Sebastián Kindelan y O`Regan

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Sebastián Kindelan y O`Regan
Sebastián Kindelan y O’Regan
12/09/2013
Manuel Kindelan Segura
Sebastián nace en Ceuta, el 29 de diciembre de 1757, hijo de Vicente Kindelan y
María Francisca O’Regan. Es bautizado al día siguiente por D. Jacobo Phelan,
capellán del Regimiento de Irlanda, en la Iglesia auxiliar de Santa María de los
Remedios, extramuros de la ciudad de Ceuta, quien le pone los nombres de
Sevastian, Joseph, María, Francisco Ramón Thomas. El nombre lo hereda de su
padrino y tío Don Sevastian Fernandez de Elizes (casado con Rosa Mac-Suini, que es
hija del segundo matrimonio de Rosa MacManus, madre de María Francisca
O’Regan), Caballero de Santiago, Consejero de Hacienda y que fue secretario del
Serenísimo Señor Infante Don Luis. Hizo de madrina su hermana Doña María
Josepha. En nombre de Don Sevastian Fernandez de Elizes lo tuvo en sus brazos Don
Joseph O’Regan, teniente del Regimiento de Irlanda, y probablemente tío o primo por
parte de su madre (1).
La familia se encuentra en Ceuta desde junio de 1757, fecha en la que el Regimiento
de Infantería de Irlanda, en el que su padre Vicente es comandante del Segundo
Batallón, se instala en dicha Plaza por estar atacada por los infieles. Aquí viven hasta
Noviembre de 1759 en que regresan a la península cuando Sebastián tiene 2 años.
Sebastián es el menor de 5 hermanos; 3 niñas, Barbara, María de la Concepción y
María Josefa, y su hermano Juan, 2 años mayor y al que estuvo muy ligado durante su
juventud.
En julio de 1760 su padre asciende a Teniente Coronel del Regimiento de Irlanda y
comienza una época de la que tengo pocos datos. Probablemente, continuarán con
esa vida de continuos cambios de residencia para atender a las necesidades del
ejército. Así, sé que estuvieron en Pamplona y en 1766 pasan a San Sebastián, donde
permanecen 11 meses ya que su Regimiento había sido reclamado por el Capitán
General de Guipúzcoa, Conde de Flegnies, para contener a la plebe que comete
excesos contra la justicia, la nobleza y el clero.
El 18 de noviembre de 1768, un mes antes de cumplir 11 años, Sebastián ingresa en
el ejército como cadete del Regimiento de Infantería de Irlanda, siendo su padre
Coronel del mismo, e inicia una rapidísima carrera militar a pesar de no tener
oportunidad en estos primeros años de participar en acción de guerra alguna.
Asciende a Subteniente el 13 de marzo de 1770 (con 12 años) y a Teniente el 25 de
septiembre de 1771 (con 13 años). Es muy probable que en estas fechas tuviera su
primer contacto con América ya que el Regimiento de Irlanda pasa a La Habana, y aún
cuando no participaran en ninguna batalla debió ser una experiencia muy dura pues
perecieron del intemperio del Pais 18 oficiales del mismo Cuerpo, y todos los demas
estubieron gravemente enfermos (3). El 2 de agosto de 1771, muere su hermana
María de la Concepción y es enterrada en la Catedral de La Habana (2). María de la
Concepción acababa de casarse con el Conde de Bearhaven, D. Felipe O’Sullivan, y
esta muerte debió representar un duro golpe para la familia. También su hermana
María Josefa, su madrina, debió morir muy joven, cuando Sebastián era todavía un
niño.
Su hermana mayor, Barbara O’Kindelan, se casa con D. Fernando Cagigal, capitán de
caballería del regimiento de España e hijo primogénito de D. Felipe Cagigal, III
Marqués de Casa-Cagigal y Capitán General de Extremadura, y de Doña María
Teresa Macsuini. Existía una estrecha relación entre los Kindelan y los Macsuini
(probablemente MacSwiney), ya que Juan Macsuini es el segundo esposo de Rosa
MacManus, y por tanto es abuelo de Sebastián por parte de su madre. Así, en 1755
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Juan Macsuini, capitán de granaderos del regimiento de Irlanda es padrino del bautizo
de Juan, hermano de Sebastián, siendo su madrina Manuela Macsuverin.
En 1772 se encuentra en Cádiz con su Regimiento, quizás tras desembarcar de su
regreso de Cuba, y en Diciembre de 1776 en La Coruña. En las hojas de servicio de
estos sus primeros años de carrera militar aparece con calidad; cavallero, salud;
buena, valor; a conocer, aplicación; buena (1772), mucha (1774), mucha (1776), poca
(1777), capacidad; buena (1772), mucha (1774), buena (1776), buena (1777),
conducta; buena (1772), muy buena (1774), buena (1776), pueril por perder su dinero
y tiempo en juego y recreaciones inútiles (1777). Podría pensarse que se trata de
distintas personas pero es el mismo oficial con edades desde 15 a 20 años, pero lo
que ha cambiado es el Coronel que hace el informe, ya que hasta 1776 era su padre,
mientras que en 1777 es el Coronel Joseph O’Donell (4-7).
El 26-6-1782 asciende a Teniente de Granaderos y tres días después se incorpora al
sitio de Gibraltar (8) que había comenzado en 1779. Esta es su primera experiencia
bélica y durante la misma asciende a Capitán Graduado el 31-12-1782 (48),
permaneciendo allí hasta el 1-4-1783, poco antes de la conclusión del sitio.
Sus amigos de juventud eran otros oficiales del Regimiento de Irlanda casi todos ellos
mayores que él. Entre estos se encontraban su hermano Juan y su primo Patricio,
Tadeo O’Sullivan, Ricardo Bourke, Juan O’Reilly, Bernardo MacKenna, Joseph
Cromerford, Thomas Nugent, Miguel O’Dea, Carlos O’Donell, Miguel O’Reilly, Patricio
Crean, Juan O’Sullivan, Juan Creagh, Felipe Ward, Juan Francisco Cromerford, Juan
Butler y muchos otros.
En 1783 su hermano Juan se casa en Tuy con María Josefa Meneses y Losada, hija
del Coronel José Meneses Mariño (quien más tarde sería Brigadier) que era el jefe de
una de las casas más ilustres de Tuy.
El 11-2-1786 (el 18-3-1786 según (46) y (48)) asciende a Capitán de Compañía al
tiempo en que su padre, que sigue como Gobernador de Zamora, cae enfermo a los
76 años.
El 26-4-1786 sus padres hacen testamento en Zamora (1) y declaran como legítimos
herederos a sus hijos Juan y Sevastian, por entonces capitanes del Regimiento de
Infantería de Irlanda, y a su hija Barbara, mujer del Teniente Coronel Don Fernando
Cagigal, Capitán del Regimiento de Caballería de la Reina. A finales de 1786 muere
en Zamora Vicente Kindelan.
Sebastián acude a Zamora para acompañar a su madre y en seguida se da cuenta de
la complicada situación económica en la que se encuentra y de que su sueldo de
Capitán no le permite ayudarla como querría. Decide, por tanto, mejorar su situación y
comienza una intensa actividad que le conduciría en pocos años a los más altos
grados dentro de su carrera militar.
Como primeros objetivos se propone su entrada en alguna Orden Militar y lograr el
puesto de Capitán en el nuevo regimiento fixo de Mexico, pues los sueldos en América
eran mucho mayores que en la Península y las posibilidades de ascenso también
mayores.
Caballero de Santiago
El 31-3-1787 Sebastián escribe al Rey (9) y le expone que desea condecorarse con
una de las distinguidas y Militares Ordenes, por lo que rendidamente suplica a V.M. se
digne concederle la Gracia de poderse cruzar en una de estas ordenes sin exceptuar
la de Santiago … El mismo día, y casi con las mismas palabras su hermano Juan hace
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la misma solicitud desde Madrid (10). Ambas cartas se acompañan de una nota de
Juan MacKenna, por entonces Coronel del Regimiento de Infantería de Irlanda que se
encontraba en Ciudad Rodrigo, corroborando los años de servicio de cada uno (19
Sebastián y 22 Juan), y de otra nota del Inspector Ventura Caro apoyando cada
petición. El Marques de la Inojosa les concede la Merced de Havito de Santiago el 105-1787 desde Aranjuez (11). Es curioso que en la misma carta (11) se le concede
Havito de Santiago a Luis Godoy y Albarez, Guardia de Corps de la Compañía
Española, y probablemente hermano de Manuel Godoy, Príncipe de la Paz. Concedida
la Merced de Havito ambos hermanos solicitan que sus pruebas se realicen por Patria
común (12-13). La carta de Sebastián indica: … que por ser sus padres y
ascendientes del Reyno de Irlanda, donde la larga distancia , y el trastorno ocurrido en
las familias catholicas por las Guerras de Religion, haria de suma dificultad y costo las
diligencias para las Pruevas; Quedaria Imposibilitado de disfrutar la Gracia que V.M. le
tiene concedido; por lo que:
Rendidamente Suplica a V.M. se digne añadirle, la de poder hacer sus pruevas por
Patria comun, conforme siempre se ha concedido a los de la nacion Irlandesa que han
tenido el honor de Servir a V.M. … Ambas cartas son idénticas y escritas con la misma
letra, la de Juan, que falsifica la firma de su hermano (lo hace bastante mal)
probablemente para ganar tiempo. De nuevo ambas peticiones son apoyadas por
Ventura Caro. Con fecha 31-8-1787 el Marques de la Hinojosa accede a esta petición
(14).
Firma verdadera, 1787
Firma falsa 1787
Para el segundo objetivo, Sebastián escribe una serie de cartas durante septiembre y
octubre de 1787 solicitando el puesto de Capitán del Regimiento Fijo de Mexico (1518). En éstas expone los méritos de su padre y de otros miembros de su familia. Así,
en (15) dice que su padre falleció al final del año anterior al servicio de V.M. Expone
los méritos de cuatro tíos hermanos de su padre, uno muerto en la función de Oran,
otro en la Batalla de Campo Santo siendo Capitán y otro en la de la Madona del Olmo
siendo Teniente Coronel y Ayudante General en el Ejército de S.A.R. el Sor Infante Dn
Felipe y 2 tíos carnales de estos que murieron el uno graduado de Coronel de
Dragones y el otro de Capitán de Granaderos e hicieron toda la guerra de treinta y
quatro. En (17) se lamenta de la situación en que se encuentra su madre; …
añadiendo a tan irreparable perdida el dolor de ver a su Madre atenida a la triste
necesidad de vivir de su corta viudedad sin advitrio de socorrer a sus hijos, ni estos
poder ayudarla, sin embargo de que podian todos haverse prometido mejor suerte de
los dilatados servicios … Su última carta (18) se acompaña de nuevo por una nota de
Juan MacKenna, diciendo que todo lo que dice es verdad y que le considera acreedor
de la Gracia que solicita y de otra nota de Ventura Caro apoyando la petición en la que
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dice que su padre Vicente sirvió a V.M. 64 años y 9 meses. Finalmente, el 20-11-1787
se le concede el puesto de Capitán de Granaderos del Regimiento Fijo de Mexico (1920).
Por tanto, al final de 1787 Sebastián a los 30 años, ha logrado el Habito de Santiago y
el cargo de Capitán en el Regimiento Fijo de Mexico. Se traslada a Madrid y el 24-41788 solicita 4 meses de Licencia por ser necesaria su estancia en la Corte durante el
tiempo en que se realizan las Pruebas de Nobleza para su ingreso en la Orden de
Santiago (21). Se le concede el 3 de mayo (22). También escribe otra carta, fechada el
9-3-1788, en que expone no haber percibido sus sueldos desde diciembre y ser estos
de gran necesidad para el pronto despacho de los asuntos propios que le tienen
detenido en Madrid (23).
En 1789 Sebastián se incorpora a su Regimiento mientras que su hermano Juan
permanece en Madrid encargándose de las gestiones relacionadas con las Pruebas de
Nobleza para la Orden de Santiago. Las pruebas comienzan en Madrid el 23-4-1789 y
para ello tiene que depositar 200 ducados de plata nueva. Actúan como informantes D.
Antonio Cornel, Teniente Coronel del Regimiento de Infantería de Vitoria y Frey D.
Francisco Rodríguez Campomanes, Administrador del Convento de Comendadoras de
Santiago de la Corte de Madrid, Caballero y Religioso profesos de la Orden de
Santiago. Como testigos toman declaración a Thadeo O’Sullivan, Conde de Biarhaven,
caballero de la Orden de Calatrava y Capitán del Regimiento de Infantería de Irlanda,
Patricio Magines, Doctor Teólogo de la Universidad de Alcalá y que fue Rector del
Colegio de Irlandeses de dicha Universidad, D. Diego O’Conor, D. Juan Savage,
Capitán agregado a Madrid, D. Pedro Synot, Presbitero y Rector del Colegio de
Irlandeses de Salamanca, y D. Diego O’Reilly, Barón de Clonkee, Caballero de
Alcantara y Coronel del Regimiento de Irlanda. El 20-5-1789 los informantes concluyen
sus pruebas y envían el informe favorable al Real Consejo de las Ordenes que
aprueban el expediente en Consejo del 22-6-1789. Firman la resolución el Duque de
Hijar, el Conde de Torre Cuellar, el Conde del Carpio, D. José Antonio de Burgos y D.
Luis Melgarejo.
Regimiento Fijo de México
El 1-7-1792 asciende a Teniente Coronel y el 29-7-1793 asciende a Sargento Mayor
del Regimiento Fijo de Mexico (el nombramiento es de 17-3-1794) tras 24 años 7
meses y 7 días de servicio (25-27) y poco después es enviado a La Habana (48). Sus
actividades durante estos años las cuenta el propio Sebastián en una carta fechada el
18-5-1798 desde La Habana, en la que solicita el Gobierno de la plaza de Cuba
vacante por la muerte de Juan Nepomuceno de Quesada el 14-4-1798 (28): … pasó a
serlo de Granaderos del de Mexico al tiempo de su formacion, en la que estubo
empleado en la instrucción de la tropa por lo que el Sub-Inspector general D. Pedro de
Mendicueta, y el Virrey D. Manuel de Flores lo consultaron a V.M. para el empleo de
Sargento mayor. Que a la declaracion de la ultima guerra con Francia vino con su
regimiento a la Isla de Cuba, de donde fue mandando tres Compañias al socorro de la
Florida Oriental y Plaza de San Agustin; y que despues de haverse retirado de ella,
volviendo a estar esta Plaza amenazada, el Capitan general de la mencionada Isla D.
Luis de las Casas lo embio a los Estados unidos de America con la comision de
representar y pedir al de la Georgia la competente satisfaccion de los insultos y
vejaciones que sus Abitantes continuamente cometian en el territorio Español, la que
obtubo completamente de su Gobernador, y del Congreso general de estos Estados,
cortando de raiz el origen de los disturbios de la raija: cuia conducta merecio la
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aprobacion de otro Capitan general que recomendó por conducto del Ministro de
Estado a V.M.
El contacto con la Florida que se relata en el párrafo anterior tuvo lugar en marzo de
1794 (34), y el objetivo del mismo fue ayudar al Gobernador Juan Nepomuceno de
Quesada que entre 1790 y 1795 fue Gobernador de la Florida Oriental, y temía un
ataque inminente por parte de tropas francesas reclutadas por Genet (los genetistas,
entre los que se encontraban varios que habían perdido fortunas en Florida y querían
recuperarlas) junto a colonos de Georgia y barcos franceses. La última muestra de
este inminente peligro fue la captura de 3 barcos españoles realizada por el corsario
francés Sans Pereille. El Teniente Coronel Kindelan acudió en socorro de la Florida al
mando de tres compañías, y le acompañaron el Capitán Blas Dubuchet y Pedro
Fabrequez, Capitán del Regimiento de Mexico y que sería Sargento Mayor de la
Plaza. En marzo también llegaron a Newton tropas americanas al mando del Coronel
Henry Gaithier enviadas por el Presidente Washington para impedir que se violara el
acuerdo de amistad entre España y los Estados Unidos. Mientras tanto unos 70
genetistas al mando del Capitán Samuel West habían llegado a Temple, en el río
Santa María (St. Marys) a unas 30 millas de su desembocadura. Además, los
españoles se habían tenido que retirar de lsla Amelia para concentrar sus fuerzas en
los ríos Santa María y San Juan (St. Johns), y los franceses aprovecharon la
oportunidad para ocuparla. El Gobernador de Georgia, George Mathews, daba buenas
palabras a Quesada pero no hacía nada para impedir estas acciones hostiles a
España en su territorio. Los reclutamientos en Georgia y Carolina del Sur continuaban,
y Gaither interceptó una carta que contenía una lista con 3200 nombres que se
habían unido al proyecto de invasión de Florida. A finales de marzo llegaron rumores
de que en Newport y entre Savannah y Charleston había 2.000 hombres preparados y
a la espera de empezar la invasión. Además, Elijah Clarke con un grupo de hombres
armados se dirigían desde el oeste hacia el río Santa María. A finales de abril, el
Gobernador Mathews se dio cuenta que la situación era explosiva y que una guerra de
frontera en su territorio en la que tomarían parte Estados Unidos, los indios, los
españoles y los ingleses era inminente. Por ello envió un plan al Secretario de Guerra
Knox para construir fuertes en la frontera de Georgia. En Mayo, Knox le informó que
Elijah Clarke había organizado un cuerpo militar y se preparaba para invadir los
dominios españoles, por lo que le ordenaba tomar las medidas más enérgicas para
impedirlo. Mathews declaró ilegal ayudar a Elijah Clarke. Por otra parte el desánimo
cundía entre las tropas concentradas en Temple al comprobar que no llegaban los
suministros esperados. Además, el embajador francés ordenó a Genet que desistiese
de sus intentos y los rumores de una inminente ruptura entre Inglaterra y Estados
Unidos desaparecieron. Todo ello hace que en agosto de 1794 desaparezca
momentáneamente el peligro de invasión de la Florida Oriental. Sebastián Kindelan
abandonó La Florida y regresó a La Habana en mayo de 1795 (48).
En 1795 era Coronel del Regimiento de Infantería fixo de Mexico D. Francisco Xavier
de Villalva, que ascendió a Brigadier el 4-9-1795. La plana mayor del Regimiento
estaba compuesta por el citado Coronel, el Sargento Mayor con grado de Teniente
Coronel, D. Sebastián Kindelan, (que ascendió a Coronel Graduado el 4-9-95 por
varios arriesgados servicios que prestó en la Florida (48)), el Teniente Coronel
agregado, D. Reymundo Andres, el Capitán con grado de coronel D. Carlos Urrutia y
los Capitanes Gregorio la Rossa, Vicente de Mora y 2 vacantes. En su hoja de
servicios de Diciembre 1795 aparecen entre otros los siguientes datos (46): edad; 36
años, su país; Irlanda, calidad; caballero, salud; buena. Se halló en el Sitio y Campo
de Gibraltar desde 29-6-1782 hasta 1-4-1783. De Real Orden fue a la Havana con el
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Regimiento en 1793 para aumento de su guarnición y salió para la Florida con el
mando de 3 compañías hasta el 18-5-1795 en que se restituyó a la Havana y en el
mismo año por el mes de septiembre de orden del Capitan General salió de
comisiones de servicio. Tiene talento e instrucción y desempeña con acierto su empleo
de sargento mayor. Valor; conocido, aplicación; suficiente, capacidad; mui regular,
conducta; buena, estado; soltero.
Sin embargo, los disturbios en la frontera vuelven a aparecer en la primavera de 1795.
Esta vez la chispa que dispara la inestabilidad la encienden Richard Lang, John
MacIntosh, William Jones, John Peter Wagnon y William Plowden. Estos propietarios
de tierras en Florida Oriental que habían emigrado desde Georgia y Carolina del Sur,
fueron detenidos en Noviembre de 1794, acusados de traición y trasladados al Castillo
del Moro en la Habana para ser juzgados. El juez no encontró evidencias suficientes
para su condena por lo que los puso en libertad en enero de 1795. Pronto empezaron
su labor de agitación en las localidades próximas a la frontera con Georgia y a
reclamar al Gobernador Quesada que les compensara por su detención ilícita. En junio
Richard Lang cruzó el río Santa María con 20 hombres a los que se unieron varios
españoles entre ellos 15 soldados que habían estado de guarnición en el fuerte Juana
durante 9 meses. El 27 de junio este grupo formado por 72 hombres llegó a dicho
fuerte y capturaron al alférez al mando del fuerte y a otros 12 soldados. Su siguiente
objetivo era el fuerte de San Nicolás en el río San Juan. Simultáneamente la isla
Amelia fue atacada y en ella se izó la bandera francesa, y de nuevo Elijah Clarke con
300 hombres prometía presentarse en pocos días en el río San Juan.
