Comunidades Latinas en Latino Communities
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Comunidades Latinas en Latino Communities
Explore, disfrute y proteja nuestro planeta Comunidades Latinas en Peligro Cómo las Decisiones de la Administración Bush Dañan a Nuestras Comunidades Latino Communities at Risk How Bush Administration Policies Harm Our Communities Comunidades en Peligro Communities at Risk Philadelphia, Pennsylvania Reconocimientos Este informe se realizó gracias a la ayuda y la dedicación de socios, personal y voluntarios del Sierra Club. Agradecemos a los miembros de los muchos grupos comunitarios locales que ofrecieron información y enviaron fotografías. Especialmente queremos presentar nuestros respetos y gratitud a las personas y familias que compartieron con nosotros sus historias y luchas. No Hay Respiro para Madre e Hijo There’s No Easy Breathing For Mother or Son Salinas, California El Envenenamiento de Bromuro Metílico Devasta la Salud de Trabajadores Methyl Bromide Poisoning Devastates Farm Workers’ Health St. Petersburg, Florida La Contaminación de Mercurio Hace Inseguro el Consumo de Pescado Mercury Pollution Makes Fish Unsafe to Eat Fajardo, Puerto Rico Acknowledgements This report was made possible with the help and hard work of Sierra Club volunteers, staff, and partners. Many thanks to the members of the local community groups who provided information and sent photographs. We especially want to honor and thank the people and families who shared their stories and struggles. Sherry Alderman, Elise Annunziata, Keith Joya Costera Cae en las Redes del Desarrollo Coastal Jewel Caught in the Nets of Development Fresno, California Donde Respirar Es como Fumar sin Filtro Where Breathing is Like Smoking Without Filters Brooklyn, New York Coalición en Nueva York Lucha contra el Envenenamiento de Plomo New York City Coalition Fights Childhood Lead Poisoning Bagwell, Sandy Bahr, John Barry, Navis Blanco, New Mexico Bermudez, Barb Boyle, Bunyon Bryant, Patricia Un Ranchero Nuevo Mexicano Quiere Que le Devuelvan Su Tierra New Mexico Rancher Wants His Land Back Burke, Elena Cardona, Manuel Castro, Tom Clarke, Orli Cotel, Rafael Cruz, Miguel Dávila, Thania Delgado, Julie Eisenberg, Roy Emrick, Jorge Fernández, Mark Fragola, Jessica Frohman, Eric Frumin, Gabriel Gagner, Isabel Garcia, Marilyn Garret, Kerri Glover, Christine González, Melanie Griffin, Carmen Guerrero, Kevin Hall, Kevin Hamilton, Kristina Harrell, Ananda Hirsh, Ed Hopkins, Frank Jackalone, Nicholas Jaramillo, Charles Kamasaki, Pat Kiesylis, Rob Kulakofsky, Rey León, Omeheira López, Suzanne Mattei, Ubaldo Martín, Jenny Martínez, Liza Martínez, Georgina Mendoza, Sarahí Alvarez Mendoza, Tina Mendoza, Cristina Mestre, Mike Meuter, Nat Mund, Jenny Neeley, María Celia Nolasco, Cherry Jo Pascual, Peggy Pierce, Francisco Pérez Aguiló, Amanda Ransone, Luis Jorge Rivera-Herrera, Lois Robin, Kat Rodríguez, Leah Rothstein, Guillermo Ruiz, Zeida Santana, Kristin Schafer, Dan Seligman, Bart Semcer, Diana Silbergeld, Rob Smith, Tara Smith, Marilyn Berlin Snell, Kevin Stewart, Linda Stezelberger, Annie Strickler, JJ Straight, Linda Tepper, Tanya Tolchin, Ilene Ulep, Michael Vallejo, Pat Veesart, Chris Velasquez, Bill Walker, Courtney Washburn, Rosemary Wehnes, Eric Wesselman, Tad Williams, Mary Wiper. Report Coordinator: Camilla Feibelman, Translation: Javier Sierra, Layout: Michael Molanphy. Milwaukee, Wisconsin Las Plantas Energéticas Dejan a Michael Vallejo sin Aliento Power Plants Take Michael Vallejo’s Breath Away Reynosa, Mexico Las Cicatrices del Libre Comercio The Scars of Free Trade Tar Heel, North Carolina Trabajadores de Mataderos Realizan un Trabajo Matador Slaughterhouse Workers Faced With a Deadly Job Las Vegas, Nevada El Aire de Nevada Es una Apuesta a Perdedor Game Called on Account of Dirty Air Tucson, Arizona Muralla Fronteriza Pone en Peligro a las Personas y al Medio Ambiente Border Walls Put People and the Environment At Risk “Comunidades Latinas en Peligro” también está disponible en: www.sierraclub.org/comunidades “Latino Communities At Risk” is also available at: www.sierraclub.org/comunidades Los más de 700.000 miembros del Sierra Club,inspirados por la naturaleza,trabajan juntos para proteger a nuestras comunidades y nuestro planeta.El Sierra Club es la mayor y más antigua organización de base medioambiental en Estados Unidos. The Sierra Club’s members are more than 700,000 of your friends and neighbors.Inspired by nature, we work together to protect our communities and the planet.The Club is America’s oldest,largest and most influential grassroots environmental organization. Este informe fue financiado por una donación de The Sierra Club Foundation a The Environmental Partnerships Program del Sierra Club. This report was funded by a grant from The Sierra Club Foundation for the Sierra Club’s Environmental Partnerships Program. Junio de 2004 • June 2004 Impreso en papel reciclado • Printed on recycled paper Comunidades en Peligro 3 ■ Comunidades en Peligro M ientras el país está distraído con la guerra y los millones de empleos perdidos, la administración Bush sigilosamente está desmantelando las protecciones de nuestro aire, agua y tierras, amenazando así seriamente la salud y la herencia de todos. El Informe de Comunidades Latinas en Peligro de 2004 del Sierra Club detalla el impacto acumulado de las acciones de la administración Bush en las comunidades hispanas de todo el país. El reporte revisa la política y los números para relatar las historias de 12 personas y familias cuya salud y subsistencia han sido afectadas después de haber sido expuestos a peligrosos pesticidas. Michael Vallejo, Thania Delgado, y Nicholas Jaramillo sufren todos debido a la epidemia de asma que aflige a nuestro país. Zeida Santana y María Nolasco están preocupadas por que sus hijos o nietos queden expuestos a peligrosas toxinas, como el mercurio y el plomo. Y Chris Velásquez y Miguel Dávila presencian la destrucción de las tierras que mantienen a sus familias. En lugar de proteger a Michael y Thania, Miguel y Zeida, la administración Bush está desmantelando las leyes que se aprobaron para protegerles. Este año la administración pidió y logró excepciones de un tratado internacional que hubiera prohibido el uso del pesticida que enfermó a Jorge y a Guillermo. Los cambios en la Ley de Aire Limpio propuestos por la administración Bush permitirán que haya más contaminación vinculada con el asma. La Agencia de Protección Medioambiental nos advirtió que no comamos ciertos tipos de pescado debido a la contaminación de mercurio la misma semana que propuso que a los contaminadores se les permitiera emitir más mercurio durante al menos diez años más. Estas y otras historias están detalladas en las siguientes páginas. Hay mejores maneras de hacer las cosas. Poseemos la tecnología y los conocimientos necesarios para limpiar y evitar el envenenamiento del aire, agua y tierra. Cada comunidad, cada persona merece esta protección. La administración Bush debe proteger a todas nuestras comunidades, por nuestras familias, por nuestro futuro. directamente por las devastadoras decisiones medioambientales de la administración Bush. La comunidad hispana enfrenta un peligro desproporcionado. Estudio tras estudio demuestra que las comunidades hispanas están situadas en las áreas más contaminadas de las ciudades.1 Tres de cada cinco latinos viven en comunidades cercanas a lugares tóxicos no controlados.2 El 80% de los latinos vive en los 437 condados con el peor aire del país, comparado con el 57% de los anglosajones y el 65% de los afroamericanos.3 Y el 90% de los braceros son hispanos, quienes siguen expuestos a pesticidas extremadamente peligrosos.4 El informe del Sierra Club relata las historias de hispanos de todo Estados Unidos que sufren innecesariamente. Los braceros Guillermo Ruiz y Jorge Fernández quedaron incapacitados César Chávez 1927-1993 United Farm Workers Este informe está dedicado a la memoria de César Chávez y al movimiento que él inspiró. El clamor por un medio ambiente seguro está profundamente enraizado en la tradición hispana. A partir de la década de 1960, César Chávez lideró un movimiento para proteger a los braceros de los pesticidas que literalmente llovían sobre ellos en los campos de cultivo.Chávez vinculó al pueblo con el medio ambiente y nos enseñó que todos tenemos derecho a vivir en un medio ambiente limpio y seguro - sin importar quiénes somos ni de dónde venimos.La labor de Chávez y del movimiento medioambiental resultó en la aprobación de leyes históricas para proteger el aire,el agua y – más importante aún – a la gente. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Communities at Risk 4 ■ Communities at Risk W hile Americans are diverted by war and millions of job losses, the Bush admin- istration is quietly stripping protections from our air, water and lands, seriously threatening our health and heritage. The Sierra Club’s 2004 Latino Communities at Risk Report details the cumulative impact of the Bush administration’s environmental actions on Hispanic communities throughout the country. The report looks behind the policy and the numbers to tell the stories of 12 individuals and families whose health and Jorge Fernández are farm workers incapacitated by their exposure to toxic pesticides. Michael Vallejo, Thania Delgado, and Nicholas Jaramillo are all suffering from the asthma epidemic that plagues our nation. Zeida Santana and Maria Nolasco are worried about exposing their children to dangerous toxins like mercury and lead. And Chris Velasquez and Miguel Davila are seeing the lands and waters that support their families be destroyed. Instead of protecting Michael and Thania, Miguel and Zeida, the Bush administration is dismantling laws that were meant to protect them. The administration asked and won exemptions this year from an international treaty that would have banned the pesticide that made Jorge and Guillermo sick. Changes to the Clean Air Act proposed by the Bush administration will allow more air pollution that is linked to asthma. The EPA warned us not to eat certain kinds of fish because of mercury contamination the same week it proposed allowing polluters to emit more mercury for at least a decade longer. These and other stories are detailed in the following pages. There is a better way. We have the technology and the knowledge needed to clean up and prevent the poisoning of our air, water and land. Every community, every person deserves that protection. The Bush administration should protect all of our communities – for our families, for our future. livelihoods have been directly affected by the Bush administration’s devastating environmental policies. The Hispanic community is disproportionately at risk. Study after study has shown that Hispanic communities are located in the most polluted areas of cities.1 Three out of every five Latinos live in communities near uncontrolled toxic waste sites.2 Eighty percent of Latinos live in the 437 counties with the country’s worst air, compared to 57 percent of Anglos and 65 percent of African Americans.3 And 90 percent of farm workers are Hispanic and are still exposed to extremely dangerous pesticides.4 The Sierra Club’s report tells the stories of Latinos throughout the United States who are suffering unnecessarily. Guillermo Ruiz and César Chávez 1927-1993 United Farm Workers This report is dedicated to the memory of César Chávez and the movement he inspired. The cry for a safe environment is deeply rooted in the Hispanic tradition. Beginning in the 1960s, Cesar Chavez led a movement to protect workers from pesticides that were literally raining down on them in the fields. Chavez’s movement linked people and the environment and taught us that we all have a right to live in a healthy and safe environment – no matter who we are or where we are from.The work of Chavez and members of the environmental movement resulted in passage of landmark laws that protected our air, water, land and – most importantly – people. 1 Ash, Michael and Fetter, T. Robert, “Who Lives on the Wrong Side of the Tracks? Evidence from the EPA’s Risk-Screening Environmental Indicators Model,” Social Science Quarterly, 2004. 2 “Toxic Waste and Race in the United States,” UCC-CRJ, 1987. 3 EPA Factsheet, available at, www.epa.gov/compliance/resources/faqs/ej/index.html#faq20. 