia de la visión vertical, esta integración descansa sobre
las habilidades, el conocimiento, las relaciones y un claro sentido del propósito (Palmer, 1998:
296). Las diferencias entre ambas perspectivas pueden observarse en el cuadro 1.
Cuadro 1. Comparación entre la visión vertical y la visión horizontal
Visión vertical
Visión horizontal
Las funciones tienen interacciones extensivas con otras
funciones desde donde se observa a los clientes y
proveedores internos
Los resultados y los procesos son medidos y
gestionados
Los sistemas son continuamente analizados y
mejorados
Los clientes y los procesos necesitan dominar la toma
de decisiones
La implicación de los empleados en la toma de
Los equipos cross-funcionales a todos los niveles son
decisiones no existe o está restringida a la función
convocados frecuentemente para dirigir asuntos
críticos del trabajo
Los empleados son recompensados por su contribución Los empleados son recompensados por su contribución
funcional
organizativa
No se comparte información regularmente entre las
La información y el interés mutuo es compartido entre
funciones
las funciones
Las funciones tienen mínima interacción con otras
funciones
Sólo se miden
y se gestionan los resultados
Se examinan los sistemas sólo cuando hay un
problema
Las funciones necesitan dominar la toma de decisiones
Fuente: Adaptado de Terziovski et al. (2000: 26)
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Mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Propuesta y validación de escalas de medida
En relación a esta visión horizontal de la organización toman protagonismo los diferentes
mecanismos de integración o coordinación. Los mecanismos de coordinación que vamos a estudiar
en esta investigación pueden observarse en el cuadro 2. La primera distinción que observamos es la
de mecanismos de carácter formal e informal. Como su nombre indica, los primeros son
establecidos de una manera consciente y deliberada en la organización, mientras que los segundos
coordinan individuos o unidades de una manera más espontánea o informal.
Los mecanismos de carácter formal, a su vez, se dividen en mecanismos de coordinación
estructural y no estructural (De la Fuente et al., 1997: 197 y 205). Los mecanismos de coordinación
estructural son definidos explícitamente para coordinar actividades y suelen estar vinculados a
puestos directivos u órganos específicos. Concretamente, nos referimos al diseño de redes, los
equipos de proyecto y desarrollo, y los equipos de trabajo. Los mecanismos de coordinación no
estructural, por su parte, se caracterizan porque no crean órganos o puestos, pero constituyen un
complemento relevante a los mecanismos estructurales facilitando la organización del trabajo.
Siguiendo a Mintzberg (1979 y 1989)1, estudiaremos la normalización de procesos de trabajo, de
habilidades y de resultados.
Los mecanismos de coordinación informal u orientados a facilitar las relaciones informales
son los más simples y fáciles de utilizar. Los individuos se enfrentan a una determinada situación y,
espontáneamente, se comunican entre sí. Si no se requiere una mayor coordinación, los mecanismos
de carácter informal pueden ser suficientes. Cualquier mecanismo adicional complicaría
innecesariamente la toma de decisiones, además de suponer mayores costes. En este trabajo
consideraremos el esfuerzo de socialización y la adaptación mutua.
Cuadro 2. Mecanismos de coordinación
MECANISMOS DE
CARÁCTER
FORMAL
Mecanismos de coordinación
estructural
Mecanismos de coordinación
no estructural
MECANISMOS DE CARÁCTER INFORMAL
U ORIENTADOS A FACILITAR LAS RELACIONES INFORMALES
Diseño de redes, equipos
de proyecto y desarrollo,
y equipos de trabajo
Normalización de
procesos de trabajo, de
habilidades y de
resultados
Esfuerzo de socialización
y
Adaptación mutua
Presentados ya de forma general los distintos mecanismos de coordinación,
desarrollamos ahora cada mecanismo de forma particular.
2.1. Mecanismos de coordinación estructural
2.1.1. Diseño de redes o spider´s web
El diseño de redes o spider´s web consiste en un conjunto de nudos o posiciones
ocupadas por individuos o grupos, y enlaces o vínculos manifestados por las interacciones
entre las distintas posiciones gracias a la red (Cohen, 1993: 198).
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M. Begoña Lloria
Su propósito es permitir a los individuos o grupos trabajar cooperativamente y
compartir conocimiento rápida y fácilmente gracias a la tecnología sin considerar el tiempo, la
distancia o los límites organizativos (Browne, 1997: 152). Las redes son apropiadas cuando el
conocimiento es fundamentalmente explícito y está disperso entre muchos especialistas quienes
deben proporcionar una solución coordinada a un problema complejo (Quinn y Paquette, 1990:
72; Quinn et al., 1996: 79). Pueden ser más o menos intensas según el número y el tipo de
interacciones entre los miembros (Cohen, 1993: 198).
Ejemplos de diseños de redes pueden encontrarse en compañías profesionales de
servicio como bancos de inversión, empresas consultoras o equipos de diagnóstico médico.
Otras de sus principales características pueden ser las siguientes.
- Las tecnologías de información (TI) son un factor clave en el diseño de redes.
Proporcionan un lenguaje común y una base de datos para las comunicaciones. Ayudan a
producir, manipular, almacenar, comunicar o diseminar información. Capturan información del
entorno, ayudan a los miembros a encontrar las fuentes de conocimiento y permiten compartir
conocimiento y resolver problemas de una manera interactiva (López y Carretero, 1999: 89;
Armbrecht et al., 2001: 41). Cada nudo tendrá su propio software y el éxito se consigue gracias
a la interacción de la red completa (Quinn et al., 1996: 79). Se crean de esta forma los llamados
equipos virtuales en los que, como su nombre sugiere, sus miembros no están físicamente
localizados en un mismo lugar sino dispersos aunque conectados gracias a la red.
- Las redes permiten a más personas, con más diversidad ⎯diferentes especialidades,
culturas y lenguajes⎯ y separadas geográficamente, reunirse en un único proyecto y focalizar
sobre un único problema o cliente.
- El diseño de redes difiere de otras estructuras de equipo por la carencia de claros
límites entre la red y la organización. En contraste con otras estructuras formadas por equipos,
las redes no están autocontenidas. El número de miembros conectado a la red es difuso y
fluido. Ello implica que no es posible delimitar de forma veraz los miembros que están en la
red ni ser consciente de los participantes con quienes se tienen contactos directos (Cohen,
1993: 198-199).
- Las redes requieren decisiones más rápidas. Ahora los miembros del equipo, al tener
acceso inmediato a la información y feedback sobre los resultados del equipo, están bajo una
mayor presión para responder de una forma más rápida a las demandas organizativas (Barner,
1996: 15; López y Carretero, 1999: 90).
- Los miembros del equipo necesitarán desarrollar ciertas habilidades de comunicación y
manejo de software para tener éxito en el entorno de trabajo virtual que crea la red. Estas
herramientas ayudan a coordinar la toma de decisiones poniendo en condiciones a cada trabajador
para evaluar las distintas opciones sin discutirlas dentro del grupo (Barner, 1996: 15).
- El poder de las interconexiones que proporciona la red puede ser tan grande, que
incluso con un número no muy elevado es posible aumentar en gran medida la capacidad del
conocimiento. Es por ello que este diseño se utiliza para crear valor resolviendo problemas
complejos que exceden de las capacidades de un único profesional (Quinn et al., 1996: 78).
Esto es así porque es más difícil que un individuo en solitario sea capaz de crear nuevo
conocimiento. En la medida que interactúe con otros, aunque sólo sea a través de una red, las
posibilidades aumentan de forma considerable.
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Mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Propuesta y validación de escalas de medida
2.1.2. Equipos de proyecto y desarrollo
Los equipos de proyecto y desarrollo son equipos que se forman en la empresa para
llevar a cabo tareas de innovación y creación de conocimiento. Son adecuados cuando se
requiere gran interdependencia entre personas, recursos y tareas, y cuando el proyecto requiere
hasta su culminación un largo periodo de tiempo (Ranney y Deck, 1995: 9).
Los equipos de proyecto y desarrollo han sido muy utilizados por las organizaciones y
existe una amplia literatura sobre ellos. Sus miembros ⎯típicamente profesionales como
ingenieros, diseñadores o investigadores⎯ se reúnen y forman equipos para conducir
proyectos durante un período de tiempo. Sus principales características para un mejor
funcionamiento y eficiencia pueden resumirse en las ideas recogidas en el cuadro 3.
Cuadro 3. Características distintivas de los equipos de proyecto y desarrollo
1) Asignación de tareas únicas e inciertas. Su trabajo no se basa en procedimientos
estandarizados debido a que están creando un output nuevo (Cohen, 1993: 211). La
incertidumbre, la complejidad y las tareas genuinas y novedosas son, por tanto, rasgos
típicos del trabajo que se lleva a cabo en estos equipos.
2) Capacidad de autogestión. Se logra cuando el equipo posee autonomía
y
multidisciplinariedad. Un equipo que se autorganiza está, generalmente, compuesto por
miembros de diversas especialidades funcionales.
3) Designación de un líder y rotación de liderazgo. El líder del proyecto debe ser capaz
de ayudar al equipo a entender su dirección, alinear sus esfuerzos con los objetivos
estratégicos de la organización, asegurar que se incorpora al equipo experiencia o
establecer relaciones con otros grupos de interés. Una forma muy común de liderazgo es
rotar el liderazgo conforme va avanzando el proceso de desarrollo de un nuevo producto.
4) La alta dirección debe incorporar inestabilidad y ser catalizador. La alta dirección debe
intentar desarrollar una visión referente a los principales propósitos estratégicos y alinear a
los equipos con esa visión, dejándoles libertad para realizar su trabajo. También debe crear
un elemento de tensión en el equipo dejando libertad técnica pero sin entrar en temas de
específicos de trabajo.
5) Multiaprendizaje. Aprendizaje multinivel ─que se puede manifestar a lo largo de los
niveles individual, grupal y organizativo─; y Aprendizaje multifuncional. Los miembros del
equipo pueden sentirse motivados acumulando experiencia y conocimientos en áreas que no
le son propias.
6) Control sutil. Es el control necesario para que los equipos de proyecto y desarrollo
trabajen pero, al mismo tiempo, posean la libertad necesaria para innovar.
7) Permanencia de personal dentro de los grupos. Según Hedlund (1994: 83-84) para tareas
de innovación, resultan más efectivos los equipos temporales con gente fija, que los equipos
permanentes con gente diferente.
Fuente: Adaptado de Lloria (2004: 133)
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2.1.3. Equipos de trabajo
Los equipos de trabajo son responsables de la producción de bienes y servicios. En
contraste con los equipos de proyecto, los equipos de trabajo representan el trabajo regular y
continuo de la organización proporcionando flexibilidad y variedad a la unidad en la que
trabajan.
Aunque los equipos de trabajo se encuentran más frecuentemente en escenarios de
manufactura, este diseño de equipo es aplicable a cualquier área o situación en la que los
individuos sean interdependientes y puedan hacerse responsables de fabricar un producto o
proporcionar un servicio para un cliente interno o externo. Algunos ejemplos podrían ser
equipos de producción, equipos de ensamblaje, equipos de soporte administrativo, equipos de
ventas y servicio al cliente o equipos de soporte profesional, entre otros (Cohen, 1993: 215).
Presentamos aquí la visión más avanzada de los equipos de trabajo y más ligada a la
innovación. Hay otros casos mucho más modestos que también pueden considerarse equipos
de trabajo aunque no compartan estas características. Según esta visión más avanzada los
equipos de trabajo poseen tres características importantes: son autocontenidos ⎯selfcontained⎯, están autorizados ⎯empowered⎯ y se autogestionan ⎯self-managing⎯
(Albers et al., 1995: 74-75).
En primer lugar, el equipo de trabajo típico es una entidad autocontenida, es decir, es
responsable colectivamente de una parte identificable y sustancial del trabajo de la
organización. Debido a que abarca todas las tareas realizadas para el logro de su misión,
depende mínimamente de las tareas requeridas por individuos de fuera de sus límites. En su
forma ideal tendría los atributos siguientes. 1) Los servicios de soporte están incluidos en el
equipo, de tal forma que contienen los recursos clave necesarios para llevar a cabo sus
objetivos. 2) Los individuos poseen conocimientos y habilidades a lo largo de varias
disciplinas para facilitar la flexibilidad y la coordinación entre los miembros. 3) Los miembros
trabajan prácticamente de forma exclusiva para el equipo sin tener otras prioridades. 4) Por
último, el equipo, como una sola unidad, informa a la organización.
En segundo lugar, el equipo gestiona muchos aspectos de su propio funcionamiento, es
decir, se autogestiona. Las tareas tradicionalmente representadas por los directivos recaen
dentro del equipo.
En tercer lugar, los equipos de trabajo están autorizados, es decir, no tienen que buscar
la aprobación jerárquica para muchas de sus decisiones sobre cómo realizar su trabajo. Esta
autorización o empowerment tiene dos aspectos: dirección y capacidad. Ambos aspectos
forman el poder, si se carece de uno, el poder desaparece. Si saben lo que están intentando
llevar a cabo, es decir, tienen dirección, pero se carece de capacidad, no se podrán alcanzar los
resultados; y también al contrario, si se posee la capacidad pero no se sabe muy bien lo que el
equipo debe hacer, tampoco se alcanzarán los objetivos.
Tener una dirección clara supone o requiere que exista autorización por dos razones: 1)
La dirección focaliza atención y energía. Si no hay dirección o si la dirección no está clara, la
energía colectiva se disipa y no surge una acción coordinada. 2) Tener una dirección clara
proporciona una oportunidad para los individuos de relacionar sus objetivos personales y los
objetivos organizativos.
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Mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Propuesta y validación de escalas de medida
El segundo aspecto de nuestra definición de empowerment es la capacidad para el logro
de los objetivos. Los equipos poseen capacidad cuando poseen: 1) El conocimiento y
habilidades ⎯técnicas, de negocio, interpersonales y organizativas⎯ requeridas para
contribuir al resultado del equipo y de la unidad. 2) La información sobre objetivos y
resultados a múltiples niveles: organización, unidad de negocio y equipos. 3) Los recursos
materiales, incluyendo espacio, tiempo y equipamiento necesarios para llevar a cabo el trabajo.
4) Por último, la autoridad para tomar decisiones sobre cómo el equipo realiza su trabajo; de
esta forma, la toma de decisiones tiene lugar allí donde reside la experiencia.
2.2. Mecanismos de coordinación no estructural
Además de los mecanismos de coordinación estructural que hemos definido, existe otro
grupo de mecanismos de coordinación que no crean órganos de la estructura pero constituyen
un complemento singular a los mecanismos estructurales anteriores facilitando la organización
del trabajo. Los mecanismos no estructurales son los siguientes: normalización de procesos de
trabajo ⎯formalización⎯, normalización de habilidades y conocimientos ⎯preparación⎯, y
normalización de resultados ⎯planificación y control⎯.
2.2.1. Normalización de procesos de trabajo. Formalización
Se normalizan los procesos de trabajo cuando el contenido del trabajo queda
especificado, es decir, programado. Generalmente las normas y reglas de trabajo se desarrollan
en la tecnoestructura o staff de analistas para su cumplimiento en el núcleo operativo, como en
el caso de las instrucciones de trabajo que surgen de los estudios de métodos y tiempos
(Mintzberg, 1984: 29-30; 1991: 116).
A la variable de diseño utilizada para normalizar los procesos de trabajo se le denomina
formalización del comportamiento, y puede ser definida de forma estricta o de forma amplia.
La definición estricta se refiere sólo a formas de actuación de la organización que están
reguladas mediante documentos escritos, es decir, mediante manuales de procedimientos o
documentos correspondientes a instrucciones de trabajo. La definición amplia de formalización
abarca las reglas de obligado cumplimiento, la estandarización de procesos y los diferentes
procedimientos, estén especificados o no en manuales o documentos (Moreno-Luzón, Peris y
González, 2001: 217). Esta segunda definición de formalización que recoge todo lo que
efectivamente responde a un esquema predeterminado, tanto sea fruto de las rutinas o la
costumbre, es la que se adopta en este trabajo.
Aunque se puede considerar que uno de los motivos fundamentales de la formalización
es la coordinación de actividades, existen otros motivos que justifican su utilización. Así la
formalización del comportamiento se utiliza para lograr la eficiencia productiva a base de
garantizar el cumplimiento de normas. Igualmente puede ser utilizada para evitar un trato
desigual ante los clientes o cuando existe en la dirección un deseo arbitrario de orden (De la
Fuente et al., 1997: 207).
2.2.2. Normalización de habilidades y conocimientos. Preparación
Las habilidades y/o conocimientos se normalizan cuando ha quedado especificado el
tipo de preparación requerida para la realización del trabajo (Mintzberg, 1984: 30-31; 1991:
117-118). Así ocurre, por ejemplo, entre profesionales ⎯ingenieros, médicos o economistas,
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entre otros⎯ que responden de forma previsible, según su preparación, a los problemas que
deben afrontar.
Mediante la normalización de habilidades la organización puede especificar los
conocimientos y las habilidades que tiene que disponer el candidato antes de incorporarse a la
empresa. En este caso, se contrata del exterior un empleado “preprogramado” o
“preformalizado” que más adelante se perfeccionará con formación intraorganizativa, hasta que
esté perfectamente preparado para cubrir las necesidades de la organización que lo contrata. La
normalización de habilidades se refiere, por tanto, a la exigencia de las habilidades y los
conocimientos relacionados con el puesto que se va a desempeñar. Las unidades u
organizaciones que se coordinan principalmente mediante este mecanismo dan una gran
importancia a las habilidades y los conocimientos que posee el individuo antes de entrar en la
empresa. Estos individuos, especialmente si son profesionales cualificados, poseen una amplia
autonomía, llegando incluso a no ser necesaria la coordinación con otros participantes y
realizando una tarea con características puramente profesionales de carácter individual.
2.2.3. Normalización de los resultados. Planificación y control
En este caso se logra la coordinación especificando los resultados de diferentes trabajos.
También se desarrolla en la tecnoestructura, como es el caso de un plan financiero que
especifica los objetivos de las subunidades, las especificaciones técnicas y de calidad de un
producto final o los objetivos de ventas de un equipo (Mintzberg, 1984: 30; 1991: 116).
Las variables utilizadas para normalizar los resultados son la planificación de acciones
y el control de rendimiento. Precisamente, el objeto de los planes consiste en especificar el
resultado deseado en un momento futuro, mientras que el control determinará si se han
cumplido o no los planes. Considerados conjuntamente, la planificación y el control regulan y
normalizan las actividades e indirectamente también el comportamiento.
2.3. Mecanismos de coordinación informal u orientados a facilitar las relaciones
informales
Como ya adelantamos, el último grupo de mecanismos de coordinación corresponde a
los mecanismos de coordinación de carácter informal.
La literatura clásica sobre organizaciones puso énfasis fundamentalmente en la
estructura formal, trabajo fuertemente estandarizado, puestos muy especializados y un claro
sistema de autoridad y control. Pronto surgieron reacciones y gracias a la Escuela de
Relaciones Humanas ⎯impulsada desde las experiencias llevadas a cabo por Mayo y
Roethlisberger entre 1927 y 1932⎯, se destacó la presencia de una estructura informal o la
existencia de relaciones no previstas por la jerarquía y el mando.
En la actualidad, este énfasis en la organización informal se ha intensificado
estableciéndose en las empresas diferentes mecanismos de coordinación de carácter informal.
De este modo, la integración surge de la posesión de unos valores compartidos que hacen que
los individuos, de una manera espontánea, actúen de forma coordinada y conjunta.
Comprenden este tipo de mecanismos, el esfuerzo de socialización y la adaptación mutua.
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 127-150
Mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Propuesta y validación de escalas de medida
2.3.1. Esfuerzo de socialización
La socialización o convergencia en valores se refiere a la medida en la cual los
miembros de la organización se sienten, efectivamente, parte de la empresa. Las ideas que
giran en torno a esta variable son, entre otras: el nivel en el cual existen relaciones de
confianza, el grado en que existen valores comunes entre los miembros de la organización, y el
nivel de compromiso con la tarea y con la organización (Moreno-Luzón, Peris y González,
2000: 167-168).
Sin embargo, creemos que la variable socialización no es una variable directamente
controlable por la dirección. La organización no tiene medios para socializar a sus miembros
cuando quiere y en el grado que desea. Por consiguiente, hemos bautizado a la variable como
esfuerzo de socialización y, en este caso, creemos que se manifiesta en la medida en que los
valores y normas de la organización están explícitamente considerados en la selección de
personal, y en la medida en que existen actividades orientadas a que los miembros de la
organización tomen conciencia de los valores de la empresa, tanto a través de los programas de
formación como debido al clima organizativo y a las relaciones de equidad que logre la
organización.
Cuando se consigue, la socialización actúa como un mecanismo de coordinación en la
empresa mediante la normalización de los comportamientos, lo que permite crear
previsibilidad, orden y consistencia. En este sentido, se puede decir que la socialización
consigue un fin similar al constituido por un conjunto de normas, reglas y regulaciones
escritas, pero sin necesidad de documentación (De la Fuente et al., 1997: 213).
2.3.2. Adaptación mutua
Consigue la coordinación del trabajo por medio del proceso simple de la comunicación
informal (como el que tiene lugar entre dos operarios). Por ser un mecanismo muy simple, la
adaptación mutua se utiliza en las organizaciones más sencillas aunque paradójicamente es un
mecanismo indispensable en las organizaciones donde el trabajo es muy complejo e incierto
(Mintzberg, 1984: 27; 1991: 116). Estos contactos informales pueden llegar a ser mucho más
poderosos que las estructuras formales y los sistemas de recompensas para alcanzar los
objetivos de la organización (Joyce et al., 1997: 22).
3. DESARROLLO DE LAS ESCALAS. GENERACIÓN DE ÍTEMS
El primer paso para desarrollar una escala es la generación de una lista de ítems que, en
su conjunto, conformen el concepto que se pretende medir, en nuestro caso, los mecanismos de
coordinación estructural, no estructural e informal anteriormente descritos.
En las tablas 1 y 2 se muestran los distintos ítems que se han utilizado para medir cada
una de las variables. Estos ítems se han generado a partir de la definición del concepto
propuesto por los distintos autores2. De esta forma se otorga validez de contenido a la escala3.
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Tabla 1. Lista de ítems para medir los mecanismos de coordinación estructural
DISEÑO DE REDES
V1: Accesibilidad de todos los departamentos a los sistemas de información y comunicación
V2: Accesibilidad de todos los individuos a los sistemas de información y comunicación
V3: Conexión de los sistemas de información y comunicación con clientes y proveedores
V4: Actualización de los sistemas de información y comunicación
EQUIPOS DE PROYECTO Y DESARROLLO
V1: Multifuncionalidad o multidisciplinariedad
V2: Existencia de objetivos colectivos propios
V3: Autorganización
V4: Aprendizaje dentro del equipo
V5: Compartir conocimiento
V6: Trabajo poco formalizado
V7: Existencia de control sutil
V8: Recompensa colectiva del resultado del equipo
V9: Existencia de objetivos definidos que no son interferidos por el funcionamiento normal de la empresa
EQUIPOS DE TRABAJO OPERATIVO
V1: Multifuncionalidad o multidisciplinariedad
V2: Existencia de objetivos colectivos propios
V3: Autorganización
V4: Aprendizaje dentro del equipo
V5: Compartir conocimiento
V6: Trabajo poco formalizado
V7: Existencia de control sutil
V8: Recompensa colectiva del resultado del equipo
V9: Existencia de objetivos definidos que no son interferidos por el funcionamiento normal de la empresa
Tabla 2. Lista de ítems para medir los mecanismos de coordinación no estructural e informal
NORMALIZACIÓN DE PROCESOS DE TRABAJO
V1: Existencia de normas escritas, procedimientos e instrucciones de trabajo en la unidad de producción
V2: Existencia de normas escritas, procedimientos e instrucciones de trabajo en la unidad comercial
V3: Existencia de normas escritas, procedimientos e instrucciones de trabajo en la unidad de I+D
NORMALIZACIÓN DE HABILIDADES
V1: No necesidad de supervisión en la unidad de producción
V2: No necesidad de supervisión en la unidad comercial
V3: No necesidad de supervisión en la unidad de I+D
NORMALIZACIÓN DE RESULTADOS
V1: Existencia de sistemas de planificación y control que establecen objetivos para la unidad de producción
V2: Existencia de métodos de control de rendimiento que permiten la autonomía en la unidad de producción
V3: Existencia de sistemas de planificación y control que establecen objetivos en la unidad comercial
V4: Existencia de métodos de control de rendimiento que permiten la autonomía en la unidad comercial
V5: Existencia de sistemas de planificación y control que establecen objetivos en la unidad de I+D
V6: Existencia de métodos de control de rendimiento que permiten la autonomía en la unidad de I+D
ESFUERZO DE SOCIALIZACIÓN
V1: Consideración de los valores y normas en la selección de personal en la unidad de producción
V2: Existencia de actividades orientadas a la concienciación de los valores de la empresa en la unidad de producción
V3: Consideración de los valores y normas en la selección de personal en la unidad comercial
V4: Existencia de actividades orientadas a la concienciación de los valores de la empresa en la unidad comercial
V5: Consideración de los valores y normas en la selección de personal en la unidad de I+D
V6: Existencia de actividades orientadas a la concienciación de los valores de la empresa en la unidad comercial
ADAPTACIÓN MUTUA
V1: El diálogo y la comunicación informal como mecanismo de coordinación en la unidad de producción
V2: El diálogo y la comunicación informal como mecanismo de coordinación en la unidad comercial
V3: El diálogo y la comunicación informal como mecanismo de coordinación en la unidad de I+D
136
ISSN: 1135-2523
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Mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Propuesta y validación de escalas de medida
Para los mecanismos de coordinación no estructural e informal hemos preferido
delimitar el área sobre la que se formula el ítem. De esta forma, el ítem queda perfectamente
definido. Consideramos que las áreas de producción, comercial e I+D son tres áreas
funcionales básicas.
