MaL - Istmo

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MaL - Istmo
AÑO 57 No. 336 2015/1
La ignorancia:
Fuente del mal
Shakespeare y
las distintas
caras del mal
336 • Febrero-marzo 2015
Aprender a
cocinar nos
hizo humanos
liderazgo disruptivo
#SiNoSorprendeCambia
#QuéSigue
Liderazgo#
31-marzo-2015
Precio al público $80.00
NoHayRespuestasÚnicas
#RompeEsquemas #Inspira
Editorial
Cambio por evolución
¿o por revolución?
Arriesgarse con sentido –o a veces sin él–, desempolvar las ideas y ofrecer soluciones inesperadas
exige atreverse a ser diferente, o como quien dice
«pensar fuera de la caja». Tal reflexión dio pie
al concepto rector del FORO ISTMO 2014, con
el tema «Liderazgo disruptivo» y que integra la
sección «Alta dirección». Pero, ¿cómo fusionar dos
conceptos tan distintos? Pedro Salicrup, director
de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana, inauguró
el evento con una valiosa aportación que vale la
pena reproducir para dar contexto al tema que
encabeza la portada:
«Dos elementos principales componen el liderazgo
disruptivo: el cambio y el mismo liderazgo. El primero se aprecia desde un enfoque reactivo o por
evolución, es decir, se presenta porque el entorno
lo exige; el segundo, un cambio proactivo o por
revolución, se da desde la empresa sin esperar a
que el entorno lo detone. Este último caracteriza
al liderazgo disruptivo, pues llevará a la organización a otro lugar que muchas veces puede ser
inesperado. Por ello, la empresa exige modelos
flexibles de negocio, capaces de sobrellevar cualquier ajuste.
»¿Y cómo saber cuándo inducir ese cambio? Se
habla de que la empresa tiene un ciclo de vida
similar al humano: nace, crece, madura, inicia una
curva de declive y muere. De un momento a otro
el crecimiento deja de ser exponencial y se vuelve
marginal, ¿de qué depende el futuro de esa curva?
Sólo al generar puntos de ruptura en los ciclos de
vida de nuestras empresas podremos revertir la
decadencia del sistema y volver a los cambios exponenciales, ésas son las innovaciones disruptivas
para delinear una nueva curva y el líder identificará
el momento preciso para echarlas a andar.
«La clave para ejercer el cambio con éxito es la
capacidad de influir en otros para que hagan lo
que deben. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que no todas las fuentes de poder promueven
un liderazgo disruptivo positivo. En este caso
funcionarán las que acentúen el humanismo en el
líder, y éste sólo podrá adquirirlas si sus mismos
colaboradores se las otorgan: el poder experto,
que reconoce la experiencia; y el referente, que
identifica al líder como un ejemplo a seguir.
»Finalmente el éxito del cambio depende de un
buen trabajo con las personas y para las personas,
bajo la guía de un liderazgo enfocado a los valores».
***
La sección «Coloquio» se sumerge en un tema delicado, para algunos controvertido, cuya intención
es esclarecer o bien, invitar al lector a examinar la
raíz de diversos conflictos mundiales: la maldad.
Cabe precisar que el enfoque a abordar es el del
mal moral, el del hombre, excluyendo el mal natural, consecuencia de sucesos aparentemente
indirectos al actuar humano, como lo son los desastres naturales. La selección presente recorre las
perspectivas filosófica, psicológica, cinematográfica, así como un exquisito encuentro literario con
Shakespeare.
Complementan la edición las colaboraciones de
María Pía Chirinos, quien defiende el arte del
cocinar cotidiano como uno de los responsables de
la aparición de la familia; Víctor Gómez, en torno
al concepto de amistad según las aportaciones de
Aristóteles; Alejandrina Lincoln Strange quien
recurre a una invasión de zombis como ejemplo de
las posibles reacciones del humano ante la lucha
por sobrevivir, y una divertida reflexión de Héctor
Zagal sobre los esfuerzos por aferrarse al simbólico
poder que entraña una vasta cabellera.
Andrea Moreno Herrero
Contenido
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Febrero-marzo 2015
Portada: Mónica Manzano
y Quetzal Romero
28 Biblioteca empresarial
Acciones sencillas para resultados
impactantes. Comentario al libro Small
Move, Big Change de Caroline L. Arnold
Ricardo Meneses Calzada
¿Por qué no alcanzamos nuestros propósitos? Dejarlos
inconclusos nos frustra o nos vuelve conformistas. El primer
paso para conseguirlos es transformar las grandes metas en
micro-decisiones que puedan manejarse, medirse y, sobre
todo, cumplirse.
32 Dilemas éticos empresariales
La imagen corporativa en peligro
COLOQUIO. Maldad
45 La ignorancia, fuente del mal
Roberto Rivadeneyra
Los errores que cometemos al pensar son, en gran medida,
causa de nuestras malas acciones. La falta de autoexamen
y rigor lógico produce creencias erróneas que, a su vez, se
traduce en vicios y hábitos nocivos que identificamos con
el mal.
ALTA DIRECCIÓN. Liderazgo disruptivo
11 Liderazgo disruptivo ¿para qué?
Ricardo Meneses Calzada
La destrucción creativa, aunque es difícil de alcanzar,
garantiza el desarrollo y éxito de las organizaciones.
El líder empresarial que consigue destruirse y reinventarse,
trasciende el mero ámbito laboral y alcanza un liderazgo
integral.
16 El ADN del innovador
Carlos Ruiz
Este mundo globalizado y altamente competitivo exige
creatividad e innovación. El autor, con base en el libro
El ADN del innovador de Jeff Dyer, Hal Gregersen y
Clayton M. Christensen, desglosa cinco habilidades
necesarias para consolidar con éxito cualquier proyecto
creativo.
20 Liderazgo 4G
Fernando Córdova
Las nuevas empresas demandan un modelo holístico e
integrador, que considere a la persona en su totalidad.
El líder al frente de una institución de tal naturaleza
requiere cuatro atributos: gratitud, generosidad, gracia y
genuinidad.
24 La mejor versión de mí
Juan Alberto Esparza
Encontrar nuestro propósito en este mundo nos permite
vivir en armonía, crecer y ayudar a los demás. Esto
también aplica para la empresa. Tener clara la misión da
coherencia, fuerza e intención a las actividades diarias.
50 Shakespeare y las distintas caras del mal
Casandra Fernández Diez
La sabiduría literaria es una de las mejores herramientas
para comprender los aguijones del mal. Shakespeare es
un autor muy útil para este estudio, pues representa la
naturaleza humana tal cual es y analiza la conciencia moral.
56 El cerebro, ¿responsable de la maldad?
Ismael Rodríguez Villagómez
No existe un gen que obligue al ser humano a ejecutar
actos malvados. Todo parece indicar que, los maltratos
físicos y psicológicos propios de un ambiente hostil hacen
a los sujetos más propensos al mal.
60 Muros de la maldad.
Los campos de concentración en el cine
Alma Delia Zamorano Rojas
Los campos de concentración nazis representan uno de los
acontecimientos más cruentos de la humanidad. El cine ha
capturado este terrible hecho y lo muestra desde diversas
perspectivas para evidenciar el alcance de la maldad
humana.
MISCELÁNEA
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La amistad hace nítidas nuestras virtudes
Víctor Juan Gómez Villanueva
Las aportaciones de Aristóteles al tema de la amistad pueden ser útiles para
la sociedad contemporánea, donde la tristeza y los antidepresivos están a
la orden del día. El autor reflexiona sobre dos conceptos que van ligados:
amistad y felicidad.
Aprender a cocinar nos hizo humanos.
Hombre cazador y mujer cocinera
María Pía Chirinos
La tradición de estudios antropológicos sobre nuestros antepasados
homínidos postulaba la actividad cazadora del varón como eje del modelo
familiar; sin embargo, nuevas teorías dan mayor importancia a la actividad
femenina: cocinar.
INQUIETUDES DE…
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Cuando la civilización deja de ser civilizada
Alejandrina Lincoln Strange Ochoa
LAS MANÍAS DE ZAGAL
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Metafísica de la calvicie
«¿La calvicie es tan vergonzosa como parece? Aunque pocos han
conservado el cabello tras el detenido estudio de la filosofía, tal y como les
ocurrió a Sócrates, Cicerón y Tomás de Aquino, muy pocos se detuvieron a
reflexionar sobre la propia calvicie».
EL BUEN VICIO
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Libros
POESÍA El gran cocodrilo en treinta poemínimos, Efraín Huerta
CORRESPONDENCIA Los libros de los otros, Italo Calvino
REFLEXIÓN Dios me buscó primero. ¿Cómo me encontró?,
Raúl Espinoza Aguilera
PERIODISMO Labor periodística, Daniel Cosío Villegas
INFANTIL Max Ernst, el hombre pájaro, Daniela Iride Murgia
NOVELA CRIMINAL Un cadáver en el jardín, Maria Lang
ENSAYO Senderos de Verdad (No.1). Aportaciones a las Ciencias,
las Artes y la Fe en México, Sociedad Mexicana de Ciencias,
Artes y Fe
BIOGRAFÍA Treblinka, Chil Rajchman
NOVELA HISTÓRICA El huérfano, Adam Johnson
INFANTIL La vida sin Santi, Andrea Maturana y
Francisco Javier Olea
MEMORABLE Los viajes de Gulliver, Jonathan Swift
Música
MÚSICA CLÁSICA Sinfonía No. 6 de Beethoven
dirección general
Andrea Moreno Herrero
[email protected]
dirección comercial
Israel Reyna Abud
[email protected]
coordinación editorial
Alejandrina Lincoln Strange Ochoa
[email protected]
redacción
José Alfredo Walls Gómez
diseño y arte final
Mónica Edith Manzano Islas
[email protected]
Quetzal Romero Villanueva
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publicidad
Daniela Flores Basurto
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Nelly Montes Otero
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suscripciones
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Mariana Domínguez Tamayo
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Febrero-marzo 2015
Año 57, No. 336
YA BASTA DEL ¡YA BASTA! URGE GENERAR CONCIENCIA CIUDADANA
Lo que tú opinas
Tus comentarios
son muy importantes,
¡escríbenos! [email protected]
Algunas opiniones se extraen de la página
web istmo.mx y se adaptan al formato
impreso.
ASÍ NO FUERON LAS COSAS
Deseo hacer una precisión histórica al libro La gerencia en la sociedad
futura que reseñó Felipe Casas en la revista (istmo 269. 2003). El
doctor Druker, junto con otros profesores de talla mundial, como
Roderick O’Connor, Soleman y Schultz, contribuyeron de forma
directa a la creación y desarrollo de lo que hoy es la Facultad de
Ciencias de la Administración de la Universidad del Valle, en la
ciudad de Cali, Colombia.
Lo anterior es contrario a lo que señala el libro, que dice textualmente en la página 32: «Yo trabajé mucho en Colombia y ayudé
a crear la Universidad del Valle». En mi opinión el texto debería
decir: «…ayudé a crear lo que hoy se conoce como la facultad de
Administración de la Universidad del Valle».
La Universidad del Valle fue fundada en 1945 por la Ordenanza
Número 12 del 11 de junio de la Asamblea del Departamento del
Valle del Cauca. Lo anterior no implica desconocer el valioso aporte
del doctor Druker al desarrollo de esta región, sino que, por el contrario, busca valorarlo al hacer la respectiva clarificación histórica.
En la página 6 y 12 del siguiente link de la Universidad del
Valle se puede corroborar mi postura:
http://administracion.univalle.edu.co/Facultad/Acreditacion/Documentos/Estandares_Admon.pdf
HUMOR
DEL BUENO
Quiero felicitar a Víctor Isolino Doval por su artículo «Un guiño de la inteligencia» (istmo 333.
2014). A México le hace falta desde hace tiempo
una cultura del buen humor, que se sepa reír
con inteligencia. El humor mexicano, aunque
ingenioso, suele ser superficial y destructivo,
y parece no caber en las críticas serias. Buenos
ejemplos del humor constructivo e inteligente
son los cartones de Paco Calderón o Rius, capaces de realizar y transmitir una crítica comprensible y atinada a los sucesos del escenario
nacional. Sin embargo, los recientes atentados
terroristas a la revista Charlie Hebdó en Francia
nos obligan a preguntar por el papel de la sátira
política y sus límites. ¿El humor debe regularse?
Lino Juárez
Gilber Corrales
ASCENSO
EMPRESARIAL
El artículo «Lecciones de alpinismo para emprendedores» de Fabio Novoa (istmo, 227. 2005)
es un magnífico análisis de lo mucho que enseña
el montañismo a la gestión empresarial. Utilizaré bastantes de estas ideas en mis charlas de
formación directiva.
Alexander Esquivel
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UNA
EXCELENTE
EDICIÓN
Me gustó mucho el número de diciembre 2014 y enero 2015 (istmo
335), en especial la sección relativa
a la ceremonia de Beatificación de
Álvaro del Portillo. Los tres artículos que en ella aparecen ¡son espléndidos! («Álvaro del Portillo.
Un líder al frente de una empresa
espiritual» de Alejandrina Lincoln
Strange, «Un amigo alegre y con
buen humor» de Alexandra Strong
y «Un hombre sin fronteras» de
Vito García).
Como miembro del Opus Dei
y a título personal, les doy de todo
corazón las gracias porque se nota
que prepararon los textos con mucho cuidado y cariño.
Raúl Espinoza
EL CIUDADANO ES
SOCIO DEL SISTEMA
En su artículo «¿Y los ciudadanos?» (istmo, 335.
2014), Agustín Llamas ha hecho una anotación
muy importante sobre la democracia: no existe
sin el ciudadano. Sin su participación, la democracia no es más que cualquier otro sistema
(monarquía, aristocracia, etcétera) con otro
nombre. En México creemos con frecuencia
que al votar se agotan nuestras posibilidades
de ejercer la ciudadanía, y si nos atrevemos
a pensar un poquito más, tal vez incluso nos
animemos a denunciar crímenes y delincuentes. Sin embargo, nunca consideramos que
nuestras obligaciones pueden exigir más de
nosotros, y eso lo ha señalado el autor. El ciudadano es socio del sistema, y como tal, no
se puede desentender nunca de los procesos
democráticos.
DESPOTRICAR CONTRA EL
GOBIERNO… DEPORTE NACIONAL
El artículo del doctor Fernando Galindo «La ciudadanía en México ¿amanecer u ocaso?» (istmo 335. 2014) me parece un análisis
muy acertado de la actual situación política de la democracia
mexicana. En efecto, los mexicanos estamos desencantados con
nuestras instituciones políticas y despotricar contra el gobierno se
ha convertido, como bien señala el autor, en el deporte nacional
por excelencia.
Hemos llegado a un punto en que los representantes de la
política y los funcionarios gubernamentales representan todo lo
malo que hay en nuestro país. Me parece un gran acierto por parte
del autor el reconocer que no solamente en la clase política reside
la totalidad de la culpa, sino también en la clase intelectual y en el
ámbito ciudadano. Sin embargo, eché en falta una propuesta más
clara por su parte para solucionar nuestro atolladero.
Es cierto que la educación en la amabilidad ciudadana constituye uno de los puntos de partida para crear conciencia política
en la aletargada sociedad mexicana, pero ¿no hay tareas más
urgentes? Por ejemplo, una de ellas, fundamental para avanzar
hacia un mejor ejercicio de la democracia, es la promoción de las
candidaturas independientes. Si nuestra estructura gubernamental
y política es tan rígida que ha convertido a los partidos políticos
en obstáculos y no alicientes para el servicio público, es esencial
crear nichos para la participación más directa del ciudadano en
las decisiones políticas.
José Paredes
Federica Brizna
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Alta dirección
En portada
El mundo está en constante transformación
y quizá nuestro modo tradicional de actuar
ya no es suficiente. Imaginemos las cosas
de manera distinta, las mejores ideas
surgen al observar a los demás en sus
actividades cotidianas.
Cuando un líder rompe paradigmas,
hace crecer a la organización. Inspira a
los demás al ayudarlos a identificar el
momento disruptivo que cambió su vida y
que ahora repercute en su razón de ser en
la empresa.
Abordamos el tema con profundidad en el
FORO ISTMO 2014, del que resumimos
cuatro conferencias que resaltan la
trascendencia de un líder capaz de destruir
para reconstruir.
Liderazgo
disruptivo
Director de Relaciones Públicas
(Universidad Panamericana, campus
México). Abogado (UNAM). Ha
cursado programas sobre computación
y Derecho (Cornell), sobre Internet y la
ley (Harvard) y sobre marketing digital
(HBS). Profesor de la Especialidad en
dirección de Centros Educativos (UP).
Liderazgo
disruptivo
¿Para qué?
Es asombroso conocer a empresarios que
estén dispuestos a destruirse y destruir a su
compañía –siempre orientados a un bien–,
a fin de romper con sus paradigmas y hacer
crecer a su gente.
Ricardo Meneses Calzada
E
l peor enemigo durante una
etapa de aprendizaje es pensar que lo sabemos todo, y
que aquello que creemos conocer no tiene otro camino.
Hoy se habla de destrucción creativa o disrupción, como un medio para
influir en los demás hacia el cambio
con sentido. Se asemeja a un joven que
destruye el cuarto que le ha diseñado
la madre: pinta paredes, pone yeso y
riega arena para dejar un espacio completamente distinto. Una destrucción
de tales dimensiones también puede
ocurrir en nosotros mismos, como
empresa y como personas; consiste en
romper paradigmas. Y, ¿para qué? Para
que nuestra empresa se renueve y, por
tanto, contribuir a una mejor sociedad.
Google, por ejemplo, tiene por motto
o lema: no hacer el mal. Sus fundadores, Larry Page y Sergey Brin aspiran a
que la empresa genere un impacto po-
sitivo en las personas, pues como dijo
Lawrence Lessig, profesor de Harvard:
el mundo de los negocios está diseñado
para las empresas no para las personas;
sin embargo, las personas somos las
creadoras de esas empresas.
Comprender la disrupción exige:
1. Repetir el concepto, tatuarlo en la
empresa.
2. Interiorizarlo hasta lograr una conexión, «hacer clic».
3. Explicarlo con acciones concretas:
¿Cómo cambio mentes? ¿Cómo
comunico que se trata de una habilidad esencial?
4. Innovar. Implementar lo que ya interioricé y soy capaz de explicar.
EMPRESARIOS
QUE SE DESTRUYEN
Clayton Christensen en su libro El dilema del innovador estudia la razón por
la que empresas que han sido líderes
en el mercado durante tanto tiempo,
repentinamente desaparecen o reducen su presencia: Olivetti, Blockbuster,
Kodak, Borders… Una investigación
demostró que el tiempo de vida de las
Fortune 500 va de 40 a 50 años, e inclusive, el promedio continúa bajando.
Dice Silva Herzog que «los libros
tienen alma, porque la portada te grita». Esto lo entendía muy bien la empresa Borders, dedicada a la venta de
libros y música, contribuyó con un
gran mercado en el mundo editorial
y era excelente en lo que hacía. Sus
librerías abarcaban varios pisos, las
portadas eran por demás atractivas.
De pronto Amazon irrumpió con una
propuesta a menor costo y además,
aparecieron gadgets como el Kindle
que permite viajes más ligeros al sustituir el papel por el formato de libro
electrónico.
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Alta dirección
En 2007 fuimos testigos de otro salto disruptivo, en esta ocasión fue en el
ámbito de la telefonía. Apareció Steve
Jobs con un producto innovador como
el iPhone y tomó el mercado a pesar de
ofrecer un celular mucho más caro que
los de la competencia.
Hay dos tipos de innovación. Por
un lado, la innovación sostenida en
la que la empresa busca mejorar en
todos sus niveles y encontrar aquellos
huecos o áreas de oportunidad
para generar nuevo valor para
sus clientes. Sus cambios se
dan en pequeñas dosis, porque
se tiene un mercado cautivo y
existe el temor a perderlo con
movimientos más drásticos. Joseph Stiglitz, premio nobel de
economía, aseguró que el problema de los países que tienen
la capacidad de hacer cambios,
es que son los principales partidarios de que no se hagan. De
igual forma, en algunas ocasiones las empresas son las principales partidarias de que en
la industria no se dé un salto
disruptivo, para evitar la variación de costo, tiempo y, por
supuesto, conservan el poder
del branding de la marca.
En cambio, la innovación
disruptiva destruye; inclusive
sin preguntarle al cliente. Parte
de la premisa de que el cliente
no sabe lo que quiere. Blackberry fue dueño del mercado
corporativo al posicionarse
con el BBmessenger y el correo
electrónico. Impuso una nueva
tendencia y sus ganancias subieron, pero pasó por alto otro
salto disruptivo: la personalización del teléfono. Nadie necesitaba un iPhone, sin embargo,
al aparecer la tecnología touch
que brinda una experiencia
interactiva, natural y cercana,
se creó el momento mágico del
user experience.
Hay un principio en el management
que dice «stick to strong opinions weakly»
(adhiérete débilmente a las opiniones de
los genios grandes). Steve Ballmer, sucesor de Bill Gates en Microsoft, se olvidó de
este principio vital, siguió el statu quo y se
alejo de la disrupción, pues aunque se le
presentó el proyecto, desconfió del éxito
de un celular sin tablero por 600 dólares.
Hoy cualquier teléfono inteligente posee
esta tecnología similar al iPhone.
La disrupción se da en tres pasos.
Comienza con una convención, determinada por los gurús y las grandes
escuelas, como Harvard. Le sigue una
visión que persiga un cambio o mejora,
como la que Steve Jobs expresó en su
momento: «yo quiero hacerle un orificio al planeta generando un cambio en
la educación universitaria a través de
nuestros dispositivos». Una vez que se
cuenta con esa visión, el siguiente paso
es reunir los elementos para dar
el salto disruptivo. Apple, Macintosh y las ideas radicales de Jobs
no eran más que instrumentos
para alcanzar un fin.
En algunas ocasiones
las empresas son las
principales partidarias
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de que en la industria no se
dé un salto disruptivo.
TENDENCIAS QUE
NO PODEMOS IGNORAR
¿Qué estamos haciendo los empresarios para aprovechar el salto disruptivo? Amazon se valió
del big data para conocer mejor
a sus clientes y personalizar sus
experiencias de compra. Cuando
tengo acceso a su sitio y recibo
recomendaciones de libros que
se ajustan a mis intereses, casi
me atrevo a decir que Amazon
me conoce mejor que mi esposa.
En este sentido, algunas tendencias que sobresalen son los
wearables, el maker movement y
los beacons.
La primera corresponde a
tecnología que se integra en productos u objetos de uso cotidiano, como la que se observa en un
teléfono o en cualquier dispositivo portátil que reúna la información que necesites. Nike dio
un salto disruptivo con un brazalete capaz de dar seguimiento
a la actividad física, frecuencia
cardiaca, control de calorías, etcétera. Y si, por ejemplo, produzco
camisas, no dejemos de preguntarnos ¿qué inteligencia de datos
puedo generar?
El maker movement se relaciona con el «hazlo tú mismo».
Como cuando un niño juega
con Lego y arma sus propias
creaciones. Con base en esa
idea, Ikea impulsó la tendencia.
Si quiero un mueble de caoba,
tal vez me baste con que sólo
lo parezca. Realidad es percepción. Ikea ofrece un material con
un milímetro de esta madera y
el resto es aserrín comprimido;
pero si veo caoba, entonces lo
es. Además, yo lo voy a armar
y ahorraré en costos de traslado
e instalación. ¿Y cómo explotar
el maker movement en tus servicios? Al llegar a un hotel, por
ejemplo, el cansado viajero no
realizará su registro, sino que
recibirá un masaje mientras el
hotel se ocupa de los trámites;
estos detalles son disruptivos y
hacen la diferencia.
Finalmente, la tendencia de
los beacons se puede apreciar en
Starbucks, cuando el encargado sabe
previamente cuándo es tu cumpleaños,
que seguramente asistirás acompañado
y cuántas bebidas comprarás; la tuya será
sin costo, porque «sé que hoy es tu día».
¿Qué sigue? Tatúate ese cuestionamiento. Olivetti no se hizo esa pregunta
y aunque por años disfrutó de vender
su producto en cada rincón del planeta,
finalmente la empresa decayó.
¿Qué sigue en la sociedad, en la tecnología, en la conectividad?, ¿cómo logro
que mis clientes estén hiperconectados?
El sitio www.nowandnext.com ofrece
mapas que pueden orientarte en la dirección de las tendencias que dominan
el planeta. Por ejemplo, Amazon superó
a Macy’s en ventas navideñas, porque la
compra online ha ganado terreno.
¿Y EL LIDERAZGO?
Todos querríamos ser líder y podemos
hacerlo. Primero explora los siguientes
cinco requisitos:
1. Conócete a ti mismo y enfréntate
al espejo.
La innovación
disruptiva destruye;
inclusive sin preguntarle al
cliente. Nadie necesitaba un
iPhone, pero, al aparecer la
tecnología touch que brinda
una experiencia interactiva,
natural y cercana, se creó
el momento mágico
del user experience.
2. Controla tus impulsos; enfría la
decisión.
3. Motívate y motiva a otros con tu
ejemplo.
4. Genera empatía, no con la empresa, sino con la persona detrás de
ella.
5.Trabaja la inteligencia social,
¿cómo reclutas y trabajas con tu
talento?
Integra estas propuestas en tu liderazgo,
mueve a todos hacia el cambio e inclúyete en él para crear un mejor futuro en
todos los aspectos: empresa, comunidad, México, el mundo y, por supuesto,
un mejor entorno para ti.
Si tus colaboradores ven a un líder
que gana un dineral pero lleva tres divorcios o vive depresiones tremendas, quizá
pasé por su cabeza: «No quiero terminar
como él». Quien logra un equilibrio en
todos sus roles es más eficaz en el trabajo,
y demuestra un liderazgo total.
Comienza por ser tú mismo y lucha
por autoconstruirte destruyéndote creativamente. Y si en algún momento sientes
resistencia porque «son cosas de
tu carácter», pregúntate sin en
realidad no son cosas de tu falta
de carácter.
Sé innovador, rompe la rutina, llega con flores a la casa,
sorprende a tus trabajadores,
lee 10 minutos diarios algo que
te inspire… Los seres humanos
tenemos la necesidad de crecer.
Sólo necesitas de un pequeño
movimiento para iniciar una
cascada de disrupción.
