“Diagnóstico de la conciliación entre el trabajo y la vida familiar, así
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“Diagnóstico de la conciliación entre el trabajo y la vida familiar, así
(Diagnóstico del hostigamiento-acoso laboral-sexual y, corresponsabilidad persona-familia-trabajo) TITULO DE LA INVESTIGACION “Diagnóstico de la conciliación entre el trabajo y la vida familiar, así como de la percepción sobre los niveles de vulnera bilidad y exposición a la violencia en el trabajo de las empleadas y los empleados de las oficinas del Poder Ejecutivo del Estado de Sinaloa. ” Por Rosa María L izárraga Durán. 1 Índice Resumen……………………………………… ……………………………………… 5 Summary………………… ……………………… …………………………………… .6 Introducción………………………………………………………………………… ..7 Justificación………………………………………………………………………… 10 La violenci a…………………………………………………………………………… 13 Antecedentes……………………………………………………………………… ..16 Algunos datos estadíst icos……………………………………………………… .....18 Delimitación del objeto de estudi o………………………………………………… .19 Objetivos de investigación………………………………………………………… ..21 Nota metodológica………………………………………………………………… 23 Capítulo I. Género, trabajo, familia, conciliación …………………………… 31 I.1. El concepto de géner o………………………………………………………… . 32 I.2. Trabajo ……………………………………………………………………… ...34 Trabajo de subsi stencia…………………………………………………………… ..34 Trabajo doméstico…………………………………………………………………… 35 Trabajo de cuidados familiares…………………………………………………… ..35 Trabajo voluntario o al servicio de la comunidad ……………………………… ...35 El Trabajo decente ………………………………………………………………… ...36 I.3. La famil ia………………………………………………………………………… .36 I.4. Conciliación……………………………………………………………………… 37 Capítulo II. Conciliación trabajo-familia en la administración pública estatal……………………………………………………………………………… ... 38 II. 1. Una di mensión del problema………………………………………………… .39 II.2. Concili ación, la problemática principal……………………………………… .42 La jornada de trabajo……………………………………………………………… ...42 Falta de flexibilidad en los horarios……………………………………………… ..43 La gran cantidad de horas que se pasa en el trabajo………………………… ...43 Se llega tarde a casa y apenas se puede hacer vida familiar………………… ..44 Falta de guarderías con horarios y precios razonables………………………… 44 Falta de tiempo libre para dedicarlo a lo que se quiera………………………… .45 Que no se acople el horario de las escuelas/guarderías con el trabajo……….45 Que trabaje también mi pareja…………………………………………………… ..46 II.3 Acciones que favorecen o limitan la conciliación…………………………… 47 Permisos………………………………… …………………………………………… 47 Horarios……………………………………………………………………………… .48 Reuniones o capaci tación fuera del horario……………………………………… 49 Tiempo libre por razones de enfer medad o emergencias……………………… .50 Permisos remunerados…………………………………………………………… ...51 II. 4 Hijos y otros familiares dependi entes………………………………………… 52 2 Los hijos……………………………………………………………………………… .52 ¿Quién se hace car go de los hijos a su sali da de escuel a o guardería?......... 53 Asuetos escol ares…………………………………………………………………… 54 Permisos para el cuidado de los hi jos…………………………………………… ..55 Otros familiares dependi entes…………………………………………………… ...56 II.5. Concili ación y reivindicaciones laborales…………………………………… 57 Capítulo III. Economía de tiempo y corresponsabilidad…………………… .61 III. 1 Uso del tiempo, un concepto ……………………………………………… …61 III.2 Uso del tiempo y economía del cuidado en trabajadoras y trabajadores de la APE ……………………………………………………… .. 64 Uso del tiempo……………………………………………………………………… 64 El tiempo de dedi cación a las actividades extra laborales…………………… ..66 Razones par a trabajar……………………………………………………………… 72 Distribución del ingreso…………………………………………………………… 74 Capítulo IV. Violencia…………………………………………………………… ..77 IV.1. Tipos de violencia…………………………………………………………… 78 Violencia contra las mujeres……………………………………………………… 78 Violencia psicológica…………… ………………………………………………… 79 Violencia física……………………………………………………………………… 79 Violencia patrimonial ……………………………………………………………… .80 Violencia económica……………………………………………………………… ..80 Violencia Sexual…………………………………………………………………… .80 Violencia familiar ………………………………………………………………… …80 Violencia laboral…………………………………………………………………… ..80 IV.2 La Per cepción de la violencia en la Administración Pública Estatal……..81 Amenazas o i ntimidación…………………………………………………………… 81 Acoso sexual ………………………………………………………………………… 83 Violencia psicológica……………………………… ……………………………… . 86 Acoso laboral………………………………………………………………………… 89 Discriminación negativa y mecani smos para sancionar la violencia…………..93 Conclusiones y recomendaciones……………………………………………… 95 Conclusiones generales…………………………………………………………… .96 Recomendaciones……………… …………………………………………………… 99 Acciones prácticas………………………………………………………………… ...99 Acciones estratégicas……………………………………………………………… 101 Fuentes…………………………………………………………………………… ...103 Anexos……………………………………………………………………………… 108 Anexo1. Cuesti onario……………………………………………………………… 109 Anexo 2. Conceptos cl ave………………………………………………………… 114 Anexo 3. Mar co legal……………………………………………………………… .130 3 Resumen La masiva incorporación de las mujeres al trabajo productivo ―antes una área prácticamente exclusiva del género masculino―, ha contribuido al desarrollo económico y al combate de la pobreza de las naciones; pero en la generalidad de los casos, el fenómeno no ha venido acompañado de cambios significativos en las construcciones culturales sobre los roles de mujeres y hombres ―específicamente en cuanto al rol productivo se refiere―, lo que trae consigo dificultades para conciliar la vida laboral con la familiar-personal. La tensión generada por la imposibilidad de compaginar de manera armónica el doble rol de las mujeres (productivo y reproductivo), es sin duda un problema no exclusivo de la mujer, sino de estas y de los hombres, que requiere políticas públicas que propi cien la igualdad de géneros. Por otra parte, la violencia es también un síntoma de la desigualdad y discriminación que se padece en el contexto de las relaciones laborales. Históricamente, la mujer ha sido vulnerable a la violencia en sociedades caracterizadas por la diferenciación de los roles y estereotipos de género, con una clara hegemonía masculina. Desde la perspectiva de género, pues, la violencia contra las mujeres es una manera de consolidar la dominación masculina. En el presente trabajo de investigación se exponen los resultados de un diagnóstico cuanti-cualitativo que sobre la problemática relativa a la conciliación entre vida laboral y familiar enfrentan las trabajadoras, en su relación con los hombres, en la Administración Pública Estatal de Si naloa (APE). Aquí se explora, además, la percepción que sobre la violencia laboral tiene el personal que se involucró en el estudio, a fin de detectar si existen grupos con mayor vulnerabilidad y exposición a la violencia laboral, todo ello desde la mirada de la Perspectiva de Género, un instrumento teórico que 4 permite identificar mejor las desigualdades en las relaciones de poder entre mujeres y hombres. SUMMARY The massive incorporation of the women to the productive work ―before a practically exclusive area of masculine gender― has contributed to the economic development and the combat of the poverty of the nations; but in the majority of the cases, the phenomenon has not come accompanied by significant changes in the cultural constructions on the rolls of women and men ―specifically as far as the productive roll one talks about―, which brings with himself difficulties to conciliate the labor life with the relative-personnel. The tension generated by the impossibility to arrange of harmonic way the double roll of the women (productive and reproductive), is without a doubt a nonexclusive problem of the woman, but of women and men, who require public policies that cause the sort equality. On the other hand, the violence is also a symptom of inequality and discrimination that is suffered in the context of the labor relationships. Historically, the woman has been vulnerable to the violence in societies characterized by a strong differentiation of the rolls and stereotypes of sort, with a clear masculine hegemony. From the point of view of gender, then, the violence against the women is a way to consolidate the masculine domination. In the present research, the results of a quanti-qualitative diagnosis that on the problematic one regarding the conciliation between labor and familiar life face the workers in their relation the men, in the State Public Administration (APE) of Sinaloa State are exposed. Here it is explored, in addition, the perception that on the labor violence has the personnel who became jumbled in the study, in order to detect if groups with greater vulnerability and exhibition to the labor violence exist, all this from the glance of the Perspective of Gender, a theoretical instrument that allows us to identify better the inequalities in the relations of being able between wo men and men. . 5 Introducción 6 Introducción La incorporación de las mujeres a la esfera de las actividades productivas remuneradas es un hecho indiscutido e irreversible. Los límites tradicionales sobre la vida de las mujeres, que habían propiciado notables asimetrías de género, en México y en sus entidades federativas parecen dar visos de iniciar una modificación. Ha sido un camino largo. La historia del siglo XX lo testimonia: desde la primera gran ola, como consecuenci a de los efectos de la primera guerra mundial que en Eur opa demandó fuer za de trabajo de mujeres preparadas para ser empleadas en bancos, negocios comerciales y oficinas públicas, luego del llamado a las armas para los varones, hasta las reivindicaciones para acceder a una educación superior (Anderson y Zinser, 2007), al control sobre su fecundidad, al ejercicio de actos simbólicos de apropiación del cuerpo a través de la moda, y la obtención del derecho a votar y ser votada, entre otras circunstancias. El fenómeno ha sido tan intenso, y sus consecuenci as tan profundas, que ha merecido la creación de áreas especializadas de las ciencias sociales que, bajo el denominador Estudios con Perspectiva de Género, se dedican a analizar, reflexionar y comprender las implicaciones sociales, económicas y culturales que repercuten en los nuevos roles de la mujer y del hombre en la sociedad contempor ánea. La noción de que el sexo es biológico y que el género es definido socialmente, amplificó las posibilidades de las disciplinas de los llamados estudios culturales en lo concerniente a la construcción social de lo femenino y lo masculino. Se trata de estudios que han permitido identificar las brechas de desigualdad de género, y le han dado articulación a los movimientos sociales que buscan r eivindicaciones femeni nas. 7 El concepto de género fue tomando forma hacia la segunda mitad del siglo veinte, para dar cuenta de las relaciones de desigualdad en que se encuentran las mujeres. Desde entonces, múltiples son los enfoques y líneas de investigación que se han desarrollado con perspectiva de género para mostrar las relaciones de subordinación y desigualdad en que se encuentran las mujeres; otros buscan comprender, desde la perspectiva del pasado remoto, la construcción androcentrista de la sociedad actual; algunos más intentan dilucidar los mecanismos de la desigualdad o las asimetrías entre los géneros, la feminización de los mercados laborales y el empoderamiento femenino, su papel en procesos de participación política o su activismo social y cultural. En Sinaloa, México, la producción de este tipo de estudios empieza a encontrar un estimulante aliento, auspiciados en buena medida por el Instituto Sinaloense de las Mujeres (ISMujeres) y el Instituto Nacional de las Mujeres (INMujeres). La investigación que aquí se presenta tiene esta orientación. Este documento ofrece los resultados de la investigación en torno a la problemática de conciliación entre vida laboral y familiar que enfrentan las trabajadoras, en su relación con los hombres, en la Administración Pública Estatal de Sinaloa (APE), además de su percepción sobre el grado de vulnerabilidad y exposición a la violencia laboral, como factores que inciden en desigualdad de oportunidades en el ámbito laboral. 8 Justificación 9 Justificación La presente investigación ―que se llevó a cabo entre trabajadores y trabajadoras de las oficinas del poder ejecutivo del gobierno del estado de Sinaloa― constituye una exploración sobre los mecanismos que emplean las trabajadoras y trabajadores al servicio del Estado para conciliar su mundo laboral con la esfera familiar, así como la necesidad de que existan instrumentos jurídicos y/o normativos que sirvan a estos propósitos. Del mismo modo se plasma la percepción sobre su exposición a algunas de las clases de violencia laboral, psicológica y sexual en el entorno laboral. Se parte de la idea de que la participación de la mujer en el mercado laboral es un hecho constatable. En el 50 por ciento de los hogares mexicanos hay al menos una mujer que trabaja y aporta ingresos al hogar; las mujeres representan 37.1 por ciento de la población económicamente activa en México (INEGI). Sin embargo, de acuerdo con un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la tasa de participación laboral femenina es aún inferior a la masculina y ésta disminuye cuando se trata de mujeres casadas, lo que demuestra que las responsabilidades familiares desincentivan la inserción laboral en el ámbito del trabajo remunerado (CEPAL, 2008). Además “hoy las mujeres comparten con los hombres el tiempo de trabajo remunerado, pero no se ha generado un proceso de cambio similar en la distribución de la carga de tareas domésticas. Tampoco se ha producido un aumento significativo en la provisión de servicios públicos en apoyo a estas tareas; ni se ha logrado reorganizar la vida social”, tal como señala el informe respectivo de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (OIT/PNUD, 2009) . Esto significa que a pesar de que la inserción de la mujer en el mercado laboral va cobrando cada vez más arraigo, aun persiste la idea de que ésta 10 debe continuar haciéndose cargo de las funciones a las que tradicionalmente ha estado li gada en relación con su r ol reproductivo. Es deci r, en la generalidad de los casos, las jefas de familia que trabajan “enfrentan la doble necesidad de obtener ingresos suficientes para sus familias y atender las responsabilidades del cuidado y crianza de sus hijos, e incluso de otros familiares mayores” (CONAPO, 2008). Si bien algunas de las características de esta división sexual de trabajo, basada absolutamente en los roles reproductivo/productivo, han ido modificándose en virtud de la inserción de la mujer en el mercado laboral o en la esfera pública,1 esta misma incorporación ha provocado nuevas clases de tensiones entre la dinámica del mundo laboral de las mujeres y su vida familiar. Como sostienen la OIT y el PNUD: Estas tensiones están generando altos costos para las mujeres, para las personas que requieren de cuidados, pero también para el crecimiento económico de los países, el buen funcionamiento del mercado de trabajo y la productividad de las empresas. Los resabios de la tradicional división sexual del trabajo se exacerban a falta de medidas efectivas para la conciliación entre los ámbitos laboral y familiar […] Pensar que el cuidado y el trabajo en el hogar es un asunto que compete sólo a las mujeres ha impedido que mejore su calidad de vida, ya que las familias se han transformado pero las expectativas hacia ellas permanecen inalteradas, a costa de su autonomía, desarrollo y bienestar (OIT/PNUD, 2009: 9-10). Esta investigación aborda las dinámicas y los efectos que implican el encuentro entre las esferas pública y privada en cuanto a las mujeres que trabajan: el llamado problema de la conciliación de la esfera laboral con la esfera familiar, y el sentimiento de exposición a la violencia que ello entraña, una forma de la violencia que, según algunas hipótesis, se aplica manifiesta o 1 Se refiere aquí la visión tradicional y paradigmática que impide que la mujer participe como sujeto económicamente activo. La aclaración vale porque hay quienes afirman que incluso en la esfera de lo público existe una división sexual del trabajo cuando, por ejemplo, se asignan exclusivamente a mujeres los puestos en que se reproducen funciones laborales análogas a las reproductivas: cuidar y mantener. 11 soterradamente, conciente o inconcientemente, para tratar de provocar un regreso al anterior estado de subordinación y exclusión de las mujeres. La violencia Otro de los factores restrictivos en el desarrollo laboral es el de la violencia. La violencia se practica en contextos de relaciones de desigualdad; es un instrumento para conseguir el poder y ejercer control. Históricamente, la mujer ha sido vulnerable a la violencia en sociedades caracterizadas por una fuerte diferenciación de los roles y estereotipos de género, con una clara hegemonía masculina. Desde la perspectiva de género, pues, la violencia contra las mujeres es una manera de consolidar la dominación masculina (Noguerias, 2004). A decir de Noemí Díaz Mar roquín, verticalidad, obediencia, disciplina, jerarquía, respeto, castigo, son elementos que sirven de base para regular las relaciones entre hombres y mujeres, que se convierten en un campo propicio para la aparición de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones: física, psicológica, sexual o económica (Díaz Marroquín). En la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la Mujer, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) define a esta clase de violencia como todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño físico, sexual y psicológico para la mujer, así como la amenaza de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada (ONU, 2003). En materia laboral, la violencia se define como “toda acción que manifieste abuso de poder […] por el empleador, personal jerárquico, o en quien sea delegada la función de mando, un tercero vinculado directa o 12 indirectamente a él, o quien tenga influencia de cualquier tipo sobre la superioridad. Esta acción es ejercida sobre el trabajador/a, atentando contra su dignidad, integridad física, sexual, psicológica o social, mediante amenazas, intimidación, maltrato, persecución, menosprecio, insultos, bromas sarcásticas reiteradas, discriminación negativa, desvalorización de la tarea realizada, imposición, acoso, acoso sexual, inequidad salarial, traslados compulsivos, entre otros. (INMujeres).2 En el ámbito de Sinaloa, el Artículo 15 de la Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el estado de Sinaloa, define a la violencia laboral como un acto o una omisión en abuso de poder que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima e impide su desarrollo y atenta contra la igualdad […] Puede consistir en un solo evento dañino o en una serie de eventos cuya suma produce el daño. También incluye el acoso o el hostigamiento sexual… Es relevante señalar que, en lo que respecta a esta Ley, el acto de violencia puede ser ejercido independientemente de la relación jerárquica. El mismo artículo establece algunos actos que constituyen violencia laboral: negativa ilegal a contratar a la víctima o a respetar su permanencia o condiciones generales de trabajo; la descalificación del trabajo realizado, amenazas, intimidación, humillaciones, explotación y todo tipo de discriminación por condición de género. La Ley incluye la exigencia o condicionante de certificados de no gravidez, así como para la obtención de un trabajo o el despido por motivos de embar azo. 2 Disponible en <http://www.inmujeres.gob.mx/dgpe/bol_osc/res/Kit_violencia_laboral.pdf> (Consultado el 30 de octubre de 2009). 13 Las gráficas siguientes muestran los incidentes violentos revelados por la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de los Hogares (ENDIREH), así como el lugar de Sinaloa en la tabla nacional: Sin incidentes 75.1% No especificado 0.2% Con incidentes 24.7% Fuente: ENDIREH (2006). De acuerdo con tales datos, el 24.7 por ciento de las mujeres encuestadas en Sinaloa afirmó haber sido víctima de alguna clase de violencia en el trabajo.3 En el contexto nacional, cuyo índice de violencia laboral contra las mujeres alcanza un 29.9 por ciento, Sinaloa se ubica 5.9 por ciento abajo de la media nacional. 37 37 36 36 .6 .1 .2 .1 33 33 32 31 31 .4 .0 .0 .5 .0 30 30 30 30 29 29 29 28 28 28 28 .4 .2 .1 .0 .9 .9 .1 .9 .9 .2 .2 27 27 26 26 26 25 25 25 25 2 24 .4 .1 .9 23 .3 .0 .9 .7 .2 .0 4. .1 .8 Qr Pu Ch Jal Q. BC Dg So Co M Ta M Gr Ag Na o. n. ah éx b. or. o. s. cio o. e. ih. . Ro o na . . l 19 .7 Ta Mi Na Tl DF Ve Hg Gt Oa Za NL Co SL Ca Si Ch Yu BC m ch y. ax r. o. o. x. c. l. P m n. is. c. S ps . p. . . Fuente: ENDIREH (2006). 3 Para efectos de esta encuesta, el concepto de violencia laboral se refiere a situaciones de discriminación, hostigamiento, acoso y abuso sexual, enfrentadas por la mujer entrevistada en el lugar donde trabajó durante los doce meses anteriores a la entrevista. 14 Antecedentes 15 Antecedentes Tradicionalmente ha imperado la noción de que la responsabilidad de la crianza de los hijos e hijas, el cuidado de un esposo o de personas enfermas, la alimentación y las actividades domésticas, son asuntos reservados a las mujeres. En contraparte, al hombre se le atribuye exclusivamente un rol productivo. En la creencia popular, pues, el hombre es quien debe hacerse cargo de los asunt os de la esfera públi ca, y la mujer de lo relativo a lo privado. En esta división, lo público se refiere a la esfera en que se produce el reconocimiento y ejercicio de los derechos, y lo privado se considera la esfera para la satisfacción de los intereses particulares de las personas y las familias. En estas definiciones, las mujeres quedaron excluidas de la asignación de derechos y prerrogativas para participar en las decisiones del Estado y los intercambios del mercado por derecho propio. En su lugar, a las mujeres se les asignó la salvaguarda interna del ámbito privado y familiar, quedando subordinadas a la autoridad masculina y con un estatus jurídico diferente al concedido a sus congéneres varones. El fundamento de esta explicación, según los padres de la Filosofía Política Moderna, es la diferencia en la naturaleza humana femenina, cuyas cualidades reproductivas la acercan al mundo de las emociones y el cuidado de la familia, distanciándola del mundo de la razón, el interés y el bienestar colectivo. Con base en estas explicaciones, las sociedades modernas han construido un imaginario que segmenta la participación de mujeres y hombres en la sociedad, afectando inequitativamente su acceso a las oportunidades. No obstante, esta división, como tantas otras, son el resultado de convenciones sociales históricas que hoy bajo la influencia de la perspectiva de género se ven cuestionadas (INMujeres, s/f: 7-9). 16 Esta asignación arbitraria de responsabilidades por género, es resultado de concepci ones que valoran lo masculino como superior y lo femenino como inferior, dando lugar a una asimetría social que se ha reforzado con el paso de los años mediante mecanismos sociales, económicos, culturares y jurídicos que perpetúan la desigualdad entre hombres y mujeres (Ibidem anterior, p 10). No obstante, en las últimas décadas la participación de la mujer en el mercado laboral ha crecido de forma masiva, lo que advierte una modificación de los roles de género culturalmente aprendidos y aprehendidos por hombres y mujeres como sujetos soci ales. Algunos datos estadísticos: Hay más de 100 millones de mujeres participando en el mercado laboral de América Latina y el Caribe, destaca el primer informe sobre Trabajo y Familia: hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social, elaborado para la región latinoamericana y caribeña, por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (OIT/PNUD, 2009) .4 Según el informe de la OIT y el PNUD, entre 1990 y 2008 la participación laboral femenina en el mercado de trabajo aumentó de 32 a 53 por ciento en América Latina y el Caribe, con efectos importantes en la generación de riqueza de los países, el bienestar de los hogares y la disminución de pobreza. En México, el 50.8 por ciento de la población son mujeres (54 millones, de 106.4 millones de personas), según el Consejo Nacional de Población (CONAPO). El número actual de mujeres duplica al de 1972, cuya cifra era de 4 El informe fue presentado en Ginebra por los directores regionales para América Latina y el Caribe del PNUD, Rebeca Grynspan, y de la OIT, Jean Maninat. También se realizó una mesa redonda en la que participaron Nilcéa Freire, Secretaria Especial de Políticas para las Mujeres (SPM) de Brasil; Max Puig, Secretario del Trabajo de la República Dominicana; Dagoberto Lima Godoy, Representante de los empleadores en el Consejo de Administración de la OIT de Brasil; y Julia Requena, Dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Disponible en <www.undp.org/spanish/publications/pdf/undp_ilo.pdf> (Consultado el 30 de octubre de 2009). 