El cuestionario final incluyó los 43 ítems presentados. Cada ítem fue valorado a partir
de una escala tipo Likert de 7 puntos (1=totalmente desacuerdo a 7=totalmente de acuerdo).
4. MUESTRA Y RECOGIDA DE DATOS
Este trabajo se encuadra en una investigación de mayor envergadura que pretende
analizar y conectar diversos aspectos relacionados con el diseño organizativo, la creación de
conocimiento4 y la gestión de la calidad. El tipo de empresa más adecuado para esta
investigación fueron las grandes empresas, ya que la ambición y amplitud de los objetivos así
como las hipótesis formuladas en dicha investigación, requerían un desarrollo organizativo de
cierta entidad. Aquí se presenta sólo una pequeña parte de dicha investigación, la
correspondiente a mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal, y el
diseño y validación de dichas escalas.
La población de empresas se obtuvo a partir de la base de datos Dun and Brandstreet.
Las empresas se seleccionaron, tal como establece la Cuarta Directiva 78/660/CE, mediante el
cumplimiento de dos de los tres criterios de la Comisión Europea: número de empleados igual
o mayor a 250, y facturación mayor a 40 millones de euros. Ello nos permitió obtener una
población de 1465 empresas.
La ficha técnica de la investigación se recoge en la tabla 3. El total de las grandes
empresas españolas lo constituyen 1465 empresas. No pudimos o no nos dejaron contactar con
nadie que pudiera contestar la encuesta en 182 casos. Finalmente, se contactó con 1283 de las
cuales 96 (un 7,5%) no quisieron colaborar. Se enviaron 1187 cuestionarios, 1078 por e-mail y
109 por fax. Al final se recibieron 167 cuestionarios válidos ⎯134 empresas contestaron vía
web y 33 en formato word⎯ lo que supone un 14,1% de los cuestionarios enviados.
Tabla 3. Ficha técnica de la investigación empírica
Universo y ámbito de la investigación
1465 empresas españolas de más de 250 empleados y más de
40 millones de euros de facturación anual
Tamaño de la muestra
167 empresas
Nivel de confianza
95.5%
Error muestral
± 7%
Procedimiento del muestreo
Muestreo de conveniencia5
Ámbito geográfico
Todo el territorio español
Unidad muestral
Empresa
Fecha de realiza. del trabajo de Marzo-Junio 2003
campo
Tipo de entrevista
Cuestionario estructurado en formato web o en formato word a
elección del entrevistado. La encuesta se realizó al máximo
responsable de la empresa o, en su defecto, al director de
calidad o similar
El procedimiento fue el siguiente: tras un primer contacto telefónico con la empresa, se
envió un mail a la persona encargada de su cumplimentación, con un enlace que le permitía entrar
en una página web que capturaba los datos on-line. Así mismo, también se daba la opción de
cumplimentar el cuestionario en formato word y luego remitirlo por e- mail o por fax.
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M. Begoña Lloria
El cuestionario fue pretestado entre los directivos de cuatro empresas pertenecientes a la
población seleccionada. Se les envió el cuestionario en formato web, tal y como se hizo posteriormente
con la muestra real. Éste fue positivamente valorado planteándose algunas sugerencias que supusieron
pequeñas modificaciones y que se incorporaron al instrumento de medida.
En lo que se refiere a las características generales de la muestra podemos aportar datos
referentes a los sectores de actividad y localización geográfica de las empresas. Según los
sectores de actividad, la mayor parte de las empresas se encuadran en el sector secundario. Así
mismo, hay cincuenta y seis empresas del sector terciario y sólo seis empresas del sector
primario. Las empresas se encuentran distribuidas por todo el territorio nacional si bien, y
como era de esperar, la mayor parte de ellas se encuentran en la Comunidad de Madrid y
Cataluña -concretamente, un 52.7%-. En menor porcentaje se encuentran representadas el resto
de Comunidades Autónomas, a excepción de la Comunidad cántabra que no aparece
representada.
5. COMPROBACIÓN DE LAS PROPIEDADES PSICOMÉTRICAS
Una escala de medida es un conjunto de ítems que permite medir el nivel que alcanza un
atributo determinado no directamente observable. En el estudio que nos ocupa, el atributo no
observable directamente son los mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal.
Para que un instrumento de medida pueda denominarse escala debe reunir, entre otras,
dos propiedades psicométricas fundamentales como son la fiabilidad y la validez. De esta
forma, aseguramos que las escalas recogen la información del constructo que se pretende medir
y, además, esta información se obtiene por el procedimiento más exacto y fiel con la realidad.
Analizaremos ambas propiedades en los subepígrafes siguientes.
5.1. Análisis de la fiabilidad
La fiabilidad o consistencia interna indica en qué medida los diferentes ítems son coherentes
y si pueden ser utilizados para medir una magnitud específica (Jerez-Gómez et al , 2005).
Existen diferentes procedimientos para medir la fiabilidad de una escala. Uno de ellos es
el coeficiente alpha de Cronbach. Éste se define como la proporción de la varianza total de una
escala que es atribuible a una fuente común, presumiblemente, el valor real de la variable que
pretenden recoger los ítems (DeVellis, 1991). Su valor oscila entre 0 y 1. En la tabla 4 pueden
observarse el número de ítems correspondiente a cada escala y el valor del α de Cronbach.
Como puede observarse todas poseen valores superiores o cercanos al 0.7 recomendado
(Nunally y Berstein, 1994), con lo que se demuestra la fiabilidad de las distintas escalas.
Tabla 4. Análisis de fiabilidad de las escalas
Escala
Diseño de redes
Equipos de proyecto y desarrollo
Equipos de trabajo
Normalización de procesos
Normalización de habilidades
Normalización de resultados
Esfuerzo de socialización
Adaptación mutua
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Nº de ítems
4
9
9
3
3
6
6
3
α de Cronbach
0,7669
0,7893
0,6524
0,6801
0,7641
0,8746
0,9282
0,9017
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Mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Propuesta y validación de escalas de medida
5.2. Validez de constructo o de concepto (construct validity). Validez convergente
La validez de constructo está relacionada con la relación teórica entre la variable objeto
de medida y otras variables. Trata de reflejar hasta qué punto una medida se comporta de la
forma en que comportaría el concepto que pretende medir, con respecto a otras medidas ya
establecidas para otros conceptos (Cruz, 2002: 16).
La forma de operativizar la validez de constructo es a través de la validez convergente y
la validez discriminante. En este epígrafe analizaremos la validez convergente.
Existe validez convergente cuando se emplean distintos instrumentos para medir un
mismo constructo ⎯distintos ítems para una misma variable latente⎯, y esos instrumentos
están fuertemente correlacionados (Vila, Küster y Aldás, 2000: 20). La validez convergente se
determina revisando los test t de las cargas factoriales. Si todas las cargas factoriales de las
variables que miden el mismo constructo son estadísticamente significativas, se verifica la
validez convergente de estos indicadores (Anderson y Gerbing, 1988).
A continuación, mostramos los resultados obtenidos para cada uno de los diferentes
mecanismos de coordinación, concretamente los resultados del análisis factorial confirmatorio
y los principales indicadores de la bondad del ajuste.
5.2.1. Diseño de redes
Tabla 5. Análisis factorial confirmatorio de la escala de medición del diseño de redes
Variables
λ
Accesibilidad de todos los departamentos a los sistemas
de información y comunicación
1.259***
Accesibilidad de todos los individuos a los sistemas de
información y comunicación
1.483***
Conexión de los sistemas de información y
comunicación con clientes y proveedores
0.791***
Actualización de los sistemas de información y
comunicación
1.012***
Significatividad
p*<0.05; t>1.96
p**<0.01; t>2.576
p***<0.001; t>3.291
Indicadores de la bondad del ajuste
LISREL GFI= 0.987
LISREL AGFI= 0.934
Standardized RMR= 0.012
χ2(2 grados de libertad)= 15.397; p=0.113
t
λ
estandarizado
11.750
0.844
10.844
0.789
5.345
0.431
8.912
0.667
Esta escala ha mostrado óptimos resultados en cuanto a su validez. Como puede
apreciarse en la tabla 5, se cumplen las condiciones exigidas que confirman la validez
convergente de la escala. El estadístico t tiene valores muy elevados ⎯todos superiores a
3.291⎯ y, por tanto, significativo para p<0.001. Además de significativas, las cargas
factoriales (λ estandarizado) deben ser grandes —cercanas o superiores a 0.6—, y lo son en
todas las variables excepto en la tercera, si bien alcanza el valor mínimo de 0.4 exigido por
Hair et al. (1999). Los indicadores de la bondad del ajuste ofrecen muy buenos resultados.
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5.2.2. Equipos de proyecto y desarrollo
Esta escala, que trata de medir la eficiencia y eficacia de los equipos de proyecto y desarrollo,
ofrece también buenos resultados respecto a su validez.
Tabla 6. Análisis factorial confirmatorio de la escala de medición de los equipos de
innovación
Variables
Son multidisciplinares
Existen objetivos de innovación propios del equipo
Se caracterizan por su autonomía y autorganización
Existe aprendizaje dentro del equipo
Se comparte el conocimiento dentro del equipo
Trabajo poco formalizado
Existencia de control sutil
Recompensa colectiva por el resultado del equipo
Existencia de objetivos definidos en los equipos, que no
son interferidos por el funcionamiento normal de la
empresa
Significatividad ;
p*<0.05; t>1.96 ;
p**<0.01; t>2.576 ;
p***<0.001; t>3.291
λ
0.851***
0.893***
1.080***
0.945***
0.851***
0.476**
0.797***
0.736***
0.663***
λ
estandarizado
0.518
0.573
0.810
0.761
0.670
0.254
0.579
0.383
0.371
t
6.661
7.500
11.767
10.790
9.110
3.075
7.588
4.744
4.595
Indicadores de la bondad del ajuste
LISREL GFI= 0.824
LISREL AGFI= 0.836
Standardized RMR= 0.06
χ2(27 grados de libertad)= 74371; p=0.000
Como se aprecia en la tabla 6, los indicadores de la bondad del ajuste arrojan buenos
resultados, los dos primeros son cercanos al 0.9 recomendado y el tercero, el RMR, tiene un
valor de 0.06. Por su parte, el estadístico t es superior a 3.291 en prácticamente todos los casos,
por lo que los parámetros son significativos para p<0.001. Respecto a las cargas factoriales la
mayoría superan el mínimo de 0.4, a excepción de la sexta, octava y novena variable que
ofrecen un 0.254, un 0.383, y un 0.371, respectivamente. Son valores que no contribuyen
demasiado a explicar la variable que queremos medir, en este caso, los equipos de proyecto y
desarrollo. Si los elimináramos mejoraríamos la validez de la escala, pero creemos que no
procede ya que perderíamos información. Además, y para confirmar la validez de esta escala,
ofrecemos en la tabla 7 otros indicadores de la bondad del ajuste del modelo que también
arrojan resultados satisfactorios.
Tabla 7. Otros indicadores de la bondad del ajuste del modelo
Indicador
BENTLER-BONETT NORMED FIT INDEX
BENTLER-BONETT NONNORMED FIT INDEX
COMPARATIVE FIT INDEX (CFI)
140
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Medida de esta escala
0.824
0.836
0.877
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Mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Propuesta y validación de escalas de medida
5.2.3. Equipos de trabajo operativo
Esta escala ha sido de las más complejas de validar. Los primeros resultados que ofrecía
el programa no lograban alcanzar buenos resultados ni proponía cómo mejorarlos.
Como se debe hacer en estos casos, realizamos un análisis factorial para comprobar la
existencia de más de un factor. Efectivamente, el análisis nos confirmó la existencia de cuatro
factores. Ya que ese resultado no tenía mucho sentido teórico y ya que sólo una variable
constituía uno de los factores, decidimos intentar mejorar el análisis eliminando la sexta
variable ⎯”trabajo poco formalizado”⎯. Observando la diagonal de la matriz de correlación
anti-imagen, esta variable es la que ofrecía un valor menor de la medida de adecuación
muestral (Hair et al., 1999). Con ocho variables el análisis factorial confirmó la existencia de
tres factores. En la tabla 8 se muestra los resultados del análisis factorial y en la figura 1 el
modelo estimado para esta escala.
Tabla 8. Análisis factorial de la escala equipos de trabajo operativo
Varianza
Aprendizaje dentro del equipo
0.886
Compartición de conocimiento
0.782
F1
Autorganización
0.711
Recompensa colectiva del resultado del equipo
0.814
Existencia de objetivos definidos que no son interferidos
por el funcionamiento normal de la empresa
0.613
F2
Multifuncionalidad o multidisciplinariedad
0.854
Existencia de objetivos colectivos
0.564
F3
Existencia de control sutil
0.465
Alpha total=0.669
Determinante de la matriz de correlaciones=0.255
Varianza total=59.932
KMO=0.685
Test de esfericidad de Barlett=168.918
Significance=0.000
32.285
14.819
12.829
Figura 1.- modelo estimado para la escala equipos de trabajo operativo
D1
F1
D2
Equipos de trabajo
operativo
V3
E3
V4
E4
V5
E5
V8
E8
V9
E9
V1
E1
V2
E2
V7
E7
F2
F3
D3
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Como puede observarse en la tabla 9 los resultados obtenidos son satisfactorios por lo
que confirmamos la validez convergente de la escala. El estadístico t es significativo en todos
los casos. Las cargas factoriales son superiores a 0.4 ⎯mínimo exigido por Hair et al.
(1999)⎯, excepto para la variable “Multifuncionalidad o multidisciplinariedad” y la variable
“Existencia de control sutil”. Ambas variables tienen valores inferiores a 0.4 lo que significa
que son variables que no contribuyen demasiado a explicar lo que queremos medir. Son valores
candidatos a salir de la escala. Sin embargo, dado que no deseamos perder información y ya
que los índices de la bondad del ajuste son excelentes ⎯ver tabla 10⎯, hemos preferido
mantener ambas variables confirmando así la validez convergente de la escala.
Tabla 9. Análisis factorial confirmatorio de la escala de medición
de los equipos de trabajo operativo
Variables
λ
Multifuncionalidad o multidisciplinariedad
1.000
Existencia de objetivos colectivos
1.472**
Autorganización
1.000
Aprendizaje dentro del equipo
1213***
Compartición de conocimiento
0.868***
Existencia de control sutil
0.736*
Recompensa colectiva del resultado
1.000
Existencia de objetivos definidos que no son
interferidos por el funcionamiento normal de la empresa
0.713**
Significatividad
p<0.05*; t>1.96
p<0.01**; t>2.576
p<0.001***; t>3.291
Indicadores de la bondad del ajuste
LISREL GFI= 0.970
LISREL AGFI= 0.933
Standardized RMR=0.018
χ2(16 grados de libertad)= 21.659; p=0.1545
t
--2.839
--6.986
6.897
2.295
---
λ
estandarizado
0.381
0.603
0.645
0.919
0.626
0.300
0.577
3.109
0.480
Tabla 10. Otros indicadores de la bondad del ajuste del modelo
Indicador
BENTLER-BONETT NORMED FIT INDEX
BENTLER-BONETT NONNORMED FIT INDEX
COMPARATIVE FIT INDEX (CFI)
Medida de esta escala
0.905
0.951
0.972
5.2.4. Normalización de procesos
La escala que mide la normalización de procesos es una escala con sólo tres variables.
Para poder realizar un análisis factorial confirmatorio, hemos fijado el coeficiente de regresión
en la primera ecuación para poder obtener grados de libertad suficientes y poder estimar el
modelo. De esta forma, el ajuste es perfecto como puede observarse en la tabla 11.
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Mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Propuesta y validación de escalas de medida
Tabla 11. Análisis factorial confirmatorio de la escala de medición de la normalización de
procesos de trabajo
Variables
λ
Existencia de normas escritas, procedimientos e
instrucciones de trabajo en la unidad de producción
1.275
Existencia de normas escritas, procedimientos e
instrucciones de trabajo en la unidad comercial
1.528***
Existencia de normas escritas, procedimientos e
instrucciones de trabajo en la unidad de I+D
1.018***
Significatividad
p*<0.05; t>1.96
p**<0.01; t>2.576
p***<0.001; t>3.291
Indicadores de la bondad del ajuste
LISREL GFI= 1.000
LISREL AGFI= 1.000
Standardized RMR= 0.000
χ2(1 grado de libertad)= 0.000; p=1.00
t
λ
estandarizado
---
0.667
8.004
0.766
6.124
0.529
5.2.5. Normalización de habilidades
Al igual que sucede con la normalización de procesos nos encontramos con una escala
que posee sólo tres variables. Para validar la escala, y como hemos hecho en el caso anterior,
hemos fijado el λ de la primera ecuación. De esta forma, el ajuste es perfecto. Como puede
apreciarse en la tabla 12, el estadístico t es superior a 3.291 por lo que todos los parámetros son
significativos en todos los casos y las cargas factoriales son superiores a 0.4. Los indicadores
de la bondad del ajuste arrojan resultados perfectos.
Tabla 12. Análisis factorial confirmatorio de la escala de medición de la normalización de
habilidades
Variables
No necesidad de supervisión en la unidad de
producción
No necesidad de supervisión en la unidad comercial
λ
t
λ
estandarizado
1.275
---
0.667
8.004
6.124
0.766
0.529
1.528***
No necesidad de supervisión en la unidad de I+D
1.018***
Significatividad
p*<0.05; t>1.96
p**<0.01; t>2.576
p***<0.001; t>3.291
Indicadores de la bondad del ajuste
LISREL GFI= 1.000
LISREL AGFI= 1.000
Standardized RMR= 0.000
χ2(1 grado de libertad)= 0.000; p=1.00
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5.2.6. Normalización de resultados
El primer intento de ajuste del modelo no alcanzó los resultados óptimos para dar por
validada la escala. Como hemos hecho en estos casos, procedimos a realizar un análisis
factorial para comprobar la existencia de más de un factor, o conocer qué variable debíamos
eliminar de la escala. Los resultados nos confirmaron la existencia de un único factor para esta
escala, tal y como esperábamos, y la conformidad de tener que eliminar la cuarta variable⎯”la
existencia de métodos de control del rendimiento que permiten la autonomía en la unidad de
comercial”⎯, dado que la medida de adecuación muestral que se deriva de la matriz de
correlación anti-imagen era la menor de las cuatro variables (Hair et al., 1999). Estimamos de
nuevo el modelo y, como puede apreciarse en la tabla 13, a excepción del índice LISREL GFI
que es un poco más bajo de lo esperado, los otros dos indicadores de la bondad del ajuste
ofrecen muy buenos resultados. El LISREL GFI es cercano a 0.9 y el Standarized RMR es
inferior a 0.05. El estadístico t ofrece valores muy elevados, superiores a 3.291 en todos los
casos, y la mayor parte de las cargas factoriales son superiores a 0.6. La segunda variable tiene
una carga factorial algo menor aunque supera el mínimo de 0.4. Por consiguiente,
consideramos validada la escala.
Tabla 13. Análisis factorial confirmatorio de la escala de medición de la normalización de
resultados
Variables
λ
Existencia de sistemas de planificación y control que
establecen objetivos para la unidad de producción
1.363***
Existencia de métodos de control del rendimiento que
permiten la autonomía en la unidad de producción
0.985***
Existencia de sistemas de planificación y control que
establecen objetivos para la unidad comercial
1.229***
Existencia de sistemas de planificación y control que
establecen objetivos para la unidad de I+D
1.370***
Existencia de métodos de control del rendimiento que
permiten la autonomía en la unidad de I+D
1.030***
Significatividad
p*<0.05; t>1.96
p**<0.01; t>2.576
p***<0.001; t>3.291
Indicadores de la bondad del ajuste
LISREL GFI= 0.918
LISREL AGFI= 0.755
Standardized RMR= 0.025
χ2(5 grados de libertad)= 43.091; p<0.001
t
λ
estandarizado
6.260
0.816
8.394
0.584
6.745
0.790
6.327
0.812
8.290
0.610
5.2.7. Esfuerzo de socialización
Los primeros indicadores de la bondad del ajuste de esta escala ofrecieron resultados
muy poco satisfactorios. Por ello, realizamos un análisis factorial exploratorio para tratar de
comprobar la presencia de más de un factor. Efectivamente, como puede observarse en la tabla
14, los resultados demostraron que esta escala tenía dos factores: un primer factor recoge si en
los programas de formación existen actividades orientadas a la concienciación de los valores de
la empresa en las unidades de producción, comercial e I+D, y un segundo factor recoge las tres
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Mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Propuesta y validación de escalas de medida
variables que hacían referencia a si los valores y normas de la organización están
explícitamente considerados en la selección de personal en las tres unidades. El modelo
estimado para la escala de esfuerzo de socialización puede observarse en la figura 2.
Tabla 14. Análisis factorial de la escala esfuerzo de socialización
Varianza
Existencia de actividades orientadas a la
concienciación de los valores de la empresa en la
0.926
unidad de I+D
Existencia de actividades orientadas a la
concienciación de los valores de la empresa en la
0.914
F1
73.651
unidad comercial
Existencia de actividades orientadas a la
concienciación de los valores de la empresa en la
0.884
unidad de producción
Consideración de los valores y normas en la selección
de personal en la unidad de producción
0.914
Consideración de los valores y normas en la selección
de personal en la unidad comercial
0.914
F2
17.932
Consideración de los valores y normas en la selección
de personal en la unidad de I+D
0.883
Alpha total=0.928
Determinante de la matriz de correlaciones=0.0007653
Varianza total=91.736
KMO=0.826
Test de esfericidad de Barlett=761.773
Significance=0.000
Figura 2. Modelo estimado para la escala esfuerzo de socialización
D1
F1
V2
E2
V4
E4
V6
E6
V1
E1
V3
E3
V5
E5
Esfuerzo de
socialización
F2
D2
Una vez planteadas las ecuaciones oportunas, los resultados ofrecieron una considerable
mejora de la validez de la escala. Como se observa en la tabla 15, los indicadores de la bondad
del ajuste son excelentes. El estadístico t es superior a 3.291 en todos los casos por lo que todos
los parámetros son significativos para p<0.001. Las cargas factoriales también son grandes,
superiores a 0.6 en todos los casos.
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M. Begoña Lloria
Tabla 15. análisis factorial confirmatorio de la escala de medición del esfuerzo de socialización
Variables
λ
Consideración de los valores y normas en la selección
de personal en la unidad de producción
1.000
Existencia de actividades orientadas a la concienciación
de los valores de la empresa en la unidad de producción
1.000
Consideración de los valores y normas en la selección
de personal en la unidad comercial
1.056***
Existencia de actividades orientadas a la concienciación
de los valores de la empresa en la unidad comercial
1.106***
Existencia de actividades orientadas a la concienciación
de los valores de la empresa en la unidad de I+D
1.016***
Consideración de los valores y normas en la selección
de personal en la unidad de I+D
1.123***
Significatividad
p *<0.05; t>1.96
p**<0.01; t>2.576
p**<0.001; t>3.291
Indicadores de la bondad del ajuste
LISREL GFI= 0.928
LISREL AGFI= 0.943
Standardized RMR= 0.007
χ2(6 grados de libertad)= 30.947; p<0.001
t
λ
estandarizado
---
0.909
---
0.872
21.204
0.951
19.947
0.961
19.609
0.920
20.591
0.977
5.2.8.- Adaptación mutua
De nuevo nos encontramos con una escala de tamaño reducido. Como hemos hecho en
casos anteriores, para poder estimar el modelo fijamos el valor λ de la primera ecuación y
obtenemos un ajuste perfecto con los estadísticos t significativos. Como muestra la tabla 16, las
cargas factoriales son mayores a 0.6 y los indicadores de la bondad del ajuste excelentes.
Tabla 16. Análisis factorial confirmatorio de la escala de medición de la adaptación mutua
Variables
λ
El diálogo y la comunicación informal como
mecanismo de coordinación en la unidad de producción
1.584
El diálogo y la comunicación informal como
mecanismo de coordinación en la unidad comercial
1.369***
El diálogo y la comunicación informal como
mecanismo de coordinación en la unidad de I+D
1.645***
Significatividad
p*<0.05; t>1.96
p**<0.01; t>2.576
p***<0.001; t>3.291
Indicadores de la bondad del ajuste
LISREL GFI= 1.000
LISREL AGFI= 1.000
Standardized RMR= 0.000
χ2(1 grados de libertad)= 0.000; p=0.995
146
ISSN: 1135-2523
t
λ
estandarizado
---
0.901
13.665
0.784
18.246
0.923
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 127-150
Mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Propuesta y validación de escalas de medida
5.3. Validez discriminante
Se afirma que una escala tiene validez discriminante cuando no mide un constructo para
el que no se diseñó, es decir, cuando la medida no se correlaciona con otras medidas de las que
se supone que debe diferir, porque realmente miden conceptos distintos (Cruz, 2002: 17). En
nuestro caso se ha evaluado la validez discriminante comparando el α de Cronbach de cada
escala con la correlación de dicha escala respecto al resto de escalas. Este tipo de validez queda
confirmado si el α de Cronbach para cada escala es superior a cualquiera de las correlaciones
de dicha escala con el resto (Berné et al., 1994), tal y como queda demostrado en la tabla 17.
Nótese que, en aquellas escalas en las que para demostrar la validez convergente hemos
eliminado alguna variable –como es el caso de los equipos de trabajo y la normalización de
resultados–, hemos calculado de nuevo el α de Cronbach. En cualquier caso, los resultados de
ambos análisis de fiabilidad son bastante similares.
Existen otros métodos para el cálculo de la validez discriminante como, por ejemplo, el
test de diferencias de las Ji-cuadrado o el test del intervalo de confianza, basados ambos en
modelos de ecuaciones estructurales. Debido al elevado número de escalas no nos resulta
operativo trabajar con estas técnicas.
