El antropófago : atrocidades de un monstruo
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El antropófago : atrocidades de un monstruo
EL ·'AN,TR.flP()]? A.flU. '3 "o ATROrHD.ADES I)E UI\[ MONSTRUOt POR 1)OG01'A. PROSA DE LA PROSA. - ....•-.. L08 INGURABLE8. lNTRODDCCION. ----41-'-"'--- Las leyes de las doce tablas castigaban con pena de muerte ~l actor de un libelo infamatorio, i aun a los que lo hubiesen leido. ,Segun me acuerdo, la dije otra vez j pero no es malo decirlo por segunda, i hasta por tercera, en siendo necesario, como ya oLserun filósofo. LOB hombres superiores. esos en quienes el alma, ¡c!! llama celestial que les impele de continuo hácia la mansion de la. luz infinita, suelen tener en poco las maldades de sus enemigos;· i sin verles ni oirles siguen BU camino adelaute, teniéndose por ausentes cuando Sel les injuria; por diferentes de ellos mismos Cuando se les calumnia. Eso han dicho de mi ? pues ese no soi yó, responden los filósofos, s\ verse retratados con toques ajenos a BU persona. Si todos fuésemos capaccs de esta elevacíon de elSpiritu, el mundo estaria lleno de grandeza, j poco habrian de medrar los perseguidores de las virtudes i el injenio. Por desgracia Sócrates i ¡"enelon, se ven al traves de veinte siglos, i la muchedumbre de los hombres se pleitean los crímenes i las iniquidades como la herencia. del jénero humano. El dolor de la víctima es el gozo del verdugo: si no consintiésemos en sentido a los flechazos de nueBtros malhechores, estos se verian desarmados, i por ventura seguirían profesion ménos infame. El mal está en que el corazon se ajita, se encrespa. la sangre, la quimera da al traves con la serenidad del alma. Hacer cara al enemigo injusto i rujn, i trabar con él dura contienda de palabras mal sonantes, es darle la victoria. El que riñe con un infame está peràido; i el que se arriesga con un 'tonto no acredita su cordura. No obstante, la. flaqueza humana, es yugo al cual hemos de agachar la cerviz mal que nos pese, i cuando la razon i la necesidad ayudan a la inclinacion, por fuerte que sea. el hombre ha de ser flaco; por grande que descuello sobre los otros, ha de ser pequef'ío el rato de la venganza . .Mas dando quo no sea esta pasion la que le mueve la pluma, Ii ,u.e en Jas esprcsion~s de su resentimiento salg~n envueltas. las ;maxlmas de la moral I las verdades de]a filosofla, el que reprima !a un desaforado hará un bien a la sociedad humana, i el que castiIgue a un delincuente obrará por la justicia. ¿ Acaso todo ha de ser !acometer unos i dejarse matar otros j vocear, mentir, calumniar lesto~; callar, padecer i sufrir esos? Pues no Bornas santos o fi16)80fos, ni obraríamos como buenos en dejar gozar la tierra. por las pestilencias que echan de sí los corrompidos. Ahora no hai Vírjilíos Marones, pero la casta de Mevio i Bavio es numerosa: conviene impedir que esta dinastía funesta suba al trono. Todo .ombre de bien tiene obligaciones para oon la moral: todo filósofo ¡vó para con la verdad. Hai grandeza en Sócrates cuando asiste al -6teatro a oir las diatribas tle Arist6fanes cuntrllo él, i las esr.;.chs. con ater.cion i seremnidad imperturbables. Pero l\1árco 'fulio no~ ha dado por otra parte ejemplo de justicia i severidad en !·us ,:/J. tilinarias, i alauna vez podriamos acaso imitar a este varon 'lscla. recido. o En los tiempos modernos ha descollado un injellio del. todo escepcional, naturaleza delicada que parece no haber recibi,:,) de la humana sino la esquisito del mundo; aquello que tcnerr.·; de comun con el ánjel, i ninguna de esas horribles calidades ql., no,~ vuelven hijos del demonio. Ese hombre raro es el poeta LaI :11tlne : eaueza sin nubes, pecho sin sombras, corazon sin hie!."': 11~ ha tenido Illas enemigos, porque nadie ha sido mas complc;io ;!a nadie se ha calumniado mas~ porque nadie ha sido mas bueno I pUo ro; de nadie se ha hecho tanta fisga, porque nadie fué mas r: :\ve, sencillo, injénuo, por la intelijencia, ente casi divino; por 1;, ~\.m· sibilidad, tierna i delicada mujer; por la bondad, santo; Pl'! la jenerosidad, héroe magnánimo. Fué rico i todo lo dió; fué p-oher.2 nante, i todo lo perùonó : sus enemigos no cedieron; únteo a '\.ec01 le silencioso a la sombra de la desgracia, le acometieron con fUr]" : redoblada; i en vano ha mnerto, porque para los efecto:> de 1.1 el\, . vidia i la difamacion por vivo le tienen. Cuando le acusaball .. rapacidad, ¿ no habrá tambien estafado Lamartine? Meviu i Pavid tienen el usufructo de su tumba, i se hartan de los manjares de la infamia. Murió el cisne del Sena: su alma, destello de luz in-Ilor"' tal, fué reabsorbida por su foco divino c incorporada en el glan todo de la luz eterna. 1 los hombres sus semejantes, esos a quwneg nunca hizo mal, le ofenden i ultrajan todavía; pero él ya ni, le. oye: la eternidad es inllensible a las cosas del mundo; la etern :dad es una reparacion, porque en ella se goza la gloria del olvido. El pacta respondia a las injurias i calumnias do StlS det. sctores, pero respondia de este modo: "Apura la capa de la ,,:1': lf , gura, mas ni un recuerdo me queda de ella, porque mi alm" el( fuego que qnema i anonada la que sobre ella se echa par:\ •..m- I pafiarla. " . iQuién fuera como ese hombre! .( Lord Byron fué tambien un ánjel, el ánjel de la indígnacl\.ll1, j la ira santa; ânjel del esterminio, cuya espada encendida resp\an:1 deciendo sobre sus enemigos les condenaua vivos a las llamas, :. les quemaba i oonsumia oon su fuego. ¿ De qué no fué acusado' este hombre superior? De incesto, de crápula, de gustar de san· gre humana, como el verdugo; de impiedad,orgul/o. soberbio. . de bajeza, vileza, humillacion, cuando le convenía; de ferocidad, i Gtrali míl horribles cosas, sin 'lile !le le perdonasen la envidia Ii; .'¡ -7Iegoisl11o. El poeta no habia hecho nada de lo que se le imputaba: ~i era la que se le llamaba; ántes bien una naturaleza exhuberante compuesta de los mas tiernos afectos i las mas sublimes pasione!.', puya vida estaba llena de hechos jenerosos. ¿ Qué fuera ae ciertos hombres, si el concepto de sus semejantes acerca de ellos en la voperia de inícuos tcjedores de mentiras descansara, de esos que papen la falsedad al servicio de la venganza? Por dicha hai un tribunal superior; el tribunal de la conciencia pública, que condena la calumnia i corona la verdad, llrrancándola de las garras de la ~Dvidja. Esto sucede tarde muchas veces; otras, la muerte toma lo su cargo el restaulecerlo ; pero como los hombres superiores saben que han nacido para padecer. sufrir i callar, padecen, sufren i ~allan, segun el cùnsejú de lûs ¡"ejicano8 a los que salialJ a la luz Bel diR : " Niño has venido al mundo para padecer: padece, sufre i /:alla." Otros hai que padecen i sufren, pero hablan: el sufrimiento no está reñido con la palabra, i ta nta paciencia se puede mostrar hablando como callando. Admiran cierto esos hombres mansos i benignos, que con larga mirada "en la reparacion de sus males j ~ravios al otro Jada del mundo, i se quedan a la justicia de la cler· Idad ; empero no sail culpables los que en su propia defensa ilus-~j'in a sus semejantes, i hallan oeasion de propagar los sanos principios i encender los nobles cfectos, al tiempo mismo que echan del templo de la pureza a los traficantes de ini(}uidad con el terrible azote de Jesucristo. Han puiJlicado contra mí un libelo infamaturio mis pel'seguidores: pues no quiero que esta sea cosa puramente mia, porque las concernieutes a los individuos poco interesan a la mayor parte, !ino es excelso el homurc a quir.n se acomete, o ilustre la victima que se defiende. Así, en descuento del yo tan mal acomodado en boca de la modestia, haré porque el lector Iialle en mi escrito algo de pe~tenecien te a todos, i me perdone la personal en consideracion a las Ideas i principio:> jenerales, trlls los cuaies desapareceré .. a menudo, envolviéndome en los holgados pliegues de la filosolla. Desgrrlc::l es tener enemigos; paro aun 110 tan malo si estos son de los buenos: entre hombres Je espíritu elevado ¡sano co •.aEOn ni la enemistad deja de enseiiar algo, porque ell()~ de todo ha· c~n U}l aprendizaje, i al paso que enseiinn~ cojen el fruto de la sa· blduna hast;¡ del árbol del auorrecirniento. Un enemigo estim¡¡ulc e~ tan Útil como un buen al~igo : sin'c de estimulo, impulsa e~ la na de los hechos jenerosos con:a noble t'1ll1l1açlÙl1l1ue de::;¡m:Jta ~n t'~ '-..("1 1 ) ,Jr. ~'!I" contrar:Q: ; I C(tf'l(} {Il !}~('re(:r !1t1(~:;trfJ e~tiJ)):,; 1!1 -~cha se está que jamas nos embiste con armas prohibidas, ántes S.l cando el pecho afuera, con la espada de oro que usa la honra,Tlr enemigo grande es título de honor para el que la tiene, i el mere cer su 0010 constituye la gloria del que le ha dado motivos de ojeri. za, viniendo como a defraudade de una alta nombradía. Piens(. que enemistad no cabe sino entre personas iguales, o que pór le ménos tiran a competir i rivalizar entre ellos: el hombre superi,9t no reconoce encmigos en la canalla que le acosa, sino tan :;ola· mente aborrecedores, perseguidores; a enemigos, en el sc'! d" que los bandoleros Jo son de la sociedad humana, la víbora d\3 lo, hombres. Dichosos los que tienen enemigos, desgraciarlns lo" no los tienen! l)obre nacion. donde !la hai sino felicidad, e maba en el imperio de Austri~ ~na ínclita viajera. * Así h radojas que son absurdos para los que no alcanzan su senti cUJa profundidad resplandece la lumbre de la filosoCia. El i el mendigo, el inepto, el pobre hombre no tienen enemigos graciado del que no los tenga! Cuando un furioso sobrevient contra alguno, este no se pierde en el suelo. El viento se en za en el cedro del Libano, se aferra sobre él, lo bate en espa aullido: la verdolaga queda ilesa, i se arrastra sin obstáculd~ la tierra. Lo terrible es cosa terrible, i tan la prefiero a lo ruin no me hn parecido mal el yerme pintado como un Satanás briento de soplicios, frecuentando las sombras j revolviendo e' entrllña91as atroces pasiones del príncipe de las tinieblas; e\ v dj~o, pintado de este modo en el libelo infamatorio de los que he de nombrar miéntras no me huga pequeñito, por mucho qu~ .... sean vicepresidentes, ministros, senadores, jenerales ¡p' . Esos han publicarlo contra mí un libelo? l\Jevio yo no soi, jilio; Bavio, yo no soi el cisne de l\Iántua ; ¿ por qué a mí ese lo Buenos cristianos, augustos ciudadanos, hombres de pro do de ser los flue publican cosas tales, flue al fin ùe la lectura no bueno ni malo que no esclarnc : Infame ! Yo escribí mi opú. titulado l' Fortuna i lelicidad," i su objeto rué la política. su P-S lo el de la sana razon, su lenguaje el de la cultura. Vicepresidf.'.J} ~~ ministros, senadores, ,ienerales i poetas, gavilla condecorada, tl)da~ vía temieron, estuvieron solos; ¿ cÓmo dar la c:ua al mon~t,·tLO 1 No eran sino diez contra uno. l'asquil!o publica sus pensamien~p!! estampÚndolos a media noche en las paredes de Hom¡¡, i por ~¡j es ilustre; pero cuando cae en poder de un .1 ue? acend rallo, le cortan manos ~ lengua: lean mera, guárdate de uar en la:; de Sixt"' "9" El que se SIente fuerte en la verdad,batalla con l2.s armas del hl '1M, Buen soldado combate al raso: seámos como A lflialldrn. no (.'~u,t \(-1)1'" 1;\ \ ictori:¡ , •. ...• , ATROCIDADES DE UN MONSTRUO. ---+---- CAPITULO JIlL l. 8.\lIlBB!. El hambre es cosa respetable en todo caso, sagrada muchas OC4siones, santa alguna vez. No se alegran de la que aflije II sus semejante~ sino los perversos, ni hacen fisga de ella sino los impíos. En ~iclI'¡o efta:to de la disipacion, todllvía no es reprensible el hambre, esta trislc au~encia de todo bien; la seràn sus causas, si !Ion los vicios. El pró.ligo, el bebedor, el tahur que dan en ella con motivo de la prodigalidad, la embriagucz i el juego, seràn reprensibles de su estado; pero su hambre es un hecho tan triste como positivo, que respetan ; todos, si bicn mui pocos lo remedian. Las bendiciones de Dios DO -caen sino sobre los escojidos, i solo estos cumplen con sus preceptos, d,ndo de comcr al hambriento i de beber al sediento. Los descendientes de la raza maldita le quitan la oveja al pobre, léjos de ofrecerle un pan, i se rien de la desnudez de sus hermanos, mayormente si ellos fueron hambrientos i desnudos. "Venid, oh los benditos de mi padre, a poseer el reino que os ha sido prometido desde el principio del mundo: tuve hambre, i vosotros me disteis de c"mer; tuve sed, i me di~teis de beber; me vi sin casa, i me recojisteis en la vuestra; desnudo i me vestisteis; enfermo, i me vi!'oitasteis: hallàndome preso, fuisteis a verme tras la reja i a pregunlarme lo que necesitaba. Entónces los justos le responderán: Señor, .: cuándo hemos hecho por vos lodo eso quc decis 7 1 el H ¡jo de Dios replicará: En verdad os digo, cuantas veces hubiereis ejecutado un aelo de esos con el mas humilde de mis hermanos, la caridad yo la recibo." Los impios sabemos estas cosas, i con ellas nos consolamos en nueslras tribulaciones, sin dejar de socorrer al Hijo de Dio~ en sus hermanos pequeilUelos. El hambre es el deudo que une a lo~ dos tercios ùe jéuero humano; i la caridad de \Jnos a otros el reconocimieuto de ese parentesco: la verdadera caridad se ejercita entre los pobres, porque solu ellos dan de corazon, sin envenenar el pan con la ofensa ni el orgullo: los ricos darán tal vez, pero no dan a Dios sino ,al demonio, que es quien recibe, agradecientlo la soberbia mas que el dou. 1Jesus mirando al rededor, dijo a sus Jiscipulos ; "Cuàn dificil cs que los que poseen riqnezas eutren en el reino de los cielos." 2 -10 (;n dia 110 me IHlbia qucdado par todo candal !lino un r•.iloca eu ~I bolsillo, i ~c lo (Ii a ulla muchachita, ponllle to(los c,;laulOS obli¡;a dos a dar de comcr al h:lIUUrienlo. ~o se lu habia de dar? l'l'ah atilda la cilheza; Cil sus /asg:lllos ojo,; brillaba ci IHlmh/c, pncs, ti hambre tienc lamhicn su re~plalldor: la lllz "illiestra COlique la 1\1lIerl,' se alumlna para llegar. Su t'ara era llll1l elejia: chllpada,; la- nlcjillas. p:ilidos lo~ ]¡Iuios, punjlle la s,\llgre se rell'ae (le los (]Ile 110 comen' andrajo,o ci \csLÏ(lo, el pi~ (\cslludo. Se IllC lIe~Ù, ¡nie nlil'¡', i m'> e"teudiù la lIlanceita: 110 l., hahia de dar Illi franco? Al 011'0 (Ii: taillé ulla taza de leche, i \0 p:lsè COIIIClllo; allercl''' dia lonn; 1111:, laza de IClhe, i lo pa,.é trisle. 1 clI:ln(!o el sol se pallia, cuando SlIullilI!oS rayos Jorahall h~ 1"Ï1Ilasde \(b àrho1l's Ilcl ('ampo de 'bric, ¡ la colina de 'lcudon l',taha I"{·,;plandceie,:do Cil ci IUlIliuoso \,al)l)1' de la tarde, baje pOI' d T •.ocadel'o, i pue,,16 dp cndos Cil el h, 01',11 dd pllclJle de Ail,a, IllC estù\c \iell·lo alul elllllhio SCII:l Juh es la (••tatl/a de oro labrw{a l'or Dias a la l,a •.iellria, i e,a estatua la cfijic (PIC llcbcllloS .,dor;' •. pobrl's i riros. En la padcrH'i.l 'c enciena la divinidad, i en ci \¡¡lInbre hui t:lmhiclI algo de ,I¡"inl' ; supuesto que es la lwi\aeiol\ de todps los biellcs (le til'rra, {'Il cuyo dcsapropio sc b"lIau las ,,¡l[udl's. Crisli'lI'os. no os riais del hambrc de 'l1esl,'os s~mcj3ntc.;: J('sucristo 31l1laha cn pos dI' ella pala l'l'Illedinr\a. Calùlieos, 110 csc.ll"IlCzcais a lo,; lierl'jes desllllllos, pO"l(lIC d Señor, I¡'jos de \'ilipelltli¡~I·lus, "?antla qllc ~.i.lclle~nos dos ~úllicas dcmos la una al (lobrr. Slll an'l'Igll:l1' ~11•.eltJIOIl 111SllS I'eC¡¡(iO,';. ":Aho"a ~i d h"'!lhr!: cs dl~l'tO (lc culpo, ¡¡.icllas o de ,,¡rludes propias ¿ dÚlIde d ri"o" t(,ll clla? ¿ dÚlll!t- la in¡sjou a que se \,r('~la! Si necesidadcs ¡'adez!'o lqu8 narlic lo sallt,) "S por'lllC me hall dcslerrado, me b¡¡u <¡uilado :'alri:., 1':'';.1, ('amili", !caio: si lile hall desterrado, C~· porque no he ljlwrido SCI' (\e los {Ipl'l:sure, ; si 110 101' querido ~er de 1011> op/l'sore<, e~ porqtlc be [orlll'll10 mi ,.1m" ('Il los "anos princil'io!ó dI'_ la lilo"olÏa: hl' Cllltindo mi lllo,:c_ta iJlI,'Jijt.:Jlcia COli el t'''!lIdio de 105 mejol"l:' lib •.os, ill\'idicnd" cu <:lIJl" todo e1lit.:mpo que los clnna:; em. pleah,ltl ('Il hal'c •..•c a biene . ; ('t.: ji'rfllll;l. Qui' proporcÎolI ¡;Unlll.l c~ SCl" lllelldi¡.:.o, IJalllhricoln, c1t"Jllldo, i el ;1I1clar i,.l"ali;',aU1t.: a ('aza de (lillero ? 1 de ludo e"Lu .e ml' ;:nlS:! alllli,'Il'{) liflll¡'O. ¿Sui por ,'cntura l\ll ILlrp<l¡,:,oll Ylie socaliÎl~ I'~ra flllnrar? "icil's l/O 11)(' nd'<lcall, ni Cra po~iulc: pillo, larlrou, e"lafallor, 1I1:1Ia,:01', ul\idiu"o, c;,J(lIl1l\ial\' le, i, [OZ, lodu: pero t;dlUl·. borracho IIi mll.iel'Íe¡:;u 110 IIIC bail dicho; benditos seall mis cllellligos! ¿ <Jut: bn:;o dt'l dillt~ro quc c"IOI,iono il todo el mUllllo, (lllcslo (lile os I'cis de mi halllbrc? Abre, 5rilol', ¡OS ojo .• a ".,tvs mi '(I'lIble,l, rara 'i/u UO/l ¡(ollde cstlin; tibrtl~,' 10,< njo .•, q{/r t'~an .1on,/( ,,"1,'11, i t¡mlblen de tll jllsticia. l" JI Ii ia "ino lIlI hombre a pagarmc lin servicio de CW5 YlIC, !Ii nr. se los bace por pura \ollJlIl:ld, ,.011 ~ervicii\." que 1\0 COll\'it'nCII " cicr-~ los lill ;lctel es: ¿ por dÚllde rod6 ci d('"dicha,lo 1011 Sil l>ol~a rie dinem? FI peda7.o de pail quc ~c rome COll bO:"':1 i l'Il !);¡cie:lcÍ:¡ lIuire el o 1; If .. -11~~p¡ritu i mantiene sallo el clIerpo ; i de aquí re,mlta el !Ser mas ¡,alud:,¡ble (llIC la mesa e~'luisita a ClIJO frente eslà sentada la deshonra. El te.nOI' ,le ell,1 es tan salfto como el de Dio, ; i los que la temen son mui solldos, no asisle'\ a los ballllueles del demonio: el alma pnra ~e festeja a sus solas, tomando clin n}<lIlOS limpias la limosna de la J·ro\'Ít.lt~ncia, Los pajaritos en los ,¡l'baies, las hormigas en la tierrll, todo, hallan el sustcnto: al homure que no se cOlldcna en las nql\ezas del mnllllo le Ihman melllligo i le escarnecen sus hermallos. Como esos lwi (lue no poseen hier,cs de fortuna; mas sí la probidad, la honra, LI "er;;üenza resuellan en 5\\ pecho con un rctintin mas 50llante i dclicallo qlle el del oro; cso" son IlIs ricos. El miIlolI:\rio e~ tlll mendi!-;o, si sUs eall'lalcs no son empleallos como los de reabody, el santo i'eablllly: el haeel\.la:lo es inllijellle, ~iSllg h3hel'e~ \lO fomentan la.; virluries, nn Sinllllll'an e1llgrarlecilllicl\to, !lO alivian lus dolùres, \10 acal!alt Ill' ayes de la; Ilesgraci:Hlos, Oplllentos que no prevalecen sino por la "a\lillall i la soberbia, magn,ltes que Liencn a su cargo cI SI:1I:\1;11'b po!Jl'ez;1 Ile lus dcmas i reirse de clla, ¿ qué son SiDO la lepra del jé!lcro humano? Los impulsus dc mi IInlllraleza hall si,lo sicmpn·, 1\0 h,ieía 1.:1]>ru\'ecllllso ,i!lo Ideia lu bueno; 110 hácia lo b.'illanle sinl) hùcia lu di:;no, Cuanl\(, pude ser de los "ictoriosos al mosll':lI'lllC Cil el mUIIJo, quise lIel' de los vcncidos; i solo, sin mellios, sin apoyo he IlIlcslo el pecho a la uOITasea, pUl' call"as gra!ldcs como la redcllcion iel arlelanto de la patria, .Juslo es lllle yo mllCl'a en el .Ieslicrro i que mis compatriotas Sl'an Ills verclLl"os, ¿ l'ara 'lul\ quicren ello, un homllJ'e de bien que "!ILle reïlÍ,lo con ~us i"elillaciolles i costumbres? Crucifige el/Ill. La cau"a d~ IllS mas cru.lrls ama"guras que cn mi vida he devorado, e~ si" (lulla'ulla intenciolJ que merece ulla corona, No hablarè ,le ese malhadado viaje a Europa: 110 pUllc cumplir mi objeto, i el hambre, la cabeller;¡ criza(la, lo.s ojo, echa ndo SlIS lia lnas de fuego fjtuo, clescarnada i tcnible.se me pllSO por delante, l'cr!í para salil' de ese abismo, (lCII1 fi¡lllo : esl(' es a"unto de difamacion para lo, perversos, arscnal Ô~ c10nde mis enemigos han tomado SIlS armas. 1 cuando • con tan infcrnal acerbilud censuraban mi conducl:\, ellos C"llaré por misericordi:¡: la dcl perdon el la facIIII"c1 nHIS preciosa de los rcyes, dicen. La del per(lolI es rt'jia, divina faCilitad que puedcn ejercer todos los hombres, pOl'qllC no hai 11110 solo quc no agravie a sus scmejallles, IIi deje dc ser horriblemente rlgraviado por ellos, El pedir fiallo es lin contrato como cua!rluiel' otro: causa obliga. ciones I¡Ue, cllmpli1las tal',le o temprano por el hombre dc bien, le clejan lan tranquila la conciencia i lan sin empaïwdura el honor, como si en vez clc I'p.cibir huhiera dado, FiaD los ricos, flan los prir.dpes, (jau los reyes, flan los gobiernos, todos fian: fió Napoleoll, fi~ Bolivar! 1 110 hahia dc fi"r yo para 1\0 morir. 