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Meditaciones para el tercer período de 10 días 14-­‐23 de Abril [Crecimiento INTERIOR: REAVIVAMIENTO de la ORACIÓN] Día 21 – Martes 14 de abril de 2015 Nuevo tema de los 10 días: Reavivamiento de la oración
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Pasaje bíblico para la meditación: Joel 2:12-14.
Versículo clave: “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón,
con ayuno y lloro y lamento”. Joel 2:12.
En el libro bíblico de Joel se nos instruye que reunamos al pueblo remanente, oremos, ayunemos y nos
arrepintamos, y al hacer esto se nos promete que el Señor hará maravillas entre nosotros.
Si alguna vez hubo un momento que necesitamos estar de rodillas, es ahora. Al observar el aumento de
tragedias y tribulaciones con que se encuentra nuestro mundo, parece que nos acercamos rápidamente a
la crisis final de la historia de la tierra, ¡el momento en que Dios debe intervenir! ¿Estamos velando?
¿Estamos orando?
Elena de White escribe: “La mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es la de un
reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser nuestra primera obra.
Debe haber esfuerzos fervientes para obtener las bendiciones del Señor, no porque Dios no esté
dispuesto a conferirnos sus bendiciones, sino porque no estamos preparados para recibirlas. Nuestro
Padre celestial está más dispuesto a dar su Espíritu Santo a los que se lo piden que los padres terrenales
a dar buenas dádivas a sus hijos. Sin embargo, mediante la confesión, la humillación, el
arrepentimiento y la oración ferviente nos corresponde cumplir con las condiciones en virtud de las
cuales ha prometido Dios concedernos su bendición. Solo en respuesta a la oración debe esperarse un
reavivamiento” (Eventos de los últimos días, p. 193).
En otro lugar, Elena de White escribe: “Más oración y menos charla es lo que Dios desea, y esto haría a
su pueblo una torre de fortaleza” (General Conference Bulletin, January 1, 1900, Art. B, par. 14).
Al entrar en la tercera fase de diez días de los 100 Días de Oración, vamos a concentrarnos en la
oración: qué significa orar con fe, y cómo vivir un reavivamiento de la oración personalmente en
nuestra vida.
Se acabó el tiempo para juegos. Es hora de ponerse serios, de intensificar nuestra concentración en el
llamamiento del Señor a la consagración y escudriñamiento del corazón más profundos. Es tiempo de
profunda oración de lucha.
Desafío de oración de corazón
Querido Padre celestial: Al seguir adelante con estos 100 Días de Oración, oramos para que tú nos
pongas de rodillas como nunca lo hemos estado antes. Para que tú nos enseñes cómo luchar
desesperadamente en favor de nuestra iglesia, en favor de nuestra nación y en favor de nuestros
hermanos y hermanas dolientes alrededor de todo el mundo. Necesitamos una forma de piedad que
todavía no poseemos. Necesitamos un bautismo del poder del Espíritu Santo que todavía no recibimos.
Por favor, ayúdanos, Padre. Queremos que suceda lo que está profetizado en Joel. Queremos que
finalices la obra así podemos ir al hogar. Gracias porque en tu tiempo y a tu manera responderás
estas oraciones. En tu precioso nombre, Amén.
Melody Mason
Coordinadora, 100 Días de Oración
Asociación Ministerial de la AG
Día 22 – Miércoles 15 de abril de 2015 ¡Enséñame a orar!
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Pasaje bíblico para la meditación: Lucas 11:1-8.
Versículo clave: “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos”. Lucas
11:1.
Si yo hubiera sido uno de los discípulos de Jesús durante los tres años y medio de su ministerio, se me
ocurren varias cosas que le habría pedido que me enseñara. Sin embargo, en los cuatro evangelios, los
discípulos de Jesús solo le piden que les enseñe una cosa: algo que podría parecer chocantemente
sencillo.
Lucas 11:1 cuenta la historia. “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno
de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar […]”. Eso es todo. No, ¿cómo alimentar a 5.000
personas, cómo caminar sobre el agua o cómo resucitar a los muertos? Nada de eso: ¡solo enséñanos a
orar!
Los discípulos de Jesús habían visto los resultados increíbles, el poder que era liberado cuando Jesús
oraba. Así que, sabían de dónde venía el poder detrás de su obra. Anhelaban ver el mismo poder de
Dios exhibido en sus propias vidas.
Elena de White escribe: “La mayor bendición que Dios le puede conceder al hombre es el espíritu de la
oración ferviente. Todo el cielo está abierto ante el hombre de oración. Las oraciones ofrecidas con fe
humilde serán oídas” (The Review & Herald, 20 de Octubre de 1896, par. 15).
Cuanto más estoy expuesto en este mundo de pecado, más siento esta misma necesidad. Yo, en lo
personal, tengo familiares que todavía no conocen a Jesús, amigos cercanos con cáncer y hay miles de
millones que todavía deben oír el mensaje de los tres ángeles. Con mi propia fuerza puedo hacer muy
poco. Pero cuando invoco al Dios Todopoderoso del Universo, él se complace en responder liberando
su poder. Él es el Creador y puede crear la solución a todo y cada problema que yo vaya a enfrentar.