17 26.9 millones. En 1970, 46.4 por ciento de las mujeres tenía menos de 15 años y 48.6 por ciento estaba en una rango de edad que va de los 15 a los 64 años, mientras que en la actualidad las niñas y adolescentes representan 28.9 por ciento de la población femenina, y las jóvenes y adultas en edad laboral constituyen el 65.1 por ciento del total de féminas. La población femenina mayor de 12 años involucrada en actividades económicas se incrementó de 17.6 por ciento en 1970 a 35.4 por ciento. Un fenómeno similar es notorio respecto a los hogares mexicanos encabezados por mujeres: en 1976 el 13.5 por hogares estaban a car go de mujeres, mientras que recientemente lo están el 23.3 por ciento; es decir, poco más de la quinta parte de los hogares de México. Sobre la situación laboral de estas mujeres, la CONAPO estable que el 63.6 por ciento de ellas lo hacen como trabajadoras, y el 22.6 por ciento lo hace por cuenta propia. El estudio enfatiza, sin embargo, que hay un 11.2 por ciento que realiza actividades económi cas sin pago. Delimitación del objeto de estudio La situación económica, caracterizada por cambios en los patrones de consumo y pérdida del poder adquisitivo de algunos grupos sociales, hace necesario que otros miembros contribuyan con sus aportaciones al ingreso familiar. Según estudios de la CEPAL, la participación pecuniaria de las mujeres reduce considerablemente la pobreza y revierte la exclusión en los hogares. Sin embargo, según el informe supracitado de la OIT y el PNUD, la incorporación de las mujeres al trabajo ha puesto al descubierto la existencia de una rigidez en los papeles de género, la desvalorización de las labores domésticas y la percepción de que el cuidado familiar y del hogar no debe ser abandonado por las mujeres. También destaca que las 18 tensiones entre trabajo y familia y sus efectos sobre las perspectivas laborales de las mujeres, ponen sobre la mesa de discusión la cuestionable calidad de los empleos disponibles para muchas mujeres, que se ven forzadas a trabajar en la economía informal, o el que sus ingresos en trabajos remunerados sean 70 por ciento de los que reciben los hombres. “Pensar que el cuidado y el trabajo en el hogar es un asunto que compete sólo a las mujeres ha impedido que mejoren su calidad de vida”, dice el informe OIT/PNUD, y plantea que “el cuidado humano también es responsabili dad de los hombres”. Las tensiones entre vida laboral y familiar generan problemas de rendimiento, compromiso y estabilidad en los puestos de trabajo, detienen el progreso en materia de igualdad de género, y afectan la calidad de vida de las personas y de su entorno, lo cual redunda en un desaprovechamiento de la fuerza laboral. En ese sentido, el informe OIT/PNUD propone buscar fórmulas de conciliación de la vida laboral y familiar “con corresponsabilidad social, es decir que las tareas de cuidado sean compartidas entre hombres y mujeres, pero también entre el Estado, el mercado y las familias, así como por la sociedad en general”. Las dos agencias de la Organización de las Naciones Unidas proponen una serie de estrategias públicas y áreas de intervención, tanto legales como políticas y administrativas, que deberían ser emprendidas mediante acciones por parte del Estado, las empresas, los sindicatos, los individuos y diversas organizaciones sociales. El estudio también registra buenas prácticas en este campo, iniciativas gubernamentales, desde las empresas y desde el sector sindical, y destaca el importante papel de la negociación colectiva. 19 El problema no es menor. La tensión que el fenómeno está generando en los centros de trabajo y sobre todo en los entornos familiares, parece acrecentarse. Sus consecuenci as tampoco están muy claras, las cuales pueden tener implicaciones en rendimientos económicos y hasta en una sorda confrontación cultural entre los valores tradicionales y las nuevas prácticas sociales. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI, en el estado de Sinaloa un 1.24 por ciento de la población económicamente activa5 labora en el sector público, entre quienes 7,457 personas trabajan en la Administración Pública Estatal (APE), distribuidas a lo largo y ancho del estado, 62 por ciento de sexo masculino y 38 por ciento de sexo femenino. Objetivos de la investigación: El objetivo central de la presente investigación, y de la consulta cuyos resultados se exponen aquí, fue identificar la problemática relativa a la conciliación entre vida laboral y familiar que enfrentan las trabajadoras en su relación con los hombres, en la APE; además de conocer su percepción sobre el grado de vul nerabilidad y exposi ción a la violencia laboral, como factor es que inciden en desigual dades de oportunidades en el ámbi to laboral. De manera más específica, se buscaba responder a las siguientes preguntas: 1. ¿Existen brechas de desigualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en la APE, en el campo de conciliaci ón entre la vida familiar, profesional y personal, como factores que inciden en desigualdad de oportunidades en el campo laboral con respecto a los hombres? 5 De acuerdo con el Anuario Estadístico de Sinaloa, 2007, en la entidad hay 597 mil 996 contribuyentes, que son los considerados como personas económicamente activas en sector formal. 20 2. ¿Cuál es la percepción sobre vulnerabilidad y exposición a la violencia laboral de las mujeres trabajadoras de la APE, como factor que afecta el clima laboral y las relaciones de los mismos de las dependenci as gubernamentales? 3. ¿Existen políticas públicas, así como buenas prácticas, e iniciativas gubernamentales del Estado de Sinaloa, y desde el sector sindical, que favorezcan la conciliación trabajo-familia; así como para prevenir y eliminar las violencia? En suma, esta investigación trata de ofrecer un diagnóstico, a través de herramientas metodológicas confiables, cuyo resultado contribuya a aplicar políticas de transversalidad de género si así resulta necesario. Finalmente, es importante destacar que esta investigación pretende ahondar en uno de los aspectos resultantes del diagnóstico sobre la situación de la mujer en la Administración Pública Estatal de Sinaloa, realizada en 2008 por el ISMujeres, en el que se revisaron las dinámicas organizacionales y laborales de la APE desde la perspectiva de género, así como el nivel de empoderamiento de las mujeres que allí laboran. 21 Nota metodológica 22 Nota metodológica: La presente investigación tiene las características de un estudio de tipo transversal, y se inserta en la metodología que combina los tipos cuantitativo y cualitativo, realizada entre trabajadoras y trabajadores que laboran en oficinas de la Administración Públi ca Estatal de Sinaloa. La población objetivo son las mujeres y hombres adscritos a oficinas públicas, nivel central, de once secr etarías que confor man la APE, como: 1. Secretaría General de Gobierno; 2. Secretaría de Administración y Finanzas; 3. Secretaría de Planeación y Desarrollo; 4. Secretaría de Educaci ón Pública y Cultura; 5. Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca; 6. Secretaría de Comunicaciones y Obras Públ icas; 7. Secretaría de Seguridad Pública; 8. Secretaría de Desarrollo Económico; 9. Secretaría de Salud; 10. Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo; y 11. Secretaría de Turismo. Si bien la estructura de la APE es amplia, e incluso algunas de sus oficinas mantienen despachos descentralizados en los municipios de la entidad, el trabajo que aquí se trata se limitará a las trabajadoras que se encuentran en oficinas centrales de la citada APE. En primera instancia se procedió a evaluar la conciliación trabajo-familia y la exposición a la violencia, mediante una exploración inicial de tipo cualitativa, a través de observación de campo y entrevista a diez personas (seis mujeres y cuatro hombres).6 La selección de las personas entrevistadas fue 6 Ver Guía Básica de Entrevista en Anexo 1. 23 aleatoria y según la disponibilidad, con base en una guía temática elaborada previamente. El objetivo de las entrevistas consistió en obtener información sobre el objeto de investigación y definir las categorías y variables de análisis. A partir de los resultados de las entrevistas y la aplicación de un cuestionario «piloto», se hicieron adecuaciones a la batería de preguntas y variables que aparecían como redundantes y confusas a la hora de responder por los encuestados. Asimismo, los reactivos del cuestionario se estructuraron con base en la bibliografía consultada. En algunos casos, las preguntas fueron formuladas en tercera persona, a fin de animar a los trabajadores consultados a ofrecer respuestas concretas, espontáneas, sin temor ni pudor personal al tratar temas sensibles como el acoso y el hostigamiento, en función de otros individuos, sucesos o pr ocesos de su entor no laboral. Una vez definido el cuestionario final validado, este se aplicó mediante una muestra fundada en procedimientos aleatorios simples, a mujeres y hombres, por categoría y agrupados en dos segmentos (directivo-mandos medios y oper ativo-administrativo), entre el 29 de septiembre y el 16 de octubr e de 2009, en su propio lugar de trabajo, esto es, en las principales oficinas de las once secretar ías del gobierno del estado, en la ciudad de Culiacán, Sinaloa. Como resultado se obtuvieron respuestas de 365 empleados, lo que representa una muestra superior al 10 por ciento de la población total del universo elegido. En este, 135 de las personas encuestadas fueron hombres, mientras que 230 fueron mujeres; 291 de la totalidad de las encuestas fue aplicada a empleados que ocupan cargos operativos y administrativos, mientras que 74 lo fueron de los puestos di rectivos y mandos medi os. 24 Cuadro 0.1. Relativo de encuestas aplicadas a personal de la APE. Puesto Directivo-mando medio Operativoadministrativo Total general Hombre Mujer Total general 51.35 48.65 100.00 33.33 66.67 100.00 36.99 63.01 100.00 Fuente: elaboración propia. Para efectuar el análisis de algunos de los reactivos planteados en el cuestionari o, se consideró necesario crear variables adicionales a las de sexo y puesto. Ese fue el caso de la descripción sobre el tipo de hogar en el que viven los encuestados. La gr an mayoría de ellos, el 54.79 por ciento, declaró que vive en pareja y con hijos; el 5.2 por ciento son parejas sin hijos ni mayores dependientes. Las parejas que no tienen hijos, pero si mayores dependientes, representan el 1.36 por ciento, mientras que las parejas viviendo con sus padres son apenas el 0.82 por ciento. Los hombres y mujeres que viven solos alcanzan el 4.1 por ciento, y los empleados que viven únicamente con sus hijos son 15.61 por ciento. Los solteros que viven con sus padres llegan a los 18 puntos por centuales. Cuadro 0.2. Relativo de encuestas aplicadas a personal de la APE, por sexo y tipo de hogar. Sexo Hombre Total hombres Mujer Tipo de hogar Pareja con hijos Pareja sin hijos ni mayores dependientes Pareja sin hijos pero con mayores dependientes Pareja viviendo con los padres Solo (a)/ sin familia Solo(a)/ con hijos Soltero/a viviendo con sus padres Pareja con hijos Pareja sin hijos ni mayores dependientes Pareja sin hijos pero con mayores dependientes Pareja viviendo con los padres Solo(a)/ sin familia 25 Total 72.59 3.70 0.74 0.74 5.19 4.44 12.59 100.00 44.35 6.09 1.74 0.87 3.48 Solo(a)/ con hijos Soltero(a)/ viviendo con sus padres Total mujeres 22.17 21.30 100.00 Fuente: elaboración propia. Es notable la diferencia en las proporciones que existen entre mujeres que viven solas con sus hijos (22 por ciento) y hombres en la misma circunstancia (4.4 por ciento), lo que confirma que la mujer, a pesar de estar inmersa en el ámbito de lo público en razón de su trabajo, aun mantiene vigentes actos pr opios del rol reproductivo. Gráfica 0.1. Hombre Pareja con hijos 12.59% Pareja sin hijos ni mayores dependientes 4.44% 5.19% Pareja sin hijos pero con mayores dependientes 0.74% 0.74% Pareja viviendo con los padres 3.70% Solo (a)/ sin familia 72.59% Solo(a)/ con hijos Soltero/a viviendo con sus padres Fuente: elaboración propia. Gráfica 0.2. Mujer Pareja con hijos Pareja sin hijos ni mayores dependientes 21% Pareja sin hijos pero con mayores dependientes 45% Pareja viviendo con los padres Solo (a)/ sin familia 22% Solo(a)/ con hijos 3% 1% 6% Soltero/a viviendo con sus padres 2% Fuente: elaboración propia. 26 Como parte de los datos generales del estudio, se incluyeron solicitudes de información sobre hijos menores y mayores de 15 años, a fin de detectar si los efectos de esta variable inciden en la percepción que sobre problemas de conciliación trabajo-familia tiene alguno de los colectivos involucrados. Esta fue la distribución de los resultados: Cuadro 0.3. Con hijos menores de 15 años de edad Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No 63.16 43.30 48.89 41.67 47.42 46.52 47.40 Si 36.84 56.70 51.11 58.33 52.58 53.48 52.60 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Cuadro 0.4. Con hijos mayores de 15 años de edad Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Directivo-mando mMedio Operativo-administrativo Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No 36.84 55.67 50.37 63.89 73.20 71.74 63.84 Sí 63.16 44.33 49.63 36.11 26.80 28.26 36.16 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia En lo que respecta al estado civil de los consultados, como se ve en la tabla y en las gráficas siguientes, el porcentaje de hombres casados es notablemente mayor que el de las mujeres en las mismas circunstancias, incluso por encima de los promedios existentes en la población de la entidad. Cuadro 0.5. Sexo Casado Divorciado Soltero Unión Libre Viudo Total general Hombre 78.52 2.96 15.56 2.96 0.00 100.00 Mujer 52.17 4.78 39.13 2.61 1.30 100.00 Total general 61.92 4.11 30.41 2.74 0.82 100.00 Fuente: elaboración propia 27 Gráfica 0.3. Distribución por estado civil. Hombres 2.96 15.56 0.00 2.96 Casado Divorciado Soltero Union Libre Viudo 78.52 Fuente: elaboración propia. Gráfica 0.4. Distribución por estado civil. Mujeres 2.61 1.30 Casada 39.13 Divorciada Soltera 52.17 Union Libre Viuda 4.78 Fuente: elaboración propia. Analizado desde las teorías de género, este hecho podría resultar ilustrativo. En este caso, como seguramente ocurre en la mayoría de los ámbitos del trabajo, la plantilla laboral no reproduce fielmente las condiciones 28 de la escala sociodemográfica, sino que más bien revela patrones culturales relacionados con las esferas trabajo-familia y la distribución de los roles: en el imaginario colectivo parece corresponder al hombre cubrir las necesidades que se desprenden del rol productivo, por lo que ha de mantener su posición en puestos de trabajo. En muchos casos, mujeres que se desempeñan en el ámbito productivo abandonan sus empleos para dedicar su atención al cumplimiento de funci ones del rol reproductivo. En todo caso, sería interesante conocer el modo en que la composición de la plantilla laboral se ha modificado en lo que respecta al campo del estado civil, a fin de ofrecer nuevos elementos para diagnosticar el nivel de empoderamiento de la mujer, en función de precisar si el índice de mujeres casadas a umenta o disminuye, en el contexto de la APE. Finalmente, con el objeto de revisar si el estatus laboral de la pareja de los encuestados tiene o no efectos sobre la armonía entre la vida laboral y la familiar, se optó por incluir este dato para efectuar con él un cruce de información. Cuadro 0.5. Si tiene pareja señale su sit uación laboral Sexo Hombre Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total Hombre Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total Mujer Total general Fuente: elaboración propia. Trabaja Trabaja Trabajan sólo el sólo la los dos hombre mujer 41.94 0.00 58.06 39.19 0.00 60.81 40.00 0.00 60.00 0.00 0.00 100.00 0.00 4.17 95.83 0.00 3.45 96.55 19.00 1.81 79.19 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Del total de personas encuestadas que af irmaron vivir en pareja, el 79.19 por ciento aseguró que ambos cónyuges trabajan. En el caso de los encuestados de sexo masculino, el 40.95 por ciento afirmó que trabaja sólo el hombre, mientras que por el lado de las mujeres se dijo que únicamente en el 3.45 por ciento de los casos trabajaba sólo la mujer. Explicado de otra forma: 29 mientras que en el caso de los hombres el 60 por ciento de sus parejas también trabajan, en el de las mujeres lo hace prácticamente la totalidad de sus compañeros, el 96.55 por ciento. El dato confirma que el rol productivo sigue recayendo pr eponderantemente en el género masculino. Capítulo I Género, trabajo, familia, conciliación 30 Capítulo I. Género, trabajo, familia, conciliación I.1. El concepto de género La idea básica del concepto de género está fundada en la definición de la diferencia entre sexo y género, es decir, en la afirmación de que lo femenino y lo masculino no sólo obedecen a un patrón biológico, sino que se trata, en todo caso, de una construcción social, cultural e histórica (Stoller, 1968). Como afirma Marta Lamas (1996: 1-2) “La identidad no la determina el sexo biológico 31 sino el hecho de haber vivido desde el nacimiento las experiencias, ritos y costumbres atribuidos a cierto género”. Algunos han concluido que, infortunadamente, “la estructuración del género llega a convertirse en un hecho social de tanta fuerza que inclusive se piensa como natural; lo mismo pasa con ciertas capacidades o habilidades I.1. El concepto de género Capítulo I. Género, trabajo, familia, conciliación I.1. El concepto de género La idea básica del concepto de género está fundada en la definición de la diferencia entre sexo y género, es decir, en la afirmación de que lo femenino y lo masculino no sólo obedecen a un patrón biológico, sino que se trata, en todo caso, de una construcción social, cultural e histórica (Stoller, 1968). Como afirma Marta Lamas (1996: 1-2) “La identidad no la determina el sexo biológico sino el hecho de haber vivido desde el nacimiento las experiencias, ritos y costumbres atribuidos a cierto género”. Algunos han concluido que, infortunadamente, “la estructuración del género llega a convertirse en un hecho social de tanta fuerza que inclusive se piensa como natural; lo mismo pasa con ciertas capacidades o habilidades supuestamente biológicas, que son construidas y promovidas social y culturalmente” (Lamas, 1996: 2). Trabajos como los de Pierre Bourdieu (2000) pusieron el énfasis en aspectos de la histórica dominación masculina y la construcción androcentrista del mundo, que dieron lugar a estudios más localizados sobre la cultura patriarcal, la subordinación social de las mujeres (Rubin), así como la profundización en los conceptos Rol productivo, Rol reproductivo, Esfera privada y Esfera pública, es decir, la definición de una nueva dimensión en el análisis de la división sexual del trabajo. 32 De acuerdo con esto, a los hombres y a las mujeres por tradición se les han asignado roles estereotipados que han determinado su participación social y su lugar en el mundo: El papel (rol) de género se configura con el conjunto de normas y prescripciones que dictan la sociedad y la cultura sobre el comportamiento femenino o masculino. Aunque hay variantes de acuerdo con la cultura, la clase social, el grupo étnico y hasta el estrato generacional de las personas, se puede sostener una división básica que corresponde a la división sexual del trabajo más primitiva: las mujeres paren a los hijos y, por lo tanto, los cuidan: ergo, lo femenino es lo maternal, lo doméstico, contrapuesto con lo masculino como lo público. La dicotomía masculino-femenino, con sus variantes culturales (del tipo el yang y el yin), establece estereotipos, las más de las veces rígidos, que condicionan los papeles y limitan las potencialidades humanas de las personas al estimular o reprimir los comportamientos en función de su adecuación al género (Lamas, 1996: 2). En la imaginería de esta división, las características que corresponden a los hombres están directamente relacionadas con el espacio público, mientras que las mujeres están asociadas al ámbito privado: el hombre puede desenvolverse libremente en el campo de lo político, y la mujer debe estar sometida exclusivamente al espacio doméstico, al hogar. En tanto valores opuestos, al varón se le i dentifica con el desarrollo de la razón, y a la mujer con el del sentimiento. En otras palabras, al hombre se le ha asignado estereotípicamente dar cumplimiento a un Rol productivo, desarrollado a través de actividades en la esfera pública que l e generan ingresos, reconocimiento y poder, y a la mujer se le fijó con la satisfacción del Rol reproductivo, que son aquell as actividades que se desarrollan en la esfera privada, relacionadas con la crianza y la educación de los hijos, el mantenimiento de l a vivienda y el bienestar general de la familia, entre otras. I.2. Trabajo 33 El trabajo es una de las actividades humanas más estudiadas, desde enfoques variopintos. El trabajo es un derecho y un deber sociales. No es artículo de comercio, exige respeto para las libertades de quien lo presta y debe efectuarse en condiciones que aseguren la vida, la salud y un nivel económico decoroso para el trabajador y su familia. “No podrá establecerse distinciones entre los trabajadores por motivos de raza, sexo, edad, cr edo religioso, doctrina política o condición social (Ley Federal del Trabajo, 1970: 1). 7 La descripción anterior alude al trabajo productivo. Sin embargo, se ha reconocido en la calidad de trabajo a otro conjunto de labores, algunas de las cuales ni siquiera son remuneradas. De las diversas conceptualizaciones que existen, se eligió explorar, para los propósitos de este análisis, las siguientes categorizaciones del trabajo alterno al llamado trabajo productivo: Trabajo de subsistencia Son las actividades que realizan las mujeres, dentro y fuera del hogar, como forma de paliar las carencias y mantener cierto nivel de bienestar de sus familias. Se les denomina estrategias de sobrevivencia, en las que las mujeres han puesto toda su inventiva y esfuerzos, sin mayor reconocimiento ni valoración social y económica (Castillo y Morales, 2006: 62). Trabajo doméstico Se refiere al trabajo doméstico no remunerado cumplido por las/los integrantes del hogar, y al trabajo doméstico remunerado, el cual ocupa una parte importante del empleo femenino. Las tareas del trabajo doméstico pueden variar según la sociedad de que se tr ate, de factores culturales y de la situación socioeconómica de quienes lo realizan. Incluye las típicas tareas de hacer las compras de bienes y servicios para el hogar, cocinar, limpiar la casa, lavar, planchar la ropa, cuidar del huerto familiar y animales de corral, acarrear agua 7 Reformada el 17 de enero de 2006. 34 en las zonas rurales y urbanas, acarrear leña en las zonas rurales, así como la administración de los recursos y distribución de tareas. También incluye las gestiones fuera del hogar, como pagar cuentas, realizar trámites, desplazamientos y tiempos para llevar a la prole a la escuela, al doctor, al hospital, a los lugares de recreación y deporte (Castillo y Morales, 2006: 62) . Trabajo de cuidados familiares Son las relaciones y tareas de cuidar las necesidades fisiológicas, sociales, afectivas y médicas de niños y niñas, de una persona adulta ―enferma o anciana― dependiente, para el bienestar de su vida cotidiana. Si bien es un trabajo material, también implica aspectos afectivos y emocionales. Esta actividad de cuidado puede ser realizada por la familia o delegada a otras personas ajenas, remuneradas o no ( Castillo y Morales, 2006: 62). Trabajo voluntario o al servicio de la comunidad Recibe distintas denominaciones, como trabajo altruista, trabajo voluntario, trabajo gratuito, trabajo al servicio de la comunidad. Supone aportaciones en tiempo que comprenden ―como el trabajo doméstico― una amplia gama de actividades dentro de lo que se ha llamado tercer sector o sector filantrópico. Se considera trabajo voluntario el que se presta a los no familiares, a través de una organización, ya sea laica o religiosa. Puede comprender actividades similares a las que se prestan en el sector mercantil y otras que pueden asimilarse a las actividades domésticas o de cuidado, que se hacen en todos los casos sin remuneración (Castillo y Morales, 2006: 62) . El Trabajo decente Volviendo a la esfera del trabajo productivo, en un intento por comprender, describir y conceptualizar a las labores productivas en circunstancias idóneas, la OIT acuñó el concepto de trabajo decente, cuya acepción implica a las labores productivas en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana, en el que los derechos son protegidos, y que cuenta con 35 remuneración adecuada y protección social. Se complementa con cuatro objetivos estratégicos que son: a) la promoción de los derechos l aborales; b) la promoción del empleo; c) la protección social contra las situaciones de vulnerabilidad; y d) el fomento del di álogo social. En resumen, el trabajo decente tiene las siguientes características: trabajo productivo y seguro, con respeto a los derechos laborales, con ingresos adecuados y protección social, con diálogo social, libertad sindical, negociación colectiva y participación (OIT). I.3. La familia De acuerdo con la CEPAL (2008), el modelo de la familia está cambiando en su composición y funcionamiento. Es posible notar ahora un marcado crecimiento en los hogares monoparentales, así como una disminución en el tamaño promedio de la familia y la existencia recurrente de dos o más proveedores de ingreso viviendo en el mismo hogar. Esa modificación en la composición de las familias, aunado a la división del trabajo laboral/familiar basada en construcciones culturales del género, evidencia que la mujer se ha incorporado al trabajo productivo remunerado pero no en las mismas condiciones que los hombres, generando así una doble jornada y sobr ecarga de trabajo para las mujeres. No se diga de las mujeres que se desempeñan como jefas del hogar. En el documento denominado Babies and Bosses. Reconciling work and family life, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se analiza la manera en que las familias de tres países distintos contribuyen a equilibrar su vida laboral y familiar. De sus conclusiones se advierte que el trabajo y la vida familiar no son mutuamente excluyentes y hasta pueden tener una correlación positiva. Pero, para que esto suceda, es necesario 36 reconocer la importancia de dicha interrelación, tanto en el ámbito laboral como familiar, pero sobre todo en el diseño de políticas públicas (OCDE, 2002).8 I.4 Conciliación. La conciliación de la vida laboral, personal y familiar es la búsqueda del equilibrio entre las necesidades del ámbito familiar, personal y profesional de las personas (Glosario Aurreratu). El de la conciliación es un modelo en el que se han basado algunos de los estudios que han realizado organismos como la OCDE en 2002, en el que se analizó la intersección entre familia y organización laboral en países como Australia, Dinamarca y Holanda, los que ha realizado la OIT sobre conciliación entre trabajo y familia en diversos países de América Latina desde 2004, o el que a escala nacional realizó la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) del Gobierno de México, denominado Conciliación Vida Laboral/Vida Familiar para lograr igualdad de oportunidades en el ámbi to laboral. Entre los componentes que integran el fenómeno de la conciliación, atrae el interés, para propósitos de esta investigación, el concepto Uso del tiempo, consistente en el conocimiento sobre la distribución del tiempo que hacen los sujetos de esta investigación en cuanto a actividades productivas remuneradas, al trabajo doméstico, a los cuidados personales y al modo en que consumen el tiempo libre, de acuerdo con las categorías establecidas por el INEGI. 