Creatividad e innovación en los territorios
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Creatividad e innovación en los territorios
Primera parte Creatividad e innovación en los territorios Informe de Michel Godet, Philippe Durance y Marc Mousli1 Traducción Esperanza Meléndez Escobar Introducción En diciembre de 2008, el Parlamento europeo y el Consejo de la Unión Europea deciden proclamar el año 2009 como el “año europeo de la creatividad y la innovación”. Con ello, la Unión Europea admite que el pensamiento creativo constituye una de las principales claves del éxito en una economía globalizada, obligatorio para “hacer frente a los desafíos a los que se enfrenta Europa2”. Presenta la creatividad como “el motor de la innovación y factor clave del desarrollo de las competencias personales, laborales, empresariales y sociales de todos los individuos en la sociedad, así como de su bienestar social”. Los “embajadores” que fueron designados en aquella ocasión publicaron un manifiesto en el cual declaran sin rodeos: “La crisis económica, medioambiental y social nos desafía a encontrar nuevas formas de pensar y actuar. […] Europa y sus Estados miembros deben conceder una especial atención a la creatividad y la innovación a fin de encontrar una salida al estancamiento actual”. En Francia, este hecho pasó casi inadvertido. Creatividad e innovación, frutos de la imaginación y de la razón Cuando uno se interesa por la razón humana y su potencia, aparece instantáneamente en la mente una figura emblemática: la de René Descartes, promovido a fundador de un movimiento de pensamiento para el cual la razón sería la autoridad soberana de la mente humana. Esta afirmación fue divulgada por algunos exégetas radicales que, por lo general, no veían en ella más que un argumento apropiado para defender sus propios 1 Philippe Durance es profesor asociado en el Cnam (Conservatoire national des arts et métiers). Marc Mousli es investigador asociado en el Lipsor (Laboratoire d’innovation, de prospective stratégique et d’organisation). 2 Decisión n°1350/2008/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, del 16 de diciembre de 2008, relativa al año europeo de la creatividad y la innovación, Journal officiel de l’Union Européenne, 24 de diciembre de 2008. 1 excesos3; sería un error detenerse a analizarla4. En su búsqueda de la verdad, Descartes desarrolla una filosofía de la acción en la cual la inteligencia no basta por sí misma. Aunque “la inteligencia sola es capaz de concebir la verdad, debe […] ayudarse con la imaginación, los sentidos y la memoria, a fin de no dejar ociosa ninguna de nuestras facultades 5 ”. La imaginación ocupa un lugar central en el pensamiento cartesiano 6 : debido a su poder heurístico, confiere al espíritu una capacidad de descubrimiento inigualada. Descartes acude a ella para establecer, a través de los sentidos, el vínculo con los objetos que componen la realidad que lo rodea. Paradójicamente, así es como la imaginación da a la razón una capacidad práctica de conexión con lo real, de representación, que no tendría sin ella. Un siglo más tarde, preocupados por organizar y presentar a la humanidad todas las artes útiles, los Enciclopedistas estructuran los saberes conocidos en torno a las que, para ellos, son las tres grandes facultades con las cuales puede contar el entendimiento: la memoria, la razón y la imaginación. A la memoria corresponde la historia; a la razón, la filosofía; a la imaginación, el poder creativo del hombre (que se traduce en la arquitectura, la música, la pintura, la escultura, etc.), el que utiliza el “talento de crear”7. Habrá que esperar hasta finales del siglo 20 para que la ciencia redescubra que la razón no obra sola en la toma de decisiones. El enfoque heurístico es un método de descubrimiento experimental que no pretende encerrar la realidad en modelos a priori hipotético-deductivos, sino que se inscribe dentro del marco de un enfoque inductivo que parte de los hechos y se apoya en las palancas de la intuición y de la razón para hacer avanzar las ideas. El conocimiento racional suele ahogar el conocimiento sensible; es lo que Gaston Bachelard llamó la “regularidad dialéctica de los errores”. Es también lo que sugería André Breton, quien ya en su época militaba por la reconciliación del cerebro izquierdo y el cerebro derecho: “Es absolutamente insuficiente […] preconizar el uso de una palanca, sin considerar todas las demás”8. Así, quien utiliza solamente una palanca para realizar su investigación mutila su pensamiento. El diálogo permanente entre la teoría y la práctica debe poner la razón y la pasión al servicio de la acción. Es “la rehabilitación del subjetivismo y del deseo como 3 Como lo demostró perfectamente Mateus Araujo Silva, en varias ocasiones se ha intentado excluir la imaginación del pensamiento de Descartes, a pesar de que en numerosos textos es mostrada explícitamente como su aspecto central: “No es una casualidad que los partidarios de esta tesis nunca hayan afrontado, ni siquiera señalado [estos textos], que constituyen claros contraejemplos de ello” (Mateus Araujo Silva, « L’imagination dans La Géométrie de Descartes », en Serfati, 2008). 4 A propósito, resulta divertido constatar que los primeros que quisieron, en vida de Descartes, oponerse a su pensamiento, fueron también los primeros en hablar de cartesianismo, al escribir y difundir un libro con el título Philosophie cartésienne, o Méthode admirable de la philosophie nouvelle de René Descartes (Martin Schook, 1643). Descartes habló de calumnia al referirse a estos escritos, y la querella se prolongó por varios años. 5 René Descartes, Règles pour la direction de l’esprit, inconcluso, hacia 1628-1629. 6 Toda la obra metodológica de Descartes puede ser releída partiendo de esta hipótesis (cf. Sepper, 1996). 7 Jean d’Alembert, « Discours préliminaire », Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers, vol. 1, 1751. 8 Breton, 1970. 2 fuerza productora de futuro a través de los sueños y de los proyectos la que fecunda la realidad”9. Parece haber una conciencia ampliamente compartida de la urgencia de cambiar a la vez nuestros modos de pensamiento y de vida, lo cual eleva a un primer plano el papel de la creatividad. José Manuel Barroso estima que “la crisis financiera y económica han hecho aún más importantes la creatividad y la innovación […] como factores de crecimiento sostenible, de creación de empleo y de fortalecimiento de la competitividad 10 ”. Y el presidente Barack Obama, haciendo un llamado a un nuevo impulso, se fija como objetivo el de “prender la chispa de la creatividad y el ingenio” que lleva cada americano en su corazón para devolver a Estados Unidos ese espíritu de innovación que siempre le ha permitido avanzar11. La creatividad ya no se limita a los campos del arte y la cultura; en estos tiempos se aplica a todos los campos, ya sean políticos, económicos o sociales. La creatividad representa la condición sine qua non de una evolución, ya no hacia el mejor de los mundos, sino hacia un mundo mejor12, y permite una modificación fundamental de la relación del hombre con el cambio, puesto que ya no se trata de imponer el cambio a la mayoría, sino de convertir a la mayoría en actores del cambio. La mayor parte de nuestros modelos actuales generan más contradicciones que soluciones, lo cual demuestra que ya alcanzaron sus límites. Hace ya cuatro siglos, cuando se aproximaba una revolución global, Bacon, lo mismo que Descartes a su manera, partía de una constatación similar. Así, pues, consideremos que para nosotros, más que del fin de una época, se trata del comienzo de una nueva época, y, por si fuera poco, de una época formidable, puesto que todo está por reinventarse y cada cual puede participar en esa tarea. Con este informe esperamos contribuir a esta renovación, aportando algunas pistas nuevas. ¿Cuál innovación? El Manual de Oslo13 define cuatro tipos de innovación: la creación de un nuevo producto o la oferta de una nueva prestación comercial o de servicio; la aplicación de nuevas técnicas para la producción de bienes o la prestación de servicios (innovación de proceso); la innovación de organización; y la innovación de marketing. No obstante, sólo en 2005, en la tercera edición de este documento de referencia, fue enriquecida la definición inicial de la innovación con dimensiones diferentes a las puramente técnicas. Hacia la innovación en todos los sentidos 9 Godet, 2007. Comisión Europea, « Le président Barroso discute des moyens de stimuler l’innovation sociale », comunicado de prensa, IP/09/81, 20 de enero de 2009. 11 « President Obama Says GDP Numbers Show Recovery Act Working; Long-Term Investments Still Needed », La Casa Blanca, 1° de agosto de 2009. 12 Edgar Morin, « La Voie », in Dartiguepeyrou 2010 (dir.). 13 El Manual de Oslo es la principal fuente internacional de principios rectores en materia de recolección y uso de informaciones sobre las actividades de innovación. Se utilizó como base para las encuestas europeas sobre innovación (CIS). La primera versión de este documento data de 1992. 10 3 El concepto de innovación se utiliza con frecuencia, según las situaciones, en acepciones a veces demasiado amplias, otras veces demasiado variadas o, por el contrario, demasiado restringidas (la innovación tecnológica sensu stricto). Si bien es cierto que términos como “innovación”, “tecnología” e “I&D” parecen referirse, en un nivel general, a nociones estrechamente relacionadas entre sí, la cosa es más compleja cuando el análisis se hace a un nivel más particular. Con ligereza se mezclan las nociones de inversión en investigación fundamental, creatividad, innovación y desarrollo económico… También surge un problema a la hora de medir este concepto, sobre todo en función de la productividad, debido a su ambigüedad y a la multiplicidad de sus manifestaciones; en efecto, numerosos trabajos pretenden vincular “directamente los esfuerzos de investigación de las empresas con su desempeño general, frecuentemente con la productividad del trabajo o la productividad global de los factores (función de producción ampliada), pero también con su rentabilidad contable o su valor bursátil14”. El valor de un bien o servicio depende del contexto de oferta y demanda en el territorio y de su rareza relativa. De este modo, si se mira el precio facturado, el valor agregado por hora de trabajo de un plomero (productividad aparente) resulta tres veces más alto en París que en el departamento del Creuse para un servicio idéntico. Es evidente, en este caso, que el contexto cambia los elementos de partida. En el presente informe examinamos tanto la denominada innovación “de ruptura”, que revoluciona un servicio o una industria, como la innovación “incremental”, que consiste en mejorar día tras día los modos de operación o los procesos. No existe jerarquía entre ellas y, a largo plazo, la una y la otra pueden ser igualmente importantes15. Una “ardiente obligación” Francia, frente a los desafíos que le plantea la economía globalizada, eligió el camino de la innovación. De hecho, todos los países que tienen los medios para ello consideran que “la ventaja competitiva de las naciones” no se obtiene sin conocimiento, investigación, creación y progreso tecnológico. Y Europa en general estima que un crecimiento sostenible, el mantenimiento del nivel de ingresos elevado en nuestros países desarrollados y la creación de empleo “dependen de la excelencia y de la innovación, principales motores de la competitividad europea16”. Numerosas voces se alzan cada vez más, a ambos lados del Atlántico, para afirmar que hoy en día es indispensable, para mantenerse en la cabeza del pelotón de los países desarrollados, interesarse de manera activa por las formas más amplias de innovación. Mairesse, Jacques, (2003). « Innovation, recherche et productivité des entreprises », in Insee, Innovation: de l’idée à la performance, Insee méthodes, no.105, julio, pp. 75-86. 15 Cf. infra complemento de Thomas Durand, « Par-delà la R&D et la technologie: vers d’autres formes d’innovation ». 16 Comisión de las Comunidades Europeas (2008): « Vers des clusters de classe mondiale dans l’Union européenne: mise en œuvre d’une stratégie d’innovation élargie », comunicación de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones, COM (2008) 652, 17 de octubre. 14 4 En 2006, la Comisión hizo un llamado solemne a todas las instancias europeas para promover “todas las formas de innovación17”. La innovación, en efecto, es posible en todos los campos. Puede ser social, como se comprueba con las incesantes referencias a Finlandia (en el campo de la educación y la gestión de la edad), Dinamarca (en el campo de la adaptación fina de las competencias de los individuos al mercado laboral) o Suecia (en el campo de la organización del bienestar colectivo en una economía sana). Y en estos países, por ser también muy eficientes en el terreno de la alta tecnología, estas formas de innovación social y organizacional resultan aún más provechosas. El mundo político también innova con regularidad en el campo social y reglamentario, pero las consecuencias socioeconómicas de esas innovaciones no se han medido ni analizado: trabajo dominical, edad de jubilación más tardía, trabajadores maduros, etc. En este informe citamos innovaciones administrativas en los territorios, tales como las de la Caja Primaria del Seguro de Salud (Caisse primaire d’assurance maladie - CPAM) del departamento del Sarthe, que innova constantemente, bajo el liderazgo de Patrick Négaret, en los campos más diversos, desde la comunicación orientada a los usuarios hasta la prevención del abuso. Se podría citar también el ejemplo de la Mutualidad Social Agrícola (MSA) del departamento de Dordoña, dirigida por Alain Cournil, que ha dado una organización original y simple a la convivencia social e intergeneracional. Otro campo de innovación tiene que ver con la organización social interna de la empresa: la gestión. Es un tema que despierta el interés de un gran número de actores. La London Business School, por ejemplo, creó en 2005 el “Management Innovation Lab”, que se propone demostrar que es posible reconstruir sobre nuevas bases las relaciones sociales en la empresa mediante innovaciones organizacionales18. La innovación también puede ser marketing. Renault ganó su apuesta con su modelo de precio bajo, el Logan. Pero la industria automotriz francesa, a pesar de su capacidad de innovación, fracasó en el mercado de alta gama 19 . Los fabricantes de automóviles alemanes, en cambio, supieron mantener el renombre de sus marcas y su lugar en los segmentos de alta gama de los mercados mundiales, que dejan un margen mayor, con la estrategia de deslocalizar ampliamente la producción de sus partes, lo que ayudaba a reducir costos, pero conservando la responsabilidad del ensamblaje. En general, pues, se trata de reflexionar en términos de ventajas competitivas y generación de valor con el objeto de ir más allá de la simple problemática de la innovación limitada a las actividades de punta. Economía, innovación y territorios 17 Comisión de las Comunidades Europeas (2006): « Mettre le savoir en pratique: une stratégie d’innovation élargie pour l’UE ». comunicación de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones, COM (2006) 502 final, 13 de septiembre. 18 http://www.london.edu/newsandevents/news/2009/01/Management_Innovation_Lab_905.html. 19 La balanza comercial de la industria automotriz francesa se derrumbó literalmente en estos últimos años, al pasar de un saldo de más de 12.000 millones de euros en 2004 a menos de 3.500 millones de euros en 2008. Fuente: Insee, cuentas nacionales. 5 Francia puede moverse con éxito en varios terrenos. Con los polos de competitividad, el país lleva a cabo una ambiciosa política tendiente a mantener una poderosa industria de alta tecnología que le permita asegurar a largo plazo su adelanto con respecto a los países cuya competitividad se basa principalmente en una mano de obra barata o en la abundancia de materias primas. Para que esta ambición sea exitosa se requieren también innovaciones socio-organizacionales, factor clave de éxito indispensable. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los polos de producción competitiva destinados a la exportación no representan sino del 20% al 25% de los ingresos de un territorio. La producción local destinada al consumo y las transferencias inducidas por la presencia de turistas, de residentes transitorios y de pensionados —categorías cuyo número aumenta a medida que la calidad de vida en el territorio mejora— representan entre el 75% y el 80% de los ingresos de los habitantes. Francia deberá entonces demostrar que también puede innovar en los campos de la gestión, el comercio, la organización, los servicios a la persona. El país puede encontrar formas originales de innovación en los campos en los que tiene ventajas ciertas, que hemos resumido bajo el término general de “calidad de vida” 20. Esto requiere hacer algunos progresos que parecen evidentes pero que, en realidad, son difíciles de lograr —por ejemplo en materia de calidad de la atención al cliente en los almacenes, los taxis, las alcaldías o las oficinas de correos…—, así como cuidar la excelencia gastronómica, la limpieza del espacio público, la señalización, la práctica de las lenguas europeas (y asiáticas en los lugares emblemáticos del turismo), etc. Todos ellos son elementos clave de la atractividad del territorio, en un país donde el turismo constituye el rubro más positivo de una balanza comercial desequilibrada21. El tema presenta un gran interés y su estudio permite mostrar cómo es posible poner al servicio de un desarrollo sostenible otras formas de innovación, diferentes de la tecnológica (cambios en la hotelería, nuevas formas de alojamiento, iniciativas lúdicas o artísticas, trabajo perseverante en la imagen, la “marca” del territorio…). En los sectores de los bienes públicos, o “sector terciario” de la economía social y solidaria, numerosas innovaciones en términos de oferta de servicios o de organización mejoran la calidad de vida de los territorios. Estos se han dotado, en su mayoría, de “reglamentos de desarrollo sostenible” y de contratos de región o de aglomeración donde se encuentran muchas pistas de innovaciones organizacionales cuyas repercusiones concretas sería interesante estudiar, así como el grado de apropiación 20 En esta óptica, un análisis profundo de las dinámicas demográficas a nivel departamental debería mostrar, en particular, que los departamentos más dinámicos no son siempre los que uno imagina: está por supuesto, el de Haute-Garonne (alta tecnología y calidad de vida), pero también el de Alpes-de-HauteProvence (calidad de vida y pensionados). 21 En 2008, el saldo global de los intercambios exteriores fue de -48.000 millones de euros, discriminados así: +3.500 millones de euros en productos de la agricultura, la silvicultura y la pesca, -71.000 millones de euros en productos de la industria, -2.000 millones de euros en servicios comerciales y +400 millones de euros en servicios administrados. En estas grandes masas, los únicos saldos positivos son los productos de la agricultura y la alimentación (+6.000 millones de euros), los bienes de capital (+8.000 millones de euros), los servicios financieros (+5.000 millones de euros) y el comercio (+800 millones de euros). Fuente: Insee, cuentas nacionales, mayo de 2009. 6 por las diferentes partes interesadas o stakeholders (municipalidades, asociaciones, empresas, ciudadanos, etc.). Las innovaciones en estos numerosos campos tienen un doble efecto: aumentar la satisfacción (y, aunque parezca osado decirlo, la felicidad, pues también a ella contribuyen) de los habitantes, y desarrollar de manera pertinente una economía “presencial” cuya importancia ha sido demostrada por Laurent Davezies en sus obras. Cuando se pone el énfasis en actividades y sectores menos fáciles de delimitar que las industrias de la tecnología digital o las biotecnologías, surgen preguntas con respecto a conceptos como la productividad o la relación entre los gastos en I&D y la eficacia económica de las empresas, y aparece el interés por los sistemas de producción de conocimientos y de adquisición de competencias, así como por el reconocimiento de las calificaciones, ya sea que estén o no acreditadas por un diploma. Lecciones de los anteriores informes del Consejo de Análisis Económico (CAE)22 El problema de la innovación ha sido abordado directa o indirectamente por varios informes del Consejo de Análisis Económico (CAE)23. De las lecciones que se pueden sacar de todos ellos, algunas nos parecieron importantes: • Para los territorios, lo mismo que para las empresas, hay un vínculo estrecho entre competitividad y atractividad (Madiès, Prager, 2008). • El desarrollo endógeno, basado en la reciprocidad, la calificación y la movilización del tejido social, es una modalidad privilegiada para los territorios; en particular, cumple las condiciones de un desarrollo sostenible (Lipietz, 2001). • Las políticas públicas territorializadas de la innovación son objeto de debate. Requieren una simplificación de la gobernanza territorial (Madiès, Prager, 2008). • Los sectores de los servicios desempeñan un papel económico y social considerable y no son tenidos suficientemente en cuenta en las políticas regionales de innovación (Madiès, Prager, 2008). • Para las empresas, la innovación no depende únicamente de factores tangibles como los recursos financieros y las tecnologías disponibles, sino también de la manera como ellas utilizan esos factores. La innovación utiliza la capacidad creativa en todas sus dimensiones y atañe a su capital intelectual (Madiès, Prager, 2008). 22 Según una colaboración de Pauline Gandré (CAE), « Synthèse sur l’apport des rapports précédents du CAE », realizada por encargo del grupo de trabajo. 23 Se trata de los siguientes informes: Innovation et compétitivité des régions, Thierry Madiès y JeanClaude Prager, no 77, agosto de 2008; Le financement des PME, Grégoire Chertok, Pierre-Alain de Malleray y Philippe Pouletty, no 83, marzo de 2009; Une stratégie PME pour la France, Jean-Paul Betbèze y Christian Saint-Étienne, no 61, julio de 2006; Private equity et capitalisme français, Jérôme Glachant, Jean-Hervé Lorenzi y Philippe Trainar, no 75, julio de 2008; Financer la R&D, Jean-Paul Betbèze, no 53, febrero de 2005; Productivité et emploi dans le tertiaire, Pierre Cahuc y Michèle Debonneuil, no 49, agosto de 2004; Vieillissement, activités et territoires à l’horizon 2030, Michel Godet y Marc Mousli, no 63, octubre de 2006; Aménagement du territoire, Jean-Louis Guigou y Dominique Parthenay, Louis-André Gérard-Varet y Michel Mougeot, Alain Lipietz, no 31, abril de 2001; Innovation et croissance, Robert Boyer y Michel Didier, no 10, 1998. 