Sebastián Kindelan y O`Regan
Transcription
Sebastián Kindelan y O`Regan
Sebastián Kindelan y O’Regan 12/09/2013 Manuel Kindelan Segura Sebastián nace en Ceuta, el 29 de diciembre de 1757, hijo de Vicente Kindelan y María Francisca O’Regan. Es bautizado al día siguiente por D. Jacobo Phelan, capellán del Regimiento de Irlanda, en la Iglesia auxiliar de Santa María de los Remedios, extramuros de la ciudad de Ceuta, quien le pone los nombres de Sevastian, Joseph, María, Francisco Ramón Thomas. El nombre lo hereda de su padrino y tío Don Sevastian Fernandez de Elizes (casado con Rosa Mac-Suini, que es hija del segundo matrimonio de Rosa MacManus, madre de María Francisca O’Regan), Caballero de Santiago, Consejero de Hacienda y que fue secretario del Serenísimo Señor Infante Don Luis. Hizo de madrina su hermana Doña María Josepha. En nombre de Don Sevastian Fernandez de Elizes lo tuvo en sus brazos Don Joseph O’Regan, teniente del Regimiento de Irlanda, y probablemente tío o primo por parte de su madre (1). La familia se encuentra en Ceuta desde junio de 1757, fecha en la que el Regimiento de Infantería de Irlanda, en el que su padre Vicente es comandante del Segundo Batallón, se instala en dicha Plaza por estar atacada por los infieles. Aquí viven hasta Noviembre de 1759 en que regresan a la península cuando Sebastián tiene 2 años. Sebastián es el menor de 5 hermanos; 3 niñas, Barbara, María de la Concepción y María Josefa, y su hermano Juan, 2 años mayor y al que estuvo muy ligado durante su juventud. En julio de 1760 su padre asciende a Teniente Coronel del Regimiento de Irlanda y comienza una época de la que tengo pocos datos. Probablemente, continuarán con esa vida de continuos cambios de residencia para atender a las necesidades del ejército. Así, sé que estuvieron en Pamplona y en 1766 pasan a San Sebastián, donde permanecen 11 meses ya que su Regimiento había sido reclamado por el Capitán General de Guipúzcoa, Conde de Flegnies, para contener a la plebe que comete excesos contra la justicia, la nobleza y el clero. El 18 de noviembre de 1768, un mes antes de cumplir 11 años, Sebastián ingresa en el ejército como cadete del Regimiento de Infantería de Irlanda, siendo su padre Coronel del mismo, e inicia una rapidísima carrera militar a pesar de no tener oportunidad en estos primeros años de participar en acción de guerra alguna. Asciende a Subteniente el 13 de marzo de 1770 (con 12 años) y a Teniente el 25 de septiembre de 1771 (con 13 años). Es muy probable que en estas fechas tuviera su primer contacto con América ya que el Regimiento de Irlanda pasa a La Habana, y aún cuando no participaran en ninguna batalla debió ser una experiencia muy dura pues perecieron del intemperio del Pais 18 oficiales del mismo Cuerpo, y todos los demas estubieron gravemente enfermos (3). El 2 de agosto de 1771, muere su hermana María de la Concepción y es enterrada en la Catedral de La Habana (2). María de la Concepción acababa de casarse con el Conde de Bearhaven, D. Felipe O’Sullivan, y esta muerte debió representar un duro golpe para la familia. También su hermana María Josefa, su madrina, debió morir muy joven, cuando Sebastián era todavía un niño. Su hermana mayor, Barbara O’Kindelan, se casa con D. Fernando Cagigal, capitán de caballería del regimiento de España e hijo primogénito de D. Felipe Cagigal, III Marqués de Casa-Cagigal y Capitán General de Extremadura, y de Doña María Teresa Macsuini. Existía una estrecha relación entre los Kindelan y los Macsuini (probablemente MacSwiney), ya que Juan Macsuini es el segundo esposo de Rosa MacManus, y por tanto es abuelo de Sebastián por parte de su madre. Así, en 1755 1 Juan Macsuini, capitán de granaderos del regimiento de Irlanda es padrino del bautizo de Juan, hermano de Sebastián, siendo su madrina Manuela Macsuverin. En 1772 se encuentra en Cádiz con su Regimiento, quizás tras desembarcar de su regreso de Cuba, y en Diciembre de 1776 en La Coruña. En las hojas de servicio de estos sus primeros años de carrera militar aparece con calidad; cavallero, salud; buena, valor; a conocer, aplicación; buena (1772), mucha (1774), mucha (1776), poca (1777), capacidad; buena (1772), mucha (1774), buena (1776), buena (1777), conducta; buena (1772), muy buena (1774), buena (1776), pueril por perder su dinero y tiempo en juego y recreaciones inútiles (1777). Podría pensarse que se trata de distintas personas pero es el mismo oficial con edades desde 15 a 20 años, pero lo que ha cambiado es el Coronel que hace el informe, ya que hasta 1776 era su padre, mientras que en 1777 es el Coronel Joseph O’Donell (4-7). El 26-6-1782 asciende a Teniente de Granaderos y tres días después se incorpora al sitio de Gibraltar (8) que había comenzado en 1779. Esta es su primera experiencia bélica y durante la misma asciende a Capitán Graduado el 31-12-1782 (48), permaneciendo allí hasta el 1-4-1783, poco antes de la conclusión del sitio. Sus amigos de juventud eran otros oficiales del Regimiento de Irlanda casi todos ellos mayores que él. Entre estos se encontraban su hermano Juan y su primo Patricio, Tadeo O’Sullivan, Ricardo Bourke, Juan O’Reilly, Bernardo MacKenna, Joseph Cromerford, Thomas Nugent, Miguel O’Dea, Carlos O’Donell, Miguel O’Reilly, Patricio Crean, Juan O’Sullivan, Juan Creagh, Felipe Ward, Juan Francisco Cromerford, Juan Butler y muchos otros. En 1783 su hermano Juan se casa en Tuy con María Josefa Meneses y Losada, hija del Coronel José Meneses Mariño (quien más tarde sería Brigadier) que era el jefe de una de las casas más ilustres de Tuy. El 11-2-1786 (el 18-3-1786 según (46) y (48)) asciende a Capitán de Compañía al tiempo en que su padre, que sigue como Gobernador de Zamora, cae enfermo a los 76 años. El 26-4-1786 sus padres hacen testamento en Zamora (1) y declaran como legítimos herederos a sus hijos Juan y Sevastian, por entonces capitanes del Regimiento de Infantería de Irlanda, y a su hija Barbara, mujer del Teniente Coronel Don Fernando Cagigal, Capitán del Regimiento de Caballería de la Reina. A finales de 1786 muere en Zamora Vicente Kindelan. Sebastián acude a Zamora para acompañar a su madre y en seguida se da cuenta de la complicada situación económica en la que se encuentra y de que su sueldo de Capitán no le permite ayudarla como querría. Decide, por tanto, mejorar su situación y comienza una intensa actividad que le conduciría en pocos años a los más altos grados dentro de su carrera militar. Como primeros objetivos se propone su entrada en alguna Orden Militar y lograr el puesto de Capitán en el nuevo regimiento fixo de Mexico, pues los sueldos en América eran mucho mayores que en la Península y las posibilidades de ascenso también mayores. Caballero de Santiago El 31-3-1787 Sebastián escribe al Rey (9) y le expone que desea condecorarse con una de las distinguidas y Militares Ordenes, por lo que rendidamente suplica a V.M. se digne concederle la Gracia de poderse cruzar en una de estas ordenes sin exceptuar la de Santiago … El mismo día, y casi con las mismas palabras su hermano Juan hace 2 la misma solicitud desde Madrid (10). Ambas cartas se acompañan de una nota de Juan MacKenna, por entonces Coronel del Regimiento de Infantería de Irlanda que se encontraba en Ciudad Rodrigo, corroborando los años de servicio de cada uno (19 Sebastián y 22 Juan), y de otra nota del Inspector Ventura Caro apoyando cada petición. El Marques de la Inojosa les concede la Merced de Havito de Santiago el 105-1787 desde Aranjuez (11). Es curioso que en la misma carta (11) se le concede Havito de Santiago a Luis Godoy y Albarez, Guardia de Corps de la Compañía Española, y probablemente hermano de Manuel Godoy, Príncipe de la Paz. Concedida la Merced de Havito ambos hermanos solicitan que sus pruebas se realicen por Patria común (12-13). La carta de Sebastián indica: … que por ser sus padres y ascendientes del Reyno de Irlanda, donde la larga distancia , y el trastorno ocurrido en las familias catholicas por las Guerras de Religion, haria de suma dificultad y costo las diligencias para las Pruevas; Quedaria Imposibilitado de disfrutar la Gracia que V.M. le tiene concedido; por lo que: Rendidamente Suplica a V.M. se digne añadirle, la de poder hacer sus pruevas por Patria comun, conforme siempre se ha concedido a los de la nacion Irlandesa que han tenido el honor de Servir a V.M. … Ambas cartas son idénticas y escritas con la misma letra, la de Juan, que falsifica la firma de su hermano (lo hace bastante mal) probablemente para ganar tiempo. De nuevo ambas peticiones son apoyadas por Ventura Caro. Con fecha 31-8-1787 el Marques de la Hinojosa accede a esta petición (14). Firma verdadera, 1787 Firma falsa 1787 Para el segundo objetivo, Sebastián escribe una serie de cartas durante septiembre y octubre de 1787 solicitando el puesto de Capitán del Regimiento Fijo de Mexico (1518). En éstas expone los méritos de su padre y de otros miembros de su familia. Así, en (15) dice que su padre falleció al final del año anterior al servicio de V.M. Expone los méritos de cuatro tíos hermanos de su padre, uno muerto en la función de Oran, otro en la Batalla de Campo Santo siendo Capitán y otro en la de la Madona del Olmo siendo Teniente Coronel y Ayudante General en el Ejército de S.A.R. el Sor Infante Dn Felipe y 2 tíos carnales de estos que murieron el uno graduado de Coronel de Dragones y el otro de Capitán de Granaderos e hicieron toda la guerra de treinta y quatro. En (17) se lamenta de la situación en que se encuentra su madre; … añadiendo a tan irreparable perdida el dolor de ver a su Madre atenida a la triste necesidad de vivir de su corta viudedad sin advitrio de socorrer a sus hijos, ni estos poder ayudarla, sin embargo de que podian todos haverse prometido mejor suerte de los dilatados servicios … Su última carta (18) se acompaña de nuevo por una nota de Juan MacKenna, diciendo que todo lo que dice es verdad y que le considera acreedor de la Gracia que solicita y de otra nota de Ventura Caro apoyando la petición en la que 3 dice que su padre Vicente sirvió a V.M. 64 años y 9 meses. Finalmente, el 20-11-1787 se le concede el puesto de Capitán de Granaderos del Regimiento Fijo de Mexico (1920). Por tanto, al final de 1787 Sebastián a los 30 años, ha logrado el Habito de Santiago y el cargo de Capitán en el Regimiento Fijo de Mexico. Se traslada a Madrid y el 24-41788 solicita 4 meses de Licencia por ser necesaria su estancia en la Corte durante el tiempo en que se realizan las Pruebas de Nobleza para su ingreso en la Orden de Santiago (21). Se le concede el 3 de mayo (22). También escribe otra carta, fechada el 9-3-1788, en que expone no haber percibido sus sueldos desde diciembre y ser estos de gran necesidad para el pronto despacho de los asuntos propios que le tienen detenido en Madrid (23). En 1789 Sebastián se incorpora a su Regimiento mientras que su hermano Juan permanece en Madrid encargándose de las gestiones relacionadas con las Pruebas de Nobleza para la Orden de Santiago. Las pruebas comienzan en Madrid el 23-4-1789 y para ello tiene que depositar 200 ducados de plata nueva. Actúan como informantes D. Antonio Cornel, Teniente Coronel del Regimiento de Infantería de Vitoria y Frey D. Francisco Rodríguez Campomanes, Administrador del Convento de Comendadoras de Santiago de la Corte de Madrid, Caballero y Religioso profesos de la Orden de Santiago. Como testigos toman declaración a Thadeo O’Sullivan, Conde de Biarhaven, caballero de la Orden de Calatrava y Capitán del Regimiento de Infantería de Irlanda, Patricio Magines, Doctor Teólogo de la Universidad de Alcalá y que fue Rector del Colegio de Irlandeses de dicha Universidad, D. Diego O’Conor, D. Juan Savage, Capitán agregado a Madrid, D. Pedro Synot, Presbitero y Rector del Colegio de Irlandeses de Salamanca, y D. Diego O’Reilly, Barón de Clonkee, Caballero de Alcantara y Coronel del Regimiento de Irlanda. El 20-5-1789 los informantes concluyen sus pruebas y envían el informe favorable al Real Consejo de las Ordenes que aprueban el expediente en Consejo del 22-6-1789. Firman la resolución el Duque de Hijar, el Conde de Torre Cuellar, el Conde del Carpio, D. José Antonio de Burgos y D. Luis Melgarejo. Regimiento Fijo de México El 1-7-1792 asciende a Teniente Coronel y el 29-7-1793 asciende a Sargento Mayor del Regimiento Fijo de Mexico (el nombramiento es de 17-3-1794) tras 24 años 7 meses y 7 días de servicio (25-27) y poco después es enviado a La Habana (48). Sus actividades durante estos años las cuenta el propio Sebastián en una carta fechada el 18-5-1798 desde La Habana, en la que solicita el Gobierno de la plaza de Cuba vacante por la muerte de Juan Nepomuceno de Quesada el 14-4-1798 (28): … pasó a serlo de Granaderos del de Mexico al tiempo de su formacion, en la que estubo empleado en la instrucción de la tropa por lo que el Sub-Inspector general D. Pedro de Mendicueta, y el Virrey D. Manuel de Flores lo consultaron a V.M. para el empleo de Sargento mayor. Que a la declaracion de la ultima guerra con Francia vino con su regimiento a la Isla de Cuba, de donde fue mandando tres Compañias al socorro de la Florida Oriental y Plaza de San Agustin; y que despues de haverse retirado de ella, volviendo a estar esta Plaza amenazada, el Capitan general de la mencionada Isla D. Luis de las Casas lo embio a los Estados unidos de America con la comision de representar y pedir al de la Georgia la competente satisfaccion de los insultos y vejaciones que sus Abitantes continuamente cometian en el territorio Español, la que obtubo completamente de su Gobernador, y del Congreso general de estos Estados, cortando de raiz el origen de los disturbios de la raija: cuia conducta merecio la 4 aprobacion de otro Capitan general que recomendó por conducto del Ministro de Estado a V.M. El contacto con la Florida que se relata en el párrafo anterior tuvo lugar en marzo de 1794 (34), y el objetivo del mismo fue ayudar al Gobernador Juan Nepomuceno de Quesada que entre 1790 y 1795 fue Gobernador de la Florida Oriental, y temía un ataque inminente por parte de tropas francesas reclutadas por Genet (los genetistas, entre los que se encontraban varios que habían perdido fortunas en Florida y querían recuperarlas) junto a colonos de Georgia y barcos franceses. La última muestra de este inminente peligro fue la captura de 3 barcos españoles realizada por el corsario francés Sans Pereille. El Teniente Coronel Kindelan acudió en socorro de la Florida al mando de tres compañías, y le acompañaron el Capitán Blas Dubuchet y Pedro Fabrequez, Capitán del Regimiento de Mexico y que sería Sargento Mayor de la Plaza. En marzo también llegaron a Newton tropas americanas al mando del Coronel Henry Gaithier enviadas por el Presidente Washington para impedir que se violara el acuerdo de amistad entre España y los Estados Unidos. Mientras tanto unos 70 genetistas al mando del Capitán Samuel West habían llegado a Temple, en el río Santa María (St. Marys) a unas 30 millas de su desembocadura. Además, los españoles se habían tenido que retirar de lsla Amelia para concentrar sus fuerzas en los ríos Santa María y San Juan (St. Johns), y los franceses aprovecharon la oportunidad para ocuparla. El Gobernador de Georgia, George Mathews, daba buenas palabras a Quesada pero no hacía nada para impedir estas acciones hostiles a España en su territorio. Los reclutamientos en Georgia y Carolina del Sur continuaban, y Gaither interceptó una carta que contenía una lista con 3200 nombres que se habían unido al proyecto de invasión de Florida. A finales de marzo llegaron rumores de que en Newport y entre Savannah y Charleston había 2.000 hombres preparados y a la espera de empezar la invasión. Además, Elijah Clarke con un grupo de hombres armados se dirigían desde el oeste hacia el río Santa María. A finales de abril, el Gobernador Mathews se dio cuenta que la situación era explosiva y que una guerra de frontera en su territorio en la que tomarían parte Estados Unidos, los indios, los españoles y los ingleses era inminente. Por ello envió un plan al Secretario de Guerra Knox para construir fuertes en la frontera de Georgia. En Mayo, Knox le informó que Elijah Clarke había organizado un cuerpo militar y se preparaba para invadir los dominios españoles, por lo que le ordenaba tomar las medidas más enérgicas para impedirlo. Mathews declaró ilegal ayudar a Elijah Clarke. Por otra parte el desánimo cundía entre las tropas concentradas en Temple al comprobar que no llegaban los suministros esperados. Además, el embajador francés ordenó a Genet que desistiese de sus intentos y los rumores de una inminente ruptura entre Inglaterra y Estados Unidos desaparecieron. Todo ello hace que en agosto de 1794 desaparezca momentáneamente el peligro de invasión de la Florida Oriental. Sebastián Kindelan abandonó La Florida y regresó a La Habana en mayo de 1795 (48). En 1795 era Coronel del Regimiento de Infantería fixo de Mexico D. Francisco Xavier de Villalva, que ascendió a Brigadier el 4-9-1795. La plana mayor del Regimiento estaba compuesta por el citado Coronel, el Sargento Mayor con grado de Teniente Coronel, D. Sebastián Kindelan, (que ascendió a Coronel Graduado el 4-9-95 por varios arriesgados servicios que prestó en la Florida (48)), el Teniente Coronel agregado, D. Reymundo Andres, el Capitán con grado de coronel D. Carlos Urrutia y los Capitanes Gregorio la Rossa, Vicente de Mora y 2 vacantes. En su hoja de servicios de Diciembre 1795 aparecen entre otros los siguientes datos (46): edad; 36 años, su país; Irlanda, calidad; caballero, salud; buena. Se halló en el Sitio y Campo de Gibraltar desde 29-6-1782 hasta 1-4-1783. De Real Orden fue a la Havana con el 5 Regimiento en 1793 para aumento de su guarnición y salió para la Florida con el mando de 3 compañías hasta el 18-5-1795 en que se restituyó a la Havana y en el mismo año por el mes de septiembre de orden del Capitan General salió de comisiones de servicio. Tiene talento e instrucción y desempeña con acierto su empleo de sargento mayor. Valor; conocido, aplicación; suficiente, capacidad; mui regular, conducta; buena, estado; soltero. Sin embargo, los disturbios en la frontera vuelven a aparecer en la primavera de 1795. Esta vez la chispa que dispara la inestabilidad la encienden Richard Lang, John MacIntosh, William Jones, John Peter Wagnon y William Plowden. Estos propietarios de tierras en Florida Oriental que habían emigrado desde Georgia y Carolina del Sur, fueron detenidos en Noviembre de 1794, acusados de traición y trasladados al Castillo del Moro en la Habana para ser juzgados. El juez no encontró evidencias suficientes para su condena por lo que los puso en libertad en enero de 1795. Pronto empezaron su labor de agitación en las localidades próximas a la frontera con Georgia y a reclamar al Gobernador Quesada que les compensara por su detención ilícita. En junio Richard Lang cruzó el río Santa María con 20 hombres a los que se unieron varios españoles entre ellos 15 soldados que habían estado de guarnición en el fuerte Juana durante 9 meses. El 27 de junio este grupo formado por 72 hombres llegó a dicho fuerte y capturaron al alférez al mando del fuerte y a otros 12 soldados. Su siguiente objetivo era el fuerte de San Nicolás en el río San Juan. Simultáneamente la isla Amelia fue atacada y en ella se izó la bandera francesa, y de nuevo Elijah Clarke con 300 hombres prometía presentarse en pocos días en el río San Juan. Los españoles empezaron a tomar medidas para organizar su defensa: se enviaron las 3 milicias urbanas al río San Juan, se alistaron todos los negros libres, y se agruparon a los indios y se envió una tropa regular de 40 hombres a dicho río. Se reforzaron los puestos en las orillas del San Juan con hombres de San Agustín, se ordenó a todos los que habitaban a lo largo del río que tomaran las armas para su propia defensa, y se solicitó ayuda a barcos ingleses. Quesada describió la situación como angustiosa: bloqueados por el mar, atacados por tierra por numerosos enemigos, … con una pequeña guarnición, sin dinero para pagar los gastos de agosto, ni la paga de los soldados, ni para satisfacer los requerimientos de los indios que podían actuar como auxiliares, … y rodeados por colonos desencantados con el gobierno de la monarquía. La noche del 9 de julio, los hombres de Lang cruzaron el río tras detener a los hombres de uno de los puestos de vigilancia. Aquí se les unieron John