8 Disponible en <http:www.ocdmexico.org.mx> (Consultada el 30 de octubre de 2009). 37 Capítulo II Conciliación trabajo-familia en la administración pública estatal. 38 Capítulo II. Conciliación trabajo-familia en la administración pública estatal. II. 1. Una d imensión del problema Los resultados de la encuesta realizada en la APE arrojan que la conciliación entre trabajo y familia es un aspecto que no se percibe como problema por las personas consultadas en las oficinas de gobierno. A la pregunta: ¿Considera que usted t iene problemas par a conciliar o equilibrar su vida laboral con su v ida familiar?, la mayoría (86.58 por ciento) respondió no tenerlos, mientras que el 6.58 por ciento dijo no saber si los tiene. Solamente el 6.85 por ciento de los encuestados afirmó que si padece dificultades para conciliar ambas esferas (ver cuadro 2.1). No obstante esta aparente baja percepción de la magnitud del fenómeno, es posible distinguir que las mujeres son las que más lo reconocen: el porcentaje de mujeres que afirmaron tener problemas de conciliación fue del 9.13 por ciento, mientras que el de los hombres fue de 2.96 por ciento. En el nivel puesto de mujeres y hombres, la mayor manifestación de dificultades de conciliación se ubica entre las mujeres con cargos Directivomandos medios. Se trata del mismo segmento en donde fue más recurrente la respuesta “no sabe”. Cuadro 2.1. ¿Considera que usted tiene problemas para conciliar o equilibrar su vida laboral con su vida familiar? Sexo Puesto No 39 No sabe/ Sí Total general no contestó Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general 86.84 91.75 90.37 77.78 85.57 84.35 86.58 7.89 6.19 6.67 5.56 6.70 6.52 6.58 5.26 2.06 2.96 16.67 7.73 9.13 6.85 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. El análisis a la misma pregunta con la variable Estado civil, arroja que el segmento de hombres divorciados y el de mujeres en unión libre es el de quienes admiten enfrentar mayores complicaciones, seguidas por el grupo de mujeres casadas y mujeres divorciadas. Es posible apreciar que mientras el 12.5 por ciento de las mujeres casadas afirman tener problemas de conciliación, el porcentaje de los hombres con el mismo estado civil que opinaron en igual sentido apenas si llega al 2.83 por ciento. En cambio, ninguno de los hombres solteros admitió tener apuros provocados por falta de conciliación. (Cuadro 2.2). Cuadro 2.2. ¿Considera que usted tiene problemas para conciliar o equilibrar su vida laboral con su vida familiar? Sexo Hombre Total hombres Mujer Total mujeres Total general Estado civil Casado Divorciado Soltero Unión libre Casada Divorciada Soltera Unión libre Viuda No 91.51 50.00 90.48 100.00 90.37 80.83 72.73 91.11 66.67 100.00 84.35 86.58 No sabe/ No contestó 5.66 25.00 9.52 0.00 6.67 6.67 18.18 5.56 0.00 0.00 6.52 6.58 Sí Total general 2.83 25.00 0.00 0.00 2.96 12.50 9.09 3.33 33.33 0.00 9.13 6.85 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. La situación cambia en los resultados por tipo de hogar. Aunque solamente el 12.75 por ciento de las mujeres que viven en pareja y tienen hijos afirmaron enfrentar dificultades de concili ación, es uno de los grupos con mayor incidencia en el reconocimiento del problema. 40 En cambio las mujeres y los hombres que viven solos con sus hijos admiten no tener mayores conflictos: cada uno de los hombres que cumplen con estas características aseguraron que no tienen ningún problema, mientras que apenas el 5.88 por ciento de las mujeres que viven solas con sus hijos afirmaron padecerl os. Es llamativo el hecho de que algunos consultados de los grupos solteras viviendo con sus padres, mujeres viviendo en pareja sin hijos ni mayores dependientes (que, además fue el que registró el más alto índice) e incluso el de hombres viviendo solos, sin familia, afirmen la existencia del fenómeno, lo que abre la posibilidad ―si bien en una medida mínima― de la ampliación de los límites del problema no solamente hasta la esfera familiar, sino también en la personal. (Cuadro 2.3). Cuadro 2.3. ¿Considera que usted tiene problemas para conciliar o equilibrar su vida laboral con su vida familiar? No sabe/ Sí no contestó Hombre Pareja con hijos 89.80 7.14 3.06 Pareja sin hijos ni mayores dependientes 100.00 0.00 0.00 Pareja sin hijos pero con mayores dependientes 100.00 0.00 0.00 Pareja viviendo con los padres 100.00 0.00 0.00 Solo (a)/ sin familia 85.71 0.00 14.29 Solo(a)/ con hijos 100.00 0.00 0.00 Soltero/a viviendo con sus padres 88.24 11.76 0.00 Total hombres 90.37 6.67 2.96 Mujer Pareja con hijos 79.41 7.84 12.75 Pareja sin hijos ni mayores dependientes 78.57 0.00 21.43 Pareja sin hijos pero con mayores dependientes 100.00 0.00 0.00 Pareja viviendo con los padres 100.00 0.00 0.00 Solo (a)/ sin familia 100.00 0.00 0.00 Solo(a)/ con hijos 90.20 3.92 5.88 Soltero/a viviendo con sus padres 85.71 10.20 4.08 Total mujeres 84.35 6.52 9.13 Total general 86.58 6.58 6.85 Sexo Tipo de hogar No Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Los bajos porcentajes de reconocimiento del conflicto bien pueden derivarse de problemas de comprensión del concepto y no de la inexistencia del fenómeno. El estudio y la definición de esta materia no han terminado de 41 trascender los ámbitos académicos. Debido a ello fue que la pregunta se formuló de modo tal que ofreciera información descriptiva del fenómeno: ¿Considera que usted ti ene problemas para conciliar o equilibrar su vida laboral con su vida familiar? II.2. Conciliación, la problemática principal Para contrastar los resultados de la pregunta expresa en el cuadro anterior (2.3), se sometió a la consideración de los encuestados una serie de supuestos mediante los que se plantearon algunas situaciones prácticas relacionadas con dificultades de conciliación. Los datos que arrojó esta batería de reactivos difieren de los resultados anteriores, en los que los encuestados afirmaron padecer pocos problemas de concil iación. Centrados en el grupo de mujeres y hombres con hijos menores de 15 años, se obtuvo que el reconocimiento directo al problema de conciliación fue más alto en los hombres: un 26.09 por ciento reconoce que se llega tarde a casa y apenas se puede hacer vida familiar; un 31.88 por ciento considera que le falta tiempo para dedicarse a lo que se qui era. En el grupo de mujeres con hijos menores de 15 años, es donde más se manifiestan los problemas de falta de guarderías con horarios y precios razonables (26.83 por ciento) y que no se acople el horario de las escuelas/guar derías con el del trabajo (22.61 por ciento). La jornada de trabajo Trátese de horario corrido o de turnos quebrados, el 57.78 por ciento de los hombres y el 54.35 por ciento de las mujeres dijeron que el modo en que está organizada la jornada laboral en nada les perjudica. Por otro lado, el 10.44 por ciento de las mujeres afirmaron que los horarios laborales les afectan entre mucho y bastante; el 11.11 por ciento de los hombres se manifestó en ese mismo sentido (cuadro 2.4). 42 Cuadro 2.4. Qué tanto le afecta el tipo de jornada laboral (turno continuo o discontinuo). Sexo Hombre Total hombres Mujer Con hijos menores de 15 años No Si No Si Total mujeres Total general Bastante Mucho 1.52 14.49 8.15 2.80 4.07 3.48 5.21 1.52 4.35 2.96 3.74 9.76 6.96 5.48 sabe/ Nada noNo contestó Poco Total general 69.70 46.38 57.78 57.94 51.22 54.35 55.62 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 4.55 5.80 5.19 3.74 7.32 5.65 5.48 22.73 28.99 25.93 31.78 27.64 29.57 28.22 Fuente: elaboración propia. Falta de flexibilidad en los horarios Respecto a la falta de flexibilidad en los horarios de entrada y salida, las mujeres manifestaron mayor afectaci ón: el 6.66 por ciento de los hombres aceptaron sentirse entre mucho y bastante afectados, mientras que el 14.35 por ciento de las mujeres se expresó en ese sentido. El problema se reconoce en baja proporción en el 22.2 por ciento de los hombres y en el 26 por ciento de las mujeres (cuadro 2.5). Cuadro 2.5. Falta de flexibilidad en los horarios de entrada y salida. No sabe/ Con hijos Total Sexo Bastante Mucho Nada no Poco Men_15 general contestó Hombre No 0.00 1.52 63.64 9.09 25.76 100.00 Si 7.25 4.35 63.77 5.80 18.84 100.00 Total hombres 3.70 2.96 63.70 7.41 22.22 100.00 Mujer No 5.61 4.67 58.88 2.80 28.04 100.00 Si 8.13 9.76 52.85 4.88 24.39 100.00 Total mujeres 6.96 7.39 55.65 3.91 26.09 100.00 Total general 5.75 5.75 58.63 5.21 24.66 100.00 Fuente: elaboración propia. La gran cantidad de horas que se pasa en el trabajo La gran cantidad de horas que se pasa en el trabajo afecta al 13.3 por ciento de los hombres y al 16.1 por ciento de las mujeres. De nueva cuenta, los entrevistados dijeron sentirse poco afectados ―pero afectados al fin― por esta 43 situación: en un 28.8 por ciento para el caso de los hombres, y en un 39.3 por ciento para las mujeres (cuadro 2.6). Cuadro 2.6. La gran cantidad de horas que se pasa en Con hijos No sabe/ Sexo Bastante Mucho Nada Men_15 no contestó Hombre No 4.55 1.52 60.61 4.55 Si 15.94 4.35 46.38 4.35 Total hombres 10.37 2.96 53.33 4.44 Mujer No 9.35 2.80 47.66 2.80 Si 7.38 12.30 36.07 3.28 Total mujeres 8.30 7.86 41.48 3.06 Total general 9.07 6.04 45.88 3.57 el trabajo 28.79 28.99 Total general 100.00 100.00 28.89 37.38 40.98 39.30 35.44 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Poco Fuente: elaboración propia. Se llega tarde a casa y ap enas se puede hacer vid a familiar El hecho de llegar a casa muy tarde, por lo que apenas se puede hacer vida familiar, es un problema reconocido en los niveles mucho y bastante por el 22.97 por ciento de los hombres y por el 20.44 por ciento de las mujeres. Los niveles de poca afectación se manifestaron en el 27.1 por ciento de los hombres y en el 32.6 por ciento de las mujeres (cuadro 2.7) . Cuadro 2.7. Se llega a casa muy t arde y apenas se p uede hacer vida familiar Con hijos No sabe/ Total Sexo Bastante Mucho Nada Poco Men_15 no contestó general Hombre No 6.06 3.03 51.52 9.09 30.30 100.00 Si 26.09 10.14 36.23 2.90 24.64 100.00 16.30 6.67 43.70 5.93 27.41 100.00 Total hombres Mujer No 6.54 7.48 50.47 2.80 32.71 100.00 Si 12.20 13.82 36.59 4.88 32.52 100.00 Total mujeres 9.57 10.87 43.04 3.91 32.61 100.00 Total general 12.05 9.32 43.29 4.66 30.68 100.00 Fuente: elaboración propia. Falta de guarderías con horarios y precios razonables La falta de guarderías con horarios y precios razonables es un problema que preocupa entre mucho y bastante al 8.89 por ciento de los hombres y al 18.6 por ciento de las mujeres. La diferencia de 10 puntos entre ambos grupos da 44 cuenta de la distribución cultural asimétrica de los roles sociales: a la mujer se le asigna la responsabilidad por el cuidado de familiares. Este hecho es aun más notorio si se comparan los resultados entre los hombres y las mujeres con hijos menores de quince años: el 26.83 por ciento de las mujeres con hijos menores de 15 años dijeron sentirse mucho y bastante afectadas por este hecho, contra el 15.95 de los hombres que se encuentran en las mismas condiciones (cuadro 2.8) Cuadro 2.8. Falta de guarderías con Con hijos Sexo Bastante Mucho Men_15 Hombre No 1.52 0.00 Si 8.70 7.25 5.19 3.70 Total hombres Mujer No 2.80 6.54 Si 11.38 15.45 Total mujeres 7.39 11.30 Total general 6.58 8.49 horarios y precios razonables Nada 71.21 53.62 62.22 59.81 52.03 55.65 58.08 No sabe/ no contestó 21.21 5.80 13.33 18.69 4.88 11.30 12.05 Poco 6.06 24.64 15.56 12.15 16.26 14.35 14.79 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Falta de tiempo libre para dedicarlo a lo que se quiera Respecto a l a falta de tiempo libre para dedicarlo a lo que se quiera, el 23.7 por ciento de los hombres dijo que le concernía entre mucho y bastante. Para las mujeres la incidencia es mayor: el 29.4 por ciento. Solamente el 37.25 por ciento de las mujeres entrevistadas aseguraron que la falta de tiempo libre no representa dificultad para ellas (cuadro 2.9). Cuadro 2.9. Falta de tiempo libre Con hijos Sexo Bastante Mucho Men_15 Hombre No 9.09 3.03 Si 31.88 2.90 Total hombres 20.74 2.96 Mujer No 8.41 6.54 Si 18.70 14.63 Total mujeres 13.91 10.87 Total general 16.44 7.95 para dedicarlo a lo que se quiera Nada 53.03 36.23 44.44 42.99 35.77 39.13 41.10 No sabe/ no contestó 10.61 2.90 6.67 8.41 5.69 6.96 6.85 Poco 24.24 26.09 25.19 33.64 25.20 29.13 27.67 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Que no se acople el horario de las escuelas/guarderías con el trabajo 45 De nueva cuenta, un tópico vinculado con el rol reproductivo destaca entre el grupo de mujeres entrevistadas con respecto al de los hombres: el hecho de que no se acople el horario de las escuelas y/o guarderías con el del trabajo afecta al 22.61 por ciento de las mujeres, contra el 11.12 por ciento de los hombres que se expresaron en ese mismo sentido. La proporción de los que les afecta poco este problema es similar en los dos grupos, alcanzando los 18 puntos. Al hacer el análisis del tópico de hombres y mujeres con hijos menores de 15 años, se obtiene que el 34.15 por ciento de los mujeres afirmaron enfrentar entre mucho y bastante problema; los hombres en esas circunstancias llegan a los 17 puntos. (Cuadro 2.10) . Cuadro 2.10. Que no se acople el horario de las escuelas/guarderías con el trabajo Sexo Hombre Con hijos Men_15 No Si Total hombres Mujer No Si Total mujeres Total general Bastante Mucho 0.00 11.59 5.93 4.67 16.26 10.87 9.04 4.55 5.80 5.19 4.67 17.89 11.74 9.32 Nada 66.67 50.72 58.52 65.42 35.77 49.57 52.88 No sabe/ no contestó 22.73 1.45 11.85 16.82 2.44 9.13 10.14 Poco 6.06 30.43 18.52 8.41 27.64 18.70 18.63 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Que trabaje también mi pareja El hecho de que también trabaje la pareja de los encuestados, parece ser un tema que no les inquieta bastante. De la suma de los resultados de las columnas mucho y bastante se obtienen los resultados siguientes: 6.95 por ciento para hombr es, y 6.67 por ciento para mujeres (cuadro 2.11). Cuadro 2.11. Que trabaje también mi pareja Con hijos No sabe/ Sexo Bastante Mucho Nada Poco Men_15 no contestó Hombre No 1.52 1.52 63.64 24.24 9.09 Si 10.14 0.00 47.83 10.14 31.88 Total hombres 5.93 0.74 55.56 17.04 20.74 Mujer No 2.80 1.87 62.62 17.76 14.95 Si 4.88 4.07 57.72 11.38 21.95 Total mujeres 3.91 3.04 60.00 14.35 18.70 Total general 4.66 2.19 58.36 15.34 19.45 46 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Como es visible, en términos generales algunos aspectos vi nculados con la conciliación entre los ámbitos familia y trabajo parecen afectar a los encuestados en una proporción mayor de lo que respondieron a la pregunta expresa de si tenían problemas para conciliar estos campos. II.3 Acciones que favorecen o limitan la conciliació n En la misma idea se pidió a los encuestados que respondieran a cuestiones que describen la operación de reglas tácitas o explícitas en su relación con la oficina de la que dependen y si tuaciones del ámbito familiar. Permisos A la pregunta ¿Ha pedido permiso adicional a los que establece la Ley en caso de maternidad o paternidad?, el 17.78 por ciento de los hombres y el 21.05 por ciento de las mujeres respondieron que rara vez, mientras que el 4.39 por ciento de las mujeres y el 0.74 por ciento de los hombres afirmaron haberlo hecho en la generalidad de los casos (cuadro 2.12). Cuadro 2.12. ¿Ha pedido permiso adicional a los que establece la Ley en caso de maternidad o paternidad? Sexo Puesto Generalmente Directivo-mando medio Operativo-administrativo 0.00 1.03 0.74 5.71 4.15 4.39 3.03 Total hombres Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No sabe/ no contestó 2.63 5.15 4.44 5.71 4.15 4.39 4.41 Nunca Rara vez 81.58 75.26 77.04 74.29 69.43 70.18 72.73 15.79 18.56 17.78 14.29 22.28 21.05 19.83 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. El 60.74 por ciento de los hombres encuestados respondieron que generalmente, en su dependencia, se otorga autorización para atender asuntos de familia; las mujeres asegur aron lo mismo en el 63 por ciento de los casos. El 8.89 por ciento de los hombres y el 6.09 por ciento de las mujeres dijeron que en su dependenci a nunca se les da un per miso para esos fines (cuadro 2.13). 47 Cuadro 2.13. ¿En mi dependencia se otorga autorización para atender asuntos familiares? Sexo Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Generalmente 65.79 58.76 60.74 63.89 62.89 63.04 62.19 No sabe/ no contestó 2.63 8.25 6.67 2.78 3.09 3.04 4.38 Nunca Rara vez 7.89 9.28 8.89 2.78 6.70 6.09 7.12 23.68 23.71 23.70 30.56 27.32 27.83 26.30 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. El 56.99 por ciento del total de los encuestados afirmó que en su oficina nunca se co nsidera negativo solicitar permiso para atender asuntos famil iares o personales. En cambio, el 9.59 por ciento de los encuestados dijo que, en su experiencia, es algo que ocurre generalmente. Es notable que el segmento de mujeres en puestos operativo-administrativos destaque la percepción de que en su oficina se considera negativo solicitar tales permisos. Cuadro 2.14. ¿En mi dependencia se co nsidera negativo solicitar permiso para atender asuntos familiares o personales? Sexo Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Generalmente 5.26 5.15 5.19 5.56 13.40 12.17 9.59 No sabe/ no contestó 5.26 5.15 5.19 5.56 4.64 4.78 4.93 Nunca Rara vez 57.89 63.92 62.22 50.00 54.64 53.91 56.99 31.58 25.77 27.41 38.89 27.32 29.13 28.49 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Horarios Respecto de si la jornada de trabajo se prolonga más allá de los horarios establecidos, el 54.79 por ciento de los entrevistados aseguró que es algo que rara vez se suscita. Se trata de la situación a la que más sensibles resultaron los encuestados en esta línea, pues sumando las respuestas rara vez y generalmente, se alcanzan los 69.58 puntos porcentuales. El grupo que destaca en la afirmación mayoritaria de que la jornada de trabajo se prolonga 48 más allá de lo ordinario es el de Directivos y mandos medios, sin impacto notable por la variable de sexo (cuadro 2.15). Cuadro 2.15. ¿La jornada de trabajo se prolonga más allá de los horarios establecidos? Sexo sabe/ Total Generalmente noNo contestó Nunca Rara vez general Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo 26.32 12.37 2.63 3.09 26.32 29.90 44.74 54.64 100.00 100.00 Directivo-mando medio 16.30 22.22 2.96 2.78 28.89 16.67 51.85 58.33 100.00 100.00 Operativo-administrativo 12.37 3.09 28.35 56.19 100.00 Total mujeres 13.91 3.04 26.52 56.52 100.00 Total general 14.79 3.01 27.40 54.79 100.00 Total hombres Fuente: elaboración propia. El 11.30 por ciento de las mujeres aseguraron que generalmente los horarios de trabajo son un obstáculo para balancear la vida laboral y familiar, apenas unas décimas por debajo de lo que en ese mismo sentido opinaron los hombres. En general, para el 53 por ciento de los encuestados, los horarios no implican obstáculo alguno para desarrollar su vida familiar; sin embargo destaca en este contexto que las mujeres del grupo Directivas-mandos medios son las que mani fiestan mayor afectación (cuadro 2.16). Cuadro 2.16. ¿Los horarios de trabajo son obstáculo para balancear vid a laboral y familiar? Sexo Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Generalmente 13.16 11.34 11.85 25.00 8.76 11.30 11.51 No sabe/ no contestó 5.26 9.28 8.15 2.78 3.09 3.04 4.93 Nunca Rara vez 57.89 59.79 59.26 41.67 51.55 50.00 53.42 23.68 19.59 20.74 30.56 36.60 35.65 30.14 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Reuniones o capacitación fuera del horario Al cuestionarlos sobre si en su institución se programan reuniones de trabajo o actividades de capacitación fuera del horario de labores y/o de días laborales, se obtuvo que el 15 por ciento de los hombres y el 12.17 por ciento de las mujeres afirmaron que gener almente ocurre. 