Los españoles empezaron a tomar medidas para organizar su defensa: se enviaron las
3 milicias urbanas al río San Juan, se alistaron todos los negros libres, y se agruparon
a los indios y se envió una tropa regular de 40 hombres a dicho río. Se reforzaron los
puestos en las orillas del San Juan con hombres de San Agustín, se ordenó a todos
los que habitaban a lo largo del río que tomaran las armas para su propia defensa, y
se solicitó ayuda a barcos ingleses. Quesada describió la situación como angustiosa:
bloqueados por el mar, atacados por tierra por numerosos enemigos, … con una
pequeña guarnición, sin dinero para pagar los gastos de agosto, ni la paga de los
soldados, ni para satisfacer los requerimientos de los indios que podían actuar como
auxiliares, … y rodeados por colonos desencantados con el gobierno de la monarquía.
La noche del 9 de julio, los hombres de Lang cruzaron el río tras detener a los
hombres de uno de los puestos de vigilancia. Aquí se les unieron John MacIntosh,
William Jones, John Peter Wagnon, William Plowden y otros súbditos españoles hasta
un total de 100 hombres armados y que disponían de material que había sido
proporcionado por el cónsul francés. Tomaron el fuerte San Nicolas sin dificultad pues
enviaron a un grupo que hablaba bien español y les hicieron creer que se trataba de
refuerzos. El Teniente López y el resto de la guarnición (entre ellos 22 soldados
regulares) fueron detenidos y enviados a isla Amelia donde les hicieron firmar un papel
en que sin saberlo decían haberse unido a los rebeldes. Además, los rebeldes hicieron
correr el falso rumor que habían tomado la batería de Santa Isabel, los puestos de San
Vicente Ferrer y Dos Hermanas y que controlaban todo el río San Juan. En San
Agustín temían un ataque inminente por lo que pusieron en marcha un plan de
defensa: las tropas se desplegarían en una línea que se extendería desde el Castillo
de San Marcos, la caballería controlaría las calles de la ciudad, se enlistaría a todo
aquel capaz de empuñar un arma, las mujeres se embarcarían en barcos privados y
permanecerían anclados bajo la protección del Castillo. Si esto fallaba se reunirían en
el fuerte. La mayor preocupación de Quesada era el número de españoles que
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participaban en la rebelión o que cooperaban con ella: … no el enemigo declarado
sino el enemigo doméstico y escondido. Sospechaba de casi todos, incluso de algunos
que había considerado leales amigos.
El 12 de julio, fuerzas españolas reforzadas por el barco inglés Corsair llegaron a San
Nicolas y los rebeldes no ofrecieron ninguna resistencia sino que huyeron y
abandonaron suministros y armas. También abandonaron (probablemente a propósito)
la lista de las personas que teóricamente se habían unido a la rebelión, y que
curiosamente no incluía aquellos que se sabía eran líderes de la rebelión. Poco
después se recuperó la isla Amelia y el General Clarke, que había penetrado en
Florida tuvo que huir precipitadamente.
En septiembre de 1795 el General Las Casas confía a Sebastián Kindelan la comisión
de representar y exigir del de Georgia un desagravio de los insultos y vejaciones que
continuamente cometían sus habitantes contra los súbditos españoles de la Florida
(48). Tal como relataba Sebastián Kindelan en su carta, la misión fue un éxito y
desaparecieron, al menos momentáneamente, los disturbios. Pezuela, al comentar
este hecho nos dice que la razón por la que Las Casas había escogido a Sebastián
Kindelan era tanto por ser el inglés su lengua propia tanto por su carácter comedido y
reservado (48). Resulta curioso que fuera el inglés su lengua cuando Sebastián había
nacido en España y vivido siempre en ella. Quizás fuera que en los regimientos
irlandeses en España se hablara el inglés, aunque naturalmente todos los documentos
que he encontrado están siempre escritos en español.
En Noviembre la situación volvió a la normalidad: la mayor parte de las tropas de
Clarke habían desertado y hasta Richard Lang estaba dispuesto a abandonar la lucha.
Comenzó un periodo de represalias contra todos aquellos sospechosos de haber
participado en la rebelión. Se confiscaron los bienes y tierras de los prisioneros y de
aquellos que habían huido a Georgia, y se organizaron subastas para vender todo el
material encautado; terrenos, edificios, muebles, animales, platos y cubiertos, libros,
ropa, armas, patatas, maíz, esclavos, … Se juzgó a 68 personas, entre ellas 35 que
habían logrado huir a Georgia. El juicio comenzó en enero de 1796 y duró 2 años.
Richard Lang y 30 de sus seguidores fueron condenados a la horca aunque el castigo
no pudo ejecutarse por encontrarse en Georgia. Otros 5 prisioneros fueron
condenados a la horca y ejecutados. 15 fueron condenados a 10 años de trabajos
forzados y 9 fueron puestos en libertad bajo la condición de que abandonaran San
Agustín en un plazo de 15 días. El 15 de enero de 1796 Juan Nepomuceno de
Quesada fue destinado al puesto de Gobernador de Cuba y le sustituye en la Florida
Oriental Enrique White. Dos años más tarde, el 14-4-1798 fallece el Gobernador Juan
Nepomuceno de Quesada.
Gobernador de Santiago de Cuba
A su muerte, ocupa interinamente el puesto de Gobernador de la plaza de Cuba
(Santiago) el Teniente de Rey, Brigadier D. Isidro José de Limonta. Hay varios
candidatos al puesto, pero finalmente, el 19-7-1798 (29) se concede al Coronel
Sebastián Kindelan, que tenía 39 años, el Govierno politico y militar de la Plaza de
Cuba. El nombramiento oficial lo hace el Rey Carlos con fecha 25-7-1798 (30) y se le
asigna un sueldo de quatro mil pesos al año. La toma de posesión se retrasa hasta el
31-3-1799, y ese mismo día Sebastián envía una carta al Ministro de Guerra dándole
cuenta de dicha toma de posesión (31).
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1798
1799
El Gobierno de Sebastián en Santiago de Cuba cubre el periodo 28-3-1798 (según
datos de la Dirección General del Tesoro desde 25-7-1798, según Pezuela (53) desde
28-3-1799) hasta 19-7-1810 (32),y durante el mismo sucedieron muchos episodios
importantes a los que tuvo que encontrar solución. Disponemos de una fuente
interesantísima para conocer este periodo de la vida de Sebastián; el libro Historia de
Santiago de Cuba, editado en 1911 en la Habana y basado en los documentos
originales escritos en 1823 por Jose María Callejas (33). El capítulo 3 de este libro
está dedicado al Gobierno de Kindelan y lo cuenta una persona que ha conocido los
hechos de primera mano. En lo que sigue incluyo varios de los episodios que relata
Callejas y con frecuencia los transcribo literalmente en letra cursiva. Aunque como
historiador deja mucho que desear, pues apenas incluye fechas para ubicar su relato,
y tiene un estilo complicado que muchas veces hace difícil de entender lo que quiere
decir, su lenguaje me parece muy curioso y sobre todo me parece interesante la
cantidad de detalles que nos da sobre las costumbres y la vida diaria en esos años en
Santiago.
Callejas dice que … varios observadores juzgaron de él que se hallaba enriquecido de
dotes apreciables y que su alma era noble y generosa, cuyo concepto no se halló
jamas desmentido. Sebastián trabajó en la mejora de las fortificaciones de Santiago:
se construyó el reducto sobre Cabañas a quien se le puso el nombre de Someruelos, y
se construyó una batería provisional en el punto del Sardinero una milla a barlovento
del Castillo de Aguadores para impedir por allí un desembarco con 2 cañones de 24 y
2 de 8. Formó una compañía fija de Cazadores para protección de las costas de
barlovento que resultó muy útil por imponer respeto a los ingleses que hacían
frecuentes incursiones en los puertos de dichas costas. Dicha compañía se creó el 318-1803 y se componía de un capitán, un teniente, un subteniente, un sargento, 3
segundos, 4 cabos primeros, 8 segundos y 60 soldados y se distribuían en 6 puntos;
Juraguasito, Jatibonico, Guantánamo, Yateras, Yacabo y la Caleta.
Al poco tiempo de ser Gobernador Sebastián planea contraer matrimonio con Ana
Manuela Mozo de la Torre y Garvey, nacida en Santiago, de 20 años de edad, e hija
de D. Antonio Mozo de la Torre, natural de Grijota, Coronel del Batallón de Milicias
Blancas Disciplinadas de Bayamo, rico hacendado que había sido Alcalde de Santiago
en 1776 y que sería Gobernador Militar Interino de Santiago en 1814. Antonio Mozo de
la Torre disponía de una considerable fortuna, y ya en 1789 contaba con 4 Haciendas
unidas; Marcos Sanchez, Lima, Cuzco y Arrois Blanco. La primera distaba 20 leguas
de Santiago, 1 del Pueblo del Tiguabo, 10 del Embarcadero de Matabajo en el río de
Guantanamo, las 3 primeras tienen posesión de corral y la última de Hato, la extensión
total es de mucho más de 8 leguas en quadro, de un terreno fertilísimo, sano, y proprio
para cañas de Azucar, Café, Algodón, tabaco, y otros frutos del País. Para poder
desarrollarlas adecuadamente solicita, con el apoyo del Gobernador Juan Bautista
Vaillant, permiso para introducir 500 negros con las herramientas y utensilios
necesarios desde alguna de las Islas extranjeras (45).
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Sin embargo, había una ley que prohibía a los Gobernadores casarse con naturales de
la plaza donde ejercían su mandato, por lo que tuvo que solicitar un permiso especial
que finalmente le es concedido. A pesar del permiso, Sebastián, consciente de los
inconvenientes que podría acarrearle su matrimonio, intenta conseguir un nuevo
destino. En el Apéndice A, reproduzco un fragmento de una carta que envía el 31 de
agosto de 1801, pocos meses antes de su matrimonio, en la que pide se le destine
como Gobernador de Cartagena de Indias o de Panamá y hace un repaso a los
Servicios que había prestado hasta ese momento (54).
La boda se celebra el 11-12-1801 en la Catedral de Santiago cuando Sebastián está a
punto de cumplir 44 años y Ana Manuela 21. Hacen de padrinos los padres de la
novia, Antonio Mozo de la Torre y María Ana Garvey (descendiente también de
irlandeses). Como testigos comparecen los Teniente Coroneles Joaquín Colas y
Francisco Sanchez Griñan (cuyo hijo Jose Mariano se casaría con Isabel Mozo, única
hermana de Ana Manuela, y serían padres de Magdalena Sanchez Griñan, que se
casaría con Juan, uno de los hijos del matrimonio del que descendemos todos los
Kindelan residentes actualmente en España), Caballero Regidor, D. Francisco Javier
Sanchez y capitanes D. Manuel de Miedes y D. Nicolas de Limonta (Alcalde de
Santiago en 1802). La boda se celebró en casa de la Pretendida (37).
Catedral de Santiago de Cuba
Ana Manuela aporta al matrimonio una dote de 3000 pesos entre alhajas, criados y
dinero, y 9500 pesos por herencia paterna (incluyendo las Haciendas Marcos Sanchez
y La Lima). Sebastián aportaba 2000 pesos. El acuerdo matrimonial preveía la división
de los bienes gananciales.
Pronto vienen los hijos: Barbara (23-10-1802), Mariana (4-4-1804), Vicente (16-71805), Juan (8-8-1806), Fernando (9-8-1808), María de los Dolores y Sebastián que
murió de niño. En 1803, su hermano Juan, que por entonces era Mariscal de Campo y
viudo de su primera mujer María Josefa Meneses, se casa en segundas nupcias con
su sobrina Felipa Cagigal y Kindelan, hija de Fernando Cagigal, Marqués de Casa
Cagigal, y de su hermana Barbara Kindelan.
Durante estos años de guerra entre España e Inglaterra, Santiago de Cuba se
convirtió en una seria amenaza para el comercio británico, pues desde ella actuaban
hasta 42 corsarios que contaban con el estímulo y auxilio de su Gobernador. Los
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corsarios apresaron muchos barcos ingleses y también varios barcos americanos y
marineros americanos encontrados a bordo de barcos ingleses que eran tratados
como prisioneros. Esto provoca la queja del Gobierno americano a través de su
secretario de estado James Madison, quien aduce que dichos americanos estaban en
los barcos ingleses como prisioneros de guerra y por tanto no se les debía tratar como
prisioneros pues obraron así forzados y no por propia voluntad (64). También hay
copia de una carta de Josiah Blakely, consul de EEUU en Santiago, del 10-6-1801 en
que dice que ya había informado de un decreto de la Corte de España en que
declaraba que todo buque neutral que se hallase en posesión de los de Guerra, o de
Corsarios de una nación con la que estuviera España en guerra serían reputados
buenas presas. Añade el embajador unas líneas en las que describe su buena relación
con el Gobernador Sebastián Kindelan; Quando llegué a esta hallé a algunos
Marineros Americanos en la carcel que se habían cogido a bordo de buques ingleses;
con muchísima dificultad conseguí liberarlos. El Señor Gobernador me dijo que trataría
a estos prisioneros como ingleses; pero hasta poco tiempo a esta parte he podido
siempre lograr su libertad. El Gobernador quien me trata con muchísima atencion y
politica me dijo que me ha entregado estos Marineros como un favor y no como
derecho. Hace 3 semanas hallé muchos americanos en esta situación … Pedí como
de costumbre su libertad pero me fue negado… El Gobernador dice que en adelante
tratará a todos los marineros americanos tomados a bordo de Buques Ingleses como
prisioneros…
Sin embargo, esta postura de firmeza no es respaldada por el Secretario de Estado
español, pues en su respuesta a Madison del 3-8-1801, le dice que dará con gusto el
paso solicitado a favor de los prisioneros americanos, y que no deben ser tratados
igual los que hayan sido compelidos por la necesidad con los que se hayan alistado
voluntariamente. Aprovecha para quejarse de la conducta del Ministro Don Davis
Humphreys, cuyas notas y memorias al Gobierno Español parece han sido concebidas
en términos tan poco decorosos para él como para el Señor Secretario de Estado de
S.M. a quien se dirigían. Por ello había recibido ordenes de la Corte de solicitar su
relevo, pero como al llegar estas ordenes ya sabía de la elección del Señor Carlos
Pinckney para sucederle, le pareció escusado dar este paso.
Sebastián Kindelan desarrolló un plan de defensa muy prolijo con el auxilio del
Ingeniero de la plaza, D. Juan Pío de la Cruz, pues se enteraron de que los ingleses
planeaban atacar la plaza con 5.000 hombres al mando del General Simour. Formó
cortaduras sobre la parte de Mazamorra, a sotavento del Puerto de Cabañas, levantó
trincheras, arregló las tropas de milicias y compañías urbanas y acumuló víveres para
6 meses en la guarnición del Morro con 3.000 hombres, dónde en último caso pensaba
encerrarse y defenderse de un sitio que podía ser largo. Probablemente recordara el
sitio de Gibraltar en el que había participado y en el que había podido comprobar la
capacidad de resistencia de las tropas inglesas sitiadas. Dos sucesos fortuitos
desbarataron el plan inglés. Por una parte, los papeles en que la Corte de Londres
ordenaba al Gobierno de Jamaica que preparara la citada expedición cayeron en
manos de un corsario francés que atacó el barco correo inglés sin darle tiempo a tirar
los papeles al mar. Además, se produjo el fallecimiento del General Simour. Estos dos
sucesos hicieron a los ingleses renunciar a sus planes.
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Castillo del Morro
Batería del Sardinero
Callejas elogia el celo desplegado con las siguientes palabras algo cursis y
enigmáticas: … y nada, en fín, se había perdonado el Gobernador Kindelan para
asegurar la gloria de las armas; entrando entre sus importantes políticas
especulaciones la ganancia que tenía hecha de buenos amigos extranjeros, quienes a
cambio de la distinción que les hacían les enriquecían con las noticias de lo más
sagrado de los gabinetes (por cuyo medio su lámpara abundaba de aceite para
alumbrar no sólo a toda la Isla, sino a muchos Gobiernos lejanos y hasta el supremo
de la Nación).
Estos buenos amigos le ayudarían más tarde a salvar la plaza de Baracoa en 1807
(48). En esos años Francia y España estaban en guerra con Inglaterra, y los corsarios
franceses eran un azote continuo a su comercio refugiándose después en el Puerto de
Baracoa donde habían acumulado enormes riquezas. Inglaterra planeó un ataque con
500 hombres para atrapar a los corsarios franceses que allí se refugiaban, arrasar sus
fortificaciones e incendiar la población, aprovechándose de la reducida guarnición de
dicho puerto (16 hombres). Para evitar que por la cercanía de Jamaica los españoles
descubrieran sus planes, decidieron que las fuerzas navales se prepararan y partieran
desde Providencia.
Sin embargo, uno de esos días se celebró un banquete en la casa del Almirante inglés
de Kingston, y creyéndose al seguro se aventuraron algunos comentarios sobre la
planeada conquista que era inminente. Uno de los huéspedes se embarcó esa misma
noche en Puerto R. y a los 3 días llegó a Santiago y fue a cenar a casa del
comerciante francés naturalizado D. Prudencio Casamayor. El mismo vino que alegró
al almirante inglés para sacarle el proyecto de conquista de Baracoa … u otro que se
le pareciese hizo desperdiciar el secreto del huésped. Casamayor, pretextando una
urgencia, voló al Gobierno a dar aquel aviso y estuvo de vuelta antes de que se le
echara de menos.
Kindelan hizo llamar a uno de esos hombre que vestían alas en sus pies para que
avisara a los defensores de Baracoa. Antonio de Almisa, sin auxilio de ninguna
caballería, recorrió las 78 leguas hasta Baracoa en 50 horas, haciendo así una
reedición del episodio de Maratón. El Teniente de Gobernador de dicha plaza, D. José
Regulado, empezó de inmediato a organizar la defensa, desplegándose los corsarios
por la boca del Puerto y formándose con sus tripulaciones dos cuerpos para auxiliar el
Castillo y los demás puntos fortificados. 24 horas después se presentaba la expedición
inglesa y con la tropa de desembarco se dirigió a la boca del río de Miel. Poco
después de desembarcar, cayeron en una emboscada que en 15 minutos cubrió la
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playa de cadáveres, quedando el resto de los vivos prisioneros. El buque intentó huir
pero fue alcanzado por varios disparos yéndose a pique.
Llegada de franceses desde Santo Domingo
Entre tanto, los acontecimientos se sucedían en la vecina isla de Santo Domingo que
también estaría ligada a Sebastián Kindelan. En 1795 España y Francia firmaron el
tratado de Basilea por el que España cedía a Francia su parte de la isla (oriente). Sin
embargo, España fue aplazando la entrega por temor a posibles disturbios entre
criollos, negros y mulatos. En 1798 Toussaint Louverture expulsó a los ingleses de la
isla y en 1800 consiguió permiso para llevar a efecto el tratado. En enero de 1801 las
tropas del terrorífico Toussaint rodean la capital y ponen toda la isla bajo el gobierno
de Haiti.
Poco tiempo después llega a Santiago el mariscal de campo D. Antonio Barba con
otros jefes y oficiales y con más de 300 familias prófugas (53). Este mariscal solicitó
una embarcación parlamentaria para pasar a Jamaica e implorar a su Gobernador que
en lugar de hostilizarla ayudara a la evacuación de Santo Domingo (53). Someruelos
se negó a una negociación tan humillante estando en guerra con los ingleses. Además
de los españoles, multitud de familias francesas se apresuraron a huir. También lo hizo
el general mulato Rigaud y otros de color fieles a su metrópoli. Los que llegaron a
Santiago y la Habana fueron hospitalariamente recibidos, pero Kindelan y Someruelos
se opusieron a que desembarcase ningún individuo de color. Multitud de mulatos y
negros franceses tuvieron que ir a buscar refugio a otros puertos donde su presencia
fuera menos peligrosa (53).
En 1802, Francia intentó atraerse a Toussaint por lo que le ofreció el gobierno de la
isla, la confirmación de los grados para sus oficiales y los bienes adquiridos por los
mismos. Este no aceptó y Napoleón envió un ejército de 20.000 hombres al mando del
General Leclerc que tomó la isla entre febrero y marzo (53) y envió a Toussaint a la
cárcel en Francia donde moriría poco después.
Sin embargo, el rigor del verano y las enfermedades hacen estragos entre los
franceses y ya en octubre solo quedan 8.000 hombres (53), y los negros, que temían
volver a la esclavitud, se levantaron contra los franceses en ese mismo mes de
octubre, liderados por Jean Jacques Dessalines. También Leclerc está enfermo y se
retira con su mujer Paulina Bonaparte a la isla de la Tortuga a descansar (53). Muere
el 1 de noviembre y toma el mando el General Rochambeau que fue bastante
desastroso. Uno de sus generales, el vizconde de Noailles, se presentó en la Habana
con la ridícula pretensión de adquirir perros de presa para las batidas y ojeos contra
los negros sublevados (53). El nuevo rompimiento entre Francia y Gran Bretaña a
mediados de 1803, fue el golpe de gracia para Rochambeau y sus hombres ya que los
ingleses acudían a bloquear los puertos que ocupaban los franceses. Se rindieron a
los ingleses o a los negros Puerto-Príncipe, San Marcos, los Cayos, Jeremías y otras
plazas fortificadas (53). Las familias blancas se apresuraron a huir en buques
neutrales norteamericanos o incluso en pequeños botes. Finalmente, el 30-11-1803 se
rinden los franceses y el 1 de enero de 1804 se declara la independencia de Saint
Domingue tomando el nombre de Haiti. En abril hubo una tremenda matanza de los
franceses que habían permanecido en la isla (53).