MacIntosh, William Jones, John Peter Wagnon, William Plowden y otros súbditos españoles hasta un total de 100 hombres armados y que disponían de material que había sido proporcionado por el cónsul francés. Tomaron el fuerte San Nicolas sin dificultad pues enviaron a un grupo que hablaba bien español y les hicieron creer que se trataba de refuerzos. El Teniente López y el resto de la guarnición (entre ellos 22 soldados regulares) fueron detenidos y enviados a isla Amelia donde les hicieron firmar un papel en que sin saberlo decían haberse unido a los rebeldes. Además, los rebeldes hicieron correr el falso rumor que habían tomado la batería de Santa Isabel, los puestos de San Vicente Ferrer y Dos Hermanas y que controlaban todo el río San Juan. En San Agustín temían un ataque inminente por lo que pusieron en marcha un plan de defensa: las tropas se desplegarían en una línea que se extendería desde el Castillo de San Marcos, la caballería controlaría las calles de la ciudad, se enlistaría a todo aquel capaz de empuñar un arma, las mujeres se embarcarían en barcos privados y permanecerían anclados bajo la protección del Castillo. Si esto fallaba se reunirían en el fuerte. La mayor preocupación de Quesada era el número de españoles que 6 participaban en la rebelión o que cooperaban con ella: … no el enemigo declarado sino el enemigo doméstico y escondido. Sospechaba de casi todos, incluso de algunos que había considerado leales amigos. El 12 de julio, fuerzas españolas reforzadas por el barco inglés Corsair llegaron a San Nicolas y los rebeldes no ofrecieron ninguna resistencia sino que huyeron y abandonaron suministros y armas. También abandonaron (probablemente a propósito) la lista de las personas que teóricamente se habían unido a la rebelión, y que curiosamente no incluía aquellos que se sabía eran líderes de la rebelión. Poco después se recuperó la isla Amelia y el General Clarke, que había penetrado en Florida tuvo que huir precipitadamente. En septiembre de 1795 el General Las Casas confía a Sebastián Kindelan la comisión de representar y exigir del de Georgia un desagravio de los insultos y vejaciones que continuamente cometían sus habitantes contra los súbditos españoles de la Florida (48). Tal como relataba Sebastián Kindelan en su carta, la misión fue un éxito y desaparecieron, al menos momentáneamente, los disturbios. Pezuela, al comentar este hecho nos dice que la razón por la que Las Casas había escogido a Sebastián Kindelan era tanto por ser el inglés su lengua propia tanto por su carácter comedido y reservado (48). Resulta curioso que fuera el inglés su lengua cuando Sebastián había nacido en España y vivido siempre en ella. Quizás fuera que en los regimientos irlandeses en España se hablara el inglés, aunque naturalmente todos los documentos que he encontrado están siempre escritos en español. En Noviembre la situación volvió a la normalidad: la mayor parte de las tropas de Clarke habían desertado y hasta Richard Lang estaba dispuesto a abandonar la lucha. Comenzó un periodo de represalias contra todos aquellos sospechosos de haber participado en la rebelión. Se confiscaron los bienes y tierras de los prisioneros y de aquellos que habían huido a Georgia, y se organizaron subastas para vender todo el material encautado; terrenos, edificios, muebles, animales, platos y cubiertos, libros, ropa, armas, patatas, maíz, esclavos, … Se juzgó a 68 personas, entre ellas 35 que habían logrado huir a Georgia. El juicio comenzó en enero de 1796 y duró 2 años. Richard Lang y 30 de sus seguidores fueron condenados a la horca aunque el castigo no pudo ejecutarse por encontrarse en Georgia. Otros 5 prisioneros fueron condenados a la horca y ejecutados. 15 fueron condenados a 10 años de trabajos forzados y 9 fueron puestos en libertad bajo la condición de que abandonaran San Agustín en un plazo de 15 días. El 15 de enero de 1796 Juan Nepomuceno de Quesada fue destinado al puesto de Gobernador de Cuba y le sustituye en la Florida Oriental Enrique White. Dos años más tarde, el 14-4-1798 fallece el Gobernador Juan Nepomuceno de Quesada. Gobernador de Santiago de Cuba A su muerte, ocupa interinamente el puesto de Gobernador de la plaza de Cuba (Santiago) el Teniente de Rey, Brigadier D. Isidro José de Limonta. Hay varios candidatos al puesto, pero finalmente, el 19-7-1798 (29) se concede al Coronel Sebastián Kindelan, que tenía 39 años, el Govierno politico y militar de la Plaza de Cuba. El nombramiento oficial lo hace el Rey Carlos con fecha 25-7-1798 (30) y se le asigna un sueldo de quatro mil pesos al año. La toma de posesión se retrasa hasta el 31-3-1799, y ese mismo día Sebastián envía una carta al Ministro de Guerra dándole cuenta de dicha toma de posesión (31). 7 1798 1799 El Gobierno de Sebastián en Santiago de Cuba cubre el periodo 28-3-1798 (según datos de la Dirección General del Tesoro desde 25-7-1798, según Pezuela (53) desde 28-3-1799) hasta 19-7-1810 (32),y durante el mismo sucedieron muchos episodios importantes a los que tuvo que encontrar solución. Disponemos de una fuente interesantísima para conocer este periodo de la vida de Sebastián; el libro Historia de Santiago de Cuba, editado en 1911 en la Habana y basado en los documentos originales escritos en 1823 por Jose María Callejas (33). El capítulo 3 de este libro está dedicado al Gobierno de Kindelan y lo cuenta una persona que ha conocido los hechos de primera mano. En lo que sigue incluyo varios de los episodios que relata Callejas y con frecuencia los transcribo literalmente en letra cursiva. Aunque como historiador deja mucho que desear, pues apenas incluye fechas para ubicar su relato, y tiene un estilo complicado que muchas veces hace difícil de entender lo que quiere decir, su lenguaje me parece muy curioso y sobre todo me parece interesante la cantidad de detalles que nos da sobre las costumbres y la vida diaria en esos años en Santiago. Callejas dice que … varios observadores juzgaron de él que se hallaba enriquecido de dotes apreciables y que su alma era noble y generosa, cuyo concepto no se halló jamas desmentido. Sebastián trabajó en la mejora de las fortificaciones de Santiago: se construyó el reducto sobre Cabañas a quien se le puso el nombre de Someruelos, y se construyó una batería provisional en el punto del Sardinero una milla a barlovento del Castillo de Aguadores para impedir por allí un desembarco con 2 cañones de 24 y 2 de 8. Formó una compañía fija de Cazadores para protección de las costas de barlovento que resultó muy útil por imponer respeto a los ingleses que hacían frecuentes incursiones en los puertos de dichas costas. Dicha compañía se creó el 318-1803 y se componía de un capitán, un teniente, un subteniente, un sargento, 3 segundos, 4 cabos primeros, 8 segundos y 60 soldados y se distribuían en 6 puntos; Juraguasito, Jatibonico, Guantánamo, Yateras, Yacabo y la Caleta. Al poco tiempo de ser Gobernador Sebastián planea contraer matrimonio con Ana Manuela Mozo de la Torre y Garvey, nacida en Santiago, de 20 años de edad, e hija de D. Antonio Mozo de la Torre, natural de Grijota, Coronel del Batallón de Milicias Blancas Disciplinadas de Bayamo, rico hacendado que había sido Alcalde de Santiago en 1776 y que sería Gobernador Militar Interino de Santiago en 1814. Antonio Mozo de la Torre disponía de una considerable fortuna, y ya en 1789 contaba con 4 Haciendas unidas; Marcos Sanchez, Lima, Cuzco y Arrois Blanco. La primera distaba 20 leguas de Santiago, 1 del Pueblo del Tiguabo, 10 del Embarcadero de Matabajo en el río de Guantanamo, las 3 primeras tienen posesión de corral y la última de Hato, la extensión total es de mucho más de 8 leguas en quadro, de un terreno fertilísimo, sano, y proprio para cañas de Azucar, Café, Algodón, tabaco, y otros frutos del País. Para poder desarrollarlas adecuadamente solicita, con el apoyo del Gobernador Juan Bautista Vaillant, permiso para introducir 500 negros con las herramientas y utensilios necesarios desde alguna de las Islas extranjeras (45). 8 Sin embargo, había una ley que prohibía a los Gobernadores casarse con naturales de la plaza donde ejercían su mandato, por lo que tuvo que solicitar un permiso especial que finalmente le es concedido. A pesar del permiso, Sebastián, consciente de los inconvenientes que podría acarrearle su matrimonio, intenta conseguir un nuevo destino. En el Apéndice A, reproduzco un fragmento de una carta que envía el 31 de agosto de 1801, pocos meses antes de su matrimonio, en la que pide se le destine como Gobernador de Cartagena de Indias o de Panamá y hace un repaso a los Servicios que había prestado hasta ese momento (54). La boda se celebra el 11-12-1801 en la Catedral de Santiago cuando Sebastián está a punto de cumplir 44 años y Ana Manuela 21. Hacen de padrinos los padres de la novia, Antonio Mozo de la Torre y María Ana Garvey (descendiente también de irlandeses). Como testigos comparecen los Teniente Coroneles Joaquín Colas y Francisco Sanchez Griñan (cuyo hijo Jose Mariano se casaría con Isabel Mozo, única hermana de Ana Manuela, y serían padres de Magdalena Sanchez Griñan, que se casaría con Juan, uno de los hijos del matrimonio del que descendemos todos los Kindelan residentes actualmente en España), Caballero Regidor, D. Francisco Javier Sanchez y capitanes D. Manuel de Miedes y D. Nicolas de Limonta (Alcalde de Santiago en 1802). La boda se celebró en casa de la Pretendida (37). Catedral de Santiago de Cuba Ana Manuela aporta al matrimonio una dote de 3000 pesos entre alhajas, criados y dinero, y 9500 pesos por herencia paterna (incluyendo las Haciendas Marcos Sanchez y La Lima). Sebastián aportaba 2000 pesos. El acuerdo matrimonial preveía la división de los bienes gananciales. Pronto vienen los hijos: Barbara (23-10-1802), Mariana (4-4-1804), Vicente (16-71805), Juan (8-8-1806), Fernando (9-8-1808), María de los Dolores y Sebastián que murió de niño. En 1803, su hermano Juan, que por entonces era Mariscal de Campo y viudo de su primera mujer María Josefa Meneses, se casa en segundas nupcias con su sobrina Felipa Cagigal y Kindelan, hija de Fernando Cagigal, Marqués de Casa Cagigal, y de su hermana Barbara Kindelan. Durante estos años de guerra entre España e Inglaterra, Santiago de Cuba se convirtió en una seria amenaza para el comercio británico, pues desde ella actuaban hasta 42 corsarios que contaban con el estímulo y auxilio de su Gobernador. Los 9 corsarios apresaron muchos barcos ingleses y también varios barcos americanos y marineros americanos encontrados a bordo de barcos ingleses que eran tratados como prisioneros. Esto provoca la queja del Gobierno americano a través de su secretario de estado James Madison, quien aduce que dichos americanos estaban en los barcos ingleses como prisioneros de guerra y por tanto no se les debía tratar como prisioneros pues obraron así forzados y no por propia voluntad (64). También hay copia de una carta de Josiah Blakely, consul de EEUU en Santiago, del 10-6-1801 en que dice que ya había informado de un decreto de la Corte de España en que declaraba que todo buque neutral que se hallase en posesión de los de Guerra, o de Corsarios de una nación con la que estuviera España en guerra serían reputados buenas presas. Añade el embajador unas líneas en las que describe su buena relación con el Gobernador Sebastián Kindelan; Quando llegué a esta hallé a algunos Marineros Americanos en la carcel que se habían cogido a bordo de buques ingleses; con muchísima dificultad conseguí liberarlos. El Señor Gobernador me dijo que trataría a estos prisioneros como ingleses; pero hasta poco tiempo a esta parte he podido siempre lograr su libertad. El Gobernador quien me trata con muchísima atencion y politica me dijo que me ha entregado estos Marineros como un favor y no como derecho. Hace 3 semanas hallé muchos americanos en esta situación … Pedí como de costumbre su libertad pero me fue negado… El Gobernador dice que en adelante tratará a todos los marineros americanos tomados a bordo de Buques Ingleses como prisioneros… Sin embargo, esta postura de firmeza no es respaldada por el Secretario de Estado español, pues en su respuesta a Madison del 3-8-1801, le dice que dará con gusto el paso solicitado a favor de los prisioneros americanos, y que no deben ser tratados igual los que hayan sido compelidos por la necesidad con los que se hayan alistado voluntariamente. Aprovecha para quejarse de la conducta del Ministro Don Davis Humphreys, cuyas notas y memorias al Gobierno Español parece han sido concebidas en términos tan poco decorosos para él como para el Señor Secretario de Estado de S.M. a quien se dirigían. Por ello había recibido ordenes de la Corte de solicitar su relevo, pero como al llegar estas ordenes ya sabía de la elección del Señor Carlos Pinckney para sucederle, le pareció escusado dar este paso. Sebastián Kindelan desarrolló un plan de defensa muy prolijo con el auxilio del Ingeniero de la plaza, D. Juan Pío de la Cruz, pues se enteraron de que los ingleses planeaban atacar la plaza con 5.000 hombres al mando del General Simour. Formó cortaduras sobre la parte de Mazamorra, a sotavento del Puerto de Cabañas, levantó trincheras, arregló las tropas de milicias y compañías urbanas y acumuló víveres para 6 meses en la guarnición del Morro con 3.000 hombres, dónde en último caso pensaba encerrarse y defenderse de un sitio que podía ser largo. Probablemente recordara el sitio de Gibraltar en el que había participado y en el que había podido comprobar la capacidad de resistencia de las tropas inglesas sitiadas. Dos sucesos fortuitos desbarataron el plan inglés. Por una parte, los papeles en que la Corte de Londres ordenaba al Gobierno de Jamaica que preparara la citada expedición cayeron en manos de un corsario francés que atacó el barco correo inglés sin darle tiempo a tirar los papeles al mar. Además, se produjo el fallecimiento del General Simour. Estos dos sucesos hicieron a los ingleses renunciar a sus planes. 10 Castillo del Morro Batería del Sardinero Callejas elogia el celo desplegado con las siguientes palabras algo cursis y enigmáticas: … y nada, en fín, se había perdonado el Gobernador Kindelan para asegurar la gloria de las armas; entrando entre sus importantes políticas especulaciones la ganancia que tenía hecha de buenos amigos extranjeros, quienes a cambio de la distinción que les hacían les enriquecían con las noticias de lo más sagrado de los gabinetes (por cuyo medio su lámpara abundaba de aceite para alumbrar no sólo a toda la Isla, sino a muchos Gobiernos lejanos y hasta el supremo de la Nación). Estos buenos amigos le ayudarían más tarde a salvar la plaza de Baracoa en 1807 (48). En esos años Francia y España estaban en guerra con Inglaterra, y los corsarios franceses eran un azote continuo a su comercio refugiándose después en el Puerto de Baracoa donde habían acumulado enormes riquezas. Inglaterra planeó un ataque con 500 hombres para atrapar a los corsarios franceses que allí se refugiaban, arrasar sus fortificaciones e incendiar la población, aprovechándose de la reducida guarnición de dicho puerto (16 hombres). Para evitar que por la cercanía de Jamaica los españoles descubrieran sus planes, decidieron que las fuerzas navales se prepararan y partieran desde Providencia. Sin embargo, uno de esos días se celebró un banquete en la casa del Almirante inglés de Kingston, y creyéndose al seguro se aventuraron algunos comentarios sobre la planeada conquista que era inminente. Uno de los huéspedes se embarcó esa misma noche en Puerto R. y a los 3 días llegó a Santiago y fue a cenar a casa del comerciante francés naturalizado D. Prudencio Casamayor. El mismo vino que alegró al almirante inglés para sacarle el proyecto de conquista de Baracoa … u otro que se le pareciese hizo desperdiciar el secreto del huésped. Casamayor, pretextando una urgencia, voló al Gobierno a dar aquel aviso y estuvo de vuelta antes de que se le echara de menos. Kindelan hizo llamar a uno de esos hombre que vestían alas en sus pies para que avisara a los defensores de Baracoa. Antonio de Almisa, sin auxilio de ninguna caballería, recorrió las 78 leguas hasta Baracoa en 50 horas, haciendo así una reedición del episodio de Maratón. El Teniente de Gobernador de dicha plaza, D. José Regulado, empezó de inmediato a organizar la defensa, desplegándose los corsarios por la boca del Puerto y formándose con sus tripulaciones dos cuerpos para auxiliar el Castillo y los demás puntos fortificados. 24 horas después se presentaba la expedición inglesa y con la tropa de desembarco se dirigió a la boca del río de Miel. Poco después de desembarcar, cayeron en una emboscada que en 15 minutos cubrió la 11 playa de cadáveres, quedando el resto de los vivos prisioneros. El buque intentó huir pero fue alcanzado por varios disparos yéndose a pique. Llegada de franceses desde Santo Domingo Entre tanto, los acontecimientos se sucedían en la vecina isla de Santo Domingo que también estaría ligada a Sebastián Kindelan. En 1795 España y Francia firmaron el tratado de Basilea por el que España cedía a Francia su parte de la isla (oriente). Sin embargo, España fue aplazando la entrega por temor a posibles disturbios entre criollos, negros y mulatos. En 1798 Toussaint Louverture expulsó a los ingleses de la isla y en 1800 consiguió permiso para llevar a efecto el tratado. En enero de 1801 las tropas del terrorífico Toussaint rodean la capital y ponen toda la isla bajo el gobierno de Haiti. Poco tiempo después llega a Santiago el mariscal de campo D. Antonio Barba con otros jefes y oficiales y con más de 300 familias prófugas (53). Este mariscal solicitó una embarcación parlamentaria para pasar a Jamaica e implorar a su Gobernador que en lugar de hostilizarla ayudara a la evacuación de Santo Domingo (53). Someruelos se negó a una negociación tan humillante estando en guerra con los ingleses. Además de los españoles, multitud de familias francesas se apresuraron a huir. También lo hizo el general mulato Rigaud y otros de color fieles a su metrópoli. Los que llegaron a Santiago y la Habana fueron hospitalariamente recibidos, pero Kindelan y Someruelos se opusieron a que desembarcase ningún individuo de color. Multitud de mulatos y negros franceses tuvieron que ir a buscar refugio a otros puertos donde su presencia fuera menos peligrosa (53). En 1802, Francia intentó atraerse a Toussaint por lo que le ofreció el gobierno de la isla, la confirmación de los grados para sus oficiales y los bienes adquiridos por los mismos. Este no aceptó y Napoleón envió un ejército de 20.000 hombres al mando del General Leclerc que tomó la isla entre febrero y marzo (53) y envió a Toussaint a la cárcel en Francia donde moriría poco después. Sin embargo, el rigor del verano y las enfermedades hacen estragos entre los franceses y ya en octubre solo quedan 8.000 hombres (53), y los negros, que temían volver a la esclavitud, se levantaron contra los franceses en ese mismo mes de octubre, liderados por Jean Jacques Dessalines. También Leclerc está enfermo y se retira con su mujer Paulina Bonaparte a la isla de la Tortuga a descansar (53). Muere el 1 de noviembre y toma el mando el General Rochambeau que fue bastante desastroso. Uno de sus generales, el vizconde de Noailles, se presentó en la Habana con la ridícula pretensión de adquirir perros de presa para las batidas y ojeos contra los negros sublevados (53). El nuevo rompimiento entre Francia y Gran Bretaña a mediados de 1803, fue el golpe de gracia para Rochambeau y sus hombres ya que los ingleses acudían a bloquear los puertos que ocupaban los franceses. Se rindieron a los ingleses o a los negros Puerto-Príncipe, San Marcos, los Cayos, Jeremías y otras plazas fortificadas (53). Las familias blancas se apresuraron a huir en buques neutrales norteamericanos o incluso en pequeños botes. Finalmente, el 30-11-1803 se rinden los franceses y el 1 de enero de 1804 se declara la independencia de Saint Domingue tomando el nombre de Haiti. En abril hubo una tremenda matanza de los franceses que habían permanecido en la isla (53). Con la revuelta de los negros de Haiti, la situación de los franceses era cada día más difícil. Pronto empezaron a llegar a los puertos del oriente cubano gran cantidad de refugiados que constituían un peligro para la estabilidad de la zona. Se abrió la 12 entrada a barcos particulares que llegaban cargados de familias … y se empezaron a repeler las primeras 3 embarcaciones de tropas pestilentes y enfermas de la guarnición del muelle de San Nicolás y a los que no se les dio puerto, excusándolo con la falta de hospitales y de recursos en Tesorería para socorrerlos. Pronto llegó la guarnición principal de San Nicolás, al mando del general Noalles, así como la de Puerto Príncipe, al mando del General Levalet. Estos fueron repelidos por 3 veces, a pesar de las amenazas de represalias de su Gobierno, pero finalmente, por su falta total de víveres y el peligro de naufragio, se les autorizo el desembarco con las siguientes condiciones: 1) Los 3.000 hombres de la tropa desembarcarían en el Cayo de Ermit, bajo los fuegos del castillo del Morro, y solo permanecerían el tiempo necesario para recomponer sus buques. 