Redes sociales y de apoyo en el colectivo inmigrante japonés en

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Redes sociales y de apoyo en el colectivo inmigrante japonés en
 e
G
Redes sociales y de apoyo en el
colectivo inmigrante japonés en
España
2014
Tesis doctoral presentada por
Jordi Martinez Callaghan
Directora: Dra. Marta Gil-Lacruz
Departamento: Psicología y Sociología
Universidad de Zaragoza
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN
EL COLECTIVO INMIGRANTE
JAPONÉS EN ESPAÑA
Programa de Doctorado en: Sociología de las Políticas Públicas y
Sociales
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
Universidad de Zaragoza
Doctorando: Jordi Martínez Callaghan
Directora: Dr Marta Gil Lacruz
Departamento: Psicología y Sociología
Universidad de Zaragoza
Instituciones colaboradoras
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS
3
INTRODUCCIÓN
5
PRIMER CAPITULO: MARCO CONCEPTUAL
9
Primera Parte: La evolución de las migraciones japonesas
11
1, Historia de las migraciones entre Japón y Europa.
11
1.1. Emigración japonesa tras la restauración Meiji.
12
1.2. Antecedentes sociales y culturales correspondientes a la segunda mitad
del siglo XX.
14
2. Las bases de la comunidad japonesa en Europa.
23
3. Las migraciones japonesas en la actualidad.
24
3.1. Factores de atracción y expulsión.
25
3.2. Tipos de proyecto migratorios en la actualidad.
29
3.3. Institucionalización del fenómeno migratorio.
32
4. Las comunidades japonesas en la sociedad de acogida.
35
4.1. Tipos de comunidades japonesas en occidente.
37
Segunda parte: dinámica y estructura de las migraciones
42
5. La trayectoria en el proceso migratorio.
43
5.1. Fase pre-migratoria.
44
5.2. Fase de instalación.
45
6. El apoyo social y sus perspectivas de análisis.
51
6.1. Perspectiva funcional.
54
6.2. Perspectiva estructural.
56
7. Sociedad de acogida: redes de apoyo y sus funciones.
62
7.1. Redes de apoyo entre inmigrantes.
63
7.2. Redes de apoyo entre inmigrantes y autóctonos.
65
SEGUNDO CAPÍTULO: METODOLOGÍA
71
1. Objetivo y variables.
73
1.1 Objetivos.
73
1.2. Dimensiones y variables.
75
2. Universo y muestra.
76
3. Diseño metodológico.
81
I
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
3.1. Enfoque cuantitativo.
82
3.2. Enfoque cualitativo.
84
3.3. Triangulación.
85
4. Técnicas de recogida de datos.
89
4.1. El cuestionario.
89
4.2. La entrevista en profundidad.
96
TERCER CAPÍTULO: RESULTADOS
105
1. Contexto de partida.
107
2. Motivos intrínsecos y extrínsecos de la migración
108
2.1. Perfil del inmigrante japonés en España.
108
2.2 Razones para emigrar.
116
2.3. Factores de atracción y expulsión.
120
3. Preparación previa a la partida y fuentes de apoyo.
123
4. Estrategia migratoria y la llegada a España.
127
4.1 Estrategias migratorias.
127
4.2. Llegada y asentamiento en España.
129
5. Creación de nuevas redes sociales y de apoyo en la sociedad de acogida y
su finalidad.
132
6. Identidad y sentimiento de pertenencia.
134
7. Perspectivas de futuro.
136
CUARTO CAPÍTULO: CONCLUSIONES
141
1. Nuevas tendencias en los flujos migratorios hacia España: la cuarta oleada.
143
1.1. Relación entre los factores de atracción y expulsión y los nuevos perfiles
migratorios en la comunidad japonesa.
147
1.2. Nuevas estrategias de asentamiento.
151
2. El colectivo japonés en España: una comunidad en expansión.
153
3. Redes de apoyo durante el proceso de asentamiento.
155
3.1. Desinstitucionalización del proceso migratorio.
156
3.2. Características y funciones de las redes de apoyo.
157
4. Sentimiento de pertenencia y desarrollo identitario.
162
QUINTO CAPÍTULO: LIMITACIONES, RETOS Y PROPUESTAS DE
FUTURO
165
1. Limitaciones en la investigación.
167
2. Retos para futuras investigaciones.
169
3. Nuevas líneas de investigación.
170
II
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
BIBLIOGRAFIA
173
ANEXOS
183
Cuestionario general.
185
Cuestionario para estudiantes
189
Guión entrevista
191
Índice de cuadros
193
Índice de tablas
195
III
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
IV
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
AGRADECIMIENTOS
Desde estas líneas me gustaría agradecer y reconocer el papel que han tenido todas
aquellas personas que, a lo largo de estos cuatro años, han contribuido a la culminación de la
presente Tesis Doctoral.
A la Dr. Marta Gil Lacruz, directora de esta Tesis Doctoral, por toda la confianza que ha
depositado en este proyecto. Por las incalculables horas que ha dedicado a este trabajo, por su
paciencia, sus consejos, su entusiasmo, por la ilusión y el positivismo ante las adversidades. Pero
sin duda, mi agradecimiento más sincero por haberme brindado la oportunidad de dedicarme a la
investigación de un tema con el que ya soñaba desde la adolescencia. Para mi directora de Tesis
y amiga, mi más sincera gratitud por haberme acompañado en este increíble viaje.
Al Dr. Carlos Gómez Bahillo, por haberme permitido iniciar esta investigación cuando aún
era estudiante del master. Por todos los consejos que me dio antes de iniciar esta aventura, y por
tenderme su mano siempre que lo he necesitado.
Tampoco podría olvidar a la persona que me acogió hace ya nueve años cuando entré a
formar parte del cuerpo estudiantil de la Universidad de Zaragoza, la Dr. Dolores de Pedro
Herrara. No hay palabras para expresar mi gratitud por haber confiado en mis habilidades desde
que empecé la diplomatura de Trabajo Social, por brindarme la oportunidad de dar mis primeros
pasos como investigador, por cuidarme y por hacerme sentir una parte más del maravilloso grupo
de profesores que forman la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo de la Universidad de
Zaragoza.
Dentro de la propia facultad también querría mostrar mi gratitud al Dr. Miguel Marco, no
sólo por sus valiosísimas sugerencias y notas a lo largo de estos años, sino también por
permitirme trabajar a su lado en varios proyectos y compartir conmigo sus conocimientos y
dedicación hacia la investigación y las ciencias sociales.
Gracias a esta Tesis Doctoral, he podido colaborar con el profesor Chris Perkins de la
Universidad de Edimburgo, quién desde el primer momento creyó en este proyecto. Agradecerle el
interés en promocionar este trabajo a nivel interacciona y por permitirme trabajar en una de las
universidades más prestigiosas a nivel internacional.
Como no podía ser de otra manera, querría destacar el enorme apoyo recibido por parte de
mi familia, en especial a mi madre Mary Callaghan por estar a mi lado y ofrecerme consejo y
ayuda en todo momento además de su experiencia y ayuda en la traducción del presente trabajo.
A la presidenta de la Asociación Aragón Japón, doña Kumiko Fujimura por su inestimable
ayuda, Sin la cual, habría sido imposible llegar a conocer la realidad de la comunidad japonesa en
España.
AGRADECIMINETOS-3
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
No podría olvidar la inestimable colaboración desinteresada de miembros de la propia
comunidad japonesa. En especial a Yuko Mori por compartir sus vastos conocimientos sobre la
cultura japonesa, por enseñarme y ayudarme a superar la barrera cultural entre occidente y
oriente y por su desinteresada ayuda al ofrecerse como traductora durante las entrevistas con
aquellos japoneses que dominaban el español. A Akemi Takahashi por abrirme las puertas de su
casa y de su familia, por compartir sus impresiones y su punto de vista como mujer japonesa
residente en nuestro país y por su paciencia y esfuerzo al colaborar con la ampliación de la
muestra.
Por último agradecer a aquellas personas con las que, por caprichos del azar, he tenido la
suerte de encontrarme. A Helena Amigo por abrirme las puertas del mundo asiático en Zaragoza,
a Guiomar Calvo, Jia Cui, a Tomoko Suzuki y a todas aquellas personas que durante estos años
siempre se han estado a mi lado.
A todos ellos 本当にありがとうございました。
AGRADECIMINETOS-4
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
INTRODUCCIÓN
Desde las ciencias sociales, el estudio de los flujos migratorios ha ido ganando
protagonismo. Cada vez es mayor el impacto que estas investigaciones tienen en la
implementación de las políticas públicas y en la producción de guías de recursos tanto para
profesionales de lo social como para la población extranjera. La necesidad de estos estudios
queda patente en el análisis de la evolución y magnitud de los procesos migratorios en España.
De ser un país de emigrantes, se pasó a ser un país receptor, pese a que en las últimas décadas
y debido a la crisis esta tendencia se esta revirtiendo.
El informe anual sobre inmigración publicado por el INE (Instituto Nacional de Estadística)
en 2012, muestra las consecuencias demográficas que la crisis ha tenido en la población
extranjera y nacional en España. Mientras la tasa de emigración española ha aumentado desde
2010, especialmente en edades comprendidas entre los 20 y 35 años, durante el mismo periodo,
se ha registrado la cantidad de concesiones de nacionalidad española más alta de las últimas
décadas (2010, 123.847; 2011, 114.662 y 2012, 115.620).
Los colectivos inmigrantes más asentados en España son los procedentes de países del
norte de África, y latinoamericanos. Sin embargo, los inmigrantes de países asiáticos como China,
India o Pakistán se caracterizan por su dinamismo debido a su rápido crecimiento y expansión
por todo el territorio. Esto ha hecho que ciudades como Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia o
Zaragoza, estén viviendo grandes cambios sociodemográficos como consecuencia de la llegada
de población inmigrante durante los últimos años.
Sin embargo, el desconocimiento y halo de exotismo que envuelve a los colectivos
asiáticos, junto a los estereotipos y prejuicios que orbitan sobre ellos, han favorecido que gran
parte de las medidas destinadas a fomentar la integración de estos colectivos, se planeen en
función de las necesidades identificadas en el colectivo más representativo, el chino.
El planteamiento de estas intervenciones queda justificado ya que su objetivo es el de
atender al mayor número de personas posibles. No obstante, estas medidas no han llegado a un
porcentaje de la población china tan alto como se esperaba. En parte esto se debe a que las
necesidades de este colectivo no han sido estudiadas con el mismo detalle con el que se ha
atendido a otros flujos migratorios como el de los países del Este de Europa, los países latinos o
los africanos. Un ejemplo de ello es que hasta el año 2006, no existía prácticamente ninguna guía
oficial de recursos en chino, del mismo modo era casi imposible encontrar a trabajadores en los
servicios sociales que pudieran entender o expresarse en este idioma. Afortunadamente, esto ha
ido cambiando y hoy en día servicios públicos como hospitales, escuelas o juzgados cuentan con
recursos profesionales como traductores e intérpretes o manuales para profesionales, etc., que
facilitan el trabajo con estos colectivos.
INTRODUCCIÓN • 5
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Lógicamente esto no es sólo responsabilidad de la administración pública. Debido a las
características de este colectivo, (el hermetismo que lo caracteriza se debe en gran medida a las
dificultades que experimentan para adquirir competencias lingüísticas y las fuertes redes de apoyo
existentes entre sus miembros) su presencia en la vida pública se ve escasamente representada
(Beltrán, 2005).
La diversidad étnica también es uno de los rasgos de la población asiática en nuestro país
y así, a diferencia del caso chino, el colectivo japonés en España presenta unas características
que lo sitúan en un plano mucho más accesible. Como muestra de ello, se puede identificar un
elevado número de asociaciones relacionadas con Japón cuyo objetivo es dar a conocer la cultura
y tradición del país del sol naciente.
Asimismo, estas asociaciones se caracterizan por su participación y colaboración en
actividades impulsadas por asociaciones de inmigrantes, administraciones locales, etc. Buen
ejemplo de ello, es que la comunidad japonesa ha sido una de las primeras asociaciones de
inmigrantes en unirse a la ofrenda de flores a la Virgen del Pilar, o la participación de asociaciones
culturales japonesas en fiestas locales como las celebradas en el barrio de la “Mercè” en
Barcelona. Independientemente del papel tan activo de este colectivo en la sociedad de acogida,
su situación de colectivo inmigrante minoritario ha quedado en un segundo plano en los estudios e
investigaciones con población de emigrantes en nuestro país. Una de las posibles razones por lo
que esto sucede puede ser por el desconocimiento de la situación de las personas que lo
componen.
Algunas de las personas japonesas a las que se les ha planteado esta cuestión, han
respondido que quizás esto sea debido a que la imagen que proyectan hacía el exterior es
equivocada. Otros consideran que por motivos culturales les es difícil manifestar o hacer públicas
sus necesidades, y otros consideran que los estereotipos o prejuicios que comparte la sociedad
de acogida hacen que se ponga el punto de mira en aspectos que no corresponden con su
realidad.
Al margen de estas razones, por desgracia las migraciones transnacionales siguen
despertando cierto recelo entre la población autóctona. En la actualidad, se asocia a la población
inmigrante con un perfil vinculado a situaciones de pobreza, delincuencia, etc. Sin duda, esto
fomenta la estigmatización de la población inmigrante a la vez, que dificulta la relación entre
extranjeros y autóctonos.
A pesar de que el colectivo japonés no se enmarca, normalmente, en este contexto de
pobreza, se encuentra en una situación paradójica al haberse construido una imagen contrapuesta
al de la población inmigrante transnacional que hace que las dificultades propias de su proceso
migratorio no sean reconocidas. Dicho de otra forma, nos encontramos ante un colectivo de
extranjeros, pero que no son considerados inmigrantes.
INTRODUCCIÓN • 6
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Con el fin de presentar una investigación coherente que aborde la situación de esta
comunidad, el trabajo presenta la siguiente estructura. En primer lugar se ha elaborado un marco
teórico que gira en torno a dos ejes principales: el fenómeno migratorio japonés hacía occidente, y
los procesos y estructuras migratorias. A continuación se presenta el capítulo de metodología. En
él, se justifica el uso de la triangulación en el análisis de datos, así como la composición y
estructuras de las entrevistas y cuestionarios empleados para su recogida. En el tercer capítulo se
dan a conocer los resultados obtenidos. A la hora de exponer los resultados se ha optado por
ordenarlos en función de las diferentes etapas del proceso migratorio identificadas por Chou
(2009). Es por ello, que se ha seguido un orden cronológico iniciado en la fase pre-migratoria y
concluyendo en la fase post-migratoria. El cuarto capítulo hace referencia a las conclusiones
alcanzadas tras analizar los resultados. En el se destaca el uso de las redes de apoyo como
herramienta clave durante la fase post-migratoria, así como el impacto que tiene el nuevo
sentimiento de pertenencia durante la fase de instalación y asentamiento. Finalmente, en el
capítulo quinto, se presentan las limitaciones, retos y propuestas de futuro que se derivan de la
investigación.
Con este trabajo se pretende dar los primeros pasos para alcanzar un conocimiento
empírico sobre la realidad social de los japoneses que emigran a España a la vez que se aborda
el fenómeno migratorio como un proceso normalizador, alejado de estereotipos que estigmatizan a
la población inmigrante. Para poder lograr este objetivo, es necesario contar con los testimonios
de hombres y mujeres japonesas que han decidido iniciar una nueva etapa de su vida en España.
Como manifiesta una de las personas entrevistadas, “estamos en una sociedad en la que tú tienes
que poner de tu parte. Si te limitas a ir a trabajar y quedarte en casa nunca serás feliz ni podrás
disfrutar de la vida, por eso es importante que los japoneses ayudemos a las personas de aquí,
igual que ellas nos ayudan a nosotros”.
Gracias a testimonios como éste, queda patente que el estudio del proceso de integración
de cualquier colectivo ha de contemplarse como un fenómeno integral prestando atención al
impacto que los diferentes agentes sociales tienen durante el mismo.
De este modo, se pretende observar el papel de las redes sociales, y su función al
contribuir a la confección de un tejido social y multicultural en el que la convivencia y la
colaboración entre personas se convierte en la mejor herramienta para lograr el desarrollo
personal y colectivo.
Por ello, considero que mi función como investigador es ahondar en estos temas ya que
con ello se puede obtener información que contribuya a construir una sociedad tolerante, alejada
de estereotipos y que favorece la creación de espacios multiculturales que fomentan el
aprendizaje mutuo entre las culturas de origen y de acogida.
INTRODUCCIÓN • 7
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
INTRODUCCIÓN • 8
PRIMER CAPÍTULO:
MARCO CONCEPTUAL
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
PRIMERA PARTE:
LA EVOLUCIÓN DE LAS MIGRACIONES JAPONESAS
1. Historia de las migraciones entre Japón y Europa.
Las comunidades japonesas en Europa, están experimentando un crecimiento importante
en las últimas décadas. Buena muestra de ello es que su representación en occidente ha pasado
de ser anecdótica a constituir uno de los focos de interés económicos, tecnológicos y culturales
más importantes del viejo continente.
A partir de la expansión económica de los años 60, Japón se convirtió en un referente
mundial en el ámbito de las nuevas tecnologías, y a pesar del periodo de recesión de las décadas
de los 80 y 90, se mantuvo como uno de los países pioneros en el ámbito científico-tecnológico.
En buena medida, esto se debe al esfuerzo realizado en investigación e innovación. Tsutsui
(2008), considera que la última década del siglo XX, termina con esta tendencia, iniciando un
periodo de expansión cultural y social hacia occidente. Este auge de la cultura popular japonesa
en Europa y Norte América, no ha sido aprovechado únicamente por las industrias niponas, sino
que muchos japoneses, han visto la oportunidad de integrarse y conocer nuevos entornos a través
del intercambio cultural.
La diáspora japonesa ha despertado el interés, tanto de los investigadores sociales
occidentales como de los japoneses. Trabajos como los de Beltrán (2005), Beltrán y Saiz (2002;
2003; 2004) o White et al. (2006), reflejan la incidencia de este colectivo en la sociedad de
acogida (por ejemplo los cambios demográficos, impacto en el ámbito laboral, económico, etc.),
así como su grado de asimilación e integración. Por otra parte, estudios como los de Fujita (2004;
2009) o Shiobara (2004; 2005; 2011) centran su trabajo en la población japonesa residente en el
extranjero, identificando cómo se lleva a cabo el proceso de integración en la sociedad de
acogida, prestando atención a factores como el choque cultural o la forma en la que se adaptan
las costumbres niponas al estilo de vida occidental.
Aunque el fenómeno migratorio japonés ha empezado a cobrar protagonismo a finales del
siglo XX y principios del XXI, Joaquín Beltrán (2006: 7), data la primera oleada de inmigrantes
japoneses en Europa a finales del siglo XVI y principios del XVII “…cuando una expedición de
conversos católicos dirigida por Hasekura Tsunenaga, fue al Vaticano a visitar al Papa. Durante su
trayecto Tsunenaga hizo escala en España. Esto dio lugar a la leyenda de un grupo de hombres
japoneses que decidieron quedarse en el valle del Guadalquivir para poder profesar libremente la
fe cristiana”.
De aquí se dice que surge el linaje de los “Japón”, apellido que tiene su origen en Coria del
Río (Sevilla) y que en 2006 contaba con más de 600 vecinos empadronados con este apellido
(INE, 2006).
MARCO CONCEPTUAL • 11
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Sin embargo, a pesar de este posible asentamiento de japoneses hace cientos de años, no
es hasta la apertura de Japón con la restauración Meiji (1868-1912), que se pueden identificar las
primeras comunidades de emigrantes japoneses en países extranjeros.
1.1. Emigración japonesa tras la restauración Meiji.
La historia de las relaciones entre occidente y Japón es relativamente reciente. Esto se
debe a que durante el periodo de colonización europeo (siglos XVIII y XIX) Japón, a diferencia de
otros países de Asia y del resto del mundo, no fue conquistado. Los primeros contactos entre
ambas culturas se lograron en este mismo periodo gracias a los misioneros cristianos
provenientes de España y Portugal y a los comerciantes holandeses y británicos.
Durante el shogunato Tokugawa el gobierno redujo drásticamente las relaciones de
comercio entre Japón y los demás países, por lo que, mientras que otras naciones vecinas como
China o India establecían vínculos comerciales con Europa, Japón se quedaba fuera del sistema
comercial internacional (White, 2006). Además de esta situación, también se intensificaron los
esfuerzos del shogun por aislar a Japón de las corrientes ideológicas provenientes de occidente,
que estaban adquiriendo fuerza en países vecinos. Desde esta perspectiva, se puede apreciar
como a finales de la era Tokugawa la voluntad del shogun por preservar los rasgos culturales
propios ante el protagonismo que estaba cobrando el cristianismo, obligó al régimen a cerrar las
fronteras para aislarse de esta amenaza. En este periodo, aparecen publicados una gran cantidad
de documentos que realzan la superioridad del pueblo nipón sobre el resto al no haber sido
invadido, así como la importancia de permanecer fieles a la nación ante la llegada de influencias
externas.
Durante los últimos años del mandato de Tokugawa, tuvieron lugar dos de los
acontecimientos que pusieron en tela de juicio las medidas que había llevado a cabo el shogun
para defender al país nipón.
En primer lugar, en 1854, el comodoro Matthew Perry obligó al emperador japonés a firmar
el tratado de Kanagawa, por el cual, el régimen nipón permitía la libre entrada de barcos
norteamericanos en los puertos japoneses. Más tarde, en 1862, ocurre el incidente de Namamugi,
en el cual murió un comerciante británico, y otros tres ingleses más resultaron heridos tras el
ataque dirigido por el daimyō (señor feudal, 大 名 ) de Satsuma, Shimazu Hisamitsu. Como
represalia a este ataque, la flota naval británica bombardeó la ciudad de Kogoshima.
Tras las amenazas y exigencias estadounidenses, y el ataque británico, surgieron las
primeras voces que ponían en entredicho la capacidad del shogun como máximo dirigente del
país
MARCO CONCEPTUAL • 12
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Otro de los conflictos que afloraron en esta década, fue la rebelión de los daimyōs del sur
de Japón. Estos, a pesar de poseer grandes riquezas, se sentían discriminados por el sistema
impuesto por el shogun. Por esta razón, en 1866, se crea la alianza entre los clanes “Chōshū” y
“Satsuma” dos de los más poderosos del sur de Japón.
Esta alianza conocida como Satsuma-Chōshū dōmei (薩摩長州同盟), fue la impulsora de la
revuelta de los samurais que demostró la debilidad y el aislamiento político del shogun Tokugawa.
Ambos sucesos: los conflictos por la apertura de los puertos nipones y una revuelta dentro
del propio país, pusieron de manifiesto la vulnerabilidad del modelo político imperante y de la
situación de Japón ante los países occidentales (Buruma, 2003). Por esta razón los simpatizantes
de Mutsu-Hito (el nuevo emperador Meiji), esperaban que la restauración Meiji tuviera como
objetivos prioritarios, eliminar el modelo feudal impuesto por el anterior shogun y la apertura del
país con el fin de alcanzar el nivel socioeconómico y cultural de países europeos como Reino
Unido, Francia u Holanda, entre otros.
En 1868 se inicia durante el periodo de restauración Meiji, la apertura de Japón. Como
parte de este proceso, el gobierno imperial puso en marcha la misión “Iwakura” en 1871 (Nish,
1998). Está misión perseguía dos objetivos, a) mejorar las relaciones internacionales y b) recabar
información sobre la educación, cultura, tecnología, sistema económico, social, etc. de los países
visitados para poder aplicarlos en el proceso de modernización nacional.
La apertura de Japón no solo sirvió para incorporar mejoras tecnológicas, nuevas
corrientes filosóficas y aumentar las relaciones comerciales entre el país del sol naciente y
occidente, sino que a lo largo de este periodo también tuvieron lugar los primeros movimientos
migratorios internacionales de la población japonesa.
Durante este periodo destacan 3 corrientes migratorias:
1º corriente migratoria
La primera gran oleada de emigrantes japoneses tuvo lugar en 1885, y fue protagonizada
por campesinos de las regiones del sur de Japón, que se vieron obligados a emigrar, primero a
Hawai, y más tarde, a países del centro y sur del continente americano. Entre los lugares de
destino, destacan Brasil, Perú o Estados Unidos, donde todavía hoy, reside una comunidad
numerosa de japoneses.
Con este éxodo migratorio, el gobierno pretendía reducir la sobrepoblación de las regiones
menos desarrolladas del sur del país, consiguiendo de este modo, reducir la pobreza y las
diferencias entre el norte y el sur de Japón.
MARCO CONCEPTUAL • 13
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
2º corriente migratoria
La segunda oleada de emigrantes japoneses tuvo lugar tras el establecimiento imperialista
en Corea y otras regiones del Pacífico Occidental a principios de 1910. En esta ocasión, el éxodo
migratorio se produjo hacia Corea, China y Taiwán, como parte del proceso de colonización tras
las guerras entre estos países.
Este movimiento migratorio fue protagonizado en su mayoría, por hombres que
pertenecían al ejército japonés. Al finalizar la guerra, muchos de los soldados y altos cargos
permanecieron en los países invadidos ocupando cargos políticos como recompensa por su labor.
3º corriente migratoria
Esta tercera oleada tuvo lugar a partir de 1930 (periodo Shouwa), sin embargo, las bases
que la hicieron posible se desarrollaron con la Misión Iwakura en 1871. A principios del año 1930,
llegan a Europa las primeras empresas japonesas (sōgō shōsha, 総合商社), con el objetivo de
expandir la economía japonesa más allá de sus fronteras. Este proceso se ve interrumpido tras el
estallido de la 2º Guerra Mundial. Pero de nuevo, a partir del siglo XX, las empresas japonesas
retoman su actividad en Europa y asientan las bases de lo que hoy se considera el origen de las
relaciones económicas entre Japón y occidente (White, 2003).
Las repercusiones que tienen las sōgō shōsha van más allá de la economía. Con ellas
llegan a occidente los primeros emigrantes japoneses que más tarde consolidaran las primeras
comunidades niponas en países como Inglaterra, Alemania o Francia.
Estas tres corrientes migratorias, a pesar de estar enmarcadas en contextos muy
diferentes, poseen una característica común. Todas ellas fueron impulsadas por organismos
gubernamentales, que justificaban estos éxodos como necesarios para mantener la estabilidad
nacional y contribuir al desarrollo global del país.
Por esta razón, para autores como White (2003; 2006) y Sakai (2003), el fuerte control que
han ejercido las autoridades japonesas a lo largo de estas tres oleadas migratorias, son la razón
por la cual hasta finales del siglo XX, el modelo migratorio japonés, se caracteriza por estar
sometido a un excesivo control institucional, ya sea por parte de las entidades oficiales o por
parte de las empresas que promueven la movilidad internacional de sus trabajadores como forma
de ascender dentro de las mismas (Ben-Air, 2003).
1.2. Antecedentes sociales y culturales correspondientes a la segunda mitad del
siglo XX.
El cambio en el modelo migratorio nipón, está estrechamente vinculado a las
transformaciones sociales y políticas que ha experimentado el país en las últimas décadas. Japón
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
abrió sus puertas a occidente a finales del siglo XIX con la llegada del régimen Meiji, y a pesar de
los esfuerzos por aumentar las relaciones entre Europa y Japón, no es hasta después de la 2ª
Guerra Mundial que se establece una relación fluida entre la sociedad japonesa, el viejo
continente y los Estados Unidos.
La llegada de la televisión y las primeras publicaciones en papel sobre la sociedad
occidental a principios de los 50, suponen un punto de inflexión, ya que a partir de este momento
es cuando el pueblo japonés empieza a ser consciente de la existencia de otras culturas y modos
de vida.
Durante esta década, empiezan a surgir los primeros mitos sobre los países occidentales y
crece el interés por los mismos. Buena muestra de ello es el incremento de revistas
especializadas en moda, cultura y sociedad europea y norteamericana que se publican en Japón y
que tienen como consumidores principales a jóvenes nipones (Fujita, 2009). Un ejemplo de ello es
la revista “Vogue” que llegó a Japón a finales de los 60 considerada como una de las revistas de
moda más transgresoras y liberales. Años más tarde, revistas japonesas como Non-no (1971),
empezaron a publicar artículos sobre la moda y la cultura americana desde el punto de vista
nipón, alcanzando gran éxito entre la juventud.
Sin embargo, a pesar del interés que había logrado despertar occidente, la situación
sociopolítica que atravesaba Japón (reconstrucción del país tras la guerra, cambio de modelo
político, etc.), hacía imposible el poder emigrar y conocer en persona como eran estos lugares.
A la unión de estas dos situaciones (la afluencia de información a través de los medios de
comunicación y la situación interna que se vivía en Japón), hay que añadir un tercer factor que
favoreció la creación de esta imagen idealizada del mundo occidental: el establecimiento de las
bases militares norteamericanas en Japón. En 1951, poco antes de finalizar el periodo de
ocupación en tierras niponas (1945-1955), Japón firma el tratado de paz de San Francisco y pasa
a ser un país desmilitarizado. Un año más tarde, 1952, Japón y Estados Unidos firman un tratado
de seguridad por el cual, el gobierno norteamericano se compromete a proteger al país nipón en
caso de guerra a cambio de establecer bases militares en diferentes regiones del país (Buruma,
2003).
El asentamiento de estas bases militares en Okinawa, y especialmente en Tokio, sirvieron
para que la población autóctona conociera, y participara en numerosos eventos y festividades
organizadas por las fuerzas norteamericanas. Gracias a estos hechos, la popularidad de la
sociedad y la cultura estadounidenses empezaron a crecer, hasta convertirse en una de las más
influyentes para los jóvenes de esa época. Como ejemplo de la repercusión de la base militar de
“Camp Zama” (キャンプ座間) en Tokio, destacan los barrios de Akihabara (秋葉原) y Roppongi (六
本木). El primero de ellos, Akihabara, en sus orígenes constituía una zona de compra y venta de
aparatos electrónicos provenientes de la base militar americana. La zona de Roppongi, durante
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los años 50, se convirtió en el lugar de ocio para las tropas norteamericanas. En ella, se
establecieron bares, restaurantes, etc., dirigidos por japoneses y cuya principal clientela era de
origen extranjero.
La posguerra y la reconstrucción de Japón, se desarrollan bajo la influencia de la cultura
occidental. Sin duda, todos estos factores tienen un papel importante, tanto en la creación de la
nueva sociedad japonesa, como en la imagen que se ha ido construyendo de occidente en la
misma. Un ejemplo de este cambio de tendencia lo encontramos en el “manga” o comic japonés.
Durante este periodo, Osamu Tezuka, uno de los autores más destacados de este género,
empieza a crear historias y personajes inspirados en la cultura europea. Asimismo, escritores
como Ryū Murakami (Azul casi transparente, 1976) o Kenzaburo Oe (La presa, 1957), plasman en
su obra la influencia que ha tenido occidente en la evolución de la sociedad japonesa desde la
mitad del siglo XX hasta ahora.
A principios de los años 60, el rápido proceso de occidentalización que experimentaba
Japón, junto a los primeros indicios de lo que más adelante se conocería como “el milagro
económico”, contribuyen a que las grandes potencias europeas consideren al país nipón como el
más desarrollado del continente asiático (García de Rosa, 2005). Durante esta época, Japón
destacó por llevar a cabo un proceso de transición económica, política y social sin precedentes en
un breve plazo de apenas diez años.
En el campo de la política, la Constitución de 1947 marca el inicio de la occidentalización
política. A principios de los 50 nacen las dos fuerzas políticas más importantes, el Partido Liberal
Democrático (PLD), de carácter conservador y fuertemente apoyado por las instituciones
norteamericanas, y el Partido Socialista Japonés (PSJ) que, en 1996 cambió su nombre por el de
Partido Socialdemócrata (PS), para renovar su imagen y presentarse con una ideología más
próxima a la de los partidos socialistas europeos (Tsutsui, 2008).
La política japonesa se ha caracterizado por su estabilidad, ya que el PLD ha sido el
partido más votado desde el inicio de la democracia japonesa, exceptuando momentos puntuales
como el periodo de 1947-1948 o más recientemente 2009-2012, en los que el PS ha ocupado el
poder.
Durante los años de la posguerra el PLD llevó a cabo una serie de políticas que tenían
como objetivo, el desarrollo de la industria y la economía nipona. Es por ello que se implantaron
medidas para facilitar la exportación de productos japoneses, a la vez que se fomentaba el
consumo interior. Asimismo, autores como Tsutsui (2008), consideran que por sí mismas, estas
políticas no habrían sido suficientes para llevar a cabo un crecimiento económico de estas
características. Para él, el apoyo de los Estados Unidos durante este periodo de modernización es
un elemento clave.
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En primer lugar, la desmilitarización de Japón permitió al gobierno nipón reducir los costes
destinados a la defensa del país. Esto hizo que Japón pudiese centrarse en sus políticas
económicas durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, ya que, a pesar de que las
relaciones entre Japón y Rusia eran tensas, el país nipón se encontraba bajo el amparo
estadounidense. En segundo lugar, el hecho de que los Estados Unidos avalaran a las empresas
japonesas y les facilitasen la entrada en el mercado europeo y americano, supuso una gran
ventaja y una fuerte inyección para las exportaciones de productos nipones (Christian, 2003).
Se puede decir que la década de 1960 fue la edad de oro del siglo XX para Japón. En este
periodo la economía nipona experimentó el mayor crecimiento de la historia, el nuevo sistema
político y social, impuesto por las tropas aliadas, ya había sido aceptado por la gran mayoría de
japoneses y la industria nipona se consolidaba como una de las más fuertes a nivel mundial, no
solo por los beneficios económicos, sino que también destacaba por los avances tecnológicos y la
calidad de sus productos (Bustelo, 2009).
Para muchos expertos en historia japonesa y asiática, Japón ha abierto sus fronteras a
occidente en dos ocasiones; en primer lugar en 1869, tras la restauración Meiji y para iniciar el
proceso de modernización del país, y por segunda vez en 1945 tras la ocupación de las fuerzas
aliadas en la II Guerra Mundial. Ambos casos tienen en común, que la llegada de población
extranjera vino precedida de un conflicto bélico persistieron ciertos colectivos que se mostraban
en contra de la llegada de occidentales al archipiélago.
1964 deviene un año clave para Japón. Tras la ocupación de las tropas norteamericanas,
las fronteras japonesas permanecieron abiertas a occidente. A pesar de ello, el número de
europeos y americanos en tierras niponas era muy escaso, y se limitaba, en su mayoría, a
personal militar y cargos políticos (Buruma, 2004). Sin embargo, esta situación cambia cuando se
designa a Tokio como la capital de los Juegos Olímpicos de 1964.
Para gran parte del pueblo japonés, las olimpiadas se consideraron una prueba de fuego
ya que por primera vez, Japón iba a ser el centro de atención de todo el mundo. Para la puesta a
punto de la ciudad, el gobierno japonés invirtió alrededor de 3.000 millones de dólares (IOC,
2010). Al margen del impacto económico, Tokio 1964 supuso un punto y aparte en la historia
moderna de Japón, principalmente por dos motivos.
En primer lugar se dio a conocer un país que había permanecido prácticamente aislado,
incluso después de la II Guerra Mundial, y que tenía a occidente como el paradigma de progreso y
desarrollo (Nomura, 2006). Las olimpiadas de Tokio estuvieron cargadas de simbolismo y
pretendían mostrar la fortaleza y el carácter de un pueblo. Como muestra de ello, la organización
decidió que la antorcha olímpica entraría en el estadio de manos del joven de 19 años Yoshinari
Sakai, apodado el “bebe de Hiroshima” por haber nacido el mismo día y en una zona cercana al
ataque nuclear. Otro ejemplo del afán del pueblo nipón por demostrar a occidente su valía, fue la
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inauguración del shinkasen o tren bala (Tsutsui, 2008). Asimismo, estos juegos olímpicos pasaron
a la historia como “las primeras olimpiadas electrónicas”, ya que fueron las primeras televisadas
en color y transmitidas vía satélite. También fue la primera vez que se utilizaban aparatos
electrónicos como la cámara lenta o cronómetros de alta precisión.
En segundo lugar, gracias a este evento deportivo, se produjo la primera toma de contacto
entre población civil occidental y jóvenes japoneses que habían crecido bajo la influencia de
occidente en los medios de comunicación. Este primer encuentro sirvió para modificar la imagen
que se tenía del pueblo japonés en occidente y viceversa. Al concluir las olimpiadas la imagen de
Japón como pueblo bárbaro cambió radicalmente, en parte debido a los medios de comunicación
internacionales que elogiaron la eficacia, la amabilidad y el carácter trabajador de la comunidad
nipona. Por su parte, la gran afluencia de visitantes extranjeros junto a los impresionantes
resultados obtenidos por los atletas de los EE.UU y la U.R.S.S., también dejarón huella en la
sociedad japonesa, suscitando un mayor interés por las costumbres, tradiciones, modo de vida,
etc., de estos países.
Tras los éxitos alcanzados a nivel social, político y económico en la década de los 60, los
años 70 para Japón se caracterizaron por: la crisis del petróleo que detuvo el crecimiento de la
economía japonesa reduciéndola un 5%, y por el éxito de las primeras empresas japonesas en
Europa tras la posguerra (García de Rosa, 2005; Tsutsui, 2008).
Japón empezó la década de los 70 como una de las primeras potencias económicas
asiáticas y una de las más fuertes a nivel global. Asimismo, los avances en materia de educación,
situaron a las universidades japonesas entre las mejores del mundo (Belloso de Santiesban, 1994;
Teichler, 1999; Yamamoto y Briton, 2010). Además, la celebración de los Juegos Olímpicos de
Tokio en 1964, sirvió como puerta de salida a muchos jóvenes, que tras establecer sus primeras
relaciones con ciudadanos occidentales, contemplaban la posibilidad de emigrar como una forma
de ampliar sus horizontes.
La crisis del petróleo de los años 70 también tuvo repercusión en la economía japonesa. La
crisis, durante los años 1973-74 redujo el crecimiento económico japonés, que con un incremento
anual del 5%, aún se mantenía como uno de los más altos a nivel mundial. Esta situación obligó a
la industria del automóvil nipona, el sector con más exportación, a llevar a cabo cambios
tecnológicos que redujeran el consumo en sus vehículos, al mismo tiempo que se introdujo un
nuevo modelo de producción: el “toyotismo”.
El “toyotismo”, desbanco, al que hasta la fecha había sido el modelo a seguir en la
producción de vehículos, el “fordismo”. La empresa automovilística Toyota, modificó el proceso de
construcción de sus vehículos. Los cambios más importantes fueron: el trabajo en equipo, los
círculos de calidad de los productos, la producción bajo demanda y la autonomía de los diferentes
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módulos de producción que permitían rectificar los errores sin necesidad de detener todo el
proceso (Muto, 1996).
El paso de un modelo productivo a otro fue clave para superar la crisis del petróleo, pero
más allá de los resultados económicos, el “toyotismo”, puso de manifiesto que la industria
japonesa estaba suficientemente madura como para innovar y competir en igualdad de
condiciones con las demás potencias occidentales. Como muestra de ello, la diferencia entre las
importaciones y exportaciones entre productos americanos y japoneses, a comienzos de los 70 se
encontraba en un punto de equilibrio (el valor de las exportaciones e importaciones era
prácticamente el mismo), mientras que a mediados de los años 70 Japón ya introducía más
productos en Estados Unidos de los que recibía (en 1976 la diferencia era de 4.000 millones de
dólares y a finales de los 70 rozaba los 10.000 millones de dólares).
Durante los años 70, las relaciones entre Japón y los Estados Unidos se debilitaron, debido
a la crisis del petróleo y al inicio de las relaciones entre los norteamericanos y chinos. Al mismo
tiempo, la industria nipona empezó a cobrar protagonismo en Europa. Ciudades como Londres y
Dusseldorf se convirtieron en puntos neurálgicos para la industria japonesa.
Durante los años de la posguerra hasta finales de los 70, la sociedad japonesa también
experimentó cambios importantes. Sin duda, el éxodo rural fue el más influyente durante esta
época. En los años previos a la II Guerra Mundial, únicamente un tercio de la población residía en
núcleos urbanos, sin embargo, en los últimos años de los 70, más de un 75% de la población
(cerca de 80.000.000 personas) se había trasladado del campo a la ciudad (Tsutsui, 2008). Este
cambio demográfico vino acompañado de transformaciones políticas y sociales, como las
progresivas mejoras en el sistema sanitario y educativo, lo cual contribuyó a que la esperanza de
vida de la población japonesa, se convirtiera en pocos años en una de las más elevadas del
mundo, con una media de casi 80 años a principios de 1980 (Cacabelos, 1996).
La evolución de la estructura familiar fue otra de las consecuencias de las reformas
sociales, económicas y políticas. A finales de los 70 y principios de los 80, el modelo de familia
extensa y multigeneracional de la época anterior a la guerra había desaparecido, en favor de un
modelo de familia nuclear. De este modo, a principio de la década de los 80, las familias
japonesas estaban compuestas por el padre de familia, que era el sostén económico; la madre,
que se encargaba de las tareas del hogar, el cuidado y la educación de los hijos, y los propios
hijos (Hendry, 1987). Estos cambios se produjeron como consecuencia del aumento de la
esperanza de vida y el nuevo modelo económico, que favoreció la movilidad de la población
japonesa dentro de sus fronteras.
Los últimos 15 años del siglo XX marcaron el final de la expansión económica japonesa.
Con la caída del muro de Berlín y el fin del control militar en algunas zonas europeas, el sector
industrial del viejo continente empezó a despegar. Durante esta época, muchas de las miradas se
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pusieron sobre Japón ya que se consideraba uno de los países más prósperos. Es por eso, que
muchas de las empresas europeas pretendían lograr acuerdos con entidades japonesas ya que
les podía garantizar una cantidad de capital importante para ponerse en marcha (Bustelo, 2009).
En Japón, la década de los 80 se caracterizó por las primeras protestas ciudadanas hacia
el gobierno del PLD. Los ciudadanos japoneses demandaban un mayor compromiso del gobierno
a través de mejoras en la cobertura sanitaria y los derechos sociales. Al mismo tiempo, lo que
hasta la fecha se había considerado como una sociedad homogénea (más del 90% de la
población se consideraba clase media) empezó a observar como, gracias a los negocios con
empresas extranjeras, cierto sector de la sociedad alcanzaba un mayor nivel económico,
provocando las primeras revueltas entre clases desde el shogunato Tokugawa (Tsutsui, 2008;
Inoguchi, 2009).
Otro de los hechos más destacados de esta época fueron las políticas monetarias llevadas
acabo por el gobierno japonés, bajo la presión de los Estados Unidos. La revalorización del yen,
dio lugar a una espiral de especulaciones en torno al mismo. La burbuja económica generada
llego a su fin a principios de los 90 haciendo que la economía japonesa entrara en la recta final del
siglo XX en una situación de recesión.
Como consecuencia de la situación económica, las empresas japonesas iniciaron un
periodo de deslocalización, trasladando sus fábricas a China y al sur de Asia. Esta época coincide
con el auge de las sōgō shōsha en Europa, así como con el aumento de inmigrantes japoneses en
los países occidentales (White et al, 2006).
La década de los 90 será recordada como la “década perdida” por los japoneses, ya que
pasaron de ser la economía más potente del mundo a ser uno de los países desarrollados con
mayor deuda pública. La inyección de dinero público a las entidades privadas, así como a las
políticas keynesianas implantadas por el PLD (Tsutsui, 2008) también favorecieron este estado.
La “década perdida” no se caracterizó únicamente por los problemas económicos. Las
protestas y la disconformidad con el gobierno desembocaron en numerosas manifestaciones y en
una situación de pesimismo y malestar social sin precedentes en Japón (Inoguchi, 2009).
Lo que hasta la fecha se había considerado como el pilar clave para el milagro japonés, el
sistema educativo, empezaba a mostrar sus carencias. La tasa de desempleo a mediados de los
90 pasó de un 2% a un 3,5%, lo cual ya no garantizaba un puesto de trabajo a aquellos
estudiantes con titulación universitaria (Bustelo, 2009). Esta situación provocó un descontento
generalizado entre la juventud japonesa, que dio pie a una alta tasa de suicido juvenil y a la
aparición de enfermedades de carácter psicológico como depresiones o hikikomori entre otras
(Mathews, 2007). Asimismo, otro de los pilares de la sociedad japonesa, la unidad familiar,
comenzó a mostrar signos de erosión. La tasa de divorcio aumentó y el papel que desarrollaban
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sus miembros se puso en tela de juicio, especialmente el de las mujeres (Christian, 2006; Takeda
y Matthews, 2009).
A la crisis de estas dos entidades tan representativas de la sociedad japonesa, se sumó un
incremento de la delincuencia juvenil, así como de las protestas violentas. Un ejemplo de ello, fue
el atentado del metro de Tokio en 1995, en el cual murieron 13 personas y más de un centenar
resultaron heridas.
Ese mismo año, Japón sufrió las consecuencias de uno de los terremotos más
desbastadores de su historia. El terremoto de Kobe dejó más de 6.400 víctimas mortales e
incalculables daños materiales. La suma de todos estos sucesos puso de manifiesto la escasa
capacidad de reacción de las autoridades niponas, aumentando así, la desconfianza de la
sociedad japonesa hacía su clase política (Tsutsui, 2008).
La segunda mitad del siglo XX, estuvo marcada por grandes avances, y dolorosos
retrasos. No obstante, los sucesos ocurridos durante la década de los 90 sirvieron para que Japón
se replanteara una serie de cuestiones éticas y morales referentes a su identidad (Tsuitsi, 2008).
La debacle de su economía, junto con el despertar de China, hizo que la sociedad nipona dudase
de su supremacía en el continente asiático, del mismo modo que se reflexionaba y debatía sobre
cuáles habían sido los errores que les habían conducido a esa situación (FUNDESCO, 1994;
Craig, 2005).
La actitud ciudadana que se adoptó tras el terremoto de Kobe en 1995, se convirtió en el
paradigma de lo que sería la nueva identidad japonesa. La reconstrucción de la ciudad unió a
todas las clases, relegando las críticas sobre la polarización social que experimentaba la sociedad
a un segundo plano. Asimismo, las diferentes fuerzas políticas aunaron sus esfuerzos junto a los
de la población para trabajar conjuntamente para la reconstrucción de la zona afectada.
A la vez que se iba fraguando un nuevo concepto de identidad nacional basada en la
homogeneidad
y
solidaridad
del
pueblo
japonés,
(Takeuchi,
2012),
surgieron
grupos
conservadores que achacaban la problemática del país a la perdida de los valores tradicionales.
Ante esta situación, el gobierno del PLD, liderado por Koizumi Junichirō, opto por adoptar una
postura centrista reconsiderando muchas de las políticas que había llevado a cabo su partido con
anterioridad.
De manera paralela, a finales del siglo XX y principios del XXI, en Europa estalló el “boom”
de la cultura japonesa. Para autores como Craig, (2005) o Tsutsui, (2008), este fue el último
elemento que acabó por dar forma a la nueva identidad nipona. En esta época, el anime y el
manga, se postularon como una de las alternativas a la cultura norteamericana encabezada por la
industria cinematográfica. De este modo, Japón logra crear una identidad propia que la
diferenciaba tanto de occidente como de los demás países emergentes del continente asiático.
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Junto al desarrollo de esta nueva identidad nació un fuerte sentimiento nacionalista. En la
actualidad, la sociedad japonesa se siente orgullosa de su acervo cultural, y muestra de ello es la
gran cantidad de empresas niponas que lo han exportado a occidente en forma de productos
comerciales como ordenadores, moda, arte, etc. o bienes intangibles como la filosofía zen, los
masajes reiki o los restaurantes temáticos (Tsutsui, 2008). El éxito de la cultura japonesa, tanto
dentro como fuera de sus propias fronteras, ha servido como impulso para evitar el estancamiento
de la economía japonesa (Creig, 2005).
Esta nueva forma de autodefinirse como japoneses ha llegado a todas las esferas de la
sociedad nipona. Mientras que durante el periodo de recesión se culpaba de la situación a los
jóvenes y al cambio de valores de la sociedad, en la actualidad estos hechos se interpretan como
una etapa más, que no es muy diferente de la que han vivido otros países europeos.
Una muestra de la unidad y la homogeneidad de la sociedad que ha aportado este nuevo
concepto de lo “japonés”, se pudo observar tras el desastre de Fukushima en 2011. Tras la
sucesión de varios terremotos y ante la amenaza nuclear, japoneses de todas las regiones del
país se desplazaron a la zona afectada para participar en las tareas de reconstrucción. Muchas de
las personas que tuvieron que abandonar el área de Fukushima, encontraron refugio en zonas del
sur de Japón donde miles de personas ofrecían de forma gratuita sus casas para las familias
afectadas. Simultáneamente, la comunidad nipona residente en el extranjero, también se movilizó
con el objetivo de recaudar fondos para las victimas del desastre.
A pesar de la unión y la estabilidad lograda a finales de los 90, los dos pilares
considerados como clave durante el “milagro económico japonés”, la estabilidad social y familiar y
el sistema educativo, también se han reajustado al nuevo contexto social. Japón sigue siendo uno
de los países más pacíficos y seguros del mundo, sin embargo, las protestas ciudadanas ante
determinados temas como el cuidado de las personas mayores, mejores condiciones laborales, o
la protección del medio ambiente, son cada vez más frecuentes.