Coca Cola se enfrentó a pérdidas luego de la creación del
impuesto sobre el azúcar. Sin
embargo, no perdió el control y
se fue a la esencia de la cadena:
su cliente. ¿Qué son los clientes? personas humanas, únicas e
irrepetibles. ¿Y qué puede sonar
más dulce a sus oídos que su
propio nombre? Sólo bastó una
sencilla campaña de latas personalizadas y muy pronto se redujo el
impacto negativo. Dicen que tienes tres
segundos para arrancar un «¡wow!» a
tu cliente, y si en veinte segundos no
lo logras, la experiencia se convierte
en un comodity.
El liderazgo disruptivo rompe con
los hábitos para dar espacio a nuevas
ideas. GE, por ejemplo, invita a los investigadores de Harvard a trabajar por
dos años, con la promesa de que regresarán a la universidad. De esa manera
adquieren experiencia y la empresa se
beneficia de su profesionalismo. Eso es
open innovation.
¿Somos los que más sabemos? No.
Trabaja en colaboración, cobranding,
investiga con qué marcas te puedes
asociar. La innovación no es una hoja
en blanco, es tomar lo que existe y agregarle un valor.
Y, repito, sé tú mismo. Lo mejor que
puedes dar es tu autenticidad, pues
nadie tiene los padres que tienes, ha
asistido a las mismas escuelas que tú
o vivido tus experiencias. Sé integro,
porque si no actúas como piensas –dice
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Alta dirección
Carlos Llano–, terminarás pensando como actúas.
Antes de cambiar buscarás
diversas razones para no hacerlo, pero si eres un líder tu tarea
debe ir en esa línea. El investigador Paul Saffo habla de las «curvas ‘S’», que explican el error
de suponer que falta mucho
para que se dé un cambio,
y repentinamente, ya nada es igual.
Volver atrás es imposible. Lanzas la
televisión, luego la televisión a color
y piensas que el éxito será perdurable,
entonces mueres. Tu misión como empresario es crear una nueva curva que
vuelva a elevar a tu empresa y ésta
debe ser disruptiva.
El liderazgo disruptivo
implementación de la tecnología
es potenciar el desempleo. Como
los cajeros automáticos en los supermercados, el registro online
en los aeropuertos. ¿Entonces la
innovación generará desempleo?
No necesariamente. Lo que creará son nuevos modelos económicos, sin embargo, no dejemos de
lado el desarrollo de un futuro
con personas en él.
Mira a tu organización como si fuera un gran bloque de mármol e imagina
la obra maestra que contiene. Entonces,
todos los días, encuentra la manera de
esculpir ese bloque, saca lo que le sobra
a tu empresa y descubre que tú mismo
eres esa obra maestra.
rompe con los hábitos
para dar espacio a
nuevas ideas.
Los seres humanos tendemos a generar ansiedad y depresión. La primera
cuando en nuestro futuro planteamos el
peor escenario, y la segunda, cuando lo
hacemos con el pasado. La ansiedad nos
puede llevar a tomar decisiones impulsivas como despedir gente y hacer reingeniería. Por ejemplo, el riesgo de forzar la
y la audiencia pregunta...
Al final de la presentación en el Foro Istmo 2014, algunos asistentes plantearon sus dudas,
a lo que el expositor respondió:
¿De qué manera beneficia el liderazgo disruptivo
a una empresa pequeña o familiar?
Las empresas familiares son las que más se benefician
de los momentos disruptivos. Es común que los miembros
más jóvenes pierdan el rumbo, porque ellos reciben
los beneficios del hard work del abuelo: educación
universitaria, un estilo de vida elevado y la herencia de
la empresa. Para combatir esta tendencia, es preciso
observar y canalizar el talento de los jóvenes. Exige
propuestas a la juventud y determina el porcentaje de
tu empresa que tomará el riesgo.
ADO creó un área de nuevos negocios y en un
ejercicio de innovación surgió Cielito Querido Café.
Las buenas ideas germinan y se fortalecen en los jóvenes.
Una empresa pequeña con liderazgo horizontal permite
el flujo de la innovación. De otra manera no es difícil
encontrarse con que los colaboradores guardan silencio
cuando el jefe se aproxima.
Por mucho tiempo, Google promovió los pet projects
en los que permitía que sus colaboradores dedicaran
20% de su tiempo a generar nuevas ideas. Así, surgieron
Google News, Google Maps y demás éxitos cuyo origen
resulta de la pasión de sus empleados.
¿Existen barreras culturales alrededor
de la experiencia que ofrece un
producto?
La arquitectura del ser humano es la misma
en todo el planeta, lo que cambia es el
contexto. Un profesor en Harvard decía que
una situación se regula por el derecho, pero
también por el mercado y la arquitectura. Por
ejemplo, en Chile hay mejor internet que aquí
porque en ese país hay más competencia. En
Estados Unidos sucede algo similar, por eso
las empresas se centran en el cliente, de lo
contrario, éste se irá fácilmente.
Hay un aforismo jurídico que dice:
«el hecho siempre antecede al derecho».
Yo podría reescribirlo y decir: «la tecnología
siempre antecede al derecho»; como Skype
que mató la telefonía de larga distancia o
Uber, que cambió la forma de trasladarse. El
reto para el líder es generar el salto disruptivo,
centrarse en el cliente como persona y saber si
estamos a disgusto.
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Alta dirección
El ADN
del innovador
El mundo en el que vivimos desata una competencia implacable en
el ámbito empresarial. Mantenerse con éxito exige innovar, sortear
la caducidad y alcanzar la trascendencia. La capacidad de innovar
se puede adquirir, sólo hace falta seguir cinco pasos.
Carlos Ruiz
G
racias al trabajo de personas
innovadoras, la tecnología
ha avanzado a pasos agigantados, convirtiéndose en lo
que es hoy: una herramienta económica,
accesible y promotora de creatividad.
¿Cómo repercute este escenario hiperconectado en las empresas? Antes, una organización tenía dos proveedores, ahora
puede escoger entre 200. Sin embargo, la
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globalización no trae sólo beneficios, sino
también ciertas desventajas pues, si hoy
una empresa tiene 200 proveedores, su
cliente tendrá también otros 200.
Tal situación desata una feroz batalla
por bajar los precios. Para evitarla es necesario ser innovadores, sólo así podremos ofrecer distintas propuestas de valor.
La innovación es una alternativa estratégica para salir adelante. Cuesta trabajo,
es disruptiva y poco eficaz al principio,
porque funciona a prueba y error, pero
tenemos que aprender a utilizarla.
Peter Drucker, considerado el gurú
del management del siglo XX, afirmaba
que las empresas están para dos cosas:
vender, por ello debe satisfacer las necesidades del cliente de manera eficaz y
tener una buena relación de costo, precio, volumen y calidad; y para innovar.
Doctor en Filosofía (Universidad
de Navarra, España). Doctor en
Administración (HEC, Francia),
MBA (IPADE) e Ingeniero civil
(UIA). Profesor del área de
Política de Empresa (Estrategia y
Dirección) y director de Relaciones
Internacionales en el IPADE.
Al delimitar las funciones de una
empresa es necesario conocer su sector.
Michael Porter, ingeniero y profesor de
la Harvard Business School, desarrolló
un modelo estratégico de cinco fuerzas
para evaluar el ámbito en el que se desenvuelve una empresa e identificar: 1) qué
tan atractivo es un sector, 2) la fuerza
de negociación de sus proveedores y
clientes, 3) cuántos productos o bienes
sustitutos son su amenaza, 4) qué desafío representan los nuevos competidores y 5) cómo es la competitividad. A
estas cinco fuerzas añadiré tres:
Globalización. Acerca los distintos
países del mundo y une sus mercados, sociedades y culturas. Nuestro
país tiene tratados de libre comercio
con 45 países. Compite con ellos. Si
bien es evidente nuestro rezago en
temas de anticorrupción y abuso
de poder, en otros aspectos estamos
muy bien parados. Somos el cuarto país exportador de automóviles
y funcionamos como ejemplo para
naciones que son líderes en el tema.
Desregulación. La globalización exige eliminar las barreras arancelares
que pudieran limitar su acción.
Técnicas de información.La
tecnología ha avanzado tanto
que cada vez es más sencillo
saber lo que ocurre en otras
partes del mundo.
NO HAY
RESPUESTAS ÚNICAS
Stephen Covey decía: «si seguimos haciendo lo que estamos
haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo». Es decir, si queremos
resultados distintos necesitamos
acciones distintas. Eso es la inno-
vación: hacer cosas diferentes y disruptivas que los clientes aprecien y estén
dispuestos a pagar.
Una de las pautas para saber si es
necesario innovar es encontrarse con
que mi tradicional modo de actuar ya
no funciona. Esta señal advierte que ya
es momento de empezar a hacer nuevas
cosas que generen más valor. Un ejemplo
de ello es la invención del iPhone. Meditemos en lo que significó que Apple
lanzara el primer teléfono con un costo de
600 dólares cuando no había en el mercado ningún celular en ese precio. Apple no
ofrecía un celular, sino una plataforma;
un aparato que, entre otras cosas, servía
para hablar por teléfono. Su innovación
ha ubicado a la empresa en el número
cinco de las 500 más grandes del mundo.
El entorno nos exige innovar pero,
¿cómo desarrollar las habilidades necesarias para consolidar con éxito cualquier proyecto creativo? Jeff Dyer, Hal
Gregersen y Clayton M. Christensen,
en su libro El ADN del innovador, hablan
de cinco habilidades conductuales:
1. Capacidad de interrogar
Pregúntate: ¿por qué las cosas no pueden ser de otra manera? Ya lo decía Peter
Drucker, lo importante no es encontrar
respuestas correctas sino hacer las preguntas adecuadas.
Un ejemplo de tomar diferentes caminos para resolver un problema lo da
Ernest Rutherford, Premio Nobel de
química en 1908. Un día le preguntó a
un alumno cómo averiguaría la altura
de una torre con ayuda de un barómetro. Él le dio cinco respuestas distintas.
1) Me subo a una torre, amarro una
cuerda al barómetro y la deslizo desde
la parte más alta de la torre hasta la
base. 2) Tomo el barómetro en un día
de sol, mido la altura del barómetro,
la altura de la sombra del barómetro
y la sombra de la torre. Después hago
una regla de tres y listo. 3) Subo a la
torre con el barómetro y un cronómetro,
aviento el barómetro, mido en cuanto
tiempo se estrella, despejo de la fórmula de gravedad y encuentro la altura de
la torre. 4) Mido la presión y temperatura de la torre arriba y abajo, despejo
la fórmula y encuentro la altura. 5) Voy
a la torre, toco la puerta, sale el guardia
y le digo: si me dices la altura de la
torre, te regalo un barómetro. Ésta es
mi respuesta favorita. Lo importante es
cuestionarse, no hay respuestas únicas.
Este estudiante era Niels Bohr,
quien después ganó el Premio Nobel
de Física en 1922. Es el padre
de la Física Cuántica, uno de los
raros ejemplos en donde él ganó
el Premio Nobel y también su
hijo, 53 años más tarde.
Hay que tener la capacidad
de cuestionarse y decir por qué
las cosas deben ser así. Carlos Llano, en las sesiones inaugurales de
los programas del IPADE, decía
que siempre hay que tener mente
abierta y firmeza en criterio. Estar abiertos de mente para captar
nuevas ideas y tener firmeza de
criterio para saber a dónde vamos
y no cambiar como veletas.
Innovar es: hacer
cosas diferentes y
disruptivas que los clientes
aprecien y estén dispuestos
a pagar.
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Alta dirección
2. Observar
Se relaciona con escuchar y entender. Las ideas surgen al observar a
otros en el día a día. Por ejemplo,
los hermanos Servitje, antes de
fundar Bimbo en 1947, notaron
que en las panaderías vendían
el pan de caja envuelto en papel
encerado y los clientes no podían
verificar la frescura del producto,
llevándose desagradables sorpresas. Se les ocurrió que podrían
vender el pan en bolsas de celofán
para que el cliente comprobara
la calidad del producto. ¿Cómo
concibieron esta idea? Observando a las
personas en sus compras diarias.
Otro caso de inventiva es Steve Jobs.
¿Cómo decidió entrar al mercado de los
celulares en 2007? En ese entonces Nokia
dominaba el terreno. Cualquiera podría
pensar, ¿para qué entrar a un mercado
tan maduro? Hay muchas respuestas. Su
modo de ataque, más que agresivo, fue
defensivo, pues notó que si no entraba a
la telefonía, alguien más tomaría el mercado de sus productos, como el del iPod.
Jobs seguramente concibió su idea al
observar a las personas, por ejemplo en
la sala de espera de algún aeropuerto. En
2007 la gente hacía antesala mientras hablaba por teléfono, mandaba mensajes de
texto, revisaba sus correos en la computadora o en su Blackberry, escuchaba música en su iPod, etcétera. Él tuvo mucha
visión, se preguntó por qué no fusionar
toda esa tecnología en un solo dispositivo.
Observar con atención siempre trae
beneficios. Así lo considera Ratan Tata,
creador de un nuevo medio de transporte en la India. En ese país, cerca de
cinco personas se trasladan en una sola
bicicleta; este empresario pensó que, si
creaba un automóvil para cinco personas con un precio ligeramente mayor
al de una motocicleta, haría un negocio
exitoso. Así nació el Tata Nano.
Las ideas surgen al
observar a otros en el
día a día, para descubrir
qué hace falta o cómo
3. Trabajar en red, cuidar el ecosistema
Para que el sistema trabaje, al diseñar
un producto es necesario que todo el
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podríamos enriquecer algún
producto ya existente.
entorno esté en sintonía. Saber trabajar
en redes y combinarlas para que todos
los involucrados obtengan beneficios.
Por ejemplo, no podemos concebir el
iPad sin aplicaciones, películas, libros,
series, accesorios para personalizarlo,
etcétera. Cuando todo este ecosistema
funciona, existe la innovación.
Tal punto de equilibrio se le ocurrió
al matemático y Premio Nobel de Economía, John Nash, personaje que inspiró la película Mente Brillante. Él afirmó
que las situaciones están en equilibrio
cuando todos los que participan creen
tomar las mejores decisiones. En el caso
del iPhone, los que venden contenido
están satisfechos porque combaten la
piratería, los que fabrican accesorios
porque hay 700 millones de iPhone en
el mercado, los que venden aplicaciones porque hay una base de gente que
compra sus productos con frecuencia.
Aquí todo marcha en equilibrio.
Un ejemplo típico de creaciones que,
por no trabajar en red, no funcionan es
la High Definition TV. Ésta existe desde
los años 90, sin embargo en esa época
no había películas en HD, ni canales
que produjeran series en tal formato,
etcétera; entonces ¿para qué alguien
querría comprar una televisión HD? Tal
tecnología fue productiva hasta ahora
que existió el BlueRay o Netflix. Dejó de
ser una innovación en soledad.
Steve Jobs notó la necesidad de trabajar en redes al diseñar el iPod, pues
supo que no funcionaría sin dos
cosas: 1) convencer a las casas
productoras de música y 2) hacer un sistema operativo que
fuera compatible con PC que
dominaba 97% del mercado.
No tenía caso sacar un sistema
limitado, era necesario hacer
alianzas.
4. Experimentar
Thomas Alva Edison nació a
mediados del siglo XIX, cuando no había radio, televisión,
automóvil, aviones, focos, cine o
electricidad. La mayoría de esos objetos
los inventó él. Comenzó a hacer experimentos a los nueve años, razón por la
que obtuvo más de mil patentes y no
sólo fue inventor, también empresario,
pues fundó General Electric.
Su sistema era experimentar rápido,
hacer prototipos e innovar. Siempre
decía que la medida real de su éxito era
el número de experimentos que podía
hacer en 24 horas. De ahí su famosa
frase «el genio es 1% inspiración y 99%
transpiración».
En el caso de Apple la innovación
se volvió un sistema, no una serie de
proyectos. Por ejemplo, el primer iPod
tenía 5 gigas de capacidad, la pila duraba 10 horas y costaba 400 dólares. La
versión más reciente tiene 160 gigas, la
pila dura 36 horas y cuesta 250 dólares.
Eso es experimentar para innovar y
perfeccionarse.
5. Sintetizar conocimientos
Unir todos los puntos. Lo que cuestionamos, experimentamos, armamos en red,
etcétera; e integrarlo con pensamiento
asociativo. Saber que para innovar hace
falta desafiar el statu quo, asumir riesgos
y desarrollar las habilidades para interrogar, observar, crear redes y asociar las
ideas. Así nace un innovador.
Alta dirección
4G
Liderazgo
Un empleo bien remunerado ya no es suficiente, hoy las personas
buscan sentirse inspiradas. Quien lo está suele ser creativo,
encontrar diversas soluciones a un problema y concebir ideas
brillantes para emprender un proyecto. La tarea del líder es
inspirar a su equipo y hacerlo crecer. ¿Cómo lograrlo? Siendo
congruente con lo que dice, siente y hace.
Fernando Córdova
A
l pensar en la definición
de líder, con frecuencia nos
vienen a la cabeza iconos
como Mahatma Gandhi, la
madre Teresa de Calcuta o Steve Jobs.
¿Qué tienen todos ellos en común? El
prototipo de líder no es sólo un sujeto
rígido y lejano, va más allá, y estos personajes lo demuestran.
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Nuestra sociedad aún es positivista,
seguimos pensando que el único conocimiento auténtico es el científico y
dejamos de lado todos los saberes que
enriquecen el espíritu. En las calles observo, por un lado, a las personas cuyo
trabajo produce recursos económicos y
por otro a los artistas, que parecieran
dedicarse a cuestiones menores. Así
percibo una dicotomía en nuestra sociedad: o somos hippies o trabajamos
con la ciencia.
En la universidad es común priorizar la enseñanza de datos duros, y la
interacción con las personas se vuelve algo secundario. No aprendemos
a cómo relacionarnos con la gente,
por ejemplo, cómo platicar con la se-
Director de Inventos en Inhala, salud
organizacional. Estudió la carrera de
Derecho en la Universidad Anáhuac.
Cofundador de Risaterapia A.C,
autor del Coaching lúdico y de la
técnica Clownching. Consultor en
gestión del cambio y fundador de la
compañía de teatro La piara.
cretaria para que nos haga un
espacio en la apretada agenda
de su jefe, cómo solicitar cierta
información, etcétera. Hay una
desconexión entre los saberes y
la esencia del ser humano. Es tarea de los líderes integrar ambos
mundos, sólo así podremos enfrentar todos los cambios y crisis
que se avecinan en nuestro país
y en el mundo (crisis económica,
petrolera, ecológica, etcétera).
El nuevo líder debe trabajar
por generar un nuevo modelo
de empresa, que sea integrador
y holístico, formado por organizaciones que ya no piensan sólo
en generar y tener más, sino en
algo más profundo, transformador, humano e integral.
SER COMO UN PAYASO
Hay una desconexión
entre los saberes y la
esencia del ser humano.
miento» que a la larga logran que
las personas aumenten la efectividad de los resultados en 12%.
2. Generosidad
Ya no basta ser generosos con los
clientes, también debemos serlo
con los proveedores y hasta con
nuestra competencia. Las empresas con mayor crecimiento
comparten con su competencia
porque creen en la transferencia
de tecnología y están conscientes
de que este mundo puede ser
mucho mejor si empezamos a
compartir.
El verdadero líder sabe servir y estar para el otro, así crea
una conexión mucho más fuerte con sus colaboradores. Este
punto lo he vivido en carne propia. Cuando doy un espectáculo
en los hospitales o en las cárceles, me
llevo algo más que una paga, lleno mi
espíritu al notar que los espectadores
disfrutan lo que observan.
Michael Roach, el primer estadounidense en la historia en recibir el título
de «geshe» (doctorado en Budismo) por
parte del Monasterio Tibetano Sera Mey,
muestra los beneficios de ser generoso.
Su historia es interesante, pues al terminar su doctorado en Princeton se fue al
Tíbet y luego de conseguir el grado de
«geshe» pensó en retirarse a meditar, sin
embargo su «guía espiritual» le encomendó una ardua tarea: demostrar que
la filosofía budista es útil en el mundo
empresarial. Entonces Michael se fue a
Nueva York y en dos años hizo una de las
empresas de diamantes más importante
del mercado. Todo mundo se preguntaba
cómo lo logró o qué tecnología utilizó. La
respuesta es simple, fue generoso, por
tal razón el poder de inspiración en sus
colaboradores era altísimo; además, la
competencia se le acercaba para conocer
Es tarea de los líderes integrar
ambos mundos, sólo así
podremos enfrentar todos los
cambios y crisis que se avecinan.
Revelaré un secreto. Cuando era estudiante de Derecho y entré a mi primer
trabajo considero que fui el peor abogado del mundo. Me tomaba mucho
tiempo darle solución a los asuntos y
eso me agobiaba. Un día le pregunté
a mi jefe qué debía hacer para acelerar
los procesos, a lo que me respondió:
«debes aprender a aceitar la maquinaria jurídica, es decir, inventar gratificaciones». Me pareció una forma muy
sutil de decir «dar mordidas y generar
corrupción». Descubrí que mis valores
no eran compatibles con su visión y
pensé que debía existir otra forma de
influir en la gente para que trabajara
mejor y más rápido.
Poco después tomé un taller de
clown, una técnica de payaso, y repentinamente mis casos empezaron a acelerarse. Ahora todos me recibían: la secretaria de acuerdos, el juez… y cuándo mi
jefe me preguntó cómo conseguí que se
diera este cambio, no supe contestarle,
pues ni yo entendía la causa.
En el taller encontré algunos aspectos que posteriormente identifiqué en
el perfil de un líder con la capacidad de
inspirar. Llevo 15 años trabajando con
organizaciones de todo tipo: bancos,
farmacéuticas, laboratorios, automóviles, entre otras, y en ese tiempo comprobé cuatro constantes que delinean a
quien busca transformar internamente
a sus empresas a través de la inspiración. Al liderazgo que reúne tales atributos lo llamo «Liderazgo 4G»:
1. Gratitud
En la actualidad hemos perdido la capacidad de asombro, pero cuando estamos
llenos de gratitud renace en nosotros tal
aptitud y la contagiamos a los demás.
Cuando eres agradecido, vives en
estado de satisfacción. Una persona a
la que nada le llena no puede inspirar a
otros. Hoy las organizaciones conocen
la importancia de ser agradecidos con
sus colaboradores, por eso desarrollan
los llamados «programas de reconoci-
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Alta dirección
sus tácticas y secretos. Él siempre
respondió con la verdad y compartió sus conocimientos.
Geshe Michael asegura que
la generosidad y la creación de
cualquier realidad tienen que
ver con sembrar. Al sembrar generas un contexto para después
cosechar. ¿Qué está sembrando
México? ¿Qué está sembrando
cada uno de nosotros para que
esta sociedad funcione? Si siembras arrogancia, monopolios,
competencia desleal, ¿qué vas a
cosechar? Es necesario comenzar
a cuestionarnos qué queremos
sembrar y cosechar en este país.
Cada uno de nosotros somos una
gota y, si todos actuamos, podemos producir una «tormenta de
generosidad».
cabeza, mente. ¿Pero qué hay
del cuerpo y las emociones? Es
innegable que sentimos, sin embargo vivimos como si no fuera
importante y por lo tanto estamos
desequilibrados.
En 1960 el doctor Michael
Gershon descubrió que en el
cuerpo humano existen procesos
neuronales en el estómago y la
cabeza, es decir, dos cerebros en
el cuerpo. Otros estudios investigan la actividad neuronal en el
corazón. Desde esta perspectiva
no me es descabellado decir que
en realidad tenemos tres cerebros.
¿Por qué quedarnos sólo con uno?
La congruencia de una persona se hace patente cuando su
cabeza, corazón y cuerpo están
en armonía, es decir, cuando lo
que dice, siente y hace están en
el mismo canal. ¿Qué pasa con
las personas que dicen algo bueno pero sin el tono y la emoción
adecuada para acompañar sus
palabras? Dudamos de su veracidad. Necesitamos empezar a desarrollar nuestras emociones para
que trabajen a la par del cuerpo
y la mente, sólo así seremos más
congruentes, inspiraremos a los demás y
seremos auténticos.
No es fácil decir, hacer y sentir lo mismo, pero cuando un líder aprende a alinearse comunica asertivamente los mensajes. Al «malabarear» estos tres aspectos,
genera una nueva forma de proceder, más
divertida y humana, y conecta con sus
colaboradores. El líder que se encuentra
en un pedestal pasó de moda, la época actual le exige estar abajo, con las personas.
La congruencia de una
persona se hace patente
cuando su cabeza,
corazón y cuerpo están
en armonía, es decir, cuando
3. Gracia
Seamos como los niños. En mi
experiencia, los líderes de las
organizaciones que buscan ser
más «perfectos», cuando se equivocan caen muy bajo o se deprimen. Los niños no tratan de ser
perfectos, son ellos mismos.
Para conseguir esa gracia,
los seres humanos contamos con una
tecnología perfecta y que además, inspira. Consiste en un conjunto de cuadros blancos, alineados, que si se muestran a otros pueden abrir mil puertas.
Se llaman dientes. Prueba sonreírle al
otro, es una herramienta infalible.
En el taller de clown aprendí la diferencia entre un actor y un payaso. El
primero tiene un escenario con tres paredes y el público al frente, que forma su
cuarta pared, y con la que no interactúa.
En cambio el segundo es como un niño,
tira la cuarta pared, mira a los ojos de cada
espectador y hace conexión con él.
El líder tiene que conducirse como
una especie de payaso que al observar
el mundo, es mucho más empático. Para
ello debe actuar con el efecto que produce, salirse de su ego. El payaso, cuando se
lo que dice, siente y hace están
en el mismo canal.
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sube al escenario, no piensa en la dramaturgia y sólo triunfa cuando la gente se ríe,
si no lo hace, su trabajo se va a la basura.
Ver a la gente a los ojos crea un vínculo entre los seres humanos pero, ¿por
qué evitamos este contacto? Quizá pensamos que el otro podría darse cuenta
de nuestros defectos.
Los gobiernos más tiranos se caracterizan por esconder sus errores. ¡Ya basta!
Somos humanos, todos nos equivocamos. Es importante empezar a empoderar el accidente y el error, sin confundirlo
con la mediocridad. Pensar qué beneficios podemos obtener de las fallas.
4. Genuinidad
Durante muchos años los gobiernos, las
empresas, la sociedad, etcétera, nos han
hecho creer que el ser humano es sólo
Para inspirar se necesita ser generoso,
vivir en gratitud, ser gracioso y genuino.
¿Quién en tu vida te ha inspirado? Seguro alguien vive en tu cabeza, corazón
o estómago. ¿Crees algún día estar en la
cabeza, corazón o estómago de alguien?,
si no es así, cambia de rumbo. Ya sabes
por dónde empezar.