2) El Gobierno, en medio de sus escaceses de caudales, les proveerá de 20 días de raciones para las tropas. 3) El General Lavelet con los oficiales de su plana mayor, serán hospedados en la ciudad, siendo de su cuenta el pago de la habitación y mantenimiento. 4) El cayo de Ermit será vigilado por buques menores del resguardo y de la guarnición española para impedir la evasión de ningún soldado francés. Este éxodo desde Santo Domingo a Cuba había comenzado en 1798, pero es en 1803 cuando alcanza una gran importancia. Con frecuencia los barcos franceses eran interceptados por los ingleses y conducidos a Jamaica, y esto es lo que le sucedió al General Fressinet que organizó la evacuación de Jérémie el 3 de julio. Los episodios que relata Callejas ocurrieron en esa época: la evacuación de Puerto Príncipe, al mando del General Lavalette, en octubre de 1803, y la del puerto de San–Nicolás, al mando del General Noailles, en enero de 1804 (44). El General Lavalette llegó con 2.000 hombres y se negaba a volver a Santo Domingo. Según Debien (44), la razón de esta resistencia era que Lavalette era responsable de la caída de Puerto Príncipe pues había estado negociando con los rebeldes de Dessalines durante semanas, había suprimido muchas defensas, había dejado el fuerte sin víveres ni municiones y había vendido armas y municiones a los rebeldes. Pezuela (53) sitúa la llegada de Lavalette el 12-10-1802 a bordo de la fragata Aimable en la que había huido de Puerto-Príncipe. Le seguían en otras embarcaciones 183 jefes y oficiales, 1182 soldados, 92 pasajeros blancos y 189 criados de color, la mayor parte mujeres y niños. Las familias particulares recibieron el mismo subsidio que las emigradas anteriormente y fueron alojadas en la ciudad y en casas de campo. Las tropas acamparon en tiendas de campaña y barracones en un islote de la bahía. Someruelos quería librarse de una hospitalidad tan alarmante como costosa y quiso enviar a Lavalette de nuevo a Haiti para que se reuniera con el General Ferrand que había logrado reunir algunas fuerzas en el antiguo territorio español de la isla y se había fortificado en su capital con ayuda de sus habitantes. Pero no encontró neutrales que se arriesgasen a transportarlos a aquel puerto por un mar dominado por los ingleses. Como en Santiago faltaban víveres, intentó Lavalette encaminarse a la Habana marchando por la costa. Le disuadió de esa idea Kindelan; y al fin salió el 1911 dejando un centenar de enfermos en los hospitales. Al salir del puerto dijo que se dirigía a Nueva Orleans, pero ya porque fuere ese un pretexto o porque le estorbaran los barcos enemigos para seguir ese rumbo, arribó el 26-11 a Batanbó en un bergantín con la cuarta parte de sus tropas, y las demás fondearon en la Habana al principiar el mes siguiente. Someruelos ordenó que la tropa francesa se acantonara en Santiago y Bejucal bajo la vigilancia del brigadier D. Francisco Montalvo y del teniente coronel D. Juan Francisco Nuñez del Castillo. La orden fue cumplida aunque Lavalette la 13 interpretó como señal de desconfianza. Luego, los franceses desearon prolongar su estancia por lo bien que se encontraban pero Someruelos tenía el mayor interés en abreviarla. Por fin, en febrero de 1804 logró fletar 5 barcos neutrales norteamericanos para que trasladasen a sus puertos a Lavalette y sus tropas. A una parte del convoy la apresaron los ingleses y el mismo Lavalette murió al trasbordarse de un buque a otro. Solo unos pocos se incorporaron en Santo Domingo al general Ferrand. En (44) podemos leer un relato análogo; en 75 días se arreglaron las naves de Lavalette y se les obligó a embarcar y salir fuera del puerto a pesar de sus vigorosas protestas. Las mismas tropas recalaron más tarde en la Habana, donde costó mucho desembarazarse de ellas. Los habitantes pacíficos de aquella colonia, vieron con placer alejarse de su vista aquel Ejército sanguinario y lleno de depravación, y la provincia de Cuba conoció en breve tiempo después, la importancia de que se hubiere sacudido de su seno aquel cuerpo de guerreros, que ya conocían y obraban con la infernal política de su Gobierno, para la ocupación de la España, y que hubieran puesto en el riesgo de perderse también la Isla de Cuba, si este Gobierno no hubiese dado el tono de firmeza que dio en el acosamiento de aquellas tropas. En el Archivo de Simancas se encuentra una carta del general Lavalette de 7-4-1804, en la Habana, agradeciendo al gobierno español su acogida (47). … Me lisongeo de que V.S. no tendra queja de nosotros, y de que esta satisfecho de la disciplina, orden y tranquilidad que han tenido constantemente en mi division. V.S. verá por la carta del S. De Kindelan que acompaña a esta que la conducta de otra mi division ha sido la misma en Cuba, y que a pesar de todas las desgracias y escaseces de todo, el soldado se ha manejado siempre de modo tal que se ha atraido la estimacion del publico. El Marqués de Someruelos contesta agradeciéndole sus palabras y diciéndole que estaba muy satisfecho de su conducta. El 22-4-1804 Someruelos comunica la salida de Lavalette después de muchos meses de retrasos. Hay también informes sobre quien paga los costos, sobre la petición de Lavalette de 2 meses de asilo y sobre su resistencia a volver a Santo Domingo (47). Poco después llegó un bergantín particular con tropas enfermas y que carecían de todo. La caridad obligó a darles puerto y hospitales a cerca de 300 esqueletos. Bajó el Sr. Kindelan a consolar personalmente a aquellos miserables y entregó 100 pesos a un extranjero para que inmediatamente se invirtiesen en gallinas para que recibieran de su mano la primera refocilación y con tal ejemplo, abrieron otros muchos sus bolsas y se hallaron alimentados los enfermos en breve tiempo después. De esta forma se desarrolló una colonia francesa de unas 320 personas, la mayor parte de ellas sólo habían podido traer las ropas que les cubrían. Primero se les dio cobijo en los portales de las casas y después el Gobierno les autorizó a que construyeran ranchos en las riberas que cubrían con paja. A los extranjeros que residían en la zona, se les obligó a contratar a algunos de ellos para las labores del campo, otros se emplearon en la pesca y otros en la artesanía. Se autorizó a las mujeres a buscar trabajo y algunas se dedicaron a ganar dinero para alimentarse diciendo la buena fortuna como las gitanas. El Gobierno fomentó los corsos para destinar a la marinería con lo que ninguna persona tuvo que pedir limosna. Se les animó a construir un teatro provisional de guano, y lo hicieron tan bien que llamaba la atención de todo el mundo. Gastaron varios miles de pesos en la obra y cubrieron el interior de lienzos bien pintados, con cielos rasos. Tuvo un éxito enorme entre los habitantes de la zona que carecían de entretenimientos. No necesitaron que el Gobierno les diese Reglamentos y Ordenanzas para la política interior del teatro, porque todos sabían guardar la compostura, y si algunos, por falta de principios, se 14 cubrían la cabeza o fumaban, se levantaba la voz general contra él y en un despavilar quedaba reformado el abuso, sin hacer contradicciones ni armar los ruidos que se ven en los nuestros, donde ninguno se acomoda a las privaciones, ni consulta a la practica general de no hacer cosa que pueda mortificar a la sociedad. Otro grupo de franceses construyó un laberinto en Loma Hueca y le dieron el nombre de Tíboli. Servían comidas y bebidas, tenían excelentes músicos, señoritas francesas que cantaban y todo ello por un duro la entrada por lo que tuvieron un gran éxito. Muchas señoras francesas de educación establecieron escuelas de dibujo, bordado y francés, otras enseñaban geografía, música, baile, piano, con lo que ganaban dinero y contribuyeron de forma importante al desarrollo cultural de Santiago. Por esa época hubo un enorme temporal que arrasó edificios, árboles y cultivos por lo que se preveía una gran escasez. No fue así, porque esos extranjeros en pequeños buques se apresuraron a traer todo tipo de provisiones desde Jamaica y Santo Domingo con lo que no faltaba de nada. Sin embargo, la llegada de estos inmigrantes también causaba muchos recelos entre los habitantes de Santiago y ya en 1804 había quien acusaba a Sebastián Kindelan de un trato demasiado benevolente con ellos. En este sentido es interesante leer la carta firmada por los fieles basallos de Vuestra Majestad de la Ciudad de Santiago de Cuba, con fecha 14-2-1804, que he encontrado en el expediente personal de Sebastián Kindelan (57) y que reproduzco en el Apéndice B. Del mismo periodo he encontrado una muy larga carta de Sebastián Kindelan al Excelentisimo Señor Generalissimo, (D. Manuel Godoy, el Príncipe de la Paz, quien como favorito de Carlos IV dirigía todos los asuntos del Gobierno) en que explica detalladamente los servicios realizados durante sus 5 años de Gobernador de Santiago y solicita el ascenso a Brigadier. Por su interés, he transcrito esta carta en el Apéndice C, y en ella puede verse la defensa que hace Sebastián Kindelan de sus acciones (58). A finales de 1807 la situación de los habitantes franceses era muy esperanzadora. Su presencia había aumentado la población de Santiago, y había contribuido a su engrandecimiento cultural y al desarrollo de la producción agrícola, floreciendo gran número de fincas dedicadas a diversos cultivos, principalmente el del café, producto del que Cuba rápidamente se convertiría en el más importante exportador (36). El cultivo de café en Cuba lo comenzó en 1748 José Gelabert pero no adquiriría ninguna importancia hasta 1790, tras la modificación del sistema fiscal de 1768 que incentivaba la producción de café y, sobre todo, tras la Real Orden del 28-2-1789 que permitía la libre entrada de esclavos a Cuba (44). El mismo Sebastián Kindelan nos informa del rápido desarrollo del cultivo del café a principios de siglo: en 1803 había 8 cafetales, mientras que en 1804 se establecieron 54 cafetales nuevos. Sebastián estima que en la Provincia de Oriente se produjeron 10.000 quintales de café en 1807, 20.000 en 1808, 30.000 en 1809 y 40.000 en 1810. A este espectacular desarrollo contribuyeron de forma destacada los alrededor de 10.000 emigrados franceses de Santo Domingo, muchos de los cuales tenían una gran experiencia en dicho cultivo. Los colonos se quejaban de falta de mano de obra pues escaseaban los esclavos (44). La mayor parte de cafetales contaban entre 10 y 20 esclavos y eran raras las que contaban con 100 esclavos (en la Guira; R. Congocamp , 90, Lange et Julienne, 90, en Candelaria, Hugon, 100, Landeau, 110, en Guanicú, Cobian, 80) (44). El 10-11-1808 Juan Sánchez Ramírez, dominicano emigrado en Santo Domingo, junto a otros expatriados en Puerto Rico y Cuba vence a los franceses en Pablo Hincado y en julio de 1809, con la ayuda de los ingleses, pone sitio a Santo Domingo y logra 15 reconquistar la parte española de la isla. Este hecho causó gran alegría en Santiago de Cuba tal como se relata en (42) y es curioso intuir la unión y familiaridad que existía entre Sebastián Kindelan y los ciudadanos de Santiago: El 6 de agosto se celebró en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, una función de gracias con mucha pompa y majestad. Las casas de los dominicanos y principales de la ciudad amanecieron abanderadas. A las doce hubo repique general acompañado de música, tambores, tiros de fusilería y pedrero con que hicieron más sensible su regocijo desde las puertas de sus casas los dominicanos que pudieron … No se cabía en la Plaza Mayor (de Armas); el palacio del Gobierno estaba iluminado por dentro y por fuera, gozando de una orquesta y representación gratulatoria, dividida en 8 octavas, con sus respectivas letrillas compuestas por el Lcdo. D. Andrés Muñoz Caballero. Hubo abundante refresco preparado por el Sr. Gobernador y su señora, y distribuido con franqueza entre todos cuantos se hallaban en la sala. Poco después salían a las calles a pasearlas con el canto y la música, agregándose un inmenso gentío de más de tres mil personas. Esta celebración callejera duró desde las 10 de la noche hasta las 3 de la madrugada (40). Pero las esperanzas y prosperidad se truncaron completamente en 1808 cuando empezaron a llegar rumores de la felonía del Emperador de los franceses, de las atrocidades cometidas por sus tropas en Madrid, el 2 de Mayo del mismo año, de la cautividad de Nuestro Rey y Señor D. Fernando VII, de la declaratoria de guerra contra aquella nación, de la instalación de la Junta Suprema de Gobierno en Sevilla y desastres que experimentaban las provincias. Inicialmente no se creían las noticias que provenían de Jamaica, pero el 2 de Agosto se recibió un despacho con la declaración de guerra realizada por la Junta Suprema contra el Emperador de los Franceses. Ese mismo día el Gobernador Kindelan dio orden de embargo contra los corsarios franceses alguno de los cuales logró huir esa misma noche. Al poco tiempo se presentó un buque francés con algunas familias de Santo Domingo que huían de una corbeta inglesa. En un primer momento se les ordenó irse pero el capitán del buque dijo que prefería ser prisionero de guerra con tal que se le permitiera atracar para dar reposo a las familias que iban a bordo. Se le contestó que la nación española era generosa y se permitió su atraque. Este mismo trato se dio posteriormente a más de 70 barcos mercantes franceses. A la marinería de los corsarios franceses se les ordenó que se embarcaran para Santo Domingo, que tras el tratado de Basilea pertenecía a los franceses, y con este fín se organizaron varias expediciones, a pesar de las protestas de los militares franceses establecidos en Santo Domingo que intentaban decir que no había guerra con España y que por el contrario los españoles estaban muy contentos con el gobierno de José Bonaparte El último periodo del Gobierno de Sebastián Kindelan debió ser bastante ingrato por las acusaciones de afrancesado que recibió desde varios frentes. Callejas relata lo siguiente: Una plaga de pasquines y papeles insidiosos aparecía cada día sobre las puertas de los templos, plazas, calles y casas; en ellos se acusaba al Gobierno de no haber desarmado a los franceses; de haberles hecho partícipes de las gracias del comercio y pesca y de haberlos empleado en la agricultura con prevención de aquella catástrofe para robustecerlos y darles más superioridad contra los naturales: se le atacaba por haber permitido salir sin sujetarlos a la represalia, a los buques franceses después del rompimiento de la guerra, …; que toleraba juegos prohibidos con grande provecho del jefe y su secretario; que se toleraban con publicidad logias masónicas y, finalmente, que el Sr. Gobernador había aceptado del Emperador de los franceses el 16 Cordón de la Legión de Honor, con cuyas producciones se atizaba a la población para hacer odiosa la persona del Sr. Gobernador. Referente a esta última acusación, es posible que el origen del infundio se basara en que su hermano Juan sí que recibió la Legión de Honor por conseguir la rendición de Stralsund el 18-8-1807 (35). También tuvo enfrentamientos con el Arzobispo de Cuba, J. Osés y Alzua, debido a la disparidad existente entre ambos sobre los planes de construcción de la Catedral. El Arzobispo quería que se construyera bajo su exclusiva inspección y con arreglo a su propio plano, y era el deber de Kindelan hacer que se ejecutara la obra siguiendo un proyecto elaborado por la Academia de San Fernando de Madrid y bajo la dirección de un ingeniero enviado para este propósito por una Real Orden (48). Desde este momento surgió la enemistad del Arzobispo hacia Sebastián Kindelan del que criticaba todos sus actos tanto en sus cartas como en sus oficios y hasta en sus sermones (48). El Arzobispo le censuró también duramente porque no trataba con rigor a los franceses. En este sentido es curioso leer su Pastoral de 16-9-1808 aconsejando el exterminio de los franceses. Pero la mejor forma de conocer estos enfrentamientos entre Sebastián Kindelan y el Obispo Osés la encontramos en dos cartas que escribió su mujer, Ana Manuela Mozo de la Torre. La primera, fechada en agosto de 1812 estaba dirigida al Juez de Residencia y firmada por ella junto a Antonio Vaillant y a su cuñado José Sánchez Griñán. La segunda, fechada en diciembre de 1812 y firmada por ella sola se dirige directamente al Rey Fernando VII. Se trata del primer manuscrito enviado al monarca por una criolla americana. Era un texto de mas de cien párrafos en setenta y dos cuartillas que entregó también a distintas autoridades locales. Estas dos cartas se encuentran recogidas en un libro publicado recientemente en Santiago de Cuba con el título Los acentos de una mujer (68). En ellas defiende el honor y las acciones de Sebastián Kindelan al mismo tiempo que demuestra una enorme valentía fuerza e inteligencia. Ella era plenamente consciente del riesgo que implicaba en 1812 enfrentarse y acusar a la Autoridad Eclesiástica y en uno de los primeros párrafos de la carta dice; a todo mi riesgo diré quanto mi alma me sugiere ... Sus escritos fueron analizados por el Ministro de Gracia y Justicia, D. Juan Lozano de Torres, hombre de confianza de Fernando VII. En su carta de conclusiones indica que la documentación aportada podría contribuir a perturbar la tranquilidad pública, como promovidos por personas de tan alta Dignidad. Finalmente el 9-9-1818 se desestimó ninguna acción contra el Señor Arzobispo por falta de pruebas. Como los pasquines no tenían el efecto deseado, los intransigentes empezaron a incendiar los alojamientos de los franceses. El primero de estos incendios ocurrió en casa de una morena libre a las 3 de la madrugada. Acudieron a apagar el incendio los Guardias de Previsión de los cuarteles y el Señor Gobernador Kindelan (y su Secretario que, por accidente o por costumbre, se hallaba fuera de la cama). Al día siguiente a la misma hora se incendió la casa del sombrerero francés Laporte, por lo que se decidió organizar la vigilancia de los hogares entre varios caballeros franceses. A pesar de esta vigilancia, a las 9 de la mañana empezó a arder una de las casas más grandes de la ciudad, por lo que se aumentaron las precauciones y se establecieron retenes con refuerzos de tropas distribuidos por toda la ciudad. Siguieron los incendios; 2 por la tarde, otro por la noche, y en este último se descubrieron entre los escombros los infernales instrumentos de aquella inaudita maldad. Un pedazo de yesca conocida por el hongo, horadado y embutido con pavilos de azufre rodeado con pequeños garfios de alambre grueso de fierro corto, era el botafuego que una mano alevosa cimbraba sobre las casas sin que fuese advertida … A la mañana siguiente 17 ardieron 10 u 11 casas aunque lograron apagarse todos los incendios, y el benemérito jefe Kindelan corría por todas partes como el relámpago. Los incendios duran 9 días y Callejas atribuye de forma enigmática la autoría de los mismos a un amigo suyo y su final a su propia acción aunque prefirió encubrir el suceso y no delatarlo al Magistrado. Más tarde se formó en la Habana una Junta de Represalias, queriendo imitar lo hecho en la Metrópoli, sin recapacitar en la ruina que hacían al territorio al secuestrar las Haciendas de los franceses naturalizados. Los principales propietarios, al ver el peligro que se avecinaba, prepararon embarcaciones y escaparon con todos sus esclavos hacia Orleans, aunque algunos fueron capturados por los ingleses y conducidos a Jamaica. Después, la Capitanía General ordenó la expulsión de los franceses, entre ellos muchos de aquellos valiosos inmigrantes que habían llegado desde Santo Domingo y que tanto habían contribuido al