Con la revuelta de los negros de Haiti, la situación de los franceses era cada día más
difícil. Pronto empezaron a llegar a los puertos del oriente cubano gran cantidad de
refugiados que constituían un peligro para la estabilidad de la zona. Se abrió la
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entrada a barcos particulares que llegaban cargados de familias … y se empezaron a
repeler las primeras 3 embarcaciones de tropas pestilentes y enfermas de la
guarnición del muelle de San Nicolás y a los que no se les dio puerto, excusándolo con
la falta de hospitales y de recursos en Tesorería para socorrerlos. Pronto llegó la
guarnición principal de San Nicolás, al mando del general Noalles, así como la de
Puerto Príncipe, al mando del General Levalet. Estos fueron repelidos por 3 veces, a
pesar de las amenazas de represalias de su Gobierno, pero finalmente, por su falta
total de víveres y el peligro de naufragio, se les autorizo el desembarco con las
siguientes condiciones:
1) Los 3.000 hombres de la tropa desembarcarían en el Cayo de Ermit, bajo los
fuegos del castillo del Morro, y solo permanecerían el tiempo necesario para
recomponer sus buques.
2) El Gobierno, en medio de sus escaceses de caudales, les proveerá de 20 días de
raciones para las tropas.
3) El General Lavelet con los oficiales de su plana mayor, serán hospedados en la
ciudad, siendo de su cuenta el pago de la habitación y mantenimiento.
4) El cayo de Ermit será vigilado por buques menores del resguardo y de la
guarnición española para impedir la evasión de ningún soldado francés.
Este éxodo desde Santo Domingo a Cuba había comenzado en 1798, pero es en 1803
cuando alcanza una gran importancia. Con frecuencia los barcos franceses eran
interceptados por los ingleses y conducidos a Jamaica, y esto es lo que le sucedió al
General Fressinet que organizó la evacuación de Jérémie el 3 de julio. Los episodios
que relata Callejas ocurrieron en esa época: la evacuación de Puerto Príncipe, al
mando del General Lavalette, en octubre de 1803, y la del puerto de San–Nicolás, al
mando del General Noailles, en enero de 1804 (44). El General Lavalette llegó con
2.000 hombres y se negaba a volver a Santo Domingo. Según Debien (44), la razón de
esta resistencia era que Lavalette era responsable de la caída de Puerto Príncipe pues
había estado negociando con los rebeldes de Dessalines durante semanas, había
suprimido muchas defensas, había dejado el fuerte sin víveres ni municiones y había
vendido armas y municiones a los rebeldes.
Pezuela (53) sitúa la llegada de Lavalette el 12-10-1802 a bordo de la fragata Aimable
en la que había huido de Puerto-Príncipe. Le seguían en otras embarcaciones 183
jefes y oficiales, 1182 soldados, 92 pasajeros blancos y 189 criados de color, la mayor
parte mujeres y niños. Las familias particulares recibieron el mismo subsidio que las
emigradas anteriormente y fueron alojadas en la ciudad y en casas de campo. Las
tropas acamparon en tiendas de campaña y barracones en un islote de la bahía.
Someruelos quería librarse de una hospitalidad tan alarmante como costosa y quiso
enviar a Lavalette de nuevo a Haiti para que se reuniera con el General Ferrand que
había logrado reunir algunas fuerzas en el antiguo territorio español de la isla y se
había fortificado en su capital con ayuda de sus habitantes. Pero no encontró neutrales
que se arriesgasen a transportarlos a aquel puerto por un mar dominado por los
ingleses. Como en Santiago faltaban víveres, intentó Lavalette encaminarse a la
Habana marchando por la costa. Le disuadió de esa idea Kindelan; y al fin salió el 1911 dejando un centenar de enfermos en los hospitales. Al salir del puerto dijo que se
dirigía a Nueva Orleans, pero ya porque fuere ese un pretexto o porque le estorbaran
los barcos enemigos para seguir ese rumbo, arribó el 26-11 a Batanbó en un bergantín
con la cuarta parte de sus tropas, y las demás fondearon en la Habana al principiar el
mes siguiente. Someruelos ordenó que la tropa francesa se acantonara en Santiago y
Bejucal bajo la vigilancia del brigadier D. Francisco Montalvo y del teniente coronel D.
Juan Francisco Nuñez del Castillo. La orden fue cumplida aunque Lavalette la
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interpretó como señal de desconfianza. Luego, los franceses desearon prolongar su
estancia por lo bien que se encontraban pero Someruelos tenía el mayor interés en
abreviarla. Por fin, en febrero de 1804 logró fletar 5 barcos neutrales norteamericanos
para que trasladasen a sus puertos a Lavalette y sus tropas. A una parte del convoy la
apresaron los ingleses y el mismo Lavalette murió al trasbordarse de un buque a otro.
Solo unos pocos se incorporaron en Santo Domingo al general Ferrand.
En (44) podemos leer un relato análogo; en 75 días se arreglaron las naves de
Lavalette y se les obligó a embarcar y salir fuera del puerto a pesar de sus vigorosas
protestas. Las mismas tropas recalaron más tarde en la Habana, donde costó mucho
desembarazarse de ellas. Los habitantes pacíficos de aquella colonia, vieron con
placer alejarse de su vista aquel Ejército sanguinario y lleno de depravación, y la
provincia de Cuba conoció en breve tiempo después, la importancia de que se hubiere
sacudido de su seno aquel cuerpo de guerreros, que ya conocían y obraban con la
infernal política de su Gobierno, para la ocupación de la España, y que hubieran
puesto en el riesgo de perderse también la Isla de Cuba, si este Gobierno no hubiese
dado el tono de firmeza que dio en el acosamiento de aquellas tropas. En el Archivo
de Simancas se encuentra una carta del general Lavalette de 7-4-1804, en la Habana,
agradeciendo al gobierno español su acogida (47). … Me lisongeo de que V.S. no
tendra queja de nosotros, y de que esta satisfecho de la disciplina, orden y tranquilidad
que han tenido constantemente en mi division. V.S. verá por la carta del S. De
Kindelan que acompaña a esta que la conducta de otra mi division ha sido la misma en
Cuba, y que a pesar de todas las desgracias y escaseces de todo, el soldado se ha
manejado siempre de modo tal que se ha atraido la estimacion del publico. El Marqués
de Someruelos contesta agradeciéndole sus palabras y diciéndole que estaba muy
satisfecho de su conducta. El 22-4-1804 Someruelos comunica la salida de Lavalette
después de muchos meses de retrasos. Hay también informes sobre quien paga los
costos, sobre la petición de Lavalette de 2 meses de asilo y sobre su resistencia a
volver a Santo Domingo (47).
Poco después llegó un bergantín particular con tropas enfermas y que carecían de
todo. La caridad obligó a darles puerto y hospitales a cerca de 300 esqueletos. Bajó el
Sr. Kindelan a consolar personalmente a aquellos miserables y entregó 100 pesos a
un extranjero para que inmediatamente se invirtiesen en gallinas para que recibieran
de su mano la primera refocilación y con tal ejemplo, abrieron otros muchos sus bolsas
y se hallaron alimentados los enfermos en breve tiempo después. De esta forma se
desarrolló una colonia francesa de unas 320 personas, la mayor parte de ellas sólo
habían podido traer las ropas que les cubrían. Primero se les dio cobijo en los portales
de las casas y después el Gobierno les autorizó a que construyeran ranchos en las
riberas que cubrían con paja. A los extranjeros que residían en la zona, se les obligó a
contratar a algunos de ellos para las labores del campo, otros se emplearon en la
pesca y otros en la artesanía. Se autorizó a las mujeres a buscar trabajo y algunas se
dedicaron a ganar dinero para alimentarse diciendo la buena fortuna como las gitanas.
El Gobierno fomentó los corsos para destinar a la marinería con lo que ninguna
persona tuvo que pedir limosna.
Se les animó a construir un teatro provisional de guano, y lo hicieron tan bien que
llamaba la atención de todo el mundo. Gastaron varios miles de pesos en la obra y
cubrieron el interior de lienzos bien pintados, con cielos rasos. Tuvo un éxito enorme
entre los habitantes de la zona que carecían de entretenimientos. No necesitaron que
el Gobierno les diese Reglamentos y Ordenanzas para la política interior del teatro,
porque todos sabían guardar la compostura, y si algunos, por falta de principios, se
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cubrían la cabeza o fumaban, se levantaba la voz general contra él y en un despavilar
quedaba reformado el abuso, sin hacer contradicciones ni armar los ruidos que se ven
en los nuestros, donde ninguno se acomoda a las privaciones, ni consulta a la practica
general de no hacer cosa que pueda mortificar a la sociedad. Otro grupo de franceses
construyó un laberinto en Loma Hueca y le dieron el nombre de Tíboli. Servían
comidas y bebidas, tenían excelentes músicos, señoritas francesas que cantaban y
todo ello por un duro la entrada por lo que tuvieron un gran éxito.
Muchas señoras francesas de educación establecieron escuelas de dibujo, bordado y
francés, otras enseñaban geografía, música, baile, piano, con lo que ganaban dinero y
contribuyeron de forma importante al desarrollo cultural de Santiago.
Por esa época hubo un enorme temporal que arrasó edificios, árboles y cultivos por lo
que se preveía una gran escasez. No fue así, porque esos extranjeros en pequeños
buques se apresuraron a traer todo tipo de provisiones desde Jamaica y Santo
Domingo con lo que no faltaba de nada.
Sin embargo, la llegada de estos inmigrantes también causaba muchos recelos entre
los habitantes de Santiago y ya en 1804 había quien acusaba a Sebastián Kindelan de
un trato demasiado benevolente con ellos. En este sentido es interesante leer la carta
firmada por los fieles basallos de Vuestra Majestad de la Ciudad de Santiago de Cuba,
con fecha 14-2-1804, que he encontrado en el expediente personal de Sebastián
Kindelan (57) y que reproduzco en el Apéndice B.
Del mismo periodo he encontrado una muy larga carta de Sebastián Kindelan al
Excelentisimo Señor Generalissimo, (D. Manuel Godoy, el Príncipe de la Paz, quien
como favorito de Carlos IV dirigía todos los asuntos del Gobierno) en que explica
detalladamente los servicios realizados durante sus 5 años de Gobernador de
Santiago y solicita el ascenso a Brigadier. Por su interés, he transcrito esta carta en el
Apéndice C, y en ella puede verse la defensa que hace Sebastián Kindelan de sus
acciones (58).
A finales de 1807 la situación de los habitantes franceses era muy esperanzadora. Su
presencia había aumentado la población de Santiago, y había contribuido a su
engrandecimiento cultural y al desarrollo de la producción agrícola, floreciendo gran
número de fincas dedicadas a diversos cultivos, principalmente el del café, producto
del que Cuba rápidamente se convertiría en el más importante exportador (36). El
cultivo de café en Cuba lo comenzó en 1748 José Gelabert pero no adquiriría ninguna
importancia hasta 1790, tras la modificación del sistema fiscal de 1768 que incentivaba
la producción de café y, sobre todo, tras la Real Orden del 28-2-1789 que permitía la
libre entrada de esclavos a Cuba (44). El mismo Sebastián Kindelan nos informa del
rápido desarrollo del cultivo del café a principios de siglo: en 1803 había 8 cafetales,
mientras que en 1804 se establecieron 54 cafetales nuevos. Sebastián estima que en
la Provincia de Oriente se produjeron 10.000 quintales de café en 1807, 20.000 en
1808, 30.000 en 1809 y 40.000 en 1810. A este espectacular desarrollo contribuyeron
de forma destacada los alrededor de 10.000 emigrados franceses de Santo Domingo,
muchos de los cuales tenían una gran experiencia en dicho cultivo. Los colonos se
quejaban de falta de mano de obra pues escaseaban los esclavos (44). La mayor
parte de cafetales contaban entre 10 y 20 esclavos y eran raras las que contaban con
100 esclavos (en la Guira; R. Congocamp , 90, Lange et Julienne, 90, en Candelaria,
Hugon, 100, Landeau, 110, en Guanicú, Cobian, 80) (44).
El 10-11-1808 Juan Sánchez Ramírez, dominicano emigrado en Santo Domingo, junto
a otros expatriados en Puerto Rico y Cuba vence a los franceses en Pablo Hincado y
en julio de 1809, con la ayuda de los ingleses, pone sitio a Santo Domingo y logra
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reconquistar la parte española de la isla. Este hecho causó gran alegría en Santiago
de Cuba tal como se relata en (42) y es curioso intuir la unión y familiaridad que existía
entre Sebastián Kindelan y los ciudadanos de Santiago: El 6 de agosto se celebró en
la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, una función de gracias con mucha
pompa y majestad. Las casas de los dominicanos y principales de la ciudad
amanecieron abanderadas. A las doce hubo repique general acompañado de música,
tambores, tiros de fusilería y pedrero con que hicieron más sensible su regocijo desde
las puertas de sus casas los dominicanos que pudieron … No se cabía en la Plaza
Mayor (de Armas); el palacio del Gobierno estaba iluminado por dentro y por fuera,
gozando de una orquesta y representación gratulatoria, dividida en 8 octavas, con sus
respectivas letrillas compuestas por el Lcdo. D. Andrés Muñoz Caballero. Hubo
abundante refresco preparado por el Sr. Gobernador y su señora, y distribuido con
franqueza entre todos cuantos se hallaban en la sala. Poco después salían a las calles
a pasearlas con el canto y la música, agregándose un inmenso gentío de más de tres
mil personas. Esta celebración callejera duró desde las 10 de la noche hasta las 3 de
la madrugada (40).
Pero las esperanzas y prosperidad se truncaron completamente en 1808 cuando
empezaron a llegar rumores de la felonía del Emperador de los franceses, de las
atrocidades cometidas por sus tropas en Madrid, el 2 de Mayo del mismo año, de la
cautividad de Nuestro Rey y Señor D. Fernando VII, de la declaratoria de guerra contra
aquella nación, de la instalación de la Junta Suprema de Gobierno en Sevilla y
desastres que experimentaban las provincias. Inicialmente no se creían las noticias
que provenían de Jamaica, pero el 2 de Agosto se recibió un despacho con la
declaración de guerra realizada por la Junta Suprema contra el Emperador de los
Franceses. Ese mismo día el Gobernador Kindelan dio orden de embargo contra los
corsarios franceses alguno de los cuales logró huir esa misma noche.
Al poco tiempo se presentó un buque francés con algunas familias de Santo Domingo
que huían de una corbeta inglesa. En un primer momento se les ordenó irse pero el
capitán del buque dijo que prefería ser prisionero de guerra con tal que se le permitiera
atracar para dar reposo a las familias que iban a bordo. Se le contestó que la nación
española era generosa y se permitió su atraque. Este mismo trato se dio
posteriormente a más de 70 barcos mercantes franceses.
A la marinería de los corsarios franceses se les ordenó que se embarcaran para Santo
Domingo, que tras el tratado de Basilea pertenecía a los franceses, y con este fín se
organizaron varias expediciones, a pesar de las protestas de los militares franceses
establecidos en Santo Domingo que intentaban decir que no había guerra con España
y que por el contrario los españoles estaban muy contentos con el gobierno de José
Bonaparte
El último periodo del Gobierno de Sebastián Kindelan debió ser bastante ingrato por
las acusaciones de afrancesado que recibió desde varios frentes. Callejas relata lo
siguiente: Una plaga de pasquines y papeles insidiosos aparecía cada día sobre las
puertas de los templos, plazas, calles y casas; en ellos se acusaba al Gobierno de no
haber desarmado a los franceses; de haberles hecho partícipes de las gracias del
comercio y pesca y de haberlos empleado en la agricultura con prevención de aquella
catástrofe para robustecerlos y darles más superioridad contra los naturales: se le
atacaba por haber permitido salir sin sujetarlos a la represalia, a los buques franceses
después del rompimiento de la guerra, …; que toleraba juegos prohibidos con grande
provecho del jefe y su secretario; que se toleraban con publicidad logias masónicas y,
finalmente, que el Sr. Gobernador había aceptado del Emperador de los franceses el
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Cordón de la Legión de Honor, con cuyas producciones se atizaba a la población para
hacer odiosa la persona del Sr. Gobernador. Referente a esta última acusación, es
posible que el origen del infundio se basara en que su hermano Juan sí que recibió la
Legión de Honor por conseguir la rendición de Stralsund el 18-8-1807 (35).
También tuvo enfrentamientos con el Arzobispo de Cuba, J. Osés y Alzua, debido a la
disparidad existente entre ambos sobre los planes de construcción de la Catedral. El
Arzobispo quería que se construyera bajo su exclusiva inspección y con arreglo a su
propio plano, y era el deber de Kindelan hacer que se ejecutara la obra siguiendo un
proyecto elaborado por la Academia de San Fernando de Madrid y bajo la dirección de
un ingeniero enviado para este propósito por una Real Orden (48). Desde este
momento surgió la enemistad del Arzobispo hacia Sebastián Kindelan del que criticaba
todos sus actos tanto en sus cartas como en sus oficios y hasta en sus sermones (48).
El Arzobispo le censuró también duramente porque no trataba con rigor a los
franceses. En este sentido es curioso leer su Pastoral de 16-9-1808 aconsejando el
exterminio de los franceses.
Pero la mejor forma de conocer estos enfrentamientos entre Sebastián Kindelan y el
Obispo Osés la encontramos en dos cartas que escribió su mujer, Ana Manuela Mozo
de la Torre. La primera, fechada en agosto de 1812 estaba dirigida al Juez de
Residencia y firmada por ella junto a Antonio Vaillant y a su cuñado José Sánchez
Griñán. La segunda, fechada en diciembre de 1812 y firmada por ella sola se dirige
directamente al Rey Fernando VII. Se trata del primer manuscrito enviado al monarca
por una criolla americana. Era un texto de mas de cien párrafos en setenta y dos
cuartillas que entregó también a distintas autoridades locales. Estas dos cartas se
encuentran recogidas en un libro publicado recientemente en Santiago de Cuba con el
título Los acentos de una mujer (68). En ellas defiende el honor y las acciones de
Sebastián Kindelan al mismo tiempo que demuestra una enorme valentía fuerza e
inteligencia. Ella era plenamente consciente del riesgo que implicaba en 1812
enfrentarse y acusar a la Autoridad Eclesiástica y en uno de los primeros párrafos de
la carta dice; a todo mi riesgo diré quanto mi alma me sugiere ... Sus escritos fueron
analizados por el Ministro de Gracia y Justicia, D. Juan Lozano de Torres, hombre de
confianza de Fernando VII. En su carta de conclusiones indica que la documentación
aportada podría contribuir a perturbar la tranquilidad pública, como promovidos por
personas de tan alta Dignidad. Finalmente el 9-9-1818 se desestimó ninguna acción
contra el Señor Arzobispo por falta de pruebas.
Como los pasquines no tenían el efecto deseado, los intransigentes empezaron a
incendiar los alojamientos de los franceses. El primero de estos incendios ocurrió en
casa de una morena libre a las 3 de la madrugada. Acudieron a apagar el incendio los
Guardias de Previsión de los cuarteles y el Señor Gobernador Kindelan (y su
Secretario que, por accidente o por costumbre, se hallaba fuera de la cama). Al día
siguiente a la misma hora se incendió la casa del sombrerero francés Laporte, por lo
que se decidió organizar la vigilancia de los hogares entre varios caballeros franceses.
A pesar de esta vigilancia, a las 9 de la mañana empezó a arder una de las casas más
grandes de la ciudad, por lo que se aumentaron las precauciones y se establecieron
retenes con refuerzos de tropas distribuidos por toda la ciudad. Siguieron los
incendios; 2 por la tarde, otro por la noche, y en este último se descubrieron entre los
escombros los infernales instrumentos de aquella inaudita maldad. Un pedazo de
yesca conocida por el hongo, horadado y embutido con pavilos de azufre rodeado con
pequeños garfios de alambre grueso de fierro corto, era el botafuego que una mano
alevosa cimbraba sobre las casas sin que fuese advertida … A la mañana siguiente
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ardieron 10 u 11 casas aunque lograron apagarse todos los incendios, y el benemérito
jefe Kindelan corría por todas partes como el relámpago. Los incendios duran 9 días y
Callejas atribuye de forma enigmática la autoría de los mismos a un amigo suyo y su
final a su propia acción aunque prefirió encubrir el suceso y no delatarlo al Magistrado.