1 si me dejo morir, ¿ quil'n ilS dllba eslns Iccciones, amigos í enemi !)" mios? Fiaba Napoleon el Grande, i hash trampeaba, Tunante.! :¡ti1 n -12 decia a los acreedores que le iban cojiendo las vueltas, en e§e entónces que tenia orejas de perro, i vivia en el zaquizamí del mnelle Voltaire. Fio Napoleon Ill; en su destierro .vivia de Aaclo. "J\1ilord, e§cribia a lord Clarendon en Lóndres. necesito quinientos mil fran-, COll. Si mis cosas salen bien, pagaré." Lord Clarendnn cnvió el me· dio millon al pedigüeño, teniéndose por dichoso dc servir a un dcsgraciado. Simon Bolivar, hombre de corazon lleno dc jugo, de alma constantemente venteada por una brisa cele~tc, no era lacónico i ávido como esc proscrito que se criaba para empera(lor, cse empcrador que mafluraba para prosc"¡to. Bolivar t'ué mas largo, mas puntual, mas elocuente cn la modesta sencillez con que pidio. Oigaflle usledcs.· Bolivar humilde, Bolivar suplicante, Bolívar pidiendo cualro reales! El porvcnir adelantaba aspzando con los bicnes de ese pordiosero,-libertad de ur. mundo, gloria, felicidad i amor (le los pucblos ; le traían en sus hombros los ruidosos años quc ya sonaban a la pucrta. l\lendigo entrc tanto, mendigo sublime. Fiè: mis amigos me condenan al suplicio de la cruz. Otra ocasion no ménos dolorosa me hallaba en Francia . .t Qué dincro es suficiente para ocho meses de cama en esa "oràj ine espantosa de Paris? La patria en revolucion, pr6rugos los hel'Ol3nOS, oculta la familia: quién me ¡¡ocorre? quién me salva il El menos ruin de mis compatriotas al\ivinó mi situacion; a<li\'inó, que yo jamas alu,1I a ella, plies, llevado blandamente a la eterni<la,1 (lar la naluraleza misma, veia a la muerte con serenos ojos. Ln horrible debe de sel' el ,;er5e obligado a traerla por los cabellos, a irritarla, Jlllnz.índola, hirièndola como a fiera perezosa, Adivino, i me epvió una Slllua de dinero, eseribiendome que gllad1lria profuIlllo secrelo. Yo no se la habia pedido, esa era Una dádiva; me ofrecia ci secrelo. eso era una ofcnsa. La hombria de bien, la honestidad, el org\lllo viven al aire libre, el medio dia es su hora. Senti encrespárseme la sangre eo las venas: a la indignacion sucedió la vergüellza; eai luego en brazos de la melancolía, i contesté: SeïlOr don Càrlos, acepto la buella voluntad de usted; su dinero, no .•• I yo soi, no solamcnte el pedigüeño, sino tambien el estafador, el' bribon: lean mera ~ Esplas de la de~gracia, los ruines jamas tOllla n en buena parte las acciones que acreditan UII ánimo levanlado en 'I\lien las oura: no fui diguo, fiero, majestuoso para los qne tnvieron noticia de ese proceder; fui soberbio, perurso, mÓllscruo. Et nUTlcilltelligite . • Carta a don !\Ianuel Hislop. Kingston, a 19 de junio de 1819 • •• El seùor Càrlos Aguirre es mi contrario en política, i por tanto mi enemigo, legun la loable costumbre de estos bendito. pueblo •. Pero es humbre de Lien i caballero j no ocultarà la verdad. Pregi1ntenle, all1le tienen. -13 - > Chateaubriand dice en sus ~lemorias que, èn Lóndrcs lie c,¡taba dejanrio morir de necesi!lad, por no pe1lir. Chateaubriantl dice Llntas .cosas I Por 'lué no se murió? Este es sem~jante al orgulloso jinehrino, que por no preguntal' a l¡allie por la,; calles a Ilonle hahia de ir, se 3nuabOl con el plano de I)aris en la mano, sin acertar (,unca con lo que buscabd. Este mislOo filósofo no habia teniflo escrúpulo cn apropiarse :10 ajeno, calulOniar i hacer las otra,; obras de misericordia qtlc refiere CIl sus Confesione,;. El orgnllo pue.le tener flulflillneutu de virtudes; la ~oberilia se levanta sobre los vicios, cuanllo n,l sobre los crimcl1es, i sus portentosos monumentos no resistirian al soplo de la justicia. El señor de Lamartine, hablaodo uu dia acerca de un paralelo que se había hecho enh'" él i S'1 ¡lu,;lre prc.lecesur, cellió COli Ilflfllildad en PUllt., a Lt illldijcllcia i Id sabi.luda; pero se elCalló al contemplar cn la tliferclIl.:it de caractèt'es, "Chateanhrianll ha sitIo l.llIa carga mui pe.salla par.\ los ~ohicrnlls, dijo: ha consulnido sum.tS in~ je:ltc. del tesoro naciunal. Sus virtudes no son la~ de Fabl'iciu: allmiro su talento, su carácter no me subyuga." Qué habia ùe rcspondel' el u.scuro viajero que esto oia ? Lo; que se llaman jenio;, esto es injenio, espiritu elevado, aspiracionc; suhlimes, volunta,l sobcrana, todo jnnto; eslo,;, digo, cn medio de su divinidad perecedera, slljetos cstán a mil flaquczas, i muchas veces son mas tl'istes i apocados que ci vulgo ,le lo .• hom!JI'es. Lamarline que se intlignab<\ (le que le comparasen a Chaleaubriand; Lamal,tillc, el poeta de la almÓ.sfet'a i lo. ànjdes; el opulento, ci liberal, el grdn seilor, pi.lió en lo.s ùllimo~ llias ,le su vi.la; pidió con empeïlU, COli ahinco. Yo puse mi óbolo Cil la suscricion abiel'la para favorecel'le, i no le he llamado por e,;o estafu.dol', pillo, Hablanùo entre nosotros, hablando ea confianza entre nosotros, semi-bárbaros del n llevo llluJ1llo, diganme ustelles, cllal les parece mas reprensible, si Lam1rtine 4ue tiene hamhre i pide, o los frallceses que le niegan el pail i le insultan? Lo; filósofos lOuerenlapidddos, los héroes envenenados, los poetas Cil ci hospital; i JeslIcristo muriendo por la re(lenciolJ tlel jénero humano, muriendo fi lIIanos tle los que reùimía, no es la muestra suprcma de la injusticia i la ingratitl1d de los nacillos? Desde Homero, los qlle se asoman allllunlJo CO,I la antorcna que pone en claro las inclinaciones i lo. vicios de los hombres; que ilumina o la cabeza i enarùecell el corazon con su calor divino; los que le enseñan, edllcan o deleitan con las lágrimas o la risa, han acauado casi todos en la desdicha. Cervàllte.i, Camoens ahora poco; Lamartine ayer; qnién está para mañana? Raros son los hombres grandes; eljéoero humano es un árbol cuajado de hOjas, elltre cuya espesura reluce tal cual fruto maravilloso, que no está destillallo para mesa de reyes, siol! para los banquetes del hambre: ella se los come, La flor de la especie hUlDllna IC parece a la escoria en que una i otra tienen el propio fin; la luz i -14 ~ la osclIridad!'c confunùen : pavoruso mistcrio cuya csellcia lion lasl ~ l.igl'ilnas. La malicia ahri;;a Cil su sello a la malcvolcncia, i la malevolencia clc SIlYOcs maliciosa. :."Îo pl'(:lendo ialercalanne enlre I,)s varonetl i1uslres porque lile fallc lo nceesdriu, que cn eslo así me par'ezco al ;tlllor de la LlIsiada CUl\lO al cic~o de la c'quina, Si a tan rad: pero tCl'l'ihlc pl'cciu, cllal cs la ncccsida,l, fuéramos hombrcs gra ••,les, ci tullido a 'llliclI JO ucnelicio de cUi.iodu cn cualldo con \ln real, seria mas humhn~ ~ralldc quc yu, purque si \lU le dan \lO COIIIC, La grall(lcza dc la iuilijcucia cs mui COllllln; ,i por pobres, hai Illllchos ihlSlres cu la ticrra, i su e,ludal Si.: aUl\lclola illcesalllcmcnlc ,¡II l'il ,go dc perdersc, E~ vcrdad '1l1C las I'í'lllc/.:!s de Allli"lcnes SOli Illas l'aras que las Ile Cn'so; pero tamhieu es cicl'to «(ile Illui \loeus sc las clI\'idiall : ah, Ja 11IZdel entcndimienlo i l'I calor del eoraz"n 110hasta •• para la "ida: ci hUlllhre IIl:ce,ita pail i espírilu, pan i e,pírilll, ¿ CÙlIIO hc ,le pensar 'Il1c soi ho:uhre lJ1'all<le porquc no soi rico? Ni aUII IIIC l'Ullsta si lo que cslui tlicicudo a l'sie rcspectu sc:! olril cusa que tlelirios dc mi lucura o errores tic mi iuuccllcia, La tuntcra toma esla tlclIumiuacion amable CUlutlu 110 vienc en junla de la valIillall : el nr¡.;ullu sinlllcrccimienlo se llama jaclancia, cstu es, tontera COIISlIIIHllla l'un desvcrgücnza encima, Pel'o l'IHUHlo IIlIU habla sin sahcr a punlu lijll si es cucrdo U (oco, Iiló~ofu u musulista, hum- ,,' hrc iustruido u charlatan ¿ IIU se Ic han tic pel'dunar SlIS ,Iev'alleos T CAPITULO 1) EL! 1:\ G n _~T II. I T lJ V , (;ralitull, uh ~1·aliLuc.l, santa liga qne unc a los hOlllbres h\ICI~lIS! Sin lí la uUlIllad sería pcrdida, la cal'i.lad cscusada, la jcncrusidad peligrusa. Si los ánjcles nu cslll\'icran uniùos a Oios l'ur ci aUlUI' ¡nllniIO, lu cslariólll (lUI' la gralituJ, pnes vivcn inundados cn su Illz elerna, i Ic dcLlcll la dicha de exislir i cunucerlc, Gr<llitud, uh gl'alitud, fomentu de l., caric.lad, allimaeíon de la !JUllllaù, rccum(lclIsa de la libcralid¡lll ; sil) ti ci bicn seria obra ùe perJit:ioll, i los amanlcs de las virlndes, víelimas dc los mismos a quil~nes fav'oreccn, Gratitud, oh gratitud, cxi,tes en elmulIùo, pllcstU <¡ue liellcs encmigus ¡cres combalida; pueslo que algunus corazooes se ellsanchan para ùarte cabida cn la h\llllilùad de la jcncl'osidad. Lus COl'azunes fifllJS, l'SOS (lllC sllenan conlU in,lrlllllcnto celeslc cuando ci amol' les luea; lus rnlazones grandes, esos sUlllos Illas adceuados pal'a );¡s pcqueïleccs ùell'ccouuce:¡ el agradeccr, 'lue son grandczas a los ojos lid qlle ,-e las cosai a mejor l\lz quc la Illezquina humana criatura, Gralilud, oh ~I'a(it\ld, cxistes, pucslu quc le siento dClIlro dc mi pecho; ¡mcslo <luC lile illll"iela~ CJI celestial ZUlUbra con lus lIIeludio,:" advcrtcllria~, i - 15mc haccs vcr 'lile IlU ~oi del lodo malo, ya l(lll~ co el cor~I.OI1 11I~nteo¡?;o las mas puras illtenciuoc,; re.;pc('lo de ;nluellos A quieoe.; deho lo, hiene, del anlOr, la I)(~ne\"oleoeia o el eariÎIfI coe,n'llado l'II hcchos posilivos. Si Illllcho,; male.; IllC h~n hecho mis seml'jaolc-. ha IIIl1C t~llIhieo hecho al¡':IlIlOs hieoes; si caslié',n lUi prilllt:ros, pa~aré lo, seglllldo.; lo 1l1l'jOl' (lile puJicrc, i hcodlcicl"lo a los IlfIod"d".;us, 110 maldeciré ~ los ioieoos. La maldieioll 00 es al,'ihuto dl' Dios IIi de Jos hOlllhres, Dioo IIlaldijo uoa vez, maldijo a la S('J'piCIII(~, i qucdó malrleeida pAl'a la cte,'oidad, ,\i, maldijo tHltlhieo al hOlllbre, i mal· ditos vidlllOS; el sudor (le Ilucstra frcllte corr(~ jUllto cUIIlas lÚgrÍluas ,le nncsll'os ojos. sicIIIlo asi (lile respiramos cuatro dias l'II uledio dl~ sins'lbores i trahajo.;, lI1aldieiéoduoos colr'e \lO'olt'os mismos. Q1H~ somos maldito.;, Iwsta lo damoi a rO'locer a cada io,;laolc: si Sil S hendiciuncs no,; saul1Í]cHrau a la cO\ltinua, ¿ scrialllos lall perversos i desdichado.;? Le de<nhed('cclIlo.;, le oreollclTlo.;: malditos, Le nf'¡.:aIOOSel p~1I ellnndo tieue hnmhrc, el ~glla cuando tielle sed; lIwlditos. Henclíamo; de la c~rj./ad. lev'Inlnndo (I'limcra.; a OllC.ltros Sl'mcjallte~; malditos. Trans;redimos sus leyes, 110 oinlO'i sus COOSl'jos: mnlditn< IInm;¡n05' somos, i 110< m'llalllo.;; humild(l'; por nntllr:deza, i anllnllllli prevall'ciellr!o p~))'la sohc..!lia : ol~ldilo .•. 'lalLlitos cada din, maldilm encla instante, pero SI) heodicioll "'e nos preparn cn el sello de la clcmidnll; i como la dcpravncion i (,1 crimen, ri ejercicio de las mal(larles es tlIla hOl'l'ible pellilellcia. bendilos ,;cremo .• para lo~ siglos ,Il' los siglos. Oh vosotro<, los pcn'cl'soS. 110 0< eiÎl¡¡is al pit', (le la letra a e,ta inlet'prctacioll Ile la misericorllia dh'ina: las iniqllidades, I.1s criminale;; inf<Jlnia" los vicins slln l"pra inllllllHla de que os haheis de o(:spojnr ántcs Ill' lnllstraro •• a l!ls uti!'ada •• de Aquel qne lIO pnede ~'er ••¡nu almas limpias. I'cnsais IpW bnjo l.1 eubiella de la hipocre,ía p~sareis rol' !lueuos i hallnrei,; cnlr'arla cn el p~raiso cllmascnrados ~si tao maliciosamente? S(: oS "ed ci alma ¡r la lm; de ln ju,;ticia ; ~e Oi eompnrnrà la.; p:rhbra, de tll,la la vida con la yerdad; se os e~Clldr'iÎlnd el cornzon, i l'II hallando todo cllrado, saliendo, pasnreis; si 110, allí está pronto, 105 brazos Cil alto Satanils: èlos lOin;!, S\lYo~ ~oi~, inicuos! Ha7hien i ~lIàrcJate, ,lice 1111 p,'oH'rhio alro7., lIaz hien i t,\l<ir(late. IIc10 hedlO plll' mi r~rl('. i he IC1\illo qnl~ grlDrI);lI'I1\e; "narlie debo rnn, nmarg!.ras que a 10, qne cne son rleudores Ile los mayores bienes; eso •• a qnie1\e •• he mostrado ma~ afecto, con qllicncs he Ilc~\'a(lo la jencrositl:ul hasta el ~acrificio, salvándolcs la vida o la houm. Víctima de In ingl'atitud. lo he sido siempre, lo soi actllalmenle', lo serè tocla la vida, porquc hai en mi suel'le una ancha pucrta, por donde COll la ing,'atillld de 10" olro!; se me cntra la r1c'~I'al'ia. Haher sido ministro dr. clin at¡:;ul1a vez, no IllC acucl'llo. Pero la ingratitud no me ha ¡¡bati·lo; me 11, px':<pera,ln, i la .-:a.tiO'0' Por la '1\1e hai hncnn en -- 16 mi naturaleza, por lo que hai de humilde, triste en ella, perdono olvido. l'or lo que tengo de áspero i bravío, por lo encina, lo hago' mi alma, bregu COli las tempestades i silbo horriblemente en mi pelada roca. La duplicidad del alma es un problema que aún no han re~llelto los IIlosol'os. SeílOr, dame corazon para pel donar a mis enemigos, i cOllcedeme la gracia de verlos ahorcados algun dia. Gratitud, oh gralitllcl, grande i sanla cosa eres, cuando tienell por contrarias a las mas negras pasiones: vanidad, envidia, codicia, soberbia te dan sus asaltos, i sucumbes; mas por otro lado surjes pura, resplandeciendo en la suave luz que tienes propia. Las fieras mismas se rinden a la blanda tiranía de ese afecto: los animales mas bravios se encal'iílall COli el que les sirve i favorece. ¡':I hombre, solo el hombre se venga de los bielles qut' recibe. Si Androclès hubiera. hecho por unu de SllS semejantes lo que hizo por elleon, ¿ 110hubiera tenido <{uc ahdar la barba wbre el humbro, temiendo en la oscuri. dad, alerta en la c1arijad ? CAPITULO DE Envidio LA III. ENVIDJA. yo al perro del vecino? CAPITULO IMPIEDAD, IIEREJIA, IV. .ABJUR.ACION. Arzobispo, alto sacerdote! levanta el brazo cual 1IlleVO !saias en ímpetu de I:ùlera sagrada, i alerra a lus ellemigos; no seasjuez del Gazzirill que absuelve, sino jucz del lIeval <¡ue I'olldcna. Ban dicho qlle menli,te: no les maldi"as, pero casligales. Casligales! han dicho Ilue Ulculiste. l;n pe\'\t'fso, uu ¡llIpio se liró a lus plalll:ls para abjurar lus doctrinas i pedirle dinero? Pues tÚ i el hajarcis a arder l'II el profundo, ¡.lropeJlaudoos en 13S tinil bIas cou los réprobos que vi"en siu descanso rCUlulineando eu espautosos jiros. Compraste COli diuero la conversiun de UII humbre, i all1l1itisle fiallza de III hipucn·sia? Simoniaco! Simoll!a es IIU solo ci vl:nder, sino tambiell el comprar las cosas ~alllas. lIras esto descubriste los secretos dellerrible tribunal de la Penitencia, i a quién! A un asesiuol !l!o liembles, saceruote; 110 me levallto sobre lu modeslia: mi indignacioll, mi ira 110SOli l'outra Ii, mas àlltes cOlltra los que le han CalUllJlliallo i te han cllvilecido agrllpàlldote COll taulo miserable, po\111 -17 :niéndote en lugar tan poco honorífico. !\Ialda!} no creo en ti, por mucho que en persllarlirme de clla se empeÏ¡en lo~ inícno~; indole, caracter, costumhres, nalla indica el sacerdote impo~tor que en ti hall mostrado al pÚhlico tUi verdaderos enemigos. Vuélvete, l.;alas, até· rrales, pnlveriwles, i queden enmendadas. Alfal'Ïseo qne se pone a tn laJa i niega sn crimen, 110 le creas: ¿ cómo lo ha de aceptar cuando se vi,til) de ladran para cometerlo? ,'laIco te busca la nwjilla, conóce la I No abjnrall sino los qne nunca tnvieron cOllvcIlciOlicnto de las cosas que pensaban 'lue creían. I1nirè de mis encmi¡:;os, como Hazias, ech,illd01es a ]a cabeza mis entraÏlai palpitantc.;, i IIf.)me har¡jn apóstata. àhjnrar r qué he de ahjurar? mi hombría de bicn? mi temor de Dio, ? las (lJ'Ofulldas cOllvieciones que mc animnn respecto de la divillid<lll? Tèlllaos yo, SCÏlOr, aUllllue 110 me torture COli cílicîos; àmcos yo, SeÎlOr, :llltllllle no viva oCllpado ('Il alaharos, i el perdonarme i el salvarme serán vueslro ••. Bnscais, SCiíor, UIt imrio esperanzada en vuestra misericordia? Halládole habeis. CAPITULO DE MI V. FEROCIDAD. Alma romana! me sal!llló un hombre un dia, ech,índome los brazos al cuello. Alli pa~a Danton, dijo 011'0 al verme, pasito, I1ni pasito; pues si he tenido la vil" ud de haccrme qucrer rIe unos POC;)S i aborrecer de much()~, he ten ido tamuicn la de haccrme temcr de algllnos i respetar de todos. :\atnral e~ esa oposicion de parccere~, i e!'tu aun en los pueblos mas civilizados dd mundo; el bueno es m,do p"r11 1(1';lIlOJOS, el nwlo es b'leno; i si hai lin homure supcrior e¡,ll'e'dlus, ri inícl1o. Vasta es la ór,}cn de eslos desgraciados; viven repnrtidos ,;obre toda la ha:~ ùe la tierra, dànùose la mano con prodijiosn h"bilidall en sus obrrs de conllenacion, El demonio, el ponlílicc ; clIo", los fielcs; le:des a Sll ùllriío i fll'mcs hasta la mlle1'tc. Sócrales llijo (:uc lo, perversos erall los Illas desdichados de los hombres, ¡que e,:a vcrdud la iba a hacer publica!' con un heraldo por tOlla b Gl'ecia. S"bio era Sócrates' no villa en pel'sona, ni lunndù su heraldo a] IllleVO mundo, pel' no USI!!'parle SIl destino a Je,;llcristo: emhajndol',¡ sobe.· '.J huhieran s¡du crucificados lindamenle por !loS'lJtros, que a fllero l:e ereycllt!~S i piaàosos no palIemos "ufrir las virtudes s!lpcriores. ¿ Ya 11'01llP.In ncló en ]a plaza, con sol i medio dia, a mi pobre ~ócrates Ull S:lbill filÓ,.-,fo Ilamllr/o E~rinostl, no el dc A/Clllall ia, COll c!c~Îr <¡\te \lO h;¡f:,ia sido cristiano? Yo pienso qnc dllles filé por 110 hab~r s-ido cabnlicrll cI hijo Ile Palllljercto. 1 Cil "er'¡a,l cra lIlI"! dc,,-cr;;Ücliza 'lue IlI1 lIHlialo como c~e anduviese maravillando al j¿llero hl/mallo desde ahora #!'Cint'l siglos, CHanclo hai n{)hJc:; de mejor rara; PUl)'; c~u 1H;'s rcnia ." , - 18el hijo de la partera. que no era tan jeo'til mancebo como el alotefilósofos dellÙglo décimo nono. El que reprende los vicios, casliga los delitos, condena Jas indignidades. es un malvado para los viciosos, los delincucntes i los indignos. 1CÓmo ha de tcner algun injenio para los que dieran la mitad del 5U)'0 porque fuese tonto? cómo le hall de querer los que ('on razan a sill ella le temcn hasta las convulsiones ? Yo les he enriquecido a los .'., dijo \lna ,'cz un hombre inícuo.· De qué modo? le prcguntè. Vióse atajado de razones. i despues de otras mui ruines, ailadió: a los amigos se sirve tic cualquier manera, de ellalqt";era manera licita, en los tèrminos de la equidad i el honor, se les sirve, dije, Si es verdad que usted les ha cnrÏlluecido, j ~i les ell1'iqneció por esos medios, no fué su ,1 miga SiDOsu cómplice. Quedóse mustio el hombre inicuo, i al olro dia salió a decir que yo tenia un infame caràcter. El suyo era el bueno. Qnien en eslos pueblos i tiempos quiere rejirse por IOIl principio~ de Epicleto, por fucrza ha de ser U11 mónstruo, En mala hora me aficionè desde nillo a semejantes cosas: mucho mas me huhiera ,'alido el ser un picara o \lll bruto: estuviera hoi de presidente a Ile mini~tro. i no deportado Cil el Ponto como Ovidio. Como este? No: a este no le lIe"aron al Euxino los principio!! de Epicteto. Oh, no !jomas renegaré de mi hombría de bien; eso allà se iria con renegar de mi Dios. Hambre es sabidurh en ocasiones, hambre es virtud: las bendiciones del Señor la convierten en hartura; i puesto que ande el cuerpo en lastimoso vaiven, el alma gallardea en inocente loz'lnia. Qllé se le da al hueno quc los malos le llamen perverso? què se le da al probo que los ladrones le echcn el hollin de Sil corazon sobre la ter!'iura de sn 81m3? Los diestros saltcadores suclen escaparse de manos de los ministriles, corriendo delante de cllos i ~itando: El ladran! alli va el ladran I ese es I cójanlo ! El ladroll ! amigos, alli va el ladran. Huireis de la justicia ; pern la infamia se pega en el rostro, es señal indeleble; i por mucho qUI> griteis, la jente dice: estos son. !