49 En promedio, el 41.10 por ciento de los encuestados asegura que eventos de esta naturaleza se suscitan raras veces. De nueva cuenta, el grupo que se per cibe más afectado por esta situación es el de las mujeres con car gos directivos y de mandos medios (cuadro 2.17). Cuadro 2.17. ¿En mi institución se programan reuniones de trabajo o actividades de capacitación fuera del horario de labores y/o días laborales? Sexo Puesto Generalmente Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general 18.42 14.43 15.56 30.56 8.76 12.17 13.42 No sabe/ no contestó 0.00 7.22 5.19 5.56 5.15 5.22 5.21 Nunca Rara vez 34.21 38.14 37.04 16.67 46.91 42.17 40.27 47.37 40.21 42.22 47.22 39.18 40.43 41.10 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Tiempo libre por razones de enfermedad o emergencias Más de la mitad de los entrevistados, el 55.34 por ciento, dijo que no ha tomado tiempo libre por razón de enfermedad de algún familiar o por emergencias, durante los últimos doce meses; los que nunca han tomado un permiso de esta naturaleza alcanzan el 4.38 por ciento (cuadro 2.18). Cuadro 2.18. Sin tener en cuent a los días de vacaciones, ¿ha tomado tiempo libre por razón de enfermedad de algún familiar o emergencias, durante los últimos doce meses? Sí, días de Sí, por otro tipo Total de acuerdos Nunca permiso utilizados general especial habitualmente No No sabe/ no contestó Total mujeres 73.68 63.92 66.67 55.56 47.42 48.70 0.00 1.03 0.74 0.00 2.58 2.17 0.00 6.19 4.44 5.56 4.12 4.35 23.68 22.68 22.96 16.67 35.05 32.17 2.63 6.19 5.19 22.22 10.82 12.61 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Total general 55.34 1.64 4.38 28.77 9.86 100.00 Sexo Hombre Puesto Mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Mando medio Operativo-administrativo Fuente: elaboración propia. La situación se asemeja con los estereotipos asignados al rol reproductivo, es decir, la idea de que el cuidado y atención de familiares le 50 corresponde a la mujer. Es quizá debido a ello que a quienes solicitaron y se les otorgó más permisos para cubrir las necesidades antes descritas fue al grupo de mujeres: de la suma de los campos correspondientes a los días de permiso especial obtenidos más los que se gozaron por acuerdos internos, se obtiene que las mujeres alcanzan el 44.78 por ciento, contra el 28.15 por ciento obtenido entre los hombres que cumpl en con estas mismas condiciones. No es posible precisar si este hecho se debe simplemente a que es más numerosa la solicitud de permisos por parte de las mujeres, quienes por tradición o inercia cultural asumen que es su responsabili dad atender llamados de esta índol e, o si es que ocur re, por otra parte, que las solicitudes de per miso planteadas por empleados de ambos sexos, en similar en proporción, pero los administradores los conceden con más facilidad a las mujeres, inspirados en la creencia de que en ellas recae esa r esponsabilidad. Permisos remunerados De los empleados que obtuvieron permiso de esta naturaleza alguna vez, el 90.77 por ciento afirmó que les fueron pagados los días que faltaron al trabajo. El grupo que expresó en más ocasiones que no fueron remunerados corresponde al de los hombres con puestos directivos y mandos medios (cuadro 2.19). Cuadro 2.19. ¿Fueron remunerados o pagados? Total Sexo Puesto No Sí general Hombre Mando medio 11.11 88.89 100.00 Operativo-administrativo 4.17 95.83 100.00 Total hombres 6.06 93.94 100.00 Mujer Mando medio 7.14 92.86 100.00 Operativo-administrativo 10.84 89.16 100.00 Total mujeres 10.31 89.69 100.00 Total general 9.23 90.77 100.00 Fuente: elaboración propia. II.4. Hijos y otros familiares d ependientes 51 Los hijos Al personal con hijos, al aplicar la encuesta se le pidió señalar quién se hace cargo de ellos mientras están en el trabajo. De acuerdo con sus respuestas, en la mayoría de los casos, el 43 por ciento aseguraron que los hijos están en la escuela; el 22 por ciento apuntó que sus hijos permanecen en guarderías en ese lapso; y del 17 por ciento se encargan las parejas. Familiares no remunerados se hace cargo del 22.61 por ciento de los hijos de los hombres y mujeres consultados. Casi el 4 por ciento afirmó que de sus hijos se encarga una niñera contratada. Contrastan los datos que ofrecieron por un lado los hombres, y por el otro las mujeres cuando la respuesta involucra a su pareja: el 38.54 por ciento de los hombres afirma que su pareja es quien se encarga de los hijos, mientras que las mujeres que señalan a la suya en este mismo caso es apenas el 2.99 por ciento (cuadro 2.20). El grupo que indica mayoritariamente que de sus hijos se encargan una guardería o familiares sin sueldo, es el de las mujeres con cargos operativoadministrativos. El grupo que destaca en la contratación de servicios de niñera es el de mu jeres en puestos di rectivo-mandos medios. Cuadro 2.20. Durante su jornada laboral ¿quién se hace carg o del cuidado de los hijos? Sexo Puesto Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general no Guardería Escuela Familiares remunerados (maternal) 26.92 35.71 33.33 50.00 50.00 50.00 43.04 7.69 12.86 11.46 25.00 31.82 30.60 22.61 7.69 12.86 11.46 25.00 31.82 30.60 22.61 Servicio Total Otro Pareja de niñeras general 3.85 1.43 2.08 4.17 0.91 1.49 1.74 50.00 34.29 38.54 4.17 2.73 2.99 17.83 0.00 1.43 1.04 12.50 4.55 5.97 3.91 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Si se siguen las cifras resultantes, es de observarse la existencia de una red social informal que contribuye a resolver problemas de conciliación trabajofamilia vinculados con los hijos. En la generalidad, el caso en que familiares no remunerados se hacen cargo de los hijos de los empleados alcanza poco más 52 de una quinta parte (22.61 por ciento). Si se ubica el enfoque exclusivamente en el campo de las mujeres, se observa que este fenómeno se amplía hasta cubrir casi una tercera parte del segmento (30.60 por ciento). ¿Quién se hace cargo de los hijos a su salida de la escuela o guardería? La existencia de esta red social se hace más visible al revisar los números que arrojó la siguiente pregunta: ¿quién recoge de la escuela o guardería o se hace cargo de sus hi jos hasta que usted o su par eja llegan a casa? Cuadro 2.21. ¿Quién los recoge de la escuela o guardería o se hace cargo de ellos hasta que usted o su pareja llegan a casa? Sexo Puesto Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Familiares o Pareja Persona Yo mismo amigos contratada (a) 11.11 15.52 14.47 38.10 32.32 33.33 26.02 61.11 48.28 51.32 19.05 23.23 22.50 33.67 5.56 3.45 3.95 14.29 12.12 12.50 9.18 22.22 32.76 30.26 28.57 32.32 31.67 31.12 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. La colaboración de familiares o amigos sin estímulos financieros se presenta en el 26.02 por ciento de la totalidad de los casos y en el 33.3 por ciento cuando se delimita el análisis al grupo de mujeres. Con respecto a los datos del cuadro 2.20, la cifra relacionada con la ayuda de familiares aumenta en el grupo hombres, pues registra una incidencia del 14.47 por ciento. De nuevo los hombres señalan en una proporción superior al 50 por ciento que su pareja es quien recoge a sus hijos de la escuela/guar dería o se hace cargo de ellos al salir. Según los tabulados, esta vez las mujeres que admitieron la colaboración de su pareja en este aspecto del cuidado de los hijos aumentó al 22.50 por ciento, casi 20 puntos más que en los resultados de la tabla 2.20. Asuetos escolares 53 Cuando las vacaciones escolares o algunos días de asueto estudiantil no coinciden con los otorgados a los trabajadores de las de pendencias analizadas, se llega a provocar contrariedades. Una situación similar ocurre cuando el calendario de los días feriados emitido por la autoridades educativas no coincide con el de los empleados de gobi erno del estado.9 A fin de obtener un diagnóstico de la situación, se incluyó en el cuestionari o la pregunta Durante los últimos doce meses ¿tomó días de permiso o redujo el número de horas de trabajo o adoptó alguna otra solución con objeto de prestar cuidado a los niños debido a una circunstancia especial, como vacaciones o asuetos escolares? , de la que se obtuvieron los siguientes resultados. Cuadro 2.22. Durante los últimos doce meses ¿tomó días de permiso o redujo el número de horas de trabajo o adoptó alguna otra solución con objeto de prestar cuidado a los niños debido a una circunst ancia esp ecial, como vacaciones o asuetos escolares? Sexo Puesto Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No Sí, por falta de No, porque No, porque servicios contrató parientes o alternativos de Total servicios amigos se cuidado de los general especiales hicieron cargo niños en para la de su atención horario atención especial 93.94 85.90 88.29 57.14 64.80 0.00 2.56 1.80 10.71 4.80 3.03 5.13 4.50 14.29 16.80 3.03 6.41 5.41 17.86 13.60 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 63.40 73.86 5.88 4.17 16.34 11.36 14.38 10.61 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Casi tres cuartas partes de los consultados, que tienen hijos, afirmaron no haber solicitado ningún permiso en estas circunstancias. El resto reconoció que el problema les afecta, pero lo resolvieron ya por la vía de la red social basada en la parentela y las amistades o ya contratando servicios adicionales de cuidado. El 10.61 por ciento del personal encuestado afirmó haber solicitado 9 El malestar fue aun más visible durante los días de la llamada «contingencia sanitaria», decretada con el objetivo de contener la proliferación del virus de la influenza AH1N1, en abril de 2009, cuando se suspendieron las clases en las escuelas de Culiacán, Sinaloa. 54 un permiso especial en su dependencia , debido a la falta de servicios alternativos para el cuidado de los niños en horarios especiales (cuadro 2.22) . En el análisis por sexo es perceptible que otra vez son las mujeres quienes tienden a ser más activas en la resolución de los problemas ligados a los hijos: el 14.38 por ciento de las mujeres consultadas que afirmaron les afecta tal situación, solicitaron un permiso en circunstancias como las descritas, mientras que en el caso de los hombres lo hizo solamente el 5.41 por ciento. El grupo de mujeres que dijo recurrir más a la red social de familiares y amigos para solventar el problema fue el que ocupa cargos operativo-administrativos (16.8 por ciento). Las mujeres en mandos medios y directivos optó, mayoritariamente en ese nivel, por la contratación de servicios (10.71 por ciento) o la solicitud de per misos (17.86 por ciento). Permisos para el cuid ado de los hijos A las personas con hijos que afirmaron no haber solicitado permisos especiales para atender a su prole, se les pidió que señalaran las razones. Tres cuartas partes implicaron en su respuesta que no hubo necesidad. El resto distribuyó las opciones de este modo: no tenía derecho legal: 6.85 por ciento; no hay remuneración (es decir, es un permiso sin goce de sueldo): 4.93 por ciento; no existe flexibilidad para elegir tomar permiso: 12.05 por ciento (cuadro 2.23). Cuadro 2.23. Durante los últimos 12 meses ¿cuál es la p rincipal razó n por la que no ha tomado permiso para cuidar a sus hijo s en horarios laborales? Sexo Puesto Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No existe No flexibilidad Contestó/ para elegir No hay No fue remuneración tomar necesario permisos 65.79 71.13 69.63 86.11 77.84 79.13 75.62 15.79 13.40 14.07 11.11 10.82 10.87 12.05 Fuente: elaboración propia. 55 7.89 4.12 5.19 0.00 5.67 4.78 4.93 No tenía derecho legal para tomar permiso Otro Total general 10.53 11.34 11.11 0.00 5.15 4.35 6.85 0.00 0.00 0.00 2.78 0.52 0.87 0.55 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Otros familiares dependientes Suele ser común que el modelo de la familia nuclear se amplíe debido a la atención o manutención de otros familiares y de mayores dependientes. Estas redes familiares de protección y cuidado se expresan de muchas maneras, desde el establecimiento de una cuota económica o en especie a entregar al familiar que lo requiere, por ejemplo, hasta hacerse cargo de su atención directa bajo el mismo techo. La situación potencial mente generadora de problemas de conciliación trabajo-familia es la que cabe en el segundo supuesto, y es la que se indagó entre el personal encuestado al preguntársele les preguntó si se hacen cargo de otros familiares ―además de sus hijos y cónyuges, por supuesto― que requieren atención. Cuadro 2.24. ¿Usted se hace cargo de otros familiares q ue requieren atención? Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Abuelos Directivo-mando medio Operativo-administrativo 2.78 0.00 0.82 0.00 1.18 1.00 0.93 Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No Otro Padres 72.22 73.26 72.95 68.75 78.11 76.62 75.23 8.33 5.81 6.56 9.38 4.14 4.98 5.57 16.67 20.93 19.67 21.88 16.57 17.41 18.27 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. El 75.23 por ciento de los consultados negó que se hiciera cargo de otros familiares. El 18 por ciento, en cambio, indicó que bajo su cuidado se encontraban sus padres. El 0.93 por ciento dijo que se hace cargo de sus abuelos, mientras que el 5.57 por ciento mencionó a otros parientes, como hermanos, tíos y sobri nos (cuadro 2.24) En el segmento de l os hombres resulta más notable la incidenci a de esta situación, pues de la suma de datos de las columnas padres, abuelos y otros, se obtiene que el 27.05 por ciento de los hombres dice hacerse cargo de otros parientes, mientras que el 23.3 por ciento de las mujeres lo hace, hecho que encuentra explicación en los patrones culturales derivados de la distribución de 56 los roles de género, pues la manutención esta más asociada a los estereotipos del rol productivo con el que tradicionalmente se identifica a los hombres. II.5. Conciliación y reivindicaciones laborales Los mayores niveles de malestar se localizan en el grupo de las mujeres (buena parte de los casos en el segmento de mujeres directivas y mandos medios) en los temas relacionados con la jornada de trabajo y sus horarios. Así que, en la búsqueda de nuevos elementos, se analizó también su categoría contractual, desagregando los datos a partir de su calidad como empleados base (sindicalizados) y entre los llamados de confianza. Se encontró que en algunos casos existen diferencias en la percepción de la problemática ente ambos grupos. A cont inuación se describen los más significativos. Cuadro 2.25. La gran cantidad de horas que se pasa en el trabajo Puesto Base Confianza No Contesto Otro Total general Bastante Mucho Nada 3.45 14.29 0.00 4.76 9.07 9.66 3.70 0.00 4.76 6.04 46.90 42.86 66.67 57.14 45.88 No sabe/ no contestó 3.45 3.70 11.11 0.00 3.57 Poco Total general 36.55 35.45 22.22 33.33 35.44 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Fue en el caso de los empleados de confianza en donde se mencionó con mayor recurrencia que la gran cantidad de horas que se pasa en el trabajo representa bastante problema para ellos: 14.29 por ciento mientras que para los de base se trata del 3.45 por ciento (cuadro 2.25) . Cuadro 2.26. Se llega a casa muy t arde y apenas se puede hacer vida familiar Puesto Base Confianza No contesto Otro Total general Bastante Mucho Nada 8.22 15.87 0.00 9.52 12.05 7.53 10.05 11.11 14.29 9.32 47.26 40.21 22.22 52.38 43.29 No sabe/ no contestó 3.42 5.29 0.00 9.52 4.66 Fuente: elaboración propia. 57 Poco Total general 33.56 28.57 66.67 14.29 30.68 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 En los datos de la cuestión Se llega a casa muy tarde y apenas se puede hacer vida familiar, la situación es la misma, pero aun más sobresaliente si se suman los resultados de las columnas Bastante y Mucho: la circunstancia afecta al 26.92 por ciento del personal de confianza, mientras que a los de base en un 15.75 por ciento (cuadro 2.26). Cuadro 2.27. ¿En mi dependencia se co nsidera negativo solicitar permiso para atender asuntos familiares o personales? Puesto Generalmente Base Confianza No contesto Otro Total general 12.33 7.94 0.00 9.52 9.59 No sabe/ Total no Nunca Rara vez general contestó 3.42 5.82 0.00 9.52 4.93 57.53 55.03 88.89 57.14 56.99 26.71 31.22 11.11 23.81 28.49 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. En cambio, el 12.33 por ciento del personal de base reconoce que generalmente se considera negativo en su dependenci a la solicitud de permisos para atender asuntos familiares, mientras el personal de confianza reconoce el problema en un 7.94 por ciento (cuadro 2.27). Cuadro 2.28. ¿La jornada de trabajo se prolonga más allá de los horarios establecidos? Puesto Generalmente Base Confianza No contestó Otro Total general 8.90 20.11 22.22 4.76 14.79 No sabe/ Total no Nunca Rara vez general contestó 2.05 3.17 0.00 9.52 3.01 30.14 24.34 22.22 38.10 27.40 58.90 52.38 55.56 47.62 54.79 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Los empleados de confianza vuelven adelante cuando el 20.11 por ciento de ellos afirma que generalmente la jornada de trabajo se prolonga más allá de los horarios establecidos, contra el 8.9 por ciento de los de base (cuadro 2.28). 58 Cuadro 2.29. ¿Los horarios de trabajo son obstáculo para balancear vida laboral y familiar? Puesto Generalmente Base Confianza No contestó Otro Total general 8.90 15.34 0.00 0.00 11.51 No sabe/ Total no Nunca Rara vez general contestó 6.85 3.70 0.00 4.76 4.93 54.11 51.85 44.44 66.67 53.42 30.14 29.10 55.56 28.57 30.14 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Los horarios de trabajo como obstáculo para balancear la vida familiar (cuadro 2.29), así como el hecho de que en la dependencia se programen reuniones de trabajo o actividades de capacitación fuera de los horarios o días laborales (cuadro 2.30), son otras de las circunstancias que afligen a los empleados de confianza en mayor proporción que a los de base. Cuadro 2.30. ¿En mi institución se programan reuniones de trabajo o de capacitación fuera del horario de labores y/o días laborales? Puesto Base Confianza No contestó Otro Total general Generalmente Nunca 9.42 18.78 11.11 5.56 14.16 50.72 38.67 22.22 27.78 42.49 Rara vez 39.86 42.54 66.67 66.67 43.35 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Estas condiciones de aparente desigualdad encuentran explicación en dos vías: Se sabe que los empleados en mandos medios y puestos directivos son adscritos a la categoría de confianza. En virtud de su más alta responsabilidad (y no se diga de su mayor nivel de ingreso) se les exige también mayor compromiso en la carga de trabajo: prolongar la jornada, apersonarse en horas o días inhábiles para la atención de algún imprevisto, llevar trabajo a casa, etcétera, con los consiguientes líos para organizar la rutina familiar diaria (ver resultados de los cuadros 2.16 y 2.17 para mayor referencia), que en parte solventan con la contratación de servicios especiales, mediante una red social 59 basada en lazos familiares o por medio de sus propias parejas (en el caso de los hombres de este ni vel, de acuerdo con los detalles del cuadro 0.6, es donde se encuent ra la mayor incidencia de parejas que no trabaj an). Si bien todos aquellos que se ocupan en puestos directivos y mandos medios son empleados de confianza, no todos los empleados de confianza ocupan puestos directivos y mandos medios. Y aquí es donde es útil la otra vía de la explicación: los trabajadores de base están protegidos por un amplio conjunto de beneficios y prestaciones laborales, algunas de las cuales favorecen la conciliación, como es el caso del rigor con que se observa el cumplimiento de las horas de la jornada de trabajo, el uso de permisos económicos que pueden distribuirse a lo largo del año y el servicio especializado de guardería, entre otras. Prestaciones de las que carecen algunos empleados que ocupan cargos operativo-administrativos pero no son trabajadores base, por lo que están más e xpuestos a padecer la problemática. 60 Capítulo III Economía de tiempo y corresponsabi lidad Capítulo III. Economía de tiempo y corresponsabilidad 61 III. 1. Uso del tiempo, un concepto. Entre los componentes que integran el fenómeno de la conciliación, llama la atención para propósitos de este estudio, el concepto Uso del tiempo, consistente en el conocimiento sobre la distribución del tiempo que hacen los sujetos en cuanto a actividades productivas remuneradas, al trabajo doméstico, a los cuidados personales y al modo en que consumen el tiempo libre, de acuerdo con las categorías estableci das por el INEGI. El concepto clave para analizar el uso del tiempo y la llamada economía del cuidado es el de división sexual del trabajo, que se establece para organizar el conjunto de responsabilidades y obligaciones de las mujeres y los hombres (INMujeres, s/f). Al respecto, Teresita de Barbieri anota: La división social del trabajo es un ámbito fundamental del sistema de géneros, pero como consecuencia del conflicto de poder y por lo tanto del control que los varones ejercen sobre la capacidad reproductiva y el acceso sexual a las mujeres, mas no como la clave desde donde se origina la subordinacióndominación entre los géneros. Es decir, el control sobre la capacidad de trabajo de las mujeres, si bien es uno de los elementos centrales en el sometimiento del cuerpo femenino, no es el único, por que no es el que hace a la especificidad de la diferencia sexual. (Barbieri, 1993: 11). Las actividades cuyo tiempo se mide, ocurren en dos espacios identificados: el público y ―el que interesa aquí― el privado o doméstico. Es en el espacio doméstico ―ámbito de lo familiar, dentro y fuera del hogar― donde mayoritariamente se mueven las mujeres, donde los afectos son pauta predominante: se le identifica con el cuidado de hijas e hijos, de personas dependientes, con la paciencia, la reproducción de la especie y la transmisión de valores. No tiene reconocimiento social ni valoración ni 62 retribución económica o posibilidad de ascenso Espacio de desarrollo personal e íntimo. (Glosario Aurreratu). En el espacio público, en cambio, se expresan las funciones socialmente visibles, reconocidas y valoradas, relacionadas con lo laboral y sociopolítico, donde predomina una escala de valores masculinizados porque es el medio en el que se desenvuelven los varones: se vincula con la actividad económica retribuida, el poder político, económico e intelectual. Es un ámbito de acceso al triunfo y a la promoci ón profesional. (Glosario Aurreratu). No obstante, en pro de su vindicación, en años recientes el trabajo doméstico ha recibido atención de diversos investigadores y organi smos. La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), emitió la recomendaci ón Diecisiete sobre medición y cuantificación del trabajo doméstico no remunerado de la mujer; asimismo, la Plataforma de Acción de Beijing, Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, en 1995 señaló que se debe hacer visible la importancia relativa del trabajo no remunerado cumplido fuera del mercado, desarrollar estadística sobre uso del tiempo en que se aprecien las diferencias entre mujeres y hombres en lo relativo al trabajo remunerado y no remunerado, así como r eunir datos desagr egados por sexo. En la Décima Conferencia Regional de la Mujer de América Latina y el Caribe desarrollada en Quito, en 2007, se acordó que se adoptarían medidas en todas las esferas de la vida democrática institucional y, en particular, en los ámbitos económico y social, incluidas medidas legislativas y reformas institucionales, para garantizar el reconocimiento del trabajo no remunerado y su aporte al bienestar de las familias y al desarrollo económico de los países y promover su inclusión en las cuentas nacionales. También se propuso desarrollar instrumentos de medición periódica del trabajo no remunerado que realizan mujeres y hombres, especialmente encuestas de uso del tiempo para hacerlo visible y reconocer su valor, incorporar sus resultados al sistema de cuentas nacional es y diseñar políticas económicas y soci ales en consecuenci a. 63 III.2. Uso del tiempo y economía del cuidado en trabajadoras y trabajadores de la APE. Uso del tiempo Si bien en ciertos casos el horario de trabajo es un elemento que incide en la conciliación trabajo-familia, hay otro evento que la afecta mayormente: se trata del trabajo en casa realizado después de l a jornada de trabajo habitual. Una de las preguntas del cuestionario se destinó precisamente para describir la situación que los empl eados del gobierno del estado en este rubr o. Cuadro 3.1. ¿Con qué frecuencia realiza actividades propias de su empleo en el hogar? (o lo que suele llamarse llevar t rabajo a casa) Sexo Hombre Puesto Generalmente Nunca Rara vez Total general Directivo-mando medio 18.42 28.95 52.63 100.00 Operativo-administrativo 9.28 50.52 40.21 100.00 Total hombres 11.85 44.44 43.70 100.00 Mujer Directivo-mando medio 13.89 22.22 63.89 100.00 Operativo-administrativo 3.09 64.95 31.96 100.00 Total mujeres 4.78 58.26 36.96 100.00 Total general 7.40 53.15 39.45 100.00 Fuente: elaboración propia. Poco más de la mitad de los consultados aseguró que nunca lleva trabajo a casa. La mayor parte de ellos pertenecen al grupo de trabajadores operativo-administrativo: casi el 65 por ciento de las mujeres y el 50.52 por ciento de los hombres de este segmento dijeron que nunca sucede. El 39 por ciento de los empleados que participaron en el estudio mencionaron que esto sucede muy r ara vez (cuadro 3.1). El 7.40 por ciento de la muestra encuestada afirmó llevar trabajo a casa.Al desagregar los datos por tipo de puesto, se encuentra que la mayor 64 incidencia de los que hacen tr abajo más allá de las hor as laborables está en los puestos directivo-mando medio y, más específicamente, entre los hombres de ese segmento, quienes así lo confirmaron en un 18.42 por ciento, en tanto que las mujeres de esa categor ía lo hicieron en un 13.89 por ciento. Aunque en menor proporción, también algunos trabajadores de los niveles operativo-administrativos dijeron llevar trabajo a casa. En este caso, las mujeres de este nivel son las que menos resultan afectadas, según se colige del 3.09 por ciento de incidencia que allí se detectó. A los entrevistados que afirmaron que generalmente o rara vez llevan trabajo al hogar, se les pidió que mencionaran en orden de prioridad las áreas de la vida familiar que afectan la realización en casa de actividades propias de su empleo. Cuadro 3.2. ¿Qué áreas de su vid a familiar y personal afecta la realización de actividades propias de su empleo en el hogar? Sexo Estado civil Hombre Casado Relación de pareja Divorciado Ninguno Soltero Atención a hijos Unión libre Ninguno Viudo Mujer 1 2 3 4 Atención a hijos Recreación Trabajo doméstico Trabajo doméstico Recreación Ninguno - - - 5 Ninguno - - Casado Atención a hijos Relación de pareja Trabajo doméstico Recreación Ninguno Divorciado Atención a hijos Recreación Trabajo doméstico Ninguno Relación de pareja Soltero Atención a hijos Relación de pareja Trabajo doméstico Ninguno Recreación Unión libre Trabajo doméstico Ninguno Viudo Atención a hijos Relación de pareja Recreación Ninguno Trabajo doméstico Hombre Relación de pareja Atención a hijos Recreación Trabajo doméstico Ninguno Atención a hijos Relación de pareja Trabajo doméstico Recreación Ninguno Mujer Fuente: elaboración propia. Desde la percepción de la mayoría de los hombres casados, el área más afectada por esta situación es el de la relación de pareja, seguida inmediatamente por el de la atención a los hijos. Es muy llamativo que en el caso de las mujeres casadas el resultado sea inverso, es decir, ellas ponderan la atención a los hijos por sobre la relación de pareja. 65 Tanto las mujeres como los hombres casados ubicaron en tercer lugar a las actividades recreativas. La mayoría de los hombres solteros que llevan trabajo a casa afirmaron que no representa afectación mayor en otros ámbitos de su vida; sin embargo, un pequeño sector, identificado como solteros con hijos, señaló que la relación con estos es lo afectado en primer orden cuando lo hacen (cuadro 3.2). El tiempo de dedicación a las actividades extra laborales En la búsqueda de un diagnóstico de la conciliación familia-trabajo, también es importante conocer los hábitos de ejecución de tareas en los horarios extralaborales y la distribución del tiempo que implican. Para establecer un parámetro se eligieron tres grupos de acciones que habrían de vincularse con una idea aproximada del tiempo necesario para su realización: Tiempo de dedicación a labores domésticas, tiempo de dedicación a la atención de hijos u otros familiares y tiempo de dedi cación a las acti vidades recreativas. Los datos, si se quiere, también ofrecen una idea de los niveles de corresponsabilidad entre los géneros en la distribución del trabajo doméstico y la atención a la familia, tal como lo expresaron los empleados consul tados. Cuadro 3.3. Tiempo de dedicación a las labores domésticas en su ho gar a la semana. Por estado civil. Sexo Hombre Estado civil Casado Divorciado Soltero Unión libre Total hombres Mujer Casada Divorciada Soltera Unión libre Viuda Total mujeres Total general No sabe/ Menos de De 10 a De 5 a De 15 a De 25 a Más de 5 horas 15 horas 10 horas 25 horas 35 horas 35 horas no contestó 49.06 75.00 57.14 75.00 51.85 13.33 9.09 34.44 50.00 0.00 22.17 33.15 6.60 25.00 9.52 0.00 7.41 20.00 18.18 12.22 0.00 33.33 16.52 13.15 30.19 0.00 19.05 0.00 26.67 31.67 18.18 35.56 16.67 33.33 32.17 30.14 Fuente: elaboración propia. 