7 • Más que la proximidad geográfica, es la proximidad relacional de los actores la que determina la amplitud de las externalidades de conocimiento (Madiès, Prager, 2008). Así, como lo indica Pauline Gandré24, las ayudas más eficaces son las que tienen que ver con el entorno territorial de las empresas y con el mejoramiento del tejido de conexiones entre los diferentes actores del proceso de innovación. • El modelo francés de la investigación privada permite sobre todo el desarrollo de las empresas que corren los menores riesgos. La organización financiera francesa conduce a una preferencia por proyectos más patrimoniales que empresariales (Betbèze, SaintÉtienne, 2006). • La innovación requiere que se desarrollen redes de empresarios que compartan su experiencia con las empresas nacientes (Chertok, de Malleray, Pouletty, 2009). • Un tejido empresarial denso y activo requiere que se valorice el papel del empresario en el sistema educativo (Betbèze, Saint-Étienne, 2006). • La financiación privada a escala local de las empresas de tamaño mediano favorece la aparición de procesos originales de innovación a nivel del territorio. El capital de riesgo es un poderoso acelerador de la innovación y la orienta hacia la innovación de ruptura y hacia los nuevos productos (Glachant, Lorenzi, Trainar, 2008). • La innovación es un concepto amplio que va más allá de los aspectos estrictamente técnicos y abarca el cambio organizacional, comercial, incluso financiero. El modelo lineal es cosa del pasado y el crecimiento endógeno (en el sentido que le daban las obras —recientes en la época de publicación del informe n°10— de Aghion y Howitt, Guellec y Ralle, Romer, Krugman y otros) tiene un poder explicativo del crecimiento superior al de las teorías anteriores (Boyer y Didier, 1998). 1. La innovación, del Renacimiento a la crisis de 2008 Olas de innovación en un océano de cambio Recordando a Héraclito de Éfeso, Marc Giget25 nos recuerda que nada es permanente, a excepción del cambio, y demuestra cómo sobrevienen grandes olas de innovación, seguidas por períodos de estabilidad. Estas olas se despliegan a través de un largo período de progresión y de acumulación de conocimientos nuevos, de avance científico y técnico, seguido por una fase más corta de combinación de los conocimientos (síntesis creativa). Durante esta última fase es cuando nacen los productos nuevos. Europa ha vivido dos grandes olas de innovación: el Renacimiento y la Belle Époque. Hay indicios que nos hacen pensar que habríamos entrado ya en la tercera, identificada por aquello que Marc Giget llama las NTICI (nuevas tecnologías de la información, la 24 Pauline Gandré, « Hétérogénéité de l’entrepreneuriat, réseaux sociaux et qualité de l’initiative locale dans les territoires ». 25 Cf. complemento A: Marc Giget, « Dynamiques historiques de l’innovation: de la Renaissance à la sortie de crise », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 8 comunicación y la inteligencia) para subrayar el lugar que ocupan las ciencias cognitivas en la combinación ganadora de ciencias y tecnologías del mañana. Es en esta combinación donde encontraremos los medios para salir de la crisis. La Europa de hoy vive de lo aprendido durante la última ola, que se remonta a los años 1870-1913. Al parecer, ha sabido mantener su posición, puesto que la mitad de las empresas del S&P 500 son europeas. Pero, de hecho, ha retrocedido: sus fuerzas están únicamente en los campos tradicionales, y todas las firmas europeas clasificadas en la cabeza del pelotón nacieron hace un siglo. La clasificación se explica por el hecho de que las firmas americanas y asiáticas se desempeñan con mucha más facilidad en los mercados emergentes que en los mercados estructurados, donde las empresas europeas muestran un excelente desempeño26. Francia no es la excepción. Le resulta bien difícil mantenerse a flote. De hecho, ha sido eliminada en campos muy innovadores, como el de los productos electrónicos para el gran público, en cuya producción fracasó totalmente, pasando de tener en estos mercados considerables una situación poco satisfactoria (importaba las dos terceras partes de su consumo) a tener una situación desastrosa (importa el 100 %). Por fortuna, su posición es mejor en el terreno de la economía digital (software y contenidos) y en el de la distribución de productos de consumo para el gran público (considérese, por ejemplo, el éxito de Oxylane-Décathlon o de L’Oréal). Estas dificultades pueden explicarse por la forma de la ayuda pública, que va dirigida masivamente a las primeras etapas de la innovación, es decir principalmente a los grandes proyectos, mientras que los retos, las dificultades y los intereses se encuentran más bien en las etapas finales (distribución y logística); además, los avances decisivos se obtienen gracias a innumerables innovaciones realizadas por una multitud de empresas de todos los tamaños, con muy diversos modelos de negocios, y una de las características es la toma de riesgos por la firma innovadora, la cual se atenúa cuando el Estado es una de las partes interesadas o stakeholders. Por otro lado, se ha constatado que los sectores de alta tecnología no son los más innovadores; en cambio, los sectores de la química, la industria agroalimenticia, la siderurgia y los cosméticos han innovado considerablemente en los últimos años 27. Por último, dado que busca mejorar el estado de lo existente, la innovación puede adoptar formas extremadamente diversas: • hacer mejor: mejorar el rendimiento, la eficacia, la confiabilidad, la facilidad de uso; • hacer de manera diferente, más simple, con otros métodos o a partir de otras materias primas; 26 Miller, Côté, 2010. Hay que reconocer que esta situación no ha evolucionado mucho: ya en 1998, en un informe al CAE para presentar el informe del grupo dirigido por Robert Boyer y Michel Didier, Pierre-Alain Muet escribía: “Francia se caracteriza por una mejor situación en investigación que en innovación, por el peso de la financiación pública de la investigación y por la concentración de las intervenciones en algunos sectores y grandes grupos”, y comparaba esta situación con lo que los autores llamaban “el milagro americano”. Decía que Estados Unidos mostraba mejores resultados gracias a una “difusión de la innovación en la economía en general, incluso en el sector de los servicios” (Boyer & Didier, 1998). 27 9 • hacer otra cosa, desarrollando sus competencias y sus medios para suministrar otros bienes y servicios; • hacer más rápido, reduciendo el ciclo de producción o ganando reactividad; • hacer menos caro, optimizando el proceso, cambiando el diseño, reduciendo el número de piezas; • hacer conjuntamente, aumentando las sinergias internas, asociando a clientes y proveedores; • hacer más resistente, más seguro, más fácil de mantener, más durable, más liviano, más reciclable, etc. Los retos de la innovación para un desarrollo sostenible de los territorios Frente a los retos que le plantea la economía globalizada, Francia, así como muchos países desarrollados, eligió el camino de la innovación. En el contexto actual, “la ventaja competitiva de las naciones 28 ” —y de los territorios en general— parece no poder tomar sino esta vía. ¿Pero qué formas debe adoptar? El término mismo de innovación, que designa, sensu stricto, la transformación de ideas en realizaciones, se utiliza casi siempre en un sentido más amplio y abarca, en los discursos oficiales y mediáticos, la investigación y el desarrollo. Y con frecuencia no designa más que las tecnologías de punta, como lo muestra Thomas Durand en su crítica del modelo lineal de la innovación 29 , donde se ve que el (innegable) interés de la innovación por el desarrollo futuro de un territorio se suele traducir en una voluntad política de desarrollar nuevas tecnologías y, al final, desemboca en acciones públicas en favor de la investigación fundamental. Esta orientación, incluso esta fascinación por la alta tecnología, es comprensible, pero contraproducente. La innovación también tiene cabida en las soluciones de baja tecnología, aunque es raro que no deje espacio para la tecnología, en esta era de Internet y de Google. Y las acciones en las cuales la imaginación práctica, lo relacional, la astucia, juegan un papel importante no son las más fáciles. La implantación concreta de una invención en el mercado es un proceso complejo que exige que se completen los avances tecnológicos con medidas organizacionales y sociales que a menudo requieren mucha imaginación y mucho saber hacer. Si los investigadores tienen un papel importante que desempeñar en esto, no siempre es el que sugiere el modelo clásico, teórico, de la innovación. En efecto, en las empresas, la mitad de las innovaciones son sugeridas (o impuestas) por los clientes y los proveedores, y una cuarta parte de ellas son iniciadas por personal operativo: representantes de ventas, productores, responsables del servicio post-venta… personas que nada tienen que ver con las firmas de consultoría o de I&D. En todo caso, el trabajo de los investigadores siempre será 28 Porter, 1993. Cf. infra, complemento de Thomas Durand, « Par-delà la R&D et la technologie: vers d’autres formes d’innovation ». 29 10 capital, en la mayoría de los casos, para llevar a buen término las innovaciones, y ya no para generarlas. En un plano más general, lo que está en juego hoy en día, más allá de la empresa, es el desarrollo sostenible: los desafíos que éste plantea son ambientales, sociales, económicos y políticos y, además, están muy ligados unos con otros. Francia tiene la capacidad de moverse con éxito en varios terrenos, mejorando su desempeño en el sector de la alta tecnología con el fin de disponer de una industria poderosa y sostenible con respecto a otros países que sólo cuentan con ventajas no sostenibles: mano de obra barata, materias primas, por ejemplo. También tiene la capacidad de innovar de manera singular, casi única, en campos en los que cuenta con unas ventajas indiscutibles en términos de “calidad de vida”. Todos los territorios han emprendido proyectos de desarrollo sostenible que difícilmente darán resultados satisfactorios —en términos de control de la energía, de emisión de gases con efecto invernadero, de uso de los espacios naturales, etc.— sin múltiples innovaciones. Nos referiremos a las perspectivas revolucionarias que se abren con la economía cuaternaria y la economía de funcionalidad30, así como con los enfoques recientes en materia de urbanismo, construcción y agricultura31. El desarrollo sostenible se ha percibido durante mucho tiempo desde su dimensión ambiental únicamente, pero también son importantes sus aspectos económicos y sociales32. Cuando se organizó en Francia el Congreso nacional del medio ambiente, y no el del desarrollo sostenible en su globalidad, se corrió el riesgo de reprimir la expansión. Habría sido necesario volver a las fuentes de un desarrollo en verdad “sostenible”, no solamente duradero, es decir, negociado con una visión de largo plazo entre los actores, entre las partes interesadas o stakeholders de los tres pilares: ambiental, social y económico. En efecto, llevadas al extremo, las reivindicaciones ambientalistas guiadas por el principio de precaución pueden paralizar la acción. Cada vez hay más frenos reglamentarios para la innovación, especialmente en materia de experimentación animal o vegetal. Los cuestionamientos sobre los OGM y la investigación médica no deberían impedir su estudio en el país, sabiendo que de todas maneras serán desarrollados en otras partes. Y será difícil aumentar la producción agrícola si se impone la limitación de reducir en un 50% los productos fitosanitarios de aquí al año 2018, como nos invita a hacerlo el grupo de trabajo Grenelle del Medio Ambiente. 30 Cf. complemento E: Nicolas Buclet, « L’économie de fonctionnalité : un moyen de repenser la relation entre satisfaction des besoins et modes d’échange » y Michèle Debonneuil, « L’économie quaternaire, nouveau modèle de croissance et réponse immédiate à la crise », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 31 Cf. complemento J: Pierre Chapuy, « Le développement durable, nouveau paradigme ou continuité? », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 32 El desarrollo sostenible (informe Brundtland, 1987) es “un desarrollo que responde a las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de responder a las suyas”. Esta es una traducción aproximada del concepto de “sustainable development”, que no se reduce a las problemáticas ambientales (entornos naturales, contaminaciones, recursos, riesgos, calidad de vida, etc.), sino que también comprende otros dos pilares, económico (el crecimiento) y social (la educación, la salud y el respeto de las libertades de las personas en las empresas, la sociedad y el planeta). 11 Por su parte, las empresas demoraron mucho tiempo en comprender qué era el desarrollo sostenible. La casi totalidad de los dirigentes acogieron el término como una fantasía más de los ambientalistas anglosajones, que no merecía consideración por parte de quienes trabajaban seriamente. Hacia finales de los años 1990, sin embargo, algunas grandes empresas comprendieron que les convenía mostrar cierta sensibilidad frente a este nuevo concepto, y encargaron su gestión a sus divisiones de comunicación. Se dio un primer giro a comienzos de la década del 2000, con la ley sobre las nuevas regulaciones económicas (conocida como NRE), que obligó a las empresas inscritas en Bolsa a incluir en su informe anual los resultados de su gestión social y ambiental. La aplicación de la ley no fue masiva ni entusiasta, pero gracias a ella las empresas comenzaron a comprender todo lo que abarcaba la expresión “desarrollo sostenible”. Los años 2000 constituyeron un período de aprendizaje para los dirigentes empresariales. La publicación, en septiembre de 2010, de la norma ISO 26000 sobre la responsabilidad societal de las organizaciones, marcará la culminación de una etapa decisiva. Dicha norma mencionará específicamente los siete campos del desarrollo sostenible: la gobernanza, los derechos humanos, las relaciones y condiciones laborales, el medio ambiente, la buena práctica de los negocios, las relaciones con los consumidores y el compromiso societal. Si bien al comienzo será una simple referencia, cabe imaginar que con el tiempo irá adquiriendo autoridad. Recordando lo que sucedió en el campo de la calidad, es probable que dentro de algunos años las empresas que no tengan el sello ISO 26000 serán descartadas de las licitaciones, como lo son hoy en día las que no cuentan con la certificación ISO 9000. Toda limitación es una oportunidad, y el desarrollo sostenible es una oportunidad extraordinaria que las empresas y los entes locales dinámicos deben aprovechar. Los retos planteados por el reciclaje, la recuperación y el ahorro de energía son portadores de respuestas innovadoras y rentables. En el campo de la alimentación y en la ética de producción, la trazabilidad se impondrá y obligará a reforzar la proximidad y el acortamiento de las cadenas entre el productor y el consumidor. Además, el desarrollo sostenible habla de una producción local (¿por qué producir afuera lo que podemos producir aquí sin costo de transporte ni emisión de CO2?). Se trata de una barrera no arancelaria a las importaciones provenientes de países lejanos a bajo costo. En cuanto al principio de precaución, su aplicación maximalista podría constituir un freno preocupante para la innovación. Si antes de lanzar un producto o de empezar una investigación o una experimentación, es necesario probar que ello no representa absolutamente ningún riesgo, se corre un fuerte riesgo de paralizar la acción. No hay acción sin riesgo. Los desafíos en el terreno social Los principales desafíos en el terreno social son la diversidad social, la convivencia intergeneracional y la cohesión social. En una época en que el envejecimiento de la población es una preocupación mayor en ciertas regiones, el tema del dinamismo de los habitantes, unido a la diversidad social y a la convivencia intergeneracional, adquiere una importancia capital. Algunos autores han llegado incluso a afirmar que es en la importancia y el dinamismo de su “clase 12 creativa” donde está la diferencia entre los territorios que no tienen futuro y aquellos que sí lo tienen33. Una de las principales ventajas de un territorio es la armonía social. Su atractividad, es decir, su capacidad para atraer personas y actividades a su suelo, es multifactorial. Entran en juego el clima, la belleza de los paisajes, la facilidad de acceso, los servicios públicos y privados ofrecidos, su costo, pero también otros factores más subjetivos, aunque reales, como la calidad de las relaciones sociales, la intensidad de la vida asociativa y otros elementos comprendidos dentro de un concepto más amplio: la calidad de vida. No es fácil delimitar el perímetro de esta última, puesto que en ella están incluidos algunos bienes libres: el aire que respiramos, la luz del día, la armonía de las relaciones cotidianas, el comportamiento respetuoso, la seguridad de los bienes y de las personas. Una vez que estos se degradan, la calidad de vida se derrumba. Algunos territorios del Occidente de Francia se volvieron atractivos para poblaciones de pensionados, pero también para jóvenes empleados, obreros o mandos medios que huyen de Île-de-France y van a establecerse en ciudades y pueblos donde el precio de los arriendos es menos elevado y las condiciones de vida son mejores. El costo de vida es, ciertamente, un criterio ambivalente: un costo de vida bajo contribuye a la atractividad de un territorio, pero un territorio muy atractivo se caracteriza por tener costos de vida más altos, por lo menos para vivienda. Estas diferencias pueden traducirse en las remuneraciones, sobre todo en el salario mínimo, que puede variar según los territorios34. Con esta evolución, la competitividad relativa de los territorios puede modificarse, ya que aumentan las oportunidades para que los menos favorecidos atraigan actividades sensibles al costo del trabajo poco calificado. El desafío de la cohesión social atañe a barrios enteros de nuestras ciudades, cuyos millones de habitantes están marcados por una forma de apartheid urbano, dado que la convivencia social va desapareciendo a medida que progresa la tendencia de las diferentes clases a vivir entre ellas mismas 35 . Sin embargo, la concentración de las dificultades en las zonas urbanas sensibles no es una fatalidad. En Gran Bretaña, por ejemplo, las poblaciones de un mismo origen viven en los mismos barrios. Pero en el barrio indio de Londres conviven ricos y pobres, lo que es cada vez menos frecuente en Francia. En los últimos años, Francia ha impulsado políticas voluntaristas, aunque a menudo implícitas, de discriminación positiva. La ambición es generosa, pero los resultados son tímidos y controvertidos. Algunos autores, como Malika Sorel 36 , sugieren incluso que tales políticas, criticadas en Estados Unidos, donde tuvieron su origen, provocan sobre todo efectos perjudiciales, contrarios a los efectos buscados. Es necesario lograr la integración exitosa de las poblaciones de inmigrantes, para lo cual se requieren fuertes intervenciones públicas tendientes a corregir las tendencias naturales del mercado a concentrar las desigualdades y los poderes en los mismos 33 Florida, 2002, 2008. Laurent Davezies propone desde hace tiempo que se estudie la factibilidad de establecer salarios mínimos regionales. 35 Maurin, 2004. 36 Sorel, 2007. 34 13 lugares y en manos de actores más preocupados por un beneficio a corto plazo que por un desarrollo armónico a largo plazo. Otro desafío importante es la educación de los jóvenes provenientes de los sectores más desfavorecidos. “No hay más riqueza que las personas educadas, realizadas y portadoras de proyectos en una sociedad de confianza37”, y bien se sabe que uno de cada cinco jóvenes al comenzar su educación secundaria no sabe leer y escribir correctamente. Europa sufre de un déficit demográfico, pero Francia, además, sufre de un sistema educativo en el cual fracasa un 20% de los jóvenes, una parte de los cuales se demora varios años en encontrar un empleo (se requieren siete años para que una generación nueva que ingresa al mercado laboral alcance el índice de empleo de sus mayores). El 8% de los jóvenes de 16 a 25 años están desempleados. Sin embargo, comparando este porcentaje con el 40% de los miembros de este grupo de edad que pertenecen a la población activa, el índice de desempleo en este grupo es de 20%. De manera más positiva, se puede también deducir que más del 60% de los que fracasaron en su escolaridad por no dominar los conocimientos básicos, demostraron que, a pesar de todo, podían insertarse en el mundo laboral. El apartheid urbano se fortalece en nuestras megalópolis, y el mapa escolar no contribuye a la convivencia y a la integración. ¿Cómo alcanzar un buen desempeño en establecimientos escolares donde del 50% al 80% de los alumnos no hablan fluidamente el francés? Francia, lo mismo que Europa, debe preocuparse por el envejecimiento; en 2025, la edad promedio de la Europa de veinticinco Estados38 será de 50 años, frente a 42 años en la época actual, y a 30 años en los años 1960. Van a faltar 25 millones de trabajadores activos en la franja etaria de25 a 49 años en la Unión Europea (dentro del perímetro “Europa de 25”) y, por lo tanto, será tal vez necesario abrir las fronteras para responder a las necesidades de mano de obra en numerosas profesiones. Los déficits cuantitativos y cualitativos de profesionales serán cada vez más críticos, considerando además que el desarrollo sostenible exigirá más competencias y una mayor polivalencia. Es de temer, pues, que se ponga un freno al desarrollo de las innovaciones en numerosos campos. Los desafíos en el terreno económico En este terreno se plantea la cuestión del contenido cualitativo del crecimiento del PIB. Un aumento del PIB (un flujo instantáneo en valor monetario) puede costar la destrucción de valores patrimoniales de largo plazo (una provisión de recursos). En muchos campos, la acumulación de cantidad condujo a la disminución de calidad. Veamos el campo de las relaciones humanas: la multiplicación de los medios de comunicación no impide que haya más soledad y aislamiento que nunca. Un crecimiento más rico en calidad podría también significar un mayor bienestar. 37 38 Godet, 2009. Comisión de las Comunidades Europeas, 2005. 