desarrollo de la Isla. El Gobierno de Cuba retrasó la ejecución de la orden 8 meses pues sabía la ruina que dicha expulsión significaba para la Provincia. Hubo muchos franceses que obtuvieron cartas de naturalidad española y que pudieron quedarse gracias a las gestiones de Sebastián Kindelan (36). Finalmente publicó el edicto de expulsión en abril de 1809 que entre otras cosas decía: se habilitaban buques para el transporte a los puertos de Norte America, mandaba que todos los franceses y demás extranjeros de cualquier estado, sexo, color y edad, libres, residentes en esta ciudad y jurisdicción desde la época de la revolución de Francia, que no estuviesen domiciliados con carta expresa del Sr. Capitán General de la Isla, salieran irremisiblemente; que los menestrales y artesanos debían de cesar en el ejercicio de sus oficios desde el día de la publicación del bando, los carniceros y panaderos dentro de 8 días y los estancieros, hosteleros, etc… dentro de 15; para que pudiesen expender y aprovechar lo que tenían, concediendo 40 días para su salida a los que poseyesen fincas o bienes a fin de que pudiesen negociar su venta o dejasen sus poderes a personas de confianza … para que los enagenasen y pudiesen remitirles sus caudales a sus nuevos destinos, siempre que no fuera en territorio francés y los que no poseyesen bienes habían de salir en el término de 20 días; que se les permitía a todos llevar sus muebles … Prevenía al público que penetrado del carácter cristiano y generoso que había sido siempre nuestra divisa, lejos de molestar ni causar extorsión a los franceses que habían de salir, contribuirían a facilitarles su embarque, dando un testimonio ilustre de la prudencia, moderación y civilidad que constituyen la bien merecida reputación del pueblo cubano. Poco caso se hizo de esta última recomendación, y ya la misma tarde de publicación del edicto, 2 marineros sobornados por alguien, acudieron con puñales a la casa del naturalizado francés D. Prudencio Casamayor, que unos años antes había tenido un papel esencial para frustrar el desembarco de los ingleses en Baracoa, y allí le insultaron a él y a los otros individuos que se encontraban en su posada. Fueron detenidos y uno de ellos murió en la cárcel con los síntomas de haber ingerido un tóxico según Callejas para impedir que delatara a los que le habían sobornado. Prudencio Casamayor jugó un papel muy importante en el desarrollo de los cafetales de Santiago por parte de los colonos franceses. Él compró extensas tierras en Sierra Maestra y las vendía u arrendaba en pequeños lotes a los colonos, por lo que durante mucho tiempo actuó como el agente especial, el negociante, el consejero y sobre todo el banquero de la comunidad francesa de Santo Domingo (44). Sebastián Kindelan recibió finalmente el galardón de sus once años de trabajos con el grado de Brigadier que le confirieron y el Gobierno de San Agustín de la Florida. Entregó el mando a su sucesor, la mañana del 10-7-1810, haciendo una despedida 18 tierna de su Cabildo. El 19-7-1810 tomó posesión como Gobernador el Coronel D. Pedro de Alcántara y Suárez de Urbina. El nuevo Gobernador aceptó todas las mentiras que el Obispo Osés le dijo de Sebastián Kindelan y abrió un Sumario acusandole de todo tipo de delitos cometidos durante los 11 años de su Gobierno. Tambien estaban acusados su Secretario Maldonado, los Administradores Juan Francisco Salazar y Manuel Jose de Mena y otros muchos cargos civiles y militares. La investigación fue una farsa y no se pudo probar ninguna de las acusaciones. En septiembre de 1811 fue nombrado Gobernador de la Florida Oriental y el 3-12-1811 se produce su ascenso a Brigadier por Real Decreto. En su hoja de servicios se indica que una vez dejado el Gobierno de Santiago permaneció un año y 2 meses en Santiago esperando destino. El 18-4-1812 partió a su nuevo destino dejando en Santiago a su mujer y sus hijos. Gobernador de La Florida Tomó posesión de su nuevo cargo en junio de 1812 en San Agustín, donde sucedió al anterior Gobernador Estrada. Su nombramiento como Gobernador se había producido el 22-9-1811 en una carta del Consejo de Regencia firmada en Cádiz por José de Heredia y dirigida al Ministerio de Guerra (65). Se producía como consecuencia de la muerte el 13-4-1811 del anterior Gobernador D. Enrique White. A su muerte fue sustituido provisionalmente por D. Juan José de Estrada como oficial de mayor graduación, pero según el Ministro español en Estados Unidos, éste no tenía la popularidad y circunstancias necesarias para el cargo, por lo que indicaba la urgencia de nombrar a alguien adornado de las mejores prendas. Las primeras instrucciones para su difícil cargo (65), las envía el Secretario de Estado, Eusebio de Bardají, en Cádiz a 2-10-1811, en una minuta dirigida al Marqués de Someruelos, Gobernador General de Cuba, en la que le dice que comunique a Kindelan las noticias sobre la resolución del gobierno de Estados Unidos, empujado por Bonaparte, no sólo de proseguir la invasión de la Florida occidental, sino de apoderarse también de la oriental. Probablemente los agentes de EEUU procurarían ganarse a los jefes de las plazas españolas con ofertas y amenazas que deberían resistirse, rechazando con la fuerza cualquier ataque. No eran claras las relaciones de EEUU con Gran Bretaña pero seguían las negociaciones con el nuevo Ministro Inglés Foster, y era probable que el poderío marítimo inglés intimidara a los americanos. Someruelos contesta el 10-2-1812, diciendo que no había podido aleccionar a Kindelan porque todavía no se había incorporado a su puesto. Finalmente Sebastián parte para La Florida el 2-6-1812 (66). El Capitán General de la Habana, Ruiz de Apodaca informa que debido a los sucesos de la Florida y la toma de Isla Amalia, el Gobernador interino había pedido tropas, dinero y víveres. En respuesta le enviaba víveres, una compañía de morenos del Batallón de milicias de esta Plaza compuesto por 93 hombres, y 5.000 pesos en efectivo y algunos pertrechos de artillería. El convoy transportaba también al Gobernador propietario de la Provincia Brigadier D. Sebastián Kindelan que había llegado unos días antes de la ciudad de Cuba para seguir a su destino. Su llegada debió de llenar de júbilo a los defensores de San Agustín, pues no sólo traía algunos soldados sino además, 130 fanegas de maíz en paja, 250 barriles de harina, dos qq de jamon de Veracruz, 1 qq de Galvanzos, 100 onzas de barro, un cajón de medicinas, 6 botijas de miel de abejas y las 14 carenas con todos los demás utensilios que se remiten por la Artillería. 19 Callejas nos cuenta que durante su mandato en Florida, los angloamericanos sin declaración de guerra tomaron Isla Amalia pero con su prudencia y carácter lo sostuvo todo con el decoro y honor de las armas de la nación. Más detalles sobre su Gobierno se encontraran en (38) (49), (50). En 1811 Estados Unidos estaba muy preocupado con la amenaza inglesa. Se pensaba que tenían planeado tomar Florida lo que les daría una frontera a lo largo de todo el sur. El Presidente Madison, en reunión secreta con el Congreso el día 25-1-1811, nombró al General George Matthews, antiguo Gobernador de Georgia, y al Coronel John McKee, enviados especiales con la misión de hablar con las autoridades españolas e intentar la cesión temporal de la provincia a los Estados Unidos. En caso de que las autoridades españolas se negaran o que Matthews sospechara que otra potencia planeaba su conquista, se le autorizaba a tomarla por la fuerza. Poco tiempo después, al extenderse el rumor de la resolución del Congreso, un importante número de gente de Georgia se concentraron en el puerto de St. Marys. El Presidente Madison envió un destacamento de marines a la isla de Cumberland para proteger el frente del sur y cooperar con las tropas formadas por 200 hombres al mando del Teniente Coronel Thomas A. Smith (49) que estaban estacionadas en Point Petre, Georgia, muy cerca de Fernandina en Isla Amelia. Esta ciudad se había convertido por entonces, en una plaza importante y estaba defendida por una pequeña guarnición al mando del Capitán José López (en (49) y (50) aparece como Justos López). Hacia el mes de marzo de 1812, el General Matthews había reunido en Point Petre un grupo considerable de hombres de la frontera, aventureros y filibusteros a los que ofrecía 500 acres de tierras cuando liberaran Florida, y que se denominaban el Ejército de los Patriotas (Patriots Army). Avisados por Matthews de que la situación era propicia para entrar en acción, el 16 de marzo un grupo de 9 barcos de guerra americanos bloqueó Fernandina con el pretexto de proteger los intereses americanos, mientras que los patriotas exigían la rendición de la plaza. El Capitán López quería rendirse a las tropas americanas, pero su comandante, que no tenía nada clara la legalidad de lo que estaban haciendo, le rehuyó, de modo que el 17 de marzo Fernandina se rinde a los patriotas y por parte americana firma la capitulación John McIntosh, que por entonces había sido nombrado Gobernador de una República Provisional de Florida. La isla se cedía a Estados Unidos con la condición que no se ejercería ninguna restricción al comercio. Al día siguiente llegaron las tropas americanas del Teniente Coronel Smith, por lo que se arrió la bandera de Florida y se izó la de los Estados Unidos. El mismo Justo López realizó un informe sobre los acontecimientos el 18-3-1812 desde Fernandina que fue remitido por D. Luis de Onís, ministro plenipotenciario de España en Estados Unidos a D. Eusebio de Bardají y Azara (Secretario de Estado) (62) en carta que envía desde Filadelfia; El sabado 14 del corriente entre 11 y 12 de la noche se presentaron los 3 soldados que tenía abanzados a 8 millas de distancia al resguardo de la Real Hacienda quienes me informaron que se retiraban de el por haberlos desarmados una partida de gente armada compuesta de habitantes de la Provincia y de muchos ciudadanos de los Estados Unidos, en número de 250 entre todos. En vista de ello tomé las disposiciones, que me fueron posibles y me permitía mi situación con el corto número de tropa a mi orden y algunos vecinos de este pueblo, de los que pude conseguir armar como 30 o 40 de ellos bien dispuestos. En esta disposición me mantuve hasta el día 17, durante cuio tiempo no se determinaron presentarse en estado de acción ni aun a la vista, de lo que me hubiera alegrado para haber tenido algun pasatiempo,… en inacción todo este tiempo a 7 millas de distancia de esta Isla en la tierra firme; en cuyo paraje los hubiera atacado si mis ordenes dadas a D. Santiago Cashen, Capitán 20 de la Compañía de Milicia de esta rivera hubiesen tenido el debido efecto las que no fueron cumplidas en virtud de que todos los habitantes de aquella parte se habían declarado rebeldes, excepto un tan corto número que fue imposible formar plano ninguno, según me lo prometía… Traté de mantenerme en mi puesto contra todas las operaciones de los rebeldes hasta que o bien perecer todos en defensa, si nuestra suerte fuese adversa o cortar con la acción por nosotros; pero quando vi en aquella misma hora (las 8 de la mañana), que en menos de 5 minutos sarpan el ancla 8 cañoneras, que estaban a la punta norte de esta Isla, y en un momento con viento y marea favorable, se presentaron en frente de esta guarnición a menos distancia de un tiro de fusil, se escoraron de popa y proa, la artillería apuntada al pueblo cargada a metralla, las mechas encendidas, y por último en perfecto orden de atacarnos. Antes de que se encontraran en esta disposición mandé un parlamentario a bordo y la contestación que le dieron fue la misma que la que me mandó por escrito el Comodoro Camell, en contestación a oficio mio que fue, nosotros venimos en auxilio de nuestros aliados Patriotas (los rebeldes). En esta disposición, … no quedandome absolutamente ningún recurso, … y para evitar toda efusión de sangre, … tuve que ceder a la desagradable rendición baxo una capitulación, no en nombre de los Estados Unidos, sino del de sus aliados rebeldes. Inmediatamente algunas tropas americanas bajo el mando del Teniente Coronel Smith junto a tropas de patriotas empezaron su marcha hacia San Agustín, mientras que en Fernandina permanecían un grupo de marines al mando del Capitán John Williams (49). El avance de los patriotas fue muy rápido tomando el fuerte San Nicolás (hoy en la ciudad de Jacksonville), más tarde el fuerte Picolata en el río San Juan, llegando a las afueras de San Agustín el 25 de marzo donde fueron rechazados por el Gobernador Estrada. Las tropas regulares de Smith llegaron el día 12 de abril y ocuparon el fuerte Moosa Old (Gracia Real de la Santa Teresa de Mose (50), que se conserva en la actualidad como Fort Mose National Historical Landmark) a menos de 2 millas del impresionante Castillo de San Marcos, construido en 1695 para proteger San Agustín (50). En la actualidad Fort Mose (www.fortmose.com) es considerada como la primera comunidad americana de esclavos libres reconocida legalmente y, como veremos, su existencia se debe en buena parte a las actividades de Sebastián. Smith declaró el sitio de San Agustín con sus 200 hombres y la ayuda de los patriotas, estableciéndose entre las ruinas del fuerte Moosa Old. El Ministro español en Washington protestó por la invasión, así como también lo hizo el Gobierno británico, por lo que el Presidente Madison estaba en una posición embarazosa, pues Matthews era su comisionado y era quien había aprobado el ataque y quien había declarado que toda la provincia de Florida al norte de San Agustín pertenecía a la República de Florida que lo cedía al Teniente Coronel Smith como representante de los Estados Unidos (50). El Congreso forzó al Presidente a que desautorizase las acciones de Matthews, por lo que este declaró que Matthews se había extralimitado en lo que le había ordenado, y le quitó del puesto nombrando en su lugar al Gobernador de Georgia David B. Mitchell con instrucciones de actuar en harmonía con Estrada. A pesar de ello, continuó el sitio de San Agustín y el Presidente seguía decidido a invadir Florida. El 21 de abril el Secretario de Marina ordenaba al Capitán Williams que abandonara Fernandina mientras que el Gobernador Mitchell le ordenaba exactamente lo contrario (49). Estas indecisiones de las autoridades americanas serían decisivas en el desarrollo del conflicto. El 12 de mayo hubo un incidente en que tropas de color enviadas por el Gobernador de San Agustín atacaron a un destacamento de soldados 21 americanos la mayor parte de ellos inválidos (38). El 16 de mayo el Gobernador Estrada lanzó un tímido ataque contra el fuerte Moosa Old y fue la primera ocasión en que españoles y americanos intercambiaron disparos. Los americanos retrocedieron desordenadamente y establecieron una nueva posición en Paso Navarro a 2 millas de su posición inicial, mientras que los patriotas siguieron la retirada hasta una plantación denominada Hollingsworth a 25 millas de San Agustín (49). En junio Estados Unidos declaró la guerra a Inglaterra y el 3-7-1812 el Senado debatió una resolución para autorizar la invasión de la Florida Oriental que fue derrotada por escaso margen (49). El ministro plenipotenciario de España, D. Luis de Onís, informa de estos acontecimientos (63) diciendo que el Senado ha rechazado todos los bills, y entre ellos el relativo a la posesión de las Floridas con la pluralidad de 7 votos. …pues habiendo el Gobernador de San Agustin Kindelan hecho intimar a las tropas americanas que estan en las inmediaciones de aquella Plaza, que si no evaquan la provincia en el término de 15 días, los echará a la punta de la bayoneta, el Comandante Americano ha respondido que defenderá el terreno hasta que pierda toda la gente. Tres días más tarde se aconsejaba a Mitchell que retirara las tropas pero que no considerara el objetivo como abandonado pues era probable que el Congreso cambiara su decisión en la próxima sesión. Mitchell pidió refuerzos para atacar San Agustín diciendo que los españoles habían armado a todos los negros de la provincia y que además habían llegado dos compañías de negros desde la Habana (49). Al mismo tiempo la situación del Teniente Coronel Smith y sus tropas había comenzado a deteriorarse y la euforia inicial había dado paso a un pesimismo que le hicieron escribir una larga serie de cartas en que se quejaba amargamente de la escasez de recursos, la indisciplina de los patriotas y el temor a que los españoles se estuvieran reforzando. El historiador americano J.H. Alexander (50) considera que en este inicio del verano de 1812 sucedieron varios acontecimientos que fueron decisivos para el desarrollo de la guerra de Florida; la declaración de guerra contra Inglaterra, la derrota en el Senado de la invasión de Florida y la llegada, el 17 de julio, de Sebastián Kindelan como nuevo Gobernador. Es fácil imaginar lo incómodo de la situación; llegaba como Gobernador a una Provincia ocupada por tropas enemigas y a una capital sitiada desde hacía meses por fuerzas muy superiores a las suyas. Contaba con 400 hombres para defender toda la Florida Oriental y muchos de ellos con escasa formación militar. En palabras del propio Sebastián Kindelan, la mayor parte de sus tropas no eran más que una milicia urbana que no tenía ni idea de cómo usar un rifle (50). Además, sabía que debía evitar en lo posible la guerra con los Estados Unidos, ya que en esos años España estaba en guerra contra Napoleón en Europa y no podía permitirse otro conflicto armado esta vez contra Estados Unidos. La situación requería un delicado equilibrio entre presión diplomática, uso de fuerza y actividades paramilitares encubiertas. Sin embargo, en opinión de J.H. Alexander, Sebastián Kindelan era un hombre realista, que sabía que tenía que enfrentarse a la invasión de los patriotas con los pocos recursos de que disponía, y que poseía un extraordinario talento, que le permitiría resolver con éxito un reto tan complicado como el que le esperaba en San Agustín. Como primera medida de carácter diplomático, envió una carta al Teniente Coronel Smith mostrándose sorprendido de haber encontrado tropas regulares acampadas en las cercanías de San Agustín cuando su nación estaba en paz con la de los Estados Unidos (49). En el Apéndice F he reproducido parte de esa correspondencia en la que resulta curioso comprobar el respeto y educación en las formas al tiempo que se acusaban y amenazaban duramente (67). Smith, que cada día tenía más dudas de la legalidad de su ocupación, envió la carta al Gobernador Mitchell. Este le respondió de 22 forma hostil acusando a Sebastián Kindelan de utilizar soldados negros a sabiendas de que los habitantes del sur de Estados Unidos eran totalmente contrarios a esas prácticas. La verdad es que aunque el propio Kindelan admitía que entre sus tropas había hombres de muchas naciones, razas y colores, hasta 1815 no llegaron como refuerzos a San Agustín compañías de negros. Durante meses se entabló una correspondencia tensa pero formal entre Kindelan y Matthews sobre los planes de retirada de las tropas americanas. En el lado militar tomó dos medidas de gran importancia. Por un lado proporcionó armas y equipo a todos los negros libres de San Agustín, los cuales tenían un enorme interés personal en rechazar la invasión americana, y puso al frente de esta milicia a un Capitán también negro (50). Por otro lado, aceptó una oferta de ayuda por parte de varias docenas de jefes de la Nación Alachua de los indios Seminoles (50) que habían sido previamente rechazados por los patriotas, y les ofreció una recompensa de 1.000 dólares por la cabellera de McIntosh y 10 dólares y una botella de ron por la de cualquier otro patriota. Esta guerra psicológica tuvo un efecto devastador, y cuando en julio los Seminoles empezaron a atacar plantaciones a ambos lados del río San Juan muchos patriotas partieron hacia sus casas en Georgia para proteger a sus familias. El Teniente Coronel Smith solicitó de Mitchell el refuerzo del Capitán Williams y sus marines que seguían en Fernandina al mismo tiempo que se quejaba de la ineficacia de los patriotas. Williams partió el 11 de julio y encontró a las tropas americanas en un estado lamentable, con la moral por los suelos, con escasez de ropa y con muchos enfermos. A menudo había más de un tercio de la tropa enferma de fiebre, disentería, … En agosto los Seminoles junto a negros libres que vivían con ellos empezaron a