\lis [Imigos me tienen por hombre sanguinario, tigre insaciabl' que no dejaria uno ,'il'o Cil la Hepllbliea. Los antecedentes flue con I justicia les han traido a esta opinion son estos: haber librado del hambre a lUlOen pais l('jano, dàndole cuanto tenia: haber salvado la, honra a otro, sac<Íllllolr.la barba del,lodo con mi pluma i mi reputacion : haber volado espontánea, tiernamente a compartir Con otro lo:! azares i peligros en que estaba zozubrando: haber defendido a capa, i espada a ,'ivos i mucrtos, siempre que la justicia era el m óvil de ml:: empeño. a la benevolencia I!lCcncandorizaba hasta el estremo de pa. gar Ull brillante tributo a la medianía; i aun me ha sucedido I mal pecado! vestir de reina a la ineptitud i I1evarla a pasear con gran pro· il Llamàbaie Màrc06 J!fpineJ. -19 Jopopeya por las calles, Señor, recibeme a misericordial Señor, perdÓIJamo! .Erré de buena fe, erré por falta de intelijencia : aquí estoi a tus plantas derrib:tdo. No! castigame, porque acaso supe la que hacia. Juro arrepentirme, juro ellmendarme: el Ion lo, 10nto se quedal'á. h:¡sla la cOll5ull1acion de los siglos, i los escribas i fariseos acabarán a mis manos. Soi tu soldado, esloi a sueldo luyo. Esos, esos son los que mas se desvelan por acreditar mi.i feroces arranques, llamando mal caràcter la rijidez de principios, la austeridad de costumbres, la derechura de acciones, eslo Ci el buen caràcter. Quierel) laI vez decir mal jenio; pero corno entienden poco i saben wènos, dicen mal caràcler cabalmenle del que es bueno, vislo que reclilud, austeridad, moralid3d, constiluyen el buen carácter. Bueu cará!ller, segu n ellos, cs servir en todo a los amigos: buen carácter, seglin ellos, es tolcrar delilos, 110 improbur indiguidades, aplaudir bellaquerías: buclI carácter, segun ellos, es preslarse para lodo, acomodarse a todo; buen carácter, segun ellos, es juntarse con malvados, pasearse con infames. Pon tu pan i tu vino en la mesa del justo, dice el Señor, ¡huye de comer i beber con los inicuos. Todo eso es buen caráclcr i buen jenio pal'a los que, sin ser de suyo propensos al hien, 110 la saben distinguir del mal por falta de estudio, a por sobra de corrupcion. Pues yo tengo mal carácter, i en lójica cerrada, debo ser snperior a los que lo ticnen bueno. Mal jenio? Afable soi con la inocencia, afable CPIl la llOnradez, afable COliel honor, afable COlila hermosura, afable con la naturaleza, afablc con la desgracia: dlganlo mujeres, niños, pourcs; diga 1110 las mariposas del prado, las flores de los campos, las a\'cs de los àrboles; digan si soi afable i me hago a su compaÙía. !\Jis visilas casi todas son infantiles; mi soledad con mas frecuencia la interrumpen niños 'lile hombres. Venid a mi los párvulos. l)ero soi un demonio, el mismo demonio, con picaras, traidores, ladrones, indigno:!, hipócritas, avarienlOs, vilcs, mentirosos: a todo!! los malo con el odio a el desprecio. No me hagan nunca presidente mis compalriotas, porque les venùrà todo junto, como al perro los palos. Cuanto martirio se ha inventado en el mundo, desde el Toro de Faláris hasla las calderas del Sanlo Oficio, se han de importar en mi patria durante mi gobernacion. A uno le empala, a otro le hago arder vivo; a este le emparedo, a ese le saco los ojos j a talle despeUejo, a eualle desm~nuzo con mucha prolijidad en pedacilos para pollos. La menor tajada del que mas sepa congraciarse oonmigo ha de ser una oreja. No soi cazador, lIunca la he sido: el ùnico tiro de escopcta que he hecho en mi vida fué para matar una avecila; i la malé: de entre la frondosidad de un árbol acopado rodó batiendo las alas amarillas cotre Jas verdes hojas. Cuando la vi palas arriba en el 8uelo, tcñida l. pechuga con l. laR!t'~ que le manabll del oído, moviendo todavia lae -20palilas en débiles eonvnlsiones, la mia se me agolpó al rostre, tuvo cólera, vergüenza de aecion tan oruel e indigna. Qué me habia heche. ese entccillo inocentc? Por qnè le qnito la ,'irla, cnundo estaoa gorjcando amOl'osa en sn àrbol ? Tiré el arma aborrecible a UIl lado, i jurl:. tlO voher a usar tle elJa jamas Lo he cumplido. Prcsnmir ((lc 11l,,1a por eicrlo) lo,~bobos de los ami~os quc me babia tic poncr a hacerlo., dcrrib nI' viénrlome apodcradCl i ruede! No seria au ..iOlulamclllc lo mi.,mo dcjarles con vida como quil:¡rsela ? Er. el primcl' caso mc abonaba a lo ménos cI disguslo de "irles SlIS descsperados gruïlidos, L"l <tue hal'é st'râ rcrojer Cil un vasto cclllil,io r todos los leprosos tlel alma, para evitar ci cOlllajio a las jencracionc', jóvcncs, pllCS la clefancia inleriul' cs Illucho mas pestilentc i eonllllli· caliva qllC la CxtCI'Ï<lI'j hicdc In;).', cstraga mas; si se la pll,licl'a ve,' con los ojos, los bucnos cacr'ian tlesmayados, porquc 110 huhicrD fucrza 'para arrostral' l'SC c"pectàcu]o. J,os que licnCll el alma "upn rada i son del todo incurables, tendr;ín depal'l:unenlo aparte, a lin dt. que ll'o acahen de matar a lus olros enfer',nos. Tcn(h·àn oratorio, ca .. pcllan, harbero; estaràn hien comidos i bcbidos, pero encerrado.i . hospicio I hospicio! ré CAPITULO DEL VI. DESI:l'rERES. Si alguna "irtut! se pel·aió con Roma esta cs: senadores qU6 10 sirvcn de b"'jilla (le balTo, cmhajaclores 'I\lC tienen cinco suclclos de renta por dia, con su le .• ijenl~ralcs (Ille eonr¡llistan n"'ciones, i \'uclvcll, a arar su pegujal, son an:igÜeda1les (le (lllC andalOUS tanto ma~ ¡¡(Imi. rados, cuanto mas il\capaces tic imitarlcs nos sentimos. tos diuses 66' fueron; nncsll'os dio"ies lIO se vall ni sc ir;in jam:1s: la CUllicia tlll se mueve, es podialla como Término, scitol'ca pcrpetuamente ci Capitolio; iel pallrc llcl OIÍtJl[lo, IIncstro Júpilcr, es pec¡ueimclo i dc"pre·· ciable cOllle eluo\'Ïllll que adoraban los ejipcios en SUi grandes tem" plos: poderoso ruin 1 Mucho l'as el dinero et mucho es de amar, Al torpe f.lsc bueno et }¡olTIcn de pl'cstar, }<'asc corrCr al cojo et al mudo t'ablar. Mas 109 que hcrc(bron mil cosas a Roma ¿ por qué no hubieran sido tar;~b¡en agraci:¡(lns con esa prenda det alma (lue laula IUlllbr~ le comunica i I¡¡n hCl'IllOSa la \'[1('h'c? El dcsprclídimicllto e~ \\U" llcgacion sublime en CIlYO ,CliO brillan milrirl'te1.as; ut'gaeion allllndanle cn cosas posili\'<Is;, :lUsencia que acrcdila la prescncia dc las 'liirt,ullcs mas scñol'Ïlcs. El dcsprendimicnto ccha a pa"car al IlIero, sc rie dl) la parsimonia, sc bola làligo en mano contra la pasion lIciaga del aval·o. Dcsprcndimienlo es jcnerosiJad, Iihcralidad, nobleza en las afccciones i el proceder: hai mucho (le gran sCÎlor, de l'ci el'l ej. - 21ílOlnbre desprendido i jencroso, si no C~ m:!! bien lilosolill amahle la' que le vuelve superior a los amigos del dincro, fetiehc ciego quc tra~ Ioco_~ a lo~ homhre!;, Snillime,; ejelOplare~ ,le ,Ie.;inle/·cs nos presentan núnlos tiempos mo:lerllos, i 1I0..;olms 110,Ichemos recor,Lill' sillo el tic lluestn. Lihertndor, I'oco Cl'a qne huuicse saeril1cado SIIS riqnczas n la palria: hahia juratlo su.lihel'l·¡¡1 Cil el 'Iollle Sacra sohre las cCllizas dc Camilo, i quierl no ecollomiznha por clIa loI vitla, lIIal pudiera usnr de parciLnd cn lo.; (¡ielles de forluna, Lo 'Inc '1dmiro e, "ede en el tr:lllO .Id lllca, allo C01ll0 UII dios, ci,'culI,lndo de mil victllr'ia.; lJlIC Vll~~lall pOI' so(¡re él en forma de iris peqneÏillelos i respla')lleeiclIles :"ielorio,;o, lihertallor, "n,Ire Ile na('jo11e.;: Sll ohra, condllida: lu que ndmi.'a cs vCl,lc rcllllsar gra"dio.;o lo.; millolles 'lue ell'erÚ le ofrece agra,kci,lo, !IIucr'e Jlob/'e; c-ta es 11l1a dc _su.;,'ielOrias: hombres como Bully ••r deuen morir pobr'es, I'obre murió Fabricio, pohrc Escipioll, Los Midas mlleren rieus; mas para ellos 1\0 hai gloria ni Cil la licHa IIi en el cielo, E! de~il\lerc.; no e~ vil'luel exclusiva de ínclitos varollcs; :íntes por la ~cllcillo suele adol'llar tamuiell a lo.; pecllleños: es ci precioso aroma lln.e sr. cria Cil el hutllil,ie arhusto Ilel Eufrntes j ]d plllllla \'aq'lílica ,let lnclo i de Saua ql\C cie las esellci:ls COli 'Ille sc deleilan los l'eyes del Oriente, El clc.;interes gllsla del campo muchas "eces, demor,l en IIlla choza, cs la nohleza cie la jente llana, 1-05 ricos 110 SIIClelllCllcr alilli.dadcs con este hello ,hi'lipo, )'iI ql1e lIunea se les oye decir a SIlS cselilVOs: Ilcva lo lJne pncdas i Lota lo demas, No, ellos no balan Sil oro, sn amor, "II "ida. Tell~a recclo ne me[erlllc yo en esto, hahien¡lo menlarlo n TIolívar; )lcm lile clcliacan cual a 1l)(lnslrllu tan àvido de san~rc como de c)jllcro, i me hc cIe dcfellder'. 1 yo tumf¡ien, Seií~r, quiel'o Je{cl/(icr mi cau,la en lit fll'esenr.ia. De /0 malar/ol' 110 me delielldo: esle cs Illulo }¡ollorfllco, Elltre los slIhlimes didados COli qlle se engal ••na ci gnln Sofí de l'er~ia -" sol de gloria," •• agradahle lJllez-moscacla" cie, se halla en pl'imern linea el dc matador; i malador se titula el Gran Turco cn su sublime ()r~lIllo, "Los Clue hall vivido de la politica, que mnernn de ella," dijo un hombre hablando cie mi. Ellínieo empleillo fille por cualra clins he lenido Cil :ni vida (secretario de legarioJl Cil F/'ólncia), lo tuve para morir de ncce,i,larl. ., El Gohierllo aprecia debidamente la jencl'osa renuncia que lI.;lerl hace de In mitacl,le su ~llcldo, i la acepta J¡lI~ta mejores. circllllstancias," me diju el scilOr :'tlala, l\Iinistro de Es[ado Clllóllcr~~, Cil nota quc f1r'mncla de su puño existe. * Con que, amigos, 110S co"tcnl~mos con lo matallor, lu estafador', la Iallrllll, lo uduon, lo pillo, lo clIvi,lio;o, lo eil~l1mllianLe; qlle lo intc/'cs<lrlo a mi no me * Si Mata ha muerto, su firma existe: i si a ella no dan entera re, sus paTientes (mis malhechores), don Pedro !IIoncavo "ive: a élIe conlta csa rennncia, leon lIlaT8 r modesto espinosa r ' e - 22toca, i en prueba de ello vivo pobre. Eljencral ¡"làres me mandó deciren Guayaquil que deseaba conocerme ; ya saben què hacia Flóres dI: los que a sus halagos se rendian; hacia presidentes, ministros, en.bajadurell: yo prclerí ser estafador, pillo, a "olvcrme de ministro :\ Francia, que era lo méllos (IUC me hubiera tocado. Codicioso para unos (i no tengo un real}, prtidigo para otros (i por eso 110lo tengo). ¿ es por vcntura el1"Îtmo acorde que las verda(les forman? El jcneral Vçintimilla sc quiso declarar mi tutor i curador en Francia, cuando él mismo lo r.ecesitaba. Ab)'ssus, abys.ltm i1l1::ocat.•• Los dioses 110'1' vcndell sus bienes al precio de lIuestras penas." Tal vez alndia Horacio a su mal de gota; pero cs mucho gusto ci tirarle sus bienccilloó a la cara a la diosa Furtuna, i quedarse cun los tesol'os de i\ntistene, esos, ni nos los con liaD, IIi pueden ser cmpleados en perjuicio dI. nuestros semejantes. CAPITULO VII. Ill! L.L ESCLJ.VITVD. La {ei de Colombia me cojió en la nada, i nacl libre: al salir a! mundo recibí ci baño de la libcdad, i en mi alma resplandeció una. aurnra divina, anuncio del favor con (lue la lei dc redencioll qnisu protejerme. Nacllibre, por cso /0 soi; lIaCÍ libre, por eso no jimo b¡¡jo el yugo de la servidumlll'e, i mi a/ma se encumbra por l,as rejioIles alias, al paso qlle mi cllcrpo se conlonca sin temor de cadcnas ll~ mordaza. Unos esclavos de la Scilia declararon infame la con(licioll de hombre librc, i honorífica /a esclavitud: cn ~e¡;uida dcgo liaron .\ sus amos, c hicicro'l suyas sus mujeres i riquezas. Veruugo, declàrat el mejor de lus cillrtadallos, i proclama lJue los bien nacidos son !tiúri d05 i 11l01Istl'UOSOSenjendros de dos razas malditas. Asc"inalo, rubo, trai cion, calumnia, todos ficllcn su fucrZll, son soldados quc la rein· infamia lleva a la batalla contra los haberes i las virtudcs de los hom bres bucnos: lcon mera, t·.í ercs el mejolr de los ciudallanos: tll rival, Monsiear de Pllris, es un grande hombre; mas para contigo n es mas que un meritorio. Cuando cscribias csas cosas, pensabas 4Uè. me ejecutabas, pcro ni me has tocado. Por ahora te volviste con el cesto vacío: somhra se hiw la victima cn tus manos, pues no habi;l sido el .llarat del allUa negra, sino un ~1arat de alma blanca i voladora. Híbrido i monstruoso enjenc[r'o de dos razas maldita.s, Esto dirás de tus hijos cuando les IDa/digas, padre bàrbaro, padre impío J Yo no soi el frulo de tu naturaleza, cuyo pólcn fecundante es UII vir~s ponzoñoso. Hijo de hombre de bien i r:le mujer honesta, en m<ltrimonio donde no cabe la duda, el fruto soi de las belllliciones de Dios, pues, Dios bendice siempre la honradez en el uno, la honestidad en la otra. Veneracion cn algunos, cariño en muchos, rcspeto en fados, hie; fueron los bienes de mil projenitores. qllienes vi\'ieron en b holr;un - 23que proporciona el trabajo, ajenos de pen~ar que un dia sus hijl)s devorarian ci hambre del destierro, serian llamados mendigos, ¡ellos mismo~, los difuntos, acometidos i perturbados en ci profundo reposo de la eternidad. Tú que les ofe/lde~, tú que le~ inS\llta~, no tuvisle padres? no lemes que al ver cómo remueves j ~:!('udes los hue~os de sus compañeros de muerte, violando la sagrada tumba, le eehen al !raves de los tiempos i las sombras una mirada de reprob'lcio.a i mal. dicion? J.os difuntos temen las represalias no ménos que los cxi:,tentes, porque esl:! es una lei (le equilibrio universal, asicnto de la justicia eterna; i esos son malos hijos quc hiriendo en los padres de los otros provocan 51\ ira i Sil venganza, fuera de la euenla que de estas impiedades se rinde al qne santifica los sepulcros con el sello Ile la elernidad: señal temihle es esa, no la "iolcmos. Dicnte pnr diente, oreja por orej~. No! har'lo aSIIIlIO;t mi rigor prcs![\!1 los hijos, para que yo ":!ya a levanlar el pesado mantJ rie la muerte, ¡escudriñar con ojos sacrilegos lo desgraciado i lo lcrrible de la nada. tos perversos reconocemos límites a llueslra maldad, i el odio rie eierto§ pechos no pasa de los confines de la vida. Cuando por bien rlei jénero Jmmano eonviene tr[\smilir a lus venidel'Os tiempo~ la calidad i las acciones de ciertos preponderantes inriivi(luo~, en SIlS desgracia, i sus crímenes licne el historiadur su asunto; mas los que vivieron cn siIcncio e invisibles; esos cuyas acciones ruedan en la órbila de la modestia, i sin cometer las inicuas, pr¡¡elican las huenas obras sin quc nlldie lo sepa; e~os granos dimillulo~ del gran torlo de la especie lmmalla que 110 dan que hacer ni que deeir al mundo, posecn el olvido i tienen rlerecho al respeto de la sepultura. Alaldila es la raza de Caín, i SllS (Ie"cendienles lo malrlieen lorlo: Plldres, hijos, hermllno~, lodo lo maldicen: sangre, 'virtudes, dones de la naluraleza, lodo la mnldicen : vivos, muerlus, venideros, todo lo maldicen. 1 lo maldicen a nombre rie Dios, porque son sus enviados; a nombre de Jesucrislo, porqlle son crislianos. Oh, lia! Jesus fuè buenp, humilde;carilali\'O, san lo: Jcsus andab[\ perdonan(lo i bendiciendo : Je~us resucitaba los (I¡fudos, i riO los mataba en la muerto bailando sobre ellos a nombre de su padre. No, TlOsui hijo de dos razas malditas: mi padre fué hneno, mi madre sanla, i mujer lai, qne con solo Sil recuerdo purifica a las madres. Pero 1 tÍ sabids, leull mera, que yo derivaba mi existencia de dos Tazas Illaldilas. Tu musa no es hlallca i luminosa, qne se levanta ¡silbe COIllUel alma del bienavenlurado; tu mma no trae ~uirnalda de mirlos ni laureles, nu sonrie dÍ\'ina como un ànjel, ni bale las alas en armonioso vuelo: tu musa no le asiste en forma de mujer en sus floridos años, hella, pnra, embele~:\nle : tu musa no te inspira resonando a lus oidos converlida en Illailidcra brisa, ni resplalldeciendo a tus ojos a modo ùe nube purpurina: tu mma no es cI ave del paraiso que gorjea inocente en la frondosidad del sinamomo; no es arroyo travieso ¡delicado qOle humedece i fecunda s~u orillas: tu - 24'musa es un animal monstruoso, lu musa es una cosa horriblu: -hl mU~h ~s la hiena qlle se enfurece con la tierra, la levanta a frenèticas hoeicadas i se harta de e,)I'ne hnmana: In mllsa es el chacal qlle aulla siniestro cntre Jas ruinas ue las ciud,¡des m\lerta~: tu musa se te llega al oido en forma de (;\llebra, se te envuelve en la cHviz, te acaricia ('on la lengna i le deja ùaÎlado en la baha que mala: tu mnsa es el fetiehe que adora el salvaje: tu musa es lu verdu¡;o, porque clla te condena a la infamia, inspil'àndole la calnmnia, las injurias a los que han ,-i\,iclo, cI odio feroz, la lIegra envidia, la ,'cnganza plebcya, el asesinato en pros,} i verso. Tu musa gllsla de la oscndda,l, !lO tie!le nombre, hnye, se oelllla, i hace por librar,c del castigo negando sus fcaldades, pouièlldolas por cnenla de 011'0". Tu musa nu respirn, humea; tu mll";} !lO c<Juln, chilla; tu musa 110 habita el Hclieon<l, ni tiene hcrmano" por'qllC es e¡;oista, solitaria, vive gruñendo enlre cuatro sórdidas paredcs. La poesía es la flor de los afcclOs, la 1101a dc la Inlelijcncia: el corno n riel poela e5 tierno i (Ielieado, resnena como cloro, i en tocànrlole con mano mae,lra, da de sí armoni,ls qne embelesan a los ànjdcs del cielo. Sensibilidad, lel"llllra, illoceneia. e,~ poesía. lIai tamhien poesía 'terrible; la poesía de la razon cxtra\'iada, de las pasioncs encen(lidas, del alma Hcosad<l_pol' los dolores grandes, que se aferra sobre ella en forllla de blasfemia, de (Ie~esper<lcion i maldíeion: la pocsia de Joh delirante, la- poesía de Byron en el frencsi de su ínfCl'lwl lormenlo. Esta poesía hierve como Il('gra espl1ma cn I1Jl vaso de: (Iiamallle; corre cuallorrclllc de lava cncendida POI' 10s floridos campos de Parlénopc. ~i la poesía no es gl'allllc, ba de ser sencilla i am'llllc. l'\i los dioses, ni las columnas Cil qllc los poetas pe~an los nvísos rie SIlS obr1ls, aeeplan la medianía: llol'acio lo dijo. La bajcz~, la ,¡Il'za, ln indeccncia, la mf'nlira, la difamaeíon no SOli elemenlos de poesía: las IlIlIsas no Irahajan Cil esas Illll'llns tPlas, ¡han mcncs1er parn SIIS ohr,¡s cI hilo sérico i la pLJ'ïlllra de Mclihca. El "ampiro no cs poCI<l, el vcrllu~o no es poda, la hiena no es poeta, el cerllo no es po!'!a, tlÍ no l'l'CS pocta, Icon mera! QlIé lenían (llIC "el' las ceni. zas de los muerlos con los trisles SUCI'SOS cie lu, qllc ",í"inus? QUt cnlpa ticllclI tic mis el'/'Ol'es o de mis "el'dat/es, rnujerei, niiios ino, ecnll's ~ Qué '~onexiollc~ elllre las miscrias i l~s pervcr"sidadcs ,le la poltti('n ¡las salllas COsas del hogar i cie la tllmha? La inmundicia ue III pecho fermellla ;d fllq~o (le la ell\'illia: IÚ 110 cres mi cnellli¡;o, 110 erc, mas qll~ mi malhcl'llOl', I tus p,,,lre,? i tll Illujcr ? i llls hijos. mi,('/-nl>lc .? l'Ill soi Ill(Hlstrllo"o clljendro de <lus razas mallliras si plil' nillnl'alcza no flle,e \'0 hombre ¡fe Lien i temeroso cie Oins, le seria por hcrcncia. "as pC~OI sobrc mi la maldicion ql1C l'csaba sobre. Jeremias e Isnías: lloro Jlor Jerus,dl'lI, i hago arder mis là;;rilllas: ese fne;;o dcvora a mis amigos i encmigos: yo soi ti diablo, cllos los réprohos. Si Illis idca~ i Ins sCllli/llicllto~ rie mi ¡¡uimo hnhicran ¡;(ldido l'Il -.. ~ó c;¡marse en hechos positivos, hai en la tierra nn pais hermoso donde hoi viviría un pueblo libre i eivilizfI(lo. Aun cuando la ici cie Colomúia no me tocara por el tiempo, libre hubiera yo nacido, porflue no ~oi hijo de negros, i porque hai ciertos hombres que no plleden ser eSc!fI\'os ni en la esclavitnd. Qué loco~, decia Diójenes, h~I'I:lIlclo dc los que le tenian cautivo; no saben qne ellos son rois C,r.];¡VCH. En/p.s hai lihrcs por natllralp.za, i p.ntc5 esclavos par ua(uralcza. El c.spírilll que nu ,e acol110(la cn la cstrechura dei mund!), tira I.!lcia la luz i brc¡;a pOI' levantarse i cspfleiarse en los àmhilos de la inmortalidad, es libre pOI' lIallll'aleza, libre en demasía, i este vicia cs el aehflquc (lirino en (l'le vive bJtallando con estraÏlas i granùiosas sombras. El alma turbia i peqneÎ\llela en la cual no dan toque las tiernas afeccioncs, i nI) siente In5 cnrazonarlas sublimes de la libertad, ese es esclavo pOI' naturaleza; i si 5:1le de la plebe, como la de los ministros, jencralcs, senallores i poelas qne han querido asesinarme, la cs tJl11biel1 de eonùiciGll: su e5la(lo n ;ttural cs la servidumbre: se sienten mas tranquilos i felices cuando tienen quien les domina i mantenga. Raspad en un caballero de la Amèriea ncl Sud, i bajo la cpidérmis dareis con el indio a COli el negro de Afdca. Esto no nos perjudica : Benito Juárez era a7.teca ~¡u gola de saugre espaiíola, i meti:1 .emperadores t'n buena guerra. l\'o perjudica tampoco la ~angre popular a los hombres prominentes del viejo mundo. Alejandro Dumas fuè mulato, semejante a su padre, el jeneral de la llepública, el ,compaÏlero de :lIoreeau; mulato por consiguiente es su hIjo, uno de los primeros escritores de Frarici1. Adolfo Thiers es bija del pueblo, i los principes de sangre real le besan la mano, Uncoln, carpintero; Johnson, sastre - 1 Presidente de los I'~stados (nidos! 