14 Sin ir hasta el decrecimiento pregonado por algunos, la conjunción de diferentes factores —el envejecimiento de las poblaciones, los déficits públicos y sociales, el encarecimiento de los recursos naturales cada vez más escasos y codiciados (agua, energía, espacio…) y las exigencias derivadas tanto de los acuerdos Grenelle del medio ambiente como de los compromisos europeos en la materia— contribuye a que las perspectivas de crecimiento en Europa sean débiles. Los déficits públicos ahondan el endeudamiento, y el incremento de este último debilita el crecimiento 39 . Ahora bien, Francia tiene el índice de gasto público más alto de la OCDE, después de Suecia. La diferencia es de 6 puntos del PIB con respecto al promedio comunitario, es decir el equivalente a 120.000 millones de euros. Si bien la repartición de las cargas entre el presupuesto público y el gasto privado puede contribuir a moderar esta diferencia, se ha comprobado que existen márgenes de mejoramiento de la productividad de los servicios públicos, cuya modernización supone una reestructuración del gasto público. La excelencia de las administraciones es indispensable para la excelencia de las empresas. Para que esta modernización de la función pública sea posible, es necesaria una reducción de personal, como en toda Europa, así como un mejoramiento de su desempeño. La reforma de la Ley orgánica relativa a las leyes de finanzas (Lolf) podía hacer pensar que ése sería el comienzo del camino para llegar a ese objetivo. Los informes de la Cour des comptes y el análisis de François Écalle40 muestran que no basta con reemplazar solamente uno de cada dos funcionaros que se jubilan para modernizar los servicios públicos. Esta manera de proceder puede incluso deteriorar su situación sin que por ello disminuya el gasto. La deriva del gasto público lleva ya más de treinta años. En 1970, el gasto público representaba el 40% del PIB. A mediados de los años 1990 se rebasó el límite del 54%. A comienzos del siglo, la recuperación de la economía permitió aligerar provisionalmente el barco, pero la crisis financiera de 2008 no permitió contener más el déficit presupuestal. Con un déficit cercano al 8% del PIB en 2009, la economía tuvo que ser tratada con morfina. Imposible saber en qué estado se encontrará el día en que sea necesario, por razones de costo y de realidad económica, suprimir el remedio. Es un largo período de rigor que los franceses deberán aceptar para evitar que el peso de la deuda pública ahogue a las generaciones futuras: estimada en 22.500 euros por habitante y en el triple por habitante activo, podría llegar al doble si se tienen en cuenta los compromisos para los cuales el Estado no ha creado ninguna provisión (según las normas contables IFRS). El nivel de vida de las clases medias parece ser un nuevo desafío para el futuro. En efecto, la clases medias deberán pagar la parte más importante de la factura, con el riesgo de una pauperización que podría verse acentuada por las nuevas reglamentaciones energéticas y ambientales. El valor de los numerosos bienes 39 Como lo mostraron empíricamente Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, en su análisis de los vínculos entre el alza del PIB y los niveles de endeudamiento público en diferentes épocas y en 44 países (Reinhart, 2009). 40 Cf. complemento V: François Écalle, « Les innovations organisationnelles dans les services de l’État », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 15 inmuebles que ya no están conformes a dichas reglamentaciones será disminuido en el monto de las sumas necesarias para su actualización. Se podría producir una depreciación del capital de los hogares con bajos ingresos, una tercera parte de los cuales son propietarios de su vivienda. La fluidez del mercado laboral, que depende, entre otras cosas, de la movilidad de la población activa, también sufrirá las consecuencias de la creciente dificultad y los plazos cada vez más largos para la compra y venta de vivienda. Los desafíos en el terreno político y organizacional La innovación en los territorios no es separable de la innovación en las empresas. El reto es el crecimiento económico, que no puede ser el único objetivo de un territorio, pero que es imposible no buscar. De hecho, el crecimiento económico puede conciliarse con la innovación social, y veremos que algunas empresas innovadoras en este campo —como las sociedades cooperativas de producción (Scop) y de interés colectivo (SCIC) y algunas mutualidades— también son actores de la vida local y viven en estrecha simbiosis con su región. Un ejemplo espectacular es la multinacional cooperativa de Mondragón, en el País Vasco español, con sus 100.000 asalariados repartidos en 260 entidades y sus 15.000 millones de euros en ventas41. Las empresas innovadoras aportan al territorio impuestos locales y empleos, pero no solamente eso. También aportan una población activa de jóvenes (y no tan jóvenes) que viven y consumen en las proximidades de los talleres, fábricas y oficinas. Son asalariados a quienes se les pide constantemente que mejoren sus conocimientos, que den muestras de imaginación y creatividad, como lo veremos en el capítulo dedicado a la innovación participativa. Es toda una animación que refuerza la atractividad, especialmente para los jóvenes. Un reto común a los tres “pilares” del desarrollo sostenible es el de la gobernanza. El ejercicio del poder, los procesos de toma de decisiones, requieren innovaciones importantes. En efecto, los cambios en materia de marco de vida y de desarrollo sostenible son difíciles de imponer. Hay numerosos frenos que bloquean la innovación mientras ésta no se convierta en algo normal o no se inscriba de manera definitiva en un paisaje y un modo de vida. La transparencia y el debate, incluso la participación de todas las partes interesadas o stakeholders en la decisión son factores de éxito42. En la innovación, la tecnología es importante, pero no esencial: una crítica del modelo clásico La innovación es “la realización de la novedad”. Ya Peter Drucker (1986) definía la innovación como “la concepción y la realización de algo nuevo, aún desconocido e inexistente, de tal manera que se establezcan contribuciones económicas nuevas a partir de la combinación de elementos antiguos, ya conocidos y existentes, dándoles 41 Cf. complemento G: Philippe Durance, « Mondragón, une multinationale coopérative », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 42 Cf. complemento I: Philippe Durance, « De la décision politique à la décision publique: participation des citoyens et innovation sociale », y complemento J: Pierre Chapuy, « Le développement durable, nouveau paradigme ou continuité? », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 16 una dimensión económica nueva 43 ”. Para el “padre de la administración”, una innovación no incluye necesariamente la invención de un “producto”, pero siempre debe haber en ella creatividad, astucia… y un resultado económico, lo que aplicaremos sin reservas para las empresas y, con más moderación, para los territorios. IKEA y la innovación comercial A nadie le causa sorpresa, hoy en día, poder decidir a comienzos de la tarde cambiar los muebles de su habitación y, esa misma noche, dormir en una cama nueva. De poca ayuda son los vendedores tradicionales de muebles para realizar esta hazaña. En cambio, IKEA lo permite. La firma sueca revolucionó la industria y la distribución del mueble, desde el diseño de los productos hasta su instalación donde el cliente (y por el cliente), con un esfuerzo constante de innovación pero sin inventar verdaderamente un producto nuevo, salvo tal vez las pequeñas llaves hexagonales que permiten montar fácilmente los muebles. La venta de muebles en kit no se había hecho nunca antes de Ingvar Kamprad. La idea es notable: acaba con las interminables esperas del producto, puesto que el cliente se lleva lo que acaba de comprar; elimina los errores en el despacho, las roturas durante el transporte… la fórmula acaba con el 80% de las quejas y permite reducir considerablemente los precios. El comerciante economiza no solamente en el despacho después de la venta, ya que el cliente se lleva su compra, sino también en gran parte de los gastos de transporte y almacenamiento antes de ella, ya que los paquetes planos y rectangulares de los muebles en kit ocupan mucho menos espacio que los sillones Luis XV o las cómodas de formas recargadas. La innovación también está en el diseño: muebles de un estilo decididamente nórdico, de líneas simples y colores cálidos, y aptos para ser ensamblados fácilmente por aficionados. La firma del logo azul y amarillo innovó también en el campo de la atención al cliente en los almacenes: el espacio reservado para los niños, el restaurante y la tienda de abarrotes donde se pueden comprar productos suecos a menudo difíciles de conseguir en otras partes. El tamaño de los almacenes, la diversidad de los productos ofrecidos, su diseño y la atención al cliente hacen de IKEA un polo de atracción, que va más allá de su escueta función de distribuidor de productos para la dotación del hogar. Su impacto en el territorio es doble: por una parte, en términos de implantación, un almacén de 26.000 a 27.000 m² requiere cerca de 7 hectáreas en zonas donde el terreno es de fácil acceso y la visibilidad está asegurada; por otra parte, en términos de transporte, considerando que, por supuesto, la aplastante mayoría de los clientes llegan en automóvil, IKEA pone a disposición de ellos un sitio que promueve el uso colectivo del automóvil particular para sus 26 almacenes metropolitanos. El objetivo es consolidar una imagen respetuosa del “desarrollo sostenible”, que hasta ahora ha cultivado con sus esfuerzos por recibir un máximo de sus suministros por ferrocarril y no por carretera, y con su interés por cuidar el origen de las maderas que utiliza. 43 Citado en Mottis, 2007, p. 27. 17 En su mayoría, éstas llevan el sello del FSC (Forest Stewardship Council), organismo mundial de certificación en silvicultura, del cual la empresa es miembro desde hace quince años. ¡En todo esto no hay ni una onza de investigación fundamental, pero sí mucho de materia gris invertida con constancia durante más de medio siglo44! 2. La innovación en las empresas, factor de diferenciación competitiva “En términos de rentabilidad y de productividad, la organización industrial que más daño puede causar es la combinación de las tecnologías modernas con los antiguos modos de gestión de los recursos humanos... Una organización semejante puede hacer percibir la estrategia de modernización de la empresa como una máquina de guerra contra la mano de obra que busca remplazar o marginar, o incluso entontecer.” Ph. Delmas (1991) De la gestión de la innovación a la innovación en la gestión Desde hace tiempo se sabe que la clave para el éxito de las innovaciones, en las empresas, es la capacidad de los dirigentes para adaptar su gestión y su organización a las evoluciones tecnológicas. Se debe tener éxito a la vez en gestionar la innovación, lo que constituye una de las misiones principales de la Gerencia General —con el apoyo de las firmas de consultoría y las divisiones de I&D, marketing, recursos humanos, etc.— y en innovar en la gestión, lo que incumbe a toda la empresa, comenzando por el personal directivo. Sin esta convergencia de las evoluciones en las herramientas, los métodos y las relaciones humanas, el fracaso es seguro, como se ha visto en estos últimos años en algunas empresas que han debido hacer frente a un duro cuestionamiento de sus respectivas culturas (Renault, France Telecom...). “Aunque no es posible trazar un modelo único, las empresas tienden a adoptar simultáneamente las tecnologías de la información y la comunicación, por un lado, y prácticas de trabajo flexibles, por el otro. Estas prácticas comprenden la polivalencia, la autonomía de los empleados, el justo a tiempo o los procesos de calidad. Según numerosos indicios, el desempeño de las empresas podría depender de las complementariedades entre estos cambios45. La innovación es materia gris agregada. Desde hace unos quince años, numerosos autores se han interesado por diferentes aspectos de la gestión del conocimiento, que consiste, en pocas palabras, en desarrollar las capacidades organizacionales con el fin 44 Con respecto a la necesaria duración, más adelante mostraremos los testimonios de Pascal Pellan y de André Marcon (los cuales aparecen respectivamente en los recuadros titulados “Innovar en el aprendizaje” y ”Saint-Bonnet le Froid”). 45 Philippe Askenazy y Julien Grenet, « Les managers connaissent-ils leurs entreprises? Les leçons de l’enquête Réponse », Économie et Statistique, no 421, 2009. 18 de adquirir, acumular y explotar conocimiento. El arte de los “gerentes del conocimiento” está en facilitar los aprendizajes individuales, velar por que la constitución de los equipos y las condiciones de trabajo favorezcan la transmisión y los intercambios en el grupo, y realizar la adaptación fina de las organizaciones al mejoramiento de las competencias individuales, con el fin de intentar transformarlas en competencias colectivas. Esta innovación en y por la organización, comúnmente llamada “aprendizaje organizacional”, se hace (o no se hace...) según procesos complejos. Algunos autores consideran que no puede ser producida directamente por los individuos y que debe pasar por el nivel intermedio de las “comunidades”. Algunas de estas comunidades son internas a la empresa; otras, más amplias, tienen un funcionamiento “global”. Las comunidades (de práctica) y la gestión del conocimiento Una de las tareas más difíciles de realizar en un mundo en el cual siempre hay que aplicar más y más conocimientos es la transmisión de estos saberes de manera horizontal (en organizaciones con frecuencia estructuradas “en silos”) y de manera temporal (entre las sucesivas generaciones). En su mayoría, los conocimientos pueden ser codificados, conservados en forma escrita o digital, pero una parte del valor de las organizaciones está en el saber hacer, en las habilidades aprendidas a través de la experiencia, en el acceso a las redes sociales, es decir, en saberes que se van con el individuo cuando éste cambia de actividad o se jubila. Nadie, hasta la fecha, ha logrado resolver de manera satisfactoria este problema. Después del aprendiz y el monitor, después de la gestión del conocimiento y otras tentativas ambiciosas de formalizar los saberes tácitos mediante la modelización 46 , aparecen formas innovadoras, relativamente modestas pero prometedoras, de compartir las prácticas y los saberes. Una de las innovaciones más significativas de estos últimos años es la modalidad open source para los programas de software. Puestos a disposición de todos los internautas por algunos apasionados de la informática, cada cual puede, respetando simplemente algunas reglas de buena conducta, mejorarlos por su propia iniciativa en beneficio de todos. El ejemplo más célebre es Linux, un sistema operacional que compite con Windows y que puede ser encontrado en el computador de un estudiante impecune, pero también en los de numerosos ministerios (de Educación Nacional, de Agricultura…), en los de la Alcaldía de París o, aún más sorprendente, en los de todas las administraciones chinas. “La innovación, en este caso, no está únicamente en el software, sino especialmente en la forma organizacional, es decir, en la capacidad de definir una comunidad de expertos que reconocen las reglas de su compromiso mutuo. En el caso de Linux, ya existía una comunidad, la de los usuarios de Unix, que se habían comprometido a compartir conocimientos. La innovación de la modalidad open source consiste en haber transformado esta comunidad en una unidad innovadora capaz de colaborar para innovar47”. 46 Como el programa MKSM (método para la gestión del conocimiento), desarrollado en el CEA por JeanLouis Ermine (1996). 47 Mottis, 2007, p. 164 y 362. 19 Las comunidades de expertos como las que se han creado alrededor de Linux se enmarcan dentro de lo que se ha llamado de manera amplia (y un poco vaga, pero esto forma parte integrante de los modos de innovación de la Web) “comunidades de práctica”. Son grupos de profesionales que comparten sus prácticas y sus conocimientos en un campo determinado o sobre un tema común48. Estos grupos se constituyeron no solamente en torno al software open source, sino también entre algunos investigadores, que experimentan una necesidad vital de intercambiar con sus pares de manera menos formal y más rápida que a través de artículos de revistas científicas y coloquios: la publicación de un artículo requiere meses, los coloquios no son muy frecuentes y no siempre permiten pasar tiempo con las personas que nos interesan. Para multiplicar los intercambios entre colegas de una misma especialidad, existen otros medios más informales, más amigables y más rápidos. El medio más tradicional es reunirse en un club de la ciudad o departir durante un almuerzo. Aunque está reservado para las personas que se encuentran dentro de un perímetro limitado, lo citamos aquí porque la proximidad geográfica de los expertos es un factor tan importante para las profesiones intelectuales como para las empresas que hacen parte de clusters. De hecho, también lo citan los autores que estudian el fenómeno de las comunidades de práctica49, y también los que trabajan sobre el tema de la globalización, como Saskia Sassen, quien señala la importancia de la proximidad física para los productores de servicios de alto nivel (juristas, por ejemplo): “Another kind of agglomeration economy consists of the amenities and lifestyle that large urban centers can offer the high-income personnel employed in the producer services” y subraya el interés, para esos profesionales, de estar en el lugar donde puedan intercambiar fácilmente con sus álter ego, trabajando eventualmente para firmas competidoras o para empresas clientes. Saskia Sassen afirma que “it is not just a matter of being a lawyer, but where it is that you are applying these skills 50 ”. Para estos profesionales de alto nivel, el territorio cuenta de una manera distinta a como puede contar para un novelista o para un diseñador, quienes pueden trabajar en su computador en un café en Cerdeña o en el balcón de un chalet austríaco… Volveremos a tratar sobre la proximidad física y sobre la capacidad de un territorio para ofrecer ocasiones y posibilidades de intercambios, así como un estilo de vida apreciado por la “clase creativa”. Veremos que constituye a la vez una ventaja para el desarrollo, a juzgar por los trabajos de Richard Florida 51 , y un verdadero desafío, ya que las 48 Wenger, 1998, 2000. Wenger, 2000. 50 Saskia Sassen, 2001, p. 104. 51 Las tesis de Florida no gozan de aceptación unánime. Sin embargo, son interesantes y, paradójicamente, algunas de las críticas que han recibido son mucho menos pertinentes en Francia que en Estados Unidos, donde la verificación empírica de la formación de la “clase creativa” no siempre es convincente. En efecto, muchos trabajadores intelectuales que pertenecen, según Florida, a la “clase creativa”, llevan de hecho un modo de vida pequeño burgués (familia tradicional y una casa en barrios residenciales en las afueras de las ciudades), lo cual no concuerda con los criterios del sociólogo. 49 20 acciones no son evidentes para una administración municipal, y los resultados sólo pueden sentirse a mediano plazo52. Pero existen hoy en día otras maneras de animar comunidades de práctica, gracias a las redes sociales como Facebook, Linked-In y otras, y a las técnicas de comunicación como Skype o Google Talk, además de los considerables recursos de Internet, con sus foros, listas de difusión y otros espacios compartidos. Estos medios ofrecen posibilidades que pueden parecer muy superiores a las del restaurante de sushi de la esquina, pero que, de hecho, son complementarios y permitieron el desarrollo de las comunidades de práctica en los años 1990. Algunas empresas han comprendido que pueden sacar provecho de este tipo de intercambio y de funcionamiento. En efecto, sectores cada vez más amplios de la economía se basan exclusivamente en el conocimiento; para asegurar el progreso de este último, la Web 2.0 (sobre la cual hablaremos más adelante) tiene un potencial muy superior al de los seminarios de capacitación. En el interior de las comunidades de práctica, los intercambios son más ricos… y se autogestionan. Por eso mismo, cuestan muy poco. Puede ser que la empresa ayude al mantenimiento de un sitio, asigne unas cuantas horas cada mes a un coordinador encargado de moderar los debates, financie la edición de documentos, facilite el acceso a expertos reconocidos... esto le representa sumas irrisorias comparadas con las costosas máquinas de la documentación y la capacitación53. En estos últimos veinte años se han realizado numerosos trabajos sobre el papel de las comunidades en la fabricación, difusión e intercambio de conocimientos. Las comunidades de práctica son las más espontáneas y desarrollan nuevos conocimientos de manera indirecta, a través de sus “prácticas” cotidianas y los intercambios entre sus miembros. Sin embargo, también pueden desencadenar una dinámica de “desarrollo continuo de las capacidades de hombres y mujeres, independientemente de su localización geográfica54”, y progresar hacia un proceso de innovación global. También han comenzado a desarrollarse comunidades epistémicas, estructuradas para la producción de nuevos conocimientos55. ¡Y, por supuesto, es en Internet donde se encuentran las prácticas más innovadoras, que pueden sorprender a los defensores de la organización jerárquica tradicional! 52 Cf. complemento P: Stéphane Cordobès y Raphaëlle Ducret, « Le “territoire créatif”: nouveau modèle ou utopie? », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 53 Entre las empresas que promueven, incluso que estimulan las comunidades de práctica, están Schlumberger, Hewlett-Packard, British Telecom, IBM Global Services, EDF-GDF, Renault, Veritas, Valeo, BNP Paribas, Schneider Electric, Total, Airbus, etc. 54 Mottis, 2007, p. 167. 55 Cohendet et alii, 2003. 21 El IETF, una poderosa organización… sin organización, sin soporte jurídico y sin jerarquía Internet, la innovación más extraordinaria de fines del siglo 20 (en quince años, el planeta pasó de 0 a 1.500 millones de individuos conectados), funciona con base en normas elaboradas entre pares (peer to peer), con tres características inéditas en organizaciones humanas de esta importancia (y de esta eficacia): 1) Nunca ha habido un jefe: las diez o quince organizaciones que aseguran la gobernanza de Internet no están jerarquizadas. El IETF (Internet Engineering Task Force), que se encarga de elaborar las normas técnicas de la red, no tiene estructura jurídica. Es “una agrupación vaga de personas interesadas en el tema”, una “actividad” de la ISOC (Internet Society), organización sin fines de lucro fundada en 1992. 