atacar a las tropas regulares y así el 12 de agosto atacaron a un correo al que torturaron y le cortaron nariz y cabellera (50). En septiembre, 3 de los marines de Williams perecieron en una emboscada y otro desertó y se unió a los españoles. El 12 de Septiembre Smith ordenó a Williams que evacuara a los hombres más enfermos a Davis Creek y volviera con tropas de refresco. Esa noche al llegar al paraje conocido como Twelve Mile Swamp fueron atacados por un grupo de Seminoles y negros al mando del Teniente Huiten que les habían tendido una emboscada perfecta. Este Teniente era un esclavo libre llamado Juan Bautista Huiten (también conocido como Prince Witten) al que Sebastián había hecho Teniente por sus cualidades de liderazgo. Los primeros disparos alcanzaron al Capitán Williams a su Sargento y a los primeros caballos. Los atacados se reagruparon y devolvieron los disparos en la oscuridad. El Capitán Williams que había recibido 8 heridas de bala arengaba a sus hombres. En 15 minutos ambos bandos habían acabado la munición y se pasó a la lucha cuerpo a cuerpo; los indios con sus tomahawks y los marines con sus bayonetas. Los indios se retiraron destruyendo una de las 2 caravanas y llevándose la otra. Williams envió sus tropas hasta Davis Creek y él permaneció escondido toda la noche hasta que al día siguiente volvieron a buscarle. En una carta del 15 de septiembre a su Comandante decía lo siguiente; mientras avanzaba con un comando de 20 hombres con 2 caravanas desde el Campamento hasta este lugar, fuimos atacados por un grupo de indios y negros … por ser de noche, empezamos la lucha que continuó hasta que a ninguno de mis hombres le quedaba un cartucho, durante ese tiempo recibí 8 heridas … Mi pierna derecha está rota, mi mano derecha atravesada por 3 disparos, mi brazo izquierdo roto, mi pierna izquierda atravesada por un disparo y tengo otro disparo en mi cadera izquierda cerca del riñón; otro me ha atravesado la parte inferior del cuerpo … Encontraron un hombre muerto al que habían cortado la cabellera, varios heridos que 23 habían escapado entre las matas … Los enemigos eran unos 50. Puede usted suponer que me encuentro en una situación terrible pero espero recuperarme en pocos meses. Sin embargo, el Capitán Williams no logró recuperarse y moría el día 29 de septiembre. Fue el segundo marine de la historia que perdió su vida en combate. Aunque el combate de Twelve Mile Swamp acabó en empate, desde el punto de vista estratégico fue un desastre para los Estados Unidos. A los dos días el Coronel Smith abandonaba el sitio de San Agustín y se retiraba, primero a Davis Creek y, pocos días más tarde, a la plantación de Hollingsworth a la que denominó Camp New Hope pues seguía esperando la llegada de refuerzos. Al mismo tiempo, los indios empezaron acciones de guerrilla, robo de ganado, … y hacían incursiones en Georgia. Para evitarlo, el Coronel Newnan de los patriotas de Georgia organizó una expedición contra ellos matando a su jefe. Los patriotas sufrieron 25 bajas y se retiraron como pudieron a Camp New Hope. Algunos meses después el Presidente Madison tiraba la toalla y ordenó la retirada de Florida Oriental (50). El 26 de abril de 1813 los americanos abandonaron Camp New Hope tras haberlo quemado y dos semanas más tarde se devolvía Fernandina a los españoles mientras las últimas tropas americanas salían de Florida. En menos de 1 año Sebastián Kindelan había logrado dar la vuelta a una situación desesperada sin disparar un tiro y sin utilizar a ningún soldado español. Recientemente James G. Cusick, investigador de la Biblioteca P.K. Yonge de la Universidad de Florida en Gainsville y de la St. Augustine Historical Society ha publicado un magnífico libro (69) en el que se analizan los pormenores políticos y militares de esta primera guerra entre España y los Estados Unidos. En sus páginas queda patente su admiración por la labor realizada en la Florida por Sebastián Kindelan. Con James G. Cusick en San Agustín Monumento a la Constitución. San Agustín. Otra de las primeras preocupaciones de Sebastián Kindelan fue la de si publicaba la Constitución de 1812. Esta cuestión, como tantas otras, la consultó con el Capitán General de Cuba Juan Ruiz de Apodaca (39). Todavía hoy se conserva un monumento a la Constitución con la siguiente inscripción: Plaza de la Constitución promulgada en esta Ciudad de San Agustín de la Florida Oriental en 17 de Octubre de 1812 siendo Gobernadorel Brigadier Don Sebastián Kindelan Caballero del Orden de Santiago Para Eterna Memoria. Este es el único monumento que sobrevivió a la decisión de Fernando VII de destruir todos los monumentos que antes había ordenado construir. 24 En 1814 emprendió una reforma urbana de la ciudad de Fernandina para mejorar su utilidad, comodidad y hermosura. El plan fue diseñado por el agrimensor general Don Jorge Clarke, y se dictaron una serie de normas para incentivar a las personas que ya habían construido sus casas para que se mudaran a los solares establecidos por el nuevo plan. En el título de propiedad de Don José Gaunt, que se conserva en los archivos de la Universidad de la Florida y que está firmado por Sebastián Kindelan, pueden leerse los detalles de dicho plan (52). Además, se producen insurrecciones, sobre todo la de isla Amelia en otoño, y continúan los problemas con los esclavos fugitivos desde los Estados Unidos. En 1814 se produce el Embargo Act de los Estados Unidos y se concentran en la frontera tropas americanas. Sebastián Kindelan informa a Ruiz de Apodaca de la imposibilidad de expulsar a los bandidos de Georgia del territorio indio, y de la expedición de Estados Unidos contra los indios Creek (39). También en este año se presentan en la desembocadura del río Santa María un grupo de barcos de guerra británicos con el objetivo de incitar a la insurrección de los negros americanos. En 1815 Sebastián Kindelan decide disolver las alcaldías constitucionales mientras continúan las actividades de los ingleses en el río Santa María. Sebastián Kindelan intercambia una serie de cartas con el Almirante Inglés Cockburn sobre el tema de los esclavos fugitivos. El Gobierno de Sebastián Kindelan en la Florida coincidió con una época de gran importancia en su historia, y en la que los acontecimientos se sucedían con un ritmo vertiginoso. En la zona se entremezclaban españoles, franceses, ingleses, indios, americanos, cada uno con sus intereses. Además, entre los americanos había grupos muy diferentes pues nada tenían que ver los intereses del Gobierno de Washington, con los de los colonos de Georgia y Carolina del Sur, o los de muchos habitantes de la Florida. Las alianzas y enfrentamientos entre uno o varios de estos grupos fueron continuos durante los últimos años del siglo XVIII y los primeros del XIX. En 1815 fue nombrado Teniente Rey, Caballero Subteniente del Gobierno de la Habana. De nuevo, y con motivo de pedir la Cruz de San Fernando, escribe Sebastián Kindelan un resumen de sus actividad durante estos años (55). Dicha carta la reproduzco en el Apéndice D. También es interesante leer su hoja de servicios de diciembre de 1815 (59) y que he reproducido en el Apéndice E. Tendría que esperar hasta el 12-9-1819 para conseguir la gracia que pedía. Con esa fecha, se le nombra Caballero de tercera clase de la Real y Militar Orden de San Fernando y se le condecora con la cruz de tercera clase atendiendo al distinguido merito que vos el Brigadier D. Sevastian Kindelan, Teniente de Rey de esta plaza de la Havana, habeis contraido siendo Governador de la Florida Oriental, cuando esta fue invadida por tropas americanas insurgentes en el año de 1813 logrando la pacificación de la provincia, sometiendola con firmeza y constancia a pesar del corto numero de fuerzas y escaseces que experimentaron (56). Gobernador de Santo Domingo Al final de 1817 fue nombrado Gobernador, Capitán General e Intendente de la Isla de Santo Domingo (según la Dirección General del Tesoro el nombramiento es del 31-101817). Su llegada a la isla parece ocurrir el 5-1-1818 (42), y el 10-1 envía una carta al Comandante General de la Habana (61) participándole su nombramiento. Su mandato se enmarca dentro de los años denominados como de la España-Boba (1809-1822), en los que por la guerra con Francia y por los movimientos emancipadores 25 americanos, España no se ocupó de la prosperidad de Santo Domingo. Una de sus primeras preocupaciones, que comunica al Comandante General del Apostadero de La Habana, son los problemas que ocasionan a los barcos españoles los corsarios insurgentes que rodean las costas (60). Cuenta Callejas que durante su mandato se vió amenazado por la independencia que planeaba su auditor de guerra Nuñez, aunque la eficacia y energía de Kindelan consiguieron impedir esos planes. Sin embargo, al año siguiente de la marcha de Kindelan, el mismo auditor volvió a conspirar y esta vez sí consiguió la independencia que fue contemplada con dolor por los propios dominicanos que vieron como los negros de la parte francesa se apoderaron de toda la isla. Tengo escasos datos sobre el Gobierno de Sebastián Kindelan en Santo Domingo pero lo que relata Callejas parece muy verosímil. El 1-12-1821, un grupo de dominicanos dirigidos por el auditor José Nuñez de Cáceres proclamó el estado independiente de la parte española de Haití (40). Sólo los implicados sabían lo que se estaba preparando mientras que el pueblo recibió con sorpresa la independencia. Nuñez se erigió en gobernador político y presidente del nuevo Estado y el mando se lo entregó apaciblemente el gobernador español Pascual del Real, quien el 5 de diciembre se embarcaba para España (40). Corto fue el Gobierno de Pascual del Real (nombramiento del 25-7-1820), pues en abril de 1921 Sebastián seguía actuando como Gobernador de Santo Domingo, y más corta aún la presidencia de Nuñez, pues el 9-2-1822 Boyer, presidente de Haiti, invadió triunfalmente Santo Domingo aduciendo que no entendían que la isla de Haití fuera divisible. En Santo Domingo ni los blancos ni los negros estaban conformes con lo que hizo José Nuñez. Este, abandonó la isla con su familia el 17-4-1823 (42) y llegó a Venezuela el 22-4-1823 (43) donde pidió asilo. Juan, el hijo de Sebastián Kindelan, ingresó por entonces en el Ejército como cadete del Regimiento fijo de Santo Domingo cuando aún no había cumplido 15 años. El 20-61821 Sebastián Kindelan, que había terminado su estancia en Santo Domingo y había sido destinado a La Habana, solicita que sea destinado al Regimiento de Infantería de Cuba de guarnición en la Habana, para que se encontrara cerca de sus cuidados y ejemplo (51). En 1821 se le concedió la Subdirección de las tropas de la Isla de Cuba, también recayó en él el cargo de subalterno del Capitán General con aprobación del Rey, por medio de una Real Orden muy honorífica para él y concediéndole la Gran Cruz de Isabel la Católica. Gobernador de Cuba Desde el 18-7-1822 al 2-5-1823 fue Gobernador Interino de la Isla de Cuba por fallecimiento del Teniente General D. Nicolas de Mahy. Sebastián Kindelan era ya anciano y enfermizo (48) y tuvo que ocuparse del mando de la Isla en unas circunstancias enormemente difíciles. Con una prensa insolente y licenciosa, una guarnición mal pagada y desobediente, una milicia nacional dividida en banderías, una capital trabajada por las sociedades secretas y continuas tentativas de los disidentes para sublevar el país contra el gobierno (48). Por todo ello, esta etapa de gobierno provisional fue la de sus mayores conflictos y desordenes. Callejas nos relata un episodio de este periodo: … el lance escandaloso del atentado del que se titulaba Capitán D. J. Correa Botino que tratando este Jefe a su presencia, se promedian un lance que Correa tuvo con D. J. Satica; en presencia de él y en su palacio, sacó la espada e hirió a su contrario, y tratando de estorbarlo el Sr. Kindelan, salió herido y 26 queriendo su ordenanza de dragones atravesar a Correa con su sable, con una mirada enérgica el Jefe se lo estorbó, se puso preso al Correa, y al presente que hace de esto más de un año, aún no se ha castigado (en 53 se atribuye este episodio a Segundo Correa Botino y a Rafael Gatica). A mediados de diciembre de 1822 se efectuaron elecciones de diputados, lo que hizo más evidente que nunca la tirantez entre criollos y peninsulares. Los cubanos eligieron al presbítero Félix Varela, a Leonardo Santos Suárez y a Tomás Gener, y los derrotados hicieron circular el rumor que estaba a punto de estallar una revolución encaminada a exterminar a los españoles que residían en la Isla. Los milicianos peninsulares se prepararon para repeler cualquier agresión y exigieron que se expulsara de la milicia a los criollos. Cuando el choque parecía inminente, Sebastián Kindelan, a ruegos del Ayuntamiento, la Diputación Provincial y los jefes de la guarnición, firmó una alocución conciliadora, demandando que los amotinados depusieran su actitud. Grupos de paisanos se hicieron fuertes en los barrios extramuros de la capital y comunicaron al Gobernador que podía disponer de ellos para reducir a los sediciosos. Kindelan optó por parlamentar con los jefes de ambos bandos, y consiguió que se restableciera la tranquilidad. La Providencia y la fidelidad de algunos jefes ayudaron a Sebastián Kindelan a sostener la situación hasta que el 25-1823 llegó a La Habana el nuevo Capitán General Francisco Dionisio Vives (48). Poco después se efectuó el matrimonio de su hija Barbara con el teniente coronel del regimiento de infantería de Cuba Antonio de Sentmanat. En estos años construyeron la casa de la Plaza de Dolores en la que vivieron sus descendientes hasta la revolución castrista. Fue una de las primeras casas de dos pisos que se construyeron en Santiago y estaba valorada en 37.580 pesos. En los últimos años en que la casa perteneció a la familia fue la residencia de Ana Kindelan y Aguilera y Octaviano Navarrete. Sus nietos recuerdan como a la salida del colegio acudían a la casa que aún hoy día se conoce en Santiago como la casa Kindelan. Hace unos años se transformó en una taberna (taberna Dolores). Fachada Casa Kindelan Patio Casa Kindelan Sebastián Kindelan ascendió a Mariscal de Campo y poco después se retiró a sus haciendas de Santiago. Murió el 3-5-1826, a los 68 años por causa de una repentina enfermedad y fue enterrado el día 4 en la Catedral de Santiago en una ceremonia presidida por el Arzobispo de Santiago Mariano Rodrigues de Olmedo con Cruz alta, capa, clamores, posas, vigilia y acompañamiento del clero. En su testamento deja en primer lugar a su Excelentísima esposa, en segundo lugar a su hermano político Don Francisco Mozo y en tercero al teniente coronel de milicias Don José Sanchez Griñan, para que cualquiera de los tres otorgue y naturalice en forma legal su testamento y 27 ultima voluntad con arreglo a los conocimientos e instrucciones que les tenía dadas. Su fortuna incluía un Ingenio en Aguadores y cinco cafetales (Santa Bárbara del Guayabal, Santa Ana, Trinidad del Olimpo, Caridad de las Gracias y Concepción de la Idalia), lo que hacía un total de 169.279 pesos. Al morir Ana Manuela diecisiete años mas tarde, la fortuna se había duplicado (313.419 pesos y quinientos cincuenta esclavos). Uno de los mausoleos mas importantes del cementerio de Santa Ifigenia (inaugurado en 1868) en Santiago de Cuba es el erigido por los descendientes de Ana Manuela Mozo de la Torre y de su hermana Isabel en 1878. En particular, Juan (al que dedicaremos el próximo capítulo), hijo de Ana Manuela y casado con Magdalena, hija de Isabel. También están enterrados las familas de sus hijas Mariana casada con Luis García de Luna, María de los Dolores casada con Vicente Salazar, y las hijas de su hermana Isabel Mariana casada con Jose Agustín de la Torre, María Altagracia casada con Martín Vizcay, y de sus hijos Juan, casado con Genoveva de la Cruz, y Pedro, casado con María Magdalena Nariño y Limonta. Poco después de la muerte de Sebastián, su viuda Ana Mozo de la Torre escribía al Rey Fernando VII, para cumplir con un deseo que Sebastián le había expresado en varias ocasiones. La carta se encontraba en un paquete de unas 700 cartas entre Fernando VII y su secretario, Juan Miguel de Grijalva, que un anticuario de Segovia le vendió a Juan Arzadun en los años 30 (41). La carta decía así; Doña Ana Mozo de la Torre, viuda del mariscal de campo don Sebastián Kindelan, expone: Que su difunto esposo, en diferentes ocasiones, manifestó a la exponente los deseos que le animaban a dejar en su testamento a favor de V.M. la cantidad de doce o trece mil pesos fuertes, como una prueba del amor y respeto que profesaba a V.M. y en recompensa de los muchos beneficios que había recibido de vuestra Real Munificiencia; mas una enfermedad repentina llevó a Kindelan al sepulcro sin haber podido manifestar su voluntad. La suplicante, Señor, colocada por la suerte con proporción de cumplir la voluntad de su marido, ha comisionado en esa Corte a su hermana política la Marquesa Viuda de Casa-Cagigal para que entregue a la persona que V.M. se digne designar la cantidad de trece mil pesos fuertes, que la exponente cede a beneficio de V.M., siguiendo sus impulsos naturales y como un efecto del respeto que conserva a la memoria del que a un tiempo supo ser buen servidor de su Rey y buen padre de familia; en esta virtud, 28 A V.M., rendidamente, suplica se digne admitir dicha donación para que la destine a lo que fuese de su Real agrado, en el concepto de que la suplicante, conforme a la voluntad de Kindelan, quiere que ni sus hijos ni sus descendientes jamás hagan mérito de esta acción; gracia que espera alcanzar de V.M., en Santiago de Cuba, a 15 de junio de 1826. Barbara Kindelan, su hermana política, fallece antes de recibir el dinero, por lo que es su hija Vicenta Cajigal la que cumple el encargo desde Paris. Lo triste del caso es que la situación de Vicenta dista mucho de ser desahogada tal como ella misma describe en estos términos conmovedores al final de su instancia; Señor: los gastos ocasionados por la larga enfermedad que precedió a la muerte de mi Madre, los de mi largo viaje, los precisos para atender al recobro de mi quebrantada salud, unidos a los atrasos que mi padre sufrió en las convulsiones pasadas, en las que para pagar las enormes contribuciones que le imponían los revolucionarios se vió precisado a vender cuanto tenía, me han reducido en mi orfandad a sólo el goce de la viudedad, de la que se me está adeudando desde el mes de mayo inclusive, del año próximo pasado, hasta fin de junio del presente, cuyo importe, que es de once mil seiscientos sesenta y seis reales vellón, podría aliviar en gran parte las privaciones que estoy padeciendo por los empeños que he tenido que contraer; y por lo tanto, ya que he tenido la dicha de llegar hoy a los pies del Trono de V.M. a presentarle el donativo de mi difunto tío, A V.M. suplica rendidamente que por un efecto de su bondad se digne mandar que, por el Ministerio de Hacienda, a quien corresponde el pago de lo devengado hasta fín de julio último, se me satisfagan los enunciados 11.666 reales bellón correspondientes a la viudedad de los expresados meses. Referencias 1- Archivo Histórico Nacional, Ordenes Militares, Santiago. Pruebas de Caballero de Sebastián O’Kindelan y O’Regan, Caja 1102, Expte. 5803 (1789). 2- Historia de Familias Cubanas, Francisco Xavier de Santa Cruz y Mallen, Conde de San Juan de Jaruco y de Santa Cruz de Momox, La Habana, editorial Hércules (1940). 3- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, Legajo 28, Solicitud Grado de Brigadier, Cádiz, (1772). 4- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 2600, Cuadernillo 1, Folio 34 (1772). 5- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 2600, Cuadernillo 2, Folio 27 (1774). 6- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 2600, Cuadernillo 3, Folio 26 (1776). 7- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 2600, Cuadernillo 4, Folio 25 (1777).. 8- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Expediente 5, Folio 209 carta solicitando Gobierno de la Plaza de Cuba (1798). 9- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47, Sebastián y Juan Kindelan, carta de 31-3-1787 solicitando ingreso en Orden Militar de Sebastián Kindelan. 10- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47, Sebastián y Juan Kindelan, carta de 31-3-1787 solicitando ingreso en Orden Militar de Juan Kindelan. 