El modelo familiar también ha cambiado. La mujer japonesa es mucho más independiente
de lo que lo fue antaño. Para muchas de ellas, el matrimonio ya no es la única opción posible, y en
la actualidad, se está viviendo un periodo de transición en el cual se está pasando de la imagen
de una mujer cuidadora y ama de casa, a la figura de “salary woman”. Del mismo modo, se ha
aceptado que el propio mercado laboral japonés no puede absorber toda la demanda de empleo, y
que poseer una titulación universitaria ya no garantiza un empleo estable.
Estos cambios, junto al fenómeno de la globalización, han contribuido a que, durante los
primeros años del siglo XXI, se esté viviendo un éxodo paulatino, pero constante, de ciudadanos
japoneses que emigran hacia occidente en busca de otros modelos de vida y nuevas metas
personales y profesionales. Es por esta razón, que tras los tres grandes movimientos migratorios
anteriores (Sudamérica 1885, China y Corea, 1910 y occidente 1970) las primeras décadas de
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este nuevo siglo pueden suponer el inicio del cuarto éxodo migratorio de población japonesa hacia
el extranjero.
2. Las bases de la comunidad japonesa en Europa.
Uno de los mitos más extendidos sobre la comunidad japonesa en occidente, es que dicho
colectivo está compuesto por altos ejecutivos y élites políticas. A pesar de que en la actualidad
disponemos de numerosos trabajos de investigación que demuestran lo contrario, esta idea tan
asentada, tiene su origen en las sōgō shōsha, o empresas comerciales japonesas, que durante
toda la segunda mitad del siglo XX, se establecieron en el continente europeo.
Las primeras compañías en llegar a Europa lo hicieron a finales del siglo XIX y se
asentaron en Paris y Lyón. En 1870 y tras su escaso éxito en Francia, la colonia de japoneses en
Europa optó por trasladarse al Reino Unido y Alemania. Las sōgō shōsha se establecieron en
Londres, Berlín y Bremen, obteniendo mejores resultados que en su etapa anterior. En 1890,
Londres se consolidó como la ciudad con más población japonesa del viejo continente y principal
puente de unión entre Japón y Europa.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial, junto con la posterior reconstrucción del país,
hizo que el número de emigrantes se redujera considerablemente. No fue hasta finales de los
años 50, y principios de los 60 cuando la población de japoneses en Europa volvió a
incrementarse, gracias al reestablecimiento de las sōgō shōsha.
En este nuevo intento de asentar la industria japonesa en el viejo continente, las empresas
niponas optaron por incorporar cambios estructurales a nivel productivo y de organización, que
permitiesen transformar lo que anteriormente habían sido pequeñas empresas con capital nipón,
en grandes y modernas corporaciones transnacionales con sedes repartidas por toda Europa.
La década de los 60 se considera la edad de oro de las empresas japonesas ya que
establecieron sedes y filiales en Rusia, Hungría, Bulgaria, Australia, Italia, Irlanda, Noruega y
Suecia. En 1962, España ya contaba con las primeras compañías japonesas, pero su impacto en
el ámbito de las migraciones era muy escaso en comparación con los dos puntos neurálgicos de
la actividad empresarial en Europa, Dusseldorf y Londres.
A pesar de la rápida expansión de las multinacionales japonesas, no fue hasta finales de
1980 que la población nipona empezó a cobrar protagonismo en Europa. Durante los años 80 y 90
el modelo de desplazamiento de japoneses hacia Europa cambió. Se pasó paulatinamente de un
modelo migratorio individual, a un modelo familiar. Dicho de otro modo, los japoneses que
llegaban a Inglaterra, Alemania, etc., ya no venían solos, sino que las propias empresas facilitaban
el desplazamiento de la familia nuclear hacia el país de destino.
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Asimismo durante esta época, las grandes multinacionales empiezan a ejercer un efecto
“imán” y atraen a pequeñas empresas y emprendedores autónomos que centran su actividad
económica en proporcionar ciertos bienes y servicios que la sociedad de acogida no es capaz de
proporcionar al colectivo nipón, como por ejemplo, restaurantes, locales de ocio, asesorías, etc.
Dentro de esta etapa de expansión del colectivo nipón por Europa, entre los años 19851995 tienen lugar tres sucesos que favorecen la llegada de japoneses:
1. Tras la inversión de capital nipón en las empresas alemanas durante los años 70, los
empresarios japoneses se hacen con gran parte de la industria del país, por lo que
Alemania, y en concreto Dusseldorf, a finales de los 80, se convierte en la capital japonesa
en Europa.
2. El segundo suceso que atrae a los emigrantes japoneses a Europa, tiene lugar en el Reino
Unido. Allí las empresas niponas reciben subvenciones estatales y establecen nuevas
empresas en las llamadas “zonas verdes” (áreas con escasa actividad industrial). Junto a
la creación de nuevas empresas, el crecimiento del sector económico japonés durante los
años 80, hace de Londres un lugar idóneo para llevar a cabo tanto una actividad
empresarial como la inversión de capital por lo que Londres desbanca a Dusseldorf como
la ciudad más importante.
3. A mediados de los 90, el país galo vuelve a ser un destino de interés para la comunidad
nipona. Sin embargo, en esta ocasión los emigrantes japoneses que llegan a Francia, se
caracterizan por su desvinculación con las empresas japonesas. Durante esta época,
llegan al país numerosos profesores, artistas y pequeños empresarios cuyas motivaciones
para emigrar son de carácter personal. No obstante, muchos terminan desarrollando
actividades profesionales vinculadas a las multinacionales, ejerciendo de traductores,
profesores de japonés, etc.
Esta tercera oleada se puede considerar como una primera aproximación a lo que será el
modelo migratorio japonés a partir del siglo XXI, ya que junto a estos empresarios y profesionales,
también aumenta la llegada de estudiantes japoneses a las universidades así como los primeros
“inmigrantes culturales” (artistas, intelectuales, etc.). A partir de finales de los 90, el perfil del
inmigrante japonés cambia. Poco a poco la figura del hombre de negocios va mezclándose con la
de otros japoneses que llegan a occidente con otras motivaciones e intereses.
3. Las migraciones japonesas en la actualidad.
Los factores de atracción-expulsión (pull-push factors) componen uno de los conjuntos de
variables más estudiadas a la hora de analizar los fenómenos migratorios ya que pueden
proporcionar información sobre los motivos que llevan a un determinado colectivo a emigrar, o la
razón por la cual un país atrae a un elevado número de inmigrantes (d'Artis, 2010).
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Los factores de atracción (pull) suelen estar relacionados con unas condiciones sociales,
políticas y económicas concretas que hacen que un determinado país resulte más atractivo desde
el punto de vista de la inmigración. Por otra parte, los factores de expulsión (push) son aquellos
que motivan que la población abandone su país de origen. Ambos factores constituyen dos caras
de una misma moneda ya que, mientras uno hace referencia a la inmigración (pull), el otro se
centra en la emigración (push).
Habitualmente los factores de atracción se asocian a las condiciones de vida, a mayores
oportunidades, etc., que se dan en los países económicamente desarrollados, mientras que los
factores de expulsión hacen alusión a la situación social, económica, etc., en la que se encuentran
los países subdesarrollados. Sin embargo, casos como el del colectivo japonés, hacen que sea
necesario revisar esta relación ya que, como se muestra a continuación, variables tan subjetivas
como la búsqueda de un modelo de vida determinado, o los intereses personales, pueden
considerarse más importantes que mantener una posición social y económica acomodada.
Uno de los factores de atracción compartido por la mayoría de los colectivos inmigrantes,
es el del imaginario social (o representación social) que se ha generado de la sociedad de
acogida. Este concepto, hace referencia a la forma en la que se perciben y se interpretan los
rasgos de una cultura diferente a la propia. Una de las características principales del imaginario
social, es que suele desarrollarse a raíz de ideas generadas por actores externos a la propia
sociedad, como por ejemplo los medios de comunicación (Jodelet, 1991). Esto se traduce en que,
la comunidad inmigrante crea unos esquemas mentales compartidos, basados en esta
información, para entender y explicar el funcionamiento de la sociedad de destino, lo cual
determina su forma de interactuar con ella.
Es por ello, que conocer los factores de atracción y expulsión, que pueden influir a la hora
de tomar la decisión de emigrar, nos permiten obtener más información para entender como se
lleva a cabo el proceso migratorio así como la forma en la que se relacionan y se organizan estas
comunidades en la sociedad de acogida.
3.1. Factores de atracción y expulsión.
Atracción.
Desde la invasión de los Estados Unidos a Japón en la Segunda Guerra Mundial, los
medios de comunicación han jugado un papel relevante tanto en el desarrollo de la sociedad
japonesa, como en la representación social compartida que se ha creado de los países
extranjeros en Japón (Benedict, 1964; Goodman, Peach, Takenaka y White, 2003; Fujita 2004;
Nomura 2006; Goy, 2008 ).
La prensa y la radio gozaban de gran popularidad entre la población nipona durante el
periodo de guerra. Con la llegada de la televisión (1950) y con la distribución de las primeras
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revistas de ocio, la sociedad japonesa empezó a recibir noticias e información de países
occidentales, principalmente de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania.
De manera paralela al “boom” de estos medios de comunicación, Japón ponía en marcha
lo que años más tarde se conocería como “el milagro japonés”, gracias al cual, pasó de ser un
país colonizado con una estructura social prácticamente feudal, a convertirse en uno de los países
más ricos del mundo en poco más de un siglo.
Durante el periodo de máximo crecimiento económico (1955-1967), y gracias a la
publicidad en los medios de comunicación, sociedades como la estadounidense o la británica, se
convirtieron en un modelo a imitar ya que representaban el éxito y la modernidad (Hendry, 1987).
Hoy en día, esta idea aún prevalece en la sociedad japonesa. La imagen que se proyecta de
occidente, es la de una sociedad más moderna y llena de oportunidades de éxito. Precisamente,
estas oportunidades suponen un aliciente y uno de los factores de atracción más importantes para
aquellas personas que buscan un modelo de vida alternativo en el seno de una sociedad con unas
pautas y normas sociales muy estrictas.
Las posibilidades de mejorar el propio capital humano y social es otro de los factores que
motiva al colectivo japonés a emigrar hacía occidente (Cornelius et al. 2003; Fujita, 2009). Debido
a las características geográficas de Japón
(dos tercios de la superficie están ocupados por
bosques y humedales) y a la escasez de recursos naturales de que dispone, la economía del país
esta basada en la importación de materias primas y exportación de bienes provenientes del sector
automovilístico y electrónico. Como consecuencia de este modelo económico, el mercado laboral
premia a aquellas personas que dominen idiomas extranjeros, que hayan vivido o estudiado fuera
del país o que posean experiencia laboral en empresas extranjeras.
Por esta razón, muchos de los japoneses que quieren emigrar con el objetivo de retornar a
su país de origen, centran su proyecto migratorio en aprender un idioma, adquirir experiencia,
conocimientos y habilidades que les distingan del resto, al tiempo que entablan relaciones con
personas de diferentes culturas.
Sin embargo, no todos los japoneses emigran con la intención de volver a Japón. Para
parte de este colectivo, permanecer en un país extranjero de forma indefinida, puede suponer una
puerta de entrada a las empresas japonesas con sede en el país de destino. Como defiende BenAir (2003), la deslocalización de las compañías japonesas no sigue el mismo patrón que las
europeas o americanas. Mientras que para las multinacionales occidentales trasladar una fábrica
supone un desplazamiento físico de un lugar a otro, para las empresas japonesas este proceso
conlleva un desplazamiento físico y estructural. Es decir, junto con la reubicación de la sede,
también se desplazan directivos y personal técnico como ingenieros o personal de mantenimiento
y control de producción. Es por ello que, muchas empresas buscan a japoneses residentes en el
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extranjero para ocupar estos puestos o para desempeñar labores de intermediarios o intérpretes
entre los directivos japoneses y la población local.
Por último, aspectos como la calidad de vida, el clima, las tradiciones o la cultura, también
forman parte de los elementos de atracción para la población japonesa. Tradicionalmente, los que
decidían emigrar por alguno de estos factores, lo hacían a Estados Unidos e Inglaterra,
predominando dos motivos; el vínculo histórico existente entre estos países y porque el inglés es
la lengua extranjera más hablada en Japón. En la actualidad, países como
Italia, Francia o
España, están ganando popularidad entre la población nipona, por lo que cada vez son más los
que deciden emigrar a estos países.
Aunque España no ha sido uno de los destinos más habituales de la comunidad inmigrante
japonesa, en los últimos años, esta situación está cambiando. Las similitudes fonéticas entre el
español y el japonés, junto con el aumento de inmigrantes de países latinoamericanos que está
recibiendo Japón, contribuyen a que la lengua española esté desbancando al italiano, francés o el
alemán, como la segunda lengua occidental más estudiada en el país nipón. Junto al idioma, el
capital cultural de España es otro de los elementos de atracción para este colectivo. Personajes
históricos como Gaudí, Goya o Lorca, junto a artistas y figuras emergentes como Joaquín Cortes o
Ferran Adrià, sirven de reclamo para muchos de los japoneses que imaginan un futuro fuera de
su país. Asimismo, el éxito y la popularidad que han adquirido algunos japoneses en campos
como el flamenco (Ishimitsu Takazuka) o el toreo (Nono Taira), ha contribuido a que la imagen
que se proyecta de España, sea la de un país abierto a oriente, y que ofrece oportunidades de
desarrollo personal más allá del mundo laboral.
Expulsión.
En el mundo occidental, la imagen que llega de Japón es la de una sociedad dicotómica en
la que conviven en armonía, geishas, samuráis, televisiones 3D y teléfonos móviles, capaces de
programar un reproductor de Blue-Ray desde un extremo a otro del país.
Si bien es cierto que esta dualidad forma parte del encanto nipón que ha llevado a muchos
occidentales a interesarse por su cultura, la conjunción entre pasado y futuro no siempre ha
resultado ser tan beneficiosa. El excesivo control social o el conflicto interno entre el Giri (義理
deber moral) y el Ninjou (人情 deseo personal), son algunas de las dicotomías que han contribuido
a la aparición de casos de hikikomori (jóvenes que se recluyen en sus habitaciones para aislarse
de su entorno y evitar relacionarse con otras personas), futoko (niños de primaria que no van al
colegio) o ijime (casos extremos de acoso escolar) (Taylor, 2006). Mathews (2007), señala que,
esta presión social, se debe en parte al conflicto intergeneracional que se vive en el seno de la
sociedad nipona. Mathews plantea que el orden social japonés podría llegar a quebrarse como
consecuencia de la brecha generacional entre los jóvenes nacidos a finales de siglo, y las
generaciones que hicieron posible el “milagro económico” de los años 1960-80.
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Este conflicto se basa en el cambio de significado que han adquirido algunos conceptos
como por ejemplo “sekentei” (世間体, apariencia), “gaman” (我慢, perseverancia) o “jōshikii” (常識,
sentido común) entre la población más joven (Mathews, 2007). Para parte de la juventud
japonesa, estos valores son parte del pasado, y han pasado de ser considerados como un
elemento positivo de la sociedad japonesa, a entenderse como una barrera que coarta su libertad
e impone un modelo de vida con el que no están de acuerdo.
No obstante, estos y otros factores de expulsión que influyen en el éxodo migratorio
japonés como el estatus percibido o las perspectivas de futuro, requieren su análisis desde una
perspectiva de género ya que se han identificado diferencias significativas entre hombres y
mujeres (Beltran, 2006 y Sakai, 2003).
Desde las dos últimas décadas del siglo XX hasta la fecha, uno de los cambios más
significativos de la comunidad emigrante japonesa, es la feminización de este colectivo (Sakai,
2003). Su incremento, se debe en parte, a que el grupo de mujeres de entre 18 a 30 años percibe
la emigración como una oportunidad de mejora personal, que difícilmente podrán llevar a cabo en
su país origen (Ono y Piper, 2004 y Takeda y Matthews, 2009). Los agentes que dificultan este
desarrollo individual son varios; en primer lugar, desde la familia, se espera que cumplan con el
papel de madres y esposas, ejerciendo las labores del hogar, y atendiendo al cuidado de los hijos
y en algunos casos, también el de las personas mayores. Desde el ámbito laboral, a pesar de
contar con una ley de igualdad de oportunidades desde 1945, el papel de la mujer se limita a
trabajos de atención al público, y de apoyo a los cargos ocupados por los hombres (secretarias,
traductoras simultáneas, etc.).
La presión social es otro de los factores de expulsión a tener en cuenta en el colectivo
femenino. Para gran parte de la población japonesa, el hecho de vivir en una sociedad en la que
se valora el formar parte de un determinado colectivo o gozar de una posición social privilegiada
por encima de los méritos personales, supone uno de los factores de expulsión más recurrente.
Sakai (2003), aporta testimonios de mujeres japonesas, que se ven obligadas a emigrar de Japón
ya que, consideran que su futuro profesional y personal está condicionado por las estrictas
normas sociales que rigen la sociedad. Los casos de mujeres que después de dar a luz, tienen
dificultades para compaginar su vida laboral y familiar, o el de las que, a pesar de su formación, no
logran ocupar cargos de mayor responsabilidad, son algunos ejemplos.
También, el sector masculino, principalmente los jóvenes, se ve afectado por estos
factores de expulsión. De ellos se espera que formen una familia y se responsabilicen de su
situación económica. En este sentido, autores como White (2006), Cornelius et al. (2003) y Hendry
(1987) consideran que la posición y el estatus tanto de la familia como del hombre, están
directamente vinculados a la empresa para la que se trabaja. Dicho de otro modo, cuanto más
importante es la empresa y más alto es el cargo que se ocupa, mayor es el estatus que adquiere
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la persona y su familia. Es por ello, que muchos padres, inscriben a sus hijos en cursos
extraescolares (学習塾, Gakushuujuku) para que puedan preparar los exámenes de ingreso al
instituto y más tarde a la universidad, ya que en el sistema educativo japonés, es necesario
realizar un examen de nivel de conocimientos adquiridos (que determinara el futuro acceso tanto a
los centros de educación secundaria como a las universidades) al concluir cada uno de los ciclos
que componen el itinerario académico desde primaria hasta la entrada en la universidad. Los
exámenes más importantes son koukounyuugakushiken ( 高 校 入 学 試 験 ) en la educación
secundaria, y los senta shiken (センター試験) y niji shiken (二次試験), que dan acceso a las
diferentes universidades japonesas.
Bajo esta perspectiva, Ben-Air (2003), contempla el modelo empresarial japonés como otro
de los factores de expulsión a considerar a la hora de abordar el fenómeno migratorio nipón. BenAir analiza el funcionamiento interno de estas multinacionales y destaca que las estancias en
sedes del extranjero suponen grandes ventajas para los trabajadores ya que, es una forma de
aumentar el capital social tanto personal como empresarial. Asimismo, como forma de incentivar
estas estancias en el extranjero, las multinacionales ofrecen a estos trabajadores, cargos
superiores a los que desempeñaban antes de su salida, con lo que se convierte en una forma de
promocionar dentro de la empresa.
Al margen de estos factores, la situación laboral también constituye uno de los factores de
expulsión a tener en cuenta (White, 2003 y Fujita, 2009). A la escasez de ofertas de empleo
derivadas, tanto por la situación de crisis global como por la recesión económica que vive Japón
desde la década de los 90, hay que añadirle unas condiciones laborales que no convencen a la
población japonesa (sueldos bajos, ampliación de la jornada laboral, etc.) y que contribuyen a que
cada vez más personas se plantean la opción de emigrar como una posible alternativa.
3.2. Tipos de proyectos migratorios en la actualidad.
Las perspectivas de futuro en el proyecto migratorio japonés, así como en el de otros
colectivos como los de los países del este de Europa, el sur de América o incluso de África (más
libertades individuales, nuevas oportunidades, etc.), pueden estar condicionadas por el imaginario
social que se comparte de occidente y las expectativas que la inmigración ha generado entre
dicho colectivo.
White (2003), en base a estas dos premisas (imaginario social y expectativas de futuro en
la sociedad de destino) aglutina al colectivo de inmigrantes japonés en dos subcategorías:
1.
“Company men” Formada por directivos y altos cargos de empresas internacionales
japonesas a los que se destina, de forma temporal, a una sede en occidente. Los
destinos más frecuentes son las grandes capitales occidentales como Paris, Londres,
Milán o Nueva York. Debido a la temporalidad del proyecto migratorio, sus expectativas
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se centran en adquirir conocimientos y experiencia laboral. En lo referente al imaginario,
Cohen (1977) considera que, como consecuencia de la “burbuja ambiental” en la que
vive esta población (supermercados japoneses, escuelas japonesas, etc.), la diferencia
en cuanto al modo de vida que percibe esta comunidad entre Japón y la sociedad de
acogida, se reduce al mínimo, ya que disponen de todos los servicios necesarios para
mantener un estilo de vida muy parecido al del país de origen.
2.
Voluntarios. Los integrantes de este colectivo, a diferencia del anterior, ponen en marcha
el proyecto migratorio por iniciativa propia, por lo que, tanto la preparación previa (fase
pre-migratoria) como el proceso de integración (fase de instalación) en el país de
destino, se verá directamente influenciado por el ideal que se ha creado de la sociedad
de acogida. Para autores como Fujita (2004) u Ono y Piper (2004), el grupo de
inmigrantes voluntarios, suele tener una imagen idealizada de la sociedad de destino, por
lo que, muchas de las personas al experimentar el contraste entre lo imaginado y la
situación real, optan por regresar al país de origen y renunciar a su proyecto migratorio.
De manera complementaria, Fujita (2009) propone cinco subcategorías en función de las
estrategias migratorias niponas y sus objetivos:
1.
Altos cargos de empresas japonesas y funcionarios. Esta subcategoría, está
considerada, por los propios inmigrantes japoneses, como un grupo elitista al integrar
personas con un alto nivel de formación y ocupar puestos que les otorgan un estatus
elevado tanto en la sociedad de acogida como en la de origen. Al margen del estatus,
este colectivo presenta dos rasgos que lo distinguen del resto. En primer lugar, destaca
un proyecto migratorio perfectamente estructurado con una duración de entre tres y cinco
años (aunque en el caso de los funcionarios este periodo puede ser más amplio) y con
unos objetivos y unas perspectivas de futuro claras. En segundo lugar, este proyecto
afecta a la familia nuclear (pareja e hijos). Este modelo de inmigración ha sido abordado
desde distintas disciplinas como la economía, la sociología o la psicología, pero sin duda
el caso kikokushijo (帰国子女 hijos de inmigrantes japoneses que realizan parte de su
itinerario educativo en Japón y parte en el extranjero) ha copado gran parte del interés en
el estudio de esta subcategoría (Goodman, 2003).
2.
Asalariados y autónomos. Este grupo lo forman, en su mayoría, trabajadores de clase
media que residen en el país de acogida de forma estable, pero que muestran un alto
índice de movilidad geográfica. Se caracterizan por desarrollar una actividad económica
estrechamente vinculada a empresas japonesas ya sea como trabajadores de estas
multinacionales, o bien como profesionales autónomos. En el caso de los trabajadores
por cuenta propia, su actividad se centra en ofrecer determinados servicios que la
población autóctona no puede proporcionar. Algunos ejemplos son los trabajadores de
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
las tiendas de importación, bares, librerías especializadas o asesorías (Nomura, 2006;
White, 2006).
3.
Estudiantes. Es el más numeroso y el que presenta una mayor dispersión geográfica
(Beltrán, 2003; 2005; 2006). Este subgrupo lo componen estudiantes de lengua y
filología, aunque cada vez son más los alumnos que llegan desde otras disciplinas como
el derecho, las ciencias empresariales, bellas artes o ciencias de la salud. El colectivo de
estudiantes está formado, en su mayoría, por jóvenes de entre 18 y 23 años de clase
media-alta. En los últimos años está aumentando el número de japoneses que llegan al
país de destino con un permiso de estudiante, pero con el objetivo de acceder al
mercado laboral. (Fujita, 2004, 2009; Nomura, 2006). Con el fin de discernir entre los que
usan el visado de estudiante como estrategia de entrada al país de destino, y los que
llegan con el objetivo de estudiar, autores como Ono, y Piper (2004), Walmsley y Ahmed,
(2006), White, (2006) y Dua (2007) proponen varias alternativas a la hora de obtener los
datos referentes a esta población. Según estos autores, los datos más que más se
ajustan a la realidad son los que ofrecen los registros oficiales de las embajadas y
consulados y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón, siendo éste último el más
fiable ya que clasifica a los emigrantes según el tiempo de residencia en el extranjero o
el propósito de la estancia, y no por el tipo de visado. Estas categorías son: turismo,
estancia breve por motivos de trabajo, traslado a filiales en el extranjero, investigación,
estudio pre y post universitarios y estancias para la formación y adquisición de
habilidades en el ámbito laboral.
4.
Mujeres. Este colectivo ha crecido considerablemente en las últimas décadas. Autores
como Sato (1993), Ono, y Piper (2004) y Takeda y Matthews (2009), han denominado a
estas mujeres
“inmigrantes espirituales” o “lifestyle inmigrants” al considerar que su
objetivo es el de conseguir mayores oportunidades laborales y alcanzar unas
condiciones de vida difíciles de mantener en el país de origen. Este colectivo lo
componen mujeres solteras de mediana edad que, en su mayoría, poseen unos estudios
universitarios y un puesto de trabajo estable en Japón, aunque por debajo de su
formación. Una de sus características principales es que, a pesar de mantener una
estrecha relación con la familia nuclear a lo largo de su proyecto migratorio (a través de
Internet, teléfono, etc.), éste se lleva a cabo de forma individual, por lo que, durante el
proceso de instalación, suelen tener más relaciones con españoles u otros extranjeros,
que con otros compatriotas.
5.
Inmigrantes culturales (Fujita 2004; 2009). Esta subcategoría dentro del colectivo
inmigrante japonés, la componen jóvenes entre 18 y 25 años que emigran de Japón
hacia países como Inglaterra, Estados Unidos o Francia con un doble objetivo. En primer
lugar, se plantean ampliar sus conocimientos y mejorar sus habilidades en ámbitos tales
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como la música, la danza o la interpretación. En segundo lugar, buscan adquirir
experiencia en un país extranjero y ampliar su capital social con el fin de diferenciarse
del resto de artistas japoneses. Una de las principales diferencias entre este colectivo y
el de estudiantes, es la formación. Mientras el segundo está compuesto por estudiantes
universitarios o titulados superiores que cursan estudios especializados como masteres,
el grupo de los inmigrantes culturales, lo componen personas que poseen estudios
medios o provenientes de academias de danza o teatro. La formación es uno de los
factores a tener en cuenta ya que, mientras el grupo de estudiantes universitarios
establece un circulo de relaciones con iguales (universitarios, profesionales cualificados,
etc.), manteniendo un estatus similar al de Japón, los inmigrantes culturales, a menudo
sienten que han perdido poder adquisitivo en relación a su situación en el país de origen.
Esto es debido a que, para permanecer en un país extranjero y poder cumplir los
objetivos propuestos, han de desempeñar una actividad laboral, que en la mayoría de los
casos suele encontrarse en la economía sumergida u ocupando puestos de trabajo poco
cualificados en bares o “host clubs”.
3.3. Institucionalización del fenómeno migratorio.
Como se analizará en el apartado correspondiente a las redes sociales, el estudio de los
factores de atracción-expulsión junto a los diferentes modelos migratorios, son dos de las
variables principales a tener en cuenta dentro del fenómeno migratorio que condicionan su
dinámica y estructura. Otro de los aspectos a destacar del colectivo japonés que emigra hacía
occidente, es la forma en la que esté proceso se lleva a cabo. Todo proceso migratorio se puede
dividir en dos fases: pre-migratoria y de instalación (Chou, 2009). En el caso del colectivo nipón,
esta primera fase (pre-migratoria) desempeña un papel fundamental ya que, una gran parte de la
población inmigrante ha llevado a cabo algún tipo de preparación previa a la salida del país.
En este apartado se abordará el papel de las empresas privadas y las instituciones
públicas durante la fase pre-migratoria y de instalación, puesto que para autores como White
(2003) y Sakai (2003), a lo largo de la historia de las migraciones de japoneses hacía Europa y
Norteamérica, estos agentes han ejercido un gran control social sobre este colectivo,
condicionando su proceso de instalación en la sociedad de acogida.
Japón está considerado como uno de los países más consumistas del mundo, y en este
aspecto, el fenómeno de las migraciones no es una excepción. Fujita (2009), destaca la
mercantilización que se ha llevado a cabo en relación a la emigración hacia occidente. Durante las
dos últimas décadas, un gran número de empresas privadas han decidido centrar su actividad en
esta población de futuros emigrantes, al ver en ellos nuevas oportunidades de expansión
económica y territorial.
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Muestra de ello son algunas de las empresas subcontratadas por las sōgō shōsha que
empezaron a funcionar como puente de unión entre Japón y occidente durante los años 70 y 80, o
pequeñas empresas japonesas que vieron la posibilidad de aumentar su nicho de mercado a
finales de siglo con el “boom” de la cultura anglosajona en Japón.
Un buen ejemplo de ello es la franquicia “ 地 球 の 歩 き 方 ”(chiyounoarukikata,
www.arukikata.co.jp) que durante los años 80 empezó a publicar guías turísticas de Europa. Una
década más tarde, amplió su mercado con libros y guías para estudiantes japoneses interesados
en estudiar en el extranjero, y a día de hoy no solo mantiene este sector de mercado, sino que se
ha subido al tren de las nuevas tecnologías ofertando “software” para japoneses que residen fuera
de su país, en los que se puede encontrar información actualizada sobre los servicios para esta
comunidad en las ciudades europeas, así como comparativas entre los precios de los cursos de
idiomas o listados de las actividades de ocio que ofertan los diferentes municipios.
Fujita (2009), destaca la importancia de las agencias y organizaciones gubernamentales
como herramientas que facilitan está preparación previa o etapa pre-migratoria. Entre ellas
destacan cinco tipos de organizaciones:
1.
Agencias de viajes. Estas empresas ya no ofertan únicamente viajes de turismo, sino
que se han adaptado a las nuevas demandas creando los “viajes de inmersión cultural”.
En ellos se ofrece la posibilidad de realizar visitas turísticas, a la vez que se cursan
talleres de pintura, cursos de idiomas o de danzas regionales entre otras actividades.
2.
Centro de formación. Las escuelas de formación profesional como peluquería, cocina o
diseño, han incorporado en su plan de estudios, la posibilidad de llevar a cabo parte del
curso en centros del extranjero. Esta opción está ganando popularidad entre los jóvenes,
ya que estos centros se encargan de la tramitación de los permisos y visados, así como
de facilitarles la búsqueda de alojamiento, la inscripción a cursos de idiomas e incluso se
les asigna una persona de referencia en el país de destino para que les oriente o a la
que puedan acudir en caso de necesidad.
3.
Academias. Como alternativa a las escuelas de formación profesional, han surgido
academias dedicados a la preparación de pruebas de acceso para centros educativos
extranjeros. En estas academias, los alumnos reciben una formación similar a la que
recibirán en el país de destino con lo cual, al margen de la formación específica, los
estudiantes aprenden el idioma del país de acogida, se van adaptando paulatinamente a
las costumbres, se les orienta sobre temas laborales en el extranjero, etc.
4.
Instituciones oficiales. Agencias gubernamentales como el “Instituto Cervantes” o el
“British Council” también han visto en el colectivo de potenciales inmigrantes, una fuente
de ingresos adicionales. Al margen de servicios gratuitos como bibliotecas con material
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
didáctico o guías turísticas, estas instituciones ofrecen charlas y seminarios impartidos
por directores de centros extranjeros, en los que se explica cómo inscribirse en
determinados centros, cómo tramitar los permisos de residencia, y en general, cómo
desenvolverse en el país de destino. Asimismo, instituciones como la “Japan-United
States Educational Comission”
ofrecen servicios tanto de traducción como de
tramitación de documentación, inscripciones o matriculas para aquellas personas que no
puedan manejarse en el idioma del país de acogida.
5.
Sōgō shōsha. Las propias multinacionales también han sido capaces de tejer una red de
bienes y servicios para aquellos trabajadores que vayan a ser trasladados al extranjero.
Como en los casos de las instituciones gubernamentales o institutos de enseñanza, los
servicios que ofrecen estas empresas se dirigen tanto a las personas que aún no han
emigrado, como a las que ya residen en la sociedad de acogida. Un ejemplo de ello, lo
encontramos en las agencias inmobiliarias que trabajan para empresas japonesas y que
ofertan alojamiento en los países de destino a aquellos trabajadores que van a ser
trasladados.
Estos casos son algunos ejemplos que muestran como el fenómeno migratorio japonés
está siendo capaz de generar nuevos nichos de mercado en la sociedad de origen. Desde un
punto de vista más amplio, se puede considerar que los beneficios de este sector van más allá del
ámbito económico, ya que proporcionan a sus usuarios una fuente de apoyo formal sólida, a la
vez que les ayudan a llevar a cabo una preparación previa a la fase de instalación que puede
prevenir situaciones de estrés, depresión y aislamiento en la sociedad de acogida (Chou, 2009).
Además, se constata como la actividad económica en torno a este fenómeno migratorio no
solo afecta a la sociedad de origen, sino que también tiene sus repercusiones en la sociedad de
acogida (Beltán, 2006). En el caso de España (Beltrán, 2006) así como en Inglaterra o Estados
Unidos (Fujita, 2009, White, 2003), la comunidad japonesa, ante la imposibilidad de acceder a
ciertos recursos y servicios en estos países, ha generado un mercado propio en función de sus
necesidades. Estas demandas se centran, en su mayoría, en actividades de ocio y en el sector
servicios como bares, karaokes, restaurantes, tiendas de comida, etc. Sin embargo, lo que
diferencia al colectivo nipón, es que al margen del proceso de integración individual, también se
lleva a cabo un proceso de aislamiento institucional. Esto sucede cuando organismos japoneses
se establecen en los países extranjeros con el objetivo de proporcionar los mismos servicios que
podrían ofrecerse en el país de origen, de tal modo que se genera una estructura económica y
social con un funcionamiento similar al de Japón. Un claro ejemplo es el establecimiento de
centros de educación primaria y secundaria en los cuales la enseñanza se imparte exclusivamente
en lengua japonesa y cuyo sistema educativo está basado en el modelo nipón.
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
4. Las comunidades japonesas en la sociedad de acogida.
Hasta la década de los 90, la comunidad japonesa en el extranjero presentaba unas
características similares a las de las colonias de la Revolución Industrial del siglo XIX. Desde
finales del siglo XX hasta la actualidad, las características de estas comunidades han
experimentado cambios en relación al número de personas que las componen, genero, edad,
interrelaciones con otros colectivos, etc. En gran parte, este cambio se debe a los nuevos
proyectos migratorios (mencionados en el apartado anterior).
Desde una perspectiva internacional, Sakai (2003) considera que se puede distinguir entre
dos tipos de comunidades de inmigrantes: a) las que están controladas por estructuras formales
(instituciones, empresas delegaciones del país de origen, etc.) y b) las que lo están por
estructuras informales (enclaves étnicos, familia extensa en el país de acogida, etc.).
A pesar de los cambios en la composición de la comunidad japonesa inmigrante, Sakai
(2003) mantiene que el control y la influencia que ejercen las empresas aún juegan un papel
determinante, especialmente en la fase de asentamiento ya que facilitan todo tipo de bienes y
servicios a sus empleados. Este hecho, en un primer momento puede ser beneficioso ya que
reduce el efecto del choque cultural, pero a medio /largo plazo puede desencadenar una situación
de dependencia de la población inmigrante hacia estos agentes.
El gobierno japonés y las instituciones oficiales vinculadas a éste, constituyen otra muestra
de la influencia que ejercen los organismos gubernamentales sobre la población inmigrante
japonesa. Desde finales de la década de los 80, se han ido establecido sedes allí donde se
ubicaban las grandes multinacionales niponas. Un buen ejemplo de ello son la Japan Foudation,
Japanes Business Association o las embajadas y consulados que, al margen de los servicios que
puedan prestar (asesoramiento, ayuda en la tramitación de visados, etc.), entre sus funciones
también figuran las de mantener un registro de la población nipona en el país, subvencionar
escuelas para hijos de japoneses o servir de vínculo entre la comunidad japonesa en el país de
destino e instituciones como el Ministerio de Educación (MEXT), o el Ministerio de Trabajo (MOJ)
en Japón.
Sakai defiende que este emplazamiento estratégico conlleva una serie de ventajas para los
japoneses que ya residen fuera de Japón, así como una fuente de oportunidades para los que se
plantean emigrar. Entre estos beneficios, la autora destaca:
1.
La creación de un amplio tejido de redes de apoyo formal que abarca múltiples
dimensiones como la adquisición de competencias lingüísticas, búsqueda de empleo,
resolución de problemas burocráticos, búsqueda de alojamiento, etc.
2.
La apertura de centros comerciales, peluquerías, tiendas de alimentos, etc., impulsadas
por las empresas e instituciones oficiales, facilita que se lleve a cabo una fase de
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
instalación más pausada, al reducirse en un primer momento, las diferencias entre la
sociedad de origen y la de acogida.
3.
Se crean nuevos nichos de mercado para aquellos japoneses que se plantean emigrar
como alternativa a su situación en el país de origen. Como señala Machimura (2003), en
lugares como Los Angeles, Nueva York o Londres, cada vez son más los
establecimientos de ocio, agencias de viajes, bufetes de abogados, etc., dirigidos por
emigrantes que orientan sus negocios hacia la población japonesa que reside en el país
de acogida.
Al margen de estos beneficios, Sakai (2003), y otros investigadores como White (2003) o
Beltrán (2004), advierten de las consecuencias negativas que puede acarrear este modelo de
comunidad, en especial para aquellas personas que emigran en busca de un nuevo estilo de vida
(inmigrantes culturales, mujeres o jóvenes entre otros):
1.
El aislamiento social de este colectivo en relación a la sociedad de acogida como
consecuencia de la “burbuja ambiental” (Cohen, 1977). En el caso de la comunidad
nipona, este fenómeno requiere una especial atención ya que junto al aislamiento y el
alto índice de movilidad geográfica de los miembros que la componen (Takeda y
Matthews, 2009), los enclaves étnicos suponen una barrera añadida a la hora de
establecer vínculos de ayuda entre compatriotas. Este modelo entorpece la creación de
redes de apoyo informal ya que, por una parte dificulta la relación entre japoneses y
autóctonos y por otra, la temporalidad y el desplazamiento dentro del territorio de los
miembros que componen este colectivo hace complicado el establecer una relación
duradera entre los propios japoneses.
2.
Obstaculiza la consecución de los objetivos personales. White (2003), reflexiona sobre la
dirección que está tomando el fenómeno migratorio japonés, y considera que en la
actualidad, se está viviendo un periodo de transición en el que cada vez es mayor el
número de personas que emigran con unos objetivos individuales, en detrimento de
aquellas que lo hacen siguiendo intereses corporativos o familiares (el caso de mujeres
con hijos que emigran una vez que el marido es enviado al extranjero). El peso de las
instituciones y multinacionales en la sociedad de acogida, obliga a muchos inmigrantes a
replantear sus objetivos ya que las posibilidades que ofrecen estos agentes para
permanecer en el país de destino son mucho mayores que las que ofrece la propia
sociedad de acogida. Un caso muy común entre los inmigrantes japoneses, es el de
aquellos que llegan a España con la intención de trabajar como profesores de japonés
para españoles, pero que, debido a la dificultad de encontrar alumnos o un puesto de
trabajo, optan por acudir a la empresas niponas y ocupar puestos de interpretación o
secretariado.
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
4.1. Tipos de comunidades japonesas en occidente.
Los cambios políticos y económicos, la relación con la sociedad de acogida, las segundas
generaciones de inmigrantes, etc., son algunos de los factores que han condicionado el devenir de
la población nipona en el extranjero. Hoy en día podemos identificar tres tipos de comunidades
japonesas en occidente.
1.
Comunidades concentradas. Este modelo se estableció en occidente a mediados de
1980, con la llegada de las primeras empresas japonesas (総合商社, sōgō shōsha). Estas
comunidades se caracterizaban por su escasa relación con la población de origen y el
elevado nivel de formación de sus miembros. En la actualidad, este modelo de sociedad
es muy común en los países asiáticos como China o Singapur, y aunque su presencia en
occidente está disminuyendo, aún es posible identificarlas. Un ejemplo, es el que
describe Glebe (2003), en la ciudad alemana de Dusseldorf. La principal característica de
la población japonesa en este modelo de comunidad es su alto grado homogeneidad y
aislamiento social (Toyokawa, 2005). Como señala Glebe, la mayoría de los miembros
que la componen, tienen como objetivo el realizar una estancia durante un periodo de
tiempo determinado y volver a Japón. Su llegada al país de acogida, está marcada por la
falta de preparación y desconocimiento sobre la sociedad en la que se ubicarán y la
situación de dependencia que se crea entre el inmigrante y la empresa. En relación a su
emplazamiento en la ciudad, Glebe destaca la concentración de japoneses en
determinados barrios, normalmente en zonas de alto poder adquisitivo. Junto a estas
ubicaciones, es habitual que se establezcan zonas de ocio, comercios y demás servicios
(escuelas, centros sanitarios, etc.) destinados exclusivamente a la población japonesa.
Este modelo de comunidad, constituye un claro ejemplo de lo que Cohen (1977),
denominó como “burbuja ambiental” ya que la población japonesa crea un microclima
con unas características y modo de vida, lo más similares posible a las del país de
origen, que les mantienen al margen de la sociedad de acogida.
2.
Comunidades transnacionales. A diferencia de las comunidades concentradas, éstas
destacan por el alto grado de heterogeneidad de la población japonesa que las
componen. Suelen ubicarse en grandes ciudades como Los Ángeles o Paris. Una de sus
principales características es la convivencia entre japoneses de segunda y tercera
generación (二世 nisei, 三世 sansei), descendientes de americano-japoneses criados en
Japón y que vuelven a los Estados Unidos (帰米, kibai), trabajadores de multinacionales,
estudiantes e inmigrantes culturales. Machimura, (2003) señala que uno de los
resultados más destacados de esta convivencia entre japoneses nacidos en Japón y los
que han sido educados fuera del país, son las disputas que han surgido entre ambos,
sobre todo en relación a la educación, a los valores transmitidos a las segundas
generaciones y a la falta de atención por parte de las autoridades niponas y
MARCO CONCEPTUAL • 37
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
estadounidenses a la situación de los inmigrantes que viven de forma permanente en los
Estados Unidos (iman, 移民). Machimura describe la situación de sendos colectivos en la
ciudad de Los Ángeles como un conflicto de estatus entre japoneses “puros” y “mestizos”
(Machimura, 2003: 153). Esta situación ha favorecido el hecho de que la comunidad
japonesa vaya creando pequeños enclaves étnicos en función de su origen, objetivo del
proyecto migratorio, etc. Es este modo en ciudades como Paris o Nueva York, se pueden
identificar diferentes subnúcleos de población japonesa repartidos en diferentes zonas,
como Little Tokyo en Los Ángeles donde se concentran los comercios y servicios
regentados por los ninsei, zonas residenciales al norte de Paris, en las que se ubican los
empresarios y funcionarios nipones, países como Bolivia o Brasil en el que inmigrantes
de hasta 4 generación se han hecho un hueco en el sector de la ganadería y la
agricultura de algunas zonas.
3.
Comunidades en expansión. Este modelo, comparte sus orígenes con las
comunidades creadas alrededor de las multinacionales. Sin embargo, la principal
diferencia es que en este caso, se ha logrado romper la burbuja ambiental, lo cual ha
favorecido la relación entre el colectivo nipón y la población autóctona. Algunos ejemplos
de estas comunidades las encontramos en ciudades como Barcelona (Beltrán, 2003,
2004, 2005, 2006) o Londres (White, 2003), en las que tradicionalmente se habían
establecido las primeras sōgō shōsha. En la actualidad, la situación de los diversos
subgrupos de japoneses que componen esta comunidad es bastante desigual. Mientras
que los inmigrantes cuyo proyecto migratorio está vinculado a las multinacionales (altos
cargos o autónomos subcontratados) gozan de una posición cómoda tanto dentro de su
propio grupo, como en relación a la sociedad de acogida, otros colectivos como el de
estudiantes, inmigrantes culturales, emprendedores, etc., se caracterizan por la situación
de inestabilidad al no poder regular su situación o tener dificultades para acceder a
determinados puestos de trabajo, etc. Una de las principales diferencias entre las
comunidades transnacionales y en expansión, es el número de japoneses que las
componen. Mientras que en el primer caso, se cuenta con un número muy abundante, en
este segundo, los núcleos de población son relativamente pequeños, aunque presentan
unos índices de crecimiento elevados (White, 2003; Beltrán 2005). La relación entre los
diferentes colectivos, también difiere de un modelo a otro, ya que en el caso de las
comunidades en expansión, no se han identificado conflictos entre clases, en parte,
debido a que en Europa, los nisei son todavía una minoría en relación con el colectivo
japonés en las comunidades transnacionales como es el caso de Estados Unidos.
Cada uno de estos tipos de comunidades japonesas en occidente, ha evolucionado de
forma independiente según los sucesos políticos, cambios sociales, etc. que se han vivido en la
sociedad de acogida.
MARCO CONCEPTUAL • 38
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
En nuestro continente, Paul White (2003), defiende que el modelo en expansión requiere
especial atención, por dos motivos. En primer lugar, está experimentando cambios drásticos en su
composición (llegada de gente joven, feminización del colectivo, expectativas laborales externas al
entorno de las multinacionales japonesas, etc.), y en segundo lugar, se está demostrando que
este modelo es el más frecuente de los tres en los países occidentales, por lo que su desarrollo
puede tener repercusiones a nivel demográfico (rejuvenecimiento de la población), político (nueva
legislación en materia de inmigración), laboral (mano de obra cualificada y con experiencia), etc.
MARCO CONCEPTUAL • 39
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Cuadro 1. Características de los diferentes modelos de comunidades inmigrantes
japonesas en occidente.
Comunidades
concentradas
Comunidades
transnacionales
Comunidades
en expansión
Influencia de las
multinacionales
Alta
Alta
Media
Situación económica
vinculada a las
multinacionales
Alta
Alta
Media
Influencia de las
instituciones
japonesas
Alta
Alta
Alta
Homogeneidad de la
población
Alta
Baja
Media
Concentración
residencial
Alta
Alta
Baja
Concentración de
pequeños negocios
japoneses
Baja
Alta
Media
Fuentes de apoyo
formal
Alta
Alta
Baja
Fuentes de apoyo
informal
Baja
Media
Alta
Situaciones de
conflicto dentro de la
comunidad
Baja
Alta
Baja
Situaciones de
conflicto fuera de la
comunidad
Baja
Baja
Baja
Relación entre
japoneses
Alta
Media
Media
Relación entre
japoneses y
autóctonos
Baja
Media
Alta
*Elaboración propia a partir de los diferentes estudios recopilados en el libro Global Japan: The Experience of
Japan's New Immigrant and Overseas Communities (Goodman et al. 2003).
MARCO CONCEPTUAL • 40
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41
Cuadro 2. Debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades del colectivo inmigrante japonés según el tipo de comunidad en la
que se integran en la sociedad de acogida
Comunidades concentradas
Comunidades transnacionales
Aislamiento social
Debilidades
Dependencia de la empresa
Conflicto étnico
Comunidades en expansión
Fuentes de apoyo formal en desarrollo
(fundaciones, instituciones, etc.)
Incorporación al mercado laboral
Influencia de las multinacionales en el
desarrollo de las actividades individuales
Reducción del choque cultural en las
primeras fase del proceso integración
Fortalezas
Fuentes de apoyo formal (embajada,
consulados, asociaciones)
Fuentes de apoyo formal (empresa)
Fase pre-migratoria trabajada
Incorporación al mercado laboral
Igualdad de condiciones
Amenazas
Oportunidades
Dificultad de crear redes de apoyo
estables.
Éxito del proyecto migratorio familiar
Estratificación social dentro de la propia
comunidad
Dificultades en el proceso de integración
(idioma, costumbres, etc.)
Aislamiento de la propia comunidad
japonesa
Posibilidad de crear redes de apoyo
estables
Más posibilidades de lograr los objetivos
individuales
Aislamiento de la propia comunidad
japonesa
Relaciones bi-direcionales entre japoneses
y otros colectivos
Población heterogénea (más ámbitos en los
que relacionarse)
Más posibilidades de lograr los objetivos
individuales
Redes de apoyo informal polivalentes
*Elaboración propia a partir de los diferentes estudios recopilados en el libro Global Japan: The Experience of Japan's New Immigrant and Overseas Communities (Goodman et
al. 2003).
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SEGUNDA PARTE:
DINÁMICA Y ESTRUCTURA DE LAS MIGRACIONES
La Real Academia de la Lengua Española (RAE), propone una definición bastante aséptica
de lo que se entiende por inmigración: “Acción y efecto de pasar de un país a otro para
establecerse en él. Desplazamiento geográfico de individuos o grupos, generalmente por causas
económicas o sociales”.