Alta dirección
La mejor
versión de mí
Definir quién soy, qué espero de la vida y cuáles son mis propósitos
exige una pausa en la acelerada vida actual. Incubar éstas y otras
reflexiones nos permitirá desempeñarnos mejor en cada uno de
nuestros roles, porque quien está bien consigo lo estará también
con su entorno.
Juan Alberto González Esparza
G
racias a la tecnología, nuestro mundo y nosotros mismos estamos en constante
transformación. Cambia el
modo en que se imparte la educación
–por lo tanto, la manera en que aprendemos– y aparecen nuevos modelos
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de negocio en los que la disrupción e
innovación están a la orden del día.
Éste es el mundo en el que vivimos, hay
que aceptarlo, adaptarnos y movernos
hacia adelante.
En este escenario, ¿qué hacer para
que cualquier cambio que se suscite en
nuestro país sea positivo y haga una
diferencia real? El primer paso es no
estancarnos, movernos, motivarnos a
nosotros mismos, pero también a nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo y, en general, a nuestro círculo de
influencia.
Director general de Microsoft México
desde 2007. Fue director de las subsidiarias
de Colombia, Perú y director general para
la Región Andina. Presidente del AMITI
(2011-2013). Conductor estratégico de la
iniciativa Elevemos México de Microsoft.
Licenciado en Cibernética y Ciencias
Informáticas (La Salle).
Todos tenemos distintos roles en
la vida, yo soy esposo, padre, hijo,
amigo, director general de Microsoft,
vicepresidente de la fundación Ojos
que Sienten, consejero de la US Mexico Foundation… Los que representan
mayor reto: esposo y padre.
UN EJERCICIO
FRENTE AL ESPEJO
Comparto un acontecimiento que cambió mi vida: hace unos años padecí un
atentado en Colombia, estaba acompañado de mis hijos y mi esposa, quien
resultó lastimada. Afortunadamente,
después de una serie de sucesos pudimos salir adelante.
Las semanas posteriores al incidente fueron muy intensas para mí, en este
tiempo me pregunté: ¿por qué sucedió?, ¿por qué nos pasó a nosotros?,
¿por qué murió tanta gente?, ¿por qué
yo estoy con vida y los demás no?, ¿qué
objetivos tengo para mi vida personal
y laboral?, ¿qué legado quiero dejar a
mis hijos?... A partir de ese momento se
gestó una versión diferente de mí, me
cuestioné diversos porqués y aprendí
que la vida es efímera y vulnerable,
todo puede cambiar en segundos.
Estoy seguro de que muchos de
nosotros hemos vivido momentos que
nos estremecen y exhortan a cambiar,
como el matrimonio o un examen profesional. Dichos periodos nos orillan a
identificar nuestras fortalezas y áreas
de oportunidad, preguntarnos quiénes
somos, a dónde vamos, qué queremos
lograr y cómo lo haremos. Enfrentarse
al espejo es un ejercicio muy valioso y si
lo hacemos bien, ensanchará nuestra autoestima, alimentará nuestro aprendizaje
y preparará un terreno fértil para el crecimiento y, por consiguiente, el cambio.
Descubrir el propósito, tanto personal como el de la organización, nos llena de poder e impulsa lo que hacemos
por nosotros mismos y por los demás.
Tener clara la misión de tu empresa
brinda dirección y coherencia en tus actividades diarias, da fuerza e intención.
Una vez que estemos bien con nosotros podemos dar lo mejor en la casa,
el trabajo, la comunidad e inclusive, en
México.
Concluí también que venimos a este
mundo por razones de trascendencia y
que la felicidad es como onda expansiva
que se contagia. En mi caso, hoy puedo
decir que mi propósito es inspirar éxito en
las personas, es lo que me levanta todos
los días y hace pensar distinto.
ROMPER PARADIGMAS,
PENSAR DIFERENTE
¿Por dónde empiezo? Tres componentes te permitirán contestar: 1) Conocerte
bien; 2) plantear las preguntas correctas
para trazar un primer camino, y 3) comenzar a vivir tu propósito.
Después del incidente en Colombia
conocí al entonces presidente, Álvaro
Uribe. En su país iniciamos el movimiento social Tejido Humano cuyo
objetivo era ayudar a las familias de
policías y soldados, víctimas del terrorismo. Por increíble que parezca,
no existía una organización dedicada
a ello a pesar de tener 45 o 50 años de
vivir tal amenaza en el país. Aun cuando nos topamos con situaciones que
nos rebasaban, en cuestión de meses
impactamos la vida de entre 150 y 200
mil personas.
Gina Badenoch, fundadora de la
institución Ojos que Sienten, también
se atrevió a pensar diferente. Comenzó por preguntarse: ¿puedo enseñar
a un ciego a tomar fotografías?, ¿qué
pasaría? El resultado fue una bellísima
iniciativa en la que, a través de la tecnología, personas que padecen alguna
debilidad visual aprendieron a tomar
fotografías, así como elaborar presentaciones, leer cartas, escribir documentos,
mandar correos, etcétera.
Su idea fue muy disruptiva y llegó
más allá de enseñarles a utilizar diversas herramientas como una cámara,
Word o Power Point; nutrió la autoestima de quienes jamás imaginaron tener
tal acceso al mundo visual. Eso es romper paradigmas, es pensar diferente.
En la misma fundación conocí a una
persona que me inspira y aprecio mucho: Alicia, quien en 2010 perdió la vista de manera repentina. Una tarde llegó
a su casa con un fuerte dolor de cabeza
y se acostó temprano. Al despertar, ya
no pudo ver. La vida de Alicia cambió
para siempre, pero no se dejó vencer,
hoy es una gran fotógrafa. Su historia
siempre me hace pensar que nadie está
exento, a todos nos puede pasar algo.
Al final del día, no deseo que alguien
pase por una situación como la de Alicia
o como la que viví en Colombia, pero sí
que ese alguien encuentre el momento
disruptivo que detone nuevas ideas.
Luego, ¿cómo puedo dar la mejor
versión de mí todos los días? Para ello
urge ser líder, y no sólo al hablar de negocios; urge ser líder en la vida: con tu
esposa, tus hijos y comunidad. Urge ser
agente de cambio para México. Brindar
la mejor versión de nosotros es el primer peldaño en nuestra escala de valores. Éstos no son negociables y una vez
que los tengamos claros, tomaremos
mejores decisiones.
BUSCAR EL EQUILIBRIO
En la vida se nos presentan inhibidores
del aprendizaje que nos impiden avanzar al siguiente nivel. El más conocido es
el típico argumento: «no tengo tiempo».
Para aprender nunca hay tiempo, somos
nosotros quienes tenemos que buscar el
espacio para hacerlo. Ignorar este obstáculo es muy peligroso, nos estanca y nos
lleva a padecer la ceguera de cegueras.
Para aprender hacen falta mecanismos de retroalimentación, sólo así se
propicia el progreso. No perdamos de
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Alta dirección
vista que la empresa se forma
por personas, quienes se conducen en sus labores con un aspecto
emocional. Si, por ejemplo, nos
hallamos mal anímicamente, lo
estaremos también en el trabajo
sin importar cuan profesionales
seamos; por eso es muy importante ejercitar la expresión de
nuestras emociones. En Microsoft, al iniciar una reunión entre
directores, procuro reservar unos
minutos para realizar ejercicios
de respiración; posteriormente,
pregunto a los asistentes cómo
se sienten. Es mágico cuando responden: estoy contento, enojado,
triste, preocupado, tengo miedo,
etcétera. Expresar nuestro sentir
influye muchísimo en el modo
de trabajar.
El resentimiento y la resignación son dos estados de ánimo
que ponen en riesgo el equilibrio
en nuestra vida personal y en la
empresa. Ninguno nos permite ser felices. Por un lado, el resentimiento cierra la puerta a la
innovación, pues ya no hay nuevas conversaciones ni espacios de
convivencia entre las personas.
La única forma de combatirlo es también
la más difícil: perdonar y pedir perdón.
Por otro lado, la resignación nos estanca en un dañino rol de víctima. No
queremos víctimas en nuestras vidas y
organizaciones, necesitamos agentes de
cambio. Queremos tener un modelo mental, lo que se llama un mindset de cambio.
busca arreglarlo, pero mientras
lo logras, entrénate a ti mismo
para no preocuparte. En palabras de Ernest Hemingway:
«Preocuparse nunca ha arreglado nada».
En México las cosas mejorarán si cada uno de nosotros
decidimos lo que hoy queremos
hacer, y para eso hay que creer
en nosotros, tener confianza,
aceptarse. Esto nos dará energía
y ánimos, saldremos de la casa
con un pensamiento positivo:
«¡Listo, ahí les voy!».
Hablar de estrés es anticuado. Lo actual es hablar de vivir
en un estado óptimo, es decir,
no dejar que algo nos turbe. Si,
por ejemplo, te enteras que un
día determinado cerrarán vialidades debido a alguna manifestación, quizá lo más sencillo
sería cancelar las reuniones o
citas agendadas. Hacer eso sólo
obstaculiza nuestro propósito.
Otra alternativa sería investigar las rutas óptimas para llegar
con tiempo. Ten confianza, ama
y cree en lo que haces, porque
estar contentos nos cambia la
vida. No venimos al mundo a sufrir,
sino a amar y cuidar a las personas que
amamos. El trabajo va y viene, pero las
personas no.
Tú, tu familia, tu trabajo y tu comunidad necesitan la mejor versión de ti.
Define tu misión y propósito; aférrate a
tus valores y creencias; ama tu trabajo y
dile a la gente que amas lo que sientes
por ella.
Hay que movernos, individualmente y en equipo. ¿Es un reto? Sin duda.
Podremos perder todo lo que tenemos
en la vida, pero hay una cosa que nadie
nos podrá arrebatar jamás: la actitud
por vivir y hacer las cosas diferentes.
¡Vamos!
Tener clara la misión
y el propósito brinda
dirección y coherencia a
tus actividades diarias,
LA FELICIDAD
ES NUESTRA ELECCIÓN
Manejo cuatro pilares en mi vida: espiritual, familiar, profesional y personal.
Cuando son sólidos puedo soportar
muchas cosas, pero su firmeza no es
fácil de conservar.
Debemos dedicar tiempo al alma, a
la familia, al trabajo y a nuestros pasatiempos. Sólo así viviremos en balance. Esto implica aprender a conocer y
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da fuerza e intención.
manejar nuestras emociones. En inglés
hay una forma de decirlo que me encanta: free will of choice. Es decir, yo elijo
cómo me quiero sentir. Si hoy por algún
suceso estoy triste, es mi decisión; ni
otras personas ni circunstancias son
responsables.
El mayor generador de estrés es vivir en el futuro, en cosas que no han
sucedido. Es preciso controlar esa voz
interior que dice: «Te irá a mal, no se va
a arreglar, te van a correr». En cambio,
al enfocarnos en el presente eliminamos
gran parte de aquella ansiedad. Piensa
en lo que puedes hacer hoy, ¿y el mañana? ya veremos después.
¿Hay que planear? Sí, por supuesto.
Planear nos da rumbo, pero siempre
centrando nuestras fuerzas en lo que
podemos controlar. Si algo está mal,
Tu carrera se verá
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Integrante de EY Global
Derechos reservados
Alta dirección
Dilemas éticos empresariales
dilema
Esta sección presenta dilemas
empresariales buscando afinar
el razonamiento ético. A cada
problema sigue la respuesta de
varios asesores que conocen y
manejan los principios éticos
y se mueven en el ámbito
empresarial.
La imagen corporativa
en peligro
Soy directora general de una empresa de consultoría en negocios e
internet. La compañía se asienta en un sólido abanico de valores y
principios que rigen nuestras relaciones con clientes, colaboradores,
miembros del equipo y demás stakeholders.
Hace unas semanas, uno de los asesores del área de Comunicación
en internet y Social media se vio envuelto en un escándalo de corrupción, aunque ajeno a la empresa. La noticia alcanzó una importante «viralidad» en redes sociales e inclusive llegó a mencionarse
en el noticiario con más rating en la televisión. Los internautas
rápidamente lo relacionaron con la empresa, lo que desató miles
de ataques a las redes sociales de la consultora. A pesar de que
los comentarios no provienen de clientes o allegados, sí lastiman la
imagen corporativa.
El consultor siempre ha mostrado rectitud, compromiso y resultados más que satisfactorios; tiene muy buena relación con el equipo
y vive los valores de la empresa con mucha naturalidad. Considero
que este hecho aislado no determinará una conducta negativa constante en él, pero sí fracturó la percepción que se tiene de nosotros.
¿Debo prescindir de quien cometió un error de tal magnitud, aun
cuando no fue un asunto que involucrara directamente a la empresa?
Si tienes un dilema ético empresarial escríbenos a: [email protected]
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los asesores sugieren
Analizar las consecuencias
en el desempeño individual
Antes de dar respuesta al dilema no quisiera pasar por alto
que es de los pocos en los que la pregunta que se hace
no se debate entre lo bueno y lo malo, sino entre lo bueno y lo más humano.
Plantearse un dilema como éste sólo puede hacerlo quien a lo largo de su vida
profesional se ha esforzado por conducirse bajo altos estándares éticos.
La solución tiene sus aristas. En primer término habría que evaluar la repercusión que puede tener el hecho en la reputación de la empresa y si la separación
de la persona de la misma puede disminuir el impacto negativo o incluso, en
cierto modo, evidenciar la distancia entre la conducta de ese sujeto en lo particular y el buen hacer de la empresa.
En segundo lugar, inquirir si este hecho repercute en el sujeto de tal manera
que haga que los clientes de la empresa prefieran no ser atendidos por él, pues
les suscite desconfianza. En cuyo caso habrá que valorar si el hecho, aun siendo
ajeno, impacta en el futuro desempeño de sus tareas.
Un tercer aspecto a evaluar es cómo influirá su permanencia en la empresa
en los valores de los demás empleados y si este traspié no es una mala influencia
para el resto.
Las razones para prescindir de su servicio –si es lo que se decide– no serán
los hechos ajenos a la empresa, sino el modo en el que esos hechos influyen o
pueden influir en su desempeño dentro de la empresa.
Felipe Jiménez
Filósofo dedicado a la docencia
Palo dado, ni Dios lo quita
Te refieres a ese consultor como una persona responsable, recta, comprometida y eficaz. Me es difícil pensar
en él como un corrupto y quizá sea mejor ver lo sucedido como «un error
práctico» —como dices— de apreciación o incluso como un engaño que él
mismo sufrió.
Por esto, y por el tiempo que lleva trabajando con ustedes, «tiene buena
relación con el equipo», yo lo buscaría para una buena y seria conversación,
con las cartas sobre la mesa. Es decir, con los principios institucionales,
«sólido abanico de valores», de tu consultora y después de oírlo, le diría
dos cosas: primera que no se volverá a tolerar algo así. Debe ser prudente
y sensato, saber que está comprometido con esos principios y que debe
respetarlos. Y segundo, ya que es experto en social media, que te ayude a
resolver el problema causado por ese mal mensaje enviado a los cosmonautas; y aunque «palo dado, ni Dios lo quita» con su ayuda se podría encontrar
el modo de revertir esa tendencia.
Del resultado de esta conversación, tomar los elementos y datos para
continuar o no con su colaboración.
La generalización
es inevitable, pero
sí prevenible
Estimada directora, en las empresas y en la vida institucional
se da un fenómeno psicológico muy interesante de «identificación», es decir,
las personas que laboran en la empresa aparecen
como «La empresa» ante los distintos actores
externos. Frente a crisis y eventos como el que nos
comentas el público no distinguirá entre una persona y la empresa, un departamento y la empresa,
o una filial y la empresa matriz, siempre atribuirán
el comportamiento del trabajador a la totalidad de
la corporación.
Aunque se trata de un error de falsa generalización, donde se le atribuyen características de un
particular a la totalidad, es un hecho que sucede y
por eso las empresas deben estar muy conscientes
de que el comportamiento de un trabajador (aunque sea en su vida personal) estará muy ligado a
la imagen corporativa. Por consiguiente, es muy
relevante alinear los valores de la empresa con los
de sus trabajadores y reforzarlos constantemente
por medio de capacitación.
Otro tema a tratar será el de las medidas a
ejecutar con este consultor, donde tendrás que
tomar en cuenta: la acción en sí, la intencionalidad,
y las circunstancias (atenuantes y agravantes).
Parte de la ética consiste en elegir el mayor bien
y el menor mal, tanto para el consultor como para
tu empresa.
Rodrigo Villaurrutia
Profesor de ética de empresa
Armando Reygadas
Abogado especialista en ética de empresa
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Hoteles
ESPECTACULARES
“El lugar era perfecto. Todo estaba en orden, a tiempo
y como lo acordamos. La junta fue un éxito.”
“La pasamos increíble, mi familia y yo
recordaremos por siempre estas vacaciones.”
L
os hoteles tienen la obligación de hacer todo
lo posible y hasta lo imposible para conseguir
que su estancia sea perfecta. Si además son
hermosos y sus niveles de atención sobrepasan sus
expectativas, entonces podemos calificarlos como
Espectaculares.
No basta con ser un gran resort en un destino paradisiaco para que nuestro viaje valga la pena. En realidad,
la suma de todos los factores, hace la diferencia. Ya sea
para hospedarse por placer o por negocios este reporte
especial presenta seis Hoteles Espectaculares, que se
distinguen por su esencia y atenciones.
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En el nuevo
Hard Rock
Hotel
Riviera Maya
Tal como sucedió en las grandes bandas de todos los tiempos, el trío se
convirtió en cuarteto y estrena un nuevo integrante: el Hard Rock Hotel
Riviera Maya que, con su estilo propio, se une a las filas de sus antecesores
en Vallarta, Cancún y Punta Cana.
Yace en La Riviera Maya, justo al lado de las cálidas aguas del mar Caribe,
razón por la que se le considera un paraíso terrenal. En él encontrarás
lujosas piscinas, espacios nocturnos y áreas de descanso y relajación al
estilo Hard Rock.
Podrás hospedarte en una de sus 1,264 cómodas y modernas habitaciones, en las que disfrutarás de peculiares amenidades como tina de hidromasaje, TV vía satélite, un surtido minibar, internet inalámbrico, llamadas
de larga distancia a USA continental y room service las 24 horas sin cargo
adicional.
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Vive el paraíso al extremo
El Hard Rock Hotel Riviera Maya está preparado para recibir a las familias
más exigentes, pues cuenta con espacios diseñados para complacer a los
pequeños roqueros de casa, como el club de niños o el programa de entrenamiento The Little Big Club.
Si tu viaje no es sólo familiar, también podrás divertirte en el Heaven, un
área exclusiva para adultos que se distingue por sus especiales servicios
que van desde un legendario Rock Spa hasta noches épicas llenas de
actuaciones en vivo, música y bebidas premium en el Heaven Bar &
Disco.
Vive como una celebridad y goza de un inigualable festín en alguno de sus
nueve restaurantes de clase mundial. Podrás elegir entre un Steak House,
un clásico restaurante Italiano, uno con fusión asiática… todos los platillos
que te puedas imaginar los encontrarás aquí. No dejes de visitar nuestros
seis bares, en los que descubrirás las bebidas más sofisticadas.
Prepárate para disfrutar de las vacaciones de tu vida en Hard Rock Hotel
Riviera Maya.
Riviera Maya, México 01 800 ROCKING www.hrhrivieramaya.com
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Life is better on the beach
E
l Hotel 40 Cañones tiene una excelente
ubicación frente a la playa de Mahahual en
la Costa Maya, sobre el malecón principal.
Ahí encontrarás confort y relajación en contacto
con la naturaleza.
Cuenta con 26 habitaciones, superior y suite con
vista al mar y capacidad para 2 o 5 personas.
40 Cañones
Un
hermoso
hotel
EN LA COSTA MAYA
Quintana Roo. México
Ambas tienen televisión con SKY, aire acondicionado y ventilador.
Si prefieres un ambiente más hogareño, también
tenemos departamentos totalmente amueblados,
ideales para 4, 6 u 8 personas. Cuentan con 2 habitaciones, 2 baños, sala, cocina, balcón, televisión
con SKY, aire acondicionado y ventiladores.
El Club de Playa resalta por sus hermosas palapas
y cómodas camas y camastros. También por las diversas actividades que brinda, como renta de bicicletas, lanchas para pescar y esnorquelear, renta de
kayaks, paddle boards, motos de agua y Fly Board.
Ofrece servicio de restaurante y bar, abiertos desde
las 7:00 hasta las 22:00 hrs.
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(983) 834 5730 www.40canones.com
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LA VALISE
HOTEL
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Lujo y confort para el viajero sofisticado
E
L Hotel La Valise se enfoca en el viajero
que disfruta del lujo y el confort para
crear experiencias únicas. Es un hogar
lejos del hogar, que llama a los viajeros independientes en busca de un espacio para descansar, explorar y crear.
Las habitaciones ambientadas por Emmanuel
Picault son armoniosas y resaltan por su auténtico mobiliario, fruto de los pioneros modernistas mexicanos del siglo veinte.
Roma Norte, Ciudad de México (55) 5286 9560 [email protected]
www.lavalise.com.mx
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HOTELITO DESCONOCIDO
Espacio para la innovación empresarial
Para ser creativos y desarrollar nuevas ideas hace falta perspectiva, sólo así se ve la realidad con otros ojos. Los viajes con
tu equipo de trabajo son una excelente opción para despejar
la mente y abrir la puerta de la inventiva en la empresa.
V
iajar, leer y conocer lugares nuevos son actividades clave que
fomentan la creatividad y el ingenio. Los grandes empresarios
lo saben y buscan brindarle a su equipo las mejores condiciones para crear, inventar, renovar y proponer.
Un viaje de negocios puede ser una excelente herramienta para concebir estrategias triunfales para las empresas y Hotelito Desconocido es
el destino ideal. Sus habitaciones, restaurantes e instalaciones acogen
a los huéspedes en sus más de 60km de playa de arena blanca, lagunas
y canales de agua cristalina, jardines, palmeras y árboles frutales. En
este mágico entorno, declarado por la UNESCO paraíso acuífero para
las aves, conviven más de 150 clases, incluyendo pelícanos, garzas y
fragatas, así como otras cientos de especies animales.
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r e p o r te e s p e c i a l p u b l i c i t a r i o
Humberto Lerma, director del hotel, afirma que cada vez son más los empresarios que eligen este paraíso como recinto para crear sus estrategias de ventas,
proyecciones corporativas o simplemente descansar después de un objetivo
cumplido, porque en él hallan el equilibrio perfecto entre trabajo y relajación.
Explotan su capacidad intelectual durante la mañana, con la promesa de que
en la tarde tendrán como recompensa un masaje en el SPA, un paseo a caballo
o en catamarán por la laguna, mientras disfrutan del atardecer.
Algunas de las mejores ideas también se conciben durante la comida o en las
pláticas de sobremesa, para ello Hotelito Desconocido cuenta con dos de los
más prestigiados restaurantes de toda la costa: El Diablito, que se esconde
entre sombras de barro negro y alegra con máscaras de colores; y Nopalito,
característico por su vista a la playa, magníficos atardeceres y el tradicional
sabor folclórico mexicano. Además, cuenta con un huerto orgánico que brinda
la mayor parte de los alimentos, frutas, especies y cítricos que se disfrutan en
ambos restaurantes.
Hotelito Desconocido es el recinto perfecto para que los miembros de tu empresa dejen fluir la imaginación y se planteen metas aún más altas.
Hotelito Desconocido www.hotelito.com
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el sueño
HOTEL + SPA
La casa donde las fantasías del pasado
se fusionan con la realidad actual.
E
n el centro histórico de la ciudad de Puebla yace una remodelada
casona del siglo XVIII, que combina las características barrocas
típicas de las construcciones de la época y los elementos contemporáneos de una decoración minimalista.
La vieja leyenda reza que san Miguel descansó en este predio al trazar
la ciudad y en beneficio dejó: «Sueños inolvidables y buenaventura para
quien duerma en la casa». Todos los huéspedes lo constatan en alguna
de sus 20 suites dedicadas a mujeres enigmáticas como Dolores del Río,
Frida Kahlo, Tina Modotti, Antonieta Rivas, Remedios Varo, Nahui Olin,
Alfonsina Storni, sor Juana Inés de la Cruz, Isadora Duncan, María Izquierdo y Miroslava.
La terraza es sede del Spa, que cuenta con tres cabinas en las que se
ofrecen más de 20 tratamientos de salud y belleza, un acogedor jacuzzi al
aire libre y un solárium.
En su restaurante La tentación encontrarás una carta de alimentos diferente, con platillos de autor, barra de martinis y platillos y bebidas especiales para cada mes. Un restaurante en donde los milagros se hacen realidad
a la luz de las velas.
52 22 2232 6489
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52 22 2232 6423
www.elsueno-hotel.com
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Xixim
Un refugio de serenidad
Despertar con el sonido de las olas del mar y el canto de las aves, en
una habitación idílica, suntuosa y naturalmente iluminada, es un
sueño posible de alcanzar, aunque casi imposible de creer.
Sus 32 lujosas y confortables habitaciones lo convierten en uno de los
secretos mejor guardados de la península de Yucatán.
En Xixim, paraíso localizado en la reserva de la biósfera de Ría Celestún, se puede soñar despierto, rodeado de mangles y playas vírgenes.
Se preocupa por acercar la naturaleza a sus huéspedes y brindar diversos detalles de comodidad: ameniza las habitaciones con mantras
y motivos naturales, sus regaderas dan la sensación de tomar un baño
al aire libre y sus senderos llevan a cómodas hamacas que permiten
contemplar el taciturno oleaje del golfo de México, el vuelo de alguna
de las 260 aves que habitan en el lugar o el correr de un travieso
mapache.
Además del ambiente ecológico, en Xixim encontrarás una biblioteca
multilingüe, un pabellón para practicar yoga, el área de masajes relajantes, albercas con jacuzzi, entre otras amenidades.
Su cocina merece especial atención, pues utiliza ingredientes de la
región minuciosamente seleccionados para llevar hasta su mesa los
sabores más representativos de la gastronomía yucateca, a los que
se adhieren creaciones fusión y un sorprendente menú vegetariano.
Tal vez, aunque no lo desee, deba irse cuando sus vacaciones terminen, pero los sabores, sonidos, la sensación de paz y gratitud por vivir
esta experiencia y la calidez de su gente, le harán volver en múltiples
ocasiones, haciendo de Xixim su refugio de serenidad.