Tabla 17. Matriz de correlaciones y coeficientes alpha de cronbach
Redes (1)
Eq de proyecto (2)
Eq trabajo (3)
N procesos (4)
N habilidades (5)
N de rdos (6)
E de socialización (7)
Adaptación mutua (8)
(1)
0.769
0.441
0.309
-0.13
0.176
0.342
0.436
0.238
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
0.789
0.648
0.014
0.092
0.258
0.307
0.307
0.669
-0.10
-0.00
0.276
0.254
0.263
0.680
0.268
-0.06
-0.19
-0.44
0.764
0.100
0.151
0.115
0.847
0.457
0.201
0.928
0.372
0.901
En la diagonal: α de Cronbach
En negrita: correlaciones significativas p<0.01 ó p<0.05
6. CONCLUSIONES
En el presente trabajo hemos diseñado y validado un total de ocho escalas para medir
los mecanismos de integración o coordinación. Estas escalas pueden ser útiles en
investigaciones de naturaleza cuantitativa ya que el diseño y la validación de escalas es una de
las fases más laboriosas en este tipo de investigaciones. En este sentido, este trabajo puede ser
de utilidad no sólo en lo que se refiere a la descripción de los ítems sino también en relación a
las diferentes metodologías utilizadas para su fiabilidad y validez. Así mismo, otra de las
ventajas de estas escalas diseñadas es su reducido tamaño, algo muy positivo y valorado por los
directivos cuando se trata de responder cuestionarios.
Los mecanismos de coordinación son cada vez más utilizados en las organizaciones
modernas tendiendo a una visión más horizontal de la estructura y con un menor número de
niveles jerárquicos. Estos mecanismos pueden dividirse en dos grandes grupos según tengan un
carácter formal o informal. A su vez, y siguiendo a De la Fuente et al. (1997), los mecanismos
formales pueden dividirse en mecanismos de carácter estructural o no estructural. En este
trabajo, hemos diseñado y validado escalas para medir estos mecanismos.
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 127-150
ISSN: 1135-2523
147
M. Begoña Lloria
Los mecanismos de carácter estructural están vinculados a puestos directivos u órganos
específicos. Para este grupo hemos diseñado escalas referidas al diseño de redes, equipos de
proyecto y desarrollo, y equipos de trabajo operativo.
Los mecanismos de carácter no estructural no crean órganos o puestos en la
organización pero sirven de complemento a los anteriores. En este grupo encajan los
mecanismos de coordinación definidos por Mintzberg (1979 y 1989) ampliamente divulgados
y conocidos en la literatura: la normalización de procesos, de habilidades y de resultados.
Por último, también hemos definido escalas para medir los mecanismos de carácter
informal que pueden surgir de forma más espontánea en la organización. Para este tipo de
mecanismos hemos diseñado escalas para medir el esfuerzo de socialización y la adaptación
mutua.
El total de las ocho escalas definidas conforman un total de 43 ítems. Una vez definidos
estos ítems, hemos comprobado sus propiedades psicométricas de fiabilidad y validez.
Para medir la fiabilidad o consistencia de la escala hemos utilizado el coeficiente α de
Cronbach. Como puede comprobarse, todas las escalas poseen un valor cercano o superior al
0.7 recomendado (Nunally y Berstein, 1994).
No existe un criterio objetivo para comprobar la validez de contenido de una escala
(Hoskisson et al., 1993; Nunnally y Berstein, 1994). Sin embargo, podemos afirmar que existe
cuando la selección de los ítems recoge las dimensiones del concepto que se pretende medir.
En nuestro caso, hemos tenido un especial cuidado en la selección de los ítems que se ha
realizado a partir de la literatura consultada.
La validez de constructo, por su parte, se operativiza a través de la validez convergente
y la validez discriminante.
Se afirma que existe validez convergente cuando se emplean distintos instrumentos para
medir un mismo constructo, y esos instrumentos están fuertemente correlacionados (Vila,
Küster y Aldás, 2000). El método más fiable para comprobar este tipo de validez es revisar los
test t de las cargas factoriales. Si todas las cargas factoriales de las variables que miden el
mismo constructo son estadísticamente significativas, se verifica la validez convergente de
estos indicadores (Anderson y Gerbling, 1988). Además las cargas factores deben ser
superiores al valor de 0.4 (Hair, et al., 1999). En nuestra investigación hemos podido
comprobar este tipo de validez para todas las escalas diseñadas. En los casos de los equipos de
trabajo operativo, y el esfuerzo de socialización ha sido necesario realizar previamente un
análisis factorial en el que se pudo comprobar la existencia de más de un factor. Para las
escalas de equipos de trabajo y normalización de resultados fue necesario eliminar un ítem.
Por último, se sostiene que existe validez discriminante cuando la escala no mide un
constructo para el que no se diseñó (Cruz, 2002). Aunque existen diversos métodos para
comprobar este tipo de validez, siguiendo a Berné et al. (1994), se puede comparar el α de
Cronbach de cada escala con la correlación de dicha escala con el resto de escalas. En nuestra
investigación los resultados confirman, de nuevo, este tipo de validez.
148
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Mecanismos de coordinación estructural, no estructural e informal. Propuesta y validación de escalas de medida
NOTAS
1
Estas dos obras de Mintzberg serán citadas, en adelante, en sus versiones homónimas castellanas de 1984 y 1991,
respectivamente.
2
Nótese que los ítems correspondientes a equipos de proyecto y desarrollo son los mismos que los ítems
correspondientes a equipos de trabajo. Hemos considerado que ésta era la mejor opción ya que ambos equipos difieren
por la naturaleza del trabajo que realizan: en el primer caso, genuino y novedoso destinado a la innovación, y en el
segundo, rutinario y repetitivo. Sin embargo, tanto en un tipo de equipo como en el otro pueden darse los ítems
planteados aunque con intensidad diferente.
3
La validez de contenido está relacionada con la selección de los ítems que conforman la escala; determina en qué
medida la selección de ítems recoge todas las posibles dimensiones del concepto que se pretende medir. Constatar esto
no es sencillo dado que es difícil determinar exactamente cuál es el abanico de ítems que potencialmente debería
recoger la escala, y qué muestra de esos ítems se podría considerar representativa. No existe un criterio objetivo y bien
definido (Hoskisson et al., 1993; Nunnally y Berstein, 1994), por cuanto que se basa en el juicio del experto.
4
Ello justifica que, para los mecanismos de coordinación no estructural e informal, se formularan ítems para el
departamento de I+D, junto con producción y comercial.
5
En este caso, la muestra está formada por unidades muestrales que son accesibles o favorables (Miquel et al., 1997: p.
146).
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Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa
Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 151-166, ISSN: 1135-2523
LA CREACIÓN, INTEGRACIÓN, TRANSFERENCIA Y
ASIMILACIÓN EFICIENTE DE CONOCIMIENTO EN REDES: UNA
PROPUESTA PARA INCREMENTAR LA CONFIANZA Y LA
VINCULACIÓN CON LOS PRESCRIPTORES.
Cabanelas Lorenzo, P.
Cabanelas Omil, J.
González Vázquez, E.
Universidade de Vigo
Recibido: 13 de diciembre de 2007
Aceptado: 2 de julio de 2008
RESUMEN: El artículo propone identificar nuevas vías de generación de valor en mercados
industriales caracterizados por un elevado grado de conocimiento técnico. En estas circunstancias,
hemos detectado que los agentes, particularmente los prescriptores, tienen la necesidad creciente de
disponer de servicios que incrementen el conocimiento y la confianza sobre el uso y utilización de los
productos industriales. El trabajo expone una experiencia que persigue acometer la creación de valor
y la internacionalización desarrollando redes eficientes en la creación, integración y transferencia de
conocimiento susceptibles de ofrecer una respuesta eficaz a la toma de decisiones de los prescriptores
y agentes frontera relacionados con los mercados industriales.
PALABRAS CLAVE: Creación de valor en mercados industriales a través de redes sociales,
Organización de conocimiento, Capacidad de absorción.
EFFICIENT KNOWLEDGE CREATION, INTEGRATION,
TRANSFERENCE AND ASSIMILATION IN NETWORKS.
A PROPOSAL TO STRENGTHEN THE TRUST
AND COMMITMENT WITH PRESCRIBERS.
ABSTRACT: The paper purpose is to identify new ways for value generation in industrial products
that need a high degree of specialized knowledge due to its technical component. The present
research has found that agents who possess this knowledge have the growing necessity to identify
services of value related to these products. It is included a purpose successfully applied in the
business internationalization area, based on the generation of efficient networks connected to
knowledge creation, integration and transference which allow to give a efficient response to
prescriber decision making in industrial markets.
KEYWORDS: Industrial markets, networks and value creation, Knowledge organization, Knowledge
absorption.
1. INTRODUCCIÓN. LA ORGANIZACIÓN Y ABSORCIÓN DEL CONOCIMIENTO EN
LAS REDES SOCIALES INDUSTRIALES CON CONOCIMIENTO ESPECIALIZADO
El desarrollo de procesos ligados a la organización y absorción del conocimiento en el
área de las actividades industriales posee un elevado potencial. Entre ellos, la satisfacción de
las necesidades específicas por parte de los agentes capaces de influir en la decisión de compra.
Y es que una característica diferencial de los mercados industriales es la existencia de agentes
con conocimiento especializado que influyen de forma decisiva en el acceso de los productos a
los mercados.
La vía propuesta para conseguir un valor diferencial en los productos industriales radica
en la generación de redes o tejidos sociales de relaciones (Napahiet, Ghoshal, 1998; Adler,
Kwon, 2002; Bresnen et al., 2005), que intercambien conocimiento y respondan eficazmente a
las necesidades de los agentes frontera y, particularmente, la de los prescriptores, entendiendo
Cabanelas Lorenzo, P.; Cabanelas Omil, J.; González Vázquez, E.
como tales a aquellos especialistas con capacidad de influencia cualificada en la toma de
decisiones de terceros.
En la actualidad, la interdependencia existente entre agentes permite la generación de
redes de relaciones que pueden resultar beneficiosas para el desarrollo de los negocios
(McLoughlin, Haran; 2000). Esta idea refuerza una corriente de pensamiento que sugiere que
un enfoque de comunidad social, especializada en la creación, integración, transferencia y
asimilación eficiente de conocimiento, tiene más recorrido que la visión neoclásica de las
ventajas de localización y aglomeración (Morosini, 2004).
De hecho, las redes sociales pueden impulsar la capacidad de absorción de
conocimientos entre sus componentes (Zahra, Scorge, 2002) puesto que la capacidad de
adquisición, asimilación, trasformación y explotación de conocimiento facilita la consecución
de ventajas competitivas y de aprendizaje (Cohen, Levinthal, 1989; 1990; 1994). En este
sentido, cada vez existen más evidencias de que los aspectos sociales juegan un papel clave en
la creación y transferencia de conocimiento en los procesos de innovación y el aprendizaje
organizativo (Brown, Duguid, 2001). Prueba de ello es que la innovación se está trasladando
desde los emprendedores individuales hacia las redes integradas por empresas, instituciones,
investigadores y agentes sociales. De hecho, las redes son capaces de generar corrientes de
innovación mediante la integración inter-funcional (Song and Montoya-Weiss, 2000), la fusión
tecnológica (Kodama, 1992) o la fusión de conocimientos (Preece et al, 2000). En esencia,
existe un impacto positivo de la integración de conocimiento en red sobre el rendimiento de la
innovación de productos (Lin, Chen; 2006).
La confianza es un elemento esencial para los agentes integrados en redes (Gulati,
Nohria y Zaheer, 2000), de hecho, las redes sociales promueven la confianza y reducen los
costes de transacción, por ejemplo, al hacer el oportunismo más costoso por sus efectos sobre
la reputación (Gulati y Gargiulo, 1999). En este sentido también se manifiesta Uzzi (1997), al
afirmar que las relaciones integradas tienen tres componentes principales que regulan las
expectativas y comportamientos de los socios del intercambio: confianza, transferencia de
información detallada y acuerdos para la solución conjunta de problemas.
De hecho, los procesos de creación, integración, transferencia y asimilación de
conocimientos en las redes, deben articularse sobre la constitución de servicios de valor con un
fuerte componente de innovación, que suscite el interés de los agentes que participan en la red.
Esta perspectiva implica desarrollar un enfoque de “mercado ampliado” donde se establezcan
redes sociales impulsadas por un conjunto de relaciones que han de tener la capacidad de
interactuar y movilizar a los agentes de la red (Gummesson, 1999). Atendiendo a la teoría de
los stakeholders, existen múltiples grupos que es necesario gestionar porque tienen una
participación considerable y legítima en las actividades de las firmas (Cai, Wheale, 2004),
especialmente, requiere gestionar la cooperación con clientes y con socios de la red como los
suministradores, distribuidores, profesionales, centros tecnológicos, entidades financieras y
otros, destacando los prescriptores como agentes de especial relevancia (Grönroos, 2000).
Este enfoque implica desarrollar e implantar políticas y prácticas organizativas que
consideren los objetivos de los agentes relevantes, condicionando así la capacidad de absorción
y facilitando la confianza y la toma de decisiones (Post et al., 2002), lo cual será posible si se
asume una perspectiva de red que gestione las múltiples inferencias sociales (Rowley, 1997;
Mahon et al., 2004). La movilización de los activos de las organizaciones que promueven
152
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº3, 2008, pp. 151-166
La creación, integración, transferencia y asimilación eficiente de conocimiento en redes: una propuesta …
iniciativas de este tipo resultan clave para comprometer a los prescriptores en la busca del
rendimiento y coordinar los esfuerzos, así como resolver los conflictos que puedan surgir
(Kochan, Rubinstein, 2000).
Figura 1. Propuesta de actuación para los mercados industriales.
Sistemas productivos industriales con elevado
grado de conocimiento especializado
REDES SOCIALES
Empresas, Universidades, Profesionales,
Administraciones Públicas
ORGANIZACIÓN Y ABSORCIÓN DE
CONOCIMIENTOS
Procesos de creación, integración,
transferencia y asimilación eficiente de
conocimiento
CREACIÓN DE VALOR PARA LOS
PRESCRIPTORES
Incremento de la confiabilidad y la
vinculación
Fuente: Elaboración propia.
Teniendo en cuenta todas estas reflexiones, las proposiciones de partida del artículo son las
siguientes:
La consolidación de servicios de valor añadido ligados a procesos de creación,
integración, transferencia y asimilación de conocimientos en las redes sociales son un
recurso de primer nivel para el desarrollo de los negocios en los mercados industriales.
De hecho, el stock y el flujo de conocimientos tienen un rol relevante en el
establecimiento de ventajas competitivas para las redes de empresas (Tallman, 2004),
a la vez que la creación e integración de conocimiento juega un papel destacado
puesto que incrementa las capacidades de los agentes que componen una organización
o una red (Grant, 1996a).
La vinculación de agentes a través de procesos de transferencia y que incrementen la
asimilación de conocimientos, implica desarrollar competencias relacionales
específicas y focalizarse en el proceso de decisión de los agentes con capacidades de
prescripción. El prescriptor es un agente clave en los mercados industriales y precisa
de servicios de valor añadido y una sistemática que gestione su relación con la red de
empresas y el resto de agentes de la red facilitando su confiabilidad y una mejor toma
de decisiones.
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Cabanelas Lorenzo, P.; Cabanelas Omil, J.; González Vázquez, E.
En definitiva, el problema que trataremos de resolver en este artículo está centrado en
cómo articular la organización (creación e integración) y la absorción (transferencia y
asimilación) de conocimientos eficaz y eficiente en redes sociales con alto conocimiento
especializado, para que de esta manera se estimule la confianza y la vinculación de los
prescriptores en los productos industriales. Las investigaciones también sugieren dos
consecuencias derivadas: el incremento en la intensidad del rendimiento sobre la innovación de
los productos y, a la vez, una mayor generación de valor añadido para los agentes que
concurren en la red, facilitando una mayor penetración en los mercados industriales. Si bien
estas dos últimas proposiciones no serán objeto específico de este trabajo.
Figura 2. Principios, constructos, instrumentos y resultados al constituir redes eficientes
en la creación, integración y transferencia eficiente de conocimiento.
Creación e integración
de conocimiento
especializado
Rendimiento en
la innovación
de productos
Servicios de
valor adaptados
a las
necesidades y
demandas de
los agentes
Principios e
intereses comunes
de redes formadas
por empresas,
universidades,
administraciones
públicas y
profesionales
Vinculación de
los agentes a la
red a través de
una gestión de
relaciones
adaptativa
Mayor
confiabilidad en
los productos
industriales
Mayor
generación
de valor e
incremento
en la
penetración
en los
mercados
Transferencia y
asimilación de
conocimiento
Bases de la red
Constructos
Instrumento
Resultados
intermedios
Resultado
final
Fuente: Elaboración propia.
2. LA ORGANIZACIÓN Y ABSORCIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPECIALIZADO
EN REDES
La cooperación continuada de agentes que desarrollan actividades vinculadas a la
investigación, producción, comercialización o desarrollo de servicios, puede ejercer una
función básica a través de la integración de conocimiento y de intercambios de información
especializada sobre la base de unos objetivos e intereses comunes (Morosini, 2004). Para ello,
es preciso construir tejidos sociales con los agentes que ayuden a determinar cómo crear
conocimiento nuevo e integrar el existente con el fin de otorgar valor superior a los productos y
servicios (Morosini, 2004). En consecuencia, asumir una perspectiva de red exige la presencia
154
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La creación, integración, transferencia y asimilación eficiente de conocimiento en redes: una propuesta …
del conocimiento en el modelo organizacional global (Lee, Yang; 2000), lo cual supone revisar
en cierto modo la primacía tradicional del conocimiento explícito sobre el tácito y atender a la
estructuración del mismo.
En la medida que la red asuma la necesidad de desarrollar el aprendizaje colectivo
estará en disposición de integrar e, incluso, de crear nuevo conocimiento aplicable en la
relación con los diferentes agentes. Este conocimiento puede ser común (permite el
entendimiento) o específico de los agentes (posibilita la diferenciación a la hora de realizar
determinadas actividades). Así, para más detalle:
a.
Conocimiento común: comprende aquellos elementos de conocimiento comunes a todos
los miembros de una red u organización. Equivale a la intersección de sus activos de
conocimiento (Grant, 1996b) y constituye la base que permite a los individuos
compartir, crear e integrar conocimiento que anteriormente no tenían a su disposición.
b.
El conocimiento específico de los agentes puede clasificarse a su vez en:
b.1 Contextual: aquel referido a las circunstancias concretas del lugar y del momento de
desarrollo de una actividad (Hayek, 1945). En particular, destacamos el conocimiento
específico sobre el medio ambiente y aquel relativo a los aspectos sociales e
institucionales, donde se incluyen las reglas de juego y la normativa general con
influencia en la actividad desarrollada.
b.2 Tecnológico: lo compone el conjunto de procesos, herramientas y técnicas utilizadas en
cualquier actividad (Choudhury, Sampler, 1997) incluidas la normativa y los aspectos
técnicos. Este apartado incluye el conocimiento sobre los materiales y sus usos, sobre el
diseño y la colocación, y sobre el tratamiento, mantenimiento, restauración y conservación.
La identificación de cada una de las formas de conocimiento facilitan la creación e
integración, de hecho, en palabras de Grant (1996b), la integración del conocimiento individual
especializado es una capacidad organizativa que permite establecer y sostener ventajas
competitivas y se potencia mediante una serie de mecanismos, como son el intercambio, la
socialización y la internalización del conocimiento, sobre la base de una fuerte carga
motivadora y de liderazgo asumida por aquellos agentes más activos (Sabberwal y BecerraFernández, 2005).
En un contexto de organización aumentada, como es la red, la incursión de los
diferentes agentes/socios proporciona recursos que contribuyen a mejorar el sistema en su
conjunto (Dan et al., 2005). Las redes deben proporcionar los canales de comunicación
adecuados para transmitir y utilizar el conocimiento, puesto que el objetivo no es gestionar
contenidos específicos de conocimiento, sino articular y mejorar la gestión de procesos
independientes (Dan et al., 2005) en busca de la creación de valor.
Este proceso pretende que, en una iniciativa eminentemente humana como la generación de
relaciones y redes (Ritter, Gemüden, 2003), exista la capacidad de integrar, transferir y asimilar
conocimiento, que permita desarrollar competencias relacionales. Éstas estarán ligadas a la
habilidad de generar unas corrientes innovadoras que generen un valor superior percibido en la
capacidad de absorción y en la confiabilidad, y la toma de decisiones de los agentes de la red.
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Existen corrientes que posibilitan el desarrollo de instrumentos ligados a la cadena
de valor de conocimientos, entre ellas las investigaciones sobre los productos que
incrementan su valor, la información compartida sobre aspectos de interés que refuerzan la
confianza del prescriptor, la atención y cooperación colectiva hacia al prescriptor en la
resolución de problemas (incluida la satisfacción de sus necesidades), las acciones de
promoción, los servicios compartidos de diseño o el tratamiento específico del material. La
concienciación sobre la disponibilidad de instrumentos colectivos capaces de articularse en
la forma de servicios, que sean comunicados de forma efectiva, posibilitará la consecución
de resultados para la red y los prescriptores.
Las corrientes planteadas por Brown e Eisenhardt (1995), y que consideraron como
vitales en la innovación, son la aproximación racional a los problemas, la capacidad de
compartir recursos, una estrategia de comunicación compartida por la red y una disciplina
común para la resolución de problemas.
En nuestra propuesta, la concurrencia de servicios de valor añadido que surgen de los
procesos de creación e integración de conocimiento y su comunicación adecuada a través de un
proceso que gestione las relaciones entre los agentes, con enfoque hacia los prescriptores,
posibilita fortalecer las capacidades de redes de agentes vinculadas al desarrollo, producción y
comercialización de productos industriales. La organización del conocimiento implica crear
nuevo conocimiento e integrar información y conocimiento disperso, en posesión de
numerosos agentes, pero muchas veces poco formalizado y sobre todo escasamente integrado
para poder ponerlo a disposición del prescriptor de la forma adecuada. La gestión de relaciones
implica responder a las necesidades del prescriptor de forma sistemática y ligar las respuestas a
sus necesidades.
3. LA GESTIÓN DE RELACIONES CON LOS PRESCRIPTORES EN LA RED
SOCIAL DE LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA
En los últimos años, y merced a la colaboración de los autores en el Programa Regional
de Acciones Innovadoras PRAI GAELIC de la Unión Europea, se han ido constituyendo redes
ligadas a la Arquitectura Contemporánea tratando la utilización de materiales y productos del
granito y madera, actividades en las que la industria gallega presenta posiciones de liderazgo
dentro de nuestro país y ocupando un lugar de referencia en Europa. El sector de los
equipamientos y, particularmente estos campos de actividad, perciben la necesidad de
desarrollar procesos de innovación (Winch, 1998; Gann, 2000; Fairclough, 2002; Bresnen et
al., 2005). A su vez, han surgido redes de agentes, que conforman comunidades de trabajo, que
buscan compartir su repertorio de conocimientos relacionados con la práctica (Wenger, 1998;
Mezher et al., 2005). Ante esta perspectiva, los mencionados sistemas productivos del granito y
la madera, han detectado una oportunidad en la generación de tejidos sociales (Napahiet,
Ghoshal, 1998; Adler, Kwon, 2002) que permitan satisfacer las necesidades concretas de los
agentes con capacidad de prescripción. De ahí surge el sistema de gestión propuesto, que parte
de la constitución de una red mundial ligada a la Arquitectura Contemporánea, donde
colaboran, además de las empresas, instituciones, universidades, colegios de arquitectos e
institutos tecnológicos, superando en la actualidad los quinientos agentes.
156
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La creación, integración, transferencia y asimilación eficiente de conocimiento en redes: una propuesta …
La metodología parte de la asunción de premisas comunes por parte de todos los agentes
de la red, una propuesta estratégica que implique la integración de los intereses de cada
colectivo con los intereses globales de la red y una participación activa de todos los agentes.
Teniendo en cuenta estas premisas se procedió a la construcción de la red y posteriormente el
diseño del sistema de gestión de relaciones con prescriptores. Los pasos seguidos para la
construcción de la red fueron:
1.
Identificar los prescriptores de referencia.
2.
Detectar las necesidades de información de los prescriptores.
3.
Integrar las bases de conocimiento: articular de servicios de valor que incrementen
las competencias diferenciales.
4.
Desarrollar el sistema de gestión de relaciones y la estrategia de relacióncomunicación.
Esta metodología pretende obtener un mayor conocimiento de los procesos de decisión,
así como de los tipos de agentes influyentes en el acceso a los mercados industriales.
Establecer un análisis individualizado de las necesidades de los principales grupos
identificados, susceptibles de ser satisfechas mediante la gestión de relaciones. Definir una
estrategia de relación mediante servicios que puedan resultar exitosos de cara a la atracción de
los prescriptores.
a. Identificación de los prescriptores de referencia.
La investigación comienza por la identificación de aquellos agentes que pueden ser
prescriptores y decisores potenciales, entre ellos, constructores, promotores, decoradores,
ingenieros, arquitectos, profesores (en disciplinas de ingeniería, arquitectura y conexas),
revistas especializadas (construcción, arquitectura y decoración), proveedores de materiales y
clientes finales, Administraciones Públicas (organismos relacionados con la promoción, la
investigación, la industria y técnicos de la administración), creadores de tendencias,
especialistas técnicos y comerciales de las empresas, directivos y miembros de los consejos de
administración de las empresas.
Identificados los colectivos hemos decidido trabajar con una muestra de distintos agentes con
diferentes nacionalidades. El resultado fue la realización de 164 entrevistas personales que
consideraran la vocación de internacionalización de las empresas y los agentes de la red (Tabla
1). Esta entrevista poseía dos partes, la primera pretendía definir el área de actividad y
especialización del entrevistado. La segunda, pretendía arrojar información sobre los procesos
de decisión, preguntando opinión sobre cuáles de los colectivos identificados influyen más en
la decisión del tipo de material utilizado en el revestimiento interior o exterior.
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Tabla 1. Información sobre la muestra.