Más tarde se formó en la Habana una Junta de Represalias, queriendo imitar lo hecho
en la Metrópoli, sin recapacitar en la ruina que hacían al territorio al secuestrar las
Haciendas de los franceses naturalizados. Los principales propietarios, al ver el peligro
que se avecinaba, prepararon embarcaciones y escaparon con todos sus esclavos
hacia Orleans, aunque algunos fueron capturados por los ingleses y conducidos a
Jamaica.
Después, la Capitanía General ordenó la expulsión de los franceses, entre ellos
muchos de aquellos valiosos inmigrantes que habían llegado desde Santo Domingo y
que tanto habían contribuido al desarrollo de la Isla. El Gobierno de Cuba retrasó la
ejecución de la orden 8 meses pues sabía la ruina que dicha expulsión significaba
para la Provincia. Hubo muchos franceses que obtuvieron cartas de naturalidad
española y que pudieron quedarse gracias a las gestiones de Sebastián Kindelan (36).
Finalmente publicó el edicto de expulsión en abril de 1809 que entre otras cosas decía:
se habilitaban buques para el transporte a los puertos de Norte America, mandaba que
todos los franceses y demás extranjeros de cualquier estado, sexo, color y edad,
libres, residentes en esta ciudad y jurisdicción desde la época de la revolución de
Francia, que no estuviesen domiciliados con carta expresa del Sr. Capitán General de
la Isla, salieran irremisiblemente; que los menestrales y artesanos debían de cesar en
el ejercicio de sus oficios desde el día de la publicación del bando, los carniceros y
panaderos dentro de 8 días y los estancieros, hosteleros, etc… dentro de 15; para que
pudiesen expender y aprovechar lo que tenían, concediendo 40 días para su salida a
los que poseyesen fincas o bienes a fin de que pudiesen negociar su venta o dejasen
sus poderes a personas de confianza … para que los enagenasen y pudiesen
remitirles sus caudales a sus nuevos destinos, siempre que no fuera en territorio
francés y los que no poseyesen bienes habían de salir en el término de 20 días; que
se les permitía a todos llevar sus muebles … Prevenía al público que penetrado del
carácter cristiano y generoso que había sido siempre nuestra divisa, lejos de molestar
ni causar extorsión a los franceses que habían de salir, contribuirían a facilitarles su
embarque, dando un testimonio ilustre de la prudencia, moderación y civilidad que
constituyen la bien merecida reputación del pueblo cubano.
Poco caso se hizo de esta última recomendación, y ya la misma tarde de publicación
del edicto, 2 marineros sobornados por alguien, acudieron con puñales a la casa del
naturalizado francés D. Prudencio Casamayor, que unos años antes había tenido un
papel esencial para frustrar el desembarco de los ingleses en Baracoa, y allí le
insultaron a él y a los otros individuos que se encontraban en su posada. Fueron
detenidos y uno de ellos murió en la cárcel con los síntomas de haber ingerido un
tóxico según Callejas para impedir que delatara a los que le habían sobornado.
Prudencio Casamayor jugó un papel muy importante en el desarrollo de los cafetales
de Santiago por parte de los colonos franceses. Él compró extensas tierras en Sierra
Maestra y las vendía u arrendaba en pequeños lotes a los colonos, por lo que durante
mucho tiempo actuó como el agente especial, el negociante, el consejero y sobre todo
el banquero de la comunidad francesa de Santo Domingo (44).
Sebastián Kindelan recibió finalmente el galardón de sus once años de trabajos con el
grado de Brigadier que le confirieron y el Gobierno de San Agustín de la Florida.
Entregó el mando a su sucesor, la mañana del 10-7-1810, haciendo una despedida
18
tierna de su Cabildo. El 19-7-1810 tomó posesión como Gobernador el Coronel D.
Pedro de Alcántara y Suárez de Urbina. El nuevo Gobernador aceptó todas las
mentiras que el Obispo Osés le dijo de Sebastián Kindelan y abrió un Sumario
acusandole de todo tipo de delitos cometidos durante los 11 años de su Gobierno.
Tambien estaban acusados su Secretario Maldonado, los Administradores Juan
Francisco Salazar y Manuel Jose de Mena y otros muchos cargos civiles y militares.
La investigación fue una farsa y no se pudo probar ninguna de las acusaciones. En
septiembre de 1811 fue nombrado Gobernador de la Florida Oriental y el 3-12-1811 se
produce su ascenso a Brigadier por Real Decreto. En su hoja de servicios se indica
que una vez dejado el Gobierno de Santiago permaneció un año y 2 meses en
Santiago esperando destino. El 18-4-1812 partió a su nuevo destino dejando en
Santiago a su mujer y sus hijos.
Gobernador de La Florida
Tomó posesión de su nuevo cargo en junio de 1812 en San Agustín, donde sucedió al
anterior Gobernador Estrada. Su nombramiento como Gobernador se había producido
el 22-9-1811 en una carta del Consejo de Regencia firmada en Cádiz por José de
Heredia y dirigida al Ministerio de Guerra (65). Se producía como consecuencia de la
muerte el 13-4-1811 del anterior Gobernador D. Enrique White. A su muerte fue
sustituido provisionalmente por D. Juan José de Estrada como oficial de mayor
graduación, pero según el Ministro español en Estados Unidos, éste no tenía la
popularidad y circunstancias necesarias para el cargo, por lo que indicaba la urgencia
de nombrar a alguien adornado de las mejores prendas.
Las primeras instrucciones para su difícil cargo (65), las envía el Secretario de Estado,
Eusebio de Bardají, en Cádiz a 2-10-1811, en una minuta dirigida al Marqués de
Someruelos, Gobernador General de Cuba, en la que le dice que comunique a
Kindelan las noticias sobre la resolución del gobierno de Estados Unidos, empujado
por Bonaparte, no sólo de proseguir la invasión de la Florida occidental, sino de
apoderarse también de la oriental. Probablemente los agentes de EEUU procurarían
ganarse a los jefes de las plazas españolas con ofertas y amenazas que deberían
resistirse, rechazando con la fuerza cualquier ataque. No eran claras las relaciones de
EEUU con Gran Bretaña pero seguían las negociaciones con el nuevo Ministro Inglés
Foster, y era probable que el poderío marítimo inglés intimidara a los americanos.
Someruelos contesta el 10-2-1812, diciendo que no había podido aleccionar a
Kindelan porque todavía no se había incorporado a su puesto.
Finalmente Sebastián parte para La Florida el 2-6-1812 (66). El Capitán General de la
Habana, Ruiz de Apodaca informa que debido a los sucesos de la Florida y la toma de
Isla Amalia, el Gobernador interino había pedido tropas, dinero y víveres. En respuesta
le enviaba víveres, una compañía de morenos del Batallón de milicias de esta Plaza
compuesto por 93 hombres, y 5.000 pesos en efectivo y algunos pertrechos de
artillería. El convoy transportaba también al Gobernador propietario de la Provincia
Brigadier D. Sebastián Kindelan que había llegado unos días antes de la ciudad de
Cuba para seguir a su destino. Su llegada debió de llenar de júbilo a los defensores de
San Agustín, pues no sólo traía algunos soldados sino además, 130 fanegas de maíz
en paja, 250 barriles de harina, dos qq de jamon de Veracruz, 1 qq de Galvanzos, 100
onzas de barro, un cajón de medicinas, 6 botijas de miel de abejas y las 14 carenas
con todos los demás utensilios que se remiten por la Artillería.
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Callejas nos cuenta que durante su mandato en Florida, los angloamericanos sin
declaración de guerra tomaron Isla Amalia pero con su prudencia y carácter lo sostuvo
todo con el decoro y honor de las armas de la nación. Más detalles sobre su Gobierno
se encontraran en (38) (49), (50). En 1811 Estados Unidos estaba muy preocupado
con la amenaza inglesa. Se pensaba que tenían planeado tomar Florida lo que les
daría una frontera a lo largo de todo el sur. El Presidente Madison, en reunión secreta
con el Congreso el día 25-1-1811, nombró al General George Matthews, antiguo
Gobernador de Georgia, y al Coronel John McKee, enviados especiales con la misión
de hablar con las autoridades españolas e intentar la cesión temporal de la provincia a
los Estados Unidos. En caso de que las autoridades españolas se negaran o que
Matthews sospechara que otra potencia planeaba su conquista, se le autorizaba a
tomarla por la fuerza. Poco tiempo después, al extenderse el rumor de la resolución
del Congreso, un importante número de gente de Georgia se concentraron en el
puerto de St. Marys. El Presidente Madison envió un destacamento de marines a la
isla de Cumberland para proteger el frente del sur y cooperar con las tropas formadas
por 200 hombres al mando del Teniente Coronel Thomas A. Smith (49) que estaban
estacionadas en Point Petre, Georgia, muy cerca de Fernandina en Isla Amelia. Esta
ciudad se había convertido por entonces, en una plaza importante y estaba defendida
por una pequeña guarnición al mando del Capitán José López (en (49) y (50) aparece
como Justos López). Hacia el mes de marzo de 1812, el General Matthews había
reunido en Point Petre un grupo considerable de hombres de la frontera, aventureros y
filibusteros a los que ofrecía 500 acres de tierras cuando liberaran Florida, y que se
denominaban el Ejército de los Patriotas (Patriots Army). Avisados por Matthews de
que la situación era propicia para entrar en acción, el 16 de marzo un grupo de 9
barcos de guerra americanos bloqueó Fernandina con el pretexto de proteger los
intereses americanos, mientras que los patriotas exigían la rendición de la plaza. El
Capitán López quería rendirse a las tropas americanas, pero su comandante, que no
tenía nada clara la legalidad de lo que estaban haciendo, le rehuyó, de modo que el 17
de marzo Fernandina se rinde a los patriotas y por parte americana firma la
capitulación John McIntosh, que por entonces había sido nombrado Gobernador de
una República Provisional de Florida. La isla se cedía a Estados Unidos con la
condición que no se ejercería ninguna restricción al comercio. Al día siguiente llegaron
las tropas americanas del Teniente Coronel Smith, por lo que se arrió la bandera de
Florida y se izó la de los Estados Unidos.
El mismo Justo López realizó un informe sobre los acontecimientos el 18-3-1812
desde Fernandina que fue remitido por D. Luis de Onís, ministro plenipotenciario de
España en Estados Unidos a D. Eusebio de Bardají y Azara (Secretario de Estado)
(62) en carta que envía desde Filadelfia;
El sabado 14 del corriente entre 11 y 12 de la noche se presentaron los 3 soldados
que tenía abanzados a 8 millas de distancia al resguardo de la Real Hacienda quienes
me informaron que se retiraban de el por haberlos desarmados una partida de gente
armada compuesta de habitantes de la Provincia y de muchos ciudadanos de los
Estados Unidos, en número de 250 entre todos. En vista de ello tomé las
disposiciones, que me fueron posibles y me permitía mi situación con el corto número
de tropa a mi orden y algunos vecinos de este pueblo, de los que pude conseguir
armar como 30 o 40 de ellos bien dispuestos. En esta disposición me mantuve hasta el
día 17, durante cuio tiempo no se determinaron presentarse en estado de acción ni
aun a la vista, de lo que me hubiera alegrado para haber tenido algun pasatiempo,…
en inacción todo este tiempo a 7 millas de distancia de esta Isla en la tierra firme; en
cuyo paraje los hubiera atacado si mis ordenes dadas a D. Santiago Cashen, Capitán
20
de la Compañía de Milicia de esta rivera hubiesen tenido el debido efecto las que no
fueron cumplidas en virtud de que todos los habitantes de aquella parte se habían
declarado rebeldes, excepto un tan corto número que fue imposible formar plano
ninguno, según me lo prometía… Traté de mantenerme en mi puesto contra todas las
operaciones de los rebeldes hasta que o bien perecer todos en defensa, si nuestra
suerte fuese adversa o cortar con la acción por nosotros; pero quando vi en aquella
misma hora (las 8 de la mañana), que en menos de 5 minutos sarpan el ancla 8
cañoneras, que estaban a la punta norte de esta Isla, y en un momento con viento y
marea favorable, se presentaron en frente de esta guarnición a menos distancia de un
tiro de fusil, se escoraron de popa y proa, la artillería apuntada al pueblo cargada a
metralla, las mechas encendidas, y por último en perfecto orden de atacarnos. Antes
de que se encontraran en esta disposición mandé un parlamentario a bordo y la
contestación que le dieron fue la misma que la que me mandó por escrito el Comodoro
Camell, en contestación a oficio mio que fue, nosotros venimos en auxilio de nuestros
aliados Patriotas (los rebeldes). En esta disposición, … no quedandome
absolutamente ningún recurso, … y para evitar toda efusión de sangre, … tuve que
ceder a la desagradable rendición baxo una capitulación, no en nombre de los Estados
Unidos, sino del de sus aliados rebeldes.
Inmediatamente algunas tropas americanas bajo el mando del Teniente Coronel Smith
junto a tropas de patriotas empezaron su marcha hacia San Agustín, mientras que en
Fernandina permanecían un grupo de marines al mando del Capitán John Williams
(49). El avance de los patriotas fue muy rápido tomando el fuerte San Nicolás (hoy en
la ciudad de Jacksonville), más tarde el fuerte Picolata en el río San Juan, llegando a
las afueras de San Agustín el 25 de marzo donde fueron rechazados por el
Gobernador Estrada. Las tropas regulares de Smith llegaron el día 12 de abril y
ocuparon el fuerte Moosa Old (Gracia Real de la Santa Teresa de Mose (50), que se
conserva en la actualidad como Fort Mose National Historical Landmark) a menos de 2
millas del impresionante Castillo de San Marcos, construido en 1695 para proteger
San Agustín (50). En la actualidad Fort Mose (www.fortmose.com) es considerada
como la primera comunidad americana de esclavos libres reconocida legalmente y,
como veremos, su existencia se debe en buena parte a las actividades de Sebastián.
Smith declaró el sitio de San Agustín con sus 200 hombres y la ayuda de los patriotas,
estableciéndose entre las ruinas del fuerte Moosa Old. El Ministro español en
Washington protestó por la invasión, así como también lo hizo el Gobierno británico,
por lo que el Presidente Madison estaba en una posición embarazosa, pues Matthews
era su comisionado y era quien había aprobado el ataque y quien había declarado que
toda la provincia de Florida al norte de San Agustín pertenecía a la República de
Florida que lo cedía al Teniente Coronel Smith como representante de los Estados
Unidos (50). El Congreso forzó al Presidente a que desautorizase las acciones de
Matthews, por lo que este declaró que Matthews se había extralimitado en lo que le
había ordenado, y le quitó del puesto nombrando en su lugar al Gobernador de
Georgia David B. Mitchell con instrucciones de actuar en harmonía con Estrada. A
pesar de ello, continuó el sitio de San Agustín y el Presidente seguía decidido a invadir
Florida.
El 21 de abril el Secretario de Marina ordenaba al Capitán Williams que abandonara
Fernandina mientras que el Gobernador Mitchell le ordenaba exactamente lo contrario
(49). Estas indecisiones de las autoridades americanas serían decisivas en el
desarrollo del conflicto. El 12 de mayo hubo un incidente en que tropas de color
enviadas por el Gobernador de San Agustín atacaron a un destacamento de soldados
21
americanos la mayor parte de ellos inválidos (38). El 16 de mayo el Gobernador
Estrada lanzó un tímido ataque contra el fuerte Moosa Old y fue la primera ocasión en
que españoles y americanos intercambiaron disparos. Los americanos retrocedieron
desordenadamente y establecieron una nueva posición en Paso Navarro a 2 millas de
su posición inicial, mientras que los patriotas siguieron la retirada hasta una plantación
denominada Hollingsworth a 25 millas de San Agustín (49).
En junio Estados Unidos declaró la guerra a Inglaterra y el 3-7-1812 el Senado debatió
una resolución para autorizar la invasión de la Florida Oriental que fue derrotada por
escaso margen (49). El ministro plenipotenciario de España, D. Luis de Onís, informa
de estos acontecimientos (63) diciendo que el Senado ha rechazado todos los bills, y
entre ellos el relativo a la posesión de las Floridas con la pluralidad de 7 votos. …pues
habiendo el Gobernador de San Agustin Kindelan hecho intimar a las tropas
americanas que estan en las inmediaciones de aquella Plaza, que si no evaquan la
provincia en el término de 15 días, los echará a la punta de la bayoneta, el
Comandante Americano ha respondido que defenderá el terreno hasta que pierda toda
la gente. Tres días más tarde se aconsejaba a Mitchell que retirara las tropas pero que
no considerara el objetivo como abandonado pues era probable que el Congreso
cambiara su decisión en la próxima sesión. Mitchell pidió refuerzos para atacar San
Agustín diciendo que los españoles habían armado a todos los negros de la provincia
y que además habían llegado dos compañías de negros desde la Habana (49). Al
mismo tiempo la situación del Teniente Coronel Smith y sus tropas había comenzado a
deteriorarse y la euforia inicial había dado paso a un pesimismo que le hicieron escribir
una larga serie de cartas en que se quejaba amargamente de la escasez de recursos,
la indisciplina de los patriotas y el temor a que los españoles se estuvieran reforzando.
El historiador americano J.H. Alexander (50) considera que en este inicio del verano
de 1812 sucedieron varios acontecimientos que fueron decisivos para el desarrollo de
la guerra de Florida; la declaración de guerra contra Inglaterra, la derrota en el Senado
de la invasión de Florida y la llegada, el 17 de julio, de Sebastián Kindelan como nuevo
Gobernador. Es fácil imaginar lo incómodo de la situación; llegaba como Gobernador a
una Provincia ocupada por tropas enemigas y a una capital sitiada desde hacía meses
por fuerzas muy superiores a las suyas. Contaba con 400 hombres para defender toda
la Florida Oriental y muchos de ellos con escasa formación militar. En palabras del
propio Sebastián Kindelan, la mayor parte de sus tropas no eran más que una milicia
urbana que no tenía ni idea de cómo usar un rifle (50). Además, sabía que debía evitar
en lo posible la guerra con los Estados Unidos, ya que en esos años España estaba
en guerra contra Napoleón en Europa y no podía permitirse otro conflicto armado esta
vez contra Estados Unidos. La situación requería un delicado equilibrio entre presión
diplomática, uso de fuerza y actividades paramilitares encubiertas. Sin embargo, en
opinión de J.H. Alexander, Sebastián Kindelan era un hombre realista, que sabía que
tenía que enfrentarse a la invasión de los patriotas con los pocos recursos de que
disponía, y que poseía un extraordinario talento, que le permitiría resolver con éxito un
reto tan complicado como el que le esperaba en San Agustín.
Como primera medida de carácter diplomático, envió una carta al Teniente Coronel
Smith mostrándose sorprendido de haber encontrado tropas regulares acampadas en
las cercanías de San Agustín cuando su nación estaba en paz con la de los Estados
Unidos (49). En el Apéndice F he reproducido parte de esa correspondencia en la que
resulta curioso comprobar el respeto y educación en las formas al tiempo que se
acusaban y amenazaban duramente (67). Smith, que cada día tenía más dudas de la
legalidad de su ocupación, envió la carta al Gobernador Mitchell. Este le respondió de
22
forma hostil acusando a Sebastián Kindelan de utilizar soldados negros a sabiendas
de que los habitantes del sur de Estados Unidos eran totalmente contrarios a esas
prácticas. La verdad es que aunque el propio Kindelan admitía que entre sus tropas
había hombres de muchas naciones, razas y colores, hasta 1815 no llegaron como
refuerzos a San Agustín compañías de negros. Durante meses se entabló una
correspondencia tensa pero formal entre Kindelan y Matthews sobre los planes de
retirada de las tropas americanas.
En el lado militar tomó dos medidas de gran importancia. Por un lado proporcionó
armas y equipo a todos los negros libres de San Agustín, los cuales tenían un enorme
interés personal en rechazar la invasión americana, y puso al frente de esta milicia a
un Capitán también negro (50). Por otro lado, aceptó una oferta de ayuda por parte de
varias docenas de jefes de la Nación Alachua de los indios Seminoles (50) que habían
sido previamente rechazados por los patriotas, y les ofreció una recompensa de 1.000
dólares por la cabellera de McIntosh y 10 dólares y una botella de ron por la de
cualquier otro patriota. Esta guerra psicológica tuvo un efecto devastador, y cuando en
julio los Seminoles empezaron a atacar plantaciones a ambos lados del río San Juan
muchos patriotas partieron hacia sus casas en Georgia para proteger a sus familias.
