Hermano sol, hermana luna. Es la tesina final

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Hermano sol, hermana luna. Es la tesina final
Hermano sol, hermana luna. Es la tesina final de formación en la escuela Sâdhana,
realizada por Txefo Castell Sanz. Este trabajo, terminó de salir por la impresora de mi
mesa de estudio el 28 – 02 – 2007. Trabajo que no tiene Copyright, así que se autoriza
la reproducción total o parcial del mismo, siempre que se haga desde el respeto a su
autor y sobre todo a su contenido.
Se aceptan todo tipo de consultas y comentarios en:
[email protected]
OM MANI PADME HUNG
Este trabajo está dedicado íntegramente a Avalokitesvara, Budha de la
compasión.
Y a mis padres Rafael Castell Elizagaray y Victoria Sanz Gayarre, sin los
cuales nada de todo esto hubiera sido posible.
Así, allá donde estén, a ellos mi más sincero agradecimiento.
Sarva Mangalam.
Qué todo sea auspicioso.
Índice
¾ Poemas de la película “hermano sol hermana luna”.
¾ Presentación.
¾ Primera parte, voy a hacer yoga.
¾ Segunda parte, el profesor de yoga.
¾ Tercera parte, reconocernos en lo físico.
¾ Cuarta parte, reconocernos en lo energético.
¾ Quinta parte, reconocernos en lo emocional.
¾ Sexta parte, reconocernos en lo mental.
¾ Séptima parte, reconocernos en lo espiritual.
¾ Séptima parte bis, Satchitananda.
¾ Octava parte, conclusiones finales.
¾ Anexo. Caminando con el sol y la luna.
¾ Agradecimientos.
¾ Bibliografía.
Hermano sol y hermana luna
no puedo verlos no oigo su canción
preocupado me pierdo en mi sufrir.
Hermano viento y hermana brisa
abran mis ojos a la visión sutil
para encontrar la gloria que hay en mí.
Soy obra del señor, fruto de su amor.
Siento su luz aquí en mi corazón
Hermano sol y hermana luna
ya puedo verlos y oigo su canción
con tanto amor por todo lo que halle.
Si quieres que se cumplan tus sueños,
trabaja en ellos lento pero seguro.
El trabajo sincero crece con pureza.
Si quieres vivir en libertad,
tómate tu tiempo avanza lentamente.
Haz unas pocas cosas pero hazlas bien.
Las alegrías más sencillas son celestiales.
Día a día, piedra a piedra,
construye lentamente tu secreto.
Sabrás que el cielo es la gloria.
Si quieres que se cumplan tus sueños,
trabaja en ellos lento pero seguro.
Comienza con lo pequeño para un gran final.
El trabajo sincero crece con pureza.
Si quieres vivir en libertad,
tomate tu tiempo avanza lentamente.
Extraído de la película Hermano sol hermana luna.
Presentación.
rPresentación.
¿Tesina? ¡¡ Huuuffff!!, es lo primero que pensé, cuando me dijeron que al
terminar la formación había que realizar un trabajo de este calibre.
¡¡ Huuufff!!
Me enteré en el segundo o tercer seminario. Y para un mal estudiante como yo
he sido, tengo el graduado escolar por los pelos. El enterarme de que había que hacer
este trabajo, me cayó como una losa. Se me dijo que estuviera tranquilo y lo dejara para
el final, pero el peso de una losa es difícil de ignorar.
Como es lógico, los temas comienzan a revolotear por mi cabeza. Pero procuro
seguir el consejo y tomarlo con tranquilidad. A lo largo de este primer curso, me voy
soltando con los diarios de abordo, y veo la necesidad de adquirir un ordenador. Que
evidentemente es con el que trabajo ahora. Aprovecho aquí también para decir, que es
mi primer ordenador y mis conocimientos del mismo dejan mucho que desear. Así que
no voy a devanarme los sesos, pediré ayuda para hacer una portada chula y lo demás
será un sencillo trabajo con Word.
Hay que reconocer también, que como el Yoga es un tema que realmente me
gusta, y me interesa profundizar en él. Es agradable leer los textos que se nos dan en la
escuela, y los libros que voy adquiriendo, también los leo con gusto y facilidad. Aunque
no tengo una memoria de elefante y todo debe quedar en el subconsciente, más que en
la mente consciente. Pero bueno algo seguro que va dejando poso. Además en el mundo
del Yoga, vale más la práctica que la teoría. Y más vale, porque después de cuatro años
estoy un poco saturado de tanta información.
Para alguien sencillo, como soy, esto se empezaba a complicar. Pues es un
mundo muy amplio el que se abarca, Yoga Sutras, Bhagavad Gîtâ, Âsana, Prânâyâma,
etc. Decido parar un poquito, porque como dice un buen amigo, “en las pequeñas cosas
están los grandes cambios”.
Después de un merecido descanso, me fijo en que la idea que más ha rondado
por mi cabecita para una posible “tesina uufff”, es la de los siete cuerpos o envolturas
del Ser. En un principio elijo este tema porque me parece sencillo. Je.je.je. que iluso.
En cuanto comienzo a indagar un poco lo primero que observo es que mientras
en unos textos de yoga se citan cinco Kosha o revestimientos.
¾
¾
¾
¾
¾
Annamaya kosha, cuerpo grosero, físico, material.
Pranamaya kosha, el vehículo del prâna, de la vitalidad.
Manomaya kosha, constituido, formado por la mente.
Vijnanamaya kosha, el cuerpo causal, sede del intelecto.
Anandamaya kosha, sede del atma del espíritu.
Algo destacable es, que todos los koshas terminan con el adjetivo maya, ilusión.
Según la filosofía Vedânta, solo aquello que es inmutable y eterno merece el nombre de
realidad. Todo aquello que esta sujeto a cambio por decaimiento y diferenciación, y que
por lo tanto tiene principio y fin, es considerado como maya ilusorio. Y ciertamente es
muy posible que así sea, y que estemos viviendo una especie de “realidad virtual” como
en Matrix. Y que la realidad verdadera, sea otra muy diferente.
-1-
Presentación.
Otros autores como Artur E. Powell, Annie Besant, etc. Que son estudiantes de
teosofía. Estos, sí que se van a las siete envolturas, pero he encontrado hasta tres
clasificaciones diferentes (habrá más), y también les llaman “planos de la naturaleza” o
“principios”, y estos son:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Cuerpo físico
Cuerpo de prâna
Kâma Astral
Manas inferior
Manas superior
Buddhi
Âtmâ
Cuerpo físico
Doble Etéreo
Prâna
Kâma Astral
Manas
Buddhi
Âtmâ
Physical
Astral
Mental
Buddhic
Nirvânic
Paranirvânic
Mahaparanirvânic
Como se puede comprobar esto se vuelve a complicar, y no es precisamente lo
que quiero.
Así, después de darle vueltas y revueltas, tantear otros temas. Y ver, que me
venían grandes. Al final decido hacer un esquema, y sobre este esquema desarrollar el
trabajo. Los temas son:
¾
¾
¾
¾
¾
¾
¾
Voy a hacer yoga.
El profesor de yoga.
Reconocernos en lo físico.
Reconocernos en lo energético.
Trascender lo emocional.
Fluir en lo mental.
Vivir en lo espiritual.
Finalmente quedarán los cinco últimos capítulos como “Reconocernos en…”, el
séptimo divido en dos partes, un octavo de conclusiones finales y un anexo, “caminando
con el sol y la luna” de despedida.
Como se puede comprobar, son temas de los cuales se podrían escribir libros. De
hecho, a día de hoy existen infinidad de libros sobre estos temas. Pero mi intención es
hablar partiendo de la experiencia, que he podido adquirir desde que comencé con el
Yoga. Procurando hablar solo de temas que halla vivido o al menos que sea capaz de
razonarlos. No descarto el hacer alguna consulta, para corroborar datos y hacer un
trabajo documentado, pero evitando en lo posible copiar de los libros. Además, creo
que puede ser una bonita forma, de reafirmar lo que he aprendido en este tiempo. Y de
darle cierta creatividad a esta tesina, final de mi formación. El orden del esquema, salvo
los dos primeros capítulos, es el que más o menos se nos ofrece en occidente, cuando
nos dedicamos a la práctica del Yoga.
No tengo muy claro, porqué se me ocurrieron los dos primeros capítulos. “Voy a
hacer yoga”, y “el profesor de yoga”, pero lo cierto es que me apetece dar una pequeña
opinión, con humildad y abierto a toda clase de críticas o comentarios. Los otros cinco,
es evidente que al comenzar en yoga con lo primero que nos encontramos es con
nuestro cuerpo físico, enseguida conectamos con lo energético y topamos con nuestras
emociones. Cuando adquirimos cierto equilibrio y ecuanimidad, lo mental se va
calmando y nos fundimos en el espíritu. Y más allá…
A la hora de escribir los capítulos principales, he procurado comenzarlos con la
parte de la respiración que más influye en la envoltura correspondiente, y terminarlos
con una práctica y meditación sobre la misma envoltura.
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Presentación.
Como dice Francisco de Asís, en la película “Hermano Sol Hermana Luna”. Lo
que nace de la carne es carne, lo que nace del espíritu es espíritu. Menciono esto porque
esta película, aunque es antigua, la vi poco antes de comenzar la tesina. Y enseguida
decidí que seria el título perfecto para este trabajo. Porque Hata yoga, asimismo se
traduce como “Sol y luna, unión” y porque en yoga también intentamos equilibrar
nuestro lado solar con el lunar, es decir los nâdîs ida y pingala. Y también porque me
gustó mucho la película, y además del título e adoptado dos canciones, que adjuntaré en
las primeras páginas de esta tesina, como poemas.
Entiendo que para alguien que no este lo suficientemente asentado en la práctica
del yoga, aquí se puede encontrar con conceptos extraños y que no entienda. El que
escribe, gustosamente aclarará cualquier duda. Aunque describo algunos trabajos, no es
aconsejable cogerlos de aquí como guía, ya que omito muchos detalles por no limitarme
a copiarlos de los libros y dossier. También porque a la hora de practicar, aunque en este
momento existe mucha documentación, en videos y libros, la guía de alguien que haya
experimentado un pasito más en el camino, siempre será de gran ayuda, dándonos
ejemplo con su presencia y su perseverancia.
Como en la escuela de Sâdhana, se nos pide el estudio de los Yoga Sutras de
Patañjali y del Bhagavad Gîtâ, me he apoyado en ellos cuando así me ha parecido
oportuno. Por supuesto existen muchos más aforismos del Yoga Sutra y versos del Gîtâ,
que tienen relación con las envolturas del Ser y con el Ser mismo, pero no he querido
abusar de estos textos sagrados.
El Yoga Sutra de Patañjali, es más erudito, y se hace imprescindible la
interpretación de un maestro que halla integrado plenamente sus enseñanzas. El
Bhagavad Gîtâ, por el contrario, está escrito de una forma asequible para que pueda
acceder a el todo el mundo, tiene una enseñanza central de que se puede alcanzar el
estado de yoga desde la vida social con el trabajo y la familia, sin la necesidad de
recluirse en un monasterio, ni de tomar una forma de vida ascética. También nos enseña
que los obstáculos para alcanzar esta unión que representa el estado de yoga no están
fuera de nosotros si no dentro de nosotros.
Debo de reconocer que a pesar de haber disfrutado realizando este trabajo, he
tenido un orden de dificultad que podría expresarlo como sigue. El capítulo que más me
ha costado ver claro, desarrollarlo y he necesitado alguna ayuda, a parte de consultar
libros e Internet, es el emocional. Posteriormente sería el mental, otro capítulo que me
ha costado un poquito. El capítulo espiritual también tuvo tela por la implicación en lo
personal, ya que, como en él digo, la espiritualidad es algo que cada cual vive a su
manera. El resto surgieron casi solos confirmando algún dato y otros ampliándolos un
poquito, se componen prácticamente de lo que más claro voy teniendo en mi cabeza. El
resto tendrá que quedar claro en mi corazón.
Cuando comencé la formación en Sâdhana, mi única intención era la de
profundizar un poco en el tema del yoga, porque después de diez años practicando esta
disciplina y la meditación, no de una forma intensiva sino con el tiempo de que
disponemos en occidente, pero aun así me pareció un tema interesante para estudiar.
Pero, cosas de la vida, a final del segundo curso ya estaba dando clases de yoga. Éstas,
al acabar cuarto curso y comenzar este trabajo, las tuve que dejar, no porque no me
gustara, sino porque no lo podía compaginar bien con el trabajo a turnos en la fábrica, y
en ese momento no me atreví a dejar este empleo. Ahora confío en que un buen día la
Energía me ponga de nuevo en este camino, y pueda decidirme a dejar esta fuente de
ingresos, y sobre todo reconocerme como un canal de esta Energía. Un canal a través
-3-
Presentación.
del cual se pueda ayudar a otras personas, para ir de la periferia hacia su centro, y un
canal de conocimiento ya que en realidad no creo que nos podamos considerar como
portadores de nada, pero si transmisores de todo.
Este trabajo refleja lo que he podido dar de mí hasta el día de hoy, con toda
seguridad, dentro de unos años con la experiencia que da la propia vida y la dedicación
en el intento de profundizar en el Sí mismo, saldría algo muy diferente. Pero bueno, es
ahora cuando ha tocado desarrollarlo.
Cuando estaba terminando, al ordenar un poco mi pequeña biblioteca, me
aparece un cuaderno de notas que tome mientras realizaba el camino de Santiago, en
septiembre del 2005. Se me ocurre redactar un anexo con las vivencias durante la
peregrinación y añadirlo al final.
Finalmente solo espero que quien lea este trabajo, lo disfrute. Y que sepa que
estoy abierto a todo tipo de críticas.
El hombre cree ser el que hace. Pero esto es un error.
Es el poder supremo el que hace todo, y el ser
humano es tan sólo una herramienta. Si acepta esta
posición, está libre de problemas.
Sri Ramana Maharashi.
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Voy a hacer Yoga
“Libera tu cuerpo de sus impurezas,
permite que tus palabras sean verdaderas y dulces,
siente amistad por el mundo,
y con humildad busca el bienestar y el conocimiento.”
T. Krishnamacharya.
Primera parte:
Voy a hacer Yoga.
Son muchos, los motivos que nos pueden acercar al mundo del Yoga. Pero hay
un denominador común, todo el que mantiene la práctica experimenta una
transformación interior. Esta práctica por lo general es positiva pero, como todo camino
transformador, tiene sus altibajos; momentos de euforia y otros de abatimiento, no
obstante detrás de una capa oscura siempre hay otra que brilla y nos anima a continuar.
En mi caso personal, comencé porque me lo aconsejó un familiar, al que estoy
muy agradecido. Pero lo que hizo que continuara la práctica, no fue el verle a mi profe
como se doblaba, ni que aguantaba una hora sentado con las piernas cruzadas, no. Lo
que realmente me llamó la atención fue su aspecto jovial y alegre, con un gran amor y
una enorme sonrisa, para todos los que nos acercábamos. Y también una positiva actitud
fuera de clase. Estas cualidades son las que me atrajeron y tras algunas dudas iniciales,
comencé a asistir a clases con asiduidad.
Es evidente que en un principio, con asistir fielmente a las clases ya hacemos
bastante. Pero enseguida comienza una demanda de algo más, y poco a poco se va
buscando un hueco en el horario y un rinconcito en la casa, para ir personalizando la
práctica. Cuando esto sucede es como si no hubiera vuelta atrás, otra vez vuelven los
altibajos, temporadas de mas práctica otras más perezosas. Es parte de la vida y su
oleaje.
Cuando van pasando los años, es muy fácil que nos asalten nuevas dudas. Si esto
sucede, es muy aconsejable consultarlas y hablarlas. Pues las dudas, y más en el camino
interior, si se quedan dentro y sin solucionar, a lo único que nos pueden llevar es a dejar
de practicar. Es también con el paso del tiempo, que un buen día parece que no sucede
nada, no evoluciono. Pero si te paras y hechas una mirada a tu alrededor, entonces te
dices “algo, algo si que está cambiando”.
Con la parte física te encuentras bien, no solo por las Âsanas, si no también por
llevar una vida más sana y equilibrada. En lo emocional también te vas descubriendo,
aunque aquí más por medio de trabajos de crecimiento personal. En lo mental te das
cuenta que vivimos una locura, que debemos intentar ralentizar. Y en lo espiritual, es
algo más personal, porque el Yoga no es una religión en sí. Por lo tanto se puede
comenzar siendo cristiano, musulmán o ateo. Pero si se practica en serio en seguida se
ve que se puede ir más allá. Como dice el mantra “Gate gate, paragate, parasamgate,
bodhi swaaha.” “Más allá, más allá del más allá, más allá de la orilla más lejana.
Iluminación, hago esta ofrenda”.
Y se ve que hay cabida para todos los credos.
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Voy a hacer Yoga
Hay veces que al comenzar con el Yoga, no sabemos donde nos metemos, o
tenemos una idea confusa. Es bueno acudir sin conceptos y sin ideas preconcebidas, ya
que éstas suelen llevarnos a confusión. Informarnos poco a poco, consultando con el
profe. Y darnos cuenta, de que aunque se den ciertas pautas, también es un camino de
indagación interior.
Personalmente, el día que llego a mis manos el Yoga sutra 1.2 de Patanjali, me
quedé sorprendido. “Yogas-citta-vrttih-nirodhah, yoga es el cese de las fluctuaciones de
la mente”. Así de sencillo y de profundo, y. ¿Cómo se consigue esto? Manteniendo
nuestra atención, fija en un punto. Más sencillo todavía. Pero cuando lo intentas por
primera vez, surge el ego, los conflictos, las identificaciones, el pasado, el futuro.
Sucede de todo, menos el cese de las fluctuaciones de la mente. Aquí, hay que hacer
como nos aconseja Jack Kornfield, en su libro “Un camino con corazón”, tratar a la
mente como un cachorro al que queremos educar. Una y otra vez insistir, con paciencia
y amor, dándonos cuenta de que siempre hay una nueva respiración, un nuevo instante
para volver a traer la consciencia al aquí y ahora, no identificarnos con nada de lo que
suceda, practicando la ecuanimidad; ni deseo ni rechazo.
Esta conciencia en el “aquí y ahora”, que maestros de tantas y tan diferentes
tradiciones han aconsejado, esta presencia consciencia es lo que provocara el “estado de
yoga” y por tanto el cese de las fluctuaciones de la mente. Pero no nos olvidemos de
que estamos comenzando y de que los comienzos siempre o casi siempre, son duros. Y
más aun si entran de por medio la mente, el ego, las emociones, las sensaciones, etc. Al
principio no sabemos discernir, y ver cuál es cuál, o quién es quién. Aquí se hace
imprescindible la ayuda de alguien que haya dado algún paso más en el camino, y nos
oriente en estos primeros escollos.
De todas formas, lo importante no es la meta. Porque en esta sociedad tan
acelerada que vivimos últimamente, nos apuntamos a yoga u a otras actividades,
buscando la panacea, la formula mágica que nos dé la solución, ya. Y esto no se si
existirá, pero desde luego, no en el yoga. En el yoga más bien hay que aprender a
disfrutar de cada paso, de cada respiración. Y dar tiempo a las capas de nuestro ser, que
se vayan puliendo poco a poco. Si buscamos esa formula mágica, enseguida veremos
que no existe, y si persistimos en este deseo sólo se dará tumbos.
Otra cosa, de la que nos habla Jack Kornfield, es lo que el viene a llamar “El
único asiento”. Ya que como vamos viendo, se trata de un camino, posiblemente para
toda la vida. Es bueno escoger una práctica y trabajarla con firmeza. Esta imagen, de
tomar “el único asiento” tiene dos lecturas. Exteriormente, significa seleccionar una
práctica y un maestro entre todas las posibilidades, interiormente, significa tener la
determinación de seguir con dicha práctica, surjan las dudas y dificultades que sean,
hasta alcanzar una verdadera claridad y comprensión.
Todo esto, con el paso del tiempo, también nos tiene que llevar a darnos cuenta
de que, el verdadero yoga comienza cuando nos levantamos del cojín, o cuando salimos
de la sala de trabajo. Esta actitud yóguica se refleja muy bien en la historia que cuenta
S.N. Goenka sobre la botella de aceite, que dice así:
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Voy a hacer Yoga
Llenando la botella de aceite.
Una madre mandó a su hijo con una botella vacía y un billete de
diez rúpias a comprar aceite a la tienda de al lado. El niño fue y llenó la
botella, pero al volver se cayó y se le fue al suelo. Antes de que pudiera
recogerla se derramó la mitad del aceite. Al ver la botella medio vacía,
volvió a su madre llorando: “¡He perdido la mitad del aceite! ¡He perdido
la mitad del aceite!”. Se sentía muy desgraciado.
La madre envió a otro hijo con otra botella y otro billete de diez
rúpias. También lleno la botella y también se fue al suelo al caerse cuando
volvía. De nuevo se derramó la mitad del aceite. Recogió lo botella y
volvió a su madre muy contento. “¡Mira, he salvado la mitad del aceite! Se
me cayó la botella y podía haberse roto. El aceite empezó a derramarse, se
podía haber salido todo. ¡Pero salvé la mitad del aceite!” Ambos volvieron
a su casa en la misma situación, con una botella que estaba mitad llena y
mitad vacía. Uno lloraba por la mitad vacía, el otro estaba tan contento por
la mitad llena.
La madre envió a un tercer hijo con otra botella y otro billete de
diez rúpias. Y como los cuentos son los cuentos, este tercer hijo también
se cayó cuando volvía y tiró la botella. La mitad del aceite se derramó.
Recogió la botella, e igual que el segundo hijo, volvió a su casa muy
contento: “¡Madre he salvado la mitad del aceite!” Pero este chico era un
chico Vipassana, lleno no solo de optimismo, sino también de realismo. El
comprendía: “bien, se ha salvado la mitad del aceite, pero también se ha
perdido la mitad.” Y por eso le dijo a su madre: “Ahora iré al mercado,
trabajaré duro el resto del día, ganaré cinco rúpias y llenaré la botella. A la
tarde la habré llenado.” Esto es Vipassana. Nada de pesimismo, sino
optimismo, realismo y activismo.
Goenkagi, cuenta esta historia para explicar la actitud de un meditador de
Vipassana. Y la he añadido aquí, porque pienso que la forma de actuar de un yogui,
ante las vicisitudes de la vida. Debe ser la misma, y hay que ser optimista, sabiendo ver
en los obstáculos de la vida las oportunidades que estos nos brindan para nuestro propio
beneficio. Hay que ser realista, viendo a los problemas tal como son. Y sobre todo,
sabiendo que; desde una energía y mente equilibradas siempre actuaremos
correctamente. Y si no pues a aprender de nuestros errores toca, que para eso están. Así
mismo mantenerse en una actitud activista, ya sabes “Piensa globalmente, actúa
localmente.”
Para llegar a esta actitud de optimismo, realismo y activismo se debe de tener un
buen equilibrio entre las tres esferas principales del ser humano. La vital para actuar, la
emocional para ser optimista, y la mental para ver la realidad tal como es.
He comenzado hablando de los comienzos en el yoga, y me he ido de un salto a
este cuento de S.N. Goenka, que viene de la tradición Vipassana. Creo que no es un
alejamiento muy grande, ya que Vipassana es la meditación de la visión profunda, y en
la práctica de yoga en cada Âsana, deberíamos intentar entrar en un estado meditativo,
fundiéndonos en la conciencia del instante e interiorizando todo lo que nuestro ego y
nuestra mente nos permitan. Mientras, las impurezas se irán quemando por sí solas.
Una de las ideas que últimamente he cambiado sobre el yoga, y creo que
está muy bien encaminada, es que el yoga no es una acción. Es como bien nos dice
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Voy a hacer Yoga
Patanjali el cese de las fluctuaciones de la mente. Y esto no es algo que podamos
hacer, es un estado que se da por sí solo. Una fusión de nuestro cuerpo, con nuestro
sentir, que nos aporta calma y claridad mental. De hecho, se dice que el verdadero
trabajo de yoga comienza cuando nos levantamos de nuestra esterilla. Y la conciencia
de Âsana, la trasladamos a un paseo por el campo o por la ciudad, al ser más
conscientes en el desempeño de nuestras labores diarias, con nuestros seres queridos he
incluso cuando cogemos el automóvil. Y cuando aportamos conciencia a estas
actividades, aportamos claridad y luz a nuestras vidas. El estado de yoga, es algo que
cuando ponemos la intención, la aspiración y la atención correctas, sencillamente
sucede.
Una vez escuche una historia sobre un monasterio, en el que se hacía todos los
años un retiro meditativo de tres meses, y el resto del año lo dedicaban a labores de
campo y limpieza para la manutención y autogestión del monasterio. Un día un monje
que trabajaba en la huerta vio que se acercaba el abad del monasterio y le solicito un
momento para una preocupación. El monje dijo “entiendo que tengamos que trabajar
para llenar las bodegas para los retiros de meditación, y para sostener el monasterio.
Pero son largos periodos de tiempo en los que mi avance hacia el interior se ve
obstruido.” El abad le contesto con dos preguntas. “Veamos, durante los tres meses de
retiro ¿Qué es lo que hacemos?” el monje contesto, “día tras día mantenemos la
presencia en aliento siguiendo a cada una de nuestras respiraciones, y observando
nuestras sensaciones” a lo que el abad volvió a preguntar. “y mientras trabajas la huerta
¿es que no respiras, no sientes?”
Esta pequeña historia, nos explica como podemos llegar a lo que sería mantener
la meditación en la acción. Pero de todas formas no tenemos porque limitarnos a la
respiración, ya que el cuerpo tiene varios sentidos. Podemos ser conscientes del olfato,
del gusto, del tacto, de la vista u del oído, para que el sexto sentido, que sería la mente,
este en el aquí y ahora. Y cuando en meditación conseguimos abstraernos de los
sentidos, entraríamos en pratyâhâra, pero eso ya es otra historia que trataremos más
adelante. Lo que tampoco debemos olvidar, es que para llegar a esta meditación en la
acción, antes se debe haber trabajado profunda e intensamente, para conseguir discernir
la realidad, desde una clara presencia y profunda consciencia.
Pero veamos un poquito de donde viene todo esto del yoga, la palabra yoga
viene del sanscrito. El sanscrito es el lenguaje clásico de los brahmanes en la India, es
un idioma clásico y milenario, en el que cada letra tiene su significado oculto y su razón
de ser. Las vocales, especialmente contienen las potencias más ocultas y formidables.
La combinación de estas produce un efecto sumamente mágico y si lo leemos dando la
entonación perfecta de cada apostrofe, acento y signos que acompañan a las letras,
quedaría con una entonación musical y rítmica, como si se cantara. En este idioma
están escritos todos los testos sagrados de la India, y su traducción puede llegar a variar
un poco ya que cada palabra tiene varias acepciones. Por ejemplo yoga proviene de la
raíz yug, y se puede traducir como yugo, ceñir, juntar, unir. Un dato curioso, es que la
palabra religión aun viniendo del latín su etimología sea re-ligare, volver a unir.
De estos testos sagrados, el Yoga Sutra que nos lego el Siddha Patanjali, es de
gran importancia y me apoyaré en el en varias ocasiones a lo largo de este trabajo. Hay
otros testos sagrados como los Upanishad, el Hata Yoga Pradipika o el Bhagavad Gîtâ,
que no son menos importantes. Pero Patanjali fue de los primeros en sintetizar la
práctica del yoga y dejarla por escrito. Estos aforismos sobre yoga los dividió en cuatro
capítulos.
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Voy a hacer Yoga
El primero Samadhi Pâda, libro de la superconsciencia. Contiene 51 sutras en
los que nos explica lo que es el yoga, las cualidades de la mente y sus obstáculos, como
superarlos y las diferencias entre el Samadhi con y sin semilla.
En el segundo Sâdhana Pâda, libro de la práctica. Contiene 55 sutras, en los que
se nos habla del Kriya yoga basado en abstracción, auto estudio y abandono a la
Voluntad Divina. De los impedimentos para alcanzar la concentración y como
superarlos. También se mencionan los cinco primeros pasos del astânga yoga.
El tercero Vibhuti Pâda, libro de los poderes psíquicos. Tiene también 55 sutras,
en los tres primeros se completa el astânga yoga, y en el cuarto se menciona el
samyama, o lo que es lo mismo el arte de poder mantener la concentración, la
meditación y la superconsciencia, de forma simultanea. Y de los poderes alcanzables al
practicar samyama sobre diferentes formas y no formas, en el sutra III.37 nos advierte
que estos siddhis, poderes psíquicos, se vuelven un obstáculo considerable a la hora de
mantener un estado continuado de yoga, o sea a la hora de la autorrealización.
El cuarto Kaivalya Pâda, libro de la liberación. Es el más corto de todos con 34
aforismos. En los que se exponen las posibilidades que se ofrecen a una persona que
haya purificado totalmente su cuerpo y mente. Se dan las últimas indicaciones para la
liberación final, en la que el yogui o la yoguini se establecen en su naturaleza esencial y
real, el verdadero SER. Se da la circunstancia de que todas las personas tenemos la
posibilidad de identificarnos con este Yo real, pero ¿tendremos el anhelo necesario para
mantener la justa práctica? ¿Y el coraje para superar los obstáculos que surjan? No lo
sé, de todas formas está bien saber que existe un objetivo y una posibilidad real de
autorrealización. Pero aun está mejor el disfrutar del día a día de nuestra Sâdhana.
De Patanjali no se sabe mucho, ni se puede afirmar con seguridad la época en la
que vivió, aunque parece llevar muchos puntos la idea de que viviera dos siglos antes o
después de nuestra era. También se dice que escribió estos cuatro libros para cuatro
discípulos de diferentes características o que los tres primeros fueron recopilaciones
que hizo y solamente el cuarto lo habría escrito él. Se dicen tantas cosas… en fin.
De todas formas el yoga es bastante anterior a Patanjali, se han llegado a
encontrar en excavaciones arqueológicas, figuras de piedra con Âsanas de yoga que
datan de hace cinco mil años. Se dice que viene de los Vedas, estos Vedas son las
escrituras más antiguas y sagradas de los indos, y los libros más antiguos de la
humanidad que han llegado hasta nuestros días. Veda lo podríamos traducir como
“conocimiento divino”, acerca de su antigüedad nos dice Helena Petrovna Blavatsky,
que no hay dos orientalistas que digan lo mismo. Los brahmanes les otorgan una
antigüedad de 3.000 años antes de cristo. Es ciertamente complicado el ponerles una
fecha, ya que en un principio se trasmitieron de maestro a discípulo durante muchos
siglos, sin dejar nada escrito. Fue Krichna Dwaipâyana, conocido también como Veda
Vyâsa quien hizo una primera recopilación escribiéndolos en Sanscrito antiguo, lo que
nos verifica estos 5000 años de antigüedad. Los tres Vedas principales son
contemporáneos del Bhagavad Gîtâ, y son Rig Veda, Yajur Veda, Sâma Veda y un
cuarto Atharva Veda, escrito posteriormente a los otros tres y por tanto de origen más
moderno. Expongamos brevemente de que trata cada uno de ellos y también los seis
Darshanas, que igualmente son parte de la filosofía de la India, además de ser el Yoga
uno de estos seis. Darshana significa, una forma de ver, de representar la realidad con
discernimiento de lo irreal. En los seis Darshanas se reconoce a los Vedas como una
revelación Divina.
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Voy a hacer Yoga
Bhagavad Gîtâ.
Se traduce como “El canto del señor”, y es un episodio del Mahâbhârata. Este
también fue recopilado y escrito por Krichna Dwaipâyana, el Mahâbhârata contiene
220.000 versos divididos en 18 libros, y se traduce como “La gran guerra de los
Bhâratas”. Es probablemente el poema más extenso del mundo, y describe las pugnas
por el poder que mantuvieron entre los Kuravas y los Pândabas, descendientes directos
de los Bhâratas. Es una obra en la que la realidad permanece oculta en forma de fábula.
El Bhagavad Gîtâ, es una parte en la que el gran arquero Arjuna, uno de los
cinco príncipes Pândabas que intentan recuperar el trono, se encuentra acompañado en
su cuadriga por Sri Krichna, encarnado en auriga conductor de la cuadriga. Y
mantienen una relación de Guru y chela, es decir de maestro y discípulo. Arjuna al ver
que en el campo de batalla de Kurusketa, tiene que hacer frente a sus parientes, primos,
tíos y amigos, presa del dolor y del sufrimiento arroja su arco al suelo declarando que
se dejará matar sin ofrecer resistencia antes de luchar contra aquellos por cuyas venas
corre su misma sangre. Sri Krichna después de explicarle que en realidad no puede
matarlos ya que sus flechas solamente acabarán con su envoltura física “lo que no
existe no tiene ser y lo que existe jamás dejara de ser”, le dice Sri Krichna a Arjuna.
También le dice que no puede omitir sus deberes para con el trono usurpado por los
Kurus, y le revela en el mismo campo de batalla las sublimes doctrinas del Bhagavad
Gîtâ, de las cuales cave destacar, el yoga de la Acción, el Yoga de la Devoción, el Yoga
del Discernimiento y el Yoga de la subyugación.
El Bhagavad Gîtâ, no contiene una doctrina o religión determinada con dogmas
cerrados, ritos cerrados y moral definida. Como reflejo purísimo de la Verdad Divina,
se sobrepone a toda limitación que vendría de la ignorancia o del incompleto
conocimiento.
Rig Veda.
Rig viene de la raíz rich, celebrar, cantar; y veda ciencia. Esta ciencia del
celebrar la divinidad, según se dice fue creado de la boca oriental de Brahmâ, y
transmitido por grandes sabios a orillas del lago Mansaravara, mas allá de los
Himalayas hace miles de años. Y como hemos dicho antes paso de maestro a discípulo
hasta su recopilación.
En esta “Biblia de la Humanidad” fueron colocados los pilares fundamentales de
todas las religiones, credos y templos conocidos, y algunas perdidas en la noche de los
tiempos. Los mitos universales, los poderes divinos y cósmicos, así como los
personajes históricos de todas las regiones, fueron colocados en sus siete divinidades
principales que corresponden con los siete Rayos de la Unidad única e infinita.
Yajur Veda.
Ciencia o tratado del sacrificio. Se compone casi exclusivamente de himnos
tomados del anterior Rig Veda, pero contiene algunos pasajes en prosa que son nuevos.
Su parte principal está formada por invocaciones aplicables a la consagración de las
victimas de sacrificios y de utensilios propios del mismo. Lo que hace que el Yajur
Veda, sea el libro del sacerdote oficiante de estos ritos.
Sâma Veda.
La escritura de la paz. “De los vedas soy el Sâma Veda” dice Sri Krichna en el
Bhagavad Gîtâ, estancia décima, verso 22. El Sâma veda es el principal de los cuatro
libros de los Vedas, sus himnos fueron compuestos para ser cantados durante las
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Voy a hacer Yoga
ceremonias religiosas. Es propiamente el Veda del canto, en el más elevado sentido de
la potencia de la música.
Atharva Veda.
Literalmente encantación mágica. Como hemos dicho antes este libro es
relativamente moderno en comparación con los otros tres. Contiene aforismos, encantos
y fórmulas mágicas. Es uno de los más venerados por los brahmanes.
Los seis Darshanas, escuelas de filosofía de la India. Son la Vaizechika, la
Nyâya, la Pûrva Mîmânsa, la Sânkhya, la Yoga y la Uttara Mîmânsa o Vedânta. Las
tres primeras forman el grupo de Prakriti, tratan del conocimiento y dominio de la
materia. Las tres últimas Entran en el grupo de Purucha, y principalmente tratan del
espíritu.
Filosofía Vaizechika.
Fundad por Kanâda, en el 200 de nuestra era. Se le conoce también como
escuela atómica, por que enseña la existencia de un universo de carácter transitorio
constituido de átomos permanentes, un número infinito de almas y un número fijo de
principios materiales. Por cuya relación y acción reciproca se verifican las evoluciones
cósmicas periódicas sin directriz alguna a excepción de una especie de ley mecánica
inseparable de los átomos. Estudia ampliamente la materia y enseña la existencia de
átomos primordiales eternos, que constituyen los cuatro elementos, tierra, agua, fuego y
aire. Estos átomos eternos formarían universos temporales.
Los principios materiales que enumeran son nueve, y son: Tierra, Agua, Luz,
Aire, Éter o Akaza, Tiempo, Lugar o Espacio, Alma y Mente.
Filosofía Nyâya.
La escuela Vaizechika y la Nyâya, vienen a ser partes de un mismo sistema
completándose la una a la otra, aunque difieren en algunos puntos y esto es lo que
origina la división en dos escuelas.
La escuela Nyâya la fundó Gotama el año 100 anterior a nuestra era. Conocida
también como filosofía dialéctica de Gotama. Este sistema es el método adecuado para
llegar a una conclusión mediante el análisis lógico. Según este método, cuando en
virtud de un razonamiento justo y recto, el hombre se ha desligado del falso
conocimiento, alcanza la liberación.
Filosofía Pûrva Mîmânsa.
Fundada por Jaimini, en el 200 antes de nuestra era. Su objetivo, lo mismo que
la escuela Uttara Mîmânsa, es el de enseñar el arte de razonar, con el propósito de
facilitar la interpretación de los Vedas, no sólo en la parte especulativa sino también en
la práctica. Especialmente en lo referido al karma, esto es la acción tanto religiosa
como mundana y sus frutos. También enseña el modo en el que el karma liga al hombre
a este mundo, siendo causa principal de la reencarnación, motivo por el cual a este
sistema filosófico a veces se le da el nombre de Karma Mîmânsa.
Filosofía Sânkhya.
Fundada por Kapila, en el año 100 de nuestra era. Es un sistema que va mas allá
de la física analizando los veinticinco tattvas (fuerzas de la naturaleza en diferentes
grados), Sânkhya significa sistema enumerativo, o aun mejor dicho sistema racionalista.
Explica la naturaleza del Purucha, el espíritu y de Prakriti, la materia, dos principios
igualmente increados y por lo tanto eternos, que por su mutua unión dan origen a todos
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Voy a hacer Yoga
los seres. Este sistema filosófico no hace mención a ninguna Divinidad o señor
supremo, pero admite un sinnúmero de Puruchas, puesto que cada ser de la creación
tiene su Purucha o Espíritu particular. Mientras habla de la actividad y continuos
cambios de la materia, reconoce la inactividad del espíritu, que permanece como
espectador pasivo, mientras la actividad de la materia se emplea únicamente a favor y
en provecho del espíritu para su experiencia y liberación.
Filosofía Yoga.
Y esto ¿qué será?...Bien, como estamos viendo en este recorrido a través de los
textos sagrados de la India. La filosofía Yoga se le atribuye a Patanjali, en el año 200
de nuestra era, por ser el quien dejo por escrito las bases de esta escuela. Pero el yoga
en sí, es bastante más antiguo, de hecho el mismo Siddhârta Gautama, 500 años
anterior a nuestra era. Antes de alcanzar el nirvana y el total despertar, abandono a su
familia y la vida que llevaba en el palacio de Kapilavastu, para indagar en las raíces del
sufrimiento. Se retiró a la selva donde permaneció seis años como asceta, practicando
técnicas de concentración y meditación. Estas técnicas se las enseñaron maestros que
anterior mente habían sido discípulos de otros maestros, y así sucesivamente. Estos son
de suponer que ya conocían los antiguos Vedas y mediante sus técnicas, alcanzaban
estados mentales muy elevados.