29 11- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47, Sebastián y Juan Kindelan, concesión de Havito de Santiago a Sebastián y Juan Kindelan, 10-5-1787. 12- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47, Sebastián y Juan Kindelan, solicitud de Sebastián Kindelan para hacer pruebas por Patria comun, Zamora, 1-7-1787. 13- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47, Sebastián y Juan Kindelan, solicitud de Juan Kindelan para hacer pruebas por Patria comun, Madrid, 4-7-1787. 14- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Expedientes Personales, 28-47, Sebastián y Juan Kindelan, concesión a Juan y Sebastián Kindelan para hacer pruebas por Patria comun, San Ildefonso, 31-8-1787. 15- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 124 carta de 25-91787 desde Zamora solicitando Plaza de Capitán Regimiento Fixo de Mexico. 16- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 125 carta de 2010-1787 desde Zamora solicitando Plaza de Capitán Regimiento Fixo de Mexico. 17- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 126 carta de 2-101787 desde Zamora solicitando Plaza de Capitán Regimiento Fixo de Mexico. 18- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 137 carta de 6-101787 desde Zamora solicitando Plaza de Capitán Regimiento Fixo de Mexico. 19- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 141 carta en que se nombra a Sebastián Kindelan Y Juan Arango capitanes de granaderos de regimiento de Mexico y a Joseph Rato y Tineo del de Nueva España. Noviembre (1787). 20- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6985, Folio 145 nombramiento oficial de Sebastián Kindelan como capitán de granaderos de regimiento de Mexico 20-11-1787 . 21- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6954, Expediente 13, Folio 79, solicitud de 4 meses de Licencia para realizar Pruebas de Nobleza de Sebastián Kindelan, Madrid, 24-4-1788 . 22- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6954, Expediente 13, Folio 80, concesión de 4 meses de Licencia para realizar Pruebas de Nobleza de Sebastián Kindelan 3-5-1788 . 23- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6954, Expediente 13, Folio 77, carta de Sebastián Kindelan solicitando paga de sueldos atrasados, Madrid, 9-31788. 24- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6954, Expediente 13, Folio 77, concesión a Sebastián Kindelan del cobro de sueldos solicitados, Aranjuez, 20-31788. 25- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6993, Expediente 10, Folio 165, nombramiento de Sebastián Kindelan como Sargento Mayor, 29-7-1793. 26- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6993, Expediente 10, Folio 167, propuesta de ascenso de Sebastián Kindelan a Sargento Mayor, 30-6-1793. 27- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6993, Expediente 10, Folio 186, nombramiento de Sebastián Kindelan como Sargento Mayor. 28- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6877, Expediente 23bis, Folio 196, carta de Sebastián Kindelan solicitando Gobierno de la Plaza de Cuba, 18-51798.. 29- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6877, Expediente 23bis, Folio 217, concesión Gobierno de la Plaza de Cuba a Sebastián Kindelan, Palacio, 19-71798.. 30- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6877, Expediente 23bis, Folio 218, nombramiento de Sebastián Kindelan como Gobernador de la Plaza de Cuba, 25-7-1798.. 30 31- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6877, Expediente 23bis, Folio 321, carta de Sebastián Kindelan informando de toma de posesión del Gobierno de la Plaza de Cuba, 28-3-1799.. 32- Crónicas de Santiago de Cuba, Tomo I, Emilio Bacardi y Moreau, Gráficas Breogan 1972 (reedición de una obra de 1924). 33- Historia de Santiago de Cuba, José María Callejas, Habana, Imp. La Universal, 1911 (basada en manuscritos inéditos de 1823). 34- Juan Nepomuceno de Quesada, Governor of Spanish Florida 1790-1795, Janice Borton Miller, University Press of America, 1981. 35- La expedición española a Dinamarca, 1807-1808, José María Bueno Carrera, Aldaba Ediciones, 2.000. 36- Enciclopedia de Cuba. 37- Archivo Histórico Nacional, Orden de Montesa, Expediente 80, D. Vicente y D. Juan Kindelan y Mozo de la Torre, 20-12-1830. 38- History of Florida, fron its discovery by Ponce de Leon. In 1512 to the close of the Florida War in 1842, George, R. Fairbanks, J.B. Lippincott & Co. Philadelphia, 1871. 39- Descriptive Catalogue of the Documents relating to the History of the United States in the Papeles Procedentes de Cuba deposited in the Archivo General de Indias at Seville, Roscoe R. Hill, Carnegie Institution, 1916. 40- Santo Domingo (1795-1865), María Magdalena Guerrero Cano, Universidad de Cádiz, 1986. 41- Fernando VII y su tiempo, Juan Arzadun, Editorial Summa, 1942. 42- Miscelánea histórica, Leónidas García, Clio, n. 97, p. 121, 1953. 43- La primera gestión de Nuñez de Cáceres en Venezuela, Carlos Larrazabal Blanco, Clio, n. 98, p.17, 1954. 44- Les Colons de Saint-Domingue réfugiés a Cuba (1793-1815), Revista de Indias, n. 54, pp. 559-608, 1953. 45- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 6842, Expediente 98, Folio 405-405, de Antonio Mozo de la Torre para introducir 500 negros, febrero 1789. 46- Archivo de Simancas, Secretaría de Guerra, Legajo 7272, Expediente 6, hojas de servicios del Regimiento de Infantería solicitud fixo de Mexico, diciembre 1795. 47- Archivo de Simancas, Estado, Legajo 8303, relaciones con los ingleses, 1804. 48- Diccionario de la Isla de Cuba, Jacobo de la Pezuela, Tomo III, Imprenta del Establecimiento de Mellado, Madrid, 1863. 49- The ambush of Captain John Williams, U.S.M.C.: failure of the East Florida Invasion, 1812-1813. Joseph H. Alexander, The Florida Historical Quarterly, 56, 3, pp. 280-296 (1978) 50- Swamp ambush in East Florida, Joseph H. Alexander, Military History, 38-44 Marzo (1998). 51- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes Personal Célebre, Juan Kindelan y O’Regan. 52- Universidad de La Florida, Manuscritos, Título de Propiedad de D. José Gaunt, 311-1814. 53- Historia de la Isla de Cuba, Jacobo de la Pezuela, Madrid, Carlos Bailly-Bailliere, 1868. 54- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián Kindelan, carta de 31-8 (1801). 55- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián Kindelan, carta de 15-11 (1815). 56- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián Kindelan, concesión cruz de San Fernando 19-9 (1819). 57- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián Kindelan, carta vecinos de Santiago 14-2 (1804). 31 58- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián Kindelan, carta de 2-1 (1804). 59- Archivo Histórico Militar de Segovia. Expedientes, Legajo Q-96, Sebastián Kindelan, hoja de servicios, Diciembre (1815). 60- Archivo Histórico Nacional, Ultramar, Santo Domingo, Legajo 6232, oficio de Sebastián Kindelan, 24-5 (1818) 61- Archivo Histórico Nacional, Ultramar, Santo Domingo, Legajo 6232, oficio de Sebastián Kindelan, 10-1 (1818) 62- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5638, Expediente 54, correspondencia de D. Luis de Onís (ministro plenipotenciario en EEUU con secretario de estado D. Eusebio de Bardají y Azara, 26-4 (1812). 63- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5638, Expediente 88, correspondencia de D. Luis de Onís, ministro plenipotenciario en EEUU, con secretario de estado D. Eusebio de Bardají y Azara, 2-7 (1812). 64- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5630, Expediente 239, correspondencia de D. Carlos Martínez de Irujo, Embajador de España, con secretario de estado D. Mariano Luis de Urquijo, 22-8 (1801). 65- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5554, Expediente 15, nombramiento de Sebastián Kindelan como Gobernador de La Florida, (1811). 66- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5554, Volumen2, Folios 21-22, carta de Ruiz de Apodaca a Secretario de Estado, 5-6 (1812). 67- Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 5638, Expediente 109, correspondencia de D. Luis de Onís, ministro plenipotenciario en EEUU, con secretario de estado D. Eusebio de Bardají y Azara, julio (1812). 68- Los acentos de una mujer, Ana Manuela Mozo de la Torre, Compilación de María Elena Orozco Melgar, Editorial Oriente, Santiago de Cuba (2007). 69- James G. Cusick, The other war of 1812: the patriot war and the american invasion of Spanish East Florida, University of Georgia Press (2007). 32 APENDICE A Señor = Don Sebastián Kindelan Coronel de los Reales Exercitos y Governador Militar, y Politico de la Plaza de Santiago de Cuba con la más profunda veneracion a los Rs. P. de V.M. expone: Que tiene el honor de servir a V.M. 32 años 9 meses y 14 dias como consta de la oja de servicios, que acompaña, habiendo pasado desde la clase de Cadete en que sele dispensó la edad por todas las de la carrera hasta la de Sargento Mayor graduado de Coronel en que fue promovido al expresado Gobierno: que de Teniente de Granaderos del Regimiento de Infanteria de Irlanda, se halló en el sitio de Gibraltar, haciendo el Servicio en la Columna de Compañias sueltas de esta clase: Que siendo Capitan efectivo del mismo Cuerpo pasó a serlo de Granaderos en el de Mexico al tiempo de su formacion, en la que tubo a su cargo la instrucción, y arreglo de él, por lo que el Sub-Inspector General Don Pedro Mendinueta, y Virrey Don Manuel de Flores lo consultaron a V.M. para el referido empleo de Sargento Mayor: Que con motivo de la Guerra contra la Francia, estando de Guarnicion en la Plaza de la Havana fue mandando tres Compañias al socorro de la Florida Oriental, y Plaza de San Agustin y que después de retirado, bolviendo a estar dicha Plaza amenazada, el Capitán General de esta Isla Don Luis de Las Casas lo destinó a los estados unidos de America con la Comision de representar, y pedir al de la Georgia la competente satisfaccion de los insultos y vejaciones, que sus habitantes continuamente cometian en el territorio Español, la que obtubo completamente de su Governador, y el Congreso general de dicho estado cortando de raiz el origen de los disturbios de la raya, cuya conducta mereció la aprovacion del referido Capitan General, que recomendó por conducto del Ministro de Estado a V.M. A estos cortos meritos agrega el suplicante los de su difunto Padre el Brigadier Don Vicente Kindelan, y los de sus Tios carnales y hermanos de su Padre, uno muerto de Capitan en la Batalla de Campo Santo, y el otro en la de la Madona del olmo de Teniente Coronel, y Ayudante general del Exercito de S.A.R. el Infante Don Felipe, amás de dos tios de estos tambien muertos en la toma de oran, el uno de Capitan de Granaderos, y el otro Graduado de Coronel de Dragones, como asi mismo los de toda su familia, que desde la Rebolucion de Inglaterra han servido en España con credito, y distincion en la gloriosa carrera de las armas. Por todo lo Qual A V.M. humildemente suplica se digne promoverle al Gobierno y Comandancia General de Cartagena de Indias, al de Panamá, ú otro que sea en america del agrado de V.M., condecorandole igualmente con el grado de Brigadier, pues aunque las ocupaciones del actual Gobierno le presentan frequentes motivos de distinguirse en el Servicio de V.M. rezela con no poco fundamento que el Matrimonio a que se dispone con Doña Ana Manuela Mozo oriunda de esta Ciudad e hija del Coronel de Milicias Don Antonio Mozo de la Torre a pesar del sagrado que le ofrece el Rl. Permiso de V.M. expedido en 18 de Noviembre ultimo produzca al menos entre los espiritus insanos que por desgracia influyen en alguna parte de sus habitantes, una ú otra cavilacion maliciosa para disminuir su buen concepto atribuyendo vicios deparsialidad a sus providencias, por mas empeño, que aplicase en dirigirlas como hasta el presente, dentro del circulo, que le prescriven el honor, y responsabilidad de sus encargos. Gracia que espera recibir de la innata benignidad, y clemencia de V.M. = Santiago de Cuba 31 de Agosto de 1801 = Señor = A.L.R.P. de V.M. Kindelan 33 APENDICE B Señor Los vecinos de la Ciudad de Santiago de Cuba, puestos á los pies de Vuestra Majestad decimos: que en este año de 804 se han apoderado los negros Briganes de toda la Colonia Francesa; con este motivo se han pasado á esta Ciudad veinte, o veinte y dos Mil Franceses entre Blancos, Mulatos, y Negros de ambos sexos, en calidad de ospitalidad; hace un año, que estan aquí, y lejos de mudar de domicilio, estan comprando casas, y terrenos para establecerse en esta, sin mirar los que nos goviernan que Vuestra Majestad por sus Leyes establecidas en sus Reynos prohibe el establecimiento de estrangeros en los Reynos de Castilla e Indias, principalmente esta mala gente, que todos son revolucionarios, y sin religion; cuando la Magestad sale á la calle es un escandalo, pues pasan junto a ella, como si vieran un vil negro, que es necesario que los curas, que van con el relicario lleven algunos hombres buenos con sus garrotes ó maderos á fin de en algun modo contener esta gente; no tienen veneracion, ni respeto á nadie, viven todos lujuriosamente amansebados publicamente dando el mas mal exemplo al Publico, pero Señor lo mas malo de este punto es, los Niños que se estan levantando, que cresen, y tienen este exemplo ála vista, que sera de ellos, y sus pobres Padres sin poderlo remediar, pues los que deben hacerlo, no lo catan siquiera; ay mas de mil negros y mulatos, y otras tantas hembras, todas prostitutas de donde han resultado muchos Matrimonios dispersos en otra religion; aclaman las tristes españolas, á los Jueses, y no hay quien las consuele; los Juegos prohibidos por Vuestras Leyes Señor de Montes, Bancas, dados, Crapes son infinitos, y lejos de estorbarlos, se disimulan dando a los Coimes una Onsa de oro, a los que esta iniquidad permiten; Los Oficiales Franceses que con sus Tropas han Hentrado por ospitalidad en esta Plaza aquellos mas Briganes, que han vendido las Plazas de las Colonias, ay de estos infinitos en esta Ciudad disfrasados, son mui conocidos, pero tambien mui dicimulados, sin atender a que Vuestra Majestad puede tener una ruina en toda esta hermosa Isla, de un momento á otro, pues los Negros, y Mulatos Franceses con estos malos Oficiales incognitos, pueden hacer una seducion mui secreta, y acavarce esto en poco tiempo como acavada vemos la Colonia Estrangera. No dudamos Señor que á letra vista deje Vuestra Majestad de consolar á estos tristes sus humildes, y leales basallos pues ála vista de los superiores se manifiesta tanta iniquidad, y no hay quien la remedie; por tanto ocurrimos como hijos obedientes, y humildes áun Padre que nos consuele, pues creemos firmisimamente, que Vuestra Majestad de nada de esto tiene la mas lebe noticia, y si acaso la ay Señor, es mui oscura, ó Paliada como regularmente sabemos la dan asi a Vuestra Majestad. Dios sabe mui bien, que en todo lo que a Vuestra Majestad exponemos es la verdad, y que el nos falte ála óra de la muerte con sus Divinos auxilios, si todo esto no es cierto. Esperamos que Vuestra Majestad por un efecto de su Real clemensia nos saque de esta afliccion, lo mas presto. Dios nuestro Señor guarde la importante Vida de Vuestra Real Majestad los años que le apetesemos para nuestro consuelo. Cuba, y febrero 14 de 1804. Señor Los fieles basallos de Vuestra Majestad de la Ciudad de Santiago de Cuba 34 APENDICE C Exmo. Sor. Gmo. Muy Señor mio: si en 9 de diciembre del año pasado de 1802 y tercero de mi Gobierno en esta Plaza, alenté mi confianza para recurrir á V.E. deseoso de alcanzar por su alta mediacion ser removido de un Mando que aparejaba a mi honor y reputación su decadencia en fuerza de los combates que sufria, é interesando al mismo tiempo su elevado superior influxo a fin de disponer las bondades soberanas a que me acordasen la gracia del Grado de Brigadier, ahora que me encuentro en sus ultimos dias aque felismente he llegado, teniendo que aumentar a mis servicios, este corto espacio más de sacrificio, quando naturalmente por haberme aproximado alos cinco años prefinidos de esta carrera, ha disminuido mucha parte de mi primer xxx no habiendo alcanzado la fortuna al Grado sobre que coloqué mis esperanzas, me veo nuebamente obligado a fatigar la superior atencion de V.E. y aun por esfuerzo de aquel a atropellar mi genio ruburozo poniendo en su alta consideracion como inexcusable la calidad de los Servicios, que pueden, alludados de la proteccion de V.E. conducirme al deseado fin. Desde que me pocecione de este Gobierno en 29 de Marzo de 1799 fui infatigable en recorrer amas de los puestos fortificados de esta Plaza y sus Costas los campos y parages que pudieran ser suceptibles de incursiones por los Enemigos de la nacion Inglesa con que se hacia la Guerra consultando ala mayor seguridad de la Plaza y cubrir los flancos en que noté el fuerte de Cabañas 2 leguas a sotavento de este Puerto y su Castillo despues de bien calificada la necesidad de la obra con aprovacion de la Capitania General de esta Isla construi un reducto respectable por su situacion sobre la cúspide de la Montaña nombrada de la Socapa que sin perjudicar a otro Castillo del Morro asegura la pocecion de Cabañas y mantube la Plaza en el mejor orden y estado de defensa hasta la conclucion de la Guerra. Esta se hizo tan actiba por este Puerto a beneficio de mis prontos eficaces estimulos y auxilios que fatigué las Colonias Británicas vecinas logrando con no pequeña satisfaccion, que arruinasen su comercio maritimo 42 corsarios que gloriosamente hicieron el Corso desde este Puerto, en que tambien xxx fueron construidos; y si se atiende a que los extragos que la Inglaterra experimentó durante la discordia de parte de la Plaza de Cuba fueron el elemento que inflamó el ardor del General Ingles Simur para atacarla, como ya estaba acordado con el auxilio de los Negros rebeldes franceses de Santo Domingo que devian distraer mis fuerzas y atenciones por Guantanamo al propio tiempo que Simur hiba a formar el desembarco sobre lo mas cercano del Puerto, es esta una nueba gloria, que me proporcionó el mando y la buena disposicion de los fieles havitantes de Cuba, y un accidente felis que reuno por fortuna a mis Servicios Militares. Y si el inopinado accidente del fallecimiento de dicho General Simur, no hubiera sobrevenido igualmente el descubrimiento del plan contrario que con doble actividad me comunico el Capitan General de la Isla, ni llegado a noticia del enemigo la preparacion de recivirles, con las tropas que hizo marchar precipitadamente en mi auxilio el expresado General de la Isla desde la Villa del Puerto del Principe, Bayamo, y Holguin, quizá me habria tocado otro Mayor laurel en defensa del territorio de mi Governacion. En medio de la destemplanza en que se hallaba la Isla de Santo Domingo atropelladas las legitimas autoridades, divididas las de los Caudillos usurpadores xxx Louverture y Rigaud, este con el favor de los mulatos, aquel con el de los Negros ambos protegidos de los Ingleses en la epoca misma de nuestra Guerra con esta Potencia: dudoso el Govierno Español, sobre qual de ambas asambleas aspiraba a sostener la causa de la Republica Francesa: empeñado este Govierno en conservar la indiferencia con diferentes recursos que cada uno promovia para Socoro de Ganados y otros auxilios: desvelado en consultar apreservar el territorio del Contagio amenazante de los Negros y Mulatos: en discurrir sobre las intenciones de los Ingleses y especulaciones de aquella nueva alianza: en invigilar acerca de la sugecion de los Negros esclavos del pais, que llegaron aconsevir el proyecto de sublebarse, cuyo funesto accidente 35 correspondiendo mis medidas de precaucion se impidió quedando oportunamente castigados los motores, en medio, como digo detan complicadas y espinosas circunstancias yo he logrado el mas constante reposo, y tranquilidad de mi Territorio, y exprecibas aprovaciones de la Capitania General por las prontas providencias que en cada caso imprevisto he tomado, y el buen suceso de las que dando tiempo, he consultado al mismo Superior y se han executado felismente. Aunque a la execucion de la Paz, parecia una consequencia suceder el descanso del Gobierno de Cuba, fue muy al contrario, y mas hubo menester redoblar sus cuidados su vigilancia y afanes, por que crecio con ella el extrago de Santo Domingo y con el arribo alli de las Tropas Francesas se corrió el velo alaperfidia de los