¡Entonces la mayor bendición es que Dios me enseñe, que Dios me inspire a orar con fervor!
Desafío de oración de corazón
Padre que estás en el Cielo: Por favor, perdónanos por ser tan tibios en la oración. Perdónanos por
nuestro orgullo, que nos conduce a depender de nuestra propia fuerza. Enséñanos a depender de tu
fuerza. ¡Enséñanos a orar! Enséñanos cómo superar nuestras necesidades insignificantes y cómo orar
eficazmente por el mundo que nos rodea. Enséñanos cómo orar eficazmente por nuestra iglesia.
Anhelamos ser usados como tus guerreros de oración. Anhelamos ver reinos sacudidos como respuesta
a nuestras oraciones. ¡Gracias por hacernos hombres y mujeres de oración fervorosa! Y gracias por la
justicia de Jesús, que cubre nuestras oraciones débiles, impotentes, y las hace aceptables ante tu trono.
En el precioso nombre de Jesús, Amén.
Por Zac Page
(Zac es pastor de la Iglesia ASD de Templeton Hills, en Templeton, California. Él y su esposa, Leah, hace siete años que están casados y son oradores en retiros de reavivamiento y oración. Para leer más sobre el testimonio personal del Pastor Zac, haga clic aquí.) Día 23 – Jueves 16 de abril de 2015 ¡Pero no siento deseos de orar!
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Pasaje bíblico para la medicación: Juan 20:24-29.
Versículo clave: “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que
no vieron, y creyeron”. Juan 20:29.
¡A veces la parte más difícil de la oración es comenzar! “¡Pero no siento deseos de orar ahora!
¿Debería orar en realidad cuando no lo siento?” preguntan algunos. Tuve muchas luchas con esto en el
pasado.
Sin embargo, debemos reconocer que como cristianos luchamos una batalla diaria: una batalla entre
hechos versus sentimientos. El resultado de esta batalla importante determinará qué clase de fe
sostenemos y de qué manera oraremos. Permítanme explicar.
Hechos es lo que encontramos en la Palabra de Dios. Aunque construido sobre realidades no vistas y
promesas invisibles, un hecho no cambia porque refleja la naturaleza inmutable de Dios. O sea, él no
miente (Tito 1:2), él no cambia (Santiago 1:17), él es el mismo ayer, hoy y siempre (Heb. 13:8), y él
ansía darnos buenos regalos más de lo que nosotros damos buenos regalos a nuestros hijos (Lucas
11:13). Cuando basamos la fe en hechos, tenemos un fundamento firme para capear toda tormenta.
Por otro lado, los sentimientos cambian constantemente ya que se basan en nuestras experiencias
personales, en emociones cambiantes, en angustias, en el letargo espiritual y las oraciones sin respuesta.
En lugar de tomar consejo de la Palabra de Dios para sus decisiones, los sentimientos toman consejo
del yo, de la sabiduría mundana, de amigos escépticos y de la experiencia cristiana infructuosa del
pasado. Cuando basamos la fe en los sentimientos, que vienen y van, es como si construyéramos
nuestra casa sobre la arena. Y cualquier tormenta que venga puede derribarla.
Considere la siguiente cita de la inspiración:
“La fe toma la Palabra de Dios al pie de la letra, con o sin sentimientos. ‘Es la certeza de lo que
se espera, la convicción de lo que no se ve’. Podemos creer a nuestros conciudadanos, ¿y no
podemos confiar en la Palabra de Dios? Cuando vamos a él en busca de sabiduría o gracia, no
debemos mirarnos a nosotros mismos para ver si él nos dio algún sentimiento especial como
garantía de que ha cumplido su palabra. Los sentimientos no son la norma. Grandes males
fueron el resultado cuando los cristianos siguieron los sentimientos. ¿Cómo sé que Jesús oye
mis oraciones?—Lo sé por su promesa. Él dice que oirá al necesitado cuando clame a él, y yo
creo en su palabra. Él nunca dijo a la ‘descendencia de Jacob: En vano me buscáis’. Si
caminamos en la luz, podemos ir al trono de la gracia con santa audacia. Podemos presentar las
promesas de Dios con fe viva e insistir con nuestras peticiones. Aunque somos débiles y
expuestos a errar e indignos, ‘el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad’. Cuando ofrecimos
nuestra petición una vez, no debemos luego abandonarla, sino decir como Jacob cuando luchó
toda la noche con el ángel: ‘No te dejaré, si no me bendices’, y como él prevaleceremos” (Bible
Echo, Sept. 24, 1894, par. 4).
La fe debe estar enraizada en los hechos inmutables de la Palabra de Dios, no en nuestras emociones
cambiantes.
Si usted está esperando sentir que puede confiar en Dios completamente antes de confiar en Dios
completamente, usted probablemente nunca confiará en él. Si usted está esperando sentir deseos de orar
antes de orar, puede que nunca ore. Dios nos dio la mente y nos dio su Palabra. ¡Debemos usarlas
juntas!