66 7.55 0.00 0.00 0.00 5.93 19.17 9.09 6.67 33.33 33.33 14.35 11.23 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 10.83 18.18 4.44 0.00 0.00 8.26 5.21 3.77 0.00 0.00 25.00 3.70 2.50 18.18 4.44 0.00 0.00 3.91 3.84 2.83 0.00 14.29 0.00 4.44 2.50 9.09 2.22 0.00 0.00 2.61 3.29 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 La mayor proporción de individuos masculinos en cargos superiores, es decir, el 81.58 por ciento, aceptó que dedican menos de 10 horas a la semana a los trabajos domésticos. Las mujeres en las mismas condiciones se mantuvieron alrededor del 55 por ciento (cuadro 3.4). Cuadro 3.4. Tiempo de dedicación a las labores domésticas en su ho gar a la semana. Por Puesto. Sexo Puesto Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Menos No sabe/ De 5 a De 10 a De 15 a De 25 a Más de Total de 5 no 10 horas 15 horas 25 horas 35 horas 35 horas general horas contestó 47.37 53.61 51.85 11.11 24.23 22.17 33.15 34.21 23.71 26.67 36.11 31.44 32.17 30.14 5.26 8.25 7.41 25.00 14.95 16.52 13.15 10.53 4.12 5.93 13.89 14.43 14.35 11.23 0.00 0.00 0.00 11.11 7.73 8.26 5.21 0.00 5.15 3.70 0.00 4.64 3.91 3.84 2.63 5.15 4.44 2.78 2.58 2.61 3.29 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. El grupo que afirmó haber realizado más horas de trabajo para el cuidado y mantenimiento del hogar (más de 15 horas de trabajo semanal) fue el de las mujeres con puestos operativo-administrativos, en el orden del 26.8 por ciento, en franco contraste con los segmentos de hombres en puestos altos (10.53 por ciento), hombres en cargos operativo-administrativos (9.27 por ciento) y, en menor medida, mujeres en mandos medios y puestos directivos, 25 por ciento (cuadro 3.4). Cuadro 3.5. Tiempo de dedicación a la atención a hijos u otros familiares a la semana. Po r puesto. Sexo/Puesto Menos De 5 a De 10 a De 15 a De 25 a Más de No sabe/ de 5 10 15 25 35 35 no horas horas horas horas horas horas contestó Hombre Directivo-Mando Medio Operativo-Administrativo Total Hombre Mujer Directivo-Mando Medio Operativo-Administrativo Total Mujer Total general 26.32 19.59 21.48 11.11 16.49 15.65 17.81 21.05 25.77 24.44 16.67 18.56 18.26 20.55 Fuente: elaboración propia. 67 23.68 21.65 22.22 13.89 17.01 16.52 18.63 21.05 13.40 15.56 22.22 13.40 14.78 15.07 5.26 6.19 5.93 19.44 11.34 12.61 10.14 0.00 7.22 5.19 8.33 17.01 15.65 11.78 2.63 6.19 5.19 8.33 6.19 6.52 6.03 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 En lo relativo a la atención de hijos u otros familiares, el 21 por ciento de los hombres entrevistados aseguran dedicar menos de 5 horas a la semana, mientras que las mujeres los hacen en un 15. 65 por ciento (cuadro 3.5). El 43 por ciento de las mujeres dedican más de 15 horas a la semana a cubrir estos menesteres. La comparación con las cifras obtenidas en el grupo de los hombr es arroja hasta 17 puntos de diferencia (cuadro 3.6) Cuadro 3.6. Tiempo de dedicación a la atención a hijos u otros familiares a la semana. Por estado civil. Sexo/Estado civil Menos de 5 horas Hombre Casado Divorciado Soltero Unión Libre Total hombres Mujer Casado Divorciado Soltero Unión Libre Viudo Total mujeres Total general 21.70 25.00 23.81 0.00 21.48 11.67 18.18 21.11 16.67 0.00 15.65 17.81 De 5 a De 10 a De 15 a De 25 a Más de No sabe/ 10 15 25 35 35 no contestó horas horas horas horas horas 25.47 25.00 14.29 50.00 24.44 16.67 9.09 20.00 33.33 33.33 18.26 20.55 21.70 25.00 23.81 25.00 22.22 16.67 9.09 17.78 16.67 0.00 16.52 18.63 16.98 25.00 9.52 0.00 15.56 16.67 0.00 15.56 0.00 0.00 14.78 15.07 6.60 0.00 4.76 0.00 5.93 16.67 36.36 5.56 0.00 0.00 12.61 10.14 5.66 0.00 0.00 25.00 5.19 16.67 18.18 13.33 16.67 33.33 15.65 11.78 Total general 1.89 0.00 23.81 0.00 5.19 5.00 9.09 6.67 16.67 33.33 6.52 6.03 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Las proporciones se invierten en los datos del tiempo dedicado a las actividades recreativas, con respecto al género de los cuestionados. El 27.4 por ciento de los hombres consignó que son más de 10 horas a la semana las que destina para la recreación, en tanto que en el caso de las mujeres lo hacen en una proporción del 19.99 por ciento en este mismo rango (cuadros 3.7 y 3.8) Cuadro 3.7. Tiempo de dedicación a actividades recreativas a la semana. Por puesto. Sexo/Puesto Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Menos de 5 horas 36.84 28.87 31.11 50.00 40.72 42.17 38.08 5 a 10 10 a 15 15 a 25 25 a 35 Más No sabe/ de 35 no horas horas horas horas horas contestó Total general 34.21 39.18 37.78 27.78 34.02 33.04 34.79 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. 68 13.16 19.59 17.78 11.11 15.46 14.78 15.89 10.53 2.06 4.44 2.78 3.09 3.04 3.56 2.63 3.09 2.96 0.00 1.03 0.87 1.64 0.00 3.09 2.22 2.78 1.03 1.30 1.64 2.63 4.12 3.70 5.56 4.64 4.78 4.38 Cuadro 3.8. Tiempo de dedicación a actividades recreativas a la semana. Por estado civil. Sexo/Estado civil Hombre Mujer Menos de De 5 a 10 De 10 a De 15 a De 25 a Más de No sabe/ 5 horas horas 15 horas 25 horas 35 horas 35 horas no contestó Casado Divorciado Soltero Unión libre Total hombres Casado Divorciado Soltero Unión libre Viudo Total mujeres Total general 33.96 0.00 19.05 50.00 31.11 48.33 27.27 34.44 33.33 100.00 42.17 38.08 37.74 75.00 33.33 25.00 37.78 33.33 36.36 31.11 66.67 0.00 33.04 34.79 16.04 25.00 23.81 25.00 17.78 10.00 9.09 23.33 0.00 0.00 14.78 15.89 4.72 0.00 4.76 0.00 4.44 1.67 18.18 3.33 0.00 0.00 3.04 3.56 3.77 0.00 0.00 0.00 2.96 0.83 0.00 1.11 0.00 0.00 0.87 1.64 2.83 0.00 0.00 0.00 2.22 1.67 0.00 1.11 0.00 0.00 1.30 1.64 0.94 0.00 19.05 0.00 3.70 4.17 9.09 5.56 0.00 0.00 4.78 4.38 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. La mayoría de los hombres encuestados, el 22.96 por ciento, señaló que sus actividades diarias inician entre las cinco y media y las seis horas de la mañana. Este rango horario es también el más mencionado por las mujeres, sólo que la proporción de estas que inicia su jornada a esa hora, es del 31.74 por ciento. Si el 8.89 por ciento de los hombres se levanta entre las cinco y las cinco y media horas de la mañana, el 19.13 por ciento de las mujeres lo hace. Para decirlo más claramente: antes de las 6 horas de la mañana inician actividades el 37.78 por ciento de los hombres, contra el 55.22 por ciento de las mujeres. La diferencia es notable (cuadro 3.9). Si el análisis se proyecta horas adelante, se obtiene que el 28.14 por ciento de los hombres inicia la jornada después de las siete horas de la mañana, mientras que las mujeres, en ese mismo horario, lo hacen apenas el 9.13 por ciento. Cuadro 3.9. ¿A qué horas inician t us actividades diarias? Entre Antes de 5:00 y las 5:00 5:30 horas. horas. Sexo/Puesto Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general 2.63 7.22 5.93 2.78 4.64 4.35 4.93 5.26 10.31 8.89 16.67 19.59 19.13 15.34 Entre 5:30 y 6:00 horas Entre 6:00 y 6:30 horas. Entre 6:30 y 7:00 horas. Entre 7:00 y 8:00 horas. 18.42 24.74 22.96 36.11 30.93 31.74 28.49 28.95 12.37 17.04 13.89 17.01 16.52 16.71 15.79 17.53 17.04 22.22 18.56 19.13 18.36 15.79 14.43 14.81 8.33 3.61 4.35 8.22 Fuente: elaboración propia. 69 Después No sabe/ de las Total no 8:00 general contestó horas. 10.53 13.40 12.59 0.00 5.15 4.35 7.40 2.63 0.00 0.74 0.00 0.52 0.43 0.55 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 En el análisis relativo al estado civil, se encuentr a que la proporción de hombres casados que se levanta antes de las seis horas de la mañana es de 38.68 por ciento, mientras que el 60.83 por ciento de las mujeres casadas los hacen en ese mismo periodo (cuadro 3.10) . Después de las siete horas se levanta el 3.34 por ciento de las mujeres casadas, contra el 26.42 por ciento de los hombres con ese mi smo estado ci vil. Cuadro 3.10. ¿A qué horas inician tus actividades diarias? Sexo/Estado civil Hombre Casado Divorciado Soltero Unión libre Total hombres Mujer Casada Divorciada Soltera Unión libre Viuda Total mujeres Total general Antes Entre Entre Entre Entre Entre Después No sabe/ de las 5:00 y 5:30 y 6:00 y 6:30 y 7:00 y de las 8:00 no 5:00 5:30 6:00 6:30 7:00 8:00 horas. contestó horas. horas. horas horas. horas. horas. Total general 6.60 0.00 4.76 0.00 5.93 6.67 0.00 2.22 0.00 0.00 4.35 4.93 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 10.38 0.00 4.76 0.00 8.89 18.33 54.55 16.67 16.67 0.00 19.13 15.34 21.70 50.00 19.05 50.00 22.96 35.83 18.18 27.78 33.33 33.33 31.74 28.49 15.09 0.00 28.57 25.00 17.04 15.83 18.18 18.89 0.00 0.00 16.52 16.71 18.87 0.00 14.29 0.00 17.04 19.17 9.09 20.00 16.67 33.33 19.13 18.36 13.21 50.00 14.29 25.00 14.81 1.67 0.00 6.67 16.67 33.33 4.35 8.22 13.21 0.00 14.29 0.00 12.59 1.67 0.00 7.78 16.67 0.00 4.35 7.40 0.94 0.00 0.00 0.00 0.74 0.83 0.00 0.00 0.00 0.00 0.43 0.55 Fuente: elaboración propia. Si en la hora de inicio de actividades aparece ya una desigualdad que ilustra un nivel de corresponsabilidad de género más bien bajo, cuando se liga la hora de iniciar la jornada diaria con una serie de actividades que se realizan con anticipación al momento de entrar al trabajo, se encuentr an otros elementos que lo confirman. Se pidió a los encuestados que marcaran las actividades que realizan antes de llegar a su oficina. Las opciones presentadas fueron las siguientes: Preparación de alimentos, arreglo personal, arreglo personal de hijos o de mayores dependientes, llevar a hijos a guar dería o escuela, llevar al cónyuge al trabajo, y la opción otros. Para favorecer el análisis, la información resultante se procesó en términos cuantitativos, es decir, ordenadas según el número de actividades señaladas. 70 Cuadro 3.11. ¿Qué actividad realizas antes de tu llegada al trabajo? Por estado civil. Número de actividades Sexo/Estado civil Hombre Casado Divorciado Soltero Unión libre Total hombres Casado Divorciado Soltero Unión libre Viudo Total mujeres Mujer Total general 1 43.40 0.00 61.90 50.00 45.19 7.50 18.18 36.67 16.67 33.33 20.00 29.32 2 42.45 25.00 23.81 0.00 37.78 31.67 0.00 33.33 50.00 33.33 31.30 33.70 3 8.49 50.00 14.29 25.00 11.11 28.33 27.27 21.11 16.67 0.00 24.78 19.73 4 5.66 25.00 0.00 25.00 5.93 26.67 36.36 6.67 0.00 33.33 18.70 13.97 5 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 5.00 18.18 2.22 0.00 0.00 4.35 2.74 Total general 6 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.83 0.00 0.00 16.67 0.00 0.87 0.55 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. El 45.19 por ciento de los hombres realiza una sol a actividad, mientras el 37.78 por ciento efectúa hasta dos. En paralelo, el 20 por ciento de las mujeres se ocupa de una sol a actividad y el 31.30 por ciento hasta dos ( cuadro 3.11). La suma de estos segmentos, y en el nivel de hombres y mujeres casadas, lo deja mucho más claro: en tanto la mayoría de los hombres casados consultados, es decir, el 85.85 por ciento, efectúa un número mínimo de actividades ―de una a dos―, una proporción menor de mujeres también lo hace: el 39.17 por ciento. Casi cincuenta puntos de diferencia. Mientras que el 32.5 por ciento de las mujeres casadas realiza entre cuatro y seis actividades, solamente el 5.66 por ciento de los hombres casados lo hace, sin ir más allá, en ningún caso, de las cuatro actividades. Cuadro 3.12. ¿Qué actividad realizas antes de tu llegada al trabajo? Por tipo de puesto. Sexo/Puesto Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Número de actividades 1 2 3 4 5 6 44.74 45.36 45.19 16.67 20.62 20.00 29.32 47.37 34.02 37.78 22.22 32.99 31.30 33.70 7.89 12.37 11.11 30.56 23.71 24.78 19.73 0.00 8.25 5.93 27.78 17.01 18.70 13.97 0.00 0.00 0.00 2.78 4.64 4.35 2.74 0.00 0.00 0.00 0.00 1.03 0.87 0.55 71 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Al revisarse la situación a través de la variable tipo de puesto, se advierte que la totalidad de los hombres en cargos directivos y mandos medios se concentra en los grupos de hasta tres actividades. El de hombres en puestos operativo-administrativos se ubica en los campos de hasta cuatro acciones. Le sigue, en orden descendente, el grupo de mujeres en puestos directivo-mandos medios con hasta cinco maniobras, y abajo, en una estructura piramidal de las actividades matutinas diarias que parece plasmar cuantitativamente la organización androcentrista del trabajo, el grupo de las mujeres empleadas en puestos operativo-administrativos, con hasta seis acciones (cuadro 3.12). Razones para trabajar Como parte del diagnóstico, se solicitó a los consultados que indicaran las razones principales por las que trabajan. La prioridad de los argumentos fue establecida en la generalidad de los casos en la opción Sustento familiar, la cual se mencionó en primer lugar por el 77.04 por ciento de los hombres (es decir, estadísticamente y en total concordancia con los roles de género asignados, casi ocho de cada diez hombres afirmaron que el sustento familiar era su motivación fundamental para trabajar), seguida por la opción desarrollo personal y profesional con un 37.78 por ciento de menciones y, en tercer lugar, con un 10.37 por ciento de menciones, el de independenci a económica (cuadro 3.13). En el caso de las mujeres, ocurre también que el argumento principal para trabajar es el sustento de la familia, aunque lo ponderaron en menor grado que los hombres: recibió el 60 por ciento de las menciones. En términos relativos, las mujeres citaron más veces que los hombres al desarrollo personal y profesional como su segunda motivación para laborar (49.57 por ciento, contra el 37.78 por ciento de los hombres que lo hicieron). 72 Aunque como tercera causa, la independenci a económica fue mucho más mencionada por las mujeres que los hombres: ellas lo expresaron en el 29.57 por ciento de los casos y ell os solamente en el 10.27 por ciento, dato que puede encontrar explicación en virtud de que la independenci a de la mujer esté orientándose hacia la emancipación de la hegemonía económi ca masculina. Cuadro 3.13. ¿Cuál es su principal razón para trabajar? Desarrollo Sustento Independencia Género/puesto personal y familiar económica profesional Hombre Directivo-mando medio 78.95 5.26 39.47 Operativo-administrativo 76.29 12.37 37.11 Total hombres 77.04 10.37 37.78 Mujer Directivo-mando medio 72.22 30.56 75.00 Operativo-administrativo 57.73 29.38 44.85 Total mujeres 60.00 29.57 49.57 Total general 66.30 22.47 45.21 Fuente: elaboración propia. Otra evidencia genera una línea similar pero diferente: de acuerdo con los datos, el grupo de las mujeres con altos puestos ocupó el primer lugar en menciones al desarrollo personal y profesional, casi tres puntos por arriba del tema sustento familiar. Aquí los problemas derivados del sustento familiar deben resolverse por la pareja, ya que, como se describe en el cuadro 0.6, este es el único grupo en el que ―en el caso de las mujeres con pareja y familia― trabajan los dos cónyuges. ¿Se tratará acaso de mujeres despreocupadas del cumplimiento de algunos aspectos de los estereotipos tradicionales de género, pero que aun admiten el carácter providente de su parej a? En tanto se trata de mujeres independientes que rompen con el estereotipo femenino (que las describe como sumisas, incapaces de dirigir y tomar decisiones) y además liberadas de la responsabilidad de ser el sostén fundamental de la familia en tanto tienen resueltas sus necesidades prácticas, esta debilidad aparente puede ser más bien una oportunidad, cabeza de playa para implicar en ese desarrollo personal al conjunto de l as mujeres. Distribución del ingreso 73 De acuerdo con las cifras proporcionadas por los entrevistados, el 76.37 por ciento de los hombres destina más del 60 por ciento de su sueldo al gasto familiar; el 57.82 por ciento de las mujeres lo hacen en ese mismo rango. En el tópico por tipo de puesto no hay variaciones importantes entre los porcentajes de distribución de ingreso de los dos grupos de hombres, pero no ocurre lo mismo con los de las mujeres. Hay saltos de 10 puntos de diferencia en los extremos de la tabla: se detecta que el 23 por ciento de las encuestadas del grupo de mujeres con cargos operativo-administrativos, destina una proporción menor de sus ingresos a los gastos familiares en relación con el resto de los grupos. El hecho es notorio en la columna que describe a quienes dedican más del ochenta por ciento de su suel do a este rubro (cuadro 3.14). Cuadro 3.14. Del 100 por ciento de su salario ¿qué porcentaje dedica a gasto familiar y a necesidades personales? Distribución del gasto familiar, por tipo de puesto. Menos del Entre 30 y Entre 60 y Más del Sexo/Puesto 30 por 60 por 80 por 80 por ciento ciento ciento ciento Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general 5.26 5.15 5.19 8.33 18.56 16.96 18.42 18.56 18.52 25.00 25.26 25.22 39.47 39.18 39.26 33.33 32.99 33.04 36.84 37.11 37.04 33.33 23.20 24.78 Total 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. En la distribución del gasto para necesidades personales es notorio un incremento de los porcentajes de las mujeres con respecto del de los hombres, en tanto que solamente el 3.7 por ciento de los hombres dedican más del 60 por ciento de su salario a sus gastos personales, en el grupo de las mujeres la proporción es del 16.96 por ciento. Cuadro 3.15. Del 100 por ciento de su salario ¿qué porcentaje dedica a gasto familiar y a necesidades personales? Distribución del gasto en necesidades personales, por tipo de puesto. Sexo/Puesto Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Menos del 30 por ciento Entre 30 y 60 por ciento 81.58 77.32 18.42 17.53 74 Entre 60 y Más del 80 80 por por ciento ciento 0.00 3.09 0.00 2.06 Total 100.00 100.00 Total hombres Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Mujer 78.52 66.67 56.19 57.83 65.48 17.78 25.00 25.26 25.22 22.47 2.22 2.78 13.40 11.74 8.22 1.48 5.56 5.15 5.22 3.84 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Adicionalmente se ofr ecen los resultados de la variable estado civil. Cuadro 3.16. Distribución del gasto familiar. Por estado civil. Sexo/Estado civil Hombre Casado Divorciado Soltero Unión libre Total hombres Mujer Casado Divorciado Soltero Unión libre Viudo Total mujeres Total general Menos del 30 por ciento 1.89 0.00 23.81 0.00 5.19 10.83 18.18 26.67 0.00 0.00 16.96 12.60 Entre 30 y Entre 60 y Más del 80 60 por 80 por por ciento ciento ciento 9.43 75.00 52.38 25.00 18.52 23.33 0.00 32.22 16.67 0.00 25.22 22.74 45.28 25.00 19.05 0.00 39.26 39.17 36.36 24.44 50.00 0.00 33.04 35.34 43.40 0.00 4.76 75.00 37.04 26.67 45.45 16.67 33.33 100.00 24.78 29.32 Total 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Cuadro 3.17 Distribución del gasto en necesidades personales. Por estado civil. Sexo/Estado civil Hombre Casado Divorciado Soltero Unión libre Total hombres Mujer Casado Divorciado Soltero Unión libre Viudo Total mujeres Total general Menos del 30 por ciento Entre 30 y 60 por ciento 90.57 25.00 28.57 75.00 78.52 65.83 81.82 42.22 66.67 100.00 57.83 65.48 9.43 75.00 47.62 25.00 17.78 23.33 0.00 31.11 33.33 0.00 25.22 22.47 Fuente: elaboración propia. 75 Entre 60 y Más del 80 80 por por ciento ciento 0.00 0.00 14.29 0.00 2.22 7.50 18.18 17.78 0.00 0.00 11.74 8.22 0.00 0.00 9.52 0.00 1.48 3.33 0.00 8.89 0.00 0.00 5.22 3.84 Total 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Capítulo IV Violencia 76 Capítulo IV. Violencia IV.1. Tipos de violencia El 20 de diciembre de 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En el Artículo 1º de dicho documento se define este tipo de viole ncia como todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño físico, sexual y psicológico para la mujer, así como la amenaza de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada. Es importante enfatizar algunos aspectos de esta definición: no es necesario que el daño se consume: la amenaza del daño es violencia; se hace explícito también, que tanto el ámbito público como el privado son espacios para la violencia contra la mujer. Algunos concept os de la violencia, asociados con este estudio, son: Violencia co ntra las mujeres Según la Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el estado de Sinaloa, violencia contra las mujeres es cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico o sexual a la mujer, tanto en el ámbito privado como en 77 el público.10 Es todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino, que tenga o pueda tener como resultado daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, así como las amenazas de tales actos, la coacción y la privación arbitraria de la libertad, tanto en la vida públi ca como en la privada. Las manifestaciones de la violencia física, sexual, psicológica y económica se producen en la familia, en la comunidad y en diferentes espaci os públicos. Entre tales síntomas se abarcan los malos tratos; el abuso sexual de las niñas; la violación por parte del marido u otro sujeto; el acoso sexual en los lugares de trabajo, las calles, los transportes y las instituciones; las intimidaciones, amenazas, difamaciones, descalificaciones, insultos, burlas en público o en privado; el embarazo, el aborto y la esterilización forzados; la omisión o retención de la entrega de los recursos monetarios necesarios para la manutención; los daños en la propiedad y objetos de la mujer; la violencia ejercida y tolerada por el Estado (Castillo y Morales, 2006). La Ley de acceso de las mujer es a una vi da libre de violencia para el estado de Sinaloa, define: Violencia psicológica Es cualquier tipo de acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso el suicidio (Artículo 11, Frac. I). Violencia física 10 Artículo 10, Frac. XII. 78 Es cualquier acto que i nflige daño no acci dental, usando la fuer za física o algún tipo de arma u objeto que puede provocar o no lesiones ya sean internas, externas o ambas. ( Artículo 11, Frac. II). Violencia patrimonial Es cualquier acto u omisión que afecte la supervivencia de la víctima. Se manifiesta en: la transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y pueda abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima Artículo 11, Frac. III). Violencia eco nómica Es toda conducta de acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral (Artículo 11, Frac. IV). Violencia Sexual Es cualquier acto que degrada o daña el cuerpo o la sexualidad de la víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto (Artículo 11, Frac. V). Violencia familiar Es el acto de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y sexual a las mujeres, cuyo agresor tenga o haya tenido relación de parentesco, 79 matrimonio, concubinato o mantenga o haya mantenido una relación de hecho (Artículo 14). Violencia labo ral Se ejerce por las personas que tienen un vínculo laboral, docente o análogo con la víctima, independientemente de la relación de jerarquía, consistente en un acto o una omisión en abuso de poder que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima e impide su desarrollo y atenta contra la igualdad. Puede consistir en un sólo evento dañino o en una serie de eventos cuya suma produce el daño. También incluye el acoso o el hostigamiento sexual, en los términos definidos en el Código Penal para el Estado de Si naloa. Constituye violencia laboral la negativa ilegal a contratar a la víctima o a respetar su permanencia o condiciones generales de trabajo, la descalificación del trabajo realizado, las amenazas, la intimidación, las humillaciones, la explotación y todo tipo de discriminación por condición de género. Para efectos de la Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el estado de Sinaloa, incluye la exigencia o condicionante de certificados de no gravidez, así como para la obtención de un trabajo o el despido por motivo de embarazo, ademas del acoso y el hostigamiento sexual . (Artículos 15 y 16) . IV.2. La Percepción de la violencia en la Ad ministración Pública Estatal En general, la gran mayoría del personal encuestado negó la existencia de las situaciones que implican violencia que fueron planteadas explícitamente en la encuesta. No obstante, aunque en una baja expresión, una proporción de ellos admitió la recurrencia de algunos de estos supuestos, sea como eventos atestiguados o experi mentados de maner a personal. 