2) La mayoría de las personas que han hecho Internet lo hicieron sin recibir pago por ello. 3) La toma de una decisión del IETF es un proceso en tres tiempos, sin ninguna jerarquía ni prerrequisito. Primer tiempo: el que quiera proponer una norma (cualquier persona) emite una RFC (request for comment); la única regla es que no se propone una norma sin acompañarla de una muestra de un programa que indique que sí puede funcionar y cómo lo hace. Segundo tiempo: durante dos meses se habla de ella en los foros. Tercer tiempo: al cabo de dos meses, se hace la votación 56. La ausencia de jerarquía “interna” en la organización no le confiere une independencia absoluta. El poder intelectual y financiero de las grandes universidades americanas, la dominación mundial de la lengua inglesa y la localización de los principales animadores de Internet contribuyeron a que Estados Unidos lo hubiera convertido rápidamente en una de las numerosas palancas de su “poder blando” (soft power)57. Qué mejor para probar la importancia de la innovación, en un campo geoestratégico y a la vez económico… En materia de aprendizaje, de un modo menos “global” pero, aun así, innovador, se puede citar la dinámica iniciada hace un cuarto de siglo en Ploufragan. Innovar en el aprendizaje: El Campus de artes y oficios de Ploufragan, Côtes d’Armor La historia del Campus de artes y oficios de Ploufragan comienza en 1986. En esa época, la Cámara de artes y oficios (CMA) se disponía a cerrar sus cursos de reparación de automóviles debido a repetidos fracasos. Los jóvenes y las empresas consideraban que la oferta de capacitación ya no respondía a sus expectativas. Sin embargo, antes de suspender los cursos, los responsables de la CMA quisieron comprender por qué estaba ocurriendo este divorcio entre el centro de capacitación, los jóvenes y las empresas, y aceptaron hacerse un cuestionamiento. Se reunieron con los profesionales y con la red de fabricantes de automóviles, quienes les hicieron ver que la electrónica incorporada en los vehículos revolucionaría todo el sector automotor, desde el diseño hasta la reparación. 56 « Comment Internet change nos organisations », conferencia de Serge Soudoplatoff en el CEDAP, 4 de julio de 2008. 57 El poder blando, o soft power, teorizado por Joseph Nye (1990). 22 La CMA decidió entonces apropiarse de esta revolución tecnológica para crear un centro de capacitación dedicado a las nuevas tecnologías aplicadas al automóvil. El éxito fue inmediato. En unos meses, el centro se convirtió en la referencia nacional en el campo del mantenimiento de automotores y, dos años después, obtuvo la calidad de polo de innovación tecnológica. Más tarde inventó un concepto original de “Vitrina del futuro” destinada, según explica René Monory, creador del Futuroscopio, a facilitar el paso del presente al futuro. La inauguración de esta primera vitrina por el presidente y gerente general de PSA dio un brillo particular a esta iniciativa. En asocio con la ANFA58, el programa de capacitación condujo a la creación de Véhipole y de un centro de formación a distancia que cuenta, sólo para esta actividad, con unos treinta colaboradores y elabora productos de formación y de evaluación por Internet para el territorio francés y dieciséis países extranjeros. Una empresa localizada en Rumania, que participa en los debates sobre el sector automotor, comenzó su traslado al sitio de Véhipole a mediados de 2009. Este “modelo” está siendo duplicado para el tema de la alimentación (Cité du goût et des saveurs), de la construcción (Bâtipôle) y de los servicios (Servipôle), mientras se inaugura próximamente la Universidad de los oficios. Este programa original, que trata conjuntamente la formación y la investigación, servirá de referencia a la futura Universidad de los oficios y la artesanía, que la APCMA 59 piensa reproducir en cada región de Francia. Fuente: Pascal Pellan La innovación organizada y sistemática, decidida por la dirección o nacida en el terreno En algunos sectores de actividad, como el de los componentes electrónicos o el de los bienes semiduraderos destinados al gran público, la innovación es capital, ya sea para hacerse un lugar en el mercado, para progresar o simplemente para mantenerse, o también porque el funcionamiento cotidiano del sector gira en torno a la innovación, con una verdadera “rutina competitiva”: el que innova más rápido se adelanta unos meses a sus competidores, lo que le representa una renta limitada en el tiempo… ¡pero le permite ganar con qué seguir innovando! En estos sectores, la producción de ideas innovadoras y la planeación de su puesta en práctica deben estar organizadas y dotadas de herramientas, ya que “sería una locura considerar que la anticipación es imposible o que es totalmente natural e informal60”. Se trata, pues, de generar un flujo permanente de innovaciones con la ayuda de hojas de ruta (herramientas de modelización y de planificación de la búsqueda de innovaciones), escenarios y vigilancia estratégica. 58 Asociación nacional para la formación automotriz. Asamblea permanente de las Cámaras de artes y oficios. 60 Le Loarne y Blanco, 2009. 59 23 Este esfuerzo de innovación también puede hacerse en las fábricas. La innovación participativa es el complemento indispensable de la innovación institucional, como lo demostró brillantemente Toyota durante mucho tiempo 61 . El fabricante japonés producía 30 automóviles y 300 camiones en 1948, año en que Charles Erwin Wilson, presidente y gerente general de General Motors —que vendió ese año 2.146.305 vehículos en su principal mercado, Estados Unidos y Canadá62— pronunció esta célebre frase: “Lo que es bueno para América es bueno para General Motors y viceversa”. En 2007 se había convertido en el primer fabricante de automotores en el mundo, gracias al TPS (Toyota Production System), un sistema basado en el mejoramiento permanente de los procesos (kaizen) mediante la innovación participativa. Eiiji Toyoda (sobrino del fundador de Toyota) declaraba que “una de las características de los trabajadores japoneses es que utilizan sus cerebros tanto como sus manos. Nuestros obreros nos aportan un millón y medio de sugerencias cada año y el 95% de ellas son puestas en práctica. El TPS se ha convertido incluso, bajo la pluma de sus admiradores, en el “Thinking People System63”. Después de Toyota, los fabricantes de automotores del mundo entero decidieron estimular la innovación en sus fábricas. En Francia, Renault, por supuesto, hizo parte de este esfuerzo, pero considerando, con ese leve desdén de los ingenieros franceses por los operadores… que las ganancias eran más cualitativas, humanas y organizacionales que contables 64 . Su competidor japonés, en cambio, considera que gana en los tres aspectos. Incluso si esta forma de innovación puede ser considerada “espontánea”, “emergente”, para emplear el término que Henry Mintzberg aplica a la parte de la estrategia empresarial que nace en el terreno, debe ser manejada con cuidado y debe ser respetuosa de la población a la cual se le pide mostrar cualidades de observación y creatividad. Por ejemplo, en un sector poco habitual, el de la hotelería, “el Plaza Athénée fundó ‘talleres de creatividad’ que recogen todas las sugerencias de los empleados; en seguida, una ‘célula de desarrollo’ ayuda a estos empleados a transformarlas en propuestas sólidas para someterlas a consideración de la gerencia 65”. Nótese que la ‘célula de desarrollo’ se ubica antes de la presentación de la propuesta a la gerencia. En una fábrica de automóviles, este trabajo de profundización y perfeccionamiento lo hacen habitualmente los directivos de proximidad. En hotelería, donde la jerarquía no tiene la misma función, la idea de confiar a unos especialistas relativamente autónomos e independientes la tarea de perfeccionar la sugerencia es interesante. 61 Los contratiempos que experimentó la firma en las primeras semanas de 2010 muestran la dificultad de mantener en el tiempo una estrategia ganadora, diversificando considerablemente los subcontratistas, los lugares (y las culturas) de producción. En la cita de Eiiji Toyoda, vemos que habla de los “trabajadores japoneses”, no de los americanos ni de los checos, cuyas fábricas fueron acusadas en el sonado caso “del pedal del acelerador”. La excelencia es contingente… 62 Sloan (1963). 63 Hoseus (2008). 64 Cf. complemento H: Antoine Héron, « L’innovation participative dans les entreprises », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 65 Mottis, 2007, p. 128. 24 En todo caso, aunque la competitividad de las empresas se deriva en primer lugar de la innovación incremental, del kaizen, este modelo tiene sus límites. “A comienzos de los años 1990, Japón tuvo que decidir hacer inversiones importantes en su investigación pública para construir un nuevo modelo de crecimiento… que, de hecho, aún no ha encontrado66”. En materia de innovación continua, una nueva etapa culmina a mediados de los años 2000, con Google y, de manera más general, con la Web 2.0, que entrega a los internautas una serie de servicios en perpetua evolución, que permanecen meses, y hasta indefinidamente, en “versión beta”. Ya no se invita al asalariado, sino al usuario, a innovar, lo que puede hacer simplemente identificando los fallos, o proponiendo modificaciones para mejorar el programa. Es un cambio de dimensión, en dos aspectos: en primer lugar, entre los miles o decenas de miles de usuarios, varios cientos tienen competencias técnicas por lo menos iguales a las de quienes diseñaron el programa en cuestión; en segundo lugar, la consulta del cliente o del usuario se convierte en una práctica cada vez menos excepcional, entra a formar parte de la costumbre y puede llegar a convertirse en una ineludible condición para el éxito. Algunas empresas nacidas mucho antes de Internet, como Lego, el célebre fabricante de juguetes, comprendieron el interés de las “comunidades de usuarios” y las convirtieron en un elemento de su innovación en materia de mercadeo de producto. En los clubes Lego de “co-creación”, el cliente puede diseñar nuevos productos utilizando las piezas existentes. Estas creaciones son vendidas después por Lego: así, cada semana se venden a través de su página en Internet 2.700 modelos. A un nivel industrial e internacional, es la misma lógica que la de las empresas emergentes (start-ups) como Golden Hook o Trendy Workshop, de las cuales hablaremos más adelante67. Esta necesidad de participación del público en las decisiones que le atañen también está ilustrada en la colaboración de Philippe Durance 68 , donde desarrolla el tema de la problemática de las consultas y debates públicos. La innovación en las organizaciones: cooperativas y mutualidades “Es probable que la era de la innovación impulsada por el consumo esté llegando a su fin y que estemos entrando en la era de la innovación impulsada por los desafíos societales”. Luke Georghiou, Universidad de Manchester, « Rencontres de la croissance COE-Rexecode », 22/10/2009 Los pocos ejemplos que ya hemos dado muestran la importancia que tienen para la innovación los vínculos sociales, la calidad de los intercambios y la confianza. Estas 66 Cf. infra complemento de Thomas Durand, « Par-delà la R&D et la technologie: vers d’autres formes d’innovation ». 67 Cf. infra : « Une nouvelle donne: l’innovation 2.0 ». 68 Cf. complemento I: Philippe Durance, « De la décision politique à la décision publique: participation des citoyens et innovation sociale », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 25 características no siempre se encuentran en las empresas tradicionales, motivadas por la obtención de beneficios y estructuradas en jerarquías rígidas. Han surgido entonces fórmulas alternativas, construidas para que el funcionamiento, la regulación y el control sean efectuados con medios más democráticos y para que, en la combinación tradicional de la sociedad comercial —capital + trabajo—, sea el trabajo el que domine el conjunto69. Entre las más sólidas de estas empresas alternativas están las Scop, Sociedades cooperativas de producción, que nacieron como cooperativas “obreras” pero terminaron por suprimir este adjetivo para reflejar la evolución de su población: cerca de la cuarta parte de estas empresas están en el sector de los servicios a las empresas; otra cuarta parte, en el sector de la construcción y las obras públicas; un 20%, en la industria(20%); un 12%, en el comercio, el alojamiento, el transporte y la restauración, tomados conjuntamente; y ninguna de las demás ramas supera el 10%. En cinco años, el número de Scop aumentó un 23%, y el número de sus asalariados, un 14%. Se podría decir, considerando la coyuntura, que esta forma de organización va viento en popa. Pero la historia muestra que le es difícil imponerse. Las cooperativas de producción representan el 0,15% de las empresas del sector del comercio que tienen asalariados, y el 0,2 % de los empleos correspondientes. Un resultado frustrante para una verdadera innovación social, que tiene más éxito en algunos países vecinos como Italia, donde las cooperativas de asalariados cuentan con más de 830.000 empleados, y como España, donde el grupo vasco Mondragón, por ejemplo, tiene 93.000 asalariados y facturó cerca de 17.000 millones de euros en 2008 70. ¿Qué peso pueden tener, a su lado, las más grandes Scop francesas: ACOME, con sus 360 millones de euros en ventas y sus 1.400 asalariados, o el grupo Chèque Déjeuner, con una facturación de 240 millones de euros y 1.700 asalariados? A pesar de mostrar resultados cuantitativos poco convincentes en un país que finge dar prioridad a la solidaridad y a la democracia por sobre la “codicia”, en estos últimos años han aparecido proyectos innovadores que amplían la paleta de los posibles, para quienes quieren hacer empresa de otra manera: la Sociedad cooperativa de interés colectivo (SCIC) y la Cooperativa de actividad y empleo (CAE). La Sociedad cooperativa de interés colectivo (SCIC ) La SCIC es una forma de empresa cooperativa que permite asociar múltiples actores en torno a un mismo proyecto: asalariados, voluntarios, usuarios, entes públicos, empresas, asociaciones, particulares. Tiene por objeto la producción de bienes o servicios que respondan a necesidades colectivas. Por definición, la SCIC está anclada a un territorio; está concebida expresamente para facilitar la acción de proximidad y la cooperación de los actores locales. 69 Cf. complemento F: Marc Mousli, « Les Scop, un modèle d’innovation sociale séduisant et imparfait », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 70 Cf. complemento G: Philippe Durance, « Mondragón, une multinationale coopérative », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 26 Al ser cooperativa, respeta las reglas correspondientes: implicación de todos los socios en la vida de la empresa, toma democrática de las decisiones en asamblea general según el principio de un (1) voto por persona, las utilidades se mantienen en la empresa en forma de reservas no susceptibles de reparto, lo cual garantiza su autonomía y perennidad. La flexibilidad de las reglas de las SCIC facilita la participación de actores muy diversos y hace de esta sociedad una herramienta práctica y democráticamente controlada de asociación público-privado. Menos de diez años después de la promulgación de la ley, se habían creado 150 SCIC (lo que no es mucho), de las cuales 14 eran Scic HLM, es decir, con un estatuto adaptado al sector de la vivienda social, que facilita las asociaciones en torno a proyectos locales para promover la vivienda de los hogares modestos, y se apoya claramente en el interés colectivo, lo que no necesariamente se menciona en una Scp de HLM o en una Scla71. Otra herramienta interesante, aunque poco conocida todavía, es la Cooperativa de actividad y empleo, una idea notable que, por su flexibilidad y su carácter muy innovador, les ha resultado difícil de comprender a unos franceses que primero averiguan la posición de su interlocutor y la “casilla social” en la cual pueden clasificarlo. La Cooperativa de actividad y empleo (CAE ) La CAE es un marco económico, jurídico y social que permite el ejercicio en común de actividades diversas, con el fin de garantizar su gestión confiable y mutualizada. Se adapta bien a personas que quieran crear una actividad o a trabajadores independientes que quieran agruparse. La CAE tiene dos funciones. La primera, bastante tradicional, es la de acompañar a los creadores de empresa. Puede ayudar a quien tenga un proyecto a crear su empresa en buenas condiciones, puesto que desde el primer día goza del estatuto de asalariado, con un contrato a término indefinido, y dispone del acompañamiento y apoyo de los especialistas de la estructura hasta que pueda volar con sus propias alas. Los entes locales y regionales subvencionan este acompañamiento, como lo hacen con muchas estructuras de ayuda a la creación de empresa. La segunda función de la CAE es la de una “empresa colectiva” que mutualiza los servicios que son comunes a varios empresarios-asalariados. Asegura la gestión de las actividades que desarrolla internamente (facturación, pago de nómina, declaraciones fiscales y sociales, etc.), da soporte a su responsabilidad jurídica y comercial, y lleva mensualmente una contabilidad (estado de resultados y balance) y un flujo de caja individualizado por actividad. 71 Scp: Sociedad cooperativa de producción de Hlm; Scla: Sociedad cooperativa de arriendo-atribución. Estos son dos formas corrientes de sociedades de HLM. 27 El empresario es al mismo tiempo asalariado de la CAE y propietario de su actividad, la cual ejerce bajo su propia marca. Contribuye a la cobertura de los gastos comunes de la CAE. Al final del ejercicio, los mecanismos cooperativos permiten mutualizar una parte de las utilidades. Cuando la actividad alcanza un nivel en el que se puede considerar que es viable y perenne, el creador puede elegir entre ser independiente y fundar su propia empresa, individual o colectiva, o consolidar su empleo en el seno de la cooperativa haciéndose socio de ella. Esta forma de asociación ofrece numerosas ventajas. Da seguridad al empresario, quien goza de la cobertura social de un asalariado y puede contar con la ayuda y el apoyo de los especialistas de la CAE en caso de alguna dificultad, ya sea financiera, administrativa o técnica. Nunca está aislado y, si llega a necesitar refuerzos para un contrato que supere sus propias competencias, le queda fácil encontrar en la cooperativa profesionales que estén dispuestos a trabajar con él, a quienes conoce y en quienes confía. Francia no tiene la exclusividad de las innovaciones en la forma social de las empresas. En el Reino Unido, la ley de sociedades de octubre de 2004 (complementada con los decretos de agosto de 2005) instituyó la Community Interest Company (CIC), sociedad capitalista con un objetivo social, en la cual los excedentes pueden ser girados a la comunidad o reinvertidos en el proyecto, después de una remuneración “razonable” del capital. Para ser admitida en esta categoría, la sociedad debe presentar una solicitud al “regulador de las CIC”, el cual certifica que la sociedad ha aprobado el “community interest test”. La CIC declara formalmente cuál es su interés general, en una declaración donde especifica la participación de las partes interesadas o stakeholders. A semejanza de las SCIC, donde hay reservas no susceptibles de reparto, el asset lock en la CIC bloquea reservas en beneficio del interés general. Las CIC pueden ser creadas desde cero o mediante transformación de estructuras existentes. Ya existen más de cien CIC en los sectores del comercio equitativo, de los servicios a la persona o de las energías renovables72. Innovaciones de ruptura: la economía cuaternaria y la economía de funcionalidad Numerosas innovaciones que atañen sobre todo a las empresas tienen repercusiones más allá de la esfera comercial. Son, por ejemplo, las que consisten en ofrecer servicios, más que en vender productos, y que tienen a la vez un impacto económico y un impacto ambiental 73 . Tres contribuciones a nuestro trabajo presentan diferentes formas de economía de servicios; dos de ellas son propuestas por Michèle Debonneuil: la 72 Hurstel, 2009. Hace unos diez años, Jeremy Rifkin (2000) ya describía la “nueva era” que él vislumbraba, donde cobraba importancia el papel de las redes, donde los intercambios de bienes cedían el paso a los servicios y donde el “acceso” (o el uso) reemplazaba la propiedad. 73 28 economía cuaternaria y la innovación en el sector de los servicios a la persona74, y la otra, por Nicolas Buclet: la economía de funcionalidad75. Michèle Debonneuil muestra el interés potencial de las aplicaciones de una forma de economía que ella denomina “cuaternaria 76 ”, que consiste en aprovechar las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para satisfacer las necesidades de los consumidores, poniendo temporalmente a su disposición bienes y personas en todos los lugares de vida. De manera similar, la economía de funcionalidad busca mejorar la manera en que el consumidor consume los bienes y servicios, haciéndole ofertas que no le impongan comprar lo primero para beneficiar de lo segundo. Se trata, pues, de reemplazar la posesión por el uso. No se venden objetos, sino el resultado esperado de su utilización: una temperatura de 20°C en el apartamento, en lugar de un aparato para calefacción o para enfriamiento del aire; kilómetros recorridos, en lugar de un automóvil, etc. En los sectores donde ya se ha desarrollado, la economía de funcionalidad está dando resultados bastante buenos: en Europa, Michelin ha equipado 270.000 camiones con neumáticos que no se venden al transportador, sino que están sujetos a una tarifa por kilómetro recorrido. La fórmula se aplica a través de un contrato de mantenimiento por parte del industrial. Gracias a la atención constante que presta el fabricante a la evolución de sus productos, y a diversos progresos técnicos que, en algunos casos, han sido el resultado de las observaciones y experimentaciones al natural que es posible realizar, la vida útil de los neumáticos se ha multiplicado por 2,5. Xerox, otro prestador de servicios innovador, que pone a disposición de sus clientes máquinas fotocopiadoras e impresoras con un contrato de alquiler-mantenimiento, también se ve motivado a innovar gracias a este sistema. Siempre está buscando, por su propio interés, la manera de simplificar los componentes de sus máquinas, y reutiliza el 90% de ellos incorporándolos en equipos “remodelados”. Del mismo modo, Air liquide vende un servicio completo de suministro de nitrógeno líquido, que ella misma administra hasta el punto de utilización en la planta de su cliente. El reabastecimiento se hace sin la intervención de este último: la instalación de gas está equipada con un sistema de telemetría que registra el nivel de producto y transmite la información a Air liquide, y éste pone en marcha un despacho cuando se alcanza el umbral mínimo. La economía de funcionalidad y la economía cuaternaria pueden introducir una verdadera ruptura en una sociedad francesa aún muy marcada por la propiedad privada, donde el individuo manifiesta poco respeto por aquello que no le pertenece. Michèle Debonneuil señala que, en efecto, el desarrollo de las TIC facilita doblemente 74 Cf. complementos D y S: Michèle Debonneuil, « L’économie quaternaire, nouveau modèle de croissance et réponse immédiate à la crise »; « L’innovation dans les services à la personne », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 75 Cf. complemento E: Nicolas Buclet, « L’économie de fonctionnalité: un moyen de repenser la relation entre satisfaction des besoins et modes d’échange? », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 76 Debonneuil, 2007. 