Desafío de corazón
Querido Padre celestial: Enséñanos lo que significa orar aun cuando no sentimos deseos de hacerlo,
para orar con fe aun cuando todo a nuestro alrededor parezca sin esperanza, para orar aun cuando
las probabilidades parezcan estar en contra de nosotros y aun cuando nuestros sentimientos nos digan
que no va a haber ninguna diferencia. En lugar de escuchar a nuestros sentimientos, ayúdanos a
aprender a depender de tu Palabra con fe. Porque tus promesas son verdaderas y tu Palabra no falla.
Ayúdanos a estar enraizados tan fuerte en ti que no importa la tormenta, nos afirmemos en tu Palabra
por fe. Amén.
Por Melody Mason
(Melody es autora de Daring to Ask for More: Divine Keys to Answered Prayer, y coordinadora de 100 Días de Oración. Actualmente vive en Silver Spring, Maryland. Para leer más sobre el testimonio personal de Melody, haga clic aquí.) Día 24 – Viernes 17 de abril de 2015 ¡Cómo el ayuno y la oración cambiaron mi vida!
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Pasaje bíblico para la meditación: Mateo 6:16-18.
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Versículo clave: “Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro”. Mat. 6:17.
Fue exactamente hace dos años atrás que yo enfrenté una decisión muy importante que cambió mi vida.
De hecho, fue totalmente inesperada. Verá, yo era soltera y feliz. Había rendido por completo a Dios
mi deseo de casarme y estaba derramando alegremente mi vida en el ministerio. Para ser honesta, había
llegado a tener una relación tan estrecha con Dios que tenía un poco de temor de que si comenzaba una
relación romántica, podría perder la dulce intimidad y comunión que yo tenía en mis devociones diarias.
Así que, ¿qué debía hacer ahora con ese joven atractivo que me pedía que considerara una relación?
Una cosa sabía, no podía confiar en mí misma para tomar una decisión tan importante. Once años antes
había fracasado miserablemente. Así que, había prometido a Dios que nunca más tendría una relación
romántica a menos que estuviera segura de que él me estaba guiando.
Mientras consideraba las nuevas circunstancias ante mí, decidí ayunar y orar por 10 días. Como
resultado, Dios respondió de formas sorprendentes. No solo me dio tanta paz sobre este hombre como
nunca antes había tenido, sino que me dio las respuestas que estaba buscando.
Ocho meses después estábamos comprometidos y planificando nuestra boda. Sin embargo, enfrentamos
algunos desafíos, ya que ambos estábamos trabajando en el ministerio y no teníamos forma de pagar
todos los gastos de la boda. Así que, ayunamos y oramos. Otra vez, Dios realizó muchos milagros para
nosotros y nuestra boda terminó siendo mucho mejor que mis sueños. Ahora, cuando miramos atrás,
todavía estamos maravillados por la abundante bondad de Dios para nosotros.
Cuando mi esposo y yo comenzamos este Año Nuevo de 2015 (todavía nuestro primer año de
matrimonio), decidimos comenzar el año con 21 días de oración y ayuno, pidiendo mayores
bendiciones espirituales. Ambos habíamos hecho esto antes de casarnos, pero ahora que lo estamos
haciendo juntos, vemos aún más abundantes bendiciones en nuestras vidas espiritualmente al haber
resuelto abstenernos de ciertos alimentos y actividades mediáticas para tener más tiempo para
concentrarnos en Dios. ¡Qué rica bendición ha sido esto para nosotros!
Quizás usted está en una encrucijada en su vida. Quizás usted está buscando respuestas. Quizás usted
necesita la intervención divina de Dios en su vida o en la vida de alguien cercano a usted. Quizás usted
quiere una experiencia más profunda con Dios. Quiero animarlo a que dedique tiempo para ayunar y
orar, a desconectarse de otras influencias a su alrededor que distraen, y escuchar la voz suave de Dios.
Puede no ser un ayuno total. Está bien. Usted puede elegir el ayuno de Daniel, como lo hicimos
nosotros. Lo que sea que haga, si usted busca a Dios con sinceridad en ayuno y oración, Dios le
acercará a él más de lo que usted haya estado antes. Recuerde: ayunar no es solo cuestión de conseguir
lo que queremos de Dios. Más bien se trata de acercarnos a él, de conocerlo a él. ¡Porque él es el mayor
don que podamos recibir!
Desafío de oración de corazón
Querido Padre celestial: En Mateo 6:16, 17 tú nos dices que cuando ayunemos no debemos estar
tristes como los hipócritas, sino que debemos estar alegres. Además, al leer las historias en toda la
Biblia, vemos que tú siempre respondiste cuando tu pueblo oró y ayunó. Dios, necesitamos grandes
respuestas. Necesitamos grandes milagros para nuestra iglesia. Ayúdanos a acercarnos a ti de todo
corazón. Muéstranos cómo orar y, cuando sea apropiado, cómo ayunar. Muéstranos qué
cosas/alimentos/actividades de nuestra vida debemos dejar de lado por un tiempo para poder oír tu
voz con mayor claridad. Gracias por oír y responder esta oración. Amén.