Aunque resulte evidente que las migraciones consisten en un traslado de personas de un
lugar a otro, lo que lo ha convertido en uno de los campos de estudio más interesantes, es el
entramado de teorías y conceptos que subyacen tras este fenómeno, cada vez más visible, y que
gracias al enfoque multidisciplinar desde el que se aborda, permiten conocer la situación real tanto
de las personas que emigran, como los cambios que experimenta la sociedad que las acoge.
El afán por abordar los procesos migratorios desde una perspectiva científica ha
contribuido a que las investigaciones estén centradas en lograr objetivos cada vez más concretos,
por ejemplo: favorecer la integración de los inmigrantes de "segunda generación" (Checa y Arjona,
2009). A nivel operativo, este enfoque puede aportar grandes ventajas ya que contribuye a una
optimización de los recursos sociales disponibles, pero aún así, no hay que olvidar la importancia
de la investigación teórica ya que existen ciertos aspectos comunes en todos los procesos que
rodean el amplio campo de las migraciones. Por ejemplo, al margen de la procedencia o el
destino, todo proceso migratorio sigue un itinerario, más o menos compartido; se atraviesa por
una fase de planificación del proyecto, se pone en marcha, etc.
A continuación, a través de la revisión bibliográfica se pretende profundizar en algunos de
estos factores comunes en dicha trayectoria. Para ello, se sigue el esquema propuesto por Chou
Kee-Lee (2009), en el que se divide el proceso migratorio en dos fases: pre-migratoria y de
instalación.
Se ha elegido este modelo por varias razones. En primer lugar, como afirman Fujita (2009)
y Chou (2009), el fenómeno migratorio no se inicia cuando la persona llega a su destino, sino que
la preparación previa, así como las vivencias o las condiciones en las que se emigra, influirán en
el momento de integrarse en la sociedad de acogida. Estos autores lo consideran un proceso
dinámico que supone la adaptación progresiva a diferentes situaciones y contextos. En segundo
lugar, destaca la versatilidad y sencillez con la que se aborda este proceso. El dividirlo en estas
dos fases comunes a todos los colectivos (pre-migratoria y de instalación), permite identificar los
rasgos propios de cada comunidad siguiendo un mismo esquema.
MARCO CONCEPTUAL • 42
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5. La trayectoria en el proceso migratorio.
El fenómeno de las migraciones internacionales en España está empezando a ganar
protagonismo en diferentes ámbitos de las ciencias sociales como la psicología social, la
sociología o la antropología entre otras. No en vano, cada vez es más frecuente encontrar a
grupos multidisciplinares que abordan la situación de los colectivos inmigrantes desde varias
perspectivas como por ejemplo: género, ámbito laboral, reagrupación familiar, etc. Aunque
muchos autores reconocen la necesidad de llevar a cabo estudios longitudinales para poder
ahondar en el desarrollo o la evolución de las diferentes fases como por ejemplo: asentamiento,
integración o aculturación entre otros, sobre el papel son pocos los trabajos en los que se aborda
el fenómeno de las migraciones desde una perspectiva global.
La propia definición de inmigración nos indica que estamos ante un fenómeno dinámico
que conlleva 2 dimensiones que han de ser tenidas en cuenta a la hora de estudiar este proceso:
en primer lugar, este concepto hace referencia a una dimensión espacial centrada en aquellos
lugares en los que se lleva a cabo la fase de integración, y en segundo lugar, hace alusión a una
dimensión temporal que abarca, desde que la persona o personas plantean el hecho de
abandonar su lugar de origen, hasta que se asienta/n en el lugar de destino.
Esta primera dimensión es especialmente importante, ya que en ocasiones no se tiene en
cuenta que la integración en la sociedad de acogida, no se realiza únicamente en un solo punto,
sino qué esta, puede repetirse varias veces a lo largo del tiempo y en diferentes lugares. Estos
casos son muy comunes en España, por ejemplo entre los jornaleros que se trasladan por el
territorio nacional en la temporada de recolecta, o aquellas personas que se dedican a la
hostelería y que en función de las estaciones desarrollan su trabajo en un lugar u otro. Fuijita
(2009), señala que el desplazamiento geográfico dentro del propio país de destino, es también
muy común entre los japoneses que emigran a Estados Unidos o a Europa, siendo habitual que el
primer asentamiento sea una ciudad grande como Nueva York o Londres, y posteriormente, se
trasladen a otras localidades que se ajusten más a los objetivos planteados en el proyecto
migratorio.
Además, al hablar de un proceso dinámico, la relevancia de la dimensión temporal es
evidente. Una de las principales dificultades ante las que se encuentran los investigadores al
abordar esta dimensión es su amplitud, ya que el proceso migratorio no abarca un periodo de
tiempo determinado y varía en función de la situación personal, social, etc.
A partir de esta división, se puede considerar que la fase de instalación ocupa un espacio
temporal muy amplio (Ritsner, Ponizovsky y Ginath, 1997), por lo que esta última fase se ha
dividido en tres subcategorías a) llegada, b) adaptación o asentamiento y c) convivencia. Con esta
sistematización se pretende analizar de una manera secuencial, aquellos momentos que pueden
resultar clave para lograr un proceso migratorio satisfactorio.
MARCO CONCEPTUAL • 43
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Cuadro 3. Esquema de la trayectoria migratoria japonesa hacia occidente.
TRAYECTORIA MIGRATORIA
Llegada
Fase
Pre-migratoria
Fase de
Instalación
Asentamiento
Convivencia
Fuente: elaboración propia
5.1. Fase pre-migratoria.
En la fase pre-migratoria se sientan las bases y los objetivos que guiarán el devenir del
proyecto migratorio ya sea individual o familiar. Paradójicamente, y a pesar de su importancia, son
pocos los estudios que han investigado su efecto a lo largo del proceso de asentamiento en la
sociedad de acogida.
Chou Kee-Lee (2009), en un estudio sobre la importancia de planificar el proyecto
migratorio durante esta fase inicial, y las consecuencias que esto puede tener en las etapas
siguientes (fase de instalación) en la población inmigrante china, destaca el elevado número de
familias que, al no haber realizado esta tarea, han presentado problemas de integración a nivel
familiar e individual. El autor hace referencia a las dificultades a la hora de crear vínculos en la
sociedad de acogida, o desavenencias entre padres e hijos como consecuencia de las diferencias
entre los valores y pautas de comportamiento entre la sociedad de origen y la de acogida.
Como indica Chou Kee-Lee (2009), conocer desde el país de origen, las pautas culturales
y sociales de la sociedad de acogida, hace que las probabilidades de éxito del proyecto migratorio
aumenten. Al margen de esta propuesta, autores como García Borrego, (2005), Portes, (2006) y
Molero, (2008) consideran otras alternativas igualmente válidas como la de contar con una
persona de referencia en el lugar de destino o conocer la experiencia previa de otras personas ya
que esto puede facilitar el proceso de integración y amortiguar las situaciones de estrés que se
producen en la fase de asentamiento.
MARCO CONCEPTUAL • 44
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5.2. Fase de instalación.
Esta segunda fase del proceso migratorio puede dividirse en tres sub-fases: 1) llegada, 2)
adaptación y 3) convivencia. A pesar de referirnos a estas sub-fases como apartados
independientes, cabe destacar que entre ellas, no necesariamente tiene que haber una relación
secuencial o causal, sino que pueden llevarse a cabo de forma simultánea, en función de la
situación.
Un ejemplo de ello, lo encontraríamos en los casos de aquellas personas que emprenden
un proyecto individual sin una persona de contacto en el país de destino, en cuya situación, estas
sub-etapas si que podrán seguir un orden relativamente secuencial. Por otra parte, para aquellos
inmigrantes (reagrupados por ejemplo) que ya parten de la sociedad de origen teniendo a una
persona de referencia en la sociedad de destino, estas sub-fases pueden solaparse ya que desde
el momento de su llegada se pasará a formar parte de un grupo de familiares o amigos, por lo que
el proceso inicial de asentamiento y la convivencia sucederán de forma simultanea.
1- Llegada
Ritsner, et al. (1997) entienden que esta fase tiene lugar desde el momento en que la
persona/as llega/n a la sociedad de acogida hasta que se logra una cierta estabilidad y
familiaridad con el entorno. Esta primera sub-fase es de gran importancia ya que si se logra
completarla satisfactoriamente, las posibilidades de culminar con éxito el proyecto migratorio
aumentan, a la vez que ayuda a prevenir situaciones estresantes.
Markus y Kitayama, (1991) y Chou, (2009) destacan la importancia de la cohesión familiar
y el apoyo social como aspectos clave para el desarrollo adecuado del proceso de llegada. Sin
embargo, estos autores consideran que existen diferencias culturales que pueden hacer que los
objetivos iniciales se replanteen al hacerse patente el contraste entre los valores, ideales o el
funcionamiento de la sociedad de acogida. Por ejemplo, consideran que los inmigrantes
procedentes de países con patrones culturales occidentales, tienden a reajustar sus objetivos en
base a valores más individualistas e independientes, mientras que los de los países asiáticos,
mantienen unos vínculos muy fuertes con sus redes sociales, así como con la unidad familiar.
Esto hace que en muchos casos, los primeros establezcan objetivos personales como metas a
alcanzar, y los segundos centren todo el proyecto migratorio en torno a unos objetivos grupales.
Como ejemplo de ello, los inmigrantes procedentes de Europa del Este o de América Latina, se
plantean que su proyecto tendrá más probabilidades de éxito si durante la primera fase dejan a la
familia nuclear en el país de origen, o directamente, optan por una separación temporal hasta que
se haya cumplido su objetivo. En cambio, colectivos como el chino o el taiwanés, presentan un
proyecto más duradero y sólido, en el cual se contempla unos objetivos de asentamiento familiar
que alcanzan a miembros de segundo y hasta tercer grado de consanguinidad.
MARCO CONCEPTUAL • 45
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Ambos modelos cuentan con ventajas e inconvenientes. En primer lugar, aquellos
colectivos cuyo proyecto migratorio es temporal, mostrarán unos niveles bajos de integración y
tenderán a crear vínculos más estrechos con personas de su misma nacionalidad. Este modelo de
inmigración también presenta ventajas como por ejemplo, la no ruptura de los vínculos con la
familia que permanece en el país de origen o el desarrollo de capital social y humano de las
personas que han emigrado.
Por otra parte, los colectivos que llegan al país de origen con la intención de llevar a cabo
un proyecto duradero en la sociedad de acogida presentan un proceso de adaptación e
integración más fluido. Como principal inconveniente de este modelo se encuentra el choque
cultural, observable en indicadores como: la perdida de los rasgos propios del país de origen,
conflictos identitarios, etc.
2- Asentamiento
La sub-fase de asentamiento es una de las más estudiadas desde la literatura científica.
Para autores como, Ritsner et al. (1997), la población inmigrante atraviesa diversos procesos de
asentamiento que pueden causar tensiones a nivel personal, intrafamiliar y social. En ellos se
identifican dos periodos que requieren especial atención. El primero, tiene lugar entre los 3 y 18
meses después de la llegada al país de destino y puede extenderse de 3 a 5 años. Esta primera
fase se caracteriza por problemas de identidad, ansiedad, desmotivación, etc., relacionados con
las expectativas generadas y la percepción que se tenía del país de destino antes de su llegada
(Chou, 2009). Esta situación se puede identificar tanto en proyectos migratorios individuales, como
en aquellos en los que participa la familia y/o amigos, como es el caso de las cadenas migratorias.
El segundo periodo se inicia tras superar el primero y tiene su origen en los problemas
intrafamiliares como la readaptación al estilo de vida en la sociedad de acogida como miembro de
una familia, problemas de integración de alguno de los nuevos miembros, etc. Este segundo
periodo es especialmente importante en el caso de las familias transnacionales que han
reagrupado a hijos adolescentes (Callaghan, y de Pedro, 2010) y en aquellos casos en los que la
persona inmigrante se incorpora a un núcleo familiar autóctono, ya que en ambos casos las
pautas de convivencia y los roles han de reajustarse a la nueva situación.
Las relaciones entre las personas y el entorno que las rodea durante este sub-fase, no se
mantienen estables sino que van cambiando en función de los sucesos vividos. Molina (2008),
señala que este fenómeno puede variar en dos direcciones; involución o evolución. La involución
hace referencia a aquellas redes que se han vuelto más endogámicas con el paso del tiempo, es
decir, que cada vez se han ido incorporando más personas de una misma nacionalidad en
detrimento de los autóctonos, u otros inmigrantes de distinto origen. Esto puede deberse a la
creación de unos vínculos restrictivos con asociaciones étnicas o de marcado carácter ideológico,
MARCO CONCEPTUAL • 46
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
debido a los matrimonios, nacimientos de hijos o reagrupaciones familiares, ya que durante estos
sucesos se tiende a buscar el apoyo en aquellas personas más próximas.
Aquellas redes de apoyo que experimentan una evolución con el paso del tiempo, son
aquellas que han ganado diversidad étnica, es decir, su composición es más heterogénea debido
a la incorporación de personas de diferentes nacionalidades. El trabajo fuera de casa, asistir a
cursos de formación o a ciertas actividades de ocio y deportivas favorecen que la persona de
origen extranjero amplié su círculo de relaciones.
Las variables que pueden influir a la hora de establecer redes de apoyo social son
múltiples, sin embargo, la mayoría de los estudios coinciden en señalar el tiempo y la distancia
como elementos de erosión de estas redes, sobre todo en relación al fenómeno migratorio
transnacional, (Maya, Martínez y García, 1999; Ariza, 2002; Camarero Rioja, 2004; Gonzálvez,
2007;
Sáiz, 2007). Como muestra de ello, las investigaciones
relacionadas con este tema,
destacan que tras un periodo largo de separación entre miembros de una misma unidad familiar,
el reencuentro no siempre es un proceso sencillo, ya que ante la falta de la figura paterna o
materna durante la estancia en el país de origen, los hijos no reconocen a sus padres como figura
de autoridad una vez reagrupados. Esto se debe a que durante la separación ese rol lo han
ocupado otras personas como los abuelos, o los tíos.
En el caso de la comunidad asiática, en especial en el colectivo chino, se ha acuñado el
término “niños banana” para referirse a aquellos niños que, o bien han nacido fuera de China y
han crecido con otros compañeros y amigos autóctonos, o que han nacido en China, pero han
llegado al país de destino a una edad muy temprana por lo que, no han tenido tiempo de asimilar
las pautas y costumbres del país de origen.
La sub-fase de asentamiento se puede considerar como una de las más interesantes ya
que en ella es donde surgen los procesos de aculturación, socialización, asimilación, etc. que
condicionan el desarrollo social del individuo y su entorno (Portes, 2006). La red de apoyo que se
vaya tejiendo a lo largo de esta sub-fase, se verá directamente afectada por la forma en la que la
persona decida integrarse, o no, las circunstancias personales y/o, el medio en el que se
encuentre.
Un exponente de este fenómeno se podría encontrar en el estudio llevado a cabo por
Lueck y Wilson (2010), en el que se defiende el uso del análisis de las redes de apoyo como
indicador de integración. Estos autores centran su trabajo en el proceso de aculturación de la
población asiática en los Estados Unidos. Durante el mismo, identifican cuatro variables a tener en
cuenta: a) nivel de idioma de la lengua materna, b) nivel de idioma de la lengua de destino, c) la
cohesión familiar y d) el contexto desde el que se realiza el proceso migratorio.
MARCO CONCEPTUAL • 47
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Para colectivos asiáticos como el chino, el japonés, el indio, etc., los dos primeros factores
son de gran importancia, ya que suponen tanto una barrera como una seña de identidad y
pertenencia. Aquellas personas que presentan tanto un nivel de la lengua de origen (NLO)
elevado así como un nivel de la lengua de destino (NLD) alto, tendrán más facilidades para
desarrollar una red de apoyo heterogénea, con diferentes clusters relacionados entre si.
En el caso de la comunidad japonesa, el dominio de la lengua, tiene una doble función, por
un lado se contempla como una habilidad funcional en tanto que facilita la relación con otras
personas de la misma nacionalidad, a la vez que supone un aumento del capital humano, mientras
que por otra parte el NLO se percibe como una seña de identidad (White, 2003). Por esta razón,
muchas de las entidades privadas e instituciones gubernamentales japonesas en el extranjero,
fomentan el aprendizaje del idioma desde edades muy tempranas en centros educativos
financiados con capital japonés. Otro ejemplo del esfuerzo de estas instituciones, queda reflejado
en el gran número de exámenes de lecto-escritura que se realizan de forma periódica.
De este modo, se observa como el bilingüismo puede ser un factor positivo, ya que dentro
de estos colectivos, la perdida del NLO puede interpretarse como una renuncia a su identidad
étnica, por lo que las relaciones con familiares o miembros del mismo colectivo pueden verse
mermadas.
Durante este proceso también es importante distinguir entre: el nivel de la lengua de origen
(NLO) y la preferencia del idioma en la vida cotidiana. Lueck y Wilson, (2010) consideran que la
preferencia del idioma es fruto del proceso de socialización, por lo que a la hora de analizar el
nivel de integración de un colectivo, habría que contemplar la decisión del idioma elegido (lengua
de origen o lengua de destino) para las actividades de la vida cotidiana como indicador del nivel
de aculturación.
3- Convivencia
Una vez superada la barrera del idioma, asimiladas las normas del país de origen, haber
realizado los primeros contactos con las instituciones, etc., no se puede considerar que el proceso
migratorio haya concluido. Como se analizó en el epígrafe “las migraciones japonesas en la
actualidad”, el apoyo social es un constructo dinámico que se ve modelado por diversas variables
(personales y ambientales) que pueden condicionar tanto su creación como su desarrollo.
En el ámbito de las migraciones, el apoyo social es un factor clave dentro del proceso de
integración y adaptación a la sociedad de acogida. Desde que se inicia en la fase pre-migratoria,
los individuos establecen redes de apoyo con el fin de culminar una trayectoria exitosa que les
permita lograr los objetivos planteados. A lo largo de todo este camino, se van estableciendo
relaciones que varían en función del ciclo vital, la situación social o la finalidad de las mismas. Así
pues, se puede considerar que las variables que se relacionan con las redes de apoyo,
MARCO CONCEPTUAL • 48
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
constituyen en sí mismas, uno de los pilares clave en la trayectoria que acompaña al fenómeno
migratorio.
Pantelidou y Craig (2006), estudian como durante el proceso de adaptación y
especialmente una vez que se inicia la convivencia diaria con vecinos, compañeros de trabajo,
etc., tienen lugar los conflictos debidos a posibles choques entre ambas culturas. Traff ya
desarrolló el concepto de Choque cultural en 1977, al describir las dificultades que mostraron los
expatriados americanos que emigraron a Europa y Sudamérica en la década de los 60, señalando
seis aspectos distintivos: 1) tensión en el proceso de adaptación a la sociedad de acogida, 2)
sentimiento de perdida, 3) conflicto de roles, 4) sentimiento de rechazo de los miembros de la
nueva sociedad de acogida, 5) ansiedad y sentimiento de impotencia ante la dificultad de
adaptación y 6) dificultades al auto identificarse como miembro de un colectivo.
Como proponían Traff, (1977) y Ritsner, et al. (1997) durante la sub-etapa de convivencia
es donde las relaciones de apoyo entre autóctonos e inmigrantes cobran mayor importancia, ya
que el choque cultural supone una situación de estrés, que en ocasiones, puede llevar a conflictos
por motivos ideológicos o valores contrapuestos entre ambas culturas. Lueck y Wilson (2010)
comparten este punto de vista, aunque añaden que la situación de tensión dibuja una trayectoria
bidireccional entre la población inmigrante y la autóctona. Dicho de otro modo, las situaciones de
estrés o tensión vividas en ambas etapas, se pueden ver acentuadas o atenuadas según la
posición que adopten ambas partes (población inmigrante y sociedad de acogida).
Cuando la sociedad de acogida adopta una actitud negativa ante el fenómeno migratorio,
estos prejuicios pueden afectar al proceso de integración e incluso agravar la situación de crisis
personal y social. Lueck y Wilson (2010), también advierten del peligro que suponen ciertas
actitudes discriminatorias, pero que sin embargo están aceptadas por la sociedad en general. Un
ejemplo de ello, lo encontraríamos en la población asiática que reside en los Estados Unidos.
Como muestran estos autores, el colectivo asiático está sometido a una serie de prejuicios y
estereotipos que la población estadounidense ha aceptado como ciertos (como por ejemplo se les
responsabiliza del auge de la piratería de aparatos electrónicos o se les acusa de actos violentos
relacionados con mafias), lo cual hace que los miembros de la comunidad asiática, a través del
proceso de aculturación, interioricen estas ideas y las perciban como sucesos habituales e incluso
lleguen a asimilarlos como un rasgo negativo propio de la comunidad a la que pertenecen.
Esta situación también se está dando en los colectivos asiáticos como el chino que residen
en España. Entre la población española se difunden innumerables rumores acerca de las
condiciones higiénicas de sus comercios, la comida de los restaurantes, la situación de
explotación en la que viven las personas mayores, la violencia doméstica que sufren los hijos o las
mafias que explotan a los trabajadores y chantajean a sus familias (Amigo, 2009).
MARCO CONCEPTUAL • 49
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
En lo referente a la convivencia, son diversas las teorías que se ocupan del conflicto entre
las culturas, sin embargo, también se han realizado estudios que defienden el proceso de
aculturación como una estrategia menos agresiva al considerar que
existen unas normas
dominantes en la nueva sociedad en la que se ingresa, y que éstas han de ser aceptadas para
poder llevar a cabo una convivencia pacífica. Dentro de este proceso se han diferenciado cuatro
formas de interpretar el proceso de integración (EFFNATIS, 2001):
1)
Integración estructural: desde la cual, bajo un punto de vista jurídico, todas las personas
tienen el mismo derecho y las mismas oportunidades de acceder a los sistemas e
instituciones públicas (hospitales, escuelas, mercado laboral…).
2)
Integración cultural: que consiste en permitir la celebración y participación de toda la
sociedad en actividades tales como ceremonias religiosas u otras manifestaciones
culturales importadas por la población inmigrante.
3)
Integración social: cuya característica principal es la participación de los colectivos de
inmigrantes en acciones de carácter social destinadas a la población en general, como
por ejemplo, grupos de voluntariado o cursos de idiomas entre otros.
4)
Integración identitaria: en la cual se acepta que cada uno se identifique libremente con
cualquier colectivo, etnia, o nacionalidad.
Los procesos de integración suelen implicar también la incorporación de creencias,
comportamientos y valores provenientes de una cultura diferente a la propia. Por lo tanto, se
entiende que este proceso ya no es un hecho aislado que sirve para diferenciar a los miembros de
una sociedad, sino que esto ha llevado a nuevas teorías como la del “melting pot”, que considera
que el resultado de la integración, a todos los niveles expuestos anteriormente, es la creación de
una nueva cultura. Las costumbres y la cultura de una sociedad son el resultado de la fusión de
diferentes nacionalidades y culturas que comparten un mismo espacio de convivencia (Adams,
1971).
De este modo, teniendo presentes los conceptos y procesos que engloban la creación de
las redes de apoyo social, y bajo una perspectiva funcional (Caplan, 1976), se puede incorporar
una tercera función, la de indicador. Lubbers et al., (2010) proponen el análisis de las redes de
apoyo como indicador del proceso de adaptación e integración de la población extranjera en la
sociedad de acogida. Sin embargo, este uso, a diferencia de los dos anteriores (herramienta
conceptual y recurso de intervención) queda restringido únicamente a los estudios de carácter
longitudinal, ya que el apoyo (o intercambio de apoyo), es un proceso dinámico estrechamente
vinculado a los cambios en las redes personales, al ciclo vital o al cambio de residencia, entre
otros.
MARCO CONCEPTUAL • 50
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
6. El apoyo social y sus perspectivas de análisis.
El fenómeno migratorio en España es relativamente reciente, pero, su estudio ha ido
cobrando importancia rápidamente debido a los cambios sociales, económicos y políticos que han
acontecido tanto dentro como fuera de nuestras fronteras en los últimos diez años.
Desde los inicios de la investigación social en el ámbito de las migraciones, la literatura
científica española ha mostrado especial interés en abordar tres objetivos principales: a) obtener
un perfil sociodemográfico de la población extranjera en España, b) conocer los flujos migratorios
y su influencia e c) identificar las vías que favorecen la interrelación entre autóctonos e
inmigrantes (Lueck y Kerstin, 2010). Los dos primeros objetivos copan la gran mayoría de
investigaciones sociales en este campo, y aunque la tendencia de los últimos años indica que el
tercero está cobrando cada vez más importancia, todavía existe cierta tendencia a limitar su
estudio a población de origen latina y africana. Esto hace que las investigaciones sobre colectivos
asiáticos como el chino, el japonés o el pakistaní, aún se encuentren en fases iniciales a pesar de
constituir un volumen importante de inmigración en España.
En sus inicios, los estudios que presentaban como objetivo el análisis de las redes de
apoyo y sus funciones, se limitaban únicamente a la población autóctona. Sin embargo, debido a
los cambios demográficos y sociales que ha vivido España en los últimos años (la llegada de un
gran número de inmigrantes tanto a zonas rurales como a urbanas o la incorporación de alumnos
extranjeros a las escuelas), ha favorecido que se considere al colectivo inmigrante como población
objeto de estudio. Al mismo tiempo, ha ido creciendo el interés por indagar en aspectos tales
como las relaciones entre autóctonos e inmigrantes, la estigmatización de determinados colectivos
o los conflictos culturales entre otros.
El interés por este tipo de investigaciones no es únicamente de carácter filantrópico, sino
que desde el ámbito político se están demandando cada vez más, estudios para poder
confeccionar planes de integración a todos los niveles (local, autonómico y nacional), reformas en
los diferentes sistemas sociales (educación, salud, vivienda o empleo entre otros), priorizando
recursos y desarrollando líneas de intervención, etc.
El hecho de investigar la interrelación entre población autóctona e inmigrante, ha
contribuido a incorporar un gran número de dimensiones que son necesarias analizar para
abordar este fenómeno con rigor. Es por esta razón que conceptos como “pertenencia”,
“integración” o “redes sociales” se han ido agregando paulatinamente a la literatura científica.
En este sentido, una de las principales dificultades a las que se enfrentan los
investigadores es, precisamente, la de aportar una definición exacta de algunos de estos términos
debido a su ambigüedad. Esto ha contribuido a que en ocasiones, el interés de los debates se
centre en el uso específico de cada uno de ellos, convirtiendo el estudio de este fenómeno en un
MARCO CONCEPTUAL • 51
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
debate más semántico que práctico. Es por ello, que en este trabajo se ha optado por hacer un
uso genérico de algunos de estos términos, ya que de este modo, se facilita la lectura y
compresión de aquellos fenómenos que envuelven al proceso migratorio del colectivo japonés,
que en última instancia, es el objetivo que se persigue.
Un claro ejemplo se puede encontrar en el caso del “apoyo social”, que sigue sin contar
con una definición compartida por los investigadores sociales, debido al carácter polisémico del
propio término. Como consecuencia de esta heterogeneidad, algunos autores como Vaux, (1988),
de Miguel (2005), o Gil Lacruz (2010), prefieren utilizar el término “metaconcepto” debido a la gran
complejidad de su dimensionalización. El “apoyo social”, puede adoptar múltiples significados en
función de cómo se establezcan las relaciones sociales y del ámbito desde el que se aborde.
Según Vaux (1998), el metaconcepto de apoyo social incluye aspectos básicos como: la
pertenencia, la implicación o el compromiso; atributos de grupo y relacionales, procesos de
naturaleza social, conductual, cognitiva y afectiva.
En cuanto a los niveles de operatividad, Mansilla, Mayer, Pérez y Vegas (1993), proponen
tres aspectos:
1.
Cognitivo: referente al pensamiento, las atribuciones, las expectativas, lo que opina la
persona emigrante y la impresión que tiene la población autóctona sobre este fenómeno.
El análisis de este nivel es especialmente importante en las primeras etapas de la fase
de instalación, ya que es ahí donde pueden surgir los primeros conflictos al contemplar
que la situación real en la que se vive, choca con el imaginario que se había creado
antes de iniciar el proceso migratorio.
Al margen del desajuste entre el imaginario creado y la realidad, otros hechos como la
perdida de un puesto de trabajo, las dificultades de reagrupación familiar o los problemas
de comunicación, pueden contribuir a que las perspectivas de éxito del proyecto
migratorio se vean afectadas, provocando situaciones de angustia y estrés. También hay
que tener en cuenta que la percepción que tiene el inmigrante del rol que desempeña en
la sociedad a través de la población autóctona, puede jugar un papel clave ya que si las
personas extranjeras perciben que no son bienvenidas, o que la población ve como una
amenaza la llegada de extranjeros, las relaciones entre ambos serán prácticamente
inexistentes.
Aún así, hay que señalar que también se puede dar el caso contrario, en el que la
población inmigrante perciba que su estatus social es igual al de la población local, con
lo cual la dualidad entre ambos colectivos disminuirá favoreciendo una percepción más
positiva de la sociedad de acogida y del propio proyecto migratorio. Precisamente, desde
esta posición de igualdad, las consecuencias del apoyo presentan más relevancia puesto
MARCO CONCEPTUAL • 52
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
que las personas que lo reciben lo consideran útil para su desarrollo en la sociedad de
acogida.
2.
Afectivo: relativo a la esfera de las relaciones y sentimientos de la persona, a través de
muestras de cariño o empatía, aunque también se puede manifestar a través de
expresiones menos positivas como la frustración, depresión o la ansiedad. Este nivel
está caracterizado por la forma de canalizar los sentimientos, es por ello, que las redes
de apoyo cobran un papel protagonista. La composición, así como las funciones de las
redes de la población inmigrante, están influenciadas por diversos factores, como: el
lugar de procedencia, los objetivos que se persiguen o el tipo de proyecto que se quiere
llevar a cabo. Por ejemplo, mientras que para los colectivos de origen asiático como el
chino o el japonés, las fuentes de apoyo que tienen como función atender situaciones de
frustración o alegría, son bastante reducidas y difíciles de identificar, para otros
colectivos como el de los sudamericanos, este tipo de apoyo se comparte abiertamente
entre los miembros que componen dichas redes.
3.
Conductual: referente a las estrategias observables para abordar determinadas
situaciones. Este nivel es especialmente interesante desde el punto de vista de la
intervención comunitaria en el trabajo social ya que de la interacción con otras personas,
ya sean inmigrantes o no, pueden surgir iniciativas como asociaciones de inmigrantes o
movimientos sociales de carácter reivindicativo. Las acciones que se llevan a cabo desde
un nivel conductual adquieren una especial relevancia, ya que en ocasiones cuentan con
una gran repercusión mediática que favorece la creación de estereotipos e ideas
preconcebidas alrededor de estos colectivos.
Caplan (1976), propone la utilización del apoyo como una herramienta conceptual para
analizar el entorno de la persona y como un poderoso recurso de intervención disponible tanto
para profesionales como para los miembros de la comunidad. En esta línea de operatividad, Lin a
lo largo de numerosas investigaciones (Lin, 1986; Lin y Ensel, 1989) elabora una de las
definiciones más completas al considerar el apoyo social como el conjunto de provisiones
expresivas o instrumentales (percibidas o recibidas) proporcionadas por la comunidad, las redes
sociales y las personas de confianza, añadiendo que estas provisiones se pueden producir tanto
en situaciones cotidianas como de crisis.
Lin propone una definición de apoyo social muy adecuada para este trabajo ya que el
análisis de la situación del colectivo japonés se realizará
bajo una perspectiva sistémica
(ecológica) por lo que se prestará especial atención a los tres niveles a los que se refiere Lin; la
comunidad (nivel macro),
las redes sociales (entendiendo como tales las compuestas por
vecinos, compañeros de trabajo, etc., nivel meso) y las personas de confianza (nivel micro).
MARCO CONCEPTUAL • 53
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
En base a la definición de apoyo social propuesta por Lin, (1986), Lin y Ensel (1989) y
García, Herrero y Musitu (1995), resumen en cuatro ejes los aspectos más relevantes de la
dimensionalización de este metaconcepto:
-
Dos perspectivas: la estructural que hace referencia a las redes de apoyo y la funcional
que se centra en el contenido y el uso de las relaciones.
-
La percepción-recepción del sujeto. El apoyo como proceso comunicativo implica la
inclusión de dimensiones objetivas y subjetivas. La primera hace referencia al
intercambio real entre los miembros, por ejemplo en el momento de encontrar trabajo,
alojamiento o cuidar de un hijo, mientras que la segunda se refiere a la percepción que
tienen las personas sobre el apoyo que han recibido, es decir, a la valoración que hace la
persona demandante del apoyo. Siguiendo con el ejemplo anterior, la madre que pide
que le cuiden al hijo, o el inmigrante recién llegado que le solicita a un compatriota ayuda
para encontrar trabajo o alojamiento.
-
Los ámbitos de actuación: que favorecen el sentimiento de pertenencia del individuo. Las
celebraciones de festividades de un barrio, o la ayuda que se pueda prestar entre
miembros de una misma unidad familiar son algunos ejemplos.
-
La distinción entre apoyo cotidiano y el que se recibe en momentos de crisis es
importante para conocer hasta que punto las relaciones sociales son capaces de
intervenir en diferentes circunstancias.
Como primera dimensionalización del apoyo García y Musitu (1993) consideran que éste
se puede abordar desde una perspectiva funcional (teniendo en cuenta la utilidad que tenga la
relación) o desde una perspectiva estructural (en función de los elementos que constituyen este
apoyo social). Dentro de la perspectiva estructural cabría destacar el análisis del apoyo social
desde un enfoque ecológico o sistémico, el cual prioriza el estudio de la relación entre la persona
y su entorno al entender que éste influye directamente sobre la manera de actuar de los individuos
y, que por lo tanto, condiciona su comportamiento (Bronfenbrenner, 1976).
6.1. Perspectiva funcional.
El análisis de las redes de apoyo desde una perspectiva funcional se realiza en base a una
serie
de
parámetros
incluyendo
tanto
características
personales
como
características
contextuales, como por ejemplo, un tipo concreto de apoyo, la fuente que proporciona ese apoyo o
su finalidad.
Maya (2002), establece una clasificación de redes de apoyo según las funciones de las
mismas. Para ello se tiene en cuenta la disponibilidad del apoyo en cuatro áreas diferentes (ayuda
psicológica en situaciones cotidianas, ayuda psicológica en situaciones de crisis, ayuda material
MARCO CONCEPTUAL • 54
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
en situaciones cotidianas y ayuda material en situaciones de crisis). De estos criterios se deducen
cuatro tipos de redes:
1.
Red con predominio de funciones psicológicas, en la que el apoyo que se recibe es
psicológico, principalmente en situaciones de crisis puntuales. En este caso destaca la
figura de los familiares a la hora de aconsejar o pedir ayuda en temas relacionados con
la convivencia y las pautas conductuales en el país de acogida.
2.
Red con predominio de apoyo cotidiano. Esta suele ser la más amplia y a la que se
recurre con más asiduidad ya que la componen aquellas personas con las que se tiene
más afinidad o que se sitúan en un entorno más próximo, como por ejemplo, los padres,
hermanos, pareja, etc.
3.
Redes poco diferenciadas. Estas se caracterizan por su escaso tamaño lo cual
contribuye a que no se atribuya un tipo de apoyo concreto a cada persona.
Indistintamente del apoyo que se busque, las personas de referencia son siempre las
mismas. Ejemplo de ellas serían las formadas por las mujeres de los empresarios
destinados fuera de Japón por su empresa (Toyokawa, 2005).
4.
Redes funcionalmente compensadas. Son aquellas en las que las funciones están bien
cubiertas, y en las que se relaciona a cada persona con el tipo de apoyo que puede
proporcionar. Como en el caso anterior, éstas son de tamaño reducido, pero su
diferencia principal radica en que se identifica un tipo de apoyo específico en cada una
de las personas que forman la red.
La utilidad del apoyo varía según las intenciones que se adopten a la hora de establecer
las relaciones (Martínez Noguiera, 1995; Maya, 2002). Por lo tanto, en función del objetivo que se
persiga, se podrá distinguir entre:
1.
Apoyo emocional: que constituye un fin en mismo, y que surge de la interrelación de dos
o más personas. Constituye aquel tipo de apoyo que se manifiesta a través de
expresiones de afecto, confianza, etc.
2.
Apoyo instrumental: el cual se considera como un medio para lograr un fin. Este tipo de
apoyo se puede proporcionar a través de bienes materiales, acciones o servicios, como
por ejemplo el préstamo de dinero o traduciendo documentos del idioma del país de
acogida al de origen.
3.
Apoyo informativo: a través del cual se recibe la información necesaria para afrontar un
problema.
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
4.
Apoyo valorativo: en el que se proporciona información relevante para la autoevaluación,
dejando al margen los aspectos afectivos que pudieran acompañar esa información, ya
que de ser así hablaríamos de apoyo emocional.
Rodríguez Marín (1995), distingue dos tipos de funciones del apoyo social dentro de esta
perspectiva:
1.
Primarias: caracterizadas por aumentar las capacidades personales de sus miembros y
promover el logro de sus metas.
2.
Especificas: las cuales según Jung (1990): a) permiten compartir problemas comunes, b)
favorecen la creación de relaciones más intimas, c) previenen el aislamiento, d) definen
las competencias mutuas, e) proporcionan elementos de referencia y f) ofrecen
resistencia ante situaciones de crisis.
6.2. Perspectiva estructural.
Desde una perspectiva estructural, el estudio del apoyo social hace hincapié en la
provisión de relaciones sociales que desarrolla una persona. Se entiende por “red social” la suma
de las personas con las que se tiene relación y que pueden devenir en una fuente de apoyo en
caso de necesidad. Al hablar de este tipo de apoyo hay que resaltar dos grandes características,
en primer lugar el tamaño y en segundo, la diversidad del apoyo. El tamaño varía en función del
número total de personas con las que se tiene un contacto permanente. La diversidad viene
definida por el número de roles que cada persona puede desempeñar dentro de la red social
(Pantelidou y Craig, 2006).
El análisis de las redes de apoyo desde un enfoque estructural, sitúa a cada uno de los
agentes con los que se interacciona en diferentes dimensiones según su relación dentro de la
propia red social del individuo. Estas pueden investigarse desde distintos niveles: nivel
comunitario o macro, nivel medio o grupo y nivel micro o íntimo. La importancia de estos niveles a
la hora de proporcionar apoyo, es inversamente proporcional a su tamaño. Para que tengan lugar,
es necesario un entorno comunitario que contextualice estos tres niveles.
Desde una perspectiva estructural del análisis del apoyo social, García y Musitu (1993)
señalan dos enfoques:
1.
Estructura de las redes sociales: que hace referencia al conjunto de relaciones de un
individuo, grupo o comunidad prestando mayor atención a las dimensiones cuantitativas
(Gil Lacruz, 2000). El análisis se centra en las propiedades de la propia red de apoyo,
por ello, las variables a tener en cuenta son: el tamaño, la densidad, frecuencia temporal,
la reciprocidad y el ámbito de actuación.
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
2.
El análisis de la integración y participación social: (sentimiento de pertenencia) basado
en un análisis cualitativo de las diferentes relaciones y su naturaleza, y en el que se
señala la disponibilidad de relaciones como una condición necesaria para que los
comportamientos de apoyo tengan lugar, pero que no es suficiente por si misma ya que
el entorno también juega un papel importante(Gil Lacruz, 2000).
Desde un enfoque ecológico, estos niveles cobran gran importancia ya que el tipo de
apoyo será el resultado de la interrelación de dos factores que están en cambio constante: a) el
entorno y b) los agentes (Bronfenbrenner, 1976).
En el ámbito de las migraciones, el estudio de las redes de apoyo bajo esta perspectiva,
puede aportar grandes ventajas a las investigaciones relacionadas con el proceso de
asentamiento del inmigrante al considerar que, tanto el entorno como las personas se encuentran
en una situación de adaptación mutua y cambio constante.
Desde la perspectiva ecológica, los niveles que se analizan en las relaciones entre los
agentes son tres: nivel micro, meso y macro (Musitu, Herrero, Cantera y Montenegro, 2004). A
pesar de que en la literatura científica estos niveles han sido aceptados, las fronteras entre los
sistemas que los componen no están tan bien delimitadas. Su contenido queda abierto a debate
por lo que cada investigador, según sus objetivos, puede definirlos libremente, siempre y cuando
estos sistemas adopten una estructura anidada, situando en un primer plano a la persona en
desarrollo, en un segundo a los entornos en los que interactúa de forma directa y finalmente
aquellos que afectan a la persona pero con los que no hay una relación directa.
Esta laxitud a la hora de concretar los niveles de análisis se debe en parte a que el
enfoque ecológico proviene de las ciencias naturales por lo que su extrapolación a las ciencias
sociales obliga a una traducción más flexible.
En este trabajo, teniendo en cuenta la población objeto de estudio y los objetivos
planteados, los sistemas que conforman cada nivel se han distribuido de la siguiente manera:
como nivel macro se ha considerado apropiado incorporar aquellos aspectos con los que la
población japonesa no puede interaccionar de forma directa pero que aún así ejercen una
influencia sobre sus acciones, como por ejemplo tradiciones, valores o pautas sociales entre otras.
El nivel meso lo componen aquellos entornos en los que la persona se mueve habitualmente,
como el trabajo o el barrio. Finalmente, el nivel micro esta formado por aquellas personas o
sistemas más próximos al inmigrante y con los que se establece una relación intima como sería el
caso de la familia nuclear, amigos cercanos o la pareja.
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Cuadro 4. Niveles de interrelación entre el colectivo japonés y la sociedad de acogida.
Fuente: elaboración propia
Macro social.
Con el fin de perfilar de forma más detallada el concepto de apoyo social, autores como Gil
Lacruz (2000) o Lueck y Willson, (2010), defienden la necesidad de prestar atención no solo a las
interrelaciones personales, sino también a las características socio ambientales de la comunidad
(como la ideología o los valores propios de la sociedad de acogida). Las diferencias sociales se
producen tanto en la distribución de recursos, como en los comportamientos, actividades, valores,
etc. Esto hace que variables como la edad, sexo o la procedencia en relación con el lugar de
residencia, o el ámbito laboral se consideren factores clave ya que pueden suponer una dificultad
añadida tanto al acceso a determinados servicios públicos como a la hora de establecer y asentar
estos apoyos.
En el caso de la inmigración, las variables que influyen directamente sobre este desajuste
quedan mucho más acentuadas ya que a la situación personal, hay que añadirle las vicisitudes
propias del proceso migratorio como por ejemplo, las condiciones sociales y psicológicas en las
que se llega al país de acogida, un entorno ajeno al que adaptarse con nuevas normas, etc. Este
proceso puede condicionar la relación de la persona con el medio que las rodea.
Para el colectivo japonés, la llegada a la sociedad de acogida suele llevarse a cabo bajo
unas condiciones favorables, en parte gracias a la preparación previa y a la situación
socioeconómica personal en el país de origen. No obstante, Fujita (2009), considera que muchos
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
de estos inmigrantes no son conscientes de las dificultades que entraña empezar un nuevo
proyecto de vida en un país extranjero. Para la autora, el desconocimiento de la situación social
en el lugar de destino (alta tasa de desempleo, discriminación racial, violencia, etc.) supone uno
de los principales factores de estrés para el colectivo nipón. En su trabajo, Cultural migrants from
Japan. Youth, Media and Migration in New York and London (2009), Yuiko Fujita documenta el
caso de japoneses que emigraron a Estados Unidos o al Reino Unido, y que no pudieron culminar
su proyecto migratorio, al no disponer de las fuentes de apoyo necesarias para hacer frente a
estas situaciones.
El apoyo informal en este colectivo juega un papel muy importante, sobre todo en los
inicios de su nueva vida en España. A pesar del protagonismo que adquiere este tipo de apoyo,
en ocasiones, puede acarrear consecuencias negativas como la creación de guetos, la saturación
de trabajadores de una misma área de procedencia en un sector determinado, como es el caso
del colectivo africano en el sector agrícola o el de población latina en el ámbito doméstico.
Meso.
Podemos identificar dos sistemas de apoyo en la creación de redes: el apoyo informal (o
afectivo) y el apoyo formal (o institucional).
Por un lado, el apoyo informal hace referencia al entorno afectivo, compuesto por
familiares y amigos. García y Musitu (1993), incorporan en este nivel informal a determinados
colectivos de profesionales tales como camareros o peluqueros, como proveedores secundarios
de apoyo. Por otro lado, los sistemas de apoyo formal lo componen expertos y profesionales como
médicos, trabajadores sociales, psicólogos, etc., que generalmente aportan su contribución desde
servicios sociales o institucionales.
La principal diferencia entre estas dos fuentes de apoyo radica en el tipo de relación que
se establece entre los demandantes y los proveedores de apoyo. En el primero de los casos
(apoyo informal) se establece una relación basada en la estima y la reciprocidad, mientras que en
el caso del apoyo formal, se tiende a establecer una relación usuario-profesional de carácter
unidireccional.
En ámbitos como la inmigración y colectivos en situaciones de exclusión social o pobreza,
el apoyo informal cobra un protagonismo destacado frente al apoyo formal. Esto se debe en gran
medida a su homogeneidad, en ocasiones al hermetismo de estos colectivos y a su dificultad para
acceder a los recursos y servicios públicos, ya sea por desconocimiento de los mismos o por
quedar excluidos de sus criterios de atención (Hernández, 2010).
A pesar de esta aparente dicotomía, tanto el apoyo formal como el apoyo informal, han de
mantener una relación de complementariedad, por lo que el fomento de cualquiera de ellos no
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
debería significar la renuncia del otro. Planteado de otro modo, el aumento del apoyo informal a
través de actividades de voluntariado u organizaciones no lucrativas como asociaciones de
vecinos, Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), etc., no debería repercutir en el
presupuesto destinado a servicios profesionalizados, ya que los primeros cubrirían aquellos
ámbitos a los que la administración no pueda dar respuesta, pero sin que ésta derive su
responsabilidad hacía los sistemas de apoyo informales.
Las fuentes de apoyo informal establecen nexos con el nivel macro, ya que ayudan a
comprender el funcionamiento, las pautas de comportamiento o los valores propios de la sociedad
de acogida. A nivel meso, este tipo de apoyo también es fundamental ya que los grupos que
conforman este sistema (barrio, compañeros de trabajo, amigos…) se relacionan entre sí y esto
facilita la adaptación de la persona a los nuevos entornos en los que interactuará directamente. Es
importante tener en cuenta que debido a la arbitrariedad y flexibilidad de cada uno de los niveles,
sistemas como el barrio, podrían considerarse como parte del nivel macro. En este trabajo se ha
optado por contemplarlo como un sistema más propio del nivel meso al establecerse una relación
bidireccional entre el inmigrante y los agentes comunitarios que lo conforman.
A nivel meso, el barrio requiere una especial atención ya que constituye un espacio común
en el que se encuentran diversos microsistemas. El concepto de barrio como comunidad aporta
unas expectativas al individuo acerca de que los sujetos que le rodean, actúan, piensan y sienten
como él mismo, lo que contribuye a crear un sentimiento de pertenencia (Sarason, y Sarason,
1991) al sentirse un miembro más de su entorno, al poder interrelacionarse con los demás
miembros y participar en las actividades que se desarrollan en la comunidad (Pons, Grande, GilLacruz y Marín, 1996). Por ejemplo, en el caso de los colectivos inmigrantes, la relación con los
vecinos, así como su participación en los eventos de su propio barrio,
puede facilitar el
conocimiento mutuo a la vez que se estrechan los vínculos que favorecerán la relación entre
ambos.
El barrio es uno de los entornos más importantes a la hora de analizar el nivel de
integración de los colectivos inmigrantes, no solo por su participación en actividades comunitarias
y festejos, si no porque a menudo, es allí donde se llevan a cabo las actividades diarias como el
trabajar, comprar, etc., por lo que se hace inevitable establecer relaciones con personas
autóctonas, compatriotas y otros inmigrantes.
En el caso del colectivo japonés, el barrio requiere una especial atención ya que en la
sociedad japonesa, está considerado como una de las fuentes de apoyo informal más importantes
(Hendry, 2003). En Japón, tareas como el cuidado de los hijos en edades tempranas, las
actividades de ocio para las amas de casa, o las tareas de mantenimiento de los espacios
públicos, están organizadas por los propios vecinos, lo cual favorece la creación de vínculos entre
las personas de un mismo barrio. El barrio no funciona únicamente como un espacio común, sino
MARCO CONCEPTUAL • 60
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
que también sirve de plataforma para impulsar iniciativas ciudadanas como asociaciones de
voluntarios para el cuidado de personas dependientes, clubes deportivos, etc. Como se puede
apreciar, el concepto de vecindario para este colectivo, está estrechamente ligado a un
sentimiento de pertenencia comunitaria.