Yucatán, México 52 01 988 916 2100 [email protected]
hotelxixim.com
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Coloquio
Maldad
La corrupción, inseguridad y violencia
invaden los tejidos sociales de nuestro
país y del mundo. ¿Dónde tienen su
origen? Tales fenómenos nos remiten
a la naturaleza humana que, por su
libertad, no sólo elige el bien, sino
también el mal.
Mirar el problema a través de
distintas perspectivas suscita
un ejercicio de introspección;
ya sea para proponer distintas
soluciones, o bien modelar un
sólido sentido ético.
Maestro en Filosofía
por la UNAM. Profesor
del departamento de
Humanidades de la
Universidad Panamericana
y del área de Factor
Humano en el ICAMI.
La ignorancia
Fuente del mal
Los seres humanos somos capaces de reconocer lo bueno y,
además, podemos trabajar para conseguirlo. Sin embargo,
¿por qué no siempre es así? La falla pudiera estar en el modo
en que pensamos, en aferrarnos a un concepto de bien que
sólo satisface nuestras necesidades inmediatas, y no en lo
que de hecho es correcto.
Roberto Rivadeneyra
Conócete a ti mismo.
Sócrates
¿E
Nuestras acciones hablan sobre nosotros tanto como nosotros sobre ellas.
George Eliot
n cuántos programas de televisión se tocan
temas relacionados con crímenes? CSI en sus
tres versiones, NCIS, Criminal Minds, Bones,
The Mentalist, Dexter, todo el canal de Investigation Discovery y en muchos más. Vemos dichos programas
y nos horrorizamos con los asesinatos que allí se recrean.
Naturalmente nos preguntamos: «¿Por qué hay gente tan
mala; cómo es posible que existan personas así?». Sencillamente no encontramos una respuesta satisfactoria. Miramos
la televisión como si buscáramos alguna pista para dar con
la solución. ¿Por qué lo hacemos? El morbo, sin duda, es una
de las razones, pero también porque en cada uno de ellos se
muestra una faceta del ser humano: la del mal.
Hacia finales del siglo V a.C. Sócrates afirmó que el mal
es resultado de la ignorancia. Tal premisa ha sido estudiada y debatida a lo largo de la historia. Algunos la caricaturizan como si el filósofo griego hubiera sido ingenuo al
pronunciarla. Otros le dan cierto crédito, pero se mantienen
al margen y no la consideran demasiado seria. Platón, su
discípulo, escribió que nadie se equivoca voluntariamente.
Más tarde, Aristóteles sentenció que toda acción humana
busca el bien. Y entonces, ¿qué significa realmente que el
mal sea ignorancia?
EN BUSCA DEL BIEN
Hablar del mal es hablar del bien y viceversa. Jamás comprenderemos el uno sin el otro. ¿Qué es el bien? Hablamos de él
cuando algún objeto cumple con su función. Un cuchillo es
bueno cuando sirve para lo que fue hecho: cortar. Si no me
es útil para eso, entonces lo considero un mal cuchillo. Así,
cualquier cosa es buena en tanto cumpla con su función.
En los objetos naturales sucede lo mismo. Por ejemplo,
un naranjo tiene una doble función: dar naranjas y cumplir
con la fotosíntesis. La primera nos brindará un fruto; la se336
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Coloquio
gunda, nos proveerá de oxígeno. Hablamos de un buen
naranjo cuando desempeña
ambas funciones. Uno malo
será el que dé naranjas sin
jugo o no dé fruto y no logre
realizar la fotosíntesis.
Ahora bien, ¿cómo operan la bondad y maldad
en los seres humanos? En
principio hay que seguir la
lógica anterior. El ser humano es bueno cuando realiza
acciones de acuerdo con su
naturaleza. Y, ¿cuál es ésta?
La definición clásica y universal es la de Aristóteles:
animal racional; es decir, que se distingue por su racionalidad, pero también posee voluntad. Ambas cuestiones
configuran la estructura básica de toda persona. Por eso
las acciones humanas son tan complejas de analizar y comprender. Cuando un árbol realiza la fotosíntesis no puede
escoger: lo hace porque para eso está diseñado. Lo mismo
ocurre cuando el perro ladra, el elefante barrita o la abeja
produce miel. Lo hacen porque no tienen otra opción, su
configuración interna les dicta que así debe ser. En el hombre,
la libertad elimina esa acción que en automático nos obligaría
a consumar nuestra naturaleza.
El ser humano cumple con su función cuando es racional
(busca la verdad y hace el bien). Es decir, cuando su acción
intenta perfeccionar aquello que le es propio: la inteligencia
y la voluntad. El filósofo Carlos Llano en Las formas actuales
de la libertad señala: «El hombre no es un animal racional,
sino que debe llegar a serlo» (p. 78). Lo logramos al pensar y
querer bien, al hacernos auténticamente humanos.
Actúo racionalmente –por lo tanto, bien– cuando hago lo
que tengo que hacer sin importar si me apetece o no; así también perfecciono mi inteligencia y mi voluntad, pues cumplo
con mi deber a pesar de que las emociones me indicaban
algo más placentero. En cambio, cuando me quedo dormido
sabiendo que tengo que levantarme para llegar al trabajo o a la
escuela, deformo mi naturaleza y realizo una acción mala. De
esta manera, una forma de saber cómo fueron nuestros actos
es preguntarnos si nos fortalecieron o debilitaron.
Cuando me quedo dormido
en lugar de levantarme busco el bien, el bien placentero
y propio. Y aun sabiendo que
mi acción me valdrá un buen
regaño o hasta el descuento
de un día de salario, en ese
momento es más apetecible
satisfacer mi placer.
Por otro lado, cuando
me despierto para llegar a
tiempo al trabajo también
lo hago en busca de un bien,
pues tal vez luche contra el
sueño, pero vencerme resulta más ventajoso que no
hacerlo.
En pocas palabras: todas nuestras acciones las ejecutamos
porque las consideramos, al menos en ese momento, un
bien para nosotros. Aquí está lo delicado, si en determinada
situación pienso que mentir, robar o asesinar es lo mejor para
mí, lo haré aunque sepa que dañaré a otra persona. Nuestras
acciones se convierten en un reflejo de lo que queremos y,
sobre todo, de lo que pensamos.
Ya lo decía Platón, nadie se equivoca voluntariamente.
Si cometemos un error para darle una lección a alguien,
entonces no fue equivocación, sino una acción que buscaba, por medio de un contraste, provocar una reflexión. Lo
hacemos pensando que era lo correcto. En cambio, cuando
en un examen escribimos mal una respuesta, no lo hacemos
pensando que está mal, más bien pensamos lo contrario. De
esta manera toda acción está avalada por una creencia. Un
racista lo es porque piensa que tiene razón al serlo; Hitler
hizo lo que hizo convencido de que era lo mejor, y el asesino
a sueldo mata porque sólo percibe una relación mercantil
entre los seres humanos.
La manera de saber
si nuestras acciones
fueron buenas o malas
es preguntarnos si nos
fortalecieron o debilitaron.
ACTUAR SIN REFLEXIONAR
Si resulta tan clara la diferencia entre lo que está bien y lo que
está mal, ¿por qué no siempre hacemos el bien? En realidad
porque pensamos que siempre actuamos correctamente.
«Toda acción humana busca el bien», señaló Aristóteles. Y así
es. No hay una sola acción humana que pretenda otra cosa.
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EL MAL ESTÁ EN LAS OPINIONES
A lo largo de la vida armamos un sistema de creencias que
nos permite interactuar con los demás de determinada manera. Incluso nos ayuda a resolver conflictos y situaciones
inesperadas. Con el tiempo, convertimos estas creencias en
verdades absolutas. Sin cuestionarlas las hacemos parte de
nosotros y andamos por la calle afirmando que «el que no
transa no avanza», que «ser bueno y noble es ser estúpido»,
que «piensa mal y acertarás», que «tatuarse es de carceleros»
o que «robar es ser astuto». Así crecemos y ocupamos coordinaciones, gerencias y direcciones.
Opinar no es malo si se entiende que sólo es una opinión. Es
terrible cuando se cree que lo que pensamos y decimos es una
verdad contundente e inapelable. Sin embargo, entrenarnos en
obligación de convivencia. No
hacerlo podría conducirnos
por caminos oscuros y hacia
parajes que tal vez ni siquiera
nosotros queríamos ir.
ENTRENAMIENTO
PARA LA MENTE
no hacer de nuestra opinión
una verdad lleva tiempo y
esfuerzo.
La opinión puede ser el
primer paso hacia la adquisición de una verdad, pero
tenemos que ser conscientes
de que también puede ser
sólo un producto de nuestra emoción. ¿Cómo estar
seguros de que una opinión
cumple con su función? Será
buena si me permite llegar a
un conocimiento más elevado de la realidad. En cambio,
será mala si sólo fastidia y
no tiene otro interés que ése.
¿Qué sucede cuando opiniones o creencias como las
descritas al inicio de este apartado habitan en un individuo? Que éste actuará con base en
ellas y será transa, aprovechado, prejuicioso, desconfiado…
Sencillamente producto de su formación o deformación intelectual. Someter nuestras creencias a examen debería ser una
Aprender a pensar es crucial, tenemos que hacernos
racionales, de allí que educar nuestra mente sea imperativo. El cruce de ideas
entre lo que es bueno para
mí y lo que es bueno para el
otro, lo encontramos a diario. Basta un poco de rigor
lógico para percatarnos de
que una acción no puede ser
simultáneamente buena y
mala. Es un principio lógico
que conocemos como el de
no contradicción. Así, quien
roba realiza una acción mala
independientemente de que
piense que ello le trae buenas
consecuencias. El problema
es que esa persona seguirá
repitiéndose a sí misma que
lo que hace está bien, hasta
darse cuenta de su error y
querer enmendar el hábito.
Como acabamos de notar, la lógica es crucial en
este ejercicio. Es ella la que
nos ayuda a pensar correctamente, a estructurar bien
nuestros pensamientos, a
deducir sin fallas. Nada de
esto es dado por naturaleza. No sabemos pensar bien
sólo por haber nacido racionales; tenemos que aprenderlo. Tenemos que hacernos
racionales. En lo que decidimos perfeccionar nuestra
racionalidad cometemos
falacia tras falacia, errores del pensamiento que nos conducen hacia el mal. El corrupto no quiere entender que la
honestidad es mejor, por lo que ignora los beneficios de ésta
sobre la primera. Mientras lo ignore, será corrupto.
El mal moral es
consecuencia de
un mal pensamiento
y para cambiarlo la lógica
es crucial, ella nos ayuda
a pensar correctamente y
a deducir sin fallas.
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Coloquio
Toda acción está avalada por
una creencia. Un racista lo
es porque piensa que tiene
razón al serlo, sin embargo
una opinión no es una
verdad contundente
y matemáticamente
inapelable. SÓLO SÉ QUE YA NO SÉ
Todos en algún momento escuchamos a un profesor mentar
la siguiente frase de Sócrates: «Sólo sé que no sé nada». Un
enunciado que nos invita al conocimiento, al descubrimiento
de la realidad. Es el reconocimiento de la ignorancia para
superarla. Porque no puedo superar el horizonte si no lo veo
o si pienso que ya estoy en él. Existen tres tipos de ignorancia:
1.Desconocer. Todos nos encontramos en este estado
cuando no sabemos lo que no sabemos. Por ejemplo,
al enterarnos de algo que ni siquiera sabíamos que
desconocíamos.
2.Reconocer. Es el tipo de ignorancia a la que apelaba el
filósofo griego. Cuando reconozco que no sé puedo nutrir más mi conocimiento. Por ejemplo, sólo al afirmar
que no sé de armonía puedo investigar qué es y obtener
un conocimiento.
3.Creer. Parte de una creencia falsa. Es la ignorancia del
que cree que sabe lo que no sabe. Los que se consideran
a sí mismos expertos en algo suelen ser personas intolerantes ante los matices de sus ideas. ¿Qué tenemos que
agregar los demás si ellos lo saben todo?
El tercer tipo de ignorancia nos conduce al error constante,
porque si considero que mi pensamiento es correcto y así lo
creo, no tendré razones para dudar de él y actuaré en consecuencia. Corromperé, desconfiaré, juzgaré, robaré, asesinaré
y ejecutaré todas las acciones que consideramos malas. Así, el
mal moral es consecuencia de un mal pensamiento. A esto es
a lo que se refería Sócrates con que el mal es ignorancia. No es
ignorancia de la primera ni de la segunda, sino de la tercera,
que es la que me ciega ante la verdad. Cuando no pienso con
verdad no actúo con bien. Los crímenes son el resultado de
una deficiencia lógica. Aún más: son la manifestación del poco
criticismo que tenemos hacia nosotros mismos.
Lo invito a revisar su sistema de creencias y someterlo a
un escrutinio tal que sólo aquéllas ideas o creencias que pasen
el rigor lógico sean las que abrace. Las demás déjelas en el
tintero del olvido. De lo contrario, cualquiera de nosotros
podría ser ese ratero, corrupto o criminal del que tanto nos
quejamos.
10 errores que cometemos al pensar
1/Considerar como causa algo
que sólo es coincidencia.
«Me dieron el trabajo porque me
puse la corbata de la buena suerte».
2/Atacar a la persona en lugar
de al argumento.
«Como mi amigo chocó, no le
preguntes nada sobre autos».
3/Hacer uso de la compasión,
simpatía u otra emoción para que
se acepte un argumento. Situación
también conocida como chantaje.
«Si me liquidan entraré en crisis
y me dará un infarto».
5/Pensar que la mayoría
es criterio de verdad.
«Como la mayoría piensa que
consumir drogas está bien, entonces
consumir drogas debe ser bueno».
6/Creer que algo es verdadero
o falso porque no se probado lo
contrario.
«Como no se ha demostrado la
inexistencia de los extraterrestres,
entonces estos existen».
4/Intentar convencer de algo utilizando
a un personaje famoso como fuerza de la
argumentación.
«Como mi amigo es el presidente, entonces
todo lo que él diga es verdadero».
8/Partir de lo que se quiere
demostrar para demostrarlo.
«La vida significa estar vivo».
9/Exigir una respuesta única
habiendo otras opciones.
«¿Ya dejaste de robarte las cosas
de la empresa? (si se contesta
afirmativamente, acepta su culpa; si
se responde negativamente, también
se acepta la culpa, y tal vez no es
culpable)».
10/Intentar probar un argumento
7/Intentar que el otro piense mediante otro, y pretender
como yo con amenazas o con
el uso de la fuerza (golpes).
«Si no haces lo que digo,
lastimaré a tu familia».
demostrar el segundo argumento
mediante el primero.
«Reprobé porque no estudié y no
estudié porque iba a reprobar».
Coloquio
Shakespeare y
las distintas
caras del mal
En el teatro shakesperiano no aparecen malos completamente
malos, ni buenos angelicales. El dramaturgo supo plasmar la
esencia del alma humana en cada complejo personaje, con los
que cualquiera puede sentirse identificado. Por ello su obra es
un clásico, inmortal y conmovedor.
Casandra Fernández Diez
Cuántas veces con el semblante de la devoción y la apariencia
de acciones piadosas engañamos al diablo mismo.1
(Hamlet, Acto III, escena 1, 49-51).
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336
Licenciada en filosofía por la
UP, con estudios de maestría
en Ética por la UNAM.
Profesora del Departamento
de Humanidades de la
UP. Autora de algunos
artículos sobre el valor de las
emociones.
Q
uizá si hoy hablamos del enigma del mal, lo
primero que se nos venga a la mente sea una
trama como la de la serie de televisión House of
Cards, llena de intrigas y traiciones políticas y
personales. En mi opinión, como paradigma del
mal, el papel de Frank Underwood (interpretado por Kevin
Spacey) se queda corto.2 Es tan corrupto que cierra al espectador toda posibilidad de empatía, salvo por su buen gusto
por la cocina de Freddy. Quien sea fan del actor lo recordará,
con inevitable nostalgia, como el conde de Buckingham en el
documental Looking for Richard.3 En ese papel, a diferencia del
de la serie, Spacey representa
el mal de una manera mucho
más humana, conmovedora,
equilibrada y realista. La distinción entre ambos personajes no es de poca monta, el
segundo es de Shakespeare.
Si bien la fragilidad humana ante el mal nunca se
explica del todo, ni por expertos en ciencias de la conducta ni por la filosofía por
sus solas fuerzas, de lo mejor que tenemos para comprender las muchas caras y
aguijones del mal es la sabiduría literaria. En ella puede
defenderse lo que han afirmado críticos literarios como
Harold Bloom4 o pensadores
como René Girard:5 Shakespeare es insuperable, pues representa la naturaleza humana
tal cual es y, con sus inmortales monólogos, profundiza hasta
el núcleo de la conciencia moral. Además, el escenario shakespeariano, the Globe, simbolizaba el mundo entero: el horizonte
completo de las pasiones y motivaciones humanas, con nuestras miserias y flaquezas más pedestres incluidas.
Diversas intuiciones del dramaturgo me parecen vigentes
e iluminadoras. Según G. T. Di Lampedusa, buena parte de
la creatividad shakesperiana se debe al sufrimiento acumulado en la vida del autor.6 Sea cierto o no, lo indudable es
que, para conocer la condición humana, no se necesita ser
filósofo o conde, ni haber viajado mucho; las contrariedades
de la existencia individual están frente a cualquiera que abra
bien los ojos.
EN LA VIDA NO HAY
PERSONAJES DE UNA SOLA PIEZA
Ningún personaje de Shakespeare es villano absoluto.7 Cada
uno tiene la complejidad propia de la existencia humana y su
carácter está formado, como el nuestro, de muchos espejos que
reflejan a los otros, y en los que el propio espectador de la obra
se verá reflejado, al menos momentáneamente. Todos dudan: lo
sabemos por sus monólogos, por boca propia, a diferencia de lo
que ocurría en las tragedias griegas donde era el coro, al cual el
personaje nunca atendía, quien fungía como la voz del pueblo y
como una especie de conciencia moral comunitaria e impersonal.
Los villanos, que son en
ocasiones los protagonistas,
a pesar de la sangre que derraman, la crueldad con que
despachan a sus víctimas, la
incompetencia para gobernar
o los celos voraces que los
desgarran, tienen siempre al
menos algún momento de
culpa. Su contrición puede
entenderse como más o menos hipócrita, pero atestigua
siempre la presencia de la
conciencia: se ven a sí mismos
frente a un «espejo» (Ricardo
II), en una obra (Hamlet), en
sus pesadillas por las noches
(Ricardo III), acosados por fantasmas (Macbeth, Julio César),
se prevén en el cementerio…
La autoconciencia en el
teatro shakesperiano –a diferencia de los dramas griegos, donde
quedaba recubierta por el destino o el peso de la comunidad–
cobra mayor relevancia y complica todo: no aparecen ni malos
completamente malos, ni buenos angelicales. También los héroes
sufren de episodios de locura y cordura: el amigo fiel (Enrique V)
traiciona del mismo modo que el impenitente se vuelve sensible
e interiorizado (Antonio y Shylock en El mercader de Venecia).
Alguno ha dicho que esto no aplica en Romeo y Julieta,
donde los personajes centrales parecen absolutamente inocentes y la maldad está en sus familias. Girard ha cuestionado que esto sea verdad; algo de envidia y orgullo hay en
la pasión desbordada de los jóvenes, y W. H. Auden destaca
que en todas las historias de Shakespeare que desembocan
en la muerte, la culpa es siempre compartida; ni los amantes
Para comprender
las muchas caras y aguijones
del mal, la sabiduría
literaria es de lo
mejor que tenemos.
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Coloquio
Ricardo III, Romeo y Julieta,
Hamlet y El mercader
de Venecia, personajes
destacados de las obras
de Shakespeare.
ni el boticario son del todo
irresponsables.8
Esta complejidad irreductible de los personajes
es lo que hace de su obra
algo inmortal y conmovedor; nos permite identificarnos. Aunque no hayamos
cometido las atrocidades
de Macbeth o tramemos la
venganza de Hamlet, todos
hemos sentido ambición y
resentimiento.9 Pero además
nos recuerda lo injustificado del juicio moral sumario.
Como en Shakespeare, donde no sabemos si Shylock es
víctima o tirano,10 en la vida
no hay personajes de una sola pieza.
Ningún personaje
de Shakespeare
es villano absoluto.
Cada uno tiene la
complejidad propia
de la existencia humana.
CON UN TOQUE DE AUTOENGAÑO
En nuestro tiempo, muchos se han dejado convencer por Nietzsche del olvido de la conciencia moral; se ha creído que no debemos reprimirnos, que la culpa es algo que, como la caries, se
quita con el tratamiento adecuado. Shakespeare apuesta a que
no… y por eso sus personajes buscan limpiar su conciencia con
actos expiatorios: desde la purificación con agua, los exilios, las
promesas de reparto de tierra, viajes a Tierra Santa e incluso
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con el suicidio. Buscan así, con
mayor o menor éxito, recuperar sus vidas, dejar atrás el
doblez y disimulo que el mal
supone, justificarse a sí mismos o, si se puede, comenzar
de nuevo. No siempre los actos expiatorios son razonables
ni la conversión completa, en
ocasiones recaen en el autoengaño y en el mal. Pero el
revuelo de su conciencia algo
nos dice y alguna compasión
genera; Hamlet, Ricardo III y
Macbeth tienen al menos un
momento de distancia de sus
deseos vengativos o avaros.
El rey Lear se arrepiente; Enrique V se siente obligado a justificarse ante sus propios soldados en su célebre discurso
ante la tropa, y en Medida por
medida la conclusión es: mejor
no condenar a los demás.
Si los malos no lo son del
todo, ¿cómo llegan a cometer semejantes atropellos?
Como nosotros: por vanidad ignoran los consejos de
los sabios (Ricardo II o Julio
César y Bruto ignorando a
sus esposas) o son presas
de malos consejeros (el mismo Ricardo II, Ricardo III,
Otelo dejándose manipular
por Yago, Bruto por Casio,
Macbeth por su esposa). Se
dejan llevar por un impulso
y la falta de juicio hace que
actúen en contra incluso de
su propia naturaleza. El mal
tiene un componente de engaño o autoengaño, es por ello
que incluso quienes se valen de él, no lo desean:
Veneno no ama, quien lo emplea
ni yo, a ti. Y, aunque lo quise muerto,
odio al matador, yerto lo quiero.
Carga tú, con la mala conciencia,
sin mi favor, ni mi aquiescencia.
Vaga por las sombras, con Caín
y no asomes tu faz, en noche o día…11
EL MAL ES HÁBIL Y ESCURRIDIZO
Shakespeare nos advierte de no caer en la trampa de la simplificación del mal: la inmemorial tentación de creer que los
malos son los extranjeros, los que piensan distinto, los pobres,
los fracasados, los que critica todo mundo; tampoco lo son
los ricos, los vencedores, los derrotados… De nuevo, como
contraste con la tragedia griega, donde los infortunios parecen
caer siempre sobre el personaje trágico o sobre el bufón cómico, el dramaturgo nos dice que pueden caer sobre cualquiera.
De modo que una persona, por ejemplo, pobre o enferma, no
necesariamente está en esa situación por su maldad… Los
buenos también sufren. La inspiración cristiana es evidente.
Como en el Gorgias de Platón, donde Sócrates sorprende a
sus interlocutores afirmando que el hombre poderoso y rico, el
tirano, es el más infeliz porque su poder aleja a los que podrían
corregir sus errores, Shakespeare nos muestra la contracara del
poder. Nos recuerda que, tarde o temprano, la fuerza se agota
y entonces el tiempo pasa su factura: He perdido el tiempo y ahora
el tiempo me pierde a mí, dice Ricardo II,12 o la famosa súplica
de Ricardo III: Mi reino por un caballo. Claramente influido por
Séneca y advertido de los peligros de la vida ambiciosa y
materialista, Shakespeare avisa que pocos son los males tan
destructivos como el mal del poder que nos posee y deja frente
a la nada. Viene en muchas presentaciones: un ducado, una
corona, una muchacha bella y casta.
Por eso el autor propone una vida sencilla. Esto no significa confundirse con la multitud amorfa que el propio
Shakespeare despreciaba por cambiante y anónima. Consiste
más bien en eludir las mentiras de la vanidad. La salud
mental y espiritual se encuentra frecuentemente cuando se
sale de la corte y se busca refugio en el bosque, por ejemplo.
A pesar de las amenazas al bosque de Arden, la trama de
Como gustéis ilustra la vida, en principio obligada al exilio, en
la que los personajes encuentran las ventajas de lo sencillo,
alejados del poder.
Dejar atrás las etiquetas y no confundir el mal con el infortunio, la extrañeza o la miseria: eso es lo que nos recuerda
Shakespeare. También sugiere relativizar las opiniones de
los demás, como insiste el esposo de La fierecilla domada. Sus
obras muestran repetidamente que al bueno puede irle mal,
como a ese peculiar Job que es Falstaff en Enrique IV y V:
un personaje, «vicioso adorable», que saca lo mejor de los
demás, amigo incondicional de Hal y que, a pesar de todo,
es traicionado y muere. Algún intérprete ha dicho que ese
triste final es un reflejo de Shakespeare ante la traición de
su amigo y de Mary Fitton.13 Independientemente de ello, el
dramaturgo nos enseña, acompañado de Isabella en Medida
por medida y de Cordelia en Rey Lear, a valorar la nobleza y
la pureza de intención sin esperar recompensas mundanas
por ello, y ante todo, a no juzgar al caído; esto resuena en
el soneto 121:
Shakespeare propone
una vida sencilla y
eludir las mentiras de
la vanidad. Dejar atrás las
etiquetas y no confundir el mal
con el infortunio, la extrañeza o
la miseria.
¿Porqué deben los falsos ojos adulterados,
criticar con sus puyas a mi sangre vivaz,
o mis fragilidades, delicados espías,
que a su antojo censuran lo que tengo de bueno?
Soy solamente aquello que soy, y quienes miden
mis excesos reflejan, la cuenta de los suyos.
Tal vez yo vaya recto, cuando ellos van torcidos,
y con su torpe mente, no aprecien mis virtudes.