El Teniente Coronel Smith solicitó de Mitchell el refuerzo del Capitán Williams y sus
marines que seguían en Fernandina al mismo tiempo que se quejaba de la ineficacia
de los patriotas. Williams partió el 11 de julio y encontró a las tropas americanas en un
estado lamentable, con la moral por los suelos, con escasez de ropa y con muchos
enfermos. A menudo había más de un tercio de la tropa enferma de fiebre, disentería,
…
En agosto los Seminoles junto a negros libres que vivían con ellos empezaron a atacar
a las tropas regulares y así el 12 de agosto atacaron a un correo al que torturaron y le
cortaron nariz y cabellera (50). En septiembre, 3 de los marines de Williams perecieron
en una emboscada y otro desertó y se unió a los españoles. El 12 de Septiembre
Smith ordenó a Williams que evacuara a los hombres más enfermos a Davis Creek y
volviera con tropas de refresco. Esa noche al llegar al paraje conocido como Twelve
Mile Swamp fueron atacados por un grupo de Seminoles y negros al mando del
Teniente Huiten que les habían tendido una emboscada perfecta. Este Teniente era un
esclavo libre llamado Juan Bautista Huiten (también conocido como Prince Witten) al
que Sebastián había hecho Teniente por sus cualidades de liderazgo. Los primeros
disparos alcanzaron al Capitán Williams a su Sargento y a los primeros caballos. Los
atacados se reagruparon y devolvieron los disparos en la oscuridad. El Capitán
Williams que había recibido 8 heridas de bala arengaba a sus hombres. En 15 minutos
ambos bandos habían acabado la munición y se pasó a la lucha cuerpo a cuerpo; los
indios con sus tomahawks y los marines con sus bayonetas. Los indios se retiraron
destruyendo una de las 2 caravanas y llevándose la otra. Williams envió sus tropas
hasta Davis Creek y él permaneció escondido toda la noche hasta que al día siguiente
volvieron a buscarle. En una carta del 15 de septiembre a su Comandante decía lo
siguiente; mientras avanzaba con un comando de 20 hombres con 2 caravanas desde
el Campamento hasta este lugar, fuimos atacados por un grupo de indios y negros …
por ser de noche, empezamos la lucha que continuó hasta que a ninguno de mis
hombres le quedaba un cartucho, durante ese tiempo recibí 8 heridas … Mi pierna
derecha está rota, mi mano derecha atravesada por 3 disparos, mi brazo izquierdo
roto, mi pierna izquierda atravesada por un disparo y tengo otro disparo en mi cadera
izquierda cerca del riñón; otro me ha atravesado la parte inferior del cuerpo …
Encontraron un hombre muerto al que habían cortado la cabellera, varios heridos que
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habían escapado entre las matas … Los enemigos eran unos 50. Puede usted
suponer que me encuentro en una situación terrible pero espero recuperarme en
pocos meses. Sin embargo, el Capitán Williams no logró recuperarse y moría el día 29
de septiembre. Fue el segundo marine de la historia que perdió su vida en combate.
Aunque el combate de Twelve Mile Swamp acabó en empate, desde el punto de vista
estratégico fue un desastre para los Estados Unidos. A los dos días el Coronel Smith
abandonaba el sitio de San Agustín y se retiraba, primero a Davis Creek y, pocos días
más tarde, a la plantación de Hollingsworth a la que denominó Camp New Hope pues
seguía esperando la llegada de refuerzos. Al mismo tiempo, los indios empezaron
acciones de guerrilla, robo de ganado, … y hacían incursiones en Georgia. Para
evitarlo, el Coronel Newnan de los patriotas de Georgia organizó una expedición
contra ellos matando a su jefe. Los patriotas sufrieron 25 bajas y se retiraron como
pudieron a Camp New Hope. Algunos meses después el Presidente Madison tiraba la
toalla y ordenó la retirada de Florida Oriental (50). El 26 de abril de 1813 los
americanos abandonaron Camp New Hope tras haberlo quemado y dos semanas más
tarde se devolvía Fernandina a los españoles mientras las últimas tropas americanas
salían de Florida. En menos de 1 año Sebastián Kindelan había logrado dar la vuelta a
una situación desesperada sin disparar un tiro y sin utilizar a ningún soldado español.
Recientemente James G. Cusick, investigador de la Biblioteca P.K. Yonge de la
Universidad de Florida en Gainsville y de la St. Augustine Historical Society ha
publicado un magnífico libro (69) en el que se analizan los pormenores políticos y
militares de esta primera guerra entre España y los Estados Unidos. En sus páginas
queda patente su admiración por la labor realizada en la Florida por Sebastián
Kindelan.
Con James G. Cusick en San Agustín
Monumento a la Constitución. San Agustín.
Otra de las primeras preocupaciones de Sebastián Kindelan fue la de si publicaba la
Constitución de 1812. Esta cuestión, como tantas otras, la consultó con el Capitán
General de Cuba Juan Ruiz de Apodaca (39). Todavía hoy se conserva un
monumento a la Constitución con la siguiente inscripción: Plaza de la Constitución
promulgada en esta Ciudad de San Agustín de la Florida Oriental en 17 de Octubre de
1812 siendo Gobernadorel Brigadier Don Sebastián Kindelan Caballero del Orden de
Santiago Para Eterna Memoria. Este es el único monumento que sobrevivió a la
decisión de Fernando VII de destruir todos los monumentos que antes había ordenado
construir.
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En 1814 emprendió una reforma urbana de la ciudad de Fernandina para mejorar su
utilidad, comodidad y hermosura. El plan fue diseñado por el agrimensor general Don
Jorge Clarke, y se dictaron una serie de normas para incentivar a las personas que ya
habían construido sus casas para que se mudaran a los solares establecidos por el
nuevo plan. En el título de propiedad de Don José Gaunt, que se conserva en los
archivos de la Universidad de la Florida y que está firmado por Sebastián Kindelan,
pueden leerse los detalles de dicho plan (52).
Además, se producen insurrecciones, sobre todo la de isla Amelia en otoño, y
continúan los problemas con los esclavos fugitivos desde los Estados Unidos. En 1814
se produce el Embargo Act de los Estados Unidos y se concentran en la frontera
tropas americanas. Sebastián Kindelan informa a Ruiz de Apodaca de la imposibilidad
de expulsar a los bandidos de Georgia del territorio indio, y de la expedición de
Estados Unidos contra los indios Creek (39). También en este año se presentan en la
desembocadura del río Santa María un grupo de barcos de guerra británicos con el
objetivo de incitar a la insurrección de los negros americanos. En 1815 Sebastián
Kindelan decide disolver las alcaldías constitucionales mientras continúan las
actividades de los ingleses en el río Santa María. Sebastián Kindelan intercambia una
serie de cartas con el Almirante Inglés Cockburn sobre el tema de los esclavos
fugitivos.
El Gobierno de Sebastián Kindelan en la Florida coincidió con una época de gran
importancia en su historia, y en la que los acontecimientos se sucedían con un ritmo
vertiginoso. En la zona se entremezclaban españoles, franceses, ingleses, indios,
americanos, cada uno con sus intereses. Además, entre los americanos había grupos
muy diferentes pues nada tenían que ver los intereses del Gobierno de Washington,
con los de los colonos de Georgia y Carolina del Sur, o los de muchos habitantes de la
Florida. Las alianzas y enfrentamientos entre uno o varios de estos grupos fueron
continuos durante los últimos años del siglo XVIII y los primeros del XIX.
En 1815 fue nombrado Teniente Rey, Caballero Subteniente del Gobierno de la
Habana. De nuevo, y con motivo de pedir la Cruz de San Fernando, escribe Sebastián
Kindelan un resumen de sus actividad durante estos años (55). Dicha carta la
reproduzco en el Apéndice D. También es interesante leer su hoja de servicios de
diciembre de 1815 (59) y que he reproducido en el Apéndice E.
Tendría que esperar hasta el 12-9-1819 para conseguir la gracia que pedía. Con esa
fecha, se le nombra Caballero de tercera clase de la Real y Militar Orden de San
Fernando y se le condecora con la cruz de tercera clase atendiendo al distinguido
merito que vos el Brigadier D. Sevastian Kindelan, Teniente de Rey de esta plaza de la
Havana, habeis contraido siendo Governador de la Florida Oriental, cuando esta fue
invadida por tropas americanas insurgentes en el año de 1813 logrando la pacificación
de la provincia, sometiendola con firmeza y constancia a pesar del corto numero de
fuerzas y escaseces que experimentaron (56).
Gobernador de Santo Domingo
Al final de 1817 fue nombrado Gobernador, Capitán General e Intendente de la Isla de
Santo Domingo (según la Dirección General del Tesoro el nombramiento es del 31-101817). Su llegada a la isla parece ocurrir el 5-1-1818 (42), y el 10-1 envía una carta al
Comandante General de la Habana (61) participándole su nombramiento. Su mandato
se enmarca dentro de los años denominados como de la España-Boba (1809-1822),
en los que por la guerra con Francia y por los movimientos emancipadores
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americanos, España no se ocupó de la prosperidad de Santo Domingo. Una de sus
primeras preocupaciones, que comunica al Comandante General del Apostadero de
La Habana, son los problemas que ocasionan a los barcos españoles los corsarios
insurgentes que rodean las costas (60). Cuenta Callejas que durante su mandato se
vió amenazado por la independencia que planeaba su auditor de guerra Nuñez,
aunque la eficacia y energía de Kindelan consiguieron impedir esos planes. Sin
embargo, al año siguiente de la marcha de Kindelan, el mismo auditor volvió a
conspirar y esta vez sí consiguió la independencia que fue contemplada con dolor por
los propios dominicanos que vieron como los negros de la parte francesa se
apoderaron de toda la isla.
Tengo escasos datos sobre el Gobierno de Sebastián Kindelan en Santo Domingo
pero lo que relata Callejas parece muy verosímil. El 1-12-1821, un grupo de
dominicanos dirigidos por el auditor José Nuñez de Cáceres proclamó el estado
independiente de la parte española de Haití (40). Sólo los implicados sabían lo que se
estaba preparando mientras que el pueblo recibió con sorpresa la independencia.
Nuñez se erigió en gobernador político y presidente del nuevo Estado y el mando se lo
entregó apaciblemente el gobernador español Pascual del Real, quien el 5 de
diciembre se embarcaba para España (40). Corto fue el Gobierno de Pascual del Real
(nombramiento del 25-7-1820), pues en abril de 1921 Sebastián seguía actuando
como Gobernador de Santo Domingo, y más corta aún la presidencia de Nuñez, pues
el 9-2-1822 Boyer, presidente de Haiti, invadió triunfalmente Santo Domingo
aduciendo que no entendían que la isla de Haití fuera divisible. En Santo Domingo ni
los blancos ni los negros estaban conformes con lo que hizo José Nuñez. Este,
abandonó la isla con su familia el 17-4-1823 (42) y llegó a Venezuela el 22-4-1823 (43)
donde pidió asilo.
Juan, el hijo de Sebastián Kindelan, ingresó por entonces en el Ejército como cadete
del Regimiento fijo de Santo Domingo cuando aún no había cumplido 15 años. El 20-61821 Sebastián Kindelan, que había terminado su estancia en Santo Domingo y había
sido destinado a La Habana, solicita que sea destinado al Regimiento de Infantería de
Cuba de guarnición en la Habana, para que se encontrara cerca de sus cuidados y
ejemplo (51).
En 1821 se le concedió la Subdirección de las tropas de la Isla de Cuba, también
recayó en él el cargo de subalterno del Capitán General con aprobación del Rey, por
medio de una Real Orden muy honorífica para él y concediéndole la Gran Cruz de
Isabel la Católica.
Gobernador de Cuba
Desde el 18-7-1822 al 2-5-1823 fue Gobernador Interino de la Isla de Cuba por
fallecimiento del Teniente General D. Nicolas de Mahy. Sebastián Kindelan era ya
anciano y enfermizo (48) y tuvo que ocuparse del mando de la Isla en unas
circunstancias enormemente difíciles. Con una prensa insolente y licenciosa, una
guarnición mal pagada y desobediente, una milicia nacional dividida en banderías, una
capital trabajada por las sociedades secretas y continuas tentativas de los disidentes
para sublevar el país contra el gobierno (48). Por todo ello, esta etapa de gobierno
provisional fue la de sus mayores conflictos y desordenes. Callejas nos relata un
episodio de este periodo: … el lance escandaloso del atentado del que se titulaba
Capitán D. J. Correa Botino que tratando este Jefe a su presencia, se promedian un
lance que Correa tuvo con D. J. Satica; en presencia de él y en su palacio, sacó la
espada e hirió a su contrario, y tratando de estorbarlo el Sr. Kindelan, salió herido y
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queriendo su ordenanza de dragones atravesar a Correa con su sable, con una mirada
enérgica el Jefe se lo estorbó, se puso preso al Correa, y al presente que hace de esto
más de un año, aún no se ha castigado (en 53 se atribuye este episodio a Segundo
Correa Botino y a Rafael Gatica).
A mediados de diciembre de 1822 se efectuaron elecciones de diputados, lo que hizo
más evidente que nunca la tirantez entre criollos y peninsulares. Los cubanos eligieron
al presbítero Félix Varela, a Leonardo Santos Suárez y a Tomás Gener, y los
derrotados hicieron circular el rumor que estaba a punto de estallar una revolución
encaminada a exterminar a los españoles que residían en la Isla. Los milicianos
peninsulares se prepararon para repeler cualquier agresión y exigieron que se
expulsara de la milicia a los criollos. Cuando el choque parecía inminente, Sebastián
Kindelan, a ruegos del Ayuntamiento, la Diputación Provincial y los jefes de la
guarnición, firmó una alocución conciliadora, demandando que los amotinados
depusieran su actitud. Grupos de paisanos se hicieron fuertes en los barrios
extramuros de la capital y comunicaron al Gobernador que podía disponer de ellos
para reducir a los sediciosos. Kindelan optó por parlamentar con los jefes de ambos
bandos, y consiguió que se restableciera la tranquilidad. La Providencia y la fidelidad
de algunos jefes ayudaron a Sebastián Kindelan a sostener la situación hasta que el 25-1823 llegó a La Habana el nuevo Capitán General Francisco Dionisio Vives (48).
Poco después se efectuó el matrimonio de su hija Barbara con el teniente coronel del
regimiento de infantería de Cuba Antonio de Sentmanat.
En estos años construyeron la casa de la Plaza de Dolores en la que vivieron sus
descendientes hasta la revolución castrista. Fue una de las primeras casas de dos
pisos que se construyeron en Santiago y estaba valorada en 37.580 pesos. En los
últimos años en que la casa perteneció a la familia fue la residencia de Ana Kindelan y
Aguilera y Octaviano Navarrete. Sus nietos recuerdan como a la salida del colegio
acudían a la casa que aún hoy día se conoce en Santiago como la casa Kindelan.
Hace unos años se transformó en una taberna (taberna Dolores).
Fachada Casa Kindelan
Patio Casa Kindelan
Sebastián Kindelan ascendió a Mariscal de Campo y poco después se retiró a sus
haciendas de Santiago. Murió el 3-5-1826, a los 68 años por causa de una repentina
enfermedad y fue enterrado el día 4 en la Catedral de Santiago en una ceremonia
presidida por el Arzobispo de Santiago Mariano Rodrigues de Olmedo con Cruz alta,
capa, clamores, posas, vigilia y acompañamiento del clero. En su testamento deja en
primer lugar a su Excelentísima esposa, en segundo lugar a su hermano político Don
Francisco Mozo y en tercero al teniente coronel de milicias Don José Sanchez Griñan,
para que cualquiera de los tres otorgue y naturalice en forma legal su testamento y
27
ultima voluntad con arreglo a los conocimientos e instrucciones que les tenía dadas.
Su fortuna incluía un Ingenio en Aguadores y cinco cafetales (Santa Bárbara del
Guayabal, Santa Ana, Trinidad del Olimpo, Caridad de las Gracias y Concepción de la
Idalia), lo que hacía un total de 169.279 pesos. Al morir Ana Manuela diecisiete años
mas tarde, la fortuna se había duplicado (313.419 pesos y quinientos cincuenta
esclavos).
Uno de los mausoleos mas importantes del cementerio de Santa Ifigenia (inaugurado
en 1868) en Santiago de Cuba es el erigido por los descendientes de Ana Manuela
Mozo de la Torre y de su hermana Isabel en 1878. En particular, Juan (al que
dedicaremos el próximo capítulo), hijo de Ana Manuela y casado con Magdalena, hija
de Isabel. También están enterrados las familas de sus hijas Mariana casada con Luis
García de Luna, María de los Dolores casada con Vicente Salazar, y las hijas de su
hermana Isabel Mariana casada con Jose Agustín de la Torre, María Altagracia
casada con Martín Vizcay, y de sus hijos Juan, casado con Genoveva de la Cruz, y
Pedro, casado con María Magdalena Nariño y Limonta.
Poco después de la muerte de Sebastián, su viuda Ana Mozo de la Torre escribía al
Rey Fernando VII, para cumplir con un deseo que Sebastián le había expresado en
varias ocasiones. La carta se encontraba en un paquete de unas 700 cartas entre
Fernando VII y su secretario, Juan Miguel de Grijalva, que un anticuario de Segovia le
vendió a Juan Arzadun en los años 30 (41). La carta decía así;
Doña Ana Mozo de la Torre, viuda del mariscal de campo don Sebastián Kindelan,
expone:
Que su difunto esposo, en diferentes ocasiones, manifestó a la exponente los deseos
que le animaban a dejar en su testamento a favor de V.M. la cantidad de doce o trece
mil pesos fuertes, como una prueba del amor y respeto que profesaba a V.M. y en
recompensa de los muchos beneficios que había recibido de vuestra Real
Munificiencia; mas una enfermedad repentina llevó a Kindelan al sepulcro sin haber
podido manifestar su voluntad.
La suplicante, Señor, colocada por la suerte con proporción de cumplir la voluntad de
su marido, ha comisionado en esa Corte a su hermana política la Marquesa Viuda de
Casa-Cagigal para que entregue a la persona que V.M. se digne designar la cantidad
de trece mil pesos fuertes, que la exponente cede a beneficio de V.M., siguiendo sus
impulsos naturales y como un efecto del respeto que conserva a la memoria del que a
un tiempo supo ser buen servidor de su Rey y buen padre de familia; en esta virtud,
28
A V.M., rendidamente, suplica se digne admitir dicha donación para que la destine a lo
que fuese de su Real agrado, en el concepto de que la suplicante, conforme a la
voluntad de Kindelan, quiere que ni sus hijos ni sus descendientes jamás hagan mérito
de esta acción; gracia que espera alcanzar de V.M., en Santiago de Cuba, a 15 de
junio de 1826.
Barbara Kindelan, su hermana política, fallece antes de recibir el dinero, por lo que es
su hija Vicenta Cajigal la que cumple el encargo desde Paris. Lo triste del caso es que
la situación de Vicenta dista mucho de ser desahogada tal como ella misma describe
en estos términos conmovedores al final de su instancia;
Señor: los gastos ocasionados por la larga enfermedad que precedió a la muerte de mi
Madre, los de mi largo viaje, los precisos para atender al recobro de mi quebrantada
salud, unidos a los atrasos que mi padre sufrió en las convulsiones pasadas, en las
que para pagar las enormes contribuciones que le imponían los revolucionarios se vió
precisado a vender cuanto tenía, me han reducido en mi orfandad a sólo el goce de la
viudedad, de la que se me está adeudando desde el mes de mayo inclusive, del año
próximo pasado, hasta fin de junio del presente, cuyo importe, que es de once mil
seiscientos sesenta y seis reales vellón, podría aliviar en gran parte las privaciones
que estoy padeciendo por los empeños que he tenido que contraer; y por lo tanto, ya
que he tenido la dicha de llegar hoy a los pies del Trono de V.M. a presentarle el
donativo de mi difunto tío,
A V.M. suplica rendidamente que por un efecto de su bondad se digne mandar que,
por el Ministerio de Hacienda, a quien corresponde el pago de lo devengado hasta fín
de julio último, se me satisfagan los enunciados 11.666 reales bellón correspondientes
a la viudedad de los expresados meses.
Referencias
1- Archivo Histórico Nacional, Ordenes Militares, Santiago. Pruebas de Caballero de
Sebastián O’Kindelan y O’Regan, Caja 1102, Expte. 5803 (1789).
2- Historia de Familias Cubanas, Francisco Xavier de Santa Cruz y Mallen, Conde de
San Juan de Jaruco y de Santa Cruz de Momox, La Habana, editorial Hércules
(1940).
3- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, Legajo 28,
Solicitud Grado de Brigadier, Cádiz, (1772).
4- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 2600, Cuadernillo 1, Folio 34
(1772).
5- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 2600, Cuadernillo 2, Folio 27
(1774).
6- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 2600, Cuadernillo 3, Folio 26
(1776).
7- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 2600, Cuadernillo 4, Folio 25
(1777)..
8- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Expediente 5, Folio 209
carta solicitando Gobierno de la Plaza de Cuba (1798).
9- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47,
Sebastián y Juan Kindelan, carta de 31-3-1787 solicitando ingreso en Orden Militar
de Sebastián Kindelan.
10- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47,
Sebastián y Juan Kindelan, carta de 31-3-1787 solicitando ingreso en Orden Militar
de Juan Kindelan.
29
11- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47,
Sebastián y Juan Kindelan, concesión de Havito de Santiago a Sebastián y Juan
Kindelan, 10-5-1787.
12- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47,
Sebastián y Juan Kindelan, solicitud de Sebastián Kindelan para hacer pruebas por
Patria comun, Zamora, 1-7-1787.
13- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47,
Sebastián y Juan Kindelan, solicitud de Juan Kindelan para hacer pruebas por
Patria comun, Madrid, 4-7-1787.
14- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47,
Sebastián y Juan Kindelan, concesión a Juan y Sebastián Kindelan para hacer
pruebas por Patria comun, San Ildefonso, 31-8-1787.
15- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 124 carta de 25-91787 desde Zamora solicitando Plaza de Capitán Regimiento Fixo de Mexico.
16- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 125 carta de 2010-1787 desde Zamora solicitando Plaza de Capitán Regimiento Fixo de Mexico.
17- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 126 carta de 2-101787 desde Zamora solicitando Plaza de Capitán Regimiento Fixo de Mexico.
18- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 137 carta de 6-101787 desde Zamora solicitando Plaza de Capitán Regimiento Fixo de Mexico.
19- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 141 carta en que
se nombra a Sebastián Kindelan Y Juan Arango capitanes de granaderos de
regimiento de Mexico y a Joseph Rato y Tineo del de Nueva España. Noviembre
(1787).
20- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 145 nombramiento
oficial de Sebastián Kindelan como capitán de granaderos de regimiento de Mexico
20-11-1787 .
21- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6954, Expediente 13, Folio 79,
solicitud de 4 meses de Licencia para realizar Pruebas de Nobleza de Sebastián
Kindelan, Madrid, 24-4-1788 .
22- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6954, Expediente 13, Folio 80,
concesión de 4 meses de Licencia para realizar Pruebas de Nobleza de Sebastián
Kindelan 3-5-1788 .
23- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6954, Expediente 13, Folio 77,
carta de Sebastián Kindelan solicitando paga de sueldos atrasados, Madrid, 9-31788.
24- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6954, Expediente 13, Folio 77,
concesión a Sebastián Kindelan del cobro de sueldos solicitados, Aranjuez, 20-31788.
25- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6993, Expediente 10, Folio
165, nombramiento de Sebastián Kindelan como Sargento Mayor, 29-7-1793.
26- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6993, Expediente 10, Folio
167, propuesta de ascenso de Sebastián Kindelan a Sargento Mayor, 30-6-1793.
27- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6993, Expediente 10, Folio
186, nombramiento de Sebastián Kindelan como Sargento Mayor.
28- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6877, Expediente 23bis, Folio
196, carta de Sebastián Kindelan solicitando Gobierno de la Plaza de Cuba, 18-51798..
29- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6877, Expediente 23bis, Folio
217, concesión Gobierno de la Plaza de Cuba a Sebastián Kindelan, Palacio, 19-71798..
30- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6877, Expediente 23bis, Folio
218, nombramiento de Sebastián Kindelan como Gobernador de la Plaza de Cuba,
25-7-1798..
30
31- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6877, Expediente 23bis, Folio
321, carta de Sebastián Kindelan informando de toma de posesión del Gobierno de
la Plaza de Cuba, 28-3-1799..
32- Crónicas de Santiago de Cuba, Tomo I, Emilio Bacardi y Moreau, Gráficas Breogan
1972 (reedición de una obra de 1924).
33- Historia de Santiago de Cuba, José María Callejas, Habana, Imp. La Universal,
1911 (basada en manuscritos inéditos de 1823).
34- Juan Nepomuceno de Quesada, Governor of Spanish Florida 1790-1795, Janice
Borton Miller, University Press of America, 1981.
35- La expedición española a Dinamarca, 1807-1808, José María Bueno Carrera,
Aldaba Ediciones, 2.000.
36- Enciclopedia de Cuba.
37- Archivo Histórico Nacional, Orden de Montesa, Expediente 80, D. Vicente y D.
Juan Kindelan y Mozo de la Torre, 20-12-1830.
38- History of Florida, fron its discovery by Ponce de Leon. In 1512 to the close of the
Florida War in 1842, George, R. Fairbanks, J.B. Lippincott & Co. Philadelphia,
1871.
39- Descriptive Catalogue of the Documents relating to the History of the United States
in the Papeles Procedentes de Cuba deposited in the Archivo General de Indias at
Seville, Roscoe R. Hill, Carnegie Institution, 1916.
40- Santo Domingo (1795-1865), María Magdalena Guerrero Cano, Universidad de
Cádiz, 1986.
41- Fernando VII y su tiempo, Juan Arzadun, Editorial Summa, 1942.
42- Miscelánea histórica, Leónidas García, Clio, n. 97, p. 121, 1953.
43- La primera gestión de Nuñez de Cáceres en Venezuela, Carlos Larrazabal Blanco,
Clio, n. 98, p.17, 1954.
44- Les Colons de Saint-Domingue réfugiés a Cuba (1793-1815), Revista de Indias, n.
54, pp. 559-608, 1953.
45- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6842, Expediente 98, Folio
405-405, de Antonio Mozo de la Torre para introducir 500 negros, febrero 1789.
46- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 7272, Expediente 6, hojas de
servicios del Regimiento de Infantería solicitud fixo de Mexico, diciembre 1795.
47- Archivo de Simancas, Estado, Legajo 8303, relaciones con los ingleses, 1804.
48- Diccionario de la Isla de Cuba, Jacobo de la Pezuela, Tomo III, Imprenta del
Establecimiento de Mellado, Madrid, 1863.
49- The ambush of Captain John Williams, U.S.M.C.: failure of the East Florida
Invasion, 1812-1813. Joseph H. Alexander, The Florida Historical Quarterly, 56, 3,
pp. 280-296 (1978)
50- Swamp ambush in East Florida, Joseph H. Alexander, Military History, 38-44 Marzo
(1998).
51- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes Personal Célebre, Juan Kindelan
y O’Regan.
52- Universidad de La Florida, Manuscritos, Título de Propiedad de D. José Gaunt, 311-1814.
53- Historia de la Isla de Cuba, Jacobo de la Pezuela, Madrid, Carlos Bailly-Bailliere,
1868.
54- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián
Kindelan, carta de 31-8 (1801).
55- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián
Kindelan, carta de 15-11 (1815).
56- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián
Kindelan, concesión cruz de San Fernando 19-9 (1819).
57- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián
Kindelan, carta vecinos de Santiago 14-2 (1804).
31
58- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián
Kindelan, carta de 2-1 (1804).
59- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián
Kindelan, hoja de servicios, Diciembre (1815).
60- Archivo Histórico Nacional, Ultramar, Santo Domingo, Legajo 6232, oficio de
Sebastián Kindelan, 24-5 (1818)
61- Archivo Histórico Nacional, Ultramar, Santo Domingo, Legajo 6232, oficio de
Sebastián Kindelan, 10-1 (1818)
62- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5638, Expediente 54, correspondencia
de D. Luis de Onís (ministro plenipotenciario en EEUU con secretario de estado D.
Eusebio de Bardají y Azara, 26-4 (1812).
63- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5638, Expediente 88, correspondencia
de D. Luis de Onís, ministro plenipotenciario en EEUU, con secretario de estado D.
Eusebio de Bardají y Azara, 2-7 (1812).
64- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5630, Expediente 239, correspondencia
de D. Carlos Martínez de Irujo, Embajador de España, con secretario de estado D.
Mariano Luis de Urquijo, 22-8 (1801).
65- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5554, Expediente 15, nombramiento de
Sebastián Kindelan como Gobernador de La Florida, (1811).
66- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5554, Volumen2, Folios 21-22, carta de
Ruiz de Apodaca a Secretario de Estado, 5-6 (1812).
67- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5638, Expediente 109, correspondencia
de D. Luis de Onís, ministro plenipotenciario en EEUU, con secretario de estado D.
Eusebio de Bardají y Azara, julio (1812).
68- Los acentos de una mujer, Ana Manuela Mozo de la Torre, Compilación de María
Elena Orozco Melgar, Editorial Oriente, Santiago de Cuba (2007).
69- James G. Cusick, The other war of 1812: the patriot war and the american invasion
of Spanish East Florida, University of Georgia Press (2007).
32
APENDICE A
Señor = Don Sebastián Kindelan Coronel de los Reales Exercitos y Governador Militar,
y Politico de la Plaza de Santiago de Cuba con la más profunda veneracion a los Rs.
P. de V.M. expone: Que tiene el honor de servir a V.M. 32 años 9 meses y 14 dias
como consta de la oja de servicios, que acompaña, habiendo pasado desde la clase
de Cadete en que sele dispensó la edad por todas las de la carrera hasta la de
Sargento Mayor graduado de Coronel en que fue promovido al expresado Gobierno:
que de Teniente de Granaderos del Regimiento de Infanteria de Irlanda, se halló en el
sitio de Gibraltar, haciendo el Servicio en la Columna de Compañias sueltas de esta
clase: Que siendo Capitan efectivo del mismo Cuerpo pasó a serlo de Granaderos en
el de Mexico al tiempo de su formacion, en la que tubo a su cargo la instrucción, y
arreglo de él, por lo que el Sub-Inspector General Don Pedro Mendinueta, y Virrey Don
Manuel de Flores lo consultaron a V.M. para el referido empleo de Sargento Mayor:
Que con motivo de la Guerra contra la Francia, estando de Guarnicion en la Plaza de
la Havana fue mandando tres Compañias al socorro de la Florida Oriental, y Plaza de
San Agustin y que después de retirado, bolviendo a estar dicha Plaza amenazada, el
Capitán General de esta Isla Don Luis de Las Casas lo destinó a los estados unidos de
America con la Comision de representar, y pedir al de la Georgia la competente
satisfaccion de los insultos y vejaciones, que sus habitantes continuamente cometian
en el territorio Español, la que obtubo completamente de su Governador, y el
Congreso general de dicho estado cortando de raiz el origen de los disturbios de la
raya, cuya conducta mereció la aprovacion del referido Capitan General, que
recomendó por conducto del Ministro de Estado a V.M.
A estos cortos meritos agrega el suplicante los de su difunto Padre el Brigadier Don
Vicente Kindelan, y los de sus Tios carnales y hermanos de su Padre, uno muerto de
Capitan en la Batalla de Campo Santo, y el otro en la de la Madona del olmo de
Teniente Coronel, y Ayudante general del Exercito de S.A.R. el Infante Don Felipe,
amás de dos tios de estos tambien muertos en la toma de oran, el uno de Capitan de
Granaderos, y el otro Graduado de Coronel de Dragones, como asi mismo los de toda
su familia, que desde la Rebolucion de Inglaterra han servido en España con credito, y
distincion en la gloriosa carrera de las armas.
Por todo lo Qual A V.M. humildemente suplica se digne promoverle al Gobierno y
Comandancia General de Cartagena de Indias, al de Panamá, ú otro que sea en
america del agrado de V.M., condecorandole igualmente con el grado de Brigadier,
pues aunque las ocupaciones del actual Gobierno le presentan frequentes motivos de
distinguirse en el Servicio de V.M. rezela con no poco fundamento que el Matrimonio a
que se dispone con Doña Ana Manuela Mozo oriunda de esta Ciudad e hija del
Coronel de Milicias Don Antonio Mozo de la Torre a pesar del sagrado que le ofrece el
Rl. Permiso de V.M. expedido en 18 de Noviembre ultimo produzca al menos entre los
espiritus insanos que por desgracia influyen en alguna parte de sus habitantes, una ú
otra cavilacion maliciosa para disminuir su buen concepto atribuyendo vicios
deparsialidad a sus providencias, por mas empeño, que aplicase en dirigirlas como
hasta el presente, dentro del circulo, que le prescriven el honor, y responsabilidad de
sus encargos. Gracia que espera recibir de la innata benignidad, y clemencia de V.M.
= Santiago de Cuba 31 de Agosto de 1801 = Señor = A.L.R.P. de V.M.
Kindelan
33
APENDICE B
Señor
Los vecinos de la Ciudad de Santiago de Cuba, puestos á los pies de Vuestra
Majestad decimos: que en este año de 804 se han apoderado los negros Briganes de
toda la Colonia Francesa; con este motivo se han pasado á esta Ciudad veinte, o
veinte y dos Mil Franceses entre Blancos, Mulatos, y Negros de ambos sexos, en
calidad de ospitalidad; hace un año, que estan aquí, y lejos de mudar de domicilio,
estan comprando casas, y terrenos para establecerse en esta, sin mirar los que nos
goviernan que Vuestra Majestad por sus Leyes establecidas en sus Reynos prohibe el
establecimiento de estrangeros en los Reynos de Castilla e Indias, principalmente esta
mala gente, que todos son revolucionarios, y sin religion; cuando la Magestad sale á la
calle es un escandalo, pues pasan junto a ella, como si vieran un vil negro, que es
necesario que los curas, que van con el relicario lleven algunos hombres buenos con
sus garrotes ó maderos á fin de en algun modo contener esta gente; no tienen
veneracion, ni respeto á nadie, viven todos lujuriosamente amansebados publicamente
dando el mas mal exemplo al Publico, pero Señor lo mas malo de este punto es, los
Niños que se estan levantando, que cresen, y tienen este exemplo ála vista, que sera
de ellos, y sus pobres Padres sin poderlo remediar, pues los que deben hacerlo, no lo
catan siquiera; ay mas de mil negros y mulatos, y otras tantas hembras, todas
prostitutas de donde han resultado muchos Matrimonios dispersos en otra religion;
aclaman las tristes españolas, á los Jueses, y no hay quien las consuele; los Juegos
prohibidos por Vuestras Leyes Señor de Montes, Bancas, dados, Crapes son infinitos,
y lejos de estorbarlos, se disimulan dando a los Coimes una Onsa de oro, a los que
esta iniquidad permiten; Los Oficiales Franceses que con sus Tropas han Hentrado
por ospitalidad en esta Plaza aquellos mas Briganes, que han vendido las Plazas de
las Colonias, ay de estos infinitos en esta Ciudad disfrasados, son mui conocidos, pero
tambien mui dicimulados, sin atender a que Vuestra Majestad puede tener una ruina
en toda esta hermosa Isla, de un momento á otro, pues los Negros, y Mulatos
Franceses con estos malos Oficiales incognitos, pueden hacer una seducion mui
secreta, y acavarce esto en poco tiempo como acavada vemos la Colonia Estrangera.
No dudamos Señor que á letra vista deje Vuestra Majestad de consolar á estos tristes
sus humildes, y leales basallos pues ála vista de los superiores se manifiesta tanta
iniquidad, y no hay quien la remedie; por tanto ocurrimos como hijos obedientes, y
humildes áun Padre que nos consuele, pues creemos firmisimamente, que Vuestra
Majestad de nada de esto tiene la mas lebe noticia, y si acaso la ay Señor, es mui
oscura, ó Paliada como regularmente sabemos la dan asi a Vuestra Majestad. Dios
sabe mui bien, que en todo lo que a Vuestra Majestad exponemos es la verdad, y que
el nos falte ála óra de la muerte con sus Divinos auxilios, si todo esto no es cierto.
Esperamos que Vuestra Majestad por un efecto de su Real clemensia nos saque de
esta afliccion, lo mas presto.
Dios nuestro Señor guarde la importante Vida de Vuestra Real Majestad los años que
le apetesemos para nuestro consuelo. Cuba, y febrero 14 de 1804.
Señor
Los fieles basallos de Vuestra Majestad de la Ciudad de Santiago de Cuba
34
APENDICE C
Exmo. Sor. Gmo.
Muy Señor mio: si en 9 de diciembre del año pasado de 1802 y tercero de mi Gobierno
en esta Plaza, alenté mi confianza para recurrir á V.E. deseoso de alcanzar por su alta
mediacion ser removido de un Mando que aparejaba a mi honor y reputación su
decadencia en fuerza de los combates que sufria, é interesando al mismo tiempo su
elevado superior influxo a fin de disponer las bondades soberanas a que me
acordasen la gracia del Grado de Brigadier, ahora que me encuentro en sus ultimos
dias aque felismente he llegado, teniendo que aumentar a mis servicios, este corto
espacio más de sacrificio, quando naturalmente por haberme aproximado alos cinco
años prefinidos de esta carrera, ha disminuido mucha parte de mi primer xxx no
habiendo alcanzado la fortuna al Grado sobre que coloqué mis esperanzas, me veo
nuebamente obligado a fatigar la superior atencion de V.E. y aun por esfuerzo de
aquel a atropellar mi genio ruburozo poniendo en su alta consideracion como
inexcusable la calidad de los Servicios, que pueden, alludados de la proteccion de V.E.
conducirme al deseado fin.
Desde que me pocecione de este Gobierno en 29 de Marzo de 1799 fui infatigable en
recorrer amas de los puestos fortificados de esta Plaza y sus Costas los campos y
parages que pudieran ser suceptibles de incursiones por los Enemigos de la nacion
Inglesa con que se hacia la Guerra consultando ala mayor seguridad de la Plaza y
cubrir los flancos en que noté el fuerte de Cabañas 2 leguas a sotavento de este
Puerto y su Castillo despues de bien calificada la necesidad de la obra con aprovacion
de la Capitania General de esta Isla construi un reducto respectable por su situacion
sobre la cúspide de la Montaña nombrada de la Socapa que sin perjudicar a otro
Castillo del Morro asegura la pocecion de Cabañas y mantube la Plaza en el mejor
orden y estado de defensa hasta la conclucion de la Guerra.
Esta se hizo tan actiba por este Puerto a beneficio de mis prontos eficaces estimulos y
auxilios que fatigué las Colonias Británicas vecinas logrando con no pequeña
satisfaccion, que arruinasen su comercio maritimo 42 corsarios que gloriosamente
hicieron el Corso desde este Puerto, en que tambien xxx fueron construidos; y si se
atiende a que los extragos que la Inglaterra experimentó durante la discordia de parte
de la Plaza de Cuba fueron el elemento que inflamó el ardor del General Ingles Simur
para atacarla, como ya estaba acordado con el auxilio de los Negros rebeldes
franceses de Santo Domingo que devian distraer mis fuerzas y atenciones por
Guantanamo al propio tiempo que Simur hiba a formar el desembarco sobre lo mas
cercano del Puerto, es esta una nueba gloria, que me proporcionó el mando y la buena
disposicion de los fieles havitantes de Cuba, y un accidente felis que reuno por fortuna
a mis Servicios Militares. Y si el inopinado accidente del fallecimiento de dicho General
Simur, no hubiera sobrevenido igualmente el descubrimiento del plan contrario que
con doble actividad me comunico el Capitan General de la Isla, ni llegado a noticia del
enemigo la preparacion de recivirles, con las tropas que hizo marchar
precipitadamente en mi auxilio el expresado General de la Isla desde la Villa del
Puerto del Principe, Bayamo, y Holguin, quizá me habria tocado otro Mayor laurel en
defensa del territorio de mi Governacion.
En medio de la destemplanza en que se hallaba la Isla de Santo Domingo atropelladas
las legitimas autoridades, divididas las de los Caudillos usurpadores xxx Louverture y
Rigaud, este con el favor de los mulatos, aquel con el de los Negros ambos protegidos
de los Ingleses en la epoca misma de nuestra Guerra con esta Potencia: dudoso el
Govierno Español, sobre qual de ambas asambleas aspiraba a sostener la causa de la
Republica Francesa: empeñado este Govierno en conservar la indiferencia con
diferentes recursos que cada uno promovia para Socoro de Ganados y otros auxilios:
desvelado en consultar apreservar el territorio del Contagio amenazante de los Negros
y Mulatos: en discurrir sobre las intenciones de los Ingleses y especulaciones de
aquella nueva alianza: en invigilar acerca de la sugecion de los Negros esclavos del
pais, que llegaron aconsevir el proyecto de sublebarse, cuyo funesto accidente
35
correspondiendo mis medidas de precaucion se impidió quedando oportunamente
castigados los motores, en medio, como digo detan complicadas y espinosas
circunstancias yo he logrado el mas constante reposo, y tranquilidad de mi Territorio, y
exprecibas aprovaciones de la Capitania General por las prontas providencias que en
cada caso imprevisto he tomado, y el buen suceso de las que dando tiempo, he
consultado al mismo Superior y se han executado felismente.
Aunque a la execucion de la Paz, parecia una consequencia suceder el descanso del
Gobierno de Cuba, fue muy al contrario, y mas hubo menester redoblar sus cuidados
su vigilancia y afanes, por que crecio con ella el extrago de Santo Domingo y con el
arribo alli de las Tropas Francesas se corrió el velo alaperfidia de los Negros,
quedandome mas que temer si prevalesian las Armas de estos, conciderandome tan
cercano al fuego, y en la necesidad de convinar los venideros sucesos, para que
siempre me encontrase apercivido.