Negros, quedandome mas que temer si prevalesian las Armas de estos, conciderandome tan cercano al fuego, y en la necesidad de convinar los venideros sucesos, para que siempre me encontrase apercivido. Yo reclamé muy anticipadamente a la Capitania General me librase sobre esta parte preciosa oriental algunos Buques de la Real Armada para que me zelasen sus Costas, no fue me posible hacerlo con un pequeño ardacostas que mantengo a mis ordenes y quando este auxilio no habia sido facil se me presentase, penetrando la necesidad que habia de guardia ya para evitar que los blancos franceses introdujesen por sus dilatados costas y puertos negros de sus prisioneros previendo que algunos otros xxx de las mismas Tropas se procuraran la seguridad en esta Isla: ya sospechando como posible que con sus Barcos intentasen formar relacion con xxx cendados de la Jurisdición, para xxx de Ganador, o porque no satisfechos de Victorias en su Colonia pudiesen empeñarse en comunicar á esta los quatro o cinco mil negros que la xxx propuse a la misma Capitania General la creacion de una Compañía de casadores cuyo destino fuere ocupar los puntos mas principales y obvios de desembarco desde este Puerto corriendo 80 leguas a varlovento por el Sur extendiendo sus atenciones a impedir la fuga de los esclavos de la Patria que se ha tocado muchas veses en canoas por la misma Costa, y al zelo del contravando para cuyos estimulo propuse la secion afavor del piquete aprehensor de la sestante parte que debiese corresponderme como Gefe de la Real Hacienda sin perjuicio de lo que como aprehensor le tocare, con exclucion de los demas piquetes que no concurriesen al acto de la aprehencion y la Capitania General despues de meditado mi citado Plan, y Jusgando por mis succesivos avisos la importancia de su establecimiento convino en la formacion de dicha compañía y hoy existe en sus respectivos puertos con no menores ventajas a favor del xxx que las que me propuse al consultarla. Antes de realizar el establecimiento de la expresada Compañía de Casadores de Cuba, tenia puesto al servicio con iguales miras a las relacionadas un Piquete de Caballeria recorriendo la misma Costa sin perjuicio de los reconocimientos que de tiempo en tiempo mande hacer con el fin tambien de evitar que los Ingleses extragesen como se me havia denunciado ganados y maderas por Guantanamo donde tenian formados tres muelles que hise destruir inmediatamente en una noche avista de una Fragata de Guerra Britanica que se hallaba al ancla en el mismo parage. Yo he contado con la fortuna de prevenir los más remotos succesos de la Isla de Santo Domingo abeneficio de mis especulaciones y dela conducta particular que hellebado con los franceses sensatos residentes en esta Plaza amotivo de las desgracias de aquella Colonia: Yo divisé sobre las mayores seguridades y comuniqué a la Superioridad respectiva el proyecto de los franceses para promover la sublevacion y toma de Jamayca que no se verifico por haver sido descubierta de los ingleses. Yo anticipé ala Venida del Exercito Frances de Santo Domingo mis consultas a la Capitania General para reposar y asegurar el acierto en mis providencias si pedian viveres, municiones u otros socorros: Yo adelanté mis ideas y conviné la evacuacion de todas las Plazas fortificadas dela propia Colonia y comunicado todo al Capitan General de la Isla para aprovechar las medidas convenientes en ella, resultó perfectamente cumplido quanto manifesté en orden al tiempo y circunstancias: Yo me dispuse a reusar el recibo en esta Plaza delas Tropas francesas quando sus 36 Generales reposaban en sus armas: yo como pedi y se me habia tempranamente dicho por la Capitania General que si me encontrase en los empeños que batisinaba procediese según las circunstancias y prudencia que tenia acreditada en el Gobierno siendo imposible a tanta distancia dar reglas en casos que estaban por venir, y sin conocer sus complicaciones, haviendo llegado el instante de abandonar la Colonia, y arribar aquí diferentes divisiones sueltas y otra al comando del General de Brigada Lavallete se aumento mi angustia encontrandome con una guarnicion de 120 hombres limitadisima incapas de confiar sobre ella para conservar la balanza y el buen orden que a pesar de todo pude hacer guardar hasta el punto en que trabajosamente consegui despacharlas reduciendo ala menor pocible exprecion los gastos de su havilitacion como que salieron de sus Plazas desproveidos de todo lo necesario, resultandome por mis providencias el placer delas aprovaciones Superiores que se me han comunicado. Al numero de 3041 soldados Franceses y 264 oficiales de diferente subordinacion anuestras tropas con que llegué averme, seme reunieron y mantengo hospitalmente abrigados hasta 25.000 havitantes de dicha Colonia hombres de diversas ideas: de diferentes conductas, y educacion, y todos en lo general pisados del carro de las desgracias, pues aunque al salir u abandonar sus Patrias, y propiedades forzados del cuchillo amenasador de los rebeldes, cada qual procuró librar alguna fortuna, pudiendo hacerlo, no la escaparon despues delas naves inglesas que formando una ála sobre las costas de Santo Domingo, y otro bien ordenado crucero sobre la oriental de esta Isla de Cuba, hasta la boca de su propio Puerto, fueron victimas de la Guerra, sin que influyese en sus alivios ni aun la inmunidad de la soberania del territorio, que violaron los ingleses apresandolos y poniendo fuego alos Buques que baraban en el perseguidos, y no podian flotar; y sobre esta calamidad tan fatal para los prisioneros, como honerosa ala Ciudad de Cuba que hiba recibiendo la carga pesada de esqueletos, les cayó otra plaga, mas preponderable y fue el desamparo en que los hiban abandonando sobre nuestras desiertas costas sin concederles un pan para su alimento, ni perdonar de este rigor la infancia y enfermos, con cuyo motivo quedaron muchos hechos pasto de las fieras, conducidos de la sed, y hambre a su ultimo fin. Quando me hube enterado de tanta desolacion y que hasta Tropas y gente de color francesas cubrian las Playas delas costas de mi Mando, a tiempo que la compañía de casadores no estaba aun establecida, tomé las providencias mas activas para recoger en esta Plaza con preferencia los negros y mulatos extrangeros afin de evitar su exparcimiento por las Haciendas y Lugares internos colocados abarlovento: Del mismo modo la tropa sin descuidar del resto de extrangeros que oportunamente fueron arribando: ni de asegurar los Negros con buena guardia en un Ponton hasta irlos despachando fuera dela Isla como ya estan la mayor parte. Como este advenimiento de familias sucediese en la epoca mas fatal que el Territorio de Cuba pueda haber experimentado en otros siglos dimanada de las grandes secas, temblores de tierra y huracanes aniquiladores de todos los Frutos Territoriales y ganados asi Bacunos como de Cerda: en ocacion que acababa tambien de recibir en Su Ceno mucha parte de los Pueblos Españoles emigrantes de Santo Domingo cedidos a la francia por el Tratado de Basilea, bajo la direccion y conducta de V.E. quando las habitaciones y fincas havian tomado de la propia concurrencia y fomento del comercio el mas alto precio y que absolutamente no se hallaba por ninguno un quarto en alquiler, tube por lo tanto mas nececidad de trabajar en los medios de llenar el titulo de Padre Conscripto de la Patria con que me hallo caracterizado, perdiendo todos los momentos que devia conceder al natural descanso para que el Pueblo ya colocado sobre el Plan de 60.000 vivientes hallase socorro a sus comunes nececidades haciendo sacrificios pecuniarios para dar nueva vida a los que por el hambre enfermedad la trahian perdida, proporcionandoles un Hospital provicional asistidos bajo la piedad de los fieles que con mi exemplo conduje atan piadosos oficios y contribuciones: Franqueé todas las riberas dela Bahia del Puerto para que se hiciesen alojamientos de Guano y Cujes de pronticima habilitacion: Cooperé y dispuse 37 el Magnanimo Corazon del Padre Precidente del Hospital de Belemitas, no solo á extraordinarios esfuerzos para Colocar enfermos extrangeros en su Hospital a pesar de su reducziones sino aque franquease bajo de buen orden una area de terreno colindante con la Ciudad ala parte del Mar perteneciente a su Comunidad, y por este arbitrio se registran hoy y en menos de seis meses que tomaron principio, cerca de docientas casas de guano y de teja construidas con primor e industria, y que dan un nuevo ser y lucimiento ala Poblacion: Contemporaneamente franqueé a dichos extrangeros el libre uso de sus artes liberales, y mecanicos para que fuesen con utilidad publica ganando el Sustento, y acudiendo al de su familia: puse la mira en los de profecion Maritima, y pedí por conducto del Capitan General de la Isla al Comandante General de Mar de este Departamento se les dispensase con el propio fin ocuparse en el trafico interno de la Bahia y que ya pescando, ya conduciendo agua, leña, y otros renglones de subcitencia la disfrutasen igualmente y bajo de este arbitrio deferido se emplean conciderables hombres. Atendi luego alos campestres facilitandoles en su genero provicionalmente ocupacion y quando pude distinguir la porcion de hombres buenos y capaces de fomentar bentajosamente la agricultura consulté ala Capitania General si seria depermitirles adquirir propiedad en los campos, como tiempo el mas apropiado de hacerlos floreser bajo la industria de dichos extrangeros y habiendo combenido en este proyecto tan util al Estado y Poblacion se registan ala xxx cerca de tresmil hombres cultibando Montes, que han descubierto utilicimos para la siembra del café, añil, y Algodón, y que ninguna mano les havia tocado desde el descubrimiento de esta Isla por la falta de proporciones delos propietarios y de brazos trabajadores, prometiendome sin falencias que dentro de diez años, si se procura la subsistencia de estos muchos Pobladores, alentandolos con algunas gracias, sobre sus frutos, acabara de comprovarse lo util y precioso de esta Parte Oriental, que quizá no embidiara los progresos que ha dado ala Havana el Comercio, la Navegacion y obras Reales que tanto han caminado asu prosperidad. En la fatal Epoca como dije antes en que me hallava ala arribada de estos Extrangeros sin viveres por la dilatada Seca experimentada, ocurrí a extraordinarios arbitrios, aprovechandome de la accidental arribada de diversos Buques Anglo Americanos que por haveria estaban en el Puerto reparandose, obligandoles al expendio commodo de sus produciones continentales mientras el tiempo me permitio solicitar como lo hice de otros Puertos de esta Isla y la Havana la subsistencia necesaria atantas bocas consumidoras, y a todo correspondio la aprovacion de la Capitania General de la Isla cuyo Gefe Principal como que tan inmediatamente ha registrado mi situacion, me ha dispensado zelozo por el mejor Servicio del Rey todas las gracias que han sido compatibles asus facultades. Por otra parte Señor Excelentisimo en las Materias Comunes y puramente guvernativas he tenido y aun me queda hasta el fin bastante en que exercitar la prudencia y fatiga sobre los diversos expedientes y contradiciones sobrevinientes en mi tiempo, que mas han turbado mi reposo que los demas accidentes antes explicados, pues aquellos conspirando a lastimar el honor han hecho su estrago en la parte sensible del corazon hasta haberme puesto dos ocasiones en las puertas del sepulcro. Y estos como manejados por el Camino de la Cinceridad dela buena intencion, y del interes del Servicio del Rey no me ha producido otro fruto que la lisonja de haber asertado allenarlo. Yo repaso la serie de los Goviernos anteriores y al mismo tiempo que conosco haber correspondido ami quinquenio excedentes fatigas angustias y motivos de mayores servicios al Supremo Remunerador, han merecido mis predecesores los grados de Brigadier y hasta de Mariscal de Campo Don Alonzo de Arcos y Morero: y en el mismo caso y circunstancias fue ascendido despues en la ultima promocion el Brigadier Don Isidro Limonta Teniente de Rey que fue de esta Plaza y de quien recibi el Govierno que interinamente servia por fallecimiento del Coronel Don Juan Nepomuceno de Quintana estando tambien condecorado del mismo grado de Brigadier el Teniente de 38 Rey nombrado en esta Plaza y su Cabo Subalterno Don Juan xxx, sin que yo contando con años de buenos servicios en la carrera de las Armas inclusos que tengo de Coronel, y los cinco que van allenarme del Gobierno en esta Plaza, haya tenido la suerte de alcanzarlo; pero seré menos desgraciado en adelante si bajo la alta protexion del Generalisimo delos Exercitos merecieren mis servicios ser puestos en la Suprema atencion del Rey con la reverente suplica que hago de que se me confiera dicho grado de Brigadier destinandome a otro Govierno de esta America, o quando no sea de su Real Agrado dispensarme las gracias expuestas, concederme alo menos mi salida de este Govierno con expreciones que justifiquen el honor, providad, y zelo con que lo he exercido, para que alos hojos de los hombres y superiores immediatos acuyas ordenes venga a emplearme, no paresca desmerecida mi opinion y buen Nombre. Nuestro Señor que a V.E. m.a. como deseo: Cuba, 9 de enero de 1804. Excelentissimo Señor Generalissimo. Sebastián Kindelan 39 APENDICE D Excelentísimo Señor Capitan General. Considerando que las honrosas condecoraciones con que la magnanimidad del Rey Nuestro Señor, se ha dignado distinguir, y premiar los servicios de sus fieles vasallos militares; no deben por un exceso de mal entendida modestia dejarse de reclamar: me atrebo a suplicar a V.E. se sirva hacer presente a S.M. los que me persuado haber contraido en el gobierno de la Provincia de la Florida Oriental que acabo de dexar; pues por ellos, suponiendome comprehendido en los articulos 3, y 4 del Reglamento de la Orden de San Fernando, y en cierta Real disposicion, que tengo especie haberse expedido, para que los Gobernadores de America, que lograron tranquilizar alguna de las Provincias insurreccionadas, fuesen considerados como Generales en Gefe para la opcion de los premios que aquél señala: creo debo aspirar á la gracia de la Cruz coronada de dicha orden, por haber felizmente tranquilizado aquella que se puso á mi cargo. A V.E. le consta, que á mi ingreso al mando de la Florida oriental, los havitantes de esta Provincia se hallaban en una avierta insurreccion protegidos y auxiliados por las fuerzas maritimas y terrestres de los Estados Unidos de América; y unos, y otros campados, y fortificados á dos millas de la Plaza de San Agustin, unico punto que poseiamos: la firmeza con que sostube esta, sin embargo de ser abierta; las escaseces de todas clases, y corto numero de defensores, á que me vi reducido, a pesar de los notorios, y zelosos esfuerzos de V.E.; el diestro modo con que forzé á los enemigos á levantar el campo, y replegarse á las de más de sus tropas en la ribera de San Juan 14 leguas de distancia; y el tino, y politica con que á los once meses de mi llegada logré la recuperacion de todo el territorio; evacuacion de las mencionadas fuerzas Américanas, y sosiego de dichos havitantes, restableciendo felizmente en la referida Provincia, el órden, y tranquilidad, que hasta el dia disfruta: fortuna que en mi sentir me debe hacer esperar de la munificencia de S.M. la gracia de la expresada Cruz coronada de San Fernando, que por el respetable organo de V.E. solicito. Nuestro Señor guarde la vida de V.E. los muchos años que deseo. Santiago de Cuba, 15 de Noviembre de 1815. Exmo. Señor Sebastián Kindelan 40 APENDICE E Brigadier Don Sebastián Kindelan Por Real Decreto de 3 de Diciembre de 1811 ESTADO MAYOR De los Reales Exércitos El Brigadier Don Sebastián Kindelan su edad 57 años, su pais Irlanda, su calidad Caballero, su estado, su salud buena, sus servicios y circunstancias las que expresa. Tiempo en que empezó a servir los empleos Tiempo que ha que sirve y cuanto en cada uno EMPLEOS Dias Meses Años EMPLEOS Años Meses Dias Cadete 18 nobe 1768 De Cadete 1 3 25 Subteniente 13 mzo 1770 De Subteniente 1 6 12 Teniente 25 Sepe 1771 De Teniente 11 3 6 Idem de Granaderos 26 Junio 1782 “ Capitan graduado 1º Enero 1783 De Capitan 9 6 Capitan 18 mzo 1786 “ Idem de Granaderos 20 nobe 1787 “ Teniente Coronel Graduado 1º Julio 1792 De grado de teniente coronel 1 Sargento mayor 5 Julio 1793 De Sargento mayor 2 Coronel graduado 4 Sepe 1795 Gobernador de la Isla de Cuba 25 Julio Idem de la Florida 22 Oriental Brigadier 4 1 29 De grado de coronel 2 10 21 1798 De Gobernador de Cuba 1 27 Sepe 1811 De idem de la Florida 2 11 3 Dize 1811 De Brigadier Agregado al E.M de la Plaza de la Habana 19 Abl 1815 “ Teniente de Rey de la Plaza de la Habana 12 agto 1815 “ Total hasta fin de Diciembre de 1815 13 47 41 28 4 1 13 Regimientos donde ha servido y clasificacion desus Serbicios con arreglo a la Real Orden de 26 de Nove de 1814. De Cadete Por el de Infanteria de Irlanda en la clase de Subalterno y Gefe Cadete de menor edad, un año, tres meses y veinte y cinco dias En dicho Rgto en la de Subteniente de menor edad, nuebe meses y diez y ocho dias En el referido Regimiento desde la anterior clase de Subteniente con antigüedad a la de capitan inclusibe En el de Megico, desde capitan hasta grado de coronel inclusibe Gobernador de la Isla de Cuba En dicha Plaza; esperando destino Gobernador de la Florida Oriental Brigadier Brigadier, y con retencion del anterior gobierno Agregado al E.M. de la Plaza de Cuba Teniente de Rey de la Habana Total de Serbicios deducido el panbo Años Meses dias 16 10 19 10 8 5 11 1 11 2 2 4 3 4 24 3 11 16 23 19 3 45 Campañas batallas Acciones de guerra en que se ha hallado y mandos que ha tenido En el Sitio de Gibraltar desde 29 de Junio de 1782 hasta 1º de Abril de 1783, haciendo el Serbicio en la columna de Granaderos sueltos del Egercito. De Real Orden pasó a la Habana con su Regimiento Fixo para aumento desu guarnicion. Salio para la Florida Oriental, con el mando de tres Compañias, a motibo dela insurreccion de sus habitantes que en consorcio de los del Estado de la Georgia, y bajo de letras de comisión del Consul Frances en Charleston Genet, amenazaban la Plaza de San Agustin, y cometian hostilidades en dicha probincia donde permanecio hasta 18 de Mayo de 1795, en que se consiguio restablecer el Orden. En el mes de Septiembre del mismo año repitiendose iguales movimientos de Orden del Capitan general de la Isla de Cuba Don Luis de las Casas salio para los estados unidos con comision de pedir satisfaccion, arreglar y trazar de él del espresado dela Georgia las desabenencias que perturbaban la tranquilidad de la Frontera y cuyo encargo desempeño á satisfaccion de su mencionado gefe. Hallandose de Gobernador de Cuba en 24 de Junio de 1807 supo por secretos confidentes que en Jamayca preparaban los Ingleses una operación con obgeto de saquear y quemar la Ciudad de Baracoa, e immediatamente tomó probidencias, las que fueron tan acertadas que (no obstante de no haber precedido más de 70 horas a la llegada de otra expedicion) frustraron totalmente los intentos del enemigo, de suerte que ni un soldado de cuantos hecho en tierra pudo reembarcarse, quedando en nuestro poder todos, entre muertos, heridos y prisioneros. Al tiempo de los acontecimientos dela peninsula, tomó cuantas medidas juzgó combenientes para asegurar la tranquilidad del distrito de su mando, logrando con ellas expulsar al crecido numero de Franceses que por prebenciones superiores, y bajo el titulo de hospitalidad se habian acogido a él. Cuando tomó el mando de la Florida Oriental, encontró a los habitantes dela provincia en abierta insurreccion, protegidos y auxiliados por las tropas de Lineas, y bageles delos estados unidos, campadas y fortificadas a dos millas de la plaza de San Agustin, unico punto que poseian nuestras fuerzas, y del que por sus meditadas disposiciones fueron arrojados, y a los 11 meses lograndose la recuperacion de todo el territorio, evacuacion de las tropas Anglo-Americanas, y sosiego de dichos habitantes y provincia, como asi mismo el de eludirse del compromiso en que intentaron ponerle los gefes de las fuerzas Britanicas a su entrada en el Rio de Santa Maria, cuyas aguas son comunes a las dos naciones. El Consegero 42 Don Gabriel de Mendizaval, habiendo examinado la antecedente oja de Serbicios la halla conforme y arreglada á los documentos que ha remitido el Brigadier Don Sebastián Kindelan. Sin embargo el Consejo determinará lo que estime por mas combeniente. Madrid 5 de Marzo de 1818. Gabriel de Mendizaval. Consejo de Gobierno de 13 de Marzo de 1818. Vista y aprobada en la Sesion de ese dia. Jorge Maria de la Torre. Don Jorge Maria de la Torre Cavallero de la Orden de Santiago del Consejo de S.M. y Secretario del Supremo de la guerra. Certifico: Que la oja de Serbicios que antecede es copia a la letra dela original que aprobada por el Consejo Supremo queda en el archibo dela Secretaria demi Cargo. Madrid siete de Abril de mil ochocientos diez y ocho. Jorge Ma dela Torre. 