4 See #3 Philadelphia Comunidades en Peligro PENNSYLVANIA 5 ■ No Hay Respiro para Madre e Hijo Plantas Energéticas Viejas y Sucias Encuentran un Amigo en la Administración Bush E l Dr. Ubaldo Martín es un médico pulmonar de Temple University Hospital en Filadelfia. Muchos de sus pacientes son puertorriqueños, una comunidad que sufre de una alta incidencia de asma,1 acentuada por un acceso limitado al cuidado de la salud, una falta de información sobre la enfermedad y su cercanía a áreas contaminadas.2 Thania Delgado, por ejemplo, quien a veces no puede caminar ni un solo bloque debido al asma, dice que “no tengo seguro médico, y debido a que no tengo doctor, uso la medicina contra el asma de mi hijo”. A su niño de seis años se le diagnosticó asma cuando tenía sólo una semana de vida después de parar de respirar. Ahora, sufre ataques dos o tres veces al año, más de lo que los doctores consideran aceptable. Desde la aplicación de la Ley de Aire Limpio en 1970, la calidad del aire ha mejorado en muchas regiones del país. Pero incluso después de 30 años de progreso, más de 130 millones de personas en este país, 3.8 millones de ellas en el sur de Pensilvania, continúan respirando aire sucio y nocivo.3 En Pensilvania hay 35 plantas energéticas de combustión de carbón, localizadas por todo el estado y que contribuyen a los problemas de calidad del aire.4 Los residentes de Pensilvania también respiran aire sucio procedente de las plantas energéticas del medio oeste, en Indiana, Ohio y Virginia Occidental al igual que la contaminación procedente de Baltimore y Washington. Y ahora, debido a que la administración Bush está debilitando la protección de la limpieza del aire, los problemas de Pensilvania podrían empeorar. “La polución juega un papel muy significativo en el asma y agrava la enfermedad. No hay manera de negar este hecho. Cualquier cosa que permita que se acelere la polución, cualquier política que debilite las protecciones medioambientales, eventualmente perjudica a los pacientes de asma”, dice el Dr. Martín. En virtud de la Ley de Aire Limpio, el programa de Revisión de Nuevas Fuentes exige a las plantas más viejas instalar equipo de control de polución moderno cuando hagan cambios significativos que aumenten la contaminación. La administración Thania Delgado y su hijo sufren de asma. A veces Thania no puede ni siquiera caminar un bloque porque su enfermedad se lo impide. Bush está excluyendo a plantas energéticas de este programa, y permitiendo que instalaciones más viejas que contaminan más no reduzcan sus emisiones tóxicas, lo cual pone en creciente peligro la salud de las comunidades cercanas y en la dirección del viento. El programa de Revisión de Nuevas Fuentes funciona. Las compañías que fueron enjuiciadas por violar esta sección de la Ley de Aire Limpio han accedido a instalar tecnología moderna que, después de ser aplicada en su totalidad, reducirá la polución en casi un millón de toneladas anuales. Esto significa mucho menos hollín y smog (niebla tóxica) en las comunidades donde están localizadas estas plantas.5 “Aire limpio es una buena idea, es un error que alguien debilite la ley”, dice Thania. “Tarde o temprano la gente va a empezar a usar máscaras en la calle porque esto se está poniendo peor y peor”. Treinta años de progreso en la limpieza del aire demuestran que la ley funciona. Tenemos los conocimientos y la tecnología para reducir la polución. Pero al ponerse constantemente del lado de la industria del carbón y de la producción de energía, la administración Bush da prioridad a las ganancias de los contaminadores en lugar de la salud pública. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Philadelphia Communities at Risk PENNSYLVANIA 6 ■ There’s No Easy Breathing For Mother or Son Old, Dirty Power Plants Off the Hook After Bush Administration Eases the Rules D r. Ubaldo Martín is a lung doctor at Temple University Hospital in Philadelphia. Many of his patients are Puerto Rican, a community that suffers from very high rates of asthma1 and suffers all the more because of limited access to health care, lack of information about the illness, and living in polluted areas.2 Thania Delgado, for example, sometimes can’t even walk a block because her asthma overcomes her. “I don’t have medical insurance, and since I don’t have a doctor, I use my son’s asthma medicine,” she says. And Thania’s son, who is six, is suffering too. He was diagnosed with asthma at a week old when he stopped breathing. He now has two or three attacks each year, more than what doctors consider acceptable. Since the Clean Air Act was enacted in 1970, air quality has improved in many regions of our country. But even after 30 years of progress, more than 130 million Americans and 3.8 million residents of southeastern Pennsylvania, continue to breathe dirty, unhealthy air.3 Pennsylvania is home to 35 coal-fired power plants, located throughout the state which contribute to air quality problems in the area.4 Also Pennsylvania citizens breathe pollution from dirty Midwestern power plants located upwind in Indiana, Ohio, and West Virginia, as well as winds blowing in from Baltimore and Washington. And now because the Bush administration is weakening clean air protections, Pennsylvania’s air pollution problems stand to get worse. “Pollution plays a very significant role in asthma and exacerbates it. There isn’t any way to deny that. Anything that allows pollution to accelerate, any policy that goes soft on environmental protection, ultimately harms asthma patients,” says Dr. Martín. Under the Clean Air Act, the New Source Review program requires older plants to install modern pollution control technologies when they make significant changes that increase pollution. The Bush administration is exempting factories including utilities from this program, allowing older, more polluting plants to avoid pollution reduction, placing local communities and those downwind at increasing risk of health damage and pollution. The New Source Review program works. Companies that were sued for breaking this part of the Clean Air Act have since agreed to install modern technology that will result in pollution reductions approaching a million tons a year when fully implemented. That means a lot less soot and smog pollution in communities where these plants are located.5 “Clean air sounds right, it’s wrong for anyone to weaken the law,” says Tahnia. “Sooner or later people will start wearing masks on the street because this is getting worse and worse.” Thirty years of progressively cleaner air shows that it doesn’t have to be this way, we have the know-how and the technology to reduce pollution. But by consistently siding with the coal and utility industries, the Bush administration is putting polluters’ profits ahead of people’s health. Para más información contacte a/For more information contact: Sierra Club Elise Annunziata 610.771.0100 [email protected] Thania Delgado and her son both suffer from asthma. Sometimes Thania can’t even walk a block because her asthma overcomes her. American Lung Association of Pennsylvania Linda Stezelberger 610.941.9595 [email protected] 1 Ledogar, R., et al. “Asthma and Latino Cultures: Different Prevalence Reported Among Groups Sharing the Same Environment,” American Journal of Respiratory Critical Care Medicine, Vol. 161: 504-9, 2000. 2 Personal interview, Dr. Ubaldo Martin, May 2004. 3 American Lung Association, “State of the Air 2004,” April 2004, available at, http://lungaction.org/reports/stateoftheair2004.html. 4 “Fossil Fuel - Fired Large Utility/CoGen Boilers in Pennsylvania,” PA Department of Environmental Protection, September 2003. 5 Environmental Integrity Project factsheet, available at, http://www.environmentalintegrity.org/pubs/Fact_Sheet_-_NSR_Settlements.pdf. Salinas Comunidades en Peligro CALIFORNIA 7 ■ El Envenenamiento de Bromuro Metílico Devasta la Salud de Trabajadores La Administración Bush Socava un Tratado Internacional Que Prohibiría el Pesticida espués de trabajar en algunos de los campos más fértiles del país, Jorge Fernández y Guillermo Ruiz viven una existencia estéril. Durante 12 años, los dos recorrieron decenas de plantaciones en California y Arizona trabajando con uno de los pesticidas más peligrosos que se conocen, el bromuro metílico. Hoy, la salud de Jorge y Guillermo está destrozada. Ambos se quejan de vista borrosa, dolores de cabeza, garganta, oído y abdomen, y ardores en la piel. La Agencia de Protección Medioambiental lo incluye en su categoría de las sustancias más tóxicas.1 Sólo en California, desde 1985 al menos 18 personas han muerto y cientos han sido intoxicadas por él.2 Los dos han quedado incapacitados para trabajar y culpan de sus desgracias al bromuro metílico y a los patrones, quienes no siguieron las reglas de seguridad para su aplicación. “A mi nunca me informaron que esto hacía daño”, dice Jorge, quien lleva incapacitado desde septiembre de 2003. “Ahora sé que después de cortar los plásticos que cubrían los campos, deberíamos haber esperado 24 horas antes de retirarlos. Pero nos metían enseguida.” “[El patrón] no cumplía con las reglas y no nos daba el equipo apropiado”, recuerda Guillermo, quien también lleva incapacitado desde septiembre de 2003. “Nos daban un puro pantalón de plástico y máscaras de papel que no protegen nada. Había días que no podía hablar porque en un par de horas te quemaba la garganta”. Pero fue el devastador efecto del bromuro metílico en la capa de ozono lo que llevó a 166 naciones a firmar en 1987 el Protocolo de Montreal,3 una de las mayores victorias medioambientales de la historia. El pacto obliga a todos sus signatarios a eliminar por completo el uso del bromuro metílico para 2005, excepto en casos extraordinarios. Pero la administración Bush de nuevo está socavando los tratados internacionales. A principios de 2004, la Casa Blanca solicitó excepciones para seguir inyectando este pesticida en campos agrícolas.4 En marzo las consiguió, al menos para 2004; y ahora en lugar de estar a punto de eliminar por completo este veneno, braceros como Jorge y Guillermo seguirán aplicándolo a cosechas, pese a que para el 95% de los usos hay alternativas menos dañinas.5 ORLI COTEL D Durante 12 años, Jorge Fernández y Guillermo Ruiz han trabajado con el peligroso pesticida bromuro metílico. Ahora los dos sufren secuelas médicas que les impiden trabajar. Para los fabricantes químicos y los conglomerados agrícolas esto significa un negocio redondo. La familia Gottwald, dueña de Albemarle, uno de los mayores productores de bromuro metílico, donó a Bush y al Partido Republicano $345,000 entre 2000 y 2002.6 Y los conglomerados agrícolas dieron $2.7 millones a la Campaña de Bush en 2000.7 Según un estudio de la Pesticide Action Network, el estadounidense promedio lleva en su cuerpo niveles no saludables de pesticidas, y los hispanos de origen mexicano, como Jorge y Guillermo, tienen niveles especialmente altos.8 “Este trabajo nos toca hacerlo porque somos mexicanos”, dice Jorge. “¿Por qué no viene el Sr. Bush a hacerlo? Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Salinas Communities at Risk CALIFORNIA 8 ■ Methyl Bromide Poisoning Devastates Farm Workers’ Health The Bush Administration Undermines International Treaty That Would Ban the Pesticide A fter working on some of the country’s most fertile fields, Jorge Fernández and Guillermo Ruiz live barren lives. For 12 years, both men worked in dozens of fields in California and Arizona with one of the most dangerous pesticides known to man - methyl bromide. Today, Jorge and Guillermo’s health is devastated. They both complain of blurred vision, head, throat, ear and abdomen aches, in addition to rashes. The EPA rates methyl bromide among the most powerful class of toxic chemicals.1 In California alone, 18 people have died and hundreds have been poisoned by it.2 Both Jorge and Guillermo have ended up disabled and blame methyl bromide and their former bosses, who did not follow safety rules for its application, for their misfortune. “I was never informed that this was harmful,” says Jorge, who has been unable to work since September 2003. “Now I know that after cutting the tarps that cover the fields, we should have waited 24 hours before removing them. But they would send us in right away.” Guillermo, who has also been out of work since September 2003, says, “They would just give us a pair of plastic pants and a paper mask which provided no protection. There were days when I could not speak because within a couple of hours the gas would burn your throat.” It was the devastating effects of methyl bromide on the ozone layer, which protects us from the sun’s dangerous ultra violet rays, that led 166 nations to sign the Montreal Protocol in 1987.3 This pact, one of the most important environmental victories in history, mandated that its signatories completely phase out methyl bromide, except in extraordinary cases, by 2005. But the Bush administration is once again