80 El análisis del fenómeno, entonces, se enfocó a ubicar la existencia de grupos vulner ables a estos tipos de violencia. Amenazas o intimidación En relación con el grado de exposición a actos de amenaza o intimidación en su entorno laboral, a la pregunta: ¿Usted se ha sentido amenazado o intimidado en su trabajo?, el 87.95 por ciento de los encuestados no admitió sentirse vulnerado por este tipo de actos (cuadro 4.1). Del segmento de hombres y mujeres que sí externaron haberse sentido amenazados o intimidados, son las mujeres, especial mente aquellas que se ubican en puestos de Directivo-mando medio (13.89 por ciento) quienes admitieron haberse sentido amenazadas o intimidas en su trabajo, seguidas luego por las mujeres de nivel Operativo-administrativo (11.86 por ciento). En este tenor, sólo el 7.41 por ciento de los hombres reconoció que alguna vez fueron sometidos a la violencia en forma de amenazas o intimidación. Cuadro 4.1. ¿Usted se ha sentido amenazado o intimidado No sabe/ Sexo Puesto No no contestó Hombre Directivo-mando medio 89.47 5.26 Operativo-administrativo 89.69 2.06 Total hombres 89.63 2.96 Mujer Directivo-mando medio 86.11 0.00 Operativo-administrativo 87.11 1.03 Total mujeres 86.96 0.87 Total general 87.95 1.64 en su trabajo? Sí 5.26 8.25 7.41 13.89 11.86 12.17 10.41 Total general 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. A la pregunta de si se han sentido intimidadas o amenazadas, las mujeres en puestos altos lo admitieron con mayor frecuencia que las mujeres en puestos operativo-administrativos. Sin embargo, cuando se les preguntó si han recibido gritos o si se han referido a ellas con intención de intimidarlas, el grupo de las mujeres operativo-administrativas aceptó haberlas padecido con mayor incidencia (cuadro 4.2). El sentimiento de amenaza ―común en ambos 81 grupos, o incluso más alto entre mujeres de puestos altos y medios―, parece concretarse más vivamente en el otro sector de las mujeres. De cualquier forma, la amenaza, aunque no se consume , es una for ma de violencia. Cuadro 4.2. Me gritan, o elevan la voz con la intención de intimidarme sabe/ Sexo Puesto No noNo Sí Total general contestó Hombre Directivo-mando medio 97.37 2.63 0.00 100.00 Operativo-administrativo 92.78 1.03 6.19 100.00 94.07 1.48 4.44 100.00 94.44 89.18 0.00 3.09 5.56 7.73 100.00 100.00 Total mujeres 90.00 2.61 7.39 100.00 Total general 91.51 2.19 6.30 100.00 Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Fuente: elaboración propia. El 7.22 por ciento de los hombres del nivel operativo administrativo admitieron haber sido amenazados alguna vez con instrumentos disciplinarios como el despido o el levantamiento de actas administrativas. Por grupo sexual, el 6.52 por ciento de las mujeres también admitió ser coaccionado de este modo, en ligera proporción por encima de los hombres (cuadro 4.3). Cuadro 4.3. Me amenazan con usar instrumentos disciplinarios (despido, rescisión de contrato, acta administrativa). No No sabe/ no contestó Sí Total general 94.74 92.78 2.63 0.00 2.63 7.22 100.00 100.00 93.33 0.74 5.93 100.00 94.44 91.75 0.00 1.55 5.56 6.70 100.00 100.00 Total mujeres 92.17 1.30 6.52 100.00 Total general 92.60 1.10 6.30 100.00 Sexo Puesto Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Fuente: elaboración propia. Acoso sexual El acoso sexual es difícil de admitir de manera expresa. Por esa razón y previendo las dificultades de la aceptación abierta de su existencia por pudor, pena o negaci ón, se solicitó a los encuestados en tér minos del conocimiento de la problemática en otras personas: ¿Conoce de algún caso de acoso sexual hacia algún compañero/a de su dependencia por parte de un superior o 82 compañer o de trabajo? Pese al planteamiento, la mayoría (93.15 por ciento) aseguró desconocer alguna situación como l a descrita (cuadro 4. 4) . Sólo el 5.75 por ciento de los encuestados respondió que sí, y aún cuando la diferencia es incipiente desde el punto de vista de hombres y mujeres, llama la atención que son en su mayoría hombres que se encuentran en puestos Operativo-administrativos (6.19 por ciento) quienes reconocen más la problemática, por encima de la per cepción de las mujeres (5.65 por ciento). Cuadro 4.4. ¿Conoce algún caso de acoso sexual hacia algún compañero/a de su dependencia, por parte de un superior o compañero de trabajo? Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No No sabe/ no contestó Sí Total general 92.11 91.75 91.85 94.44 93.81 93.91 93.15 2.63 2.06 2.22 0.00 0.52 0.43 1.10 5.26 6.19 5.93 5.56 5.67 5.65 5.75 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Sólo el 1.92 por ciento de los encuestados asintió al preguntársele si saben de personas que hayan sido despedidas por no acceder a solicitudes de favores sexuales o de otra índole. De ese grupo fueron las mujeres (2.17 por ciento) quienes, por encima de la percepción entre los hombres (1.48 por ciento), lo admitieron. Llama la atención que el 5.56 por ciento de las mujeres en nivel directivo-mando medio hubieran preferido no responder (cuadro 4.5). Cuadro 4.5. ¿Conoce a alguna persona que haya sido despedida por no acceder a solicitudes de favores sexuales o de otra índole en su dependencia? Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Fuente: elaboración propia. 83 No No sabe/ no contestó Sí Total general 94.74 96.91 96.30 91.67 96.39 95.65 95.89 2.63 2.06 2.22 5.56 1.55 2.17 2.19 2.63 1.03 1.48 2.78 2.06 2.17 1.92 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Para evaluar en un tercer nivel el reconocimiento del acoso, se pidió que respondieran directamente a la pregunta de si se les han negado ascensos, promociones de otra índole o incrementos de sueldo por no haber consentido ese tipo de solicitudes. Sólo el 1.37 por ciento de los consultados aceptó haberlo padecido. No obstante, el segmento que más lo admite es el de las mujeres en niveles altos: 5.56 por ciento. Le sigue el de los hombres del mismo nivel, con el 2.63 por ciento. El grupo en donde este evento se manifestó con menos frecuencia fue el de las mujeres operativo-administrativas (cuadro 4.6). Cuadro 4.6. Me han negado ascensos, promociones o incremento salarial, por no acceder a una petición sexual. Sexo Puesto No Hombre Directivo-mando medio 94.74 Operativo-administrativo 95.88 Total hombres 95.56 Mujer Directivo-mando medio 91.67 Operativo-administrativo 97.42 Total mujeres 96.52 Total general 96.16 No sabe/ no contestó 2.63 3.09 2.96 2.78 2.06 2.17 2.47 Sí Total general 2.63 1.03 1.48 5.56 0.52 1.30 1.37 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. El acoso sexual no sólo se manifiesta con actos explícitos, vinculados con la sensualidad; también se encuentra en el uso del lenguaje, de la reiteración de temas de índole sexual, con connotaci ones eróticas. En búsqueda de un diagnóstico sobre este aspecto, se preguntó al personal de la APE si en su dependenci a se hablaba de asuntos de esta naturaleza. El 15 por ciento afirmó que en su dependenci a es común que se hable de estos temas. Casi el 9 por ciento optó por omitir su opinión (cuadro 4.7). Cuadro 4.7. En su Dependencia ¿se habla de asuntos de naturaleza sexual o de connotación sexista? Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No 86.84 75.26 78.52 61.11 77.32 74.78 76.16 Fuente: elaboración propia. 84 No sabe/ no contestó 7.89 10.31 9.63 13.89 7.22 8.26 8.77 Sí Total general 5.26 14.43 11.85 25.00 15.46 16.96 15.07 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Para evitar juicios precipitados, la pesquisa se acompañó de otra pregunta por cuyo medio se procuró conocer los efectos que provocan en los encuestados esta clase de conversaciones. Del personal que afirmó que en su dependencia se conversa sobre temas sexuales, el 3.7 por ciento señaló que esta actividad le divierte, al 8.22 por ciento le es indiferente, y sólo el 1.37 por ciento afirmó que le ofende. El porcentaje de personas que no se pronunció al respecto es bastante el evado (cuadro 4.8). Cuadro 4.8. ¿Cómo se siente al respecto? Sexo Puesto Hombre Me es Me Me divierte indiferente No contestó ofende Total general Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general 2.63 3.09 2.96 2.78 3.61 3.48 3.29 2.63 9.28 7.41 8.33 8.76 8.70 8.22 94.74 86.60 88.89 83.33 86.60 86.09 87.12 0.00 1.03 0.74 5.56 1.03 1.74 1.37 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Violencia psicológica La violencia psicológica ejercida contra algún compañero, así como la práctica de insultos, comparaciones destructivas, amenazas y humillaciones, son conductas no vistas por la mayoría de los encuestados, pero sí observadas por una proporción importante de ellos y ellas (21.37 por ciento). Las mujeres observan más (22.17 por ciento) el tópico. Y es entre las mujeres directivas o en mandos medios donde tal es conductas son más senti das (cuadro 4.9). Cuadro 4.9 ¿Ha conocido usted casos de violencia psicológica en contra de algún compañero de su dependencia, como la práctica de insultos, humillaciones, comparaciones destructivas y amenazas? Sexo Hombre Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No 76.32 78.35 77.78 75.00 77.32 76.96 77.26 Fuente: elaboración propia. 85 No sabe/ no contestó 2.63 2.06 2.22 0.00 1.03 0.87 1.37 Sí Total general 21.05 19.59 20.00 25.00 21.65 22.17 21.37 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Es también el grupo de mujeres en puestos directivos y mandos medios el que tiene una percepción más alta sobre aquellos actos destinados a hacer desistir de su puesto de tr abajo a un compañer o. Prácticamente la tercera parte de las mujeres encuestadas que pertenecen a ese nivel así lo afirma. El 18 por ciento de los hombres de ese mi smo grupo comparte la opinión (cuadro 4.10). Cuadro 4.10. ¿En su dependencia se dirigen acciones contra algún compañero, con objeto de conseguir que abandone su puesto, vulnerar su autoestima? Sexo Hombre Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No 76.32 87.63 84.44 66.67 82.47 80.00 81.64 No sabe/ no contestó 5.26 1.03 2.22 0.00 3.09 2.61 2.47 Sí Total general 18.42 11.34 13.33 33.33 14.43 17.39 15.89 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Cuando se trata de incluir su propia experiencia en la afirmación del hostigamiento, o acoso en forma intimidante, o violencia psicológica, ocurridos de manera sistemática, se obtiene uno de los más altos índices en la negación del problema (93.97 por ciento). El grupo que dijo haber sufrido esa conducta fueron las mujeres del nivel operativo-administrativo (4.64 por ciento), seguidas por los hombres del mismo nivel, con un 4.12 por ciento (cuadro 4.11). Cuadro 4.11. He sido objeto de hostigamiento o acoso en forma de intimidación o violencia psicológica sistemática en mi trabajo. Sexo Puesto No Hombre Directivo-mando medio 94.74 Operativo-administrativo 92.78 Total hombres 93.33 Mujer Directivo-mando medio 94.44 Operativo-administrativo 94.33 Total mujeres 94.35 Total general 93.97 No sabe/ no contestó Sí Total general 2.63 3.09 2.96 2.78 1.03 1.30 1.92 2.63 4.12 3.70 2.78 4.64 4.35 4.11 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Sin embargo, cuando la idea del acoso psicólogico se plantea por medio de un caso práctico, con el que los encuestados pueden o no identificarse, los relativos aumentan. El 13.48 por ciento de las mujeres afirmó que se exageran de manera malintencionada pequeños errores cometidos, a fin de alterar su 86 estado de ánimo. De ellas, en el grupo de las mujeres de mandos medios y superiores se encuentra el más alto porcentaje (16.67). La identificación con esta circunstancia también es relativamente alta en el grupo de los hombres en puestos oper ativo-administrativos (cuadro 4.12). Cuadro 4.12. Se exageran malintencionadamente pequeños errores para alterarme. Sexo Hombre Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No No sabe/ no contestó Sí Total general 92.11 88.66 89.63 83.33 85.57 85.22 86.85 2.63 1.03 1.48 0.00 1.55 1.30 1.37 5.26 10.31 8.89 16.67 12.89 13.48 11.78 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Otra forma de violencia psicológica son las bromas pesadas, las burlas acerca de aspectos de la vida personal de los implicados, lo que en el contexto sinaloense es popularmente conocido como carrilla.11 Se advierte que el reconocimiento a esta circunstancia es escaso; incluso ninguno de los hombres y mujeres de los puestos medios y directivos lo aceptaron una sola vez. De cualquier modo es visible que el grupo más vulnerable a este tipo de violencia son las mujeres en puestos operat ivos y administrativos (cuadro 4.13). Cuadro 4.13. Se me somete a bromas pesadas y/o burlas acerca de aspectos de mi vida personal. Sexo Puesto No Hombre Directivo-mando medio 97.37 Operativo-administrativo 95.88 Total hombres 96.30 Mujer Directivo-mando medio 94.44 Operativo-administrativo 94.85 Total mujeres 94.78 Total general 95.34 No sabe/ no contestó Sí Total general 2.63 3.09 2.96 5.56 1.55 2.17 2.47 0.00 1.03 0.74 0.00 3.61 3.04 2.19 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Acoso laboral 11 La carrilla es, en ámbitos sociales o laborales, un fenómeno similar del acoso escolar o bullying, también llamado intimidación, hostigamiento, o bravuconada. 87 El cuestionario consta de una batería de preguntas que describen un conjunto de actitudes de acoso en el entorno laboral, y se pidió a los encuestados que señalaran las conductas que, desde su experiencia, hubieran afectado su vida en el trabajo. Al analizar las respuestas, desagregadas por sexo y tipo de puesto entre los cuadros 4.14 al 4.21, llama la atención que en todas las situaciones expuestas más del 87 por ciento de los consultados afirma no padecerlas. La proporción de los que no respondieron o no saben, sólo rebasó los dos puntos porcentuales en el caso de l a primera pregunta de la serie, en la que se pide se asoci e la respuesta con situaciones de exclusión soci al. En las ocho situaciones planteadas el grupo vulnerable resultó ser el de las mujeres que ocupan mandos medios y directivos. Las circunstancias con más alta incidencia entre ellas fueron: 1. 2. Me acusan injustificada o falsamente de incumplimientos, errores o fallos; Me asignan sin cesar nuevas tareas o trabajos, sin dejar que termine los anteriores; y Me acusan de no terminar nada, y me asignan tareas o trabajos absurdos o sin sentido. 3. Cuadro 4.14. En mi trabajo, me excluyen, o me hacen el vacío, fingen no verme, no me devuelven el saludo o me hacen "invisible". Sexo Puesto Hombre Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No No sabe/ no contestó Sí Total general 92.11 90.72 91.11 88.89 88.66 88.70 89.59 5.26 1.03 2.22 0.00 2.58 2.17 2.19 2.63 8.25 6.67 11.11 8.76 9.13 8.22 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Cuadro 4.15 Me acusan injustificadamente o falsamente de incumplimientos, errores o fallos. Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general 88 No No sabe/ no contestó Sí Total general 92.11 85.57 87.41 80.56 88.14 86.96 87.12 2.63 1.03 1.48 0.00 1.03 0.87 1.10 5.26 13.40 11.11 19.44 10.82 12.17 11.78 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. La opción: Me acusan injustificada o falsamente de incumplimientos, errores o fallos, fue la más aludida por los encuestados, con el 11.78 por ciento de los casos (cuadro 4.15). También aceptaron sufri r esta situación el 13.40 por ciento de los empleados masculinos del nivel operativo administrativo. Cuadro 4.16. Me dejan sin ningún trabajo que hacer, ni siquiera a iniciativa propia, y luego me acusan de no hacer nada Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No No sabe/ no contestó Sí Total general 94.74 93.81 94.07 88.89 93.30 92.61 93.15 2.63 1.03 1.48 2.78 2.06 2.17 1.92 2.63 5.15 4.44 8.33 4.64 5.22 4.93 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Cuadro 4.17. Me asignan sin cesar nuevas tareas o trabajos, sin dejar que termine los anteriores, y me acusan de no terminar nada. Sexo Hombre No No sabe/ no contestó Sí Total general 94.74 94.85 94.81 80.56 93.30 91.30 92.60 2.63 1.03 1.48 0.00 1.03 0.87 1.10 2.63 4.12 3.70 19.44 5.67 7.83 6.30 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Fuente: elaboración propia. Cuadro 4.18. Me asignan tareas o trabajos absurdos o sin sentido. Sexo Hombre No No sabe/ no contestó Sí Total general 94.74 96.91 96.30 80.56 92.78 90.87 92.88 5.26 1.03 2.22 0.00 2.06 1.74 1.92 0.00 2.06 1.48 19.44 5.15 7.39 5.21 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Fuente: elaboración propia. Cuadro 4.19. Me asignan proyectos con plazos que se saben inalcanzables o imposibles de conseguir, y tareas que son manifiestamente inacabables en tiempo solicitado. Sexo Puesto No 89 No sabe/ no contestó Sí Total general Hombre Directivo-mando medio 94.74 Operativo-administrativo 94.85 Total hombres 94.81 Mujer Directivo-mando medio 91.67 Operativo-administrativo 95.36 Total mujeres 94.78 Total general 94.79 2.63 3.09 2.96 0.00 1.55 1.30 1.92 2.63 2.06 2.22 8.33 3.09 3.91 3.29 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Cuadro 4.20. Me asignan tareas que ponen en peligro mi integridad física o mi salud a propósito. Sexo Hombre No No sabe/ no contestó Sí Total general 97.37 94.85 95.56 88.89 95.36 94.35 94.79 2.63 0.00 0.74 0.00 1.55 1.30 1.10 0.00 5.15 3.70 11.11 3.09 4.35 4.11 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total hombres Mujer Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Fuente: elaboración propia. Cuadro 4.21. Limitan malintencionadamente mi acceso a promociones, ascensos, cursos de capacitación para perjudicarme Sexo Puesto No Hombre Directivo-mando medio 92.11 Operativo-administrativo 92.78 Total hombres 92.59 Mujer Directivo-mando medio 86.11 Operativo-administrativo 93.30 Total mujeres 92.17 Total general 92.33 No sabe/ no contestó Sí Total general 5.26 3.09 3.70 0.00 0.52 0.43 1.64 2.63 4.12 3.70 13.89 6.19 7.39 6.03 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Discriminació n negativa y mecanismo s para sancio nar la violencia La imagen sobre el combate a la discriminación contra las mujeres en sus dependencias, fue una de las preguntas que mayor afirmación tuvo en esta parte: 43.70 por ciento de los hombres aseguró que sí se combate, mientras que el grupo al que está orientada esta práctica, es decir, las mujeres, dijo que si el 39.13 por ciento de las veces, casi cinco puntos porcentuales menos que los hombres. Aunque de nuevo aparece un alto número de encuestados que optó por no responder, sobresale que haya reconocimiento a esta práctica en una buena par te de la muestra consultada (cuadro 4.22). Cuadro 4.22. ¿Usted cree que se combate la discriminación de la mujer en el trabajo? 90 Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No No sabe/ no contestó Sí Total general 44.74 54.64 51.85 52.78 56.70 56.09 54.52 5.26 4.12 4.44 5.56 4.64 4.78 4.66 50.00 41.24 43.70 41.67 38.66 39.13 40.82 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Lo anterior es consistente con los datos obtenidos a partir de la pregunta ¿Conoce a alguna mujer de su trabajo que haya sido despedida por motivos de embarazo? De todas las personas que participaron en la consulta, sólo el 1.64 por ciento afirmó conocer algún caso. Todas fueron mujeres (cuadro 4.23). Cuadro 4.23. ¿Conoce a alguna mujer de su trabajo que haya sido despedida por motivos de embarazo? Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general No No sabe/ no contestó Sí Total general 94.74 100.00 98.52 97.22 96.39 96.52 97.26 5.26 0.00 1.48 2.78 0.52 0.87 1.10 0.00 0.00 0.00 0.00 3.09 2.61 1.64 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Fuente: elaboración propia. Se inquirió también sobre los mecanismos para sancionar el acoso. La pregunta se realizó en dos ocasiones, en sitios distintos del cuestionario. En la primera mención, se refirió si en la dependenci a existen estos mecanismos. Dos de cada diez entrevistados, promedio, contestaron que si (cuadro 4.24). Cuadro 4.24. ¿En su dependencia existen mecanismos para sancionar el acoso o el hostigamiento? Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres 91 No No sabe/ no contestó Sí Total general 57.89 71.13 67.41 61.11 71.13 69.57 7.89 6.19 6.67 25.00 10.31 12.61 34.21 22.68 25.93 13.89 18.56 17.83 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Total general 68.77 10.41 20.82 100.00 Fuente: elaboración propia. Al replantear la pregunta se agregó un variable: ahora se cuestionó si la persona consultada conocía mecanismos para la sanción del acoso. Esta vez respondió que si uno de cada diez consultados. Como se aprecia al comparar los resultados de ambos cuadros, fue en el grupo de las mujeres donde se registró la mayor parte del cambio de opinión (cuadro 4.25). Cuadro 4.25. ¿Conoce usted si en su dependencia existen mecanismos para sancionar el acoso o el hostigamiento? Sexo Hombre Total hombres Mujer Puesto Directivo-mando medio Operativo-administrativo Directivo-mando medio Operativo-administrativo Total mujeres Total general Fuente: elaboración propia. 92 No No sabe/ no contestó Sí Total general 55.26 76.29 70.37 80.56 77.32 77.83 75.07 13.16 9.28 10.37 16.67 17.01 16.96 14.52 31.58 14.43 19.26 2.78 5.67 5.22 10.41 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 Conclusiones y recomendaciones 93 Conclusiones y recomendaciones Conclusiones generales Las oficinas de la Administración Pública Estatal están estructuradas lógica, jerárquica y verticalmente, de manera que a los servidores públi cos de mandos operativo administrativo, principalmente, les permite establecer ciertas rutinas de trabajo favorables a la conciliación de sus actividades laborales, familiares y personales, en tanto que permiten la organización anticipada de los eventos, tales como recoger a los niños de la escuela o calcular el tiempo para la disposición de los alimentos. Pero cuando esta estructura se altera, por ejemplo por la repentina cancelación de clases escolares, las dinámicas armónicas entre la esfera laboral y familiar, que son frágiles, se rompen y abren paso a los conflictos de conciliación entre la vida laboral con la familiar y personal. A la de por si complicada experiencia de resolver día a día el problema que implica que los horarios de las escuelas no coinciden con el de la oficina, al 94 problema que representa cada temporada asegurar la atención y cuidado de los hijos debido a las vacaciones escolares de semana santa y de verano, que no embonan a plenitud con los periodos vacacionales de los trabajadores al servicio del estado, se agregan otros elementos disruptores de la conciliación: cuando funcionarios educativos discrecionalmente modifican el calendario de asuetos escolares; cuando los días festivos de las escuelas no coinciden con los de la burocracia estatal; o cuando ocurren contingencias ambientales y/o sanitarias.12 Y este es un asunto que algunos resuelven solicitando permisos, situación que, según los resultados, es tolerada y hasta manejada con espíritu de solidaridad en la mayoría de los casos. Incluso, se llega a disfrutar de permisos con goce de sueldo par a atender emergencias familiares. No obstante, la variedad de las respuestas, así como la valoración de una pequeña minoría de que en su oficina es considerado negativo pedir un permiso, hace pensar que éstos se resuelven a criterio de los administradores que se encar gan de evaluarl o, y no están basados en una pol ítica instituida. El estudio encontró que una quinta parte del personal encuestado se apoya ordinariamente en una red social informal, no remunerada, y basada fundamental mente en la parentela, para resolver problemas derivados de la atención a los hijos, como ir por ellos a guarderías o escuelas, y hacerse cargo mientras los padr es se desocupan d e sus labores productivas. Es de advertirse que, cuando se trata de mujeres, la necesidad del uso de una red social de este tipo se incrementa hasta una t ercera parte de ellas. Aunque en general hay una aparente baja percepción de problemas de conciliación trabajo-familia, fueron las mujeres quienes más lo reconocen. Y es que las mujeres son, a todas vistas, el grupo consultado que mayores dificultades de concili ación expresa. 12 Como la ocurrida en abril de 2009, debida a la emergencia del virus de la influenza AH1N1. 