El yoga de Patanjali viene a ser en el fondo, el sistema Sânkhya adaptado a la
práctica y modificado en algunos puntos. La diferencia mas notable es que, mientras en
el Sânkhya de Kapila no se hace ninguna mención de Divinidad alguna, Patanjali por el
contrario es declaradamente teísta, pues admite la existencia de una Divinidad, siendo
esta un Espíritu diferente de los innumerables Espíritus individuales, de la escuela
Sânkhya. Otra diferencia importante entre dichos sistemas es la referente a los medios
para lograr la liberación, según la filosofía Sânkhya consiste en el conocimiento de los
principios tattvas y el discernimiento entre materia y espíritu, según los yoguîs consiste
en la contemplación espiritual y la devoción. El yoga de Patanjali expone un “sistema
de esfuerzos”, que tiene por objeto el dominio de la mente, la liberación del espíritu
arrancándole de los lazos de la materia y finalmente la Unión con la Divinidad.
Filosofía Uttara Mîmânsa.
También conocida como Filosofía Vedânta, fundada por Vyâsa en el 200 de
nuestra era. La Vedânta se divide a su ved en tres escuelas; Vedânta Dvaita, la dualista;
Vedânta Vizichtadvaita, dualista con diferenciación entre el Espíritu individual y el
Espíritu universal; Vedânta Advaita, doctrina monista o de la sustancia única, que si
reconoce la fusión del Yo individual con el Yo universal.
Este sistema místico de filosofía se ha desarrollado gracias a los esfuerzos de
generaciones de sabios para interpretar el secreto de los Upanishad. Se dice que la
Vedânta es el fin u objeto de todo conocimiento védico. Según esta escuela Brahmâ o el
Alma universal, es la omnisciente y omnipotente causa de la existencia, mantenimiento
y disolución del universo. Brahmâ está en todo y todo es Brahmâ, mientras esta verdad
y única realidad no se reconoce como tal, se vive apegado a una realidad ilusoria.
De la Vedânta Advaita, un gran exponente fue Zankarâ Achârya que vivió en el
siglo VIII de nuestra era y de quien se llegó a decir que era la reencarnaron de Budha,
éste dejó escrito el Drg Drsya Viveka, texto para un correcto discernimiento entre lo
real y lo ilusorio, además de ser una buena introducción al sistema Vedânta Advaita.
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Voy a hacer Yoga
De esta tradición viene la división en tres cuerpos, Sharira y estos en cinco
envolturas Kosha, que ampliaremos más adelante, ya que va ser el contenido principal
de este trabajo.
Los Upanishad.
Este texto que ya hemos mencionado por dos veces, no es parte de los seis
Darshanas, pero si es la culminación de los vedas. Los Upanishad fueron compuestos
entre el 800 y 450 antes de Cristo.
Los Upanishad se componen de 150 tratados, aunque solo 20 se han conservado
con toda su pureza. Estos no son una doctrina, si no que reflejan la creencia de un
principio universal llamado Brahmâ y otro individual, conocido como Âtmâ, nos
explican como llegar al Yoga de Brahmâ con Âtmâ, es decir a la fusión del ego
individual con el ego universal. También tratan cuestiones tales como; el origen del
universo, la naturaleza y la esencia de la Deidad in manifestada y de los dioses
manifestados; la conexión primitiva y final entre el espíritu y la materia; la
universalidad de la mente y la naturaleza del ego y del alma humana.
La palabra Upanishad, es traducida por los sabios de la India como: “aquello
que destruye la ignorancia produciendo así la liberación”. Esta liberación del espíritu,
se da por medio del conocimiento de la verdad suprema.
Además de estos textos también están el “Hata Yoga Pradipika”, “Goraksha
Samhita”, “Gheranda Samhita” y otros más modernos que explican más directamente
lo que serian las prácticas y técnicas del Hata Yoga.
Todos estos textos se encuentran escritos de forma oculta, como si dijéramos en
clave y para entenderlos, salvo raras excepciones, se hace imprescindible la ayuda e
interpretación de un maestro.
Como ya hemos mencionado al hablar de la Filosofía Yoga, Siddhârta
Gautama, el Budha vivió hace unos 2.500 años y aunque finalmente enseñó una nueva
doctrina, en un principio comenzó, como mendicante y asceta, aprendiendo con otros
gurus que seguramente eran conocedores de los Vedas. Sobre esta nueva doctrina se
apoyaron posteriormente diferentes países. Esto fue gracias al rey Ashoka, del año 200
antes de cristo, este rey fue budista consumado, y las personas que trabajan
profundamente y conectan con su interior, finalmente les mueve una compasión por
compartir los meritos conseguidos, para que todos los seres puedan encontrar la paz y
serenidad. Es con este sentimiento que este rey envió eruditos emisarios a diferentes
países, y con ello se extendió el Budismo por Birmania, China, Nepal, Tibet, Camboya,
etc... Y también es gracias a ello que no se perdieron estas sabias enseñanzas, pues 300
años después de Ashoka, o sea en el año cero de nuestra era, en la India una serie de
circunstancias provocó que el budismo desapareciera, y fue en estos países donde se
conservo. Se dice que en Birmania se conservo en toda su pureza, aunque también hay
ordenes monásticas del Tibet que se atribuyen esta conservación integra de las
enseñanzas de Budha. En realidad es lo mismo, lo importante es que no se perdió en la
noche de los tiempos como tantas otras tradiciones y sabidurías místicas.
Sobre Budismo, se han escrito cantidades de libros y con la invasión del Tibet
por los chinos, se ha provocado su expansión por todo el mundo. Pero no hace falta
mucha teoría para practicar el arte del despertar, ya que las enseñanzas del Budha
fueron concretas y sencillas. Lo primero que descubrió es el seguir “el camino del
medio” sin dejarse llevar por los extremos. Y lo segundo que nos dejó fue el óctuple
sendero. Reconoció que en el extremo del ascetismo y la mortificación del cuerpo no
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Voy a hacer Yoga
conseguiría la total liberación, ni por supuesto tampoco dejándose llevar por la gula y
por el deseo. Se cuenta que estando Siddhârta Gautama en la orilla de un río pasó una
canoa en la que se desplazaban un maestro de Shitar (instrumento de cuerda), y su
alumno. El maestro enseñaba como afinar el instrumento, y le decía “para que el Shitar
tenga el sonido justo, la cuerda no debe de estar, ni excesivamente floja pues no haría
nada, ni excesivamente tensa porque se rompería.” Para El Budha, estas palabras que
escucho, aunque no fueran dirigidas a el, fueron reveladoras. Decidió que el camino
correcto era el camino del medio. Así pues abandonó el ascetismo extremo y continuo
su búsqueda por otros medios. Cuando finalmente alcanzó la liberación total, aun
teniendo ya todo conseguido para el, le inundó una profunda compasión y permaneció
hasta los 74 años compartiendo y enseñando, lo que llamo el Noble Sendero Octuple, y
cuyos pasos son los siguientes:
Entrenamiento en la sabiduría.
Paso 1. Recta Visión.
Paso 2. Recta intención.
Entrenamiento en ética.
Paso 3. Recta Palabra.
Paso 4. Recta Acción.
Paso 5. Recto Vivir.
Entrenamiento en Meditación.
Paso 6. Recto Esfuerzo.
Paso 7. Recta Atención.
Paso 8. Recta Concentración.
Aunque hay una relación numérica y ascendente, la intención del Budha era que
fuesen enseñadas como un círculo o como una rueda de ocho radios, así con el
constante girar se va pasando y se van desarrollando los tres valores esenciales del
budismo, sabiduría, ética y conciencia meditativa.
Una de las principales bases de la meditación budista, se la transmita Sayagyi U
Ba Khin a su discípulo S.N. Goenkagi en un sencillo y a la vez completo consejo: “El
mejor amigo del hombre es… su nariz.” La respiración consciente, el fijarse al inhalar y
exhalar el aire, el ponerse a tono con los ritmos del cuerpo, es una gran técnica para
alcanzar la paz interior, también conocida esta técnica como Anapana, he introductoria
a la Vipassana. Anapana mediante la atención en el aliento, orienta y afina nuestra
concentración, después Vipassana a través de las sensaciones corporales nos ayuda a
profundizar, de hecho se le conoce como la meditación de la visión profunda. Así una
vez conseguida la concentración, la mente queda en calma y permaneciendo en nuestro
cuerpo, sin apego ni rechazo de cualquier sensación que surja, nuestro Ser verdadero se
revela. Posiblemente sea en este momento cuando los místicos de todas las tradiciones
reconocen a lo Divino en su interior y comprenden: “Yo soy eso”, el Ser.
A pesar de la evidente relación entre el yoga y las escrituras sagradas, no es
necesario tener creencia alguna para su práctica. Lo ideal es practicar y experimentar
por uno mismo, ya que una de las máximas establecidas es: “no te creas nada por que
alguien lo diga, ni las palabras del Guru más venerado. Cree solamente lo que tú
experimentes”. Por ejemplo en mi caso, cuando comencé con el yoga y le escuchaba al
profe palabras como El Amado, El Padre, Lo Divino, El Innombrable, etc.… yo
personalmente miraba para otro lado y no prestaba mucha atención, ya que no creía en
nada y había salido de un colegio de curas un pelín escarmentado. Pero a día de hoy y
después de cierta experiencia e indagación en mí mismo, tengo plena confianza en la
existencia del alma, del Purucha, del Ser que habita en este cuerpo que me transporta.
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Voy a hacer Yoga
Y de su Sat-Chitt-Ânanda de idénticas cualidades a las de una conciencia superior.
Siento que es como si una Seidad enorme no nacida e inmortal, se repartiera en partes
pequeñitas pero de iguales cualidades en el interior de cada ser vivo. De esta Sat-ChittÂnanda hablaremos un poco más, al final de este trabajo.
No puedo terminar este capítulo sin mencionar un sutra de Patanjali, que es
esencial cuando queremos profundizar en el yoga, es el I.12 y dice así:
Abhyâsa vairâgyâbhyâm tan nirodhah.
Mediante la práctica constante y con el desapego, surge el cese de la
identificación con las fluctuaciones de la consciencia.
Es mediante la práctica, y no de otra forma como finalmente se adquiere una
experiencia. Y cuando se ha adquirido experiencia surgen ciertas cualidades, que
debemos dejar pasar mediante el desapego. Esto que dicho de esta manera puede
parecer poca cosa, es importantísimo ya que el Ego espiritual es el más peligroso que
pueda existir y difícil de soltar una vez que nos ha agarrado. Así pues mediante la
práctica constante obtendremos unos resultados, y mediante el desapego a estos,
cesarán las fluctuaciones de la consciencia y nuestro centro se nos revelará. Y al igual
que los místicos de los que hablábamos antes también entenderemos que “Yo soy eso”,
el Ser profundo y verdadero, de consciencia cristalina, energía universal y amor
incondicional.
Con este importante sutra, doy por terminado este capítulo y podemos pasar al
siguiente. O mejor aun reflexionar sobre lo leído y dejad el siguiente para más tarde.
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Voy a hacer Yoga
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El profesor de Yoga.
“Enseñar, es mostrar que algo es posible.”
Fritz Perls.
“El auténtico maestro es el que da a cada alumno,
lo que necesita, en el momento justo en el que lo necesita.”
Carlos Fiel.
Segunda parte:
El profesor de Yoga.
En la actualidad existen gran variedad de libros donde informarnos y de centros
donde nos podemos apuntar a practicar y aprender los fundamentos del Yoga. De
momento parece ser que para bien y confiemos en que así sigua siendo. Para ello no es
pequeña la responsabilidad que recae sobre los profesores de yoga y los que aspiramos a
serlo. Ya que estas enseñanzas han llegado a nuestros días, gracias a que durante
muchos milenios fuero secretas y solamente se transmitían de Guru a Chela, es decir de
Maestro a Discípulo. Y no se transmitían de cualquier manera precisamente, ya que para
comenzar la práctica, era muy común que el Maestro impusiera una condición al
alumno antes de ser admitido, con ello se ponía a prueba su interés y posiblemente se le
empezara a trabajar el Ego. Esto podía consistir en ayunar cierto tiempo, soltar
pertenencias, una peregrinación o lo que el Guru estimara más oportuno. Una ved el
alumno era admitido tenía que memorizar los textos sagrados, y posteriormente durante
la práctica se les iban revelando las enseñanzas ocultas de los textos, que anteriormente
habían memorizado. De esta forma, el conocimiento era transmitido a unos pocos y
estos a su ved lo volvían a comunicar, en toda su pureza. De todas maneras el momento
tan especial en el que actualmente se vive, parece ser el idóneo para la expansión de este
sagrado conocimiento.
En este capítulo, no quisiera pecar de presuntuoso, ni entrar en juicios extraños.
Principalmente porque sé que no soy un erudito del tema, y porque sinceramente pienso,
que puede haber una persona con pocas nociones de yoga y sin mucha experiencia, pero
con un nivel espiritual alto que puede llegar, a otro individuo, impactándole
profundamente, y ayudándole en la búsqueda de su propio camino. Además ya sabes, si
no quieres ser juzgado, no hagas juicios.
En realidad todos los seres viajamos en el mismo planeta, lo que quiere decir que
compartimos un mismo destino. Mal que bien, deberíamos colaborar y compartir, tanto
el pan como las enseñanzas. Hay veces en que los seres humanos creemos que al saber
algo, solo yo, y solo mío, es como si tuviera más valor. Esta es una actitud totalmente
egocéntrica y egoísta, cuando lo cierto es que, algo adquiere valor cuando lo
compartimos y sirve también a otras personas. Además en estas enseñanzas místicas que
nos llevan hacia la Luz, hay un dicho que escuche una vez y decía: “de cada 100 000
000 millones de seres, solamente un millón tendrán acceso a las enseñanzas alguna vez
en su vida, de este millón solamente 1000 mantendrán la practica, de estos solo 100
comprenderán algo y de estos cien, solamente uno llegará.” No recuerdo bien las cifras
del refrán. Pero más o menos, cero arriba cero abajo.
Esto no es para desmoralizar a nadie, ya que también se dice. Que el simple
hecho de tener acceso a las enseñanzas, es por haber llegado con un buen karma, a esta
vida. Ante estas perspectivas, creo que lo mejor para un buen karma personal y
colectivo, es hacer grupos en los que se comparta un mismo objetivo, ya que la propia
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El profesor de Yoga.
energía de grupo siempre facilita las cosas, además de comprobar que los seres humanos
somos mas semejantes entre nosotros de lo que nos suele llegar a parecer.
De todas formas en estos años de práctica y estudio, lo que más claro me ha
quedado. Es que el yoga es un estado y una experiencia, lógicamente, para transmitir
una experiencia necesitamos tenerla. Y no vale tenerla solo una vez, ya que la vida es
impermanencia (todo lo que nace, muere). La experiencia también es impermanente, y
por ello hay que mantener una práctica estable. Salvo cuando se ha comprendido hasta
el final, y se está continuamente conectado, a la presencia conciencia, en un aquí y
ahora continuado. Incluso Sri Aurobindo, Yoguî entre los yoguîs. Teniendo ya una
plena conciencia de la realidad. Aun quiso ir más allá, al Supramental, y desarrollar la
Divinidad aquí, en un cuerpo humano.
Y para tener esta experiencia, práctica y más práctica. Como ya hemos visto en
el capítulo anterior, Patanjali también nos lo recuerda en su yoga sutra 1.12 abhyâsavairâgyâbhyâm tan-nirodhah mediante la práctica constante y con el desapego. Surge el
cese de la identificación con las fluctuaciones de la consciencia.
La práctica es necesaria y vital ya que, es evidente que aquí nadie regala nada, y
si quieres llegar a algún lugar tendrás que recorrer el camino. Y el desapego, la misma
palabra lo dice, soltar el ego. No creernos más por haber conseguido algo. Además en la
senda espiritual, debemos tener cuidado cuando los logros no nos ayudan a trascender el
ego, si no que lo realzan, es muy fácil que estos se vuelvan en nuestra contra. A este
respecto, tengo una amiga que dice. “Siempre que vivas sin rechazo ni apego lo que
aparezca en cada momento presente, se disuelve el ego en ti, y profundizas en la libertad
del desapego”.
Volviendo a lo de ser profesor, creo que cada uno tiene que tener claro hasta
donde llega su formación. Por supuesto que cuanto más amplia sea mejor, más hay para
transmitir. Pero el yoga no es una terapia, clínica ni psicológica, y uno de los nueve
obstáculos que nos da Patanjali, en el sutra 1.30 es vyâdhi, “la enfermedad”. En la
sociedad actual, existe un campo amplio de depresiones, alteraciones mentales, físicas y
emocionales, es muy posible que alguien se apunte a unas clases de yoga pensando en
sanar su enfermedad. Y ahí es donde cada uno tiene que valorar, hasta donde llega su
formación. Si se es terapeuta o medico, además de yogui. Se podrían dar sabios
consejos. Si no, siempre será mejor aconsejar una visita al centro de salud más próximo
o al terapeuta adecuado, antes de meter la pata.
Bien es cierto, que los diferentes âsanas, las kriyas y dhautis. Tienen abundantes
beneficios para la salud. Pero insisto en que cada uno debe valorar hasta donde llega su
formación. No se, igual lo digo porque mi formación se limita a estudios de educación
general básica, una amplia vida laboral, diez años de práctica de yoga, cuatro de
formación en Sâdhana y la escuela que la propia vida me ha ido proporcionando.
Como ya he comentado al principio del capítulo, tradicionalmente el yoga
siempre ha pasado de maestro a discípulo, incluso los textos védicos y los sutras, están
escritos de tal forma que se hace imprescindible para su correcta interpretación, de la
guía de un Maestro cualificado. Esto, evidentemente, se hacía así pues las enseñanzas
más puras y profundas no pueden ser transmitidas por escrito, de hecho, todos los seres
que han experimentado una conexión interna con el Ser verdadero, coinciden en la
imposibilidad de transmitir con palabras de este plano de existencia, la sensación vivida.
Esta autorrealización es el estado de Yoga, la manifestación del Ser, la Consciencia, es
el estado al que llegan los místicos de todas las tradiciones.
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El profesor de Yoga.
Leyendo el párrafo anterior podemos comprobar como lo que debe transmitir un
profe de yoga, está relacionado con los mundos sutiles y a la hora de transmitir lo que
conocemos o creemos conocer de éstos. Debemos ser muy gráciles, muy ligeros, pues si
no tenemos cuidado cuando alguien llega a nuestro lado, depende lo que digamos,
podemos provocar que salga corriendo o que se interese de corazón y comience, o
continué con su propia autoindagación.
Esta transmisión de lo sutil, de la experiencia vivida por el propio profesor, de la
mejoría en todos los aspectos de su vida. Provoca en él, una actitud de servicio, un
querer compartir lo aprendido y un deseo de que toda persona que se acerque a nuestra
clase experimente esta mejoría. Esto es así, pero no nos debe de calentar la cabeza, ya
que es el propio destino y el karma de cada cual, el que hará que demos con uno o con
otro maestro. Lo único que está a nuestro alcance, una vez que decidimos dar clase de
yoga, es esta actitud de servicio y de amor hacia todos los seres. En última instancia, el
profesor de yoga lo único que puede hacer, es poner un poco de luz en la vida de los
demás. Siendo consciente de que la propia vida, es muchas veces un buen guru, y de
que el autentico Guru no es otro que el Budha, no el Budha histórico, si no aquel que ha
reconocido en sí mismo la condición de Budha.
¿Cuáles el Guru-deva?
Y para terminar este capítulo, un bonito poema.
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El profesor de Yoga.
Acompañar.
Mi amigo, mi esbrozador de caminos por descubrir,
quiero que sepas que sólo te puedo acompañar desde mi
propio camino, sin forzar tu paso ni desviar tu destino.
Te acompaño con el apoyo distante y cercano de mi
silente presencia, calma y observadora.
Apoyando tu búsqueda, abriendo ventanas a tu infinita
conciencia, a tu ciencia de ser irrepetible.
Sólo te puedo acompañar con la transparencia de mi
búsqueda inacabada, sin pisar tus pasos, sin anular tu
esfuerzo ni acortar tu propio caminar.
Eres el único creador de este trenzado que surge,
inmenso, misterioso y multiforme, del manantial
inagotable de tu alma.
Sólo te puedo acompañar respetando tu historia y lo que
ahora eres.
Por eso, nunca seré tu salvador, ni tu guía, ni tu estrella,
seré un hermano que camina a tu lado, sin enturbiar tu
búsqueda con mi paso lento.
Te acompaño en la libertad y en el respeto, queriendo que
tú seas tu propio modelo, tú, el alfarero que moldea y da
forma al barro de tu espíritu.
No cantaré tu canto, ni borraré tu huella, simplemente
cuando estés cansado, triste o desorientado te ofreceré mi
mano, señalaré tu estrella, y sabrás que camino a tu lado,
que eres tú quien da sentido a mi vida.
Te acompaño sabiendo que gracias a lo que tu eres, yo
soy y que por eso yo soy tú.
Oración de un padre jesuita, de Méjico.
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Reconocernos en lo físico.
“El hombre, cuando entra en la vida,
es blando y débil, mas muere rígido y fuerte.
Las plantas, cuando entran en la vida,
son tiernas y delicadas, mas mueren secas y tiesas.
Los duros y fuertes son compañeros de la muerte,
los blandos y flexibles de la vida.”
Lao Tse.
Tercera parte:
Reconocernos en lo físico.
Lo más importante de la vida y el primer alimento que nos mantiene, es la
respiración. Por todos es sabido que la vida comienza con una inspiración, y termina con la
exhalación. También es conocido que sin comer el organismo aguanta semanas, sin beber
días, pero sin respirar… sin respirar salvo raras excepciones sólo podemos mantenernos
escasos dos o tres minutos. Por lo tanto dada su importancia vamos a comenzar con la parte
física de la respiración.
La respiración, es la única actividad fisiológica que es a la vez vegetativa y
voluntaria. Es decir se puede dar de una forma natural y también podemos influir en ella.
Algo a tener en cuenta, ya que es esta cualidad de la respiración la que le da una gran
importancia en la práctica del yoga y nos servirá tanto para focalizar nuestra atención como
para vitalizarnos y energetizarnos.
Lo primero que propondría es observar esa respiración vegetativa, automática; para
ello nos relajamos un poquito cerramos los ojos, y nos abandonamos a la exhalación.
Permitiendo que se de la respiración natural, involuntaria sin influir en ella. Y ver que
sucede.
Observamos como de una forma natural el diafragma baja presionando ligeramente
el abdomen y abriendo la zona costal baja. Este movimiento permite la entrada del aire
absorbido por los pulmones, la exhalación se da al relajarse el diafragma y la parrilla costal.
Esto sucede con medio litro de aire unas quince veces por minuto. Una vez el aire ha
entrado en los pulmones. Tenemos una membrana recubriéndolos, a la cual llegan unas
arterias que se van dividiendo y formando una red finísima de capilares, que llegan a estar
en contacto con los alvéolos pulmonares. Aquí se produce un intercambio gaseoso, la
sangre se libera del CO2 y absorbe O2, volviendo al corazón de donde luego se distribuye
por todo el organismo. Donde finalmente llega a las células, ayudando a una microscópica
combustión. Esta, genera el CO2 que será transportado a una nueva exhalación. Lo que nos
lleva a comprobar que la respiración en última instancia es celular, y es ahí donde nos
renovamos a cada instante y donde a un nivel microscópico la vida fluye, en nuestras
células. Y es este con junto de células, las que formando los diferentes órganos nos dan la
sensación de este cuerpo material y físico, en el que ahora habitamos.
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Reconocernos en lo físico.
En todo nuestro cuerpo tenemos, arterias que son las que se encargan de transportar
la sangre oxigenada. Y venas que llevan de retorno la sangre empobrecida con el CO2. Un
dato curioso es que del corazón a los pulmones van arterias con sangre pobre, y de ahí al
corazón venas con sangre enriquecida. En todo el sistema vascular del organismo, esto solo
sucede en esta zona.
Todo este proceso es el natural, también sucede en algunas personas que esta
respiración automática se da mas en el centro del tórax e incluso en las clavículas. Lo que
nos muestra un bloqueo del diafragma, con todo lo que ello conlleva. Pues el diafragma,
que también podríamos llamar el gran olvidado, por la poca atención que le prestamos, es
ese músculo con forma de bóveda que además de separar la esfera torácica de la abdominal,
es el principal músculo de la respiración. Pero también en su movimiento rítmico al bajar
presiona el peritoneo, dando un masaje en el hígado páncreas bazo y estomago. Facilitando
tanto la digestión como la evacuación. Asimismo es un centro de la estática de nuestro
cuerpo y centro de gravedad. Al pasar por sus tres orificios el esófago, la aorta y la vena
cava, ayuda a la circulación sanguínea funcionando como una bomba sobre todo en la
circulación de retorno. Así pues, el bloqueo del diafragma afectaría a todas estas funciones.
Como hemos dicho al principio, la respiración tiene la cualidad de ser voluntaria he
involuntaria. Lo hasta ahora descrito, sucedería en una respiración automática, he
imprescindible para la vida. Pero el poder influir en nuestra respiración, es una ventaja que
no nos debe pasar desapercibida. En yoga existen diferentes formas de trabajar con la
respiración, pero ahora nos vamos a centrar en la respiración conocida como yóguica o
completa. La principal característica de esta respiración, es el usar la capacidad total de los
pulmones. Con ello conseguimos desde una mejor oxigenación, hasta un mejor desarrollo
de toda la musculatura de la respiración y una clara mejora de las funciones del diafragma,
anteriormente descritas.
Para estudiar esta respiración lo primero que observamos son los pulmones. Estos
son dos, el derecho con tres lóbulos y el izquierdo con dos, posiblemente para respetar el
espacio del corazón. A estos el aire les llega a través de la traquea, que es un tubo flexible
pero a la vez con cartílagos que le dan cierta rigidez, para evitar así que se peguen sus
paredes. Esta se va dividiendo hasta llegar a los alvéolos, que son unas bolsitas donde se
produce el intercambio gaseoso. Todo esto envuelto en la pleura pulmonar, protegido por la
parrilla costal y ubicado sobre el diafragma, sobre el abdomen. Comunicado con la parte
superior, por la glotis. Toda esta esfera, que como vemos ocupa prácticamente la mitad
superior del tronco. La dividiremos en tres zonas, abdominal o diafragmática, costal y
clavicular.
Comenzando por abajo, hay que entender que cuando se dice respiración abdominal.
No es porque respire el abdomen, es porque al bajar el diafragma he hincharse la zona
costal baja, esto provoca una presión en el peritoneo y sus vísceras, haciendo que de una
forma natural el abdomen se abombe. Así que cuando nos dicen de hacer una respiración
abdominal, no se trata de sacar tripa, sino de dejar que esto suceda de una forma natural.
Aquí estará entrando aire en la parte baja de los pulmones. Se trata de una respiración que
por si sola, puede llegar a ser muy relajante.
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Reconocernos en lo físico.
Continuando con esta respiración completa, una vez se ha llenado de aire la parte
baja del tórax. Entran en acción la musculatura intercostal, los serratos y los pectorales.
Haciendo que se abra la parte central y el aire llegue al medio de los pulmones. Esta es la
respiración costal, que como ya hemos dicho muchas personas realizan de una forma
inconsciente, dejando el diafragma bloqueado. Con los problemas fisiológicos que ello
conlleva. Cuando la incluimos en la respiración completa, el tórax se ancha y los omóplatos
se separan. Permitiendo la entrada de aire en la parte central de los pulmones.
El siguiente paso es la respiración clavicular. En ella el aire entra en la zona alta de
los pulmones, y es la zona mas complicada de percibir. Para sentirla, a veces es aconsejable
acompañarla con algún movimiento de la cintura escapular. Por si sola es una respiración
pobre, pues la zona que se utiliza de los pulmones es pequeña. Pero aun así de vital
importancia en la respiración completa.
Si además, observamos una suspensión del movimiento respiratorio a pulmones
llenos, y otra a pulmones vacíos. Estaremos realizando una respiración completa y en
cuatro tiempos. Todo este proceso, se realizará sin forzar y sin llegar al límite de nuestras
capacidades. Tanto al llenado como al vacío. También a pesar de distinguir claramente tres
zonas, tiene que ser una respiración fluida. Es decir sin trompicones ni escalonamientos.
Asimismo atenderemos siempre que nos sea posible, a que nuestra respiración sea suave,
silenciosa y prolongada.
Para todo este trabajo respiratorio, aun pudiéndose realizar de pie y sentado. Lo más
aconsejable es tumbarse boca arriba y comenzar con un buen vaciado de los pulmones. Para
que de esta forma, aun sea mayor la oxigenación posterior. Podremos trabajar tanto de las
clavículas hacia el abdomen, (respiración energetizante) y del abdomen a las clavículas,
(respiración más relajante). O combinando ambas, de lo que se trata es que vayamos
tomando conciencia de nuestra amplitud respiratoria. Y de que al terminar la práctica
tengamos una sensación de mayor vitalidad física, tranquilidad emocional y claridad
mental.
Con un poco de práctica, pasaremos fácilmente de las quince respiraciones por
minuto en la respiración automática. A tres o cuatro, utilizando los pulmones en su
totalidad. El alargar la conciencia del aliento, teniendo en cuenta que los yoguîs miden la
vida en número de respiraciones, es algo que debe valorarse y considerarse adecuadamente.
También es muy importante la estructura del cuerpo, para la respiración. Por
ejemplo, si permitimos al cuerpo que se vaya doblando y curvando, sacando incluso una
pequeña chepa. Estaremos comprimiendo la zona del tórax y haciendo una vez mas, que
nuestra respiración se empobrezca.
Y ya que hablamos de la estructura del cuerpo, podemos cambiar de tercio. Pero
continuando con annamaya kosha, o lo que es lo mismo la envoltura material y física.
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Reconocernos en lo físico.
El cuerpo humano está compuesto de un esqueleto que tiene 208 huesos, de los
cuales un sacro con forma triangular y curva terminado en seis o siete vértebras fundidas,
(cóccix, posiblemente antigua colita) cinco lumbares, doce dorsales y siete cervicales. Son
de vital importancia, tanto para la vida como para el yoga. Y forman lo que conocemos
como columna vertebral.
Es una imagen graciosa, la de ver un dibujo de nuestro cerebro, médula y nervios,
sin huesos, músculos ni vísceras. Y comprobar como de ese cerebro, que consideramos tan
importante, la médula es una prolongación. De hecho la meninge exterior (llamada
duramadre) que envuelve y protege al celebro, también se extiende envolviendo y
protegiendo la médula espinal. Pero una protección aun más robusta, se la proporcionan las
vértebras. Y para que estas “no bailen solas”, los músculos que las rodean.
Proporcionándoles sujeción y movimiento. También hay un disco intervertebral, a modo de
almohadilla. Esta médula podría considerarse como “la ingeniera de telecomunicaciones”
entre el cerebro y resto del organismo. Y es importante su protección, pues una lesión
dependiendo de la zona, lumbar dorsal o cervical. Provocaría una hemiplejia, paraplejia o
tetraplejia.
En el Hata Yoga, se le presta atención prácticamente en todas las posturas. Ya que
cuando no está en flexión, está en extensión, laterización o en torsión, e incluso en
compresión. Hay momentos, en los que se puede llegar a combinar dos de estos
movimientos de la columna. Y también en muchas Âsanas, deberemos proyectar desde la
coronilla. Como vemos en todo momento podemos “echar un ojo” a nuestro eje vertebral.
Y no solo en Hata Yoga, ya que tanto en una oficina como en trabajos de fuerza. Es de gran
importancia vigilar nuestra postura, para que la columna no coja vicios y así prevenir
lesiones. También volviendo al Yoga, es importante cuando realizamos un movimiento,
compensar con el contrario. Es decir, después de una flexión, continuar con una extensión,
o después de torsionar a un lado, torsionar al contrario.
Posiblemente para el lector o lectora, la palabra Âsana no sea nueva y ya la conozca,
a modo de anécdota, el otro día me la encontré en un autodefinido, si, uno de estos
pasatiempos de la prensa, preguntaba ¿postura de yoga? y la respuesta era Âsana.
Bien, pero volviendo al tema que nos ocupa, que es el yoga. Y el yoga va de la
periferia hacia el centro. Dejemos los autodefinidos en la periferia, y vayamos hacia el
centro. Y en ese recorrido ¿Qué nos encontramos?, pues teniendo en cuenta que la periferia
esta en el exterior y el centro en nuestro interior, lo que nos encontramos es nuevamente
con la envoltura física del ser. Y aquí Âsana es el medio mediante el cual trabajamos con el
cuerpo. Lo que no quiere decir que el mantener una postura no influya en nuestra energía y
en nuestro mental. En última instancia hay una globalidad, en la que todo está relacionado.
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Reconocernos en lo físico.
Para estudiar Âsana, me parece muy interesante tomar la muy recomendable visión
de Patanjali. Y descifrar los sutras del segundo libro, 46-47-48.
II.46
Sthira sukham âsanam.
“Âsana es una postura estable y cómoda.”
II.47
Prayanta `saithilyânanta samâpattibhyâm.
“La postura se perfecciona eliminando tensiones y meditando en lo ilimitado.”
II.48
Tatah dvandvâh anabhighâtah.
“A parir de entonces, el adepto no es perturbado por las dualidades.”
En las posturas de yoga, a las cuales llegaremos después de un pequeño
calentamiento de las zonas que se trabajen, deberemos mantenernos con firmeza y
comodidad. Debemos buscar ese límite agradable, en el que notamos el trabajo en nuestro
cuerpo, pero sin llegar al dolor. Esto es importante porque los músculos son muy flexibles,
pero las fáscias (membrana que envuelve al músculo), son las que están contraídas y tienen
que ir cediendo poco a poco, sin brusquedades. Ya que si llegamos al dolor el efecto,
provocado por las terminaciones nerviosas que le llegan, es el de contraerse aun más. Es un
movimiento totalmente involuntario de nuestro cerebro reptiliano, que cuando hay dolor
contrae. El encontrar este punto agradable también hará que podamos mantener la postura
con comodidad. Teniendo también en cuenta que el cuerpo no esta igual todos los días, y es
muy posible que donde hemos llegado un día al otro no podamos. Por esta razón siempre
hay que estar también muy atentos. Una buena técnica para controlar este sthira sukham
âsanam, es la respiración. Si practicando una Âsana cualquiera, la respiración comienza a
ser entre cortada e inestable, será mejor aflojar un poquito o incluso buscar una variante
más suave. Por el contrario, mientras la respiración sea profunda y prolongada, podremos
mantener cómodamente la postura. Salvo en Halâsana, el arado, en la que se produce una
compresión del tórax que limita ligeramente la respiración.
Cuando observamos estos aspectos, nos encontramos prácticamente con lo que dice
el sutra II.47. Podemos soltar tensiones, estar relajados y mantener esa concentración, que
nos abrirá a un estado meditativo. Para no romper este momento, los cambios a otra postura
se realizaran con el mínimo esfuerzo, observando los cambios de gravedad y jugando con
los ejes del cuerpo. Suavemente para no perder el centramiento.
En el sutra II.48, se refiere a que una vez logradas estas cualidades en Âsana, se da
el estado de no dualidad que pretende el Yoga, la unidad de cuerpo, mente y alma. Donde
no puede existir ningún par de opuestos. Dejan de existir, el frió o el calor, la alegría o
pesar, el dolor o placer. También este sutra II.48, T.K.V. Desikachar lo transcribe de la
siguiente manera: “Si estos principios se siguen correctamente, la práctica de Âsana
ayudará al practicante a soportar, e incluso minimizar, el efecto de las influencias exteriores
sobre el cuerpo; la edad, el clima, la alimentación y el trabajo.”
Todo esto, de todas formas es un trabajo lógicamente progresivo. Ya que, cuando
una persona comienza la práctica de Hata Yoga, lo mas lógico es no poder mantener bien
las posturas, que todo tiemble y que parezca imposible. Pero con paciencia, y continuidad
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Reconocernos en lo físico.
conseguimos que la expresión ¡yo no puedo!, desaparezca de nuestro vocabulario. Además
en la práctica lo importante para alcanzar el “estado de yoga”, es la calidad de presencia
conciencia, y no, si hacemos esta u aquella postura. Tampoco es necesario practicar todas
las posturas, si no más bien las que nos convienen a nuestro organismo y estructura física.
Hay una expresión oriental muy bonita, que resume todo lo que se relaciona con el
cuerpo físico como “barrer el templo”. Y es bueno recordar que cuando, practicamos
ejercicio, una dieta sana y la propia higiene del cuerpo. Lo único que hacemos, es mantener
en condiciones adecuadas el vehículo de nuestro Ser.
El ejercicio sin llegar al extremo de la competición, siempre es bueno para quemar
los nutrientes que ingerimos. Pero el practicar yoga tiene una gran diferencia con el
deporte. Ya que al realizar cualquier gimnasia consumimos Prâna, mientras que en las
posturas de yoga acumulamos Prâna. De hecho si practicamos intensamente, una de las
cosas que observamos es la menor necesidad de ingerir alimentos. Este Prâna, tiene que ver
con la energía. Así que lo trataremos en el siguiente capítulo, sobre la envoltura energética.
En lo referente a una dieta sana, todos habremos escuchado alguna vez el dicho de
“somos lo que comemos”. Así pues cuando comemos carnes, debemos de saber que
también ingerimos, el miedo y el sufrimiento que padeció el animal al morir. Aparte que los
nutrientes de estas carnes, nos llegan principalmente de los vegetales que comió en vida el
animal. ¿No será mejor comer directamente estos vegetales? También la forma de nuestra
dentadura y del intestino, nos lleva más a pensar que el hombre es frugívoro. Incluyendo
también como fruta, las verduras y los cereales. Algo también muy evidente es la
agresividad que desarrollan quienes abusan de la carne en su dieta, mientras quienes toman
otra alimentación son más pacíficos y serenos. Con todo lo que ello conlleva, es decir: una
alimentación nefasta nos lleva hacia los instintos más bajos y depravados del hombre,
mientras que una alimentación limpia nos ayuda a purificar e interiorizar. Es muy conocido
también que todos los profetas y grandes seres de luz, en algún momento de su existencia
terrenal han practicado el ayuno.
En el tema de la alimentación, debo reconocer que es uno de los que más me ha
costado integrar en mi vida, de hecho en el día de hoy todavía cometo algunos errores. De
todas formas para concluirlo en este capitulo, voy a adjuntar unos datos que extraje de
internet, de un texto del ISEV Instituto Superior de Estudios Védicos.
Alimentación.
La ciencia reconoce que a la dieta de cada ser viviente le corresponde una estructura
anatómica y fisiológica especial, e igualmente ciertas condiciones naturales propias y
ambientales (Ecosistema). En este sentido mediante nuestra experiencia práctica podemos
notar que la fisiología, la constitución anatómica visible de los animales, los sistemas y
funciones digestivos, son diferentes en los distintos reinos de la naturaleza. El ser humano y
el tigre son buenos ejemplos de este agudo contraste. De acuerdo con sus dietas, podemos
establecer dentro de los vertebrados tres grupos principales a saber: Los carnívoros, los
herbívoros y los frugívoros. Examinemos de cerca algunas de sus características
principales.