A este nivel, al margen de los amigos, compañeros y vecinos, las asociaciones de
inmigrantes también desempeñan un papel fundamental a la hora de facilitar y promover la
integración de la persona en su medio. En ciudades como Zaragoza, en los que la población
extranjera no se agrupa en barrios según su nacionalidad, las asociaciones como ASACHI
(Asociación Sociocultural de China) o Aragón-Japón, sirven como nexo de unión entre
compatriotas, autóctonos y extranjeros por lo que, se produce un acercamiento que facilita la
comprensión y la interacción de las personas en un entorno compartido. Estas asociaciones
contribuyen a aumentar las fuentes de apoyo informal a la vez que proporcionan apoyo formal.
Micro.
El nivel micro constituye la esfera de relación más íntima en la que la persona interactúa.
En el caso de los colectivos inmigrantes, y en especial, durante las primeras fases del proceso de
asentamiento, los dos agentes más importantes del microsistema son la pareja y la familia
próxima, aunque, a medida que se avanza en este proceso, van surgiendo nuevas fuentes como
las formadas por amigos íntimos.
Tanto la familia como la pareja se pueden considerar como fuentes de apoyo informal,
aunque sus funciones pueden variar según el momento del ciclo vital en el que se encuentre la
persona. Tradicionalmente, estos dos agentes han cumplido las funciones de proveedores de
apoyo afectivo y motivacional en especial cuando se emigra por razones laborales.
En la actualidad, y como consecuencia de las nuevas leyes en torno a la reagrupación
familiar, normativa laboral para inmigrantes, etc., el rol de la familia y la pareja ha ido
evolucionando, dejando de proporcionar únicamente apoyo afectivo y aportando recursos tanto
económicos (remesas al país de origen, manutención de abuelos o hijos, etc.), materiales (por
ejemplo, proporcionando alojamiento a otros familiares) como informativos (relacionados con el
empleo, salud, educación o tramites burocráticos, entre otros).
Este tipo de ayuda permite a la persona asumir nuevos roles, establecer relaciones
interpersonales y realizar distintas actividades, por lo que supone una puerta abierta hacia la
nueva sociedad, que facilita el proceso de asentamiento. Este proceso no se limita únicamente a
las esferas intimas, si no que estas fuentes de apoyo son la base para la creación de nuevos
vínculos fuertes en los demás sistemas (meso y macro).
MARCO CONCEPTUAL • 61
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
No hay que pasar por alto que estas relaciones también pueden ejercer otras funciones
menos positivas como la de control social (de Miguel, 2005) o presión coercitiva (Molina, 2008),
por lo que la creación de redes sociales fuera del entorno familiar se hace necesaria para
desminuir los niveles de estrés a los que se pueden ver sometidas las personas inmigrantes,
especialmente si éstas son pioneras en la sociedad de acogida (Ocáriz, San Juan y Vergara,
2005).
A partir de esta reflexión, se constata que el apoyo independientemente del nivel que se
preste, no siempre trae consigo resultados positivos. Desde el ámbito de la psiquiatría o la
psicología clínica, la literatura científica distingue entre apoyo positivo y negativo, considerando
que el primero aporta beneficios a la persona mientras que el segundo dificulta o impide el
desarrollo de la misma. Esta misma distinción se podría extrapolar a otros ámbitos sociales como
el migratorio. Hasta ahora se han señalado en su mayoría, ventajas en relación al apoyo, aunque
también se han dejado entrever algunos casos en los que el apoyo, tanto a nivel formal como
informal, puede suponer un obstáculo para la integración en la sociedad de acogida. Por ejemplo,
los casos en los que los familiares y amigos ejercen un control excesivo que dificulta que la
persona pueda abrirse camino en otros entornos y relacionarse con gente de otras procedencias.
O desde el propio macrosistema, cuando a través de la planificación urbanística de una ciudad, se
crean espacios destinados a albergar a determinadas comunidades de inmigrantes u otros
colectivos minoritarios.
7. Sociedad de acogida: redes de apoyo y sus funciones.
Cuadro 5. Evolución de las redes de apoyo durante la fase de instalación.
Desde un enfoque ecológico, la relación entre el individuo y el entorno que le rodea, puede
proporcionarnos información acerca del grado de integración y de las dificultades que experimenta
a la hora de interactuar con los distintos agentes sociales. Tal y como se ha planteado en el
MARCO CONCEPTUAL • 62
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
apartado anterior, se produce una interdependencia entre los tipos de apoyo (formal e informal) y
las esferas desde las que se analiza la relación del individuo con su entorno (macro, meso y
micro), siendo los niveles más concéntricos al individuo, aquellos en los que se identifican más
fuentes de apoyo informal, mientras que en los más alejados predominan las fuentes de apoyo
formal.
7.1. Redes de apoyo entre inmigrantes.
En el ámbito de las migraciones, el apoyo informal está considerado como el más
importante para este colectivo, sobre todo en las primeras fases de asentamiento, (García
Ramírez, 2001; Maya, 2002; Maya, 2004), ya que como se ha señalado anteriormente, es el más
accesible para el colectivo extranjero. Desde este punto de vista Maya (2002), identifica dos
tipologías de redes de apoyo social dentro del colectivo inmigrante.
La primera se basa en la composición familiar y étnica de estas redes de apoyo. Para su
clasificación el autor utiliza cuatro indicadores de composición de la red (número de compatriotas
proveedores de apoyo, número de españoles, número de familiares y número de no familiares).
De esta clasificación se derivan las siguientes redes:
-
Redes étnicas con predominio familiar, caracterizadas por un número elevado de
vínculos con familiares, independientemente de su residencia. Un ejemplo de este tipo
de red sería la formada por familias numerosas, o familias transnacionales con familiares
tanto en el país de origen como en el de acogida.
-
Red étnica de familiares y amigos, cuyo rasgo principal son los relaciones con familiares
y compatriotas del mismo país de origen. Las personas que forman este tipo de red
acostumbran a ser inmigrantes jóvenes que inician un proyecto migratorio individual, por
lo que a su llegada al país de destino sus fuentes de apoyo son reducidas y se limitan a
familiares (tíos, primos, etc.) y a compatriotas de su mismo entorno.
-
Red mixta con predominio de amigos, en la que se identifican a miembros tanto del país
de origen como del de acogida. Estas redes acostumbran a ser extensas y equilibradas.
-
Red étnica con predominio de amigos, caracterizada por su elevada concentración de
vínculos con compatriotas. A diferencia de la red étnica de familiares y amigos, ésta no
cuenta con la figura de los familiares, por lo que los vínculos y las fuentes de apoyo se
buscan en personas de la misma nacionalidad o de una zona geográfica y cultural
similar.
La segunda tipología se basa en la estructura de la red personal. Para esta clasificación se
tienen en cuenta tres indicadores de dicha red; su tamaño, la multiplicidad de los vínculos y la
MARCO CONCEPTUAL • 63
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
proporción de éstos con las funciones específicas que desarrollan. Dentro de esta segunda
tipología Maya (2002), identifica cuatro redes de apoyo:
-
Redes amplias y equilibradas (o integradas). Estas se caracterizan por su tamaño y sus
niveles moderados de multiplicidad y especificidad. En ellas se atribuye a cada uno de
los miembros una determinada función combinando la especificidad y la polivalencia.
Este tipo de red se podría identificar en aquellos inmigrantes de segunda o tercera
generación ya que cuentan con el apoyo de sus compatriotas y con las relaciones que
han ido creando tanto con personas de otros colectivos, como con la población
autóctona.
-
Redes intermedias de vínculos especializados (o dispersas). En ellas se identifican los
niveles más altos de especificidad, pero también los más bajos en cuanto a multiplicidad.
Se identifica a cada persona con un tipo de apoyo concreto. Un ejemplo de ello lo
componen los inmigrantes de “cuello blanco”, que debido a la naturaleza de su proyecto
migratorio, ven limitada su red de apoyo a personas de su mismo ámbito laboral.
-
Redes pequeñas polivalentes (o concentradas), cuya característica principal es el alto
grado de efectividad, ya que la persona puede obtener el apoyo necesario de un número
reducido de personas. Los colectivos minoritarios como el sur coreano o el iraní,
suponen un ejemplo de red polivalente, especialmente en aquellos casos en los que el
choque cultural entre la cultura de origen y la de destino es más fuerte ya que sus redes
de apoyo se forman en torno a personas del mismo país de origen.
-
Redes intermedias polivalentes (o sinérgicas) que cuentan con un elevado grado de
multiplicidad, pero con un bajo nivel de especificidad, al contrario que las redes
dispersas. Este tipo de red se podría identificar con los colectivos latinos ya que debido a
su proximidad cultural, su proceso de integración suele ser más rápido. Además, esta
población acostumbra a compartir ámbitos como el laboral (tanto en el caso de la mujer
como en el del hombre) con inmigrantes de otras nacionalidades, sobre todo con
compatriotas latinos y con europeos del este, lo cual favorece la creación de redes de
apoyo formadas por autóctonos e inmigrantes.
Molina (2008), desde el ámbito de las migraciones, señala que dentro del proceso de
asentamiento, al margen de la asimilación (proceso que se ha analizado anteriormente y que
supone la adaptación y aprendizaje de los valores, principios, etc., de la sociedad de acogida), los
miembros de estos colectivos utilizan otras estrategias a la hora de formar sus redes de apoyo.
Podemos estudiar tres tipos de estrategias de asentamiento: a) enclave étnico, en el que se
introducen rasgos culturales propios dentro de los de la sociedad de acogida, b) transnacionales,
caracterizados por las relaciones entre miembros de diferentes países cuyas culturas pueden ser
similares o no, y c) de red múltiple o acomodación, en el cual se identifican relaciones y pautas
MARCO CONCEPTUAL • 64
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
conductuales tanto propias del país de origen como del de acogida. Como se puede apreciar, se
da cierta complementariedad entre los tipos de estrategias para formar redes que propone Molina,
con los modelos de redes de inmigrantes señalados por Maya (2002), ya que en función de las
características de los agentes que formen cada red, se podrá identificar un modelo de red u otro.
7.2. Redes de apoyo entre inmigrantes y autóctonos.
Independientemente del punto de vista desde el que se analice el apoyo, su
dimensionalización, intencionalidad o la relación que se establezca entre sujeto y entorno, esta
interacción en muchos casos se percibe como un proceso unidireccional que trae implícito la
diferencia de posiciones entre la persona que recibe el apoyo y la que lo proporciona. Autores
como Rook, (1987), o López Marín (2009), han destacado la importancia de mantener el equilibrio
entre el apoyo dado y recibido, ya que un excesivo desajuste puede acarrear resultados
contraproducentes como resentimientos, sentimientos de culpa o vergüenza.
En el ámbito de las migraciones internacionales esta diferencia se acentúa aún más si
cabe, al centrarnos en los vínculos entre la población extranjera y la autóctona. De Miguel y
Trammer (2010) consideran que el apoyo social se basa en el principio de reciprocidad entre
personas, o lo que es lo mismo, en el intercambio equitativo. Por ello, al investigarlo como parte
del fenómeno migratorio, defienden que el análisis de las redes de apoyo ha de tener en cuenta: el
entorno en el que este tiene lugar y la situación social, así como las características de la población
tanto inmigrante como nacional.
En su estudio, se parte de la base de que este intercambio tiene lugar tanto entre
compatriotas como entre extranjeros y españoles, aunque destacan que la funcionalidad entre
ambos es distinta ya que mientras que el apoyo entre extranjeros tiene como finalidad principal el
conseguir información o alojamiento, la relación entre nacionales e inmigrantes, tiene como
principales objetivos, aspectos relacionados con el mundo laboral y el apoyo material. Pantelidou y
Craig, (2006) consideran que se establece una relación de proporcionalidad entre el grado del
choque cultural y la calidad del apoyo (recibida y ofrecida). Es decir, que aquellos extranjeros cuya
cultura difiere en mayor medida con la del país de acogida, tienden a crear menos vínculos de
apoyo, aunque más estables y consolidados que aquellos con rasgos culturales más afines a los
del país de destino.
En el caso del colectivo japonés, la hipótesis planteada por Pantelidou y Craig, queda
abierta a debate ya que, si bien es cierto que tiene lugar un choque cultural entre Japón y
occidente, también hay que tener en cuenta que ciertas características del proyecto migratorio
nipón (la preparación previa o el elevado número de matrimonios entre españoles y japoneses),
junto al interés que suscita su cultura entre la población autóctona, pueden favorecer el
acercamiento entre inmigrantes y autóctonos, haciendo que la funcionalidad de la relaciones
adquiera otras dimensiones.
MARCO CONCEPTUAL • 65
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Asimismo, los autores destacan que para parte del colectivo inmigrante, la relación con
personas del país de acogida, supone una forma de escapar de la presión y el control que pueden
ejercer otros compatriotas, a la vez que contribuye favorablemente a mejorar sus perspectivas de
futuro al abrirse camino en otros ámbitos en los que la población inmigrante no está tan
representada. Como ejemplo de ello, destacarían aquellos trabajos en los que la población
inmigrante escasea, o la integración de las segundas generaciones en centros educativos u otros
lugares de ocio.
Desafortunadamente, no todas las personas extranjeras disponen de las mismas
oportunidades para establecer vínculos con la población autóctona. De Miguel y Trammer (2010),
señalan una serie de rasgos propios de aquellas personas que presentan un grado de
predisposición elevado para establecer vínculos de apoyo con personas de diferentes
nacionalidades. En el caso de los españoles consideran que son tres las variables más
influyentes:
1.
Una formación académica elevada: se señala la relación entre alto nivel de estudios con
la poca o nula aparición de prejuicios ante la posibilidad de establecer una relación con
un extranjero. En el caso del colectivo japonés, esta formación suele estar relacionada
de un modo o de otro con Japón, ya sea bien a través de la lengua, el arte, la tecnología,
etc.
2.
Género: el género es una variable importante ya que los hombres se muestran más
propensos que las mujeres a la hora de relacionarse con población extranjera.
3.
Edad: De Miguel y Trammer, (2010) también señalan que cuanto más joven es la
persona española, mayor es su predisposición a incluir a un/a extranjero/a en su red de
apoyo. En este aspecto, es importante señalar que la influencia de Japón en la población
española ha venido de la mano de los videojuegos, la animación y la tecnología en
general, por lo que no es de extrañar que estos usuarios/consumidores (gente joven en
su mayoría) sientan más simpatía por este colectivo que sectores de población de
edades más avanzadas.
Para la población inmigrante, los aspectos que aumentan la probabilidad de establecer
vínculos con españoles son:
1.
Género: en la población extranjera la relación entre género y posibilidades de incluir a la
persona en la red de apoyo, es opuesta a la de los españoles. En este caso, son las
mujeres las que presentan una mayor predisposición (Pantelidou y Craig, 2006). Es por
ello, que no es de extrañar que el número de matrimonios entre un hombre español y
una mujer extranjera supere al caso contrario (17.325 matrimonios entre hombres
españoles y mujeres extranjeras y 11.955 matrimonios de mujeres españolas con
MARCO CONCEPTUAL • 66
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
hombres extranjeros según los datos del INE 2009). Pérez Grande, (2008) considera que
esta situación se da puesto que en ocasiones, especialmente cuando la mujer llega tras
una reagrupación familiar, se encuentra en una situación de dependencia al estar
legalmente vinculadas el padre o al marido. Además, Pérez Grande plantea que aquellas
mujeres que llegan a España desde un país donde existe una gran desigualdad de
género, contemplan el matrimonio con una persona autóctona como una oportunidad de
mejora personal al adquirir un nivel mayor de autonomía que ayude a mantener o
aumentar su estatus social en relación al que se tenía en el país de origen. Junto a esto,
Fujita (2009), considera que la imagen distorsionada que se proyecta tanto del hombre
como de la mujer japonesa fuera de su país, así como la diferencia entre los objetivos de
unos y otros, favorece la tendencia de que sean las mujeres las que tengan más
facilidades a la hora de relacionarse con la población autóctona.
2.
Edad: en cuanto a la edad, existe un cierto paralelismo entre inmigrantes y autóctonos,
ya que a menor edad, mayor predisposición a integrar a una persona de diferente origen
en la red de apoyo. En el caso de la población japonesa en España, como señala Beltrán
(2006), una gran parte la forman estudiantes de universidad de entre 19 y 25 años. Por
otro lado, White (2003), advierte que los cambios que se están produciendo en la
composición de este colectivo (alto nivel de feminización y cambios en los objetivos y los
proyectos migratorios) están favoreciendo la llegada de población cada vez más joven a
países europeos.
3.
Aspectos culturales: entre ellos los más destacados son la lengua (Lueck y Wilson,
2010), las tradiciones y la religión (de Miguel y Trammer, 2010). Cabe señalar que en
ocasiones la proximidad cultural, puede jugar un papel más decisivo a la hora de
establecer relaciones (Lubbers, Molina, Lerner, Brandes, Ávila, McCarty, 2010). De
Miguel y Trammer, (2010), destacan cuatro tipos de composición de redes en función de
las características socio-culturales de sus componentes: a) las compuestas por
miembros que comparten país de origen y de residencia, b) en las que se comparte país
de origen pero que residen en un país extranjero, c) las compuestas por personas
nacidas y residentes en el país de origen y d) las basadas en relaciones transnacionales.
La composición de estas redes está estrechamente relacionada con la propuesta de
Maya (2002).
4.
Precursor o pionero del fenómeno migratorio: las primeras personas que llegan al país
de acogida han de buscar las fuentes de apoyo entre los autóctonos, a diferencia de las
segundas generaciones o las personas que emigran como componentes de una cadena
migratoria más extensa, en cuyo caso, se benefician de las redes que estos pioneros han
ido estableciendo durante su estancia. En muchos casos, son los propios precursores los
que desarrollan el rol de informador para los recién llegados, sustituyendo a las personas
MARCO CONCEPTUAL • 67
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
autóctonas o las instituciones, al ser éstas, conocedoras de los recursos y la información
necesaria para sus compatriotas.
5.
Capital humano: De Miguel y Trammer (2010), investigar la conexión entre el capital
humano, la densidad y la diversidad de las redes de apoyo de la población extranjera.
Sin embargo, también advierten que esta tendencia puede invertirse en aquellos casos
en los que: a) el capital humano es muy elevado ya que la persona inmigrante posee
cierto conocimiento acerca del funcionamiento de las instituciones debido a su formación
tanto en el país de origen como en el de acogida, lo cual hace que el apoyo se busque a
través de estos sistemas formales, b) en los que no se reconoce de forma oficial los
logros adquiridos en el país de origen, en cuyo caso el apoyo se busca en el ámbito de lo
informal.
Además de estas características personales, de Miguel y Trammer (2010) consideran que
hay dos factores externos que desempeñan una labor importante a la hora de establecer este
intercambio de apoyo.
En primer lugar, señalan que la interacción entre inmigrantes y autóctonos suele tener
mayor probabilidad de éxito siempre que ambas partes estén en igualdad de condiciones, o
posean un estatus social percibido como equivalente. En segundo lugar, se destaca la
concentración residencial de coetáneos como un factor negativo siempre y cuando su densidad
sea muy elevada.
Como señalan Lueck y Kerstin, (2010), los estudios relacionados con las migraciones en
España están cobrando cada vez más protagonismo. No obstante, todavía parece que se
mantiene la tendencia a analizar la situación de estos colectivos como grupos aislados cuya
relación con la sociedad de acogida, aún es limitada. Sin duda, la relación entre autóctonos e
inmigrantes es uno de los grandes retos para los investigadores de este ámbito.
No hay que olvidar que los fenómenos migratorios son procesos dinámicos que están
cambiando constantemente, y que se pueden ver afectados por factores tan dispares entre si
como las guerras, los desastres naturales, crisis económicas, etc. El caso del colectivo nipón es
un buen ejemplo de ello. Mientras que los primeros inmigrantes que llegaron a Europa durante la
década de los 60-70 eran hombres que tenían como objetivo establecer sus empresas en territorio
europeo (White, 2006), en los últimos años, los estudios reflejan una feminización de este
colectivo así como un cambio en sus objetivos, pasando de ser puramente económicos a mostrar
intereses culturales o educativos o en relación con un cambio en el modo de vida (Beltrán 2002;
Fujita, 2007; Takeda, 2009). Sin duda, este cambio está condicionado por la evolución de la
situación socio-económica de Japón, ya que durante su expansión económica el objetivo era
establecer nuevas sedes fuera del país. Durante los años de recesión la población que ha salido
MARCO CONCEPTUAL • 68
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
de Japón, lo ha hecho por motivos personales como conseguir una mejor formación o conocer
nuevos modos de vida.
Aunque el caso del colectivo japonés pueda verse como un hecho aislado, y si bien es
cierto que determinados colectivos como el ecuatoriano o el magrebí, son más numerosos en
España, esto no es razón suficiente como para obviar las necesidades y demandas de estos
colectivos menos representados. La experiencia de casos como el chino (Beltrán 2002; Wallace,
2009), ha demostrado que este modo de actuar, lejos de favorecer una convivencia multicultural,
fomenta el aislamiento de la población y su concentración en determinados barrios y zonas.
Dicho esto, a la hora de mejorar la situación de estos colectivos, es necesario aumentar los
esfuerzos destinados a ampliar el conocimiento tanto de lo que les ocurre dentro del territorio
nacional, así como de los sucesos que les atañen que tienen lugar fuera de nuestras fronteras. Es
por ello que investigadores como Chou (2009), de Miguel (2010), Fujita (2009) o González (2008),
a través de sus estudios, reivindican la importancia de considerar las creencias y actitudes de los
propios inmigrantes que dotan de forma y sentido su periplo vital.
MARCO CONCEPTUAL • 69
SEGUNDO CAPÍTULO:
METODOLOGÍA
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
1. Objetivo y variables.
Este estudio presenta como fin analizar las características propias del fenómeno migratorio
nipón en España. Para ello se plantean una serie de objetivos generales relacionados con el
estado de los miembros que forman este colectivo, así como con la situación de esta comunidad
en consonancia con los diferentes agentes sociales con los que interactúan en la sociedad de
acogida y la forma en la que este colectivo asimila e interioriza determinadas normas y pautas
conductuales propias de la sociedad de nuestro país.
1.1 Objetivos.
Los objetivos especificos a alcanzar en este estudio son:
1) Conocer la evolución y las estrategias migratorias contemporáneas del colectivo
japonés en España. Los flujos migratorios son un fenómeno dinámico, influenciados por los
cambios sociales, políticos, económicos, etc., tanto en el país de origen como en el de destino. La
literatura relacionada con estos movimientos sugiere que la situación de crisis económica junto a
los cambios sociodemográficos que experimentan ambos países, genera un nuevo modelo
migratorio de este colectivo en España.
Para identificarlos se proponen los siguientes objetivos operativos:
a) Llevar a cabo una revisión bibliográfica de los flujos migratorios japoneses hacia
España.
b) Establecer los diferentes perfiles sociodemográficos dentro del propio colectivo
japonés, basados en parámetros como la edad, el sexo, el nivel de formación, situación
laboral, etc.
2) Describir los elementos de atracción y expulsión que llevan a cabo los miembros
del colectivo inmigrante nipón en la elección de España como país de destino para
desarrollar su proyecto migratorio. Profundizar en la dinámica de estas estrategias supone el
conocimiento y análisis tanto de las experiencias vitales de los individuos como de sus relaciones
con el medio social en el que se encuentran. Por ello es necesario estudiar aquellos aspectos
personales y sociales que han motivado la salida de Japón, así como aquellos elementos de la
sociedad de acogida que influyen de forma tanto positiva como negativa en la consecución de sus
objetivos.
Ejemplos de estos objetivos de investigación son:
a) Conocer la situación sociolaboral del inmigrante japonés en el país de origen. Ámbito
laboral, composición familiar, satisfacción en el trabajo, etc.
METODOLOGÍA • 73
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
b) Explorar las expectativas de futuro de la muestra. Probabilidades de: alcanzar un
determinado cargo en la empresa, formar una familia o desarrollar un determinado
estilo de vida.
c) Averiguar las razones por las que se elige España como país de destino.
d) Describir la imagen que se tiene de España en Japón.
e) Señalar aquellos elementos o situaciones en el país de origen, con los que los
participantes no están satisfechos. Como por ejemplo las normas sociales, la situación
económica, los derechos sociales, etc.
f)
Identificar las necesidades de los miembros de esta comunidad tanto en la llegada
como en la fase de asentamiento en España.
3) Analizar la importancia que ejercen las redes de apoyo en el caso del colectivo
inmigrante japonés en el proceso de asentamiento en la sociedad de acogida. Su función a
lo largo de este proceso puede resultar esencial a la hora de culminar con éxito el proyecto
migratorio. Por este motivo se trata de indagar en las estrategias que acompañan a la creación y
consolidación de las mismas y su impacto durante la fase de asentamiento.
En este caso los objetivos operativos son:
a) Identificar los agentes sociales que han favorecido la creación de redes sociales en el
país de destino. Por ejemplo, el papel de las instituciones oficiales japonesas en
España como la embajada o el consulado, asociaciones y/o acciones impulsadas por
españoles, japoneses y/u otros inmigrantes, relaciones en el ámbito laboral, etc.
b) Analizar el impacto y la incidencia de estos agentes sociales durante dicho proceso.
c) Descubrir la características sociodemográficas de las redes sociales de la muestra. Se
presta atención a la diversidad étnica, laboral, de edad, genero de los miembros de
dichas redes, etc.
4) Señalar aquellos elementos culturales y sociales, propios de la sociedad de
acogida, que han llevado a los miembros del colectivo nipón a renegociar su propia
identidad nacional y sentimiento de pertenencia. Fenómenos como el choque cultural o los
procesos de integración o asimilación durante la fase de asentamiento, pueden hacer surgir
conflictos internos como por ejemplo, un sentimiento de pertenencia híbrido o el hecho de
identificarse como extranjero, y no como inmigrante.
Este objetivo general se articula en los siguientes objetivos operativos:
a) Detectar el posible desajuste entre la imagen de la sociedad de destino que se tenía
antes de inmigrar y la que se desarrolla una vez la persona forma parte de ella.
METODOLOGÍA • 74
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
b) Nombrar aquellos elementos de la sociedad de acogida que la persona percibe como
positivos y negativos. Por ejemplo, el carácter de las personas que le rodean o el modo
de trabajar, entre otros.
c) Señalar aquellos elementos de la sociedad de origen con los que la persona se siente
identificado y con los que no.
d) Observar el impacto que tienen las redes sociales a la hora de autodefinirse. Por
ejemplo, la dualidad entre extranjero o inmigrante o español o japonés.
1.2. Dimensiones y variables.
Se exponen a continuación las dimensiones y variables que se desarrollan a partir de
los objetivos planteados.
•
Características sociodemográficas básicas de la población japonesa residente en
Zaragoza y las áreas metropolitanas de Barcelona y Madrid: edad, sexo, estado civil,
zona de residencia, tiempo de residencia, nivel de educación y ámbito laboral.
•
Contexto y proceso de llegada a España: apoyo recibido por la familia, amigos, trabajo
o institución de acogida, reagrupación familiar, instalación en España, experiencia
previa de residir en el extranjero, interés en la sociedad de acogida.
•
Antecedentes en el país de origen, zona de procedencia del país de origen,
características de la familia de origen, actividad laboral en el país de origen, formación
y nivel de estudios.
•
Proyecto migratorio y expectativas de futuro: motivo de la migración relacionado con el
ámbito laboral, turismo, formación académica, de corta duración, indefinido, formar una
familia transnacional, asentarse en la sociedad de acogida.
•
Salida del país de origen: criterios de elección del país y ciudad de acogida y
expectativas laborales, educativas y familiares.
•
Relación entre ciudadanos japoneses, otros colectivos inmigrantes y la población
autóctona: amistad, pareja, familia de acogida y trabajo.
•
Estrategias de integración: a través del ámbito laboral, ocio o tiempo libre, redes
sociales, apoyo formal, apoyo informal.
•
Colectivos
y
asociaciones
relacionadas
con
Japón:
embajadas,
consulados,
asociaciones ligadas con la cultura japonesa, asociaciones de inmigrantes,
asociaciones y/o clubes dedicadas al ocio, instituciones y fundaciones privadas de
origen japonés.
METODOLOGÍA • 75
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
•
Número de asociaciones, cantidad y naturaleza de las actividades que realizan,
nacionalidad de los participantes y finalidad de las mismas.
2. Universo y muestra.
El universo está compuesto por 4.886 personas de origen japonés residentes en España
con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor en el año 2012. En el caso de Aragón, la
cifra de japoneses es de 37, sin embargo, al añadir el número de estudiantes de origen nipón, esta
comunidad alcanza los 102 miembros (datos obtenidos del registro del municipal de
empadronamiento del año 2011 y del Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de
Zaragoza del mismo año). Las otras dos Comunidades Autónomas seleccionadas para esta
investigación cuentan con un número mayor de japoneses. La Comunidad de Madrid presenta una
población de 1.307 japoneses y la de Cataluña un total de 1.921 (Ministerio de Empleo y
Seguridad Social, 2012).
Los motivos por los cuales se seleccionaron las Comunidades Autónomas de Aragón,
Cataluña y Madrid como población de estudio son los siguientes:
En primer lugar, Cataluña y Madrid, y especialmente las zonas metropolitanas de ambas
capitales, presentan las siguientes características:
1)
Ambas Comunidades Autónomas concentran aproximadamente al 67% de la comunidad
japonesa en España.
2)
Las comunidades de inmigrantes japoneses están asentadas y son estables. Las
primeras oleadas de inmigrantes japoneses en España a finales del siglo XX, se
instalaron en las zonas metropolitanas de Barcelona y Madrid. A esto, hay que añadir
que las instituciones y organismos públicos más relevantes (embajada, consulado, Japan
Foundation, etc.), junto con el interés por el patrimonio cultural e histórico de ambas
regiones, han servido de reclamo para aquellos japoneses dispuestos a emigrar a
España.
Debido a las características sociodemográficas y al contexto histórico, los datos obtenidos
en estas Comunidades Autónomas, pueden aportar una información representativa del colectivo
nipón en España.
La comunidad japonesa residente en Aragón, y más concretamente en Zaragoza, fue
seleccionada por:
1)
Un acelerado nivel de crecimiento en cuanto a la tasa de residencia en la capital
aragonesa, pasando de contar con 12 japoneses empadronados en el año 1999 a 29 en
el año 2010.
METODOLOGÍA • 76
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
2)
Por su ubicación geográfica. Zaragoza, al estar situada estratégicamente, y disponer de
buenos medios de comunicación entre los dos grandes núcleos económicos españoles
(Barcelona y Madrid), se ha convertido en una punto clave tanto para empresas
japonesas, como para inmigrantes.
3)
Nuevos modelos migratorios. Como proponen Martínez-Callahgan y Gil-Lacruz, (2012),
el nuevo modelo migratorio japonés está pasando de ser un modelo basado en intereses
económicos y empresariales, a un proyecto individual centrado en intereses personales.
Pese a que el número de japoneses empadronados en Zaragoza, es significativamente
menor al de otras grandes ciudades, la población de referencia presenta un elevado grado de
heterogeneidad. Esta diversidad permite observar cómo ambos modelos migratorios (modelo
empresarial y voluntario) confluyen en un mismo espacio.
Aunque otras ciudades como Sevilla, Salamanca o Valencia cuentan con una comunidad
japonesa mayor, se consideró que la información obtenida en estas zonas, podría estar sesgada
por el elevado número de estudiantes japoneses en comparación con aquellos que han emigrado
con el objetivo de permanecer indefinidamente en España.
METODOLOGÍA • 77
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Tabla 1. Japoneses residentes en España según régimen y Comunidad Autónoma de
residencia en el año 2012.
Comunidad Autónoma
Régimen general
Régimen comunitario
Total
Andalucía
292
274
566
Aragón
20
17
37
Asturias (Principado de)
28
14
42
Balears (Illes)
48
54
102
Canarias
75
44
119
Cantabria
12
8
20
Castilla y León
52
63
115
Castilla-La Mancha
23
34
57
1.381
540
1.921
124
127
251
Extremadura
1
8
9
Galicia
33
52
85
Madrid (Comunidad de)
856
451
1.307
Murcia (Región de)
34
20
54
Navarra (Comunidad Foral)
51
21
72
País Vasco
52
63
115
Rioja (La)
0
3
3
Ceuta (Ciudad Autónoma)
0
0
0
Melilla (Ciudad Autónoma)
0
1
1
No consta
9
1
10
3.091
1.795
4.886
Cataluña
Comunitat Valenciana
Total
Fuente: Ministerio de Empleo y Seguridad Social: residentes extranjeros en España (2012)
METODOLOGÍA • 78
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
La muestra está constituida por 44 personas de origen japonés que durante los años 2010
a 2012 residían en Zaragoza, y las zonas metropolitanas de Barcelona y Madrid.
En Aragón se entrevistaron a 20 personas, todas ellas residentes en la ciudad de
Zaragoza. En el caso de la Comunidad Autónoma de Madrid 6 fueron los japoneses entrevistados,
4 de los cuales vivian en la capital, uno en Alcalá de Henares y otro en Leganés. En Cataluña se
contactó con un total de 18 japoneses residentes en Barcelona (11), Sant Joan Despí (2), Gerona
(2), Badalona (1), Mataró (1) y Hospitalet del Llobregat (1).
Con objeto de obtener datos significativos de la comunidad japonesa en estas zonas, los
participantes fueron seleccionados en base a criterios que pretendían acotar la muestra y
descartar a aquellos japoneses que llegan a España con un proyecto migratorio de corta duración,
como por ejemplo estudiantes de intercambio o empresarios destinados temporalmente en
nuestro país. Como sugiere la literatura relacionada con el movimiento migratorio japonés, en
estos casos las redes sociales y la relación con el lugar de destino va a reducirse a compañeros
de trabajo o de aula. Asimismo, se intenta distinguir entre la situación de aquellos estudiantes que
pretenden regresar a Japón tras completar sus estudios en España y la de aquellos que utilizan su
ingreso en el sistema educativo como estrategia migratoria.
Los criterios de selección de la muestra fueron:
1)
Los participantes debían haber residido de forma continuada en España durante más de
un año natural.
2)
Personas de origen japonés cuyo objetivo migratorio era permanecer en España durante
un periodo de tiempo igual o superior a 2 años. Esto permite incluir en la muestra a
aquellos inmigrantes que regularizan su situación a través de un visado de estudios, pero
que sin embargo, centran su proyecto migratorio en la búsqueda de trabajo, o en el
mantener o iniciar una relación con una persona con residencia legal en España.
METODOLOGÍA • 79
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Tabla 2: Lugar de residencia de los entrevistados por Comunidad Autónoma.
Lugar de residencia de los participantes
Comunidad
Autónoma
Ciudad de residencia
Cataluña
Madrid
Aragón
Total
Visado de
estudiante
Visado de trabajo
o residencia
Total
Barcelona
3
8
11
Sant Joan Despí
0
2
2
Badalona
0
1
1
Mataró
0
1
1
Hosp. Del Llobregat
0
1
1
Gerona
0
2
2
Madrid
1
3
4
Leganés
1
0
1
Alcalá de Henares
0
1
1
Zaragoza
9
11
20
14
30
44
Fuente: Ministerio de Empleo y Seguridad Social: residentes extranjeros en España (2012)
Del total de los informantes, 9 de ellos fueron considerados como informantes claves, ya
que durante sus entrevistas se pudo recopilar datos tanto de sus vivencias personales como
información genérica de la comunidad japonesa. Cabe destacar que 4 de estos japoneses poseían
un titulo universitario afín al tema de la investigación (2 trabajadoras sociales, 1 sociólogo y 1
doctorando en cultura y lengua española) por lo que mostraron un interés especial en colaborar en
la medida de lo posible. Asimismo, 6 desempeñaban labores que les permitían conocer de primera
mano la situación de sus paisanos en España (2 presidentes de asociaciones culturales, 2
profesoras de colegios japoneses en España ,1 au pair, 1 traductor).
En este estudio, la participación y el apoyo de la población objeto de estudio constituyó un
elemento clave a tener en cuenta en el momento de poner en marcha la fase de recogida de
datos. Esta colaboración fue especialmente importante a la hora de ampliar la muestra. El sistema
boca a boca, fue uno de los recursos más eficaces ya que, en muchos casos, eran los propios
japoneses quienes, después de hablar con algún amigo acerca de este proyecto, se mostraban
interesados en participar. Además, parte de los entrevistados se ofrecieron a traducir al japonés
de forma desinteresada, a aquellos compañeros que debido a su nivel de español, no se sentían
capacitados para aportar su testimonio en las entrevistas.
METODOLOGÍA • 80
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Gracias a esta contribución desinteresada se puede definir esta investigación como
psicosocial en el sentido más amplio del término. Los investigadores sociales no podemos olvidar
que nuestro trabajo depende de personas y éstas han de ocupar una posición preferente en la
investigación.
Cuadro 6. Distribución de los participantes en el estudio.
Universo: 4.886
Población
contactada: 124
No responde: 76
No tiene tiempo:
21
Muestra: 48
Visado estudiante: 14
Visado
trabajo/residencia: 34
No habla
inglés/español: 7
Cancelan
entrevista:4
No contesta: 48
3. Diseño metodológico.
El enfoque desde el que se ha abordado este trabajo responde a una lógica sistémica, ya
que como defienden Rubio y Varas (1999), la realidad social no es la consecuencia de una suma
de diferentes partes, sino el resultado de distintos elementos vinculados entre sí que dan lugar a
un nuevo sistema con sentido y significado propio.
Siguiendo las pautas marcadas por Rubio y Varas, se ha optado por el pluralismo
metodológico como forma de estudiar la situación del colectivo inmigrante nipón. Este enfoque nos
permite identificar las relaciones entre las distintas fases del proceso y los elementos que la
componen (proceso de integración, redes de apoyo, expectativas de futuro, etc.), por lo que
posibilita el desarrollo de una imagen global de este fenómeno en nuestra sociedad.
METODOLOGÍA • 81
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
El debate en las distintas disciplinas sociales entre la veracidad, utilidad y representatividad
tanto del fenómeno abordado, como de los resultados obtenidos a través de los modelos
metodológicos imperantes (cuantitativos y cualitativos), aún hoy sigue en pie. Rubio y Varas
(1999), y Ortí (1986), consideran que para profundizar en cualquier aspecto social, se requiere de
un estudio de los hechos a dos niveles o dimensiones: a) nivel fáctico o de hechos, y b) nivel
discursivo o significativo. Estos dos niveles guardan una estrecha relación entre sí. El primero de
ellos (nivel fáctico) trata de presentar la realidad social como el conjunto de acciones
cuantificables, mientras que el segundo (nivel significativo), profundizar en un contenido simbólico
a través de la dialéctica.
Lueck y Wilson (2010), en consonancia con el modelo metodológico pluralista, defienden
que las investigaciones en el ámbito de lo social, han de establecer un vínculo entre el objeto de
estudio, la muestra y el entorno en el que ésta se sitúa. Dicho de otro modo, los estudios sociales
han de relacionar: el “qué” se estudia (campo de conocimiento), el “cómo” se trabaja (enfoque
metodológico), con “quién” (población) y “dónde” se ubica el estudio (contexto físico y social).
Este trabajo tiene como objetivo estudiar el proceso migratorio nipón en España. Para ello,
es imprescindible prestar atención al nexo que se forma entre los miembros que lo componen y el
contexto en el que se encuentran. Abordar con rigor y profesionalidad este fenómeno, requiere de
la combinación de ambos métodos (cuantitativos y cualitativos), ya que los hechos y sucesos que
acontezcan tanto en la sociedad de acogida como en la de origen (nivel fáctico), tienen una
relevancia y un efecto en las personas que los experimentan (nivel significativo). Por ejemplo, tras
el desastre nuclear de Fukushima, gran parte de la comunidad japonesa residente en España se
organizó y movilizó para mostrar su apoyo a las víctimas. De estas iniciativas ciudadanas han
surgido nuevas asociaciones mixtas de japoneses, españoles y otros extranjeros, e incluso se han
fortalecido las redes de apoyo entre los propios miembros nipones y los demás miembros de la
sociedad de acogida.
3.1. Enfoque cuantitativo.
El esfuerzo por lograr veracidad en las investigaciones humanísticas equiparable a las de
las ciencias naturales, ha llevado a intentar cuantificar de la forma más objetiva posible, todas
aquellas cuestiones que tienen que ver con las personas y la forma en la que éstas interactúan.
Por ejemplo, en el ámbito de las migraciones se pone especial énfasis en detallar de la manera
más precisa posible, el porcentaje de población inmigrante de una zona concreta, su
representación en los distintos sectores laborales, la media de hijos por unidad familiar, etc.
El modelo científico, se caracteriza por seguir un proceso lógico y coherente, que ha
situado a lo cuantitativo como paradigma de la ciencia, al basarse en el estudio empírico de
aquello que se puede percibir por los sentidos, lo que se puede experimentar y se puede verificar.
Desde este punto de vista, la metodología cuantitativa ha servido de base para realizar
todo tipo de investigaciones sociales, ya que su uso permite a otros investigadores corroborar los
METODOLOGÍA • 82
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
resultados siguiendo un mismo proceso, evita sesgos por cuestiones ideológicas, sentimentales,
etc., a la vez que censura los juicios de valor. Un ejemplo de ello, lo encontramos en el trabajo
editado por Goodman, et al. (2003) “Global Japan. The experience of Japan’s new immigrants and
overseas communities”, en el que se presenta un análisis comparativo sobre las pautas de
emplazamiento urbanístico de la comunidad nipona en Alemania y el Reino Unido. En él, se
contemplan la composición por sexo y edad, la media de habitantes japoneses por área, la
relación entre comercios de origen nipón y población inmigrante, etc.
El método cuantitativo trata de evitar todo sesgo que pueda surgir a raíz de la aparición de
elementos subjetivos como la ideología, valores, prejuicios, etc., a través de la descripción y
explicación de aquellos hechos sociales que se manifiestan exteriormente. Por esta razón, se
presta atención a la recogida de datos perceptibles y registrables, teniendo en cuenta el número y
frecuencia con que suceden. Si nos ceñimos a la sistematización que propone Ortí (1986) de la
realidad social (nivel fáctico y nivel significativo), se puede afirmar que el modelo cuantitativo se
centra en recoger los sucesos que acontecen a nivel fáctico.
A pesar de la aparente simplicidad de este modelo, el análisis cuantitativo requiere de un
elaborado proceso de preparación y codificación de datos, para posteriormente presentar los
resultados obtenidos. La primera fase consiste en crear una “regla” que nos permita transformar
aquellos datos subjetivos en cuantificables. Este proceso persigue el objetivo de “contar” aquellos
elementos que se consideren relevantes. Sin embargo, su función no se limita únicamente a esto.
La razón por la cual se realiza este proceso, es la de poder cruzar e interrelacionar las diferentes
variables que se han cuantificado. Con ello se pretende describir y explicar la forma y los motivos
por los que se produce esta interrelación y se genera un patrón determinado.
Una de las principales características que comparten los resultados logrados a través de
un modelo cuantitativo, son sus enunciados. Estos son presentados de forma estadística, basada
en probabilidades (Rubio y Varas, 1999).
Para la obtención y el análisis de los datos del presente trabajo, se han categorizado
diferentes variables a priori cualitativas como por ejemplo, el motivo de la llegada a España, que
se ha clasificado en: estudios, trabajo, pareja, familia o turismo. Asimismo, su categorización ha
servido para cruzarlas con otros datos como la edad, el sexo o el lugar de procedencia, lo cual ha
permitido inferir unos perfiles concretos, y relacionar cada uno de ellos con unas determinadas
situaciones.
Estás variables se han cruzado con otras de carácter eminentemente cuantitativo como el
tiempo de residencia en España, año de llegada al país, tiempo del aprendizaje del idioma o
diferentes actividades laborales en la sociedad de acogida.
METODOLOGÍA • 83
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
3.2. Enfoque cualitativo.
La metodología cualitativa está cobrando cada vez más importancia en el ámbito de las
investigaciones sociales. No obstante, el rigor, tanto de sus resultados como de sus técnicas de
recogida y análisis de datos, aún siguen sin ser aceptados por una parte de la comunidad
científica.
Las dudas que rodean al enfoque cualitativo se agrupan en torno a la subjetividad, tanto de
la interpretación de los datos como de la elección de las técnicas y herramientas empleadas para
su recopilación. Así pues, se puede observar que ambos procesos (interpretación y elección de
técnicas y herramientas), requieren una justificación exhaustiva acerca de los beneficios y las
ventajas que supone su elección a la hora de analizar la situación y presentar los resultados.
Otra de las características de este enfoque es que la recopilación de datos no es una fase
aislada dentro del proceso de investigación, sino que ésta, se constituye en sí misma como un
proceso continuo y dinámico. Esto se debe a que el investigador empieza a percibir y recabar
información útil desde el momento en el que se incorpora al campo de trabajo, hasta que concluye
la investigación.
Estas particularidades intrínsecas a la investigación cualitativa permiten dotarla de gran
flexibilidad, ya que se va alcanzado una madurez conceptual mayor a medida que se desarrolla el
trabajo. Desde esta perspectiva, se puede decir que el modelo cualitativo favorece la evolución del
análisis de los datos, puesto que el investigador va acumulando experiencia y conocimientos con
el avance de su estudio. El paralelismo entre ambos procesos (madurez conceptual y desarrollo
de la investigación), permite ir readaptando las estrategias y metodologías a las nuevas
vicisitudes. Dicho de otro modo, someter la recogida de datos a un continuo análisis crítico,
permite visibilizar y corregir aquellos aspectos que no estén resultando suficientemente
provechosos.
Por tanto, el análisis de la realidad social a través del enfoque cualitativo dibuja una
trayectoria circular, en la que se combinan los procedimientos inductivo y deductivo. La flexibilidad
de este modelo permite que, en un primer momento se realice un análisis de lo particular a lo
general (inductivo) a través de diversas técnicas como la entrevista o la observación participante.
Una vez que se va avanzando en la investigación, se van generando teorías propias (inductivodeductivo), que son necesarias revisar nuevamente (deductivo) para ratificar su validez y fiabilidad
(Rodríguez, 2005).
En esta investigación el análisis cualitativo, a la hora de abordar la situación del colectivo
japonés, se ha utilizado para profundizar en aspectos personales como las opiniones que se
comparten de la población autóctona, o el papel que han jugado los amigos y la familia en este
proceso. Una de las ventajas que ha supuesto la aplicación de este enfoque es lograr información
acerca del “por qué”.
METODOLOGÍA • 84
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Gracias a técnicas como la entrevista en profundidad, ha sido posible recabar información
relacionada con las creencias, opiniones e impresiones de este colectivo. El poder abordar estos
temas directamente con los informantes, ha permitido generar hipótesis basadas en sus
testimonios. Esto ha supuesto que los participantes pasen de ocupar una posición de
colaboradores, a un papel protagonista, al ser ellos mismos los que a través de su propio discurso
han señalado los vínculos e interrelaciones entre los diversos elementos que han tenido lugar
durante su proyecto migratorio hacia occidente.
3.3. Triangulación.
En nuestros días, el conflicto entre la naturaleza científica (o no) del conocimiento
sociológico, ha evolucionado. Mientras las primeras discusiones se centraban en torno al rigor de
los resultados obtenidos a través del modelo científico, en la actualidad el foco de discusión gira
en torno a la validez de los logros alcanzados mediante modelos alternativos como es el caso de
la triangulación (Hernández Cardona, 2000).
Aunque la triangulación comparte sus orígenes con el enfoque cuantitativo (ambos
provienen directamente de las ciencias naturales), ésta surge como una tercera vía que pretende
integrar posturas entre los dos enfoques predominantes en las disciplinas humanísticas
(cuantitativo y cualitativo) (Rodríguez, 2005).
La justificación de muchos investigadores para emplear este método es sencilla. En la
actualidad, nos encontramos ante una sociedad dinámica que se encuentra en constante
evolución y que se ve afectada por multitud de factores internos y externos. Por ejemplo, el
estudio de la comunidad inmigrante japonesa en España no se puede limitar únicamente a
conocer su número de integrantes, o las motivaciones que les han llevado a emigrar. Si se
pretende analizar en profundidad su situación en la sociedad de acogida, es imprescindible
abordar la realidad social desde una perspectiva multidisciplinar. La imbricación entre los
resultados obtenidos a través de la psicología, sociología, educación o la economía, permite
dibujar un paisaje mucho más detallado, resaltando distintos aspectos, que abordados desde una
perspectiva unidisciplinar serían difíciles de comprender, explicar o justificar. La triangulación
permite combinar los resultados obtenidos a través de los diferentes modelos metodológicos.
Desde este punto de vista se puede decir que una de las principales ventajas que aporta la
triangulación, es la de dotar al estudio de una visión holística ya que, pretende abordar un
fenómeno concreto desde distintos puntos de vista, a la vez que realiza un análisis continuo y
extenso en el tiempo. Así pues, la triangulación no solamente ha de ser entendida como un
proceso de validación, sino que además supone una forma de expandir los límites de la
comprensión del fenómeno estudiado.
A pesar de que el uso de la triangulación es relativamente reciente en el campo de las
investigaciones socio-humanísticas, son muchos los investigadores de esta área que han
intentado ordenar y estructurar los diferentes criterios que definen este enfoque (Denzin, 1970;
METODOLOGÍA • 85
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Oppermann, 2000 y Morse y Chung, 2003). En este sentido Rodríguez (2005), destaca cinco tipos
básicos de triangulación:
1)
Triangulación de datos con tres subtipos: tiempo, espacio y persona (que a su vez se
divide en tres niveles: agregado, interactivo y colectivo).