1 qué razon sufre que uno que no conoce padre injurie sobre este capitulo a uno que los ha tenido honrados i amorosos? El amor paternal es nobleza para los hijos: el que no ha disfrutado esa dicha ni un instante es el negro verdadero; i si hai un híbrido ¡monstruoso enjendro, serà sin duda el que ha naciùo del incuba invisible. ;'IIi color no es cclri.!o, ni dcslurnl.Jrnnte cama en los hijos de Alhiou; mi sol e.;til siempre en el equinoccio, me h::lee hervir la sangre, i su lnz eoucret::lda en elb, mc sube d rostro. El alma, como la pluma del cisne; por ell::l no han pasado las pc>tilentes sombras del crimen ni los vicios. Hèetor Yarcla (lija cu el Pedl, qne no se habia atrevido a tralal' cicl't::ls matcria;; cn sus escrito;;, de lIIicoo de hl calumnia. • Cner(lo Vareh ! sahio Yarcla! j'a, rn;¡s awlaz o ménos caulo, he pucsto el pccho a la call>n1I".in. i\lis i:1íqniclallcs, mis ingra.ti~udes, mis infamias, bs hnrl'ihlp.~ Consas de mi c.ar;Íctp.r i mi vida, están todas en El Cosmopolita," Tolle, talle, crllci/ige wm. H JiCD, ,. mera insulto t:¡mù'cn ;LI ¡¡",trc larcIa en !ln torne: ~Ut! OC~SiOD ¡Je h" ùi.curoos I'ronuuciaùos cn cll'~r¡':. 711i:l articulo " ùe peri,;. - 26CAPITULO m: LÀ nmïESTlDÀD VIII. I LÀ PIn;DENCIA. " La persona que tUYO la ùesvenlllra de probar la espuma de sus " gruesos lábios, debe lener la lent;ua cakinada, el corazoll ulcerado " i el alma rebosandu en hiel. Compadezcàmosla, pUl' ella i por sm " hijos." J,a contestacion a esta il11pi~clad se omile por temor de Dios i por misericordia. Il hombrc brutal que hi.'ió en la mano a la diosa del amor, fuè devorado por sus propi'Js caballos; i el que se atreviÓ a profanar con sus miradas las deslludas formas Ile Diana, dios,", dI', la pudieieia, sus mismos perros le comieron. Los hombres han íija(lr un límite a sus iras i abol'1'eeimÏl~lIt()S, i les haIl dicho: de aqui n(, pasareis. Preciso es que la" pasioncs den COll 1111escollo insupcrable, a cuyos piés se rompau i dcsha:;an, a flll de (lllC no sc tra~uell la so' cicdaù humana con su moral i sus huenas costumbres. Hoto el obstáculo del pudor, ¿ 'Iné será de las leyes di\"inas i ei\"¡¡es? lIse lfmite donde los hombrcs se han comprometido a detenerse es el ho~ar, porque alli demoran las (!il'Ínidnùes de la pudicieia i la felicidad, o la de la desgracia fille tambien es Ulla divinidad, i mas respelable que las otras. Pero ya nos cstà succdicndo lo f]lIe n ]05 judíos, que UJan ruidos misteriosos en cI templo, veian señales siniestras algunos aÏ10.l' ántes de su eal:isll'ofe, cnaIl do el porvenir a¡rallo les venia amenazando con la ruina; ¡los s;\ccl'llotes Ile la moral c,claman como d ·gran sabino: oh templo, oh IeIllplo, por qm: le cstremeces ! Oh templo, oh tcmplo! te cstrcmeccs. porque la ira de Dios prende ya ell cI scno Ile 1 ru tll1'O el ruego que ha de l'onsnmirte: o!) templo, oh templo I te estrcmúcc;" porquc ves la mi,eria i dispersion del pneblo que se reune entre tus paredes: oh templo, oh templo: te estremeces, porque va a l1e!!;ar ci dia de la raza maldita; va a castigarsc el deieidio, ci mayor de los crimencs. t:streméecle, da ..•.OCI:. horribles, alaridos siniestros, oseméeete, estrcmècete, oh templo, oh templo! A dónde vamos por ese ùerrnmbadero tenebroso? Yo escribí (k política, e hice con buen 6rdcn mencion de algunas inicl'lidadcs ~I ella pertenecientes: \'050t1'OS ¿ de què habeis escrito? Conteshlcion, ni una palabra: yiluperios, fabellatles, calumnias, cosas horribles, i al fin al:lais el brazo conlra la erialllr¡\ inoeeute, le clavais ci pUÏJal (>l el !Jccho, ,'iolando et tcmplo ¡Jc la pwlicicia. líuÍiI, malvados! HICS tras caballos se tirau sobrc \osolro~. Corrcd, i!llpíos, \'lIcstros perrll,. os <levol'an. Oh templo, oh tClll¡.!O! estrcllll;cde, centellea, lan¡':l clamoI'es espantosos. espinosa, mal soldaùo. 411i,iste matar a una mujcr, i el tiro L' salió por la culal;¡: te airaH'sa;;!t: d cora/Oll, ;;n¡ciJa. Si ha,ta ahol a no has podido la\'"r COll Jo: l\l\llc' ici '\HlJ':C:cI C~'pllllla Je (;"(j~ UL.io:; - 27110 la lavareis jan1:ls. Los dioses mandan qne sns mismos perros Jes devoren a los impios que violan el templo del pudor. Si por coumisceraeion i por respeto a la moral no perdonase yo en esta grave ocasion, ahora veriais cómo hiere la espaela de la justicia en mano de la mocIe~tia indignada, i cómo se contienen las irrupciones de nna lengua incasta por los lUnares sagrados dc la vida. Es ya lástima negra el ver un hombre llcrido por sus propia5 armas, para que nos pongamos tambien a arrastrar su cadá\'cr maldito. :So calcinan la lengua de una desventUl'ada ni le ulceran el coraza n sino los làbios sacrilegos del perj uro que rompiendo StlS votos, hurta en las tinieblas los placeres que le son prohibi{los, yiolando ci sagrado i temible tribunal de la penitencia. No sabiais csto, IClln mera? Ahora dime, cuál tcndrá el alma reuosando en hiel, si la desventuraùa que probó la espuma de mis gruesos làbios, a el împlo qne escribió esas líneas del demonio. :\Iirad, amigos, si os cstà mejor poner en el silencio vuestro odio, i dejarlo fermentando cn él hasta qne yo hnbiese dado por qué llorar a los qne me aman. La tumba cs cnemigo indefenso; herid a vuestro sabor en cHa; pero en tanto que no mc asesinais, notorio es que la razon fulgura en lUis manos i su~ destellos matan. "Dc estas manos atadas ¿ què 05 temeis? a cste hombre azotado (qué mas le demandais 1" No, yo no digo eso, porque si adoro a Jesucristo, no alcanzan a imitarle mis fuerzas de cristiano. CAPITULO IX. JUDAISMO. Esta mañana al paso Yi mu mal'Ímorcna en la. calle. En /0 ciego de la c61era, una mnjer le dijo [l su contraria: Caucza de judío! Así el hebreo que me busca las cspaldas me ha dicho; Cabeza de judío 1 PC¡'o a mi me dejó el decide COl"aZOil dejudio i mano de verdugo. Ejecutor! ejecutor I comulgas a medio Ilia, i por la tarde le cortas la cabeza a Jcsucristo, la quc no hiciel"on los otros. Está enseñando al pueblo i abriéndole los ojos; erucifíquenlo! propaga ideas perniciosas i dice (IUC la libertad es buena: crLleifiquenlo! Quiere levantar los corazoncs a grandes movimientos e infundirles afecciones clcradas: crucifíqucnlo r Habla del l'ci i sus ministros, abruma a los fariseos con sus recriminacioncs, saca del templo a los indignos traficantes; crucifir¡uenlo! Aconseja \.In sagrado tcmor por los sepulcl"os, respeto a los oncianos, ternura por los niïlOs: crucifiquenio! i~os aborrece diciendo quc matamos, nos desprecia diciendo que rohamos i mentimos: crucifiqucnlo! Llama crímencs nuestl'as aecioncs, vicios nuestras costumbres, i afirma que su Dios no nos recibid si no practicamos las virtndes: a la cruz! a la crut' ! - 28CAPITULO DE La hipocl'esill LA. cs el suplicio I1IPUCIIESÍ.L a quc condellamos e t\.PlTlJLO DE L.l PROBIDAD I:~ X. a Dio~. XI. LOS 11011811E5 IDE!. 1I0!'<OR E:S LAS NACIONES. Dcsde t'ou(luet, el célebre mínisl1'o de l,uis ci Granllc, per~Olla, (le alto lugar se vcn en tod:l~ p:lrtes (IUG deshonran a S,1 patria eOI~ una lastimosa desmentida de la confianza COli 'Ille ella les distingue ~ engranùece, Sn corazon hueco no I'esucna cLlmo cloro, i deslumhrados lIai' los fal60s resplandures de la fortuna, se van tras las falace~ insinuaciones de la codicia, 'Ille se lus l1e\'3 i lia. con ellos cn el abismo de la infamia. FOlllluet muere cn la Bastilla, por inllde\idad a la nacion i all'ei, i poco lc aUllnflnlas elocllcntes quejas del cisne de la prosa, • eua ndo la posteri,lad le ha condenado: a nadie le salva la benevolcneia de los COllll)asivos, si la justicia de los austeros le acomete. No cngaÎlcmos a la postcridad vendiéndole por ilusll'CS nombres 'lile deben morir, por honor de los que los llevan, ni tengamos por dignos de respeto a [lnicHes COli sus acciones se vuelven desprec iab le.s. E! viajero que visila la penitcnciarÍa de Albany en los Estado'> l}nidos, ve entre los presidiarius un homurc mui aventajado de uarba. de porte majestuoso, mirada Illclallcól ica: aspecto, Cil lin, de un re. en lo sumo de la desgracia, Es el Mayo\' Ho,lgc, empleado superio.· .lell11inisterio de Hacienda, eOllvicto de concusiun, dcsfalco, roUO lIai suerte mas infeliz? Entl·e los ruidosos aconteeimicnlos dcl aïlO-D1ùnstruo,los francl" ses han devorado mil desdichas i amarf:)lIras: la ruina (le su pode!. ti mengna de su nomhra(lía COIllO guerreros, la crasa rijidez de su" vencedOl'cs, el hambre, la sumersioll de los mas grandiosos monumentos de sus glorias, nada les ha allijitlo pOI' el eslremo que la,; gotas negras caidas sobre la probidad, ci honor galo, que vivia blanco; erguido como el cisne: al¡twl p;¡triotismo pUll\lonoroso del frances. por el cual se vola a las espadas i se quita ci pan de la boca por L salull de la patria, l~jos de liraI' a cnri([ueeersc con sus desventuras Victol' Place, cónsul jeneral de Francia en los Estado3 Unidos, ( . llhora un triste resto del jènero humano cnlodado i pestilente. LI patria sucumbía, i él especulaba frauùulentamente; la patria mori;;, de hambre, i III la defraudaba burlando su conlianza. El cónsul jene· ~ La' mar'lllCS,( ÙC ~C"jgll(', - 29j'al de l'1'al1l'Ïn en lus Estados Unidos es a la fllcha llll preso, por nu decil' lin presidiario, Todo lo ha perdido la ilustrc nacioll francesa, ménos la justicia. Los colombianos t¡ue le han echa(ro ¡¡l¡'ostro al Ecuallor el escándalo de haber visto un ex-vice-presitlellte Cil \lila demanlla igllominiosa de policía, i huir otra ocasion de la plaza COli UII horrible grito a Jas espahlas, i han pue~to olvillu Cil su secretario de la Corte Suprema fedcral que huye cargado rie Sil robo? Del 11110al otro es~ tremo de la Confederacion ¡'csuenan todavía las voces (le los hombres de bien que corren tras el indigno prMugo, i apènas si empieza a silenciar la jnsta i noble alharaca de los jellerosos ciurlQ(lanos de Colombia, ~i Francia es puehlo de conemionarios a causa de Fouquet i Place: ni los americanos del N arte merecen en COllllln el presidio, como el Mayor lIodgc ; ni Colombia es cÓmplice Ù\l su gran empleado i fuga COli él a deseonoeillos paises; ni los eClla tariano,; todos son ladrones, porque uno, ci mas infeliz de entre ellos, haya venido a robar a cnt¡"ambas manos al pueblo hospitalario i bondadoso que le acojió en sn seno, Yo se mui bien que muchos de mis compatriotas me harian trizas en este instan le, si me puJiesen haber il la mano: esto 110 quita que yo les defienda a todos, aquí como cn todas partes, cuando va en ello la honrajeneral d'.lla nacían; compllesta, sin duda, de mas hombres de bien que jente inicua, Solo dc los trogloditas se pudo decir que eran U11pueblo perverso c infame; i aun asi huuo cntre ellos una familia honesta i virtuosa que les convirtió i redimió. La mayor parte de una naeion es buena; si los malos preponderan a las veces, 110 es a causa Je la corrupeion jeneral, sino !l0f(tllC la maldad tiene su impetu i Sil fl1c¡za llue les hacen pl'cnllece¡' soln'e los huenos. El honOl' de un pueblo es cosa mui aIta i respetaule: un traidor puede "enderle, pero 110 le mancilla; uu ladran puede inquietade e indignarle, pero no le deshollra. Caco es mui antiguo, i sus descendientes viven esparciùos por la ci¡'el1nfel'eneia de la tierra, :'\0 juzgueis de Lodos por uno solo; c;;ta seria la juslicia Ile C:1Ïfàs: los crímenes i los vicios SOli el legado de Ulla buena parte del jèllero humano, pero el globo de los hombres, su angusLa maY0l"Ía, merece bien de la na· turaleza ; si asi no fuera, Yol\"eriall a arder Sodoma i Gomorr3. No hace al caso el que algunos tilósofos sombríos, exasperados por las iniquidades de sus semejantcs, juzguen del mundo como de llna obra del espiritu malo: Vauvenargues i Laroehefoeault son tal vez justicieros, pero son crucle5, O ¡llimista! csclan13r.:.in algunos; él <Iue es otro Vauvenargues.~ __ Oh Dios! en este instante me sopla la brisa del Paraíso. - 30C\l'ITULO MO:\STII1'OSOS J:.IDlI'L.\lItS XII. DE C.HUM:;L\. " Se salvaní.; • pero Sil fama? su lIomhrc? De eso 110 conoce ,; ci jurarlo: hai un lribllllal mili yaslo, Illlli alfa, llIui sabiu flue en" ticnde esas materias,la opinion pÜblic3. La cstima no se gana " con rucgos prÏ\'ados IIi con illsolcllf~i,IS nolorias; 110 hai cngaiiifas " IIi 4uisfluill:¡s cscoláslicas; la covachuela liada puede. Esc tribunal " cs C0ll10 el Arcópag-o, /fliC juzg-aha cn mcdio de la oscl11'idad, para " lIo'dejarse seducir por la elocucncia dcl.ieslo ni la rctórica dc los "jurÏ;consllltos. Losjncccs yan al gl'auo: la ycrdad, la H:rd"d i nada "mas. 1~1infelice ha descollado rie rcpentc con un arroyo impondc" rabie para Cel'l',I1' con la asociaeion jcncral, como si agravian(lo, " cnconando, pcr;;Ïglliendo a los (Icnus mejorara Ile cau,.;a . .\0 "diera " mas lin porte digno, una conrlllcta sCltoril, lin aire de majestuosa " dcsgracia, ya (lue desgracias le slIcc(licron? Aqucl yiejo quc pos" trado cn Sil lecho, al cual Ic echaron sus prol)ias armas, 110 siglle " aconsejal1do rluc lllatcn a sus compatriotas (105 colomhianos), ,ni " blasfcma, ni se desc;;pcra, i cn me(lio de dolorcs i suspiros lo atri., huyc toelo a la Provi(lcncia, vale ahora mucho mas que sus mal " avisados parienlcs i amigos. Sí, la Proviùencia anda mctida cn todo: " airc sutil, sc nos entra por las rcndijas dc las pucrtas; visla pcne,. tranlc, rompe las tinieblas i nos espía cn nuestros afancs del erí" mcn; oido perspicaz, traspasa las parellcs, i no sc escapan ni las " palabras pron unciadas Cil secrcLo. Eso '1IlC llamamos acaso, caslla" lidael, eso es Providcllcia: s:n clla no huhiera acesor ni cualidades . •, Algunas Ycec.s nos deja Ilegal' a viejos, vivimos prospcrantlo cn lne" dio de nllestras ilJirluidalÍcs, t(Hlu 110"; sOIll'Íe. La PI'o\'Ítkllcia sabe " ~spcrar: espcra ;\ca';o lodo eslo e- \lonIl'c fuisle bueuo? acaso " son tus males efectos de tus virludes? Providcncia, Providcncia. " El sufrimicnto no le sienta mal al culpahle, i ménos al culpado. " tos mas terrihlcs fracasos pucdcn tracr consigo cicrto iutcres que " nos concilie la simpatía, o por lo ménos la compasion dc nuestros " semcjantes: el l'CO quc sube ¡¡ohcl'bio al patíbulo, i cntrcga al ver" dugo la cabeza cntrc bufonadas o blasfcmias, causa en los espccta" dores lastimosa rcpugnancia. El valor, quc ojnlü cn lIiug-un cvcnto " nos abandonara, es mui divcrso Je la insulencia; i la sobcrbia no •• fl'nctiflca ni en los Ùnjclcs dcI cielo, ménos ea nosotros miscrables, ., que a cada paso eorrcmos pcligro (lc cacr Cil manos de aquellos a •• quicncs IlCmos ofcndido. " .. lIombrc cn cstrclllO dc,.cui(lado ùc,i mismo; (la su golpe, - 31" i 110 hai en ].óndl'cs )¡;ehu;;uino mas tieso i almil!tlll;lIlo. ]Uajistrado •• rlesdcÎlOso de la iustruee;ou pÚ:llica ; da sn ¡;olpe i sc mele a maes" tra ¡Je escuela. lI11nÜlùan, bondadoso por defuera, casi tímido, da " su f,olpe, i \la couoce tèrmino cn I:1s m~las a~cíolles iel (Ieseufreno " de la pluma Esa "iejo postrullo, resignado, prllllelltc, 'Ille ,'e a " la Providencia, de;plle~ de h::d.lcr hecho tautos males a SIlS seme" jautcs por tll) hauarla listo, ese lleb~ scrvides de instructor. Ejem•• plo vÏ\'u de los vai"enc., d~ la Sucl'te, eseol1lul'O herido por el rayo, " padre que palleee en sus hijos, hombre (J1le pa(lcce Cil su cuerpo: " tortura moral, tortura lÏ;ica: i I[ué experiencin! Si su arrepenti" miento es sillcel'O, 11,le salga a ,'il'il' ùe nuevo, rllfresc,lllo, depurado " con el bautismo del dol¡)r l)IlC redime las almas; si es ficticio, pa" saj ero, que ))(1 se levante. * "AlliÍ Cil esos tiempos (le sahi'luria ea qne Ins virludes iban co" ronadas; cua odo los eilld~(I¡¡llOS distingnidos habían cometido " un ùelito, dejaban crecel' la barba en 1!'Ístc drsafcíle, 110 peinaban " la cabellera, i vestidos de luto i alHlrajosos se presentaban al IllIe"b]o. Parece con creclo ljl:C Ulla cierta llUmillacion i un espresivo " abutimiento son IIccesal'Íos en cI delincuente que comparece a jus" tieia anle el tribunal, i se halla a ta vista de sus conciudadanos. La " entere./:a del alma, que nace dc la conciencia pura, no sc opone a la ., modestia, iel rleeoro nunca adlYlite la compaÎlía de la presuneion i H el desvanecimiento. j,a inocencia puede alguna vez ser orgullosa, " nunca soberbia; pnes hai un orgullo que no es defecto, i es el que " causan la pràetica (le la moral i los sanos principios ùe la filosofía. " Este orgullo 110 es mas !fue reconocimiento licito del valor propio, i " noble satisfaccion de lIuestrns acciones para con Dios i COllias hom"bres. El de los cl'iminales no es or3ullo, es soberbia, i por la sober" bia nadie se ha sal\'a(lo hasta ahora. Si a lo mén05 fuésemos a fun" dar un reino en los abismu~ Pero si cuando mas le sirve su u atrevimiento a nn desdichado para cOlleitar la furia del verdugo i " hacerse agarrar por los cabellos, no veo yo el mérito de su indolen" cia. Guárdenos el ciclo de cometer jamas una aceion próhibida por " Jas leyes divinns o las humanas. de esas (lue se llaman delitos: si "por des¡;racia la cometiésemos, la mancha de la conciencia nos " saldri:\ al rostro, j JlO anduvièramos ufanos de nucstra vergüenza. " Por Dios, la patria i el honor se jJucde hacer todo: por la codicia, " la soberbia i la vcnganza, nada que sea bueno. " Sea uno en buen hora 1;Túlt pocta; pero si es hombre malo i mui •• malo, csa ealid::d c¡n'; imparta: Si bicn sc mir:1, no pllcJen coocu" nir en la misma pcrsona la pocsía i el des"cJ inmoderado e ince" sante del mal: n/:;o hai PUI'O, delicaú,), san lo cn la poesía: nace 'k Se le,~ntú, .pul·eJ·~C. j;,c nn;ú crudlllcutc Ù~ III l'roviù(Jld~: nunca baLi:. ~id'J tan "en el :.Ima c~a .liriniclall aèrc:!, hicrve i se acrisola en ci coraZOn, " i tirada arriba por ell'cnsamicnto, sale por la garganl:!, i blanca, "tic1'lla, bclla, echa a "obi' cn cadcnciosos vaivenes, cncantando " \'C\'lladeramcnte a los qne oyen sus celcstiales trinos. El cisne, sim" bolo dc la poesía, cs el arc mas aseada i pulida quc la mallre ticrra " crió para su embclcso: nada pomposo i cle¡;ante, rompiendo el " agua con Sll vasto pecho: su cabeza está elcrada, como aspirando "al ciclo, sobre el crguido cuello, instrulllClllo sonoro quc despide ,. r~l1\(lales armouiosos de mÚsica divina: SllS ojos brillan límpidos i " miran inofcnsivos i simpÙlicos: sns cncarnadas palas ranlcndidas " háeia atras, moviéndose <IIdiapason ,le SLlS accntos: sn cola lc " sirve de limon i Sl~ ml~nca voluptuos~: nada hai en el cisne que " despiertc lln<l idea (lesagraclable, nada que ofcnda, nada que re" pup;ne: esta cs la I'0C51a." 1 a estas mis atroces calumnias, mera, el poe/a, exclama como Sócrates: ese 110 soi yo! 1\0, mi "illa ; no, mi bicn ; esc cisne 110eres tù: tc lie calumniado. Pero licncs quicn te dclil'nlla ; Bavio cspi1I0sa grita: calumnia! 1 Ill, que cn lo de orar i cscribir no rcconoccs snpcriOl', f;rilas a lu vez: calullInia! i para probarIo, aÏ1ades: "I.adl'on," "l>ribon," "estafador," "pillo!" con \1na pulcritud, una grandeza, ulla pocsía, quc· las n1\15aS te cOlonan cn la cumbre del l'arnaso. Tus cisncs son illOiS clelieu(\os que 105 mios. No les oyes pasar en allo ,"nelo llenando ùe m<1jica armonía las orillas clell~rida-' no? Son los cisnes ùe Virjilio, sou tus cisncs, mantuallo egrejio. C.\.l'ITlLO XIlI. nl: LA A~IIST AD. "Nunca dejù transpil'ar un sentimiento noblc ni un a idca jcnc. ncrosa. Jamas tuvo un amigo." Este jamas scria mas terrihlc i ùcsesl'erado que cI del judío errallte, i cnvolveria él solo Ioda la desgracia del I1lUllllo. liacier.do dc\ \Ill hombrc objeto de mal,licion. Quién puede vivil' sin comunica" S11S pensamicntos i afcccior.es, sin ali,"io para los qlleLranlos i zozo· bras de la vida? El amor cs incompleto sin la amisl,lll, i do ode h ()onfidencia no toma sn ùulce parle, los placeres mismos del corazoll • se ahogan ánles de tiempo cn la ril1largura qLle viene d,'spucs de ello" El corazon es un melodioso instrumcnto que uslà sonando con arCl' tas i pasioncs; pcro nceesita que le rcspondan, para formar ci eml>f)esante eoncierlo quc sc llama felicidad. Cuál será el urnvlo pech' quc no haya e,perimcnlado la 3feccion tierna i jcnerosa qnc lira .~ fundir do, ••1m3;; en una l¡üIn, pOI' medio (lc cse Cllcadcnamiento c! emocioncs quc 110 Ic~ pcrmitc scpal'arsc? Los anti~uos h(;rocs, est· que simbolizl\ll la naturaleza hUlIJana en SIlS l;rLlndio5as proporcionc 110 tllvicrUlI .