A menos que me afirmen que existe un mal común:
Que los hombres son malos y triunfa su vileza.14
La virtud y el vicio no pueden equipararse sin residuo al éxito
y al fracaso. Como señala W.H. Auden en su interpretación
de Shakespeare, tanto en tragedias como en comedias, el gran
autor inglés nos presenta al sufrimiento como algo inevitable
y la diferencia entre los géneros –como en la vida– radica más
bien en que en las comedias el personaje alcanza, a través del
sufrimiento, un gozoso autoconocimiento.15
EL MAL NO VENCE A LA ESPERANZA
En las comedias el sufrimiento desemboca en una reconciliación feliz. Shakespeare nos recuerda también que esto
puede ocurrir sin importar los tropiezos anteriores, que
siempre hay oportunidad de redención, de un encuentro
afortunado. Así como el mal se presenta como un remolino que arrastra a los personajes consigo, el bien puede siempre sorprendernos y generar un círculo virtuoso,
como en Mucho ruido y pocas nueces, donde la vorágine de
acontecimientos entre los amigos que ponen a Benedick y
a Beatrice juntos, termina armonizándolo todo. Así como
en otras obras una mentira enciende el fuego incontrolable
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Coloquio
Para Shakespeare
siempre hay
oportunidad de
redención pues, así como
el mal arrastra a los personajes
consigo, el bien puede
sorprender y generar un círculo
virtuoso.
de la desconfianza, en este caso un cumplido oportuno
lleva al amor.
De nuevo, en contraste con el teatro clásico, los personajes
shakesperianos pueden cambiar y eso deja espacio para la
redención y la esperanza, para el bien en la situación externa
o, al menos, en la paz y perdón interior de los personajes.
Auden insiste en que en el teatro griego todo está determinado, pero en el isabelino del gran Shakespeare late siempre
lo imprevisible. Aunque el pensamiento de Hamlet nos es
expresado en sus monólogos, siempre resta algo inesperado,
una alternativa, se realice o no. Por eso, mientras en la tragedia griega el coro nos advierte de la conclusión funesta de los
acontecimientos, en Shakespeare pareciera que todo depende
del personaje. Por eso Edipo es de Sófocles y Hamlet se nos
presenta como dueño de sí mismo, al lado de un público que
asume la parábola como propia y se involucra plenamente,
con una espera compartida.
Antes mencioné que se piensa que Shakespeare escribe el desenlace fatal de Falstaff para expresar su propio
dolor ante un desengaño. Sin especular demasiado sobre
la biografía de sir William, podríamos imaginarlo como el
Próspero de La tempestad que, cansado de buscar armonía
y justicia, rompe su vara mágica y se retira a olvidar.16 Pero
hay evidencias (por ejemplo, en Cuento de invierno), de que
Shakespeare mantuvo hasta el final, aun a pesar de las adversidades, y seguramente forjada y madurada ante ellas,
una búsqueda de sentido; si no de optimismo mundano
sí de perdón, caridad y esperanza: «Somos perdonados y,
también, nosotros, perdonamos».17
Y ésa es también la esperanza que se sugiere en Enrique
VIII, donde el mal es pintado con todos sus colores, en todas
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sus caras y, sin embargo, no es el mal quien tiene la última
palabra:
Ámate al último: valora a quien te odie;
la corrupción no vence a la honestidad.
Tu mano derecha porte una paz gentil,
para silenciar lenguas envidiosas. Sé justo y no temas:
tus fines sean los de tu país, tu Dios y la verdad…18
Traducido por Rafael Martínez Lafuente, Buenos Aires, Galerna, 2006.
Aunque la versión inglesa de 1990, con Ian Richardson con el papel protagónico de Francis Urquhart, torcido y a la vez simpático, es estupenda.
3
Película experimental de Al Pacino basada en Ricardo III de Shakespeare,
1996.
4
Cfr. BLOOM, Harold: Shakespeare: La invención de lo humano, Tomás Segovia
(trad.), Barcelona, Anagrama, 2002.
5
Cfr. GIRARD, René: Shakespeare: Los fuegos de la envidia, Joaquín Jordá
(trad.), Barcelona, Anagrama, 1995.
6
DI LAMPEDUSA, Giuseppe Tomasi: Shakespeare, Romana Baena Bradaschia (trad.), Barcelona, Nortesur, 2009. Por contraste, un autor que niega
que Shakespeare haya sido el actor «inculto» de familia de campesinos es,
entre otros, Mark Twain, véase ¿Ha muerto Shakespeare?, Javier Eraso Ceballos (trad.), Madrid, Sequitur, 2010.
7
Sin justificar sus brutalidades, nos compadecemos de Ricardo III porque
la vida (la Naturaleza) lo ha tratado mal, hasta los perros le ladran cuando
lo ven pasar… No es culpable de su fealdad. Como sugiere Auden: el villano no tiene algo tangible que ganar sino infligir sufrimiento insaciable
a la sociedad como desahogo. Cfr. W.H. AUDEN: El mundo de Shakespeare,
Mariano García (trad.), Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editora, 1999, p. 24.
Ricardo III, acto I, escena 1, 14-31.
8
Cfr. Ibid., p. 24
9
Cfr. Ibid., pp. 14-17
10
Cfr. DI LAMPEDUSA: Op. cit., p. 46
11
Ricardo II, acto V, escena 6, 38-44, traducción por Santiago Sevilla.
12
Ricardo II, acto V, escena 5, 41-50.
13
Cfr. DI LAMPEDUSA: Op. cit., p. 49
14
Soneto 121, 5-14. Traducción por Ramón García González.
15
Cfr. W.H. AUDEN, Op. cit., p. 16
16
Cfr. DI LAMPEDUSA: Op. cit., pp. 107-108
17
Ibid., p. 106
18
SHAKESPEARE y FLETCHER: Enrique VIII, acto III, escena 2, 444-449. Traducción propia.
1
2
Coloquio
El cerebro,
¿responsable
de la maldad?
Al hablar de la maldad y su origen, el cerebro es lo primero en que
pensamos. No existe razonamiento, sensación o acto que no pase
antes por la telaraña de neuronas que conforman este complejo
pero fascinante órgano. Ahora bien, si un evento, como una
situación traumática, patología o desorden mental, irrumpe en la
operación de este importante motor, ¿qué tan responsables somos
de las conductas que desencadene?
Ismael Rodríguez Villagómez
56
Q
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uien parece operar fuera de las reglas sociales
sin exhibir el más mínimo remordimiento puede
generar desde curiosidad por saber qué pasa
por su cabeza, hasta un profundo miedo, al
sentir una amenaza por alguien que es capaz de llevar a cabo
conductas que ni soñamos.
El estudio de la mente requiere de varias disciplinas como
neurología, psicología, antropología, sociología, entre otras,
Profesor en el diplomado Psicoterapia Cognitivo
Conductual aplicada a Trastornos de Salud Mental
y en la maestría psicoterapia cognitiva en el
Instituto Cognitivo-Conductual de Salud Mental de
México. Licenciado en Psicología (Especializado en
Psicología Organizacional) y maestro en Psicología
Clínica, Cognitivo-Conductual (UDLA). Estudios
de doctorado en Educación (UVHM).
enlazadas por un diálogo constante, con el fin de ampliar
la visión y conocimiento de los factores que operan en el
individuo.
En este sentido, parece que no hay respuestas sencillas
que expliquen el origen del comportamiento criminal, aunado a que éstas requieren integrar diferentes causas manifestadas en distintos sistemas. Definitivamente no es lo
mismo notar anormalidades en el funcionamiento cerebral
de un sujeto con poca educación, débil cohesión familiar
y escasas o nulas oportunidades para acceder a sistemas
de ayuda social; a descubrir esas mismas anomalías en el
cerebro de una persona que goza de afecto y apoyo familiar,
oportunidades de educación adecuadas a las necesidades de
la familia, entre otras variables.
Una manera de acotar este tema tan extenso es comenzar
por explicar por qué es importante el desarrollo del cerebro.
Primero hablemos de la infancia, para posteriormente explorar la mente en su contexto social.
LA INFANCIA, ETAPA CLAVE
El cerebro se enfrenta a un desarrollo constante, desde que
se identifica durante el embarazo hasta el término de la adolescencia, y probablemente un poco más. Durante el primer
periodo de la infancia muestra cambios muy profundos que
lo vuelven más complejo, pues modifica su tamaño y las
conexiones internas que además determinarán las reacciones
ante ciertos estímulos.
El maltrato infantil, el abandono y la negligencia, por
mencionar algunas variables, interrumpen el desarrollo
adecuado del cerebro.1 Los menores que han sido víctimas
de violencia física, abuso sexual, maltrato emocional o psicológico y abandono son más propensos a presentar conductas
violentas y antisociales en su vida adulta.
De igual forma, existe evidencia para sugerir qué parte
de la disfunción neuronal se debe a la interacción con el
ambiente: la disminución del volumen del hipocampo y la
amígdala, así como disfunciones en los lóbulos temporales
y frontales –producto de malos tratos en la infancia– puede
contribuir a que se desarrollen conductas violentas.
Y aunque el maltrato infantil provoca secuelas indiscutibles en los niveles biológico, psicológico y conductual, entre
otros, no siempre determina una conducta disfuncional,
patológica o criminal.
Existen varios factores que pueden atenuar los efectos del
maltrato: la resiliencia, las diferencias individuales y hasta el
sexo. No perdamos de vista que el cerebro está en constante
desarrollo, de manera que si por alguna razón el maltrato
cesa, entonces el cerebro responderá a los nuevos estímulos.
Sin embargo, hay periodos más críticos que otros para poder
determinar las consecuencias que tendrá un ambiente positivo en un cerebro que ha sido maltratado.
MALDAD, ¿UNA HERENCIA?
Aun cuando en el campo de la genética se observan grandes
avances, no se ha conseguido aislar un set de genes responsables del «origen del mal». Es muy probable que los factores
genéticos incidan en los biológicos que modulan el comportamiento, por ejemplo en los factores que determinan el
nivel de activación de los receptores neuronales, los niveles
de neurotransmisores, los niveles de hormonas, entre otros.
Cabe precisar que los genes interactúan con el entorno,
por lo que su regulación se determina, en parte, por lo que sucede a nuestro alrededor. La genética de la conducta todavía
necesita avanzar mucho más en este tema ya que, en general,
sus resultados pueden catalogarse como inconsistentes.2
Conviene recordar que lo genético no determina del todo
lo humano, sino que sólo funda lo que es humanizable.3 Es
decir, el cerebro es el soporte físico en el que se objetivan
las funciones de la mente y ésta representa la capacidad de
pensar, razonar, concebir y ordenar ideas, crear relaciones
entre ellas y percibir con los sentimientos y más allá de ellos.
La anatomía del cerebro, sus relaciones internas, la producción de neurotransmisores, los niveles hormonales en
el cuerpo y demás factores, delimitan la forma de la mente
y sus relaciones internas como un fenómeno que sólo aparece en función del cerebro. A estos límites biológicos de
la mente también se asocian las cuestiones internalizadas,
ya sea desde un punto educativo, cultural, familiar, entre
otros; la mente, con sus límites o bordes, tendrá elementos
con los cuales funcionar. Sin embargo, no podemos reducir
el funcionamiento de la mente al del cerebro, la realidad es
que se da simultáneamente. Así como no puede existir un
danzante sin danza o la danza sin danzante, lo mismo es con
la dicotomía mente-cerebro.
Llevemos el tema al terreno del futbol. La cancha en
la que se juega este deporte tiene condiciones físicas particulares, desde el tipo de drenaje hasta cómo fue podado
el césped. Los límites están regulados, así que todas las
canchas miden lo mismo, la distancia de las porterías es
igual y la posición de las líneas son idénticas. El cerebro es
la cancha de juego.
Los jugadores de futbol pueden ser de diferentes estaturas, complexiones y habilidades. Cada uno está en una
posición determinada en la que tiene cierta libertad de movimientos. Los jugadores, además, establecen acciones coordinadas entre ellos para alcanzar la meta de anotar en la
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Coloquio
portería rival. Los jugadores
son los elementos cognitivos
y el juego que establecen es
la mente.
No es lo mismo jugar en
pasto, que jugar en concreto
o en arena, así como no es
lo mismo pensar con «un
cerebro bien reglamentado»
a hacerlo con un cerebro que
no cumple los requisitos mínimos indispensables para
llevar a cabo la actividad
mental.
La ecuación todavía se
complica más si tenemos un
cerebro con alteraciones y el
ambiente no ha sido propicio para salvar dichas disfunciones.
Por lo tanto, la mente operará en los límites particulares de
dicha condición biológica.
mataviejitas»; al revisar su
biografía nos encontramos
con ciertos episodios que
pueden predecir conductas
antisociales: abandono familiar, abuso sexual recurrente,
negligencia emocional, pocas oportunidades de apoyo social, contacto con sustancias tóxicas, entre otras
cuestiones.5
Sin embargo, es evidente
que las personas que sufren
de aquellas patologías, muchas veces, sí consiguen entender, en un nivel cognitivo, el concepto de bien o mal
y sí saben, racionalmente, cuando una acción es incorrecta,
pero no logran integrarlo en un nivel fundamentalmente
emocional.
El origen de las conductas negativas parece tener dos
caminos generales: el primero es que tengamos un cerebro
sano, pero el ambiente lo enferme (maltratos); o bien, que
tengamos un cerebro no sano (herencia) y que la mente entonces se configure de forma negativa. Y podemos asumir
que aun teniendo un cerebro no sano, pero sí un ambiente
saludable, es posible salvar cierta funcionalidad, o al menos
no llegar al extremo de la maldad.
La apuesta debería ser hacia las estructuras sociales que
presentan problemas como parte de su constitución, pero
parecería que todavía no nos convencen los argumentos que
apelan a la educación, a la equidad de género, al desarrollo
sustentable y a la educación como los caminos para combatir
los males que aquejan a la sociedad. Resulta más sencillo
etiquetar una conducta como patología y encerrar en un
hospital o en una cárcel a la gente; pero sería más efectivo
invertir en condiciones ambientales que favorezcan un desarrollo positivo para todos.
El maltrato infantil
provoca secuelas
indiscutibles, pero no
es determinante para inducir
una conducta disfuncional,
patológica o criminal.
RECONFIGURAR LAS CONDUCTAS
Aunque éticamente sí hay acciones reprobables en sí mismas,
da la impresión de que el concepto de lo criminal cambia con la
cultura. A lo largo de la historia pareciera que el bien llega a un
punto de refinamiento, mientras que el mal siempre encuentra
maneras de superarse. Por ejemplo, en 1757 Robert-François
Damiens fue condenado por cometer parricidio, su castigo
quedó dictaminado de la siguiente manera:
«Pública retractación ante la puerta principal de la Iglesia
de París, adonde debía ser llevado y conducido en una carreta, desnudo, en camisa, con un hacha de cera encendida de
dos libras de peso en la mano; después, en dicha carreta, a
la plaza de Grève, y sobre un cadalso que allí habrá sido levantado deberán serle atenaceadas las tetillas, brazos, muslos
y pantorrillas, y su mano derecha, asido en ésta el cuchillo
con que cometió dicho parricidio, quemada con fuego de
azufre, y sobre las partes atenaceadas se le verterá plomo
derretido, aceite hirviendo, resina ardiente, cera y azufre
fundidos juntamente, y a continuación, su cuerpo estirado y
desmembrado por cuatro caballos y sus miembros y tronco
consumidos en el fuego, reducidos a cenizas y sus cenizas
arrojadas al viento».4
El relato continúa, y si lo anterior causa una fuerte impresión, el suplicio que siguió fue peor. Muy probablemente
en ese entonces, tal castigo no era estudiado bajo la lupa de
la maldad; pero en nuestro días sí lo es.
Hoy la ciencia puede demostrar la existencia de patologías de la mente, como la personalidad antisocial o la psicopatía, que hacen a la persona más propensa a cometer actos
de maldad. Un ejemplo de ello es el caso de Juana Barraza «la
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MESA-GRESA, Patricia y MOYA-ALBIOL, Luis. «Neurobiología del maltrato infantil: el ‘ciclo de la violencia’», en Revista de Neurología, 52 (8). México, 2011. pp. 489-503
2
Rebollo-Mesa, Irene; Polderman, Tinca y Moya-Albiol, Luis.
“Genética de la violencia humana”, en Revista de Neurología, 50 (9). México,
2010. pp. 533-540
3
MATURANA, Humberto. La realidad: ¿objetiva o construida? Anthropos
Editorial. México. 1997. p. 15
4
FOUCAULT, Michel. Vigilar y Castigar, Nacimiento de la prisión. Siglo Veintiuno Editores. Argentina. 2003. p. 6
5
Ostrosky, Feggy. Mentes Asesinas. La violencia en tu cerebro. Quo Libros.
México.
1
Empatía, la solución a la violencia
Julia Borbolla
Fundadora de Antenas por los niños
y emprendedora social Ashoka.
Los mexicanos vivimos una difícil época de violencia en el país. Los niños se
agreden en las escuelas y ya no quieren
ser bomberos cuando sean grandes,
prefieren ser sicarios con guardaespaldas y armas de alto poder. El bullying
es el claro reflejo de que el ejemplo
cunde y va destruyendo el tejido social.
Los gobiernos, las escuelas, los padres y maestros buscan la solución en
la persecución y el castigo a todos los
niveles; sin embargo, hay algo más a lo
que debemos poner atención si queremos entender por qué hay maldad y
cómo evitar que nuestros hijos caigan
en ella, existe una vacuna para que
la violencia no siga apoderándose de
nuestra sociedad: empatía.
La empatía es nuestra habilidad para
identificar lo que el otro piensa y siente,
y contestar a eso con una adecuada respuesta. Esto ocurre cuando suspendes
la atención hacia ti mismo y te conviertes en una persona con pensamiento
bilateral, es decir, no sólo «yo» sino «yo
y el otro». Es aprender a leer los mapas
mentales de los demás y entender por
qué hacen lo que hacen.
El neurólogo Simón Barón Cohen, en
su libro The Science of Evil dice que la
empatía es como un regulador de luz que
tiene una gama de gradientes del 0 al 6:
Nivel 0 = Nada de empatía, no
hay remordimiento o culpa. No puede
entender lo que otra persona siente.
Nivel 1 = Reconoce el daño, siente
pesar por ello pero no lo hace detener
su conducta.
Nivel 2 = Vislumbra lo que el
otro puede sentir como para dejar de
hacerlo, aunque no necesariamente
deja de hacerlo. Sabe que hizo mal.
Nivel 3 = Sabe que se le dificulta la
empatía y hace esfuerzos por parecer
«normal», pero la interacción social le
cuesta trabajo y por ello prefiere estar
solo.
Nivel 4 = Bajo nivel de empatía,
prefiere hablar de hechos que de
emociones. La amistad se basa más
en compartir actividades e intereses
más que sentimientos.
Nivel 5 = Ligeramente por encima
de la empatía regular. Amistad
basada en sentimiento, comparte
confidencias, recibe y da apoyo,
expresa compasión. Pasa tiempo con
otros aunque tenga mucho qué hacer
porque le interesa lo que hacen y
piensan los demás.
Nivel 6 = Marcada empatía,
siempre enfocado en lo que otros
sienten y piensan. Los demás nunca
salen de su radar.
Para que se dé la empatía se tienen que
cumplir dos etapas: reconocimiento o
capacidad de distinguir lo que otro
puede sentir o pensar; y respuesta,
reacción ante el otro. Muchas veces reconocemos que algo está mal; pero no
hacemos nada o bien nos escudamos
diciendo «no es mi asunto» o «yo sólo
cumplo órdenes».
Mary Gordon, una maestra canadiense, inventó un programa escolar
al que llama «Raíces de la Empatía».
En él, acerca a los estudiantes con los
bebés, quienes despiertan sus más tiernos sentimientos y los conectan con la
vulnerabilidad que todos hemos sentido alguna vez. En estos encuentros los
estudiantes van ejercitando su empatía, lo que reduce significativamente los
índices de violencia en las escuelas.
Más allá de amenazas o privaciones
es preciso trabajar ejercitando nuestra
empatía y la de los niños. Necesitamos
que aprendan a ponerse «en los zapatos de los demás» para que se protejan
entre sí, se toleren y sobre todo, se consideren. Cualquier momento es bueno
para empezar a ejercitarla. Hay que
comenzar con los que tenemos cerca y
recordar que la empatía no es darles a
los demás lo que yo creo que necesitan,
sino tomarme el tiempo de averiguarlo.
Adaptación del original publicado en Expok:
http://www.expoknews.com/empatia-lasolucion-a-la-violencia/
Los neurólogos han localizado 10 zonas cerebrales que tienen que ver con la
empatía, desde el sitio en donde modulamos el lenguaje para no ser bruscos,
hasta las conexiones sinápticas que
nos permiten interpretar una mirada o
conmovernos con una película. Muchos
estudios han revelado que los asesinos
seriales, por ejemplo, tienen bloqueadas o dañadas algunas de estas zonas.
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Coloquio
Muros de
la maldad
Los campos de
concentración en el cine
El holocausto es una de las etapas más lamentables y deshonrosas
de la historia de la humanidad. No podemos simplemente olvidarla,
tenerla presente nos recuerda que la maldad y el afán de poder
obnubilan la razón. De ello se encarga el séptimo arte a través
de sus representaciones, que ayudan a mantener viva la memoria
colectiva.
De cualquier manera que termine esta guerra, la guerra contra vosotros la hemos
ganado; ninguno de vosotros quedará para contarlo, pero incluso si alguno lograra
escapar, el mundo no lo creería. Aunque alguna prueba llegase a subsistir, y aunque
alguno de vosotros llegara a sobrevivir, la gente dirá que los hechos que contáis son
demasiado monstruosos para ser creídos.
Primo Levi
60
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Doctora en Ciencias
Políticas y Sociales; maestra
y licenciada en Ciencias de
la Comunicación (UNAM).
Profesora investigadora en la
UP. Candidata en el Sistema
Nacional de Investigadores del
CONACYT
Alma Delia Zamorano Rojas
G
racias a la prolífica producción cinematográfica
hemos sido testigos de las distintas facetas de la
perversidad. En numerosos filmes se retrata la
inmoralidad, la vileza, el pecado, la malignidad
y la crueldad. Todas ellas acciones contrarias a las virtudes
que se esperarían de cualquier ser humano: bondad, piedad,
misericordia, caridad, ternura, clemencia, compasión…
A mediados del siglo pasado se aseguró que el hombre
pasa por un periodo de deshumanización que da pie a una
época marcada por la maldad. La aseveración no es descabellada, tiene sus cimientos en
un hecho histórico de difícil
explicación, en el que la realidad superó a la ficción. El régimen hitleriano y los llamados campos de exterminio,
representaron una dimensión
extraordinaria y única en la
historia de los lugares marcados por la indignidad y la
maldad (in)humanas.
Hannah Arendt, quien
aportó algunas de las primeras reflexiones sobre este
capítulo histórico afirmaba:
«Allí sucedió algo con lo que
no podemos reconciliarnos.
Ninguno de nosotros puede
hacerlo».1
Günter Grass asegura
que el holocausto fue un fenómeno que traspasó la racionalidad humana: «Auschwitz, aunque se rodee de explicaciones, nunca se podrá entender».2 Y para José Antonio
Zamora «En Auschwitz la realidad desborda la capacidad
de imaginación».3
Inimaginables, irreconocibles, indignos, inhumanos y
malditos son adjetivos que se acercan poco o nada a la
dimensión de lo que fueron tales espacios, que de 1933 a
1945, albergaron un sistema de producción destinado a la
destrucción masiva de vidas humanas.
Este fenómeno tenía como fin deshumanizar, arrebatar todo
carácter singular en los presos: los desnudaban, despojaban
de sus objetos personales, se les cortaba el pelo, etcétera. Se
buscaba sustituir la persona moral con la presencia física,
evitar confrontar con el rostro, convertir al prisionero en un
número más.4
Así, quienes caían en las garras de un campo de concentración comenzaban una agonía marcada por la rutina disciplinaria que podía finalizar con la muerte, pues el abandono
de los hábitos de la vida anterior y la pérdida de cualquier
signo de identidad formaba
parte del proceso de deshumanización inherente a
la vida en «concentración»,
concebida para castigar, explotar y matar, pues la población de los campos estaba reducida a la categoría de
subhumanos.
Tras la tragedia, es posible
reconocer en la Europa de los
años cuarenta un odio y resentimiento creciente… Pero,
en la otra cara de la moneda,
se encuentran pequeños pasos para purificar a la sociedad, mostrando los caminos
largos, cortos y diversos que
conducían a los campos de
concentración y exterminio.
Estos escenarios nos confrontan ante una cruda realidad:
tales atrocidades las cometió una sociedad «avanzada», nada
alejada en tiempos y costumbres de la sociedad actual. Como
menciona Rosa Torán: «…es preciso remover, una vez más,
aquel pasado y buscar en él las huellas en unos tiempos en
que los huevos de serpiente, las fobias –judías, cristianas e
islámicas– continúan criando y creciendo desde Occidente
a Oriente».5
Después de la existencia de sitios como Auschwitz, se incorporaron a la imaginería cinematográfica crónicas que, con
o sin sombra de ficción, reflejan el infierno bíblico y dantesco
con más potencialidad que cualquiera de las obras clásicas
en la historia de la literatura y del cine mismo.
Las representaciones cinematográficas de los campos de
concentración muestran la barbarie y el genocidio, retratos úti-
En el cine encontramos
dos géneros que
abordan la temática:
«Cine del holocausto»
y «Cine de Shoah».
MUESTRARIOS DEL DOLOR
Los campos de concentración se han convertido en íconos de
la maldad. Conocemos sus atrocidades gracias a los relatos de
víctimas que también fueron testigos y narradores del crimen.
336
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61
Coloquio
les para construir un imaginario colectivo. Con ellas los
espectadores se acercan a territorios malditos, delimitados por alambradas y diversas fronteras simbólicas. Los
habitaron cautivos «héroes»
y «traidores», en medio de
un universo dominado
por tormentos, silencio,
oscuridad, la arbitrariedad
de los victimarios –señores
de la vida y la muerte–, y la
voluntad de convertir a la
víctima en animal, en cosa,
en nada.
La reflexión ofrecida
por el cine en infinidad
de películas no se detiene
ahí; profundiza en las relaciones entre el campo de
concentración y el exterior.
Ese enclaustrado y pequeño mundo era un territorio
manipulado por el terror y
la maldad. En palabras de
José Luis Anta: «Son lugares
altamente reglamentados,
prácticamente sólo nichos
institucionales donde no
existe el devenir de la interacción, de las relaciones
humanas, sino únicamente
reglas, normas y leyes»6.
Es por ello que las películas que se desarrollan
en estos espacios, denominados por algunos como
«lugares del mal absoluto» donde no existía la razón,
fungen como muestrario de fragmentos de vidas de
niños y niñas, hombres y mujeres, en las que imperó
el dolor y culminaron, en su mayoría, en manos del
genocidio.
parte de Europa que se crearon campos con aplicaciones determinadas: exterminio o prisión. Sin embargo,
sufrieron modificaciones según las prioridades en las
políticas de exterminio o explotación de la mano de
obra, y dependiendo de cómo marchara la evolución
de los frentes de guerra.