2)
Triangulación de investigador: que consiste en la observación de varios investigadores
con el fin de obtener diversos puntos de vista sobre un único fenómeno de estudio.
3)
Triangulación teórica: basada en la combinación de varias perspectivas.
4)
Triangulación metodológica: que puede implicar el uso de
diferentes métodos y
triangulaciones entre métodos.
5)
La triangulación múltiple: cuyo objetivo es compaginar de forma eficaz las cuatro
propuestas anteriores para obtener una pluralidad de resultados que permita encarar el
estudio con una mayor precisión.
El análisis de los datos obtenidos, también es abordable desde diferentes niveles:
1)
Análisis agregado. El análisis agregado consiste en recopilar las características de un
fenómeno, manteniéndolo aislado de su contexto social. En este nivel no se establecen
relaciones entre los datos recogidos y las observaciones o impresiones externas. Por
ejemplo, se puede entender como análisis agregado la composición familiar de las
familias japonesas en España, o a través de indicadores (celebración de tradiciones
japonesas, nivel de conocimiento del idioma, participación en eventos locales, etc.) se
puede conocer el nivel de integración en la sociedad de acogida.
2)
Análisis interactivo. En este caso la unidad de observación, más que la persona o grupo,
es la interacción que se establece entre ellos. Se tienen en cuenta las redes existentes
entre individuos y grupos así como su funcionalidad. En este trabajo se ha prestado
especial atención a estos vínculos entre el colectivo nipón y los demás agentes sociales
que intervienen en su proceso migratorio. El apoyo de la familia en la fase pre-migratoria,
o las redes informales en la sociedad de acogida, son algunos ejemplos de análisis de
datos realizados a este nivel.
3)
Análisis colectivo. Este se lleva a cabo desde una perspectiva estructural-funcional. La
recogida de datos a través de diversos métodos como la observación, entrevistas en
profundidad o historias de vida, se centra en el grupo. Dentro de este nivel se distingue
otros subniveles: 1) el análisis ecológico, en el cual se buscan explicaciones espaciales
para un determinado fenómeno institucional, 2) el análisis institucional a través del cual
se estudian las vínculos entre estructuras formales como asociaciones, instituciones
políticas, etc., 3) el análisis cultural que presta atención a las normas, valores, prácticas e
ideologías, un claro ejemplo de ello es el choque cultural entre la cultura de origen y la de
METODOLOGÍA • 86
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
destino. Finalmente, 4) el análisis de unidades societales, cuyo objetivo es el de conocer,
las relaciones entre los diferentes agentes sociales que intervienen, en este caso,
durante el proceso de migratorio. Por ejemplo, la relación entre el colectivo de
inmigrantes japoneses (entendido como un solo grupo) y las asociaciones de madres,
padres y tutores de alumnos (AMPTA) en los centros educativos.
La suma de estos niveles de análisis en la triangulación de datos, dota a la investigación
de un rigor metodológico que ayuda a reducir los sesgos que se generan al enfocarla desde una
sola estrategia (cuantitativa o cualitativa). Del mismo modo, la diversidad metodológica e
instrumental en el análisis, facilita la generación de hipótesis de trabajo. En síntesis, la
triangulación entre métodos ofrece la oportunidad de desarrollar una investigación de carácter
sistémico, a la vez que mejora el diagnóstico sintetizando los resultados a través del uso de
múltiples métodos que resultan en una interpretación coherente.
METODOLOGÍA • 87
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Cuadro 7. Ventajas e inconvenientes de los distintos enfoques metodológicos.
Cualitativa
Cuantitativa
Triangulación
Mayor proximidad con la Rigurosidad metodológica. Múltiples puntos de vista.
población estudiada.
Ventajas
Mayor flexibilidad en la Validez y representatividad Proceso
obtención de datos.
de los datos.
dinámico.
flexible
y
Explorativa-inductivadeductiva.
Permite la posibilidad de Combinación
en
la
comparar los datos con obtención
de
datos
otros estudios.
(subjetivos y objetivos).
Realidad dinámica.
Generalizable.
Baja
representatividad Datos estáticos.
de los datos.
de
Riesgo
elevado
de Categorización
por
motivos variables subjetivas.
Incon sesgos
ideológicos,
morales,
venie juicios de valor, etc.
n-tes
Recogida
de
datos Resultados impersonales y
naturalista (sin control). poco críticos.
Análisis sistémico de la
realidad.
Análisis de datos costoso.
Riesgo
de
recoger
información innecesaria.
Requiere
de
una
justificación exhaustiva y
racional de los procesos
llevados a cabo.
Fuente: Elaboración propia
Como se observa en el cuadro, la triangulación contribuye a solventar los inconvenientes y
carencias tanto del enfoque cuantitativo como del cualitativo. Desde las disciplinas sociohumanísticas, a la perspectiva cuantitativa se le achaca un excesivo distanciamiento entre la
población objeto de estudio y la forma en la que se recogen y presentan los resultados obtenidos.
Un claro ejemplo lo encontramos en aquellos estudios sobre las personas en riesgo de exclusión
social, que tras su participación en estudios, se sienten frustradas al ver como sus problemáticas e
inquietudes son transformados en números y tablas que no reflejan el modo en el que ellos
perciben la realidad que les rodea.
Por otra parte, los detractores de lo cualitativo, en ocasiones consideran que la
metodología y la recogida de datos bajo esta perspectiva, están sometidas a un nivel de
subjetividad que hacen que la validez y fiabilidad de los datos obtenidos queden en entredicho.
Una muestra de la problemática de este enfoque se puede encontrar en la interpretación que se
hace de un mismo fenómeno (por ejemplo, aumentar los impuestos) en función del tinte político
del grupo investigador.
Pese a las ventajas de la triangulación, es preciso señalar que este modelo no se puede
considerar la solución al debate metodológico. Su principal dificultad estriba en la necesidad de
METODOLOGÍA • 88
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
justificar de manera pormenorizada cada una de las decisiones que se toman a lo largo del
estudio. La flexibilidad y libertad que otorga este enfoque, hacen de él un arma de doble filo, ya
que si no se explica de forma concisa y coherente cada una de las decisiones epistemológicas, se
corre el riesgo de acabar con una gran cantidad de datos inconexos entre sí y que no aportan una
respuesta ni ayudan a explicar una situación determinada.
4. Técnicas de recogida de datos.
Una vez definidos el objeto de estudio, los objetivos a alcanzar y la propuesta
metodológica, entra en juego una de las decisiones más importantes a la hora de diseñar el
proyecto de investigación: la elección de las técnicas de recogida de datos.
Desde una perspectiva cuantitativa, el cuestionario se considera la técnica básica para
obtener información acerca de la población objeto de estudio. El concepto de “cuestionario” ha ido
ampliándose y adquiriendo nuevas dimensiones en función de las necesidades de los
investigadores. Del mismo modo, las técnicas cualitativas también se han ido adaptando a las
nuevas situaciones. Como expone Valles (2007), cada vez resulta más difícil dar una definición del
término “entrevista” que sea aceptado por la mayoría de la comunidad científica.
Estas técnicas de recogida y análisis de datos han evolucionando con el paso del tiempo.
Las nuevas tecnologías, los recientes acontecimientos socio-económicos o los cambios en los
hábitos de las personas obligan a revisarlas. Esto hace que a día de hoy, el uso de cada una de
las técnicas ya no esté directamente vinculado con el modelo de investigación, bien sea porque su
uso ha quedado desfasado (por ejemplo el cuestionario por correo ordinario) o porque su método
de aplicación ya no es posible (por ejemplo observar la conducta de los reclusos en un campo de
concentración).
Por esta razón, una forma adecuada de relacionar las técnicas con su objeto de estudio,
consiste en su justificación racional, que ha de tener en cuenta, tanto al objeto de investigación
como a su entorno y los objetivos que se persiguen con el trabajo.
4.1. El cuestionario.
Rubio y Varas (1999: 251), definen el cuestionario como: “una investigación realizada
sobre una muestra de sujetos representativa de un colectivo más amplio, utilizando
procedimientos estandarizados de interrogación, con el fin de obtener mediciones cuantitativas de
una gran variedad de características objetivas y subjetivas de la población”.
En la primera etapa de este trabajo se ha optado por utilizar el cuestionario
autoadministrado como técnica de recogida de datos por los siguientes motivos:
1)
Reducir el handicap del idioma. Como señalan Lueck y Wilson (2010), el nivel de
conocimiento del idioma es una de las variables a considerar en el estudio del fenómeno
migratorio. La diferencia entre el español y el japonés puede suponer un gran obstáculo
METODOLOGÍA • 89
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
a la hora de recabar información. Por esta razón se decidió distribuir un cuestionario
autoadministrado (en japonés, inglés y español).
2)
Conocer el grado de predisposición de la muestra. Una de las principales características
de los colectivos asiáticos es su aparente distanciamiento con los agentes sociales. La
entrevista en profundidad fue en primer lugar, la técnica elegida para abordar el proceso
migratorio. Sin embargo, esta herramienta requiere de un elevado nivel de participación.
Por ello, se decidió establecer la primera toma de contacto con la población objeto de
estudio a través de una técnica más impersonal y que permitiese conocer la
predisposición de sus miembros a ser entrevistados. En este sentido, el cuestionario
autoadministrado no obliga al contacto directo con el entrevistado.
3)
Descartar a aquellas personas que no cumplan los requisitos para formar parte de la
muestra de este estudio. A pesar del incremento de la población nipona en Europa
durante la última década, este colectivo se ha caracterizado por llevar a cabo un proceso
migratorio directamente vinculado a grandes empresas y multinacionales japonesas
(Beltrán y Saiz, 2002). Como señalan Glebe, (2003) y Beltrán, (2005), el proceso de
integración en la sociedad de acogida, está muy limitado a ciertos ámbitos (por ejemplo,
comercial o la contratación de servicios de traducción). Por esta razón, a través del
cuestionario autoadministrado, se pretendía cribar entre aquellas personas cuyo objetivo
era el de establecerse en la sociedad de acogida, y aquellos que llegaban a España bajo
la tutela de una multinacional y cuyo objetivo era volver a Japón tras un breve periodo de
estancia en el país extranjero.
4)
Obtener información para la posterior elaboración del guión de las entrevistas. Como se
ha dicho anteriormente, el desconocimiento y la falta de información sobre el colectivo
analizado, constituían una de las dificultades de la investigación más importantes. Por
ello, se consideró oportuno realizar una primera recogida de datos cuantitativos que
permitiese identificar el tipo de inquietudes y preocupaciones de este colectivo durante el
proceso migratorio.
En relación al objeto de estudio de esta tesis, no cabe duda de que la evolución de la
diáspora nipona ha obligado a los investigadores a adaptar sus técnicas e instrumentos de
recogida de datos a esta nueva situación. Por ejemplo, cada vez es mayor el número de
japoneses que llegan a España sin conocer el idioma, o que no cuentan con una red de apoyo
estable durante la fase pre-migratoria, por ello, herramientas como el cuestionario, han de
ajustarse a su realidad. En este sentido, las técnicas de recogida de datos cualitativas, deberían
intentar profundizar en temas más personales como el grado de satisfacción, las necesidades que
los sujetos han identificado durante su estancia en España, etc. La combinación entre la recogida
de datos de carácter objetivo, como podrían ser los datos sociodemográficos, y la recopilación de
METODOLOGÍA • 90
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
ítems de índole subjetivo como los mencionados anteriormente, aportan una mayor profundidad y
riqueza a los datos obtenidos a través de herramientas como el cuestionario.
Beltrán y Sáiz (2002; 2003; 2004) perfilan al colectivo japonés residente en España en tres
grandes grupos: en primer lugar, el formado por empresarios y funcionarios públicos; el segundo,
compuesto por estudiantes, y un tercer grupo, en el que se encuentran los trabajadores por cuenta
propia, pequeños empresarios, parejas mixtas de japoneses y españoles, etc. Como señalan
estos autores, el grupo más numeroso en España lo forman los estudiantes, aunque, cabe
destacar que autores como White (2003; 2006) o Fujita (2009) advierten del cambio de tendencia
en la composición de este colectivo en occidente, ya que cada vez son más los japoneses que
salen de su país de origen con el objetivo de establecerse de forma permanente en un nuevo
entorno.
A la hora de elaborar y distribuir los cuestionarios, se ha tenido en cuenta la división que
establecen Beltrán y Sáiz, así como los cambios en la composición de la comunidad nipona que
identifican White y Fujita. Por esta razón se ha optado por realizar dos cuestionarios
autoadministrados, uno destinado al colectivo estudiantil, y otro a aquellos japoneses con el
objetivo migratorio de permanecer de forma indefinida en España.
Ambos cuestionarios tienen como objetivo recabar datos sobre el proceso migratorio de los
distintos colectivos japoneses que residen en España. Con el fin de lograr información lo más
precisa y detallada posible, ha sido necesario adaptar los cuestionarios a los objetivos de la
investigación ya que, si bien el fin es el mismo (conocer el proceso migratorio), las características
de ambos colectivos (japoneses con visado de estudiantes y visado de trabajo o residencia)
obligan a centrar las preguntas en distintas fases del proceso. Por ejemplo, en el caso de los
estudiantes, teniendo en cuenta que su tiempo de residencia en España es breve (entre 4 y 20
meses) se ha considerado especialmente importante conocer cómo se ha llevado a cabo el
proceso de transición y adaptación a la nueva sociedad de acogida, así como el papel que han
tenido las redes de apoyo (formal e informal) a lo largo de esta etapa.
Para abordar la situación de aquellos inmigrantes cuyo objetivo es asentarse de forma
permanente en la sociedad de destino (trabajadores autónomos, amas de casa, asalariados, etc.)
el cuestionario se ha centrado en la obtención de datos relacionados con el proceso de
asentamiento. Se ha puesto especial interés en el estudio de la creación de nuevas redes de
apoyo y la interrelación entre los diferentes núcleos que componen las esferas en las que se
mueven la población objeto de estudio (macro, meso y micro).
METODOLOGÍA • 91
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Cuadro 8. Comparativa entre los bloques que componen ambos cuestionarios (Visado de
estudiantes/Visado de trabajo o residencia)
Cuestionario autoadministrado
para estudiantes
Bloque 1
Bloque 2
Bloque 3
Cuestionario autoadministrado
general
Bloque 1 Datos sociodemográficos
Situación del estudiante
en el país de origen
Bloque 2
Proceso pre-migratorio
(estrategias)
Perspectivas de futuro
Vínculos entre Japón y
España
Bloque 3 Estancia en España
Cuadro 9. Elementos comunes y diferenciables entre ambos cuestionarios.
Elementos comunes
Elementos diferenciables
Visado de
estudiante
Visado de trabajo o
residencia
Situación previa a la
salida de Japón
Fase premigratoria
Fase de integración
Llegada a la sociedad de
acogida
Estrategias de
integración
Estrategias de
asentamiento
Redes de apoyo en el
país de origen
Primeras
relaciones con
los diferentes
agentes sociales
Creación y
consolidación de
redes de apoyo
sólidas en España
Situación actual
Perspectivas de
volver a España
Perspectivas de
volver a Japón
Cuestionario autoadministrado para estudiantes.
Esta modalidad de cuestionario tiene como objetivo conocer la situación actual de los
estudiantes, así como sus perspectivas de futuro a medio plazo (uno o dos años). Con esta
herramienta se intenta diferenciar a aquellos japoneses que han llegado a España con la intención
de ampliar sus conocimientos, de aquellos que lo hacen como estrategia migratoria para poder
permanecer en el país de acogida de forma legal. Al mismo tiempo, también se pretende
identificar a aquellas personas, cuya perspectiva de futuro es quedarse en España una vez hayan
finalizado su periodo de formación, tal y como se planteaba en los requisitos de selección de la
muestra.
Entre el colectivo de estudiantes se han distribuido 60 cuestionarios en centros públicos
como universidades o institutos de idiomas y centros privados como academias de enseñanza y
asociaciones, etc. De ellos, fueron devueltos 42, de los cuales 14 cumplían los requisitos
METODOLOGÍA • 92
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
necesarios para ser entrevistados. Tras recibir los cuestionarios, se intentó contactar con aquellas
28 personas que no lo habían cumplimentado para averiguar sus razones e intentar corregir los
posibles errores. De todas ellas, 9 alegaron que no disponían de tiempo suficiente, 5 consideraban
que el estudio no tendría ninguna trascendencia para el colectivo nipón y de las cuatro restantes
no se obtuvo respuesta al no poder contactar con ellas.
El cuestionario para estudiantes constaba de 16 preguntas de las cuales 6 eran cerradas y
10 abiertas. Esta batería de preguntas se dividía en 3 apartados. El primero de ellos pretendía
obtener información básica sobre la situación del estudiante en el país de origen. El segundo
hacía referencia al proceso pre-migratorio (estrategias de preparación, objetivo y motivaciones). El
tercero trataba de recopilar información sobre la perspectiva de futuro del estudiante.
Cuadro 10. Resumen del contenido del cuestionario para estudiantes.
Cuestionario autoadministrado para estudiantes
Bloque 1 Situación del estudiante en el país de origen
Datos personales (edad, sexo, lugar de
procedencia)
Estudios realizados en Japón
Estudios cursados en el momento de
emigrar
Motivación para emigrar
Elección del lugar de asentamiento
Bloque 2 Proceso pre-migratorio (estrategias)
Preparación previa a la llegada
Tramitación de la documentación
Recursos de apoyo formal e informal
Bloque 3 Perspectivas de futuro
Estancia en la sociedad de acogida
Regreso al país de origen
Motivaciones para la toma de decisión
Expectativas familiares, laborales, etc.
Cuestionario autoadministrado para japoneses con intención de asentarse en España
de forma indefinida.
El segundo cuestionario autoadministrado tenia como objetivo recopilar información sobre
el resto de la población nipona residente en España cuya actividad principal no era el estudio
(empresarios de multinacionales destinados de forma permanente o con un traslado de larga
METODOLOGÍA • 93
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
duración, funcionarios públicos y asalariados, pequeños empresarios, amas de casa, artistas,
etc.). Este cuestionario perseguía dos objetivos. En primer lugar aproximarse a aquellos aspectos
relevantes del contexto social en el que se enmarcaría a la población objeto de estudio, y en
segundo lugar, identificar a aquellas personas cuyas características personales y sociales
permitiesen obtener una información fiable y representativa acerca de la situación del conjunto de
emigrantes japoneses en nuestro país. Los resultados obtenidos se utilizaron para la elaboración
del guión de la entrevista en profundidad.
En total se repartieron 64 cuestionarios autoadministrados, de los cuales 34 fueron
contestados. Del mismo modo que con los estudiantes, se intento averiguar los motivos por los
que, 30 de los cuestionarios no fueron completados. En esta ocasión, 4 personas consideraron
que, puesto que no disponían de tiempo para realizar la posterior entrevista, no estaban
interesados en responder el cuestionario. Otros 8 japoneses alegaron falta de tiempo para
responderlo, y 2 más consideraban que su nivel de español o inglés era insuficiente para
responder correctamente a las preguntas. Cabe destacar que de entre las personas que no
respondieron el cuestionario, 14 eran empresarios o trabajadores de multinacionales japonesas
con sede en Barcelona o Madrid. De las 34 personas que respondieron el cuestionario, 30
accedieron a ser entrevistadas posteriormente.
Para contactar con los miembros de este colectivo se utilizaron diferentes agentes sociales
tanto formales como informales. Para hacer llegar el 60% de los cuestionarios, se utilizaron
recursos institucionales como asociaciones y entidades relacionadas con el mundo japonés
(Aragón-Japón, Casa Asia, Asociación de profesores de japonés, Asociación de becarios del
Japanese Ministry of Education, Culture, Sports, Science, and Technology (MEXT), Kimono Club
Barcelona, Asociación d’intercanvi d’idiomes de Barcelona, Facultat de Traducció i Interpetación
de la UAB, Departamento de Estudios Asiáticos de la Universidad Complutense de Madrid, etc.).
También se solicitó la participación de aquellos profesores que imparten clase de lengua y cultura
japonesa en centros especializados como la universidad, escuela de idioma o academias, colegios
japoneses de distintas ciudades. La distribución de estos cuestionarios se realizó a través de
diversas redes sociales (Facebook, Mixi o Tweeter), y por correo electrónico. El contacto con el
40% restante, se produjo a través de canales informales (a través de amigos y conocidos). En
estos casos, los cuestionarios autoadministrados, también se distribuyeron mediante correo
electrónico tanto en español como en inglés.
Cabe destacar que el índice de participación más elevado tuvo lugar entre aquellas
personas que habían sido contactadas a través de canales informales (únicamente una de ellas
no retornó el cuestionario).
Este segundo modelo de cuestionario autoadministrado constaba de 27 preguntas, de las
cuales 20 eran cerradas (5 dicotómicas y 15 de respuesta múltiple) y 7 abiertas. El cuestionario
se dividía en 3 bloques, el primero de ellos formado por una batería de preguntas destinadas a la
obtención de datos sociodemográficos; el segundo, tenía el objetivo de recabar datos básicos
METODOLOGÍA • 94
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
sobre la interrelación entre la persona de origen japonés y su entorno más próximo y finalmente;
un tercer bloque de preguntas que pretendía conocer cuales eran las impresiones de la persona
encuestada acerca de su estancia en la actual ciudad de residencia, así como su futuro más
próximo.
Cuadro 11. Resumen del contenido del cuestionario general.
Cuestionario autoadministrado general
Bloque 1
Datos
sociodemográficos
Edad, sexo, procedencia
Composición familiar (estado civil, hijos y familia en
origen y destino)
Lugar/ tiempo de residencia (antes y durante su
estancia en España)
Actividad profesional (antes y durante su estancia en
España)
Bloque 2
Vínculos entre Japón y España
Adopción de nuevas costumbres de la sociedad de
acogida
Conservación de normas y pautas de la cultura
japonesa
Relaciones transnacionales
Relaciones entre japoneses/españoles/otros
extranjeros
Bloque 3
Estancia en España
Participación en actividades en el ámbito local
Opiniones y valoraciones sobre el entorno social
Perspectivas de futuro (familiar, individual, laboral,
etc.)
METODOLOGÍA • 95
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Cuadro 12. Cuestionarios repartidos
Visado de
estudiante
Visado de trabajo
o residencia
Total
Cuestionarios
distribuidos
60
64
124
Cuestionarios
devueltos
42
34
76
Cuestionarios
válidos
14
34
48
4.2. La entrevista en profundidad.
La
entrevista se ha erigido como la herramienta cualitativa de recogida de datos por
excelencia, al permitir a los investigadores acceder a información de primera mano y de fuentes
directas.
Junto a la entrevista, se dispone de otras técnicas (historia de vida, observación, grupos de
discusión, etc.) que permiten recoger datos relacionados con las experiencias vividas, las
opiniones o las expectativas de futuro. Este amplio abanico de posibilidades da la oportunidad a
los investigadores de barajar diferentes opciones a la hora de recabar información, sin embargo, el
disponer de un catálogo tan amplio ha inducido a que se busque una utilidad específica para cada
una de estas técnicas.
En el momento de elegir cuál de ellas era la más adecuada para abordar el fenómeno
migratorio japonés, afloró este mismo debate. Por una parte, se contemplaba este objeto de
estudio como un proceso dinámico que se extiende en el tiempo, por lo que la historia de vida
parecía la opción más acertada, ya que ésta se centra en la recogida de hechos y experiencias
narradas en primera persona. Por otra parte, se pretendía conocer el estado actual de los
entrevistados como miembros participantes de la sociedad de acogida, por lo que desde esta
perspectiva, la entrevista en profundidad se contemplaba como la técnica idónea ya que se
esperaba obtener datos de una situación concreta.
Como señala Urraco Solanillas (2007), la principal diferencia entre la entrevista en
profundidad y la historia de vida, estriba en que la primera se centra en la obtención de
información (personal o no) vinculada al objeto de estudio, mientras que la segunda, pretende
recoger datos relacionados con la experiencia vital del entrevistado. A pesar de estas sutiles
diferencias, las dos técnicas no son excluyentes entre sí, ya que ambas comparten una misma
herramienta para la recogida de datos, la comunicación directa.
Por esta razón, se optó por elaborar un guión para una entrevista que permitiese abordar
un espectro temporal amplio (desde la salida de Japón hasta la actualidad), y de este modo
establecer una relación entre los sucesos vividos y su situación actual. Con esto, se pretendía
METODOLOGÍA • 96
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
estudiar sendos fenómenos (proceso pre-migratorio y situación actual) de forma conjunta para así,
lograr datos más específicos y relacionados entre sí.
La entrevista, entendida como tal, consiste en la interacción entre dos o más personas.
Durante este intercambio de información hay que diferenciar dos tipos de elementos que juegan
un papel destacado. Estos elementos pueden ser internos (aquellos que tienen una repercusión
directa en la relación entrevistado-entrevistador y sobre los que se pueden intervenir) y externos
(aquellos elementos que intervienen de forma indirecta y que son difíciles de controlar o prever).
Elementos internos:
1)
Las personas. En la entrevista de investigación se pueden identificar dos sujetos:
investigador e informante. El rol del investigador es el de dirigir la conversación hacia
aquellos temas relacionados con el objeto de estudio. Por su parte, el informante
desempeña el rol de entrevistado, y su función es la de proporcionar información acerca
de determinados aspectos en los que se puede considerar experto, ya sea por
experiencia propia o por conocimiento directo del tema (en el caso de experto,
representantes de instituciones, etc.).
2)
El tema. El tema u objeto de estudio es la piedra angular sobre la que va a girar toda la
entrevista. A pesar de que se presupone que los sujetos actúan voluntaria y libremente,
la postura o la forma de abordar determinados temas delicados (como los motivos por los
cuales se abandona a la familia de origen, o las dificultades personales durante el
proceso de integración), pueden generar un distanciamiento entre ambas partes,
dificultando así la comunicación y consecuentemente, la recogida de datos.
Elementos externos:
1)
La situación. El contexto en el que se lleva a cabo la entrevista influye en su desarrollo.
Al hablar de situación, hay que tener en cuenta dos niveles, por un lado la situación
psico-social tanto del investigador como del entrevistado, y por otro, la situación física en
la que ésta se lleva a cabo. Desde el punto de vista personal, las experiencias positivas o
negativas tanto en el país de origen como en el de acogida, pueden condicionar el
discurso del informante, por lo que resulta necesario que el investigador profundice sobre
un mismo tema desde diversas posiciones para poder contrastar la información. Por
ejemplo, si la entrevista se realiza con una persona japonesa que acaba de empezar una
relación personal con un autóctono, la opinión del informante acerca del trato recibido por
los españoles, seguramente será positiva. En este caso, es recomendable enfocar este
aspecto de forma indirecta preguntando por la relación con los compañeros de trabajo,
vecinos, etc. De la misma forma que la situación personal puede condicionar la relación
entrevistado/entrevistador, el medio en la que ésta se realice, puede afectar tanto al
METODOLOGÍA • 97
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
sentido de las preguntas como al de las respuestas. Por ejemplo, en caso de plantear las
desavenencias entre los trabajadores japoneses y los españoles, si la entrevista se lleva
a cabo en el mismo puesto de trabajo, la información que se obtenga, estará
condicionada por el temor a ser escuchado por otros compañeros o por la propia tensión
vivida en el trabajo.
2)
Las reglas de interacción entre los sujetos. A la hora de llevar a cabo la entrevista se
establecen unas normas que contribuyen el entendimiento y fluidez, evitando malos
entendidos y situaciones de tensión entre ambas partes. Así pues, las reglas de
interacción están estrechamente vinculadas a aspectos socioculturales. Por esta razón,
especialmente cuando se realizan investigaciones con colectivos extranjeros, el
investigador ha de tener en cuenta dos aspectos importantes, en primer lugar ha de ser
consciente de la diferencias culturales y protocolarias entre las dos culturas, y en
segundo lugar ha de intentar averiguar hasta que punto, su interlocutor está familiarizado
con las normas de conducta del país de acogida. Por ejemplo, en el caso de colectivos
asiáticos como el japonés, donde el contacto físico entre las personas es escaso (por
ejemplo, en determinadas ocasiones no es apropiado mirar directamente al interlocutor a
los ojos), la forma en la que el entrevistador se presenta, o una gesticulación excesiva
durante el transcurso de la entrevista, puede condicionarla, haciendo que el entrevistado
se sienta incomodo e incluso cohibido.
Estos elementos básicos que intervienen en el desarrollo de la entrevista, dejan entrever la
complejidad de esta herramienta. Para poder maximizar su fiabilidad y validez, es necesario llevar
a cabo una preparación previa a la elaboración del guión.
Para este trabajo, se han tenido en cuenta las reflexiones de Yuiko Fujita en relación a la
complejidad que supone realizar una investigación social con inmigrantes japoneses (Fujita,
2009). Fujita, en su trabajo “Cultural migrants from Japan. Youth, Media and Migration in New York
and London”, advierte sobre la importancia de este proceso, especialmente para aquellos
investigadores no japoneses, ya que esto supone una dificultad añadida a la hora de acceder a la
información. Por ejemplo, Fujita señala que en el momento de llevar a cabo la entrevista, el
informante también genera unas expectativas en torno al investigador. En ocasiones, estos
jóvenes esperaban que las entrevistas les proporcionasen una fuente adicional de información
acerca de los recursos institucionales, el modo de vida del país de destino, etc. Asimismo, Fujita
recoge el testimonio de muchos japoneses que afirmaban dudar, o no estar seguros de poder
relacionarse con extranjeros, especialmente si éstos no eran asiáticos. Por lo tanto, la procedencia
del investigador puede suponer un obstáculo adicional a la hora de lograr esa confianza entre
investigador y entrevistado, que permita a ambas partes tratar aspectos del proceso migratorio
con normalidad.
METODOLOGÍA • 98
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
La fase previa a la entrevista, siguiendo las indicaciones de Fujita (2009),
tuvo los
siguientes objetivos:
1)
Profundizar en aspectos relacionados sobre las pautas de comportamiento japoneses.
Son muchos los prejuicios y rumores que giran en torno a los colectivos inmigrantes, y el
colectivo nipón no es una excepción. Barlés y Alamazán (2008) en su trabajo “La mujer
japonesa, realidad y mito”, rebaten algunos de ellos, por ejemplo, el falso mito de la
mujer japonesa sumisa o el papel de la mujer inmigrante como cuidadora. Asimismo, se
analizaron los diversos estilos de vida y actividades llevadas a cabo entre los modelos de
sociedad japonesa en el país de origen y en los distintos países de acogida. Como
muestra de la relevancia que adquieren las pautas de comportamiento durante la
entrevista, Shiobara (2004; 2005; 2011) y Fujita (2004; 2009), destacan la versatilidad del
discurso de los inmigrantes japoneses en función del tema y de la persona, o grupo de
personas, a la que se está refiriendo. Por ejemplo, a lo largo de esta investigación,
aquellos informantes que prefirieron realizar la entrevista en japonés acompañados por
un traductor, respondían a las preguntas de forma breve y muy genérica. Pese a las
dificultades con el idioma, aquellos japoneses que realizaron las entrevistas
individualmente, tendían a proporcionar información más detallada.
2)
Elegir informantes. Encontrar fuentes de información fiables, es uno de los retos más
importantes a la hora de preparar una investigación. Para esta etapa se siguieron las
premisas propuestas por Benedict (1964) y Hendry (1987). Ambas autoras consideran
que la rigidez de la estructura social nipona es un elemento determinante a la hora de
contactar con los miembros de este colectivo. Por ello, sugieren que los primeros
informantes con los que se establezca una relación, gocen de un estatus elevado dentro
de la comunidad nipona. De lo contrario pueden surgir disputas entre los propios
miembros del grupo, y esto dificultará tanto la ampliación de la muestra como la recogida
de testimonios. Siguiendo este principio, los primeros informantes con los que se
contactó fueron los presidentes de las asociaciones culturales, o personas que ocupaban
cargos relevantes (profesores, directivos de empresas, etc.). Tras hablar con estos
representantes, se procedió a entrevistar a aquellos japoneses con mayor tiempo de
residencia en España y aquellos cuya formación profesional o experiencia laboral
pudiesen proporcionar tanto información personal como general acerca de la situación de
la comunidad nipona. Finalmente, se concertaron entrevistas con aquellos japoneses que
no tenían un vínculo estrecho con este colectivo, (por ejemplo, artistas, estudiantes o
trabajadores autónomos).
3)
Elegir el lugar de la entrevista. Como se ha comentado anteriormente, el entorno o
situación en la que se lleva a cabo la entrevista, es uno de los elementos claves para la
obtención de información. Los manuales y guías de técnicas de investigación cualitativa,
METODOLOGÍA • 99
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
recomiendan que ésta se lleve a cabo en lugares donde el informante se sienta cómodo,
lejos del bullicio y las interrupciones (Valles, 2007). Los lugares más recomendados
suelen ser las casas de los entrevistados, los despachos de los investigadores, etc., No
obstante, Fujita considera que más importante que la ubicación física, es el ambiente en
el que se realice la entrevista. Por ejemplo la socióloga, narra que durante su
investigación con inmigrantes japoneses en los Estados Unidos y Reino Unido, la
mayoría de las entrevistas tuvieron lugar en bares, cafeterías y otros lugares públicos
elegidos por los propios informantes. Para Fujita, el estar familiarizado con el entorno,
otorga al entrevistado un elevado grado de confianza y seguridad que se plasma a la
hora de elaborar su discurso. Para el presente trabajo, se decidió que fuesen los propios
japoneses los que decidieran el lugar y la hora de las citas. Cabe destacar que la gran
mayoría propusieron lugares que solían frecuentar como bares, cafeterías, centros
cívicos e incluso sus propios centros de trabajo. Sin duda, esto permitió que el proceso
comunicativo fuese ameno y distendido.
Como ya se ha expuesto, en ocasiones, las fronteras entre las técnicas de recogida de
datos no siempre quedan bien definidas, o no se ajustan a las necesidades de la investigación. Es
por este motivo que, al elaborar el guión de la entrevista, se ha optado por el término “entrevista
en profundidad” desde un punto de vista genérico. Esto ha permitido incorporar al guión elementos
de otras técnicas, como la entrevista biográfica o la dirigida a especialistas.
El objetivo de la entrevista era conocer las experiencias vitales acontecidas durante las
fases pre-migratoria y de instalación de las personas. En este sentido, se propuso una entrevista
estandarizada no programada (Valles, 2007:187). La entrevista contenía 4 bloques generales:
1)
Situación previa a la decisión de emigrar. Con este conjunto de preguntas se pretendía
profundizar en la situación laboral, personal, familiar, etc., del entrevistado antes de
plantearse la posibilidad de emigrar. Esta sección es especialmente importante porque
ayuda a empatizar y entender los motivos que empujan a tomar la decisión de abandonar
el país de origen. Por ejemplo, no sentirse integrado en el lugar de origen, o ver en la
rígida estructura social un obstáculo que dificulta el desarrollo profesional o personal,
pueden suponer un incentivo añadido a la hora de tomar la decisión de emigrar.
2)
Fase pre-migratoria. En este apartado se buscaba conocer cómo la idea de emigrar
cobró fuerza, y su repercusión tanto en el individuo como en su entorno más próximo
(familia, amigos, trabajo, pareja, etc.). Se presttó atención a la preparación previa a la
salida del país. Como señala Chu (2009), este proceso puede condicionar el devenir del
proyecto migratorio, es por ello, que resulta interesante conocer cuáles son las
prioridades y objetivos de los futuros emigrantes.
METODOLOGÍA • 100
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
3)
Fase de instalación. Con este tercer bloque se pretendía recoger el testimonio de los
miembros de la comunidad japonesa en la sociedad de acogida. Uno de los ejes
centrales en este apartado, lo ocupaba el proceso de resocialización y adaptación a las
normas sociales y conductuales de la sociedad de destino. El choque cultural supone
uno de los handicaps más importantes a la hora de asentarse en un entorno diferente al
habitual. Por ello, además de la información acerca de las relaciones con la población
autóctona, también se contempló el interés por el vínculo mantenido con los familiares y
amigos que se habían quedado en el país de origen.
4)
Situación actual y perspectivas de futuro. Este último apartado se centraba en el análisis
de su situación actual, a la vez que se pedía al informante que realizase una valoración
sobre cómo se había desarrollado su proceso migratorio. También se solicitó a los
entrevistados que, como miembros activos de la sociedad de destino, valorasen su
situación personal así como la de la comunidad japonesa en España en general. Con ello
se buscaba, además, conocer cuáles eran sus impresiones y en qué medida llevar a
cabo determinadas tareas como la preparación previa a la salida de Japón (fasepremigratoria) o mantener los vínculos con el país de origen, habían sido beneficiosos, o
no, en su proyecto migratorio.
Con esta distribución se pretendía que las entrevistas siguiesen un orden cronológico. Esto
tipo de guión presenta dos ventajas: por una parte permite que el propio informante vaya
asociando los diferentes acontecimientos de forma ordenada y secuencial, y por otro, facilita al
investigador identificar aquellos momentos y hechos más relevantes en el discurso del
entrevistado.
En relación a este esquema de las entrevistas, se optó, tras una breve introducción sobre
la investigación, por solicitar al informante que iniciase su narración, empezando por explicar
cómo era su vida antes de plantearse su proyecto migratorio. Iniciar la sesión con una pregunta de
estas características, permite observar el nivel de implicación del interlocutor y elaborar una
estrategia para continuar con la entrevista. Asimismo, el ceder la iniciativa de la palabra al
entrevistado, hace que éste se sienta protagonista de su relato y adquiera mayor confianza.
Durante el desarrollo de la entrevista, el rol del investigador era el de orientar y asegurar
que se mantuviese un orden en el relato. Para ello se emplearon preguntas abiertas de tres tipos:
1)
De clarificación. Cuyo objetivo era despejar dudas y obtener una explicación más
detallada sobre determinados aspectos. También se utilizaron este tipo de preguntas
cuando se abordaba un acontecimiento relevante para el entrevistado, y se quería
profundizar en él.
2)
De prueba. Para comprobar que se había comprendido correctamente el mensaje del
interlocutor. Este tipo de preguntas en ocasiones permiten ahondar en aspectos
METODOLOGÍA • 101
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
subjetivos como opiniones o valoraciones que pudieran hacer el informante. Por ejemplo
cuando se tratan temas sobre la familia de origen, al realizar preguntas como: “¿así que
te llevabas bien con tu padre, no?” el investigador tiene la oportunidad de corroborar lo
dicho, a la vez que da pie al entrevistado a ampliar la información en relación a este
tema.
3)
Proyectivas. El objetivo de estas preguntas es hacer que el entrevistado ponga en boca
de otros opiniones que, por si mismo le resultarían incomodas o difíciles de dar. En el
caso del colectivo japonés, este tipo de preguntas resultan indispensables, ya que son
pocas las personas que en una primera entrevista son capaces de expresar ideas u
opiniones en relación a terceras personas.
Estos tres tipos de preguntas abiertas son los que han predominado en la entrevista de
este estudio. Dado que el proceso comunicativo no es lineal, se debe mencionar que otro tipo de
cuestiones como las de sugerencia o las generalizaciones no han sido tan efectivas. Como
propone Hendry (1987), las diferencias culturales entre occidentales y japoneses, pueden ser uno
motivo por el cual el planteamiento de este tipo de preguntas no obtienen una respuesta positiva
del interlocutor, ya que lo que en un contexto occidental pueden ser una simple pregunta directa,
en el caso nipón puede entenderse como fuente de presión.
Ante la dificultad añadida que esto supone, la mejor opción es la de intentar reajustar los
instrumentos de los que se dispone tanto a las características del colectivo como al objeto de
estudio. Con estas opciones, la diferencia cultural entre ambos interlocutores no resultó un
obstáculo insalvable. Por ejemplo, los participantes japoneses en esta investigación, mostraron un
alto nivel de implicación y participación durante el proceso de recogida de datos. En la mayoría de
los casos, las entrevistas superaron las dos horas por sesión (máximo recomendado por los
expertos en técnicas cualitativas). Más de la mitad de los entrevistados (27 de 44) manifestaron su
interés en ser citados nuevamente para continuar su relato.
Finalmente se entrevistaron a 44 personas (de los 48 japoneses con los que se contacto
en un principio, 4 cancelaron su entrevista, por lo que el número final fue de 44), de los cuales 14
eran estudiantes y 30 se dedicaban a otras tareas (empresarios, asalariados, amas de casa,
artistas, etc.). Se realizaron un total de 68 entrevistas, de una duración medía de entre 90 y 115
minutos por sesión. Aproximadamente, el 90% de las entrevistas se llevaron a cabo en español,
6% en inglés y otro 4% en japonés, estas últimas con el apoyo de una persona japonesa que
traducía el testimonio del entrevistado al español.
METODOLOGÍA • 102
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Cuadro 13. Datos descriptivos de las entrevistas divididos por grupos.
Datos de las entrevista
Visado de
estudiante
Visado de trabajo o
residencia
Total
Número de entrevistados
14
30
44
Número de entrevistas realizadas
17
51
68
Duración media por entrevista (en minutos)
87
120
-
Entrevista en español
13
24
37
Entrevista en inglés
1
3
4
Entrevista en japonés
0
3
3
METODOLOGÍA • 103
TERCER CAPÍTULO:
RESULTADOS
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
1. Contexto de partida.
Como todo proyecto migratorio, el éxodo japonés hacia occidente tiene sus comienzos en
la sociedad de origen. El proyecto migratorio con el que cada uno de los miembros del colectivo
japonés ha llegado a España, se forjó en Japón. Por esta razón conocer las características
básicas de la fase premigratoria puede ayudar a comprender la situación de esta comunidad en la
sociedad de acogida.
Cuadro 14. Zona de origen de la población japonesa residente en España en el año 2012.
Fuente: Elaboración propia.
En el mapa 1 se señalan aquellas zonas de las que proceden los habitantes japoneses que
residen actualmente en Zaragoza y las áreas metropolitanas de Barcelona y Madrid. Se puede
apreciar que la mayoría de la población proviene de dos zonas claramente definidas, la región de
Kansai y la región de Kantou. Estas dos regiones son las más habitadas de Japón, no en vano sus
capitales son Osaka y Tokio, ambas consideradas dos de las urbes con mayor densidad de
población del mundo. Prácticamente la totalidad de la muestra (en torno al 80%), procede de
ciudades grandes como las capitales Tokio, Osaka o Kyoto y otras urbes periféricas que
concentran gran cantidad de población como Yokohama, Kobe o Nagoya.
RESULTADOS • 107
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Los propios japoneses consideran esto como algo normal, ya que como ellos mismos
plantean, los japoneses que no residen en capitales tienden a emigrar a éstas dentro de su país.
Las personas que habitan en metrópolis difícilmente optan por trasladarse a ciudades más
pequeñas, ya que en caso de emigrar, lo más habitual es hacerlo al extranjero.
“Es normal, la gente de los pueblos va a la ciudad a trabajar, a estudiar o a lo que
sea, pero ¿dónde va a ir una persona de Tokio o de Osaka? Ellos saben que si
quieren mejorar su trabajo o su vida, se tienen que buscar la vida en su ciudad o si no
se marchan fuera. Es muy raro que una persona de la capital quiera ir a vivir a un
pueblo, incluso a una ciudad más pequeña. ”
Hideo
2. Motivos intrínsecos y extrínsecos de la migración
2.1. Perfil del inmigrante japonés en España.
Zona de procedencia
Los participantes en esta investigación, provienen de 4 áreas de Japón, todas ellas
situadas en la isla de Honshuu. Las dos regiones más representadas son las de Kantou con 20
personas, y Kansai, con 15 personas, seguidas de Chuubu, con 7 individuos y Touhoku con 2.
Dicho de otro modo, del total de la muestra, 9 de cada 10 inmigrantes proviene de las zonas de
Kantou o Kansai.
Tabla 3. Zona de procedencia de las muestra.
Valor absoluto
(n)
Valor relativo
(%)
Akita
1
2,27
Aomori
1
2,27
Tokio
13
29,55
Yokohama
3
6,82
Saitama
1
2,27
Kanagawa
3
6,82
Osaka
12
27,27
Kobe
1
2,27
Nagoya
5
11,36
Kyoto
2
4,55
Nagano
1
2,27
Toyama
1
2,27
Total
44
100
RESULTADOS • 108
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Nos encontramos ante un colectivo urbano. Las dos ciudades con mayor número de
emigrantes son Tokio (la capital de Japón) y Osaka (la segunda ciudad por número de habitantes
del país). Ambas metrópolis ocupan puestos destacados entre las ciudades más pobladas del
mundo según el informe de las Naciones Unidas de 2011.
Ambas regiones comparten su importancia en el ámbito económico y comercial, tanto a
nivel local como nacional e internacional. Un buen ejemplo de ello, es que ambas regiones
cuentan con los dos aeropuertos más importantes del país, el Aeropuerto Internacional de Narita
en Tokio, y el Aeropuerto Internacional de Kansai en Osaka, así como con 2 de los puertos más
concurridos a nivel mundial (el puerto de Hansin en Osaka y el puerto de Keihin en Yokohama).
Como comentan algunos informantes, estás dos regiones administrativas representan la
puerta abierta entre Japón y occidente.
“Tokio (Kanto) y Osaka (Kansai), son las dos ciudades más modernas de Japón. Allí
se puede encontrar de todo, desde las cosas típicas de Japón, hasta las ultimas
novedades en ropa, electrodomésticos o ingeniería no sólo de Japón, sino del mundo.
Mucha gente piensa que el primer paso para conocer Europa y los Estados Unidos, es
venir a Osaka o Tokio. Aquí hay escuelas de idiomas, clubes de todo tipo, incluso en
Osaka está “la casa de Cataluña”.
Makoto
Imagen previa de las ciudades españolas.
En el momento de elegir una ciudad en la que asentarse, Barcelona y Madrid se perfilan
como las dos opciones preferidas por parte de la muestra. Como señala Mariko esto se debe a los
estereotipos y a la popularidad de estas dos urbes en el país nipón.
“En Madrid puedes encontrar todas las cosas relacionadas con España, ¿no? Por
ejemplo, aquí conozco unos bares donde bailan flamenco y siempre hay muchos
españoles. También, los equipos de fútbol de Madrid llevan la bandera de España. En
muchos sitios he leído que Madrid, por ser la capital, tiene todo lo que un extranjero
puede ver de España…Cataluña creo que no es representativa de España. Solamente
he estado allí una vez pero…la gente es más abierta, hay muchos extranjeros y…la
actitud de la gente es muy diferente a la de Madrid. Hay excepciones claro, pero creo
que en general Barcelona se parece más a Paris o a Ámsterdam. No tiene tantas
cosas típicas de España, por ejemplo, ¿han prohibido los toros?, ¿no?. Eso es como si
en Japón quitan el sumo o el karate o algo así, ¿no?”
Mariko
RESULTADOS • 109
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Tabla 4. Ciudad de destino del colectivo japonés durante la fase pre-migratoria.
Primera
Segunda opción
opción
Fr.*
% Fr.*
%
Barcelona
25
56,8
14
31,8
Madrid
16
36,4
21
47,7
Zaragoza
1
2,3
1
2,3
Valencia
0
0,0
2
4,5
Salamanca
0
0,0
4
9,1
Bilbao
1
2,3
0
0,0
Sevilla
1
2,3
2
4,5
Total
44
100,0
44
100,0
* (Número de veces que se menciona el termino)
Las razones principales por las que los inmigrantes japoneses eligen estas dos ciudades
(durante la fase pre-migratoria) como principales lugares para asentarse son: a) intereses
culturales y por b) recomendación de un amigo, profesor o familiar. Cabe destacar que mientras
que se da una cierta homogeneidad en el discurso a la hora de recomendar estas ciudades como
lugar de destino, en relación a los intereses culturales, cada ciudad se identifica con unos
estandartes y aspectos muy específicos.
Tabla 5. Razones por las cuales se eligen Barcelona y Madrid como ciudades de destino
durante el proyecto pre-migratorio.
Barcelona Razones culturales
Recomendado por alguien
No tiene alternativa
Otras
Fr.
20
15
3
1
Razones culturales
Recomendado por alguien
No tiene alternativa
Otras
19
11
5
2
Madrid
Para los informantes, Barcelona es el reflejo de una ciudad moderna y dinámica, con un
valor arquitectónico y un paisaje urbano que la diferencian del resto de ciudades españolas.
RESULTADOS • 110
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Destacan sobre todo las obras de Gaudí, el puerto y barrio gótico. A diferencia de otros núcleos
urbanos como Madrid o Sevilla, la percepción que se tiene de la ciudad condal antes de emigrar,
se asocia más al ideal de metrópoli europea, que a la de ciudad tradicional española.
“Creo que no puedo decir que Barcelona es como Tokio o Kyoto. Creo que es más
pequeña. Pero si que puedo decir que he visto cosas parecidas a las que tenemos en
Japón. Por ejemplo, mucha gente que trabaja aquí no vive en Barcelona, si no que lo
hace fuera en el extrarradio, como en Tokio. El suelo aquí es muy muy caro. También
puedes ver a mucha gente vestida de forma un poco rara, como en Tokio. También
conserva algunas cosas antiguas como Kyoto. Por ejemplo, la Sagrada Familia o el
parque Güell son como el palacio de Oro, o el barrio de Guion. Pero creo que hay más
diferencias que similitudes.”