undermining international cooperation and agreements. Earlier this year the administration requested exemptions from the treaty that would allow the continued use of thousands of pounds of methyl bromide, especially in agricultural fields.4 In March, the administration was granted these exemptions, at least for this year. So now instead of phasing out this poison, workers like Jorge and Guillermo will continue applying it – even though there are viable alternatives for 95 percent of the uses of methyl bromide.5 For the chemical producers and agribusiness this is a windfall. The Gottwald family, the owners of Albemarle, one of the largest manufacturers of methyl bromide, donated $345,000 to Bush and the Republican Party between 2000 and 2002.6 And agribusiness gave $2.7 million to the Bush campaign in 2000.7 According to a Pesticide Action Network study, the average American carries unhealthy levels of pesticides, with MexicanAmericans, like Jorge and Guillermo, showing disproportionately high levels.8 “We get to do this job just because we are Mexicans,” Jorge says. “Why doesn’t Mr. Bush come and do it instead?” Para más información sobre el bromuro metílico contacte a/ For more information about methyl bromide contact: ORLI COTEL California Rural Legal Assistance Georgina Mendoza 831.757.5221 [email protected] www.crla.org Jorge Fernández and Guillermo Ruiz have worked with the dangerous pesticide, methyl bromide for 12 years. Both now suffer health consequences that prevent them from working. Pesticide Action Network Kristin Schafer or Susan Kegley 415.981.1771 [email protected] www.panna.org 1 “Health Effects of Methyl Bromide,” Environmental Working Group, available at http://www.ewg.org/reports/mbcalifornia/cahealth.html. 2 “Health Effects of Methyl Bromide,” Environmental Working Group, available at http://www.ewg.org/reports/mbcalifornia/cahealth.html. 3 “Ozone Treaties as a Success Story,” United Nations Environmental Programme GRID-Arendal, available at http://www.grida.no/news/index.cfm?requestedItemId=594. 4 “Methyl Bromide in Montreal,” Pesticide Action Network Updates Services, available at http://www.panna.org/resources/panups/panup_20040405.dv.html. 5 “Methyl Bromide Use in California,” Pesticide Action Network Factsheet, available at http://www.panna.org/resources/documents/mbUseInCA.dv.html. 6 Sherer, Glenn, “Bush’s Stealth Attack on the Atmosphere,” Salon, available at http://www.salon.com/news/feature/2003/08/20/ozone/print.html, quoting the Center for Responsive Politics, Donors to Political Campaigns in 2000 and 2002. 7 See #6 8 “American Pesticide Levels Are High,” Associated Press, available at http://www.firstcoastnews.com/printfullstory.aspx?storyid=18516. St. Petersburg Comunidades en Peligro FLORIDA 9 ■ La Contaminación de Mercurio Hace Inseguro el Consumo de Pescado La Política de la Administración Bush Retrasa la Limpieza de Este Poderoso Veneno eida Santana es residente de St. Petersburg, Florida, y trabaja en un hospital pediátrico local. Como bióloga, está preocupada por lo que da de comer a sus dos hijos, de uno y tres años de edad. Zeida oyó en las noticias que no es seguro comer algunos tipos de pescado por los niveles de mercurio y otras sustancias tóxicas que contienen. “Tengo miedo de darle pescado a mis hijos. Nunca les doy de comer pescado”, dice Zeida. Y sus temores están fundados. Florida, por su parte, es uno de los 45 estados y territorios que han advertido a sus residentes que no coman ciertos tipos de pescado procedentes de lagos, ríos y arroyos debido a niveles no seguros de mercurio.1 Las plantas energéticas de combustión de carbón, las cuales emiten 48 toneladas de mercurio al año, son la mayor fuente de este veneno en Estados Unidos.2 El mercurio emitido en la atmósfera, debido a la lluvia, cae a los ríos, lagos y océanos, donde entra en la cadena alimenticia después de ser absorbido por los peces, lo cual pone en peligro a los consumidores. El mercurio es un veneno que retrasa el desarrollo mental, aumenta las discapacidades de aprendizaje, y crea déficits en el habla, las funciones motores, la atención y la memoria. Los niños pequeños como los hijos de Zeida, las mujeres embarazadas y las mujeres en edad fértil son los más vulnerables al envenenamiento de mercurio. La Agencia de Protección Medioambiental (EPA) estima que una de cada seis mujeres en edad fértil en Estados Unidos tiene niveles de mercurio suficientemente altos para poner en peligro a su bebé. Esto significa que más de 630,000 recién nacidos están en peligro cada año.3 Tuvo sentido, por tanto, que el 10 de diciembre, 2003, y de nuevo en marzo de 2004, la administración Bush advirtiera al país que limitemos la cantidad de pescado que consumimos y damos a nuestros hijos. Lo que no tuvo sentido es que cinco días más tarde la administración anunciara planes para autorizar a las plantas energéticas a que descarguen más mercurio en nuestros ríos y lagos, lo cual permite que se triplique la contaminación que prescribe la Ley de Aire Limpio. Hay mejores opciones. La aplicación decidida de la Ley de Aire Limpio podría reducir las emisiones de mercurio a cinco toneladas anuales para 2008, un descenso del 90% de los niveles actuales.4 JAVIER SIERRA Z Zeida Santana tiene miedo de servir pescado a sus hijos. El gobierno ha advertido que el pescado contaminado con mercurio es peligroso para niños pequeños y mujeres embarazadas. La propuesta de la administración Bush deja a familias como la de Zeida vulnerables a la contaminación de mercurio. El gobierno debe ordenar una rápida reducción de las emisiones de mercurio procedentes de todas las plantas energéticas del estado. Debe aplicar la ley, hacer responsables a los contaminadores, y exigirles que usen tecnología moderna para proteger nuestra salud y seguridad. “Cuando llegué de Cuba, creí que un país rico como éste protegería el medio ambiente. No puedo creer que no lo haga”, dice Zeida. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades St. Petersburg Communities at Risk FLORIDA 10 ■ Mercury Pollution Makes Fish Unsafe to Eat Bush Administration Policy Delays Clean Up Of Powerful Poison Z JAVIER SIERRA eida Santana is a resident of St. Petersburg, Florida and works at a local pediatric hospital. As a biologist, she worries about what she feeds her two young sons, who are one and three years old. On the news lately, Zeida’s heard that it isn’t safe to eat some fish because of the levels of mercury and other toxics found in them. “I am afraid to feed my children any seafood at all. I never feed them fish,” said Zeida. And her fears are founded. Florida is one of 45 states and territories that warn residents not to eat certain species of fish caught in many of its lakes, rivers, and streams due to unsafe levels of mercury.1 Coal-fired power plants, which release 48 tons of mercury each year, are the largest source of mercury in the US.2 Mercury emitted into the air falls with the rain into our waterways where it enters the food chain after being absorbed by fish, which are dangerous to people who eat them. Mercury is a poison that delays mental development, increases learning disabilities, and creates deficits in language, motor function, attention, and memory. Young children like Zeida’s kids, pregnant women, and women of childbearing age are most at risk from mercury. And recent EPA estimates indicate that one in six women in the US of childbearing age has mercury levels in her blood high enough to put her baby at risk. That means over 630,000 newborns are at risk each year.3 So it made sense that on December 10, 2003, and again this March, 2004, the Bush administration warned Americans to limit the amount of fish we eat and feed our kids. What didn’t make sense was that five days later the administration announced plans to give power plants permission to shower more toxic mercury into our lakes and streams, permitting three times more mercury pollution, for at least a decade longer, than the Clean Air Act currently allows. There is a better way. Strong enforcement of the Clean Air Act could reduce mercury emissions to five tons per year by 2008, a 90 percent reduction from current levels.4 The Bush administration proposal leaves families like Zeida’s at risk from mercury pollution. A speedy reduction of mercury emissions from each power plant in the state must be mandated. The administration must enforce the law, hold polluters accountable, and require them to use today’s technology to protect our health and safety. “When I came here from Cuba I thought a rich country like this would protect the environment. I can’t believe that it doesn’t,” said Zeida. Para más información contacte a/For more information contact: Zeida Santana is afraid to feed her boys fish for dinner. The government put out warnings that fish contaminated with mercury is dangerous to young children and pregnant women. Sierra Club Amanda Ransone [email protected] 727.824.8813 www.sierraclub.org 1 “Update: National Listing of Fish and Wildlife Advisories,” US EPA Fact Sheet, EPA-823-F-02-007, May 2003. 2 EPA Factsheet Basic Information, available at: http://www.epa.gov/air/clearskies/basic.html#emissions. 3 “Methylmercury: Epidemiology Update,” US EPA, Presentation by Kathryn Mahaffey, PhD at the National Forum on Contaminants in Fish, San Diego, CA, January 25-28, 2004. 4 January 30, 2004 Federal Register, 40CFR Parts 60 and 63. Dec. 4 2001 presentation by EPA to the Edison Electric Institute. Fajardo Comunidades en Peligro PUERTO RICO 11 ■ Joya Costera Cae en las Redes del Desarrollo Están en Peligro la Economía Local y Especies Amenazadas Mientras que la Administración Bush No Actúa M iguel Dávila considera sus redes de pescador su herencia más valiosa. Pero esas redes corren grave peligro de quedar tendidas al sol para siempre. Dávila es un líder pescador puertorriqueño que comparte las bendiciones de una joya de bosque pluvial costero llamada Corredor Ecológico del Noreste, la cual podría desaparecer si triunfan varias propuestas de construcción de proyectos turísticoresidenciales. Los 3,200 acres del Corredor atesoran raras especies animales y vegetales, bosques, pantanales y comunidades de coral.1, 2, 3 Las playas del Corredor son uno de los mayores centros de anidaje en Estados Unidos del tinglar, la mayor tortuga marina del mundo.4 El Corredor es también el sustento de decenas de pescadores como Dávila. Este derroche de belleza prístina está en peligro. El proceso de aprobación del San Miguel Resort, de la cadena Four Seasons Hotels, y el Dos Mares Resort, de Marriott International, dos de los varios proyectos turístico-residenciales propuestos para construirse en y alrededor del Corredor, está avanzado rápidamente gracias a los buenos contactos de los constructores en el gobierno puertorriqueño.5 Los activistas locales han presionado al gobierno federal para proteger el Corredor, un hábitat crucial para especies como el carey de concha, el cual los expertos predicen que quedará extinto en diez años en el Océano Pacífico.6 Pero desde que llegó al poder, la administradción Bush consistentemente ha negado otorgar la categoría de hábitat crítico a terrenos, rechazando investigaciones de la Academia Nacional de Ciencias que concluyeron que preservarestas tierras es esencial para proteger a especies en peligro. Asimismo, en noviembre de 2003, el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre emitió una opinión por la que el San Miguel Resort no pondría en peligro la supervivencia del tinglar ni el carey de concha en el Corredor, contradiciendo así estudios previos, lo cual inspiró a activistas locales y grupos nacionales a enjuiciar al servicio por violar la Ley de Especies en Peligro.7 Miguel Dávila, líder comunitario y pescador, protesta contra la construcción de dos proyectos turístico-residenciales que amenazan a la tortuga carey de concha y su sustento como pescador. Los residentes se oponen enfáticamente a estos proyectos, en gran parte porque ya hay una alarmante escasez de agua en el área debido a la demanda creada por las comunidades turísticas existentes.8 “Si esto sigue así”, advierte Dávila, “los pescadores tendremos que ir a pescar al monte, a morirnos de hambre. Nosotros no queremos depender de nadie. Esta es nuestra herencia”. Varios megahoteles y puertos de recreo construidos cerca del Corredor ya han cerrado el acceso al mar a los pescadores. “El gobierno federal y los gobiernos locales nos han fallado. Los tinglares necesitan lugares para anidar, los pescadores lugares para pescar, y los residentes agua para beber”, dice Luis Jorge RiveraHerrera, miembro de la Iniciativa para un Desarrollo Sostenible. Mientras que los líderes locales presionan a la administración Bush y a los gobiernos locales para que actúen, Dávila se pregunta si hoy será el último día que cuelgue sus redes. “Nos hemos empobrecido”, dice Dávila. “Aquí hay sed de justicia. Nos oponemos rotundamente a la construcción de los hoteles”. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Fajardo Communities at Risk PUERTO RICO 12 ■ Coastal Jewel Caught in the Nets of Development Local Economy, Endangered Species at Risk and the Bush Administration Fails to Act M iguel Dávila’s fishing nets are both his living and his heritage. But those nets are at risk of being hung out to dry forever. Dávila is a Puerto Rican fisherman and community leader who shares in the blessings of a coastal forest jewel called the Northeast Ecological Corridor, which could be destroyed if several proposed mega-resorts are approved. The 3,200-acre corridor contains unique and rare plant and animal species, forests, wetlands and coral communities.1, 2, 3 The corridor’s beaches are one of the most important nesting grounds in the United States for the leatherback turtle, the largest sea turtle in the world.4 The corridor also provides a livelihood for dozens of fishermen like Dávila. This display of pristine beauty is at risk. The approval process for the Four Season’s Hotels’ San Miguel Resort and Marriott International’s Dos Mares Resort, two of several residentialtourist projects proposed to be built in and around the corridor, is moving ahead rapidly because of insider contacts developers have within the Puerto Rican government.5 Local activists have pushed the federal government to see the corridor protected as critical habitat for endangered species including the Leatherback sea turtle, which scientists predict will go extinct in the Pacific Ocean within 10 years.6 But since taking office, the Bush administration has consistently denied critical habitat designations, denying National Academy of Science findings that protecting this land is essential to protecting endangered species. In November 2003, the US Fish And Wildlife Service issued a finding that the San Miguel Resort would not jeopardize the survival of the leatherback and hawksbill sea turtles that nest at the corridor, contrary to previous findings, prompting a coalition of local and national organizations to sue the agency for violating the Endangered Species Act.7 Area residents categorically reject the development projects, in large part because there is already an alarming lack of water in the area due to the demand created by existing tourist communities.8 And Dávila warns, “If things keep on like this we’ll have no place to fish and will die of hunger. We don’t want to be dependent on anyone. This is our heritage.” Already, several resorts and marinas built near the corridor have closed fishermens’ access to the sea. “Both the federal and local governments have failed us. Sea turtles need places to nest. Fishermen need places to fish. And residents need water to drink,” says Luis Jorge Rivera-Herrera, member of the Initiative for Sustainable Development. While local leaders push both the Bush administration and local governments to act, Dávila wonders whether today will be the last day he’ll use his nets. “This situation has impoverished us,” Dávila says. “We have thirst for justice. We adamantly oppose the construction of the resorts.” Para más información contacte a/For more information contact: Patricia Burke Sierra Club, Puerto Rico [email protected] 787.727.2283 Miguel Dávila, community leader and fisherman, protests the building of two mega-resorts that threaten the endangered leatherback sea turtle and his livelihood as a fisherman. Luis Jorge Rivera-Herrera Iniciativa para un Desarrollo Sustentable (IDS) [email protected] 787.460.8315 1 “Designation Document for the Extension of the Las Cabezas de San Juan Nature Reserve - Segmento El Convento.” Resources Planning Area.Puerto Rico Department of Natural and Environmental Resources, 1992. 2 “Preliminary Updated Environmental Impact Statement for the San Miguel-Four Seasons Resort, Luquillo, Puerto Rico,” JCA-01-0030 (CT)CSA Group, Inc., 2003. 3 “Preliminary Amended Environmental Impact Statement for the Dos Mares-J.W. Marriott Resort, Fajardo, Puerto Rico,” JCA-99-015 (JP), Estudios Científicos y Técnicos, Inc., 2002. 4 NWF et al v. Norton, No. 1:04cv00779 (D.D.C. filed May 13, 2004) 5 Ruiz-Marrero, C., 2003. Respuesta a Luis E. Rodríguez Rivera. In: Claridad. August 28-September 3, 2003, edition. 6 Pacific Leatherback Turtle 10 Years From Extinction, Environmental New Service, February 2004, available at, http://www.ensnewswire.com/ens/feb2004/2004-02-26-02.asp. 7 See #4 8 Personal communication with Luis Jorge Rivera-Herrera, Environmental Scientist for Iniciativa para un Desarrollo Sustentable, May, 2004. Fresno Comunidades en Peligro CALIFORNIA 13 ■ Donde Respirar es como Fumar sin Filtro La EPA Da a los Contaminadores más Tiempo para Limpiar el Aire, Mientras Que los Asmáticos Continúan Sufriendo S er hispano y vivir en el Valle de San Joaquín, California, puede ser peligroso para la salud. De hecho, respirar en ésta, una de las zonas agrícolas más ricas de Estados Unidos, equivale a fumarse un paquete de cigarrillos al día. Pero para los hispanos, quienes viven en medio de la peor contaminación, esos cigarrillos no tienen filtro. Lisa Martínez conoce muy bien el castigo para los pulmones que significa respirar en la región con la peor contaminación atmosférica del país. Sus dos hijos, Nicholas, de 17 años, y Ilene, de 9, sufren de asma, una enfermedad que en el valle se considera una epidemia. “Yo soy afortunada ya que mi familia vive en una zona menos contaminada en Fresno”, dice Martínez. “Pero cuando Nicholas visita a su tío, quien vive en el barrio, cerca de los campos de cultivo que se llenan de pesticidas, él se pone grave de verdad y hasta hay que hospitalizarlo”. La intensa actividad agrícola y su uso masivo de pesticidas, el tráfico pesado y la polución de los pozos petroleros convierten al valle en una caldera de gases tóxicos, especialmente en verano, con frecuentes temperaturas de más de 100º. Desde el centro del valle, de 65 millas de anchura máxima, difícilmente se ven las montañas a uno u otro lado debido a la nube marrón que todo lo cubre. Esta caldera es especialmente tóxica para los hispanos, cuya población forma el 41% del total del valle.1 “El barrio hispano”, dice Martínez, “está cerca de la carretera, y los camiones levantan el polvo de los pesticidas, y lo hacen todo mucho peor, especialmente para Nicholas y otros muchachos como él”. En 2003, la mitad de las hospitalizaciones por asma en el Centro Médico Comunitario de Fresno fueron de niños hispanos. Y las muertes relacionadas con la contaminación son casi el doble entre los hispanos que entre los anglosajones.2 Según el Dr. Kevin Hamilton, director del Programa de Asma de dicho centro médico, entre los hispanos, el 20% de los niños y el 12% de los adultos padecen asma; mientras que entre los anglosajones, el 11% de los niños y el 7% de los adultos lo sufren. Y pese a que el informe “Estado del Aire: 2004” de la Asociación Pulmonar Americana dio una calificación “D” al valle por su smog, la administración Bush ha extendido el plazo para la Nicholas y Ilene sufren de asma empeorada por la contaminación atmosférica del Valle de San Joaquín, donde la EPA ha retrasado la limpieza del peor aire del país. limpieza atmosférica. El gobierno permitió al distrito atmosférico local retrasar el cumplir con los estándares nacionales de smog del 2006 al 2010 y evitar pagar sanciones monetarias.3 La administración Bush también concedió al Valle de San Joaquín más tiempo para cumplir con un estándar más reciente y más estricto del gobierno del Presidente Clinton.4 Mientras tanto, la contaminación contribuye a la muerte de 1,300 personas anuales en el valle, según datos estatales.5 Y así, en tanto la administración Bush debilita las leyes que nos protegen, Nicholas y Ilene, y cientos de miles de niños hispanos con asma, respiran a duras penas. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Fresno Communities at Risk CALIFORNIA 14 ■ Where Breathing is Like Smoking Without Filters EPA Gives Polluters More Time to Clean Up, While Asthma Victims Continue to Suffer B eing Hispanic and living in the San Joaquin Valley in California can be dangerous to your health. In fact, simply breathing in this area, one of the country’s richest agricultural regions, is as bad as smoking a pack of cigarettes a day and for Hispanics, who live in the midst of some of the worst pollution, those cigarettes have no filters. Lisa Martínez knows very well the punishment breathing the country’s most polluted air can be for a person’s lungs. Her two children, Nicholas, 17, and Ilene, 9, both have asthma, an illness which, in the Valley, is already considered an epidemic. “I am fortunate because my family lives in a less polluted area near Fresno,” says Martínez. “But when Nicholas visits his uncle, who lives in the barrio, close to the farm fields which are full of pesticides, he gets very sick and has even required hospitalization.” Intense agricultural activity with massive pesticide use, heavy traffic and pollution from oil wells has turned the Valley into a cauldron of toxic gases, especially in the summer, when temperatures frequently exceed 100º. From the middle of the Valley the mountains on either side are barely visible because of the brownish cloud that covers everything, even though the Valley’s maximum width is just 65 miles. This cauldron is especially toxic for the Hispanic community, who make up 41% of the Valley’s population.1 “The barrio,” Martínez explains, “is close to the highway, and the trucks pick up pesticide dust, and make everything worse, especially for Nicholas and other kids like him.” In 2003, half of the patients treated for asthma by the emergency room at the Community Medical Center of Fresno were Hispanic. And the number of deaths related to air pollution for Hispanics is double that of Anglos.2 According to Kevin Hamilton, director of the Asthma Program at the Community Health Center in Fresno, among Hispanics, 20 percent of children and 12 percent of adults have asthma; whereas among Anglos, 11 percent of children and 7 percent of adults have it. And even though the American Lung Association's “State of the Air: 2004” report gave San Joaquin valley a “D” grade for smog, the Bush administration is extending the deadline for air cleanup in the valley. The administration is allowing the local air district to put off meeting the national smog standard from 2006 to 2010 and allowing it to avoid monetary sanctions.3 The Bush administration is also allowing the San Joaquin Valley even more time to meet a newer, stronger Clinton administration health standard.4 Meanwhile, the pollution contributes to the deaths of 1,300 people annually in the valley, according to state figures.5 While the Bush administration weakens the laws, Nicholas and Ilene, as well as hundreds of thousands of Hispanic children with asthma, can hardly breathe. Para más información contacte a/For more information contact: Sierra Club Kevin Hall 559.227.6421 [email protected] Latino Issues Forum Rey León 559.241.6572 [email protected] Nicholas and Ilene suffer from asthma exacerbated by bad air in the San Joaquin Valley where the EPA has delayed clean up of the country’s worst air. Community Health Center Kevin Hamilton 559.459.1585 [email protected] 1 2000 US Census, available at http://quickfacts.census.gov/qfd/states/06/06077.html. 2 Personal Interview, Kevin Hamilton, Community Health Center, May, 2004. 3 Federal Register, Volume 69, Page 20550, April 16, 2004. 4 Federal Register, Volume 69, Page 23951, April 30, 2004. 