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Reconocernos en lo físico.
1 Animales Carnívoros: este grupo incluye animales tales como el león, el perro, el
gato, el tigre, etc. Una característica notable de su aparato digestivo, es que es generalmente
corto (aproximadamente 3 veces la longitud de sus cuerpos). Esto se debe a que la carne, su
dieta natural, se descompone rápidamente y los productos resultantes de esta putrefacción
se vuelven tóxicos en forma rápida si no son expulsados inmediatamente del cuerpo. Un
aparato digestivo corto permite la evacuación rápida de los químicos tóxicos que resultan
de la descomposición de la carne.
El estómago de los animales carnívoros contiene aproximadamente 10 veces más ácido
clorhídrico que el estómago de los animales no carnívoros.
Poseen hocico con boca rasgada que les permite introducirlo en las viseras y músculos de
sus víctimas.
Los carnívoros cazan usualmente durante la noche y luego descansan y duermen durante
el día.
Carecen en general de glándulas sudoríparas las cuales sirven para limpiar y refrescar la
piel. La lengua reemplaza estas funciones
Todos los carnívoros poseen poderosas mandíbulas y puntiagudos y alargados dientes
además de sus poderosas garras. Esto permite atravesar hasta las pieles más duras y partir
los huesos.
No poseen molares, los que son imprescindibles para que un animal de dieta vegetariana
pueda moler su alimento. La carne no necesita masticarse mucho para ser digerida, ya que
se digiere en su mayor parte en el estómago e intestinos.
2 Animales Herbívoros: este grupo incluye al elefante, la vaca, la oveja, el
camello, etc. Se alimentan de hierbas, hojas, etc. Su digestión comienza en la boca con una
clase de enzima llamada ptialina, la cual se encuentra en su saliva. El proceso de
asimilación es lento, y su alimento debe ser masticado cuidadosamente, para lo que poseen
molares especiales y no poseen garras ni afilados dientes. Para beber aspiran el agua.
Su aparato digestivo es más largo (aproximadamente diez veces el tamaño de sus
cuerpos), ya que no ingieren sustancias que se descompongan rápidamente.
3 Animales Frugívoros: incluye principalmente a los monos antropoides, los cuales
son muy similares anatómicamente a los seres humanos. Su dieta alimenticia consiste
principalmente en frutas secas y frescas, hojas y raíces.
Poseen millones de poros en la piel y también molares para poder masticar los alimentos.
Su saliva es alcalina al igual que la de los herbívoros y contiene ptialina para la
predigestión de las frutas y los vegetales.
Los Seres Humanos son muy semejantes a los herbívoros y a los frugívoros y
completamente diferentes a los carnívoros. Nuestro aparato digestivo es 12 veces el tamaño
de nuestro cuerpo.
La piel posee cerca de tres millones de poros, por donde se evapora y se refresca el cuerpo
mediante el sudor. Así como los animales vegetarianos, el ser humano bebe agua mediante
succión. La estructura dental y la forma de las mandíbulas (la nariz sobresale de la boca)
son apropiadas para una dieta exclusivamente vegetariana.
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Reconocernos en lo físico.
La saliva humana es alcalina y también contiene ptialina para la predigestión de los
alimentos. Cuando se acostumbra a comer carne, probablemente el cuerpo comience una
producción anormal de ácido, lo que ataca las mucosas estomacales y origina úlceras.
Por estas diferentes características anatómicas y fisiológicas, se ve claramente que el ser
humano no esta diseñado para ser carnívoro.
Si la carne fuese alimento natural y adecuado para el ser humano, lo comería tal y como lo
ofrece el cadáver, sin necesidad de transformarla en la cocina para engañar los sentidos.
En lo que se refiere a la higiene los yoguîs, son muy finos y han ido más allá de lo
que muchos occidentales pudieran imaginar. Para que nos hagamos una idea voy a
comentar todos los ejercicios de purificación física que realizan, pero de forma resumida. A
la par, iré profundizando un poquito en los que conozco mejor, por estar ahora
realizándolos o por haber probado alguna vez.
Shatkarmas. Ejercicios de purificación física.
El Hata yoga original consistía en la práctica de los seis shatkarmas. Los tres
primeros realizan la purificación interna de tres segmentos corporales.
1. Neti: purifica la cabeza.
2. Dhauti: purifica la garganta, el tubo digestivo y el estómago.
3. Basti: purifica los intestinos y el aparato excretor.
Los tres últimos además de colaborar en la limpieza interna, también realizan una
purificación energética y mental.
4. Nauli: desbloquea las energías corporales y restablece el equilibrio energético. Otro
objetivo, es despertar el centro energético umbilical.
5. Kapalabhati: además de la purificación del sistema respiratorio y del cerebro, se
encarga también de elevar la energía y de centrarla en el centro energético del
entrecejo, produciendo un estado de interiorización.
6. Trataka: enfoca la energía mental en un solo punto produciendo un estado de
concentración.
Neti.
Es la purificación de las fosas nasales, y hay cuatro tipos.
Limpieza con agua salada, con un cordel de seda, con mantequilla clarificada, con leche.
Personalmente sólo he probado la limpieza con agua salada. Esta se realiza con una
“lota”, artilugio similar a una tetera. En el que se introduce agua templada con un poco de
sal marina. Luego se coloca el caño de la lota en un orificio de la nariz, inclinando la
cabeza hacia el otro lado y mediante la fuerza de la gravedad, entra por un cornete nasal
saliendo por el otro. Después procedemos a expirar con fuerza por la nariz y caen al lavabo
todas las mucosidades que estaban apegadas. Para terminar secaremos los cornetes
mediante unas expulsiones fuertes.
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Reconocernos en lo físico.
Esta limpieza es importante para eliminar todas las partículas que se acumulan, un
buen anti catarros y permite trabajar mejor a una buena cantidad de terminaciones nerviosas
que tenemos en los cornetes nasales. En las chicas incluso ayuda a regular el periodo.
Dhauti
Limpieza corporal que se divide en cuatro partes:
1. Antar Dhauti, se divide a su vez en cuatro tipos:
a) Plavini: es la purificación por el aire. Consiste en tragar aire por la boca
colocada en forma de pico y conducirlo por el interior del cuerpo hasta
expulsarlo por el ano.
b) Shankhaprakshalana: es la purificación por el agua. Se realiza bebiendo
abundante agua salada que luego es conducida a lo largo de los intestinos y
expulsada por el ano.
c) Agnisara dhauti: es la purificación por el fuego. Consiste en una serie rápida
de contracciones-expansiones del abdomen.
d) Bahiskrita: es un ejercicio muy complejo en el que se limpia manualmente el
intestino grueso.
2. Dhanta dhauti, se compone de cinco limpiezas.
a) Danta dhauti: limpieza de la dentadura frotándola con polvo de acacia.
b) Jihva dhauti: limpieza de la lengua.
c) Karna dhauti: limpieza de los oídos con los dedos índice y anular.
d) Kapalrandhra dhauti: purificación de los senos frontales, frotando con el dedo
pulgar de la mano derecha la depresión de la frente que se encuentra encima de
la nariz.
e) Chakshu dhauti: purificación de los ojos, frotándolos con los dedos o con agua
salada.
3. Hrid dhauti: se compone de tres limpiezas.
a) Vastra dhauti: se introduce una gasa por la boca y se traga con cuidado hasta
que llegue al estómago. Hay que tener la precaución de dejar un extremo de la
gasa fuera de la boca para posteriormente tirar de ella y sacarla lentamente con
todas las impurezas.
b) Danda dhauti: consiste en introducir en el esófago un tallo de plátano y luego
sacarlo suave y lentamente.
c) Vamana dhauti: es el lavado de estomago bebiendo abundante agua salada que
luego es vomitada.
4. Mula Shodhana: es la limpieza del ano y el recto.
De todos estos dhautis personalmente solo he realizado tres. Jihva dhauti, que
consiste en la limpieza de la lengua. Es aconsejable realizarlo por las mañanas, porque en la
noche la lengua supura toxinas y otros desechos hacia fuera, si no los retiramos se
reingieren con la deglución de la saliva, volviendo al organismo. En India existen unas
paletas para este menester, aquí nos podemos servir de la parte cóncava de una cucharilla
de café. Sacamos la lengua y la raspamos, observando que en la cucharilla queda una saliva
pastosa (mas pastosa cuanto mas impurezas arrastre), este residuo lo pasamos por el grifo
del lavabo. Y repetimos la operación hasta que la lengua quede sonrosada. Al principio dan
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Reconocernos en lo físico.
ligeras arcadas, pero conforme vamos realizando la limpieza cada día se hace más
agradable y cómoda. Actualmente hay en las farmacias un palito curvo de plástico que se
llama halita, y es idóneo para este menester.
El Danta dhauti, lo realizo como todo el mundo por estos lares, cepillo y pasta de
dientes e hilo dental.
Shankhaprakshalan, es un poco más complicado. En esta limpieza se ingiere agua
salada y posteriormente se dirige a la salida mediante una serie de movimientos. Hasta que
el agua expulsada sale tan clara como la que se toma. Esto quiere decir que todo el tubo
digestivo queda vacío, lo que no es aconsejable durante más de media hora. Así pues
tendremos preparado un arroz blanco con mantequilla, o unos espaguetis con aceite de
oliva. Para una primera ingesta de alimento de forma suave. Este ejercicio viene muy bien
explicado en el libro “Perfecciono mi yoga” de André Van Lysebeth.
Basti.
Es la limpieza del intestino mediante agua o aire.
Nauli.
Es uno de los ejercicios más importantes del Hata yoga. Se realiza aislando los
músculos rectos del abdomen y batiéndolos en círculo.
Lo cierto es, que no tenemos costumbre de movilizar los músculos abdominales con
una simple orden mental. Igual que hacemos con el bíceps y otros tantos músculos. Así
pues cuando probamos nauli por primera vez, lo mas lógico es que no salga bien. Para
comenzar a tomar conciencia de la musculatura abdominal, es aconsejable la práctica de
uddiyâna bandha.
Uddiyâna lo practicaremos en pie, con los pies paralelos y separados unos treinta
centímetros. En la verticalidad hacemos alguna respiración completa, y al expulsar nos
inclinamos hacia delante apoyando las manos en ambas rodillas. Con los pulmones vacíos
realizamos una falsa inspiración, lo que provoca que el abdomen se retraiga hacia la zona
lumbar y hacia el diafragma. Retenemos unos segundos, sin llegar nunca a forzar la
retención, de tal forma que podamos soltar con suavidad he inspirar relajadamente. Esto lo
comenzaremos haciendo tres o cuatro veces, y siempre en ayunas. Con el tiempo pasaremos
a aislar los rectos abdominales, que se diferencian perfectamente marcados desde el pubis
al externon. Y solo se hundirá el abdomen en los laterales. El siguiente paso será movilizar
estos rectos abdominales, como un rodillo de un lado a otro del abdomen.
En este ejercicio, el masaje en todas las vísceras es inmejorable, ya que si damos el
masaje con las manos es a través de estos músculos, con el nauli es la propia musculatura
abdominal la que proporciona el masaje. Esto provoca una buena irrigación de sangre
arterial, y la salida de la sangre venosa. Influye también en el plexo solar, liberando
procesos de ansiedad. Anula totalmente el estreñimiento, y ayuda a fortalecer los propios
músculos abdominales.
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Reconocernos en lo físico.
Observemos lo que se dice de este ejercicio en el Hata yoga pradipika: “Nauli es la
más importante de todas las prácticas del Hata yoga. Aumenta el fuego de la digestión,
favorece la asimilación, produce una sensación agradable y destruye todos los malestares.”
Kapalabhati.
Tiene tres variantes. Una mediante la respiración, otra se absorbe agua salada por la
nariz y se expulsa por la boca. Y una tercera a la inversa, es decir se absorbe agua por la
boca y se expulsa por la nariz.
De estas tres, la segunda la he probado sin querer. Pues algunas veces haciendo neti,
la ducha nasal, se pude pasar agua a la boca. Pero no es la limpieza en si. La que si he
probado, y aunque ahora tengo un poco abandonado es el kapalabhati respiratorio. Este se
traduce literalmente como limpieza del cráneo. Y aunque se emplaza entre los Shatkarmas,
se puede considerar también como un prânâyâma.
Consiste sencillamente en invertir el proceso de la respiración. Normalmente al
respirar provocamos la inspiración y nos abandonamos a la expulsión. En kapalabhati
procedemos al revés, provocamos la expulsión y nos abandonamos a la inspiración. La
expulsión se realiza mediante una fuerte contracción de la musculatura abdominal. Este
ejercicio lo comenzaremos con tres series de diez expulsiones, y se aumentará
progresivamente. Hasta llegar a las 120 por minuto que realizan los yoguîs en la India,
tenemos un largo camino, seguramente se nos agote la potencia de los abdominales mucho
antes. Y precisamente lo que nunca hay que hacer es, bajar la fuerza de la expulsión por ir
más rápido o por hacer más veces.
Trataka.
Es la purificación de los ojos. Consiste en concentrar la mirada fijamente en un
punto o en una vela, sin parpadear, hasta que los ojos lloren.
Este ejercicio además de limpiar los ojos, también se convierte en un trabajo de
concentración, al mantenernos fijos y sin distracción. Y para entrenar nuestra visualización,
ya que podemos al terminar cerrar los ojos he intentar seguir viendo el objeto en nuestra
pantalla mental.
Después de ver los tres aspectos principales de la envoltura física como son, el
ejercicio, la alimentación y la higiene. Me gustaría añadir que este cuerpo que habitamos,
formado por los cinco elementos de la naturaleza; éter, aire, fuego, agua y tierra, aunque
principalmente de agua. En realidad no es más que la expresión más burda de la conciencia,
y el muro que nos impide percibir a nuestros vehículos, astral, mental y causal, de los que
daremos más explicaciones en los siguientes capítulos. Pero aun así, es de vital
importancia. Ya que es mediante el cuerpo físico como se reciben los contactos con el
mundo exterior, sensaciones que trabajando con ellas, es como conseguiremos llegar al Ser
consciente que reside en él.
Una vez llegados a este punto, hay algo que no debemos de dejar de recordar, sin
miedo a repetirnos. Y es la calidad de consciencia y presencia. Antiguamente en la
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Reconocernos en lo físico.
prehistoria, los habitantes de la tierra vivían en la presencia y al día. No se preocupaban del
ayer ni del mañana. Con la evolución se fue ganando en conciencia, y se tenían otras
aspiraciones. Pero por el camino perdimos la presencia. Y comenzamos a vivir en
experiencias pasadas y proyectos de futuro. Actualmente, que todo parece ir tan rápido,
deberíamos tender a fundir estos dos estados. Procurar vivir en la presencia y consciencia.
Presentes en el aquí y ahora, y conscientes de nuestro Ser, para así estar también presentes
y conscientes de todo cuanto nos rodea. Estas cualidades se deberían tener en cuenta en
todo momento. Pero es complicado por la condición reactiva de la mente.
Así pues, cuando trabajamos con nuestro cuerpo físico, es importante comenzar con
una buena toma de conciencia. Poniendo los pies paralelos y sintiendo el contacto de estos
pies con la tierra. Relajando las rodillas y observando qué sucede en nuestras caderas al
respetar los ejes del cuerpo. Continuaremos centrando la pelvis y creciendo por nuestra
columna vertebral sintiendo sus curvas naturales, hasta llegar a las cervicales y proyectar
ligeramente la cabeza hacia el cielo, mandíbulas relajadas, la lengua descansa en el paladar
superior, hombros relajados, los brazos cuelgan a los costados, con el dedo corazón de la
mano descansando en la costura del pantalón. Y desde esta conciencia postural, respetando
los ejes del cuerpo, percibiendo el volumen que ocupamos en el espacio, nos abandonamos
unos instantes a la consciencia en la respiración, pero sin perder ese enraizamiento con la
tierra, y la proyección de la coronilla hacia el cielo. Desde esta conciencia nos iremos
moviendo con suavidad hacia Âsana, buscando esa sensación de estabilidad y comodidad,
sthira sukham, que nos aconseja Patanjali.
Y de esta forma, es como poco a poco nos iremos reconociendo en nuestro cuerpo
físico, par poder ir más allá.
Práctica y meditación.
Ciertamente aquí podría adjuntar algunas series, pero como a lo largo de este
capitulo no he pretendido hablar de posturas, ni de anatomía. Si no mas bien, de la
importancia de reconocernos en esta primera envoltura que encontramos en el camino hacia
el estado de Yoga. Así que me limitaré a transcribir como debería ser una serie de Hata
yoga:
¾ Comenzaríamos, como acabamos de ver, con una buena toma de conciencia.
Reconociendo también como está nuestro cuerpo en ese momento. Y a donde
queremos llegar.
¾ Continuaríamos con ejercicios de calentamiento, sin generar tensiones y teniendo en
cuenta las zonas que vallamos a trabajar mas intensamente durante la sesión.
¾ Practicaremos unos movimientos dinámicos antes de mantener una postura estática.
¾ Para realizar un Âsana, nos aseguraremos primero de conocer y poder realizar una
contra postura adecuada. Y más sencilla que la Âsana a compensar.
¾ Estaremos siempre muy atentos, realizando cada Âsana como si fuera la primera
vez. Disfrutando, observando y aceptando nuestros limites.
- 32 -
Reconocernos en lo físico.
¾ Para terminar con algún ejercicio respiratorio, o directamente pasar a la relajación.
La relajación aparte de sus efectos sobre la mente, es también importante para que
el cuerpo asimile los trabajos realizados.
¾ Algo que debemos de tener en cuenta, durante la práctica de los estiramientos, es
que: para estirar debemos de relajarnos, para relajarnos hay que respirar, para que la
respiración sea relajante debemos de realizarla de una forma consciente, para
respirar conscientemente debemos de estar presentes.
¾ Una actitud de presencia y consciencia, nos llevará a que nuestra serie de yoga se
convierta en una meditación en acción y movimiento. Y por lo tanto cada vez mas
cercano el estado de yoga, de cese de las fluctuaciones de la mente y conexión con
nuestro Ser.
También es un buen ejercicio para reconocernos en lo físico. Hacer unos
estiramientos genéricos de piernas y tronco, ponernos las zapatillas y salir a correr. A ser
posible por el campo o por un parque, y sin forzar sentir como se va activando el fuego de
nuestro cuerpo, se marcan la respiración y las palpitaciones del corazón. Disfrutando
sintiendo que no nos cuesta ningún esfuerzo, como si no avanzáramos y fuese el horizonte
el que se acerca a nosotros. Y cuando lo consideremos terminar también con algún
estiramiento, una buena ducha y disfrutar de la sensación que queda en nuestro cuerpo
físico.
En la parte física de la meditación, nos limitaremos a hablar de la postura. Lo más
importante de la postura, es que la columna vertebral este en la verticalidad. Partiendo de
aquí nos podemos sentar en el suelo, en un cojín, sobre los talones o en una silla. Hay que
tener en cuenta que en cualquier postura que adoptemos, después de mantenerla cierto
tiempo van a surgir dolores, pero lo que no puede ser, es que desde el primer momento ya
nos duela. Porque esto arrastraría nuestra atención y con ello nuestra concentración.
Si hemos escogido la postura de sentados en el suelo, utilizaremos un cojín. Ya que
solo en los países que tienen mucha tradición de sentarse en el suelo, son capaces de
hacerlo manteniendo la columna recta. En este cojín notaremos los isquiones (huesecitos de
la base de la pelvis), bien apoyados. Las rodillas a ser posible apoyadas en el suelo, las
piernas se pueden poner en loto, en medio loto o sin mas una delante y otra atrás. De esta
base proyectaremos la cresta iliaca de las caderas hacia las rodillas, notaremos como este
gesto lleva la columna a su posición natural. Los hombros relajados con las manos sobre las
rodillas o realizando un mudra. La cabeza ligeramente proyectada hacia el cielo y con la
punta de la nariz en línea con el lóbulo de la oreja.
Desde esta postura o desde cualquiera de las anteriores, de rodillas o sentados en
una silla. Observaremos al inspirar todas estas pautas de abajo a arriba. Y al expulsar
realizaremos como un escáner de arriba hacia abajo relajando todo el cuerpo pero sin mover
la postura.
La postura de meditación está muy estudiada. En el cuerpo las extremidades son
auténticos receptores y emisores de energía. Al cruzar las piernas y juntar las manos, lo que
se consigue es, hacer un circuito cerrado de energía. La verticalidad también es importante,
- 33 -
Reconocernos en lo físico.
ya que por el tronco pasan canales principales de energía y si existe algún pliegue o
pinzamiento esta quedaría bloqueada.
Para terminar con la envoltura física veamos lo que dice Patanjali en el sutra III.46:
Rûpa lâvanya bala vajra samhananatvâni kâya sampat.
Patanjali define en este sutra lo que el entiende por perfección del cuerpo, y dice:
“Belleza, gracia, fortaleza y extraordinaria durabilidad. Constituyen la perfección del
cuerpo.”
Hay también un verso del Siddha Tirumular, contemporáneo de Patanjali.
Que dice:
Si el cuerpo perece, el prâna se marcha,
Tampoco será alcanzada la luz de la verdad.
Aprendí el camino de preservar el cuerpo
Y, al hacerlo, también mi prâna.
Hubo un tiempo en el que despreciaba el cuerpo.
Pero luego vi a Dios en su interior.
El cuerpo, descubrí, que era el templo del señor.
Así que empecé a preservarlo, con infinito cuidado.
De estos versos se deduce que la preservación del cuerpo, no es un fin en sí mismo,
si no un medio de ganar tiempo, para completar el proceso de autorrealización.
Para terminar este capítulo y a la vez enlazar con el siguiente, anotaremos, que en la
ciencia que estudia la naturaleza oculta del ser humano, la materia física se clasifica en siete
grados u ordenes de densidad, de lo mas sutil a lo mas denso, sería: Atómico, Subatómico,
Superetérico, Etérico, Gaseoso, Líquido y Sólido. Partículas de todos estos grados entran en
la composición del vehículo físico. Pero el cuerpo físico tiene dos divisiones bien
marcadas, una parte densa compuesta por sólidos, líquidos y gases, y una envoltura etérica
que se compone de los cuatro grados más finos de la materia.
Profundizando en nuestro ser, después de la cubierta física compuesta como vemos
de gases, líquidos (agua en un alto porcentaje), y sólidos. Estaría la envoltura etérica, esta
envuelve a cada célula, por lo tanto si las pudiéramos ver por separado, tanto la envoltura
física como la etérica tendrían la misma apariencia. Se conoce la existencia de un ojo
etérico, que hay personas que tiene activo y con el que pueden ver esta envoltura, la
mayoría de los mortales tenemos este ojo dormido o inactivo, éste, seamos consciente de él
o no lo seamos, se encuentra en el entrecejo a la altura del Chakra Âjnâ.
Es importante observar que el cuerpo físico y el etérico cambian su calidad a la par,
de esta forma si purificamos, cuidamos y refinamos nuestro cuerpo físico, de manera
simultánea el etérico se mantiene sano y sutil. No debiera hacer falta decir que lo contrario
le afecta negativamente. De hecho existe una tela o membrana atómica formada por una
simple capa de átomos físicos, estrechamente entretejidos, muy comprimidos y cubiertos de
una variedad especial de prâna. Esta membrana, sabiamente colocada por la naturaleza para
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Reconocernos en lo físico.
impedir el contacto prematuro entre el plano físico y el astral, es muy sutil. Las drogas y
narcóticos, el alcohol e incluso los excesos café, pueden dañarla con sus nefastas
consecuencias. Esto sucede debido a que ciertas substancias toxicas, en el interior del
cuerpo se volatizan y llegan a atravesar la membrana dejándola seriamente dañada.
Ya que menciono esta membrana atómica, aclaremos que lo que separa en realidad
es el plano etérico del astral, no el físico del etérico. Es por ello también que una emoción
fuerte de mal carácter y gran potencia, puede producir una “explosión” en el plano astral,
dañando también seriamente esta membrana y pudiendo llegar a enloquecer la persona
afectada.
Como veremos en el capítulo correspondiente a las emociones, existe una gran
relación entre el mundo emocional y plano astral.
La envoltura etérica tiene dos funciones principales. En primer lugar absorbe prâna
y la distribuye por el cuerpo físico, en segundo lugar, actúa como intermediario o puente
entre el cuerpo físico denso y el cuerpo astral.
Como estamos viendo, las personas damos vida a una serie de vehículos o
envolturas, y son tres las principales física, astral y mental, estas tienen una serie de
subdivisiones que iremos analizando a lo largo de este trabajo, de momento hemos visto
que en lo físico también estaría la envoltura etérica.
Todos los organismos y partículas del universo, viven en vibraciones rítmicas, se
atraen por armonía y se separan por disonancia. Aún ahora en la naturaleza física, hay una
infinidad de vibraciones que se nos escapan por completo, porque nuestro cuerpo físico es
incapaz de recibirlas, es decir, de vibrar al unísono con ellas. Nos quedamos enganchados
en nuestro cerebro físico, identificándonos con él y con su vibración densa e irreal, y no nos
permitimos abrirnos a otras experiencias que van a una vibración más rápida. Sin darnos
cuenta de que en realidad este cerebro y este cuerpo un día morirá, y somos algo más,
aparte de la irrealidad que estamos acostumbrados a vivir.
En la filosofía Vedânta se le conoce al etérico con el nombre de prânamâyakosha,
es decir envoltura de prâna, y como esto comienza a estar relacionado con la envoltura
energética, pasemos al siguiente capítulo.
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Reconocernos en lo físico.
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Reconocernos en lo energético.
“Los deslumbrantes efectos de luces y visiones,
las poderosas liberaciones de rapto y energía.
Son maravillosas señales de la crisis,
de las antiguas estructuras de nuestro ser, cuerpo y mente.
Sin embargo, en sí mismas no producen sabiduría.”
Jack Kornfield.
Cuarta parte:
Reconocernos en lo energético.
Ya hace días, tomé la decisión de comenzar cada capítulo de este trabajo con la
respiración, y su relación con la envoltura correspondiente. Y lo cierto es, que llevo
tiempo pensando cual es la parte energética de la respiración, sin encontrarla. Es como
lo Divino, lo tenemos tan cerca que ni lo vemos. Finalmente, he llegado a la conclusión,
de que no se puede extraer una parte, ya que la respiración es cien por cien energía. Es
el aliento que mueve nuestro cuerpo, y cuanto más limpia y pura, mejor será la calidad
de nuestra vida. No hay como un paseo por el bosque o por la playa, realizando unas
respiraciones amplias y completas, para comprobar como nos queda una sensación de
plenitud, bienestar y fortaleza. También al realizar un ejercicio aeróbico e intenso, hay
una demanda mas amplia de energía y con ella un aumento de la frecuencia e intensidad
de la respiración.
Con esta pequeña explicación, creo que nos podemos dar cuenta de la
importancia de la respiración a la hora de energetizar el cuerpo. Ya que seamos
conscientes o no, la respiración es el motor de nuestra vida. Pero como veremos
enseguida el tema de la energía en nuestro organismo va mucho más allá. Y dada su
importancia volveremos sobre la respiración a lo largo de este capitulo.
La relación entre el hombre y el universo es inevitable, todo lo que esta aquí esta
en otra parte, se dice en el tantra. Así pues, hay una energía que todo lo relaciona, mejor
dicho tres. Y estas provienen del Sol. Es muy posible que existan otras fuerzas que
colaboren con la vida y la evolución, pero por ahora son desconocidas. Incluso alguna
de estas tres que voy a mencionar ahora, la ciencia occidental no las acaba de asimilar
del todo. Estas son:
1. Fohat, o electricidad.
2. Kundalini, o fuego serpentino.
3. Prâna, o vitalidad.
Fohat, prâna y kundalini, son tres fuerzas separadas y diferentes entre si.
El Fohat, comprende prácticamente todas las fuerzas físicas conocidas:
electricidad, magnetismo, luz, calor, sonido, química, movimiento, etc. Del Fohat dice
H.P.Blavatsky en su glosario teosófico: “Es el misterioso lazo que une el Espíritu con la
Materia, el Sujeto con el Objeto; el “puente” por medio del cual las ideas existentes en
el pensamiento divino se imprimen en la substancia cósmica como leyes de la
naturaleza.” Esta frase está extraída de una explicación mucho más amplia.
Kundalini, es el término que habla de una energía muy poco conocida, para
quienes no tienen nociones sobre yoga. Aunque con la adaptación de prácticas de
oriente a occidente, cada vez se oye más hablar de ella. Según tengo entendido, se le
dice fuego serpentino porque se la representa como una serpiente que permanece
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Reconocernos en lo energético.
enroscada y dormida en la base de la columna. Esta fuerza a veces se puede despertar
sin querer, si esto sucede deberíamos acudir a un maestro cualificado, para que nos
asesore. Y si se intenta despertar apropósito, también es conveniente contar con la guía
de un buen guru. Ya que es una energía tan poderosa, como peligrosa. Esta se debe
despertar siempre de abajo hacia arriba, y recorrer todos lo Chakras. El cuerpo físico
debe estar totalmente libre de impurezas. Y si todo esto no se hace adecuadamente,
corremos el riesgo de que kundalini despierte hacia abajo, hundiéndonos en los deseos,
pasiones y apegos. De kundalini se dice en el hata yoga pradipika; “Libera a los yoguîs
y esclaviza a los necios.”
El prâna, al cual los textos yóguicos definen como, “energía de la misma
naturaleza que el relámpago”, es uno de los motores de la vida y participa de ésta,
queramos o no. Esta es una energía cósmica, que aparte de venir del Sol, también
procede de los rayos cósmicos y del movimiento del agua. Es por medio del control del
prâna que los yoguîs experimentados, consiguen controlar los latidos del corazón. Este
prâna en el cuerpo lo asimilamos principalmente de tres maneras, en la respiración, a
través de la piel y mediante el alimento. Es por ello también que los dhautis de los que
hablábamos en el capítulo anterior, ayudan a su asimilación. El limpiarse las narinas, la
lengua y frotar la piel con un guante de crin, son formas de mejorar la asimilación de
prâna en nuestro organismo. Resumiendo, el prâna es vida. La misma energía de vida
que recorre el organismo de todo ser vivo.
Todas estas energías sutiles, ¿Cómo influyen en nuestro organismo? Al igual
que toda energía necesita acumuladores y medios de distribución, y estos se distribuyen
entre el cuerpo físico y el cuerpo etérico. Un centro físico importante de acumulación de
energía son los riñones y en la parte etérica estarían los Chakras, los canales de
distribución son los meridianos y los nâdîs. Y de estos tres últimos es de lo que va a
tratar este episodio.
Hay una historieta, que cuenta como: Da Mo, un príncipe indio budista fue
invitado a predicar en China por el emperador Lang. Cuando el emperador dejó de
apoyar su filosofía, Da Mo se retiró a un templo budista; allí descubrió que todos los
monjes eran débiles y enfermos, por lo que decidió ayudarlos. Se recluyó para pensar
sobre el problema y permaneció así durante nueve años. Cuando salió había escrito dos
libros, el Yi Jin Jing (tratado del cambio de músculo y tendón) y el Xi Sui Jing (tratado
del lavado de la médula). Las técnicas que enseñaba “el tratado del cambio de músculo
y tendón”, fueron practicadas por muchos sacerdotes budistas que consideraron que para
completar su entrenamiento necesitaban cuerpos sanos y fuertes. Y “el tratado del
lavado de la médula” es muy posible que tenga relación con el despertar de la
Kundalini.
De todas formas esta historia, con lo que si que tiene una gran relación es con el
desarrollo del Chikung. Esta técnica oriental a veces denominada como Yoga Chino, de
lo que trata, es de unir el Chi energía que recorre el cuerpo con el Kung energía
universal y cósmica.
Esto viene a ser una introducción al mundo de los meridianos, ya que sin ser
desconocidos en la india, es en china donde se desarrolla la acupuntura, y ésta utiliza en
gran medida los meridianos. Pero ¿Qué son estos meridianos?
Los meridianos o canales primarios de Chi, son los conductores de la energía a
través del cuerpo. Poseemos doce canales, que la medicina china considera ríos de Chi.
Cada canal, aunque nos refiramos a el en singular, es en realidad una pareja idéntica,
uno a cada lado del cuerpo. Un extremo de cada uno de estos doce canales está asociado
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Reconocernos en lo energético.
con uno de los doce órganos, mientras que el otro extremo está conectado a un dedo del
pie o de la mano. Seis meridianos están conectados a los dedos de las manos y los otros
seis a los dedos de los pies. Y son los siguientes:
¾ Meridiano de los pulmones, a lo largo del brazo hasta el pulgar.
¾ Meridiano del intestino grueso, por el brazo hasta el dedo índice.
¾ Meridiano del estómago, desciende por la pierna hasta el dedo central del pie.
¾ Meridiano del bazo, por la pierna hasta el dedo gordo del pie.
¾ Meridiano del corazón, por el brazo hasta el meñique, en su parte anterior.
¾ Meridiano intestino delgado, hasta la parte posterior del meñique de la mano.
¾ Meridiano de la vejiga, por la parte de atrás de la pierna al dedo pequeño del pie
por el exterior de la planta.
¾ Meridiano del riñón, parte interior de la pierna planta del pie y al meñique por
debajo de la planta del pie.
¾ Meridiano del pericardio, por la parte anterior del brazo y la palma de la mano
hasta la punta del dedo corazón.
¾ Meridiano del triple quemador, por el brazo hasta el dedo anular.
¾ Meridiano de la vesícula biliar, por la parte exterior de la pierna exterior del pie
y al meñique.
¾ Meridiano del hígado, por el interior de la pierna al dedo gordo del pie.
Los meridianos de hígado, pericardio, corazón, bazo, pulmones y riñones, son de
polaridad yin, es decir de energía centrífuga. Y la vesícula biliar, intestino delgado,
estómago, intestino grueso y vejiga, son de polaridad yang y por lo tanto de energía
centrípeta.
En la medicina tradicional china, también se distinguen ocho vasos principales
por los que también circula la energía. Estos vasos forman una red de complejas
interconexiones ente los meridianos, al mismo tiempo cada uno tiene sus propias
funciones y características. En la medicina china se destaca la importancia de los doce
canales primarios relacionados con los órganos y sólo dos de los ocho vasos, el vaso
gobernador y el vaso de la concepción. Los otros seis vasos no se utilizan con mucha
frecuencia por la sencilla razón de que no se conocen tan bien como el resto y todavía se
están haciendo investigaciones al respecto.
Así pues, el vaso gobernador recorrería toda la columna vertebral desde la zona
del perineo, continuando por el centro de la cabeza, bajando por la frente, la nariz y
hasta el labio superior. El vaso de la concepción, viene también del perineo pero en
dirección contraria, es decir asciende por el pubis, por el centro del abdomen y tórax, la
garganta y termina en la lengua. Estos dos vasos se pueden unir poniendo la punta de la
lengua en la parte blanda del paladar o en la raíz de los dientes, formando un círculo
cerrado de energía muy importante y a tener en cuenta durante las prácticas del hata
yoga.
Los otros seis vasos, sólo los nombraremos a modo de información. Vaso
impulsor, vaso cinturón o ceñidor, vaso del talón yang, vaso del talón yin, vaso de unión
yang, vaso de unión yin.
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Reconocernos en lo energético.
Todos estos meridianos, como hemos dicho antes tienen otro idéntico en la
extremidad contraria. Y nacen evidentemente, en el órgano que les corresponde. El
recorrido que aquí se expone es a modo de esquema básico. Ya que se podría entrar
mucho mas en detalle con los cruces de meridianos y puntos clave a lo largo de cada
uno de ellos. Pero como el objetivo de este trabajo, es reflejar las partes de la envoltura
energética. Lo dejaremos aquí.
Los meridianos y los nâdîs, es más que posible que sean lo mismo pero
estudiado y analizado por diferentes tradiciones. En este trabajo, me he decidido ha
tratarlos por separado, por las diferencias evidentes entre los vasos principales.
Por ejemplo, en los meridianos y vasos, los dos canales principales son; vaso
gobernador y vaso de la concepción. Que como ya hemos visto, son dos líneas que van
por la parte central, anterior y posterior del tronco. Pudiéndose unir mediante la punta
de la lengua y el cielo del paladar. Mientras que los nâdîs principales son, ida, pingala y
sushumna. Ida nace en la narina izquierda, y baja hasta el testículo izquierdo, (ovario en
la mujer). Pingala va de la narina derecha, al testículo derecho, (ovario derecho). Y
sushumna va desde el ano, hasta la fontanela superior de la coronilla, también conocida
como “orificio de brama”. Recorriendo toda la medula espinal.
Entonces tenemos que la energía que recorre el cuerpo, solamente es una, pero
con distintos nombres. En la tradición china se la denomino Chi, y en la hindú Prâna. Y
ambos utilizan una serie de canales de distribución llamados meridianos y nâdîs. Lo que
si parece ser evidente, es que estos no tienen que ver ni con las venas, ni con las arterias,
ni con el sistema nervioso.
La palabra nâdî, se traduce como “tubo”. Y la tradición nos indica los tres
principales que ya hemos visto, más otros siete que corresponderían con los ojos, boca,
orejas, ano y orificios genitales. Estos diez nâdîs principales, se ramifican en otros
muchos, hasta 72.000 según unos textos y 350.000 según otros. En realidad como dice
André Van Lysebeth, en su libro sobre prânâyâma. ¿Quién los ha contado?
Personalmente pienso que los yoguîs se van a estas cifras tan elevadas, considerando las
diferentes ramificaciones que finalmente llevan el prâna, a cada órgano, y a cada célula.
De todas formas lo que si es destacable es la sutileza y la capacidad de
interiorizar de los yoguîs de antaño. Para mediante: Âsana, postura estable, Prânâyâma,
control del aliento, Pratyâhâra, abstracción de los sentidos, Dhâranâ, concentración y
Dhyâna, meditación; ser capaces de descubrir los diferentes recorridos del prâna. Y
poder llegar a imprimirlos, como muestra la fotocopia de un antiguo pergamino en la
siguiente página.
También llegaron a identificar el nâdî ida con: el sistema nervioso
parasimpático, lo mental, la intuición, lo femenino, el frío, la luna.
El nâdî pingala con: el sistema nervioso simpático, lo vital, la lógica, lo
masculino, el calor, el sol.
Y nâdî sushumna con: el sistema nervioso central, lo supramental, la sabiduría,
lo andrógino, lo templado, la luz cósmica y la kundalini.
En el siguiente pergamino antiguo, encontramos los diferentes recorridos de los
diferentes nâdîs y también los principales Chakras.
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Reconocernos en lo energético.
Los nâdîs no van por fuera del cuerpo, pero el autor de este dibujo, es evidente
que por problemas de espacio los sitúa fuera de la silueta del cuerpo, para más claridad.