Junko
Por su parte, Madrid está considerada una ciudad antigua en la que se identifican unos
valores y costumbres más tradicionales. Los entrevistados plantean que en ella se encarna un
estilo de vida típico español. La capital destaca por aspectos como el baile flamenco, el vino, la
gastronomía y por un ritmo de vida diferente al de las grandes ciudades japonesas como Tokio u
Osaka.
Cuadro 15. Diferencias culturales y sociales entre las ciudades de Barcelona y Madrid
según el colectivo nipón antes de emigrar a España.
La muestra también resalta que los estereotipos que rodean a los habitantes madrileños
(“abiertos”, “amables”, “divertidos” y “juerguistas”) son extrapolables al resto del territorio nacional.
Desde esta perspectiva, la capital española se convierte en un punto en el que los diferentes
estereotipos nacionales confluyen dando como resultado, una imagen representativa de lo que la
comunidad nipona entiende por una España tradicional.
Pese a que un elevado número de participantes se consideran a sí mismos como
inmigrantes culturales (cerca del 80%), ninguno de ellos contempló la opción de emigrar a una
zona rural. Esto se debe a: a) desconocimiento o falta de información b) menor oferta de ocio y c)
RESULTADOS • 111
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incompatibilidad con el proyecto migratorio como por ejemplo, mayores dificultades para acceder
al mercado laboral o una oferta formativa más reducida. A todo esto hay que añadir, que son
pocos los españoles procedentes de áreas rurales que emigran a Japón, por lo que aquellas
personas que emigran a España con una pareja española, o por recomendación de amigos
españoles, eligen las zonas urbanas de procedencia de éstos como lugar de destino.
Tabla 6. Razones para no emigrar a zonas rurales.
Frecuencia
No tienen cursos de Español para extranjeros
36
Es más como la ciudad
32
No conozco a nadie que me pueda ayudar si voy allí
27
No hay opciones de trabajo
22
No hay muchas cosas que hacer
21
No puedo encontrar productos japoneses
16
No conozco ningún pueblo
14
La gente es más cerrada que en las ciudades
11
No obstante, no toda la colonia nipona se concentra en las grandes áreas metropolitanas
de Barcelona y Madrid. Ciudades como Bilbao, Sevilla, Valencia o Zaragoza, están acogiendo a
una comunidad nipona cada vez más numerosa.
Se han identificado varias características comunes entre los residentes de las grandes
zonas metropolitanas, y aquellos que se han asentado en ciudades más pequeñas. Aún así, la
principal diferencia entre ellas es que, aquellas personas que pretenden emigrar a ciudades más
pequeñas, presentan un interés específico en algún aspecto propio de la región a la que se
emigra.
“Hice mi tesina sobre la cooperativa de Mondragón, en el País Vasco. Me pareció un
tema muy interesante y me puse en contacto con gente de allí para ver si me podrían
acoger durante una temporada para conocer de primera mano lo que había estudiado
con tanto interés.”
Yukino
“La montaña es una de mis aficiones, y en Nagoya conocí a un chico de Zaragoza que
me enseñó fotos de los Pirineos y de las montañas aragonesas. Me encantaron y en
ese momento decidí que si algún día iba a España, tenía que ser allí.”
RESULTADOS • 112
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Tomoko
Las personas que pretenden emigrar a las grandes ciudades, muestran un interés más
genérico y unos planes de futuro más dispersos durante la fase de preparación previa a la salida
de Japón.
“Me imaginaba Barcelona como la “Nueva York” de España…después de vivir en los
Estados Unidos y conocer a gente española decidí viajar y conocer el país. Hay
muchísimas películas y series de animación en las que aparece Barcelona. Antes de
conocer a mi novio, siempre pensaba que me gustaría encontrar un trabajo allí y poder
disfrutar de los paisajes urbanos, el estilo de vida y esas cosas.”
“Akino”
Nivel de formación reglada.
La población nipona residente en España, presenta un nivel de formación académica
elevado. De los 44 entrevistados 32 llegaron a España con titulación universitaria, 6 con master y
2 de ellos lo hicieron como doctores. Únicamente 4 de los entrevistados no tenían titulo
universitario, sin embrago, 3 de ellos habían realizado el equivalente a una Formación Profesional
Superior (FP nivel 2) antes de emigrar.
Tabla 7. Nivel de estudios previo a la emigración del colectivo japonés.
Frecuencia
Grado universitario
32
Master
6
Doctorado
2
Formación profesional
3
Secundaria
1
Total
44
Al margen de la titulación obtenida en Japón, el interés por continuar formándose en la
sociedad de acogida es una de las características de esta comunidad. A la hora de elegir qué
estudiar en España, aproximadamente un 61% tenía intención de estudiar español a través de un
curso de español para extranjeros, ya sea en la universidad o en otros centros públicos o privados
como la Escuela Oficial de Idiomas o academias privadas.
RESULTADOS • 113
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Tabla 8. Tipo de estudios que se desean cursar en España.
Fr.
%
Master
9
20,45
Doctorado
1
2,27
Formación profesional media
1
2,27
Formación profesional superior
2
4,55
Diplomatura
2
5,55
Cursos de Español
16
36,36
Escuela Oficial de Idiomas
11
25,00
2
4,55
Nivel de estudios
No deasea estudiar
44 100,00
Total
Redes sociales y tipo de apoyo: familia y amigos.
Las redes sociales han desempeñado un papel importante tanto en la fase pre-migratoria,
como durante la de instalación. En el contexto de partida se han identificado dos redes de apoyo
clave: la familia y el grupo de amigos.
Cuadro 16. Redes de apoyo durante la fase de instalación identificadas por los
entrevistados.
RESULTADOS • 114
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
La familia.
En la etapa previa a la fase post-migratoria, la familia nuclear (formada por padres y
hermanos) se considerada una de las fuentes de apoyo informal más importante.
Aproximadamente un 75% de la muestra consideraba que atendía a necesidades de carácter
afectivo como el apoyo a la hora de tomar decisiones relacionadas con el trabajo o los estudios,
pedir consejo sobre cómo resolver conflictos por ejemplo, en el terreno laboral. Por su parte el
15% restante identificaban el apoyo obtenido por la familia como instrumental. En estos casos, la
familia se encargaba de atender necesidades básicamente de carácter económico (p.ej. prestar
dinero para estudiar, ayudar en la adquisición de una vivienda, etc.) o laboral (p.ej. encontrar
trabajo, continuar con el negocio familiar, etc.).
Amigos.
En la muestra seleccionada, la red de apoyo más extensa se encuentra entre los amigos.
Dentro de esta dimensión destacan tres sub grupos: amigos del trabajo, de la universidad y los de
clubes y asociaciones de ocio. Se considera que todos ellos realizan una función tanto de apoyo
afectivo como instrumental, ya que se comparten intereses, vivencias y experiencias, a la vez que
se intercambiaban consejos acerca de cómo viajar a Europa o a los Estados Unidos.
Para aproximadamente 3 de cada 4 participantes, estos grupos suponen el primer contacto
con la cultura occidental. Gracias a ellos, conocen a los primeros occidentales y a otros japoneses
con los que compartir inquietudes e intereses.
Como señala Sakura para muchos japoneses estos grupos son el primer paso para iniciar
el proceso migratorio a Occidente.
“De hecho, yo conocí a mi marido gracias a un grupo de cocina española. La profesora
era su hermana y él estaba de vacaciones. Como me gustaba mucho la cocina
española aprendí unas palabras en español, así que ella (la profesora) me pidió que
les hiciera de guía turística por Osaka. Nos lo pasamos muy bien. Y no sólo los conocí
a ellos, también a otras japonesas a las que les gustaba la cultura española. Algunas
estaban casadas con españoles y ellos venían a clases. También se encontraban dos
chicas de China y una de Rusia que tenían novios españoles y que venían a clase a
enseñarnos platos de su región”.
Sakura
Antes de abordar en profundidad la relación entre la muestra y los agentes sociales con los
que interactúan durante la fase de instalación, es necesario conocer y comprender los motivos
que han traído a España a la población objeto de estudio.
RESULTADOS • 115
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
2.2. Razones para emigrar.
En cuanto a la decisión de salir de Japón, se han identificado una serie de motivos,
compartidos por la mayoría de los participantes, por los que se ha decidido asentarse en la capital
aragonesa y las áreas metropolitanas de Barcelona y Madrid. Estas son:
a) Razones culturales:
El propósito del proyecto migratorio para las personas que emigran por razones culturales,
está estrechamente relacionado con el interés o aprendizaje de alguno de los aspectos
característicos de la sociedad de destino. Dentro de este colectivo, se han identificado dos
grandes grupos. Por un lado, aquellos que mostraban un interés amplio por la cultura hispana, y
por otro, aquellos que se sentían atraídos por aspectos más específicos como la obra de un artista
en concreto, o un estilo arquitectónico determinado.
El grupo que manifestaba un interés genérico por el folclore español, se localiza en la
ciudad de Zaragoza y la zona metropolitana de Madrid, mientras que los residentes en el área de
Barcelona, llegaron atraídos por obras de artistas catalanes (como Salvador Dalí, o Miró) y
expresiones culturales cuyo origen se sitúa en la Comunidad Autónoma de Cataluña como por
ejemplo el arte gótico y modernista de ciudades como Barcelona, o el interés por la cocina
mediterránea.
“Al principio, no sabía si quería ir a Barcelona o Madrid. La verdad es que las dos me
parecían buenas opciones, pero al final me decidí por Barcelona. Barcelona tiene mar,
y eso me gusta, pero también el hecho de tener tantos lugares diferentes en una
misma ciudad me parece genial. Depende del sitio por el que vayas, no parece que
estés en la misma ciudad. También aquí, hay muchísimas actuaciones de teatro y
conciertos de artistas de todo el mundo.”
Rioko
Una de las tendencias propias de los inmigrantes culturales es su integración en
asociaciones u organizaciones locales afines a con aquellas vertientes culturales que han
incentivado su proyecto migratorio. Entre estas entidades destacan las asociaciones culturales,
tanto las relacionadas con el país de origen como con las de acogida.
b) Razones vocacionales y laborales:
Las personas que vienen por motivos vocacionales o laborales, llegan a España con una
intención clara, la de poder trabajar en una profesión en concreto, encontrar un trabajo que les
permita conciliar la vida profesional y personal (en referencia a mas días de descanso, más tiempo
RESULTADOS • 116
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
libre, menos presión, etc.) o la de acceder a un lugar de trabajo en un sector inexistente o poco
desarrollado en el país de origen.
Los perfiles de estos profesionales son muy diversos. Entre ellos se encuentran profesores
de lengua, asalariados del tercer sector, autónomos, traductores o funcionarios, entre otros. Sin
embargo, todos ellos coinciden al señalar que, tanto su salida de Japón como su decisión de
emigrar a España, no estaba condicionada por la expectativa de encontrar mejores condiciones
laborales (más sueldo, mejores equipamientos y herramientas de trabajo), sino que su deseo de
venir estaba motivado por un cambio tanto en el ámbito laboral como en el estilo de vida.
Asimismo, aquellas personas que han emigrado en busca de una oportunidad laboral difícil
de lograr en Japón (por razones de género, presión familiar, etc.) llegan a España motivadas por
el posible acceso a un mercado laboral que ofrece mayores oportunidades.
“En Tokio trabajaba de gerente en una cadena de cafeterías americanas. Aunque mi
cargo no era muy alto, siempre tenía que hacer horas extras y no podía quedar con
mis amigas porque salía tarde y por la mañana empezaba pronto. Sentía que estaba
perdiendo mi juventud, así que empecé a pensar en buscar otro trabajo que me dejará
tiempo libre, pero creo que eso no existe en Japón.”
Mariko
c) Razones de formación laboral y académicas:
En este colectivo se encuentran referencia a las personas que emigran con la intención de
adquirir unas competencias concretas para poder desarrollar mejor su futura profesión,
independientemente del lugar en el que se desarrolle.
Dentro de este grupo están aquellos estudiantes universitarios que buscan ampliar el grado
de conocimiento de alguna materia que previamente habían tratado en Japón. También, este
colectivo integra a aquellas personas que se desplazan a Madrid, Barcelona o Zaragoza con el
objetivo de aprender o perfeccionar aspectos de una formación profesional específica, que les
servirá para mejorar sus competencias en su profesión. Ejemplo de ello son los casos de
deportistas o personas interesadas en el sector de restauración y hostelería, trabajadores de
multinacionales que buscan adquirir experiencia en trabajos de más responsabilidad, etc.
“Cuando cumplí los 16 años, el entrenador de mi equipo de fútbol me dijo que tenía
que pensar en mi futuro. Mis notas en el instituto eran muy buenas, pero mi equipo
estaba en la segunda división japonesa. Todo el mundo pensaba que tenía más futuro
como “salaryman” que como futbolista, pero un amigo de mi padre que vive en Madrid,
le comentó que yo quería jugar a fútbol a un amigo que tenía un equipo en
Madrid…finalmente decidí venir al Zaragoza B. Aunque no es un equipo de la primera
RESULTADOS • 117
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
división, aquí puedo aprender y dedicarme a jugar, que es lo que me gusta. Si me
hubiera quedado en Japón ahora estaría trabajando en “Honda”, “Panasonic”, o algo
así.”
Ibiki
d) Razones familiares o de pareja:
El encuentro con la familia nuclear, la pareja, o la intención de formar una nueva familia,
son algunas de las razones que destacan los participantes de este estudio en el momento de
decidir emigrar de Japón. Este colectivo se puede dividir en dos subgrupos de inmigrantes. En el
primero, se están aquellos japoneses que han llegado a España como parte de un proyecto
familiar ya consolidado. Este es el caso de empresarios y trabajadores desplazados por la
empresa a nuestro país. El segundo caso, lo componen aquellos japoneses que han emigrado a
España con la intención de iniciar o consolidar una relación sentimental con una persona de
origen español. Esta subcategoría está formada por mujeres (76% aproximadamente), en su
mayoría entre 25 y 40 años con estudios universitarios. Todos los japoneses entrevistados que
conforman una pareja mixta con hijos nacidos en España consideraban que salvo por fuerza
mayor (trabajo o salud de algún familiar en Japón), su intención es la de criar a sus hijos en
España.
“Vine a España por varios motivos. Entre ellos, porque cuando vivía en Kanagawa,
conocí a mi marido (español). Los dos trabajábamos, pero el quería volver, y como yo
estudié español en la universidad, pensamos que sería una buena idea probar una
nueva vida aquí (España)…Acepté venir porque quería ser profesora de japonés, no
trabajar en una empresa, y venir a Europa me daba esa oportunidad.”
Totoko
Cabe destacar que las razones que exponen los participantes para emigrar de Japón no
son excluyentes. A lo largo del periodo de recogida de información, se ha podido constatar cómo
los entrevistados han relacionado varios de estos motivos con su marcha del país de origen. Por
ejemplo, en el caso de los estudiantes universitarios, un alto porcentaje ha elegido venir a España
por sus estudios, y por tener un especial interés en algún aspecto de la sociedad de acogida. Del
mismo modo, aquellas mujeres que buscaban acceder a un mercado laboral con más
oportunidades, elegían la zona en la que asentarse en base a sus intereses como el estilo de vida
o el lugar de residencia de su pareja española.
RESULTADOS • 118
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Cuadro 17. Motivos por los que la población japonesa emigra a España.
Una vez conocidos los motivos por los que los miembros de este colectivo deciden
emigrar, es necesario identificar cuáles son los principales destinos, así como aquellos factores
determinantes que influyeron a la hora de decidir asentarse en la sociedad de destino. Estos
aspectos hay que tenerlos en cuenta ya que de este modo, se puede observar cuales de ellos
favorecen el proceso migratorio, durante la llegada y a lo largo del periodo de asentamiento.
En el cuadro 19, se indican aquellos países en los que los entrevistados, han residido
antes de asentarse de forma indefinida en la sociedad de acogida. 19 de los 44 entrevistados han
vivido en otros países antes de hacerlo en España. Los destinos más frecuentes son los países de
habla inglesa como Estados Unidos (9) y Reino Unido (7) Canadá (2) e Irlanda (1). También se
han identificado otros países menos relevantes en cuanto al número de japoneses que han
residido en ellos, pero que comparten ciertos rasgos culturales con España. Estos son Italia,
Francia, Perú y Brasil.
“En general, para los japoneses es más fácil emigrar a los países en lo que se habla
inglés….la razón es muy sencilla, estudiamos inglés desde que somos niños, entonces
para nosotros es más cómodo ir a Estados Unidos o a Inglaterra, porque no nos
tenemos que preocupar tanto por aprender el idioma, y podemos pensar en otras
cosas.”
Musume
Todos los entrevistados que se han trasladado a países occidentales antes de afincarse en
España, consideran que la experiencia ha sido positiva. Las principales razones por la que la
escala en otra nación se considera positiva, están relacionadas con la adquisición de habilidades
sociales y la experiencia vivida.
“Aunque España era mi país favorito, creo que vivir fuera me ha ayudado a conocer a
los españoles y su sociedad de manera diferente. Muchos jóvenes que llegan a
España hacen muchas cosas porque creen que así experimentaran cosas “muy”
españolas”. También soportan muchas cosas malas de los españoles porque ellos
quieren vivir aquí y piensan que sus problemas pueden ser por diferencias culturales,
pero a veces es sólo porque la gente no es buena o no les gusta esa persona. Creo
RESULTADOS • 119
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
que si vives fuera o te relacionas con otros extranjeros puedes distinguir si las cosas
que pasan son por la cultura o no.”
Mariko
Cuadro 18. Países de residencia previa al traslado a España de los emigrantes japoneses.
Fuente: Elaboración propia
2.3. Factores de atracción y expulsión.
Los factores de atracción y expulsión, proporcionan información sobre los motivos que
llevan a un colectivo a emigrar, o la razón por la cual un país resulta atractivo para determinados
colectivos inmigrantes.
Habitualmente los factores de atracción se asocian a las condiciones de vida, a mayores
oportunidades, etc., que se dan en los países económicamente desarrollados, mientras que los
factores de expulsión aluden a la situación social, económica, etc., en la que se encuentran los
países económicamente menos desarrollados. Sin embargo, casos como el del colectivo japonés,
hacen que sea necesario revisar estos supuestos ya que, como se muestra a continuación,
variables tan subjetivas como la búsqueda de un modelo de vida determinado, o los intereses
personales, pueden considerarse más importantes que mantener una posición social y económica
acomodada.
Atracción.
1.
El imaginario colectivo que se tiene de España antes de emigrar, es uno de los factores
de atracción con mayor peso en el flujo migratorio de los japoneses hacia occidente. Los
términos más empleados para describir como se pensaba que sería la sociedad
española durante la fase pre-migratoria eran: un país con gente muy abierta (45
RESULTADOS • 120
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
repeticiones), fácil para hacer amigos (40), gente muy divertida (32). Esta imagen se ha
desarrollado a partir de la información procedente de los medios de comunicación tras la
Segunda Guerra Mundial, los juegos Olímpicos de Tokio, y especialmente tras los logros
deportivos españoles en las últimas dos décadas.
Tabla 9. Descripción de la población española según el colectivo japonés residente
en España.
Palabras usadas por la muestra para describir a los españoles
2.
Frecuencia
Gente muy abierta
45
Fácil hacer amigos
40
Gente muy divertida
32
Un poco/muy vagos
23
Gente atractiva
19
Sinceros
12
Una oferta de formación académica más económica que otros países de Europa, y
mayor seguridad y estabilidad política y económica que en el continente sudamericano.
3.
Las condiciones laborales que ofrece el mercado laboral europeo, permiten alcanzar un
nivel elevado de especialización, posibilidades de ascenso laboral, y en muchos casos,
de una mayor libertad de los trabajadores en comparación con el modelo japonés.
4.
Aumento de capital social. En este sentido, la representación social que se tiene de
España es importante, ya que se considera que establecer relaciones sociales en
nuestro país es más sencillo que hacerlo en otros países. Asimismo, el establecer
vínculos con personas extranjeras puede resultar beneficioso tanto en el ámbito personal
(hacer amigos, encontrar pareja) como profesional (abrir nuevos nichos de mercado,
conocer nuevos socios).
5.
La afinidad o el interés por determinados aspectos culturales como la lengua, el
patrimonio histórico y artístico, etc., también se consideran un factor de atracción
importante. Aunque España no ha sido uno de los destinos más habituales de la
comunidad inmigrante japonesa, en los últimos años, esta situación está cambiando. Las
similitudes fonéticas entre el español y el japonés, junto con el aumento de inmigrantes
de países latinoamericanos que está recibiendo Japón, contribuyen a que la lengua
española ya sea el segundo idioma occidental más estudiado en Japón.
RESULTADOS • 121
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
6.
El capital cultural es otro de los elementos de atracción para este colectivo. Personajes
históricos como Gaudí, Goya o Lorca, junto a artistas y figuras emergentes como
Joaquín Cortes o Ferrán Adrià, sirven de reclamo para muchos de los japoneses que
imaginan un futuro fuera de su país. Asimismo, el éxito y la popularidad que han
adquirido algunos japoneses en campos como el flamenco (Ishimitsu Takazuka) o el
toreo (Nono Taira), ha contribuido a que la imagen que se proyecta de España, sea la de
un país abierto a oriente, y que ofrece oportunidades de desarrollo personal más allá del
mundo laboral.
Cuadro 19. Elementos de atracción hacia España, identificados por la muestra.
Expulsión.
1.
La presión y el control social, junto con el conflicto interno entre el deber y el querer,
constituyen dos de los factores de expulsión más comunes entre los japoneses. Por
ejemplo, para muchas mujeres, permanecer en el país de origen supone la aceptación
de un modelo de vida concreto, en el cual los intereses y expectativas de futuro
familiares pueden primar sobre los propios.
2.
La falta de alicientes para el progreso individual en el puesto de trabajo. Para colectivos
como el de mujeres o el de jóvenes, la falta de reconocimiento a nivel individual en el
país de origen, supone una dificultad añadida a la hora de acceder a determinados
puestos de trabajo o ascender profesionalmente. La presión social dificulta la iniciativa
individual, especialmente de colectivos como el de jóvenes o mujeres, marcando unas
pautas, valores y conductas claros, que han de ser seguidos. Por esta razón, cada vez
son más los que emigran a España y otros países europeos, en busca de oportunidades
de promoción de una carrera profesional o simplemente desarrollar un estilo de vida que
no es aceptado por la sociedad de origen.
RESULTADOS • 122
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
3.
El modelo empresarial japonés constituye un elemento de expulsión a tener en cuenta.
Ben-Air (2006) analiza el funcionamiento interno de las multinacionales japonesas y
destaca que las estancias en sedes del extranjero suponen grandes ventajas para los
trabajadores ya que, es una forma de aumentar el capital social tanto personal como
empresarial. Asimismo, como forma de incentivar estas estancias en el extranjero, las
multinacionales
ofrecen
a
estos
trabajadores,
cargos
superiores
a
los
que
desempeñaban antes de su salida. De este modo, la opción de salir de Japón se puede
entender como una inversión de futuro, sobre todo para aquellos jóvenes que presentan
dificultades para acceder a puestos de mayor responsabilidad. El afianzamiento de redes
sociales así como el aumento de capital social y humano que esto puede suponer,
también se convierten en un incentivo para emigrar.
4.
La situación laboral es otro de los factores de expulsión a contemplar. A la escasez de
ofertas de empleo derivadas, tanto por la situación de crisis global como por la recesión
económica que vive Japón desde la década de los 90, hay que añadirle unas
condiciones laborales que no convencen a los japoneses (sueldos bajos, ampliación de
la jornada laboral, etc.) y que, contribuyen a que cada vez más personas estudien la
opción de emigrar como una posible alternativa.
Cuadro 20. Elementos de expulsión del país de origen, identificados por la muestra.
Sin embargo, tanto los motivos de expulsión como de atracción expuestos, nos remiten a
un colectivo diverso, en el que podemos encontrar diferentes perfiles.
3. Preparación previa a la partida y fuentes de apoyo.
La muestra comparte cierto grado de similitud a la hora de encarar el momento en el que
se decide salir de Japón. Cerca del 70% de las personas entrevistadas manifiestan que su
intención de salir de Japón tuvo lugar en los años en los que eran estudiantes universitarios, y
más concretamente a finales de su vida universitaria. De aquellos entrevistados con estudios
universitarios, 4 de cada 5 habían realizado alguna estancia previa en el extranjero como parte de
RESULTADOS • 123
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
su formación. Un 23% consideró la opción de emigrar después de conocer a personas extranjeras
en Japón, y el 7% restante empezaron a plantearse esta opción o bien por petición expresa de la
empresa o bien porque la pareja quería retornar a su país de origen.
Durante la transición de la fase post-migratoria a la de asentamiento, las principales
inquietudes planteadas por este colectivo giran en torno a tres aspectos:
1.
Formarse en la sociedad de destino. Una de las prioridades es la de matricularse en
cursos de post grado o de español para extranjeros entre otros.
2.
Acceder a un mercado laboral más flexible. A lo largo de la fase previa a la salida hacia
el país de destino, salvo el grupo de estudiantes, todos los entrevistados ocupaban un
puesto de trabajo estable en Japón. Este grupo de asalariados, durante esta fase,
seleccionó empresas o ámbitos laborales a los que les gustaría incorporarse una vez
asentados en la sociedad de acogida.
3.
Ahorrar dinero para afrontar la fase de asentamiento con cierta estabilidad económica. A
lo largo de la fase-premigratoria se ha identificado esta estrategia común en toda la
muestra. El periodo de ahorro oscila entre los 6 y 18 meses, dependiendo de la profesión
y/o el nivel socioeconómico de los participantes. Las razones por las que se reserva el
dinero para la fase de instalación son: a) afrontar el pago de matriculas de cursos, b)
viajar por el territorio nacional y europeo y c) equilibrar el desajuste entre el nivel de vida
de ambos países.
Junto a estas inquietudes e intereses, a lo largo de las entrevistas, los informantes también
apuntaron algunos elementos que no se tuvieron en cuenta durante la fase post-migratoria y que
obstaculizaron su proceso de integración. Entre ellos destacan las dificultades para acceder al
mercado de trabajo, puesto que no existe ningún convenio bilateral, y se requiere un visado
especial al no ser ciudadanos miembros de la UE, cambiar el visado de estudiante o turista u
obtener un permiso de residencia o de trabajo y acreditar u homologar la titulación del país de
origen a la normativa europea.
Los participantes señalan que la excesiva carga burocrática que requiere la tramitación de
estos procesos, junto al lento funcionamiento de la administración competente, lleva a los
japoneses a plantearse su regreso al país de origen.
“Después de estudiar casi un año en un curso de la universidad, una academia me
ofreció trabajar como profesor de japonés…sin embargo, como no tenía un permiso de
trabajo no me podían contratar más que unas pocas horas a la semana. Para los que
llegamos aquí como estudiantes o turistas se nos plantea un grave problema. Al no
poder trabajar no podemos vivir en España, y trabajar es casi imposible si eres
RESULTADOS • 124
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
japonés. Tú título no vale, al no ser europeo nadie quiere hacerte un contrato porque
no saben cómo se hace y necesitan mucho tiempo.”
Toshi
“Para los japoneses la mejor opción es venir a Barcelona o Madrid. Aquí hay
empresas japonesas que están dispuestas a hacerte los papeles. Pero esto no es lo
que queremos la mayoría de japoneses. Si quisiera trabajar en Toyota o Mitsubishi,
me hubiera quedado en Tokio…para muchos la única opción es trabajar una
temporada con ellos, y después si tenemos suerte podemos buscar otro trabajo en
alguna empresa española o de Europa.”
Akino
Como apuntan algunos japoneses, a este tipo de adversidades se suma el
desconocimiento
tanto
de
los
organismos
públicos
como
de
las
organizaciones
no
gubernamentales (ONGs), y esto les obliga a reajustar su proyecto migratorio, así como las
estrategias de asentamiento.
“En mi curso de español para extranjeros, compartía clase con chicas chinas, de
Corea, de Brasil y de países de África. Cuando lo terminamos algunas de ellas
pudieron encontrar trabajo en España y se quedaron aquí. No se por qué las chicas de
África y Brasil no tuvieron ningún problema. Ellas me dijeron que pidieron consejo a
sus embajadas y a unas ONGs y no tuvieron problemas con sus visados. Las chicas
chinasnene tuvieron más dificultades, pero al final una también consiguió un trabajo en
Madrid. Yo pedí ayuda a la embajada de Japón y a Casa Asía, pero nadie sabía cómo
podía tramitar el visado…finalmente un amigo de mi novio (español) me explicó como
hacerlo y conseguí mi visado de trabajo.”
Noriko
Como se recoge en el testimonio de los participantes, el apoyo social se convierte en una
de las piezas claves del proyecto migratorio ya que en muchos casos, el éxito en las primeras
fases de este proyecto depende, en gran medida, de la ayuda recibida durante la fase premigratoria y las primeras etapas de la fase de instalación.
En este sentido, los japoneses manifiestan, de forma unánime que la contribución más
importante, en la que proporciona la familia nuclear. En segundo lugar, sitúan al apoyo recibido
por la familia más extensa y los amigos. En tercer lugar, se encuentran aquellos jefes, profesores
o compañeros de trabajo que prestaron su ayuda durante esta etapa previa a la llegada.
RESULTADOS • 125
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
A pesar de que la familia se convierta en el soporte principal para la persona que quiere
emigrar, es importante señalar que el proyecto migratorio que se plantea,
no es siempre
aceptado, ni recibe una aprobación automática.
Aquellos entrevistados que consideran que la familia no fue una de las fuentes de apoyo
más importantes, defienden que las razones por las cuales los miembros familiares mostraban
cierto escepticismo con el proyecto migratorio, están estrechamente relacionadas con el mundo
laboral. Algunos padres, en ocasiones, no comprendían los motivos por los que una persona con
un buen trabajo quiere empezar una nueva vida desde cero en un país extranjero. Otro de los
factores por los cuales la familia no apoya la decisión de emigrar durante las primeras fases del
proyecto migratorio, está vinculado al rol de emigrante como miembro de una familia
transnacional. Este motivo se ha identificado especialmente en mujeres de edades comprendidas
entre los 21 y 35 años. Como ellas mismas manifiestan, aunque sus familias no lo han expresado
de forma directa, perciben que su salida de Japón, en ocasiones, se ha interpretado como un
abandono de las obligaciones en relación a la familia nuclear (cuidado de los progenitores).
“Pasaron casi 2 años desde que me vine a España y pude hablar con mi familia.
Cuando supieron que me iba a España, ellos no me dijeron nada. Al llegar aquí les
llamaba una o dos veces por semana y ellos no me contestaban…una amiga mía me
dijo que ellos estaban un poco tristes y enfadados porque dejaba mi trabajo y mis
obligaciones en Japón. Cuando fui de vacaciones a Japón ellos no me vinieron a
buscar, y no parecían muy contentos con la idea de tenerme unos días en casa, pero
lo hablamos y con el paso del tiempo lo han ido asimilando.”
Sakura
Independientemente de que la familia nuclear muestre su agrado con la decisión tomada,
los participantes en esta investigación, en su mayoría, consideran que el apoyo familiar es útil
para empezar su nueva etapa. Al contrario que en otros colectivos, el apoyo que la familia presta,
suele ser de carácter afectivo o moral, más que económico.
Tabla 10. Fuentes de apoyo identificadas por los entrevistados durante el proceso
migratorio.
Fuentes de apoyo
Frecuencia
Familia nuclear
13
Familia extensa
10
Amigos
10
Jefes y supervisores
4
Compañeros de trabajo
4
RESULTADOS • 126
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Los únicos casos en los que sí se confirma que la familia aportó recursos económicos para
iniciar el proyecto migratorio, corresponden a aquellos jóvenes estudiantes que realizaran un
periodo de formación en una universidad española. En esta situación los padres aportaron una
cuantía económica suficiente para hacer frente a necesidades básicas como la manutención,
alojamiento, matrículas y material para el estudio, y una pequeña cantidad reservada para hacer
frente a situaciones eventuales como cuestiones sanitarias, matriculas, tasas de escolarización o
imprevistos.
4. Estrategia migratoria y llegada a España.
Como se ha visto anteriormente, los inmigrantes japoneses, al no ser miembros de la UE ni
al existir ningún tipo de acuerdo bilateral entre España y Japón, necesitan obtener un visado que
les permita entrar y/o permanecer de forma regular en el país. A pesar de algunos acuerdos en
materia económica y cultural, como los realizados en el 2013 (coincidente con el aniversario de la
entrada de japoneses en España), hoy en día sigue sin existir ningún convenio que facilite el flujo
de personas entre ambos países. Esto, obliga a las personas que emigran del país nipón, a llevar
a cabo una serie de estrategias migratorias, que la literatura de las migraciones internacionales,
suele asociar a colectivos de inmigrantes cuya área de procedencia está menos desarrollada
económicamente que la de destino.
4.1. Estrategias migratorias.
Se han identificado 4 tipos de estrategias que permiten a este colectivo obtener permisos
de residencia en España. Estos son: mediante visados de turista, a través del visado de
estudiante, el matrimonio entre europeos y japoneses, y permisos de trabajo.
1.
Visado de turista. Aproximadamente un 16% de la muestra viajó a España con un visado
de turista antes de asentarse en el país. De ellos, 5 utilizaron el viaje para visitar
universidades, buscar alojamiento, o ponerse en contacto con personas que residían en
España y que les podían servir como primer punto de apoyo durante la etapa de
instalación. Estas personas solían ser amigos japoneses que llevaban tiempo residiendo
en España, o amigos españoles que habían conocido en Japón. Las personas que
llegaron con este visado son, en su mayoría, mujeres de mediana edad con una carrera
y un trabajo estable en Japón.
2.
Visado de estudiante. Se pueden identificar dos tipos de inmigrantes que llegan a
España con este tipo de visado. Por un lado, el 66% del total de los entrevistados
llegaron a España con el visado de estudiantes y asistieron de forma regular a los cursos
previstos. De éstos, un 62% (18), utilizaron este visado para quedarse en España y, al
mismo tiempo, adquirir experiencia laboral fuera del país de origen (6 japoneses) o para
RESULTADOS • 127
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
empezar una relación sentimental (12). En el caso de este segundo tipo de colectivo, la
experiencia laboral la adquieren trabajando en la economía sumergida, por ejemplo
dando clases de japonés, cuidando niños, etc. Las personas que llegaron con este
visado responden al perfil de jóvenes que no superan los 35 años, con trabajos en el
país de origen, cuya relación entre formación académica y funciones desarrolladas en el
puesto de trabajo es escasa.
“Cuando llegué a España nadie me quería contratar como profesora de inglés porque
no podía demostrar mi titulación, pero por el contrario podía dar clases de japonés sin
tener un título. Al principio no podía entenderlo, y de hecho no quería enseñar japonés
porque para eso tendría que estudiar otra vez. Pero un día una amiga me dijo que
buscaban a una japonesa para un taller de origami y como yo de pequeña era muy
aficionada pues me apunte como profesora…Llevo 4 años en España y mi trabajo
siempre ha estado relacionado con asuntos de la cultura japonesa. La verdad es que
cuando estaba en Japón, pensaba que esto no eran más que tonterías pasadas de
moda, pero ahora gracias estas “tonterías” he podido conocer a muchos amigos
españoles y entender mucho mejor mi propia cultura.”
Nene
3.
Matrimonio entre europeos y japoneses. Debido la delicada situación económica que ha
azotado a occidente en los últimos años, muchos inmigrantes han visto imposible
regularizar su situación en España. El caso del colectivo nipón no ha sido una excepción.
Ante la imposibilidad de conseguir un trabajo que les permitiera regularizar su situación
en la sociedad de acogida, muchos de los miembros de este colectivo que llegaron a
España con un visado de turista o de estudios, han visto en el matrimonio, la única
opción de asentarse de forma permanente en España. Como se ha visto anteriormente,
uno de los motivos para emigrar es el tener una pareja española (o de otra nacionalidad
de la zona euro), y las opciones de acceder a un mercado de trabajo más flexible. En
este sentido, cabe destacar que solo 2 personas de la muestra, han contraído
matrimonio con una pareja distinta a la que tenían durante la fase pre-migratoria.
Asimismo, la muestra manifestó, que una vez obtenido el permiso de residencia,
aumentó el abanico de posibilidades para acceder al mercado laboral.
4.
Permiso de trabajo. Únicamente 5 (11%) japoneses dentro de la muestra vinieron a
España con permiso de trabajo. 3 de ellos, habían llegado de la mano de una empresa
japonesa y 2 fueron contratados por empresas con sede en España cuando éstos se
encontraban en el país de origen.
Cabe destacar que 4 de estas personas, en el
momento de la entrevista, ya no trabajaban para las mismas empresas que les habían
traído a nuestro país. En cualquier caso, el haber llegado con un permiso de trabajo, les
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
facilitó el acceso al mercado laboral en la sociedad de acogida. Los japoneses con este
perfil son personas de entre 35 y 50 años que a su llegada a España ocupaban cargos
similares a los desempeñados en Japón. 4 de ellos llevaron a cabo un proyecto
migratorio familiar que incluía a la pareja y a los hijos.
4.2. Llegada y asentamiento en España.
Hasta el momento, se ha planteado el proceso que abarca desde la idea de salir de Japón
hasta la llegada a la sociedad de acogida, prestando atención a aquellos factores relevantes que
han influido en la fase pre-migratoria y en los inicios de la de asentamiento.
Llegados a este punto, es preciso retomar la cuestión de cómo se desarrolla la fase de
instalación de los japoneses que han llegado a España con visado de estudios, turista, trabajo o
por arraigo familiar.
Como se ha señalado anteriormente un 43% (19 personas) de las personas que conforman
la población objeto de estudio, han residido en otros países diferentes a España. También se ha
expuesto cómo los propios japoneses afirman que normalmente, el apoyo que reciben es de
carácter moral, salvo alguna excepción.
Así pues, la trayectoria migratoria dibujada por la muestra presenta dos itinerarios. Por un
lado aquellos japoneses que llegan directamente a España, y aquellos que lo hacen tras haber
residido previamente en uno o varios países extranjeros.
España
o
Primer país de acogida
Japón
Japón
España
Cabe destacar que de aquellos japoneses que han residido en otro país extranjero, un
porcentaje importante (57% aproximadamente), han regresado al país de origen antes de
asentarse en España. En estos casos, la vuelta a Japón sirve para llevar a cabo los preparativos
previos a la fase de instalación. Por lo tanto, se puede decir que un itinerario bastante utilizada por
la población japonesa residente en España, muestra un esquema parecido a este:
Japón
País/es de acogida
Vuelta a Japón
Instalación en España
Esta vuelta a Japón, después de haber permanecido en España de forma temporal, o
haber residido en otro país extranjero, y haber decidido que se quería iniciar un nuevo proyecto de
vida fuera del país de origen, no suele ser una estancia breve, sino más bien todo lo contrario. El
tiempo que transcurre desde que se regresa a Japón hasta que se inicia la fase de instalación
oscila entre los 5 meses y los 4 años. Durante este periodo, esta población prepara todo aquello
RESULTADOS • 129
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
que cree que puede ser necesario para su nuevo proyecto en la sociedad de acogida. Durante
este tiempo destacan dos actividades importantes: por un lado la preparación académica, que
principalmente gira en torno al aprendizaje del español o a cursar algún estudio de postgrado, y
por otro, un periodo de ahorro que le permita poder iniciar su esta nueva etapa con ciertas
garantías económicas.
“Mis primeros siete meses en Zaragoza fueron geniales, vivía como un vividor, no
trabajaba, no estudiaba…podía vivir así porque antes de venir trabajé muy duro para
ahorrar dinero y vivir aquí una temporada a ver si la vida con mi actual esposa, podía
funcionar o no.”
Hideo
“Después de conocer a mi amigo regresé a Japón. Yo sabía que quería venir a
España así que me esforcé mucho para estudiar español y poder trabajar para ahorrar
dinero… Trabajé en varias cafeterías los fines de semana, y entre semana me
dedicaba a dar clases de inglés a alumnos de secundaria.”
Midori
Este ahorro funciona de “colchón” para que la persona japonesa pueda permanecer fuera
de su país durante un periodo de tiempo relativamente largo con un permiso de estudiante o de
turista, sin tener la necesidad de trabajar para mantenerse.
La segunda actividad relacionada con la preparación previa a la llegada a la nueva ciudad,
el idioma, no solo se limita a aprender o perfeccionar el lenguaje tanto oral como escrito, sino que
en algunos casos, también se elabora una búsqueda de los lugares en los que se puede aprender
el idioma en la sociedad de destino. Esto es una proceso muy común no solo entre estudiantes,
sino que aquellos inmigrantes interesados en otros aspectos como el arte, la historia, o los
trabajadores de empresas japoneses en España, así como sus familiares, también muestran
interés por participar en cursos o talleres de español o catalán (en el caso de los de las zonas
próximas a Barcelona) para extranjeros.
Teniendo en cuenta todo esto, se puede afirmar que la población japonesa realiza una
serie de actividades previas que les ayuda a reducir, o prevenir el impacto que supone llegar a
una nueva ciudad con la que no se está muy familiarizado.
RESULTADOS • 130
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
“Cuando decidí vivir en España, tuve que volver a Japón a prepararlo todo. Ya tenía le
experiencia de haber vivido en Irlanda,, y sabía que si volvía a cometer los mismos
errores lo pasaría muy mal, así que volví a Osaka y me puse a estudiar español, a
trabajar como una loca y a buscar información de universidades y cursos de español
con la ayuda de mi novio.”
Yuko
Por lo tanto esta “preparación” actúa como complemento de muchas de las políticas
públicas destinadas a la integración de los inmigrantes. A esto hay que añadir que gran parte de la
muestra (únicamente 3 personas llegaron a España sin tener ningún contacto en el país) ya
contaban con algún apoyo en la sociedad de destino. En su mayoría estas fuentes de apoyo en la
fase inicial eran informales (amigos españoles, familia y pareja principalmente), aunque el grupo
de estudiantes y el de trabajadores de empresas japonesas en España, identificaron las fuentes
de apoyo formal (universidad, profesores jefes) como las más importantes en las primeras etapas
de instalación.
Las necesidades y demandas más frecuentes en estas primeras etapas estaban
relacionadas con actividades cotidianas como la obtención de un teléfono móvil, abrir una cuenta
bancaria, alquiler de una vivienda y otros quehaceres burocráticos como el empadronamiento, la
tarjeta sanitaria, etc. Las razones por las que las personas que componían la muestra no podían
hacerles frente por si mismos son fundamentalmente dos. En primer lugar, consideraban que su
nivel de español no era lo suficientemente bueno como para ocuparse de estos asuntos
personalmente, y en segundo lugar, porque consideraban que los trámites eran muy costos y la
información que recibían era en ocasiones muy ambigua e incompleta.
“Hace falta mucha información para poder vivir en España. Por ejemplo yo no se
dónde está el médico, ni la biblioteca más cercana a mi casa, ni lo que se necesita
para trabajar o ir al médico…al llegar aquí nadie me enseño nada, y bueno…yo
cuando llegue no hablaba español así que no sabía que hacer. Finalmente, tuve que
buscar en un foro de japoneses que viven en el extranjero y ellos me ayudaron.”
Rei
Una vez ya más acostumbrados a la situación en España, las fuentes de apoyo informal
ganan protagonismo en detrimento de las fuentes de apoyo formal. A través de la asistencia a
cursos de español, talleres de cocina, etc. los japoneses logran tejer una nueva red social.
No obstante, se ha identificado en determinados colectivos dentro de la muestra una
especial dificultad para establecer vínculos con la población de acogida. Estos son empresarios, y
estudiantes universitarios. Especialmente estos segundos, una vez ya están asentados en la
sociedad de acogida, consideran necesario el redefinir los objetivos migratorios ya que debido a
RESULTADOS • 131
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
su nivel de español, y a las diferencias culturales, las relaciones con gente española son escasas.
Normalmente, las redes de apoyo de este colectivo la componen compañeros de clase japoneses
y otros extranjeros con los que viven o van a clase.
“Llegué hace 3 años, con la idea de relacionarme con españoles y conocer más a
fondo la cultura. Sabía que lo mejor era buscar un piso compartido con españoles,
conseguir clases particulares, o trabajo en una empresa española…Mi novio (español)
me presento a todos sus amigos, pero no conseguía hacer amigos por mi misma. Creo
que hasta mi segundo año, todos los amigos que hice aquí eran extranjeros.”
Soryuu
“Estoy un poco triste porque es muy difícil hacer amigos españoles. Veo a mucha
gente en la universidad, pero no se cómo ni dónde puedo hablar con ellos.”
Ayumi
5. Creación de nuevas redes sociales y de apoyo en la sociedad de acogida y su finalidad.
El interés por determinados aspectos culturales del país de destino, se ha identificado
como uno de los ejes principales sobre el cual gira el proyecto migratorio nipón. El interés por
llevar a cabo un proceso de inmersión cultural, favorece la creación de redes sociales y de apoyo
compuesta por españoles. Asímismo, su condición de minoría facilita la formación de los enclaves
étnicos y fomenta la relación con otros inmigrantes con los cuales comparten su condición de
extranjeros y/o intereses personales.
Uno de los aspectos más importantes a la hora de analizar las redes de apoyo es conocer
como se forman estos grupos. En el caso de los participantes en esta investigación, se han
identificado dos mecanismos en su creación:
1.
Tener una pareja española supone una puerta de entrada no solamente a la sociedad de
acogida, sino que también ayuda a establecer los primeros contactos con la población
autóctona. Esto resulta especialmente significativo para aquellos japoneses que llegan a
la sociedad de acogida sin un permiso de trabajo o de residencia ya que por ejemplo, el
desconocimiento acerca de cómo acceder al mercado laboral o sobre las ofertas de ocio
locales, hacen que la pareja autóctona se convierta en una fuente de apoyo y de
recursos.
2.
Acudir a cursos de español, cursos de post grado o a actividades de ocio, ha contribuido
a la incorporación tanto de españoles como de otros inmigrantes en sus redes de apoyo.
Para aquellos japoneses que llegaron a España como estudiantes, el hecho de asistir a
clases y tener que trabajar con otros estudiantes, ha fomentado la relación con otras
personas. Cabe destacar que en el caso de aquellos estudiantes de español de entre 19
RESULTADOS • 132
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
y 24 años, el compartir aula con otros japoneses, no les ha ayudado a relacionarse con
compañeros de otras nacionalidades. Aunque se ha observado que, independientemente
de la edad, aquellos japoneses que han realizado cursos o talleres relacionados con
actividades de ocio (como cocina o danza), han logrado crear unas redes sociales
multiétnicas con más facilidad que aquellos que no han asistido a este tipo de
actividades.
Durante la fase de instalación se observa una evolución en la composición de las redes de
apoyo de este colectivo. Durante las primeras etapas, estas redes las componían básicamente
familiares (en el caso de arraigo), la pareja o los compañeros de trabajo o de clase. Sin embargo,
a medida que el proyecto migratorio avanza, las redes sociales ganan en heterogeneidad étnica y
diversidad funcional. Por ejemplo, entre los japoneses que llevan residiendo en España más de 4
años, se han identificado una media de 4 nacionalidades distintas en los miembros que componen
sus redes.
Como señalan los informantes, no todas las redes sociales cumplen las mismas funciones.
Por ejemplo, las fuentes de apoyo como la pareja u otros españoles se consideran fuente de
apoyo funcional, es decir, la ayuda que se percibe y se espera de ellas va encaminada a atender
cuestiones relacionadas con la comprensión de pautas y conductas sociales o el funcionamiento
de la sociedad, de organismos públicos u otras instituciones. Por otra parte, las redes formadas
por japoneses y otros extranjeros, especialmente cuando estos se consideran próximos desde un
punto de vista cultural (por ejemplo coreanos o chinos), el apoyo que se recibe suele ser de
carácter afectivo, ya que como los propios informantes comentan, en ocasiones es más fácil
empatizar con otras personas que están en una situación parecida.
“Cuando llegué aquí, pensé que todo sería muy fácil. La idea que tenía de los
españoles es que eran abiertos y me aceptarían sin problemas. La realidad fue muy
diferente. Es difícil hacer amigos aquí también. Quizás por el idioma o las diferencias
culturales…por suerte, el grupo de amigos de mi novio, eran un poco otakus, y como
les encanta el anime, manga, la lengua japonesa, etc. ellos siempre querían que yo
fuese con mi novio y gracias a él, hice mis primeros amigos españoles.”
Mayumi
“En el curso de español para extranjeros habían estudiantes chinos, coreanos,
africanos, y de Europa. Mi nivel de español era bajo, igual que el de mis compañeros
japoneses, por eso tenía vergüenza de hablar con los demás alumnos. Con el tiempo
me hice amigo de una chica de China, entonces descubrí que ella me podía entender
muy bien. Teníamos los mismos problemas e incluso habíamos pasado por cosas muy
similares. A ella le podía explicar mis problemas en España porque sabía que aunque
RESULTADOS • 133
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
somos de diferentes países, tenemos más cosas en común que con gente de Europa
o África.”