95 En tanto los hombres parecieron más sensibles al hecho de llegar tarde a casa, por lo que no se puede hacer vida familiar, y a la falta de tiempo para dedicarle a su vida personal, las mujeres en cambio orientaron sus afectaciones hacia la solución práctica de problemas que enfrentan en la vida diaria: falta de guar derías con hor arios con preci os razonable y el hecho de que no se acopl a el horario de las escuelas y guarder ías con el del trabajo. Fue el grupo de mujeres que ocupan puestos directivos y de mandos medios en el que una mayor incidencia del problema de conciliación se encontró, sobre todo en lo relacionado con problemas para balancear ambas esferas por efectos de los horarios, por dedicar demasiadas horas al trabajo, por asistir a cursos y otros eventos fuera del horario de la jornada laboral. En consecuenci a, son quienes más recurren a servicios pagados para la atención familiar. Los resultados sobre uso de tiempo y distribución del ingreso reflejan que el nivel de corresponsabilidad familiar respecto a la ejecución de las tareas domésticas y de cui dado y atenci ón de familiares, es bastante bajo. La distribución de la labores del hogar están concentradas en la mujer, perviviendo la estructura típica de la organización de género en la mayoría de los casos. Una si tuación de la que tampoco se excl uyen las mujeres en pue stos directivos y de mandos medios, quienes realizan mayores actividades domésticas que los hombres en puestos operativo-administrativos: parecieran más poderosos los esquemas ideológicos de la división genérica del trabajo que los de la división social del trabajo. Si en el tema de las actividades domésticas el grupo más vulnerable fue el de las mujeres en puestos operativo-administrativos, en el caso de la violencia lo es el de las mujeres en puestos dir ectivos-mandos medios. En general hay una baja percepción de la violencia laboral entre las personas consultadas. La mayoría negó la existencia de situaciones de 96 violencia laboral, discriminación, acoso y hostigamiento sexual. Sin embargo, en lo que se refiere a la violencia psicológica, expresada en insultos, humillaciones, comparaciones destructivas y amenazas, la quinta parte de los entrevistados reconoció su existencia en el ambiente laboral. También fue notorio, hasta en el 15 por ciento de los entrevistados, reconocer que en su dependencia se dirigen acciones contra algún compañero de trabajo con el objeto de conseguir que abandone su trabajo o vulnerar su autoestima. El 13 por ciento de las mujeres consultadas afirmó sufrir violencia psicológica, pues admiten que se llega a exagerar malintencionadamente pequeños errores sólo por alterarlas, y que se les acusa injustificada o falsamente de incumplimientos, errores o fallos. Es posible concluir que cuando menos dos de cada 10 personas consultadas perciben un ambiente psicológico hostil en su centro de trabajo. Tras el análisis de las respuestas obtenidas en la sección de violencia, se advierte que, como quedó establ ecido líneas arriba, el grupo que se expr esa a sí mismo como más vulnerable es el de las mujeres en puestos directivos y mandos medios, situación que puede explicarse, desde la perspectiva de género, en la afirmación de que la violencia contra las mujeres es una manera de consolidar la dominación masculina (cfr, Noguerias, 2004) en el contexto del desequilibrio de las relaciones de poder. Este grupo de mujeres, ubicado en el contexto, representa una amenaza para la hegemonía masculina. El hecho de que perciban un ambiente de hostilidad sugiere que pese a estar en una posición de poder, siguen en condiciones de desigualdad con respecto a los hombres. Recomendaciones: 97 La naturaleza de los problemas detectados es doble: por una parte tienen que ver con políticas internas o la estructura de la institución, y por otra parte con condiciones culturales propias a la sociedad. Las recomendaciones formuladas a continuación buscan una aplicación práctica en ambos ca mpos. Acciones prácticas: a) Impulsar buenas prácticas para la conciliación de la vida laboral familiar/personal en las dependenci as del gobierno del estado. Se propone: · que el personal operativo o administrativo con categoría de confianza, reciba las prestaciones relacionadas con la conciliación (permisos y servicio de guardería, por ejemplo) que gozan los de base. · crear centros de atención a menores de 15 años para periodos vacacionales y para situaciones extraordinarias como contingencias. · regular los permisos para ausentarse de la oficina, considerando los anuales, los de corta duración para emergencias familiares, los maternos y paternos. · diseñar y operar un programa piloto de trabajo a distancia en los casos que sea posible o para situaciones extraordinarias. · realizar un diagnóstico tendiente a identificar grupos focales con problemas de conciliación, a fin de estudiar la posibilidad de generar políticas de protección específica (por ejemplo, madres solteras sin redes sociales de apoyo). · proveer servicios para aliviar la carga de las personas con responsabilidades familiares en el cuidado de dependientes: horarios escolares y centros de cuidado y flexibilidad de horarios de servicio público. · poner en marcha un Programa Estatal de Conciliación Vida Laboral/Vida Familiar, con la finalidad de identificar debilidades en un nivel más específico y con base en técnicas censales, para impulsar estrategias que fomenten un cambio de cultura hacia la corresponsabilidad social, que propicie que las tareas del cuidado sean compartidas entre hombres y mujeres, pero también con la intervención del Estado. · efectuar una campaña de divulgación de los contenidos de la Ley para la igualdad entre mujeres y hombres del estado de Sinaloa, y de la Ley 98 de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el estado de Sinaloa. · distribuir material de divulgación tal como trípticos y carteles relacionados con la violencia en el trabajo y en el ámbito familiar, a fin de hacer visible el fenómeno. · conformar una red de mujeres en cargos directivos y de mandos medios, para que desde su posición alienten la participación de las mujeres a su cargo. Para favorecer el éxito del proyecto, se propone operarla mediante reuniones de trabajo in situ, breves y directas, que servirán para distribuir material de divulgación, y para promover los cambios necesarios. · crear normas específicas y administrativas para atender y sancionar los actos de violencia en el ámbito del trabajo. Acciones estratégicas: b) Proponer reformas a la Ley de igualdad entre hombres y mujeres del estado de Sinaloa, para incluir un apartado sobre conciliación laboral y familiar como un problema de desi gualdad y di scriminación negativa. c) Promover la generación de lineamientos administrativos para dar tratamiento a las situaciones de violencia en el ámbito laboral. d) Promover que los planes de desarrollo, estatal y municipales, así como los presupuestos públicos, incorporen programas con perspectiva de género, así como de cor responsabili dad social. e) Desarrollar políticas públicas en materia familiar y educativa que impulsen la corresponsabilidad de los miembros de la familia para que cada uno se desarrolle plenamente como personas, sin distinción de sexo o posición en el seno familiar. f) En el ámbito de la educación escolarizada, se propone agregar a los programas educativos la perspectiva de familia/trabajo, enfatizando la equidad de género. 99 g) Creación de una campaña enfocada a niños y jóvenes para orientarlos hacia una cultura de corresponsabilidad familiar. h) Las políticas de conciliación deben ser evaluadas con periodicidad, ya que las condiciones laborales van cambi ando y deben adaptar se en benefi cio de las personas involucradas. i) Coordinación con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, específicamente con la Dirección General de Equidad de Género, para promover acciones hacia una cultura de equidad e inclusión laboral, así como diseñar conjuntamente mecanismos para prevenir la violencia laboral. j) Establecer los convenios necesarios para que las instituciones públicas ofrezcan estadística desagregada por sexo, estableciendo el compromiso de remitirla anualmente al ISMUJERES, con la intención de generar una base de datos y crear un centro de información estadística en función del género, que atraiga y promueva la investigación en la materia. 100 Fuentes 101 Fuentes: Instituto Nacional de la Mujer (INM) (s/f) El ABC del géner o en la administración pública, INM, México. 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Los conceptos que resultaron de utilidad para orientar este trabajo y para interpretar sus resultados, se describen a continuaci ón, divididos en cuatro apartados, a saber: Teoría de Género, Género y Empleo, Violencia y Género, y Gobierno y Políticas Públicas. A. TEORÍA DE GÉN ERO. Acciones afirmativas. Es el conjunto de medi das de car ácter temporal, correctivo, compensatori o o de promoción, encaminadas a acelerar la igualdad de hecho entre mujeres y hombres, aplicables en tanto subsista la desigualdad de trato y oportunidades de las mujeres respecto a los hombres. Acción positiva Medidas dirigidas a un grupo determinado, con las que se pretende prevenir y suprimir una discriminación, o compensar las desventajas resultantes de 113 actitudes, comportamientos y estructuras existentes. También se le ha denominado Discriminación positiva.13 Androcentrismo Visión del mundo y de las cosas, desde el punto de vista teórico y del conocimiento, en la que los hombres son el centro y las medidas de todas ellas, ocultando y haciendo invisible todo lo demás, entre ellas las aportaciones y contribuciones de las mujeres a la sociedad. Confunde la humanidad con el hombre-varón (Castillo y Morales, 2006). Autonomía La autonomía se refiere a la libertad, al poder y la oportunidad para que cada persona tenga control sobre su propia vida y su cuerpo. La autonomía abarca a la autonomía físi ca, control sobre el propio cuerpo, su fecundi dad, sexualidad, y la no violencia; la autonomía económica, acceso y control de los ingresos, medios de producción y propiedad de bienes; la autonomía política, de expresión, elección y autodeterminación de las formas de organización y participación ciudadana; la autonomía socio-cultural, derecho a la propia identidad, a la pertenencia, la autoestima y la realización personal(Castillo y Morales, 2006). Barreras in visibles Actitudes resultantes de las expectativas, normas y valores tradicionales que impiden la capacitación (de la mujer) para los procesos de toma de decisiones o para su plena participación en la sociedad.14 Brechas de equidad de género Distancia que separa a mujeres y hombres, respecto a las oportunidades de acceso y cont rol de los recursos económicos, soci ales, culturales y pol íticos. Cultura patriarcal Es aquella cultura que promueve una jerarquización entre los géneros, otorgando un l ugar privilegiado a los hombres y uno subor dinado a las mujeres; también promueve una desi gual división sexual del trabajo. Derechos reproductivos Derecho de toda persona o pareja a decidir libre y responsablemente cuántos hijos desea tener, cuando han de nacer, y con qué separación temporal entre ellos, así como derecho a disponer de la información y los medios para llevarlo a cabo, y a acceder al mayor nivel posible de salud en materia sexual y de procreación.15 Discriminació n Es toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio 13 100 palabras para la igualdad. Glosario de términos relativos a la igualdad entre hombres y mujeres, Comisión Europea, Dirección General del Empleo, Relaciones Laborales y Asuntos Sociales, 1998, Documento electrónico. 14 100 palabras para la igualdad, Ibidem. 15 100 palabras para la igualdad, Ibidem. 114 por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamental es en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera (CEDAW, 1979) Empoderamiento de las mujeres: Es un proceso por medio del cual las mujeres transitan de cualquier situación de opresión, desigualdad, discriminación, explotación o exclusión a un estadio de conciencia, autodeterminación y autonomía, el cual se manifiesta en el ejercicio del poder democrático que emana del goce pleno de sus der echos y libertades. Equidad Implica reconocer condiciones y aspiraciones diferenciadas para lograr el ejercicio de iguales derechos y oportunidades para mujeres y hombres, asimismo, significa implementar mecanismos de justicia distributiva, tales como las acciones afirmativas que aseguran el acceso y disfrute igualitario a bienes, recursos y decisiones. 16 Equidad de género Concepto que refiere al principio conforme al cual hombres y mujeres acceden con justicia e igualdad al uso, control y beneficios de los bienes y servicios de la sociedad, incluyendo aquéllos socialmente valorados, oportunidades y recompensas, con la finalidad de lograr la participación equitativa de las mujeres en la toma de decisiones en todos los ámbitos de la vida social, económica, política, cultural y familiar.17 Estereotipos de género Ideas preconcebidas y creencias compartidas acerca de cómo son los hombres y las mujeres en esta soci edad.18 Género Este concepto fue desarrollado por Robert Stoller con la finalidad de integrar una denotación de hombres y mujeres basado no solamente en aspectos biológicos (cromosomas, órganos sexuales, hormonas y otros aspectos físicos) sino en aspectos sociales (roles sociales, posición, comportamiento o identidad). El género deter mina que es esper ado, permitido y val orado en una mujer o en un hombre en un contexto específico19; por lo tanto las diferencias de género son el resultado de prácticas culturales y expectativas sociales; bajo esta óptica las distinciones en el trato a los individuos basado en el género son producto de una práctica social (Haslanger, 2000). Es una categoría utilizada para analizar cómo se definen, representan y simbolizan las diferencias sexuales en una determinada sociedad. Por tanto, el 16 ABC del género. Ley para la igualdad entre mujeres y hombres del estado de Sinaloa. 18 Grupo temático nacional de igualdad de oportunidades, marco conceptual, www.likadi.com. 19 De acuerdo con Office of the Special Adviser on Gender Issues and Advancement of Women, Department of Economic and Social Affaire. 17 115 término alude a las formas históricas y socioculturales en que mujeres y hombres constr uyen su i dentidad, interactúan y organizan su par ticipación en la sociedad. Igualdad Es la condición de ser igual. La igualdad de género requiere cambios que afectan no sólo a la manera en la que las mujeres trabajan, viven y cuidan a sus familiares, sino también a cómo los hombres se implican en ese proceso. Podríamos definirla como la capacidad legal y social de mujeres y hombres para movilizar y gestionar recursos domésticos, comunitarios, nacionales e internacionales sobre bases igualitarias (Glosario Aurreratu). Es un principio jurídico universal reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por la Convención sobre la Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la Mujer; este consiste en la ausencia total de discriminación o diferenciación entre los seres humanos en el uso, reconocimiento y asignaci ón de sus der echos. Igualdad entre mujeres y ho mbres Se refiere a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de hombres y mujeres, así como de niñas y niños. La Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres en su artículo 6 define la igualdad entre hombres y mujeres como la eliminación de toda forma de discriminación en cualquiera de los ámbitos de la vida que se genere por pertenecer a cualquier sexo. Mujer El significado de la palabra mujer es: Hembra, persona del sexo femenino de la especie humana; pero a través del tiempo se han acuñado múltiples teorías para determinar el concepto de mujer, considerando que el ser mujer puede ser entendido en varias dimensiones: sexual, de género, de personalidad, en términos de domi nancia y legal. Patriarcado Sistema de dominación en el que la autoridad y el poder corresponden al patriarca y se transmi ten de var ón a varón. Para la teoría feminista, el término patriarcado ha sido especi almente útil para desvelar las dinámicas de poder y dominación que están detrás de la hegemonía masculina y la subordinación de las mujeres. 20 Es un orden de poder, un modo de dominación cuyo paradigma es el hombre. Está basado en la supremacía de los hombres y de lo masculino, sobre la interiorización de las mujeres y lo femenino. Es, además, un orden de dominio de unos hombres sobre otros y de enajenación de las mujeres. En él, las mujeres en distintos grados son expropiadas y sometidas a opresión, de manera predeterminada. En este orden, se preservan para ellos poderes de 20 Grupo temático nacional de igualdad de oportunidades, marco conceptual. 116 servidumbre sobre las mujeres y los hijos e hijas de las mujeres. El mundo resultante es asimétrico, desigual, enajenado, de carácter androcéntrico, misógino y homófobo. En él, el sujeto no es el hombre, sino el patriarca (Castillo y Morales). Perspectiva de género. Concepto que se refiere a la metodología y los mecanismos que permiten identificar, cuestionar y valorar la discriminación, desi gualdad y exclusión de las mujeres, que se pretende justificar con base en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres, así como l as acciones que deben empr enderse para actuar sobre los factores de género y crear las condiciones de cambio que permitan avanzar en la construcción de la equidad de género.21 Visión científica, analítica política sobre las mujeres y los hombres. Se propone eliminar las causas de la opresión de género, como la desigualdad, la injusticia y la jerarquización de las personas basada en el género. Promueve la igualdad entre los géneros a través de la equidad, el adelanto y el bienestar de las mujeres; contribuye a construir una sociedad en donde las mujeres y los hombres tengan el mismo valor, l a igualdad de derechos y oportunidades para acceder a los recursos económicos y a la representación política y social en los ámbitos de toma de deci siones.22 Roles de género Papel social que se asigna a una persona en función de su sexo biológico. Los roles de género, definen un conjunto de funciones sociales diferentes para hombres y mujeres, así co mo marcan la posición que ocupan en una estr uctura social dada, y de la que se deri van unos der echos y unas obligaciones.23 Rol productivo Son aquell as actividades que se desar rollan en el ámbito público y que gener an ingresos, reconocimiento, poder autoridad y estatus. 24 Rol reproductivo: Se relaciona con la producción social y las actividades dirigidas a garantiza el bienestar y la supervivencia de la familia, es decir, la crianza y la educación de los hijos y las hijas, la preparación de alimentos, la limpieza de la vivienda.25 Sexo / Género El sistema sexo/género describe un conjunto de arreglos o acuerdos por los cuales la materia prima biológica o el sexo humano y la procreación son modelados por los humanos debido a la intervención social (Rubin, 1975). Para el INMujeres, sexo Identifica las diferencias biológicas, anatómicas, fisiológicas y cromosomitas de entre mujeres y hombres percibidas como universales e inmutabl es.26 21 Ley para la igualdad entre mujeres y hombres del estado de Sinaloa, Artículo 5. Ibídem. 23 Grupo temático nacional de igualdad de oportunidades. 24 ABC del género, Ibídem. 25 Ibídem. 22 117 Transversalidad Es el proceso que permite garantizar la incorporación de la perspectiva de género con el objetivo de valorar las implicaciones que tiene para las mujeres y los hombres cualquier acción que se programe, tratándose de legislación, políticas públicas, actividades administrativas, económicas y culturales en las instituciones públicas y privadas. 27 B. GÉNERO Y E MPLEO Conciliación trabajo-familia La conciliación de la vida laboral, personal y familiar es la búsqueda del equilibrio entre las necesidades del ámbito familiar, personal y profesional de las personas. 28 Corresponsabilidad social Se trata de desar rollar un política social que Implique que las tareas de cui dado y trabajo doméstico sean compartidas entre hombres y mujeres, pero también con la participación del Estado, el mercado y las familias, así como por la sociedad en general. La legislación y las políticas públicas orientadas a la conciliación con corresponsabilidad social contribuirían a generar trabajo decente, reducir la desigualdad socioeconómica; promover la equidad de género, y mejorar la capacidad pr oductiva de la fuerza de trabajo.29 Cuota Proporción dada o parte de puestos, escaños o recursos que deben ser atribuidos a un colectivo específico, generalmente siguiendo ciertas normas o criterios, con la que se pretende corregir un desequilibrio anterior, generalmente en posiciones de toma de decisiones o en cuanto al acceso de oportunidades de for mación o a puestos de trabajo.30 División sexual d el trabajo Concepto que se establece para organizar el conjunto de responsabilidades y obligaciones de las mujeres y los hombres. 31 Al respecto anotó Teresita de Barbieri (1992): “La división social del trabajo es un ámbito fundamental del sistema de géneros, pero como consecuenci a del conflicto de poder y por lo tanto del control que los varones ejercen sobre la capacidad reproductiva y el acceso sexual a las mujeres, mas no como la clave desde donde se or igina la subor dinación-dominación entre los géneros. Es decir, el control sobre la capacidad de trabajo de las mujeres, si bien es uno de los elementos centrales en el sometimiento del cuerpo 26 ABC de Género, Ibidem. Ley para la igualdad entre hombres y mujeres para el estado de Sinaloa. 28 Glosario Aurreratu, Ibídem. 29 Trabajo y familia… Ibidem. 30 100 palabras para la igualdad, Ibidem. 31 ABC del género, Ibidem. 27 118 femenino, no es el único, por que no es el que hace a la especificidad de la diferencia sexual”. Espacio doméstico Es el ámbito de lo fami liar, dentro y fuera del hogar, donde mayor itariamente se mueven las mujeres, donde los afectos son pauta predominante: cuidado de hijas e hijos, de personas dependientes, la paciencia, la reproducción de la especie, la transmisión de valores, sin reconocimiento, valoración, retribución económica o posibilidad de ascenso (Glosario Aurreratu). Espacio privado-personal Espacio de elección y desarrollo personal e íntimo (Glosario Aurreratu). Espacio público Funciones socialmente visibles, reconocidas y valoradas, relacionadas con lo laboral y sociopolítico, donde predomina una escala de valores masculinizados porque es el medio en el que se desenvuelven los varones: actividad económica retribuida, poder político, intelectual, económico, acceso al triunfo y promoción profesional, etcétera (Glosario Aurreratu). Estrategias conciliatorias Las familias recurren a una gran diversidad de alternativas ante la necesidad de combinar el trabajo remunerado con la responsabilidad familiar. En el ámbito doméstico, los sectores de menores ingresos adjudican las labores de cuidado a las mujeres de la familia; las familias más prósperas contratan a trabajadoras domésticas o pagan servicios para el cuidado dentro o fuera del hogar, mediante servicios privados, públi cos o comunitarios, o provistos en los propios lugares de trabajo. En todos estos casos, la desvalorización del trabajo doméstico y de cuidado se transfiere a las ocupaciones remuneradas. El caso más dramático lo constituyen las empleadas domésticas, que padecen precarias condiciones de trabajo y, en muchos casos, todas las desventajas de la informalidad. 32 Hogares con Jefatura femenina Llamadas tambi én madres jefas de fami lia. Horario flexible Fórmulas de jornada laboral que ofrece una gama de posibilidades en cuanto a las horas trabajadas y los arreglos de rotaciones, turnos u horarios de trabajo diarios, semanal es, mensuales o anual es.33 Responsabilidades familiares Según el convenio 156 suscrito en 1981 por los estados miembros de la OIT y su recomendaci ón anexa número 165, las responsabilidades familiares se refieren específicamente a las responsabilidades hacia los hijos a cargo y otros miembros de su familia directa que de manera evidente necesiten su cuidado y sostén. 32 33 Trabajo y familia… Ibídem. 100 palabras para la igualdad, Ibídem. 119 A partir de la década de los sesenta, la OIT adoptó la noción de las responsabili dades familiares, proceso que culminó con el Convenio 156 y la Recomendaci ón 165 sobr e Trabajadores con Responsabili dades Familiares. En ellos se menciona que el ejercicio pleno del derecho al empleo implica que las responsabili dades familiares no constituyan causas de discriminación, no obstruyan el mejoramiento de las condiciones de vida ni comprometan el acceso y la permanencia laboral. Para ello, recomienda a los Estados políticas públicas y reglamentaciones que involucren a los hombres para una distribución más igualitaria de las responsabilidades .34 Segregación en el trabajo Concentración de mujeres y de hombre en tipos y niveles diferentes de actividad y de empleo, donde las mujeres se ven confinadas a una gama más estrecha de ocupaciones que los hombres (segregación horizontal), y a puestos de tr abajo inferiores (segregación vertical).35 Trabajo El trabajo es un derecho y un deber sociales. No es artículo de comercio, exige respeto para las libertades y divinidad de quien lo presta y debe efectuarse en condiciones que aseguren la vida, la salud y un nivel económico decoroso para el trabajador y su familia. No podrá establecerse distinciones entre los trabajadores por motivos de raza, sexo, edad, credo religioso, doctrina política o condición social.36 Trabajo decente Se trata de un concepto que ha acuñado la OIT el cual se encuentra aun en construcción. Trabajo decente implica trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana, en el cual los derechos son protegidos y que cuenta con remuneración adecuada y protección social. Se complementa con cuatro objetivos estratégicos que son: a) la promoción de los derechos laborales; b) la promoción del empleo; c) la protección social contra las situaciones de vulnerabilidad y d) el fomento del diálogo social. El trabajo decente tiene las siguientes características: trabajo productivo y seguro, con respeto a los derechos laborales, con ingresos adecuados y con protección social, con diálogo social, libertad sindical, negociación colectiva y participación.37 Trabajo de subsistencia Son las actividades que realizan las mujeres, dentro y fuera del hogar, como forma de paliar las carencias y mantener cierto nivel de bienestar de sus 34 Trabajo y Familia. Hacia una nueva forma de reconciliación con corresponsabilidad social. Resumen Ejecutivo, Chile, 2009. 35 100 palabras para la igualdad, Ibídem. 36 Ley Federal de Trabajo, México, 1970, reformada al 17 de enero de 2006. P.1. 