Se distinguen en la parte de arriba del dibujo dos caras, una indicaría Chandra
nâdî, el canal lunar y la otra Surya nâdî, el canal solar. En este dibujo los dos nâdîs ida
y pingala, no se cruzan, en la actualidad existen gran cantidad de textos sobre hata yoga
y kundalini yoga, en los que si salen entrecruzados. Los chacras aquí también son más
numerosos ya que están los secundarios además de los siete principales.
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Reconocernos en lo energético.
En la práctica del hata yoga, los nâdîs se van liberando. Y con el Prânâyâma y
las bandhas, regulamos el prâna en el cuerpo. Con destreza y entrenamiento mental, se
puede llegar a dirigir el prâna a las zonas de nuestro cuerpo que deseemos.
De Prânâyâma podemos hacer dos lecturas, una que seria prâna-yâma control
del aliento. Y otra prâna-ayâma, lo traduciríamos como alargar la conciencia del
aliento. Para continuar con este tema, veamos lo que nos dice Patañjali en su yoga
sutra, sobre el prânâyâma.
II.49
Tasmin sati svâsa prasvâsayor gati vichedah prânâyâma.
“El prânâyâma es la regulación consciente y deliberada de la respiración, que
reemplaza las formas inconscientes de respiración. Sólo es posible si se tiene un cierto
dominio de la práctica de Âsana.”
II.50
Bâhya abhyantara stambha vrttir desa kâla samkhyâbhih paridrsto dìrgha sûksma.
“Comprende la regulación de la expiración, de la inspiración y de la suspensión de la
respiración. La regulación de estas tres fases se realiza modulando su duración y
manteniendo esta modulación durante un cierto tiempo. La mente debe centrarse en este
proceso. Los componentes de la respiración deben ser, a la vez, largos y uniformes.”
En el Bhagavad Gîtâ, también se hace alusión al prânâyâma al explicarle Sri
Khrisna a Arjuna diferentes formas de autorrealización le dice: “También hay quienes
ofrecen en sacrificio la expiración en la inspiración y la inspiración en la expiración,
reteniendo los soplos pulmonares con tarea de dominar el aliento.” Estancia 4ª verso 29.
De lo que deducimos que para la práctica de prânâyâma, es necesario estar
asentado en Âsana. Como ya hemos dicho antes, por la práctica del hata yoga se liberan
los nâdîs. Después mediante la variación de los ritmos y la alternancia de las narinas, el
control de la inspiración, expiración y retención, se pueden ir realizando una serie de
ejercicios de prânâyâma, que no vamos a entrar a detallar en este trabajo, por no ser su
finalidad. Lo que si diremos es que durante la práctica se hace imprescindible el
mantener la concentración y una postura estable.
Conforme avanzamos iremos incluyendo las bandhas, para potenciar los efectos
y mantener el prâna en las tres esferas principales de nuestro cuerpo. Estas son la esfera
del abdomen envuelta por la membrana del peritoneo, la del tórax envuelta por la pleura
pulmonar y la de la cabeza envuelta por las meninges. Estas tres cavidades, a los
médicos les tuvieron en jaque durante muchos siglos, ya que siempre que entraban en
contacto con el exterior, el cuerpo físico fallecía. Hoy en día parece ser que esto ya no
sucede. Estas tres cavidades son cerradas y solo tienen contacto entre sí, a la altura de la
garganta, del diafragma y del perineo, con el exterior. Bandha se traduce como cierre o
llave, y básicamente es una contracción que aísla una esfera de las otras dos. Pero
veamos un momento las tres bandhas principales por separado.
Jâlandhara bandha, llave de la garganta.
Consiste en meter la barbilla hacia el externon, apoyándola en él, firmemente,
con la nuca estirada pero sin tensión. Entonces, contraemos la glotis en el interior de la
garganta, y luego poco a poco, contraer toda la garganta junto con los músculos del
cuello. Relajar el tórax y sentir. A la hora de soltar lo haremos siempre sin llegar a
nuestro límite, levantando la cabeza con suavidad y una vez soltado el cierre,
- 42 -
Reconocernos en lo energético.
inspiraremos o expiraremos según toque ya que podemos trabajar tanto al lleno como al
vacío.
Jâlandhara bandha, por la presión que se ejerce y la posición de la garganta.
Produce una saludable disminución del ritmo cardiaco y una lentificación de la
circulación sanguínea en la cabeza, muy favorable para la relajación.
Uddiyâna bandha, llave de contracción abdominal.
Uddiyâna lo hemos tratado en el capitulo anterior, pero como trabajo abdominal
para ir hacia el nauli. Ahora lo vamos a tratar como cierre energético. El trabajo es el
mismo pero con diferente intención. Se puede practicar también sentado. Es al igual que
para preparar nauli, una contracción del abdomen provocando la subida simultánea del
diafragma y de las vísceras abdominales hacia la caja torácica, haciendo una retención
del aliento con los pulmones vacíos. Y sin forzar soltar la contracción antes de volver a
inspirar. Combinándolo con prânâyâma habrá veces en las que también trabajemos
uddiyâna a pulmones llenos.
Uddiyâna bandha, es una fuerte contracción que, mejora las funciones cardiaca,
digestiva e intestinal. Al mismo tiempo que efectúa un masaje de los órganos internos,
cuando la absorción del abdomen alcanza la columna vertebral, este masaje se extiende
a todas las ramificaciones nerviosas que parten de esa zona lumbar y dorsal baja.
También actúa como regulador de todo el sistema neurovegetativo.
Mula bandha, la llave del perineo.
Esta podría parecer la más sencilla de las tres, por relacionarse con los esfínteres
del ano y los genitales. Pero para que este cierre influya a nivel energético, debe actuar
sobre el periné. Es decir entre el ano y los genitales, y esto ya no es tan fácil. De todas
formas, como casi todo en el yoga es progresivo, esto, también. Así comenzaremos por
trabajar con los esfínteres genitales y anales, para poco a poco ir aislando la zona del
periné y conseguir contraer sus músculos manteniendo los esfínteres de los genitales y
del ano relajados.
La finalidad principal de mula bandha, es impedir que el prâna se pierda, y
poder dirigirlo hacia el chakra Anâhata. También ejerce una acción positiva sobre el
sistema simpático y actúa sobre la musculatura del suelo pélvico.
Mahâ Bandha, el gran cierre.
Esta bandha, es una combinación de las otras tres. Es decir, después de una
exhalación de todo el aire pulmonar, realizaríamos mula bandha, uddiyâna bandha y
jâlandhara bandha. Antes de inspirar desharíamos en orden inverso. Para la práctica de
este gran cierre, será imprescindible que controlemos antes los otros tres por separado.
Mahâ bandha dinamiza las energías de la zona sacro lumbar, tonifica el cuerpo y
sus órganos, facilita los movimientos de las energías sutiles.
Estos cierres energéticos, al principio los trabajaremos y entrenaremos, pero será
con el tiempo y con una correcta práctica que, durante el trabajo de prânâyâma se darán
de una forma espontánea. Tanto en las suspensiones al lleno como al vacío. Nunca
intentaremos los cierres, si se padece del corazón, se tiene la tensión alta ni en los
postoperatorios, incluso hasta dos años después de una operación en el tronco del
cuerpo o en la cabeza. Los bandhas también nos llevarán a una calma mental, esta
calma nos ayudará a profundizar hacia el estado de yoga, y una vez alcanzado este a
afianzarnos en el.
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Reconocernos en lo energético.
El verdadero campo donde actúa el hata yoga es en los cuerpos más sutiles, el
cuerpo etérico como ya se ha dicho, envuelve al cuerpo físico en una imitación perfecta,
y en el se encuentran los nâdîs y los Chakras.
En el capítulo anterior ya habíamos visto que la diferencia entre el deporte y el
yoga, era que mientras en uno gastamos prâna en otro lo acumulamos. Esto se hace
evidente al observar como en el deporte se llega a una respiración jadeante y una
necesidad apremiante de comida incluso antes de la practica para que no de un bajón, a
veces conocido como “pájara”; sin embargo en yoga se aconseja estar con la digestión
de los alimentos terminada e incluso en ayunas, ya que el proceso de la digestión centra
mucha energía en la masa intestinal y en la practica de hata yoga conviene que esta
energía se pueda mover libremente, se da muy a menudo que una persona omite este
consejo y luego en las Âsanas se encuentra a disgusto pudiendo llegarse a marear.
También en el yoga la respiración se puede lentificar y no se llega a la extenuación de
algunos deportes. Comprobamos de esta forma, como el yoga influye en el cuerpo
etérico además de en el físico, es el cuerpo etérico el que se encarga de recibir el Prâna
y enviarlo tanto al físico como al astral.
Como hemos visto anteriormente el prâna es vida, energía de vida y por lo tanto
es mediante esta energía de vida que se animan todos los cuerpos de nuestro ser, desde
los mas densos a los mas sutiles. Ya que sin prâna no hay vida y sin vida no hay
envolturas ni sutiles ni densas. Hemos visto también como se distribuye la energía, pero
nos falta por ver los acumuladores, receptores y transmisores. Estos serian los Chakras,
que se definen como vórtices de energía y se traduce literalmente como rueda.
Si de cada capítulo de esta tesina se puede escribir un libro, solamente de cada
uno de los Chakras se podría escribir otro. Así que voy a intentar resumir, entre otras
cosas porque como digo en el prólogo presentación de este trabajo, no quiero limitarme
a copiar datos de los libros y además, porque al no tener yo mismo una visión muy sutil,
el tema de los chacras se que está ahí, pero salvo algún trabajo con sonidos y alguna
sensación en el sacro, en el abdomen y en el centro del pecho, tampoco tengo mayor
experiencia sobre el tema. Lo que haré pues, será limitarme a enumerarlos y extraer
algún dato concreto de los apunte de Sâdhana.
Los Chakras los encontramos en los tres planos principales de existencia en, el
etérico, el astral y el mental. Estos tres planos se encuentran a diferente vibración y por
lo tanto cada uno es más sutil que el anterior, cuanto mas rápida es la vibración, más
sutiles debemos de ser para percibirla. En realidad todo el universo funciona por
vibraciones de diferentes frecuencias, en la física moderna está mas que demostrado,
hoy en día, como todo átomo se compone de un núcleo y electrones en continuo
movimiento. Los planos sutiles, a los que hacemos referencia constantemente, tienen
una vibración tan rápida que no es perceptible al ojo físico.
Entonces el Chakras es un remolino que gira y sirve de punto de inserción entre
los tres planos principales. En el plano etérico conecta con lo físico mediante los
ganglios nerviosos y las glándulas del sistema endocrino. En el plano astral se
encuentran más cerca de la columna y alineados a la altura del nâdî Sushumna y en el
plano mental están en el aura que envuelve todo el cuerpo. El conjunto de los Chakras
etéricos, astrales y mentales forman la entidad humana, irradian desde el interior hacia
el exterior formando auras que se ínterpenetran estando constantemente en relación
entre si, y son puertas a otros niveles de consciencia.
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Reconocernos en lo energético.
La sabiduría de la naturaleza mantiene separados los cuerpos etérico y astral
mediante una membrana atómica, como vimos al final del capítulo anterior. Y a nivel de
Chakras también existen tres nudos energéticos que mantienen separados los tres planos
principales de conciencia, ya que tener acceso a los planos más sutiles sin la pureza y
preparación necesarias tendría nefastas consecuencias. Estos nudos están a la altura de
Mûlâdhâra, justo en la base de la esfera vital. En Anâhata, debajo de la esfera
emocional. Y en Âjnâ debajo de la esfera mental. Estos nudos a su vez impiden que la
energía ascendente de kundalini ascienda antes de haber sido subliminada, es decir
mientras no se está purificado y con la sutileza necesaria. El trabajo ha realizar en yoga,
es, una vez purificado el cuerpo físico, mantener un equilibrio entre la energía solar y
lunar, de los nâdîs que rodean a sushumna canal central donde los Chakras están
alineados, también equilibrar estos y finalmente liberar los tres nudos, vital , emocional
y mental. Para finalmente reconocernos en el Yo verdadero, y darnos cuenta de su
similitud esencial, con el Yo Cósmico y Divino.
Pasemos a ver por separado cada uno de los siete Chakras principales:
Muladhara Chakra.
Mûlâdhâra significa Raíz. Se encuentra situado en el plexo pélvico, entre el ano
y el cuello del útero o escroto, para los hombres. Tiene que ver con el enraizamiento, la
voluntad, el yo y los orígenes. Sus funciones principales son la supervivencia, nutrición
y eliminación. Consta de cuatro pétalos, su sílaba sagrada es, Lam. Su cualidad
emocional, la simpatía y compasión, el miedo en especial el de la sobrevivencia.
Elemento tierra.
Swadhsitana Chakra.
Swadhsitana significa Centro de integración y unidad. Se encuentra a la altura
del plexo esplénico, 1ª lumbar y hueso sacro, también hay quien lo sitúa en el coxis
unido al plexo sacro-coxígeo, bajo el abdomen. Se relaciona con la fuerza vital, la
reproducción, el Tu frente al Yo y con la polaridad. Sus funciones son la Sexualidad, la
creatividad, el deseo, el placer, la sensibilidad y la adaptabilidad. Tiene seis pétalos, su
sílaba sagrada es, Vam. Cualidad emocional es la escucha, la transparencia, el
autocontrol, calidad en las relaciones y saber estar abierto a los otros. Elemento Agua.
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Reconocernos en lo energético.
Manipura Chakra.
Manipura significa ciudad de joyas. Se sitúa a la altura del plexo solar entre L3
y D8, justo detrás del ombligo. Su clave es la afirmación, la lógica, mi instinto y mi
poder. Sirve para ver la necesidad de reconocer nuestro Ego, para la fuerza de voluntad
y autoafirmación. En cierta forma integra los Chakras 1º, 2º y 4º, formando así nuestro
gran centro emocional. Consta de diez pétalos, su sílaba sagrada es, Ram. Tiene la
cualidad, de apertura hacia el cuidado de otras personas y de uno mismo. Está muy
desarrollado en personas calurosas y generosas. Elemento fuego.
Anahata Chakra.
Anâhata se traduce como, sonido que no se inmuta. Se encuentra justo encima
del corazón. Se relaciona con el Amor, la armonía, la paz y la compasión hacia todos los
seres. Reconocimiento propio y a otros, Yo-Tú; Tú-Yo. Sus funciones son la
generosidad, la apertura y la unión. Las emociones que le corresponden son, el Amor, la
alegría, el perdón, la compasión y la esperanza. Número de pétalos doce y silaba
sagrada Yam. Elemento aire.
Vishuddha Chakra.
Vishudda significa, lo purificado. Se sitúa detrás de la garganta, a la altura de las
cervicales C6 y C7. Tiene una clara relación con la voz, la palabra y la expresión, pero
también con la escucha, la verdad, la creatividad y el conocimiento. Su cualidad
emocional es, el juicio ecuánime, la sinceridad y crítica hacia uno mismo y para con los
demás. La independencia interior, el sentirse integrado y alegre. La Fe y el
conocimiento. Tiene dieciséis pétalos y su silaba sagrada es Ham. Elemento éter.
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Reconocernos en lo energético.
Ajna Chakra.
Âjnâ se traduce como percibir, conocer. Lo encontramos en el entrecejo. Nos da
intuición, inspiración e integración. Sirve para la vista, el orden y armonizar, además de
conectarnos con lo espiritual. Su cualidad emocional es aprender de la experiencia, el
autoanálisis e inteligencia emocional. Se representa con dos pétalos, su silaba sagrada es
Om. Elemento, la fusión de los cinco elementos principales y la radiación.
Sahasrara Chakra.
Sahasrara, el loto de mil pétalos. Se encuentra en la coronilla a la altura del
orificio de Brama, este chakra coronario aunque en el dibujo que he elegido se sitúa en
la cabeza, en realidad se sitúa un poco por encima. Nos sirve para experimentar la Paz,
la Libertad y la Alegría. También para comprender al Ser individual y unificarlo con el
Ser Celestial. Sus cualidades emocionales son la alegría frente a la vida, Amor
incondicional, actitud ética y humana, también una visión de totalidad y de que todos
somos uno. Aunque se le conoce como el loto de mil pétalos, en realidad consta de
novecientos sesenta. Silaba sagrada Aum. Elemento, se funden todos los elementos en la
vacuidad y en la presencia consciencia.
Todos los Chakras en realidad tienen muchas más simbologías y
correspondencias, con diferentes colores, sonidos, perfumes, alimentos, enfermedades,
glándulas, gónadas, planetas, etcétera, etcétera. Pero para no extenderme en exceso he
omitido todos estos datos. Aparte, lo esencial es tener conocimiento de la existencia de
estos remolinos de energías sutiles, para identificar ese corazón del corazón con
Anâhata, la fuerza vital en Manipura, la energía sexual en Svadhistana, el conocimiento
en Âjnâ y la línea que une a los siete Chakras el canal Sushumna. Otro asunto
importante a saber es; que una vez equilibradas las energías en los canales Ida y
Pingala, esta, se dirige al chakra raíz Mûlâdhâra, despertando la energía Kundalini y
ascendiendo esta por sushumna, lógicamente pasando por todos los Chakras. Pero para
este despertar de la kundalini, como se ha dicho al principio de este capítulo, es
necesario haber purificado antes intensamente la envoltura física, para que la energía
sutil se mueva sin problemas.
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Reconocernos en lo energético.
Los Chakras también se corresponden con las etapas evolutivas de la humanidad
En los tiempos primitivos, se residía en el primer Chakra y el afán de supervivencia
centraba todas las actividades. La agricultura y la navegación marcaron la era del
segundo Chakra. Con la expansión y mezcla de culturas se entró en el tercero, y
actualmente vivimos un momento de la evolución muy especial, ya que aunque es
evidente que nos rodea algún troglodita con ansias de poder y de guerras, lo cierto es
que estamos apunto de entrar en el cuarto Chakra, una fase de paz amor y equilibrio
entre la tierra y el espíritu. Esto parece difícil, ya que con el caos que reina en la
actualidad poca gente lo cree, pero en este universo siempre que se ha dado un fuerte
cambio evolutivo, suele estar precedido de un gran caos. Este avance del ser y hacia el
Ser, continuara a través de eones al quinto, sexto y séptimo Chakras, pero ahí no creo
que termine todo. Pienso que después de ascender asta Sahasrara, deberemos volver a
Anâhata al cuarto Chakra, ya que este además de ser un Chakra puente entre los tres
inferiores y los tres superiores, es también el Chakra del sentir y de la apertura, y es
aquí donde nuestro Ser, se manifestará en toda su pureza. Este Ser no se puede percibir
desde lo mental y conceptual, es desde la apertura a la experiencia en el presente donde
se manifiesta. Patanjali lo menciona en los primeros sutras con otras palabras pero
viene a decir lo mismo, “Yoga es el cese de los movimientos mentales, cuando esto
sucede el vidente mora en su propia forma verdadera, nuestro centro se revela”.
Antes de terminar con los Chakras, me gustaría dar una visión energética de las
Âsanas invertidas, su relación con los Chakras y su elemento correspondiente. Al darle
la vuelta al cuerpo y con él a sus Chakras hacemos que el Aire de Anâhata avive el
Fuego de Manipura, para que este calor lleve al punto de ebullición al Agua de
Svadhistana y su vapor derrita la tierra de Mûlâdhâra. Este párrafo que nos puede llegar
a parecer muy bonito y casi mitológico, es más real de lo que parece, ya que las posturas
invertidas aparte de liberar el peso que soporta el peritoneo, y otras tantas funciones,
también invierte el proceso del fuego del plexo solar que actúa siempre en corazón y
pulmones, pasando así a calentar los productos de desecho de la digestión y ayudando a
su eliminación.
Representación de un vórtice energético.
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Reconocernos en lo energético.
Práctica y meditación.
La primera propuesta que planteo para trabajar con nuestra envoltura energética,
es una meditación con los diferentes elementos de cada uno de los Siete Chakras.
Comenzamos adoptando la postura que más cómoda nos resulte para la
meditación, espalda como siempre bien recta, nos centramos en el cuerpo y permitimos
que la respiración se calme por sí sola.
1º Mûlâdhâra, mentalmente dirigimos nuestra atención hacia la zona del periné,
para situarnos mejor podemos realizar unas contracciones de esfínteres. Una vez hemos
conectado con esta zona, percibimos su cualidad de tierra, su pesadez, permitimos
actuar a la fuerza de la gravedad, y nos mantenemos en esta sensación por unos
instantes. Finalmente visualizamos el color rojo, inspiramos y por tres veces emitimos
el sonido Lam al exhalar. Percibimos su vibración y su solidez una vez más.
2º Swadhsitana, nuestra pantalla mental se sitúa ahora en el bajo abdomen a la
altura del útero, de la vejiga. Percibimos esta zona, como la zona de aguas que
representa la fluidez, el cambio, la adaptabilidad. Intentamos sentir ahora lo mismo en
todo nuestro cuerpo, si esto no es posible, al menos recordamos que el 75% del cuerpo
es agua. Resonamos un poquito en nuestra sexualidad. Y al terminar visualizamos el
color anaranjado, inspiramos y por tres veces emitimos el sonido Vam al exhalar.
Volvemos a sentir el placer de la fluidez, antes de continuar.
3º Manipura, nos situamos ahora entre el ombligo y el plexo solar, pero no en la
superficie de la piel, sino en el interior. Notamos el calor de esta zona, su fuego,
podemos practicar al vacío uddiyâna bandha, el cierre del abdomen, para notar mejor
este cinturón. Una vez centrados sentimos las articulaciones del cuerpo, si hay dolor o
no lo hay, más tarde o más temprano surgirá en estas articulaciones el calor, el fuego,
pero debe de surgir por sí solo, no hay que buscarlo. Cuando vamos terminando
visualizamos el color amarillo, inspiramos y por tres veces emitimos el sonido Ram al
exhalar. Prolongamos la sensación de calor en Manipura, durante unos instantes.
4ºAnahata, sentimos el centro del pecho y procuramos conectar con el palpitar
del corazón, mientras el diafragma continua subiendo y bajando con naturalidad, sin
influir en el. Y comenzamos a apreciar el corazón del corazón, ese centro espiritual, que
se comienza a inundar de Amor y Compasión. Entonces sintiéndonos ampliamente
equilibrados, permitimos que actúe el elemento de este chakra, el aire, permitimos que
el aire distribuya esta sensación por la sala por todas las personas que en ella estamos y
soplando ese mismo aire con la fuerza de todo el grupo, permitimos que este Amor
incondicional y esta compasión que nos inunda, se propaguen en todas direcciones y
conmuevan a todos los seres vivos. Así en medio de una gran Paz y serenidad
visualizamos el color Verde, inspiramos profundamente y al exhalar pronunciamos el
sonido Lam, también por tres veces. Y volvemos al centro del pecho percibiendo este
espacio, de Amor compasivo.
5º Vishuddha, nos situamos ahora en la garganta pudiendo realizar Jâlandhara
bandha, el cierre de la garganta para sintonizar con este chakra. Nos sentimos
purificados y conectamos unos instantes con el sonido, cualquier sonido que nos llegue
nos vinculamos con su vibración. Después sentimos el éter, su estructura volátil, su
espacio, su sutilidad. Y totalmente presentes, con una sensación, como vaporosa,
visualizamos el color Azul brillante. Inspiramos y al exhalar por tres veces expresamos
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Reconocernos en lo energético.
el sonido Ham, y por un instante retornamos a la zona de la garganta y en silencio
dejamos que cualquier sonido que se produzca nos colme de plenitud.
6º Âjnâ, ascendemos entonces al área del entrecejo, conocido también como
“tercer ojo”. Nos mantenemos sintiendo una radiación luminosa en este chakra y
sentimos o imaginamos, como en el éter, el aire aviva el fuego, haciendo hervir el agua
y diluyendo la tierra. Y en esta radiación luminosa los cinco elementos se disuelven,
permanecemos unos instantes en la esencia mental donde ya no hay elementos, y en esta
consciencia el ego también se disuelve. Visualizamos el gris violáceo o blanco,
realizamos una plena inspiración y pronunciamos tres veces, el bîja mantra Om.
Volvemos a esa radiación blanca y luminosa en el entrecejo, en una comprensión de la
realidad pero de una forma humilde, sin sentirme alguien especial por ello.
7º Sahasrara, nos situamos ahora en lo alto de la coronilla, en el orificio de
Brahmâ, sabiendo que ya no quedan elementos, todo es vacuidad, vacío. Si surge algún
pensamiento somos conscientes, de que el pensamiento surge de esta vacuidad y al
morir, vuelve a ella. Si es posible percibimos una luz blanca y brillante en lo alto de la
coronilla, sentimos el canal raquídeo como un tubo de cristal y esta luz desciende hasta
Mûlâdhâra, recorriendo todos los Chakras. Después de sentir el silencio, la plenitud y
el conocimiento de esta vacuidad, visualizamos el color violeta u oro, inspiramos y por
tres veces también pronunciamos la silaba “Aum”, lo haremos pronunciando la A,
cerrando las mandíbulas y los labios iremos hacia una vocal indefinida entre la A, la O y
la U, finalmente retrayendo la lengua hacia el fondo superior del paladar, en vez de la M
pronunciaremos Ng. Siendo conscientes de que A, representa el nombre de Vichnu, U
representa el nombre de Shiva y M el nombre de Brahmâ.
Este trabajo completo puede durar más de media hora, así pues para no salir de
él de una forma brusca, pronunciaremos las cinco vocales. Observando como vibra cada
vocal en su correspondiente zona.
La A, actúa sobre el esófago, las tres costillas superiores y los lóbulos pulmonares
superiores.
La E, actúa en la garganta, las cuerdas vocales, la laringe y la tiroides.
La I, vibra hacia lo alto, hacia la nariz y la cabeza.
La O, se manifiesta en el centro del tórax y en el diafragma.
La U, es muy profunda y se manifiesta su vibración en todas las vísceras abdominales,
estómago, hígado, intestino y gónadas.
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Reconocernos en lo energético.
Para continuar la práctica en le cuerpo energético, propongo la siguiente serie.
Serie para trabajar los meridianos.
Como vemos hasta aquí son seis posturas una por cada dos meridianos, y
finalmente se trabajan los principales, es decir vaso gobernador y vaso concepción. Es
imprescindible que en esta serie se respete el orden de las posturas y los movimientos
respiratorios.
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Reconocernos en lo energético.
Como hemos dicho al principio de este capítulo, la respiración es cien por cien
energética, así que no puede faltar en la práctica un trabajo respiratorio, aunque sea un
poco básico.
DOS PROPUESTAS:
Primera:
Solamente sentir la respiración.
Al realizar cualquier actividad, aunque lo ideal seria mientras damos un paseo
por el campo o por un parque, también nos sirve el trabajo o un momento de relax. Para
sentir ese canal de respiración total, ese tubo luminoso libre de bloqueos, percibimos,
como es todo el cuerpo el que respira. Observamos que la inspiración es la vida y la
espiración es la eliminación de toda tensión, sin forzar permitiendo que actúe la
sabiduría del cuerpo. Si no es posible conectar con la respiración de una forma natural,
nos detenemos en un lugar que nos resulte agradable y abriendo los brazos al cielo,
inspiramos profundamente inundándonos de vida, relajándonos totalmente con la
exhalación al bajar los brazos. También, sin necesidad de salir de casa, podemos abrir la
ventana por la mañana permitiendo que entre aire fresco, y realizar unas respiraciones
completas.
Si te abres a tu respiración, si te dejas ir con ella, si la liberas, todo se abre, si te
cierras en tu respiración todo se va a cerrar.
Segunda:
Apertura de nâdîs.
Después de un pequeño trabajo físico o serie de hata yoga. Nos sentamos en un
cojín o en una silla, espalda relajada pero en la verticalidad. Aflojamos todo lo que
podamos el tórax y la cara, soltamos todas las tensiones, observamos nuestra
respiración, su ritmo y su intensidad… Entonces, dejamos reposar la mano izquierda a
la altura del ombligo, juntando el índice y el pulgar, en la mano derecha recogemos los
dedos índice y corazón hacia la palma de la mano y utilizaremos el pulgar para tapar la
narina derecha y el anular para la narina izquierda. Y comenzamos el Nâdî Shodhana,
también conocido como respiración alterna.
Inspiro nâdî izquierdo expulso nâdî derecho
Inspiro nâdî derecho expulso nâdî izquierdo
Esto completa un ciclo, realizamos siete ciclos iguales, sin forzar y respetando
nuestro ritmo. Al terminar, permanecemos unos minutos de quietud de observación,
permitiendo que nuestra respiración nos guíe, por ese viaje interior. Con la práctica,
iremos añadiendo suspensiones al lleno y al vacío, después diferentes ritmos
respiratorios y estaremos preparados para adentrarnos en trabajos más profundos de
prânâyâma.
La respiración nos llevará a:
- Regular nuestra tensión y estrés.
- Aumentar nuestra energía y resistencia.
- Mejorar la concentración mental.
- Conducir mejor nuestras emociones.
- Nos facilita el proceso espiritual.
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Reconocernos en lo energético.
Para la practica meditativa en lo energético, en Vipassana se enseña a; una vez
afinada la concentración, mediante la atención a la respiración en la punta de la nariz
(Anapana), comenzamos a recorrer el cuerpo percibiendo sus diferentes sensaciones
sabiendo que estas son producto de nuestra mente, de emociones que se nos quedaron
agarradas y de la energía que recorre el cuerpo. A todas estas sensaciones retenidas en la
tradición oriental se les conoce como Shankaras. Debemos permitir, que nuestros
Shankaras afloren a la superficie y se vayan diluyendo mediante la consciencia en el
cuerpo. El día que consigamos sentir estos recorridos como una brisa o como un
hormigueo que recorre todo nuestro cuerpo, sin generar deseo ni apego hacia lo
placentero y sin rechazar lo desagradable, es decir integrando todo con una impecable
ecuanimidad, ese día estaremos ante un gran logro espiritual y cada vez más cerca de
nuestro Ser consciente.
Si queremos sentir la parte energética de nuestro cuerpo en toda su pureza y
efervescencia, también es muy aconsejable poner en práctica una de las meditaciones
dinámicas que diseño Osho. En concreto la Kundalini Meditation. Para ello deberíamos
conseguir primero el disco, que también creo Osho en el que oímos cuatro canciones
que de forma progresiva escucharemos a la vez que experimentamos los siguientes
pasos.
Primera etapa: 15 minutos. Nos mantenemos relajados dejando que todo nuestro
cuerpo vibre desde el hueso sacro, abandonándonos a las energías que se mueven hacia
arriba desde nuestros pies. Nos abandonamos completamente y nos hacemos uno con
este vibrar, los ojos pueden estar abiertos o cerrados indistintamente.
Segunda etapa: 15 minutos. Danzamos, de cualquier forma que lo sintamos,
dejando que todo el cuerpo se mueva como quiera y que cree su propias formas y
figuras.
Tercera etapa: 15 minutos. Se cierran los ojos y permanecemos inmóviles,
sentados o de pie como nos apetezca, observando todo lo que está ocurriendo dentro y
fuera de nosotros.
Cuarta etapa: 15 minutos. Manteniendo los ojos cerrados, nos tumbamos y
permanecemos inmóviles, en una total relajación y abandonándonos a la experiencia.
Si ponemos en práctica esta Meditación Kundalini, debemos permitir que el
cuerpo se sacuda, pero no hacerlo desde la mente. Hay que permanecer de pié inmóvil
y en silencio sintiendo como nos llega la vibración, cuando el cuerpo comienza a vibrar
le ayudamos un poco, recibimos la vibración y le damos la bienvenida pero sin forzarla.
Si lo forzamos se convertirá en un ejercicio físico y el sacudir el cuerpo estará ahí pero
solamente en la superficie, no nos penetrará y el interior permanecerá sólido como una
piedra., y no se trata de hacer un ejercicio físico de lo que se trata es de ir profundizando
en las capas mas sutiles. Lo que pretende Osho con este trabajo es que sacudamos
nuestra solidez de forma que esta se pueda volver más fluida y que al final no tengamos
noción de que “yo vibro” sencillamente es algo que sucede y cuando no hay nadie que
lo hace el ego se disuelve.
En los trabajos para despertar la Kundalini, siempre se habla de la energía que
permanece dormida en el sacro y al despertar asciende recorriendo los Chakras, pero en
meditación también es muy posible que la energía se manifieste en lo alto de la cabeza,
y descienda inundando todo nuestro ser, a través de la fontanela superior también
conocida como Orificio de Brama.
Y una vez que ya hemos reconocido nuestro cuerpo físico y percibido la energía
que lo recorre a través del cuerpo etérico, pasemos a nuestras emociones y aprendamos
a vivirlas.
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Reconocernos en lo energético.
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Reconocernos en lo emocional.
“La calidad del cuerpo astral,
está determinada en gran parte,
por el tipo de sentimientos y emociones,
que lo hacen vibrar continuamente.”
Arthut E. Powell.
Quinta parte:
Reconocernos en lo emocional.
La respiración, si da para toda una vida, ciertamente da para mucho. Así pues
continuando con ella, observamos que cuando nuestro estado emocional es alterado,
respiramos de forma rápida y entrecortada, casi una respiración jadeante. Y cuando por el
contrario, estamos en paz y calma, ésta se vuelve más tranquila y prolongada en el tiempo.
Esto sucede, al rozar el aire un receptor nervioso, que tenemos a la altura del entrecejo, y
que está directamente unido a la glándula hipófisis. Esta glándula que se encuentra, en el
centro de la cabeza justo debajo del hipotálamo, aparte de ser parte importante del sistema
endocrino, ya que coordina a otras glándulas, también influye en nuestros estados de ánimo.
Y esto sucede en ambas direcciones. Es decir, tanto influye nuestro estado emocional en la
respiración, como nuestra respiración en el estado emocional. Si atendiéramos a nuestra
respiración para cambiarla, podríamos hacer lo mismo en nuestro estado anímico. El Hata
Yoga Pradipika nos dice esto con las siguientes palabras: “Cuando el aliento vaga (cuando
es irregular), la mente fluye inquieta; pero cuando la respiración es tranquila, la mente
también se tranquiliza y el yogui obtiene el poder de la calma. Por tanto, debe controlarse la
respiración”, esto es, dando por hecho que nuestros estados emocionales influyen
directamente en nuestro estado mental. La idea esencial es, que la respiración conduce
nuestras emociones y viceversa.
Aquí también nos podemos fijar en la longitud del aliento. Que es la distancia por
debajo de la nariz hasta la que llega nuestra exhalación. Para medir esta distancia basta con
poner saliva en el dorso de la mano y al exhalar ir alejando la mano, hacia abajo,
percibiendo el frescor en la zona ensalivada. Cundo perdemos esa sensación de frescor,
miramos a que distancia esta la mano y esa será nuestra longitud de aliento, en ese instante.
Lógicamente cuanto más largo sea este aliento, más alterado será nuestro estado emocional.
Aunque también podría ser por un trabajo físico extenuante, en este capítulo nos referimos
más a las emociones. Pero, ¿cuáles son estos estados emocionales que tanto nos influyen?
El odio, el amor, la envidia, el altruismo, las pasiones, los deseos, son todas
actitudes que nos hacen vibrar. Tanto a nivel energético como mental. Y no es por
casualidad que se situé aquí el cuerpo emocional, ya que es el vehículo, por el que pasan los
pensamientos antes de llegar al cerebro físico. Este cuerpo emocional, algunos autores
como Arthur E. Powell, lo equiparan totalmente con el vehículo astral. La propia palabra
astral, heredada de los alquimistas medievales, significa estelar y es de suponer que se
refiere a la apariencia luminosa de la materia astral. Al hablar de materia astral, nos
estamos situando en la cuarta dimensión. Aquí hay que hacer un pequeño paréntesis, y tener
cuidado con lo que se dice. Pues si no recuerdo mal, hace unos pocos siglos Galileo estuvo
cerca de ir a la hoguera por decir que la tierra era redonda. Y aunque en la actualidad no
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Reconocernos en lo emocional.
tenemos a “la Inquisición”, hay mucha gente que le resulta chocante el simple hecho de que
pueda existir una cuarta dimensión. Esto es más que normal, porque actualmente vivimos
en la tercera dimensión. Pero las dimensiones, al igual que todo en este universo, funcionan
en frecuencias vibracionales y cuanto más alta es esta frecuencia más sutil la dimensión que
le corresponde. Es por ello que no las percibimos, pues nuestros cinco sentidos todavía no
vibran a estas frecuencias más altas.
Posiblemente todo este tema de las dimensiones, tenga mucho que ver con la
evolución humana. Ya que hace unos pocos milenios los homínidos, solo tenían noción del
punto que tiene posición pero no magnitud. Después vino un gran cambio evolutivo, el
punto se movió y dio lugar a la línea, creando así la primera dimensión: longitud, y
expansión de la raza humana por todo el planeta. Posteriormente la superficie originada por
el movimiento de una línea, en ángulo recto con sí misma, dio lugar a dos dimensiones:
longitud y anchura, el plano en el que creían vivir en la época de Galileo, así creían que al
llegar al extremo final del mundo caías en el abismo. Nuevamente otro importante cambio,
y este plano genera un sólido. Producido por el movimiento de una superficie en ángulo
recto a sí misma, ya tenemos las tres dimensiones, que hoy en día nadie pone en duda:
longitud, anchura y espesor. Pero también podemos dar paso al “Tesseract”, que es un
objeto hipotético, originado por el movimiento de un sólido, en una nueva dirección en
ángulos rectos a sí mismos. Este posee cuatro dimensiones: longitud, anchura, espesor y
otra, en ángulo recto a estas tres, que no tiene representación en nuestro mundo de tres
dimensiones.
Algunas de las propiedades del Tesseract, se pueden deducir de la siguiente tabla:
Puntos Líneas Superf. Sólidos
El punto tiene………………………
1
La línea tiene……………………….
2
1
La superficie de cuatro lados tiene…
4
4
1
El cubo tiene……………………….
8
12
6
1
El tesseract tiene…………………...
16
32
24
8
Siendo esto así, porqué no podría darse también una quinta dimensión, y una sexta,
séptima, octava, etc.… De todas formas para los maestros y estudiantes de teosofía
(sabiduría divina), parece incuestionable que el mundo astral es cuatridimensional, el
mental tiene cinco dimensiones y el búdico seis. Este plano, el búdico, según se dice en “la
voz del silencio” de H.P. Blavatstky es el plano de los grandes iniciados, iniciados a otras
logias y planos superiores.
También en nuestra tradición cristiana se hace alusión a las cuatro dimensiones,
cuando dice San Pablo, (Efesios III, 17-18). “Que estando arraigados y cimentados en el
amor podáis comprender con todos los santos, cual es la anchura, y longitud, y la altura, y
la profundidad”.
Ya que hablamos de cuerpo astral, vamos a hacer otra pequeña observación. Las tres
esferas principales que poseemos; abdomen, tórax y cabeza, se relacionan con lo vital, lo
emocional y lo mental respectivamente. La vitalidad es más que evidente que recorre todo
nuestro cuerpo, el cuerpo astral-emocional también va de pies a cabeza y lo mental también
porque cada célula tiene memoria e inteligencia. Así pues, los tres ocupan el mismo espacio
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Reconocernos en lo emocional.
en todo nuestro cuerpo, salvo las uñas y el pelo, que son impurezas. Es más que probable,
que cuando a una persona le amputan un pie, o cualquier extremidad, ese miembro
fantasma del que se suelen percibir, sea la manifestación del cuerpo astral, dando la
sensación de que el pie o la mano siguen ahí todavía.