Makoto
6. Identidad y sentimiento de pertenencia.
Los cambios en el estilo de vida, las normas sociales o en las pautas conductuales, son los
ejes principales sobre los que giran los objetivos a alcanzar en el proyecto migratorio japonés. La
consecución de estos objetivos, a menudo trae implícito un conflicto entre los valores propios y los
de la sociedad de destino.
En esta investigación, se ha advertido la importancia de este conflicto, y de su impacto
durante la fase de instalación. Los resultados obtenidos sugieren la existencia de una relación
directa entre la composición de redes sociales multiétnicas y el favorable desarrollo de un
sentimiento de pertenencia hacia la sociedad de acogida por parte del colectivo nipón.
En primer lugar, durante la fase post-migratoria, los entrevistados manifiestan sentirse, de
algún modo, identificados con la cultura española. En este sentido, el imaginario social promovido
por los medios de comunicación (televisión, Internet o medios escritos) junto con el desagrado o
rechazo de determinados aspectos de la sociedad de origen (presión social, falta de libertad, etc.)
contribuyen a generar una imagen positiva de la sociedad de acogida.
“Un día vi un programa que se llama españoles por el mundo, creo. En el salían unas
personas de España que daban su opinión sobre la vida en Japón. Cuando escuchaba
sus comentarios, me di cuenta que pensábamos de la misma manera. Ellos también
hablaban de lo que les gustaba de España y no podían hacer aquí en Japón. En ese
momento sentía que era más española que japonesa. Teníamos tantas cosas en
común.”
Yuki
En el caso del colectivo japonés, poseer un alto nivel de lengua de destino (NLD) facilita el
sentimiento de pertenencia a la sociedad española. Como comentaron los entrevistados, durante
los años 1970, y 1980, el español era una lengua minoritaria entre los estudiantes japoneses, por
ello, el ser capaz de comunicarse en un idioma distinto al japonés o el inglés, les distinguía del
resto de compañeros. Asimismo, el hecho de poder hablar español suponía un vínculo de unión
entre ellos, los japoneses de segunda y tercera generación que habían emigrado desde países
latinos como Bolivia o Perú y los inmigrantes provenientes del sur del continente americano y
España.
En segundo lugar, al imaginario social se le une un interés personal por emigrar a una
zona concreta. A diferencia de otros colectivos cuyo objetivo migratorio (o lugar de destino), se
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
determina por parámetros tales como el desarrollo económico de la zona o la posibilidad de
acceder a un determinado sector laboral, estos inmigrantes culturales optan por establecerse en
una zona determinada en función de otros criterios cómo oportunidades de formación, unas
ofertas de ocio que se ajusten a sus intereses por la cultura de destino, etc.
“A mi novio (español) le ofrecieron volver a España o marcharse a Uruguay. Tras
mucho pensarlo, le dije que sólo iría con el si nos íbamos a España…Yo quería ir a
España ya que viviríamos en Barcelona, y allí tendría más oportunidades para llevar a
cabo mis proyectos personales. Quería estudiar el cuidado de las personas mayores
con problemas mentales, y sabía que en Barcelona había unos cursos a los que me
podía apuntar. En Uruguay también se habla español, pero conozco a chicas
(japonesas) que han vivido allí y no están muy contentas. Además creo que la
formación allí no es muy buena y como japonesa no tengo tantas oportunidades para
estudiar esto en Montevideo.”
Megumi
La conjunción de estas dos variables (representación social e interés por la cultura de
destino), sin duda contribuye a que se adopte una actitud favorable a la hora de crear nuevas
redes sociales en el país de destino. Asimismo, el interés que despierta la cultura japonesa en
nuestra sociedad, también ayuda a fomentar que las relaciones entre los miembros de ambos
colectivos sean más fluidas.
El metaconcepto de apoyo social incluye aspectos básicos como la pertenencia, la
implicación o el compromiso. Por ello, los participantes en esta investigación, en relación al
sentido de pertenencia hacia la sociedad de acogida, consideran que ser capaces de cumplir los
objetivos establecidos durante la fase post-migratoria, así como tener la oportunidad de establecer
redes multiétnicas ha favorecido el desarrollo de un mayor grado de pertenencia a la sociedad de
receptora. En este sentido, la participación de los entrevistados en actividades culturales ha
supuesto la conjunción entre estos dos elementos claves (objetivos migratorios y la creación de
redes sociales multiétnicas).
“Sinceramente, ahora si me ofrecieran un trabajo bueno en Japón, no creo que lo
aceptase. Aquí he tenido la oportunidad de dedicarme a lo que realmente me gusta.
Venir a Cataluña ha sido la mejor opción. Tengo la vida que soñaba cuando vivía en
Japón, y una familia…claro que la familia no es la excusa para no volver. A mi marido
le encantaría, pero…he conocido a mucha gente de otros países, y he hecho buenos
amigos. Soy japonesa por fuera, pero creo que cada vez me siento más española y
preferiría quedarme aquí muchos años.”
Nana
RESULTADOS • 135
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Del mismo modo, se ha identificado una clara distinción entre el sentimiento de pertenencia
y la identidad nacional del colectivo japonés en España. Mientras los resultados apuntan a un
sentimiento de pertenencia elevado hacía la sociedad de acogida, también se ha constatado la
permanencia de la identidad nacional japonesa.
“Sí, no hay duda de que soy japonés, nací en Japón y me crié allí, pero después de
vivir en Zaragoza, siento que mi lugar esta aquí…hay cosas que claro que echo de
menos, por ejemplo mis amigos del colegio, pero aquí he encontrado cosas que me
compensan más. Aunque algunos de mis amigos y mis familiares dicen que ya no soy
japonés al cien por cien, nunca podré decir que yo soy español. Puedo decir que soy
japonés y que me encanta la vida española, incluso más que la de mi país, pero eso
no me convierte en español ¿verdad?”
Takashi
“Quiero que mi hijo (nacido en España) aprenda japonés, pero se que eso no le hará
japonés. Creo que su situación puede ser la contraria a la mía. El será español porque
ha nacido aquí y se criara aquí, pero yo soy japonesa porque desde pequeña me han
inculcado unos valores, y aunque sé que estos valores no son los mejores en
determinados casos, no puedo evitar pensar, “vale soy japonesa tengo que hacer
esto”. Claro que esto no quiere decir que siempre actúo al estilo japonés. A veces
pienso, esto no puede ser así, pero luego me digo a mi misma que estoy en España, la
gente aquí no pensará mal si hago esto o lo otro. Por eso, a pesar de estas
dificultades, cada vez que me ocurre estoy contenta de estar aquí. A decir verdad,
cuando voy a ver a mi familia a Japón y hago algo que no es correcto, pienso: “quiero
volver a mi casa” hablando de España claro.”
Yukino
En relación al proceso identitario, la interacción en redes multiétnicas favorece la toma de
conciencia de lo que significa la propia identidad nacional. El encuentro con una cultura diferente
propicia también el encuentro con el significado de la cultura propia gracias al ejercicio de
distancia y contraste.
7. Perspectivas de futuro.
El fenómeno migratorio es un proceso compuesto de dos fases: la pre-migratoria y de
instalación. Cada una de ellas consta de una serie de objetivos y características que una vez
cumplidos llevan al inmigrante a la siguiente etapa. En ocasiones, debido a las circunstancias
sociales o personales, estos objetivos, han de reajustarse ante las nuevas situaciones vividas. Un
claro ejemplo de esta adaptación de los objetivos planteados en las etapas iniciales del proyecto
migratorio, lo encontramos a finales del periodo de asentamiento.
RESULTADOS • 136
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Aproximadamente, 3 de cada 4 entrevistados, consideraba prioritario obtener un permiso
de residencia o de trabajo en España antes de plantearse objetivos a largo plazo como formar una
familia, tener hijos, o encontrar un trabajo estable.
En cuanto a las perspectivas de futuro, se ha advertido una gran diferencia en función de
género y edad. Entre los japoneses menores de 24 años que ya han afianzado su proyecto
migratorio, los objetivos de futuro son:
1.
Encontrar un trabajo estable que se ajuste a su formación. Los jóvenes japoneses cuyo
nivel de español no les permite acceder a puestos de trabajo en igualdad de condiciones
que el resto de la población local, optan por trabajar en empresas japoneses o en
academias privadas impartiendo clases de lengua japonesa, u otras disciplinas
relacionadas con la cultura nipona como la caligrafía o la papiroflexia.
2.
Continuar estudiando. Como manifestaron parte de los participantes, una de las ventajas
de emigrar a España era la posibilidad de compaginar trabajo y ocio. En este sentido,
una de las perspectivas de futuro de este subgrupo es la de continuar estudiando o
practicar alguna de sus aficiones como la pintura o la música. Esto se debe a que con los
problemas de visado, muchos de estos jóvenes no podían matricularse ni acceder a
cursos de formación dirigidos exclusivamente a colectivos desempleados, o no cumplían
ciertos requisitos cómo disponer de un permiso de residencia.
Por su parte, los japoneses mayores de 25 años entrevistados, presentaban las siguientes
aspiraciones para su de futuro.
1.
Formar una familia en la sociedad de acogida. Como se ha visto anteriormente, un gran
número de japoneses llegaron a España con pareja (o con la intención de empezar una
relación) con una persona española. Durante la fase de instalación muchas de las
relaciones se consolidaron. Como muestra de ello, del total de los 44 entrevistados, 13
de ellos tuvieron uno o más hijos durante este proceso. Para estas parejas con hijos, o
que tienen la intención de tenerlos en la sociedad de acogida, su objetivo es permanecer
y criar a sus hijos en ella. Del total de participantes con hijos nacidos en España, 10 de
ellos consideran que tanto su futuro como el de sus hijos va a tener lugar en España. Por
el contrario 2 de ellos no descartan volver a Japón y 1 no había pensado en esta
cuestión.
2.
Desarrollar una carrera profesional. Para aquellos japoneses que han logrado acceder a
un lugar de trabajo que se ajusta a sus pretensiones iniciales, sus perspectivas de futuro
van encaminadas a conseguir éxitos profesionales difíciles de lograr en el país de origen.
Estos objetivos son: compaginar trabajo y vida personal, ocupar cargos de mayor
RESULTADOS • 137
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
responsabilidad y desempeñar una labor que satisfaga sus intereses e inquietudes
personales.
Una minoría de personas entrevistadas en la muestra hace referencia a la posibilidad de
regresar a su país. Entre ellos destacan aquellos japoneses que llegaron a España de la mano de
una empresa multinacional y cuyo proyecto migratorio estaba limitado a un periodo de tiempo
concreto.
Para el resto de la muestra, retornar al país de destino en un futuro a corto o medio plazo,
no forma parte de su proyecto vital. Sin embargo, se han identificado una serie de variables que sí
condicionarían el regreso a Japón.
Tabla 11. Motivos por lo que los entrevistados sí volverían a Japón.
Frecuencia
La pareja fuese enviada a Japón por la empresa
21
Un familiar directo enfermara
Las condiciones laborales y sociales en Japón
j
Otros
18
Como conclusión, se deduce de los resultados
5
5
expuestos la tabla 11 que salvo por
razones de fuerza mayor, no se contempla regresar al país de origen. Estas respuestas mantienen
cierta relación con los motivos por los cuales la muestra estaría dispuesta a quedarse en la
sociedad de acogida.
Tabla 12. Motivos por lo que los entrevistados no volverían a Japón.
Frecuencia
Tengo a mi familia en España
30
Tengo muchos amigos en mi ciudad
23
La vida en España es más cómoda
12
La vida en España me gusta más
9
Otros
3
Todo el mundo emigra por unas razones concretas y pensamos que ir a un lugar o a
otro, nos hará la vida más fácil. Es por eso que creo que Japón no es un mal país. La
gente es muy amable y respetuosa, parece que nunca quieren molestarte, todo está
muy limpio… pero después de vivir en varios países y ciudades, creo que el éxito de
emigrar no depende del lugar, sino de la gente. La verdad es que pienso que, si los
amigos que tengo en España, los extranjeros y los japoneses, los hubiese conocido en
RESULTADOS • 138
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Japón, quizás nunca habría venido aquí. O si los hubiera conocido en otro país me
hubiera quedado allí…no es que no quiera volver a Japón o prefiera España por ser
mejor país, no. Es que aquí tengo un círculo de amigos muy bueno, tengo a mi marido
y a su familia que me ayudan, tengo a mi hijo. Ahora todo eso es más importante que
la idea de estudiar y aprender que tenía cuando llegué.
Ino
RESULTADOS • 139
CUARTO CAPÍTULO:
CONCLUSIONES
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Sociedad multicultural, diversidad étnica o entornos pluriculturales, son conceptos que
aparecen cada día con más frecuencia en los medios de comunicación y en conversaciones
cotidianas. Aunque resulta extremadamente difícil encontrar una definición compartida para estos
términos, todos ellos hacen referencia, de alguna forma, a la relación entre las diversas culturas
que conviven en un mismo espacio. Sin embargo, en el ámbito académico, resulta sorprendente
que parte de la literatura especializada en el desarrollo de las sociedades contemporáneas,
interprete estos conceptos como un proceso unidireccional, en el cual habitualmente, el colectivo
minoritario tiene un impacto cultural mayor sobre la sociedad de acogida, que la que ésta pueda
tener sobre el primero (Kim, Laroche y Tomiuk, 2004 y McKay, 2010).
Mientras el enfoque del fenómeno migratorio desde esta perspectiva unidireccional crea
una imagen de aislamiento social (que a menudo no se corresponde con la realidad), abordar la
situación de los diferentes colectivos inmigrantes como elementos que interaccionan con el resto
de agentes sociales, aporta una visión global que no destaca únicamente aspectos negativos
(marginación, delincuencia, conflictos, etc.), sino que resalta los beneficios y la forma en la que los
diferentes colectivos que comparten un espacio común crean una nueva comunidad basada en el
intercambio y en la comunicación entre personas.
Por ello, las conclusiones de esta tesis pretenden aunar un marco teórico que combina, los
conceptos y teorías relativas a la creación de redes sociales y la literatura referente al flujo
migratorio japonés en occidente, con los resultados obtenidos de la muestra residente en España.
En este sentido, las ideas expuestas continúan con las propuestas por otras investigaciones como
las de Miguel y Tranmer (2010) sobre la importancia de las relaciones entre inmigrantes y
españoles, así como las teorías sobre el cambio en las tendencias migratorias en Japón
expuestas por White (2005).
Con el fin de definir el fenómeno migratorio como un proceso dinámico en el cual, la
dimensión temporal y espacial juegan un papel clave, las conclusiones se expondrán siguiendo el
esquema propuesto por Chou (2009). En primer lugar, se analizarán aquellos aspectos vinculados
a la fase pre-migratoria como factores de atracción y expulsión y los nuevos flujos migratorios
hacia occidente. Seguidamente, se presentarán aquellos elementos relacionados con la fase de
instalación como la creación de redes sociales en la sociedad de acogida, nuevas estrategias de
asentamiento y el sentimiento de pertenencia.
1. Nuevas tendencias en los flujos migratorios hacia España: la cuarta oleada.
Como señala White (2003), se pueden identificar cambios sustanciales en las tendencias
migratorias del colectivo nipón en España. El milagro económico de la década de los 60 y 70
desembocó, en lo que White denomina, la 3ª oleada migratoria. Este éxodo lo componen altos
cargos empresariales y élites políticas (embajadores, diplomáticos, etc.). Con el periodo de
CONCLUSIONES • 143
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
recesión económica de los 80, cambios sociales tales como la aparición de la generación perdida
(lost generation) o las primeras reivindicaciones ciudadanas, junto al auge de la cultura occidental
en Japón, favorecieron que esta emigración elitista dejase paso a una generación de jóvenes
emigrantes con objetivos migratorios distintos. Este colectivo marcha a Europa con la intención de
formarse, y de este modo, adquirir una plusvalía que les permita, a la vuelta a su país de origen,
acceder a un mercado de trabajo cada vez más exigente y de difícil acceso.
El cambio en las tendencias migratorias hacia occidente en la última década, asienta la
base de lo que Fujita (2004; 2009) designa como inmigración cultural (cultural migrants). Este
nuevo concepto hace referencia a aquellas personas que emigran de Japón por afinidad a una
cultura diferente, o en busca de un modelo de sociedad que les permita compaginar una carrera
profesional con determinadas actividades propias de la sociedad de acogida. Los datos obtenidos
en esta investigación coinciden con la evolución del fenómeno migratorio japonés descrita por
White (2003). No obstante, a diferencia de otros países europeos como Alemania o Reino Unido,
en los que la transición de un modelo migratorio a otro ha tenido lugar de forma paulatina y
progresiva, en el caso de España no se observa este proceso secuencial, sino que ambos
modelos (élites y jóvenes, o como los designa White, company man e inmigrantes voluntarios)
confluyen en un mismo tiempo y espacio.
Como se recoge en el primer capítulo de este trabajo, en la actualidad, son varios los
autores que destacan la convergencia entre varios modelos migratorios en una misma área:
Machimura (2003) en los Estados Unidos; Fujita (2009) en los Estados Unidos y Reino Unido:
Magat (1999) en Canadá y Suzuki (2006) en Bolivia.
Al analizar las características que muestran estas sociedades con los datos obtenidos en
esta investigación, se pueden identificar aspectos comunes que sugieren que nos encontramos
ante lo que se podría catalogar como “la cuarta oleada” de inmigrantes japoneses hacia occidente.
Los atributos que la caracterizan son:
1.
Preparación del proyecto migratorio durante la fase pre-migratoria.
2.
Feminización del fenómeno migratorio.
3.
Incremento del número de inmigrantes “voluntarios” frente al estancamiento del colectivo
de “Company men”.
4.
Desinstitucionalización del proceso migratorio.
5.
Elección de la sociedad de destino.
6.
Proyecto migratorio individual.
7.
Proyecto migratorio en la sociedad de destino a largo plazo.
8.
Parejas mixtas entre japoneses y locales.
9.
Movilidad geográfica y laboral.
10.
Alto grado de interacción con los agentes sociales en la sociedad de acogida.
CONCLUSIONES • 144
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Los resultados obtenidos en esta investigación aportan testimonios que, apoyados por los
estudios de autores como Tsutsui (2008), Nomura (2006), y Ono y Piper (2004), ayudan a
explicar la transición a esta cuarta oleada.
Cuadro 21. Características básicas de las oleadas migratorias japonesas.
Época
1ª oleada
1885
2ª oleada
1910
3ª oleada
1950-1970
4ª oleada
2000
Lugar de
destino
Sur y centro
América
Asía pacífico
Centro de Europa
y Estados Unidos
Europa oriental y
Norte América
Motivo del
éxodo
migratorio
Las autoridades
japonesas
pretenden reducir
la sobrepoblación
y las diferencias
entre el norte y el
sur del país
Asignar a
militares y
combatientes
japoneses,
territorios
ocupados tras las
guerras de China
y Corea
Expansión
económica de las
empresas
japonesas en
Occidente
Interés por
conocer nuevas
culturas y estilos
de vida diferentes
Características
básicas
Flujo migratorio
promovido por el
gobierno japonés
Flujo migratorio
promovido por el
gobierno y el
ejército japonés
Flujo migratorio
promovido por las
empresas y las
familias de clase
alta
Inmigración
"voluntaria"
Modelo migratorio
familiar
Modelo migratorio
familiar
Modelo migratorio
individual-familiar
Modelo migratorio
individual
Bajo nivel de
formación
Altos rangos
militares y
miembros de la
alta sociedad
japonesa
Élites políticas,
altos ejecutivos y
estudiantes
universitarios
Japoneses de
clase media con
formación mediaalta e interés en
la sociedad de
acogida
Asignación del
lugar de destino
por parte de las
autoridades
El gobierno y el
ejercito ubican a
esta población en
función de su
estatus social y
los méritos
bélicos
Las empresas
japonesas
asignan una sede
a los trabajadores
desplazados en
función de sus
necesidades y
experiencia. Los
estudiantes se
matriculan en
universidades
prestigiosas
El lugar de
destino se
determina en
función del
interés de cada
individuo
Objetivo
migratorio: tareas
relacionadas con
la agricultura y la
ganadería
Reestablecer el
orden político y
social en las
zonas ocupadas
Adquirir
experiencia fuera
de Japón y
regresar al país
de origen
Asentarse en la
sociedad de
acogida, formar
parte activa de la
misma y conocer
la cultura
Comunidades
cerradas
Comunidades
cerradas
Comunidades
cerradas
Comunidades en
expansión
CONCLUSIONES • 145
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Las características sociodemográficas específicas de esta 4ª oleada, tales como la
feminización o la edad media - adulta de la llegada de japoneses a España, se puede relacionar
con el boom de las empresas japonesas, así como con el aumento de estudiantes que llegan a las
universidades españolas.
En un primer momento, el número de empresas japonesas en España era relativamente
reducido, y no se instalaron hasta finales de los 80, principios de los 90. Esto favoreció a que la
diferencia entre géneros en nuestro país no fuera tan acentuada como en otros lugares en los que
la 3ª oleada había tenido lugar con anterioridad, y en los que el vestigio del cambio de un modelo
migratorio individual masculino a uno familiar, había reforzado la del estereotipo de inmigración
japonesa masculina.
En segundo lugar, como indica Beltrán (2002; 2005), durante la 3ª oleada migratoria, el
colectivo de estudiantes era el más importante dentro de la comunidad nipona en España. Del
mismo modo que con la inmigración de élites, durante la década de los 90, este grupo estaba
formado mayoritariamente por varones. Sin embargo, a finales de los 90 e inicios del 2000, está
tendencia se invierte (Martínez-Callaghan y Gil-Lacruz, 2012).
La feminización de está cuarta oleada queda justificada en parte, por ambos sucesos. Es
necesario destacar que el cambio que ha experimentado el papel de la mujer japonesa en su país
de origen (inserción paulatina en el mundo empresarial, retraso en la edad de contraer matrimonio
y concepción de hijos, emancipación, etc.), le ha permitido la oportunidad de emigrar. No obstante,
mientras el papel de la mujer ha tendido a “occidentalizarse”, el rol del hombre japonés ha
permanecido prácticamente invariable desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (“obligado
socialmente” a acceder al mercado laboral, ocupar la posición de cabeza de familia, etc.)
Estos cambios en la sociedad japonesa introducen otras dos particularidades propias de
este nuevo fenómeno migratorio: a) la desinstitucionalización del proyecto migratorio, y b) unos
objetivos migratorios a largo plazo en la sociedad de acogida. Por un lado, la crisis económica a
nivel global ha hecho que muchas multinacionales japonesas opten por trasladar sus sedes a
países en vías de desarrollo ubicados en Sudamérica o en el sudeste asiático. Esto significa que
aquellos japoneses que eligen emigrar a España, lo hacen por iniciativa propia y centran el
proyecto migratorio en alcanzar objetivos personales, que normalmente suelen estar relacionados
con algún aspecto propio de la sociedad a la que emigran como el aprendizaje de la lengua,
mejorar o adquirir habilidades en distintas disciplinas, crear una familia con una persona de otra
nacionalidad distinta a la suya, etc.
Desde esta perspectiva, la 4ª oleada, al desvincularse de intereses corporativos, presenta
unas estructura mucho más flexible en tanto que permite que sus miembros ya no contemplen el
proyecto migratorio como un mero trámite, sino que adquiere un enfoque personal que permite
CONCLUSIONES • 146
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
establecer unos objetivos a largo plazo que quedan abiertos a una posible reformulación en
función de cómo se desarrolle la fase de instalación. Sin duda, esto ha contribuido a que los
miembros de esta comunidad presenten un alto índice de movilidad geográfica dentro del territorio
nacional, así como una experiencia laboral en España en sectores diversos como la enseñanza de
japonés a españoles, funciones de secretariado para empresas nacionales o actividades de cara
al público enmarcadas en el sector servicio como azafatas, camareras, interpretes, etc.
Por ultimo, el carácter de voluntariedad (entendido como contraposición al de
obligatoriedad impuesto por las multinacionales que destinan a sus trabajadores al extranjero) que
caracteriza a esta cuarta oleada migratoria favorece que, a diferencia de periodos anteriores, los
miembros que la componen muestren un especial interés en establecer lazos con la sociedad de
acogida. Los resultados obtenidos en relación a los matrimonios mixtos, así como a la
composición de las redes sociales de los inmigrantes japoneses, junto al elevado número de
asociaciones culturales hispano-japonesas que figuran en los registros civiles, son claros ejemplos
del interés que suscita la cultura española y del grado de integración que alcanza el colectivo
nipón.
1.1. Relación entre los factores de atracción y expulsión y los nuevos perfiles
migratorios en la comunidad japonesa.
Como se puede observar, uno de lo cambios más significativos de esta nueva corriente
migratoria es la “voluntariedad”, o “libertad” que presentan los inmigrantes a la hora de tomar la
decisión de emigrar, así como de elegir la sociedad de destino, o plantear los objetivos
migratorios. No obstante, a pesar de que es posible identificar determinados rasgos comunes
entre la 3ª y la 4ª oleada, al analizar la relación entre los factores de atracción y expulsión
expuestos por los participantes y sus objetivos migratorios, los resultados sugieren una
categorización de los miembros de la comunidad japonesa, que combine las propuestas de
autores como White (2003; 2005), Ono y Piper (2006), Takeda y Matthew (2009) o Fujita (2009).
Uno de los grandes desafíos ante los que se enfrentan las investigaciones sociales,
especialmente al estudiar sociedades postmodernas caracterizadas por la dispersión y diversidad
de sus componentes, consiste en establecer clasificaciones respetando la diversidad individual de
los elementos que forman el objeto de estudio y evitando generalizaciones que puedan
distorsionar la percepción que de ella se genere. A pesar del reto que esto supone, resulta
inevitable, y necesario para entender el funcionamiento de un ente social, enmarcar los distintos
elementos en función de unas determinadas características comunes, o parámetros, que ayuden a
identificar y/o comprender la función que ocupan dentro de un conjunto. Ante esta tesitura, se ha
optado por un modelo de categorización híbrido a través del cual, se han establecido cuatro
categorías (o subgrupos) basadas, no en características comunes entre los diferentes miembros
del colectivo japonés (y que por lo tanto serían excluyentes en relación al resto de los subgrupos),
CONCLUSIONES • 147
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
sino que se han sistematizado en función del grado de impacto de los factores de atracción y
expulsión que han relatado los participantes de esta investigación durante la fase pre-migratoria y
de instalación.
De este modo la categorización que se propone es la siguiente:
1.
Élites políticas y empresariales o white collars, cuyo punto de unión es el peso que tuvo
la empresa, o el organismo público a la hora de elegir España como lugar de destino.
2.
Asalariados o blue collars, es el subgrupo formado por aquellos japoneses que ven en la
emigración una oportunidad de mejorar, a nivel individual, en el ámbito laboral. Estas
mejoras abarcan un gran abanico de posibilidades entre las que destacan: posibilidades
de ascenso, horario de trabajo más reducido o estructura empresarial menos
jerarquizada entre otras.
3.
Lifstyle migrants, compuesto por inmigrantes japoneses cuyos principales factores de
atracción y expulsión están relacionados con la búsqueda de un nuevo estilo y
condiciones de vida distintos a los del país de origen.
4.
Parejas mixtas, que contemplan la oportunidad de iniciar o consolidar una relación de
pareja con una persona de distinta nacionalidad como el principal motivo para emigrar de
Japón.
Esta categorización, presenta ciertas similitudes con las propuestas de los autores citados
anteriormente, sin embargo cabe destacar la incorporación de dos elementos. En primer lugar, se
introduce un nuevo colectivo, los inmigrantes con parejas de nacionalidad española. Como se
observa tanto en los resultados como en las fuentes oficiales (INE, censo del padrón, etc.), el
número de matrimonios mixtos entre japoneses y parejas de distinta nacionalidad ha aumentado
en las últimas décadas. Durante el proceso de recogida de datos, gran parte de los entrevistados
consideraban que uno de los factores de atracción más influyente, era el hecho de tener una
pareja española (o con residencia habitual en España). Esta subcategoría, la componen
mayoritariamente mujeres con una media de edad de 32 años, estudios universitarios, y con un
trabajo estable en el país de origen. Cabe resaltar que las participantes que destacaban la
relación de pareja como un factor de atracción, también manifestaron cierto interés (aunque en
menor medida) en la sociedad de acogida, así como factores de expulsión compartidos con otros
subgrupos como los “lifestyle migrants” relacionados a las condiciones laborales y sociales en
Japón. Esta concurrencia en determinados factores de atracción y expulsión entre los subgrupos,
es el segundo elemento a destacar dentro de esta nueva propuesta.
Como señala White (2003), durante la tercera oleada, era posible establecer una distinción
clara entre “inmigrantes voluntarios” (los que llegaban a España por iniciativa propia y
CONCLUSIONES • 148
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
desvinculados de cualquier empresa japonesa), y los company man (trabajadores destinados por
las empresas en Japón a ocupar cargos en el extranjero). Durante la transición de esta tercera
corriente migratoria y la cuarta, autores como Fujita, Ono y Piper y otros, han ido identificando
nuevos perfiles migratorios dentro de lo que se conoce como “inmigrantes voluntarios”. Sin
embargo, esta cuarta oleada se caracteriza por un principio de voluntariedad que difiere del
concepto que maneja White, y que en consecuencia, la aglutinación de estos nuevos perfiles
dentro del colectivo de voluntarios puede llevar a formular conclusiones erróneas, ya que como se
verá a continuación, en la actualidad, las fronteras entre los diferentes subgrupos no están tan
definidas como lo estaban durante la llegada de japoneses en los años 70 y 90.
En esta tesis, en relación a los factores de atracción y expulsión, a lo largo de la recogida
de datos, se ha apreciado cierta homogeneidad en el discurso de los participantes. Por ejemplo, a
pesar del diferente grado de impacto que tiene el factor de atracción cultural, éste se ha
identificado en dos subgrupos aparentemente opuestos como son el formado por élites políticas y
empresariales y el de lifestyle migrants. Del mismo modo, la mayoría de los entrevistados
considera que determinas actitudes propias de la cultura de origen, como la presión social o los
roles esperados y percibidos, o ciertos aspectos del mercado laboral japonés, como una jornada
laboral extensa, o un sistema excesivamente jerarquizado, son factores de expulsión importantes
a tener en cuenta.
Como ejemplo, especialmente de las zonas metropolitanas de Barcelona y Madrid, se
recogió el testimonio de varias mujeres que, tras haber llegado a España de la mano de una
empresa japonesa, y no haber logrado su objetivo migratorio (alcanzar puestos de mayor
responsabilidad), optaron por abandonar sus puestos de trabajo e intentar retomar sus carreras
profesionales en multinacionales extranjeras ubicadas en España.
“Entré a mi compañía justamente después de terminar la universidad. Los primeros
años los pasé como secretaria de uno de los jefes de ventas. Le llevaba la agenda,
concertaba las citas, buscaba a los posibles clientes y todas estas cosas, pero en las
reuniones siempre me relegaba a un segundo plano...como estudié español en la
universidad, la empresa me ofreció la opción de ir a Ecuador y ocupar el puesto de jefa
de ventas, pero lo rechacé, creo que no es un país muy seguro. Un día mi jefe me
llamó a su oficina y me dejó las cosas muy claras. Me dijo que si quería mejorar tenía
que salir de Japón, así que sería mejor aceptar esa oferta. Finalmente no la acepté,
pero unos meses más tarde llegó otra oportunidad, en esta ocasión de otro
departamento. El puesto era de director de personal en Madrid. Llamé a mi jefe y le
dije que quería ese trabajo…Al llegar a España mi trabajo no era el de jefe, sino que
una vez más tenía que ser la secretaria del jefe. A él le quedaban 2 años más aquí
antes de volver a Japón…yo había venido hasta España para mejorar, pero después
CONCLUSIONES • 149
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
de esto no podía confiar más en la política de la empresa, así que busqué otro trabajo
en Madrid, y cuando lo encontré presente mi carta de dimisión. Está nueva empresa
exporta jamón, vino, aceite y estas cosas a Europa y Asia. Ahora mi situación ha
mejorado. Tengo la oportunidad de viajar por España, conocer la cultura y también he
conseguido ser algo más que la secretaría del jefe.”
Mariko
Así pues, se puede concluir que los cambios en las estrategias empresariales a la hora de
designar nuevos emplazamientos para sus trabajadores, así como los cambios sociales que
tienen lugar en la sociedad de origen como la incorporación de la mujer al mundo laboral o los
nuevos modelos familiares, otorgan un grado de “libertad” a las personas que deciden salir de
Japón. Esto hace que las razones y los factores de atracción y expulsión expuestos por los
participantes, no sean exclusivamente identificables en un subgrupo o en otro. Dicho de otro
modo, en esta cuarta oleada, la figura del inmigrante japonés que llega a España con la intención
de ingresar en una escuela de flamenco (inmigración cultural), o la del alto ejecutivo (company
man) ha dejado paso a un nuevo perfil de inmigrante que, aunque su principal objetivo sigue
siendo el de adquirir ciertas destrezas en un ámbito especifico, también tiene en cuenta otros
elementos a la hora de elegir un lugar de destino. Por ejemplo, el emprendedor japonés que llega
a España con la intención de trabajar ofreciendo servicios de traducción e interpretación a
multinacionales niponas (inmigración de asalariados o blue collar), no determina su ubicación
únicamente en función del número de filiales japonesas en la zona, sino que valora la posibilidad
de compaginar trabajo y tiempo de ocio (propio de la lifestyle migrants),
la posibilidad de
establecer nuevas redes sociales (inmigrantes culturales) e incluso la opción de crear una familia
(migración con pareja local).
Esta conexión entre los elementos que influyen a la hora de emigrar y decidir un lugar en el
que asentarse, dificultan la tarea de diferenciar entre los subgrupos que integran la comunidad
nipona en España. Sin embargo, el uso de la triangulación, ha ayudado a identificar la importancia
que tiene cada uno de estos elementos para cada persona y en consecuencia, ha facilitado su
categorización.
Como se ha defendido hasta ahora, los fenómenos migratorios son procesos dinámicos, no
estáticos, sujetos a múltiples variables que pueden afectar su devenir. Este método de
triangulación, ha permitido vislumbrar dichos cambios y observar como diferentes elementos como
la cultura, la búsqueda de mejores condiciones sociales o el interés por el patrimonio artístico
entre otros, han ido cobrando importancia o perdiéndola a lo largo de la fase pre-migratoria. Por
ejemplo, mientras que para parte de los entrevistados, durante las primeras etapas de la fase premigratoria, perfeccionar el idioma era el principal motivo para emigrar, mediante la triangulación
múltiple (Rodríguez, 2005), se ha observado como este elemento pierde protagonismo en
CONCLUSIONES • 150
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
beneficio de otros como tener una relación de pareja en España o experimentar un nuevo estilo de
vida.
Así mismo, el hecho de establecer estos nuevos subgrupos dentro del colectivo nipón,
sirve de base para contextualizar y conocer las nuevas estrategias migratorias que se han
identificado durante el proceso de asentamiento, así como su desarrollo dentro de la sociedad de
acogida azotada por una situación de crisis económica, política y social.
1.2. Nuevas estrategias de asentamiento.
La cuarta oleada de inmigración japonesa hacia occidente, y en especial a España,
presenta un tercer elemento que lo diferencia de los flujos migratorios anteriores: el desarrollo de
nuevas estrategias migratorias durante la fase de asentamiento en la sociedad de acogida.
Este cambio se encuentra estrechamente ligado a las variaciones de los factores de
atracción y expulsión, así como a los nuevos perfiles de japoneses que llegan a España. El hecho
de que dentro de cada subgrupo se hayan identificado diferentes razones para instalarse en
España (intereses personales, pareja, trabajo), repercute en la forma en la que los japoneses han
utilizado los distintos recursos para generar nuevas estrategias de asentamiento. Como se
expondrá a continuación, por ejemplo, la obtención de un visado de estudiante no siempre está
ligada a intereses académicos. A lo largo de las entrevistas, se ha recogido el testimonio de
japoneses que se han beneficiado de esta opción para intentar obtener experiencia laboral fuera
del país de origen, o simplemente, para poder permanecer en España un tiempo superior al
permitido por otros visados como el de turista.
Puesto que uno de los elementos característicos de esta nueva corriente es el
planteamiento de objetivos migratorios a largo plazo en la sociedad de acogida, uno de los fines
operativos para ello, es la obtención de un permiso de residencia. Los resultados han identificado
cuatro formas de alcanzar esta meta: a través del visado de turista, b) mediante visado de
estudiante, c) contrayendo matrimonio y d) con un permiso de trabajo.
Cabe destacar que, a pesar de las buenas relaciones diplomáticas entre España y Japón,
los convenios o pactos en materia de inmigración son prácticamente inexistentes. Esta falta de
acuerdo deriva en que, aquellos japoneses que llegan a la península, se ven obligados a hacerlo
en un régimen que les sitúa en una situación de riesgo de exclusión a la vez que supone una
barrera a la hora de alcanzar los objetivos propuestos en su proyecto migratorio.
Como reflejan los resultados, así como otros estudios similares, cada vez es más frecuente
que los miembros del colectivo inmigrante nipón, tras la imposibilidad de lograr un permiso de
trabajo que les permita regularizar su situación, opten por recurrir a la economía sumergida como
forma de sustento en la sociedad de acogida. De esta manera, estudiantes japoneses que buscan
CONCLUSIONES • 151
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
un nuevo estilo de vida y emprendedores, se ven forzados a aceptar trabajos esporádicos, para
los cuales, habitualmente, no están formados, o
bien a buscar oportunidades de acceso al
mercado de trabajo ligadas a las actividades que llevan a cabo las multinacionales niponas en
España. Esto, en ocasiones, resulta en un conflicto interno ya que la búsqueda de un estilo y
condiciones de vida diferentes queda supeditada a la posibilidad de poder permanecer de forma
indefinida en la sociedad de acogida.
Asimismo, para aquellos japoneses que se asentaron en España tras el estallido de la
crisis económica, la posibilidad de regularizar su situación ha ido complicándose con el tiempo.
Como comentaban los propios informantes, antes de la crisis, las empresas japonesas facilitaban
toda la documentación necesaria para obtener un permiso de trabajo, sin embargo en la última
década, cada vez son menos las filiales que están dispuestas a encargarse de estos trámites. Por
tanto, los miembros de esta cuarta oleada cuentan con un recurso menos que sus antecesores.
Es por ello, que muchas parejas mixtas (japoneses emparejados con personas de otras
nacionalidades, especialmente españoles o europeos) ante tales dificultades, optan por estabilizar
su situación acelerando los trámites del matrimonio. Cabe destacar, que, a pesar de que esto es
una practica poco extendida entre la comunidad nipona, cada vez es más frecuente entre parejas
jóvenes. En consonancia con estos hechos, algunos de los estudiantes entrevistados, no
descartaban la posibilidad de recurrir a esta alternativa en caso de encontrar una pareja estable
en la sociedad de acogida y no poder permanecer en España de forma legal.
Como se deduce de los resultados y los testimonios recogidos en esta investigación,
permanecer en el país de acogida de manera regularizada, es uno de lo principales retos ante los
que se ha de enfrentar este colectivo. Como defiende Chou (2009), una preparación previa
durante la fase pre-migratoria aumenta las posibilidades de concluir con éxito el proyecto
migratorio,
pero factores externos como cambios en la legislación, nuevas situaciones
socioeconómicas, etc., difíciles de prever, condicionan el proceso.
No obstante, resulta sorprendente que a pesar de las dificultades para mantenerse en la
sociedad de acogida, ni los propios entrevistados, ni ningún otro japonés de los identificados en
sus redes sociales, haya tenido que regresar a Japón por falta de trabajo en la sociedad de
acogida. Esto se debe, en gran medida, a la buena salud de la que goza la cultura popular
japonesa en España. El interés por la lengua, las tradiciones y la cultura, junto a la reducida cifra
de japoneses, han creado un nicho de mercado reservado para aquellos inmigrantes con
dificultades para acceder a otros puestos de trabajo en los que han de competir con población
nacional o incluso con gente de otras procedencias. Desafortunadamente, la enseñanza del
idioma, y otras disciplinas relacionadas con Japón, se enmarcan dentro del sector de la economía
sumergida. Como se ha dicho anteriormente, esto sitúa a sus miembros en una situación de
CONCLUSIONES • 152
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
riesgo, ya que no se garantizan unos ingresos fijos, no se tiene acceso a ayudas, prestaciones por
desempleo, sanidad pública, etc.
Al margen de los obstáculos, en las estrategias migratorias mencionadas, también se
pueden destacar aspectos que favorecen la consecución de los objetivos migratorios. El interés
que despierta la cultura japonesa en España combinado con las muestras de interés de los
participantes en relacionarse con población autóctona, sitúa a los miembros de la comunidad
nipona en una situación privilegiada en comparación con otros grupos más numerosos pero que
no gozan de la misma popularidad, como por ejemplo, la comunidad china, la de países del este
de Europa, o incluso la latinoamericana. De la misma manera, el hecho de intentar regularizar su
situación a través de visados de estudiantes, matrimonios mixtos, o trabajando en puestos de
intermediarios entre empresas japonesas y españolas, facilita que las relaciones con ciudadanos
españoles sean mucho más frecuentes que aquellas que se basan en estrategias etnocéntricas
como la puesta en marcha de pequeños negocios basados en las necesidades del colectivo
migratorio al que se pertenece como locutorios, supermercados, etc.
2. El colectivo japonés en España: una comunidad en expansión.
En relación al papel que la comunidad inmigrante tiene en España como agente de cambio
social, investigadores como Camarero y Borrego (2004) y Beltrán y Saiz (2004), han llevado a
cabo estudios exhaustivos que reflejan las características internas de las comunidades más
representativas en nuestro país. No obstante, de Miguel y Tranmer (2010), ponen especial énfasis
en la dificultad que supone evaluar el impacto real de las comunidades inmigrantes en la sociedad
de origen, si éstas no se observan como un elemento inherente, y que interactúa de manera
directa con los demás agentes sociales que forman la sociedad de acogida.
Las vicisitudes de la cuarta oleada migratoria han contribuido a que la relación entre
japoneses y autóctonos no sea únicamente un objetivo propio del proyecto migratorio, sino una
necesidad incipiente para afrontar la fase de asentamiento en España. Siguiendo la nomenclatura
propuesta para designar a los diferentes tipos de comunidades japoneses en occidente, los
resultados de esta tesis sugieren que, actualmente en España, nos encontramos ante una
comunidad japonesa en expansión.
Los datos obtenidos apuntan a tres razones que han favorecido el desarrollo de este tipo
de comunidad en la sociedad española.
1.
La simultaneidad en la llegada de los diferentes flujos migratorios a España. El reducido
número de componentes del colectivo inmigrante japonés, junto a la diversidad de
proyectos migratorios que se han identificado, evitan que la comunidad nipona se divida
CONCLUSIONES • 153
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
en subcomunidades en función del estatus social, ámbito laboral, procedencia, etc.,
como sucede en las comunidades transnacionales y concentradas.
2.
Proyectos migratorios que contemplan la interacción con población autóctona como uno
de los objetivos destacados. El principio de “voluntariedad” que rige esta cuarta oleada
favorece que durante la fase de instalación, se de una predisposición por parte de los
inmigrantes japoneses a participar en actividades que fomentan la inclusión. Ejemplos de
ello es su asistencia a talleres, cursos u otras actividades de iniciativa local.
3.
El interés por la cultura japonesa en la sociedad de acogida. En las últimas décadas el
impacto de la cultura oriental en España ha ido creciendo exponencialmente. Como
destacan los informantes, la popularidad de expresiones culturales como la lengua, la
caligrafía o la decoración japonesa han creado entornos que favorecen la relación entre
españoles y japoneses.
Como se observa en el cuadro 1 (apartado 4.1. tipos de comunidades japonesas en
occidente), las comunidades en expansión se caracterizan por relacionarse frecuentemente con
personas de otras nacionalidades. En este sentido, el nivel de popularidad que alcanzó la cultura
japonesa en la España de los años 80, puede considerarse como uno de los elementos claves
para entender los motivos por los cuales, a diferencia de otros colectivos, el japonés sí ha logrado
establecer vínculos entre sus miembros y los de la sociedad de acogida.
Tsutsui (2008), defiende que la exportación de la cultura nipona como bien no tangible,
contribuyó al desarrollo económico de Japón a finales del siglo XIX. Del mismo modo que sucedió
en Japón con el boom de la cultura norteamericana, la comercialización de la marca “Japón” en
occidente, también ha tenido repercusiones sociales.
Desde la perspectiva del flujo migratorio nipón en España, la emisión televisiva (a nivel
estatal) de un gran número de series de origen japonés, junto a la llegada de avances
tecnológicos destinados al ocio como videoconsolas, televisores, reproductores de música,
cámaras fotográficas, etc. contribuyeron a la creación de una representación social positiva de
este colectivo, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
Aunque es necesario estudiar con mayor detenimiento los factores que han contribuido a la
buena acogida del colectivo nipón, los resultados obtenidos sugieren que la exportación de la
cultura japonesa, parece haberse convertido en una de las políticas de integración social más
exitosas. Prueba de ello es el elevado número de matrimonios mixtos, o el número significativo de
españoles que se han encontrado en las redes sociales de la muestra, en comparación con otros
colectivos con más tradición de presencia en España como el magrebí o los suramericanos
(Maya, 2009).
CONCLUSIONES • 154
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Esta idea gana en consistencia al contemplar tanto el testimonio de los entrevistados,
como la edad de los miembros que figuran en dichas redes (una medía de 34,7 años). La infancia
y adolescencia del colectivo de los españoles nacidos en los años setenta (que se insertan en
estas redes niponas) transcurre a la par que la penetración de la cultura japonesa en los medios
de comunicación españoles (ej. anime).
“Creo que el hecho de que yo sea japonesa no es suficiente para que estemos juntos,
pero sí reconozco que me ayudó a conocerle…En el curso de español hice amigas de
Gana, Brasil y China. Después del curso ellas volvieron a sus países un poco tristes
por no haber podido conocer a gente española. Yo sin embargo, al poco tiempo conocí
a un grupo de españoles que estudiaban japonés y a través de esto ahora tengo
novio…Cuando nos conocimos él (novio) y sus amigos querían hablar y preguntarme
todo sobre los dibujos que veían cuando eran niños, los videojuegos…en ocasiones
me sentía un poco sorprendida. Ellos me preguntaban cosas que habían visto u oído
en la tele e internet, y me di cuenta de que sabían cosas sobre mi cultura que yo
desconocía…Hablando con una amiga (japonesa), ella me contó que había tenido un
problema similar. Un día fue a tomar café con unas amigas españolas. Mi amiga pidió
un té, y cuando le trajeron el té, ella se lo sirvió al estilo japonés. En ese momento sus
amigas (españolas) empezaron a hablar de la ceremonia del té y de las costumbres
japonesas. Mi amiga se sintió muy incomoda y desde ese momento intenta evitar
todas estas “actitudes tan japonesas”.
Noriko
A pesar de que para la validación de esta hipótesis se requiere estudiar con mayor grado
de concreción el papel que juegan los españoles en el proceso migratorio japonés, testimonios
como el de Noriko, ponen de manifiesto la importancia de la propuesta de de Miguel y Tranmer
(2010), por la cual, el estudio del fenómeno migratorio debe abordarse como la interacción entre el
colectivo a estudiar y la población local. Del mismo modo, los resultados obtenidos a través de las
entrevistas indican que, a pesar de las diferencias culturales entre españoles y japoneses, en
aquellos casos en los que existe un interés compartido, el choque cultural no supone una barrera
a la hora de establecer vínculos. Estos resultados muestran una tendencia contraria a la teoría
defendida por Pantelidou y Craig (2006), en la cual se considera que las redes de apoyo más
sólidas entre inmigrantes, se forman con personas con las que se comparten rasgos culturales
como el idioma, tradiciones, religión, estilos de vida, etc.
3. Redes de apoyo durante el proceso de asentamiento.
En el caso del colectivo nipón, la buena acogida en España, junto con los objetivos
migratorios a largo plazo en la sociedad de acogida, han favorecido la creación de unas redes
CONCLUSIONES • 155
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
sociales caracterizadas por la diversidad étnica en su composición, así como por la diversidad
funcional de los miembros que la componen.
3.1. Desinstitucionalización del proceso migratorio.
Sakai (2003) y Fujita (2009) indican que 1a tercera oleada de japoneses hacía occidente
se caracterizaba por el apoyo que recibían los emigrantes por parte de instituciones y grandes
empresas. Con la llegada del nuevo modelo migratorio, las fuentes de apoyo informal han pasado
a ocupar un lugar protagonista como fuentes de apoyo durante la etapa de llegada e instalación
en la sociedad de acogida.
La diversidad de perfiles que se han identificado en la comunidad japonesa en España y el
cambio de rumbo que han tomado, tanto las empresas japonesas a la hora de desplazar a sus
trabajadores, como el papel de instituciones públicas y privadas (financiadas por el gobierno
japonés) con los inmigrantes japoneses en la sociedad de acogida, han contribuido a la
desinstitucionalización de este fenómeno migratorio.