Categoría
Técnico: Arquitecto,
decorador, ingeniero,
publicaciones
53
12
3
6
3
15
9
3
21
6
3
134
País
España
Países Bajos
Canadá
Polonia
Noruega
Francia
México
Bélgica
Reino Unido
Japón
Marruecos
Total
Constructor, promotor,
interiorista, instalador
21
Total
74
12
3
6
3
21
9
3
21
9
3
164
6
3
30
Una vez recogida la información, el tratamiento ha pretendido determinar cuáles de los
colectivos propuestos anteriormente tienen influencia en los distintos modelos de mercados de
la construcción: vivienda privada (interior/exterior), obra pública, oficinas o cadenas
comerciales. Los resultados (Tabla 2 y 3) muestran los colectivos con mayor influencia para
cada mercado, incluyen la media (la valoración oscila de 1 a 6), mediana y desviación típica
(que define el grado de consenso entre los entrevistados).
Tabla 2. Influencia de cada colectivo en el proceso de decisión de materiales de
construcción en vivienda.
Vivienda Exterior
Arquitectos
Promotores
Vivienda Interior
Cliente
final
Arquitectos
Promotores
Interioristas
Cliente
final
Media
4,58
5,56
2,58
4,12
5,71
2,85
4,66
Desv. típ.
Mediana
agrupada
,794
1,240
2,141
1,327
,955
1,652
1,957
4,69
5,82
1,63
4,43
5,87
3,00
5,38
Tabla 3. Influencia de cada colectivo en el proceso de decisión de materiales de
construcción en vivienda
Oficinas
Media
Desv.
típ.
Mediana
agrupada
158
Obra Pública
Cadenas Comerciales
Arquitectos
Consejo
Adm.
Empr.
Arquitectos
Políticos
Técnicos
Adón
Púb.
Arquitectos
Depto.
técnico
Depto.
comercial
4,55
5,24
5,06
3,84
4,31
3,33
4,83
4,75
1,224
1,786
,759
1,780
1,424
1,371
1,899
1,865
4,75
5,78
5,12
4,00
4,53
3,43
5,44
5,33
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La creación, integración, transferencia y asimilación eficiente de conocimiento en redes: una propuesta …
Como lectura inicial de los resultados cabe destacar que en la obra privada, el promotor
es el agente que toma la decisión sobre los materiales y productos a emplear en la Arquitectura
Contemporánea. El criterio técnico lo pone generalmente, un arquitecto, por lo que tiene una
relevancia considerable. La influencia del arquitecto en la obra pública o de oficinas suele ser
considerable, aunque posee ciertas limitaciones (dependientes de las disponibilidades
presupuestarias, del tipo de obra, de la experiencia o prestigio personal). Los colectivos
restantes (interioristas, constructores, proveedores de materiales, universidades y revistas
especializadas) poseen una influencia reducida y la ejecutan indirectamente.
De acuerdo con estas estimaciones, los colectivos que podrían ser de interés para
generar una red de relaciones son los promotores inmobiliarios y los arquitectos. Los primeros,
por su capacidad de decisión en obra privada y los segundos, por su capacidad de influencia o
prescripción técnica en la decisión de compra. A partir de aquí, surge la idea de generar una red
de arquitectura en granito, puesto que los arquitectos salían altamente valorados en lo que
respecta a su influencia en la decisión de compra y, a su vez, son un colectivo que no tiene
satisfechas determinadas necesidades, especialmente en lo que se refiere a aspectos técnicos.
b. Identificación de las necesidades de información de los prescriptores.
El siguiente paso consistió en determinar qué servicios pueden resultar más útiles para el
colectivo crítico identificado: los arquitectos (presentes en todos los procesos de decisión y con
gran capacidad de influencia técnico-estética). Pero estas actuaciones han de complementarse con
otras medidas vinculadas a colectivos con un grado de influencia considerable en la decisión
final: promotores, revistas especializadas, universidades o colegios profesionales. Con el objeto
de definir las necesidades de cada colectivo, se incorporó en la entrevista en profundidad una
cuestión relacionada con posibles actuaciones de valor para su actividad (tabla 4):
Tabla 4. Vía actual más relevante en la incorporación de valor a los productos o servicios.
Respuestas
Porcentaje
Información red
de distribución
Catálogos
comerciales
Servicio de apoyo
técnico
Servicio de
apoyo en
línea
Sistemas
difusión,
comunicación
14
57
65
12
16
8,54%
34,76%
39,63%
7,32%
9,15%
Fuente: Elaboración propia.
c. Integración de conocimiento y servicios para los prescriptores.
Hemos detectado que los agentes necesitan elementos que permitan integrar el
conocimiento disperso a lo largo de la cadena de valor, de modo que facilite su actividad. Pero
con el ánimo de confirmar que estas actuaciones son apreciadas por estos agentes, hemos
preguntado sobre las utilidades y actuaciones más valoradas por los distintos colectivos
provenientes del sistema productivo, sistema de innovación, sistema institucional y sistema de
prescripción, en el que hemos obtenido la siguiente información (tabla 5 y 6):
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Tabla 5. Utilidad de las posibles actuaciones por colectivo (escala mínimo 1-10 máximo).
Fuente: GAELIC (2004).
Tabla 6. Ponderación de actuaciones de gestión atendiendo a diferentes factores
(escala: mínimo 1-5 máximo).
Fuente: GAELIC (2004).
De las respuestas se deriva que existe una necesidad latente de servicios que respondan
a requerimientos de los agentes especializados. Estas necesidades pueden resolverse mediante
una respuesta a través de la organización del conocimiento existente en la industria, el sistema
de innovación, el sistema institucional y también en el propio sistema de prescripción. Por otra
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La creación, integración, transferencia y asimilación eficiente de conocimiento en redes: una propuesta …
parte, la mayoría de los proyectos a aplicar exigen la organización de conocimiento adaptado a
los agentes a los que se dirija, de ahí que es conveniente discriminar por agente, porque sus
exigencias o decisiones serán distintas. La actuación propuesta es doble y transversal,
combinando la identificación de los agentes con la definición de las acciones que requieren con
el fin de facilitar la toma de decisiones.
Las valoraciones específicas sobre los servicios de valor y las competencias
diferenciales que se derivan de ellos se explicitan en la tabla 7:
Tabla 7. Valoración de productos y servicios para la prescripción
y competencia diferencial afectada.
Resultado Global
Mínimo: 1; Máximo: 5
Servicio más demandado
Puntuación Competencia relacionada
Asesoría y características técnicas de producto
4,151
Aplicaciones funcionales
4,069
Aplicación Fácil
Mantenimiento y cuidado de productos
4,000
Fiabilidad y Mantenimiento
Convergencia de materiales (acabado, metales, plásticos…)
3,974
Convergencia de Materiales
Identidad marca
3,970
Confiabilidad
Red de expertos (instalación/formación)
3,788
Red de Expertos
Excelencia en usos y aplicaciones
3,788
Aplicación Fácil
Aplicación fácil
3,758
Aplicación Fácil
Normativa técnica (N+H+C)
3,727
Confiabilidad
Tendencias. Diseño interior
3,701
Tendencias en Diseño
Confort y bienestar (ergonomía, VOC’s y humedad)
3,600
Confort y Bienestar
Código Técnico de Edificación
3,485
Aplicación Fácil
Sostenibilidad: indicadores y marca
3,485
Confiabilidad
Estudio casos. Obras singulares
3,303
Aplicación Fácil
Normativa medioambiental
3,030
Confiabilidad
Servicio postventa, atención al cliente y garantía de calidad
3,000
Confiabilidad
Eventos singulares
2,970
Red de Expertos
Tendencias. Diseño estructural
2,853
Tendencias en Diseño
Asistente diseño
2,758
Tendencias en Diseño
Diseño verde
2,753
Tendencias en Diseño
Cátedra
2,727
Red de Expertos
Soluciones específicas CAD
2,606
Fiabilidad y Mantenimiento
Diseño preventivo
2,606
Fiabilidad y Mantenimiento
Aplicaciones singulares
2,541
Aplicación Fácil
Tendencias. Diseño ergonómico y barreras arquitectónicas
2,519
Tendencias en Diseño
Productos y domótica
2,376
Convergencia de Materiales
Remodelación, rehabilitación y reciclaje
2,200
Fiabilidad y Mantenimiento
Servicio de respuesta rápida a distribuidores y minoristas
2,152
Confiabilidad
Servicio de protección del cliente
2,100
Confiabilidad
Menciones especiales
2,061
Red de Expertos
Servicio búsqueda de suministradores
2,000
Red de Expertos
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Confiabilidad
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Los servicios ligados a la confiabilidad son los más destacados por la red de agentes a
continuación le siguen los servicios relacionados con la aplicación fácil, la fiabilidad y el
mantenimiento, la convergencia de materiales, las redes de expertos de apoyo a la instalación y
la formación, las tendencias en el diseño y el confort y bienestar.
Tabla 8. Resultado de productos y servicios por bloque de la cadena de valor del
prescriptor y subsistema productivo.
1. CONFIABILIDAD
Asesoría y características técnicas de producto
Identidad marca
Normativa técnica (N+H+C)
Sostenibilidad: indicadores y marca
Normativa medioambiental
4,151
3,970
3,727
3,485
3,030
2. APLICACIÓN FÁCIL
Aplicaciones funcionales
Excelencia en usos y aplicaciones
Aplicación fácil
Código Técnico de Edificación
Estudio casos. Obras singulares
3. FIABILIDAD Y MANTENIMIENTO
Mantenimiento y cuidado de productos
4. CONVERGENCIA DE MATERIALES
Convergencia de materiales (acabado, metales, plásticos…)
5. RED DE EXPERTOS
Red de expertos (instaladores/formadores)
6. TENDENCIAS EN DISEÑO
Tendencias. Diseño interior
7. CONFORT Y BIENESTAR
Confort y bienestar (ergonomía, VOC’s, humedad y aislamiento)
4,069
3,788
3,758
3,485
3,303
4,000
3,974
3,788
3,701
3,600
4. PROPUESTA DE GESTIÓN DE LA RELACIÓN CON LOS PRESCRIPTORES (PRM)
La propuesta trata de establecer una sistemática en la relación con los prescriptores,
dentro de una red orientada a mercados industriales, mediante actuaciones individualizadas
que acerque el sistema productivo a la demanda y responda a los requerimientos de los
agentes de la red. El planteamiento de fondo busca establecer vías de contacto continuadas
con estos colectivos mediante el establecimiento de relaciones a través de canales de
comunicación adaptados por los que se ofrezcan servicios diferenciales (Mezher et al.,
2005). Estas actuaciones pretenden generar confianza en el prescriptor, derivada del
dinamismo y de la capacidad de adaptación, que preceda a su compromiso en la relación.
Esta estrategia requiere que se desarrolle la cadena de valor de conocimiento que implica
su creación, integración y transferencia (Figura 3):
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La creación, integración, transferencia y asimilación eficiente de conocimiento en redes: una propuesta …
Figura 3. Modelo de puesta en marcha de la estrategia PRM.
Procesos
Métricas
GESTOR DE RELACIONES
(transferencia y asimilación)
PRESCRIPTOR
SERVICIOS DE VALOR
(integración)
Aplicaciones singulares
Obras singulares y relevantes.
Catálogo técnico
Muestrario de productos y guías
para la aplicación de materiales.
Normativa y N+H+C global.
Directorio de proveedores y de
capacidades.
Simulador de corte y colocación
Biblioteca soluciones CAD
Biblioteca información normativa
Servicio de respuesta tecnológica
Servicio normativas: medioambiental,
jurídica, técnica, etc.
Servicio de ayuda al diseño de
proyectos y memorias
Observatorio sectorial
Servicio de apoyo a la instalación
ÁMBITOS DE CONOCIMIENTO
(creación)
CONOCIMIENTO
COMÚN
clave para el
entendimiento, la
organización, la
gobernanza y el
desarrollo de la red)
CONOC. DEL
CONOC. DEL
CONOC.
CONOC.
CONTEXTO CONTEXTO social ESPECÍFICO
ESPECÍFICO sobre
medioambiente y e institucional con TECNOLOGÍA
el diseño y la
desarrollo
influencia. Por
Conocimiento de
colocación, el
ejemplo reglas y
los materiales,
tratamiento,
sostenible.
normativas.
productos, usos y
mantenimiento,
aplicaciones y de
restauración y
los procesos para
conservación.
crearlos y
obtenerlos.
AGENTES INVOLUCRADAS (ONTOLOGÍA)
INTEGRACIÓN
TRANSFERENCIA Y
ASIMILACIÓN
Contactos
CREACIÓN
CADENA DE VALOR DE CONOCIIENTOS (EPISTEMOLOGÍA)
ESTRATEGIA PRM
Fuente: elaboración propia.
-
Desarrollar la cadena de valor de conocimientos a través de la investigación (creación),
la capacidad de compartir y el desarrollo de servicios (integración):
-
Diseñar las bases de conocimiento, detectar las “cajas negras” e investigar, crear
nuevo conocimiento a través de unas bases de conocimiento adecuadas
-
Integrar el conocimiento: compartir el know-how en la búsqueda de una mayor
satisfacción de las necesidades del agente intermedio (prescriptor) que redunde en una
aproximación al cliente final y desarrollar servicios de valor.
-
Impulsar una relación (transferencia) eficiente y eficaz con los agentes prescriptores,
para lo cual es necesario:
-
Articular una red con capacidad de innovación constante y que vincule a todos los
agentes que conforman el sistema productivo.
-
Desarrollar una sistemática en la gestión de relaciones con los prescriptores que
explote las relaciones en beneficio de todos los agentes involucrados.
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-
Impulsar una orientación al mercado o la capacidad de atender las necesidades del
cliente final y del prescriptor, mediante la coordinación de los diferentes agentes que
forman la cadena de valor. Su aplicación puede ayudar a fortalecer una marca que
diferencie a la red de agentes frente a los competidores.
-
Pro-actividad o capacidad de acción que tome la iniciativa en la relación con los
prescriptores, no permanecer pasivos.
-
Una capacidad de liderazgo visible.
El enfoque propuesto requiere una estrategia dinámica, asumida por todas las entidades
involucradas. El instrumento propuesto para potenciar los activos relacionales implica atender
a los contactos (identificación/clasificación de contactos sobre la base de su perfil), los
procesos (actuaciones a ejecutar con los diferentes agentes) y métricas vinculadas a las tareas
de control de funcionamiento de la estrategia, las incidencias, la ejecución y en los resultados
obtenidos.
La gestión de relaciones tendrá como soporte principal la integración del conocimiento
procedente de diferentes ámbitos. Requiere una orientación al mercado continuada que permita
identificar, adquirir y desarrollar conocimiento multidisciplinar (Bresnen et al., 2005):
a.
De la red de agentes y, particularmente, de las empresas productoras y de actividades
principales (aprovisionamiento, fabricación y distribución). La integración de este
conocimiento disperso a lo largo de la cadena de valor puede mejorar el diseño y
aplicación de los productos.
b.
Del sistema de innovación, específicamente del ámbito tecnológico, normativo y
medioambiental. El fuerte componente técnico del producto hace necesario disponer de
conocimiento transversal.
c.
Del sistema institucional y social. Requiere la implicación de diferentes componentes
del entorno del sistema productivo, incluidas las administraciones públicas y otros
organismos influyentes (entidades reguladoras o de financiación) que impulsen
normativas de homologación, certificación, desarrollen servicios públicos y valoricen
socialmente una red ligada a las capacidades regionales.
La integración de conocimiento a través de la puesta en marcha de servicios de valor es
el instrumento de acción que canaliza la interacción con los prescriptores. Pretenden ofrecer
conocimiento concreto basado en una respuesta específica a las necesidades identificadas de
cada agente; incorporando a su vez un carácter innovador tanto a la comunicación como en su
aplicación.
5. CONCLUSIONES
Los hallazgos obtenidos en la investigación sugieren que la creación de redes sociales
de prescriptores, que funcionen con una óptica de organización del conocimiento y orientadas a
incrementar la capacidad de absorción, serán beneficiosas para las organizaciones promotoras
así como una importante fuente de creación de valor (Bresnen et al., 2005). Estos resultados
son consecuencia de una metodología que, partiendo de la detección del rol que juegan
diferentes agentes frontera con influencia trata de dar una respuesta a través de la creación de
una red y el desarrollo de servicios de valor sobre todo, aquellos basados en el incremento de la
confiabilidad técnica. A partir de aquí, surge una propuesta de sistema para gestionar estas
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La creación, integración, transferencia y asimilación eficiente de conocimiento en redes: una propuesta …
relaciones que conecta a agentes de diferente naturaleza movilizada por intereses comunes.
Esta aproximación refleja una estrategia personalizada de tratamiento del conocimiento en
redes (Hansen et al., 1999) que exige la asunción de una serie de costes a todos los niveles de
la red asumibles por los beneficios generados.
Así, el presente trabajo posee considerables implicaciones a diferentes niveles de la
gestión. La primera es que existe una necesidad creciente de articular nuevas estrategias
colectivas basadas en la creación, integración y transferencia eficiente de conocimiento a través
de la generación de redes de agentes relacionados con productos cuya utilización conlleva un
fuerte componente de conocimientos especializados (particularmente sucede en los productos
industriales). La articulación de estas redes estimula la integración y transferencia de
conocimientos y, con ello, la capacidad de absorción de conocimientos entre los distintos
agentes, con lo que aumenta su confianza, reforzándose a la vez las capacidades colectivas
tanto de la industria como de los agentes frontera.
Una segunda es que es un enfoque que posee gran aceptación en las empresas y en los
prescriptores. Supone un cambio en la forma de actuar que traslada el agente principal de un
individuo u organización hacia un colectivo articulado a través de redes. Con este enfoque el
prescriptor dispone de servicios de valor orientados a resolver sus necesidades de información
y conocimientos específicos.
La tercera es que posee considerables valores innovadores asociados a la organización
del conocimiento combinado con la comunicación personalizada. Realmente, las redes son la
nueva frontera en la innovación en los negocios y ello exige un cambio de enfoque en los
procesos de negocio tradicionales, donde la combinación de aspectos sociales y económicos se
muestra crítica. Es necesario canalizar la potencialidad de estas redes estimulando las
competencias colectivas y ofrecer una respuesta adecuada a los retos de creación, integración,
transferencia y absorción de conocimientos a través de estrategias y sistemas que vinculen a los
agentes. En este sentido, la propuesta expuesta está centrada en la gestión de contenidos y
relaciones que impulse el valor percibido por todos los agentes.
Pero también posee limitaciones, y es que, pese a la aceptación, aún no se puede
cuantificar el esfuerzo a través de resultados, es decir, la propuesta que planteamos es de largo
recorrido y los resultados se consiguen a largo plazo. Exige un cambio en la dinámica
competitiva difícil de asumir por algunos agentes. Pueden surgir elementos de tensión entre los
agentes componentes de la red social que provoquen la pérdida de consenso en sus objetivos
(DeFillippi y Arthur, 1998), algo que puede afectar especialmente a una red con actividades y
sensibilidades diferentes (Bresnen et al., 2004).
En definitiva, la apuesta por la creación de una red social de agentes es una oportunidad
de innovación y renovación del sistema productivo y de los agentes de la red que apuestan por
la organización del conocimiento y la gestión de relaciones para difundir sus competencias
diferenciales como base de su fuerza competitiva en el futuro.
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166
ISSN: 1135-2523
Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº3, 2008, pp. 151-166
Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa
Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 167-184, ISSN: 1135-2523
ASPECTOS ORGANIZACIONALES Y DE COOPERACIÓN EN I+D
COMO CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN. EL CASO DE LA
INDUSTRIA ALIMENTARIA EN LA COMUNIDAD VALENCIANA
Sierra Pereiro, M.*
Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA)
Albors Garrigós, J.
Ruiz Molina, M.E.
Universidad Politécnica de Valencia
Recibido: 13 de diciembre de 2007
Aceptado: 12 de septiembre de 2008
RESUMEN: En el presente artículo se presenta una clasificación del sector alimentario valenciano
mediante la técnica estadística del análisis cluster. Esta técnica permite conformar conglomerados
con similares características que permitirán diseñar políticas adecuadas a las mismas. Dentro de los
factores considerados para la conformación de los clusters destacan la colaboración con la
universidad, el tamaño empresarial (en número de empleados y en facturación), la existencia de un
departamento de I+D que no realice controles de calidad y dos factores internos relacionados a la
competitividad: el dominio de nuevas tecnologías y el desarrollo de nuevos productos. Se han
conformado tres conglomerados conformados por tres tipos de empresas que denominamos líderes,
innovadoras potencialmente colaboradoras con la universidad y tradicionales, que presentan
características significativamente diferentes.
PALABRAS CLAVE: Cluster, Relación universidad-empresa, Sector alimentario.
ORGANIZATIONAL AND R&D COOPERATION ISSUES AS
INDUSTRY CLASSIFICATION CRITERIA. THE CASE OF THE
FOOD INDUSTRY IN THE VALENCIA REGION
ABSTRACT: The present paper addresses a proposal for a taxonomy of the local Valencia food
industry by means of cluster analysis. This technique allows conforming conglomerates with similar
characteristics which will facilitate its analysis and the design and application of public support
policies contingent with the firms needs belonging to each cluster. In relation to factors and variables
for the clusters conformation the following were emphasized: collaboration with university, firm size,
existence of a dedicated R&D department as well as two factors associated with the firm
competitiveness: skills at new product development and technology absorption capacity. Three
distinctive conglomerates were found: “leaders” firms, “innovators” with potential for university
collaboration and “traditional” conservative firms.
KEYWORDS: Cluster, University-business relationship, Food industry.
1. INTRODUCCIÓN
La innovación consiste en “introducir en el mercado un nuevo producto, introducir un
nuevo proceso de valorización o de fabricación, o un nuevo modelo de organización en la
empresa” (Bellon, 1994). Alrededor de este concepto se han suscitado numerosos debates y
controversias (Carrier y Garrand, 1996).
En particular, en las últimas dos décadas, el papel de la interacción de la universidad en
relación a la industria y al compromiso con el desarrollo de la región donde se sitúa ha cobrado
un auge especial. Esta cuestión empezó a adquirir una especial relevancia en los años 80 en
EE.UU. en un contexto de “crisis de competitividad” (Lee, 1996, 2000). Actualmente en
Europa se atraviesa una fase de reflexión en la que también se abordan esos aspectos de crisis
Sierra Pereiro, M.; Albors Garrigós, J. ;Ruiz Molina, M.E.
de competitividad que estuvieron presentes en el caso americano. Se habla, así, de la “Paradoja
europea”, que se refiere al hecho de que si bien Europa cuenta con un nivel científico y
tecnológico comparable a Estados Unidos y Japón; no tiene la capacidad de estos últimos de
trasladar dicho acervo al ámbito industrial, promoviendo una mayor innovación en este terreno.
Unido a la conciencia sobre dicha paradoja, en el ámbito europeo cada día cobra más fuerza el
hecho de que las empresas más competitivas son aquellas que forman parte de redes regionales
competitivas internacionalmente; dichas redes regionales se conforman con la participación de
la administración, las empresas, las universidades, los centros de investigación y diversas
instancias de soporte a la innovación regional (Gellynck, Vermeire y Viaene, 2006).
En el comienzo del siglo XXI no compiten empresas aisladas sino potentes redes, por lo
cual competir sin formar parte de las mismas es hacerlo en clara desventaja. Estas redes se
sitúan en sistemas regionales de innovación y asumen la innovación como una tarea sistemática
y continua de generación de ventajas competitivas. Para ello se requiere de un sistema de
innovación articulado y “coopetente” con la participación de una diversidad de agentes
públicos y privados que “cooperan y compiten”.
La universidad como parte de esas redes, establece diversas vías de relación con las
empresas de su entorno y contribuye directa e indirectamente en los procesos de innovación. El
desafío es realizar una política de relación que articule diversos canales según el diverso perfil
de las empresas del entorno; siendo además conscientes que los centros públicos de
investigación son un agente importante, pero no exclusivo en la red de agentes que utilizan las
empresas para realizar sus procesos de innovación. La caracterización y segmentación de las
empresas del entorno de las universidades sienta las bases para la implementación de una
política adecuada de relación entre universidad y empresa.
Dada la difícil situación competitiva que atraviesa el sector alimentario europeo (CIAA,
2006) y su papel estratégico en la economía, la Universidad puede ejercer una importante
función como fuente de información para la empresa alimentaria española y europea
(Christensen, Rama y von Tunzelmann (1996). Sin embargo, la inversión en I+D por parte de
las empresas agroalimentarias sigue siendo muy baja en comparación con otras industrias
(Albert, Martin y Tanguy, 2002; 2003).
El presente estudio pretende contrastar, a través de la obtención de una clasificación de
empresas en base a su relación con la universidad, la existencia de una tipología de empresas
dentro de la heterogeneidad del sector que permita el diseño de políticas específicas para
mejorar la relación de las empresas con la universidad.
2. REVISIÓN DE LA LITERATURA
El sector alimentario es un sector que ha sido clasificado en tres categorías diferentes
entre el fin del siglo XX y comienzos del XXI. En la clasificación original de Pavitt (1984) se
le consideraba como de escala intensiva. Luego se le clasificó y aún predomina dicha
categorización como dominado por proveedores (García y Burns, 1999; García y Briz, 2001); y
más recientemente se le considera como basado en la ciencia (Europe Innova, 2006), sobre
todo a partir del desarrollo de los alimentos funcionales y también del peso creciente de la
biotecnología en el sector.
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 167-184
Aspectos organizacionales y de cooperación en i+d como criterios de clasificación. El caso de la …
Un rasgo destacado del sector alimentario es la existencia de una baja inversión en I+D,
hecho que puede obedecer a diversas causas, entre las que destacamos las siguientes:
Fuerte dependencia de la innovación de la industria alimentaria del progreso
técnico y científico proveniente de otros sectores, los flujos de tecnología
intersectorial (Rama, 1996, 1998a, 1998b; López, Montas-Peón y Vázquez, 2003).