Hay que ver, (a dónde nos pueden llevar nuestras emociones). Llegado este punto,
puede incluso parecer que me esté desviando del tema. Pero nada más lejos de mi
intención. Ya que el hombre emplea su cuerpo astral, de manera consciente o inconsciente,
cada ved que expresa una emoción. De la misma forma que emplea el cuerpo mental
cuando piensa, y su cuerpo físico cuando realiza algún trabajo físico. Y si el astral se
corresponde con la cuarta dimensión, esta pequeña explicación sobre las dimensiones, era
imprescindible. De todas formas, como ya he expresado, el hablar de la cuarta dimensión
puede resultar chocante, así que, lo dejaremos para los eruditos del ocultismo.
Para continuar, observemos que prácticamente ante todas las situaciones de esta
vida, reaccionamos de dos maneras: con apego o con rechazo, cuando lo aconsejable es la
ecuanimidad, que tantos y tan diferentes maestros aconsejan, ya que cuando una emoción
nos produce aversión, es muy posible que esta situación tenga algo que enseñarnos para
nuestro progreso, y por el contrario cuando quedamos prendados por el apego, también es
muy posible que esto bloquee nuestra evolución.
Todo este cuerpo emocional, es muy sensible a la ira, al miedo a la agresión, y a
todas las emociones que fácilmente lo sacan de su centro y lo desestabilizan. En esta
envoltura de emociones, es donde se sitúa nuestro niño interior. Ese niño que llegó puro he
impoluto, y que enseguida comenzó a acumular miedos, tensiones, he incluso agresiones.
Luego vamos creciendo y en vez de limpiar y sanar estas heridas, les ponemos capas y
capas, creyendo que nos fortalecemos con estas corazas, pero lo único que se hace, es tapar
una llaga sin cicatrizar. Por eso a la hora de reconocernos en lo emocional, es muy
importante que tomemos conciencia de estos bloqueos y los transformemos en caminos
hacia nuestro ser más profundo.
Estas emociones nos van creando patrones de conducta reactiva, y descontrolada.
Mientras no las reconozcamos, nos arrastraran. Mientras las ignoremos como funcionan y
como dominan nuestro ser, bloquearan nuestro avance. Cuando nos arrastran, no somos
nosotros los que hablamos, es nuestra cólera, nuestra envidia, etc. Esto es muy grave y nos
lleva a cometer importantes errores. Sobre todo no hay que bloquearlas ni declararles la
guerra, pensando que son ellas la sola causa de nuestra desgracia y decidir, suprimirlas,
aplastarlas, encerrarlas. No se trata de eso. Las emociones son naturales. No es contra ellas
contra quien hemos de luchar, sino contra el poder que adquieren sobre nosotros mismos
sin darnos cuenta. Podemos verlas y tomar conciencia de ellas, mirando en nuestro interior.
Mientras no las hayamos visto y mientras no reconozcamos que están ahí, se harán con el
poder sin que podamos hacer nada al respecto. Ya que al no vivir nuestras emociones, se
irán acumulando en el inconsciente y el resultado será que, montaremos en cólera antes de
romper un plato, lanzaremos un insulto antes de darnos cuenta como nos domina la envidia.
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Reconocernos en lo emocional.
El Maestro Gurdjieff, contaba que la primera enseñanza importante que recibió, fue
a la edad de siete años, en el lecho de muerte de su abuelo. Este le dijo, “cuando alguien te
insulte, espera veinticuatro horas para contestarle”. Es decir, controla tus emociones.
Cuando damos un paso atrás y observamos nuestra emoción, podemos controlar la
reacción y ver que podemos hacer cosas diferentes a montar en cólera o seguir cualquier
otro impulso. Somos libres para elegir hacerlo o no. Pero debemos ser prudentes, pues el
reconocer las emociones significa verlas y decirse, “Si, justamente es esto”, y no
“Envidioso yo, ¡de eso nada!”. Están ahí, pero sabemos que no necesitamos ceder ante
ellas. Para ayudarnos a no ceder sistemáticamente ante nuestras emociones, contamos
afortunadamente con un aliado poderoso, nuestra mente.
Pero cuando esto no se consigue también hay otros recursos. Personalmente en mi
vida yóguica, las âsanas que fui aprendiendo estuvieron muy bien, el prânâyâma también y
el tomar contacto con la meditación, ya fue genial. Pero creo firmemente que en ese
“limpiar capas de cebolla” de fuera hacia adentro, un pilar importante fueron los trabajos de
crecimiento personal. Ese sentarse frente a otro ser igual que tú y mantener la mirada,
permitiendo que todo surja. El conocido vitchara del ¿Quién eres tú? Expresar por medio
del dibujo y la poesía, aunque no seamos ni pintores ni escritores surgen cosas muy
curiosas. También el danzar, bailar, el sacar a la luz tu secreto mas íntimo, sin necesidad de
publicarlo. Y un masajito para soltar tensiones cuando el trabajo ha sido intenso.
Tenemos que darnos cuenta de que el yoga es milenario, y los problemas y bloqueos
actuales son muy del siglo XX. Así a la vez que se practica Hata Yoga y meditación,
considero que se pueden dar grandes pasos en el camino interior, con estos y otros trabajos
de crecimiento personal. Ya se que en yoga las prisas no son para nada aconsejables, y que
todo lleva su tiempo. Pero no es por llegar a la meta es más por quitar autenticas barricadas,
que nos pueden llevar a frenar realmente, en nuestro progreso. Las dos emociones
principales, amor y odio, ciertamente son milenarias, pero es posible que la separación del
hombre actual, con la naturaleza y con los ritmos biológicos naturales, estén provocando
nuevas situaciones, o mejor dicho una separatividad con las situaciones de siempre. Hoy en
día los movimientos de “New age”, se tiende a veces a ensalzar lo positivo, negando
emociones negativas y sustituyéndolas por positivas. Cuando las emociones no son
positivas ni negativas, son agradables o desagradables. Lo que se debe hacer es
vivenciarlas, alguien que sabe vivir su dolor sin generar apego ni rechazo, es una persona
más integrada y preparada, para enfrentar las vicisitudes de la vida.
Como ejemplo del mundo emocional, del que estamos hablando, podemos observar
la ira. Esta es como un monstruito oscuro y de ojos rojos, que provoca tanto dolor en la
persona que la recibe como en quien la emite. Cuando somos los emisores de esta pasión,
debemos parar a mirar y ver en que parte de nuestro ser fluye, si es una reacción visceral,
sentimental o rencorosa. Una vez observado donde surge, procuraremos transformarla en
amor, o si esto no es posible, observarla anclados en la respiración consciente. Esto no
quiere decir que vayamos de sumisos por la vida, lo que se pretende es aprender a hacer
frente a cualquier imprevisto, pero sin generar ira. Hay que ser muy prudentes y hacer
frente a las situaciones, lo que nunca debe sucedernos es, por ejemplo tener un
enfrentamiento con un compañero y tragarnos nuestra emoción dejándola oculta en el
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Reconocernos en lo emocional.
inconsciente, y luego con los hijos o en otra situación que sentimos poder, expresar toda
nuestro enfado por cualquier simpleza, de una forma muy inconsciente y desproporcionada.
Por el contrario cuando somos el objeto de la ira de otra persona, hay que intentar que nos
resbale y ni nos toque. Ya que si nos toca y generamos más ira, viene el enfrentamiento.
Esto es un hecho, que provoca las luchas internas de los humanos y la violencia que genera
más violencia, es por lo que el planeta está continuamente en guerras y conflictos, en las
que solo en el siglo XX hemos aniquilado a unos… 100 millones de nuestros congéneres. Y
también es por ello que a gran escala no podemos hacer gran cosa, pero si a nivel
individual, transformáramos el odio en amor, esa vibración se extendería poco a poco entre
los seres de nuestro alrededor y cambiaría el mundo.
Otra de las emociones o sentimientos importantes, es la depresión, además de una
de las más peligrosas. Esta hay que valorar de donde surge, porque cuando no se corta en
los primeros síntomas y nos agarra, luego es difícil tarea el salir de ella, incluso acudiendo a
los mejores terapeutas. Las emociones son una energía, que si nos la vamos tragando en
forma de tristeza, de miedo, de culpa, etcétera, cada vez nos llevan más hacia dentro. Todo
lo que vamos acumulando en el inconsciente corremos el peligro de que nos cierre en
exceso. Además de vivir las emociones, debemos salir a caminar, relacionarnos con gente o
realizar cualquier actividad que nos guste. Y si aun así nos seguimos sintiendo mal y
hundidos, acudir a terapia o pedir ayuda antes de que el mal vaya a mayores. Ya que como
acabamos de decir, hay niveles de depresión de los que es muy difícil de salir. La tristeza a
veces, también debemos permitir que fluya, para que pase, si la intentamos ignorar se
acumula.
A la hora de aceptar y vivir nuestras emociones, algo que tenemos que tener claro es
que no nos queda otra opción, que no sea el vivirlas e integrarlas, de forma consciente. Ya
que para un dolor físico podemos tomar un analgésico, pero para un dolor emocional, ni
medicinas, ni drogas, ni alcohol, tomemos lo que tomemos, cuando se pase el efecto
“agradable” de la droga, la emoción desagradable seguirá en nuestro cuerpo emocional y
encima, con toda seguridad, habremos dañado nuestro cuerpo físico. Muchas adiciones son
la consecuencia de esa parte que no queremos ver.
Etimológicamente hablando, emoción viene del latín emovere y se traduce como
perturbar. Al encontrarse el cuerpo astral-emocional en medio del etérico y mental, estas
perturbaciones nos afectan en ambos sentidos, es decir en lo mental y en lo físico. Cuando
esta molestia se refleja en alguna enfermedad física, si que acudimos al médico ya que nos
identificamos ampliamente con lo físico y nos da miedo enfermar. Lo lastimoso es que la
medicina sintomática se fija en los síntomas y no en la raíz de estos, y nos marchamos a
casa con una caja de pastillas que nos calman el dolor físico, pero no solucionan el
problema de raíz e incluso nos dan la simiente que generará otro problema. La actitud de la
medicina debiera tender hacia un tratamiento holístico, es decir que de una forma global
analizaran todas las circunstancias que nos han llevado a enfermar, el trabajo, la familia, las
relaciones, etc.
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Reconocernos en lo emocional.
Antiguamente se creía que lo mental y lo intelectual, valía por encima de todo, y
una persona inteligente no podía estar perturbada ni ser inestable. A día de hoy se habla de
inteligencia emocional, y se sabe que una persona que vive sus emociones, puede llegar a
tener una vida mucho más plena que alguien con un alto coeficiente intelectual que no sea
diligente con sus emociones. Lo que realmente perturba es el no ser dueño de nuestros
estados emocionales. También es cierto que hay emociones que pueden nublar la razón, por
ello hay que estar muy atento en toda situación y circunstancia.
La solución a todos los problemas emocionales, es tan compleja como sencilla. Hay
quien dice que cuando se reconoce un problema, ya está el 50% de este resuelto. Y si
además de reconocerlo lo aceptamos se solucionaría al 100%. Entiendo que la mayoría de
las veces es mas fácil decirlo que hacerlo, pero si no se puede hacer frente a una situación
que nos afecta emocionalmente, debemos cambiarla o aceptarla, y cuando la aceptemos
cambiará por sí sola. La actitud de aceptación, es de una profunda espiritualidad, ya que si
todo lo que sucede es parte del Plan Divino, el aceptar la realidad de lo que hay en mi y de
cuanto me rodea es aceptar la Voluntad Divina. Aquí no olvidemos que estamos hablando
de situaciones emocionales, y que si hay un pinche tirano en nuestra vida debemos aprender
a ponernos en nuestro sitio y no dejarnos avasallar. Como nos dice Eckhart Tolle en “El
poder del ahora” “Acepta cualquier cosa que contenga el momento presente como si la
hubieras elegido. Trabaja siempre a favor del momento no contra él. Haz del presente tú
amigo y aliado, no tu enemigo. Esto transformará milagrosamente tu vida”.
A medida que pasa el tiempo existe una mayor tendencia a tener una visión más
integrada del individuo. Lo emocional, lo físico y lo psíquico, están interrelacionados
formando la expresión de la experiencia. Concretando podemos ver como un problema
físico puede crear malestar emocional, (personas que padecen del hígado igual a enfado).
La tensión psíquica puede crear tensión física, incluso las emociones desagradables pueden
generar tensión corporal. A pesar de la tendencia a la especialización de la medicina,
división cuerpo/mente (medicina/psicología). Los nuevos enfoques tienden a tener una
visión global, holística. Los psicoterapeutas corporales conocen bien, como las emociones
no vividas llegan a causar problemas físicos. Aunque esto es así, también se puede dar otro
caso en el que surjan emociones por pura supervivencia, por ejemplo, ante un susto o un
accidente. Son situaciones que el cuerpo emocional reacciona con el físico y el mental, todo
a la vez se contrae. Estas situaciones, también debemos vivirlas e integrarlas.
Este reflejo de lo emocional en lo físico se hace más que evidente cuando por
ejemplo, se da el miedo y este se refleja en nuestros riñones, vejiga e intestino grueso,
impidiendo incluso el control de los esfínteres y con el miedo, literalmente “nos vamos de
varetas”. También la ira, que se refleja en la vesícula biliar, en el hígado y se trasmite
incluso por los ojos. La preocupación que nos mantiene con el estómago encogido y el
bazo, impidiéndonos comer cuando estamos muy preocupados. La tristeza que se da en los
pulmones y también en el intestino grueso, que cuando nos inunda se nos olvida incluso
respirar y surge ese suspiro realizando una inspiración ya casi imprescindible para no
desfallecer. Y como no, la felicidad que se refleja en la lengua, en el intestino grueso y en
el corazón, de hecho se dice que la risa es muy saludable para mejorar el sistema
cardiovascular.
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Reconocernos en lo emocional.
Con los conceptos actuales que tenemos, al leer el párrafo anterior nos puede dar la
impresión de que todas las emociones son negativas menos la felicidad, y lo cierto es que
incluso la felicidad puede llegar a ser negativa. Intentaré explicarme. Por todos es sabido
que hay una gran diferencia entre reírnos con alguien o reírnos de alguien. Y aunque esto es
menos conocido la verdadera felicidad se expresa, desde en el trabajo hasta en un funeral,
pasando por el día a día y cada instante venga como venga. Ya que si no sabemos ser
felices ante un inconveniente no seremos felices nunca. El concepto de que lo bueno me da
alegría y lo malo tristeza, lo único que hace es mantenernos sujetos en un estado de
dualidad y polaridad, en esos dos pares de opuestos que generan rechazo y apego. Cuando
lo que debemos intentar es potenciar la aceptación y el desapego para ir hacia ese estado, de
no dualidad y fusión de los pares de opuestos, que es el estado de Yoga. Además este tipo
de felicidad, digamos superficial, que buscamos en objetos externos, en relaciones en
posesiones, etcétera, no suele tardar mucho en volverse monótona, y el objeto que creíamos
que iba ser la solución a todo, no tarda en desilusionarnos, porque hay otro mejor en el
mercado, porque cundo ya tenemos una buena novia ahora también quiero un buen vecino,
o simplemente, porque con lo que habíamos soñado no cumple nuestras espectatativas.
Todas estas situaciones, finalmente hacen que nuestro cuerpo emocional sea un
cuerpo de dolor, que es tanto dolor físico como mental y que nos impide avanzar hacia
nuestro espíritu, así pues también dolor espiritual. Son los sufrimientos de los que hablaba
el Budha, pero como estamos plenamente identificados con ellos nos da miedo soltarlos y
en vez de traspasarlos nos aferramos haciéndolos incluso nuestra forma de vida.
Generalmente los estados emocionales son generados por las situaciones que nos rodean, y
cundo algo no nos gusta tendemos a echar la culpa a la otra persona sin pararnos a mirar en
nuestro interior. Y Aquí también hay un yoga sutra de Patanjali que nos aconseja como
actuar.
I.33
Maitrî karunâ muditâ upeksânâm sukha duhka punya apunya visayânâm
Bhâvanâtha citta prasâdanam.
“La consciencia retiene su calma imperturbable al cultivar actitudes de amistad hacia el que
es feliz, compasión hacia el infeliz, deleite hacia el virtuoso y ecuanimidad hacia el no
virtuoso.”
Las emociones, como ya hemos visto, son perturbaciones. Para prevenir estos
movimientos de la conciencia e ir hacia la calma interior, son recomendables estas cuatro
virtudes. La amistad o buena voluntad hacia el que es feliz, nos ayudará a prevenir los celos
y la envidia que surgen cuando a alguien le va mejor que a nosotros las cosas, en ved de
sentir envidia deberíamos alegrarnos por esa persona. Mediante la compasión hacia el
infeliz, aunque sea poco lo que podamos hacer, el abrirnos a la compasión generará un
cambio positivo en nuestra mente y nuestras emociones, nunca debemos dar por valido el
sufrimiento de otra persona con juicios como: “se merece todo lo que le pase” o “sufre a
causa de su mal karma”. El deleite hacia el virtuoso, intentando imitarlos y alegrándonos de
que existan tales personas, procurándonos siempre que podamos su consejo y compañía. Y
ecuanimidad hacia el no virtuoso, no debemos permitir que nuestras emociones y nuestra
mente se vean coloreadas por personas faltas de conciencia, tampoco tenemos que juzgar
sus malas conductas. Para cambiar el mundo debemos comenzar por nuestros pensamientos
y nuestra propia conducta.
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Reconocernos en lo emocional.
Las emociones generalmente son producidas por las percepciones de los sentidos,
percibimos algo y dependiendo de cómo tratemos esta percepción nos genera sabiduría o
ignorancia. Esto depende de la aceptación que antes hemos hablado, ya que la aceptación
nos ayuda a integrar cualquier situación emocional y con la integración se da la calma
mental, mientras que el rechazo nos mantiene en la dualidad y perturbación. Tenemos que
entender que las emociones no tiene una existencia real. Las emociones aparecen debido a
las condiciones creadas por nuestra mente confusa. Nuestra conciencia, que en el momento
presente se encuentra ausente, es decir en un estado de total ignorancia, esta proyectada a
partir de la idea de un mundo que experimentamos por medio de los cinco sentidos, los
cinco órganos de los sentidos y sus relaciones activas con los objetos externos. Debido a
nuestros hábitos previos, la mente proyecta imágenes que considera separadas de ella
misma. Entonces, éstas se convierten en formas que actúan como objetos para la vista,
sonidos para el oído, y así sucesivamente. La presencia de estos objetos aparentemente
independientes hace que la mente se perturbe, permitiendo la aparición de las emociones.
Por ejemplo, cuando nuestros ojos ven una forma, la cosa no se queda ahí, inmediatamente
reaccionamos frente a ella. Cuando la forma nos parece agradable, nos sentimos atraídos. Si
la encontramos desagradable o repulsiva, la rechazamos y queremos alejarnos. Lo mismo
se aplica a toda la información sensorial, es decir, a todo lo que oímos, olemos, probamos o
tocamos. Cada vez que los órganos de los sentidos entran en funcionamiento deberíamos
mirar directamente la esencia real de lo que está sucediendo. Gradualmente llegaremos a
ver que el objeto que estamos percibiendo no es más que la mente trabajando. Pero si no
tenemos un buen discernimiento y vivimos en esa separatividad sujeto objeto, entonces
surge el apego o el rechazo creando sus correspondientes reacciones de deseo, orgullo,
codicia, ira, celos o envidia. Mirar directamente la naturalaza de una emoción es algo que
siempre deberíamos hacer antes de reaccionar o de permitir que se aloje en nuestro
inconsciente.
Todas las actividades calificadas como negativas, sean pensamientos o sentimientos
invariablemente se manifiestan como vibraciones de materia más densa. Mientras que los
pensamientos y sentimientos altruistas se manifiestan como vibraciones en materia más
sutil. Dado que la materia fina se mueve con más facilidad que la grosera, un pensamiento o
un sentimiento bueno generan, tal vez, cien veces mas fuerza que la materia más grosera.
Es gracias a esta sutilidad de los sentimientos altruistas y densidad de los negativos, que la
evolución siempre va hacia arriba, aunque en la época actual debemos tener cuidado de no
perdernos en lo material y en el poder del ego inferior que siempre se encuentra al acecho.
Práctica y meditación.
Para trabajar con nuestro cuerpo emocional lo ideal son los trabajos de crecimiento
personal, con ello se potencian las cualidades humanas y se aumentan sus posibilidades de
pensar, sentir y actuar de una manera saludable y plena. Este tipo de trabajos también nos
ayudan a sacar a la luz heridas para posteriormente sanarlas, pero si estas heridas son muy
profundas es más aconsejable la psicoterapia. Hay una bonita metáfora para expresar esta
idea: “Imagina que cada persona tiene su propio jardín y es responsable de cuidarlo. El
trabajo de psicoterapia consiste en limpiarlo de piedras, matojos y malas hierbas, remover
la tierra, tapar los hoyos, etc., en dejar el terreno en buenas condiciones. Mientras que el
trabajo de crecimiento personal consiste en estando ya limpio el terreno, regar y cuidar lo
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Reconocernos en lo emocional.
mejor posible las plantas y flores, para que crezcan sanas y hermosas expresando toda su
belleza para deleite propio y ajeno”.
Un buen trabajo para ir comenzando a regar nuestro jardín, es al empezar el día
mirarnos en el espejo y sonreír, si no podemos, nos haremos muecas a nosotros mismos
hasta que la sonrisa aparezca, después intentaremos llevar esta sonrisa todo el día. También
es muy aconsejable, escribir, dibujar, trabajar con barro, cualquier cosa que potencie
nuestra creatividad y exprese nuestro sentir.
Para realizar en grupo, un trabajo muy bello es el de pensar en ese secreto intimo
que nunca has contado a nadie, luego se elige una pareja al azar y cada uno le cuenta al otro
su secreto pero sin consonantes, es decir pronunciando solo las vocales. El resultado es que
la persona que escucha pone mucha atención y percibe la expresión, el tono, la mirada del
que habla, pero no el significado de las palabras. Y por el contrario quien habla, se queda
con una gran liberación, sintiendo que ha expresado su historia más íntima.
También para liberarnos de miedos se pueden realizar trabajos con los ojos
vendados, como por ejemplo dejarse caer hacia atrás con dos o tres personas detrás que nos
sujeten en último momento. Y bailar, danzar sin intentar hacer ningún movimiento en
concreto, es decir siendo creativos, permitiendo que nuestro cuerpo exprese y cree formas y
figuras. Es muy buena cosa el llevar un registro personal a modo de diario e ir tomando
notas de todas las sensaciones que surjan y los trabajos que se van realizando. Así al paso
de unos años, revisando las notas podremos observar nuestra evolución o si por el contrario
seguimos atascados en las mismas tonterías.
Para meditar correctamente, debemos de tener comodidad y fortaleza física, no se
puede estar enfermo. Si se da el caso, antes es necesario sanar físicamente. Después
debemos sanar emocionalmente y tener dominio sobre nuestro estado emocional, no nos
podemos dejar arrastra por las emociones. Para así con la mente poder mantener la atención
fija en un punto. Es con estas condiciones cuando la energía Divina descenderá sobre
nosotros y se acumulará. Esta energía siempre se está derramando sobre los seres humanos,
pero sin estas cualidades que acabamos de mencionar, nos atraviesa y pasa desapercibida,
regresando al cosmos que la generó.
Igual que antes de reaccionar a una emoción deberíamos de dar un paso atrás y
observar primero para actuar después. En meditación cuando la mente se convierte en un
hervidero de pensamientos, también podemos dar un paso atrás y observar la mente desde
detrás de la mente, desidentificandonos totalmente y viendo que toda esa revolución “no
soy yo”. Cuando de esta forma conseguimos retirar la conciencia de la actividad mental, el
observador, el testigo, se fortalece y la actividad mental se debilita. Si la mente genera las
emociones que nos hacen reír y llorar, cuanto mas nos separemos de ella mas nos
encontraremos a nosotros mismos viviendo en el presente, y cuanto mas se de esta situación
de presencia consciencia, mas cerca de nuestro Ser verdadero nos hallaremos.
La meditación, es aceptar la realidad tal como es, desde una ecuanimidad que no
nos lleve ni hacia el rechazo ni al deseo. En una práctica diaria, pueden surgir esas
emociones no vividas que abandonamos en nuestro inconsciente, pero es muy difícil ya que
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Reconocernos en lo emocional.
para cuando nos centramos un poco, ya nos tenemos que levantar. Aun siendo esta practica
diaria imprescindible, se hacen muy aconsejables los retiros. No es necesario alejarse del
mundo por periodos excesivamente largos, pero si que una o dos veces al año, juntarse con
un grupo en un lugar donde no tengamos estímulos externos, facilitará que aflore una
vivencia completa de nuestro mundo emocional olvidado y acumulado en el inconsciente.
En este episodio he hablado sobre el apego la aceptación y el rechazo de las
emociones. Generalmente las situaciones que nos generan apego, las consideramos buena
suerte y las que nos provocan rechazo, como mala suerte. Y volvemos a entrar en el jugo de
la mente de juzgar las situaciones, con el amplio margen de error que nos caracteriza a los
seres humanos, “errare humanum est” dicen en latín. Hay un bonito cuento hindú que nos
plantea una situación, para hacernos entender que no debemos juzgar a la ligera, sin un
buen discernimiento y entendimiento. Y si poseyéramos un buen discernimiento y
entendimiento, casi seguro este nos llevaría también a no juzgar. El cuento es el siguiente:
Buena suerte, mala suerte.
Un día el Sultán Akbar y el sabio Bírbal fueron a la selva a cazar.
Al disparar la escopeta, es Sultán Akbar se hirió el pulgar y gritó de
dolor. Bírbal le vendó el dedo y le endilgó el consuelo de sus
reflexiones filosóficas: “Majestad, nunca sabemos qué es bueno o
malo para nosotros.” Al Sultán no le sentó bien el consejo, se puso
hecho una furia y arrojó al sabio al fondo de un pozo abandonado.
Continuo después caminando solo por el bosque, y en esto un grupo
de salvajes le salieron al encuentro en plena selva, lo rodearon, lo
hicieron cautivo y lo llevaron a su jefe. La tribu se preparaba para
ofrecer un sacrificio humano y Akbar era la víctima que Dios les había
enviado. El hechicero oficial de la tribu examinó en detalle y, al ver
que tenía el pulgar roto, lo rechazó, ya que la víctima no había de
tener defecto físico alguno. Akbar cayó entonces en la cuenta de que
Bírbal había tenido toda la razón, le entro remordimiento, volvió
corriendo al pozo en el que lo había echado, lo sacó y le pidió perdón
por el daño que tan injustamente le había causado. Bírbal contestó:
“Majestad, no tiene porqué pedirme perdón, ya que no me ha causado
ningún daño. Al contrario, su majestad me ha hecho un gran favor, me
ha salvado la vida. Si no me hubiera arrojado a este pozo, hubiera
continuado yo a su lado, y esos salvajes me habrían cogido a mi para
su sacrificio y habrían acabado conmigo. Como ve su majestad, nunca
sabemos si algo a de ser bueno o malo para nosotros.”
Buena suerte mala suerte ¿quién sabe?
Algo a lo que la mayoría de las personas no prestamos mucha atención hoy
en día, es al poder de la mente. Ya que cuando de una forma intencionada pensamos en
algo, estamos poniendo ahí nuestra energía y la energía sigue al pensamiento, al ir cogiendo
fuerza el pensamiento se forma la emoción, y la emoción debemos vivirla. Así pues, una
vez reconocido nuestro mundo emocional, pasemos a estudiar la envoltura mental, que
como vemos, es donde se perciben las situaciones que generan las emociones.
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Reconocernos en lo mental.
“La mente es conocida con el nombre de “El gran pájaro”
porque salta de un objeto a otro del mismo modo,
que un pájaro salta de una rama a otra.
Raja Yoga nos enseña como concentrar la mente, y luego
como reconocer sus más recónditos lugares.”
Swami Sivananda.
Sexta parte:
Reconocernos en lo mental.
En lo mental, la respiración es la llave que a menudo utilizamos para mantener fija
la mente en un punto. Lo que no quiere decir que también hay otras formas de
concentración, pero ahora nos centraremos en esta. Ya hemos hablado un poco en el
capítulo anterior de la longitud del aliento, y en el apartado del cuerpo físico de la
respiración celular. Así pues cuando inspiramos llega la respiración a las células, este
mismo movimiento puede provocar otro, que son los vritis, fluctuaciones de la mente o
pensamientos, a los que a menudo nos enganchamos e identificamos, creando una madeja
de pensamientos que nos lleva de un lado a otro, alejándonos de la concentración y por
tanto también de la meditación. Por el contrario, si conseguimos no identificarnos y
seguimos prestando atención a nuestro respirar, observaremos que durante la expulsión se
da un estado de calma mental. Es por ello que cuando se alcanza el estado de yoga, la
longitud del aliento es casi inexistente, y los movimientos mentales se esfumaron. De todas
formas la mente tiene un gran poder y lo normal, sobre todo en los comienzos, es que nos
arrastre. En este caso lo que no debemos hacer es enfadarnos ni desesperarnos,
sencillamente volvemos a la siguiente respiración, una y otra vez hasta conseguir mantener
la concentración. El Guru-deva, Sri Ramana Maharashi, decía que el origen de la mente y
de la respiración es el mismo. Así pues, incluso siendo conscientes de nuestra respiración
puede seguir la actividad mental, la cual se asemeja a las olas del mar, que no podemos
pararlas, pero si podemos aprender a navegar o a observarlas.
En “La voz del silencio” H.P.Blavatsky, comienza diciendo; “La mente es el gran
destructor de lo Real. Destruya el discípulo al destructor”. Esto hay que verlo, como hay
que verlo. Ya que una mente presente y consciente, también es una herramienta
maravillosa, lo que se debe destruir realmente es la parte ignorante, ilusoria y ausente. Una
vez que nos deshacemos de estos aspectos inconscientes de nuestra mente se adquiere un
discernimiento entre lo real y lo ilusorio, que cada vez nos tendrá más cerca de la Verdad.
Como veremos más adelante, la manera de alcanzar este discernimiento es la concentración
en un punto. Esta frase tan sencilla que acabamos de ver, nos indica cómo alcanzar un buen
discernimiento. Cuando nos paramos a observar el plano mental, enseguida nos damos
cuenta de que es todo un mundo de vaivenes y voluptuosidad, pero es con presencia y
atención la forma en la que conseguiremos distinguir entre el que ve y lo visto. Es como
cuando en una obra de teatro desde el palco tenemos la certeza de que el que actúa no soy
yo. Es desidentificandonos de los habituales procesos de la mente como se alcanza este
discernimiento entre lo real y lo ilusorio. La Vedânta Advaita, se basa en la máxima de que
todo el universo es ilusorio, todo es maya, lo único Real es Brahmâ y el Ser no dual. En
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Reconocernos en lo mental.
términos más de occidente, el auténtico buscador de Sí mismo a de darse cuenta de que la
mente no es el Conocedor, si no el instrumento que este utiliza para adquirir conocimiento.
Identificar a la mente con el Conocedor es como si el cincel se identificara con el escultor
que lo maneja.
Apoyándonos de nuevo en los Yoga-sutras de Patanjali, en el sutra 1.5 nos dice que
las fluctuaciones de la mente son cinco, y que cada una de ellas puede ser beneficiosa y
puede causar problemas. Y en el siguiente 1.6 las enumera como comprensión,
comprensión errónea, la imaginación, el sueño y la memoria.
¾ La comprensión, pasa por tener un buen discernimiento y saber distinguir lo real de
lo irreal. Para ello, es de gran ayuda el mantener la proximidad con personas de
sabiduría y si esto no es posible apoyarnos en la lectura. Aquí debemos de tener en
cuenta, otra vez, el concepto que acabamos de ver, de los Vedas, en los que se decía,
que solamente Brama es real, todo lo demás es ilusorio. Y Patanjali fue heredero de
estos, aunque anterior a Zankarâ Achârya Gran predicador de la Vedânta Advaita.
¾ La compresión errónea, es justamente lo contrario. La falta de Viveka o
discernimiento, no viendo la realidad y dejándonos arrastrar por todo tipo de
emociones y situaciones. Es la actividad mental más extendida en el día de hoy, con
lo que esto conlleva.
¾ La imaginación, es lo que sucede al no tener una experiencia directa. Tomando
como referencia los conceptos y las explicaciones adquiridas. Cuando estos
conceptos son erróneos, pueden llegar a ser muy peligrosos pues quedan muy
arraigados.
¾ El sueño, es una fluctuación mental basada en nociones inexistentes. Aquí es de
gran importancia, que el último pensamiento al dormirse, sea de carácter noble y
elevado. Porque esto dará la pauta que determine en gran parte, la naturaleza de los
sueños que vengan a continuación.
¾ La memoria, es ese recuerdo de pasadas experiencias que a menudo nos impide
disfrutar de las nuevas, por tener una idea preconcebida.
Todas estas formas de la mente, son las que generan los pensamientos. Y estos,
solamente, pueden ser de dos formas, buenos o malos, positivos o negativos. Los malos
pensamientos hay que dejarlos pasar, mientras que los buenos y positivos hay que
sujetarlos y potenciarlos. También cuando hay pensamientos negativos, es bueno
acostumbrarse a darles la vuelta. Y sobre todo no desestimar nunca el poder de la mente.
Ya que cuando se piensa mucho en algo o se desea realmente de corazón, casi siempre
acaba sucediendo este objeto de deseo y generalmente cuando menos lo esperamos. En
palabras de Ernesto Wood “tal es el poder de la mente, que con su ayuda todo llega a servir
a nuestro propósito, y tal el poder del hombre que puede doblegar la mente a su voluntad”.
¿Cómo? Mediante la concentración en un punto y el refuerzo de potenciar los pensamientos
positivos. También hay quien utiliza los pensamientos negativos, pero esto ya es magia
negra, algo que ni va conmigo, ni me interesa.
Para potenciar el poder de la mente, aunque se puede hacer algo desde afuera, el
trabajo principal es parte de la actividad de la propia conciencia. Por tanto quien desee una
mente fuerte, bien vitalizada, activa y capaz de captar las ideas más elevadas que se le
presenten, ha de procurar constantemente, adquirir un recto modo de pensar. Si fijamos una
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Reconocernos en lo mental.
vibración adecuada en nuestra forma de pensar, los pensamientos que no armonicen con
esta vibración serán automáticamente rechazados. Esto es, si se piensa verdad, la mentira
no puede alojarse en la mente. Si se piensa amor, el odio no puede perturbarla. Si se piensa
sabiduría, la ignorancia no puede paralizarla. No se a de permitir que la mente permanezca
abandonada, porque entonces cualquier pensamiento puede arraigase en ella y germinar.
Hay que saber que donde están nuestros pensamientos, ponemos nuestra energía, esto
genera una emoción y finalmente una acción. La mente pertenece al hombre y éste no debe
permitir la entrada en ella, nada más que de los pensamientos que él elija. El pensamiento
correcto, por sí solo, nos llevará a la acción correcta. El poder del pensamiento y de nuestra
actitud queda reflejado en el siguiente consejo, “Amasa amor en el pan que cuezas,
envuelve fuerza y valor en el paquete que ates para la persona de rostro cansado, transmite
confianza y candor con la moneda que pagas al hombre de ojos desconfiados.”
Personalmente tengo más que experimentado el diferente resultado de un guiso con
atención y amor, a otro guisado con desinterés, utilizando los mismos ingredientes el
resultado final de aroma y sabor, es bien diferente. Todo este poder de la mente, no se
puede ejercer sin una buena capacidad de concentración. El recto pensar y sentir, del que
hablamos en este párrafo, actúa incluso sobre el cuerpo físico aumentando su capacidad
para asimilar prâna, vitalidad.
Ocurre con gran frecuencia que la mejor voluntad del mundo nada puede hacer
físicamente, pero no hay caso en el que no podamos prestar ayuda mediante la compasión y
pensamiento positivo, concentrado en un gran amor. Un punto a tener en cuenta es que la
persona que habitualmente tiene pensamientos puros, buenos y fuertes, utiliza para ello la
parte más elevada de la envoltura mental; esto no sucede habitualmente por no haber
desarrollado esta zona de la mente. Tal persona es un bien para el mundo, y un beneficio
para las personas cercanas capaces de conectar con su forma de pensar y sentir. Las
vibraciones que emiten estas personas, tienden a despertar una nueva y más elevada parte
de la mente, de manera que se abren nuevas esferas de pensamiento. Ni que decir tiene que
el poder de pensamiento unificado y unidireccional de varias personas a la vez, es siempre
mucho mayor, se podría decir que se multiplica. Esto sucede porque los pensamientos
positivos son de una vibración más sutil que los negativos y tienden a elevarse hacia zonas
más altas de la esfera mental por su propia sutilidad, así como los pensamientos negativos
son más densos y tiran para abajo uniéndonos al deseo y a lo material. Pocos son los
pensamientos humanos que no estén ligados al deseo, la emoción y la pasión.
Si apuntáramos en un papel a lo largo del día los pensamientos, nos daríamos cuenta
de que muchos se repiten, con esto hay que tener cuidado, ya que si permitimos que un
problema nos preocupe mucho y le damos vueltas constantemente sin llegar a una
conclusión, se crea una especie de tormenta en nuestro cuerpo mental, mejor dicho aun se
crea un punto doloroso, al igual que una irritación y una ampolla surgen con la continua
fricción. Además, el hecho de preocuparse, como la propia palabra lo dice es, ocuparse
antes de tiempo. Si el mismo trabajo de apuntar los pensamientos lo realizamos al terminar
el día, observaremos que de toda la multitud de impresiones mentales solamente
recordamos diez a lo sumo. Así pues, ¿no se aprovechará más el tiempo estando en el
presente?
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Reconocernos en lo mental.
Uno de los motivos por los que hay que rechazar los malos pensamientos es porque
la mente está sujeta a la ley del hábito, y cuando algo se vuelve habitual resulta complicado
desarraigarlo. Gran parte del sufrimiento mental, tiene su origen en una imaginación
indisciplinada, los objetos de deseo por ejemplo, no tienen fuerza por sí solos es la
imaginación la que les da poder y nos hace creer que nos harán felices. Mientras hay un
deseo o una esperanza, la mente no puede estar en calma total ya que estos son como
semillas de los que brota la ira, la mentira, el resentimiento, la impureza, la ambición, la
ignorancia, etc.
En occidente tenemos muy arraigada, la idea de que el pensamiento está en la
cabeza, y con él la mente. Pero, igual que las meninges se prolongan por el canal raquídeo,
y posteriormente se ramifican en nervios. Invadiendo tronco y extremidades. Desde la yema
de los dedos hasta el celebro. De la misma forma el cuerpo mental no tiene porque limitarse
al cerebro. Es por ello que cuando permanecemos en quietud surgen picores, que si vas a
rascarte ya no pica. Dolores en articulaciones, que cuando te mueves ya se han pasado.