En España, a pesar de que a finales del siglo XX, el colectivo formado por élites políticas y
empresariales era ligeramente superior a los demás, la burbuja ambiental descrita por Glebe
(2003), Toyokawa (2005) o Suzuki (2006), en la cual los inmigrantes japoneses en la sociedad de
acogida crean una comunidad aislada y se recrean las pautas y normas propias del país de
origen, no llegó a consolidarse. Esto significa que el tejido de apoyo formal descrito por Glebe
(2003), en comunidades concentradas, no ha llegado a tener el protagonismo que ha adquirido en
otras ciudades europeas como Dusseldorf. Como relatan los participantes, mientras la empresa
para la que trabajan proporciona seguro médico privado, servicio de guardería o transporte
gratuito hasta el lugar de trabajo en países como Alemania o Inglaterra, en España estos servicios
se han ido recortando.
En el caso de las instituciones oficiales financiadas por el gobierno japonés, con
excepciones puntuales como los centros educativos japoneses (aunque su objetivo principal es
atender las necesidades de los “kinkokushijo” o niños que van a retornar a Japón), no contemplan
las necesidades de los inmigrantes japoneses como una competencia que deban asumir.
A la falta de apoyo por parte de estas entidades, hay que añadir la escasez de recursos y
el desconocimiento que las autoridades competentes en España tienen sobre esta comunidad.
Todo ello coloca a este colectivo en una situación de exclusión tanto a la hora de ser beneficiarios
de ayudas sociales directas (becas de comedor, asistencia médica, acceso al mercado laboral,
etc.) como en el planteamiento de políticas de integración social (cursos de español específicos,
talleres de búsqueda de empleo, etc.).
CONCLUSIONES • 156
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
“Después de llegar a Madrid decidí matricularme en la universidad. Mi sorpresa fue
que, pese a tener una carrera terminada en Japón, no podía acceder a la universidad
por no haber un acuerdo en este tema entre Japón y España. Sin embargo, una chica
de Nigeria que conocía del curso de Español pudo matricularse sin hacer ningún
trámite.”
Isshi
“En la casa de las culturas hacen muchas actividades para los extranjeros, e incluso
se ponen en contacto con inmigrantes para que cuenten sus experiencias y den a
conocer cómo es su vida en España, y qué actividades hacen desde su comunidad
para que los españoles los conozcan más y puedan relacionarse con ellos. Llevo más
de 12 años aquí y nunca he oído que busquen a un japonés para hacer esto.”
Hidetoshi
Ante esta falta de apoyo formal, el colectivo nipón ha tenido que buscar alternativas. Como
destaca Fujita (2009), empresas privadas en Japón, como por ejemplo, academias de idiomas,
baile, agencias turísticas, etc., han visto este déficit de recursos como una oportunidad para
ampliar su mercado. Junto a las ofertas tradicionales, estas empresas ofrecen actividades de
inmersión en la cultura española acompañadas y supervisadas por una persona japonesa
residente en España, garantizando de este modo un apoyo en todo momento.
A pesar de que los participantes de nuestra investigación, conocían estos servicios, éstos
coinciden en que la cobertura y la cantidad de actividades ofertadas, no son equiparables a las de
los países anglosajones, y que por lo tanto no se pueden considerar una estrategia migratoria o
una fuente de apoyo formal durante la fase de asentamiento.
García Ramírez (2001) y Maya (2002; 2004), describen el carácter decisivo y la
operatividad de las fuentes de apoyo informal durante las primeras etapas de la fase de
asentamiento, al ser éstas más accesibles para la población inmigrante. En el caso del colectivo
japonés, la escasez de fuentes de apoyo formal otorga una mayor importancia a las fuentes de
apoyo informal.
3.2. Características y funciones de las redes de apoyo.
Los resultados de nuestra investigación apuntan a tres ejes a través de los cuales, los
inmigrantes japoneses van tejiendo sus redes de apoyo en la sociedad de acogida: a) cursos y/o
actividades culturales, b) pareja española y c) compatriotas japoneses asentados en España.
Desde una perspectiva funcional de las redes sociales, cabe destacar que debido a las
CONCLUSIONES • 157
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
características de cada uno de estos ejes, los participantes relacionan cada grupo con un tipo de
apoyo específico.
Cuadro 22. Relaciones entre la composición, la función y el tipo de redes de apoyo en el
colectivo japonés.
En relación a la asistencia a cursos y/o actividades culturales, se han identificado 2 tipos
de redes de apoyo que mantienen una estrecha relación con los objetivos migratorios y el interés
en participar en actividades culturales:
1.
Redes multiétnicas con predominio de amigos. Este tipo de redes nacen de la
interrelación entre japoneses y personas de distintas nacionalidades en actividades
específicas para la población inmigrante, como por ejemplo cursos de lengua española
u otros talleres organizados por asociaciones multiculturales. Debido a que los
asistentes a estos eventos comparten ciertas experiencias y sentimientos como la
llegada a un país extranjero, dificultades con el idioma o tener una familia
transnacional, el apoyo que de ellas de obtiene es de carácter afectivo. Estas redes
acostumbran a ser pequeñas y estar formadas por personas con las que se comparten
ciertos rasgos culturales.
2.
Redes locales. Estas redes nacen de la participación de los inmigrantes en actividades
originalmente destinadas a la población local. La relación con españoles gracias a la
asistencia a este tipo de cursos/actividades es frecuente en el colectivo nipón ya que,
como se ha visto anteriormente, su participación se contempla como uno de los
CONCLUSIONES • 158
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
objetivos migratorios. El interés común provoca que estas relaciones se perciban como
fuentes de apoyo funcional. Estas redes son pequeñas, pero con alto nivel de
especificidad.
El segundo pilar a partir del cual se establecen nuevos vínculos en la sociedad de acogida,
la pareja española, facilita la creación de redes de apoyo polivalentes, y que cumplen una función
tanto afectiva como instrumental. La figura de la pareja, o en ocasiones la de un amigo cercano
español, se puede identificar como un elemento integrador. En este trabajo se ha observado que
esta figura suele servir de puente de unión entre la persona japonesa, la familia de su pareja y el
grupo de amigos españoles.
La inserción en las redes sociales de la pareja también tiene su coste. El choque cultural
es uno de los aspectos más destacados a la hora de integrarse como miembro de la familia de
acogida. Este hecho se ha observado en parejas mixtas con una larga relación. Su impacto en
relaciones entre un hombre japonés y una mujer española ha sido mayor que en el caso contrario.
“La relación con la familia de mi mujer (española) es buena, aunque hay cosas que no
entiendo. Por ejemplo mi mujer y su madre se pasan el día juntas. Se llaman por lo
menos una o dos veces al día si no se ven. También tenemos que ir a casa de sus
padres todos los fines de semana…ahora intento evitarlo, pero hay veces en las que
no se si ella está casada con su madre o conmigo.”
Toshi
Pese a las diferencias culturales en las primeras fases del asentamiento, la familia de la
pareja se percibe como una fuente de apoyo afectivo y operativo.
“Desde el momento en el que llegué a Madrid sentí que mi suegra era como mi
segunda madre. Al principio no hablaba bien español y no conocía nada de la ciudad,
así que cada mañana íbamos juntas a tomar café y luego a comprar. Ella me enseñó
donde comprar las diferentes cosas, a moverme con el transporte público. También
me consiguió mis primeras clases de japonés…más adelante cuando tuvimos a
nuestro hijo, ellos se ofrecieron a cuidarlo si teníamos que trabajar los dos.”
Erin
Con frecuencia la pareja, también ayuda a integrar a la persona japonesa en su grupo de
amigos españoles. En estas nuevas redes sociales, se han identificado los rasgos que de Miguel y
Tranmer (2010) consideran que constituyen indicadores favorables (en personas autóctonas), a la
predisposición de relacionarse con personas de otras nacionalidades.
CONCLUSIONES • 159
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Las redes de apoyo que se derivan de la pareja están compuestas en su mayoría por
hombres con edades próximas a las de la persona japonesa, y con una formación académica alta,
principalmente universitarios.
A estos rasgos destacados por de Miguel y Tranmer, hay que añadir uno de los aspectos
que se ha visto anteriormente, la plusvalía que aporta este nuevo individuo al resto del grupo. En
el caso de la comunidad japonesa, este valor añadido sería el hecho de conocer la cultura
japonesa.
“Los amigos de mi novio me aceptaron en el grupo desde el primer momento. Alguno
habla un poco de japonés y siempre que podemos hablamos, otros querían que les
presentara a mis amigas japonesas y cosas así…Si, como he dicho antes, sus amigos
son un poco “otakus” y quizás como soy japonesa siempre tenemos algún tema de
conversación, aunque no siempre hablamos de Japón claro, pero sí es un tema del
que hablamos, sobre todo cuando los conocí por primera vez.”
Noriko
Al margen del impacto que puedan tener los objetivos migratorios a la hora de crear redes
de apoyo entre inmigrantes y extranjeros, en el caso del colectivo japonés, como proponen Lueck
y Willson (2010), el nivel de dominio del idioma es otro de los elementos claves para entender el
éxito en la relaciones entre japoneses y españoles.
Como indican los resultados, durante la fase de preparación previa a la llegada al país de
destino, el aprendizaje del idioma es una de las características de este colectivo. Tener un buen
dominio tanto de la lengua de origen como de la lengua del lugar de destino, aumenta las
posibilidades de establecer y consolidar redes de apoyo tanto entre colectivos multiétnicos como
en el mismo seno del colectivo inmigrante al que se pertenece. En el caso nipón en España, esto
es especialmente importante para las segundas generaciones de japoneses, ya que como se
analizó en el marco teórico, el número de matrimonios entre japoneses y españoles, es superior al
de matrimonios formados por japoneses.
Las relaciones entre compatriotas en la sociedad de acogida, dan lugar a una tercera
tipología de redes de apoyo informal. Como sostienen García Ramírez (2001), y Maya (2004) y
Lubbers, Molina, Lerner, Brandes, Ávila y McCarty (2010), las redes de apoyo entre personas de
un mismo país, presentan gran diversidad en cuanto a su composición y funcionalidad.
En el caso de los colectivos inmigrantes, al margen del apoyo individual también es posible
identificar pequeños grupos, como por ejemplo asociaciones de inmigrantes o de actividades
culturales, que a pesar de ser consideradas como organizaciones formales, a menudo debido a su
CONCLUSIONES • 160
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
funcionamiento y la escasez de recursos, su papel se limita a prestar una ayuda más propia de las
redes de apoyo informales.
La situación de las asociaciones de japoneses en España, presenta una serie de
características que afecta al mecanismo mediante el cual se establecen estas redes entre
compatriotas. En primer lugar, la comunidad nipona destaca por su bajo nivel de asociacionismo.
Como muestran los resultados, los miembros de este colectivo participan en actividades
impulsadas por la iniciativa ciudadana local y no en iniciativas encabezadas por los propios
japoneses. En segundo lugar, como destaca Tsutsui (2008), Japón ha hecho de su cultura un
producto a exportar, y esto, junto al interés que despierta la cultura oriental en España, hace que
la asociaciones vinculadas al país nipón, estén dirigidas a atender las necesidades de la propia
sociedad de acogida, y no las del colectivo japonés. En tercer, y último lugar, la dispersión
territorial, junto al reducido número de inmigrantes, dificulta que este tipo de fuentes de apoyo
pueda consolidarse.
A pesar de estas consideraciones, la población japonesa ha creado una serie de recursos
que permiten establecer redes de apoyo informal entre compatriotas.
1. Mediante asociaciones culturales japonesas en la sociedad de acogida. Como se ha
mencionado anteriormente, la participación de japoneses en asociaciones de está
índole es escasa, sin embargo la demanda de japoneses para la realización de cursos
o talleres relacionados con la cultura japonesa, constituyen un escenario idóneo para
establecer relaciones con otros japoneses con intereses o aficiones similares. Estas
fuentes de apoyo son pequeñas y polivalentes y responden a necesidades tanto
afectivas como operativas.
2. Redes sociales virtuales. El uso de la tecnología también se puede contemplar como
una herramienta para la creación de redes de apoyo. Mientras que la participación en
iniciativas sociales cara a cara del colectivo nipón destaca por su escasez, en el marco
de las nuevas tecnologías, es posible acceder a una gran cantidad de recursos creados
y dirigidos por la propia comunidad japonesa en el extranjero. Algunos ejemplos son el
portal
Discovery Nikei (portal de descendientes de japoneses en el mundo que
prestan ayuda a pioneros y segundas generaciones de inmigrantes), o el portal web
www.arrobaspain.com en la cual, tanto japoneses que residen de forma permanente en
España como aquellos que se plantean emigrar, comparten experiencias, recursos y
debaten sobre la situación del colectivo en el país de destino. A pesar de que estas
redes no favorecen la interacción en espacios físicos, para parte de los participantes,
estos recursos se valoran como los más eficaces a la hora de obtener apoyo tanto
CONCLUSIONES • 161
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
afectivo como operativo ya que permiten crear un tejido amplio con vínculos
especializados.
Como muestran los resultados, existen diversas estrategias y espacios que favorecen la
creación de redes de apoyo. Maya (2004), establece una categorización de las redes en los
colectivos inmigrantes en la que se destaca la importancia de las redes etnocéntricas, no
obstante, como se muestra en el presente objeto de estudio, esta misma tipología se puede
extrapolar a colectivos inmigrantes minoritarios con predomino de redes multiétnicas.
Este matiz a la hora de analizar las redes de apoyo, proporciona información sobre las
estrategias de su composición y de los diferentes tipos de apoyo que se busca (y se facilita) en
cada categoría. Al margen de estos resultados, el análisis de las redes de apoyo según su
diversidad étnica puede inspirar nuevas vías de estudio. Como se muestra a continuación, en este
trabajo se ha observado una estrecha relación entre éstas, la composición étnica de estas redes, y
la forma en la que los entrevistados se ven a sí mismos, y a la comunidad a la que representan
como parte de la sociedad de origen.
4. Sentimiento de pertenencia y desarrollo identitario.
Como proponen Ahnellen et al., (2006), el sentimiento de pertenencia es un proceso
complejo y subjetivo que se va forjando a través de las experiencias vitales y la negociación
constante entre el individuo y el entorno que lo rodea.
Uno de los elementos clave en esta transición de la tercera a la cuarta oleada migratoria es
el contraste entre los cambios sociales que acontecen en la sociedad de origen (llegada de la
mujer a puestos de alta responsabilidad, cambios en los valores y normas sociales, etc.), y el
imaginario social que se tiene de países de acogida (Martinez-Callaghan y Gil-Lacruz, 2013). Los
resultados obtenidos indican que la conjunción de estas dos variables, en el caso de los
inmigrantes voluntarios, genera un sentimiento de pertenencia hacia el país de destino incluso
previo al inicio del proyecto migratorio.
El interés personal por emigrar a una zona concreta es otro de los elementos a tener en
cuenta. A diferencia de otros fenómenos migratorios, el colectivo nipón presenta una serie de
objetivos migratorios directamente vinculados a un estilo de vida diferente al del país de origen y
un interés tácito, en asentarse en un área determinada. Esto hace que durante el proceso premigratorio y de instalación, se vaya desarrollando una predisposición a la aceptación de las
normas, pautas sociales y el estilo de vida del país de destino, lo cual mitiga el estrés causado por
el choque cultural.
Durante la fase de instalación, también se ha observado la relación directa entre la
composición de redes sociales multiétnicas y la consecución de los objetivos migratorios, con un
CONCLUSIONES • 162
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
resultado favorable para el desarrollo del sentimiento de pertenencia hacia la sociedad de
acogida. En el colectivo japonés en España, son muchos los casos en los que los objetivos
migratorios contemplan la creación de redes sociales con personas de distinta nacionalidad, o la
participación en actividades a las que no se tiene acceso en el país de origen. Estos hechos
respaldan la posición de Sarason y Sarason (1991), al afirmar que el sentimiento de pertenencia
en la sociedad de acogida, está ligado a su capacidad de participar y sentirse miembros activos de
la comunidad en la que se han asentado.
Una de las claves para la comunidad extranjera a la hora de sentirse parte activa en la
sociedad de acogida, es el Nivel de Lengua de Destino (NLD). Lueck y Wilson (2010) proponen el
uso de la lengua propia de la sociedad de destino y su fluidez con ella al comunicarse, como
indicador de integración. A lo largo del proceso de análisis, se ha observado que al margen del
uso que proponen los autores, el NLD también tiene una función importante en tanto que, para
dentro del propio colectivo inmigrante, aquellas personas con un alto NLD están asociadas con un
estatus elevado dentro de su comunidad ya que suponen una via de contacto entre japoneses y
españoles.
Como indican varios de los participantes de este estudio, aprender español es una
iniciativa individual y voluntaria motivada por el interés en España o los países latinos. Por esta
razón, tener un alto NLD permite a los extranjeros comunicarse y establecer contactos con
comunidades hispanas tanto en el país de origen como en el de destino. Asimismo, lograr un NLD
avanzado otorga un nivel de autosuficiencia que permite ir alcanzado los objetivos migratorios y
asentarse en la sociedad de destino.
“Poder expresarte en español sin duda me hace sentir miembro de la esta sociedad.
Creo que como puedo hablar (español) mejor que otros extranjeros chinos, africanos o
de otros países hace que la gente me acepte, y que yo también pueda participar en las
cosas que pasan a mi alrededor y que me afectan como ciudadana.”
Sayouri
“En Japón aprendemos inglés por obligación. A mucha gente le gustan los EE.UU o el
Reino Unido, pero hay otra gente que no, o que simplemente le da igual. Por esta
razón ellos no se sienten de esos países, pero en el caso de la gente que hemos
estudiado español, italiano, etc. es diferente. Nosotros hemos decidido estudiar el
idioma por alguna razón en especial. Algunos quieren ir a vivir allí, a otros les gusta la
cultura, incluso hay gente que quiere aprenderlo para poder tener un novio o novia
español… lo importante es que nosotros cuando estamos en Japón queremos conocer
a españoles y tener un grupo de amigos, o cuando venimos aquí, creo que todos los
japoneses lo primero que hacen es buscar a un español para hacer intercambio.”
CONCLUSIONES • 163
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Aka
La conjunción de estas tres variables (imaginario social, interés por la cultura de destino y
el NLD), sin duda contribuyen a que se adopte una actitud favorable a la hora de crear nuevas
redes sociales en el país de destino. Del mismo modo, el interés que despierta la cultura japonesa
en nuestra sociedad, también ha de verse como un factor clave que favorece que las relaciones
entre miembros de ambos colectivos sean más fluidas.
A pesar de que el sentimiento de pertenencia está bastante extendido entre la comunidad
japonesa, los resultados también muestran una clara distinción entre el sentimiento de pertenencia
y la identidad nacional en este colectivo.
En relación al proceso identitario, la interrelación en redes multiétnicas favorece la toma de
conciencia de lo que significa la propia identidad nacional. El encuentro con una cultura diferente
propicia también el encuentro con el significado de la cultura propia gracias al ejercicio de
distancia y contraste (Martínez-Callaghan y Gil-Lacruz, 2013). Esta valoración no esta exenta de
conflicto. Pese a la convivencia armoniosa entre el sentimiento de pertenencia a la sociedad
española y el sentimiento de identidad nacional japonesa, investigaciones como las de Green
(2008) y Machimura (2003) destacan ciertas dificultades en cuanto a la asimilación de la identidad
nacional en los dos fenómenos migratorios japoneses más relevantes encontrados en la literatura
(el caso latinoamericano y el norteamericano) caracterizados por su escasa relación con redes
multiétnicas y el bajo sentimiento de pertenencia hacia la sociedad de acogida.
Aunque el colectivo nipón constituye una minoría en España, el nacimiento de pequeñas
comunidades de segundas generaciones o de hijos mestizos, supone un argumento añadido a la
hora de consolidar o crear un nuevo concepto de lo que significa ser japonés fuera del país de
origen. Green (2008), Suzuki (2006) o Machimura (2003) consideran que el estatus social de estos
colectivos en la sociedad de acogida, condiciona la forma en la que surge esta nueva identidad
nacional. Asimismo, Lueck y Wilson (2010), defienden que el uso del idioma materno (japonés) en
diferentes espacios (macro, meso y micro) también tiene su impacto en estas nuevas
comunidades.
Si bien el impacto de estos parámetros aún no puede valorarse en la sociedad española,
los resultados de las investigaciones acerca de las comunidades inmigrantes como parte de la
sociedad de acogida, sugieren la existencia de un vínculo sólido entre la forma en la que
evoluciona una comunidad, y el sentimiento de pertenencia y la identidad nacional que desarrollan
los miembros que la componen.
CONCLUSIONES • 164
QUINTO CAPÍTULO:
LIMITACIONES, RETOS Y PROPUESTAS DE FUTURO
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Los resultados y conclusiones expuestos en esta tesis, pretenden analizar, la situación del
colectivo japonés en España. Esta comunidad muestra una serie de características (situación
económica estable, escasez de enclaves étnicos o matrimonios mixtos, entre otras) que divergen
del concepto de “inmigrante” encontrado en guías para científicos sociales o en diccionarios
especializados como “Dicctionary for Social Studies” (Marshal, 1998) en los cuales esta definición,
va ligada a factores de riesgo como segregación, exclusión, etc.
Es por está razón que en un contexto de globalización como el actual, es necesario
actualizar nuestros conocimientos sobre el tema, para superar este tipo de definiciones y contribuir
al desarrollo del estudio de las disciplinas socio-humanísticas. En este sentido, realizar un
ejercicio de reflexión y autocrítica, puede considerarse como uno de los pasos a seguir en un
trabajo de investigación ya que las limitaciones de un estudio, lejos de ser consideradas como
elementos negativos, deberían contemplarse como oportunidades para iniciar nuevas líneas de
trabajo.
1. Limitaciones en la investigación.
Una de las limitaciones de este trabajo es el tamaño muestral. A pesar de que el enfoque
cualitativo permite operar con una muestra reducida, no cabe duda que un aumento en la misma
puede aportar mayor riqueza de matices a la hora de comprender la situación de este colectivo en
España. Asimismo, el contar con un número elevado de participantes puede ayudar a evitar
sesgos en la interpretación de los resultados. Por esta razón, de cara a futuras investigaciones
ampliar la muestra podría implicar encontrar nuevos resultados que refuercen o complementen los
obtenidos hasta ahora.
En un futuro, con el fin de incrementar la muestra, se podrían utilizar diversas estrategias.
En primer lugar, establecer criterios de selección más laxos permitiría incorporar a japoneses
reagrupados, segundas generaciones, o inmigrantes con un proyecto migratorio temporal. Del
mismo modo, se podría considerar la opción de seleccionar a japoneses que hayan residido en
España y que se encuentran asentados fuera del país o aquellos japoneses que han retornado a
Japón.
El hecho de trabajar con un colectivo inmigrante, y más aún si éste es minoritario, siempre
implica una dificultad añadida debido al riesgo percibido de la falta de anonimato de los estudios
sobre el tema. En el caso de la comunidad japonesa, a pesar de haber contactado con un gran
número de participantes con redes de apoyo multiétnicas, durante las entrevistas, algunos
informantes se mostraron cohibidos y evitaron dar opiniones propias que pudiesen contradecir a
las de otros compatriotas. Esta actitud excesivamente precavida se podría superar si las
entrevistas se realizasen de
forma individual, y con preguntas específicas acerca de las
experiencias personales evitando generalizaciones.
LIMITACIONES, RETOS Y PROPUESTAS DE FUTURO • 167
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
La jerarquía dentro de la propia comunidad también ha tenido su impacto en el acceso a
los entrevistados. En ocasiones, aquellos candidatos con los que se había contactado a través de
organizaciones culturales, empresas o asociaciones, remitían las solicitudes de entrevistas a
personas que ocupaban cargos de mayor responsabilidad dentro de la institución, o a aquellas
personas que consideraban más “expertas”. Desde el punto de vista de las limitaciones, esto ha
burocratizado el proceso de selección de informantes. Asimismo, en los casos en los que se había
contactado con dos o más personas pertenecientes a un mismo grupo, únicamente una de ellas
accedía a ser entrevistada. Con el fin de tener en cuenta este modo de actuar, para futuras
investigaciones, sería aconsejable acudir directamente a aquellas personas que ocupen una
posición de responsabilidad y solicitar su ayuda para contactar con otros compatriotas dentro de la
misma organización.
Otro de los aspectos externos que ha influido sobre el proceso investigador ha sido el
choque cultural con la muestra. La diferencia entre las pautas culturales, ej. en la forma de
expresarse o la comunicación no verbal, han sido factores claves tanto a la hora de contactar con
asociaciones e informantes, como durante el proceso de recogida de datos. La falta de destrezas
comunicativas del equipo investigador en el idioma nipón ha supuesto una dificultad añadida está
investigación. En algunos casos se ha contado con el apoyo de una persona nativa que se ha
ofrecido a traducir e interpretar las entrevistas, pero el hecho de no dominar el idioma de la
muestra, no ha permitido acceder a aquellos japoneses que solamente hablan japonés y que
seguramente, a causa de ello, forman parte de una red de apoyo más reducida.
En este sentido, el hecho de no contar con ninguna persona nativa como miembro del
equipo puede haber contribuido a que, cierta información no haya sido interpretada de forma
correcta o se hayan perdido ciertos matices al utilizar una lengua vehicular como el inglés o el
español. Con el fin de obtener una información más precisa en futuras investigaciones, sería
apropiado contar con personal nativo, o bien realizar periodos de formación e investigación en
Japón para mejorar la fluidez lingüística así como una compresión más completa acerca de su
funcionamiento y sus pautas sociales.
Junto a estas limitaciones, también hay que añadir las circunstancias sociales y
económicas que han podido influir sobre los resultados de este trabajo. La crisis global ha
supuesto un duro obstáculo tanto a parte de la muestra como al propio equipo de investigadores.
Durante la recogida de datos, se dieron situaciones en las que los participantes tuvieron que
cancelar las entrevistas por motivos de trabajo, o por tener que desplazarse dentro del territorio
nacional. Del mismo modo, la falta de financiación para la investigación obligó a que los
participantes, en ocasiones, tuvieran que hacerse cargo de los gastos de desplazamiento para
realizar las entrevistas, y en ningún caso, se les pudo retribuir por su colaboración, ni tampoco a
los interpretes que realizaron un trabajo voluntario.
LIMITACIONES, RETOS Y PROPUESTAS DE FUTURO • 168
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
La reducción de becas y ayudas a la investigación en el sector público y privado ha
obligado a que está investigación se haya realizado compaginándola con trabajos esporádicos
para permitir recoger los testimonios de los participantes en comunidades autónomas distintas.
Esto ha supuesto la anulación de parte de las entrevistas que se tenían concedidas con
japoneses, así como con representantes de entidades vinculadas al colectivo nipón por suponer
un elevado gasto de desplazamiento.
2. Retos para futuras investigaciones.
Uno de los mayores retos de este trabajo ha consistido en acotar el objeto de estudio. En
el primer capítulo se ha puesto de manifiesto la variedad de definiciones y usos que los expertos
hacen de términos como integración, redes de apoyo o apoyo social, entre otros. Sin duda, debido
a los constantes cambios sociales y la forma en la que evoluciona la sociedad, resulta difícil
establecer una definición exacta. No obstante, en futuras investigaciones, el uso adecuado de
indicadores puede ayudar a delimitar de forma más precisa qué es lo que se entiende por
proyecto migratorio o integración plena. Así pues, consideramos que puede ser interesante prestar
atención a otras variables relativas a la integración como el tiempo de residencia en una zona
concreta, el sistema educativo que se escoge para los hijos de los inmigrantes o el ámbito en el
que se desarrollan las actividades laborales.
La investigación sobre integración social nos obliga a idear en un futuro nuevas estrategias
que permitan acercarse a la realidad social de aquellos inmigrantes que, debido a su situación
administrativa, se encuentran en una situación de desventaja respecto a la de sus compatriotas
que residen de formal legal en la sociedad de acogida. En esta tesis, se ha tratado de abordar la
situación de aquellos japoneses que han utilizado visados de estudiantes o de turistas para
acceder al mercado laboral o para obtener otro tipo de permiso que les facilite asentarse de forma
legal en España. Sin embargo, durante la recogida de datos, en muchos casos los informantes
preferían omitir este tipo de cuestiones.
Por tanto, los retos para futuras investigaciones no se limitan únicamente al proceso de
recogida de datos. Desde una perspectiva académica, determinadas teorías tales como el
concepto de identidad social (Tajfel y Turner, 1986) o ciertos aspectos relacionados con el uso y la
composición de las redes sociales de los colectivos inmigrantes (Maya, 2002; 2004) podrían ser
extrapolables a colectivos como el japonés. En este sentido, estudios como el llevado a cabo,
pueden ayudar a esclarecer las diferencias y semejanzas entre las pautas culturales y sociales de
occidente y oriente, contribuyendo a crear una visión más universal de temas teóricos como el
concepto de identidad o el sentimiento de pertenencia a un grupo.
Interesa profundizar en futuros proyectos en la percepción que los inmigrantes tienen del
país de acogida, y su impacto a la hora de asentarse y llevar a cabo un proyecto migratorio. Como
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
defiende Dense Jodelet (1991), las actitudes y valores que los individuos desarrollan
personalmente no siempre son aceptados o compartidos por su entorno. En el caso del colectivo
japonés, se ha observado una cierta “idealización” del país de acogida (España). En posteriores
investigaciones, establecer una comparación entre aquellos inmigrantes que llegaron con una
imagen positiva de la sociedad de acogida y aquellos que lo hicieron con una negativa, puede
suponer un paso hacia delante a la hora de identificar aquellas variables que influyen durante el
proceso de integración y asentamiento.
Finalmente, en relación al uso de la metodología, a pesar de haber optado por la
triangulación al considerar que ésta permite combinar los enfoques cualitativos y cuantitativos, en
ocasiones tomar la decisión de bajo qué perspectiva abordar ciertos datos puede suponer un
ejercicio de dispersión. Por esta razón, es necesario establecer unos criterios que ayuden a
determinar qué estrategias metodológicas pueden proporcionar datos más relevantes bajo un
enfoque cualitativo y cuáles en uno cuantitativo. Esta práctica ayudará a asentar las bases de
nuevas líneas de investigación que permitirán profundizar en la realidad social de determinados
colectivos, así como el impacto de otras comunidades en la sociedad de acogida.
3. Nuevas líneas de investigación.
Tras identificar las limitaciones en esta investigación y observar los nuevos retos que éstas
plantean, se contemplan varias líneas de investigación que pueden ayudar a ampliar el
conocimiento y comprensión de los fenómenos migratorios.
En el caso del colectivo inmigrante japonés en Europa, la escasa producción de material
académico, hace de él un campo aún por explorar. Como se ha apuntado en los resultados, el
papel de la mujer japonesa como inmigrante es diferente al de los hombres. Además, en el
imaginario social todavía persisten ciertos estereotipos que eclipsan el proyecto migratorio de
aquellas mujeres que dejan su país de origen en busca de un nuevo modelo de sociedad que les
permita afrontar desafíos personales en ámbitos tan diversos como el laboral, el académico o el
familiar.
Del mismo modo, el inicio de un nuevo modelo migratorio japonés hacía occidente (cuarta
oleada), nos plantea nuevos interrogantes como la llegada de japoneses que presentan un
proyecto migratorio a largo plazo. Cada vez son más aquellos que deciden educar a sus hijos en
España. Este hecho lanza nuevas cuestiones como por ejemplo: ¿cómo integrar dos modelos
educativos y culturales tan diferentes en un mismo espacio?. La segregación y el aislamiento que
mencionan Machimura (2003) en los Estados Unidos constituyen un exponente del impacto que
ha tenido en la sociedad californiana la llegada de un modelo migratorio japonés no formado por
élites políticas o empresariales.
LIMITACIONES, RETOS Y PROPUESTAS DE FUTURO • 170
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
La evolución en los proyectos migratorios es uno de los ámbitos que más puertas abre de
cara a futuras investigaciones ya que, su proceso de integración no afectará únicamente a esta
primera generación, sino que tendrá sus consecuencias en las segundas y terceras generaciones
como se ha visto en los Estados Unidos.
Las características propias del colectivo nipón en España, lo sitúan en una situación
particular. Por un lado, el elevado número de parejas mixtas sugiere que el proceso de integración
de estas generaciones venideras va a ser menos abrupto que en el caso norteamericano ya que
éste se realizará a caballo entre dos culturas. Sin embargo, la falta de redes de apoyo formales
como asociaciones de inmigrantes japoneses, puede contribuir al nacimiento de nuevas
subcategorías dentro de este colectivo como por ejemplo, hijos de parejas mixtas o descendientes
directos de japoneses.
También resultará necesario prestar atención al papel que desempeñan las instituciones
educativas. En una situación como la actual, en la que cada vez son mayores los recortes en
educación (especialmente aquellos destinados a atender a alumnos con necesidades especificas),
la inclusión en el aula de alumnos transnacionales o de aquellos cuyas pautas conductuales y de
socialización difieren del escolar nativo, puede suponer un reto para profesores, educadores y
demás profesionales vinculados con el sistema educativo en edades tempranas.
La creación y procesos por los cuales se generan enclaves étnicos en la sociedad de
acogida es otra de las líneas de instigación a las que da pie este proyecto. A pesar de que los
datos obtenidos en este trabajo muestran que la comunidad japonesa presenta unas redes de
apoyo formadas por personas de diversas nacionalidades, casos como el de la comunidad nipona
en Australia (Shiobara, 2011), sugieren que a medida que aumenta el número de japoneses en
una misma zona, aumenta el número de asociaciones y actividades niponas destinadas a esta
comunidad. En contraposición a esta tendencia endogrupal Fujita (2009) plantea que los nuevos
“inmigrantes culturales” intentan evitar este tipo de redes ya que se sienten atraídos por la
sociedad de acogida y manifiestan una voluntad explícita de formar parte de la misma. Ante estas
tendencias, cabría analizar el papel que la sociedad de destino tiene a la hora de facilitar o
dificultar la consecución de los objetivos migratorios.
La situación de aquellos japoneses que retornan al país de origen tras haber residido en
occidente debería ser objeto de atención. El proceso de socialización y la asimilación de las
pautas y normas sociales occidentales pueden suponer un nuevo choque cultural al regresar al
país de origen. Del mismo modo, son fuente de capital humano y social para su país de retorno.
El conocer la situación del colectivo nipón en España amplía nuevos horizontes en el
estudio de otros colectivos inmigrantes poco estudiados como es el caso del chino o procedentes
de otros países asiáticos. La situación socio-económica española contrasta con el auge de países
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REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
como China, Corea del Sur, Tailandia o India, y la llegada y asentamiento de nuevos flujos
migratorios puede tener repercusiones en la sociedad de acogida, tanto a nivel económico como
cultural.
Asimismo, abordar la situación de un colectivo cuyas características socio-económicas no
lo sitúan en una situación de “riesgo social”, invita a reflexionar y reconceptualizar términos como
el de exclusión o aislamiento, ya que como se ha observado, no están ligados simplemente a una
condición económica, sino que aspectos como las habilidades sociales, el choque cultural o el
nivel de dominio de la lengua de destino pueden afectar al devenir del proceso de instalación. Es
por ello, que resulta necesario establecer nuevos indicadores que eviten estereotipos y juicios de
valor a la hora de identificar situaciones de riesgo en los miembros de los colectivos inmigrantes.
En este sentido, no cabe ninguna duda que el proceso de globalización en el que nos
encontramos nos ha ayudado a conocernos mejor. Sin embargo, la desaparición de fronteras y la
facilidad con la que podemos comunicarnos con personas que se encuentran a miles de
kilómetros de distancia, no puede servir de excusa para ocultar nuestra diversidad cultural, étnica,
ideología, etc. Es por ello, que tras realizar este trabajo de investigación, he sido consciente de
que el mundo que nos rodea es tan único, como únicas son las personas que lo habitan.
LIMITACIONES, RETOS Y PROPUESTAS DE FUTURO • 172
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Anexo 1: Cuestionario
1) ¿Qué edad tienes?
18-24
45-55
25-34
+55
35-45
2) Sexo
Hombre
Mujer
3) Estado civil
Casad@
Solter@
Otro
dos
tres
4) Número de hijos
Ninguno
uno
más de tres
5) ¿En qué prefactura naciste?
___________________________
6) ¿En qué prefactura estudiaste?
___________________________
7) Antes de venir a España ¿has residido en algún otro país distinto al de nacimiento.
Si en UE
Si en Norte América
Si en Sur América
Si en Asía
No
8) Antes de venir a Barcelona/Madrid/Zaragoza, ¿has vivido en otra ciudad española?
Si
No
9) ¿Dónde residen actualmente los familiares que a continuación te señalamos?
En
el
paí
s
de
orig
en
En otro
país que
no es el
de origen
ni es
España
En
España,
fuera de
Aragón
En
Aragón,
fuera de
Zaragoza
En
Zaragoza
capital
Otro
Padre
Madre
Hermano/a
mayor
Hermano/a
menor
Otros
familiares
próximos
10) ¿Cuánto tiempo llevas viviendo en España?
ANEXOS-185
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
Menos de 3 meses
Entre 1 y 3 años
Más de 10 años
Menos de 8 meses
Entre 4 y 7 años
Venos de 1 año
Entre 8 y 10
11) ¿Cuánto tiempo llevas residiendo en Barcelona/Madrid/Zaragoza?
Menos de 3 meses
Entre 1 y 3 años
Más de 10 años
Menos de 8 meses
Entre 4 y 7 años
Menos de 1 año
Entre 8 y 10
12) Actualmente estoy…
Estudiando
trabajando
buscando trabajo
otro
13) Si estas trabajando, ¿Qué tipo contrato tienes?
Temporal
Indefinido
otro
14) ¿Cuál era tu objetivo al venir a Barcelona/Madrid/Zaragoza?
Estudiar
Trabajar
Vacaciones
Familia
Otro
15) ¿Cuánto tiempo pensabas/piensas vivir en Barcelona/Madrid/Zaragoza?
Menos de 1 año
Entre 1 y 2 años
Más de 2 años
No lo se
16) ¿En qué barrio de Barcelona/Madrid/Zaragoza vives actualmente?
17) Mantienes algunas de estas costumbres de tu país de origen
Comidas
Religión
Pautas culturales
Festejos
Otros
18) Compartes estas costumbres con…
Amigos de la misma nacionalidad
Familiares de la misma nacionalidad
No las comparto con nadie
Amigos de otras nacionalidades
Familiares de otras nacionalidades
Con todos sin tener en cuenta la
nacionalidad
19) ¿Qué es lo que más te gusta de Barcelona/Madrid/Zaragoza?
_____________________________
20) ¿Qué es lo que menos te gusta de Barcelona/Madrid/Zaragoza?
_____________________________
21) ¿Participas en alguna asociación relacionada con la cultura japonesa?
Si
No
22) ¿Participas en alguna asociación que no este relacionada con la cultura japonesa?
Si
No
ANEXOS-186
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
23) En general ¿con quién te relacionas más a menudo?
Sólo con japoneses.
Con japoneses y otras personas con las que comparto tradiciones y costumbres
aun que no sean japoneses (otros países de Asia).
Con cualquier persona sea del país que sea.
NC
23) En el tiempo que llevas en Barcelona/Madrid/Zaragoza, ¿Con quién te relacionas más a
menudo?
Japoneses
Españoles y otros extranjeros
Españoles
Españoles y japoneses
Otros extranjeros asiáticos
Japoneses y otros extranjeros
Otros extranjeros no asiáticos
Españoles, japoneses y otros extranjeros
25) ¿Participas en fiestas o tradiciones españolas?
Si
No
26) ¿Cómo te parece que los españoles, en Barcelona/Madrid/Zaragoza, tratan a los
japoneses?
Muy bien
Bien
Regular
Mal
Muy mal
27) En un futuro próximo ¿qué te gustaría hacer?
Seguir estudiando en España
Seguir estudiando en Japón
Trabajar en España
Volver a Japón
NC
ANEXOS-187
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO INMIGRANTE JAPONÉS EN ESPAÑA
ANEXOS-188
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO JAPONES EN ESPAÑA
ANEXO 2: Llegada y expectativas de futuro de los estudiantes
japoneses en Zaragoza
大切: 答えはスペイン語で書いて下さい
*のついている質問には答える。詳しく書いて下さい。
1- 性別 _____
2- 年齢 _____
3- どこで生まれましたか。____________
4- 日本の大学では何各部ですか。______________
5- 日本の大学では何年生ですか。______________
6- あなたの大学はどこにありましたか。___________
7*- 外国へ来たのは今回が初めてですか。初めてではない人は何回目の海国で
すか。また、それそれの渡航の目的は何でしたか。
8*- スペインにきたのは今回が初めてですか。
9*- いつスペインへ来ると決めましたか。
10*- どうしてサラゴサで勉強しょうと思いましたか。
11*- 他のスペインの街で勉強することも考えましたか。どうしてその街を選ば
なかったのですか。
12- サラゴサ大学で勉強するにあたって、入学願書やアパート探しは日本
で済ません来ましたか。誰かに手伝ってもらいましたか。手伝っても
らった方は誰に手伝ってもらいましたか。
13*-サラゴサの滞在に何を期待しますか。
ANEXOS-189
REDES SOCIALES Y DE APOYO EN EL COLECTIVO JAPONES EN ESPAÑA
14*-日本ではなく外国で勉強することは何か有益はことがありますか。
15*- 将来できれば以外の国に住みたいと思っていますか。それはどこのくにで
すか、またどうしてですか。
16*- サラゴサ滞在中にもし、スペインの恋人が、またどうしてですか。スペイ
ンに住みたいと思いますか。
サラゴサにいる日本人留学生に関する研究をしていますので、私のインタビュ
ーに応じてくれる学生を探しています。もし興味がよれば下に名前とメールア
ドレスを書いて下さい!スペイン語を勉強するキャンスですよ!
名前:
Eメールアドレス:
どうもありがとうございました
ANEXOS-190
REDES SOCILAE SY DE APOYO DEL COLECTIVO JAPONES EN ESPAÑA
ANEXO 3: Guión de la entrevista 1
1- En Japón
-¿Dónde nació?, ¿Dónde creció?
-Tipo de familia (nº miembros, tradicional/moderna, aglutinada/extensa, etc.)
-Situación profesional y social (Trabajo/paro, contenta/aburrida/disgustada, etc…)
-Educación forma y no reglada (Universidad/Formación profesional/sin formación)
2- Momento en el que decide emigrar
- Momento personal en el que se decide marchar. (jóven/mayor, soltera/casada,
trabajo/paro)
- Apoyo recibido. ¿Quién y Cómo? (familiar, amigos, compañeros, profesores…)
- Motivo por el que se marcha (Pareja extranjera, motivos familiares y/o laborales,
gusta España, esta cansada de Japón…)
3- 2 Proceso de emigración
- Objetivo de la emigración (por qué razón decida salir de Japón ¿el motivo y el
objetivo es el mismo?)
- A dónde quería ir (Antes de emigrar se barajan varias opciones??? Porque se
emigra a una ciudad en concreto??)
- Que expectativas tenía (había vivido fuera de Japón antes, conocía a alguien que
si?)
- Dificultades en el proceso (idioma, cultura, familia, amigos trabajo…poner
ejemplos)
4- Llegada a España
- Por qué decide venir a España y no a otro país? (idioma, cultura, pareja modo de
vida, algún interés particular…)
- Situación psicosocial (redes de apoyo, actividades de la vida cotidiana, relación
con otras personas y agentes sociales, etc…)
- Dificultades ante las que se ha encontrado (España no es lo que se pensaba, la
gente no es como se pensaba, problemas de cultura, idioma, relaciones con
españoles y otros extranjeros, etc…)
- Apoyo recibido (identificar redes de apoyo y sociales que se han creado y las que
se mantiene en Japón)
5- Estado actual
- Vínculos con la ciudad (por que se quiere quedar en esta ciudad?? Amigos, trabajo,
pareja, modo de vida…)
- Situación psicosocial (esta content@ con su situación fuera de Japón, preferiría
volver o ir a otro lugar…)
- Situación familiar y social (si tiene familia en España, que diferencia hay entre la
japonesa y la española??)
- Relación con la familia de origen y amigos (cuando vive en España se mantiene la
relación con familiares (padres, hermanos, primos) y amigos, como se hace??)
ANEXOS-191
REDES SOCILAE SY DE APOYO DEL COLECTIVO JAPONES EN ESPAÑA
6- Perspectivas de futuro
- Familiares (quiere formar una familia en España, quieren vivir aquí, le gustaría
que sus padres o hermanos o primos vinieran a España)
- Psicosociales (cosas que le gustan y cosas que cambiaria de su vida en españa, ej.
mas oportunidades de trabajo/ocio conocer a más gente, aprender más sobre la
vida y las costumbres locales, participar en actividades comunitarias, etc…)
- Volver a Japón (¿piensa volver a Japón?, solo volvería a Japón si…, solo me
quedaría en España si…)
- Que diferencia hay entre los japoneses de España y de Japón (mentalidad, modo
de vida, tipo de amistades y relaciones con los demás…)
* Actividades a desarrollar durante la entrevista
- Si la persona está de acuerdo utilizar la grabadora.
- Si se tiene la oportunidad proponer el dibujo de redes de apoyo percibido
- Si se puede preguntar por la visión general de la comunidad japonesa en Esp.
1
El guión de la entrevista es orientativo y puede variar según el nivel de participación de la persona y la
información que proporcione.
2
Los apartados 3,4,5 y 6 se han elaborado teniendo en cuenta la futura investigación conjunta con la
universidad de Keio (Tokio, Japón).
ANEXOS-192
REDES SOCIALES Y DE APOYO DEL COLECTIVO JAPONÉS EN ESPAÑA
Índice de cuadros
Cuadro 1. Características de los diferentes modelo de comunidades
inmigrantes japonesas en occidente
40
Cuadro 2. Debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades del
colectivo japonés según el tipo de comunidad en la que se integran
en la sociedad de acogida
41
Cuadro 3. Esquema de la trayectoria migratoria japonesa hacia
occidente
44
Cuadro 4. Nivel de interrelación entre el colectivo japonés y la
comunidad de acogida
58
Cuadro 5. Evolución de las redes de apoyo durante la fase de
instalación
62
Cuadro 6. Distribución de los participantes en el estudio
81
Cuadro 7. Ventajas e inconvenientes de los distintos enfoques
metodológicos
88
Cuadro 8. Comparativa entre los bloques que componen ambos
cuestionarios (visado de trabajo/ visado de residente)
92
Cuadro 9. Elementos comunes y diferenciables entre ambos
cuestionarios
92
Cuadro 10. Resumen del cuestionario para estudiantes
93
Cuadro 11. Resumen del cuestionario para trabajadores
95
Cuadro 12. Cuestionarios repartidos
96
Cuadro 13. Datos descriptivos de los cuestionarios distribuidos por
grupos
103
Cuadro 14. Zona de origen de la población japonesa residente en
España en el año 2012
107
Cuadro 15. Diferencias culturales y sociales entre las ciudades de
Barcelona y Madrid según el colectivo nipón antes de emigrar a
España
111
ANEXOS-193
REDES SOCIALES Y DE APOYO DEL COLECTIVO JAPONÉS EN ESPAÑA
Cuadro 16. Redes de apoyo durante la fase de
instalación identificadas por los entrevistados
114
Cuadro 17. Motivos por los que la población japonesa
emigró a España
119
Cuadro 18. Países de residencia previos al traslado a
España de los inmigrantes japoneses
120
Cuadro 19. Elementos de atracción hacia España,
identificados por la muestra
122
Cuadro 20. Elementos de expulsión del país de origen,
identificados por la muestra
123
Cuadro 21. Características básicas de las oleadas
migratorias japonesas
145
Cuadro 22. Relación entre la composición, la función y
el tipo de apoyo en el colectivo japonés
158
ANEXOS-194
REDES SOCIALES Y DE APOYO DEL COLECTIVO JAPONÉS EN ESPAÑA
Índice de tablas
Tabla 1. Japoneses residentes en España según régimen y
Comunidad Autónoma de residencia en el año 2012.
78
Tabla 2. Lugar de residencia de los entrevistados por
Comunidad Autónoma.
80
Tabla 3. Zona de procedencia de la muestra
108
Tabla 4. Ciudad de destino del colectivo japonés durante la fase
pre-migratoria
110
Tabla 5. Razones por las cuales se elige a Barcelona/ Madrid
cómo ciudades de destino durante el proyecto pre-migratorio
Tabla 6. Razones para no emigrar a zonas rurales
110
Tabla 7. Nivel de estudio previo a la emigración del colectivo
japonés
113
Tabla 8. Tipos de estudios que se desean cursar en España
114
Tabla 9. Descripción de la población española según el
colectivo japonés residente en España
121
Tabla 10. Fuentes de apoyo identificadas por los entrevistados
durante el proceso migratorio
126
Tabla 11. Motivos por los que los entrevistados si volverían a
Japón
138
Tabla 12. Motivos por los que los entrevistados no volverían a
Japón
138
112
ANEXOS-195
REDES SOCIALES Y DE APOYO DEL COLECTIVO JAPONÉS EN ESPAÑA
ANEXOS-196