En el cine encontramos dos géneros que abordan
la temática: 1) «Cine del holocausto», que representa el
genocidio cometido por los nazis; y 2) «Cine de Shoah»,
término que quedó establecido en 1985 tras la película
del mismo nombre, obra de Claude Lanzmann.
Existe un debate abierto entre ambos términos,
pues en ocasiones se considera que el «Cine del holocausto» recrea gran parte del nazismo, por lo que
sus detractores afirman que sus representaciones
deshumanizan la verdad y
vuelven trivial la violencia,
maldad y realidad. Por otro
lado, el «Cine de Shoah»
expone el miedo a que un
suceso tan atroz como éste
se aleje de la realidad y se
convierta en lo que se representa en los medios. Su
postura es claramente antirepresentativista.
Lanzmann en su película Shoah (1985) rechaza el
uso de: imágenes históricas,
narrativa cronológica, documentación convencional,
narradores externos y cualquier tipo de recreación o
dramatización con actores.
Frente a éstos se manifiesta la fuerza de la memoria
personal y la inmediatez
de la oralidad. En palabras
del director del filme: «Una
película dedicada al holocausto puede tan sólo ser
una investigación entre los
testigos presenciales, una
investigación del pasado de
quienes sus heridas están
demasiado frescas y demasiado vivamente inscritas en
su conciencia».7
En este sentido, la búsqueda del modo adecuado
de representar el genocidio
El cine que retrata
los campos de
concentración muestra
fragmentos de vidas en
las que imperó el dolor
y que culminaron, en su mayoría,
en manos del genocidio.
MEMORIA CINEMATOGRÁFICA
Los campos de concentración alemanes fueron un
mundo aparte, en el que se enclaustró al hombre, quien
con sus virtudes y defectos, luchó por sobrevivir.
En la historia de la Alemania nazi existieron 20
campos centrales y unos mil 200 anexos o comandos.
La mayoría de ellos estaban situados en Alemania y
no fue hasta que se consumó la ocupación de gran
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336
más grande del siglo
pasado, se remplazó por
el análisis de la diseminación entre: realidad y
representación. El reconocimiento entre ambos
términos, no implica en
absoluto que cualquier
opción resulte aceptable,
más bien sitúa el campo
de tensión epistemológica en el umbral entre la
memoria del trauma y
los medios comerciales.
Así pues, en las
representaciones cinematográficas de ambos
géneros, se ha puesto
de manifiesto la vida rutinaria y terrorífica detrás de los
barrotes; los disparos a traición; las citas con la muerte, ya
fueran ingiriendo veneno, aspirando gases o padeciendo
brutales golpes; las intrigas para salvar la vida o para conseguir mayores comodidades materiales; la dualidad de las
pasiones humanas, en las que se mostraba de igual forma
el amor y el odio; etcétera. Así el cine, desde su trinchera y
bajo el recurso de los campos de concentración, hace visible
la tragedia humana de la manera más singular.
PERSPECTIVAS DEL SÉPTIMO ARTE
Diversas películas –muchas en el sentido documental, otras
más, desde el ámbito de la ficción– cuentan infinitas historias
que tienen como referente el año 1945, en el que
se filmó la liberación de
los campos de concentración. Este acontecimiento
sobrepasó los límites hasta entonces establecidos
que demarcaban lo que
se podía o no mostrar
en las pantallas cinematográficas, pues se exhibieron las montañas de
cadáveres como catálogo
de la barbarie absoluta.
Algunas de las perspectivas que ha tratado
el séptimo arte son: La
lista de Schindler (1993)
de Steven Spielberg, que
narra las peripecias de
El séptimo arte otorga
una particularidad a los
campos de exterminio
nazi: nombrarlos y alejarse del
silencio que los envolvió en su
momento.
un hombre que salvó
de morir en manos
del régimen a miles
de judíos. Hay otras
visiones como La tregua (1997) de Francesco Rossi, que recrea la autobiografía
del pensador Primo
Levi. En otros casos
se plantea la vida de
los prisioneros desde el punto de vista
de sus ocupaciones
y su espíritu de conservación de la vida
en los campos de
concentración, tal es el caso de La zona gris (2001) o
La decisión de Sophie (1982).
Otros abordan el tema desde la óptica de quienes
ejercían al servicio de la Alemania nazi, como los
reclusos de Los falsificadores (2007) de Stefan Ruzowitzky. Roman Polanski aporta su mirada sobre el
genocidio en El pianista (2002), donde el protagonista
practica su extraordinario talento en el piano para
divertir a sus torturadores.
La Iglesia y su entorno también aparecen en las distintas visiones del tema; así en Amen (2002) de CostaGavras, un sacerdote italiano se ve impelido a llevar
hasta el Papa Pío XII la verdad sobre lo que ocurre en
los campos de concentración; como también acontece
en El noveno día (2004) de Volker Schlöndorff, donde
otro sacerdote internado en un campo para católicos es
chantajeado por los nazis para recuperar su libertad.
336
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63
Coloquio
Aunque parezca imposible, también hay filmes que logran encontrar la veta luminosa y humorística del tema, tal
es el caso de La vida es bella (1998) de Roberto Benigni, Jacob
el mentiroso (1975) de Frank Beyer o El tren de la vida (1998)
de Radu Mihaileanu.
En el ámbito documental encontramos Noche y Niebla
(1955) de Alain Resnais, Nuestro Hitler (1977) de Syberberg,
El Proceso (1984) de Eberhard Fechner o los trabajos de Marcel
Ophüls como The Sorrow and the Pity (1969).
También existen historias colaterales. Así, en El juicio de
Nuremberg (1961) de Stanley Kramer, se pone en escena al
tribunal que juzgó a criminales de guerra nazi; en Los niños
del Brasil (1978) de Franklin Schaffner, aparece Josef Mengele –famoso médico autor de atrocidades en los campos de
concentración. Costa-Gavras aporta La caja de música (1989)
y plantea las dudas de una mujer cuando se entera de que
su padre fue un criminal de guerra nazi.
No se trata de hacer un recuento exhaustivo, sino de dar
algunas pinceladas sobre cómo el cine ha representado este
acontecimiento y revisar los conceptos del mal y la maldad,
inscritos en todas las representaciones cinematográficas sobre
estos infiernos en la tierra.
El cine le otorga una particularidad a los campos de
exterminio nazi: nombrarlos y alejarse del silencio que los
envolvió en su momento. Muestra los actos de los que es
capaz el hombre y crea una memoria de los hechos en cada
filme, recuerda que, a pesar de ser escenas que se querrían
olvidar, son inolvidables por la crueldad y maldad que
manifiestan.
64
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336
Hanna Arendt, Essays in Understanding, 1930-1954. Formation, Exile and Totalitarianism, Knopf Doubleday Publishing Group, 2011, pág. 73
2
Gunter Grass, Escribir después de Auschwitz, Barcelona, Paidos, 1999, pág. 12
3
José Antonio Zamora, «Negatividad y representación después de Auschwitz» en Reyes Mate (ed.) La filosofía después del holocausto, Barcelona,
Riopiedras, 2002, pág. 282
4
Cfr. Joan-Carlos Mélich, La ausencia del testimonio. xBarcelona, Anthropos,
2001, pág. 41
5
Rosa Torán, Los campos de concentración nazis. Palabras contra el olvido, Barcelona, Península, 2005, pág. 8
6
José Luis Anta, «Moral y cotidianidad en los campos de concentración del
nazismo» en: Athenea Digital otoño, No. 6, Barcelona, Universidad Autónoma de Barcelona, 2004, pág. 9
7
Anton Kaes «Holocaust and the End of History: Postmodern Historiography in Cinema» en Saul Friedlander, ed. Probing the Limit Representation: Nazism and the Final Solution, Cambridge, Harvard University, 1992,
pág. 320
1
BIBLIOGRAFÍA
Agamben, Giorgio. Medios sin fin. Notas sobre política, Valencia, Pre-Textos, 2001.
Anta, José Luis. «Moral y cotidianidad en los campos de concentración del nazismo» en: Athenea Digital otoño, No. 6, Barcelona, Universidad Autónoma
de Barcelona, 2004.
Arendt, Hannah. Essays in Understanding, 1930-1954. Formation, Exile and Totalitarianism, Knopf Doubleday Publishing Group, 2011.
Baer, Alejandro. Holocausto, recuerdo y representación, Madrid, Losada, 2006.
Grass, Gunter. Escribir después de Auschwitz, Barcelona, Paidós, 1999.
Kaes, Anton. «Holocaust and the End of History: Postmodern Historiography
in Cinema» en Saul Friedlander, ed. Probing the Limit Representation: Nazism
and the Final Solution, Cambridge, Harvard University, 1992.
Mélich, Joan-Carlos. La ausencia del testimonio. Ética y pedagogía en los relatos del
holocausto, Barcelona, Anthropos, 2001.
Torán, Rosa. Los campos de concentración nazis. Palabras contra el olvido, Barcelona, Península, 2005.
Zamora, José Antonio. «Negatividad y representación después de Auschwitz» en Reyes Mate (ed.) La filosofía después del holocausto, Barcelona,
Riopiedras, 2002.
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E scaparate
T E S T IMO N IOS
Historia de los Congresos
I Congreso de los Jóvenes 1996. Atrévete a cambiar
Lugar: World Trade Center Fecha: 14, 15 y 16 de marzo
Ponentes: Diego Fernández de Cevallos, Alberto García Aspe, Emilio Berlié,
Manuel Capetillo, Carlos Llano Cifuentes, Paz Fernández Cueto, Bosco Gutiérrez
Cortina, Ramón Ibarra Ramos, Ernesto Bolio Arciniega y Pedro Ferriz de Con.
1,101 participantes
II Congreso de los Jóvenes 1997. Sé protagonista
Lugar: Hotel Royal Pedregal Fecha: 26, 27 y 28 de febrero
Ponentes: Diego Fernández de Cevallos, Carlos Carsolio, Cristian Domizzi,
Lorenzo Servitje, Jorge Garralda, David Silveti, Joaquín Vargas, Pablo Latapí,
Raúl Alvarado, Ernesto Bolio y Arciniega, Rafael “Chiquis” García, Alfonso Vera
Prendes, Blanca Sevilla, Elías Cervantes, Graciela Mauri, Alberto García Aspe,
Carlos Hermosillo.
1,187 participantes
Una iniciativa
que hace historia
E
l Congreso de los Jóvenes es una iniciativa de la Sociedad
de alumnos de la prepaUP. Nació en 1996 cuando un grupo
de estudiantes propuso reunir a diferentes personalidades
de la vida pública nacional en un foro en el que compartieran experiencias y consejos útiles para su vida universitaria y profesional.
Ha contado con la participación de políticos, artistas, empresarios, deportistas, hombres y mujeres sobresalientes en su ámbito laboral o por
superar los retos que impone la vida, modelos de esfuerzo y éxito, etcétera. Todos ellos son ejemplo para las nuevas generaciones.
El Congreso de los Jóvenes ha crecido en participación y expectativa. Estudiantes, entre 14 y 19 años, de diferentes estados (Aguascalientes, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Estado de México y
Distrito Federal), acuden a la cita cada dos años.
La sede cambia en cada emisión, pero el espíritu original se mantiene: un congreso organizado por jóvenes, para jóvenes.
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III Congreso de los Jóvenes 1999.
Sin miedo a ser joven
Lugar: Salón Ambrosía Fecha: 10, 11 y 12 de marzo
Ponentes: Cuauhtémoc Cárdenas, Santiago Creel, Esteban Moctezuma, Gabriel
Gadsden, Erick González, Joaquín López Dóriga, Bosco Gutiérrez Cortina, Antonio
Berumen, Maruchi Llano de Orozco, Pedro Ferriz Santacruz, Pedro Ferriz de Con,
Andrés Bustamante, Aquilino Polaino, Víctor Gordoa, Homero Cárdenas, Sergio
Sarmiento, Antonio Sancho, Paco González, Marco Bisogno, Rebeca Moreno,
Blanca Sevilla.
1,300 participantes
IV Congreso de los Jóvenes 2001. Sé tú mismo
Lugar: Salón AmbrosíaFecha: 28, 29 y 30 de marzo
Ponentes: Adolfo Aguilar Zínser, Paz Fernández Cueto, Josefina Vázquez
Mota, Arturo Damm, Virginia Aspe, Magdalena Govela de Merino y Pablo
Merino, Ana Winocur, Ignacio Núñez, Jorge Carbajo, Hilda Soriano (los
peluches de Azteca 7), Javier Garibay, José Romano, Félix Martínez Ríos, Luis
de la Calle Pardo, Carlos Abascal Carranza, Miguel España y Adolfo Ríos.
1,089 participantes
V Congreso de los Jóvenes 2003.
Emprender: ¡ahora o nunca!
Lugar: Salón Ambrosía Fecha: 2, 3 y 4 de abril
Ponentes: José Luis Soberanes, Gaby Vargas, Pedro Cerisola y Weber,
Esteban Moctezuma, David Silveti, Carmelina Monasterio, Martí Batres,
Alejandro Zapata, Rafael Rodríguez Barrera, Ernesto Bolio Arciniega, Elsa
Ávila, Mikel Merodio Gutiérrez, Raúl “Potro” Gutiérrez, Federico Reyes
Heroles, Ciro de Costanzo, Nora Velázquez “Chabelita”, Julieta Lujambio,
José Elías Moreno, Miguel Galván, Xóchitl Gálvez, Antonio Sánchez Díaz,
Sergio Raimond Kedilhac.
1,070 participantes
E scaparate
TESTIMONIOS
VI Congreso de los Jóvenes 2005.
Trascender: ¡ahora te toca a ti!
Lugar: Salón Ambrosía
Fecha: 9, 10 y 11 de marzo
Ponentes: Vicente Fox Quesada, Xavier López “Chabelo”, Carmen Aristegui, Josefina
Vázquez Mota, Guillermo Ortiz, Carlos Abascal, Emmanuel, Alejandro Ramos Flores,
Antonio de Valdés, Ricardo “Finito” López, Fernando Platas, Víctor Estrada, Juan Ignacio
Reyes, Fernando Colunga, Anahí, Arabela del Toro, Alessandra Rosaldo, José Elías Moreno,
Benjamín, González Roaro, Víctor Trujillo, Bosco Gutiérrez, Santiago Creel Miranda, Luis
de la Calle Pardo, Estela Villarreal, Dolly Hirsch Betstanding, Mariano Azuela Güitrón.
1,090 participantes
VII Congreso de los Jóvenes 2007.
Actúa: ¡porque tú eres México!
Lugar: Hotel Royal Pedregal
Fecha: 7, 8 y 9 de marzo
Ponentes: Margarita Zavala, Roberto Gómez Bolaños, Carlos Hermosillo, Sergio
Sarmiento, Jorge Garralda, Héctor Valle, Guillermo Prieto Treviño, Guillermo Ortiz
Mayagoitia, Ignacio Morales Lechuga, Jorge Garralda, Virginia Sendel, Alberto Núñez
Esteva, Patricio Slim Domit, Agustín Carstens, Edmundo Ramírez, Federico Döring, Jesús
Ortega, Isidro Muñoz Rivera, Carlos Hermosillo, Jorge Santibáñez, Agustín Mier y Terán,
Francisco Zea, José Luis Soberanes.
980 participantes
VIII Congreso de los Jóvenes 2009.
Transforma: ¡empieza por ti!
Lugar: Los Candiles Fecha: 4, 5 y 6 de marzo
Ponentes: Agustín Carstens, María del Carmen Saucedo, Paul Martinelli, Andrés
O’Hagan, Enrique de la Madrid, Lourdes Villanueva, Esteban Arce, Agustín Mier y
Terán, César Costa, Jorge Zarza, Francisco Palencia, Fernando Morales, Israel Castro,
Efraín Juárez, Juan López Padilla, Enrique Beltranena, Margarita Zavala.
1,283 participantes.
IX Congreso de los Jóvenes 2011 Decide: no hay más
Lugar: Expo Bancomer, Santa Fe Fecha: 16, 17 y 18 de marzo
Ponentes: Alonso Lujambio, Lorenzo Servitje, José Antonio Romano, Roberto Girault,
Jorge Zarza, Mario Gordillo, Ignacio Deschamps, Luis Niño de Rivera, Pedro Aspe, Isabel
Miranda de Wallace, Gini Dardalla, Rocío Cárdenas, Carlos Campos, Ariana Gómez, Juan
Pablo Mañón, José Villela, Yemy Zonana, José Trinidad Camacho Orozco Trino, Carlos
Orvañanos Rea.
1,100 participantes
X Congreso de los jóvenes 2013.
Atrévete: ¡vive tus metas!
Lugar: Expo Bancomer, Santa Fe Fecha: 6, 7 y 8 de marzo
Ponentes: Miguel Ángel Mancera, Karla Wheelock, Pablo Carrillo, Óscar Rojas, Gustavo
Sánchez, Bosco Gutiérrez, Coloreando Vidas A.C., Cosme Torrado, Carlos Fernández
Martínez, Lorena Ochoa, Pedro Torreblanca, Héctor González Iñárritu, Javier Diez Jenkin,
José María Rodas Ratazzi, Paco Calderón, Fernando Landeros, Mafer Olvera, Jorge Font
y Esteban Arce.
1,200 participantes
XI Congreso de los jóvenes 2015
¿Qué esperas? ¡Enfrenta tus retos!
Lugar: Expo Bancomer, Santa Fe
Fecha: 25, 26 y 27 de febrero
Ponentes: Miguel Ángel Dávila, Margarita Zavala,
Odín Dupeyrón, Alejandro Martí, William Rodríguez,
Miguel Alemán Magnani, Pablo González Cid, Cristina
Pineda, Rodolfo Rivapalacio, Emiliano Salinas, Jorge
Castañeda, Carlos Kasuga, Ricardo “Finito” López,
Jorge Volpi, Rodolfo Neri Vela y Alejandro Soberón.
E scaparate ■ L U J O A PRU E BA
RANGE ROVER EVOQUE
Dynamic
Poderosa, bella y contemporánea
La mayoría de los autos de lujo lo tienen todo y resulta
muy difícil criticarlos, cuidan hasta el más mínimo detalle.
La Range Rover Evoque además de elegante es hermosa.
Pocas veces me gusta tanto el diseño de un auto. Siempre
encuentro algo que no me convence. Este caso fue la excepción. Es magnífica.
Estoy seguro de que no soy el único que se deleita en su
belleza pues ha sido galardonada con más de 160 premios
alrededor del mundo.
La Range Rover Evoque es simplemente uno de los mejores autos que he manejado. La versión Dynamic es refinada, poderosa, sofisticada y muy deportiva. Manejarla
resulta todo un placer.
Tiene sólo un pequeño defecto. No es mía… aún.
A ver qué sigue…
Israel Reyna Abud
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Miscelánea
La AMISTAD
hace nítidas nuestras virtudes
Cultivar la amistad nos alienta a emprender con valentía,
sobrellevar desventuras y reconocer nuestro valor a través de
los ojos de quien nos procura. El tema ha sido objeto de análisis
a lo largo de la historia del pensamiento, en la que Aristóteles
ocupó un lugar relevante.
Víctor Juan Gómez Villanueva
S
er feliz, sin duda, es todo un arte. La historia abunda en
paraísos perdidos, utopías y Campos Elíseos. Y es que
la felicidad es un sueño compartido que, sin embargo,
muy pocos se atreven a decir que ya han encontrado.
¿Cómo dar con ella? Es un misterio cotidiano, desde que nos despierta la poco piadosa alarma del reloj hasta que, derrotados por
las fatigas diarias, se nos caen los párpados y dormimos. Pero si
de algo estoy seguro es de que el Edén, así lo imaginemos como
un crucero all inclusive por las Bahamas, no es para uno solo.
El paraíso en soledad puede volverse un infierno. Por eso
me imagino que Adán necesitó a Eva, como Aquiles necesitó a
Patroclo, su mejor amigo. Ni siquiera los filósofos, huraños por
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naturaleza, han dejado de estimar los dones de una buena compañía, o mejor dicho, de una verdadera amistad. Los amigos
son una de las riquezas humanas más preciadas. Aristóteles,
en una hermosísima frase, muy rara para su inteligente pero
telegráfica manera de escribir, dijo: «Una amistad está compuesta de una sola alma que habita en dos cuerpos distintos».
Por ejemplo, quienes vieron a Adolfo Bioy Casares en la
Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM afirman que, sin
darse cuenta, adoptó el tenue modo de hablar y la usanza
del bastón de su mejor amigo, Jorge Luis Borges. A ese grado
puede llegar la amistad: fundir una sola alma en dos cuerpos.
Esto no es ninguna exageración.
Estudiante del séptimo semestre
de la licenciatura en Filosofía en
la Universidad Panamericana.
Asistente de producción y
guionista del programa cultural
El Banquete del Dr. Zagal (102.5
fm. MVS). Músico profesional y
compositor de flamenco.
En esta época, que parece adicta a los antidepresivos,
vale la pena reflexionar sobre dos conceptos que van ligados:
la amistad y la felicidad. Para Aristóteles, la vida humana
simplemente no vale la pena sin amigos, aunque tuviésemos
todo lo demás. Héctor Zagal, ensayista mexicano, recién
dedicó dos libros a tales temas desde la rica perspectiva del
pensamiento aristotélico: Felicidad, placer y virtud. La vida
buena según Aristóteles (Ariel, 2013) y Amistad y felicidad en
Aristóteles. ¿Por qué necesitamos amigos? (Ariel, 2014).
¿Cómo es la amistad según Aristóteles? Una especie de amor
intenso, íntimo, consciente y, obviamente recíproco, que constituye el epicentro de la felicidad humana. A grandes rasgos, la
amistad consiste en que cada amigo quiera el bien del otro con
la misma intensidad con que lo quiere para sí mismo. Es por eso
que los amigos desean convivir continuamente y se conocen a
profundidad. La amistad no es la concordia que, más o menos,
rige con nuestros compañeros de trabajo, vecinos o conocidos
de la universidad, a quienes tratamos superficialmente. Con
ellos no hay intimidad, no sabemos cuáles son sus sueños,
preocupaciones o sus más notables virtudes. A lo sumo hay un
interés compartido.
EVITA LA CODICIA
O EL DESPILFARRO
¿Por qué necesito amigos? Algunos resuelven sus problemas
sin necesitar de nadie, ni siquiera de un confidente para
compartir sus penas. Claramente estas personas no van por
la vida con una gran sonrisa, por lo general la vida les duele.
No obstante, la infelicidad no es la única razón por la que los
amigos son tan necesarios, aunque para mí es el argumento
más fuerte y convincente.
Aristóteles da una justificación para fomentar la amistad:
los verdaderos amigos, en primer lugar, nos permiten utilizar
nuestros bienes de la mejor manera. El filósofo piensa en la
riqueza y el poder, pues con suficiente fortuna y tal vez un
poquito de poder, se puede potenciar la vida moral según
una razón recta. Esto quiere decir –en el ancestral lenguaje
de la abuela– «no querer salirse del huacal».
Entre otras reflexiones, apunta que la fortuna hay que usarla
para patrocinar a poetas, construir mausoleos, etcétera. Tal virtud se llama magnificencia. Pero seamos sinceros: esto es para
los multimillonarios que pueden costear formidables museos
en Polanco. El resto de nosotros somos felices al finiquitar la
hipoteca, y con eso basta. Sin embargo, es necesario saber usar
el dinero en su justa medida. Y los verdaderos amigos ayudan
precisamente a eso, su consejo sirve para que no despilfarremos
ni guardemos con codicia cada centavo. Nadie mejor que un
amigo, que nos conoce tan bien, para aconsejar y sacarnos del
error. Cuando el mal tiempo arrecia, ellos cooperan para paliar
nuestras desventuras económicas y sentimentales, quizá nos
presten dinero o sólo nos escuchen. Y si estar en esta situación
es culpa nuestra, dirán con toda honestidad que nos equivocamos; eso nos enmendará. Bien dicen que el que encuentra un
verdadero amigo encuentra un tesoro.
Un amigo también acentúa cada una de nuestras virtudes. El simple hecho de hablarle y escucharle nos hace más
empáticos, comprensivos y maduros, porque de alguna
manera, sus tristezas y alegrías son también nuestras.
UN BUEN AMIGO «ECHA PORRAS»
Aristóteles guarda un gran consejo: cultiven la amistad para
que logren emprender sus acciones más bellas. ¿Muy romántico? En realidad no, una acción bella es, por ejemplo, recorrer
el camino a Santiago, formar una familia, cultivar un huerto o
componer una canción. Lo importante es que los amigos están
allí, prestos a ayudar y alentarnos a actuar de tal manera que
dejemos un legado que despierte admiración en los demás.
Ahora bien, si un amigo nos acompaña en el recorrido a
Santiago, nos ayuda a buscar una casa para nuestra familia,
o nos aconseja sobre cómo escribir una canción, es aún mejor,
porque significa la suma colectiva de acciones virtuosas. Lo
mismo le pasó a Odiseo cuando intentó regresar a su natal
Ítaca: con la ayuda de toda una tripulación se reencontró con
sus seres más queridos. Los mejores y más nobles resultados los obtenemos con ayuda de nuestros amigos. El poeta
Homero dijo alguna vez: «los amigos son dos que marchan
juntos». La vida es una andanza complicada, pero bien vale
la pena con una compañía agradable.
Un amigo anima y exhorta a perfeccionar nuestros planes.
Como quien dice, nos «echa porras» y corrige. ¿Cuántas veces
un verdadero amigo interviene cuando estamos por rendirnos ante un desafío? Nos recuerda que siempre hay camino
por hacer. Esto no sólo sirve para realizar actividades bellas,
también para auxiliar a la comunidad política. Charles Freer
Andrews, uno de los mejores amigos de Gandhi, alentó al
prócer indio a regresar a su país natal a promover su causa.
También le ayudó a crear una revista y lo aconsejó para lograr su cometido político. De esta forma, modifico una frase
conocida para decir otra que quizá hace más justicia a todos:
«detrás de un gran hombre hay un gran amigo».
AFINA NUESTRA VISTA
No exagero al decir que los amigos pueden cambiar la historia, pues advierten nuestros problemas sin sobredimensionarlos: como cuando presagiamos una catástrofe mientras
que sólo se trata de un pequeño infortunio, o a la inversa,
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Miscelánea
cuando desestimamos un problema con efectos colosales.