Yo reclamé muy anticipadamente a la Capitania General me librase sobre esta parte
preciosa oriental algunos Buques de la Real Armada para que me zelasen sus Costas,
no fue me posible hacerlo con un pequeño ardacostas que mantengo a mis ordenes y
quando este auxilio no habia sido facil se me presentase, penetrando la necesidad que
habia de guardia ya para evitar que los blancos franceses introdujesen por sus
dilatados costas y puertos negros de sus prisioneros previendo que algunos otros xxx
de las mismas Tropas se procuraran la seguridad en esta Isla: ya sospechando como
posible que con sus Barcos intentasen formar relacion con xxx cendados de la
Jurisdición, para xxx de Ganador, o porque no satisfechos de Victorias en su Colonia
pudiesen empeñarse en comunicar á esta los quatro o cinco mil negros que la xxx
propuse a la misma Capitania General la creacion de una Compañía de casadores
cuyo destino fuere ocupar los puntos mas principales y obvios de desembarco desde
este Puerto corriendo 80 leguas a varlovento por el Sur extendiendo sus atenciones a
impedir la fuga de los esclavos de la Patria que se ha tocado muchas veses en canoas
por la misma Costa, y al zelo del contravando para cuyos estimulo propuse la secion
afavor del piquete aprehensor de la sestante parte que debiese corresponderme como
Gefe de la Real Hacienda sin perjuicio de lo que como aprehensor le tocare, con
exclucion de los demas piquetes que no concurriesen al acto de la aprehencion y la
Capitania General despues de meditado mi citado Plan, y Jusgando por mis
succesivos avisos la importancia de su establecimiento convino en la formacion de
dicha compañía y hoy existe en sus respectivos puertos con no menores ventajas a
favor del xxx que las que me propuse al consultarla.
Antes de realizar el establecimiento de la expresada Compañía de Casadores de
Cuba, tenia puesto al servicio con iguales miras a las relacionadas un Piquete de
Caballeria recorriendo la misma Costa sin perjuicio de los reconocimientos que de
tiempo en tiempo mande hacer con el fin tambien de evitar que los Ingleses
extragesen como se me havia denunciado ganados y maderas por Guantanamo
donde tenian formados tres muelles que hise destruir inmediatamente en una noche
avista de una Fragata de Guerra Britanica que se hallaba al ancla en el mismo parage.
Yo he contado con la fortuna de prevenir los más remotos succesos de la Isla de
Santo Domingo abeneficio de mis especulaciones y dela conducta particular que
hellebado con los franceses sensatos residentes en esta Plaza amotivo de las
desgracias de aquella Colonia: Yo divisé sobre las mayores seguridades y comuniqué
a la Superioridad respectiva el proyecto de los franceses para promover la sublevacion
y toma de Jamayca que no se verifico por haver sido descubierta de los ingleses.
Yo anticipé ala Venida del Exercito Frances de Santo Domingo mis consultas a la
Capitania General para reposar y asegurar el acierto en mis providencias si pedian
viveres, municiones u otros socorros: Yo adelanté mis ideas y conviné la evacuacion
de todas las Plazas fortificadas dela propia Colonia y comunicado todo al Capitan
General de la Isla para aprovechar las medidas convenientes en ella, resultó
perfectamente cumplido quanto manifesté en orden al tiempo y circunstancias: Yo me
dispuse a reusar el recibo en esta Plaza delas Tropas francesas quando sus
36
Generales reposaban en sus armas: yo como pedi y se me habia tempranamente
dicho por la Capitania General que si me encontrase en los empeños que batisinaba
procediese según las circunstancias y prudencia que tenia acreditada en el Gobierno
siendo imposible a tanta distancia dar reglas en casos que estaban por venir, y sin
conocer sus complicaciones, haviendo llegado el instante de abandonar la Colonia, y
arribar aquí diferentes divisiones sueltas y otra al comando del General de Brigada
Lavallete se aumento mi angustia encontrandome con una guarnicion de 120 hombres
limitadisima incapas de confiar sobre ella para conservar la balanza y el buen orden
que a pesar de todo pude hacer guardar hasta el punto en que trabajosamente
consegui despacharlas reduciendo ala menor pocible exprecion los gastos de su
havilitacion como que salieron de sus Plazas desproveidos de todo lo necesario,
resultandome por mis providencias el placer delas aprovaciones Superiores que se me
han comunicado.
Al numero de 3041 soldados Franceses y 264 oficiales de diferente subordinacion
anuestras tropas con que llegué averme, seme reunieron y mantengo hospitalmente
abrigados hasta 25.000 havitantes de dicha Colonia hombres de diversas ideas: de
diferentes conductas, y educacion, y todos en lo general pisados del carro de las
desgracias, pues aunque al salir u abandonar sus Patrias, y propiedades forzados del
cuchillo amenasador de los rebeldes, cada qual procuró librar alguna fortuna, pudiendo
hacerlo, no la escaparon despues delas naves inglesas que formando una ála sobre
las costas de Santo Domingo, y otro bien ordenado crucero sobre la oriental de esta
Isla de Cuba, hasta la boca de su propio Puerto, fueron victimas de la Guerra, sin que
influyese en sus alivios ni aun la inmunidad de la soberania del territorio, que violaron
los ingleses apresandolos y poniendo fuego alos Buques que baraban en el
perseguidos, y no podian flotar; y sobre esta calamidad tan fatal para los prisioneros,
como honerosa ala Ciudad de Cuba que hiba recibiendo la carga pesada de
esqueletos, les cayó otra plaga, mas preponderable y fue el desamparo en que los
hiban abandonando sobre nuestras desiertas costas sin concederles un pan para su
alimento, ni perdonar de este rigor la infancia y enfermos, con cuyo motivo quedaron
muchos hechos pasto de las fieras, conducidos de la sed, y hambre a su ultimo fin.
Quando me hube enterado de tanta desolacion y que hasta Tropas y gente de color
francesas cubrian las Playas delas costas de mi Mando, a tiempo que la compañía de
casadores no estaba aun establecida, tomé las providencias mas activas para recoger
en esta Plaza con preferencia los negros y mulatos extrangeros afin de evitar su
exparcimiento por las Haciendas y Lugares internos colocados abarlovento: Del mismo
modo la tropa sin descuidar del resto de extrangeros que oportunamente fueron
arribando: ni de asegurar los Negros con buena guardia en un Ponton hasta irlos
despachando fuera dela Isla como ya estan la mayor parte.
Como este advenimiento de familias sucediese en la epoca mas fatal que el Territorio
de Cuba pueda haber experimentado en otros siglos dimanada de las grandes secas,
temblores de tierra y huracanes aniquiladores de todos los Frutos Territoriales y
ganados asi Bacunos como de Cerda: en ocacion que acababa tambien de recibir en
Su Ceno mucha parte de los Pueblos Españoles emigrantes de Santo Domingo
cedidos a la francia por el Tratado de Basilea, bajo la direccion y conducta de V.E.
quando las habitaciones y fincas havian tomado de la propia concurrencia y fomento
del comercio el mas alto precio y que absolutamente no se hallaba por ninguno un
quarto en alquiler, tube por lo tanto mas nececidad de trabajar en los medios de llenar
el titulo de Padre Conscripto de la Patria con que me hallo caracterizado, perdiendo
todos los momentos que devia conceder al natural descanso para que el Pueblo ya
colocado sobre el Plan de 60.000 vivientes hallase socorro a sus comunes
nececidades haciendo sacrificios pecuniarios para dar nueva vida a los que por el
hambre enfermedad la trahian perdida, proporcionandoles un Hospital provicional
asistidos bajo la piedad de los fieles que con mi exemplo conduje atan piadosos oficios
y contribuciones: Franqueé todas las riberas dela Bahia del Puerto para que se
hiciesen alojamientos de Guano y Cujes de pronticima habilitacion: Cooperé y dispuse
37
el Magnanimo Corazon del Padre Precidente del Hospital de Belemitas, no solo á
extraordinarios esfuerzos para Colocar enfermos extrangeros en su Hospital a pesar
de su reducziones sino aque franquease bajo de buen orden una area de terreno
colindante con la Ciudad ala parte del Mar perteneciente a su Comunidad, y por este
arbitrio se registran hoy y en menos de seis meses que tomaron principio, cerca de
docientas casas de guano y de teja construidas con primor e industria, y que dan un
nuevo ser y lucimiento ala Poblacion: Contemporaneamente franqueé a dichos
extrangeros el libre uso de sus artes liberales, y mecanicos para que fuesen con
utilidad publica ganando el Sustento, y acudiendo al de su familia: puse la mira en los
de profecion Maritima, y pedí por conducto del Capitan General de la Isla al
Comandante General de Mar de este Departamento se les dispensase con el propio
fin ocuparse en el trafico interno de la Bahia y que ya pescando, ya conduciendo agua,
leña, y otros renglones de subcitencia la disfrutasen igualmente y bajo de este arbitrio
deferido se emplean conciderables hombres.
Atendi luego alos campestres facilitandoles en su genero provicionalmente ocupacion
y quando pude distinguir la porcion de hombres buenos y capaces de fomentar
bentajosamente la agricultura consulté ala Capitania General si seria depermitirles
adquirir propiedad en los campos, como tiempo el mas apropiado de hacerlos floreser
bajo la industria de dichos extrangeros y habiendo combenido en este proyecto tan util
al Estado y Poblacion se registan ala xxx cerca de tresmil hombres cultibando Montes,
que han descubierto utilicimos para la siembra del café, añil, y Algodón, y que ninguna
mano les havia tocado desde el descubrimiento de esta Isla por la falta de
proporciones delos propietarios y de brazos trabajadores, prometiendome sin falencias
que dentro de diez años, si se procura la subsistencia de estos muchos Pobladores,
alentandolos con algunas gracias, sobre sus frutos, acabara de comprovarse lo util y
precioso de esta Parte Oriental, que quizá no embidiara los progresos que ha dado ala
Havana el Comercio, la Navegacion y obras Reales que tanto han caminado asu
prosperidad.
En la fatal Epoca como dije antes en que me hallava ala arribada de estos Extrangeros
sin viveres por la dilatada Seca experimentada, ocurrí a extraordinarios arbitrios,
aprovechandome de la accidental arribada de diversos Buques Anglo Americanos que
por haveria estaban en el Puerto reparandose, obligandoles al expendio commodo de
sus produciones continentales mientras el tiempo me permitio solicitar como lo hice de
otros Puertos de esta Isla y la Havana la subsistencia necesaria atantas bocas
consumidoras, y a todo correspondio la aprovacion de la Capitania General de la Isla
cuyo Gefe Principal como que tan inmediatamente ha registrado mi situacion, me ha
dispensado zelozo por el mejor Servicio del Rey todas las gracias que han sido
compatibles asus facultades.
Por otra parte Señor Excelentisimo en las Materias Comunes y puramente
guvernativas he tenido y aun me queda hasta el fin bastante en que exercitar la
prudencia y fatiga sobre los diversos expedientes y contradiciones sobrevinientes en
mi tiempo, que mas han turbado mi reposo que los demas accidentes antes
explicados, pues aquellos conspirando a lastimar el honor han hecho su estrago en la
parte sensible del corazon hasta haberme puesto dos ocasiones en las puertas del
sepulcro. Y estos como manejados por el Camino de la Cinceridad dela buena
intencion, y del interes del Servicio del Rey no me ha producido otro fruto que la lisonja
de haber asertado allenarlo.
Yo repaso la serie de los Goviernos anteriores y al mismo tiempo que conosco haber
correspondido ami quinquenio excedentes fatigas angustias y motivos de mayores
servicios al Supremo Remunerador, han merecido mis predecesores los grados de
Brigadier y hasta de Mariscal de Campo Don Alonzo de Arcos y Morero: y en el mismo
caso y circunstancias fue ascendido despues en la ultima promocion el Brigadier Don
Isidro Limonta Teniente de Rey que fue de esta Plaza y de quien recibi el Govierno
que interinamente servia por fallecimiento del Coronel Don Juan Nepomuceno de
Quintana estando tambien condecorado del mismo grado de Brigadier el Teniente de
38
Rey nombrado en esta Plaza y su Cabo Subalterno Don Juan xxx, sin que yo contando
con años de buenos servicios en la carrera de las Armas inclusos que tengo de
Coronel, y los cinco que van allenarme del Gobierno en esta Plaza, haya tenido la
suerte de alcanzarlo; pero seré menos desgraciado en adelante si bajo la alta
protexion del Generalisimo delos Exercitos merecieren mis servicios ser puestos en la
Suprema atencion del Rey con la reverente suplica que hago de que se me confiera
dicho grado de Brigadier destinandome a otro Govierno de esta America, o quando no
sea de su Real Agrado dispensarme las gracias expuestas, concederme alo menos mi
salida de este Govierno con expreciones que justifiquen el honor, providad, y zelo con
que lo he exercido, para que alos hojos de los hombres y superiores immediatos
acuyas ordenes venga a emplearme, no paresca desmerecida mi opinion y buen
Nombre.
Nuestro Señor que a V.E. m.a. como deseo: Cuba, 9 de enero de 1804.
Excelentissimo Señor Generalissimo.
Sebastián Kindelan
39
APENDICE D
Excelentísimo Señor Capitan General. Considerando que las honrosas
condecoraciones con que la magnanimidad del Rey Nuestro Señor, se ha dignado
distinguir, y premiar los servicios de sus fieles vasallos militares; no deben por un
exceso de mal entendida modestia dejarse de reclamar: me atrebo a suplicar a V.E. se
sirva hacer presente a S.M. los que me persuado haber contraido en el gobierno de la
Provincia de la Florida Oriental que acabo de dexar; pues por ellos, suponiendome
comprehendido en los articulos 3, y 4 del Reglamento de la Orden de San Fernando, y
en cierta Real disposicion, que tengo especie haberse expedido, para que los
Gobernadores de America, que lograron tranquilizar alguna de las Provincias
insurreccionadas, fuesen considerados como Generales en Gefe para la opcion de los
premios que aquél señala: creo debo aspirar á la gracia de la Cruz coronada de dicha
orden, por haber felizmente tranquilizado aquella que se puso á mi cargo.
A V.E. le consta, que á mi ingreso al mando de la Florida oriental, los havitantes de
esta Provincia se hallaban en una avierta insurreccion protegidos y auxiliados por las
fuerzas maritimas y terrestres de los Estados Unidos de América; y unos, y otros
campados, y fortificados á dos millas de la Plaza de San Agustin, unico punto que
poseiamos: la firmeza con que sostube esta, sin embargo de ser abierta; las
escaseces de todas clases, y corto numero de defensores, á que me vi reducido, a
pesar de los notorios, y zelosos esfuerzos de V.E.; el diestro modo con que forzé á los
enemigos á levantar el campo, y replegarse á las de más de sus tropas en la ribera de
San Juan 14 leguas de distancia; y el tino, y politica con que á los once meses de mi
llegada logré la recuperacion de todo el territorio; evacuacion de las mencionadas
fuerzas Américanas, y sosiego de dichos havitantes, restableciendo felizmente en la
referida Provincia, el órden, y tranquilidad, que hasta el dia disfruta: fortuna que en mi
sentir me debe hacer esperar de la munificencia de S.M. la gracia de la expresada
Cruz coronada de San Fernando, que por el respetable organo de V.E. solicito.
Nuestro Señor guarde la vida de V.E. los muchos años que deseo.
Santiago de Cuba, 15 de Noviembre de 1815.
Exmo. Señor
Sebastián Kindelan
40
APENDICE E
Brigadier
Don Sebastián Kindelan
Por Real Decreto de 3 de Diciembre de 1811
ESTADO MAYOR
De los Reales Exércitos
El Brigadier Don Sebastián Kindelan su edad 57 años, su pais Irlanda, su calidad
Caballero, su estado, su salud buena, sus servicios y circunstancias las que expresa.
Tiempo en que empezó a servir los empleos
Tiempo que ha que sirve y cuanto en cada uno
EMPLEOS
Dias
Meses
Años
EMPLEOS
Años
Meses
Dias
Cadete
18
nobe
1768
De Cadete
1
3
25
Subteniente
13
mzo
1770
De Subteniente
1
6
12
Teniente
25
Sepe
1771
De Teniente
11
3
6
Idem de
Granaderos
26
Junio
1782
“
Capitan graduado 1º
Enero
1783
De Capitan
9
6
Capitan
18
mzo
1786
“
Idem de
Granaderos
20
nobe
1787
“
Teniente Coronel
Graduado
1º
Julio
1792
De grado de
teniente coronel
1
Sargento mayor
5
Julio
1793
De Sargento mayor
2
Coronel graduado 4
Sepe
1795
Gobernador de la
Isla de Cuba
25
Julio
Idem de la Florida
22
Oriental
Brigadier
4
1
29
De grado de coronel 2
10
21
1798
De Gobernador de
Cuba
1
27
Sepe
1811
De idem de la
Florida
2
11
3
Dize
1811
De Brigadier
Agregado al E.M
de la Plaza de la
Habana
19
Abl
1815
“
Teniente de Rey
de la Plaza de la
Habana
12
agto
1815
“
Total hasta fin de Diciembre de 1815
13
47
41
28
4
1
13
Regimientos donde ha servido y clasificacion desus Serbicios con
arreglo a la Real Orden de 26 de Nove de 1814.
De Cadete
Por el de Infanteria de Irlanda en la clase de
Subalterno y Gefe Cadete de menor edad, un año, tres meses y
veinte y cinco dias
En dicho Rgto en la de Subteniente de menor
edad, nuebe meses y diez y ocho dias
En el referido Regimiento desde la anterior
clase de Subteniente con antigüedad a la de
capitan inclusibe
En el de Megico, desde capitan hasta grado de
coronel inclusibe
Gobernador de la Isla de Cuba
En dicha Plaza; esperando destino
Gobernador de la Florida Oriental
Brigadier
Brigadier, y con retencion del anterior gobierno
Agregado al E.M. de la Plaza de Cuba
Teniente de Rey de la Habana
Total de Serbicios deducido el panbo
Años
Meses dias
16
10
19
10
8
5
11
1
11
2
2
4
3
4
24
3
11
16
23
19
3
45
Campañas batallas
Acciones de guerra en que se ha hallado y mandos que ha tenido
En el Sitio de Gibraltar desde 29 de Junio de 1782 hasta 1º de Abril de 1783, haciendo
el Serbicio en la columna de Granaderos sueltos del Egercito. De Real Orden pasó a
la Habana con su Regimiento Fixo para aumento desu guarnicion. Salio para la Florida
Oriental, con el mando de tres Compañias, a motibo dela insurreccion de sus
habitantes que en consorcio de los del Estado de la Georgia, y bajo de letras de
comisión del Consul Frances en Charleston Genet, amenazaban la Plaza de San
Agustin, y cometian hostilidades en dicha probincia donde permanecio hasta 18 de
Mayo de 1795, en que se consiguio restablecer el Orden. En el mes de Septiembre del
mismo año repitiendose iguales movimientos de Orden del Capitan general de la Isla
de Cuba Don Luis de las Casas salio para los estados unidos con comision de pedir
satisfaccion, arreglar y trazar de él del espresado dela Georgia las desabenencias que
perturbaban la tranquilidad de la Frontera y cuyo encargo desempeño á satisfaccion
de su mencionado gefe. Hallandose de Gobernador de Cuba en 24 de Junio de 1807
supo por secretos confidentes que en Jamayca preparaban los Ingleses una operación
con obgeto de saquear y quemar la Ciudad de Baracoa, e immediatamente tomó
probidencias, las que fueron tan acertadas que (no obstante de no haber precedido
más de 70 horas a la llegada de otra expedicion) frustraron totalmente los intentos del
enemigo, de suerte que ni un soldado de cuantos hecho en tierra pudo reembarcarse,
quedando en nuestro poder todos, entre muertos, heridos y prisioneros. Al tiempo de
los acontecimientos dela peninsula, tomó cuantas medidas juzgó combenientes para
asegurar la tranquilidad del distrito de su mando, logrando con ellas expulsar al crecido
numero de Franceses que por prebenciones superiores, y bajo el titulo de hospitalidad
se habian acogido a él. Cuando tomó el mando de la Florida Oriental, encontró a los
habitantes dela provincia en abierta insurreccion, protegidos y auxiliados por las tropas
de Lineas, y bageles delos estados unidos, campadas y fortificadas a dos millas de la
plaza de San Agustin, unico punto que poseian nuestras fuerzas, y del que por sus
meditadas disposiciones fueron arrojados, y a los 11 meses lograndose la
recuperacion de todo el territorio, evacuacion de las tropas Anglo-Americanas, y
sosiego de dichos habitantes y provincia, como asi mismo el de eludirse del
compromiso en que intentaron ponerle los gefes de las fuerzas Britanicas a su entrada
en el Rio de Santa Maria, cuyas aguas son comunes a las dos naciones. El Consegero
42
Don Gabriel de Mendizaval, habiendo examinado la antecedente oja de Serbicios la
halla conforme y arreglada á los documentos que ha remitido el Brigadier Don
Sebastián Kindelan. Sin embargo el Consejo determinará lo que estime por mas
combeniente. Madrid 5 de Marzo de 1818. Gabriel de Mendizaval. Consejo de
Gobierno de 13 de Marzo de 1818. Vista y aprobada en la Sesion de ese dia. Jorge
Maria de la Torre.