Sensación de que una hormiga anda por tu piel, pero si miras no existe. Todo esto, no son
más que reacciones de nuestro ego que le incomoda la quietud. Y nuestro mental que se
solidariza con el ego he intenta distraernos o movernos a toda costa. Ya que en la quietud
de la meditación, los samskaras salen a la superficie y nos vamos limpiando y purificando
poco a poco. Los samskaras, son las impresiones que hemos ido grabando en nuestro
cuerpo mental con el paso de los años. Por ello aunque no se medite, se hace de suma
importancia respetar los preceptos de: no cometer excesos, respetar la vida propia y ajena,
la veracidad o recta palabra y no desear lo ajeno. Así respetando estos preceptos no
limpiamos los samskaras acumulados, pero por lo menos dejamos de generar nuevos, que
no es poco. No recuerdo ahora en que libro escrito por un lama, decía una cosa muy
curiosa. Exponía que nos parásemos por un momento a pensar que sucedería, si toda la
humanidad respetara tan solo uno de los cinco preceptos. Por ejemplo, si nadie mintiera, si
nadie se apropiase de lo que no es suyo, si todos respetáramos la vida y nadie matara a
ningún ser vivo, si la conducta sexual de todos fuera impecable, si nadie tomara
intoxicantes. Evidentemente si toda la humanidad respetara solamente uno de estos
preceptos, el universo entero lo agradecería.
En sánscrito, mente se dice manas y viene de la raíz "man" pensar. Este proceso se
da de la siguiente forma: el acto de pensar concreto pone en vibración el cuerpo mental.
Esta vibración se transfiere, por así decirlo, a la materia más grosera del cuerpo astral del
pensador. Desde este afecta, a su vez, a las partículas etéricas del cerebro, y por medio de
estas pone en acción la materia gris más densa del cuerpo físico. De manera que todos estos
pasos sucesivos son necesarios para que un pensamiento se traduzca en conciencia activa
en el cerebro físico. Esto se explica también por estar la materia burda física y las sutiles
astral y mental, superpuestas y estrechamente relacionadas, todas ellas como vehículos del
SER, que hablaremos más adelante.
Uno de los motivos por los que algunas escuelas distinguen siete cuerpos o
envolturas en lugar de cinco, es por que en esta envoltura mental se distingue el manas
inferior y el manas superior o también, mente individual y mente universal. Este manas
inferior, es del que estoy tratando de hablar, y el superior es como la mente universal, muy
difícil de expresar con palabras incluso para seres altamente evolucionados. De este manas
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Reconocernos en lo mental.
superior H.P.Blavatsky nos dice lo siguiente. "Sólo muy raras veces se manifiesta en el
presente periodo de la evolución humana. Es el aspecto más noble y sublime de la mente, el
principio inmortal de la Egoidad, el Ego permanente e imperecedero, que en su marcha
evolutiva, va recogiendo todas las experiencias mas elevadas y tiende sin cesar a
remontarse hacia el Alma espiritual (Buddhi), a lo eterno, a lo divino".
Estas dos mentes, también se identifican como mente de superficie y mente
profunda. En la de superficie es en la que habitualmente estamos, y nos lleva del pasado al
futuro y viceversa. Pero cuando conseguimos mantener la concentración, nuestro centro se
revela, como nos dice Patanjali en el sutra I.3. Entonces nos encontramos en la mente
profunda, y poder mantener esta relación con la mente profunda, es uno de los mayores
logros a los que podemos aspirar. Es cuando conseguimos mantener la atención en un punto
o cuando observamos el espacio entre pensamiento y pensamiento, agrandando este espacio
y manteniendo la presencia, es entonces cuando nos relacionamos con la mente profunda y
dejamos a un lado el ego y la agitación de la mente de superficie. Es con la presencia del
aquí y ahora, que todo el alboroto de la mente de superficie cede, y pasamos a percibir la
mente profunda, en la que nos encontramos en una profunda calma y sensación de apertura
del corazón, y es con esta apertura cuando la meditación sucede.
Tanto las mentes individual y universal como la de superficie o profunda podríamos
decir que son sinónimos, es decir, la mente individual y de superficie sería lo mismo, al
igual que la mente universal y la mente profunda. Esto puede parecer paradójico, pero en la
individual y de superficie, es en donde las personas estamos acostumbradas a permanecer,
la mente del pensamiento embrollado y acelerado. Mientras que la mente universal y la
profunda son las que nos conectan con el estado trascendental de la mente, con el estado de
calma y paz mental. Además si existe alguna manera de entender y percibir lo que puede
ser la mente universal, es seguro que será a través de la mente profunda. Y no olvidemos la
cita del Tantrismo que nos dice, “todo lo que está aquí, está en otra parte”. Es decir la
mente universal y cósmica, perfectamente pude ser la misma que la mente profunda.
Es por medio del cuerpo mental como el Yo verdadero se manifiesta, pero por
medio de la mente profunda, ya que la mente de superficie, como acabamos de ver, nos
mantiene identificados con el yo egoico e inconsciente y siempre proyectado en el futuro o
regocijándose con el pasado. Hablando de esta mente acelerada en el Bhagavad Gîtâ
estancia sexta verso 34, Arjuna dice: “la mente es en verdad inquieta, ¡oh Khrisna! es
impetuosa, fuerte y difícil de doblegar. Juzgo que es tan difícil de sofrenar como el viento.”
A lo que Khrisna le responde en el verso siguiente, 35, “sin duda, la mente es inquieta y
difícil de doblegar, pero se la puede sofrenar mediante la practica constante y el desapego.”
Y esta parte del diálogo entre Sri Khrisna y Arjuna, no puede dejar de recordarnos el sutra
1.12 de Patanjali al que hacíamos alusión al final del capítulo sobre el profe de yoga, y su
correspondiente importancia para la evolución hacia el “estado de yoga”.
La mente tiene cuatro facultades, el intelecto, el ego, el pensamiento y la memoria.
Y estas facultades se dan en los tres planos de consciencia, en el consciente, subconsciente
e inconsciente. Aunque la psicología occidental, de momento no lo reconoce. Existe un
cuarto plano de la mente, que es la dimensión trascendental. Sería también en el que se
conecta con la mente profunda.
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Reconocernos en lo mental.
Existen diferentes estados de la mente los dos más conocidos, son el de sueño y el
de vigilia. Estos dos son estados muy parecidos, si tienen alguna diferencia es que en el
sueño estamos más conectados con nuestro interior, la viveza y el realismo de algunos
sueños, son la prueba de esa luz interior hacia la que intentamos acercarnos. Otra diferencia
importante es que mientras dormimos no existe causalidad, esto es que no generamos
karma, por el contrario en el estado de vigilia toda acción tiene un efecto, y por acción
entendemos también el pensamiento, ya que el hecho de pensar positiva o negativamente
genera karma de una o de otra índole. Por otro lado, en el estado de vigilia vivimos, tan
proyectados hacia el futuro o regocijándonos en el pasado, he incluso soñando despiertos,
que en realidad estamos, pero no estamos. Al no vivir en el presente cada acción, es como
si estuviéramos dormidos en vida y lo que necesitamos es despertar, despertar a una mente
consciente y presente, que nos llevará a otro estado mental el estado de trascendencia. Este
estado mental trascendente, es el estado de conexión con la mente profunda que
hablábamos anteriormente, el estado de yoga que se pretende alcanzar con la práctica, el
estado consciente en el que han entrado los místicos y santos de todas las tradiciones.
En la mente de superficie, que es a la que nos hemos habituado, los pensamientos
nos tienen siempre en el pasado y en el futuro, soñando despiertos. Esta es una actitud muy
arraigada en todas las personas, y es lo que nos mantiene en una rueda de sufrimiento ya
que al estar nuestra mente proyectada hacia el pasado o en el futuro, no estamos disfrutando
del momento presente, que es único e irrepetible. Esto a veces es chocante, porque decimos
“como no voy a recordar aquel día que lo pase tan bien” o “como no voy a pensar en la
próximas vacaciones”. No nos damos cuenta que al hacer esto nos perdemos el momento
presente, y solo es aquí y ahora, donde realmente podemos estar despiertos. Desde la
conciencia en el presente, no debemos temer olvidar los bellos momentos vividos, pues nos
daremos cuenta de que no hay nada más bello que disfrutar de la vida, instante a instante.
Tampoco hay que asustarse por no hacer planes de futuro, pues aparte de que esta más que
comprobado que las cosas no salen como planeamos “el hombre propone y Dios dispone”,
aparte de esto, desde la presencia se desarrolla una intuición especial que nos lleva a actuar
correctamente. A este respecto me gusta mucho el símil de la entrevista de trabajo, que nos
tiene durante equis tiempo pensando, la ropa que me pondré, lo que diré, cambio el
currículo una y otra vez, tiempo perdido por no estar aquí y ahora. Y total llegado el día de
la entrevista, el gerente se fue de viaje, ya han contratado a otra persona o incluso no nos
contratan por dar una imagen falsa de nosotros mismos. Mientras que si acudimos con
naturalidad y siendo quien somos, todo se vuelve más fácil y si tiene que ser será y si no,
pues no. Y no nos habremos perdido maravillosos instantes, con sus luces, sus aromas, sus
sabores, no disfrutados porque estábamos pensando en otra cosa. Además desde una mente
presente, como acabamos de ver, surge una espontaneidad que nos llevará a actuar
correctamente.
Muchas veces, cuando se nos habla de estos conceptos de presencia y de calma
mental, enseguida nos hacemos a la idea de que esto es poner la mente en blanco. Y nada
más lejos de la realidad, la mente esta viva y como dice una canción muy flamenca “todo es
de color”. De lo que se trata es de coger el mando en nuestros pensamientos, no de que la
mente se dirija de un punto a otro sin ningún control. Para ello disponemos de cinco
maravillosos sentidos, que percibimos a través del sexto, la mente. El oído, mediante el que
nos llegan los sonidos, la piel que percibe el tacto de lo que nos roza, los ojos para ver lo
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Reconocernos en lo mental.
que nos rodea, la lengua para saborear y el olfato para distinguir diferentes aromas. Pero
estamos acostumbrados a comer viendo la tele, y pensando en lo que vamos a hacer por la
tarde o mañana. Continuamente nos estamos perdiendo lo que estos cinco sentidos nos
hacen llegar. Estos sentidos son órganos de conocimiento que si los utilizamos
correctamente, pueden ser una buena herramienta para venir al aquí y ahora. De todas
formas aunque no sea posible poner la mente en blanco, esta también necesita descanso
igual que el cuerpo físico, para el alivio de la mente esta la quietud y calma mental que se
consigue a través de la concentración relajada. Cuando utilizamos los sentidos no debemos
de regocijarnos en ellos, ya que como se nos recuerda en la tercera estancia, verso 34 del
Bhagavad Gîtâ “El apego y la aversión hacia los objetos sensorios moran en los sentidos,
que nadie llegue a estar bajo el dominio de estos dos, ellos son obstructores del sendero”.
Mediante estos sentidos que acabamos de ver, percibimos lo exterior, al aislarnos de
estos sentidos, nos adentramos en el mundo interior. Esto es el quinto paso del astânga
yoga de Patanjali, pratyâhâra. Aquí en el yoga-sutra II. 54 Patanjali dice: “La sujeción de
los sentidos se produce cuando la mente es capaz de permanecer en la dirección elegida y
los sentidos, que se desvían de los diversos objetos del entorno, siguen fielmente a la
orientación de la mente”. Esta abstracción de los sentidos que nos propone Patanjali, es el
paso previo a la concentración, aunque también podemos servirnos de cualquiera de ellos
para afinar nuestra concentración, como ya hemos visto. Cuando estamos totalmente
concentrados en algo, no es el momento de deleitarse con los sentidos, en la autentica
concentración cualquier aroma, sabor o sensación que nos llegue, tiene que pasarnos
desapercibido. Es por ello que pratyâhâra, la abstracción de los sentidos, se produce
anterior a la concentración, y luego la meditación. Como se dice en uno de los Upanishad
“El órgano del pensamiento está compenetrado por los sentidos, purificado este órgano
Âtmâ se manifiesta”.
Todo tiene su parte positiva y negativa, la ira, la ignorancia y el apego a las cosas
mundanas, los podemos considerar como tres venenos para la mente. Como veremos en el
próximo capitulo, el observar ciertas normas éticas previene en gran medida estos tres
estados mentales negativos. Son negativos porque nos sujetan a la materia a lo denso, y no
permiten que percibamos lo sutil, lo que lleva nuestra percepción más allá.
Como la materia mental es mucho más etérea que la astral y la física, en
consecuencia la vida y actividad mental también es mayor. La materia mental está en
movimiento constante e incesante, tomando forma bajo toda vibración de vida, y
adaptándose rápidamente a cada cambio. Las vibraciones en el plano mental son mucho
más rápidas que en el plano físico. De la misma manera que las de la luz son más rápidas
que las del sonido y aún vibra lo mental a una frecuencia mayor que la de la propia luz. En
este plano se daría lo que se conoce como telepatía.
Si hablando de las emociones hemos visto que éstas se movían en el plano astral y
en la cuarta dimensión, hablando de lo mental nos pasamos otro nivel y éste se mueve en la
quinta dimensión. Pero si ya es difícil para nosotros que vivimos en la tercera dimensión,
entender la posibilidad de una cuarta, el hablar de la quinta se complica más todavía. En el
párrafo anterior hemos visto que cada plano es más sutil que el anterior, los planos
principales para nosotros son las tres primeras dimensiones, ampliamente conocidas; la
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Reconocernos en lo mental.
cuarta con su mundo astral y la quinta en la que se mueve lo mental. Estas dimensiones son
planos de existencia, en los que se forman las diferentes envolturas del Ser, estas envolturas
se componen de materia de su plano correspondiente, y decimos que son las principales
porque son sobre las que podemos actuar. Como estamos viendo a lo largo de este trabajo,
actuamos sobre ellas con una dieta y ejercicio moderados, viviendo nuestras emociones y
controlando nuestra mente.
No lo he dejado muy claro a lo largo de este capítulo, pero debemos diferenciar
entre lo que sería el plano o mudo mental más sutil, que es el que está después del astral y
es donde se mueve toda la madeja de pensamiento. En este plano ya hemos visto que los
pensamientos burdos por su propia densidad tienden hacia abajo y los altruistas más sutiles
tienden a elevarse. Aquí conforme nos volvemos más sutiles nos damos cuenta como nos
influyen los diferentes ambientes. Por ejemplo en un ambiente de trabajo donde las
personas no se encuentran a gusto y continuamente hay pensamientos de negatividad, hay
que estar muy atentos para que esta situación no nos arrastre. Por el contrario en un lugar
donde los pensamientos son más bondadosos y espirituales podemos abandonarnos más y
permitir que nuestra mente se abra. Si el mundo astral, no lo vemos con el ojo físico, por su
sutilidad, el mundo mental, como decimos, es más sutil todavía, los pensamientos en
realidad, son como cosas que van flotando por el aire y cosas peligrosas. No es poca la
Sabiduría Divina, al no permitir que veamos este mundo ya que si el pensamiento humano
fuera altruista, bondadoso y humilde, sería una bonita visión. Pero por el contrario, como
hemos estudiado en este capítulo, la mayoría de los pensamientos humanos se dirigen hacia
la pasión, el deseo y la ira. Aspectos que, aunque sepamos que están ahí, es mejor no verlos
como formas mentales. Por otro lado, aparte de este plano mental, existe también una
mente más conceptual, que es con la que nos identificamos como pensadores. Esta mente es
la mente individual que decimos nos mantiene siempre alejados del aquí y ahora, pero a la
vez si aprendemos a desidentificarnos de ella mediante la concentración, también puede ser
una maravillosa herramienta y un órgano de conocimiento. Este conocimiento puede ser de
tres formas, ilusorio, real y verdadero.
¾ Conocimiento ilusorio, es el que persigue los goces transitorios, la comodidad, la
lujuria, el deseo, la ambición, la mezquindad, el egoísmo, etc.
¾ Conocimiento real, es el que persigue los goces duraderos, el bien, el no hacer daño,
la salud, la prosperidad, la piedad, etc.
¾ Conocimiento verdadero, es el que se deja de perseguir objetivos y se experimenta
la fusión con el todo, con lo eterno y con la no dualidad.
El conocimiento ilusorio es el que nos aleja del Ser verdadero. El conocimiento real
es el que alcanzamos mediante la proximidad de personas sabias y elevadas, si esto no es
posible mediante la lectura y la auto indagación. El conocimiento verdadero es el que se
nos muestra cuando hay un discernimiento entre lo real y lo ilusorio.
Bien y para terminar el sabio consejo de un Maestro. “En la serena y plácida
superficie de la mente inmóvil, se juntan las visiones de lo invisible y encuentran la
representación en el mundo visible. Hemos de guardar con fervoroso cuidado nuestro plano
de la mente, de las adversas influencias, que diariamente surgen durante nuestro pasaje por
la vida terrena”.
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Reconocernos en lo mental.
Práctica y meditación.
Para la práctica con el cuerpo mental lo mejor que se puede hacer es conseguir un
buen nivel de concentración. La concentración consiste sencillamente en prestar atención a
lo que se está haciendo, si prestamos la justa atención a lo que estemos realizando, la mente
está concentrada. Muchas personas fracasamos en la concentración por cometer el craso
error de asir firmemente la imagen mental, no debemos hacer eso. Por el contrario cogemos
la imagen escogida ante nuestra atención y la contemplamos calmadamente, como si
observáramos nuestro reloj para saber la hora. Este apacible mirar revela los detalles de una
cosa tan bien como puede hacerlo un intenso esfuerzo, incluso mejor. Tratamos de hacerlo
por unos cinco minutos, una vez que hayamos logrado mirar bien una cosa y verla
perfectamente, en todo y en parte, sin poner la mirada fija y escudriñadora, sin fruncir el
ceño, ni retener el aliento, sin cerrar los puños ni hacer nada semejante, podremos decir que
hemos mantenido una concentración relajada, como si mirásemos con una amplitud de
ciento ochenta grados.
Para este trabajo, tomamos un objeto cualquiera, un reloj, una pluma, un libro, una
hoja o una fruta, y lo miramos con toda tranquilidad por unos cinco minutos. Observamos
en el cuantos detalles podamos, el color, peso, tamaño, composición, construcción, etc., sin
efectuar la menor tensión, es necesario observar bien sin que se presente la más mínima
tensión nerviosa. Supongamos que necesitamos sostener un objeto pequeño con el brazo
estirado el mayor tiempo posible, deberemos sujetarlo con el mínimo de energía dejándolo
que descanse en la mano, y no agarrándolo fuertemente.
No imaginemos que la idea elegida para nuestra concentración tenga vida y
voluntad propias, y que quiere saltar o alejarse de nosotros, el objeto no es voluble si no la
mente. Confiamos en que el objeto permanecerá donde lo hemos puesto, ante el ojo mental
y mantenemos serena nuestra atención sobre él. No hay necesidad de asirlo porque esto
tiende a destruir nuestra concentración.
Por lo general empleamos la energía mental únicamente en el servicio del cuerpo
físico y en pensar todo lo relacionado con él. El hábito de pensar únicamente en asociación
con la actividad o el estímulo corporales, es por lo general tan grande, que un esfuerzo
especial del pensamiento suele ir acompañado del fruncir de las cejas, morderse los labios y
otros varios desordenes musculares, nerviosos y físicos. Cuando un niño aprende algo
despliega el más asombroso juego de contorsiones, al escribir sigue a menudo los
movimientos de la mano con la lengua, aprieta con toda su fuerza el lápiz, enrosca el pie en
la pata de la silla, etcétera, y se acaba cansando en poco tiempo. A los mayores nos pasa
parecido, y tales gestos deben de cesar por completo en la práctica de la concentración. La
tensión muscular y nerviosa, nada tienen que ver con la concentración. El buen éxito de
este ejercicio no se mide por ninguna sensación o sentimiento corporal. A veces creemos
estar concentrados al percibir cierta tirantez en el entrecejo o en su parte interna, pero lo
único que lograremos son dolores de cabeza y otras molestias. En oriente el sabio o gran
pensador posee un placido entrecejo. Hacer variar el rostro o retorcer su forma y cubrir la
frente de arrugas es comúnmente una clara señal de que tratamos de pensar más allá de
nuestra capacidad, o que no tenemos costumbre de hacerlo. Así pues debe practicarse
siempre la concentración sin el menor esfuerzo.
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Reconocernos en lo mental.
El dominio de la mente no se consigue por un gran esfuerzo, si no con la práctica
constante, calmada y tranquila. Esta práctica debe realizarse periódicamente y en tiempo
suficiente para que sea efectiva, teniendo en cuenta que la calidad importa más que la
cantidad. Siempre será mejor poco y frecuente que mucho con grandes intervalos.
Podemos practicar una o dos veces al día y hasta tres, si son cortos periodos de
tiempo, aunque seguirá siendo mejor una vez bien ejecutada que varias con indiferencia. Es
necesaria cierta disciplina y es mejor que nos la impongamos nosotros mismos.
El educar nuestra concentración será valioso en muy diferentes situaciones, ya que
como hemos visto a lo largo de este capítulo todo lo que realicemos focalizando nuestra
atención nos llevará al aquí y ahora, y con ello a una mente presente y consciente. Actuar
de esta forma se puede llamar meditación en la acción, pero para lograrlo, salvo raros casos
que vienen a este mundo con una predisposición especial, se hace imprescindible pasar por
el cojín de meditación. La meditación de hecho se hace imposible, si no somos capaces de
mantener la concentración. Así una vez hemos educado nuestra atención mental, al
sentarnos a meditar todo será mas fácil, y la meditación entonces surgirá por si sola, no
debemos buscarla. Es como la aguja del pajar si la buscas no la encontraras, pero si te
sientas entre la paja es muy posible que te la claves.
La mente en la sociedad actual, es como el agua de una balsa por la que acaba de
pasar una manada de búfalos, removiendo todo el fango, enturbiando y dejándola opaca. Si
no permitimos que los deseos, apegos y aversiones, remuevan el fango como si fueran
búfalos. Esta calma, hará que las impurezas se posen, quedando el agua cristalina, pura y
transparente. Esta transparencia, nos permitirá ir más allá y vislumbrar a nuestro Ser
verdadero.
Para meditar correctamente y de esta forma poder interiorizar, no hay más, que
hacerlo como canta el Mahamudra: “Sin aferrarse a la mente y sin dejarla ir. Dejarla ser,
sin tratar de agarrarla ni de liberarse de ella”.
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Reconocernos en lo espiritual.
“El día que digas, ¿estoy loco yo…
o están locos todos los demás?, ese día
a comenzado tu salvación.”
Tony de Mello.
Séptima parte:
Reconocernos en lo espiritual.
Respirar es vivir y vivir es respirar, casi podríamos decir que son sinónimos,
aunque la academia de la lengua no los reconozca como tal. Lo cierto es que si no
respiramos no vivimos, si nuestra respiración es pobre y triste, nuestra vida será
infortunada y afligida; por el contrario si la respiración es plena, nuestra vida también lo
será, aunque lo más importante de todo es que nuestra respiración sea consciente.
Sintiendo como al inspirar me inundo de vitalidad y al exhalar me relajo. En la tradición
Indú se dice que el sonido de la respiración es So al inspirar, y Ham al expulsar. Y esta
palabra Soham es sanscrito, que traducido al castellano seria, yo soy eso o yo soy
espíritu. Espiritual etimológicamente viene de “spiritus”, y ésta es una palabra del latín
que describe la respiración, el flujo del espíritu a través de mi cuerpo. Si la vida es
divina y a cada instante necesitamos respirar, es a cada instante que inspiramos pureza y
luz. No olvidemos tampoco, que en nuestra tradición se dice “Dios está en todas partes”,
y que mejor manera de estar en todas partes, que en forma de prâna, el aliento divino
que atraviesa a todo ser viviente. Fundiendo el interior con el exterior. Sin lugar a
dudas, si fuéramos realmente conscientes de cada respiración, estaríamos mucho mas
cerca de la realidad y de la verdad del Plan Divino. Esta conciencia de la respiración se
puede obtener sintiendo que al inspirar Él viene a mí y al exhalar yo voy a El.
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Reconocernos en lo espiritual.
Para continuar con este capítulo voy a añadir un cuento, que me contaron hace
ya tiempo y lo adjunto tal cual lo recuerdo.
Hace miles y miles de años, en los tiempos de la creación del
hombre, había un consejo de sabios que colaboraban con Dios,
con el innombrable, mejor aun digámosle con La Verdad.
Entonces cuando tomaron la decisión de crear algo tan
perfecto, se preguntaron “¿para que iban a crear al hombre?”, y
decidieron que la misión mas importante que tendría, seria
buscar a La Verdad.
Pero había un problema, y es que en aquel tiempo La Verdad
estaba en todas partes, en los árboles, en los ríos, en las piedras,
en las nubes, incluso en el aire.
Uno de los sabios propuso “escondámosla en las cimas de las
montañas mas altas.”
Y el mas anciano de todos le dijo “no, acabara subiendo y
será fácil encontrarla.”
Otro sabio planteo, “y en el fondo de los mares.”
El anciano volvió a tomar la palabra, “tampoco, aprenderá a
acumular oxigeno y ahí también le será fácil bajar.”
“y en las estrellas”, opinó otro de los sabios.
El anciano se volvió a negar argumentando “inventará
maquinas para volar por las estrellas y también la encontrara.”
“Entonces, ¿que nos propones?” preguntaron todos al
unísono.
Después de unos instantes de silencio el anciano sabio
concluyó, “escondamos La Verdad en el fondo de sus corazones,
ahí le costará mucho mirar.”
Y ahí es donde continua, en el fondo de nuestros corazones. Pero parece ser que
sigue siendo más fácil vivir desde el razonamiento y la confusión mental, que abrirnos
al sentir y funcionar más con el corazón. En realidad la consciencia, lo único que quiere
es manifestarse y mostrarse al hombre con toda su pureza, pero no lo hace porque sabe
que no estamos preparados y una luz tan intensa, nos destrozaría.
Lo cierto es que, escribir este capítulo, para alguien como yo, no es fácil, y
leerlo para alguien como tú, depende. Depende del tiempo que hace que me conoces, de
la relación que mantengas conmigo y de lo que creas que pasa por mi cabeza. Por ello
voy a intentar realizar una síntesis de lo que ha sido para mí la espiritualidad a lo largo
de mi vida.
Mi vida como toda vida, es espiritual, una vez leí en un libro en el que el autor
decía no concebir una vida que no fuera espiritual, pues todo lo que forma parte de la
creación es obra del creador y por lo tanto del espíritu. Lógicamente antes no pensaba
así, las primeras nociones de espiritualidad, las recibí, de nuestra tradición cristiana
como la mayoría de la gente por estas tierras. Fui a un colegio de curas, en el que no
me convencía el predicar de una forma y actuar de otra, en casa a pesar de apuntarme
en dicho colegio tampoco me inculcaron la religión, ni me obligaron a ser cristiano
practicante. Una serie de circunstancias al final de este periodo me llevaron a no creer
en nada ni en nadie, incluso me atreveré a decir, cierto desprecio por la propia vida. Así
me planté a los 21 años en mi primera clase de yoga y continué durante tres meses
acudiendo un día a la semana, pero en un principio aunque me gustó lo que vi no me
pareció que fuera mi forma de vida. Dos años más tarde como guardaba un buen
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Reconocernos en lo espiritual.
recuerdo volví a intentarlo, combinando mi vida con el yoga. El resultado fue un
cambio en mi forma de vida que en un principio me asustó, pero entonces a los 23
añitos, ya me encontraba preparado para los altibajos que vendrían al integrar poco a
poco el yoga en mi vida. Como ya he comentado en otra parte de este trabajo, al
comienzo cuando el profe de yoga comenzaba a hablar de El Padre, de El innombrable,
etc. Yo miraba para otro lado y pensaba “esta parte no va conmigo”, pero después de
practicar, conocer la meditación y estudiar el tema un poco más a fondo, me fue
cambiando el chip. Comencé a pensar que sí, algo habrá, no se que, pero algo. Y así
despacito, se fueron cuajando las ideas que ahora rondan por mi cabeza. Al
comunicarlas no pretendo nada, sencillamente compartirlas y contribuir con ellas a
culminar este trabajo.
Así como alguien dijo que no concebía una vida que no fuera espiritual, de la
misma forma no concibo un Yoga que no sirva para el espíritu. Ya que el Yoga
significa unión, unión de lo individual con lo universal. El yoga es una ciencia sagrada,
que como ya hemos visto, se dedica al estudio de los cuerpos sutiles, el hata yoga nació
como una forma de mantener sano y fuerte el vehículo del alma. Hoy en día es una
lastima la cantidad de personas que no asimilan la existencia del alma, aunque parece
existir una desilusión por la religión actual y un anhelo especial, de que algo superior
esta detrás de todo.
Hay unas preguntas que siempre se ha hecho la humanidad, ¿Quién soy?, ¿de
dónde vengo?, ¿a dónde voy? La respuesta está en el interior, como bien narra el cuento
anteriormente citado. Pero tenemos una pertinaz manía por buscar en el exterior, en fin.
La consciencia eterna, única e indivisible es de la misma naturaleza que el alma, es
Satchitananda, que veremos más adelante. Y esto está en cada persona, cuando alguien
conecta con ello nos parece tan alucinante, que lo ponemos en un pedestal como algo
inalcanzable y no probamos a practicar lo que nos dice, quien ya ha conectado con esta
Satchitananda.
Ya que siempre se me han dado bien los números, voy a apoyarme un poco en
ellos para intentar explicarme. La conciencia única eterna e indivisible que acabamos
de mencionar, es representada por el uno, la unidad donde no hay nada más que
Existencia Divina. El dos ya representa la dualidad, la doble opción “el yin y el yang”
donde hay fuerzas centrífugas y centrípetas, en la cual hay observador y observado, el
dos es donde siempre hay un polo positivo y otro negativo, en esta dualidad debemos
tener mucho cuidado porque es muy fácil caer en desequilibrios. He aquí donde surge el
tres, con su magia y múltiples representaciones, el tres nos da la posibilidad de la
ecuanimidad para equilibrar toda polaridad, representa la trinidad de todas las
tradiciones, tres son los planos de conciencia física-astral-mental y tres las esferas
principales del ser humano vital-emocional-psíquica. El cuatro que aparte de dar paso a
la cuarta dimensión, también representa los puntos cardinales y agrupa la prudenciajusticia-fortaleza-templanza. Cinco suman las extremidades del cuerpo humano, cabeza
pies y manos, también son cinco las puntas del sello de Salomón que encontramos en la
construcción de diversos templos, representando a este numero mágico y protector. Y
continuamos con el tres doble, es decir con el seis, dos triángulos superpuestos forman
la Estrella de David de los cabalistas y para ellos es importantísimo por ser la primara
palabra del génesis, bershit, “creó seis” en la metáfora de que el mundo se creo en seis
días y al séptimo descansó. Siete otro numero muy especial y con múltiples
representaciones en la naturaleza, siete son los planetas de nuestro sistema solar, siete
los Chakras principales, siete los rayos místicos que iluminan las siete envolturas del
Ser y sus siete planos de existencia, siete son los colores y otros siete los sonidos. Siete
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Reconocernos en lo espiritual.
de la multiplicidad más el uno de la unidad, nos da ocho y ocho son los pasos que nos
aconseja seguir Patañjali en su Asthanga Yoga, que estudiaremos completo más
adelante. El nueve numero triangular que contiene tres veces tres, esto la da un poder
mágico por el que muchos tratamientos de sanción duran una novena. Y nos falta el
cero la nada, durante mucho siglos se trabajo sin el cero, para realizar cuentas se dejaba
un espacio por no existir el concepto de que pudiera existir una nada, fue necesario el
concepto espiritual Indú del vacío y de la nada, para llegar a incluir el cero en la
numeración. Esta incorporación del cero de oriente a occidente, se dio hacia el siglo X.
Mediante la relación de estos diez números, los miembros de la escuela de Pitágoras
representaban la creación del universo, los números 1,2,3,4 y su suma consecutiva
forman por analogía la forma en que ellos concebían esta creación, 1+2+3+4=10.
1 = el creador.
2 y 3 = la Materia.
4, 5 y 6 = el Espíritu.
7, 8, 9 y 10 = las Manifestaciones Sensibles.
Podríamos continuar con más números mágicos, el 12, el 15, el 28, el 33, el
valor de Pi y sus decimales infinitos o incluso el número áureo, que su descubrimiento
permitió construcciones armoniosas y equilibradas. De este número áureo, Platón llegó
a decir “al calcular el número áureo, el pensamiento humano ha alcancazo uno de los
cánones utilizados por Dios cuando decidió crear el universo”. Pero en vez de continuar
con los números, vamos a concluir con una invocación mágica. “¡Debes comprender!
Del uno haz diez. Y deja en paz al dos. Y al tres haz lo mismo. Así tú eres rico. ¡Pierde
el cuatro! De cinco y seis, así dice la bruja, haz siete y ocho. Así esta concluido; y
nueve es uno, y diez es nada.”
Retomando por un instante el cero y su concepto de nada, de vacío. Es algo que
en el budismo también se menciona, la vacuidad de donde todo surge y a donde todo
vuelve. Esta vacuidad la experimentó Siddhârta Gautama el Budha, y hoy en día está
más que demostrado por la física moderna que es una realidad. La materia no tiene
solidez como tal, es una ilusión óptica producida por partículas en movimiento. Toda
materia, se descompone en moléculas y estas en átomos, los átomos se componen de
protones y electrones, con espacio vacío entre ellos, comparable al que habría en un
campo de fútbol entre el centro y las gradas. Esto lo descubrió un físico americano en
su laboratorio, mediante una herramienta que llamo “cámara de burbujas”. El Budha y
el físico llegaron a la misma conclusión, pero el uno se iluminó y otro no, ¿qué
sucedió? Muy sencillo, el físico lo descubrió en un laboratorio, mientras para el Budha
el laboratorio fue su propio cuerpo y ahí lo experimentó en primera persona. Y es que,
para alcanzar sabiduría no hay nada como la propia experiencia. Es por ello que en la
Meditación Vipassana se nos enseña a trabajar con las sensaciones corporales, y quien
consigue experimentar la continua vibración de la materia física y el espacio vacío entre
los electrones y el centro del átomo, consigue a su vez un gran avance espiritual.
Una pequeña parábola antes de continuar:
“Estaban el maestro y el discípulo, en una mesa en la que había una vela.
Y el discípulo preguntó,
¿Puede usted decirme de donde viene la llama de la vela?
El maestro apagó la vela y dijo,
Si tú puedes decirme a donde ha ido, yo te diré de donde vino.”
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Reconocernos en lo espiritual.
A lo largo de este trabajo estamos viendo las diferentes capas que envuelven al
Ser verdadero, y aunque cada capítulo se titula “Reconocernos en…” lo cierto es que
para lo único que debemos de reconocernos, es para darnos cuenta de que yo no soy
eso, y que hay otra envoltura más. Es como el ego, primero debemos de reconocerlo
para así poder trascenderlo. En este capitulo nos toca Atma, el Alma individual que
tarde o temprano se fundirá con el Alma Universal. Este Atma, se mueve en el plano
Buddhico, Buddhi es la facultad que está por encima de la mente razonadora, y es la
razón pura que ejerce el discernimiento espiritual entre lo ilusorio y lo verdadero. Es
también conocido como Plano Causal y Cuerpo Causal.
Este cuerpo, como su propio nombre indica esta formado por causas y efectos,
es en el que se acumula el Karma de vidas pasadas, y de la actual. Lógicamente
también el que condicionará futuras reencarnaciones. El Karma no nos debe generar
gran conflicto, sencillamente es el resultado de la famosa frase, “lo que siembras
recoges”. La reencarnación es un poco más complicada, pero intentare dar la imagen
mental que me ha quedado después de leer un poquito de teosofía. Cuando morimos,
relativamente, porque la esencia del Ser es imperecedera no puede morir, solamente
puede evolucionar. Bien, cuando el cuerpo físico muere se separa el etérico que
permanece sobre el cadáver hasta que se diluye por sí solo, disolución ampliamente
facilitada por la cremación; y por otro lado va el astral este permanece en el mundo
astral por cierto tiempo, dependiendo de lo que nos retengan nuestros seres queridos, de
la situación de la muerte y del propio Karma de cada uno; pero finalmente también se
desvanece esta envoltura astral; después queda el mental que se mueve por el plano
mental también hasta su disolución. Es por esta muerte del mental y con él, de la
memoria, por lo que no recordamos las vidas anteriores. Entonces queda el cuerpo
causal, que se compone de nuestras acciones, algo que le damos poca importancia y
como vemos es lo único que realmente importa, pues cada acción genera karma e
inevitablemente siempre estamos haciendo algo, aunque solo sea con el pensamiento,
que como ya hemos visto en el capítulo anterior es muy poderoso. Aquí no termina
todo porque este cuerpo causal lleva consigo un átomo de cada plano inferior, conocido
como átomo permanente o elemental. Cuando en las altas esferas se nos asigna una
nueva vida, se da el proceso a la inversa y cada átomo atrae materia de su plano
correspondiente, formando nuevamente las envolturas ilusorias que volverán a
desplazarse por sus respectivos planos.
Realmente existe un plano más, en donde el alma se manifiesta, plano Atmico.
Pero para no liarnos en exceso, vamos a englobarlo dentro del cuerpo causal.
Como acabamos de ver, al desaparecer el cuerpo físico, continúa el astral y el
mental; pero continúan con la evidente diferencia de que ya no están limitados por el
cuerpo denso. Es por ello que se hace de suma importancia, que estando estos sujetos
por el cuerpo físico aprendamos a controlar nuestras emociones y pensamientos. Ya que
en estos planos se da una inmediatez que no podemos imaginar. Si por ejemplo, te
acuerdas de un valle perdido que visitaste una vez allá en California, zas ya estas ahí
viendo el valle, seguidamente recuerdas un amigo de Madrid, zas ya estas viéndolo.
Sabiendo como funciona la mente no adiestrada, esa facilidad de movimiento tiene que
ser de auténtica locura. Hay que tener en cuenta que en los mundos astral y mental, el
tiempo y el espacio se miden de otra forma y la materia propia de dichos planos, al ser
muchísimo más sutil de lo que conocemos en el plano físico, se atraviesa con facilidad.
La forma de llegar a controlar nuestras emociones y pensamientos, es permitiéndonos
vivir lo emocional, educando nuestra mente mediante la concentración y de esta forma
surgirá la meditación.
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Reconocernos en lo espiritual.
La meditación comienza siendo amigo de uno mismo y conociéndonos, después
el objetivo principal de la meditación es la aceptación de todo lo que surja y mantener
la mente centrada, es algo que nadie puede hacer por nosotros. Cuando meditamos
debemos evitar toda tensión, olvidarnos de ideas raras y supersticiones, para poco
apoco, lograr estar en calma sin que perturbe nuestra mente el menor concepto, sea
bueno o malo. La ecuanimidad, es la mejor forma de meditar, sin apego ni rechazo por
nada de lo que surja. Cuando mantenemos esta actitud, en un retiro de meditación,
aparecerá nuestro inconsciente, y sin rechazar nada deberemos permitir que todo fluya.
Las experiencias que surjan no nos deben separar de la realidad, debemos aprender a
ser fuertes en lo físico, pero a la vez tan sutiles como para conectar con lo Divino.