5 Based on “Benefits and Costs of the Clean Air Act, 1990-2010,” Appendix D at 90: Tables D-23 and D-24, Nov. 1999, available at: http://www.epa.gov/oar/sect812/copy99.html. Brooklyn Comunidades en Peligro NEW YORK 15 ■ Coalición en Nueva York Lucha contra el Envenenamiento de Plomo M aría Celia Nolasco está criando a tres nietos que sufren envenenamiento de plomo. Vive en Bushwick, un barrio de Brooklyn que es parte del “cinturón de plomo”, una sección de viviendas de la Ciudad de Nueva York plagada de pintura de base de plomo altamente tóxica. Muchos niños de su comunidad sufren de envenenamiento de plomo, el cual causa daños cerebrales permanentes que conllevan desórdenes de aprendizaje y problemas de comportamiento. “El envenenamiento de plomo ha sido devastador para los niños, para mi y para toda la familia”, dice la Sra. Nolasco. Trabajando con Manuel Castro, un organizador comunitario del grupo Se Hace el Camino al Andar, con base en Bushwick, ella y otros líderes comunitarios, junto con el Comité de Justicia Medioambiental local del Sierra Club, se unieron a la Coalición de Nueva York para Acabar con el Envenenamiento de Plomo (una red de doctores locales, sindicatos, y grupos medioambientales, de arrendatarios y residentes de viviendas de bajos ingresos). Lo que proponen son leyes municipales más efectivas que eviten el envenenamiento de plomo en los niños. Los activistas locales esperaban que el gobierno federal ayudara. En octubre de 2002, el Centro Federal de Control de Enfermedades (CDC) estableció una comisión asesora científica para considerar reforzar los estándares del envenenamiento de plomo, ya que nuevas investigaciones indicaban que los daños cerebrales ocurren a niveles de exposición más bajos. Pero la administración Bush intervino, rechazó a varios expertos que el propio personal del CDC había recomendado para integrar la comisión y favoreció otros candidatos más inclinados a oponerse a reforzar dichos estándares. Al menos dos de los candidatos nombrados tenían vínculos financieros con la industria del plomo.1 Como era de esperar, los viejos estándares no han cambiado. Sin embargo, los activistas locales ni quisieron ni pudieron rendirse. En Nueva York, el 94% de las víctimas del envenenamiento de plomo son niños no blancos,2 y Bushwick tiene los niveles de envenenamiento de plomo más altos de la ciudad 64.4 casos por cada mil niños. Si la administración Bush hubiera endurecido los estándares, la ciudad se hubiera visto obligada a actuar, pero la Sra. Nolasco y sus vecinos tuvieron que librar esta batalla por sí mismos. En febrero de 2004, después de oír a la Sra. Nolasco y a otros, el Consejo Municipal aprobó la Ley de Prevención de Envenenamiento de Plomo en los Niños, incluso anulando el Cuando la Sra. Nolasco se enteró del envenenamiento de plomo de sus nietos,llevó sus exigencias de mejores leyeas hasta el ayuntamiento. veto del alcalde. Aún así, los dueños de estas viviendas decrépitas insisten en que la ley es innecesaria, y todavía no está claro si la ciudad la va a aplicar. “El envenenamiento de plomo ha empeorado la vida de todos”, dice la Sra. Nolasco, quien urge a los funcionarios públicos a “hacer su parte para evitar que más niños se envenenen”. Si el gobierno federal reconociera la investigación científica que recomienda el endurecimiento de los estándares, sería mucho más fácil para estas dedicadas familias y organizaciones persuadir a los legisladores locales para que actúen de manera decisiva y acabar con esta flagelo del envenenamiento de plomo. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Brooklyn Communities at Risk NEW YORK 16 ■ New York City Coalition Fights Childhood Lead Poisoning M aria Celia Nolasco is raising three grandchildren who were poisoned by lead. She lives in Bushwick, a neighborhood of Brooklyn that is part of New York City’s “lead belt,” a swath of housing plagued by highly toxic lead-based paint. Many children in her community suffer from lead poisoning, which causes permanent brain damage that leads to learning disabilities and behavioral problems. “Lead poisoning has been devastating to the children, to me and to our entire family,” said Mrs. Nolasco. Working with community organizer Manuel Castro of Make the Road by Walking, a Bushwick based organization, Nolasco and other community leaders, along with Sierra Club’s local Environmental Justice Committee, joined with the New York City Coalition to End Lead Poisoning (a network of medical doctors, labor unions, and environmental, tenant and low income housing groups). They advocated for a stronger city law to prevent childhood lead poisoning. Local activists had hoped the federal government would weigh in. In October 2002, the federal Centers for Disease Control (CDC) established a scientific advisory committee to consider strengthening the standard for lead poisoning, since new research showed that brain damage occurs at lower levels of exposure. But the Bush administration intervened. It rejected several experts that the CDC’s own staff scientists had recommended for the committee in favor of people more likely to oppose tightening the standard. At least two of the new appointees had direct financial ties to the lead industry.1 Not surprisingly, the old standard has not changed. Yet the community activists didn’t and couldn’t give up. In New York City, 94 percent of lead poisoning victims are children of color,2 and Bushwick has the city’s highest rate of lead poisoning — 64.4 cases per thousand children. If the Bush administration had tightened the standard, the city would have been forced to act, but Mrs. Nolasco and her neighbors had to walk this road alone. In February 2004, after hearing from Mrs. Nolasco and others, the New York City Council passed the Childhood Lead Poisoning Prevention Act, even overturning the Mayor’s veto. Still, slumlords claim that the law is unnecessary and it is not yet clear whether the city will enforce it. “Lead poisoning has changed all of our lives for the worse,” said Mrs. Nolasco. She urges government officials: “Please do your part to stop more kids from being poisoned.” There is a better way. If the federal government would acknowledge the strong science that calls for a tighter lead poisoning standard, it would be much easier for these dedicated families and organizations to persuade local lawmakers to take strong action to stop the scourge of lead poisoning. Para más información contacte a/For more information contact: Make the Road by Walking Manuel Castro 718-418-7690, ext. 225 [email protected] Sierra Club Suzanne Mattei 212.791.3600, ext. 35 [email protected] When Mrs. Nolasco found out her grandchildren were suffering from lead poisoning, she took her case for better lead laws all the way to city hall NYC Coalition to End Lead Poisoning Cordell Cleare 212.543.0260, ext. 204 www.nmic.org/nyccelp.htm 1 Cohn, Jonathan , “The Lead Industry Gets Its Turn,” The New Republic, December 23, 2002; Divis, Dee Ann Science & Tech. Ed., “2002 Yearend: Pols Want to Corral Science” UPI Special Report, Dec. 9, 2002. 2 “Do You Know Where the Lead Is? A Report on How Many NYC Children Were Lead Poisoned Between 1995 and 2000 and Where They Live,” p. 2, NYPIRG, June 13, 2002. Blanco Comunidades en Peligro NEW MEXICO 17 ■ Un Ranchero Nuevo Mexicano Quiere Que le Devuelvan Su Tierra Los Planes Energéticos de la Administración Bush Abren Terrenos Públicos y Privados a Explotación Destructiva de Gas y Petróleo l ranchero de reses Chris Velasquez no había trabajado con medioambientalistas – hasta que la tierra de su familia fue agujereada por destructivos pozos de gas y petróleo. “Estos eran buenos terrenos. Pero no creo que haya manera de recuperarlos. Estas compañías energéticas perforan la tierra y siguen arrollando”, se lamenta Chris. Chris tiene permisos para usar 20,000 acres de tierras públicas en Nuevo México para que paste su ganado. Allá también hay 373 pozos, y 70 más que se han aprobado recientemente. Sus 320 acres de pastos privados contienen diez pozos hasta el momento. ¿Por qué está esta tierra en peligro? En el oeste, a los dueños de terrenos a menudo sólo les pertenece lo que está en la superficie, no lo que hay bajo tierra. La Oficina de Gestión de Tierras (BLM) arrienda los derechos del uso subterráneo a compañías energéticas, permitiéndoles perforar pozos y construir carreteras, vallas y oleoductos en la superficie – sin el permiso de los dueños. Ahora, la administración Bush pretende perforar casi 12,500 pozos nuevos en tierras públicas y privadas durante los próximos 20 años,1 lo cual ha desatado una avalancha de perforaciones en áreas delicadas de Nuevo México y las Montañas Rocosas Occidentales. Durante los últimos tres años, la administración Bush ha dado prioridad a las ganancias de la industria petrolera y de gas en lugar de proteger a los rancheros y propietarios del oeste. La Agencia de Protección Medioambiental (EPA) notificó al Congreso que la fracturación hidráulica, uno de los métodos de perforación, puede causar niveles peligrosos de benceno en el agua potable. Pero poco después, la EPA emitió un borrador de informe que revocó su posición en este tema y permitió la perforación hidráulica alegando que los cambios estaban “basados en comentarios” de una fuente de la industria.2 Chris ha perdido más de 80 reses y ha tenido que luchar contra las compañías petroleras y de gas para recibir su justa compensación. Los productos tóxicos utilizados por la industria han envenenado a la vida silvestre, se quedan abiertas las compuertas de las vallas para que escape el ganado, los pastos han quedado destruidos por los pozos, y carreteras malamente construidas han erosionado el suelo. CHIP SIMMONS E El ranchero de reses Chris Velasquez no había trabajado con medioambientalistas – hasta que la tierra de su familia fue agujereada por destructivos pozos de gas y petróleo. Chris y otros rancheros están tan hartos de ver las consecuencias del descontrol de la industria petrolera y de gas, que han echado candado a las puertas de sus tierras. “Puede uno hablar todo lo que quiera”, dice Chris, “pero esta gente sólo responde a tácticas de fuerza”. No en vano, durante el ciclo electoral 1999-2000, George W. Bush recibió más contribuciones electorales de la industria petrolera y de gas que cualquier otro candidato – un total de casi $2 millones.3 Chris sabe que Nuevo México puede ayudar a cumplir con las necesidades energéticas del país. También sabe que hay otras opciones a perforar de manera temeraria. Tenemos que equilibrar el uso de la tierra considerando los fines recreativos, la preservación de terrenos culturales, además del desarrollo energético. Tristemente, la administración Bush ha emprendido una política agresiva que abre una cantidad de tierra sin precedentes a la perforación destructiva. El equilibrio es una mejor opción. Partes de este artículo provienen de Sierra Magazine, “A Cowboy’s Lament”, por Marilyn Berlin Snell, publicado en julio de 2003. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Blanco Communities at Risk NEW MEXICO 18 ■ New Mexico Rancher Wants His Land Back The Bush Administration’s Energy Plans Open Public and Private Lands to Destructive Oil and Gas Exploitation C attle rancher Chris Velasquez hadn’t worked with environmentalists – that was until his family’s land was pocked by destructive oil and gas wells. “This was good range, but I don’t think there’s any bringing it back. These energy companies just dig up the country and keep on rolling,” Chris laments. Chris has a permit to graze cattle on 20,000 acres on some of New Mexico’s public lands, where there are already 373 wells, with 70 more recently approved. His 320 acres of private rangeland have 10 wells on them so far. The reason his land is now in peril? In the West, private land owners often own only what’s on the surface, not what’s underground. The Bureau of Land Management (BLM) leases the underground rights to energy and mining companies, allowing them to build wells, roads, fences, and pipelines on the surface – without the permission of landowners. Now, the Bush administration wants to build nearly 12,500 new wells on public and private land over the next twenty years,1 a plan causing a drilling frenzy in sensitive areas of New Mexico and the Rocky Mountain West. Over the last three years, the Bush administration has repeatedly placed the profits of the oil and gas industry over that of Western land owners and ranchers. Shortly after briefing Congress about research indicating that hydraulic fracturing, one drilling method, could lead to unsafe levels of benzene in drinking water, the Environmental Protection Agency (EPA) released a draft report reversing their position, to allow hydraulic drilling, saying the change was “based on feedback” from an industry source.2 Chris has lost more than 80 animals and has had to fight for reimbursement for each one from the oil and gas companies. Wildlife have been poisoned by toxic chemicals left by the industry, ranch gates have been left open so livestock escape, rangeland has been scraped and cleared for wells, and soil eroded by poorly constructed company roads. Chris and several of his fellow ranchers got so fed up with what they see as oil and gas development run amok, that they locked the gates to their private land. “You can talk all you want,” says Chris, “but they don’t respond to nothing but strong tactics.” Not surprisingly, during the 1999-2000 election cycle, George W. Bush was the top recipient of campaign contributions from the oil and gas industry – totaling almost $2 million dollars.3 Chris knows New Mexico can help meet the country’s energy needs. He also knows we can do better than recklessly drilling. We need to balance our use of land with recreation, conservation, preservation of cultural lands, as well as energy development. Unfortunately, the Bush administration is pursuing an aggressive policy that opens up an unprecedented amount of the American landscape to destructive drilling. Balance is a better way. Excerpts of this story from Sierra Magazine’s “A Cowboy’s Lament” by Marilyn Berlin Snell published July 2003. Para más información contacte a/For more information contact: CHIP SIMMONS Sierra Club Mary Wiper 505-243-7767 [email protected] Cattle rancher Chris Velasquez hadn’t worked with environmentalists – that was until his family’s land was pocked by destructive oil and gas wells. 