Por Raluca Ril
(Raluca es coautora con su esposo, Roman, de los materiales 10 Días de Oración para 2015-­‐16. Ella y su esposo actualmente sirven como misioneros en Alemania. Para leer más sobre el testimonio personal de Raluca, haga clic aquí.) [Nota de los líderes de 100 Días: No llamamos a un ayuno corporativo específico durante estos 100
Días de Oración, sin embargo, muchos de nosotros estamos ayunando de diferentes maneras durante
este tiempo. Algunos elegimos ayunar de postres o de otros alimentos favoritos. Algunos elegimos
ayunar de ciertas actividades mediáticas o de entretenimiento. Y algunos puede que no estén ayunando
específicamente de nada, pero todos estamos separando tiempo extra para pasar con Dios en su Palabra
y para dedicar tiempo a la oración sobre estos pedidos diarios. Creemos que no es necesariamente lo
que hacemos o cómo lo hacemos, sino que lo hagamos con total sinceridad de corazón y propósito, eso
es lo que más cuenta, porque Dios oye las oraciones sinceras del corazón. Así que, siga lo que sea que
Dios le indique a USTED que haga, hágalo sabiendo Dios bendecirá.]
Día 25 – Sábado 18 de abril de 2015 Aprender a caminar como Enoc
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Pasaje bíblico para la meditación: Génesis 5:21-24.
Versículo bíblico clave: “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”.
Gén. 5:24.
Mi esposa y yo a menudo disfrutamos de dar una caminata después de comer. Estamos agradecidos por
la hermosa naturaleza que rodea nuestro hogar y por el aire fresco que podemos respirar en la
naturaleza de Dios. Sin embargo, llegué a darme cuenta de que cuando caminamos juntos, soy mucho
más consciente de lo circundante que cuando camino solo. Parte de esto tiene que ver con el hecho de
que quiero proteger a mi esposa de los autos que vienen, o de las espinas y cardos que puede haber en
el camino. Tampoco quiero que ella caiga en uno de esos enormes baches que a menudo encontramos
en la calle de tierra. Así que, estoy más en sintonía con el ambiente y con lo que sucede a nuestro
alrededor.
Mientras pensaba sobre cuán sensible intento ser cuando camino con mi nueva esposa (hace solo 10
meses que estamos casados), pensé en mi andar diario con Dios y mi necesidad de una conexión y
sensibilidad continuas con él a lo largo de mi día.
Elena de White escribe: “Quisiera impresionar a cada obrero de la causa de Dios con la gran necesidad
de orar continuamente y con fervor. No pueden estar constantemente de rodillas, pero pueden elevar
sus corazones a Dios. Esta es la forma como Enoc anduvo con Dios” (El evangelismo, p. 493).
La Biblia dice: “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios” (Gén. 5:24).
¿Qué tenía Enoc que hizo que Dios quisiera llevarlo al hogar? No sé todas las respuestas, pero pienso
que Enoc debe haber sido muy sensible a la voz de Dios en su diario caminar por fe.
Verá, al viajar por el camino cristiano, debemos tener cuidado con los “baches” y las “espinas” en
nuestro caminar con Dios, tal como Enoc lo debe haber hecho. No queremos que nada lastime a nuestro
Amigo divino. Y sin embargo, cuán a menudo encuentro que no soy lo suficiente sensible para
preocuparme por las cosas pequeñas que lastiman a Dios; los pensamientos, las palabras negativos, o
las pequeñas traiciones que me alejan de él.
Además, debemos aprender a escuchar con atención. Cuando camino con mi esposa, escucho cuando
comparte sus pensamientos y preocupaciones. Pero, ¿soy tan sensible cuando el Señor me habla a
través de su Palabra, a través de circunstancias o personas a mi alrededor? Qué triste es perder
oportunidades para compartir una palabra o sonrisa de ánimo para uno de mis hermanos porque no
estaba prestando atención a la voz del Señor.
Debemos poner nuestras vidas diariamente en las manos de nuestro Hacedor si queremos caminar con
Dios como Enoc lo hizo. Y esta es una decisión que ocurre momento a momento al enfrentar los baches
de la tentación o las espinas de la distracción. ¡Que no nos distraigamos tanto que pasemos por alto la
voz del Señor!
Amigo, ¿estás caminando con Dios hoy como lo hizo Enoc?
Desafío de oración de corazón
Querido Padre celestial: Enséñanos qué significa caminar como Enoc. Enséñanos cómo ser sensibles a
tu voz suave. Enséñanos cómo ser sensibles a tus deseos y obedientes a tu Palabra, para que el
enemigo no tenga punto de apoyo en nuestra vida. Queremos ir al hogar. Queremos ver tu Espíritu
derramado en nuestra iglesia para que la obra pueda ser terminada. Por favor, haznos tus discípulos,
listos para recibir tu derramamiento. En tu precioso nombre, amén.
Por Roman Ril
(Coautor con su esposa, Raluca, de los materiales 10 Días de Oración para 2015-­‐16. Él y su esposa sirven al Señor como misioneros en Alemania. Para leer más sobre el testimonio personal de Roman, haga clic aquí.) Día 26 – Domingo 19 de abril de 2015 ¡Una lección de mis plantas de interior!
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Pasaje bíblico para la meditación: Juan 15:1-5.