La esencia de la espiritualidad, es siempre la misma, pero al igual que los yoguîs
de la antigüedad, tenemos que observar mucho a la madre naturaleza. En esta
observamos que los cambios son continuos, y los ciclos se abren para cerrarse, dando
paso a otro nuevo. Así debemos estar siempre muy atentos, para reconocer cuando un
ciclo termina y poder comenzar el siguiente, procurando que la evolución sea siempre
ascendente. No debemos quedarnos atascados en nada, por muy bello y beneficioso que
sea un trabajo, siempre será un ciclo para el que llegará su fin, y si la energía nos lo
permite comenzaremos otro nuevo, con las mismas bases, la misma dirección, pero
adaptándonos al cambio. Ya que el cambio es una ley universal, cambio e
impermanencia. No digo cuales deben de ser las bases, porque no existen unas bases
establecidas, son múltiples y diferentes los caminos que han guiado a los que han
encontrado y muchas sendas quedan todavía por recorrer. La conclusión en la esencia
espiritual, si que suele ser la misma, lucidez, conciencia y un intenso amor,
Satchitananda. Como decimos la práctica espiritual es un movimiento continuo, un
movimiento que nos llevará a la conciencia de Satchitananda, a la iluminación. Pero lo
importante siempre será vivir la vida, el buscar la iluminación en el fondo es una
falacia, porque en realidad es algo que ya lo tenemos; somos luz, pero no vemos; somos
consciencia, pero no nos enteramos; somos amor, pero no lo sentimos ni compartimos;
somos inteligencia, pero no lo sabemos; somos felicidad, pero no la disfrutamos. Lo
tenemos todo tan cerca, pero a la vez lo vemos todo tan lejos.
Este avance hacia el espíritu, se dice fácilmente, pero se complica por el miedo.
Porque para que esto suceda, debemos morir. Nuestro ego, la personalidad con la que
nos identificamos, tiene que disolverse. Y esto nos da mucho miedo. Esta muerte del
ego, es el significado oculto de las palabras que dijo Jesús el Nazareno a sus discípulos,
“dejadlo todo y venid conmigo”. Para disolver este falso ego y conectar con el Yo
verdadero e imperecedero, tenemos que aprender a conectar con la mente profunda. Es
en el espacio abierto de la mente profunda y consciente donde el falso ego se disolverá.
Una palabra que nos llega de oriente y que tiene una gran relación con la
espiritualidad, es Dharma, del Dharma podríamos decir que es el todo, y la nada a la
vez. Es lo mismo que el Tao en la China. Son las enseñanzas sagradas, la ley universal
que nos llevará a la Luz. Este Dharma sagrado, no es algo que se deba buscar, bien es
cierto que se debe de tener una aspiración y poner cierta intención, pero el Dharma es
algo que nos llegará por sí solo, en mayor o menor medida dependiendo del Karma de
cada cual. Dharma es la ciencia sagrada de la verdad y la realidad de las cosas, es
imperecedero y atemporal. Es también una de las tres gemas del budismo.
En el budismo, antes de comenzar la práctica tomamos refugio en estas tres
gemas, Dharma, Budha y Shanga. Budha se refiere al mismo príncipe Siddhârta, pero
también a la esencia de Budha que reside en todos y cada uno de nosotros, desde la
persona más mística y espiritual hasta la más malvada e infame que podamos imaginar,
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Reconocernos en lo espiritual.
tienen la esencia de Budha en su interior. Shanga hace alusión a los grupos de
meditación y a la tradición de pasar el Dharma de maestro a discípulo. Después de la
meditación se realiza la práctica de Mêta, el compartir los meritos conseguidos a través
de nuestra experiencia, con todos los seres del universo. Y se puede volver a realizar la
toma de refugio, de hecho esta se puede practicar cuantas veces se desee, teniendo en
cuenta que en los retiros largos de meditación budista hay una practica que se llama
“completar un zumbido” y consiste ni más ni menos que en cien mil postraciones. Hay
una historia de un lama, que fue emocionado e ilusionado a su guru, porque había
conseguido terminar un zumbido. El maestro lo vio tan fuera de sí y falto de
ecuanimidad, que con un gran amor le contesto: bien eso está muy bien, ahora puedes
proseguir hasta que completes un segundo zumbido. Volviendo al Dharma,
H.P.Blavatsky nos dice: “El Dharma es la naturaleza interna, caracterizada en cada
hombre por el grado de desenvolvimiento adquirido, y además, la ley que determina el
desarrollo en el periodo evolutivo que va a seguir”.
En este capítulo no podemos dejar de comentar la oración, ya que es la forma en
que en todas las tradiciones se trata de alcanzar un estado espiritual. La oración, según
yo la percibo, tiene un fallo de forma, no de fondo. El propósito en un principio está
bien, pero se ora y se alaba, viendo a los santos y deidades como algo inalcanzable,
cuando todos los santos y profetas han pasado por un plano físico como el que ahora
vivimos, esto también evidencia que la esencia búdhica está en todo ser humano, al
rezar a un dios o santo, lo deberíamos hacer con la conciencia de “yo soy tú”. Otro fallo
en la forma de rezar, es que nos creemos con derecho a pedir por nuestro bienestar, o
por el de nuestros seres queridos, y así la oración se convierte en algo que obedece a
fines puramente egoístas, esto también muestra una clara desconfianza hacia la
Sabiduría Divina, que como tal conoce mucho mejor que nosotros nuestras necesidades.
En palabras del obispo y teósofo Mr. Leadbeater: “Yo mismo siento aún, como teósofo,
lo que siempre sentí como sacerdote de la iglesia cristiana; que rogar a Dios a favor de
uno mismo o para lograr alguna cosa personal, implica falta de fe en Él, pues denota
claramente que Dios necesita que le digan lo que conviene a sus hijos. Jamás me sentí
tan seguro de lo que más me convenía, que me pudiera yo creer en disposición de
dictárselo al supremo Gobernador de cielos y tierra. Siempre me ha parecido que él lo
sabía mucho mejor que yo, y que, siendo padre amoroso, ya hacía por mi cuanto podía
hacerse, sin necesidad alguna de mis súplicas, con tanta más razón por cuanto mis
peticiones podían probablemente ir encaminadas al logro de un deseo que en modo
alguno me conviniese”.
Como hemos visto anteriormente, el cuerpo causal se compone y sustenta de
buenas acciones, así pues, más nos valdría actuar de buena fe. Por lo que a mí me llega,
la oración cuando se realiza con devoción y sin pedir nada a cambio, como una
invocación, más que un ruego o súplica. Tiene un triple efecto, por una lado sirve para
tener pensamientos positivos además de focalizar la mente en una dirección, por otro
lado realza la devoción del adepto y hace vibrar los tres planos principales en los que
habitamos. La oración así realizada, genera una vibración especial, no hay como
escuchar unos cantos gregorianos o unas invocaciones mántricas, para sentir esta
vibración y abandonarnos, permitir que nos inunde. La vibración provocada por el
sonido, es de gran poder místico y sanador, recordemos en la práctica con la envoltura
energética el trabajo con las vocales, estas por sí solas contienen un gran poder.
La forma de invocar y de orar en el yoga, es mediante la recitación de mantras.
Mantra es otra palabra que viene del sanscrito, esta se descompone en “man” y “tra”,
man es una abreviación de manas, que se traduce como “mente”, pensamiento; tra a su
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Reconocernos en lo espiritual.
vez es otra contracción de trâna, que traduce como “liberación, salvación”. Como
vemos la traducción de mantra nos quedaría, liberación o salvamento de la mente y el
pensamiento. El bija-mantra o mantra raíz, es la silaba sagrada AUM, que se pronuncia
OM. Esta sílaba mística, de la cual se dice que fue el primer sonido del universo, se
puede utilizar como afirmación, bendición e invocación. Muchos mantras compuestos
comienzan con el OM, y Patañjali en los yoga sutras I-27, I-28 y I-29, también nos
habla de esta sílaba sacra, diciéndonos:
I-27, Tasya vâcakah pranavah
La palabra para referirnos a Îsvara, Dios, es el sonido místico OM.
I-28, Taj-japas-tad-artha-bhâvanam
Por tanto, uno debería repetir esta sílaba sagrada, mientras reflexiona con devoción
sobre su significado.
I-29, tatah pratyakcetanâ adhigamo pyantrâya-abhâvas-ca
De esta práctica, viene el logro de la conciencia del Ser interno y la desaparición de
todos los obstáculos.
Debemos de recordar que en el anterior sutra, en el I-26, nos dice de Îsvara que:
incondicionado por el tiempo, él es el Maestro de incluso los más antiguos maestros.
En el sutra I-28, Taj-japas, japa hace alusión a la práctica de japa, que consiste
en la repetición de un mantra, tanto de palabra como mentalmente. Con la práctica de la
repetición de mantras devocionales, se pueden alcanzar elevados estados de conciencia.
Todo ello sin olvidar que el silencio, es, como la vacuidad, de donde todo viene y a
donde todo vuelve.
Este concepto de Dios en el Yoga, al que Patañjali llama “el señor” o Îsvara, es
contrario al ateismo de la antigua escuela Vedânta Sâmkhya, donde el dualismo entre el
Yo, Purusha, y la naturaleza en general, Prakriti, ambos principios eternos y sin causa,
no dejan lugar para la existencia de Dios. Tampoco estaban desencaminados, ya que a
pesar de no haber una necesidad lógica de Dios en el sistema del Yoga, Patañjali creyó
necesario continuar la tradición teísta de las grandes escuelas de la antigüedad. Aunque
“el señor”, no está activo en el proceso del mundo y permite un libre albedrío, tiene un
significado especial para el Yoguî. A través de la concentrada devoción hacia el señor,
Îsvara-pranidhâna, el Yoguî recibe su gracia divina. Un modo de devoción es, como ya
hemos visto, la recitación de la sílaba OM, que también es una expresión simbólica de
Dios, pero la auténtica devoción nace en el corazón.
En el Bhagavad Gîtâ, que es declaradamente teísta, en la estancia undécima
versículo 19, dice Arjuna de Sri Khrisna, ante su forma verdadera: “Sin origen, ni
medio, ni fin, fuerza infinita. De brazos sin número, el Sol y la Luna son tus ojos. Veo
tu rostro que arde cual fuego del holocausto. Su esplendor incendia los mundos”.
Lo más cierto de todo es, que a lo largo de la historia de la humanidad, han
existido multitud de visiones sobre el hombre, el supremo, la naturaleza y la
espiritualidad de las cosas. Esta multitud de visiones, unas más acertadas que otras,
también unas más extendidas y conocidas que otras, pero todas muy respetables. Nos da
la idea de que en la evolución, siempre ha existido un anhelo por conocer la Verdad. Es
como se dice en el cuento con el que comienza este capitulo como si fuera a lo único
que venimos aquí, a descubrir la realidad del todo y de la nada. Dentro de esta
multiplicidad de visiones, los estudiantes de teosofía encuentran cantidad de
similitudes, en las diferentes religiones, en cuanto a la ética necesaria para evolucionar,
y las características de un Dios, único pero llamado de mil formas diferentes. Como
mucho, esta deidad la encontramos dividida en una trinidad, que también encontramos
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Reconocernos en lo espiritual.
en diferentes tradiciones y culturas, lógicamente con diferentes nombres, pero trinidad
al fin y al cabo. Dentro de toda esta multiplicidad, hay una idea que con el estudio y la
práctica, se ha ido formando poco a poco en mi cabeza. Esta es la existencia de una
consciencia superior, compuesta de Energía, Inteligencia y Amor, y una pequeña parte
de esta reside en el interior de cada persona, sería el Alma dentro del cuerpo causal.
Lógicamente, esta pequeña parte también estaría compuesta de Energía, Inteligencia y
Amor, y es la esencia de todo ser humano. De la que ya hemos hablado en este capítulo
Satchitananda. La que no percibimos por estar envuelta en la multitud de capas que
estamos viendo en este trabajo, y que ahora vamos a pasar a ampliar.
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Reconocernos en lo espiritual.
Antes de pasar a ampliar Satchitananda, permitamos que el siguiente poema nos
impregne del conocimiento que contiene.
Como un arco iris.
La dicha no se encuentra con esfuerzo y voluntad,
sino con tranquilidad y abandono.
No te inquietes, no hay nada que hacer.
Lo que emerge del espíritu no tiene ninguna importancia,
ya que no tiene ninguna realidad.
No te apegues a ello.
No te juzgues.
Deja que el juego se juegue solo: elevarse y recaer.
Sin cambiar nada,
todo se desvanece
y comienza de nuevo sin cesar.
La búsqueda de la dicha es lo que nos impide verlo.
Es como un arco iris que se persigue
y que nunca se atrapa:
porque no existe,
porque siempre a estado ahí
y te acompaña en cada instante.
No creas en la, realidad de las experiencias,
buenas o malas: son como el arco iris.
Y uno se agota en vano queriendo asir lo inasible.
Pero en cuanto sueltas la presa,
allí está el espacio:
abierto, hospitalario, confortable.
Por tanto, aprovéchate…
Desde ya, todo es tuyo.
No busques más…
No quieras buscar en la jungla inextricable
el elefante que ya está tranquilamente en casa.
No hacer nada.
No forzar nada.
No querer nada.
Y todo se hace solo.
Dohas Vajra.
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Reconocernos en lo espiritual.
El nirvikalpa samâdhi es la mas pura expresión de que la
divinidad reside en el seno de cada individuo, de que jamás
hemos estado ausentes de su regazo y de que la ilusión, maya
es un maravilloso juego del que ahora no existe el mas mínimo
vestigio.
Allí el universo se conjuga, se integra; y en su movimiento
hacia Si Mismo surge la fuerza del amor, que en forma de
Bienaventuranza absoluta Ânanda cubre todas las cosas como
un manto de viva luz que protege toda la creación.
Allí no existe pregunta alguna; allí el silencio se conjuga en
miles de sones que conforman infinitas melodías. No se
advierte pregunta alguna, pues se es dueño del Saber Chit; de
hecho, se es el Saber mismo.
En él no existe vacío alguno, pues la fuerza de la vida se
extiende más allá de las fronteras mismas de todo lo que Existe
Sat, impregnando del hálito de vida la más lejana y la mas
cercana partícula de existencia.
Sesha.
Séptima parte. Bis.
Sat chit ânanda.
A la hora de hacer, cuando debemos de estar, en el momento de vivir y de
actuar, cuando todo parece tan complicado. Lo cierto es que solo hay dos opciones,
hacerlo bien o hacerlo mal. El actuar bien generará buenas consecuencias y actuar mal
generará malas consecuencias. A la Consciencia Divina en realidad le da igual lo que
hagamos, porque es pura Sat-Chit-Ânanda, no conoce ni apego ni rechazo. Todo lo que
hagamos solo nos genera consecuencias a nosotros, aquí es donde existe un libre
albedrío con el que en última instancia cada uno generamos nuestro propio destino. A
esta Consciencia Divina, que tampoco conoce rencor alguno porque es todo Luz y
Amor, le cuesta muy poco el ver como nos equivocamos y destruimos su obra, ya que la
Consciencia lo único que quiere es expresarse a través de los seres humanos y si
nosotros no se lo permitimos sencillamente buscará otros medios para expresarse y ya
está, no tiene mayor problema. El único problema posible lo tenemos nosotros con
nuestros conceptos de la vida, nuestro apego por todo incluso por el sufrimiento y
nuestra capacidad de razonar con la cabeza en vez de permitirnos sentir con el corazón.
Satchitananda, esta palabra compuesta, proviene del sanscrito. Y su traducción
al castellano seria:
Sat: ser, existencia, esencia, realidad, real, verdadero, bueno, puro, justo…
Chit: inteligencia, conciencia, mente, pensamiento, conocimiento, percepción…
Ânanda: beatitud, bienaventuranza, alegría, gozo, felicidad…
El sanscrito, es el lenguaje clásico de los brahmanes en la India, y como
podemos ver muy amplio en acepciones. Para resumir y simplificar elegiremos una de
cada. Por ejemplo: existencia, conocimiento y gozo.
Satchitananda, en realidad es la base de todo ser. Habita en el interior de cada
persona, y debería de ser la meta de nuestras vidas el experimentar nuestra
Satchitananda, que viene a ser lo mismo que la autorrealización del Ser.
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Reconocernos en lo espiritual.
Satchitananda lógicamente también es la base de Brahmâ, el absoluto no dual.
Supremo principio del universo, de cuya esencia todo emana y a la cual todo vuelve.
Brahmâ es incorpóreo, inmaterial, innato, eterno, sin principio ni final, la Suprema
Divinidad, el Espíritu Universal, el de los mil nombres y ninguno, el innombrable.
Partiendo de estas bases lo divino habita en cada ser, en cada individuo. Esto es
lo que en nuestra tradición seria “hecho a su imagen y semejanza”. Pero, volviendo a la
experiencia que es el Yoga. Nos queda recordar que la palabra Yoga, también proviene
del sanscrito, de la raíz yug que se traduce como ceñir, unir, juntar, etc.… cuya última
finalidad, seria la unión del Ser, con lo Divino. Fundirnos en Brahmâ.
En realidad todo esto no se trata de creérnoslo así por que sí, ni porque nos lo
hayan contado. De lo que se trata es de experimentarlo. Y si ya, a veces nos cuesta, el
simple hecho de confiar en Él. ¿Cómo experimentarlo?
Lo cierto es que hay infinidad de caminos, y aquí cada cual tiene que abrir su
corazón, escucharse y elegir el suyo. Pero ya que estamos en el Yoga, deberíamos darle
una oportunidad. Como hemos visto en el primer capítulo, el Yoga es una ciencia
milenaria que proviene de los antiguos vedas de la India, donde los antiguos rishis y
siddhas, lo estudiaron, lo trabajaron y llevaron a la perfección. Durante mucho tiempo
todo este conocimiento, pasó de maestro a discípulo. Hasta que fueron quedando poco a
poco algunos testos escritos, de estos testos los Yoga Sutras de Patanjali, a los que
venimos haciendo alusión a lo largo de todo este trabajo. Tienen en su contenido, el
Asthanga Yoga, que abarca, de los sutras II.29 al II.55 y los tres primeros del libro
tercero; describen a la perfección lo que debería ser la senda del yogui o la yoguini.
Hemos ido haciendo referencia a algunas de sus partes, y por lo tanto no podemos dar
por terminado este trabajo sin verlo en su totalidad. Además aunque hay como decimos
diferentes caminos para encontrar nuestra Satchitananda, creo que este es muy claro y
conciso, compuesto por verdades universales que eran validas hace siglos y los siguen
siendo hoy en día.
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Reconocernos en lo espiritual.
Asthanga Yoga
Abstenciones
yâma
Medios
externos
(bahirang
a)
Medios
internos
Observancias
âsana
Control de la
respiración
prânâyâma
Abstracción
sensorial
pratyâhâra
Concentración
dhâranâ
Meditación
dhyâna
profunda
ahimsâ
No mentir
satya
No robar
asteya
Moderación sensual
brahmacarya
Desapego material
aparigraha
Pureza física y mental
shauca
Contentamiento
shantosha
Ascetismo
tapas
Auto investigación
metafísica
svâdhyâya
Sumisión a lo absoluto
îshvarapranidhâ
na
niyama
Postura, posición
(antarang
Interiorización
a)
No ocasionar daño
Control físico
Control mental (samyama)
Samâdhi
Como vemos sobre todo esto se podría escribir un libro. De hecho hay varios
autores que han tratado el tema, unos mas extensos otros mas resumidos. Unos muy
esotéricos y metafísicos, otros mas prácticos y sencillos. Pero todos muy validos para
estudiar el contenido de los yoga sutras.
De momento para hacernos una pequeña idea, tenemos aquí este esquema, que
acabamos de ver. Y he escogido un párrafo de “El sendero del Yoga”. En el que el
maestro Osho, resume a la perfección el motivo de ser del Asthanga Yoga.
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Reconocernos en lo espiritual.
Osho nos dice:
“yâma es el puente entre tú y los demás, es vivir conscientemente, relacionarse
con las personas conscientemente. Luego están los segundos, niyama y âsana, que están
relacionados con el cuerpo. El tercero prânâyâma, vuelve a ser un puente. Al igual que
yâma, el primero, es un puente entre tú y los demás; éste segundo es un preparativo para
otro puente. Tu cuerpo se prepara a través de yâma y âsana, y luego prânâyâma es el
puente entre el cuerpo y la mente. A continuación, pratyâhâra y dhâranâ son los que
preparan la mente. Dhyâna es un puente entre la mente y el alma. Y samâdhi es el logro.
Están interconectados, como una cadena; y ésa es toda tu vida.”
Donde queda Satchitananda después de todo esto. Podríamos decir que
Satchitananda es la meta del Yoga, pero no me gusta usar esta palabra. Porque lo bonito
e importante, es recorrer el camino de la autorrealización. El fin, como el mismo
término indica, es cuando se llega, cuando se termina. Por lo tanto disfrutemos cada
cual de nuestro camino, único e irrepetible. Esta Satchitananda quedaría envuelta,
detrás de los diferentes cuerpos que estamos viendo en este trabajo.
Continuando con el Asthanga Yoga, ampliaremos un poco algún apartado.
Yâma abarcaría una serie de normas éticas y sociales, cuya finalidad es poner
bajo control la vida instintiva del hombre, que se considera como la causa raíz de su
confusión, depresión y sufrimiento. Estas normas son:
¾ Ahimsâ: Se suele traducir como “no matar”, pero lo cierto es que va mucho
más allá. También es el no herir, no dañar, la no violencia y la consideración
por todos los seres vivientes, en especial aquellos que son inocentes, que
están en problemas o en peores condiciones que nosotros.
¾ Satya: La verdad, el no utilizar palabras ni gestos falsos. Si no somos
sinceros con nosotros mismos y con los demás, nada de lo que hagamos
puede llegar a buen puerto. La veracidad perfecta del yogui, hace que se
convierta en verdad todo cuanto el diga.
¾ Asteya: No codiciar, o la habilidad para resistir el deseo de lo que no nos
pertenece. No robar está estrechamente relacionado con no dañar, pues si nos
apropiamos de los bienes de otra persona sin su permiso, esto le causa dolor
a esta persona.
¾ Brahmacarya: la Castidad, se considera de vital importancia, la abstención
de actividad sexual, en acto pensamiento o verbalmente. Esto permite
conservar la energía vital. Aunque en el Darshana-Upanishad, se afloja esta
norma para los yoguîs casados. Como soy practicante de yoga casado, me
gusta más la traducción de este yâma que dan algunos autores como,
moderación en todas nuestras acciones.
¾ Aparigraha: No ser avaro, o la habilidad de aceptar sólo lo que es apropiado.
Conformarse con lo necesario, ya que si acumulamos posesiones en exceso,
surge la desventaja del propio apego a nuestras pertenencias y el temor a su
pérdida.
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Reconocernos en lo espiritual.
Niyama, considerando que yâma tiene como propósito mejorar las relaciones
sociales del yogui, y purificar su mente de los tres venenos, el deseo, la ira y la codicia.
Niyama tiene por objeto el crear una autodisciplina, para regular nuestra relación con lo
trascendente, así comienza a mirar hacia nosotros y nos propone:
¾ Shauca: La pureza, cubre un amplio campo de prácticas, como vimos en la
primera envoltura al hablar de los dhautis, los yoguîs llevan la limpieza al
extremo, para que todo el ser se torne tan puro como el purusha, el yo
eternamente inmaculado.
¾ Shantosha: El contentamiento, la satisfacción de conformarse con lo de uno
mismo y no necesitar nada de nadie. Satisfacción o la habilidad para estar a
gusto con lo que tenemos y con lo que no. Es el resultado del desapego,
producido por el yâma aparigraha.
¾ Tapas: La eliminación de las impurezas de nuestros sistemas físicos y
mentales a través del mantenimiento de buenos hábitos como el dormir, el
ejercicio, la nutrición, el trabajo y la relajación. Antiguamente se realizaban
prácticas como el ayuno, la exposición a frío o calor extremo, permanecer
erecto y quieto por largo tiempo o manteniendo silencio absoluto. Sin
embargo tapas no debe deteriorarse en la necia tortura faquirista, Patañjali
deja claro que tapas ejecutado correctamente, fortalece y perfecciona el
cuerpo.
¾ Svâdhyâya: El estudio de las escrituras sagradas, y la necesidad de revisar y
evaluar nuestro progreso.
¾ Îshvarapranidhâna: La reverencia a la inteligencia suprema o la aceptación
de nuestras limitaciones en relación con Dios, el que todo lo sabe. La verdad
primera y última.
Âsana, seria la postura correcta, saber estar en ese filo en el que hay tono y a la
par un profundo abandono. Las posturas del Hata Yoga, tienen efectos neurofisiológicos
muy concretos. Activan nuestro cerebro y regulan nuestro organismo. Patañjali, en sus
yoga sutra, no menciona ninguna âsana en concreto, lo único que recalca es que esta
debe de ser firme y cómoda, Sthira sukham âsana.
Prânâyâma, estando afianzados en la práctica de, Yâma, Niyama y Âsana,
Prânâyâma surge de una forma natural, y comenzamos a poder controlar nuestro
aliento. Además de su función energetizadora, prânâyâma tiende también a curar las
irregularidades normales de la respiración que perturban la concentración del yogui. El
hecho de que la inhalación y exhalación rítmicas, igual que la prolongada retención de
la respiración, tienen un efecto sobre la mente, debió haber sido descubierto en los
inicios de la historia del yoga, presumiblemente en conexión con el cántico ritual.
Pratyâhâra, como hemos visto en el capítulo sobre lo mental, consiste en la
abstracción de los sentidos. Esta abstracción se hace imprescindible para dar el siguiente
paso, pero también es como una frontera que separa los mundos exterior e interior. Ya
que cuando estamos atentos a alguno de los cinco órganos de percepción, siempre es a
través de algo que llega del exterior, y por el contrario si nos abstraemos de todos los
sentidos, solo nos queda prestar atención a nuestro mundo interior y permitir que todo
fluya. Hay textos, que lo comparan con una tortuga que recoge sus extremidades dentro
del caparazón. En el Mahâbhârata, se dice de pratyâhâra: “El Âtmâ o Yo verdadero, no
puede ser percibido con los sentidos que desunidos se esparcen de aquí para allá, y son
difíciles de restringir en aquel cuyo yo no está preparado”.
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Reconocernos en lo espiritual.
Dhâranâ, la concentración. Dhâranâ viene de la raíz “dhri”, que significa
retener, mantener la mente fija en un punto sin distracción alguna. El dolor, el
cansancio, temblor en el cuerpo o respiración errática, son claros síntomas de una
práctica defectuosa de la concentración.
Dhyâna, la meditación. En realidad la meditación no es algo que podamos hacer,
bien es cierto que la expresión “voy a meditar”, denota que nos vamos a sentar en cierta
postura y permanecer por cierto tiempo. Pero lo único que podemos hacer, es crear las
condiciones adecuadas. Una vez establecidos en yâma y niyama, la postura es firme y
estable, el aliento relajado, los
sentidos se retiran y podemos mantener la
concentración, entonces el estado meditativo nace, florece.
Samâdhi, es el estado trascendente en el que han entrado los místicos de todas
las tradiciones. El estado de yoga en el que se da el cese de las fluctuaciones de la
mente. Quien alcanza el samâdhi, posee un poder absoluto sobre todas sus facultades
físicas, emocionales y mentales. Pero aun en el samâdhi, se distinguen dos clases,
Sabîja-Samâdhi o samâdhi con semilla y Nirbîja-Samâdhi o samâdhi sin semilla. En el
primero samâdhi con semilla, es un estado en el que si bien la mente se halla libre de
vritis, de fluctuaciones, queda un resquicio de apego de identificación, como una
semilla que germinará, impidiendo la fusión con el absoluto. En el segundo, samâdhi
sin semilla, es el estado mas elevado posible de alcanzar, en este ya no queda resto
alguno de apego ni de identificación con ninguna de las envolturas del Ser. Aquí
solamente se da la unión don lo Divino, donde se reconoce su esencia en nosotros y se
es capaz de percibir como esta misma esencia está en toda la creación, y en todos los
seres.
Como vemos en el siguiente diagrama, En concentración, el sujeto se mantiene
fijo en el objeto. En meditación surge una interrelación directa, entre el sujeto y el
objeto de la concentración. Cuando se alcanza la absorción cognitiva, la mente del
sujeto, orientada e interrelacionada con el objeto, se funden en un éxtasis profundo y
embelesado.
En el Asthânga Yoga, o yoga de los ocho miembros, cada una de sus partes va
produciendo unos frutos y efectos evidentes, tanto en nosotros como en quienes nos
rodean. Todo Maestro aconseja desapegarse también de estos logros, ya que en
cualquier clase de apego el ego, el yo individual sobrevive. Y es el Yo verdadero, el
Ego superior, con el que debemos conectar para poder fundirnos en el Yo Universal.
También se debe practicar la aceptación, ya que el rechazo al igual que el apego, da
perdurabilidad al yo individual.
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Reconocernos en lo espiritual.
Patañjali, en el libro III, cuarto sutra, nos da un paso más.
III-4. Trayam-ekatra samyama
La practica de las tres (dhâranâ, dhyâna, samâdhi), sobre un objeto es la comunión
samyama.
Cuando la concentración, la meditación y la absorción cognitiva, se dan en una
sola práctica y de forma simultánea, orientadas hacia un objeto de concentración, se
produce el samyama, y con el se adquiere el conocimiento sobre todo lo referente al
objeto sobre el cual el yogui se halla focalizado. En tal estado de comunión samyama,
con el objeto de contemplación, el poder Divino fluye hacia cualquier objeto o idea en
el que uno se concentre, y así se manifiesta de forma espontánea. Igual que en el
microcosmos del cuerpo humano uno sólo necesita dar la sugestión de levantar el brazo
para que este se levante, en el macrocosmos hecho accesible por samyama los poderes
Divinos se manifiestan a voluntad.
El Asthanga yoga, es la forma que nos aconseja Patañjali para alcanzar el estado
de yoga, y ante la destreza de este gran sabio a la hora de transmitir las enseñanzas, hay
que quitarse el sombrero y hacer una reverencia. Pero todos estos pasos o escalones,
tampoco quiere decir que sean obligatorios. Son aconsejables, pero perfectamente
podemos comenzar por âsana. Y luego irnos reconociendo en nuestras acciones. O
directamente sentarnos a meditar, y comprobar hasta donde llega nuestra dispersión
mental y falta de presencia. Conforme vayamos progresando, nos iremos dando cuenta,
que las ocho partes del Asthanga yoga se complementan y nos podremos hacer una guía
propia de nuestro camino.
Por todo esto, la flexibilidad física que tanto nos preocupa cuando comenzamos
en el yoga. Ya vemos que no es tan importante. Lo que realmente importa seria,
reconocernos en nuestra actitud ante la vida. Aceptarnos tal y como somos, respetar sin
juicios de valores. Ver nuestro ego y luego practicar el desapego. Observar nuestro
cuerpo, y cuidarlo como el templo de nuestro Ser mas profundo. Ahí está el valor de
âsana, la salud del cuerpo físico.
Con esta expresión de lo espiritual, explicación de los ocho pasos del yoga y la
realidad de Satchitananda. Doy por concluido este capítulo.
Que todos los seres experimenten la verdad suprema.
Que todos los seres se fundan en su Satchitananda.
Visión de Satchitananda, por Sri Aurobindo.
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Reconocernos en lo espiritual.
Práctica y meditación.
En lo espiritual, lo cierto es que la práctica es algo muy personal, y cada uno es
muy libre de hacer lo que quiera y creer lo que desee. Así pues lo único que haré será
recordar, que para la práctica del yoga no es necesario tener ninguna creencia en
concreto, y también lo pueden practicar personas de cualquier tradición y credo. Será
dándole una oportunidad a la práctica como experimentaremos si es lo que buscamos o
no. Si es lo que buscamos con el tiempo nos irá cambiando la forma de pensar y de ver
la vida, pero si esto no sucede tampoco pasa nada, todo está perfecto. Las series de yoga
bien realizadas y compensadas siempre nos darán salud y fortaleza. Y el control de la
respiración nos equilibrara mental y emocionalmente, esto es así, ya que aunque no
creamos en vidas pasadas ni futuras, por lo menos creeremos en la que estamos
viviendo actualmente.
Aunque como digo, la práctica espiritual es algo personal, voy a lanzarme y
aconsejar la práctica de los cinco preceptos que nos aconseja el budismo. Aunque son
similares a los cinco Yâma, del Asthanga yoga, salvo el quinto precepto. Las propongo
porque son unas normas éticas, que proporcionan bienestar a todos.
1. Abstenerse de matar, respetar la vida. No dañar, ni con nuestro pensamiento, ni
con nuestra palabra, ni con nuestra acción, a ninguna criatura viva. Tenemos que
ser especialmente conscientes de todos los seres vivos que pueblan nuestro
mundo, y cultivar un sentimiento de atención y respeto hacia todos ellos.
2. Abstenerse de robar, cuidar las posesiones materiales y no apropiarnos de lo
ajeno.
3. Abstenerse de palabras deshonestas, hablar desde el corazón, siendo sincero de
palabra, pensamiento y acción, sin murmurar ni hablar bien ni mal de alguien
que no se halle presente.
4. Abstenerse de una conducta sexual impropia, observemos con que frecuencia
aparecen en nuestra mente pensamientos y sensaciones de carácter sexual,
observemos el estado asociado a ello, el amor, la compulsión, el cariño, la
soledad, la necesidad de comunicación, la agresividad, la pasión, etc.
Practiquemos la sexualidad consciente.
5. Abstenerse del consumo de intoxicantes, no consumir ningún tipo de intoxicante
o substancia adictiva. Debemos de estar muy atentos a las circunstancias que nos
llevan a consumir este tipo de sustancias, lo que acontece en nuestra mente y en
nuestro corazón en ese mismo instante. Y adoptar formas de vida saludables.
Todo esto nos ayudará a que nuestras meditaciones sean más fructíferas.
Lógicamente para sentir lo espiritual también debemos de meditar con regularidad. Esto
hará que nuestro corazón se abra a los mundos sutiles, equilibrara nuestra forma reactiva
de actuar y como no, para indagar en pos de nuestra Satchitananda. Siempre que nos
sentemos a meditar, deberíamos hacerlo con devoción, discernimiento y desapego,
recordando que meditar es el nombre que se le da a algo que surge. Solo podemos poner
los medios adecuados, para que nuestro Ser profundo se revele cuando El amado quiera.
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Reconocernos en lo espiritual.
El maestro dijo que en este mundo hay una sola cosa que nunca
debe olvidarse. Si fueras a olvidar todo lo demás, pero no esto,
no habría motivo de preocupación, mientras que si recordaras,
realizaras y atendieras a todo lo demás pero olvidaras esa única
cosa, en realidad no habrías hecho nada en absoluto. Es como si
un rey te hubiera enviado a un país para cumplir una tarea
específica y concreta. Vas a ese país y realizas otras cien tareas,
pero si no realizas aquella para la que te enviaron, es como si no
hubieras realizado nada en absoluto. Del mismo modo, el
hombre ha venido al mundo para cumplir para cumplir una
tarea específica, y ese es su objetivo. Si no la realiza, no habrá
hecho nada.
Del poeta y Maestro sufí Rumi.
No es fácil hallar la felicidad en nosotros mismos, y no es posible encontrarla en
otro lugar.
El milagro sobreviene apacible en la mente que se detiene un momento y
permanece quieta.
Hay dos maneras de vivir tu vida, una como si nada fuese un milagro, otra como
si todo lo fuera.
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Reconocernos en lo espiritual.
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Conclusiones finales.
“Conocer al hombre es conocer a Dios.
Conocer a Dios es conocer el hombre.
Estudiar el Universo es estudiar a Dios
y al hombre; porque el Universo es
la expresión del pensamiento divino
y el universo se refleja en el hombre.
El conocimiento es necesario únicamente
para que el Ser se libere y pueda
conocer a Si Mismo”.
Annie Besant.
Octava parte:
Conclusiones finales.
La respiración es envolvente, envuelve toda nuestra vida desde el momento en el
que llegamos con una inspiración y nos vamos con una exhalación. Como hemos visto
también ha envuelto, en parte, este trabajo. Y también hay un trabajo muy bello, para
realizarlo durante una sesión de yoga, este consiste en que cada respiración envuelva al
movimiento. Es decir, si por ejemplo voy a elevar un brazo comienzo primero a inspirar
luego el movimiento acompaña la inspiración y una vez arriba termino de inspirar,
siento la plenitud al lleno con el brazo arriba y comienzo a exhalar, después de
comenzar a exhalar el aire, se va bajando el brazo acompañando la exhalación y cuando
llego abajo aun expulso un poquito más de aire, siento el vacío en mi cuerpo, y procuro
mantener esta actitud durante todos los movimientos. Esto le dará a la serie una calidad
de conciencia y de presencia, que como ya sabemos, es lo que se busca en el yoga. Ya
que cuando perdemos nuestra atención, nuestra práctica se vuelve mecánica y por lo
tanto ya no estamos haciendo yoga. Así pues, para una buena calidad de nuestra práctica
y nuestra vida, permitamos que nos envuelva la respiración.
En este último capítulo, voy a exponer algunas conclusiones, a las que he
llegado realizando esta tesina. También dar una visión de las envolturas del Ser desde la
Vedânta y otra desde la Teosofía, pero solamente pequeños detalles como para concluir.
Según la tradición yóguica los principales componentes del universo son: éter,
prâna y akhasa. Una de las cosas que he observado realizando este trabajo, es la
relación existente entre estas tres materias y el ser humano. Ya que el éter, es la
sustancia del cuerpo físico y etérico. El prâna, del energético y el astral. Y el akhasa
sería la del cuerpo mental y el causal. Como ya hemos visto a lo largo de este trabajo,
éstos son todos mundos sutiles que están ampliamente interrelacionados, y no los
percibimos con el ojo físico, porque si no vemos el éter, aún menos veremos lo
superetérico, lo subatómico y lo atómico. El éter está catalogado como elemento, y la
ciencia lo define como, “fluido invisible en el que se mueven las ondas electro
magnéticas, entre ellas la luz”, como tal inunda todo el espacio. El prâna es un elemento
esencial para la vida, este fue descubierto por los yoguîs de la antigüedad, y siempre ha
sido un elemento de suma importancia para la práctica del yoga. Aunque no está todavía
reconocido al el cien por cien de la comunidad científica, hay un amplio porcentaje que
lo estudia y lo están comenzando a reconocer como algo más que real. El akhasa inunda
todo el universo y toda materia, el éter y el akhasa están íntimamente relacionados, el
akhasa es al éter, lo que el espíritu a la materia. Volviendo a la comunidad científica,
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Conclusiones finales.
lógicamente ya son muy poquitos los que creen en su existencia. Pero no hay ocultista
que lo ponga en duda, el akhasa, de hecho se dice que los seres que han alcanzado la
iluminación manteniéndose en un cuerpo físico, tienen acceso a los registros akhasicos,
registros de información universal y en los que pueden ver sus vidas pasadas.