Ellos conservan la suficiente distancia para detectar si estamos «haciendo una tormenta en un vaso de agua», pero
también mantienen la suficiente cercanía para percibir cómo
nos afectan esos problemas y descubrir a nuestro lado cómo
resolverlos mejor.
Me gusta pensar en un amigo como una lente que afina
nuestros ojos a los defectos propios. De esta manera, representan felicidad no sólo por el mero placer de su compañía,
sino porque avivan nuestras virtudes.
¿Y por qué una mayor agudeza visual nos haría más
felices? El realismo aristotélico, las más de las veces, es un
realismo duro. El pensador macedonio sabía que la felicidad es un don frágil, porque la vida es una rueda de la
fortuna y casi siempre está fuera de nuestras manos. Nadie
prevé chocar el automóvil en
la mañana antes de ir a la oficina, enfermar de cáncer o que lo
asalten en el autobús. Y si bien
no podemos controlar lo que
sucede a nuestro alrededor, al
menos sí nuestras decisiones y
el modo en que reaccionamos
ante lo imprevisto.
Por supuesto, hay maneras
adecuadas de reaccionar, otras,
no tanto. El famoso adagio aristotélico reza: «el justo medio».
Es decir, no debe sobrar ni faltar
algún «ingrediente» en nuestras acciones. Ni ser avaros ni
despilfarradores, eso es virtud.
La amistad, entonces, es lo
más provechoso que podemos cultivar, catalizador que, si
bien no es la causa directa de nuestra; virtud, al menos nos
alienta a no desesperar. Si felicidad equivale a ser la mejor
versión de nosotros mismos, entonces la amistad es aquello
que multiplica, por decirlo así, los réditos de nuestro empeño en ser mejores, más virtuosos.
también lo indica el latín, no es más que un producto de
azar. Un ejemplo: Lionel Messi no necesariamente es amigo
de Andrés Iniesta, pero coinciden en el mismo equipo, y
entonces a ambos les conviene que uno u otro anote un gol.
Sin embargo, no es necesario que uno mire por la realización
del otro, crecimiento personal o felicidad.
Ocurre que en la amistad se enlazan las personas, y a
veces hasta se confunden. No es ninguna exageración. Cada
quién adopta los modos del otro, y aprende poco a poco
de la convivencia. A fin de cuentas, ¿por qué queremos a
un amigo? No nos mueve con él una abrumadora pasión,
como sí ocurre en el amor. Ni siquiera el respeto que, en
todo caso, les debemos a los padres que nos dieron vida,
techo y comida, pero que nosotros no elegimos.
Un amigo, como todo lo que vale la pena, es una elección
de vida. Montaigne decía de La
Boétie, su mejor amigo, que lo
quería sencillamente porque era
él. La fuerza de la amistad, las
más de las veces, es inexplicable, existe más allá del raciocinio. Pero las palabras que nos
dice nuestro mejor amigo resuenan más fuerte que las de otra
persona. Y es que los amigos se
tratan como si se conocieran de
siempre. Por eso son capaces de
compartirse todo, sin reserva
alguna. Son, en fin, una sola voluntad. Con razón alguien me
dijo que dichoso es en esta vida
quien ha encontrado siquiera la
sombra de un amigo. El sabio
Montaigne afirmaba que, de toda su existencia, valieron
la pena los cuatro años que La Boétie fue su amigo. Luego
murió y lo perdió para siempre. Su vida antes y después de
él fue sólo una noche pesada.
No hace falta ponerse tan dramáticos, ¿o tal vez sí? No
lo sé. Por fortuna, aún no he perdido a un amigo. Lo que me
queda claro es que uno no puede dejar de imaginarse qué
nos aconsejaría un amigo, antes de atrevernos a tomar una
decisión. Ellos ejercen una influencia formidable en nuestra
corta vida, nos convierten en mejores personas, amortiguan
las penas con su compañía y hacen más placenteros los frutos
de la breve alegría. Dos amigos son uno solo en dos cuerpos.
Con toda la razón del mundo, un noble anónimo dejó escrito
en su castillo de Moritzburg que en la vida sólo hace falta
amor verdadero, una amistad que dure. El resto bien puede
irse al diablo.
Los amigos son una
preciada riqueza
humana. Aristóteles dice que:
«Una amistad está compuesta de
una sola alma que habita en dos
cuerpos distintos».
AMISTAD VS. CONVENIENCIA
A primera vista, esta perspectiva parece ser muy utilitaria.
Sin embargo hace falta matizarla un poco. La amistad es provechosa y eso no quiere decir que sea pura conveniencia. El
provecho mira por el crecimiento personal de ambas partes y
en todos los aspectos posibles. La conveniencia, en cambio, es
una mera coincidencia, que tan pronto se extinge, acaba por
anular la relación. Así de fácil: en latín «provecho» significa
ver a favor del otro. Entonces lo reconocemos como persona,
como algo valioso (no meramente útil), y él también nos
reconoce de igual forma. La coincidencia, en cambio, como
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Miscelánea
Aprender a cocinar
nos hizo humanos
Hombre cazador y mujer cocinera
Los roles clásicos de nuestros antepasados homínidos son: la mujer a
la casa y el hombre a la caza. Sin embargo, debido a su rudeza y riesgo
de perder la vida, el papel masculino cobró mayor relevancia y estatus.
La autora asegura que la cocina, actividad en principio femenina, fue
aún más importante que la cacería, pues de ella dependía la buena
nutrición del hombre-cazador; sin contar que su desempeño originó los
conceptos de familia y matrimonio.
María Pía Chirinos
A
lo largo de la historia, la figura del hombrecazador ha explicado la sociedad y la división
del trabajo y de nuestros ancestros homínidos.
Richard Wrangham,1 de la Universidad de Har-
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vard, pone en duda esta hipótesis, pero no se atreve a sacar
todas sus consecuencias. No obstante, sus investigaciones
permiten una afirmación asombrosa: es la cocina y no la caza
la actividad protagonista y con ella, obviamente, la mujer,
Vicerrectora académica
y de investigación
y profesora de Filosofía
en la Facultad de
Humanidades de la
Universidad de Piura
(Perú).
cuya dedicación a esta tarea es «una regla admirablemente
consistente» en las culturas primitivas y fuente de otras
características humanas de importancia.
Por lo general, la dedicación de la mujer a la casa y del
hombre a la caza se despacha con una frase sencilla: por
conveniencia mutua. En efecto, para que surja la división de
trabajo, y con ella la familia, es usual interpretar que la caza
y sus efectos (ausencia del hombre en el hogar, aporte de
alimentos) determinaron a su vez la dedicación de la mujer
a las tareas domésticas (cuidado el hogar, preparación de
los alimentos). Sin embargo, hasta hoy ninguna explicación
repara en una pregunta: la extenuante actividad de la caza,
¿puede llevarse a cabo por igual si la alimentación es cruda
o cocida?
Hasta hace poco –y aquí la corriente feminista tiene
razón– la actividad masculina y cazadora fue entendida
siempre como la determinante. Tan es así que en los años
60 proliferaron afirmaciones como: «nuestra inteligencia,
nuestros intereses y emociones y la vida social básica, son
todos productos evolucionarios de la adaptación a la caza».2
Sin embargo, las mismas feministas no han aportado ninguna
solución convincente.
Wrangham tampoco se atreve, pero pone las bases al
ofrecer otra explicación: la caza sólo es posible si antes ha
habido una alimentación suficiente para que el cazador
pueda realizar esta actividad agotadora y larga en duración.
Por tanto, si la dieta del hombre tuviese como base la comida
cruda, tal como sucede con los primates, entonces emplearía
un aproximado de cinco horas diarias para ingerir las calorías necesarias que le permitieran dedicarse a tarea tan fundamental. Esto supondría casi
50% del día laboral, que dura
aproximadamente 12 horas. En
pocas palabras, si la dieta fuera
cruda, la caza simplemente se
tornaría inviable.
La aparición de la cocina
como actividad cotidiana transforma los mismos alimentos, los
hace más energéticos, con más
calorías, más suaves de digerir,
menos amargos y menos astringentes. El tiempo dedicado a
comer se reduce drásticamente a dos horas diarias. Eso sí,
siempre y cuando las mujeres
dediquen el espacio y conoci-
mientos necesarios a actividades cotidianas como la cocina
y el dominio del fuego.
MUJER Y COCINA
Por tanto, la aparición de la cocina cambia radicalmente, no
sólo el modo en que nuestros antepasados comieron, sino también su conducta social y la estructura de la jornada laboral. Si
un hombre dedica la mayor parte del día a la caza, sólo puede
satisfacer su hambre fácilmente si a su regreso se encuentra con
la comida guisada. Pero si la comida que le espera es cruda
tendría un gran problema para resolver…
Una tesis semejante necesita abundante justificación,
pues levanta objeciones pertinentes: sin alimento, no hay cocina y, obviamente, los ingredientes más importantes no son
los que aporta la mujer mediante la recolección de plantas,
sino los que dependen del hombre-cazador. Sin embargo,
esta postura no repara en que el comportamiento humano,
en relación a la comida, no sólo difiere en demasía del de los
animales, sino también –y esto es lo nuevo– presenta una
notable distinción entre varón y mujer.
A diferencia de los animales, los seres humanos somos
capaces de compartir la comida. Mientras ellos pelean por
la presa, nosotros la distribuimos con nuestros comensales.
En el ser humano cada familia representa una mini-economía que, principalmente, gira en torno a la distribución,
preparación, consumo y conservación del alimento como
fuente vital. Pero hay algo más, el hombre-cazador nunca
sale a cazar solo sino en grupo y la regla es que el conjunto
«decide» quién se queda con la presa del día, sin que ésta
pertenezca necesariamente a quien la cazó. Por tanto, no
hay una estricta relación entre
matar y poseer, sino más bien
entre matar y repartir.
Frente a Hobbes, que definiría al hombre como «un lobo
contra el hombre», la sociabilidad y la ayuda mutua están
por encima del derecho a la
propiedad. El hombre-cazador
no tiene la obligación de llevar
algo para comer a su casa, actitud que se entiende sólo a la luz
de la otra cara de la moneda:
la mujer que cocina y organiza su hogar sabe cómo hacer
durar el alimento, lo administra y guarda, y sabe también
La aparición de la cocina
cambia radicalmente,
no sólo el modo en que
nuestros antepasados
comieron, sino también su
conducta social y la estructura
de la jornada laboral.
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Miscelánea
que, de la recolección que haga
cada mañana, puede depender
el alimento de toda la familia.
Por esto, Wrangham no duda en
afirmar que el trabajo de la mujer en su casa es la contribución
más importante a la pareja, incluso más relevante que la caza.
LA MUJER INSTAURA
LA PROPIEDAD
A diferencia de los
animales, los seres
humanos compartimos
la comida. Mientras ellos
pelean por la presa, nosotros
la distribuimos con nuestros
comensales.
Esta otra cara de la moneda implica la aparición de un primitivo
derecho a la propiedad. Sorprendentemente, en el caso del grupo
de mujeres que cada mañana sale
a recolectar frutos y plantas, no se da la misma conducta que en
los cazadores. Lo recogido por la mujer le pertenece a ella y sólo
a ella; no es objeto de distribución comunitaria. Es más, la paz
social en un campo habitado por distintas familias depende de
este primer derecho a la propiedad: la mujer posee el alimento
para ponerlo a disposición de su esposo y su familia (si está
casada) u ofrecerlo (si es soltera) a otro hombre y, en ese caso,
dar lugar a la vida matrimonial. Toda alteración de esta norma
básica perturba la paz social. Un hombre que pide comida a una
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mujer casada o una mujer casada
que ofrece comida a un hombre
están en peligro de ser acusados
de adulterio. Ese ofrecimiento
debe ser autorizado y bendecido.
Sólo en los seres humanos
encontramos esta conducta, la
protección que ejerce la mujer
respecto del alimento es única
entre los primates. Incluso el
origen de la casa, el hogar, la
familia y el matrimonio no puede prescindir de esta conducta
singular. El pensamiento tradicional considera el origen de estas estructuras en las relaciones
sexuales, pero esta propuesta
puede complementarse. Para
que haya matrimonio es preciso tener en cuenta que sólo el
ser humano es capaz de poseer.
Si es capaz de poseer, entonces también es capaz de tener
una relación recíproca, única
y permanente, que implique la
donación corporal y la de todo
lo que conlleva ser humano.
Esta percepción, ausente en el
mundo animal, comienza con
una realidad tan cotidiana como
la comida, fruto de un trabajo
femenino: la recolección y la
cocina.
Según estos presupuestos,
no es que el sexo no cuente, es
que no basta: lo que hizo posible
la aparición de la institución familiar, sólo entre los homínidos,
es la toma de conciencia de unas
notas ausentes en los animales.
El sexo no es un invento humano; en cambio, aunque la deep
ecology y otras ideologías argumenten lo contrario, los animales carecen de derechos y por tanto de deberes, y como
consecuencia, de la capacidad de decisión para crear una
realidad como el matrimonio. La relación conyugal surge en
este contexto y las tradiciones en torno a la comida y a la casa
sustentan precisamente su aparición. No en vano la etnografía
siempre ha constatado que, en la mayor parte de las sociedades primitivas, la mujer casada goza de un alto estatus y de
considerable autonomía. La autora Catherine Perlés no duda
en afirmar que «cocinar es una
actividad social, que exige unas
relaciones definidas y que soporta y refuerza normas sociales».
LA COCINA
Y LA EVOLUCIÓN
Wrangham asegura
que el trabajo de la
mujer en su casa es la
contribución
más importante a la
pareja, incluso más
Matt Ridley afirma que hoy en
día escasean ideas realmente
novedosas e importantes sobre
la evolución. Sin embargo, las
que ofrece Wrangham lo son,
pues los beneficios que ha tenido el ser humano a lo largo de
la evolución se entienden mejor
con comida cocinada que con
comida cruda. Esto es evidente
en dos casos: la aparición del
sistema digestivo humano y el
crecimiento de la masa cerebral.
Los dos van de la mano.
Para demostrarlo, la arqueología ya no suele aportar datos fiables y es preciso recurrir
a otra ciencia que ha ganado
buen terreno en su contribución a las teorías evolutivas: la
biología. La boca pequeña, las
mandíbulas ligeras, los dientes
diminutos, el estómago chico y
el colon y los intestinos mucho
menos largos que los primates,
hacen pensar que sólo una dieta
con alta densidad de calorías y
de consistencia mucho más suave que las carnes crudas es la
causa de estas evidentes novedades anatómicas. Entre otras
cosas, la drástica reducción
del tiempo dedicado a comer
y masticar debió influir en lo
que suele denominarse proceso
de hominización.
En la cadena de cambios, principalmente morfológicos,
que ocurren en los millones de años que unen a Lucy (Australopithecus) con el Homo sapiens sapiens, hay dos hitos importantes: el paso de Lucy al Homo habilis, con el crecimiento
de la masa cerebral y la aparición de una industria incipiente;
y el paso del Homo habilis al Homo erectus o ergaster, con una
masa cerebral aún mayor y cambios en el sistema digestivo
marcadamente distintos de los animales.
relevante que la caza.
Es opinión aceptada que el
paso del primer estadio al segundo se debió a la alimentación
carnívora de Lucy. Poco se sabe,
en cambio, de la causa del segundo hito. Wrangham aporta una
explicación plausible: el hecho
de que el Homo habilis pudiera
matar a animales más grandes
justificaría un aparato digestivo
suficientemente fuerte como
para comer carnes más duras y
en mayor cantidad. Sin embargo,
nos encontramos con un escenario no sólo distinto, sino además
totalmente contrario.
El Homo perdió muchas notas: desarrolló un modo de alimentarse que no exigía de él fuertes mandíbulas o dientes, ni procesos digestivos largos. Por esto,
se trata de aceptar que gracias al
control del fuego y a la práctica
de la cocina empezó una cultura
que permitió asimilar mayor cantidad de energía en condiciones
gastronómicas más sofisticadas.
En efecto, cuando nuestros ancestros descubren la riqueza de
comida guisada, surge una nueva oportunidad evolutiva. Esto
se confirma pues, hasta el día de
hoy, ninguna cultura ha desarrollado una alimentación con base
en comida cruda.
EN CONTRA DE LOS
GRANDES GURÚS
Estas tesis contrastan con las de
los mayores exponentes del tema.
Charles Darwin, por ejemplo, da
por supuesto que cuando se descubre el fuego, el hombre ya contaba con todas las características
morfológicas actuales. Claude Levy-Strauss reforzó el aspecto
«simbólico» del cocinar: actividad útil para que el hombre
primitivo demostrara que no era una bestia más. Otros autores
más recientes como Symons o Fernández-Armesto admiten
que la cocina ha influido en la configuración del ser humano,
pero no logran decir cómo ni por qué. Y es que la causa no
está en la comida, sino en la comida cocinada y en las técnicas
que aparecieron para mejorarla. Cocinar no sólo nos dio mejor
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comida, también nos hizo físicamente más humanos: permitió
que nuestro cerebro creciera y que nuestro aparato digestivo se
adaptara a las dimensiones actuales, mucho más pequeñas que
las de los primates. Fue por tanto un factor decisivo en nuestro
proceso de hominización.
Pero aún podemos añadir algo más. En virtud de esta actividad, la mujer se constituyó como el primer sujeto de derecho
a la propiedad y desarrolló la primera actividad económica.
La recolección, el almacenaje y la preparación de alimentos, gracias al dominio del fuego, constituyen un universal
antropológico que dio lugar a otro todavía más importante:
la casa en su dimensión humana, como lugar donde la familia
se origina y desarrolla, y como punto de referencia al que sus
miembros vuelven, principalmente el hombre-cazador que,
con o sin presa, regresa en busca del alimento preparado a
lo largo del día, para reponer fuerzas y volver a su actividad.
Aunque sea políticamente incorrecto, no queda más remedio que admitir que la mujer-cocinera está en la base de
la división del trabajo y de la vida social familiar; además es
la primera en ejercer un derecho a la propiedad. Sin ella, no
hubiese aparecido el hombre-cazador.
Wrangham, Richard. Catching Fire. How Cooking Made Us Human. Profile
Books, London, 2009, 309 págs.
2
Sherwood-Washburn-Chet Lancaster.
1
¿Cuánto alimento necesita
el Homo sapiens sapiens?
La información sobre las calorías que aparece en todos los
productos alimenticios y obsesiona a muchos consumidores… es falsa. No porque desee mentir, sino porque ha quedado obsoleta. En efecto, siguiendo el trabajo realizado por
Wilbur Olin Atwater (1844-1907), la Convención Atwater
del Ministerio de Agricultura de los Estados Unidos publicó
su estudio sobre los alimentos con la famosa tabla de composición nutricional, que hasta ahora sigue vigente en sus
rasgos principales. Sin embargo, tal investigación presenta
dos inconvenientes: en primer lugar, no reconoce que la digestión es un proceso costoso que supone el uso de calorías
para «pagar» esta operación. En segundo lugar, asume que
la consistencia de comida digerida es siempre la misma, sin
tener en cuenta que su estado cambia si se trata de una dieta
con mucha o poca fibra, si el alimento está cocido o crudo…
Las ciencias de la nutrición se han concentrado en las
composiciones químicas de los alimentos y han olvidado las condiciones físicas del proceso digestivo. Es más,
los investigadores analizan la comida que ingerimos con
los mismos parámetros que examinan una solución de
nutrientes lista para una cascada de reacciones bioquímicas. Olvidan un dato fundamental: nuestras enzimas
digestivas no actúan sobre proteínas libres, por lo tanto
no da igual qué consumamos y cómo se elabore.
Al comer, la cocina importa mucho porque la digestión
cobrará más o menos calorías según el grado de cocción
que el alimento presente; y porque engordar o adelgazar
no depende sólo de que el alimento presente más o menos calorías, sino también del esfuerzo energético que
represente asimilarlo para nuestro sistema.
Estas circunstancias no se reflejan en la etiqueta de la
mayonesa o del chocolate y, por lo tanto, la información
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que ofrece debe tomarse con pinzas. Richard Wrangham
sugiere revisar las conclusiones de la convención de Atwater e incluir los efectos de la estructura física de los alimentos. Es probable que todos le demos la razón, aunque
el problema siga estando presente: ¿cómo conseguirlo?
Mientras eso sucede podemos seguir a Michael Pollan,
quien afirma que «debemos elegir la comida real», no la
ficticia que se encuentra en la tabla de calorías. Por ello,
mientras menos procesados sean los alimentos, menos intensa será la crisis de obesidad que vivamos. O con otras
palabras: la comida sana es la que se prepara en casa, no
la que se vende en envoltorios con origen sospechoso y
fecha de caducidad dudosa.
Fomentar esta dedicación a la comida, especialmente
en países en donde el arte culinario se ha abandonado
por la fast-food, puede ser una de las batallas culturales
y económicas de mayor envergadura. Estados Unidos lo
notó, pero la táctica de nombrar a famosos chefs como
protectores de comedores públicos escolares, propuesta
por Michelle Obama, no parece dirigirse a la esencia del
problema. Hace falta recuperar el arte de cocinar cotidiano y ordinario en casa y fomentar, una vez más, la insustituible tradición de comer en familia.
Desde hoy puedes descargar
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Cortesía de:
Supervivencia
supervivencia
Inquietudes de...
Cuando la civilización
deja de ser civilizada
Alejandrina Lincoln Strange Ochoa*
I
magine esta escena: por azares
del destino usted es el líder
de un grupo que se encuentra
acorralado. Tiene que tomar
una decisión, sacrificar a uno para
salvar la vida de la mayoría o jugársela e intentar luchar contra la
horda de zombis hambrientos que
le espera afuera, aunque en el intento se le vaya la propia vida y la
de diversos inocentes. ¿Qué hacer?
Si bien la amenaza es bastante
hipotética, la supervivencia que se
plantea en películas como: Night of
the Living Dead (1968), 28 Days Later
(2002), Resident Evil (y sus múltiples
versiones), World War Z (2013)… no
es menor.
En todas estas creaciones visuales, el ser humano se enfrenta con
experiencias límite que le exigen
elegir un camino para salvar su
vida. Ése es el atractivo de este tipo
de filmes que, aunque de ficción,
nos permiten desarrollar cierta empatía con los personajes, fundirnos
con ellos y sufrir las desventuras
que se les avecinan. Al descubrir
el sendero por el que opta el protagonista es inevitable cuestionarnos,
¿qué haría yo?
Ya se había hablado de esta unión
entre espectador y personaje en la tragedia griega, donde el fin último era
que quienes admiraban una representación teatral se mimetizaran con los
personajes y hallaran en el escenario
sus propias pasiones. La intención
era purificar al espectador, que viviera una catarsis. Lo más probable es
que los productores de películas de
zombis no tengan esto en mente, no
obstante, los ojos más atentos pueden
ver más que meros «come carne».
La serie The Walking Dead (2010 a
la fecha) quizá no presente la trama
más inesperada, narra la historia de
un oficial de policía que despierta del
coma y se encuentra con un mundo
infestado de «caminantes» que han
convertido a la humanidad en una
especie en extinción. La historia suena como cualquier otra de zombis, sin
embargo lo relevante es el modo en
que los personajes sobreviven pues,
con el pasar de las temporadas, se van
permitiendo mayores atrocidades con
el pretexto de «salvar el pellejo».
En un mundo sin una sociedad
«civilizada» como el que plantea la serie, parecería que todo vale, pues no
hay una instancia que regule los actos
humanos. A partir de aquí podemos
meditar, ¿en la esencia del hombre está
la bondad o la maldad? Una alternativa
es seguir a Thomas Hobbes y asegurar
que en estado de naturaleza «el hombre
es un lobo para el hombre», pero gracias a su racionalidad y necesidad de
sobrevivir se une en sociedad y cede
sus derechos al Estado o la República.
Kant defendió una postura similar,
argumentó que si el hombre se deja
guiar por la razón práctica abandonará
ese estado natural de guerra y buscará
la paz en sociedad como fin y deber.
Otra opción es seguir la postura
opuesta, la de Rousseau, quien afirmó
que el hombre es bueno por naturaleza y la sociedad lo corrompe pues
cada individuo lucha por mantener lo
que considera «suyo». Una sociedad
competitiva como ésta siempre transformará al hombre en un ser egoísta,
preocupado por delimitar sus posesiones de las de los demás.
Ahora bien, cuando los personajes de la serie se equivocan al elegir
un camino y reflexionan el porqué de
su error, siempre cabe la concepción
ética de Sócrates, en la que todos los
hombres son buenos por naturaleza
y, si actúan mal, es por ignorancia:
nadie se equivoca voluntariamente.
Sin importar la postura que mejor
resuelva el dilema de nuestra naturaleza, la representación de un apocalipsis zombi es más que un mero
producto de la cultura pop, es también un medio para meditar sobre las
acciones humanas en circunstancias
límite, cómo mantener una postura
ética adecuada y, al final del día, purificarnos al observar a alguien en la
lucha contra versiones no humanas
del hombre, en el caos propio de un
estado salvaje.
*Coordinadora editorial de istmo. Estudió la maestría en Historia del Pensamiento en la
Universidad Panamericana. Licenciada en Filosofía por la misma institución.
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las manías
de zagal
Metafísica de la calvicie*
«E
l cabello es el templo
de los metrosexuales.
Con fervor, los nuevos
narcisistas pueden esculpir un peinado digno del mismísimo
Elvis Presley». Así pensé comenzar este
artículo; pero de inmediato caí en la
cuenta de un detalle. Desde hace años,
me pinto la barba para camuflar mi venerable ancianidad. También para mí,
que no soy un modelo de Armani, la
cabellera es algo muy importante.
¿Un fetiche moderno? En realidad,
no; el fetiche parece ser tan antiguo
como el mundo. Homero atribuía la
singular bravura del rey Menelao, conquistador de Troya, a sus greñas de
león. Un caso parecido fue el de Sansón, quien sacaba fuerzas de su melena,
hasta que Dalila, tramposamente, se
la cortó.
En ocasiones, la calvicie puede ser
peligrosa. Al poeta Esquilo le costó la
vida. Un águila, creyendo que su cabeza era una dura roca pulida, arrojó
contra ella a su presa (una tortuga).
Esquilo murió descalabrado al instante
por el caparazón, o eso nos hicieron
creer sus amigos más burlones.
Mientras tanto, yo, del pelo, no me
quedé más que con las anécdotas literarias, pues desde muy joven me aqueja
la calvicie. ¿Mi remedio contra ella?
Utilicé muchos. Incluso, aconsejado
por mi abuela, me aplique una cataplasma de chile verde. Al final, el único
recurso eficaz es la resignación. Ya se
saben el dicho: el suelo es lo único que
de verdad detiene la caída del cabello.