Versículo clave: “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto
por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí”. Juan
15:4.
No hace mucho tiempo estaba sentada en mi sala, mirando las puntas de algunas de las hojas en una de
mis plantas. Me di cuenta de que en algunas de las hojas, las puntas comenzaban a marchitarse y
volverse marrones debido al hecho de que no estaban conectadas con tanta fuerza al tallo.
Mientras miraba las hojas, Dios comenzó a hablarme. Me di cuenta de que mi propia vida espiritual
comienza a marchitarse y volverse marrón también.
En el libro de Juan se nos dice: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en
él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:4, 5).
Sí, al igual que las hojas deben permanecer conectadas al tallo y al sistema de raíces de la planta que
les da vida, yo también debo tener la misma conexión diaria con mi Padre celestial. Debo beber
diariamente de su fuente de vida para que yo pueda permanecer con vida y producir buen fruto.
Es interesante que cuando una hoja está desconectada de su sistema de raíces, al principio todavía
parece viva por un tiempo. Pero al final morirá. No hay forma de revertir el proceso o de revivirla. Para
nosotros como cristianos es similar, con una diferencia. Cuando nos desconectamos de Cristo, podemos
parecer vivos por un tiempo también, antes de marchitarnos y morir apartados de Cristo. Sin embargo,
siempre podemos reconectarnos y ser revividos. ¡Dios puede hacer un milagro y darnos nueva vida!
¿Cómo hace esto? Solo hace falta una oración.
Elena de White escribe: “La oración es el aliento del alma. Es el secreto del poder espiritual. No puede
ser sustituida por ningún otro medio de gracia, y conservar, sin embargo, la salud del ser. La oración
pone al corazón en inmediato contacto con la Fuente de la vida, y fortalece los tendones y músculos de
la experiencia religiosa. Descuídese el ejercicio de la oración, u órese esporádicamente, de vez en
cuando, según parezca propio, y se perderá la relación con Dios” (Mensajes para los jóvenes, p. 175).
Agradezco a Dios porque aun cuando comienzo a marchitarme y a secarme, él está allí, siempre listo
para revivirme. ¡Debo volverme a él en oración!
Desafío de oración de corazón:
Querido Padre celestial: A veces nos desconectamos y pensamos que podemos funcionar por nuestra
propia fuerza. Olvidamos que necesitamos la “Fuente de la vida” que solo tú puedes proveer. Por
favor, cambia nuestro corazón, Señor, para que podamos desear permanecer en ti como las ramas
permanecen en la vid. Además, al continuar orando por nuestra iglesia, te pedimos que nos ayudes
como pueblo a aprender lo que significa permanecer conectados a ti personalmente. Sabemos que no
somos salvados como iglesia, o como grupo, somos salvados y revividos individualmente. Así que,
ayúdanos a pasar tiempo a tus pies en oración para que tú puedas derramar tu Espíritu Santo sobre
nosotros en abundancia. Oramos en el nombre de Jesús, Amén.
Por Kat Taylor
(Kat trabaja tiempo completo para una agencia gubernamental de Kansas, pero su corazón y su pasión están en el ministerio. Ella es líder de oración, como así también miembro del equipo de líderes de 100 Días de Oración. Para leer más sobre el testimonio personal de Kat, haga clic aquí.) Día 27 – Lunes 20 de abril de 2015 Culturismo espiritual
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Pasaje bíblico para la meditación: Jeremías 29:10-14.
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Versículo clave: “Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”
Jer. 29:13.
“¡Debería haber visto a Nathan antes del seminario! ¡Era superraquítico y flaco!”, dijo Bobby un día
sobre nuestro amigo mutuo, pastor. [*Para quienes no conocen al Pastor Nathan, cuyo nombre fue
cambiado para proteger su privacidad, es un hombre muy musculoso].
Bobby continuó: “Sin embargo, cuando volvió para visitarnos recientemente, no podía creer lo que veía.
Le pregunté qué había pasado durante su estadía en el seminario. Él simplemente respondió: ‘No hay
mucho que hacer en Michigan’. Así que, supongo que pasó todo su tiempo en el gimnasio”.
Mi amigo Bobby no tenía idea, pero Dios usó esta conversación para preparar el terreno para un
cambio radical en mi camino cristiano.
No mucho después, mi esposa y yo nos mudamos a la Universidad Andrews para que yo pudiera asistir
al seminario. Yo ya hacía un par de años que estaba trabajando como pastor, y esperaba aprender
muchas cosas útiles, pero para ser honesto, no esperaba vivir un enorme reavivamiento personal. Pero
doy gracias que Dios tenía otros planes para mí.
Si bien hubo muchas cosas durante mi estadía en el seminario que Dios usó para despertarme a mi
necesidad de un caminar más profundo con él (incluyendo compañeros de oración, diario de oración,
estudio de la Biblia y más), una de las cosas que más me impactó fue esa conversación sobre el pastor
Nathan.
No mucho después le dije a mi viejo amigo y compañero de oración: “¿Y si hacemos lo mismo que
hizo Nathan, pero en lugar de ir al gimnasio dedicamos tiempo y energía extra para concentrarnos en
nuestro andar y conexión personal con Dios? ¡Quiero ser espiritualmente musculoso!”