43 APENDICE F Carta de Sebastián Kindelan a Luis de Onís, Ministro Plenipotenciario en Estados Unidos, de 30 de junio de 1812. En once del presente mes de Junio tomé posesion del Gobierno de esta Plaza y Provincia, cuyo encargo me ha conferido la Serenísima Regencia de las Españas q. por la ausencia de nuestro adorado Soberano el Señor D. Fernando 7º felizmente gobierna; y se lo participo a VS asi, por lo que pueda convenir al bien del Estado, como para q. con este objeto se sirva comunicarme quanto crea necesario al lleno de mis obligaciones: ofreciendo a VS tambien con este motivo la buena disposición con q. en todas ocasiones desearé ocuparme en su obsequio. Las adjuntas copias numeradas de 1 á 8 instruirán á VS de mis procedimientos desde el instante q. tomé el mando de esta Plaza, conducido en ellos por los sinceros principios de no ser el primero q. dé motivo al rompimiento de dos naciones q. hasta el presente se hallan en paz, mayormente quando es constante q. el Gobierno de los Estados Unidos ha desaprobado públicamente la conducta del General Mathews, Gefe q. fue de las tropas q. han invadido esta Provincia; y aunque debe dudar de la buena fé de dicha desaprobación no habiendo las expresadas tropas evacuado del territorio, sin embargo, para q. en ningun caso mis providencias puedan dar pabulo á capciosas é impertinentes interpretaciones y protestas q. retarden la conciliación de las diferencias q. tal vez puedan existir entre ambos Gabinetes me he abstenido, tanto por estas miras, quanto por otras tambien poderosas q. igualmente me asisten de proceder hasta ahora en otros terminos q. los q. me inspiran lo delicado, y espinoso de las presentes circunstancias, cuya obscuridad irreflexionada puede comprometer mi conducta á desagradables resultados para la Patria q. por todos caminos debe evitar hasta el ultimo momento. Repito, q. dudo de la buena fé del Gobierno de los Estados Unidos, primero, por q. si hubiese sido ingenua la desaprobación de la conducta del General Mathews, las tropas deberían haber inmediatamente evaquado. 2º por q. bajo la sombra y protección de estas, los insurgentes cometen raterías, inicuas vejaciones, y todo genero de hostilidades en las personas, propiedades marítimas, haciendas, esclavos y animales de los habitantes fieles de esta Provincia. 3º por q. les prestan mano fuerte en todas sus correrías dirigidas á interceptar los viveres terrestres y de ultramar como lo han verificado á presencia del General Mitchell en el Rio de Santa Maria quemando una Balandra cargada de ellos q. se dirigia á esta Población, u con los ganados del abasto de la misma esparcidos en sus campos q. bajo dicha protección han trasladado a la Rivera de San Juan, y 4º por q. aun después de la mencionada desaprobación se han campado y fortificado unos y otros en el mismo terreno y á cinco millas de la Plaza; cuya convinacion y acuerdo de operaciones, á todas luces descubren la oculta doble política con que aquel Gobierno pretende esconder las ideas y conatos á q. dirige estos insidiosos y extraordinarios movimientos: todo lo q. pongo en noticia de VS para q. en su alto é ilustrado juicio obre los efectos q. haya lugar, asegurándole q. la Plaza en qualquier caso se defenderá hasta el ultimo extremo; y si VS toma sobre si, el auxiliarme oportunamente con viveres , puede estar cierto q. eternamente se frustarán quantos esfuerzos haga la chusma de salteadores q. al presente la amenazan. 44 Siempre q. VS se decida á remitirme o uno o dos cargamentos de viveres desearia q. abundasen en carne salada, q. VS los ajustase, y q. los interesados se comprometiesen ha recibir su importe en libranza contra las Reales Caxas de la Habana ó México por q. asi interesa á las actuales circunstancias de esta Plaza. Temiendo q. esta Carta pueda tal vez por algun imprevisto accidente ser interceptada no me aplico con la claridad q. considero convendría, pero como quiera q. á la perpicaz penetración de VS nada se le puede esconder del Estado en q. tomé el mando de esta Plaza y Provincia, con lo dicho descanso bien seguro de q. basta para q. pueda formar un justo concepto del orden en q. corren estos asuntos, y espero q. VS se servirá dispensarme observe la misma precaucion hasta q. me facilite conducto seguro por el qual pueda en lo sucesivo dirigirle mi correspondencia. Dios guarde á VS ms. as. San Agustín de la Florida 30 de Junio de 1812 = Sebastián Kindelan = Sor D. Luis de Onis. El primero de los documentos que se adjuntan es la carta de Sabastian Kindelan al Teniente Coronel Thomas A. Smith, comandante de las tropas americanas acampadas en las inmediaciones de San Agustín. Fecha; 11-6-1812. Acabo de llegar a esta Plaza y he tomado posesion del mando de ella, como Gobernador Político y Militar propietario nombrado por la SSma Regencia del Reyno, y sintiéndome muy extraño al ver en sus immediaciones acampadas tropas arregladas de los Estados Unidos, sin embargo de hallarse mi Nación en amistad y buena correspondencia con los referidos Estados, conforme á los tratados de amistad y comercio celebrados entre ambas Potencias, no habiendo precedido declaración de guerra; he determinado dar a Vn este aviso con el fin de q. si Vn lo tiene por conveniente, se sirva pasar á esta Plaza, ó comisionar á uno de los oficiales de su confianza al efecto de tener una conferencia con migo asegurando á Vn bajo de mi palabra de honor como Caballero, q. su persona será mirada y tratada con la mayor consideración. = Dios guarde á Vn ms. as. San Agustín de la Florida 11 de Junio de 1812 = Sor Comandante de las tropas americanas acampadas en las immediaciones de esta Plaza = PD = Este oficio será entregado a Vn por el Sargento Mayor de esta Plaza el Capitan D. Francisco Ribera Kindelan = Es copia de q. certifico = Tomas de Aguilar. El 2º documento es la contestación del Teniente Coronel Smith. Traduccion. Campamento de los Estados Unidos 12 de Junio de 1812 = Sor D. Sebastián Kindelan, Gobernador propietario: Sor = He tenido el honor de recibir ayer la comunicación de VS por el Sargento Mayor D. Francisco Rivera, y en su consequencia he ordenado q. el Capitan del 3er Regimiento de Infantería de los Estados Unidos Don José Woodruff y al Teniente de Dragones D. Jorge Haig, para q. se presenten á VS asegurándole q. poseen mi entera confianza , y q. son acrehedores á toda fé y credito. Aprovecho esta ocasión para informar á VS q. los poderes de la negociación con VS se hallan ahora invertidos por el Gobierno de los Estados Unidos en su Excelencia David B. Mitchell, Gobernador y Comandante en Gefe de los Estados Unidos de la Georgia y Comisionado del Gobierno con plenarios, y mas q. su Excelencia se halla ahora en el Rio de Santa Maria, á donde con mucho gusto enviaré por expreso qualquier comunicación q. VS guste hacer. Me tomo la libertad de añadir q. el anterior Comandante en San Agustín hubiera sabido otra vez de SE si sus tropas no hubieran hecho fuego á las de mi mando antes q. espirase el tiempo fixado para el regreso del Coronel Cubhvert. Yo soy reciproco en sus buenos deseos con la mas elevada consideración y respeto, muy obediente servidor de VS. T.A. Smith Teniente Coronel del Regimiento de Rifleros de los Estados Unidos = Es copia de q. certifico = Tomas de Aguilar. 45 El 3er documento es la contestación de Sebastián Kindelan a la carta anterior (documento 2). En consequencia de q. Vn no se halla autorizado para conferenciar con migo en orden á las desagradables ocurrencias q. han ocasionado las tropas de su mando en esta Provincia según me contesta en su Carta de hoy nada me ocurre q. decir á los dos oficiales q. Vn ha enviado á esta Plaza; y al efecto me dirigiré en el particular al Excelentísimo Señor Gobernador del Estado de Georgia D. David B. Mitchell comisionado por los Estados Unidos; Y en el interin ruego a Vn se sirva retirarse con las tropas de su mando á la otra parte de la Rivera de San Juan sin dar protección activa ni pasiva á los revoltosos de esta dicha Provincia, q. baxo la sombra de las armas de los Estados Unidos se atreven á hacer vejaciones de toda especie á los fieles habitantes de ella = Dios guarde a Vn ms. as. San Agustín de la Florida 12 de Junio de 1812 = Sor D. T.A. Smith, Teniente Coronel del Regimiento de Rayfleros de los Estados Unidos, y Comandante de las tropas acampadas á las immediaciones de esta Plaza = Es copia de q. certifico. San Agustín de la Florida. Tomas de Aguilar. El 4º documento es la contestación del Teniente Coronel Smith a la anterior (documento 3). Traduccion = Campamento de los Estados Unidos 13 de Junio de 1812 = Sor. D. Sebastián Kindelan, Gobernador propietario Político y Militar. Sor. En contestación á la comunicación de VS de ayer tengo q. observarle, q. mis instrucciones me ordenan q. mantenga mi presente situacion. Para evitar la efusión de sangre pendiendo la negociacion con SE el Gobernador Mitchell he de suplicar q. no se manden ningunas partidas de la Plaza, pues me veré obligado á repeler qualquier fuerza q. se presente fuera del tiro de sus cañones. Soy con la mas elevada consideracion muy respetuosamente de VS su obediente servidor. T.A. Smith Teniente Coronel del Regimiento de Rayfleros de los Estados Unidos = Es copia del original de q. certifico. Tomas de Aguilar. El 5º documento es la contestación de Sebastián Kindelan a la carta anterior (documento 4). He recibido el papel q. de orden de Vn y con esta fecha me acaba de entrgar un oficial de las tropas de su mando y en contestacion le digo q. no admito ni admitiré jamas se me impongan Leyes, q. mis tropas en qualquier parage ó situacion q. se hallen si son insultadas sostendrán su carácter, y en consequencia en qualquier caso obraré con la energia q. caracteriza á la gloriosa Nación Española; bien satisfecho q. las resultas recaherán sobre los primeros agresores, declarando a VN q. en lo sucesivo se abstenga de remitir nuevo parlamento á esta Plaza porq. sin oirle será despedido mientras las presentes diferencias no toman el aspecto y curso q. corresponde á dos naciones q. felizmente se hallan en paz y la mejor armonia. Dios guarde a Vn ms. as. San Agustín de la Florida 13 de Junio de 1812 = Sebastián Kindelan = Sor T.A. Smith Teniente Coronel del Regimiento de Rayfleros de los Estados Unidos y Comandante de las tropas acampadas á las immediaciones de esta Plaza. Es copia de q. certifico = Tomas de Aguilar. El 6º documento es la carta de Sabastian Kindelan a David B. Mitchell, Gobernador de Georgia. Excelentísimo Señor = Hoy he llegado á esta Plaza y tomado posesion del mando de ella y su Provincia como Gobernador Político y militar nombrado por la SSma. Regª del Reyno de las Españas, q. en ausencia de nuestro adorado Soberano el Sor D. 46 Fernando 7º felizmente Gobierna. Doy á esta noticia por lo q. pueda convenir á la buena armonia q. debe felicitar los respectivos territorios de nuestro cargo, y muy particularmente en consequencia de hallarme instruido de q. el 17 de Marzo ultimo se prepararon varias Lanchas Cañoneras de esos Estados, apostadas en la Rivera de Santa Maria de Georgia, á entrar en nuestras aguas y amenazar el Pueblo de Fernandina en la Isla Amalia, dando indicios de hacerse parte activa de una insurreccion preparada, reunida, y aun al parecer fomentada en ese pays con el designio premeditado de apoderarse de esta dha Provincia de mi mando como efectivamente lo han executado con parte de ella, hallándose las tropas arregladas de los dhos Estados en posesion de aquel territorio y acampadas á las immediaciones de esta expresada Plaza (todo, según tengo entendido por ordenes del General Mathews) sin embargo de hallarse nuestros respectivos Gobiernos en la mejor correspondencia y amistad. Dicho proceder es un acto hostil q. mirado bajo qualquiera punto de vista compromete ambas naciones á tomar parte en desavenencias q. tal vez no tienen otro principio ni origen q. la ambicion é intrigas de algunas pocas cabezas exaltadas y revoltosas = VE debe considerar q. mi deber no permite tolerar ni un solo instante la existencia de otras tropas en la Provincia q. se me ha confiado y q. consequente (aunq. con dolor) me veré forzado á tomar, si no salen, medidas desagradables q. hará caher la execración universal sobre los motores de tan injusta agresion: y en esta inteligencia en nombre de mi augusto Soberano el Sor D. Fernando 7º y en nombre de toda la Nación Española invito a VE mande antes de todo á las mencionadas tropas de su mando evacuen del territorio Español en el termino de once dias contados desde la fecha no dudando ni un momento q. VE convencido de las vehementes razones q. me asisten para exigirle esta demostracion de su buena fé tenga abien ordenarla penetrado de lo q. interesa á la humanidad y á la misma felicidad de la frontera. Esté VE persuadido q. baxo todo otro aspecto y circunstancias desearé ocuparme en su obsequio seguro de la alta consideracion q. me merecen las virtudes q. adornan su persona = Esta comunicacion será puesta en manos de VE por conducto de D. José de la Masa Arredondo y ruego á VE se sirva entregarle con la anticipación posible la contestacion q. tenga por conveniente, franqueándole pase para esta Plaza = Dios guarde á VE ms. as. San Agustín de la Florida 11 de Junio de 1812 = Sebastián Kindelan = Excelentísimo Sor D. David B. Mitchell Gobernador del Estado de Georgia = Es copia de q. certifico = Tomas de Aguilar. El 7º documento es la contestación del Gobernador de Georgia, David B. Mitchell, a la carta anterior (documento 6). Santa Maria 16 de Junio de 1812 = Sor tengo el honor de acusar el recibo de su carta fha en San Agustín á 11 del presente mes, entregada por D. Jose Arredondo = En el 9 del mes pasado hice comunicación al Caballero q. entonces actuaba de Gobernador de la Florida Oriental, en la qual le declaré en nombre de los Estados Unidos q. el uso q. se habia hecho de sus tropas en las ulteriores transaciones en la Florida Oriental no habian sido autorizadas por aquel Gobierno. Inmediatamente despues de haber hecho esta franca declaracion la qual presumi acreher debió haberse recivido como evidencia de la amigable disposicion del Gobierno de los Estados Unidos acia el de España, y antes de tener yo tiempo de responder á la contestacion q. recibi, se hizo un ataque á las tropas de los Estados Unidos por una partida de San Agustín = Este ataque fué hecho en el momento q. procedi á ofrecer, y en parte habia ofrecido la mas sincera y amigable explicación de parte de los Estados Unidos, por la parte q. aparentemente han tomado en las ultimas transaciones en la Florida Oriental, ha impedido todos los esfuerzos de mi parte en continuar la correspondencia, creyendo como crehi q. era una indignidad gustosamente ofrecida al honor é integridad del Gobierno q. represento = Baxo las impresiones q. esta transacción fué calculada su resulta, y la q. VS como hombre de honor y Soldado puede prontamente concevir, estoy persuadido q. VS no esperará q. yo retire las tropas ni q. haga proposicion alguna al efecto, hasta q. se dé 47 aquella explicacion por el ataque q. se les hizo como lo manifiesta la sinceridad de los deseos q. VE expresa de ver preservada la armonia de las dos naciones, y será consistentemente con el honor de los Estados Unidos el recibirla. Al mismo tiempo si VS procediese según intima q. lo hará a actos de hostilidad contra las Tropas de los Estados Unidos despues de la expiracion de once dias desde la fha de su Carta, sin satisfacer las justas expectaciones del Presidente por la causa del ataque q. les hizo, del qual he hablado ya, será asi. Yo sentire mucho la circunstancia, pero VS solo será responsable de todas las consequencias q. puedan resultar de tal procedimiento. Yo puedo hacer qualquier sacrificio de mis sentimientos individuales quando son puestos en competencia con el bien ó felicidad de mi patria, pero el honor de la Nación nunca puede por un instante ser llamado en question = Puedo asegurar a VS con la mayor sinceridad de q. si comienza hostilidades con intención de desalojar á las tropas americanas de su actual posesion, hallará VS entonces por experiencia q. la tolerancia de los Estados Unidos, no ha procedido por falta de poder ni provocación, sino por consideraciones derivadas de la presente inusitada y critica situacion de la Monarquia Española, y el sincero deseo de obiar hostilidades con una Nación con quien han estado tanto tiempo en harmonia = Tengo el honor de ser con sentimientos de elevados respeto de VS su ms. obte. Servidor D. B. Mitchell = Sor Sebastián Kindelan Gobernador Político y Militar de la Provincia de la Florida Oriental = D. Bernardino Sánchez Interprete publico: Certifico q. la anterior traduccion está fiel mente hecha arreglada á su original á q. me remito. San Agustín de la Florida 18 de Junio de 1812 = Bernardino Sánchez = Es copia de q. certifico = Tomas de Aguilar El 8º documento es la contestación de Sebastián Kindelan a la carta anterior (documento 7) dell Gobernador de Georgia, David B. Mitchell. Hecho cargo por el oficio de VE de 16 del corriente de q. las miras pacificas de los Estados Unidos, con respecto á este territorio de mi mando, lejos de desmentir en nada el concepto q. me tenia formado me afianza en la idea de q. amigablemente quedaria sofocado para siempre el fomes de las pequeñas desavenencias q. han ocurrido; daré a VE por mi parte un testimonio nada equivoco , de q. contribuiré gustoso á la aclaración de dudas, q. desvanezcan rencillas q. no deben existir entre Gobiernos Amigos y Vecinos: protextando a VE sencillamente, q. debe deponer qualquier motivo de quexa, q. nazca del ataque q. dice verificó un destacamento de esta Plaza sobre las tropas federadas. Prescindo ahora de cómo ellas han invadido la Soberania del territorio Español; de cómo han pisado, y hollado, los privilegios, y el asilo de nuestra casa; de todo prescindo, y solo aseguro á VE q. la partida de San Agustín nunca imaginó hostilizar las fuerzas americanas: cantidad de los revoltosos q. han turbado la paz de este territorio ocupaban y fortificaban una casa, en la Rivera del Caño de Moses, desde la qual fizcalizavan las operaciones de esta Plaza, obstruian el uso de los Caños q. la pertenecen; y lo q. es mas, su vista y proximidad lastimaban la ascendrada fidelidad de los Vecinos de esta Ciudad, en tales circunstancias el decoro del Gobierno, y el indispensable derecho q. tiene para castigar rigorosamente á los q. sin pudor se alejan de sus deberes; fué lo q. justamente desidió á mi antecesor en este mando, á disponer q. algunas de nuestras fuerzas utiles fuesen á desalojar los reveldes como se verificó: haria un agravio al nombre americano si creyese q. sus tropas pudieron tomar parte en favor de los perversos , pero si algunos malguiados ó desconocedores de sus deberes se introduxeron en la turba revoltosa, le cabria irremediablemente alguna parte del castigo q. aquella se asignaba; en cuyo caso toda la culpa del hecho, cae sobre los q. se mezclan en negocios q. no les corresponde, y bajo cuyo firme concepto podrá VE, si le parece, hacer á sus tropas el cargo q. puede resultarles = Sirvase VE observar como lleno de candor y buena fé, satisfago amigablemente por mi parte; resta pues q. siendo VE por la suya fiel á su promesa, disponga q. sus tropas evacuen immediatamente la Provincia de mi mando, como precisa medida q. debe preceder toda otra comunicacion: y sin la qual haciendo VE 48 nulo el caracter de sus ofertas, siembra desconfianzas, q. minan la buena fé, y pueden tener funestas consequencias, en las q. ninguna parte tendrá la sinceridad Española, q. en qualquier caso acreditará q. aquella virtud une constantemente al valor y firmeza q. la caracteriza = Dios guarde a VE muchos años San Agustín de la Florida 23 de Junio de 1812 = Sebastián Kindelan = Exmo Sor D.B. Mitchell – Es copia de q. certifico Tomas de Aguilar. 49