37 Formación para el Trabajo Decente, Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (CINTERFOR), OIT, en http://www.cinterfor.org.uy /public/spanish/region/ampro/cinterfor/rct/35rct/doc_ref/doc1/i.htm 120 familias. Se les denomina “estrategias de sobrevivencia”, en las que las mujeres han puesto toda su inventiva y esfuerzos, sin mayor reconocimiento ni valoración social y económi ca (Castillo y Morales). Trabajo doméstico Se refiere al trabajo doméstico no remunerado cumplido por las/los integrantes del hogar; y el trabajo doméstico remunerado, el cual ocupa a una parte importante del empleo femenino. Las tareas del trabajo doméstico pueden variar según la sociedad de que se tr ate, de factores culturales y de l a situación socioeconómica de quienes lo realizan. Incluye las típicas tareas de hacer las compras de bienes y servicios para el hogar, cocinar, limpiar la casa, lavar, planchar la ropa, cuidar del huerto familiar y animales de corral, acarrear agua en las zonas rurales y urbanas, acarrear leña en las zonas rurales, así como la administración de los recursos y distribución de tareas. También incluye las gestiones fuera del hogar, como pagar cuentas, realizar trámites, desplazamientos y tiempos para llevar a la prole a la escuela, al doctor, al hospital, a los lugares de recreación y deporte(Castillo y Morales). Trabajo de cuidados familiares Son las tareas y relaciones de cuidar las necesidades fisiológicas, sociales, afectivas y médicas de niños y ni ñas, de una per sona adulta enfer ma o anciana dependiente, para el bienestar de su vida cotidiana. Si bien es un trabajo material, también implica aspectos afectivos y emocionales. Esta actividad de cuidado puede ser realizada por la familia o delegada a otras personas ajenas, remuneradas o no (Castillo y Morales). Trabajo voluntario o al servicio de la comunidad Recibe distintas denominaciones, como trabajo altruista, trabajo voluntario, trabajo gratuito, trabajo al servicio de la comunidad. Supone aportaciones en tiempo que comprenden -como el trabajo doméstico- una amplia gama de actividades dentro de lo que se ha llamado tercer sector o sector filantrópico. Se considera trabajo voluntario el que se presta a los no familiares, a través de una organización, ya sea laica o religiosa. Puede comprender actividades similares a las que se prestan en el sector mercantil y otras que pueden asimilarse a las actividades domésticas o de cuidado, que se hacen en todos los casos sin remuneración (Castillo y Morales). Uso del tiempo Medición del uso que las personas hacen del tiempo, específicamente en relación con el trabajo remunerado y no remunerado, las actividades mercantiles y no mercantiles, el tiempo dedi cado al ocio y a sí mismas.38 Vida Privada: Se refiere a la esfera en que se produce el reconocimiento y ejercicio de los derechos, y la privada, al espacio donde se satisfacen los intereses particulares de las personas y las familias. Por tradición, a las mujeres se les asignó la salvaguarda de la vida privada y familiar, quedando subordinadas a la autoridad masculina y con un estatus jurídico diferentes al concedido a sus congéneres var ones.39 38 39 100 palabras para la igualdad, Ibídem. ABC del género, Ibídem. 121 C. VIOLENCIA Y GÉNERO Acoso sexual Comportamiento de naturaleza sexual o de connotaci ones sexistas, no deseado por la víctima, que afecta a la dignidad de mujeres y hombres. En el contexto l aboral, incluye el comportamiento de superi ores y de colegas. 40 Machismo. La Real Academia de la Lengua define machismo como “la actitud de prepotencia de los varones hacia las mujeres”, pero el machismo es mucho más que simple “prepotencia”: las actitudes y comportamientos machistas tienen una función esencial en el mantenimiento de la subordinación de las mujeres; pueden ser consideradas como mecanismos interpersonales de dominación, usados para reafirmar la supremacía del hombre o mantener el control frente a estrategias (individuales o colectivas) de resistencia frente a esta dominación. Machismo es la forma de organización social y de ejercicio del poder de dominación masculina, pero donde las mujeres existen como sujetos de algunos derechos y en la que tienen algunos espacios de autonomía, pero también mucha indefensión. Un buen objeto de estudio en América Latina, puesto que sabemos que no siempre se ejerce de la misma manera (Barbieri, 1992). Misoginia Son conductas de odio hacia la mujer y se manifiesta en actos violentos y crueles contra ella por hecho de ser mujer.41 Violencia por género Cualquier acción u omisión, basada en su género, que cause daño o sufrimiento psi cológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte, tanto en el ámbito privado como en el público. Violencia co ntra las mujeres. Cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico o sexual a la mujer, tanto en el ámbito privado como en el público.42 Es todo acto de violenci a basado en la pertenenci a al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, así como las amenazas de tales actos, la coacción y la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. Las manifestaciones de la violencia física, sexual, psicológica y económica se producen en la familia, en la comunidad y diferentes espacios públicos. Entre ellos se abarcan los malos tratos; el abuso sexual de las niñas; 40 100 palabras para la igualdad, Ibídem. Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el estado de Sinaloa. 42 Ibídem anterior. 41 122 la violación por parte del marido u otro suj eto; el acoso sexual en los lugares de trabajo, las calles, los transportes y las instituciones; las intimidaciones, amenazas, difamaciones, descalificaciones, insultos, burlas en público o privado; el embarazo, el aborto y la esterilización forzados; la omisión o retención de la entrega de los recursos monetarios necesarios para la manutención; los daños en la propiedad y objetos de la mujer; la violencia ejercida y tolerada por el Estado (Castillo y Morales, 2006). Violencia psicológica Es cualquier tipo acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso el suicidio.43 Violencia física Es cualquier acto que i nflige daño no acci dental, usando la fuer za física o algún tipo de arma u objeto que puede provocar o no lesiones ya sean internas, externas o ambas. 44 Violencia patrimonial Es cualquier acto u omisión que afecte la supervivencia de la víctima. Se manifiesta en: la transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y pueda ab arcar los daños a los bienes comunes o propi os de la víctima.45 Violencia eco nómica Es toda conducta de acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un sal ario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral.46 Violencia Sexual Es cualquier acto que degrada o daña el cuerpo o la sexualidad de la víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto. 47 43 Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el estado de Sinaloa. Ibídem. 45 Ibídem. 46 Ibídem. 47 Ibídem. 44 123 Violencia familiar Es el acto de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y sexual a las mujeres, cuyo agresor tenga o haya tenido relación de parentesco, matrimonio, concubinato o mantenga o haya mantenido una relación de hecho. 48 Violencia labo ral Se ejerce por las personas que tienen un vínculo laboral, docente o análogo con la víctima, independientemente de la relación de jerarquía, consistente en un acto o una omisión en abuso de poder que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima e impide su desarrollo y atenta contra la igualdad. Puede consi stir en un solo evento dañino o en una serie de eventos cuya suma produce el daño. También incluye el acoso o el hostigamiento sexual, en los términos definidos en el Código Penal para el Estado de Si naloa. Constituye violencia laboral la negativa ilegal a contratar a la víctima o a respetar su permanencia o condiciones generales de trabajo, la descalificación del trabajo realizado, las amenazas, la intimidación, las humillaciones, la explotación y todo tipo de discriminación por condición de género. Para efectos de la Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el estado de Sinaloa, Incluye la exigencia o condicionante de certificados de no gravidez, así como para la obtención de un trabajo o el despido por motivo de embarazo, ademas del acoso y el hostigamiento sexual .49 D. GOBIERNO Y POLÍTICAS PÚBL ICAS Administración pública estatal De acuerdo con la ley orgánica de la administración pública para el Estado de Sinaloa, esta se define mediante el artículo No. 3 de di cha ley: “La administración pública Estatal se integrará con las Secretarías y entidades administrativas cuyas denominaciones, estructuras y atribuciones se establecerán en los reglamentos y demás disposiciones que expida el gobernador constitucional del Estado en ejercicio de sus facultades constitucionales y dentro de los límites de las que la presente Ley le otorga. “En atención a los que prescribe el artículo 110 de la Constitución Política del Estado de Sinaloa, en la integración de la administración pública estatal, deberá atenderse el principio de que no hará ninguna autoridad intermedia entre los Ayuntami entos y los Poderes del Estado. 48 49 Ibídem. Ibídem. 124 Estado de Sinaloa La identidad política y legal del Estado de Sinaloa se define en los tres primeros artículos de la Constitución Política del Estado de Sinaloa, en los que se señal a que es un estado democr ático de derecho que for ma parte integrante de la República Mexicana, que es poseedora de libertad y soberanía en su régimen interior y es sujeto a las limitaciones que son establecidas por el Pacto Federal. Sus tareas fundamental es son promover el bienestar individual y colectivo de los sinaloenses, el desarrollo económico sustentable, la seguridad y la paz social, la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social y la equidad en las relaciones sociales. Políticas públicas de igualdad Conjunto de pol íticas que tienen la finalidad de gar antizar que tanto las mu jeres como los hombres puedan par ticipar en todas las esferas de la vida económi ca, política, social y de toma de decisiones. Se aplican en diversos campos: trabajo, educaci ón, uso del tiempo, vida sin violencia, participación política. Políticas de género Políticas que tengan en cuenta las relaciones entre hombres y mujeres y sus diferentes posiciones sociales en todos sus ámbitos de actuación y que tenga como un horizonte de actuación el objetivo de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Una política de género debe analizar el respectivo contexto, formular los obstáculos que quedan para el logro de la igualdad en el contexto concr eto y elaborar sus medidas teniendo en cuent a los resultados del análisis previo. Así que una política de género implica un análisis de género. Con diferencia de una política de mujeres, la política de género no solamente trata de apoyar a las mujeres para que entren en las esferas dominadas por los varones hasta hoy, sino se trata de una pol ítica que actúe con ori entación hacia un modelo distinto de la sociedad introduciendo valores que apor ten la igualdad entre las personas (Glosario Aurreratu). 125 Anexo 3 Marco legal 126 Anexo 3. Marco legal El instrumento que tiene la función de otorgar y tratar de garantizar igualdad es el derecho. A través de documentos normativos se regula la vida en sociedad. Debido a ello, los movimientos sociales que buscan el verdadero ejercicio de la equidad de género orientan buena parte de sus esfuerzos a la inclusión de regulaciones legales al respecto, así como a la insistencia en la creación y aplicación de políticas públicas que puedan instrumentarse en este benef icio. A continuación se describen los documentos normativos y jurídicos que servirán como marco de referencia a esta investigación. Convenios internacionales La igualdad entre mujeres y hombres y la no discriminación por razones de sexo, idioma o religión fue reconocida a partir de 1948, derivado de la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la consagración de la Carta de los Derechos Humanos. A partir de este reconocimiento de los derechos de las mujeres y los hombres, se han signado convenios internacionales que suscriben principios, medidas y recomendaci ones para prevenir y eliminar las desigualdades, actos de discriminación y mani festaciones de violencia hacia las mujeres. Muchos convenios internacionales se han signado, entre ello se encuentra la resultante de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, mejor conocida como la Convención de Belem Do Para, que fue firmada en 1994 en Brasil y entró en vigor en 1995. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptó el 29 de junio de 1951 el Convenio (no. 100) relativo a la igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor. Este Convenio entró en vigor el 23 de mayo de 1953, sentando las bases 127 para la igualdad de género en el ámbito laboral. También existe el convenios 111 sobre discriminación en el empleo y la ocupación (1954), además del 183 sobre la protección de la maternidad (2000) y el 156 sobre Trabajadores con responsabili dades familiares (1981). La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación en contra de las mujeres (CEDAW) de 1979, incorporó la noción de responsabili dades familiares y sentó las bases para debatir la conciliación entre las esferas laboral y familiar en distintas conferencias que culminaron con la Declaración y la plataforma de Acción de Beijing (1995), que plantea nuevas reglas y políticas sobre el trabajo, la educación, tecnología, esparcimiento e incentivos para la revalorización de las responsabili dades familiares. Por otra parte, la Organización Internacional del Trabajo, ha promovido convenios para atacar las desigualdades o discriminación por razones de sexo en el ámbito laboral. El Convenio sobre los Trabajadores con Responsabili dades Familiares fue adoptado en 1981, con el objetivo de hacer recomendaci ones para la interrelación entre trabajo y familia y facilitar la igualdad entre trabajadoras/es con y sin responsabilidades familiares. Este convenio recapitula una serie de tendencias recientes, tanto en el área del trabajo como en la de la familia, que hacen cada vez más difícil para las personas la armonización entre las dos esferas. Ámbito nacional En el marco de los compromisos internacionales y los instrumentos jurídicos sobre derechos humanos de la mujer que ratifica México, el principio de igualdad y a la no-discriminación, está consagrado en la Constitución Política 128 de los Estados Unidos Mexicanos 50, donde se inscribe que todos los ciudadanos, sean varones y mujeres, gozar án de las garantías individuales. …quedando prohibido origen étnico o toda discriminación motivada por nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. 51 Ley Federal de Igualdad entre Hombres y Mujeres Es el sustento jurídico que materializara los convenios internacionales para proteger, promover y defender los derechos humanos, específicamente desde la perspectiva de género, el Congreso del Estado expide en México la Ley Federal de Igualdad entre Hombres y Mujeres,52 que constituye el instrumento normativo que se “encarga de regular y garantizar la igualdad entre mujeres y hombres, así como proponer lineamientos y mecanismos institucionales que orienten a la nación hacia el cumplimiento de la igualdad sustantiva en los ámbitos público y privado, promoviendo el empoderamiento de las mujeres”. De acuerdo con esta Ley, la i gualdad entre mujeres y hombres implica la eliminación de toda forma de discriminación en cualquiera de los ámbitos de la vida, que se gener e por pertenecer a cualquier sexo. Esta norma es de competencia general para todos los niveles de gobierno, federal, estatal, municipios y el distrito federal, y sus preceptos se aplicarán a través de conveni os y acuerdos de coor dinación interinstitucionales. 50 El 17 de Octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la modificación al artículo 34 de la Constitución, que a la letra señalaba: “Son ciudadanos de la república los varones y las mujeres que tendiendo calidad de mexicanas…” Antes de esta fecha se excluía a las mujeres de la ciudadanía plena. Novoa, Rosario y Ley, Angélica (2008), UNAM, 2008. 51 Artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Editorial Porrúa, México, 2005, reformada mediante decreto, publicado en el Diario Oficial de la Federación, México, 2006. 52 Diario Oficial de la Federación, México, 2006. 129 Con base a ello también, se faculta a los congresos de los estados, con fundamento en sus respectivas constituciones, a expedir sus principios, políticas y objetivos, sobre igualdad entre mujeres y hombres. Para cumplir con los preceptos de esta Ley, en México se creó el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y No Discriminación contra las Mujeres (PROEQUIDAD) (INMujeres, 2001), que comprende estrategias, objetivos y metas que plantean el proceso de transformación para la igualdad entre mujeres y hombres a través de la modificación de estructuras políticas, económicas, sociales y culturales, así como de las políticas públicas y programas en todos los sectores. Ley General de acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia Otro marco jurídico importante en los estudios de género es la Ley General de acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1º de febrero de 2007, que finca la responsabilidad de coordinación que debe existir entre la Federación, los estados y municipios para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, así como los principios y modalidades para garantizar su acceso a una vida libre de violencia que favorezca su desarrollo y bienestar conforme a los principios de igualdad y de no discriminación, así como para garantizar la democracia, el desarrollo integral y sustentable que fortalezca la soberanía y el régimen democrático establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ley Federal del Trabajo En el ámbito laboral, México consagra los derechos y obligaciones de los trabajadores en la Ley Federal del Trabajo, que señala en su Artículo 3º que el trabajo es un derecho y un deber sociales. No es artículo de comercio, exige respeto para las libertades y dignidad de quien lo presta y debe efectuarse en condiciones que aseguren la vida, la salud y un nivel económico decoroso para 130 el trabajador y su familia; y que no podrán establecerse distinciones entre los trabajadores por motivo de raza, sexo, edad, credo religioso, doctri na. El Artículo 64 asienta que las mujeres disfrutarán de los mismos derechos y obligaciones que los hombres, y dedica un Título para establecer las modalidades para la protección de la maternidad en el trabajo. El Artículo 54 establece que es obligación de todas las entidades públicas otorgar a sus trabajadoras embarazadas la protección que establezcan los reglamentos; mientras que el Artículo 86 puntualiza algunos beneficios por maternidad: “Las mujeres disfrutarán de un descanso de un mes anterior a la fecha que aproximadamente se fije para el parto, y de otros dos meses después del mismo, con goce de salario íntegro, computándose en su antigüedad ambos períodos, sin que lo anterior afecte su derecho al disfrute de vacaciones. Durante el período de lactancia tendrán derecho a dos reposos extraordinarios por día, de media hora cada uno que pueden ser acumulables, para alimentar a sus hijos, por un término de cuatro meses contado a partir del día en que r einicia labores. Marco jurídico en Sinaloa La Constitución Política del estado de Si naloa reconoce que el varón y la mujer son iguales ante la ley, y tienen los mismos derechos y obligaciones en la vida política, social, económica y cultural del estado; y que la familia constituye la base fundamental de la sociedad. Los niños y las niñas deberán ser objeto de especial protección. Las personas de la tercera edad y los discapacitados deben recibir apoyo permanente. Toda medida o disposición en favor de la familia y de la niñez, se considerará de orden público. (Según decreto 469 de fecha 19 de diciembre de 2000, publicado en el PO No. 056 del 9 de mayo de 2001). 131 Expresa que el fundamento y objetivo último del Estado es la protección de la dignidad humana y la promoción de los derechos fundamental es que le son inherentes,53 que en lo que atañe a su régimen interior la soberanía del Estado reside esencial y originariamente en el pueblo sinaloense, el cual propugna como valores superiores de su orden jurídico y social, la libertad, la igualdad de derechos, la justicia, la solidaridad, el pluralismo político y la diversidad cultural.54 El artículo tercero,además, puntual za que las tareas fundamental es del estado de Sinaloa son promover el bienestar individual y colectivo de los sinaloenses, el desarrollo económico sustentable, la seguridad y la paz social, la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social y la equidad en las relaciones sociales. Ley para la igualdad entre mujeres y hombres del estado de Sinaloa A partir del 2009 en Sinaloa se aprueba la Ley para la igualdad entre mujeres y hombres, la cual tiene por objeto “regular y garantizar la igualdad entre mujeres y hombres, proponer los lineamientos y mecanismos institucionales que orienten al Estado hacia el cumplimiento de la igualdad sustantiva en los ámbitos público y privado, promoviendo acciones afirmativas a favor de la mujer”. El 29 de julio de 2004 se aprueba la Ley que crea el Instituto Sinaloense de las Mujeres, el cual tiene como objetivos la promoción, seguimiento y evaluación de las políticas públicas, y la participación de la sociedad, destinadas a asegurar la igualdad de oportunidades y la no discriminación hacia las mujeres; coordinación, seguimiento y evaluación de los programas, proyectos y acciones, y la concertación social indispensable para su implementación; la ejecución de la política de coordinación permanente, entre las dependencias y entidades de la Administración Pública Estatal, así como de las autoridades, municipales y de los sectores social y privado en relación con las mujeres; la promoción de la cultura de la no violencia, la no discriminación 53 54 Constitución Política del Estado de Sinaloa. Ibídem. 132 contra las mujeres y de la equidad de género para el fortalecimiento de la democracia, entre otros. Ley de acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Sinaloa Para dar cumplimiento a su obligación de garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, el estado de Sinaloa expidió su propia Ley para la prevención, atención, sanción y erradicación de todos los tipos de violencia contra las mujeres durante su ciclo de vida y para promover el desarrollo integral y su plena participación en todas las esferas de la vida, basado en los principios de la igualdad jurídica entre la mujer y el hombre; el respeto a la dignidad humana de las mujeres; la no discriminación, la libertad de las mujeres. Política institucional de género en Planes de Desarrollo En el Plan Estatal de Desarrollo 2005-2010, el gobierno del estado de Sinaloa, adoptó dos objetivos claves: Impulsar las políticas públicas que propicien y faciliten la no discriminación, la igualdad de oportunidades y el logro de una real equidad entre los géneros; e incorporar la perspectiva de género como eje conductor de los planes y programas del gobierno estatal, a través de estrategias y líneas de acción definidas. Otros documentos El marco jurídico general en el que se incorporan políticas públicas de igualdad entre hombres y mujeres en las actividades de las organizaciones gubernamentales abarca otras leyes, normas y reglamentos; como son: la Ley de Servidores Públicos al Servicio del Estado y la Ley del Servicio Profesional de Carrera de la Administración Pública Federal; además de manuales de organización, reclutamiento, selección, capacitación y ascenso vigentes en la administración pública, los cuales serán referente para el análisis de este estudio. 133 Adopción del Modelo de Equidad de Género Con la finalidad de introducir la perspectiva de género al ámbito laboral y garantizar la igualdad de oportunidades a las mujeres en sus lugares de trabajo, el INMujeres diseñó un programa especial para aplicar el denominado Modelo de Equidad de Género (MEG), el cual tiene como propósito básico detectar, combatir y en su caso erradicar, mediante acciones afirmativas y/o acciones a favor del personal, los problemas de inequidad en el acceso a capacitaci ón, el desarrollo profesional, salarios y compensaci ones desiguales por el mismo trabajo, situaciones de hostigamiento sexual y discriminación de cualquier tipo. Modelo de Reconocimiento de Empresa Familiarmente responsables El Modelo de Empresas Familiarmente Responsabl es es una propuesta para el reconocimiento de buenas prácticas laborales, así como para mostrar rutas posibles de mejora continua a través del desarrollo del capital humano que incidan en la productividad y competi tividad de las empresas. A decir de la Secretaría del Trabajo y Previsión Socia —instancia federal que lo desarrolló— el Modelo de Empresas Familiarmente Responsabl es tiene como objetivo refrendar compromisos con las y los trabajadores y los empresarios para el perfeccionamiento de las acciones que favorezcan la tarea de lograr el crecimiento y el desarrollo de México. 134 135