¿Tengo algo de qué avergonzarme
por ser calvo? Sobre la alopecia pesa
un duro estigma y no digan que exagero. Tal vez recuerden aquel capítulo
en el que Homero Simpson encuentra
la cura milagrosa a su calvicie. Y tan
rápido como le germina el cabello, su
carrera asciende en la planta nuclear.
Gracias a su nuevo porte, se convierte
en el preferido del patrón. Pero en un
soplo de mala suerte, Homero vuelve
a quedarse pelón y a duras penas salva
su empleo original. La historia es muy
graciosa, pero muy cierta. Y es que, por
alguna razón, proscribimos a los calvos;
nos burlamos de ellos, los castigamos
silenciosamente.
UN POCO DE HISTORIA
Desde tiempos ancestrales, el hombre
ha intentado remediar el drama de la
calvicie. Los faraones recurrieron a sus
hechiceros sin éxito. El excremento de
hipopótamo, como les recomendó Ra,
no sirvió más que para perfumarlos.
En vista de esta situación, los padres
de la medicina griega, que no tenían
un pelo de tontos, le dedicaron años
de su vida a investigar este problema.
Tras largas observaciones, Hipócrates
y sus secuaces cayeron en la cuenta
de que el varón pierde los cabellos
como los árboles pierden sus hojas en
otoño. La observación fue muy atinada y hasta bonita. Aristóteles fue más
*Gracias a Juan Arana por facilitarme su artículo «Calvicies» (Filosofía de lo cotidiano, Editorial Biblioteca
Nueva, Madrid, 2005) y a Víctor Gómez por su valiosa colaboración.
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Doctor en Filosofía por la Universidad
de Navarra. Profesor de la Facultad
de Filosofía de la Universidad
Panamericana. Autor de Felicidad, placer
y virtud. La vida buena según Aristóteles
y la novela Imperio
@hzagal
allá: el cabello de los viejos encanece
y se cae, porque nos falta calor vital.
Literalmente nos vamos apagando.
Sin embargo, las especulaciones de los
sabios griegos no cambiaron la suerte
de los calvos. Por el contrario, precipitaron la catástrofe. Los hipocráticos
recetaban un remedio hecho a base de
comino y remolacha, que terminaba
tirando más el cabello.
En Roma, Julio César no quiso correr la misma suerte que otros tantos
calvos griegos. Su primer remedio fue
el poco milagroso «peinadito de queso
Oaxaca». Pero desde siglos atrás ya
estaba comprobada su ineficacia, y entonces desistió. Su segundo remedio,
dicen, fue más inteligente: usar una
corona de laureles para disimular su
irremediable calva.
Yo, a la usanza de este célebre conquistador de las Galias, he convertido
a la boina en mi versión trendy de la
corona de laureles. Un gran aliado,
para ser honesto. Y es que ya no estoy
para peluquines, si bien éstos fueron
la salvación de un rey francés, y otros
tantos aristócratas avergonzados de su
condición capilar.
A todo esto, merece la pena llevar
a la alopecia al mismísimo tribunal de
la razón. ¿La calvicie es tan vergonzosa
como parece? Aunque pocos han
conservado el cabello tras el detenido
estudio de la filosofía, tal y como les
ocurrió a Sócrates, Cicerón y Tomás
de Aquino, muy pocos se detuvieron
a reflexionar sobre la propia calvicie.
Sinesio de Cirene (allá por 370 a. C)
es una afortunada excepción. Este fi-
lósofo invocó los mejores recursos de
la filosofía para redactar su Elogio de
la calvicie. En tal obra intentó demostrar que los varones más perfectos,
sabios y cercanos a la divinidad eran
precisamente los calvos. ¿Touché? Alguna razón tenía: ¿qué importa una
cabeza pelada, cuando se tiene el entendimiento poblado? Sinesio de Cirene
afirmó que la sabiduría y la cabellera se
rehúyen como la luz y la sombra. Esto sí
que pone las cosas a favor de los calvos,
¿no? Como anotó William Shakespeare,
el ser humano es la única bestia que
puede ser tan inteligente como para
perder su pelo.
DENTRO DE CIEN AÑOS,
TODOS CALVOS…
Hay que reconocer que la calvicie tiene
algo de peculiar. Supongo que por eso es
un tabú. Se trata, yo creo, de un nosequé
metafísico. La calvicie (y las canas) me
recuerdan a diario, y frente al espejo, mi
propia e inevitable muerte. Poco a poco,
la alopecia deja asomar ese inminente deterioro que nos aguarda a todos, aunque
no lo queramos reconocer. Las entradas
y la aureola nos anuncian que seremos
calaveras. No exagero. Las palabras «calvo» y «calavera» comparten la misma
raíz en latín. ¿Ya ven que no es ocurrencia
mía? La calvicie es la manera en la que
los laicos nos enteramos de que polvo
somos y en polvo nos convertiremos.
La filosofía, como advirtió Sócrates, es
una meditación sobre la muerte. Y si la
calvicie es señal de la fugacidad de la
vida, entonces es el pretexto perfecto para
filosofar y examinar nuestra existencia.
Pero la cultura contemporánea se
encuentra en una fase de negación. Por
eso hemos convertido la calvicie, entre
otras realidades, en un tabú. Procuramos remediarla a toda costa: implantes,
vitaminas, jabones. El punto es que no
nos atrevemos a reconocer que, como
dijo Machado, «todo pasa y todo queda, y lo nuestro pasar». Tenemos que
aceptar que el tiempo pasa por nosotros, y que todo por servir se acaba y
acaba por no servir. Cuando los griegos
compararon la calvicie con el otoño,
descubrieron una gran verdad: para
bien o no, la vida avanza en ciclos, de
los que podemos salir más sabios, pero
no más saludables.
El problema, me temo, es que la
sociedad contemporánea no perdona
la vejez. El sistema económico, para
no ir más lejos, aplasta a los mayores. Los sistemas de pensiones están
siendo desmantelados y los seguros
médicos están diseñados para expulsar a los viejos. En muchas empresas
no se contrata a quien cumplió cuarenta. La jubilación –cuando la hay–
es una aplanadora que desecha a los
sesentones, quienes en la mayoría de
los casos vivirán en la estrechez económica. Hasta cierto punto es lógico
el desesperado intento por ocultar la
decadencia del cuerpo.
Hace poco escuché al vuelo una frase siniestra de boca de unos jóvenes en
un bar de la Condesa. Al calor de las
perlas negras, dijeron entre risas: «Los
viejos o dan dinero o dan asco». Así que
como no soy rico, seguiré usando boina
y pintándome la barba.
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El buen vicio
Libros
El gran cocodrilo en
Los libros de los otros
Efraín Huerta
Editorial Siruela. Madrid, 2014
384 págs.
treinta poemínimos
FCE. México, 2014
64 págs.
Italo Calvino
El año pasado se cumplieron cien
años del natalicio de tres grandes
escritores mexicanos. Octavio
Paz, José Revueltas y Efraín Huerta pertenecieron a una generación
que renovaría la literatura nacional,
cada uno desde su particular manera de ver la vida y el arte.
Efraín Huerta, un poeta de ruptura artística y social, rebelde por
naturaleza, se autodefinía con orgullo como un marginado y proscrito
de la poesía pura. Fundador del
movimiento de vanguardia llamado «Cocodrilismo» que buscaba
exaltar la alegría, el optimismo y
refutar el dolor con el humor.
El «Gran cocodrilo» le escribió a la vida, en la víspera de su
muerte, con la alegría y el humor
de cualquier joven irreverente de
sesenta años. Y este libro concentra treinta oportunidades de
sonreír con los aforismos irónicos
que Efraín Huerta nos regala;
antología que el mismo calificó
de «Mariposa loca capturada en
el tiempo». La diversión es garantía desde el inicio gracias a
sus juegos de palabras y sentidos.
Junto a las imágenes del ilustrador argentino Dr. Alderete, la
obra resulta en treinta balazos
de colores que aciertan en los
recuerdos; entonces, nos descubrimos jugando en un mundo
que construimos todos los días.
Si de algo sirve leer Los libros de
los otros es para intentar comprender cómo funciona la mente
de un editor. Italo Calvino, autor
de Las ciudades invisibles, revela
este aspecto poco conocido de
su vida en el intercambio de una
interesante correspondencia con
Giulio Einaudi, fundador de la
editorial a la que puso su apellido,
y donde Calvino trabajó.
Las cartas, que viajaron desde
1947 hasta 1981, reconstruyen
parte de ese trabajo editorial.
La mayoría se remite a escritores que esperan una lectura
de sus obras: o se ha preferido
omitir aquellas que muestran
la complacencia de Calvino, o
entendemos que fue un editor
muy exigente.
Las apariciones de las celebridades de las letras de la época
(Pavese, Pasolini, Sciascia) son
anecdóticas; interesan más las
opiniones de Calvino sobre esos
libros, de tantos otros, porque
también desvelan su forma de
entender hacia dónde debía caminar la literatura. Sus respuestas
son, además, el reflejo de una Europa recién salida de la guerra, es
decir, una Europa donde acaban
de morir los ideales sociales y
donde la política aún lo impregna
todo.
Un libro para editores, escritores y especialistas.
Ricardo Pérez
Borja Criado
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Dios me buscó primero
¿Cómo me encontró?
Raúl Espinoza Aguilera
Minos III Milenio. México, 2015
221 págs.
Labor periodística
Daniel Cosío Villegas
FCE. México, 2015
537 págs.
Toda persona tiene un itinerario
por recorrer y la juventud es la
edad de los grandes ideales, pero
a menudo es necesario romper
con ciertas inercias del ambiente
para no caer en una existencia
superficial o sin rumbo fijo.
El ser humano vive sus días
dentro de un tiempo limitado y
fugaz. Por ello se requiere tomar
la firme determinación de enfrentarse consigo mismo y adentrarse
en la propia realidad, donde se
pregunte por el sentido último
de su existencia. De esta manera puede discernir serenamente
sobre una cuestión vital: ¿Qué
quiere Dios de mí?
Conviene, entonces, aprender a meditar. Esos planes se
escuchan como suaves susurros,
imperceptibles para los demás,
pero claros y nítidos para quienes
se encuentran por caminos de
búsqueda espiritual.
Raúl Espinoza presenta cinco
historias de vocación con la intención de animar a los jóvenes
a reflexionar sobre la orientación
de sus vidas en el presente y proyectarlas hacia el futuro. Exhorta
a seguir, en forma congruente,
una trayectoria que influya de
manera positiva en las amistades,
colegas y las estructuras temporales de la sociedad y santificar el
propio trabajo profesional.
El Excélsior es una página importante de la historia intelectual de
México; bajo la batuta del difunto
Julio Scherer, Octavio Paz –con la
revista Plural– dejó una impronta
en la vida cultural del país. El Fondo de Cultura Económica, con
motivo de su 80 aniversario, reúne
el trabajo de Daniel Cosío Villegas
en el mismo periódico.
Labor Periodística es una encendida cátedra sobre el quehacer del intelectual, sus excesos y
sus virtudes. Es notoria su agudísima crítica a la incompetencia
política, nota singular de México
desde tiempos remotos, sobre
todo en los ensayos dedicados
a la revista Plural en la sección
«Contrapuerta». No falto de razón está Gabriel Zaid, al afirmar
la vigencia de los temas abordados por este economista: cuarenta años después encontramos un hilo conductor en la vida
pública de México, del que ya
hemos sido advertidos e hicimos
caso omiso.
«Daniel Cosío Villegas fue un
hombre dotado de sentido común y capacidad crítica aunadas
a una portentosa lectura de las
realidades mexicanas, que al final
de su vida dejó un público lector
que lo acompañaba en la plaza
pública y en el estirón: que se
volvía más ciudadano y menos
súbdito» (Prólogo del FCE).
Alberto Rojas
Miguel Ángel Martínez
Max Ernst,
Un cadáver en el jardín
Daniela Iride Murgia
Ediciones B. México, 2014
187 págs.
el hombre pájaro
FCE. México, 2013
40 págs.
Maria Lang
Comprender y alcanzar el deleite
estético en una obra surrealista
requiere más que conocimiento,
paciencia y observación; exige
hacer partícipe a la imaginación.
Daniela Iride Murgia, escritora e ilustradora italiana, recurre a
collages y creativas ilustraciones
para dar hilo a una entrañable historia con la que rinde homenaje a
Marx Ernst, artista alemán y gran
exponente del automatismo puro,
el surrealismo.
La versatilidad del libro lo hace
atractivo para un público amplio y
ofrece distintas perspectivas para
disfrutarse. Su original propuesta
visual despierta y aviva los sentidos
de los más pequeños. Y aquellos adultos familiarizados con la
historia del arte, descubrirán una
referencia a la obra de Max Ernst,
además, vivirán la fascinación que
el pintor sentía por su esposa, Leonora Carrington, representada
con la imagen de un caballo.
Daniela Iride eligió un abanico de colores fríos que imprime
un estilo clásico al diseño, cuya
sobriedad contrasta con el absurdo de sus representaciones.
El libro resultó ganador del XVI
Concurso de Álbum Ilustrado A
la Orilla del Viento y obtuvo un
reconocimiento por parte de la
CAMIEM, en la categoría «Álbumes ilustrados» (2013).
Estamos en la helada Suecia y,
por fin, hace un tiempo delicioso
para que los recién casados, Puck
(ella) y Einar (él), pasen unos días
en el lugar donde Einar creció:
Skoga (nombre del pueblito). A
la excursión se une el padre de
ella, egiptólogo renombradísimo
y su gata blanca, Tutmosis III, que
mucho ayudará en la resolución de
un pequeño inconveniente: el hallazgo de un cadáver en su jardín.
Maria Lang –pseudónimo de
Dagmar Lange (Suecia, 19141991)–, fue de los primeros miembros de la Academia Sueca de
Escritores de Novela Criminal.
Se le conoce como la Agatha
Christie sueca; su estilo recuerda
en muchos aspectos a la reina
del misterio: apacibles comarcas
donde casi nunca sucede algo…
hasta que violentamente sucede;
personajes en apariencia planos
que esconden historias truculentas; y un detective que, en
su fisonomía, recuerda al señor
Holmes, pero cuya mente trabaja
como Monsieur Poirot.
Aunque algunos consideran a
Lang la fundadora de la novela
negra nórdica, su pluma retrata
el crimen en tonos de blanco: sin
escenas escabrosas; líneas claras
entre el bien y el mal y, lo que
es muy de agradecerse en estos tiempos, siempre se halla al
culpable.
Ximena González Joven
Ernesto Aguilar-Álvarez Bay
Senderos de Verdad
(No.1). Aportaciones a
las Ciencias, las Artes
y la Fe en México
Sociedad Mexicana
de Ciencias, Artes y Fe
México, 2013
396 págs.
El análisis de la figura de don José
Vasconcelos (1882-1959) y su legado cultural; los cuestionamientos éticos sobre los enfermos renales, crónicos y en fase terminal, en
el Hospital Infantil de México; un
valioso estudio sobre posesiones
diabólicas que, con el tiempo, se
revelaron como enfermedades
mentales, entre otros temas, integran este compendio de ensayos.
La entusiasta colaboración de intelectuales, artistas, médicos, científicos, historiadores y teólogos, resultó en una propuesta que escudriña
distintas temáticas cuyo objetivo es
la búsqueda de la verdad.
¿Alguien había investigado
acerca del largo itinerario que
siguió la Causa de Beatificación
del Obispo de Puebla y Virrey
de la Nueva España, don Juan
de Palafox y Mendoza? Éste comenzó en 1666 y concluyó en
2011. Por otro lado, Rubén Rodríguez expone, con detalle y
paciencia, cómo Ciencia y Fe son
dos caminos que corren a la par;
Roberto Girault proporciona una
visión analítica sobre su película
El Estudiante, y así, el lector se
topa con una serie de profundos
y variados ensayos por explorar.
Raúl Espinoza Aguilera
Treblinka
Chil Rajchman
Seix Barral. México, 2014.
238 págs.
Un joven polaco es deportado
a un campo de concentración.
Su nombre es Chil Rajchman y
el campo, Treblinka, que será su
hogar durante diez meses. El autor
escribió sus vivencias en el campo
y pidió que se publicaran después
de su muerte. Treblinka es el resultado al que nos enfrentamos. Y
escojo el verbo enfrentar adrede,
porque hay que saber que éste no
es un libro fácil: narra los miedos,
las angustias, el terror, la fuerza
del mal y los pensamientos más
profundos de quien vivió el holocausto nazi.
Sumergirse en sus páginas es
necesario, no por su calidad literaria –su narrativa es bastante
coloquial–, sino por su legado
histórico. Filósofos como Hannah
Arendt y Primo Levi reflexionaron sobre este periodo del siglo
XX. La primera concibió el mal
como algo banal que todo ser
humano puede cometer cuando
olvida pensar, cuando olvida ser.
El segundo profundizó en los
testimonios de las víctimas, como
lo fue Chil Rajchman.
Treblinka no sólo es una mirada
al lado más oscuro del hombre,
sino también al más noble. El
polaco describe con serenidad
cómo logró aferrarse a la vida, a
una idea superior, cuando todo
a su alrededor le indicaba lo
contrario.
Roberto Rivadeneyra
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El buen vicio
Libros
El huérfano
Adam Johnson
Seix Barral. Barcelona, 2014
608 págs. Éste es un retrato de la tiranía de
Corea del Norte, la imagen de
un régimen inhumano, absurdo
y ridículo. Jun Do –el John Doe,
inglés– vive en un orfanato hasta
que es reclutado como soldado,
secuestrador, asesino profesional
y oficial de inteligencia militar. La
lealtad y el sacrificio están tatuados en su piel, inyectados con
la propaganda que un sistema
despótico vomita a todas horas
a través de altoparlantes.
Para escribir sobre un país del
que poco se conoce porque todo
se oculta, Johnson recurrió a las
experiencias de misioneros, trabajadores de ONG y testimonios
de desertores norcoreanos; ello le
valió el Premio Pulitzer 2013 con
una novela histórica, de terror, política y romántica: «Lo que ocurre
se parece mucho al ‘doblepensar’
de Orwell (con su libro 1984). Los
norcoreanos saben que les dicen
mentiras; que no viven en el mejor
país del mundo y que los osos no
lloraron la muerte de Kim Jong-il (el
antiguo líder), aun así, lo aceptan».
Al final, Jun Do cantará con
voz imperturbable, no ya al patriótico sol, sino al dramático despertar de la libertad que hibernaba en su interior. Esta excepcional
novela reflexiona en el sobrevivir
sobre el vivir. Realidad kafkiana
con ojos rasgados.
Dunstan Stout
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Revivir los memorables
La vida sin Santi
Andrea Maturana y Francisco
Javier Olea
FCE. México, 2014
42 págs.
Maia y Santi son dos niños pequeños con una amistad grande. Juegan juntos, imaginan juntos, están
en silencio juntos. Pero «un día, el
papá de Santi tiene que irse una
larga temporada a estudiar muy
lejos. Y eso no es fácil de aceptar».
¿Qué hará Maia sin Santi y todos
los espacios que él deja en su vida
y en su corazón? Maia lleva a Santi
a todas partes, sí, pero como una
cicatriz, como una sombra.
El breve texto de Andrea
Maturana (Chile, 1969) –quien
comenzó a escribir cuentos en
su adolescencia y ya a los 20
años formaba parte de la antología Brevísima relación del cuento
breve en Chile– y las bellas ilustraciones de Francisco Javier Olea
(Chile, 1972) –artista del diseño y
la comunicación visual en el diario
El Mercurio y ganador, en 2012,
del Premio Altazor, máximo reconocimiento a las artes en Chile–,
retratan esos silencios que hablan:
las ausencias que duelen.
A nadie le gusta sentir un hueco en el corazón. ¿Cómo enseñar a los niños a sobrellevar las
distancias? ¿Será el tiempo un
buen remedio? ¿Será el tiempo
un buen amigo? Como casi todo
en esta vida, el futuro dependerá
de qué tanto se ejerciten, con
armonía, la mente y el corazón.
Angélica de Alba
Los viajes de Gulliver
Jonathan Swift
Editorial Alianza, 2014
424 págs.
más que una novela de aventuras
Lemuel Gulliver es conducido por el azar, la curiosidad y la sed de
aventura. Una despiadada sátira política, religiosa, científica y antropológica hila el recorrido de este personaje a través de distintos
mundos y sociedades.
Los viajes de Gulliver, publicado por vez primera a mediados del
siglo XVIII, es el libro que catapultó a Jonathan Swift a la fama y
posteridad. El también autor de Instrucciones a los sirvientes y El
Beneficio de las ventosidades, ambas publicadas por Sexto Piso,
presenta su obra como un sencillo y simpático relato para niños, sin
dejar de mostrar su aguda ironía.
Los viajes de Gulliver, mediante la óptica de la literatura infantil,
nos introduce en una atractiva odisea con aldeas, países gobernados por monarcas, criaturas amantes de las matemáticas, caballos,
barcos, naufragios e innumerables inconvenientes. Sin embargo,
bajo una mirada crítica, el aventurero Lemuel no sólo es un médico
y marinero de profesión sino, a mí parecer, un personaje utópico de
la tarea política. Gulliver es el retrato de un político que se ve atacado, despreciado, privado de su libertad física, etcétera. Utiliza las
herramientas de la demagogia y la adulación que tiene a su alcance
para negociar con sus opresores. El trasfondo que encierran los viajes
no es una inocente novela de aventuras, sino una crítica política. La
obra se convierte en una narración fantástica que reflexiona sobre
la indignidad del ser humano, lo que hace de esta pieza maestra de
la literatura universal una lectura pesada.
El crítico norteamericano Edward Said se ocupa de dicha idea y
concluye que «Swift es un autor que nos desconcierta y desazona
por su pesimismo y su insistencia en la decadencia moral y física de
la naturaleza humana». No obstante, Los viajes de Gulliver ocupa
un sitio en el canon literario. La obra antonomástica de Swift debe
leerse de otro modo, analizando cada una de sus creaciones e intentando descubrir la identidad detrás de la máscara. En palabras de
Christopher Domínguez Michael: «Jonathan Swift es el extranjero
definitivo, por su destreza y velocidad en el armado en escala de
escenas veraces dentro de realidades inadmisibles».
Miguel Ángel Martínez Romero
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El buen vicio
Música
Sinfonía No. 6 de Beethoven
compuesta a pinceladas
Rafael Arce Gargollo
La música clásica es el segundo idioma
que mejor entiende. Tal destreza se
la debe, en buena parte, a su padre
José Arce y Cervantes, uno de los
fundadores de istmo.
Versiones
recomendadas:
Director
Otto Klemperer
Philharmonia Orchestra
Director
Sir Simon Rattle
Filarmónica de Viena
Director
Herbert von Karajan
Filarmónica de Berlín
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Muchas personas recuerdan la Novena Sinfonía de
Beethoven (1770-1827), la del «Himno de la Alegría»; otros, la Quinta, con su característico primer
movimiento (ta-ta-ta-tan). No obstante, innumerables conocedores opinan que la Sexta –llamada
Pastoral y subtitulada por el autor como «Recuerdos
de la vida campestre»– es la más notable. Entender
por qué es una obra genial hará que la descubras y
disfrutes, pero sólo si aceptas que, igual que toda
gran obra de música clásica, no debe oírse, sino escucharse. La música que sólo se oye es hermana de
la música ambiental, que nos acompaña en centros
comerciales mientras realizamos varias cosas a la
vez, o que nos hace menos aburrida una caminata.
La buena música clásica ha de escucharse, y cuando
sea posible, contemplarse como se admira una obra
maestra de la pintura: sin ver más cuadros al mismo
tiempo, sin hacer nada más.
En cuarenta minutos, el compositor «pinta»
con notas musicales un paisaje: inclemencias del
tiempo, lluvia y tormenta, pájaros que cantan y
vientos fuertes que sacuden árboles cerca de un
valle o en un bosque. Como buen romántico y
amante de la soledad, Beethoven caminaba
horas por el campo, alejándose de Viena. Ciertamente no fue el primer compositor en describir
musicalmente la naturaleza. Igual que grandes
paisajistas plasmaron los campos, también músicos como Vivaldi y Haydn nos regalaron, por
ejemplo, Las Cuatro Estaciones. Pero la Sexta de
Beethoven no tiene igual. Es una pintura hecha
de sonidos, aunque él la concebía más bien
como la expresión de sus íntimos sentimientos.
Y a pesar de su incipiente sordera, gracias a su
magistral inspiración logró ambas cosas.
Para escucharla y entenderla hay que seguir
sus cinco movimientos:
1. Despertar de alegres sentimientos con la
llegada al campo. Expresa la serenidad y
alegre camaradería entre campesinos.
2. Escena junto al arroyo. Describe el murmullo del agua en un movimiento ondulante. A
ratos permite que canten los pájaros entre los
árboles (flautas, oboes y clarinetes).
3. Alegre reunión de campesinos. Música
rústica, alegre, donde danzan hombres y
mujeres.
4. Relámpagos. Tormenta. Comienza a chispear. Caen gotas. Irrumpe –con toda su
fuerza– una creciente tormenta. La ráfaga
despeina a los árboles y los temblorosos cellos, trombones, violines y otros instrumentos
de viento recrean un aguacero. Entonces,
viene la calma. Parece que se abre algo en el
cielo y el sol se cuela poco a poco entre las
nubes, iluminando los pinos. En la frescura
del campo respiramos paz.
5. Himno de los pastores. Alegría y sentimientos de agradecimiento después de la
tormenta. Tonada pegajosa, pero bellísima,
cuya intensidad va en aumento hasta alcanzar
un clímax.
Para vivir todo esto, hay que sentarse y escuchar
con atención, de preferencia con audífonos
de buena calidad. La primera vez se sugiere
optar por un lugar cerrado, sin distractores. Más
adelante, la experiencia se percibirá mejor en
el campo o en un bosque en medio de pinos.
Y si te sorprende la lluvia durante el cuarto
movimiento, ¡mejor! Experimentarás en carne
propia cómo Beethoven «hace llover» con notas
musicales. Es fácil imaginarlo mientras contemplas árboles, aves que surcan el espacio, sientes
el viento y percibes la hierba mojada…
Contraindicaciones:
No oírla mientras se realiza otra actividad ni
mucho menos en un vagón del metro, en el
Periférico u otros escenarios que no permitan
el pleno disfrute de nuestros sentidos; sería un
«pecado musical». La Sexta Sinfonía de Beethoven se merece todos los honores y tu completa
atención.
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