Desde 1970 los avances tecnológicos más espectaculares han sido originados en otros
sectores. Por ejemplo, la extrusión proviene de la industria del plástico, la industria
nuclear provee la ionización y las membranas minerales y desde la química viene la
hidrogenación parcial de los ácidos grados. La incorporación de tecnología sobre todo
proviene de las industrias de bienes de equipos y de otros proveedores. Las
innovaciones radicales, dirigidas al control de los procesos biológicos, a la
preservación de alimentos o a la segura adaptación de los alimentos a diferentes
prácticas y contextos de consumo, son consecuencia de transformaciones
fundamentales en los procesos tecnológicos basados en transferencias inter-industrias
y más específicamente del incremento de interacciones sistemáticas con industrias
basadas en la ciencia tales como la química y la bioquímica (Wilkinson, 1998, 2002).
Aprovechamiento de los conocimientos científicos y los conocimientos
tecnológicos producidos fuera de la firma. Según Mangematin y Mandran (2000), el
sector alimentario, a pesar de tener débil capacidad interna de I+D, es capaz de
aprovechar e incorporar los resultados producidos en los institutos públicos de
investigación.
Componente artesanal del sector alimentario (Bye, 1998; CIAA, 2006),
atribuida a factores sociales y culturales que incrementan las preferencias de los
consumidores por productos y dietas basados en tradiciones rurales que se mantienen
estables a lo largo del tiempo. Este hecho implica que coexistan un importante número
de pequeñas y medianas empresas que continúan usando técnicas y métodos
tradicionales con empresas multinacionales que utilizan modernas tecnologías.
Comportamiento conservador del consumidor e en su elección de los
alimentos. Dado que, inicialmente los consumidores rechazan los nuevos productos,
las innovaciones radicales escasean en el sector alimentario (López et al., 2003). La
innovación es más defensiva que radical, determinada por ciclos económicos y no tan
relacionada a avances científicos o tecnológicos como a regulaciones nutricionales y
de seguridad alimentaria, cambios sociales y demográficos (urbanización,
envejecimiento de la población, actividad laboral de la mujer fuera de casa,
dimensiones y características de las familias), y cambios en el mercado (ingresos,
precios, globalización de las preferencias, apertura de nuevos mercados, expansión de
las multinacionales, competencia basada en diferenciación, etc.). Esto conduce a que
en la industria alimentaria sea frecuente la novedad sin innovación (Denisse et al.,
2002), y el llamado lanzamiento de un “nuevo” producto, en muchos casos es
simplemente la segmentación de los productos existentes, una extensión de línea y
variantes. La estrategia prevaleciente es de hecho una estrategia por la variedad más
que una estrategia de innovación (Nakhla, 1993). Esto se debería a que en los
alimentos mucha novedad tecnológica es fuente de preocupación y de desconfianza
por el consumidor; como avalan recientemente el temor ante los procesos de
ionización o los organismos genéticamente modificados. Las preferencias alimentarias
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Sierra Pereiro, M.; Albors Garrigós, J. ;Ruiz Molina, M.E.
individuales se han formado durante la infancia, esta característica de la demanda de
alimentos tiene un efecto disuasivo en la creación de alimentos radicalmente nuevos.
Esto comenzaría a cambiar con los alimentos funcionales (Stewart-Knox y Mitchell,
2003), más de dos décadas de investigaciones en varias industrias concluyen que los
productos originales tienen más probabilidad de éxito (Dahan y Hauser, 2001). En
relación a los alimentos, existe una creciente evidencia que indica que los conceptos
originales son más exitosos que los copy-cat o me too, i.e. copias o imitaciones (Knox
et al., 2001; Van Trijp y Steenkamp, 1998). Esto sería corroborado por un estudio en
los EE.UU. donde se indica que el fracaso de los productos realmente nuevos era
solamente de un 25% (Hoban, 1998). Sin embargo, solamente una pequeña
proporción de los alimentos vendidos son realmente novedosos (Rudolph, 1995). El
miedo al fracaso de los nuevos productos se refleja en los bajos ratios de innovación
del sector alimentario con muchas compañías que prefieren re-desarrollar antiguos
productos que crear nuevos buscando incrementar dicho ratio (Iori et al., 2001).
Irónicamente, este enfoque aparentemente “seguro” perpetua los problemas del alto
grado de fracaso de los productos alimentarios.
Importancia de los gastos en comercialización, marketing y publicidad para la
venta de los productos agroalimentario (Denisse et al., 2002). Dada la dura
competición y la presión por los márgenes por parte de los grupos de distribución, las
inversiones en I+D mantienen en niveles muy bajos. Así, en Francia la industria
alimentaria gasta en publicidad 14 veces más que lo que gasta en I+D, y los nuevos
productos desarrollados en las firmas se realizan con equipos humanos muy pequeños
(Denisse et al., 2002).
Si bien las características anteriores describen en gran medida al sector, en el mismo se
observa una gran heterogeneidad de empresas (Fernández, Jiménez, Gutiérrez y Castro, 2003).
La clasificación resulta fundamental para el estudio de cualquier fenómeno. Sin embargo, no
existen muchos trabajos que contribuyan a segmentar al sector alimentario teniendo en cuenta
la relación entre organismos públicos de investigación (OPIs) y empresas. Entre estos se
encuentran Fontana et al. (2004) y Avermaete et al. (2003, 2004). Los primeros tratan de
indagar los motivos por los cuales las firmas europeas de la industria química y de alimentos y
bebidas colaboran con la universidad. Fontana et al. (2004) concluyen la existencia de un
primer grupo de empresas que identifican a los OPIs como los más importantes contribuyentes
en el proceso de innovación, y que parecen establecer relaciones con la universidad para
cumplir con los requerimientos de las regulaciones gubernamentales. Este grupo de empresas
concede mayor importancia que el resto a las motivaciones referidas a reducción de costes y
actualización en los conocimientos tecnológicos; establecen relaciones con socios conocidos
(previa experiencia) pero principalmente a través de contactos informales y consideran a las
universidades como expertos capaces de tratar de cuestiones de seguridad, calidad, etc. Estas
restricciones se establecen frecuentemente por el gobierno pero pueden ser impuestas por las
empresas de distribución, las cuales pueden requerir evidencia, por ejemplo, de los estándares
de higiene en los procesos de producción. La evidencia obtenida parece sugerir que las OPIs
tienen un rol específico en el sector de alimentación y bebidas; proveen fiables y actualizados
tests que facilitan mostrar que los productos cumplen con la regulación (impuesta por el
gobierno y otras instituciones). Estas actividades (testaje y asesoramiento experto) no
necesariamente requieren acuerdos formales.
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 167-184
Aspectos organizacionales y de cooperación en i+d como criterios de clasificación. El caso de la …
Los resultados del análisis apoyan la idea que las relaciones entre las firmas y los OPIs
son caracterizados por un alto grado de heterogeneidad. Afirman que se deben crear incentivos
en ambas actores para colaborar y que sin una demanda apropiada poco se puede hacer para
mejorar la relación universidad-empresa por más que las políticas se dirijan a las OPIs para que
estas colaboren.
Por otra parte, Avermaete, et al. (2004) analizan 177 empresas de alimentos de seis
áreas rurales europeas identificando cuatro grupos: no innovadoras, tradicionales, seguidoras y
líderes. Sus resultados destacan el papel clave de las habilidades y calificación del personal; la
inversión de la firma en know-how y el uso externo de información. Sin embargo, no
encontraron evidencia de la relación entre las características del emprendedor y la actividad
innovadora de la empresa.
Las empresas clasificadas como “no innovadoras” son empresas que no han introducido
nuevos o modificaciones sustanciales de productos o procesos. “Tradicionales” son aquellas
empresas que han introducido innovaciones de producto o proceso, pero no realizan
actividades de I+D. “Seguidores” y “líderes” son firmas que han introducido innovaciones de
producto y de proceso y en las cuales se ha invertido en actividades de I+D. Pero mientras que
los “seguidores” invierten hasta 1% de su cifra anual de negocio, los “líderes” exceden ese 1%
de las ventas anuales.
Cerca del 44% de las empresas “líderes” consultan una o más veces a los institutos
públicos cuando desarrollan productos o procesos innovadores. En el caso de “tradicionales” o
“seguidores”, esta cifra es significativamente más baja (7 y 17% respectivamente).
Se señala asimismo en la literatura que estas pequeñas empresas alimentarias producen
en muchas ocasiones productos específicos de diferente naturaleza a los producidos por las
grandes empresas. En este sentido, en estas empresas alimentarias se desarrolla un importante
componente de la identidad cultural europea (Avermaete et al., 2004). No obstante, existe un
amplio debate en torno al papel que juega el tamaño en la innovación1.
3. HIPÓTESIS
Basándonos en la literatura existente, hemos formulado una serie de hipótesis. En
primer lugar se considera la variable tamaño como relevante a la hora de segmentar el sector
alimentario. Si bien este elemento ha sido fuente de controversia en la literatura existente,
consideramos que es un factor a tener presente para la clasificación de empresas del sector.
Sin embargo, como recogen Robertson y Gatignon (1998) los argumentos sobre la
influencia del tamaño de la empresa en la decisión de cooperar son contradictorios desde el
punto de vista teórico y también desde la evidencia empírica. Para llevar a cabo actividades de
I+D es necesario que las empresas cuentan con una cantidad de recursos financieros, técnicos y
humanos más fácilmente disponible en las empresas grandes. Esas empresas podrán realizar las
actividades de I+D internamente, mientras que las empresas pequeñas, con mayor escasez de
recursos, se verán abocadas a la cooperación con otras para poder acometer ciertos proyectos.
Por otro lado, un argumento clave que tiene una empresa para cooperar es el de acceder a un
conocimiento complejo del cual carece. Para poder absorber dicho conocimiento es necesario
que la empresa tenga una base de conocimiento propio, unas habilidades, que sólo se obtienen
1
Véase Galizzi y Venturini (1996) para una revisión de la literatura.
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si internamente ha realizado antes actividades de investigación (Cohen y Levinthal, 1990). Esto
último es más probable que lo hayan hecho las grandes empresas, de manera que a veces las
pequeñas no pueden cooperar porque carecen de una base de conocimiento propio.
Los anteriores argumentos teóricos son contradictorios y la evidencia empírica no
resuelve el problema puesto que mientras Bayona et al. (2001, 2003); Tether (2002) y Fritsh y
Lukas (2001) encuentran que existe una relación positiva entre tamaño y cooperación; Pisano
(1990) y Robertson y Gatignon (1998) no encuentran relación entre las variables.
H1: El tamaño de las empresas es una variable que permite diferenciar de forma
significativa los clusters del sector alimentario.
H2: La colaboración universidad-empresa se favorece si la empresa cuenta con mayor
tamaño.
En segundo lugar se considera como factor de clasificación la capacidad de absorción.
Este factor es analizado por Condom (2002), quien afirma que la relación entre cooperación y
gasto en I+D de las empresas presenta en la literatura aproximaciones contradictorias, existe un
debate sobre qué se entiende por capacidad de absorción y cómo medirla (gasto en I+D,
personal cualificado en tareas de investigación, existencia de un departamento de I+D,
experiencia investigadora). En este sentido, la capacidad de absorción ha sido medida de
diversas formas, por ejemplo, como gasto en I+D (Arora y Gambardella, 1994; Colombo y
Garrone, 1996), número de proyectos de I+D llevados a cabo internamente como medida de la
experiencia de I+D (Pisano, 1990); la realización sistemática de actividades de I+D y el gasto
interno de I+D por empleado (Tether, 2002); la intensidad de I+D, el número de ejecutivos y la
existencia de una oficina de diseño (Bougrain y Haudeville, 2002).
Desde la literatura de los recursos y las capacidades parece lógico pensar que las
empresas más capacitadas en I+D no necesitarán cooperar con otras para llevar a cabo esta
actividad. Sin embargo, las empresas que carecen de conocimiento y habilidades necesarios
para la investigación buscarán cooperar con otras para acceder al know how de los socios,
internalizar sus habilidades y competencias para, a partir de ellas, crear nuevas competencias
válidas para la empresa. Pero desde la teoría de la capacidad de absorción se dice que para que
una empresa aproveche el conocimiento externo en una materia es necesario que previamente
cuente con una capacidad propia en dicha actividad. Así pues, desde este punto de vista el
esfuerzo autónomo de I+D aumenta la propensión a cooperar (Cohen y Levinthal, 1990;
Colombo y Garrone, 1996).
Sin embargo, la aportación de los estudios empíricos en este tema es contradictoria. En
este sentido, Arora y Gambardella (1994), Colombo y Garrone (1996), Bayona et al. (2001) y
Fritsch y Lukas (2001) encuentran que la capacidad en I+D de las empresas influye de forma
positiva en los acuerdos de cooperación. En cambio, Pisano (1990) demuestra que la
experiencia que las empresas han adquirido por haber llevado a cabo proyectos de
investigación internamente en un área dada, les lleva a tener una propensión menor a colaborar
en proyectos de esa área. En el estudio realizado en Cataluña, Condom (2002) concluye que
cooperan más aquellas empresas que tienen departamento de I+D, siendo esto valorado como
un indicador de su mayor capacidad de absorción.
H3: La capacidad de absorción de las empresas permite diferenciar de forma significativa
los clusters del sector alimentario.
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 167-184
Aspectos organizacionales y de cooperación en i+d como criterios de clasificación. El caso de la …
H4: La colaboración universidad-empresa se favorece si la empresa presenta mayor
capacidad de absorción.
Para contrastar estas hipótesis medimos la capacidad de absorción con una variable
dummy que toma valor 1 ante la existencia de un departamento de I+D que no realiza controles
de calidad y 0 en caso contrario.
Seguidamente analizamos también los factores de competitividad de la empresa. En este
sentido, se considera que si una empresa valora el desarrollo de nuevos productos como un
factor importante de su competitividad estará más proclive a colaborar con otros agentes como
las universidades que le permitan salir de la trayectoria habitual y aportar ideas y soluciones
para el desarrollo de nuevos productos. Esto se está comprobando en el caso de los alimentos
funcionales donde la colaboración con la ciencia es más fluida (Mark-Herbert, 2003, 2004).
H5: La importancia otorgada al desarrollo de nuevos productos permite diferenciar de
forma significativa los clusters del sector alimentario.
H6: Las empresas que dan mayor importancia al desarrollo de nuevos productos como
factor interno de competitividad colaboran en mayor medida con las universidades.
Del mismo modo, se considera que si una empresa considera que el dominio de nuevas
tecnologías es un factor interno importante de competitividad estará más proclive a colaborar
con la universidad ya que ésta permanentemente requiere estar al día en las mismas como
forma de actualizar su formación y su producción científica. Fort et al. (2002) sostienen que la
innovación en los procesos de fabricación es poco corriente en el sector agroalimentario y que
sobre todo se trata de adaptar las tecnologías existentes. Las innovaciones tecnológicas, de
proceso y las organizacionales, necesitan de competencias y recursos que los dirigentes de las
empresas alimentarias generalmente no poseen, y en estos casos puede ser necesaria la
participación en redes (locales, nacionales o internacionales).
H7: La importancia otorgada al dominio de nuevas tecnologías permite diferenciar de
forma significativa los clusters del sector alimentario.
H8: Las empresas que dan mayor importancia al dominio de nuevas tecnologías como
factor interno de competitividad colaboran en mayor medida con las universidades.
4. METODOLOGÍA
Para conseguir el objetivo propuesto, realizamos un análisis cluster. Esta técnica tiene
por objetivo identificar grupos de elementos similares y descubrir así patrones y correlaciones
interesantes en grandes grupos de datos. Así, el problema para la agrupación o el análisis
cluster consiste en dividir determinado conjunto de datos en grupos (clusters) de forma que los
datos dentro de un cluster sean más similares entre sí que los puntos en otros clusters (Haldiki
et al., 2001).
El análisis cluster es un instrumento de utilidad en distintas aplicaciones en la
investigación en el campo de las ciencias sociales, especialmente en fases de análisis
exploratorio (Jain et al., 1999; Haldiki et al., 2001).
Con el fin de validar internamente las soluciones obtenidas, aplicamos un análisis
cluster no jerárquico. Adicionalmente, se procede a validar externamente la solución obtenida
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comparando los valores medios obtenidos para otras variables en los distintos clusters. De esta
forma, se trata de contrastar que las empresas que pertenecen a distintos clusters presentan
valores significativamente diferentes en variables relativas a otros ámbitos no incluidos en el
análisis. Para ello, se contrasta la hipótesis nula de igualdad entre los clusters para las distintas
variables a través del análisis de la varianza de un factor (ANOVA).
Una vez validados los resultados, se procede a identificar las características de los
clusters generados. De esta forma, el análisis cluster permite segmentar a las empresas con el
objetivo de diseñar políticas desde la universidad que respondan a sus características
específicas.
5. MUESTRA Y BASE DE DATOS
En el presente trabajo, abordamos el estudio de la cooperación universidad-empresa en
I+D para el sector alimentario. La elección de este sector obedece a su carácter estratégico
(Avermaete et al., 2004), tanto en cifra de negocio (segundo sector industrial europeo y cuarto
en la Comunidad Valenciana) como en número de empleos generados (primer sector industrial
con 4,5 millones de trabajadores y cuarto en la CV con 34.000 trabajadores).
Por otra parte, la inversión en I+D es muy baja comparada con otras industrias como la
farmacéutica, electrónica, informática, aeronáutica, etc. (Albert, et al., 2002, 2003). Si bien
resulta improbable que la industria agroalimentaria llegue a ser un sector de alta tecnología, se
defiende la necesidad de tener un equilibrio entre I+D, diseño e ingeniería e inversión de
capital en planta, ya que todos juntos determinan los resultados de la compañía (Earle et al.,
2001).
Por último, según destacan Fort et al. (2002); la innovación de producto del sector
alimentario es generalmente incremental y fácil de imitar, lo que puede explicar el carácter
solitario de las empresas en materia de innovación de producto. La única fuente a este nivel es
la del cliente (generalmente distribución alimentaria) que debe validar u orientar la innovación.
Los otros tipos de innovación, de proceso, tecnológicas u organizacionales, necesitan de
competencias y recursos que los dirigentes no poseen, y en estos casos puede ser necesaria la
participación en redes (locales, nacionales o internacionales). La inserción local de los
dirigentes y los apoyos públicos pueden ayudar a las empresas a comprometerse en las
innovaciones organizacionales. Son de gran importancia las ayudas públicas a la exportación
relacionadas a las innovaciones organizacionales, buscando adecuarlas a las exigencias del
mercado exterior en materia de normas ISO y HACCP y mejorar la eficacia comercial y
productiva.
Dada la difícil situación competitiva que atraviesa el sector alimentario europeo (CIAA,
2006), la competencia basada en bajos costes de la mano de obra (IVIE, 2006), en recursos
naturales abundantes, en conocimientos tradicionales y en la innovación informal, se debe dar
paso a una competencia basada en diferenciación, innovación sistemática e incorporación de
valor. En este proceso, la colaboración con la universidad podría ser de gran ayuda para las
empresas del sector.
La información relativa a la población de las empresas del sector objeto de estudio, así
como la muestra y las bases de datos de donde se obtiene se presentan de forma sintética en la
Tabla 1.
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 167-184
Aspectos organizacionales y de cooperación en i+d como criterios de clasificación. El caso de la …
Tabla 1. Ficha de investigación del análisis de empresas
Universo
Ámbito geográfico
Nº cuestionarios enviados
Tamaño muestral (nº cuestionarios respondidos)
3.229 empresas del sector alimentario
Comunidad Valenciana
370
76 empresas alimentarias
Tasa de respuesta
Error muestral
Información recogida
20,54%
11,1% para 95% de confianza
ƒ
Características de la empresa
ƒ
Características de las actividades de I+D:
personal, contenido, presupuesto,
participación en programas públicos,
relación con agentes del entorno
ƒ
Colaboración con las universidades:
modalidades, motivos y barreras
ƒ
Estrategia global y factores de
competitividad internos y externos
ƒ
Estrategia tecnológica
ƒ
Innovación: tipos, fuente de ideas,
métodos de protección, ciclo de vida
ƒ
Opinión sobre actuaciones de la
Administración pública
Base de datos para la obtención de la muestra
Diseño muestral
Técnicas estadísticas
Programa estadístico
Fecha de realización del trabajo de campo
ƒ
Federación Empresarial de
Agroalimentación de la CV
(FEDACOVA)
ƒ
Federación de Cooperativas Agrarias
Valencianas (FECOAV)
Correo electrónico
Refuerzo personal y telefónico
ƒ
Descriptivo
ƒ
Análisis de la varianza
ƒ
Cluster
SPSS versión 14.0
Abril-julio del 2006
Fuente: Elaboración propia.
Con el fin de caracterizar la muestra, en primer lugar, nos detenemos a analizar las
características del profesional entrevistado en la empresa y de las características de la propia
empresa.
Por lo que se refiere a las características del entrevistado, un 75% cuenta con más de
cinco años de experiencia en el sector, y un tercio del total tiene más de 14 años. Un 71,05%
tiene titulación superior o doctorado, lo cual es coherente con la información aportada por los
investigadores en relación al perfil de su interlocutor en las empresas. En cuanto al cargo del
entrevistado en la empresa, un 25% son directores generales y un 26,32% son directores de
I+D. Por tanto, podemos afirmar que las encuestas han sido respondidas por personas con un
alto nivel de cualificación y poder de decisión en la empresa.
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Sierra Pereiro, M.; Albors Garrigós, J. ;Ruiz Molina, M.E.
Por lo que respecta a la actividad desarrollada por las empresas analizadas, como se
puede apreciar en la Tabla 2, una cuarta de ellas pertenecen al sector cárnico (CNAE 15.1) y
entre estas, preparación y conservación de frutas y hortalizas (CNAE 15.3) y otros productos
alimentarios (CNAE 15.8) superan el 50% de los sectores entrevistados. El mayor peso de
estos sectores está en relación con su mayor peso en la Comunidad Valenciana, aunque se
puede apreciar que mientras el sector cárnico estaría con una representación mayor a la real, los
otros dos sectores estarían subrepresentados. Conviene tener presente que el sector de otros
productos alimentarios incluye todas las empresas de panadería la cual está conformada por
una multitud de pequeñas empresas con reducido número de empleados distribuidas por todo el
territorio.
Tabla 2. Sector alimentario al que pertenece las empresas encuestadas y
su proporción en la población
CNAE
Concepto
conservación
de
la
carne,
%
Comunidad
Valenciana
%
Muestra
11.0
25.0
15.1
Producción, procesamiento,
productos cárnicos
15.2
Elaboración y conservación del pescado y productos de la
pesca
2.5
6.58
15.3
Preparación y conservación de fruta y vegetales
27.1
15.79
15.4
Fabricación de grasas y aceites
3.1
6.58
15.5
Industrias lácteas y derivados
3.3
7.89
15.6
Fabricación de productos de molinería, almidones y productos
amiláceos
1.8
6.58
15.7
Fabricación de productos para la alimentación animal
1.0
1.0
15.8
Fabricación de otros productos alimenticios
41.3
15.79
15.9
Elaboración de bebidas
5.9
6.58
Fuente. MAPA (2006) y elaboración propia.
En relación al tamaño, cabe destacar que el 50% de las empresas que respondieron el
cuestionario facturan más de 6 millones de euros y 33% más de 12 millones de euros. En
cuanto al número de empleados, se observa un sesgo hacia empresas de mediano y mayor
tamaño que en la población real de empresas agroalimentarias ocupan un porcentaje mucho
menor, como se puede ver en la tabla 3. De hecho, el 95% de las empresas tienen menos de 50
empleados y contabilizan el 36% del empleo total.
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 167-184
Aspectos organizacionales y de cooperación en i+d como criterios de clasificación. El caso de la …
Tabla 3. Estratificación de las empresas agroalimentarias por tamaño en España, la
Comunidad Valenciana y la muestra de la presente investigación
Comunidad
Muestra
Empleo
España
Microempresas (< 10 trabajadores)
69.0%
64.2%
23.58%
Pequeñas (10 - 49 trabajadores)
21.4%
21.0%
27.63%
Medianas (50 - 249 trabajadores)
4.3%
Grandes (> 250 trabajadores)
1.1%
Sin datos
4.2%
6.5%
0%
Total
100%
100%
100%
Valenciana
8.5%
25.0%
22.37%
Fuente: www.ine.es.
Este hecho puede deberse a que estas empresas son las que más realizan I+D y/o las que
más colaboran con la universidad, por tanto se ha producido un fenómeno de autoexclusión por
parte de empresas que por no realizar I+D, o no colaborar con la universidad, percibieron que
el contenido de la encuesta estaba lejos de sus posibilidades e intereses. Por tanto las
reflexiones que derivan de las respuestas se deben tomar como aportes cualitativos a la
reflexión y no pretenden ser un reflejo cuantitativo de toda la realidad del sector alimentario.
Los resultados reflejan sobre todo las opiniones de aquellos que más realizan actividades de
I+D y que colaboran, han tenido algún tipo de relación con la universidad o por tratarse de
personas que en su mayoría tienen formación universitaria mostraron una actitud positiva ante
una investigación proveniente de la misma.
Cabe destacar, por último, el hecho de que más de la mitad de las empresas
entrevistadas pertenece a grupos empresariales o cooperativos de segundo grado. Esto es
reflejo del peso del cooperativismo en la región de Valencia, ya que varias empresas
entrevistadas forman parte de cooperativas de segundo grado; y además resaltan el hecho de
que muchas empresas valencianas forman parte de grupos nacionales o multinacionales. Este
hecho es muy importante ya que muchas empresas que han pasado a formar parte integrante de
un grupo mayor nacional o multinacional generalmente cesan sus actividades de I+D en la
región, por lo cual la colaboración con los centros de investigación locales seguramente cambie
cualitativamente de rol.