29 esta transformación de los modos de consumo y producción: por una parte, con las TIC resulta fácil localizar objetos “comunicantes”, dirigir y controlar aparatos, hacerles mantenimiento y registrar consumos a distancia; por otra parte, la civilización Internet y el software open source, la economía de lo gratuito77, favorecen la evolución rápida de las mentalidades. Así, es de esperar que los comportamientos también evolucionen y que cada usuario termine por utilizar los equipos que no le pertenecen “como un diligente padre de familia”, tal y como obliga al arrendatario el artículo 1728 del Código civil francés. Estas fórmulas, sin embargo, no presentan solamente ventajas, ya que confieren al proveedor un fuerte poder, asimilable a un monopolio de hecho, sobre el consumidor, quien no tiene acceso alguno al proceso de producción del servicio que está utilizando. El costo de salida resulta entonces muy elevado y el cambio de proveedor puede ser difícil. Es más fácil manejar las relaciones entre empresas (B to B) —donde se encuentran los más bellos ejemplos exitosos de la economía de funcionalidad— que las aplicaciones dirigidas al gran público (B to C), terreno privilegiado de la economía cuaternaria. Un ejemplo muy difundido por los medios de comunicación es el del autoservicio de bicicletas (VLS por sus siglas en francés). El autoservicio de bicicletas: un éxito, pero… Un balance económico contrastado En julio de 2007 se inauguró en París el autoservicio de bicicletas, con 20.600 bicicletas puestas a disposición del público (lo que representó una inversión de 90 millones de euros para el prestador del servicio, J.-C. Decaux). Dos años más tarde, se puede considerar que el experimento fue un éxito, en términos de utilización: cerca de 60 millones de trayectos, 177.000 suscriptores de larga duración y 7,5 millones de tiquetes de corta duración. Menos glorioso resulta el balance económico: más de 8.000 bicicletas robadas, más de 16.000 deterioradas, y malentendidos entre la Ciudad de París y J.-C. Decaux con respecto al costo de las reparaciones y sustituciones, pero también a las dificultades que tuvo el contratista para respetar los criterios de calidad fijados por el mandante en materia de disponibilidad, limpieza y mantenimiento de las bicicletas. Por lo tanto, se modificaron los términos del contrato y la municipalidad comenzó a pagar una contribución de 400 euros por cada bicicleta que debiera ser reemplazada, una adición que podría ascender a 1,6 millones de euros al ritmo actual de las incivilidades. Ecologistas críticos Por su parte, algunos ecologistas radicales denuncian “operaciones de imagen muy costosas y con resultados por lo menos discutibles en materia de transferencia modal y de huella de carbono. Los ambientalistas calcularon la huella de carbono del autoservicio de bicicletas y no la encontraron muy convincente: las estaciones y las bicicletas requieren 77 Anderson, 2009. 30 mucha electrónica para su operación, lo cual produce fuertes emisiones de gases con efecto invernadero, y el sistema utiliza camiones en todo momento para equilibrar el número de bicicletas en las estaciones”. Y, aunque parezca paradójico, se declaran a favor de los bienes privados: “Se debe fomentar el uso de la bicicleta particular, mediante políticas de comunicación y de gestión eficaces, así como de una adecuada planificación de las vías78”. ¿Un paso hacia la Ciudad 2.0? En cambio, para los urbanistas y los políticos deseosos de anticipación y de progreso y comprometidos con el desarrollo del concepto de “Ciudad 2.0”, el autoservicio de bicicletas es un elemento estructurante, en la medida en que su aparición modificó los comportamientos de los usuarios del transporte público y, sobre todo, comprometió a las municipalidades con una política de reducción del espacio destinado al automóvil en la ciudad, distribuyendo de una manera diferente la red vial (construcción de ciclorrutas y reducción del número de cupos de estacionamiento de automóviles para dar más espacio a las estaciones de autoservicio de bicicletas)79. Una innovación de proceso que incita a la innovación incremental y la facilita Estudiando lo que se está haciendo desde hace varios años (en particular los dos casos mencionados de Xerox y Michelin), se comprueba que, contrariamente a lo que manifiestan algunos escépticos, la economía de funcionalidad —innovación de proceso— no frena la innovación de producto. Más bien, estimula la innovación incremental, ya que el proveedor está permanentemente en busca de mejoras eficientes que le permitan alcanzar a un menor costo el resultado que él vende. En particular, tiene la posibilidad de escuchar las necesidades y observaciones de su cliente, puesto que el trabajo con el producto se hace en situación real, con el usuario, y no en un laboratorio o taller centralizado. Por el contrario, al estar por fuera de una relación simple entre un productor que controla de un extremo a otro la cadena de valor de su producto y un usuario que se dirige a él sin intermediario, la economía de funcionalidad requiere un trabajo de reconfiguración. Hay que replantearse todo el proceso de distribución y las relaciones entre los actores de la cadena: productor, distribuidor, consumidor, otros prestadores de servicios. Por ejemplo, la venta de un confort medido por la temperatura en grados, en un apartamento, requiere una cooperación entre actores que hoy en día no tienen ninguna relación entre ellos: para maximizar su valor agregado y la satisfacción de su cliente, el “proveedor de temperatura” debe tener acceso al sistema de aireación de la vivienda y poder actuar sobre la calidad de su aislamiento. También debe encontrar los medios para conocer con la adecuada exactitud el estado de ocupación, para disminuir el esfuerzo de calefacción o de enfriamiento del aire cuando el apartamento está vacío. 78 Fragmentos de diálogos del blog de Dominique Bied, encargado del tema “transporte urbano de personas” en la organización CAP21. 79 Pouilly, 2009. 31 Existe el riesgo de que algunos usuarios consideren invasivo el uso de sistemas de detección automática. ¿Modelos económicos de proximidad? La economía de funcionalidad modifica las relaciones entre productores y usuarios. También puede cambiar la estrategia territorial de las firmas. Algunas de ellas se verán obligadas a acercarse a los consumidores, so pena de perder el control de una parte importante del valor agregado, incluso de ser transformadas en subcontratistas del distribuidor local, quien sabrá sacar partido de su conocimiento del servicio en contacto con el cliente final. Así, es probable que el control del mercado requiera la supresión, la integración o un mayor control de los intermediarios, así como una mayor atención al territorio donde se presta el servicio. “Se puede entonces considerar que incluso un gran grupo industrial se convierte en un actor local 80 ”. En su colaboración, Nicolas Buclet hace referencia al ejemplo innovador de la joint venture entre Grameen y Danone, para la fabricación de yogures en Bangladesh. Los consumidores y los socios locales de la firma francesa le hicieron adoptar una organización muy diferente de la que acostumbra en los países ricos. La fabricación le fue confiada a plantas pequeñas, capaces de responder al consumo diario de una población próxima, utilizando materias primas producidas localmente. Las economías logradas en la distribución, la cadena de frío y el reciclaje de los envases son superiores a las economías de escala habitualmente permitidas por las grandes unidades del grupo. ¿El turismo, un sector innovador? El turismo es un reto de primera magnitud para Francia. A pesar de todas sus ventajas, el país no saca el mejor provecho de él con respecto a los países comparables. ¡El turista extranjero que ingresa al país gasta 700 dólares en Francia, comparado con 1.070 dólares en Italia, 1.080 en España y 1.600 en Alemania81! Estas cifras se explican por la definición del turista y por la geografía. En efecto, es considerada turista, según las normas internacionales, “toda persona que se encuentre en desplazamiento fuera de su entorno habitual durante un tiempo de una duración mínima de una noche y máxima de un año, por motivos no relacionados con una actividad remunerada en el lugar visitado”. Un “turista internacional”, en un país dado, es una persona que no reside en ese país y que viene a él para pasar allí por lo menos una noche. Al combinar esta definición con la geografía (los turistas que llegan del Norte de Europa y se dirigen a España o al Magreb atraviesan Francia sin querer 80 Cf. complemento E: Nicolas Buclet, « L’économie de fonctionnalité: un moyen de repenser la relation entre satisfaction des besoins et modes d’échange? », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 81 Cifras de 2008. Insee, octubre de 2009. 32 necesariamente permanecer allí), se comprende que exista un flujo importante de “turistas” que, de hecho, están sólo en tránsito. Allí es donde deberían entrar en juego la creatividad y la innovación: cómo convencer a estos viajeros de detenerse algunos días… El buen comerciante es aquel que transforma en comprador al transeúnte que entra en su almacén… ¡y son miles los que entran en el almacén Francia! Y la creatividad resulta aún más necesaria en estos días en que el progreso técnico puede hacerle contrapeso a este objetivo: el tren de alta velocidad y los viajes aéreos a bajo costo traen más visitantes, pero también les permiten acortar su estadía: con Eurostar, un aficionado al arte puede viajar de Londres a París para ver una exposición, almorzar en un restaurante afamado, caminar una o dos horas en los barrios pintorescos o comerciantes de la capital francesa, sin convertirse en un turista según la definición internacional, porque habrá vuelto a su casa esa misma noche. ¿Cómo, para hacer que se quede una o dos noches, jugar con otros motivos diferentes de los atractivos turísticos tradicionales? El turismo, un desafío de primera magnitud para innovaciones de todo tipo y tamaño La organización arcaica de las actividades —a menudo sobre una base demasiado estacional— y la mediocridad de la atención al turista ahondan estas diferencias sorprendentes de ingresos por cada persona que visita el país. Así, pues, en materia de turismo “a la francesa”, las innovaciones hay que buscarlas en primer lugar en estas dos direcciones, pero también por el lado de las TIC. Se podrían desarrollar, por ejemplo, algunas innovaciones que se utilizan de manera poco profesional en el sector turístico: el GPS, para llegar sin dificultad a lugares alejados; blogs con relatos de viaje y fotos, donde otros turistas hacen comentarios sobre su experiencia personal, los cuales resultan cien veces más eficaces que los de la guía impresa el año anterior con base en informaciones recolectadas dos o tres años atrás; e incluso la presencia en los mundos virtuales como Second Life, que marcó el paso, después de una partida fulgurante, a causa de sus prerrequisitos culturales y técnicos exigentes, pero que ha vuelto a surgir, enfrentando ahora la competencia del chino HiPiHi (http://www hipihi com/en/), que se parece mucho a Second Life (ambos son mundos virtuales en 3D hechos para ofrecer a sus “residentes” un entorno en línea y en tiempo real para la creación, la colaboración, el comercio, la comunicación y la distracción) y permite el acceso al mercado chino, donde se encuentra el futuro de nuestro turismo. Sin llegar al extremo de instalar una oficina de representación en Second Life o en HiPiHi, cualquier albergue rural puede ser referenciado fácilmente y sin costo alguno en Google Maps, y puede subir fotos a Google Earth… La generalización de los teléfonos inteligentes o smartphones y el desarrollo de la información geolocalizada obligarán a los actores del turismo (desde los hoteles y restaurantes hasta las oficinas municipales) a estar presentes en los sistemas de geolocalización, con un nivel de calidad de las informaciones suministradas y de la interactividad que supere de lejos las prestaciones actuales de muchas páginas en Internet, mediocres, que nunca están actualizadas y que están llenas de errores y lagunas. Hay aquí desafíos importantes para las regiones francesas que, en su mayoría, son atractivas de manera natural. ¿Pero cómo despertar el interés de los entes locales que ni se comprometen ni invierten (algo comprensible) en actividades cuyo valor agregado queda en su mayoría en manos de otros: los grandes operadores de turismo, las cadenas nacionales 33 o internacionales de distribución y el Estado, a quien está destinado el IVA recaudado en todo el territorio, sin distinción alguna de origen geográfico? Sobre todo porque la inversión en tiempo, imaginación, competencias y presupuesto es una condición sine qua non para que las tecnologías seductoras como Internet, el GPS, el flash code, el QR code u otros spotcodes contribuyan a la consecución de un mínimo de ingresos locales. En efecto, estas tecnologías no son más que herramientas seductoras y prácticas que permiten acceder a informaciones que, en cuanto a su contenido, no son mejores que las que ofrece el mapa en papel combinado con una buena guía turística. El usuario no está dispuesto a pagar por informaciones geolocalizadas que no dejan de ser información “en bruto”. ¿Cómo construir un “entorno de calidad que invite a hacer clic”? ¿Cómo crear valor a partir de la existencia de estas herramientas? Buen ejercicio de creatividad e inmenso campo de innovaciones para los entes locales. Hay también aquí un gran reto para el turismo de mañana, y un proyecto importante si se quiere que “el turismo pase de ‘la economía de la recolección’ a la ‘economía del cultivo’, con el objetivo de aprovechar nuestros recursos de manera metódica, organizada, controlada y sostenible82”. Base: elementos suministrados por Christophe Terrier (CNIS, ex director de la división Estrategia, Prospectiva, Evaluación y Estadística del Ministerio de Turismo). Por otro lado, como lo veremos en la colaboración de Laurent Davezies83, la atractividad de un territorio para los turistas es indisociable de su atractividad para los profesionales, y en particular para los creadores de empresa. Con las mutaciones tecnológicas y económicas que vivimos —explosión de las actividades de servicio, desmaterialización de una gran parte de las tareas, comunicaciones mundiales instantáneas, acceso remoto a un número considerable de recursos documentales o de asesoría, etc.—, un creciente número de empresas pueden instalarse en cualquier lugar, o casi, y un creciente número de asalariados pueden trabajar de tiempo completo sin tener que marcar tarjeta cada día a la entrada de un edificio de oficinas. Se observa entonces una fuerte propensión de los creadores de empresa a instalarse en lugares donde la vida es fácil y agradable. Los profesionales que Robert Reich (1991) denomina “los manipuladores de símbolos” ahora trabajan igualmente bien al borde de una piscina californiana, en una casa de campo en el Luberon o en una propiedad familiar en la provincia de Turena. Por cierto, el ruralista Jean-Claude Bontron describió hace ya varios años la correlación entre la ubicación de las residencias secundarias y la de las empresas de creación reciente. Esta libertad de instalación tiene algunos límites para quienes necesitan el contacto frecuente con sus pares, pero es cada vez más real para una parte de los ejecutivos y de los trabajadores independientes. Nuevos elementos de partida: Innovación 2.0 82 Cf. complemento U: Jean-Luc Michaud, « Le tourisme, élément clé de la dynamique des territoires », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 83 Cf. infra, complemento de Laurent Davezies, « Quels gisements de croissance dans les territoires? ». 34 Para hacer una amplia cosecha de innovaciones de todo tipo, basta con pasar unas cuantas horas navegando en Internet. La herramienta está en sus comienzos, pero muchos jóvenes creativos se han apoderado de ella. Desde hace unos cinco años, el paradigma reinante es la Web 2.0, una innovación de contorno impreciso que entra bien en nuestro marco, puesto que su aspecto tecnológico es bastante secundario. La expresión fue utilizada por primera vez por Tim O’Reilly, en un artículo de septiembre de 2005 (« What is Web 2.0? ») donde el autor redefine Internet —considerado hasta entonces como un medio de comunicación— como una plataforma en la cual diseñadores, comerciantes y usuarios hacen intercambios sin ningún tipo de jerarquía y con papeles vagos, ya que el comprador puede ser a la vez diseñador o vendedor, el lector se transforma en periodista cuando es necesario, y los “posts” o comentarios, versión moderna del “Correo de los lectores”, se convierten en el atractivo principal de la gran mayoría de blogs84… e incluso de los portales de numerosos diarios y revistas. Secret Défense (http://secretdefense.blogs.liberation.fr/defense/) El blog de Jean-Dominique Merchet, sobre la página en Internet del diario Libération, es un monumento de sociología militar, y su audiencia entre las fuerzas militares es incomparablemente más importante que la de cualquier publicación del Ministerio de Defensa. A título de ejemplo (tomando al azar algunos artículos publicados la semana anterior a la redacción del presente recuadro), el 7 de diciembre de 2009 J.-D. Merchet publicó una nota de cinco líneas titulada “Las ‘vivas inquietudes’ del personal del Ejército”, donde citaba una acta cualquiera de una reunión del Consejo de la función militar en tierra (CFMT). Noventa y nueve lectores escribieron comentarios. El 11 de diciembre, un artículo de veinticinco líneas (en una columna estrecha) sobre el primer vuelo del futuro avión de transporte militar europeo Airbus A400M provocó noventa reacciones, la mayoría de ellas tres veces más largas que el artículo. Una noticia con un título tan poco atractivo como “La Fuerza Aérea de los Estados Unidos revela su drone secreto: ¡es un RQ-170 Sentinel!” (5/12/2009) provocó veinticuatro comentarios, desde el más técnico hasta el más pasional, algunos de ellos con vínculos a otros artículos publicados por varios diarios extranjeros. La riqueza de las enseñanzas que se pueden sacar de la utilización de este tipo de páginas en Internet ha llevado a Serge Soudoplatoff a decir que, en nuestra época, hay que tener dinero para despilfarrar si se quiere pagar una encuesta de opinión… Gracias a Internet, algunas empresas han tenido la astucia de combinar la oferta comercial con el vínculo social. Se ha vuelto corriente pedir al comprador que participe en la terminación del producto que él ha escogido. Uno de los distribuidores más importantes de equipos informáticos del mundo, Dell, tuvo su momento de gloria cuando resolvió proponer a sus clientes que construyeran ellos mismos su computador —o, por lo menos, que combinaran sus diferentes elementos al hacer el pedido—. La sociedad californiana Timbuk2 vende morrales casi exclusivamente por Internet— 84 Eso no es totalmente nuevo: una encuesta realizada hace algunos años para el diario Libération sobre los motivos de compra demostró, para sorpresa de los redactores, que el atractivo principal del diario era su sección Correo de los lectores. 35 comenzó con un minúsculo almacén en San Francisco— y pide al internauta que elija el modelo y la talla de su morral, y que luego elija y combine él mismo los colores. Algunos cibercomerciantes dan una participación aún mayor al internauta: después de haber diseñado y comprado un suéter a través de la página en Internet de TrendyWorkshop, el comprador-diseñador se transforma en proveedor virtual: si a otros clientes les atrae el modelo, que es presentado en el almacén de la empresa, el “clientediseñador” recibe una comisión del 5%85. Otros van aún más lejos: Golden Hook86 ofrece al consumidor fabricarle sobre medidas su gorro o bufanda, permitiéndole elegir no solamente los colores, la puntada y el material (lana, angora, cachemira o alpaca), sino también la “abuela” que lo tejerá. A la relación vendedor/comprador, se agrega la relación con las proveedoras: para ellas, tejer es un pasatiempo que se convierte en fuente de ingresos, con una dimensión adicional de vínculo social. En efecto, se motiva a las “tejedoras” a reunirse en “veladas de tejido”, y los clientes pueden, a través de la página en Internet, enviar mensajes a “su” abuela. No vamos a pronunciarnos sobre el futuro de estas innovaciones, pero sí reconocemos que ilustran bien la tendencia a la desaparición de las fronteras entre los diferentes actores, marcando un progreso significativo con respecto a las páginas de comercio tradicionales (Amazon, Fnac, eBay o PriceMinister…). Los usos de Internet constituyen hoy en día una prometedora fuente de innovaciones que no se asocia espontáneamente con los territorios. Pero el ejemplo de las “abuelas tejedoras” de Golden Hook nos muestra cómo podrían tejerse asociaciones entre la empresa emergente (start-up) y algunos municipios o asociaciones locales que necesitan nuevas animaciones —no solamente gratuitas sino también rentables— para sus pensionados. 3. Los territorios como ecosistemas de la innovación En el contexto de la globalización y de las movilidades globales, las teorías económicas dominantes se dividen entre las que parten del individuo (micro-economía, individualismo metodológico) y las que parten del sistema productivo nacional, desde un punto de vista macro-económico. Bernard Pecqueur demuestra que existen otros niveles de agregación denominados meso-económicos87. Pecqueur critica una visión demasiado centrada en las “metrópolis del conocimiento”, preconizadas por Christian Saint-Étienne en un informe reciente88, puesto que, según él, esa visión presenta un riesgo en términos de ordenamiento armonioso del territorio. Habla incluso, haciendo referencia al libro de Jean-François 85 86 http://www.trendy-workshop.com/ Empresa creada en 2008 por Jérémy Emsellem. http://www.goldenhook.fr/ 87 Cf. complemento M: Bernard Pecqueur, « Le territoire comme entité d’innovation et de mobilisation des populations face à la mondialisation des échanges », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 88 Saint-Étienne, 2009. 