1 “Notice of Availability of the Farmington Proposed Resource Management Plan and Final Environmental Impact Statement, Farmington Field Office,” NM, 68 fed. Reg. 16545-6, April 4, 2003, available at, http://www.epa.gov/fedrgstr/EPA-IMPACT/2003/April/Day-04/i5895.htm. 2 Letter from Rep. Henry A. Waxman to EPA Secretary Christine Todd Whitman, Oct. 8, 2002, available at, http://www.house.gov/reform/min/pdfs/pdf_inves/pdf_enviro_epa_hydraulic_oct_8_let.pdf. 3 Center for Responsive Politics, available at: www.opensecrets.org/industries/recips.asp?Ind=E01&Cycle=2000&recipdetail=A&Mem=N&sortorder=U. Milwaukee Comunidades en Peligro WISCONSIN 19 ■ Las Plantas Energéticas Dejan a Michael Vallejo sin Aliento Nuevas Reglas de la Administración Bush Permiten Que la Valley Power Plant Siga Contaminando M ichael Vallejo, el hijo de siete años de Christine González, tiene asma. La familia González vive cerca de la planta energética de combustión de carbón Valley Power Plant, en medio de Milwaukee, y Christine está preocupada que los residuos que se acumulan en su carro vienen de la misma contaminación que dificulta tanto la respiración de Michael. Pese a que la calidad del aire ha mejorado en muchas regiones del país desde que se puso en práctica la Ley de Aire Limpio en 1970, las plantas energéticas de combustión de carbón causan 448 muertes prematuras anuales en Wisconsin, 163 de ellas en Milwaukee, debido al asma y los ataques al corazón1. Las minorías de Milwaukee County tienen el doble de posibilidades de vivir cerca de instalaciones contaminantes que los anglosajones.2 Por ejemplo, en una área de 28 bloques dentro de una milla de la Valley Plant, el 70% de la población es hispana y aproximadamente el 40% de todos los residentes tiene 19 años o menos. Ahora, ya que la administración Bush está debilitando las protecciones de la Ley de Aire Limpio, la contaminación atmosférica de Wisconsin amenaza con empeorar, especialmente para la comunidad hispana. “Es difícil criar a un niño con asma”, dice Christine González. “Michael tiene que llevar su inhalador a la escuela y parece tener más dificultad al respirar cuando está fuera. ¿Por qué no ponen equipo moderno contra la polución en la Vallet Power Plant?” De hecho, la Administración Bush ha creado una enorme excepción a las reglas de la Ley de Aire Limpio. La ley actualmente obliga a las plantas energéticas y refinerías más viejas y sucias a instalar sistemas modernos antipolución cuando aumentan su producción. La administración Bush está permitiendo a instalaciones como la Valley Plant evitar la reducción en la contaminación pese a que un estudio reciente asegura que si se instalan dichos sistemas, la tecnología existente reduciría dramáticamente la polución3. La necesidad de esta tecnología es urgente. La Agencia de Protección Medioambiental ha citado a Milwaukee County y otros nueve condados de Wisconsin por violar los estándares de salud debido al smog. Treinta años de limpieza del aire demuestran que tenemos los conocimientos para reducir la polución. Al ponerse del lado de Christine González de Milwaukee está preocupada de que la polución del aire de una planta energética de carbón cercana aumente la frecuencia de los ataques de asma que sufre Michael,su hijo mayor. las industrias del carbón y la generación de energía, sin embargo, la administración Bush da prioridad a las ganancias de los contaminadores y no a la salud del público. Hay mejores maneras de hacer esto. La administración debe asegurarse de que las leyes se cumplan, hacer que los contaminadores las respeten y exigirles que apliquen tecnología moderna cuando hagan cambios que aumenten sus emisiones de contaminación. “Sus maestros se asustan cuando tiene un ataque de asma malo”, comenta Christine. Michael dice que sufre más ataques cuando corre o está en un carro caliente. “Me pongo triste cuando tengo un ataque”. Su madre está de acuerdo al decir, “Esto es lo que respiramos. No estoy preocupada por mi, sino por nuestros niños que son nuestro futuro”. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Milwaukee WISCONSIN Communities at Risk 20 ■ Power Plants Take Michael Vallejo’s Breath Away New Bush Administration Rules Let Valley Power Plant Keep on Polluting C hristine Gonzalez’s 7-year-old son, Michael Vallejo, has asthma. The Gonzalez family lives near the coal-fired Valley Power Plant in the heart of Milwaukee and Christine worries that the grime that builds up on her car is from the same air pollution that makes it hard for her son to breathe. Even though air quality has improved in many regions of the country since the Clean Air Act was enacted in 1970, coal-fired power plant pollution currently causes 448 premature deaths a year in Wisconsin and 163 deaths in the Milwaukee area from asthma and heart attacks.1 People of color in Milwaukee County are about twice as likely as whites to live near polluting facilities.2 For example, in one 28-block area within a mile of the Valley Plant, 70 percent of the population is Hispanic and about 40 percent of all residents are 19 years of age or younger. And now because the Bush administration is weakening clean air protections, Wisconsin’s air pollution problems stand to get worse, especially for the Hispanic community. “It’s difficult to raise a child with asthma,” says Christine Gonzalez. “Michael has to take his inhaler to school with him and he seems to have more trouble breathing when he is playing outside. Why don’t they put modern pollution-control equipment on the Valley Power Plant?” In fact, the Bush administration has created a huge exception to rules in the Clean Air Act. Under the current law, the oldest and dirtiest power plants and refineries must install modern pollution controls when they make changes that increase their output of pollution. The Bush administration is allowing utilities like the Valley Plant to avoid pollution reduction despite a recent study that shows, if installed on the Valley Plant, current technologies could reduce the plant’s pollution dramatically.3 The need for this technology is urgent: the EPA has listed Milwaukee County and nine other counties in Wisconsin as violating health standards for smog. Thirty years of progressively cleaner air shows that we have the know-how to reduce pollution. By consistently siding with the coal and utility industries, however, the Bush administration is putting polluters’ profits ahead of people’s health. There is a better way. The administration must enforce the law, hold polluters accountable, and require them to use today’s technology to protect our health and safety. “It scares his teachers when he has a bad asthma attack,” says Christine. Michael says he gets more asthma attacks when he runs or is in a hot car. “It makes me sad when I have an attack.” His mom agrees, saying: “This is what we breathe. I am not worried about myself, but about the children who are our future.” Para más información contacte a/For more information contact: Sierra Club Wisconsin Chapter 414.453.3127 [email protected] www.sierraclub.org/communities/wi Christine Gonzalez worries that the grime from the Valley Power Plant that builds up on her car is from the same air pollution that makes it hard for her son to breathe. American Lung Association of Wisconsin www.lungusa.org/wisconsin/ U.S.Environmental Protection Agency Air Quality Forecast www.epa.gov/airnow 1. Clean Air Task Force, “Death, Disease and Dirty Power,” www.cleartheair.org. 2. http://www.scorecard.org/community/ej-report.tcl?fips_ county_code=55079#demographics. 3. “Lethal Legacy: A Comprehensive Look at America’s Dirtiest Power Plants,” U.S. Public Interest Research Group Education Fund, October 2003. Reynosa Comunidades en Peligro MEXICO 21 ■ Las Cicatrices del Libre Comercio Propuestas de Libre Comercio Internacional Dejan Desprotegidas a las Comunidades y el Medio Ambiente n 2002, Sarahí Alvarez Mendoza, ahora de 9 años de edad, estaba jugando frente a su casa de Reynosa, México, cuando una trágica caída le cambió la vida. Sarahí cayó en una zanja que una fábrica de joyería vecina usaba para arrojar y quemar residuos tóxicos. El accidente le produjo horribles quemaduras que aún hoy le obligan a ser operada periódicamente para permitir el normal crecimiento de su pierna derecha. La tragedia de Sarahí no es única, pero sí evitable. La frontera entre México y Estados Unidos es una de las regiones más contaminadas del mundo debido a que compañías estadounidenses y de otros países operan las llamadas maquiladoras, fábricas que contaminan impunemente. El Tratado de Libre Comercio (TLC) inundó la región de inversiones extranjeras pero no ha hecho nada por requerir que se cumplan las normas laborales y medioambientales. Y ahora, la administración Bush quiere ampliar el TLC a toda América Latina y el Caribe a través del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA).1 Desde su accidente, la vida de Sarahí y la de sus padres han sido un calvario acentuado por la burocracia y las operaciones quirúrgicas que apenas logran pagar. Pero lo que más les duele es que Maquila Works S.A., una compañía estadounidense, y su dueño, Edward Pichirillo, continúan envenenando el barrio de Sarahí impunemente. La familia denunció el incidente ante las autoridades, pero sólo han encontrado un laberinto burocrático incapaz de administrar justicia. “Hay tantas víctimas en este caso, una niña pequeña, su familia y esta comunidad”, dice Omeheira López, directora del Centro de Estudios Fronterizos y de Promoción de Derechos Humanos, la organización que está asistiendo a Sarahí y su familia. “Los problemas causados por el TLC se agravan con la corrupción oficial”. Al entrar en vigor el TLC, sus partidarios dijeron que las leyes medioambientales serían puestas en práctica drásticamente bajo la supervisión de una nueva comisión internacional. Pero las “protecciones para inversionistas” del TLC permiten que las compañías enjuicien a los países miembros si las leyes locales obstaculizan las ganancias.2 Después de 10 años del TLC, las corporaciones siguen sin responsabilizarse de la polución CEFPRODHAC E Sarahí Alvarez Mendoza se quemó al caer en una zanja tóxica. Los acuerdos de libre comercio que no protegen el medio ambiente ni la salud de las personas ponen en peligro a nuestras comunidades,las cuales podrían ser de toda América Latina si la Administración Bush logra la aprobación del ALCA. que crean. En lugar de proteger a las comunidades de la frontera, el TLC ha puesto en peligro la salud y la seguridad de esas comunidades. Pese a los fracasos del TLC, oímos de nuevo las mismas promesas, esta vez de la administración Bush, al promocionar el ALCA, un pacto que eliminaría las barreras comerciales entre 34 países del hemisferio. Las endebles regulaciones medioambientales del ALCA pondrían a comunidades como la de Sarahí en peligro en todo el continente.3 Hay mejores maneras de hacer esto. Podemos promocionar el comercio justo, no sólo libre. Y para que no se repitan casos como el de Sarahí, la administración Bush debe asegurarse de que los nuevos tratados comerciales incluyan normas aplicables de protección a communidades y el medio ambiente. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Reynosa Communities at Risk MEXICO 22 ■ The Scars of Free Trade Proposed International Trade Agreements Fail to Protect Communities and the Environment T wo years ago, Sarahí Alvarez Mendoza, now age 9, was playing outside her home in Reynosa, Mexico when a tragic fall changed her life. Sarahí tumbled into a ditch that a US-owned costume jewelry factory used to dump and burn toxic waste. The accident burned her horribly and she still needs periodic surgery to accommodate the normal growth of her right leg. Unfortunately, Sarahí’s tragedy is not unique, but it is certainly avoidable. The United States – Mexican border is one of the world’s most polluted regions, because US and other foreign companies that operate factories there, called maquiladoras, are allowed to poison the air, water and soil, often without punishment. The North American Free Trade Agreement (NAFTA) encouraged a flood of corporate investors, but did nothing to require compliance with labor and environmental standards. And now the Bush administration wants to expand NAFTA throughout Latin America and the Caribbean by enacting the Free Trade Area of the Americas (FTAA).1 Since her accident, Sarahí and her family have been plagued by bureaucracy, surgery and medical bills they can hardly afford. But what pains them most is that the factory, Maquila Works, S.A., and its US owner, Edward Pichirillo, continue to poison Sarahí’s neighborhood without punishment or accountability. Even though the family reported the incident to the authorities, they have yet to see the problem resolved. Instead the family has been faced with a bureaucratic maze incapable of delivering justice. “There are so many victims in this case – a little girl, her family and this community,” says Omeheira López, director of the Center for the Study of Border Issues and the Promotion of Human Rights, the organization assisting Sarahí and her family. “The problems caused by NAFTA are exacerbated by official corruption.” When NAFTA was enacted 10 years ago, proponents said environmental laws would be strictly enforced under the scrutiny of a new international commission. But the “investor protections” in NAFTA allow companies to sue countries if local laws get in the way of profit making.2 After 10 years of NAFTA, corporations still don’t have to take responsibility for their pollution. Instead of protecting communities along the border, NAFTA has endangered communities’ health and safety. Despite the failure of NAFTA to protect communities, the Bush administration is making the same promises when it promotes the FTAA, an accord that would eliminate all trade barriers among 34 countries in the hemisphere. The FTAA’s weak environmental regulations would leave communities like that of Sarahí’s at risk throughout the continent.3 We can do better. We can promote fair trade, not just free trade. For Sarahí’s sake, and the sake of other children like her, the Bush administration should ensure that new rights for global businesses should be matched with enforceable responsibilities for community rights and environmental protections. Para más información contacte a/For more information contact: CEFPRODHAC Jenny Martínez Sierra Club Beyond the Borders Program 202-548-4597 [email protected] Toxic materials found in open-air, illegal garbage dumps around Reynosa. Omeheira López Centro de Estudios Fronterizos y de Promoción de Derechos Humanos Tel: 011-52-899-922-4922 Fax: 011-52-899-922-2441 [email protected] 1 Unites States Trade Representative, available at www.ftaa-alca.org. 2 International Institute for Sustainable Development and World Wildlife Fund, “Private Rights, Public Problems: A guide to NAFTA’s controversial chapter on investor rights,” 2001, available at, www.iisd.org. 3 Justin Gerdes, “NAFTA’s Chapter 11 Threatens Environment and Democracy,” Environmental News Network, February 22, 2002, available at http://www.enn.com/news/enn-stories/2002/02/02222002/s_46465.asp. Tar Heel Comunidades en Peligro NORTH CAROLINA 23 ■ Trabajadores de Mataderos Realizan un Trabajo Matador La Falta de Acción por Parte de la Administración Deja a los Trabajadores en el Limbo lena Cardona dejó hace cuatro años Honduras, desde donde caminó y viajó en autobús hasta llegar a la frontera de Estados Unidos cinco meses después. “Dejé a mis cinco hijos con mi madre y me vine para darles un futuro”, dice. Elena (el cual no es su nombre verdadero) esperaba que su sueño de un mejor futuro se haría realidad en Tar Heel, Carolina del Norte, en un matadero de Smithfield Foods. Pero se encontró con una pesadilla: “Trabajaba al menos diez horas todos los días, hasta la madrugada. Sólo te dan tres minutos para ir al baño y apenas diez para comer. Nos pagaban $10.30 por hora, pero se aprovechaban de que no teníamos papeles, y siempre nos hacían trampa. A veces nos pagaban sólo la mitad”. Elena trabajó en el matadero 20 meses, hasta enero de 2003, cuando se lastimó un brazo al levantar una carga demasiado pesada. Su capataz le dijo que no volviera hasta que se curara. Más de un año después, sigue “inservible”, viviendo de la ayuda de compañeros de trabajo. Los trabajadores de Smithfield sacrifican más de 36,000 puercos al día, más de 2,000 por hora.1 Cuando los trabajadores se accidentan, a menudo no reciben compensación laboral y con frecuencia son despedidos después del accidente. Más del 50% de los empleados son Hispanos2 y el miedo a ser despedidos o deportados evita que denuncien el tratamiento que reciben. En muchos casos esta industria trata de evitar que sus empleados formen o se unan a sindicatos. Y bajo la administración Bush, la Junta Nacional de Relaciones Laborales no ha aplicado una decisión de la administración Clinton que encargaba a un juez administrativo dos tareas: celebrar elecciones en los mataderos para que los trabajadores pudieran decidir si querían unirse al sindicato, y la recontratación y el pago de salarios atrasados a los empleados despedidos injustamente.3 Los trabajadores están en peligro, al igual que las comunidades, no sólo por los mataderos, sino por los criaderos industriales que confinan, en algunos estados, a más de 100,000 puercos que pueden generar tantos desechos como una ciudad de tamaño mediano.4 Estos desechos animales se almacenan en estanques abiertos desde donde pueden llegar y contaminar el agua subterránea. En casos UFCW E Los trabajadores del matadero Smithfield Foods procesan hasta 2,000 puercos por hora y, como Elena Cardona, sufren accidentes y a menudo subsecuentemente son despedidos. extremos trabajadores han muerto de asfixia al acercarse a estos estanques de almacenamiento de estiércol.5 Esta industria está plagada de sobornos, fraude, destrucción de archivos, crueldad contra los animales y distribución de carne contaminada. Y ahora la administración Bush está finalizando un acuerdo bajo la mesa con la industria cárnica para permitir a los contaminadores corporativos violar salvaguardas medioambientales básicas con sólo pagar una multa única de $500.6 Hay mejores opciones. El sindicato United Food and Commercial Workers está tratando de organizar a los trabajadores de los mataderos para mejorar los salarios y las condiciones laborales para gente como Elena. Pero antes debemos instar a la administración Bush a que aplique y refuerce las leyes laborales y medioambientales que protegen a los trabajadores y las comunidades, al igual que nuestro aire, tierra y agua. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Tar Heel NORTH CAROLINA Communities at Risk 24 ■ Slaughterhouse Workers Faced With a Deadly Job Lack of Administration Action Leaves Workers in Limbo E lena Cardona left Honduras four years ago — walking and hitching rides until she reached the US border five months later. “I left my five children with my mother in Honduras and came here to give them a future,” she says. Elena (not her real name) hoped her dream of a better future would come true in Tar Heel, North Carolina, at a Smithfield Foods slaughterhouse. Instead, Elena remembers, “I worked at least 10 hours a day, into the early morning hours. They give you only three minutes to go to the bathroom and hardly 10 to eat. They used to take advantage of us because we did not have work permits, and they always cheated us. Sometimes they’d only pay us half of our wage.” Elena worked at the slaughterhouse for 20 months, until January 2003, when she injured her arm trying to lift a heavy load. Her foreman said not to come back until she healed. Almost a year later, she is still “useless,” living with help from her former co-workers. Workers at Smithfield slaughter as many as 36,000 hogs per day, more than 2000 hogs an hour.1 When workers are injured they often don’t receive worker’s compensation and are frequently fired after being injured. Over 50 percent of the plant’s workers are Hispanic,2 and fear of being fired or deported keeps most of them from coming forward to protest their treatment. In many cases, this industry tries to prevent employees from forming or joining unions. And under the Bush administration, the National Labor Relations Board has failed to enforce a Clinton-era decision by an administrative judge to hold a free and fair election at the slaughterhouse so that workers can decide if they want a union and to reinstate, with back pay, wrongfully terminated employees.3 Workers are at risk and so are local communities – not just from slaughterhouses, but from industrial animal farms that, in some states, confine as many as 100,000 pigs, which can generate as much waste as a midsize city.4 This waste is stored in large open cesspools where it can seep into and contaminate groundwater. In some extreme cases, fumes have asphyxiated and killed farm workers in pits used to store liquefied manure.5 Criminal counts of bribes, fraud, record destruction, animal cruelty and distribution of tainted meat plague this industry. And now the Bush administration is finalizing a back-room deal with the meat industry to let corporate polluters violate basic environmental safeguards by paying a mere $500 one-time fine.6 We can do better. The United Food and Commercial Workers (UFCW) is trying to organize slaughterhouse workers to improve wages and working conditions for employees like Elena. But we all have to call on the Bush administration to enforce and strengthen labor and environmental laws that protect workers and communities as well as our air, land and water. Para más información contacte a/For more information contact: RICK DOVE Sierra Club Courtney Washburn 919.833.8467 [email protected] Industrial animal farms confine as many as 100,000 pigs which can generate as much waste as a midsize city. Tom Clark United Food and Commercial Workers 910.843.1631 [email protected] 1 United Food and Commercial Workers (UFCW) worker interviews. 2 United Food and Commercial Workers (UFCW) estimates. 3 NBLR decision, available at, http://www.ufcw.org/issues_and_actions/justice_at_smithfield/documented_abuse/smithworkerabuse.cfm. 4 “Environmental Assessment of Proposed Revisions to the National Pollutant Discharge Elimination System Regulation and the Effluent Guidelines for Concentrated Animal Feeding Operation,” 2001, available at http://epa.gov/ost/guide/cafo/envir.html. 5 Horrigan, Leo, Roberst S. Lawrence and Polly Walker, “How Sustainable Agriculture Can Address the Environmental and Human Health Harms of Industrial Agriculture” Environmental Health Perspectives, 110 (5): 445-456. 6 Martin, Andrew, “Livestock industry finds friends in EPA,” Chicago Tribune, May 16, 2004. Las Vegas Comunidades en Peligro NEVADA 25 ■ El Aire de Nevada Es una Apuesta a Perdedor Los Carros Contaminan, los Precios de la Gasolina y la Frustración de los Conductores Aumentan, y la Administración Bush Se Niega a Mejorar el Millaje de los Carros A Craig, como a la mayoría de los muchachos de 12 años, le encanta el football y jugar al aire libre. Pero al igual que muchos otros muchachos de Las Vegas, Craig sufre de asma y los efectos de los altos niveles de contaminación del aire en esa ciudad, principalmente debido a los carros y camiones ligeros. Pese a que la calidad del aire ha mejorado desde la aprobación de la Ley de Aire Limpio en 1970, casi 1.4 millones de residentes de Nevada siguen respirando aire sucio.1 Si los carros y camiones ligeros rindieran más millas por galón de gasolina, no sólo ahorrarían dinero los consumidores, sino que también se reduciría la contaminación de hidrocarburos procedentes de los tubos de escape y del refinamiento de la gasolina. Esta polución causa smog (niebla tóxica), la cual continúa torturando a Las Vegas y muchachos como Craig. Pero en lugar de requerir a la industria automotriz construir vehículos que cubran más millas por galón de gasolina, la administración Bush se ha puesto del lado de los fabricantes y se ha resistido a mejorar la eficacia de los carros y camiones nuevos. Cuando era niño, Craig visitaba con frecuencia la sala de emergencias debido a sus problemas respiratorios. El personal médico le dijo a su madre, Tina Mendoza, que tenía difteria. Pero tuvo que sufrir un ataque de asma y ser introducido en una carpa de oxígeno para que se le diagnosticara esa enfermedad. Desde entonces lleva inhaladores y usa un nebulizador para emergencias, además de revisar el pronóstico del tiempo, ya que los días de mala calidad de aire no puede salir a la calle. Las soluciones para este problema existen. Se deben adoptar medidas que requieran a los carros y camiones ligeros rendir más millas por galón. El público favorece abrumadoramente que se mejore el rendimiento de los vehículos. Pero la industria automotriz, sus cabilderos y sus amigos en la administración Bush impiden este avance. Pese a que permitió que se finalizaran los estándares de tubos de escape, la administración Bush ha combatido repetidos intentos de mejorar significativamente la eficacia de los vehículos. Estándares de efectividad para vehículos más exigentes ayudarían a ahorrar dinero al consumidor y a mejorar el aire sucio de Las Vegas. Craig, de 12 años y paciente de asma, desea poder jugar al football con más frecuencia. En cambio,debido a las órdenes del doctor,debe quedarse fuera de la cancha cuando el aire está demasiado sucio.En Las Vegas,carros más efectivos significarían mejor calidad de aire y niños más saludables. Tina Mendoza quiere que se limpie el aire de Las Vegas. No sólo mejoraría la salud de Craig sino que también haría más llevadero cuidar la salud de su hijo. “Soy una madre soltera con tres hijos y un nieto”, dice Tina. “Tengo que tener cuidado con el dinero porque la medicina de Craig es demasiado cara, incluso con mi seguro médico. Todos los días espero que mi familia respire aire limpio”. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Las Vegas NEVADA Communities at Risk 26 ■ Game Called on Account of Dirty Air Cars Pump Pollution, Owners Pump Pricey Gas, Administration Refuses to Improve Gas Mileage C raig, like most 12-year-olds, loves football and being outside. But, like a growing number of children in Las Vegas, Craig suffers from asthma and is affected by high levels of air pollution. While air quality has improved in the region since the Clean Air Act was passed in 1970, nearly 1.4 million Nevada residents continue to breathe dirty, unhealthy air.1 Much of this pollution comes from cars. If cars and light trucks ran farther on a gallon of gas, not only would consumers save money at the pump, but hydrocarbon pollution from refueling, exhaust emissions, and refining of gasoline would be reduced dramatically. This pollution produces smog, which plagues Las Vegas and kids like Craig. But instead of requiring automakers to build vehicles that go farther on a gallon of gas, the Bush administration has sided with industry and resisted improving the fuel economy of new cars and trucks. As a toddler, Craig was in and out of the emergency room because he was having trouble breathing. Hospital staff told his mother, Tina Mendoza, that he was suffering from croup. It was not until a severe asthma attack landed him in an oxygen tent that Craig was properly diagnosed with asthma. Since then, he carries inhalers, uses a nebulizer for emergencies, and watches the weather reports for bad air when he must stay indoors and avoid playing outside. There is a better way: the auto industry should be required to make cars and trucks that go farther on a gallon of gas and pollute less. The technology already exists and the public overwhelmingly favors increasing miles-per-gallon standards, but the automakers, their lobbyists and friends inside the Bush administration stand in the way. Despite allowing Clinton era tailpipe standards to be finalized, the Bush administration has fought repeated attempts to make meaningful improvements in fuel economy. Stronger fuel economy standards would help save consumers money at the gas pump and clean up Las Vegas’s dirty air. Tina Mendoza wants clean air in Las Vegas that would not only improve Craig’s health, but ease the hardship she must endure to provide for his special needs. “I am a single mom with three kids and a new grandchild,” Tina says. “I have to prioritize the medicine for Craig because the medicine is too expensive, even with my health coverage. Every day I hope for clean air for my family to breathe.” Para más información contacte a/For more information contact: Tara Smith Sierra Club 702.732.7750 [email protected] www.sierraclub.org/communities/nv American Lung Association Las Vegas Office, ALA of Idaho/Nevada 702.431.6333 www.lungusa.org Department of Air Quality Management 702.455.5942 www.co.clark.nv.us/air_quality/ Craig, a twelve-year-old suffering from asthma, wishes he could play football with more freedom. Instead, due to doctor’s orders he is often forced to sit on the sidelines when there is poor air quality. In Las Vegas, better fuel economy standards would mean better air quality and healthier children. 1. “State of the Air: 2003,” American Lung Association, May, 2003, available at, http://lungaction.org/reports/sota03_full.html. Tucson Comunidades en Peligro ARIZONA 27 ■ Muralla Fronteriza Pone en Peligro a las Personas y al Medio Ambiente ace diez años, el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) comenzó a construir barreras y bloqueos de vehículos a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos.1 Este proyecto masivo cercano a áreas urbanas no redujo la inmigración,2 sólo consiguió poner en peligro las vidas de los inmigrantes al forzarlos a tomar las rutas del desierto de Arizona, donde el agua es escasa y un ecosistema frágil vive en un delicado balance. En 2002 – cuando la administración Bush propuso sellar la mayoría de la frontera de Arizona con barreras dobles de 15 pies de alto que encerrarían a dos autopistas iluminadas con luces de estadio – grupos de derechos humanos, indígenas y medioambientales formaron una inusual coalición para proteger a las personas y al medio ambiente.3 “¡Qué horribles son las murallas! A nivel humano, hay algo muy traumático en la manera en que dividen a personas, dividen a familias. La gente no puede pasar. Los animales no pueden pasar. Son un símbolo de división y políticas fracasadas”, dice Kat Rodríguez de la organización comunitaria Derechos Humanos, uno de los grupos fundadores, junto con Defenders of Wildlife y Alianza Indígena Sin Fronteras, de la Coalición para Derribar las Murallas. La coalición derrotó el proyecto en sí, pero la Patrulla Fronteriza ha continuado construyéndolo poco a poco. Mientras tanto, en el verano de 2003, hubo al menos 150 muertes comprobadas en el desierto entre Arizona y Sonora.4 Mientras que aumenta el número de bloqueos y barreras, los inmigrantes se han visto forzados a adentrarse aún más en el a menudo mortal Desierto de Arizona. Esto resultó en que la Patrulla solicitó más acceso al Organ Pipe Cactus National Monument, 95% del cual está designado como zona natural, donde está prohibida la construcción de carreteras.5 La Patrulla quiere establecer cuatro carreteras nuevas y que se le permita uso ilimitado de vehículos todo terreno en todo el monumento y las área naturales. Estas mismas áreas son significativas para especies amenazadas y en peligro como el berrendo de Sonora, en peligro crítico de desaparición. Debido a la degradación y fragmentación del hábitat, esta especie está a punto de quedar extinta en Estados Unidos – quedan menos de 25 ejemplares.6 Las barreras, carreteras y luces cortarán el acceso y dejarán aislada la parte norte del desierto y amenazan con disminuir la diversidad de plantas y animales en el futuro.7 KAT RODRÍGUEZ H Las murallas fronterizas ponen en peligro la vida de los inmigrantes al forzarlos a tomar las rutas del desierto de Arizona donde el agua es escasa y un ecosistema frágil vive en un delicado balance. La Coalición ha instado al gobierno federal a que estudie las raíces de la inmigración, la política agrícola de Estados Unidos, los acuerdos comerciales, las condiciones laborales y otras razones que favorecen la emigración. Pero más inmediato es que los esfuerzos de contención de la Patrulla Fronteriza están poniendo vidas en peligro. El actual sistema de barreras y bloqueos no funciona. El desierto de Sonora está sufriendo, pero más importante aún es que también sufren quienes intentan cruzarlo. “Espero que la gente se una a nosotros para exigir soluciones que nos darán más de lo que cuesten”, dice Kat. “Los costos actuales son extremadamente altos. El número de muertes aumenta cada año. Estas son personas y son víctimas de nuestra política inmigratoria”. Explore, disfrute y proteja nuestro planeta www.sierraclub.org/comunidades Tucson Communities at Risk ARIZONA 28 ■ Border Walls Put People and the Environment At Risk T en years ago, the Immigration and Naturalization Service (INS) began building fences and vehicle blockades along the US – Mexico border.1 This massive buildup near urban areas did not reduce immigration,2 it only put immigrants’ lives at risk, routing them deep into the arid deserts of Arizona where water is limited and a fragile ecosystem lives in a delicate balance. In 2002, when the Bush administration proposed sealing most of the Arizona border with double 15-foot fences that would enclose two highways illuminated with stadium lights — human rights, indigenous, and environmental groups formed an unusual coalition to protect people and the environment.3 “The walls are so awful. On a human level, there is something very traumatic about the way they divide people, divide families. People can’t get through. Animals can’t get through. They are a symbol of division and failed policies,” says Kat Rodríguez of the community organization, Derechos Humanos, a founding organization, along with Defenders of Wildlife and Alianza Indígena Sin Fronteras, of the Coalition to Bring Down the Walls. The coalition was able to defeat the wall which would have been built as a whole, but the Border Patrol has continued to build it piece by piece. Meanwhile, in the summer of 2003, there were at least 150 known deaths on the Arizona-Sonora border.4 As the number of blockades and fences grows, immigrants have been forced deeper into the often deadly Sonoran Desert. As a result, the Border Patrol asked for an increase in access to Organ Pipe Cactus National Monument, 95 percent of which is designated Wilderness area, where road building is prohibited.5 The Border Patrol wants to establish four new roads and allow unlimited use of off-road vehicles throughout the monument and designated Wilderness area. It’s this very area that is significant for threatened and endangered species like the critically endangered Sonoran pronghorn. Because of habitat degradation and fragmentation, this species is on the brink of extinction in the United States – fewer than 25 animals remain.6 Fences, roads, and lights will cut off and isolate the northern portion of the desert and mean a loss of diversity in plants and animals over time.7 The Coalition is calling on the federal government to look at the root causes of immigration – US agricultural policy, trade agreements, working conditions, and other reasons that people migrate. But, more immediately the Border Patrol’s efforts to patch a sieve are putting migrants’ lives at risk. The current system of blockades and fences is not working. The Sonoran Desert is suffering, but most especially, so are the people trying to cross it. “I hope people will stand with us and demand some kind of solution that will give us more than it costs,” says Kat. “The current costs are extremely high. The number of deaths continues to increase yearly. These are people and they are victims of our border policies.” Para más información contacte a/For more information contact: Sierra Club Keith Bagwell [email protected] JENNY NEELEY Coalición de Derechos Humanos/Alianza Indígena Sin Fronteras Kat Rodríguez 520.770.1373 [email protected] www.derechoshumanosaz.net Border walls put immigrants’ lives at risk, routing them deep into the arid deserts of Arizona where water is limited and a fragile ecosystem lives in a delicate balance. Defenders of Wildlife Jenny Neeley 520.623.9653 [email protected] 1 Cooper, Marc, “Delusion and Death on the Border of Hypocrisy,” LA Weekly, December 5, 2003. 2 Fimbres, Gabrielle and Carrol, Susan, “Desperate Journey,” Tucson Citizen, September 16, 2002. 3 LoMonaco, Claudine, “Halt to Wall Not Seen As Victory,” Tucson Citizen, July 2, 2003. 4 Marek, Angie C., “Desert Cat and Mouse,” US News and World Report, May 31, 2004. 5 National Parks Conservation Association, available at, http://www.npca.org/explore_the_parks/new_parks/sonoran.asp. 6 Arizona Game and Fish, available at, http://www.gf.state.az.us/w_c/research_home_this_range.shtml. 7 Derechos Humanos factsheet, “Walls Impact Border Species,” available at, http://www.derechoshumanosaz.net/Wall_info/wall_index.htm. 408 C STREET, NE WASHINGTON, DC 20002 [email protected]