6. RESULTADOS
Para contrastar las hipótesis planteadas, realizamos un análisis cluster para clasificar a
las empresas en función de su grado de colaboración con la universidad. Procedemos los
resultados obtenidos tanto interna como externamente según se ha expuesto en el apartado de
metodología. Los valores medios obtenidos, que permiten la caracterización de las empresas
del sector alimentario valenciano incluidas en cada uno de los clusters, se muestran en las
Tablas 4 y 5.
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Tabla 4. Caracterización de cluster en el sector alimentario valenciano: valores medios
Clusters
C1
C2
C3
F
P Valor
Nº
Casos
20
13
21
Colabo
Desarrollo
Depto
ración
nuevos
Factura de I+D sin
con
productos
ción
control de
Univers
calidad
idad
0,65
7,5
0,50
2,25
0,15
1,15
0,00
1,46
0,29
4,38
0,19
2,00
5,584
347,51
6,600
5,048
0,006
0,000
0,003
0,010
Dominio
nuevas
tecnologías
Tamaño
de la
Empresa
2,25
1,23
1,62
11,885
0,000
3,45
1,15
2,33
42,435
0,000
Fuente: Elaboración propia.
Tabla 5. Caracterización de clusters en el sector alimentario valenciano: frecuencias
C1
20
CLUSTER
C2
13
C3
21
Poco
3
8
5
Bastante
Mucho
9
8
4
1
11
5
Nada
Poco
Bastante
Mucho
Poco/nada
0
2
11
7
7
1
8
4
0
11
0
9
11
1
15
Bastante/mucho
< 10
11-50
51-250
> 250
13
0
1
9
10
2
11
2
0
0
6
3
11
4
3
Variables
Nº Casos
Desarrollo Nuevos Productos
Dominio de nuevas tecnologías
Colaboración con la Universidad
Tamaño Empresa
Fuente: Elaboración propia.
Analizando los tres clusters resultantes de nuestro análisis, se puede apreciar que el
conglomerado 1 corresponde a empresas de gran tamaño (más de 50 empleados) y de gran
facturación (30 a 60 M euros), en un 50% de los casos cuentan con departamento de I+D que
no realiza controles de calidad. El desarrollo de nuevos productos y el dominio de las nuevas
tecnologías es un factor de competitividad muy importante para el 85% de las empresas que
integran este grupo. El 65% de sus empresas colaboran bastante-mucho con la universidad.
Por su parte el conglomerado 2 lo componen empresas de menor facturación (600.000
a 1,5 M euros), en un 85% de los casos con menos de 50 trabajadores. No tienen departamentos
de I+D que no realicen control de calidad. El desarrollo de nuevos productos es poco
importante para el 61% de las empresas y el dominio de nuevas tecnologías es poco importante
en el 70% de sus empresas. Colaboran poco o nada con la universidad en el 85% de los casos.
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Aspectos organizacionales y de cooperación en i+d como criterios de clasificación. El caso de la …
El conglomerado 3 agrupa empresas que se encuentran en una situación intermedia a
las dos anteriores. Son empresas con una facturación promedio entre 3 a 6 M euros. En el 62%
de los casos son empresas de menos de 50 trabajadores. Tienen departamento de I+D que no
realiza controles de calidad en un 19% de los casos. El desarrollo de nuevos productos es
bastante a muy importante en un 76% de los casos, mientras el dominio de nuevas tecnologías
es bastante a muy importante para el 57% de las empresas. En relación a la colaboración con la
universidad un 71% colabora poco-nada y un 29% bastante-mucho.
Por tanto, como se aprecia en la tabla 4, se confirman las hipótesis relacionadas a la
posibilidad de diferenciar de forma significativa los clusters del sector alimentario en función
del tamaño de las empresas (medido en número de empleados y facturación), la capacidad de
absorción, el desarrollo de nuevos productos y el dominio de nuevas tecnologías; hipótesis 1, 3,
5 y 7, respectivamente. En todos los casos se observan valores del estadístico de contraste
significativos para un 99% de confianza. Por tanto, los resultados se encuentran en sintonía con
el marco teórico considerado.
En relación a las hipótesis referidas a la incidencia de las variables analizadas
anteriormente (tamaño empresarial, capacidad de absorción, desarrollo de nuevos productos y
dominio de nuevas tecnologías) con respecto a la mayor colaboración con las universidades
nuevamente las hipótesis se confirman asimismo las hipótesis 2, 4, 6 y 8. Así, las empresas que
más colaboran con la universidad presentan un mayor tamaño (en términos de número de
empleados y en facturación), muestran mayor capacidad de absorción, otorgan más
importancia al desarrollo de nuevos productos y al dominio de nuevas tecnologías. En relación
al desarrollo de nuevos productos nuevamente se aprecia que la media de los clusters 1 y 3 se
encuentran bastante próximas. Este hallazgo, se puede deber a que si bien ambos grupos de
empresas otorgan gran importancia al desarrollo de nuevos productos, esto no significa que en
dicho desarrollo sea necesario contar con la colaboración de las universidades. Seguramente
solamente las empresas que desarrollen nuevos productos que impliquen salir de su trayectoria
tecnológica habitual recurrirán a las universidades. Como pudimos observar en el marco
teórico, el desarrollo de nuevos productos obedece a múltiples razones y la definición de un
nuevo producto es bastante amplia, una pequeña modificación de formato o envase da lugar a
un nuevo producto y esto difícilmente permite distinguir perfiles empresariales.
Por otra parte, se validó el análisis cluster, incorporando otras variables aparte de las
utilizadas originalmente para conformar los conglomerados (tabla 6). Se pudo constatar que
solamente la realización de actividades de I+D presenta un significación estadística al 99% de
confianza; confirmaría que el cluster 1 realiza actividades de I+D en un 90% de los casos,
mientras el Cluster 2 en solamente un 30% de los casos y el Cluster 3 en un 60%.
Tabla 6. Validación del análisis cluster con otras variables
Clusters
C1
C2
C3
F
P Valor
Nº
casos
Realiza
I+D
Existe
Depto de
I+D
Personas en
Depto de I+D
Titulados medios o
superiores en Depto
de I+D
Doctores
en Depto
de I+D
20
13
21
0,90
0,31
0,60
7,523
0,001
0,60
0,33
0,39
1,352
0,269
6,46
1,75
3,50
1,685
0,212
3,92
1,00
2,83
1,852
0,184
1,43
0,00
0,50
1,328
0,304
Fuente: Elaboración propia
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Por tanto las empresas agrupadas en el conglomerado 1 se presentan como las
empresas líderes. En un 65% colaboran bastante-mucho con la universidad, son por tanto
socios estratégicos reales o potenciales, ya que un 35% colabora poco-nada con la misma. Son
empresas que cuentan con gran capacidad de absorción y preocupadas por desarrollar nuevos
productos y dominar nuevas tecnologías. Son serias candidatas a ser partícipes en los parques
científicos de la región ya sea trasladando su departamento de I+D, construyendo institutos
mixtos, realizando I+D conjunta u otras formas de colaboración. Con este tipo de empresas se
hace posible el desarrollo de todo un amplio abanico de acciones de colaboración: prácticas de
alumnos, movilidad de expertos en ambos sentidos (universidad-empresa), servicios
tecnológicos y auditorías, explotación de patentes o modelos de utilidad y realización de I+D
conjunta, con proyectos a nivel regional, nacional y europeo.
Sin embargo, en algunos casos estas empresas pertenecen a grupos empresariales cuya
política de I+D se define a nivel de la casa matriz generalmente situada en otra región u otro
país, por este motivo el abanico de vías de colaboración con la universidad por parte de este
tipo de empresas no es directamente proporcional a la potencialidad que expresa su capacidad
de absorción y su poderío económico. En estos casos de pertenencia a un grupo multinacional
las vías de colaboración generalmente consisten en prácticas de alumnos y asistencia de sus
profesionales a impartir cursos en la Universidad. Tanto los profesionales como sus empresas
son generalmente pioneros en diversos temas de gestión que deben ser aprovechados por los
institutos de formación en la región y por su alumnado, futuros profesionales del sector. Otras
formas de colaboración están supeditadas a la aprobación a nivel de la casa matriz.
El conglomerado 2 se presenta como más problemático en la colaboración con la
universidad, son mayoritariamente PYMES que actualmente colaboran poco o nada con la
misma. Con poca preocupación por el desarrollo de nuevos productos y mayoritariamente poco
interés por dominar nuevas tecnologías, podemos definirlas como tradicionales. Son empresas
que generalmente no cuentan con personas dedicadas a temas de I+D y cuando los tienen, en la
mayoría de los casos realizan tareas de control de calidad. El abanico de posibilidades de
colaboración con las universidades es bastante menor que con las empresas del conglomerado
1; probablemente sus colaboraciones tendrán un carácter puntual en temas de asesoría
tecnológica y prácticas de alumnos cuando la estacionalidad de sus actividades así lo requiera.
Deberían ser empresas objetivo de los Centros Tecnológicos, promoviendo en las mismas una
cultura de la innovación y también de la necesidad de un aumento de masa crítica y de escala
para abordar temas de I+D+I. Sería interesante desarrollar una amplia campaña de
sensibilización de estas empresas ante la importancia de asumir una política más decidida de
innovación y valor añadido, así como la necesidad de contar con marcas y masa crítica
(dimensión) para abordar una competencia nacional e internacional cada vez más difícil.
Además de estas formas directas de colaboración sería conveniente incidir de forma
indirecta en esta población tan importante de empresas, las asociaciones y federaciones
empresariales, denominaciones de origen u otras formas organizativas en las cuales dichas
empresas participan puede ser un canal adecuado para contactar con ellas y desarrollar
proyectos de investigación, cursos de formación y temas en colaboración que interesan a varias
empresas con esas características. La experiencia del proyecto “Network” de Noruega dirigida
por el instituto MATFORSK (Baardseth et al., 1999) donde se ha construido una red de
asesores “extensionistas” que trabajan con grupos de 10 a 12 empresas puede ser un ejemplo a
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 167-184
Aspectos organizacionales y de cooperación en i+d como criterios de clasificación. El caso de la …
tener en cuenta. Son empresas que generalmente no participan en los programas de incentivo a
la I+D+I, aunque en sus postulados aparecen siempre como público objetivo.
El conglomerado 3 agrupa un conjunto de PYMES innovadoras, potencialmente
colaboradores de la universidad. Sus dimensiones y facturación son menores al conglomerado
1 pero conciben al desarrollo de nuevos productos y en menor medida el dominio de las nuevas
tecnologías como factores bastante importantes de su competitividad. Actualmente el 71%
colabora poco-nada por lo cual será necesaria la definición de una política específica que
mejore dicho porcentaje. La capacidad de absorción es bastante limitada por lo cual sería
conveniente contactar con la persona referente que trabaja estos temas de I+D y desarrollar una
política de relación acorde a sus posibilidades. Son empresas objetivo para programas como el
Torres Quevedo aplicado en toda España o el Programa Expande de la Comunidad Valenciana,
ambos dirigidos a la incorporación de doctores en las empresas, aumentando así su capacidad
de absorción y mejorando su relación con los centros públicos de investigación e impulsando
una política sistemática de I+D+I dentro de la empresa.
7. CONCLUSIONES
Si bien se ha abordado desde la literatura la relación universidad-empresa, no existen
estudios que permitan clasificar las empresas a partir de esta variable, cuestionando la
existencia de un sujeto “empresa”, único, homogéneo y universal. El objetivo de la presente
investigación es demostrar la existencia de diferentes tipos de empresas que requieren el diseño
y la instrumentación de políticas específicas para mejorar su desempeño en I+D+I,
especialmente en relación con las universidades.
En este sentido, la técnica del análisis cluster ha permitido conformar tres
conglomerados o grupos de empresas que presentan características similares entre sí y
diferencias significativas con las empresas de los otros grupos. Considerando a la colaboración
con la universidad como un factor de clasificación, podemos decir que dentro del sector
alimentario de la Comunidad Valenciana se pueden distinguir tres grupos: las empresas líderes,
las empresas tradicionales y las Pymes innovadoras potencialmente colaboradoras con las
universidades. Además del grado de colaboración con las universidades, mayor en las empresas
líderes, muy bajo en las tradicionales e intermedio en las potencialmente colaboradoras, los
grupos se diferencian de forma significativa en otros aspectos tales como: tamaño empresarial
(en número de empleados y en facturación), existencia o no de departamento de I+D sin tareas
de calidad e importancia del desarrollo de nuevos productos y el dominio de nuevas
tecnologías como factores de competitividad.
Esta clasificación se presenta como operativa y, a nuestro juicio, permite diseñar
políticas adecuadas a dichos perfiles. Si bien generalmente cuando se habla de cooperación
universidad-empresa parece que exista sólo un tipo de universidad y un tipo de empresa, en el
presente artículo aportamos elementos para que se tenga presente que la realidad empresarial es
diversa.
8. LIMITACIONES Y FUTURAS LINEAS DE INVESTIGACIÓN
El presente estudio no está exento de las limitaciones habituales en trabajos empíricos
de similar naturaleza. En primer lugar, se cuenta con una muestra de empresas reducida. En la
medida en que se localicen e incorporen nuevas empresas a la base de datos, se obtendrán
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Sierra Pereiro, M.; Albors Garrigós, J. ;Ruiz Molina, M.E.
resultados concluyentes. Asimismo, el hecho de haber recurrido a las bases de datos de
asociaciones de empresas puede implicar un cierto sesgo apriorístico en la selección de
empresas de la muestra, especialmente hacia aquellas de mayor tamaño y de mayor actividad
en I+D que, generalmente, son las empresas más activas en estas asociaciones.
Geográficamente predominan las empresas de la provincia de Valencia, en detrimento de las
provincias de Castellón y Alicante, lo que deberá ser tenido en cuenta en futuras
investigaciones para conformar una muestra equilibrada territorialmente en toda la Comunidad
Valenciana.
Por otra parte, debido al reducido tamaño muestral, no ha podido ser incluido entre las
variables el origen del capital entre las variables que definen los clusters. No obstante, en la
línea de Molero y Buesa (1996), entendemos que este es un elemento determinante a la hora de
emprender o no colaboración tecnológica con instituciones locales. Este factor puede
representar una limitación importante, dado el comportamiento diferenciado de las empresas
nacionales y extranjeras respecto a las fuentes de las nuevas tecnologías (Molero y Buesa,
1996).
Con todo, consideramos necesario replicar la clasificación en otros contextos
geográficos y otros sectores económicos, analizando si la relación universidad-empresa es un
criterio de segmentación válido también en otros contextos.
Así como este estudio permite cuestionar la idea de que la relación universidad-empresa
se realiza con un tipo único y universal de empresa, del mismo modo consideramos que en
futuras investigaciones se deberían examinar las motivaciones de los profesores universitarios
para colaborar con las empresas, intentando determinar si existe un sujeto único y universal a
lo interno de las universidades o por el contrario existen también diferencias dentro del
colectivo de profesores e investigadores universitarios que requiere un enfoque diferencial.
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Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa
Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 185-201, ISSN: 1135-2523
LOS ACUERDOS DE COOPERACIÓN DE LAS EMPRESAS QUE
COTIZAN EN BOLSA: ANALISIS DEL CASO ESPAÑOL∗
González Serrano, L.
Laguna Sánchez, P.
Universidad Rey Juan Carlos
Robles Fernández, M. D.
Universidad Complutense de Madrid
Recibido: 27 de julio de 2007
Aceptado: 26 de septiembre de 2008
RESUMEN:Este trabajo examina 2486 acuerdos de cooperación firmados por las empresas que
cotizan en el mercado continuo español entre 1990 y 2002. Para ello, se analizan sus características
más relevantes: sector de actividad; lugar donde se lleva a cabo; número de socios; si se trata de
empresas españolas o extranjeras y su nacionalidad; participación de entidades gubernamentales; área
funcional del acuerdo; su carácter vertical, competitivo o complementario; tipo de alianza; forma
legal y si existe notificación a la CNMV. Así, se ofrece una amplia visión de la las alianzas
establecidas por las empresas españolas más relevantes.
PALABRAS CLAVE: Cooperación empresarial, Empresas cotizadas, CNMV.
ALLIANCES IN SPAIN: EVIDENCE FROM STOCK MARKET FIRMS
ABSTRACT: This work examines 2486 cooperative arrangement announcements signed by firms
that quote in the Spanish stock market during the period 1990-2002. To investigate, its more
prominent characteristics are analyzed: sector of activity of the signatory companies; if the agreement
is going to carry out in Spain or abroad; number of partners (and their nationality); governmental
participation; value chain area in which the agreement is developed; their vertical, competitive or
complementary character; alliance typology; legal implementation and if notification to the National
Commission of the Stock Market exists. This way, an extensive vision of the reality of the alliances
established by the most prominent companies of the Spanish panorama is offered.
KEYWORDS: Alliances, quoted firms, NCSM.
1. INTRODUCCIÓN
El aumento de la competencia a nivel internacional y la globalización de los mercados
han desplazado el campo de las relaciones entre empresas de la tradicional competencia a la
creciente importancia de las prácticas de cooperación. Las alianzas, al igual que las inversiones
en capital, han sido ampliamente utilizadas como una herramienta de inversión que permite
mejorar las capacidades y competitividad a largo plazo. Hoy en día se encuentra comúnmente
aceptada la importancia de la cooperación como medio para afrontar con éxito el nuevo
entorno empresarial y competir globalmente promoviendo la renovación estratégica (Deeds y
Hill, 1996). Las organizaciones utilizan la cooperación con el fin de adquirir nuevas
tecnologías y expandir sus mercados y productos, elementos clave de la gestión empresarial
(Stevenson y Jarrillo, 1990). Además, permite acceder a información y recursos de otras
organizaciones, lo que mejora la capacidad estratégica para enfrentarse a los retos de los
mercados emergentes (Wissema y Euser, 1991).
A pesar de los beneficios económicos de la colaboración empresarial, algunos estudios
muestran que no está exenta de riesgos. Compartiendo recursos, las empresas pueden perder
sus ventajas competitivas específicas y los resultados de la salida de estos recursos pueden ser
devastadores. Así ha ocurrido con muchas empresas norteamericanas que decidieron formar
joint ventures internacionales (p.e. Hamel et al. 1989; Parkhe, 1993; Park y Russo, 1996).
González Serrano, L.; Laguna Sánchez, P.; Robles Fernández, M. D.
Inicialmente, la atención se centraba en la reducción del nivel de competencia en los
mercados, considerándose la cooperación como una suerte de comportamiento colusorio que
disminuía la eficiencia económica desde el punto de vista social. Posteriormente, el
reconocimiento de la existencia de ciertas imperfecciones del mercado da paso a la “teoría de
los costes de transacción” y a la consideración de la cooperación como forma organizativa
intermedia entre la jerarquía y el mercado. No obstante, surge otra corriente de pensamiento
que sustituye el objetivo de minimización de los costes propuesto por el enfoque anterior, por
el de máximos beneficios, analizando la cooperación como una cuestión estratégica para la
empresa que proviene de un estudio cuidadoso de las oportunidades y amenazas que los
acuerdos pueden generar (conducta estratégica). Por último, siguiendo las actuales teorías de
recursos y capacidades, el enfoque organización ve la cooperación como un medio para
trasvasar conocimientos específicos entre organizaciones1.
Existen muchos trabajos que han analizado la cooperación en diferentes entornos. Así,
algunos centran su atención en EEUU como Harrigan (1985); otros en los países
industrializados como Hladick (1984) o Ricota (1987) o en los países de la antigua CEE, como
Mariti y Smiley (1983), Jacquemin et al. (1986), o Delapierre (1991). Más recientemente, se
encuentran numerosos trabajos que investigan diferentes cuestiones relacionadas con la
colaboración. Entre ellos, resultan especialmente interesantes los que tratan de acercarse a los
efectos de las alianzas en el mercado como Finnerty et al. (1986), Lee y Wyatt (1990), Chung
et al. (1993), Das et al. (1998), Mohanram y Nanda (1998), Ueng et al. (2000), Anand y Khana
(2000) y Min y Prather (2001).
Aunque la implantación de estrategias de cooperación entre empresas españolas ha
resultado más complicada que en otros países de nuestro entorno, el panorama ha cambiado
gracias al impulso recibido por parte de la Unión Europea y los Organismos públicos y
privados españoles. También, la conjunción de otros factores ha resultado determinante. Así,
la entrada en vigor del Mercado Único Europeo, que supone un cambio de escala de los
mercados tradicionales y una transformación de las formas de competencia; la desregulación de
determinados sectores económicos (eléctrico, telecomunicaciones, etc.); el pequeño tamaño de
las empresas españolas comparado con el de las europeas; el elevado número de PYMES que
se encuentran en sectores maduros con escasas perspectivas de futuro y el reducido número de
pequeñas empresas innovadoras en sectores de tecnología avanzada con grandes perspectivas
de crecimiento.
De forma paralela, se ha producido un creciente interés por el estudio de esta realidad en
España. Encontramos un conjunto amplio de trabajos que analizan las características de los
acuerdos de cooperación suscritos por empresas españolas (por ejemplo Costa Campí, 1989,
Menguzzato, 1992, García Canal, 1992, Miranda, 1992, Costa y Callejón, 1992, Casani, 1995,
Valdés y García Canal, 1995, Rialp y Rialp, 1996, García Canal et al., 1997, Rialp y Salas,
1999, López Navarro, 2000, García Ochoa, 2002, Escribá et al., 2003). No obstante, las
conclusiones a las que llegan son difíciles de relacionar, pues se basan en distintos periodos
temporales, objetivos diferentes, etc. Algunos se centran en los acuerdos nacionales, otros lo
hacen en los internacionales. Unos analizan fórmulas concretas de cooperación (empresa
conjunta) mientras que otros abarcan todo tipo de colaboraciones. En ciertos casos, se trata de
examinar el comportamiento de las empresas pequeñas mientras que, en otros, prácticamente
no se consideran.
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Los acuerdos de cooperación de las empresas que cotizan en bolsa: analisis del caso español
En este contexto, este trabajo trata de aportar nueva evidencia sobre la cooperación en el
caso español y analizar la evolución y estado actual del fenómeno. Nuestro estudio se centra en
las empresas que cotizan en el mercado continuo español pues estas empresas no han sido
examinadas de forma independiente en la literatura. Además, en general, en la bolsa cotizan las
organizaciones más representativas de la economía española. Por otro lado, estas instituciones
están sometidas a un mayor control corporativo, por lo que sus decisiones se verán rápidamente
reflejadas en el precio de las acciones.
Pretendemos examinar los acuerdos firmados entre 1990 y 2002. Para ello, construimos
una base de datos sobre los socios, las fechas y las distintas características de los acuerdos
firmados a partir de la información publicada en la prensa. Parece lógico que, dada su
representatividad, los medios especializados den amplia cobertura a estos convenios y, por
tanto, se configuren como una referencia válida para nuestro objetivo.
El resto del trabajo se estructura como sigue. En la Sección 2 se expone la situación
española, en la 3 se describe la construcción de la base de datos. En la Sección 4 se presentan
los resultados del análisis empírico y en la Sección 5 las principales conclusiones.
2. LA COOPERACIÓN EN ESPAÑA
En los últimos años se ha producido un creciente interés por el análisis de la
cooperación en España. Sin embargo, el reducido nivel de implantación de la cooperación en el
tejido industrial y la escasa difusión pública de de información a cerca de estos proyectos, han
supuesto un problema a la hora de abordar su análisis2. Tampoco existe coincidencia en la
dimensión y sentido de la cooperación. Algunos consideran el término en su acepción más
amplia e incluyen todo tipo de acuerdos (subcontratación, acuerdos informales, etc.) como
Costa Campí (1989), Costa y Callejón (1992), Rialp (1996) o Escribá et al (2003). Otros
establecen ciertas restricciones. García Canal (1992) excluye la creación de asociaciones
patronales, inversiones minoritarias de carácter puramente financiero, fondos de capital riesgo,
concesiones de líneas de crédito o sindicación de créditos; Casani (1995) descarta los pactos
para establecer políticas de precios o comerciales y la subcontratación tradicional o contratos
comerciales a largo plazo; Rialp y Salas (1999) exceptúan las tomas de participación
accionariales mayoritarias, la sindicación de créditos por varios bancos y la concesión de líneas
de crédito. Algunos centran su análisis en formas específicas como empresas conjuntas (Valdés
y García Canal, 1995 o García Canal et al., 1997); consorcios de exportación (López Navarro,
2000); o alianzas estratégicas (García Ochoa, 2000).
Por otro lado, dada la escasez de bases de datos sobre cooperación, muchos autores han
utilizado la información publicada por la prensa especializada, como García Canal (1992),
Miranda (1992), Rialp (1996), García Canal et al. (1997), Rialp y Salas (1999), García Ochoa
(2002), Escribá et al (2003). Otros autores han reunido fuentes alternativas como encuestas u
Organismos Oficiales. Por ejemplo, Menguzzato (1992) utiliza LAREA (Laboratoire de
Recherche en Economie Appliquée) para estudiar la cooperación internacional de las empresas
españolas, mientras que Costa y Callejón (1992) utilizan información del programa
Europartenariat con el fin de analizar acuerdos suscritos por pymes y grandes empresas o sólo
pymes en los países comunitarios. Casani (1995) escoge una triple vía de acceso a la
información: las solicitudes al Ministerio de Industria para la concesión de ayudas a la
cooperación, los proyectos del programa ESPRIT III en los que participan empresas españolas
y revistas profesionales especializadas de los sectores más propensos a cooperar. Otros, como
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González Serrano, L.; Laguna Sánchez, P.; Robles Fernández, M. D.
Valdés y García Canal (1995), se centran en empresas de menor tamaño, eligiendo para su
estudio empresas conjuntas promovidas por el Programa de Acciones Colectivas del Instituto
de la Pequeña y Mediana Empresa Industrial (IPMEI, hoy desaparecido). Por último, López
Navarro (2000) analiza consorcios de exportación integrados por empresas españolas
amparados por los programas de promoción del ICEX.