Y así comenzó un viaje radical al comprometerme a buscar a Dios con más fervor que nunca antes.
Este compromiso me forzó a hacer algunos cambios que no fueron fáciles. En la secundaria yo había
estado dispuesto a levantarme a las 4:30 para entrenar intensamente durante horas sin fin para llegar a
ser el mejor atleta posible. También me había comprometido a comer una dieta extremadamente
saludable (vegetariana, sin azúcar refinada, etc.) durante varios años para tener energía para un evento
atlético particular. Pero, ¿podría hacer los mismos sacrificios para tener energía extra para levantarme
temprano y pasar horas con mi mejor amigo Jesús?
Lo que lo hizo tan difícil fue que realmente me gustaba seguir durmiendo. Y ni siquiera sabía cómo
mantenerme despierto mientras leía la Biblia temprano en la mañana. Tampoco quería dejar algunos de
los alimentos poco saludables que yo pensaba que realmente necesitaba. Así que, comencé a clamar a
Dios para que cambiara mi corazón, para que me diera un corazón para conocerlo (Jer. 24:7). Y seguí
reclamando la promesa de Jeremías 29:13, que dice: “Y me buscaréis y me hallaréis, porque me
buscaréis de todo vuestro corazón”.
Esos siguientes dos años, Dios me dio el deseo de buscarlo de todo corazón como nunca antes. Y
cuando terminó mi estadía en el seminario, y mi esposa y yo teníamos el camión de mudanzas cargado
para regresar a California, yo estaba tan anonadado por lo que Dios había hecho que simplemente tuve
que arrodillarme en el piso y agradecerle por cómo me había cambiado en tantos aspectos, aspectos que
yo ni siquiera sabía que necesitaba cambiar.
Todavía no soy tan musculoso espiritualmente como quiero serlo, pero Dios está obrando, y lo alabo
por su paciencia y entrañable misericordia en mi vida.
Desafío de oración de corazón:
Precioso Padre celestial: Muchas gracias porque tú siempre eres fiel a tus promesas. Al continuar
orando por nuestra iglesia, por favor, danos un corazón que desea conocerte más, porque lo que
deseamos ver que ocurra en nuestra iglesia primero debe ocurrir en nuestra propia vida. Señor, te
entregamos las cosas que nos retienen hoy. Sácanos todas nuestras expectativas pequeñas y danos un
corazón para buscar verdaderamente más de ti. Por favor, ayúdanos a enamorarnos de ti de tal
manera que nada más importe tanto como estar contigo. Amén.
Por Zac Page
(Zac es pastor de la Iglesia ASD de Templeton Hills, en Templeton, California. Él y su esposa, Leah, hace siete años que están casados y son oradores en retiros de reavivamiento y oración. Para leer más sobre el testimonio personal del Pastor Zac, haga clic aquí.) Día 28 – Martes 21 de abril de 2015 ¡Atreverse a pedir aún MÁS!
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Pasaje bíblico para la meditación: Efesios 3:14-21.
Versículo bíblico clave: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”. Efe.
3:20.
Alejandro Magno fue un poderoso conquistador y rey, y aunque vivió mucho antes de la época de
Cristo (alrededor del 300 a.C.), su reputación todavía permanece hoy.
Además de ser un gran conquistador, el rey Alejandro también era un gobernante compasivo. Cada año
dedicaba un día que llamaba “día de la compasión”. Según la historia, en este día especial del año, él
seleccionaba al azar a diferentes personas de su reino, a quienes les permitiría ir y hacer un pedido
especial.
La mayoría de las personas pedía alimento, ropa, dinero para medicina, y demás. Sin embargo, ¡un año
hubo un hombre que se atrevió a pedir más! Pidió un palacio, y no solo un palacio, sino un palacio
completamente amueblado, y un gran salón de banquetes para alimentar a todos sus amigos. Para
sorpresa de todos, el rey Alejandro concedió el pedido del hombre.
Cuando le preguntaron por qué otorgaría un pedido tan escandaloso, el rey respondió: “Este hombre es
el primer hombre que realmente me hizo sentir el rey que soy. ¡Porque solo yo puedo conceder tal
pedido!”
Esta historia realmente impactó en mi vida porque me recuerda al gran Dios que servimos y cuán poco
le pedimos. Y me hizo preguntarme por qué tan a menudo nos contentamos con bendiciones
superficiales cuando servimos al Rey del Universo. Me hizo preguntarme por qué nos conformamos
con apenas sobrevivir espiritualmente cuando Dios anhela darnos tanta riqueza y profundidad más en
nuestro andar con él. Pienso que demasiados cristianos adventistas del séptimo día se han conformado
con ser enanos espirituales cuando Dios nos llama a nosotros, el Israel de esta época, a ser gigantes
espirituales que se ponen en la brecha intercediendo por los perdidos.
Dios es capaz y anhela obrar de manera poderosa, pero nuestra falta de fe en realidad limita su obra en
nuestra vida. De hecho, se nos dijo: “¡Todo fracaso de los hijos de Dios se debe a la falta de fe!”