Don Jorge Maria de la Torre Cavallero de la Orden de Santiago del Consejo de S.M. y
Secretario del Supremo de la guerra.
Certifico: Que la oja de Serbicios que antecede es copia a la letra dela original que
aprobada por el Consejo Supremo queda en el archibo dela Secretaria demi Cargo.
Madrid siete de Abril de mil ochocientos diez y ocho.
Jorge Ma dela Torre.
43
APENDICE F
Carta de Sebastián Kindelan a Luis de Onís, Ministro Plenipotenciario en Estados
Unidos, de 30 de junio de 1812.
En once del presente mes de Junio tomé posesion del Gobierno de esta Plaza y
Provincia, cuyo encargo me ha conferido la Serenísima Regencia de las Españas q.
por la ausencia de nuestro adorado Soberano el Señor D. Fernando 7º felizmente
gobierna; y se lo participo a VS asi, por lo que pueda convenir al bien del Estado,
como para q. con este objeto se sirva comunicarme quanto crea necesario al lleno de
mis obligaciones: ofreciendo a VS tambien con este motivo la buena disposición con q.
en todas ocasiones desearé ocuparme en su obsequio.
Las adjuntas copias numeradas de 1 á 8 instruirán á VS de mis procedimientos desde
el instante q. tomé el mando de esta Plaza, conducido en ellos por los sinceros
principios de no ser el primero q. dé motivo al rompimiento de dos naciones q. hasta el
presente se hallan en paz, mayormente quando es constante q. el Gobierno de los
Estados Unidos ha desaprobado públicamente la conducta del General Mathews, Gefe
q. fue de las tropas q. han invadido esta Provincia; y aunque debe dudar de la buena
fé de dicha desaprobación no habiendo las expresadas tropas evacuado del territorio,
sin embargo, para q. en ningun caso mis providencias puedan dar pabulo á capciosas
é impertinentes interpretaciones y protestas q. retarden la conciliación de las
diferencias q. tal vez puedan existir entre ambos Gabinetes me he abstenido, tanto por
estas miras, quanto por otras tambien poderosas q. igualmente me asisten de
proceder hasta ahora en otros terminos q. los q. me inspiran lo delicado, y espinoso de
las presentes circunstancias, cuya obscuridad irreflexionada puede comprometer mi
conducta á desagradables resultados para la Patria q. por todos caminos debe evitar
hasta el ultimo momento.
Repito, q. dudo de la buena fé del Gobierno de los Estados Unidos, primero, por q. si
hubiese sido ingenua la desaprobación de la conducta del General Mathews, las
tropas deberían haber inmediatamente evaquado. 2º por q. bajo la sombra y
protección de estas, los insurgentes cometen raterías, inicuas vejaciones, y todo
genero de hostilidades en las personas, propiedades marítimas, haciendas, esclavos y
animales de los habitantes fieles de esta Provincia. 3º por q. les prestan mano fuerte
en todas sus correrías dirigidas á interceptar los viveres terrestres y de ultramar como
lo han verificado á presencia del General Mitchell en el Rio de Santa Maria quemando
una Balandra cargada de ellos q. se dirigia á esta Población, u con los ganados del
abasto de la misma esparcidos en sus campos q. bajo dicha protección han trasladado
a la Rivera de San Juan, y 4º por q. aun después de la mencionada desaprobación se
han campado y fortificado unos y otros en el mismo terreno y á cinco millas de la
Plaza; cuya convinacion y acuerdo de operaciones, á todas luces descubren la oculta
doble política con que aquel Gobierno pretende esconder las ideas y conatos á q.
dirige estos insidiosos y extraordinarios movimientos: todo lo q. pongo en noticia de VS
para q. en su alto é ilustrado juicio obre los efectos q. haya lugar, asegurándole q. la
Plaza en qualquier caso se defenderá hasta el ultimo extremo; y si VS toma sobre si,
el auxiliarme oportunamente con viveres , puede estar cierto q. eternamente se
frustarán quantos esfuerzos haga la chusma de salteadores q. al presente la
amenazan.
44
Siempre q. VS se decida á remitirme o uno o dos cargamentos de viveres desearia q.
abundasen en carne salada, q. VS los ajustase, y q. los interesados se
comprometiesen ha recibir su importe en libranza contra las Reales Caxas de la
Habana ó México por q. asi interesa á las actuales circunstancias de esta Plaza.
Temiendo q. esta Carta pueda tal vez por algun imprevisto accidente ser interceptada
no me aplico con la claridad q. considero convendría, pero como quiera q. á la
perpicaz penetración de VS nada se le puede esconder del Estado en q. tomé el
mando de esta Plaza y Provincia, con lo dicho descanso bien seguro de q. basta para
q. pueda formar un justo concepto del orden en q. corren estos asuntos, y espero q.
VS se servirá dispensarme observe la misma precaucion hasta q. me facilite conducto
seguro por el qual pueda en lo sucesivo dirigirle mi correspondencia.
Dios guarde á VS ms. as. San Agustín de la Florida 30 de Junio de 1812 = Sebastián
Kindelan = Sor D. Luis de Onis.
El primero de los documentos que se adjuntan es la carta de Sabastian Kindelan al
Teniente Coronel Thomas A. Smith, comandante de las tropas americanas acampadas
en las inmediaciones de San Agustín. Fecha; 11-6-1812.
Acabo de llegar a esta Plaza y he tomado posesion del mando de ella, como
Gobernador Político y Militar propietario nombrado por la SSma Regencia del Reyno, y
sintiéndome muy extraño al ver en sus immediaciones acampadas tropas arregladas
de los Estados Unidos, sin embargo de hallarse mi Nación en amistad y buena
correspondencia con los referidos Estados, conforme á los tratados de amistad y
comercio celebrados entre ambas Potencias, no habiendo precedido declaración de
guerra; he determinado dar a Vn este aviso con el fin de q. si Vn lo tiene por
conveniente, se sirva pasar á esta Plaza, ó comisionar á uno de los oficiales de su
confianza al efecto de tener una conferencia con migo asegurando á Vn bajo de mi
palabra de honor como Caballero, q. su persona será mirada y tratada con la mayor
consideración. = Dios guarde á Vn ms. as. San Agustín de la Florida 11 de Junio de
1812 = Sor Comandante de las tropas americanas acampadas en las immediaciones
de esta Plaza = PD = Este oficio será entregado a Vn por el Sargento Mayor de esta
Plaza el Capitan D. Francisco Ribera Kindelan = Es copia de q. certifico = Tomas de
Aguilar.
El 2º documento es la contestación del Teniente Coronel Smith.
Traduccion. Campamento de los Estados Unidos 12 de Junio de 1812 = Sor D.
Sebastián Kindelan, Gobernador propietario: Sor = He tenido el honor de recibir ayer la
comunicación de VS por el Sargento Mayor D. Francisco Rivera, y en su consequencia
he ordenado q. el Capitan del 3er Regimiento de Infantería de los Estados Unidos Don
José Woodruff y al Teniente de Dragones D. Jorge Haig, para q. se presenten á VS
asegurándole q. poseen mi entera confianza , y q. son acrehedores á toda fé y credito.
Aprovecho esta ocasión para informar á VS q. los poderes de la negociación con VS
se hallan ahora invertidos por el Gobierno de los Estados Unidos en su Excelencia
David B. Mitchell, Gobernador y Comandante en Gefe de los Estados Unidos de la
Georgia y Comisionado del Gobierno con plenarios, y mas q. su Excelencia se halla
ahora en el Rio de Santa Maria, á donde con mucho gusto enviaré por expreso
qualquier comunicación q. VS guste hacer. Me tomo la libertad de añadir q. el anterior
Comandante en San Agustín hubiera sabido otra vez de SE si sus tropas no hubieran
hecho fuego á las de mi mando antes q. espirase el tiempo fixado para el regreso del
Coronel Cubhvert. Yo soy reciproco en sus buenos deseos con la mas elevada
consideración y respeto, muy obediente servidor de VS. T.A. Smith Teniente Coronel
del Regimiento de Rifleros de los Estados Unidos = Es copia de q. certifico = Tomas
de Aguilar.
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El 3er documento es la contestación de Sebastián Kindelan a la carta anterior
(documento 2).
En consequencia de q. Vn no se halla autorizado para conferenciar con migo en orden
á las desagradables ocurrencias q. han ocasionado las tropas de su mando en esta
Provincia según me contesta en su Carta de hoy nada me ocurre q. decir á los dos
oficiales q. Vn ha enviado á esta Plaza; y al efecto me dirigiré en el particular al
Excelentísimo Señor Gobernador del Estado de Georgia D. David B. Mitchell
comisionado por los Estados Unidos; Y en el interin ruego a Vn se sirva retirarse con
las tropas de su mando á la otra parte de la Rivera de San Juan sin dar protección
activa ni pasiva á los revoltosos de esta dicha Provincia, q. baxo la sombra de las
armas de los Estados Unidos se atreven á hacer vejaciones de toda especie á los
fieles habitantes de ella = Dios guarde a Vn ms. as. San Agustín de la Florida 12 de
Junio de 1812 = Sor D. T.A. Smith, Teniente Coronel del Regimiento de Rayfleros de
los Estados Unidos, y Comandante de las tropas acampadas á las immediaciones de
esta Plaza = Es copia de q. certifico. San Agustín de la Florida. Tomas de Aguilar.
El 4º documento es la contestación del Teniente Coronel Smith a la anterior
(documento 3).
Traduccion = Campamento de los Estados Unidos 13 de Junio de 1812 = Sor. D.
Sebastián Kindelan, Gobernador propietario Político y Militar. Sor. En contestación á la
comunicación de VS de ayer tengo q. observarle, q. mis instrucciones me ordenan q.
mantenga mi presente situacion. Para evitar la efusión de sangre pendiendo la
negociacion con SE el Gobernador Mitchell he de suplicar q. no se manden ningunas
partidas de la Plaza, pues me veré obligado á repeler qualquier fuerza q. se presente
fuera del tiro de sus cañones. Soy con la mas elevada consideracion muy
respetuosamente de VS su obediente servidor. T.A. Smith Teniente Coronel del
Regimiento de Rayfleros de los Estados Unidos = Es copia del original de q. certifico.
Tomas de Aguilar.
El 5º documento es la contestación de Sebastián Kindelan a la carta anterior
(documento 4).
He recibido el papel q. de orden de Vn y con esta fecha me acaba de entrgar un oficial
de las tropas de su mando y en contestacion le digo q. no admito ni admitiré jamas se
me impongan Leyes, q. mis tropas en qualquier parage ó situacion q. se hallen si son
insultadas sostendrán su carácter, y en consequencia en qualquier caso obraré con la
energia q. caracteriza á la gloriosa Nación Española; bien satisfecho q. las resultas
recaherán sobre los primeros agresores, declarando a VN q. en lo sucesivo se
abstenga de remitir nuevo parlamento á esta Plaza porq. sin oirle será despedido
mientras las presentes diferencias no toman el aspecto y curso q. corresponde á dos
naciones q. felizmente se hallan en paz y la mejor armonia. Dios guarde a Vn ms. as.
San Agustín de la Florida 13 de Junio de 1812 = Sebastián Kindelan = Sor T.A. Smith
Teniente Coronel del Regimiento de Rayfleros de los Estados Unidos y Comandante
de las tropas acampadas á las immediaciones de esta Plaza. Es copia de q. certifico =
Tomas de Aguilar.
El 6º documento es la carta de Sabastian Kindelan a David B. Mitchell, Gobernador de
Georgia.
Excelentísimo Señor = Hoy he llegado á esta Plaza y tomado posesion del mando de
ella y su Provincia como Gobernador Político y militar nombrado por la SSma. Regª del
Reyno de las Españas, q. en ausencia de nuestro adorado Soberano el Sor D.
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Fernando 7º felizmente Gobierna. Doy á esta noticia por lo q. pueda convenir á la
buena armonia q. debe felicitar los respectivos territorios de nuestro cargo, y muy
particularmente en consequencia de hallarme instruido de q. el 17 de Marzo ultimo se
prepararon varias Lanchas Cañoneras de esos Estados, apostadas en la Rivera de
Santa Maria de Georgia, á entrar en nuestras aguas y amenazar el Pueblo de
Fernandina en la Isla Amalia, dando indicios de hacerse parte activa de una
insurreccion preparada, reunida, y aun al parecer fomentada en ese pays con el
designio premeditado de apoderarse de esta dha Provincia de mi mando como
efectivamente lo han executado con parte de ella, hallándose las tropas arregladas de
los dhos Estados en posesion de aquel territorio y acampadas á las immediaciones de
esta expresada Plaza (todo, según tengo entendido por ordenes del General Mathews)
sin embargo de hallarse nuestros respectivos Gobiernos en la mejor correspondencia
y amistad. Dicho proceder es un acto hostil q. mirado bajo qualquiera punto de vista
compromete ambas naciones á tomar parte en desavenencias q. tal vez no tienen otro
principio ni origen q. la ambicion é intrigas de algunas pocas cabezas exaltadas y
revoltosas = VE debe considerar q. mi deber no permite tolerar ni un solo instante la
existencia de otras tropas en la Provincia q. se me ha confiado y q. consequente
(aunq. con dolor) me veré forzado á tomar, si no salen, medidas desagradables q. hará
caher la execración universal sobre los motores de tan injusta agresion: y en esta
inteligencia en nombre de mi augusto Soberano el Sor D. Fernando 7º y en nombre de
toda la Nación Española invito a VE mande antes de todo á las mencionadas tropas de
su mando evacuen del territorio Español en el termino de once dias contados desde la
fecha no dudando ni un momento q. VE convencido de las vehementes razones q. me
asisten para exigirle esta demostracion de su buena fé tenga abien ordenarla
penetrado de lo q. interesa á la humanidad y á la misma felicidad de la frontera. Esté
VE persuadido q. baxo todo otro aspecto y circunstancias desearé ocuparme en su
obsequio seguro de la alta consideracion q. me merecen las virtudes q. adornan su
persona = Esta comunicacion será puesta en manos de VE por conducto de D. José
de la Masa Arredondo y ruego á VE se sirva entregarle con la anticipación posible la
contestacion q. tenga por conveniente, franqueándole pase para esta Plaza = Dios
guarde á VE ms. as. San Agustín de la Florida 11 de Junio de 1812 = Sebastián
Kindelan = Excelentísimo Sor D. David B. Mitchell Gobernador del Estado de Georgia
= Es copia de q. certifico = Tomas de Aguilar.
El 7º documento es la contestación del Gobernador de Georgia, David B. Mitchell, a la
carta anterior (documento 6).
Santa Maria 16 de Junio de 1812 = Sor tengo el honor de acusar el recibo de su carta
fha en San Agustín á 11 del presente mes, entregada por D. Jose Arredondo = En el 9
del mes pasado hice comunicación al Caballero q. entonces actuaba de Gobernador
de la Florida Oriental, en la qual le declaré en nombre de los Estados Unidos q. el uso
q. se habia hecho de sus tropas en las ulteriores transaciones en la Florida Oriental no
habian sido autorizadas por aquel Gobierno. Inmediatamente despues de haber hecho
esta franca declaracion la qual presumi acreher debió haberse recivido como evidencia
de la amigable disposicion del Gobierno de los Estados Unidos acia el de España, y
antes de tener yo tiempo de responder á la contestacion q. recibi, se hizo un ataque á
las tropas de los Estados Unidos por una partida de San Agustín = Este ataque fué
hecho en el momento q. procedi á ofrecer, y en parte habia ofrecido la mas sincera y
amigable explicación de parte de los Estados Unidos, por la parte q. aparentemente
han tomado en las ultimas transaciones en la Florida Oriental, ha impedido todos los
esfuerzos de mi parte en continuar la correspondencia, creyendo como crehi q. era
una indignidad gustosamente ofrecida al honor é integridad del Gobierno q. represento
= Baxo las impresiones q. esta transacción fué calculada su resulta, y la q. VS como
hombre de honor y Soldado puede prontamente concevir, estoy persuadido q. VS no
esperará q. yo retire las tropas ni q. haga proposicion alguna al efecto, hasta q. se dé
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aquella explicacion por el ataque q. se les hizo como lo manifiesta la sinceridad de los
deseos q. VE expresa de ver preservada la armonia de las dos naciones, y será
consistentemente con el honor de los Estados Unidos el recibirla. Al mismo tiempo si
VS procediese según intima q. lo hará a actos de hostilidad contra las Tropas de los
Estados Unidos despues de la expiracion de once dias desde la fha de su Carta, sin
satisfacer las justas expectaciones del Presidente por la causa del ataque q. les hizo,
del qual he hablado ya, será asi. Yo sentire mucho la circunstancia, pero VS solo será
responsable de todas las consequencias q. puedan resultar de tal procedimiento. Yo
puedo hacer qualquier sacrificio de mis sentimientos individuales quando son puestos
en competencia con el bien ó felicidad de mi patria, pero el honor de la Nación nunca
puede por un instante ser llamado en question = Puedo asegurar a VS con la mayor
sinceridad de q. si comienza hostilidades con intención de desalojar á las tropas
americanas de su actual posesion, hallará VS entonces por experiencia q. la tolerancia
de los Estados Unidos, no ha procedido por falta de poder ni provocación, sino por
consideraciones derivadas de la presente inusitada y critica situacion de la Monarquia
Española, y el sincero deseo de obiar hostilidades con una Nación con quien han
estado tanto tiempo en harmonia = Tengo el honor de ser con sentimientos de
elevados respeto de VS su ms. obte. Servidor D. B. Mitchell = Sor Sebastián Kindelan
Gobernador Político y Militar de la Provincia de la Florida Oriental = D. Bernardino
Sánchez Interprete publico: Certifico q. la anterior traduccion está fiel mente hecha
arreglada á su original á q. me remito. San Agustín de la Florida 18 de Junio de 1812 =
Bernardino Sánchez = Es copia de q. certifico = Tomas de Aguilar
El 8º documento es la contestación de Sebastián Kindelan a la carta anterior
(documento 7) dell Gobernador de Georgia, David B. Mitchell.
Hecho cargo por el oficio de VE de 16 del corriente de q. las miras pacificas de los
Estados Unidos, con respecto á este territorio de mi mando, lejos de desmentir en
nada el concepto q. me tenia formado me afianza en la idea de q. amigablemente
quedaria sofocado para siempre el fomes de las pequeñas desavenencias q. han
ocurrido; daré a VE por mi parte un testimonio nada equivoco , de q. contribuiré
gustoso á la aclaración de dudas, q. desvanezcan rencillas q. no deben existir entre
Gobiernos Amigos y Vecinos: protextando a VE sencillamente, q. debe deponer
qualquier motivo de quexa, q. nazca del ataque q. dice verificó un destacamento de
esta Plaza sobre las tropas federadas. Prescindo ahora de cómo ellas han invadido la
Soberania del territorio Español; de cómo han pisado, y hollado, los privilegios, y el
asilo de nuestra casa; de todo prescindo, y solo aseguro á VE q. la partida de San
Agustín nunca imaginó hostilizar las fuerzas americanas: cantidad de los revoltosos q.
han turbado la paz de este territorio ocupaban y fortificaban una casa, en la Rivera del
Caño de Moses, desde la qual fizcalizavan las operaciones de esta Plaza, obstruian el
uso de los Caños q. la pertenecen; y lo q. es mas, su vista y proximidad lastimaban la
ascendrada fidelidad de los Vecinos de esta Ciudad, en tales circunstancias el decoro
del Gobierno, y el indispensable derecho q. tiene para castigar rigorosamente á los q.
sin pudor se alejan de sus deberes; fué lo q. justamente desidió á mi antecesor en este
mando, á disponer q. algunas de nuestras fuerzas utiles fuesen á desalojar los
reveldes como se verificó: haria un agravio al nombre americano si creyese q. sus
tropas pudieron tomar parte en favor de los perversos , pero si algunos malguiados ó
desconocedores de sus deberes se introduxeron en la turba revoltosa, le cabria
irremediablemente alguna parte del castigo q. aquella se asignaba; en cuyo caso toda
la culpa del hecho, cae sobre los q. se mezclan en negocios q. no les corresponde, y
bajo cuyo firme concepto podrá VE, si le parece, hacer á sus tropas el cargo q. puede
resultarles = Sirvase VE observar como lleno de candor y buena fé, satisfago
amigablemente por mi parte; resta pues q. siendo VE por la suya fiel á su promesa,
disponga q. sus tropas evacuen immediatamente la Provincia de mi mando, como
precisa medida q. debe preceder toda otra comunicacion: y sin la qual haciendo VE
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nulo el caracter de sus ofertas, siembra desconfianzas, q. minan la buena fé, y pueden
tener funestas consequencias, en las q. ninguna parte tendrá la sinceridad Española,
q. en qualquier caso acreditará q. aquella virtud une constantemente al valor y firmeza
q. la caracteriza = Dios guarde a VE muchos años San Agustín de la Florida 23 de
Junio de 1812 = Sebastián Kindelan = Exmo Sor D.B. Mitchell – Es copia de q. certifico
Tomas de Aguilar.
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