Desde el punto de vista del objetivo del análisis, la mayoría de los estudios se centran en
alianzas suscritas entre empresas españolas y extranjeras, aunque existen algunas excepciones
como Valdés y García Canal (1995) que escogen acuerdos nacionales y Menguzzato (1992) o
Gacía Canal et al (1997) que sólo consideran los internacionales.
Los periodos de estudio son diversos y transcurren entre 1980 y 1999. En algunos casos
se solapan y, en otros, resultan correlativos. Ninguno contempla un horizonte temporal tan
amplio como el de nuestra investigación: desde 1990 a 2002.
En cuanto a los resultados, se pueden encontrar unas pautas generales. Por ejemplo,
Menguzzato (1992) analiza 76 acuerdos de cooperación iniciados entre 1980 y 1989. Los
sectores a los que pertenecen son tecnología de la información, biotecnología y materiales.
Encuentra que el aumento en la cooperación en los años 80 en España es equiparable tanto al
de la CE como al mundial. La mayoría de los acuerdos son bilaterales, con empresas
comunitarias. Detecta una creciente importancia de la cooperación multifuncional. En general,
los acuerdos no tienen forma estructurada y son de carácter horizontal. García Canal (1992)
considera 663 acuerdos entre 1986 y 1989. Observa también una tendencia creciente en el
número de acuerdos y la preeminencia de los internacionales frente a los domésticos, en
general, con socios europeos. La gran mayoría de los acuerdos son bilaterales. Predomina la
empresa conjunta, aunque el peso de las estructuras menos formalizadas es muy importante.
Los sectores más activos son los relacionados con las nuevas tecnologías y los más afectados
por la entrada en la Comunidad (financiero, alimentación y energía). Prevalecen los acuerdos
de actividad múltiple en los que se busca la expansión internacional.
Miranda (1992) estudia 150 acuerdos de ámbito internacional (nacional, comunitario y
extracomunitario) de cualquier sector de actividad firmados entre 1991 y 1992. Muestra una
mayor frecuencia en la firma de acuerdos con empresas de Francia, Alemania y Gran Bretaña.
En general, son acuerdos bilaterales. En los nacionales priman los sectores de electrónica y
telecomunicaciones, en los Comunitarios el de maquinaria y el energético mientras en los
extracomunitarios el energético y el de electrónica y telecomunicaciones. En los acuerdos
Comunitarios la mayoría se establecen entre empresas públicas y privadas. La mitad de los
acuerdos nacionales y Comunitarios se plasmaron en joint ventures de innovación tecnológica,
mientras que los extracomunitarios se centraron en el área productiva.
Costa y Callejón (1992) consideran dos casos: la cooperación entre pymes y grandes
empresas y sólo entre pymes. En el primer caso, la mayoría de los acuerdos son domésticos, de
producción, poco estructurados (el 42% no se formalizan) y con importante presencia de los
sectores químico, software, fabricación de maquinaria y equipo mecánico. En el segundo,
predominan los de distribución, desarrollados bajo la fórmula de proyectos conjuntos, en los
sectores mecánico, electrónico y químico.
Casani (1995) reúne un total de 190 casos entre 1992 y 1993. Encuentra que la mayoría
de los convenios son bilaterales, entre empresas pequeñas y medianas. Se tiende a firmar
acuerdos con empresas de la Unión Europea. La forma legal más frecuente es la empresa
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Los acuerdos de cooperación de las empresas que cotizan en bolsa: analisis del caso español
conjunta y el sector mas colaborador el agroalimentario, seguido del de servicios, electrónica e
informática. La mayoría son acuerdos de actividad múltiple. Los acuerdos nacionales se
desarrollan en el área comercial, mientras que los Comunitarios se dirigen al campo
tecnológico.
Valdés y García Canal (1995) analizan empresas conjuntas promovidas a través del
Programa de Acciones Colectivas del IPMEI, entre 1978 y 1993. Observan que todos los
socios son nacionales y pertenecen al mismo sector. Predominan los sectores textil, cuero,
confección y calzado, las actividades múltiples con un número de socios elevado y amplia
participación de personas físicas. El objetivo prioritario fue ampliar mercados y conseguir la
expansión internacional.
Para estudiar los procesos de internacionalización de la empresa española, Rialp y Rialp
(1996) eligen los acuerdos de cooperación publicados en la prensa económica de 1990 a 1992.
Analizan un total de 1.148 acuerdos de los que la mayoría son internacionales. Por sectores,
aquellos en los que se registraron un mayor número de acuerdos fueron el de energía y agua, el
financiero, servicios y ordenadores y semiconductores. García Canal et al. (1997) investigan
461 empresas conjuntas internacionales creadas durante el periodo 1986-1996. La tendencia es
creciente hasta 1990. Predominan las empresas creadas por dos socios y el socio no español
suele ser de nacionalidad europea y el español suele ser una empresa grande. La mayoría tienen
como objetivo la realización de una actividad múltiple, siendo los sectores más activos el
agroalimentario, servicios, servicios financieros y otros productos industriales.
Rialp y Salas (1999), realizan un análisis más extenso de Rialp y Rialp (1996) tomando
el mismo periodo temporal y número de acuerdos. La mayor parte se firman con empresas
extranjeras (fundamentalmente de Europa Occidental), entre dos socios, formando coaliciones
(de las que el 43.45% son empresas conjuntas) de actividad múltiple. La mayoría son
horizontales y realizan su actividad en un solo país (sobre todo España).
López Navarro (2000) estudia 83 consorcios de exportación integrados por empresas
españolas, desarrollados al amparo de los programas de promoción del ICEX3 desde 1983 hasta
1996. En este caso, el número de socios es relativamente elevado y suele tratarse de acuerdos
de complementariedad, donde los productos de unas empresas refuerzan la venta de los
productos del resto. Estas coaliciones suelen estar integradas por empresas de dimensión
reducida, creándose, principalmente, en sectores fragmentados donde predomina la pyme.
García-Ochoa (2002) recoge 239 alianzas estratégicas formalizadas durante el periodo
1994-1998. Encuentra un crecimiento sostenido en el número de acuerdos, con mayor número
de convenios internacionales que nacionales (y en especial con empresas pertenecientes a la
UE). La mayor parte de alianzas son bilaterales y en forma de empresa conjunta. Los sectores
más activos son el financiero, telecomunicaciones y energía. Predominan los acuerdos de
actividad múltiple, seguidos de los comerciales, producción y tecnología. Por último, Escribá et
al. (2003) consideran 611 alianzas suscritas entre 1994 y 1999 de las que una parte importante
son internacionales, entre dos socios, con bastante equilibrio entre las no formalizadas y las
joint ventures. Los acuerdos internacionales se firman entre empresas competitivas y los
nacionales entre complementarias. La mayor parte son de actividad múltiple, seguidos por
marketing y producción. Los sectores más activos son: medios de comunicación,
telecomunicaciones, servicios, financiero, agroalimentario y construcción.
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González Serrano, L.; Laguna Sánchez, P.; Robles Fernández, M. D.
En resumen, y a pesar de las dificultades argumentadas, a partir de la evidencia encontrada
por los estudios anteriormente descritos, se pueden apuntar ciertas regularidades en las
características de los acuerdos de cooperación suscritos por las empresas españolas como: cierta
tendencia creciente, especialmente a nivel nacional, escaso número de socios, aunque, cuando los
acuerdos son nacionales, se suele incrementar. Cuando se produce cooperación internacional se
prefieren socios comunitarios. Los sectores que aparecen más activos son los de alta tecnología,
aunque a nivel nacional despuntan también otros como el financiero y el agroalimentario.
Normalmente, la finalidad es el desarrollo de una actividad de carácter múltiple. Existe cierta
propensión a la estructuración de las colaboraciones a través de empresas conjuntas aunque,
según el tipo de que se trate, se producen muchos acuerdos informales.
3. DISEÑO DE LA BASE DE DATOS
La base de datos elaborada recoge información sobre el número y características de los
acuerdos suscritos por las empresas que cotizan en el mercado continuo español. Sólo se han
considerado los acuerdos firmados durante los periodos en los que alguna de las empresas
firmantes ha cotizado de manera efectiva en este mercado. El lapso temporal analizado va de
enero de 1990 a diciembre de 2002.
La información sobre los acuerdos se selecciona a partir de la prensa económica. En
particular, hemos consultado la base de datos Baratz (Servicios de Teledocumentación, S.A.)
que recoge las noticias tanto de los principales periódicos de información general, como de los
de información económico-financiera. Adicionalmente, hemos examinado las noticias
publicadas en El País y Cinco Días a través de la Hemeroteca de El País (www.elpais.es).
Además de información publicada en prensa, hemos revisado dos difusores de información
financiera a través de internet: www.finanzas.com (Ya.com Internet Factory) y
www.invertia.com (Terra Networks, S.A.) que divulgan noticias de agencias como EFE o
Europa Press. Con todo ello pretendemos eliminar el sesgo que pueda introducir el medio que
publica las noticias y completar todo lo posible la información que ofrecen.4
En nuestro caso, hemos contemplado todos los acuerdos independientemente de su
forma jurídica o grado de formalización. Se han descartado, no obstante, aquellos que, aunque
calificados como acuerdos por la prensa, reflejaban en realidad operaciones de fusión o
adquisición. Como consecuencia, los acuerdos considerados mantienen la identidad jurídica
independiente de los socios y, por tanto, su propia cultura y estructura de gestión. También han
sido descartados aquellos que consistían en transacciones específicas de mercado pues se
considera relevante el establecimiento de cierta dependencia mutua que emana de los acuerdos
explícitos (escritos o verbales) asumidos por los socios. Lo importante son las relaciones que se
establecen, basadas en la coordinación de actividades. En este sentido, seguimos el criterio
aplicado por Costa Campí (1989), Rialp y Rialp (1996) o Escribá et al. (2003) y no realizamos
las exclusiones apuntadas por García Canal (1992), Casani (1995) o Rialp y Salas (1999). Por
ello, se encuentran incluidas las concesiones de líneas de crédito o sindicación de créditos.
Para recopilar la información, se han utilizado como criterios de búsqueda palabras
clave como acuerdo, alianza, alianza estratégica, cooperación, colaboración, consorcio,
empresa conjunta, joint venture, UTE, etc. en combinación con los nombres de las empresas
objeto de análisis. Se han considerado posibles variaciones en el nombre de las empresas a lo
largo del periodo analizado, así como la creación de nuevas empresas, relacionada con fusiones
y adquisiciones entre empresas de la muestra.
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Los acuerdos de cooperación de las empresas que cotizan en bolsa: analisis del caso español
Las variables seleccionadas son comunes con las utilizadas en otros estudios. Esto nos
permitirá comparar nuestros resultados con los obtenidos en la literatura. En particular, para
todos y cada uno de los acuerdos anunciados, se han contemplado las características que
pueden identificar la naturaleza de la cooperación. Las variables se ordenan en el Cuadro 1.
Cuadro 1. Información recogida sobre las características de los acuerdos
•
•
•
•
•
•
•
•
Fecha en la que se firma el acuerdo
Número de socios (nacionales y extranjeros)
Nombre de las empresas participantes
Nacionalidad de los socios
Origen de las empresas no españolas
Objeto del acuerdo
Si el acuerdo se va a desarrollar en España o
en el extranjero
•
•
•
•
•
•
•
•
Naturaleza de los socios
Sector de actividad de las empresas firmantes
Área funcional del acuerdo
Naturaleza del acuerdo
Forma legal
Comunicación de los acuerdos a la CNMV
Si la empresa cotiza también en alguna bolsa
extranjera
La variable “naturaleza de los socios” recoge tres categorías: privada (se consideran así
todos los acuerdos suscritos por empresas), gubernamental (acuerdos en los que participa el
Estado o los poderes públicos) y mixta (en los que participan entidades como universidades,
asociaciones, fundaciones, etc.). Esta definición es distinta de la utilizada por otros autores,
como Miranda (1992), quien incluye los acuerdos firmados con empresas públicas en la
categoría de gubernamentales.
El área funcional del acuerdo refleja si éste se firma para realizar actividades de
marketing, producción, investigación, finanzas o personal. También si la colaboración se
desarrolla en varias áreas funcionales a la vez (caracterizándose entonces como múltiple).
El campo “naturaleza del acuerdo” se divide en tres categorías: vertical, horizontal
competitivo y horizontal complementario mostrando la relación entre las actividades de los
socios.
4. RESULTADOS
El número de acuerdos reunidos a lo largo del periodo de 13 años considerado, es de
3234. En algunos casos el convenio ha sido firmado por más de una empresa que cotiza en el
mercado continuo español, lo cual tiene como consecuencia que aparezca duplicado. Teniendo
en cuenta esta cuestión, el número efectivo de acuerdos recogidos es de 2465. El número de
empresas que han firmado algún acuerdo en todo el periodo es de 161 del total de 227 del
mercado. En cada año de la muestra, aproximadamente el 50% de las empresas del mercado
han firmado algún acuerdo.
La evolución temporal de los acuerdos se recoge en el Gráfico 1 y en la Tabla 1. No
sólo se muestra el número total de acuerdos suscritos cada año, sino también, el número de
empresas que han cotizado cada año y el número de acuerdos por empresas dentro de la
muestra cada año. Ello se debe a que los resultados se encuentran influidos de forma
importante por este hecho.
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Gráfico 1. Evolución temporal de los acuerdos
(series estandarizadas)
Puede observarse que el número total de acuerdos muestra una tendencia creciente,
como también el número de empresas que cotizan. No obstante, se advierte lo contrario
respecto al número de acuerdos por empresa. Por tanto, la propensión ascendente en los
acuerdos suscritos se produce por el incremento en el número de empresas que cotizan y no por
el hecho de que las empresas firmen un mayor número de acuerdos.
Tabla 1. Evolución temporal de los acuerdos
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Nº Acuerdos
Nº Empresas (1)
Acuerdos por empresa
195
152
140
168
158
146
149
198
196
165
297
284
217
46
52
52
55
55
55
55
55
67
62
78
76
76
4.2
3.8
3.8
3.5
3.5
3.5
3.5
3.5
2.9
3.1
2.5
2.6
2.6
(1) Es el número de empresas firmantes de acuerdos que cotizaban el mercado en el año correspondiente.
Muchas de las empresas estudiadas han sufrido importantes procesos de adquisición y
fusión en el periodo de referencia lo que ha configurado la cooperación como un paso previo a
este proceso. Ello es especialmente relevante en algunos sectores como la construcción.
En definitiva, al igual que en estudios previos, el número de acuerdos presenta una
tendencia creciente. Sin embargo, la media de acuerdos por empresa ha disminuido en el
periodo de referencia. Este aspecto no se puede comparar con la literatura precedente pues no
reportan esta información. Lo que encontramos es un incremento en el número de acuerdos
firmados relacionado con el hecho de que hay más empresas que utilizan la cooperación como
estrategia empresarial. Bien es cierto que García Ochoa (2002) percibe un descenso en las
alianzas estratégicas a partir de 1998 y Escribá et al (2003) apuntan la posibilidad de una cierta
estabilización de la cooperación entre las grandes empresas a finales de los noventa.
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Los acuerdos de cooperación de las empresas que cotizan en bolsa: analisis del caso español
Tabla 2. Número de acuerdos por sectores
Sector
Banca
Construcción
Electricidad
Petróleo, Gas y otras Fuentes
Telecomunicaciones
Ocio Turismo y Hotelería
Alimentación
Comercio Minorista
Papel Madera y Químicas
Electrónica y Software
Otros Servicios de Mercado
Publicidad Prensa y Televisión
Aparcamientos y Autopistas
Inmobiliarias
Fabricación y Montaje de Bienes de Eq
Bebida y Tabaco
Textil, Vestido y Calzado
Transporte y Distribución
Seguros
Metales
Cartera y Holding
Otros Bienes de Consumo
Materiales para Construcción
Nº Acuerdos
879
533
454
270
194
99
99
91
73
65
65
55
54
54
51
47
39
34
26
21
12
11
8
3234
Nº de
empresas
30
16
12
5
4
4
12
6
11
3
6
4
4
6
9
5
4
3
3
7
2
2
3
161
Media del
sector
29.30
33.31
37.83
54.00
48.50
24.75
8.25
15.17
6.64
21.67
10.83
13.75
13.50
9.00
5.67
9.40
9.75
11.33
8.67
3.00
6.00
5.50
2.67
20.09
La Tabla 2 muestra la tipificación sectorial de los acuerdos suscritos. Se ha seguido la
clasificación de los sectores vigente en el mercado continuo durante el periodo de análisis.
Como puede advertirse, los sectores más activos desde el punto de vista de la
cooperación han sido banca, construcción, electricidad, petróleo gas y otras fuentes y
telecomunicaciones. Estos resultados coinciden con los encontrados en estudios anteriores
salvo en el caso de la construcción. Llama la atención que este hecho no haya sido constatado
en ocasiones anteriores pues, por la naturaleza de su actividad, las empresas de este sector se
ven abocadas a unirse para enfrentar grandes obras normalmente a través de fórmulas creadas
para tal fin como son las Uniones Temporales de Empresas (UTEs). Bien es cierto, que ello
podría deberse a las muestras escogidas para el desarrollo de dichas investigaciones y a la muy
diversa clasificación sectorial utilizada como referencia.
Cuando tenemos en cuenta el número de empresas que cotizan en cada sector
encontramos que, las que firman más acuerdos en media, son las pertenecientes al sector
petróleo gas y otras fuentes, seguidas de cerca por las del sector de las telecomunicaciones. Las
empresas del sector electricidad, construcción y bancario también presentan una importante
propensión a la cooperación así como el sector ocio turismo y hotelería.
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Para analizar la naturaleza de los socios, estos se han clasificado en tres categorías:
privada, gubernamental y mixta. Como se ha comentado se consideran acuerdos
gubernamentales los firmados con Estados y Administraciones Públicas (ayuntamientos,
comunidades autónomas, ministerios, etc.). En la categoría acuerdos mixtos se incluyen los
firmados con organismos que no pueden ser calificados ni como privados ni como
gubernamentales (universidades, empresas públicas, fundaciones, asociaciones, etc.).
Gráfico 2. Tipo de acuerdo según la naturaleza de los socios
Así, como se puede ver en el Gráfico 2, en la mayoría de los casos han intervenido socios
privados. Sólo en el 11% interviene alguna entidad gubernamental o de carácter mixto. Ello marca
una clara tendencia entre las empresas con presencia en el mercado continuo español a firmar
acuerdos con otras empresas antes que con entidades públicas o de otro carácter.
Estos resultados difieren respecto a los de otros autores como Miranda (1992), quien
como ya se comentó, utiliza una clasificación distinta a la nuestra. En otros casos, como Casani
(1995), Valdés y García Canal (1995) o López Navarro (2000) la intervención estatal se
produce de manera directa a través de ayudas o subvenciones a la cooperación.
En cuanto a la nacionalidad de los socios elegidos, las empresas analizadas suscribieron
más acuerdos nacionales que internacionales en el periodo 1990-2002 (1946 nacionales frente a
1130 internacionales) aunque ambas categorías se encuentran bastante próximas. Este resultado
no está en la línea de los obtenidos en análisis anteriores, en los que se aprecia una preferencia
por los socios extranjeros frente a los nacionales. Este hecho puede deberse al diferente criterio
utilizado para considerar la nacionalidad de las compañías involucradas.
Hay que resaltar que, entre las empresas que cotizan en el mercado continuo español,
nos encontramos con empresas cuya nacionalidad no es fácil de determinar pues son
multinacionales con una importante implantación en diferentes países (BP Oil, Bayer,
Carrefour, etc.). En estos casos, hemos optado por considerar únicamente como españolas a
aquellas empresas nacidas en territorio español, excluyendo de la clasificación a las filiales
españolas de empresas extranjeras. En esta situación tenemos a 12 empresas de la muestra, que
firman un total de 141 acuerdos. Esto produce que, en algunos de ellos, no participe ninguna
empresa española (hecho que no sucede en ninguno de los estudios anteriores). Muchos autores
no especifican el concepto utilizado para calificar una empresa como nacional. Otros, como
Rialp y Rialp (1996) o García-Ochoa (2002) consideran española a toda empresa establecida en
nuestro territorio independientemente de su lugar de origen o la titularidad de su capital,
criterio distinto al de este estudio.
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Tabla 3. Procedencia de las empresas extranjeras
en los acuerdos internacionales
Continente
Nº Acuerdos Porcentaje
Europa
534
47.7%
Norte América (1)
233
20.8%
Ibero América
122
10.9%
Mixto (2)
95
8.5%
Asia
45
4.0%
Norte de África
26
2.3%
Organismos supranacionales
22
2.0%
Europa Oriental
15
1.3%
Oriente medio
13
1.2%
América (3)
6
0.5%
África Sub-Sahariana
4
0.4%
Australia
4
0.4%
Total general
1119
(1) Un 96% se corresponden con acuerdos firmados con
empresas de USA
(2) Acuerdos con varios países que proceden de distintos
Continentes
(3) Acuerdos firmados con algún país iberoamericano
más USA
La Tabla 3 recoge la nacionalidad de los socios que han participado en los acuerdos
internacionales. Como se puede comprobar, una parte importante han sido suscritos con socios
europeos, siguiendo la tendencia descrita en estudios anteriores. Bien es cierto, que también
resulta importante la participación de socios norteamericanos e iberoamericanos. Cabe
mencionar la tendencia que ya muestran algunos estudios como Rialp y Salas (1999), García
Ochoa (2002) y Escribá et al. (2003) al incremento en la colaboración con socios
latinoamericanos en detrimento de los japoneses y, en general, del resto de Asia, coherente con
la recesión sufrida por la economía nipona y el incremento de la actividad empresarial española
en los mercados del centro y el sur del continente americano.
Tabla 4. Nº de socios firmantes del acuerdo
Nº Acuerdos
Porcentaje
Nº de socios
2
1809
73.4%
3
332
13.5%
4
131
5.3%
5
64
2.6%
> 5, < 10
37
1.5%
10 o más
92
3.7%
Total
2465
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Teniendo en cuenta el tamaño de los acuerdos respecto al número de socios firmantes,
encontramos conclusiones muy en línea con la literatura. Los resultados se exponen en la Tabla
4. Las empresas que cotizan muestran una clara tendencia a suscribir acuerdos únicamente
entre dos socios, seguidos por los acuerdos en los que intervienen tres y cuatro socios. Resultan
minoritarias las colaboraciones de alta participación (más de cinco socios). Ello coincide,
además, con que nuestra muestra está formada por empresas grandes y, como señalan Valdés y
García Canal (1995), la tendencia a aumentar el número de socios es mayor en acuerdos entre
empresas de menor tamaño o que cuentan con apoyo financiero público.
Tabla 5. Forma legal del acuerdo
Nº Acuerdos Porcentaje
Sin forma
1734
70.3%
Empresa conjunta
251
10.2%
UTE
194
7.9%
Consorcio
163
6.6%
Subcontratación
43
1.7%
AIE
37
1.5%
Licencia
20
0.8%
Franquicia
20
0.8%
AEIE
3
0.1%
Total general
2465
En cuanto a la forma escogida para organizar los acuerdos, los resultados se muestran
en la Tabla 5. Como puede advertirse, más del 70% de los acuerdos suscritos por las empresas
que cotizan en el mercado continuo español no han sido objeto de formalización alguna. Las
empresas conjuntas, las uniones temporales de empresas y los consorcios son las fórmulas
elegidas cuando se ha tomado la decisión de formalizar la colaboración.
Estos resultados muestran una tendencia menor a la formalización de los acuerdos por
parte de las empresas que cotizan en el mercado continuo español respecto a las analizadas en
estudios anteriores. No obstante, las informaciones en prensa no siempre recogen todas las
características de las alianzas pudiendo no contemplarse en ellas la estructura legal adoptada.
Sólo si la noticia mencionaba la forma legal ésta ha sido recogida en la base de datos. Puede
darse, por tanto, la circunstancia de que algunos de los acuerdos recogidos en el epígrafe “sin
forma” correspondan en realidad a formas estructuradas de cooperación. Además, algunos
autores como Miranda (1992) perciben una menor tendencia a la formalización de acuerdos
nacionales (mayoría en nuestra muestra).
Otra característica de los acuerdos que nos interesa analizar es su naturaleza, es decir la
relación vertical, horizontal complementaria u horizontal competitiva existente entre los socios.
Los resultados respecto a esa clasificación se muestran en el Gráfico 3. Como puede
observarse, existe una distribución bastante equitativa entre las diferentes categorías de
colaboración, aunque la mayoría de los acuerdos tiene carácter horizontal (61%). Este resultado
coincide con el encontrado en estudios anteriores que han contemplado este hecho como
Menguzzato (1992), García Canal (1992), Rialp y Rialp (1999) o Escribá et al. (2003).
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Los acuerdos de cooperación de las empresas que cotizan en bolsa: analisis del caso español
Gráfico 3. Naturaleza del acuerdo
Dentro de los acuerdos de carácter horizontal el porcentaje mayor (el 35%) ha sido
suscrito por empresas competidoras hecho que parece corroborar la tendencia generalizada a
utilizar la cooperación como medio para generar sinergias que permitan alcanzar mayor
competitividad y ampliar mercados. Escribá et al. (2003) también concluyen que, dentro de las
colaboraciones de carácter horizontal, predominan las competitivas como ocurre en nuestro
estudio. Además, en el caso de las empresas que cotizan en el mercado continuo, las alianzas
han sido utilizadas en algunas ocasiones como paso previo a los importantes procesos de fusión
y adquisición sufridos en algunos sectores.
El Gráfico 4 muestra la distribución de los acuerdos según el área funcional en el que se
inscribe su objetivo. Puede verse que, una parte muy importante, se desarrollan dentro del área
de producción, entendida como tal la actividad fundamental de los socios. De este modo, por
ejemplo, los acuerdos de carácter financiero suscritos por empresas bancarias han sido
considerados de esta naturaleza como también los suscritos por empresas de sectores de alta
tecnología (y, por tanto, no han sido clasificados como investigación).