\lr;lllla H'Z (;'pu~a ui qUI.Ticla, ploro a uiugllllu le [altú,: - 33amigo, Aquiles suspira a los piés de la belleza de Sciros, tañe i canta en los jardines de la aituta Deidamia; a en sombrío enojo niega su espada a la guerra i permanece en su tienda solitario. Mas al nombre de Patroclo, PalI'oelo muerto por el enemigo, salta, empuña la cuchilla, vuela, destroza, cs el dios del exterminio. Qué es Achales para Eneas? Amigo. Què es Orestes para PHades? Amigo. Te;¡eo i I'idloo, arnigo~: F.paminonrlas i Pelópidas, amigos. 1 vosotro~, adolescentes bellos, que asi os amais i velais uno sobre 011'0, cual si fueseis dos pequeños dioses; vosotro§, amables hijos del corazon i la cabeza del mas expresivo de los hombres; vosotros, Niso-, Euríalo, que sois? AmiF;os. La a mislad ha sido consagrada por los poetas desde Hesiodo. i los filósofos no la desdeïlaron, sino los que hacian gala dc un triste i enojoso retraimienlo. Qué imp.orta que Crisipo sc ria Ila~la Je SIIS hijos, i lus cumpare con la saliva oe su boca ~ Estc cínico no ticne prosélilos, ni fundó jamas escuela. Plaloll al contrario, suaviza la austeridad selvàtica de Xenocrales, i le aconseja sacrifoear a las :Ilusas, llamándúlc su amigo. Ah, sí. sacrifiquemos a las !\lusas: aU1~mos, tengamos amigos, acaricien,os a los niños. El que por desgracia no tieue un amigo, es impio, porque los humanos afectos son una relijioll, i ademas, corlapisa tan necesaria como agradable de la vida. ln solilude. What happiness? Who can enjoy alone ? Jeslls, el divino Jesus, dejó de tener un amigo? Madre i amigo fueron las necesidades de su eornzon. ";\ladrc, hé aqui a ht hijo; discípulo, hé aquí a tu madl'e," Cómo confollllia COll la amistad los afectos mas profundos de la natlll'nleza! 1 J no la habré experimentado jamas ? pncs rùmo soi parn sc: tir estas cesas i expresarlas? Los ánjeles ticncn sin uLlda afeeciodcs que nos son desconoci,las, porr¡ue en el campo de la in mortalidad mnchas cosas debe de haher de que nosotros no abrigal'Els idca : pudi¿ramcs describirlas i hablnr de ellas sin conocerlas ? Soi solo como el lean, dice el orguilo. 1 el quc cslo dice, posce el corazon mas tierno i amistoso que sc albcrga en pecho humano. Solo cs como el lean el poeta de la tortura, i anda vertiendo lágrimas abra. sadas, porquc su Il'iste suerte le coudena a la solcdad. Solo como el lean, i anda suspirando tras su esposa. S:.I10 como el lean, i estrecha a su hija contra su pecho, apesar de la distancia i la desgracia. Adn, Sole daugther of my hearl (lnd housc I Jime,jime, lean, que cuando jimes eres paloma, Solo soi yo tamuiljn : solo como clleon cu mis orgullos: solo como el àg'lila en mis sobcl·hias: solo como un espiritu cn mis arrobamientos: solo como una sombra Cil mis tristezas: solo como una alma en mis peregrinaciones: solo como un proscrito cn mis pesa. Ùl1lobrcs. El mstcrraoo siemllre eslrl sulQ, ¿ tto kt s!lbiais ? l'CI'O len~(1 :) -34un compañero invisible que me sigue a todu parles: cuando amo,· se llama amor; cuando padezco, se llama dolor; cuando siento un gozo incomprensible, se llama alegria; cnando lloro, se llama làgrimas; cuando me esfuerzo, se llama consuelo. Esle amigo es bello, puro, amable: este amigo me lo manda Dios. Cuando aborrezco se llama odio; cuando grito, maldicion ; cuando amenazo, soberbia; cuando desprecio, vanida'i; cuando castigo, venganza. Esle compaïlcro es negro, feo, horrible; me lo envia el enemigo; con él me esloi mui poco; le quiero mas al olro. Pero estoi sola: el deslerrado siempre está solo. " .'ama.~ tuvo un amigo." Què dirà a esto mi amigo Zaldumbide, el cual, en una de esas demostraciones mias a las ljue no alcanza su coraton, me tomó en sus brazos con vehemencia i me tuvo un buen espacio conlr" el pecho, juràndome ser mi hermano hasta el fin del mundo? Mas como poeta, sabe sin duda el decir de Ovidio Nason : No se sientan las palomas en el tccho arruinado: lSo acuden las hormigas a la troje vacia. CAPITULO XIV. QUÉ ES U VID.l, SEGUN SÈNEC.\. Vivir, Lucilio mio, es combatir, ha dicho csle filbsofo. La vida ella guerra: cada dia una batalla; cada acçion ordinaria una acomelida. Los hombres no SOli hermanos, son enemigos; i si son hermanos, la son a lo CaÏ Il i Abel. Hel"manOS, para quitarle la vaca al pobre, i envenenllrle el pe.rro al vecino: hermanos, para seducirse mútuamente a las mujeres i engañarse a las hijas: hermanos, para hacer alarde de las desgracias ajenas i fisga de las necesidades: hermanos, para confiarse los secretos con ma~ holgura, i echarlo~ en la calle a la primera oportunidad: hermanos, para levantar~e quimeras j darse de tomiscanes: hermanos, para morirse de ira, envidia, venganza, i andarse bebiendo la sangre, cuándo a gritos escandalosos, cuàndo en sUencio i a la sorda. El que no es viclima es verdugo, ya la dijo un gran poeta. La quijada del asno es nuestro tirso, nuestro daduceo ; somos emisarios de paz, i sembramos la discordia; hablamos de fraternidad, de amor, i nos echamos las manos a las barbas, i nos aganamos con lu. dientes. A cuàl de nosotros 110 podría preguntarnos el Señor; Caïn, qué has hecho de tu hermano? Señor, responderia uno, le maté con quitarle su esposa. Señor, dirja otro, le maté, COll venderle un secreto. Señor, diría este, le maté, robándole un caballito con que ganaba la vida. Señor, diria ese, le maté impt:tàndole una aceion que no habia efectuado, un pensa. miento llue no habia tenido. Andad, malditos, repondria entónccs el Señor, yo os pUle en el mundo para vueslra dichal i vivis empeñados en cultivar i esteDder vuclitra infelioidad. -35No tan insigne guerrero como los grandes capitanes qne ganan batallas, pero yo lambieo peleo i he peleado. He peleado por la santa cansa de los pueblos, como el soldado de Lamennais; he peleado por la libertad i la civilizacion; he peleado por los varones ilustres; he" peleado por los difuntos indefensos; he peleado por la; virtudes; he peleado por los inermes, las mujeres, los amigos; he peleado por totodos i por lodo. El que 110 tiene algo de don Quijote no merece el cariño ni el aprecie de SllS semejantes. He desollado verdugos, he desollado pícaros, he deso\lodo ladrones, he de!lollado traidores, he desollado indiguo!!, ho desollado viles, he desollado ajiotistas, he desollado tan los mal intencionados, he desollado ingratos, he desollado todo lo desollable en este mundo, i, gracias a Dios, ajusto lítulo soi un mónstruo. A mi tambien me han desollado con mano inhàbil, torpe; pero yo no dejo mi piel; me la echo al hombro, i como san Lorenzo, me voi mui fre!lco, porque un rocío celestial me baña en lo vivo, i destruye los dolores de esa inmensa llaga. CAPITULO XV. CO:NCLUSION. Si la vida es la guerra, convendria morir tan pronlo como nacidos. Jamas siento yo por el que se muere (cuando no le quiero), ni pienso que nadie haga mal en morirse; :intes por el contrario, tengo entendido que esta es la obra mae;tra de la vida; o por mejor decir, la única buena j digna de aplauso. La verdad i la buena fé no se ponen en duda: cuando un difunto afirma que se ha muerto, es preciso creerle; raras veces nos engañaràn en esta materia: la crucecilIa que se yergue triste sobre su sepultura, les sirve de te;timonio; i aun sin .ella yo les creyera, puesto que me veo liure de las ncechanzas de un enemigo ruin, a de los besos de Jùùas de un amigo. TIl que se muere no recibe daño ui hace mal a nadie; no molesta, ni le molestan a él: la tumba es una comodidad para vivos i muertos, i los difuntosjente de buenjenio, poco curiosos, nada entremetidos, sana la boca. Los vivos suelen temer la sepultura; si a los muertos les fuera dable resucitar, se guardarian de la vida mas que nosotros de la muerte. Malo soi, pero no tanto que me ponga a sentir por el que se muere; al contrnrio. El hombre de coraza n bien formado j juicio recIo ¿ siente porque un l.unigo se casa bien, se vuelve rico, se gradúa de doctor, gana una batalla, es electo presidente~ consagrado obispo, o se san a de una grave enfermedad? Pues el morirse vale mas que todo: la mortaja es una canonjía, la cosa mas descansaùa i cómoda del mun. do, i un difunto cual cOllviene no le pide favor al raeianero ni al deaD. La honesta, la fiel, la amable esposa es la eternidad; en sus brazos se disfrutan placeres inmortales con la animacion del amor infinito, en • - 36puro e indeslructible gozo. Miedo, zozobra, desconfianza, celos, desgracias, no enlran en los términos de e~a, rejiones luminosas í ate~re~f donde los espirilus confundidos en un elcmenlo que les asimila, nadan en la inmortalidad, sin aprehension de que naùie alenle a sli dicha ni su gloria. Oh amigos, en \lO vcrler copiosas làp;rimas cuando os vais, no hago sino mostrar un Corazon limpio de odio i venganza. Por quien sienlo cn lu mas intimo <le mi naturaleza cs por los que permanccen vivos, los qnc se I}uedan en la viudez, la ol'fandad, el hambrc, en lucha siemprc reno~ada con las perseellcione~, la penuria. elllanlo i la descsperacioll. La guerra es un gradmen terrihle : vivir peleando de dia í de noche, de dia con nueslros hermanos i amigos, de noche con los cspcclros i llamas de la imajinacion, esta es la '"erdadera desgracia, ]a que aflije el pecho sensitivo del filósofo i tortura el alma delicada del poeta. JU.lN lpiales, l\-lOl'lULVO. a 12 dû ago~to de 18i2. , Aqui concluye mi obligacion para con lo~ leelores colombianos. En la parle llue signe suenan ó\lgunos nombres propios, que a la ver· dad no ;;on los del jeneral Granl, Julio Favrc, Garibaldi, ni olros que llaman la alencion de todos, en el viejo i cluuevo mun lo. Mis pero sonajes, all;i, en :m aglljcl'O, si SOli ellos lambien prc!identes, minis" tros, senadores, jeneralcs i poelas; pero lo mismo que si no la fueran; nadie les conoce. Si Glllliver viajara por cierta gran nacion del continente americano, saldria cuajado de poctas. diplomàticos, senadore~, jencrales i minis\1'os; mas con solo sacudirse orillas del Guayas, "Ii "olveria limpio a su tierra. I'ues el Gulliver soi yo ahora, i voi a ••;>.· cudirme, porcIue c~loi lleno de esos bidlOs. Voi a lavar la ropa sucia, como Voltaire, i cruzo el polo: es un secreto. Nadie me ccnsure, porque nadic tiene derecho a murmurar de cosas que honeslamcnte se Ic oCllllan. No solo advierlo a los le. tores cstranjcros, pero tnmbien les prohibo leer la parte que SigUf, pura prosa, en la cual, cs verdad, i como lo pide el asunto, vuclve '1 palpitar la vena filosófica, i de cuando cn cllanclo no dcja de haccr SU! luminosas incursiones la Illas inoccn'le de l;Is Musas. 1I0i soi hijo de Parmenion, me haoo chiquito, i con las barbas me la pagan las jentes hiperból'cas. Es por ventura axioma filosófico que el tamaÎlO le saha al criminal? Yo veo de continuo desdichado. que en soga vicnen a la cárcel: es le porque le cojió una gallina al vecino, ese porque le alzó la voz al alcalde; uno porque se emborrachó el domingo, otro porque no u5isti6 t\ltrabajó sub~idiario ; tal porque tuvo un zipizape con sus amigos, cual porque no confesó en pascua florida; i no há mucho melieron cn grillos a un ciego infeliz, eo razon que unll noche bonitamente se entro al cercado ajeno i se dió sus trazas para llevarse una oveja. El hambre es tan mala como hábil ~ollseJera, cuanllo (lO se la tiene confesándose con el honor, groll -- 37 Mcerdote de las virtudes. Ahura pregunto yo: ¿ por qué los delincuentes encallecidos, 106 malvados que hacen guerra a muerte a la sociedad humana i tiran a la destruceioD de las buenas costumbres, han de gozar de la inmunidad acordada solamente a las virtudes por la sabiduria? Yo no pienso que los perversos i los infames sean los mas sagrados de los hombres, i la levita superhumeral que les vuelva intanjibles aun para la justicia. Con que todo el mundo se bota sobre un indio hambreado ,que coje una mazorca de la sementera, i le llevan a la cárcel escandalosamente, i el ladran de la honra, elladron de la buena fama, el ladran de la felicidad ajena, anda circundado de una aureola divina que le pone invulnerable f Naùie puede estampar su nombre; su corona pontifiaia es como el arca santa A este, a cste se le debe pregonar, a este se le debe cojer. El hogar domèstico es sagrado; i aun asi, ni lilósoroi ni grandes hombres han tenido por templos san los ciertas casas a donde han entrado echando abajo las puertas. Ellos saben mui bien cuáudo duermen las leyes, i cuàlldo se "altea la tabla en que están escritas. ta morada de los dioses es inviolable; mas si los grande» criminales se aeojen a ella, viene una anciana con una piedra, i da a entender a sus conciudadanos que se les debe matar de hambre amurallando la puerta. Si no hai castigo de ninguna clase para los ladrones de la moral, quedan envalentonados, i acometen cada dia nuevas i mejores empresas. Personalidades SOIl todas aquellas terribles embestidas a las cuales sucumbe Catilina; personalidades los azotes a Verres; personalidades los arranques de Mirabeau. personalidades las furia~. de O'Conell; pcrsonalidadc5 las proclamas de Bolívar. Con que no hai derecho para nombrar jamas a los malvados? Son los mas santos de los hombre,;. Pues no se aprehenda t,.mpoco.a los saHeadores de caminos, no se persiga a los incendiarios, no se fusile a los homicidas I ,. PROSA DE LA PROSA. Confesarme ? Con arzobi~po ni COll diablo. Me confesaré COu Dios omnipotente i misericordioso, allJ cuando se me abran las puertas de la eternidad, i tenga que purificar mi alma para entrar en L mansion eterna de la gloria. Tomó un nombre elevado la máquina d,' difama/', para urdir sall<lias f,.lsedades en sn cabeza; pues yo no creo que el arzobi!\[lo hubie!\e dado matcria a la injuriosa vocinglería d(!mis dctractores. Un alto sacerdote no loma parte en la murmura· cion i ménos en la calumnia. SeÎlor Checa, cs cierto quc me he tirado de rodillas anl~ vucstra señoría para confesarl11c, abjurar mis doctrinas i pedirle dincro ? El nrzobispo dice que no, oye, leon mera 1 COll ese fin no se tiran de rodillas sino los de tu clase. El papcl del arzobispo, mucho peor que el mio: siendo verdad, delacion; siendo falso, impostura .. Esta{6 unos Cltantos mile.( de francos it un estimable sujeto de Guayaquil. No le nombró la màquina: Pas1luino prueba sus aserciones Cil la horca. El sujeto es clon José Maria Aviléz, i el seîior Carbo mi cómplice, porque èl verificó la estafa. Aquel hubo de hacer una bondadosa insistencia en mi àllimo, para que yo aceptase el prèstamo en los términos que me lo ofrecia: posee una obligacion de mi parte, no pedida por èl; le debo la snma (2,000 fraucos, o sean 400 pesol fuertes); plazo no admîtió el prestamista co su jenerosidad; se la pagaré tan pronto como pueda; en el alma le agradezco el servicio: esta es la estafa, que tiene buen cuiclaflo de comunicar a mi familia í mis amigos. Don José Maria no necesitaba que yo le eogañase para hacerme un favor, insignificante para él, siendo asi que le sobra buen natural i no le falta la memoria del corazon. Habitante de mi casa mucho tiempo, qncrido por mi madre como uno de sus hijos, hermano de mi hermano, hubiera sido preciso que perteneciese a la raza d" Caïn i lean mera para que el fraude fuese necesario con él. Me habia visto rapazuelo bajo el tccho paterno; me conocia despues cuando mi uombre hacia su ruido en la política; me veia en las amarguras de mi proscripcion, ¿ què mucho que se hubiese mostrado mi estimador i me favoreciese con dignidad en la desgracia? Señor Carho. comparezca uSled ante el tribunal de manuel go~ mez, mariano meslanza, márcos espinel, modesto espinosa i Jeol mera (con perdon, que así se llaman) a responder por el delito d _, estafa. No comparezca, porque lo~ tengo en el lazareto a estos leprosos. lUevio i Bnvio se hallan ell el deber de escribir al señor Avilèz i publicar su contestacion: hombre estafado, hombre irritado. Si no ' Jo hacen, quedan por infames convictos i confesos. Mestanza, hombre infeliz, esta es la calumnia en sn impúdica deslludez: 1 i te quieres vender por víctima! aun no te mueres? i qué esperas 1 Querrás, sio-duda, ajnstar los catorce años ~Incurable, incurable' Desde aquí veo el pmi (lue 'destila tu alma en¡pngrenada: escóndela, no no~ -39 apestes. Dejas tú de ser delator porque yo h'lya estafado csos dos mil francos? Incurable, incurable! "Buscaba la soleùaù i las sombras porque la sociedad enjendl'a nobles concepciones, i la lei es compaîiera de la verdad," Dios 110 se muestra en las ciudades: Jesucristo, para orar, sube a la montai¡a, ordenando a sus discípulos no scp;uirlc: quiere estar solo en el silencio. Iba Jesucristo huyendo las nobles concepciones i la luz de la verdad? Del retiro traen lus filósofos SllSmas sublimes ideas; en el silencio oye el poeta las ,-agas armonías quc se le imprimcn en el alma, No huyo cie 105 hombrc!., les busco poco; pero cuando vienen a mi, se aparlan diciendo: Este era el múnst1'uo? Algunos, es cierro, buscan mas la esquina ùe la caIJe <rue las verdes colinas i las orillas de los rios; pero 110 acuùen en demanda de la IUl, pnrrlue la verdad no es carrillera: allí está la difamacion, i van II pre~tar pleito homenaje a su corona. 1 aquí 1I0S sale al paso una de las contradicciones de mis perseguidores: mónstruo sombrío i tacÏlurno en un lugar; fantasma pavoroso que ahuyenta despavoridos a niños, hombres i mujeres: temido, detestado, profundamente aborrecido: objelo de vilipendio, sin amigos, sill tralo social, buscamlo las sombras i el silencio; a matar con el jénero lJUmano. En otl'O, pillo, truban, estafador mañoso que vive de pnetas pescadas aquí i alti i anda poniendo nasas a los tootos. El pillo es avenidero con todo; su elemento es la amistad; busca a los amigos, se intrusa donde p:lede; compra sin dinero, vende lo que no tielle: amable como ulla pezpireta, flexible, risueño i deci40r: de uno es compadre, de 011'0 lacayo: pregunta por la familiíl, brinda con cigarrílIo; se a(tlia en la cofradía de San Vice71tede Pattl, i se !tace nombrar tesore1'o: confiesa i comulga triste, pero sale alegre, porque la virtud no tiene cara de Caifás: ofrece, se compromete, reconviene, cita, manda saludes, se disculpa, da palmaditas en el hombro, sin parar la taravilla, riendo de la cabeza a los piès. ¿ Este soi yo ~ iQué absurdos no sujierc al hombre torpe la ciega maldad en la ':eoganza ! A las aves de los àrboles no puedo estafarles sino una pluma que acaso se les desprende al vuelo, a una flor Eilvestre al verde prado. Calumniante de profesion, Sí, todas mis calumnias cstán recopiladas i recojidas en "El Cosmopolita," i por !);.as be recibido felicitaciones privadas i pùblicas de los mas distinguidos literatos de SudAmérica, i ellas, mis calumnias, han sido reproducidas, en varios periódicos del nuevo mundo. ",Jamas dejó transpirar un sentimiento noble ni una idea jenerosa." lIai desvío mas completo de la razon, crudcza mas inicua del corazon? Pues en qué he pasado yo mi vida? i què han aplaudido en mí tantos literatos i hombres notables que me han hecho el favor de estampar mi nombre en sus escritos 1Por qué Lamartioe me dijo: - 40" Ah, ~i en mi patria se conociese ese modo de sentir .?" 