(Patriarcas y profetas, p. 657).
No permitamos que nuestras dudas nos limiten más, sino confiemos en la Biblia que nos dice: “Y a
Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o
entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3:20).
Desafío de oración de corazón
Querido Padre celestial: Al continuar estos 100 Días de Oración, ¡ayúdanos a seguir atreviéndonos a
pedir más! Ayúdanos a seguir atreviéndonos a pedir más en nuestro andar personal contigo y
ayúdanos a seguir atreviéndonos a pedir más por nuestra iglesia. Necesitamos lo que solo tú puedes
dar. Necesitamos que obres poderosamente por nosotros. Perdónanos por nuestra falta de fe, y
perdónanos por hacer oraciones pequeñas. Perdónanos por limitar lo que tú quieres hacer por dudar
de tu Palabra. Gracias, Jesús, por darnos un corazón nuevo y una perspectiva nueva de la grandeza de
quién eres, no un mero rey terrenal sino el Rey del Universo. ¡Te amamos! ¡Amén!
Por Melody Mason (Melody es autora de Daring to Ask for More: Divine Keys to Answered Prayer, y coordinadora de 100 Días de Oración. Actualmente vive en Silver Spring, Maryland. Para leer más sobre el testimonio personal de Melody, haga clic aquí.) Día 29 – Miércoles 22 de abril de 2015 ¡El poder de la oración de mi madre!
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Pasaje bíblico para la meditación: Salmo 118:14-18.
Versículo bíblico clave: “No moriré, sino que viviré, Y contaré las obras de JAH”. Salmo
118:17.
Era diciembre de 2003. Lo recuerdo como si fuera ayer. Estaba acostada en una cama del hospital,
sintiendo que mi vida casi había acabado. Ni siquiera podía moverme. Cada articulación de mi cuerpo
parecía que estaba en llamas. Nunca había sentido tanto dolor.
Había estado luchando con el dengue con temperaturas de más de 38 grados cada día durante dos
semanas. Cada día me debilitaba más y más. Mi mamá venía temprano en la mañana y cubría mi
cuerpo con toallas mojadas con agua helada. Yo estaba tan deprimida. Y lo que más dolía era ver el
dolor en sus ojos cuando luchaba para reprimir las lágrimas. Veía tristeza en los ojos de mi padre
también.
Un día, mientras mi madre miraba, mi padre tomó mi cuerpo inerte en sus brazos y me rogó (su única
hija) que luchara y no me rindiera. Entonces oí que mi madre dijo audazmente la promesa bíblica: “¡No
morirás, sino que vivirás y contarás las obras del Señor!”
Hay un cambio inexplicable que ocurre en la atmósfera cuando los padres interceden por sus hijos.
Todavía se me pone la piel de gallina cuando recuerdo esta experiencia. No puedo explicarlo, pero sentí
tal esperanza. Recuerdo que oré en mi corazón: “Señor, si no me sanas por mí, ¡por favor, sáname
como respuesta a las oraciones de mis padres! Jesús, por favor, responde su oración”.
Elena de White una vez escribió lo siguiente sobre el poder de las oraciones de una madre.
“Es imposible evaluar el poder que ejerce la influencia de una madre que ora. Ella reconoce a Dios en
todos sus caminos. Lleva a sus hijos ante el trono de gracia y presentándolos a Jesús le suplica que los
bendiga. La influencia de esos ruegos es para aquellos hijos una ‘fuente de vida’. Esas oraciones,
ofrecidas con fe, son el apoyo y la fuerza de la madre cristiana. Descuidar el deber de orar con nuestros
hijos es perder una de las mayores bendiciones que están a nuestro alcance, uno de los mayores auxilios
que podamos obtener en medio de las perplejidades, los cuidados y las cargas de nuestra vida”.
La cita es larga, pero es tan poderosa, así que, debo permitir que la hermana White continúe:
“El poder de las oraciones de una madre no puede sobreestimarse. La que se arrodilla al lado de su hijo
y de su hija a través de las vicisitudes de la infancia y de los peligros de la juventud, no sabrá jamás
antes del día del juicio qué influencia ejercieron sus oraciones sobre la vida de sus hijos. Si ella se
relaciona por la fe con el Hijo de Dios, su tierna mano puede substraer a su hijo del poder de la
tentación, e impedir que su hija participe en el pecado. Cuando la pasión guerrea para predominar, el
poder del amor, la influencia resuelta, fervorosa y refrenadora que ejerce la madre puede inclinar al
alma hacia lo recto” (El hogar cristiano, p. 241).
Mi madre me animó ese día a pedir la sanación de Dios y ella repitió una y otra vez en mis oídos: “¡No
morirás, sino que vivirás y contarás las obras del Señor!” Ella lo dijo cada día después de eso hasta que
mi espíritu herido comenzó a creer y yo también comencé a declarar: “¡No moriré, sino que viviré y
contaré la gloria de Dios!”
Hay poder en confesar la Palabra de Dios. Y hay poder cuando una madre ora. Mi curación en esa
experiencia es testimonio de la gracia de Dios en respuesta a las oraciones fieles de mis padres.