Estos resultados difieren de manera importante con respecto a los apuntados en estudios
anteriores donde parecen predominar los de actividad múltiple, seguidos de los comerciales y
tecnológicos (aunque en los estudios más actuales los acuerdos en I+D quedan por detrás de los
de producción). Sólo Costa Campí (1989) y Costa y Callejón (1992) apuntan el predominio del
área productiva en sus conclusiones (sobre todo en las colaboraciones establecidas entre pymes
y grandes empresas). Valdés y García Canal (1995) y García Canal et al. (1997) encuentran
que, la mayor parte de acuerdos múltiples, se refieren a las áreas de producción y
comercialización. Además de las discrepancias con respecto a la clasificación, la baja
participación de acuerdos de actividad múltiple puede encontrarse motivada por la escasa
información que recogen las noticias en algunas ocasiones. Por ello, es probable que ciertos
acuerdos asignados a un único área funcional sean, en realidad, más amplios en sus objetivos y,
por tanto, en su clasificación.
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Gráfico 4. Tipo de acuerdo según el campo de aplicación
Con respecto a la localización del acuerdo, los resultados mostrados en la tabla 6 ponen
de manifiesto que la mayor parte se desarrollan en territorio español. Ello coincide con lo
apuntado por García Canal (1992), Rialp y Salas (1999) y Escribá et al. (2003), aunque no con
García Canal et al. (1997) donde la mayoría localizan su actividad en un país extranjero (si
bien, se estudian empresas conjuntas internacionales). No se puede olvidar que, en parte y
como ya se ha comentado, el hecho de utilizar información en prensa hace prevalecer los
acuerdos nacionales sobre aquellos que tienen como marco otro país.
Tabla 6. Localización del acuerdo
Nº Acuerdos Porcentaje
Exterior
547
22%
Interior
1658
67%
Interior/Exterior
260
11%
Total general
2465
Por último, nos centramos ahora en variables que tienen que ver con la característica
fundamental de las empresas que examinamos: su participación en el mercado de valores. En
este sentido consideramos si estas empresas cotizan en alguna otra bolsa internacional además
de la española. De las 161 empresas en la muestra, 42 están en esta situación. Sin embargo,
encontramos que el 42% de los acuerdos en la muestra han sido firmados por ellas.
Adicionalmente, observamos en qué medida este tipo de actividades se hacen públicas a
los inversores a través de su comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Percibimos que un porcentaje muy pequeño de los acuerdos son comunicados, sólo el 10%.
Hay que tener en cuenta que las empresas no están obligadas a notificar este tipo de eventos.
En este sentido, sería interesante investigar las características particulares de los convenios que
son comunicados, así como la forma en que se interrelacionan las distintas características
diferenciadas. Esta tarea es una extensión de este análisis que nos planteamos para el futuro.
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5. CONCLUSIONES
El objetivo de este trabajo ha sido analizar las características fundamentales de los
acuerdos suscritos por empresas españolas que cotizan en Bolsa en el periodo 1990-2002.
Tratamos de determinar en qué medida la cooperación entre este tipo de empresas muestra
tendencias coincidentes con los resultados obtenidos en la literatura en España.
En el análisis de los 2465 acuerdos efectivos estudiados se percibe una tendencia
creciente en el número de acuerdos firmados, debido a que se ha incrementado el número de
empresas que utilizan la cooperación aunque desciende la media de acuerdos por empresa.
Algunos autores ya apuntan cierta estabilización de la cooperación a finales de los noventa.
Además, es escasa la participación gubernamental o de otros organismos, a diferencia de lo
indicado por la literatura para el caso español, aunque nuestra clasificación resulta más
restrictiva en este aspecto puesto que excluye de la categoría gubernamental a las empresas
públicas y no se concentra en colaboraciones directamente subvencionadas o relacionadas con
ayudas estatales.
Encontramos que existe cierto equilibrio en la firma de acuerdos nacionales e
internacionales, mientras que los estudios anteriores coincidían en señalar la preferencia por los
socios extranjeros si bien, hemos considerado únicamente españolas a las empresas nacidas en
nuestro país y no a todas las establecidas en territorio nacional. Además, nuestra base recoge
acuerdos en los que no participa ninguna empresa española (según nuestro criterio) lo que no
ocurre en estudios anteriores. No obstante, existe coincidencia en cuanto a la procedencia de
los socios extranjeros, ya que se prefieren fundamentalmente europeos, aunque con importante
presencia de estadounidenses y latinoamericanos (en detrimento de los socios asiáticos) como
ya percibe la literatura más moderna.
Por otro lado, los resultados muestran una menor tendencia a la formalización de los
acuerdos por parte de las empresas que cotizan (sólo un 30% del total) respecto a las
consideradas en trabajos precedentes. Finalmente, estas empresas han suscrito una cantidad
bastante elevada de acuerdos de producción mientras que estudios anteriores apuntaban a la
predominancia de la cooperación múltiple seguida de la de marketing y la tecnológica (aunque
esta última perdiendo fuerza en las últimas investigaciones). En nuestro caso, entendemos que
las alianzas se inscriben dentro del área de producción cuando se encuentran relacionadas con
la actividad fundamental de los socios (por lo que se han incluido en esta categoría los
acuerdos financieros suscritos por empresas del sector financiero o los acuerdos tecnológicos
firmados por empresas de alta tecnología).
Las empresas que cotizan coinciden con análisis anteriores en cuanto a los sectores más
activos (energía, telecomunicaciones y financiero) en la colaboración aunque con la
particularidad de la importante participación de la construcción. La evolución del mercado de
la vivienda y de las obras públicas parece configurarse como una razón que justifica este
hecho.
Por último, nuestros resultados son acordes con los precedentes en cuanto a la
preferencia de las empresas por los acuerdos de baja participación (fundamentalmente dos
socios), carácter horizontal (sobre todo, competitivo) y desarrollados en territorio nacional.
Todo lo comentado revela las particularidades de los acuerdos suscritos por las
empresas que cotizan frente a las alianzas firmadas por otras empresas. Los resultados ponen
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de manifiesto la dificultad de establecer relaciones entre los distintos estudios realizados
debido a la diversidad de empresas objeto de análisis y el ajuste de los criterios a sus
particularidades. Por ello, sería de gran interés realizar una comparación con las empresas que
cotizan en mercados de otros países, aunque existe una importante falta de información al
respecto.
NOTAS
∗
Queremos agradecer la financiación recibida por parte de la Universidad Complutense de Madrid y el Banco
Santander Central Hispano a través del proyecto PR27/05-13913.
1
Véase González (1999, 2003) para una exposición más detallada.
2
Véase Miranda (1992)
3
En este trabajo se considera consorcio de exportación a la unión de una serie de empresas para constituir una entidad
de propiedad conjunta, jurídicamente independiente, que se encargue de coordinar, total o parcialmente, su actividad
exportadora en uno o varios mercados.
4
Utilizar datos de prensa no está exento de problemas. En general, tienden a ser publicados los acuerdos de gran
envergadura y preferentemente nacionales, por lo que se discrimina a las empresas de menor tamaño, acuerdos
internacionales y pactos mantenidos en secreto o relativos a aspectos “sensibles” como tomas de participación.
Además, ésta no suele permitir profundizar demasiado en los aspectos internos del acuerdo.
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 185-201
Los acuerdos de cooperación de las empresas que cotizan en bolsa: analisis del caso español
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Investigaciones Europeas, Vol. 14, Nº 3, 2008, pp. 185-201
ISSN: 1135-2523
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Septiembre - Diciembre
RELACIÓN DE AUTORES
Albors Garrigós, José
Departamento de Organización de Empresas
Universidad Politécnica de Valencia
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales
Camino de Vera, s/n
E-46022 VALENCIA
[email protected]
Barrero García, Federico José
Departamento de Ingeniería Electrónica
Universidad de Sevilla
Escuela Superior de Ingenieros
Avda. de los Descubrimientos, s/n
E-41092 SEVILLA
[email protected]
Cabanelas Lorenzo, Pablo
Departamento de Organización de Empresas y Marketing
Universidad de Vigo
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
Lagoas-Marcosende, s/n
E-36310 VIGO
[email protected]
Cabanelas Omil, José
Departamento de Organización de Empresas y Marketing
Universidad de Vigo
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
Lagoas-Marcosende, s/n
E-36310 VIGO
[email protected]
Fuentes Lombardo, Guadalupe
Departamento de Administración de Empresas, Contabilidad y Sociología
Universidad de Jaén
Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas
Campus Las Lagunillas, s/n.
Edificio D-3, dep. 122
E-23071 JAÉN
[email protected]
2008
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Vol. 14, Nº 3
Septiembre - Diciembre
González Serrano, Lydia
Universidad Rey Juan Carlos
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Paseo Artilleros s/n. Vicálvaro
E-28032 MADRID
[email protected]
González Vázquez, Encarnación
Departamento de Organización de Empresas y Marketing
Universidad de Vigo
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
Lagoas-Marcosende, s/n
E-36310 VIGO
[email protected]
Hernández Ortiz, Mª Jesús
Departamento de Administración de Empresas, Contabilidad y Sociología
Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas
Universidad de Jaén
Campus Las Lagunillas, s/n.
Edificio D-3, dep. 135
E-23071 JAÉN
[email protected]
Laguna Sánchez, Maria del Pilar
Universidad Rey Juan Carlos
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Paseo Artilleros s/n. Vicálvaro
E-28032 MADRID
[email protected]
Lloria Aramburu, Mª Begoña
Departamento de Dirección de Empresas Juan José Renau Piqueras
Universidad de Valencia
Facultad de Economía
Avda. Tarongers, s/n
Edificio Departamental Oriental
E-46022 VALENCIA
[email protected]
Marín Vinuesa, Luz María
Departamento de Economía y Empresa
Universidad de la Rioja
Edificio Quintiliano
C/ Cigüeña, 60
E-26004 Logroño LA RIOJA
[email protected]
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Vol. 14, Nº 3
Septiembre - Diciembre
Martínez Torres, Rocío
Departamento de Administración de Empresas y Marketing
Universidad de Sevilla
Escuela Universitaria de Estudios Empresariales
Avda. San Francisco Javier, s/n
E-41018 SEVILLA
[email protected]
Meseguer Artola, Antoni
Internet Interdisciplinary Institute (IN3)
Universitat Oberta de Catalunya
Av. Tibidabo 39-43
E-08035 BARCELONA
[email protected]
Ortín Ángel, Pedro
Departamento de Economía de la empresa
Universidad Autónoma de Barcelona
Edifici B
E-80193 Cerdanyola del Valles BARCELONA
[email protected]
Robles Fernández, Maria Dolores
Universidad Complutense de Madrid
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
Campus de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón
E-28223 MADRID
[email protected]
Rodríguez-Ardura, Inma
Internet Interdisciplinary Institute (IN3)
Universitat Oberta de Catalunya
Av. Tibidabo 45-47
E-08035 BARCELONA
[email protected]
Rodríguez Rodríguez, Olga María
Instituto Universitario de Desarrollo Regional (IUDR)
Departamento de Análisis Económico
Universidad de la Laguna
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
Campus de Guajara, s/n
La Laguna
E-38071 SANTA CRUZ DE TENERIFE
[email protected]
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Septiembre - Diciembre
Ruiz Molina, María Eugenia
Departamento de Comercialización e Investigación de Mercados
Universidad de Valencia
Facultad de Economía
Avda. Naranjos s/n
E-46022 VALENCIA
[email protected]
Ruiz-Olalla Corcuera, Mª Carmen
Departamento de Economía y Empresa
Universidad de la Rioja
Edificio Quintiliano
C/ Cigüeña, 60
E-26004 Logroño LA RIOJA
[email protected]
Sánchez Marín, Gregorio
Departamento de Organización de Empresas y Finanzas
Universidad de Murcia
Facultad de Economía y Empresa
Campus de Espinardo
E-30100 Espinardo, MURCIA
[email protected]
Sierra Pereiro, Miguel
Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA)
Servicios Centrales
Passeig de Gracia 44, 3r.
E-08007 BARCELONA
[email protected]
Toral Marín, Sergio
Departamento de Ingeniería Electrónica
Universidad de Sevilla
Escuela Superior de Ingenieros
Avda. de los Descubrimientos, s/n
E-41092 SEVILLA
[email protected]
Vallejo Martos, Manuel Carlos
Departamento de Administración de Empresas, Contabilidad y Sociología
Universidad de Jaén
Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas
Campus Las Lagunillas, s/n.
Edificio D-3, dep. 155
E-23071 JAÉN
[email protected]
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Vol. 14, Nº 3
Septiembre - Diciembre
Vendrell Herrero, Ferran
Departamento de Economía de la Empresa
Universidad Autónoma de Barcelona
Edifici B
E-80193 Cerdanyola del Valles BARCELONA
[email protected]
Vilaseca i Requena, Jordi
Internet Interdisciplinary Institute (IN3)
Universitat Oberta de Catalunya
Rambla del Poble Nou 156
E-08018 BARCELONA
[email protected]
2008
NORMAS DE PRESENTACIÓN DE ORIGINALES
La Revista INVESTIGACIONES EUROPEAS DE DIRECCIÓN Y ECONOMÍA DE LA EMPRESA
publica trabajos originales de investigación sobre cualquiera de las especialidades relativas al campo de
Dirección de Empresas, siendo el Consejo de Redacción el responsable final de su aceptación, previo informe
de dos evaluadores anónimos con conocimiento e interés en las materias objeto de evaluación. El Comité de
Revisores, ajeno e independiente de la directiva de AEDEM y del Consejo de Redacción de la revista, está
integrado por profesores de universidades españolas, europeas e iberoamericanas, de reconocido prestigio en
sus áreas de conocimiento. La adscripción como revisor es totalmente independiente de la pertenencia a la
Academia Europea de Dirección y Economía de la Empresa (AEDEM).
Para la revisión de los trabajos se deberá enviar el documento escrito, junto con un CD o diskette que
contenga el trabajo en formato electrónico (Microsoft Word), a los Vocales del país del autor/es. En
caso de que no se haya nombrado Vocal en dicho país, los trabajos se enviarán a los profesores Doctores
Elie Cohen (Université de Paris-Dauphine) y Gèrard Hirigoyen (Université de Bordeaux I), excepto los
trabajos en lengua española y portuguesa, que lo harán al Director de la Revista (Facultad de Ciencias
Económicas y Empresariales de la Universidad de Vigo, Lagoas - Marcosende, s/n, E-36310, Vigo,
Pontevedra, España). El envío de los trabajos también podrá realizarse a través de la web de AEDEM
(www.aedem-virtual.com). Los artículos deberán ser inéditos y no encontrarse en proceso de evaluación
simultánea, o ya aprobados, para su publicación en otra revista.
Las revisiones serán de naturaleza ciega en ambos sentidos, en la medida en que autores y revisores
no tendrán conocimiento ni acceso a sus identidades mutuas. La revista comunicará al autor/es el
informe final de revisión, en el que se incluirán los contenidos a modificar, si los hubiere, la aceptación
o el rechazo del artículo. Dicha comunicación tendrá lugar en un plazo máximo de seis meses, a contar
desde la fecha de recepción del mismo. Para obtener información adicional sobre la política editorial, o
la preparación de los manuscritos, deben ponerse en contacto con el Director o alguno de los miembros
del Consejo de Redacción de la revista
Los trabajos tendrán que ajustarse a las siguientes especificaciones técnicas:
— Mecanografiarse a doble espacio por una sola cara y con márgenes amplios.
— La extensión aconsejable para los artículos se sitúa entre 15 y 25 páginas. Las páginas se
numerarán de forma consecutiva, correspondiendo la primera al título, autor (es) del trabajo y su
dirección de contacto; la segunda, al título, un resumen y las palabras clave; las siguientes, al
texto; y, finalmente, las que contengan tablas, cuadros y figuras.
— El resumen deberá tener una extensión máxima de 200 palabras, siendo necesario adjuntar su
traducción en inglés. Junto con el resumen se deben especificar de 3 a 10 palabras clave en
español e inglés que den una idea rápida del contenido del trabajo y faciliten su informatización.
— Las referencias bibliográficas se incluirán ordenadas alfabéticamente al final del trabajo, y
cronológicamente en el caso de varios trabajos del mismo autor. La citación completa se hará en
el siguiente orden:
1. Apellido e inicial del autor. Si una referencia se hace para un trabajo de tres o más autores,
figurarán todos los nombres de los autores cuando se citen por primera vez, y después sólo el
primer nombre seguido de et al.
2. Fecha de publicación (entre paréntesis).
3. Título completo del trabajo (en itálicas).
4. Nombre de la revista, seguido del número de volumen, fascículo y páginas primera y última. Los
títulos de libros deberán ir en itálicas y luego figurará la editorial y el lugar de edición.
— Las tablas y cuadros irán numeradas consecutivamente con caracteres arábigos. Llevarán un
encabezamiento conciso, similar al de las notas al pie que expliquen los símbolos utilizados y
permitan las aclaraciones necesarias. En el texto se hará referencia a ellas como Tabla 1, etc.,
indicando donde se desea que aparezcan colocadas.
RULES FOR PRESENTING ORIGINAL WORKS
INVESTIGACIONES EUROPEAS DE DIRECCIÓN Y ECONOMIA DE LA EMPRESA (European
Research on Management and Business Economics) publishes original research works that deal with
any of the specialities relating to the field of Business Management. The Board of Editors has the final
responsibility in accepting works, subject to the reviews of two anonymous evaluators with knowledge
and interest in the topics submitted to review. The Reviewers Committee is formed by professionals
belonging to Spanish, European and Latin-American universities of well-kown prestige in their areas of
knowledge. Their adscription to the journal is totally independent from the belonging to the European
Academy of Management and Business Economics (AEDEM) and from Editorial Board.
All originals should be sent to the member of the Editorial Board in the author's own country, along
with a CD/diskette which holds the work in Microsoft Word. If no member has been named in the author's
country, it should be forwarded to Doctor Elie Cohen (Université de Paris-Dauphine) and Gèrard
Hirigoyen (Université de Bordeaux I). Exception is made for works presented in Spanish or Portuguese,
which should be sent to the Director of the journal at Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales,
Universidad de Vigo, Lagoas-Marcosende, s/n, E-36310, Vigo, Pontevedra, Spain. It is possible to send
the work through AEDEM's website too (www.aedem-virtual.com). Articles should be unpublished and
should not be in process or be approved for publication by any other magazine or journal.
The works submitted will be independently reviewed by anonymous evaluators. The reviews will be of
blind nature in both senses. The work will be gone through them in such a way that reviewers and authors
won't know eachother identity at the time of reviewing. For further information on editorial policies or the
preparation of manuscripts, you should contact the Director or members of Editorial Board.
All work must abide by the following technical specifications:
— Work must be presented typed in double spacing on one side of the page.
— The recommended length of the articles is between 15 and 25 pages. The pages should be
numbered consecutively. The title of the work should appear on the first page along with the
name (or names) ot the author and an address where they can be contacted. The second page
should have the title of the work, a synopsis and some key words. The text should appear on the
following pages and finally those pages with charts, diagrams and tables.
— The synopsis should not exceed 200 words and it is advisable to include a copy of it in Spanish
and English. Along with the synopsis it is necessary to give a few key words (3-10) that offer a
quick idea of the content and that help facilitate computer work.
— Bibliographical references should appear in alphabetical order at the end of the work and in
cronological order in the case of various works by the same author. The full citation should be
done in the following order:
1. Surname and initial of the author. If reference is made to work by three or more authors, all their
names should appear when mentioned for the first time and thereafter only the first name
followed by et al.
2. Date of publication (in brackets).
3. Full title of the work (in italics).
4. Name of journal, followed by the number of the volume, the fascicule and the first and last page
numbers. The title of books should be in italics and the publishers and place of publication
should follow.
— The figures, charts, and diagrams must be numbered consecutively in Arabic numberals. They
should have concise headings, as in the case of footnotes that explain symbols used and facilitate
the necessary explanations. In the text these tables and diagrams should be refered to as Table 1,
etc. and where they are to be placed must be indicated.
NORMES DE PRESENTATION DES ORIGINAUX
INVESTIGACIONES EUROPEAS DE DIRECCIÓN Y ECONOMIA DE LA EMPRESA
(Recherches Européennes d'Administration et Economie d'Entreprise) publie des travaux originaux de
recherche dans toutes les spécialités liées au monde de la direction d'entreprises, la décision finale de
l'acceptation des dists travaux revenant au Conseil de Redáction, est basée sur le rapport d'experts
anonymes.
Les travaux ont été envoyés aux membres du pays d'origine des auteurs. Au cas ou aucun représentant
n'aurait été nomé dans le pays concerné, les travaux seront envoyés aux professeurs Docteurs Elie
Cohen (Université de Paris-Dauphine) et Gérard Hirigoyen (Université de Bordeaux I), sauf les travaux
en langue espagnole et portugaise que seront remis au Directeur de la revue (Facultad de Ciencias
Económicas y Empresariales de la Universidad de Vigo, Lagoas - Marcosende, s/n, E-36310, Vigo,
Pontevedra, Espagne).
Les articles devront être inédits et ne devront pas avoir été acceptés pour leur publication dans une autre
revue.
Les articles devront obéir aux spécifications techniques suivantes:
— Être écrits à la machine, à double espace, d'un côté de la feuille et avec des marges suffisantes.
— Comporter de préférence, entre 15 et 25 pages. Celles-ci seront numérotées consécutivement, la
première correspondant au titre, à l'auteur ou aux auteurs de l'article et l'adresse où l'on peut le/les
joindre; la seconde au titre, à un résumé et aux mots clés; les suivantes, au travail en soi et les
dernières pages à tous les tableaux, schémas et figures.
— Le résumé ne devra pas competer plus de 200 mots, et il est recommandable de joindre sa
traduction en espagnol et en anglais. Le résumé devra être accompagné d'une liste de 3 à 10 mots
clés fournissant une idée rapide du contenu du travail et facilitant son informatisation.
— Les références bibliographiques seront présentées par ordre alphabétique, à la fin de l'article et
par ordre chronologique dans le cas d'oeuvres du même auteur. La citation complète sera faite
dans l'ordre suivant:
1. Nom et initiale de l'auteur. Si, pour un travail, il est fait référence à trois auteurs ou plus, leurs
noms figureront au complet la première fois, et ensuite on ne citera que le premier nom, suivi
de et al.
2. Date de la publication (entre parenthèses).
3. Titre complet de l'article (en italiques).
4. Nom de la revue, suivi du numéro de volume, fascicule, ainsi que première et dernière page. Les
titres de livres seront en italiques. Viendront ensuite le nom de l'éditeur et le lieu d'édition.
— Les tableaux seront numérotés en chiffres arabes. Leur en-tête sera concis, de même que les notes
en bas de page expliquant les symboles utilisés et fournissant les indications nécessaires. Dans le
texte on se réfèrera à ceux-ci comme Tableaux 1, etc., en indiquant l'endroit où l'on désire qu'ils
soient placés.
Pour la révision des articles, on enverra quatre copies, ainsi qu'une CD/disquette contenant l'article en
Microsoft Word.
Les manuscrits seront analysés individuellement par des experts anonymes. Ces analyses seront ellesmêmes réalisées d'une manière anonyme, les évaluateurs ne connaissant pas l'identité des auteurs au
moment d'effectuer celles-ci. Pour obtenir des renseignements supplémentaires sur la politique des
éditeurs ou la présentation des manuscrits, prendre contact avec le Directeur ou les membres du conseil
de Rédaction.
SUBSCRIPTION FORM
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ADDRESS ..............................................................................................................................................
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COUNTRY .............................................................................................................................................
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Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa
Revista de Economía y Empresa
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… Check Nº ................
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Revista Europea de Dirección y Economía de la Empresa: One year (four issues): 180 €
Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa: One year (three issues): 120 €
Revista de Economía y Empresa: One year (three issues): 75 €
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Number ...............................
Year ..............................
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… I enclose check number ............................... made out to:
AEDEM
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Revista de Economía y Empresa
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Revista Europea de Dirección y Economía de la Empresa: One issue: 60 €
Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa: One issue: 50 €
Revista de Economía y Empresa: One issue: 40 €
La correspondencia relacionada con la Academia Europea de Economía y Dirección de Empresa
deberá dirigirse a la Secretaría Ejecutiva:
Any correspondence relating to the European Academy of Business and Economic Management
should be sent to the Executive Secretary's Office:
La correspondance concernant l'Academie Européenne d'Economie et Direction d'Entreprise
devra être adressée au Secrétariat Éxécutif:
Prof. Dra. ENCARNACIÓN GONZÁLEZ VÁZQUEZ
Prof. Dña. MERCEDES VILA ALONSO
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
Universidad de Vigo
Lagoas-Marcosende, s/n
E-36200 VIGO, Pontevedra
España
Los artículos y correspondencia de la REVISTA EUROPEA DE DIRECCIÓN Y ECONOMÍA
DE LA EMPRESA, REVISTA DE ECONOMÍA Y EMPRESA y de INVESTIGACIONES
EUROPEAS DE DIRECCIÓN Y ECONOMIA DE LA EMPRESA deberán remitirse a los
Directores respectivos.
Las normas que deben seguir los artículos se recogen en la penúltima página de las REVISTAS.
Articles and correspondence for the REVISTA EUROPEA DE DIRECCIÓN Y ECONOMÍA
DE LA EMPRESA, REVISTA DE ECONOMÍA Y EMPRESA and for the INVESTIGACIONES
EUROPEAS DE DIRECCIÓN Y ECONOMIA DE LA EMPRESA should be sent to the
respective Directors.
The norms that the articles should follow can be found on the second last page of the
JOURNALS.
Les articles et correspondence de la REVISTA EUROPEA DE DIRECCIÓN Y ECONOMÍA
DE LA EMPRESA, REVISTA DE ECONOMÍA Y EMPRESA et de la INVESTIGACIONES
EUROPEAS DE DIRECCIÓN Y ECONOMIA DE LA EMPRESA devront être adressés aux
Directeurs correspondants.
Les normes à suivre pour les articles figurent à l'avant dernière page des REVUES.