1 por qué Victor Hugo me ha dicho en ulla carta que contra mi gusto han leido muchos de vosotros: Vous êtes /ln noble esprit? Este, este es el suplicio de mis malhechores. " Quitar la honra al hombre de bien, punzar con espilla~ las llagas de un corazon atribulado." Este atribulado serà :\làrcos Espinel: atribuhdo, por qué? no eslà en su tierra, entonantio las 3l~Lanzas de \lucstro amigo el doctol', cojicndo 90 pesos men~ualcs en señal de lucrativa servidumbre? Llagas, por todas pa~tes, mas no las del dolor moral, porquc no lo cOlloce. Jl esle le llamas Silvio PélJico, lcon mera, hereje? Sabes quièn rué ese filósofo sunto, poeta santo, en quien se "erificó el di\'ino misterio de ser padn! e hijo dr.las virtuùes? Diez años encadenado en una mazmorra, pidiendo a Dios por SllS semejantes, i mayormente por sus enemigos: jamas ulla 'Iueja conlra sus verdugos, ni un pensamienlo, Ili Ulla palabl'a hostil a nadie: l'oU pecho, lleno del amor de Dios; su cabeza, fucnte de :-.ublimes concepciones. Tuvo un amigo Silvio, i le adoraba, era otro él mismo ese noble J\larOllcelli: tuvo otro amigo, i cra un niiío sordo-mudo, hijo del carcelero: cuando les apartaron, ver lió abundantes lágrimas. Orar, meditar, amar, dar de comer a las hormigas de su calabozo. tales eran las ocupaciones de ese ànjel hecho hombre, que vivió para honra de la especie humana. Con este le comparas al peor de los nacidos, leon mera? Irritas al cielo, ofendes a la tierra. No me por.gas en la gloria al basilisco, sacrílcgo' Ese que anda buscando a quien achacadas iniquidades que proyecta i l:1s sandeces que ha escrito, scrà el aulor de "Mi~ prisionc!i." Si se pregunta qué será de Silvio Pèllico ¿ quièn no sabe de antemano que esta alma noblé ¡pura de-· jal'á la tierra con esperanza llena de alegria 1 dice Bargemont. Asi;' dejó la tiens Silvio: murió como mueren los ánjclcs, si murieran. Coocédales el cielo el morir bien a mis enemigos: que han vivido i· viven mal nadie lo duda. Silvio no tuvo pleitos inicuos con sus pupilos, cen sus benefactores, con Ni el furor de la venganza, IIi el rigor de la justicia puedcn arrancarles ciertas cosas a la caridad i la induljencia. ~li silencio es sublime ahora. Silvia 110 fué jamas deo: mandado en la policía, Silvio Por la condicioD del santo se saca la del panejirista. Yo he rif)ùlo i viro (,r-ijiendo la bolsa o la honra COI! mis escritos. No le matan a làtigos mis amigos i enemigos al quc estumpó esta blasfemia? Cuando a su odio convenga, dirà que Silvio hizo otro tanto, i que rué mi cómplice en violar una niïJa de siete años. La máquina babla sin discernimiento. Admirado, conmovido, agradecido, oi hace poco un golpe de jente en el patio de mi casa esclarnalldo: " Viva ~Iontalvo l"~ " Viva III intclijencia i el honor! " l~ran lus principales del lugar, la flor del pueblo, i vivo alJuí dos "líus! Ya la imprenla lc~ c,!á apo- - 41:rando a eso!, que si 110cstàn locos, son 108 mas pcrversos i torpes de los hombres. Ingratos! Uno qne a donde \'a es la honra de su patria, merece mas que los que la deshonran. Cabello etiope. Son gruesos caracoles i enormes anillo5 de azabache que has envicliado siempre. Los ejipcios, padres de los sabios del mundo, mataban a cuanto individuo se les presenlaba con cabellera. de maja pinla. La experieucia les había cnseñddo 'lue, si los dioses tienen enemigos enlre lus hombres, son los albinos, cnquerlaquc:l i mas entes de tu naturaleza, espinosa, mal homure. Hablas de luz, j huyes del sol; hablas de colores, i no Plledes ver ci iris. 1 tli, el de cabeza quiclma, mera, redrofo de lalllwes, " "«lIé no darias por despojarte de tus cerdas lacias, en cambio de UI1souerbio er:;lIido pelo 'lue en magnHleo desórdcn se derrama furmando ucglOs tiraÏJuzoIlCs i sortijas que acodician a las diosas del Olimpo? " Miedo a los niños, risa a los jóvenes, desprecio a los viejos." El odio no siempre es fecundo, i méuos la tontuna: ni la vergüenza del plajill le habia de faltar al triste mera, a quien donosamente le llamaron "risa de estudiantes, gllsto de pilluclus, los de /;o{sicunas. Casi todos mis amigos perteneccn 01 dulce gremio de la infancia; nunca me faltan visilas infantiles: a donde voi, busco a los niños. Venid a mí los pàrvulos. Risa a los jú¡;elles. Como cn Qnito, en 105 buenos tiempos, cuando se agrllpaban en las esquinas a batir las palmas en tanto que pasaba el monsll'Lw, donde el seùor talnene tenia que virar de horda. D,wrecio a {os viejos. Odio será, a los viejos pllrYerSO~e inicuos. La vejez cs majestuosa, cultiva la melancolb, i se vuelve venerable, ouando sabe respetar sus años. El viejo vuelve la cabeza, i suspira; .el jóven clava la vista en el porvellir, i sonrie. Deber del viejo es acon.ejar i guiar al jóven; deber del j6ren respetar i seguir al viejo llOmbre de bien. Los que llegamos al zenit de la vida, no suspiramos todavía mirando háeia atras, porque ¡¡un no la hemos dejado todo; ni sonreimos ai mirar para adelante, pOl'que delante de nosotros ya no resplandece la aurora de la juventud. El suspiro i la sonrisa se nelltralizan en nuestros labios, i sin despreciar a los jovenes, respetamos a los viejos respetables. A los quc olvidan sus años, i andan viéndose la cara en sus barbas cenicientas, cual Narciso en la font~na, a esos no -les debemos respeto, si no han vivido largos años sino para refinar la perversidad i la corrupcion. La cordura no siempre es dote de lo~ :viejos, i las sagradas letras mandan no venerar a los inicuo~. Barbilampiño. No quiero horribles barbas, porquc no soi oabron, í cabrones conozco no mui beneméritos de barba. Los chivos andan -42vana gloriosos de lu luyas; yo no estoi mal hallado con mi bigote chinesco, i ménos cuando sé que la historia natural del jènero hnmano trae la e~casez .te b'lrbas como una de las mejores sci'¡¡,.lcs:. es}¡t que canilla silga da i ancho casco en corcel de buena raza j al pasc que lai barbas espesas i aborrascadas le impiden ser jente a Sancho Panza. Nada tengo que envidiar a Zoilo ni a lludibràs .• " Desde llifío hizo columbrar el deseo de que tallos los ecuato" rianos tuviesen una sola cabeza, para cortàr5ela de un golpe." Ca· bezas como la del pa.lre poncio, el hermano modesto i frate mcra ¿ por qué Ilo? Eso importa poco, i no fucl'a malo q Ililarle las ma~ salldía~ a la hidra. l<:slecrudo auhelo seria a lo ménos poèlico, por la terrible. Lo que es pura prosa es l\liren qué cabezas; me vienll Il defender ahora e51e l'ue5 si señor! Cabezas como las vuestras 60n cabezas postizas, i yo diera con ellas en el corral, sin mas escrÚ .. pulo '1\le el cura tuvo en hacer Jo propio COlllos libros de don Qui,jole. Con que no tengo facultad para malar un puerco, un chivo, uu perro, nada, eh? Hai tamaiía desvergiienza Venir a quejarse de que su les quiera cchar abajo la cabeza! La licbre me llama cobarde; uno que no ha tenido pelea COI: beata IIi fregona que 110 saliese arañado i llorando! E,'l' (¡de merorum h ••hrà dicho el pobre mcra lo que quiso: nadie le cree, i él es el que ménos se cree. Aun cuando este illfeliz 110 hubiera pasallo por mis manos, yo, con solo mirarle, me hubicra inclinado il pensar que no estuvo Cil Ayacucho: ¿ nQ le ven la cara? Antiguo alumno del sacro. collegio di castra-zagazzi del cardenal Antonelli, dicen que posee una voz de soprano de lo JUas saneado. Narsés no dejó descendientes. El jeneral José de Veintimilla. C\l<\ntas veces en vida su hermuno le dijo: l)epe, llO seas bobo ~ ¡.ucgo talllbicn éllecalu:nniaba. ¡ cuán. tas veces ha dicho despncs: la Icvolucion se perdio por la bobera de Pel)!' l'Il liarse de Dar(luca? Lucgo él tambien ha desenterrado SU! hU60s para escarnecer/os, Estas sen mis calumnias, esla la guerra que hago a los difuntus. 1 cllán cobarde i alevoso anduviste, Davio impu. ro, en amotinarme a Ioda la jente, i ponerte tras ella de azuzador, hasta que llegue el ralu de ejecutor! Don Fernando Bolivar, sobrino de Simon el Grande, me dirijió CD Paris una esquela, arljunlàndùme un periódico de Cadcas,con particular recomelldacion para un artículo de ese papel.AI echar la visla en la gacela, di con un hijo de mi pensamiento i mi corazon, que, impreso en Bogota, rcilnpreso de periódico en periódico, volvia a mis manos, pasanùo por las de un hombre ilustre. Todo el que tiene una gota de sangre de Bolivar, C!l ilustre, por ese solo hecho- Al pa¡;ar el escrito * Virey. lIi.toirs naturelle du g'Dfe.humaillo1l. -43por lOI ojos de mi amigo el jeneral Ignacio de Veintimilla, este esclnmó: Es preciso que yo guarde esto! La sombra do su hermano, en"uelta en una nube purpurina, llegaba a EUI'opa, viajando por vnrias naciones del llueva mundo. Yo he hecho resonar el nombre de José de VeintimiIla i aplaudirlo en muchas partes: concitame la cnemistad de su familia, Bavio mera, porque he dicho la que todos sabcn, que cometió un error en la patriótica revolucion de Guayaquil. IHevio espino~a ah, este espjnosa tiene mil ra7.ones para a~esillarme. 1aquí cncaja el preguutar aljeneral Veintimilla: Es cierto, señor don Ignacio, que le he venido robando la mitad de sus haberes? Ustelllo dijo? Manuel Gomez lo ha escrito, i ~1ariano Mcstanza lo ha hecho publicar por la imprenta. Si u'lted ha dado márjen para esta infame atrocidad, ah, jeneral, ha faltado usted a todos los dcberes del hombre: a 105 de cri~tiano, en la violencia de la lengua; a los de hombre de bien, en la impostura; a los de amigo, en la inconsecuencia; a los de caballero, en la divulgacion de una que en todo caso debia ser cosa reservadll. No, usted no ha hecho nada de esto: al paso qne le lisonjeaban de intento, le calumniaban mis malhechores: a usted le han sacado peur que a mí"; le hall sacado por el albañal, como al arzobispo; si bien no han conseguido airarme contra usted; ni podia yo dar ascenso a una de las alevosías mas preñadas en malicia. Veintimilla pu so su parte, a título de prèstamo, en la triste suscripcion que tantas injurias me ha costado, i que no hubiera sido sufi~iente para la mitad del camino. Si el primero a quien me dirijl hubiera sido harto humano i caballero, ahorràdome hubiera las mil amarguras con que me han envenenado. Los italianos patriotas, en los aciagos tiempos de SIlS persecuciones, vivian en Paris a costa de sus amigos hacendados. Los polacos siempre han vivido i viven aùn de la bcnevolellcia d6 la nacion que lC3 ¡¡coje en su desdicha, !!in que SllS amigos de Polonia les falten con su conlinjente, p\lCSes lei de honor i patriotismo una suscripcion constante entre ellos para favorecer a SU!!hermanos. Luis Napoleon, al principio de!!u destierro, ~e dejó mantener por una muchacha en Lóndres i nadie ha llevado a mal qua la hubiese hecho condesa de Beauregard en sus tiempos imperiales. J,a induljencia con la desgracia hacen buena liga: la gratitud con la prosperidad se encuenll·an raras vece!! ; pero cuando, se encuentran, se dan el beso del Señor. Uno me aconsejó qun le contase mi cuita a una mujer, a una mala mujer: cómo saIté de indignacion i cómo se me prendió en el pecho la santa il'a! La muerte mil veces ¡Í ntes que una palabra a ~Iesalina. La delicadeza es requisito escllçial del hambre, para que esta sea aquella divinIdad terrible a la cual se ha de sacrificar ántes de subir al templo de la gloria. Hambre abatilla, hambre arras· trada es hambre de mendigo, hambre de canalla: tellgámosla los malquistos con la suerte, pero sea de tal naturaleza que venga a ser .I.ma v¡•.lad en quienes la padecen. A mi me queda la satisfaccioo de -44no habetla profanado, i de haber hecho respetar sus fueros aUl••• costa de la modestia. Un dia entró Rafael Barba a mi cuarto, i me convidó a comer, sin franquela, indeciso, timidamentc. !\le le fuf encima, todo yo enfurecido. hm~s has usado de estos comedimiento~ conmigo, le dije, en ticmpos (lue pouian ser recíprocos; i ahora vienes porquesabcs _ , 'Mala cara debí hahcl' pucsto en ese instanle,"mala: se cortó d pobre jó\'en, iisi no caig-o sobre él desde mi Olimpo con los brazos abiertos, no atina, sin duda, a salir dc su cstrechura. Sn accion e['¡) buena, la mia no fué mala: para los mez1lllinos incapaces de medir la altura de un carácler de horribles (lmporeioncs, esas estrava~ancia~ son ferocidades. D:lI'ba quedó rescntidu, sin compl'cllllerme ; para ll'~ otros fui un múnstruo; i un niÏ10 ntroz de 70 años; se santiguó maldieièndome siete veces. Las víctimas de la tirania, los mártircs de la libertad, nuneafueron llamados dcsnuuos, pcdigiieÎlOs, mcndigos, pillos, estafadores, ¡¡" drones, porque se slIo;(enlnban en cI destierro con el pan de la frate·'·, uidad. La Providcncia sc vale de esos mellios para salvar a sus criaturas, i los que murmllrnn de SIlS obrns son impíos. Yo 110 tengo muchos a quienes hacer condcs cllando llegue a coronarme; pero si 113iuno a dos príncipes de la bondad a 411ienes condecoraré con la gran cruz de la lejion de hOllor. A nillguno de esos prcstamistas de a 20 pesos les abrí mis labios; con ninguno me di por entcndido dc. mi situacion. Veintimilla les robó para mi, èl fué el njcnte de mis delitos i fcchorías. No reciba. usteu naùa sino de aquellos en quienes vea sobrada buena "oluntad, le dije: rehuse a Palacios, no admita a Juan Aguirre, tirele en 1_ cnTa, si algo ofrece Manuel Gomez. Vcinlimilla està ahi vivo i efectivo: los quc pnsiercn cn duda esle rasgo de mi carácter, a escribirlt. No liene usted vergiienza, nmigo :\lanuel, no tirne micdo de la part, que ha tomado en esta tentativa ùe homicidio alevoso? Qué tendri' yo sino estampar a(!ui dos o tres nombres propios, para dejarle muert' en el puc<to? Al p3S0 fluC u~ted I'ecurre a la calumnia, para vengarse de agra\'ios que no recibió de m L El 110 haberle contestado un caria innoble, i el haberle (Iuitado la salutacion, cuando supc que n., debia saludarle, no eran dcudas de cobrar con quimeras atroces. Per'j la vanidad es cruel como la hienn. La mentira envilece, mata la juventud; en los viejos es pecad(· siete veces mortal. J,a barba emblanr¡uecida por los años es el sim· bolo del respeto; mas si se la desautol'Íza de louas modos, los dio~e. se van de ese bosque sngl'ado. Granllcs impulsos i arrebatos he tenidl' de hacer un horroroso cscnrmiento cn el mas nciago de mis malhe, chores, i él sabe si prestaria materia para lllj romance prodijioso. Ml; he dominado, i, firme en mi propósilo de perdonar, olvidar i callar perdono, olvido i callo. Habria yo aflijido a una familia inocente" mujeres que no oponell sinu las làgrimas a Jas rigores de la justicia; - 45i ademas, no mac~lro i uo nmigo entre el13, si oieo cosa pasada. Sa· èriOeo a uo recuerdo mi profundo resentimiento i mi venganza, i quedo satisfecho de esle triuufo. Toda pasion vencida (:s \lila vicloria, i la de la Escritura la grande sabiduría. Pero qué d¡rà esc mal hombre cuando mueslre la cara al ~eñor Aviléz? Negar, negar i mas ncgnr. No confeseis jamas, decia Avinain en la cscalera del palibulo. N'avouet jamaí.\. Di:1l1egarà, quièralo el cielo, en que yo devucl\'a con usura su~ cuatro pedazos de cobre a los tris les q\le 110 los dieron sino para ponerse a lIamarme ladran al otro dia. Hai mas de uno entre ellos con los cuales no habla mi rescntimiento: cristianos son, i no perversos ni viles como los que me dan en rosira con ese asco, i me ¡nsullan i calumnian en la desgracia. Cuál de mi~ amigoli ricos, de los que a cuatro pasos de mi hambre nadan on la opulencia, tiene una letra mia? No basta que yo víva con la modestia del anacorela, preciso es tambien que no se cansen de ofcndcrme: impíos! indignos! Cabalmellte por no hacer senlir la amistati a nadie no me he ido a Lima, i me dejo estar en esle pais de poca~ necesidades, donde en ûltimo caso puedo vivir con cebada como indio, a con un vaso dc le~hc como filósofo, a con tres habas por dia como santo. Apesar de las benévolas insinuaciones de mis amigos. 110 he querido tampoco ¡l'me Il Bogotà: el destierro de palria como la mia, Irae consigo negaciones horribles. Cuando pueda ¡rme razonablemente, me iré a cualquier parte. 1 sepan lo!!que de mi se acuerdan, que mi proscripcion no es estéril : " El bàrharo de América en los pueblos civilizados de Europa." Un tomo en verso. "Capítulos qne se le olvidaron a Cervànles." Dos tomo!!. "El libro de las pasiones." Dos tomos .. "Diario de un loco." Un tomo. " De jas virtudes i los vicios," i otras cosas, son el frulo de mi hambre. llendeeirè mil veces su de~tierro._ume dijo el señor Vergara i Vcrgara en Paris, cuando le insinué mi deseo de irme a España. 1dun Josè lUaria Sampcr, ci tan conocido literato, me endulzó los oidos con esta amnble cláusula: "Ccrvànfes hubiera querido tener mil plumas para firmnr ese capítulo." Estas palabras de Samper han orijinado un libro; si es un a~ierto, Il él la honra; si una caida, a él la pena. "Al ilustre escritor sur-americano José lUaria Samper," leo en una obra que acaba de public.rse en Italia. Parèeeme que este juzga a juicio de buen varan, i que el autorizado su dielámen I Compatriotas, Achates de la infancia, compañeros en estudio.!, amigo!! i confidentes, ahora es cuando me llevais a Charenton, por loco de remate j mas no será àntes qlle yo os hubiese metido a todos en el lazareto ; porque si yo soi loco, vosotros sois elefanciaeos.; làza" ros del sUm. - 46Cuando \ln bál,baro le dijo a Veilllimilla: Los que hart Yivido de la polilica, .,ue mueran de ella; cuando lèjo~ de mostr'arse hombres bueno~ i señores, se reunian toûas las noches mis amigos en el café de los italiano~ a beberse la sangre de mis venas i comerse la carne de mis huesos, por ci crímen de no scr IIi hacer yo lo que ellos ~ cuando vi que seria darles guslo morir de muerle rlesaslro~a: eut6nces me pasó por la cabe>:a una idea absunla, sujerida por la vcu¡;anza. Propúseme salvarme por medio de persolla eslraïla, figuràlHloma necio, a!là en los seCretos ùe la vanidarl, qlle algun dia llegaría a ser yo, si nQ hombre célebrc, por lo mènos harlo conocido para poder vengarmc con una amarg-a queja, diciendo: En mi~ compalriola~ i amigos 110 hallé sinQ crueldarl e infamia, i hubo un casi desconocido jeneroso que en noble movimiento me cstendió la mano i me salvó rie la muerte. Sali mal, i me ha valido el fracaso: lecciones son estas que dejan snbiduria profunda en el corazon; en el coraZOIl, porr¡ue se la siente, i es amarga: amar~a es esa sabiduría, pero saludahle. Tenia en mi pecho este como seCl'cto que me molestaba: la echo afuera, i quedo aliviado. No hai en mi 'Vidaotra cosa quc me zozobre. Ya tiene leon mera asunto para decir en el primer libelo con que me favorezca: "Trató de estafar UIl05 cuantos miles de francos a un estimable desconocido." En semejante coyuntura justo era que yo recordase a un amigo, un servicio qtle le había hecho en mi primer viaje con una buena su~ ma de dinero, i en circunslancias tales, qllc CU<lIIrlofni en busca suya i le puse en la mano los cartuchos de luises, se le fueron \as làgrima5, i me estrechó la mia con tierno agradecimiento. No solo no contestó 11 mi esquela este europeo sensible, pero ni me saludó ,,1 encontrarme ~n la calle. Si en oposicion a estos tro¡:;loditas no h\tbiesc yo ellcon· trado hombres en quienes la parte noble de la naturaleza prevalecia, de legur\) la hago azotar cou Satan,ls a la especie humana. El sacri· ncio de uno solo bastó para redimirla, si bien él solo valia mas que toda ella: asi un individuo a quien re nlza la jcncrosidad i san tiliea la bondad, es suficiente contraresto de una pandilla de perversos i ruines, i dcja abonada la obra de Dios. l\lestanza, que me debia el favor inmenso de haberle 5alvado la honra de un doble peligro,. me dió una horrible prueba dl; su eondicion en Panamá, doude por un insidente imprevisto; de esos que suelen aflijir al viajero, me vi de l'cpenle sin medios de pasar adelante. Ni en articulo de muerte me hubiera yo dirijido a ese tacailo, que de buena gana dejaria perecer a su maùre; mas él pensó, i con razon, que habiéndome buscado en Fr¡;¡ncia para salir; habiéndose aprovechado de mi compañía en sU incapacidad, era deber suyo hablar de mi confliet,o. Habló, moviéndome camorra, il1sultànrlome en lugar pÜblico, donde habia quien fmstrase el castigo. 1como quiera que este sea mai úu.en cristio.noi nO 'lada de don Quijote cuando se le pide satisfaccion de un agravio, for. r:050 me fllè se¡;uirle orilla3 del m\lr en hota de silencio. Groserol in' - 476Olente, alre"ido donde hai quien se interponga i le defienda; humilde perro qne se arrincona rabo ellh'c piernas i !fueda anonadado, cuando se le C'ljc a ~olas. De este ha dicho lean mera, como por via de ¡¡Iabal'le. qllc el doclol' Jl/atanzflllO f.Sde {os que se ¡ffjan sacar {as pesetas. 