36 Gravier, de la amenaza de “la metropolarización y del desierto francés89”. Más que la dimensión, lo que cuenta es el dinamismo. Pecqueur constata que algunos territorios de tamaño relativamente modesto resisten bien. Los distritos y los Sistemas Locales de Producción90 siguen funcionando, a pesar de que han sido opacados en los medios de comunicación por los polos de competitividad. Pero pueden mejorar: tener estrategias ofensivas adaptadas (existe una tipología de las estrategias tipo, pero cada territorio debe combinarlas en función de sus características propias) y desarrollar “ofertas de sitio” aprovechando las sinergias locales. De este modo, ellos mismos crean sus ventajas comparativas. Para prosperar, el territorio debe construir, o por lo menos promover un proceso de desarrollo que necesariamente incluye tres dimensiones: la innovación, la capacidad para adaptarse y la capacidad para regular. La acción dinámica de las redes de actores es la que permite la realización concreta de estas condiciones: redes institucionales y redes profesionales informales que se tejen en el territorio. Los polos de competitividad: variedades que no deben confundirse En la misma línea de las ideas desarrolladas por Bernard Pecqueur, la política pública de los polos de competitividad, formulada en 2005, constituyó una incitación importante a la innovación industrial mediante la integración del sistema productivo sobre una base territorial91. Una política industrial basada en la innovación y los territorios De acuerdo con un diagnóstico planteado por Christian Blanc 92 y ampliamente compartido por los representantes políticos y las élites, en una economía globalizada, si se quiere crear polos, la competitividad requiere innovación. Francia no puede ganar puntos, en la economía mundial, esforzándose por reducir sus costos de producción, frente a países donde la mano de obra cuesta treinta veces menos que en Europa 89 Se puede relativizar la amenaza: el informe de Christian Saint-Étienne (2009) elogia las metrópolis suecas; el municipio de Estocolmo tiene 825.000 habitantes; el “Gran Estocolmo” tiene 1.250.000, en un territorio donde se encuentran más árboles que casas; y el segundo municipio del Reino, Gotemburgo, 510.000. Cifras muy lejanas a las de Tokio o Ciudad de México. En cuanto a la demografía de las regiones francesas, es muy favorable a la provincia (el Sur y el Occidente de Francia) y, de manera general, la demografía de todos los territorios se mejora, ya sea por aumento o por disminución de la tasa de crecimiento. Y la región de Île-de-France no figura entre las que más progresan (cf. complemento K: JeanMichel Charpin y Bernard Morel, « La nouvelle attractivité des territoires », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires). 90 Los Sistemas Locales de Producción (SLP), que cuentan con la certificación de la Delegación Interministerial para el Ordenamiento Territorial y la Atractividad Regional (DATAR), son de tres tipos: los distritos industriales, constituidos por empresas pequeñas y medianas (PME) dentro de un mismo sector de actividad (anteojos del Jura, zapatos de la intermunicipalidad del Choletais, piezas torneadas del valle del Arve), los distritos con vocación tecnológica (ingeniería biomédica en Tours o en los alrededores de ciudades como Grenoble), los sistemas “coalescentes”, no especializados pero con estrategias similares y medios comunes (Les Paluds en Aubagne). 91 Cf. infra, complemento de Daniel Darmon, « Les pôles de compétitivité, bilan et perspectives ». 92 Blanc, 2004. 37 occidental y donde la protección social no existe. Una de las raras soluciones posibles es acelerar la innovación93. Así, la política pública de polos de competitividad consistió en incitar a la innovación industrial mediante la integración del sistema productivo sobre una base territorial (actualización de los SPL, clusters, distritos…). Una de las innovaciones más notables fue el procedimiento de financiación pública, con el establecimiento del “fondo único interministerial”, algo parecido a la “ventanilla única”. De hecho, el principio mismo de los polos se inspira en varios modelos. Las realizaciones más antiguas, que ilustran un desarrollo perfectamente endógeno, son los distritos industriales italianos, sistema de emprendimiento local que se construyó a partir de las actividades económicas tradicionales hace cien o doscientos años. El modelo más corriente era el de una pequeña industria en el campo destinada a abastecer los mercados locales, con una mezcla de trabajo por encargo, artesanía familiar y talleres pequeños94. En un contexto cada vez más competitivo y ante la ausencia de Estado central, los habitantes de estos distritos resolvieron buscar por sí mismos la mejor eficacia individual y colectiva. La fórmula fue la de un gran número de empresas muy pequeñas, a menudo competencia unas de otras en el mercado, pero complementarias en términos de especialización productiva. Sus recursos eran una fuerza de trabajo numerosa en estas regiones y habilidades reunidas gracias a la movilización de todos los miembros de la comunidad: trabajadores independientes, artesanos, pequeños empresarios y jefes de familia. Gracias a su eficacia, estos conjuntos productivos conquistaron posiciones sólidas, a escala europea y a nivel mundial, en campos como las confecciones, los muebles, los textiles, el cuero, el calzado, las máquinas-herramienta, la mecánica de precisión, la fabricación de anteojos, etc. Estas formas de funcionamiento fueron teorizadas por Alfred Marshall, economista neoclásico británico, quien exponía en 1890, en sus Principios de economía política, tres razones principales para que la industria y la población se concentraran en territorios de tamaño relativamente modesto y con una población suficientemente densa: (i) el capital humano presente, la difusión fácil del conocimiento por la proximidad y la circulación de las personas; (ii) los mercados de abastecimiento; y (iii) el mercado del empleo, más abundante y más fluido si hay abundante mano de obra y abundantes empleos en un perímetro limitado. 93 Referimos el punto de vista de Christian Blanc. El presente informe completa ese punto de vista con la afirmación de que la innovación tecnológica, muy al alcance de grandes países como China, India o Brasil, no será suficiente, y que será absolutamente necesario complementarla con otra innovación, diferente de la que se da en el terreno de la alta tecnología. 94 En una literatura abundante se puede citar el hermoso libro de Lucio Fabi (1992), que cuenta la historia del “Triángulo de la Silla”, en la región de Friuli, desde la segunda mitad del siglo 19 hasta finales del siglo 20. 38 Michael Porter, profesor de Harvard, se sitúa en la misma línea de Marshall, con sus trabajos sobre los clusters 95 . Porter introduce en sus modelos los centros de investigación y analiza los fenómenos de cooperación y de competencia, con su herramienta clásica de las “fuerzas” (firmas competidoras en el sector, proveedores especializados y clientes), complementada con el papel que desempeñan quienes aportan habilidades y conocimientos —prestadores de servicios, universidades, normalizadores—y, a pesar de las concepciones muy liberales de este ex asesor del Presidente Reagan, con el papel del Estado, ineludible cuando se trata de territorios. El credo de Porter es que mientras más encarnizada es la competencia, más se ven las firmas motivadas a superarse, y más oportunidades tiene el cluster de prosperar. Actitudes muy diferentes frente a la innovación Se distinguen tres tipos de polos de competitividad “a la francesa”: 1. Los polos “con orientación comercial”, herederos de los Sistemas Locales de Producción (SLP), que ya tenían una larga historia cuando les fue otorgada la certificación de “polo de competitividad”. Endógenos en esencia y basados en el modelo de los distritos italianos, su vocación era cooperar en numerosos campos de su vida cotidiana: producción, formación, representación y comunicación, promoción. Incursionaron en la investigación para poder obtener la certificación, pero esa no era su prioridad antes de que presentaran su solicitud. 2. Los polos de “ordenamiento territorial”, centrados en el desarrollo local, impulsados y apoyados por las instancias territoriales. La cooperación en estos polos es menos “orgánica” que en los primeros. Pueden tener tanto una estrategia de especialización como una estrategia de especificación96. En estos se presta mayor atención que en los polos “con orientación comercial” a la cooperación con establecimientos de investigación. 3. Los polos del tipo Silicon Valley, en los cuales la dimensión de investigación es primordial y donde se trabaja en estrecha colaboración con laboratorios universitarios, el CNRS, el Inra, etc. para proyectos importantes. Es evidente que la innovación (sobre todo en el aspecto tecnológico) no tiene el mismo peso en los tres tipos de polos. Por otro lado, en el funcionamiento de los polos se presenta una dificultad adicional relacionada con la importancia que pueda tener la innovación en el modelo de negocio de las empresas que compiten entre sí. Cuando la innovación, la investigación, el conocimiento, son ventajas cruciales para una firma, no es fácil lograr que coopere con 95 Porter, con sus estudiantes, lanzó en 2002 un gran programa, denominado Cluster Mapping Project (Proyecto de descripción de los clusters), que recoge una masa considerable de datos sobre todos los clusters americanos. En 2006, lo extendió al mundo entero. Se puede consultar el Cluster Mapping Project en la página en Internet del Institute for Strategy and Competitiveness (http:// www.isc.hbs.edu). 96 Cf. complemento M: Bernard Pecqueur, « Le territoire comme entité d’innovation et de mobilisation des populations face à la mondialisation des échanges », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 39 sus competidores en estos campos. Se trata de una situación de “coo-petencia”, que sólo puede resultar exitosa en circunstancias especialmente favorables (costumbre de trabajar conjuntamente en proyectos menos sensibles, confianza entre los equipos de trabajo, respeto mutuo entre los directivos, etc.). Esta dificultad para compartir conocimientos vitales se multiplica cuando las empresas son de muy diferente tamaño, lo que ha dado lugar a críticas y polémicas sobre la situación de las empresas pequeñas y medianas (PME) en los polos. Los Instituts Carnot, la investigación pública al alcance de las empresas Para ayudar a las PMI a tener acceso a una investigación de calidad, se estableció una política de certificación de los centros de investigación. El sello “Institut Carnot” se otorga por cuatro años, luego de una selección exigente, a aquellos laboratorios reconocidos por la calidad de su investigación y que se hayan asociado con empresas para una parte notable de sus recursos. A este sello está asociada una palanca financiera que permite al laboratorio mantener la calidad de sus propias investigaciones, proporcionalmente a los recursos que consagra al servicio de esta investigación asociada. Mientras más se abre el laboratorio a los problemas de la empresa, más recursos recibe para “refrescar” sus propios campos de habilidad. Dotada de 60 millones de euros, esta palanca es realmente eficaz. Dado que uno de los problemas de las PMI es el de poder llevar a cabo investigaciones pluridisciplinarias, mientras que los laboratorios públicos son mono-disciplinarios, los Instituts Carnot se constituyeron en red a través de una asociación “Ai Carnot”, que debe construir una respuesta adaptada. La cobertura geográfica de los Instituts Carnot permite la proximidad indispensable para las PMI. La presencia de los “Carnot” en la mayoría de los polos de competitividad tiene un fin semejante97. Los movimientos actuales y el futuro de los polos innovadores La colaboración de Daniel Darmon recuerda el comienzo de los polos y las críticas, a menudo contradictorias, de que fueron objeto. En efecto, muchos observadores criticaron la dispersión de fondos públicos que se produjo debido al elevado número de polos certificados, afirmando que el efecto de palanca habría sido más poderoso si el esfuerzo de financiación hubiera sido más concentrado. Otros lamentaron que algunas empresas hubieran sido descartadas como consecuencia de las condiciones restrictivas de proximidad territorial. Estas reglas, por cierto, no eran absolutas: el polo aeronáutico, desde el comienzo, tuvo tres localizaciones, y constituye una red nacional. Daniel Darmon va más allá de esta fase histórica y subraya dos fenómenos nuevos. El primero es el auge de las asociaciones entre polos de una misma región, pero sobre todo de regiones y sectores diferentes. Es un movimiento innovador que permite superar la 97 Cf. complemento Z: François Guinot, « Les Instituts Carnot, un dispositif original de recherche partenariale », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 40 “fragmentación de los saberes”. El segundo es el desarrollo de la innovación abierta, la open innovation: el industrial compra las ideas que puede aprovechar, así como las patentes con las cuales espera “innovar” sensu stricto (es decir, sin haber participado él mismo en la investigación), y vende o subcontrata con socios el desarrollo de aquellas que ha registrado pero que él mismo no puede utilizar, por carecer de los medios necesarios o de la oportunidad. También puede externalizar su I&D98 u organizar un “ecosistema”, compartiendo un campus, una incubadora o cualquier otra estructura con otros actores que tengan centros de interés más o menos cercanos a los suyos99. Thomas Durand presenta en su colaboración una visión aún más amplia de la innovación abierta, que consiste en ir más allá de los actores tradicionales de la innovación y “nutrirse de las diferentes fuentes de ideas y de habilidades accesibles en el mundo entero para innovar”, saliendo a buscar “ideas y habilidades” y “esforzándose por movilizar la inteligencia, la inventiva y el conocimiento humano, vengan de donde vengan 100”, en particular con la herramienta Internet. El desarrollo endógeno: de los hechos a la fantasía El “desarrollo endógeno” no es el camillero de la globalización. No se le puede confinar a una función de mantenimiento de las actividades en territorios incapaces de hacer frente a la competencia internacional. De hecho, es la expresión de una vitalidad, de una cultura y de una organización social a menudo muy antiguas. Características de los territorios capaces de un desarrollo endógeno El modelo más corriente del desarrollo endógeno es el de una organización eficiente de la producción industrial en redes de pequeñas y medianas empresas locales, concentradas en una industria o en un sector de producción particular, capaz de una gran flexibilidad para responder a la demanda diversificada de bienes y servicios. La cooperación entre firmas especializadas es favorable para lograr producciones competitivas, incluso para exportación. Una de las fuerzas de estas estructuras localizadas es su aptitud para adaptarse y para innovar, que se basa en una capacidad importante de aprendizaje y de evolución, gracias a conocimientos técnicos a veces muy antiguos. La movilidad de la mano de obra entre empresas locales y la concentración territorial de las actividades y de las personas facilitan la innovación. La proximidad geográfica favorece la circulación de conocimientos no formalizados (saberes tácitos). Otra característica importante de los territorios capaces de un crecimiento endógeno es la intensidad de las relaciones, de los intercambios de informaciones y servicios, basados en relaciones no comerciales, gracias a las proximidades profesionales o familiares. Los actores se conocen de diferentes maneras, están habituados a trabajar conjuntamente y mantienen entre ellos contactos frecuentes y regulares. 98 Sachwald, 2008. Chesbrough & Garman, 2009. 100 Cf. infra, complemento de Thomas Durand, « Par-delà la R&D et la technologie: vers d’autres formes d’innovation ». 99 41 El desarrollo del territorio casi siempre goza del apoyo de instituciones públicas y privadas, desde organizaciones profesionales de tipo consular o sindical hasta asociaciones con fines socioeconómicos, políticos y culturales. En general, más allá de las habituales divergencias en cuanto a la finalidad y de opinión, todos los actores individuales e institucionales comparten un mismo sistema de valores y apoyan sus empresas y sus actividades. Hemos subrayado, al presentar la colaboración de Bernard Pecqueur, que nuestras únicas ventajas frente a economías diferentes y competidoras, donde los costos de producción son muy inferiores a los de los países desarrollados, son la innovación y la creatividad. Hacer que estas ventajas se manifiesten no es algo que se decrete de un día para otro. Se requiere tiempo y referencias comunes (culturales, familiares, políticas, como se observa en los “distritos industriales” italianos) para hacer que surjan actividades en armonía con las habilidades de las personas y con las posibilidades del territorio. Las ventajas competitivas suelen ser algo que se crea, y no algo “natural” como lo enseña la teoría económica estándar. Los territorios competitivos son entidades económicas construidas, y las herramientas más importantes de esta construcción son las redes profesionales e informales. Un ejemplo de materialización de estas “construcciones” es la denominación de origen controlada (DOC). La colaboración de Marjorie Jouen ilustra bien la complejidad y la eficacia de estas construcciones, con el ejemplo de Forcalquier (ver siguiente recuadro), y muestra cómo la crisis de 2008 reactivó el desarrollo local endógeno. Éste, en efecto, aparece como un medio para recuperar el sentido que tienen las solidaridades de proximidad y para movilizar a los actores locales en torno a proyectos colectivos para la recuperación o la reactivación de sectores enteros de la economía local. En este tipo de desarrollo, las acciones son muy cualitativas, con frecuencia de carácter artesanal, teniendo en cuenta el lugar que en ellas tienen la dimensión humana y el carisma de los líderes. Se ha constado que este desarrollo se basa en el capital social, la demografía, la historia y la política locales, y que el papel de los poderes públicos no puede más que el de crear un clima “generador de actividades”, dando prioridad a las cooperaciones “horizontales” entre actores. La saga de Forcalquier, tierra de olores y sabores La historia del polo de competitividad “Perfumes aromas olores sabores”, anclado en parte en el territorio provenzal del País de Forcalquier (y en parte en la ciudad de Grasse), es particularmente instructiva. A finales de los años 1970, el territorio era rural, sin ninguna tradición industrial. El turismo incipiente complementaba las actividades agrícolas tradicionales. Al terminar sus estudios universitarios, un pequeño grupo de amigos resolvieron intentar, cada uno por su lado, crear o rescatar pequeñas empresas locales, corriendo diferentes suertes. Tienen en común que frecuentan un microcosmos artístico cosmopolita drenado par la presencia de Harmonia Mundi, compañía discográfica especializada en música clásica, en una ciudad vecina. Llevan en su inconsciente colectivo la actividad ancestral de la destilación y aprovechamiento de las plantas aromáticas y medicinales de la montaña de Lure, muy cercana. 