Desafío de oración de corazón:
Dios Padre: Juntos queremos interceder por todos los padres de nuestra iglesia mundial hoy,
especialmente aquellos padres que han comprometido sus vidas al ministerio como líderes, pastores,
administradores, maestros y misioneros en servicio. Oramos por su protección y especialmente por la
protección de sus hijos. Hoy nos unimos como iglesia y declaramos que aunque algunos de nuestros
hijos están atrapados en las trampas del enemigo, ¡nuestros hijos no morirán sino que vivirás para
proclamar las grandes obras del Señor! Tenemos fe de que tu honrarás tu promesa de luchar con
quien luche contra nosotros, ¡y que tú salvarás a nuestros hijos! (Isa. 49:25). Que tu Espíritu Santo
derrame dones de fortaleza, sabiduría y gracia sobre todos los padres al buscar moldear las vidas de
sus hijos en preparación para tu reino. Amén.
Por Shanter Alexander
(Shanter, nativa de St. Lucia, una isla de las Antillas, es psicóloga y vive y trabaja en Michigan. Ella ha estado involucrada en liderazgo en eventos locales y de la división a través del océano. Para leer más sobre el testimonio de Shanter, haga clic aquí.) Día 30 – Jueves 23 de abril de 2015 Nuestra escapada a Jesús
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Pasaje bíblico para la meditación: Lucas 4:42-5:16.
Versículo clave: “Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba”. Lucas 5:16.
¿Alguna vez llegó al final de sus vacaciones y descubrió que estaba más cansado que cuando comenzó?
Recuerdo que pensaba al final de una vacación reciente: “¡Esto es una locura! ¿Cuál es el sentido de
una vacación cuando es tan agotadora como el trabajo?”
Con la prisa constante, el estrés siempre en aumento y el ajetreo abrumador de nuestra vida diaria,
todos necesitamos una verdadera escapada, ¿pero qué clase de escapada deberíamos buscar? Primero,
debemos preguntar: ¿Cómo lidiaba Jesús con todo? Después de todo, él tenía más presión, más factores
estresantes potenciales y mayores responsabilidades que usted o yo vayamos a enfrentar.
En Lucas 5:15, encontramos un vistazo del programa agotador de Jesús. “Pero su fama se extendía más
y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades”.
¡Eso es hablar de un momento de alto estrés y oportunidad increíble! Como pastor, si las multitudes se
estuvieran reuniendo en mi iglesia para oír el evangelio y recibir atención, ¡yo sentiría que es el
momento de trabajar aún más! Es claro que no sería el momento de alejarse y escaparse de las
multitudes. ¿O sí?
La historia continúa en Lucas 5:16, “Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba” ¡Vaya! El ejemplo
de Jesús revela la importancia de apartarse. Y para el Hijo de Dios no había mayor gozo, mayor
relajación, ni mayor forma de satisfacer las necesidades acuciantes a su alrededor que apartarse y
dedicar tiempo a la oración. Pero, si bien todos tenemos cosas de las que nos gustaría escaparnos
cuando llega el momento del muy necesario descanso, esto rara vez parece ser con el propósito de orar.
Recientemente mi esposa y yo decidimos seguir literalmente el ejemplo de Jesús. Teníamos algunos
días flexibles en nuestro programa y decidimos usar el tiempo para apartarnos y orar. Esto fue
honestamente más difícil de lo que yo imaginaba de explicar a algunos amigos y familiares
bienintencionados. Es que simplemente no es algo que hagamos estos días. Pero puedo decir
honestamente que esos pocos días fueron algunos de los días más refrescantes que haya tenido en
mucho tiempo. Al final le dije a mi esposa: “¿Por qué no tomamos tiempo de las vacaciones para hacer
esto todos los años?”
Así que, pido lo siguiente para desafiarle a usted como a mi propio corazón: ¿Y si viviéramos
realmente como Jesús? ¿Y si nuestra escapada suprema fuera correr a Dios y orar?
Desafío de oración de corazón
Precioso Padre en el cielo: Perdónanos por mirar las diversiones mundanas para renovar nuestra
fuerza en lugar de hacerlo en ti, la fuente de todo verdadero descanso y fuerza. Perdónanos por
olvidar que en tu presencia hay plenitud de gozo (Salmo 16:11). ¡Danos un corazón para orar!
Enséñanos a apartarnos de las tareas ajetreadas (aun las del ministerio) con el propósito de orar.
Aumenta nuestra fe en tu poder para hacer mayores cosas como respuesta a la oración que las que
podemos hacer con nuestros esfuerzos débiles. Por favor, derrama tu Espíritu de oración sobre
nosotros (Zac. 12:10). Derrama tu Espíritu Santo sobre nuestra Iglesia. ¡Queremos seguir el ejemplo
de Jesús! Y queremos ir al hogar. En tu precioso nombre, Amén.
Por Zac Page
(Zac es pastor de la Iglesia ASD de Templeton Hills, en Templeton, California. Él y su esposa, Leah, hace siete años que están casados y son oradores en retiros de reavivamiento y oración. Para leer más sobre el testimonio personal del Pastor Zac, haga clic aquí.)