1 liene la desYcr¡;üenza de llamarse poeta ese menguado 1 En eontra de un judío hubo un cristiano; por un "il un pecho noble; por un avaro un jeneroso, Sepan los que Ille profesan afecto, que entre los nombres qne han de bendecir por cuenta mia, está el de Eloi Alfara, jó"cn apénas conocido pal'a mí, amigo nunca. Tan luego como supo el trance en que me hallaba, se me "ino por sus pasos, i mc tranquilizó con I¡¡ mas esquisila delicadeza, 1 no contento con traerme un billete de pasaje de primera clase, me ofrecio una letra para Barbacoas de la sUllla que yo quisiese, la cual rehusé, porque en CS3 ciudad me esperaba otro amigo, otro hermano. El estafado de Panam:j es Eloi Alfaro, esas mis fechorlas. Qué dicen ahora mis llmi~os? qué mis enemigos mismos? Avieso i ruin por todo estremo le deben conceptnar a ese ingrato ~lestanza; modelo de caballeros a Eloi .!lfaro, i a mi nada mas que desgraciado. Pero en este delito se encierran todos los demas, i así, me deben poner en la eàl'cel. Ma!! para mi comuelo no importa que Satanàs ande tan activo en forma de lean mera, màrcos cspinel a modesto espinosa, cuando por otro lado la Providencia me sonríe en forma de hermano o de afectuoso amigo. Bien es verdad que cuando el ànjel de la paciencia me deja por un instante, braveo contra la suerte, sin que algo pueda sobre mí el considerar que Chateaubriand se andaba cayendo de hambre en las calles de Lóndres. Conde Ugolino, jamas; Job, alguna V6Z; i por costumbre el anciano del tonel: que se quiten de mi sol; no quiero mas que luz. Algunas vece~ pienso, sin duda cuando se me encrudece la locura, que si llego a publicar mis obritas, mi nombre vendrá a ser por lo mènos respetado: ahora mismo lo hallo entre los de Bello i BaraIt, Ancizar i Cecilia Acosta. * S i el mio me ha de sobrevivir, justo es que yo procure dejarlo puro, limpio, que resuene arjentino en los labios de mis descendientes, como ha reSOllado hasta ahora i resuena en los de mis amigos. En consideracion a tan gra"es razones, di!imulen todos que hable hoi de cosas tan personales i privadas, i acabe de desbandar a la horda de asesinos que se ha botado sobre mi. ,. Abrieron la boca sobre ti tus enemigos, i regañaron Con los dientes, i di_ jeron: tragaremos. Este es el dia que esperábamos, hallàmosle, vimosle." i Quién pensara al oirme que no se trata sino de un pasquín, cuyos autores, horrorizados, no .hallan harta imprenta para negarIo por esa cruz! 1 aun cuandQ fuera otra cosa, yo tengo derecho para . ¡l'me como Escipion a dar gracias a los dioses. I ~ DiŒrifJfit CitmiiltflPliRrctl. :lQ dejUtOO. Curfetpemltncl. de EUfop;a. - 48 -... " Plata 110 le diù, porque los poetas ellos mismos no la tienen. pero le prestà sus libros, le hizo caridad de ideas!' Si asi es poeta lean mera, no hai mas qne echarlo al snmidero. Sabe èl por otra parte lo que son Plutarco, Xenofontc, Sènec3, Tito Livio? ¡':stas han sido siempre mis lecturas. Conoce una leogna ajena, una sil\uiera? Yo desde niiio he leído en franccs, inglés e italiano: qué IibtOS me prestó ~ S i ~be decir ¡¡a/lUi en vez de cara; tanda en vez de pan; taÛn .en vez rle nido; mana-mli en vez de para-nada, i por eso los Arrunàtegnis le han puesto como nllevo. Sosteniendo una ocasion su lengua sábia, me dijo: A Chateaubriand i Lamartinc les permiten que digan santones i derviehes,i no puedo)'o usar de puma en Vel: de tigre, i tasin en vez de nido? Use de lo 'lue quiera: ('pa en vez de tonto, lIulla 3chini en vez Ile mentiroso, yátun-mama en vez de auu!'la, Jlllausa en vez de Pcl'o considere un instante, que asi como pude yo haber leido por casualidarl algun Iibrazo de los suyos, no pudo èl leer UIlOùe mis libros? Qué favores de tamenc! i qué cargos. No ha mucho los bOl13partistas le acusaron con fllror a }lonsieur Thiers de que habia hecho componcr sus anteojos a costa de la Repuulica. Hace veinte años nos está. rallando el runa-poila COli'1ne no tictle sino "su noble eorazou i su talento;" i para que no dudemos de esta invencion suya, nos la tiene dicha por la imprenta, i aun pidió privilejio para usar èl solo del secreto. Noble corazon I'asfluino' La nobleza del corazon es la grandeza del hombre: cll[lIe lo ticlle deli· cado, suave, compasivo, tierno, jcnel'oso, pronto a los grandes movimient}ls cu las ocasiones grandes, ese lo tiene noule. El de noble corazon es sÚbdito de la verdad, JlO traiciona a la sinceridad, gasta del honor i huye del ma1 gratúito. En la envidia ¡ qué nobleza? en la alevosía ¿ qué nobleza? Cil la cohardia ¿ qué nobleza? en la dira. macioll ¡què nobleza? Pasqnino cs linéljudo; mas su prosapia nada presta para que dej!: de Í1' a la horca. 6l':.J..\RIO. Cuál es peor ?-La estatura de un presidentll.-Cómo proceden los buenos.-Do qué son ca[lac~s JOl maJo3.-A.lrnirahlo politic;l de un relijioso.-La calumnia al servicio de la venganzA, i el con,pirador al del Irguleyo.-Lecciones de Aristides,-Córno Sil sirve a la libertarl. - Si la vl'Jez autoriza la mentira, i si un viejo enfern .•o ,Iebu hacèr mal al proJimo para quedar bien con Dios.-Todo la ha perdido "Illoetor l\I~St;1l1Z l, lIlénos Ills narices.Cuál es 1,1 buena dp.s"~llcia.-U n hombre de mal carácter,-Horrihles efec~ tos de su~ líjemzas. ~D()s padres con 'criptas en llls fronterfls del Urasil.García :\Ioreno dosdefia el conlejn de Platon,-])c qué gasta el abad ?-Si lIUO debe defunùer sus }¡dbrrea, l'U;III1].)LIllgrlJlJ ahllc(;ldo aeollwtu la eUlprusa de quitároelo,.-Dds,le cuáu,lu ; l'v" q'¡(¡ Lie qliiciltJ lll.íl 61padre.-El perro SI' declara protector dellcon.-La·: ruinil.;.-El doctor :\le~tanza es objeto de una ol'acion popular.-Qllé cara sabo ponor cUlindo tieno cbJera, Recursos del injenio.-Cicerop. i Craso pro T08tria.--La elcfalltía8i8 de los griegos i los médicos do Bogotá. Alguien ha dicho quc Garcia Morcno finjió las cartas cn que Ma· riano ~lestanza se presenta delatando la I'c\'ulueioll de Manabt No, yo jamas la pensé, porq'le 110 le hago a Garcia ))ureno el flaco servicio de juzgadc peor que ;a'~,lanza, i pOrljUCl,a es de un prcsirlente, alto personaje con tirallia i toùo, <lnr cn esas acciones, las mas viles, sin duda, las m:.;, ignominiosa~. Debia yo Vollarllar secreto de una indigni,lad ocasionada al peligro de muchos inoccntes ? No : primero, porque 110 soi capa de bribones; segundo, porquc no soi admirador de necios; tercero, por(lue en ello iba la ~reza de mi fama, pues a nada ménos aspiraban mis malll"chol"cs llue a plantai' ci ;Il'bol de maldieion. POI' qué afirmó e~e "ícjo infcl'lJal fIlle "se Ille había enviado lIlla sl1ma de ni'lCro. para <¡Ile ye cooperase por (""te larlo ? " Cuando le dije al ¡'-'neral Uruilla (l\le Illl)(Indil/!l conrerlil'Ía llesl'ucs la mentira en calumnia, dicho jcueral Ille contestó: "Con hombres como usted hasta la calumnia es imposible." Pensai" qlle Espinel i Mestanza no son capaces de levantarle un falso testimonio a l'tlarla Santísima! "Las cartas son, sin ùuda, de Mestanza; pero ta) vez no fueron escritas con objeto ùe traieion, sino como un ardid injenioso de " politiea, para comprometer al mayor nùmero posible de personas , " en el El.:uador, apro\'ccharse de sus Lienes para la re\'olucion i des10 concertar a García Moreno. Esto propuso aquí, i este medio fué " l'echazado con indignacion pOI' todos, por cruel i alc\'oso, Se ve que ,1 7 " apesar dc.eslo empezó a poncr cn planta su ocurrcncia, que a èlle "' parecia golpe deci~ivo. " • . Què politiea I Ya tl\\'O otra oca~ion ia avilantez de adelantar aqui en mi presencia la icler! de escribir cartas comprometida." decia él en su galiparla, a don Teodoro Gómez {le la l'one i dun Pacífico Chiriboga. I>esterr"da csa jente ric", ella costearia la revolucion, en el concepto de fr"i Jo~è Mariano. El desprecio con que recibí tal insania reencrudeció ci udio cIe su oscuro pecho, en el cual este jénero de equivocaciones tiene gran ctlbida, A mi con l1na vil atrocidad! No saben que tengo mal caràcter? Nunca me propongan indigniùades, porque no pudo ocultar mi zaÎw. Yo no tomo parte cn empresas sujeridas por la incplillld, incubadas por la cruelùad, Ilc\'adas alldante por la felonia. Aríslides el justu mc ha cnseÎlado quc nada puede ser mas útil que el {lroyecto de Temi~tocles, pero nada al mismo tiempo mas inicuo. Ni la saIvacion de ,\:énas por medios abominnbles. No seamos españoles àntes que republicallo~, como Emilio Castdar; seamos iustos i probos primero {lue adictos a la patria. Lihertad es prenda sagrada 'lile no se compl'a al precio de la i¡:l'lOminia: podemos derramar por ella nuestra ulIlgre cn ci campo del hOllor, i aUII en el patibulo, si caemos Cil poder de llue,lros !'Jlemigos; pero esa deidad se ruboriza, se ofende, se ill(Ií~lIa, tiembla Cil Sil trono cuando a su nombre se cometen iniquidades, i muehu mas cuando se la mancilla con sacrificios viles. Quiero morir en el dcstierro, si para volver a la patria ha de Scr preciso mentir, calumniar, inlrigar torpemente, poner en peligro manifiesto a muehu, por el crimen dc que pusean bicnes de fortuna. Pues en qué no:; diferenciariamos de los bandido8 de la Sicrramorena, o de la ean",Ua en la cual no rije el bonor, ni la luz de la relíjion les ilumina el pecho? Ah, miserable I en esto te engañas como en todo: esa no es política. No te ocupes en escribir mentiras i descubrir secreto~, soprctesto de que estás enfermo, pobre i viejo; ponte al frente de los desterrados, i a sangre i fuego recon· quista la patria. • No es bien sabido por otra pal'tc, que en ese dichoso pueblo el lei ,'¡jcntel:1 pena de muerle por delitos politieos, i la confiscaeion de bienes? Al dar asccngo a un 11enuncio, ci amigo don Gabriel mata sin mas averiguacion, i el padre frai i'lariano se queda con la tercia de narices que DiOl le ha dado. Si Murillu i J\lârmolno IWB tenido un triste ~:n, es porque Garela 1\1oreno vió de golpe la superchería del que escribiendo al jencral (l'bina, dirijia a Quilo SIlS comunicacir)Ocs, ¡esto rcpetidas veces. Pero quièn duda de que los jóvenes Alf¡¡r08, conl1'a quienes, o mas bien, en favor de quienes hablaban los hechos, • Si a calumnia &ellama, public~remos con sus respecti"as firmas la¡ cartas que acerca de esto hemos recibido; las de las penoDas, se entiende, que nos hubiesen autorizado para ello. lilas cómo ha de ncgal' l hallálldosc cara a cara COD 105iUjetos ~ qaiCPC5 in5ull6 con CU proPl'iicion infame? - 51 --- hubieran acabado desastradamente por obra del sagaz, perspicaz, sutil, injenioso, astuto, maquiavélico i profundo diplomàtico frai don Josè Quintin ~Iariano Mestanza Bo]Jiíos de Barbosa i olras yerbas 1 Figurarsc que su cubilele habia de permanecer secreto, dándole tiempo para que comprometa, con galicismo i lodo, al mayor nÚmero de ecua, torianos po.IÍúle; que Garcia Morenll le habia de paner a su disposicion las riquezas de los a quienes dt;slenase; i qnc yo no Je habia de pasar el rallo por las narices, Lan luego como llegasen a mi conocimiento SIlS admirables embolismos: operaciones loùas de la feliz intelijencia de su josemariana pnternidad. Partido que rechaza con indignacion un medio cruel i alevoso, merece el aprecio jeneral, i da a couocer que la desgracia ilO le trae a méno~. La dcsgracia qne corrompe es la mala; la que rcfinn el corazon, eleva los sentimientos del ánimo e ínstrll}c COllsus uora!! lecciones, esa desgracia ùa los frutos delica(lo~ de la virtud i la sabiduría. 1 no se crea que me allano a consentir en r¡ue el viejo Mestanza no hubiera tenido mas objeto que procurar ci dc~tierro ùe jente ecuatoriana: quiso hacer una via i ùos mandados. Toùo la relativo a l\lallabi fuè cicrto, los hechos lo han probado; í torlo lo descuùrió con SllSsagaces equivocaciones: qué sc propu~o? I nuestro buen don Teodoro que no sabia cómo a una de mi" bjrrezas debe él, si no la vida precisamente, patría i bienes de fortuna. Escaldado Garcia Moreno, recelo~o de todo en ese entóuces, sentido con esas dos personas en la quimérica i ridícula aprension de que hauían costeado mis escritos, los habia puesto en la frontera del Brasil, i no con rosas en Jas sienes. Para que ycan esos s.eñores cuàn favorable es en la República un hombre de mal carácter, ua mànstl'uo que se oponga a las iniquidades e infamias de los de bucn jenin i salve con sus lijcrezas a los malos amigos, No sabe usted, seilOr Chiriboga, quc el ab,IlI de lo que cauta yanta? Pues hizo mal en defender su hacienda, esponiéndose a las sábias comuinaciolles futuras de nuc~tro allen-Papilliano. Desgraciado del pueblo dondc no nazca lm monstruo. " Antigua debe ser la ojel'iza de e~e hombre por usted, pues mui " ántes de ahora habia tratado de ùifamarle, por medio de cartas " llenas de menllras i de ridículas quejas." El odio del padre no es mui :llltiguo : se de~envolvio en su pecho el dia que tomé la pluma para Jefenderle, cnando con cieu voces i rara tenacidad Je acosaban sobre que habia hecho suya una buena 9uma de dinero proveniente de la caridad pÜblica l'ara las vídimas del terremoto de Imbabllra. listedes se acuerdan si hablè eOIl ~ncacia, i si nadic se atrevió a chi,,/:)r Ilespucs ùe mi c~erito, qllc le hR servido para pasar por hombro cie pro dOllde se !ta hallado. Cómo 110 me habia de aborrecer i difamar? Al propio tiempo le al'l'astl'ahan a la:justicia por calumniante .• Dios solameute sabe Jo que hice para JI; El doctor Antonio Rivadencira. - 52 •.•••. librarlc de ese otro conflicto, Cómo 110 habia de espiar la ocasion di' calumniarmc? Haz bien i guàrdatc, 1ahora sale de mi protector . A todos los ccuatorianl)s viajantes consta cómo trataba 'fo a cse can sin honrarle ni con la salulaclon, hasta que se me vino a tirar d' rodillas, Oh, hasta cu<Íntlo ser¡í nn peligro el hacer bien a sus semt"jantes . Jesucrislo que instituyó el hauti"lIlo (lue lava la culpa orijinal; el matrimonio, que hace la feJidd:ltl o la dcsgrneia tle las criatur'ls; lJ, peniteneia, que limpia lo~ pc<,ados; la cOlllllnioll, que santillea; I1'J ha instituido talllhiclI la iI13"'1Iilllll nll1ricndo en la cruz a manos d,~ los que le t1ebi:1I1 la redcll('jo,'? N Il, cse no es cjcmplo de seguir, ejemplo cs .le horroriwr: Jcwcri:ito sufrió los efectos de la ingratitud no los hizo p~lllcccr a nadie, I'cro no cs nlt'nos verdad que este aciago sacramcnto cs ¡¡quel Cil '1llC lo; homhres sc coufirman cada dia, Eu las ruinas ¡Ic Iharra. dp paso para Culomhin, cstaba yo estirado por nhi en la barraquita dondc IllC aeojicron, Entraba In jente i salía cn ellrÍll"O vaivcll, sin saludar ni despcdirse, despncs de eontemplarmc ngrupadil Cil frcnle mir\. Cu:H cs, decían, euàl es el cos' mopolita? En esto le "CO a mi doelor t\lestanza licso como la cara"' bina de Ambro;;in, inlllóvil, àgrio, fruncido, tacilurno, empollzofladc, porque la jcnte dd puehlo no (lI'cgllntaba: Cu:H es el doctor l'lestanta? Desde cnt6nces mc juró odio implacable, Los imbabureiíos tc,,: nian doble razon para dc;;eal' cOlluccrme,': mis escritos en jeneral, ; las p:'tjinas en que yo hahia lanwlltado su catàstrofe ; cuyns p:íjinns, sea dkho de pnso, me y¡¡licrlJll IInn hourosa carta de Vietol' Hugo, Qué habia hecho por Sil parle ci abad de San Suplicio? Oh hombres110 seais hermanos a lo Caín. Tomè su defen ••a cn ocasion cstl'echisima para él, i le alabé d. proplÍsito: ya me crc~'ó liga'lo r:Il'a el pOl'venir; i pOrlll1e habia YI' hablado bicn de èl, pf~llS6 que podía cerrar conmigo a mansalva, rasglJ de buell cad,ctcr qne mucho le rcco\l1¡ell,Ia., Pll(lll haber sido person{l Cn otro tiempo, i scr hui jellte de mala ralca, si su~ acciones le llar. traido tan a mélltl;;. que el ¡lpreciarlc seria un desvío del hOllor, Cuánto5 i cu,intQs hOlUhl'<lS h:I1I ('aido (le la estima en el menosprecio, de la buena opinion en la m;¡la [lma? 1 Cil una dificultad no halJia sino re,pollller lo que C¡ceron a Craso: sí, dije todo eso; mas fué pOl'qUtl quise ('.icl'citar mi talenlo en un aSOllto ingralo, -'Ii lo- mèdj~,()s de fiügol;i flllC cstilO sacando del cuerpo a los enfermo~ la eleí'tntia$is rie los griegos, como el SeïlOr echaba milagrosa. mente a los demonios, le cUI'an a este incurable. Vamos, (lue el ve· jete es caña. OTRO INCURABLE. SU~l!R10. Si conviene mandar saludes a cualquiern.-Si doi o no las saludes que se me enrargan,-Qué tiene en el alma ci prcboste de los iucuraules.-EII qué con~i~te que el señor lIIárco~ g:,pinel haya venid u a ser uu ps[mntujo.-Què espero para volvermQ ul viejo munùo, -Enseñanzas de la Eî¡;ritul'll sagrada.-Rusll náutica de cartlls.-EI plldre Márcos, mas aventurero i esplorsdor que Marco Polo.-Cuál es lu esfin¡e de los pícaros, i si soi bueno para tonters~ de vi"i()~.- Un móuslruo d~sborsts los planes de cierto hombro de hi ••n con mas h'ulgurll qu" dun Quijote Jas redes ùe 18~beJ1usCllzadorIlS.Descomunal contienda entre patagoncs,-Un gran señor que derriba en t¡"rni lu t'statua <1•• la hospitalidad.-Quién echa /'1 gato al ogua.-Terrible juramento.-Un protector lIlagllàllimo, pero chiquito como nn It'chon. -Cuál ••s acciones son favores, i cuúnùo se deh"n ogradl!cer.-Si el qut' so harta de duraznos, pan i botas es ingrato,-EI viejo que SQ hace viejo parR obrar mas a su jt'nio.-C6mo se mucstrll el odio cuando 1'1 malo pierde el mieùo.-Parricidio.-Estroordinaria i terrible manera. de caricias.-Qué le sucede al que le cae encima una manaza.-Lo último que muere en el pecho de los tontos. lJarà cosa de diez meses, una persona conspicua, me honró con una carta, al concluir de la cual decia: "Sé que el doctor l'll;írclls Espinel está alll: si esto es verdad, salùdele a mi nombre. " Yo le contesté: l~spincl está aquí, pero 110 le he dado sus saludes, porque no lns merece. Espinel es un inváliùo: tiene elefancia en el alma. 1 diràn que yo tambien no soi malo alguna vez. ~Ias no rué pura maldad en mí, por cuanto fuera de los tubérculos antiguos, cmpellernidos, vuellos clavos en el cuero de su alma, le c.-taba vienrIo yo por ese enlonces olros tubèrculos flamantes, emberrinchados, fresqueci. tos, húmerlos i rubicundos, tales como las cartas a Gat'da !\loreno i al Peril por los mismos tiempos: su corrida de la plaza con una espantosa voz de mujer a las espaldas; el caso maravilloso rle los Médicis florenlinos, i olros mil diviesos, apostemas, pusluJaciones cau. ceros as que hacian de èl UII espalltajo formidable dc la honradez i la inocencia. Este e~ el quc ha ¡rio a poner de su parte en ellibclo infamatorio dc morlesto espinosa i leon mera, que estai esperando catorce mil pesos del Perú para irme con ellos a Europ:J, lo cual en todo caso ICria pura suposicion, qne mis antecedentcs vuelven ab~l1rda. Si la atrooidad de esc perverso no hubiera lIcgado a este estremo, en mi ánimo tenia el callar para siempre SllS delitos positivos i sus proyectos de crimen. Pero como soi mui dado a la lectura de las sagradas letras, a cada paso enCllcntro en cllas: Diente por diente, oreja por oreja. 1 aun cuando yo los tengo Íotegros i sanos en mi cuerpo, èl hu de perder los suyos. - 54 •.•.• El doctor ~10desto Albuja posee en el Peru las cartas en qne pc~ dia con empeño dinero para I'cvolucion, al mismo tiempo que estaha: negociando a la sorda sn salvo-conducto; cartas que se volvieron trasccndentales aljeneral Urbina i olros varios ecualorianos de Ilota, como que para eso fueron escl'itas. Yo quc, jllllto con Iodos los habitantes de este lugar, estaba vienllo las acciones de Espine], deSlIo la mayor hasta la menor, conforme al deber i la conciencia, Ic dije a Urbina: "No manden a E,pincllo Cille Ics ha pedido: dentro de poco le veràn ustedes en Qllito ùe allulira,lor cie G:lrcía l'tIor~lIo. Si algun dia llegan a formalizar IIna empresa, i picnsall que una cO;Jperacion por este lado es nccesarÏ1, ,ndm lin comi.<ionado de toda .<11 confianza que tenga i gaste." Los quc chlllaren de este aserto, al jeneul Urbina por testigo. * Garcia Moreno haría mal en castigarle por conspirallor: no era eso lo que su amigo intcntaba. Cargos dc esta naturaleza no se pneden hacer sino con esta clase dc fnndamentos, i apoyados en un nombre rcspetable. Pa~quino jama, dice la vCI'dacl: sus facultades son todas negativas; su mundo las tinieblas. La boca del leon de San Màrcos es la fragna de la injusticia, i nada reprueba mas la historia en los tiranos del Adriático, que esa fuerza cie lei que daban al anónimo. Sisto V fuè mas sáhio que VCllecia: le COt'tolas mallos i la lengua alleon mera de su tiempo. liai cosa mas fácil para un malvado que clejarse llevar del odio i ciar con,igo en el abismo de la calumnia; si firmara, seria duro, cruel, bronco, salio, todo; pero su insensatez recularia ante la sociedacl humana, i prestaria altcmol' el furioso, lo que negaba a la verdad i la conciencia, La ingratitud es a mis ojos crimen del cual debemos defendernos mas que de un homicil\io. Nadie se asombre de la mia: si ingratitud media entre ese mirmidon horrible i yo, es de su persona a la mia. Me Ilaca al rostro el haberme scntado en otro tiempo cuatro dias a su mesa: ¿ fué porljue en mi casa me faltase lo neccsario? Invitado, llamado, urjiclo, arrastrado, vinc a Quito, i le hice el favor cie prcfe-, rir la suya. No habia entre el\oo;quien echase el galo al agua, canallas. A los cuatro dias, discordia natnralmente con mi huésped: entre caractères tan disonantes no poclia formarse consonancia. 