42 Así, en 1978, a partir de las actividades de la destilería Henri Bardouin, nació la cadena de distribución de productos regionales La Taste, que llegaría a tener hasta 85 tiendas antes de ser vendida y fracasar. L’Occitane, creada en 1976 con el objetivo de aprovechar materias primas locales, se convirtió en un actor clave para los sectores de producción certificados DOC y, desde hace algunos años, para los ingredientes orgánicos certificados. La empresa creció rápidamente; en la actualidad tiene 2.500 empleados y distribuye sus productos a 1.000 tiendas repartidas en 85 países. Se convirtió en una formidable locomotora del desarrollo industrial de este sector, por dispersión. Antiguos empleados fueron creando empresas en la misma zona —Bains Arômes y Terre d’Oc, por ejemplo, que tienen cada una más de 100 empleados—. La saga no se detiene ahí, puesto que en 1996 fue fundada Olivier & Co, una cadena de distribución especializada en aceites, condimentos y cosméticos orgánicos, que tiene más de 100 tiendas, la mitad de ellas fuera de Francia. La dinámica de crecimiento basada en el aprovechamiento de la tipicidad del territorio y de su imagen (lavanda, paisajes mediterráneos, cultura provenzal, cocina provenzal, naturaleza y bienestar) se basó en un proceso continuo de aprovechamiento del potencial endógeno, un fuerte grado de cooperación entre las empresas, incluso en materia de formación del personal, y un apoyo metodológico, más que financiero, de varios programas públicos europeos (Leader, Interreg, Equal, Feder…) y franceses (trámites de la DOC para la lavanda y el queso Banon, Parque natural regional del Luberon, SPL “Senteurs et saveurs de Haute-Provence”, polo de competitividad Pass). Además, se benefició con la proximidad de grandes ciudades universitarias como Aix-en-Provence y Marsella. Localmente, el sector —desde la producción agrícola hasta la distribución— representa en la actualidad más de 1.300 empleos directos y 3.500 empleos indirectos, para un total de ventas de 300 millones de euros (de los cuales el 50% son ventas de exportación), y ha generado a su alrededor actividades turísticas, culturales y de alta tecnología. Fuente: Marjorie Jouen Una forma de innovación más familiar, en la que participan productores y consumidores, se construyó alrededor del consumo de productos locales. Las asociaciones para el mantenimiento de una agricultura campesina (Amap) han tenido un éxito sorprendente. Establecen un vínculo entre los agricultores comprometidos con formas de cultivo respetuosas del medio ambiente y los consumidores que se preocupan por la calidad y la proximidad. El productor pone semanalmente a disposición de sus clientes una canasta de productos frescos, con tres objetivos: (i) evitar el desperdicio, puesto que todo lo que se produce se consume (en el sistema ordinario de distribución, hasta el 60% de la cosecha puede quedarse en los campos), (ii) disminuir el precio de los alimentos, y (iii) garantizar el empleo de los métodos agronómicos “campesinos” u orgánicos acordados entre productores y consumidores en el momento de la firma del contrato. De igual modo, en 2009 se produjo un renovado interés por un turismo de proximidad como resultado de la creciente inseguridad en varios países soleados low-cost y de lo ajustado de los presupuestos debido al aumento del desempleo y a la disminución del número de horas extras, que habían aumentado en 2007-2008 como una consecuencia inesperada de las exoneraciones de contribuciones sociales. Las diferencias de desarrollo entre territorios, aun partiendo de oportunidades iguales, se deben con frecuencia a la existencia de fuertes interacciones entre los procesos comerciales y las relaciones ajenas al mercado. M. Jouen se refiere a los autores de la “nueva economía geográfica”, que demostraron que “en la era postindustrial, las nuevas 43 ventajas de un territorio no eran tanto el acceso fácil a los recursos naturales o la posición geográfica favorable con respecto a las vías de navegación o de circulación, como las relaciones de intercambios intelectuales y de estimulación innovadora que en él se tejen entre el mundo de los negocios y el de la investigación o la educación101”. Veamos el ejemplo de territorios que, a pesar de no presentar muchos elementos favorables, supieron desarrollarse de manera notable a partir de bases puramente locales; es el caso del pequeño municipio de Saint-Bonnet-le-Froid, que pasó de tener 180 habitantes hace 20 años (censos de 1982 y 1990) a 239 según las encuestas de 2006, gracias al carácter emprendedor e innovador de los hermanos Marcon. Unas cuantas iniciativas locales convirtieron a esta localidad simple y de clima rudo en un lugar destacado para el turismo y la gastronomía. La innovación desarrollada por sus habitantes presenta dos aspectos: el primero es institucional, con su habilidad consumada para combinar iniciativas públicas, colectivas y puramente privadas; el segundo es turístico, con ofertas que dan muestras de olfato y de comprensión de las expectativas de los clientes potenciales. Los comerciantes de Saint-Bonnet-le-Froid se basaron en un mercado regional, más que local (clientes que vienen desde Lyon, SaintÉtienne, etc.), y en una oferta que resalta los productos locales (especialmente los champiñones). Saint-Bonnet-le-Froid: del aislamiento en zona rural a la fama mundial En los años 1960-1970, esta localidad en decadencia, próxima al abandono, renació tras el impulso dado por unos jóvenes que, en lugar de irse a la ciudad, prefirieron desarrollar microempresas locales en torno al esquí, la artesanía y el comercio. El desarrollo se fue logrando a lo largo de varias décadas, combinando hábilmente iniciativas públicas y privadas (individuales y colectivas). Al municipio le fueron otorgados varios créditos destinados a la renovación rural para crear una estación de esquí de fondo y algunos alojamientos. Algunos comerciantes desarrollaron la hotelería y el turismo, un restaurante obtuvo una primera estrella en la Guía Michelin, luego dos, luego tres … El mismo grupo gestiona la alcaldía, invierte en el comercio y congrega a la población en torno a un evento anual: el paso del rally de Montecarlo, durante algunos años, y más tarde la feria del champiñón. Hoy en día, Saint-Bonnet-le-Froid ofrece al turista cuatro restaurantes, uno de ellos “tres estrellas”, cuatro hoteles con todas las comodidades, de dos a cinco estrellas, y dos hostales; además, está preparando con todos sus comerciantes la transformación de toda la dotación turística en un resort de alta calidad ambiental y energía positiva… Fuente: André Marcon La salud: minas de innovaciones que es indispensable explotar102 101 Cf. complemento O: Marjorie Jouen, « Rôle et place des facteurs endogènes dans le développement des territoires », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 102 Cf. complemento T: Marc Mousli, « Vers un système de santé adapté à la France du XXIe siècle », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 44 En los territorios, numerosas reglas jurídicas, administrativas y financieras reglamentan la innovación social. La pregunta que hay que formularse es, pues, cómo mejorar un determinado aspecto de la vida en el territorio, o cómo mejorar la gestión local respetando las reglas globales pero haciéndolas evolucionar según las necesidades. Innovaciones indispensables en la organización de la atención en salud y de la prevención: redes locales de salud y mayor cooperación entre profesionales La organización de la atención en salud es una actividad compleja por múltiples razones. Frente a un solo individuo, debe organizar a un número elevado de profesionales, cada uno con su especialidad —médico general, internista, oncólogo, gerontólogo, cardiólogo, diabetólogo, urólogo, fisioterapeuta, enfermero, nutricionista, neurólogo, farmacéutico…— y con diferentes lugares y modos de intervención, tales como establecimientos hospitalarios de todo tipo, consultorio particular, atención domiciliaria o centros de salud. Esta atomización plantea cada vez más problemas. En efecto, el envejecimiento de la población obliga a asumir y hacer seguimiento a pacientes de edad avanzada que sufren de diversas patologías, especialmente de enfermedades crónicas, y que necesitan atención diaria en los dos sentidos del término: el de los servicios a la persona y el de la atención médica (lo que para los anglosajones es, respectivamente, care y cure). La sola atención denominada “primaria" requiere la intervención —y la cooperación— de varios profesionales, en condiciones que ya no se adaptan a la población médica. Un médico ya no trabaja 365 días al año, y en el futuro trabajará aún menos, en la medida en que los facultativos más antiguos, que ofrecían una disponibilidad total, van cediendo espacio a hombres y, sobre todo, mujeres (en 2009, el 66% de los estudiantes de medicina general eran mujeres) dispuestos a preservar su vida familiar y que, por lo tanto ya no trabajan sino medio tiempo103, con más frecuencia que hace algunos años. Las condiciones de trabajo de estos profesionales son a menudo difíciles y provocan una marcada pérdida de interés con respecto al funcionamiento tradicional de la medicina. Ha bajado considerablemente el número de médicos generales que se instalan, especialmente en las zonas rurales, y la aplastante mayoría de los nuevos médicos prefieren ser asalariados. Cada vez hay menos especialistas, incluso en las ciudades de tamaño mediano. Sólo en las regiones particularmente atractivas como París, la Costa Azul o el País Vasco francés, la densidad médica es superior a las necesidades. En el resto del país reina la escasez, o más bien una forma de racionamiento disimulada tras los aplazamientos y el dinero. Esta situación puede mejorar considerablemente mediante la innovación. En numerosas regiones, y especialmente en las zonas rurales, la solución sería abandonar las formas antiguas de organización y reemplazarlas por formas nuevas, como las redes territoriales de salud y las casas pluridisciplinarias, que permiten un ejercicio más 103 En medicina general, la actividad de las mujeres es menor que la de los hombres (-25,4%): ellas trabajan menos días (-10%) y realizan menos consultas por día (-19,6%) (Fivaz & Le Laidier, 2001). 45 colectivo, más cooperativo y más organizado de la medicina y de la atención en salud, así como unas condiciones de trabajo que se ajustan a las aspiraciones de los jóvenes profesionales. Además, estas innovaciones organizacionales facilitarían las innovaciones tecnológicas y dejarían abierto el camino para implementar cambios profundos, como dar prioridad a la prevención, con la herramienta del salario o del pago por capitación. Hay bastante aceptación de estos cambios en cuanto a su principio; la principal dificultad se ha encontrado en su implementación, para la cual las autoridades responsables no han dado muestras de un saber hacer suficiente. Simplificar radicalmente la ayuda social gracias a las TIC La lucha contra la miseria y la exclusión ha generado tal acumulación de medidas que éstas resultan ilegibles e incomprensibles. Al mostrar esta acumulación a nivel departamental, Julien Damon propone une simplificación radical mediante la unificación y la integración, encargando a un operador responsable el manejo de las personas en dificultad, a través de una "ventanilla única", a semejanza del sistema que establecieron, por ejemplo, los canadienses en 2005 (Service Canada), o los australianos en 1997 (Centrelink)104. En Francia, el concepto de "ventanilla única" está bastante extendido, pero su realización es lamentable. Julien Damon muestra cómo se podría innovar en este campo utilizando las TIC, con un portal en Internet, suponiendo que existe una integración mínima de los servicios a través de la estructuración homogénea de los datos. El interés de esta fórmula es que respeta estrictamente las decisiones políticas y la voluntad del legislador, puesto que las prestaciones no se modifican; lo único que se transforma es su administración. Gestión eficaz de una Caja primaria de seguro de salud (CPAM), mediante la iniciativa local Con el mismo espíritu de la buena gestión, Patrick Negaret muestra cómo es posible trabajar mejor gastando menos. Narra veinte años de innovaciones en el campo capital del acceso que tienen los asegurados a la información y a los servicios, del uso de las TIC y de la responsabilización de todos, asalariados, empleadores y personal de la Caja. Estableció, por ejemplo, programas especiales para diversas categorías de asegurados, desde las mujeres embarazadas hasta las personas discapacitadas, con el fin de "responder a las expectativas de estos asegurados prestándoles un servicio de calidad basado en la transparencia de los trámites, un acompañamiento personalizado y la difusión de informaciones pertinentes". Estas innovaciones "de terreno", basadas en principios simples aplicados con tenacidad y rigor, facilitan la vida de miles de personas que necesitan el apoyo de la colectividad. En el campo de la regulación, el simple hecho de enviar una carta a todos los asegurados que se habían ausentado del trabajo durante menos de ocho días en tres ocasiones en el año, avisándoles que a la vez siguiente serían 104 Cf. complemento R: Julien Damon, « Une innovation pour la politique sociale, la simplification par unification et intégration », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 46 objeto de un control sistemático, tuvo un resultado sorprendente: al año siguiente, el 66% de las personas señaladas no reportó a la CPAM ninguna ausencia del trabajo. En el campo de la prevención, la caja, con su concepto de "Salud activa", llevó a cabo numerosas acciones sobre los determinantes de la salud, entre otras, la creación de talleres de acompañamiento terapéutico para sus asegurados. Les formaciones innovadoras105 En su colaboración, Claude Seibel explora el tema de la formación a lo largo de toda la vida según dos ejes principales: la innovación en los métodos pedagógicos (y en la ingeniería de formación) y el vínculo entre las competencias y la formación, que abarca las numerosas interacciones entre los establecimientos educativos y su entorno. Estos dos ejes, como es obvio, se cruzan de diferentes maneras. La innovación en los métodos pedagógicos y en la ingeniería de formación tuvo a su favor la regionalización de la formación profesional, que permite a los empleadores dialogar con los formadores y hacer evolucionar las formaciones a un ritmo cercano a la evolución de las técnicas y de las novedades de todo tipo (equipos, materiales, organizaciones). Por su parte, los establecimientos educativos pueden constituir recursos para las empresas, en particular las más pequeñas, no solamente manteniendo y desarrollando las competencias de sus colaboradores, sino también a través de plataformas tecnológicas a las cuales una empresa puede dirigirse para solicitar una cooperación sobre un tema que le interese. Una plataforma tecnológica reúne a laboratorios de investigación, estructuras de apoyo a las empresas pequeñas y medianas, establecimientos de educación superior y secundaria, socios industriales e institucionales. Esta composición le permite ayudar a las empresas en su desarrollo, acompañarlas en el establecimiento de sus nuevos proyectos y, al mismo tiempo, promover la relación entre el mundo de la empresa y el de la formación. En numerosos territorios se están tomando iniciativas varias, a veces modestas pero importantes por el reto que representan, ya que se trata de permitir que los adolescentes de todos los medios sociales aborden la vida activa en las mejores condiciones. Darlos a conocer y prestarles diversos tipos de ayuda (publicidad sobre lo que hacen y conocimiento de lo que se hace en otras partes) sería un trabajo útil que favorecería la innovación. Enseñar el emprendimiento a los desempleados a partir de los “proyectos durmientes” encontrados en las PME Jean-Claude Bouly y J.-C. Teobaldi presentan con la organización Ardan (Acciones regionales para el desarrollo de actividades nuevas) un verdadero ecosistema de 105 Cf. complemento W: Claude Seibel, Yves Farge et alii, « Éducation et formation tout au long de la vie au service de l’innovation dans les territoires », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 47 innovaciones organizacionales y “de proceso” al servicio del desarrollo económico territorial endógeno106. La innovación consiste en el hecho de interesarse por los “proyectos durmientes” de las empresas y formar eventuales creadores de empresa, poniéndolos a trabajar en esos proyectos. Una de las particularidades del sistema es que se concentra en las personas y en la adquisición de competencias, más que en el enfoque financiero o en el estudio de mercado. En una escala modesta, este método es innovación abierta: la empresa tiene una idea y encarga su desarrollo a una persona externa. Las Redes de Intercambio Recíproco de Saberes de La Poste En los años 1970, Claire Héber Suffrin concibió las denominadas redes de intercambios recíprocos de saberes (RERS, por sus siglas en francés)107. Habiendo constatado que cada persona posee saberes que pueden ser útiles para alguna otra persona, y que cada cual tiene la capacidad para transmitir su saber, la investigadora constituyó redes de vecindad, voluntarias y autónomas, en las cuales cada persona puede desempeñar alternativamente el papel de docente y el de aprendiente, dentro del marco de un régimen de reciprocidad: quien entrega su saber a la comunidad, recibirá a cambio el saber de los otros. Este principio de las RERS fue aplicado por la empresa de correos, la Poste, en un entorno profesional. Si una persona (del grupo de directivos, en el estado actual del experimento) desea ser parte de la red de intercambios, se inscribe en una página en la Intranet RERS, o contacta al responsable local de la red. Una vez que ha encontrado lo que buscaba, ambos socios describen la operación en una “ficha de intercambio”. Una vez terminado el intercambio, cada cual redacta una apreciación. Periódicamente se conceden becas de intercambio para acercar más fácilmente las ofertas a las demandas. El intercambio de saberes en la RERS se basa en una transferencia de saberes, hecha esencialmente de modo verbal, mediante un funcionamiento “sobre medidas” y en un clima de confianza108. Las redes, la innovación y los territorios: relaciones complejas y a veces ambiguas109 106 Cf. complemento X: Jean-Claude Bouly y Jean-Christophe Teobaldi: « Des “projets dormants” au développement d’activités nouvelles: l’exemple du CNE », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. Héber Suffrin, 1992. Van Den Abeele Maryannick, Le réseau d’échanges réciproques de savoirs, une innovation à La poste Courrier, seminario « Vies collectives » de la École de Paris du management, sesión del 15/10/2009. El acta de esta sesión se encuentra en la siguiente página en Internet: http://www.ecole.org 109 Cf. complemento Q: Laurent Gille, « Les industries de réseau dans l’innovation territoriale », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 107 108 48 Les territorios dependen fuertemente de las redes. En primer lugar, y sobre todo, de las redes físicas estructurantes (carreteras, vías férreas, canales, puertos, cables, etc.): la historia del ordenamiento del territorio está marcada desde su origen por la voluntad de favorecer el desarrollo con políticas voluntaristas de desenclavamiento. Pero también, hoy más que nunca, de las redes virtuales. Estas últimas han alcanzado un nivel de desarrollo tan alto y han adquirido tanta importancia en nuestra vida cotidiana110 que hay que preguntarse si siguen siendo herramientas (como lo vimos arriba a propósito del turismo), “prolongaciones posibles de los territorios existentes”, o si se han convertido, de hecho, en “nuevos territorios, por lo tanto, nuevos competidores”. Para los territorios “físicos”, esta pregunta implica retos capitales: se logrará o no aprovechar estos nuevos espacios virtuales y reforzar la atractividad territorial mediante la utilización innovadora de los servicios cada vez más numerosos e integrados que ofrecen las redes. 4. ¿Territorios estrategas, innovadores, creativos? Las estrategias de desarrollo de los territorios Laurent Davezies recuerda que el territorio se convirtió en un factor de producción111 y muestra que, contrariamente a lo que afirma la Nueva Economía Geográfica, para la cual el futuro está en las “grandes ciudades, siempre más densas y fluidas”, son los territorios “periféricos” los que, en medio de las crisis que estamos viviendo, parecen más atractivos y más dinámicos. Laurent Davezies ya había mostrado cómo los territorios se especializan bien sea en la economía productiva, bien sea en la economía residencial112. La situación se ha vuelto más compleja, teniendo en cuenta la importancia cada vez mayor de lo inmaterial, la innovación y la creatividad. Hoy en día, son los territorios residenciales los que registran la progresión más fuerte de su PIB (y no solamente de sus ingresos, lo que es nuevo). Es decir que los hechos desmienten las previsiones de la Nueva Economía Geográfica. Esto se explica, en primer lugar, por el alto grado de mutualización a nivel nacional (probablemente el 56% del PIB en 2009); y, en segundo lugar, por las movilidades fáciles y rápidas, autorizadas por los progresos técnicos, pero sobre todo por el aumento espectacular del tiempo de no trabajo en la vida de los franceses. Una persona activa, en efecto, trabaja el 8% de su tiempo de vida, pero, sobre todo, el tiempo de vida 110 En diciembre de 2009 (+ 4% en un año), había en Francia 34,7 millones de internautas activos de 11 años de edad y más, lo que representa un índice de penetración de 65%. Entre ellos, 30 millones declaran haber tenido acceso a Internet en su domicilio a través de una conexión de banda ancha (+ 10% en un año). 111 Cf. infra, complemento de Laurent Davezies, « Quels gisements de croissance dans les territoires? ». 112 Davezies, 2008. 49 no activa ha aumentado quince años desde 1970: la duración de vida activa disminuyó siete años (se ingresa tres años más tarde al mercado laboral y se sale de él cuatro años antes) y la esperanza de vida y de jubilación aumentó ocho años. Estas movilidades permiten una circulación privada de los ingresos (pensiones, salarios, gastos turísticos…) que se suman a las redistribuciones públicas. En suma, hay una redistribución de las cartas entre los territorios. Se observa incluso “una inversión conceptual sorprendente: ¡el ingreso, que es el output final del proceso de creación de riquezas, se convirtió, en los territorios, en un input del cual depende finalmente el PIB!” Este fenómeno es preocupante en la medida en que revela un franco debilitamiento del desempeño de los territorios “exportadores”, comenzando por el de Île-de-France. Aunque nos alegra ver cómo están volviendo a prosperar, gracias, en particular a la economía residencial, territorios que hasta hace poco se consideraban en decadencia, las dificultades que le esperan a nuestro país (envejecimiento de la población, explosión de la deuda pública…) no nos dejan más opción que multiplicar los esfuerzos para mejorar la eficacia y la rentabilidad de nuestro sistema productivo. El análisis de las evoluciones demográficas de 1962 a 2006 realizado por Jean-Michel Charpin y Bernard Morel muestra que, más allá del fenómeno bien conocido de las modificaciones de la economía y de la sociología locales como consecuencia del cambio de residencia de los nuevos pensionados, que seguirá marcando la geografía humana del territorio francés durante los próximos veinticinco años, lo que se observa hoy en día es “la extensión de estas dinámicas a otras categorías de la población, categorías activas, incluso líderes, en la vida económica. Este acompañamiento no ocurrió de manera uniforme. Según los casos, el efecto de arrastre requirió la proximidad de una metrópolis, las ventajas turísticas, estrategias innovadoras que desembocaron en un crecimiento endógeno. Así, pues, la dinámica que se desarrolla en estos territorios va mucho más allá de la lógica mecánica de la economía presencial; desemboca en un desarrollo basado en la valorización de las ventajas comparativas, que se desprende progresivamente de sus causas iniciales y puede cambiar el destino de ciertos territorios113”. Por lo tanto, no es necesario seguir separando productivo y residencial; la innovación cuadra bien con las amenidades de un territorio, y los territorios más residenciales pueden atraer las actividades más complejas. Producción, consumo, una misma lucha Laurent Davezies preconiza una asociación más estrecha, en cada territorio, entre factores productivos y residenciales. Hay que reconocer que esto se logra más fácilmente cuando los elementos están geográfica e históricamente establecidos desde siglos o decenios atrás. Pero es posible desarrollar las condiciones para ello —aun sabiendo que los resultados nunca son definitivos— mediante la combinación de políticas industriales, del hábitat y del medio ambiente, y mediante un arbitraje 113 Cf. complemento K: Jean-Michel Charpin y Bernard Morel, « La nouvelle attractivité des territoires », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 50 razonado de la competencia entre las diversas funciones territoriales (producción, vivienda, entretenimiento,…) en relación con el uso del suelo. En su colaboración, Bernard Pecqueur señala que “no hay un modelo único, aun menos un paradigma del desarrollo local. Cada éxito regional es una especie de milagro, un nuevo hallazgo, difícilmente transportable, exportable o imitable: por ejemplo, muchas regiones han intentado tomar como modelo el Silicon Valley o la Tercera Italia, pero los imitadores han fracasado sistemáticamente. En cambio, la atmósfera114 —que, por lo menos esquemáticamente, no es más que el producto de la vida social y de las convenciones culturales— puede beneficiarse con una buena gobernanza local y, por tanto, con la acción política. Así, una regulación social local y mecanismos informales de coordinación pueden contribuir a las economías de aglomeración. Por regulación social local entiendo todo lo que tiene que ver con la planificación urbana y regional, con la organización del transporte y el equipamiento, con los servicios públicos y privados, con la formación de la mano de obra o incluso con el marketing territorial. En cuanto a la coordinación informal, corresponde simplemente a los habitus, a las convenciones, a la cultura local”. Más allá de estas prácticas de buena gobernanza local, Laurent Gille manifiesta que los territorios no pueden, hoy en día, desentenderse del riesgo de dilución de su identidad en los universos virtuales. Los territorios físicos deben poder ser “aumentados” (en el sentido de la realidad aumentada) mediante el control de sus universos simbólicos de identidad (denominaciones de origen geográfico, regiones, el pueblo…) en los espacios virtuales y su desarrollo al servicio de la realidad física. “A partir de ahí, pensar en la innovación territorial como la reapropiación y la utilización de estos universos simbólicos —en forma de marcas, denominaciones, leyendas, ritos, juegos, etc.