Una vez visto estos tres componentes, fijémonos en los cuerpos que animan, el
físico, el emocional y el mental. En estos tres cuerpos es donde ahora habitamos, y si
conseguimos avanzar tiene que ser mediante ellos, ya que aun existiendo otros planos
de conciencia, es en estos tres donde podemos actuar. Es en el cuerpo físico donde nos
reconocemos como “yo”, nos identificamos y no creemos que pueda existir nada más.
Pero también esta el mundo emocional y el mental, es en estos tres donde gira la rueda
de la existencia humana.
Interiormente, antes de comenzar en el mundo del yoga, ya tenía plena confianza
de que fuera lo que fuese lo que hubiera después de la muerte, no podía ser ni peor ni
más duro que el propio hecho de vivir. Ya que sentía la vida como algo complicado y
percibía el sufrimiento, tanto en mí como en el resto de seres. Quizás sea por eso que lo
que más me llamó la atención de mi primer profe de yoga fue su alegría y saber estar.
Me parecía imposible que la creación fuera tan injusta, como para que después de la
vida no hubiera nada, o lo que hubiera fuese tormentoso. Ahora esta sensación ha
cambiado profundamente y pienso que a lo que venimos a esta vida es a participar de la
evolución del ser humano. Y lo mejor que podemos hacer es participar con nuestro
granito de arena. Evidentemente no me refiero a la evolución tecnológica, aunque
siendo esta importante lo es más el estar en paz con uno mismo y reconocer en nuestro
interior la naturaleza de lo divino, su energía y su amor incondicional.
En la cita de Annie Besant, con la que comienza este capítulo, esta nos dice, que
el conocimiento es únicamente necesario para que el Ser se libere. Pero, ¿de qué se tiene
que liberar el Ser? De lo que nos tenemos que liberar es de la mente egoica e
inconsciente. Y esto solo lo podemos hacer a través de la mente, impidiendo que esta se
regocije con el pasado o se proyecte en el futuro. Es solo en el momento presente en el
único lugar que podemos vivir, ya que la vida se da aquí y ahora. Lo que sucede, sucede
ahora, ni antes ni después, es ahora cuando respiro es ahora cuando la vida me llega.
Pienso que al igual que existen siete Chakras principales, también existen siete
planos de existencia y siete envolturas de el ser. Mas no me he atrevido a profundizar en
ellas, por que no lo tenía muy claro en mi pantalla mental. De estas siete envolturas, se
dice en teosofía que cada una tiene otros siete niveles propios, los tres inferiores más
conectados con el plano inferior, el del centro puramente del plano correspondiente, y
los tres superiores relacionados progresivamente con el plano superior.
En la Vedânta, que como sabemos, en la filosofía de los Vedas es donde fue
cogiendo forma el yoga, en esta filosofía por el contrario se identifican tres cuerpos
principales y estos a su vez se dividen en cinco envolturas.
El primer cuerpo sería, Sthula Sharira, el cuerpo burdo de materia física, carne y
huesos, que como hemos visto alberga al cuerpo sutil y causal, hasta el momento de la
muerte.
El segundo, Sukshma Sharira, cuerpo sutil no perceptible al ojo físico, y que a su
vez englobaría, lo energético, lo emocional y lo mental. Aspectos que aunque como
decimos no son visibles, pero si se perciben a nada que estamos un poco atentos.
El tercero, Karana Sharira, sería el cuerpo causal, del que provienen los otros
dos, este queda por encima de todo conocimiento mental y toda persona que alcanza una
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Conclusiones finales.
percepción directa de el, se puede decir que se ha autorrealizado o iluminado. Ya que el
Karana Sharira es el alma misma, la Satchitananda de la que hablábamos en el capitulo
sobre lo espiritual.
Una cosa que ya he mencionado de este trabajo, pero no me importa repetirme,
es que a pesar de que todos los capítulos se titulan, “Reconocerme en…”, para lo único
que nos tenemos que reconocer es para ver que yo no soy eso, y que hay una envoltura
más sutil, más profunda. Incluso cuando se llega al Karana Sharira y se encuentra la
misma esencia divina que la del innombrable, se anula totalmente la conciencia del “yo”
y se entra en un plano más elevado en el que se percibe que “yo soy tu, todo una unidad,
no existe dualidad”.
Estos tres cuerpos a los que se refieren en la Vedânta, se dividen en cinco
envolturas. Como vamos a ver el primer cuerpo Sthula Sharira se corresponde con
Annamaya kosha, el segundo Sukshma Sharira es el que englobaría a las tres kosha o
envolturas siguientes, y el tercero Karana Sharira se relaciona con Anandamaya kosha.
Las cinco kosha son las siguientes.
¾ Annamaya kosha, al ir del exterior hacia el interior. Es la primera que nos
encontraríamos, y se trata del cuerpo físico. Lo primero que hacemos en hata
yoga, es reconocernos en nuestro cuerpo, en sus hormigueos, su temperatura, su
globalidad, etc. Lógicamente aquí es donde nos reconoceríamos en lo físico.
¾ Pranamaya kosha seria la segunda envoltura. Y como su nombre indica es la
envoltura de prâna de energía, donde abarcaríamos todo el sistema de Chakras,
nâdîs, meridianos, etc. En este, reconoceríamos al cuerpo etérico y energético.
¾ Manomaya kosha, el revestimiento mental. En el que se encuentran encerrados
nuestra memoria, miedos, deseos, dudas, etc. Aquí se englobaría lo emocional,
el cuerpo astral y la mente de superficie.
¾ Vijnanamaya kosha, sede de la inteligencia, la intuición. Aquí se encuentra, la
facultad de tomar decisiones. También esta relacionado con la mente profunda
que mencionábamos en el capítulo correspondiente, por tanto aquí está la
posibilidad de trascender el ego y de reconocer el cuerpo causal.
¾ Anandamaya kosha quién realmente soy, el Ser mas profundo. Ânanda se
traduciría como alegría, beatitud. Si se consigue conectar con este plano, la
conciencia es pura, libre y sin conceptos. Es la esencia de Buda que todos
llevamos en nuestro interior.
Como vemos este esquema que nos da la Vedânta, no hace alusión al cuerpo
emocional, pero lo he incluido en este trabajo porque lo considero de suma importancia,
más aun si cabe en la sociedad actual que vive tan descompensada y desequilibrada
emocionalmente. La no aceptación de nuestras emociones llega a ser una traba
importante para el camino hacia la interiorización. De hecho en mi trabajo íntimo, el
incluir actividades de crecimiento personal, pienso que fue de gran ayuda.
Resumiendo y simplificando. Todo esto quiere decir, que primero nos tenemos
que reconocer, en nuestro cuerpo físico. Experimentarlo, cuidarlo y fortalecerlo. Para
luego ir más allá, vernos en lo emocional y equilibrarnos. Continuando más allá, a lo
mental a toda esa agitación, que poco a poco se va calmando. Y aun más allá, hasta
conectar con nuestro Ser mas profundo. Y siempre más allá. Como nos dice el mantram
“Gate gate, paragate, parasamgate”, más allá, más allá, siempre más allá.
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Conclusiones finales.
La mayoría de las personas somos incapaces de separarnos de la mente, nos
identificamos con ella constantemente, y no nos damos cuenta de ese Yo, que está más
allá y que intenta expresarse a través de nosotros. El gran problema para esto es el
miedo, el sentir que realmente no soy este cuerpo, ni su energía, ni sus pensamientos,
tomar plenamente consciencia de este hecho es algo que nos da mucho miedo. Es por
ello que mediante la concentración, si se consigue aquietar la mente y percibir la mete
profunda; tomamos distancia con la mente de superficie y en el espacio abierto de la
mente profunda el ego se disuelve. Pero mientras nos identifiquemos con este ego
inferior nos seguirá dando miedo su disolución, para ir quitando un poquito este miedo,
es importante tener un discernimiento entre lo real y lo irreal. Como dice el Bhagavad
Gîtâ en su segunda estancia verso 16, “Lo irreal no tiene ser, lo real nunca deja de ser”.
Como hemos visto a lo largo de este trabajo, a cada envoltura le corresponde un
plano de existencia, pero esto no quiere decir que estén separadas. En palabras de Annie
Besant, “Todas las esferas están en torno nuestro, sean la astral, la mental, la búdica, la
nirvánica, o ya se trate de mundos mas elevados aún, hasta la vida del Ser Supremo. No
tenemos necesidad de movernos para encontrarlas, pues están aquí mismo; pero nuestra
grosera percepción nos aparta de ellas con mayor lejanía que si estuviera a muchos
miles de kilómetros”.
Hay tres verdades que nos da Arthur E. Powell, que también son una buena
conclusión:
“El alma del hombre es inmortal, y su fruto es el fruto de una cosa cuyo
desarrollo y esplendor no tiene limite.
El principio que da vida en y fuera de nosotros es imperecedero y eternamente
benéfico; no se lo oye, ni se lo ve, ni se lo huele, pero es percibido por el hombre que
desea percepción.
Cada ser humano es su propio legislador absoluto, su propio dispensador de
gloria o de sombras; quien decreta su vida, su recompensa y su castigo.
Estas verdades, grandes como la vida misma, son tan sencillas como la más
sencilla de la mente humana. Dése el alimento del conocimiento a todos aquellos que
ardientemente lo ansíen”.
Este trabajo sobre las envolturas del Ser, se complica desde el momento en que
dejamos la envoltura física que es la que vemos y en la que nadie duda. En lo energético
aun hay personas que tienen cierta sutilidad y perciben los movimientos energéticos.
Pero cuando comenzamos a hablar de plano astral, mente inferior, mente superior, plano
búdico y plano átmico, la cosa se complica porque al no ser perceptibles con el ojo
físico, también es complicado encontrar palabras para definirlos. Lo que si es evidente
que a medida que profundizamos la materia se sutiliza. Poéticamente se dice que la luz
de un plano inferior es oscuridad en el inmediato superior. Todos los videntes que han
conectado con planos superiores de consciencia, ya sean hindúes, budistas, cristianos o
musulmanes, hablan extasiados de tan gloriosa belleza y confiesan la absoluta
incapacidad de describirla, las palabras parece como si la rebajaran por muy hábil que
pretenda ser la descripción.
La conclusión última y más importante, a la que he llegado en este trabajo y
también en mi vida personal, es que es bueno entender las cosas y tener una buena
memoria y razonamiento; pero es mucho más importante integrar desde el sentir y el
experimentar. Lo que aprendemos mediante la razón lo podremos transmitir como nos
lo han contado, pero lo que experimentamos, lo transmitiremos con toda su pureza.
Además el verdadero poder del yoga no esta en la razón, sino en la integración de la
experiencia.
- 98 -
Conclusiones finales.
Por último recordar que, no es feliz quien hace lo que quiere, si no quien quiere
lo que hace.
Hazlo de todos modos.
Las personas son irrazonables, inconsecuentes y egoístas.
Perdónalas de todos modos.
Si eres bondadoso, te acusaran de tener oscuros motivos egoístas.
Se bondadoso de todos modos.
Si tienes éxito, te ganarás amigos falsos y enemigos verdaderos.
Ten éxito de todos modos.
Si eres franco y sincero, la gente puede engañarte.
Se franco y sincero de todos modos.
Lo que te cuesta años construir, alguien podría destruirlo en una noche.
Construye de todos modos.
Si encuentras sosiego y felicidad, podrían envidiarte.
Se feliz de todos modos.
El bien que hagas hoy, muchos lo habrán olvidado mañana.
Haz el bien de todos modos.
Da al mundo lo mejor que tienes, y quizás nunca sea suficiente.
Da al mundo lo mejor que tienes de todos modos.
Ya ves, a fin de cuentas, todo queda entre Dios y tú,
nunca fue entre el mundo y tú de todos modos.
Kent M. Keith.
Om Shânti.
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Caminando con el sol y la luna.
Elige amar, en lugar de odiar.
Elige reír, en lugar de llorar.
Elige crear, en lugar de destruir.
Elige perseverar, en lugar de renunciar.
Elige alabar, en lugar de criticar.
Elige curar, en lugar de herir.
Elige dar, en lugar de recibir.
Elige actuar, en lugar de aplazar.
Elige crecer, en lugar de consumirte.
Elige bendecir, en lugar de blasfemar.
Elige vivir, en lugar de morir.
Anónimo.
Caminando con el sol y la luna.
El Camino de Santiago, es una de las tres peregrinaciones cristianas más
importantes. Antiguamente se realizaban dos caminos, el que baja por Navarra pasando
por el monte del perdón, camino de penitencia; y el que viene de Huesca ruta iniciática
y senda de conocimiento. Ambos tienen oculto cantidad de misticismo y simbología
medieval e incluso anterior. Este camino se ha recorrido desde antes del cristianismo, de
hecho había una ruta de los dólmenes, ya desaparecida, en la cual se caminaba de donde
nace el sol hacia donde muere, en representación del ciclo de la vida y hasta donde se
terminaba la tierra. Quizás en busca del conocimiento de la desaparecida Atlántida,
¿quién sabe? Lo que si parece ser cierto y documentado es la existencia de Prisciliano
un santo y mártir por hereje. Este en realidad fue un místico eremita, que por sus
cualidades tuvo gran cantidad de seguidores. Pero fue condenado por la iglesia y por el
papa de Roma, siendo uno de los primeros juicios con los métodos de tortura hasta
confesar, que posteriormente utilizaría la inquisición. Prisciliano y varios seguidores,
fueron condenados y decapitados en el año 385. Quedando un mártir al cual se iba en
peregrinaje a su tumba, hay quien llega a decir que los restos del apóstol Santiago, en
realidad son los de Prisciliano, pero también otros datos ubican su tumba en Astorga.
Sea lo que fuera, lo indudable es que el camino tuvo gran apogeo e ir y venir de
peregrinos, creándose a lo largo de su recorrido toda una simbología, unas veces
evidente y otras oculta. Es por ello que nadie queda indiferente, después de recorrerlo.
De todas formas, no creo equivocarme mucho si digo, que a la mayor parte de
peregrinos nos mueve una búsqueda interna más que el realizar una dolorosa penitencia.
Lo que viene a continuación, esta copiado de las notas que tomé mientras
realizaba el Camino a Santiago, en septiembre del 2005.
Antes de comenzar con las notas, un pequeño resumen del camino que recorrí:
Comencé en Somport, en el pirineo de Huesca. En donde antiguamente se
encontraba el hospital de peregrinos Santa Cristina, uno de los más importantes en las
peregrinaciones del medievo.
Antes de llegar a Castiello de Jaca, unos diez kilómetro a la derecha según se
baja, está San Adrián de Sásabe. Monasterio de monjes donde se dice que estuvo
escondido el Santo Grial, este monasterio representa el lado masculino. Después sin
atravesar del todo Castiello de Jaca, me dirigí otros diez kilómetros en dirección este
hasta Santa María de Iguacel, antiguo convento de monjas del cister, que representa el
lado femenino.
Caminando con el sol y la luna.
Así, con las energías masculina y femenina equilibradas, retomo el camino para
llegar a Jaca, a la entrada de la cual, antiguamente había un olmo sagrado conocido
como el árbol de la salud. En Jaca se encuentra la primera catedral de la península, que
bien merece una visita.
Saliendo de Jaca por Atares, accederé a la primera puerta o paso energético.
Que me lleva hasta San Juan de la Peña. Antiguo monasterio románico, construido
sobre otro mozárabe, en muy buen estado, después de haber sufrido tres incendios a lo
largo de su historia.
Bajando por Santa Cruz de la Seros, y bordeando el pantano de Yesa llegué el
monasterio de Leyre, con mucha información en la portada de la iglesia, en sus capiteles
y en la cripta. Aquí hay dos opciones, volver hasta Sangüesa o atravesar el monte
Arangoiti en busca de Aldunate, segunda puerta energética.
Llegando a Eunate, importante centro de conocimiento templario y antiguamente
oculto a los peregrinos que realizaban el camino de los penitentes por Navarra. Este es
el tercer paso energético, que durará hasta Estella.
Pasando Estella encontré Torres del Río, con una iglesia en el centro del pueblo,
muy similar a Eunate. Y de aquí me dirigí a Navarrete, donde también quedan restos de
un antiguo hospital. Santo Domingo de la Calzada, importante parada de peregrinos,
que lo abandonaremos por el puente de 24 ojos que construyera el santo fundador.
Continuaré hasta San Juan de Ortega, en donde se encuentra a un amable
párroco y hospitalero, que desde hace años venía observando un hecho puntual que se
repetía durante cinco días desde dos antes y dos después en los equinoccios de
primavera y otoño. A las cinco en punto de la tarde, hora solar, un rayo de luz
proveniente de la ojiva central del crucero, comienza a iluminar un capitel
laboriosamente tallado, en el que se refleja la anunciación, y conforme se mueve el sol
el rayo va pasando por las diferentes escenas labradas en piedra. En San Juan de Ortega
alcanzaremos la cuarta puerta o paso energético.
Continuando se pasa por Burgos y más adelante encontramos las ruinas de San
Antón, monasterio central de la antigua orden de los antonianos. El siguiente pueblo es
Castrogeriz.
Más adelante, se llega a Frómista, a mitad de camino entre el Pirineo y la costa
gallega. Aquí se encuentra una bonita iglesia románica San Martín de Frómista, pero
quizás excesivamente restaurada.
Más adelante está Villalcázar de Sirga, antiguamente conocida como Villasirga.
Aquí encontramos la imagen de la Virgen Blanca de Villasirga, a la que se le atribuyen
diferentes milagros especialmente la curación de ciegos.
Carrión de Los Condes, Sahagún y otros pueblos se pasan antes de llegar a León.
En León la catedral es famosa, pero la pasé de largo, a la Colegiata de San Isidoro en
donde las tallas son magníficas y se respira misterio.
Después se alcanza Astorga, punto de encuentro de los primeros peregrinos
incluso antes de que la ruta jacobea fuera oficial, ya que se dice que aquí podría estar
enterrado Prisciliano, el santo acusado de herejía, por combinar ritos anteriores a la
cristiandad, con los ritos del cristianismo.
Caminando con el sol y la luna.
Próximo punto destacable, Rabanal del Camino, quinto paso energético que nos
acercará a la Cruz del Ferro, en donde la costumbre de los peregrinos de tirar una piedra
bajo la cruz, ha levantado un gran montículo.
Aquí, antes de continuar hasta Ponferrada, tendré la posibilidad de buscar un
desvío que me adentre en el Valle del Silencio y visitar una iglesia mozárabe, Peñalba
de Santiago, y la cueva del eremita San Genadio.
Vuelta a Ponferrada con su Castillo del Temple y continuo hasta Villafranca del
Bierzo, pueblo con gran cantidad de iglesias y conventos. Pero el siguiente punto
importante es la subida a O Cebeiro, sexta puerta y paso energético.
O Cebeiro a pesar de parecer un lugar preparado para turistas, debe su aspecto al
párroco Don Elías Valiña, este, en vida se preocupo mucho por el lugar y fue uno de los
mayores conocedores y potenciadores del camino, dejando incluso alguna guía de su
puño y letra.
Finalmente Portomarín y Melide nos acercan a Pasos de Oca que es la séptima
puerta energética. Desde aquí a unos 35 kilómetros a la izquierda, se divisa el Pico
Sacro. Poco más adelante el Monte Do Gozo, el cual al bajarlo nos deposita en Santiago
de Compostela.
Santiago de Compostela, para muchos es la meta y fin del camino, pero el
camino más antiguo y la senda del conocimiento continúan. Se puede acceder al Pico
Sacro, en donde el obispo Teodomiro reconociera la tumba del Apóstol. Desde ahí
podemos continuar hasta Noya, lugar místico donde hubo quien culmino su camino
iniciático y en donde existe un misterioso cementerio, que a día de hoy continua sin
descifrar del todo, hay quien dice que aquí se enterraba a los maestros canteros que
trabajaron las piedras del camino.
De Noya se sube hasta Finisterre, en donde se encuentran As Pedras Santas,
lugar de antiguas ceremonias, y donde la tradición dice que se debe de quemar todo lo
que se lleva encima, para morir y nacer a una nueva vida, comenzando de nuevo con el
conocimiento adquirido.
Cada peregrino un camino, cada camino una vivencia.
En un primer momento, la idea, fue la de compartir todo lo que escribí en un
cuaderno de notas que me acompañó durante el camino. Pero desisto porque en algún
momento son notas personales, y en muchos, relato los quehaceres diarios, algo que
para quien lo lea puede resultar incluso pesado. Así que lo que sigue, será un pequeño
recuerdo de las vivencias, en plan genérico, y si que transcribiré alguna nota, ya que el
cuaderno de notas es lo que me ha motivado a añadir este anexo.
El día 22 - 8 -“05, llego a Somport en autobús, y comienzo el camino con
suavidad, para ir acostumbrando al cuerpo y no romperme nada más comenzar. Ya hace
tiempo decidí que me gustaría realizar la peregrinación en solitario, así que voy a mi
ritmo y disfrutando. En los primeros lugares especiales, San Adrián de Sásabe, Iguacel,
Catedral de Jaca, San Juan de la Peña, comienzo a extasiarme con las maravillas del arte
románico y si que se hecha en falta la compañía de alguien que conozca el significado
oculto de estas maravillas, en fin me tendré que conformar con lo que pueda percibir.
De todas formas, en estas primeras etapas disfruto mucho de la naturaleza, y recorro
muy pocos tramos de asfalto.
En el pueblo de Yesa, tengo un percance tonto con un camarero, sin comer y
desilusionado, emprendo la subida a Leyre. Entre la carretera y el percance en el pueblo,
Caminando con el sol y la luna.
continuamente ronda por mi cabeza la idea de abandonar y marcharme a mi casita con
mi chiquita, en fin. Por suerte la acogida en el monasterio, es de lujo, ya en la calle vino
el padre Tomás a contarme aventuras, y orientarme hacia el padre Javier que es quien se
encarga de los peregrinos, a pesar de que algún otro monje refunfuña un poco, la orden
de los benedictinos tiene por norma acoger al peregrino. El padre Javier me enseña el
monasterio, biblioteca incluida, me pasan a la zona de clausura en donde hay una
habitación preparada, y me dan de cenar en cantidad abundante. Me sorprende la
rapidez con la que ellos cenan, quizá sea para no deleitarse con el placer de la gula… El
caso es que después de cenar el padre Javier me dice que tiene por costumbre charlar un
poco con los peregrinos, la conversación resulta muy interesante e incluso mística. Ya
que el hizo su tesis sobre otras religiones y tubo que indagar mucho en Sufismo,
Budismo, Hinduismo, etc. Hablamos los dos muy sinceramente, el desde su punto de
vista como monje cristiano y yo desde mi óptica yóguica occidental no practicante del
cristianismo. El resumen es que gracias a esta buena acogida, me decido a cruzar el
monte Arangoiti y continuar con mi periplo.
Llegando a Puente la Reina donde se juntan los dos caminos, tenía pensado que
bajaría mi Mari, pero decido subir yo a Pamplona porque después de una semana
caminando, un día de descanso me vendrá bien, además necesito rehacer la mochila, ya
que después de los primeros días veo lo que realmente necesito llevar.
A estas alturas, a pesar del día de descanso, los pies los tengo bastante doloridos,
pero como en todas las etapas a mitad del día me busco una fuente o un lugar donde
lavarme los pies y ponerme calcetines limpios, estoy librándome de ampollas. El dolor
de pies es algo que después de dos o tres kilómetros se pasa, las ampollas creo que
serían peor.
A partir de Puente se comienza a ver mucha gente en el camino, aunque como
no madrugo mucho y me entretengo antes de salir, camino con la tranquilidad que
buscaba, aunque el precio a veces es soportar las horas de calor… en el cuaderno
escribo: “el caminar con el calor es muy exigente y el camino hay momentos en los que
se muestra con toda su crudeza y en verdad se hace duro, pero por otro lado, percibo la
naturaleza y una consciencia superior, que me dan fuerzas para seguir”.
Los días van pasando y con ellos los kilómetros, lo pueblos, las gentes, las
iglesias, las ermitas, todo pasa y nada vuelve, siempre caminando de donde nace el sol
hacia donde se pone. La tónica que he cogido, es de almorzar fuerte por la mañana y
pasar el día con cuatro picoteos hasta la noche en que busco un sitio para cenar, se hace
mucho más cómodo el caminar con el estomago ligero.
“El camino conforme va pasando, se parece cada vez más a un retiro, y cuando
paso zonas de mucho ruido o entro en algún bar, me encuentro mal incluso se me carga
la cabeza. Por ello aunque a veces sea duro el caminar, disfruto mucho de la soledad y
el silencio”. Anotado en el cuaderno el día cinco de septiembre.
Al realizar el camino tenía intención de dormir en el campo, en ermitas y demás,
pero al ir solo no me atrevo del todo y en total, duermo a la intemperie solo cuatro días.
Además la ducha, la cena y el colchón de los albergues, son cosas que atraen mucho.
En San Juan de Ortega, el párroco nos junta a varios peregrinos y entre otras
cosas, nos dice: “el recuerdo del camino siempre se conserva, porque es algo que se
consigue con esfuerzo”. “el camino de Santiago, es algo que está profundamente
enraizado en el corazón del hombre”. “es importante en el camino mantener el contacto
con la naturaleza, para que así observemos todo lo que hace el creador”. A pesar de que
Caminando con el sol y la luna.
este lugar me encanta, el párroco se le ve una bella persona y con gran conocimiento del
camino. Está todo tan masificado y ahí personas que hacen el camino con un espíritu tan
extraño, que vuelve a rondar por mi cabeza la idea de abandonar. Pero recuerdo que en
el medievo también hubo una masificación del camino, y también habría personas de
todo tipo y condición. Y me digo, tendrá que ser así, pero los albergues de las ciudades
grandes, con muchas plazas los procurare esquivar.
En las ruinas de San Antón, estoy encantado de la vida. Aquí se respira
espiritualidad y el auténtico ambiente del camino. A un tal señor Ovidio, autor del
“Peregrino del siglo XXI”, le dio pena como estaba el lugar, y ante la imposibilad
económica de restaurar todo el monasterio, habilitó una zona con literas, otra para
comedor y un baño con ducha de agua fresca. Quedando un albergue tan rústico como
acogedor. Aquí, aprovecho la seguridad que me brinda el lugar, para dormir en el centro
del monasterio, bajo la estela de la vía láctea.
Al ir solo y no entretenerme mucho, lo cierto es que avanzo bastante. Pero
cuando el dolor de los pies y el llegar a Finisterre parece ser lo único del camino,
saliendo de Astorga en el exterior de una iglesia moderna, encuentro el siguiente escrito:
“Peregrino cuando el cansancio del camino te impida pensar, recuerda ¿Qué es lo
importante? ¿La meta? O el encuentro con las montañas, los ríos, las flores, con Dios
quizás”. La frase me reconforta y procuro que me acompañe.
Del cuaderno de notas, literalmente, día quince. “Acabo de pasar Rabanal del
Camino, 5ª puerta y paso energético. Estos pasos energéticos, de momento coinciden
todos con preciosas sendas en medio de la naturaleza y hasta ahora siempre cuesta
arriba. Me dan la sensación de lanzaderas, que te envían a un nuevo tramo del camino, a
una nueva experiencia”. “Continuo subiendo hacia la Cruz del Ferro, y al girarme
observo la llanura de León y Palencia, esta alcanza hasta el horizonte en donde se pierde
la vista y posiblemente más. Me causa escalofríos y me acelera el corazón, el simple
echo de pensar que todo esto lo he atravesado andando”.
Aquí me desvío del camino que hace la mayoría de la gente, adentrándome en
las montañas del Bierzo. En busca del Valle del Silencio y la cueva del eremita San
Genadio. El camino muestra nuevamente su magia, y tras algún encuentro con amigos,
inesperado por esa zona, llego a Peñalba de Santiago. La capilla mozárabe del año 937,
tiene mucho significado oculto en la estructura de su puerta principal, por suerte una
señora lo conoce y me proporciona la fotocopia de un libro donde lo explica. A lo largo
de estos dos días que paso por las montañas del Bierzo, escribo, “En el camino nazco,
en el camino muero. En el me energetizo, en el desfallezco. En el paso sed, pero
aparece la fuente. Un día hace sol, otro aparece nublado. Una parte llana, en otra
montaña. Y en medio de tanta dualidad, yo sigo en busca de la verdad. ¿Será la
unidad?”
El día veintitrés, adentrándome ya en tierras gallegas, escribo: “El camino, una
vez que te acostumbras al gentío en los albergues, sigue siendo mágico y maravilloso
cuando boy en soledad por estos bosques de eucaliptos y castaños entre los que la senda
se abre paso formando a veces un auténtico túnel de vegetación y al fondo del túnel, los
rallos de sol forman la anhelada luz. Esta imagen con música tétrica bien valdría para
una película de miedo. Pero aquí, con el silencio del camino roto por una suave brisa, se
torna en algo maravilloso. Que una vez más, me recuerda la relación del camino con la
vida y con la muerte”.
Caminando con el sol y la luna.
“Dentro de tres o cuatro días, llegaré a Finisterre y podré ver al fin, ese atardecer
que tiñe el mar de rojo como si fuera sangre, la sangre del universo derramada. Vista o
visión que a los antiguos celtas inspiraba a levantar templos a ese poder supremo”
“También es entrañable el paso por estos pueblos ganaderos, con sus calles
estrechas, sus higueras, pequeñas huertas y descomunales piedras en la construcción de
las casas y el cementerio junto a la iglesia. Pueblos que bien podrían parecer fantasmas,
pero no, siempre acabo encontrando a alguien, unos con ganas de hablar otros parecen
cansados de ver pasar tanto peregrino; pero aún así todos mucho más agradables que en
las grandes ciudades, donde a veces da la impresión de que la humanidad se ha perdido
y la gente es fría como el hielo y dura como el asfalto que en ellas piso”.
“Dentro de todo volviendo a la magia del camino, creo que aquí cada cual
encuentra lo que busca. El que quiere un reto deportivo lo tiene, el que quiere ligar liga,
el que quiere soledad la encuentra, quien quiere naturaleza la vive, el que quiere cultura
la disfruta, el que quiere mirar a su interior… ese puede viajar a cualquier parte a pie o
en avión pues nuestro Ser profundo en nuestro interior es algo que siempre nos
acompaña y el cielo es azul en todas partes. El que busca a Dios tiene tiempo, lo único
que hay que tener en cuenta es que esta peregrinación es cristiana y hay que aprender el
padre nuestro y a santiguarse. Por lo demás si alguien quiere un poco de cada cosa, pues
también ese potpurrí se lo puede ofrecer el camino”.
Santiago de Compostela, aunque no es el final del camino que estoy realizando,
si que es un punto muy importante. Aquí entro con un amigo de Madrid, que encontré
por casualidad y sin saber que mientras yo iba por un lado, el venía por el Cantábrico.
Como resultado pasamos un día fantástico, pero el se quiere quedar un día más y a mi
me siguen cargando las ciudades, así que después de la misa del peregrino continuaré.
De este día, aparte de disfrutar de la compañía de lujo, porque este amigo ya había
estado en Santiago y fue como ir con un guía. También guardo un buen recuerdo de la
misa del peregrino en la catedral, ya que se congregó un gran gentío, se percibía la
energía en el ambiente, y mientras daban de comulgar, que llevó un rato por la cantidad
de gente, hubo una monja cantando una canción, con una bella voz y gran sentimiento,
permanecí en cuclillas junto a una columna escuchándola, y realmente no puedo
describir más que las palabras que anoto en el cuaderno, “lo que más me extasió de todo
es…”
De aquí el camino que recorro, va hacia el Pico Sacro y luego a Noya para subir
hasta Finisterre, pero la senda no es evidente ya que la mayoría de la gente va por
Negreira. Decido hacer lo mismo, porque si bajo hasta Noya aparte de no estar bien
marcado el camino, en el mapa parece más distancia, lo que significa algún día más y ya
llevo unos cuantos días fuera de casa.
26 – 9 – “05 último día de caminata, veo una señal que indica Finisterre 20 Km.,
recorro tres o cuatro y una señal indica “cruceiro 100 m. a la derecha”, me desvío hago
un par de fotos y continuo. El camino es una pista forestal ascendente, con pinos y
eucaliptos a ambos lados, cundo voy llegando arriba veo algo raro entre los árboles,
como espuma en el cielo, y pienso ¿Qué es eso?... ¡¡¡el Mar!!! La sensación es
indescriptible, un escalofrío me recorre el cuerpo y lo único que sale de mi boca es
¡¡¡Que sobrada!!! En pocos pasos más, la vista se abre y veo la Costa da Morte, paro ha
realizar otra foto y coger el cuaderno de notas. Luego continuaré, pues hasta Finisterre
aún quedan tres o cuatro horas. Después de ver el mar, cuando lo tengo cerca, el
caminar por la orilla con los pies en el agua es muy reconfortante, ya la mochila ni pesa
se ha convertido en parte de la espalda.
Caminando con el sol y la luna.
El día siguiente escribo: “ayer la experiencia era tal que tuve que dejar de
escribir para vivirla”. Después de caminar por la orilla del mar llegué al albergue, aún
faltan cuatro kilómetros a “As Pedras Santas”, estos últimos los hago sin mochila y casi
corriendo, pues no me quería perder el atardecer. “As Pedras Santas”, no son fáciles de
encontrar, de hecho todavía no estoy seguro de que fuera donde estuve; pero el otro
posible lugar “Piedra San Genaro”, de ahí no se veía el atardecer. Así que decidí
quedarme donde se veía. Solo, como la mayor parte del camino, vi como el sol
desaparecía en el horizonte, para luego dejar las nubes teñidas del característico rojo
atardecer. Parece mentira, la vida, el camino, la naturaleza, la magia, todo parece tan
largo, pero después, el Gran Sol, es capaz de ocultarse en unos pocos segundos, en fin.
Para terminar esta ruta de conocimiento, la tradición dice que se debe quemar
todo lo que se lleve encima, que representa el pasado, y así nacer a una nueva vida.
Personalmente, como buen bombero y para no liarla, solamente quemo una camiseta de
forma simbólica. Y sí que percibo que un ciclo termina y otro comienza, como una
iniciación a una nueva vida. Aunque en realidad es una tontería, gran tontería, ya que
pienso que cada día, se sea peregrino o no, cada día los seres humanos tenemos una
nueva oportunidad para ser mejores, para evolucionar, para enmendar errores, para
compartir, para amar, para buscar; y para todo esto no hace falta caminar a Finisterre,
solo hace falta, amar, actuar y no dormirse. Estar siempre alerta y observar el camino de
la vida, que a cada ser le da lo que necesita y vida que siempre termina poniendo todo
en su lugar.
Durante el camino, lo cierto es que he estado bastante conectado, lo difícil será
continuar ahora. En el tren ya me olvidaba, cuando en el hilo musical sonó una canción
que a veces escuchamos en yoga, esto me recordó, que hay que estar presente a cada
instante, acordándose de la magia de la creación siempre que uno pueda y de que una
pequeña porción del creador va con nosotros haciéndonos auténticos creadores, tanto
del arte como de nuestro propio destino.
Una de las cosas más claras que me han quedado después de un mes caminando,
es que, viajar a pie es una experiencia increíble; y lo mejor de toda esta experiencia, es
que durante muchos años fue un sueño, y ahora me veo en condiciones de asegurar, que
no hay nada como un sueño echo realidad.
Atardecer en “As Pedras Santas”.
Sencillamente Gracias.
En primer lugar gracias a mis padres Rafael y Victoria, gracias por darme la vida
sin la que nada de todo esto hubiera sido posible, como digo en la primera página de
este trabajo.
Para continuar gracias a mi hermana Anabel, que cuando contaba 21 añitos me
orientó hacia Paco y Maria Jesús. Estos con su sola presencia y saber estar, con la
integración del yoga en sus vidas, enderezaron mi senda cuando las curvas y los
altibajos comenzaban a ser muy serios, por ello también gracias.
Gracias a Carlos, por ser como una base de datos a la que siempre que consultas
tiene una respuesta. Y también a todo el personal de Sâdhana, Arjuna, Juan Carlos,
Víctor, Grachia, Rocío, e incluyendo por supuesto a todo Ulia y La Plana con todos sus
Chelas.
Inmensamente gracias a Antonia y Aitor, por su paciencia leyendo una y otra
vez este trabajo, corrigiendo mis fallos ortográficos, por sus buenos consejos literarios
y orientación a la hora de dar una forma coherente al capítulo de la envoltura emocional.
Gracias a Cacho por sus consejos informáticos y la portada que me diseño con el
fotoshop.
Gracias a Antxoni y Edurne, por su valiosa contribución desinteresada, a que el
Dharma se extienda por Pamplona, dándonos la oportunidad de meditar todos los días y
de fabulosos retiros para profundizar.
Gracias a Marisa y Kaleli que me dieron la oportunidad de experimentar lo que
puede ser dar clases de yoga, animándome con ello a aplicarme más en la formación de
Sâdhana.
Gracias a las personas que confiaron en mi, para recibir clases de yoga. Sin
saberlo, me ayudaron y motivaron inmensamente a seguir a delante.
Gracias al resto de mis hermanos y hermanas, a mis tres preciosas sobrinas en
Pamplona y cinco no menos guapas en Granada, y a todos mis parientes, amigos y
amigas. Pues nadie está gratis en esta vida y de todos y todas he aprendido algo.
Gracias a los pinches tiranos, a la gente extraña y elementos parecidos, que se
han cruzado en mi camino, por enseñarme como no debo proceder en la vida y lo que no
debo de hacer.
Gracias especialmente a mi granadina Mari, por su amor y su paciencia
permitiendo que vaya y venga a mi libre albedrío y recibiéndome siempre con los
brazos abiertos.
Y por último gracias a todos los profesores y maestros, que trabajan con una
volición de servicio, gracias al Dharma por existir, al Budha por descubrirlo y a la
Shanga por transmitirlo y compartirlo.
Bibliografía.
Libros utilizados en este trabajo.
¾ Cometarios de los yoga sutras de Patañjali.
T.K.V. Desikachar.
Marshall Govindan.
B.K.S. Iyengar.
Fernando Nogues.
¾ Vedânta Advaita.
Iván Oliveros, Sesha.
¾ Bhagavad Gîtâ. La sabiduría antigua.
Annie Besant.
¾ Libertad a través de la meditación.
Jigme Rimpoché.
¾ Las claves del yoga.
Danilo Hernández.
¾ El poder del ahora.
Eckhart Tolle.
¾ Libro de texto de Yoga.
Georg Feurestein.
¾ El sendero del yoga.
Osho.
¾ Curso práctico de concentración mental.
E. Wood.
¾ Diccionario teosófico. La voz del silencio.
H.P. Blavatsky.
¾ La Vipassana.
William Hart.
¾ El cuerpo etérico. El cuerpo astral. El cuerpo mental. El cuerpo causal y el ego.
Arthur E. Powell
¾ La ruta sagrada.
Juan G. Atienza.
¾ Apuntes y dossier de Sâdhana.
Libros que me han gustado especialmente.
¾ Un camino con corazón.
Jack Kornfield.
¾ El libro tibetano de la vida y la muerte.
Sogyal Rimpoché.
¾ Autobiografía de un yogui.
Paramahansa Yogananda.
¾ El corazón del yoga.
T.K.V. Desikachar.
¾ El guerrero pacífico.
Dan Millman.