1 un altercado en el campo de la poUtica bastó para que el hospedero emigrase con la mesa de comer (por esta cruz 1) al Iraspatio. Miéntras me do· jaba estar allí por evitar el escándalo, pues era cosa que a todo trance Ile debia ocultar a los enemigos, había yo de hacerme traer comida de la fonda I Este es mi protector, para con este soi un mànstruo dr ingratitud. Ni )'0 ni mis hermanos hemos pensado nUllca que le hu· biésemos hecho un favor COll tenerle cordialmente en casa las mii * Ii.nen Segun lo que diga Espinel, publicaré las carIas de )05 sujelo. del Perù conocimiento de e5tas COS35. ~Adie estA por contemplar un infalllc. que .ocasiones que ha ido a pa;;al' tempor3das CI\ la IleJ'l'a de Jas frutos, La c:'ITidad ha de resplalldecer cn el centro de una accion, i la necesidad ha de jemir en el pecho de aquel por cuyo bien 5e obra, para que haya favor pOI' Ulla parle, i deher de gralilud por otra, Pero qué se os entiende de achaque de moral ni r.Jo~ofin, jCllle ùesalumbrada ? No olviden ustedes qlle estamos lavando la ropa sucia, \'oltaire i Federico el grande, :Jos engrandeecn e~las cosas. A puerta cerrada, no sc atJre, 1 lèjos de haberme hecho :¡lgl1na demostraeíon amisiosa cuando aquf llegué, pro!igo, lo que mI' hizo desde el primer dia rué una guerra de vieja de trapacedas i cm1lClecos encaminaclos 11 difrcullarme mi modo de vivir, que es inereible; hast a (lue, cuando me vió pos~ trado en cama, i pensó qne allí mc quedabil, revenló su odio lat'ga tiempo fermentado al l'aloI' de la envi¡lia i comprimido por el miedo. Allí, allí -cn ese lel'rellO le quiero, 1 no ~c pùu~a a la parte de la venganza este casligo: )'0 cil' mío me soi harlo inclinarlo a perdollar ; ma!. cuando los inlereses jelleralcs de la moral i la justicia forman uu cuerpo con nJ.tlpropio resentimienlo, -echo encima una garra de leoll. 1 piel'da 1l11Orael amigo Espinel su esperanza inicua. "Nadie puede mandar sin mí," se fuè diciendo, COllalusioll a una caida posible de Gllrcía Moreno. Ahora vea que naùie puede mandat' con él. La vanidad es In ûltimo que muere en el pecho de los tontos. Si algun dia tuvo sesos, ahor a no Iiene sinn lombrices en la cabeza ese que se cree indispensable p,lra la gobel'Olleion dc E.~lados, J,a corl'upcion empaña la inlelijencia; la lepra deI :lIma la Socavr'l, da COliella en tierra. El espirilu campea en las rejiones limr>ias ue la honradez, i por la que tiene el hombre de semejante a Dios, aspira a la luz pura, sabiendo ,como sabe quc fuera de ella DO hai gloria. leon mera. El casligo de este leproso criminal cstà en sus .propias ohra~, i todo lo 'lile }'o pudiera (lccir cn contra suya, selÎ:l méno~, le perjudicaria ménos que lo dicho por su boca. Así como la recoJllpcn~a del bien es el hien mismo, así la pena del mal obrar son las propias malas obras. La reprensihle tulcralJcia de Ilucstra esc;¡sa ci,ilil.<lcion harit (lnc todavía le aùmitan cn las casas, i aun le den La mallo los mas hrollcos i corrompidos; pero atl'as ùe la liclicia sonrisa. todos estaran dicien(lo: este es ci illfame qlle cscl'ihiú eso. 1 ¡'.u'd·llense, porque lIadie està liure de su alevosía: si lIeeeshla\les padece Ulla familia, si hai tristes cllfcnncdades Cil la Cl••• l, si dcsgracias, quc el no lo scpa. l'"ra él hizo la imprenta Gultcmher¡;. No soi yo quicll ha dc ir a cmporcar la pluma lomàndolc desde su misterioso 1\acimiento: ya he dicho que le per/lono. El ha pru:ànado Cil mí lwsta la ClllHl.ci trono de la infancia, ci depósito de la inocencia. Que pucde decirsc de lin niño que nace de honestos p:¡¡\res en Jejilimo matrimonio 1 pues lUcra tuvo (lUe decir. Yo me ~iClltOinca. paz, estèril para la ofcnsa, cuando )a pcrversidad i la corrupcion no 3e tiran a mis piès bufando: Clltónces si las acoseo. Por qué nacio, cómo lIació, la sabe Dios; yo no sé sino que "ive para su desgracia. Por dar idea de estl rara, horrible naturaleza, referiré uno o dos rasgos que le caractericen, i proporcionen la medida de la qlle c! capaz el ente estraordinario en el cllal tcugo )a desgracia dc perder un instaute.-l)¡"(~sentóse un dia Cil mi casa inundado Cil gozo, el gozo del vcrdugo que ha salido ¡¡¡rosa cn una cjecllcion. Sabrá usted, dijo, quc le he \"uclto loco a' Honorio Cevállos COllmi epIgrama. 1 sc puso a repetir con su lengua de estropOljo : « Oh il1crcedes Ordenana." El odio, la venganza pueden hallar satisfaceion en la ruina del objeto aborrecido; pcro sentirse feliz pOI' haher hecho UII mal a un indifercnte, a uno <¡ue 110 se conoce, a Ull desgraciadu que amenazaba superarle en poe~ia> i nada habia hee!lO en Sll ofcnsa, es [cruddad, maldad salànica. Quiso descartarse de su competidor temible t¡uitànclole el juicio. Por dicha los triunfos de los pervers/)s no siempre son positivos: figurarse que èl es capaz de volvcr loco ni a un burro COll sus injclliosidades 1 Amigo de una casa hasta la inli(llidad: ni hora ni lugar reservado para él: los penates le dejan libre la entrada a la recámara, al traspatio: los dioses plebeyos, franca la cocina. Espuma algunas presas, cual otro Sancho Panza, co tanto que llega la comida. No hai amasar sin Leoncito, no hai matar puerco sill LCOllCito: él cstà <1111, para ver clle\\do~ caldear el homo, hcuchir las morcillas. Quién viene ahora? La morcilla: oh gran seiíora" Digna de consideracion. Llena la audorga hasta el gollete, i le dan para qne lleve a la ca,3a. En su tránsílo al malino, se llega infaliLlcmcnte a las Yentanas~ todos los dias: allí le hacell ahrazar siquiera r.on un pan. En una de t,estas idas i venidas ha publicado una de c,as cornposiciolles que .~l ; sabe hacer por màcluina. Què le parece la obra de ~Iera? le preguntan a un jóven Je esa familia.-:\'o me gusta, responde .• No pidió el bardo sino el término de la distancia: a la vuelta de ocho dias, ur. libelo infamaLorio de la mas atroz, cosa inaudita, inverosimil. Desgracias, miserias, secretos de la familia, todo fuè puesto a pregon e~ la calle: deshonró a las mujeres, calumnió a los hombres, i el padre, el padre iufeliz que yacia en la inaccion de la eternidad, fué to,mado en la profundo de la sepultura~ saelldo afuera, abofeleado, crujiéndole los huesos tristemente, yèndosele en polvo la cabellera con el ,vien~o. , 'parece pesadilla, i c® todo es la verdad desnuda, verdad pura. Ese hecho abominjlble orijinó mi arUculo titulado" El libetismo," que consta en el libro VI de " El Cosmopolita." Las señoras habian __ ,oh, DO sc pllerle decir: el padre había robado, habia tenirlo tales i ,cuales enfermedades. 1 ella sabia mui bien, ella, la màquina de difaplar, ddnde, en qué casa ese hombre infeliz habia cojido sus males I Detractor perpetuo de las "irtudes, apolojista infatigable del crimen i los vicios. Un falsificador condenado en tercera instancia el :para él modelo de hombre de bien, porque habia falsificado, ipublica I~n pasquin todos los diu para insultar a los jueces .• Un dragon pestilente que ha vivido a la faz de Dios i de los hombres,' que ha vi,vido en pecado, el peor de los pecados, el incesto, es para èl el virtuoso seÎIOl' H El virtuoso señor H. confiesa i comulga por la mañana, i esto ;basta: el dia i la noche son para Satan:ís: Dios se ,contenta con la aurora. Qué mucho que ahora hubiese salido lean mera llamando :~mvio PéUico a Espincl, i a m,11adron, estafado!', pillo? Estas pàlabras de mera encierran mi apolojla. "Martlnez, Nicolas MarUnez, tù pagaràs: hijo dcl virtuoso señOr H, tll pagarás. mera es de esos tristes sin responsabilidad que 'pueden hacer i decir todo. Tù que le criaste para la difam¡¡cion i la calumDia; tú que le educaste para es-); tú que le instigas, le inspir ••s, Je .mandas, tú pagaráll. Tù no vales tampoco gran cosa; pero tienes ~r ahora tu cierta rcpresentacion ficticia, cres, SllI mcrecerlo, ti:' riistro de la Corte Suprema; tú pagarà's4 ~o tuviste madre? No t¡e~np.smujer, hija de H 1 Pues cómo induces, cómo obligas a tu perro a ,morder a uno i otro sexo, a vivos i mucrtos? 'Què será de ti si yo te elijo para héroe de Ulla novelilla, sacàudote del Cafaroaun de tu ilus:!re suegro? Honradez en los hombres._ honestidad en las muje.l'cs, 8' ' tal es la divisa de lni familia, j el peor de entre ella, el Caifas, ha dadi:' tal vez una leccion de moral grandiosa, llevando la honestidad i el honor hasta el sacrificio. De\ora hombrcs i mujeres, vivos i difuntos, lean mera, l'ara ti, los virtuosos son el seÎlOr Il. i el padre Suàrez. Si DO temes a Dios, respctas a lo mènos a tu esposa? Oh caridad, oh santa cariùad, pOh!l1Ctus dedos en los labios: tJ. abrigas el perdon en tu ~eno luminoso, tu naturaleza ncgativa es \1Il sublime eompuc,to dc la misericordia (livina i la cordura humana;: niegas lo qne oyes, callas la quc sabe~, cuando clio va Cil contra d~, cualquiera, i aflijiùa con las flaq Hezas dc los hombrc,;, vives en luch ••. santa con la malcllicencia, Oh earidad, tú vicllcs a alJ'avesarte Cil los labios crispados con la cólera de la j u,ticia, i baliallùoles en un puro roeio, les vuelves a la sallld de Dios, que es el silcncio. Tú paraliza~ el furor de la Icn¡;ua eleclriza(la COliel cnojo, i la SlHlyizas i calmas: tú amainas el fllcgo del corazoll {lrofun(lamcnte rescntido; tÜ iubyugas las ruidosas llalllas Cil quc el cspíritu c,;t,i al'lliclIdo, cllando quit! re consumir con ellas las impurezas quc los pervcrsos cchan sobre ! llmpidez del alma. Oh c¡¡riùad, Oh santa snora mía, Che si nc prcghi dcyota _ Los que tienen conocimiento de la llftim'l obra de ese romano cid no ndmÍl'an mi rigor, sin duda; sc maravillan de mi p~" ciencia, mi illdu1jencia. OCl1¡l.1doyo toda mi "Iùa cn cultivai' mi ea rácter: un sobedJio desdcn por los bicncs ùe fortuna: logl'cria, lucro), ganancia de ninguna especic, jamas : rehusando empleos llOnorílic,)~ i provedlOsos dcsde niÎ1o; prefiriendo la modestia a la ablludancL., la di¡;nit!ad al resplandor; pasando por adusto, a causa de la rijidei - de mis principios, por melancólico cn l'non dc roi austeridad; org" llo~o, c'qui"o. como q\licn huia de los cstremos: ui la bajeza, ni ,~ vanidarl; ni la canalla, ui el palacio: indijcnte nuuca, rico méno, i al .fin i a la postre vendiéllùomc para publicar cse malhadado" Cc ~ mopolita," causa real i "crdadera de la hiel i vinagre que me haco' apurar mis malhcchol'cs. 1 sale de rl'pclllc un hombre a gritanDt· pedigüeÎIO, mendigo, cstafaùor, ladroll, hrihon, pillo, (0n estas prll pias palabras, juscnsatez a qnc no habian llega(lo jamas los mas to,' pes i desaforados sicarios de Garcia ~iorel1o ! Este hombre se lIam~ lean mCl'a .Se llamaba. ellando "ivia: ahora no tiene nombre Véanle ustede·; colgado tle'l pesc\1czo Cil la picota. Qué causas eslraordinarias i grandcs hall producido cn cie pechO, otlio tan profundo i ciego. que asi le dcspCÎlCn Cil la ignominia de h calumnia. i le hagan pasar por loco hasta cn el parecer de sus ami' gos? Nada le he becho a cse dp-graciado, naùa: cuando le di ptt" de pel'ro, fué c,lhalmente porquc Sll aborrecimicnto gratuito habí: ya proùucido el negro fruto de la difamucion. Si alguna vez he ail! Transtebere, - 59dido a él en mis cscritos, ha sido censUl'an:lo los vicios en jeneral, como vicios, ~in nombrarlc jamas : la mentira, la calumnia, el perjurio, el libclismo, c¡'ímenes a delilos que lastiman al jéllero humano, i que torlo escritol' filosùfico ha de rcprimil' Cil cuando le ayuden fuerzas i pre'lijio. Si hallan exceSO de severidad en mi los Icelores diferentes, CODsideren que el ase~ino ha princil'i~r1oJ mrlldir.ielldo a mis padre!! difuntos, ha seguido con las mujcre", i ni los ni¡¡os se les escaparon, estreangulanùornc en crlda línea COli ful'ol' de verllllgo a quien enajena la sang¡'e de la víctima. La pl'imera vez en mi vida que tiro a la persona, es por \'cngar a torios Je la!JlaÏ!O ultrajc a la sucieJad humana, i no me atrevo a proponel' cargo sin su respectivo fundamento. En manos del anónimo hasta la "crdaù es mentira, i aun el crimen positivo 5e presenta con scml;l;lIitc de t;alllIlHli:l. Ahora pues, dc dónoe el crudo aborrecimicnto cie ese bárbaro P Responda ci sabiu espectador dc la Gran Bretaîia: "El distintivo de la grandeza de alma cs cI horror que se tiene por la envidia, la aversion por la maledieenda. J~slas viles pasioncs seÎÍorean a los malos poetas mas que a los otros l!Ombres." tos cspaîío]es tenian asalariado en Carácas al libelista dOIl Dumingo para qne llame estafador, ladron, pillo al jcneral Boli\'dr. El si¡:;lo de Auguslo, en flue clloJoso Davio llamaba cstafador, larlran, pillo a Yirjilio, cs ci paradigma de' todos los siglos: la naturaleza humana siempre lo mismo. En lu tocante a la honra, cllal¡¡nier hombre de hien puede ser tan grande como esos dos monumcnlos sublime~ de la intelijf1ncia i el poder humano: ¡¡¡¡ni no (;Iltra (lara nada la vanidad, que vendria a ser locura. Se habla dc IJ, (OS¡¡S, nu de las personas. La venganza fabulosa, ilimitada, sel\'àtica dc l'SC horriblo poelas, tro tiene ademas pOI' fundamento una aecioll viJlllo,a de su parte, en paz i en h~ de la modc~tia. Tomé a pechas la defcusa de lus colombianos cuando el alzamiento dc Sil lin ;llartincz en Ambato, i allí rué el jurarme la muerte. CÓmo si la )¡umallidad 110 fuera lei del jénero humano; c6mo si la hospit:¡lid:lIlllo fucra lei de las naciones; cómo si el honor 110 fucra Ici de hombres j de pueblos! ~lonslruo <loui de parecerles, coando Cil vez rie haecrmc a los verdugos me hice a las -VÍctimas i lcvanté sobre ellas el pabellon de la justicia, basta insignia que debe ondear sub re lada la tierra, i ¿ 110 es jllsto que lin ¡adron de esta naturaleza cuente por acnsador a \1110 qlle, si no ha tenido, ha debido tener causa criminal ~eglln la lei? Pcro el alzado de Ambato [gobernaba la provincia, i anclaban tOI'cidas leyes i cf)~tumhres. l'iD soi, [ni seré jamas, espaiíol pl'imero que !'epl1blicallo, como EmilioCaste. lar: cn lo tocallle a llJ~ principios eternos 'lile rijcn a los hombre~, soi ¡cosmopolila, i ando údmirado, ri semcjallza de Pascal, de ver que la 'verdad es verdad aqnende el Pirinco, error al otro lado; la justicia, justicia en clyiejo mundo, injusticia allende el mar. Hai hombres :'Jue nacen para vk;timas: ooble ~n destino, pero infeliz su suerte. 60 Oigo mucho hablar de làgrimas ~ la!! Jas buenas, porque son las ciertas. que eorrèn iri"i~íbiê5; esa. lOI 1 u~e¡J, señor don Pedro, señor don Pedro Fermin, el biôg.afc a p'echos la ímproba tarea de volver ilustre a IlUherdeci· lIo, no piensa que comete felonía para cODla posteridad, cliando I:cha ' tierra a defectos, vicios, delitos, indignidades e infamias, i adhela porljfJe brillen solamenle p'rendas i virtudes fantàsticas, que û8ted Ile la. d:¡, de balde. a cosla de la sinceridad? No es justo engañar por la mínos', las ciudades dqnde no es conocido en esencia este ledd mera, rect, mendable desde el dia en que la sea. Sobre el historiador gravita Ill. verdad, peso terrible para los que nO tienen pecho sano i hombros ro bustos, i el biografo no da la lei en ocultar la que desfavorece al per sonaje que palie faz a faz con el presente i el porvenir; el porvenir, si su mano es para obras inmortales. Dirà usted que no le corre L; obligacioll de ser Minerva, porque no es Telémaco el a quien va diri· jiendo. Yo sé mui bien que ese no se cria para rei, i que co efecto n,. tiene necesidad de ser filósofo, santo, ni hombre bueno siquiera; pera Méntor debe por la mènos ser hombre de bien, ya qtl6 tiene el subli me atrevimienlo de llevar dentro de si a la diosa de la sabiduría i h prudencia. Hombre de bien, lo es usted; Jo creo, apesar de.su iDqui~ na para conmigo; mas de donde proviene que viva empeñàdo en vencIernas como una alhaja el monstruo que usted sabe? Si en la primera nueva edicion de sus biogtafias apolojélicas no inserta usted la última: obra de su Orbaneje, ijuzga de ella a juicio de buco varon~no9 pone en èl duro trance de creerle aprobador de sus ioiquidades. Cuando Je oye a u~ted condenar como a raza$ maLditll.5 a mis padres difuntos; cuand;:: le oye decir que he vivido exijiendo la bolsa o la honra con mis escíitos ;cuando le ve hacer la que l'roppman con toda una famijia,& no h~ asquea? no le teme? crece su cariflO? El que subordina a sus pasioDes la verdad i la cOBciencia, no es Minerva. Astrea i lllinerva se da" la mano, i no es una cosa ser sabio, i otra mui dilerente ser justo. 1 pues de diosas hablamos, seiíor mio, no tendrà cabida la diosa Banda" en nuestro Olimpo? Bondad 110 es ciega tolerancia: para tener un reSabio de dhino. ha de ser el hombre austero, severo. En la seté· Hdad del viejo l\Jèntor hallamos la salud nOllotros, j la haUarán nút;tras descendientes por los siglos de los siglos• que ,ha tomado .l. N~ar, Degar i mas negar, nsgarlri todo I No èoDfosoit ja ••• , aècia A. vinain en las gradas del cadalso. Nato!)" jamiÚll ·ADVERTENCIA ~;INAL• . Be suprimiao la parte terrible; i esto les salva a mis malhechores. He suprimido tambien la parte risucÎla: contrasta sObradamente ton el tono de este escrito, i la risa pudiera perjudicar a los lectores de conciencia, que quieren quedarse a la indignacion. ~spinosa está negando con ansiedad su parte~ En buena hora. El que echa un pasquin por la noche, no !le yergue por la mañana como c.l pontifiee .JuRn, i grita: Yo soi! Aquí estoi I Vean con todo, que a'pesar de ~ fama de terco, sé conceder mucho hasta a las apariencias del dec6ro. El no haber quien ptohije e$a obra infame, el haberla ocultado despues de impresa i 110 son bragas para sus autores 1 I mi Javier Leon • Admirado, a¡;radccido, conm')Vido se ha de sentir de 110' verse aqui junto con sus cómplices. Le escribí de Fontainebleau tre's lineas para escusarme de una su invitacion : ya hizo de esto una arma contra mi; sin advertir que su papel es el indigno, pues se presenta desleal, en' siendo cierto lo que dice; impostor, en siendo falso. COll que ni un acto de urbanidad se puede verificar con esos, sin eFponerse a su villanía ? Al poseer un documento que redundase en meDgua de mi Jfuena fama, hasta en latin me lo hubiera ya hecho imprimir, como buen ministro de Garcia !'lloreDo. Vuelva el señor Polífemo a excitar a mera i espinosa, i veremos si presentamos un aseado, bonito personaje a cuaDtas Son las jentes . ....•. "Por qué tictor Hugo me dijo en UDa carta, que muchos de vosotros han leido apesar mio: Vous ides un noble esprit! Despues de esto, deseo que se aÎlada: "1 para hahlar de Duestras propias autoridadcs, ¿ cómo sucede que !\liguel Antonio Caro hubiese notado en mi elcvacion de miras, grandeza de pensamientos t 1 cuidado que daD Miguel AntoDio honra ya con su Dombre a la Academia Española, i es reputado por uno de los literatos mas profundos i filosólicos de Sud América. Cuervo acaba de ser calificado de sabio colombiano por UDa de las autoridades mas reconocidas de la República Arjentina, i ese sahio colombiano me pidió mis escritos para adorno de su librería. Estas, estas cO!las 500 el suplicio de mis malhechores; i por eso ahora viene ,un libelista sin nombre a gritarme de tonto, perezoso i ladron ; un Ii· belista qUe, a la o~curidad de llamarse lean mera, añade la de vestirse do PS5'luino. SolXibras sobre sombras, infamia sobre infamia." JUAN MONTALVO; lntr,oduocion. •..•._. .. ~apituJo I...-DeJ hambre .. .Cap1lulo n.-De ,.__ ....__ • u • Capitulo VII.-De Ja esclavitud de los negros. Capítulo VIII.-De la honestidad i la prudencia.u Capítulo XI.-De •• .. ,Capítulo XIV.-Què 26 27 28 en los hombres i del honor en las ..__ .. •.. 28 ejemplares de calumnia. __ ..• • Proaa de la prola .. ._u .. .. .. ~__ • ..•_ •• AcI,crtencia fiall ..•••• ,...••..• _•..••••••••• ••• 32 • 3&, • •• 35 • .. •. 30 • • Los incurable ••. .• 20, • .capítulo XV.-Conclusion. JeODmera. 17 u es la vida, segun Sén{!ca. Otro incurable ..•.__ ..• 16 • __..• layilmistad •._•.__-u_. Capítulo XIII.-De g 22 • Capítulo XII.-·MoDstruosos 5 tG u u la probidad naciones. .{ t4 u ... la hipocresía •• .u desinteres .. .Capitulo IX.-Judaismo ~_ u herejía, abjuracion. mi fcrocid.,L __ u .. Capitulo VI.-Del Capitulo X.-De U~ •• _•.. la envidia ....__ • Capítulo IV.-Impiedad, u .Ih. ----...--..!--.. U_o""_"_ la insratitud ..__••..•. Capítulo IU.-De Capitule v.-l>e ,. • • ._. l1li ••••••••••••••••••••• • 38 • •. 4g • •• __ • 5S • 56 _ 61
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