— dentro del marco de servicios únicamente asociados a uno u otro territorio, puede dar una pista de la innovación territorial. Hay quienes creen hoy que los universos simbólicos e imaginarios serán uno de los motores de la innovación del mañana115”. Una nueva organización del trabajo en una sociedad creativa El filósofo André Gorz, entrevistado hace algunos años por el diario Libération, nos daba una muy bella descripción de los territorios creativos de mañana. “En los Grundrisse de Marx encontramos la noción esencial de ‘nivel general de los conocimientos de una sociedad’, el ‘general intellect’. En la era de Internet, de la cibernación y la informatización, cuando todos los saberes están puestos en la red, es aún más fácil ver que el tiempo de trabajo ya no puede tomarse como la medida del trabajo, ni el trabajo como la medida de la riqueza producida, puesto que el trabajo inmediato de producción no es, en gran parte, sino la prolongación material de un trabajo inmaterial, intelectual, de reflexión, de concertación, de intercambio de 114 La noción de atmósfera se encuentra en Alfred Marshall (1906), p. 138, quien incluye, entre las ventajas de la concentración, el hecho de que “los secretos de la industria dejan de ser secretos; de alguna manera están en el aire y los niños aprenden inconscientemente muchos de ellos”. 115 Cf. complemento Q: Laurent Gille, « Les industries de réseau dans l’innovation territoriale », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 51 informaciones, de reunión de los saberes, en pocas palabras, del ‘general intellect’. Hoy en día es virtualmente posible que la utilización de la fuerza de trabajo que posee cada persona conduzca a un desarrollo fantástico de la autoactividad y que la riqueza ya no necesite ser producida en empresas capitalistas con un capital fijo, una dirección, un departamento de mercadeo, etc. Así, la demanda debe ser la de lugares de vida, de actividades, de intercambios, donde las personas puedan producir, además de la socialidad116, la riqueza, material e inmaterial”. ¡Qué bella definición de los territorios creativos, estos “lugares de vida, de actividades, de intercambios, donde las personas puedan producir, además de la socialidad, la riqueza, material e inmaterial”! ¿Cómo “producirlos”? André Gorz, filósofo de la ecología política, tenía respuestas innovadoras para esta pregunta. Pero, sin adentrarse en caminos utópicos, contentándose con los medios existentes de la acción pública, nos parece que es posible transformar territorios ordinarios, o casi, en “territorios creativos”, en lugares donde se expresen libremente la creatividad y la innovación. ¿Qué es un “territorio creativo”? ¿Es posible hacer que un territorio se vuelva creativo? La innovación no se limita a la creatividad. Pero sin ella no hay innovación. Por lo tanto, nos pareció indispensable, en un trabajo sobre la innovación, dedicar algunas líneas a la creatividad ¿Qué es creatividad? Creatividad es la capacidad para producir ideas y, sobretodo, para organizarlas de una manera original. La creatividad requiere cerebros bastante “ágiles” para imaginar, acercar y asociar ideas a veces muy diferentes, y para organizar de una nueva manera conceptos existentes. Los componentes de la creatividad son la curiosidad, la observación, el gusto por lo insólito, la imaginación, el sueño, la metáfora, la discusión, el debate y la controversia. La creatividad deber ser estimulada durante la formación inicial de nuestros jóvenes. Las comparaciones internacionales sobre los sistemas educativos (encuesta PISA de la OCDE) sacan a la luz la posición original de Francia, que sigue prefiriendo la enseñanza mediante cursos magistrales, cuando muchos países han introducido sesiones de estimulación y proyectos, que favorecen el desarrollo de actitudes de curiosidad117. La creatividad es indispensable. No tiene límite. Así como puede ser benéfica, también puede ser nociva. Charles Ponzi, por ejemplo, era un estafador creativo; la contabilidad de Enron ha sido descrita como “creativa”; y los financieros más creativos de los años 2000 desarrollaron productos derivados sofisticados que precipitaron la crisis del capitalismo globalizado. 116 Socialidad “Es la forma y el hecho de que los hombres se relacionan entre sí, organizan grupos y movimientos, establecen normas de convivencia y protegen sus instituciones colectivas con aportaciones individuales". Definición tomada de http://servidor1.lasalle.es/catequesis2/S/SOCIABILIDAD.html. (N. del E.) 117 OCDE, PISA 2006. 52 En suma, podríamos decir que la creatividad, como dijo George Bernard Shaw del genio, es “90% de transpiración, 10% de inspiración”. ¡Esto es una buena noticia para la acción pública, que suele dar más espacio al trabajo que a la inspiración! ¿Cómo puede un territorio volverse “creativo”? Seis tesis sobre la creatividad de un territorio La innovación es bastante fácil de organizar. Existen métodos para estimularla, canalizarla y planificarla. La creatividad, en cambio, es más difícil, más imprevisible. Lo único posible es intentar reunir las condiciones para su aparición. Las más concretas son la diversidad de los entornos, de las situaciones, de los encuentros, de los equipos; la tolerancia con respecto a los comportamientos atípicos; y la estimulación intelectual, comenzando por cierta actividad cultural (con una definición amplia de la cultura: literaria, técnica, artística, científica, popular, y una gran apertura geográfica a los aportes de otros continentes). Aquí proponemos seis “tesis” sobre las condiciones de la creatividad y los medios para reunirlas. La creatividad está estrechamente ligada al arte y la cultura general, incluso cuando las preocupaciones son técnicas y económicas 1) La creatividad no se da sin cultura general, y ésta puede ser promovida y apoyada por los territorios. Todas las artes son trampolines para la creatividad, desde la poesía hasta la escultura, pasando por la música y la literatura. Jean-Pierre Dupuy, científico y filósofo de las ciencias, afirma que un investigador debe leer una novela por semana. Un estudio de tres investigadores americanos muestra que las personas innovadoras practican intensamente cinco actividades: a) asociar, buscar el vínculo entre diversas preguntas, problemas e ideas de diferentes campos, a veces muy alejados unos de otros; b) hacerse preguntas (recuérdese la frase de Peter Drucker: “Lo importante y difícil de una tarea no es encontrar la respuesta correcta, sino descubrir la pregunta correcta”); c) observar lo que hacen los demás: los clientes, los proveedores, los competidores… ; d) experimentar, ya sea en el sentido “científico” del término —hacer prototipos, “pilotos”— o en un sentido más personal, por ejemplo, viviendo y trabajando en el extranjero: mientras más ha vivido en países diferentes, más capaz de innovación es una persona (esta constatación nos lleva a nuestras tesis 5 y 6) ; y e) multiplicar las relaciones con otras personas en diversas redes; para innovar, hay que “crear redes sociales”, encontrar personas que tengan ideas y proyectos diferentes118. 2) La creatividad tiene una necesidad vital de tolerancia, tanto por parte de la sociedad civil como de las instituciones, puesto que la transgresión es consustancial a la creación 118 Dyer, Gegersen & Christensen, 2009. 53 Richard Florida119 integra en sus instrumentos de medición de la capacidad creativa un “índice gay”: la presencia significativa de una comunidad LGBT120 es muestra de un alto grado de tolerancia en un territorio e indica a todos (incluso a los creativos “straight”) que allí se encuentran gentes de gran diversidad, personas originales, así como lugares de reunión, de cultura, vida nocturna, bares, galerías y teatros121… Con frecuencia es necesario, para innovar, disponer de una libertad que no es permitida por las normas administrativas restrictivas. Gérard Barras, fundador de cooperativas y dirigente empresarial (Ardelaine), quien tiene una larga historia de innovaciones en numerosos campos, incluso en la educación popular, propone que se ofrezca un marco de seguridad a los innovadores que llevan a cabo proyectos que, en algunos aspectos, se salen de las normas administrativas. Este mecanismo, al que ha dado el nombre de ECRIN (Espacio concertado de realización innovadora), consistiría en “sustituir la tolerancia por una forma de ‘elasticidad reglamentaria’, en torno a una mesa de negociación, un observatorio compuesto por miembros de derecho —representante de la gobernación, alcaldes y personalidades de la sociedad civil— que concedería capacidades al margen del derecho general, para un proyecto dado y de manera provisional (renovables según resultados)122”. 3) La cultura, la sociabilidad, las ocasiones para los encuentros y la emulación pesan más que las tradiciones y las costumbres de la población autóctona y que las amenidades naturales, aunque estas últimas son útiles El atractivo del lugar (clima, densidad de población, facilidad de alojamiento, naturaleza agradable y accesible…), cuyo interés nos ha sido mostrado por Laurent Davezies, puede ser desarrollado a voluntad, pero supone algunos elementos previos. Stéphane Cordobes y Raphaëlle Ducret 123 plantean la cuestión de la existencia del territorio creativo como “ecosistema complejo y autopoiético” que “se caracterizaría por su capacidad para facilitar, generar, ser por y para la innovación”. Estos autores se interesan por las manifestaciones más visibles de la creatividad: las artes vivas o los lugares emblemáticos como el museo Guggenheim de Bilbao, obra maestra a la vez de Frank Gehry y del ordenamiento del territorio a través de la cultura. Si bien es cierto que los artistas, los arquitectos, los investigadores, los novelistas, los poetas, los actores y los diseñadores forman —junto con algunos otros creativos de alto nivel— el núcleo de la clase creativa (“the Super-Creative Core”, para emplear la expresión de Richard Florida), es evidente que no constituyen la totalidad de la clase creativa. Las innovaciones que nos interesan necesitan esa efervescencia cultural, marginales pintorescos y lugares “off”, sabor de una creación más moderada pero económica y culturalmente mucho más importante. Gracias a la celebridad de algunos 119 Florida, 2002. LGBT: Lesbian, Gay, Bisexual, Transsexual. 121 Estas tesis son criticables… y de hecho son criticadas, especialmente por quienes defienden una definición particularmente restrictiva de la creatividad, en las antípodas de la dada por Florida (cf. Vivant, 2009). 122 Barras, 2008, p. 163. 123 Cf. complemento P: Stéphane Cordobes y Raphaëlle Ducret, « Le “territoire créatif”: nouveau modèle ou utopie? », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 120 54 y a la difusión de sus actividades por los medios de comunicación, a menudo hay barrios enteros de las ciudades que viven al ritmo de la cultura y de la creación, donde “se instalan galerías, salas de espectáculos o de conciertos o donde, simplemente, se abren cafés124”, lugares que animan un territorio y lo hacen atractivo para estas poblaciones jóvenes, educadas y profesionalmente dinámicas, en las cuales se encuentran numerosos “manipuladores de símbolos”. También se encuentran allí, por supuesto, muchos trabajadores de cuello blanco cuya actividad cotidiana está bien alejada del hard-rock, del circo “contemporáneo” donde se hacen juegos malabares con motosierras, y de las “instalaciones” de las artes visuales de vanguardia, aunque las aprecian o les parecen divertidas. Esta combinación de talentos, de tolerancia con lo atípico y de poblaciones con capacidades creativas muy diversas es la que hace al territorio creativo. Stéphane Cordobes y Raphaëlle Ducret hacen referencia en su colaboración a un “territorio creativo” bien conocido, la ciudad de Pont-Aven a comienzos del siglo 20, con su grupo de pintores, famosos y menos famosos 125 . Era un lugar pintoresco (arquitectura, naturaleza, trajes…) que ofrecía mucha luz, un clima templado y, sobre todo, la posibilidad de vivir fácilmente sin ser rico, alojándose en casa de los lugareños o en el albergue Gloanec, donde la patrona servía platos abundantes y a buen precio. Pero si Pont-Aven entró en la historia fue gracias a haber sido escenario de múltiples encuentros entre creativos de todos los horizontes. A mediados del siglo 19 llegaron a instalarse allí algunos pintores americanos, quienes invitaron a sus amigos, y estos a su vez atrajeron a otros amigos. Cuando Gauguin se instaló en el albergue Gloanec, el grupo de pintores existía ya desde hacía medio siglo. 4) Para un territorio, el desafío es lograr transformar la creatividad en innovación creadora de valor agregado Para un territorio, el desafío es lograr que despierte la animación aportada por las vanguardias artísticas hipercreativas; éstas impulsan la innovación, la cual a su vez estimulará el desarrollo. La innovación territorial, en el siglo 21, “se basará no solamente, y en gran parte, en los universos simbólicos e imaginarios que identificarán a los productos y servicios, sino también en los modelos de negocios que propondrán los operadores de mediación (y de integración), de los cuales podrían hacer parte los territorios126». ¿Cómo puede entonces un territorio transformar su atractividad natural en actividades generadoras de valor, de empleo, de bienestar y de riqueza para sus habitantes? ¿Puede el territorio decidir “ser creativo”? Un territorio como Pont-Aven no es creativo por predestinación. Sólo puede reivindicar este título de manera legítima por haber dado albergue a artistas altamente creativos durante varios decenios. Es obvio que no hay en ese lugar (ni en ninguno otro) un “espíritu” propicio a la pintura. El fenómeno hubiera 124 125 Vivant, 2009. Cf. complément P: Stéphane Cordobes y Raphaëlle Ducret, « Le “territoire créatif”: nouveau modèle ou utopie? », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 126 Cf. complemento Q: Laurent Gille, « Les industries de réseau dans l’innovation territoriale », informe CAE n°92, Compétitivité et innovation dans les territoires. 55 podido producirse en Saint-Jean-de-Luz o en Sainte-Maxime… pero probablemente no en Vierzon o en Gandrange, en el caso del arte pictórico. Dicho lo cual, cabe preguntarse por lugares poco atractivos como Pittsburg, en Pennsylvania, ciudad que tiene uno de los climas más destemplados de los Estados Unidos (allí llueve uno de cada tres días, a lo largo de todo el año), pero donde está situado el Carnegie Institute of Technology, que cuenta en su haber no menos de diecisiete premios Nobel. Bajo el sol de California, le anteceden Berkeley y Stanford, con veinte y veintiséis premios Nobel, respectivamente, puntajes de segunda si se les compara con los de la pequeña ciudad de Cambridge, en un Massachusetts que no cuenta con las ventajas de California: cuarenta y tres laureados para Harvard y setenta y cinco para el MIT. Estas simples comparaciones ilustran el papel determinante de las múltiples ocasiones para el encuentro y el debate, y de la concentración de los saberes. La sola Universidad de Harvard ofrece más de setenta bibliotecas, puntos notables de un conjunto de doscientos centros de documentación que, como es obvio, funcionan en red. ¿Es Cambridge (MS) un “territorio creativo”? No parece haber ninguna duda en cuanto a que la respuesta es “sí”. Se puede, por convención, llamar creativo a un territorio donde hay muchos creativos… Es claro entonces el papel de los poderes públicos y de todas las instituciones que trabajan por el desarrollo del territorio: ¡atraerlos! “Hay unos pocos lugares que producen innovaciones. Tienen la capacidad de atraer talentos del mundo entero, de producir conocimiento, y generan la mayor parte de la innovación mundial127”. 5) Un territorio puede atraer talentos y hacer despertar otros si es generoso con los creativos, amable con los extranjeros y tolerante con los atípicos Para atraer y hacer despertar talentos creativos, hay que organizar la estimulación, la efervescencia cultural, por todos los medios: teatro, cine, literatura, artes gráficas, encuentros académicos y comerciales alrededor de eventos culturales regulares. También se debe poner a disposición recursos atractivos y numerosos: bibliotecas, librerías, museos, galerías, sitios de encuentro y de debate (cafés, salas de reunión, universidades abiertas…). La relativa pobreza y, sobre todo, la falta de accesibilidad de las bibliotecas universitarias y públicas francesas, con respecto a sus homólogas americanas, es una verdadera desventaja… que quizás algún día será superada gracias a Google y su biblioteca digitalizada mundial128. Para pasar de la creatividad a la innovación, es necesario facilitar la presencia de los llamados business angels, o inversores angelicales (privados o del sector terciario), y de administradores para relevar a los creativos y transformar las ideas originales en proyectos innovadores. ¡Google no habría tenido el éxito formidable que todos conocemos si Sergei Brin y Larry Page no hubieran, al principio, usado y abusado de los 127 Florida, 2008. Las largas filas de jóvenes que desean acceder a la BPI, en la acera de la rue du Renard, en el escenario sórdido de la parte trasera del Centre Pompidou, recuerdan imágenes de la posguerra inmediata. El presidente de la República, en sus palabras de bienvenida al año 2010, deseó para los docentes “bibliotecas universitarias modernas, abiertas los siete días de la semana, de las 8 de la mañana a las diez de la noche”. ¡Esperemos que se aplique en ello y que sea escuchado! 128 56 recursos informáticos de Stanford y, luego, aceptado trabajar con Eric Schmidt, quien sabía administrar una empresa! Se requiere también una atmósfera 129 de libertad y de tolerancia. Los creadores de Google supieron conservar este lado excéntrico sin el cual Schmidt el administrador hubiera podido desarrollar aplicaciones serias, pero sin esa pizca de genio loco que seduce a la población de los geeks, esos fanáticos de la informática que son consumidores y creativos a la vez. Por último, la concentración de creativos potenciales está al alcance de muchos territorios, con la condición de que promuevan y faciliten la llegada y la acogida de numerosos universitarios y estudiantes extranjeros (30% de los fundadores de empresas (start-ups) del Silicon Valley son extranjeros, en su mayoría de India u otros países asiáticos). 6) Un territorio creativo es un territorio abierto, que absorbe las influencias, las técnicas y las culturas que llegan a él del mundo entero En su colaboración, Marc Giget nos recuerda que “en el Renacimiento, Europa emerge como líder mundial gracias a su capacidad de innovación mediante síntesis creativa humanista, pero las tecnologías que convergen en las innovaciones del Renacimiento provienen de China, de India, de los países árabes y del Imperio bizantino (que las transfirió al Norte de Italia antes de derrumbarse)”. Todas nuestras fábricas de automóviles funcionan hoy en día con técnicas de producción y métodos de administración copiados o derivados directamente del TPS (Toyota Production System). Y el TPS no habría existido si los japoneses no hubieran escuchado hasta el punto de venerarlo al americano Edward Deming, condecorado por el emperador Hiro Hito con la Orden del Tesoro Sagrado en 1960 por haberle aportado al Japón la administración por calidad global (TQM por sus siglas en inglés)130. Si hemos de creerle a Bill Gates, la robótica es a los años 2000 lo que fue la informática a los años 1970131. Nuestros robots domésticos de mañana se inspirarán en los de Corea del Sur, el país más avanzado en robótica civil. En robótica militar, tendremos que inspirarnos en los Estados Unidos, donde el avance en ese terreno es muy importante. En este campo no se trata únicamente de la potencia de los microprocesadores, palpadores y rayos láser, del reconocimiento visual, de la movilidad y del aprendizaje con máquinas, del GPS y las cámaras de video… La robótica también plantea problemas culturales y éticos importantes. Si bloqueamos los progresos de las nanociencias y de las nanotecnologías, así como nos negamos a estudiar los OGM132, ¿cómo realizar los nanosensores “inteligentes” de un mañana más lejano, que tendrían que superar a los 129 130 Cf. supra, nota sobre la noción de atmósfera en Alfred Marshall (1906). Digamos de paso que Deming, en esa época, era perfectamente ignorado por los industriales americanos, quienes sólo creían con fe ciega en las economías de escala y en la organización científica del trabajo de Taylor. Además, vale la pena recordar que Joseph Juran, el otro gran maestro americano de la calidad, también fue condecorado por el Emperador en 1981 (Mousli, 2010). 131 Scientific American Reports, 6 de mayo de 2008. 132 Es comprensible que algunas tecnologías sean rechazadas, pero es aberrante que se prohíba su estudio mediante la experimentación… única manera de conocer sus ventajas y sus inconvenientes a largo plazo. 57 mejores sensores de mañana y contribuir al progreso de la robótica, una de las claves del crecimiento en el siglo 21? Nuestra apertura hacia las técnicas e influencias llegadas de otras partes es un factor que influirá mucho en el lugar que ocupemos durante las próximas décadas en el mundo del conocimiento y de la innovación. Innovar, es tomar riesgos. Los territorios que encabecen la carrera serán los más abiertos, los más audaces, los menos inhibidos, los que sepan poner en práctica las tres “T” de Florida: talentos, tecnologías, tolerancia. 58